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En fisicoquímica se denomina tensión superficial de un líquido a la cantidad de

energía necesaria para aumentar su superficie por unidad de área. Esto significa
que el líquido se resiste para aumentar su superficie, es una propiedad que solo
pueden poseer los líquidos.
Las fuerzas intermoleculares en los líquidos, junto a las fuerzas que se dan en las
superficies sólidas que entran en contacto con ellos dan lugar a la capilaridad
(fuerza que actúa por unidad de borde y que tienda a contraer dicha superficie.).
A nivel microscópico, la tensión superficial depende de las fuerzas que actúan
sobre cada molécula las cuales son diferentes en el interior del líquido y en la
superficie.
En el interior de un líquido cada molécula está sometida a fuerzas de atracción que
anulan todas las cargas. Sin embargo, en la superficie hay una fuerza mayor que
va hacia el interior provocando que haya mayor interacción en la superficie.
Para el líquido, el disminuir su estado energético, es minimizar el número de
partículas en su superficie. Energéticamente, las moléculas situadas en la superficie
tiene una mayor energía promedio que las situadas en el interior, por lo tanto la
tendencia del sistema será disminuir la energía total, y ello se logra disminuyendo
el número de moléculas situadas en la superficie, de ahí la reducción de área hasta
el mínimo posible. De esta forma el líquido intentará reducir cualquier curvatura en
su superficie para disminuir su estado de energía.
Existen diferentes métodos para medir la tensión superficial, para la realización de
esta práctica utilizamos el método de conteo de gotas, contando el número de gotas
que caen por el capilar en cierto tiempo, a manera que las gotas puedan ser
contadas con comodidad.

Bibliografía: fisicoquímica quinta edición volumen 1, Ira. N. Levine. Capítulo 13


química de superficies.

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