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SUCESIONES

CONVENCION SOBRE LA LEY APLICABLE A LAS


SUCESIONES POR CAUSA DE MUERTE, ADOPTADA
POR LA XVI SESION DE LA CONFERENCIA DE LA
HAYADE 1988(*)

Carlos Eduardo Echegaray de Maussiott"?

1. INTRODUCCION

El motivo del presente trabajo es analizar la Convención sobre la


ley aplicable a las sucesiones por causa de muerte elaborada en el seno
de la Conferencia de La Haya'",

(*) Trabajo presentado en la XI Jornada Notarial Cordobesa, realizada en Córdoba


desde el 15 al 17 de agosto de 1996, Tema 11:Derechos y obligaciones de los herederos
y de los interesados en la sucesión hereditaria. Régimen legal. Proyectos de reforma. La
Convención fue firmada por nuestro país con fecha 24 de enero de 1990 y el Poder
Ejecutivo a través del mensaje número 472 elevó la misma al Poder Legislativo a los
fines de su aprobación por parte del Honorable Congreso de la Nación con fecha 19 de
marzo de 1992 (La Ley, Afio LVII, número 181,jueves 23 de septiembre de 1993).
(**) Abogado. Jefe de trabajos prácticos por concurso de la cátedra de Derecho
Internacional Privado de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad
Nacional de Córdoba.
Nofa: a los fines del análisis de la Convención se ha utilizado la versión espailola inclui-
da en la excelente obra de recopilación y sistematización de las Oras. Adriana Dreyzin
de Klor y Amalia Uriondo de Martinoli titulada Derecho Internacional Privado y de la
Integración Regional. Fuentes Convencionales. Ed. Zavalía, BS.As. 1996, pág. 582.
(1) La Conferencia de La Haya es una organización intergubernamental de carácter per-
manente, que; según el artículo uno de sus Estatutos persigue la (sigue en pág. sig.}

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Nos interesa particularmente abordar lo que se refiere a la regu-
lación contenida en la Convención en orden a la legislación aplicable en
los supuestos que contempla.

La misma aún no se encuentra vigente, ya que, aunque también ha


sido firmada por Suiza y Holanda, su entrada en vigor está prevista
para "el día primero del mes siguiente a la expiración de un período de
tres meses después del depósito del tercer instrumento de ratificación,
de aceptación o de aprobación ante el Ministerio de Asuntos
Extranjeros del Reino de los Países Bajos.

En orden a su estructura la Convención consta de treinta y un


artículos divididos en cinco capítulos, a saber: Ambito de aplicación de
la Convención. Ley aplicable. Sucesiones contractuales. Disposiciones
generales. Cláusulas finales.

2. SISTEMAS DE DERECHO SUCESORIO. DERECHO COM-


PARADO.

La temática general, como el mismo nombre lo indica, se centra


en la ley aplicable a las sucesiones por causa de muerte, situación esta
que se vincula a la concepción misma de la institución hereditaria.

En la institución referida, puede distinguirse entre la concepción


clásica romana y la posición consagrada por los pueblos germanos.

(l-cont.) unificación progresiva de las normas del Derecho Internacional Privado. Al


decir de Droz, Secretario General de la misma: "El mundo actual ha cambiado comple-
tamente su composición de unidades territoriales soberanas. En tiempos de las colonias,
las potencias dominantes representaban directamente a los territorios colonizados en el
seno de las conferencias internacionales. La independencia de esos territorios generó
una progresiva multiplicación de normas de derecho internacional privado". Por eso su
composición presenta cierta complejidad, dado que quienes la integran pertenecen a
culturas jurídicas diferentes. En efecto, países socialistas, musulmanes, estados del com-
mon law, o países procedentes de sistemas codificados, concluyen con su objetivo:
lograr una obra común de gran practicidad a través de la unificación progresiva de las
normas de derecho internacional privado (Dreizyn de Klor, Adriana y Uriondo de
Martinoli, Amalia, op. cit. pág. 13).

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En el ideario romano, la institución sucesoria expresa la inmortali-
dad terrenal de la voluntad subjetiva. En este sentido dice Quintiliano:
"que no hay otro consuelo respecto de la muerte que la voluntad que la
trasciende" .

La doctrina germánica, en cambio, contempla la herencia desde el


punto de vista del reparto renovado del patrimonio familiar y de esa
manera se explica la limitación de las disposiciones de última voluntad.

Por influencia del cristianismo, que con su concepción ultraterre-


nal de la inmortalidad desviaba el anhelo más fuerte del hombre de sa-
tisfacerse en este valle de lágrimas, no triunfó la concepción romana en
su forma auténtica. Por esta razón se coloca en todas las partes la ley
por encima de la voluntad.

Ahora se enfrentan más bien una concepción secularizada del


Derecho romano y la contemplación germánica.

La primera considera la sucesión mortis causa como la prolon-


gación de la personalidad del causante, tratándose una personalidad fic-
ticia reducida a la transmisión de la totalidad del patrimonio?'.

La concepción germánica considera, en cambio, la herencia como


el reparto de los bienes relictos entre determinadas personas.

Los criterios expuestos se manifiestan en el Derecho Internacional


Privado en el sistema de la unidad y en el sistema de fraccionamiento.
Con arreglo al primer sistema se aplica a la herencia en su totalidad una
sola ley, sea la del último domicilio del causante (Argentina, Brasil,

(2) El arto3283 del C.C. argentino inspirado en Savigny dice en su nota: "El patrimonio
considerado como unidad es un objeto ideal, de un contenido indeterminado. Puede
componerse de propiedades, de derechos a cosas particulares, a créditos y deudas que
tienen una existencia invisible. El patrimonio no está fijo en un solo lugar y no se le
podría asignar el locus rei sitae. Considerar como tal el lugar en que está situada la
mayor parte de los bienes, sería una idea arbitraria, pues ella no tiene nada de preciso, y
también porque la parte menor de los bienes, merece tanta consideración como la parte
mayor.

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Dinamarca, Noruega, Suiza) sea la de su última nacionalidad"
(Alemania, España, Italia, Países Bajos, Polonia, Portugal, Suecia).
Según el sistema del fraccionamiento, se aplica a cada bien relicto,
mueble o inmueble, la ley de su situación (Tratados de Derecho Civil
Internacional de Montevideo de 1889 y 1940)(4).

Podemos afirmar que nuestro derecho internacional privado se


inclina por el sistema de la unidad, como principio general, en cuanto a
la ley aplicable a las sucesiones por causa de muerte, al disponer que las
mismas se rigen por la ley del domicilio del causante al tiempo de su
muerte.

Sin embargo es dable observar, que la aplicación de una sola ley a


las sucesiones, no implica necesariamente que intervenga un solo juez
competente, ya que podrían serlo tantos jueces como bienes haya en
dif~rentes jurisdicciones.

El Derecho Internacional Privado argentino interno recoge norma-


tivamente el sistema de la unidad (arts. 3283 y 3612 c.c.). Cabe aclarar
que este sistema funciona de modo independiente en lo que hace a juris-
dicción y a la ley aplicable. Ello porque puede quedar la sucesión sujeta
a un solo derecho y diferentes jueces o puede darse el caso inverso, esto
es, que sea un juez el que intervenga pero que éste aplique diversos
derechos.

Si bien lo referido es 10 que se observa en la dimensión normati-


va, la realidad sociológica (sentencias, autos) demuestra su inclinación

(3) Fue Pascual Estanislao Mancini, al que se 10 considera el fundador del Derecho In-
ternacional Privado italiano, quien en su obra "De la nacionalidad como fundamento del
derecho de gentes" fundamentó jurídicamente el empleo de la nacionalidad como punto
de conexión y la definió como: "la sociedad natural de hombres conformados en comu-
nidad de vida y de conciencia social por la unidad del territorio, de origen, de costum-
bres y de lengua", (Conf. Pérez Luño, Antonio E. Sobre la nacionalidad. Pasquale
Stanislao Mancini, Ed. Tecnos, Madrid, 1985).
(4) Goldschmidt, Werner. Sistema y Filosofia del Derecho Internacional Privado, Edi-
ciones Jurídicas Europa América. Buenos Aires, Segunda Edición, 1954, tomo 11,pág.
337 y ss. Los Tratados de Derecho Civil Internacional de Montevideo de 1889 vinculan
a Argentina con Bolivia, Colombia, Paraguay, Perú y Uruguay y los de 1940 vinculan a
Argentina con Paraguay y Uruguay.

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por el sistema del fraccionamiento, el que se introduce por medio de la
interpretación que los jueces efectúan de las disposiciones que regulan
el instituto (arts. 10, 11,3470 del C.C.).

Planteadas así las cosas, nos enfrentamos a una Convención que


presenta novedades en relación a los clásicos sistemas comentados y
que de ser ratificada por nuestro país modificaría las normas positivas
vigentes en la materia respecto a los países que quedarían vinculados
por el Acuerdo.

3. AMBITO DE APLICACION

En el inciso 1° del arto 1° la Convención establece su ámbito de


aplicación al decir que: "determina la ley aplicable a las sucesiones por
causa de muerte", seguidamente en el inciso 2°, deja aclarado que no
será aplicable a:

a) La forma de disponer por causa de muerte?'


b) A la capacidad de disponer bienes por causa de muerte'"

(5) La Convención deja librada la forma de las disposiciones por causa de muerte a la
ley de cada uno de los Estados. Entendemos que al decir simplemente "la forma de dis-
poner", está abarcado el concepto de forma en sus dos aspectos más importantes; las
formas intrínsecas que son llamadas también viscerales que constituyen la esencia del
acto sin las cuales no puede existir y las formas extrínsecas, que son las formalidades
que debe cumplir el acto. Así el C.C. argentino admite fundamentalmente tres clases de
testamentos: el testamento cerrado, el testamento ológrafo y el testamento, por acto
público (arts. 3666,3639 y 3651).
(6) Siguiendo el mismo criterio apuntado, deja librada a la ley personal del de cujus -
nacionalidad o domicilio- que sea ella la que determine en cuanto a su capacidad para
disponer. De conformidad al C.C. argentino es la ley del domicilio actual del testador al
tiempo de hacer el testamento la que determina su capacidad (art. 3611). Asimismo el
arto 3614 establece que no pueden testar los menores de 18 años. Es interesante aquí
traer a colación al Tratado de Derecho Civil Internacional de Montevideo de 1889 que
en el inc. 2°, del arto45, establece: la capacidad de la persona para testar se rige por la
ley del lugar de la situación de los bienes, siendo consecuencia este artode la adopción
por parte del Tratado de la teoría del fraccionamiento ya señalada. Debemos hacer notar
la contradicción que se plantea entre el Derecho Internacional Privado de fuente interna
y el Derecho Internacional Privado de fuente convencional en esta materia, ya que
mientras el primero hace regir la capacidad de testar por la ley del domicilio actual del
testador, el Tratado la hace regir por la ley del lugar de la situación de los bienes, lle-
vando esta solución a consecuencias, a veces impensadas.

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c) A las cuestiones relativas al régimen de bienes en el matrimo-
nio(7)
d) A los derechos y bienes, creados o transmitidos por títulos dis-
tintos a la sucesión.

Mientras que en los dos primeros supuestos se trata de institutos


relacionados con la materia sucesoria que la Convención ha querido
excluir en su ámbito de aplicación, en los dos últimos se trata de otros
institutos que, pudiendo traer aparejadas, de alguna manera transmi-
siones de bienes, no tienen nada que ver con la materia que nos ocupa.

Es importante tener en cuenta el artículo 2 de la Convención en


cuanto dispone que la misma será aplicable, incluso, en el caso de que
la ley determinada por ella no sea la de un Estado contratante.

Con esta disposición se amplía considerablemente el ámbito de


aplicación de la Convención, ya que no solamente se aplicará a los
casos de las sucesiones que vinculen a Estados que sean partes de ella,
sino que se va a aplicar a cualquier caso en que se den los supuestos
previstos en los arts. 3 y 5 inc. 1°.

Consideramos que es una solución justa y de respeto del elemento


extranjero. No se limita a la aplicación de los derechos de los Estados
parte, sino que admite que otros ordenamientos sean introducidos en las
potenciales resoluciones que se dicten en el caso concreto.

4. LEY APLICABLE

El arto3 determina que la sucesión se regirá por la ley del Estado


en el cual el causante tenía su residencia habitual al momento de su fa-
llecimiento, si en ese momento fuera nacional de dicho estado.

(7) Para un mayor abundamiento en esta materia se puede consultar el trabajo de nues-
tra autoría y de la Dra. Amalia Uriondo de Martinoli, presentado al V Encuentro
Internacional de Derecho de América del Sur -El desarrollo de la integración hacia el
siglo XXI, Bs. As., 6, 7 y 8 de junio de 1996 que se titula: "La libre circulación de per-
sonas en el Mercosur y su incidencia en las convenciones matrimoniales".

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·.Este artículo nos obliga a detenernos para analizar dos circunstan-
cias concretas. La primera, calificar" que se entiende por residencia
habitual y la otra, es reflexionar sobre la estructura en sí de la norma
contenida en el arto 3.

Cuando hablamos de residencia estamos haciendo referencia, en


principio, a que es el lugar de habitación real de la persona o el lugar en
el cual la permanencia de la misma se prolonga por un cierto tiempo,
pero sin intención de estabilizarse allí. Por ese motivo resulta' conve-
niente dotarla de algún elemento que la caracterice y la haga más objeti-
va, desprendiéndola del elemento subjetivo propio del domicilio. Al
respecto, se habla comúnmente de residencia habitual, principal o per-
manente'".

Consideramos que la Convención ha hecho bien


esa manera'!" y de ese modo evitar confusiones que se pueden prese
ante la situación de tener que determinar cuál es la residencia a la que
hace referencia.

Por otro lado, este arto presenta la característica de ser una


de tipo acumulativa, ya que exige que para aplicarse la ley de un Estadb
parte o no de la Convención conforme a su arto 2° se den dos con-

(8) Calificar en Derecho Internacional Privado consiste en responder a la pregunta sobr


cuál es el ordenamiento jurídico llamado a definir en último lugar los términos emplea
dos en la norma (Conf. Goldschmidt, Werner..... de Derecho Internacional Privado, 2
edición, Ed. Abeledo Perrot, 1961, pág. 61, pto. 43).
(9) La residencia habitual tiene el inconveniente que la adquisición del domicilio nunc
podrá ser simultánea con el comienzo de la residencia. El residente, aunque se incorpo
re efectivamente a una sociedad, carecerá de domicilio durante un lapso corto o largo
que servirá de prueba a la habitualidad, En el caso de la residencia principal, el carácte
de principal, no puede depender, como es obvio, de la apreciación del interesado ni la
de un práctico llamado a posteriori a pronunciarse sobre el punto; debe depender de cir-
cunstancias ostensibles para todo el mundo. La residencia permanente sirve para fijar el
domicilio de la persona en el lugar donde pasa la mayor parte de su tiempo (Kaller de
Orchansky, Berta. Nuevo manual de Derecho Internacional Privado, Ed. Plus Ultra, Bs.
As. 1991, pág. 159).
(10) En los convenios de La Haya se observa una tendencia favorable a adoptar la resi-
dencia habitual como criterio de conexión, por ejemplo: Convenio sobre ley la ley
aplicable a las ventas de carácter internacional de objetos muebles corporales; Conve-
nio sobre la ley aplicable a las obligaciones de prestar alimentos; Convenio sobre el
reconocimiento de divorcio y separación de cuerpos de 1968, entre otros, (Kaller de
Orchansky, Berta. Op. Cit. Pág. 160).

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diciones: que el causante sea nacional del Estado donde ha muerto y
que tenga en él su residencia habitual'!" ..

Para el caso de los extranjeros, prevé que la sucesión será regida


por la ley de la residencia habitual en el momento de su fallecimiento, si
hubiera residido en dicho Estado durante un período no inferior a cinco
años, inmediatamente anterior a su fallecimiento. En este supuesto, la
nacionalidad del causante deja de ser tenida en cuenta, la Convención se
inclina por el hecho de que el mismo haya residido en ese lugar, al
menos cinco años antes de su muerte.

Empero, bajo circunstancias especiales, si el causante tenía al


momento de su muerte vínculos manifiestamente más estrechos con el
estado del que en ese momento fuera nacional, se aplicará la ley de este
último estado. O sea, que la nacionalidad del causante vuelve a tener
importancia dentro del régimen, si el mismo tenía vínculos estrechos
con el país de su nacionalidad. '

En el caso concreto, la norma ya no es del tipo de las acumulati-


vas mencionadas, sino que es una norma subsidiaria. El principio de la
residencia habitual se mantiene, pero si el causante tiene más vínculos
con su ley nacional, se aplica ésta por sobre la otra-.No hay una acumu-
lación entre las normas, ni son tampoco alternativas que permiten ele-
gir entre la aplicación de una u otra .ley, sino que en defecto de una se
aplica la otra.

Consideramos que la norma no autoriza ninguna determinación


precisa, ya que resultará de arbitraria aplicación determinar en qué con-
sisten aquellos vínculos manifiestamente más estrechos'!",

Entendemos que el sentido de los presupuestos del artículo


comentado, es el de evitar que a través de maquinaciones fraudulentas

(11) El arto 2° que tiene puntos de conexión múltiples ya que emplea conjuntamente la
residencia habitual y la nacionalidad que funcionan en forma acumulativa. O sea que
deben darse los dos extremos para que la norma pueda ser aplicada, si uno de ellos falla,
la misma no se puede aplicar.
(12) Córdoba, Marcos M. La Ley, año LVII, N" 181,23 de septiembre de 1993.

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los interesados puedan cambiar algún elemento de la relación jurídica y
así defraudar los derechos de los terceros?".

En el arto 4° se prevé la hipótesis de que la ley aplicable, en virtud


del arto 3°, fuera la de un estado no contratante y que por sus normas de
conflicto'!" remitiera, todo o parte de la sucesión, a la ley de otro estado
no contratante. En este supuesto se aplicará la ley de este último estado.

En la elaboración de este artículo, se ha querido evitar el fenó-


meno del reenvío, propio del Derecho Internacional Privado, ya que al
disponer que será aplicada la ley del Estado no contratante, remitido a
su vez por la legislación de otro estado no contratante, evita que éste, a
través de sus normas de conflicto, remita o reenvíe el asunto a otro
ordenamiento jurídico y éste a otro, y así sucesivamente'<.

(13) Esto es lo que se conoce en el Departamento Internacional Privado como el fraude


a la ley, Goldschmidt lo considera como la característica negativa del tipo legal que se
manifiesta cuando las partes, frente a un derecho coactivo y a través del cambio mali-
cioso y voluntario de los puntos de conexión (en este caso sería la residencia habitual o
la nacionalidad) evaden el derecho normalmente competente a fin de lograr la aplica-
ción de otro derecho que les resulta más favorable a sus intereses. Según Niboyet, la
sanción al fraude a la leyes el remedio necesario para que la ley conserve su carácter
imperativo y su sanción, en los casos que deje de ser aplicable a una relación jurídica
por haberse acogido los interesados fraudulentamente a una nueva ley.
(14) La norma del conflicto como toda norma jurídica, presenta una estructura bimem-
bre. El supuesto de hecho o tipo legal describe un aspecto de un caso jus privatista
multinacional, y la consecuencia jurídica dispone la reglamentación del tipo mediante la
elección del derecho aplicable. La vinculación que el legislador establece entre el ti-po
legal y la consecuencia jurídica supone fundamentos de justicia suficientes. El fin del
Derecho Internacional Privado es realizar soluciones sustancialmente justas de los casos
jus privatistas multinacionales. La norma de conflicto ha de funcionar con miras a tal
fin, de modo que en definitiva se persigue realizar la solución jus privatista de fon-do,
del caso bien que atendiendo especialmente a la multinacionalidad del supuesto de
hecho. La característica de la norma de conflicto estriba en que, la solución del caso no
viene directamente ordenada en su consecuencia jurídica. Esta proyecta una solución
indirecta mediante la elección de un derecho elegido para dar la solución de fono sus-
tancial.
(15) El problema del reenvío consiste en determinar la cantidad del derecho extranjero
aplicable a una cuestión jus privatista internacional. Consecuencia de la codificación se
presenta cuando, ante la necesidad de aplicar el derecho extranjero nos cuestionamos y
lo aplicamos en su integridad (normas directas y normas indirectas) o solamente apli-
camos las normas directas, que de acuerdo a su estructura y función van a solucionar
directamente la cuestión planteada.

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5: ELECCION PERSONAL DEL DERECHO APLICABLE

El art. 5 faculta a las personas a designar (proffesiojuris) la ley de


un Estado determinado para que rija su sucesión. No obstante aclara,
que la designación sólo surtirá efectos, si la ley elegida coincide al
momento de la elección o de la muerte del interesado, con la ley de su
nacionalidad o la de su residencia habitual.

Posibilita este artículo, el ejercicio de la autonomía de la volun-


tad conflictual, en tanto y en cuanto las personas pueden elegir cuál será
el derecho que regirá su sucesión, aunque para evitar actitudes fraudu-
lentas, limita el ejercicio de esa autonomía a las circunstancias que la
ley elegida coincida al momento de su elección o al fallecimien-to del
interesado, con la ley de su residencia habitual o nacionalidad.

Vuelve la Convención a usar normas que funcionan, desde el


punto de vista de los puntos de conexión, en forma acumulativa, ya que
para que la elección sea válida, hace falta que coincida la ley elegida,
con la ley de la nacionalidad, o residencia habitual del de cujus.

Dicha elección debe ser expresada en la forma prevista para las


declaraciones por causa de muerte, esto es, las formas testamentarias
aceptadas por los respectivos derechos internos de cada Estado. Para el
caso que la elección no sea válida, se aplicará lo dispuesto por el art.
tres.

Si el difunto hubiera elegido válidamente alguna ley para regir su


sucesión, esta elección, salvo disposición expresa en contrario, afecta a
la totalidad de su sucesión, tanto si hubiera fallecido ab intestato, como
si hubiera dispuesto por testamento de todo o parte de sus bienes.

También prevé la Convención que cualquiera puede elegir la ley


de uno o más Estados para que se rija por ella la sucesión respecto de
algunos de sus bienes'!" ahora bien, la elección no impedirá que se

(16) La Convención al consagrar esta norma, se aparta en principio del criterio de la


unidad sucesoria, regido en este caso por la ley de la nacionalidad y la del lugar de la
residencia habitual del causante, para adoptar un criterio fraccionador (sigue en pág. sig.)

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apliquen las normas imperativas de la ley aplicable según lo dispuesto
por el arto 3 o el arto 5 inc. l.

En el arto 7, la Convención aclara, que sin perjuicio de que el cau-


sante elija alguna ley a los fines que rija algún bien de su sucesión, la
misma se regirá en la forma prevista y ya analizada.

6. ALCANCES DEL DERECHO APLICABLE

Esta misma ley regirá la vocación hereditaria de los herederos y


legatarios, la determinación de las porciones que les correspondan a
cada uno de ellos y sus obligaciones; la desheredación y la indignidad
para suceder; la rendición de cuentas y la deducción de las donaciones o
adelantos de herencia; la porción disponible y la validez material de las
disposiciones testamentarias.

7. SUCESIONES CONTRACTUALES.

En el capítulo 3°, la Convención se dedica especialmente a las


sucesiones contractuales. El arto 8 las califica como todo acuerdo reali-
zado por escrito o resultante de testamentos recíprocos, por el que se
otorga, modifica o retira, con o sin contraprestación, derechos relativos
a la sucesión futura de una o más personas que sean partes de dicho
acuerdo'!".

Establece la forma escrita a los fines de su realización con lo que


estaría de acuerdo, en principio, con la norma del arto3607 del C.C.A.

(to-cont.) que hace hincapié en el lugar donde están situados los bienes relictos, ya que
la ley de ese lugar y por disposición del de cujus va a regir su sucesión. Este criterio
está consagrado en el Derecho Internacional Privado argentino de fuente convencional
en los Tratados de Derecho Civil Internacional de Montevideo de 1889 y 1940 cuyos
respectivos artículos 44 dicen: "La ley del lugar de la situación de los bienes heredita-
rios, a tiempo de la muerte de la persona cuya sucesión se trate rige... inc. f) en suma,
todo 10 relativo a la sucesión legítima o testamentaria.
(17) En nuestro derecho interno, Guastavino las ha definido como el todo o la parte de
una herencia futura y cuyo contenido concierne a su organización, por referir a dispo-
sición o transferencia de derechos sucesorios eventuales o a reglas de distribución de la
herencia o a otras cuestiones sucesorias (Zannoni, Eduardo A., Manual de derecho de
las sucesiones, Ed. Astrea, Buenos Aires, 1989, pág. 25).

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que considera la escritura como un elemento constitutivo de la existen-
cia del testamento'!", Sin embargo, al mismo tiempo contradice dicha
disposición, ya que da la posibilidad de que el testamento sea hecho por
más de una persona.

Esta solución, afectaría el orden público internacional argentino


por varios motivos: fundamentalmente, porque nuestra ley considera al
testamento como un acto unilateral, que sólo puede y debe ser hecho
por una persona, rechazando de plano, por ejemplo, la posibilidad de los
testamentos recíprocos.

Los testamentos así otorgados violan la esencial facultad revoca-


toria del testador, y, además, con su prohibición, se pretenden evitar
pactos inmorales o abusivos desde la perspectiva económica.

La prohibición genérica a los mismos está contenida en el art.


1175 del C.C. que expresa: "No puede ser objeto de un contrato la he-
rencia futura, aunque se celebre con el consentimiento de la persona de
cuya sucesión se trate; ni los derechos hereditarios eventuales sobre
objetos particulares".

La Convención hace regir el pacto sucesorio hecho por una per-


sona, por las leyes previstas en los arts. 3 o 5, inc. 10 (residencia habi-
tual y nacionalidad del causante o elección válida de la ley en su caso).

Para el supuesto que el pacto sucesorio sea hecho por varias per-
sonas, su validez va a depender de que las leyes que debieran aplicarse
a cada una de sus sucesiones, lo reconozcan como válido.

En las Disposiciones Generales el arto 13, establece que para el


caso de fallecimiento simultáneo de dos o más personas, donde no se
pueda establecer la premoricencia de ninguno de ellos y cuyas sucesio-
nes estén regidas por leyes con disposiciones incompatibles, o que no
prevean la situación, ninguna de ellas heredará a la otra.

(18) Kaller de Orchansky, Op. Cit. pág. 288.

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Admite también, la posibilidad de que alguien instituya un fidei-
comiso, una fundación o institutos similares y dispone que cada uno se
regirá por su propia ley, sin que por ello se obste a la aplicación de la
ley que corresponda a la sucesión y viceversa.

CONCLUSION

Hemos realizado un breve análisis de algunos de los artículos de


esta novedosa Convención.

Esto nos lleva a formular algunas apreciaciones sobre la misma, la


conveniencia o no de que sea ratificada o no por nuestro país, y la reali-
dad actual.

Hemos visto que la Convención incorpora soluciones e institutos


que son ajenos a nuestro sistema legal, lo que nos podría tentar en re-
comendar su no ratificación por parte de nuestro país.

Efectivamente, y en contra de lo expuesto en el mensaje de ele-


vación al Congreso de la Nación a los fines de su ratificación, no
creemos que esta Convención sea compatible actualmente con el es-
píritu de la legislación de nuestro país y que mucho menos, favorezca la
solución de los conflictos de leyes que se producen en el ámbito su-
cesono.

No vemos que el punto de equilibrio deseado entre el principio de


la nacionalidad del causante y el principio del domicilio culmine con la
unidad de la sucesión, por el que una sola ley gobierne la sucesión,
tanto de los bienes muebles como inmuebles.

Nos parece poco feliz la posibilidad otorgada por el arto 5, inc. 10


al permitir la elección del derecho aplicable a la sucesión por parte de
quien sea nacional de un estado cuya ley elige y no se exija que ello
subsista al tiempo de la muerte. Esta elección no se vería afectada para
el caso en que una persona de nacionalidad argentina -al momento de su
muerte- y con último domicilio también en la Argentina, determine que
su sucesión se regirá por las normas de un país extranjero, que des-

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conozca normas de nuestro orden público, es decir, normas positivas
absolutamente obligatorias, donde no cabe transigencia, ni tolerancia, y
que no permiten afectar aquellos principios, y garantías que una socie-
dad ha considerado como precisas de su existencia?".

Ya también dimos nuestra opinión en relación a los pactos suce-


sorios, que no son acertados en nuestra legislación proponerse a su
orden público interno o internacional.

A pesar de todo esto, creemos que la solución no puede pasar por


rechazar la Convención por las razones apuntadas, por el contrario,
creemos firmemente que la tarea tiene que ser mucho más amplia y pro-
funda.

El derecho sucesorio argentino se mantiene prácticamente idénti-


co desde la sanción del Código Civil y a su vez profundamente vincula-
do al derecho de familia a través del matrimonio.

Consideramos que la institución matrimonial se encuentra en cri-


sis, y que esta crisis ha repercutido en el sistema sucesorio.

Proponemos, por lo tanto, un profundo análisis de la dimensión


sociológica del sistema sucesorio argentino a los fines de adecuarlo, en
lo que sea conveniente, al nuevo ritmo de los tiempos, tomando para
ello las enseñanzas del Derecho Comparado, pero sin perder de vista
nuestra realidad socio jurídica.

(19) Córdoba, Marcos M. Op. Cit. Se plantea aquí la idea del orden público internacio-
nal que es también llamado cláusula de reserva por algunos autores. Es un concepto te-
rritorial y por lo tanto no es posible un concepto único y universal del mismo. Es así
mismo elástico, en cuanto principio inspirador y correctivo funcional del proceso de
aplicación de la regla de conflicto y su aplicación debe ser excepcional y restrictiva.
Kaller de Orchansky intenta una aproximación al mismo diciendo que es: "El conjunto
de principios inspiradores de la organización del Estado y la familia, que de acuerdo al
orden moral y buenas costumbres aseguran la realización de los valores humanos fun-
damentales (Conf. Dreizyn de Klor, Adriana; Uriondo de Martinoli, Amalia. Parte ge-
neral del Derecho Internacional Privado en la Convenciones Interamericanas, Ed.
Advocatus, Córdoba, 1990, pág. 88).

144
BmLIOGRAFIA

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* Boggiano, Antonio. La Conferencia de La Haya y el Derecho


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1993.

* Dreyzin de Klor, Adriana y Uriondo de Martinoli, Amalia.


Parte General del Derecho Internacional Privado en las Convenciones
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* Derecho Internacional Privado y de la Integración Regional.


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