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ANALISIS DE LA IMPORTANCIA DE LA MOTIVACIÓN DE LA PRUEBA

La motivación sólo puede ser concebida como racionalización a posteriori de una decisión que se
ha tomado al margen de cualquier procedimiento racional; es decir, la motivación, entendida como
justificación, es imposible.

La motivación de la prueba, puede constituir en un núcleo esencial, conduce al rechazo de


cualquiera de estas dos posturas: ni es aceptable una concepción puramente irracional, intuitiva o
subjetiva del proceso decisorio, ni es tampoco aceptable una concepción tan ingenua, acrítica o
mecanicista del mismo.

 Lo primero porque

si lo que hay que probar es la verdad de las afirmaciones sobre hechos controvertidos o litigiosos (o
sea, su correspondencia con los hechos que describen), entonces la valoración no puede verse como
un modo (libérrimo) de formación o construcción de una verdad procesal ajena al control de los
hechos, sino que ha de estar basada necesariamente en pruebas.

 Lo segundo por que

La prueba judicial, sí, es una actividad encaminada a conocer (sobre la base de las pruebas
aportadas al proceso) la verdad sobre los hechos controvertidos o litigiosos, pero, tratándose de un
conocimiento de tipo inductivo e institucionalizado, los resultados que produce no son
incontrovertibles sino sólo probables.

La racionalidad de la decisión probatoria ha de ser controlada, y es evidente que ese control se


proyecta sobre las razones que fundamentan la libre convicción del juez y que han de expresarse en
la motivación. Por eso, aunque la motivación no es directamente una garantía de verdad, sí lo es
indirectamente, en la medida en que permite un control sobre ese espacio de discrecionalidad que
es el ámbito de la libre valoración. Una concepción racional de la prueba exige pues la motivación
como su clave de cierre.

Cita bibliográfica: Taruffo, M. (2012). Teoría de la prueba. Lima: Ara editores

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