Como vemos, oscilan de tal manera que se evitan, y realizan movimientos producidos por
las fuerzas de repulsión.
Al igual que cualquier otro fenómeno, ya sea físico, como es el caso, o químico, o perteneciente a cualquier otra ciencia natural, toda explicación teórica y todo hecho observable ha de ir solapado a una expresión matemática, cuya función será la de describir de manera algebraica el fenómeno en cuestión, para así poder predecir el comportamiento de la naturaleza en casos específicos. Hablemos pues de Charles-Augustin de Coulomb, matemático, físico e ingeniero francés del siglo XVIII cuyo nombre quedará para siempre en los anales de la física por haber unificado todos los fenómenos eléctricos bajo una misma ley: La Ley de Coulomb. Para llegar a ella, hizo uso de una balanza de torsión, gracias a la cual publicó un estudio acerca de la repulsión que sufrían cargas del mismo signo y, a raíz de ello, llegó a la ley matemática. Además, el culombio, ya mencionado arriba, se llama de este modo en honor a su enorme contribución en este ámbito.