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RESUMEN
Históricamente hablando, Egipto o “Kimet”, como lo llamaban sus
habitantes, probablemente para especificar el contraste entre la fértil tierra negra y
la roja arena que la circunda, está ubicado al nordeste de África. Aunque conocido
como las dos tierras, el Alto y Bajo Egipto, hacia el norte y el sur respectivamente,
es la presencia de su famoso río Nilo, lo que marca la vida de la nación. Las
inundaciones desde el Alto Egipto fertilizaban la región del Valle en el Bajo Egipto,
por lo que buena parte de la región giraba en torno al río, haciendo que la
agricultura fuese la ocupación principal, naciendo así la geometría debido a la
demarcación de linderos y la ingeniería por la construcción de canales para
retener las aguas. A pesar de su abundante fauna, el caballo no era conocido en la
primera etapa de la nación, siendo el ganado vacuno el principal animal
doméstico.
La historia del país ha sido representada en tres etapas y treinta dinastías:
el Imperio Antiguo, el Reino Medio y el Nuevo Imperio. En relación al primer
período (3200 a.C.), destaca el nacimiento de la escritura, la creación de las
pirámides y las primeras leyes civiles y religiosas. El Reino Medio (2040-1640
a.C.), período de declinación de la nación donde los faraones llegaron a ser
considerados como dioses, pertenecientes a la “Helio-polis” o ciudad del sol,
región a la que pertenecía On, ciudad en la cual era sacerdote Potifar (Génesis
41:45). Existe un período intermedio entre el Reino Medio y el Nuevo Reino,
tiempo de gracia, bienestar y prosperidad para José quien fue facultado por faraón
para gobernar Egipto; dicha concesión probablemente debida a la afinidad
parental de faraón con los Hiksos, pueblo que, según algunos historiadores,
pertenecían a la raza hebrea y que para 1740 a.C. conquistaron a Egipto.
Finalmente expulsados los Hiksos, surge el Nuevo Imperio, con faraones
dictatoriales, Israel pierde sus posesiones e inicia el período de esclavitud en la
nueva generación.
En relación a la influencia del entorno cultural egipcio, algunos escritores
niegan la tendencia politeísta, asumiendo que para ellos existía un solo dios
principal, Ra, el sol, y todas las demás deidades representaban los atributos de su
esencia y las funciones que ejercía. Se hace una analogía en la forma en que
tanto Egipto como Israel aplicaban los diferentes nombres a sus dioses, en el caso
de los egipcios, Ra Atum, Amón Ra, Ra Horakhty. y los nombres dados a Dios por
los israelitas, tales como, Elohim, Adonay, entre otros. El nombre era aplicado de
acuerdo a la forma en que los israelitas veían a Dios, o los egipcios veían a sus
dioses. Algunos animales representaban el poder divino del faraón, tal es el caso
de la serpiente, en el Bajo Egipto, razón por la cual se puede explicar el evento de
Moisés al arrojar la vara y esta convertirse en una sola serpiente, representando a
un solo Dios. Moisés conocía la cultura egipcia y entendía el mensaje del
simbolismo.
Es de hacer notar que en el pueblo egipcio se manejaba el concepto de la
trinidad, como por ejemplo la triada de Abidós; se creía en la inmortalidad del
alma, la cual debía ser juzgada para alcanzarla; se practicaba la momificación.
Existen relatos egipcios relacionados con vida después de la muerte, la creación,
entre otros, llamando la atención los que se relacionan con la vida de José en
Egipto, como el de “Los dos hermanos”, con similitud a lo sucedido con la esposa
de Potifar; “Los siete años de hambre”, en el cual se explica la tendencia de
escasez y abundancia. Cada uno de estos relatos es presentado a fin de
comprender el contexto histórico del pueblo egipcio y su influencia en los escritos
bíblicos.
ARGUMENTOS PRINCIPALES
Fundamentado en los historiadores egipcios, se describen las etapas
de la nación, resaltando algunos hechos como la creación de las pirámides, la
dinastía Helio-politana y el inicio de la esclavitud mencionado en Éxodo 1:8. Al
hacer referencia a la vida de José en Egipto, se argumenta con los relatos bíblicos
de Génesis.
El contexto cultural de la nación egipcia, la idolatría, con posiciones
politeístas o bien monoteísta como la del escritor Abbas Chalaby, son recogidas de
los cuentos y mitos sagrados de Egipto. Se hace mención al “Libro de los
muertos”, utilizado en las ceremonias funerales, así como una serie de relatos
entre los cuales se encuentran “Nueve dioses” con referencia a la creación, “Los
dos hermanos” que muestran las mentiras de la esposa de un hermano en contra
de otro; el cuento del campesino elocuente y “Los siete años de hambre”.