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EUCARISTÍA DOMINICAL

Domingo 34º del Año. Cristo Rey-C

MONICION DE ENTRADA
Hermanas y hermanos:

El año litúrgico se cierra hoy con la fiesta de Jesucristo Rey del


Universo.
Se instituyó en la Iglesia recientemente para expresar que Jesús
está en el principio y en la plenitud de nuestra fe.
Es necesario dar un sentido simbólico preciso a la realeza de Cristo,
que no es puramente la afirmación de su soberanía sobre los seres humanos
y sobre las cosas, sino sobre todo una afirmación de su amor.
Su reinado es un reinado espiritual de amor, libertad al que invita a
todos los creyentes.
Celebremos por ello con paz y alegría.

Lectura del 2º Libro de Samuel


En aquellos días, todas las tribus de Israel fueron a Hebrón a ver a
David y le dijeron: «Hueso tuyo y carne tuya somos; ya hace tiempo,
cuando todavía Saúl era nuestro rey, eras tú quien dirigías las
entradas y salidas de Israel. Además el Señor te ha prometido: "Tú
serás el pastor de mi pueblo Israel, tú serás el jefe de Israel."» Todos
los ancianos de Israel fueron a Hebrón a ver al rey, y el rey David hizo
con ellos un pacto en Hebrón, en presencia del Señor, y ellos
ungieron a David como rey de Israel.
Salmo 121

Vamos alegres a la casa del Señor

¡Qué alegría cuando me dijeron:


«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.

Allá suben las tribus, las tribus del Señor,


según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David.
2ª LECTURA Carta de s. Pablo a los Colosenses
Demos gracias a Dios Padre, que nos ha hecho capaces de compartir la herencia del
pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado
al reino de su Hijo querido, por cuya sangre hemos recibido la redención, el perdón de
los pecados. Él es imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque por
medio de él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; todo fue creado por él y para él. Él es
anterior a todo, y todo se mantiene en él. El es también la cabeza del cuerpo: de la
Iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en
todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por él quiso reconciliar
consigo todos los seres: los del cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la sangre de
su cruz.
Bendito el que viene en el nombre del Señor. Aleluya

Lectura del EVANGELIO según S. Lucas 23, 35-43

En aquel tiempo, las autoridades hacían muecas a Jesús, diciendo:


A otros ha salvado; que se salve a sí mismo, si él es el Mesías de Dios, el
Elegido.
Se burlaban de él también los soldados, ofreciéndole vinagre y diciendo:
Si eres tú el rey de los judíos, sálvate a ti mismo.
Había encima un letrero en escritura griega, latina y hebrea: Éste es el rey
de los judíos. Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo:
¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros. Pero el otro lo
increpaba:
¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en el mismo suplicio? Y lo nuestro es
justo, porque recibimos el pago de lo que hicimos; en cambio, éste no ha
faltado en nada.
Y decía: Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino. Jesús le
respondió:
Te lo aseguro: hoy estarás conmigo en el paraíso.

Paradoja de la realiza de Cristo: solo la acepta para sí en su pasión y cruz. Contraste con
todos los reinados humanos. Obviamente se trata de otro Reino.
La tentación eclesial institucionalmente es querer, muchas veces sutilmente de imponer”
la realeza de Cristo a la sociedad humana.
Ciertamente se trata de un reinado escatológico, es decir al fin de los tiempos. Pero en el
evangelio, sobre todo en la predicación de Jesús, que habla del reinado de Dios, se
manifiesta como una acción presente de Dios, misteriosa, espiritual, íntima, en cada ser
humano y en la comunidad. El reino se vive cuando se viven los valores que Jesús
predicó. El Reino es como un “ya pero todavía no”. El Reino está “en y entre vosotros”.
Su plenitud será al final.
ORACIÓN DE LOS FIELES.
1. Por toda la Iglesia para que sepa dar testimonio de fe y caridad a la
humanidad. Oremos: "Venga a nosotros tu reino, Señor"
2. Por nuestra comunidad, nuestra parroquia y nuestra diócesis, para que
Jesucristo sea el modelo y ejemplo de nuestra actuación. Oremos. "Venga a
nosotros tu reino, Señor"
3. Por los pobres y necesitados, para que sepamos descubrir a Cristo Jesús en
el rostro de la persona maltratada y necesitada. Oremos: "Venga a nosotros tu
reino, Señor"
4. Por cada uno de nosotros, para que reconozcamos a Jesucristo como Rey
de nuestra vida y nuestro corazón. Oremos: "Venga a nosotros tu reino, Señor"
5. Por nuestros jóvenes, para que de entre ellos surjan las vocaciones a la vida
religiosa y sacerdotal que necesitan la Iglesia y el mundo de hoy.
Oremos: "Venga a nosotros tu reino, Señor"

ACCIÓN DE GRACIAS

Señor, te damos gracias,


por tu hijo Jesucristo.
Él es Señor de la toda la creación,
Él es luz, amor para nosotros,
Él es ternura y misericordia;
Él nos quiere tal como somos.
Él quiere que nos amemos unos a otros
como Él mismo nos amó.
Pero nos cuesta ver a Jesús en los pobres,
en los marginados y necesitados.
Haznos ver en ellos
la cara oculta del Jesús sufriente.
Por eso, danos tu espíritu de amor
para entrar en tu Reino
Gracias, Señor.

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