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Bullying es una palabra inglesa que significa intimidación. Desgraciadamente, esta palabra está de
moda debido a los innumerables casos de persecución y de agresiones que se están detectando en
las escuelas y colegios, y que están llevando
a muchos escolares a vivir situaciones
verdaderamente aterradoras. El bullying se
refiere a todas las formas de actitudes
agresivas, intencionadas y repetidas, que
ocurren sin motivación evidente, adoptadas
por uno o más estudiantes contra otro u
otros. ¿Cómo saber si tu hijo es víctima de
un acoso o un acosador?
La persona que ejerce el bullying lo hace para imponer su poder sobre el otro, a través de constantes
amenazas, insultos, agresiones o vejaciones, y así tenerlo bajo su completo dominio a lo largo de
meses e incluso años. La víctima sufre callada en la mayoría de los casos. El maltrato intimidatorio
le hace sentir dolor, angustia y miedo, hasta tal punto que, en algunos casos, puede llevarle a
consecuencias devastadoras como el suicidio.
Los expertos señalan que el bullying o intimidación implica tres componentes clave:
Un desequilibrio de poder entre el acosador y la víctima. Este desequilibrio puede ser real o sólo
percibido por la víctima.
La agresión se lleva a cabo por un acosador o un grupo que intentan dañar a la víctima de un modo
intencionado.
Existe un comportamiento agresivo hacia una misma víctima, que se produce de forma reiterada.
- Físico
Consiste en la agresión directa a base de patadas, empujones, golpes con objetos. También puede
ser indirecto cuando se producen daños materiales en los objetos personales de la víctima o robos.
- Verbal
Es el más habitual. Sólo deja huella en la víctima. Las palabras tienen mucho poder y minan
la autoestima de la víctima mediante humillaciones, insultos, motes, menosprecios en público,
propagación de rumores falsos, mensajes telefónicos ofensivos o llamadas, lenguaje sexual
indecente…
- Psicológico
Se realiza mediante amenazas para provocar miedo, para lograr algún objeto o dinero, o
simplemente para obligar a la víctima a hacer cosas que no quiere ni debe hacer…
- Social
Consiste en la exclusión y en el aislamiento progresivo de la víctima. En la práctica, los acosadores
impiden a la víctima participar, bien ignorando su presencia y no contando con él/ ella en las
actividades normales entre amigos o compañeros de clase.
Los datos se repiten alrededor del mundo, el acoso escolar afecta a niños de todas las condiciones
sociales, está presente en colegios públicos y privados, en ciudades grandes y en pueblos más
pequeños.
¿Qué es el bullying?
El bullying es una expresión de la violencia humana en la escuela. El concepto se instituyó para
señalar un evento extraordinario, algo que se miraba
como una anomalía peligrosa en las escuelas: “un
estudiante es víctima de acoso escolar cuando está
expuesto, de forma reiterada a lo largo del tiempo, a
acciones negativas por parte de otro u otros
estudiantes”1. Es decir, el concepto se creó buscando
desvincularlo de la violencia humana y del mundo adulto
que envuelve a esos niños que se pegan.
Sin embargo, el bullying no refleja adecuadamente, en términos de violencia humana, lo que se vive
en la escuela ni en los hogares de los niños de cualquier lugar. La violencia se origina en el mundo
adulto y en los ambientes institucionales que a su vez crean el espacio de los niños.
El bullying, al hablar de cierto tipo de violencia entre niños, esconde persistentemente sus orígenes
y los entornos que favorecen la violencia de los padres en los hogares, las discordias en la comunidad
y las conductas escolares hostiles, agresivas o indiferentes de profesores y autoridades. Aislado,
reducido en su definición y alcances, se banaliza el fenómeno de la violencia generalizada y tampoco
posibilita su abordaje en tanto que bullying. Al no reconocer su origen y causas; al no hablar de la
compleja violencia humana en sus diferentes formas, las soluciones que se encuentran son una
suerte de placebos que lo convierten en un mal crónico. Simplificado, las soluciones que se
presentan como lógicas suelen ser: eliminar la permisividad de los padres y adultos (la llamada falta
de límites), vigilar los ambientes escolares, advertir al victimario de las consecuencias de sus actos
y proteger a los niños que tienden a ser víctimas. Lo demás no le toca a la escuela, “nosotros nos
dedicamos a enseñar”, suelen repetir profesores y autoridades. Es decir, las soluciones no eliminan
los problemas de violencia, sino que aspiran a controlarlo. La lógica es: evitemos que ciertos niños
agresivos se conviertan en golpeadores recurrentes y que otros caigan en la posición de víctimas,
como si ese control eliminara la problemática.
Bibliografía
Estefanía Esteban (13 de septiembre de 2019) .Acoso escolar o Bullying. Recuperado de
https://www.guiainfantil.com/educacion/escuela/acosoescolar/index.htm