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CONSEJO EDITORIAL DANIEL SARMIENTO


Profesor de Derecho Administrativo
· RICARi:>o ALoNso GARCÍA
Universidad Complutense
LUIS DÍEZ-PICAZO
EDUARDO GARCÍA DE ENTERRÍA LUIS JAVIER MIERES MIERES
JESÚS GoNZÁLEZ PÉREZ Profesor de Derecho Constitucional ~

AUREUO MENÉNDEZ Universitat Pompeu Fabra


ALFREDO MoNToYA MELGAR
Go:N'ZALo RODRÍGUEZ MoURULLO
MIGUEL PRESNO LINERA
Profesor Titular de Derecho Constitucional
Universidad de Oviedo

,,,.
LAS SENTENCIAS BASICAS DEL
TRIBUNAL EUROPEO DE
DERECHOS HUMANOS

THC>MSC>N

*
CIVITAS

J_
Primera edición, 2007

CIVITAS
l'A:lllOCJNA U IU:iVlSIÓN
DEL lh:ICO J\..lÚOICO DEL
DICCIONARIO DE LA
RRAl.ACAD&MIA
l:!SPARULA

A Fran Caamaño

Copyright© 2007, by D. Sarmiento, L. J. Mieres Mieres y M. Presno Linera


Editorial Aranzadi, SA
Camino de Galar, 15
31190 Cizur Menor (Navarra)
ISBN: 978-84-470-2717-0
Depósito legal: NA~l210/2007
Fotocomposj~ÍÓ~~: ~to~~-Áianzadi, SA
Impresión:·:Radbna Industria &;mea, SL
- ''.Eillígonó<A:gu.'stinos;_:'.é~le A, Nave D-11
310!3°"~ Páníploná : /i
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sin el permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright.

J
SUMARIO

1
l
l

Página

PARTE INTRODUCTORIA
A. Estudio· preliminar .; ..................... ~ ........ ;........:..................................... . 19
l. DERECHO A LA VIDA •••••••••••••••••••••••••••••••• ,.; .............................. ; ••••••• 19
11. PROHIBICIÓN DE LA TORTURA ... ;: ••••••••••••••••••••••••••••••••••••• ; •••••••••••••• ; ••• 26
111. PROHIBICIÓN. DE LA FSCLAVITUD Y DEL TRABAJO FORZADO •••• ••• ••••• ••••••••••• 35
IV. DERECHO ALA LIBERTAD y A LA SEGURIDAD ••••••• •• ••••••••••••••• •••• •••• •••••••••• 44
v. DERECHO A -UN PROCESO EQUITATNO • ••••• ••••• •••••••••••••• •••••••••••••• •••••• •• •• 50
VI. NoHAYPENASINLEY •••••.••••••••.•••••••••.•••••••••••••••••••••••• :...................... 60
VII. DERECHO AL RESPETO DE LA VIDA PRNADA Y FAMILIAR............................ 64
VIII. LIBERTAD DE PENSAMIENTO, DE CONCIENCIA YDE RELIGIÓN ••••••••••••••••• ~... 73
IX. LIBERTAD DE EXPRESIÓN • •••••••• •••••••• •••••••••••••••••••••••••••••••••••••••• •••••••••• 79
X; DERECHOS DE REUNIÓN y ASOCIACIÓN ••••.•••• .-...................................... 89
XI. DERECHO A CONTRAER MATRIMONIO Y AFUNDAR UNA FAMILIA •••••••••••• •• ••• 103
XII. DERECHO A UN RECURSO EFECTNO •• • ••••••• •• •••••• •••• •• •• ••••••• ••••••• •••••••••• •• 11 o
XIII. PROHIBICIÓN DE DISCRIMINACIÓN •• . • • •• •• • ••• • •• •• •• •• •• •• •• •• • •• ••• • •• •••• • •• ••• • •• •• 115
XIV. GARANTíAs DE LOS EXTRANJEROS y LÍMITES A sus DERECHOS ••••••••••••••• ,. •• 125
XV. PROTECCIÓN DE lA PROPIEDAD •••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••• 134
XVI. DERECHO.A ELECCIONES LIBRES ••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••• 140
XVII. EL CONVENIO EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS y su RELACIÓN CON EL
DERECHO DE LA UNIÓN EUROPEA .: •• , ••••••••••••••••••••••••• : •• ~ •••• :.............. 152
B. Bibliografía básica · .................................................................. ............. 157
C. Cronología de la composición del Tribunal Europeo de Derechos
Humanos ...... ;................ ~ .................................................... :.................. 161

11
12 SUMARIO SUMARIO 13

Página Página

PARTE DOCUMENTAL
vm. Libertad de pensamiento, de conciencia y de religión (art. 9) ........ 473
l. Derecho a la vida (art. 2) ................................................................. . 179 25. Kokkinakis c. Grecia, de 25 de mayo de 1993 ········•··'•············· 473
l. McCann c. Rei.no Unido, de 27 de septiembre de 1995 ............. . 179 26. Hassan y Tchaouch c. Bulgaria, de 26 de odubre de 2000 ... ~... 485
Pretty c. Rei.no Unido de 29 de abril de 2002 (remisión) .......... . 203 .
IX. Libertad de expresión (art. 10) ........................................................ 499
2. Vo c. Francia, de 8 de julio de 2004 ....................................... . 203
27'. · Handyside c. Rei.no Unido, de 7 de diciembre de 1976 .............. 499
11. Prohibición de la tortura (art. 3) .................. , ................................... . 217 28. Lingens c. Austria, de 8 de julio de lft86 .. ,... :..................... , ...•... 5Iq
3. Soering c. Rei.no Unid_o,_de 7 de julio de)989 ......................... . 217 29. Otto Premiliger-Institut c. Amtria, de 20 de septiembre de 1994 .... 527
4. Ófalan c. Turquía, de 12 de·marzo de~2003 ........................... . 231 30. Fressoz y Roire c. Francia, de 21 de enero de 1999 .................... 539
5. jalloh c. Alemania, de.11M.juliode2006 ., .............. ~············· 249
X. Libertad de reunión y de asociación (art. 11) .................................. 551
m. Prohibición de la esclavitud y del trabajo forzado (art. 4) ·············· 263 31. Ezelin c. Francia, de 26 de abril de 1991 . .. .. . ... . .. ... . ... ... . .. ... . .. .. 551
9. ..... .Silia4in c. Francia, de.29 dejulio de 2005 .. ,.......................... . 263 32. Sindicato Nacional de la Policía Belga c. Bélgica, de 27 de octubre
W. Derecho a la libertad y á Ia seguridad (art. 5) ..... :~ ......................... , 273 de 1975 ················································································· 559
33. Partido Comunista Unificado de Turquía y otros c. Turquía, de
7.. Winterwerp c. Países Bajos, de 24 de odubre de 1979 .............. . 273 13 de enero de 1998 ............................................................... 567
8. Erogan c. Rei.no Unido, de 29 de noviembre de 1988 ............... . 289 Chassagnou c. Francia, de 29 de abril de 1999 (remisión) ........ 579
9. De Wilde c. Bélgi,ca, de 18 de junio de 1971 ........................... . 303 34. Refah Partisi y otros c. Turquía, de 13 de febrero de 2003 ........ 579
V. Derecho a un proceso equitativo (art. 6) ..... , ......... , ..... ,................. '.. 321 XI. Derecho a contraer matrimonio y a fundar una familia (art. 12) .. . 605
10. Golder c. ~no Unido, de 21defebrerode1975 ....................•. 321 · 35. johnston y otros c. Irlanda, de 18 de diciembre de 1986 ........... . 605
11. Ruiz-Mateos c. España, de 23 dejunio de Í993 ...................... . 333 36. l. c. Rei,no Unido, de 11 de julio de 2002 ............................... . 613
12. ·Buchholz c. Alemania, de 6 de mayo de' 1981 .......................... . 343
13. Hornsúy c. Grecia, de 19 de marzo de 1997 ...................... •...... . 359 XII. Derecho a un recurso efectivo (art. 13) .......................................... . 621
14. Alleriet ~ Ribemont c. Francia, de 10 de febrero. de 1995 ......... . 367 37. Kl.ass c. Alemania, de 6 de septiembre de 1978 ·'······················· 621
15. John Murray c. Rei.no Unido, de 8 de febrero de 1996 .............. . 373 38. Smith & Grady c. Rei.no Unido, de 27 de septiembre de 1999 ... . 627
39. Kudla c. Pownia, de 26 de octubre de 2000 ............................ . 641
VI• No h.ay pena sin ley (art. 7) ., ................. ".......................................... . 387
Kokkinakis c. Grecia, 25 de mayo.de 1993(remisión) .............. . 387 XIII. Prohibición de discriminación (art. 14) .......................................... . 665
16. · Cantoni c. Francia, de 15 de noviimbre de 1996 ..................... . 387 40. «Relativo a ciertos aspectos del régi,men lingüístico de la enseñanza
17. · Baskaya y OkfUoglu c. Turquía, de 8 de julio de 1999 ............ . 395 en Bélgica», de 23 de julio de 1968 ........................................ . 665
· 18. ·· Welch c. Rei.no Unido, de 9 de febrero de 1995 ........................ . 403 41. Thlimmenos c. Grecia, de-16 de abril de 2000 ......................... . 681
VII. D~r~cllo al respeto de la vida prlvada y familiar (art. 8) ............... . 411 XIV. Garantías de los extranjeros y límites a sus derechos (art. 16; arts.
·· 19. X e .Ve. Holanda, de 26 de marzo ·de 1985 .. :.......................... . 411 2 y 4 Pr 4; art. 1 Pr 7) ····· ······························· ······················· ........... . 687
20. . Niemietz c.. Alemania, de 6 de diciembre de 1992 ............ ;~: ..-~.~ .. 419 42. Piermont c. Francia, de 27 de abril de 1995 ............................ . 687
21. L6jlez Ostra c. España, de 9 de diciembre de 1994 ................... . 427 43. Baumann c. Francia, de 22 de mayo de 2001 ......................... . 695
2f . vat,e;,,zuela Contreras i. Espáña, de JO de julio de i998 ~.::._:.: ... . 435 44. Conka c. Bélgica, de 5 de febrero de 2002 ............................... . 701
23. Prettj c. Rei.no Unido, de 29 de abril de 2002 ......................... . 447
707
XV. Protección de la propiedad (art. 1, Pr 1) ....... : ................................ .
l. c. Rei.no Unido, de 11 de julio de 2002 (remisión) ............... . 457
45. Sporrong y Lonnroth c. Suecia, de 23 de septiembre de 1982 .... . 707
24. Von Hannover c. Alemania, de 24 de junio de 2004 ............... . 457
46. Chassagnou c. Francia, de 29 de abril de 1999 ....................... . 719

¡.,.

J:
14 SUMARIO

Página
PARTE INTRODUCTORIA
XVI. Derecho a elecciones libres (art. 3, Pr 1) ......................................... 739
47. Mathieu-Mohin y Clnfayt c. Bélgi.ca, de2 de mano de 1987 .... 739
48. Matthews c. Reino Unido, de 18 dejelnero de 1999 .. ,;.............. 747
49. Hirst c. Reino Unido (núm. 2), de 6 de octulne de 2005 ........... 757
50. Selim Sadak y otros c. Turquía, de 11 de junio ~ 2002 ........... 769

Índice de Sentencias citadas ordenadas por artíctilos del Convenio ........ 775

;J.,
1
A ESTUDIO PRELIMINAR

l. DERECHO A lA VIDA •••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••• 19


l. Prohibición de privar il.egítimamente de la vida ...................... . 20
2. Obligaciones positivas ........•................................................... 23
3. Cuestiones de principio: aborto y eutanasia ............................ . 25
4. Condena de muerte ............................................................... . 25
II. PROHIBICIÓN DE lA TORTURA ••••••••••••• •••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••• ••••• 26
l. Una regla no tan precisa ....................................................... . 26
2. El bien jurídico protegj,do ...................................................... . 28
3. El contenido del derecho ........................................................ . 31
4. Los sujetos del derecho .................................................... :....... 33
Ill. PROHIBICIÓN DE lA ESCIAVITUD YDEL TRABAJO FORZADO ••••••••••••••••••••••• 35
1. La prohibición de la esclavitud y del trabajo forzado u obligato-
rio ........................................................................................ 35
2. El oújeto de protección del artículo 4 .....•.................................. 37
3. La delimitación de las conductas prohibidas ................... ...... ... 40
4. La titularidad de los derechos . . . . .. . . . . . . . . . .. . . .. .. . . . . . . . .. .. . . . . . . . . . . . . . . . 43
5. La derogación y sus límites ............ ......................................... 44
IV. DERECHO A lA LIBERTAD y A lA SEGURIDAD •••••••• ••••••••• •••••••••••••••• ••••••••• 44
l. El derecho a la libertad y a la seguridad . . . .. . . . . . .. .. . . . . .. . . . . . .. . . . . . . 45
2. El derecho a ser informado de los motivos de detención ............. 48
3. El derecho a ser conducido sin dilación ante un juez u otra auto-
ridad ··························································•························· 48
4. La prisión provisional y el derecho a ser juzgado en un plazo
ra.zonabl.e . . .. .. . . . . . . . . .. . . . . . .. .. .. .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49
5. El derecho a interponer un recurso contra la orden de privación
de libertad ············································································· 50
6. El derecho a la reparación ...................................................... 50
v. DERECHO A UN PROCESO EQUITATNO ••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••• 50
1. Los principios de la buena administración de justicia ............. . 51
2. El acceso a la justicia ........................................................... . 53
3. El principio de contradicción y la igualdad de armas .............. . 54
4. Las dilaciones indebidas ....................................................... . 55
5. La ejecución de resoluciones judicial.es .................................... . 56
6. Los derechos del acusado .•..............................•....................... 57
18 lAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
A. ESfUDIO PRELIMINAR 19
VI. No HAYPENASIN LEY ••••••••••••••••••••••••••.•.•..••••••••••••••••••••••••••••.•.•.•..••. 60 XIV. GARANTíAS DE LOS EXTRANJEROS Y LÍMITES A sus DERECHOS ................... 125
l. El principio de kgalidad penal .............................................. . 60 1. Los extranjeros como titulares de los derechos y libertades reconoci-
2. La prohibición de retroactividad de la nonna penal ................ . 61 dos en el Convenio y las restricciones a su actividad política..... 126
3. El principio de la taxatividad y la prohibición de interpretaciones 2. La libertad de circulación........................................................ 12.9
extensivas ............................................................................. . 63 3. La prohibición de expulsiones co/,ectivas ..........................•....... 131
. :' ; 4. Las garantías de la pena ....................................................... . 63 4. Las garantías en los supuestos de expulsiones individual,es •..... 131
':S: VII.·· DERECHO AL RESPETO DE lA VIDA PRIVADA YFAMILIAR •••••••••••••••••••••••••••• 64 XV. PROTECCIÓN DE lA PROPIEDAD •••••••••••••••••••••••••••••••••••• ;..................... 134
l. La expansividad de la noción de vida privq,da ......... :: ............ . 64 XVI. DERECHO A ELECCIONES LIBRES ••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••• 140
2. Contenido ····'········································································· 67 l. El voto como auténtico derecho .. .. ...... ... ...... ................. .... ...... .. 140
3. Ámbitos específicos de protección ............................................. . 68 2. El desarrollo kgal interno y los límites a los límites .................. 142
VIII. LIBERTAD DE PENSAMIENTO, DE CONCIENCIA YDE RELIGIÓN ••••••••••••••••••••• 73 3. La titularidad del derecho .·... .. ................................................ 145
IX. LIBERTAD DE EXPRESIÓN •••••••••••••••.••••.•.•..•••• :••••••·•••••••••••••.•••.•••••••••••• 79 4. El objeto del derecho: el derecho de voto y el de presentarse como ··
candidato a las e/,ecciones y ejercer el cargo ............ ;: .. :............. 147
1. Introducción ..................................................•....................... 79
5. Las garantías del derecho· ......... :................................. ;............ · · 151
2. Titularidad ..................................................... ;.................... . 80
3. Los derechos protegüios ........... ,....................... .'........ :............. . 82 XVII. EL CONVENIO EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS y su REIACIÓN CON EL
DERECHO DE lA UNIÓN EUROPEA ................................... ,.................. 152
4. Las restricciones al ejercicio de la libertad de expresión ............. . 85
X. DERECHOS DE REUNIÓN Y ASOCIACIÓN •••••••••. ;..................................... 89 l. Derecho a la vida
1. La pluralidad de derechos protegi,dos: libertades de reuni6n y asocia-
ción, libertad sindical, reconocimiento de los partidos políticos . .. ... 89 Artículo 2
2. El objeto de los derechos reconocidos en el artículo 11 ·'············· 91 «l. El derecho de toda persona a la vida está protegí.do por la úry. Nadie
3. Las restricciones al ejercicio de estos derechos y los límites a los podrá ser privado de su vida intencionadamente, salvo en ejecución de una c°!"-
límites ..................................... ;........................ :......·.............. 96 dena que imponga la pena capiJal dictada piir !ln tribunal al reo de un de{zto
4. La titularidad de los derechos . .. .. . .. .. .. . .. .. .. .. . ... . . ... . .. .. . .. .. ... . .. . .. 100 para el que la ley estabkce esa píma. ·
5. Las garantías del derecho .......... .' ..................... :..:···················· 102 2. La muerte no se considerará como infligí.da en in.fracción del presente
XI. DERECHO A CONTRAER MATRIMONIO Y A FUNDAR UNA FAMILIA"'.······'.········ 103 artículo cuando se produzca como consecuencia de un recurso a la fuerza que sea
1. El carácter autónomo de los derechos garantizados en el artículo absolutamente necesario:
12 del Convenio ........................................................... :........ 103 a) en defensa de una persona contra una agresión ikgítima,~
2. El objeto de protección de los derechos reconocidos en el artículo b) para detener a una persona conforme a derecho o para impedir la eva-
12 ................................................................ ,,........................ 104
sión de un preso o detenido kgalmente;
3. La titularidad de los derechos ·····························:··················· 107 c) para reprimir, de a~ con la úry, una revuelta o insurrección»,
4. La eficacia civil de las resoluciones de los tribunaT.es ecksiásticos . . 109
XII. DERECHO A UN RECURSO EFECTIVO •••••••••• •••••••·•· ..•• •••••••• •••••• ••.•••.. •• •• • • 11 o El derecho a la vida es el primero en el catálogo de.derechos delCEDH.
XIII. PROHIBICIÓN DE DISCRIMINACIÓN ••••••••••••••..•••••••• ; ••• : ••••••• ;................. 115 Tal posición refleja el hecho de que· el bien protegido por este derecho es
el .presupuesto del ejercicio de los demás derechos y libertades .y, por tanto,
l. La progresiva autOnomía·de la prohibición de discriminación ... 115
,;sin ·él, el goce de los demás derechos y libertades garantizados por el Conve-
2. El objeto de .la prohibición de discriminación ........................... 118 nio sería ilusorio», tal y como se afirma en el asunto Pretty c. Rei.no Unido, de
3. Las discriminaciones prohibidas .......... .... .............. ..... ........ .. .. 119 29 de abril de 2002, p. 37.
4. El contenido del derecho ............................ ,;........................... 121
. En la primera de las sentencias que tuvo como objeto la interpretación
5. Trato diferenciado versus trato discriminatorio ................ ;....... 122
del alcance de este derecho, el TEDH afirmó qU:e el artículo 2, se encuentra
6. La titularidad del derecho ...................................................... 125 «entre los artículos primordiales del Convenio, para el que no se autoriza

l
1

20 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS 1 A. FSTUDIO PRELIMINAR 21
l

ninguna derogación, en tiempo de paz, en virtud del artículo 15» y en él se muerte o la desaparición a partir de un investigación efectiva de lo sucedido
consagra «Uno de los valores fundamentales de las sociedades democráticas 1
(asunto Velikova c. Bulgaria, de 18 de mayo de 2000).
que forman el Consejo de Europa» (asunto McCann c. Rei,no Unido, de 27 de
septiembre de 1995, p. 147 [Documento núm. J]). La importancia otorgada En los casos en que el uso de la fuerza produce heri9.as y lesiones a la
por el Tribunal a este derecho le ha llevado, asimismo, a afirmar que «el ·I víctima pero no la muérte, se produce una concurrencia no:rinativa entré los
derecho a la vida constituye un atributo inalienable de la persona humana y. artículos 2 y 3 que el Tribunal resuelve a partir del criterio de si hubo o no
es el valor supremo dentro de la escala de los derechos humanos» (asunto una puesta .en peligro para la vida, atendiendo al grado y tipo ,de fuerza
Streletz, Kesskry I&enz c. Alemania, de 22 de marzo de.2001). empleada y la intención o fin con la que se Usó. Así, por ejemplo, las heridas
por atma de fuego sufridas por una persona como consétuencia de una
El enunciado del artículo 2 del Convenio establece, por un lado; la pro- persecución policial constituyen un infracción del derecho a la vida porque
hibición de causar la muerte a un persona salvo como consecuencia de un la fuerza era potencialmente letal y la conducta policial afecta el interés pr&-
uso de la fuerza «absolutamente necesario» en alguno de los casos que enu- tegido por el derecho a fa vida (astinto Makaratzis e: Grecia, de 20 de diciem-
mera el apartado segundo del artículo 2. Junto a esa obligación negativa, el bre de 2004). .. . . . ·. e.· •
precepto en su primer apartado establece un deber general de protección
de la vida del que el Tribunal ha venido extrayendo un variado conjunto de Las circunstancias justificantes que enúmera el artículo 2.2 son «objetó
obligaciones positivas de protección, desd~ la penalización de las conductas de una interpretación estricta» y el uso de la fuerza debe ser el estrictamente
que atenten contra la vida hasta la adopción de medidas preventiv~ [rente proporcionado para lograr los fines enunciados del Convenio teniendo en
a situaciones de puesta en peligro. El artículo 2 permite, bájo ciertas condi- cuenta todas las circunstancias.
ciones, la pena de muerte, aunque el Tribunal ha hecho esfuerzos interpreta-
tivos para adecuar el sentido del precepto al creciente consenso dentro del Así,. por ejemplo, es contrario al principio de estricta proporcionalidad
Consejo de Europa sobre su ilegitimidad y que ha encontrado e:Xpre'sión en implícito en el artículo 2.2 el uso de la fuerza letal para detener a una per-
los Protocolos núm. 6 y núm. 13. sona cuando «no representa una amenaza para la vida o la integridad física
y no es sospechosa de haber cometido un delito violénto, incluso si de no
l. PROHIBICIÓN DE PRIVAR ILEGÍTIMAMENTE DE lAVIDA recurrir al uso de la fuerza letal se perdiera la oportunidad de Practicar la
El artículo 2.2 contiene una garantía sµstantiva y una garantía procedi- detención» (asunto Nacltova y otros c. Bulgaria, de 6 de julio de 2005, .E>· 95).
mental frente a los excesos estatales en el· uso· de la fuerza. En efecto, el También, emplear armas de fuego, con disparos al aire y haci~ el ~uélo, para
Tribunal exige, por un lado, el cumplimiento del principio de estricta pro- dispersar una manifestaeión violenta es un uso desproporcionado· de la
porcionalidad cuando se recurra a la fuerza y, por otro lado, la obligación fuerza porque las fuerzas de seguridad hubieran podido emplear otros me-
de realizar una investigación efectiva que esclarezca las circunstancia.S de la dios como porras, escudos, cañones de agua o botes de gas que suponíán un
muerte y contribuya a determinar y castigar a los cUlpables. menor riesgo para la vida de las personas (asunto Gulef c. Turquía, de 27 de
julio de 1998). ·
Los casos que plantean una vulneración del derecho ·a. fa vida son objeto
de un «escrutinio especialménte cuidadoso» por parte del Tribunal. En prin- En ocasiones, sin embargo, la valoración externa de si resultaba «absolu-
cipio, la aplicabilidad del artículo 2 se produce cuando estamos en presencia tamente necesario» el uso de la fuerza puede resultar difícil por falta de
de una muerte imputable a agentes del Estado. Esa imputación, según el información suficiente y precisa que permita realizar el debido juicio de pró-
Tribunal, debe poder establecerse a la vista de los hechos e información porcionalidad. Por ello, en estos casos, el Tribl,mal considera suficiente el
rele\lante «más allá de toda duda razonable» (asunto McCann c. Rei,iw Unido, que los agentes del Estado. tuvieran la creencia de. buena fe fundada en las
cit.). En caso de que no sea así, el Estado no puede ser condenado pór haber informaciones o circunstancias del caso de encontrarse en alguno de los
vulnerado sustantivamente el derecho a la vida, pero puede serlo.sHa ausen'." supuestos justificantes del párrafo segundo-del artículo 2. Es~ <;ief~r.enc~¡¡ ha-
da de elementos probatorios suficientes se debe a una investigación insufi- cia la valoración fáctica de los agentes del Estado sejustifica, ad_emás, en la
ciente y no adecuada. ,; . necesidad de no. hacer imposible la labor de l¡¡ policía y de las fuerzas de
seguridad (asunto McCann c. Rei,no Unido, cit,, p. 200; asunto Andonicou y
En los supuestos de personas muertas o desaparecidas tras haber sido Constantinou c. Chipre, de 9 de octubre de 1997, p' 192).
detenidas o estar bajo la custodia de las autoridades, el Tribunal mantiene
«una fuerte presunción de hecho» en contra del Estado que éste sólo puede Ahora bien, esa deferencia tiene su contrapeso en que el Tribtinal no
combatir ofreciendo una «explicación plausible,,·· sobre las .causas de. la limita su control al concreto acto de fuerza causante de la muerte, sino que
T
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22 I.AS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 23
lo extiende a dos factores clave para determinar si el uso de la fuerza fue el Convenio condicionar su incoación a la previa denuncia; b) la áutoridad
«absolutamente necesario». ' encargada de la investigación debe ser independiente; c) deben poder practi..o
Por µn fado, el Tribilnal exige la existencia de un marco legal y regla- carse las pruebas necesarias para determinar si el uso de la fuerza estuvo o
meÍltario que defina las concretas circunstancias en las que los agentes encar,. no justificado e identificar a los responsables; d) la investigación y sus resulta-
dos deben ser públicos, si bien -el grado de publicidad puede variar ségUri
gados .de aplicar la ley pueden usar la fuerza y armc:i.s de fuego. En el asunto
los casos, aunque en todo caso -debe poder tener acceso ,el parierité ·-más
Makaratz.is, e~ ~ribunal incorporó, por primera vez,.esa exigericia de regulá- -
ción legal suficiente del uso de la fuerza: «Como refleja el texto mismo del cercano para poder garantizar sus intereses; y e) las conclusiones deberan
artíclllo 2, el uso de la fuerza letal por los oficiales- de ,policfa puede estar basarse en una análisis minucioso, objetivo e imparcial de todos los elémeil-
justificada en ciertas circunstancias. Sin embargo, el_ artÍéUio 2 no concede tos relevantes y han de aplicar un estándar comparable al estándar «rio más
~erza de la absolutamente necesaria» exigido por el artículo 2.2 del Conve-
una carta blanca. La acción arbitraria y no regulada de los agentes del Estado
es incompatible con el efectivo respeto de los derechos humanos. Ello signi~ mo (entre otras muchas, dé manera particular, Kelly y otros c. Reino unido, de
fi.':ª que ~as operaciones policial~s, además de estar autorizadas p_or la legisla'." 4 de mayo de 2001, p. 96-97 y Nachova c. Bulgaria, cit., p. lS.:.21). En los
supuesto~ en que la muert~ pueda haber sido cometida por motivos racistas,
cion nac10nal, deben estar suficientemente reguladas en el marco de un sis-
tema de garantías adecuadas y suficientes contra la arbitrari~dad y el abuso las autondades estatales tienen el deber adicional de desenma.Scarar cual-
de la.fuerza» (asunto Makaratz.is c. Grecia, ciL, p. 58). En aplicación d~ esa quier motivación racista (asunto Nachova c. Bulgaria, cit., p. 51-52).
doctrina condenó a Grecia por lesión del derecho c:t la vida porque «cm1,ndo Esta dimensión procedimental del derecho no se limita a los casos de
el suceso tuvo lugar, una ley comúnmente reconocida como obsoleta e in- muer.t;s en la 9ue .~stén invol?crad?s a~;ntes del Estado. El Tribunal exige
completa en una sociedad democrática moderna regulaba todavía el uso ele ~bien la realIZacion de una mvestigaoon efectiva en los casos de incumpli-
armas. por los agentes esta~es» (la ley se dictó en_ plena Segunda Guerra miento por parte del Estado de alguna obligación positiva de -protección.
Mundial durante la ocupacion alemana de Grecia) .
. _ A la necesaria regulació.n legal se une la, exigencia de que la organiza- 2. ÜBUGACIONES POSITIVAS
cion y control de la operación de uso de la fuerza debe minimizar en el
mayor grado posible cualquier riesgo para fa vida. En
el asunto McCann, él
_ El p~er apartado del artículo 2 proclama que «el derecho a la vida
esta protegido por la ley». Esa protección debe articularse primordialmente
Tribunal consideró que la operación en la que se mató a varios activistas del a través de «una legislación penal concreta que disuada de cometer atentados
IRA en Gibraltar creyendo, erróneamente,_ que iban ·a colocar un bomba en
contra la personas y basándose en un mecanismo de aplicación concebido
un coche, estuvo mal organizada porque «teniendo eh cuenta la decisión
para prevenir, reprimir y sancionar sus violaciones» (asunto Osman e Reino
de no impedir a los sospechosos que entraran a -Gibraltar, la insuficiente
Unido, de 28 de octubre de 1998).
consideración por parte de las autoridades de una posibilidad de error en
sus apreciaciones de información [ ... ] y el recurso automático a la fuerza _Ese deber de penalizar conductas lesivas de la vida o de perseguirlas a
n;iortífera cuando los militares abrieron fuego, el Tribunal no está conven- traves del proceso penal no tiene, sin embargo, carácter absoluto. En -los
cido de que la muerte de Jos tres terroristas fuese la consecuencia de un supuestos de muertes por negligencia, en particular en el ámbito sanitario
recurso a la fuerza absolutamente necesario para asegurar la defensa de ter- puede resultar suficiente la determinación de la responsabilidad civil con l~
ceras personas contar una agresión ilegítima» (asunto MacCanri, cit. p. 213). consiguiente reparación del daño y publicación de la sentencia, y también
La dimensión procedimental del derecho impone al Estado el deber de pue.den tenerse en cuenta medidas disciplinarias (asunto Calvelli y Coglio c.
realizar una investigaci6n oficial efectiva sobre la muerte causada por el uso Italz~, de 17 de enero de 2002, p. 49 en el que los demandantes no pudieron
de la fuerza que garantice la aplicación efectiva -de las leyes_ naciomiles -que co?r:nuar el proceso penal por la muerte _de su hijo tras el parto contra el
protege?- el .~erecho a 1:1 vida. El _Tribunal siempre ha afirmado que ésta es medico responsable por haber prescrito el delito cómo consecuencia de las
una obligac10n de medios y no de resultado; esto es, el Estado debe hacer dilaciones pr?cesales; asunto Vo c. Francia, de 8 de julio de 2004, p. 90..o94
todo lo posible para esclarecer los hechos y determinar y castigar a fos res- [Documento num. 2] en el que los demandantes se quejaban de que_eri Francia
ponsables, aunque no se vulnera el Convenio si_ fin_almente no sé corisigtie~' causar un aborto involuntariamente no es delito, por lo que no pudieron
acudir a la vía penal tras la pérdida del feto). Para el Tribunal, lo determi-
El estándar de investigación efectiva que exige el Tribunal se desglosa nante es la existencia de un sistema judicial eficaz que permita establecer la
en varios requisitos: a) la investigación debe realizarse de oficio tan- pronto causa_del fallecimiento de un individuo, ca.Stigar a los responsables yreparar
como las autoridades tengan conocimiento de los hechos y es contrario al el dano, por ello, «el artículo 2 del Convenio no impone -a los Estados la

J
24 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 25
obligación de prever una indemnización en base a una responsabilidad obje- así como las faltas que l<?.s responsables pudiesen cometer al respecto a dife-
tiva» (asunto Mastromatteo c. Italia, de 24 de octubre de 2002, p. 95). rentes escalas» (asunto Oneryil,diz c. Turquía, de 30 de noviembre de 2004; p.
89). .
Además de la protección ofrecida por la ley, las obligaciones positivas .'ex
artículo 2 también exigen del Estado la adopción de medidas prevent;ivas 3. CUESTIONES DE PRINCIPIO: ABORTO Y EUTANASIA
concretas frente a las acciones de terceros que pongan en peligro la vida.
Esta doctrina se establece por vez primera en el asunto Osman, de 28 de La regulación del aborto es un ámbito especialmente controvertido en
octubre de 1998, en el que se discutía la responsabilidad de las atitorid~des todas las sociedades democráticas, en el que se enfrentan concepciones dis-
británicas por no haber evitado el homicidio del hijo de.l demandante por tintas sobre cuál es la solución adecuada a la colisión de los principios impli-
parte de su profesor tras haber recibido numerosas ámenazas. A la hora de cados. El Tribunal nunca·se había pronunciado directamente sobre si el feto
fijar el alcance de la obligación de prote-tción preventiva, el TribÚnal flja un es titular del derecho a fa vida hasta el asunto Vo ·e: Francia de 8 de julio de
estándar operativo que no suponga una carga excesiva o insoportabÍe para 2004 (Documento núm. 2). Ha8ta entonces, tanto la Comisión como el Tribunal
la policía pero que dé el debido peso a la importancia que tierie el derecho habían evitado adoptar una decisión sobre una cuestión tan polém,ica.
a la vida dentro del Convenio. De esa ponderación de intereses surge el En Vo la Gran Sala ha procurado, también, mantener abierto' el tema y
siguiente test: hay infracción del artículo 2 cuando el demandante muestre no fijar un criterio común para los Estados. A la vista de la diversidad de
que «las autoridades no hicieron todo lo que se podía razonablemente espe- concepciones sobre cuándo comienza la vida, de las culturas jurídicas y de
rar de ellas para que impidieran la materialización de un riesgo cierto e los modelos de protección y en la ausencia de un consenso europeo así como
inmediato para la vida, del que tenían, o deberían tener, conocimiento» de la definición científica y jurídica de los inicios de la vida, el Tribunal
(asunto Osman c. Reino Unido, cit., p. 116; aplicado en los asuntos Iúlif c. considera que la determinación del punto de partida de la vida entra dentro
Turquía, de 28 de marzo de 2000, y Mahmut Kaya c. Turquía, de 28 de marzo del margen de apreciación de los Estados (asunto Vo, cit., p. 82, doctrina
de 2000). reiterada en el asunto Evans c. Reino Unido, de 7 de marzo de 2006, p. 46).
El único elemento común entre. las legislaciones nacionales que aprecia el
La obligación de adoptar medidas preventivas es más intensa cuando se Tribunal es el reconocimiento de «la pertenencia a la especie humana; es la
trata de personas bajo la responsabilidad de las autoridades, como el caso potencialidad de este ser y su capacidad para convertirse en una persona,
de los presos. La autoridades penitenciarias deben tomar las precauciones que está protegida por el Derecho civil en un buen número de Estados como
necesarias para evitar que un preso con antecedentes de conducta violenta Francia en materia de sucesión o de donación [ ... ] la que debe ser protegida
mate a su compañero de celda (Paul y Audrey Edwards c. Reino Unido, de 14 en nombre de la dignidad humana sin por ello hacer de él una "persona"
de marzo de 2002), o para prevenir que un preso enfermo mental pueda que tendría un "derecho a la vida" en el sentido del artículo 2» (asunto Vo,
suicidarse (asunto Keenan c. Reino Unido, de 3 de abril de 2001). cit., p. 84). A pesar de esa negativa a determinar el alcance del artículo 2 en
relación con el feto, la sentencia entra a valorar si la ausencia de tipificación
La adopción de medidas preventivas no se limita alas supuestos de ata-
penal de un aborto negligente y no consentido es o no una infracción del
ques criminales por parte de terceros, el Tribunal también ha afirmado la
derecho a la vida.
existencia de obligaciones positivas de protección en el ámbito de la salud
pública «que implican el establecimiento por parte del Estado de un marco El artículo 2 configura el derecho a la vida a partir de la noción de
reglamentario que imponga a los hospitales; tanto públicos como privados, la garantía y no de libertad, por lo que no es posible int~rpretar que implique
adopción de medidas que aseguren la protección de la vida de sus enfermos» un poder de disposición sobre el bien jurídicamente protegido. Así lo ha
(asunto Cal,avelli y Coglio, cit., p. 49), y en el campo específico de las activida- afirmado el Tribunal en el asunto Pretty: «No se puede interpretar, sin distor-
des peligrosas en el que debe haber una regulación adaptada al grado de sión del lenguaje, que el artículo 2 confiere un derecho diametralmente
peligrosidad de la actividad y en la que, en particular, «debe regularla autori- opuesto, a saber el derecho a morir; tampoco puede crear un derecho a la
zación, el establecimiento, la explotación, la seguridad y el control correspon- autodeten:n,inación en el sentido de que conceda a todo individuo el d~recho
dientes a la actividad, así como imponer a toda persona afectada por ésta la a escoger la .muerte antes que la vida» (asunto Pretty c. Reino Unido, cit., p.
adopción de medidas de orden práctico para asegurar la protección efectiva 39). Sin embargo, el artículo 8 sí cubre prima Jacie esa pretensió~ aunque,
de los ciudadanos cuya vida corre el riesgo de exponerse a los peligros :inhe- finalmente, elEstado puedajusti:ficadamente imponerle límites.
rentes al ámbito en cuestión.;. [y] En todo caso, las reglamentaciones deben
asimismo prever unos procedimientos adecuados que tengan en_ cuenta los 4. CONDENA DE MUERTE

aspectos técnicos de la actividad en cuestión y permitan determinar sus fallos, El artículo 2 del Convenio autoriza la pena de muerte a pesar de la
26 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. FSrUDIO PRELIMINAR 27
~erte tendencia entre los países del Consejo de Europa a considerarla ilegí- («Todos tienen derecho a la vida y a la integridad fisica y moral, sin que en
tlma. Ese ~onsenso cr~ciente en contra de 1a pena de muerte se ha.materiali- ningún caso, puedan ser sometidos a tortura ni a penas o tratos inhumanos
zado ~~d1ante la enrmenda del artículo 2 a través de la adopción de protoco- o degradantes [ ... ] ») (1).
los ad1c10n~es: el protocolo núm. 6 mediante el que se prohíbe la pena de
m~erte en tlempo de paz ha sido firmado y ratificado por toddslos Estados No obstante la rotundidad de estas declaraciones, de la obvia necesidad
rmemb;os, salvo Rusi.a ~ue todavía no ha efectuado la ratificación,_y elJ?roto-. de proteger estos· bienes y de que, según el artículo 15.2 del Convenio, no
colo num. 13 que ebrmna la pena de muerte en toda circunstancia ha sido cabe ninguna excepción, incluso en caso de peligro público que amenace la
firmado por todos los Estados, salvo Rusia y Azerbaiyán, y ratificado por 37. vida de la nación (asuntos Selmouni c. Francia, de 28 dejtilio de 1999, y Assenov
. A partir de esa ~vóluci~n, el Tribunal ha considerado que -«puede cie- y otros c. Bulgaria, de 28 de octubre de 1998, p. 93), no han dejádo de surgir
cirs~ que la pen~ capital en tlempo de paz ha pasado a Ser considerada como dudas y, lo que es más importante, casos reales a propósito del objeto y
un Upo ~e pena maceptable y no permitida bajó el artícülo 2» (asuntó Ócalan contenido de esté derecho: ¿cuál es el deber del Estado frente a la persona
c. !urqu.z~, de 12 de mayo de 2005, p. 163). En cambio, dado el estado de que desea morir, pues está «aquejada de uiia enfermedad atroz e irreversible
ratificac1<?n del. protocol? núm. 13,. el ~tículo 2 en lo relativo a la pena de en fase terininal, destinada a conocer una muerte penosa e _indigna, que
muerte s1~e s1end? apli~":~le en s1tuac10nes de guerra o conflicto, aunque sobrevendrá cuando los músculos que controlan su respiración y su deglu-
para co~s1derar su 1mpos1c1on compatible con el Convenio deben cumplirse ción estén tan debilitados que desarrollará problemas de insufieienda· respi-
l<?s «estandares más exigentes de justicia» en el proceso penal (asunto Ócalan, ratoria y de neumonía [ ... ]?» (asunto Pretty c. R.ei.no Unido, de 29 de abril de
Cit., p. 166). 2002, p. 44) [Documento núm. 23]; ¿es -respetuoso con el Converiió el enjuida-
mierito por un tribunal de un niño de 11 años por heéhos realizados cuando
11. Prohibición de la tortura tenía 10, la divulgación de su identidad y su condena a una pena de duración
indeterminada y cuya concreción no depende de un órgano judidal sino
Artículo 3 gubernativo? (asunto T. c. R.ei,no Unido, de 16 de diciembre de 1999); ¿lo es
el mantenimiento en prisión de un interno sometido a tratamiento antican-
«Nadie podrá ser sometido a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degra-
dantes». - - . ceroso a pesar de los informes médicos sobre la progresión de la eíifermedad
y el carácter inadecuado de la prisión para hacerle frente? (asunto Mouisel c.
L UNA REGLA NO TAN PRECISA Francia, de 14 de noviembre de 2002) ?; ¿e inmovilizar a un detenido, introdu-
cirle en contra de su voluntad una sonda nasal e inyectarle para que vomite
En ~al~br.a_:s de Robert Alexy, se puede afirmar que el aspecto decisivo una bolsa de droga que había ingerido? (asunto ]alloh c. República Federal de
para la d1sunc1on entre reglas y principios es que estos últimos son normas Alemania, de 11 de julio de 2006) (Documento núm. 5).
que or?~~an qu~ al?~ sea realizado en la mayor medida posible, dentro de
las pos1bili~ades Jund1cas y reales existentes. En cambio, las reglas son nor- En alguno de estos casos, el Tribunal ha apreciado una vulneración del
mas que solo pueden ser, o no, cumplidas; si -una regla es válida, ha de artículo 3, pero en otros ha avalado la conducta de los poderes públicos,
hacerse lo que ella exige, no más o menos. · pues el Convenio no define lo que es tortura ni tampoco lo que constituye
«tratos inhumanos o degradantes». Nos encontramos ante unos enunciados
El artículo 3 del Convenio Europeo de Derechos Humanos tiene la eg;.
muy abstractos, lo que probablemente haya servido para hacer posible su
tructu~ de 1:1na regl.a, pues es un enunciado rotundo a favor de la protección.
d~ la mt.e~dad fis1ca y ~oral, en la misma línea, y prácticamente con la reconocimiento en un Convenio en el que no debe olvidarse que existe un
misma d1cc10n, de otros mstrumentos internacionales de protección de' los precepto -artículo 2- donde se dice que «nadie podrá ser privado de su vida
derechos de las personas, como el artículo 5 de la Declaración Universal de intencionadamente, salvo en ejecución de una condena que imponga pena
Derecho~ Humanos («Nadie ·será· sometido a torturas ni a periás 0 tratos capital dictada por un tribunal al reo de un delito para el que la ley establece
crueles? ~nhumanos o degradantes»), _el 7 del Pacto Internacional; de Dere:- esa pena». Así, se ha podido concluir que no constituye trato inhumano la
chos Ci~es y Políticos («Nadie será sometido ·a: tórturas ni a periás o trátbs pena de muerte, sino «el hecho de pronunciar la pena de muerte contra el
crueles, mhumanos o degradantes») o el artículo 4 de la Carta de los Dere-
chos ~undamentales de ~á Unión Em:ope~,- que reproduce en su integridad (1) En España, el Tribunal Constitu- . «en efecto, salvo contadas excepciones
el ar~cul? 3 del Convemo; en esta drrecc10n se insertan también los textos cional se ha referido a la prohibición de como la del derecho a no ser sometido a
la tortura para ponerla como ·ejemplo de torturas, los derechos -fi.uldainentales no
constltuc1onales, como el artículo 15 de· la Norma Fundamental. española derecho absoluto (STC 151/1997, F. 5): son absolutos».
28 lAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 29
demandante después de un juicio injusto» (asunto 0(:0.lan c. Turquía, de 12 por tortura a propósito de las «cinco técnicas» aplicadas, durante los meses
de marzo de 2003, p. 213) (Documento núm. 4). · · · : · . ·. de agosto a octubre de 1971, de forma cumulativa y prolongada a 14 presun-
tos miembros del IRA: mantenerlos encapuchados de forma continuada,
. En to~o caso, en est~ mis~o asunto, «el Tribunal recuerda que el Conve-
salvo en los interrogatorios; obligarles a permanecer de pie durante horas
mo es un mstrumento vivo a mterpretar a la luz. de las. condiciones de vida
con los brazos y piernas separados; someterles a ruidos estridentes y constan-
actuales, y que el creciente nivel de exigerida eii mate)ja' de protección ,de
tes; impedirles dormir, y entregarles como único alimento un trozo de pan
~os derechos humanos y de las libertades fundainentales_ implicá _paralela e
1 y medio litro de agua cada.6 horas.
meluctablemente, una mayor firmeza en la apreciación de los ·atentados á
los valores fundamentales de'la.S sociedades democrática» (p. 193). · ; · ·· · Con posterioridad, y a partir sobre todo del asm1to Selmouni c. Francia,
de 28 de julio de 1999, sí ha habido condenas por tortura en situaciones no
2. EL BIEN JURÍDICO PROTEGIDO
muy distintas a las descritas, pues el Tribunal consideró c¡úe «teniendo en
Con la p~ohibi~ión de _la tortura y de los trato~ inhumanos o degrad~tes cuenta que el Convenio es un instrumento vivo que debe ser inter¡)retado a
se protege. la ~tegndad fis1ca y moral de las personas ante la agresión, vetj.fi-:- la luz de las condiciones de vida actuales [ ... ], ciertos actos anteriormente
cada o potencial, que supm~en , estas prácticas. A,de:rnás. de esta dimensión calificados como tratos inhumanos o degradantes pueden recibir una califica-
individual, e_ste precepto ?ene :i,ma dimen~ión _insti,tucionai o colectivá, pµis, ción diferente en el futuro» (p. 101). Con apoyo en el Convenio de-Naciones
como ha reiterado el Tn1:mnal, «el artícHlo 3 consagra uno .de. los valqres Unidas, de 1984, contra la tortura y otras penas o tratos crudes, inhumanos
fun;damen tales _de. las sociedades democráticas», (asuntos.;. Soering ·c. Rldn_o o degradantes, el Tribunal ha entendido como tortura la conjun~ión de tres
lJ_nzdo, de 7 de julio de 1989; p. 88 [Docúmento núm. 3] y 0falan,c. Turquía, elementos: la intencionalidad, la persecución de un objetivo determ.ipado y
Cit., p. 213). .. . la existencia de padecimientos intensos. · · · · ·

En éste derecho, las complicaciones se han presentado a la hora de No obstante, nos seguimos encontrando con pronuncicgnientos dispares,
definir las agresiones que constituyen una lesión de la integridad personal, pues si bien el Tribunal declaró que constituye tortura, y no trato inhumano,
~~a que, ai:ite el. laconism<:> del Convenio, 'ha asumido_ el Tribunal, cuya la severidad del sufrimiento· combinada con;la finalidad indagatoria:· (asunto
JUnsprudenc1a ha ido evolucionando tanto eh lo que resp'e·cta a la ·precisión Dikme c. Turquía, de 11 de julio de 2000, p. 96), calificó de trato inhumano
de cada una de las conductas prohibidas por el artículo 3 como en lo relativo y no tortura la combinación de golpes, amenaza¡; de muerte y.violación, «col-
a la autonomía de alguna de ellas (por ejemplo, la diferenciación entre tor- gamiento palestino>> y descargas eléctric~· (asunto A~r c. .Turquía~ de 22 de
tura y tratos inhumanos y entre esto_s últimos y los degradantes). octubre de 2002, p. 4(¡>). ., · ··

El proceso de delimitación jurisprudencia! de este derecho se reman·¿ Por lo que se refiere a la existencia de un «trato inhumano», dTribunal,
al asunto Irlanda c. Rnno Unido, de 18 de enero de 1978, en el que, tal como ya desde el asunto Irlanda c. Rnno Unido (p. 167), lo estinló «por haber sido
puede observarse, las partes enfrentadas fueron dos Estados miembros del aplicado con premeditación dutaiite unas horas y'haber causad§ ~in() ~erda­
Convenio. · · · deras lesiones, al menos vivos sufrimientos :fisicos o morales>; (as:UntoSQering
c. Rnno Unido, cit., p. 100). Se exige, pues, que existan ~os actc;:is prem«rdita-
· En esta sentencia, el Tribunal prestó especial atención -a la «intensidad dos que originen padecimientos fisicos o morales, si bien no necesariamente
de los sufrimiento~ infligidos~, lo que, ~ su juicio, es un criterio relativo que deben proyectarse de maiiera directa sobre las personas, como ha.sucedido
d.e_rende «del conjunto. de c1:"cunstanc1as del caso, en especial de su dura- en lós casos de destrucción de viviendas o pueblos enteros (asuntos Bi/gi,n c.
c10n, de las consecuencias fis1cas y mentales y, en ocasiones; del sexo, de la Turquía, de 16 de noviembre de 2000, y Dulas• c. Turquía, de 30 de enero de
edad, del estado de salud de la víctima, etc.»· (p. 162). Teniendo todo ,ello 2001), donde también se apreció la exist.encia de tratos inhumanos.
e? cuenta, se rese~ la calificac~ón de tortura para rechazar la ~<especial
vileza de los tratos 1:11-humanqs deliberados que pravo.can padecimientos gra- En cuaiito a las «penas inhumanas» y, en concreto, a la de muerte, el
:ves y crueles», acogiendo de esta manera·laResolución 3452 de· la Asamblea Tribunal afirmó en su día que «el artículo 3 no debería. ser.interpretado
General de Naciones Unidas, de. 9 de diciembre de 1975, donde se deélaró como una prohibición, en priricipio, de la pena de.muerte» aunque «de ello
que: «la ~ortura constituye una forma agravada y' deliberada de pen~:~ tratos no se deriva que las circunstancias que envuelven una sentendá capital no
crueles, mhumanos o degradantes» (p. 167). · . . ·.· · · pueden nunca crear un conflicto en relación con el. artículo 3.'La manera
- . . . . ... en que es pronunciada o aplicada, la personalidad del •condenado y' uria
Estas consideraciones implicaron, en el caso Irlanda c. Rnno Unido dt. . desproporción en relación a la gravedad del delito, así como las condiciones
una condena por tratos inhumanos, pero no, como entendíala Cm~Ísión: vividas esperando la ejecución, figuran entre los elementos a tener en cuenta
30 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
A. ESTUDIO PRELIMINAR 31

para que caigan dentro del ámbito del artículo 3 el trato o la pena sufridos Los «tratos degradantes», de problemática delimitación en ocasiones res-
por el interesado. La actitud actual de los Estados contratantes hacia la pena pecto de los inhumanos, son los capaces de «crear un sentimiento de miedo,
capital entra en juego para apreciar si se traspasa o no el umbral tolerable angustia e inferioridad, susceptibles de humillar, de envilecer y, eventual-
de sufrimiento o envilecimiento» (asunto Soering c. Reino Unido, cit:, p. 103 y mente, de quebrar la resistencia fisica o moral» (lrlarula c. Reino Unido, cit.,
p. 167). . ; '
104). En este caso el Tribunal consideró contrario al Convenio el riesgo
fundado de padecer el «síndrome del corredor de la muerte»: •. . Bajo esta categoría se han incluido también los castigos corporales en la
«puede describirse como una combinación de circunstancias en las que escuela (asunto Campbell y Cosans c. Reino Unido, de ·25 de _febrero de 1982),
. el interesado debería vivir si, una vez extraditado a Virginia para responder las condiciones de vida a las que se somete a unas p~rsonas. por su origen
de una acusación de asesinato merecedora de la pena c:apital, fuera conde- étnico (asunto Chipre c. Turquía, de 10 de mayo de 2001) o la8 circunstancias
nado a muerte [... ]. Teniendo en cuenta [... ] el'larguísimo período de especialmente penosas de deterÍninados establecimientos penitenciarios, in-
tiempo que se pasa en el "corredor de la niUerte" eÍlcondicióries inuy extre-
mas, con la angustia omnipresente de la ejecución de la pena capital, y fa cluso aunque las mismas no se deban a la intención de humillar (asunto
situación personal del Demandante, particularmente su edad y su estado Kalashnikov c. Rusia, de 15 de julio de 2002), objetivación que evita la no
mental en la época del delito, una extradición a los Estados Unidos expon- siempre fácil prueba de la finalidad humillante y evidencia que este derechó
dría al interesado a un riesgo real de tratos que sobrepasarían el límite obliga a la realización de conductas positivas por los Estados parte.
. . ' : .
fijado por el artículo 3,, (pp. 83 y 111).
En cuanto a las «pe~as degradantes», el Tribunal atiende ~.la humilla~
En la actualidad,la tendencia de lajurisprudéncia~~ iridina afavo:r de ción o envilecimiento que provocan a la persona que las padece, su importan-
la supresión total dé la pena de muérte, que, como 'recuerda el Tribunal, cia y, en su caso, el carácter público de las mismas, si bien este último, no
«ha evolucionado considerablemente desde que se pronunció ~obre el es requisito imprescindible, pues es suficiente «que la víctima se considere
asunto Soering. De una abolición de hecho en veintidós Estados contrátantes humillada, aunque no lo haya sido para los demás» (asunto Tyrer c. Reino
constatada en ese asunto en 1989, se ha pasado a una abolición. ile iure en Unido, de 25 de abril de 1978, p. -30 a 32).
cuarenta y tres de los cuarenta y cuatro Estados contratantes y una morato-
ria en el último país que no ha abolido aún dicha pena; a saber Rusia. Este Finalmente, hay que recordar que el Tribunal ha .considerado que no
aband<?no prácticamente total en Europa de la pena cie, muerte en tiempo incurren en las prohibiciones del artículo 3 prácticas como la alimentación
de paz se traduce en la firma del Protocolo. núm ..6 por el conjunto .de los forzosa de una persona incapaz de decidir po:r sí misma (asunto Herczegfalvy c.
Estados miembros y mediante la ratificadón de dicho Proto(:olo po:r .~ua~ Austria, de 29 de septiembre de 1992), siempre que el tratamiento obedezca a
renta y uno de ellos, excepto Turquía, Armenia y Rusia.' Muestra dé elloes razones médicas, o el aislamiento sensorial y social de los presos siempre que
también la política del (::ons~jo de Europa, que ~xige·de los nuevos Estados no sea completo ni provoque un sufrimiento intenso (asunfo Ramírez Sánchez
miembros, como condición previa a su adinisión en la Or~ización, .ql;le c. Francia, de 27 de enero de 2005).
se comprometan a abolir la pena capital. Debido a esta eyolución, los terri-
torios dependientes de los Esra,dos miembros del C9nsejo de Europ11- foi"~ Tampoco forma parte del objeto del Convenio que un Estado acepte «el
. man atttialmente una za.na exenta· dé la pená de muerte» (asunto Of(ilan compromiso de no perseguir judicialmente al marido de la demandante 'si
c. Turquía, cit., p. 195). - '· · · éste ayudara a su esposa a suicidarse ni de crear un· marco legal para cual-
;·:·

Debe precisarse que, a 30 de octubre de 2006; todos los Estados parte quier otra foima de suicidio asistido» (asunto Pretty c. Reino Unido, cit., p. 56).
han firmado y ratificado este Protocolo, eón· la única excepción de Rusia,
que todavía no lo ha ratificado. 3. EL CONTENIDO DEL DERECHO

En esta línea, «con la'. aperhrra a la firma del Prot~éol~ r:iúm. 13 á1 Conv~: El Convenio garantiza este derecho imponiendo a los Estados parte obli-
nio relativo a la abolición de la pena de ·muerte en cualquier circunstancia, gaciones negativas .y positivas. Las negativas, como es fácil conclúir, consisten
los Estados contratantes eligieron proseguir su política de abolición según el en abstenerse de· realizar conductas que constituyan inenoscabo de cierta
~étodo habitual, es decir, vía enmienda ·del. te~to del Convenio» (asunto
gravedad de la integridad fisica y moralde las personas! de acuerd() c<:m el
0falan c. Turquía, de 12 de mayo de 2005, p. 164). En este inomentó son ya objeto de protección del derecho que se acaba de· exponer. En palabras del
treinta y siete los Estados que han ratificado el.Protocolo núm.·J3 para Ja Tribunal en el asunto Pretty c. Reino Unido, cit., p. 50):
abolición de la pena de muerte en cualquier circuns_ta.neia y siete más (entre «el examen de la jurisprudencia del Tribunal muestra que el artícul~
ellos España) lo han firmado pero. no ratificado .. Unicamente dos Estados 3 ha sido aplicado la mayo:r parte de las veces en contextos en los ·que el
(Azerbaiyán y Rusia) no lo han firmado. .·:. ." =.~ riesgo para el individuo a ser sometido a alguna de las formas prohibidas
32 IAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 33
de trato procedía de .actos infligidos intencionadamente .por agentes del asumen los Estados respecto de los sometidos especialmente a ellos (reclusos,
Estado o au~oridades,públicas (véanse, entre. otras, .se?tenc1~ Irl:rnda contra detenidos, incapaces, menores, etc.) y que se han extrapolado a situaciones
Reino Unido·.de 18 de enero de 1978). Se puede decir entermmos genera- jurídic~privadas, como la patria potestad o la tutela. ·
les que imp9he a los Estados:la obligación esencialmente negativa de <l:bs~e­
nerse de infligir lesiones graves a las personas que dependen de sujunsdic- Antes de concluir este apartado conviene desarrollar un poco más una
ción». cuestión apenas esbozada: las obligaciones «procesales» del Estado en rela-
ción con el derecho que nos ocupa. En su construcción jurisprudencia!= cons-
Además el Estado está obligado a desarrollar una labor activa de proteé:-
tituye un hito fundamental el ya citado asunto Selmouni c. Francia: En primer
cióri y garantla'del derecho; por lo que «teniendo en cuenta la importancia
lugar, es el Estado demandado el que debe demostrar de manera convin-
:fundamental de esta disposición, el Tribunal se reserva la flexibilidad sufi-
cente que el uso de la fuerza no ha sido desproporcionado, sin que baste
ciente para tratar su aplicación en otras sitúadones que puedan presentarse
alegar, por ejemplo, «las necesidades de la lucha contra el terrorismo» o «la
(asunto D. c. Rei,no Unido, de 2 de mayo de 1997, p. 49)».
existencia de un peligro público contra la vida de la nación».
El Tribunal ha considerado que, en relación con el artículo 3, la obliga-
En segundo lugar, el Estado está obligado a llevar a cabo una investiga-
ción que el artículo 1 del Convenio impone a las Altas Partes contratantes
ción profunda y eficaz, que respete el principio de contradicdón y que tenga
de garantizar a toda persona dependiente de su jurisdicción los derechos y
como objetivo la identificación y castigo de los responsables de las torturas o
libertades consagrados por el Convenio, les insta a tomar medidas adecuadas
los malos tratos, siempre que existan motivos razonables para creer que se
que impidan que dichas personas sean sometidas a torturas, penas o tratos
trata de personas al servicio del Estado. El incumplimiento de esta obligación
inhumanos o degradantes, incluso administrados por particulares (asunto A.
es de por sí motivo para considerar vulnerado el artículo 3 (asuntos Dikme c.
c. Rei,no Unido, de 23 de septiembre de 1998, p. 22) ..
Turquía, de 11 de julio de 2000, y Satik c. Turquía, de 10 de octubre de 2000),
Entre las obligaciones concretas admitidas por el Tribunal se pueden si bien suele quedar subsumida por el juego del derecho al recurso efectivo
citar las siguientes: llevar a cabo una investigación oficial seria sobre los he- garantizado en el artículo 13 del Convenio (asunto Bati y otros c. Turquía, de
chos denunciados (asunto Labita c. Italia, de 6 de abril de 2000) o sobre las 3 de junio de 2004).
personas desaparecidas (asunto Ohran c. Tiáquía, de 18 de junio de 2002);
adoptar medidas que razonablemente hubieran impedido o mitigado los 4. Los SUJETOS DEL DERECHO
abusos sexuales sobre menores (astinto E. y otros c. ·Rei,no Unido, de 26 de En este apartado nos referiremos tanto a los sujetos protegidos por el
noviembre de 2002) o los malos tratos infligidos por sus padres (asunto A. c. derecho como a los obligados por él.
Rei,no Unido, cit.); disponer los medios personales para la asistencia sanitaria
y jurídica de los detenidos (asunto Algür c. Turquía, de 22 de octubre de El círculo de personas protegidas incluye a todas las que están bajo la
2002) y los materiales para que la estancia en un centro penitenciario no jurisdicción del Estado parte, con independencia de su nacionalidad, situa-
constituya un trato degradante en términos generales (asunto Kal,ashnikov c. ción administrativa, edad, etc. El Tribunal lo ha dejado claro en numerosas
Rusia, cit.); evitar que un detenido aquejado de una enfermedad mental se ocasiones:
suicide (asunto Keenan c. Rei,no Unido, de 3 de abril de 2001), o que un preso «en relación con el artículo 3, la obligación que el artículo 1 del Conve-
sufra agresiones de otros (asunto Pantea c. Rumanía, de 3 dé junio de 2003). nio impone a las Altas Partes contratantes- de garantizar a toda person~
dependiente de su jurisdicción los derechos y libertades consagrados por el
Como se puede deducir de los ejemplos mencionados, nos encontramos Convenio, les insta a tomar medidas adecuadas que impidan que dichas
en presencia de relaciones especiales de sujeción en las que, como es sabido, personas sean sometidas a torturas, penas o tratos inhumanos o degradan-
las personas se encuentran sometidas a una potestad administrativa de au- tes, incluso administrados por particulares» (asunto A. c. Reino Unido, cit.,
toorganización más intensa de lo normal, y aunque la incidencia de estas p. 22).
relaciones sobre el ejercicio de los derechos se haya vistó habitualmente
La demanda de protección no se circunscribe a las víctimas de una pre-
desde la perspectiva de úna más intensa limitación del objeto de los mismos,
sunta agresión a su integridad fisica o moral -víctima actual-, sino que al-
lo cierto es que generan todo un entramado de derechos y deberes recípr~
canza también a las personas que podrían serlo -víctima potencial- si el
cos entre los poderes públicos y el individuo que se encuentra en ellas, que·
Estado lleva a cabo una determinada actuación (extradición, deportación,
pueden conducir tanto a restringir como a ampliar el contenido del derecho.
expulsión). Así, como se declaró en el ya citado asunto Soering c. Rei,no Unido:
Es lo que sucede, de acuerdo con la jurisprudencia del Tribunal, con «En principio, no corresponde a los órganos del Convenio resolver
los especiales deberes de protección de la vida o la integridad fisica que sobre la existencia o ausencia de violaciones futuras del mismo. Una excep-

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34 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
A. ESTUDIO PRELIMINAR 35
ción a la regla general se impone, sin embargo, si un fugitivo alega que la 1
extradición se opone al artículo 3 en caso de que la misma reciba ejecu~ión, 1 El artículo 3 también ha sido invocado por los Estados parte para deman-
'
debido a las consecuencias a tener en cuenta en el país de destino; está en
juego la eficacia de la garantía asegurada por este texto, vista la gravedad y
el carácter irreparable del sufrimiento prevenidamente padecido." Un Es-
l1 dar a otro Estado y esta vía ha concluido en alguna sentencia de especial
relevancia, como la del asunto Chipre c. Turquía, de 10 de mayo de 2001,
sobre las condiciones de vida a las que el Estado demandado sometía a unas
tado contratante actuará de manera incompatible con dichos valores subya- personas por su origen étnico, y la más conocida del asunto Irlanda c. Reino
cen.tes en el Convenio, este "patrimonio común de ideales y tradicione1¡ Unido, cit.
políticas, de respeto a la libertad y de preeminencia del Derecho" a que.se
refiere el Preámbulo, si entrega conscientemente un fugitivo -por odioso En cuanto a los sujetos obligados, la responsabilidad recae sobre los
que pueda ser el crimen reprochado- a otro país existiendo serios motivos 1 Estados parte bien por actuaciones directas de sus poderes públicos, bien,
que hagan suponer que existe el peligro de ser torturado. A pesar de la
ausencia de mención expresa en el texto breve y general del artículo 3, tal i como ya se ha apuntado, por la puesta a disposición de un.Estado no parte
del Convenio e, incluso, por actos de los particulares si se aprecia incumpli-
extradición iría manifiestamente en contra del espíritu de este último; para miento de· los deberes de protección en los casos de relaciones de sujeción
el Tribunal, la obligación implícita de no extraditar se extiende a los casos especial.
en que el fugitivo corre el riesgo de sufrir en el Estado de destino penas o
tratos inhumanos o degradantes proscritos. por dicho artículo» (pp. 90 y
88). . .. i ••. ID. Prohibición de la esclavitud y del trabajo forzado
En la misma línea, pero atendiendo. en este caso a razones' humanitarias, Artículo 4
en el citado asunto D. c. Reino Unido se enjuició la expulsión a Saint Kitts de "1. Nadie podrá ser sometido a esclavitud o servidumbre.
un· hombre en fase terminal de sida. La demanda se basó· eri el estado de
salud del demandante, la ausencia de estructuras que permitieran dispen- 2. Nadie podrá ser constreñido a realizar un trabajo forzado u obligatorio.
·¡
sarle un tratamiento, cuidados o un sostén adecuados en Saint Kitts y la 3. No se considera como «trabajo forzado u obligatorio» en el sentido del
interrupción en el Reino Unido de un régimen que le habría garantizado presente artículo: ·
un tratamiento y medicamentos sofisticados en un entorno compasivo. El 1 a) Todo· trabajo exigido normalmente a una ,persona privada de libertad
Tribunal consideró que la ejecución de expulsión· sería, en vista de las cir- J en las condiciones previstas en el artículo. 5 del presente Convenio o durante su
. cunstancias del caso, un trato inhumano contrario al artículo 3.
libertad condicional.
Con la consolidación de esta doctrina se proporciona al a:rt:Ículo 3 del b) Todo servicio de carácter militar o, en el caso .de objetores de conqencia
Convenio una nueva eficacia -la preventiva-, que se suma así a la represiva en los países en que la objeción de conaencia sea reconocida como legítima, cual-
y que opera cuando se puede temer una posterior actuación directamente
contraria a ese precepto (torturas o tratos inhumanos o degradantes) y, ade-
'1
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quier otro servicio sustitutivo del servicio militar obligatorio. ·
c) Todo servicio exigido cuando alguna emergencia o calamidad~amenacen
más, aunque no se tema tal consecuencia si, atendidas las circunstancias del 1
-l la vida o el bienestar de la comunidad.
caso, concurren razones humanitarias, como el «riesgo de morir en circuns- !
tancias muy penosas». d) Todo trabajo o servicio que forme parte de las obligaciones cívicas nór-
males».
Finalmente, también han visto reconocida su condición de víctimas de
tratos inhumanos o degradantes las personas que sm haber padecido de ma- 1. LA PROHIBICIÓÑ DE LA ESCLAVITUD YDEL TRABAJO FORZADO U OBUGATORIO
nera directa dichas agresiones las han sufrido como consecuencia de la desa-
parición de un familiar agravada por la falta de atención o dejadez de los Esta garantía, prácticamente ausente de los ordenaini.entos constitucio-
poderes públicos (entre otros muchos, asuntos Kurt c. Turquía, de 25 de mayo nales estatales, ya se recogió en la I)edaración Universal éle Derechos l-Itírria-
de 1998, <;;akici c. Turquía, de 8 de julio de 1999, y Ohran c. Turquía; de 18 nos, está presente en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polítlcos,
de junio de 2002). de 1966, y ha sido incorporada a la Carta de los Derechos Fundamentales de
la Unión Europea, con una redacción muy similar a la del Convenio, aña'"
La protección al familiar no se concede de manera automática, sino en diendo la prohibición expresa de la~ trata de ·seres humanos, de evidente
atención al grado de parentesco, la participación en los hechos y en la bús- actualidad, por citar algunos ejemplos, en supuestos de inmigración o, de
queda de información, la respuesta de las autoridades nacionales, etc. ( <;;akici prostitución forzada. Dice la Carta que · · ·
' ..
c. Turquía, cit., p. 98).
«l. Nadie podrá ser sometido a esclavitud o servidumbre.
l
36 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 37

2. Nadie podráser constreñido a realizar un trabajo forzado u obligato- Por su parte, el Tribunal Constitucional ha concluido, teniendo en
ria. cuenta lo previsto en el artículo 4 del Convenio Europeo, que «el concepto
3. Se prolu'be la trata de seres humanos» (artículo 5)». de «trabajos forzados» tiene que ver .con la naturaleza punitiva. de éstos,, pues
1 con ellos se persigue incrementar el padecimiento del reo con su dureza y,
El ¡'rib~al :Eti!~P~º de Derechos H~~os se ha r~ferido a las mod~r­ 1
a menudo, con su inutilidad, de modo.que solamente podríarr·integrar este
nas formas de esclavitud, incorporando a su Junsprudenc1a las recomendacio- concepto los que se impongan como- pena asimilada a la comisión de un
nes de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (asunto Siliadin c. delito, o los que consistan en la utilización del recluso, en· el interior o en
1
Francia de 26 de juiio de 2005) (Documento núm. 6), donde se denuncia que
«los es~lavos de hoy son en su mayoría mujeres que trabajan la mayoría de ·! el exterior del centro penitenciario, como mano de obra productiva y no
remunerada al servicio del Estado» (STC 116/2002, de 20 de mayo, F. 5;
las veces en casas particulares, a las que llegari como criadas inmigradas, "au previamente, ATC 608/1985, de 18 de septiembre) (4):. ·
pair" o "esposas compradas por correspondencia". La mayor parte llegan
voluntariamente con la esperanza de mejorar su situación o escapar de la 2. . EL OBJETO DE PROTECCIÓN DEL ARTÍCULO 4
pobreza y de las condiciones de vida dificiles, pero algunas han sido engaña-
das por sus empleadores, las agencias u otros intermediarios, o se encuentran .1 El bien jurídico protegido por el artículo 4.1 del Convenio -«nadie po-
con deudas que pagar, o han sido inc_luso víctjmas_ de la trata. Sin ~mbargo; 1 drá ser sometido a esclavitud o servidumbre»- es la dignidad de la persona,
cuando se encuentran trabajando (o casadas con un "marido-consumidor") 1 de la que emana la igualdad y·libertad de todos los seres húmarros'pc:n: el
hecho de serlo. La dignidad humana constituye, como _ha dicho el Tribunal
son vulnerables y están aisladas. ·Ello ofrece muchas veces la ocasión a los ! Constitucional español, «Un minimun invulnerable que tc)do esiatúto jllrídico
empleadores o a los maridos abusivos de transform~les en esclavas domésti-
cas» (Recomendación 1663 [2004] adoptada el 22 dejunio de 2004). 1 debe asegurar, de modo que, sean unas u <>tras las limitacicmes que se ímpon-
1 gali en el disfrute de derechos individuales, no conlleveri" menosprecio para
~
El Consejo de Europa ha considerado necesario un nuevo instrumento ju- la estima que, en cuanto ser humano, merece la persona» (STC 120/1990,
rídico: el Convenio sobre la lucha contra la trata de seres humanos, abierto a la de 27 de junio, F. 4).
firma el 16 de mayo de 2005. A fecha 31 de diciembre de 2006 ha sido firmado
por treinta y un Estados (entre los que no está España) y, además, lo han ratifi- En esta línea, en el citado Convenio sobre la lucha contra la trata de
cado dos: Moldavia y Rumania; la entrada en vigor se producirá una vez que seres humanos, se considera «que la trata de seres humanos constituye una
haya diez ratificaciones, de las que ocho deberán ser de Estados miembros (2). violación de los derechos de -la persona y un atentado contra la dignidad y
la integridad del ser humano».
En· el Informe· explicativo se afirma que la trata de seres humanos consti~
En el artículo 4.1 del Convenio Europeo de Derechos Humanos sega-
tuye una violación de los derechos de las personas y un atentado á· la digni-
rantiza, como corolario de la dignidad y, en consecuencia, de la libertad d_e
dad del ser humano, por lo que es necesario reforzar el nivel de protección
todas las personas, que nadie podrá ser sometido' a esclavitud o servidumbre,
de sus víctimas; además, este· Convenio comprende todas la.S formas de trata
reconociendo así la dimensión individual, dado que la persona es conside-
de personas (nacional, internacional, vinculada o Iio al crimen organizado),
rada como sttjeto de derechos y no como objeto, y la colectiva, asegurando
introduce un instrumento de control para asegurar un funcionamiento efica.Z
ese estatuto a todos los individuos, y no a algunos de ellos, por ejemplo, los
de sus disposiciones en los Estados parte e incluye el principio de. igualdad
nacionales.
entre hombres y mujeres(3).
Con el papel nuclear que asume la dignidad y, con ella, la libertad e
Por lo que respecta a la normativa española, la Constirución ha incorpo- igualdad de todos los seres humanos, su respeto se impone a todos, particula-
rado una previsión .específica sobre los ;trabajos forzados: así, a propósito de res y poderes públicos, frente a los que despliega una eficacia directa. ·
los presos garantiza que «las penas pri".3:tivas de U.bertac;l y las medidas de
segllridad estarán orientadas hacia la reeducación y fa reinserción social y nq más causas. de exención del servido- mili-
(4) La Constitución Española incor-
podrán consistir en trábajos forzados. El condenado a pena de prisiqn [ ... ] pora otras previsiones relativas a trabajos tar obligatorio, pudiendo imponer, en su
tendrá derecho a un trabajo remun~rado y a los beneficios correspondientes o servicios que el Convenio también ex- caso, una prestación social sustitutoria. 3.
de la Seguridad Social [ ... ]» (artículo 25.2). · cluye, en el artículo 4.3, del concepto de Podrá establecerse un servicio civil para
«trabajo forzoso u obligatorio»; así, el ar- el cumplimiento de.fines de interés gene-
tículo 30 dispone que «2. La Ley fijará ral. 4. Mediante· ley podrán regularse los
(2) Cfr. http://www.coe.int/T/El (3). Cfr. http://conventions.coe.int/ las obligaciones militares de los españoles deberes de los ciudadanos en los casos
human rights/trafficking/PDF Conv Treaty/EN/Reports/Httnl/197.hnn. · · y regulará, con las debidas garantías, la de grave riesgo, catástrofe o calamidad
197 Trafficking E.pdfl. ··· objeción de conciencia, así como las de- pública».
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•'
38 lAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS

El Tribunal (asunto Siliadin c. Francia, cit., p. 112) recuerda que «el


i
-~
.,
A. ESTUDIO PRELIMINAR 39
«Para los fines del presente Convenio: a) La expresión "trata de seres
·,
artículo 4 consagra uno de los valores fundamentales de las soeiedadés demo- *i'.
~
humano~" designa la contra~ción, el transporte, el traslado, el alojamiento
cráticas. El primer apartado de este artículo no prevé restricciones, en .lo que ~ o la acogida de personas mediante amenazas de recurrir a la fuerza, recurso
contrasta con la mayoría de las cláusulas normativas del Convenio y de los i a la ~uerza o cualquier ~tra forma de obligación, mediante rapto, fraude,
Protocolos núms. 1 y 4, y según el artículo 15.2 no autoriza ninguna excep- ¡ engano, abuso de autondad o de una situación de vulnerabilidad o me-
di?11 te la oferta o la aceptación de pagos o ventajas para obtenerel consenti-
ción incluso en casó de gúerra o de cualquier otro peligro público que ame- - 1 n:i~ento de una pers??ª q_ue te?~ª autoridad ,s~bre otra con fines de explota-
nace la vida de la nación[ ... ]». l cion .. L~, ex~lotacion_ mclmra, como mimmo, · la explotación de la
Dada.la ausencia de una definición de «esclavitud» y «servidumbre» en ~1 prosntu_ci_on ajena o bien otras formas de explotación sexual, el trabajo o
los ~ervicios forzados, la esclavitud o prácticas similares a fa esclavitud, la
el Convenio, las respuestas han de encontr,arse en la normátiva intemadonal
sobre la materia: el Convenio sobre la esclavitud, de 25 de séptiembre de
~ servidumbre o la extracción de órganos; b) El consentimiento de una víc-
1926, modificado el 7 de diciembre de 1953 y por la Cpnvern::ión _comple- 1 tima de la "trata de s:res humanos" ante una posible explotación, tal y
como se define en el parrafo (a) del presente artículo, se considerará irrele-
mentaria de 7 de septiembre de 1956, que asimila esclavitud y servidum- !
vante cuando se utilice uno cualquiera de los medios enunciados .en el
bre (5). · · 1
¡ párrafo_ (a); c) la c?!ltratación, el transporte, el traslado, el alojamiento o
! la acogida de un mno con fines de explotación tendrán la consideración
En _el artículo 7 se incluyen las siguientes definicümes: ¡ de "~ta de seres h~manos'', aunque no apelen a ninguno de los medios
1 enunciados en el parrafo (a) del presente artículo;· d) el término «niño»
a) La «esclavitud», tal tomo está definida en d Convenio sobre la Escla-
vitud de 1926, es el estado o condición de la.S personas sobre las que; 'se
ejercen todos o parte de los poderes atribúidos al ·derecho de propied~<l, y
i
!
designa a toda persona de menos de dieciocho años de edad· e) el término
"víctima" designa a toda persona fisica sometida a la trata de ~eres humanos
tal y como se define en el presente artículo».
«esclavo» es toda persona en tal estado o condici~m; ·
En el artículo 4.2 del Conveniq_ -«Nadie podrá ser constreñido a realizar
b) La expresión «persona de condición servil» indicá toda persona co- un trabaJo forzado u obligatorio»-, además de la dignidad personal se pro-
locada en la condición o estado que resulta _de alguna de las instituciones o tege la libertad para realizar actividades laborales, sean del tipo que sean.
prácticas mencionadas en el artículo 1 de la Convención; Tampoco el Convenio define lo que sea un trabajo forzado u obligatorio,
c) «Trata de esclavos» significa y abarca todo acto de captura, de adqui- pero sí contamos con jurisprudencia sobre el particular: así, en el asunto Van
sición o de disposición de una persona con intención de someterla a esclavi- der Mussele c. Bélgi,ca, de 23 de noviembre de 1983, en el que se de_nunciaba,
tud; todo acto de adquisición de un esclavo con intención de venderlo o de entre otras cosas, que el demandante, abogado en prácticas, había sido san-
cambiarlo; todo acto de cesión por venta o cambio de una persona, ádql}irida cionado por renunciar a seguir prestando asistencia jurídica gratuita sin ha-
con intención de venderla o cambiarla, y, en general, todo acto de comercio ber percibido retribución alguna ni reembolso de sus gastos. Recuerda el
o de transporte de esclavos, sea cual fuere el medio de transporte emple<tdO». Tribunal que
. «los redactores del <:onvenio Europeo se han inspirado en gran me-
No obstante, la longevidad de estos Convenios y las profundas transfor- dida en u~ trai;_ado antenor de la Organización Internacional del Trabajo:
maciones socioeconómieas experimentadas permiten concebir formas de es- el Convemo m~me_ro 29 referente ~ trab~jo forzado -u obligatorio. Apro-
clavitud no definidas hace 50 años, pero que no por ello deben quedar huér- bad~ el, 28 de Juni~ de 1930, entro en vigor el 1 de mayo de 1932 y se
fanas de protección. En esta línea, el Tribunal.ha recordado, a propósito del modifico -en sus clausulas finales- en 1946. Este convenio imponía a los
trabajo forzoso, «que el derecho debe interpretarse a la luz de las concepcio- Estados la obli&ación "de suprimir el trabajo forzado u obligado" (artículo
nes existentes en nuestros días en un Estado democrático» (Van der Mussele 1.1). _Les autonzaba a mantenerlo durante un "período transitorio" hasta
c. Bélgi,ca, de 23 de noviembre de 1983, p: 32; asimismo, véase el asunto su "su~resión total", pero '.'~nicamente para fines públicos y con carácter
Guzzardi c. Italia, de 6 de noviembre de 1980, p. 95). ex~epcional Y. en. las condmones y con las garantías estipuladas" por los
aruculos 4X sigwentes (artículo 1.2). En un principio trataba de impedir
Por su parte, el Convenio sobre la l~cha contra la trata de seres humanós la explotaci~::m de la mano de obra en las colonias, que todavía era numerosa
«Se aplicará a todas las formas de trata de seres humanos, nacionales o trans- en a9uella epoca. El Convenio núm. 105, de 25 de junio de 1957, que entró
nacionales, relacionadas o no con la delincuencia organizada» (artículo 2). ~n vig?r el 17 de enero de 1959, lo completó al prescribir "la abolición
Según el artículo 4, · · mmediata y completa de todo trabajo forzado u obligatório" en los casos
que se enumeraban» (p. 32).
(5) Cfr. http://www.unhchr.ch/spanish/hnnl/menu3/b/30 sp.htm. El Tribunal toma como punto de partida el artículo 2.1 del Convenio
1 ~
¡-
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40 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 41
núm. 29, para precisar lo prohibido por el artículo 4.2, «todo trabajo o servi- Según el Tribunal «el apartado 3 no tiene por cometido limitar el ejerci-
cio exigido a un individuo bajo la amenaza de una pena cualquiera y para el cio del derecho garantizado en el apartado 2; sino "delimitar" el contenido
que el individuo no se ha ofrecido por propia voluntad». Con la expresión de este derecho: forma un todo con el párrafo 2º y menciona lo que no debe
«trabajo o servicio» se incluye tanto el trabajo manual como el que no lo es. considerarse como trabajo obligatorio o forzado, lo que estos términos no
Para el Tribunal el trabajo «forzado» «evoca fa idea de una coacción _ engloban ("shall not include'). Contribuye así a la interpretación del apartado
fisica o moral»; la expresión trabajo «obligado» iio puede aplicarse a una 2. Sus cuatro párrafos [artículo 4.3 a), 4.3 b), 4.3 c) y 4.3 d)], por encima de
obligación jurídica cualquiera (por ejemplo, un trabajo a realizar en virtud su diversidad, se basan en las ideas maestras del interés general, de la solidari-
de un -contrato libremente aceptado); _«debe trat;arse de un trabajo exigido dad social y de la normalidad. El último de ellos, el párrafo d) aparta de la
bajo la amenaza de una pena y además cónira la voluntad del interesado, noción de trabajo forzado u obligatorio todo trabajo o seIVicio que formando
para el que no se ha ofrecido por propia voluntad» (asunto Siliadim c. Francia, parte de las obligaciones civiles normales revista una importancia especial eri
cit. p. 11 7). él contexto del caso» (p. 38) (asunto Van derMussele c. Bélgfra, cit).'

El Tribunal se vale también de la doctrina de la Comisión en la materia Los diversos supuestos descritos en el apartado 3 sirven así como crite-
y «sobre la base de una jurisprudencia que se remonta a 1963 (resolución rios de delimitación del objeto del derecho, pues esas situaciones quedan
sobre la admisión de la demanda número 1468/1962, en el c;aso !versen c. excluidas desde el principio de la garantía del Convenio. Los cuatro aparta-
Noruega) y confirmada por ello desde entonces, la Comisión opina que no dos contemplan expectativas de conducta que en ningún caio gozarán de la
existe trabajo forzado ni obligatorio en el sentido del artículo 4.2, del Conve- protección dispensada por el derecho a la dignidad y a la libertad. De esta
nio Europeo, sin la conjunción de otras dos condiciones: que el trabajo que manera, el Convenio acota su ámbito normativo expresando lo que no
fonha
debiere realizarse no sea sólo contra la voluntad del interesado, sino que parte de su objeto y, en consecuencia, qué es lo que ese derecho no garan-
además la obligación de realizarlo debe revestir el carácter de "injusta" u tiza. Veremos con algo más de detalle estas delimitaciones.
"opresiva" o que su ejecución represente "realmente una carga" o, en otros
términos, sea inútilmente penosa o vejatoria» (p. 37). El Tribunal estirria,
!
~ 3.1. «Todo trabajo exigi,do normalmente a una persona privada de libertad en las
finalmente, que el «trabajo remunerado también puede revestir un carácter 1 condiciones previstas en el artículo 5 del presente Convenio o durante su
! libertad condicional»
forzoso y obligatorio» (p. 40). •
Aplicando estos criterios se ha concluido que no es trabajo forzoso la Se trata del trabajo que se exige a las personas que tienen restringida
imposición a los abogados en prácticas de la asistencia jurídica (asunto Van 1
i
su libertad por estar internadas en un establecimiento penitenciario o por
der Mussele), ni de gravámenes a los desempleados que rechazan una oferta i encontrarse en situación de libertad condicional. Es un caso típico de rela-
de trabajo (decisión de la Comisión de 13 de diciembre de 1976), la reduc- !¡ ción de sujeción especial; es decir, de situación jurídica en la que se encuen-
ción de honorarios notariales a favor de entidades sin ánimo de lucro (deci- tran los individuos sometidos a una potestad administrativa de autoorganiza-
sión de la Comisión de 13 de diciembre de. 1979) o la obligación de ejercer i
j
ción más intensa de lo normal, como ocurre, por citar otros casos, con los
una profesión (odontólogo) de forma temporal en un sitio determinado l funcionarios, los escolares y los concesionarios de servicios públicos. En estas
(asunto !versen c. Noruega). 1 relaciones el contenido de ciertos derechos puede tener una extensión me-
nor, debido a su coexistencia con los bienes y funciones constitucionales para
3. LA DELIMITACIÓN DE LAS CONDUCTAS PROHIBIDAS cuyo servicio se ha instituido la relación de sujeción, c_omo puede ser, por
ejemplo, la reinserción social de la persona que ha sido condenada (véase_el
En el artículo 4.3 se excluye de la consideración de «trabajo forzado u asunto Hirst c. Rei,no Unido [núm. 2], de 6 de octubre de 2005, pp. 12 y 14)
obligatorio» en el sentido del presente artículo: «a) Todo trabajo exigido (Documento núm. 49).
normalmente a una persona privada de libertad en las condiciones previstas
en el artículo 5 del presente Convenio o duránte su libertad condicional. b) En el asunto De Wilde, Ooms y Versyp c. Bélgi,ca, de 18 de junio de 1971, el
Todo servicio de carácter militar o, en el caso de objetores de concieneia en Tribunal consideró que la obligación de trabajar impuesta a los declarados
los países en que la objeción de conciencia sea reconocida· como legítima, vagabundos «no ha rebasado los limites de la "normalidad", en el sentido del
cualquier otro servicio sustitutivo del servicio militar obligatorio. c) Todo artículo 4.3.a) de Convenio, por cuanto buscaba su rehabilitación y se basaba
servicio exigido cuando alguna emergencia o calamidad amenacen la vida o en un texto general, el artículo 6 de la Ley de 1891, equivalente al que existe
el bienestar de la comunidad. d) Todo trabajo o servicio qué forme parte de en varios Estados miembros del Consejo de Europa. Por tanto, las autorida-
las obligaciones cívicas normales». des belgas no han incumplido las exigencias del artículo 4» (p. 90).
42 lAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 43

La libertad· condicional fue analizada en el asunto Van Droogenbroeck c. rio" aquello que los términos que le siguen no engloban ('shall not include').
Bélgica, de 24 de junio de 1982, donde el Tribunal concluyó que «el artículo Contribuye de este modo a la interpretación del apartado 2. Sus cuatro suba-
4.3, a), permite el trabajo que se exige normalmente a personas, como su- partados, más allá de su diversidad, reposan sobre las ideas maestras del inte-
cede en el presente caso, cuya privación de libertad no infringe el apartado rés general, la solidaridad social y la normalidad» (p. 22).
1 del artículo 5. A mayor abundamiento, el trabajo exigido al señor Van
Droogenbroeck no excedió de los límites "normales" en la materia,. puesto El Tribunal «estima que el servicio obligatorio de bomberos se. encuen-
que intentaba ayudarle a reintegrarse a la sociedad, y se basaba en· textos tra entre las "obligaciones cívicas normales" en el sentido del artículo 4.3.d)».
análogos a los existentes en algunos Estados niiembros del Consejo de Eu- Constata también que la ·contribución a pagar, llegado el caso -en lugar
ropa» (p. 59). de la contribución personal-, se entiende, según el Tribunal Constitucional
Federal, como una «contribución compensatoria». Por tanto, concluye que
3.2. «Todo servicio de carácter militar o, en el caso de objetores de conciencia en ws en razón del estrecho vínculo_ con la obligación de servir, la obligación de
países en que la objeción de conciencia sea reconocida como legítima, cualquier pagar se deriva igualmente del artículo 4.3.d) (p. 23). En palabras del Tribu-
otro servicio sustitutivo del servicio militar obligatorio» nal, · ·. ..

De acuerdo con el Convenio tampoco en- estas situacfones, igualmente «Independientemente.de la cuestión de saber sí.existen, hoy día,. razo-
de sujeción especial, nos encontramos ante un trabajo forzoso. El Tribll.nál nes para tratar diferentemente a los hompres y a l~ ml!jeres respecto del
no se ha pronunciado sobre este apartado, aunque sí lo ha hecho la CÓmi- cumplimiento del servicio obligatorio de bomberos, .tm elemento_ es deci-
sión en varios casos. En uno de ellos el Estado demandado fue España y la sivo en lo que nos ocupa: la susodicha obligación sólo existe ante el derecho
demanda se cuestionaba que el servicio militar y la prestación s_ocial sustiti.Ito- y en la teoría. Siendo siempre el número de voluntarios suficientes, ninguna
persona de sexo masculino se ha visto obligado en la práctica a cumplir el
ria únicamente obligasen a los hombres; la Comisión (asunto Crespo Azorín c. servicio de bomberos. La contribución financiera ha perdido -no de_ dere-
España, de 17 de mayo de 1990), resolvió que «el derecho de objeción de cho, pero sí de hecho- su carácter compensatorio para devenir la única
conciencia no figura, al menos con ese nombre, entre los reconocidos por obligación real. Una diferencia de tratamiento fundada en el sexo apenas
la Convención». podría justificarse para el pago de tal contribución. Por tanto, existe una
violación del artículo 14 en relación con el artículo 4.3.d) del Convenio»
3.3. «Todo servicio exigido cuando alguna emergencia o calamidad amenacen la (pp. 28 y 29). .
vida o el bienestar de la comunidad» y "Todo trabajo o servicio que forme
parte de las obligaciones cívicas normales» . • . 4. LA TITULARIDAD DE LOS DERECHOS
Ambos supuestos excluyen del carácter prohibido del trabajo forzoso los
La protección que ofrece el apartado 1 del artículo 4 es de titularidad
supuestos de obligaciones cívicas, tanto en situaciones de emergencia (c)
universal, por lo que toda persona fisica, con independencia de su nacionali-
como en condiciones normales (d). No obstante, la letra c) menciona exclu-
dad, sexo, edad o cualquier otra condición puede recabar su tutela.
sivamente los servicios, no los trabajos, quizá con el propósito de incidir eri
la idea de colaboración. ·
En el artículo 3 del Convenio 197 del Consejo de Europa sobre la lucha
El Tribunal no se ha pronunciado sobre la letra c) pero sí sobre la letra contra la trata de seres humanos, ya citado, se prevé que «el disfrute de las
d) en el asunto Karlheinz Schmidt c. Alemania, de 18 de julio de 1994. El medidas destinadas a proteger y promover los derechos de lás víctimas de-
demandante se quejó de haber tenido que pagar una contribución de 75 berá garantizarse sin discriminación alguna, ya esté basada en el sexo, la raza,
marcos, de conformidad con lo establecido en una Ley de Baden-Württem- el color, el idioma, la religión, las opiniones políticas o cualquier otra opi-
berg que impone a los hombres, pero no a las mujeres, la obligación de nión, el origen nacional o social, la pertenencia a una minoría nacional, la
efectuar un servicio de bomberos o, dado el caso, de pagar una cantidád de situación económica, el origen o cualquier otra situación». En el artículo 4.b
dinero. Se considera víctima de una discriminación basada en el sexo contra- se precisa que «el consentimiento de una víctima de la "trata de seres huma-
ria al artículo 14 del Convenio en relación con el artículo 4.3.d). nos" ante una posible explotación, tal y como se define en el párrafo. (a) del
presente artículo, se considerará irrelevante cuando se utilice uno cualquiera
El Tribunal declaró que ese apartado «no tiene por objeto autorizar la de los medios enunciados en el párrafo (a)».
"limitación" del ejercicio del derecho garantizado por el apartado dos, sino
"delimitar" el contenido mismo de este derecho: forma un todo con el apar- Están obligadas a respetar las prohibiciones mencionadas tanto las perso-
tado 2 y dice que "no puede considerarse" como "trabajo forzado u obligato- nas públicas, cualquiera que s~a su naturaleza jurídica, como las privadas.
44 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 45
5. LA DEROGACIÓN y sus ÚMITES
r d) Si se trata de la privación de libertad de un menor en virtud de una
orden "legalmente acordada con el fin de vigj,lar su educación o de su detención,
. Según lo dispuesto en el artículo 15 del Convenio (Derogación ~n caso conforme a derecho, con el firi de hacerk comparecer ante la autoridad competente;
de estado de excepción),
e) Si se trata de la privación de libertad, conforme. a derecho, ~ una
«l. En caso de guerra o de otro peligro público que amenace la vida
persona susceptibk de propagar una enfermedad contagj,osa, de un enajenado, de
de la nación, cualquier Alta Parte Contratante podrá tomar medidas que
deroguen las obligaciones previstas en el presente Convenio en la, estricta un alcohólico, de un toxicómano o de un vagabundo; · .
medida en que lo exija la· situación, y a rnndic::ión de que. tales medidas j) Si se trata de la detención o de la privación de libertad, conforme a
no estén en contradicción con las restantes obligaci~nes _que dimanan del derecho, de una persona para impedir que su entrada ikgal en el territorio o
derecho internacional. contra la cual esté en curso un procedimiento de expulsión o extradición.
2. La disposición prec(!dente no autqriza ninglll!a derogación del ar- 2. Toda persona detenida debe ser informada, en el plazo más breve posibk
tículo 2, salvo para el cas9.de muertes resultantes de actos lícitos; de guerra, y en una kngua que comprenda, de los motivos de· su· ditención y de cuaU¡uier
ni de los artículos 3, 4 (párrafo 1) y 7. , ;, ;
acusación formulada C07ltra. ella.
3. Toda Alta Parte Contratante que ejerza este derecho de derogación
tendrá plenaniénte informado al Secretario· General del Consejo de Europa 3. Toda persona detenida o privada de libertad en las cündicionesprevistas
de las medidas tomadas y de los motivos que las han inspirado. Deberá en el párrafo l.c, del pre5ente artículo deberá ser conducida sin dilación apresen,-
igualmente informar al Secretario General 'del Consejo de· Eliropa de la cia de un juez o de otra autoridad habilitada por 'la _ley para ejercer poder_es
fecha en que esas medidas hayan dejado de estar en vigor y las disposiciones judicial,es, y tendrá derecho a ser juzgada en un plazo razonabk o a ser puesta en
del Convenio vuelvan a tener plena aplicación». ·· ·· libertad durante el procedimiento. La puesta en libertad puede ser condicionada a
. una garantía que asegure la comparecencia del interesado q, juicio.
Como se aprecia en este precepto, el artículo 4.1 no es ·susceptible de
derogación (quizá sería más correcto hablar de súspensión}; cosa que sí 4. Toda persona privada de su libertad mediante detención o interna-
puede ocurrir con el trabajo forzado u obligatorio. miento tendrá derecho a presentar un recurso ante un órgano judicia~ a fin de
que se pronuncie en breve plazo sobre la "legalidad de su privación de libertad y
No obstante, como ha recordado el Tribunal, para que. sea admisible ha ordene su puesta en libertad si fuera ikgal.
de tratarse de una situación excepcional de peligro para el· Estado y las con- 5. Toda persona víctima de detención o de una privación de libertad con-
cretas medidas que se adopten han de ser proporcionales, ineludibles y de trarias a las disposiciones de este artículo tendrá derecho a una reparación».
la mínima duración posible (asuntos Lawl,ess c. Irlanda, de 1 de julio de 1961,
e Irlanda c. R.eino Unido, de 18 de enero de 1978). 1. EL DERECHO A LA LIBERTAD YA LA SEGURIDAD
El artículo 5 del Convenio establece una garantía frente a una de las
IV. Derecho a la libertad y a la seguridad medidas tradicionales de represión: la privación de la libertad personal. Una
medida de esta severidad merece la instauración de un importante número
Artículo 5 de cautelas y salvaguardas que eviten la arbitrariedad. Con este objetivo el
«l. Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad. Nadie puede artículo 5 impone un conjunto de deberes a los Estados firmantes, cuyo cum-
ser privado de su libertad, salvo en los casos siguientes y con arreglo al procedz- plimiento minimiza el riesgo de una privación arbitraria de la lib<';rtad fisic;a.
miento estabkcido por la ley:
El Tribunal há establecido que el derecho a la libertad y 'a la seguridad
a) Si ha sido privado de libertad "legalmente en 'virtud de una sentencia es· de titularidad universal, lo cual incluye a sujetos t:ail variados como los
dictada por un tribunal competente; menores de edad (asunto Bouamar c. Béfgi,ca, de 29 de febrero de 1988), los
b) Si ha sido detenido o privado de libertad,. confürme a derecho, por desobe- condenados por sentencia: firme (asunto Weeks c. R.eino Unido, de 2 de marzo
diencia a una orden judicial o para asegurar el eumplimiento de una obligación de 1987) o los miembros de las fuerzas armadas (asúnto Engel c. Holanda, de
estabkcida por la ley; · · · · ·· 8 de junio de 1976).
c) Si ha sido detenido y privado de libertad, conforme a derecho, para El apartado 1 del artículo 5 realiza una enumeración de los supuestos
hacerk comparecer ante la autoridad judicial competente, cuando existan indicios en los que puede llevarse a cabo una privación de libertad, si bien se trata
racional,es de que ha cometido una in.fracción o cuando se estime nece5ario para de una relación que no agota todos los supuestos. Aunque el Tribunal ha
impedirk que cometa una in.fracción o que huya después· de haberla cometido; reconocido que el listado merece una interpretación restrictiva (asuntos En~
46 lAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
A. . ESI'UDIO PRELIMINAR 47

gel c. Holanda de 8 de junio de 1976 y Ciulla c. Italia, de 2 de febrero de 1989, dones o internamientos en contextos civiles o administrativos (jecius c. Litua-
entre otros), al mismo tiempo ha admitido l~ licitud de supuestos ausentes nia, de 31 de julio de 2000 y Wloch c. Polonia, de 19 de octubre de 2000). ·
en el listado recién citado (asunto Wztold Litwa c. Polonia, de 4 de abril de Con este presupuesto, la jurisprudencia ha estimado conforme al ar-
2000). tículo 5 que no se presenten cargos contra la persona detenida o internada
en el momento de la comparecencia ante la autoridad. Asimismo, el Tribunal
1.1. ·Privación de libertad por un sujeto condenado penalmente ~ virtud de ha insistido en la importancia de la finalidad de la medida, c~ya consecución
sentencia didada por un Tribunal competente · · ·
puede alcanzarse aportando medios de prueba en un momento posterior a
la comparecencia (asúnto Erogan c. Reí.no Unido de 29 de noviembre de 1988
, Según el T.ribunal, un sujeto «condenado» (o «penado», en terminolo-
[Documento núm. 8}). A pesar de esta interpretación amplia del precepto, el
gia del Conv~mo) es aquel que ha sido declarado culpable de acuerdo con
la Ley (asuntos Van_Droogenbroeck c. Bélgica, de 24 de junio de 1982 y Wemhoff Tribunal ha compensado estas aperturas con lecturas más garantistas. Así,
vs Alemania, de 27 de junio de 1968, entre otros). .· . fa detención debe producirse siempre que existan indicios racionales de la
culpabilidad del detenido, lo que obliga a las autoridades a aportar hechos
. En ~~anto al Tribun~ competente, la jurisprudencia ha en: tendido que o informaciones que permitan al órgano jurisdiccional valorar si existen indi-
1~ejec.uc10n de la Sentencia de condena puede realizarse por parte del poder cios suficientes para acordar la detención (asuntos Fox, Campbell y Hart!,ey c.
ejec~~vo (asunto Weeks c. Reí.no Unido, de 2 de mano _de 1987). Incluso se ha Reí.no Unido, de 30 de agosto de 1990, Murray c. Reí.no Unido, de 28 de octubre
adm1t;ido la posibilidad de q~e ·1as medidas de ejecución recaigan sobre las de 1994 y Elci c. Turquía, de 13 de noviembre de 2003).
auton~ad~s de otro Estado rmembro (Drozd y Janousek c. Francia y.España, de
1. 4. Internamiento de un menor en virtud de una orden legalmente acordada con
26 de JUillO de 1992). No obstante, el Tribunal ha exigido que las medidas
el fin de vigilar su educación, o detención confomie a derecho con el fin de
de ejecución deben gu~dar un~ es~~ta reladón entre los hechos qu~ justifi-
caron la pena y la medida de ejecucion; · . · hacerl.e comparecer ante la autoridad competente .
Este supuesto cuenta con un ámbito de aplicación limitado, pues el Tri-
1. 2. Detención preventiva o internamiento, confomie a derecho, por desobediencia a bunal ha afirmado que sólo es relevante cuando la orden· de internamiento
una orden judicial para asegurar el cumplimiento de una obligación es fruto de una decisión del poder público, y no de la familia del menor. En
establecida por la Ley . este segundo caso, la lesión afectaría al derecho a la vida familiar, previsto
en el artículo 8 del Convenio (asunto Nielsen c. Dinamarca, de 28 de noviem-
Este supuesto ha planteado varias dudas en lo que arecta a su inciso bre de 1988).
final, .al referirse al cumplimiento de «una obligación establecida por la Ley».
El T~bunal se h~ ocupado de concretar los términos de esta previsión, esta- El Tribunal ha reconocido igualmente que el internamiento puede venir
blec1end~ q~~ solo ca~e la detenc_ión cuando se. trate del cmilplimiento de precedido de un período en prisión provisional, siempre y cuando se trate
«Una obhgac10n específica y concreta que el obligado todavía no ha satisfe~ de una situación transitoria que garantice posteriormente el internamiento
cho» .<asuntos Per_ks_ c. Reí.no Unido, de. 12 dé octubre de 1999 y Norfaéka c. para proceder a una educación vigilada (asunto Bouamar c. Bélgica, de 29 de
Polonia, de 3 de ~ic1embre de ~002~ ~ A la hora de enjliiciar la proporcionali- febrero de 1988).
dad entre la finalidad de la obligac10n y la detención, el Tribúnal ha estable-
cido. que debe tomarse en consideración la naturaleza de la obligación, su 1.5. Internamiento, confomie a derecho, de una persona susceptible de propagar
fi~alidad, la duración de la detención y las drcuns~cias particulares del una enfermedad contagiosa, de un enajenado, de un alcohólico, de un
sujeto afectado (asunto Vasileva_c. Dinamarca, de 3 de _diciembre de 2002). . toxicómano o de un vagabundo

1.3. Detención preventiva o internamiento, conj017(le a Do/.echo, p~ra hacer


Por lo que respecta a los enajenados, el Tribunal ha impuesto tres condi-
ciones previas a la orden de internamiento: es :aecesario que la decisión vaya
comparecer ante la autoridad f1,idicial competente, cuando. exi$tan indidos
racionales de que se ha cometido una infracción o cuando se estime. nel:esario precedida de informes periciales que aporten criterios suficientes para c:;sti-
para impedir que se cometa una infracción o que se produz~a un~ h"uida mar el estado psicológico del sujeto; asimismo se exige que exista proporcio-
después de haberse cometido ·· nalidad entre el grado de enajenación y la medida de internamiento, al
tiempo que, en tercer lugar, la duración del internamiento debe es<;ar vincu,.
El Tribunal ha reconocido que este supuesto es de aplicación única- lada al estado de enajenación del sujeto (asunto Wzntcrwerp c. Holanda, de 24
mente en el curso de un proceso de naturaleza penal, exduyendo así deten-' de octubre de 1979 [Documento núm. 7]). .
48 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
l A. ESTUDIO PRELIMINAR 49

Mayores problemas plantea el término «vagabundo» dada su ambigüe- La conducción ante el órgano jurisdiccional o autoridad debe realizarse
dad, lo que ha llevado al Tribunal a remitirse a la legislación interna de cada «sin dilación», algo que debe valorarse de acuerdo con el contexto de cada
Estado (De Wilde, Ooms y Versyp c. Bélgi,ca, de 18 de junio de 1971 [Documento asunto. En cualquier caso, el Tribunal ha enjuiciado con suma severidad las
núm. 91), aunque imponiendo una serie de límites. Así, el Tribunal ha esta- razones esgrimidas por los Estados a la hora de justificar detenciones superio-
blecido que la legislación interna no puede aplicar la condición de «vaga- res a cuatro o cinco días. Así, en el asunto Erogan c. R.ei,no Unido, de 29 de
bundo». a personas que no se encuentren en situación de desamparo, por el noviembre de 1988 (Documento núm. 8); el Tribunal estimó que la lucha anti-
simple hecho de que las autoridades las considereri peligrosas (asunto Guz- terrorista no justificaba una ampliación del período de detención: La misma
zardi c. Italia, de 6 de noviembre de 1980). Probleinas similares plantea la respuesta ha merecido el hecho de que las investigaciones policiales siguie-
noción de «alcohólico», que en opinión del Tribunal se circunscribe a aque- ran abiertas (asunto Demir c. Turquía, de 23 de septiembre de 1998).
llas personas que son adictas al alcohol. Cuando estas personas co:r:istituyan
una amenaza para el orden público o para ellos nrismós ·está plenamente 4.. LA PRISIÓN PROVISIONAL Y EL DERECHO A SER JUZGADO EN UN PLAZO RAZONABLE
justificada la privación de libertad, sin que sea suficiente la mera ingesta de El Tribunal ha confirmado a lo largo de su jurisprudencia que el inido
bebidas alcohólicas (asunto Wztold Litwa c. Polonia, de 4 de abril de 2000).
de la prisión provisional se produce en el momento de la detención, finali-
zando el día en que se dicte la Sentencia que ponga fin al proceso (asunto
2. EL DERECHO A SER INFORMADO DE LOS MOTIVOS DE DETENCIÓN
Wemhoff c. Alemania, de 27 de junio de 1968).
El Tribunal ha reconocido e.!lte derecho; recogido en el apartado 2 del En cuanto a los motivos que sustentan ·la or.den de prisión provisional,
artículo 5, a un número mÚy amplio de sujetos, exigiendo su cumplimiento el Tribunal ha insistido en la necesidad de que existan indicios· razonables
para todo supuesto de privación. de libertad, lo que incluye la detención en de la comisión de un delito. No obstante, el Tribunal ha requerido igual-
el curso de todo tipo de procedimientos. Así, la jurisprudencia ha atribuido mente la existencia de motivos adicionales que justifiquen la decisión del
al término «detención» del apartado 2 una definición autónoma, que abarca juez. Así, la jurisprudencia ha estimado adecuado, entre otros motivos, el
no sólo a las causas. penales, sino también a otras formas provisionales de riesgo de fuga (Letellier c. Francia, de 26 de junio de 1991), el riesgo de altera-
privación de libertad (asuntos Fox, Campbell y Hartley c. R.ei,no Unido, ~e 30 de ción o destrucción de pruebas (Imre c. Hungría, de 2 de diciembre de 2003),
agosto de 1990, Xc. R.ei,no Unido, de 5 de noviembre de 1981 y Van del Leer c. el riesgo de reincidencia en la comisión del delito (Stog;muller c. Austria, de
Holanda, de 21 de febrero de 1990). 10 de noviembre de 1969) o la protección de las víctimas o denunciantes
Asimismo, el Tribunal ha establecido que el derecho a ser informado (I.A. c. Francia, de 23 de septiembre de 1998).
requiere, igualmente, que dicha información _sea rápida (Fox, Campbell y Har:.
5. EL DERECHO A INTERPONER UN RECURSO CONTRA LA ORDEN DE PRIVACIÓN DE
tley c. R.ei,no Unido, cit.), completa (Lamy c. Bélgi,ca, de 30 de marzo de 1989)
LIBERTAD
e inteligible (Fox, Campbell y Hartley c. R.ei,no Unido, cit.).
El derecho a interponer un recurso, recogido en el apartado 4 del ar-
3. EL DERECHO A SER CONDUCIDO SIN DILACIÓN ANTE UN JUEZ UOTRA AUTORIDAD tículo 5, admite dos lecturas diferenciadas pero complementarias. Por un
lado, cuando el imputado es juzgado y condenado por Sentencia firme, el
El derecho a ser conducido ante el órgano jurisdiccional se encuentra derecho a interponer un recurso se entiende salvaguardado por el transcurso
recogido en el apartado 3 del artículo 5, y se expresa en unos términos lo del proceso. Cosa bien distinta sucede cuando la detención tiene un carácter
suficientemente amplios como para no requerir necesariamente la presencia administrativo, como sucede en los supuestos de menores, vagabundos o en-
de un juez. El Tribunal tuvo la oportunidad de concretar a qué se refiere el fermos psíquicos, donde el cumplimiento del derecho es algo más complejo;
Convenio cuando menciona a «Otra autoridad» en el asunto Schiesser c. Suiza, Así, el Tribunal ha reconocido que en este segundo supuesto el Estado es~
de 4 de diciembre de 1979. Para que se dé esta condición; dicha autoridad
obligado a garantizar una vía de recurso adecuada que salvaguarde el C~J?h­
debe desempeñar «poderes judiciales» y, asimismo, garantizar una serie de
miento del artículo 5 del Convenio (asunto De Wzlde, Ooms y Versyp c. Belgica,
requisitos procedimentales, concretamente los que afectan a la independen-
de 18 de junio de 1971 [Documento núm. 91).
cia e imparcialidad del órgano, al trámite de audiencia y a la motivación de
sus decisiones con arreglo a Derecho. Asimismo, sólo serán considerados Respecto del «órgano judicial», el Tribunal ha admitido la licitud del
como «autoridad» aquellos órganos con potestades para ordenar la puesta recurso ante autoridades administrativas, siempre y cuando cumplan las con-
en libertad del particular afectado (De ]ong, B.aljet y Van den Brink c. Holanda, diciones exigidas de las «autoridades» contempladas en el apartado 3 del
de 22 de mayo de 1984). artículo 5 (asuntos De Wzlde, cit. y D.N. c. Suiza, de 29·de marzo de 2001).
50 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
A. ESTUDIO PRELIMINAR 51
6. EL DERECHO A LA REPARACIÓN e) a ser asistido gratuitamente de un intérprete, si no comprende o no habla
«Toda persona víctima de una detención preventiva o de un interna- la l.engua empl,eada en la audiencia».
miento contrarios al artículo 5 tendrá derecho a una indemnización», tal
como establece el apartado 5 del citado artículo; Este derecho surge con la El artículo 6 del Convenio es, con diferencia, el precepto más frecuente-
infracción de cualquiera de las obligaciones previ~tas en el artículo 5, abar; mente invocado ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Sus abun-
cando tanto los daños materiales como los no materiales,. siempre y cuand9 · dantes vertientes, unido a la naturaleza judicial del derecho, hacen de este
sean cuantificables (asunto Ciulla c. Italia, de 22 de febrero de 1989 y N. e: precepto uno de los vértices de todo el sistema europeo de garantía de dere-
chos. Por tanto no nos debe sorprender que la jurisprudencia del TEDH en
c. Italia, de 18 de diciembre de 2002)~ · ·
este ámbito sea espedalmente abundante, al igual que rica en matices,
En cualquier caso, esta previsión encuentra un obvio complemento en
el artículo 41 del Convenio, según el cual las partes perjudicadas podrán ser Aunque el artículo 6 se refiera a los litigios sobre «derechos y obligacio-
indemnizadas con una satisfacción equitativa por decisión del Tribunal. nes de carácter civil», el TEDH ha reconocido que el precepto abarca la
actuación del poder judicial de los Estados firmantes en todos sus órdenes
jurisdiccionales. En su abundante jurisprudencia se ha constatado la aplicabi-
V. Derecho a un proceso equitativo
j lidad del precepto al orden civil (asunto Le Compte, Van Leuven et De Meyere c.
Artículo 6
«l. Toda persona tiene derecho a que su causa sea oída equitativa, públi-
camente y dentro de un plazo razonab/,e, por un tribunal independiente e impar-
cial, estab/,ecido por la ley, que decidirá l.os litigjos sobre sus derechos y obligaciones
,•
.l:
Bélgjca, de 23 de junio de 1981), social (asuntos Feldlnugge c. Países Bajos y
Demeuland c. Aler¡tania, ambos de 29 de mayo de 1986), contencioso-adminis-
e
trativo (asunto Editions Periscope c. Francia, de 26 de marzo de 1992) incluso
constitucional (asunto Ruiz-Mateos c. España, de 23 de junio de 1993 [Docu-
mento núm. 11]) .
de carácter civil o sobre el fundamento de· cualquier acusación en materia penal
'~ 1. Los PRINCIPIOS DE LA BUENA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICiA

l
dirigjda contra ella. La sentencia debe ser pronunciada públicamente, pero el
acceso a la sala de audiencia puede ser prohibido a la prensa y al público durante
la totalidad o parte del proceso en interés de la moralidad, del orden público o de El artículo 6 CEDH ha dado pie a una abundante jurisprudencia sobre
la seguridad nacional en una sociedad democrática, cuando /,os intereses de /,os una variedad de aspectos ligados a la administración de justicia, que podría-
menores o la protección de la vida privada de las partes en el proceso así /,o erijan mos aglutinar bajo la rúbrica de los «principios de la buena administración
o en la medida en que será considerado estrictamente necesario por el tribunal, de justicia».
cuando en circunstancias especiales la publicidad pudiera ser perjudicial para
l.os intereses de la justicia. · .
1 Como parte integrante del derecho, el TEDH ha desarrollado la noción
de «Tribunal», avalando la posibilidad de que formen parte del mismo suje-
2. Toda persona acusada de una infracción se presume ir¡,ocente hasta que tos sin formación jurídica (Langborger c. Suecia, de 22 dejunio de 1989) u
su culpabilidad haya sido l.egalmente declarada. 1 órganos de composición plural en forma de jurado (asunto Pullar c. Reino
3. Todo acusado tiene, como mínimo, /,os siguientes derechos: Unido, de lOde junio de 1996). El mismo aval han recibi<fo órganos suma-
mente especializados, cuya composición se reduce a uno o dos miembI:os
a) . a ser informado, en el más breve plazo, ~ una l.engua que comprenda cualificados del mismo órgano que adoptó la decisión recurrida (British Ame:
y detalladamente, de la natura/,eza y de la causa de la acusación formulada rican Tobacco c. Países Bajos, de 20 de noviembre.de 1995).
contra él; ·
En cuanto a las funciones que debe desempeñar un Tribunal para reci-
b) a disponer del tiempo y de las facilidades necesarias para la preparación
bir tal consideración, en el aSunto Belil.os c.· Suiza, de 29 de abril de 1988, el
de su defensa; . ·.
TEDH estableció la siguiente doctriiia:
c) a defenderse por sí mismo o a ser asistido por un defensor de su e/,ección «Un "tribunal" se caracteriza, en. el sentido riia~eriai. del _ténnhio;. por
y, si no tiene medios para pagarl.o, poder ser asistido i!;ratuitamente por· un ab~ su función j~sdiccional: resolver, conforme a las reglaS del Derecho y "deS-
gado de oficio, cuando l.os intereses de la justicia /,o exijan; . _.. ~ pués de un procedimiento reglado, cualquier cuestión que dependa de su
d) a interrogar o hacer interrogar a ws testigos que declaren contra· él y a competencia. Ha de reunir también ilna serie de requisitos -independen-
obtener la convocación e interrogación de l.os testigos que declaren en su favor en cia, especialmente en relación al Poder Ejecutivo., imparcialidad, inamovili~
dad, garantías de procedimiento-varias de las cuales aparecen en elpropio
las mismas condiciones que l.os testigos que /,o hagan en su contra;
texto del artículo 6.1». ·
52 lAS SEN'fENCIAS BÁsICAS DEL!TRIBUNAL,EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 53

Como parte de estos'prfucipios de una buena administración de justicia, Comisario del Gobierno podía representar, para el particular recurrente lego
el artículo 6 CEDH impone igualmente unas salvaguardas dirigidas a garanti- en Derecho, un auténtico adversario en la contienda judicial. Así, el hecho
zar la independencia e imparcialidad de los Tribunales que ejercen la juris- de que el Comisario del Gobierno participe en las deliberaciones del Consejo
dicción. Ambas cualidades. no siempre son fácilmente diferenciables, tal y que sus conclusiones no sean objeto de contestación en el cur_so del proce-
como reconoció él propio TEDH en el asunto Langborger c. Suecia, antes ci- dimiento, dificulta su compatibilidad con el artículo 6 CEDH.
tado, pero puede concluirse que la independencia actúa como un elemento-
accesorio de la imparcialidad. 2. EL ACCESO A LA JUSTICIA
. .
La independenda de los Tribunales. ha sido caracterizada, en un nú- Aunque el derecho de acceso a: la justicia no se encuentre expresamente
mero importante de Sentencias, como una cualidad que distancia, material previsto en el artículo 6, :_el TEDH ha venido derivándolo del precepto a lo
y formalmente, al poder judicial de ·otros poderes del Estado. Así, el modo la,rgo de su jurisprudencia. A partir del asunto Golder c. /Jeino Unido, de 21 de
de designación de un Tribunal· puede determinar una lesión del artícllio 6 febrero de 1975 (Documento núm. 10), el Tribunal reconoció que
CEDH, pero la sospecha pueda resultar infundada si las normas reguladoras «Sin necesidad de recurrir a los "medios complementarios de interprc:!-
del Tribunal establecen mecanismos de abstención y recusación que garanti- . taeión" previstos en el artículo 32 del Convenio de Viena [... ] el artíéulo
cen la independencia del órgano (asuntos Campbell c. Reino Unido, de 28 de 6.1 garantiza a todos el derecho a que un Tribunal conozca de cualquier
junio de 1984; Belilos c. Suiza, antes citada; H. c. Bélgica, de 30 de noviembre litigio referente a sus derechos y obligaciones de carácter civil. Consagra,
de 1987 y Findlay c. Reino Unido, de 25 de febrero de 1997) .. · por tanto, "el derecho a un Tribunal", del cual el derecho de acceso, es
decir, el derecho de acudir al Tribunal en materia civil, no constituye más
La duración del mandato también ha sido un criterio importante a la que un aspecto» ..
hora de analizar la imparcialidad e independencia de un Tribunal, aunque Bien es cierto que este derecho, como parte integrante del artículo 6
el TEDH lo ha empleado con cierta flexibilidad. Así, en el asunto Ringeisen CEDH, se encuentra expuesto a una amplia diversidad en función de lo que
c. Austria, de 16 de julio de 1971, consideró que un mandato de cinco años disponga la legislación procesal de cada Estado. Será, por tanto, cada legisla-
era suficiente para asegurar la independencia del órgano, si bien un plazo dor nacional el encargado de articular los términos en que los particulares
idéntico, como el planteado en el asunto Incal c: Turqiiia, de 9 de junio de podrán ejercer sus derechos ante los Tribunales, pero teniendo siempre en
1988, fue considerado contrario al artículo 6 CEDl-1. E~te baile de criterios cuenta el límite externo que supone el artículo 6 CEDH (asunto Ashingdane
queda confirmado si nos detenemos en el asunto 'Campbell 'c. Reino Unido, c. Reino Unido, de 28 de mayo de 1985).
antes citado, donde el TEDH apreció que un mandato de tres años era con"'"
forme a las exigencias del ar~culo 6 CEDH, dado el hecho de que ~e trataba A lo largo de su jurisprudencia, el TEDH ha declarado conforme al
de un cargo sin remuneración. artículo 6 un régimen de prescripción para el ejercicio de acciones civiles
(asunto Stubbings y otros c. Reino Unido, de 23 de octubre de 1996; Tejedor
Pero el TEDH no .se ha contentado con garantizar unas cdndiCiones García c. España, de 16 de diciembre de 1997; Brualla Gómez. de la Torre c.
e
suficientes de imparcialidad independencia, pues también ha desaiTollado España, de 19 de diciembre de 1997 y Edificaciones March Gallego c: España, de
. con fruición la teoría de las' apariencias. Según dice la vieja m~a inglesa, 19 de febrero de 1998) o la obligatoriedad de la participación del Ministerio
justice must not only be done; it must al,so· be seen to be done. El TEDH ha dado Fiscal para que un particular pueda interponer un recurso contra autos en
sentido a esta afirthación con una foÍ'mulad6ri que Viene ya' reiterfudose en un proceso civil (Berger c. Francia, de 3 de diciembre de 2002).
su jurisprudencia, según la cu~ «no es posible reconducirse a una aprecia-
ción puramente subjetiva. En esta ID.ateri;i. incluso. las apariencias, p;u~den Cuando el TEDH considera que una condición procesal resulta excesiva-
· revestir una cierta importancia. [ ... ] L~.,qli~ es~ enjuego e_s la conffanza que:! mente gravosa para el interesado, llegando a tal extreIIlo que obstaculiza el
los tribunales deben inspirar a los ciudadanos en una sociedad democrática» acceso a la jurisdicción, se considera contraria al artículo 6 CEI)H. Así. ocu-
(asunto Piersack c. Bélgica, de 1 de octubre de 1982). Esta ci.octrhla ha sido rrió en el asunto Golder, antes citado, donde· 1a negativa del Ministerio del
duramente criticada por la doctrina, a8Í como por los .prbpÍqs Magistrados Interior a autorizar que un preso consultara con un abogado supuso una
del TEDH en varios Votos Particulares. El pronunciarriien~o más destacado restricción equivalente a una negación del derecho a la jurisdicción. Un
lo ha marcado el asurito K:ress c. Francia, de 7 de junio. de· 2001, donde se tanto de lo mismo sucedió en el asunto Stone Court Shippi.ng Company c. Es-
plantea,ba nada menos que la conformidad con el artículo 6 CEDH de lás paña, de 28 de octubre de 2003, al considerar contrario al artículo 6 CEDH
actuaciones del Comisario del Gobierno del Consejo de Estado, francés. Ape- la inadmisión de un recurso de casación por no haber sido presentado en
lando a la teoría de las apariencias, el TEDH llegó a lá. conclusión de que el plazo en el lugar que correspondía, sino ante un Juzgado de Guardia.
54 lAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL.EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESIUDIO PRELIMINAR 55

3. EL PRINCIPIO DE CONTRADICCIÓN Y IA IGUAIDAD DE ARMAS 4. LAs DIIACIONES INDEBIDAS


a
Entre los grandes principios que conforman_ el derecho un proceso Como parte del derecho a un proceso equitativo, el artículo 6, en su
equitativo, el TEDH ha tenido la oportunidad de desarrollar con especial apartado 1, consagra el derecho a que toda causa sea oída en un plazo razo-
detalle el principio de contradicción y su principio «gemelo»: la igualdad de nable. La naturaleza abierta de este mandato ha permitido al TEDH manejar
armas. con cierta flexibilidad esta vertiente del derecho, mostrando a lo largo de su
jurisprudencia que lo importante no es la «celeridad» en sí misma, sillo la
Desde los inicios de su jurisprudencia, el TEDH ha ofrecido una lectura importancia de que el proceso se desarrolle sin anomalías. Por tanto, es la
distinta de ambos principios en función del orden jurisdiccional en .el que correcta administración de justicia, en el marco de uil proceso concreto, lo que
se ha desarrollado el proceso. Así, el nivel de exigencia se ha endilrecido prima en el análisis de esta vertiente del artículo 6 (asuntos Buchhob:. c. Alema-
considerablemente cuando el TEDH enjuicia el transcurso de un proceso nia, de 6 de mayo de 1981 [Documento núm. 12); Süssmann c. Alemania, de 16
de naturaleza penal, ofreciendo,· en cambio, un mayor riivel de distensión de septiembre de 1996 y Trickovic c. Eslovenia, de 12 de junio de 2001).
controladora cuando se trata de un proceso civil. A partir de este doble están-
dar de control, podemos sintetizar la jurisprudencia dél TEDH en los .siguien- El momento a partir del cual comienza a correr el plazo para enjuiciar
tes términos. una dilación va a depender del orden jurisdiccional sobre el que realice su
análisis el TEDH. Así, cuando se trate de un proceso civil, el TEDH ha esta-
Por lo que respecta al principio de contradicción, el TEDH h,a estable- blecido que el inicio del proceso debe considerarse a partir del momento en
cido la siguiente doctrina: .. el que se ejerce la acción. En el ámbito administrativo, el tiempo empieza a
«el derecho a un procedimiento contradictorio implica, para una transcurrir desde el momento en que el particular manifiesta su oposición al
parte, la facultad de conocer las alegaciones o documentos presentados por acto administrativo recurrido ( KOnig c. Alemania, de 28 de junio de 1978). En
la otra, así como de discutirlas» (asunto Ruiz Mateas c. España, de 23 de t el ámbito penal, fue en el asunto StogmuUer c. Austria, de 10 de noviembre de

i
junio de 1993). · 1969, donde el TEDH delimitó las diferencias entre el derecho aun proceso
equitativo (art. 6.1 CEDH) y el derecho a la libertad y a la seguridad personal
El principio de contradicción es una exigencia aplicable a todas las fases
(art. 5.3 CEDH). En la sentencia citada el TEDH estableció:
del proceso, incluyendo la fase de ejecución así como todo incidente surgido '!
en el curso del mismo. En el ámbito penal, esta extensión del principio "[El artículo 6] se extiende a todos los justiciables y su objeto es prote-
abarca igualmente a la fase de instrucción (asilnto Jasper c. Rei,no Unido, de gerles contra la excesiva lentitud del procedimiento; en materia punitiva,
especialmente se propone evitar que la incertidumbre del inculpado sobre
16 de febrero de 2000).
En paralelo al principio de contradicción, debe destacarse la función
1 su situación se mantenga demasiado tiempo, aunque se encuentre en liber-
tad provisional. El artículo 5.3 se refiere solamente a las personas acusadas
que desempeña el principio de igualdad de armas, como manifestación del que se encuentran recluidas en prisión preventiva [... ] y se presenta como
un precepto independiente que produce sus propios efectos».
principio de igualdad en el ámbito procesal. Mientras el principio de contra-
dicción exige que todas las partes .cuenten con los mismos elementos docu-
1
·• El TEDH ha reconocido en varia.S ocasiones que la garantía contra las
mentales a la hora de realizar alegaciones, la igualdad de armas impone que dilaciones indebidas es igualmente exigible en el curso de un procedimiento
todas las partes tengan la oportunidad de exponer, en un plazo razonable, constitucional, tal como ha sucedido en el asunto Ruiz Mateas c. España, cit.
los argumentos que estimen necesarios en su defensa, sin que se produzca No obstante, el TEDH ha afirmado recientemente que en este tipo de proce-
una situación de desventaja respecto de la otra parte del proceso. Esta sutil sos es necesario valorar las circunstancias y contexto de los mismos:
distinción ha sido confirmada en el asunto Frette c. Francia, de 26 de febrero
«Su función como guardián de la Constitución obliga en· ocasiones a
de 2002, en línea con unos pronunciamientos que esbozaban la misma idea los Tribunales Constitucionales a tener en cuenta otro tipo de factores,
en los asuntos Niderost-Huber c. Suiza, de 18 de febrero de 1997 y G.B c. Fran- distintos del mero orden cronológico en el que los asuntos se han recibido
cia, de 2 de octubre de 2001. en su registro, factores tales como la naturaleza del asuntb y su importancia
en términos políticos y sociales» (asunto Trickovic c. Eslovenia, antes éitado).
Tal y como ha ocurrido con el principio de contradicción, el TEDH ha
reconocido que el principio de igualdad de armas puede esgrimirse en cual- Estos factores no suponen, en modo alguno, que el. TEDH renuncie
quier fase del proceso, incluyendo los recursos de carácter extraordinario, a hacer un control estricto cuando el órgano enjuiciado- sea un· Tribunal
como puede ser la casación (asunto Voisine c. Francia, de 8 de febrero de Constitucional, tal como demostró el asunto Soto Sánchez c. España, de 25 de
2000). noviembre de 2003. En este caso el Estado español fue condenado como
56 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 57
consecuencia de la duración de un procedimiento de amparo ante el Tribu- gando la licencia, lo que motivó un pronunciamiento del Consejo de Estado
nal Co~~titucional, cuya tramitación alcanzó los cinco años. A pesar de las griego a favor del matrimonio Homsby. Debido a las peculiaridades del pro-
complejidades del asunto, en el que se enjuiciaba a uno de los imputados en ceso contencioso-administrativo griego, la Administración no ejecutó la sen-
la conocida operación Nécbra, el TEDH consideró que se trataba de un plazo tencia del Consejo de Estado, provocando así una nueva demanda de los
a todas luces excesivo cuya duración no había sido suficientemente justifiéada señores Homsby, esta vez ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
por la defensa del Estado español. • . · ..
En esta importante sentencia el TEDH afirmó lo siguiente:
Como se puede observar, el TEDH ha moldeado de forma, muy amplia «El Tribunal recuerda su constante jurisprudencia según la cual el ar-
l~s contornos de esta vertiente del derecho a un proceso equitativo, aten- tículo 6.1 garantiza a cada uno el derecho a que un Tribunal conozca toda
diendo, caso por caso, a las circunstancias que rodean al mismo. Tal Como impugnación relativa a sus derechos y obligaciones de carácter civil; consa-
viene estableciendo de forma reiterada, «se tendrá en cuenta la complejidad gra de este modo el "derecho a un Tribunal", en el que el derecho de
del caso, la conducta del demandante y de las autoridades implicadas en el acceso, a saber, el derecho a apelar a un Tribunal en materia civil, consti-
asunto»? así como «lo que en el litigio arriesga el demandante» (asuntos Adolf tuye un aspecto esencial. Sin embargo, este derecho será iltisorio si el orde-
~· 1!'-ustna, de 26 de marzo de 1982; Zimmermann y Steiner c. Suii.a, de 13 de namiento jurídico interno de un Estado contratante permitiera que una
JUho ~e 1983; Erckner ~ Hofauer e; Austria, de 23 de abril de 1987 y Ki,zilOZ. c. sentencia judicial definitiva y obligatoria quedara inoperante en detrimento
Turquza, de 25 de septtembre de 2001, entre otros). de una parte. En efecto, no se entendería que el artículo 6.1 describiera en
detalle las garantías del procedimiento -equidad, publicidad y celeridad-
Por tanto, puede concluirse que el TEDH analizará escalonadamente los otorgadas a las partes y que no protegiera 'la ejecución de las decisiones
cuatro elementos antes citados. En primer lugar, la complejidad del caso judiciales; si este artículo se refiriera exclusivamente al acceso al juicio y
(asunto Soto Sánchez c. España, antes citado). En un segundo escalón, la con- el desarrollo de la instancia, esto correría el riesgo de crear situaciones
incompatibles con el principio de la preeminencia del derecho que los
ducta del de~andante también aporta luz sobre el juicio que realiza el
TEDH, especialmente en el curso de procedimientos no penale~ (asunto 1 Estados contratantes se han comprometido a respetar ratificando el Conve-
nio».
Corigliano c. Italia, de 10 de diciembre de 1982). En tercer lugar, la conducta
de las autoridades puede determinar la naturaleza de la dilación, especial- :1 Así, a partir del asunto Hornsúy el TEDH viene reconociendo, en una
mente cuando se detecta un razonable grado de pasividad en sus actuaciones jurisprudencia consolidada, que la fase de ejecución es una parte integrante
(asunto Nunes Violantes c. Portugal de 8 de junio de 1999). En cuarto y último
lugar, el ~J?H h~ establecido que la autoridad judicial tendrá un especial
:¡ del proceso judicial, cuya frustración puede suponer una vuln,eración del
derecho a un proceso equitativo (asuntos Inmobiliarre Saffi c. Italia, de 28 de
deb~r de diligencia cuando el demandante tenga en juego elementos tan julio de 1999; Antonakopoulos, Vortsela y Antonakopoulou c. Grecia, de 14 de
cruciales como lo son sus medios de supervivencia, tal como sucedía en el diciembre de 1999; Lunari c. Italia, de 11 de enero de 2001 y Katsaros c.
asunto Nunese Violantes c. Portual antes citado. Grecia, de 6 de junio de 2002).

5. LA EJECUCIÓN DE RESOLUCIONES JUDICIALES 1 6. Los DERECHOS DEL ACUSADO


Aunque el artículo 6 CEDH no se refiera expresamente a la ejecución Los apartados 2 y 3 del artículo 6 CEDH conforman un conjunto de
de las res~luciones judiciales, el TEDH viene reconociendo que se trata de garantías específicas del proceso penal, sobre las que nos detendremos .a
una parte mtegrante del derecho a un proceso equitativo. Ha sido principal- continuación. ·
mente en el asunto Hornsúy c. Grecia, de 19 de marzo de 1997 (Documento
núm. 14), donde esta cuestión ha relucido con mayor nitidez. Por lo que afecta al derecho a la presunción de inocencia, expresamente
contemplado en el apartado 2, el TEDH ha tenido ocasión de pronunciarse
. En el asunto Hornsúy un matrimonio británico solicitó una autorización sobre dos importantes aspectos del derecho: su dimensión extraprocesal y su
para la apertura de un centro de idiomas en la isla de Rodas. Las autondades eficacia en el tiempo con posterioridad al proceso. En primer lugar, se ha
~e~as respondier?~, negativ~ente, apelando a la normativa vigente, que señalado la existencia de una dimensión «extraprocesal» de la presuneión de
exigra, ~orno. condicion esen~~al, ostentar la condición de residente griego. inocencia, entendida como la garantía que se exige de los órganos jurisdic-
El matnmomo Homsby acud10 a las autoridades comunitarias, logrando una cionales a la hora de emitir opiniones de valor a los medios de comunicación.
intervención de la Comisión Europea que desembocó, en 1988, en una Sen- Cuando el juez realice manifestaciones que den lugar a pensar que considera
tencia condenatoria del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas. culpable al acusado, estaremos. ante una lesión del artículo 6.2 CEDH. Estas
A pesar del pronunciamiento, las autoridades griegas continuaron dene- declaraciones no tienen por qué dirigirse expresamente a la culpabilidad del
58 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 59
acusado, pues bastaría con que el Juez emitiera una opinión en tono dubita- Por otro, es también evidente para el Tribunal que esas prohi]Jiciones n_o
tivo o interrogante para que se vulnerara el derecho (asunto Lavúmts c. Leto- pueden y no deberían impedir tener en cuenta el silencio del interesado,
nia, de 28 de noviembre de 2002). Asimismo, las declaraciones extraprocesa- en situaciones que requieren seguramente una explicación por su parte,
les n?_ tienen por qué. i1?putarse .~nicamente al órgano juzgador, sino que para apreciar la fuerza de persuasión de los elementos de cargo.
tambien pueden constltmr una lesion del artículo 6.2 CEDH las manifestacio-
nes vertid~ por un Ministro del Interior acompañado de la policía en una Se sitúe donde se sitúe la línea de demarcación entre estos dos extre-
conferencia de prensa. Esta es la situación planteada en el asunto Alúmet de mos, se deriva de esta interpretación del «derecho a guardar silencio» que
Ribemont c. Francia, de 10 de febrero de 1995 (Documento núm. 15), donde el hay que responder negativamente a la pregunta dé si este derecho es abso-
TEDH realizó la siguiente afirmación: · . luto.
«[ ... ]_algunos de los más altos responsables de la policía francesa señala- No se podría decir, por lo tanto, que la decisión de un acusado de
ron al senor Allenet de Ribemont, sin matices ni reservas, como uno de los permanecer en silencio del principio al fin del procedimiento penal debe-
instigadores, y por tanto cómplice de un asesinato. Evidentemente, se trata ría necesariamente estar desprovista de incidencia una vez que el Juez com-
de una declaración de culpabilidad que, de una parte, incitaba al público petente en cuanto al fondo intente apreciar los elementos de cargo. EQ
. ~ creer en ella y, de otra, prejuzgaba la apreciación de los hechos por los concreto, como señala el Gobierno, las normas internacionales establecidas,
jueces competentes. Por tanto, ha habido violación del artículo 6.2». si consagran el derecho a guardar silencio y la prohibición de contribUir a
. Una segunda vertiente dd derecho la encontramos cuando se produce, su propia incriminación, nada dicen sobre este punto. . .. ·
e~ el seno del pro~_;so, u?- «estad? de sosp~cha», incluso cuando· se ha produ-
cido una declaracion de mocencia a favor del acusado. En el asunfo Sekanina Para analizar si el hecho de sac~ de su silencio conclusiones desfavora-
bles para el acusado infringió el artículo 6, hay que tener en cuenta el
e: Austria, de 25 de agosto de 1993, la recurrente había sido acusada y poste- conjunto de circunstancias, teniendo en cuenta en particular el caso en el
normente absuelta, pero le fue desestimada una pretensión indemnizatoria, que se pueda proceder a deducciones, la importancia que los tribunales
dado que los Tribunales austriacos consideraba que aún subsistían importan- nacionales les han concedido al apreciar los elementos de prueba y el grado
tes elementos de sospecha. El TEDH condenó al Estado austriaco enten- de coacción inherente a la situación». ·
diendo que las sospechas sólo son concebil;>les mientras se manteng~ abier-
tos los .. ca~ces y trámite~ de un proceso. penal, pero no tras un
pronunciamiento absolutono firme (en el mismo sentido, los asuntos Asan Finalmente, el apartado 3 del artículo 6 CEDH enumera una serie de
Rushiti c. Austria, de 21 de marzo de 2000; Wixelbraun c. Austria, de 20 de garantías específicas del proceso penal, sobre las cuales el TEDH también se
diciembre de 2001; Vortic c. Austria, de 10 de octubre de 2002 y O. C. c. ha pronunciado en una abundante jurisprudencia.· Por lo que respecta al
Noruega, de 11 de febrero de 2003). · derecho a ser informado de la acusación [art. 6.3.a) CEDH], el TEDH ha
insistido en la necesidad de que la información sea correcta, quedando dara
Unido a la presunción de inocencia, debe hacerse una especial mención constaneia de los elementos fácticos y jurídicos que. sustentan la acusación
al derecho a guardar silencio y a las garantías para evitar la autoincrimina- (asunto Kamasinki c. Austria, de 19 de diciembre de 1989; Pélissier y Sassi c.
ción. En el asunto john Murray c. Mno Unido, de 8 de febrero de 1996 (Docu- Francia, de 25 de marzo de 1999 y Sipavicius c. Lituania, de 21 de febrero de
mento núm. 16), el TEDH enjuició la conformidad con el artículo 6.2 CEDH 2002). El Convenio igualmente proclama el derecho a la preparación de
de la legislación antiterrorista británica de 1939, que permitía: a los Tribuna- la defensa [art. 6.3.b) CEDH], lo que ha permitido al TEDH controlar las
les condenar a quienes no suministraran información relevante eri la lucha condiciones en las que ·se ha desarrollado aquélla y exigir que se trate de
co~tra el terrorismo, así como emplear dicha negativa como elemento proba- una defensa de calidad. Así, el TEDH valora una pluralidad de elementos,
t<:>?º en contra ~e~ acusado. El TEDH consideró, tras realizar una pondera- como el tiempo del que ha dispuesto el letrado para entrevistarse q:m su
Cion de las condiciones en las que el juez puede valorar. el silencio del atu- cliente, el plazo disponible para la preparación del asuntó, etc., con el fin de
sado, que la actuación de las autoridades británicas era conforme con el evitar una defensa meramente «aparente» (asuntos Pakelli c. Alemania, de 25
artículo 6.2 CEDH. Tratándose de un terreno donde el caso concreto deter- de abril de 1983 y Goddi c. Italia, de 9 de abril de 1984). En cuanto al derecho
minará si hubo o no una lesión, el TEDH reconocía así la dificultad de adop- a interrogar a los testigos [art. 6.3.d) CEDH], elTEDH ha avalado la posibili-
tar posturas maximalistas en este ámbito: .
dad de que existan testimonios anónimos, e incluso ha admitido que éstos
«Por un lado, es manifiestamente incompatible con las prohibiciones sustenten por sí solos una condena, siempre y. cuando concurtan razones
de las que ,se trata basar una condena exclusiva o esencialmente en el silen- justificadas y excepcionales. (asuntos Doorson c. Países Bajos, de 26 de mazo de
cio del acusado o sobre su negativa a responder a las cuestiones o a declarar. 1996 y Visser c. Países Bajos, de 14 de febrero de 2002).
60 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 61
VI. No hay pena sin ley Así, la previsibilidad de la norma penal; sea legislativa o jurispi:udencial,
es un estándar de conducta que requiere de un particular un conocimiento,
Artículo 7 o una práctica, de las condiciones que le son jurídicamente exigibles. De esta
"1. Nadie podrá ser condenado por una a·cción o una omisión q;,e, en el manera el estándar puede variar en función de los conocimientos profesiona-
momento en que haya sido cometida, no constituya uria infracción según el Dere- les del recurrente, que podrá ser un jurista o un profesional conocedor del
cho nacional o internacional. Igualmente no podrá ser impui!Sta una pena más entorno normativo en el que opera, o un sujeto carente· de formación o en
grave que la aplicab'le en el momento en que la infracción· haya sido cometida. condiciones que dificultan un conocimiento preciso de las normás a cumplir.
Esta variabilidad en el estándar de control lo ha expresado el TEDH en el
0

2. El presente artículo no impedirá el juicio y el castigo de una persona asunto Cantoni c. Francia, de 15 de noviembre de 1996 (Documento núm. 17)::
culpab'le de una acción o de una omisión que, en el momento de su comisión,
constituía delito según los principios genera/,es del derecho reconocidos por las «El Tribunal recuerda que el alcance de la noción de previsibilidad
naciones civilizadas». -· depende en gran medida del contenido del texto del que se trata, del 'ám-
bito que cubre, así como del' número y de la calidad de s?-s d~stinatarios.
La previsibilidad de la Ley no se opone a que la persona implicada ten~a
El derecho reconocido en el artículo 7 CEDH responde a la máxima que recurrir a asesores para evaluar, hasta un grado razonable en las. cir-
nullum crimen, nulla poena sine 'lege, eri términos análogos a los rec;ogidos por cunstancias del caso, las consecuencias que pudieran resultar de un acto
el artículo 25 de la Constitución Española. Como viene siendo tradicional, el determinado.
contenido de este derecho se ha visto integrado de una triple perspectiva,
Esto ocurre especialmente con los profesionales, habituados a dar
comúnmente condensada en la exigencia de 'lex previa, scripta, stricta. Así, prueba de una gran prudencia en el ejercicio de su trabajo. Así, se puede
quedan prohibidas las définiciones vagas e indeterminadas de delitos y penas esperar de ellos que pongan un cuidado especial en evaluar los riesgos que
en normas de rango insuficiente ('lex scripta), la retroactividad de disposicio- supone».
nes desfavorables al reo ('lex previa) y la interpretación analógica de la norma
penal ('lex stricta). La jurisprudencia del TEDH se ha introducido en este · La previsibilidad incluye también el margen de configuración interpreta-
triple contenido del artículo 7, en los términos que se expondrán a continua- tivo con el que cuentan los Tribunales a la hora de aplicar los tipos penales.
ción. · Un cambio jurisprudencia! en este ámbito, por importante que pueda ser,
no supone una violación del_estándar de previsibilidad. Los.ciudadanos de-
1. EL PRINCIPIO DE LEGALIDAD PENAL ben contar con la posibilidad de que los Tril;>unales ahon_den en la construc-
ción de la jurisprudencia penal, pues de lo contrario se produciría una petri-
La naturaleza de «estándar mínimo europeo» que ostenta el CEDH ha ficación judicial en virtud del artículo 7 CEDH. Esta cuestión surgió con
forzado al TEDH a flexibilizar la concepción que se ha venido hac_iendo del crudeza en el asunto S. W c, Reino Unido, antes citado, donde los Tribunales
principio de legalidad penal. La existencia de tradiciones del common law en británicos revisaron la regla de la inmunidad marital, que admitía la comisión
el seno del Consejo de Europa, concretamente eLReino Unido, Irlan.da y
Malta, ha permitido la formación de una jurisprudencia donde el delito yJas 1 de actos constitutivos de delitos contra la libertad sexual en el seno de la
relación matrimonial. Como consecuencia de esta· revisión, los Tribunales
penas admiten un importante grado de configuración no legislativa. Así, una condenaron a S. W. por la violación de su esposa, lo que provocó· el consi-
arraigada jurisprudencia que tiene sus orígenes en los asuntos S. W. y C. R guiente recurso ante el TEDH al considerar que los Tribunales· británicos
c. el Reino Unido de 22 de noviembre de 1995, viene a establecer lo sigtiiente: habían lesionado el artículo 7 CEDH. El TEDH estableció que el artículo 7
«La noción de "Derecho" (law) utilizada en el artículo 7 corresponde no puede concebirse como una prohibición a los Tribu11ales. en su función
a la de "Ley" que figura en otros artículos del Con\lenio; engloba elDerecho de intérpretes del ordenamiento, incluso cuando esta fundón suponga la
de origen tanto legislativo como jurisprudencia! e implica condiciones cuali- imputación o agravación de la responsabilidad penal. ·
tativas, entre otras las de accesibilidad y previsibilidad». ·
2. LA PROHIBICIÓN DE RETROACTMDAD DE LA NORMA PENAL
De esta manera, el TEDH reorienta la noción de «legalidad ·penai» hacia
el terreno de unos estándares ideales, caracterizados por su capacidad para · Como manifestación del mandato de 'lex previa, el TEDH ha incardinado
generar accesibilidad y previsibilidad. Si bien el requisito de la accesibilidad no en el artículo 7 CEDH la prohibición de retroactividad de las normas penales.
-ha generado grandes problemas a lo largo de la jurisprudencia; pues alude A lo largo de su jurisprudenda, el TEDH ha delimitado varios aspectos de
a una elemental y sencilla exigencia de publicidad de las normas, mayores esta prohibición. Así, en el asunto Veeber c. Estonia, de 21 de enero de 2003,
dificultades ha mostrado el requisito de la previsibilidad. el Tribunal estableció la aplicabilidad del artículo 7 a los delitos continuados~
62 l.AS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 63

En el asunto citado, el Sr. Veeber había sido condenado por la c;:omisión de 3. EL PRINCIPIO DE TAXATMDAD YIA PROHIBICIÓN DE INTERPRETACIONES EXTENSIVAS
un delito fiscal durante un período entre 1993 y 1996. En 1995 se modificó
El artículo 7 no se detiene en la prohibición de retroactividad de normas
la norma penal, modificando los elementos constitutivos del delito. Con ante-
penales, sino que añade, como corolario a la tutela que dispensa, ~ man-
rioridad a 1995 era necesario haber sido sancionado administrativamente por
dato de determinación en la redacción de la norma. Este mandato llene dos
la comisión de la infracción, pero a partir de la reforma se crea un requisito
vertientes: en primer lugar, el principio de taxatividad en la definición de
adicional, pero alternativo: la intencionalidad de la conducta. El Sr. Veeber
los delitos y las penas. En segundo lugar, la determinación de las conductas
no había sido sancionado administrativamente, pero el Tribunal de .instancia
punibles deben ser esclarecidas medi~te el ejerci~!º de laj~sdicción, pe~o
consideró que se cumplía el segundo (y.nuevo) ·requisito alternativo; esto es; sin que exista margen alguno para la mterpretacion extensiva por analogia
la.intencionalidad. El TEDH consideró que esta interpretación no sólo era in malam partem. El contenido de este mandato fue definido por el TEDH en
una interpretación in malam partem, sino que constituía igualmente una apli- el asunto Kokkinakis c. Grecia, de 25 de mayo de 1993 (Documento núm. 26):
cación retroactiva de la norma de 1995, pues dificilmente se lo podría haber
condenado al Sr. Veeber con anterioridad. a esa fecha, puesto que nunca «El Tribunal señala que el artículo 7.1 del Convenio no' se limita a
había sido sancionado administrativamente por razón de su conducta (en el prohibir la aplicaciói; retroactiva del_ derecho penal 9n ?e.trimerito del .ªcu~
sado. Se consagra asi, de manera mas gen~ral, el pni:icip10 de la legali~ad
mismo sentido, véase el asunto Zeyrek c. Turquía, de 27 de febrero de· 2001). de los delitos y las penas (nullum crimen, nulla poena sine lege) y el que exige
En palabras del TEDH, · no aplicar la ley penal de manera extensiva en detrim~nto del acusado;
«El Tribunal recuerda que la garantía recogida en el artículo 7, que es especialmente por analogía; de ellos~ ~~duce que un dehto debe.ser. c:Iara-
mente definido por la ley. Esta condicion se cumple cuando. el mdlVlduo
un elemento esencial del Estado de Derecho, ocupa un lugar importante
puede conocer, a partir de la redacción del artículo aplicable y, én su caso,
en el sistema de protección del Conve11io, como lo recalca el hecho de que con la ayuda de su interpretación por los Tribunales, qué actos y omisiones
no se permite su derogación en virtud del artículo 15 en tiempo de guerra comprometen su responsabilidad».
o de otra emergencia pública. Debe ser interpretada y aplicada, como se
entiende por su objeto y propósito, de tal forma que proporcione garantías
efectivas contra procesos, condenas y castigos arbitrarios.
Según la jurisprudencia del Tribunal, el artículo 7 del Co~veriio no
1 La taxatividad de la norma se encuentra íntimamente ligada a las.condi-
ciones de accesibilidad y previsibilidad que ha diseñado el TEDH a partir de
los asuntos S. W. c. Re;,no Unido y Cantoni c. Francia, ambos ya citados, y a ellos
está limitado a la prohibición de la aplicación retroactiva de fa ley penal eI1 nos remitimos.
desventaja del acusado; también comprende, más genéricamente, el princi-
pio de que únicamente la ley puede definir un delito y prescribir una pena
(nullum crimen, nulla poena Sine lege) y el principio de que la ley penal no
debe interpretarse extensivamente en detrimento· del acusado. ·De estos
1 Por lo que afecta a la interpretación extensi\Ta po'r analogía in malam
partem, el leading case es el asunto Baskaya y Okpwglu c. Turquía, de 8 de julio
de 1999 (Documento núm. 18). En aplicación de la Ley de prevención del
principios se desprende que un delito debe ser definido claramente en la 1 terrorismo turca un Tribunal condenó a los recurrentes como autores de
legislación. Este requisito se ·cumple cuando una persona puede conocer
basándose en el enunciado de la disposición pertinente y, si fuera necesario, 1 delitos de propaganda separatista contra la indivisibilidad del Estado. A pesar
de que la legislación penal diferenciaba entre los autores~ los edito~e~- de
con la ayuda de su interpretación por los tribunales, qué actos y omi~io.nes una publicación, estableciendo penas más severas para los pnmeros (pnsion)
traerán consigo responsabilidades penales
[ ... ]
1 que a los segundos (multa), el Tribunal turco aplicó a lo~ e~i~ores de ~n
escrito la pena de prisión prevista para los autores. Esta aphcaclon extensiva
de la norma penal fue declarada contraria al artículo 7 CEDH, en una línea
En estas circunstancias, el Tribunal llega a la c9nclusión de que lo~ jurisprudencia! posteriormente confirmada en· el asunto E. K c. Turquía, de
tribunales internos aplicaron retroactivamente la ley de 1995 a un compor- 7 de febrero de 2002.
tamiento que previamente no constituía un delito penal». · ·
4. LAs GARANTÍAS DE lA PENA
Como corolario a este principio de irretroactividad, el TEDH ha
admitido igualmente su reverso: la excepción de retroactividad de normas Hasta ahora se ha destacado la júrisprudencia del TEDH que afecta a la
penales favorables al reo. Aunque esta previsión tampoco aparezca· contem- configuración de las infracciones penales. A continuación nos centraremos
plada expresamente eI1 el artículo 7 CEDH, .el TEDH la ha reconocido en sus pronunciamientos relativos a las penas,. donde existe una importante
significativamente en el asunto Gragnic c. Francia, de 27 de septiembre de jurisprudencia que ha delimitado los límites en los que debe moverse el
1995. '•. Estado a la hora de definir el castigo.
64 lAS SENfENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PREUMINAR 65

En el asunto Welch c. Reino Unido, de 9 de febrero de 1995 (Documento derecho al respeto a la vida privada. En efecto, sólo si se califica la medida
núm. 19), el TEDH sentó los criterios básicos que exige el artículo 7 CEDH estatal como injerencia en el ámbito protegido por el primer apartado del
de la co:hfiguración de la pena: artículo 8 CEDH, será posible el enjuiciamiento de su proporcionalidad. El
«La noción de "pena" contenida en esta disposición posee, como la de juego recíproco entre la proclamación del derecho y la cláusula amplia de
"derechos y obligaciones de carácter civil" y de "acusación en materia penal" limitación constituye un incentivo interpretativo para mantener el ámbito de
que figuran en el artículo 6.1, un alcance autónomo. Para otorgar eficac~a aplicación del artículo 8 CEDH con un carácter especialmente abierto.
a la protección ofrecida por el artículo 7, el Tribunal debe poder ir: más
allá de las apariencias y apreciar por sí. mismo si una medida concreta se Esta concepción especialmente amplia del derecho, se ha caracterizado
considera una "pena" en el sentido de este artículo. en el asunto Niemetz c. Alemania,_ de 16 de diciembre de 1992 (Documento núm.
La redacción del artículo 7.1, segunda frase, indica que el punto de 21), auténtico leading case en relación con la definición del ámbito protegido
partida de toda apreciación de la existencia de una pena consiste en deter- P?r el artículo 8, en los siguientes términos:
minar si la medida en cuestión es. impuesta tras una condena por una "in- «El tribunal no considera posible ni necesario ofrecer una definición
fracción". Otros elementos pueden ser considerados pertinentes al res- exhaustiva de la noción de "vida privada". Sin embargo, sería demasiado
pecto: la naturaleza y la finalidad de la medida en causa, su calificación en restrictivo limitar la noción a un "círculo interior" en el que el individuó
derecho interno, los procesos asociados a su adopción y a su ejecución, así puede desarrollar su propia vida personal como él elija y excluir por com-
como su gravedad». pleto de él el mundo exterior no integrado en ese círculo. El respeto de la
A partir de este pronundamiento, el TEDH ha ido desarrollando una vida privada debe, también, englobar hasta cierto punto el derecho a esta-
serie de criterios para dar cobertura a modálidades de pena, como los <:omi- blecer y desarrollar relaciones con otros seres humanos» (p. 29).
sos (Welch c. Reino Unido, antes citado) o la pena privativa de libertad por Esta interpretación se ha mantenido de manera consistente desde enton-
impago de multas (]amil c. Francia, de 9 de junio de 1998). En cambio, el ces. El Tribunal ha precisado cuál _es la idea rectora que debe presidir la
TEDH ha excluido de la órbita protectora del TEDH otras modalidades san- interpretación del primer apartado del artículo 8 del Convenio en el impor-
cionadoras, como las órdenes de expulsión de extranjeros (R.enna c. Francia, tante asunto Pretty c. Reino Unido, de 29 de abril de 2002 (Documento núm. 24).
de 26 de febrero de 1997) o una sanción disciplinaria en el marco de un Para el Tribunal, el principio a la luz del cual debe interpretarse el alcance
colegio profesional (Brown c.·Reino Unido, de 24 de noviembre de 1998). del derecho al respeto de la vida privada es el de autonomía y autodetermina-
ción individual:
VII. Derecho al respeto de la vida privada y familiar
«la noción de "vida privada" es amplia, sin una definición exhaustiva.
Abarca la integridad física y moral de la persona. Puede a veces englobar
Artículo 8 aspectos de la identidad física y social de un individuo. Algunos elementos,
«l. Toda persona tiene derecho al respeto de su vida privada y familiar, por ejemplo, como la identificación sexual, el nombre, la orientación sexual
de su domicilio y de su correspondencia. y la vida sexual depende de la esfera personal protegida por el artículo 8.
Esta disposición protege asimismo el derecho al desarrollo personal y el
2. No podrá haber injerencia de la autoridad pública en el ejercicio de este derecho a establecer y mantener relaciones con otros seres humanos y el
derecho, sino en tanto en cuanto esta injerencia esté prevista por la ley y constituya mundo exterior. Aunque en ningún asunto anterior haya sido establecido
una medida que, en una sociedad democrática, sea necesaria para la seguridad que el artículo 8 comportara el derecho a la autodeterminación como tal,
naciona~ la seguridad pública el bienestar económico del país, la defensa del el Tribunal considera que la noción de autonomía personal refleja un prin-
orden y la prevención del delito, la protección de la salud o de la moral, o la cipio importante que subtiende la interpretación de las garantías del ar-
protección de los derechos y las libertades de los demás». tículo 8» (p. 61).

1. LA EXPANSMDAD DE LA NOCIÓN DEVIDA PRIVADA En este asunto el Tribunal considera como un inte.rés protegido prima
facie por el artículo 8 CEDH la pretensión de la demandante de disponer
El artículo 8 del Convenio establece el derecho al respeto de la vida sobre su propia vida a fin de poder elegir una muerte digna. La restricción
privada y familiar, así como del domicilio y del secreto de las comunicacio- impuesta por el Estado mediante la prohibición de la eutanasia activa es
nes. Junto a la proclamación del derecho en su primer apartado, se establece considerada razonable dado el carácter altamente controvertido entre los
en el segundo apartado del mismo artículo una cláusula de limitación espe- Estados de la cuestión acerca de cuál es el mejor modo de conciliar el interés
cialmente amplia. La estructura normativa del artículo ha determinado, en del individuo a una muerte digna y los intereses de las personas vulnerables
buena medida, la interpretación que el Tribunal ha hecho del alcance del a no sufrir abusos por parte de terceros. El resultado, aunque dramático en
66 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 67
el caso, no puede calificarse desde un punto de vis~ m~ general sino. como e indeterminado que no puede haber ningún vínculo di~ecto ima~i:iable
positivo. En efecto, la gran aportación de la se~tenc.ia radica en ?ªb.er s.ituado entre las medidas exigidas al Estado con el fin de remechar las omlSlones
la controversia sobre la cuestión de la eutanasia bajo el Convemo, mdicando de los establecimientos privados de baño y la vida privada del demandante»
que existen intereses fundamentales protegidos por el artículo 8 implicados (p. 35).
en el debate.
2. CONTENIDO
La interpretación del alcance de este precepto res~lta de dos caracterí~ti­
El Tribunal ha mantenido en constante, doctrina que «Si bien la princi-
cas estructurales del Convenio. Por un lado, el Convemo carece de una clau-
pal finalidad del art. 8 es proteger a las personas contra las injerencias arbitra-
sula general de protección de la libertad que permita al Tribunal crear nue-
rias del poder público, puede además imponer obligaciones positivas para
vos derechos amparados. Por otro lado, el Tribunal emplea como criterio
que se respete efectivamente la vida privada, aunque sujetas al margen de
interpretativo especial la consideración del Convenio como un «documento
apreciación del Estado» (asunto Ress c. Reino Unido, de. 17 de octubre de
vivo» que obliga al intérprete a no considerar el texto de su articulado de
1986, p. 35), precisando que estas obligaciones positivas «pueden implicar la
manera rígida e insensible a las nuevas amen~as para los d~rechos h~manos.
adopción de medidas tendentes a asegurar el respeto de la vida privada in'-
De la conjunción de ambos factores se denva la tendencia del Tnbunal a
cluso en las relaciones de los individuos» (asunto X e Y c. Países Bajos, senten-
crear nuevos derechos a partir de la especificación de nuevas posiciones jurí-
cia de 26 de marzo de 1985 [Documento núm. 20]). El artículo 8 del Convenio
dicas derivadas de las necesidades de protección incorporadas en el principio
garantiza, en definitiva: el derecho al respe.to eJe<:fivo d~ la vida privada y
que da sentido a la cláusula convencional declarativa del derecho correspon-
familiar (asunto Abdub:.zz, Cabales y Balkandalz c. R.ei,no Unido, de 28 de mayo
diente. Esta estrategia interpretativa es mucho más acentuada en los derechos
de 1985, p. 67).
cuya cláusula de limitación es muy amplia, como en el caso del artículo 8.
Por tanto, el derecho a la vida privada tiene el doble carácter de derecho
El problema de legitimidad de la creación de n~evos dere~hos ~ierde de libertad y de derecho de protección. A la hora de establecer si del artículo
bastante de su fuerza cuando se tiene en cuenta el mvel de resistencia del 8,. en ~l caso concreto, se deriva una obligación positiva para el Estado, el
que se le dota. En efecto, los nuevos. ?erechos no ~~plican una restricción Tribunal eniplea el test del <~usto equilibrio entre los intereses ele la eomuni-
excesiva de la libertad de configuracion de las políucas del Estado cuando dad y los· del particular», que funciona en la práctica como· trasunto del
van acompañados de una cláusula de limitación más· o menos flexible. La principio de proporcioná.Íidad en sentido estricto (asunto Lóp_ez Ostia c. Es-
fuerza del derecho depende del test aplicado para juzgar su restricción y, en paña, sentencia de 9 de diciembre de 1994, p. 51 [Documento nitm. 22]), reco-
este sentido, el mantenimiento de un margen de apreciación flexible a favo.r nociendo al estado un cierto margen de apreciación en la elección de los
del Estado, permite al TEDH equilibrar su responsabilidad en el mantem- medios.
miento de la eficacia de la garantía de los derechos humanos, por un lado,
con la necesaria libertad de los Estados, por otro. . El Tribunal europeo ha establecido, entre otras, las siguientes obligacio-
nes positivas: el deber. de penalizar los abusos sexuales (asunto X e Y c. Países
Sin embargo, la expansividad del concepto de vida privada rio. es ilimi- Bájos, de 26 de marzo de 1985, p. 27; asunto M. C. c. Bulgaria, de 4 de
tada. El Tribunal europeo ha fijado ciertos límites a la extensión conceptual diciembre de 2003, p. 150); la obligación de facilitar el acceso al interesado
del derecho a desarrollar la vida privada. Un buen ejemplo es el asunto Botta a los datos personales en relación con el período de su infancia en que estuvo
c. Italia, 24 de febrero de 1998. El demandante, disminuido fisico, alegaba la a cargo de instituciones públicas (asunto Gaskin c. Reino Unido, de 7 de julio
lesión del derecho al respeto de la vida privada derivada ·de. la omisión por de 1989, p. 49) o de proveer la información necesaria y apropiada a los
parte de las autoridades del ~u~icipio e~ el que pas~ba sus ~~caciones de afectados por actividades peligrosas susceptibles de tener consecue_ncias para
verano de obligar a los establecimientos pnvados de banos a facilitar el acceso su salud (asunto Guerra c. Italia, de 19 de febrero de 1998, p. 60; asunto
de los disminuidos fisicos a la playa. El Tribunal asume y expand~ la doctrina McGinley y Egan c. R.ei,no Unido, de 9 de junio dé 1998, p. 101); el deb~r de
de Niemitz pero condiciona la aplicabilidad del artículo 8 a la existencia de un adoptar medidas de prevención contra ataques graves al medio ~bient~, que
«vínculo directo e inmediato entre las medidas buscadas por el demandante y at"ecteri al bienestar dé las persona.S, perjudicando el desarrollo de su vida
su vida privada y familiar» (p. 34). Tras exponer algunos casos en los que se privada y familiar (asunto López Ostra c. España, de 9 de diciembre de 1994,
apreció tal nexo, el Tribunal concluye que: p. 51; asunto Hatton c. Reino Unido, de 8 de julio de 2003, p. 98), e ,incluso,
«el derecho afirmado por el Sr. Botta, esto es el derecho a tener acceso la obligación de proteger los modos de vida tradicionales de minorías vulne-
a la playa y el mar durante sus vacaciones en lin lugar distinto de su residen- rables, como la comunidad gitana (asunto Chapman e, Reino Unido, de 18 de
cia habitual, se refiere a una relación interpersonal de un ámbito tan amplio enero de 2001, p. 73 y 96).
68 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 69
El derecho a la vida privada como derecho de protección se dirige no identifican el proceso comunicativo, como la identidad de los interlocutores
sólo frente al legislador o la administración, sino también frente a los jueces o el tiempo y lugar en que se produce la comunic:ación (asunto Malone c.
a los que se les exige que en la resolución judicial de un conflicto entre R.ei,no Unido, de 2 de agosto de 1984, p. 84, infohnación obtenida a partir
particulares protejan de manera suficiente el interés del particular en el res- del uso del «comptage" que permite grabar los números marcados desde Una
peto de su vida privada. El caso tal vez paradigmático de esa vía de afirmación terminal). La protección se extiende también a los sup~estos en que la red
de la eficacia indirecta frente a particulares lo constituyen los casos de divul- de comunicación utilizada no es pública sino privada y· su uso se realiza en
gación por la prensa de informaciones relativas a. la vida privada de una el ámbito laboral, así, se sostuvo en el asuntó' Halford c. Rei,no Unido, de 25 é:le
persona y su familia. En el asunto Von Hannover, (Documento núm. 25), el junio de 1997, en relación con un caso de monitorización de la línea teléf&
Tribunal consideró lesionado el derecho de la Princesa Carolina de Mónaco nica del despacho de una empleada en una comisaría de policía. A pesar de
como consecuencia de la divulgación de fotos de escenas de su vida privada que se trataba de un teléfono conectado a la red interna de telecorininicacia;-
fuera de cualquier acto oficial, aunque algunas fueron tomadas én lugares nes de la Comisaría, el Tribunal considera que la demandante tenía. una
públicos, con el argumento de que la protección del derecho «se extiende «expectativa razonable de privacidad» porque no se le h3:J:>ía advertido preyiá-
más allá del círculo familiar y privado y también incluye tina dimensión so- mente que las llamadas realizadas a través de la red interna podían set inter-
cial», por lo que dentro de esos ámbitos «toda persona; incluso si es conocida ceptadas, porque el despacho era de su uso exdusivo y porque se le había
por el gran público, debe gozar de un «legítima expectativa» de protección
permitido usar uno de los dos teléfonos para fines priva.dos (asunto Halford,
y respeto de su vida privada» (asunto Von ·Hannover c. Alemania, de 24 ·de
cit., p. 45). El secreto opera, en todo caso, frente a terceros, pero en alguna
junio de 2004, p. 69).
hipótesis también frente a los propios interlocutores (asunto M .. M. c. Ho-
3. ÁMBITOS ESPECÍFICOS DE PROTECCIÓN landa, de 8 de abril de 2003, p. 40, ayuda técnica prestada por la. policía para
que la víctima de un acoso sexual pudiera grabar las conversaciones con el
3.1. El domicilio acosador sin suficiente cobertura legal).
El artículo 8 protege el derecho a la inviolabilidad del domicilio~. En
En relación con la interceptación de las comunicaciones, en particular
este caso, a diferencia del resto de derechos garantizados por el precepto, el
Tribunal ha reconocido que las persomis jurídicas pueden ser titulares. d~l de las telefónicas, el Tribun'al ha puesto especial acento en los requisitós que
mismo. El camino para dar ese paso se había iniciado con el reconocimiento debe cumplir la norma habilitante para considerar que la medida «está pre-
coino domicilio de los despachos profesionales (asunto Niemitz c. Alemania; vista por la ley». La jurisprudencia exige el establecimiento de reglas claras y
cit.) y había sido impulsado por el Tribunal de Justicia de las Comunidades detalladas que indiquen en qué circunstancias y bajo· qué condiciones se
Europeas (sentencia de 21 de septiembre de 1989, Hoechst, C-46/87 y 227 / pueden tomar esas medidas, así como la previsión de toda una serie de garan-
88). Finalmente, en el asunto Stés Colas c. Francia, de 16 abril de 2002 se tías «mínimas» que deben figurar en la ley con el fin de evitar que se cometan
afirma que «con base en la interpretación dinámica del Convenio, el Tribu- abusos («la definición de las categorías de personas susceptibles de ser some-
nal considera que ha llegado el momento de afirmar que en determinadas tidas a vigilancia telefónica judicial; la naturaleza de las infracciones a que
circunstancias los derechos garantizados por eLartículo 8 del Convenio pue~ puedan dar lugar; la fijación de un límite a la duración de la ejecución de la
den ser interpretados como que incluyen el derecho al respeto de las.ofü::i- medida; las condiciones de establecimiento de los atestados que consignen
nas, sucursales u otros locales de negocio de una empresa eil caso de regis- las conversaciones interceptadas; las precauciones que se deben tomar para
tro» (p. 41). comunicar, intactas y completas, las grabaciones realizadas, con el fin de ser
controladas eventualmente por el Juez yla defensa; las circunstancias en las
La entrada y registro domiciliario .dcrbe contar, por 'regla generai, con que se puede o se debe realizar el borrado o la destrucción de dichas cintas,
autorización judicial, aunque fuera de los casos penales puede llevarsea:cal;>o sobre todo tras un sobreseimiento o una absolución» (asunto K:ruslin c. Fran-
sin .ella si la ley habilitante es suficientemente precis<!. en el establec~ent? cia, de 24 de abril de 1990, p. 35; asunto Huvig c. Francia, qe 24 de abril de
de .límites y garantías que eviten abusos (asunto Funke c. Francia, de. 25 de 1990, p. 34). A la luz de este standard de garantía, la ley española ha resultado
febrero de 1991).,
insuficiente para cumplir las exigencias del artículo 8, por dos veces (asunto
3.2. Las comunicaciones Valenzuela Contreras c. España, de 30 de julio de 1997 [Documento núm. 23] y
;_ asunto Prado Bugallo c. España, de 18 de febrero de 2003, ambos en relación
El derecho al respeto de la correspondencia abarca la protección del con el artículo 579 de la LECrim en su redacción anterior y posterior, respec-
secreto tanto del mensaje comunicado como del resto de circunstancias que tivamente, a la Ley Orgánica 4/1988, de 25 de mayo).
70 lAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 71

3.3. · Tratamiento ríe datos y videovigi,lancia Este mismo criterio se ha mantenido en relación con la política de las
. . fuerzas armadas británicas de considerar no aptos para el servicio a los milita-
La doctrina del Trlbunal que concibe el Convenio como «documento res homosexuales, que constituye una injerencia no justificable al amparo
vivo» que exige una interpretación evolutiva con el fin de garantizar derechos del artículo 8.2 del Convenio (asuntó Smith y Grady, de 27 de septierribre·de
«reales y efectivos», ha llevado a la jurisprudencia a incorpor;µ- en el ~bito 1999). En cambio, en el asunto Fretté c. Francia, de 26 de febrero de 2002, no
de protección del derecho a la vida privada las amenazas que para· la libertad se apreció lesión del derecho a la vida privada en relación con el artículo 14,
supone el uso de las nuevas tecnologías como la informática o los instrumen- en la denegación al demandante de la autorización para adoptar basada en
tos de videovigilancia. su opción sexual, debido a que la falta de certidumbre científica sobre las
consecuencias para el desarrollo del hijo y el carácter controvertido de la
Así; la garantía frente al almacenamiento, registró y comunicación de
cuestión justificaban cierto margen de apreciación en favor delas autorida-
datos personales forma parte del derecho rec:onocido. en. el artículo 8 como des estatales. ·
protección frente a las amenazas para la libertad de la persona derivadas del
conocimiento sin su consentimiento de informaciones relativas a su persona En relación con la criminalización de las prácticas sadomasoquistas desa-
(asunto Leander c. Suecia, de 26 de marzo de 1987; 'asimto M. S. c. Suecia, rrolladas en privado, aunque el Tribunal en un primer momento afirmó que
de 27 de agosto de 1998; asunto Amann c. Suiza, de 16 de febrero ,de 2000; «no toda actividad sexual desarrollada a puerta cerrada cae, necesariamente,
asunto Rotara c. Rumania, de 4 de mayo de 2000). Este derecho protege todo dentro del ámbito del artículo 8» (asunto Laskey, ]aggard y Brown c. Reino
dato relativo a la vida privada de un individuo, sensible o no, y aunque sea Unido, de 19 de febrero de 1997, p. 36), más recientemente ha considerado
público, siempre que sea objeto de archivo por una autoridad pública tales prácticas dentro del ámbito de cobertura del derecho:
(asunto Amann, cit., p. 70; en el mismo sentido, a.Sunto Rotara cit., p. 43). En
«El derecho a mantener relaciones sexuales deriva del derecho a dispo-
caso de que se trate de datos especialmente sensibles, como los relativos a ·la ner de su cuerpo, parte integrante de la noción de la autonomía personal ...
salud, el grado de protección es más intenso (asunto Z. é:Finlandia, de 25 De ello resulta que el derecho penal no puede intervenir, en principio, en
de febrero de 1997, p. 96). el ámbito de las prácticas sexuales consentidas que dependen del libre arbi-
trio de los individuos. Es necesario, por tanto, que existan unos "motivos
. El empleo de aparatos de escucha o filmqción puede infringir el derecho particularmente graves" para que se justifique, a efectos del artículo 8.2 del
a la vida privada bien sea en un espacio privado,. como el propio domicilio Convenio, la injerencia de los poderes públicos en el ámbito de la sexuali-
(asunto Vetter c. Francia, de 31 de mayo de 2005, instalación de aparatos de dad [... ] Si bien una persona puede reivindicar el derecho a ejercer unas
escucha en un domicilio sin base legal suficiente), bien se trate de un espacio prácticas sexuales lo más libremente posible, el límite a aplicar es el del
público aunque cerrado (asunto Perry c. Reino Unido, de 17 de julio de 2003, respeto a la voluntad de la "víctima" de tales prácticas, cuyo derecho a la
grabación de primeros planos del demandante en comisaría,. inadvertida y libre elección, en cuantq a las modalidades de ejercicio de su sexualida,d,
sin consentimiento) o abierto (asunto Peck c. Reino Unido, de 28 de enero de debe también garantizarse. Ello implica que las prácticas se desarrollen en
unas condiciones que permitan dicho respeto, lo que no sucedió en el pre-
2003, divulgación de las imágenes de intento de suicidio del demandante sente caso». (asunto K A. y c. Bégfra, de 17 de febrero de 2005, p. 85-86-
grabadas por cámaras de vigilancia en la vía pública). 87).
3. 4 Vida e identidad sexuales El Tribunal ha derivado del artículo 8 una obligación positiva del-Estado
de permitir y facilitar el cambio de nombre de los transexuales (Ress c. Reino
Desde el asunto Dudgeon, de 22 de octubre de 1981, el Tribunal ha consi- Unido, de 1 7 de octubre de 1986; Cossey c. Reino Unido, de 27 de septiembre
derado que la noción de vida privada cubre el mantenimiento de relaciones de 1990; y, Shefjielá y Horshan c. Reino Unido, de 30 de julio de 1998 '-todas
sexuales sin interferencias por parte del Estado. Así, se ha considerado que ellas en relación con la imposibilidad, de conformidad con la legislación de
el artículo 8 prohíbe la penalización de la homosexualidad (asunto Dudgeon Reino Unido, de modificar el registro de nacimientos para hacer constar el
c. Reino Unido, cit.; asunto Narris c. Irlanda, de 26 de octubre de 1988; asunto nuevo sexo-; también, B. c. Francia, de 25 de marzo de 1992).
Modinos c. Chipre, de 22 de abril de 1993 y asunto A. D. T. c. Reino Unido, de
31 de julio de 2000). El hilo común a las distintas sentencias que se han La evolución jurisprudencia! en este punto es de especial interés porque
pronunciado sobre este tipo de casos es la consideración de que la interferen- muestra los factores que el Tribunal tiene en cuenta a la .hora de fijar el
cia del Estado en el desarrollo de la vida privada, basada en la protección de alcance del margen de apreciación del· Estadó. El Tribunal ha considerado
la moralidad comunitaria sobre la sexualidad, no constituye un fin legítimo en varias ocasiones desde 1986 la política británica en virtud de la _cual se
que ampare la restricción del derecho. impedía el cambio ·de la identidad sexual y el nombre que constaba en el
72 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESrumo PRELIMINAR 73
registro de nacimientos. De modo constante, aunque progresivamente más Italia, de 16 de noviembre de·l999; asunto T. P. y KM. c. Reino Unido, de 10
-vacilante, el Tribunal consideró. que la política británica quedaba cubierta de mayo de 2001). También, el Tribunal ha controlado la convencionalidad
por el margen de apreciación en la configuración de la limitaciones al dere- de la fijación del derecho de visita, poniendo especial hincapié.en las garan-
cho a la vida privada por dos motivos. Por un lado, las personas transexuales tías procedimentales (asunto_ Hokkanen c. Finlandia, de 23 septiembre de
podían tener- acceso a ciertos documentos oficiales en los que constara su 1994; asunto johansen c. Noruega de 7 de agosto de 1996; asunto Elsholz c.
nueva identidad (carné de conducir, tarjeta de la seguridad social), cqn lo Alemania, de 13 de julio de 2000).
que el nivel de intensidad de la injerencia no era excesivo; y, por otro lado,
el Tribunal consideraba que no existía un consenso sW:iciente entre los Esta- Es jurisprudencia constante del Tribunal que ei Convenio no garantiza
dos parte del Convenio acerca del tratamiento de la nueva identidad de los el derecho de una persona a entrar o residir en un Estado del que no es
transexuales. Esta posición de deferencia hacia el Estado ha cambiado radi- ciudadana o del que ha sido expulsada, de modo que los Estados Contratan-
calmente en los asuntos Goodwin Reino Unido, de 11 de julio de 2002 e I c. tes tienen derecho a controlar, en virtud de un principio de derecho interna-
Reino Unido, de 11 de julio de 2002 (Documento núm. 37), en el que el Tribunal cional bien establecido, la entrada, la permanencia y el alejamiento de los
considera que tras más de 15 años el carácter controvertido de la cuestión no nacionales. Sin embargo, a través del derecho al respeto a la vida familiai:,
ha sido superado por un amplio consenso a favor del reconocimiento de este el Tribunal ha ido produciendo una rica jurisprudencia sobre los derechos
derecho, y por ello el Estado no puede mantenerse al margen de la evolución de los extranjero en relación con supuestos de reagrupación familiar (asunto
de lcis estándares de protección asumidos como razonables en las sociedades Abdulaziz, Cabal,es y Balkandali c. Reino Unido, de 28 de mayo de 1985) o de
democráticas (asunto Goodwin c. Reino Unido, cit., p. 90) ruptura de la vida familiar derivada de las medidas de expulsión.o no renova-
ción de permiso de residencia (asunto Boujlifa c. Francia, de 21 de octubre
3.5. Vida familiar de 1997; asunto Dalia c. Francia, de 19 de febrero de 1998; asunto Baghli c.
Francia, de 30 de noviembre de 1999; asunto Ciliz c. Paises Bajos, de 11 de
Desde el asunto Marcx c. Bélgfra, de 13 de julio de 1979, se ha desarro- julio de 2000; asunto Ezzhoudi c. Francia, de 13 de febrero de 2001 y Üner c.
llado una jurisprudencia muy rica en torno a las exigencias que el artículo 8 ' Holanda, de 13 de octubre de 2006).
impone a los Estados en el respeto efectivo de la vida familiar. El concepto ¡
J_
de familia que emplea el Tribunal es amplio y no se limita a la familia matri- VIII. Libertad de pensamiento, de conciencia y de religión
monial, sino que es aplicable siempre que existan vínculos familiares· de he-
cho, incluso aunque no haya convivencia si se trata de una relación paterno Artículo 9
filial (asunto Keegan c. Irlanda, de 26 de mayo de 1994, p. 44; asunto Bougha- « 1. Toda persona tiene derecho á la libertad de pensamiento, de conciencia
nemi c. Francia, de 24 abril de 1996, p. 35). Habiendo convivencia, los abuelos y de religi.ón; este derecho implica la libertad de cambiar de religi.ón o de conviccio-
también pueden alegar el derecho al respeto de la vida familiar en relación nes, así como la libertad de manifestar su religi.ón o sus convicciones individual
con sus nietos (asunto Bronda c. Italia, de 9 de junio de 1998, p. 51) .. o cof.ectivamente, en público o en privado, por medio del rulto, la enseñanza, las
La posibilidad de crear o establecer vínculos familiares con otra persona prácticas y la observancia de los ritos.
es tratada bajo la óptica del derecho a la vida privada. Así, el derecho a la 2. La libertad de manifestar su religi.ón o sus convicciones no puede ser
investigación de la paternidad está protegido por el artículo 8 (asunto Mikulif objeto de más restricciones que las que, previstas por la ley, cqnstituyan medidas
c. Croacia, de 7 de febrero de 2002, pp. 54-55) pero en cambio no, el derecho necesarias, en una sociedad democrática, para la seguridad pública, -la protección
a conocer la identidad de la madre biológica de la demandante, que la había del orden, de la salud o de la moral públicas, o la protección de los derechos o las
abandonado al nacer y que solicitó expresamente el secreto de ese naci- libertades de los demás».
miento de conformidad con la ley, que lo permitía con el fin de evitar aban-
La libertad de pensamiento, conciencia y religión ha sido considerada
donos y proteger la vida delos recién nacidos (asunto Odievre c. Francia, de por el Tribunal como «uno de los fundamentos de una "sociedad democrá-
13 de febrero de 2003, pp. 45-49). tica" en el sentido del Convenio» porque «el pluralismo inherente a una
En los supuestos de medidas de acogimiento adoptadas por la Adminis- sociedad democrática, costosamente alcanzado a lo largo de siglos, depende
tración que implican la separación entre padres e hijos, dado el grado de de ella» (asunto Kokkinakis c. Grecia, de 25 de mayo de 1993 [Documento núm.
afectación del derecho, el Tribunal ejerce un control más estricto para verifi- 26]).
car la necesidad de la medida (asunto Olsson c. Suecia, de 24 de marzo de Ese carácter fundamental del derecho se manifiesta en su grado de pro-
1988; asunto Buscemi c. Italia, de 16 de septiembre de 1999; .asunto E. P. c. . tección. Así, mientras la dimensión interna del derecho, la de tener o no
74 lAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS k ESTUDIO PRELIMINAR 75
tener una religión o determinadas convicciones, tiene una protección abso- San Marino que exigía a los representantes electos un juramento sobre los
luta al no estar sujeta a cláusula de funitación, la dimensión externa del evangelios como requisito para adquirir la condición de diputado. Exigir
derecho, esto es, la de manifestar o practicar la propiareligión o conviccio- adhesión a una determinada religión es una forma de incidir en el fuero
nes, pueden ser objeto derestricciones para salvaguardar algunos de los bie- interno de quien no la profesa y por tanto lesiona el carácter absoluto de Ja
nes señalados por el párrafo segundo del artículo; un catálogo de fines legíti- libertad de tener o no tener creencias religiosas o de otro tipo .. Sin embargo,
mos sensiblemente menor al previsto para los demás derechos con cláusula el· Tribunal asumió que este era un caso de libertad de manifestación de
de limitación (arts. 8, 1O y ll). creencias y entró a analizar si el juramento exigido.era una medida necesaria
en una sociedad democrática concluyendo que se había producido~ lesión
El Tribunal parte de una concepción bastante amplia del ámbito de porque «sería contradictorio condicionar el ejercicio de un mandato que
aplicación del artículo 9 en beneficio de los creyentes, pero también de «los pretende representar las diferentes visiones de la sodedad en el parlamento
ateos, los agnósticos, los escépticos o los indiferentes» (asunto Kokkinakis, a una declaración previa de compromiso con' un ·deterininado cuerpo de
cit.). Aunque no ha definido el concepto «religión», sí ha establecido que creencias» (asunto Buscarini y· otros c. San Marino, cit.-, p. 39).
para que una «Convicción» cuente con protección prima facie debe tratarse
de «ideas que alcancen cierto nivel de fuerza, seriedad, coherencia e impor- Finalmente, alguna facem de la dimensión interna de la libertad de :con-
tancia» (asunto Campbell y Cossan c. Rei,no Unido, de 23 de febrero de 1982, p. ciencia como el derecho a no declarar sobre las propia.S creencias puede
36). Así, junto a las religiones tradicionales como lá. cristiana en _sus distintas tener límites implícitos. Así, por ejemplo, «aunque la idea de un Estado deci-
iglesias, el islam o el judaísmo, se han considerado cubiertas por el artículo diendo en una sentencia la condición de las creencias personales e interiores
9 ideologías como el pacifismo (Arrowsmith c. Rei,no Unido, decisión de ·fa de un ciudadano es aborrecible y puede recordar de manera desgraciada
Comisión, de 12 de octubre de 1978) o la oposición a la caza por motivos infames persecuciones pasadas, el Tribunal observa que en este caso el de-
éticos (asunto Chassog;nou y otros c. Francía, de 29 de abril de 1999, p. ll4 maridante solicitaba gozar de un derecho especial concedido p_o'r la legisla-
[Documento núm. 46]). ción macedonia por el· que los musulmanes podían tomar fiesta en días espe-
La dimensión interna de la libertad ideológica establece una garantía
de inmunidad frente a los actos de compulsión del Estado para a<;loptar un
1 ciales», y por ello, «no es opresivo ni entra en conflicto fundamental con la
libertad de conciencia el exigir algún. nivel de concreción cuando esa recla-
mación se refiere a un privilegio o derecho no disponible en general y,· si no

il
determinado ideario o expresar pública adhesión al mismo. El elevado grado se presenta la prueba, llegar a una conclusión negativa» (asunto Kosteski c.
de intrusividad de los supuestos de afectación del fuero interno explica el Antigua República Yugoslava de.Macedonia, de 13 de abril de 2006; p. 39).
que los autores del Convenio consideraran que tal intensidad lesiva no pu-
diera ser admitida justificadamente, por lo que no sujetaron esta dimensión La dimensión externa del derecho se proyecta sobre la manifestación de
del derecho a la cláusula de limitación del párrafo segundo. Sin embargo, las propias creencias a través de alguno de los medios enumerados por el
los órganos de aplicación del Convenio h<!Il optado por tratar los supuestos Convenio: el culto, la enseñanza, los ritos o las prácticas. Para considerar
que aparentemente inciden en la dimensión interna de la libertad de _pensa- ·,
dete.rminado acto como una práctica integrante de una religión o creencia,
miento como casos de libertad de manifestación de las propias creencias, no basta la mera afirmación subjetiva del demandante sino que debe mos-
para así poder valorar si las medidas controvertidas en con traban justificación trarse una conexión directa entre el acto y el cuerpo de creencias de que se
en una sociedad democrática. Así, por ejemplo, en los asuntos Valsamis y trate (asunto Arrowsmith c. Rei,no Unido, cit.). Así, por ejemplo, se han conside-
Efstratiou, decisión de la Comisión, de 18 de diciembre de 1996, unos padres rado formas de ejercicio del derecho, por ejemplo, el sacrificio ritual de reses
exigían que sus hijos fueran eximidos de la obligación de participar en los (asunto Asociación de culto israelita Cha 'are Shawm Ve Tsedek c. Francia, de 27 de
desfiles escolares de celebración del Día Nacional de Grecia porque el carác- junio de 2000) o portar el velo islámico o hijab (asunto Leyla Sahin c. Turquía,
ter de la ceremonia afectaba a sus conyicciones pacifistas como Testigos de de 10 noviembre de 2005). ·
Jehová. La Comisión inadmitió la demanda afirmando que «ni de la finalidad
del desfile ni de su organización no se deduce nada que pueda ofender !as Sin embargo, el Tribunal ha advertido que «el artículo 9 no protege
convicciones pacifistas en una medida prohibida por el párrafo .segundo del cualquier acto motivado o inspirado p.or una religión o creencia» (asunto
artículo 9» (asunto Valsamis c. Grecia, cit., p. 31). Kala{: c. Turquía, de 1 de julio de 1997, p. 42), de modo que d ámbito de
cobertura no puede extenderse hasta cubrir la manifestación de cualquier
Esta tendencia a eludir el carácter absoluto del fuero interno se aprecia, idea, aún firmes y profundas como las sostenidas por una enferma incurable
asimismo, en el asunto Buscarini c. San Marino, de 18 de febrero de 1999, en acerca de la eutanasia (asunto Pretty c. Rei,no Unido, de 29 de abril de 2002,
el que se discutía la compatibilidad con el Convenio de la legislación de p. 82 [Documento núm. 24}).
76 !AS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESI"UDIO PRELIMINAR 77
La libertad de manifestación: de la propia religión protege también la ser diferentes» (asunto Otto-Preminger-Institut c. Austria, de 20 de septiembre
dimensión colectiva del fenómeno religioso y protege, de este modo, la libre de 1994, p. 50 [Documento núm. 30]).
organización y funcionamiento de las c~munida~es religiosas frente ,a·las
El margen de apreciación del Estado es mayor cuando se trata de una
injerencias del Estado. Como ha reconocido el Tnbunal, «la autonomia de
injerencia en la libertad religiosa consecuencia de una ley de aplicación gene-
las comunidades religiosas es indispensable para el pluralismo en una socie-
ral y neutra, esto es, dirigida a proteger un bien jurídico sin tomar en cuenta
dad democrática y se encuentra por tanto en el centro mismo de la protec-
el factor religioso o ideológico como la protección de la salud o la ordena-
ción que ofrece el artículo 9 (asunto Hassan y Tchaoúch c. Bulgaria, de 26 de
ción del territorio. Para realizar sacrificios rituales de reses debe contarse
octubre de 2000, p. 62 [Documento núm. 27]) ». : . . · ·
con la correspondiente automación sanitaria (asunto Asociación de culto israe-
A partir de este planteamiento, resulta claro q1;1e una Iglesia e~ com~~i­ lita Cha'are Shalom Ve Tsedek c. Francia, cit.) o para construir un lugar de
dad religiosa pueden ser tjtulares del derecho a la libertad de manifestacion oración debe cumplirse con la legislación urbanística (asunto Vergos c. Grecia,
de la religión (por ejemplo, asunto Asociación de culto israelita Cha'are Skalom de 24 de junio de 2004), de modo que la imposibilidad de realizar la con-
Ve Tsedek c. Francia, de 27 de junio de 2000, p. 72; asunto Igksia Metropolitana ducta pretendida por no cumplir los reqQ.isitos exigidos por la ley no supone
de Besarabia y otros c. Mol,davia, de 13 de dkiembre de 2001, p. 101; ~:mto violación del artículo 9. ·
Santo Consejo Supremo de l,a Comunidad Musulmana c. Bulgaria, de 16 de diciem- · Sin embargo, el artículo 9 en co~binación con el articule;> 14 puede
bre de 2004, p. 74). · imponer al Estado un mandato de diferenciación en virtud del cual la ley
El ejercicio de la libertad, de manifestación ideológica o religiosa está debe tomar en cuenta los motivos religiosos de quien haya realizado una
conducta para no someterla al mismo trato que los .demás. En el asunto
sujeto a las modulaciones derivadas de. la propia situación laboral o prof~si~
Thlimmenos c. Grecia, de 6 de abril de 2000 (Documento núm. 41), el deman-
nal del demandante. Las limitaciones al ejercicio de! derecho inherentes o
propias de la actividad que· libremente se ha elegido no .constituyen lesión dante, Testigo de Jehová, había sido sancionado por haberse negado a reali-
zar el servicio militar. Como consecuencia de aquella condena, se le denegó
del artículo 9 (asunto Kal,af c. Turquía, cit., p. 27, en el que se considen?
el acceso al ejercicio de la profesión de áuditor contable porque la norma
que el retiro ob_ligatorio ~e un .mi.litar por h_ab:r _Partic_ii:>ado acti~~n~e en
reguladora excluía a todos los que hubieran cometido delito. El Tribunal
organizaciones islamistas mcumpliendo la disciplina rmlitar y el prmcip10 de
consideró que «Contrariamente a las condenas por Otras infracciones más
secularismo .que rige el ejército turco no constituía .una_ ingerencia en su
graves, una condena derivada de la negativa a llevar uniforme por motivos
libertad religiosa). Este planteamiento se ha aplicado en los casos de despido
religiosos o filosóficos no denota ninguna actitud deshonesta o bajez_~, Ill~ral
por ausentarse del trabajo para c~mi:>lir con el día de c~lto de la propi~
de tal naturaleza que pudiera reducir la capacidad del interesado para ejer-
religión (asunto Kosteski c. Macedonza,.cit., p, 37, y las resoluc10nes de la Comi-
cer esta profesión [ ... ] el rechazo a tratar al demandante de m·anera diferente
sión que allí se citan). ·
; de las otras personas dedaradas culpables de un delito no tenía ninguna
La libertad de manifestar la religión o convicciones de cada uno impone 11 justificación objetiva y razonable» (asunto Thlimmenos c. Grecia, cit., p. 47).
al Estado la obligación negativa de no interferir su ejercicio. En principio, el l. Especial consideración merecen las normas estatales cuyo objetivo es
Tribunal no deriva del artículo 9 concretas obligaciones positivas que contri- regular la convivencia pacífica de las distintas religiones y confesiones exi~
buyan a la efectividad del derecho, salvo la genérica afirmación de que el tentes ·dentro del país. Las relaciones ep.tre Estado y religión en Jos distintos
Estado como garante de los derechos y las libertades individuales, debe ejer- países europeos están modeladas a partir de e~perien~~as hi~tóricas propias
cer el papel de «organizado~ imparcial del,e~ercicio de las diversas c_o;riviccio- y no son reducibles a un mocielo uniforme. En este á:Iribito, la ·acción del
nes y religiones en una sociedad democratica» (asunto R.efahPartzsz c. Tur- Estado debe responder erí t0do caso al principio de neutralidad _de _ID:Od()
quía, de 13 de febrero de 2003, p. 119). q11e se abstenga de valorar positiva o negativamente la's distin~ coi:ifesi.~nes.
Se prohíbe, en especial, que las autoridades públi~as puedan pronunciarse
En esa función de organización del pluralismo ideológico y religioso, el
sobre la legitimidad de las creencias religiosas o sobre las· modalid~~es de
Estado goza de un margen de apreciación relativamente amplio a la hora de
expresión de éstas (asunto Manoussakis c. Grecia, de 29 de agosto de 1996, p.
apreciar la necesidad de la imposición de _límite_s a la liber~d para garantizar 47). . . . ..
los derechos de los demás. Esa deferencia hacia las autondades del Estado
en este ámbito deriva del hecho de que «no es posible distinguir a lo largo Esa prohibición rige ,de manera especial en el momento de la inscri¡r
de Europa una concepción uniforme acerca del significado de la religión en ción de una determinada confesión en el correspondiente .registro; La ley
la sociedad [ ... ] incluso dentro de un mismo país esas concepciones pueden que regula el acto de inscripción debe fijar de manera accesible y' precisa los
78 IAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAI: EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTIJDIO PRELIMINAR 79

criterios que debe aplicar la autoridad pública.de modo que no haya espacio dad y laicidad, de especial significado en el contexto turco dada su experien-
para un ejercicio ilimitado de la discrecionálidad administrativa (asunto Has- cia histórica.
san y Tchaouch c. Bulgaria, cit., pp. 85 y 86).
El Tribunal se ha enfrentado en vanos casos a las decisiones de algunos IX. Libertad de expresión .
Estados de no reconocer las escisiones dentro de alguna iglesia o comunidad
con el fin de mantener la unidad dentro de ellas (entré otros, asunto Serifc: Artículo 10
Grecia, de 14 de diciembre de 1999; Iglesia metropolitana de Besarabaia c. Molda- «l. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho
via, de 13 de diciembre de 2001; asunto Hassan y Tchaouch, cit.). En todos comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o de comunicar informa-
los casos, se ha considerado contraria a ·la libertad religiosa esta toma de ciones o ideas, sin que pueda haber injerencia de autoridades públicas y sin
postura estatal a favor de un cierto sector de Ja comunidad religiosa. Parael . consideración de fronteras. El presente artículo no .impide que los Estados sometan
Tribunal, a las empresas de radiodifusión, de cinematografía o de televisión a un régimen
«en las sociedades democráticas, el Estado no nécesita en principia de autorización previa.
adoptar medidas que aseguren que las comunidades religiosas sigan unidas 2. El ejercicio de estas libertades, que entrañen deberes y responsabilidades,
o se reunifiquen bajo un único liderato. El papel de las autoridades en una podrá ser sometido a ciertas formalidades condiciones, restriccioneS o sanciones
situación de conflicto entre, o en ·el seno de los grupos religiosos, no es la
de eliminar la causa de la teilsióri eliminado el pluralismo, sino ·asegurar previstas por la l.ey, que constituyan. medidas necesarias, en una soaedad demo-
que los grupos rivales se toleren mu:tilamente» (asunto Santo Comejo Supnmio crática, para la seguridad nacional, la integridad territorial o la· seguridad pú-
de la Comunidad Musulmana c; Bulgaria,. de 16 de diciembre de 2004, p: 96). blica, la defensa del orden y la prevención del delito, la protección de la salud o
de la mora~ la protección de la reputación o de los derechos ajenos, para impedir
En relación con el proselitismo~·las posibilidades de regulaeiÓn legítima la divulgación de informaciones confidenciales o para garantizar la autoridad y
por parte del Estado pasan por la debida, ,distinción. entre los actos de testimo- la imparcialidad del poder judicial».
nio y divulgación de la propia f~ y el proseHtismo abusivo que recurre «al a
ofrecimiento de ventajas materiales o sodales_ con el objetivo de· obtener l. · INTRODUCCIÓN
incorporaciones a una Iglesia o a ejercer tiria p:n~sión áb.usiva sobré las pérsO-
nas en_ situación de angustia o de necesidad» (asiuifo Kokltinakis, cl.t., p. 48): La libertad de expi:esión es uno de los derechos del Convenio a los que
Los actos de proselitismo reálizados dentro del ejército por los súpefi.ores el Tribunal atribuye una importancia especial derivada de los valores que
jerárquicos no· están protegid~s por la libertad religiosa, pQr constituir una subyacen en su reconocimiento. La jurisprudencia, desde buen comienzo, ha
presión abusiva dadas las espeeiales _caractensticas~ del. ámbito castrense enfatizado que «la libertad de expresión constituye uno de los fundamentos -
(asunto Larissis c. Grecia, de 24 de febrero de 1998, p. 51). · esenciales de las sociedades democráticas, una de las condiciones primordia-
La manifestación pública de la propia religión mediante el uso de símbo-
los religiosos es un asunto especiajmente ~ebatido en el seno de las democra-
cias europeas y, además, «el significado o el inipacto de la expresión puqlica
1 les para su progreso y para el desarrollo de los hombres» (asunto Handyside
c. Reino Unido, de 7 de diciembre de 1976, p. 49 [Documento núm. 28]).

La función de este derecho .como «Una de las precondiciones del funcio-


de una creencia religiqsa puede diferir según el tiempo y .el context~ [p'gr namiento de la democracia» (asunto Appkúy y otros c. Reino Unido, de 6 de
lo que] las normas en este ámbito varían, en cansectiencia, de uri país litótró mayo de 2003) determina una especial amplitud del objeto protegido que
de acuerdo con las.tradiciones nadonrues y l~-. exigencias iÍnpuestas. por lá abarca «no sólo Ja sustancia de las ideas y la información expresadas sino
necesidad de proteger los derechos y las libertac1es de ~os demás y el manteni- también la.forma en la que se transmiten» (asunto De Haels y Gijse~ c. Bégi,ca,
rriiérito del orden público» (asunto Leyla Sáhin c. Turquía, .de to' noYí~m-~re de 24 de febrero _de 1997, p. 48). Cualqµier idea o información así como la
de 2005, p. 35). Sobre est,e asun~~-el Ttjbunal ha evitaéfo ~doptar up.pr<iriün~ forma y los medios empleados para comunicar!as cuentan con la protección
ciamiento de principio sqbré _el, uso cie símbolos religiosos y h~ préforj.dó'~ár prima facie del derecho. En particular, desde ei asunto Handyside, la jurispru-
especial peso a las circunst<µicias propias del contexto. que ~yalaban úi1 espe- dencia es constante en afirmar que el artículo l_O es válido «no sólo para las
cial margen de apreciación del Estado. En Sahin, la prohibición de usar el informaciones o ideas que son favorablemente recibidas o consideradas
velo islámico a una estudiante de medicina de conformidad con la normativa como inofensivas o indiferentes, sino también para aquellas que chocan, in-
que regía en la Universidad de Estambul, no constituía iuia Violación del quietan u ofenden al Estado o a una fracción cualquiera de la población.
Convenio por tratarse, en primer lugar, de ·una ~:Prohibición de tiempo y Tales son las demandas del pluralismo, la tolerancia y el espíritu de apertura,
lugar, no absoluta, y justificada, en segundo lu~; .en los principios de·igual- sin las cuales no existen una "sociedad democrática". Esto significa especial-
80 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 81
mente que toda formalidad, condición, restricción o sanción impuesta en la en el ejercicio de su libertad de expresión derivadas de las exigencias propias
materia debe ser proporcionada al objetivo legítimo que se persigue» (asunto de la organización y funcionamiento de la Administración. -
Handyside, cit., p. 49).
En el asunto Vogt se discutió la compatibilidad con el Convenio del de-
De este modo le corresponde al tribunal enjuiciar si la restricción im"- ber de lealtad que la legislación alemana imponía a los funcionarios públicos
puesta por parte del Estado es compatible con el Convenio, esto es, si está en relación con el cese de un profesor por ser militante del partido comu-
prevista por la ley, si persigue alguno de fos fines enunciados por el apartado· nista alemán. El Tribunal considera que si bien es conforme al artículo 10
segundo y si, finalmente, es una medida «necesaria en una sociedad demo- del Convenio imponer a los funcionarios el deber de- lealtad a los principios
crática». Al efectuar ese control, el Tribunal no se limita a los razonamientos constitucionales, no lo es, en cambio, el carácter absoluto con el que se confi-
empleados por las resoluciones judiciales nacionales sirio que valora el con., gura la obligación en el caso al extenderla a cualquier funcionario, con inde.,.
junto del caso, pudiendo apreciar como relevantes hechos o circunstancias pendencia de sus funciones o rango, y a cualquier actividad que pueda consi~
no tenidas en cuenta en la vía jurisdiecional nacional. Aunque la intensidad derase contraria a esos principios, aunque forme parte de la vida ,privada
del control europeo varía en función del mayor o menor margen de aprecia- (asunto Vogt c. Alemania, de 26 de septiembre de 1995, p. 49). La prohibición
ción que se reconoce al Estado según el grado de conexión de la expresión a los funcionarios de policía de afiliarse a un partido político es conforme al
o información con el valor democracia o el grado de intrusividad de la me- artículo 10 en la medida en que pretende la despolitización del servicio y
dida, en todo caso, el Tribunal exige que el Estado ofrezca razones «adecua- contribuir a la consolidación y mantenimiento de una democracia pluralista,
das y suficientes» para justificar la restricción del derecho (asunto Hand,yside, sin impedir, por otra parte, cualquier otra forma de participación política
cit., p. 52). (asunto R.ekvenyi c. Hungría, de 20 de mayo de 1999, p. 41).
A pesar de que la jurisprudencia en materia de libertad de expresión es La libertad de expresión de los jueces también queda modulada por los
especialmente liberal, el Tribunal de manera sistemática ha excluido radical- deberes inherentes al ejercicio de la función jurisdiccional pues «tenemos
mente del ámbito de protección del artículo 10 las expresiones que preten- derecho a esperar de los funcionarios judiciales que utilicen su libertad de
den justificar el nazismo (asunto Lehideux e Isorni, de 23 de septiembre de expresión con moderación cada vez que la autoridad y la imparcialidad del
1998, p. 53), así como el revisionismo histórico de verdades históricas~bien poder judicial puedan ser cuestionados» (asunto Wzlle .c. Liechstenstein, de 28
establecidas como el Holocausto (asunto Garaudy c. Francia, decisión de 24 de octubre de 1999, p. 64).
de junio de 2003), por atentar contra los valores del Convenio e .incurrir, La cualidad del sujeto también puede determinar un mayor grado de
por ello, en una forma de abuso de derecho proscrita por el artículo 17 protección del derecho. Así sucede, señaladamente, con la prensa, y los me:
CEDH. dios de comunicación en general, a los que les corresponde ejercer la fun-
ción de «perro guardián» dentro del sistema democrático y permitir que la
2. TITULARIDAD
opinión pública pueda controlar el ejercicio del poder público. Por eso,
Los derechos del artículo 10 corresponden a «toda persona», tanto a las «Cuando las autoridades nacionales adoptan medidas capaces de disuadir a
personas fisicas como a las jurídicas (asunto Autronic AG c. Suiza, de 22 de la prensa de ofrecer información sobre asuntos de legítimo interés público,
mayo de 1990, p. 47). - el Tribunal está llamado a ejercer un cuidadoso escrutinio de la proporciona-
lidad de tales medidas» (asunto The Observery The Guardian c. R.eino Unido, de
Sin embargo, el grado de protección que ofrece el derecho puede variar 26 de noviembre de 1991, p. 59).
en función del tipo de sujeto de que se trate según sea la extensión de «lo's
deberes y responsabilidades» inherentes al colectivo del que forme parte. En Este mayor nivel de protección, también, lo ha aplicado el Tribunal a
relación con los militares, el Tribunal ha afirmado que la-libertad de expre.!. los grupos y asociaciones que participan en el foro público: «en una sociedad
sión «no se para a la puerta de los cuarteles» (asunto Grigoriades c. Grecia, de democrática incluso los grupos pequeños e informales, como Greenpeace
25" de noviembre de 1997, p. 45) pero la disciplina militar que pretende Londres, deben ser capaces de llevar a cabo sus actividades de manera efec-
garantizar un funcionamiento eficaz del ejército permite imponer restriccio- tiva y existe un fuerte interés público en permitir a estos grupos e individuos
nes al ejercicio de ese derecho (asunto Engel y otros c. Hol,a"f.da, de 8 de junio fuera de la corriente que contribuyen al debate público difundiendo infor-
de 1976, p. 100; asunto Vereinigung demokratischer SoUiaten Osterreichs y Gubi c. mación e ideas sobre materias de interés público como la salud o d medio
Austria, de 19 de diciembre de 1994, p. 36). · ambiente» (asunto Steel y Manis c. R.eino Unido, de 15 de febrero de 2005, p.
89, relativo a una campaña de Greenpeace denunciando la comida y las prác-
Los funcionarios civiles también pueden· verse sujetos a modulaciones ticas empresariales de McDonald's; asunto Vide5 Aizsardzibas Klubs c. Letonia,
82 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 83
de 27 de mayo de 2004, p. 42, adopción en el seno de una asociación de como el carácter público o privado de la persona afectada, la importancia del
protección del medio ambiente de una resolución denunciando irregularida- asunto o la gravedad de la información, En el asunto B/o,det Tromso, relativo a
des en la conservación de la costa por parte de un ayuntamiento). unas informaciones sobre prácticas ilegales y· crueles en la caza de focas, d
Tribunal consideró cumplido el estándar cuando la prensa se .apoya en un
3. Los DERECHOS PROTEGIDOS informe oficial sin necesidad de que emprenda una investigación indepen~
Los derechos protegidos por el artículo 10 son, en primera línea, dere- diente para acreditar su contenido (asunto B/o,det Tromso yStensaas c. Noruega,
chos de libertad que imponen al Estado el deber de ·no interferir en su de 29 de mayo de 1999, p. 68) Lá imposición al a:utor de la información de
ejercicio sin justificación legítima. Pueden entrañar, también, obligaciones la carga de la prueba de la verdad de los hechos .no es contrari~ al Convenio
positivas de protección: «El auténtico y efectivo ejercicio de· esta libertad no (asunto McVicar c. Rei,no Unido, de 7 de mayo de 2002, p. 87; asunto·Steel y
depende meramente del deber del Estado de no interferir, sino que puede Morris, cit., p. 93) pero, desde el punto de vista del artículo 10, debe enten-
requerir medidas positivas de protección, incluso en la esfera de las relacio- derse satisfecha si se acredita haber cumplido con el estándar de buena fe.
nes entre particulares» (asunto Ozgür Gündem c. Turquía, de 16 de marzo de
' En relación con las opiniones y juicios de valor, «la proporcionalidad de
2000, p. 43, obligación del Estado de proteger e investigar los actos de violen- la injerencia depende de la existencia de una base fáctica suficiente para la
cia dirigidos contra algunos periódicos y sus periodistas por su línea edito-
afirmación impugnada, pues incluso un juicio de valor carente de soporte
rial). En este sentido, el Tribunal ha afirmado que el artículo 10 es aplicable
fáctico alguno puederesultar excesivo» (asuntojerusalem c. Austria; de 27 de
en las relaciones entre empresario y empleado, estén regidas por el derecho
febrero de 2001, p. 43). Si tiene apoyo en álgún dato fáctico, una opinión
público o por el derecho privado (asunto Fuentes Bobo c. España, de 29 de
puede ser considerada como «comentario honesto» y, por tanto, gozar de
febrero, p. 38, despido de un trabajador de TVE por críticas a la dirección;
protección. El grado de conexión entre la opinión y los hechos de base
asunto De Diego Na.fría c. España, de 14 de marzo de 2002, despido de un
puede variar según las circunstancias. Así, no es necesario indicar a qué he-
trabajador del Banco de España por las acusaciones contenidas en una carta
chos se refiere el juicio de valor si éstos son de conocimiento general por el
dirigida al Subdirector).
público (referirse al «pasado fascista» de un político no precisa señalar los
3.1. La libertad de expresión y la libertad de comunicar y recibir información sucesos que avalan esa opinión porque el pasado del personaje había· sido
desvelado por un libro de memorias y varios artículos, asunto Fel,dek c. Eslova-
La libertad de expresión protege la realización de todo acto expresivo, quia, de 27 de febrero de 2001, p. 86).
mediante el que se comuniquen ideas, pensamientos o juicios de valor. En
cambio, el derecho a la información se refiere a lá comunicación de hechos. La libertad de información incluye el derecho a re~ibirl_a (astinto Autro-
La diversidad del objeto de cada derecho implica un diferente tratamiento nic, cit., p. 4 7, recepción de programas de televisión mediante. antena parabó-
de su protección pues mientras que las ideas o juicios de valor no son suscep- lica) pero no incorpora el derecho de acceso a la información que no esté
tibles de prueba de verdad, la afirmación sobre hechos sí (asunto Lingens e; disponible en fuentes accesibles (asunto Leander c. Suecia, de 26 de marzo de
Austria, de 8 de julio de 1986, p. 46 [Documento núm. 29]). 1987, p. 74: «la libertad de recibir informaciones, prohibe esenciahllente a
un Gobierno impedir a alguien recibir informaciones que otras personas
La distinción entre un derecho y otro no resulta, sin embargo,. tan ta- aspiran o pueden consentir en suministrarle. En· las circunstancias de este
jan te a la luz de la jurisprudencia pues, por un lado, las informaciones falsas taso, el artículo 10 nó concede al individuo el derecho de acceder· a un
que hayan sido obtenidas diligentemente son merecedoras de protección, y, registro en el que figuran informaciones sobre su propia_ situación, ni obliga
por otro lado, las opiniones o juicios de valor deben ir acompañados de un al Gobierno a facilitárselas»). ·La pretensión de acceder a informaciones en
cierta base fáctica con el fin de que la opinión pública puedá valorarlos poder del Estado puede encontrar fundamento, en cambio, en otros dere~
adecuadamente. En efecto, la protección de la libertad de información de- chas como el derecho al respeto a la vida privada y familiar (p.e., asuntb
pende del cumplimiento de un estándar de diligencia, el «requisito de buena Guerra y otros c. Italia, de 19 de febrero de 1998, p. 60; obligación de informar
fe», según el cual la difusión de información sobre un asunto de interés a los vecinos sobre los riesgos de atentado grave al medio aÍiibiente detiva:dds
general merece protección «siempre que sé haya actuado de buena fe sobre del funcionamiento de una fábrica de fertilizantes). · '(
la base de hechos ciertos y se aporte información fiable y precisa de acuerdo
con la ética periodística» (asunto Fressoz y Roire c. Francia, de 21 de enero de Se ha discutido ante elTEDH si del artículo 10 cabe derivar, un derecho
al foro, esto es, un derecho frente al Estado e incluso frente a: p~ticulares
\
1999, p. 54 [Documento núm. 31]). · -~
para acceder a espacios en los que poder comunicar información al público.
El nivel de diligencia exigido variará en función de una serie de factores En el asunto Appleúy se discutió si la negativa de un centro comercial a permi-
84 lAS SENTENCIAS BÁSiCAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTIJDIO PRELIMINAR 85
:!'
tira los demandantes instalar un puesto de información y· recogida de firmas 3.3. La creación de medios audiovisuales
a favor de una campaña medioambiental constituía una lesión del derecho.
Finalmente, el apartado 1 del artículo 10 garantiza el derecho a crear
El Tribunal afirmó lo siguiente:
medios de comunicación audiovisual aunque su ejercicio puede condicio-
«Esta disposición, a pesar de la reconocida importancia .de la libertad narse a un régimen de autorizació'n previa. El Tribunal ha tenido la oportuni-
de expresión, no otorga ninguriá libertad de foro para el ejercicio de ese dad de interpretar el alcance del poder de intervención del Estado sobre los
derecho. Aunque es cierto que los desarrollos demográficos, sociales, ecó- medios audiovisuales (asunto Groppera Radio AG y otros c. Suiza, de 28 de
nómicos y tecnológicos están cambiando el modo en que las personas se marzo de 1990, prohibición de transmitir por cable ·programas emitidos
mueven y entran en contacto con las demás, elTribunal no está convencido
desde Italia), pero que no permite el mantenimiento de un sistema de mono-
de que esto exija la creación automática de derechos de entrada en propie-
dades privadas, o incluso, necesariamente, en todo lugar de propiedad pú- polio público de prestación de servicio de radiotelevisión, _dado el progreso
blica (oficinas de Gobierno y ministerios, por ejemplo), Cuando, sin em- técnico en la disponibilidad de canales y frecuencias (asunto Informationsue-
bargo, el impedir el acceso a la propiedad tiene el efecto de evitar el rein Lentia y otros c. Austria, de 24 de noviembre de 1993, p. 39).
ejercicio efectivo de la libertad de expresión o se puede decir que se ha
destruido la esencia del derecho, el Tribunal no excluirá que pueda surgir 4. LAs RESTRICCIONES AL EJERCICIO DE LA LIBERTAD DÉ EXPRESIÓN
una obligación positiva por parte del.Estado para proteger el goce de los
derechos que señala el Convenio regulando los derechos de propieda<:l» 4.1. Los fines que justifican la imposición de límites
(asunto Appleúy y otros c. Irlanda, de 6 de mayo de 2003, p. 47).
Las injerencias en el ejercicio de! los derechos reconocidos en el artículo
10 deben ajustarse a las exigencias que impone la cláusula de limitación del
3.2. Derechos implícitos: libertad artística y secreto profesional
apartado segundo. La norma que establezca la medida restrictiva debe cum-
plir con los requisitos del principio de calidad. de la ley, esto es, debe ser
Aunque no esté expresamente prodamada., el artículo JO protege la li-
accesible para sus destinatarios y ser lo suficientemente precisa como para
bertad de creación artística, tal y como loJia afirm~do interpretado el Tribu-
hacer previsibles las consecuencias de un determinado acto (con_ carácter
nal en el asunto Mül'ler:
general, asunto Sunday Times c. Reino Unido, de 27 de octubre 'de 1978, p. 49).
«la libertad de recibir y comunicar informaciones e ideas comprende Debe, asimismo, perseguir alguna de las finalidades que expresa el precepto y
la libertad de expresión artística que permite participar en el interc-ambio hacerlo respetando el principio de proporcionalidad. '
público de informaciones e ideas culturales, políticas y sociales de cualquier
naturaleza... Quienes crean, interpretan, distribuyen o exponen una obra A la hora de calibrar el grado de protección de la libertad de expresión,
de arte contribuyen al intercambio de ideas y de opiniones indispénsable el Tribunal distingue según sea el contenido del mensaje difundido. Así, la
en una sociedad democrática. De donde se deduce la obligación que tiene libertad de expresión política y de comunicar información de interés general
el Estado de no invadir indebidamente su libertad de. expresión» (asunto gozan del máximo nivel de protección por lo que toda interferencia sobre
Müller c. Suiza, de 24 de mayo de 1988, pp. 27 y 33). su ejercicio es considerada bajo una presunción de ilegitimidad que sólo
puede levantarse si se justifica por la existencia de una «necesidad social
Otro derecho implícito protegido por el artículo 1O es el derecho al especialmente imperiosa». Este escrutinio estricto se justifica porque· «la li-
secreto de las fuentes de información~ En el asunto Goodwin, el Tribu.ria! bertad de debate político pertenece al corazón mismo del concepto de socie-
afirmó que «la protección de las fuentes periodísticas .es una de las condi~iO:­ dad democrática que inspira el Convenio» (asunto Lingens c. Austria, cit., p.
nes básicas para la libertad de prensa... Sin esa prot~cción; las fuentes puede11 42) y, en consecuencia, el margen de apreciación que le corresponde al
verse disuadidas de ayudar a la prensa a informar al público sobre asuntos Estado es especialmente limitado. ·
de interés público» (asunto Goodwin c. Reino Unido, de 27 de :ma,rzo de 1996,
p. 39). Dada la importancia instrumental de este -derecho. para la vitalid,ad La publicidad y el «discurso comercial» merecen la protección del ar-
de la prensa en el cumplimiento de su función de «perro guardián» dentrq tículo 10 porque «no distingue según la naturaleza, lucrativa o no, del fin
de un sistema democrático, el Tribunal· sujeta .«al más cuidadoso escrutinio,>~ perseguido» con la expresión (asunto Casado Coca c. España, de 24 de febrero
las medidas que pretendan levantar la confidencialidad de las fuentes, en de 1994, p. 35, sanción a un abogado por háber publicado anuncios publici-
particular los registros de las oficinas de un -periódico o de los papeles de un tando sus servicios). Sin embargo, el margen de apreciación que gozan los
periodista, dado su carácter indiscrimfuado (asunto R.oemen y otros c. Luxem- Estados para imponer límites es relativamente amplio dado el carácter fluc-
burgo, de 25 de febrero de 2002, p. 57; asunto Emst y otros c. Bélgica, de 15 ·de tuante de las exigencias de protección en ese ámbito: «la publicidad consti-
julio de 2003, p. 103). - tuye un medio para conocer las características de los servidos y los bienes
86 LAS SENTENCIAS BÁSICAS-DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 87

que le son ofrecidos. No obstante, a veces puede ser objeto de restricciones las», esto es, producen una suerte de «efecto silenciador» en palabras de
destinadas, especialmente, a impedir la competencia desleal y la publicidad Owen Fiss, o de representaciones o expresiones gratuitamente provocadoras
falsa o engañosa. En ciertos contextos, incluso la publicación de mensajes de objetos de veneración religiosa (asunto Otto-Preminger Institut c. Austria, de
publicitarios objetivos y verídicos podría _sufrir limitaciones encaminadas al 20 de septiembre de 1994, difusión de una película satírica sobre la fe cris-
respeto de los derechos ajenos o basadas en las particularidades de una activi- tiana [Documento núm. 30]; asunto Wingrove c. Reino Unido, de 25 de noviem-
dad comercial o de una profesión _determinada» (asunto Maikt Intern Verlag bre de 1996, denegación de licencia para comercializar el cortometraje Visio-
GmbH y K/,aus Beermann c. Alemania, de 20 de noviembr~ de 1989, p. 34). nes del éxtasis en el que se describen las experiencias extáticas de Santa
Teresa como experiencias sexuales con la figura de Jesucristo; asunto l. A. c.
En tomo a los fines que justifican la imposición. de límites al ejercicio Turquía, de 13 de septiembre de 2005, condena al autor de un novela por
de la libertad de expresión existe una jurisprudencia abundante. de la que contener pasajes gratuitamente ofensivos contra Mahoma). En este ámbito,
cabe espigar algunas áreas de especial relevancia. · dada la diversidad de sensibilidades hacia el fenómeno religioso en los distin-
La protección del honor y fa reputación de las personas es lino de los tos países del Consejo de Europa y la ausencia de un estándar común al
límites cuya aplicación ha sido objeto de una abuhdantejurisprudencia. La respecto, el Tribunal reconoce a los Estados un ampliQ margen de aprecia-
calidad del sujeto afectado es un elemento determinante del juicio de pro- ción por estar en mejor situación para valorar la necesidad de la restricción.
porcionalidad de la medida. Así, «los límites de la crítica aceptable son más Ahora bien, cuando las críticas a una religión o a sus postulados se formulan
amplios en relación con un político considerado como tal que cuando se de manera razonada de modo que pueden ser objeto de replica en un debate
trata de un mero particular» (asunto Lingens, cit., p. 42), incluso tuan:do la público, la restricción impuesta es desproporcionada (asunto Giniewski c.
crítica afecta a· la persona misma, porque «la invectiva política a menudo Francia, de 31 de enero de 2006, condena al autor de un artículo crítico con
incide en la esfera personal» y representan «azares de la política y del libre una encíclica papal por defender la superioridad del nuevo testamento sobre
debate de ideas, que son las garantías de uha sociedad democrática» (asunto el antiguo, por contener esta doctrina la semilla del antisemitismo que dio
Lopes Comes da Silva c. Portugal, de 25 de junio de 2000, p. 34). Así, por lugar al Holocausto). _
ejemplo, las expresiones «g!_"Otesco», «bufón»· y «basto» no constituyen insul-
En relación con la protección de bienes colectivos como la seguridad o
tos en relación con un candidato político (asunto Lopes Comes da Silva, ibid).
el orden público, el Estado goza de un derto margen de apreciación como
Esta protección debilitada del honor de los políticos no es aplicable a los
funcionarios y empleados públicos puesto· que no· exponen· deliberadamente ha reconocido el Tribunal en relación con la prohibición de la incitación a
·~
la violencia o al odio (asunto Ceylan c. Turquía, de 8 de julio de 1999, p. 34).
sus actos y palabras al escrutinio público en la misma medida que lo hacen .,j
1 En los asuntos Observer y Guardian y Vereinigung Weekblad Bluf!, el Tribunal ha
los políticos (asunto ]anowski c. Polonia, de 21 de enero de 1999, p. 33; asunto
puesto límites a la legislación de secretos oficiales que impone restricciones
Lesnik c. Eslovaquia, de 11 de marzo de 2003, p. 53). En cambio, cuando el
absolutas e incondicionales a la publicación de información confidencial,
objeto de la crítica es el gobierno, el espacio peri:nisible para la crítica aú~
independientemente de su contenido (asunto Observer y Guardian c. Reino
acerba e hiriente, incluso falsa si no hay mala fe, es especialmente ampijo
Unido, cit.; asunto Vereinigung Weekblad Bluf! c. Holanda, de 9 de febrero de
(asunto Castells c. España, de 23 de abril de 1992, p. 46).
1995).
El ejercicio del poder jurisdiccional como el de todo poder público está
sujeto a la crítica de la opinión pública aunque la ley puede imponer ciertos Finalmente, cabe destacar el rol de la protección de la vida privada como
límites en garantía de «la autorida~ y la imparcialidad del poder judicial». límite de la libertad de información. Cuando el objetivo de la información
En la jurisprudencia del TEDH, se han planteado dos tipos de supuestos: sobre aspectos de la vida de un persona es «satisfacer la curiosidad de un
restricciones a la información sobre un proceso en curso (asunto Sunday tipo de lectores [ ... ] y no contribuye a un debate de interés general para la
Times, cit; asunto Du Roy y Malaurie c. Francia, de 3 de octubre de 2000; asunto sociedad», laJibertad de expresión tiene en estos casos «una interpretación
Tourancheau y July c. Francia, de 24 de diciembre de 2005) y críticas- a las menos amplia», esto es, un grado de protección inenos intenso (asunto Von
resoluciones judiciales o los jueces (asunto Prager y Obirschlick c. Auitria, de Hannover c. Alemania, de 24 de junio de 2004; pp. 65-66. [Documento núm.
26 de abril de 1995; asunto Haes y Gijsels c. Bélgi.ca, de 24 de febrero de 1997). 25]). . '. . .

La protección de los sentimientos religiosos puede justificar la imposi- · 4.2. Los tipos de injerencia y el principio de proporcionalidad
ción de límites a la libertad de expresión y de C:reación artística, en particular,
cuando se trate de críticas que por la forma que adoptan pueden «disuadir El artículo 10, a diferencia de algunos textos constitucionales de los Esta-
a aquellos que las profesan, de ejercer su libertad de tenerlas y manifestar- dos Parte como el artículo 20.2 y 5 de la Constitución Española, no prohíbe
lAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
A. ESTUDIO PRELIMINAR 89
88
la censura previa ni el secuestro administrativo de publicaciones. A pesar de X. Derechos de reunión y asociación
ello, la compatibilidad con el Convenio de la adopción de una restricción
previa a la publicación no es fácilmente admisible por el TEDH: «los peligros Artículo 11
inherentes a la restricciones preventivas son tales que exigen el más cuida- «l. Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión pacífica y a la
doso escrutinio por parte del Tribunal. Especialmente, cuando está afectada libertad de asociación, incluido el derecho de fundar, con otras, sindicatos y de
la prensa, pues la noticia es un bien perecedero y el retraso en su publica- afiliarse a los mismos para la defensa de sus intereses.
ción, incluso por un corto período de tiempo, puede privarle de todo su 2. El ejercicio de estos derechos no podrá ser objeto de otras restricciones que
valor e interés» (asunto The Observer y The Guardian, cit., p. 60; en el mismo aquellas que, previstas por la Ley, constituyan medidas necesarias, en una socie-
sentido, asunto Plon c. Francia, de 18 de mayo de 2004, p. 42). dad democrática, para la seguridad nacional, la seguridad pública, la defensa
del orden y la prevención del delito, la protección de la salud o de la moral, o la
De la jurisprudencia se deriva un criterio claramente desfavorable hacia protección de los derechos y libertades ajenos. El presente artículo no prohíbe que
las sanciones penales por un ejercicio abusivo de la libertad de expresión se impongan restricciones legítimas al ejercicio de estos derechos para los. miembros
fundado en el efecto desaliento que produce en los potenciales oradores la de las Fuerzas Armadas, de la Policía o de la Administración del Estado».
amenaza de una condena penal. Así, en el asunto Cumpana y Mazare se afirma:
«la imposición de una sentencia de prisión por una delito de prensa es com- 1. LA PLURALIDAD DE DERECHOS PROTEGIDOS: LIBERTADES DE REUNIÓN Y ASOCIACIÓN,
patible con la libertad de expresión de los periodistas· sólo én circunstancia.S LIBERTAD SINDICAL, RECONOCIMIENTO DE LOS PARTIDOS POÚTICOS
excepcionales, especialmente cuando otros derechos fundamentales hayan
sido seriamente lesionados como, por ejemplo, en los casos de incitación a El artículo 11 protege, como se puede deducir con facilidad de su lec-
la violencia o al odio» (asunto Cumpana y Mazare c. Rumania, de 17 de diciem- tura, una pluralidad de derechos; en tres casos de manera expresa (reunión,
bre de 1994, p. 115). asociación y libertad sindical) y en. otro de forma implícita (la creación de
partidos políticos y la libertad para afiliarse a ellos). Lo que hace el artículo
11 del CEDH, de manera similar a otros tratados internacionales (art. 20 de
También los pronunciamientos indemnizatorios de un sentencia civil la Declaración Universal de Derechos Humanos), es refundir en un precepto
deben guardar una razonable relación de proporcionalidad con la lesión del derechos próximos que, no obstante, suelen reconocerse. en .varios artículos
honor sufrida (asunto Tolstoy Miloslvasky c. R.eino Unido, de 13 de julio de en los ordenamientos nacionales; así, por ejemplo, en cinco preceptos de la
1995, p. 49; asunto Steel y Morris, cit., p. 96; asunto IndependentNews and media Constitución Española: artículos 6 (partidos), 7 (sindicatos y asociaciones
e Independent Newspapers Ireland Limited c. Irlanda, de 16 de junio de 2005). empresariales), 21 (derecho de reunión), 22 (derecho de asociación) y 28.1
(libertad sindical); en cuatro de la italiana: 17 (reunión), 18 (asociación), 39
En el ámbito laboral las sanciones por los abusos en el ejercicio de la (libertad sindical) y 49 (partidos); en tres de la alemana: 8 (reunión), 9
libertad de expresión también deben respetar el principio de proporcionali- (asociación y sindicatos) y 21 (partidos), etcétera.
dad (asunto Fuentes Bobo, cit., p. 49: «es indiscutible que esta sanción [el des-
pido del demandante] revistió una severidad extrema, considerando funda- No obstante, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos se-
mentalmente la antigüedad del demandante en ~a empresa y su edad, y para en preceptos consecutivos (artículos 21 y 22) las libertades de reunión
existiendo otras sanciones disciplinarias, menos graves y más apropiadas»). y asociación. La Carta de Derechos Fundamentales de la Unión agrupa en
un precepto todas las libertades aquí comentada.S, mencionando de manera
Finalmente, en relación con la prensa y con d fude presezyar un espa- expresa a los partidos:
cio suficientemente amplio y seguro en e~ ejercicio de la libertad de infor,ina- «Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión pacífica y a la
ción, el Tribunal ha incorporado en la interpretación del artículo 1O la «doc- libertad de asociación en todos los niveles, especialmente en los áirJ.bitos
trina del reportaje neutral»,~ de modo que «sancionar a un periódista por político, sindical y cívico, lo que supone el derecho de toda persona a fuil-
. dar con otras sindicatos y a afiliarse a los mismos para la defensa de sus
haber ayudado a la difusión de declaraciones que emanan de un tercero en intereses. 2. Los partidos políticos a escala de la Unión contribuyen a expre-
una entrevista obstaculizaría de manera grave la contribución de la prensa á. sar la voluntad política de los ciudadanos de la Unión» (artículo 12).
las discusiones de problemas de interés general y no podría concebirse sin
razones particularmente serias» (asunto ]ersiúl, c. Dinamarca, sentencia de 23 Según las explicaciones del Praesidium de la Convención, «las disposicio-
de septiembre de 1994, p. 35; también; asunto Thoma c. Luxemburgo, sentencia nes del apartado 1 de este artículo corresponden a lo dispuesto en el artículo
de 29 de marzo de 2001, p. 62). 11 del CEDH [... ],tienen el mismo sentido y alcance que las del CEDH, pero
90 LAS SENTENCIAS BÁSICAS· DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 91
su ámbito de aplicación es más amplio dado que pueden aplicarse a todos fa policía de un grupo de 200 extranjeros de la iglesia de San Bernardo, en
los niveles, incluido el europeo. Conforme al apartado 3 del artículo 52 de París, después de 56 días).
la Carta, las limitaciones a este derecho no pueden sobrepasar las que el
apartado 2 del artículo 11 del CEDH considera que pueden ser legítimas. 2. EL OBJETO DE LOS DERECHOS RECONOCIDOS EN EL ARTÍCULO 11
Este derecho se basa también en el artículo 11 de la Carta Comunitaria de
los Derechos Sociales Fundamentales de los Trabajadores». El precepto protege, en primer lugar, la «libertad de reunión pacífica»,
ámbito que debe ser interpretado de manGra amp~a, incluyendo la libertad
No es casual la inmediatez del artículo 11 del Convenio respecto al reco- para organizar reuniones y para asistir a ellas. ·
nocimiento de las libertades ideológicas (artículo 9) y de expresión (artículo Es importante destacar la dimensión objetiva de este derecho; lo que,
10), por las conexiones históricas y actuales existentes entre ellos y, sobre como es sabido, significa que además de la obligación negativa de los poderes
todo, por su importancia en un sistema democrático, como ha recordado el
públicos de no lesionarlo, exis~e ta:nbién.la obli~ación.po~i~va de cm~tribuir
Tribunal Europeo de Derechos Humanos (entre otros, en los asuntos Ezelin a su efectividad, incluso en el ambito de las relaciones mdividuales; asi, se ha
c. Franda, de 26 de abril de 1991 [Documento núm. 31]; Vogt c. Alemania, de
dicho que «los Estados parte deben tomar medidas razonables y adecuadas
26 de septiembre de 1995; Refah Partisi y otros·c. Turquía, de 13 de febrero de para el desarrollo pacífico de las manifestaciones legales». (~unto. Pl,attform
2003, [Documento núm. 34]; Partidul Comunistilor [nepeceristi] y Ungureanu c. Ante Jür das Leben c. Austria, de 21 de junio de 1988, p. 34). Y es que:
Rumanía, de 3 de febrero de 2005) y, en esta línea, varios Tribunales Consti-
tucionales, como el español (STC 85/1988, de 28 de abril, F. 2) o el francés «Sucede a veces que una determinada manifestación molesta o ~rrita a
personas contrarias a las ideas o reivindicacion~s que promuev7. Sm em-
(Decisión del Consejo Constitucional 94-352, de 18 de enero de 1995).
bargo, los participantes deben poder celebrarla sm ~em~rlospo1:nbles act.os
Tal como ha reconocido el propio Tribunal, violentos de sus oponentes, ya que este temor_p?dna di~uadir a las asocia-
ciones o a otros grupos que defienden sus opimones o mtereses comunes
«ya [se] ha señalado que la protección de las opiniones y de la libertad de expresarse abiertamente sobre cuestiones palpitant.es de, .l~ vida de la
de expresarlas en el sentido del artículo 10 del Convenio constituye uno de sociedad. En una democracia, el derecho de contramanifestacion no puede
los objetivos de la libertad de reunión y de asociación consagrada por el llegar hasta paralizar el ejercicio del de manifestarse. Por consiguiente, la
artículo 11, más aún en el caso de los partidos políticos, teniendo en.cuenta libertad real y efectiva de reunión pacífica no se reduce a un mero deber
su relevancia para el mantenimiento de pluralismo y el buen funciona- de no interferirse por parte del Estado; una concepción simplemente nega-
miento de la democracia» (asunto Refah Partisi y otros c. Turquía, de 13 de tiva no estaría de acuerdo con el objeto y la finalidad del artículo 11.Este
febrero de 2003, p. 88). precepto requiere, a veces, m~di~~ positiv~ incluso, .si es nec7sario, en el
ámbito de las relaciones entre mdiVIduos (vease, mutatis mutandzs, la Senten-
Los derechos amparados por el artículo 11 tienen una serie de elemen- cia X e Y c. los Países Bajos, de 26 de.. marzo de 1985, serie A,_ núi:ri. 91, pg.
tos comunes, además de su «relevancia para el mantenimiento del pluralismo 11, apartado 23)» (asunto Pl,attform Ante für das Leben c. Austna, cit., p. 32).
y el buen funcionamiento de la democracia» (Refah Partisi y otros. e,, Turquía,
cit., p. 89): se trata en todos los casos de derechos de titularidad y ejercicio El Tribunal ha amparado diversas formas de ejercicio de este derecho:
individual y colectivo, pues se reconocen a «toda persona» privada (fisica o reuniones, concentraciones, manifestaciones, desfiles [ ... ], pero siempre que
jurídica) para reunirse o asociarse con otras y para desarrollar conductas sean «pacíficas», exigencia que constituye un claro límite positivo al derecho,
tanto individuales (afiliarse, o no, a un partido o sindicato) como colectivas excluyendo de su objeto las reuniones y manifestaciones violentas. Con esta
(celebración de una manifestación). dicción del artículo 11 del Convenio, ya no es necesario que una ley interna
excluya ese tipo de reuniones para que carezcan de protección. El propio
En particular, el Tribunal ha dicho que «el modo en que la legislación Convenio ya lo ha hecho. No obstante, nada impide que el legislador interno
nacional protege la libertad de asociación y la manera en la que las autorida- pueda concretar en una norma con rango de ley qué ha de enten.derse por
des del Estado aplican las disposiciones pertinentes en la práctica, da una reunión violenta o, a falta de norma con rango de. ley, que un JUez o un
indicación del desarrollo de la democracia en el país en cuestión» (asunto funcionario de policía puedan realizar la misma interpretación en el caso
Gorzelik y otros c. Polonia, de 20 de diciembre de 2001, p. 55).
concreto. Esta previsión constituye una parte esencial de fa delimitación del
Una diferencia tan obvia que ni siquiera ha sido destacada por el TEDH objeto del derecho de reunión porque comprende expectativas no garantiza-
es el carácter permanente en un caso (asociación) y transitorio en otro (reu- das.
nión), si bien este último puede tener cierta duración en el tiempo (en el Cumplido el presupuesto .de que la reunión sea pacífica, su ejercicio
asunto Cisse c. Francia, de 9 de abril de 2002, se enjuició la desocupación por será legítimo por lo que no cabrá sanción alguna, ni corporativa (Ezeun c.
92 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 93

Francia, cit.) ni mucho menos penal (a contrario, Osmani y otros c. ex República A continuación, el artículo 11 reconoce el derecho a «fundar, con otras
yugoslava de Macedonia, de 11 de octubre de 2001), :amparándose incluso «el [personas], sindicatos y de afiliarse a los mismos para la defensa de sus intere-
hecho de protestar pacíficamente contra una legislación que alguien in- ses». En la medida en que es una forma especial de asociación, forma parte
fringe» (asunto Cisse c. Francia, cit., p. 50). del objeto del derecho de libertad sindical la posibilidad de crear sindicatos
o afiliarse a uno ya existente, el desarrollo de la actividad sindical [ ... ] si
En lo que respecta al objeto protegido por la «libertad de asociación»,
bien es importante tener en cuenta el añadido final -«para la defensa de sus
el «aspecto más importante es que lós ciudadanos deberían poder érear una
intereses»- para delimitar con mayor precisión el objeto protegido, pues,
entidad legal para actuar de manera colectiva en un campo de interés inutuo.
como ha declarado el Tribunal no se trata de una frase redundante:
Sin esto, este derecho no tendría un significado práctico» (asunto .Gorzelik y
otros c. Polonia, de 20 de diciembre de 2001, p. 55). «Dicha expresión indica claramente un fin y muestra que el Convenio
protege la libertad de defensa delos intereses profesionales de los adheren-
Se incluye tanto la libertad positiva (crear una asociación, integrarse en tes a un sindicato mediante la acción colectiva del mismo; acción cuyo desa-
una ya existente, desarrollar las actividades previstas en los estatutos, abando- rrolló debe ser posibilitado por los Estados parte. El Tribunal entiende, por
nar la asociación, etc.), como la vertiente negativa de no pertenecer a entida- tanto, que los miembros de un sindicato tienen derecho a que el mismo
des asociativa8 voluntarias (asuntos Sigurdur A. Sigliijorisson c. Islandia, de 30 sea oído para la defensa de sus intereses. El artículo 11.l deja a cada E~tado
de junio de 1993, donde se declaró contraria al Convenio la 'integración la elección de los medios a emplear a este fin; la consulta es uno de ellos,
pero existen otros. Lo que exige el Convenio es que la legislación nacional
obligatoria en una asociación de taxistas para obtener la licencia correspon- permita a los sindicatos luchar por la defensa de los intereses de sus miem-
diente, y Chassagnou y otros c. Franeia, de 29 de abril de 1999, [Docúmíinto núm. bros, de acuerdo con modos de aceió.n que no sean contrarios al artículo
46], que amparó a los demandantes ante la obligación de inscribirse en una 11» (asunto Sindicato Nacional de la Policía Belga c. Belgica, de 27 de octubre
asociación de caza). de 1975, p. 39) (Documento núm. 32). · · ··
El Tribunal Europeo excluye del objeto del artículo ·11 la -colegiación Así pues, este derecho «no garantiza ni a los sindicatos, ni a sus miem-
obligatoria para el ejercicio de una profesión, pues la naturalezajurídica de bros un trato específico por parte del Estado y, en concreto, el derecho a ser
los colegios profesionales, así como ciertas fullciones públicas que_ cumplen, consultados por éste. No sólo este último derecho no se menc:iona en el
le permiten concluir que no son entidades asociativas en el sentido de ese artículo 11.1, sino que tampoco se podría afirmar que los .Estados parte lo
precepto (asuntos Le Compte, Van Leuven y De Meyere c. Bélgica, de 23' de junio consagren todos en su legislación y práctica internas, ni que ,el i;nismo -$ea
de 1981, y Albert y Le Compte .c. Bélgica, de 10 de febrero ~e 1983, sobre la imprescindible para el ejercicio eficaz de la libertad ~indica!» (asunto Sindi:-
colegiación pbligatoria de los médicos; y Bota c. Rumanía, de 12 de octubre cato Nacional de la Policía Belga c. Bélgica, cit., p. 38).
de 2004, sobre la de los abogados) (6).
El Tribunal recuerda también, en esta misma sentencia, que «las cuestio-
Tampoco protege este derecho frente a las posibles infracciones cometi- nes relativas a los sindicatos han sido tratada.S con mayor detalle en otro
das por unos asociados frente a otros, pues se trata de asuntos internos de la convenio elaborado también en el marcó del Consejo de Europa: la Carta
entidad que no están amparados por el Convenio, que tampoco impone, a Social, de 18 de octubre de 1961. El artículo 6.1 de dl.cho instnimenfo obliga
diferencia de lo que sucede en la legislación española, una estructura interna a los Estados parte «a favorecer la consulta paritaria entre· habajadores y
y un funcionamiento democráticos (véase el artículo 2.5 de la Ley Orgánica patronos». La prudencia de los términos utilizados muestra gúe la Carta rfo
1/2002, de 22 de marzo, de asociación). reconoce un verdadero derecho de consulta; según el artículo 20, un Estado
que lo ratifica puede no aceptar el compromiso que resulta de artículo-6.1.
Sí forma parte del ámbito protegido por el Conveni~ la inscriptión de
Por tanto, no se puede comprender que un derecho de tal naturaleza se
las asociaciones en el registro correspondiente, sin que sea admisible la nega-
derive implícitainente del artículo 11.h (p. 38).
tiva de las autoridades a realizar el registro presumiendo iÍltenciones diferen- ;¡"

tes a las declaradas en los estatutos (asunto Sidiropoulos y otros c. Grecia, de 10 El Tribunal no consideró protegido por este precepto el .derecho a la
de julio de 1998). ' · . . · . .- · negociación colectiva (asunto Sindicato sueco de maquinistas c. Suecia, de:! 6 de
febrero de 1976, p. 39), a beneficiarse de las condiciones aprobada8 en un
(6) En la STC 89/1989, de 11 de mayo, no supone una limitación injustificada, y convenio colectivo (asunto Schmidt y Dahlstrom c. Suecia, de 6 de febrero de
el Tribunal Constitucional español se re- menos una supresión delderecho garanti-
mite a estas sentencias para concluir que zado en el att. 22 CE y reconocido eri el 11 1976, p. 34), ni a fa duración iliniitada de los c~nvenios ( S~rúlicato 5ueco de
«la obligación de inscribirse los profesiona- del Convenio Europeo de Derechos Huma- trabajadores del transporie c. Suecia, de 30 de noviembre de 2004) ya ·que n_o
les en el Colegio y someterse a su disciplina . nos» (F. 8). aparecen mencionados en ese artículo ni se consideran indispensables para
94 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 95

el ejercicio de la libertad sindical (asunto Wzlson, National Union of]oumalists de Alemania c. República federal de Alemania, decidido por la Comisión el 20 de
y otros c. Reino Unido, de 2 de julio de 2002}. En definitiva, «lo que exige el julio de 1957.
Convenio es que la legislación nacional permita a los sindicatos luchar por
la defensa de los intereses de sus miembros, de acuerdo con modos de acción Su inclusión en el ámbito protegido por el artículo 11 n9 ofrece dudas
que no sean contrarios al artículo 11», entre los que tampoco está necesaria- para el Tribunal; así, en el asunto Partido Comunista Unificado de Turquía c.
mente el derecho de huelga (asunto Schmidt y Dahlstrom c. Suecia, cit., P·. 36). Turquía, de 13 de enero de 1998 (Documento núm. 33), concluye que
«la redacción del artículo 11 da un primer elemento de respuesta a la
No obstante, parece abrirse una puerta a la inch1sión de la negociación cuestión de saber si los partidos políticos pueden invocar esta disposición ...
colectiva a partir del asunto Gustafsson c. Suecia, de 25 de abril de 1996, donde si el artículo 11 evoca "la libertad de asociación, incluido el derecho de
se habla de su reconocimiento en diverso.s tratados internacionales, en parti- fundar, con otras, sindicatos", la conjunción "incluido" muestra claramente
cular en el artículo 6 de la Carta Social europea, en el artículo 8 del Pacto que no se trata más que de un ejemplo entre otros de la forma que puede
tomar el ejercicio del derecho a la libertad de asociación. No se podría, por
Internacional de derechos ecoµómicos sociales y culturales, de 1966, y en los
lo tanto, concluir, como lo hace el Gobierno, que al mencionar a los sindi-
Convenios 87 y 98 de la Organización Internacional del Trabajo, el primero catos -por razones basadas principalmente en debates en curso en la
relativo a la libertad sindical y a la protección de este derecho, y el segundo época-, los autores del Convenio hayan pensado excluir a los partidos polí-
al derecho de organización y a negociación colectiva (p. 53). En esta línea, ticos del campo de aplicación del artículo 11. Sin embargo, más aún que a
en el asunto Wzlson, National Union ofJoumalists y. otros c. Reino. Unido; cit., el la redacción del artículo 11, el Tribunal da valor al hecho de que los parti-
Tribunal consideró que la práctica consistente en entregar incentivos econó- dos políticos representan una forma de asociación esencial para el buen
micos para animar a los trabajador:es a abandonar. la negociación colectiva funcionamiento de la democracia. Teniendo en cuenta la importancia de
constituye una violación por el Estado de su obligación positiva de garantizar ésta en el sistema del Convenio no se podría tener ninguna duda de que
la aplicación efectiva de los derechos reconocidos en el artículo ll. entran en el ámbito del artículo 11» (pp. 25 y 26).

No se protege únicamente la creación de partidos, sino también su vida


Un aspecto que también ha suscitado controversias es la «libertad sindi:. y el ejercicio de sus actividades:
cal negativa», en especial con ocasión de la existencia en algunos Estados-de
cláusulas que obligan a la afiliación sindieal (closed·shop), bien para ser ¿dhtra- «el derecho consagrado por el artículo 11 se revelaría eminentemente
tado o para· permanecer en la empresa. El TEDH no ha sido rotundo al teórico e ilusorio si sólo cubriese la fundación de una asociación, pudiendo
las autoridades nacionales poner fin, en seguida, a su existencia sin tener
respecto, alegando que no es su función pronunciarse sobre esas cláusula.S
que atenerse al Convenio. Se deriva de ello que la protección del artículo
en abstracto, sino resolver los asuntos concretos qué susciten; de esos pro- 11 se extiende a toda la duración de la vida de las asociaciones y que su
nunciamientos (asuntos Young,]ames y Webster c. Reirio Unido, de 13 de agosto disolución por parte de las autoridades de un país debe satisfacer, en conse-
de 1981; Sibson c. Reino Unido, de 20 de abril de 1993 y Gustajsson c. Suecja, cuencia, las exigencias del párrafo 2 de esta disposición» (asunto Partido
de 25 de abril de 1996) cabe.deducir lo siguiente:. el artí<;ulo ll no reconoce Comunista Unificado ... , cit., p. 33). · ·
una dimensión negativa del derecho de la misma interisl.dad qu_e la positiva,
si bien, atendidas las circunstancias, la obligación de afillaci.ón a un sindicato Los promotores del partido tienen derecho a elegir una denominación
puede ser contraria al Cónvenio, lo que sucede si la no afiliación implica un y a su inscripción registra!, por lo que la negativa de las autoridades a reali-
despido que supone la pérdida de la form.a de subsistencia, como ocurría eri zarla, «tomada incluso antes de que hubiese iniciado sus actividades, no pa-
Young,James y Webster, pero nq .en .Sibson. · · · ·· ~ · ' rece proporcional al fin perseguido y, por tanto, necesaria en una sociedad
democrática». Asimismo, tienen derecho a «hacer campaña a favor de un
En cuanto a los partidos políticos, exist~ una copios_a y r~ciente j~spru­ cambio de la legislación o d~ las estructuras legales o constitucionales del
dencia, que ha tenido rápida acogida en la doctrina del Tribunal Constitucio- Estado, bajo dos condiciones: (1) los medios utilizados a este efecto deb~rán
nal español(7), si bien el primer asunto.se remonta al caso Partido comunista ser desde todos los puntos de vista legales y democráticos; (~) el cambio
propuesto deberá ser compatible con los principios democráticos fundamen-
(7) En especial en la STC 48/2003, de de la•resolución por la Gran Sala delffrióu- tales» y, en consecuencia, es perfectamente posible que se proclamen de
12 de marzo, que decidió el recurso de in- nal Europeo de Derechos . Humanos del ideología comunista (asunto Partidul Comunistilor [nepeceristi] y Ungureanu c.
constitucionalidad planteado por el Go- ·. Asunto R.efah Partisi c. Turquía, que es-de 13 Rumanía, de 3 de febrero de 2005, p. 60; sobre la negativa al registro como
bierno Vasco co11.tra la Ley Orgánica 6/ de febrero de 2003, si bien una Sala de·la
2002, de 27 de jtinio, de partidos políticos. Sección Terc~ra delTri?~al dictó ilila·pn- supuesto que vulnera el artículo 11, véase el asunto Partido Presidencial de
Esta sentencia se dictó justo un mes después mera sentencia el 31 cleJi.dio de 2001. ··. Mordovia c. Rusia, de 5 de octubre de 2004).
96 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 97
Entre los fines que pueden defender está el derecho de autodetermina- derado como fin legítimo la «integridad territorial» (asunto Partido Comunista
ción y de separación de partes de un Estado (asunto Partido Socialista de Tur- Unificado c. Turquía, cit., p. 40).
quía c. Turquía, de 25 de mayo de 1998, p. 47), valiéndose de críticas severas
Como se ha anticipado, las limitaciones han de estar previstas en una
y hostiles a entidades públicas y a las fuerzas de seguridad aunque coineidan
norma interna, lo que, en palabras del Tribunal (asuntos «Sunday Times» c.
con las empleadas por organizaciones terroristas, pues en otro caso ~<dismi­
nuiría la posibilidad de tratar tales cuestiones en el marco de un debat~ Reino Unido, de 26 de abril de 1979 y Silver y otros c. Reino Unido, de 25 de
democrático y se permitiría a los movimientos armados monopolizar la de- marzo de 1983) implica las siguientes exigencias:
fensa de esos principios» (asunto Yazar, Karata, Aksoy y Partido del Trabajo del «primer principio: la injerencia debe basarse en el Derecho interno
Pueblo c. Turquía, de 9 de abril de 2002, pp. '57 y 59). [ ... ].El segundo principio es que la ley pueda conocerse: el ciudadano tiene
que disponer de informaciones suficientes, dadas las circunstancias sobre
En el mismo sentido, pero a propósito del ejercicio del derecho de reu- las normas jurídicas aplicables a un determinado caso [... ]. Tercer princi-
nión, véase el asunto Stankov y Organización Macedonia Unida «Rinden» c: Bul- pio: sólo se puede considerar como ley una norma expresada con la preci-
garia, de 2 de octubre de 2001. sión suficiente para que el ciudadano pueda acomodar a ella su conducta;
y pueda ser capaz, en su caso recabando asesoramientos autorizados, de
Extendiendo a los partidos la protección propia de la libertad de expre- prever, en la razonable medida que permitan las circunstancias, las conse-
cuencias que pueda producir un acto determinado [... ] » (asunto Silver y
sión, el Tribunal concluye que «una formación política no puede verse in-
otros c. Reino Unido, cit., pp. 86, 87 y 88).
quietada por el solo hecho de querer debatir públicamente la suerte de una
parte de la población de un Estado e implicarse en la vida política de éste a Para el Tribunal «importa poco, a este respecto, que se enjuicien disposi-
fin de encontrar, dentro del respeto a las reglas democráticas, soluciones que ciones constitucionales (véase, por ejemplo, la Sentencia Gitonas y otros c. Gre-
puedan satisfacer a· todos los actores afectados» (Asunto Refah Partisi c. Tur- cia, de 1 de julio de 1997), o simplemente legislativas (véase, por ejemplo, la
quía, de 13 de febrero de 2003, p. 7). Sentencia Mathieu-Mohin y Clerfait c. Bélgica, de 2 de marzo de 1987, [Docu-
mento núm. 47]). Desde el momento en que el Estado en cuestión ejerce a
Como es obvio, forma parte del objeto del derecho la facultad de afi- través de ellas su <~urisdicción», éstas se encuentran sometidas al Convenio».
liarse a la formación política que se desee (asunto Ahmed y otros c. Reino Unido,
de 2 de septiembre de 1998, p. 70), si bien, como luego se verá, pueden Así pues, en los asuntos de que conozca, el Tribunal analizará las normas
excluirse determinadas categorías de personas que desempeñan ciertas fun- limitativas internas verificando si se incluyen en los fines legítimos previstos
ciones públicas (policías, militares, funcionarios, etc.). en el Convenio y si las medidas adoptadas son necesarias. En suma, el Tribu~
nal valora las normas, los hechos acaecidos y el enjuiciamiento de los tribuna-
3. LAs RESTRICCIONES AL EJERCICIO DE ESTOS DERECHOS Y LOS ÚMITES A LOS LÍMITES les nacionales, incluida la jurisdicción constitucional, si bien ha matizado que
«no tiene como tarea sustituir a los tribunales internos competentes, sino
Como es conocido, el apartado 2 del artículo 11 dispone que «el ejerci- verificar bajo el ángulo del artículo 11 las decisiones que éstos han dictado
cio de estos derechos no podrá ser objeto de otras restricciones que aquellas en virtud de su poder de apreciación». Para resumirlo en pocas palabras, el
que, previstas. por la Ley, constituyan medidas· necesarias, en una sociedad Tribunal llevará a cabo un juicio de proporcionalidad de la actuación estatal,
democrática, para la seguridad nacional, la seguridad públiéa, la defensa del analizando «el conjunto del asunto para determinar si era "proporcionada al
o
orden y la prevención del delito, la protección de la salud de la inoral, o fin legítimo perseguido" y si los motivos invocados por las autoridades nacio-
la protección de los derechos y libertades ajenos». nales para justificarla son "pertinentes y suficientes"» (asunto Partido Comu-
nista Unificado c. Turquía, cit., pp. 30 y 47) (8).
El Convenio incorpora así una habilitación a los poderes públicos nacio-
nales para que concreten en una norma interna las restricciones al ejerddo (8) Es conveniente destacar que el Tri- Comunista Unificado de Turquía c. Turquía;
de estos derechos, siempre que respondan a los fines, por lo demás muy bunal Constitucional español (STC 48/ 25. de mayo de 1998, Parlido Socialista c. Tur-
2003, de 12 de marzo) ha analizado la quía; 8 de diciembre de 1999, Parlido de la
genéricos, previstos en esta disposición y sean necesarias en una sociedad Libertad y la Democracia c. Turquía; 31 de ju-
constitucionalidad de la Ley Orgánica 6/
democrática. 2002, de 27 de junio, de partidos políticos, lio de 2001 y 13 de febrero de 2003, panido
sirviéndose de estos mismos criterios (F. de la Prosperidad c. Turquía; 9 de abril de
Si bien el Tribunal ha sostenido que «la excepciones que establece el 12): «Se respetan, en definitiva, los crite- 2002, Yazar y otros c. Turquía; 10 de diciem-
artículo 11 deben ser interpretadas de forma estricta; únicamente razones rios sentados por la jurisprudencia del Tri- bre de 2002, DEP c. Turquía), que exige
bunal Europeo de Derechos Humanos en como condición de su ajuste al Convenio:
convincentes y poderosas pueden justificar restricciones a la libertad de aso- materia de disolución de partidos políticos a) la previsión por ley de los supuestos y
ciación» (asunto Gorzelik y otros c. Polonia, p. 58), en alguna ocasión ha consi- (SSTEDH de 30 de enero de 1998, Parlido causas de disolución (que, obviamente, se
98 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 99

El principio de proporcionalidad se ha aplicado tanto al derecho de suficiente y razonablemente próximo» (asunto R.efah Partisi c. Turquía, cit., p.
reunión (asunto Cisse c. Francia, cit., p. 53) como al de asociación, en especial 104)(9). '
para enjuiciar la disolución de partidos políticos, ámbito en el que el Tribu- A la vista de todas estas circunstancias valoradas en conjunto, el Tribunal
nal ha parecido guiarse por un especial celo, decla:~~o que «!os
Estados Europeo de Derechos Humanos concluyó, en un caso, que «una medida tan
contratantes sólo disponen de un margen de aprec1ac10n reducido, que se radical como la disolución inmediata y definitiva del TBKP, decretada antes
duplica con un control europeo riguroso que afecta a la vez a la ley y a incluso de sus primeras actividades y completada con una prohibición a sus
las decisiones que la aplican, incluidas las de un tribunal independiente. El dirigentes de ejercer cualquier otra responsabilidad política, se muestra des-
Tribunal ya indicó la necesidad de tal control a propósito de la condena de proporcionada al fin pretendido y, por lo tanto, no necesaria en una socie-
un parlamentario por injurias (asunto Castells c. España, de 23 _de abril de dad democrática» (asunto Partido Comunista Unificado c. Turquía, cit:, p. 61).
1992, p. 42 [Documento núm. 29]). Con más motivo tal control se impone E~ este caso,
cuando se trata de la disolución de todo un partido político y de la prohibi-
«el programa del TBKP apenas habría podido verse desmentido por
ción que afecta a sus responsables de ejercer en el futtiro cualquier otra acciones concretas ya que, disuelto desde .su fundación, el partido no ha
actividad similar» (asunto Partido Comunista Unificado c. Turquía, cit., p. 46). tenido tiempo de llevarlas a cabo. Ha sido así sancionado por un comporta-
miento que entra dentro, únicamente, del ejercicio de la libertad de expre-
En su enjuiciamiento, el Tribunal tiene muy en cuenta las circunstancias sión» (asunto Partido Comunista Unificado c. Turquía, cit., p. 58). ,
que rodean el caso sometido a su ex~e?, lo que es ineludible par_a ~~~ermi­ En otro supuesto el Tribunal estimó que
nar, por ejemplo, si se dan las cond1c1ones que avalan la proh1b1c10n de
celebrar una manifestación (asunto Rai y otros c. R.ei,no Unido, de 6 de abril «los actos y discursos de los miembros y dirigentes del Refah eran impu-
tables al conjunto del partido, que estos actos y discursos revelaban el pro-
de 1995) o si tales razones no existen (asunto Stankov y Organización Macedo-
yecto político a largo plazo del Refah tendente a instaurar un régimen ba-
nia Unida «!linden» c. Bulgaria, de 2 de octubre de 2001). sado en la charla en el marco de un sistema multijurídico, y que el Refah
no excluía el recurso a la fuerza a fin de realizar su proyecto y mantener
Respecto a las medidas restrictivas contra los partidos políticos, el Tribu- el sistema previsto por él. Considerando que estos proyectos estaban en
nal ha afirmado que su proporcionalidad ha de valorarse teniendo en cuenta contradicción con la concepción de la sociedad democrática· y que las posi-
una serie de datos, sin desdeñar ni mucho menos «las .4ificultades unidas a bilidades reales del Refah de aplicarlos hacía más tangible e inmediato el
la lucha contra el terrorismo» (asuntos Irlanda c. R.ei,no Unido, de 18 de enero peligro para la democracia, la sanción impuesta a los demandantes por
el Tribunal Constitucional, incluso en el marco del reducido margen de
de 1978, p. 11 y siguientes; Aksoy c. Turquía, de 18 de diciembre de 1996, p.
apreciación de que disponen los Estados, se puede razonablemente conside-
70 y 84 y Partido Comunista Unificado c. Turquía, cit., p. 59), lo que nos ofrece rar que respondía a una necesidad social imperiosa. En consecuencia, como
varios ejemplos de «control laxo» sobre la medida restrictiva del derecho. resultado de un control riguroso en cuanto a la presencia de motivos c.on-
vincentes e imperativos que pudieran justificar la disolución del Refah y la
Esos datos son: a) «los estatutos y el programa de la formación política»; prescripción temporal de ciertos derechos políticos pronunciada contra los
b) «SÍ los actos y discursos de los dirigentes y miembros del partido político, demás demandantes, el Tribunal considera que estas injerencias correspon~
tomados en consideración en el marco del asunto, son imputables al con- dían a una necesidad social imperiosa y eran. proporcion~es a los :!lles
perseguidos~ Por lo tanto, la disolución del Refah puede considerarse nec~
junto del partido»; c) «Si los actos y discursos_ imputables al partido políti~o saria en una sociedad democrática en el sentido del artículo 11.2» (asunto
constituyen un conjunto que ofrece una clara rmagen de un modelo de socie- R.efah Partisi c. Turquía, cit., pp. 132 y 135).
dad concebido y predicado por el partido y que estaría en contradicción con
el concepto de sociedad democrática»; d) «SÍ existen indicios que muestren A éontinuación, recuerda el Tribunal en sus fundameritos que
que el riesgo de atentado a la democracia, a reserva de ser probado, está
. (9) Parece obvia la proxinlidad de ~sta en materia de disolución de partidos políti-
exigencia i:on la· doctrina del dear and frre- cos, cllando el pluralismo de·las ideas y los
cumple por las normas impugnadas, inclui- las exigencias que respecto a la actividad, sent danger, acogida también por el Tribu- partidos, que es inherente a la democracia,
das en una ley formal); b) la legitimida~ del dinlanan de la concepción constitucional nal_ Constitucional español en la _sentencia . está en peligro, el Estado yuede impedir
fin perseguido (que, como queda dicho, del partido político); y e) el carácter· nece- sobre la ley de partidos (STC 48/2003, de· la realización_ o continúacion del prc:iy~cto
en el caso examinado es la garantía de los sario de la disolución en una sociedad de- 12 de marzo, F. 12): «En el mismo sentido, político que ··ha generado ·ese ·pehgro
procesos democráticos de participación po- mocrática (acreditado por el examen pre- el Tribunal Europeo de Derechos Huma- (STEDH, de 31 dejiilio de 2001, caso:Refah
lítica mediante la exclusión como parado cedente de las concretas causas de disolu- nos, considera que si bien el margen de Partisi [Partido de la Prosperidad] c. Tur-
de aquel ente asociativo que no se ajuste a ción establecidas en la Ley)». apreciación de los Estados debe ser escaso quía)». ·
100 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 101
«el Refah, fundado en 1983, participó en varias elecciones legislativas puede tener una extensión menor, debido a su coexistencia con los bienes y
o municipales, y que obtuvo aproximadamente el 22% de los votos en las funciones constitucionales para cuyo servicio se ha instituido la relación de
elecciones legislativas de 1995, lo que le permitió ocupar 158 escaños en la sujeción: piénsese en la profesión militar, cuya especial sujeción se encuentra
Gran Asamblea nacional de Turquía (que contaba con un total de 450 esca-
~ servicio de la jerarquía y la eficacia necesarias para el adecuado cumpli-
ños en la época de los hechos). Tras su participación en el poder en el
marco de una coalición, el Refah obtuvo cerca del 35% de los votos en las miénto de las funciones constitucionales que tiene atribuidas la Administra-
elecciones municipales de noviembre de 1996. Según un sondeo de opinión ción militar. ·
efectuado en enero de 1997, si se hubiesen celebrado elecciones en ese ·.España ha formulado urta reserva al artítidó 11 del Coriveiifo en la me-
momento, el Refah habría obtenido el 38% de los votos. Según los pron6sti-:-
cos del mismo sondeo, el Refah habría podido obtener el 67% delos votos dida en que sea incompatible con lo dispuestOen los artículos 28 y 127 de
en las elecciones generales que debían probablemente celebrarse cuatro la Constitución de 1978; es decir, con el derecho fundamental qüe reconoce
años más tarde. Pese al carácter aleatorio de algunos sondeos, estas cifra.S y, ,para algunas profesiones, limita lá libertad sindical y con. el precepto que
atestiguan un aumento considerable de la influencia del Refah como par- prohíbe la pertenencia de los jueces, magistrados y fiscales a partidos políti-
tido político y de sus posibilidades de acceder en solitario al poder... El cos y sindicatos. ·
Tribunal deduce de ello que el Refah disponía, en la fecha de su disolución,
de un potencial real de apoderarse del poder público, sin verse limitado ,· A nuestro juicio, y teniendo en cuenta lo resuelto hasta la fecha por el
por los compromisos inherentes a una coalición. En la hipótesis de que el Jribunal Europeo, no se observan contradicciones entre el Convenio y los
Refah hubiese propuesto un programa contrario a los principios democráti- mencionados preceptos constitucionales, pues las restricciones a las que
cos, su acceso en solitario al poder público le habría permitido establecer alude el artículo 11 afectan a los mismos colectivos profesionales (fuerzas
el modelo de sociedad enfocado en dicho progrania» (pp. 107, 108). armadas, policía, miembros de la Administración) que los mencionados en
los artículos 28 y 127 (miembros de las fuerzas o institutos armados o perso-
4. LA TITULARIDAD DE LOS DERECHOS nas sometidas a disciplina militar; funcionarios públicos en general y jueces,
Como se puede deducir de lo visto hasta ahora, los derech()s. ;reconoci- magistrados y fiscales en particular). - .
dos en el artículo 11 son de titularidad individual y colectiva (<¡T~da per- No obstante, si el Convenio permite estas restricciones, es obvio también
sona... »), pudiendo ejercerlos tanto personas fisicas como jurídicas (sindica- que el Legislador interno no está obligado a introducirlas y que, en cada
tos, asociaciones, partidos polí ricos, etc.). En tte las personas fisicas se Estado, únicamente deberá hacerlo cuando esos límitesrespondan a los prin-
incluyen tanto mayores como menores de edad, nacionales de los Estados dpios constitucionales de organización de la función pública, del poder judi-
parte y extranjeros, y personas con permiso de residencia o sin él, pues como ·eial, de las fuerzas de seguridad y de la institución militar. Al hacerlo, debe
ha admitido el Tribunal en el ya citado asunto Cisse c. Francia está protegido acreditar que el recorte que experimentan los derechos es necesario para
«el hecho de protestar pacíficamente contrá una legislación qué alguien in- el fin legítimo previsto, proporcionado para alcanzarlo y respetuoso con el
fringe» (p. 50). · contenido esencial del derecho fundamental restringido.
No obstante, debe recordarse que, de conformidad con lo previsto en Así, el Tribunal, en el asunto Ahmed y otros c. R.eino Unido, de 2 de sep-
.~
el artículo 16 del Convenio, «ninguna de las disposiciones de los artículos l tiembre de 1998, analizó un reglamento que limitaba la posibilidad de ejer-
l
10, 11 y 14 podrá se~ interpretada en el sentido de que prohíbe a las Altas l cer actividades políticas para los funcionarios locales que ocuparan «puestos
Partes Contratantes imponer restricciones a la actividád política de los ex-

l
sometidos a restricciones en el plano político». El Tribunal consideró que
tranjeros». · · · -las injerencias resultantes de la aplicación del reglamento a los demandantes
Además, como se ha anticipado, el apartado segundo concluye afir- perseguían el objetivo legítimo de proteger los derechos de terceros -inclui-
mando que «el presente artículo no prohíbe que se impongan restricciones dos los miembros de las asambleas locales y los electores-· a un régimen
legítimas al ejercicio de estos derechos Parª .los miembros de la.S ;Fuerzas -político auténticamente democrático a nivel local. Para el Tribunal, la inten-
Armadas, de la Policía o de la Administración del Estado». Se trata~e p~rso­
nas que están en una relación ·de sujeción especial, lo que, ·como .es bien
sabido, hace referencia a la situación jurídica en la que se encuentran los
1t ción del reglamento era reforzar la larga tradición de neutralidad política
de los funcionarios locales. Señaló, además, que las medidas en cuestión se
aplicaban únicamente a categorías estrictamente delimitadas de altos .funcio-
narios, que ejercían actividades en las que era esencial la necesidad de una
individuos sometidos a una potestad adm4iistrativa de autoorganizáción más
intensa de lo normal.
.i1 imparcialidad política. Además, el reglamento no había sido diseñado para

"' prohibir cualquier comentario sobre cuestiones políticas, controvertidas o
En estas relaciones el contenido de ciertos derechos fundamentales no. Lo único que intentaba era evitar los comentarios de carácter partidario
102 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
A. ESTUDIO PRELIMINAR 103
que, juzgados de manera razonable, podrían interpretarse como, algo a favor de 1988, Ayuntamiento de Mula c. España, de 1 de febrero de 2001 y Ayunta-
o en contra de las tesis de un partido político. El derecho de los demandantes miento de Dandeyds c. Suecia, de 7 de junio de 2001).
de adherirse a un partido político no era objeto de limitación alguna. _

En el asunto Rekvényi c. Hungría, de 20 de mayo de.1999, sobre las activi- XI. Derecho a contraer matrimonio y a fundar una familia ..
dades políticas de 1os policías, declaró lo siguiente:
Artículo 12
«las garantías incluidas en el artículo 10 del Convenio s~ apli~an al
personal militar y a los funcionarios (as~to Engel y otros~· Pa.zses Ba;os, de «A partir de la edad núbi~ el hombre y la mujer tienen derecho a casarse y
8 de junio de 1976, y asuntoyogt c. AZem;anza, de 26 d~ septiemb~e;.deJ995). a fundar una familia según las leyes nacionales que rijan el ejercicio de este
El Tribunal no encuentra mnguna razon para exclmr a los polICI~ de ~sta derecho». ·
conclusión [... ],La obligación impuesta a ciertas categorías de funcronanos,
especialmente a:.l?s policías, de. a_bstenerse de actividades polític~ se djrige ·l. EL CARÁCTER AUfÓNOMO DE LOS DERECHOS GARANTIZADOS EN EL ARTÍCULO 12
a la despolitizacron de los servrcros afectados y, d~ hecho, _contnbuye ~la DEL CONVENIO
consolidación y al mantenimiento de la. democracia _p}ural1sta en. el pais ...
el deseo de velar p_or que el pap~l- crucial .de la P?hcra en_ ~a soCiedad no En el artículo 12 del Convenio Europeo de Derechos Humanos segaran-
resulte comprom7t;rdo por la e~os1?~ de la neu~dad po!1tica de sus ~­ tizan dos derechos: el derecho a casarse y a fundar una familiar, lo que
cionarios se concrha con los pnnc1p1os democraticos, Temendo en cuenta permite anticipar que se protege la constitución de una familia al margen
el papel de la policía en la sociedad, el Tribunal ha r~conocido que c?~trr del matrimonio y que éste puede desvincularse de la procreación.
con fuerzas polici~es políticam~~te neutrales _con~tituye _un fin le~timo
para cualquier sociedad democratica. Vista la h1stona particular ?e c1erto.s Así lo ha reconocido el Tribunal en diversas ocasiones, bien admitiendo
Estados parte, sus autoridades nacionales pu~den, para asegur~ la ~onsoh­ distintas configuraciones de la familia como la de una pareja que no está
dación y el mantenimier,ito ?e la democracr_a, .~stim~ necesano drspc;i~er casada (asuntojohnston y otros c. Irlanda, de 18 de diciembre de 1986, p. 56
de ciertas garantías constitu;~onales que res171nJan la hbe~~d de los pohcras [Documento núm. 35]), la de una mujer soltera y su hija (asunto Marckx c.
para ejercer actividades pohticas y; en especial, para participar en el de~ate Bélgica, de 13 de junio de 1979, p. 31), la de un hombre y sU: hija extramatri-
político. Falta determinar si las concretas re~~cciones pueden ·~e~ coi:isrde-
radas «necesarias en una sociedad democratica» [ ... ]. Los pohc1as tienen monial (asunto Keegan c. Irlanda, de 26 de mayo de 1994, p. 44) o bien
siempre el derecho de ejercer actividades que l~s perrr,iitan ex~resar s~ protegiendo el derecho al matrimonio de personas transexuales (asuntos l.
· opiniones y preferencias pol_íti~as. Es de~ tod~ evrdente,_ 1i:icluso s1 _los poh- c. R.idno Unido [Documento núm. 36] y Christine Goodwin c. Reino Unido, senten-
cías están sometidos a restncc1ones en mteres del servrc10, que tienen el cias de 11 de julio de 2002).
derecho [... ] de votar [... ] ». ·
Es, precisamente, en estos últimos casos donde se ha producido una
auténtica y relativamente rápida, en términos jurisdiccionales, «revolución»
5. LAs GARANTÍAS DEL DERECHO
en la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, que pasó
Conviene recordar que la legitimación ante el Tribunal para la defensa de considerar que «la imposibilidad para los demandantes transexuales de
de éste y los otros derechos está reservada (artículo 34 del Convenio)~ «cual- casarse con una persona del sexo_ opuesto a su nuevo sexo no [era] contraria
quier persona fisica, organización no gubernamental o grupo de particulares al artículo 12 del Convenio» (asuntos Rees c. Reino Unido, de 17 de octubre
que se considere víctima de una violación, por una de las Altas Partes Contra- de 1986, Cossey c. Reino Unido, de 27 de septiembre de 1990 y Sheffielá y Hors-
tantes de los derechos reconocidos en el Convenio o sus Protocolos», por hman c. Reino Unido, de 30 de julio de 1998) a concluir que «no ve motivo
lo qu~ no serán admitidas las demandas presentádas por «organizaciones alguno que justifique que los transexuales se vean privados en todas las cir-
gubernamentales» entendi.~ndo por tal~s «no solamente ~os órganos ~entra­ cunstancias del derecho a casarse» (asuntos l. c. Reino Unido y Christine Good-
les del Estado sino tamb1en las autondades descentralizadas que ejercen iuin c. Reino Unido, cit., pp. 85 y 103, respectivamente).
«funciones públicas», cualquiera que sea su grado de a_u~onomía en. rel~ción Puede llamar la atención que se garantice de manera separada el dere-
a dichos órganos; sucede lo mismo con las colectivrdades temtonales?> cho «a fundar una familia» (artículo 12) y el dere·cho «al respeto de. la vida
(asunto Gobierno de la Comunidad autónoma del País Vasco c. España, de 3 de ·privada y familiar» (artículo 8), si bien el precepto que nos ocupa garantiza
febrero de 2004, sobre la presunta vulneración .por algunas disposiciones de la posibilidad de formar unª familia, haya o no convivencia,_ mientr~ que el
la Ley Orgánica 6/2002, de partidos políticos, de, enn:e otros, el ar~c~o 11; artículo 8 protege más bien la vida privada de las personas, de la que puede
en el mismo sentido, Ayuntamiento de Rothenthurm c. Suzza, de 14 de diciembre forinar parte la vida familiar.
104 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 105

Esta garantía diferenciada es común a la Carta de los Derechos Funda- En lo que al derecho al matrimonio se refiere, como se puede concluir
mentales de la Unión Europea, que proclama, primero, que «toda persona de lo ya dicho, muchas de las cuestiones litigiosas se han centrado en su
tiene derecho al respeto de su vida privada y familiar, de su domicilio y de titularidad (homosexuales, transexuales, etc.), aspecto sobre el que volvere-
sus comunicaciones» (artículo 7) y, poco después, que «se garantizan el dere- mos en el apartado correspondiente. Otra de las cuestiones trascendentales
cho a contraer matrimonio y el derecho a fundar una familia según las leyes es la del divorcio y, en general, las causas de disolución, que no están mencio-
nacionales que regulen su ejercicio» (artículo 9) (10). nadas en el Convenio.

2. EL OBJETO DE PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS RECONOCIDOS EN EL ARTÍCULO 12 Si nos atenemos a la jurisprudencia explícita sobre el divorcio, la conclu-
sión es que no está protegido por el artículo 12; al menos es lo que concluyó
Como se ha apuntado, el artículo 12 protege dos libertades: la de casarse el Tribunal hace 20 años en el ya mencionado asunto ]ohnston y otros c. Ir-
y la de fundar una familia. Habrá que estar, en ambos casos, a lo que dispon- landa, de 18 de diciembre de 1986:
gan las leyes nacionales que disciplinan cada uno de estos derechos, si bien, 1 «El Tribunal, de acuerdo con la Comisión, reconoce que el sentido
como es obvio, «las limitaciones que resultan de ello no deben restringirlo o
ordinario de las palabras "derecho de casarse" es claro: se refieren al naci-
reducirlo de una forma o hasta un punto que lo vulneren en su sustancia miento de las relaciones conyugales y no a su disolución. Además, están en
misma (asuntos R.ees c. Reino Unido, cit., p. 50, y F. c. Suiza, de 18 de diciembre un contexto que se remite expresamente a las "leyes nacionales"; incluso si,
de 1987, p. 32)». . como sostienen los demandantes, se puede considerar la prohibición del
· «En todos los Estados miembros del Consejo de Europa, estas «limita- divorcio como una limitación de la capacidad para contraer matrimonio,
ciones» aparecen como condiciones y se encarnan en normas tanto de en una sociedad en que impera el principio de la monogamia no cabe
forma como de fondo. Las primeras afectan principalmente a la publicidad que se califique dicha limitación como un ataque a la esencia del derecho
y solemnidad del matrimonio; los segundos a la capacidad; consentimiento garantizado por el artículo 12. Además, esta interpretación concuerda con
y ciertos impedimentos» (F. c. Suiza, cit., p. 32). · j . el objeto y con la finalidad del artículo 12, según resultan de los trabajos
preparatorios. El origen del artículo 12 es el artículo 16 de la Deélaración
Las peculiaridades legales de un determinado ordenamiento nadonal, Universal de Derechos Humanos, cuyo apartado 1 dice lo siguiente: "El
su «posición aislada respecto a un aspecto de su legislación no necesaria- hombre y la mujer, a partir de la edad núbil, y sin ninguna restricción por
mente implica que ese aspecto contradiga el Convenio, particularmente en causa de raza, nacionalidad o religión, tienen el derecho de casarse y de
un campo -el matrimonio- que está fuertemente unido a tradiciones cultura- fundar una familia. Tienen lo dos iguales derech.os en relación ál matrimo-
les e históricas de cada sociedad y a sus arraigadas ideas sobre la unidad nio, durante el matrimonio y a su disolución". El señor Teitgen, ponente
familiar». Entre estas peculiaridades se podría encontrar el no reconoci- de la Comisión de cuestiones jurídicas y administrativas, ,al explicar a la
miento del divorcio, «lo cual no es un requerimiento del Convenio, [pero] Asamblea Consultiva por qué el proyecto del futuro artículo 12 no recogía
las palabras de la última frase del texto que acaba de transcribirse, decía:
el artículo 12 asegura para las personas divorciadas el derecho a volverse a
"Con referencia al artículo de la Declaración Universal, hemos utilizado
casar sin restricciones poco razonables» (F. c. Suiza, cit., p. 33 y 38)~ solamente el fragmento del artículo que consagra el derecho de casarse y
El asunto trae causa de la legislación en ese momento vigente en Suiza; de fundar una familia; no así sus posteriores disposiciones sobre los dere-
en concreto del artículo 150 de su Código Civil, según el cual ~·cuando el chos iguales después del matrimonio, puesto que solamente garantizamos
el derecho de casarse" (Recopilación de los trabajos preparatorios, vol. l,
Tribunal conceda un divorcio fijará un período no menor de un año ni pg. 268)». .
mayor de dos años durante el cual la parte culpable no pueda volver a ca-
sarse: cuando el divorcio se haya concedido en razón de adulterio, este pe- Entiende el Tribunal que los trabajos preparatorios no manifiestan nin-
guna intención de incluir en el artículo 12 cualquier garantía del derecho
ríodo puede ser extendido a tres años». · · a la disolución del matrimonio por medio del divorcio .
.
)

Este artículo ni prohíh_e ni ~pone el 9_ue se Los demandantes insisten mucho en la evolución social acaecida de87
(10) En sus explicaciones actualizadas a pués de la redacción del Convenio y especialmente en el considerable au-
las disposiciones de la Carta, el Praesidiumde conceda estatuto matnmomal a la uruon de
la Convención, basándose en los comenta- personas del mismo sexo. Este derecho es mento, en su opinión, del número de rupturas matrimoniales. Es cierto que
rios del Praesidium de la primera .Conven- por lo tanto siinilar al previsto por el CEDH, hay que interpretar el Convenio y sus Protocolos teniendo en cuenta las
ción, afirma que «este artículo [el 9] está ba- pero su alcance puede ser más amplio circunstancias actuales (véase, entre otras, Sentencia Markx, p. 58), pero el
sado en el artículo 12 del CEDH. La redac- cuando la legislación nacional así lo_ esta-
blezca». Seguramente no es casual que el ar- Tribunal no puede deducir de este Instrumento, por medio de una inter-
ción de este derecho se ha modernizado pretación evolutiva, un derecho que no se incluyó al principio. Así sucede
para abarcar los casos en los que las legisla- tículo [9] de la Carta ya no hable de hombre
ciones nacionales reconocen vías distintas a y la mujer como titulares del derecho, sino especialmente cuando, como en el caso presente, la omisión fue intenciona-
la del matrimonio para fundar una familia. que utilice una fórmula más iinpersonal. da.
¡
106 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS r A. ESTIJDIO PRELIMINAR 107

Hay que añadir que el derecho al divorcio tampoco figura en el Proto-


colo núm .. 7 del Convenio, abierto a la firma el 22 de noviembre de 1984.
No se aprovechó la ocasión de regular esta cuestión en el artículo 5, que
reconoce a los cónyuges algunos derechos complementarios, por ejemplo_
en el caso de disolución del matrimonio. Por otra parte, el apartado 39 de
l~ _exposición del Protocolo se_ñala que las palaJ;>ras «~n el caso d~ su_ ~solu:
l mas» e «ilegítimas». Terminología empleada, por ejemplo, en los asuntos
Marckx c. Bélgica, de 13 de junio de 1979, Venneire c. Bélgica, de 29 de noviem-
bre de 1991 y &oon c. Hol,a,nda, de 27 de octubre de 1994, aunque en esta
última también se- habla de familia «de ·hecho» Y- de relaciones «extramatri-
moniales».
c10n», que aparecen en el ara.culo 5, «no implican nmguna obhgac10n ·por No se analizarán aquí los aspectos propios del contenido del artículo 8
. parte del Estado de prever la disolución o los modos especiales de disolu- del Convenio, pero sí procede recordar los elementos que el Tribunal toma
ción del matrimonio». Por consiguiente, entiende el Tribunal qué los de- en consideración para determinar si existe o no una familía de hécho:
mandantes no pueden deducir del artículo 12 el derecho al divorcio» (pp.
52 a 54). ,;puede ser útil tener en cuenta determinados elementos, como el hecho de
si los miembros de la pareja viven juntos y después de cuánto tiempo, si
No obstante la rotundidad de este pronunciamiento, compartimos la tienen hijos en común» (~ Y y Z c. Rei.no Unido, de 22 de abril-de 1997,--p.
opinión de que es bastante probable que hoy no se produciría el mismo 36). -.
resultado, primero porque las legislaciones nacionales han venido recono-
ciendo el derecho al divorcio y, en segundo lugar, por la propia evolución A partir de estos criterios, el Tribunal ha reconocido .distintos tipos de
de la jurisprudencia del Tribunal en este ánibito, como ya se ha visto con el familias de hecho: una pareja que no está casada (asunto Johnston y otros c.
matrimonio de los transexuales. Jrl,a,nda, cit., p. 56), una mujer .soltera y su hija (asunto Marckx c. Bélgiea, cit.,
p. 31) o un hombre y su hija extramatrimoriial (asunto Keegan c. Jr/,a,nda, eit.,
El asunto Johnston c. Jrl,a,nda se suscitó en un momento en el que el p. 44);
artículo 41.3.2 de la Constitución irlandesa disponía que «no se aprobará
ninguna ley que permita la disolución del matrimonio». En la actualidad, y Finalmente, debe recordarse que «es dificilmente concebible que el de-
tras la adopción de la Enmienda 15, de 17 de junio de 1996, ese precepto recho a fundar una familia no comprenda el derecho a vivir juntos» (asunto
admite la disolución si se dan una serie de requisitos(ll). Abdu/,a,ziz, Cabales y Balkandali c. Rei.no Unido, de 28 de mayo de 1985, p. 62).

Finalmente, también debe recordarse que «el artículo 12 no distingue 3. LA TITULARIDAD DE LOS DERECHOS
entre casarse y volverse a casar» (asunto F. c. Suiza, cit., p. 33).
El enunciado del artículo' 12 alude al derecho que tienen, «a partir de
Ya se ha apuntado el carácter autónomo del derecho a fundar una fami- la edad núbil, el hombre y la mujer».
lia. En palabras del Tribunal:
El primer requisito que debe cumplir cualquier persona que quiera ejer-
«mediante el artículo 12 se encuentra garantizado el d~recho funda-
cer estos derechos es el de tener una edad mínima, lo que el Convenio
mental, para un hombre y una mujer, a casarse y fundar una familia. Sin
embargo, el segundo aspecto no es una condición del primero, y la incapa- denomina «edad núbil». Esta exigencia, como es de sobra conocida, tiene
cidad para una pareja de concebir o criar a un hijo no puede en sí misma que ver con el disfrute de una determinada capacidad, que se presume por
privarle del derecho citado por la primera parte de la disposición en cues- -'" el cumplimiento de ciertos años, lo que resulta coherente con la considera-
tión» (l c. Reino Unido, cit., p. 80). _ción de la minoría de edad como un proceso durante el cual la psicología
de la persona se va formando y, con ello, su capacidad de autodeterminación.
La familia cuya creación se protege es tanto la «familia de derecho»
como la «de hecho», que en tiempos ya superados se denominaron «legíti- En el caso del matrimonio, la edad mínima suele vincularse al momento
en el que se presume que existe capacidad para contraerlo de manera libre,
(11) "l. The State pWiges itself to guard _ting to, at 1.east four years during the five years, si bien la concreción de cuál es esa edad queda en manos de los legisladores
with special care the institution of Marriage, on ii. there is no reasonabl.e prosped of a recon- nacionales, que pueden establecer la que estimen adecuada, pero sin que
which the Family is founded, and to proted it ciliation between the spouses,
against attack. iii. such provision as the Court considers eso suponga «restringirlo o reducirlo de una forma o hasta un punto que lo
2. A Court designated by law may grant a proper having regard to the ·circumstances exists vulneren en su sustancia misma (asuntos R.ees c. Rei.no Unido, -cit., p. 50 y F. c.
dissolution of marriage where, úut only where, it or will. be made for the spouses, any children of Suiza, cit., p. 32) », exigiendo una edad claramente desproporcionada, lo que
is satisfied that _ either or both of them and any other person pres-
cribed by law, and · · no ocurre por el mero hecho de_ que sea superior a la permitida por la
i. at the date of the institution of the
proceedings, the spouses have lived apart from iv. any further conditiom preScribed by law religión que profesan los contraye-ntes (Decisión dé la Comisión en el asunto
one another for a period of, or periods amoun- are complied with». ]anis Klzan c. Rei.no Unido, de 7 de julio de 1986).
108 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROJ'EO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 109

En España, la edad mínima para hombres y mujeres es de 14 años; en Como ya se ha dicho, el Tribunal Europeo, en un histórico giro jurispru-
concreto, el Código Civil dispone que «el Juez de Primera Instancia podrá dencia!, ha reconocido el derecho al matrimonio de las personas transexua-
dispensar, con justa causa o a instancia de parte, los impedimentos del grado les al concluir que «no ve motivo alguno que justifique que los transexliales
tercero entre colaterales, y de edad a partir de los catorce años. En los expe- se vean privados en todas las circunstancias del derecho a casarse» (asuntos
dientes de dispensa de edad deberán ser oídos el menor y sus padres o guar- l. c. Reino Unido, cit. y Christine Goodwin c. Reino Unido, cit., p. 85y103,respec-
dadores» (artículo 48). tivamente). . .
Cumplida esa edad mínima y salvadas, en su caso, las demás exigenóas Esta doctrina ha sido acogida de manera expresa por el Tribunal de
legales internas, tanto «de fonna» (publicidad y solemnidad del matrimonio) Justicia de las Comunidades Europeas, que pronunciálldose sobre una cues-
como de «fondo» (capacidad, consentimiento, impedimentos_.de parentesco, tión prejudicial planteada por la Court of Appeal Inglesa declaró que «el
de matrimonio no disuelto, muerte dolosa del c;(myuge anterior; cautel~ artículo 141 TCE se opone, en principio, a una legislación contrariaal Conve-
frente a los matrimonios de conveniencia, ... ), el.hombre y_ la mujer vivos nio Europeo para la Protección.de los Derechos Humanos y de las Libertades
tienen derecho a casarse y a fundar una familia. Fundamentales [... ] que impide que una pareja como K. B. y R. cumpla el
requisito del matrimonio, necesario para que uno de ellos pueda disfrutar
Este derecho protege tam1Jién a los presos..Aunque el asunt9 no llegó de un elemento de la retribución del otro» (Sentencia K B., de 7 de enero
al Tribunal, la Comisión sí consideró contrario al Convenfo el estableci- de 2004, C-117 /01). .
miento de restricciones que les impidan su ejercicio, bie~ prohibi~ndo fa.
celebración de matrimonios en los centros penitenciarios o la salida temporal 4. LA EFICACIA CIVIL DE IAS RESOLUCIONES DE LOS TRIBUNALES ECLESIÁSTICOS
de los internos para celebrarlos fuera (asuntos Hamer y Draper c. Reino Unido,
de 13 de diciembre de 1979 y 10 de julio de 1980). Como es conocido, en España, aunque también en Italia, Malta y Portu-
gal, se prevé la eficacia civil de las resoluciones de los tribunales eclesiásticos,
De las legislaciones internas dependerá que el matrimonio lo puedan lo que ha sido tenido en cuenta de manera expresa eri el Reglamento núm.
contraer personas de sexo diferente o del mismo sexo (casos de Holanda 1347/2000, de 29 de mayo, del Consejo de la Unión Europea (artículo 40).
desde el año 2000, Bélgica desde el 2003 y España desde el 2005), pues si La legislación interna española regula esta cuestión en el artículo 778 de la
bien la inexistencia de matrimonio entre personas del mismo sexo no es Ley 1/2000, de 7 de enero, de Enjuiciamiento Civil: · ·
contraria al Convenio (asuntos R.ees c. Reino Unido, de 17 de octubre de 1986
y Cossey c. Reino Unido, de 27 de septiembre de 1990), su reconocimiento en «l. En las demandas en solicitud dé la eficacia civil de las resoluciones
dictadas por los tribunales eclesiásticos sobre nulidad del matrimonio canó-
las leyes internas tampoco plantea problemas de compatibilidad con el ar- nico o las decisfones pontificias sobre matrimonio rato y no consumado, si
tículo 12. - no se pidiera la adopción o modificacion de medidas, el tribunal dará au-
Esta conclusión puede ser de especial relevancia en el caso español, pues diencia por plazo de diez días al otro cónyuge y al Ministerio Fiscal Yresol-
la interpretación del artículo 32.l de la Constitución («El hombre y la mujer verá por medio de auto lo que resulte procedente sobre la eficacia en el
tienen derecho a contraer matrimonio con plena ígualdádjUrídita») i::on orden civil de la resolución o decisión eclesiástica. ·
auxilio del Convenio, obliga a entender que lo constitucional y convencional- 2. Cuando en la demanda se hubiere solicitado la adopción o modifi-
mente garantizado -el matrimonio heterosexual- ho agota lo constitucional cación de medidas, se sustanciará la petición de eficacia civil de la resolu-
y convencionalmente posible -el matrimonio entre dos personas, seari o no ción o decisión canónica conjuntamente con la relativa a las medidas, si-
guiendo el procedimiento que corresponda con arreglo a lo dispuesto en
del mismo sexo-(12). el artículo 770». .
(12) En el único caso en que el Tribunal Este argumento viene avalado, además, La eficacia civil de estas resol~ciones ha suscitado numerosas controver-
Constitucional español se pronunció sobre por la jurisprudencia del Tribunal Euro-
esta cuestión (ATC 222/1994, de 11 de ju- peo de Derechos. Humanos que opera sias internas y un.a de ellas ha llegado al TEDH: el asurito PeUegrinic. Italia,
lio}, declaró que «la unión entre personas aquí como canon de interpretación, al de 20 de julio de 2001, cuyas conclusiones deben ser tenidas muy en cuenta
del mismo sexo biológico no es una institu- amparo de lo previsto en el art. 10.2 CE. por los tribunales nacionales que se enfrenten a estos procesos.
ción jurídicamente regulada, ni existe un En sendas Sentencias (caso Rees, 17 de
derecho constitucional' a su establecimien- octubre de 1986, y caso Cossey, 27 de En dicha sentencia el precepto del Convenio invocado por la: deman-
to; todo lo contrario al matrimonio entre septiembre de 1990), ha decl~do que
hombre y mujer que es un derecho constitu- no permitir el matrimonio entre personas
cional (art. 32.1) que genera ope l.egis una del mismo sexo no implica violación del al concepto tradicional de matrimonio en- los Estados contrataiites de re~ar me-
pluralidad de derechos y deberes (STC 184/ art. 12 del Convenio de Roma, que al tre dos personas de distinto sexo';' y, que diante las leyes el ejercicio deT derecho
1990). . ·. ' garantizar el derecho a casarse, se refiere todo depende de la facultad que tienen de casarse». • . : =·
A. ESTUDIO PRELIMINAR lll
llO LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS

dante no fue el artículo 12 sino el 6.1 («Toda persona tiene derecho a que para ser efectivamente invocado. Ahora bien, desde un primer momento el
su causa sea oída equitativa [... ] por un Tribunal [... ] que decidirá [... ] los TEDH estableció que no es un requisito previo que se haya violado alguno
litigios sobre sus derechos y obligaciones de carácter civil»), alegando «que de los derechos de los artículos 2 a 12 para poder estimar la infracción del
los tribunales italianos concedieron el exequatur a la declaración de nulidad artículo 13. A pesar de la relación de condicionalidad entre el derecho a un
de su matrimonio pronunciada por los tribunales eclesiásticos en un proceso recurso efectivo y los restantes derechos del Convenio, el artículo 13 «debe
en el que se vulneraron sus derechos de defensa» (p. 33). El Tribunal señala. ser interpretado en el sentido de que garantiza un recurso efectivo ante la
autoridad nacional a toda persona que· estime que sus derechos y libertades
«que la declaración de nulidad del matrimonio de la demandante fue reconocidos por el CEDH han sido violados». Esta es la tesis iniciada por el
emitida por los tribunales del Vaticano, y posteriormente declarada ejecuto-
ria por los tribunales.italianos. El Vaticano, sin.embargo, no.ratificó el Con.:. TEDH a partir del importante asunto Klass c. Alemania, de 6 de septiembre
venio, y por otro lado la demanda estaba dirigida contra Italia: la tarea del de 1978 (Documento núm. 39), donde se afirmaba lo siguiente:
Tribunal consiste, por tanta, no en .examinar si el proceso que se desarrolló «El artículo 13 prevé que todo individuo al que le "hayan sido violados"
ante los tribunales eclesiásticos estaba de acuerdo con el artículo 6 del Con- los derechos y libertades reconocidos por el Convenio debe tener un "re-
venio, sino si los tribunales italianos, con anterioridad a conceder el exequa- curso efectivo ante una instancia nacional", lo mismo que "si la violación
tur a dicha declaración de nulidad, verificaron debidamente que el proceso hubiera sido cometida" por personas en el ejercicio de sus funciones oficia-
relativo a ella cumplía las exigencias del artículo 6; dicho control se impone les. Tomado esto al pie de la letra, parece indicar que sólo existe el derecho
cuando la decisión de la que es solicitado el exequatur emana de los tijbl.llla- a un recurso interno si ha habido "violación". No obstante, nadie puede
les de un país que no aplica el Convenio. Dicho control es todavía más probar una violación ante una "instancia nacional" si no ha podido interpo-
necesario cuando el exequatur es capital para las partes» (p. 40). ner un recurso ante tal "instancia". Como ha dicho la minoría de la Comi-
sión, no se puede, pues, subordinar la interpretación del artículo 13 a la
El Tribunal concluyó estableciendo_lo siguiente: condición de que el Convenio sea verdaderamente violado. A los ojos del
«las instancias italianas no dieron. dema5iada importancia a la Circuns- Tribunal, el artículo 13 exige que un individuo que se considere lesionado
tancia de que la demandante no tuviera conocimiento de las· pruebas pre- por una medida presumiblemente contraria al Convenio dispone de un
sentados por su ex marido y por los ,-supuesto&- testigos~ El Tribunal re- recurso ante una "instancia nacional", a fin de poder juzgar acerca de su
cuerda, por tanto, que el derecho a un proceso contradictorio, que es uno queja y, si procede, obtener una reparación. Hay que interpretarlo también
de los elementos de un proceso justo de acuerdo con el artículo .6.1; implica como garante de un "recurso efectivo ante una instancia nacional" a cual-
que cada una de las partes en un proceso, penal o civil, tenga la facultada quiera que alegue una violación de derechos y libertades protegidos por el
para conocer y discutir cualquier documento o alegación presentada al juez Convenio».
con el fin de influir en su deeisión [... ]. En estas cirdinstancias, el Tribunal
señala que los tribunales italianos, previamente a éonteder el)xequatur a la En los mismos términos se pronunciaba más recientemente el TEDH al
senteneia de la Rota Romana, no cumplieron con sil deber de aségiirarse abordar esta cuestión en el asunto Kudla c. Polonia, de 26 de octubre de 2000
que la demandante se había beneficiado de un procesojusto eri el marco (Documento núm. 40), donde se planteaba la relación entre los artículos 6 y
del proceso eclesiástico [... ]. Ha habido, por tanto, 'violación del artículo 13 CEDH, y concretamente la ubicación del segundo cuando se producía
6.1 del Convenio» (pp. 44, 47 y 48) ~ · · · una dilación indebida contra la cual no cabe forma alguna de denuncia. En
este asunto, el TEDH conceptualizó la finalidad y aplicación del artículo 13
Xn. Derecho a un recurso efectivo CEDH en los siguientes términos: .
«la situación del artículo 13 en el sistema de protección de los derechos
Artículo 13 , . ¡ · ;·
humanos instituido por el Convenio actúa a favor de una limitación máxima
"Toda persona cuyos derechos y libf!!iades reconocidos en el presente Conve- de las restricciones implícitas a esta cláusula (la obligación de oír las causas
nio hayan sido violados.. tiene dere'cho a la ·conCesión de uii, recurso efedivo. arite dentro de un plazo razonable, prevista en el artículo 6 CEDH).
una instancia nadona~ incluso duando 'la viOlaCión liáyá sido. cometida,pór En virtud del artículo 1 (que ciispone: «Las Altas Partes Contratantes
personas que aceúen en el ejercicio &.s~_funciones:ófic!-alis». . ·.. • . J ••••• ' reconocen a toda persona dependiente de su jurisdicción los derechos y
libertades definidos en el Título 1 del presente Convenio»), corresponde a
El derecho reconocido en el artículo 13 permite a cualquier persona las autoridades nacionales responsables ante todo de la ejecución y cumpli-
alegar la inexistencia o deficiencia de un recurso, siempre y cuando se· esté miento de los derechos y libertades garantizados. El mecanismo de apela-
alegando la infracción de uno de los derechos recogidos entre los artículos ción ante el Tribunal tiene pues un carácter subsidiario en relación con los
2 al 12 del CEDH. Se trata, por. tanto, de uri derecho ;,accesorio», en fa sistemas nacionales de protección de los derechos humanos. Este carácter
medida en que requiere de la participación de otros· derechos ·del CEDH subsidiario se expresa en los artículos 13 y 35.l del Convenio.
112 lAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL· EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 113

La finalidad del artículo 35;1, que establece la exigencia de agota- noción autónoma de «autoridad» a los efectos del artículo 13 CEDH, ligada
miento de las vías de recursos internas, es la de facilitar a los Estados contra- a la garantía de la independencia y de la natirraleza obligatoria de las decisio-
tantes la ocasión de prevenir o enmendar las violaciones alegadas en su nes de dicha autoridad (asuntos Silver c. Reino Unido, de 25 de marzo de 1985
contra antes de que éstas se sometan a los órganos del Convenio de que el y Leander c. Suecia, de 26 de marzo de 1987, entre otros). Una vez cumplidas
orden interno ofrece un recurso efectivo para la violación alegada.
estas condiciones, la autoridad es susceptible de ser enjuiciada positivamente
De esta forma, enunciando de manera explícita la obligación de los desde la óptica del artículo 13 CEDH. Así ha sucedido en varias ocasiones,
Estados de proteger, en primer lugar, los derechos humanos en el seno de· cuando han sido autoridades administrativas las encargadas de resolver los
su propio ordenamiento jurídico, el artículo 13 establece en beneficio de recursos cuestionados ante el TEDH. Por ejemplo, en el asunto Unión de
los justiciables una garantía complementari.a de disfrute efectivo de los dere-
Soldados Democráticos de Austria c.· Austria, de 19 de diciembre de 1994, el
chos en cuestión. Tal y como se desprende de los trabajos preparafori_os
(Repertorio de trabajos preparatorios del Convenio Europeo de Derechos TEDH apreció una infracción del artículo 13 CEDH a la luz de las insuficien-
Humanos, vol. II, pgs. 485 y 490, y vol. III; pg. 651), el objeto del artículo te.s garantías ofrecidas por el Gobierno a los recurrentes. Algo similar sucedió
13 es facilitar un medio a través del cual los litigantes puedan obtener a en el asunto Campbell c. Reino Unido, de 28 de junio de 1984, al enjuiciar si
nivel nacional, la reparación de las violaciones de sus derechos garantizados el Ministro del Interior, como órgano resolutorio de un recurso contra la
por el Convenio, antes de tener que recurrir al mecanismo internacional decisión de las autoridades penitenciarias, se adecuaba a las condiciones del
de queja ante el Tribunal. VISto desde este ángulo, el derecho de cada uno artículo 13 CEDH.
a que su causa sea oída dentro de un plazo razonable no podrá ser menos
efectivo si no existe antes ninguna posibilidad de someter a una autoridad En tercer lugar, el artículo 13 no se limita únicamente a los recursos
nacional las quejas basadas en el Convenio, y se debe considerar más bien contra las decisiones individuales, sino que también abarca los recursos con-
que las exigencias del artículo 13 refuerzan las del artículo 6.1 en lugar de tra disposiciones generales, aunque con matices. Por un lado, el TEDH ha
ser absorbidas por la obligación general, impuesta por este artículo, de no confirmado que el artículo 13 exige a los Estados firmantes que prevean vías
someter a los justiciables a procedimientos judiciales anormalmente largos». de recurso contra disposiciones reglamentarias. Este tipo de recursos pueden
ser incidentales, cuya articulación queda vinculada a la interposición de un
En este mismo sentido existe una extensa jurisprudencia del TEDH, que
recurso contra un acto de aplicación que posteriormente admite un control
ha venido confirmando la doctrina del asunto Klass (entre otros, los asuntos
de la norma reglamentaria (Campbell c. Reino Unido, antes citado), o pueden
James c. Reino Unido, de 21 de febrero de 1986; Efstratiou c. Grecia, de 18 de
ser recursos directos contra la norma (Abdulaziz, Cabaks y Bal.kandali c. Reino
diciembre de 1986; Smith & Grady c. Reino Unido, de 27 de septiembre de
Unido, de 28 de mayo de 1985). Sin embargo, esta lectura del artículo 13 se
1999 [Documento núm. 39); Kilif c. Turquía, de 28 de marzo de 2000 y Khan c.
encuentra excepcionada cuando el recurso se interpone contra normas con
Reino Unido, de 12 de mayo de 2000).
rango de Ley. Así, un ordenamiento interno que no prevé mecanismos im-
No obstante, este principio general hay que acompañarlo de una serie pugnatorios contra disposiciones parlamentarias, no contraviene el artículo
de matices elaborados por el TEDH a lo largo de· su jurisprudencia. 13 CEDH. Esta tesis, inicialmente defendida por la extinguida Comisión Eu-
ropea de Derechos Humanos en los asuntos Young y Lithgow, fue posterior-
En primer lugar, el TEDH exige que el recurrente haya presentado, en mente confirmada por el TEDH en los asuntos James c. Reino Unido, antes
su debido momento, una denuncia ante las autoridades nacionales. A partir citado y Goodwin c. Reino Unido, de 11 de julio de 2002. ·
de esta condición, el TEDH ha elaborado una construcción autónoma del
concepto «denuncia o queja defendible»,·ª la: que va a exigir que se encuen- En cuarto lugar, hay que destacar cómo el TEDH modulaJa intensidad
tre debidamente argumentada (asuntos James c. Reino Unido, antes citada; de .su control en función del derecho lesionado. Es decir: la gravedad de los
Plattform «Ante Für Das Leben» c. Austria, de 21 de junio de 1988 y Ayder c. derechos «principales» que son objeto de lesión, va a condicionar el estándar
Turquía, de 8 de enero de 2004, entre otros). El estándar de argumentación de protección a la hora de determinar si existía o no i.In recurso efectivo.
que impone el TEDH no es excesivamente elevado, dejándolo al análisis del Esta variedad de criterios puede observarse cuando el TEDH se enfrenta .a
caso concreto y a la luz de los hechos y de los elementos jurídicos en juego los recursos interpuestos por demandantes que habían sufrido lesiones de
(Boyk c. Reino Unido, de 27 de abril de 1988) .· los· artículos 2 (derecho a la vida) o 3 (prohibición de la tortura y tratos
inhumanos y degradantes). En el asunto Kaya c. Turquía, de 19 de febrero
En segundo lugar, la denuncia prevista en el requi_sito anterior deberá de 1998, el TEDH estableció de forma expresa este criterio .en los siguientes
ser presentada ante una autoridad nacional, que no necesariamente debe ser términos:
judicial (asunto Klass c. Akmania, antes citado, y Golder c. Reino Unido, de 21 «El Tribunal recuerda que el artículo 13 del Convenio garantiza la
de febrero de 1975 [Documento núm. 10)). Así, el TEDH ha elaborado una existencia en derecho interno de un recurso que permite prevalerse de los
114 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
A. ESTUDIO PRELIMINAR 115
derechos y libertades del Convenio, tal y como se encuentran consagrados.
Esta disposición tiene pues como consecuencia exigir un recurso interno curso de un proceso judicial. Este enfoque combinado entre el artículo 13 y
que capacite para examinar el contenido de la queja fundada en el Conve- 6 CEDH podrá potenciar muy notablemente el control sobre las actúaciones
nio y ofrecer el restablecimiento apropiado, incluso si los Estados contratan- de las autoridades, e incluso supondrá un cambio en la línea jurisprudencia!
tes gozan de cierto margen de apreciación en cuanto a la manera de ajus- del TEDH en varios de los aspectos apuntados en estas líneas;
tarse a las obligaciones de esta disposición. El alcance de la obligación que
se deriva del artículo 13 varía en función de la naturaleza de la queja que XIII. Prohibición de discriminación
el demandante fundamenta en el Convenio. No obstante, el recurso "exi-
gido" por el artículo 13 del Convenio debe ser "efectivo" tanto en la práctica Artículo 14 CEDH.
como en derecho, en el sentido de que su ejercicio no debe ser obstaculi-
zado de manera injustificada por actos u omisiones de las autoridades del
Estado demandado». y
Este criterio puede observarse en otros asuntos en los que el artículo 13 Artículo 1 del Protocolo 12
ha estado ligado a la infracción de los artículos 2 y 3. Entre otros, se encuen- «El disfrute de ws derechos y libertades reconocidos en el presente Convenio
tran en este sentido los asuntos McCarin y otros c. Mno Unido, de 27 de sep- ha de ser asegurado sin distinción alguna, especialmente por razones de sexo,
tiembre de 1998 (Documento núm. 1), Chahal c. Mno Unido, de 15 de noviem- raza, colm, l,engua, religi,ón, opiniones políticas u otras, origen nacional o socia~
bre de 1996, Aksoy c. Turquía, de 18 de diciembre de 1996 y Selfuk y Asier c. pertenencia a una minoría nacional, fortuna, nacimiento o cualquier otra situa-
Turquía, de 24 de abril de 1998. ción» (artícuw 14 CEDH) .
En quinto y último lugar, el TEDH ha considerado que las garantías del . [ ... )

artículo 13 CEDH pueden verse satisfechas cuando el ordenamiento prevea · c<l. El disfrute de todo derecho previsto por ley ha de ser asegurad.o _sin
un conjunto de recursos, a pesar de que uno de ellos no reúna las exigencias discriminacifm alguna, especialmente por razones. de sexo, raza, colm, T,enguq,
del derecho a un recurso efectivo. Así, cuando pueden iniciarse una variedad religi,ón, opiniones políticas u otras, origen naciona~fortuna, nacimiento o cual-
de recursos contra una pluralidad de decisiones que, en el fondo, afectan a quier otr~ situación.
la misma situación jurídica del demandante, el TEDH considera suficiente
que varios (pero no todos) de dichos mecanismos sean acordes con el ar- 2. Nadie puede ser objeto de discriminación por parte de una autoridad
tículo 13 CEDH (en este sentido, véanse los asuntos Van Droogenbroeck c. Bél- pública, cualquiera que sea ésta, que pretenda justificarse especialmente en ws
gi,ca, de 24 de junio de 1982 y Leander c. Suecia, de 26 de marzo de 1987). motivos mencionados en el páriafo 1» ( artícuw 1 del Protocow Adicional núm.
12 al Convenio, Roma, 4 ·de noviembre de 2000, en vigor desde el 1 de abril de
Debe destacarse en último lugar que el TEDH ha abierto en los últimos 2005)(13)».
años una líneajurisprudencial más exigente con las garantías del artículo 13
CEDH. Esta nueva postura ha obligado a ligar el artículo 13 CEDH de forma 1. LA PROGRESIVA AUTONOMÍA DE LA PROHIBICIÓN DE DISCRIMINACIÓN
rriuy estrecha con el artículo 6 CEDH, hasta él punto de que en ocasiones . Desde el 1 de abril de 2005 la prohibición general de discriminació~ en
resulta dificil deslindar uno del otro. En el asunto Smith & Grady c. Mno elámbito del Consejo de Europa está vigente en. los dos textos normat:J.vos
Unido, antes citado, el TEDH entró a enjuiciar el nivel de control jurisdiccio- que encabezan· estas. páginas: el artículo ·i 4 del Convenio y el Protocolo Adi-
nal respecto de la actuación discrecional de las autoridades británicas. Como cional núm., 12, si bien este. último no ha sido ratificado por todos los-Estado.~.
venía siendo costumbre en el Reino Unido, los Tribunales realizaron un Además, existen prohibiciones específicas en el ámbito laboral (Carta Social
control de «racionalidad» de las medidas discutidas, caracterizado por tra- Europea), lingüístico (Carta Europea sobre las lenguas regionales o minorita-
tarse de un estándar mínimo de control. A la vista de la práctica imposibili-
dad de interponer con éxito un recurso, el TEDH consideró qúe un control , (IS) En elmomento de escribir estas Protocolo han merecido un informe expli-
de mínimos en cuanto al fondo del asunto podía equivaler a una denegación líneas (octubre de 2006), este Protocolo ha cativo, que fue aprobadÓ,pQr.,el.Comité de
del derecho a un recurso efectivo. Sobre esta base, consideró que se había sido ratificado por 14 Estados (Albania, Ar- Ministros el 26 de junio de 2000; este texto
menia, Bosnia-Herzegovina, Chipre, Croa- puedei::ónsultarse en in: lés éh http://con-
infringido el artículo 13 CEDH. En el mismo sentido se ha pronunciado inás cia:, Finlandia, ·Georgia, Ex-República fu- ventions.coe.int Trea EN Re orts · ..- ,
recientemente el TEDH en el asunto Kudla c. Pownia, antes citado, donde se goslava de Macedonia, Luxembur~o, Países Html/177.htm y en francés en http://con-
estimó contrario al artículo 13 CEDH la ausencia de mecanismos que permi- Bajos, Rumania, San Maririo, Serbia y Uc.ra- ventions.coe.int/Treaty/FR/Reports/
nia). España lo firmó el 4 de octubre de Html/177.htm. .
tieran denunciar a un recurrente las dilaciones indebidas producidas en el
2005. Los antecedentes y objetivos de este
116 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 117
rias) y matrimonial (artículo 5 del Protocolo Adicional núm. 7, en vigor cosa ocurre cuando una clara desigualdad de tratamiento en el disfrute del
desde el 1 de noviembre de 1988). derecho constituye un aspecto fundamental del asunto ... » (asuntos Airey c.
Irlanda, de 9 de octubre de 1979, p. 30, y X e Y c. Países Bajos, de 26 de marzo
La conjunción de las disposiciones de carácter general tiene como finali-
de 1985, p. 32 [Documento núm. 19]). ·
dad otorgar un grado similar de protección al ofrecido por otros instrumen-
tos internacionales, como, por citar algunos, el artículo 7 de la Declarac!ó:r:i El artículo 14 se limitaría a completar las demás cláusulas del Convenio;
Universal de Derechos Humanos, el 26 del Pacto Internacional de Dereéhos «es como si este último fuera parte integrante de cada uno de los· artículos
Civiles y Políticos o el Título ill de la Carta de Derechos Fundamentales de que consagran derechos o libertades». (asunto Re_lativo a ciertos aspectos del
la Unión Europea (arts. 20 a 23), disposidones, todas ellas, que han de ser régi.men lir1:güístico de la enseñanza en Bélgi.ca, cit., p. 9, [Documento núm. 40]).
tenidas en cuenta por los Tribunales nacionales para interpretar sus propias
normas antidiscriminatorias. . Esta postergación del enjuiciamiento desde la perspectiva del artículo
14 fue criticada en el seno del Tribunal, dado que puede privar al «fallo de
Un buen ejemplo lo constituye la reciente STC 41/2006, de 13 de fe- gran parte de su sustancia y de su función en el sistema de fijación de n~rín~
brero, que en su fundamento 3 declara: «puede citarse a modo de ejemplo establecido en la Convención» (opinión discrepante de los Jueces Evngems
que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, al analizar el alcance del
art. 14 del Convenio europeo para la protección de los derechos humanos y
las libertades fundamentales (CEDH), ha destacado que la orientación sexual
tJ y García de Enterria en el asunto Dudgeon c. Reino Unido, de 22 de octubre
de 1981) y, además, puede repercutir de manera negativa en las compensa-
ciones económicas que reciba el demandante, dada la agravación que ·suele
es una noción que se contempla, sin duda, en dicho artículo, señalando que .¡
suponer la apreciación de un trato discriminatorio .
la lista que encierra el precepto tiene un carácter indicativo y no -limitativo 1
(STEDH de 21 de diciembre de 1999, caso SalguefroDa SilvaMouta·c. Portugal, Esta tendencia empezó a invertirse en fechas más recientes, en las que
p. 28); insistiéndose expresamente en que en la medida en que la orientación el Tribunal ha insistido en la aplicación del artículo 14 aunque no exista
sexual es un concepto amparado por el art. 14 CEDH, como las diferencias violación de otras disposiciones, en particular a propósito del disfrute de
basadas en el sexo, las diferencias basadas en la orientaeión sexual exigen prestaciones sociales, más propias de la Carta Social Europea, y que han sido
razones especialmente importantes para ser justificadas (SSTEDH de. 9 de vinculadas al artículo 1 del Protocolo núm. 1 (derecho al respeto_ de los
enero de 2003, casos L. y V. c. Austria, p. 48, y S. L. c. Austria, p. 37; de 24 de bienes propios). Es lo que ha ocurrido, por citar ilgunos casos, en los asuntos
julio de 2003, caso Kamer c. Austria, p. 37, a las que se han remiticio rüunero- Gaygusuz c. Austria, de 16 de septiembre de 1996, Wessels-Bergervoet P: P_aíses
sas Sentencias posteriores como son las SSTEDH de 10 de febrero de 2004, Bajos, de 4 de junio de 2002, Willis c. Reino Unido, de 11 dejunio de 2002 y
caso B. B. c. Rdno Unido; de 21 de octubre de 2004; caso Woditschka y Wilfing Koua Poirrez c. Francia, de 30 de septiembre de 2003. En el primero de ellos,
c. Austria; de 3 de febrero de 2005; caso Ladner c. Austria; de 26 de mayo de el Tribunal sostiene que «el artículo 14 del Convenio no tiene una existencia
2005, caso Wolfmeyer c. Austria; o 2 de junio de 2005, caso H. G. y G. B. c. independiente, ya que tiene efecto únicamente en relación con los de.rechos
Austria). y libertades protegidos por otras disposiciones sustantivas del Convenio y de
sus Protocolos. Sin embargo, la aplicación del artículo 14 no presupone una
Hasta la entrada en vigor del Protocolo Adicional núm. 12, se·ha venido violación de una o más de dichas disposiciones y hasta este punto es autó-
debatiendo el carácter dependient~ o autónomo del artículo 14del Conve:..
nomo» (p. 42; en el mismo sentido, Gaygusuz c. Austria, p. 42, Willis C. Reino
nio. El propio Tribunal ha ·alimentado este debate, pues en fecha temprana
Unido, p. 29, y Koua Poirrez c. Francia, p. 36).
declaró que «esta garantía no tiene existencia independiente en el sentido
de que, en los términos del artículo 14, se refiere únicamente a los derechos No obstante, a juicio del Comité de Ministros .(Informe explicativo de
y libertades reconocidos en el Convenio»· (asunto Relativo a cierto's aspectos del 26 de junio de 2000), «existen pocas posibilidades de expansión jurispruden-
régfrnen lingüístico de la enseñanza en Bélgica, de 23 de julio de 1968, p. 9) cia! en este punto, por el hecho de que la prohibición. recogida por el ar-
(Documento núm'. 40), pero tarnbié11 ha venido admitiendo _un-análisis autó- tículo 14 tiene un carácter esencialmente accesorio en relación con otras
nomo a partir .de esta prohibición: «el artíclilo 14 no tiene existencia inde-' garantías sustantivas del Convenio» (p. 3), por lo que «confió al Comité Di-
pendiente, representa un elemento particular d~ cada uno de los d~rech(>s rector de Derechos Humanos el mandato de redactar un protocolo adicional
protegidos por el Convenio. Los artículos que los consagran pueden: ser in- al Convenio, ampliando de forma general el campo de aplicación de su ar-
fringidos aisladamente o en combinación con el artículo 14'. En general no tículo 14 e incluyendo una lista no exhaustiva de causas de discriminación»
es necesario examinar el caso desde la perspectiva de este artículo cuan_do el, (p. 10). El resultado es el Protocolo Adicional núm. 12, cuyo «artículo 1
Tribunal obseiva una infracción del primero en sí mismo considerado. Otra prevé una cláusula general de no discriminación, con lo que el alcance de la
118 LAS SENfENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 119

protección que ofrece va más· allá ?el disfrute de los derechos y libertades ramente de la del artículo 14 («Sin distinción alguna»), pero eso no implica
reconocidos en el presente Convemo» (p. 21). . un significado diferente; al contrario, se trata de un ajuste terminológico
dirigido a ilustrar mejor el concepto de discriminación en el .sentido del
El objeto adicional de protección que ofrece el artículo 1 del Protocolo artículo 14, alineando el texto francés con el inglés (véase sobre este particu-
surge de la referencia a la exclusión de toda discriminación en el disfrute de lar el asunto lingüístico belga, cit., p. 10).
«todo derecho previsto por ley» y no exclusivamente de «los derechos y liber-
tades reconocidos en el presente Convenio». En el citado Informe se añade que, en la medida en que no toda distin-
ción o diferencia de trato equivale a una discriminación y del carácter· gene-
De acuerdo con el Informe explicativ.o_ ya mencionado, esta ~xtensión ral del principio de no discriminación, no se consideró necesario ni opor-
afecta 1) a todo derecho atribuido específicamente a los individuos por el tuno incluir una cláusula restrictiva en el Protocolo. En el derecho de la
derecho nacional; 2) al goce de cualquier derecho derivado .de obligaciones mayoría o, incluso, de la totalidad de los Estados miembros del Consejo de
precisas de las autoridades públicas nacionales; es decir, cuando esas autori- Europa, ciertas distinciones fundadas en la nacionalidad se aplican respecto
dades están obligadas por la ley interna a comportarse de una determinada a determinados derechos o prestaciones. Las situaciones en las que tales dis-
manera; 3) al ejercicio por las autoridades internas de un poder discrecional tinciones son aceptables están suficientemente cubiertas por el significado
(por ejemplo, el otorgamiento de determinadas subvencio~es); 4) a los actos mismo de la noción de «discriminación», pues las distinciones para las que
u omisiones de las autoridades nacionales (por ejemplo, el comportamiento existe una justificación objetiva y razonable no constituyen una discrimina-
de los responsables de la aplicación de las. leyes para poner fin a una revuel- ción, lo que sí ocurre si falta esa justificación, como se apreció respecto de
ta). prestaciones negadas a los no nacionales (asuntos Gaygusuz c. Austria, de 16
El término «ley» puede englobar al derecho internacional, lo que no de septiembre de 1996 y Koua Poirrez c. Francia, de 30 de septiembre de 2003).
significa que esta disposición confiera al Tribunal la competencia para con- Debe recordarse que, según la jurisprudencia del Tribunal, existe un
trolar el respeto a las reglas jurídicas incluidas en otros instrumentos interna- margen de apreciación por parte de las autoridades nacionales para determi-
cionales. nar si, y en qué medida, las diferencias entre situaciones en apariencia aná-
Se consolida así el derecho a no ser discriminado por disposición alguna, lóga justifican diferencias jurídicas de trato. La extensión . del margen de
ni convencional ni nacional, resultado al que ya apuntó el propio Tribunal apreciación varía según las circunstancias, los ámbitos y el contexto (véase la
antes de la entrada en vigor del Protocolo en el asunto Fretté c. Francia~ de sentencia de 28 de noviembre de 1984 en el asunto Rasmussen c. Dinamarca,
26 de febrero de 2002, relativo a un derecho (el de adopción) reconocido p. 40), reconociendo, por ejemplo, el Tribunal un más amplio margen para
en el derecho interno. · la aprobación y desarrollo de la política fiscal (véase la sentencia de 3 de
octubre de 1997 en el asunto National and Provincial Building Society y otros c.
2. EL OBJETO DE LA PROHIBICIÓN DE DISCRIMINACIÓN Rei,no Unido, p. 80). ·

Como ya se ha apuntado, mediante el artículo 1 del Protocolo Adicional' El objeto adicional de protección que ofrece el artículo 1 del Protocolo
núm. 12, se protege al individuo frente a un trato discriminatorio, lo que respecto del artículo 14 del Convenio surge de la referencia a la exclusión
exige precisar de qué hablamos cuando hablamos de discriminación. En el de toda discriminación en el disfrute de «todo derecho previsto por ley» y
Informe explicativo del Comité de Ministros se ha tratado de sintetizar esta no exclusivamente de «los derechos y libertades reconocidos en. el presente
·' Convenio».
cuestión, recordando, en primer lugar, que esta palabra ha sido interpretada
_,;
de manera constante por el Tribunal en su jurisprudencia sobre el artículo
3. LAs DISCRIMINACIONES PROHIBIDAS
14 de la Convención, donde se ha destacado que no todas las distinciones o
diferencias de trato equivalen a una discriminación. Así, en el as~to Abdula- La lista de motivos de discriminación que se menciona en el artículo 1
ziz, Cabal,es y Balkandali c. Rcino Unido, de 28 de mayo de 1985, se afirma es idéntica a la del artículo 14 del Convenio. Se prefirió esta opción a la de
que una diferenciación es discriminatoria si carece dejustificación objetiva y mencionar nuevos supuestos, como la discapacidad fisica y mental, la orienta-
razonable; es decir, si no persigue un fin legítimo o si no existe una relación ción sexual o la edad, no por ignorancia de que estas circunstancias han
razonable de proporcionalidad entre los medios· empleados y el fin. perse- adquirido en las sociedades contemporáneas un significado que quizá no
guido. El significado de la palabra discriminación en el artículo 1 es idéntico tenían en el momento de la redacción del artículo 14; sino por la considera-
al que se le ha otorgado en su contexto al artículo 14 del Convenio. La ción de que esa inclusión es jurídicamente innecesciJ1a, dado que la citada
formulación francesa del artículo («sin discriminación alguna») difiere lige- lista no es de numerus clausus y la inclusión de menciones adicionales podría
120 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 121

propiciar una interpretación no deseable que amparara discriminaciones ba- diferencia de trato basada en el carácter extramatrimonial del nacido, al que
sadas en motivos no mencionados. no cabe reprochar circunstancias que no le son imputables (asunto Mazureck
c. Francia, de 1 de febrero de 2000).
Al respecto, deben recordarse varias cuestiones: en primer lugar, que el
artículo 1 del Protocolo, de igual forma que el artículo 14 del Convenio, 4. EL CONTENIDO DEL DERECHO
utiliza la palabra «especialmente» antes de las circunstancias que enumera, .Y
concluye refiriéndose a «cualquier otra situación», aspectos a los que se ha Tanto el artículo 14 del Convenio como, de manera más explícita, el
referido el Tribunal en numerosas ocasiones, incluyendo, por ejemplo, el apartado 2 del artículo 1 del Protocolo núm. 12 («Nadie puede ser objeto
«grado militar (asunto Engel y otros c. Países Bajos, de 8 de junio de 1976) o de discriminación por parte de una autoridad pública; cualquiera que sea
la orientación sexual (asunto Salgueiro da Silva Mouta c. ·Portugal, de 21 de ésta [ ... ] »), establecen una obligación negativa para los poderes públicos in-
diciembre de 1999)». ternos: la de abstenerse de cualquier actuación que discrimine a las personas.
En principio, pues, éstas normas atribuyen a los titulares la faculta~ de de-
Siempre que esté en presencia alguna de las circunstancias expresa- mandar la ilicitud del ejercicio de poder público. en contra de lo dispuesto
mente previstas en dichos preceptos (sexo, raza, color, lengua, religión, opi- en ellas.
niones políticas u otras, origen nacional o social, pertenencia a una minoría
nacional, fortuna, nacimiento), únicamente razones muy fundadas pueden Dicho lo anterior, la cuestión a dilucidar es si también cabe derivar de
conducir a que el Tribunal estime que el trato diferenciado es compatible los mencionados preceptos una obligación positiva para los Estados parte en
con la garantía de ilo discriminación (entre otros muchos, asunto Gáygusuz aras a prevenir la discriminadón, incluso en las relaciones entre particulares.
c. Austria, cit.) . Sobre esta última cuestión, el Informe explicativo del Comité de Ministros
señala que un protocolo adicional, que, en esencia, enuncia d~rechos indivi-
En una breve exposición de las circunstancias expresamente prohibidas, duales de manera concisa, no constituye un instrumento apropiado para defi-
debe recordarse que el rechazo a la discriminación por ra.Zón de sexo ha nir los diferentes elementos de una obligación tan amplia, de carácter pro-
servido para rechazar prestaciones diferenciadas para hombres y mujeres ca- gramático. Reglas específicas y más detalladas han sido enun~ia~as.por. ~os
sados (asunto Wessels-Bergeruoet c. Países Bajos, de 4 de junio de 2002), en tratados dirigidos a la eliminación de causas concretas de discnnnnacion,
materia de viudedad ( Willis c. Reino Unido, de 11 de junio d.e 2002), para el como, por ejemplo, la Convención para la eliminación de todas las formas
reagrupamiento familiar de los extranjeros (Abdulaziz, Cabaks y Balkandali c. de discriminación racial y la Convención para la eliminación de todas las
Reino Unido, de 28 de mayo de 1985) o para el válido consen~iento ,en las formas de discriminación de las mujeres, aprobadas por las Naciones Unidas.
relaciones sexuales (L. y V. c. Austria, de 9 de enero de 2003). ·
El Tribunal ya ha admitido la existencia, en el ámbito legislativo, de una
La lengua constituyó uno de los aspectos esenciales de una de las senten- ·.~ obligación de hacer, para evitar que se trate de manera igual supuestos distin-
cias de mayor calado en la historia del Tribunal: la dictada en el asunto tos; así, en el asunto Thlimmenos c. Grecia, cit., estableció lo siguiente (p. 44):
Relativo a ciertos aspectos del régfrnen lingüístico de. la enseñanza en Bélgica, de 23
de julio de 1968. En ella se declara que «el goce del derecho a la instrucción «El Tribunal, hasta el momento, ha dictaminado la violación del dere-
cho garantizado por el artículo 14 de no sufrir discriminación en el disfrute
y del derecho al respeto de la vida familiar, garantizados por el artículo 2 del de los derechos reconocidos por el Convenio cuando los Estados tratan de
Protocolo y el artículo 8 del Convenio, será asegurado a toda persona sin manera diferente sin justificación objetiva y razonable a las personas que se
distinción basada en la lengua». encuentran en situaciones análogas (Sentencia lnze, p. 41). Sin: embwgo,
considera que no es la única faceta de la prohibiciór;t de cualquier discrimi-
Los motivos religiosos fueron tenidos en cuenta para declarar que la no
nación enunciada por el artícul~ 14. El dere~ho a di~~tru;" de .l?s der~chos
consideración de circunstancias que deberían estar presentes en la legisla- garantizados por el Convenio. sir;i s~r so~_etido. a .discnmmacion es igual-
ción nacional constituye una discriminación, en este caso por indiferencia- mente transgredido cuando, sm JUStificacion obJet;iva Y. razonabl~, los Esta-
ción (asunto Thlimmenos c. Grecia, de 6 de abril de 2000 [Documento núm.. 41]). dos no tratan de manera diferente a personas en situaciones sensiblemente
diferentes ... es el Estado quien, al aprobar la legislación correspondiente
La prohibición de discriminación por razón de fortuna se aplicó en el sin introducir las excepciones apropiadas a la regla que excluye de la profe-
a.Sunto Chassagnou y otros c. Francia, de 29 de abril de 1999 (Documento num. sión de auditor contable a las personas acusadas de uil delito, ha vUlnerado
46), rechazando el trato diferenciado sobre un aspecto del' ejercicio de la el derecho del demandante que prohíbe la discriminación en el goce de su
caza en el que se distinguía entre grandes y pequeños própietários. derecho establecido en el artículo 9 del Convenio [ ... ] ».
Asimismo constituye una discriminación fundada en el nacimiento la Esta conclusión ha sido reiterada en el Informe explicativo al Protocolo
122 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 123
núm. 12·, ·donde se afirma que no cabe excluir que el deber de «asegurar», igualdad de trato queda violada. La existencia de una justificación seme-
que figura en el primer apartado del artículo l, entrañe obligaciones positi- jante debe apreciarse en relación con la finalidad y los efectos de la medida
vas, por ejemplo, cuando existe una laguna manifiesta en la protección ofre- examinada en atenció_n a los principios qlle generalmente prevalecen en
cida por el derecho nacional contra la discriminación. En lo que concierne las sociedades democráticas. Una diferencia de trato en el ejercicio de un
específic~en~e ~ las .~elaciones entre particulares, la ausencia de protección derecho consagrado por el Convenio no sólo debe perseguir una fuialidad
contr~ la discnmmacion en esas relaciones podría ser tan obvia y grave que legítima: el artículo J 4 se ve también violado cuando resllita claramente
que no existe una razonable relación de proporcionalidad entre los medios
entrana:'e claramente. responsabilidad del Estado (véase, mutatis mutandis, la empleados y la finalidad perseguida». · ·
sentencia de 26 de marzo de 1985 en el asunto X e Y c. Países Bajos, p. 23, 24,
27 y 30 [Documento núm. 19]). · . Están presentes en estos párrafos los elementos a tener en cuenta en
cada caso para esclarecer si existe, o .no, trato discriminatorio; habrá que
Ajuicio del Comité de Ministros, las obligaciones positivas en el ámbito determinar si a) se trata de situaciones comparables; b) la distinción tiene
de las r~la~iones ~ntre particula.~es se insertarían mejor en supuestos de la una justificación objetiva y raZonable, un fin legítimo, y e) existe una razona-
e~fera publica h~~itualmente regidos por la ley y en los que el Estado tiene
ble relación de proporcionalidad entre los medios empleados y la finalidad
cierr<l: responsabihdad (por ejemplo: el rechazo arbitrario a un puesto de
perseguida.
trabaJ~>, ~l acceso a lugares co1:11o los restaurantes o servicios a disposición
del pubhco prestados por particulares, como la sanidad, la distribución de Respecto a la existencia, o no, de situaciones análogas, no cabe extraer
agua, de electricidad, etc.). La forma precisa que debe adoptar la respuesta de la jurisprudencia del Tribunal criterios precisos, sino que habrá que estar
estatal. variará se~n las circunstancias, con la salvedad de que los asuntos al caso concreto para ver si se pueden comparar y concluir que hay un trato
ex:h.~sivamei:ite pnvados no estarán comprendidos, pues su regulación po- distinto para situaciones similares.
dna mterfenr con el derecho al respeto de la vida privada y familiar de su
domicilio, etcétera. ' En el caso Van der Mussel,e c. Bélgjca, de 23 de novieinbre de 1993, el
Tribunal concluyó «que existen entre los abogados y las distintas profesiones
. ºFinalmente, debe recordarse que la expresión «autoridad pública», in- judiciales y para-judiciales diferencias fundamentales [ ... ] en cuanto ª·su sta-
clmda en el apartado 2, engloba tanto a las autoridades administrativas, como tus y condiciones de acceso a la carrer.a, a la naturaleza de su función y a las
a los órganos judiciales y legislativos. modalidades de su ejercicio [ ... ], cada una se caracteriza por un' conjunto de
·derechos y obligaciones y sería artificial aislar un aspecto determinado de las
5. TRATO DIFERENCIADO VERSUS TRATO DISCRIMINATORIO mismas» (p. 46). ·
Se acaba de recordar que el Tribunal, en el asunto Thlimmenos c. Grecia La justificación objetiva y razonable consiste en la persecución de un fin
cit., consideró (p. 44) que el derecho a no ser sometido a discriminación e~ legítimo, que «debe apreciarse en relación con la finalidad y los efectos de
igualmente transgredido cuando, sin justificación objetiva y razonable, los la medida examinada en atención a los principios que generalmente prevale-
Estados :°"~ tratan de manera diferente a personas en situaciones sensible- cen en las sociedades democráticas». En esta apreciación «el Tribunal no
mente. distintas. Ap~ece aq.uí alguno de los elementos que la jurisprudencia puede ignorar los datos de hecho y de derecho que caractericen la vida de
del _1:nbun?-1 ha vemdo aphcand~ para distinguir. el trato diferenciádo, que la sociedad en el Estado que, en calidad de Parte Contratante, responde de
es hcito e, mcluso, puede ser debido, del trato discriminatorio: la existencia la medida impugnada. Al proceder así, no ha de sustituirse a las autoridades
de situaciones similares y de una justificación objetiva y razonable. nacionales competentes, con olvido del carácter subsidiario del mecanismo
internacional de garantía colectiva instaurado por el Convenio. Las autorida-
C?mo es sabido, .Ja sentencia q1:1e :omenzó a establecer la metodología des nacionales siguen siendo libres de elegir las medidas' que estimen apro-
a se~~r en ~st~~ e.asas es la que se dicto en el asunto Relativo a ciertos aspectos piadas en las materias regidas por el Convenio. El control del Tribunal no
del reg;zmen lznguzstzco de la enseñanza en Bél,gfra, de 23 de julio de 1968 donde
se dijo (p. 10): ' se refiere sino a la conformidad de estas medidas con las exigencias del Con-
venio» (asunto Relativo a ciertos aspectos del régjmen lingüístico de la enseñanzá en
~<Importa[ ... ] buscar l~s criterios que permitan determinar si una dife- Bélgjca, cit., p. 10).
rencia d.e trato dada, rela~va, por supuesto, al ejercicio de uno de los dere-
chos y hbertades reconocidas, contraviene o no el artículo 14. A este res- Se apunta en este razonamiento la prevención con la que el Tribunal
pecto, e~ T~b~n~, .siguiendo en la materia los.principios que se deducen aná.liza estos asuntos, muy pendiente de «los. datos de hecho y de derecho
de l~ J?ra~~ca judicial d~ ui: gran número de países democráticos cuando que .caractericen la vida de la sociedad en elEstado que, en· calidad de Parte
la distmc10n carece de justificación objetiva y razonable considera que la Contratante, responde de la medida impugnada». De á.hí también la hetera-
124 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 125

geneidad de las resoluciones del Tribunal, que ha considerado como fin 6. LA TITULARIDAD DEL DERECHO
legítimo la «unidad lingüística del país» (régimenlingüístico de la enseñanza en
Bélgica, p. 7); «la protección de la salud y los derechos de los niños» (Hoffman Atendiendo a la propia definición del derecho tanto en el Convenio
c. Austria, de 23 de junio de 1993, p. 34); «evitar una práctica anárquica de como en el Protocolo («El disfrute [ ... ] ha de ser asegurado sin discrimina-
la caza y favorecer una gestión racional del patrimonio cinegético» ( Chassag- ción alguna, especialmente por razones de sexo, raza, color, lengua, religión,
nou y otros c. Francia, de 29 de abril de 1999, p. 79);, «la protección~de la opiniones políticas u otras, origen nacional, fortuna, nacimiento o cualquier
familia tradicional» (Mazurek c. Francia, de 1 de febrero de 2000, p. 50), y el otra situación») parece obvio que nos encontramos ante una.titularidad uni-
hecho de que en numerosas ocasiones ha soslayado esta cuestión para cen- versal, sin exclusión por razón de raza, origen nacional, edád [ ... ], si bien,
trarse en el carácter proporcional de la medida adoptada, si bien no suele como ya se ha visto en las líneas precedentes, la universalidad iio se ha reco-
resultar fácil dilucidar cuando opera la justificación razonable o la proporciO- nocido para el ejercicio de todos los derechos, admitiéndose.todavía exclusio-
nalidad, máxime cuando se insiste en 'el «margen de apreciación». ·. nes basadas en la ausencia de «principios jurídicos comunes», por lo que
se"ría deseable que el propio Tribunal promoviese a través de su jurispruden-
Ha sido, precisamente, en el ámbito de la no discriminación donde el cia la formación y consolidación de tales principios.
Tribunal Europeo de Derechos Humanos utilizó por vez primera el criterio
de la proporcionalidad, en la ya varias veces citada sentencia del asunto rela- XIV. Garantías de los extranjeros y límites a sus derechos
tivo al Régimen lingüístico de la enseñanza en Bélgica, cit., p. 10.
Artículos 1y16 CEDH,
En general, el Tribunal ha sido más exigente a ia ·hora de adni.itir que
las medidas adoptadas son proporcionales cuando las mismas afectan\{ prin- Artículos 2 y 4 Protocolo 4
cipios jurídicos comunes; es decir, teniendo en cuenta «la presencia o ausen-
cia de un denominador colllún a los sistemas jurídicos de los Estados parte» y
(asunto Rnsmussen c. Dinamarca, de 28 de noviembre de 1984, p. 40).
Artículo 1 Protocolo 7
Esta pauta tiene especial relevancia en el ámbit~ de la no discriminación «Las Altas Partes Contratantes reconocen a toda persona dependiente de su
y ha provocado el rechazo de las diferéncias de trato entre hijos matrimonia- jurisdicción los derechos y libertades definidos en el Título I del presente Conve-
les y extramatrimoniales (Marckx c. Bélgica, de 13 dejui:iio de 1976), sobre la nio» (artículo 1 del Convenio). ·
edad para consentir las relaciones sexuales (L. y V. c. Austria, cit.), sobre el
reagrupamiento familiar de los extranjeros .(Abdulaziz, Cabales y Balkandali c. [... ]
Reino Unido, cit.), para rechazar prestaciones diferenciadas para hombres y «Ninguna de las disposiciones de los artículos 1O, 11 y 14 podrá ser interpre"
mujeres casados (asunto Wt!Ssels-Bergerooet c. Países Bajos, cit.), sobre la atribu- tada en el sentido de que prohíbe a las Altas Partes Contratantes imponer restric-
ción de la custodia de los hijos atendiendo a lareligión de los progenitores ciones a la actividad política de los extranjeros» (artículo 16 del Convenio) .
. (Hoffman c. Austria, cit.) o a su orientación sexual (Salgueiro Da Silva Mouta [... ]
c. Portugal, cit.).
«l. Toda persona que se encuentre legalmente en el territorio de un Estado
Pero ha sido también ese criterio el que ha utilizado el Tribunal; para tiene .derecho ª: circular libremente por él y a escoger libremente su residencia.
considerar proporcionales medidas como la existencia de un plazo diferente 2. Toda persona es libre de·abandonar citalt¡uier país, incluido el suyo; ··
para el ejercicio de las acciones de maternidad y paterniqad (Rnsmussen c.
·3. El ejerciCio de estos derechos no podrá ser objeto de otras rt!Siricciones que
Dinamarca, cit.), la existencia de diferencias en el disfrute de los permiso~ de
aguellas que previstas por la ley, constituyan medidas necesarias,. en una sociedad
paternidad y maternidad (Petrovic c. Austria, de 27 de marzo de 1998) o fa
democrática, para la seguridad naciona~ la segu,ridad pj,blica; el manten,imiento
exclusión de los hom_osexuales de la posibilidad de adoptar (Fretté c. Francia,
cit.).
del orden público, la prevención del delito, ki'protección de la:salud .f! df! la.' moral;
o' la protección de los derechos y libertades de terceros. ·: · ·
Se puede concluir que la existencia de principios jurídicos comunes es 4. .· Los derechos reconocidos en el párrafo 1 podrán igualmente,.·en ciertas
un presupuesto de tal magnitud que, caso de no apreciarse~ el control de zonas determinadas, ser.. olJjeto de restricciones que, previstas por la ley, estén
proporcionalidad sobre las medidas de los Estados es en la práctica inoperan- justificadas por el interés público en una sociedad democrática» (artículo 2 del
te. Protocolo núm. 4).
A. ESTUDIO PRELIMINAR 127
126 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS

[ ... ]
Como resultado de lo anterior, las limitaciones mencionadas en el ar-
tículo 16 únicamente afectarán a la «actividad.política de los extranjeros»,
. «Qp,edan prohibidas las expulsiones colectivas de extranjeros» (artículo 4 como ha venido a reconocer el propio Tribunal, en materia de derecho de
del Protocolo núm. 4). reunión, al amparar el derecho «de protestar pacíficamente contra una legis-
[ ... ] lación que alguien infringe» (asunto Cisse c. Francia, de 9 de abril de 2002,
p. 50, donde se enjuició la desocupación por la policía de un grupo de 200
«l. El extranjero que resida legalmente en el territorio de un Estado sola-
extranjeros de la iglesia de San Bernardo, en París, después de 56 días).
mente podrá· sér expulsado en ejecución de una resolución adoptada conforme a
!,a ley, y deberá poder: a) hacer valer las razones que se opongan a su e~~ión; Los aspectos esenciales en esta materia han sido analizados por ei Tribu-
b) hacer que se examine su ·caso, y c) hacerse representar en esas acciones ante la nal en el asunto Piermont c. Francia, de 27 de abril de 1995 (Documento núm.
autoridad competente o ante una o varias personas designadas por dicha autori- 42). La demandante, ciudadana alemana, pasó unos días en la Polinesia Fran-
dad. 2. El extranjero podrá ser expulsado antes de .hacer.valer los derechos que ce~a entre el 24 de febrero y el 3 de marzo de 1986. A su llegada, fue invitada
figuran en los apartados a), b) y c) del párrafo 1 .de este artículo cuando su a observar en sus expresiones cierta reserva re!¡pecto a los asuntos internos
expulsión sea necesaria en interés del orden piiblico o se base en motivos de seguri- franceses. El 1 de marzo de 1986 participó en una manifestación indepen.:
dad nacional» (artículo 1 del Protocolo núm. 7). dentista y antinuclear en el curso de la cual tomó la palabra. Cuando se
preparaba para dejar la Polinesia Francesa, el 3 de marzo le fue notificada
1. Los EX'fRA1\{JEROS COMO TITULARES DE LOS DERECHOS y LIBERTADES RECONOCIDOS una orden, dictada el día antes por el Alto Comisario de la República en la
EN EL CONVENIO Y LAS RESTRICCIONES Á SU ACTIVIDAD POLÍTICA Polinesia Francesa, decretando su expulsión y la prohibición de entrar de
nuevo en el territorio. Con posterioridad, se dirigió a Nueva: Caledonia; a su
El enunciado del artículo 1 del Convenio («Las Altas Partes Contratantes
llegada al aeropuerto de Nouméa, fue llevada a las dependencias de la policía
reconocen a toda persona dependiente de su jurisdicción los derechos y Ji-
del aire y fronteras. Esa misma tarde, el Alto Comisario de la Repúb_lica en
bertades definidos en el Título I del presente Convenio») es de una claridad
Nueva Caledonia emitió una orden mediante la que se prohibía su entrada.
meridiana y atribuye a toda persona los <;lerechos y libertades en él reconoci-
dos. En esta línea abundan el artículo 14 del propio Convenio y el artículo El Tribunal recordó
l del Protocolo Adicional núm. 12. «que la libertad de expresión constituye uno de los fundamentos esen-
ciales de una sociedad democrática, una de las condiciones primordiales de
En consecuencia, existe un amplio grupo de derechos en el qué la.nacio- su progreso [ ... ] es válida, no solamente para las "informaciones" o "ideas"
nalidad del individuo carece de trascendencia desde el punto de vista de su acogidas con favor o consideradas como inofensivas o indiferentes, sino
titularidad, puesto que, al constituir el imprescindible reflejo de la dignidad también para las que molestan, chocan o inquietan; así lo quieren el plura-
de la persona, han sido enunciados con fórmulas genéricas como «toda per- lismo, la tolerancia y el espíritu de apertura sin los cuales no existe "socie-
sona» (derecho a la vida, artículo 2; derecho a la libertad y seguridad, ar- dad democrática" (asunto Castells c. España, de 23 de abril de 1992, p. 42
. tículo 5; derecho a un proceso equitativo; artículo 6; derecho a la vida pri- [Documento núm. 29]). Un adversario de las ideas y posiciones oficiales debe
vada y familiar, artículo 8; libertad de pensamiento, conciencia y religión, poder encontrar su lugar en la arena política. Preciosa para todos, la liber-
artículo 9; libertad de expresión, artículo 10; libertad de reunión y a.Socia- tad de expresión lo es muy especialmente para un cargo electo del pueblo
ción, artículo 11; derecho a los.recursos, artículo 13); «nadie» (prohibición [... ] Por lo tanto, las injerencias en (su) libertad de expresión [ ... ] piden al
de la tortura y de los tratos inhumanos y degradantes, artículo 3;·prohibición Tribunal que lleve a cabo un control de lo más estricto. Para el Tribunal,
las declaraciones que se le reprochan a la señora Piermont fueron realiza-
de la esclavitud, artículo 4; principió de legalidad penal, artículo 7), «el hom- das en el transcurso de una manifestación pacífica autorizada. La parlamen-
bre y la mujer» (derecho a casarsey a fundar una familia, artíc:ulo 12), etc. taria europea en ningún momento llamó a la violencia o al desorden; tomó
la palabra en apoyo de las reivindicaciones antinucleares e independentistas
No obstante, el propio Convenio (artículo' 16) autoriZa a los Estados expresadas por numerosos partidos locales .. Su intervención se. inscribía,
parte a «imponer restricciones a la actividad política de los extranjeros» en por lo tanto, en el marco de un debate democrático en Polinesia. Además,
relación con los derechosylibertades «de los artículos 10, ll·y 14». Como la manifestación no fue seguida de ningún desorden y el Gobierno no ,de-
toda limitación, tanibién ésta debe ser interpretada de manera restrictiva, mostró que las tomas de posición de la demandante hubieran causado pro-
criterio en el que incide el artículo 18: («las restricciones que, en los términos blemas en Polinesia. Así, no se ha establecido un justo equilibrio entre, por
del presente Convenio, se impongan a los citados derechos y libertades no una parte, el interés general que requieren la defensa del orden y el respeto
podrán ser aplicadas más que con la finalidad para la cual han sido previs- de la integridad territorial y, por otra parte, la libertad de expresión de la
tas»). señora Piermont.
128 LAS SENTENCIAS BÁSICAS Dµ. TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTIJDIO PRELIMINAR 129
_,
78. En resumen, a falta de ser necesaria en una sociedad democrática, ~i el 5 de febrero de 1992 se aprobó en Estrasburgo la «Convención sobre la
hubo violación del artículo 10. participación de los extranjeros en la vida pública a nivel local»(l4), ·
[ ... ]
La Convención, «considerando que la residencia de extranjeros -en el
81. La orden de prohibición de entrada adoptada por el Alto Comisa- territorio nacional será, en lo sucesivo, una característica permanente de las
rio de la República se analiza como una injerencia en el ejercicio del den~­ sociedades europeas; que los residentes extranjeros están, en el ámbito local,
cho garantizado por el artículo 10, ya que, retenida en el aeropuerto, la sometidos en general a los mismos deberes que los ciudadanos; conscientes
interesada no pudo entrar en contacto con las personalidades políticas que de la participación activa de los residentes extranjeros en la vida y en el
le habían invitado y expresar allí sus ideas. desarrollo próspero de la colectividad local, y convencidos de la necesidad
[ ... ] de mejorar su integración en la comunidad local, en particular mediante el
incremento de las posibilidades de participación en los asuntos públicos loca-
85. En cuanto a la.proporcionalidad de la medida, el Tribunal re- les», dispone (artículo 6) que «cada parte se compromete, a resexva de las
cuerda la importancia concedida a la libertad de expresión [... ] el Tribunal disposiciones del artículo 9.1, a conceder el derecho de voto activo y pasivo
no observa ninguna diferencia sustancial en la situación de la interesada en las elecciones locales a todo extranjero residente, con tal de que éste
con respecto a los dos territorios. Las razones que le han llevado a concluir
cumpla las mismas condiciones que se aplican a los ciudadanos y, además,
que la medida tomada en la Polinesia francesa no estaba justificada con
respecto a las exigencias del apartado 2 del artículo 1O, le conducen a una '
.'-l
r
haya residido legal y habitualmente en el Estado en cuestión durante los
decisión idéntica para Nueva Caledonia. cinco años anteriores a las elecciones».

86. En conclusión, hubo violación del artículo 10». Aunque parece que el compromiso de reconocer .el sufragio activo y
pasivo a los extranjeros se refiere a los nacionales de los países miembros del
En este mismo asunto, el Tribunal declaró que el presupuesto para la Consejo de Europa, el tenor del Preámbulo de este Convenio parece querer
aplicación del artículo 16 es la extranjería de la persona afectada, por lo que extender este beneficio a todo no nac;ional, pues se habla del «carácter uni-
«la pertenencia de la señora Piermont a un Estado miembro de la Unión versal e indiVisible de los derechos del hombre y de las libertades fundamen-
europea y además su condición de parlamentaria europea no permiten opo- tales fundada5 en la dignidad de todos los seres humanos».
nerle el artículo 16 del Convenio».
2. LA LIBERTAD DE CIRCULACIÓN
La actividad política por excelencia es el ejercicio del sufragio, que no La libertad de circulación es un derecho reconocido a todas las perso-
aparece mencionado en el artículo 16 por la evidente razón de que el ar- nas, con independencia de su nacionalidad. El artículo 2 del Protocolo núm.
tículo 3 del Protocolo núm. 1 es posterior. Aunque este derecho ampara, en 4 establece que «toda persona que se encuentre legalmente en el territorio
principio, al mayor número ·posible de personas como consecuencia de su de un Estado tiene derecho a circular libremente por él y a escoger libre-
«Universalidad» (asunto Mathieu-Mohin y Clerfayt c. Bélgi,ca, de 2 de marzo de mente su residencia», si bien tiene especial incidencia para los extranjeros,
1987, p. 51, [Documento núm. 47]) la inclusión de los extranjeros en el cuerpo como se deduce del propio enunciado del precepto: «2. Toda persona es
electoral depende de la legislación interna, lo que significa que el Convenio libre de abandonar cualquier país, incluido el suyo»(l5).
permite tanto su inclusión como su exclusión.
En los párrafos siguientes se encuentran las restricciones autorizadas por
No obstante, la extensión a los no nacionales del sufragio encaja mejor el Convenio:
en la idea de universalidad del sufragio en la que se asienta el Convenio y, «3. El ejercicio de estos derechos no podrá ser objeto de otras restric-
en esta línea, varios Estados. parte han ampliado el derecho de voto a los ciones que aquellas que previstas por la ley, constituyan medidas necesarias,
extranjeros (por citar un ejemplo, el Reino Unido permite la participación
en todas las elecciones de los irlandeses y de los nacionales de los países de (14) Ratificada, a diciembre de 2006, (15) Este Protocolo está en vigor
la Commonwealth a los cuales no se exija ningún título ni permiso para por Albania, Dinamarca, Finlandia, Islan- desde el 2 de. mayo de 1968 y a fecha 30
dia, Italia, Noruega, Países Bajos y Suecia; de octubre de 2006 ha sido firmado por
entrar o permanecer en el Reino Unido o que tengan un título o un permiso firmada, pero no ratificada, por Chipre, 43 Estados (no lo han hecho Andorra,
que los autorice a entrar y a permanecer en el Reino Unido). Gran Bretaña y República Checa; puede Grecia y Suiza) y ratificado por 40 (ho lo
consultarse en la página del Consejo de Eu- han hecho España, Reino Unido· y Tur-
No en vano, y como colofón de un proceso iniciado ·veinte años antes, ropa: http://www.coe.int/t/e/com/news/ quía).
conventions_en.asp.
130 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 131
en una sociedad democrática, para la seguridad nacional, la seguridad pú-
blica, el mantenimiento del orden_ público, la prevención del delito, la pro- 3. LA PROHIBICIÓN DE EXPULSIONES COLECTIVAS
tección de la salud o de la moral, o la protección de los derechos y liberta- La dicción del artículo 4 del Protocolo núm. 4 es bien precisa y consJi-
des de terceros.
tuye una regla clara: «quedan prohibidas las expulsiones coldtivas de extran-
4. Los derechos reconocidos en el párrafo 1 podrán igualmente, en jeros».
ciertas zonas determinadas, ser objeto de restricciones que, previstas por la
ley, estén justificadas por el interés público en una sociedad democráticá» El Tribunal (asunto Conka c. Bélgfra, de 5 de febrero de 2002, [Documento
(artículo 2 del Protocolo núm. 4). núm. 44]) recuerda su jurisprudencia según la cual
Estas limitaciones son las únicas autorizadas y, como estableció el Tribu- «hay que entender por expulsión colectiva, en el sentido ?el artículo
nal en el asunto Baumann c. Francia, de 22 de mayo de 2001 (Documento núm. 4 del Protocolo núm. 4, toda medida que obligue a unos extranjeros, como
43): grupo, a abandonar un país, salvo ~n los casos en los que dicha medida sea
tomada como resultado y en base a un examen razonable y objetivo de la
«el artículo 2 del Protocolo núm. 4 no prevé ninguna restricción a la si_tuación particular de cada uno de los extranjeros 9u~ forman el gruP<?
libertad de circulación basada en la duración de la privación de este dere- (Andric c. Suecia, de 23 de febrero de 1999). Ello no significa tanto que alla
cho. En efecto, de acuerdo con este artículo, únicamente los motivos que donde se cumpla esta última condición, l~ circunstancias que rodeen .la
se inscriben en el marco de los fines perseguidos en el tercer apartado ejecución de las decisiones de expulsión no jueguen ~ papel en la aprecia-
constituyen, llegado el caso, un apoyo legal a la adopción por parte de ción del cumplimiento del artículo 4 del Protocolo num. 4» (p. 59).
las autoridades competentes sobre el territorio en el que se encuentra el
individuo, de medidas que comporten una restricción a la libertad de circu- En suma, esta prohibición no impide que se expulse de manera simultá-
lación, siendo ésta temporal» (p. 60). nea a personas extranjeras, pero para que tal práctica se ajuste al Convei;iio
es preciso que a lo largo del procedimiento se salvaguarden las garantías
A continuación, el Tribunal recuerda que de un tratamiento individualizado de cada caso, en el que se valoren las
«el derecho a la libre circulación reconocido en los apartados 1 y 2 del circunstanciás de las concretas pers011as a las que l~ autoridades: quier~n
artículo 2 del Protocolo núm. 4, tiene como fin el asegurar el derecho, expulsar. En palabras del Tribunal en· el asun_to Conka, _ _ ,,, _ .• _
garantizado a todas las personas, de circular en el interior del territorio en
«en ninguna fase del período que va d¿sde la convocatoria de los irite-
el que se encuentre así como a abandonarlo; ello implica el derecho a
resados en la comisaría hasta su expulsión, el procedimiento segui<;lo ofre-
trasladarse a un país de su elección en el que se sea autorizado a entrar»
(p. 61). ció garantías suficientes que atestiguaran una consideración real y diferen-
ciada de la situación individual de cada una de las personas afectadas [ ... ].
El presupuesto para la aplicación del derecho a la libertad de circulación En conclusión, hubo violación del artícúlo 4 del Protocolo núm. 4,, (p.
es que la persona que pretenda ejercerlo se encuentre en situación legal, 63).
aunque no sea «residente legal». No obstante, la legalidad de la situación
debe analizarse en cada caso y, de conformidad con la interpretación in- 4. LAs GARANTÍAS EN LOS SUPUESTOS DE EXPULSIONES INDMDUALES
cluida en el Informe explicativo al Protocolo, en el supuesto de que se incum- En esta materia la normativa aplicable es el artículo 1 del Protocolo
plan las condiciones de entrada impuestas por el Estado no existirá una es- núm. 7, en vigor desde el 1 de noviembre de_ 1988 y que, a fec?a, 31 de
tancia legal.
diciembre de 2006, ha sido firmado por 44 Estados (las excepciones son
Así, en el citado asunto Piermont c. Francia, el Tribunal consideró que Andorra y Reino Unido) y ratificado por 39 (los 5 firmante~ que no lo han
ratificado son Alemania, Bélgica, España, Países Bajos y Turquía).
«el argumento de la demandante de que el paso del control de la
policía del aire regulariza la situación de una persona en un territorio es Este Protocolo introduce una garantía adicion:il a las ya previstas en. el
demasiado formalista. En efecto, en un aeropuerto como el de Nouméa, Convenio en relación con determinados derechos y_ libertades, como. ya se
mientras un pasajero permanece en su recinto, permanece bajo el peso de ha tenido ocasión de evidénciar cuando se han analizado los artículos 3 (pro-
las operaciones de control. En este caso, la señora Piermont fue interpelada hibición de la tortura y los tratos inhurrianos o degradantes) y 8 (derecho al
justo después del sellado de su pasaporte y la orden litigiosa le fue notifi-
respeto de fa vida privada y familiar), combinados con el artículo 13_ (derecho
cada cuando no había abandonado el aeropuerto, ya que seguía retenida
en un local bajo la vigilancia de las fuerzas de policía ... la interesada no se aún recurso efectivo ante una instancia nacional). - · - '
encontró nunca regularmente en el territorio, condición de aplicación del A título de ejemplo, y en relación con situaciones relacionadas co11 el
artículo 2 del Protocolo núm. 4».
artículo 3, se puederi citar los siguientes casos: en el asunto Cruz Varas y otros
132 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A ESfUDIO PRELIMINAR 133

c. Suecia, de 20 de marzo de 1991, el Tribunal declaró que expulsar a un cubre también el que precede a la decisión sobre una solicitud de permiso
fugitivo puede plantear un problema en relación con el artículo 3 cuando de residencia.
existen motivos serios y comprobados para creer que el interesado corre el
riesgo real de ·ser sometido a tortura o a penas o tratos inhumanos o degra- Según el Informe citado, con la palabra «legalmente» se aiude a la legis-
d~tes en el Estado peticionario. El Estado parte puede incurrir en responsa- lación del Estado en cuestión, donde se determinarán fas condiciones que
bilidad por un acto cuyo resultado directo sea exponer a alguien a malos una persona debe cumplir para que su presencia en el territorio esté conside-
tratos. rada como «legal». Esta disposición se aplica también al extranjero que entró
sin autorización pero cuya situación se regularizó más tarde. Por él contrario,
En el asunto Vilvarajh y otros c. R.eino Unido, de 30 de octubre de 1991, a si la entrada del extranjero se sometió a algunas condiciones, por ej~mplo a
propósito de una solicitud de asilo, el Tribunal declaró qué para valorar el una duración determinada, y no las cumple, no puede considerarse que está
riesgo de expulsión ha de remitirse prioritariamente a las circunstancias de legalmente en el territorio del Estado.
que tenía conocimiento o que debía conocer el Estado en cuestión en el
momen~o de la expulsión, incluso. en el caso de que informaciones posterio- El concepto de expulsión se emplea en un sentido genérico para desig-
res pudieran servirle para confirmar o invalidar la estimación realizada por nar toda medida que obliga a un extranjero a dejar, el territorio de un Estado,
la parte contratante de que se trate. · si bien no cubre la extradición. La expulsión es así un concepto a1:1tónomo;
independiente de su definición en las legislaciones nacionales.
. Finalmente, en el asunto Jabari c. Turquía, de 11 de julio de 2000, el
Tnbunal declaró, por unanimidad, que habría violación del artículo 3 del En el apartado 1 se prevé que las personas. afectadas no puedan ser
Convenio en caso de que se ejecutara la decisión de las aútoridades del Es- ··<;'
expulsadas sino «en ejecución de una resolución. adoptada conforme a la
tado demandado de expulsar a la solicitante a Irán, pues no está convencido ·;;
ley» y esta regla no admite excepciones; obliga a que la decisión sea tomada
de que la situación en el país de origen de l~ interesada haya evolucionado por la autoridad competente de acuerdo con las disposiciones sustantivas y
hasta el punto de que el adulterio no sea ya considerado. como un incumpli- de procedimiento aplicables.
miento reprensible de la ley islámica. A este respecto, después de haber reali- . '
En el Informe explicativo se insiste en que los párrafos a), b)y c) de ese
zado. u~ ex~en imparcial sobre la situación actual en Irán, señala que la.ley mismo apartado enumeran tres garantías. La primera consiste én él derecho
contmua castigando el adulterio con la lapidación, y que las autoridades
a hacer valer las razones que se opongan a ~u expulsión,· lo que habrá de
siguen teniendo la facultad de utilizar esta sanción. Teniendo en cuenta estas
realizarse de acuerdo con la legislación del Estado parte. La segunda gai:antía
consideraciones, el Tribunal da por demostrado que la solicitante corre real-
es el derecho de Ja persona interesada a hacer examinar su caso, lo que no
mente el riesgo de sufrir un trato contrario al artículo q si es devuelta a Irán.
exige necesariamente que el procedimiento se desarrolle en dos etapa5, sino
Como consecuencia, la orden que establece su expulsión, si fuese ejecutada,
_solamente un examen del caso por la autoridad competente a la foz de- las
representaría una violación del artículo 3.
_Í'a2ones contra la expulsión que el interesado habrá alegado. Corre~ponde a
De acuerdo con lo ·que se manifiesta en el Informe explicativo al la legislación interna determinar la forma que debe revestir este examen.
Pr~t_?colo núm. 7(16), se trata de otorgar a los extranjeros unas garantías Esta garantía no exige que el recurrente esté autorizado a permanecer en el
mm1mas en caso de expulsión del territorio de una Parte Contratante, territorio del Estado mientras se resuelve el recurso que pudo ejercer .contra
añadiendo límites que no h~ sido previsto~ en el Pacto Internacional de l~ decisión tomada después del examen de su caso. La tercera garantía per-
Derechos Civiles y Políticos, pues a diferencia del artículo 13 de} Pacto, mite hacerse representar en esas acciones ante la autoridad competente o
el apartado 2 de este artículo 1 define las circunstancias en las cuales un ante una o varias personas designadas por dicha. autoridad, que puede ser
extranjero puede ser expulsado antes del ejercicio de los derechos recono- de índole administrativa o judicial. Esa. autoridad no es necesariamente la
cidos por el apartado 1. . que debe resolver en última instancia sobre la expulsión. Este artículo no
implica que· el interesado o su representante debari estar presentes fisica-
En cuanto a su ámbito de aplicación, este artículo se ¡:¡.plica al extranjero mente en el momento en que se examina su caso. El procedimiento puede
qu~ re~i~e regularme~te en el. territorio del Estado, con 1() que se_ excluye su desarrollarse por escrito, sin necesidad de argumentos orales.
---;:-
aplicac1on al que llego a un puerto o cualquier otro punto de entrada pero
aún no pasó el control de inmigración, y también al que ha sido admitido Finalmente, debe tenerse en cuenta que el apartado 2 autmj.za la expul-
en tránsito o, como no residente, para un período limitado. Este período sión antes del ejercicio .de ,~stos derechos siempre que «sea necesaria en
interés del orden público o se base en motivos de seguridad nacional», excep-
( 16) http://conventions.coe.int/Treaty/EN /Reports/Hnnl/117.htm. ciones que están sujetas al principio de proporcionalidad: el Estado que alega
134 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 135
el orden público para expuls~ a un extranjero antes del ejercicio de los política económica y social, respeta la forma en que conciba las exigencias
derechos anteriormente mencionados debe poder probar que esta medida de la "utilidad pública'', salvo cuando s.e ponga de manifiesto que su criterio
excepcional era necesaria en los casos particulares de que se trata. Por el carece de fundamento razonable. Dicho de otra manera, el Tribunal no
contrario, según el Informe, si se alegan motivos de seguridad nacional de- puede sustituir, con su propio criterio, el de las autoridades nacionales,
ben ser aceptados como una justificación suficiente. Nó obstante, en los dos pero puede y debe revisar, a la vista del art. l, las medidas controvertidas y,
casos, el interesado debe ser autorizado a ejercer los derechos del apartado con esta finalidad, examinar los hechos con relación a los cuales dié:has
1 después de sl1 expulsión. · autoridades han actuado». (asunto James y otros c. Reino Unido, de 21 de
febrero de 1986, p. 46). ·
XV. Proteccl4n de la propiedad Aunque la intensidad del control venga condicionada por la extensión
del margen de apreciación estatal, la posibilidad de efectuarlo es bastante
Artículo 1 del Protocolo Adicional amplia gracias a la interpretación del concepto «bienes» que constituye el
"Toda persona física o moral tiene derecho al respeto· de sus bienes. Nadie objeto del derecho. -
podrá ser privado de su propiedad más que por causa de utilidad pública y en La noción de «bienes» a los efectos del artículo 1 del Protocolo AdiciO-
/,as condiciones previstas por la Ley y los principios generaÚJs del derecho interna- nal es una noción autónoma cuyo significado ni está en función de las con-
cional. .
cretas legislaciones nacionales ni se limita a la propiedad de bienes fisieos.
Las disposiciones precedentes se entienden sin perjuicio del derecho que po- Por el contrario, cualquier derecho o interés de contenido económico puede
seen los Estados de poner en vigor /,as Leyes que juzguen necesarias para la ser objeto del derecho de propiedad protegido por el Convenio (asunto Ga-
reglame:ztación del uso de los bienes de acuerdo con el interés general ·o para sus Dosier-undFiirdertechnik GmbH c. Holanda, de 23 de febrero de 1995, p. 53).
garantizar el pago de los impuestos u otras contribuciones o de /,as multas».
El Tribunal ha considerado como «bienes» objeto del derecho de pro-
El derecho de propiedad es el único derecho de carácter económico piedad, por ejemplo, una licencia para servir bebidas alcohólicas en un res-
que recoge el Convenio. Su incorporación fue objetó de un intenso debate taurante (asunto Tre Traktiirer Atiebolag c. Suecia, de 7 de julio de 1989) o para
ante las reticencia5 de algunos Estados de que obstaculizara la adopción de explotar una cantera (asunto Fredin c. Suecia, de 18 de febrero de 1991).
políticas económicas y sociales. Sin embargo, ese temor ha· resultado infun- También, ha recibido protección la clientela de un profesional (asunto Van
dado a la vista de la jurisprudencia que ha venido reconociendo al Estado Marte y otros c. Holanda, de 26 de junio de 1986, p. 41), lbs intereses económi-
uii ániplio margen de apreciación· en esta materia y, en consecuencia, el cos vinculados al desarrollo de un plan urbanístico en cuya validez se con,fio
Tribunal ha practicado un consciente self-restraint al configurar el parámetro legítimamente y que fue anulado posteriormente (asunto Pine Valley Develop-
de control de las medidas que interfieren en el derecho de propiedad, espé- ments Ltd c. Irlanda, de 29 de noviembre. de 1991, p. 51) e, incluso, un con-
cialmeiite cuando provienen del poder legislativo. En una de las primeras junto de chabolas toleradas por las autoridades municipales (asunto Óneryil-
sentencias sobre el al.canee de este precepto, el Tribunal afirmó: diz c. Turquía, de 30 de noviembre de 2004, pp. 126 y 127).
«Las autoridades nacionales, debido al conocimiento directo de su pro- La frustración de tina expectativa legítima de contenido patrimonial
pio país y de sus necesidades,· es~,·en principfo, en mejores condiciones puede considerarse uria afectación del derecho de propiedad siempre que tal
q~e ~l tribu~al internacional r,ara determinar lo que es de "utilidad P.Ú- expectativa se encuentre bien fundada en el Derecho interno. Este. criterio se
blica . En el sis~ema de protecci~n creado por el Convenio, les corresponde, ha aplicado en los casos de acciones de daños fundadas en la legislación
en consecuencia, resolver los pnmeros tanto sobre la existencia· de un pro-
blema de inte.rés público que justifique las privaciones' de propiedad como vigente en el momento del hecho dañoso y cuya viabiHdad se ve afectada
s~brelas medidas que hay que tomar para ello. Por ello, dichas autaridades negativamente por una modificación con efecto retroactivo (por ejemplo,
· disfrutan en esto de algún margen discrecional, como también acaece en asunto Pressos Compania Naviera, SA c. Bélgjca, de 20 de noViembre de 1991:
otros campos a los que se extienden las garantías del Convenio. varios buques de la demandante habían sufrido daños como consecuencia
A· ~ayor abundamiento, el concepto "utilidad pública" es amplio por de negligencias en las maniobras de remolque en aguas belgas de los que fa
su propi~ na~raleza. Espe~ialm~nte; _la promulgación de leyes que supon- ley vigente hacía responsable civil al Estado belga; iniciados las· correspon-
gan la pnvacion de la propiedad rmphca, generalmente, el examen de cues- dientes acciones legales, una nueva ley excluyó con carácter retroáctivo la
tiones polí~c~, económicas y soeiales sobre.las cuales pueden existir opinio- responsabilidad del Estado en este tipo de casos). El Tribunal ha dejado
nes muy distmtas ·en un Estado ·democrático. El Tribunal, considerando claro, sin embargo,· que el criterio de la «expectativa legítima». tiene un al-
normal que el legislador disponga de gran flexibilidad para desarrollar una cance estricto. En efecto, «La jurisprudencia del Tribunal no contempla•la
136 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTIJDIO PRELIMINAR 137
existencia de un "litigio real" o de una "pretensión defendible" como un cos de injerencia sobre el derecho, la expropiación ~ la regulación del uso
criterio que permitajuzgar la existencia de una "expectativa legítima" prote- (asunto Spnrrong y Lonnoroth c. Suecia, de 23 de sepnembre de 1982, p. 61
gida por d artículo 1 del Protocolo núm. l. El Tribunal considera que [Documento núm. 45]). Si una medida no encaja en nin~a del~ dos cat~gC:
cuando el interés patrimonial afectado es una pretensión, únicamente puede rías específicas, el examen de conven~ionalidad se ~ealiz_a a parnr _del pnnc~­
ser considerado un "valor patrimonial" si tiene una base suficiente en Dere- pio general de protección de la propiedad que actua asi como clausula resi-
cho interno, por ejemplo, cuando está confirmado por una jurisprudencia dual.
bien establecida de los tribunales». (asunto Draon c. Francia, de 6 de octubre
de 2005, p. 68). · El tipo de enjuiciamiento que realiza el Tribun.al a partir de. cacla una
El artículo 1 del Protocolo también protege, en principio, el derecho a de las tres reglas que integran el precepto ~s sus~cial~ente el mismo: ~xa­
percibir una prestación social, aunque el Tribunal exige que se trate de una minar si la injerencia tiene base legal suficiente, si persigue un fin leginm?
prestación contributiva para que el derecho a percibirla pueda asimilarse a y si mantiene un justo equilibrio entre los intereses generales. de la comuni:-
un derecho de propiedad. Este tipo de supuestos se han planteado en rela- dad y los individuales protegidos por el derecho, . e~to es, si se respeta el
ción con un trato discriminatorio en su concesión o su cuantía, funcionando principio de proporcionalidad (test formulado por pnmera vez en el asunto
el artículo 1 del Protocolo como cláusula de apertura para la aplicación del Spnrrongy Lonnoroth, cit., p. 69).
artículo 14 (asunto Gaygusuz c. Austria, de 16 de septiembre de 1999, denega-
ción de una pensión de emergencia por razón de nacionalidad; asunto Willis La aplicabilidad de cada una de las reglas depende del tipo de ingeren-
c. Rei.no Unido, de 11 de junio de 2002, denegación de pensión de viudedad cia objeto de la demanda. Así, la aplicación de la se~da. ~egl~ depende de
a un viudo), pero también de manera autónoma cuando la afectación del que la ingerencia controvertida sea calificada c?~º pnvac10n, sien?o el ~aso
derecho sea tal que dañe la esencia misma de la prestación (asunto Kjartan típico la expropiación que comporta la ?""~smi.s~on forzosa de la ntulandad
Asmundsson c. /s/,andia, de 12 de octubre de 2004, p. 39, privación de una de un bien o derecho a favor de la admmistracion o de terceros.
pensión de incapacidad tras haberla percibido durante 20 años).
En los supuestos en que no se produce una expropiación fo~al, ~el
Tanto las personas fisicas como las jurídicas son titulares de este derecho Tribunal estima que hay que analizar la cuestión más allá de las apanencias
cuyo contenido abarca desde la capacidad de disposición sobre los propios experiencia y considerar la realidad de esta situa~ión litigiosa[ ... ]. ~ado qu~
bienes (asunto Marckx c. Bélgi,ca, de 13 de junio de 1979, p. 63, capacidad de el Convenio protege derechos concretos y efecnvos [ ... ] debe aven~arse si
testar) a las facultades de uso y disfrute (por ejemplo, asunto Chassagnou y los hechos comportan una expropiación de Jacta» (asunto Sporr~ng, cit. p. 63).
otros c. Francia, de 29 abril de 1999, p. 74 [Documento núm. 46], derecho a que Una situación de este tipo fue examinada en el asunto Papamzcha!,opoulos en
no se usen por terceros las fincas de los demandantes para cazar). el que la finca de los demandantes había sid~ cedida en tiempos ~e la. dicta-
El contenido del derecho es, fundamentalmente, el propio de un dere- dura a la armada griega que, a pesar de los mtentos de los propie~os d~
cho de defensa. Prohíbe al Estado la restricción o la privación arbitraria. Sin recuperar la posesión, construyó en ella una base .na~ y un compl~jº ~e~~­
embargo, el Tribunal ha indicado la posibilidad de derivar del artículo 1 dencial para oficiales. La ausencia de una exproJ?iacion fo~al. ?º impidio
Protocolo obligaciones positivas (asunto Gustafssonn c. Suecia, de 25 abril de que el Tribunal considerara que se había pr~du~ido una pnvacion. ?e facto
1996, p. 60, boycott sindical contra un restaurante; asunto Sovtransavto Hol- (asunto Papamicha!,opoulos c. Grecia, de 24 .de jumo de. 1993). Tambien se ha
dingc. Ucrania, de 25 dejulio de 2002, p. 96: «obligación de propordonar un considerado como privación, por ejemplo, el desalojo de los demand~tes
procedimiento judicial dotado de las garantías procesales necesarias y que de sus casas por el ejército durante nueve años (asunto Dogan y otros c. Tur-
permita, por tanto, a los tribunales internos resolv~r eficaz y equitativamente quía, de 29-dejunio de 1994).
cualquier litigio entre personas privadas»; asunto OneryiUiz c. Turquía, cit., p.
134-135, inacción de las autoridades que no evitaron una explosión de gas La regla tercera se aplica a· supuestos de restricciones legisfativ~ de las
metano en un vertedero municipal que produjo un corrimiento de tierras facultades dominicales o que limitan la utilidad delbieri como, por ejemplo,
que sepultó varias chabolas). · · la normativa que impone límites de renta a los alquileres (asunto Mell,acliet_ y
otros c. Austria, de 19 de diciembre de 1989; asunto Hutten-Czapska c. Polonza,
A la hora de interpretar el alcance de la protección de la propiedad, el de 22 de febrero de 2005) o el ejercicio del derecho de retracto por parte
Tribunal ha distinguido tres reglas dentro del precepto. La primera regla de la administración en relación con determinado tipo de bienes (asunto
contiene un principio general de protección del derecho de propiedad a la Hentrich c. Francia, de 22 de septiembre de 1994; asunto Beyeler c. Italia, de 5
luz del cual deben interpretarse las otras dos reglas que prevén tipos específi- de enero de 2000).
138 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 139
Finalmente, la regla primera es aplicable a los supuestos de injerencias Tribunal reconoce a los Estados un amplio margen de apreciación que sólo
no subsumibles en ninguna de las otras. · · se considera excedido cuando la expropiación, privación o, en ·general, inje-
rencia en el derecho de propiedad incurra en evidente arbitrariedad, esto
Toda injerencia en el derecho de propiedad debe tener una base legal
es, carezca de «fundamento razonable» (asunto James, cit.' supra).
que cumpla con las exigencias del Tribunal acerca de la calidad de la ley que
impone límites a los derechos garantizados por el Convenio, esto es, debe El punto crítico del juicio de convencionalidad en la mayoría. de los
ser accesible y lo suficientemente precisa como para que sus consecuencias · casos es el análisis de la propordonalidad de la medida, En· 1a valoración d,e
sean previsibles para los destinatarios. En el asunto Iatridis se establece con si la injerencia en el derecho de propiedád expresa un justo eqUilibrio entre
carácter general la siguiente doctrina: el interés general y el del particular afectado, el Tribunal recoiloc~, de núevo,
«El Tribunal recuerda que el artículo 1 del Protocolo núm. 1 exige, un amplio margen de apreciación al Estado: «El Estado goza de un· ~plio
ante todo y sobre todo, que una injerencia de la autoridad pública en el ~argen de apreciación tanto para escoger los medios de ~jecµcióri .corrió
derecho al respeto de los bienes sea legal; la segunda frase del primer pá- para determinar si sus consecuencias se justifican; en interés de. todos, por
rrafo de este artículo sólo autoriza una privación de la propiedad ''las condi- el propósito de cumplir la finalidad de la Ley de que se trate» (a.Sunto Aio,#
ciones previstas por la Ley"; el segundo párrafo reconoce a los Estados el c. R.tdno Unido, de 24 de octubre .de 1986, p. 52). En con§ec11en~ia:, el '.l'ribti-
derecho a limitar el uso de los bienes mediante "ley". Además, la preemi-
nencia del derecho, uno de los principios fundamentales de una sociedad nal, por un lado, realiza un juicio laxo. sobre la idoneidad y n~Cesidád de_ la
democrática, es inherente al conjunto de los artículos del Convenio ... e medida enjuiciada, de modo que la existencia _de una altematiVa. menos gra-
implica la obligación del Estado o de una Autoridad pública a someterse a vosa pero desechada por el Estado al menos con un fm:iqámento razonaple
una sentencia o resolución en su contra [... ]. De ello resulta que la necesi- no supone lesión del derecho. Por otro lado; el:m,nbral df razo:p.abilidad de
dad de encontrar un equilibrio justo entre las exigencias del interés general la medida estatal es bastante amplio al.. situar el plinto· de qésequilibrio de
de la comunidad y los imperativos de salvaguarda de los derechos funda- los intereses en conflicto en la existencia de una «carga espedal. y exce.siva»
mentales del individuo [ ... ] no se puede apreciar hasta que se comprueba para el demandante (por ejemplo, entre otros, casos, asunto Scollo c. Italia,
que la injerencia litigiosa respetó el principio de legalidad y no era arbitra- de 28 de septiembre de 1995, demandante con incapacidad fisica, :diabético
ria.» (asunto Iatridis c. Grecia, de 25 de marzo de 1999, p. 58). y desempleado que no puede recobrar la• posesión de. su. piso dm;ante más
La negativa de un municipio a ejecutar la sentencia que ordena la demo- de diez años como consecuencia de la legislación italiana que suspendió los
lición de un edificio que priva al demandante de las luces y vistas que gozaba procesos de desahucio de los contratos de arrendamientos. que finalizaban.
con anterioridad, constituye una lesión del derecho de propiedad por tra- entre 1982 y 1983). Así, en el asunto Spnrrong consideró que. se lesionó el

tarse de una conducta ilegal (asunto Antonetto c. Italia, de 20 de julio de derecho de propiedad de las demandantes al habers~ mantenido su derecho
·-
·,!_

2000). en una situación de precariedad durante más de 20 años, como consecuencia


de la existencia de un plan urbanístico que preveía su expropiación que se
La ley debe contener, además, garantías procedimentales adecuadas. En fue prorrogando sin ser ejecutado. La falta de proporcionalidad se situó en
.el asurito Hentrich, el Tribunal consideró lesionado el derecho de propiedad el hecho deque los demandantes carecieran de un procedimiento a través
del demandante al haber ejercido la administración el derecho de retracto del cual poder evitar la continuación de la interinidad de su situación domi-
que preveía la legislación tributaria para los casos en que el precio de la nical. · ·
v~nta fuera excesivamente bajo. El objetivo de la norma era disuadir la infra-
valoración de los bienes inmuebles con el fin de reducir la cuota tributaria En el análisis de proporcionalidad de la medida, cuando se trata de una
pero partía de una presunción absoluta de desajuste entre precio y realidad expropiación o privación de la propiedad juega un papel determinante· }a
sin prever la posibilidad de que el interesado pudiera demostrar que el bajo existencia o no de compensación. Aunque el texto del precepto no condi-
precio se ajustaba a la realidad. Esa ausencia de garantía procedimental de- ciona la privación de un bien a que exista compensación, el Tribunal ha
terminó la vulneración del artículo 1 (asunto Hentrich c. Francia, de 22 de incorporado ese.requisito como exigencia derivada.del principio, de propor-
septiembre de 1994, p. 42). cionalidad: ·

La injerencia en el derecho de propiedad debe perseguir un fin legítimo «El Tribunal comprueba, con la Comisión, que en los ordenamientos
jurídicos de los Estados Contratantes, la privación de la propiedad por causa
(«utilidad pública» o «interés general»). La noción de interés general o utili-
de utilidad pública requiere el pago de la correspondiente indemnización,
dad pública tiene un significado amplio que cubre los distintos fines de polí- salvo la concurrencia de circunstancias excepcionales qué no se dan en el
tica social o económica que se proponga el Estado. En relación con la apre- litigio de que se trata. Por otra parte, si no existiera un principio análogo,
ciación de la existencia de un interés general legitimante de la medida, el la protección del derecho de propiedad por el art. 1 sería por ·completo
140 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTIJDIO PRELIMINAR 141
ilusoria e ineficaz. Para determinar si la legislación impugnada establece un voto es el derecho político fundamental porque garantiza todos los demás
justo equilibrio entre los distintos intereses en juego y si, entre otras exigen-
cias, .no impone a los demandantes una carga desmesurada [ ... ], hay que derechos». Varias décadas después, el mismo Tribunal Supremo recordó que
considerar, evidentemente, las condiciones de la indemnización.» (asunto «en un país libre ningún derecho es más importante que el de poder hacerse
James, cit., p. 54). · · oír en la elección de los que aprobarán las leyes bajo las que debemos vivir
como buenos ciudadanos. Los demás derechos, incluso los más esenciales,
La exigencia del pago del justiprecio no es, sin embargo, absoluta. En . resultarán ilusorios si el derecho de voto se ve menoscabado» (ReynoUS v;
circunstancias excepcionales, el Estado puede privar de un bien sin compen- Sims, 377 U.S. 533, de 15 de junio de 1964)(17). .-,
sación. Así lo ha apreciado el Tribunal, por ejemplo, en el asunto jahn en el
que una ley alemana aprobada tras la reuniti.cación obligaba a ceder al Es- Un siglo después del asunto Yick, el Tribunal Europeo de Derechos Hu-
tado si11 compensación las tierras que habían sido objeto de lá política_ de manos tuvo que resolver por primera vez una reclamación relativa al artículo
reforma agraria de la antigua RDA y cuya plena propiedad se había .conce- 3 del Protocolo nfull. l (asunto Mathieu~Mohin y Cl,erfayt'c. Bélgica, de 2·.de
dido a los herederos de los poseedores .m.ediahte una ley aprobada justo marzo de 1987 [Documento núm. 47]). En este pronunciamiento capital, el
dós años ahtes de la reunificación, siempre que los actuales propietarios no Tribunal recordó, primero, que según el preámbulo del Convenio, el mante-
hubieran trábajado las tierras durante fos últimos diez años: El Tribunal tuvo nimiento de las libertades fundamentales «Se apoya sustancialmente en un
especialmente en cuenta para. considerar justificada la medida él torto esp~­ régimen político verdaderamente democrático» y el artículo 3 del Protocolo.
cio de tiempo entre la éoncesión y la privación, las incertidumbres sobre las núm. 1 confirma «Un principio característico de dicho régimen»;. en segund()
situaciones jurídfr:as existentes -al tiempo de l_a reunlficación y el 'hecho de término, que los trabajos preparatorios del Protoc()lo no reflejan intenció11
que los propietarios hubieran obtenido . una ganancia ihesp_erada como con- alguna de excluir, en el ámbito del artículo 3, el sistema del recursojndivi-
secuencia de una decisión· legislativa· (asunto Jahn fo(ros c. Alemania, de 30 dual, descartándose la posibilidad «de dejar esta materia fuera de la fiscaliza:-
de junio de 2005, p. 116). ción del Tribunal. Además, en estos trabajos se alude con frecuencia a. la
La cuantía ·de la indemnización debe ajustarse, en princ1p10, al valor libertad política, a los derechos políticos, a los derechos y libertades políticas
de mercado del bien, aunque el Tribunal reconoce un cierto margen de de la persona, al derecho a elecciones libres y al derecho de voto». En t~rcer
apreciación al Estado en función del tipo de fin perseguido y de medida lugar, ya la propia Comisión había hablado de «derecho» de los individuos,
adoptada, de modo que el justiprecio puede ser inferior al valor de mercado.: rectificando su inicial enfoque «institucional»:
«La expropiáción de un bien sin uña compensación equipárable razo- «De la idea de un derecho «institucionál» a la organización de elecci<?-
nablemente a su valor constituiría, normalmente, una interferencia despro- nes libres (resolución de 18 de_ septiembre de 1961 sobre la admisión a
porcionada que no podría considerarse justificada bajo el Artícufo l. El trámite de la demanda núm. 1028/1961, X c. Bélgica, Anuario del Conve-
Artículo 1, sin embargo, no garantiza el derecho a ·una completa compensa- nio, volumen 4, p. 339), se ha pasado ál concepto de «sufragio univers~:'
ción en cuálquier circunstancia pues los objetivos de "interés público" como (véase especialmente la resolución de 6 de octubre de 1967 sobre la admlSI-
los perseguidos por medidas de reforma económica o que tengan por ob- bilidad de la demanda núm. 2728/1966, X c. la República Federál de Ale-
jeto conseguir una mayor justicia sociál, pueden exigir un reembolso por mania, ibidem, vol. 10, p. 339); y después, como consecuencia, se ha hablado
debajo del íntegro valor de mercado» (asunto Lithgow y otros c. R.ei,no Unido, de derechos subjetivos de participación: el «derecho de voto» y el «derecho
de 8 de julio de 1986, p. 121). de presentarse como candidatd en las elecciones ál Parlamento» (véase,
especiálmente, la resolución de 30 de mayo de 1975 sobre la admi~ió~ a
XVI. Derecho a elecciones libres trámite de las demandas núni. 6745 y 6746/1976; W, X, Y y Z c .. Belgica,
ibidem, vol. 18, p. 245)» (Mathieu-Mohin y Ckiftiyt c. Bélgi,ca, p: 51). • ·
Artículo 3 del Protocolo Adicional
En definitiva, nos encontramos no ante un privilegio ni una mera «obli-
<~Las Altas Partes Cüntratantes se comprometen a organizar, ..a intervalos gación de las partes» sino ante un auténtico derecho -«el derecho de los
razonabks, elecciones libres con escrutinio secreto, en condiciones que gara,nticen derechos» según lo definió en 1829 Willian Cobbet-, que será calificado de
/,a libre expresión de /,a opinión del pueblo en /,a elección del cuerpo legisl,ativo».
crucial «para el establecimiento y la conservación de los fundamentos de una
1. EL VOTO COMO AUTÉNTICO DERECHO
(17) _Estas sentencias pueden leerse en USSC_CR_Oil8_0356_ZO:html (Yick);
En el asunto Yick Wo v. Hopkins, de 10 de mayo de 1886, el Tribunal la página gestionada por fa Universidad de http://supct.law.comell.edu/supct/html/
Comell: http://supct.law.comell.edu/ historics/USSC_CR_0377_0533_-ZO.html
Supremo de Estados Unidos declaró, por vez primera, que «el derecho de supct/html/historics/ (Reynolds).
142 LAS SENTENCIAs BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 143

democracia auténtica regida por el Estado de derecho» (asunto Hirst c. Reí.no gún las circunstancias de tiempo y lugar» (Mathieu-Mohin y Clerfayt c. Bélgica,
Unido [núm. 2], de 6 de octubre de 2005 [Documento núm. 49]). p. 54).
. En aquella primera .~entenda ~e concluyó que «el «color», o apariencia El desarrollo legal interno es, pues, necesario y, dentro de unos límites,
mterestatal de la redaccion del artículo 3, no refleja ninguna diferencia de libre. Es necesario porque el derecho de voto constituye un buen ejemplo
fondo ;on. las demás dispo.siciones normativas del Convénio y de los Protoco- de lo que se ha denominado un «derecho de configuración legal»; es decir,
los. Mas bien parece explicarse por el propósito de dar más solemnidad al de un derecho cuyas expectativas de conducta sólo pueden existir y realizarse
comp~om~~o co~traíd~ y por el hecho de que en el ámbito de que se trata, si media la cofaboración de los poderes públicos y, en espedal, del Parla-
la obligacion pnm?rdial no supone una abstención o no injerencia, como mento, pues requiere para su ejercicio el establecimiento de normas de pro-
acaece en la mayor:ia de lo~ ?erechos civiles y políticos, sino la adopción.por cedimiento y organización. El Legislador está llamado a configurar la dimen-
el Estado de medidas positivas para· «organizar» elecciones democráticas» sión subjetiva del derecho, de forma que ésta sólo podrá ejercerse en los
(Mathieu-Mohin y Clerfayt c. Bélgica, p. 50) ._ · . términos previstos en esa norma legal.

. Con estas palabras se _ap~ta a la «dimensión objetiva» 'del derecho de En segundo lugar, «aunque l_os Estados parte dispone~ de un margen
voto, pues, además de la obligación negativa de los poderes estatales de no considerable para establecer, en el marco de su sistema constitucional, las
lesionar ~a e~fera: individ.u'.11 del derecho, :xiste también la obligación positiva normas que han de regir las elecciones legislativas y la composición de su
de contnburr a su efectividad, que adqmere especial relevancia en un dere- Parlamento y que los criterios a tener en cuenta pueden variar en función
cho q?e ~~dría qued?-1" vacío de ?-? establecerse l_os _supuestos para su defensa de las circunstancias históricas y políticas de cada Estado, en todo caso, estas
y real~ac~on. Es decir, y por ut.Ihzar unas palabras ya clásicas del Tribunal normas no pueden excluir a determinadas personas o grupos de personas
Co~s~tucional. ~ederal alemán (BVerfGE 7, 198 [207]), junto a los derechos de la participación en la vida política del país; en especial de la elección del
SUbjetIVOS tradmonales frente al poder público, aparecen los derechos COIDÓ Parlamento» (asunto Aziz c. Chipre, de 22 de junio de 2004).
normas objetivas que expresan un contenido que se irradia en todos los ámbi-
tos del ordenamiento. Y es aquí donde adquiere especial relevancia el «principio de proporcio-
nalidad», en virtud del cual los poderes estatales únicamente pueden utilizar
De esta dimensión objetiva de la norma qu~. garantiza el derecho de las medidas limitativas del derecho de sufragio que sean idóneas, necesarias
sufr~gio se derivan l~s efe.ctos irradiante y recíproco. En lo que respecta al y proporcionales en sentido estricto para la consecución de los fines lícitos
L:gislador, el efecto rrradicmte se manifiesta en· 1a obligación: de que tenga predeterminados por el Convenio. El objetivo del citado principio es evitar
bien presente el derecho en su labor normativa, lo que inlplic4 el deber de que los poderes públicos que tengan atribuida la competencia para aplicar
regularlo de la manera más favorable para su observancia, y cpmo mfoimo los límites a este derecho vulneren, al hacerlo, su contenido esencial.
de forma que no se desconozca sti contenido esencial. ·
El Tribunal ha mencionado de forma expresa la necesidad de que las
Por su part~, ~l ~fecto rec!pr~c? se prod~ce entr_e_el de~e~ho de 'sufragio medidas sean proporcionadas:
y las l~yes que ~isciplinan su ejercicio, generandose asi un regimen de ·concu- «Corresponde al Tribunal fallar en última instancia sobre el cumpli-
i;ei:icia norm~t.I~: .tanto _las no~as que lo regulan como las que establecen miento de las exigencias del Protocolo núm. l; debe asegurar que dichas
hmites_a su eJercic10 act:(lan reciprocamente.y, como resultado de ésta inte- condiciones no reduzcan los derechos en cuestión hasta el punto de afectar-
racción, !ª !llerza expartsi~ propia del d~reclÍo resajnge el alcance d~ las los en su sustancia misma o privarlos de su efectividad, que persigan un fin
normas ~im.itadoras que actuan sobre el .mISmo; de ahí deriva la exigencia de legítimo y que los medios empleados no sean desproporcionados» (asuntos
que los límites al derecho tengan que ser interpretados con criterios restricti- Gitonas y otros c. Grecia, de 1 de julio de 1997 y Matthews c. Reino Unido, de
vos y en el sentido más favorable a la esencia y eficacia del. lllismo. , ·. 18 de febrero de 1999 [Documento núm. 48]).
Todo ello se debe a que aunque el derecho de sufragio, tal y como está
2. EL DESARROLLO LEGAL INTERNO y LOS ÚMITES A LOS ÚMITES
configurado en el artículo 3 del Protocolo núm. 1, es un derecho limitado,
. !-1 Convenio, y así lo ha rec?riocid~ el Tribunal, <~rio crea ningÚria obli- tiene un contenido sobre el que no se puede disponer, ni siquiera por el
gac10~ _de estable~er. un determi~~do sistema como, por ejemplo, la r~pre­ Legislador interno. En palabras del Tribunal en el citado asunto Mathieu-
senta~!on prop?rcional, o la votacion por mayoría en una o d_os vtiéltas,::f,\guí Mohin y Clerfait c. Bélgica: ·
tambi:n'. , el Tn~un~ reconoce- a los Estados Parte un ampJio ·margen· d~ «Los derechos de que se trata no son absolutos. El artíéulo 3, al recono-
apreciacion, temendo en cuenta que la legislación en esta materiacvaría; se- cerlos sin enunciarlos expresamente, ni mucho menos definirlos, deja
144 l.AS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 145
abie~ta la puerta para limitaciones implícitas (véase, mutatis mutandis, serie en la elección del cuerpo legislativo». Prueba de ello es el hecho de que
A, n1:1111. 18! P:P· _18 y_l9, ap. 38). Los Estados parte, en sus respectivos orde- «incluso un sistema que fije una barrera relativamente alta respecto, por
~am1entos J.U?d1cos mternos, sometan los derechos de sufragio activo y pa- ejemplo, al número de firmas exigidas para la presentación de una candida-
s~vo a reqms1~os .~ara los que, en principio, el artículo 3.no supone obs- tura o de una lista electoral o, como en este caso, de un porcentaje mínimo
taculo (recopilac1on de los trabajos preparatorios, volúmenes ID, p. 265, y de votos en la totalidad del territorio nacional, no se debe considerar que
IV, P·. 2~)- Gozan los Estados en esta materia de .un amplio margen de supera el margen de apreciación acordado a los Estados en la materia» [ ... ]
aprec1ac10n; pero corresponde al Tribunal resolver, en. última instancia . Teniendo en cuenta lo que antecede, el Tribunal considera que esta parte
sobre el cumplimient?_de las exige?J-cias delProtocolo núÍn. 1 ha de asegu~ de la demanda carece manifiestamente de fundamento y debe inadmitirse ·
rarse de que los reqms1tos establec~dos no <;Usminuyen los derechos de que conforme al artículo 35.3 y 35.4 del Convenio».
se trata hasta afectarles en su propia esencia y hacerlos totalmente iilefica~
ces, de que persiguen una finalidad legítima y de que los medios empleados 3. LA TITUlARIDAD DEL DERECHO
~ardan, ~ este resp~cto! la debida proporción (véase especialmente, muta-
tis mutandzs, Sentencia Lithgow y otros; de 8 de julio de 1986, serie A, núm. El derecho de voto reconocido en d Convenio ampara, en principio, al
102, p. 71, ap. 194). Sobre todo, estos requisitos no deben contrariar la mayor número posible de personas como consecuencia de _su «universalidad»
libre expresión de la opinión del pueblo eri la elección del Cuerpo Legisla- (asunto Mathieu-Mohin y Clerfayt c. Bélgi,ca, cit., p. 51), por lo que no ofrece
tivo» (p. 52).
duda alguna que deben estar incluidos en el cuerpo electoral los n~cionales
En este carácter limitado del derecho de sufragio y en el necesario res:- del Estado parte de que se trate. Y es que no debe olvidarse que el Convenio
p~to a su cor~teni~o esencial ha in~is_tido el Tribunal, mencionando, por obliga a los Estados «a organizar, a intervalos razonables, elecciones libres
ejemplo, la exigencia de una edad mmrma (asunto Hirst c. Reino Unido, núm. con escrutinio secreto, en condiciones que garanticen la libre expresión de
2, cit.) o de la residencia (asunto Melnitchenko c. Ucrania, de 19 de octubre la opinión del pueblo en la elección del cuerpo legislativo».
de 2004) como ~ircunstancias que el legislador estatal puede incluir, dado
que son proporcionales. Si el derecho subjetivo de los nacionales está, en principio, garantizado,
no ocurre lo mismo con los extranjeros, tengan· o no la nacionalidad de otro
T~bién se han admitido restricciones a los derechos electorales de la Estado parte. Su inclusión en el cuerpo electoral depende de la legislación
persona que ha co11?-etido graves abusos en el ejercicio de funciones públicas interna, lo que significa que el Convenio permite tanto su inclusión como su
o cuyo comportamiento amenaza con socavar el Estado de derecho 0 los exdusión.
fundamentos de la democracia (véase, por ejemplo, mutatis mutandis, .Glim-
No obstante, la extensión a los no nacionales del sufragio encaja mejor
meroeen y Hagenbeek c. Paises Bajos, decisión de la Comisión de 11 de octubre
de 1979). en la idea de universalidad del sufragio en la que se asienta' el Convenio y,
en esta línea, varios Estados parte han ampliado el derecho de voto a los
~o mismo suced~, en lo_ que respecta al derecho a presentarse como extranjeros (tal como se apuntaba en el comentario al artículo 16, el Reino
candidato a los elecciones, con «el hecho de exigir que un candidato al Unido permite la participación en todas las elecciones de los irlandeses y de
Parlamen~o ?-acion:-! conozca suficientemente la lengua oficial [pues] persi- los nacionales de los países de la Commonwealth a los cuales no se exija
gue ~~ ~bJetlvo legitimo» (~~to Podkolz.ina c. Le!onia, de 9 de abril de 2002), ningún título ni permiso para entrar o permanecer en el Reino Unido o que
º'.. a ~mcio tanto de_ la Co11?'1sion (Decisión de 15 de abril de 1996, Mag;nago y tengan un título o un permiso que los autorice a entrar y a permanecer en
Sudtzroler Volkspartez c. Italia), como del Tribunal, con el establecimiento de el Reino Unido). ·
una barrera el_ectoral nacional del 5% e, incluso, del 10% ._ (asunto· Ymak y
No en vano, y como colofón de un proceso iniciado veinte años antes,
Sadak c. Turquza,. <}e 30 ?e ei:iero de 2~07). Sobre esta última cuestión, y en
el asunto Federaczon Nacionalista Canana c. España, de 7 de junio de 2001, el el 5 de febrero de 1992 se aprobó en Estrasburgo la «Convención sobre la
Tribunal recuerda lo siguien te: participación de los extranjeros en la vida pública a nivel local»(l8).

«l~- elección d~l .1!1-odo de escrutinio a. través. del cual se asegura la (18) Ratificada, a octubre de 2006, por cia también ha abogado por el reconoci-
expresion d~ _la. opmion. del pueblo en la elección del cuerpo legislativo Albania, Dinamarca, Finlandia,. Islandia, miento del derecho. de sufragio a los ex-
-:~epresentacion proporcional, escrutinio mayoritario u otro- es una cues- Italia, Noruega, Países Bajos y Suecia; fir- tranjeros residentes en las elecciones
tion para la que cada Estado goza de un amplio margen de apreciadón ... mada, pero no ratificada, por Chipre, Gran locales; véase el «Código de buena práctica
en el caso que nos ocupa, nada en el Auto del Tribunal Constitucional hace Bretaña y República Checa; :puede consul- en materia electoral», disponiDle en:
tarse en la pagina del Consejo de Europa: http:/ /www.venice.coe.int/ docs/2002/
p_ensar que la legislación electoral en cuestión fuese arbitraria o despropor- CDL-AD (2002) 023rev-f.asp. <
http://www.coe.int/t/e/com/news/
c10nada, o que contrarrestase «la libre expresión de la opinión del pueblo conventions_en.asp. La Comisión de Vene-
146 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
A. F.STUDIO PRELIMINAR 147
En este texto, «considerando que la residencia de extranjeros en el terri- Garofalo c. Italia, decisión de la Comisión de 15 de septiembre del997, con
torio nacional será, en lo sucesivo, una característica permanente de las socie- remisión a la jurisprudencia anterior de la Comisión)». .·
dades europeas; que los residentes extranjeros están, en el ámbito local, so-
metidos en general a los mismos deberes que los ciudadanos; conscientes de Lo que no admite el Tribunal es una exciusión indiscriminada de los
la participación activa de los residentes extranjeros en la vida y en el desarro- presos como la prevista en el artículo 3 de la Representation ofthe People Act_
llo próspero de la colectividad local, y convencidos de la necesidad de mejer. del Reino Unido, de 1983, donde se preveía que: «Toda persona condenada,
rar su integración en la comunidad local, en particular mediante el incre- durante el tiempo que se encu.entra .internada -en una institución penal en
mento de las posibilidades de participación en los asuntos públicos locales», cumplimiento de su sentencia [ ... ] está legalmente incapacitada para votar
se dispone (artículo 6) que «cada parte se compromete; a reserva de las en las elecciones parlamentarias o locales». . ..
disposiciones del artículo 9.1, a conceder el derecho de voto activo y pasivo Este contenido es.desproporcionado, pues
en las elecciones locales a todo extranjero residente, con tal de que éste
cumpla las mismas condiciones que se aplican a los ciudadanos y, además, :_f; «mantiene_ un instrumento, que, sin excepción, priva del derecho de
haya residido legal y habitualmente en el Estado en cuestión durante los voto, garantizado por ~l Co~".~ni~, a wannúmero. dC:: personas y de manera
indiferenciada. Esta dispos1c1on mflige une restncc1on global a todos los
cinco años anteriores a las elecciones».
presos que cumplan su pena y se les aplica automáticamente, cualquiera
que sea la duración de su condenae independientemente de la naturaleza
Aunque parece que el compromiso de reconocer el sufragio activo y y gravedad de la infracci~n ~?metida y de su si~a~ión P.ers~mal. E~ obligado
·!f
pasivo a los extranjeros se refiere a los nacionales de los países miembros del considerar que tal restncc1on general, automatica e mdiferenc1ada a un
Consejo de Europa, el tenor del Preámbulo de este Convenio parece querer derecho consagrado por el Conve~~o, y que reviste una imp9rtancia crucial,
extender este beneficio a todo no nacional, pues se habla del «carácter uni- sobrepasa el margen de apreciac1on aceptabl~, por am~lio que. sea, Y. es
versal e indivisible de los derechos del hombre y de las libertades fundamen- incompatible con el artículo 3 del Protocolo num. l» (Hirst c. Rei,no Unido,
tales fundadas en la dignidad de todos los seres humanos». núm. 2, p. 18).

Por otra parte, si la inclusión de los nacionales está garantizada, el ejerci- También están excluidas las disposiciones internas que impliquen una
cio del sufragio puede condicionarse al cumplimiento de ciertos reqtiisitos, discriminación. Según el Tribunal: -·
siempre que las limitaciones previstas persigan un objetivo legítimo a través «aunque los Estados parte disponen de un margen considerable para
de medios proporcionados y no reduzcan los derechos de que se trata «hasta establecer, en el marco de su sistema constitucional, las normas que han de
el punto de afectar a su propia esencia y privarlos de su efectividad» (a.Suntos regir las elecciones legislativas y la comeosición de .s? Parlame~to, y que ~os
Mathieu-Mohin y Cleifayt c. Bélgi,ca, cit., p. 52; Matthews c. Rei,no Unido, cit., p. criterios a tener en cuenta pueden variar en func1on de las crrcunstancras
históricas y políticas de cada Estado, en todo caso, estas normas n<? :pue~~n
63; Labita c. Italia, de 6 de abril de 2000, p. 201; Podkol.zina c. Letonia, cit., p. excluir a determinadas personas o grupos ~e personas de la parucrpa~1on
33, Hirst C. Rei,no Unido, cit., p. 36). en la vida política del país, [lo que sucede s1] el demandante; como miem-
bro de la comunidad turco-chipriota que vive en la zona controlada por el
Como ya se ha dicho, entre las limitaciones admitidas por el Tribunal Gobierno, ha estado privado de cualquier oportunidad para e~presar su
está la exigencia de una edad mínima (asunto Hirst c. Rei,no Unido) (núm. 2) voluntad en la elección de los miembros del Parlamento del pais del que
o de la residencia en el territorio nacional (asuntos Hilbe c. Liechtensein, de 7 es nacional y donde ha vivido siempre» (asunto Aziz c. Chipre, de 22 dejun~o
de septiembre de 1999 y Melnitchenko c. Ucrania, de 19 de octubre de 2004). de 2004, p. 29).
«la obligación de residir en el territorio nacional para poder votar se 4. EL OBJETO DEL DERECHO: EL DERECHO DE VOTO Y EL DE PRESENTARSE COMO
justifica en las razones siguientes: l. Un ciudadano no residente está afec-
CANDIDATO A LAS ELECCIONES Y EJERCER EL CARGO
tado de manera menos directa o continuada por los problemas cotidianos
de su país y él los conoce peor; 2. puede resultar dificil (o casi imposible) Lo que sea el objeto de este derecho no e~ algo que quepa exl:faer del
o inoportuno para los candidatos al Parlamento exponer las diferentes op- mero análisis del concreto artículo del Convemo que lo reconoce, smo que
ciones electorales a los ciudadano's residentes en el extraajero, de manera
al tiempo han de tenerse en cuenta otras ?isposiciones; sobre todo, las que
que se respete la libertad de expresión; 3. la influencia de los ciudadano"s
residentes en el territorio nacional en la selección de los candidatos y en la prodáinan el principio democrático. · · - ··
formulación de sus programas electorales, y 4.Ja correlación existente entre En el derecho que nos ocupa, el ámbito garantiza?~ es la P3fticipació~,­
el derecho de voto para elecciones legislativas y el hecho de estar directa-
«a intervalos razonables, en elecciones libres con escrutimo secreto, en condj-
mente afectado por los actos de los órganos políticos así elegidos (Polacco y
ciones que garanticen la libre expresión de la opinión del pueblo en la elec-
148 LAS SENfENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 149
ción del é:uerf>o legislativo». Lo que asegura es, pues, la facultad de intervenir bles». La concreción temporal forma parte del ámbito de decisión del Legis-
en las elecciones, por lo que quedan fuera, aunque están protegidas por lador interno, pero, como es obvio, obliga a que los comicios se celebren
otro derecho, formas de participación distintas (partidos políticos, sindicatos, con cierta periodicidad. Sobre este particular tuvieron ocasión. de pronun-
etc.); en segundo lugar, esa intervención ha de realizarse en elecciones libres :-,.
ciarse en su día la Comisión y el Comité de Ministros en el asunto Dinamarca,
y secretas. .l Noruega, Suecia y Países Bajos c. Grecia planteado a resultas del «golpe de estado
de los coroneles», que concluyó con la expulsión de Grecia del Ccmsejo de
La jurisprudencia del Tribunal ha precisado este objeto en los sigilientes
Europa por considerar que la ausencia duradera de una. cámara le.gislati~
términos: el derecho protege la facultad de intervenir en las elecciones al
constituye una violaci6n del derecho a unas elecciones libres. . · ··
«Cuerpo o Poder Legislativo», o, por lo menos, a una de sus Cámaras si
consta de dos o más. Las palabras «Cuerpo o Poder Legislativo» no quieren Las elecciones, dice el artículo 3 del Protocolo 1, han de ser «libres con
decir, necesariamente, Parlamento nacional; hay que interpretarlas a la vista es(:rutinio secreto»; es obvio que lo que debe ser secreto no es el escrutinio,
de la estructura constitucional del Estado de que se trate (asunto Mathieu- cuya publicidad es una garantía, sino el voto. La exigencia de que la participa-
Mohin y Clerfait c. Bélgfra). El Tribunal ha concluido que forman parte de esa ción de los individuos en las elecciones consista en un acto libre ya se incluyó
categoría la participación en las elecciones al Parlamento Europeo (asunto en el Bill of llights, de 13 de febrero de 1689 y en el artículo 6º de la Declara-
Matthews c. Rei,no Unido)' y a los Parlamentos regionales o autonómicos (asun- ción de Derechos de Virginia, de 12 dejunio de 1776. Parece un requisito
tos Mathieu-Mohin y Clerfayt c. Bélgica, Federación Nacionalista Canaria c. España
y Santoro c. Italia, de ·l de julio de 2004).
imprescindible y, por ello, redundante. en .un sistema que. se califique de
democrático, pues la libertad en el ejercicio de la autodeterminación· política
Parece, en cambio, que los referendos están excluidos de un derecho en que consiste el sufragio es consustáncial a la democracia. Si el ejercicio del
referido a las elecciones. Respecto a los comicios locales la conclusión debe sufragio está sometido a amenazas, coacciones o cualquier.tipo.de influencia
ser distinta y así lo ha entendido el Tribunal, que ha aplicado las garantías externa que coarte la libertad del individuo, no nos encontramos ante. un
del artículo 3 del Protocolo núm. 1 a las elecciones locales en el asunto Labita proceso democrático. ·
c. Italia, de 6 de abril de 2000, a:füinandó que «en el momento de ru exclu-
La existencia de sufragio obligatorio no implica e~ 'sí un :m'enoscabo de
sión de las listas electorales, no existía ningún elemento concreto que permi-
.su carácter libre, pues la posibilidad de decantarse por una u otra opción
tiera "sospechar" que el demandante perteneciera a la mafia. En estas cir-
política permanece incólume, al tiempo que también cabe no decidirse por
cunstancias, el Tribunal no puede considerar proporcionada la medida
enjuiciada. El artículo 3 del Protocolo núm. 1 fue, por lo tanto, violado». En alguna determinada, mediante el voto en blanco o el voto nulo. No obstante,
la misma línea se pronuncia el Tribunal en el asunto Hirst c. Rei,no Unido(19). nos parece que encaja mejor en el Convenio la inexistencia del voto oblig:¡i.to-
i-io, pues de esta manera el objeto del derecho se extiende tanibién al hecho
Parece coherente que si el mantenimiento de las libertades fundamenta- mismo de emitir, o no, el sufragio, alcanzando mayor valor su dimensión
les «se apoya sustancialmente en un régimen político verdaderamente demo- como derecho subjetivo de los individuos que la de función pública. al servi-
crático», este derecho garantice también la participación en las elecciones cio del Estado.
presidenciales, dado que hay que tener "ª la vista la estructura constitucional
del Estado de que se trate» y que entre las funciones propias de laJefatm:a El carácter secreto del voto no es sino una garantía de la. libertad del
del Estado está la de participar, al menos, en la fase final del procedimiento elector, que podría sentirse coartado en el supuesto de que fuese posible
legislativo (sanción y promulgación de las leyes). conocer, sin su consentimiento, el sentido de su voto. En rigor, no se trata
de que el voto tenga que mantenerse reservado, sino de que no pueda cono-
En todo caso, estas elecciones deberán realizarse «a intervalos razona.:: cerse en contra de su voluntad, por lo que no resultaría afectado si el indivi-
duo decide revelar si ha votado, o no, y en caso afirmativo· cuál ha sido el
(19) No en vano el artículo 3 de la 2. Este derecho se ejerce por Asambleas sentido de su pronunciamiento. Sin embargo, el. cri,terio propuesto en el
Carta Europea de Autonomía Loca~ firmada . o Consejos integrados por miembros elegi-
por los Estados miembros del Consejo de dos por sufragio libre, secreto, igual, di- «Código de buena práctica en materia electoral» por lá Comisión di Venecia
Europa, proclama que: recto y universal y que pueden disponer de . es la nulidad del sufragio cuando el elector re".ela su voto.
«l. Por autonomía local se entiende el de- órpnos ejecu~vos ~e.sponsables ~te e~o.s
recho y la capacidad efectiva de las Entida- mtSmos. Esta dispos1aon no causara pel)w- No obstante, sigue habiendo problemas para asegurar el carácter secreto
des locales de ordenar y gestionar una parte cio al recurso a las asambleas. de v~cinos,
o
importante de los asuntos públicos, eri el al referéndum a cualquier otra forma de del sufragio de las personas invidentes, pues la previsión de que puedan
marco de la Ley, !fajo su propia responsabili- participación directa de los ciudadanos; allí auxiliarse con otra persona o, peor todavía, que deban declarar su voto ante
dad y en beneficio de sus habitantes. donde esté permitido por la Ley». los miembros de la Mesa electoral, imposibilita el carácter secreto de su deci-
LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 151
150
sión y, en el supuesto del voto asistido, no asegura que la decisión ejercitada dación y el mantenimiento de la democracia, estimar necesario disponer
sea la que realmente deseaba el titular del derecho. de ciertas garantías constitucionales que restrinjan la libertad de los policías
para ejercer actividades políticas y, en especial, para parti~ipar en e~ ~ebate
Este men:oscabo del derecho de sufragio de estas personas podria subsa- político [... ] Los policías ti~nen siempre el derecho de ejercer acUVIdades
narse con la introducción del lenguaje Braille en todas las papeletas; otra que les permitan expresar sus opiniones y preferencias políticas. Es del todo
alternativa es la implantación de un sistema de votación electrónico accesibl~ evidente, incluso si los policías están sometidos a restricciones en interés
a las personas invidentes que garantice un ejercicio del derecho en igualdad del servicio, que tienen el derecho [... ] de votar». ·
de condiciones que para las demás personas. En todo caso, cualquiera que Relacionado con el acceso al cargo representativo está el requisito del
sea la fórmula elegida, la introducción de mecanismos de votación que asegu- juramento o promesa, si b~en está c~e~tión ha sido resuelta por e_l T~~unal
ren el carácter secreto de todos los electores, incluidos los ciegos, no es una a partir de la tutela de la libertad religi~sa, de~larando q_~e la ob~ga~1on de
mera opción, entre otras, del Legislador, sino que forma parte de la dimen- prestar el juramento sobre los Evangelios, bajo la sanc10n. de perdida del
sión objetiva del derecho de sufragio, lo que conlleva la obligación correlativa mandat,o vulnera el art. 9.2 del Convenio (asunto Buscarini y otros c. San
de las autoridades electorales de hacerlo posible. Marino, de 18 de febrero de 1999).
El artículo 3 prescribe que las elecciones deben as~gurar «la libre. exp.re- Finalmente, se protege también el derecho del elegido al ejercicio del
sión de la opinión del .rueblo»; en otr~ palabras, el pluralismo político, cargo público representativo: «el Triburial considera, al .i~~ que la Comi-
concebido como la existencia de distintas maneras de e11tender la organiza- sión, que esta disposición garantiza el derecho de todo mdividuo a presen-
ción del poder político dentro de la sociedad y la atribució.n a todas ellas tarse como candidato en las elecciones y, una vez elegido, a ejercer su man-
de similares posibilidades de realizacióh practica, si bien, con la _~portante dato (ver Ganchev c. Bulgaria, decisión de la Comisión de 25 de noviembre
matifaeión de ·que «no se deduce de lo dicho que todos los votos deban de 1996; Gaudelier c. Eswvaquia, decisión de la Comisión de 10 de septiembre
tener el mismo peso a efectos del resultado, ni cada candidató las mismas de 1999) » (asunto Selim Sadak y otros c. Turquía, de 11 de junio de 2002
oportunidades de victoria. Así, ningún sistema es capaz de evitar los llamados [Documento núm. 50]).
votos perdidos o inútiles» (Mathieu-Mohin y Ckrfayt c. Bélgica, cit., .P· 54).
En esta sentencia se declaró contraria al Convenio la extinción automá-
Debe recordarse que el Tribilnal también ha incluido como parte dd tica del mandato del parlamentario tras la disolución forzada del partido en
objeto de este derecho la libertad para presentarse como candidato, (asuntos cuyas listas electorales había sido elegido, pues se trataba de una medida
Mathieu-Mohin y Ckrfayt c. Bélgica, cit., Gitonas y otros c. Grecia, cit., Ahmed y desproporcionada.
otros c. Rei,no Unido, cit. y Labita c. Italia, cit.), si bien los Estados disponen de
un amplio margen para establécer, en su orden constitucional, reglas relati- 5. LAs GARANTÍAS DEL DERECHO
vas al estatus de parlamentario, entre ellas los criterios de no elegibilidad
(Podkolzina c. Letonia) y caben limitaciones adicionales para su ejercicio en En términos generales, existen una serie de órganos que garantizan el
atención a ciertos fines legítimos: la obligación de residir en el territorio sufragio y, de manera más amplia, el proceso electoral y que, dependiendo
nacional (Melnitchenko c. Ucrania, cit. p. 56) o la exclusión de ciertas personas del contexto histórico y político y de la cultura jurídica, presentan un amplio
que desempeñan determinadas tareas públicas, como los funcionarios ( Gito- ·3. espectro organizativo, competencia! y funcional.
nas y otros c. Grecia, Ahmed y otros c. Rei,no Unido, cit.) y los policías (asuÍlto Aquí únicamente recordaremos que el Tribunal ha insistido en su pro-
Rekvényi c. Hungría, de 20 de mayo de 1999). pio carácter garantista y en el papel que deben desempeñar los órganosjuris-
«La obligación impuesta a ciertas categorías de funcionarios, especial- di~cionales internos. Así, en el asunto Hirst c. Rei,no Unido (núm. 2), el Tribu-
mente a los policías, de abstenerse de actividades políticas se dirige a la nal afirmó lo siguiente:
despolitización de los servicios afectados y, de hecho, contribuye a la conso- «corresponde al Tribunal fallar en última instancia sobre el c~pli­
lidación y al mantenimiento de la democracia pluralista en el país [~ .. ] el miento de las exigencias del Protocolo núm. l; debe_ asegurar que dichas
deseo de velar por que el papel crucial de la policía en la, ·sociedad no condiciones no reduzcan los derechos en cuestión hasta el punto de afectar-
resulte comprometido por la erosión de la neutralidad política de sus fun- los en su sustancia misma o privarlos de su efectividad, que persigan un fin
cionarios se concilia con los principios democráticos. Teniendo en cuenta legítimo y que los medios empleados no sean desproporcionados.
el papel de la policía en la sociedad, el Tribunal ha reconocido que contar
_ con fuerzas policiales políticamente neutrales constituye un fin legítimo [ ... ]
para cualquier sociedad democrática. Vista la historia particular de ciertos El Tribunal toma nota, a este respecto, de la recomendación ·de la
Estados parte, sus autoridades nacionales pueden, para asegurar la consoli- Comisión de Venecia según la cual la supresión de derechos políticos debe
152 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 153
ser acordada por lin tribunal en una decisión específica. Como en otros comunitario. Desde la justicia comunitaria se abordó la cuestión con una
contextos, un tribunal independiente que aplique un procedimiento con- perspectiva discursiva, incluyendo en la argumentación del Tribunal de Justi-
tradictorio ofrece una sólida garantía contra la arbitrariedad».
cia a la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos'Humanos cuando
el objeto del asunto versara sobre un derecho fundamental. Esta atención a
XVII. El Convenio Europeo de Derechos Humanos y su relación con los niveles de protección de Estrasburgo permitió que la jurisprudencia del
el Derecho de la Unión Europea Tribunal de Justicia se dotara de una mayor legitimidad ante los Estados
Desde la creación en 1952 de la Comunidad Europea del Carbón y del miembros y ante el propio Tribunal Europeo de Derechos Humanos, al
Acero, seguida en 1957 de la Comunidad Económica Europea y la Comuni- tiempo que solventaba parcialmente el déficit iusfundamental en el que se
dad Europea de la Energía Atómica, el Derecho de estas organizaciones ha hallaba la Unión al no formar parte del Consejo de Europa ni del Convenio.
traspasado las fronteras de sus Estados miembros para convertirse en un or- Por otra parte, los Estados miembros contribuyeron a subsanar estas deficien-
denamiento autónomo, dotado de efecto directo y primacía, en un proceso cias mediante las sucesivas reformas de los Tratados constitutivos; y muy des-
de evolución sin precedentes en la historia de las organizaciones internado- tacadamente al adoptar el Tratado de la Unión Europea en 1992, cuyo ar-
nales de integración. Cuando las Comunidades Europeas se integraron en tículo F. 2 establecía un mandato dirigido .a todas las Instituciones de la
1992 en la más amplia y políticamente ambiciosa Unión Europea, el Derecho Unión y a los Estados miembros del siguiente tenor:
comunitario europeo pasó a asumir un papel protagonista en la escena de «La Unión respetará los derechos fundamentales tal y como se garanti-
cada Estado miembro, incluida la esfera de los derechos fundamentales. zan en el Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos
y de las Libertades Fundamentales firmado en Roma el 4 de noviembre de
En efecto, desde 1970, cuando el Tribunal de Justicia reconoció que fos 1950, y tal y como resultan de las tradiciones constitucionales comunes a
derechos fundamentales eran «principios generales del Derecho comunita- los Estados miembros como principios generales del Derecho comunitario».
rio», tanto las Instituciones como los Estados que ejecutan sus obligaciones
europeas se encontraron vinculados por aquéllos. Con el transcurso del Aunque este precepto escapaba al radio de acción del Tribunal de Justi-
tiempo, el Tribunal de Justicia fue creando un corpus jurisprudencia! en el cia por decisión expresa de los Estados (así lo establecía el artículo L del
que prácticamente todos los derechos fundamentales asumieron vida propia mismo TUE), pocos añ_os después, al abordar las reformas que. desemboca-
en el espacio jurídico de las Comunidades Europeas. Así, tomaron carta de rían en el Tratado de Amsterdam, el áhora artículo 6 entró. ,a formar parte
naturaleza los derechos fundamentales a la vida (asunto Grogan, de 4 de de las normas objeto de interpretación por el alto Tribunal.
octubre de 1991, C-159/90), a la integridad fisica de la persona (asunto Países
Bajos c. Parlamento/Consejo, de 9 de octubre de 2001) a la intimidad (asunto A pesar de estos avances desde el plano comunitario, el Tribunal Euro-
Hoechst, de 21 de septiembre de 1989, 46 y 227/88) a contraer matrimonio peo de Derechos Humanos comenzó a lanzar señales de aviso a la Unión y
(asunto K B., de 7 de enero de 204, C-117/01), a la libertad religiosa (asunto a sus integrantes. Así, en el asunto Matthews c. R.tdno Unido, el Tribunal de
Prais c. Consejo, de 27 de octubre de 1976, 130/75), a la libertad de expresión Estrasburgo enjuició el Acta por la que se establecía la elección de los repre-
.(asunto Connolly c. Comisión, de 6 de marzo de 2001, C-273 y 274/99), de sentantes al Parlamento Europeo por sufragio universal directo, aneja a la
reunión y asociación (asunto Sch-rnidberger, de 12 de junio de 2003, C-112/ Decisión 76/787 del Consejo de 20 de septiembre de 1976, concluyendo que
00) o de propiedad (asuntos Nolá, de 14 de mayo de 1974, 4/73). la exclusión de los residentes en Gibraltar para el ejercicio del derecho de
sufragio activo y pasivo en las elecciones al Parlamento Europeo, era contra-
La coexistencia de unos derechos fundamentales comunitarios.con el .ria al Convenio. Lo mismo ocurrió en el asunto Kress c. Francia, de 7 de
Convenio Europeo de Derechos Humanos no tardó en generar tensiones. junio de 2001, cuando el Tribunal Europeo de Derechos Humanos declaró
Por un lado, los Estados miembros, cuando ejecutaban Derecho comuni~o, la incompatibilidad de las actividades del Comisario del Gobierno del Con-
se encontraban obligados a aplicar los derechos fundamentales tal y como sejo de Estado francés con el artículo 6 del Convenio, al tiempo que apun-
los establecía el Tribunal de Justicia, pero al mismo tiempo se hallaban vincu- taba directamente a un homólogo del Comisario francés: nada menos que al
-~
lados respecto de sus compromisos con el Convenio Europeo de Derechos Abogado General del Tribunal de Justicia, cuyas funciones se inspiran en las
Humanos. Por otro lado, las Instituciones comunitarias podían adoptar actos del Comisario.
sin atender a las condiciones del Convenio, pues ni ~as Comunidades.ni la
Unión eran partes integrantes del mismo. · ·,".
La solución más indicada a la tensión entre los. dos sistemas europeos
de derechos fundamentales residía, en opinión de. algunos Estados, en la
La solución a esta tensión entre sistemas de protección de derechos adhesión de las Comunidades Europeas al Convenio y el eventual reconoci-
fundamentales vino de la mano del Tribunal de Justicia y del constituyente miento de la jurisdicción del Tribunal Europeo de Derechos Humanos: La
<15.4 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS A. ESTUDIO PRELIMINAR 155

propuesta :fructificó y llegó a contar con el apoyo del Consejo, que no obs- Consejo, el Parlamento y la Comisión en diciembre de 2000, pero sin un
-tante la sometió a la opinión consultiva del Tribunal de Justicia. El 28 de valor jurídico claro. Por tanto, la situación presente es la misma que encon-
-marzo de 1996 el Tribunal adoptó el Dictamen C-2/94, donde sentó la si- trábamos en las fechas del Dictamen C-2/96, manteniendo en todo su vigor
guiente doctrina: la tensión entre los dos sistemas de protección iusfundamental.
«33. Procede señalar a continuación que, según reiterada jurispruden- Así las cosas, en los últimos tiempos ha sido el Tribunal Europeo de
cia, los derechos fundamentales forman parte de los principios generales del· Derechos Humanos quien ha tomado la iniciativa a la hora de limar asperezas
Derecho cuyo respeto garantiza el Tribunal de Justicia. A este respecto, el Tri- con la Unión. El 30 de junio de 2005 se dictaba la Sentencia BosphOntS c.
bunal de Justicia se inspira en las tradiciones constitucionales comunes de los
Jrl,anda, donde el Tribunal estableció, con una clara vocación de generalidad,
Estados miembros así como en las indicaciones proporcionadas por los instru-
mentos internacionales relativos a la protección de los derechos humanos su doctrina sobre la articulación del Derecho comunitario europeo y el Con-
con los que los Estados miembros han cooperado o a los que se han adherido. ~enio. En esta importante Sentencia el Tribunal confirmó la doctrina de la
Dentro de este contexto, el Tribunal deJusticia precisó que el Convenio reves- «protección equivalente», en virtud de la cual el Tribunal de Estrasburgo
tía un significado particular (véase en especial la sentencia de 18 de junio de realiza un control de mínimos respecto de la actuación de los Estados en
1991, ERT, C-2S0/89, Rec. p. 1-2925, apartado 41). ejecución del Derecho comunitario. Cuando esta ejecución no deja margen
34. Aun cuando el respeto de los derechos humanos constituye, por de discrecionalidad a los Estados, es evidente que un pronunciamiento del
consiguiente, un requisito para la legalidad de los acfos comunitarios, re- Tribunal Europeo de Derechos Humanos equivale a un juicio sobre la con-
sulta obligado señalar, sin embargo, que la adhesión al Convenio entrañaría formidad de la norma comunitaria ejecutada con el Convenio. Ante este tipo
un cambio sustancial del actual régimen comunitario de protección de los de conflictos, en el asunto BosphOntS el Tribunal Europeo analiza el sistema
derechos humanos, en la medida en que implicaóa la inserción de la Comu- comunitario de protección de derechos, llega a la conclusión de que con-
nidad en un sistema institucional internacional distinto y la integración de tiene mecanismos de tutela «equivalentes» a los exigidos por el Convenio, y
la totalidad de las disposiciones del Convenio en el ordenamiento juódico concluye que su escrutinio en este tipo de actividades de los Estados será de
comunitario. ·
mínimos. Se delega, por tanto, en las Instituciones de la Unión para que
35. Una modificación semejante del régimen de protección de los sean ellas quienes solventen los problemas de compatibilidad de sus actos
derechos humanos en la Comunidad, cuyas implicaciones institucionales con los derechós fundamentales, dando así la oportunidad al Tribunal de
seóan asimismo fundamentales tanto para la Comunidad como para los
Justicia para que se pronuncie al respecto.
Estados miembros, tendóa una envergadura constitucional y sobrepasaría
pues, por su naturaleza, los límites del artículo 235. Dicha modificación Por tanto, podemos concluir que a partir del asunto BosphOntS ha echado
únicamente puede realizarse a través de una modificación del Tratado. a andar una nueva etapa de entendimiento entre Luxemburgo y Estrasburgo,
36. Procede por consiguiente declarar que, en el estado actual del si bien condicionada por la doctrina de la «protección equivalente». En el
Derecho comunitario, la Comunidad no tiene competencia para adherirse momento en que dicha protección deje de estar presente en el sistema de
al Convenio». · · derechos fundamentales de la Unión, el Tribunal Europeo de Derechos Hu-
manos intervendrá. Una posibilidad no del todo remota si nos atenemos a los
La negativa del Tribunal a una eventual adhesión de las Comunidades
últimos acontecimientos que ha protagonizado la Unión en la lucha contra el
dejó la cuestión en manos de los Estados miembros para una posterior re-
terrorismo, cuyas medidas se han adoptado en el segundo y tercer pilar,
forma de los Tratados, cosa que sucedió con el Tratado por el que se esta-
donde no existe un sistema completo de recursos. Una carencia protectora
blece una Constitución Europa, cuyo artículo 1-9.2 introducía de forma impe-
reconocida por el propio Tribunal de Justicia en el asunto Pupino, de 16 de
rativa la futura adhesión de la Unión al Convenio. Al mismo tiempo, la Carta
junio de 2005, C-105/03 (p. 35), que ha salido a relucir ya en varias ocasiones
de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, elaborada por'una Con-
y que probablemente desembocará en un nuevo pronunciamiento desde el
vención al efecto entre los años 1999 y 2000, entraba a formar parte del
Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
Tratado constitucional, incorporando los derechos ya reconocidos por el
Convenio, incluso con niveles superiores de protección, en el núcleo del
Derecho comunitario europeo. ·
Como resulta bien sabido, el Tratado constitucional es, a día de hoy,
una iniciativa en fase de ratificación que cuenta con un futuro incierto. Por
otra parte, la Carta de los Derechos Fundamentales se mantiene como un
instrumento de soft l,aw, adoptado como acuerdo ii:úer-institucional por el ,;.
1 ·

c.::.

1 B. BIBLIOGRAFÍA BÁSICA

i
·:I·~··. Desde la adhesión de España al Convenio Europeo de Derechos Humanos,
f contamos con varias obras generalistas en lengua castellana dedicadas al aná-
._:I-_. lisis del Tribunal Europeo de Derechos Humanos y su jurisprudeneia, entre
1 las que destacan CARRILLO SALCEDO, J. A., El Convenio Europeo (i,e Derechos Huma-
i-~
nos, Tecnos, Madrid, 2003; E!SSEN, M. A., El Tribunal europeo de Derechos Huma-
nos,- Civitas, Madrid, 1985; GARCÍA DE ENTERRÍA (Coord.)' El sistema europeo de
i protección de los derechos humanos: estudio de la Convención y de la jurisprudencia
il del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, Civitas, Madrid, 1983; GARCÍA]IMÍNEz,
M. E., El Convenio Europeo de Derechos Humanos en el umbral del siglo XXI, Tirant
7.
·~l.. lo Blanch, Valencia, 1998; GARCÍA RoCA, J. y SANTAOLAYA, P. (Coords:), La· Eu-
~
·:¡¡ ropa de los Derechos. El Convenio Europeo· de Derechos Humanos, CEPC, Madrid,
-~ 2005; i.AsAGABASTER lliRRARTE, l. (Dir.), Convenio Europeo de Derechos Humanos.
Comentano Sistematico, Thomson-Civitas, Madrid, 2004; MARTÍN REToRTILLo BA-
QUER, L., La Europa de los Derechos Humanos, CEPC, Madrid, 1998; MoRTE
GóMEz, C., El papel del Convenio Europeo de Derechos Humanos en el sistema de
Derechos Fundamenta'les de la Unión Europea, Tirant lo Blanch, Valencia, 2004 y
QuERALT jIMÉNEZ, A., El Tribunal de Estrasburgo. Una jurisdicción internacional
pára la protección de los derechos fundamenta'les, Tirando Blanch, Valen~ia, 2003.
'· ,,; . ' : .. -

Los trabajos documentales más destacados son los de GARBERÍ LLOBREGAT,


J. y MORENILLA Au.A.Ro, P., Convenio Europeo de Derechos Humanos y jurisprudencia
del Tribunal Europeo relativa aEspaña::textos, protocolos, nuevo reglamento del tribu-
nal normas-·complemf!ntarias y formulario de demanda, Bosch, Barcelona, 1999 y
TEROL,BECERRA, M., ALvAREz-OssoRio M1CHE0, F. y BARRERO ÜRTEGA, A., Las gran~
des decisiones del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, Tirant lo· Blanch, Valen-
cia, 2005. ' · ·

En lengua inglesa, los trabajos docÚinales de ref~ren~ia son la.S ob~~ ,de
BLACKBURN, R. y POL<\KIEWicZ,J., Fundamental rights in Europe. The ECHR and its
member states, i95ü-2000, OUP, Oxford, 2001; FAWCETT,J. E., The application of
the European Convention on }fuman Iaghts, OUP, Oxford, 1987; HARrus, .D. J.,
O'BoYLE, M., BATES, E. yWÁRB1CK, C., Law of the European Convéntion of Human
Iaghts, OUP, Oxford, 2005;JACOBS, F. y WHiri:, R. C. A., The European Conven-
tion on Human Iaghts, OUP, Oxford, 1996 (nueva edición con OVEY, C., de
2006); jANis, M. W., KAv, R. S. y BRADLEY, A. W., Európean Human Iaghts Law.
Text and Materials, OUP, Oxford,. 2000; RoBERTSON, A. H. y MERRILLS, J. G.,
·~ Human RightS in Europe.. A study of the European Convention on Human Iaghts,
....
j
Manchester,. 2001; MoWBRAY, A., Cases and Materials on the European Conwmtion
on Human Iaghts, Butterworths, LondreS'-Diiblin,. 2001; .STARMER, K, European
158 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS B. BIBLIOGRAFÍA BÁSICA 159
Human Rights Law. The Human Rights Act 1998 and the European Convention on tración Pública, CEPC, Madrid, Revista de Estudios Políticos, CEPC, Madrid, &-
Human Rights, LAG, Londres, 1999 y VAN DUK, P. y VAN HoOF, G. J. H., Theory vista Espmiola de Derecho Administrativo, Thomson-Civitas, Madrid; Revista de
and Practice of the European Convention on Human Rights, Kluwer, Bostoil, 1998. Derecho Comunitario Europeo, CEPC, Madrid; Revista Española de Derecho Europeo,
Thomson-Civitas, Madrid; Revista de Derecho Constitucional Europeo, Instituto
Asimismo son de la máxima utilidad las obras documentales, en formato Andaluz de Administración Pública, Sevilla y Revista General de Derecho Europeo,
de handbook, de GoRDoN, R., WARD, T. y EICKE, T., The Strasbourg Case Law.. Iustel, Madrid (electrónica). Asimismo, tiene un especial interés la crónica
Leading Cases from the European Court of Human Rights, Sweet & Máxwell, Lon- de jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos editada por
dres, 2001 y REm, K., A practitioner.'s guide to the European Convention on Human Alejandro Sáiz Arnáiz, Maite Zelaia y Dunia Marinas, y publicada trimestral-
Ri,ghts, Sweet & Maxwell, Londres, 2004. mente en la Revista del Poder Judicial, CGPJ, Madrid.
En lengua francesa, los trabajos doctrinales Ínás destacádos son los dé . La jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos se en-
CoHEN:JoNATHAN, G., La Convention Européenne des Dróits de l'hdmme, Economiea; cuentra disponible en la página web del Consejo de Europa, en lengua fran-
París, 1989; MARGUÉNAUD, J. P., La Coureuropéenne des droits de l'homme~ Dalloz, cesa e inglesa (www.echr.coe.int). El Consejo de Europa edita asimismo el
París, 1997; PE'i-rm, L. E., DECAux, E. e lMBER.T, P. H., La Convention Européenne Anuari~ del Convenio Europeo de Derechos Humanos (en edición bilingüe fran.:.
des Droits de l'homme, Economica, París, 1999, RENuccI, J. F., Droit Européen des cesa e mglesa), donde se destacan las principales actividades y pronuncia-
droits de l'homme, LGDJ, 1996; SuDRE,·F., La Convention européenne des droits de mientos del Tribunal. El Anuario contiene también una importante fuente
l'homme, PUF, París, 2002 y VELu, J. y ERGEC, R., La Convention Européenne des de información bibliográfica sobre el Convenio y la jurisprudencia del Tribu-
Droits de l'homme, Bruylant, Bruselas, .1990. nal.
Las obras documentales de referencia en lengua francesa siguen siendo Las traducciones al castellano de la jurisprudencia pueden encontrarse
BERGER, V., Jurisprudence de la Cour Européenni des DrOits de l'homme, Siiey, París, en el Boletín de Jurisprudencia Constitucional (1981 en adelante) editado por
2000 y SunRE, F., MARGUÉNAun,J. P., ANbRIANrsIMBAZOVINA,j., GoUTTENOIRE, A. y las Cortes Generales, previamente seleccionadas y en ocasiones extractadas.
LEVINET, M., Les grands arréts de la Cour européenne des Droits de l'Homme, PUF, Una selección en lengua castellana, sin extractar, puede consultarse en la
París, 2005. . Base de Datos de Jurisprudencia de la editorial Thomson-Aranzadi.
Existe un amplio abanico de revistas internacionales dedicadas al estudfo
del Convenio y el Tribunal Europeo .de Derechos Humanos, entre las que
deben destacarse Bulletin d'information sur les droits de. l'homme/Human rights
information bulletin, Consejo de Europa, Estrasburgo (disponible en http://
www.humanrights.coe.int/Bulletin/fre/presenting.h tm); Cahiers ·de l1nstitut
de droit européen des droits de l'homme, Institilt de droit européen des droitsde ·.•
l'homme, Montpelllier; European human rights law review, Sweet and Maxwell~
Londres; Joumal des tribunaux - droit européen, Larcier, Bruselas y R.evue trimes-
trielle des droits de l'homme, Bruylant, Bruselas. A todas ellas deben sumarse)as
revistas tradicionales de Derecho europeo, con un objeto más amplio pero
eón atención a las' actividades de Estrasburgo, entre fas que se encuentran
Cahiers de Droit Européen, Bruylant, Bruselas; Commori:Markét L.áw R.eview, Klu~
wer, La Haya; European Law Jouma~ IUE, Florencia; Euiopean Law R.eview,
Sweet & Maxwell, Londres; R.evue du Marché Común et de l'Union Européin'T,lé~
Éditions Techniques et Économiqu~s, París y R.evue Tnmestriélle de'Droit Eúr<f
péen, Dalloz; París. · · · · ··
En el panorama editorial de lengua castellana, aunque no exista uria
publicación periódica exclusivamente dedicada al Convenio .y a la jurispru-
dencia del Tribl,lnal, pueden consultarse trabajos sobre .la materia en las revis-
tas especializadas de Derecho público y europeo. Caben destacar, entre ~otras,
la Revista Española dé Derecho. Constitucional, CEPC, Madrid;· Revista de Adminis-

)~

/t

C. CRONOLOGÍA DE LA COMPOSICIÓN DEL
TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS

' .-~. :

De 1959 a 1962
Lord Me Nair (RU) (Presidente)
R. Cassin (FR) (Vicepresidente)
K F. Arik (TQ)
Baron F. M. Van Asbeek (PB)
T. Wold (N)
R. Me Gonigal (IR)
G. Balladore-Pallieri (IT)
M. G. S. Maridakis (GR)
E. Rodenbourg (LU)
A. N. C. Ross (DK)
H. Rolin (BG)
E. Arnalds (IS)
A. E. V. Holmbaek (SU)
H. Mosler (AL)
A. Verdross (AU)

1963a1965
Lord Me Nair (RU) (Presidente)
R. Cassin (FR} (Vicepresidente)
K F. Arik (TQ)
Baron F. M. Van Asbeek (PB)
T. Wold (N)
R. Me Gonigal (IR)
G. Balladore-Pallieri (IT)
162 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS C. CRONOLOGÍA DE lA COMPOSICIÓN DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS 163
M. G. S. Maridakis (GR) Sir H. Waldock (RU) (desde 1967)
'E;'.·· Rqderibo~g (LU)
; ,i : . : .·.. • .
1969 a 1971
A. N. C. Ross (DK)
H. Rolin (BG) (Presidente)
H. Rolin (BG)
Sir H. Waldock (RU) (Vicepresidente)
E. Arnalds (IS)
S. Bilge (TQ)
H. Mosler (AL)
G. J. Wiarda (PB)
A. Verdross (AU)
· T. Wold (N)
M. Zek.ia (CH)
A. Favre (SZ) (desde 1964) C. A. Maguire (IR)
G. Balladore-Pallieri (IT)
1966 a 1968
M. G. S. Maridakis (GR) (hasta 1970)
R. Cassin (FR) (Presidente)
E. Rodenbourg (LU)
H. Rolin (BG) (Vicepresidente)
A. N. C. Ross (DK) ..
S. Bilge (TQ)
S. Sigurjonsson (IS)
Baron F. M. Van Asbeck (PB) (hasta 1967)
R. Cassin
T. Wold (N)
A. E. V. Holmback (SU)
C. A. Maguire (IR)
H. Mosler (AL)
G. Balladore-Pallieri (IT)
A. Verdross (AU)
M. G. S. Maridakis (GR)
M. Zek.ia (CH)
E. Rodenbourg (LU)
M. A. Favre (SZ)
A. N. C. Ross (DK)
J. Cremona (MT)
S. Sigurjonsson (IS)
A. E. V. Homback (SU) De 1972 a 1974
H. Mosler (AL) Sir H. Waldock (RU) (Presidente)
Lord McNair (RU) ·(hasta 1967) G. Balladore-Pallieri (IT) (Vicepresidente)
A. Verdross (AU) S. Bilge (TQ) (hasta 1973)
M. Zek.ia (CH) G.J. Wiarda (PB)
M. A. Favre (SZ) T. Wold (N) (hasta 1973)
J. Cremona (MT) P. O'Donoghue (IR)
G.J. Wiarda (PB) (desde 1967) E.Rodenbourg (LU)
164 LAS SENTENCIAS BÁSiCAS.DEL.TRIBUNAL;EUROPEO·DE DERECHOS HUMANOS C. CRONOLOGÍA DE lA COMPOSICIÓN DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS-HUMANOS 165
H. Pedersen (DK) D. Bindschedler-Robert (SZ)
H. Rolin (BG) (hasta 1974) J. Cremona (MT)
T. H. Vilhjalmsson (IS)
D.]. Evrigenis (GR) (desde 1976)
R. Cassin (FR)
H. Delvaux (desde 1976) -
M. S. Petren (SU)
P. H. Teitgen (FR) (desde 1977)
H. Mosler (AL)
G. Lagergren (SU) (desde 1977)
A. Verdross (AU)
M. Zekia (CH) De 1978 a 1980
M. A. Favre (SZ) (hasta 1973) G. Balladore-Pallieri (IT) (Presidente)
J. Cremona (MT) G. J. Wiarda (PB) (Vicepresidente)
A. Bozer (TQ) (desde 1973) F. GOlcüklü (TQ)
: ~ .
R. Ryssdal (N) (desde 1973)
R. Ryssdal (N)
W.J. Ganshofvan der Meersch (BG) (desde 1974)
P. O'Donoghue (IR)
De 1975 a 1977 D.J. Evrigenis (GR) (desde 1976)
G. Balladore-Pallieri (IT) (Presidente) M. Liesch (LU)
H. Mosler (AL) (Vicepresidente) H. Pedersen (DK)
A. Bozer (TQ)
W. J. Ganshof van der Meersch (BG)
G. J. Wiarda (PB)
T. H. Vilhjalmsson (IS)
R. Ryssdal (N)"
P. H. Teitgen (FR)
P. O'Donoghue (IR)
G. Lagergren (SU)
E. Rodenbourg (LU) (hasta 1976)
H. Mosler (AL)
H. Pedersen (DK)
Sir G. Fitzmaurice (RU)
W. J. Ganshof van der Meersch (BG)
T. H. Vilhjalmsson (IS) F. Matscher (AU)

R. Cassin (FR) (hasta 1977) M. Zekia (CH)

S. Petren (SU) (hasta 1977) D. Bindschedler-Robert (SZ)


Sir G. Fitzmaurice (RU) J. Cremona (MT)
A. Verdross (AU) J. De Deus Pinheiro Fa_rinha (PT)
M. Zekia (CH) E. García de Enterria (ES)
T66, · . · ; ·LAS-SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE· DERECHOS HUMANOS. C. CRONOLOGÍA DE lA COMPOSICIÓN DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS 167

De 1980 a 1982 , : .· B. Walsh (IR)


G.J. Wiarda (PB) (Presidente) C. Russo (IT)
'.· ~ .
H. Mosler (AL) (Vicepresidente hasta 1981) D. J. Evrigenis (GR)
R. Ryssdal (N) (Vicepresidente desde 1981) - M. Liesch (LU) (hasta 1984)
F. GOlcüklü (TQ) J. Gersing (DK)
B. Walsh (IR) T. H. Vilhjalmsson (IS)
C. Russo (IT) L.-E. Pettiti (FR)
DJ. Evrigenis (GR) G. Lagergren (SU)
M. Liesch (LU) R. Bernhardt (AL)
M. Sorensen (DK) (hasta 1981). V. Evans (RU)
W. J. Ganshof van der Meersch (BG) F. Matscher (AU)
T. H. Vtlhjalmsson (IS) M. Zekia (CH)
L.-E. Pettiti (FR) D. Bindschedler-Robert (SZ)
G. Lagergren (SU) ·~: J. Cremona (MT)
V. Evans (RU) J. De Deus Pinheiro Farinha (PT)
F. Matscher (AU) E. García de Enterria (ES)
M. Zekia (CH) R. Mac Donald (LCHT)
D. Bindschedler-Robert (SZ) M. Spielmann (LU) (desde 1984)
J. Cremona (MT)
Desde 1986 a 1988
J. De Deus Pinheiro Farinha (PT)
R. Ryssdal (N) (Presidente)
E. García de Enterria (ES)
R. B. Bernhardt (AL) (Vicepresidente)
R. Mac Donald (LCHT)
J. Cremona (MT) (Vicepresidente)
J. Gersing (DK) (desde 1981)
F. Golcüklü (TQ)
R. Bernhardt (AL) (desde 1981)
A. M. Donner (PB) (hasta 1987)
De 1983 a 1985 B. Walsh (IR)
G.J. Wiarda (PB) (Presidente hasta 1984) C. Russo (IT)
R. Ryssdal (N) (Vicepresidente hasta 1984 y Presidente desde ese año) N. Valticos (GR)
W. J. Ganshof van der Meersch (BG) (Vicepresidente desde 1984) M. Spielmann (LU)
F. GOlcüklü (TQ) J. Gersing (DK)
'168.:C'- •' ·_ IAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL.TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS C. CRONOLOGÍA DE LA COMPOSICIÓN DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS -169

~.•·:· J. De Meyer (BG) F. Matscher (AU)


T. H. Vtlhjalmsson (IS) M. Zekia (CH) (hasta 1990)
L.-E. Petti.ti (FR) D. Bindschedler-Robert (SZ) (hasta 1990)
G. Lagergren (SU) (hasta 1987) J. De Deus Pinheiro Farihha (PT) (hasta 1990)
V. Evans (RU) J. A Carrillo Salcedo (ES) (hasta 1989)
F. Matscher (AU) R. Mac Donald (LCHT)
M. Zekia (CH) J. M. Morenilla Rodríguez (ES) (desde 1989)
D. Bindschedler-Robert (SZ) R. Pekkanen (FI) (desde 1989)
J. De Deus Pinheiro Farinha (PT) J. Freeland (RU) (desde 1990)
J. A Carrillo Salcedo (ES) N. Loizou (CH) (desde 1990)
R. Mac Donald (LCHT) M. A López Rocha (PT) (desde 1990)
S. K. Martens (PB) (desde 1987) F. Bigi (SM) (desde 1990)
E. Palm (SU) (desde 1987) A B. Bili (HU) (desde 1990)
L. Wildhaber (SZ) (desde 1991)
De 1989 a 1991
B. Repik (CZ) (desde 1991)
R. Ryssdal {N) (Presidente)
R. B. Bemhardt {AL) (Vicepresidente)
J. Milirczyk (PO) (desde 1991)
D. Gotchev (BU) (desde 1991)
J. Cremona {MT) (Vicepresidente)
F. Golcüklü (TQ) De 1992 a 1994
S. K. Martens (PB) R. Ryssdal (N) (Presidente)
B. Walsh (IR) R. B. Bemhardt (AL) (Vicepresidente)
C. Russo (IT) F. GOlcüklü (TQ)
N. Valticos (GR) S. K. Martens (PB)
M. Spielmann (LU) B. Walsh (IR)
l. Foighel (DK) C. Russo (IT)
J. De Meyer (BG) N. Valticos (GR)
T. H. Vilhjalmsson (IS) M. Spielmann (LU)
L.-E. Petti.ti (FR) l. Foighel (DK)
E. Palm (SU) J. De Meyer (BG)
V. Evans (RU) (hasta 1990) T. H. Vtlhjalmsson (IS)
170 · LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS C. CRONOLOGÍA DE lA COMPOSICIÓN DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS 171
L. E. Pettiti (FR) N. Valticos (GR)
E. Palm (SU) M. Spielmann (LU)
J. Freeland (RU) l. Foighel (DK)
F. Matscher (AU) J. De Meyer (BG)
N. Loizou (CH) T. H. Vtlhjalmsson (IS)
L. Wildhaber (SZ) L. E. Pettiti (FR)
G. M. Bonnici (MT) E. Palm (SU)
M. A. Lopez Rocha (PT) J. Freeland (RU)
J. M. Morenilla Rodríguez (ES) F. Matscher (AU)
R. Mac Donald (LCHT) N. Loizou (CH) ·:;

R. Pekkanen (FI) L. Wtldhaber (SZ)


F. Bigi (SM) G. M. Bonnici (MT)
A. B. Baka (HU) M. A. Lopez Rocha (PT)
B. Repik (CZ) J. M. Morenilla Rodríguez (ES)
J. Makarczyk (PO) R. Mac Donald (LCHT)
D. Gotchev (BU) R. Pekkanen (FI)
P. Jambrek (SL) F. Bigi (SM)
K. Jungwiert (CZ) A. B. Baka (HU)
B. Repik (SK) B. Repik ( CZ)
P. Küris (LT) (desde 1992) J. Makarczyk '(PO)
U. Lohmu (EST) (desde 1992) D. Gotchev (BU)
E. Levits (LET) (desde 1993) P.Jambrek (SL)

De 1995 a 1997 K. Jungwiert (CZ)

R. Ryssdal (N) (Presidente) B. Repik (SK)


P. Küris (LT)
R. B. Bemhardt (AL) (Vicepresidente)
F. GOicüklü (TQ) U. Lohmu (EST)

P. Van Dijk (PB) E. Levits (LET)

B. Walsh (IR) De 1998 a 2000


C. Russo (IT) L. Wtldhaber (SZ) (Presidente)
..,.,,
,

il72 '- 1 1:<1-.1i :r.AS'SENTENCIAS'BÁSICAS DEU TRIBUNAL EUROPEO DE- DERECHOS HUMANOS C. CRONOLOGÍA DE lA COMPOSICIÓN DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS 173

E. Pairo- (SU) (Vicepresidente) R. Maruste (EST)


C. Rqzakis (GR) (Vicepresidente) E. Levits (LET)
R. Türmen (TQ) K Traja (ALB)
W. Thomassen (PB) J. Casadevall (AN)
H. S. Greve (N) N. Vajic (CR)
J. Redigan (IR) M. Ugrekhelidze (GE) (desde 1999)
B. Conforti (IT) T. Pantiru (MDV)
M. Fischbach (LU) :¡. A. Kovler (RUS)
P. Lorenzen (DK) C. Birsan (RUM)
F. Tulk.ens (BG) M. Tsatsa-Nikolovska (MAC)
G. Jorundsson (IS) V. Butkevych (U)

J. P. Costa (FR) De 2001a2007


G. Ress (AL) L. Wildhaber (SZ) (Presidente)
N. Bratza (RU) C. Rozakis (GR) (Vicepresidente)
W. Fuhrmann (AU) ].-P. Costa (FR) (Vicepresidente)
L. Loucaides (CH) R. Türmen (TQ)
G. Bonello (MT) - W. Thomassen (PB) (hasta 2004)
I. Cabral Barreta (PT) H. S. Greve (N) (hasta 2004)
A. Pastor Ridruejo (ES) J. Redigan (IR)
L. Caflisch (LCHT) V. Zagrebelsky (IT)
M. Pellonpká (FI) M. Fischbach (LU) (hasta 2004)
L. Ferrari Bravo (SM) P. Lorenzen (DK)
A. Baka (HU) F. Tulk.ens (BG)
J. Makarczyk (PO) G. Jorundsson (IS) (hasta 2004)
S. Botoucharova (BU) E. Pairo (SU) (hasta 2003) . : .- ..
-

B. Zupancic (SL) G. Ress (AL) (hasta 2004)


K Jungwiert (CZ) N. Bratza (RU)
V. Stráznická (SK) E. Steiner (AU)
P. Küris (LT) L. Loucaides (CH)
J. 74 ;:•,,,.,-,_¡.'LAS SENTENCÍAS BÁSICÁS DELTRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS.
C. CRONOLOGÍA DE LA COMPOSICIÓN DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS 175

G. Bonello (MT) S. E. Jebens (N) (desde 2004)

l. Cabral Barreta (PT) D. Spielmann (LU) (desde 2004)

F. J. Borrego Borrego (ES) D. T. Bjürgvinsson (IS) (desde 2004)

L. Caflisch (LCHT) (hasta 2006) E. Fura-Sandstrom (SU) (desde 2003)

M. Pellonpká (FI) R.Jaeger (AL) (desde 2004)

A. Mularoni (SM) M. Villiger (LCHT) (desde 2006)

A. Baka (HU) L. Garlicki (PO) (desde 2002)

J. Makarczyk (PO) (hasta 2002) J. Sikuta (SK) (desde 2004).

S. Botoucharo\Ta (BU) D. Jociene (LT) (desde 2004)

B. Zupancic (SL) l. Ziemele (LET) (desde 2004)

K Jungwiert (CZ)
V. Stráznická (SK) (hasta 2004)
P. Küris (LT) (hasta 2004)
R. Maruste (EST)
E. Levits (LET) (hasta 2004)
K Traja (ALB)
J. Casadevall (AN) ; ~ ¡ ; ~

N. Vajic (CR)
M. Ugrekhelidze (GE) (desde 1999)
T. Pantiru (MDV)
A. Kovler (RUS)
C. Birsan (RUM)
M. Tsatsa-Nikolovska (MAC)
V. Butkevych (U)
A. Gyulumyan (AR) (desde 2003)
K Hajiyev (AZN) (desde 2003)
L. Mijovic (B&H) (desde 2004)
D. Popovic (S&M) (desde 2005)
E. Myjer (PB) (desde 2004)
PARTE DOCUMENTAL
1
DERECHO A IA VIDA (ART. 2)

l. Asunto McCann_c. JWi,no Unido, de 27 de septiembre de-1995


_En el asunto McCann y otros contra Reino Unido,
El Tribunal Europeo de Derechos Hwilanos, constituido, conforme al
artículo 51 de su Reglamento, en una Gran Sala compuesta por los siguientes
Jueces señores R. Ryssdal, Presidente, R. Bernhardt, Thor Vilhjalmsson, F. GOl-
cuklü, C. Russo, A Spielmann, N. Valticos, R. Pekkanen,J. M. Morenilla, A
B. Baka, M. A Lopes Rocha, G. Mifsud Bonnici,J. Makarczyk, B. Repik, P.
Jambrek, P. Kuris, U. Lohmus, Sir John Freeland, Sra. E. Palm, así cómo por
los. señores H. Petzold Secretario.
Tras haber deliberado en priVa.do los días 20 d~ febrero y 5 de septiem-
bre de 1995,
Dicta la siguiente

SENTENCIA
..
[ .].
HECHOS
"
12. Los hechos expuestos a continuación, establecidos por la Comisión
en su informe de 4 de marzo de 1994, fueron principalmente tomados del
informe de, la inv~stigación judicial llevada a cabo en Gibraltar.

l. Circunstancias; del caso ... ..-.

13. Colant~riorldád <11 4 de m~o de 1988, y prob~blemente'desde


al menos el comienzo del año, las autoridades del Reino Unido;· España y
Qibral~ sabíari ql}e e_I ~jército Repl}blicano Irlaridés provisionaj (Provisional
lrish Republicán Arn:ly,' ;<IRA») prertj:editaba un áteri tad,o terrorista en Gibral-
t<u" ·A partir de infol:riiaci~rtes recibidas y d~_observaciones t:fectlliid_as por fa
policía gibraltareña; parecíá,que e1·blan_co sería el área de formacic?ri-situada
al sur de Ince's Hall donde el Regimiento Real Anglicano se reunfa'habitual-
mente para proceder al relevo de la guardia, todos los martes a las 11 horas.
14. Antes del 4 de marzo de 1988, se formó un grupo consultivo para
asesorar y asistir al señorJoseph Canepa, prefecto de policía de Gibraltar
LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS I.-DERECHO A LA VIDA (ART. 2) 181
180
(«el prefecto»). Estaba compuesto por militares, F (asesor militar y ofici~ del posible e incluir una orden de rendición y la advertencia muy clara de que
Special Air Service o «SAS»), E (comandante de ataque del SAS) y Gobierno ustedes abrirán fuego en caso de desobediencia a la orden dada».
(asesor en limpieza de minas), por el señor Colombo (haciendo la función
de prefecto de policía adjunto), por el inspector divisionario Ullger, desta- B ). LA ORDEN OPERATIVA DEL PREFECTO
cado en la sección especial, y por funcionarios de seguridad. El prefecto dio 17. La orden operativa del prefecto, redactada el 5 de marzo de 1988,
1

instrucciones para la preparación de una orden operativa con el fin de hacer·


frente a la situación.
estipulaba que se sospechaba que estaba previsto un
atentado terrorista en
Gibraltar y que el blanco sena probablemente la' orquesta t. la guardia de.l
primer batallón del Royal Anglian Regiment en el curso de la 'ceremonia de
A) DISPOSICIONES MILlTARES QUE REGULAN 1A APERTURA DE FUEGO ·
relevo de la guardia del 8 de marzo de 1988 en
el Ince's Hall. Señalaba que
15. El militar F y su grupo, incluido el militar E y algunos otros milita- «existían indicios para creer que· el medio sería la utilizaeión de explosivos,
res del SAS, llegaron a Gibraltar antes del 4 de maizo de 1988. El Miriisterio probablemente con ayuda de un coche-bomba». Los objetivos de la opera-
de Defensa en Londres había celebradoreuniones preliminares informativas. ción se precisaba que consistían en
Conforme a las disposiciones militares que regulan la apertura de fuego (titu- ·:•

ladas «Disposiciones que regulan la apertura de fuego para el comandante «a) proteger vidas hiu:Ilanas,
militar de la operación Flavius»), transmitidas al militar F por el Ministerio b) frustrar el atentado,
de Defensa, la presencia de
fuerzas militares en Gibraltar era para ayudar a
la policía gibraltareña a detener a la unidad de servido activo ( «ASU ») •del c) detener a los autores
IRA si la policía reclamaba dicha intervención militar. Según dichas disposi-
d) internar a los prisioneros».
ciones, F debía operar asimismo de acuei:do a las directrices del prefecto.
16. Las disposiciones especificaban igualmente las circunstartcias en las 18. La lista de métodos a emplear enumeraba la vigilancia policial y la
que se admitiría el recurso de los militares a la fuerza, a saber: puesta a disposición de personal suficientemente equipado para evitar cuál-
quier eventualidad. La orden preveía asimismo la detención de los sospecho-
«Recurso a la fuerza sos utilizando la. mínima fuerza, desarmarlos y reunir pruebas paraentablar
un proceso. Figuraban en un anexo Üstas de reparto de efectivos polidales,
4. Sus hombres y usted no tec'urrirán a la fuerza a menos que se lo
las disposiciones regulando la apertura de fuego, así como una· guía's'obrela
solicite (n) el (los) oficial (es) superior (es) de policía nombrado (s) por el
utilización de armas de fuego por parte de la policía. · ·
prefecto de policía de Gibraltar; o a menos que sea necesario para proteger
vidas humanas. Sus hombres y usted no deberán usar en ese caso una fuerza [ ... ]
superior a la necesaria para proteger la vida humana [... ].
G) ACONTECIMIENTOS DEL 6 DE MARzO DE 1988
J\pertura de fueg<?
45. Hacia las 14 h 50, la sala de control de operaciones fue advertida
5. Sus hombres y usted sólo podrán abrir fuego sobre una persona
de que los sospechosos McCann y Farrell se habían unido a un segundo
cuando ellos o usted estén autorizados para pensar que está tratando de
hombre identificado como el señor Savage, y que los tres sospechosos mira~
cometer una acción que ponga en peligro su vida o la· de ustedes, o la· vida
ban el Renault blanco aparcado en el estacionamiento del área de formación.
de c11alquier otra persona,.ysi no existe otro medio de impedir~º·· ..

Tiro sin requerimiento . . ·.·· ,. _.:,•


El testigo H declaró que los tres sospechosos habían pasado un tiempo
considerable mirando el lugar en el que había sido aparcado el coche,
y
.. 6. · Sus hombre; usté~ podrán, disparar,sirl ·re·q.i.ériínient~ si el héc:_hó como si, en su opinión, lo ~studiaran para asegurarse de ql!e el lugar era
de efectuar un i:~querimienfo O de ~dár e11. disparar p~d,iera expon,~rles; a perfectamente conveniente para que la bomba tuviese el efecto deseado.
o
'usted, s11s hombres a :una t~rcera personá; a· s~:r heridoso morir, o si el El investigador Viagas fue asimismo, testigo del encuentro de los tres
reqUerimiento es mariifiestamente iµipracticable:-',~ · ·· -: sospechosos en los alrededores del estacionamiento, declarando que los
tres se volvieron a mirar el sitio en el que estaba aparcado el coche.
Requerimiento antes de tiro
Estimó que eran cerca de las 14 h 55 y declaró que fue en ese momento
. 7. ·Si las circunstancias descritas en el ap~do 6 no concurren, el re- cuando los. servicios de seguridad procedieron a la identificación dé los tres
querimiento será necesario antes de abrir fuego. Este deberá ser lo más claro sospechosos.

1
182 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS !.-DERECHO A LA VIDA (ART. 2) 183

·' Se consideró .entonces la posibilidad de proceder a la detención. Los de que los tres sospechosos continuaban hacia el norte sin coger el coche, el
recuerdos difieren. El señor Colombo declaró que se le había preguntado si prefecto decidió que debían ser detenidos bajo la acusación de complot de
iba a ceder el control a los militares para que procedieran a la detención, asesinato; A las 15 h 40, firmó un formulario solicitando a los militares que
pero que él había preguntado si los sospechosos habían sido formalmente interceptaran y cogieran a los tres sospechosos. El formulario, que había sido
identificados; se le respondió que la identificación era segura en un 80%. facilitado con anterioridad por los militares, estipulaba:
Casi inmediatamente los tres sospechosos se alejaron del coche· por S011th-
port Gate. El señor Colombo recordó que el desplazamiento de los tres sospe- «Yo, el abajo firmante Joseph Luis Canepa,. prefecto de policía, tras ha-
chosos hacia el sur había planteado la discusión en cuanto al punto de saber ber examinado la situación del terrorismo en Gibraltar y recibido todás las
si ello indicaba que estaban explorarido el terreno y volverían al coche. Es informaciones útiles en el plano militar previendo la utilización de armas de
por ese motivo que se decidió no proceder aún a la detención. fuego, les solicito recurrir a la opción militar, que puede incluir d uso a la
fu,erza mortal con el fin de proteger vidas humanas».
46. A las 15 horas, el señor Colombo telefoneó al prefecto para infor-
marle que cada vez era más probable que se trai:ara del señor McCann y la Tras la firma del formulario, el militar F se dirigió a la red táctica y dio
señorita Farrell. Cuando poco después llegó el prefecto, el señor Colombo instrucciones para una intervención militar.
le informó que los sospechosos McCann y Farrell se habían unido a una
El militar E se informó por radio de la sia.iación de los militares. Los
tercera persona que se pensaba era el señor Savage y que se había estado a
militares C y D habían vigilado visualmente los desplazamientos de los tres
punto de efectuar la detención.
sospechosos en Line Wall Road y Smith Dorrien Avenue. Los militares A y B
47. El prefecto solicitó una identificación formal de los tres sospecho- se dirigían hacia el norte, a través de Casemates Square y el túnel de Land-
sos. La identificación fue confirmada a las 15 h 25, cuando se comunicó a port. Los militares fueron informados de que se les había transmitido el
las sala de control de operaciones que los tres sospechosos habían regresado control para proceder a la detención. ·
al área de formación y habían pasado mirando otra vez el vehículo. Los tres
sospechosos se alejaron, prosiguiendo hacia el norte. Los militares E y F 55. El contenido de las declaraciones efectuadas por los militares en la
recordaron que el control se transmitió a los militares pero que se retomó encuesta, por el policía R y el inspector divisionario Ullger era que los milita-
inmediátamente ya que el prefecto había solicitado una verificación comple- res habían entrenado varias veces en detenciones en colaboración con la
mentaria de la identidad de los sospechosos. La confirmación de la identidad policía con anterioridad al 6 de marzo de 1988. Durante dichos ensayos, los
llegó casi de inmediato. · militares debían acercarse a corta distancia de los sospechosos, apuntarles
con sus pistolas y gritar «¡Stop! ¡Policía! ¡Levanten las manos¡» o cualquier
7. Examen del coche sospechoso en el área de formadón cosa parecida. Entonces debían hacer echarse a tierra a los sospechosos, con
los brazos separados, hasta que la policía llegara para proceder a la detención
48. Tras confirmarse la identidad de los tres sospechosos y que hubie- oficial. Además, el inspector divisionario Ullger declaró que se habían reali-
sen abandonado el área de formación, el militar G examinó el coche sospe- zado esfuerzos concretos para hallar en Gibraltar un lugar donde recluir a
choso. Procedió a un examen del exterior sin tocar el vehículo. Lo describió los terroristas tras su detención.
como un Renault blanco aparentemente bastante nuevo. No detectó nada
anómalo en el coche ni nada visiblemente desplazado o escondido en los 56. Al llegar al cruce de Smith Dorrien Avenue y Wins_tin Churchill
asientos. Observó que la antena, que estaba oxidada, no correspondía a la Avenue, los tres sospechosos cruzaron y, discutiendo, se pararon al otro lado
edad del coche. Permaneció en el terreno menos de dos minutos. Volvió a de la calzada. El policía R, de vigilancia, vio que parecía que intercambiaban
la sala de control de operaciones e informó al prefecto que consideraba que periódicos. Los militares C y D estaban entonces acercándose al cruce de
era «un posible coche-bomba». Durante la investigación judicial explicó que Smith Dorrien Avenue. Los militares A y B, saliendo del túnel de Landport,
era un término técnico para designar un coche aparcado en circunstancias vieron asimismo a los tres sospechosos en el cruce, mientras que ellos se
sospechosas que dieran lugar a pensar que se trataba de un coche-bomba y . encontraban donde el paseo que lleva al túnel desemboca en Corral .Road.
..
cuando no es posible afirmar lo contrario.
57. Sin embargo, cuando los militares convergían hacia el cruce, el
[ ... ] señor Savage se separó de los sospechosos McCann y Farrell, bifurcándose
hacia el sur, en dirección al túnel de Landport. El señor McCann y la señorita
8. Transmisión del control á los militares para f,a detendón
Farrell siguieron hacia el norte, por la acera derecha de Winston Churchill
54. Tras recibir el informe del militar G y teniendo en cuenta el hecho Avenue.
184 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS !.-DERECHO A LA VIDA (ART. 2) 185
58. El señor Savage adelantó a los militares A y B, rozando el hombro Farrell hizo un gesto brusco hacia su derecha, asiendo el bolso que· llevaba
de B. Este último estuvo a punto de volverse para proceder a la detención bajo el brazo izquierdo y ciñéndoselo delante. B no podía ver sus manos o
pero A le dijo que debían continuar acercándose a los sospechosos McCann su bolso y temió que estuviera tratando de alcanzar el botón. Abrió fuego
y Farrell, sabiendo que C y D estaban en el sector y que ellos detendrían ·a sobre ella. Consideró que el señor McCann había adoptado una actitud ame-
Savage. Los militares C y D, que llegaban de Smith Dorrien Avenue, dándose nazadora y como no podía ver sus manos; abrió fuego sobre él. Se volvió
cuenta de que A y B seguían a los sospechosos McCann y Farrell, cruzaron y . entonces hacia la señorita Farrell y continuó disparando hasta estar seguro
siguieron a Savage. de que ya no representaba una amenaza, a saber cuando ella tuvo las manos
separadas del cuerpo. Disparó un total de siete tiros. ·
Disparos sobre McCann y Farrell
59. Los testimonios aportados por los militares A y B en el curso de la 63. Los dos militares negaron que la señorita Farrell y el señor McCann
encuesta se reproducen a continuación. h_ubieran tratado de rendirse levantando las manos o que hubieran disparado
sobre los dos sospechosos cuando éstos yacían en el suelo. Durante la en-
60. Los militares A y B continuaron subiendo por Wmston Churchill cuesta, el militar A declaró expresamente que su intención había sido.matar
Avenue hacia el norte siguiendo los pasos de McCann y Farrell, andando a al señor McCann «para impedirle ser una amenaza y hacer explotar la bom-
paso rápido para atraparlos. El señor McCann caminaba a la derecha. de la ba». ·
señorita Farrell, por el interior de la acera. Iba vestido con un pantalón y
una camisa blancos y no llevaba chaqueta. La señorita Farrell, vestida con 64. La descarga de tiros tuvo lugar sobre la acera, frente a u:n garaje
falda y chaqueta, llevaba un bolso de mano grande. Shell, en la Winston Churchill Avenue.

61. Cuando el militar A se encontró a una decena de metros (o quizás [ ... ]


menos) por detrás del señor McCann, en el lado interior de la acera, este
Acontecimientos que se produjeron tras los disparos
último se volvió para mirar por encima de su hombro izquierdo. Parece que
el señor McCann miró directamente a A y cesó de sonreír, como si se hubiera 91. A las 15 h 47 . 15 h 48, E recibió un mensaje en la sala de control
dado cuenta de quién era A y de que éste representaba una amenaza. de operaciones, que indicaba que había tenido lugar la detención de tres
El militar A desenfundó su pistola con la intención de gritarles a la vez sospechosos. No estaba claro, en ese estadio, si habían sido detenidos o abati-
de pararse, aunque no está seguro de haber realmente pronunciado las pala- dos. A las 16 h 5, la sala de control de operaciones recibió un informe que
bras de advertencia. El señor McCann agitó bruscamente y agresivamente la establecía que los sospechosos habían sido abatidos.
mano ante él. A pensó que buscaba alcanzar el detonador para hacer explo- 92. A las 16 h 5 . 16 h 6, el militar F remitió un formulario al prefecto,
tar la bomba y abrió fuego. Le disparó una bala en la espalda a una distancia transmitiéndole el control de las operaciones. Según el acta de la declaración
de tres metros (quizá menos). Por el rabillo del ojo A vio a la señorita Farrell efectuada por el prefecto durante la encuesta judicial, este formulario remi-
hacer un movimiento. Caminaba a la izquierda de McCann, por el lado exte- tido por el militar F decía:· «A las 16 h 6, el 6 de marzo, un grupo inilitar de
rior de la acera. A le vio dar media vuelta sobre su derecha, hacia McCann, asalto intervino contra los miembros de la ASU presentes en Gibraltar, con-
agarrando su bolso de mano que se encontraba bajo su brazo izquierdo. A forme a la opción militar. Por el presente documento, se devuelve el control
pensó que ella también trataba de alcanzar un botón y le disparó una bala a las autoridades civiles». El prefecto de policía adjunto Colombo telefoneó
en la espalda. No negó los hechos cuando se le expuso que las pruebas a la comisaría central para que se pusieran en marcha los planes de evacua-
suministradas por el médico forense revelaban que había podido disparar a ción. Se dieron asimismo instrucciones para asegurar el control de los lugares
una distancia de menos de un metro. A se giró entonces hacia McCann y le de los acontecimientos. El militar Gobierno recibió también la orden de
disparó de nuevo una bala en el cuerpo y dos en la cabeza. A no fue cons- proceder a la retirada del vehículo.
ciente de que B abrió fuego al mismo tiempo. Disparó cinco tiros en total.
93. Tras los disparos, se procedió a registrar los cuerpos de los tres
62. El militar B se acercaba, justo detrás de la señorita Farrell, del lado sospechosos y el bolso de mano de la señorita Farrell. No se descubrióningún
exterior de la acera. El la miraba. Cuando estuvieron a tres o cuatro metros arma ni dispositivo de disparo.
de distancia, vio, por el rabillo del ojo, que el señor McCann volvía la cabeza
para mirar por encima del hombro. Oyó lo que creyó era un grito de A, que 94. En el lugar del garaje Shell, se recogierón los casquillos y los cartu-
interpretó como el comienzo del procedimiento de detención. Casi en el chos sin haber efectuado un marcaje previo de su emplazamiento u otro
mismo instante, se abrió fuego a su derecha. Simultáneamente, la señorita registro de su situación. La posición de los cuerpos no fue marcada.
:186 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS I.-DERECHO A LA VIDA (ART. 2) 187
95. . ~n el lugar en el que fue abatido el señor Savage se marcó sola- tencia Soering contra Reino Unido de 7 de julio de 1989; serie A núm. 161,
mente el emplazamiento de algunos cartuchos. La policía no tomó ninguna pg. 34, ap. 87 y la Sentencia Loizidou contra.Turquía [excepciones prelimi-
fotografía de la posición de los cuerpos. El inspector Revagliatte había mar- nares] de 23 de marzo de 1995, serie A núm. 310, pg.. 27, ap. 72).
cado con tiza el contorno del cuerpo del señor Savage. En el interior del
contorno se encontraban cinco señales de disparos, tres de ellas en la región 147. Asimismo hay que sabe~ que el artículo 2 gcµ-antiza nq solamente
de la cabeza. el derecho a lá. vida sino que expone las circunstancia5 en. las que Ínfligir la
muerte puede estar justificado; se sitúa a ese respecto entre los artícUlós
96. El inspector principal López ·ordenó una llamada general de los primordiales del Convenio, para el que no se autorii:a ninguna derogación,
efectivos y acudió directamente al área de formación para comenzar a aislarla en tiempo de paz, en virtud del artículo 15. En relación con el artículo 3
mediante un cordón policial. La brigada de bomberos también llegó al área (artículo 15.3) del Convenio, consagra uno de los valores fundamentales de
de formación. . · l:;tS sociedades democráticas que forman el Consejo de Europa (ver la Senten-
El equipo de limpieza de minas abrió el Renault blanco sospechoso pero cia Soering previamente citada, pg. 34; ap. 88). Por lo tanto hay que interpre-
no encontró ni bomba ni sistema explosivo. La zona fue declarada fuera de tar las disposiciones de manera estricta.
peligro entre las 19 y las 20 horas. 148. El Tribunal considera que las excepciones definidas en el· apar-
[ ... ] tado 2 muestran que el artículo 2 trata .des.de luego el caso en: el que la
muerte sea infligida intencionadamente, pero no es su único objeto. Tal y
FUNDAMENTOS DE DERECHO como señala la Comisión, el texto del artículo 2, en su conjunto, demuéstra
que el apartado 2 no define ante todo las situaciones en las que está permi-
tido infligir intencionadamente la muerte, sin aquellas en las que es posible
l. Sobre la violación del artículo 2 del Convenio «Un recurso a la fuerza», lo que puede llevar .a matar de forma involuntaria.
145. Los demandantes sostienen que la muerte del señor McCann, la El recurso a la fuerza debe sin embargo ser «absolutamente necesario» para
señorita Farrell y el señor Savage provocada por miembros de las fuerzas de alcanzar Uno de los objetivos mencionados e~ los párrafos a), b) oc) (ver la
seguridad constituye una violación del artículo 2 del Convenio, que dispone: demanda núm. 10044/1982, Stewart contra Reino Unido, 10 de julio de
1984, Resoluciones e informes 39, pgs. 180-1~2).
«1. El derecho de toda persona a la vida está protegido por la Ley.
Nadie podrá ser privado de su vida intencionadamente, salvo en ejecución 149. A este respecto, el uso de los términos «absolutamente necesario»
de una condena que imponga pena capital dictada por un tribunal al reo de que figuran en el artículo 2.2 indica que hay que aplicar un criterio Q.e necesi-
un delito para el que la Ley establece esa pena. · dad más estricto e imperioso que el normalmente empleado para detenñiriár
si la intervención del Estado es «necesaria en una sociedad democrática» en
2. La muerte no se considerará infligida con infracción del presente virtud del apartado 2 de lós artículos 8 a 11 del Conv~nio. La fuerza utilizada
artículo cuando se produzca como consecuencia de un recurso a la fuerza debe en concreto ser estrictamente proporcional a los fines mencionados en
que sea absolutamente necesario: el apartado 2 a), b) y c) del artículo 2. ·
a) En defensa de una persona contra una agresión ilegítima. 150. Reconociendo la importancia de dicha disposidón en una socie-
b) Para detener a una persona conforme a derecho o para impedir la dad democrática, el Tribunal debe formarse una opinión examinando muy
evasión de un preso o detenido legalmente. · · · atentamente los casos en los que se inflige la muerte, en particular cuando
se hace un uso deliberado de la fuerza mortífera, y tomar en consideráción
c) Para reprimir, de acuerdo con la Ley, una revuelta o insurrección». no solamente los actos de los agentes del Estado que recurrieron a la fuerza,
A) INTERPRETA<:;IÓN DEL ARTÍCULO 2 sino también el conjunto de circunstancias del asunto, concretamente la. pre-
paración y el control de los actos en cuestión. ·
1. Enfoque general
2. Sobre la obligación de proteger la vida citada en el artículo 2.1
146. El Tribunal debe dirigir su interpretación del artículo 2 hacia el
hecho de que el objeto y fin del Convenio; coino instrumento de protección a) Compatibilidad del dereclw y la práctiea internos con laS exigencias del:. .
de seres humanos, llaman a comprender y aplicar sus disposiciones de ma- artículo 2
nera que sus exigencias sean concretas y efectivas (ver, en particular, la Sen- 151. Los demandantes alegan a este respecto que el artículo 2.1 del
188 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS 1.-DERECHO A lA VIDA (ART. 2) 189
Convenio impone a los Estados la obligación positiva de «proteger» la vida. terrorista tal y como se percibió. A este respecto, basta con señalar que las
El derecho interno debe en particular controlar y limitar la manera estricta disposiciones que regulan la apertura de fuego transmitidas a los militares y
las circunstancias en las que los agentes del Estado están autorizados a infligir -::
'-~ -
a la policía en este caso constituyen una serie de normas que rigen el recurso
la muerte. El Estado debe asimismo proporcionar una formación, instruccio- a la fuerza y reflejan fielmente la norma interna así como la sustancia de la
nes y consignas apropiadas a sus militáres y a los demás agentes susceptibles establecida por el Convenio.
de recurrir a la fuerza y ejercer un con trol riguroso de las operaciones qti.e
puedan implicar el recurso a la fuerza mortífera. · b) Sobre el carácter adecuado de la encuesta judicial como ·mecanismo de
investigación
En su opinión, el derecho interno aplicable es vago y general y no sigue
la norma de necesidad absoluta definida en el artículo 2, lo que de por sí 157. Haciendo referencia a las normas pertinentes cont~hidas e~ los
constituye una violación del-artículo 2.1. Esta disposición la vulnera asimismo Principios de la ONU sobre el recurso a la fuerza, los demandantes alegan
el hecho de que el derecho no imponga a los agentes del Estado un entrena- además que el Estado debe prever un procedimiento aposteriori eficaz para
miento compatible con las normas estrictas del artículo 2.1. , establecer las circunstancias de un homicidio cometido por agentes del Es-
tádo gracias a un processus judicial independiente al que los padres de la
152. La Comisión, a la que se adhiere d. Gobierno, ·considera que el víctima deben tener pleno acceso.
artículo 2 no debe entenderse que requiera ilna formulación idéntica en
derecho interno. Basta con que este último proteja la sustancia del derecho Al igual ·que los amici curiae, Amnistía lnternadonal, British:Irish Rights
garantizado por el Convenio. Watch y otros, los demandantes alegan que la encuesta judicial no satisface
dicha exigencia procesal debido.a un conjunto de insuficiencias. Denundan
153. El Tribunal recuerda que el Convenio no
obliga a' las Partes. C()I1- eh concreto los hechos siguientes: la ausencia de una encuesta policial inde-;-
tratatites a incorporar sus disposiciones a su sistema nacional (ver eii con- pendiente sobre algunos aspectos de la oper.ación que tuvó como resultado
creto la Sentenci;:i. ]arnés y otros contra Reino Unido de 21 de febrero de los disparos; el incumplimiento de procedi_mientos habitual~s en los lugares
1986, serie A núm. 98, pg. 47, ap. 84, y la Sentencia Los Santos Monast~rios del.· crimen; el hecho .de que todos lbs testigos oculares no fueran· encon tra~
contra Grecia de 9 de diciembre de 1994, sene A núm .. 301-A, pg. 39, ap. dos e interrogados por la p~licía; el hecho de qut?el «C()foner» celebrara
90). Además, el papel de las instituciones del Convenio no' tohsiste en exami- s'esión coh jurados seleccionados por sorteo' en el seno de' lá. población de
o
nar en abstracto la compatibilidad de las disposiciones legislativas constitu- imá chidad «guarnición» con estrechos vínculos cori los '~ilitates; d rechazo
cionales internas con las exigencias del Convenio (ver por ejemplo la Senten- del «Coroner» a excluir deljurado a los funcionarios éiei Estado; la imposibi-
cia Klass y otros contra Alemania de 6 de septiembre de 1978, serie.AnÚiíl. lidad de examinar la operación en su integridaddebido a atestaciones ,emiti:-
28,.pg.18, ap. 33). das en interés público por las autoridades gubernamentales competentes.
154. Siendo así, hay que .señalar que el .artículo 2 de la Constitución Los demandantes alegan además .no haber dispuesto de igualdad de
de Gibraltar se parece al artículo 2 del Convenio, excepto que el recurso a representación con el Estado" en· el éurso de la encuesta judicial y haberse
la fuerza que lleve consigo la muerte debe estar «razonablemente justificadb»
visto obstaculizada por ello. su búsqueda de la verdad, concretamente' por las
en el primer texto y ser «absolutamente necesario» en el segundo. Aunque razones siguientes: no dispüsieron de asistencia judicial y únicamente estlivie-
la norma enunciada por el Convenio parece en principio más.estricta que la ron representados por dos abogados; las dedaraciones de"los testigos fueron
prevista en derecho interno, el Gobierno señala que no existe gran diferencia remitidas antes al Estado y a los aboga~os: que represen_tabáii a fa pblicfa y a
de sentido entre ambos conceptos vista la manera en que los. tribunales inter:- los'militares, mientras que sus prnpios abogados sólo recibieron los informes
nos interpretan y aplican la norma.
balísticos y forense; no disponían ·de los medios necesarios para procurarse
155. Cualquiera que sea el valor de este argumento, el Tribunal consi- copias del acta sumarial cotidiana; ique costaba de 500_ a 700-libras.
. } ~. . __.., •-.
dera que la diferencia entre estas dos normas no es lo sUficientémenté. impor-
tante como para concluir por este hecho con la violación del artículo 2.L
158. El Gobi~rno alega que;-la encuesta judicial c:e>nstituye U:n Il1ec:a.,
nismo de exainen eficaz, indep~n!fiente y público que :Sati.sface ampliamente
156. En cuanto a los argumentos de los demandantes sobre la forma- cualquier exigencia procesal basada en el artículo 2.1 del ConveniQ. Señala
ción y las instrucciones recibidas por los agentes del Estado y la necesidad en concreto que no sería conveniente que el Tribunal tratara de resaltar un
de un control operativo, el Tribunal considera que se trata de cuestiones solo conjunto de normas para eváluar todas la encuestas llevádas a cabo sobre
que, en este caso, plantean con respecto al artículo ·2.2 el problema de la fallecimientos .. Es importante además establecer una distinción·. entre este
proporcionalidad de la respuesta del Estado a la amenaza de .un atentado tipo de encuesta y los procedimientos civiles entablados para conseguir la
LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
!.-DERECHO A lA VIDA (ART. 2) 191
190
reparación de una violación alegada del derecho a la vida. Por último, el men completo, imparcial y profundo de las circunstancias en las que se
Gobierno solicita al Tribunal que rechace el argumento de los amici curiae, cometieron los homicidios.
British-Irish Rights Watch y .otros, según el cual hay violación del artículo 2.1 16~. Por lo tanto, no hubo violación del artículo 2.1 del Convenio por
desde el momento en que el Tribunal constata importantes diferencias entre ese motivo.
los Principios de la ONU relativos a la prevención de ejecuciones extrajudi-
ciales y la encuesta llevada a cabo sobre un fallecimiento concreto. B) SOBRE lA APLICACIÓN DEL ARTÍCULO 2 A LAS CIRCUNSTANCIAS DEL CASÓ

159. En opinión de la Comisión, la encuesta judicial sometió las accio- 1. Método general de evaluación de testigos
nes del Estado a un examen completo, independiente y enteramente público
165. Admitiendo que las instituciones del Convenio no se encuentran
y por lo tanto proporcionó las garantías procesales suficientes a efectos del
de ningún modo vinculadas en el plano formal a las decisiones tomadas por
artículo 2 del Convenio.
el jurado en una encuesta judicial, el Gobierno alega que estos ·veredictos
160. El Tribunal no considera necesario en este caso decidir si del tienen una importancia crucial en todo examen posterior de las circunstan-
artículo 2.1 se deduce el derecho de acceso a un tribunal para entablar una cias de los fallecimientos enjuiciados. En consecuencia, el Tribunal debería
acción civil relativa a los fallecidos, ya que esta cuestión se plantea más bien conceder un gran peso a los veredictos pronunciados por el jurado en la
con respecto a los artículos 6 y 13 del Convenio, que los demandantes no medida en que nada indica que fuesen irracionales o no hubiesen sido pro-
han invocado. · · nunciados por un tribunal de primera instancia razonable. A este respecto,
el jurado era el mejor situado para evaluar las circunstancias de los homici-
161. Al igual que la Comisión, el Tribunal se limita a constá~ que di?s. Los jurados vieron y oyeron a cada uno de los setenta y nueve testigos
una Ley que prohíbe de manera general: a. los agentes del Estado proceder a mientras declaraban y respondían a un contrainterrogatorio impelido. Tam-
homicidios arbitrarios sería en la prácticá ineficaz si no existiera un procedi- bién pudieron evaluar la credibilidad y el valor fidedigno de los testimonios.
miento que pemiitiei:-a controlar la legálid(ld del recurso ala.fuerza mortífera El Gobierno señala que los jurados escucharon. asimismo la argumentación
por parte de las autoridades del Esta,do. Lá obligación de proteger el derecho de las distintas partes, en concreto la de los abogados que representaban a
a la vida que impone el artículo 2, en refacióff con d deber general. ql.J..e los difuntos. . .. ..
incumbe al Estado en virtud del artículo 1 del Convenio de «reconocer a 'todá 166. Los demandantes, en cambio, alegan que la.S encuestaS judiciales
persona dependiente de su jurisdicción los derechosy libertades definidos en no pueden, por su propia naturaleza, constituir encuestas completas y pr~
el ( ... ) Convenio», implica y ~xige conducir unc¡t fonna de encuesta eficaz fundas sobre homicidios controvertidos como los perpetrados en este caso.
cuand() el recurso a la fuerza, en concreto por parte de agentes del Estado, Además, estos últimos no fueron examinados en ellas en función de los crite-
ha tenido como consecuencia la muerte de un hombre. rios de «proporcionalidad» o de «absoluta necesidad» sino de aquéllos, me,.
nos estrictos, de «fuerza razonable» o de «necesidad razonable». Asimismo,
162. Sin embargo en este caso, no procede que el Tribu,nal decid,a de
eljurado estudió sobre todo las acciones de los militares en el momento en
la forma que debe tomar dicha investigación ni l~ condicior:ies en las que
que ~brieron fuego, como si examinara su culpabilidad penal, y no sobr.e
debe llevarse a cabo, ya que hubo una, encues~ judicial pública en el cm:so
cu.estiones tales como la preparación de la operación, prestintamente llevada
de la cual los demandantes dispusieron de r~presentación ~n justicia y d,ecla-
a cabo sin prudencia ni precauciones.
raron set~nta testigos. Adell!~,,el,procedimiento duró diecinueve días y.per-
mitió examinar en detalle las circunstancias de. los fallecimientos como lo · 167. La Comisión analizó el asunto basándose en'las alegaciones de las
prueba la ,voluminosa acta sumarial, Esta ,ij}~a, irich:tl.dÓ ~l res~~.11 del partes y en los documentos presentados por estas últimas, en particular el
«Coroner» destinado aljurado, muestra que los abogados representantes de acta sumarial. No se consideró vinculada a las condusiones dei jurado:
los demandantes pudieron interrogar y contrainterrogar a testigos clave, en
concreto los rriilitáres y policías que participaron en la preparacióh y conduc- 168. El Tribunal recuerda que el sistema del Convenio confiacen pri-
ción de la operación mititerrorista y presentar como desearan sus argumen- mer lugar a la. Comisión el establecimiento y la verificación de los ·hechos
tos en el transcurso del procedimiento. , · · · (artículos 28.ly 31). Asimismo sólo utiliza sus propios poderes en la materia
en circunstancias excepcionales. Sin embargo, no está vinculada a las consta-
163. Siendo así, el Tribunal no considera que las presuntas insuficien- taciones delinforme y es libre de apreciar, a la luz de los eleme:i;itos que
cias del proceso de encuesta judicial, evocadas al mismo· tieinpo por los de- posee, los hechos por sí misma (ver, en particular, las Sentencias Cruz Varas
mandantes y por los amici curiae, impidieran seriamente proceder a un exá-· y otros contra Suecia de 20 de marzo de 1991, serie A núm. 201, pg. 29, ap.
192 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS 1.-DERECHO A lA VIDA (ART. 2) 193

74, y Klaas contra Alemania de 22 de septiembre de 1993, serie A núm. 269, 2. Akgación de /,os demandantes según la cual /,os homicidios eran premeditados
pg. 17, ap. 29).
174. Los demandantes alegan que existía un plan para matar a los sos-
169. En este caso, ni el Gobierno ni los demandantes impugnaron ante pechosos. Reconociendo la ausencia de pruebas del orden que emanen di-
el Tribunal los hechos establecidos por la Comisión, aunque sus puntos de rectamente de las más altas autoridades del Ministerio de Defensa, conside-
vista difirieran radicalmente en cuanto a las conclusiones sacadas de ellos en ran que algunas circunstancias constituyen serios elementos en apoyo de su
virtud del artículo 2 del Convenio. alegación. ·Exponen la idea de que un complot para matar se puede llevar a
buen término mediante distintos medios, tales como alusiones e insinuacio-
Considerando los argumentos presentados por los comparecientes y el nes y mediante la elección de una unidad militar como el SAS cuyos miem-
procedimiento de encuesta judicial, el Tribunal estima que los hechos esta- bros, como se desprende de su declaración en la encuesta, están entrenados
blecidos por la Comisión y las constataeiones extraídas de ellos· sobre los para neutralizar un blanco tirando a matar. Proporcionar a los militares in-
puntos resumidos en los apart;ados 13 a 132 supra dan una versión exacta y formaciones erróneas como las que se les transmitieron en este caso hacía
fiable de los hechos de la causa. probable un resultado fatal. El recurso al SAS representa en sí mismo una
prueba de la intención de matar.
170. Con respecto a la apreciación de estos hechos desde el ángulo del
175. Los demandante alegan asimismo que la policía de Gibraltar no
artículo 2, el Tribunal señala que el jurado tuvo la ventaja de oír directa-
tuvo conocimiento de dicho proyecto ilegal. Señalan que el militar E, del
mente a los testigos, de observar su comportamiento y evaluar el valor fide-
SAS, mantuvo con sus hombres reuniones informativas secretas en las que la
digno de su declaración.
policía gibraltareña no fue admitida, Además, cuando los militares acudieron
No hay sin embargo que .no hacer caso del hecho de que el jurado se al puesto de policía tras los disparos, iban acompañados por un abogado del
limitó a concluir con la legalidad de los homicidios sin señalar las razones ejército que anunció claramente que estaban ahí únicamente para rendir sus
que motivaron su decisión, como suele hacerse. Además, la encuesta judicial armas. Por último, los militares abandonaron inmediatamente Gibraltar en
y el criterio aplicado por el jurado trataban ante todo de saber si los homici- avión sin haber sido en ningún momento interrogados por la policía.
dios cometidos por los militares estaban razonablemente justificados en vista 176. Los demandantes citan concretamente los siguientes elementos
de las circunstancias, y no si eran «absolutamente necesarios» en elsentido en apoyo de su argumentación: ·
del artículo 2.2 explicado anteriormente. ·
- El mejor método y más seguro de evitar una explosión y capturar a los
171. Siendo así, el Tribunal debe decidir él mismo si· los hechos esta- sospechosos habría sido impedirles entrar en Gibraltar con la bomba. Las
blecidos por la Comisión constituyen una violación del artículo 2 del Conve- autoridades disponían de sus fotografias, conocían sus verdaderos nombres
nio. y los falsos y sabían el pasaporte con el que viajaban;

172. Los demandantes alegan además que al examinar las acciones del - Si las autoridades españolas habían sometido a los sospechosos a una
Estado en un asunto en el que se trataba el uso deliberado de la fuerzá estrecha vigilancia, como pretende el señor Debelius, periodista, habrían te-
mortífera explícitamente por escrito, el Tribunal debería hacer pesar sobre nido conocimiento del alquiler del Renault blanco y habrían sabido que no
el Gobierno la carga de establecer, más allá de toda duda razonable, qúe la contenía ninguna bomba;
preparación y ejecución de la operación obedecían al artículo 2 del Conve- - El argumento anterior lo corrobora el hecho de que las autoridades
nio. Asimismo, no debería conceder al Estado el beneficio de la duda como no aislaran la bomba ni evacuaran la zona alrededor con el fin de proteger
si esniviese en juego su responsabilidad penal. al público. Se encontraban en Gibraltar numerosos militares acostumbrados
a despejar zonas en las que hay riesgo de encontrar una bomba. Solamente
173. Para determinar si en este caso hubo violación del artículo 2, el el conocimiento por parte de los servicios de seguridad del hecho de que no
Tribunal no evalúa la responsabilidad penal de las personas directa o indirec- había bomba en el coche explicaría dicho incumplimiento de las normas de
tamente afectadas. De acuerdo a su costumbre, examinará las cuestiones que seguridad;
se plantean a la luz de los elementos presentados por los demandantes y el
Gobierno o, en caso necesario, que obtenga de oficio (ver las Sentencias - El militar G, que fue el encargado de examinar el coche y señaló que
Irlanda contra Reino Unido de 18 de enero de 1978, serie A núm. 25, pg. podía tratarse de un coche-bomba, reconoció en la investigación ser un espe-
64, ap. 160 y Cruz Varas y otros anteriormente citada, pg. 29, ap. 75). cialista en radio transmisiones. Este elemento es importante ya que basó su
194 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS I.-DERECHO A LA VIDA (ART. 2) 195

apreciación en el solo hecho de que la antena parecía más vieja que el coche. bomba. Sin embargo, teniendo en cuenta las informaciones facilitadas ,por
Un verdadero especialista habría pensado en desmontar la antena con el el servicio de información del perfil de los tres terroristas, de los que con<;>-
fin de neutralizar el radio detonador, lo que podía haber sido hecho sin cían su participación en anteriores atentados con bomba, y el hecho de haber
desestabilizar el explosivo, como atestiguó el Doctor Scott. Habría sabido visto al señor Savage colocar algo antes de descender del vehículo (apartado
asimismo que si los sospechosos tenían la intención de hacer explotar la 38 supra), no era inverosímil ni totalmente infundado creer que el coche
bomba emitiendo una señal de radio, no habrían utilizado una antena oxi- contenía una bomba.
dada, lo que reduce lá. claridad de la señal recibida, sino una antena limpia.
(apartado 114 supra). Su testimonio revela que tampoco era un experto en 182. Concretamente, la decisión de dejar entrar a los terroristas en
explosivos. Por lo tanto es posible que la verdadera misión del militar G fuera Gibraltar, aunque sea criticable en vista de los riesgos que comportaba, se
la de indicar que sospechaba que el coche portaba una bomba, con el fin de conformaba al método de detención definido por el grupo consultivo, a sa-
incitar a la policía gibraltareña a firmar el documento autorizando a el SAS be_r que no había que tratar de detenerlos antes de que estuvieran en suelo
a recurrir a la fuerza mortífera. gibraltareño y que existían pruebas suficientes de que preparaban un aten-
tado con bomba, para que su condena estuviera asegurada.
. ..
177. En opinión del Gobierno, de los veredictos de homicidio legal
pronunciados por eljurado se desprende implícitamente que éste consideró 183. El Tribunal tampoco considera admisible el argumento.dé los de-
como hecho establecido que no existía complot para matar a los tres terroris- mandantes según el cual el recurso a el SAS probaría en sí mismo que estaba
tas y que la operación llevada a cabo en Gibraltar no fue concebida ni mon- previsto matar a los sospechosos. Señala a este respecto ql1e el SAS es una
tada a este fin. Dicha operación pretendía la detención legal de los tres terro- unidad especial cuyos .miembros han sido entrenados especiaimente para
ristas, es por lo que se solicitó y acordó la ayuda de los militares. Además, el combatir el terrorismo. Habiendo sido advertidos con anterioridad del aten-
jurado descartó necesariamente la pretensión de los demandantes según la tado terrorista que se preparaba, es pues natural que las autoridades apelaran
cual los militares A a D tenían desde el principio la intención de matar, tanto al saber hacer y experiencia del SAS para evitar esa amenaza de la manera
obedeciendo a instrucciones fornialés como respondiendo a indicaciones más segura y mejor preparada.
alusivas. 184. En consecuencia, el Tribunal rechaza como mal fundadas las ale-
178. La Comisión considera que el argumento de los demandantes se- gaciones de los demandantes según las cuales la muerte de los tres sospecho-
gún el cual había un complot para matar a los sospechosos no se basa en sos fue premeditada o el resultado de un acuerdo tácito entre l~ personas
ninguna prueba. que participaron en la operación. ·

179. El Tribunal señala que necesitaría elementos convincentes para 3. Preparación y conducdón de la operación
concluir con la existencia de un plan premeditado, en el sentido indicado [ ... ]
por los demandantes.
B) LA APRECIACIÓN DEL TRIBUNAL
. 180. Habie?-do examina~o por sí mismo los elementos en su poder, el
Tnbunal no considera establecido en el más alto nivel de mando del Ministe- 1. Consideraciones preliminares
rio de Defensa o del Gobierno la existencia de un complot para ejecutar a
los terroristas; no considera probado que los militares A a D hubiesen sido 192. En su examen en virtud del artículo 2 del Convenio, el Tribunal
incitados o hubiesen recibido la orden de sus superiores durante la reunión debe recordar que la información transmitjda a las autoridades' británicas
de información celebrada con anterioridad a la operación, ni incluso que según la cual se iba a perpetrar un atentado terrorista en Gibraltar, la.S situaba
hubies_en decidido por su propia cuenta matar a los sospechosos, sin pregun- ante un dilema cruel. Por' un lado, tenían_ el deber de proteger:la vida de los
tarse si el recurso a la fuerza mortífera estaba o no justificada y si contrave- habitantes de G~braltar, incluida la de los_ ID:i,litares británicos que se encon~
nían de esta forma a las instrucciones recibidas, que eran detener a los sospe- traban allí y, por otro lado, en virtud de sus 'obligaciones que derivan del
chosos. Tampoco existe prueba de incitaciones implícitas por parte de las derecho interno e internacional, debían reducir al mínimo el recurso a la
autoridades ni alusiones o insinuaciones en el sentido de eliminar a los tres fuerza mortífera contra las per~on:as sospechosas de crear. -
dicha
-'.•'
ainenaza.
sospechosos. 193. Asimismo deben tenerse en consideración otros factores.
-
181. Los factores expuestos por los demandantes sólo son conjeturas En primer lugar, las autoridades tenían contacto con una unidad del
según las cuales las autoridades sabían que el coche no contenía ninguna IRA en activo compuesta por personas ya condenadas por atentados. con

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196 lAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS !.-DERECHO A LA VIDA (ART. 2) . 197
bombay por un experto en explosivos. Sus anteriores actividades probaban Comisión consideró poco probable que- los militares C y D asistieran a los
que los miembros del IRA no se preocupaban por la vida humana, ni siquiera primeros disparos antes de lanzarse a la persecución del señor Savage, que
de'la suya. · se había dado media vuelta, alertado o por la sirena de la policía o por los
primeros tiros.
En segundo lugar, las auto_ridades fueron advertidas con anterioridad
del atentado terrorista que se preparaba; tuvieron por lo tanto mucho tiempo. . El militar C disparó porque el señor Savage había hecho un gesto con
para prever su respuesta y, en colaboración con las autoridades gibraltarenas, el brazo derecho en dirección al bolsillo. de su chaqueta, haciéndole así te~
tomar medidas destinadas a frustrar el atentado y detener a los sospechosos. mer que el sospechoso estuviera a punto de accionar. la bomba. Además, el
Ahora bien Jos responsables de seguridad no conocían la totalidad de los militar C había visto en el bolsillo del señor Savage un objeto voluminoso
hechos y debían entonces detener su estrategia basándose en hipótesis imper- que pensó era el emisor nece~ario para accionar la explosión. El militar D
fectas. también disparó pensando que el sospechoso trataba de hacer: expfotai ia
presunta bomba. La versión de los hechos dada por los militares fue 'cc)r,:robo-
194. Siendo así, para determinar si la fuerza utilizada es compatible rada en algunos puntos por los testigos H y J, que vieron al señor Savage
con el artículo 2, el Tribunal debe examinar atentamente, como señala más volverse bruscamente para ponerse de frente a los militares, en rea~ción pa-
arriba, no solamente la cuestión de saber si la fuerza utilizada por los milita- rece al ruido de la sirena de la policía o a los primeros disparos. ·
res era rigurosamente proporcional a la defensa de terceros contra la violen- . . -! . _., . -.: -

cia ilegal, sino asimismo la de saber si la operación antiterrorista había sido La Comisión estableció que los militares dispararon sobre el señor Sa'-
preparada y controlada por las autoridades de manera que se redujese al vage de muy cerca hasta que cayó al suelo y que probablemente siguieron
mínimo, en la medida de lo posible, el recurso a la fuena mortífera. El disparando cuando tocó suelo o justo después;_Esta conclusión está basada
Tribunal examinara por turnos cada una de estas cuestiones: en las declaraciones de los patólogos en la encuesta judicial.

2. Acciones de los militares 198. Posteriormente se supo que los sospechosos no iban armados, que
no llevaban un detonador encima, y que no había ninguna' bomba en el
195. Conviene recordar que los tiradores (los militares A, B, C y D) coche.
fueron en sustancia informados por sus superiores de la existencia de un
coche bomba que cualquiera de los tres sospechosos podía accionar· me- 199. Los cuatro militares reconocieron haber disparado a matar.. Consi-
diante un mando a distancia que podían llevarlo escondido encima; que deraron necesario continuar disparando hasta que los sospechosos no ,pudie-
dicho dispositivo se podía accionar pulsando un botón; que los terroristas ran fisicamente accionar un dispositivo. Según las declaraciones de lo-s patá;-
podían hacer accionar la bomba si se encontraban rodeados, macindo e hi- logos, ocho balas alcanzaron a la señorita Farrell, cinco al senor McCann y
riendo gravemente a muchas personas, y que sin duda iban armados y. eran dieciséis al señor Savage.
capaces de poner resistencia a una detención. 200. El Tribunal admite que los militares pensaban de buen~Je, te-
niendo en cuenta las informaciones recibidas, como se indica más arriba,
196. En lo relativo a los disparos sobre el señor McCann y la señorita
que era necesario disparar sobre los sosp('!chosos para impedirles accionar .la
Farrell, el Tribunal recuerda, al igual que constató la Comisión, que los tiros
bomba y causar importantes pérdidas de vidas humanas (apartado 195 supra).
fueron hechos a escasa distancia, después de que los sospechosos hubiesen
Por lo tanto realizaron sus actos, obedeciendo así órdenes de superiores,
hecho gestos con las manos considerados amenazadores ppr los militares A
considerándolos absolutamente necesarios para proteger vidas inocentes.
y B; estos últimos creyeron que los terroristas iban a accionar la bomba.
Los testimonios indican. que fueron muertos cuando caían al suelo pe'ro no Teniendo en cuenta el dilema ante el que se encontraban las autorida-
mientras yacían en él. Cuatro :t~stigos recordaron haber oído un grito de des en este caso, los actos de los militares no bastaban eri sí mismos para dar
requerimiento. El policía P corri;>boró el testimonio de los'militares sobre· los lugar a una violación de esta disposición. · · ·
movimientos de la mano: Los agentes de policía Q y Parody confirmaron
asimismo que la señorita farrell había hecho un movimiento brusco sospe- 201. Se plantea sin embargo la cuestión de saber si la operación antite-
choso hacia su bolso de mano (ibídem). rrorista en su conjunto fue controlada y organizada de manera que cum-
pliera con las exigencias del artículo 2 y si las irlformaciones ·e instrucciones
197. En cuanto a los disparos sobre el señor Savage, las declaraciones transmitidas a los militares y que hacían prácticamente inevitable el recurso
revelaron que sólo transcurrieron algunos segundos entre los disparos del a la fuerza mortífera, tomaron debidamente en consideraeión el derecho a
garaje Shell (McCann y Farrell) y los del túnel de Landport (Savage). La la vida de los tres sospechosos.
·!;-

I.-DERECHO A LA VIDA (ART. 2) 199


198 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS

3; ·Organización y control de la operación merosas evaluaciones capitales. En concreto, se indicó que los terroristas no
utilizarían un coche para bloquear el sitio; que la bomba sería accionada a
202. El Tribunal 'señala en primer lugar que, tal y como indica la orden distancia; que el accionamiento podía efectuarse pulsando un botón; que los
operativa del prefecto, las autoridades tenían la intención de detener a los sospechosos seguramente accionarían la bomba en caso de interpelación;
sospechosos en el momento oportuno. De hecho, de los testimonios oídos que irían armados y utilizarían probablemente sus armas si se enfrentaban a
en la encuesta judicial se desprende que los militares ensayaron la detención. la policía.
con anterioridad al 6 de marzo y que se esforzaron en encontrar en Gibraltar
un lugar apropiado para encarcelar a los sospechosos tras su detención. 207. Todas estas apreciaciones cruciales, aparte de la intención de los
terroristas a proceder a un atentado, se revelaron en este caso erróne.as. Sin
203. Podemos preguntamos por qué motivo los tres sospechosos no embargo, tal y como demostró el Gobierno y teniendo en cuenta su experien-
fueron detenidos en la frontera desde su llegada a Gibraltar y, como revela cia del IRA, se trataban de hipótesis plausibles en la medida en que se ignora-
el testimonio del inspector divisionario Ullger, no se les impidió la entrada ban los hech9s verdaderos y que las autoridades sólo disponían de infor,ma-
a Gibraltar porque se pensaba que preparaban un atentado con bomba. Ha~ ciones incompletas facilitadas por el servicio de información.
hiendo sido informados con anterioridad de las intenciones de los terroristas,
las autoridades podían realmente poner en marcha una operación de deten- 208. A decir verdad, parece que no se tuvieron en cuenta· hipótesis
ción. Incluso si la llegada de los terroristas antés de lo previsto les 8orprendió, distintas. Por ejemplo, al no estar previsto el atentado hasta el 8 de marzo,
tenían apostado en la frontera un equipo de vigilancia y un grupo de deten- en el momento de la ceremonia del cambio de guardia, también era posible
ción en las cercanías. Además, los servicios de seguridad y las autoridades que los tres terroristas se ·encontraran en misión de reconocimiento. Dicha
españolas disponían de fotografias de los tres sospechosos, conocían su verda- eventualidad fue evocada, pero no considerada seria (apartado 45 supra).
dero nombre así como el falso y debían saber entonces qué pasaportes bus- Por otro lado, en las reuniones informátivas o tras el descubrimiento de
car. los sospechosos, se podía haber considerado improbable que los terroristas
204. El Gobierno alega que en ese estadio, corría el riesgo de no dispo- estuviesen listos para accionar la bomba, provocando así la muerte de nume-
ner suficientemente de elementos para justificar la detención y el proceso rosos civiles, mientras el señor McCann y la señorita Farrell se encaminaban
de los sospechosos. Además, liberar a los sospechosos tras haberles alertado a la zona fronteriza, ya que pOr ahí aumentaba el riesgo de ser reconocidos
sobre el estado de conocimiento de las autoridades, pero dejándoles, a ellos y capturados. Asimismo se podía haber juzgado poco seguro que hubiesen
o a otros, libres de hacer nuevas tentativas, habría incrementado manifiesta- puesto el emisor en marcha, como medida de precaución, con el fin de
mente los riesgos. Las autoridades no podían por otro lado estar seguras de poder hacer explotar la presunta bomba de forma inmediata en caso de
que los tres sospechosos fueran los únicos en estar implicados en el asunto, enfrentamiento con la policía.
ni conocer a ciencia cierta el método empleado para hacer estallar la bomba. Además, incluso teniendo en cuenta la capacidad tecnológica del IRA,
205. El Tribunal se limita a constatar que el peligro corrido por la fue demasiado simplificador el anunciar que el dispositivo podía ser accio-
población de Gibraltar, preocupación centro de la argumentación del Go- nado pulsando sin más un botón sin añadir las precisiones proporcionadas
bierno en este caso, por el hecho de no haber impedido a los terroristas más tarde por los expertos en la encuesta judicial, y que las autoridades no
entrar en dicho territorio debía vencer las consecuencias eventuales de la podían ignorar.
insuficiencia de las pruebas que permitían detenerles o juzgarles; A este res- 209. Asimismo, es sorprendente a este respecto que la apreciación del
pecto, o las autoridades sabían que el vehículo no contenía una bomba, hipó- militar G tras un breve examen del vehículo, practicado desde el exterior,
tesis ya descartada por el Tribunal (apartado 181 supra), o los responsables según la cual sospechaba la presencia de una bomba, se presentara a los
de la operación hicieron un mal cálculo. En consecuencia, se reunían las militares comó una certeza, tal y como éstos declararon (apartados 48 y 51-
condiciones para que un fusilamiento fatal, teniendo en cuenta las evaluacio- 52 supra). El Tribunal recuerda que aunque el militar G tuviera cierta expe-
nes del servicio de información, fuera posible sino probable. · riencia en materia de coches-bomba, parece que no era un experto ni en
La decisión de no impedir a los terroristas entrar en Gibraltar es. pues radiocomunicaciones ni en explosivos. Cuando dijo sospechar lá presencia
un factor a considerar desde este punto de vista. de una bomba a bordo del vehículo, tras haber observado que la antena no
estaba en su sitio, quiso más bien decir que no se podía excluir esa posibili-
206. El Tribunal señala que, en la reunión informativa de 5 de marzo dad. ' ·
a la que asistieron los militares A, B, C y D, se consideró probable que' se
perpetrara el atentado con coche-bomba de gran potencia. Se realizaron nu- 210. Debido a la insuficiente atención concedida a las dem.ás eventuali-
LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS !.-DERECHO A LA VIDA (ART. 2) 201
200
:dades y a la presencia anunciada como cierta de una bomba que podía, 214. En consecuencia, el Tribunal constata una violación del artículo
según:las evaluaciones hechas, ser accionada pulsando un botón, se presenta- 2 del Convenio.
ron como certezas a los militares A; B, C y D una serie de hipótesis de trabajo, [ ... ]
haciendo de esta forma prácticamente inevitable el recurso a la fuerza mortí-
fera. · '\·. POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL,
211. Hay igualmente que considerar conjuntamente la ausencia de l. Declara, por diez votos contra nueve, que hubo violación del ar-
margen de error y el entrenamiento dado a los militares para que una vez tículo 2 del Convenio;
abierto el fuego, continúen disparando hasta la muerte. Tal y como señaló
el «Coroner» en su resumen destinado al jurado de la encuesta judicial, los
...
[ ]
cuatro militares dispararon a matar. Según el testimonio del militar E, se Hecha en francés y en inglés, leída en audiencia pública en el Palacio
evocó con los militares el hecho de que corrían el riesgo de tener que tirar de los Derechos Humanos, en Estrasburgo, el 27 de septiembre de 1995.
a matar ya que dispondrían de poco tiempo con un dispositivo que se accio- Firmado: Rolv Ryssdal, Presidente. Herbert Petzold, Secretario.
naba mediante la simple pulsación de un botón. En ese contexto, para cum-
plir con la obligación de respetar el derecho a la vida de los sospechosos, las
autoridades debían evaluar con la mayor prudencia las informaciones en su
poder antes de transmitirlas a militares que, cuando hacen uso de sus armas, -
disparan automáticamente a matar. ·
212. Como no pudo llevarse a cabo una investigación profunda du-
rante la encuesta judicial sobre el entrenamiento de los militares debido a la
emisión de atestaciones en interés público, es dificil saber si los militares
recibieron una formación o instrucciones incitándoles a indagar si, en las
circunstancias particulares en las que se encontraban en el momento de la
detención, no hubieran podido utilizar sus armas para herir sus blancos.
Su acto reflejo sobre este punto vital no fue realizado con todas la.S pre-
cauciones en el manejo de armas de fuego que se debe esperar de los respon-
sables de la aplicación de las Leyes en una sociedad democrática, incluso
tratándose de terroristas peligrosos, en claro contraste con la norma de pru-
dencia que figura en las instrucciones sobre el uso de armas de fuego por
parte de la policía, que habían sido transmitidas a los agentes y que subrayan
la responsabilidad individual con respecto a la Ley, en función de la situación
que prevalezca en el momento de los disparos.
Esta negligencia de las autoridades indica asimismo la falta de precaucio-
nes en la organización y control de la operación de detención.
213. En resumen, teniendo en cuenta la decisión de ncr impedir a los
sospechosos que entraran a.Gibraltar, la insuficiente consideración por parte
de las autoridades de una posibilidad de error en sus apreciaciones en mate-
ria de información, al menos en algunos aspectos, y al recurso automático a
la fuerza mortífera cuando los militares abrieron fuego, el Tribunal no está
convencido de que la muerte de los tres terroristas fuese ia consecuencia de
un recurso a la fuerza absolutamente necesario para asegurar la defensa de
terceras personas contra una agresión ilegítima, en el sentido del artículo 2.2
del Convenio.

_¡_ .
.

.
f':!=-- -· :, .

-Pretty c. Reino Unido, de 29 de abril de 2002 (remisión al docu:rilento


número 23)

2. .As,luito Vo c. Francüi, de 8 de julio' de· 2004


:En el asunto Vo contra Francia,
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos constituido en una Gran
Sala!formada por los siguientes Jueces señores L. Wildhaber, Presidente,~C. L.
Rozakis; J.-P. Costa, G. Ress, Sir Nicolas Bratza, señor L. Caflisch, señora V,
Straznicka, señores P. Lorenzen, K. Jungwiert, M. Fischbach, J. Hedigan, se-
ñora W. Thomassen·, señores A. B. Baka, K. Traja, M. Ugrekhelidze; señora
A. Mularoni y señor K. Hajiyev, así como por el señor P.J. Mahoney, secretario
Después de haber deliberado en privado los días 10 de diciembre de
2003 y 2 de junio de 2004,
Dicta la siguiente

SENTENCIA
[ ... ]
HECHOS

l. Las circunstancias del cáso


9. · La demandante nació en 1967 y vive en Bourg-en-:Bresse. ·
10. El 27 de noviembre de 1991, la demandante, señora Thi-Nho Vo,
de origen vietnamita, se presentó en el Hospital Hótel-Dieu de Lyon para su
visita de revisión del sexto mes de embarazo.
11. El mismo día, a otra mujer, la señora Thi Thanh Van Vo, se le
debía retirar un dispositivo intrauterino (DIU) en el mismo hospital. El mé-
dico que debía efectuar esta: operación, el doctor G, llamó en la sala de
espera «señora Vo», llamada a la que respondió la demandante.
Tras una breve entrevista; el médico comprendió que la demandante no
comprendía bien el francés. Habiendo estudiado el historial médico, se dis-
puso a retirar el DIU sin ningún examen previo de la paciente. En el curso
de la. operación, el médico perforó el saco amniótico, lo que supuso una
pérdida importante de líquido amniótico. ·
Tras un examen clínico que reveló la existencia de un grueso útero, el
204 IAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS !.-DERECHO A IA VIDA (ART. 2) 205

médico prescribió una ecografia. Al enterarse de que se le acababa de hacer El Tribunal no puede sino admitir este elemento (viabilidad a los· seis
una, el médico se dio cuenta de que se había cometido un error en cuanto . ·.i-~. meses) y no puede crear el derecho sobre una c~estióil que los legisladores
a la persona. La demandante fue hospitalizada inmediatamente. no han podido todavía definir.
El doctor G .. intentó a continuación proceder a retirar el DIU a la señora Así, el Tribunal admite que el feto es viable a partir de los seis meses,
Thi Thanh Van Voy, al no conseguirlo, decidió realizar una intervenciói;t con que un feto de 20 a 21 semanas no es viable y que no es una persona humana
anestesia general al día siguiente por la mañana. Se cometió entonces un u otro en el sentido de los artículos 319 antiguo del Código Penal y 221-6
nuevo error y la demandante, conducida a la i;ala de operaciones enJl,lgar de del Código Penal.
la señora Thi Thanh Van Vo, pudo evitar fa interveiición quirúrgica destinada
a su homónima únicamente debido a sus protestas y a que un anestesista la re- No se ha probado el delito de homicidio involuntario o ataque involun-
conoció. tario contra la vida de un feto de 20 a 21 semanas, al no ser el feto una
persona humana u otro (... ).
. 12. La demandante abandonó el hospital. el 29 de noviembre de 1991.
El 4 de diciembre de 1991, volvió al hospital para verificar la evolución: de Absuelve al doctor G. de los hechos del procedimiento judicial sin penas
su embarazo; los médicos constataron que el líquido amniótico no se· había ni costas (... )».
reconstituido y que el e·mbarazo no podía proseguir. El 5 de didembre de
1991 se efectuó un aborto terapéutico. - ..
...
[ ]
21. Mediante una sentencia de 13 d~ marzo de 1997, el.Trlbiinal de
13. El 11 de diciembre de 1991, la demandante y su compañero pre- Apelación de Lyon coilfirmó la sentencia en cuanto que había coiiscitado la
sentaron una querella con constitución de parte civil por lesiones involunta- extinción de la acción pública del .motivo de la infracción de lesiones· invo-
rias que habían supuesto una incapacidad laboral total de menos de tres luntarias y la revocó en cuanto al resto declarando al médico culpable de
meses en la mujer y el homicidio de su hijo. Tras esta denuncia, se presenta- homicidio involuntario. Le condenó a seis meses de prisión con aplaza-
ron tres dictámenes periciales. miento y 10.000 francos de multa. [ ... ] ·
[ ... ]
22. A recurso del médico, el Tribunal de Casación, mediante una sen-
18. Mediante una resolución judicial de 31 de agosto de 1995, el doc- tencia de 30 de junio de 1999, casó la sentencia del Tribunal de Apelación
tor G. fue acusado ante el Tribunal Correccional de Lyon de los cargos de de Lyon y dijo que no había lugar a remisión;
ataque involuntario contra la vida e infracción de lesiones involuntarias. «Visto el artículo 111-4 del Código Penal;
19. Mediante sentencia de 3 de junio de 1996, el Tribunal constató la Considerando que la Ley-penal es de interpretación estricta;
amnistía de pleno derecho de la infracción de lesiones involuntarias en la
persona de .la demandante conforme a la Ley de amnistía de 3 de agosto de ( ... )
1995. En cuanto al delito de ataqueinvoluntario contra la vida del feto, el
Tribunal se expresó en los siguientes términos: · Considerando que, para declarar [al médico] culpable de homicidio invo-
luntario, la jurisdicción de segundo grado señala que el ~tículo 2 del Convenio
«La cuestión planteada al Tribunal es si la infracción de homicidio invo- Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y ele las Liberta4es Fun-
luntario o ataque involuntario contra la vida está establecida cuando el ata- damentales' y el artículo 6 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Polí~:­
que contra la vida afecta al feto, si el feto de 20 a 21 semanas constituye una cós reconocen la eXistencia -P~.ª. toda persona de un derecho a la "vida pro te:.
persona humaiia («otro» en el sentido del artículo 221-6 del Código Penaj). gido por la Ley;· que subt;:tya que la Ley ~e 17 de enero de 1~7~ relati\13: a la
i?teftiipción vohiiitaria: del embarazo pl311tea: el principio del respeto al' ~er
( ... ) hurriáno a partir del comienzo de su vida, a partir de entonces recordado por
el artículól 6 d~l Código Civil en la redacción derivada de la Ley de 29de jrilio
Así, parece que ninguna norma jurídica precisa la situación jurídica del
de 1994; que seguidamente enuncia que al actuar sin un eJ{ainen clínicb.pre-
embrión, desde su formación y a medida que se desarrolla. Procede, ante
vio, el médico Cometió una falta de irilPr.u:4encia yde negligéncia ·que presc:;nta
esta ausencia de definición júrídica, volver a los conociJnientos adquiridos.
ún.vínculo de cáusalidad cierto con la muerte del niño. que. llevaba la paeiente;
Se ha establecido que la viabilidad del feto se sitúa en seis 'meses, en ningún ·. . . . . . ~

caso, en el estado actual de nuestros conocimientos, en 20 ó 21 semanas. Pero considerando que al resolver a.Sí, cuando los hechos que se le impu-
206 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS L-DERECHO A LA VIDA (ART. 2) 207

tan a): acusado no entran en las previsiones de los artículos 319 antiguo y 221- principal que plantea la demandante es por lo tanto si la ausencia de un re-
6 del Código Penal, el Tribunal de Apelación ha ignorado el texto aludido». curso de naturaleza penal en la legislación francesa para reprimir la supresión
involuntaria de un feto constituye un incumplimiento por parte del Estado de
[ ... ] su obligación de «proteger por la Ley» el derecho de toda persona a la vida,
garantizado por el artículo 2 del Convenio.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
1. Estado de la jurisprudencia
[ ... ]
75. Contrariamente al artículo 4 del Convenio americano de Derechos
II. Sobre la violación del artículo 2 del Convenio Humanos que enuncia que el derecho a la vida debe ser protegido «en: gene-
ral a partir de la concepción», el artículo 2 del Convenio no hace referencia
46. La demandante denuncia la negativa de las autoridades a calificar a los límites temporales del derecho a la vida y, en particular, no define
de homicidio involuntario el ataque contra la vida del niño por nacer que quién es la «persona» cuya «vida» está protegida por el Convenio, A día de
lleva~a en su se~o. Se queja de que la ausencia de una legislación penal que hoy, el Tribunal no ha resuelto aun la cuestión del principio del derecho
repnma y sancione tal ataque constituye una violación del artículo 2 del «de toda persona a la vida», eu el sentido de esta disposición, ni la de si el
Convenio que dispone: niño por nacer tiene ese derecho.
«l. El derecho de toda persona a la vida está protegido por la Ley. Esta cuestión no ha sido planteada de momento sino ~ través de las
Nadie podrá ser privado de su vida intencionadamente, salvo en ejecución legislaciones sobre la interrupción voluntaria del embarazo. Esta no· consti-
de una condena que imponga pena capital dictada por un Tribunal al reo tuye una excepción de las enumeradas explícitamente en el apartado 2 del
de un delito para el que la Ley establece esa pena. .. .. artículo 2 del Convenio, pero es compatible con el artículo 2.1, primera frase,
..
2. La muerte no se considerará infligida con infracción del presente según la antigua Comisión, en nombre de la protección de la vida y de la
artículo cuando se produzca como consecuencia de un recurso a la fuerza salud de la madre porque «Si se admite que esta disposición se aplica· a la
que sea absolutamente necesario: fase inicial del embarazo, el aborto se encuentra cubierto por una limitación
implícita del derecho a la vida del feto para, en esa fase, proteger la vida y
a) En defensa de üna persona contra .una agresión ilegítima. la salud de la madre» (X. contra el Rei,no Unido Resolución de la Comisión
b) Para detener a una persona conf~rme a Derecho o pára impedir la anteriormente citada, Rl 19, pg. 262).
evasión de un preso o detenido legalmente. . . . ', 76. Tras haberse negado, en un primer momento, a examinar in abs-
c) Para reprimir, de acuerdo con la Ley, una revuelta o insurrección». tracto la compatibilidad de las Leyes relativas a la interrupción voluntaria del
embarazo con el artículo 2 del Convenio (X. contra Noruega, núm. 867/1960,
[ ... ] Resolución de la Comisión de 29 de mayo de 1961, Repertorio de resoluciones
vol. 6, pg. 34; X. contra Austria núm. 7045/1975, Resolución de la Comisión
C) APRECIACIÓN DEL TRIBUNAL
de 10 de diciembre de 1976, Rl 7, pg. 87), la Comisión reconoció, en el
74. La demandante 'se queja de la imposibilidád de ~bt~ner la condena asunto Bruggeman y Scheuten contra la República Federal de A'lemania (Informe
penal del .médico que cometió un error médico. corrio consecuencia ciel cual de la Comisión, anteriormente citado) la condición de víctima a mujeres que
~lla tuv?9ue sur:rr ún aborto terapéutico.No se ,ha puesto en'ciud¡i que lase- se quejaban, en relación con· el artículo 8 del Convenio, de la decisión del
nora Vo pretendiera llevar a términ() su embaraio ni que su. hijó es.tuviera sano. Tribunal Constitucional que limitaba el recurso a la interrupción del emba-
Com,o consec~encia de los hechos, la demand3.J1,tey su comp.~er9 se ql!erella;- razo. Precisó en esa ocasión «que no se podría decir que el embarazo perte-
ro_n .c~n ~onstI~ciónde parte civil por lesiones invohú1taria5 en ella y:P,9r ho:- nezca únicamente al ámbito de la vida privada. Cuando una mujer está emba-
mlCldio en el h1:10 que llevaba en su sen(). Los ~bunales ccmsiderarori. q:Ue fa razada, su vida privada pasa a estar estrechamente asociada al feto que se
acción pública se h<lbía extinguido eri lo que respecta a la irifr.acción déjesio- desarrolla» (pg. 138, ap. 59). Sin embargo, la Comisión no consideró «nece-
nes in"ofüntarias ~n la persona dela delllandante y, casári,<;lÓ:la senten~fa del sario examinar, a este respecto, si el niño por nacer debe ser considerado
Tribunal de Apeladóri sobre el segUD.do Punto, ,él Tribunal de Casación_~on~_i;­ como una «vida» en el sentido del artículo 2 del Convenio, o si debe ser
der~ que, a la vista del principio según el cual la Ley penal é's de interprei:áciÓri considerado como una entidad que pueda, en el plano del artículo 8.2, justi-
estricta, el feto no podía ser víctima de un homicidio; involuntario. La Cl.lestión ficar una injerencia para la protección de otro» (pg. 138, ap. 60). Concluyó
208 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS !.-DERECHO A LA VIDA (ART. 2) 209
la ausencia de violación del artículo 8 del Convenio «porque toda reglamen~ 78. En el asunto H. contra Naruega (Resolución de la Comisión de 19 de
tación de la interrupción de los abortos no deseados no constituye una inje- mayo de 1992, anteriormente citada, RI 73) relativa a un aborto no terapéutico
rencia en el derecho al respeto de la vida privada de la madre» (pg. 139, ap. practicado contra la voluntad del padre, la Comisión añadió que el artículo 2
61) subrayando que «nada prueba que las Partes del Convenio entendieran exige al Estado no solamente abstenerse de dar la muerte intencionadamente,
comprometerse por una solución o por otra» (pg. 140, ap. 64). sino también tomar las medidas necesarias para la protección de la vida (pgs.
180-181). Consideró «no tener que decidir si el feto puede beneficiarse de una
77. En su resolución X. contra el Rei,no Unido anteriormente citada,· 1a cierta protección en relación con la primera frase del artículo 2», sin excluir
Comisión examinó la demanda de un marido que se quejaba de la autoriza- que «en ciertas condiciones, pueda ése ser el caso, incluso si existen en los Esta-
ción concedida a su mujer para realizar un aborto terapéutico. Considerando dos contratantes divergencias considerables en cuanto a si y en qué medida el
al padre potencial como «víctima» de una violación del derecho a la vida, la artículo 2 protege el derecho de la vida del niño por nacer» (pg. 181). Señaló
Comisión consideró, a propósito del término «toda persona» empleado en además que, en un terreno tan delicado, los Estados deben gozar de cierto po-
varios artículos del Convenio, que no podía aplicarse antes del nacimiento, der discrecional y concluyó que la opción de la madre, conforme con la legisla-
precisando que «no se podría excluir tal aplicación en un caso raro, por ción noruega, encajaba con esto (pg. 182).
ejemplo, para la aplicación del artículo 6.1» (pg. 259, ap. 7 y véase, para tal
aplicación desde el punto del vista del acceso a un tribunal, Reeue contra el 79. El Tribunal ha tenido pocas ocasiones para pronunciarse sobre la
Rei,no Unido núm. 24844/1994, resolución de la Comisión de 30 de noviem- cuestión de la aplicación del artículo 2 al feto. En la sentencia Open Door y
bre de 1994, RI 79-B, pg: 146). La Comisión añadió que el niño por nacer Dublin Well Woman anteriormente citada, el Gobierno irlandés invocaba la
no es una «persona» a la vista del uso generalmente atribuido a este término protección de la vida del niño por nacer para justificar su legislación relativa
y del contexto en el que se emplea en la disposición del Convenio. En cuanto a la prohibición de difundir información rel<Jtiva a la interrupción voluntaria
al término «vida», y en particular el inicio de la vida, existen «divergencias del embarazo practicada en el extranjero. Unicamente recibió respuesta la
de puntos de vista sobre la cuestión del momento en el que ésta comienza. cuestión de si las restricciones a la libertad de comunicar o de recibir la
Algunos consideran que comienza en el momento de la concepción, mien- información en cuestión eran necesarias en una sociedad democrática, en el
tras que otros tienen tendencia a insistir que comienza en el momento de la sentido del apartado 2 del artículo 10 del Convenio con el «fin legítimo de
nidación, el momento en el que el feto pasa a ser «viable» o incluso en el proteger la moral, del que la defensa en Irlanda del derecho a la vida consti-
momento en el que nace vivo» (ibidem pg. 260, ap. 12). tuye un aspecto» (sentencia anteriormente citada, ap. 63) ya que el Tribunal
no consideró pertinente determinar «SÍ el Convenio garantiza el derecho al
La Comisión se interrogó a continuación sobre si el «artículo 2 debe ser aborto o si el derecho a la vida, reconocido por el artículo 2, es válido igual-
interpretado: como no concerniente al feto; como reconociendo al feto un mente para el feto» (sentencia anteriormente citada, ap. 66). Recientemente,
derecho a la vida unido a ciertas limitaciones implícitas; o como recono- en circunstancias similares a las del asunto H. contra Naruega anteriormente
ciendo al feto un derecho a la vida de carácter absoluto». Sin pronunciarse citado, a propósito de la decisión de una mujer de interrumpir su embara.Zo
sobre las dos primeras hipótesis, excluyó categóricamente la última interpre- y de la oposición del padre a tal acto, el Tribunal indicó «que no tiene que
tación teniendo en cuenta la protección necesaria de la vida de la madre resolver si el feto puede beneficiarse de una protección respecto a la primera
indisociable de la del niño por nacer: «la vida del feto está íntimamente frase del artículo 2 como ha sido interpretada» por la jurisprudencia relativa
ligada a la vida de la mujer que lo lleva y no se podría considerar aislada- a las obligaciones positivas del deber de protección de la vida ya que «incluso
mente. Si se debiera declarar que el alcance del artículo 2 se extiende al suponiendo que en algunas circunstancias, el feto pueda ser considerado
feto y que la protección concedida por este artículo debiera, en ausencia de titular de derechos protegidos por el artículo 2 del Convenio (... ) en este
limitaciones expresas, ser considerada absoluta, habría que deducir de ello asunto ( ... ) la interrupción del embarazo se efectuó conforme al artículo 5
que un aborto está prohibido, incluso cuando la continuación del embarazo de la Ley núm. 194 de 1978», y ésta establecía un justo equilibrio entre los
intereses de la mujer y la necesidad de garantizar la protección del feto (Boso
pusiera gravemente en peligro la vida futura de la madre. Esto significaría
contra Italia [Res] núm. 50490/1999, de 5 de septiembre de 2002).
que la vida por nacer del feto sería considerada más preciosa que la de la
mujer embarazada» (ibidem, pg. 261, ap. 19). Esta solución fue aceptada por 80. De este resumen de jurisprudencia se desprende que en las circuns-
la Comisión cuando, desde 1950, casi todas las Partes Contratantes «autoriza- tancias examinadas por los órganos del Convenio·hasta hoy, a saber, las legis-
ban el aborto cuando era necesario para salvar la vida de la madre y que, laciones que regulan el aborto, el niño por nacer no .es considerado una
desde entonces, las legislaciones nacionales sobre la interrupción del emba- «persona» directamente beneficiaria del artículo 2 del Convenio y que su
razo han tenido tendencia a liberalizarse» ( ibidem, pg. 262, ap. 20). «derecho» a la «vida», si existe, se encuentra implícitamente limitado por los
T :· 1

. 210 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS I.-DERECHO A lA VIDA (ART. 2) 211
· derechos y los intereses de su madre. Los órganos del Convenio no excluyen De ello resulta que el punto de partida del derecho a la vida entra den-
sin embargo que, en algunas circunstancias, se puedan admitir garantías en tro del margen de apreciación de los Estados que el Tribunal tiende a consi-
beneficio· del niño aun no nacido; es lo que parece haber pensado la Comi- derar que debe reconocerles en este ámbito, incluso en el marco _de una
sión cuando consideró que «no se puede interpretar que el artículo 8.1 signi- interpretación evolutiva del Convenio, que es «un instrumento vivo, a inter-
fique que el embarazo y su interrupción pertenezcan, por principio, exclusi- pretar a la luz de las condiciones de vida actuales» (véase Sentencia Tyrer
vamente a la vida privada de la madre» (Bruggeman y Scheuten contra f,a_ contra el Reino Unido de 25 de abril de 1978, serie A núm. 26, pgs. 15-16,
República Federal de Alemania anteriormente citada, ap. 61), así como el Tribu- ap. 31, y la jurisprudencia posterior). Las razones que le llevan a esta consta-
nal en su resolución Boso anteriormente citada. Resulta, además, del examen tación son, por una parte, que la solución a dar a dicha protección no está
de estos asuntos, que la solución dada procede siempre de la confrontación establecida en el seno de la mayoría de los Estados Contratantes, y en Francia
de diferentes derechos o libertades, a veces contradictorios, reivindicados en particular, donde la cuestión da lugar a debate (apartado 83 supra) y, por
por una mujer, una madre o un padre, entre ellos o frente al niño por nacer. otro lado, que no existe ningún consenso europeo sobre la ddinición cientí-
fica y jurídica de los inicios de la vida (apartado 84 infra).
2. Enfoque en este caso
83. El Tribunal observa que el Tribunal de Casación francés, mediante
81. La singularidad de este caso coloca el debate en otro plano. El tres sentencias consecutivas dictadas en 1999, 2001 y 2002 (apartados 22 y 29
Tribunal está en presencia de una mujer que quería llevar a término su supra), ha considerado que el principio de la legalidad de las penas y los delitos
embarazo y cuyo niño por nacer había sido pronosticado como viable, o por -que impone una interpretación estricta de la Ley penal- impide que los hé'....
lo menos en buena salud. Este embarazo debió ser interrumpido tras una chos de que se acusa en caso de ataque mortal al feto puedan entraren las pre-
falta cometida por un médico y la demandante sufrió por lo tanto un aborto visiones del artículo 221-6 del Código Penal que reprime el homicidio involún-
terapéutico a causa de la negligencia de un tercero. La cuestión por lo tanto tario «de otro». Por el contrario, si como consecuencia de una falta
es saber si, fuera de la voluntad de la madre actuando en el caso de tina involuntaria, la madre da a luz un niño vivo que muere poco después de su
interrupción voluntaria del embarazo, el daño al feto debe ser penalmente nacimiento, el autor podrá ser condenado por homicidio involuntario en la
sancionado respecto al artículo 2 del Convenio para proteger al feto en base persona del recién nacido (apartado 30 supra). La primera solución, en contra-
a este artículo. Supone previamente examinar la oportunidad del Tribunal dicción con la de varios tribunales de apelación (apartados 21 y 50 supra), fue
de inmiscuirse en el debate vinculado con la determinación de qué es una interpretada como una invitación hecha al legislador a rellenar un vacío jurí-
persona y cuándo comienza la vida, en la medida en que este artículo dis- dico; esa fue igualmente la posición del Tribunal Correccional en este caso, ,«el
pone que la Ley protege «el derecho de toda persona a la vida». Tribunal no puede crear el derecho sobre una cuestión que [el legislador] p.o
ha podido todavía definir». El legislador francés esbozó tal definición, pr.opo-
82. Como se desprende del resumen de jurisprudencia realizado, .la niendo la creación de un delito de interrupción involuntaria del _embarazo
interpretación del artículo 2 a este respecto se ha hecho con un deseo eVi- (apartado 32 supra), proposición de Ley que fracasó frente a los temores e in-
dente de equilibrio, y la posición de los órganos del Convenio, en relación certidumbr.es que tal incriminación podía suscitar respecto a la determinación
con las dimensiones jurídicas, médicas, filosóficas, éticas o religiosas de la del inicio de la vida, y a los inconvenientes juzgados superiores a las ventajas
definición de la persona humana ha tomado en consideración los diferentes de esta nueva acusación (apartado 33 supra). Además, el Tribunal señala qué
enfoques nacionales del problema. Esta opción se ha traducido en tener en simultáneamente a la constatación repetida del Alto tribunal de que el artículo
cuenta la diversidad de las concepciones en cuanto al punto de partida de 221-6 del Código Penal no es aplicable al feto, el legislador francés está revi-
la vida, de las culturas jurídicas y de los modelos de protección nacionales, sando las Leyes de bioética de 1994, que habían introducido en el Código".Pe'-
dejando lugar a un amplio poder discrecional del Estado en la materia que nal disposiciones relativas a la protección del embrión humano (apártado.25
expresa muy bien el dictamen del Grupo Europeo de Ética a nivel comunita- supra), y que necesitaban un nuevo examen de caraa los progresos de la ciencia
rio: «las instancias comunitarias deben abordar estas cuestiones éticas te- yde la técnica (apartado 34 supra). De este resumen se desprende que en-Fran.,.
niendo en cue:nta las divergencias morales y filosóficas reflejadas por la ex- cia, la naturalezay el estatuto jurídico del embrión y/ o dél feto no están defini-
trema diversidad de las normas jurídicas aplicables a la investigación sobre dos actualmente y que la manera de garantizar su protec;ción depende de posi-
el embrión humano (... ). Sería no solamente jurídicamente delicado impo- ciones muy variadas en el seno de la sociedad francesa. ,- ·
ner en este campo una harmonización de las legisfaciones nacionales sino, 84.. En el plano europeo, el Tribunal observa que la cuestj.ón de la natu-
debido a la ausencia de consenso, sería igualmente inoportuno querer dictar raleza y del estatuto del embrión y/ o del feto no es objeto de consenso (aparta-
una moral única, excluyente de todas las demás» (apartado 40 supra). dos 39 y 40 supra), incluso si se ven aparecer elementos de protección dé estos

;l
;•! . .
212 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS I.-DERECHO A LA VIDA (ART. 2) 213

últimos, ala vista de los progresos científicos y de las consecuencias futuras de pra), la Ley italiana relativa a la interrupción voluntaria del embarazo estable-
la investigación sobre las manipulaciones genéticas, la procreación médica- cía un equilibrio justo entre los intereses de la mujer. y la 11ecesidad de
mente asistida o los experimentos en el embrión. Todo lo más se puede encon- garantizar la protección del niño por nacer. En este caso, el objeto deLlitigio
trar como denominador común a los Estados la pertenencia a la especie hu- se refiere al ataque mortal involun~o al niño por nac.er, ~qntra)a,yoluntad
mana; es la potencialidad de este ser y su capacidad para convertirse en una de la madre, y al precio de un esp~cial sufrimiento de ésta; hay que ~onsta,t:<µ"
persona, que está protegida por el Derecho civil en un buen número de Esta-· que sus intereses.eran los mismos. Así, el Tribunal tiene qµ~ examinar, desde
dos como Francia en materia de sucesión o de donaciones, y también en el el punto de vista del car:;¡ct~r'adecuado de'l'!S yías de recurso existentes,, la
Reino Unido (apartado 72 supra), las que deben ser protegidas en nombre de protección de la que la d~rp.andante disponía para hacer valer la respqnghIB-
la dignidad humana sin por ello hacer de él una «persona» que tendría un «de- dad del médico en la'. pérdida de sµ, hijo in u tero y para obtener repal_-a~ipp.
recho a la vida» en el sentido del artículo 2. El Convenio de Oviedo sobre los por la interrupción de su embarazo que aquél le hizo sufrir. La demandante
Derechos Humanos y la Biomedicina evita definir el término de persona y el alega que únicamente un recurso penal podría haber satisfecho las exigen-
informe explicativo indica que a falta de unanimidad sobre la definición, los cias del artículo 2 del .Convenio. El Tribunal no comparte este punto de vista
Estados miembros han optado por dejar al Derecho interno el ocuparse de por las razones siguientes: · '·' ;: ·
aportar las precisiones pertinentes a efectos de la aplicación de este Convenio -- . . -

(apartado 36 supra). Ocurre lo mismo con el Protocolo adicional que prohíbe 88. El Tribunal recuerda que Ja primera frase delartículo 2, que se
la clonación humana y con el proyecto de Protocolo relativo a la investigación encuentra entre los· artículos primordiales del Convenio porque consagra
biomédica, que no definen el concepto de ser humano (apartados 37 y 38 su- uno de los valores fundamentales de las sociedades democráticas que forman
pra). Tiene finalmente interés señalar la posibilidad de acudir al Tribunal en el Consejo de Europa (Sentencia Me Cann y otros contra el Reino Unido de
aplicación del artículo 29 del Convenio de Oviedo para emitir dictámenes rela- 27 de septiembre de 1995, serie A núm. 324, ap.147), impone. al Estado no
tivos a la interpretación de este Convenio. · · solamente abstenerse de dar la muerte «intencionadamente», sino también
tomar las medidas necesarias para la protección de la vida de las personas
85. Teniendo en cuenta todo lo que antecede, el Tribunal está conven- dependientes de su jurisdicción (véase, por ejemplo, Sentencia L. C. B. con-
cido de que no es deseable ni si siquiera posible actualmente responder en tra el Reino Unido de 9 de junio de 1998, Repertorio 1998-III, ap. 36).
abstracto a la cuestión de si un niño por nacer es una «persona» en el sentido
del artículo 2 del Convenio. En este caso, el Tribunal considera que no es 89. Estos principios se aplican también en el cainpo de la salud pública.
necesario examinar si el fin brutal del embarazo de la señora Vo entra o no Las obligaciones positivas implican el establecimiento por parte del Estado
en el campo de aplicación del artículo 2, en la medida en la que, incluso de un marco reglamentario que imponga a los hospitales, ya sean privados o
suponiendo que éste se aplicara, el Estado demandado no· ha desconocido públicos, la adopción de medidas capaces de garantizar la protección de la
las exigencias vinculadas a la conservación de la vida en el campo se la salud vida de los enfermos. Se trata igualmente de instaurar un sistema judicial
pública. En efecto, el Tribunal se ha preguntado si la protección jurídica eficaz e independiente que permita establecer la causa del fallecimiento de
ofrecida por Francia a la demandante, en relación a la pérdida del riiño un individuo que se encuentre bajo la responsabilidad de los profesionales
por nacer que llevaba en su seno, satisfacía las exigencias de procedimiento de la salud, tanto de los que actúan en el marco del sector público como de
inherentes al artículo 2 del Convenio. · · •·· los que trabajan en el ámbito privado, y dado el caso, obligarles a responder
de sus actos (Powell contra el R.eino Unido [Res.] núm. 45305/1999, Calvelli y
86. A este respecto, el Tribunal robserva. que en ausencia de· estatuto Ciglio anteriormente citada, ap. 49). · . • ·
jurídico claro del niño por nacer, éste no está sin embargo privado de toda
protección en la legislación francesa. Sin embargo, en las circunstanciaside 90. Si el derecho de hacer perseguir o condenar penalmente a un ter-
este caso, la vida del feto estaba íntimamente vinculada a la de sµ· madre y cero no debería ser admitido en sí (Sentencia Pérez contra Francia [GS]
su protección podía hacerse a través de ella. Era espeeialmente así ya que no núm. 47287/1999, ap. 70, de 12 de febrero de 2004), el.Tribunal ha afirmado
existía ningún conflicto de derecho entre la madre y eL padre, ni entre el en numerosas ocasiones que un sistema judicial eficaZ como el que exige el
niño por nacer y sus padres sino que la pérdida del feto era.el resultado de artículo 2 puede comportar, y en algunas circunstancias debe comportar, un
la negligencia involuntaria de un tercero. mecanismo de represión penal. Sin embargo, si el ataque contra el derecho
a la vida o a la integridad fisica no es voluntario, la obligación positiva que
87. En la decisión Boso contra Italia, anteriorniente citada, el Tribunal se deriva del artículo 2 de establecer un.sistema judicial eficaz no.exige nece-
consideró que, incluso suponiendo que el feto pudiera ser ·considerado titu- sariamente en todos los casos un recurso de naturaleza pe_nal~ En el contexto
lar de derechos protegidos por el artículo 2 del'Cohvenio (apartado 79 su- específico de las negligencias médicas «tal obligación puede ser cumplida
LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
!.-DERECHO A LA VIDA (ART. 2) 215
214
también, por ejemplo, si el sistema juridico en cuestión ofrece a los afectados sobre acontecimientos acaecidos hace mucho tiempo en el pasado a partir
un recurso ante los tribunales civiles, solo o junto con un· recurso ante los ?e elementos d': prue~a a los que ya no se podría dar. fe y que estarían
tribunales penales, con el fin de establecer la responsabilidad de los médicos mcoi:riplet~s debido al tiempo transcurrido» (Sentencia Stubmngs y otros contra
en cuestión y, dado el caso, obtener la aplicación de cualquier sanción civil el Rei,no Unzdo de 22 de octubre de 1996, Repertorio 1996-IV, ap. 51, pgs. 1502-
apropiada, como el pago de indemnizaciones y la publicáción dé la senten- 1503).
cia. Se pueden contemplar así mismo medidas disciplinarias» (Calvelli y Cj.. 93. En este caso, un plazo de prescripción de cuatro años no le parece,
glio anteriormente citada, ap. 51; Giuliano Lazzarini y Maria Paola' Ghiaéci, como tal, excesivamente corto y aun menos en este caso, a la vista de la
contra Italia [Res.] núm. 53749/2000, de 7 de noviémbre de 2002; véase-igual- gravedad del daño sufrido por la demandante y su voluntad inmediata de
mente Sentencia Mastromatteo contra Italia [GS], riÚJ;n~ 37703/1997, ;ap. 90). perseguir al médico. Sin embargo, del expediente se desprende que la op-
91. En este caso, además de la per~ecución ;de! médico por lesiones c~ón de la demandante se inclinó deliberadamente hacia la jurisdicción penal
involuntarias en la persona de la demandante que s~ saldó ciertamente con sm que, parece, fuera nunca informada de la posibilidad de acudir a los
la amnistía de la infracción de la que la demandante no se queja, ésta dispo,- tribunales administrativos. Claro es que el legislador amplió recientemente
nía de la posibilidad de iniciar una acción de responsabilidad contra la admi~ este plazo a diez años en el marco de la Ley de 4 de marzo de 2002 (apartado
nistración debido á la supuesta falta del" médico del hospital (véase·Kress. 28 supra). Lo hizo con el fin de unificar los plazos de prescripción de las
contra Francia [GSlnúm. 39594/1998; aps. 14 y siguientes). Por este medio, acciones de reparación, sea cual sea la jurisdicción competente, administra-
la demandante habría tenido derecho a una audiencia contradictoria,sobre tiva o judicial. Esto permite tener en cuenta la evolución general de un sis-
el fondo de sus alegaciones de falta (Powell anteriormente citada, pg. 459) y tema cada vez más favorable a las víctimas de las faltas médicas, de las que la
a obtener, dado el caso, reparación de su perjuicio. Una demanda de indem- vía administrativa parece en condiciones de responder a la preocupación de
nización ante el Juez administrativo tenía muchas probabilidades de éxito y e9ui~i~ri? e:r:i~e la toma en consideración el daño que hay que reparar y la
la demandante habría podido obtener la condena del centro hospitalario al <~udicializacion» a ultranza de las responsabilidades que pesan sobre el

pago de una indemnización por daños y perjuicios. Esto resulta de la consta- cuerpo -~édico. Sin embargo, _el Tribunal no considera que esta nueva regla-
tación clara a la que habían llegado los dictámenes periciales (apartado 16 mentacion pueda hacer considerar el antiguo plazo de cuatro años como
supra) en 1992, antes de que prescribiera la acción, sobre el mal funciona- demasiado breve.
miento del servicio hospitalario en cuestión y la negligencia grave del mé- 94. En conclusión, el Tribunal considera que en las circunstancias de
~co, que según el Tribunal de Apelación (apartado 21 supra) no suponía este caso, la acción de responsabilidad podía considerarse un recurso eficaz
sm embargo un desconocimiento total de los principios más elementales y a disposición de la demandante. Este recurso, que la demandante no inició
de los deberes de su misión, lo que hubiera hecho que fuera separado del en este caso ante los tribunales administrativos, habría permitido establecer
servicio. · la falta_ médica de la que se quejaba y garantizar en conjunto la reparación
92. En opinión del Tribunal, el argumento de la prescripción de la del dano causado por la falta del médico, y por lo tanto no se imponían en
acción por responsabilidad administrativa invocado por la demandante no este caso las persecuciones penales.
podría prosperar. A este respecto, recuerda su jurisprudencia de que «el 95. Por lo tanto, incluso suponiendo que el artículo 2 del Convenio se
derecho a un tribunal», del que el derecho de acceso constituye un aspecto apli~ara ~n e~~e caso (apartado 85 supra), el Tribunal concluye que no ha
concreto, no es absoluto y se presta a limitaciones implícitamente admitidas, habido VIolacion del articulo 2 del Convenio.
principalmente en cuanto a las condiciones de admisibilidad del recurso, ya
que por su misma naturaleza exige una reglamentación por parte del Estado, POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL,
que goza a este respecto de un cierto margen de apreciación (véase, entre
l. Une al fondo, por unanimidad, las excepciones del Gobierno deriva-
otras, Sentencia Brualla Gómez de la Torre· contra España de 19 de·diciein-
das de la inco~patibilidad ratione materiae de la demanda con las disposicio-
bre de 1997, Repertorio 1997-VIll; pg. 2955, ap. 33). Entre estas restricciones
nes del Convemo y de la falta de agotamiento de las vías de recurso interno
legítimas, figuran los plazos legales de prescripción que, en opinión del Tri-
y las rechaza;
bunal, en los asuntos de ataque contra la integridad de la persona, tienen
«varias finalidades importantes como garantizar la seguridad juridica fijando 2. Declara, por unanimidad, admisibl,e la demanda;
un término a las acciones, poner a los potenciales demandados· al abrigo de
querellas intempestivas tal vez dificiles de oponerse a ellas, e impedir la injus- 3. Declara, por catorce votos contra tres, que no ha habido violación
ticia que podría producirse si los tribunales fueran llamados a pronunciarse del artículo 2 del Convenio;
2J6 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS

'Hecha en francés y en inglés y notificada en audiencia pública en el


Palacio de los Derechos Humanos de Estrasburgo el 8 de julio de 2004. Fir- 11
mado: Luzius Wtldhaber, Presidente; Paul Mahoney, secretario.
PROIDBICIÓN DE LA TORTURA (ART. 3)

3. Asunto Soering c. Rei,no Unido, de 7 de julio de 1989


En el asunto Soering c. Reino Unido,
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, reunido en sesión: plenaria
en aplicación del artículo 50 de su Reglamento y compuesto por los siguien-
tes Jueces: señores R. Ryssdal, Presidente, J. Cremona, Thór Vilhjálmsson, F.
Golcüklü, F. Matscher, L. E. Pettiti, B. Walsh, Sir Vincent Evans, R. Macdo-
nald, C. Russo, R. Bemhardt, A Spielmann, J. De Meyer, J. A Carrillo Sal-
cedo, N. Valticos, S. K Martens, señora E. Palm, señor I .. Foighel, así como
los señores A Eissen, Sei:retario, y H. Petzold, Secretario adjunto.
Tras haber deliberado en privado los días 27 de abril y 26 de junio de
1989,
Dicta la siguiente

SENTENCIA
[ ... ]
HECHOS

l. Las circunstancias del caso


11. El señor Jens Soering, nacido el primero de agosto de 1966, es
alemán. Actualmente se encuentra detenido en Inglaterra esperando su ex-
tradición a los Estados Unidos de América donde debe responder de las
acusaciones de asesinato.en el.Estado de Virginia.
12. Los homicidios en cuestión tuvieron lugar en el condado de Bed-
ford, en Virginia, en marzo de 1985. Las víctimas, William Reginald Haysom
(72 años) y Nancy Astor Haysom (53 años), eran los padres de una amiga
del demandante, Elizabeth Haysom, de nacionalidad canadiense. En los dos
casos, la muerte fue consecuencia de múltiples heridas de arma blanca, prin-
cipalmente en el cuello, en la garganta y en el tórax. En dicha época, el
demandante y Elizabeth Haysom, de 18 y 20 años de edad respectivamente,
estaban estudiando en la Universidad de Virginia. Desaparecieron de este
Estado en octubre de 1985, pero en abril de 1986 la policía los detuvo en
Inglaterra debido a una estafa con unos cheques.
218 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
II.-PROHIBICIÓN DE LA TORTURA (ART. 3) 219
13.. Entre el 5 y el 8 de junio de 1986, un inspector del Departamento demandante al inspector de policía americano, los informes de la 'autopsia y
del Sheriff del Condado de Bedford interrogó al señor Soering en Inglaterra. dos informes psiquiátricos del interesado (apartado 21 infra). ·
~n ;u:r;a decl~ación por esc_?to y baj~ juramento de 24 de julio de 1986,
mdrco que el r~tere~ado habr~ ~econocr~o las n:iuertes e? su presencia y ante El 11 de febrero de 1987, el Juzgado de Distritü de Bonn dictó una
la de dos funcronanos de pohcra de Remo Umdo. Segun sus declaraciones, orden de arresto contra el señor Soering por los asesinatos que se le imputa-
estaba e.?amorado d~ _la señorita Haysom pero como los padres de la joven . ban. El 11 de marzo, el Gobierno de la· República Federal de Alemariia re-
se opoman a su relac.ron, en~e los dos proyectaron matarlos; tras alquilar un clamó al Reino Unido la extradieión del demandante en virtud del t::nltado
coche en Charlottesvrlle, ha_?ran !ogrado llegar a Washington donde prepara- de extradición de 187~ entre los dos Estados (apartado 31 infra) .. ;·'
ron una coartad~; desde allí ha~ia vuelto a casa de los padres y discutido con . .. . -. ..

ellos de sus relacrones con su h1:1a; en el momento en que éstos le advirtieron 17. [... ] Por una nota diplomática de 23 de abril, los Estados Unidos
que harían todo lo posible para oponerse, estalló Una disputa y los mató con pidieron al Reino Unido que les entregara el demandante a .ellos y no a la
un cuchillo. República Federal Alemana.

El 13 de junio de 1986, un «gran jurado» del Tribunal del Condado de 18. El 8 de mayo de 1987, Elizabeth HaysonÍ fue extraditada a Jos Esta~
Bedford acu~ó al demandante de asesinato en las personas de los señores dos Unidos. El 22 de agosto, tras ser encontrada culpable del delito. d~ com-
Haysom sancionado con la pena de muerte. · plicidad en el asesinato de sus padres, fue condenada, el 6 de octubré; a 90
años de reclusión (45 años por cada uno de los asesinatos).
14. El 11 de agosto de 1986, el Gobierno de los Estados Unidos de
~érica solicitó la extradición del señor Soering y de la señorita Haysom en 20. En su condición de fiscal del Condado de Bedford, el señor Updike
~rtud del Tratado ~glo-americano de extradición de 1972 (apartado 30 realizó el 1 de junio de 1987 la siguiente declaración: «Certifico por la pre-
znfr_a):_ El 12 ~e. septiembre, un Juez de la Magistrates' Court de Bow Street sente que en el caso de queJens Soering sea declarado culpable del asesinato
recrbio del Mmistro del Interior una invitación para que extendiera una or- con agravantes del que se le acusa en el condado de Bedford, en Virginia
den de detención contra el demandante con fundamento en el artículo 8 ( ... ), se realizarán gestiones en nombre del Reino Unido ante elJuez, en el
de la Ley sobre Extradición de 1870 (apartado 32 infra). El interesado fue momento de la fijación de la pena, poniéndole de manifiesto que el Reino
encarcelado el 30 de diciembre en la prisión de Chelmsford después de ha- Unido no desea ni que se imponga ni que se ejecute la pena de: muerte».
ber cumplido una condena por estafa con unos cheques.
Comunicadas el 8 de junio al Gobierno británico a través. dé 'una nota
. _15. El 29 ?e octubre _de 1986, _la ~mbajada británica en Washington diplomatica, dichas garantías fueron reiteradas en los mismos' términos por
envio a las autondades amencanas el siguiente escrito: «Debido a la abolición el señor Updike en una nueva declaración bajo juramento el 16 de febrero
en Gran Bretaña de la pena capital, la Embajada tiene como misión obtener, de 1988 enviada al Reino Unido a través de una nota diplomática de 17 de
co~forme ~ tratado de extradición, la garantía de que en el caso de que el mayo de 1988. En esta misma nota, el Gobierno federal de los Estados Unidos
seno~ Soenng fuera entre~ado y encontrado culpable de los crímenes que se comprometió a asegurar el cumpli:rp.iento por las autoridades del Estado
se le imputan, la pena capital, en caso de serle impuesta, no será ejecutada. de Virginia de su promesa de intervenir en nombre del Reino Unido.

Si motivos constitucionales impiden al Gobierno de los Estados Unidos En el transcurso del presente procedimiento, las autoridades de Virginia
otorgar tal garantía, las a_utoridades británicas le ruegan que se co~prometa advirtieron al Gobierno británico de que el señor Updike no iba a prestar
a recomendar a las autondades competentes que no imponga la pena capital otras garantías y que se proponía solicitar la pena capital contra el señor
o, en caso de que así suceda, que no se ejecute.» Soering pues, en su opinión, las pruebas justificarían tal decisión.

_ 16. ~l 30 de dici~~bre de 1986, un fiscal alemán de Bonn interrogó al 21. El 16 de junio de 1987, en la Magistrates' Court de- Bow Street,
se~or_ Soenng e? la pnsion. En una declaración por escrito bajo juramento, tuvo lugar una audiencia relativa a la extradición ante el Chief Stipendiary
senalo que habia confesado «no haber querido jamás matar a los señores Magistrate. ·
Haysom y (... ) solamente poder acordarse de haberles herido en el cuello
El Gobierno de los Estados Unidos aportó los elementos de prueba se-
lo que deb~ó causarles después la muerte»; los días anteriores Elizabeth y éi
gún los cuales, en la noche del 30 de marzo de 1985, el señor Soering había
nunca habian hablado de matarlos. El fiscal se refirió también a una serie
dado muerte a William y Nancy Astor Haysom en el Condado de Bedford,
de documentos puestos a su disposición, por ejemplo las declaraciones del
Virginia. El Gobierno se basó fundamentalmente en las confesiones realiza-
220 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS II.-PROHIBICIÓN DE lA TORTURA (ART. 3) 221
das por· el interesado .tal como aparecía en el atestado llevado a cabo por el penitenciario donde permaneció, hasta principios de noviembre de 1988,
inspector de policía d~l condado de Bedford (apartado 13 supra) . . bajo el régimen especial aplicable a los presos con intenciones suicidas.
Los abogados del demandante aportaron el informe. de un especialista Según ,un informe psiquiátrico del doctor Somekh, fechado el 16 de
en psiquiatría médico-legal, el doctor Bullard; Fechado el 15 de diciembre marzo de 1989 y llevado a cabo en nombre del señor Soering, el temor que
de 1986, indicaba que el interesado, inmaduro e inexperto, había p~rdido éste experimenta a padecer violencias físicas extremas y ataques homosexua-
su identidad personal en una relación de simbiosis con su amiga, joven enér- les por parte de otros detenidos del «corredor de la muerte» en Virginia tuvo
gica, persuasiva y perturbada. El informe concluye: «EntreJa_señorita Hay- un gran efecto psicológico sobre él. Se aprecia en él una gran desesperación
som y Soering existía una locura a dos bandas; la parte más perturbada era y existirían razones objetivas para temer que intentara suicidarse,
. .
la señorita Haysom (... ) En el momento de la comisión del delito, Jens Soe-
ring sufría, a mi entender, trastornos mentales debidos a causas endógenas 26. Por una declaración de 20 de marzo de 1989, enviada al Tribunal,
que alterarían en gran medida su responsabilidad. ( ... ) En conclusión; consi- el demandante precisó que si el Gobierno británico exigía su traslado a la
dero que en el momento de cometerse los delitos, Soering sufría una a.J!oma- República Federal Alemana, estaría de acuerdo y no elevaría ninguna obje-
lía mental que, en este país, le permitiría no ser condenado por asesinato ción de hecho o de derecho contra la emisión o ejecución de una orden con
sino por homicidio». ·· · · · ·• · · ': · · · . · ese fin.

Las conclusiones .del doctor Bullard coincidían, en lo esencial, con -.las


FUNDAMENTOS DE DERECHO
de un informe psiquiátrico anterior, realizado el 11 de diciembre de 1986
por el doctor R. Hamilton, médico jefe del hospital 'de Broadmor, pero no
aportado ante la Magistrates' Court. l. Sobre la violación del artículo 3

El Juez estimó que el informe del doctor Bullard no influía en ninguna 80. En opinión del demandante, la decisión del Ministro del lriterior
de las cuestiones que debía resolver y encarceló al demandante en espera de de entregarle a las autoridades de los Estados Unidos de América supondría,
la Orden Ministerial de extradición a los Estados J]nidos. si la Inisma se lleva a cabo, un, menosprecio del Reino Unido a las exigencias
del artículo 3 del Convenio así redactado: «Nadie podrá ser. sometidoa tor-
22. El 29 de junio de 1987, el señor Soering solicitó de la Divisional tura o a penas o tratos inhumanos o degradantes». · ·
Court un proceso de habeas corpus en relación a su detención y la autoriza-
ción para solicitar una revisión judicial. El lJ de_ diciembre sufre una doble A) APLICABILIDAD DEL ARTÍCULO 3 EN MATERIA DE EXTRADICIÓN
denegación de la Divisional Court (delLordJustice Uoyd y del Juez Macp-
81. La violación alegada consistiría en exponer al señor Soering al «Sín-
herson).
drome del corredor de la muerte» (death row phenomenon). El llamado
23. · El 30 de junio de 1988, la Cámara de los Lores no concedió al corredor puede describirse como una combinación de circunstancias en las
demandante la autorización para recurrir contra la sentencia de la Divisional que el interesado debería vivir si, una vez extraditado a Virginia para respon-
Court. der de una acusación de asesinato merecedora de. la pena capital, fuera con-
denado a muerte.
24. El 14 de julio de 1988, el señor Soering solicitó al Ministro de
Interior que hiciera uso de su poder discrecional de rio ordenar su traslado [ ... ]
a los Estados Unidos, en virtud del artículo 11 de la Ley de 1870 sobre extra- 85. Como resulta del artículo 5.1.f), que autoriza ~<( ... ) la dete_ncióI1
dición (apartado 34 infra). regular (... ) de una persona (... ) contra la que está en curso un procedi-
El Ministro no accedió a ello y, el 3 de agosto de 1988, firmó una órden miento ( ... ) de extradición», el Convenio no consagra en sí un ·derecho a no
mandando entregar el demandante a las autoridades americanas~ Sin em- ser extraditado. Sin embargo, cuando una decisión de extradición comporta
bargo, el interesado no fue enviado a los Estados Unidos de acuerdo a las una vulneración, por sus consecuencias, del ejercicio de un derecho garanti-
medidas provisionales adoptadas en el presente proceso por la Comisión y zado por el Convenio, éste puede, si no se trata de repercusiones . muy lejanás,
luego por el Tribunal Europeó de Derechos Humanos (apartados 4 supra y hacer que entren en juego las obligaciones de un Estado contratante en
77 infra). · virtud de la disposición correspondiente (ver mutatis mútandis, Sentencia Ab-
daluziz, Cabales y Balkandali, de ·23 de mayo de 1985, aps. 59-60, a propósito
2$. El 5 de agosto de 1988, el demandante fue trasladado a un hospital de los derechos en materia de inmigración). La cuestión- a-tratar aquí con-
LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
11.-PROHIBICIÓN DE LA TORTURA (ART. 3) 223
222
siste en saber si el artículo 3 puede ser aplicado cuando tales repercusiones defender y promover los ideales y valores de una sociedad democrática»
se manifiestan, o pueden manifestarse, fuera de la jurisdicción del Estado (Sentencia ~eldsen, Busk Madsen y Pedersen, de 7 de diciembre de 1976,
requerido, como consecuencia de penas o tratos inflingidos en el Estado de ap. 53).
destino. · 88. El artículo 3 no establece ninguna excepción y el artículo 15 no
86. El artículo 1, que establece que «las Altas Partes Contratantes reco- permite que se derogue en tiempos de guerra o de cualquier otro peligro
nocen a toda persona dependiente de su jurisdicción los derechos y liberta- nacional. Esta prohibición absoluta de la tortura y de las penas o tratos inhu-
des definidos en el título 1 del presente Convenio» fija un límite, principal- manos y degradantes, muestra que el artículo 3 consagra uno de los valores
mente territorial, a la vigencia del Convenio. Particularmente, la obligación fundamentales de las sociedades democráticas que forman el Consejo de
de los Estados contratantes se limita a «reconocer» (en inglés to secure) a Europa. Se encuentra en términos análogos en otros textosinternacionales,
las personas que entran dentro de su <1urisdicción» los derechos y libertades p~r ejemplo el Pacto Internacional de 1966 relativo a los derechos civiles y
enumerados. Por otra parte, el Convenio no es aplicable a los actos de uri políticos y el Convenio Americano de los Derechos Humanos de 1969; es,
tercer Estado, ni pretende exigir a las Partes que la.S mismas impongan sus por regla general, una norma aceptada internacionalmente.
normas a dicho Estado. El artículo 1 no debería ser interpretado como que Queda por saber si la extradición de un fugitivo a otro Estado donde
consagra un principio general según el cual un Estado parte, no obstante sus sufrirá o correrá el peligro de sufrir torturas o penas o tratos inhumanos o
obligaciones en materia de extradición, no puede entregar un individuo sin degradantes compromete la responsabilidad de un Estado contratante en
el
estar seguro de que las condiciones que se dan en país de destino cuadran relación con el artículo 3. ··
totalmente con cada una de las garantías del Convenio. El Gobierno britá-
nico subraya con razón, al determinar el.campo de aplicación del Convenio., El rechazo de la tortura comporta tales implicaciones, tal como reconoce
y especialmente del artículo 3, que no se debería olvidar el objetivo benéfico el Convenio de las Naciones Unidas contra la tortura y otras penas o tratos
de la extradición: impedir que los delincuentes en fuga se sustraigan a la crueles, inhumanos o degradantes en su artículo 3: «Ningún Estado parte
acción de la justicia. (... ) extraditará una persona a otro Estado donde haya motivos serios para
creer que dicha persona corre el riesgo de ser sometida a torturas>;. El hecho
En el presente caso, nadie lo éluda,.las práctlcás y medidas de las autori- de que un tratado especializado en la materia enuncie detalladamente una
dades de Virginia de las que el demandantt:__s~queja escapan ~lfontrol élel obligación precisa de la que se deriva la prohibición de la tortura, no supone
Reino Unido. Es también exacto que otros instrumento intérnácionales men- que una obligación análoga no pueda deducirse de la redacción general del
cionados por el Gobierno británico ~bordan en términos expresos y precisos artículo 3 del Convenio Europeo. Un Estado actuará de manera incompatible
los problemas unidos al envío de una persona a un Estado en cuyo terntorio con dichos valores subyacentes en el Convenio, este «patrimonio común de
pueden producirse consecuencias no deseadas, por ejemplo el Convenio de ideales y tradiciones políticas, de respeto a la libertad y de preeminencia del
lás Naciones Unidas relativo al Estatuto de los Refugiados, de 1951 ,(artículo Derecho» a que se refiere el Preámbulo, si entrega conscientemente un fugi-
33), el Convenio Europeo de Extradición, de 1957 (artículo 11) y el Conve- tivo -por odioso que pueda ser el crimen reprochado- a otro país, existiendo
nio de las Naciones .Unidas, de 1984, contra la tortura y atrás penas o tratos serios motivos que hagan suponer que existe el peligro de ser torturado. A
crueles, inhumanos o degradantes (artículo 3) .. pesar de la ausencia de mención expresa en el texto breve y general del
Estas consideraciones no deberían, sin embargo, relevar a los Estados artículo 3, tal extradición iría manifiestamente en contra del espíritu de este
contratantes de su responsabilidad, a la vista del artículo 3, por todas o parte último; para el Tribunal, la obligación implícita de no extraditar se extiende
de las consecuencias previsibles que una extradición fuera de su jurisdicción a los casos en que el fugitivo corre el riesgo de sufrir en el Estado de destino
entraña. ' '' . ' . e • penas o tratos inhumanos o degradantes proscritos por dicho artículo.

87. El Convenio debe interpretarse en función de su carácter especí- 89. Qué constituye «penas o trato inhumanos o degradantes» depende
_fico de tratado de garantía colectiva de los derechos humanos y;libertades del conjunto de circunstancias del caso (apartado 100 infra). Por otra parte,
fundamentales (Sentencia Irlanda contra el Reino Unido, de 18 de .enero de el deseo de asegurar un justo equilibrio entre las exigencias d~l interés gene-
1978, ap. 239). Elobjeto y fin de este instrumento de protección de los seres ral de la comunidad y los imperativos de la defensa de los derechos funda-
humanos exigen que se comprendan y apliquen sus disposiciones de una mentales del individuo es inherente al conjunto del Convenio. Siendo los
manera concreta y efectiva (ver entre otras, Sentencia Artico, de 13 de mayo . viajes por el mundo más fáciles y habiendo adquirido la criminalidad un
de 1980, ap. 33). Por otra parte, toda interpretación deJos derechos y liberta- mayor carácter internacional, todas las naciones tienen un interés creciente
des debe conciliarse con «el· espíritu general (del Convenio), destinado a en llevar ante la justicia a los presuntos delincuentes que huyen al extranjero
224 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS 11.-PROHIBICIÓN DE lA TORTURA (ART. 3) 225

Por. contra, Ja creación de· asilos o refugios para fugitivos no comportaría de la comisión del delito atravesaba una fase de perturbación mental o afec-
sólamente un peligro para el Estado que tiene que dar asilo a la persona tiva extrema; el hecho de que su aptitud para medir la criminalidad de su
protegida:, socavarla también los fundamentos de la extradición. Estas consi- conducta o para adecuar la misma a las exigencias de la ley se encontraba
deraciones deben figurar entre los elementos a tener en cuenta a la hora de entonces fuertemente limitada; por último, su edad (apartado 45 supra).
interpretar y aplicar, en materia de extradición, las nociones de penas o
tratos inhumanos o degradantes. · 96. Estos elementos a favor o en contra de una condena capital deben
ser apreciados a la luz de la actitud de los órganos competentes.
90. En principio, no corresponde a los órganos del Convenio resolver
sobre la existencia o ausencia de violaciones futuras del mismo; Una excep- 98. Cualquiera que sea el derecho y la práctica de Virginia (apartados
ción a la regla general se impone, sin embargo, si un fugitivo alega que la 42, 46, 47 y 69 supra), y no obstante el contexto diplomático de las relaciones
extradición se opone al artículo 3 en caso de que la misma sea ejecutada, angloamericanas en materia de extradición, no se puede decir objetivamente
debido a las consecuencias en el país de destino; está en juego la eficacia de que el compromiso de señalar al Juez, en el momento de la fijación de la
la garantía asegurada por este texto, vista la gravedad y el carácter irreparable pena, la postura del Reino Unido descarte el peligro de una sentencia capital.
del sufrimiento padecido (apartado 87 supra). En el libre ejercicio de su poder de apreciación, el Fiscal del Estado decidió
solicitar y persistir en la solicitud de la pena capital, porque así le parece
91. En resumen, tal decisión puede suponer un problema en relación que se desprende del sumario (apartado 20 supra). Si la autoridad nacional
al artículo 3, y comprometer, por tanto, la responsabilidad de un Estado encargada de las diligencias adopta una actitud tan firme, el Tribunal no
parte en virtud del Convenio, cuando hay motivos serios y probados para puede concluir que no existen motivos serios para creer que el señor Soering
creer que si el interesado es entregado al Estado requirente correrá un riesgo corre un riesgo real de ser condenado a muerte; de sufrir, pues, el «síndrome
real de ser sometido a torturas o a penas o tratos inhumanos o degradantes. del corredor de la muerte».
Para establecer una responsabilidad tal, no se puede evitar apreciar la situa-
ción en el país de destino según las exigencias del artículo 3. No se trata, 99. Por tanto, la perspectiva de ver al interesado expuesto a este «sín-
por tanto, de constatar o probar la responsabilidad de este país en el Derecho drome», se muestra de tal forma que el artículo 3 es aplicable.
Internacional general, en virtud del Convenio o de otra manera; en la me-
2. Sobre si el riesgo de exponer al demandante al «síndrome del corredor de la
dida en que una responsabilidad cae, o puede caer, dentro del campo de
muerte» haría la extradición contraria al artículo 3
actuación del Convenio esa es la del Estado parte que extradita, debido a
un acto que tiene como resultado directo exponer a alguien a malos tratos a) Consideraciones generales
prohibidos. ·
100. Según la jurisprudencia del Tribunal, un maltrato, compren-
B) APLICACIÓN DEL ARTÍCULO 3 EN LAS CIRCUNSTANCIAS DEL CASO diendo una pena, debe tener un mínimo de gravedad para caer dentro del
ámbito del artículo 3. La apreciación de este mínimo es relativa por natura-
1. Sobre si el demandante corre verdaderamente un riesgo de verse condenado a la leza; depende del conjunto de circunstancias de la causa y, principalmente,
·pena capital y exponerse así al «síndrome del corredor de la muerte». de la naturaleza y contexto del trato o de la pena, así como que de las modali-
dades de ejecución, de su naturaleza, de los efectos psíquicos o mentales así
95. Según el derecho de Virginia, el pronunciamiento de una senten- como, a veces, del sexo, de la edad y del estado de salud de la víctima (Sen-
cia capital no puede tener lugar sin que la acusación haya probado, más allá tencia Irlanda contra el Reino Unido precitada, ap. 162, y Sentencia Tyrer,
de toda duda razonable, la existencia de, al menos, una de las dos circunstan- de 25 de abril de 1978, aps. 29-30).
cias agravantes legales: la peligrosidad futura y la atrocidad del crimen (apar-
tado 43 supra). En relación a esto, el carácter horrible y brutal de las muertes Para que una pena o el trato que acompaña a la misma sea «inhumano»
(apartado 12 supra) jugaría, sin lugar a dudas, en contra del demandante, o «degradante», el sufrimiento o la humillación deben ir más allá de lo que
teniendo en cuenta la jurisprudencia relativa a los medios para establecer la comporta inevitablemente una pena legítima (Sentencia Tyrer, loe. cit.). En
«atrocidad» (apartado 43 supra). el presente caso, hay que tener en cuenta no solamente el sufrimiento fisicó
sino también, en caso de un intervalo largo antes de la ejecución de la pena,
Consideradas de forma aislada, las circunstancias atenuantes reducen la la angustia moral sufrida por el condenado en la espera de las violencias que
probabilidad de una pena capital. En favor del señor Soering se podrían se prepara a sufrir.
invocar al menos cuatro de las cinco que menciona el Código de Virginia: la
ausencia de antecedentes penales en el acusado; el hecho de que en la época 101. El Convenio autoriza la pena capital, bajo determinadas condicio-
226 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
II.-PROHIBICIÓN DE lA TORTURA (ART. 3) 227
nes, en su artículo 2.1 que establece que «el derecho de toda persona a la 104. De ello no se deriva que las circunstancias que envuelven una
vida está protegido por la Ley. Nadie podrá ser privado de su vida intencio- sentencia capital no pueden crear un conflicto en relación con el artículo 3.
nalmente, salvo . en ejecución de una condena que imponga pena capital
La manera en que es pronunciada o aplicada, la personalidad del condenado
dictada por un Tribunal al reo de un delito para el que la Ley e~tablece esa
y una desproporción en relación a la gravedad del delito, así como las condi-
pena».
ciones vividas esperando la ejecución, figuran entre los elementos á tener en
102. El Convenio es, sin duda, «Un instrumento vivo para ser interpre-· cuenta para que caigan dentro del ámbito del artículo 3 el tratb. o la pena
tado (... ) teniendo en cuenta las condiciones de vida actuales», para determi- sufridos por el interesado. La actitud actlÍal de los Estados parte hacia fa pena
nar si hay que considerar un trato o una pena dados inhumanos o degradan- capital entra en juego para apreciar si se traspasa o no el umbral tolerable de
tes de acuerdo con el artículo 3, «el Tribunal no puede no ser influenciado sufrimiento o envilecimiento. · ·
por la evolución de las normas comúnmente aceptadas de la política penal . b) Las circunstancias del caso
de los Estados miembros del Consejo de Europa en el presente caso» (Sen-
tencia Tyrer precitada, ap. 31). En realidad, la pena capital en tiempos de i) Duración del internamiento antes de la ejecución
paz ya no existe en los Estados parte. En algunos de ellos, poco numerosos,
en los que su legislación la conserva para determinados delitos en tiempos de 106. Antes de su ejecución, un condenado encerrado e~ el «corredor
paz, las condenas a muerte, recaídas muy de cuando en cuando, no reciben de la muerte» de Virginia puede pasar un promedio de seis a ocho años
ejecución en nuestros días. La idea, «virtualmente común a los sistemas jurí- (apartado 56 supra). Como ponen de manifiesto la Comisión y el Gobierno
dicos de la Europa occidental, de que en las circunstancias actuales la pena británico, este intervalo se explica en gran medida, por la propia actitud del
capital no cuadra con las normas regionales de justicia», por utilizar los térmi- interesado, en el sentido de que utiliza todos los rec1:ll"sos que le pepnite el
nos de Amnistía Internacional, se refleja en el Protocolo número 6 del Con- derecho de Virginia. El control automático del Tribunal Supremo de Virginia
venio, que prevé la abolición de dicha pena en tiempos de paz. no dura normalmente más de seis meses (apartado 52 supra). El resto es
debido a los recursos conexos que el preso interpone tanto ante las Tribuna-
Para saber si la pena capital, en virtud de esta evolución notable, consti- les del Estado como ante los de la Federación a través del habeas corpus, y
tuye desde ahora un maltrato prohibido por el artículo 3, hay que acudir a ante el Tribunal Supremo de los Estados Unidos a través d(! las solicitudes
los principios que rigen la interpretación del Convenio. de «Certiorari», teniendo en cuenta que en cada fase puede solicitar un apla~
zamiento de la ejecución (apartados 53-54 supra). Los recursos ofrecidos por
103. Este último debe ser entendido en su conjunto, de manera que el derecho de Virginia tienen como fin impedir que se inflinja la muerte,
hay que interpretar el artículo 3 en relación con el artículo 2 (ver mutatis sanción irreversible, de manera irregular o arbitraria.
mutandis, Sentencia Klass y otras, de 6 de septiembre de 1978, ap. 68). Por
tanto, los autores del Convenio no han podido ciertamente considerar in- Un cierto plazo de tiempo debe forzosamente transcurrir entre el pro-
cluido en el artículo 3 una prohibición general de la pena de muerte, pues nunciamiento de la pena y su ejecución si se quiere proporcionar al conde-
el contenido claro del artículo 2.1 sería papel mojado. nado la posibilidad de los recursos, pero, del mismo modo; es humano que
el interesado se aferre a la vida explotándolos al máximo. Aunque bien inten-
Una ulterior práctica en materia de política penal nacional, tendente a cionado, incluso potencialmente benéfico, el sistema de Virginia de los pro-
una abolición generalizada de la pena capital, podría atestiguar el acuerdo cesos posteriores a la sentencia obliga al condenado a sufrir, durante dos
de los Estados contratantes para derogar la excepción contenida en el ar- años, las condiciones del «corredor de la muerte», la angustia y la tensión
tículo 2.1, para suprimir, pues,_ una limitación explícita a las perspectivas de enorme de vivir con la sombra omnipresente de la muerte; · · ·; ·
interpretación evolutiva del artículo 3. Sin embargo, el Protocolo número 6,
acuerdo escrito posterior, muestra que en 1983 todavía los Estados parte, ii) Situación en el corredor de la muerte
P~3: instaurar una obligación de abolir la pena capital en tiempos de paz, 107. [... ] Si puede, pues, justificarse en principio, la severidad de un
qms1eron actuar por la vía de la modificación, según el método habitual, y, régimen especial como ·el del «corredor de lá muerte» de Mecklenburg; se
aun más, a través de un instrumento facultativo, dejando a cada uno de los acrédenta por el hecho de que los presos se veri sometidos al mismo durahte
Estados escoger el momento en el que asumirá dicha obligaeión. En estas un largo período, un promedio de seis a ocho años·. · . ' · · ,(" '
condiciones, y a pesar de la especificidad del Convenio (apartado 87 supra),
el artículo 3 no debería ser interpretado, en principio, como una prohibición iii) La edad y el estado mental del demandante
de la pena de muerte.
108. En la época de las muertes, el demandante no tenía más que
LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS 11.-PROHIBICIÓN DE lA TORTURA (ART. 3) 229
diecioch0; años .y ciertos jnformes psiquiátricos, no contradichos, muestran se pasa en el «corredor de la muerte» en condiciones muy extremas, con la
que «Sufría trastornos mentales (... ) que alteran en gran medida su responsa- angustia omnipresente de la ejecución de la pena capital, y la situación perso-
bilidad» (apartados 11., 12 y 21 supra). nal del demandante, particularmente su edad y su estado mental en la época
A diferen~ia del articulo 2 del Convenio, el artículo 6 del Pacto Interna- del delito, una extradición a los Estados Unidos expondría al interesado a
cional de Derechos Civiles y Políticos, de 1966, y el artículo 4 del Convenio_ un riesgo real de tratos que sobrepasarían el límite fijado por el artículo 3.
Americano de los Derechos Humanos, de 1969, prohíben expresamente que En conclusión, la decisión ministerial de entregar al demandante a los
se pronuncie una pena capital contra una persona menor de diedocho años Estados Unidos violaría el artículo 3 si es ejecutada.
en el momento de cometer el delito. Dejando de lado si tal prohibición es o
no inherente al contenido breve y general del artículo 2, su enunciado explí- Este fallo no pone en entredicho la buena fe del Gobierno británico,
cito en una serie de instrumentos internacionales posteriores, el primero que desde el inicio del presente caso manifestó el deseo de respetar sus
ratificado por numerosos Estados contratantes, por lo menos indica que la obligaciones dimanantes del Convenio, en primer lugar aplazando la entrega
juventud del interesádo constituye, en principio, una circunstancia de las que del demandante a las autoridades americanas de acuerdo con las medidas
pueden poner en tela de juicio la compatibilidad con el artículo 3 de las provisionales dictadas por los órganos del convenio, luego acudiendo al Tri-
medidas que acompañan a una pena capital. · bunal (apartados 1, 4, 24 y 77 supra).
Atribuir a los trastornos mentales el mismo efecto para la aplicación del [ ... ]
artículo 3 cuadra con la jurisprudencia del Tribunal .(apartado 100 supra). POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL
109. La edad y el estado mental no se tornan menos aplicables cuando l. Declara que existiría vulneración del artículo 3 si la decisión ministe-
se trata de apreciar, en relación a un individuo condenado a la pena capital, .. ---. rial de extraditar al demandante a los Estados Unidos de América fuera ejecu-
la aceptabilidad del «Síndrome del corredor de la muerte» a la vista del ar- tada.
tículo 3.
[ ... ]
Aunque no corresponde al Tribunal prejuzgar la responsabilidad penal
y la pena procedente, la juventud del demandante y su estado mental cuando Hecha en francés y en inglés, leída en audiencia pública en el Palacio
cometió el delito, puestos de manifiesto por los documentos psiquiátricos de los Derechos Humanos, en Estrasburgo, el 7 de julio de 1989. Firmado:
existentes, son datos que inclinan, en el presente caso, a entender que el Rolv Ryssdal, Presidente; Marc-André Eissen, Secretario.
trato que sufriría en el «corredor de la muerte» cae dentro del ámbito del De acuerdo con el artículo 51.2 del Convenio y el artículo 52.2 del Regla-
artículo 3. mento, la opinión concordante del señor Meyer se añade a la presente sen-
e) Conclusión tencia.

111. Ningún detenido condenado a muerte podría evitar ni el trans-


curso de un cierto plazo de tiempo entre el pronunciamiento y la ejecución
de la pena ni las fuertes tensiones inherentes a un régimen riguroso de inter-
namiento necesario. El carácter democrático del ordenamiento jurídico de
Virginia en general, y principalmente los elementos positivos de los procedi-
mientos de enjuiciamiento, condena y recursos en Virginia, no suscitan nin:-
guna duda. El Tribunal reconoce, con la Comisión, que el sistema judicial al
que se vería sujeto el demandante en los Estados Unidos no es, en sí mismo,
ni arbitrario ni irracional; al contrario, respeta la preeminencia del derecho
y acuerda para el acusado merecedor de la pena de muerte unas garantlas
procedimentales nada d~sdeñables. Los presos .del «corredor de la muerte»
gozan de asistencia a través de los servicios psicológicos y psiquiátricos (apar-
tado 65 supra).
Teniendo en cuenta, sin embargo, el larguísimo período de tiempo que
4. ~to Óf:D,lan e~ Turquía, de 12 de marzo de 2003
En el asunto Ó~alan contra Turquía,
_ El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (Sección Primera), consti-
tuido en una Sala compuesta por los siguientes Jueces, señores E. Palm, Presi-
dente, W. Thomassen, Gaukur Jorundsson, R. Türmen, C. Birsan, J. Casade-
vall, R. Maruste, así como el señor M. O'Boyle, Secretario de Sección,
Tras haber deliberado en privado los días 26 de febrero de 2002 y 22 de
enero y 10 de febrero de 2003,
Dicta la siguiente

SENTENCIA
[ ... ]
HECHOS

l. Circunstancias del caso


8. El demandante, ciudadano turco nacido en 1949, se encuentra ac-
tualmente recluido en la prisión de Imrali (Mudanya, Bursa, Turquía). Antes
de su detención era el jefe del PKK (Partido de los trabajadores del Kurdis-
tán).
Los hechos de la causa, tal y como han sido expuestos por las partes, se
resumen como sigue.

A) DETENCIPN Y TRASLADO DEL DEMANDANTE A TURQUÍA

9. El 9 de octubre de 1998, el demandante fue expulsado de Siria,


donde residía desde hacía muchos años. Habiendo llegado ese mismo día a
Grecia, las autoridades griegas le pidieron que abandonara el territorio en
el plazo de dos horas y rechazaron su solicitud de asilo político. El 10 de
octubre de 1998, el demandante viajó-a Moscú en un avión fletado por los
servicios secretos griegos. Su solicitud tendente a obtener el estatuto de refu-
giado político en Rusia fue admitida por la Duma, pero el Primer Ministro
ruso no aplicó dicha decisión ..
10. El 12 de noviembre de 1998, el demandante viajó a Roma donde
presentó una solicitud de asilo político. Las autoridades italianas arrestaron
primero al demandante y posteriormente lo confinaron en el domicilio. Tras
negarse a extraditarlo a Turquía, las autoridades rechazaron la solicitud de
asilo político. El interesado tuvo que abandonar Italia después de recibir
232 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS II.-PROHIBICIÓN DE lA TORTURA (ART. 3) 233
presiones para hacerlo. Tras pasar uno o dos días en Rusia, regresó a Grecia, B) LA DETENCIÓN PREVENTIVA EN lMRAu
probablemente el 1 de febrero de 1999. Al día siguiente, fue llevado a Kenia,
recibido en el aeropuerto de Nairobi por funcionarios de la Embajada griega 15. A partir del 16 de febrero de 1999, el demandante fue interrogado
e instalado en la residencia del embajador griego. El demandante presentó por los miembros de las fuerzas del orden. El 20 de febrero de 1999, se
al embajador griego en Nairobi una solicitud de asilo político en Grecia, que prolongó tres días más la duración de su detención preventiVa. por decisión
no fue contestada. · deljuez (adoptada visto el expediente) debido a que los interrogatorios no
habían finalizado.
11. El 15 de febrero de 1999, el Ministerio de Asuntos Exteriores de
Kenia anunció que el 2 de febrero de 1999, el avión que trasladaba a Ó~alan 16. Los magistrados y fiscales del Tribunal de seguridad del Estado de
había aterrizado en Nairobi, que el demandante había entrado en territorio Ankara llegaron a la isla de Imrali el 21 de febrero de 1999.
keniata sin declarar su identidad y sin someterse al control de pasaportes,
yendo acompañado por agentes griegos. El Ministro keniata de Asuntos Exte- 17. Según el demandante, el 22 de febrero de 1999, dieciséis apagados
riores convocó al embajador griego en Nairobi para pedirle información so- designados por su familia solicitaron al Tribunal de seguridad del Estado la
bre la identidad del demandantt;. El embajador había declarado previamente autorización para visitar a su cliente. Se les respondió oralmente que sólo
que no se trataba de Abdullah O~alan. Ante la insistencia de las autoridades sería autorizado a ver al detenido un abogado. La Administración negó a los
keniat":_S, el embajador griego reconoció que efectivamente se trataba del abogados que acudieron a Mundanya (punto de partida para la isla de
señor O~alan. El embajador griego señaló al Ministro keniata que las autori- Imrali) el 23 de febrero de 1999, la autorización para ver a su: cliente.
dades de Atenas estaban de acuerdo con trasladar al demandante fuera de
Kenia. 18. Desde el inicio de la detención del señor Ó~alan, la isla de Imrali
fue declarada zona militar prohibida.
12. El último día de la estancia del demandante en Nairobi, el embaja- . .
dor griego le anunció que era libre de irse donde quisiera y que Holanda 19. El 22 de febrero de 1999, el Fiscal de la_ República del Tribunal de
estaba dispuesta a acogerle. seguridad del Estado de Ankara interrogó al demandante. El interesado ex-
puso q_ue era el fundador del PKK y su actual líder. En un principio, el
El 15 de febrero de 1999, agentes keniatas se presentaron en la Emba- señor O~alan y el PKK se asignaron el objetivo de fundar. un Estado kurdo
jada de Grecia para llevar al demandante al aeropuerto ... Finalmente, el de- independiente; pero con el tiempo cambiaron de objetivo y buscaron la parti-
mandante se montó en un coche conducido por un funcionario keniata. En cipación en el poder de los kurdos, considerados un pueblo libre que había
el camino, ese coche se separó del convoy llegando, a través de un paso jugado un papel importante en la fundación de la República. El demandante
reservado a la seguridad, en la zona internacional del Aeropuerto de Nairobi, confesó que los guardias de pueblo constituían un blanco privilegiado para
~pie de _un avión en el que agentes de seguridad turcos esperaban al señor el PKK. También confirmó que esta organización usaba métodos violentos
O~alan. Este fue detenido sobre las 20 horas, tras haber subido al avión. contra la población civil, especialmente desde 1987. Precisó que personal-
mente se oponía a estos métodos y que había tratado en vano de impedir su
13. [ ... ] En el avión que ie llevaba de Kenia a Turquía, el demandante utilización. Señaló al Fiscal que los jefes de guerra, que des.eaban hacerse
estuvo acompañado desde el momento de su detención por un médico mili- con el poder en el seno del PKK, habían dirigido parte de su presión contra
tar. Se filtrarol! y publicaron en la prensa una grabación de vídeo y fotogra- la población kurda, que algunos de ellos habían sido juzgados y condenados
fías del señor O~alan, hechas en el avión para las necesidades de la policía. por el PKK y habían sido ejecutados con su aprobación personal. Reconoció
14. Durante el vuelo, entre Kenia y Turquía, el demandante tuvo los que la evaluación por las autoridades turcás del número de muertos y heridos
ojos vendados cada vez que los agentes turcos se quitaban la capucha. Se. le imputables a las actuaciones del PKK era cercana a la realidad, que dicho
retiraba la venda cuando los agentes se cubrían la cabeza. número podía ser incluso más elevado, y que los ataques perpetrados lo ha.,.
bían sido bajo sus órdenes y en el marco de la lucha armada lleVa.da a cabo
El interesado fue detenido preventivamente en la prisión de Íinrali el 16 por el PKK. Añadió que en 1993 había decidido decl!IIar un alto el fuego,
de febrero de 1999. En el trayecto del aeropuerto ttirco hasta la prisión, el admitiendo así la solicitud del presidente turco, señor Ozal, que le había sido
demandante fue encapuchado. En fotos tomadas en la isla de Imrali en Tur- transmitida por el dirigente kurdo Celal Talabani. También declaró ante el
quía, el demandante aparecía sin capucha ni venda en los ojos. El señor Fiscal que al irse de Siria el 9 de octubre de 1998 fue primero :a Grecia, luego
O~alan afirmó posteriormente que le habían suministrado. tranquilizantes, a Rusia y a Italia. Como estos dos países se negaron a concederle el estatuto
probablemente en los locales de la Embajada de Grecia en Nairobi. de refugiado político, fue llevado a Kenia por los servicios secretos griegos.

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.
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234 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS Il.-PROHIBICIÓN DE LA TORTURA (ART. 3) 235

D) Los CONTACTOS CON EL EXTERIOR DURANTE LA INSTRUCCIÓN JUDICIAL y LAS mente equipada. El CPT llamó la atención del Gobierno sobre el hecho de
CONDICIONES DE RECLUSIÓN EN LA PRISIÓN DE IMRALI que el aislamiento del demandante y su acceso limitado al aire libre podían
comprometer su salud psíquica.
21. Al día siguiente de la llegada del demandante a Turquía, su abo-
gado turco, el señor Feridun Celik, solicitó autorización para visitarle. Las 28. La última visita de los delegados del .CP'J:' a la prisión de lmrali, en
fuerzas del orden le impidieron abandonar los locales de la asociación de la que el demandante es el único recluso, se desarrolló durante su misión en
derechos humanos de Diyarbakir y le detuvieron seguidamente junto a siete Turquía del 2 al 14 de septiembre de 2001.~e desprende de s~constatacio­
de sus colegas. nes que la celda que ocupa el demandante es suficientemente grande para
un recluso y dispone de una cama, una mesa, un sillón y una estantería, La
22. El 17 de febrero de 1999 se negó a los abogados Bohler y Prakken, celda está también dotada de climatizador y de aseo, así como de una ventana
acompañados de su socio el señor Koppen, la autorización en el aeropuerto que da a un patio interior. El demandante dispone de libros, periódicos y
de Estambul para entrar en territorio turco con el fin de visitar al demandan-
radio. No tiene acceso a emisiones televisadas.ni al teléfono .• Recibe la visita
te.
de médicos dos veces al día y la de sus abogados una vez por semana.
23. El 25 de febrero. de 1999 el demfU1dante pudo entrevistarse con
dos de los dieciséis abogados que habían solicitado verle, los señores Z. Ok- F) EL PROCESO ANTE EL TRIBUNAL DE SEGURIDAD DEL ESTADO ,
~uoglu y H. Korkut. Esta primera entrevista tuvo lugar en presencia de un
31. Mediante un acta de acusación presentada el 24 de abril de 1999
Juez y de miembros de las fuerzas del orden encapuchados. Estos últimos
(y unida a otras, que van de 1989 a 1998 y establecidas en ausencia del
decidieron que la entrevista no podían exceder de veinte minutos. El acta
demandante por diversas fiscalías), el Fiscal de la República del Tribunal de
fue remitida al Tribunal de seguridad del Estado. Los demás representantes
seguridad del Estado de Ankara reprochó al demandante haber llevado a
del demandante obtuvieron la autorización para hacer firmar el poder para
el tribunal y ver a su cliente posteriormente. cabo actividades tendentes a provocar la secesión de una parte del territorio
nacional. Solicitó la pena capital en virtud del artículo 125 del Código Penal.
24. Durante la instrucción preparatoria, que se desarrolló entre el 15
de febrero de 1999, fecha de la detención del señor Ó~alan, y e_l.24 de abril 32. El expediente del caso se componía de 17.000 páginas y era el
de 1999, fecha del inicio del proceso, el demaIJdante mantuvo doce entrevis- resultado de la unión de expedientes de siete procedimientos ya entablados
tas a puerta cerrada con sus abogados. contra el demandante por distintos Tribunales de seguridad del Estado. El
acceso de los abogados del demandante a este expediente así como .al acta
25. El demandante afirma que las entrevistas con sus abogados tuvie- de acusación se aseguró el 7 de mayo de 1999. Como las autoridades judicia-
ron lugar bajo la vigilancia de personas situadas detrás de los cristales y fue- les no podían facilitar una copia del expediente,. los abogados llevaron. su
ron filmadas.con una cámara. Tras las dos primeras visitas, de corta duración, propia fotocopiadora y terminaron del fotocopiar el expediénte el 15 de
los contactos de los abogados con el demandante se vieron limitados á dos mayo de 1999. La Fiscalía no había incluido en él algunos documentos, por
visitas por semana, de una duración de una hora cada una. En cada visita, ejemplo los relativos a la detención del demandante en Kenia y su traslado
los abogados fueron cacheados en cinco ocasiones y debieron rellenar un a Turquía.
cuestionario muy detallado. Siempre en opinión del demandante, estaba pro-
hibido durante las entrevistas el intercambio de docllll!entos entre él y sus 34. Del 31 de mayo al 29 de junio de 1999, el Tribunal de seguridad
abogados y las anotaciones. Los abogados del señor O~alan no pudieron del Estado, compuesto por dos jueces civiles y un juez militar, celebró en la
transmitir a este último ni la copia del expediente de su proceso (salvo el isla de Imrali nueve audiencias en las que participó el demandante. El intere-
acta de acusación, notificada por la Fiscalía), ni otros elementos que le permi- sado declaró ante el Tribunal, entre otras cosas, que reiteraba sus declaracio-
tieran preparar su defensa. · nes ante el Fiscal y ante el Juez asesor. Confirmó que era el mayor responsa-
ble del PKK, que dirigía la organización y que había dado instrucción: a los
27. El 2 de marzo de 1999, los delegados del Comité Europeo para la miembros de ésta de proceder a ciertos actos. Declaró no haber recibido
Prevención de la tortura y de las penas o tratos inhumanos o degradantes desde su arresto ni malos tratos ni insultos. Pó:r otro lado, sus abogados alega-
(«el CPT ») visitaron la prisión de Imrali. Su carta de. 22 de marzo de 1999 ron que el Tribunal de seguridad del Estado no podía ser considerado un
dirigida a los representantes del Gobierno turco; señalaba que la salud fisica tribunal independiente e imparcial en el sentido del artículo 6 del Convenio.
del demandante era buena y que el interesado había declarado no haber El demandante señaló, por su parte, que aceptaba la jurisdicción del Tribu-
sufrido desde su detención ningún maltrato. Su celda estaba conveniente- nal de seguridad del Estado.
236 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
}
.

'

11.-PROHIBICIÓN DE LA TORTURA (ART. 3) 237

35. Se declaró .dispuesto a cooperar con el Estado turco para poner juez militar. Dicho tribunal constató que el nuevo juez :ya había leído el
término a los actos de violencia vinculados al problema kurdo y prometió expediente y las actas, conforme al artículo 381.2 del Código de Enjuicia-
cesar la lucha armada del PKK. Afirmó querer «obrar por la paz y la :fraterni- miento penal, y que había seguido desde el principio el desarrollo del proce-
dad y alcanzar este objetivo en el seno de la República turca». Señaló _que si dimiento y asistido a las audiencias.
en ún primer momento consideró la lucha armada para obtener la indepen-
Los abogados del demandante se opusieron al nombramiento de dicho
dencia de la población' de origen kurdo, era como· reacción a la presión
juez no militar debido a que ya había intervenido en el sumario. El tribunal
ejercida por el Gobierno sobredicha población: Vista.la evolución de la situa-
rechazó esta objeción.
ción, cambió el rumbo y limitó sus reivindicaciones a una aritonoiriía· o uh
reconocimiento de los derechos culturales de los kurdos en el seno de una 41. El 23 de junio de 1999, los abogados del demandante expusieron
sociedad democrática. Declaró aceptar la responsabilidad política de la estra:. sus alegatos· de defensa en cuanto al fondo de las acusaciones. ·
tegia general del PKK y rechazar la responsabilidad penal de ·los aeros de
violencia que iban más allá de la política declarada del PKK. Ccm el fin dé 42. El 29 de junio de 1999, el Tribunal de seguridad del Estado: de
poner en evidencia el acercamiento entre su organización y el Gobierno; Ankara, tras haber oído las últimas palabras del demandante, le declaró cul-
solicitó la comparecencia, como testigos de descargo, de los responsables del pable de acciones tendentes a la secesión de una parte del territorio de Tur-
Gobierno que habían llevado a cabo negoeiacionés con el PKK. Esta solicitud quía y de haber formado y dirigido· con dicho ful una banda terrorista ar-
no fue admitida por el Tribunal de seguridad del Estado. mada, condenándole a la pena capital en aplicación del artículo 125 del
Código Penal. Consideró que el demandante era él fundador y primer re&'
36. Las solicitudes de los abogados tendentes a la comunicación de ponsable de la organización ilegal que· constituía el PKK. Este último tenía
documentos complementarios o a la ampliadón de la instrucción a fin de como objetivo la secesión de una parte del territorio turco para fo~ar un
obtener más elementos de prueba, fueron rechazadas por. el Tribunal de Estado kurdo dotado de un régimen político basado en la ideología marxista-
seguridad del Estado alegando que se trataba de maniobras dilatorias. leninista. El Tribunal de seguridad del Estado corn;i<!eró probado que tras
37. Los abogados del demandante alegaron restriccio¡;_es y dificuitades las decisiones adoptadas por el demandante, y bajo sus órdenes y directrices,
para entrevistarse con su cliente. Su solicitud tendente a obtener la autoriza- el PKK había procedido a varios ataques armados, atentados con bomba.S,
ción para ver al demandante entre las horas de las comidas fue admitida por sabotajes y robos a ínano armada, y que, en estos actos violentos habían
el Tribunal en la vista de 1 de junio de 1999. encontrado la muerte miles de civiles, de militares, de policías, de guardias
rurales y funcionarios. No admitió la existencia de circunstancias atenuantes
El 2 'de junio de 1999, el Tribunal autorizó al demandante a con'.sultar que permitieran conmutar la pena capital por la cadena perpetua, teniendo
el expediente bajo la vigilancia de dos secretarios y permitir a sus abogados en cuenta el número muy elevado y la gravedad de Jos actos violentos, que
que transmitieran a su cliente copia.S de documentos induid{!s en el expe- habían supuesto la muerte d~ miles de personas, incluida la de niños, muje-
diente. · · · res y ancianos, y el peligro inminente e importante que dichos actos repre-
38. El 8 de junio de 1999, la Fiscalía presentó su requisitoria (conclu- sentaban para el país.
siones finales) y pidió la condena del demandante a la pena capital en virtud
del artículo 125 del Código Penal. G) EL RECURSO DE CASACIÓN

Los abogados del demandante solicitaron un plazo de un mes para pre- 43. El demandante presentó un recurso de casac~ón contra la sente_n;-
parar sus conclusiones finales. El Tribunal les concedió quince días, plazo cia, la cual, teniendo en cuenta la gravedad de. la pena pronunciada, fue
máximo previsto por la legislación. también sometida de oficio al control. del Tribunal
. de Casación.
.. .
. . ..
39. El 18 de junio de 1999, la Gran Asamblea I1acional de Turquía 44. Mediante sentencia adoptada el 22 de noviembre de 1999 y pro-
modificó el artículo 143 de la Constitución exduyendo á l_os jueces militares nunciada el 25, el Tribunal de Casación confirmó la sentencia de 29 de junfo
de la composición de los Tribunal de seguridad del Estado. El 22 de junio de 1999 en todas sus disposiciones.
de 1999 se modificó en el mismo sentido la Ley sobre Tribunales de seguri-
dad del Estado. · H) CONMUTACIÓN DE LA PENA CAPITAL POR CADENA PERPETUA

40. En la vista de 23 de junio de 1999, formó parte por primera vez del 47. En octubre de 2001, el artículo 38 de la Constitución fue modifi-
Tribunal de seguridad del Estado el magistrado designado para reemplazar al cadÓ en el sentido de que la pena capital no podría ser pronunciada ni
·.~

II.-PROHIBICIÓN DE LA TORTURA (ART. 3) 239


238 I.AS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS

ejecutada salvo en tiempo de guerra o de peligro inminente de guerra, o en embargo, en este caso, el demandante ha sido condenado a muerte y se
caso de acciones terroristas. . encuentra recluido desde hace más de tres años en aislamiento, esperando
a que se decida su suerte. Hasta hace poco (apartados 5 y 47 supra) se podía
Por medio de la Ley núm. 4771 publicada el 9 de agosto de 2002, la temer que se aplicara la sentencia. Además, la queja del interesado no alude
Gran Asamblea nacional de Turquía decidió abolir la pena de muerte en únicamente a la ejecución, sino también al propio pronunciamiento de la
tiempo de paz, para lo que modificó las Leyes afectadas, incluido el Código pena capital. En consecuencia, el Tribunal considera más apropiado exami-
Penal. Según estas modificaciones, la cadena perpetua, impuesta tras la con- nar a fondo las cuestiones planteadas por la pena de muerte.
mutación de la pena capital ya pronunciada debido a las acciones terroristas,
debía ser cumplida hasta la muerte del condenado. Por lo tanto, rechaza la excepción plañteada por el Gobierno.

En una carta de 19 de septiembre de 2002 dirigida al Tribunal, el Go- B) ELFONDO


biern~ declaró que «ya no era posible ejecutar la condena a muerte de Abdu-
llah O~alan, confirmada por el Tribunal de Casación turco én la sentencia a) Sobre la aplicación de la pena de muerte
dictada el 22 de noviembre de 1999». 184. El Tribunal considera que cualquier amenaza de aplicación de la
. .

Mediante sentencia de 3 de octubre de 2002, el Tribunal de seguridad pena de muerte ha efectivamente desaparecido.
del Estado de Ankara conmutó la pena capital impuesta al demandante por 185. De todos modos, sigue pendiente ante los tribunales turcos otra
la cadena perpetua. Constató que los. delitos reprochados al demandante acción judicial impugnando la conmutación de la pena... Sin embargo, te-
habían sido cometidos en tiempo de paz y constituían acdones terroristas. niendo en cuenta la evolución descrita anteriormente así como las declara-
ciones formuladas por el Gobierno en su carta al Tribunal de 19 de septiem-
[ ... ]
bre de 2002, ya no se puede pretender, pese al recurso mencionado, que
existan serios motivos para creer que el demandante corra el riesgo de ser
FUNDAMENTOS•DEL DERECHO
ejecutado. A este respecto, hay también que recordar que Turquía es actual-
. , .. . ·'· . mente signataria del Protocolo núm. 6 (apartado 55 supra), y que en condi-
t 14 del:
:

ID. Pena de Muerte: sobre la violáción de los artículos 2, 3 ción de tal está obligada a no aplicar la pena capital.
Convenio
186. En estas condiciones, las quejas planteadas por el demandante en
171. El demandante alega que el hecho de infligir_ y/ o aplicar la pena virtud de los artículos 2, 3 y 14 relativas a la aplicación de la pena de muerte
de muerte vulnera el artículo 2 y constituye una penainhumana y degradante deben ser rechazadas. Por lo tanto, no ha habido violación de estas disposi-
en el sentido del artículo 3 del Convenio. Alega también que su ejecución ciones a este respecto.
sería discriminatoria y, por lo tanto, contraria al ~tículo 14.
b) Sobre el pronunciamiento de la pena de muerte
A) CUESTIÓN PRELIMINAR
187. Queda por determinar si la condena a muerte violó en sí misma
172. En sus alegaciones complementarias de 19 de septiembrede2002, el Convenio.
el Gobierno informó al Tribunal de que la Constitución había sido modifi-
i) En cuanto al artículo 2
cada de forma que la pena de muerte ya no podía· ser ordenada o aplicada
sino en tiempo de guerra o de peligro inminente de guerra o como sanción 188. El Tribunal considera que no se plantea ninguna cuestión distinta
de acciones terroristas, y que la Gran Asamblea nacional de Turquía había en el marco del artículo 2 y prefiere examinar el asunto desde el punto de
abolido la pena capital por la Ley núm. 4771, que entró en vigor el 9 de vista del artículo 3.
agosto de 2002. . . • . .·
ii) En cuanto al artículo 3 leído a la luz del artículo 2
En opinión del Gobierno, las quejas .presentadas por el demandante
desde el punto de vista del artículo 2 del Convenio deben ahora ser inadmiti- 1) Alcance jurídico de la práctica de los Estados contratantes relativa a la
das debido a la abolición de la pena de muerte· en Turquía. pena de muerte

174. El Tribunal puede, sin duda, inadmitir una demanda en cualquier 189. El Tribunal recuerda que el Convenio debe entenderse como un
fase del procedimiento en aplicación del artículo 35.4 del Convenio; Sin todo y que procede leer el artículo 3 en armonía con el artículo 2. Si se

11

~
240 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS IJ.-PROHIBICIÓN DE l.A TORTURA (ART. 3) 241
interpreta que el artículo 2 a'.utoriia la pena capital, pese a la abo.lición casi mente un acuerdo de los Estados parte para derogar, o al menos modificar,
completa de ésta en Europa, no se puede afirmar que el artículo 3 incluye la segunda frase del artículo 2.1.
una prohibición general de la pena de muerte, ya que el texto claro del
artículo 2.1 quedaría reducido a la nada (Sentencia Soering contra Reino Puede hacerse la pregunta de si es necesario esperar la ratificación del
Unido de 7 de julio de 1989, ap. 103). En consecuencia, el Tribunal debe Protocolo núm. 6 por los tres Estados miembros restantes para concluir que
en primer lugar, responder a las alegaciones del demandante que afirma que la excepción relativa a la pena de muerte prevista en el artículo 2.1 ha sido
la práctica de los Estados contratantes en la materia manifiesta su acuerdo sustancialmente modificada. Teniendo en cuenta la convergencia de todos
para abrogar la excepción prevista en la segurida fráse del artículo 2.1, que estos elementos, se puede decir que la pena de muerte en tiempo de paz
autoriza explícitamente la pena capital en ciertas condiciones. '· viene a ser considerada una forma de sanción inadmisible, incluso inhumana,
que ya no es autorizada por el artículo 2.
190. El Tribunal recuerda que no hay que perder de vista el carácter
específico de tratado de garantía colectiva de los derechos humanos que 197. Al expresar esta idea, el Tribunal recuerda la apertura a la firma
tiene el Convenio y que debe, en la medida de lo posible, ser interpretado del Protocolo núm. 13 del Convenio, que hace pensar que los Estados parte
de forma que se concilie con las demás normas de Derecho internacional han escogido proseguir con su política de abolición según el método habi-
del que forma parte integrante (ver, mutatis mutandis, Sentencias Al-Adsani tual, es decir, por la vía de la modificación del texto del Convenio. Sin em-
contra Reino Unido [GS], ap. 55, y Loizidou contra Turquía, de 18 de diciem- bargo, este Protocolo trata de extender la prohibición de la pena de muerte
bre de 1996, ap. 43). El Tribunal debe sin embargo estudiar en primer lugar previendo su abolición en todas las circunstancias, tanto en tiempo de paz
las cuestiones de la interpretación y la aplicación de las disposiciones del como de guerra. Este último paso hacia la abolición total de la pena de
Convenio planteadas en este caso. · · muerte puede ser visto .como la confirmación de la tendencia abolicionista
establecida por la práctica de los Estados parte.
194. El Tribunal vuelve a afirmar que, para determinar si hay que con-
siderar un trato o una pena concretos como inhumanos o degradantes a 198. En opinión del Tribunal, no se puede excluir, a la luz de la evolu-
efectos del artículo 3, no puede no verse influenciado por la evolución y las ción en la materia, que los Estados han convenido, mediante la práctica, en
normas comúnmente admitidas de la política penal de 19s Estados miembros modificar la segunda frase del artículo 2.1 en la medida en que dicha disposi-
del Consejo de Europa en este ámbito (Sentencia Soering previamente ci-. ción autoriza la pena de muerte en tiempo de paz. En estas condiciones; se
tada, ap. 102). Además, las nociones de tratos y penas inhumanos y degradan- puede también pretender que la ejecución de la pena de muerte sea conside-
tes han evolucionado considerablemente desde la entrada en vigor del Con- rada un trato inhumano y degradante contrario al artículo 3. Sin embargo,
venio en 1950 y, por lo demás, a partir de la Sentencia que el Tribunal dictó es inútil que el Convenio llegue a una conclusión definitiva.sobre esta cues-
en el asunto Soering en 1989. tión ya que, por los motivos siguientes, seria contraria al Convenio, incluso
si se interpretara que el artículo 2 de éste autoriza siempre la pena de
195. Asimismo, el Tribunal señala que el trato juridico de la pena de
muerte ha evolucionado considerablemente desde que se pronunció sobre el muerte, el ejecutar dicha pena como resultado de un juicio injusto.
asunto Soering. De una abolición de hecho en veintidós Estados contratantes 2) Juicio injusto y pena de muerte
constatada en ese asunto en 1989, se ha pasado a una abolición de iure en
cuarenta y tres de los cuarenta y cuatro Estados contratantes -concretamente, 200. Como ya se señaló a propósito del artículo 3, la manera en que
en el Estado demandado- y una moratoria en el último país que no ha abo- se pronuncia o aplica la pena de muerte, la personalidad del condenado o
lido aún dicha pena, a saber Rusia. Este abandono prácticamente total en una desproporción con la gravedad del delito, así como las condiciones de
Europa de la pena de muerte en tiempo de paz se traduce en la firtna del la reclusión vivida a la espera de la ejecución, figuran entre los elementos
Protocolo núm. 6 por el conjunto de los Estados miembros y mediarite la que hacen caer bajo el peso del artículo 3 el trato o la pena sufridos por el
ratificación de dicho Protocolo por cuarenta y uno de ellos, excépto Turquía, interesado (Sentencia Soeringpreviamente citada, pg. 41, ap~ 104). ·
Armenia y Rusia. Muestra de ello es también la política del Consejo de Eu-
ropa, que exige de los nuevos Estados miembros, como condición previa a 202. Incluso si el artículo 2 autorizase hoy la pena de muerte, el Tribu-
su admisión, que se comprometan a abolir la pena capital. Debido a esta nal considera que está prohibido infligir la muerte de forma arbitraria en
evolución, los territorios dependientes de los Estados miembros del Consejo virtud de la pena capital. Ello deriva de la exigencia de que «el derecho de
de Europa forman actualmente una zona exenta de la pena de muerte. toda persona a la vida está protegido por la Ley». Una acto arbitrario no
. ..
'
puede ser legal en virtud del Convenio· (Sentencia Bozano previamente ci-
196. Es posible considerar que esta franca tendencia expresa actual- tada, aps. 54 y 59) .

.i:_._
T
1

_242 IAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS Il.-PROHIBICIÓN DE LA TORTURA (ART. 3) 243
,, 203~- De la exigenéia contenida en el artículo 2.1 también se deriva que crática, toda condena a muerte en tales circunstancias debe, en sí misma, ser
nadie puede ser privado de su vida sino en virtud de «la ejecución de una considerada una forma de trato inhumano.
condena que imponga pena capital dictada por un Tribunal» y que el «Tribu-
nal» que impone dicha pena debe ser un tribunal independiente e imparcial iii) Conclusión
en el sentido de la jurisprudencia del Tribunal (Sentencias lncal contra Tur-
208. El Tribunal señala que, desde. 1984, existe una moratoria en -la
quía [anteriormente citada], (:irakl,ar [previamente citada], Findl,ay c. Rei,no.
ejecución de la pena de muerte en- Turquía y que en el presente caso, 'el
Unido de 25 de febrero de 1997 y Hauschilát c. Dinamarca de 24 de mayo de
Gobierno turco ha acatado la medida provisional ordenada por el Tribunal
1989); por otro lado, se deben cumplir en' el procedimiento penal las normas
en aplicación del artículo 39, consistente en suspender la ejecución del de-
de equidad más estrictas y rigurosas tanto en primera instancia como en
man,dante (apartado 5 supra). Toma nota además del hecho de que el expe:.
apelación. Siendo irreversible la ejecución de la pena capital, no es sino
diente del demandante no ha sido enviado al Parlamentó para. que éste
mediante la aplicación de dichas normas que puede evitarse una muerte
apruebe la c_ondena a muerte, como exige la Const:i_tución turca,
arbitraria e ilegal (ver, a este respecto, la Resolución 1984/50 del ECOSOC
y las decisiones del Comité de derechos humanos de las Naciones Unidas, 209. A este respecto, el Tribunal tiene asimismo en cuenta el asunto
citadas en los apartados 59 a 62 supra, así como el Dictamen consultivo OC- (:inar contra Turquía (núm. 17864/1991, dec. 5.9.94, D. R 79, pg. 5) en el
16/99 de 1 de octubre de 1999 de la Corte lnteramericana de los Derechos que la Comisióninadmitió una queja de Violación del artículo.3 en un asunto
Humanos relativo «al derecho a la información sobre la asistencia consular en el que el demandante había sido condenado a muerte· en .Turquía. En
en el marco de las garantías de un juicio justo», aps. 135-136, y Sentencia su razonamiento, la Comisión tuvo en cuenta la moratoria ya antigua en la
Hil,aire, Constantine y Benjamin y Al. contra Trinidad y Tobago, aps. 146-148, aplicación de la pena de muerte y concluyó, en las circunstancias de dicho
mencionadas en los apartados 63 y 64 supra). Por último, la exigencia conte- caso, que el riesgo de que la pena fuese ejecutada era ilusorio..
nida en el artículo 2.1 según la cual la pena debe estar «prevista por la
Ley» implica no solamente que la sentencia tenga una base legal en 210. El Tribunal no está c~nvencido de que se puede llegar a la misma
derecho interno, sino también que el criterio de la calidad de la Ley sea conclusión en el caso del señor O~alan. En efecto, lós antecedentes políticos
totalmente respetado, es decir, que la base legal debe ser «accesible» y de éste como fundador y dirigente del PKK, comprometido en una continua
«previsible» según la aceptación dada a estos términos en la jurisprudencia campaña de violencia que produjo miles de víctimas, lo convirtieron en la
del Tribunal (Amann contra Suiza, ap. 56, TEDH 2000.:.II, y Rotaru contra persona más buscada de Turquía. Su singularidad, en relación a otros conde-
Rumanía, aps. 52, TEDH 2000-V). nados por crímenes susceptibles de pena de muerte, se manifiesta de forma
evidente en las condiciones de estricto aislamiento en las que se encuentra
204. De la interpretación del artículo 2 desarrollada anteriormente se recluido. Teniendo en cuenta la notoriedad del demandante, el hecho de
deriva que la ejecución de un condenado a muerte que no ha gozado de un que fuese condenado por los crímenes más graves reprimidos por el Código
juicio justo no está autorizada. Penal turco y la controversia política general en Turquía -que precedió a la
decisión de abolir la pena de muerte- sobre la cuestión de saber si había que
205. Queda por examinar las implicaciones de la interpretación ante- ejecutarle, no hay duda de que el riesgo de que la sentencia se aplicara era
rior para la cuestión planteada en virtud del artículo 3 en cuanto al hecho real. En verdad, dicho riesgo es el núcleo del presente prC!cedimiento, como
de pronunciar la pena de muerte. lo prueba la decisión del Tribunal de señalar una medida provisional en
virtud del artículo 39 (apartado 5 supra). El riesgo ha existido durante más
207. En opinión del Tribunal, dictar la pena capital contra una per- de tres años durante la detención del demandante en lmrali, del 25 de no-
sona como resultado de un juicio injusto, equivale a someter injustamente a viembre de 1999, fecha de la Sentencia dictada por el Tribunal -de Casación
dicha persona al temor de ser ejecutada. El miedo y la incertidumbre en confirmando la cóndena del demandante, a la reciente Sentencia del Tribu-
cuanto al futuro engendrados por una sentencia a muerte, en circunstancias nal Constitucional de 27 de diciembre de 2002 éónfumando la validez de la
en las que existe la posibilidad real de que la pena sea ejecutada, son una Ley aboliendo la pena de muerte. Después de lo cual, com:o constató el
fuente de angustia considerable para el interesado. Este sentimiento no Tribunal (apartado 184 supra), este nesgo ha prácticamente desaparecido ..
puede disociarse de la iniquidad del proceso que ha desembocado en ·la
211. El Tribunal recuerda sus conclusiones relativas a las quejas del
pena, la cual, considerando que está en juego una vida humana, deviene
demandante en virtud del artículo 6 del Convenio. Consideró que el intere-
ilegal en virtud del Convenio. Teniendo en cuenta el rechazo por parte de
sado no había sido juzgado por un tribunal independiente e impardal y que
las Partes de la pena capital, que no tiene ya cabida en una sociedad demo-
había habido violación de los derechos de la defensa en virtud del artículo
244 IAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL 'IRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS Il.-PROHIBICIÓN DE LA TORTURA (ART. 3) 245
6.1 en relación con el apartado 3 b) ye), ya que no tuvo acceso a un aboga~o cial sean degradantes en el sentido del artículo 3, la humillación o el envileci-
durante su detención preventiva, no pudo comunicarse con sus abogados sm miento del que se acompañan deben situarse a un nivel concreto y diferir eri
ser escuchado por funcionarios, se impusieron restricciones al número y a la todo caso del elemento habitual de humillación inherente a cada detención
duración de las visitas de sus abogados, no pudo consultar el expediente sino preventiva Ó internamiento (ver, mutatis mutandis, Sentencia Raninen contra
en una fase muy avanzada del procedimiento y sus abogados no dispusieron Finlandia de 16 de diciembre de 1997, ap. 55).
del tiempo suficiente para conocer debidamente el expediente (aparta,do.
169 supra). 221. La colocación de esposas, uno de los tipos de trato en cuestión
en el presente caso, no plantea normalmente ningún problema en virtud del
212. La pena capital fue impuesta al demandante como resultado de artículo 3 del Convenio cuando está vinculada a un arresto o· detención legal
un juicio injusto que no puede ser considerado conforme a los criterios es- y no entraña el uso de la fuerza o una exposición pública más allá de fo
trictos de equidad exigidos en los asuntos que implican una condena a razonablemente considerado como necesario en las circunstancias• del ·caso.
muerte. Además, el interesado ha soportado las consecuencias de dicha'é:ori- A este respecto, es importante, por ejemplo, saber si procede pensar que el
dena durante más de tres años. interesado opondrá resistencia a la detención, o tratará de huir, de provocar
daño o lesiones. Además, el carácter público del trato b el mero hecho de
213. Teniendo en cuenta lo que antecede, el Tribunal concluye que el
hecho de pronunciar la pena de muerte contra el demandante después de que el interesado sea en su opinión humillado, pueden constituir elementos
un juicio injusto se considera un trato inhumano contrario al artículo 3. · pertinentes a este respecto (Sentencias Tyrer contra Reino Unido, de 25 de
abril de 1978, ap. 32 y Raninen anteriormente citada, ap. 56).
IV. Sobre la violación del artículo 3 del .Convenio: condiciones de ·,la 222. El Tribunal considera por otro lado que el hecho de vendar los
detención ojos de un detenido, convirtiéndole de esta forma en artificialmente ciego
durante largos períodos, repartidos en varios días, puede engendrar, combi:-
. 214. El demandante se queja además de qµe las condiciones en las que nado con otros malos tratos, fuertes presiones psicológicas y fisicas para él.
fue trasladado de Kenia a Turquía y fue recluido en las isla de lmrali se El Tribunal debe examinar el efecto de este trato en las· circunstaricias con-
consideran un trato contrario al artículo 3 del Convenio. · cretas de cada caso (ver, mutatis mutandis, Salman contra Turquía, ap; 1.32).
,·.

A) LAs CONDICIONES DEL TRASLADO DE KENIA A TURQUÍA 223. El Tribunal admite, como señala el Gobierno, que la colocación
de esposas al demandante como una de las medidas de seguridad adoptadas
218. El Tribunal es perfectamente consciente de las enormes dificulta-
durante la fase de la detención no tenía otro fin que el de impedir que se
des que encuentran en nuestra época los Estados para proteger a la pobla-
fugara o se acusara lesiones o daños a sí mismo o a terceras personas.
ción de la violencia terrorista. Sin embargo, incluso teniendo en cuenta estos
factores, el Convenio prohíbe en términos absolutos la tortura o las penas o 224. En cuanto a la venda en los ojos del demandante durante su viaje
tratos inhumanos o degradantes, cualesquiera ·que sean las acciones de la de Kenia a Turquía; el Tribunal señala que los Iniembros de las fuerza.S. del
víctima. El artículo 3 no contiene ninguna excepción. Incluso el artículo 15 orden la habían colocado con el fin de evitar ser reconocidos por el intere-
del Convenio no permite derogarlo en tiempo de guerra o de otro peligro sado. También creían impedir asfque el demandante se evadiera o se lesio-
público (Sentencia Chahal contra Reino Unido, de 15 de noviembre de 1996, nara a sí mismo o a un tercero. El demandante no fue interrogado por los
ap. 79). · · miembros de las fuerzas del orden cuando tenía la venda en los ojos. El
Tribunal admite la explicación del Gobierno según la cual los miembros de
220. En opinión del Tribunal, un trato es «inhumano» en ~l sentido
las fuerzas del orden, al tomar esta precaución, no trataban de humillar y
del artículo 3 si ha sido aplicado con premeditación durante un largo tiempo,
rebajar al interesado, sino asegurar el buen desarrollo de su traslado, el cual,
y si ha causado tanto lesiones corporales, como sllfrimiento fisico o mental
hay que admitir, requería mucha prudencia y precauciones, teniendo ·en
(ver, entre otras, Kudla contra Polonia, ap. 92). Además, al de~erminar si
cuenta la personalidad del demandante y las reacciones que había suscitado
una pena o un trato es «degradante» en el sentido del artículo 3, el Tribunal
su detención.
debe examinar si el objetivo era humillar y rebajar al interesado y si, conside-
rada sin efectos, la medida atentó o no coritra la personalidad de éste de El hecho de que el demandante fuese fotografiado con una venda sobre
forma incompatible con el artículo 3 (Sentencia Albert y Le Compte contra los ojos en el avión que le trasladaba a Turquía, no cambia fa apreciación
Bélgica, de 10 de febrero de 1983, ap. 22). Para que una detención preventiva del Tribunal sobre esta cuestión. Recuerda que la detención del demandante
o un internamiento de una persona en el marco de uii procedimiento judi~ dio lugar a temores sobre su vida y dichas fotos, tomadas por necesidades de

_l
246 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS 11.-PROHIBICIÓN DE lA TORTURA (ART. 3) 247

la policía en opinión del Gobierno, sirvieron para tranquilizar a las personas El Tribunal señala además que, sin duda alguna, la ceida del deman-
interesadas sobre la suerte del demandante. El Tribunal señala por último dante está dotada con un equipamiento que no admite crítica. Teniendo en
que en las fotos tomadas en Turquía justo antes de ser trasladado a la prisión cuenta las fotografias a su disposición y las constataciones efectuadas por los
el demandante no tenía los ojos vendados. delegados del Comité europeo para la prevención de la tortura y de las penas
228. Siendo así, el Tribunal considera que no se ha establecido, me-. o tratos inhumanos o degradantes (CPT), que visitaron el lugar de encarcela-
<liante pruebas «más allá de toda duda razonable», que la detención del miento del demandante durante su misión en Turquía del 2 al 14 de septiem-
demandante así como las condiciones de su traslado de Kenia a Turquía bre de 2001, el Tribunal señala que la celda que ocupa solo el demandante
hubiesen tenido efectos que sobrepasaran el elemento habitual de humilla- es lo suficientemente grande para un detenido y dispone de una cama, una
ción inherente a cada arresto o detención y que hubiesen alcanzado el grado mesa, un sillón y una estantería. La celda está asimismo dotada de climatiza-
mínimo de gravedad requerido por el artículo 3 · del Convenio. En conse- ción y de un rincón de aseo, y posee una ventana que da a un patio interior.
cuencia, no hubo violación de dicha disposición a este respecto. · En opinión del Tribunal, estas condiciones no plantean ninguna cuestión
desde el punto de vista del artículo 3 del Convenio.
B) LAs CONDICIONES DE INTERNAMIENTO EN LA ISLA DE IMRAu
234. En lo referente al aislamiento del demandante, el Tribunal señala
231. El Tribunal recuerda a este respecto, ade_más de su jurisprudenda que no se puede considerar que éste se encuentre en aislamiento sensorial
citada anteriormente (apartados 218-220 supra), que el artículo 3 del Conve- o penitenciario. Es cierto que no puede tener contacto sino con el personal
nio impone al Estado asegurar que todo prisionero sea detenido en condicio- que trabaja en dicha prisión, ya que él es el único recluso. El demandante
nes compatibles con el respeto de la dignidad humana, que las modajidades dispone de libros, periódicos, y más recientemente, de una radio. No tiene
de ejecución de la medida no sometan al interesado a una angustia o a una acceso a emisiones t~levisadas ni al teléfono. Recibe visitas de médicos dos
prueba cuya intensidad exceda el nivel inevitable de sufrimiento inherente a veces al día y de sus abogados una ·vez a la semana (sus abogados podían
la de~ención y que, teniendo en cuenta las exigencias prácticas del encarcela- verle dos veces por semana durante su procesamiento). Pese alas dificultades
miento, la salud y el bienestar del prisionero son aseguradas de manera ade- para acceder a la prisión de Imrali, no parece que las visitas de los padres
cuada, concretamente mediante la administración de los cuidados médicos del demandante fuesen objeto de restricciones.
requeridos (Sentencia Kudla anteriormente citada, ap. 94; Kaláchnikov contra
Rusia, ap. 95).
'. . - 235. El Tribunal toma nota de las recomendaciones del CPT según las
232. El Tribunal recuerda también que el aislamiento sensorial com- cuales el aislamiento social relativo del demandante no debería durar mucho
pleto combinado con un aislamiento social total puede destruir la personali- tiempo y los efectos de dicho aislamiento deberían atenuarse mediante el
dad y constituye una forma de trato inhumano que las exigencias de la seguri- acceso del interesado a la televisión y a las comunicaciones telefónicas con
dad o cualquier otro motivo no pueden justificar. Por el contrario, la sus abogados y sus parientes cercanos. Sin embargo, el Tribunal tiene tam-
prohibición de contactos con otros reclusos por motivos de seguridad, de bién en cuenta la preocupación del Gobierno, según la cual el demandante
disciplina y de protección no constituye en sí misma una forma de pena o podría utilizar las comunicaciones con el exterior para retomar el contacto
de trato inhumano (ver, entre otras, Messina contra Italia). con los miembros del movimiento armado separatista del que era el jefe. No
se puede afirmar que estos temores carecieran de fundamento. El Tribunal
233. En cuanto al presente caso, el Tribunal admite de entrada que la
es sensible igualmente a las inquietudes del Gobierno en cuanto a las dificul-
.reclusión del demandante plantea extraordinarias dificultades a las autorida-
tades que plantearía la protección de la vida del demandante en una prisión
des turcas. El demandante, jefe de un movimiento armado separatista de
ordinaria.
gran magnitud, está considerado como el terrorista más peligroso de Turquía
por las autoridades. Las reacciones suscitadas por su detención y su procesa-
miento han mostrado que un número muy elevado de personas le odia y 236. Compartiendo los deseos del CPT en cuanto a los efectos a largo
desea su muerte. Otras reacciones suscitadas por los mismos acontecimientos plazo del aislamiento social impuesto al demandante, el Tribunal considera
han permitido constatar que un número importante de personas no cejarán que las condiciones generales de la detención del demandante en la prisión
en su intento de ayudar a huir al demandante de su lugar de detención. de Imrali no han alcanzado el grado mínimo de gravedad necesario para
En estas condiciones, el Tribunal comprende que las autoridades tomaran constituir un trato inhumano o degradante en el sentido del artículo 3 del
medidas extraordinarias de seguridad: el demandante es el único recluso de Convenio. En consecuencia, no ha habido violación de esta disposición a
una prisión que es el único establecimiento en una isla alejada de la costa. este respecto.
248 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS

POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL,


[ ... ]
1º Rechaza, por unanimidad, las excepciones preliminares del Go- 5. Asunto ]alloh contra Alemania, de 11 de julio de 2006
bierno relativas a las quejas del demandante en relación a la pena de muerte;
En el asunto de Jalloh contra Alemania,
8º Declara, por unanimidad, que no ha habido violación del artículo 2·
del Convenio; El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, reunido en Gran Sala com-
puesta por los siguientes Jueces: señores L. Wtldhaber, Presidente, C. L. Roza-
9º Declara, por unanimidad, que no ha habido violación del artículo 14 kis, B. Zupancic, G. Ress, G; Bonello, L. Caflisch, l. Cabral Barreta, M. Pe-
en relación con el artículo 2 en cuanto a la aplicación de la pena de muerte; llonpka, A. B. Baka, R Maruste, J. Borrego Borrego, K. Hajiyev, J. Sikuta, Sir
10º Declara, por unanimidad, que no ha habido violación del artículo Nicolas Bratza, señoras S. Botoucharova, E. Fura-Sandstrom, A. Gyulumyan,
3 del Convenio en cuanto a la queja relativa a la aplicación de la pena de así como el señor T. L. Early, Secretario de sección,
muerte; Tras haber deliberado en privado los días 23 de noviembre de 2005 y 10
11 º Declara, por seis votos contra uno, que ha habido violación del ar- de mayo de 2006, ·
tículo 3 en cuanto al hecho de pronunciar la pena de muerte como resultado Dicta la siguiente
de un juicio injusto;
12º Declara, por unanimidad, que no ha habido violación del artícUJ.o SENTENCIA
3 del Convenio en lo concerniente tanto a las condiciones de traslado del
demandante de Kenia a Turquía, como a sus condiciones de internamiento [... ]
en la isla de Imrali; HECHOS
[ ... ]
l. Circunstancias del caso
Hecha en inglés y en francés, dando fe el texto inglés, y notificada por
escrito el 12 de marzo de 2003, conforme a los artículos 77.2 y 77.3 del 9. El demandante nació en 1_965 y reside en Colonia (Alemania).
Reglamento del Tribunal. Firmado: Elisabeth Palm, Presidente; Michael
O'Boyle, Secretario. - A) EL PROCEDIMIENfO DE INSTRUCCIÓN

De acuerdo con los artículos 45.2 del Convenio y 74.2 del Reglamento 11. El 29 de octubre de 1993, cuatro policías de paisano vieron a1 de-
del Tribunal, la opinión parcialmente disidente del señor Türmen se añade mandante extraer de su boca, al menos en dos ocasiones distintas, una bolsita
a la presente sentencia. de plástico y entregársela a otra persona a cambio de dinero. Sospechando
que las bolsitas contenían sustancias estupefacientes, los policías detuvieron
al demandante que se tragó entonces otra bolsita que aún tenía en la boca.
12. Los policías no hallaron droga en posesión del interesado. Dado
que si se esperaba se corría el riesgo de comprometer la investigación, el
Fiscal ordenó que un médico administrase un emético al demandante para
provocar la expulsión de la bolsita.
13. El interesado fue conducido a un hospital de Wuppertal-Elberfeld.
Según el Gobierno, el médico que debía administrar el emético interrogó al
demandante acerca de sus antecedentes médicos (procedimiento de anam-
nesia). El demandante sostiene que ningún médico le practicó una anamne-
sia. Dado que el interesado se negaba a tomar los medicamentos necesarios
para provocar el vómito, cuatro policías debieron sujetarle e inmovilizarle.
El médico le administró entonces por la fuerza una solución salina y jarabe
250 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS ll.-PROHIBICIÓN DE LA TORTURA (ART. 3) 251
de ipecacuana a través de una sonda nasogástrica. También le inyectó apo- 24. El demandante recurrió esta sentencia.
morfina, sustancia emética derivada de la morfina. Bajo el efecto de este
tratamiento, el demandante regurgitó una papelina de 0,2182 gramos de 25. El 19 de septiembre de 1996, el Tribunal de ap~lación .de Dussel-
cocaína. Alrededor de hora y media después de haber sido arrestado y condu- dorfinadmitió el rec.urso del interesado debido a que la sentencia del Tribu-
cido al hospital, fue examinado por un médico y declarado apto para la nal regional no revelaba ningún error de derecho desfavorable al acusado.
detención. 26. El demandante presentó entonces ante el Tribunal Constitucional
14. Cuando la policía le visitó en su celda dos horas después de la federal un recurso. en el que reiteraba que la administración del ell).ético
administración del emético, el demandante indicó en un mal inglés -dán- era desproporcionada respecto al artículo SI .a de la Ley de Enjuiciamiento
dose cuenta entonces de que no hablaba alemán- que se encontraba dema- Criminal. · ·'
siado fatigado para declarar sobre el delito alegado. 27. El 15 de septiembre de 1999, el Tribunal Constitucional federal
15. El 30 de octubre de 1993, el interesado ingresó en prisión preven- desestimó el recurso.
tiva en virtud de un auto dictado por el Tribunal de distrito de Wuppertal. [ ... ]
16. El demandante sostiene que solamente pudo beber sopa durante
los tres días que siguieron al tratamiento al· que había sido sometido y que FUNDAMENTOS DE DERECHO
no dejó de sangrar por la nariz durante dos semanas debido a las lesiones
provocadas por la inserción de la sonda. El Gobierno niega estas alegaciones l. Sobre la violación del artículo 3 del Convenio
subrayando que el demandante no ha presentado ningún informe médico
para probarlas. B) VALORACIÓN DEL TRIBUNAL

17. Dos meses y medio después de la administración del emético, el 1. . Los principios pertinentes
demandante fue sometido a una gastroscopia en el hospital de la prisión tras
haberse quejado de dolor persistente en la región superior del estómago. Se 69. En cuanto a las intervenciones médicas a las que una persona dete-
diagnosticó que padecía una irritación en la parte inferior del esófago cau- nida es sometida contra su voluntad, el artículo 3 del Convenio impone al
sada por el reflujo de ácido gástrico. El informe médico no asociaba expresa- Estado una obligación de proteger la integridad fisica de las personas priva-
mente este mal a la administración forzosa del emético. das de libertad, concretamente mediante la administración de la asistencia
médica requerida. Las personas en cuestión no por ello permanecen menos
18. El demandante fue puesto en libertad el 23 de marzo de 1994. protegidas por el artículo 3, cuyas exigencias no sufren ninguna derogación
Afirma que debió someterse a otro tratamiento médico por los dolores de (Sentencias, previamente citadas, Mouisel, ap. 40, y Gennadi Naoumenko, ap.
estómago resultantes de la administración forzosa del emético. 112). Una medida dictada por una necesidad terapéutica; desde el punto
de vista de las concepciones médicas establecidas, no puede en principio
B) EL PROCEDIMIENTO JUDICIAL INTERNO considerarse inhumana o degradante (ver, en particular, Sentencia Herczeg-
20. El 23 de marzo de 1994, el Tribunal de distrito de Wuppertal con- falvy contra Austria de 24 de septiembre cie 1992, ap. 82, y Gennadi Naou-
denó al demandante a un año de prisión condicional y puesta a prueba por menko, previamente citada, ap~ 112). Es así; por ejemplo, en el caso de la
tráfico de sustancias estupefacientes. Rechazó el argumento de la defensa alimentación que trata de salvar la vida de un preso que se niega delib~rada­
según el cual la administración del emético constituía una medida despro- mente a alimentarse. Corresponde, por tanto, al Tribunal asegurarse de que
porcionada respecto al artículo 81 a de la Ley de Enjuiciamiento Criminal la necesidad médica ha sido demostrada de forma convincente y de que
para obtener una papelina que contenía solamente 0,2 gramos de cocaína. existen y se han cumplido las garantías procesales que deben acompañar a
la decisión de proceder, por ejemplo, a una alimentación forzada (Sentencia
21. El demandante recurrió esta sentencia. Nevmerjitski contra Ucrania, ap. 94, 5 de abril de 2005). ·
22. El 17 de mayo de 1995, el Tribunal regional de Wuppertal con- . 70.· Incluso cuando una medida no está motivada por una necesidad
firmó el veredicto reduciendo la pena a seis meses de prisión condicional. terapéutica, los artículos 3 y 8 del Convenio no prohíben como tal el recurso
Ordenó además la confiscación de los' 100 marcos (DEM) encontrados al a una intervención médica contra la voluntad de un sospechoso para la ob-
demandante en el momento de su,arresto, debido a que dicha suma provenía tención de la prueba de su participación en un delito. ASí las cosas, las instj.tu-
de la venta de las dos papelinas de droga. . ciones del Convenio han concluido en varias ocasiones que la extracción de
LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS IL-PROHIBICIÓN DE LA TORTURA (ART. 3) 253
252
sangre o saliva contra la ~oluntad d_e un sospech~so en e~ marco de ui:a venio no prohíbe, en principio, el recurso a una intervención médica por la
investigación sobre un dehto no habia vulnerado dichos arttculos en las cir- fuerza susceptible de hacer progresar la investigación de un delito. Sin em•
ctinstancia.S de los a.Suntos examinados (ver, concretamente, X. contra Países bargo, cualquier lesión a la integridad fisica de una persona con vistas a la
Bajos, núm: 8239/1978,Decisión de la Comisión de 4'de dicie~bre de 1978, obtención de elementos de prueba debe dar lugar a un examen riguroso,
Schmidt contra Al,emania [dec.], núm. 32352/2002, 5 de enero de 2006). siendo particularmente importantes los siguientes factores: el grado de nece;.
sidad de la intervención médica forzosa para obtener unos elementos de
71. Sin embargo, cualquier intervención médica por la fµerza al oJ:>jeio prueba, los riesgos para la salud del sospechoso, la manera en que se ha
de practicar la prueba de un delito debe estar justificada de forma conViIJ.:. realizado la intervención, así como los dolores fisicos y el sufrimiento mental
cente a la vista de las circunstancias de la causa. Esto es válido cuaildó lá provocados, la vigilancia médica asegurada y los efectos en la salud del sospe-
intervención trata de obtener del interior del cuerpo de la persona la prueba choso (ver también, como comparación, los criterios establecidos por los
material del delito que se sospecha ha cometido. La naturalezá particular- tribunales americanos en casos similares, apartados 51-52 supra). A la iuz del
mente intrusiva de tal acto exige un examen riguroso del conjunto de cir- conjunto de las circunstancias concretas del asunto examiilado, la interven-
cunstancias. A este respecto, hay que tener debidamente en cuenta la grave- ción no debe alcanzar el grado mínimo de gravedad que le haría hallarse eri
dad del delito de que se trata. Las autoridades deben asimismo demostrar el ámbito del artículo 3. El Tribunal considerará por orden cada uno de
que se han contemplado otros métodos para l;:i obten,ción de las pruebas. estos factores.
Además; la intervención no debe hacer correr al sospechoso el riesgo de un
perjuicio duradero para su salud (ver, mutatis mutandis, Sentencia Nevmer- 77. En lo relativo al grado de necesidad de la intervención médica
jitski previamente citada,-aps. 94, 97 y Decisión Schmidt,.previamente Citada). forzosa para la práctica de los elementos de prueba, el Tribunal señala que
el tráfico de estupefacientes es un delito grave. Tiene una conciencia clara
72. En particular, debe tenerse en cuenta la cuestión de si la interven- de los problemas que hallan los Estados parte en su lucha por proteger a las
ción médica forzosa ha causado a la persona afectada fuertes dolores o sufri- sociedades de los males que provoca el flujo de droga (ver, concretamente,
mientos fisicos (Peters contra Países Bajos, Decisión de la Comisión de -.6 de Sentencia D. contra Reino Unido, de 2 de mayo de 1997, ap. 46). Sin .em-
abril de 1994, Schmidt, decisión previamente citada, y Nevmerjitski, Sentencia bargo, estaba claro, en este caso, antes de que se ordenase y ejecutase la
previamente citada, aps. 94, 97). -· - · medida enjuiciada, que el traficante al que se aplicaba conservaba la droga
73. Otro factor pertinente en estos casos es la cuestión de si la interven- en su boca y no procedía pues a la venta de grandes cantidades, como atesti-
ción médica practicada por la fuerza fue ordenada y practicada por médicos gua por otro lado la pena impuesta (seis meses de prisión condicional y
y si la persona en cuestión fue objeto de una vigilancia médica constante puesta a prueba); la más leve de las penas a las que se exponía. El Tribunal
(ver, por ejemplo, llijkov contra Bulgaria, Decisión de la Comisión de 20 de reconoce que era esencial que los investigadores estuviesen en condiciones
octubre de 1997). de determinar la cantidad y calidad exactas de las drogas puestas a la venta.
Dicho esto, no está convencido de que la administración forzosa de un emé-
74. Debe tomarse en consideración también si tal intervención ha lle;- tico fuese indispensable para obtener las pruebas. Las autoridades poliéiales
vado consigo un agravamiento del estado de salud del interesado y tenido podían simplemente haber esperado a la eliminación de la. droga por la vía
consecuencias duraderas. para -su salud (ver _la Decisión llij~ov previamente natural. Conviene señalar que numerosos Estados miembros del Consejo de
citada, y, mutatis mutandis, Krqstánov contra Bulgaria, ap. 53, de 30 de septiem- Europa aplican este método para investigar en materia de delitos contra la
bre de 2004). · Ley de estupefacientes. ·
2. Aplicación en -este caso de los citados principios 78. A propósito de los riesgos para la salud que conllevaba la interven-
75. El Tribunal no está convencido de que la decisión de las autorida- ción médica por la fuerza, el Tribunal constata que las partes están en. des-
des represivas de ordenar la medida enjuiciada estuviese justificada o dictadá acuerdo sobre la cuestión de si y hasta qué punto la admiriistración de jarabe
por razones médicas: a saber, la necesidad de proteger la salud del deman- de ipecacuana a través de una sonda nasal y la inyección de apomorfina
dante. Por el contrario, la medida trataba de practicar la prueba de un delito representaban una amenaza para la salud del interesado. Tal y tomo ha cons-
contra la Ley de estupefacientes. tatado más arriba (apartados 41-44 supra), el carácter peligroso ó no de tal
medida se presta también a controversia entre los peritos médicos.
_76. Esta constatación no justifica en sí la conclusión de que el acto en
litigio fuese contrario al artículo 3. Tal y como se ha señalado más 'arriba El Tribunal no está convencido de que la administración por la fuerza
(apartado 70),-el Tribunal ha declarado en numerosas ocasiones que el Con- de un emético, método que ha causado ya la muerte de dos personas en el
LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
II.-PROHIBICIÓN DE LA TORTURA (ART. 3) 255
25'4
en c_u~nta l_~s
elementos del sumario, no considera probado que fuese la
Estado demandado, implique un riesgo desdeñable para la salud. A este res-
pecto, señala también que en el Estado demandado la necesidad de recurrir ad~m1strac1on_ p~r- la fuerzadel emético la que requiriese el tratamiento que
efectivamente a la fuerza -y no a la mera amenaza- no ha surgido sino en el mteresado s1gu10 para sus trastornos gástricos en el hospital de la prisión
algunos de los casos en los que se ha administrado un emético. Ahora bien, dos meses y medio después de su detención, o cualquier otro tratamiento
los accidentes mortales se produjeron cuando se utilizó la fuerza. Además, médico posterior. Esta conclusión no modifica en nada, por supuesto, la
en la mayor parte de los Liinders alemanes. y en una gran mayoría de los constatación anterior según la cual la intervención médica por la fuerza no
demás Estados miembros del Consejo de Europa, las autoridades se abstienen estaba desprovista de riesgos para la salud del demandante.
de recurrir a la administración forzosa de un emético, lo que hace pensar 82. Teniendo en cuenta el conjunto de las circunstancias del caso el
que se considera que esta medida lleva consigo un riesgo para la salud. T~b_unal considera que la medida enjuiciada alcanzó el mínimo de gravedad
exigido para hallarse en el ámbito del artículo 3. Las autoridades atentaron
79. En cuanto a la manera en que se administró el emético, el Tribunal
gravemente contra la integridad fisica y mental del demandante contra su
constata que el demandante, tras negarse a tomar la sustancia voluntaria-
voluntad. Le forzaron a vomitar, no por razones terapéuticas sino para obte-
mente, fue inmovilizado por cuatro policías, lo que indica el uso de una
ner unos elementos de prueba que podían haberlos obtenido igualmente a
fuerza próxima a la brutalidad. Hubo que colocarle entonces una sonda naso-
través de métodos menos intrusivos. La forma en la que se ejecutó la medida
gástrica para vencer su resistencia física y mental, manera de proceder que
~njui_cia~a podía ins~irar al demandante sentimientos de temor, angustia e
debió ser dolorosa y angustiosa. Sufrió seguidamente un acto de intrusión
mfenondad que pod1an humillarle y degradarle. Además, conllevaba riesgos
fisica complementario coritra su voluntad puesto que se le inyectó otro emé-
p_ara la salud del interes~do, en particular debido a que no se procedió pre-
tico. Procede tener en cuenta asimismo el sufrimiento mental que padeció
viamente a una anamnes1a adecuada. Si bien ello no fue deliberado, la forma
esperando a que la sustancia produjese sus efectos. Durante ese lapso de
en la que se practicó la intervención ocasionó igualmente al clemmdante
tiempo, permaneció inmovilizado y bajo la vigilancia de unos policías y un
dolor~s físicos y sufrimiento mental. El interesado fue pues sometido a un
médico. Debió ser humillante para él ser forzado a vomitar en esas condicio-
trato mhumano y degradante contrario al artículo 3.
nes. El Tribunal no comparte la opinión del Gobierno según la cual habría
sido igual de humillante para el demandante esperar a la eliminación de las 83. En consecuencia, el Tribunal concluye con la violación del artículo
drogas por vía natural. Dicha medida conlleva ciertamente una intromisión 3 del Convenio.
en la intimidad debido a la necesidad de una vigilancia, pero hace que inter-
venga una función orgánica natural y es rrienos atentatoria contra la integri- ID. Sobre la violación del artículo 6 del Convenio
dad fisica y mental de la persona en cuestión que un acto médico practicado
por la fuerza (ver, mutatis mutandis, Peters y Schmidt, Decisiones previamente B) VALORA.CIÓN DEL TRIBUNAL
citadas).
1. Los principios generales establecidos por la jurisprudencia del Tribunal
80. En cuanto a la supervisión médica, el Tribunal señala que la me-
dida enjuiciada fue ejecutada por un médico en un hospital. Además, tras la . . 95. _~o le corresponde al Tribunal determinar, como cuestión de prin-
ac:lministración del emético, el demandante fue examinado por un médico y c1p10, que npos concretos de pruebas -por ejemplo, pruebas practicadas ilíci-
declarado apto para la detención. Sin embargo, existe controvers,ia entre las tamente- pueden ser admitidos o si un demandante es culpable o no. La
partes sobre la cuestión de si un médico efectuó previamente una anamnesia pregunta a responder es si el procedimiento en su conjunto, incluida la
del demandante para determinar los riesgos que la administración de la sus- forma en que se obtuvo la prueba, fue equitativo, lo que implica un examen
tancia contra su voluntad conllevaría para su salud. Dado que el demandan te de la «ilegalidad» en cuestión y, en lo concerniente a la violación de otro
opuso una enérgica resistencia, que no· hablaba alemán y sé expresaba única- derecho del Convenio, la naturaleza de la misma (ver, concretamente, Sen-
mente en un mal inglés, procede suponer que no podía o no quería respon- tencias Khan contra Reino Unido, ap. 34, P. G. y J. H. contra Reino Unido,
der a las preguntas del médico o someterse a un reconocimiento médico. El ap. 76, y Allan contra Reino Unido, ap. 42). ·
Gobierno no ha aportado ninguna prueba documental u otra que demuestre
96. Para determinar si el procedimiento en su conjunto fue equitativo,
lo contrario. · ' ··
hay que preguntarse asimismo si se respetaron los derechos de la defensa.
81. En lo referente a los efectos de la medida enjuiciada sobre l~ salud Concretamente se debe indagar si se ofreció al demandante la posibilidad
del sospechoso, el Tribunal señala que las partes están en desacuerdo sobre de cuestionar la autenticidad de la prueba y de oponerse a su utilización.
la cuestión de si el demandante padece secuelas.en el estómago. Teniendo Hay que tener también en cuenta la calidad del elemento de prueba; es

¡• .
.'r.'
256 1AS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS 11.-PROHIBICIÓN DE LA TORTURA (ART. 3) 257
decir, la cuestión de si las circunstancias en las que se obtuvo hacen dudar 101. Para determinar si un procedimiento ha eliminado la sustancia
de su fiabilidad o exactitud. Si bien no se plantea necesariamente un pro- misma del derecho a no contribuir a su propia incriminación, el Tribunal
blema de equidad cuando la prueba practicada no es corroborada por otros debe examinar en particular los elementos siguientes: la naturaleza y el grado
elementos, hay que señalar que cuando es muy sólida y no se presta a duda de la coacción, la existencia de garantías apropiadas en el procedimiento y
alguna la necesidad de otros elementos en su apoyo es menor (ver Sentencias la utilización que se hizo de las pruebas así practicadas (ver, ·por·ejemplo,
Khan y Allan, previamente citadas, aps. 35, 37 y 43 respectivamente). Tirado Ortiz y Lozano Martín contra España, y Sentencias previamente citadas,
Heaney y McGuinness, aps. 51-55, y Allan, ap. 44).
97. Las exigencias generales de equidad planteadas en el artículo 6 sé
aplican a todos los procedimientos penales, cualquiera que sea el tipo de 102. Según la jurisprudencia constante del Tribunal, el derecho a no
delito en cuestión. confesarse culpable afecta en primer lugar al respeto de la determinación de
un acusado a guardar silencio. Tal y como se entiende normalmente en los
Las preocupaciones del interés general no. pueden justificar unas medi- órdenes jurídicos de los Estados parte en el Convenio y en otros, no se ex-
das que vacían de su misma sustancia los derechos de la defensa de. un de- tiende al uso, en un procedimiento penal, de datos que se pueden obtener
mandante, incluido el de no contribuir a su propia incriminación garanti- del acusado recurriendo a métodos coercitivos sino que existen independien-
zado por el artículo 6 del Convenio (ver, mutatis mutandis, Sentencia Heaney temente de la voluntad del sospechoso, por ejemplo los documentos obteni-
y McGuinness contra Irlanda, aps. 57-58). dos en virtud de una orden, las extracciones de sangre, el aliento, las mues-
98. En lo concerniente al examen de la naturaleza de la violación del tras de orina, cabellos y tejidos corporales con vistas a un análisis del ADN o
Convenio, el Tribunal recuerda que en los asuntos Khan (Sentencia previa- incluso de voz (Sentencias, previamente citadas, ap. 69, J. B. contra Suiza,
mente citada, aps. 25-28) y P. G. y J. H. contra Reino Unido (Sentencia ap. 68, P. G. y J. H. contra Reino Unido, ap. 80 y Choudhary contra Rdno
previamente citada, aps. 37-38) señaló que el empleo de aparatos de escucha Unido, de 4 de mayo de 1999).
secreta era contrario al artículo 8, puesto que el recurso a tales dispositivos
2. · Aplicación de los citados principios al presente caso
carecía de base en la legislación interna y la injerencia en el ejercicio por los
demandantes en cuestión del derecho al respeto de su vida privada no estaba 103. Para determinar, a la luz de estos principios, si el procedimiento
«prevista por la Ley». Sin embargo, la admisión como pruebas de las informa- penal entablado contra el demandante puede considerarse equitativo, el Tri-
ciones así obtenidas no se enfrentaba en las circunstancias de tales casos a bunal señala de entrada que las pruebas obtenidas gracias a fa administración
las exigencias de equidad planteadas por el artículo 6.1. de un emético al demandante no lo fueron «ilegalmente», en violación de
la legislación interna. Recuerda al respecto que los tribunales internos consi-
99. Los elementos obtenidos por medio de una medida juzgada contra-
deraron que el artículo 81 a de la Ley de Enjuiciamiento Criminal autorizaba
ria al artículo 3 requieren una consideración diferente. Puede presentarse el recurso a la medida enjuiciada.
una cuestión desde el punto de vista del artículo 6.1 en relación a unos
elementos obtenidos en violación del artículo 3 del Convenio, incluso si el 104. El Tribunal ha concluido anteriormente que, cuando se le admi-
hecho de haberlos admitido como prueba no fuese decisivo para la condena nistró el emético para hacerle regurgitar las drogas que había ingerido, el
del sospechoso (/foz contra Turquía, de 9 de enero de 2003 y Kof c.ontra Tur- demandante fue sometido a un trato inhumano y degradante contrario a las
quía, de 23 de septiembre de 2003). disposiciones del artículo 3. La práctica de las pruebas utilizadas en el marco
del procedimiento penal entablado contra él resulta pues directamente una
100. En cuanto a la utilización de pruebas obtenidas en violación del violación de uno de los derechos que constituyen el núcleo duro de aquellos
derecho a guardar silencio y del derecho a no autoinculparse, el Tribunal que protege el Convenio.
recuerda que estos derechos son normas internacionales generalmente reco-
nocidas que constituyen el núcleo de la noción de proceso justo consagrada 105. Tal y como se ha constatado más arriba, la utilización en el marco
por el artículo 6. En particular, el derecho a no autoinculparse presupone de un procedimiento penal de pruebas obtenidas en violación del artículo 3
que, en una causa penal, la acusación trata de fundamentar su argumenta- plantea serias cuestiones en cuanto a la equidad de dicho procedimiento. En
ción sin recurrir a elementos de prueba obtenidos bajo coacción o presión, este caso, el Tribunal no ha concluido que se sometiese al demandante a
sin tener en cuenta la voluntad del acusado (Sentencias Saunders contra actos de tortura. En su opinión, los elementos de cargo -bien se trate de
Reino Unido, de 17 de diciembre de 1996, ap. 68, Heaney y McGuinness, confesiones u elementos materiales- obtenidos por medio de actos de violen-
previamente citada, ap. 40, J.. B. contra Suiza, ap. 64, y Allan, previamente cia o brutalidad u otras formas de trato que puedan calificarse de tortura
citada, ap. 44). -no deben nunca invocarse-, cualquiera que sea su valor probatorio, para
258 I.AS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
11.-PROHIBICIÓN DE LA TORTURA (ART. 3) 259
probar la culpabilidad de la víctima. Cualquier otra conclusión no h~a sino fisica del demandante. Señala que el derecho a no autoinculparse, tal y como
legitimar indirectamente el tipo de conducta moralmente reprensible que
se entiende normalmente en los Estados parte y fuera de ellos, alude en
los autores del artículo 3 del Convenio han tratado de prohibir o, como dijo
primer lugar al respeto de la determinación de un acusado a guardar silencio
tan bien la Corte Suprema de los Estados Unid.os en su Sentencia en el
en el curso de un interrogatorio y a no ser obligado a declarar.
asunto Rochin (apartado 50 supra), «de conferir una apariencia de legalidad
a la brutalidad». El Tribunal señala al respecto que el artículo 15 de la Con- . 111. Sin embargo, el TribÚnal ha llegado a corÍ~eder al derecho a 110
vención de las Naciones Unidas contra la tortura y otras penas o tratos crue- autoinculparse, protegido por el artículo 6.1, un sentido más amplio de ma-
les, inhumanos o degradantes enuncia que ninguna declaración que se de- nera que abarque los casos en· los que esté en. litigio la coacción a la que
muestre que ha sido hecha como resultado de tortura pueda ser invocada habían recurrido las autoridades para obtener elementos de prueba materia-
como prueba en ningún procedimiento contra la víctima de los actos de les. En el asunto Funke (Sentencia previamente citada, pg. 22, ap; 44), por
tortura. ejemplo, declaró que los intentos de obligar al demandante a divulgar unos
documentos y facilitar la prueba del delito que se le imputaba, habían vulne-
107. En este caso no hay necesidad de resolver la cuestión general de
rado el derecho del interesado a no autoinculparse. Asimismo, ~n el. asunto
si la utilización de pruebas obtenidas por medio de un acto calificado de
trato inhumano y degradante compromete automáticamente el carácter equi-
J. B. contra Suiza (Sentencia previamente citada, aps. 63-71), conchíyó que
el intento de las autoridades del Estado de forzar al demandante a presentar
tativo de un proceso. El Tribunal constata que, aunque las autoridades no
unos documentos que hubiesen podido informar sobre lin impago de im-
causaron deliberadamente dolores y sufrimientos al demandante; las pruebas
puestos había violado el derecho del interesado a no contribuir a su propia
se obtuvieron mediante la aplicación de una medida contraria a uno de los
incriminación (en el sentido amplio de la palabra).
derechos más fundamentales que garantiza el Convenio. Además, las partes
no discuten que las drogas obtenidas gracias a la medida enjuiciada fuesen 112. En el asunto Saunders, el Tribunal consideró que el derecho ario
un elemento decisivo de la condena del demandante. Es cierto, y las partes autoinculparse no se extiende a los datos que pueden obtenerse del acusado
tampoco lo discuten, que el demandante tuvo la posibilidad, que además recurriendo al poder coercitivo pero que existen independientemente de la
aprovechó, de impugnar la utilización de las drogas obtenidas por medio de voluntad del sospechoso, por ejemplo, los documentos obtenidos en virtud
la medida enjuiciada. Sin embargo, habiendo constatado que la legislación de una orden, las extracciones de sangre, el aliento, las muestras de orina
interna autorizaba la administración del emético, los tribunales internos no así como de tejidos corporales con vistas a un análisis del ADN (Sentencia
tenían margen alguno para excluir tales pruebas. Asimismo, n·o se. puede previamente citada, ap. 69).
considerar que .el interés público en la condena del demandante hubiese
tenido un peso para justificar que se autorizase la utilización de estas pruebas 113. En opinión del Tribunal, las pruebas en litigio en este caso se puede
en el juicio. considerar que pertenecen a la categoría de datos existentes indépendiérite-:-
mente de la voluntad del sospechoso y cuya utilización no está gerierairhente
108. En consecuencia, el Tribunal considera que el conjunto del pro- prohibida en el marco de un procedimiento penal. Dicho esto, varios elemen-
ceso contra el demandante estuvo tachado de iniquidad debido a la utiliza- tos distinguen el presente caso de los ejemplos enumerados en el asunto Saun-
ción como prueba de las drogas obtenidas gracias a la administración forzosa ders. En primer lugar, al igual que las medidas denunciadas en los asuntos
del emético. · Funkey J. B. contra Suiza, la administración del emético trataba de obtener las
pruebas materiales sin tener en cuenta la voluntad del demandante. Por el con-
109. Esta constatación es suficiente en sí misma para llevar a la conclu-
trario, los élementos corporales tales.como los citados en el asunto Saunders
sión de que el demandante no dispuso de un juicio justo, en violación del
fueron obtenidos po:r la fuerza al objeto de efectuar un examen médico forense
artículo 6. Sin embargo, el Tribunal considera apropiado examinar el argu-
destinado a detectar la presencia de alcohol o de drogas.
mento del interesado según el cual la manera en que se practicaron las prue-
bas y la utilización que de ellas se hizo vulneró su derecho a no autoincul- 114. En segundo lugar, la fuerzá erriplé~da en este caso difiere conside-
parse. Para ello, indagará primeramente si, en las circunstancias de la causa, rablemente en grado de la coerción normalmente necesaria para obtener los
estaba en juego este derecho concreto, y en caso afirffiativo, si fue violado. tipos de elementüs mencionados en el asunto Saunders. Para la obtención
de tales elementos, el acusado debe soportar pasivamente un daño menor a
110. En cuanto a la aplicabilidad en este caso del derecho a no autoin-
su integridad fisica (por ejemplo en caso de extracción de sangre, cabellos d
culparse, el Tribunal señala que está en tela de juicio la utilización en el
tejidos corporales) e, incluso si se requiere su participación activa, ·se deS.:.
proceso de elementos de prueba «materiales» -por oposición a las confesiO-
prende del asunto Saunders que ello sólo concierne a elementos producidos
nes- obtenidos por medio de un daño infligido por la fuerza a la integridad
por el funcionamiento orgánico normal (por ejemplo,.el aliento, la orina o
.260 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS II.-PROHIBICIÓN DE LA TORTURA (ART. 3) 261

la5;muestras de voz). Por el contrario, el demandante fue obligado a vomitar demandante, invocando su derecho a guardar silencio, se negó a someterse
ios ·elementos buscados, lo. que requirió la introducción por la fuerza de una a un reconocimiento médico previo. Se expresaba en un mal inglés, lo que
sonda: nasal y la administración de una sustancia destinada a provocar una significa que se practicó la intervención sin verdaderamente examinar su
reacción patológica en su organismo. Tal y como ha señalado el Tribunal capacidad fisica para soportarla.
más arriba, esta intervención no estaba desprovista de riesgos para la salud
del interesado. · · · · · 121. En lo relativo a la utilización que se hizo de los elementos obteni-
dos, el Tribunal recuerda que las drogas recogidas tras la administración del
115. En tercer lugar, las pruebas se obtuvieron en,este caso por medio emético fueron determinantes para la condena del demandante. Es cierto
de un procedimiento contrario al artículo 3. El método empleado contrasta que tuvo la posibilidad, que aprovechó, de impugnar la utilización de estos
con aquellos que se aplican para tomar muestras, por ejemplo, de aliento o elementos en su juicio. Sin embargo, tal y como se ha señalado anterior-
de sangre, que no alcanzan, salvo en circunstancias excepcionales, el niínimo m~nte, habiendo considerado que la legislación interna autorizaba el trato
de gravedad exigido para vulnerar el artículo 3. denunciado, los tribunales internos no tenían ningún margen para excluir
estos elementos.
116. Por consiguiente; el derecho a no autoinculparse es válido para
el procedimiento seguido en este caso. 122. Habida cuenta de lo que antecede, el Tribunal concluye también
que el hecho de haber permitido la utilización en el juicio de los elementos
117. Para determinar si se violó este derechó, el Tribunal examinará
obtenidos tras la administración forzosa del emético vulneró el derecho del
por orden los factores siguientes: la naturaleza y el grado de la coerción
interesado a no autoinculparse y tachó de iniquidad el procedimiento en su
empleada para la práctica de' las pruebas; el peso del interés público en la
conjunto.
persecución del delito en cuestión. y en el castigo a su autor; la existencia de
garantías adecuadas en el procedimiento y la utilización hecha de las pruebas 123. Por consiguiente, ha habido violación del artículo 6.1 del Conve-
así obtenidas. nio.
118. En cuanto a la naturaleza y el grado de la coerción empleada POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL
para la obtención de las pruebas en este caso, el Tribunal recuerda que
la intervención consistente en hacer regurgitar. por la fuerza las drogas• al 1º Declara, por diez votos contra siete, que ha habido violación del ar-
demandante atentó considerablemente contra la integridad fisica y mental tículo 3 del Convenio;
de éste. El interesado tuvo que ser inmovilizado por. cuatro policías, se le [ ... ]
implantó una sonda nasogástrica y se le administraron sui;tancias qt.úmicas
para provocar una reacción patológica en su organismo y óbligarle así á ex- 3º Declara, por once votos contra seis, que ha habido violación del ar-
pulsar las pruebas buscadas. Este trato se ha considerado inhumano y degra- tículo 6 del Convenio;
dante y, en consecuencia, contrario al artículo 3. · Hecha en francés y en inglés, leída en audiencia pública en el Palacio
119. En lo referente al peso del interés público en la utilización de los de Derechos Humanos, en Estrasburgo, el 11 de julio de 2006. Firmado:
elementos de prueba para la condena del demandante, el Tribunal observa, Luzius Wildhaber, Presidente; T. L. Early, Secretario de sección.
tal y como ha señalado más arriba, que la medida enjuiciada afectaba a un Se adjuntan a la presente sentencia, conforme a los artículos 45.2 del
traficante de la calle que vendía drogas en relativamente pequeña cantidad Convenio y 74.2 del Reglamento del Tribunal, y se añaden a la presente
y al que finalmente se impuso una pena de prisión condicional de seis meses sentencia las siguientes opiniones:
y puesta a prueba. En las circunstanciaS de la causa, el interés público en la
condena del demandante no podía justificar el recurso a un ataque tan grave - Opinión concordante de Sir Nicolas Bratza;
contra su integridad fisica y mental. · - Opinión concordante del señor Zupancic;
120. En cuanto a la existencia de garantías apropiadas en el procedi- - Opinión disidente de los señores Wildhaber y Caflisch;
miento, el Tribunal señala que el artículo 81 a de la Ley de Enjuiciamiento
Criminal enuncia que los actos de intrusión fisica deben efectuarse con todas - Opinión disidente común de los señores Ress, Pellonpka, Baka y Sikuta;
las garantías por un médico en un hospital y solamente si no presentan nin-
- Opmión disidente del señor Hajiyev.
gún riesgo para la salud del interesado. Aunque la legislación interna sí ofre-
cía las garantías contra una aplicación arbitraria o indebida de la medida, el
111
PROIDBICIÓN DE LA ESCLAVITUD Y DEL
TRABAJO FORZADO (ART. 4)

6. Asunto Siliadin c. Francia, de 26 de julio de 2005


En el asunto Siliadin contra Francia,
El Tribunal Europeo de Derechos Hilmanos (Sección Segunda) consti-
tuido en una Sala compuesta por los siguientes Jueces, señores l. Cabral
Barreto, Presidente,J.-P. Costa, R. Türmen, KJungwiert, V. Butkevych, seño-
ras A: Mularoni, E. Fura-Sandstrom, así como el señor S. Naismith, Secretario
adjunto de Sección,
Tras haber deliberado en privado los días 3 de mayo y el 28 de junio de
2005,
Dicta la siguiente

SENTENCIA
[ ... ]
HECHOS

l. Circunstancias del caso


9. La demandante nació en 1978 y reside en París.
1O. Llegó a Francia el 26 de enero de 1994 a la edad de quince años y
siete meses con la señora D., ciudadana francesa de origen togolés. Iba pro-
vista de un pasaporte con un visado de turista.
11. Se había convenido que trabajase en casa de la señora D. hasta que
pagase su billete de avión y que ésta se ocuparía de regularizar su situación
administrativa y de escolarizarla. En realidad la demandante fue la criada no
remunerada del matrimonio D., habiéndosele asimismo confiscado el pasa-
porte.
12. En el segundo semestre de 1994, la señora D. «prestó» a la deman-
dante al matrimonio B., que tenía dos hijos, para ayudar a la señora B., que
estaba embarazada, en la.S tareas del hogar. La señora B. tenía asimismo otra
hija nacida de un primer matrimonio que venía en vacaciones y los fines de
264 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS III.-PROlilBICIÓN DE LA ESCLAVITUD YDEL TRABAJO FORZADO (ART. 4) 265

semana. La demandante se quedó en casa del matrimonio B. con el consenti- dependencia, a unas condiciones de trabajo o de alojamiento incompatibles
miento de su padre. con la dignidad humana y haber contratado y conservado a su servicio a un
. e13. A su regreso de la maternidad, la señora B. explicó a la deman-

extranjero sin permiso de trabajo .
dante que había decidido mantenerla en casa. 21. El 10 de junio de 1999, el Tribunal de Gran instancia de París dictó
14. La demandante se convirtió desde entonces en la «chica para todo» sentencia.
del matrimonio B. Trabajaba siete días a la semana, sin día de descanso, con [ ... ]
un permiso de salida excepcional algunos domingos para asistir a misa. Sus
tareas consistían en levantarse a las 7 h 30 para preparar el desayuno, vestir 26. El Tribunal concluyó que, si bien parecía establecido que no se
a los niños, llevarles a la escuela de párvulos o a sus lugares de ocio, ocuparse había respetado la normativa iabciral respecto a la duración del trabajo y el
del bebé, hacer la limpieza, lavar la ropa y planchar. tiempo' de descanso, ello no era sufidente para considerar que las condicio-
nes laborales eran incompatibles con la dignidad humana, lo que frnplitaría
Por la noche preparaba la cena, se ocupaba de los niños mayores, fre- por ejemplo un ritmo infernal, insultos y vejaciones frecuentes, la necesidad
·gaba los platos y se acostaba sobre las 22 h 30. Además, debía limpiar el de una fuerza fisica especial sin medida con la naturaleza del empleado f el
estudio del mismo edificio en el que el señor B. había instalado un despacho. ejercicio de la actividad en un local insalubre, lo que no era el caso. ·
La demandante dormía en un colchón en el suelo de la habitación del 28. El Tribunal consideró, por tanto, que no se establecían los delitos
bebé, del que debía ocuparse si se despertaba. previstos en el artículo 225-14 del Código Penal (apartado 46 infra).
15. Nunca le pagaron, salvo la madre de la señora B. que le dio uno o Los jueces concluyeron, sin embargo, que los delitos por los que se de-
dos billetes de 500 FF. claraba culpable. al matrimonio B. presentaban un carácter de gravedad
16. En diciembre de 1995, la demandante pudo escaparse gracias a la cierto y debían ser severamente sancionados, más aún cuando el matrimonio
ayuda de una ciudadana haitiana que le hospedó durante cinco o seis meses. consideraba normal la manera en que había tratado a la demandante.
Se ocupaba de sus dos hijos, tenía alojamiento y comida correctos y percibía Condenaron pues, a cada uno, a doce meses de prisión, siete de ellos
2.500 FF mensuales. condicional, y a cien mil francos de multa y al pago solidario de cien mil
17. Posteriormente, obedeciendo a su tío paterno, que estaba en con- francos en concepto de daños y perjuicios. Además, se les privó durante tres
tacto con el matrimonio B., regresó a casa de estos últimos, que debían regu- años de los derechos cívicos, civiles y de familia.
larizar su situación administrativa. No obstante, la situación siguió siendo la 29. El matrimonio B. recurrió esta sentencia. [ ... ]
misma, ocupándose la demandante de las tareas del hogar y de los hijos de
la pareja. Dormía en un colchón en el suelo del cuarto de los niños, luego 31. El Tribunal de Apelación dictó su sentencia sobre el fondo el 19
en una cama plegable y llevaba ropa usada. Seguía en situación irregular, no de octubre de 2000.
le pagaban y no asistía a clase.
40. El Tribunal de Apelación consideró que de las investigaciones com-
18. En una fecha no precisada, la demandante logró recuperar su pasa- plementarias y las declaraciones se desprendía que, aunque la no retribución
porte y se lo confió a un conocido de los esposos B. Se confió por otro lado o la retribución sin relación manifiesta con la importancia del trabajo reali-
a una vecina que alertó al Comité contra la esclavitud moderna, el cual some- zado podía parecer real, la intención de los encausados de constituir un
tió el caso de la: demandante a la Fiscalía. peculio para la demandante y entregárselo cuando se fuese no se había sido
rebatida ni se había constatado el sometimiento a unas condiciones laborales
19. El 28 de julio de 1998, los servicios de policía intervinieron en el o de alojamiento incompatibles con la dignidad humana.
domicilio del matrimonio B.
Consideró también que no se había constatado un estado de vulnerabili-
20. Éstos fueron enjuiciados por haber obtenido de una persona, de dad o de dependencia ya que la joven, pese a su corta edad, al hacer uso de
julio de 1995 a julio de 1998, abusando de su vulnerabilidad o de su situación la posibilidad de ir y venir a su antojo, contactar con su familia en cualquier
de dependencia, unos servicios no retribuidos o a cambio de una retribución momento, abandonar la casa de los B. por un largo tiempo y regresar a ella
sin relación manifiesta con la importancia del trabajo realizado; por haber sin coacción, había demostrado una forma de independencia innegable, no
sometido a una persona, abusando de su vulnerabilidad o de su situación de pudiendo resultar su vulnerabilidad únicamente de su origen extranjero.

:Ú.:
i266 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS lli.-PROHIBICIÓN DE lA ESCLAVITUD YDEL TRABAJO FORZADO (ART. 4) 267

~'.Jé•
El Tribunal de Apelación absolvió pues a los encausados de todos los FUNDAMENTOS DE DERECHO
cargos formulados contra ellos.
41. La demandante recurrió en casación. La Fiscalía general no lo l. Sobre la violación del artículo 4 del Convenio
hizo. [ ... ]
B) SOBRE EL FONDO

43. El Tribunal de Casación dictó su Sentencia el 11 de diciembre de l. En cuanto a la aplicabilidad del artículo 4 y a las obligaciones positivas
200J, pronunciándose en estos términos:
77. · El Tribunal recuerda que ya ha sido establecido que, en lo .que
casa y anula la cita4asentencia, del Tribunal de Apelación de París
« ••• atañe a~ ciertas disposiciones del Convenio, el hecho de que el Estado se
de 19 de oc~bre de 2000, pero únicamente en cuanto a las disposiciones abstenga de vulnerar los derechos garantizados no es suficiente.para concluir
civiles que deniegan ~..la demanci~te sus solicitudes de ind~mnización por que ha cumplido con los compromisos que se derivan del artículo 1 del
los delitos previstos en los artículos 225~13 y 22~14· del Código Penal, mante- Convenio.
niéndose expresamente todas las demás disposiciones, y para que. se juzgue
con arreglo a la Ley, dentro de los límites de la casación pronunciada; ( ... )». [ ... ]
82. El Tribunal considera que, al igual que los artículos 2 y 3, el ar-
44. El Tribunal de Apelación de Versalles, al que se remitió la causa,
tículo 4 del Convenio consagrai uno de los valores fundamentales de las socie-
dictó sentencia el 15 de mayo de 2003, motivándola de la siguiente forma:
dades democráticas que form~ el Consejo de Europa:
« .•. Existen motivos suficientes para que el Tribunal resuelva que los 83. Señala que la Comisi~n consideró en 1983 que se podría hacer
primeros jueces consideraron que se reunían contra los encausados los ele- valer que la responsabilidad de un Gobierno se compromete en la medida
mentos constitutivos del delito previsto y reprimido por el artículo 22~13 en que tiene la obligación de velar por que las normas adoptadas por una
del Código Penal; · asociación privada no sean contrarias a las disposiciones del Convenio, con-
cretamente cuando los Tribunales internos sori competentes para examinar
Sobre el delito de sometimiento de una persona vulnerable o en situa- los litigios relativos a su aplicación (X. contra Países Bajos, Decisión de la
ción de dependencia a unas condiciones laborales y de alojamiento incompa- Comisión de 3 de mayo de 1983).
tibles con la dignidad humana.
84. El Tribunal constata que el Gobierno ha admitido en la audiencia,
No se reúnen, por tanto, contra el matrimonio B. los elementos constitu- haciendo referencia al asunto anteriormente citado, que· parecen existir unas
tivos de este segundo delito; obligaciones positivas en lo referente al artículo 4.
El señor B. que disponía de un nivel intelectual y cultural que le permitía 89. En estas condiciones, el Tribunal considera que limitar el cumpli-
apreciar plenamente la ilicitud de su comportamiento, pero que dejaba ha- miento del artículo 4 del Convenio únicamente a las actuaciones directas de
cer, sin duda por ruindad, así como la señora B., causaron a (la deman- las autoridades del Estado iría en contra de los instrumentos internacionales
dante), independientemente de las sumas que se le debían en concepto de consagrados específicamente a este problema, y equivaldría a vaciarlo de con-
salarios impagados y del pago de la cantidad de 50.000 francos, que corres- tenido. En consecuencia, de esta disposición derivan necesariamente unas
ponde a una parte de la remuneración tardía debida a la víctima, un trauma obligaciones positivas para los Gobiernos, al igual que en el caso del artículo
psicológico importante que conviene reparar mediante la concesión de la 3, de adoptar unas disposiciones en materia penal que sancionen las prácticas
cantidad de 15.245 euros, que evaluaron los primeros jueces». citadas por el artículo 4 y que se apliquen en la práctica (M. C. contra Bulga-
ria 41, previamente citada, ap. 153).
45. El 3 de octubre de 2003, la Magistratura de Trabajo de París dictó
sentencia como consecuencia de la demanda presentada por la recurrente. ...
[ ]
Le concedió 31.238 euros en concepto de pago de atrasos, 1.647 euros en
2. En cuanto a la violación del artículo 4 del Convenio
concepto de preaviso y 164 euros en concepto de permisos pagados previo
aviso. 111. El Tribunal constata que, además del Convenio, numerosos ins-
trumentos internacionales tienen por objeto la protección de los seres huma-
[ ... ] nos contra la esclavitud, la servidumbre y el trabajo forzado u obligatorio

1
~
. - 1

'268 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS ill.-PROHIBICIÓN DE IA.ESCIAVITUD YDEL TRABAJO FORZADO (ART. 4) 269

(ver «Legislación· aplicable»). Como señaló '1a ASamblea parlamentaria del 118. El Tribunal señala que, en este caso, aunque la demandante no se
Consejo de Europa, si bien la esclavitud fue abolida oficialmente hace 150 encontraba bajo la amenaza de «una pena», sí se encontraba en una situación
años, perduran en Europa situaciones de «esclavitud doméstica» que afectan equivalente en cuanto a la gravedad de la amenaza que podía sentir.
a miles de personas, en su- mayoría mujeres. - · -
En efecto, adolescente, en un paí:s que le era extraño, se ~:O.contraba en
112. El Tribunal recuerda que el artículo 4 consagra uno de los valores situación irregular en territorio francés y temía ser detenida por la policía.
fundamentales de las sociedades democráticas .. El .primer apart;ado. de este· El matrimonio B. alimentaba asimismo este. temor y le hacía esperar una
artículo no prevé restricciones, en lo que contrasta con la mayoría_ de las regularización de su situación (apartado 22 supra).
cláusulas normativas del Convenio y de los Protocolos Iiúms. 1 y:.4, y según En consecuencia, el Tribunal considera que se cumple la primera candi.:.
el artículo 15.2 no autoriza ningüna excepción incluso en caso de guerra o ción, más aún cuando, e insiste en ello, la demandante era menor.
de cualquier otro peligro público que .ariienace la vida de la nacióri. _.-:.
119. En cuanto al hecho de si realizó dicho trabajo voluntariamente,
En estas condiciones, el Tribunal estima que, conforme a las normas y se desprende claramente de los hechos constatados que no
se puede sostener
tendencias contemporáneas en la materia, procede considerar que las opliga- seriamente que ese fuese el caso. Es evidente que no tenía otra elecdón.
ciones positivas que recaen sobre los Estados miembros, eri virtud del artículo
4 del Convenio, exigen la tipificación como delito y la represión efectiva de 120. En estas. condiciones, el Tribunal considera que Ja demandante
todo acto tendente a mantener a una persona·en este tipo,de situa,ción (ver, fue, como mínimo, sometida a un trabajo forzado en el sentido del artículo
mutatis mutandis M. C. contra Bulgaria, previamente citada, ap.166). 4 del Convenio siendo ella menor.

113. El Tribunal debe, por tanto, determinar si la situación de la de- 121. Queda por determinar si se mantuvo asimismo a la demandante
mandante depende del artículo 4 del Convenio. en un estado de servidumbre o de esclavitud.
Es importante no perder de vista ni los caracteres particulares del Conve-
114. No se discute que trabajase sin descanso en casa del ma,trimonio
nio ni el hecho de que éste sea un instrumento vivo a interpretar a la luz de
B. durante varios años, ni que no lo hiciese voluntariamente. Sé 4a consta-
las condicione.s de vida actuales, y que el nivel creciente de -exigencia en
tado igualmente que la demandante no percibió ninguna remuneración ppr
materia de protección de los derechos humanos y de .las libertades funda-:-
parte del matrimonio B. por el trabajo realizado.
mentales implica, paralela e inevitablemente, una mayor firmeza eri la apre-
115. El Tribunal ya ha tenido en cuenta los convenios de la O.I.T. -que ciación de los ataques a los valores fundamentales de las sociedades democrá-
vinculan a la casi totalidad de los Estados miembros del Consejo de Europa, ticas (ver, entre muchas otras, Sentencia Selmouni contra Francia, previa-
entre ellos Francia- y especialmente el Convenio sobre el trabajo forzado de _ mente citada, ap. 101).
1930, para interpretar el artículo 4 del Convenio (Sentencia Van qer Mussele 122. El Tribunal señala de entrada que según el Convenio sobré la
contra Bélgica, de 23 de noviembre de 1983, ap. 32). esclavitud de 1927 «la esclavitud es el estado o la condición de un individuo
116. Considera que existe, en efecto, una analogía, que no es fortuita, sobre el que se ejercen los atributos del derecho de propiedad o algunos de
entre el apartado 3 del artículo 4 del Convenio y el apartado 2 del artículo ellos».
2 del Convenio núm. 29. Ahora bien, el apartado 1 del mismo artículo precisa Señala que esta definición corresponde al sentido «clásico» de la esclavi-
que «a efectos» de este último, la expresión «trabajo forzado u obligatorio» tud, tal y como se practicó durante siglos. Si bien en este caso la demandante
designa «todo trabajo o servicio exigido a un individúo bajo la amenaza· de fue claramente privada de su libre arbitrio, no se desprende del expediente
cualquier pena y para el que dicho individuo no se haya ofrecido voluntaria- que fuese mantenida en esclavitud en el sentido propio del término, es decir,
mente». . que el matrimonio B. hubiese ejercido sobre ella, jurídicamente, un verda-
dero derecho de propiedad, reduciéndole al estado de «objeto».
117. Queda por saber si hubo trabajo «forzado u obligatorio». Ello
evoca la idea de una coacción, fisica o moral. Debe tratarse de un trabajo 123. En cuanto a la noción de «servidumbre», ésta «prohíbe una foniia
«exigido (... ) bajo la amenaza de cualquier pena» y, además, contrario a la de negación de la libertad, particularmente grave». (ver el informe de la
voluntad del interesado, para el que éste «no se haya ofrecido voluntaria- Comisión en el asunto Van Droogenbroeck contra Bélgica de 9 de julio de
mente» (Sentencia Van der Mussele contra Bélgica, previamente citada, ap. 1980, aps. 78 a 80). Engloba, «además de la obligación de proporcionar a
34). otra persona ciertos servicios (... ) la obligación para el "siervo" de vivir en· la
LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL. EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
III.-PROHIBICIÓN DE LA ESCLAVITUD Y DEL TRABAJO FORZADO (ART. 4). 271
270
propiedad de otra persona y la imposibilidad de cambiar su condié:ión». A
1
133. El Tribunal señala que en su Recomendación 1523 (2001), la
· 1
este respecto, para examinar una queja desde el punto de vista de este apar- Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa ha «lamentado.que ninguno
-1
tado del ·artículo 4, la Comisión tuvo especialmente en cuenta el Convenio de los Estados miembros del Consejo de Europa reconozca expresamente la
relativo a la abolición de la esclavitud (ver también la Decisión en el asunto esclavitud moderna en su Código Penal».
núm. 7906/1977, ap. 59). 135. El Tribunal constata que en el presente caso, se juzgó a los «em-
124. De ello resulta, a la vista de la jurisprudencia existente sobre la pleadores» de la demandante sobre la base de los artículos 225-13 y 225-14-
cuestión, que la «servidumbre» tal y como la entiende el Conven_io se consi- del Código Penal, que sancionan, respectivamente, la explotación de una
dera la obligación de prestar seryicios bajo el imperio de la coacción y que persona por el trabajo y el sometimiento a unas condiciones de trabajo. o de
debe vincularse a la noción de ~<esclaVitud» que la precede (Segum contra alojamiento incompatibles con la dignidad humana.·
Francia, de 7 de marzo de 2000). · · 141. El Tribunal señala que la esclavitud y la servidumbre no están
como tales tipificadas como delito en la legislación penal francesa.
125. Asimismo, en términos del Convenio suplementario sobre la abo-
lición de la esclavitud, la trata de esclavos y las instituciones y prácticas análo- 142. El Gobierno remite a los artículos 225-13 y 225-14 del Código
gas a la esclavitud, cada uno de los Estados parte en la Convención adoptará Penal.
todas aquellas medidas factibles y necesarias para lograr la completa aboli-
ción o el abandono de las instituciones y prácticas que se indican a continua- El Tribunal señala, sin embargo, que estas disposiciones n() hacen refe-
ción: · rencia específicamente a los derechos que garantiza el artículo 4 del Conve-
nio, sino que aluden, de forma mucho más restrictiva, a la explotación por
«d) Toda institución o práctica en virtud de la cual uri niño o un joven el trabajo y la sumisión a unas condiciones laborales o de alojamiento incom-
menor de dieciocho años es entregado por· sus padres, o uno de ellos, o por patibles con la dignidad humana.
su tutor, a otra persona, mediante remun_eración o sin ella, con el propósito
de que se explote la persona o el trabajo del niño o del jove:i;¡>~, _ .· •. Conviene, por tanto, determinar si, en este caso, estos artículos permitie-
ron sancionar efectivamente las acciones de las que fue víctima la demandan.:.
126. Además del hecho de que la demándante fuese obligad~ aTealizar te.
un trabajo forzado, el Tribunal señala que este trabajo se efectuaba siete días
a la semana y unas quince horas al día. · ·
143. El Tribunal ha estimado ya que los niños y otras personas vulnera-
bles, en particular, tienen derecho a la protección del Estado, bajo la forma
127. Además, la demandante, que temía ser detenida por la policía, no de una prevención eficaz, poniéndoles a cobijo de formas tan graves de vul-
estaba en todo caso autorizada a salir sino para acompañar a los niños a neración contra la integridad de la persona (ver, mutatis mutandis, las Senten-
clase y a sus distintas actividades. No disponía pues de ninguna libertad de cias X e Y contra Países Bajos, de 26 de marzo de 1985, aps. 21-27, y Stubbings
movimiento ni de ningún tiempo libre. · · · · _ •· . y otros contra Reino Unido, de 22 de octubre de 1996, aps. 62-64, así como
el Convenio de las Naciones Unidas relativo a los derechos de los niños,
128. No habiendo sido escolarizada pese a lo prometido a su padre, la artículos 19 y 37).
demandante no podía esperar que su situación evolucionase y era totalmente
dependiente del matrimonio B. 144. Asimismo, en un caso de violación, el Tribunal estimó «insufi-
ciente la protección del Derecho civil en el caso de acciones del tipo de las
129; El Tribunal concluye de lo que ·antecede que se nianfuvn a la que Y ha sido víctima. Se trata de un caso en el que están en cuestión valores
demandante, menor de edad en la época dé los· hechos, en está:do de'servi- fundamentales y aspectos esenciales de la vida privada. Sólo la legislación
dumbre en el sentido del artículo 4 del Convenio. penal puede asegurar en este campo,_donde es necesaria, una acción eficaz .
. De hecho, estas materias están normcilmente c.:mtempladas en la législación
. 130. Teniendo en cuenta las é:onclusi~nes a l~ que ha llegado en rela".' penal» (Sentencia X e Y contra Países Bajos, previamente citada, ap. 27).
ción a las obligaciones positivas en materia de artículo 4,' el Tribunal debe
ahora indagar si la legislación en cuestión y la aplicación que'de:ella-;é hizo 145. El Tribunal constata que, en este caso, la demandante, sometida
en este caso fallaron hasta el punto_ de implicar la violaciói{dd artículo 4 a tratos contrarios al artículo 4 y mantenida en servidumbre, no obtuvo la
por parte del Estado demandado. · , condena penal de los autores de los actos.
[... ] _,--, 146. Como el Fiscal general no recurrió en casación contra la Senten-

J
. ;

272 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS

cia del Tribunal de apelación de 19 de octubre de 2000, el Tribunal de


Casación no ,pudo conocer sino del aspecto civil de la causa y, de esta forma, IV
devino definitiva la absolución del matriinonio B. ·
DERECHO A LA LIBERTAD Y A LA SEGURIDAD (ART. 5)
147. Asimismo, como ya señaló la misión de información común sobre
las diferentes formas de la esclavitud moderna de la Asamblea Nacional fran-
cesa en su informe de 12 de diciembre de 2001, los artículos 225-13 y 225-14 . '
'
del Código Penal vigente en la época de los hechos eran susceptibles de
interpretaciones muy distintas de un Tribunal a otro, como lo demuestra el --i

presente caso que, por otro lado, citó la misión como ejemplo de un caso en 7. Asunto Wintenverp c. Países Bajos, de 24 de octubre de 1979
'l
'
el que el Tribunal de Apelación ha rechazado de forma sorprendente aplicar El Tribunal Europeo dé Derechos Humanos, constituido con arreglo al
los artículos 225-13 y 225-14. . ' artículo 43 del Convenio para la protección de los Derechos Humanos («el
148. En estas condiciones, el Tribunal considera que las disposidones Convenio») y a los artículos aplicables de su Reglamento, en Sala compuesta
a la sazón vigentes no aseguraron a la demandante, que era menor de edad, por los siguientes Jueces, señores H. Pedersen, Presidente; G.-Wiarda, D. Evri-
una protección concreta y efectiva contra los actos de que fue víctima.· genis, P.-H. Teitgen, G. Lagergren, L. Liesch, F. Golcüklü, así como los seño-
res M.-A. Eissen, Secretario, y H. Petzold, Secretario adjunto,
Señala que se han producido cambios en la legislación, pero que estas
modificaciones, posteriores, no eran aplicables a la situación de la deman- Tras haber deliberado en privado el 29 de noviembre de 1978 y el 25 y
dante. 26 de septiembre de 1979,

Insiste en el hecho de que el creciente nivel de exigencia en materia de Dictan la siguiente


protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales im-
plica, paralela e ineludiblemente, una mayor firmeza en la apreciación de SENTENCIA
los ataques a los valores fundamentales de las sociedades democráticas (ver [ ... ]
apartado 121 supra).
HECHOS
149. El Tribunal concluye, en consecuencia, que hubo en este caso
violación de las obligaciones positivas que corresponcl.en al Estado deman- 10. El señor Frits Wmterwerp vive en los Países Bajos. En 1956 contrajo
dado en virtud del artículo 4 del Convenio matrimonio y de esta unión nacieron varios hijos. En 1968 · fue ingresado
[ ... ] urgentemente en un hospital psiquiátrico por orden del Alcalde de su muni-
cipio. Seis semanas después se le internó en el mismo hospital a petición de
POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL, su mujer, en virtud de una autorización del juez de paz de su lugar de resi-
dencia. Por iniciativa de su esposa y luego del Fiscal se renovó anualmente
1º Rechaza por unanimidad la excepción preliminar del Gobierno ba-
la autorización por el Tribunal de distrito a la vista de los informes del mé-
sada en la pérdida de condición de víctima de la demandante;
dico que le asistía.
2º Declara por unanimidad que hubo violación del artículo 4 del Conve-
nio; El demandante se queja del procedimiento seguido a éste respecto. Es-
pecialmente de que no fue escuchado por las distintas jurisdicciones, no se
Hecha en francés y notificada por escrito el 26 de julio de 2005, con- le notificaron las Resoluciones que le afectaban, no disfrutó de Asistencia
forme al artículo 77.2 y 77.3 del Reglamento del Tribririal. Firmado: l. CabraI jurídica y no pudo impugnar los informes médicos. Recurre también contra
. Barreto, Presidente; S. Naismith, Secretario adjunto. · · · el resultado de sus peticiones de libertad y coq.tra la pérdida de su capacidad
civil.
...
[ ]

B) LAs CIRCUNSTANCIAS DEL CASO


23. Del 28 de marzo al 12 de septiembre de 1967, el señor Wmterwerp

\
274 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS IV.-DERECHO A LA LIBERTAD Y A LA SEGURIDAD (ART. 5) 275
recibió, por voluntad propia, un tratamiento en_ un hospital psiquiátrico; al- El 6 de agosto de 1970 se trasladó al interesado al «Rijks Psychiatrisch
gún tiempo ante~ había sufrido al parecer lesione~ graves cerebrales ~on Inrich Zing» («Establecimiento Psiquiátrico del Estado») de Elndhoven, ciu-
motivo de un accidente. El 1 7 de mayo de 1968 fue mgresado en el hospital dad más lejana del domicilio de su esposa, al que hasta entonces había po-
«Zon en Schild,;, en Amersfoort, por orden del Alcalde de esta ciudad y con dido hacer varias visitas.
arreglo al procedimiento de urgencia previsto a la sazón por el artículo 14
de la Ley sobre los enfermos mentales (ap. 12, supra). La decisión se basaba 27. El 14 de diciembre de 1970, el Fiscal de Bois-le-Duc recabó la reno-
en que el demandante había robado algunos documentos en los registros de vación de la autorización durante un año, fundándose en las notas mensuales
estado civil del Municipio, en que la policía lo había encarcelado y en que de los médicos que habían tratado sucesivamente al enfermo y en un informe
se le había encontrado desnudo sobre la cama de una celda de la Comisaría. del de Eindhoven, redactado en los siguientes términos:
El Fiscal prorrogó el plazo del internamiento, haciendo uso de la facultad
que le concedía el ap. 3 del artículo 14. «El paciente sufre una enfermedad mental: psicópata, pendenciero e
intrigante, con tendencia paranoica, muy poco digno de confianza, presenta
24. El 24 de junio de 1968, durante la vigencia de esta medida «de síntomas de demencia que se manifiestan en desaparición de los afectos,
urgencia», la señora de Winteiwerp solicitó al juez de paz de Amersfoort, tendencia egocéntrica; necesita un control severo y cuidados especiales. Se
utilizando un formulario existente para ello, el internamiento provisfonal de considera necesario que su tratamiento continúe efectuándose en un hospi-
su marido en el establecimiento «Zon en Schild», tanto en interés del orden tal».
público como de su marido.
El 7 de enero de 1971, o sea dos semanas después de que caducara la
Se acompañaba a la petición un informe médico, fechado el 20 de junio, anterior autorización, la Sala primera del Tribunal de distrito de Bois-le-Duc
del facultativo de medicina general que había reconocido aquel día por pri- autorizó el internamiento por un año más.
mera vez al paciente. El informe ponía de manifiesto que· el paciente fue
internado en 1966 por «tentativa de homicidio» y que siguió un tratamiento 28. Los días 21 de diciembre de 1971, 15 de diciembre de 1972y14
psiquiátrico en 1967. Añadía que se trataba de «un esquizofrénico que pade- de diciembre de 1973, el mismo Tribunal renovó la autorización por un año,
cía ideas imaginarias y utópicas», que «se destruía desde hacía bastante atendiendo la demanda del Fiscal y basándose en las notas mensuales y en
tiempo él mismo y destruía a su familia» y que «no se daba cuenta de que idénticos informes del médico que trataba al enfernio, el cual, sin embargo,
estaba enfermo». Terminaba diciendo que, «por el momento, el enfermo no había variado durante 1972. Los días 19 de diciembre de 1974y15 de diciem-
podía "vivir libremente en sociedad"». bre de 1975, el Tribunal estimó de nuevo las análogas demandas del Fiscal.
La renovación de autorización más reciente que consta en el Tribunal se
Basándose en este documento, el juez de paz atendió la petición el 24 remonta a diciembre de 1977.
de junio y autorizó el internamiento provisional del demandante sin utilizar
previamente su facultad de oírle o de consultar a un perito. 29. Las notas médicas enviadas anualmente a los Tribunales, pese a ser
bastante sucintas, ponían de manifiesto que el (hoy) demandante presentaba
25. El 1 de noviembre de 1968,.la se~.ora Wmteiwerp pidió al Tribunal reacciones esquizofrénicas y paranoicas, .no se daba cuenta de su estado pato-
de distrito de Utrecht que autorizase el internamiento de su marido durante lógico y había cometido en Varias ocasiones actos bastante graves sin ser cons-
un año. ciente de sus consecuencias. Consta en ellas, por ejemplo, que se trasladó al
extranjero para ejecutar proyectos inverosímiles con los ahorros de su familia
Se acompañaban a la petición las notas diarias y semanales del médico y se encontró en seguida sin recursos, sin comprender la. ~ituación de desam-
que trataba al paciente y el informe sobre la necesidad o. convenien,cia de paro en que dejaba a los suyos ni su propia dependencifi de las, autoridades
continuar el tratamiento en el hospital. · consulares que tuvieron que repatriarle después de haberle asistido.
A la vista de estos documentos, la Sala de un solo juez competente en fa 30. En febrero de 1969, el señor Winteiwerp dirigió a la dirección del
materia concedió la autorización el 23 de diciembre de 1968. ' · · hospital la primera petición de puesta en libertad con-arreglo al artículo 29
26. El 16 de diciembre de 1969, a petición de la mujer del demandante la Ley (ap. 20, supra). La dirección la trasladó al Fiscal, quien, a su vez, la
y basándose tanto en las notas mensuales del médico que trataba al enfermo sometió al Tribunal de distrito y éste la rechazó después de oír al deman-
como en su informe, idéntico al del año anterior, la misma Sala autorizó la dan te en el hospital. - ~· .
prolongación del internamiento «por un año si era necesario» a partir del La segunda petición fue trasladada por la dirección al Fiscal én abril de
23 de diciembre de 1969. 1971, con un informe negativo. El Fiscal, después de oír al señor Winteiwerp

. !
276 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS IV.-DERECHO A LA LIBERTAD Y A LA SEGURIDAD (ART. 5). 277
larechazó en virtud del ap. 3 del artículo 29 sin someterla al Tribunal. Suce- (aps. 23 a 31, supra). Pretende que ha sido víctima de una violación del
dió lo mismo con una tercera petición, presentada en julio de 1972. · artículo 5.1, que en el apartado relevante dice así:
El 20 de febrero de 1973, el interesado presentó ilna nueva petición a «Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad. Nadie puede
la dirección del «Rijks Psychl trisch Inrichting». El médico director lar_emitió ser privado de su lj.bertad, salvo en los casos siguientes y con arregio al proce-
al Fiscal el 26 de abril de 1973 cori las siguientes observaciones: el paciente dimiento establecido porla Ley: · ·· ·
sufría una psicosis paranoica susceptible de un tratamiento psicofatmacoló-
( ... )
gico, pero durante sus anteriores vacaciones había dejádo de tomar las medi'- ·!1:

cinas prescritas, por lo que hubo que reingresarle en el hospital despu_és de e) si se trata· de la privación de libertad a Derecho (... ) de un enaje,-
una recaída; se estaba intentando recuperarle gradualmente para la soCiedad nado (... );
y pernoctaba fuera del establecimiento, y a la vista de los pasados fracasos no
tendría sentido ponerle en libertad. '. · ( ... )))

El Fiscal, apoyándose en esta opinión y después de oír al demandante, A) «INTERNAMIENTO,_


·'
CON
.
.ARREGLO
;
A ·.
DERECHO,
:
DE UN ENAJENADO•
rechazó también esta petición, sin elevarla al Tribunal de distrito y notifican- 36. ·.El señor Winterwerp afirma, en primer lugar, que su internamiento
doló al señor Winterwerp el 17 de mayo de 1973. no cumplía las condiciones que sé derivan de lás palabras «privación de liber.:.
En sus cuatro peticiones de libertad, el interesado se limitaba a afirmar tad, con arreglo a Derecho, de uri enajenado». Ni el Gobierno ni la Comisión
que disfrutaba de todas sus facultades mentales, que se· le había acusado apoyan esta tesis. · -
injustamente de delitos y que no era un peligro para él ni para los ·demás. El 37. El Convenio no concreta el sentido de la palabra «enajenado». El
Fiscal no sometió las últimas peticiones al Tribunal de distrito porque enten- término en cuestión no facilita una interpretación clara: como han observado
dió evidente que no podrían atenderse. · · la Comisión, el Gobierno y el demandante, su sentido evoluciona continua-
31. De vez en cuando, el demandante disfrutó vacaciones de diver~a mente con los progresos de la investigación psiquiátrica, la flexibilidad cre-
duración. Por lo menos eri cuatro oca.Siones ;...durante hueve meses en 1974, ciente del tratamiento y los cambios de actitud de la sociedad hacia los enfer-
cuatro en 1976-1977, uno y después dos y inédio en 1978- se le permitió, a mos mentales, especialmente a medida que aumenta la comprensión de los
modo de prueba, alojarse fuera del hospital. Todas las veces hubo que'inter- problemas de estos pacientes.
narlo de nuevo. De estos datos sé deduce que rio siguió el tratamientb pres- En cualquier caso, no se puede entender que el párrafo e) del.artículo
crito; su habitación repugnaba por su suciedad, y recientemente rompió una 5.1 permite internar a una persona por el mero hecho de que sus ideas o su
ventana en Alemania, donde iba. de un lad() a otro sin destino conocido. comportamiento se aparten de las normas que predominan en determinada
32. El señor Winterwerp, debido a ·su internaniiento eh urt hospital sociedad. La opinión contraria no armonizaría con el texto del artículo 5.1,
que formula una lista limitativa (Sentencia Engel y otros de 8 de junio de
psiquiátrico, ha perdido alitoináticamerite la capacidad de administrar. s~s
bienes (artículo 32 de la Ley, ap. 21, supra). No se le ha nombrado adm1ms- 1976, serie A, núm. 22, pg. 24, ap. 57; Sentencia Irlanda contra el R.tdno Unido
trador provisional (artículo 33) y, al parecer, su esposa se ocupó en priridpio de 18 de enero de 1978 serie A, número 25, pg. 74, ap. 194) de excepciones
de sus asuntos. El 11 de agosto de 1971 el Tribunal de distrito nombró un que están pidiendo una interpretación estricta (véase, mutatis mutandi la Sen-
curador (artículo 378 del Código Civil), el cual no ha pedido en riinguna tencia Klass y otros de 6 de septiembre de 1978 serie A, núm. 28, pg. 21, ap.
ocasión la puesta en libertad del interesado. · ·· 42, y la Sentencia «Sunday Times>> de 26 de abril de 1979 serie A, núm. 30,
pg. 41, ap. 65). Tampoco concordaría con la finalidad y el objeto de este
[ ... ] precepto: garantizar que no se despoje a nadie arbitrariamente de.su libertad
(Sentencia Law'less .de 1 de julio de 1961 serie A, núm. 3, pg. 52;. Sentencia
FUNDAMENTOS.DE DERECHO Engel y otros, antes éitada, _pg. 25, ap. 58). Dicha opmióri desconocería, a
mayor abundamiento, la importancia del derecho a la libertad en tina sode-
dad democrática (Sentencia De Wilde, Ooms y Versyp de 18 de junio de 1971
l. Sobre la violación del artículo 5.1 serie A, número 12, pg. 36, ap. 65; Seritencia Engel y otros, antes citada, pg.
35, ap. 82 in fine). .
35. Es indiscutible la pérdida de libertad del demandante desde 1968,
excepto algunas interrupciones, emvirtud de la Ley sobre enfermos mentales [ ... ]

l
278 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS IV.-DERECHO A lA LIBERTAD Y A lA SEGURIDAD (ART. 5) 279
39~ La «legalidad» del internamiento respecto al artículo 5.1.e) es el puesto que les corresponde, en primer lugar, apreciar las pruebas que se les
segundo problema que se debe examinar. Supone;en primer lugar, la con- han aportado en un caso concreto; y la misión del Tribunal consiste en fiscali-
formidad con el Derecho interno, pero también lo confirma el artículo 18 zar sus Resoluciones en el ámbito del Convenio (véanse especialmente, muta-
coh lá. fuialidá.d de las restricciones autorizadas por el artículo 5.1.e); y esta tis mutandi, la Sentencia Handyside de 7 de diciembre de 1976, serie A, núm.
característica debe darse tanto al acordar como al. ejecutar la medida privativa 23, pgs. 22 y 23, aps. 48 y 50; la Sentencia Klass y otros, antes citada, pg. 23,
de libertad (Sentencia Engely otros, antes citada, pg. 28, ap. 68 in.fine). ap. 49, y la Sentencia Sunday Times, antes citada, pg. 36, ap. 59).
Sobre el tema de la conformidad con el Derecho interno, el Tribunal . 41. En el presente caso, las pruebas médicas aportadas ~te los Tribu-
subraya que el adjetivo «legal» comprende a la vez el procedimiento y el nales ponían de inanifiesto sustancialmente que el demandante presentaba
fondo. Existe, pues, determinada relación entre este adjetivo y la exigencia reacciones esquizofrénicas y paranoicas, no se daba cuenta de su estado pato-
general formulada al principio del artículo 5.1.e): el respeto del «procedi- lógico y había cometido actos. graves sin· medir sus consecuencias. Además,
miento establecido por la ley» (ap. 45, infra). los diversos intentos de reintegrarle poco a poco en la soci~dad.habían fraca-
sado (aps. 24, 27, 39 y 30, supra).
Verdaderamente estas dos expresiones reflejan la importancia de la fina-
lidad que subyace en el .artículo 5.1 (ap. 3,7, supra): en una· sociedad de_mocrá- 42. El señor Wintenverp impugna los informes médicos, considerándo-
tica adherida a la primacía del Derecho (Sentencia Golder de 21 de febrero los insatisfactorios a la luz de las finalidades del artículo 5.1.e). Se pregurita,
y
de 1975 serie A, núm. 18, pgs. 16-1/, ap. 34; Sentencia Klass otros, antes a mayor abundamiento, si la resolución inicial del Alcalde se fundaba en
pruebas psiquiátricas. ·
citada, pg. 25, ap. 55) no puede considerarse nunca una detención arbitraria
como «legal». Para el Tribunal, las circunstancias que llevaron a esta resolución en
La Comisión insiste, por su parte, en la necesidad de que no existan mayo de 1968 (ap. 23, supra) eran adecuadas para justificar un internamiento
elementos de arbitrariedad; y deduce de ella que no se puede internar a «de urgencia» del tipo previsto a la sazón por el artículo 14 de la Ley holan-
nadie como «enajenado» sin datos médicos que pongan de manifiesto un desa. Aunque puedan suscitarse dudas sobre la necesidad de prolongar tal
estado mental adecuado que justifique la hospitalización obligatoria (ap. 76 internamiento durante no menos de seis semanas, este plazo no ha sido exce-
del informe). El demandante y el Gobierno formulan análoga opinión. sivo hasta el punto de implicar la «ilegalidad» de la detención. A pesar de
las críticas del demandante, el Tribunal no tiene ningún motivo para dudar
El Tribunal comparte íntegramente esta tesis. Según su puntó de vista, de la objetividad y de la solidez de las pruebas médicas en las que se han
para privar al interesado de su libertad se requiere, salvo en casos urgentes, fundado los Tribunales holandeses para autorizar, a partir de junio de 1968,
haber justificado suficientemente su «enajenación». La naturaleza misma de el internamiento de éste como enajenado. No conoce tampoco indicio al-
lo que es necesario demostrar ante la autoridad nacional competente -una guno de que la privación de libertad que se impugna se acordara con una
perturbación mental real- exige un examen médico objetivo. Además, la finalidad ilegal.
perturbación tiene que ser de unas características .y de una amplitud que
justifiquen el internamiento. Más aún, el internamiento no puede prolon- 43. El Tribunal llega, por tanto, a la conclusión de que el interna-
garse válidamente si no persiste semejante perturbación (véase, mutatis mu- miento del señor Wintenverp fue durante sus diversas fases «el internamiento
tandi, la Sentencia Stogmüller de 10 de noviembre de 1969 serie A, núm. 9, legal de un enajenado» en el sentido del artículo 5.1.e).
pgs. 39-40, ap. 4, y la Sentencia De Wilde, Ooms y Ver.ry, antes citada, pg. 43, B) CON ARREGLO AL PROCEDIMIENTO LEGAL
ap. 82).
44. El demandante afirma que su privación de libertad no se produjo
40. El Tribunal tiene, sin ninguna duda, competencia para comprobar «con arreglo al procedimiento legal». Esta expresión supone el respeto de
la «legalidad» de la detención (Sentencia Engely otros,_an_tes citada, pg. 29, determinados principios elementales del procedimiento judicial, por ejem-
ap. 69). En opinión del señor Wmtenverp, tres de las Órdenes de interna- plo informar al interesado, oírle, ofrecerle un medio de participar en el
miento objeto del litigio son ilegales por vicios de procedimientó. El Tribunal proceso y de contar con asistencia letrada. Dichos principios no fueron respe-
examinará estas alegaciones más adelante, conjuntamente é:on el probiema tados en el presente caso.
íntimamente relacionado del respeto del «procedimiento establecido por la
ley» (aps. 44 a 50, infra). Por el momento basta con añadir lo sigliiente: hay El Gobierno contesta que el procedimiento previsto en la materia de
que reconocer a las autoridades nacionales determinada facultad discrecio- que se trata por la Ley holandesa cumple, sin duda, las condiciones qué
nal al resolver sobre el internamiento de un individuo como «enajenado», pueden deducirse a este respecto del artículo 5.1, puesto que garantizallll
N.-DERECHO A lA LIBERTAD Y A lA SEGURIDAD (ART. 5) 281
280 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS

control periódico por un juez independiente que se apoya, al resolver, en holandés. El Reglamento interior de este Tribunal, al atribuir a una Sala así
los informes médicos. todos los asuntos que inciden en los artículos 22 a 24 de la Ley sobre los
enfermos mentales, infringía el artículo 288.b) del Código de Procedimiento
En opinión de la Comisión, el artículo 5.1.e) se limita exigir que haya Civil, que subordina a la expresa resolución de una Sala compuesta, por lo
informes médicos; y por lo demás se remite al Derecho interno sin someterse menos, de tres jueces, en todo caso, la sumisión a la Sala de un solo juez (ap.
a garantías mínimas de procedimiento. 17, supra). ·
45. El Tribunal entiende, por su parte, que las palabras «Con arreglo El Gobierno impugna esta interpretación fundándose en otros textos de
al procedimiento legal» se refieren fundamentalmente a la l~gislación nacio- Derecho holandés.
nal, y establecen la necesidad de seguir el procedimiento fijado por ésta.
Por lo que respecta a la Comisión, considera que «las autorizaciones del
Sin embargo, el Derecho interno tiene que ajustarse al Convenio inclu- internamiento no son ajenas a la competencia de la Sala de un solo juez»
yendo en esta exigencia los principios generales explícitos o implícitos en (ap. 80 in fine del informe).
éste. En el fragmento antes citado subyace el concepto de un procedimiento
justo y adecuado, así como la idea de que cualquier medida privativa de la El Tribunal comprueba que la solución que dio a esta cuestión el Tribu-
libertad debe proceder de una autoridad idónea, ejecutarse por ella y no nal de distrito de Utrecht se deducía de su Reglamento interior, aprobado
presentar características arbitrarias. La. Ley holandesa sobre los enfermos por un Real Decreto, de acuerdo con el dictamen del «Roge Raad» (ap. 17,
mentales (aps. 11 a 20, supra) cumple estos requisitos. supra). La conformidad de este Reglamento con el Código de Procedimiento
Civil plantea un problema en Derecho holandés que, por la falta de jurispru-
46. El Tribunal tiene competencia para examinar si se ha seguido el dencia del «Roge Raad», parece fomentar las discrepancias. En estas circuns-
procedimiento establecido por esta Ley en el caso del demandante (véanse, tancias, el Tribunal carece de suficientes razones para llegar a la conclusión
por ejemplo, la Sentencia De Wilde, Ooms y Versyp antes citada, pgs. 38-39, aps. de que el Tribunal de distrito de Utrecht no actuó «con arreglo al procedi-
69-70, y la Sentencia, Engels y otros, también citada con anterioridad, pg. 28, miento legal».
ap. 68 in fine). Normalmente no le corresponde comprobar si se ha respetado
el Derecho interno por las autoridades nacionales (Sentencia !Ji,ngeisende 16 49. Segundo vicio de forma alegado por el demandante: la· autoriza-
de julio de 1971 serie A, número 13, pg. 40, ap. 97); pero no sucede así en ción de internamiento de 16 de diciembre de 1969 ya había caducado al
las materias en que el Convenio reenvía directamente a este derechó, como renovarla el 7 de enero de 1971 el Tribunal regional de Boisle-Duc (ap. 27,
es el caso: en estas materias, el incumplimiento del De.recho interno implica supra). Se deduce de lo dicho una doble consecuencia: el internamiento fue
~l del Convenio, de suerte que el Tribunal puede y debe ejercer sus poderes ilegal en la medida en que continuó m;ís allá del plazo establecido, y, por
de control (resolución de la Comisión sobre la admisibilidad de la demanda otra parte, la orden de 7 de enero de 1971, al ser extemporánea, infringió
núm. 1169/61, X contra la República Federal de A~nia, Anuario del Conve- la ley.
nio, volumen 6, pgs. 521-591). El Gobierno contesta que, cuando el Fiscal promueve la prórroga del
Sin embargo, por economía procesal, el sistema de protección estable- internamiento, la autorización anterior continúa en vigor hasta que el Tribu-
cido J?ºr el Convenio señala límites al alcance de este control. Corresponde, nal resuelve. El artículo 24 de la Ley sobre enfermos mentales exige que la
en pnmer lugar, a las autoridades nacionales, especialmente a los Tribunales, petición se presente antes del vencimiento de la autorización precedente,
i~terpretar y aplicar el Derecho interno, incluso en el ámbito en que el Con- pero no concreta cuándo tiene que resolver el Tribunal regional (ap. 18
venio se «apropia» de las normas: las autoridades nacionales, por la natura- supra). En el caso de autos, el Ministerio Público presentó dicha petición el
leza de las cosas, sori las más adecuadas para resolver las cuestiones que 14 de diciembre de 1970, por consiguiente en tiempo hábil (ap. 27 supra).
surjan a este respecto (resolución de la Comisión antes citada, ibidem; véase El Tribunal acepta la explicación de carácter general facilitada por el
también, mutatis mutandis, el ap. 40, supra). Gobierno. Por lo que se refiere a las circunstancias del caso, no cabe enten-
· 47. En opinión del señor Wmterwerp, las autorizaciones de interna- der que el retraso haya implicado una privación arbitraria de libertad: el
miento expedidas contra él presentaban vicios de forma en dos puntos. · intervalo de dos semanas entre la caducidad y la renovación de la autoriza-
ción no puede en forma alguna calificarse como injustificado o excesivo'.
48. Ante todo, las acordadas por la Sala compuesta de un solo juez del
Tribunal de distrito de Utrecht los días 23 de diciembre de 1968 y 16 de 50. En resumen, el internamiento se produjo «con arreglo al procedi-
diciembre de 1969 (aps. 25 y 26, supra) eran «legales» conforme al Derecho miento legal».
282 lAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
IV.-DERECHO A LA LIBERTAD Y A LA SEGURIDAD (ART; 5} 283
C) EL DERECHO AL TRATAMIENTO
mismo año, del Tribunal de distrito, y las autorizaciones posteriores, de los
51. El señor Winterwerp sostiene que el artículo 5.1.e) supone el dere- Tribunales de distrito de esta ciudad y de Bois-le-Dtic (aps. 24-28, supra).
cho del internado como «enajenado» a un tratamiento adecuado que le ga- 55. En su Sentenda en el caso De Wilde, Ooms y Versy/J de 18 dejunio
rantice que el internamiento no se mantendrá más allá de lo estrictamente de 1971, antes citada, el Tribunal ha señalado (pg. 40, ap. 7()): ·
necesario. Ahora bien; en su caso las visitas del psiquiatra fueron muy escasas
y breves y los medicamentos recetados consistieron en cantidades excesivas «Cuando la resolución que priva de libertad procede de un órgano ad-
de sedantes. ministrativo, el artículo 5.4 obliga (... ) a los Estados a proporcionar al dete-
nido un recurso ante un órgano judicial, pero no. sucede lo mismo cuando
El Gobierno rechaza enérgicamente tales alegaciones.
la adopta un órgano de esta naturaleza como .f.inal de un pro~edimiento
El Tribunal entiende, con la Comisión, que no se puede deducir del judicial. En este último supuesto, el control que pretende el _articulo 5.4 se
artículo 5.1.e) el derecho de un paciente a un tratamiento adecuado a su incorpora a la resolución (... ) » · ·
estado. Además, el examen del expediente no pone de manifiesto a este
La Comisiórt, · con apoyo de s~ propia jurisprudencia, estima que. e~~
respecto que se haya incumplido alguna otra disposición del Convenio.
conclusión. no es aplicable al ,internamiento de una person~ como «enaje-
D) CONCLUSIÓN nada» podo menos cuando se decreta con durasión indeterminada (ap. 95
del informe). ·
52. El.Tribunal llega, por tanto, a la conclusión de que no se ha violado
el artículo 5.1. .Los motivos que justifican inicialmente un internamiento así, .tal como
se ha advertido anteriormente, pueden dejar de existir (ap. 39, supra). Por
11. Sobre la violación del artículo 5.4 consiguiente, se desconocería la finalidad y objeto del artículo 5 (ap. 37,
supra) si se interpretara que el ap. 4 dispensa a l~- de_te?~ión de to?o control
53. El demandante invoca también el ap. 4 del artículo 5, redactado posterior <;le legalidad, con ~ de que la resolu~io~ ~mcial procediera de un
como sigue: órgano judicial. Por su propia naturaleza, la pnvacion de libertad· _de que se
trata parece estar reclamando semejante control en intervalos razonables.
«Toda persona privada de su libertad mediante detención preventiva o Sin embargo, tal como advierte la Comisión en el ap. 95 de su informe, sería
internamiento tendrá derecho a presentar un recurso ante un órgano judi- superfluo ahondar en esta cuestión sin decidir antes si las Resoluciones que
cial a fin de que se pronuncie en breve plazo sobre la legalidad de su priva- afectaron al señor Winterwerp se tomaron después de «Un recurso ;:µite un
ción de libertad y ordene su puesta en libertad si fuera ilegal». órgano judicial» ( «proceedings before a court») en el sentido del artículo
Corresponde al Tribunal examinar esta queja, aunque no haya advertido 5.4.
ninguna vulneración del ap. 1 (Sentencia De Wilde, Ooms y Versyp, antes citada, 56. Ni el Alcalde que tomó la resolución inicial ni el Fiscal que pro-
pgs. 39-40, ap. 73). ·
longó su duración presentan los rasgos caractc:rísticos de un ."tribunal»: En
cambio, el juez de paz y los Tribunales de distnto que concedieron las diver-
A) SOBRE lA RESOLUCIÓN INICIAL DE INTERNAMIENTO TOMADA POR EL ALCALDE Y ..
sas autorizaciones eran, sin ninguna duda, «tribunales» desde el punto de
LAS AUTORIZACIONES CONCEDIDAS POR EL JUEZ DE PAZ YEL TRIBUNAL DE DISTRITO
vista orgánico: son «independientes. del poder eje_cutivo y de las partes» en
54. El señor Winterwerp fue internado inicialmente del 17 de mayo al el litigio (Sentencia De Wilde, Ooms y Versyp antes citada, pg. 41, ap. 77)..
24 de junio de 1968, en virtud de una resolución del Alcalde de Amersfoort.
57. Sin embargo, el artículo 5.4 no se li~ita a la intervei:ición_de .~cho
La decisión fue adoptada por el procedimiento de urgencia, previsto a la
órgano y exige que el «procedimiento segmdo» tenga «Caracter judicial y
sazón por el artículo 14 de la Ley sobre los enfermos mentales, con una
proporcione a la persona afectada garantías adec~a?as ~ la naturale~a ?e la
validez de tres semanas. Dicho plazo fue prorrogado por el Fiscal (ap. 23
supra). · .. privación de libertad que se discuta», y para decidir «Si un procedimien.to
ofrece garantías suficientes» hay que tener e~ cuenta l_a naturaleza ~special
El internamiento posterior del demandante no se debió a un acto admi- de las circunstancias en que se desarrolle (vease la misma Sentencia antes
nistrativo: con arreglo a los artículos 17, 23 y 24 de la Ley, la autorización de citada pgs. 41 y 42, aps. 76 in fine y 78);
internamiento provisional de 24 de junio de 1968 procedía del juez de paz
Como bien señala el Gobierno, el «internamiento de un enajenado»
de Amersfoort; la autorización de internamiento de 23 de diciembre del
[art. 5.1.e)] constituye una categoría especial.
284 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS IV.-DERECHO A LA LIBERTAD Y A LA SEGURIDAD (ART. 5) 285

· 58. ·Según el punto de vista de la Comisión, elpunto detenriinante de como estaban redactados, no obligan al juez de paz ni al Tribunal de Distrito
un procedimiento judicial consiste, en un caso así, en el derecho del in tere- a oír a la persona cuyo internamiento se solicitaba (aps. 14, 17 y 18, supra).
sado a presentar sus pruebas y de refutar las médicas y sociales invocadas en
pro de su internamiento (ap. 102, del informe). En opinión de los delegados, En el caso de autos~ nunca se hizo partíeipe al demandante, ni en per-
la legislación Holandesa infringe el artículo 5.4 al cónceder a este respecto sona ni por medio de un representante, de los procedimientos que origina-
al juez unas facultades discrecionales. ron las diversas autorizaciones de internamiento concedidas contra él; no se
le informó sobre su desarrollo ni sobre su resultado; los órganos judiciales
El demandante suscribe sustancialmente el razonamiento de la· Comi- no le dieron audiencia y no tuvo ocasión.de defender su causa.
sión, y añade que, a· la vista de la especfal situación de los enajenados, del
artículo 5.4 se deriva un dere<;:ho a la asistencia letrada. •· · En este punto fundamental, no tuvo, de derecho ni de hecho, las garan-
- . ..
.
tías que exige el artículo 5.4 del Convenio. A pesar de contar cop algunos
59. Según el Gobierno, el artículo 5.4 no obliga .al órgano judicial a elementos jurisdiccionales, el procedimiento seguido por el juez de paz y el
oír personalmente a un individuo cuyo estado mental, justificado cqn un Tribunal de distrito para examinar las peticiones de internamiento no·ie
informe médico objetivo, le incapacite para'cualquier declaración eficaz en garantizó el «derecho de interponer un recurso ante un órgano ju.dicial» en
el procedimiento. Las pruebas médiea'.s objetivas facilitadas a lo•largo de los el sentido de este texto (ap. 57 supra). Sin subestimar en nada el valor de las
años a los Tribunales holandeses demostraroñ que éste era el caso del señor numerosas garantías que la ley ofrece a los enfermos mentales, el Tribunal
Winterwerp. considera que dicho procedimiento no cumplía las exigencias del artículo
_El régi~en contemplado ·en la Ley sobre enfermos mentales ofrece ga- 5.4.
r~tias suficientes.. El c~ntro~ corresponde a un órgano judicial indepen~
diente, con totál discrec10nalidad para examinar el fondo de cada a.Siirifo. B) SOBRE LAS PETICIONES DE PUESTA EN LIBERTAD DEL DEMANDANTE

Ostenta además carácter permanente; y por lo menos una vez al año un 62. El Gobierno insiste justificadamente en la nec~sidad de realiZC!I_uri
órgano judicial ~esuelve sobre la necesidad de prolongar el internamiento'. análisis global del régimen de lá Ley sol;>re enfermos mentales. Quedá; por
Po~ su parte, el ~isc.al, al que la Ley atribuye la misión de garantizar que no tanto, por examinar si el procedimiento aplicable a las peticiones de puesta
~e mterne a nadie ilegalmente en un hospital psiquiátrico, desem.peñá un en libertad (artículo 29 de la Ley, ap. 20 supra) cubre las fagunas que el
importante cometido de. inspección. Por último, los testimonios e informes Tribunal acaba de comprobar.
médicos que se exigen en las diversas fases responden a normas concretas
para proteger al paciente. 63. Si el artículo 29 de la Ley permite al interesado exigir el control
de su internamiento, la petición de puesta en libertad no tiene que resolVerse
60. El Tribunal no comparte la opinión del Gobierno.
necesariamente por un órgano judicial. Se dirige a la dirección del h~spital,
Ciertamente, los procedimientos judiciales a que se refiere el artículo · fa cual, si el informe médico es desfavorable, fa traslada al FiscaI. Este la
5.4 no. requiere~ estar siempre acompañados de garantías idénticas a las que somete, en principio, al Tribunal de distrito, pero no tiene obligaciém, en
pr~scnbe el articulo 6.1 para los procesos civiles y penales (Sentencia De determinados supuestos, de hacerlo así, sobre todo si le parece. imposible
Wzlde, Ooms y Versyp, antes citada, pg. 42. Ap. 78 in fine).. No obst:apte" es que se acceda a la petición. Ahora bien, de niriguna ·manera puede ~nten'."
necesario q1:1e. ~l interesado yueda .comparecer ante un órgano judÍcial ·y derse que su resolución proceda de un órgano judicial· a los efectos del ar-
tener la posibilidad de ser 01do personalmente o,. en su caso, mediante al- tículo 5.4 del Convenio: es indudable que algunas limitaciones a la frecuencia
guna forma de representaci~n, sin lo cual no disfrutará de las «garantías de tales peticiones podrá considerarse, según las circunstancias, como lícitas
fun~amentales ~e proce~imiento que se aplican en la materia de privación restricciones de la comparecencia de los enajenados en losTribunales (ap.
de libertad» (vease la misma.sentencia, pg. 41, ap. 76), Las enfermedades 60 supra). Sin embargo, el Fiscal, cuando se niega a elevar al Tribunal de
mentales pueden restringir o modificar este derecho en· la forma de ejerci- distrito una petición por considerarla sin fundamento suficiente, no se limita
tarlo (véase, con referencia al artículo 6.1, la Sentencia Golder antes citada a restringir el derecho a acudir a la vía judicial reconocido en el artículo 5.4:
.pg. l~, ap. 39), pero no pueden justificar un ataque a lo que es su propi~ en realidad lo suprime.
esencia: V:erdaderamente pueden ser necesarias unas garantías especiales de
procedimiento para proteger a los que, por sus perturbacione~ meqtales, no Por su parte, el Tribunal de distrito, cuando tiene que resolver, aprecia
son completamente capaces de regir por sí mismos. discrecionalmente si procede oír al internado. Una facultad asLno asegura
las garantías fundamentales de procedimiento que se deben cumplir en ma-
61. Los artículos 17, 23 y 24 de la Ley sobre los enfermos mentales, tal teria de privación de libertad (aps. 60 y 61 supra).
IV.-DERECHO A LA LIBERTAD Y A LA SEGURIDAD (ART. 5) 287
286 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS

el internado no pudo acudir a un «tribunal». ni d~sfrutó de estas garan~as


64. El Tribunal de distrito concedió audiencia al señor Winteiwerp en
cuando se examinaron sus peticiones de puesta en libertad, con la excepcion
febrero de 1969 al examinar la primera petición (ap. 30 supra; primer pá~
de la primera, rechazada por el Tribunal de distrito en febrero de 1969.
rrafo). El señor Winteiwerp dispuso con esta medida de u_n recurso ante un
Sufrió, por tanto, una violación del artículo 5.4. .
órgano judicial para impugnar la legalidad ,de su internamiento.
68. A la vista de esta conclusión, el Tribunal no considera necesario
En cambio, sus peticiones posteriores de abril de 1971, julio de 1972 y resolver otro problema suscitado en el presente caso: el control de «legali-
febrero de 1973 no se trasladaron al Tribunal de distrito: el Fiscal las rechaió
dad» que impone el artículo 5.4,. ¿se_ refie~~· adem~ de a la co.rre~~ión fo~al
considerando que no serian estimadas (ap. 30 supra, párrafos segundo y .ter- del procedimiento seguido, a lajustificacion matenal de la pnvacion d.e liber-
cero). Resolvió en cada ocasión después de oír al demandante y es posible tad? La Comisión, el Gobierno holandés y el demandante se pronuncian por
que lo hiciera justificadamente, apoyándose en los datos de que di~porie, la interpretación afirmativa (aps. 46, 62 y 88 a 91 ?el informe), pero el Go-
pero no se puede calificar á sus Resoluciones como tomadas por un «organo bierno del Reino Unido la discute en su memorandum de 9 de enero de
judicial» en el sentido del artícufo 5.4. · ' ' 1979 (ap. 7 supra). Cualquiera que sea el caso, la legislación holandesa no
limita el alcance del control. ·
C) SOBRE LA CIRCUNSTANCIA DE QUE EL DEMANDANTE NO ESTUVO REPRESENTADO
LEGALMENTE
. ;J
POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL, POR UNANIMIDAD,
65. El Gobierno declara en el ap. 11.b) de su infortne que la persona l. Declara que no se ha violado el artículo 5.1.
que tenga «buenas y sólidas razones para negar la legali~ad de su deten~ión» 2. Declara que se ha violado el artículo 5.4.
puede, según la legislación holandesa, exponerlas al Tnbunal por medio de
un abogado defensor. El señor Winteiwerp tuvo varias ocasiones para consul- [ ... ]
tar a un abogado de su elección, sobre todo durante sus vacaciones fuera del
Hecha en francés y en inglés, siendo fehaciente el texto inglés, en el
hospital. Como, según parece, -no intentó dirigirse a los Tribunales por me-
Palacio de los Derechos Humanos, en Estrasbtirgo, el veinticuatro de octubre
dio de un abogado, tanto al examinarse perióditarriente su internamiento
de mil novecientos setenta y nueve. Firmado: Helga Pedersen, Presidente,
como al estudiar sus peticiones de puesta en libertad, no se puede_ pretender,
Marc-André Elssen, Secretario.
en opinión del Gobierno, que se le negó «el derecho de interponer un re-
curso», tal como lo garantiza el artículo 5.4. · · ·
66. El Tribunal no comparte esta tesis. El b'enefido del proé:edimie11tp
que impone el artículo 5.4 no depende de que existan «buenas y sólidas
razones para negar la l~ga!-idad de (una) detención», por cuanto se tra~
precisamente del problema que tiene que resolver la jurisdicció~ interna.
Además, el artículo 5.4 no exige-que los individuos sometidos a 'vigilancia
como enajenados tengan que ocuparse pérsonalmente, antes de acudir a un
órgano judicial, de encontrar un letrado ·que los represente. ·
Por consiguiente; no se puede pretender que el demandante, poi- no
haber encargado· a un abogado que le representase, no ha hecho uso del
derecho reconocido por el artículo 5.4; de hecho, lo ha invocado pertinente-
mente al pedir en cuatro ocasiones que se revise fa legalidad de su interna-
miento (ap. 64 supra). ·

D) CONCLUSIÓN

67. En resumen, las diversas Resoluciones que ordenaron o autoriza-


ron el internamiento del señor Winteiwerp procedían, según los casos, de
órganos que no presentaban los rasgos propios de' un· «tribunal» o no ofre-
cían las garantías de un procedimiento judicial exigidas por el artículo 5.4;
8. Asunto Brogan c. Rei.no Unido, de 29 de noviembre de 1988
En el asunto Brogan y otros contra Reino Unido,
El Tribunal Europeo de DerechosHumanos,:constituido en sesión ple-
_,'
naria en aplicación del artículo 50 de su Reglamento, y compuesto por los
siguientes Jueces, señores, R Ryssdal, Presidente, J, Cremona, Thór Vilhjálm-
ss~n, D. Bindschedler-Robert, F. Golcüklü, F. Matscher, J. Pin_heiro Farinha,
L.-E. Pettiti, B. Walsh, Sir Vincent Evans, R Macdonald, C. Russo, R Bem-
hardt, A. Spíelmann, J. de Meyer, J. A. Carrillo Salcedo, N. Valticos, S. K
Martens, E. Páhú, así como los señores M.-A. Eisseh, Secretario, y H. Petzold,
Secretario adjunto,
Tras haber deliberado en privado los días 27 de mayo y 28 de octubre
de 1988,
Dicta la siguiente:

SENTENCIA

HECHOS

l. Las circunstancias del caso

A) TERENCE PATRICK BROGAN

11. El primer demandante, el señor Terence Patrick Brogan, nació en


1961, es agricultor. Vive en el Condado de Tyrone, en Irlanda del Norte.
12. El 17 de septiembre de 1984, a las 6.15 horas, la policía le detuvo
en su casa en aplicación del artículo 12 de la Ley de 1984 que puso en vigor
unas disposiciones temporales para la lucha contra el terrorismo («la Ley de
1984»). Fue trasladado al cuartel de Gough, Armagh, donde estuvo detenid<;>
hasta su puesta en libertad el 22 de septiembre de 1984, a las 15.20 horas; es
decir durante cinco días y once horas.
13. Unas horas después de su detención, se le interrogó sobre su pre-
sunta participación en un ataque a una patrulla móvil de la policía, sucedido
el 11 de agosto de 1984 en el Condado de Tyrone y que ca'usó la muerte de
un sargento y heridas graves a otro policía. Se le preguntó también sobre su
supuesta pertenencia al Ejército republicano irlandés provisional (el IRA),
organización prohibida a los efectos de la Ley de 1984. Se mantuvo ensilen-
cio, negándose a responder. Además, se separaba de los que le interrogaban
290 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
IV.-DERECHO A LA LIBERTAD Y A LA SEGURIDAD (ART. 5) 291
y fijaba la vista en el suelo, en el techo o en la pared y de vez en cuando se
21. El 1 de octubre de 1984, a las 7.04 horas, unos policías le detuvie.:.
erguía. Su abogado, le visitó los días 19 y 21 de septiembre.
ron en su domicilio en virtud del artículo 12 de la Ley de 1984. Conducido
B) DERMOT CoYLÉ a la Comisaría de Castlereagh de la Real Policía del Ulster («la RUC»), en
Belfast, estuvo detenido en ella hasta el 5 de octubre de 1984, a las sei~ ,de la
14. El segundo demandante, el señor Dermot Coyle, nació en 1953. tarde, en que se le puso en libertad. Duró, pues, su detención cuatro días y
En paro actualmente, reside en el Condado de Tyrone, en Irlanda del Norte. · once horas.
15. El 1 de octubre·de 1984, a las 6.35 horas, la policía le detuvo en su 22. Horas después de su detención, se le interrogó sobre el ataque a
domicilio en virtud del ·artículo 12 de la Ley de 1984. Conducido al cuartel mano armada los días 3 de marzo y 29 de mayo de 1984 a las oficinas de
de Gough, Armagh, permaneció allí detenido·hasta que•se·Ie-puso en libertad Correos en Londonderry y sobre una conspiración para asesinar a miembros
el 7 de octubre de·Í984, a las ll.05 horas; es decir; diirante seis días y dieci- de las fuerzas de seguridad; Se le preguntó también acerca de su presunta
séis horas y media. '· · · · · afiliación al Ejército Nacional irlandés de liberación («el INLA» ), organiza-
16. . Unas horas después de su detención, se le interrogó sobre una ción terrorista prohibida. Guardó un silencio total, salvo en. algunas cuestio-
mina terrestre colocada con el fin de matar miembros de las fuerzas de segu- nes generales, e intentó interrumpir los interrogatorios golpeando sobre los
ridad el 23 de febrero de 1984, y sobre la explosión de una bomba incendia- tubos de la calefacción de la habitación, silbando y dando con su silla contra
ria el 13 de julio del mismo año, incidentes acaecidos en el Condado de las paredes y el suelo. El 3 de octubre, le visitó su abogado ..
Tyrone. Se le preguntó también sobre su presunto depósito de armas de E) HECHOS COMUNES A LOS CUATRO DEMANDANTES
fuego y su supuesta pertenencia al IRA provisional. Se encerró en un silencio
total, salvo en una ocasión en la que pidió sus cigarrillos. Durante un interro- 23. La policía informó a los demandantes al detenerles que lo hacía
gatorio, escupió varias veces al suelo y por encima de la mesa de la habita- con arreglo al artículo 12 de la Ley de 1984 y que había indicios racionales
ción. Los días 3 y 5 de octubre le visitó su abogado. de su implicación· en la comisión y preparación de actos de terrorismo rela-
cionados con la situación en Irlanda del Norte, o en la inducción a c;ometer~
C) Wn..LIAM McFADDEN los. Se les dijo· que no estaban obligados a hablar, pero que todas sl1s declara-
17. El tercer demandante, el señor William McFadden, nació en 1959. dones se podrían utilizar como medios de prueba.
En paro en la actualidad, vive en Londonde.rry, en Irlanda del Norte. 24. Al día siguiente de su detención, la policía informó a cada deman.:.
18. Un policía le detuvo en su domicilio el 1 de octubre de 1984, a las dante que el Ministro para Irlanda del Norte había autorizado que se prolon-
siete de la mañana, con arreglo al artículo 12 de la Ley de 1984. Conducido gara su detención cinco días más, de .acuerdo con el artículo 12.4 de Ja Ley
al centro de detenciones de la policía de Castlereagh, en Belfast, permaneció· de 1984. Ni se les llevó ante un Juez u otro Magistrado facultado legalmente
allí hasta que fue puesto en libertad el 5 de octubre de 1984, a las 13 horas. para ejercer funciones judiciales ni se les acusó después de sti puesta en
Por tanto, duró su detención cuatro días y seis horas. libertad.

19. Horas después de que se le detuviera, fue interrogado sobre el ...


[ ]
asesinato de un soldado, como consecuencia de la explosión de una bomba,
el 15 de octubre de 1983, en Londonderry y sobre el de otro, durante un FUNDAMENTOS DE DERECHO
atentado mediante una bomba de gasolina, acompañado de un tiroteo, el 23
[ ... ]
de abril de 1984 en la misma ciudad. Se le preguntó si pertenecía, como se
suponía, al IRA provisional. Se mantuvo en un silencio total, salvo en una
ocasión en que contestó a preguntas generales. Además, de vez en cuando, II. Perspectiva general
se levantaba o se sentaba en el suelo de la habitación. El 3 de octubre le 48. El Gobierno insiste reiterádamente en la existencia, en Irlanda. del
visitó su abogado. Norte, de tina sitµación }iÍuy delicada, especialmente por la am.enáza que
D) MICHAEL TRACEY
supone el terrorismo organiiado: . _ · . ,, · , . . · · · . , ·. ·
El Tribunal, ante la extensión del terrorismo en la sociedad moderna,
20. El cuarto demandante, el señor Michael Tracey, nació en 1962.
ha reconocido ya la necesidad, inherente al sistema del Convenio, de encon-
Aprendiz de carpintero, vive en Londonderry,.en Irlanda del Norte~
trar un equilibrio justo entre la defensa de las institudon~s· democráticas en

-;,:-.
292 IAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS IV.-DERECHO A LA LIBERTAD Y A LA SEGURIDAD (ART. 5) · 293

interés de todos y la protección de los derechos individuales (Sentencia Klass 50. Al principio de su alegación, sostienen los demandantes que su
y otros, de 6 de septiembre de 1978, Serie A, núm. 28, pgs. 23, 27 y 28, aparta- arresto y el mantenerles detenidos preventivamente no -se fundáron en la
dos 48, 49 y 50). · sospecha de que habían cometido un determinado delito, sino más bien en
su participación en actos indeterminados de terrorismo. Ahora bien, lo dicho
El 22 de agosto de 1984, el Gobierno informó al Secretario General dc;!l no infringe el Derecho penal de Irlanda del Norte y no puede considerarse
Consejo de Europa que retiraba una notificación de derogación conforme Cl1 . como una «infracción» a los efectos del artículo 5.1.c).
artículo 15 y debida al estado de excepción en Irlanda del Norte ·(Ailuario
del Convenio, vol. 14 [1971], pg. 33; vol. 16 [1973], pgs. 27 a 29; .vol. 18 El Gobierno no discute que la Ley de 1984 condicione el arresto a que
[1975], pg; 29, y vol. 21 [1978], pg. 23, para las notificaciones de derogación, se sospeche que ha habido un delito determinado; pero la definidón del
y Boletín de información sobre las actividades jurídicas en el Consejo de terrorismo que da el texto legal Je parece compatible con el concepto de
Europa y en los Estados miembros, vol. 21 [julio de 1985l, pg. 2,. para la infracción y con las exigencias a éste respecto del apartado Lé), ·como fo
retirada). El Gobierno indicaba que, en consecuencia y en su opinión, «las confirma la jurisprudencia del Tribunal. Destaca que, en realidad; los den:ian-
disposiciones del Convenio, se aplicaban totalmente» .. Por otra parte; como dantes no eran sospechosos de estar implicados en el terrorismo en general,
el propio Gobierno señaló, la derogación no era aplicable al ámbito legal a sino de haberse afiliado a una organización prohibida y de participar~ en
que se refiere el presente caso. · acciones precisas de terrorismo que eran infracciones del Derecho de Irlanda
del Norte, y así se les dijo expresamente durante los interrogatorios después
Por consiguiente, no hace falta averiguar en este caso si una campaña de su arresto. · · · · ··
terrorista en Irlanda del Norte permitía al Reino Unido eximirse, en virtud
del artículo 15, de las obligaciones que resultan del Convenio. Hay que abor- 51. El artículo 14 de la Ley de 1984 define el terrorismo como «el
dar el caso partiendo de la idea de que los artículos en que los demandantes recurso a la violencia con fines políticos», con· inclusión del propósito de
fundan sus reclamaciones son totalmente aplicables. Sin embargo, lo dicho «asustar a la sociedad o a una parte de ésta» (apartado 31, supra). El Tribunal
no obsta a que se tengan en cuenta: debidamente las cü:-cunstancia.S generales ha comprobado ya que la misma definición -incluida en el Decreto de 1972
del caso. Corresponde al Tribunal determinar la iinpoii:aiícia :que hay que sobre el arresto de terroristas en Irlanda del Norte y en la Ley de 1973 sobre
atribuirles en el ámbito del artículo 5 y comprobar si, en este caso/el equili- el estado de excepción en Irlanda del Noreste- «concordaba bien con la idea
brio logrado respetó las disposiciones aplicables de dicho precepto, interpre- de «infracción» (Sentencia Irlanda contra el Rei,no Unido de 18 de enero de
tadas a la vista de sus propios términos y de su objeto y finalida,c:\ globales. 1978, Serie A, núm. 25, pgs. 74 y 75, ap. 196)».
Además, se interrogó a todos los demandantes, en las horas que siguie-
m. Sobre la violación del artículo 5.1 ron a su arresto, sobre su presunta implicación en delitos concretos y su
49. Los demandantes alegan la violación' del ~tículo 5.1 del Convenio; supuesta pertenencia a organizaciones prohibidas (apartados 13, 16, 19 y 22,
que dispone: · · · supra).
Por consiguiente, su privación de libertad se fundaba en la razonable
«Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad. Nadie puede
sospecha de que habían cometido una infracción en el sentido del artículo
ser privado de su libertad, salvo en los casos siguientes y con arreglo al proce-
dimiento establecido porla ley: 5.1.c).
52. El citado precepto exige también que la finalidad del arresto y de
c) Si ha sido detenido y privado de libertad, conforme a derecho, para
su mantenimiento en detendón preventiva sea la de hacer comparecer al
hacerle comparecer ante la autoridad judicial competente cuando existan
interesado ante la autoridad judicial competente.
indicios racionales de que se ha cometido una infracción».
En opinión del Gobierno y la Comisión, así sucedió.en el presente· caso
En relación al Derecho de norirlandés, no se lia dis~utido la:«legalidad» y si la policía, después de detener a los demandantes, hubiera recogido prue-
de los arre~tos y las detenciones preventivas litigiosas y,, especialmente, su bas suficientes, habrían sido, sin duda, acusados y sometidos a juicio.
confonílidad con «las vías legales», pero, según los· démapdan:tes, la priVa.dón
de libertad que han sufrido, fundada en el artículo 12 de la Ley de 1984, no Los demandantes combaten estos argumentos y subrayan que ni se les
es conforme con el artículo 5,1.c) del Convenio: no se les arrestó'porque se acusó ni se les puso a disposición de un tribunal durante su detención pre-
sospechara que habían cometido 'una infracción ni para hacerles,comparecer ventiva. Un arresto efectuado en virtud del artículo 12 de la Ley de 1984 no
ante la autoridadjudicial competente. ·· ·.· . . · . ..· daba paso necesariamente a una acusación, y la exigencia del Derecho co:-
LAS SENTENCIAS BÁSICAs DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS N.-DERECHO A LA LIBERTAD Y A LA SEGURIDAD (ART. 5) 295
294

mún de poner al detenido a disposición de la autoridad judicial no era aplica- previstas en el párrafo 1 c), del presente artículo deberá ser conducida sin
ble a las détenciones practicadas con arreglo a aquella norma (apartados 30 dilación ante un Juez u otra autoridad habilitada por la Ley para ejercer la
y 32, supra). En opinión de los demandantes, se trataba de una especie de jurisdicción, y tendrá derecho a ser juzgada en un plazo razonable o a ser
internamiento.administrativo con el propósito de conseguir,informaciones, puesta en libertad durante el procedimiento. La puesta en libertad puede
como el uso que de hecho se hacía de las facultades excepcionales lo confir- estar condicionada a una garantía que asegure la comparecencia del intere-
maba. sado en juicio.»

53. No corresponde al Tribunal examinar in abstracto la legislación im- Señalan los demandantes que una persona arrestada con arreglo al Dere-
pugnada; tiene que limitarse a las circunstancias del caso. cho común de Irlanda del Norte debe ser puesto a disposición de una «Ma-
gistrate' s Court» dentro de las cuarenta y ocho horas (apartado 32, supra) y
La falta de acusación y de puesta a disposici6n de un tribunal no signi- que, según el Derecho común de Inglaterra y de Gales (ley de 1984 sobre la
fica necesariamente que la privación de libertad de los demandantes sea policía y las pruebas en materia penal), un arresto sin acusación no puede
contraria al artículo 5.1.c). Como han puesto de rµanifiesto el. Gobierno y la durar más de cuatro días, requiriéndose autorización judicial más allá de
CoIÍlisión, la existencia del pr,opósi~o a que se refiere .el precepto se debe treinta y seis horas. A su entender, no hay ningún motivo admisible para una
considerar conjndependencia de que se cumpla, y que ilo persiguiera un detención preventiva de siete días, radicalmente opuesta al régimen comú.n
objetivo conforme no presupone que la pollcía haya reunido las sUficientes e incluso al período de tres días que permite la Ley de 1978 sobre el estado
pruebas para que se formule la acusación, bien en el momentO del arresto, de excepción en Irlanda del Norte (apartado 33, supra). Ni hay motivo tarri-
bien durante la detención preventiva. · poco para dejar de confiar tales resoluciones a los tribunales de los seis con-
Quizá no háya sido posible reunir tales pruebas o, teniendp en cue11ta dados.
la naturaleza de los presuntos delitos, no se hayan podido presentar en juicio 56. Alega el gobierno la naturaleza y la extensión de la amenaza terro-
sin poner en peligro la vida de terceras personas: Nó hay ninguna razón para
rista, y la dificultad con que se tropieza para recoger pruebas suficientes
creer que las investigaciones de la policía -carecieron de buena fe ni qq.e l~ para la acusación. El plazo legal máximo de siete días de detención es parte
detención impugnada no pretendiera completarlas confirmando o disipando
indispensable del esfuerzo realizado para luchar contra esta amenaza, como
las sospechas concretas que, como el Tribunal ha comprobado,justifiéaban
lo confirma una serie de debates parlamentarios y de estudios sobre la legisla-
el asunto de los interesados (apartado 51, supra). Hay que admitir que la
ción (apartados 26 a 29, supra). En especial, las fuerzas de seguridad tienen
policía, si hubiera podido, habría denunciado a los detenidos poniéndolos a
dificultades para conseguir pruebas, a la vez admisibles y utilizabld, debido
disposición de la autoridadjudicial competente. al entrenamiento de los implicados en el terrorismo para afrontar los interro-
Por consiguiente, las privaciones de libertad objeto del litigio perseguían gatorios. Hace falta también tiempo para efectuar los estudios científicos ne-
la finalidad a que se refiere el apartado l.c). · cesarios, coordinar la.S informaciones facilitadas por los distintos detenidos y
mantener la debida relación con las demás fuerzas de seguridad. Las estadísti-
54. En conclusión, no hubo violación del artículo 5.1. cas corroboran la necesidad de poder prolongar el período de la detención.
Por ejemplo, en 1987 se concedió la prórroga a 365 personas, de las cuales
IV. Sobre la violación del artículo 5.3 83 quedaron detenidas preventivamente más de cinco días, y 39 de ellas
fueron acusadas de delitos de terrorismo durante la prórroga de la deten-
55. De acuerdo con lo dispuesto en la Ley de 1984, la policía puede ción.
mantener en detención preventiva a un individuo detenido, en virtud de su
artículo 12, por sospechas o indicios racionales de participación encactos En cuanto a la idea de atribuir a un Juez la revisión, e incluso la autoriza-
terroristas, durante un plazo inicial de cuarenta y ocho horas y, con la confor- ción, de la prolongación de la medida más allá de las cuarenta y ocho horas
midad del Ministro para Irlanda del Norte, durante uno o varios plazos hasta iniciales; el Gobierno subraya la dificultad de facilitar a la justicia, por su
un total de cinco días (apartados 30 a 37, supra). naturaleza sumamente delicada; algunas de las informaciones en que se apo-
yan las sospechas. El Tribunal no sólo tendría que reunirse a puerta cerrada,
Los demandantes sostienen que el arresto y la consiguiente detención sino que ni el detenido ni sus abogados podrían asistir a los debates ni recibir
preventiva que sufrieron en base a dicha ley, violó en su perjuicio el artículo más datos. Todo esto requeriría una reforma fundamental e inoportuna del
5.3 del Convenio, redactado como sigue: · ·
Derecho y del procedimiento del Reino Unido que permiten que la persona
«Toda persona detenida preventivamente o internada en las condiciones privada de libertad esté representada por sus abogados en cualquier actua-
1296 LAS SENfENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS IV.-DERECHO A LA LIBERTAD Y A LA SEGURIDAD (ART. 5) 297

ciónjudieial que se refiera a su arresto. Si se diera a los Jueces la competencia al Convenio en su totalidad» (véase, mutatis mutandis, Sentencia Engel y otros,
necesaria para autorizar las· prolongaciones de la detención, parecería que de 8 de junio de 1976, Serie A, núm. 22, pg. 28, ap. 69).
desempeñaban una función más ejecutiva que jurisdiccional. No se añadiría
59. La obligación expresada en francés por el adverbio aussitot (inme-
nada a las garantías que proporciona el régimen vigente contra los abusos y
diatamente) y en inglés por promptly (con prontitud) se distingue claramente
se correría el peligro de provocar críticas irrefutables contra el Poder Judi-
de la exigencia menos rigurosa formulada en la segunda parte del apartado
cial. En definitiva, el Ministro está en mejor situación para tomar tales resolu- .
3 (délai raisonnabk, reasonabk time) (plazo razonable) e induso de la definición
dones y asegurar una gestión coherente. Además, él mismo o, en su defecto,
del apartado 4 del mismo artículo 5 (a bref délai, speedily). El término promptly
uno de sus colegas puede examinar personalmente el fundamento de l.as
aparece también en el texto inglés del apartado 2 en que el francés se refiere
peticiones de prórroga (apartado 37, supra). ·
a dans k plus court délai. Como lo da a entender la Sentencia Irlanda contra
el Reino Unido (18 de enero de 1978, Serie A, núm. 25, pg. 76, ap. 199), la
57. La Comisión cita en su informe su jurisprudencia, según la cual un
palabra promptly, utilizada en el apartado 3, se puede considerar con un sen-
período de cuatro días en los delitos de Derecho común y de cinco en casos
tido más amplio que aussitot que, literalmente, significa inmediatamente. El
excepcionales puede considerarse compatible con el requisito de celeridad
Tribunal, ante dos textos de un mismo tratado con fuerza de ley, que hacen
establecido en el artículo 5;3 (véanse la.S resoluciones sobre la admisibilidad
fe pero que no concuerdan por completo, tiene que interpretarlos de ma-
de las demandas núms. 2894/1966, X contra Países Bajos, Anuario del Conve-
nera que los armonice en lo posible y sea la más adecuada para que se cum-
nio, vol. 9, 1966, pg. 569, y 4960/1971, X contra Bélgica, Repertorio de Reso-
plan el objeto y la finalidad del instrumento (véase, entre otras, Sentencia
luciones, vol. 42, 1973, pgs. 54 y 55). En opinión de fa Comisión, en el pre- Sunday Times, de 26 de abril de 1979, Serie A, núm. 30, pg. 30; ap. 48, y el
sente caso, teniendo en cuenta las circunstancias en que se detuvo a los artículo 33.4 del Convenio de Viena de 23 de mayo de 1969 sobre el Derecho
demandantes y los problemas singulares suscitados por la investigación de de los Tratados).
los delitos de terrorismo, estaría justificado un plazo algo. más largo que el
común. La Comisión llega a la conclusión de que el expresado requisito se El empleo en el texto francés del adverbio aussitot, que expresa con
cumplió en los casos de los señores McFadden (cuatro días y seis horas) y energía la idea de algo inminente, confirma que la flexibilidad asociada al
Tracey (cuatro días y once horas); no así en los de los señores Brogan (cinco concepto de rapidez o prontitud (promptness) es limitado, incluso no olvi-
días y once horas) y Coyle (seis días y dieciséis horas y media). · dando nunca las circunstancias a los efectos del apartado 3. Si la prontitud
debe apreciarse según las particularidades de cada caso (Sentencia De Jong,
58. El· hecho de que no se acuse o no se haga comparecer a un dete- Baljet y Van den Brink, anteriormente citada, Serie A, núm. 77, pg. 25, ap.
nido ante la autoridad judicial no supone en sí fa violación de la primera 52), la importancia que hay que conceder a éstas no puede llegar a afectar
parte del artículo 5.3. No existiría la violación si se le pone en libertad a la misma esencia del derecho protegido por el artículo 5.3, es decir, hasta
«con prontitud», antes de que se pueda revisar judicialmente su detención dispensar al Estado de su obligación de asegurar una rápida puesta en liber-
(Sentencia De Jong, Baljet y Van den Brink, de 22 mayo 1984, Serie A, núm. tad o una rápida puesta a disposición de la autoridad judicial.
77, pg. 25, ap. 52). Si no se le pone en libertad «con prontitud», tendrá el
60. Este litigio se refiere exclusivamente al arresto y a la detención
derecho de comparecer rápidamente ante el Juez u otra autoridad judicial.
preventiva, en virtud de las facultades concedidas por una legislación de ex-
cepción, de personas sospechosas de participar en el terrorismo en Irlanda
La «prontitud» se debe apreciar a la vista del objeto y de la finalidad del
del Norte. La exigencia, según las leyes ordinarias de dicho país, de poner
artículo 5. (apartado 48, precedente). El Tribunal tiene en cuenta la impor-
al acusado a disposición de un órgano judicial fue dejada sin efecto expresa-
tancia de este precepto en el sistema del Convenio: consagra un derecho
mente por el artículo 12.6 de la Ley de 1984 (apartados 30 y 32, supra). No
fundamenta,1, la protección de la persona contra los ataques injustos del Es-
procede resolver en el presente caso, en un asunto penal orcfülario, si un
tado a su libertad (Sentencia Bozano de· 18 de diciembre de 1986, Serie A,
determinado período de detención preventiva por la policía o la Ad.ministra-
núm. 111, pg. 23, ap. 54). La fiscalización judicial de estas injerencias del
ción -por ejemplo, cuatro días- sería compatible con el artículo 5.3.
Poder ejecutivo es un elemento esencial de la garantía del artículo 5.3, conce-
bida para reducir al mínimo el riesgo de arbitrariedad. Esta fiscalización está Ninguno de los demandantes fue conducido ante un Juez u «otra autori-
implícita en la preeminencia del Derecho, uno de los «principios fundamen- dad judicial» durante su detención preventiva. Por tanto, hay que decidir si,
tales» de una «Sociedad democrática» al que «se refiere expresamente el teniendo en cuenta las especiales circunstancias alegadas por el Gobierno,
preámbulo del Convenio» (véa.Se, mutatis mutandis, Sentencia Klass y otros, se puede considerar que recuperaron su libertad aussitot o promptly a efectos
anteriormente citada, Serie A, núm. 28, pgs. 25 y 26, ap; 55) y que «inspira del artículo 5.3 del Convenio.
298 lAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS IV.-DERECHO A LA LIBERTAD Y A LA SEGURIDAD (ART. 5) 299
61. :ta investigación de los delitos terroristas supone, sin duda, para las V. Sobre la violación del artículo 5.4
autoridades problemas espedales. El Tribunal ya se ha referido a algunos en
63. Alegan los demandantes que, como el artículo 5 no forina parte
relación al artículo 5.1 (apartado 53, supra); tiene en cuenta debidamente
del Derecho británico, no cabría una revisión efectiva de 'la legalidad de su
los factores señalados por el Gobierno a este respecto. Es cierto también que
detención tal como exige su apartado 4, redactado en los siguientes términos:
en Irlanda del Norte las peticiones de la policía al Ministro para pro,lo_ngar
las detenciones y el examen concreto de cada una proporcionan una suerte «Toda persona privad~ de su libertad mediante detención p·r~ventiva o
de fiscalización por el Poder ejecutivo (apartado 37, supra). Además, el Parla- internamiento tendrá derecho a presentar un recurso ante un órgano judi-
mento ha comprobado constantemente la necesidad de conservar los pode- cial, a fin de que se pronuneie en breve plaz.o sobrii:la leghlid<!-?de su priva-
res de excepción, cuya aplicación se ha revisado periódicamente por persona- ción de libertad y ordene su puesta en libertad si fuera legal».' · .
lidades independientes (apartados 26 a 29, supra). Reconoce el Tribunal que,
64. Existía la posibilidad del recurso al habeas corpus, pero los deman-
sin perjuicio de la existencia de suficientes garantías, el concepto del terro-
dantes no fo utilizaron. El habeas corpus ..habría ~upuestb la revisión de la
rismo en Irlanda del Norte tiene por efecto aumentar el plazo en que las
legalidad de su arresto y detención preventiva, ·a la vista de la Ley de 1984 y
autoridades pueden, sin violar el artículo 5.3, mantener en detención preven-
de los prineipios aplicables según lajurlsprudéncia (ap~dos 39 y 40~ '5ufrra).
tiva a los sospechosos de delitos terroristas graves antes de conducirlos ante ..
un Juez u «Otra Autoridad judicial». La Comisión entiende que se cumplieron las condiciones del artículo
5.4 puesto que la posible revisión en Irlanda del Norte habría abarcado el
La dificultad señalada por el Gobierno para someter a la fiscalización fondo y la forma de la detención de los demandantes a la vista del Convenio.
judicial las resoluciones de arrestar y mantener en detención preventiva a los El Gobierno razona·de la misma manera.
presuntos terroristas pueden afectar a la aplicación del artículo 5.3, por ejem- 65. Según la jurisprudencia: del Tribunal, el co.ncepto de. lawfulness o
plo, exigiendo las adecuadas precauciones procesales adaptados a la natura- régularité (legalidad) debe tener el mismo significado en el apartado 4 que
leza de los posibles delitos. Sin embargo, no pueden justificar, en el ámbito en el apartado 1 (véase, entre otras, Sentencia Ashingdane, de 28 de mayo
del citado precepto, la ausencia completa de dicha fiscalización, efectuada de 1985, Serie A, núm. 93, pg. 23, ap. 52) y la «legalidad» de un «arresto o
con rapidez. detención preventiva» se ha de apreciar a la vista no sólo del Derecho in-
terno, sino también del texto del Convenio, de los principios generales que
62. Reiterando lo dicho antes (apartado 59, supra), el carácter un tanto lo informan y de la finalidad de las restricciones que permite el artículo 5.1
flexible de la interpretación y aplicación del concepto de «rapidez» o «pronti- (véase también, entre otras, Sentencia Weeks, Serie A, núm. 114, pg. 28, ap.
tud» es muy limitado. En opinión del Tribunal, incluso el más breve de los 57). Con arreglo al apartado 4 del artículo 5 las personas arrestadas o en
cuatro períodos controvertidos -los cuatro días. y seis horas de detención situación de detención preventiva tienen derecho a la revisión de los requisi-
preventiva del señor McFadden- (apartado 18, supra) supera el estricto límite tos procesales y de fondo necesarios para la «legalidad», en el sentido del
de tiempo que autoriza la primera parte del artículo 5.3 Si se concediera a Convenio, de su privación de libertad: Lo cual quiere decir que, en el· caso
las circunstancias del caso tanta importancia como para justificar una deten- de autos, los demandantes debían disponer de un recurso que permitiera al
ción tan prolongada sin conducir al detenido ante un Juez u «Otra Autoridad Tribunal competente comprobar al mismo tiempo el cumplimiento de las
judicial», se ampliaría indebidamente el sentido evidente de la palabra reglas procesales del artículo 12 de la Ley de 1984 y el carácter razonable de
«prontitud». Se debilitaría de esta manera, en perjuicio de la persona, la los indicios que motivaron el arresto, y asimismo la legitimidad de su objeto
garantía procesal establecida por el artículo 5.3, y se llegaría así a consecuen- y del de la consiguiente situación de detención preventiva.
cias opuestas a la misma esencia del derecho que protege. Por tanto, se llega Ahora bien, la jurisprudencia de los tribunales de Irlanda del Norte en
a la conclusión de que ni uno solo de los demandantes fue puesto a disposi- materia de habeas corpus demuestra que así sucedía, como resulta especial-
ción de la Autoridad judicial. El hecho indiscutible de que ~as privaciones de mente de las sentencias Van Hout y, Lynch (apartado 40, supra).
libertad impugnadas se debieran a una finalidad legítima -proteger a toda
la sociedad contra el terrorismo- no basta para asegurar el cumplimiento de No hubo, por tanto, violación del artículo 5.4 del Convenio.
las exigencias del artículo 5.3.
VI. Sobre la violación del artículo 5.5
Por consiguiente, hubo violación de dicho precepto en relación a los 66. Los demandantes ilegan además que se violó el artículo 5.5. El
cuatro demandantes. · precepto en cuestión dispone:
LAS SENTENCIÁs BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
'

r
'
'

'

3.
IV.-DERECHO A LA LIBERTAD Y A LA SEGURIDAD (ART. 5) 301
Declara, por unanimidad, que no hubo violación del artículo 5.4;
«Toda persona víctima de una detención preventiva o de un interna-
miento en condiciones contrarias a las disposiciones de este artículo tendrá
4. Declara, por trece votos contra seis, que hubo violación del artículo
derecho a una reparación». '
5.5 en relación a los cuatro demandantes;
La posibilidad de reclamar una indemnización por una privac1on de
[ ... ]
libertad ilegal (apartado 41, supra) existe en el Reino Unido en el supuesto
de violación del Derecho interno. Como no se considera que el artículo Hecha en francés y en inglés, y leída en audiencia pública en el Palacio
forme parte de dicho ordenamiento, la irifracción de una de sus disposicio- de Derechos Humanos, en. Estrasburgo, el 29 de noviembre de 1988. Fir-
nes sólo pemiitirá rechµnar daños y perjuicios si se opón e a la vez al Derecho mado: Rolv Ryssdal, Presidente; Marc-André Eissen, Secretario.
británico. · ·
El Gobierno alega, entre otras cosas, qúe la finalidad del apartado 5 es
garantizar el derecho a una indemniz~ción a la víctima de un ariesfoo deten-
ción preventiva «ilegales». Añade taIÍlbién que, a los efectos de los distiritos
apartados del artículo 5º, el adjetivo régulicreo lawful (legal) se debe entender
remitido esencialmente al Derecho interno y exento por completo de cual-
quier elemento arbitrario. Llega así a la conclusión de que; incluso si el
Tribunal aprecia un incumplimiento de las eXigencias de uno de lbs cuatro
primeros apartados, no se habrá violado el quinto porque las privaciones de
libertad litigiosa eran legales en el Derecho de Irlanda del Norte y exentas
de cualquier factor arbitrario. ·
67. El Tribunal, de acuerdo ·en esto con la Comisión, considera que
semejante interpretación restrictiva es incompatible con los términos literales
del apartado 5 que se refiere a un arresto o detención preventivq. «eri condi-
ciones contrarias a las disposiciones de este artículo».
En este caso, se arrestó a todos los demandantes y se les mantuvo des-
pués en detención preventiva legalmente con arreglo al Dereclio interno,
pero violando el apartado 3 del artículo 5. Esta violación no podía originar,
ni siquiera después de la presente sentencia, ninguna reclamación de indem-
nización ante los tribunales nacionales, apreciación que el Gobierno no dis-
cute. ·
Por consiguiente, hubo también violación del apartado 5 en relación a
cada uno de los cuatro demandantes. Lo dicho no prejuzga la competencia
del Tribunal para conceder una indemnización al amparo del artículo 50
(Sentencia Neumeister de 7 de mayo de 1974, Serie A, núm. 17, pg. 13, ap.
30).
[ ... ]
POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL,
l. Declara, por dieciséis votos contra tres, que no hubo violación del
artícufo 5.1; ·
2. Declara, por doce votos contra siete, que hubo violación del artículo
5.3 en relación a los cuatro demandantes;
9. Asunto De Wilde c. Bélgfoa, de 18 de junio de 1971

· I
En los asuntos De Wilde, Ooms y Versyp contra Bélgica,.
El Triblffial Europeo de Derechos Humanos, resolviendo en sesión ple.:.
naria por' aplicación del artículo 48 de su _Reglamento y constituido por los
siguientes Jueces, señores Sir Humphrey Waltlock, Presidente, H. Rolin, R.
Cassin, A. E. V. Holmback, A. Verdross, G. Maridakis. E. Rodenbourg, A. N.
C. Ross, T. Wold, G. Balladore Pallieri, H. Mosler, M. Zekia, A. Favre, J.
Cremona, S. Bilge, G. Wiarda, S. Sigurjónsson y los señores M.-A. Eissen,
Secretario, y J. F. ·smyth, Secretario adjunto,
Dictan la siguiente:

SENTENCIA

[ ... ]
HECHOS
• 1

13. La demanda del gobierno tiene por objeto someter los casos De
Wilde, Ooms y Versyp a la resolución del Tribunal. El Gobierno señala, sobre
varios puntos, su discrepancia con la opinión expresada por la Comisión en
su informe.
14. Los hechos de las q-es causas, tal como resultan de dicho informe,
de las memorias del gobierno, de la de la Comisión, de los demás documen-
tos aportados y de las explicaciones orales de los comparecientes, se pueden
resumir así:

A) Caso De Wtlde
15. Jacques de Wilde, súbdito belga nacido el 1 de diciembre de 1928
en Charleroi, pasó gran parte de su niñez en orfelinatos. Al llegar a la mayo-
ría de edad, se alistó en el ejército francés (Legión Extranjera), en la que
sirvió durante siete años y medio. Titular de una cartilla de pensión de invali-
dez de guerra del 50 por 100 y de otra de pensión militar de jubilación,
cobra de la Administración francesa un suma 11ue ascendía en 1966 a: 3.217
FB por trimestre. Ejerce, cuando hay ocasión, el oficio de obrero agrícola: _
16. El 18 de abril de 1966, a las 11 horas de la mañana, el demandante
se presentó en la Comisaría de Policía de Charleroi y manifestó que había
_I
buscado, sin resultado, trabajo y que.no tenía dinero ni dónde cob~arse, sin
que el Consulado de Francia en Charleroi le hubiera facilitado una cantidad
a cuenta del próximo pago de su pensión, que debía cobrar el 6 de mayo.
304 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS IV.-DERECHO A LA LIBERTAD Y A LA SEGURIDAD (ART. 5) 305

Afirmó, además, que hasta entonces nunca se le había considerado un vaga- negativa -calabozo y «celda de castigo»- y los obstáculos que se pusieron a
bundo. El mismo día, al mediodía, el señor Meyskens, adjunto al comisario su correspondencia. El 7 de junio de 1966, el Ministerio de Justicia pidió al
de policía, estimó que De Wtlde se encontraba en estado de vagancia y lo Director de la cárcel de St. Gilles que comunicara a De Wilde «que su peti-
puso a disposición del oficial del Ministerio Fiscal de Charleori; . al mismo ción de libertad», de 31 de mayo, «Se examinaría en el momento oportuno».
tiempo pidió a lo servicios competentes que le facilitasen informes sobre el
interesado. Este último, privado de libertad desde las 11 horas y 45 °minutos, El demandante insistió_ el 13 de junio y, después, el 12 de julio de 1966.
intentó huir unas horas más tarde. Detenido inmediatamente_pm:,un agente, En esta última carta interrogaba al Ministro sobre las razones de su traslado
se opuso a que la policía tuviese el derecho de «mantenerle deteifü:lo durante a la cárcel de Turnhont. Señalaba que no éxistía· en este establecimiento
veinticuatro horas» y amenazo con suicidarse. . .. . . ningún trabajo que le permitiese ganar la suma necesaria 'para la constitución
de su «fondo para su libertad». El 15 de julio, el Ministerio le comunicó. que
La información obtenida, fechada el 19 de abril de 1966, puso de inani- podía «Considerarse» su puesta en libertad antieipada si observaba «buena
fiesto que el demandante, entre el 17 de abril de 1951 y el 19 de noviembre conducta en el trabajo» y «Cuando SU rehabilitación estuviera. asegurada»..
de 1965, había sido condenado 13 veces por las autoridades judiciales o por
las de la policía y que, en contra de sus declaraciones, había sido puesto De Wilde se dirigió de nuevo al Ministro el 8 de agosto de 1966. Gracias
cinco veces a disposición del gobierno como vagabundo. a su pensión, decía, disponía de «suficiente dinero»; por otra parte, «el fruto
de (su) trabajo» pasaba ya de los 4.000 FB'. Pór lo que respecta a su rehabilita-
17. El 19 de abril, hacia las diez de la mañana el Tribunal de Policía ción, en su opinión, su detención la hacía «imposible», pues le Impedía co-
de Charleroi, resolviendo enjuicio contradictorio y público, después de com- municarse libremente con los patronos y el asistente social no le ayudaba.
probar «la identidad, edad, estado fisico y mental y la clase de vida» del Sin embargo, el Ministerio consideró, el 12 de agosto de 1966, que la petición
interesado, consideró justificadas las circunstancias que le habían hecho com- «no (podía) atenderse en estos momentos».
parecer ante la justicia. En virtud del artículo 13 de la Ley de 27 de noviem-
bre de 1891, «para la represión de la vagancia y de la mendicidad» («la Ley El 13 de agosto de 1966, el interesado escribió una vez más al Ministro
de 1891»), puso al demandante «a la disposición del gobierno para ser re- afirmando que podía encontrar albergue, comida y trabajo en una granja.
cluido en un hospicio durante dos años», y encargó «al Ministerio Fiscal de
las medidas de ejecución». 20. El 25 y el 26 de octubre de 1966, el Ministerio de Justicia resolvió
que el demandante podía ser puesto en libertad al· terminar de cumplir la
18. Internado en el establecimiento de Wortel y después, el 22 de abril pena que se le impuso el 19 de agosto, una vez que su rehabilitación parecía
de 1966, en el de Merxplas, De Wtlde fue enviado el 17 de mayo de 1966 al asegurada por la Oficina de Readaptación Social de Charleroi (artículo .15
centro médico-quirúrgico de St. Gille~Bruselas, de donde volvió a Merxplas de la Ley de 1891). De Wilde recobró su libertad en Charleroi el 16 de
el 9 de junio de 1966. El 28 de junio de 1966 se le trasladó al establecimiento noviembre de 1966. Su internamiento duró algo menos de siete meses, de
penitenciario de Turnhont por negarse a trabajar (artículo 7, segundo apar- los cuales tres fueron de prisión correccional. ·
tado, de la Ley de 1891) y, el 2 de agosto de 1966, al de Huy para comparecer
ante el Tribunal penal, que le condenó, el 19 de agosto, a tres meses de 21. Según un informe de la Administración penitenciara, el deman-
prisión por robo doméstico. dante sufrió una sola sanción disciplinaria entre el comienzo de su reclusión
(19 de abril de 1966) y la fecha de su demanda ante la Comisión (17 de
Regresó .a Turnhont algo más tarde. junio de 1966): por haberse negado a trabajar en Merxplas, no se le autorizó
el «cine» ni las visitas en locutorio común hasta su traslado a Turnhont.
19. El 31 de mayo y el 6 de junio de 1966, alrededor de un mes y -r
1

medio después de su detención y cuatro semanas después del erivío de su 22. En la demanda que presentó ante la Comisión el 17 de junio de
primera carta a la Comisión (3 de mayo de 1966), el demandante escribió al 1966 (núm. 2832/1966), De Wtlde invocó los artículos 3 y 4 del Convenio.
Ministro de Justicia invocando los artículos 3 y 4 del Convenio .. Señalando 1
Impugnaba primero su «prisión arbitraria», ordenada sin que hubiera incu-
que había cobrado, el 6 de mayo, 3.217 FB por su pensión, se extrañaba de . 1
rrido en delito, sin convicción y a pesar de los ingrésos ·de que disponía.
no haber recobrado todavía su libertad. Se quejaba, ademáS, de que se le Protestaba también contra la «esclavitud» yla «Servidumbre»; que resultabá,
obligase a trabajar con un salario por hora de 1,75 FB. Añadía que se había a su entender, de la obligación de trabajar por una cantidad irrisoria y bajo
negado a trabajar para protestar de la actitud de un jefe de pabellón de la amenaza de sanciones disciplinarias.
Merxplas, que había pretendido, sin razón, «coger» el 5 por 100 de su pen-
sión. Denunciaba,· por último, las sanciones disciplinarias que produjo tal El 7 de abril de 1967, la Comisión declaró que la demanda era admisible;

4_. _·
306 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
IV.-DERECHO A LA LIBERTAD Y A LA SEGURIDAD {ART. 5) 307
con anterioridad había decretado su acumulación con las de Franz Ooms
El 25 de junio de 1966, las obras sociales del Ejército de Salvación de
Edgard Versyp.
Bruselas certificaron que se daría a Franz Ooms «trabajo y alojamiento en
(sus) establecimientos desde que se le pusiera en libertad». El i_nteresado
B) Caso Ooms envió este documento al Director del establecimiento de Wortel el 1 de julio
sin resultado.
23. Franz Ooms, súbdito belga nacido el 12 de abril de 1934 en Gilly~
se presentó el 21 de diciembre de 1965, a las 6 horas y 15 minutos de lá.
La señora Ooms, por carta de 15 de julio al mismo Director, confirmó
mañana, ante el séñor Renier, adjunto al Comisario de Policía de Namur,
las afirmaciones de su hijo. En contestación, el Director le pidió, el 22 de
«con la finalidad de ser considerado como vagabundo, a no ser que un seIVÍ-
julio, que aportase un certificado de contrato de trabajo; .Puntualizando que
cio social le encontrase una ocupación con la que pudiese 3.lbergátse y ali-
«en el momento de su posible puesta en libertad» el demandante debería
mentarse mientras espetaba un trabajo regular». Concretó que había vivido,
tener, además de alojamiento, «Un trabajo asegurado para mantenerse».
en los últimos tiempos, en casa de su madre, enjumet, pero que no le podía
. .
mantener, que había perdido un trabajo de montador de andamios en Marci-
La señora Ooms se dirigió, además, el 16 de julio; al Ministro de Justicia
nelle y no había conseguido otro, desde hacía un mes, a pesar de sus esfuer-
suplicando «gracia para (su) hijo». El Ministerio le info~ó el 3 de agosto de
zos; que no disponía de recursos y que el Tribunal de Policía de Jumet le
1966 que éste recuperaría su libertad cuando reuniera «mediante su trabajo
había condenado en 1959 por vagabundo.
penitenciario la suma de dinero establecida por el Reglamento como fondo
24. El mismo día hacia las 10 horas, el Tribunal de Policía de Naiin.ir; de libertad para los vagabundos internados por tiempo indeterminado a dis-
fallando enjuicio contradictorio y público y después de comprobar «la identi- posición del gobierno». ·
dad, edad, estado fisico y mental y la clase de vida del interesado, consideró
probadas las circunstancias que le habían hecho comparecer ante la Justicia». En un informe de 31 de agosto de 1966, dirigido al Ministerio de Justicia,
En virtud de lo dispuesto "én el artículo 16 c la Ley de 1891, lo puso «a el Director del establecimiento de Wortel puso de manifiesto que Franz
disposición del gobierno para ser internado en un asilo» y encargó «al Minis- Ooms había sufrido en otro tiempo varias condenas penales, que se trataba
terio Fiscal de las medidas de ejecución». de su cuarto internamiento como vagabundo, que su conducta no tenía nadá
de ejemplar y que el resultado de su trabajo ascendía solamente a 400 FB.
25. Ooms fue internado unas veces en Merxplas y otras en Wortel. Pasó Según un certificado médico, acompañado con el informe, los reconocimien-
también algunas semanas en el centro médico-quirúrgico de la cárcel de St. tos que se habían hecho al Demandante no ponían de manifiesto·ningun~
Giles-Bruselas Uunio de 1966). · anomalía. En consecuencia,· el Ministerio encargó al Director, ·el 6' de se¡>-
tiembre de 1966, que notificase al interesado «que sus quejas» se considera-
26. · El 12 de abril de 1966, o sea algo menos de cuatro meses después ban infundadas. · · ·
de su detención y unas cinco semanas antes de someter la cuestión a la
Comisión (20 de mayo de 1966), el Demandante pidió al Ministro de Justicia . El 26 de septiembre de 1966, Ooms ~e dirigió nuevaménte ál Primer
que se le pusiera en libertad. En su opinión, padecía tuberculosis y sus padres Ministro. Como excusa de su gestión invocaba la actitud negativ:a del Depar~
estaban dispuestos a que volviese a su domicilio para conseguirle el ingreso tamento de Justicia. Se consider~ba víctima de «injusticias monstruosás» qué
en un sanatorio. El 5 de mayo, el Ministerio consideró que la demanda era atribuía a su condición de valon.' Alegabaespecialmente que se lehabí~ casti~
prematura, después de recabar la opinión --desfavorable- del médico y del gado en Merxplas, el 23 de marzo de 1966, a tres días de' calabozo Y. a~
Director del establecimiento de Merxplas. mes de «celda de castigo» por haberse negado a acostarse en un dorrmtono
maloliente en el que se mantenía encendida la luz durante toda la noche.
Franz Ooms reclamó de nuevo su libertad el 6 de junio, escribiendo esta Encerrado desnudo, después «ligeramente vestido», en un cal::i.bozo helado,
vez al Primer Ministro. Decía que, «enfermo desde (su) detención», no_ había
contrajo un cómienzo de neuííic:mía y de_tu})erc;ulosis que ?:J-ºtiV3!?_H_su estan-
podido ganar mediante su trabajo los 2.000 FB necesarios para la constitu-
cia durante tres meses en el sanátorio delcestablecinii.entq ~e fy.fe~plas'. ~ro­
ción de su fondo para la libertad, y repetía que su madre estaba dispue~ta a
testaba también por el rechazo de múltiples peticióries de libertad, presenta-
albergarle en su casa y a hacer frente a sus necesidades. El Ministerio de
das por .él y por su madre. En conclusión, dedáraba que aceptaba la apertura
Justicia, al que la Oficina del Primer Ministro había trasladado la petición,
de u:na investigación para comprobar la exactitud de sus.afirmaciones y an~~
consideró también que era prematura, y el 14 de junio encargó al director
ciaba su propósito de interponer, si era riecesarioi un recurso-ante una «lllS-
de la cárcel de St. Gilles que se lo comunicara al demandánte.
tancia nacional», en el sentido del artículo 13 del Convenio. · ·

1
1
1
308 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS IV.-DERECHO A LA LIBERTAD Y A LA SEGURIDAD (ART. 5) 309

Dos días más tarde, la Oficina del Primer Ministro informó al Deman- recursos, pidió «Con insistencia que se le emiase a un establecimiento de
dante que se había trasladado su carta al Departamento de Justicia.. beneficencia», y puntualizó que había permanecido «anteriormente en Merx-
plas» y que no deseaba «ninguna otra solución». Después de haber pasado
Ooms fue puesto en libertad qe oficio en Charleroi el 21 de diciembre la noche en el calabozo municipal, lo mismo que le sucedió la víspera, se
de 1966, un año después de habérsele puesto a disposición del gobierno hizo cargo de él, el 4 de noviembre a las 9 horas, la Oficina de Readaptación
(artículo 18, primer apartado, de la Ley de 1891). ·· Social. El mismo día certificó ésta que nada se oponía «en lo que re.specta a
27. El interesado, en la demanda que presenta ante la Comisión el 20 sus servicios» a que el Demandante fuese puesto a disposición del Ministerio
de mayo de 1966 (núm. 2835/1966), señalaba que estaba en el sanatorio del Fiscal para su envío, en su caso, a los establedniientos de beneficencia del
establecimiento de Merxplas, pero que su madre estaba dispuesta a hospitali- Estado». Muy conocido de. la Oficina, t:allto en la Sección Post-penitenciária
zarle en un establecimiento «civil». Su enfermedad -añadía~ no le permitía cuanto en la de Vagos, había hecho fracasar, por su «apatía, su holgazanería
en absoluto trabajar y, por tanto, ganar los 2.000 FB del fondo para su liber- y su inclinación a la bebida», todos los esfuerzos efectuados con anterioridad
tad; por otra parte, le hubiera sido necesario un año, al menos, para reunir para rehabilitarle; por otra parte, el afectado rechazaba «cualquier otra solu-
una suma así, a razón de 1,75 FB por hora. Por consiguiente, se 'extrañaba ción social» distinta de su internamiento. En consecuencia, Versyp fue puesto
de que el Ministerio de Justicia hubiese ·calificado como prematura su peti- inmediatamente a disposición del Ministerio Fiscal.
ción de libertad. 29. Algunas hora.S más tarde, el Tribunal de Policía· de Bruselas, fa-
Ooms, trasladado entretanto a la cárcel de St. Gilles-Bruselas, completó llando en juicio contradictorio y público, después de comprobar ;<la identi-
dad, edad, estado fisico y mental y la clase de vida» delinteresado, consideró
su demanda inicial el 15 de junio de 1966. Afirmaba que su enfermedad
pulmonar, debida a los malos tratos y a la alimentación insuficiente, estaba probadas las circunstancias que le habían llevado a comparecer ante laJusti-
curada actualmente, pero había dejado «huellas» que le hacían incapaz para cia. En virtud del artículo 13 de la Ley de 1891, lo puso «a disposición. del
«todo trabajo pesado». Ponía de manifü~sto, por otra parte, que su madre, gobierno para ser recluido en un hospicio durante dos años». Encargó adop-
beneficiaria de una pensión, estaba dispue&ta a recibirle en su casa. En estas tar «las medidas de ejecución» al Ministerio Fisc3.I, el cual, el mis~o día 4 de
circunstancias entendía que tenía derecho a ser puesto en libertad y reprq- noviembre de 1965, pidió al Director del Hospicio de Merxplas que admitiera
a Versyp en su establecimiento. · ··
chaba a las autoridades belgas por no reconocerl9 así. Sostenía, además, con
invocación del artículo 6.3.b) y c) del Conve:i;iio, que en el momento de su 30. Versyp fue internado en diversas ocasiones en Wortel, Merxplas y
detención había solicitado inútilmente la asistencia gratuita de un abogado; Turnhont.
hecho que .fue discutido ante el Tribunal por el agente del gobierno;
31. El 7 de febrero de 1966, o sea más de tres meses después de su
En lo referente a la queja -áparentemente en cartas posteriores-- de detención y más de seis meses antes de acudir a la Comisión (16 de agosto
malos tratos y de un ataque a su libertad de conciencia y de religión (artícu- de 1966), escribió desde Wortel al Ministro de Justicia para reclamar su tras-
los 3 y 9 del Convenio), su demanda fue rechazada el 11 de febrero de 1967 lado a la sección penitenciaria de Merxplas. No se remitió su petición a
por manifiesta falta de fundamento (anexo II del Informe de la Comisión); Bruselas debido a una inminente visita del Inspector general, quien accedió
el 7 de abril de '1967, la Comisión la declaró ~dmisibl~ en todo lo demás, a lo solicitado al día siguiente.
después de ordenar la aclimulación con las demandas de Jacques de Wilde y
de Edgard Versyp. ·· El 10 de mayo de 1966, el interesado pidió que se le trasladase de Merx-
plas a la cárcel de St. Gilles-Bruselas, en la cual -pensaba- el Jefe déi Servicio
de Readaptación Social le conseguiría «un empleo en el exterior» que le
C) Caso Versyp permitiría «vivir como un honrado ciudadano». Señalaba que su convivencia
. 28. Edgard Versyp, súbdito belga nacido en Bruja.S el 26 de abril dé «con otros vagabundos en Wortel y Merxplas» había «destruido» su moral y
1911, ejerce, por lo menos esporádicamente', la profesión de delineant~~ Pa'" que, debido a haber sido hospitalizado dos veces, había descuidado su tra-
rece que estuvo domiciliado en Sthaarbeek. .· · . . . . . ! . •. bajo; sin embargo, se comprometía a ocuparse «de (sus) asuntos. en el exte-
rior más asiduamente para evitar la repetición de dicha situación». La direc-
El 3 de noviembre de .1965, a las 21 horas, se presentó ante el señor ción del establecimiento de Merxplas, en un informe fechado el 16 de mayo,
Meure, Comisario adjunto de Policía en Bruselas; llevaba una carta de la advirtió que Versyp, condenado penalmente nueve veces y recluido cuatro
Oficina de Readaptación Social pidiendo que se le facilitase alojamiento dú- veces como vagabundo, había pasado en una célula la mayor parte de su
rante una noche. Después de declarar que no tenía domicilio, 'trabajo ni internamiento y no podía acostumbrarse a la vida en común, y sugirió tam-

l
310 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS IV.-DERECHO A lA UBERTAD Y A lA SEGURIDAD (ART. 5) 311

bién que se le trasladase, a petición suya, a una cárcel. Enviado, en conse- constituían el fondo para la puesta en libertad, se le había dejado varios
cuencia, el 23 de mayo a la cárcel de Turnhont, y no a Ja de St. Gilles, el meses sin ningún trabajo adecuado. En general -añadía-, los Directores de
demandante se quejó de ello el 6 de junio ante el Ministerio de Justicia, que los distintos establecimientos se ponían de acuerdo para prolongar hasta el
ordenó que volviera a Wortel. máximo posible la detención de los vagabundos; por su parte, el Gobierno
«cultivaba» la situación de los vagabundos, que le proporcionaba una mano
El 22 de agosto de 1966, Versyp rogó al Miri.Ísterio que le diera la Óéá.Sión d_e obra casi gratuita (1,75 FB por hora de trabajo manual) y grandes benefi-
de rehabilitarse en la sociedad según (sus) aptitudes a través del Servicio cios. Versyp afirmaba, por último, que sus numerosas cartas a la.S autoridades
Social de Bruselas. El 6 de septiembre, la dirección del establecimiento de competentes, por ejemplo, al Inspector de Prisiones, ai Ministerio Fiscal (ju-
Wortel le informó, en virtud de las inst:rUc;c~ones del Ministerio, que se exam~­ lio de 1966) y al Ministro de Justicia (junio y agosto de 1966) volvían invaria-
naría su caso cuando el importe de su fondo para Ja libertad demostrase que blemente «al Director», el cual las archivaba sin más trámite; no se resolvían
estaba en condiciones de realizar un trabajo conveniente. · nunca o bien, como sucedió con su petición de traslado a Bruselas, o tropeza-
El interesado protestó el 26 de septiembre, ante el Ministerio, contra ban con una contestación negativa. Una de ellas, dirigida el 7 de febrero de
esta contestación. En su: opinión, se le había impedido «solapadamente>> ga- 1996 al Minist~rio de Justicia en sobre certificado, fue incluso abierta por el
nar lo que fuese, tanto en Wortel como en Turnhon~ con la finalidad de Director del establecimiento de Wortel, el cual no le dio salida.
«retenerle más tiempo». Así, en Wort(:!l se había querjdo imponerle ,un tra- El 7 de abril de 1967, la Comisión declaró admisible la demanda· ante-
bajo inadecuado para él -la recogida de. patatas- en tár'ito que se l~ }íabían riormente la había acumulado con las de Jacques de Wilde y Franz O~ms.
negado otros que era capaz.de efectuar. Ad~más, se h.abfa int(:!nta:do impe-
dirle que entrara en relación con la Comisión, por otra parte sin conse~lo, [ ... ]
puesto que había invocado el Reglamento vigente y a~sado al Ministerio
Fiscal. En suma, se consideraba blanco de una hostilidad que le _iµipulsab~ a FUNDAMENTOS DE DERECHO
~esear el abandono de Woi-tel para su traslado a Mer:X:plas º~ mejor aún, a la
[ ... ]
cárcel de St. Gilles, en la que el Servicio de Readaptación Social -decía- le
facilitaría un trabajo adecuado y un albergue «en una posada en Bruselas».
11. Sobre el fondo
. El Ministerio de Justicia archivó sin más trámites la carta, y el 28 de
septiembre de 1966 encargó al Director del establecimiento de Wortel que [ ... ]
así. se lo comunicara al Demandante. Versyp recuperó su libertad el 10 de
agosto de 1967, en virtud de una resolución ministerial del 3 de agosto (ar-
B) SOBRE LA VIOLACIÓN DEL APARTADO 1 DEL ARTÍCULO 5
tículo 15 de la Ley de 1891) y después de un año, nueve meses y seis días de 66. Resulta del expediente que los Demandantes han invocado, entre
internamiento. El. 1 de agosto, la dirección del establecimiento de Wortel otros, el primer apartado del artículo 5 del Convenio. El Gobierno ha discu-
había manifestado su opinión favorable con motivo de la nueva petición de tido su tesis y la Comisión la ha rechazado en su informe.
libertad que el interesado había presentado algún tiempo antes, advirtiendo,
entre otras cosas, que le sería más fácil encontrar UI1 empleo que al venci- En cuanto es aplicable al caso, el artículo 5.1 tiene la siguiente redac-
miento del plazo fijado en 1965 por el Juez de paz de Bruselas, es decir, en ción:_
el mes de noviembre. «Toda persona tiene derecho a la libertad y a la seguridad. Nadie puede
32. El interesado, en la demanda que presentó ante la Comisión el 16 ser privado de su libertad, salvo en los casos siguientes y con arreglo al proce-
de agosto de 1966 (riúm. 2899/1966) y que completó el 6 de septiembre del dimiento establecido por la Ley:
mismo año, se fundaba en los artículos 4, 5 y 6.3.c) del Convenio. Se quejaba, ( ... )
ante todo, de su internamiento: destacando que tenía un domicilio cierto en
Schaarbeek y que no había mendigado nunca, se extrañaba de que se le e) Si se trata de la privación de libertad, con arreglo a Derecho ( ... ),
hubiese internado en un hospicio. Alegaba además que no había podido de un vagabundo; ·
defenderse ante el Tribunal de Policía de Bruselas el 4 de noviembre de ( ... )))
1965, porque la vista duró «apenas dos minutos» y no se le concedió la asis-
tencia por un Abogado de oficio. Se rebelaba también contra diversos aspec- 67. Los demandantes fueron privados provisionalmente de su libertad
tos del régimen que sufría, Para que no pudiera reunir los 2;000 FB que por el Comisario de Policía al que se habían presentado; después, conducidos
312 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS IV.-DERECHO A LA LIBERTAD Y A LA SEGURIDAD (ART. 5) 313
por él dentro de las veinticuatro horas, con arreglo al artículo 3 de la Ley de después de un año, o sea al finalizar el plazo legal; Versyp fue puesto a
1 de mayo de 1849, ante el Juez de paz, quien les puso a disposición del disposición del gobierno el 4 de noviembre de 1965 durante dos años. y
gobierno (apartados 16, 17, 23, 24, 28 y 29, supra). liberado el 10 de agosto de 1967, después de un año, nueve meses y seis días
(apartados 17, 20, 24, 26, 29 y 31, supra).
No se ha discutido la corrección de los actos de los comisarios de policía;
habiéndose presentado espontáneamente los.interesados y reconociendo su Como el Tribunal ha indicado, la puesta a disposición del gobierno por
condición de vagabundos, era normal que fueran conducidos ante el Juez de duración determinada no se diferencia solamente de la duración indetermi-
paz para que resolviese estos actos, que; por lo demás, eran de naturaleza nada por el hecho de que la primera ha de decretarse por un mínimo de
meramente preparatoria. dos años (artículo 1 de la Ley de 1891), mienfras que la segunda no puede
prolongarse más allá de un año (artículos 16 y 18). La primera también es
El internamiento se debió a las órdenes de los Jueces de paz. Por consi-
más severa en cuanto que se inscribe en el Registro de Aritecedentes Penales
guiente, se debe apreciar si la detención de los tres demandantes se efectuó
(apartado 36, supra) y afecta a la capacidad electoral (apártado 158 del in-
con arreglo a Derecho, en relación con dichas órdenes.
forme de la Comisión). ·
68. El Convenio no define el término «vagabundo». La ·definición del
artículo 34 7 del Código Penal belga dice así: «Son vagabundos los que no En este caso, las órdenes relativas a De Wilde y Versyp no indican cuál
tienen domicilio conocido ni medios de subsistencia y que no ejercen habi- de las cuatro circunstancias mencionadas en el artículo 13 llevaron a los
tualmente un oficio o una profesión». Cuando concurren estas tres circuns- Jueces a aplicar este artículo con preferencia al artículo lt, pero se refieren
tancias, las autoridades competentes pueden poner a los interesados a dispo- al expediente administrativo de los interesados. Ahora bien, el de Jacques de
sición del gobierno como vagabundos. La citada definición no parece Wilde contenía una nota informativa, fechada el 19 de abril de 1966, día de
oponerse a la acepción habitual de la palabra «vagabundo», y el Tribunal la comparecencia ante el Juez de paz de Charleroi, y que enumeraba varias
entiende que una persona que sea «vagabundo», a tenor del artículo 347 del condenas puestas a disposición del gobierno dictadas contra el demandante
Código, se incluirá, en principio, en la excepción prevista en el artículo 5.1.e) (apartado 16, supra). Además, el Tribunal de Policía de Bruselas conocía, en
del Convenio. · el momento en que Versyp fue llevado ante él, un documento de la Oficina
de Rehabilitación Social, atribuyendo su situación como vagabundo a su ocio-
Ahora bien, en este caso la falta de domicilio conocido y de medios de sidad y a su tendencia hacia la bebida (apartado 28, supra).
subsistencia se deducía no solamente de la iniciativa de los interesados, que
se habían presentado a la policía, sino de sus propias declaraciones a la sazón: 70. El Tribunal no constata, por tanto, ni ilegalidad ni arbitrariédad
los tres afirmaron que carecían de empleo (apartados 16, 23 y 28, infra). Por en el caso de la puesta de los tres Demandantes a disposición del gobierno,
lo que respecta a la habitualidad de esta falta de ocupación, los Jueces de y no encuentra ninguna razón para considerar incompatible con el artículo
paz de Charleroi, Namur y Bruselas pudieron deducirla de los informes de 5.1.e) del Convenio la detención que fue su consecuencia.
que disponía cada uno sobre el demandante conducido ante el respectivo C) SOBRE LA VIOLACIÓN DEL APARTADO 3 DEL ARTÍCULO 5
Juez. Además, confirma lo dicho la circunstancia de que los tres interesados,
pese a decir que eran trabajadores, no parece que pudieran justificar el mí- 71. Los Demandantes han alegado también, ante la Comisión, que se
nimo de días de trabajo durante determinado período que, según el Real ha violado el apartado 3 del artículo 5, según el cual:
Decreto de 20 de diciembre de 1963 (artículos 118 y siguientes), les hubiese
permitido solicitar el subsidio por desempleo. «Toda persona detenida o internada en las condiciones previstas en el
apartado Le) (... )debe ser conducida sin dilación ante unJuez o ante.otra
69. Los demandantes, al tener así la condición de «vagabundos», po- autoridad habilitada por la ley para ejercer facultades judiciales, y tiene el
dían ser detenidos, según el artículo 5.1.e) del Convenio, con tal de que derecho de que se la juzgue en un plazo razonable o se la ponga en libertad
ordenaran la detención las autoridades competentes y se efectuara con arre- durante el procedimiento ( ... )».
glo al procedimiento legal vigente en Bélgica.
El apartado l.c) del artículo 5, al que se refiere .el texto que acaba de
El Tribunal comprueba a este respecto que los interesados no han reci- citarse, afecta únicamente a un individúo «detenido o internado para hacerle
bido el mismo trato: De Wilde fue puesto a disposición del gobierno el 19 comparecer ante la autoridad judicial competente cuando hay indicios racio-
de abril de 1966 durante dos años, pero se le puso en libertad el 16 de nales de que ha cometido una infracción o motivos de la misma naturaleza
noviembre de 1966; Ooms fue puesto disposición del gobierno el 21 de di- para que sea necesario impedir que la cometa o que huya después de haberla
ciembre de 1965 durante un plazo indeterminado, y recuperó su libertad cometido». Como la mera condición de vagabundo no constituye un delito
314 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS IV.-DERECHO A LA LIBERTAD Y A LA SEGURIDAD (ART. 5) · 315
en Derecho belga (apartado 34, supra), los demandantes no han sido deteni- que reconoce al detenido el derecho de· hacer fiscalizar siempre por un ór-
dos e internados eri virtud del párrafo c) del primer apartado del artículo 5 gano judicial la lega:Iidad de la resolución anterior que le ha privado de su
"'"ID, por otra parte, del párrafo a) («después de ser condenado por un Tribu- libertad. Los dos textos oficiales no se expresan, sin embargo, en los mismos
nal competente»)-, sino por aplicación delapartado e). Se llega a la conclu- términos, el texto inglés habla de «proceeding~» (actuaciones, autos, procedi-
sión, con la Comisión, de que el apartado 3 no les era aplica~le. miento) y no de «appeal» (apelación recurso), de «recourse» (recurso, reme-
dio) o de «remedy» (remedio, recurso) (confróntense los artículos 13 y 26).
D) SOBRE LA VIOLACIÓN DEL APARTADO 4 DEL ARTÍ<;:ULO 5 Por otra parte, es claro que el artículo 5.4' tiene por objeto asegurar ct·los
72. La Comisión, acogiendo en cierto modo la tesis de los Demandan- individuos detenidos preventivamente o internados el derecho a un control
tes, opina que el sistema litigioso vulnera el artículo 5.4 del Convenio. jurisdiccional de la legalidad con la medida así to.mada respecto a ellos: fa
palabra «tribunal», «<court» (tribunal, juzgado, según los casos, u órgano judi-
a
Según el apartado 4 del artículo 5, aplicable, entre otros; los vagabun- cial), figura en el artículo en singular y no en plural:. Si la resoh~ciém que
dos detenidos en virtud del párrafo e) del apartado 1, «toda persona privada priva de libertad procede de un órgano administrativo, er artículo 5.4 obliga
de su libertad por detención preventiva o internamiento tiene el derecho de sin duda a los Estados a facilitar al detenido un recurso ante. un órgan<?
interponer un recurso ante un órgano judicial para que resuelva en plazo judicial, pero nada indica que también será así cuando se dicte por un ór-
breve sobre la legalidad de su privación de libertad y ordene su puesta en gano que merece este último calificativo como terminación de. un procedi-
libertad si fuera ilegal».· · miento judicial. En este segundo supuesto, la fiscalización que pretende el
artículo 5.4 está incorporada a la propia resolución; éste es el caso, por ejem-
73. Aunque el Tribunal no haya encontrado en este caso incompatibili- plo, de una «condena» de cárcel dictada «por un Tribunal.competente» ar-
dad alguna con el apartado 1 del artículo 5 (apartados 67 a 70, supra), esta
tículo 5.1.a) del Convenio. Con lo que se llega a la conclusión . .de que se
constatación no le dispensa de examinar ahora si se ha vulnerado el apartado
respeta el artículo 5.4 si la prisión preventiva o el internamiento de un vaga-
4. Se trata, en efecto, de preceptos distintos, y el cumplimiento del segundo
bundo, a los que se refiere apartado l .e), se decretan por un «Órgano judicial
no resulta eo ipso del primero: «toda persona privada de su libertaci>» con
en el sentido del apartado 4».
fundamento o no, tiene derecho a un control de legalidad ejercido por un
Tribunal; la violación puede producirse, pues, bien por una detención que Se deduce, sin embargo, de la finalidad y del objeto del. artículo 5 y de
se oponga al apartado 1, bien por la inexistencia de un recurso con arreglo los propios términos dei apartado 4 (recurso, «proceedings») que para que
al apartado 4, o incluso por las dos circunstancias conjuntamente. un órgano sea <1udicial» debe ofrecer las garantías fundamentales proc~sales
que se aplican en materia de privación de libertad. Si el procedimiento del
1. Sobre las resoluciones del internamiento órgano competente no las proporciona, el Estado tiene que poner a disposi-
74. El Tribunal ha empezado por investigar si las condiciones en que ción del interesado una segunda autoridad que reúna todas las garantí~ de
De Wilde, Ooms y Versyp comparecieron ante los Jueces de paz les garantiza- un procedimiento judicial.
ron el derecho de interponer un recurso ante un órgano judicial para impug- Finalmente, -el Tribunal entiende que el artículo 5.4 admite que inter-
nar la legalidad de su privación de libertad. venga un órgano, con la condición de que el procedimiento que se siga tenga
75. Los Demandantes fueron internados en cumplimiento de las órde- naturaleza judicial y proporcione al individuo interesado garantías adaptadas
nes de los Jueces de paz: su detención' por la policía fue un mero acto provisio- a la naturaleza de la privación de libertad de que se trata.
nal yno intervino ningún otro órgano en los tres casos (apartado 67, supra). 77. Por ello, el Tribunal ha investigado si en estos casos el Juez de
Se plantea, como consecuencia, una primera cuestión; ¿Exige el artículo paz tenía la naturaleza de «Órgano judicial» en el sentido del artículo 5.4 y,
5.4 que sean dos las autoridades que intervengan en los casos que regula, a especialmente, si los demandantes han disfrutado en relación a dicho Juez
saber, la que ordena la detención y otra que, con la naturaleza de un órgano de las garantías que antes se han indicado. ·
judicial, examine la legalidad de esta medida a petición del interesado? O, Desde el punto de vista orgánico, el Juez de paz es, iridudablemerite, un
por el contrario, ¿basta que acuerde la detención un órgano en quien concu- «Órgano judicial». Por otra parte, la Comisión así lo ha reconocido: Indepen-
rran las características propia para calificarlo como judicial en el sentido del diente del poder ejecutivo y de las partes litigantes, disfrüta de las garantías
artículo 5.4? que los artículos 99 y 100 de la Constitución belga conceden a los Jueces.
76. A primera vista, la redacción del artículo 5.4 llevaría a entender Por lo que respecta a la función que desempeñe en el ámbito que se
LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS IV.-DERECHO A LA LIBERTAD Y A LA SEGURIDAD (ART. 5) 317
316
considera, consiste ésta en declarar, con arreglo a Derecho, si concurren los prueba la identidad, la edad, el estado físico, el estado mental y el género de
requisitos legales para la «puesta a disposición del gobierno» en el caso de vida del compareciente. En cuanto al derecho de defensa, la única disposición
la persona que ante él ha comparecido. Por eso mismo, el Tribunal de Policía aplicable figura en el artículo 3 de la Ley de 1 de mayo de 1845 según el cual se
«resuelve» necesariamente «sobre la legalidad» de la detención que el Minis- concederá al interesado, si lo pide en un plazo de tres días. Según fa informa-
terio Fiscal le pide que autorice. · .... ción facilitada por el Gobierno, no se aplica al internamiento de los vagabun-
dos el Código de Procedimiento Criminal.
La Comisión ha· advertid.o; sin embarg~, que eri materiá ·de vagabundÓs
el Juez de paz desempeña una «función administrativa» y noejerce, por con- El procedimiento de.que se trata adolece de la naturaleza administrativa
siguiente, el «control judicial>~ exigido por el artículo 5.4.. Dicha opinión se de la resolución que ha de tomarse. No asegura unas garantíasco:i;nparabl~s
apoya en la juri.sprudencia del Tribunal de Gasación y del Consejo de Estado a las que existen en las detenciones en materia penal pese a que el interna-:-
(apartado 37, supra). La Comisión deduce de ello que estabajustifié:ada la miento de los vaga1:Jundos se aproxima a dichas detenc,iopes en muchos as-
necesidad de un recurso judicial. . . . . pectos. No se entiende que las personas detenidas como :meros vagabundos
tengan que contentarse con un procedimiento tan breve: los'individuo.s me-
78. Ciertamente, el Convenio utiliza la palabra «tribunal» en vários de recedores de penas de menor duración que la medida provista en el artículo
sus artículos. La utiliza para designar a uno de los elemenfos constitutivos de 13, e incluso en el artículo 16 de la Ley de 1891-incluyendo los perseguidos
la garantía que concede al individuo el precepto de que se trata [v., ádemá.S por infracción de los artículos 342 a 344 del Código .Penal. (por vagancia
del artículo 5.4, los artículos 2.1, 5.1, párrafos a) y b) y 6. l]. Se tt~ta>siempre, cualificada)-, disfrutan de las amplias garantías del Código de Procedimiento
en estos diversos casos, de órganos que presentan no solamente caracteristi~ Criminal. Es indudable que dicho procedimiento presenta determinados as-
cas fundamentales comunes, en priiner lugar la independencia en relación pectos judiciales, como la publicidad del interrogatorio y del fallo, pero no
al ejecutivo y a las partes (Sentencia de 27 de junio de 1968 Neumeister, bastan para atribuir al Juez de paz la naturaleza de un «órgano judicial» en
serie A, pg. 44, apartado 24), sino también la.S garantías de un procedimiento el sentido del artículo 5.4, si se aprecia debidamente la trascendencia de lo
judicial; Las modalidades del procedimiento que exige el Convenio no deben que se arriesga saber, una larga privación de libertad acompañada de varias
ser, sin embargo, necesariamente idénticas en cada uno de los casos eri· que consecuencias deshonrosas. Por tanto, no se cumplen las exigencia.S del ar-
se requiere la intervención de un órgario ju<;iicial. Para z~jar la cuestión de tículo 5.4, y con razón la Comisión ha entendido que los demandantes de-
saber si un procedimiento. ofrece garantías suficientes, es necesario teiier en bían haber dispuesto de las posibilidades de un recurso. Ahora bien, el Tribu-
cuenta la natu.raleza específica de las circunsta:ó.cl.a.S en que sedesénvuelve. nal ha señalado ya que De Wilde, Ooms y Versyp no han podido acudir ni a
Así, el Tribunal ha entendido en el caso Neumeister que las jurisdicciones una jurisdicción judicial superior ni, por lo menos de hecho; al Consejo de
competentes consetVaban la. naturaleza. de «Órganos judiciales» a 'pesar de la Estado (apartados 37 y 62, supra).
falta de «igualdad de arma.S>>. entre el Ministerio Fiscal y'la persona que recla-
maba su puesta en libertad provisional (ibidem); sin embargo, podría no ser 80. El Tribunal llega, por consiguiente, a la conclusión de que, en el
así en un contexto diferente, y, por ejemplo, en distinta situación regulada extremo de que aquí se trata, se ha violado el apartado 4 del artíctilo 5, al
también por el artículo 5.4. · no haber disfrutado los tres demandantes de las garantías exigidas por dicho
apartado.
79. Corresponde, pües, al Tribunal determinar si el proce.diniientd se-
guido ante los Tribunales de Policía de Charleroi, Namur y Brusela.S respon- 2. Soúre el rechazo de las peticiones de puesta en liberta,d dirigUias por·ws
día a las exigencias del artículo 5.4, tal como se deducen de la interpretación Demandantes a las autoridades a,dministrativas
realizada con anterioridad. La privación de libertad de la que se quejan De
Wilde, Ooms y Versyp se parece a la que. impone una jurisdicción penal. 81. En opinión de los Demandantes, se ha violado el artículo 5.4 no
Por consiguiente, el procedimiento aplicable no debía facilitarles garantías solamente por las condiciones en que el Juez de paz ordenó su interna-
significativas inferiores a las que existen en materia penal en ,los .Estados miento, sino también por el rechazo de sus peticiones de puesta en: libertad.
miembros del Consejo de Europa. ·
...· 82. El Tribunal observa que l~s Demandantes habrían po<lÍdo induda-
Según la legislación belga, se detiene al individuo en estado de ~agabundo blemente recurrir ante el Consejo de Estado y que el recurso hubiera sido el
y después se le conduce -en principio dentro de las veinticuatro horas-· ante el procedente si el Ministro de Justicia hubiera infringido la Ley de 1891 recha-
Tribunal de Policía (artículo 8 de la Ley de 1891 y artículo 3 de la Ley d~ 1 de zando sus peticiones de puesta en libertac:l. Ninguno de ellos pretenc:le, sin
mayo de 1849). En lo que se refiere al interrogatorio de semejante individuo, embargo haber estado en uno de los casos en que la mencionada Ley exige
la Ley de 1891 se limita a especificar en su artículoJ2 que el Juez de pai com- que termine el internamiento. De hecho, De Wilde y Versyp han recuperado
318 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
IV.-DERECHO A LA LIBERTAD Y A LA SEGURIDAD (ART. 5) 319

su libertad antes del vencimiento del plazo de dos años fijado por eljuez de Hecho en francés y en inglés, dando fe de ello el texto francés, en el
paz (artículo 13 de la Ley de 1891; apartados 17, 20, 29, 31 in fine y 40, Palacio de Derechos Humanos, en Estrasburgo, el dieciocho de junio de mil
supra); Ooms al terminar el plazo legal de un año y sin haber constituido novecientos setenta y uno. Firmado: Sir Humphrey Waldock, Presidente; M.-
con anterioridad su fondo para la puesta en libertad (artículos 16, 17 y 18, A. Eissen, Secretario.
primer párrafo, de la Ley de 1891; apartados 24, 26 in fine y 40, supra).

Los demandantes habrían podido también alegar ante el Consejo de


Estado -como lo han hecho, por otra parte, sin gran precisión ante la Comi- 1
1
sión (v. el apartado 48 del informe)- que su detención había vulnerado eri 1
todo caso el artículo 5.1 del Convenio, especialmente poi· haber perdido su
condición de vagabundos como consecuencia de nuevas ciicuristanciás. El
1
artículo 5 se aplica directamente en Derecho belga, de suerte que podría
1
haberse denunciado su violación al Consejo de Estado, y nada autoriza a 1
afirme:µ- a priori que el Consejo no habría resuelto eri plazo breve. i
i
83. En tanto que las peticiones pretendían; por el contrario, que el
Ministro de Justicia utilizase la facultad que la Ley de 1891- (artículos 15 y
18) le reconoce de resolver discrecionalmente, a la vista de las circunstancias
expuestas por el interesado o de otras informaciones conseguidas-a este.res.:.
pecto, si procede poner en libertad a un vagabundo antes de que termine ·el
plazo fijado por la Ley o por eljuez de paz, la actuación que fue su conse-
cuencia se sale por completo :del ámbito de aplicación del artículo;5.4 del
Convenio. Dicho texto sólo exige un control de la legalidad de la detención
y de su continuación. ·

84. El Tribunal no advierte, por tanto, que se haya Yiolado .el artículo
5.4 en el punto considerado;.

[ ... ]

POR ESTOS MOTIVOS, EL. TRIBUNAL,

[ ... ]

2. Declara, por unanimidad, que no se ha violado el artículo 5.1;

3. Declara, por unanimidad, que el artí~ulo 5~S no .es aplicable al caso;

4. . Declara, por nueve votos contra siete, que se ha violado el artículo


5.4 al no haber dispuesto los Demandantes de un recurso ante un órgano
judicial contra las resoluciones que ordenaban su internamiento; . . r.

5. Declara, por quince votos contra uno, que nó se ha violado el a.f.:.


tículo 5.4 al rechazarse las peticiones de puesta en libertad dirigidas por fos
demandantes a las autoridades administrativas;· · · · · · ; · ·•

[ ... ]
...L!':.

V
DERECHO A UN PROCESO EQUITATIVO (ART. 6)

10. Asunto Golder c. R.tdno Unido, de 21 de febrero de 1975


En el asunto Golder contra Reino Unido,
j El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, reunido en sesión plenaria;
~
de acuerdo con el artículo 48 de su Reglamento, constituido por los siguien-
tes Jueces señores G. Balladore Pallieri, Presidente, H. Mosler, A Verdross, E.
Rodenbourg, M. Zekia, J. Cremona, señora H. Pedersen, señores T. Vtl-
hajhlmsson, R. Ryssdal, A Bozer, W.J. Ganshofvan der Meersch, Sir Gerald
Fitzmaurice, así como por los señores M.-A. Eissen, Secretario, y F. J. Smyth,
Secretario adjunto.
Dicta la siguiente:

SENTENCIA
[ ... ]
. HECHOS

9. Los hechos pueden resumirse así:


10. El señor Sidney Elmer Golder, ciudadano británico, :i;iacido en
1923, fue condenado en 1965 en el Reino Unido a quince años de prisión
por robo a mano armada. En 1969 se encontraba cumpliendo su pena en la
prisión de Parkhurst, en la isla de Wight.
11. En la tarde del 24 de octubre de 1969 estallaron graves disturbios
en el área recreativa de la prisión, estando presente el demandante.
Al día siguiente, uno de los funcionarios que reprimieron el motín y
que resultó herido, el señor Faird, declaró identificando a los agresores. Dijo:
«Frazer gritaba (... ) y Frape, Noonan y otro detenido que conozco de vista
que creo que se llama Golder (... )me daban golpes bajos».
12. El 26 de octubre, el demandante, con otras personas sospechosas
de haber participado en los in~identes, fue separado del grueso de los deteni-
dos. Fue interrogado por, inspectores de policía .el 28 y el 30 de octubre. En
el segundo de los interrogatorios le informaron que se· 1e acusaba de haber
agredido a un funcionario y le advirtieron que «los hechos serían puestos en
conocimiento de las autoridades para que éstas pudieran decidir sobre el
322 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS V.-DERECHO A UN PROCESO EQUITATIVO (ART. 6) 323
inicio de un procedimiento contra él por agredir a un funcionario, habién- acontecimientos del 24 de octubre. Sospecho que es esta declaración lo que
dole causado lesiones corporales». ha impedido que la Comisión local de libertad provisional haya recomen-
13. Golder escribió a un parlamentario el 25 de octubre y el 1 de na.: dado la mía.
viembre y luego a un comisario de policía el 4 de noviembre, en relación Solicito respetuosamente permiso para consultar a un abogado con el
con los hechos del 24 de octubre y las consecuencias adversas que habían fin de iniciar una demanda civil por difamación (libel) en reladón con dicha
tenido para él. El Director de la prisión retuvo estas cartas, porque el remi- declaración (... ) Subsidiariamente le ruego autorice a la señora G. M. Bishop,
tente no había planteado previamente por las vías oficiales las cuestiones de juez, para que examine mi expediente con total independenda. Aceptaría
las que trataba en las mismas. de ella la seguridad de que la declaración no ha sido incluida en mi expe-
14. Por una segunda declaración de 5 de noviembre de 1969, Laird diente. En ese caso estaría dispuesto a considerar que las frases difamatorias
modificó así la primera: «Cuando mencioné al recluso Golder dije, creo, que ql)e se dijeron sobre mí no me han perjudicado verdaderamente, salvo las
se trataba de Golder; éste estaba allí con Frazer, Frape y Noonan, miehtras dos semanas que pasé en la celda separada; una demanda civil no sería nece-
que estos últimos me atacaban. saria siempre y cuando reciba excusas a modo de indemnización ... ».

Si se trataba de Golder, y me acuerdo muy bien de haberlo visto en el 17. En Inglaterra los contactos entre condenados reclusos y personas
grupo cercano insultando y en actitud hostil, no estoy seguro de que me fuera de la prisión se rigen por la Ley de Prisiones de 1951 después de ser
hubiera atacado. · modificada. y por los textos de aplicación de la misma.

Más tarde, cuando Noonan y Frape me agredieron, Frazer también es- El artículo 47.1, de dicha Ley habilita al Ministro del Interior a «regillar
taba allí, pero no me acuerdo de quién era el otro recluso, había varios, uno la organización y gestión de las prisiones (... ) así como (... ) el trato (... ) la
de los cuales me llamaba la atención, pero no puedo identificarlo». disciplina y el control de los reclusos».

El 7 de noviembre otro funcionario declaraba: «Durante el motín de Las reglas dictadas por el Ministro en virtud de esa autorización constitu-
aquella noche pasé la mayor parte del tiempo en la sala de televisión con los yen el Reglamento Penitenciario de 1964, que fue remitido al Parlamento y
reclusos que no participaron en los disturbios. . tiene valor de ley (statutory instrument). Los preceptos relativos a la comunica-
ción entre reclusos y personas del exterior se encuentran en los artículos 33,
El número 740.007, Golder, estaba en esa habitación conmigo, que yo 34 y 37.
sepa no tomó parte en el motín.
[ ... ]
Su presencia a mi lado puede ser confirmada por el funcionario que nos
observó a los dos desde fuera». · 18. El 6 de abril de 1970 el Ministerio del Interior encargó al Director
de la prisión que notificara a Golder la respuesta a su solicitud de 20 de
Ese día el demandante volvió a su celda habitual. marzo en los siguientes términos: «El Ministro ha estudiado su solicitud c:on
15. En el intervalo, las autoridades penitenciarias habían estudiado las toda atención, pero no puede ordenar el traslado solicitado; tampoco ve
distintas declaraciones y elaborado el 1 O de noviembre una lista de cargos motivos para adoptar las demás medidas planteadas por usted». .
que podían ser presentados contra algunos reclusos, entre los cuales estaba [... ]
el demandante, por un delito de desobediencia. Las oportunas anotaciones
se inscribieron en el expediente penitenciario de Golder. No habiéndose FUNDAMENTOS DE DERECHO
mantenido, en definitiva, estas acusaciones, las anotaciones fueron completa-
das por la siguiente diligencia: «acusaciones que no dieron lugar a procedi-
miento ulterior»; fueron suprimidas del expediente, en '1971 durante el exa~ l. Sobre la violación del artículo 6.1
men de la demanda por la Comisión. 23. Tal como se deduce de los párrafos 73, 99 y 110 de su irjfhrme, la
· 16. El 20 de marzo de 1970, el interesado dirigió una solicitud al Minis- Comisión, por unanimidad, estimó la existencia de violación del artícul0.6.1;
tro del Interior. Pedía su traslado a otro establecimiento, añadiendo: · ·. del Convenio. El Gobierno expresó su desacuerdo con dicha opiriión.

«Creo saber que en mi expediente penitenciario se incluye una d~clara­ 24. El artículo 6.l establece:
ción del funcionario Laird acusándome sin razón de estar implicado en los «Toda persona tiene derecho a que su causa sea oída equitativa;pública-
324 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS V.-DERECHO A UN PROCESO EQUITATIVO (ART. 6) 325

mente y dentro de un plazo razonable por un Tribunal independiente e su voluntad de iniciar una demanda civil por difamación. Ésta era la razón
imparcial, establecido por la ley, que decidirá los litigios sobre sus derechos de su deseo de entrar en relación con un abogado, medida preparatoria,
y obligaciones de carácter civil o sobre el fundamento de cualquier acusación normal en sí misma y probablemente indispensable para él, dada su si~ación
en materia penal dirigida contra ella. La sentencia debe ser pronunciada de reclusión. Al prohibirle establecer dicho contacto, el Ministro del Iiü~rio_r
públicamente, pero el acceso a la Sala de audiencia puede ser prohibido a impidió que dicha demanda se iniciara. Sin que formalmente se haya déne-
la prensa y al público durante la totalidad o parte del proceso, en interés d~ gado a Golder el derecho de acudir a un Tribunal, se le impidió que ·en
la moralidad, del orden público o de la seguridad nacional en una sóciedad aquel momento iniciara una demanda. A este efecto, hay que manifestar que
democrática, cuando los intereses de los menores o la protección de la vida un obstáculo de Jacto puede infringir el Convenio tanto como un obstáculo
privada de las partes en el proceso así lo exijan, o en la medida considerada jurídico.
necesaria por el Tribunal, cuando en circunstancias especiales la publicidad
pudiera ser perjudicial pira los intere5es de la justicia». · . Es cierto, como ha señalado el Gobierno, que el demandante podría
haberse dirigido a los Tribunales una vez liberado, pero en marzo y abril tie
25. En este caso el Tribunal debe pronunciarse sobre dos cuestiones 1970 esto era aún una posibilidad remota; y, por otra parte, un ifilpedimeiíto,
en relación con este texto: siquiera sea temporal, al ejercicio eficaz de un derecho; puede éonstitl!fr uria
violación del derecho en cuestión. · · ·· · · ·· ·
i) ¿Se limita el artículo 6.1 a garantizar el derecho a un proceso equita-
tivo en un procedimiento ya existente o reconoce además un derecho de El Tribunal debe considerar, por tanto, si el impedimento constatado
acceso a los Tribunales a cualquier persona que desee iniciar una acción ha vulnerado un derecho garantizado por el Convenio y, en concreto; por el
y
relativa a sus derechos obligaciones de carácter civil (acción civil)? artículo 6, invocado por el demandante.
ii) En este último caso, ¿existen o no límites implícitos al derecho de 27. Hay una cuestión que no ha sido discutida, y es que el «derecho»
acceso o a su ejercicio que sean de aplicación en el presente caso? que pretendía ejercer .Golder contra Laird, con razón o sin ella, ante los
Tribunales .ingleses tenía «carácter civil» en el sentido del artículo ·6.L ·
A) SOBRE EL DERECHO DE ACCESO
28. Por otra parte, el artículo 6.1 no proclama expresamente un dere-
26. El Tribunal recordó que el demandante solicitó el 20 de marzo de cho de acceso a los Tribunales. Enuncia distintos derechos que derivan de la
1970 al Ministro del Interior que le autorizara a consultar a un abogado con misma idea fundamental y que en su conjunto constituyen un derecho único
vistas a iniciar una demanda de daños y perjuicios por difamación (libel) con- del que no da el Convenio una definición precisa en el sentido estricto ,d,e
tra el funcionario Laird y que su solicitud fue rechazada el 6 de abril (aps. este término. Debe, por tanto, el Tribunal definir a través de la interpreta-
16 y 18, supra). ción si el acceso a los Tribunales constituye un elemento o aspecto de dicho
derecho.
Si la respuesta negativa del Ministro tuvo como consecuencia inmediata
el impedir a Golder que entrara ert contacto con un abogado', no resulta 29. Las tesis presentadas al Tribunal se han referido, en primer lugar,
de ello que se trate sólo en este ca.So de una cuestión de retención de la al método a seguir en la interpretación del Convenio, y específicamente del
correspondencia sin relación alguna con un problema de acceso á·fos Tribu- artículo 6.1. El Tribunal considera; al igual que el Gobierno y Ja Comisión,
nales. que debe inspirarse en los artículos 31 a 33 del Convenio de Viena de 23 de
mayo de 1969 sobre el derecho de tratados. Este Convenio no está aún .en
Nadie puede saber si el demandante habría persistido en su propósito vigor y establece en su artículo 4 que no tendrá carácter retroactivo, pero sus
de demandar a Laird si se le hubiera permitido consultar a un abogado. artículos 31 a 33 expresan en lo esencial reglas de derecho internacional
Por lo demás, según las informaciones proporcionadas al Tribunal por el generalmente admitidas y a las que el Tribunal ya se ha remitido en alguna
Gobierno, se de.be pensar que un Tribunal inglés no habría considerado nula ocasión. Como tales deben ser tenidas en cuenta para la interpretación del
la demanda de un condenado recluso por el solo motivo de que su persona- Convenio Europeo, con la reserva de «Cualquier regla pertinente de la orga-
ción enjuicio se hubiera realizado sirl la autorización ministerial que requie- nización» en cuyo seno ha sido adoptado el Convenio: el Consejo de Europa
ren los artículos 33.2 y 34.8; dd Regl~ento ·penitenciario de 1964, como (art. 5 del Convenio de Viena).
habría ocurrido si el demandante hubiera recurrido a los servicios de un
representanate, eventualidad que, por otra parte, no se produjo:en este caso. 30. Tal como prevé la «regla general» del artículo 31 del Convenio de
Viena, el proceso de interpretación de un tratado debe entenderse como
El hecho es que Golder había expresado de la manera más clara posible una sola operación compleja; dicha regla integrada estrictamente sitúa en

l
'326 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS V.-DERECHO A UN PROCESO EQUITATIVO (ART. 6) 327

pie deigualdad los distintos elementos que enumeran los cuatro párrafos del el «plazo razonable» puede, por lo demás, tener como dies·a quo una fecha
artículo. anterior a la presentación del caso ante la jurisdicción del Tribunal compe-
tente para decidir sobre la acusación (Sentencia Wemhoff de 27 de junio de
31. Los términos del artículo 6.1, del C~nvenio Eúropeo, tomados en
1968, serie A, núm. 7, pgs. 26-27, ap. 19; Sentencia Neumeister de 27 de
su contexto, hacen pensar que ese derecho está incluido dentro <:le las garan-
tías reconocidas. · · ,.. · junio de 1968, serie A, núm. 8, pg. 41, ap. 18; Sentencia Ringeisen de 16 de
julio de 1971, serie A, número 13, pg. 45, ap. llO); por ello, en materia civil
32. El texto francés de la primera frase es el que tiene un sentido.más y en ciertas hipótesis, el plazo puede empezar a correr antes del depósito de
claro. En el terreno de los litigios civiles todos tienen derecho a que el proce- los documentos que inicien el procedimiento ante el Tribunal.
dimiento iniciado como actor o demandados se desarrolle en determinadas
condiciones -«équitabfmnent,, (equitativamente), «públiquement» (pública- 33. El Gobierno ha insistido también en la necesidad de aproximar el
~tículo 6.1, a los artículos 5.4, y 13. Ha señalado que estos últimos consagran
mente), «dans un délai raisonitablé» (en un plazo razonable), etc.-, pero tam-
bién y sobre todo «a ce que sa caus.e soit enteiuiue» (a ser oído y a que· su expresamente un derecho de acceso a los Tribunales. Ha sostenido también
caso sea conocido), no por cu~qliier autorida9-, sino ,específicamente «par que los artículos 5.4 y 13 serian superfluos si se interpreta el artículo 6.1, en
un Triúunal» (por un Tribunal), en d sentido dél .artículo 6.1 (Sentencia el sentido de garantizar dicho derecho de acceso. _
Ringeisen de 16 de julio de 1971, serie A, núm. 13, pg. 39, ap.'95). El Go- Los delegados de la Comisión han replicado que los artículos 5.4 y 13,
bierno señaló con razón que «cause» puede significar «proces qui se plaide» contrariamente al artículo 6.1, son «accesorios con relación a otros textos».
(Littré, «Diccionario de la lengua francesa», tomo 1, pg. 509, 5 2 ); no es ésta:, Según esa tesis no reclamarían un derecho· específico, sino que añadirían
sin embargo, la única acepción ordinaria del vocablo; sirve éste también, por garantías procesales, el primero al «derecho de libertad» del artículo 5.1, y
extensión, para ,,['ensemble des intérets a soutenir, a Jaire prévaWir» (Paul Robert, el segundo al conjunto de los derechos y libertades reconocidos en el Conve-
«Diccionario alfabético y analógico de la lengua francesa», tomo 1, pg. 666, nio.
11-22) . Igualmente, la: «contestation» preexiste en general al proceso. y se con-
cibe sin él. En cuanto a la expresión "Tribunal indépeiuiant et impartía[ établi El artículo 6.1, por su parte, según esta tesis, tendría por objeto salva-
par la loi» (Tribunal imparcial e independiente establecido por la·ley),;_evoca guardar, «en sí mismo» el «derecho a una buena administración de justicia»,
más la idea de organización que la de funcionamiento, la de institución más dentro del cual el «derecho a que la justicia sea administrada» constituye
que la de procedimiento. «Un elemento inherente y esencial». Así se explicaría el contexto entre el
texto del artículo 6.1, y el de los artículos 5.5 y 13.
Por su parte, el texto inglés habla de un «independent and. impártial Tribu-
nal established úy law». Este razonamiento no deja de tener fuerza, aunque la expresión «dere-
cho a una buena administración de justicia», que a veces se usa por su conci-
Además, la frase ccin the determination of his civil rights and obligations», que
sión y conveniencia (por ejemplo, Sentencia Delcourt de 17 de enero de
el Gobierno ha citado en apoyo de su tesis, no se refiere necesariamente tan
1970 serie A., núm. ll, pg. 15, ap. 25), no aparece en el texto del artículo
sólo al caso d.e una instanéia judicial ya actuante, sino que, como señala la
6.1, y puede entenderse que se refiere sólo al funcionamiento y no a la orga-
Comisión, puede servir de sinónimo de la expresión ccwherever his civil rights nización de la justicia.
and obligations are being determined» (párrafo 52 del informe). Implicaría en
ese caso el derecho a que cualquier conflicto relativo a derechos y obligacio- El Tribunal constata que la interpretación que el Gobierno impugna no
nes de carácter civil encuentre solución (determination) ante un Tribunal. lleva a confundir el artículo 6.1, con los artículos 5.4 y 13 ni hace superfluas
estas últimas disposiciones. El artículo 13 se refiere a un «recurso efectivo»
El Gobierno sostiene que los adverbios ccéquitablmnent» y ccpubliquement»,
ante una «autoridad nacional» que puede no ser un Tribunal en el sentido
la expresión ccdans un délai raisonnable», la segunda frase del párrafo 1 (ccjuge-
de los artículos 6.1 y 5.4. Además, el recurso efectivo entra en relación con
ment», ccproces»), así como el párrafo 3 del artículo 6 presuponen de manera
la violación de un derecho garantizado por el Convenio, mientras que los
evidente un procedimiento que s'e está desarrollando ante un Tribunal.
artículos 6.1, y 5.4, se refieren a reclamaciones relativas en el primer caso a
Si el derecho a la equidad, publicidad y celeridad del procedimiento la existencia y extensión de derechos de carácter civii y en el segundo a la
judicial no puede aplicarse más que a un procedimiento ya en curso, no se legalidad de un arresto o detención. Además, los tres preceptos no actúan
deduce de ello necesariamente que se excluya un derecho a la iniciación en el mismo campo. El concepto de derechos y obligaciones civiles (art. 6.1)
misma de dicho procedimiento; los delegados de la Comisión han señalado no es coincidente con el de derechos y libertades establecidos en el Conve-
con acierto en el párrafo 21 de su informe este extremo .. En materia penal nio, incluso aunque haya entre ellos algún solapamiento. En cuanto al dere-
·32s LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS V.-DERECHO A UN PROCESO EQUITATIVO (ART. 6) 329

cho de libertad (art. 5), su carácter civil se presta a discusión (Sentencia del derecho, una primera en el preámbulo, en el que los gobiernos signata-
Neumeister de junio de 1968, serie A, núm. 8, pg. 43, ap. 23; Sentencia rios proclaman su adhesión inquebrantable a este principio, y una segunda
Matznetter de 10 de noviembre de 1969, serie A, núm. 10, pg. 35, ap. 13; en el artículo 3, según el cual «los miembros del Consejo ( ...) reconocen el
Sentencia De Wtlde, Ooms y Versyp de 18 de junio de 1971, serie A, número principio de preeminencia del derecho ... ».
12, pg. 44, ap. 86). Por lo demás, las exigencias del artículo 5, ap. 4, parecen
más estrictas en ciertos aspectos, y concretamente en el ele plázos, que las Está claro, por otra parte, que en materia civil no se puede concebir la
del artículo 6.1. preeminencia del derecho sin la posibilidad de acceso a los Tribunales._

34. Como establece el artículo 31.2, del Convenio de Viena, el preám- 35. En su párrafo 3.c), el artículo 31 del Convenio de Viena indica que
bulo de un tratado constituye parte integrante del contexto. Además, el pre- se tome en consideración junto al contexto «cualquier regla pertinente de
ámbulo es generalmente muy útil en la determinación· del objeto y del fin Derecho internacional aplicable en las relaciones entre las partes»~ Entre
del instrumento que se interpreta. estas reglas están los principios generales del Derecho, especialinente los
«principios generales del Derecho reconocidos por las naciones civilizadas»
En el presente caso, el texto más significativo del preámbulo del Conve- [art. 38.1.c) del Estatuto del Tribunal Internacional de Justicia]; la Comisión
nio Europeo es la declaración de los gobiernos signatarios, declarándose «re- Jurídica del Consejo de Europa prevé, por otra parte, en agosto de 1950 que
sueltos, como gobiernos de Estados europeos, animados de un mismo espí- «la Comisión y el Tribunal (deben) necesariamente aplicar tales principios»
ritu y poseedores de un patrimonio común de ideales, tradiciones políticas, en el desarrollo de sus funciones. En consecuencia, ,~uzga inútil» especifi-
respeto a la libertad y preeminencias del derecho a adoptar las primeras carlo así en una cláusula del Convenio (Asamblea Consultiva, «Diario de
medidas tendentes a asegurar la garantía colectiva de algunos de los derechos Sesiones», 1950, tomo ID, núm. 93, pg. 982, párrafo 5). .
enunciados en la Declaración Universal» de 10 de diciembre de 1948.
El principio según el cual un litigio civil debe ser sometido a un juez se
Para el Gobierno, este párrafo ilustra el «proceso selectivo» seguido por encuentra entre los principios fundamentales del Derecho universalmente
los redactores. El Convenio no protege los derechos humanos en general, reconocidos, como también lo está el que prohíbe la denegación de justicia.
sino tan sólo «algunos de los derechos enunciados en la Declaración Univer- El artículo 6.1 debe entenderse a la luz de dichos principios.
sal». Los artículos 1y19 irían en este mismo sentido.
Si el artículo 6.1 se entendiera sólo aplicable a un proceso que ya se
Por su parte, la Comisión atribuye importancia a las palabras «preemi- hubiera iniciado ante un Tribunal, un Estado parte podría, sin violarlo, pres-
nencia del derecho», que en su interpretación aclaran el sentido del artículo cindir de sus Tribunales o sustraer a su competencia el arreglo de ciertas
6.1. categorías de litigios de carácter civil para confiarlo a órganos dependientes
El carácter «Selectivo» del Convenio está fuera de toda duda. Preciso es del gobierno. Estos supuestos inseparables de un riesgo de arbitrariedad con-
admitir también con el Gobierno que el preámbulo no incluye la preeminen- ducirían a graves consecuencias contrarias a los mencionados principios y
cia del derecho en el objeto y fin del Convenio, sino que lo designa como que el Tribunal no podría dejar de tener en cuenta (Sentencia Wemhoff de
uno de los elementos del patrimonio espiritual común de los Estados miem- 27 de junio de 1968, serie A, núm. 7, pg. 23, ap. 8).
bros del Consejo de Europa. El Tribunal estima, sin embargo, al igual que la En opinión del Tribunal, no se puede entender que el artículo 6.1 des-
Comisión, que no sería correcto ver en esta mención una simple «referencia criba en detalle las garantías de procedimiento otorgadas a las partes en una
más o menos retórica» desprovista de interés para el mtérprete del Convenio. acción civil ya iniciada y deje de proteger aquello que es necesario para gozar
Si los gobiernos signatarios han decidido «adoptar las primeras medidas ten- de dichos beneficios: el acceso al juez. La equidad, la publicidad y la celeri-
dentes a asegurar la garantía colectiva de algunos derechos enunciados en la dad del proceso no tienen ningún interés si no hay proceso.
Declaración Universal», es en razón, entre otras, de su creencia sincera en la
preeminencia del derecho. Parece natural y conforme con el priricipio de la 36. Se deduce de las consideraciones que preceden que el derecho de
buena fe (art. 31.1, del Convenio de Viena) que se tenga en cuenta este acceso constituye un elemento inherente al derecho enunciado en el artículo
motivo, tan altamente proclamado, al interpretar los términos del artículo 6.1. No se trata de una interpretación extensiva tendente a imponer a los
6.1, en su contexto y a la luz del objeto y fin del Convenio. · Estados parte nuevas obligaciones. Se funda, por el contrario, en los mismos
términos de la frase primera del artículo 6.1, interpretada en su contexto y
Y ello es aún más claro considerando que el Estatuto del Consejo de teniendo en cuenta el objeto y fina:lidad del tratado-norma que es el Conve-
Europa, organización de la que son miembros todos los Estados parte en el nio (Sentencia Wemhoff de 27 de junio de 1968, serie A, núm; 7, pg. 23, ap.
Convenio (art. 66 del mismo), se refiere eri dos ocasiones a la preeminencia 8), así como los principio generales del Derecho.
i330 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS

El Tribunal concluye por ello, sin necesidad de recurrir a los «medios


r
.
.

V.-DERECHO A UN PROCESO EQUITATIVO (ART. 6)

leza diferente, la restricción de la que se queja el demandante constituye


331

complementarios de interpretación» previstos en el artículo 32 del Convenio otro ejemplo de una limitación similar.
de Viena que el artículo 6.1 garantiza a todos el derecho a que un Tribunal
No es función del Tribunal elaborar una teoría general de los límites
conozca de cualquier litigio referente a sus derechos y obligaciones de carác-
admisibles en el caso de condenados reclusos, ni siquiera decidir in abstracto
ter civil. Consagra, por tanto, «el derecho a un Tribunal», del cual el derecho
sobre la compatibilidad de los artículos 33.2, 34.8 y 37.2, de las «Prison Rules»
de acceso, es decir, el derecho de acudir al Tribunal en materia civil no
de 1964 con el Convenio. Al fallar en un ca.So que se origina en una demanda
constituye más que un aspecto. A ello se añaden las garantías pactadas ~n el
individual sólo debe pronunciarse para decidir si la aplicación de dichos
artículo 6.1, en cuanto a la organización y composición del Tribunal y al
artículos, en el caso específico de autos, ha vulnerado o no el Convenio en
desarrollo del procedimiento. El conjunto constituye el derecho a mi proceso
perjuicio del demandante (Sentencia De Becker de 27 de marzo de 1962,
equitativo. El tribunal no tiene por qué entrar en este caso en la cuestión de
serie A, núm. 4, pg. 26).
hasta qué punto el artículo 6.1 exige, además, una decisión sobre el fondo
mismo del litigio. A este respecto el Tribunal se limita a señalar lo siguiente: al solicitar al
Ministro del Interior permiso para consultar a un abogado con la intención
B) SOBRE ·ÚMITES IMPÚCITOS» de demandar a Laird, Golder pretendía ser declarado inocente de una acusa-
ción contra él dirigida por dicho funcionario el 25 de octubre de 1969 y que
37. Teniendo en cuenta que el obstáculo constatado en el apartado 26
le había acarreado consecuencias penosas, alguna de las cuales aún no había
supra afectó a un derecho garantizado por el artículo 6.1, queda por determi-
desaparecido el 20 de marzo de 1970 (apartados 12, 15 y 16 supra); además,
nar si tal obstáculo no estaría justificado por algún límite legítimo al con-
dicha demanda se habría referido a un incidente relativo a la vida en la
cepto o ejercicio del mencionado derecho.
prisión acaecido durante la reclusión del demandante. Finalmente se habría
38. El Tribunal estima, de acuerdo con la Comisión y con la tesis ~ubsi­ dirigido contra un miembro del personal penitenciario que había suscrito
diaria del Gobierno, que el derecho de acceso a los Tribunales no es abso- los mencionados cargos en el desarrollo de sus funciones y que dependía de
luto. Tratándose de :un derecho que el Convenio reconoce (arts. 13, 14, 17 la autoridad del Ministro del Interior.
y 25), sin definirlo en el sentido estricto de la palabra, hay lugar, además de En estas condiciones Golder podía legítimamente desear consultar a un
los límites que circunscriben el contenido· mismo de cualquier derecho, a abogado a fin de iniciar un procedimiento legal. No correspondía al Ministro
otros límites implícitamente admitidos. apreciar por sí mismo las posibilidades de éxito del procedimiento que se
La primera frase del artículo 2 del Protocolo. adicional de 20 cie marzo pretendía plantear. La decisión eventual correspondía a un Tribunal inde-
de 1952, que se limita a disponer que «no se denegará a nadie el derecho a pendiente e imparcial. Al rehusar la autorización solicitada, el Ministro vul-
la educación», suscita un problema comparable. En su Sentencia de 23 de neró en la persona del demandante el derecho de acceso a un Tribunal,
julio de 1968 sobre el fondo del asunto relativo a ciertos aspectos del régimen garantizado por el artículo 6.1.
lingüístico de la enseñanza en Bélgica, el Tribunal consideró que el derecho [ ... ]
de educación (... ) demanda por su propia naturaleza una reglamentación
estatal que puede variar en el tiempo y en el espacio en función de las necesi- POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL,
dades y recursos de la comunidad y de los individuos. Va de suyo· que tal l. Declara, por nueve votos contra tres, que ha existido violación del
reglamentación no debe jamás afectar a la sustancia del derecho ni entrar artículo 6.1.
en colisión con otros derechos consagrados por el Convenio (serie A, núm.
6, p. 32, ap. 5). · [ ... ]

. Estas ~onsideraciones son aún más válidas en el caso de un derecho que, Hecha en francés y en inglés, siendo auténtico el texto francés, en el
a diferencia del derecho a la educación, no está mencionado en términos Palacio de los Derechos Humanos de Estrasburgo, el 21 de febrero de 1975.
expresos. Firmado: Giorgio Balladore PaUieri, Presidente; Marc-André Eissen, Secreta-
rio.
39. El Gobierno y la Comisión han citado ejemplos de reglas, y concre-
tamente de limitaciones, que se encuentran en el Derecho interno de los
Estados miembros en materia de acceso a los Tribunales, como las que afec-
tan a los menores y enfermos mentales. Aunque menos frecuente y de natura-
lr
-'.~ 1
- 1

11. Asunto Ruiz Mateos c. España, de 23 de junio de 1993


En el asunto Ruiz Mateos contra España,
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, reunido en sesión plenaria
en aplicación del artículo 51 de su Reglamento, en una Sala compuesta por
los siguientes Jueces señores R Bernhardt, Presidente, Thór Vtljálmsson, F.
GQlcüklü, F. Matscher, L. E.· Pettiti, B. Walsh, C. Russo, A. Spielmann, J. De
Meyer, N. Valticos, S. K Martens, I. Foiguel, R Pekkanen, A. N. Loizcm, F.
Bigi, sir John Freeland, señores A. B. Balra, M. A. Lopes Rocha, L. Wtldhaber,
G. Mifsud Bonnici, J. Malrarczyk, D. Gotchev, señora E. Palm, señor D. Ruiz-
Jarabo Colomer,Juez ad hoc, así como los señores M. A. Eissen, Secretario, H.
Petzold, Secretario adjunto,
Tras haber deliberado en privado los días 29 de enero y 27 de. mayo de
1993,
Dicta la siguiente

SENTENCIA
[ ... ]
HECHOS

8. De nacionalidad española, el señor José María Ruiz-Mateos, los seño-


res Zoilo Ruiz-Mateos, Rafael Ruiz-Mateos, Isidoro Ruiz-Mateos, Alfonso Ruiz.,
Mateos y la señora María Dolores Ruiz-Mateos son hermanos y hermana._ En
1983 poseían el 100% de las acciones de Rumasa, SA, sociedad matriz del
grupo RUMASA, que comprendía varios cientos de empresas en- las que de-
tentaba una participadón variable.

l. Circunstancias del caso


A) LA EXPROPIACIÓN DEL GRUPO RUMASA
9. Mediante un Decreto-ley de 23 de febrero de 1983, el Gobierno
ordenó la expropiación por causa de utilidad pública de la totalidad de las
acciones de las sociedades que constituían el grupo RUMASA, incluidas las
de la sociedad matriz (artículo 1). Beneficiario de la medida, el Estado debía,
por medio de la Dirección General de Patrimonio, tomar posesión seguida-
mente de los bienes expropiad<;>s'(artíctilo 2). '
Ratificado el 2 de mario de 1983 por la Congreso: de los Diputados;· el
Decreto-ley dio lugar a un recurso ante el Tribunal Constitucional (recurso
334 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
V.-DERECHO A UN PROCESO EQUITATIVO (ART. 6) 335

de inconstitucionalidad, artículo 161.lª de la Constitución, apartado 26 in- 1984, el Juzgado núm. 21 ordenó, el día 27, el traslado del expediente al
.fra), discutiendo su constitucionalidad un grupo de diputados. El Alto Tribu- Juzgado núm. 18, que lo recibió el 9 de mayo .
nal inadmitió el recurso de los parlamentarios por Sentencia de 2 de diciem- 14. El primer demandante había solicitado al Juzgado núm. 18 desde
bre de 1983, dictada con el yoto preponderante del presidente; en ~a el 21 de marzo de 1984 que sometiera al Tribunal Constitucional una cues-
opinión disidente, seis magistrados consideraron que el procedimiento se- tión relativa a la conformidad de los artículos 1 y 2 de la Ley 7/1983 (apar-:-
guido para efectuar la expropiación vulneraba la Constitución. tado 10 supra) con los artículos 14, 24 y 33 de la Constitución (cuestión de
inconstitucionalidad, apartados 25, 26 y 27 ·in.fra). El juzgado celebró audien-
10. Entre tanto, la Ley 7/1983 de 29 de junio de 1983, publicada al
cias los días 18 de junio y 17 de septiembre de 1984; El 19 de septiembre,
día siguiente en el Boletín.Oficial del Estado, había reemplazado al Decret~
autorizó a las partes a formular sus alegaciones dentro del plazo de diez días
ley en cuestión. Sus artículos 1 y 2 ordenaban la expropiación y la toma dé . 1
. 1
(artículo 35 de la Ley Orgánica 2/1979 sobre el Tribunal Constitucional,
posesión inmediata de las sociedades afectadas en términos similares a aque.:.
apartado 27 in.fra). El Abogado del Estado respondió, el 29 de septiembre,
llos del Decret~ley (apartado 9 supra). Dichas medidas perseguían una finali-
que la cuestión no era pertinente en el marco dé un procedimiento sumario
dad de utilidad pública y de interés social, ya que los bancos del grupo habían
sobre el examen de una acdón posesoria. El Ministerio Fiscal táriibién se
tomado, para financiar las sociedades de éste", riesgos considerados despr~
opuso a ello el 1 de octubre. Ese mismo día, los demandantes presentaron
porcionados en relación a su solvencia, poniendo así en peligro «la estabili-
en apoyo de sus pretensiones dos informes de ochenta y cinco y treinta y
dad del sistema financiero y los intereses de los depositantes, asalariados y
siete páginas respectivamente.
terceras personas».
15. Por un Auto de 5 de octubre de 1984, el Juzgado núm. 18 planteó
B) LA ACCIÓN DE RESTITUCIÓN DE LOS BIENES EXP.ROPIADOS al Tribunal Constitucional la cuestión de la conformidad de dichos artículos
de la Ley 7/1983 con el artículo 24.l de la Constitución: los interesados no
1. El procedimiento en primera instancia habían podido invocar ante los tribunales su derecho de propiedad sobre los
ll. En el intervalo entre la publicación del Decret~ley y la de la Ley bienes expropiados por vía legislativa, ni impugnar la necesidad de tomar
7/1983, el señor José María Ruiz-Mateos había presentado el 8 de abril de posesión de ellos. El Juez consideraba que el fallo sobre el fondo del litigio
1983, tanto por cuenta propia como en nombre de los demás demandantes dependía de la validez de las disposiciones controvertidas.
y de Rumasa, SA, un interdicto de recobrar la posesión de los bienes expr~ 16. El Tribunal Constitucional admitió a trámite la cuestión planteada
piados. El ll de abril, el Juzgado de primera instancia núm. 18 de Madrid el 17 de octubre de 1984, y· dio traslado de la misma al Congreso de los
'-Compuesto por un único Juez- lo inadmitió por vicios de forma: el intere- Diputados, al Senado, al Gobierno de la Nación y al Fiscal General del Estado
sado no había facilitado la prueba de· la expoliación de la que se quejaba, ni para que en el plazo de quince días formularan alegaciones (artículo 37.2
de la posesión de los bienes en cuestión antes de ésta. de la Ley Orgánica 2/1979, apartado 27 in.fra).
12. El 9 de mayo de 1983, el. señor José María. Ruiz-Matebs presentó El tribunal recibió el escrito de alegaciones del Ministerio Fiscal y del
una nueva demanda sobre el 50% de las acciones de Rumasa,.SA Los otros Abogado del Estado el 5 y 6 de noviembre; El 12 de noviembre el Presidente
cinco demandantes hicieron otro tanto el 27 de mayo por el resto, hasta la del Congreso de los Diputados señaló que no haría uso de sus facultades de
cantidad del 10% cada uno. Los dos asuntos fueron asignados respectiva- personación y alegaciones.
mente a los Juzgados de primera instancia núm. 18, que reabrió el expe-
diente, y núm. 21 de Madrid.
17. El 27 de enero de 1986, el señorjosé María Ruiz-Mateos se quejó
de las dilaciones indebidas del procedimiento; invocaba los artículos 24.2 de
13. Los días 4 y 5 de julio de 1983, el Abogado del Estado, represen- la Constitución (apartado 25 in.fra) y 6.1 del Convenio. El tribunal acoi:dó, el
tante del Gobierno; obtuvo la suspénsión, por tres meses, de los dos procedi- 30 de enero, unir el recurso de queja al expediente y no haber lugar a lo
mientos para consultar a. sus superiores; los recursos~ de los demandantes pedido por carecer de legitimación el demandante.
contra dichas decisiones scHnadmitieron los días 16 y 18 de julio. El 7 de febrero, el interesado presentó nuevo escrito alegando que la
El 21 de septiembre, el Abogaq9 del E~tado solicitcfla acumulación cic:: Providencia de 30 de enero violaba el artículo 24 de la Constitución y preten.,-
los dos procesos. El Juzgado núm. 18 consintió en· ello d 22 de noviembre diendo estar legitimado para actuar en el procedimiento constitucional, por
tras obtener, el 18, la opinión favorabfe 'deliseñorJosé María Ruiz:..Mateos. ser parte en el procedimiento principal. El 21 de febrero, el tribunal con-
Como los otros cinco demandantes mostraron su acuerdo el 23 de marzo de firmó su providencia anterior.

J_
336 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS V.-DERECHO A UN PROCESO EQUITATIVO (ART. 6) 337

18• · Tras la elección de seis nuevos Magistrados en el Tribunal Constitu:.. dad de los artículos 1 y 2 de la Ley 7 /1983 con los artículos 14 y 33.3 de la
cional, el señor José María Ruiz-Mateos presentó, el 26 de marzo de 1986, Constitución (apartado 25 infra).
escrito de recusación de dos de ellos por falta de imparcialidad: en su opi-
nión, uno era un amigo notorio del Presidente del Gobierno; el otro ya La Audiencia les concedió un aplazamiento pata permitirles presentar
había conocido del caso en calidad de asesor del Ministro de Justieia y había documentos en apoyo de la primera demanda. El 19 de diciembre dé 1988
participado, concretamente, en la redacción del discurso en el Parlamento presentaron una traducción de las comunicaciones recibidas del Secretario
relativo a la expropiación de RUMASA. · · de la Comisión. Después de una nueva vista celebrada el 13 de febrero de
1989, la Audiencia rechazó suspender el procedimiento. El 7 de julio de 1989
El 10 de abril, el tribunal rechazó la demanda por carecer el solicitante inadmitió un recurso de los demandantes contra su fallo.
de legitimación para intervenir. '\
. 1 22. El 14 de febrero de 1989 había autorizado a las partes y al Ministe-
19. Por Sentencia de 19 de diciembre de 1986, consideró los artículos rio Fiscal a expresarse sobre la oportunidad de plantear dicha éuestión de
1 y 2 de la Ley 7/1983 conformes al artículo 24 de la Constitución. Las inconstitucionalidad (artículo 35.2 de la Ley Orgánica 2/1979, apartados 21
expropiaciones por vía legislativa -incluso por medio de una Ley relativa a un supra y 27 infra). Tras recibir sus álegaciones, la Audiencia provincial. planteó
caso concreto- no violaban la Constitución. Sin duda.los interesados sufrirían la cuestión al Tribunal Constitucional el 9 de julio de 1989.
limitaciones a la defensa jurisdiccional de sus derechos si no pudiesen impug-
nar en justicia la necesidad de la expropiación dé sus bienes, pero estaban Éste la admitió a trámite el 31 de octubre y dio traslado de la misma a
legitimados para oponerse a la medida ante los tribunales administrativos y las instituciones del Estado previstas en el artículo 37.2 de la Ley Orgánica
solicitar que plantearan una cuestión de inconstitucionalidad; asimismo, la 2/1979 (apartado 27 infra). El Presidente del Congreso de los Diputados
última: resolución de dichos tribunales podía dar lugar a un recurso de am- respondió, el 17 de noviembre de 1989, que no presentaría alegaciones; ese
paro basado en el derecho a la igualdad ante la Ley. Por último, la Ley mismo día y al día siguiente respectivamente, el Abogado del Estado y el
enjuiciada no privó a los propietarios de su derecho a una indemnización Ministerio Fiscal presentaron las suyas.
adecuada, que podían invocar ante el Jurado Provincial de expropiación -ór- 23. Por Sentencia de 15 de enero de 1991, el Tribunal Constitucional
gano administrativo competente-, y posteriormente ante la jurisdicción ad- consideró los artículos enjuiciados de la Ley 7/1983 conformes alqs artículos
ministrativa. 14 y 33.3 de la Constitución. Dos Magistrados formularon una opinión disi-
Dos Magistrados consideraron, en un voto particular, que el procedi- dente.
miento de expropiación utilizado había privado a los demandantes de su 24. Informada de ello el 25 de enero de 1991, la Audiencia Provincial
derecho a una tutela judicial efectiva. fijó los debates para el 22 de febrero. En dicha ocasión, los demandantes
20. El Juzgado núm. 18 recibió comunicación de esta sentencia el 22 renovaron su solicitud de suspensión, que fue rechazada mediante Sentencia
de diciembre de 1986 y, al día siguiente, desestimó la acción de restitución. de 25 de febrero de 1991.
El 6 de marzo, los interesados formularon una demanda de interpreta-
2. El procedimiento de apelación
ción de dicha sentencia, que se desestimó el 11 de marzo de 1991.
21. El 27 de diciembre de 1986, los demandantes presentaron un re-
[ ... ]
curso de apelación ante la Audiencia Provincial de Madrid, que lo admitió a
trámite el 5 de febrero de 1987.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
El examen del recurso comenzó el 26 de junio de 1988. El tribunal
comunicó sucesivamente el expediente a las partes durante diez días. Inicial- l. Sobre la violación del artículo 6.1 del Convenio
mente fijada para el 21 de octubre, la vista fue sin embargo· aplazada a peti-
ción del abogado de los demandantes, impedido. Desde su apertura el 28 de 30. En opinión de los demandantes, la duración del examen de sus
noviembre, los interesados solicitaron la suspensión del procedimiento hasta interdictos para recobrar sus bienes superó el plazo razonable previsto en el
que la Comisión y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos tuviesen la artículo 6.1 del Convenio. Además, los procedimientos seguidos en este caso
ocasión de pronunciarse sobre su demanda en Estrasburgo. A título subsidia- ante el Tribunal Constitucional no respetaron el principio de la igualdad de
rio, solicitaron a la Audiencia Provincial que planteara al Tribunal Constitu- armas, inherente al derecho a un juicio justo que garantiza el mismo pre-
cional una nueva cuestión de inconstitucionalidad relativa a la compatibili- cepto, que dispone: ·
338 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL'TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
V.-DERECHO A UN PROCESO EQUITATIVO (ART. 6) 339
- Todá persona tiene derecho a que su causa sea oída equitativa( ... )
<<l.
Alemania, Portugal, o incluso España; debe en consecuencia· determinar si,
y dentro de un plazo razonable, por un Tribunal ( ... ) que decidirá los litigios
en este caso, se lesionaron los derechos garantizados a los demandantes por
sobre sus derechos y obligaciones de carácter civil( ... )».
dicho texto.
El Gobierno discute esta tesis, mientras que la Comisión la suscribe. 58. Admitiendo que, por lo general, los procedimientos constitucio11a-
...
[ ] les no se refieren a litigios sobre derechos y obligaciones de_ carácter civil,
los demandantes insisten en las particularidades de la Ley 7/1983 que causa
C) · DERECHO A UN PROCESO EQUITATIVO la expropiación de Rumasa, SA, de la que eran accionistas. Pese a su rango
de Ley formal, se considera una medida concreta y determinada que afecta
54. En cuanto al carácter equitativo del procedimiento, la queja de los a un grupo de sociedades enumeradas en su anexo (apartado 1 O supra). Los
demandantes alude exclusivamente a las instancias ante el Tribunal Constitu- interesados señalan que no podían oponerse a la expropiación ante elJuz-
cional (apartado 30 supra), pero vista su naturaleza prejudícial, corresponde gado de lo civil sin la invalidación de dicha Ley; ahora bien, sólo podía dicta-
tener en cuenta su contexto: un interdictci de recobrar la posesión de los minarla el Tribunal Constitucional, tras someterle la cu~stión el Juzgado
bienes expropiados.
núm. 18 de Madrid o la Audiencia provincial.
1. _ Aplicabilidad del artículo 6.1 del Convenio 59. Ei Tribunal constata que, sin duda, existía un' estrecho vínculo. en-
55. Al impugnar la aplicabilidad del artículo 6.1, el Gobierno alega que tre las respectivas finalidades de los dos tipos de procedimiento: la anulación,
el derecho en cuestión no revestía «un carácter civil». Prueba'. de ello son, por el Tribunal Constitucional, de las norm~ controvertid~ ~abrí_a llevado
en su opinión, la especificidad de la tarea del Tribunal Constitucional y las a los Juzgados de los civil a admitir las pretensiones de la familia Rmz-Mateos
características propias a la cuestiones de inconstitucionalidad. Corresponde- (apartados 15-16, 20, 22-24, 27 y 37 supra~. En_ este caso, las ~s~cias civil~s
ría al Alto Tribunal velar por el cumplimiento de la Constitución pót parte y constitucionales parecían incluso tan rmbncadas que el d1soc1~las sena
de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, y no resolver sobre los derechos caer en el artificio y se debilitaría en grado considerable la protecc1on de los
o intereses de los individuos. Esta particularidad aparecería aún más clara- derechos de los demandantes.
mente en las instancias del tipo considerado: entabladas por el Juzgado ordi- 60. En consecuencia, el artículo 6.1 era aplicable a los procedimiento
nario, tendrían como fin eliminar del orden jurídico interno las disposicio- enjuiciados.
nes contrarias a la norma suprema; en este caso, no se puede hablar de
«partes» ya que la Ley Orgánica 2/1979 exige solamente oír a los represen- 2. Cumplimiento del artículo 6.1
tantes de los poderes del Estado y al Fiscal general (apartado 27 supra). Asi-
mismo, la sentencia no se notifica sino al tribunal que ha planteado la cues- 61. La familia Ruiz-Mateos alega una violación del principio de la igual-
tión. dad de armas: el Abogado del Estado, su adversario en el proceso civil, pudo
presentar al Tribunal Constitucional alegaciones po~ ~~crito sobre la vali?ez
56. En sus alegaciones de 10 de junio y 27 de agosto de 1992 (apartado de la Ley 7/1983, mientras que a ella no se le perm1no ya que se le nego la
5 supra), los Gobiernos alemán y portugués señalan que el resultado del caso legitimación para intervenir (apartado 18 supra).
Ruiz-Mateos tendrá gran importancia para los demás Estados miembros del
La Comisión suscribe en sustancia este análisis.
Consejo de Europa dotados de un Tribunal Constitucional. El primero, invo-
cando la Sentencia Buchholz anteriormente citada, alega que el artículo 6.1 62. En opinión del Gobierno, por el contrario, el Abogad~ del Estado
no es válido en los procedimientos entablados ante dichos tribunales; la Re- de dicho tribunal no puede considerarse adversario de los dem~~ante~ ya
pública federal de Alemania lo entendió así cuando ratificó el Convenio. que procede distinguir entre el ejecutivo como poder y la>,'\dm1mstra~1on
Apoya la tesis del Gobierno demandado explicando a grandes rasgos eL régi-'- pública. Esta última, y más concretamente la Direceión gene~ ~~l Patnmo-
men vigente en Alemania, similar por lo demás al español. Por su parte, el nio, detentadora de las acciones de Rumasa, SA tras Ia~exprc::>p1ac1on, se opo-
Gobierno portugués considera que debido a su naturalezá, su estructura y nía a los demandantes en la demanda de restitución (apartados 9 y 13 supra).
sus competencias, los tribunales constitucionales escapan al imperio del ar- Por el contrario, ni los Ruiz-Mateos ni ella eran partes en Jos procedimientos
tículo 6.1. prejudiciales en cuestión. Los demandantes .eran por l<;> demás _co:iscie~tes
de ello: nunca habrían planteado el problema ante un tnbunal espan?l. C1~r­
57. El Tribunal no debe pronunciarse en abstracto sobre la aplicabili~
taln.ente, el ejecutivo y la Administración eran defendidos por func10nanos
dad del artículo 6.1 a los tribunales constitucionales en general o a los de
del mismo cuerpo, pero éstos servían a intereses distintos. · . ,_.
LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS V.-DERECHO A UN PROCESO EQUITATIVO (ART. 6) 341
340
. 63. El Tribunal examinará la queja a la luz del conjunto del apartado para expresarse sobre la oportunidad de plantear una cuestión prejudicial .
1 del artículo 6, ya que el principio de la igualdad de armas representa un Si los escritos de los demandantes abordaban igualmente problemas de
elemento de la noción más amplia del proceso equitativo, que engloba tam- fondo, los del Abogado del Estado, muy breves, no trataban sino de cuestio-
bién el derecho fundamental al carácter contradictorio de la instancia (ver, nes formales. En todo caso, incluso si este último hubiese también indicado
concretamente, mutatis mutandis, Sentencia Brandstetter contra Austria de 28 su opinión sobre el fondo, los Ruiz-Mateos no habrían podido oponerse a
de agosto de 1991, serie A núm. 211, pg~ 27, ap. 66). ella ni ante los tribunales civiles ni ante el Tribunal Constitucional. Por el
contrario, el Abogado del Estado conoció por anticipado sus argumentos y
Ahora bien, el derecho a un procedimiento contradictorio implica, pará pudo discutirlos en último lugar ante el Alto Tribunal.
una parte, la facultad de conocer las alegaciones o documentos presentados
por la otra, así como de discutirlas (ver, mutatis mutandis la misma sentencia, 68. Hubo, por tanto, violación del artículo 6.1.
pg. 27, ap. 67). Ciertamente, los procedimientos constitucionales presentan
[ ... ]
características propias que tienen en. cuenta la especificidad de la norma a
aplicar al igual que la importancia de la decisión a emitir para el sistema POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL,
jurídico vigente; tratan también de permitir a 'un .órgano único resolver un
1º Declara, por veintidós votos contra dos, que ha habido violación del
gran número de causas sobre materias muy diversas. Sin embargo, puede
artículo 6.1 del Convenio en cuanto a la duración del procedimiento;
suceder que traten,· como en el presente caso, sobre una Ley que afecta
directamente a un círculo rest::ringido de personas. Si en tal caso se plantea 2º Declara, por dieciocho votos contra seis, que ha habido violación del
la cuestión de la constitucionalidad de la Ley al Tribunal ,Constitucional en artículo 6.1 del Convenio en cuanto al carácter equitativo de los procedi-
el marco de un procedimiento relativo a un derecho de cará<:ter civil y en el mientos seguidos en este caso ante el Tribunal Constitucional;
que son partes personas de dicho círculo, habrá en principio que garantizar
el libre acceso a las alegaciones de las otras partes y la posibilidad real de [ ... ]
comentarlas. · Hecha en francés y en inglés, leída en audiencia pública en el Palacio
64. El Tribunal no percibe ningún motivo para apartarse de. esta de Derechos Humanos de Estrasburgo, el 23 de junio de 1993. Firmado:
norma en el presente caso. No puede aceptar la distindón propuesta por el Rudolf Bernhard, Presidente; Marc-André Eissen, Secretario.
Gobierno. Vista la estrechez del vínculo señalado anteriormente (apartado
59 supra), se revela artificial disociar el papel del poder ejecutiv() -responsa-
ble de la expropiación- y el de la Dirección general del Patrimonio· -benefi-
ciaria de la rriedida-, y más aún discernir una diferencia real entre los respec-
tivos intereses del primero y de la segunda. . .
. .

65. En noviembre de 1984 y noviembre de 1989, el Abogado del Estado


presentó ante el Tribunal Coristitudonal, conforme al artículo 37.2 de la
Ley Orgánica 2/1979 (apartado 27 supra), alegaciones que concluían con fa
constitucionalidad de la Ley 7/1983 (apartados 16 y 22 supra). Los Ruiz-
Mateos no tuvieron la ocasión de replicar, cuando sin embargo tenían todo
el interés en poderlo hacer antes de la resplución defuiitiva. ·
. 66. En opinión del Gobierno, el Tribunal Constitucional pudo estudiar
sus alegaciones a través de los informes; muy voluminosos, 'que habían pre-
sentado ante las jurisdicciones civiles en virtud del artículo 35.2 de la Ley 2/
1979 (apartados 14 y 22 supra), ya que se le había trasladado d expediente
completo de estas últimas.
67. Esta tesis no convence al Tribunal.
En primer lugar, dicho artículo 35.2 fija a las partes -en este caso los
demandantes y el Abogado del Estado-y al Ministerio Fiscal un plazo común
1
12. Asunto Buchholz c. Alemania, de 6 de mayo de 1981
En el asunto Buchholz contra Alemania,
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, reunido, de acuerdo con
el artículo 43 del Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y
de las Libertades Fundamentales («el Convenio») y los artículos aplicables
d~l Reglamento del Tribunal, en Sala compuesta por los siguientes Jueces,
Señores G. Wiarda, Presidente; H. Mosler, Thór Vilhjálmsson, W. Ganshofvan
der Meersch, señora D. Bindschedler-Robert, señores F. Matscher, E. García
de Enterria, y los señores M.-A. Eissen, Secretario, y H. Petzold, Secretario adjun-
to.
Habiendo deliberado a puerta cerrada el 28 de enero y 22 de abril de
1981,
Dicta la siguiente:

SENTENCIA
[ ... ]
HECHOS

12. El señor Buchholz nació en 1918 y vive en Hamburgo. Desde fe-


brero de 1949 trabajaba para la firma de limpieza en seco J. H. Dependorf
KG. Trabajó fundamentalmente como conductor hasta finales de 1963 y a
partir de entonces trabajó, en concreto, como controlador de sucursales. El
28 de junio de 1974 le fue notificado su despido con efectos desde el 31
de diciembre de ese mismo año como consecuencia de unas medidas de
reorganización.
El señor Buchholz inició un procedimiento legal ante los Tribunales
competentes impugnando la legalidad de esta decisión; en su opinión, estos
Tribunales no dictaminaron su caso en un plazo razonable, tal y como re-
quiere el artículo 6.1 del Convenio.

1. Procedimientos ante el Tribunal


A) TRIBUNAL LABORAL DE lIAMBURGO

13. El 10 de julio de 1974, el demandante inició un procedimiento


ante el Tribunal Laboral de Hamburgo reclamando que su despido era «So-
cialmente injustificado», en los términos del artículo 1 de la Ley de Despidos
Improcedentes. La otra parte («el demandado») contestó el 25 de julio, un
344 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS V.-DERECHO A UN PROCESO EQUITATlVO (ART. 6) 345
día anterior al vencimiento del plazo que a estos efectos concedía el Tribu- de acuerdo con la legislación aplicable, propuso un arreglo amistoso, sin que
nal. dicha proposición fuese aceptada.
14. En la primera audiencia, el 16 de agosto, el abogado del señor 17. El Tribunal Laboral falló el 8 de enero de 1975, inmediatamente
Buchholz presentó nuevos argumentos por escrito. Como consecuencia el después a la audiencia de las conclusiones finales de las partes. Sostuvo que
Tribunal Laboral otorgó un tiempo al demandado para contestar. a los mis- . ni el preaviso de 28 de junio de 1974 ni la notifiéación extraordinaria de 30
mos y aplazó el fallo hasta el 4 de octubre. · de septiembre del mismo año habían puesto fin al contrato del demandante
en el primer caso porqu,e era «socialmente injustificado» en el sentido del
. 15. En ~u escrito de réplica del 22 de agosto, el demandado, a requeri- artículo 1 de la Ley de Despidos Improcedentes y en el segundo porque era
miento del Tnbunal Laboral; facilitó una explicación detallada de las razones inexistente la «razón de peso» que requería el artículo 626 del Código Civil.
d_~l despid~ ~pugnado, procediendo asimismo a una descripción de la situa- El Tribunal rechazó asimismo una solicitud del demandado para la cesación
cion econormca de la firma y explicando las medidas de racionalización del contrato de trabajo en aplicación del artículo 7 de la Ley de Despidos
adoptadas.
Improcedentes. Asimismo ordenó al demandado el pago al señor Buchholz
de 5.700 DM como retrasos de salario, pero rechazó la reclamación del sala-
Los abogados del demandante procedieron a elaborar una contrarré-
pl_ica el 19 de septiembre, uniendo a la misma una nota escrita por el propio
no futuro.
chente. Esta no~ c~ntenía l~ acusación a los directivos de la firma Dependorf El fallo fue notificado por escrito a las partes el 25 de febrero de 1975.
KG de haber «dilapidado millones de forma negligente (en fondos comercia-
l~~ y personales) ganados honestamente por Robert Dependorf» pero ha- B) TRIBUNAL LABORAL DE APELACIÓN DE lliMBURGO
~iendose «~egurado personalmente a sí mismos tal posición de seguridad,
sm que les mteresara si la firma Dependorf aumentaba o no cada vez más 18. El demandado recurrió al Tribunal Laboral de Apelación de Ham-
profundamente su déficit». burgo el 13 de marzo de 1975. En su escrito señalaba que las acusaciones
formuladas por el señor Buchholz constituían una «razón de peso» que justi-
Ante estas acusaciones el demandando envió al demandante el 30 de ficaba la notificación extraordinaria de 30 de septiembre de 1974; asimismo
s:ptiem~re ?os m~evos preavisos de despido, uno extraordinario, que se ha- los dos preavisos ordinarios de 28 de junio y 30 de septiembre de 1974 eran
cia efectivo mmediatamente y, como medida alternativa o de precaución un igualmente correctos, el primero porque se hallaba «Socialmente justificado»
preaviso _ord~nario con efectos de,sde el 31 de marzo de 1975. El prea~so por razones suficientes y vinculadas a la marcha de los negocios. Invitaban al
extraordmano · se basaba en el articulo 626 del Código Civil, que exige una Tribunal a revisar el fallo apelado y a descartar la acción del demandante
«razón de peso» para un despido de este tipo y la entrega de la notificación o, subsidiariamente, a anular el contrato de trabajo existente entre las dos
en el pl~o de dos. se~anas desde el momento en que los empresarios hubie- partes.
sen, temdo conocumento de los hechos que a su juicio constituyen dicha El demandante a su vez planteó una cuestión incidental el 25 de marzo,
razon de peso.
exigiendo el pago de los salarios devengados los tres primeros meses de 1975:
.El 2 de octubre ~! abogado del señor Buchholz cumplimentó dos nuevos 19. Las partes cumplimentaron a continuación sus alegaciones escritas
e~~ntos de ob~ervacmn fechados el 1 y 2 de octubre respectivamente, aña- fechadas el 2 de abril y 15 de mayo de 1975 (el demandado) y el 22 de abril
diendose. al pnmero una copia de la carta del demandado de 30 de. septiem- (el señor Buchholz). Este último mantuvo sus acusaciones contra los directi-
bre; mediante el segundo extendía su acción para que cubriese los dos preavi- vos de la firma y requirió al Tribunal de Apelación para que solicitase la
sos de despido de 30 de septiembre. opinión de un experto a fin de corroborar sus alegaciones.
16. En la audiencia de 4 de octubre de 1974, el Tribunal Laboral sus- 20. En el curso de este procedimiento escrito tanto el demandante
pendió los pro~e?!-1°ientos hasta el 25 de octubre, ya que el abogado del como el demandado habían solicitado al tribunal que no se celebraran sesio-
. demandado recibio los alegatos del demandante en el audiencia. nes durante determinados períodos, concretamente entre el 25 de mayo y el
5 de junio el demandante y entre el 11 de abril y el 2 de mayo y del 6 al 11
El 14 de octubre, el abogado del demandante presentaba unmemorán- de junio al demandado.
dum suplementario. .
21. Habida cuenta de ello, el 16 de mayo de 1975, el Tribunal de Ape-
En la sesión suspendida el 25 de octubre, el Tribunal Laboral, actuando lación fijó como fecha para la vista el 22 de julio. En dicha fecha, el Tribunal
346 lAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
V.-DERECHO A UN PROCESO EQUITATIVO (ART. 6) 347
examinó, entre otros asuntos, las circunstancias exactas en las cuales las acu- 24. Las cuestiones de hecho y de derecho que debían ser decididas
saci~nes del demandante, junto con el informe de su abogado de 19 de fueron debatidas por las dos partes en audiencia habida el 19 de inarzo de
sept:Iembre de 1979 (apartado 15, supra), habían sido unidas al expediente; 1976. A su término, el Tribunal de Apelación formuló una providencia sobre
cuando se le preguntó sobre si él había intentado introducirlas en el proceso, los diversos puntos en litigio y sobre sus posibles consecuencias tal y como lo
declaró que dejaba este aspecto al juicio de su abogado. El Tribunal asimismo
planteó la posibilidad de buscar empleo para el señor Buéhholz en otro
veía el propio Tribunal; en ella se proponía un acuerdo por el cu~ :1 con-
trato de trabajo se consideraría finalizado con efectos del 31 de diciembre
puesto; ello comprometía al demandado a presentar, en el plazo de un me-s,
de 1974 y el demandado pagaría al demandante una suma global de_ 34.200
un org~i~ama del sector comercial de Ja empresa, indicando para cada DM.
puesto s1 el mteresado estaba en condiciones de ocuparlo y en ca.So negativo
las razones al respecto. · El Tribunal invitó a las partes a formular sus observaciones antes del 30
de abril. · ·
Al demandante se le otorgó un mes para contestar.
25. En un informe del 7 de abril, el demandado rechazó la propuesta
. 22.El _dai:nandado p~es~ntó el organigrama, acompañado de explica- de acuerdo; y señaló el hecho «incontestable» de que los dos preaviso~ del
c10~es, conte~to el 31 de JUho y contestaron el 6 de agosto a un alegato
30 de septiembre de 1974 habían sido notificadas al demandante el mismo
e.scnto del ~enor Buchh_?lz, que,. aunque presentado el 16 de julio le habfa
sido comumcado despues de la vista del 22 de julio. día.

El .20 de agosto de 1975, el demandante formuló una propuesta de arre-


Por su parte, el abogado delseñor Buchholz en su
escrito de 8 de abril,
en el que agradecía al Tribunal de Apelación su «ex~en profundo y pru-
~lo amistoso, propuesta que fue rechazada por el demandado el 19 de sep- dente del caso», declinaba aceptar el acuerdo sugendo, y remarca?a que
t:J.emb:e. Por carta_ del 3 de octubre, el abogado del señor Buchholz cumpli-
únicamente podría aceptarse esta solución si la fecha en la que se considerase
mento un memorandum, de fecha 28 de septiembre, conteniendo observa- terminado el contrato fuese la de 31 de diciembre de 1975. ·
ciones r~alizadas por su cliente y solicitando del Tribunal una fecha pronta
para la vista, renovando asimismo la solicitud que había ya formulado el 18 Por otra parte, el 28 de abi-il de 197~ formuló una bre~e réplica al antes
de septiembre, un día antes de que el demandado hubiese rechazado la mencionado informe de 7 de abril. Rechazaba las afirmaqones del deman-
?ferta. de un arreglo amist?so. Afirmó, entre otras cosas, que la situación de dado en la medida en que .se desviaban de 13.$ explicaciones dadas ppr su
mce.rt:J.d~.u~bre desprop.orc10nadamente larga en el tiempo se convertía fisica cliente, pero sin abordar en concreto el asunto de!ª f7cha de rec7pc1on de
y ps1cologicamente en msoportable para el señor Buchholz. los dos preavisos de 30 de septiembre de 1974. Yanad1a que estana .3:.us~nte
del 30 de mayo al 18 de junio, solicitando del Tribunal de Apelac1on que
El 9 de octubre, el Tribunal de Apelación decidió celebrar una audiencia fijase una audiencia para el mes de mayo.
el 19 de marzo de 1976 y transmitió al demandado el antes mencionado
alegato escrito de 3 de octubre. El 3 de mayo, el Tribunal de Apelación decidió que las audiencias se
reanudarían el 27 de agosto y así lo hizo saber a las partes con fecha 1 de
23. El 12 de no~embre de 1??5, el. abogado del demandante dirigió junio.
al ~~lamento de la Libre y Hanseat:J.ca Cmdad de Hamburgo una petición
sohc1tando que se tomaran medidas para acelerar los procedimientos que se 26. En la audiencia de 27 de agosto de 1976, el señor Buchholz negó
sostenían ante la jurisdicción laboral. haber recibido los dos preavisos de 30 de septiembre dicho día y. d~:rnandó
del Tribunal que preguntara a su mujer al respecto, lo cual era pert:J.n~nte a
En los inicios de 1976, coino una consecuencia aparente de su petición
los efectos del artículo 626 del Código Civil (apartado 15, supra). El Tnbunal
y como r~sultado de ~n aumento en el número de la plantilla judicial (apar- accedió a esta solicitud. La señora Buchholz, que se hallaba presente en la
tado 39, znjra), el !nbunal de Apelación se halló facultado para establecer
Sala confirmó las declaraciones de su marido y señaló que los preavisos le
una Sexta Sala. Casi el 50 por 100 de los casos pendientes ante la SalaTercera
habÍan sido entregados entre el 5 y el 7 de octubre de 1974. ·
fueron trasladados a la nueva Sala, aunque la antigua continuó conociendo
de la acción del señor Buchholz. El demandado impugnó este testimonio y solicitó la co?-tr~prueba de
que se oyese a cuatro testigos. El demandante se opus~ a ello, m~~~do que
El Parlament~ respondió al demandante el 5 de mayo de 1976, señalán-
no se intentaba sino dilatar los procedirilientos: El Tnbunal dec1dio no obs-
dose que las autondades habían adoptado inmediatamente las medidas nece-
tante que tanto el señor Buchholz, como el Director de la ~a Dependorf
sarias para facilitar la aceleración de los trabajos de la jurisdicción laboral.
KG y los cuatro testigos señalados por el demandado fuesen 01dos el 11 de
348 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
V.-DERECHO A UN PROCESO EQUITATIVO (ART. 6) 349
enero de 1977. Al mismo tiempo invitó al demandante, que había solicitado
desde el 15 de abril al 4 de mayo. El Tribunal de Apelación accedió a la
el beneficio de justicia gratuita en el procedimiento de apelación, a que se
proveyese del certificado necesario a estos efectos. demanda el 2 de febrero y pospuso la audiencia hasta el 6 de mayo.

27. El cer.tificado fue entregado por ~l abogado del señor Buchholz


El demandante escribió el 5 de febrero al Secretario de la Comisión -su
con una. carta de 28 de agosto. Conse~uentemente, el 29 de septiembre d petición ante la Comisión había sido depositada·'el 18 de dicien_ibre de 1976-
Tribunal acordó la asistencia jurídica' gratuita para la defensa del deman- para quejarse de esta decisión, pero, de acuer~o con el Gobierno, ~o ?:-Y
muestras en el expediente del caso de que hubiese planteado esta obJecion
dante re~pect~ a ~a apelación principal, reserváridose su decisión respecto a
las cuestrones mcidentales (apartado 31, injra). ·· ante el propio Tribunal de Apelación.

28. ~~~s, el 21 de septiembre de 1976, el.demand~te había iínpug- . 32. El 6 de mayo, los representantes de ambas partes declararon que
n.ado la decision antes mencionada de 27 de agosto ante el Tribunal Constitu- los dos preavisos litigiosos habían sido recibidos por el señor Buchholz el 30
cional Federal. Denunciando la driración del litigio e invocando los artículos de· septiembre de 1974.
2, 3, 12 y 20 de la Ley Fundamental, así como el artículo 6 del Convenio El 13 de mayo, el Tribunal de Apelación ordenó que se obtu~ese una
solicita~a del Tribunal Co~stitucional una orden requiriendo al Tribunal de prueba pericial para determinar si eran o no justificadas las acusaciones del
~pelac.ion para q~e considerase el asunto sometido a su fallo y diese un demandante contra los directivos de la firma Dependorf (apartado 15, supra).
mmediato fin al mismo. · . ,
La Cámara de Comercio de Hamburgo, requerida a este efecto, nombró un
. , El expediente. fue remitid.? al Tribunal Constihicional Federal, que, en experto el 14 de junio: después de oír a las partes, el Tribunal designó al
sesion de tres magistrados [articulo 93.a) de la Ley del Tribunal Constitucio- experto con fecha 30 de junio.
nal Federal, emitió fallo el 2 de noviembre]. El Tribunal rechazó su visto El informe de este experto fue cumplimentado el 2 de diciembre de
buen_o para la tr~nlitación constitucional del recurso: incluso si se supusiera 1977, y el Tribunal lo comunicó al demandante y al demandado para qué
q~e este era posi~le~ no ofrecía suficien.tes if!dicios de prosperar, en la me- efectuaran· sus observaciones antes del 5 de enero de 1981.
d.i?a en 9u~ no e~stia prueba alguna que mostrase que el Tribunal de Apela-
cion. habia mcurndo en una dilación indebida; los procedimientos;.tenieri.do 33. La última audiencia se celebró el 3 de fe]Jrero. Las partes presenta-
en cuenta la extrema complejidad de los hechos del supuesto, la duración ron sus conclusiones finales, después de lo cual el Tribunal Laboral. de Apela-
de~ proces_o habí~ sido originada fundamentalmente por el demandante, ción emitió su fallo. Éste aceptaba el recurso del demandado y rechazaba la
qmen habia contrnuamente incrementado sus conclusiones y solicitado la apelación incidental del señor Buchholz, a cuyo cargo correrían las costas de
realización de nuevas pruebas. los procedimientos. .
29. El magistrado Presidente de la Sala Tercera del Tribunal Laboral El Tribunal de Apelación sostuvo que el preaviso extr~ordinarló .de 30
de Apelación, se jubiló el 19 de noviembre. de septiembre de 1974 .era válido p~r 1:-5 siguiente~ razones: las imputacio?es
realizadas por el demandante constrtuian una razon ~e yeso .P~ª su despi?o _
. 30. El 11 ~:enero de 1977, el Tribunal de Apelación escuchó a cuatro
en los términos del párrafo 1 del artículo .626 del Codig~ Civil y el I?reaviso
testrg~s en relacion con la fe.e?:- de recepción de los preavisos de despido. había sido entregado en el período de dos semanas previsto en el parrafo 2
Aplazo al 28 de e~ero su decision, a pesar de las objeciones formuladas por
de este artículo. Las explicaciones exhaustivas y convincentes realizadas .por
el a~ogad? .del seno~ Buchholz, sobre la necesidad de tomar pruebas de un
el experto ponían de relieve manifiestamente que las acusacione~ del sen.or
testrgo adicional designado por el demandado y el señor Leritfer, Director
de la firma Dependorf KG. · · · · . · Buchholz eran infundadas, y, aparte de ser extremadamente difamato~as
. . eran inapropiadas y, más aún, innecesarias para su defensa contra el preaviso
: , ~l. El ~8 de enero, el Tribunal de Apelación concedió la asistencia de despido de 28 dejunio de 1974 (apartad() 15, supra).
JUndica gratui~ al dem~dante para su apelación incidental (apartado 27,
supra) y ordeno que el senor Lentfer debía ser llamado a prestar declaración
El fallo fue notificado a las partes el 5 de abril ..·
el 22 de marzo. ·
C) TRIBUNAL FEDERAL DE TRABAJO
Medi~~e un~ ~arta de 31 de enero, el abogado del.demandado invocó 34. Con vistas a plantear el recurso de cas~ción, el señ?r Bu:h~o~
una excepc10n solicitando el aplazamiento de la audiencia del señor Lentfer
solicitó el 13 de abril al Tribunal Federal de Trabajo el beneficio de JUStrcia
precisando que tanto él como el propio señor Lentfer estarían ausente~
gratuita, solicitud que le fue concedida el 12 de septiembre. ·
. : ·. ~ ._. ·.-

350 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS V.-DERECHO A UN PROCESO EQUITATIVO (ART. 6) 351
. El 20 de septiembre demandó del Tribunal Federal permiso para forma- . «Toda persona tiene derecho a que su causa sea oída equitativa, pública-
lizar su recurso a pesar de haber expirado el plazo legal establecido permiso mente y dentro de un plazo razonable, por. un tribunal independiente' e
que le fue concedido el 10 de octubre. ' imparcial, establecido por la ley, que decidirá los litigios sobre sus derechos
y obligaciones de carácter civil o sobre el fundamento de cualquier acusación
El recurso 9~e había sido cumplimentado y depositado el 22 de septiem-
en materia penal dirigida contra ella».
b:e, fue transmit:Ido al demandado, quien contestó por .escrito el. 29 de di~
ciembre. 46. Existe una cuestión que no ha sido objeto de. discusión y que el
Tribunal da por sentada: el «derecho» que reclama el señor Buchholz es un
35. El 26 de abril de 1979 el TribÚnal Federal, después de haber oído
-~
«derecho de carácter civil» en los términos del artículo 6.1. De acuerdo con
a las_ partes, propuso ui: acuerdo por el cual el contrato de trabajo sería ., ello, la única cuestión que debe determinarse es si se excedió o no el «plazo
considerado como termmado el 31 de diciembre de 1974 y el demandado
razonable».
pa~aría al demandante una suma global de 24.000 DM más 5. 700 DM ya
sat:Isfechos como devengos de salarios en ejecución del fallo del Tribunal 47. El Tribunal debe primero acotar el período que ha de ser tomado
Laboral. · · ·· ·· · en consideración.
. La propuesta fue rechazada por el demandado; mediante fallo de ese La demanda del señor Buchholz se realizó directamente contra los pro-
mismo día, el tribunal rechazó el recurso de casación como iilfundado. . cedimientos que se desarrollaron en los tres niveles sucesivos de la jurisdic-
ción laboral alemana desde el 10 de julio de 1974 (apartado 13, supra) y
2. Procedimientos ante el tribunal constitucional federal subsiguientemente ante el Tribunal Constitucional Federal.
36. ~l 10 de ma~o ~e 1979, el señor Buchholz impugnó dicho fallo La Comisión consideró que esta última fase de los procedimientos no
ante el Tnbunal Const:Itucional Federal, alegando la violación de derechos era relevante. Cita su jurisprudencia al respecto del artículo 6.1, que no es
fundamentales. Se quejó de la extrema duración de los procedimientos ante aplicable al Tribunal Constitucional. Federal cuando éste, actuando en sec~
los diversos Tribunales laborales, remarcando est~ factor como causa de la ción de tres miembros, declara inadmisible un recurso, y se refiere asimismo
decisión controvertida, Aú~ ":ás, criticó al Tribunal Laboral Federal por ha- a la última decisión habida sobre la auténtica naturaleza de los derechos de
ber puesto fin a un procedimiento ·«que en circunstancias normales todavía los que se ocupa un Tribunal Constitucional contenidos en el artículo 6.1 y
no habría terminado; a la·vista de su demanda ante la Comisión mantenía que es inaplicable al Tribunal Constitucional Federal (apartado 93 del infor-
que el Trib_unal L~boral Federal no quería hacer más. patente la' iilfraccióri me).
del Co~vemo cont:Inuando con los procedimientos». Además, el demandante
48. A los efectos de llegar a una decisión sobre las materias controverti-
se quejaba de q~_e el fallo ~mpugnado era insostenible en lo que respecta a
su ~damentacion y const:Ituia una inaceptable sanción interna destinada a das, baste señalar que el Tribunal Constitucional no fue requerido para de-
cast:Igarle por haber planteado su. caso ante la Comisión. · · .·· · terminar la disputa entre el señor Buchholz y su empresario tal y como se
había llevado ante los Tribunales laborales; su decisión no afectaba al dere-
El 19 de julio, el Tribunal Constitucional rechazó la tramitación de la cho reivindicado por el demandante contra el demandado (apartado 36,
demanda constitucional sobre la base de que era inadmisible. . · supra, en su relación con los apartados 13 y 15). Por ello los procedimientos
[ ... ] subsiguientes al fallo del Tribunal Federal Laboral escapan al ámbito del
artículo 6.1. No hay por ello necesidad de decidir si pudiera plantearse algo
distinto en un contexto diferente.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
El período que debe tenerse en cuenta a la luz del artículo 6.1 se ex-
. 44. La _queja del ~emandante ~ersaba sobré la tlúracÍóri. dé los p~ocedÍ­ tiende, por consiguiente, desde el 10 de julio de 1974 (inicio de la acción
mientos suscitados por el ante los Tnbunales alemanes, e invocaba los artícu- ante el Tribunal Laboral; apartado 13, supra) hasta el 26 de abril de 1979
los 6.1, 3, 8 y 12 del Convenio. (fallo del Tribunal Federal Laboral; apartado 35, supra). Su duración total
es, por tanto, de cuatro años, nueve meses y dieciséis días.
l. Sobre la violación del artículo 6.1 del Convenio
49. El carácter razonable de la duración de los procedimientos implica-
. 4~: La Comisión llegó a la conclusión de que se había producido.una dos en el áinbito del artículo 6.1 debe ser apreciado en cada caso teniendo
VIOlacion del artículo 6.1, que dispone: · . .· · . en cuenta las circunstancias particulares del mismo. Respecto a los asuntos
1

1
V.-DERECHO A UN PROCESO EQUITATIVO (ART. 6) 353
352 LAS SENTENCIAS BÁSICAS-DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS

:r.enales, el Tribunal ha de tener en consideración, a este respecto, la comple- Tribunal Federal Laboral notificase el fallo en su condición .de Tribunal de
jidad del caso y la conducta tanto del demandante como de las autoridades última instancia. Este lapso de tiempo parece razonable para un asunto de
competentes (Sentencia Neumeister de 27 de junio de 1968, serie A; núm. esta naturaleza. Más aún, lo que se sometió a litigio era de una importancia
8, J?gs. 4~-43, apartados 20-21, y Sentencia Ringeisen de 16 de julio de 1971, capital para el señor Buchholz, ya que estaba en disputa su readmisión en su
sene A numero 13, p. 45, apartado 110). El Tribunal tiene en cuenta idéntico puesto de trabajo o la concesión de u?ª compens~ci~n económica en caso :1
criterio en lo que se refiere a la conducta de los demandados y a los derechos de que el contrato se diese por termmado. Consiguientemente, el Tnbunal
del demandante en litigio en los casos que afectan a procedimientos suscita- debe examinar, sobre la base de los criterios y factores antes señalados, la
dos ante Tribunales administrativos en relación con derechos civiles (Senten- marcha de los procedimientos ante cada' uno de los tres Triburfales que abor-
cia Konig de 28 de junio de 1978 serie A, núm. 27, pgs. 34-40, apartado 99, daron sucesivamente el caso que nos ocupa.
102-1 ~5 ~ ~ 07-111 ~. ~n este caso debe adoptarse un enfoque similar. El Tribu-
A) TRIBUNAL LABoRAL DE HAMBuRco
nal anadma_que umcamente los retrasos imputables al Estado pueden llevar ··;. -
a la conclusion, dado el caso, que se han incumplido las exigencias de un 53. Los procedimientos ante el Tribunal Laboral de Hamburgo s~ ini-
«plazo razonable». ciaron el 10 de julio de 1974 y terminaron el 8 de enero de 1975, medi~t~
sentencia notificada a las partes el 25 de febrero. De acuerdo con las estadísti-
. 50. En la Repú~lica Federal de Alemania, al igual que en otros Estados cas suministradas por el Gobierno; este plazo está por encima del promedio
miembros del Consejo de Europa, el Tribunal penal o administrativo es res- para el período de 1974, tanto en lo que se refiere al propio Tribunal de
ponsable de la instrucción y del impulso del proceso (Sentencia NeumeÍster, Hamburgo (3,5 meses) como para los Tribunales laborales de otros Lander
pgs. 42-43, ap._ 21, y el Sentenc~a Konig pgs. 34-39, aps. 102-105, 107 y 109).
(2,6 meses).
Por el c_ontrano, tal ~ c?mo senala el Gobierno en la República Federal de
Alemania, los procedimientos que se desarrollan ante los Tribunales labora- Ante la Comisión el demandante alegó que se celebraron en esta fase
les,-~ igual que ante los civiles, están regidos por el principio del impulso de varias audiencias innecesarias. No obstante, no suministró datos y el Tribu-
la litis por las partes. Además, la legislación alemana contempla los arreglos nal, teniendo en cuenta que en esta fase el caso era más complejo (apartado
amistosos en los litigios de naturaleza laboral (artículos 54 57 64 y 72 de la 55, infra), no constata para este período, que duró menos de ocho meses,
Ley de Tribunales Laborales). ' '· un retraso excesivo que pudiera justificar la infracción del artículo 6.1.
Sin menospreciar la importancia de estas diferencias, el Tribunal consi- B) TRIBUNAL LABORAL DE APELACIÓN DE HAMBURGO
dera, _al iir:1al que ya lo h_izo la <?o~i~ión, que no existe excepción alguna a
54. Los procedimientos ante el Tribunal Laboral de Apelación de
l~ _obhgacion ~e las autondades Judiciales de que aseguren la rápida tramita-
Hamburgo, que se iniciaron por la apelación planteada por el demanda~o
cion de las acciones en los términos comprendidos en el artículo 6. El Tribu-
el 13 de marzo de 1975, finalizó el 3 de febrero de 1978 mediante sentencia
nal constar_a, además, según .el artículo 9 de la Ley de Tribunales Laborales,
notificada a las partes el 5 de abril. Estos procedimientos, ha5ta la notifica-
que lo~ Tnbunales lab<?rales alemanes en cualquier nivel de la jurisdicción
deben impulsar de oficio la marcha de los procedimientos. · ción del fallo, duraron por tanto dos años, diez meses y veintiún días, lo cual
ha excedido notablemente el promedio registrado entre 1975 X 1978, tanto
51. El Gobierno ha insistido sobre el hecho innegable de que como para el Tribunal de Hamburgo como para los de análoga naturaleza de otro
consecuencia~~ l~ rec~sión económica que tuvo lugar, de 1974 a 1976, hubo Lander (apartado 39, supra).
un aumento significativo en el volumen de la conflictividad en el ámbito El demandante concentró sus quejas en esta fase y, a juicio de la Comi-
laboral, lo que produjo una acumulación anormal de asuntos ante los Tribu-
sión, éste es el momento crucial a los efectos de este proceso.
nales, incluidos los de Hamburgo.
55. Por lo que se refiere a la complejidad del caso, el Gobierno había
El Tribunal señala asimismo que el Convenio obliga a los Estados contra- llamado debidamente la atención respecto al hecho de que los asuntos se
tantes a estrucni:~ su sistem_ajurídico p~a permitir a los Tribunales cumpli- complicaron cuando el abogado del señor Buchholz introdujo; e:n el marco
~entar los reqmsitos del articulo 6.1, pnncipalmente en cuanto a la exigen-
de su escrito de quejas de 19 de septiembre de 1974 al Tribunal Laboral,
cia de «Un _Plaz~ razonable»: _No obstante, una acumulación temporal de la acusación formulada por su cliente contra los directivos de la compañía
~untos no implica resp_onsabilidad de los Estados contratantes, siempre que demandada (apartado 15, supra) y asimismo cuando su cliente negó, el 27
estos hayan actuado diligentemente en orden a afrontar dichas situaciones . de agosto de 1976, haber recibido los dos preavisos de despido el 30 de
52. Transcurrieron más de cuatro años y nueve meses antes de que el septiembre de 1974, alegación que él mismo reconocería con posterioridad
..9-.----

r...
354 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
V.-DERECHO A UN PROCESO EQUITATIVO (ART. 6) 355
ser incorrecta (apartados 26 y 32, supra). El primer factor provocó los dos
58. A juicio de la Comisión y de las conclusiones del señor Buchholz~
preavisos de despido y el segundo la audiencia de testigos, cuyo testimonio
se reveló a fin de cuentas superfluo. la causa principal del alargamiento de ~os procesos deb~ _hallarse en la: con-
ducción del caso que llevó a cabo el Tnbunal de Apelac10n.
El Tribunal constata que la tarea de los Tribunales, y en particular de
El demandante se quejaba en concreto de la inutilidad· de varias de. las
los de ~pelación, se hizo más dific~lt<;>sa por estos dos elementos, aunque la
audiencias, el excesivo tiempo de los intervalos entre. las. mismas, la ~alta de
compleJida~ ?el caso, tomado. e~ si mismo, no puede en modo algunojustifi-
car la duracion de los procedrmientos de apelación. .. . personal en el Tribunal de Apelación y el retraso ep designar un pento:
La Comisión determinó que las providencias de 9 de octubre de 1975-y
56. En lo que respecta a la conducta del demandante, debe tenerse en
27 de agosto de 1976 que fijaban nuevas audiencias para el 19 de marzo de
cuenta que en 1975 y 1976 su abogado solicitó en dos ocasiones al Tribunal
de Apelación que no se realizaran audiencias durante determinados períodos 1976 y 11 de enero de 1977, respectivamente (apar~d~s 22 y 26, supra~, no
eran compatibles con el deber de tramitar los procedlffilentos con celendad.
q~e suman, en total, un mes (apartados 20 y .25, supra). A mayor abunda-
Y además, que la decisión adoptada el 3 de mayo de 19~6 ~e no cel~ brar una
mien~o, mediante su ~ación de 27 de agosto de 1976 de que los dos
audiencia el 27 de agosto provocó igualmente una perdida de tiempo de
p~eavrsos _?.e 30 de septiembre de 1974 no le habían sido entregados el mismo
varios meses (apartado 25, supra). Ajuicio de la Co.~sión, a _fin de acelerar
d_ia, el senor Buchholz forz? una prolongación de más de ocho meses, pe-
el desarrollo de la demanda, el Tribunal de Apelacion ·debena haber recha-
nodo durante el cual el Tnbunal tomó declaración a los testigos llamados
zado la solicitud de la firma Dependorf KG, el 31 de enero de 1977 para
por las dos partes respecto a la fecha controvertida (apartados 26, 30, 31 y
que se suspendiese la toma de declaración de un testigo (apartados 30 y 31,
32, supra). En el apartado 108 de su informe la Comisión señala asimismo
supra). ·
como causa adicional del retraso el recurso constitucional de 21 de septiem-
bre de 1976. No obstante, tal y como señaló el demandante y reconoció el 59. Teniendo en cuenta las normas génerales del derecho alemán, que
Gobierno, el Tribunal de Apelación había fijado la fecha de la vista el l l de exigen que, en la medida que sea posible, los procedimientos de es~ natura-
enero de 1977, un mes antes de que se depositara el recurso constitucional, leza sean resueltos con audiencia (artículos 57 y 64 de la Ley de Tnbun~es
lo cual no pudo en modo alguno influir a este respecto (aps. 26 y 28 supra). Laborales), el número de audiencias (seis) dedicadas a este caso por el Tnbu-
1
nal de Apelación pudiera a primera vista pare~er sorprendente. En este con-
~llo no obs~~e, parece cierto. q~e el demandante contribuyó en gran texto, las estadísticas suministradas por el Gobierno son bastante reveladoras,
medida a l~ d_urac10n de los procedimientos, especialmente por el modo en
que encammo su defensa en este caso. Sobre este punto el Tribunal está de ya que muestran que muy escasos supue~tos de los abor~ados por la s~ ~el
acuerdo con el Gobierno y la Comisión. Tribunal de Apelación en 1975 y 1976 dieron lugar a mas de tres audiencias
(apartado 39, supra).
. , 57. El dem~dado, por su parte, solicitó asimismo del Tribunal de Ape-
No obstante, lo que sucedió en esta instancia se deriva en gran parte de
lacion en tres ocasiones entre 1975 y 1977 que no se celebraran audiencias
en determinadas fechas, cuya suma total de días es de cuarenta y cinco; el la manera en que el demandante dirigió su defens~. ~uando en !ª t~rcera
audiencia es decir, en una fase avanzada del procedµmento, el senor .Buch.,.
dem~dado es por ello responsable de haber alargado ellitigio en alrededor
de seis semanas (apartados 20 y 31, supra). Aún niás, dejó transcurrii un holz negÓ haber recibido los dos preavisos el 30 ?e septiembre de 1974~ el
Tribunal de Apelación se sintió na~almente obligado a escuchar al testigo
mes antes de contestar a la oferta de acuerdo amistoso formulada por el
de la parte contraria, ya que sin ello existía .el riesgo .de perju~~~ el ~~recho
dem~dante el ~O .de agosto .de 1975 (apartado 22; supra). Finalmente, pro- a la defensa de esta última. Nadie puede, y así lo vro la Cormsion cnticar al
longo el procedimiento mediante la solicitud de que se tomara declaración
Tribunal de Apelación dé negligencia por discutir con las partes un docu-
a los tes?gos por él llama~os respecto a la fecha de recepción de los preavisos
de despido de 30 de septiembre de 1974 (apartados 26 y 30, su_pra). ·. mento ya cumplimentado que pudiera quizá. ha~er revelado la fech~ exacta
de la entrega, pues, en función de las afi~aciones del de.~andante, corrobo.,-
. En las circunstancias de este caso en concreto, no obstante, el Tribunal radas ese mismo día por su mujer, el Tnbunal de Apelacion pudo razonable-
opma que los dos primeros períodos no son de una importancia excesiva. El mente haber considerado necesario llamar también alos testigos d~l deman-
tercero se desprende, de hecho, de una nueva línea de argumentación for- dado.
mll}~da por el demandante, a la que la 'firma Dependorf KG, en el eje,rcicio
legi.timo de su derecho de defensa, respondió solicitando el testimonio de Tampoco puede el Tribunal de "."-l?e.lación ser critic~d~ por no .haber
testigos. realizado la prueba pericial desde el mic10 de losprocedimient~s .. ~s com-
prensible ,que el Tribunal contara, al iniciarse éstos, con la posibilidad. de

J
356 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS V.-DERECHO A UN PROCESO EQUITATNO (ART. 6) 357
que las partes llegaran a un acuerdo amistoso a pesar de las serias acusaciones enero. El señor Buchholz no parece que haya formulado objeción formal
formuladas por el demandante contra los directivos de la fuina:Dependorf alguna, pero de nuevo esto. no puede eximir al Tribunal de Apelación de su
KG. Que estas acusaciones estuviesen fundamentadas se CQnvirtió en un tem·a responsabilidad.
subsidiario; la necesidad de entrar en el asunto se demostró una vez que la
imposibilidad de llegar a un acuerdo se manifestó con nitidez. El hecho de Finalmente, es dificil comprender por qué el fallo no se notificó a las
que en la tercera audiencia el demandante negara haber recibido los 'd9s partes hasta transcurridos dos meses desde su otorgamiento. ·
preavisos de despido el 30 de septiembre de 1974, explica que el Tribunal
de Apelación tuviese de nuevo que sc;ilicitar la prueba pericial. Era de todo 61. Con apoyo en las pruebas estadísticas, el Gobi.erno fundame~tó su
punto necesario esperar el resultado del testimonio de las testigos. argumento básico en el aumento importante de trabajo que en ~.~tiempo
que nos ocupa se regsitró en los Tribun~es laborales d~ apelac10n en la
60. El Tribunal otorga un especial significado a determinados retrasos, República Federal de Alemania y, en particular, en el Tnbui:~ .Laboral de
incluyendo aquellos puestos de relieve por la Comisión, ·respecto a los plazos Apelación de Hamburgo. A juicio del Gobierno? la acumulac1on de asuntos
fijados por el Tribunal de Apelación. · · ·
pendientes impidió un tratamiento más expe?1to del caso .B.~chholz .. Au~
En primer lugar, existe una providencia de 9 de octubre de 1975 fijando reconociendo que este estado de cosas era c1ert~, la Corms~on ~?ns1dero
la nueva audiencia para el 19 de marzo de 1976. De hecho durante esos que no se tomaron suficientes medi<;I~ que remediaran· esta s1tuac10n y que
c~nco meses ~l Tribunal de Apelación estaba realizando un estudio del expe.,. aseguraran al demandante una soluc10n a su demanda en un plazo razonable
diente con vrstas a llegar a un acuerdo amistoso; por ello, la propuesta que de acuerdo con el artículo 6.1 del Convenio. .
se formula el 19 de marzo se realizó después de un examen del caso que el
El Tribunal constata que el número de puestos judiciales fue incremen-
propio señor Buchholz, reconociendo los esfuerzos del Tribunal, calificó de
tado desde 1974 momento en el cual el volumen de los litigios estaba empe-
profundo y razonable. De acuerdo con el Gobierno, el Tribunal de Apelación
zando a crecer ~orno consecuencia de la recesión económica. El Tribunal
estaba, a continuación de la audiencia de 9 de octubre, esperando una res:.
Laboral de Apelación de Hamburgo tuvo por tanto que resolver más asuntos
puesta del demandado que en la práctica nunca se formuló' al escrito de
en 1976 y 1977 que en 1974 y 1975, al tiempo que disminuía la du~ación
alegaciones de 3 de octubre. Sin despreciar las dificultades que implica el
media de los procedimientos (apartado 39, supra). Por otra parte, el Tnbunal
intento de realizar un acuerdo amistoso; especialmente debido a las acusacio-
de Hamburgo, preocupado por el gran número de casos -incluyendo el. ?el
nes formuladas por el demandante contra la gestión de sus ántiguos emplea-
señor Buchholz- que estaban planteados ante la Sala Tercera, establec10 a
dores, !=!l Tribunal estima que existen motivos para preocuparse respecto a la
inicios de 1976 una Sexta Sala, a la que se trasladaron casi la rriitad de las
duración de esta fase de los procedimientos, que todavía se amplió en un
acciones en cuestión (apartado 23, supra). Finalmente, a efectos de acele~
período de cinco semanas concedido a las partes para las contestaciones. ·
los asuntos que se planteaban ante los tribunales laborales; el Gobierno llevo
Lo mismo es aplicable a la providencia de 3 de mayo de 1976, que deter- a cabo una iniciativa de reforma legislativa aprobada por las asambleas parla-
mina?~ que la nueva audiencia debía reali,zarse el 27 de agosfo, a pesar de mentarias en 1979 (apartado 40, supra). ·
la .solicitud del abogado· del demandan te, que había sugerido el mes de mayo
e mformado al Tribunal de Apelación de su ausencia inevitable desde el 30 Naturalmente debió transcurrir un tiempo para comprobar el efe~to de
de mayo al 18 de junio. De acuerdo con el Gobierno, el Señor Buchholz no las inedidas que se habían adoptado. No obstante; ellas mism~ _muestran
formuló objeción alguna a esta providencia, pero ello no implica que el Tri- que el Gobierno era completamente consci:nte. de su~ responsab1hdades ~n
bunal de Apelación esté por ello exento de toda responsabilidad.. ·· . el asunto. Consecuentemente, a la hora de ~ar s1 el articulo 6.. 1 del Convemo
ha sido infringido, el Tribunal debe tomar en consideración la acumulac~?n
La providencia de 27 de agosto de 1976, retrasando la nueva audiencia global de trabajo que estaba pendiente en el Tribunal Lab?ral de Apel~c10n
hasta el 11 de enero de 1977, plantea dudas similares aun cu~do se acepte de Hamburgo durante un período que esteTribunal considera excepcional
el h~cho de que su inminente retiro pudiera haber llevado al magistrado en sus términos (apartado 51, supra).
Presidente de la Sala Tercera a fijar una fecha que permitiera a su sucesor
estudiar la documentación del asunto. · C) TRIBUNAL FEDERAL LABORAL

La Comisión está también en lo cierto al criticar la providencia de 2 de 62. El Tribunal Federal Laboral resolvió positivamente el 12 de sep-
febrero de 1977, que pospone hasta el 6 de mayo, a solicitud del demandado tiembre de 1978 la demanda del señor Buchholz de 13 de abril en solicitud
la celebración de la prueba testifical que había sido solicita.da desde el 11 de de asistencia jurídica gratuita; su .recurso de casación fue formulado ante el

_J _
v--<HJ&W-' _v •--'

358 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS


1
1
-~
' Tribunal el 22 de septiembre y rechazado el 26 de abril de 1979. La duración
total de estos procedimientos fue, por consiguiente, de un año y trece días.
El demandante no ha suministrado detalles de sus quejas en lo que res-
pecta al Tribunal Federal. Cuando impugna su decisión en el recurso consti- 13. Asunto Hornsby c. Grecicz, de 19 de marzo de 1997
tucional, su solicitud no denuncia en ningún caso que hayan existido retrasos En el asunto Homsby contra Grecia,
específicos en él, sino, por el contrario, que esta fase finalizó prematura-
mente (apartado 36, supra). . El Tribunal Europeo de. Derechos Humanos, constituido, conforme al
- artículo 43 del Convenio para la Protección de los Der~chos Hum.anos y de
De acuerdo con la Comisión, los procedimientos no fueron prolongados las Libertades Fundamentales («el Convenio») y a las clausulas aphcabl~s de
sin justificación ni por el señor Buchholz, ni por el demandado, ni pm el su Reglainento A, en una Sala compuesta por_ l?s sigui.entes Jueces sen?res
Tribunal Federal Laboral. El Tribunal no
tiene motivo alguno para sostener R. Bemhardt, Presidente, F. Golcüklü, L.-E. Pett:J.tl, A. Sp1elmann, ~- Valt:J.cos,
un punto de vista distinto. - J. M. Morenilla, Sir John Freel'.111d, L. Wildhaber, D. G?tch~v, as1 como por
63. Después del examen anterior del curso de estas tres instancias de los señores H. Petzold, Secretano, y P. Mahoney, Secretano ad1unto.
procedimiento, este Tribunal está en: condiciones de determinar si su dura- Después de haber deliberado en sala los días 27 de septiembre de 1996,
ción total viola el artículo 6.1 del Convenio.
27 de enero y 25 de febrero de 1997, ·
Aunque la tramitación de la segunda instancia del procedimiento fue
extremadamente lenta y aunque el Tribunal Laboral de Apelación, en con- Dicta la siguiente
creto, defirió en varias ocasiones sus audiencias en períodos largos de
tiempo, la duración del litigio fue también de gran extensión como conse- S~CIA
cuencia de determinados puntos suscitados libremente por el señor Buch-
holz, por lo cual éste debe soportar. sus consecuencias. Tampoco puede el [ ... ]
Tribunal olvidar el hecho de que las demoras en el Tribunal de Apelación HECHOS
se originan en un período de transición significado por un aumento notable
en el volumen de conflictividad que resulta de un deterioro en la situación
económica general. Habiendo apreciado el material depositado ante él y l. Las circunstancias del caso
tomado nota de los esfuerzos de las autoridades para acelerar la tramitación
de los asuntos ante los Tribunales laborales, el Tribunal estima que, ni aun A) LAs SOLICITUDES DE AuTORIZACIÓN PARA ESTABLECER UN COLEGIO PRNADO PARA
considerados en conjunto, los retrasos atribuibles a los Tribunales competen- EL APRENDIZAJE DE LENGUAS EXTRANJERAS
tes no exceden el período razonable en los términos del artículo 6.1. 6. El señor Homsby y la señora Ada Ann Homsby han nacido en el
[ ... ] Reino Unido en 1937y1939 respectivamente. Es~ casados y son profesores
de inglés, diplomados universitarios. Viven en la isla de Rodas.
POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL RAZÓN, POR UNANIMIDAD
7. El 17 de enero de 1984, la segunda demandante solicitó ante el
Declara que no ha habido violación del artículo 6.1 ni de los artículos
Ministerio de Educación Nacional en Atenas el permiso para estable_cer en
3, 8 ó 12 del Convenio.
Rodas un colegio privado (Jrontistirio) para el aprendizaje de la lengua mglesa
Hecha en inglés y en francés, el texto francés da fe, en el Palacio de (apartado 19 injra). El 25 de enero, el M~isterio rech~ó la demanda_ ya q~e
Derechos Humanos, en Estrasburgo el seis de mayo de mil novecientos tal permiso se concede _?nicamente a l~s cmdadanos griegos por las Direccio-
ochenta y uno. nes regionales de ensenanza secundana.
Por el Presidente, Firmado: Walter Ganshof van der Meersch; Marc-An- - 8. El 12 de marzo de 1984, la señora Homsby intentó presentar p:rso-
dré Eissen, Secretario. nalmente una nueva solicitud ante la Dirección de enseñanza secundana de
la región del Dodecaneso, pero el funcionario responsable rechazó dar a~use
de recibo. Como respuesta de la queja presentada por el abogado de la mte-
resada, dicha Dirección le informó, el 5 de junio de 1984, que, de acuerdo

J_
360 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
V.-DERECHO A UN PROCESO EQUITATIVO (ART. 6) 361
con la legislación griega ~n ~por en la éJ?oca, los ciudadanos extranjeros no para establecer un frontistirio se concede a· personas fisicas que poseen las
pueden obtener la autonzac10n para abnr un frontistirio. mismas cualificaciones que aquellas requeridas para ser nombradas en esta-
~·. , Estimando que la invocación del criterio de la nacionalidad como blecimientos públicos de enseñanza primaria o secundaria y que otorgan el
condic10n para el otorgamiento del permiso para establecer un frontistirio derecho de enseñar, o disponen de diplomas de esnidios equivalentes". Ade-
vuln.e~a?_ª el Trata~~ _?e Roma de 25 de marzo de 19!}7, la señora Hornsby más, el artículo 18.1 del Código de los Funcionarios ..:.cuyo artículo 2:3 se
se .dmg10 a la C?~1s10n de las Comunidades Europeas, que comprenden al aplica también al personal docente de la enseñanza secundaria y primaria-
Tnbunal de Justicia de las Comunidades Europeas. Por una Sentencia de 15 precisa que: -Nadie podí-á ser nombrado funcionario si no tiene la nacionali-
de marzo de 1_98~ (núm: 1~7/1~86, Comis~ón de las Comunidades Europeas dad helénica". De estas disposiciones se deduce que está prohibido el otorga-
contra la Republica He~emca), esta declaro que «prohibiendo a los ciudada- miento de_Ia autorización a los extranjeros para establecer un frontistirio de
nos de ~tro~ Estado~ miembros. cre:rr frontistirios ( ... ) , la República Helénica lenguas extranjeras.
~a (hab1a) mcumphdo las obligac10nes que le incumben (incumbían) en El artículo 52 del Tratado de Roma de 25 de marzo de 1957 establecido
Virtud de los artículos 52 y 59 del Tratado (de la CEE)». · _
por la CEE (... ) proclama la libertad de establecimiento de los ciudadanos
.10 . . ~l 1 de abril de 1988, la señora Horrtsby reiteró su solidttid ante de un Estado miembro sobre el territorio de otro Estado miembro prohi-
la Dir~cc10n de :nseñanza secun~~a de. la. región del Dodecaneso que fue biendo toda discriminación fundada en la nacionalidad en cuanto al acceso
a~emas ~campanada de una solicitud. srmilar enviada separadaniente ese a actividades remuneradas y su ejercicio, así como a la constitución y gestión
mismo_ dia por el señor ~ornsby. El 12 de abril de 1988, dicha Dirección de empresas. Esta disposición ( ... ) es "directamente aplicable"desde el 1 de
rechazo ~as ?os
demandas mvocando los mismos motivos que en su respuesta enero de 1981, fecha de la entrada en vigor del Tratado, sin que sea necesa-
de 5 de jumo de 1984 (apartado 8 supra). rio adaptar previamente la legislación griega al Derecho Comunitario.

11 . . ~l 15 de septiembre de 1988, el Director de enseñanza secundaria La prohibición arriba citada de conceder la autorización a extranjeros
de la re~on del Dodec~eso info~ó a los demandantes que la cuestión del para establecer un frontistirio de lenguas extranjeras, en la medida en que
otorg~1mento del perm1~0 a extranjeros para abrir un frontistirio había sido concierna a ciudadanos de otros Estados miembros de las Comunidades Eu-
exammada por las autondades competentes. · ropeas, es contraria ál artículo 52 del Tratado (Sentencia núm. 147/1986 del
Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas, de 15 de marzo de 1988,
. .12. El 23 ~e noviembre de 1988, a través de una carta, los interesados Comisión contra la República Helénica), ya que está suprimida, teniendo en
sohc1taron al Pnmer Ministro que tomara las medidas necesarias con el fin cuenta lo que precede, desde el 1 de enero de 1981. Por lo tánto, el acta
de asegurar el cumplimiento de la sentencia del Tribunal de Justicia de 15 impugnada -que está fundada sobre la concepción errónea según la cual la
de marzo de 1988 (apartado 9 supra). '
prohibición en litigio continúa afectando a todos los extranjeros, sin estable-
cer una distinción entre los ciudadanos de otros Estados miembros de las
B) EL PROCEDIMIENTO ANTE EL CONSEJO DE ESTADO
Comunidades Europeas y los de los Estados no miembros- que rechaza la
. 13. El 8 de junio de 1988, los demandantes presentaron ante el Con- ~olicitud de .la interesada no es legal y debe, por esta razón, ser anulada.
sejo de ~stado sendos recursos de anulación de las decisiones del Director
La demanda debe, por lo tanto, ser admitida.
de ensenanza secundaria d~ la región del Dodecaneso (apartado 10 supra).
Por estos motivos
Por dos Sen.tencias de 9 y 10 de mayo de 1989 (núms. 1337/1989 y 1361/
1989), el Consejo de Estado anuló dichas decisiones en términos idénticos: ( ... )
« ( ••• )
El Consejo de Estado anula la decisión ( ... ) de 12 de abril de 1988 del
E.sta demanda pretende anular la decisión ( ... ) de 12 de abril· de 1988 Director de enseñanza secundaria de la región de Rodas.
del ~irector. ~e enseñanza secundaria de la región del Dodecaneso que re- ( ... ) ».
chazo la ~oli~1~d del demandante, ciudadano inglés, ·de otorgamiento de
una autonzacion con el fin de establecer unfrontistirio de lenguas extranjeras 14. El 3 de julio de 1989, dos asociaciones de propietarios de frontistirio
en Rodas. · ·. y tres propietarios de estos establecimientos en Rodas formaron una tercería
(tritanakopz) contra las Sentencias núms. 1337/1989y1361/1989 ante el Con-
El artículo 68.1 de la Ley núm. 2545/1940 (... ) dispone: "La autorizaciÓn sejo de Estado que este rechazó el 25 de abril de 1991.

1
362 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS V.-DERECHO A UN PROCESO EQUITATIVO (ART. 6) . 363
15. Los demandantes depositaron, el 8 de· agosto de 1989, ante la Di- derivarse ni de la redacción de este artículo ni siquiera de la intención de
rección de enseñanza secundaria de la región del Dodecaneso dos nuevas los autores del Convenio.
solicitudes de autorización; adjuntaron las sentencias del Consejo de Estado
y señalaron que no se podria justificar ninguna demora en el otorgamiento. Por último, el Gobierno rechaza la analogía hecha por la Comisión en
Sin embargo, no recibieron ninguna respuesta. su informe, entre el caso Van de Hurk contra País(!s Bajos y el asU,1}to
Hornsby: en el primero, el poder de la Corona (establecido por la Ley) para
El 27 de febrero de 1990, el abogado de los interesados se dirigió nueva- privar, parcial o totalmente, de sus efectos a una sentencia era de tal natura-
mente a dicha Dirección. · ··
leza que hacía ilusoria la buena admini~~~ci~n de la justicia; ~n. el pr.:sente
[ ... ] asunto, en cambio, se trata de una omision ilegal de la Admimstracion de
ejecutar una sentencia judicial efectiva, estando obligada a hacerlo por una
FUNDAMENTOSDEDERECJIO multitud de recursos ofrecidos por el sistema jurídico griego.-

[... ] 40. El Tribunal recuerda su constante jurisprudencia según la cual el


artículo 6.1 garantiza a cada uno el derecho a que un Tribuna! conozca toda
impugnación relativa a sus derechos y obligaciones de carácter civil; consagra
11. · Sobre la violación del artículo 6.1 del Convenio
de este modo el «derecho a un Tribunal», en el que el derecho.de acceso, a
38. Los demandantes alegan que el rechazo. de la Administración en saber, el derecho a apelar a un Tribunal en materia civil, constituye: un as-
ejecutar las sentencias del Consejo de Estado de 9 y 10 de mayo de l9S9 pecto esencial (Sentencia Philis contra Grec~a [núm. l] de 27
de agosto d:
vulneraba su derecho a una tutela judicial efectiva tratándose de impugnacio- 1991, serie A núm. 209, pg. 20, ap. 59). Sm embargo, este derecho. sera
nes sobre sus derechos de carácter civil. Invocan el artículo 6.1 del Convenio, ilusorio si el ordenamiento jurídico interno de un Estado contratante perm~­
así redactado: tiera que una sentencia judicial definitiva y obligatoria_ quedara in<_;>perante
en detrimento de una parte. En efecto, no se entendena que el articulo 6.1
«Toda persona tiene derecho a que su causa sea oída equitativa, pública- describiera en detalle las garantías del procedimiento -equidad, publicidad
~ente .Y dentro d~ un plazo. razonable, por un Tribunal independiente e y celeridad- otorgadas a las partes y que no protegie~a la ejecución de las
imparcial, establecido por la Ley, que decidirá( ... ) litigios sobre sus derechos decisiones judiciales; si este artículo se refiriera exclusivamente al acceso al
y obligaciones de carácter civil ( ... )». . . ·
juicio y el desarrollo de la instancia, esto correría el riesgo de crear situacio-
39. El Go?iemo únicamente discute el procedimiento ante el Consejo nes incompatibles con el principio de la preeminencia del derecho que los
de Estado refendo a los derechos de carácter civil de los interesados en el Estados contratantes se han comprometido a respetar ratificando el Conve-
seli"tido del articuló 6; señala que el Consejo de Estado ha resuelto sobre nio (ver, mutatis mutandis, la Sentencia Golder contra Reino Unido, de 7 de
~es derechos respe.tando plenamente las exigencias de dicho artícu}o y ha marzo de 1974, serie A núm. 18, pgs. 16-18, aps. 34-36).
d~ctado dos ~ent~ncias, favorables a los demandantes y en las qu~ el corite- La ejecución de una sentencia, de la jurisdicción que sea, debe, por
mdo no ha sido rmpugnado por la Administración. · · tanto, ser considerada como parte integrante del «procedimiento» en el sen-
Sin embargo, sostiene que la queja de los interesados no es de incum- tido del artículo 6; el Tribunal así lo ha establecido en asuntos referentes a
bencia ~el .artículo 6, el cual no garantiza más que el carácter equitativo del la duración del procedimiento (ver, en último lugar, las Sentencias Di Pe~e
«procedimiento» en sentido literal del término, es decir, el procedimiento contra Italia y Zappia contra Italia, de 26 de septiembre de 1996, Repertono
que se desarrolla ante la autoridad judicial. La presentación por parte de los de Sentencias y Resoluciones 1996-IV, pgs. 1383-1384, aps. 20-24 y pgs. 1410-
de~andantes de dos demandas el 8 de agosto de 1989 y el silencio adminis- 1411, aps. 16-20, respectivamente). ·
trativo (apartado 15 supra) no habrían creado una nueva impugnación sobre
sus derech?s de c~ácter civil. El retr.aso de la Administración ·en ejecu~
41. Estas afirmaciones revisten todavía mayor importancia ep.
el con-
texto de lo contencioso-administrativo, con motivo de ún desacuerdo. en el
las sentencias mencionadas del Consejo de Estado constituiría una cuestión que el resultado es determinante para los derechos civiles del justiciable.
to?Imer:ite diferente de aquella del examen judicial acerca de la eventual Presentando un recurso de anulación ante el más alto tribunal administrativo
existencia de tales derechos. La ejecución de la5 sentencias del Consejo de del Estado, éste pretende obtener no sólo la desaparición del acto en litigio,
Estado dependería del Derecho Público, en particular, de las relaciones entre sino también y, sobre todo, el levantamiento de sus efectos. Ahora bien, la
las autoridades judiciales y administrativas, pero no podrian en ningún caso protección efectiva del justiciable y el restablecimiento de la legali.dad impli-
entrar en el campo de aplicación del artículo 6; una conclusión así no podria can la obligación de la Administración de someterse a una sentencia pronun-

J
V.-DERECHO A UN PROCESO EQUITATIVO (ART. 6)
365
364 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS

ciada por dicho tribunal. El Tribunal señala a este respecto que la Adminis- ,
nan hasta el día en que la Administración les concediera. el permiso solici-
tración constituye un elemento del Estado de derecho .y que su interés se tado (apartado 19 supra).
identifica con el de una buena administración de la justicia. Si la Administra- 45. Absteniéndose durante más de cinco años d~ .tomar_ las m~didas
ción rechaza u omite ejecutar, o tarda en hacerlo, la.5 garantías del artí~ulo necesarias para adaptarse a una decisión judicial definitiva ~ eje~u.tona, las
6 de las que se ha beneficiado el justiciable durante la fase judicial del proce- utoridades nacionales han privado, en consecuencia, a las dispos1c10nes del
dimiento perderían toda razón de ser. :.rtículo 6.1 del Convenio de todo efecto útil.
42. El Tribunal señala que tras la sentencia del Tribunal de Justicia de En consecuencia, ha habido violación de este artículo.
las Comunidades Europeas (apartado 9 supra), el Consejo de Estado anuló
las dos decisiones del Director de enseñanza secundaria que negaba a los_ [ ... ]
demandantes -sobre el único fundamento de su nacionalidad- el permiso
POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL
solicitado (apartados 7-8 y 13 supra). Teniendo en cuenta estas sentencias,
los interesados podían considerar que tenían d derecho a ver cumplidas sus [ ... ]
demandas; reiterándolas el 8 de agosto de 1989 (apartado 15 supra), no ha- 2. Declara, por siete votos contra dos, que el artículo 6.1 del Convenio
cían más que recordar a la Administración su obligación de tomar una· deci-
sión conforme a las reglas de derecho cuyo incumplirriiento había ocasio- se aplica al caso y ha sido violado;
nado la anulación. Sin embargo, permaneció en silencio hasta el 20 . de [ ... ]
octubre de 1994 (apartado 22 supra). Sin lugar a dudas, los demandantes
Hecha en francés y en inglés, y leída en audiencia pública en el.Palacio
habrían podido introducir contra esta negación tácita un nuevo recurso so-
de los Derechos Humanos, en Estrasburgo, el 19 de mai::o de 1997. Firmado:
bre la base de los artículos 45 y 46 del Decreto Presidencial núms, 18/1989
(apartado 27 supra), pero, en las circunstáncias del caso,_ el Tribunal estima Rudolf Bernhadt, Presidente; Herbert Petzold, Secretano.
que no podían razonablemente esperar que este recurso hubiera dado el
resultado esperado.
43. El Tribunal comprende la preocupación de las autoridades nacio-
nales en regular, ante las sentencias mencionadas del Consejo de Estado, la
creación y el funcionamiento de los frontistirio de manera, a la vez, conforme
con las obligaciones internacionales del país y propia para asegurar la calidad
de la enseñanza. Es normal, además, que las autoridades puedan disponer
de un plazo razonable para elegir los medios más adecuados para ejecutar
dichas sentencias.
44. Sin embargo, desde el 15 de marzo de 1988, fecha en que el Tribu-
nal de Justicia de las Comunidades Europeas dictó su Sentencia (apartado 9
supra) y, posteriormente, desde el 9 y 10 de mayo de 1989, cuando el Consejo
de Estado se pronunció sobre el.caso de los demandantes (apartado 13 su-
pra), hasta la promulgación del Decreto Presidencial núm. 211/1994, el 10
de agosto de 1994, la legislación griega en vigor no preveía ninguna condi-
ción particular para los ciudadanos comunitarios que desearan abrir un fron-
tistirio en Grecia, salvo la dispuesta también a los nacionales -la posesión de
un diploma universitario-y cumplida por los demandantes (ap'artados 6 y 29
supra).
Además, no se constata que los interesados hubieran renunciado a su
objetivo de abrir un frontistirio: apelando el 3 de julio de 1992 al Tribunal
Administrativo de Rodas, los interesados solicitaban una indemnización por
el perjuicio que consideraban habían sufrido pero también por el que sufrí-


14. Asunto Allenet de Ribemont c. Francia, de 10 de febrero de 1995

En el asunto__Allenet de Ribemont contra Francia,

El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, constituido, conforme al


artículo 43 del Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y de
las Libertades Fundamentales («el Convenio») y a los artículos aplicables de
su Reglamento, en una Sala compuesta por los siguientes Jueces señores R.
Ryssdal, Presidente, F. Golcüklü, L.-E. Pettiti, J. De Meyer, l. Foighel, A. N.
Loizou, J. M. Morenilla, G. Mifsud Bonnici, B. Repik., así como por el señor
H. Petzold, Secretario,

Después de haber deliberado en privado los días 27 de octubre de 1994


y 23 de enero de 1995,

Dicta la siguiente

SENTENCIA

[ ... ]

HECHOS

7. El señor Patrick Allenet de Ribemont es Secretario general de una


sociedad. Actualmente reside en Lamontjoie (Lot-et-Garonne).

A) Génesis del asunto

8. El 24 de diciembre de 1976, el señor Jean de Broglie, diputado por


Eure y antiguo ministro, fue asesinado ante el domicilio del demandante.
Venía de visitar a su asesor financiero, el señor Pierre De Varga, que vivía en
el mismo edificio y futuro socio del señor Allenet de Ribemont en el restau-
rante parisino «La Rótisserie de la Reine Pédauque». La financiación de la
operación estaba garantizada a través de un préstamo concertado con la víc-
tima, la cual había entregado el dinero al· demandante, teniendo este último
la obligación de hacer el pago.

9. Se abrió una investigación contra X por el cargo de homicidio volun-


tario. Los días 27 y 28 de diciembre de 1976, la brigada criminal de la Fiscalía
de policía de París realizó varias interpelaciones entre otros al asesor finan-
ciero de fa víctima. El 29, detuvieron al señor Allenet de Ribemont.

J
368 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS V.-DERECHO A UN PROCESO EQUITATIVO (ART. 6) 369
B) La conferencia de prensa de 29 de diciembre de 1976 y la Señor Poniatowski: El mecanismo fue extremamente simple: había un
acusación del demandante préstamo concertado con un banco con el aval del señor Broglie y a devolver
10. El 29 de diciembre de 1976, con motivo de una conferencia de por los señores Varga-Hirsch y de Ribemont.
prensa dedicada al programa plurianual de equipamiento de la policía nacio-
Un periodista: señor comisario ¿quién fue el personaje clave de este
nal, el señor Mkhel Poniatowski, Ministro del Interior, el señor Jean Ducret,
asunto? ¿De Varga? ·
Director de la policía judicial de la Fiscalía de policía de París; y el comisario
P.i~rre Ottavioli, Jefe de la brigada criminal, hicieron mención a la investiga- Señor Ottavioli: Pienso que fue el señor De Varga.
c10n en curso.

11. Dos cadenas de televisión francesas se hicieron eco de dicha confe- Señor Jean-Fran~ois Luciani, periodista: El préstamo estaba garantizado
rencia en sus informativos. La transcripción de los extractos fue la siguiente: con un seguro de vida de cuatrocientos millones de antiguos francos concer-
tado por Jean de Brogle. En caso de desaparición del diputado de Eure, el
«INFORMATIVO DE TF 1 dinero del seguro debía ser abonado a los señores Pierre De Varga-Hirsch y
Allenet de Ribemont. Fue la última noche cuando todo salió a la luz con la
Señor Roger Giquel, presentador del informativo: ( ... ) sea como fuere, confesión del policía Guy Simoné que se desmoronó el primero. Reconoció
he aquí cómo en el transcurso de la conferencia de prensa, ayer por la noche, haber sido el organizador de la muerte y haber prestado un arma para matar
el señor Michel Poniatowski, explicó al público todo el asunto de Broglie. al diputado de Eure. Fue él igualmente quien contrató al asesino, Gérard.
..
·
Señor Poniatowski: La redada está completa. Todas las personas implica- d Freche, a quien prometió tres millones de antiguos francos y que a su vuelta
_·!

das están ahora detenidas tras el arresto del señor Varga-Hirsch. El meca- ¡
estarían dos personas que le acompañarían. Lo que les perdió fue, en primer
nismo fue extremamente simple: había un préstamo concertado con un lugar, que el nombre de Simoné figuraba en la agenda de Jean de Broglie.
banco con el aval del señor Broglie y a devolver por los señores Varga-Hirsch A continuación, que mataron ajean de Broglie ante el número 2 de la calle
y de Ribemont. de las Dardanelles. Esto no estaba previsto: debían haberlo llevado fuera,
pero Jean de Broglie ¿se habría negado a seguir al asesino?. En cualquier
Un periodista: señor comisario ¿quién fue el personaje clave de este 11 caso, éste es su primer fallo. A continuación, Varga y Ribemont se habrían
asunto? ¿De Varga? negado a pagarles. Por ello, las tertulias de los bares, la vigilancia de la policía
-\
Señor Ottavioli: Pienso que fue el señor De Varga. y confidentes, ya se sabe el resto y su detención. El segundo error lo cometió
Simoné: con anterioridad a contactar con Freche, se dirigió a otro asesino
Señor Ducret: el señor De Varga y su acólito, el señor de Ribemont son que se negó a aceptar su propuesta pero que aparenteme~te le habl? de
los instigadores del asesinato. El organizador es el inspector Simoné y el otros. Los policías, con razón, les confundieron por dos motivos: en pnmer
asesino es el señor Freche. · lugar, la muerte tuvo lugar en la calle de las Dardanelles cuando Jean de
Broglie salía del domicilio de De Varga. Existía una relación forzosa entre el
Señor Giquel: en estas declaraciones hay, usted lo ve, cierto número de asesino y De Varga. En segundo lugar, el pasado de De Varga no hablaba a
afirmaciones. Es lo que hoy se reprocha a la policía en los círculos de la su favor y los policías le consideraban un asesor jurídico de dudosa repu- ·
cancillería. A pesar de que el comisario Ottavioli o el señor Ducret han te- tación. Dos ideas simples y más de sesenta investigadores que les condujeron
nido cuidado (fin de la grabación). al asesino.
INFORMATIVO DE ANTENA 2
Señor Bilalina: El epílogo de este asunto cae precisamente el día en que
Señor Daniel Bilalian, presentador del informativo: ( ... ) esta noche, el el Consejo de Ministros se dedicó en parte al problema de la seguridad de
asunto se ha resuelto. Se conocen el móvil y el asesino. los franceses ( ... ) ».

Señor Ducret: El organizador es el inspector Simoné y el asesino es el 12. El 14 de enero de 1977, el señor Allenet de Ribemont fue acusado
señor Freche. de complicidad de homicidio voluntario e ingresó en prisión. Fue puesto en
libertad el 1 de marzo de 1977 y se benefició del sobreseimiento de su asunto
. Señor Ottavioli: Efectivamente, puedo ... [ininteligible] los :hechos. di- el 21 de marzo de 1980. ·
ciendo que este asunto nació con un acuerdo financiero que existía entre la
víctima, el señor de Broglie, y el señor Allenet de Ribemonty el señor Varga. [ ... ]
370 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS V.-DERECHO A UN PROCESO EQUITATIVO (ART. 6) 371
FUNDAMENTOS DE DERECHO 1982, serie A núm. 49, y Lutz, Englert y Nolkenbockhoff contra Alemania de
25 de agosto de 1987, serie A núms. 123-A, 123-B y 123-C).
l. Sobre la violación del artículo 6.2 del Convenio
Además, recuerda que el Convenio debe interpretarse de manera que
31. El señor Allenet de Ribemont denuncia lasdeclaraciones efectua- garantice los derechos concretos y efectivos, y no teóricos e ilusorios (ver,
das en la conferencia de prensa de 29 de diciembre de 1976 por el Ministro entre otros, Sentencias Artico contra Italia de 13 mayo 1980, serie A núm.
del Interior y los Altos funcionarios de policía que le acompañaban. Invoca 37, pg. 16, ap. 33; Soering contra Reino Unido de 7 de julio de 1989, serie
el artículo 6.2 del Convenio, así redactado: · A núm. 161, pg. 34, ap. 87, y Cruz Varas y otros contra Suecia de 20 de marzo
de 1991, serie A núm. 201, pg. 36, ap. 99). Esto es aplicable al derecho
«Toda persona acusada de una infracción se presume inocente hasta consagrado en el artículo· 6.2.
que su culpabilidad haya sido legalmente declarada».
36. Por lo tanto, el Tribunal considera que una vulneración de la pre~
A) SOBRE lA APLICACIÓN DEL ARTÍCULO 6.2 sunción de inocencia puede emanar no sólo de un juez o de un tribunal sino
32. El Gobierno discute la aplicabilidad del artículo 6.2, basándose en también de otras autoridades públicas.
la Sentencia Minelli contra Suiza de 25 de marzo de 1983 (serie núm. 62). 37. En el momento en qu:e se celebró la conferencia de prensa de 29
Eh su opinión, una vulneración de la presunción de inocencia sólo puede de diciembre de 1976, el señor Allenet de Ribemont había sido ya detenido
provenir de una autoridad judicial y sólo se produce en el transcurso de un por la policía (apartado 9 supra). Aunque no se encontraba todavía acusado
proceso en caso de condena si la motivación del juez permite suponer que, de complicidad en homicidio voluntario (apartado 12 supra), su interrogato-
a priori, éste .consideró al interesado culpable. rio y su ingreso en prisión se llevaron a cabo en el ámbito de una investiga-
33. La Comisión admite que el principio de la presunción de inocencia ción judicial abierta algunos días antes por un juez instructor de París y le
constituye ante todo una garantía de carácter procesal en materia penal, confirió la calidad de «acusado» en el sentido del artículo 6.2. Los dos Altos
pero afirma que su alcance es más amplio: no se impondrá únicamente al funcionarios de policía estaban en este caso encargados de la investigación.
juez penal que juzgue sobre una acusación, sino también a otras autoridades. Al corriente de la investigación judicial apoyados por el Ministro del Interior,
sus declaraciones se explicaban por la existencia misma y tenían una relación
34. La misión del Tribunal consiste en determinar si la situaeión cons- directa con ella. En consecuencia, el artículo 6.2 es aplicable.
tatada en este caso ha podido vulnerar el derecho que el artículo 6.2 garan-
tiza al demandante (ver, mutatis mutandis, Sentencia Sekanina contra: Austria B) SOBRE EL CUMPLIMIENTO DEL ARTÍCULO 6.2
de 25 de agosto de 1993 serie A núm. 266-A, pg. 13, ap .. 22).
1. R.eferencia al asunto en el transcurso de la conferencia de prensa
35. La presunción de inocencia consagrada en el apartado 2 del ar-
tículo 6 figura entre los elementos del proceso penal equitativo exigido por 38. La libertad de expresión, garantizada por el artículo 10 del Conve-
el apartado 1 (ver principalmente Sentencia Deweer contra Bélgica de 27 de nio, incluye la de recibir o comunicar información. El artículo 6.2 no podría
febrero de 1980, serie A núm. 35, pg. 30, ap. 56, y Sentencia Minelli citada, impedir a las autoridades informar al público sobre las investigaciones pena-
pg. 15, ap. 27). Se vulnera si una sentencia referida a un acusado refleja el les en curso, pero requiere que lo hagan con toda la discreción y la reserva
sentimiento de que es culpable, cuando su culpabilidad no ha sido previa~ que exige el respeto de la presunción de inocencia.
mente probada. Basta, incluso en ausencia de constatación formal, una moti-
vación que haga pensar que el Juez considera culpable al interesado (Senten- 2. El contenido de las declaraciones en litigio
cia Minelli citada; pg. 18, ap. 37). 39. Al igual que el demandante, la Comisión considera incompatibles
El ámbito de aplicación del artículo 6.2 no se limita a la hipótesis facili- con la presunción de inocencia las declaraciones hechas por el Ministro del
tada por el Gobierno. En efecto, el Tribunal ha constatado una violación de Interior y, en su presencia y bajo su autoridad, por el comisario encargado
esta disposición en los asuntos Minelli y Sekanina citados al haber finalizado de la investigación y el director de la policía judicial. Señala que presentaron
los tribunales nacionales las diligencias por prescripción en el primero y por al señor Allenet de Ribemont como uno de los instigadores del asesinato del
absolución del interesado en el segundo. Admitió su aplicación en otros señor de Broglie.
asuntos en los que los tribunales nacionales no estaban llamados a juzgar 40. En opinión del Gobierno, estas declaraciones surgen de la informa-
sobre la culpabilidad (Sentencias Adolf contra Austria de 26 de rriarto de ción sobre los asuntos penales en curso y no pueden conllevar la violación
372 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS

de la presunción de inocencia porque no vinculan a los jueces y pueden ser


desmentidas por posteriores investigaciones. Los hechos enjuiciados ilustra-
rían esta t~sis, ya que el demandante fue acusado quince días después de la
conferencia de prensa y, finalmente, se benefició del sobreseimiento. 15. Asunto John Mun-ay c. Rei,no Unido, de 8 de febrero de 1996
. '

41. El Tribunal señala que, en este caso, algunos de los más altos res- En el asunto John Murray contra el Reino Unido
ponsables de la policía francesa señalaron al señor Allenet de Ribemont, sin
matices ni reservas, como uno de los instigadores, y por tanto cómplice de El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, constituido conforme al
un asesinato (apartado 11 supra). Evidentemente, se trata de una declaración artículo 51 de su Reglamentó A en una Gran Sala compuesta por los Jueces
de culpabilidad que, de una parte, incitaba al público a creer en ella y, de Sres. R. Ryssdal, Presidente, R. Bernhardt, F. Matscher, L.-E. Pettiti, B. Walsh,
otra, prejuzgaba la apreciación de los hechos por los jueces competentes. N. Valticos, s:
K. Martens, Sra. E. Palm, Sres. l. Foighel, R. Pekkanen, A. N.
Por tanto, ha habido violación del artículo 6.2. Loizou, F. Bigi, Sr. John Freeland, Sres. M. A. Lopes Rocha, L. Wildhaber, J.
Makarczyk, D. Gotchev, K.Jungwiert y U. Lohmus, así como por el señor H.
[... ] Petzold, Secretario. · ·
POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL, ·{-
Tras haber deliberado en privado los días 28 de septiembre de 1995 y
l. .Declara, por ocho votos contra uno, que ha habidÓ violación del 25 de enero de 1996,
artículo 6.2;
Dicta la siguiente
[ ... ]
SENTENCIA
Hecha en francés y en inglés, y leída en audiencia pública, en el Palacio
de los Derechos Humanos, en Estrasburgo, el 10 de febrero de 1995. Fir- [ ... ]
mado: Rolv Ryssdal, Presidente; Herbert Petzold, Secretario.
HECHOS

l. Las circunstancias del caso


A) .ARRESTO Y DETENCIÓN DEL DEMANDANTE

11. El demandante fue arrestado por agentes policiales el 7 de enero


de 1990 a las 17.40 horas en virtud del artículo 14 de la Ley de 1989 sobre
Disposiciones Provisionales para la Prevención del Terrorismo (Prevention of
Terrorism [Temporary Provisions] Act 1989). Conforme al artículo 3 de la orde-
nanza de 1988 sobre las pruebas en materia penal en Irlanda del Norte ( Cri-
minal evidence [Northem Ireland] Order 1988, la Ordenanza, apartado 27 infra),
la policía le advirtió en estos· términos:
«No está obligado a declarar salvo si lo desea; pero debo advertirle que
si omite mencionar un hecho que usted invocará para su defensa ante el
Tribunal, esta omisión suya de aprovecharse de esta posibilidad puede ser
admitida por el Tribunal como prueba de cargo. Si usted desea decir algo,
su declaración podrá ser presentada como prueba».
Como respuesta a la advertencia de la policía, el demandante indicó que
no tenía nada que decir.
12. A su llegada a la comisaría de policía ·de Castlereagh, hacia las 19
horas, el demandante se negó a señalar su identidad al oficial de policía
374 lAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS V.-DERECHO A UN PROCESO EQUITATIVO (ART. 6) 375

encargado de abrir el expediente de detención preventiva. A las 19.05 horas, cual el demandante permaneció en silencio, tuvo lugar el 9 de enero de 1990
fue informado de su derecho de avisar a un amigo o a un pariente de su entre las 21.40 y las 23.45 horas.
detención, pero indicó que renunciaba a ello. A las 19.06 horas dijo que
deseaba entrevistarse con un abogado. A las 19.30 horas se aplazó l<!- posibili- El abogado no fue autorizado a asistir a ninguno de estos interrogato-
dad del demandante de consultar con un abogado por orden de un comisa- rios.
rio principal en aplicación del artículo 15.l de la Ley de 1987 sobre el estado B) EL PROCESO
de urgencia en Irlanda del Norte (Northern Ireland [Emergency Provisions] Act.
1987, la Ley de 1987). El aplazamiento se fijó en cuarenta y ocho horas a 17. En mayo de 1991, el Lord Chiefjustice de Irlanda del Norte, ór-
contar desde el inicio de la detención (el 7 de enero a partir de las 17,40 gano unipersonal celebrando sesión sin jurado, resolvió sobre varios motivos
horas), considerándose el comisario. principal con fundamen_to para creer de la acusación, principalmente la conspiración para cometer un asesinato
que el ejercicio del derecho de consultar a un abogado, principalmente, y; junto con otras siete personas, complicidad en el secuestro de M. L., así
dificultaría la. investigación sobre los actos de terrorismo. cometidos, Q com- como pertenencia a una organización ilegalizada, el Ejército Republicano
plicaría las operaciones tendentes a prevenir otro actó de esta natui-rueza Irlandés Provisional (Provisional Irish Republican Army, IRA).
(apartado 33 infra). ·
18. Según la acusación, M. L. era miembro del IRA pero ·suministraba
13. El 7 de enero a las 21.27 horas, un policía previno al demandante, al mismo tiempo informaciones sobre las actividades de esta organización a
conforme al artículo 6 de la ordenanza, y le invitó a justificar su presencia la Royal Ulster Constabulary. Al descubrir que M. L. era un informador, el
en la casa en la que había sido arrestado. Advirtió al interesado de que si no IRA le tendió una trampa atrayéndole el 5 de enero de 1990 a una casa de
lo hacía o si se negaba a ello, un Tribunal, un Juez o un jurado podrían sacar Belfast. Fue secuestrado en una de las habitaciones situadas en, la parte tra-
las conclusiones oprtunas. El demandante recibió igualmente un ejemplar sera de la casa e interrogado por el IRA hasta la llegada de la: policía y del
escrito del artículo 6 de la ordenanza (apartado 27 infra). ejército el 7 de enero de 1990. La acusación pretendía también que se había
urdido un complot para asesinar a M. L. por ser inforniador de la policíá.
Como respuesta a estas advertencias, el demandante declaró: «Nada que 19. A lo largo del proceso, un testigo declaró que a la llegada de la
decir». policía a la casa el 7 de enero, un agente de policía vio al demandante,
llevando un impermeable encima de su ropa, bajando las escaleras y fue
14. A las 22.40 horas, se volvió a recordar al demandante que tenía el
arrestado en la entrada. M. L. declaró seguidamente que sus secuestradores,
derecho de informar a un amigo o. a un pariente de su detención, pero
utilizando amenazas de muerte, le habían obligado a confesar que' era un
declaró no querer comunicarlo a nadie. Fue también informado de que se
informador y habían grabado su confesión. Añadió que el 7 de enero por la
había aplazado la posibilidad que tenía de consultar a su abogado. Manifestó
tarde, oyó jaleo y alguien le dijo que se quitara la venda, lo que hizo, y luego
entonces su deseo de consultar con otros abogados. Un inspector volvió a
abrió la puerta de la habitación, Vio entonces al demandante en lo alto de
examinar los motivos para retrasar la consulta y los siguió encontrando váli-
dos. la escalera. El señor Murray le indicó que la polida se encontraba fuera y le
dijo que bajar'!l y se pusiera a ver la televisión. Mientras le hablaba, el deman-
15. Los días 8 y 9 de enero, el demandante fue interrogado en doce dante retiró la cinta de un casete. Al registrar la casa, los policías descubrie-
ocasiones por inspectores de policía en la comisaría de Castlereagh, en total ron en la habi!:<!-ción de arriba la ropa de L y en un cuarto de baño del
durante 21 horas y 39 minutos. Al comenzar los interrogatorios, recibió la primer piso una cinta magnética enredada. Las partes intactas de la cinta
advertencia prevista en el artículo 3 de la ordenanza y se le recordar.on sus revelaban las confesiones de M. L. de que había aceptado trabajar para la
términos. . · · · · policía. En ningún momento, ni en el momento de su arresto ni durante el
proceso, el demandante justificó ~u presencia en la casa.
16. Durante los diez primeros interrogatorios, los díaS 8 y 9 de .enero 20. Al finalizar la requisitoria del fiscal, el Juez, conforme al artículo 4
de 1990, el demandante nó respondió a ninguna de las preguntas que se le de la ordenanza, llamó a cada uno de los ocho acusados para que declararan
plantearon. Tuvo autorización para reunirse con su abogado por primera vez en su defensa. Les dijo: ·
el 9 de enero de las 18.33 horas. A las 19.10 horas. tuvo lugar un nuevo
interrogatorio y se le volvió a recordar la advertencia prevista· en el ártícuio «La Ley me obliga también a decirles que si se niegan a prestar jura-
3: El interesado declaró: «Mi abogado me ha aconsejado qué no responda a mento, o si, tras haber prestado juramento, se niegan, sin razón válida, a
mnguna de sus preguntas» Un último interrogatorio, en ·el transcurso del responder a alguna pregunta, cuando el Tribunal decida sobre su culpabili-
376 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS V.-DERECHO A UN PROCESO EQUITATIVO (ART. 6) 377
dad o su inocencia, podrá, si lo considera apropiado, admitir contra ustedes Las conclusiones a las que se puede llegar con toda la razón contra un
esa negativa a declarar o a responder a las preguntas». acusado varían según el asunto, en función de sus circunstancias particulares
y, por supuesto, el hecho de que un acusado no haya declarado en su defensa
21. Por recomendación de su abogado y de. su asesor, el demandante
no es en sí mismo un indicio determinante de culpabilidad. El hecho de no
eligió no declarar y no citó a ningún testigo de descargo. La defensa, basán-
haber mencionado elementos concretos cuando ha sido interrogado, o de no
dose en el testimonio de uno de los coacusados, D. M., mantuvo que a la.
haber explicado su presencia en un lugar determinado, no revela tampoco su
llegada de la policía, el demandante llevaba poco tiempo en la casa y que su
presencia no tenía nada de reprensible. culpabilidad, pero considero que <: .. ) el artícul.° 4, como el artículo 6, pre-
tenden permitir al Juez competente en cuanto al fondo hacer uso de su
22. El 8 de mayo de 1991, fue declarado culpable como complice en sentido común para hacer deducciones desfavorables para el acusado (... ).
el secuestro de M. L. y condenado a ocho años de prisión. Fue absuelto de . Cuando examino los cargos que recaen sobre el acusado (... ) me pro-
los otros cargos. pongo, por lo tanto, en virtud de los artículos 4 y 6, deducir en su contra las
conclusiones que me dicte el sentido común».
23. El Juez competente en cuanto al fondo descartó por engañoso el
testimonio de D. M. (apartado 21 infra). Consideró: · 25. Concluyendo que el demandante era culpable de complicidad en
. . . secuestro, eIJuez competente en cuanto al fondo sacó conclusiones desfavo-
«Las circunstancias, incluido el descubrimiento de la cinta enredada al rables para el demandante en virtud de los artículos 4 _Y 6 de la orden~za.
lado del casete roto en el cuarto de baño y el hecho de que al entrar en la Añadió que, en las circunstancias del caso, no pretendia hacer deducciones
casa un cierto tiempo después de su llegada al lugar y un cierto tiempo contra el interesado en base al artículo 3 de ésta. Añadió: ·
después de haber llamado a la puerta una primera vei, la policía vio a Murray
bajar la escalera en un momento en el que todos los demás ocupantes dé la «Como hizo observar el abogado de la defensa, admito que L., como
casa estaban en el cuarto de estar, confirman. el testimonio de.M. L. de que, dejan suponer sus respuestas en el momento de las preguntas, es un hombre
después de que la policía hubiera llamado a la puerta, Murray se encontraba que estaría dispuesto a realizar perjurio si viera en ello un interés, y cuyo
en lo alto de la escalera sacando la cinta del casete». · valor moral es más que dudoso. En consecuencia, considero como la defensa
que, a menos que otros motivos de prueba corroboren lo que ha ?icho, el
24. Rechazando un motivo del demandante según el cual los artículos Tribunal no podría basar su decisión únicamente en su testimomo, sobre
4 y 6 de la ordenanza_no permitían al Tribunal sacar conclusiones con,tra él todo cuando éste es desfavorable para personas sujetas a sanciones penales
porque, al final de la requisitoria, .existía. una explicación para la conducta ( ... ).
del acusado razonablemente plausible y que estaba de acuerdo con su ino-
cencia, el primer Juez indicó: · Consideremos ahora el quinto motivo de acusación .[contra el deman-
dante], el del secuestro en la persona de M. L. Por razones que Yª. he indi-
«Se puede discutir en qué m~dida, antes de la ordenanza de 1988 sobre cado, tengo la certeza de que como describió M. L. en sus declarac1c;>nes [el
las pruebas en máteria penal en Irlanda del Norte, un Tribunal llamado' a demandante] se encontraba en lo alto de la escalera y retiraba la cmta del
considerar los hechos de este caso podía sacar conclusiOnes ·desfavorables casete cuando la policía rodeaba la casa». ·
para el acusado porque éste no había declarado en su defensa, ó no había
También tengo la convicción, por las mismas razones, de que [el deman-
explicado su presencia en un lugar determinado, o mencionado tal 6 cual
dante] estaba en la casa desde hacía más tiempo del que indicó su coacusado
he_cho cuando la policía le había interrogado, pero consideró que' él artículo
[D. M]. Además, estoy obligado a concluir que [el demandante], cuando se
4 y los artículos 3 y 6 de l<!- ordenanza de 1988 tienen como finalidad preeisar
encontraba en la casa, estaba en contacto con los hombres que retenían a
que, cualquiera que haya sido el efecto de las disposiciones.legal~s:anteriores,
M. L. y sabía que éstos le habían secuestrado. A la vista de los artículos 6 y 4
un Juez llamado a resolver sobre un asunto penal sin jurado, o un jurado en
de la ordenanza de 1988, llego igualmente a conclusiones formales desfavora-
un asunto penal, tiene el derecho de utilizar su sentido ~omún para sacar
bles [para el demandante], basadas, por un lado •. c:;n el ~echo de que éste
conclusiones desfavorables para el acusado en las circunsta11.cias precisadas
en el artículo 4, así como en los artículos 3 y 6 (... ). no explicó su presencia en lá casa cuando los pohc1as le. informaron de sus
derechos la tarde del 7 de enero de 1990, y por otro, en su negativa a declarar
( ... ) En mi opinión, es evidente que el artículo 4 tiende a permitir al cuando el Tribunal le invitó a hacerlo.
Juez competente en cuanto al fondo deducir del hecho de qué el acusado Considerando que [el demandante] se encontraba en la casa en el mo-
no declare en su defensa las conclusiones que el senti~o común le dicte. mento en que M. L. estaba mantenido en ella en cautividad y que estaba al
·378 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS V.-DERECHO A UN PROCESO EQUITATIVO (ART. 6) 379

corriente de este secuestro, le declaro culpable de complicidad en el secues- 45. No cabe duda de que, incluso si el artículo 6 del Convenio no
tro de M. L. Como declaró el Juez Vaughan en el asunto R. v. Young (... ), los menciona expresamente, el derecho a guardar silencio en un interroga-
[el demandante] estaba «( ... ) lo suficientemente cerca como para aportar torio de policía y el derecho a no contribuir a su propia incriminación
[su] ayuda y prestar [su] apoyo y [su] asistencia». son normas internacionales generalmente reconocidas que están en el
[ ... ] centro de la noción de proceso equitativo consagrada por el artículo 6
(Sentencia Funke anteriormente citada, loe. cit.). Poniendo al acusado al
abrigo de una coacción abusiva por parte de las autoridades, dichas inmu-
FUNDAMENTOS DE DERECHO nidades cooperan para evitar errores judiciales y garantizar el resultado
querido por el artículo 6.
l. Sobre la violación_ del artículQ 6 del Convenio
. 46. El Tribunal no considera necesario profundizar en un análisis abs-
40. El demandante alega una violación del derecho a guardar silencio tracto del alcance de tales inmunidades y, en concreto, de la que constituye
y del derecho a no contribuir a su propia acusación, contraria al artículo 6 en este caso una «coacción abusiva». Se encuentra aquí en juego la cuestión
apartados 1 y 2 del Convenio. Se queja además de que se le denegó el acceso de si esas prohibiciones revisten un carácter absoluto en el sentido en que el
a su abogado, con desconocimiento del artículo 6.1 en combinación con el ejercicio por parte de un acusado del derecho a guardar silencio no podría
apartado 3 c) del Convenio. El artículo 6 dispone: · jamás servir en su contra en el proceso o, a título subsidiario, que procede
siempre considerar como una «Coacción abusiva» el hecho de informarle por
, ~<l. Toda persona tiene derecho a que su causa sea oída equitativa, adelantado de que, bajo ciertas condiciones, su silencio podrá ser así utili-
p~bhcam_ente y. dentro de _un plazo razonable, por un Tribunal indepen- zado en su contra.
diente e 1mparc1al, establecido por la Ley, que decidirá (... ) sobre el funda-
mento de cualquier acusación en materia penal dirigida contra ella. (... ) 47. Por un lado, es manifiestamente incompatible con las prohibicio-
nes de las que se trata basar una condena exclusiva o esencialmen.te en el
2. Toda persona acusada de una infracción se presume inocente hasta silencio del acusado o sobre su negativa a responder a las cuestiones o a
que su culpabilidad haya sido legalmente deelarada._ . declarar. Por otro, es también evidente para el Tribunal que esas prohibicio-
nes no pueden y no deberían impedir tener en cuenta el silencio del intere-
3. Todo acusado tiene, como mínimo, los siguientes derechos:
sado, en situaciones que requieren seguramente una explicación por su
~)- a d~fen~erse por _sí mismo o a ser asistido por un defensor de .su parte, para apreciar el grado de persuasión de los elementos de cargo.
elecc1on y, s1 no nene m_ed1os para pagarlo, poder ser asistido gratuitamente Se sitúe donde se sitúe la línea de demarcación entre estos dos extremos,
por un Abogado de oficio, cuando. los intereses de la justicia lo exijan». se deriva de esta interpretación del «derecho a guardar silenciq» que hay
El Tribunal examinará sucesivamente cada una de estas alegaciones: que responder negativamente a la pregunta de si es~e derecho es absoluto.
No se podría decir, por lo tanto, que la decisión de unacusado de per-
A) SOBRE EL ARTÍCULO 6.1 Y 6.2: DERECHO A GUARDAR Sl~NCIO
manecer en silencio del principio al fin del procedimiento penal debería
[ ... ] necesariamente estar desprovista de incidencia una vez que el Juez compe-
tente en cuanto al fondo intente apreciar los elementos de cargo. Eri con-
. 44. El Tribunal, limitándose a las circunstancjas del caso, debe analizar creto, como señala el Gobierno, las normas internacionales establecidas, si
s1 las deducciones extraídas en contra del demandante en virtud de los artícu- consagran el derecho a guardar silencio y la prohibición de contribuir a su
lo~ 4 y 6 de la ordenanza co~prometieron el carácter equitativo del procedi- propia incriminación, nada dicen sobre este punto.
m1ent~ penal en contra del mteresado -y en particular la condena- a la vista
d_el ar~culo 6 del Convenio. Recuerda a este respecto que no se ha estable- Para analizar si el hecho de deducir de su silencio conclusiones desfavo-
cido nmguna conclusión en aplicación del artículo 3 de dicha ordenanza. Su rables para el acusado infringió el artículo 6, hay que atender al conjunto de
tare~ no es la de examinar en abstracto si sacar conclusiones según el sistema circunstancias, teniendo en cuenta en particular el caso en el que se pueda
previsto en l~ ordenanza se concilia con la noción de proceso equitativo que proceder a deducciones, la importancia que los tribunales nacionales les han
mcluye el ar~culo 6_ (véase, entre m~chos ejemplos, Sentencia Brogan y otros concedido al apreciar los elementos de prueba y el grado de coacción inhe-
contra el Remo Umdo de 29 de noviembre de 1988, serie A núm. 145-B, pg. rente a la situación. ·
29, ap. 53). 48. En cuanto al grado de coacción en este caso, procede recordar que
380 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS V.-DERECHO A UN PROCESO EQUITATIVO (ART. 6) · 381

el demandante pudo. en realidad guardar silencio. Aunque advertido en va- mente serios para requerir una respuesta. El Tribunal nacional no puede
rias ocasfones de la posibilidad de que se sacaran conclusiones de su silencio, determinar la culpabilidad del acusado simplemente porque éste· opte por
no hizo ninguna declaración a la policía ni declaró en su proceso. Por otro guardar silencio. Es solamente cuando las pruebas de cargo «requieren» una
lado, en virtud del artículo 4.5 de. Ja ordenanza, seguía siendo un. testigo al explicación que el acusado debería ser capaz de dar, cuando Ja ausencia de
que no se podía forzar («non compeUable witness») (apartado 27 supra). Su explicación «puede permitir concluir, por un simple razonamiento de sen-
silencio persistente a lo largo de todo el procedimiento no constituía por lo tido común, que no existe ninguna explicación posible y que el acusado es
tanto una infracción penal o un desacato al Tribunal. Además, como señala- culpable». A la inversa, si el fiscal no ha establecido cargos suficientemente
ron resoluciones internas, el silencio no podría en sí mismo ser considerado serios como para requerir una respuesta, la ausencia de explicación no po-
como un indicio de culpabilidad (apartados 24 y 29 supra). dría justificar concluir la culpabilidad (ibídem). Resumiendo, el Juez puede
solamente, en virtud de la ordenanza, sacar de los elementos de cargo las
49. Procede, por lo tanto, distinguir las circunstancias del presente conclusiones dictadas por el sentido común y que él considere apropiadas.
caso de las del asunto Funke (apartado 41 supra) en el que los servicios de
aduanas habían iniciado diligencias penales contra el demandante a fin de Por otro lado, el Juez competente en cuanto al fondo tiene el poder
obligarle a suministrar pruebas de infracciones que habría cometido. El Tri- soberano de sacar o no conclusiones de los hechos del caso. Como indicó el
bunal había considerado en la práctica incompatible con el artículo 6 ese Tribunal de apelación en este caso, cuando el Juez admite que el acusado
grado de coacción, ya que vaciaba de sentido a la prohibición de contribuir no ha comprendido la advertencia que se le ha hecho o tiene dudas con
a su propia incriminación. respecto a ese tema, «estamos seguros [que el Juez] no aplicará el artículo 6
en detrimento [del interesado] (apartado 31 supra)». Además, en Irlanda del
50. Ciertamente, en combinación con el peso de elementos de _cargo, Norte, donde los Jueces competentes en cuan fo al fondo celebran sesión sin
un sistema en el que se advierte al presunto culpable -eventualmente en jurado, el Juez debe motivar sus conclusiones y la importancia que les con-
ausencia de un abogado (como aquí)- que se podrán sacar ·conclusiones cede. El ejercicio del poder de apreciación a este respecto es susceptible de
desfavorables de su negativa a explicar a la policía su presencia en el lugar recurso ante las jurisdicciones de apelación.
de una infracción o a declarar en su proceso, supone un cierto grado de
coacción indirecta. Sin embargo, al no poder el demandante ser obligado a 52. En este caso, el Tribunal de Apelación consideró los cargos estable-
hablar o a declarar, como ha sido indicado, ese hecho no podría por sí solo cidos por la acusación «abrumadores» (apartado 26 supra). Hay que recordar
ser determinante: el Tribunal debe más bien considerar el papel que jugaron que cuando la policía entró en la casa, mucho después de haber llamado a
las presunciones en el procedimiento penal y en particular la condena. la puerta, vio al demand~te bajar la escalera de la casa en la que el IRA
tenía secuestrado a M. L. Este hizo una declaración -que el Juez competente
51. A este respecto, conviene recordar que se trataba de un procedi- en cuanto al fondo consideró corroborada- según la cual había sido obligado
miento sin jurado, y que un Juez con experiencia estaba encargado de juzgar a confesar ante una grabadora y que después de la llegada de la policía, una
los hechos. Además, la ordenanza somete la acción de sacar conclusiones a vez que le retiraron la venda, vio al demandante en lo alto de la escalera. El
una importante serie de garantías c:oncebidas para respetar los derechos de señor Murray le habría dicho que bajara y se pusiera a ver la televisión. Estaba
la defensa limitando el peso a conceder a dichas conclusiones. sacando una cinta de un casete. La cinta enredada y el magnetófono fueron
En primer lugar, antes de proceder a deducciones en virtud de los ·ar- encontrados allí más tarde. El testimonio del coacusado del interesado afir-
mando que éste acababa de llegar a la casa, considerado como no digno de
tículos 4 y 6 de la ordenanza, hay que advertir debidamente al acusado de
los efectos jurídicos de su eventual silencio. Además, como indica la Senten- fe, fue descartado (apartados 25 y 26 supra).
cia de la Cámara de los Lores en el asunto R. v. Kevin Seari Murray, la acusa- 53. El Juez competente en cuanto al fondo sacó conclusiones formales
ción debe en primer lugar establecer un principio· de prueba (prima Jade case) desfavorables para el demandante en virtud del artículo· 6 de la ordenanza
contra el acusado, es decir, cargos que ·se· basen en prµebas directas que, si al no haber explicado el interesado su presencia en la casa cuando la policíá
las cree y las asocia a las conclusiones que se derivan de ello legítimam~nte, le arrestó y le interrogó: Sacó también conclusiones formales en virtud del
pueden lkvar a un jurado que haya recibido las instrucciones cqnvenientes artículo 4 de la ordenanza de la negativa del señor Murray de declarar en su
a la íntima convicción, más allá .de toda duda razonable, de I~ existencia descargo cuando el Tribunal le invitó a ello (apartado 25 supra).
de cada uno de los elementos constitutivos de una infracciQn (apartado 30
supra). · · · 54. En opinión del Tribunal, teniendo en cuenta la importancia de las
pruebas de cargo contra el demandante ya expuestas, las conclusiones saca-
Hay que analizar en cada caso si los cargos de la acusación son suficiente- das de su negativa, ell' el momento de su arresto, durante el interrogatorio
382 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS V.-DERECHO A UN PROCESO EQUITATIVO (ART. 6) 383

de la policía y en el proceso, a dar una explicación a su presencia en la casa abogado. En esas condiciones, el hecho de que durante las cuarenta y ocho
estaban dictadas por el sentido común y no podrían considerarse inicuas o primeras horas de su detención, el demandante no hubiera podido tener
poco razonables en este caso. Como. señala el delegado de la Comisión, en acceso a un abogado no merma en nada la constatación que antecede, a
un gran número de países en los que los elementos de prueba son apreciados saber, que no era inicuo o poco razonable sacar conclusiones de ese modo
libremente, los tribunales pueden, al hacer esta apreciación, tener en cuenta (apartado 54 supra).
todos los factores pertinentes, incluida la manera de comportarse el acusado ·
La cuestión de la denegación de acceso a un abogado también tiene
o cómo ha conducido su defensa. El Tribunal considera que el hecho de
incidencias en el derecho de la defensa que requieren un examen separado,
sacar conclusiones en virtud de la ordenanza se distingue en que, además de
(apartados 56-59 infra).
la existencia de las garantías precisas mencionadas más aiTiba, se trata; coino
dice la Comisión, de «Un sistema formalizado que tiene por objeto permitir 57. Dado lo anterior y teniendo en cuenta el papel de las conclusiones
que deducciones dictadas por el sentido común jueguen abiertamente un sacadas en virtud de la ordenanza en el momento del proceso, así corp.o sus
papel en la evaluación de los elementos de prueba». consecuencias sobre los derechos de la defensa, el Tribunal no considera
En este contexto, no se puede declarar que haber sacado conclusiones que se haya comprometido el carácter equitativo del procedimiento penal o
razonables del comportamiento del demandante tuvo por efecto desplazar que haya habido incumplimiento del principio de la presunción de inocen-
la carga de la prueba de la acusación a la defensa, contraviniendo el prineipio cia.
de la presunción de inocencia. 58. Por lo tanto, no hubo violación del artículo 6.1y6.2 del Convénio.
55. En opinión del demandante, no fue equitativo sacar conclusiones
B) ACCESO A UN ABOGADO
de su silencio en virtud del artículo 6 de la ordenanza en un momento en el
que no estaba asesorado por un abogado. La cuestión del acceso a un abo- . [ ... ]
gado sería indisociable de la de las conclusiones sacada5 en detrimento de
un inculpado de su silencio antes del proceso en el curso de interrogatorios 62. El Tribunal señala que el Gobierno no rebate que el ar:tículo 6 se
de policía. En ese caso, a causa de la ordenanza, una vez que el acusado aplica incluso en la fase de instrucción preliminar llevada a cabo por la poli-
hubo guardado silencio, cayó en una trampa de la que no podía escapar: si cía. Recuerda a este respecto su constatación en la Sentencia lmbrioscia con~
optaba por declarar o citar a testigos, a causa de su silencio anterior, correría tra Suiza de 24 de noviembre de 1993: el artículo 6, y principalmente su
el riesgo, en virtud del artículo 3, de sacar conclusiones suficientes para de~ apartado 3, puede jugar un papel antes de la incoación ante el Juez compe-
sembocar en un veredicto de culpabilidad; por otro lado, si persistía en su tente en cuanto al fondo si y en la medida en la que su falta de observación
silencio, otras disposiciones de la ordenanza permitirían sacar conclusiones inicial corre el riesgo de comprometer gravemente el carácter equitativo del
en su contra. proceso (serie A núm. 275, pg. 13, ap. 36). Como subrayó eii esa sentencia,
las modalidades de aplicación del artículo 6.3 c) durante la instrucción de-
56. El Tribunal recuerda que debe limitarse a. Jos hechos del caso penden de las particularidades del procedimiento y de las circunstancias del
(apartado 44 supra). La realidad del caso presente es que el demandante caso (loe. cit. pg. 14, ap. 38).
permaneció en silencio desde el pi:incipio dd interrogatorio de la: policí~
hasta el fin de su proceso. No corresponde por.lo tanto al Tribunal especúlar 63. Una legislación nacional puede conceder a la actitud de_ un pre-
sobre si se habría procedido a deducciones en virtud de la ordenanza en sunto responsable en la fase inicial de los interrogatorios de la policía conse-
caso de que el demandante, en un momento u otro después de su piiiner cuencias determinantes para la8 perspectivas de la defensa a lo largo de todo
interrogatorio, hubiera elegido· hablar a la policía, declarar en su proceso o el procedimiento penal posterior. En tal caso, el artículo 6 exige riórmal-
citar a testigos. Tampoco puede entregarse a hacer conjeturas en cuanto a Illente que el interesado pueda beneficiarse de la asistencia de un abogado
la cuestión de si la ciicunstancia de que su abogado aconsejó al demandante desde las primeras fases de los interrogatorios de policía. Ese derecho, que
que guardara silencio se explica por lá posibilidad· de que fueran sacadas el Convenio no enuncia expresamente, puede sin embargo, estar sometido
tales conclusiones. a restricciones por razones válidas. Se trata de saber en cada caso si, a la luz
del conjunto del procedimiento, la restricción privó al acusado de un proceso
Inmediatamente después de su arresto, el señ~r M~ay i-e~ibió lá adv~r­ equitativo. · ·
tencia prevista por la ordenanza, pero optó por guardar sil~ncio. Coino la
Comisión, elTribunal señala que, nada indica qU:e el=interesado rfo hubiera 64. En este caso, el derecho de acceso del demandante a un abogado
comprendido el significado de la advertencia .de la'. policía antes de ver a su durante las cuarenta y ocho primeras horas de la detención preventiva fue
384 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS V.-DERECHO A UN PROCESO EQUITATIVO (ART. 6) 385
limitado en virtud del artículo 15 de la Ley de 1987 sobre el estado de urgen- resultó. La constatación del Tribunal en cuanto a las conclusiones sacadas no
cia en Irlanda del Norte, ya que la policía tenía motivos plausibles para creer cambia en nada (apartados 43-57 supra).
que el ejercicio del derecho de acceso dificultaría de manera importante
69. En sus obsezvaciones escritas al Tribunal, el demandante parece
la recogida de informaciones sobre la comisión de actos de terrorismo, o
quejarse además de que su abogado no hubiera podido asistir a los interroga-
entorpecería su prevención.
torios de la policía. Entrara o no esta cuestión en las quejas admitidas por la
65. Hay que señalar que el demandante no intentó impugnar el ejerci- Comisión, el examen del asunto por ésta se limitaba al problema del acceso
cio de ese poder iniciando un procedimiento de control jurisdiccional a un abogado. Además, el asunto tal y como se planteó ante el Tribunal se
cuando, ante el Tribunal, rebate su regularidad. El Tribunal no percibe sin limitaba esencialmente a esta cuestión. En estas circunstancias y habiendo
embargo ninguna razón para dudar de que se trataba del ejercicio legal del constatado el Tribunal que el interesado hubiera debido tener acceso a un
poder de restringir el acceso. Es ese ciertamente un elemento importante a abogado, no se impone examinar este punto.
tener en cuenta, pero un poder de restricción, incluso ejercido regular- 70. Hubo, por lo tanto, violación del apartado 1 en combinación con
mente, corre el riesgo de privar a un acusado, en ciertas condiciones, de un el apartado 3 c)· del artículo 6 del Convenio en cuanto a la negativa al acceso
procedimiento equitativo. a un abogado durante las cuarenta y ocho primeras horas de la detención
preventiva.
66. El Tribunal considera que, a la vista del sistema previsto por la
ordenanza, es primordial para los derechos de la defensa que un acusado [ ... ]
tenga acceso a un abogado durante la fase inicial de los interrogatorios de POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL,
policía. Señala a este respecto que, según la ordenanza, al comenzar los inte-
rrogatorios de la policía, un acusado se enfrenta a un profundo dilema en l. Declara, por catorce votos contra cinco, que no hubo violación del
lo que respecta a su defensa. Si opta por guardar silencio, las disposiciones artículo 6 apartados 1 y 2 del Convenio en cuanto a las conclusiones deriva-
de la ordenanza autorizan a sacar conclusiones en su contra. Por el contrario, das en contra del demandante a causa de su silencio;
si opta por romperlo en el transcurso de su interrogatorio, se expone a com-
2. Declara, por doce votos contra siete, que hubo violación del apar-
prometer su defensa sin necesariamente levantar el riesgo de que se saquen
conclusiones en su contra. · tado 1 en combinación con el apartado 3 c) del artículo 6 del Convenio por
el hecho de que el demandante no tuvo acceso a un abogado durante las
En esas condiciones, la noción de equidad consagrada por el artículo 6 cuarenta y ocho primeras horas de su detención preventiva;
exige que el acusado tenga el beneficio de la asistencia de un abogado desde [ ... ]
los primeros estadios del interrogatorio de policía. Negar el acceso durante
las cuarenta y ocho primeras horas de éste, cuando los derechos de la defensa Hecha en francés e inglés y pronunciada en audiencia pública en el
pueden muy bien sufrir un daño irreparable, es -sea cual sea la justificación- Palacio de los Derechos Humanos de Estrasburgo el 8 de febrero de 1996.
incompatible con los derechos que el artículo 6 reconoce al acusado. Firmado: Rolv Ryssdal, Presidente; Herbert Petzold, Secretario.

67. El Gobierno indica que para alegar en el terreno del artículo 6 la


denegación de acceso a un· abogado, es preciso que, si el demandante hu"."
hiera podido consultar con su abogado antes, habría seguramente .actuado
de manera diferente. Ahora bien, el interesado no lo habría demostrado:

68. Ciertamente, como señala el Gobierno, cµando el señor. Murray


pudo ser asesorado, su abogado le recomen"dó guardar silencio y, en' el mo-
mento del proceso, el interesado optó por no declarar y no citar a testigos
de descargo. El Tribunal no tiene sin embargo que especular sobre la reac-
ción del demandante o sobre el consejo que le habría dado su abogado en
el caso de que no se le hubiera negado el acceso durante este período inicial.
En estas condiciones, al demandante le afectó directamente, sin duda, la
negativa a este acceso y la injerencia en los derechos de la defensa que de ello
1 ~
·1 NO HAY PENA SIN LEY (ART. 7)

i
.1
-~

·t
i - Kokkinakis c. Grecia, de 25 de mayo de HJ93 (remisión al documento
l número 25)

16. Asunto Canúmi c. Francia, de 15 de noviembre de 1996.


En el asunto Cantoni contra Francia,
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, constituido conforme al
artículo 51 del Reglamento A del Tribunal, en una Gran Sala compuesta
por los siguientes Jueces señores R. Ryssdal, Presidente, R. Bemhardt, Thór
Vtlhjálmsson, F. Golcüklü, L. E. Pettiti, S. K. Martens, I. Foighel,J. M. Moreni-
lla, Sir John Freeland, señores A. B. Baka, M. A. Lopes Rocha, L. Wildhaber,
G. Mifsud Bonnici, J. Makarczyk, D. Gotchew, P. Jambrek, K. Jungwiert, P.
Kuris y E. Levits, así como por el señor, H. Petzold Secretario y el señor P. J.
Mahoney, Secretario adjunto,
Tras haber deliberado en privado los días 28 de marzo, 28 de agosto y
22 de octubre de 1996,
Dicta la siguiente

SENTENCIA

[ ... ]

ANTECEDENTES DE HECHO

l. LaS circunstancias del caso

7. Ciudadano francés nacido en 1947, el señor Michel Cantoni dirigía


en Sens (Yonne) un supermercado de la cadena Euromarché.

A) EL PROCEDIMIENTO ANTE EL TRIBUNAL CORRECCIONAL DE SENS


f •• ~

8. Como otros gerentes de grandes superficies de la región, a iniciativa


de la Asociación Sindical de Farmacéuticos de Yonne y de varios fannacéuti-
cos, fue objeto en 1988 de diligencias por el ejercicio' ilegal del servicio de
farmacia: había vendido en su establecimiento eosina acuosa al 1 %, alcohol
al 70% modificado, agua oxigenada a 1o volúmenes, vitamina c (en compri-
388 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS VI.-NO HAY PENA SIN LEY (ART. 7) 389

midos de 500 mg y en sobres de polvo de 1000 mg), inhalaciones de esencias Valor energético 398 Kcal/1667 KJ
vegetales, inhaladores de bolsillo, aerosoles antibacterianos y oligoelementos.
Según los casos, aparece además en el análisis: cobre, zinc o calcio.
En su defensa, el demandante y sus coacusados mantenían que los pro-
En el frasco de cápsulas_ de zinc, se puede leer: Zinc 3000
ductos incriminados no eran medicamentos en el sentido del artículo L. 5ll
del Código de Salud Pública (apartado 18 infra) y, por lo tanto, no entraban En el frasco de cápsulas de cobre se puede leer: Cobre 4 -
dentro del ámbito del monopolio de los farmacéuticos.
En el frasco de cápsulas de Calcio se puede leer: Calcio 50
9. El 30 de septiembre de 1988, el Tribunal correccional de Sens consi-
deró al interesado culpable de los-hechos que se le reprochaban y le condenó Además, se indica con precisión el supuesto papel d<; cada uno de estos
elementos en el organismo: - · ·
a 10.000 francos de multa así como a abonar 1 franco de daños y perjuicios
a cada una de las partes civiles. Habiendo examinado uno a uno los produc- el zinc participa en las funciones de reproducé:ión y en el desarrollo
tos en cuestión, consideró que se trataba de medicamentos tanto por su fun- sexual; "permite al organismo luchar más eficazmente contra las enfermeda-
ción, como por su presentación (apartado 19 infra). des infecciosas". -
B) PROCEDIMIENTO ANTE EL TRIBUNAL DE APEIACIÓN DE p ARÍS el cobre "activa nuestros sistemas de defensa contra la infección. -Parti-
cipa en la lucha contra la.S inflamaciones'~.
10. El 18 de mayo de 1989, el Tribunal de Apelación de París confirmó
la sentencia por los motivos siguientes: el calcio "capital en la osificación. Acrua también sobre el sistefi'.ia ner-
vioso sanguíneo". - -
«Considerando que procede examinar cada uno de los productos comer-
cializados enumerados para determinar si se trata o no de medicamentos: Sigue una posología variable según se trate de zinc, cobre o calcio, bajo
la indicación: "Consejos de utilización".
[ ... ]
Al final de la parte posterior del cartón de presentación, se indica: "La-
1) BIO-OLlGO con oligoelementos boratorios [C] PARIS", precisándose antes que estos laboratorios están "ase-
El embalaje de cartón de los frascos que contienen 36 cápsulas lleva sorados por el Doctor P.W" (sic), oligoterapeuta.
en la parte inferior la indicación "Levadura enriquecida en oligoelementos" Así, estas composiciones en las que se han mezclado un cierto número
"complemento alimentario". de sustancias se presentan como poseedoras de propiedades preventiVa.S o
En la parte posterior figura la mención: curativas con respecto a enfermedades humanas.

- Introducción: Constituyen medicamentos en el sentido de la legislación anteriormente


indicada.
Investigaciones recientes demuestran que la tierra se empobrece en oli-
goelementos mientras que nuestro organismo reclama más que ayer estas 2) ALCOHOL AL 70% MODIFICADO 120 mi, se presenta en un
"nuevas vitaminas" del siglo veinte. frasco de este contenido dotado de una etiqueta que incluye estas indicacio-
nes seguidas, en fondo azul y verde abajo a la izquierda de cuatro pequeños
El laboratorio [C] propone una gama de productos especialmente _enri- cuadrados blancos dispuestos en forma de cruz que evocan irresistiblemente
quecidos en oligoelementos para completar estas carencias alimenticias. el emblema de la farmacia con, a la derecha, en grandes letras blancas sobre
El análisis en g por 100 g indica: el mismo fondo azul y verde, el nombre "Laboratorios [V] PARIS" y la direc-
ción en letras más pequeñas de dicho laboratorio.
Proteínas 50
Hay que añadir que el producto vendido tiene igualmente un fuerte
Lípidos 6 olor a alcanfor. -
Glúcidos 36 Así, por el frasco y la presencia de ·esta cruz unida al nombre de los
"Laboratorios [V]'', la presentación de esta composición sugiere que se trata
Vitaminas Bl 30
del producto .farmacéutico bien conocido bajo ese nombre empleado como
Vitaminas B6 4 antiséptico y principalmente en cirugía. Se trata por lo tanto también de un
390 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS Vl.-NO HAY PENA SIN LEY (ART. 7) 391

medicamento debido a su presentación y no de un simple producto de hi- Considerando que en la ocurrencia de estos motivos; ·el Tribunal de
giene o de belleza, Apelación justificó legalmente su resolución, sin incurrir en las quejas alega-
das; que [... ] las disposiciones del artículo L. 511 del Código de salud pública
3) EL FRASCO DE AGUA OXIGENADA A 10 VOLÚMENES de 120 [ ... ] no son contrarias al principio de la legalidad de los delitos y de las penas
ml lleva las menciones "no ingerir" y "eri caso de contacto cori los ojos enjua- y no son incompatibles con los textos contemplados en el motivo [ ... ] ».
g~ inmediatamente"; lleva sobre fondo azul claro y azul un poco más oscuro_
la misma cruz blanca y las mismas indicaciones "Laboratorios [V] PARIS" [ ... ]
que el alcohol anteriormente citado.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
Por las misrrias razones, evoca el medicamento conoddo bajo esta apela-
ción. Se trata también de un medicamento por su presentación, que le distin-
gue de un simple producto de higiene. o de belleza. l. Sobre la violación del artículo 7 del Convenio
[ ... ]
4) "LA VITAMINA (500)" se presenta en embalaje de cartón de 24
comprimidos masticables que lleva -sobre fondo amarillo y naranja la cruz 29. Como ya ha indicado el Tribunal, el artículo 7 consagra primordial-
blanca ya descrita y el nombre "Laboratorios· [V], PARIS"- una posología qu~ mente el principio de legalidad de los delitos y de las penas (nullum crimen,
precisa que hay que evitar tomar Ja vitamina c al final del día :-la. compo~1- nulla poena sine /,ege) y el que ordena no interpretar la Ley penal de manera
ción por comprimido- esto es: ácido ascórbico recubierto ascorba~o de sod10 extensiva en detrimento del acusado, principalmente por analogía. De ello
(con indicación de las cantidades) y el excipiente formado por vanos produc- resulta que una infracción debe estar claramente definida por la Ley. Esta
tos. condición se cumple cuando el justiciable puede saber, a partir de la redac-
ción de la disposición pertinente y, si es necesario, con ayuda de su interpre-
Considerando que también en este caso se trata de un medicamento,
tación por parte de los tribunales, qué actos y omisiones le hacen responsable
por lo menos por su presentación, no permitiendo nada ?iferenciai;lo d~ ;in penalmente. ·
verdadero producto farmacéutico que ofrece las garantias de dosificac1on,
de control, de fabricación exigidas, sabiendo que importa poco que la su- La noción de «Derecho» ( law) · utilizada en el artículo 7 corresponde a
puesta acción del medicamento sea real o que, por el contrario, el uso inmo- la de «Ley» que figura en otros artículos del Convenio; engloba el Derecho
derado de vitamina c suponga contraindicaciones conocidas». de origen tanto legislativo como jurisprudencia! e implica condiciones cuali-
tativas, entre otras las de accesibilidad y previsibilidad (véase, en último lugar
C) Ei. PROCEDIMIENTO ANTE EL TRIBUNAL DE CAsAc1óN las Sentencias S. W. y C. R. contra el Reino Unido de 22 de noviembre de
1995 serie A núms. 335-B y 335-C, pgs. 41-42, ap. 35 y pgs. 68-69, ap. 33
11. El señor Cantoni recurrió ante el Tribunal de Casación, denun-
respectivamente). En este caso, únicamente esta última plantea problemas.
ciando principalmente la violación de los artículos 7.1 del Convenio así ~orno
los L. 511, L. 512 y L. 517 del Código de salud pública (apartado 18 infra). 30. La circunstancia, recordada por el Gobierno, de que el artículo L.
Mantenía que, aplicada principalmente al ámbito de la parafarmacia, la no- 511 del Código de salud pública se inspira casi literalmente en la directriz
ción de medicamento tal y como se desprendía de los textos en los que se comunitaria 65/65 (apartado 12 supra), no lo sustrae al imperio del artículo
basó su condena, no presentaba una claridad que permitiera identificar ~on 7 del Convenio. ·
precisión los actos capaces de hacerle responsable desde el punto de vista
31. El Tribunal ya ha constatado que como consecuencia del principio
penal.
de generalidad de las Leyes, la redacción de éstas no puede presentar una
El 29 de mayo de 1990, la Sala de lo criminal del Alto Tribunal inadm'itió precisión absoluta. Una de las técnicas tipo de reglamentación consiste en
el recurso con estos términos: recurrir a.categorías generales más que a listas exhaustivas. Así, numerosas
Leyes se sirven por la fuerza de las cosas de fórmulas más o menos imprecisas,
«Considerando que [ ... ] el Tribunal de segundo grado enuncia, refirién- para evitar una rigidez excesiva y poder adaptarse a los cambios de situación.
dose a las menciones que llevan los embalajes de cartón y los frascos que La interpretación y la aplicación de tales textos dependen de la práctica
contienen los prodúctos anteriormente citados, que éstos se presentan como (véase, entre otras, Sentencia Kokkinakis contra Grecia de 25 de mayo de
poseyendo propiedades curativas y preventivas ~on respecto a enfe~edades 1993, serie A núm. 260-A, pg. 19, ap. 40).
humanas y que constituyen por lo tanto medicamentos en el sentido del
.artículo L. 511 del Código de salud pública; 32. Como muchas definiciones legales, la de «medicamento» conte-
392 lAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS VI.-NO HAY PENA SIN LEY (ART. 7) 393
nida en el artículo L. 511 del Código de salud pública es más bien general mento (apartado 21 supra). Así, con anterioridad a los hechos del caso, el
(apartado 18 supra). La utilización de la técnica legislativa del~. ~ategorí~ Alto Tribunal había adoptado una posición clara con respecto a este tema,
deja a menudo zonas de sombra en las fronteras de la defimc10n. Por s1 que iba a hacerse más firme con el transcurso del tiempo.
mismas, esas dudas a propósito de casos límite no bastan para hacer una
disposición incompatible con el artí~ulo 7, siempre que és~- se revele. s~­ 35. El Tribunal recuerda que el alcance de la noción de previsibilidad
cientemente clara en la gran mayona de los casos. La func1on de declSl'?n · depende en gran medida del contenido del texto concernido, del ámbito
confiada a los tribunales sirve precisamente para disipar las dudas que pudie- que cubre, así como del número y la naturaleza de sus. destinatarios (véase
ran subsistir en cuanto a la interpretación de las normas, teniendo en cuenta Sentencia Groppera Radio AG y otros contra Suiza de 28 de marzo de 1990,
serie A núm. 173, pg. 26, ap. 68). La previsibilidad de la Ley no se opone a
las evoluciones de la práctica cotidiana.
que la persona implicada tenga que recurrir a asesores para evaluar, hasta
El Tribunal debe así examinar si, en este caso, el texto de la disposición un grado razonable en las circunstancias del caso, las consecuencias que pu-
legal, leído a la luz de la jurisprudencia interpretativa que le acompañá, cum- dieran resultar de un acto determinado (véase, entre otras, Sentencia Tolstoy
plía esta condición en la época de los hechos. Miloslavsky contra el Reino Unido de 13 de julio de 1995, serie A núm. 316-
B, pg. 71, ap. 37).
33. En opinión del demandante, las autoridades tenían otras solucio-
nes ante ellas, como. el recurso a listas exhaustivas de medicamentos. Sin Esto ocurre especialmente con los profesionales, habituados a dar
embargo, no es competencia del Tribunal pronunciarse sobre la oportunidad prueba de una elevada prudencia en el ejercicio de·su trabajo. Así, se puede
de las técnicas elegidas por el legislador de un Estado Contratante,· su ·papel esperar de ellos que pongan un cuidado especial al evaluar los riesgos en
se limita a verificar su conformidad con el Convenio. juego.
34. El Tribunal no considera tampoco convincer:ite el argumento deri- Con ayuda de asesores adecuados, el señor Cantoni, además gerente de
vado de las resoluciones jurisdiccionales de mstancia citadas por el deman- un supermercado, debía saber, en la época de los hechos, teniendo en cuenta
dante y relativas al tipo de producto «límite» por cuya venta se vio conde- la tendencia que se desprendía de la jurisprudencia del Tribunal de Casación
nado. Ciertamente, la jurisprudencia de los Jueces competentes en cuanto al y de una parte de los tribunales de instancia, que corría un peligro efectivo
fondo deja aparecer divergencias (apartado 20 supra). En opinión del Go- de verse perseguido por el ejercicio ilegal del servicio de farmacia.
bierno, dichas divergencias son esencialmente el resultado de que las compa-
raciones de jurisprudencia no tienen en cuenta casos· de diligencias que se 36. Por lo tanto, no ha habido incumplimiento del artículo 7 del Con-
referían a dosis diferentes de los productos en cuestión. : venio.

El Tribunal señala en primer fügar, que el demandante no indica si las POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL, POR UNANIMIDAD,
resoluciones citadas consideran dichos productos como medicamentos por Declara que no hubo violación del artículo 7 del Convenio.
función o como medicamentos por presentación y, en este último caso, si se
trata en cada caso de la misma presentación. Hecha en francés e inglés y pronunciada en audiencia pública en el
Palacio de los Derechos Humanos de Estrasburgo el 15 de noviembre de
A~nque las resoluciones trataran de casos idénticos, las cuestiones plán- 1996. Rolv Ryssdal, Presidente; Herbert Petzol, Secretario.
teadas a los tribunales de instancia conciernen sobre todo a los hechos. Para
la primera categoría de resoluciones, las que se refieren a medicamentos por
función, es importante saber, esencialmente, cuál es el estado actual de los
conocimientos científicos. Para la segunda categoría de resoluciones, las qúe
se refieren a los medicamentos por presentación, conviene. saber cuál es la
impresión del consumidor medianamente informado.
Además, el Tribunal señala un punto determinante: desde 1957 por lo
menos, y hasta nuestros días, el Tribunal de Casación siempre, o ha confir-
mado las resoluciones de los Jueces competente.s en cuanto al fondo que
calificaban como medicamento un producto llamado de parafarmacia, o ha
censurado las resoluciones que negaban dicha apelación; nunca ha aprobado
a un Tribunal inferior haber negado a tal producto la calificación de medica-
17. Asunto Baskaya y Ok~oglu c. ·Turquía, de 8 de julio de 1999
En el asunto Baskaya y. Ok~uoglu contra Turquía,
--"·
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, constituido, conforme al
~
artículo 27 del Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y de
·_: .. las Libertades Fundamentales («el Convenio»), modificado por el Protocolo
núm. 11, y a los artículos aplicables de su Reglamento, en una Gran Sala
compuesta por los siguientes Jueces señores L. Wtldhaber, Presidente, señora
E. Palm, señores A. Pastor Ridruejo, G. Bonello, J. Makarczyk, P. Kuris, J.-P.
Costa, señoras F. Tulkens, V: Stráinická, señores M. Fischbach, V. Butkevych,
J. Casadevall, señora H. S. Greve, señores A. Baka, R. Maruste, K Traja, F.
GOlcüklü,Juez ad hoc, así como por el señor P.J. Mahoney yla señora M. De
Boer-Buquicchio, Secretarios adjuntos, •·
Después de haber deliberado en privado los días 11 de marzo y 16 de
junio de 1999, ·
Dicta la siguiente

SENTENCIA
[ ... ]
HECHOS

l. Las circunstancias del caso


A) Los DEMANDANTES
Los demandantes, los señores Fikrete Baskaya y Mehemet Selim Ok~uo­
glu, son ciudadanos turcos. El primero, nació en 1940 y reside en Ankara, es
profesor de economía y periodista. El segundo, nació en 1964 y vive en Es-
tambul, es propietario de una editorial, Doz Basin Yayin Ltd. Sti.
B) LA PUB~CACIÓN LrTIGIOSA
10. En abril de 1991, Doz Basin Yayin Ltd. Sti publicó un libro escrito
por el primer 'demandante titulado «Batililasma, Cagdaslasma, Kalkinma-Pa-
radigmann Iflasi/Resmi Ideolojinin Elestirisine Giris» ( «Üccidentalización,
modernización, desarrollo-Hundimiento de un paradigma/una introducción
a la crítica de la ideología oficial»). ·
Este ensayo universitario de 219 páginas, que incluye 370 referencias y
explica· entre otras la evolución socioeconómica de Turquía desde los años
20, analiza y critica la «ideología oficial» del Estado. De acuerdo con el ín-
396 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS VI.-NO HAY PENA SIN LEY (ART. 7) 397

dice, el autor trata los siguientes temas: inteligencia e ideología oficial; carac- universidad, que perciben salarios elevados, que escalan los peldaños de la
terísticas del conflicto nacional; cuestión del carácter nacional de la lucha carrera política (... ) (página 52).
nacional; el Komintem y la cuestión de saber si la lucha nacional es antiimpe-
( ... )
rialista; Mustafa Kemal y el papel del individuo en la historia; las característi-
cas del régimen kemalista: una original forma de bonapartismo; fuerzas de Se pensaba que el colonialismo finalizaría con la abolición.del .cont:I_:~l
producción y política económica; régimen bonapartista: y acumulación de directo político-militar-policial sobre las colonias. Hoy, sin embargo, los re-
capital; una dictadura sin clases, sin privilegios y populista; ~voluc~ón de la cursos [naturales] del tercer mundo se transfieren a los países imperialistas
dimensión socioeconómica en la época neocolonialista; los años 80: fortaleci- en cantidades bastante más importantes que en el período colonial. Es por
miento del proceso de satelización; hundimiento· del paradigma y de la cien- esto que las relaciones entre el Estado turco y el Kurdistán no dependen del
cia económica; medios para legitimizar las tendencias existentes. imperialismo devorador. Podemos hablar de una situación que representa
11. El capítulo.incriminatorio contenía los siguientes pasajes:· directamente una opresión política, militar, cultural e ideológica. Nos encon-
tramos, por tanto, en presencia de un status de colonia directa». (página 59).
«El problema kt.Irdo juega un papel significativo en el análisis de la evo-
lución de Milli Mücadele (guerra de la independencia nacional turca [1919- 12. Parece que la publicación del libro el 3 de mayo de 1991 llegó al
1922]) y de la formación de la sociedad turca. El problema kun;lo y el pro- conocimiento de las autoridades en el acto.
ceso de colonización del Kurdistán son realmente importantes y por ello
C) LA PRIMERA FASE DEL PROCESO CONTAA LOS DEMANDANTIS
serán objeto de otra obra. Además, este problema no afecta únicam.ente a
Turquía. La formación de políticas interiores de cuatro Estados <l;e la región 13. El 2 de agosto de 1991, el Fiscal ante el Tribunal de seguridad del
(Turquía, Irán, Irak y Siria) (tipo de régimen político) así como el carácter Estado de Estambul, acusó a los demandantes,· Visto el contenido del libro
"único" de las relaciones entre estos cuatro Estados vecinos complican la en litigio. El primer demandante fue acusado, en calidad de autor, conforme
situación. al artículo 8.1 de la Ley de 1991 relativa a la lucha contra el terrorismo («la
Ley de 1991»), por haber difundido propaganda contra la indivisibilidad del
Tenemos dos razones para abordar el problema, aunque sólo sea parcial-
Estado. En calidad de propietario de la editorial, el segundo fue acusado del
mente, en el marco de la presente obra. Queremos señalar el carácter "irra-
mismo cargo en virtud del artículo 8.2 de dicha Ley. El Fiscal citó, en el acta
cional" de la ideología oficial y de la verdadera naturaleza de Milli Mücadele.
de acusación, extractos del libro, reproducidos e~ el apartado 11.
En otros términos [deseamos], debatir el hecho de si io que se ha presentado
como "Kurtulus Savasi" [una guerra de independencia] es en realidad un 14. En el transcurso del proceso ante el Tribunal de seguridad del
"movimiento de independencia" o no. Sin ninguna duda, la ubicación del Estado, los demandantes negaron las acusaciones y solicitaron la absolu<:ión.
Kurdistán (si hacemos caso omiso a la pequeña zona comprendida en la
Unión Soviética) en las fronteras de los diferentes Estados permite a los im- El primer demandante señaló que su libro era un trabajo universitario
perialistas "controlar"_ fácilmente estos cuatro Estados. A pesar de que el pro- que no ·podía considerarse propaganda. En calidad de profesor, debía reali-
blema kurdo reviste una gran importancia.para preservar el status quo impe- zar investigaciones y publicar sus conclusiones y no podía ser obligado a
rialista en la región, no analizaremos este aspecto del problema (página 51). aceptar la «versión· oficial de la realidad». Su obra podía ser juzgada por
universitarios pero no por los Tribunales. En su opinión, nadie puede ser
( ... ) juzgado y condenado por haber expresado su opinión. . .
En cambio, la política racista de negación a los kurdos seguida tras la El segundo demandante sostiene que no se podía dar una apreciación
fundación de la República (1923) ha jugado igualm~nte un papel imp9rtante global del libro basándose únicamente en extractos de un solo capítulo.
en el desarrollo del movimiento fascista en Turquía. Contradicforiamente, Alegó que el artículo 8 de la Ley de 1991 era contrario a la Constitución
aunque "lá hipótesis de no existencia" de la. nación kurda éomtituye -un as- turca y a las obligaciones internacionales de Turquía. Afirmó que existía un
pecto importante de ideología oficial, se trata, al' IQisino tiempo, de su esla- «problema kurdo» en Turquía y que el hecho de formular comentarios o
bón más débil. No es posible "eliminar por el espíritu" una nación que existe, ideas sobre este problema no era constitutivo de un delito.
ya que la realidad objetiva continúa existiendo a pesar de la necedad y sospe-
chas infundadas de la población. Naturalmente, esto no quiere decir que 15. En sus conclusiones del 18 de marzo de 1992, el Fiscal solicitó la
estas necedades y sospechas infundadas no tengan efecto. Nunca faltan indi- condena del primer demandante en virtud del artículo 8.1 de la Ley de 1991
viduos· que se benefician, que obtienen puestos ·eh la Admfu.istración, en la y la del segundo demandante en virtud del párrafo 2 del mismo artículo, así
398 lAS SENfENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS VI.-NO HAY PENA SIN LEY (ART. 7) 399

como el secuestro de todos los ejemplares del libro. El Fiscal consideró que análisis de la evolución de Milli Mücadele (guerra de la independencia nado,
el delito fue cometido el 3 de mayo de 1991. nal turca [1919-1922]) y de la formación de la sociedad turca. El problema
kurdo y el proceso de colonización del Kurdistán son realmente importantes
16. El 14 de octubre de 1992, el Tribunal absolvió a los demandantes y por ello serán objeto de otra obra. Además, este problema no afecta única-
ya que al considerarlo globalmente, el libro era un trabajo universitario que mente a Turquía. La formación de políticas interiores de cuatro Estados de
no incluía ningún elemento de propaganda. · · . ~· la región (Turquía, Irán, Irak y Siria) (:.;) debatir el hecho de si lo que: se
17. El Fiscal apeló. En su opinión, el libro expone que cierta parte del ha presentado como 'Kurtulus Savasi' [una guerra de independencia] és en
territorio turco había pertenecido al «Kurdistán», que los turcos habían ane- realidad un 'movimiento de independencia' o no. Sin ninguna duda, la ubi-
xionado y colonizado. Concluyendo que el libro difundía, por tanto, propa- cación del Kurdistán (si hacemos caso omiso a la pequeña zona comprendida
ganda contra la indivisibilidad del Estado, solicitó la anulación del veredicto. en la Unión Soviética) en las fronteras de los diferentes Estados permite a
los imperialistas 'controlar' fácilmente estos cuatro Estados".
18. El 4 de febrero de 1993, el Tribru:i~ é:Íe casación anllló la decisión
del Tribunal de primera instancia y- envió el asuntó para ser juzgado de página 52: "la política racista de negación a los kurdos seguida. tras la
nuevo, basándose en los siguientes motivos: fundación de la República (1923) ha jugado igualmente un papeliinportante
en el desarrollo del movimiento fascista en Turquía( ... ). No es posible 'elimi-
«Algunos pasajes que se encuentran en las páginas de la 51 a la 69 del nar por el espíritu' una nación que existe (... )".
libro (... ) indican que una zona del territorio situado en el interior de las
fronteras de la República turca es una parte del Kurdistán que pertenece a y página 59: "las relaciones entre el Estado turco y el Kurdistán no de-
la nación kurda, y que este territorio fue anexionado por los turcos y posee penden del imperialismo devorador. Podemos hablar de una situación que
un status de colonia, El T_ribunal de seguridad del Estado de Estambul no representa directamente una opresión política, militar, cultural e ideológica.
consideró que esta declaración excedía, en calidad de tal, los límites de Ja Nos encontramos, por tanto, en presencia de un status de colonia directa".
crítica y constitµía propaganda dirigida a atentar contra la integridad indivisi- Denominan Kurdistán a cierta parte de la República turca, declaran que
ble del Estado turco, es decir, de su territorio y de su nación, y declaró a lo~ la República turca gobierna esta región como una colonia y. pretenden así
[dos] acusados "no culpables". difundir propaganda destinada a destrozar la integridad indivisible de la Re-
pública turca, es decir, su territorio y su nación. Por tanto, la siguiente con-
Esta sentencia (... ) es contraria a la ley. En consecuencia, el Triburtai
acepta el recurso preséntado por al Fiscal y decide, por unanimidad, anular dena será pronunciada en virtud de las disposiciones de la Ley núm. 3713
que se aplica a las actuaciones de los acusados».
dicha sentencia (... )».
20. Los demandantes apelaron al Tribunal de casación, que celebró una
D) • LA SEGUNDA FASE DEL PROCESO CONfRA LOS DEMANDANTES vista. Tomando de nuevo su línea de defensa ante el Tribiinal de seguridad del
. 19. Por una Sentencia de 5 de agosto de 1993, el Tribunal de segliridad Estado, los interesados señalaron que este último no había considerado el libro
del Estado de Estambul declaró a los demaridantes culpables de los delitos de forma global sino que cometió el error de basar su decisión en uno sólo de
de los que habían sido acusados. Condenó al primer demandante a de>s años los capítulos. El primer demandante afirmó que no podía ser juzgado y conde-
de prisión y a una multa de 50-milfones de libras turcas ( «TRL»), al ·segun49 nado en virtud del artículo 8 de la Ley de 1991 ya que era contrario a la Consti-
a seis meses de prisión y a una inulta de 50 millones de TRL. Teniendo en tución turca y al Convenio. Se remitió a sus argumentos precedentes relativos
cuenta la buena conducta de los interesados durante el proceso, redujo la a la falta de claridad de las cláusul~ aplicables de la Ley de 1991. El segundo
pena del primero a un año y ocho meses de prisión y a una multa de demandante afirmó que su condena a una pena de prisión era ilegal en la me.:.
41.666.666 TRL y la del segundo a: cinco meses de prisión y a una mul.ta de dida en que el artículo 8.2 prevé únicamente una multa. . ·
41.666.666 TRL. Sin embargo, no ordenó el secuestro de la obra que el Fiscal 21. En su Sentencia de 16 de diciembre de 1993, pronunciada el 22
había solicitado. de diciembre de 1993, el Tribunal de casación confirmó las conclusiones del
El Tribunal declaró apoyándose en su veredicto: Tribunal de seguridad del Estado y rechazó a los interesados.

«Tras el examen de la obra constitutiva del delito, el Tribunal considera E) CONSECUENCIAS DE LOS HECHOS
que los pasajes (que figuran). en: - : ,-_. 22. El primer demandante fue suspendido desde el 18 de marzo de
páginas 51 y 59: "El problema kurdo juega un papel significativo e~ el 1994 de sus funciones de profesor asistente en la Universidad de Ankara, en
400 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS VI.-NO HAY PENA SIN LEY (ART. 7) · 401
virtud del artículo 98.2 de la Ley núm. 367 sobre los funcionarios. La orden luciones 1996-V, pg. 1627, ap. 29, y S.-W. y C.-R contra Reino Unido de 22
hacía referencia a su condena a una pena de 20 meses de prisión según la de noviembre de 1995, serie A núms. 335-B y 335-C, pgs. 41-42, ap. 35, y pgs.
Ley de 1991. 68-69, ap. 33 respectivamente).
23. El 3 de octubre de.1997, el Tribunal de segundad del Estado or- [ ... ]
denó .el secuestro de la sextá edición de la obr~ en litigio tal como lo había
solicitado el Ministerio Fiscal. · · 39. El Tribunal reconoce que, en la actualidad, puede resllitar dificil
elaborar leyes con una precisión· absoluta y que a los tribunales nacionales
24. . Los demandantes cumplieron su pena de pns1on y pagaron su se les puede exigir una cierta flexibilidad para determinar si una publicación
multa. Tras las modificaciones que la Ley núm. 4126 de 27 de octubre de debe considerarse propaganda separatista contra la indivisibilidad del Estado.
1995 introdujo en la Ley de 1991, el Tribunal de seguridad del ·Estado de
Estambul examinó de nuevo la causa del segundo demandante. El 19 de abril . Por muy clara que -esté redactada una disposición jurídica, hay inevita..:
de 1996, estimó que dichas modificaciones no se podían aplicar ya que el blemente una parte de interpretación de los tribunales. Siempre será necesa-
interesado había cumplido ya su pena. · rio dilucidar los puntos oscuros y adaptar el texto, en función de la evolución
de las circunstancias. ·
[ ... ]
Contrariarñ.ente a lo que los demandantes dan a entender, el artículo 8
FUNDAMENTOS DE DERECHO no otorga a los Tribunales de seguridad del Estado un amplio margen de
apreciación tratándose de la interpretación del alcance del delito. El primer
[ ... ] párrafo de este artículo define el delito mientras que el segundo, que esta-
blece las sanciones, contiene indicaciones en cuanto al tipo de publicaciones
11. Sobre la violación del artículo 7 del convenio constitutivas del delito y a las personas susceptibles de ser consideradas res-
ponsables. Contrariamente a la Comisión, el Tribunal considera que no
· 34. Los señores Baskaya y Ok~uoglu se quejan de que su condena en
existe apenas duda de que los libros pertenecían a la categoría de publicacio-
virtud respectivamente de los apartados 1 y 2 del artículo 8 de la Ley de 19~1
nes citadas por este artículo que, en la época de los hechos, mencionaba
relativa a la lucha contra d terrorismo («la Ley de 1991») ha supuesto 'la
violación del artículo 7 del Convenio: · · · explícitamente la «impresión que no tiene la condición de periódico».
;,

[ ... ] Igualmente, hay que señalar que las interpretaciones y las aplicaciones
del artículo 8 que emanan del Tribunal de seguridad del Estado eran suscep-
35. El Gobierno discute estas alegaciones. Por. su parte, la Comisión tibles de recurso ante el Tribunal de casación. De hecho, es la interpretación
estima que no ha habido violación del artículo 7 por lo que respecta al pri- efectuada por este último en la primera fase del proceso, tras la absolución
mer demandante, pero que sí la ha habido en el caso del segundo. dictada por el Tribunal de seguridad del Estado, la que dio lugar a la con-
dena de los demandantes en la segunda fase.
36. El Tribunal recuerda que, de acuerdo con su jurisprudenciá, el
artículo 7 consagra especialmen~e el principio de la legalidad de losgelitos 40. En opinión del Tribunal, la interpretación del derecho' aplicable
y de las penas (nullum crimen, nulla poená sinelege) y el que ordena no aplicar que llevó a cabo el Tribunal de seguridad del Estado para condenar a los
la ley penal de manera amplia en detrimento del acusado, por ejemplo, por demandantes en la segunda fase del proceso, confirmada por el Tribunal
analogía. De lo que se deduce que la ley debe definir claramente las infrac- de casación, no se aleja de lo que se podía razonablemente prever en las
ciones y las sanciones que reprimen. Esta condición se Cl}mple cuando el circunstancias del caso. El Tribunal considera que la condena de los deman-
justiciable puede saber, a partir del texto de la disposición apfü:able y, si es dantes en virtud del artículo 8 de la Ley de 1991 no vulneró el principio
preciso, con la ayuda de su interpretación por los Tribunales, qué actos y nullum crimen sine kge consagrado por el artículo 7 del Convenio.
omisiones conllevan su responsabilidad penal. ·
41. En cuanto a la elección de las penas, el Tribuna! señala que al primer
La noción de «derecho» utilizada en el artículo '?corresponde a 'la de demandante, condenado en virtud del artículo 8.1, se le impuso la pena más
«ley» que figura en otros artículos del Convenio; engloba el derecho de ori- leve del artículo, lo cual no parece que vulnere el artículo 7 del Convenio.
gen tanto legislativo como jurisprudencia! e implica condiciones cua.Iitativas,
entre otras las de accesibilidad y de previsibilidad (ver Sentencias Cantoni 42. En cambio, el segundo demandante se queja de haber sido conde-
contra Francia de 15 de noviembre de 1996, Repertorio de sentencias y reso- nado a una pena de prisión en virtud de una disposición del artículo 8.2 que
402 I.AS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS

se aplica expresamente a los redactores jefe, siendo los editores únicamente


merecedores de una multa. A este respecto, el Gobierno señala que la aplica-
ción del artículo 8.2 a los editores se traduce normalmente en una pena más
leve que la del artículo 8.1. Si así fuera, parece más bien que el artículo 8.2 18. Asunto Welch c. Rcino Unido, de 9 de febrero de 1995
es una l,ex spedalis válida para los redactores jefe y editores y que la condena
del editor demandante se basaba, en consecuencia, en una interpretación _ En el asunto Welch contra Reino Unido;
excesiva, por analogía, de la regla enunciada en el mismo párrafo aplicable El Tribunal Europeo de Derechos Humanos constituido, confo~e al
a la sanción de los redactores jefe. artículo 43 del Convenio para la Protección de los Der:echos Humanos y de
En estas condiciones, el Tribunal considera que la condena del segundo las Libertades Fundamentales («el Convenio») y a los artículos aplicables de
demandante a una pena de prisión era incompatible con el principio nuUa su Reglamento A, en una .Sala compuesta por los siguientes Jueces señores
poena sine kge consagrado en el artículo 7. · R. Ryssdal, Presidente, F. Matscher, R. Macdonald, J, De Meyer, R. Pekkanen,
Sir John Freeland, L. Wildhaber, K Jungwiert, así como por el señor H.
43. En resumen, el Tribunal considera que la condena del primer de- Petzold, Secretario, . ·
mandante y la pena que, en consecuencia, le fue impuesta no supusieron ·la
violación del artículo 7 del Convenio. Tras haber deliberado en privado los días 26 de octubre de 1994 y 25
de enero de 1995 .
Respecto al segundo demandante, el Tribunal declara que el veredicto
de culpabilidad dictado en su contra no supuso la violación del artículo 7. Dicta la siguiente
En cambio, considera que su condena a una pena de prisión vulneró .SENTENCIA
esta disposición. ·
POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL ...
[ ]
HECHOS
[ ... ]
2. Declara, por unanimidad, que no ha habido violación del artículo 7
l. Las circunstancias del caso
del Convenio en el caso del primer demandante;
3. Declara, por unanimidad, que ha habido violación del artículo 7 del 7. El señor Welch, sospechoso de un delito contra la salud pública, fue
. Convenio en el caso del segundo demandante; arrestado el 3 de noviembre de 1986. El 4, fue acusado de delitos relativos a
la importación de grandes cantidades de cannabis. Con anterioridad a fe-
[ ... ] brero de 1987, el Fiscal señaló que no existían pruebas suficientes para: acusar
al interesado de posesión de cocaína con el fin de venderla. ·
Hecha en francés y en inglés, y leída en audiencia pública en el Palacio
de los Derechos Humanos, en Estrasburgo, el 8 de julio de 1999. Firmado: 8. Tras amplias investigaciones, incluso de la policía científica, se obtu-
Luzius Wildhaber, Presidente; Paul Mahoney, Secretario adjunto. vieron nuevas,pruebas y, el 24 de febrero de 1987, el demandante fue acu-
Se adjunta a la presente Sentencia el texto de una declaración del señor sado del delito de posesión de cocaína que presuntamente vendió el 3 de
Wildhaber y, conforme a los artículos 45.2 del Convenio y 74.2 del Regla- noviembre de 1986. A continuación, el 5 de mayo de 1987, fue acusado de
asociación de malhechores con el fin de obtener cocaína para la venta, en
mento del Tribunal, las siguientes opiniones:
relación con actividades que tuvieron lugar entre el 1 de enero y el 3 de
- opinión concordante común a las señoras Palm, Tulkens, a los señores noviembre de 1986. ·
Fischbach y Casadevall y a la señora Greve;
9. El 24 de agosto de 1988, fue declarado 'cuipable de cinco cargos y
- opinión concordante del señor Bonello; se le impuso una pena total de veintidós años d(! prisión . .4demás, el juez de
primera instancia dictó, aplicando la Ley de 1986 sobre cielitos relativos al
- opinión en parte disidente del señor GOlcüklü.
tráfico de estupefadentes («la Ley de 1986» ), una orden de confiscación de
una cantidad de 66.914 libras. A falta de pago de esta cantidad, el interesado
debía cumplir una pena consecutiva de dos años de prisión. Las disposiciones
LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS ' VI.-NO HAY PENA SIN LEY (ART. 7) 405
404
materiales de la Ley de 1986 entraron en vigor el 12 de enero ?e
1987. La relacionadas con su condena por el delito o, según el caso, por uno de los
delitos), el tribunal procede de la siguiente manera: · · ·· · ·.
Ley sólo se aplica a los delitos cuya diligencia ha sido emprendida tras esta
fecha. 2. determina, en primer lugar, si el interesado ha obtenido un benefi-
10. El 11 de junio de 1990, el tribunal de _apelación re~iujo dos añ~s la cio del tráfico de estupefacientes. ·. · . .
pena total del señor Welch. Por ?tro lado, redujo en 7.000 libras la canttdad, 3. De acuerdo con esta Ley, toda persona que, ~n ~ momento deter-
confiscada, fijándola en 59.914 libras. minado ~sea con anterio?~ad o posterioridad a la entrada en vigor del pre-
sente articulo), haya recibido un pago u otra retribución en el marco del
II. El Derecho Illtemo .Aplicabie tráfico de estupefacientes al que ella misma u otra persona se haya dedicado,
ha obtenido un beneficio de dicho tráfico.
U. La finalidad de la Ley de 1986 es ampliar los poderes de co~sca­
ción existentes con el fin de permitir a los tribunales recaudar el dinero 4. Si el tribunal considera que la persona en causa ha obtenido dicho
obtenido por el tráfico de droga y «blan9ueado» en bienes legítimos. E! beneficio, fijará (; .. ) previamente a condenarle ( ...) la cantidad a recaudar
en su caso con arreglo al presente artículo.
Ministro que presentó el proyecto ante la Camara de los Comunes se expreso
de la siguiente manera: · 5. En cuanto al o a los delitos, el tribunal
«Teniendo en cuenta los beneficios obtenidos del tráfico de estupefa- a) ordenará a la persona interesada el pago de la cantidad fijada (... ).
cientes, entendemos que es menos tentador comprometerse con ~ste tipo de
actividades. Nos proponemos contribuir a impedir qu~ !os
benefic~os_de estas ( ... )
operaciones de tráfico sirvan para financiar otras, y disipar el senttmiento de
2. Evaluación del producto del tráfico de estupefacientes
ofensa que produce en el común de la gente la idea de que lo~ traficantes
que han arruinado la vida de los niños disfiuten de las ganancias que han l. De acuerdo con la presente Ley,
obtenido haciéndolo.
. a) todos los pagos o retribuciones obtenidas por una persona en cuaÍ-
( ... ) qu~er momento (con anterioridad o posterioridad a la entrada en vigor del
articulo 1 ~e la presente Ley) en el marco del tráfico de estupefacientes al
Necesitamos esta legislación ya que, en la que está en vigor, las facultades que ella misma u otra persona se haya dedicado, serán. considerados como
de confiscación son inadecuadas. Los tribunales no pueden ordenar la confis- el producto que ha obtenido del tráfico de estupefacientes, y
cación del producto de un delito una vez que se ha convertido en otro bien
una casa, acciones, partes sociales o cualquier otro objeto de valor. El ~unto b) el valor de dicho producto estará constituido por ei conjunto de
de la Operación Julie constituye un ejemplo tristemente célebre de la rmpo- valores de los pagos u otra.S retribuciones.
tencia de los tribunales de privar, como lo desean, a los traficantes condena-
2. Con el fin de determinar si el acusado ha obtenido un beneficio del
d~s del producto de su fechoría( ... ). El proyecto está concebido p~ reme-
tráfico de estupefacientes y, en caso afirmativo, estimar el valor de este bene-
diar esta falta. Habilita a los tribunales para confiscar el producto objeto del
ficio~ el tribunal puede establecer las presunciones. siguientes, salvo en la
delito incluso tra.S su conversión en otro tipo de bien». (Hansard, 21 de enero
medida en que alguna de ellas se considere carente de fundamento en el
de 1986, cols. 242 y 243). caso del acusado.
A) LA. LEY DE 1986 SOBRE LOS DELITOS VINCULADOS AL TRÁFICO DE 3. Estas presunciones son las siguientes:
ESTUPEFACIENTES
a) cualquier bien que el tribunal considere
12. Las partes aplicables de la Ley de 1986 están así redactadas:
. i. que ha sido obtenido por el interesado con posterioridad a su con-
«l. Orden de confiséación dena, o ·

l. ( ... ) cuando una persona comparece ante el Tribunal para. ser con- · ii. que le ha sido transmitido en un momento cualquiera desde el ~o­
denado por uno o varios delitos vinculados al U:áfico ~e estupefaciente~ (y mienz? del período de seis años que vence con la apertura del proceso em-
que no ha sido previamente condenado o no ha sido objeto de otras medidas prendido en su contra, que ha sido recibido por él, en un momento lejano
406 LAS SENfENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
VI.-NO HAY PENA SIN LEY (ART. 7) 407
en que al tribunal le parece haber detenido, en concepto de p~o o retribu-
C) PRISIÓN POR FALTA DE PAGO
ción en el marco del tráfico de estupefacientes al que se ha dedicado; ·
b) todo gasto del acusado desde el comienzo de este período ha sido 14. Tras el pronunciamiento de una orden de confiscación, el Tribunal
abonado mediante pagos recibidos por él en el marco del tráfico de estupefa- del Reino determina el período.de pri~ión que el delincuente deberá cumplir
cientes al que se habí(l dedicado, y en caso de falta de pago. Los períodos máximos de prisión están previstos
en el artículo 31 de la Ley de 1973 relativa a los poderes de los tribunales
c) con el fin de estimar el bien recibido o presuntamente recibido por penales. El período máximo para una orden relativa a una cantidad fijada
él en cualquier momento en concepto de dicha retribución, el interesado ha entre 50.000 y 100.000 libras es de dos años.
recibido el bien libre de intereses ( ... ). ·
( ... ) D) DECLARACIONES EFECTUADAS POR LOS TRIBUNALES BRITÁNICOS RELATIVAS A LA
NATURALEZA DE LAS DISPOSICIONES EN MATERIA DE CONFISCACIÓN
4. Cantidad a recuperar de acuerdo con la orden de confiscación
15. Con anterioridad a la adopción de la Ley de 1986, Lord Salmon
l. De acuerdo con el párrafo 3 supra, la cantidad a recuperar en el señaló que las confiscaciones de dinero perseguían un objetivo a la vez puni-
caso del acusado es la cantidad que el Tribunal considere que represen~ el tivo y disuasivo (decisión de la Cámara de los lores en el asunto R. contra
valor del beneficio obtenido por el interesado por el tráfico.de estupefacien- Menocal, Weekly Law Reports 1979, núm. 2, pg. 876).
tes.
2. Si el tribunal ha adquirido una convicción a propósito de todo ele- 16. Los tribunales británicos han señalado en varios casos la natura-
mento pertinente para determinar la cantidad susceptible de ser ejecutada leza draconiana de las disposiciones en materia de confiscación contenidas
en el momento del pronunciamiento de la orden de confiscación( ... ), puede en la Ley de 1986 y han calificado, explícita o implícitamente, a las
expedir un certificado que contenga su opinión sobre las cuestiones a las órdenes como penas (R. contra Dickens, Informe penal de apelación 1990,
que se refiere, y debe hacerlo si tien.e _la convicción objeto del párrafo 3 núm. 91, pg. 164; R. contra Porter, Informe penal de apelación 1990,
supra. núm. 12, pg. 377; in re Lorenzo Barretto, decisión del Tribunal Superior
de 30 de noviembre de 1992 y del tribunal de apelación de 19 de octubre
3. Si el tribunal está convencido de que la cantidad que puede: ser de 1993). ·
ejecutada en el momento del pronunciamiento de la orden de c_onfiscac~ón
es inferior a la que considera que represe~ta el valor de_I beneficio ~~temdo En la decisión dictada por el tribunal de apelación en el último asunto
por el acusado por el tráfico de estupefacient_e,s, la cantida? a perabrr e~ el previamente citado, relativo a la cuestión de saber si el poder para modificar
caso del interesado por la orden de confiscaciones la cantidad que el tnbu- las órdenes de confiscación introducido por la Ley de 1990 sobre la coopera-
nal considera susceptible de ser ejecutada». ción internacional en materia de justicia penal puede aplicarse con retroacti-
vidad, el Vicepresidente del tribunal de apelación, Sir Thomas Bingham, de-
B) PODERES DISCRECIONALES DEL JUEZ SOBRE EL FONDO DEL ASUNfO claró lo siguiente (pg. 11):
13. Para determinar la cantidad de la orden de confiscación, el juez «Si bien es cierto que las órdenes de confiscación se dictaban con ante-
puede tomar en consideración el grado culpabilidad del de~;uente. Por rioridad a la adopción de la pena por los delitos perseguidos, y que el arresto
ejemplo, en el asunto R. contra Porter (Informe penal d~ apelac10n [pron~­ subsidiario por impago sólo es una forma de ejecución y no una péna, se
ciamiento de la pena], 1990, núm. 12, pg. 377)_, el tnbunal d~ ~pelacion trata, lato sensu, de medidas penales que constituyen la venganza de la socie-
consideró que cuanto se envíe a juicio ante él a más d,e un. participante _en dad sobre aquellos que han transgredido las reglas en esta materia».
una asociación de malhechores, el producto total·del tráfico al que se dedica
la _asociación podrá ser imputado de manera. desigual entre sus dif~rentes 17. Sin embargo, los tribunales británicos consideran que las disposi-
miembros si existen pruebas que demuestran que los acusados han Jugado ciones en materia de confiscación persiguen un objetivo no represivo, sino
un papel y han obtenido beneficios d~si~ales por su fec~oría. Igualm~nte, reparador (Asunto T [mandamiento de no hacer; revelación de patrimonio],
en el presente caso, el juez de fondo dicto una orden rel~tiva a una cantidad Weekly Law Reports 1992, núm. 1, pg. 949).
bastante inferior para el coacusado del demandante, temendo en cuenta su
menor participación en los delitos. [ ... ]
408 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS VI.-NO HAY PENA SIN LEY (ART. 7) 409

FUNDAMENTOS DE DERECHO remediar la inadecuación de los poderes de confiscación existentes y otorgar


a los tribunales el poder para confiscar el producto de las infracciones tras ·
[.,.] su conversión en otros activos (apartado 11 supra). La finalidad preventiva
de una confiscación de bienes susceptibles de ser utilizados en futuras opera-
26. El Tribunal señala, en primer lugar, que n~die discute en este caso ciones de tráfico de estupefacientes, así como la de garantizar que el delito
el carácter retroactivo de la orden de confiscación. Esta fue dictada tras una . no se cometa, resultan de las declaraciones ministeriales hechas ante el Parla-
cOnden,a por infracciones a la legislación sobre estupefacientes cometidas mento en la época de la introducción de la Ley (apartado 11 supra). Sin
con anterioridad a la entrada en vigor de la Ley de 1986 (apartado 11 supra). embargo, no se podría excluir que una legislación que otorga .tan amplios
Por otro lado, la única cuestión a resolver consiste en saber si constituye una poderes de confiscación a los tribunales tenga igualmente como finalidad
pena en el sentido del artículo 7.1, segunda frase. ,castigar al delincuente. Los objetivos de prevención y reparación se concilian
con el de represión y pueden ser considerados como elementos constitutivos
27. La noción de «pena» contenida en esta disposición posee, como la
de la noción de pena.
de «derechos y obligaciones de carácter civil» y de «acusación en materia
penal» que figuran en el artículo 6.1, un alcance autónomo (ver principal- 31. Al respecto, ciertos tribunales del Reino Unido hari calificado de
mente, en lo relativo a los «derechos de carácter civil»; Sentencia X contra «penas» las órdenes de confiscación y otros han considerado que perseguían
Francia de 31 de marzo de 1992 serie A núm. 234-C, pg. 98, ap. 28, y, en una finalidad reparadora y no represiva (apartados 16 y 17 supra). Aunque
cuento a las «acusaciones en materia penal», Sentencia Demicoli .contra en estas declaraciones parece que se indica que las órdenes de confiscación
Malta de 27 de agosto de 1991, serie A núm. 210, pgs. 15-16, ap. 31). Para revisten más bien un carácter punitivo, el Tribunal no las -considera una
otorgar eficacia a la protección ofrecida por el artículo 7, el Tribunal debe salida, ya que no hacen referencia a la cuestión relevante del artículo 7, sino
poder ir más allá de las apariencias y apreciar por sí mismo si una medida que han sido hechas en el marco del examen de puntos conexos de deredfo
concreta se considera una «pena» en el sentido de éste artículo (ver, mutatis y de proceso internos.
mutandis, Sentencias Van Droogenbroeck contra Bélgica de 24 de junio de
1982 serie A q,úm. 50, pg. 20, ap. 38, y Duinhof y Duijf contra Países Bajos 32. El Tribunal señala, al igual que el Gobierno y la Comisión, que la
de 22 de mayo de 1984, serie A núm; 79, pg. 15, ap. 34). , , gravedad de la orden no es decisiva por sí misma, ya que numerosas medidas
no penales de naturaleza preventiva pueden tener un impacto sustancial so-
2s. La redacción del artÍculo 7.1, segunda frase, ~dica que el punto bre la persona en cuestión.
de ·partida de toda apreciación de la existencia de una pena consiste en
determinar si la medida en cuestión es impuesta tras una condena por una 33. Sin embargo, varios aspectos del pronunciamiento de una orden
«infracción». Otros elementos pueden ser considerados pertinentes al. res- de acuerdo con la Ley de 1986 incorporan la idea de pena tal como se conoce
pecto: la naturaleza y la finalidad de la medida en causa, su calificación en generalmente, aunque pueden ser considerados esenciales para el régimen
derecho interno, los procesos asodad()s a su adopción y a su ejecuciém, así preventivo inherente a la Ley de 1986. Las presunciones legales del artículo
como su gravedad. 2.3 de la Ley de 1986, según las cuales todo bien en manos del delincuente
29. En cuanto a la vinculación con una infracción, señala que con ante- durante un período de seis años es fruto del tráfico de estupefacientes salvo
rioridad a que una orden pueda ser dictada de acuerdo con la Ley de 1986, si se demuestra lo contrario (apartado 12 supra), el hecho de que la orden
el acusado debe haber sido condenado por uno o varios delitos en materia de confiscación haga referencia al producto del tráfico de estupefacientes y
de tráfico de estupefacientes (ver artículo 1.1 de la Ley de 1986, apartado 12 no se limite al enriquecimiento o beneficio efectivo (ver artículos 1 y 2 de la
supra). Esta vinculación no se encuentra para nada atenuada por el hecho Ley de 1986, apartado 12 supra), el poder discrecional deljuez para tomar
de que, debido a 1<1:5 presunciones legales relativas a la medida en que el en consideración, cuando fija la cantidad de la orden, el gra_do de culpabili-
demandante se ha beneficiado del tráfico, la ordenpuede referirse a produc- dad del acusado (apartado 13 supra), así como la posibilidad de un arresto
tos o a bienes sin relaeión directa con los hechos subyacentes a la condena subsidiario por falta de pago (apartado 14 supra), son todos elementos que,
penal. Si el alcance de la medida es ser necesario paia alcanzar los objetivos considerados conjuntamente, indican que se trata de un régimen represivo.
de la Ley de 1986, no quita nada al hecho de que su imputación sea tributaria 34. Por otro lado, si nos ceñimos a la realidad, independientemente
al previo pronunciamiento de un~ condena penal.· · de la calificación de la medida de confiscación, parece que el demandante
30. Para determinar la naturaleza y la finalidad de la medida, el Tribu- ha sufrido un perjuicio mayor por el hecho de la orden que al que se encon-
nal tiene en cuenta el contexto de la Ley de 1986, que fue adoptada para traba expuesto en la época en la que se cometieron los delitos (ver, mutatis
410 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS

mutandis, Sentencia Campbell y Fell contra Reino Unido de 28 de junio de


1984 serie A núm. 80, pg. 38, ap. 72). VII
35. Teniendo en cuenta los elementos represivos previamente citados, DERECHO AL RESPETO DE LA:VIDA PRWADA
la orden de confiscación se considera, en las circunstanda.S del caso, una Y FAMILIAR (ART. 8)
pena. Por tanto, ha habido violación del artículo 7.1.
36. El Tribunal señala, en cambio, que esta conclusión no afecta a: la
aplicación retroactiva de la legislación pertinente y no enjuicia únicamente
los poderes de confiscación otorgados a los tribunales para permitirles luchar
contra el tráfico de estupefacientes. 19. · Asunto X e Y c. Hohl:nda, de 26 de marzo de 1985
[ ... ]
En el asunto X e Y contra Países Bajos,
POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL, POR UNANIMIDAD,
:'.· · El Tribunal Europe~ de Derechos Humanos, constituido, conforme al
l. Declara que ha habido violación del artículo 7.1 del Convenio; 'artículo 43 del Convenio de Protección de los Derechos Humanos y de las
Libertades Fundamentales . («el Convenio») y los artículos aplicables de. :su
[ ... ]
Reglamento, eri Sala compuesta por los siguientes jueces Señores: R Ryssdál,
Hecha en francés y en inglés, y leída en audiencia pública, en el Palacio Presidente; G; Wiarda; B. Walsh, Vicent Evans, C. Russo, R Bernhardt, J. Ger-
de los Derechos Humanos, en Estrasburgo, el 9 de febrero de 1995. Firmado: sing, así como por los señores M.-A Eissen, y H. Petzhold, Secretario y Secretario
Rolv Ryssdal, Presidente; Herbert Petzold, Secretario. adjunto. ·
Tras haber deliberado los días 28 de noyiembre de 84 y 27 de febrero
de 1985,
Tras haber deliberado los días 28 de noviembre de 1984 y 27 de febrero
de 1985,
Dicta la siguiente,

SENTENCIA

...
[ ]
HECHOS

l. Circunstancias del caso


[... ]
7. X y su hija Y nacieron en 1929 y el 13 de diciembre de 1961, respecti-
vamente. La segunda, disminuida mental, vivía desde 1970 en una residencia
privada para niños deficientes mentales.
8. Durante la noche del 14 al 15 de diciembre de 1977, un tal B, yerno
de la directora y que vivía con su esposa en la· residencia aunque Iio era
empleado, despertó a la niña, la obligó a seguirle a su habitación, desnudarse
y tener con él relaciones sexuales.
412 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS VIL-DERECHO AL RESPETO DE LA VIDA PRIVADA Y FAMILIAR (ART. 8) 413
Este incidente, que tuvo lugar el día siguiente a su decimosexto aniversa- 11. Legislación interna aplicable
rio, traumatizó a Y y le provocó graves perturbaciones psíquicas.
14. Dentro de los delitos contra la honestidad, el Código Penal holan-
9. El 16 de diciembre de 1977, X acudió a la policía para denunciar el dés distingue la violación (art. 242) y los.abusos deshonestos (art. 246) carac-
hecho y solicitar la instrucción de diligencias penales. terizados éstos también por el empleo de violencia fisica.
El comisario le indicó que podía firmar la denuncia puesto que su hija· 15. Otros artículos más específicos protegen cier"tas categorías de per-
era incapaz de hacerlo dado su estado mental. sonas a las que es dificil o imposible determinar o imponer su voluntad, dada
su edad, su situación de dependencia: o de incapacidad psíquica.
El texto presentado por el demandante era el siguiente: «En calidad de
padre, denuncio los delitos cometidos por B sobre la persona de mi hija. Lo Los artículos 244 y 245 consideran infracción el hecho de tener acceso
hago así porque ella és incapaz ·de hacerld, pues aunque tiene dieciséis años, carnal con una niña menor de doce años o una joven· de doce a dieciséis,
es todavía psíquica e intelectualmente una niña». respectivamente; el artículo 247, los abusos deshonestos sobre personas me-
nores de dieciséis años.
10. El Comisario redactó un informe que firmó el demandante (arts.
163 y 164 del_ Código de Procedimiento Penal) informó posteriorm~nte al Los artículos 243 y 247 se refieren, el primero al acceso camal, el se-
Ministerio Fiscal que, vista l_a declaración. del padre y sus prc:>pias constatació- gundo a los abusos deshonestos sobre una mujer que f'.l delincuente sabe
nes en cuanto al estado mental de la joven, ésta n() le parecía .capaz de inconsciente o que es incapaz de reaccionar. En opinión del Tribunal Su.:
formular la denuncia por sí misma. Según el director y un profesor de la premo, la incapacidad a la que se refiere el rn.encionado artículo es una
escuela a la que acudía, no tenía la facultad de expresar su voluntad en este incapacidad fisica.
sentido. ·
El artículo 249 se refiere a los ataques a la integridad sexual de una
11. El 29 de mayo de 1978, el Ministerio Fiscal decidió provisional- persona que se encuentra en una situación de dependencia con respecto al
mente no iniciar acción contra B, a condición de que no cometiera una autor.
infracción similar en el plazo de dos años. El magistrado encargado del
asunto avisó de ello al demandante el 27 de septiembre de 1978. Por último, el artículo 239 tiene por objeto el atentado al pudor, tanto
en público como en presencia de un tercero que asiste a ello contra su volun-
12. El 4 de diciembre de 1978, X recurrió la decisión del Ministerio tad.
Fiscal ante el Tribunal de apelación de Arnhem, solicitando el inicio del
procedimiento penal (art. 12 del Código de Procedimiento Penal). · Con excepción del artículo 245, ninguno de ellos subordina el ejercicio
de la acción penal a una queja de la víctima.
En un informe complementario de 10 de enero de 1979; señaló que un
representante legal podía actuar en nombre del denunciante, salvo en limita- 16. No ocurre lo mismo con el artículo 248 ter, según el cual será
das excepciones que no concurrían en el caso. impuesta una pena de prisión de cuatro años o más a quien «mediante rega-
los o promesas... abuso de posición dominante derivada de relaciones de
El 12 de julio de 1979, el Tribunal de apelación rechazó el recurso. Le hecho o por seducción, incita intencionalmente a un menor, de conducta
pareció dudoso que pudiera probarse la existencia de violación (art. 242 del irreprochable, a cometer con él», a «Sufrir», actos «inmorales». En tal caso,
Código Penal, ap. 14, infra). En cuanto al artículo .248 ter (ap. 16, infra), sólo una denuncia de la víctima permite iniciar el procedimiento.·
podría ser aplicable al caso, pero sólo si la víctima hubiera actuado por sí
misma. En opinión del tribunal, la reclamación del padre (art. 64.1 del Có- Según el artículo 64.1, el representante legal, sin embargo, puede formu-
digo Penal ap. 16, infra) no reemplazaba la que su hija, de dieciséis_ años, lar la denuncia en nombre de la víctima si es menor de dieciséis años o se
hubiera debido presentar, aunque la policía la hubiera estimado incapaz de encuentra sometida a curatela; esta última institución sólo existe para perso-
hacerlo; existía una laguna en la materia al no tener nadie en el caso capaci- nas mayores de veintiún años (art. 378, Libro del Código Civil).
dad para denunciar, pero no podía colmarse mediante una interpretación
extensiya en detrimento de B. 17. En la vista, el agente del Gobierno informó al Tribunal que el Mi-
nisterio de Justicia ha preparado un proyecto de ley dirigido a modificar las
13. Según el artículo 445 del Código de procedimiento penal; esta de- disposiciones del Código Penal relativas a las infracciones sexuales. Con este
cisión no podía ser objeto de recurso de casación ante el Tribunal Supremo proyecto, se consideraría delito los ataques sexuales hechos a deficientes
(Hoge Raad). mentales.
414 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS VIl.-DERECHO AL RESPETO DE LA VIDA PRIVADA Y FAMILIAR (ART. 8) 415
[ ... ] Estado dependerá del aspecto de la vida privada que se vea afectado. El
recurso a la ley penal no constituye necesariamente la única solución. ·. ·
FUNDAMENTOS DE DERECHO
25. El Gobierno invoca la dificultad del legislador de dictar normas
penales que preserven lo mejor posible la integridad física de los disminuidos
l. Sobre la violación del artículo 8 de forma aislada en el caso Y ~enta!es ir demasiado lejos en esta dirección podría suponer un paterna-
hsmo maceptable y una injerencia inadmisible del Estado en el derecho del
21. En opinión de los demandantes, la imposibilidad de iniciar accio- individuo al respeto de su vida sexual.
nes penales contra B infringe el artículo 8 del Convenio, según el cual:
El artículo 1401 del Código Civil en combinación con el 1407, habría
«l. Toda persona tiene derecho al respeto de su vida privada y familiar, permitido apelar en nombre de Y a los tribunales holandeses:
de su domicilio y de su correspondencia.
- ejercitando una acción de responsabilidad por daños materiales o mo-
2. No podrá haber injerencia de la autoridad pública en el ejercicio ;.
rales contra B, ·
de este derecho sino en tanto en cuanto esta injerencia esté prevista por la
ley y constituya una medida que, en una sociedad democrática sea necesaria - solicitando un mandamiento judicial con el fin de impedir la repeti-
para la seguridad nacional, la seguridad pública, el.bienestar·económico del ción del hecho, .
país, la defensa del orden y la prevención del delito, la protección de la salud
o de la moral o la protección de los derechos y las libertades de los demás»~ - ejercitando cualquiera de ellos contra la direC:tora de la residencia.

El Gobierno se opone a esta tesis; por el contrario, la Comisión la suscri- Los demandantes consideran que las acciones civiles no se adaptan a la
be. naturaleza del caso. En particular, la ausencia de una investigación sumarial
haría más dificil probar los cuatro elementos exigidos por el artículo 1401:
22. No existe duda sobre la aplicabilidad del artículo 8: los hechos que un acto ilícito, una falta, un daño y una relación de causalidad entre el acto
están en el origen de la reclamación forman parte de «la vida privada», que y este último. Además, tal procedimiento sería 'largo y supondría inconve-
comprende la integridad psíquica y IÍl.orál de la persona y la vida sexual~ nientes de carácter afectivo para la víctima, porque le obligaría a desempeñar
un papel activo en él.
23. El Tribunal recuerda que, aunque el artículo 8 tiene esencialmente
como objeto la protección del individuo contra las injerencias arbitrarias de 26. En la vista, el delegado de la Comisión asumida s_ustanéialmente tal
los poderes públicos, no se limita a obligar al Estado a abstenerse de tales aleg_ación. Además, expresó sus dudas sobre la aptitud del artículo 1401.para
injerencias: a esta obligación negativa pueden añadirse obligaciones pósitivas servrr de base para la concesión de una indemnización por daño moral. Aña-
inherentes a un respeto efectivo de la vida privada o familiar (Se!J.tencia Airey dió que la necesidad de protección existe erga omnes mientras que el manda-
de 9 de octubre de J979, Serie A, núm. 32, pg. 17, ap. 32). Estas pueden miento judicial sólo puede dirigirse frente a un número limitado de persO-
implicar la adopción de medidas tendentes a asegurar el respeto de la vida nas. En fin, le faltaría al Derecho civil el efecto disuasivo inherente al
privada incluso en las relaciones de. los individuos. Derecho Penal. ·· ·

l. NECESIDAD DE LEGISIACIÓN PENAL 27. El Tribunal estima insuficiente lá protección del Derecho civil en
el caso de acciones del tipo de las ·que Y ha sido víctima. Se trata de un caso
24. ·.En opinión de los demandantes, sólo la vía penal habrá satisfecho en el que están en cuestión valores fundamentales y aspectOs esenciales de
la necesidad de protección de una joven como Y contra la acción de que se la vida privada. Sólo la legislación penal puede asegurar en este campo,
trata. Según el Gobierno, el Convenio deja a cada Estado· la determinación donde es necesaria, una acción eficaz. De· hecho, estas materias están normal-
de los medios; nole impide, por ello, optar por una legislación civil. mente contempladas en la legisla~ión penal.
En opinión del Tribunal; que en este punto suscribe sustancialmente la Además, como ha sido señalado por la Comisión, Holanda ha optado
opinión de la Comisión, la elección de las medidas dirigidas a· garantizar el en este campo de fonila general por un sistema de garantía basado en el
respeto del artículo 8 en las relaciones interindividuales corresponde a la Derec?o. Penal. La única _l~a que presenta, al menos hasta donde llega el
libertad.de apreciación de los Estados contratantes. Existen diferentes formas conocmuento de la Com1s1on y del Tri~unal, es .la que afecta a las personas
de asegurar el respeto de la vida privada y la naturaleza de la obligación del que se encuentran en la situación de Y. Estas se encuentran con un obstáculo
416 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS \'ll.-DERECHO AL RESPETO DE LA VIDA PRIVADA Y FAMILIAR (ART. 8) 417
de carácter procesal que el legislador holandés no había previsto aparente- Il. Sobre la violación del artículo 14, en relación con el artículo 8, en
mente. el caso de Y

2. .CONFORMIDAD DE LA LEY HOLANDESA CON EL ARTÍCULO 8 31. En opinión de los demandantes, la diferencia de tratamiento que
la legislación ha introducido entre las diversas categorías de personas que
· 28. . En opinión del Gobierno, ha sido el carácter excepcional de los merecen una protección especial contra la violencia sexual equivale a una
hechos el que ha puesto en evidencia la citada laguna y que, por tanto, no dis~riminación incompatible con el artículo 14 del Convenio, cuyo tenor es
cabe hablar de incumplimiento del legislador. Ciertamente, el Código Penal el siguiente:
no contiene una disposición específica que reprima los ataques sexuales a «El goce de los derechos y libertades reconocidos en el presente Conve-
Íos disminuido_s psíquicos. Sin embargo, podrán iniciarse acciqnes penales, nio ha de ser asegurado, sin distinción alguna, especialmente por razones de
con o sin denuncia de la víctima, contra cualquiera que violara la integridad sexo, raza, color, lengua, religión, opiniones políticas u otras, origen nacional
sexual de un disminuido psíquico, basándose en el artículo 239.2 del Código o social, pertenencia a una minoría nacional, fortuna, nacimiento o cual-
Penal. Este último castiga la realización de un acto inmoral al que otra per- quier otra situación».
sona asiste contra su voluntad y el Tribunal Supremo ha interpretado que
ésta puede ser la misma víctim~. El Gobierno rechaza esta alegación. La Comisión estima que no plantea
un problema distinto.
En opinión de los demandantes, por el contrario, el Código Penal e~ 32. El artículo 14 no tiene existencia independiente, representa un
vigor ofrece una protección insuficiente (aps. 41-43 del informe de la Comi- elemento particular de cada uno de los derechos protegidos por el Convenio.
sión). · Los artículos que los consagran pueden ser infringidos aisladamente o en
combinación con el artículo 14. En general, no es necesario examinar el caso
29. Es preciso tener en cuenta dos disposiciones del citado cuerpo le-' desde la perspectiva de este artículo cuando el Tribunal observa una infrac-
gal: los artículos 248 ter y 239.2. ción del primero considerado en sí mismo. Otra cosa ocurre cuando una
clara desigualdad de tratamiento en el disfrute del derecho constituye un
Para el inicio de acciones penales contra el autor de una infracción de aspecto fundamental del asunto, pero éste no es el caso de la infracción
estas disposiciones, el artículo 248 ter exige una denuncia de la víctima (ap. del artículo 8 antes referida (ver, mutatis mutandis, la Sentencia Airey antes
16, supra), el Tribunal de apelación de Arnhem ha consjderado que esta citado).
última, en el caso de uiia persona tomo Y, no puede.ser reemplazada por su
representante· legal. Ésta no ha creído posible colmar tal laguna de la ley En consecuencia, el Tribunal no estima necesaria examinar la infracción
mediante uria interpretación extensiva en perjuicio de B. No es función 'del en el marco del artículo 14.
Tribunal Europeo de Derechos Humanos sustituir a las jurisdicciones inter- [ ... ]
nas en la interpretación del derecho nacfonal ver, mutatis mutandis, Sente~cia
Handyside de 7 de diciembre de 1976; considera 'por ello como establecido POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL POR UNANIMIDAD
que en este caso no se podía iniciar acción pública basándose en el artículo
l. Declara que ha habido violación del artículo 8 en el caso de Y.
248 ter.
...
[ ]
Por lo' qu~ se refiere al artículo 239.2 (ap. lp, supra) éste pare_ce desti-
nado a reprimir no los abusos deshonestos, sino el exhibici~:mis1?~·. n? apli- Hecha en francés y en inglés y leída en audiencia pública en el Palacio
cándose claramente al caso que nos ocupa. :Qe hecho, nadie, m siqmera el de los Derechos Humanos de Estrasburgo, el 26 de marzo de 1985. Firmado:
Marc-André Eissen, Secretario; Rolv Ryssdal, Presidente.
Fiscal, parece haber pensado en utilizar en su tiempo ni incl).lSO en ref~rirse
a él al iniciarse el procedimiento en Estrasburgo.

30. Ni el artículo 248 ter ni el artículo 239.2 del Código Penal asegura-
ban a Y una protección concreta y efectiva. Dada la naturaleza .de la acción
de la que se trata, es preciso concluir que ha sido víctima de una infracción
del artículo· 8 del Convenio.
20. Asunto Nieniietz c. Alemania, de 6 de diciembre de 1992
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, constitliido, conforme al
artículo 43 del Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y de
las Libertades Fundamentales («el Convenio.») y a las Cláusulas pertinentes
de su Reglamento A; en una Sala compuesta por los siguientes Jueces señores
R. Ryssdal, presidente, R. Bemhardt, L.-E. Pettiti, B. Walsh, C. Russo, A. Spiel-
mann, N. Valticos, A N. Loizou, Sir John Freeland, así como los señores M.-
A Eissen, secretario, y H. Petzold, secretario adjunto.
Después de haber deliberado en sala del consejo los días 29 de mayo y
21 de noviembre de 1992,
Dicta con .esta última fecha la siguiente,

"'i SENTENCIA

[ ... ] .

HECHOS

l. Las circunstancias del caso


6. El señor Niemietz reside en Friburgo .de Brisgovia, ,Alemania, y
ejerce la profesión de abogado.
7. El 9 de diciembre de 1985, fue enviada una carta por telefax desde
la oficina principal de correos de Friburgo al juez Miosga del tribunal canto-
nal de Freising. En ella se trataban las actuaciones penales por injurias pen-
dientes en ése tribunal contra el Sr.J., un empresario que se negaba a retener
el impuesto eclesiástico del salario dé los trabajadores a los ·que les fuera
exigible y efectuar el ingreso en la administración'tribut:ária. La carta llevaba
la firma de un tal Klaus Wegner -tal vez un nqmbre ficticip~ acompañada de
las palabras «~n nombré del grupo de trabajo anticlerical de la lista multico-
lor de Friburgo» y,un número de apartado d~ correos. [... ] .
8. · Conio concejal,' el demandante había presidido durante algúnos
años la Lista Multicolor de Friburgo, un partido político local. Había partid.e
pado activamente en el grupo de trabajo anticlerical que pretendía reducir
la influencia de la Iglesia, aunque nunca se adhirió como miemb,ro.
A finales de 1985, el correo destinado a la Lista Multicolor -que tenía
como única dirección postal el número de apartado de correos indicado en
la carta al juez Miosga-"' fue entregado en varias ocasiones en el despacho del
!.AS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS VIL-DERECHO AL RESPETO DE LA VIDA PRIVADA Y FAMILIAR (ART. 8) 421
420
demandante y uno de sus socios, que también había militado en el partido y 14. Las diligencias penales dirigidas contra «Klaus Wegner» se archiva-
al que había defendido profesionalmente. ron más tarde por falta de pruebas.
15. El 27 de marzo de 1987 el tribunal regional de Munich 1 inadmitió
9. El 13 de enero de 1986, el presidente del tribunal regional de Mu~ el recurso presentado por el Sr. Niemietz (... )
nich solicitó de la fiscalía la apertura de· diligencia5 penales contra Klaus
Wegner por injurias tipificadas en el artículo 185 del Código Penal. Se proce-. 16. El 28 de. abril de 1987; el ·demandante presentó recurso de. ~paro
dió sin éxito a entregar una citación al iq.teresado. El socio del demandante ante el Tribunal Constitucional :i"ederal ·contrala orden d.e registro de ,8 de
rechazó.ofrecer cualquier información sobre Klaus Wegner o sobre su lugar agosto de 1986 y la decisión del tribunal regional de Munich 1 de 27 de
de residencia; otros intentos de identificación del sospechoso. tambié:r;r fraca- marzo de 1987. El 18 de agosto, una sección de tres magistrados inadmitió
saron. el recurso ( ... ). ··
·. \:

10. El 8 de agosto de 1986, en el marco del citado proced~iento, el [ ... ]


tribunal de distrito de Munich ordenó el registro del despacho del señor
Niemietz y su socio, así como los domicilios· de las señoras D. y G. mediante FUNDAMENTOS DE DERECHO
auto en los siguientes términos: [ ... ] ·
l. Sobre la violación del artículo 8 del Convenio
11. El registro del despacho de abogados, cuya· necesidad se intentó
evitar por la autoridades interrogando a un testigo, se efectuó el 13 de no- . 26. En opinión del señor Niemietz, el registro enjuiciado no respondía
viembre de 1986 por miembros de la fiscalía de Friburgo y de la policía. De a las exigencias del artículo 8 del Convenio, que dice lo siguiente:
acuerdo con el informe policial realizado el día siguiente, la entrada en el
Artículo 8.
local se realizó a las 9.00 h de la mañana y se inspeccionó en presencia de
dos ayudantes del despacho. El regis!I°º•. propiamente, comenzó a las 9.15 h, l. Toda persona tiene derecho al respeto de su vida privadiy familiar,
tras la llegada del socio del demandante y duró hasta las 10.30 h. El deman- de su domicilio y de su correspondencia.
dante legó a las 9.30 h y declinó dar información s~bre la identidad de Klau
Wegner. 2. No podrá haber injerencia de la autoridad pública en el ejercicio
de este derecho, sino en tanto en cuanto esta injerencia esté prevista por la
Se registraron cuatrÓ archivos cori datos 'de clientes (... ). Según el de- Ley y constituya una medida que, en una sociedad democrática, sea necesaria
mandante, el directorio de clientes también fue registrado y UI1o de los docu- para la seguridad nacional, la seguridad pública, ef bienestar económico del
mentos llevaba la rúbrica «defensa Wegner». En el registro no se hallaron país, la defensa del orden y la prevención del delito, la protección de la salud
los ciocllffientos qu<; s~ buscaban y no se registró ningún otro matérial. o de la moral, o la protección de los derechos y las libertades de los demás.

._ · -·12~ · Lbs domicilios de las señoras n: y G. también fueron registrados y La Comisión admite esta tesis: se vulneró injustificadamente el derecho
del demandante al respeto de su vida privada y de su domicilio.
se hallaron documento que permitían sospechar que la señora D. fue quien
envió la carta aI juez Miósg~ baj.q _pseud<)niino. · · · A) SOBRE lA EXISTENCIA DE UNA ·INJERENCIA»

13. El 10 de didembre deJ986, el presiden~é del.col~gio de ;:tbogados 27. El Gobierno discute la conclusión de la Comisión: el artículo 8 no
de Fribmgo, habiendo sido mformado -del registro por el socio d~~ demah: ofrecería ninguna protección contra el registro del despacho de un abogado;
dante, dirigió una protesta foinial al presidente del Tribunal de distrito de el Convenio distingue claramente entre vida privada y domicilio por un lado,
Munich. El presidente_ ~nvió copia de Jas car~ al ipinistro _d~jl}sticia de y vida y locales profesionales por otro. ·
Baviera y al colegio de apagados de M.unich, invitán~ol~s a ~o,lidarizarse con
la protesta. _ -, ., · 28. Al señalar una intromisión en la «vida privada» y el «domicilio» del
señor Niemietz, la Comisión otorga un peso específico a Ja confidencialidad
El 27 de enero de 1987, el presidente del tribunal de distrito de Munich de las relaciones entre abogado y cliente. El Tribunal comparte las dudas del
respondió qué el ~registro había sido proporcionado al-fin buscado pues la Gobierno sobre si este factor puede servir en la práctica para determinar el
carta controvertida constituía una grave injerencia en un procedimiento pen- alcance de la garantía que concede el artículo 8. Casi todas la5 actividades
diente. La protesta no dio lugar, por tarito, a:ninguna acción judicial. profesionales y comerciales pueden llevar consigo, en un mayor o menor
422 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS VIL-DERECHO AL RESPETO DE L.\ VIDA PRIVADA Y FAMILIAR (ART. 8) 423
grado, elementos confidenciales; si se adopta este criterio, surgirían muchas Si se atribuye un sentido estricto a los vocablos «home» y «domicile», se
discrepancias en cuanto al límite a establecer. podría correr el mismo riesgo de desigualdad de trato que para la noción de
«vida privada» (p. 29 supra).
29. El Tribunal no considera posible ni necesario tratar de definir de
manera exhaustiva la noción de «vida privada». Sin embargo, sería dema- 3L De manera más general, la interpretación de. las palabras «vida pri-
siado restrictivo el limitarla a un «círculo íntimo» en el que cada uno puede . \: vada» y «domicilio» que incluya algunos locales o actividades profesionales b
llev_ar una vida a su antojo y separar compl~tamente el mundo ~xterior de comerciales respondería al objeto y fin esencial del artículo 8: proteger al
dicho círculo. El respeto de la vida privada.debe tarribién englobar, en cierta i~dividuo contra las injerencias arbitrarias de los poderes públicqs. (ver, por
medida, el derecho del individuo a entablar y desarrollar relaciones con 'sus _-¿.. ejemplo, Sentencia Marckx contra Bélgica de 13 de junio de 1979, serie A
semejantes. · ' · · núm. 31, pg; 15, p. 31). Los Estados contratantes no estarían indebidamente
Parece además no existir ninguna razón de principio para considerar sujetos a ello ya que conservan, en la medida autorizada por el apartado 2
que esta forma de entender la noción de «vida privada» excluye las activida- del artículo 8, su derecho de «injerencia» y éste puede ir aún más lejos en
des profesionales o comerciales: después de todo es en el trabajo donde la los locales o las actividades profesiones o comerciales que en otros casos.
mayoría de las personas i:ienen muchas, induso el· máximo de ocasiones de
32. A estas consideraciones generales, que militan contra la tesis de la
estrechar sus vínculos con el mundo exterior. Un hecho señalado por la
inaplicabilidad del artículo 8, se añade un factor relacionado con las circuriS-
Comisión lo confirma: dentro de las ocupaciones de alguien, no siempre
tancias del caso. La orden dictada por el Tribunal de distrito de Munich
se puede distinguir lo que depende del ámbito profesional, de lo que no.
tenía por objeto la búsqueda eincautación de «documentos» -sin precisión
Concretamente, las tareas de un miembro de una profesión liberal pueden
ni límite~ que r.evelaran la identidad de Klaus Wegner ·(p. 1O supra). Por otro
constituir un elemento de su vida en un grado tan alto que en un momento
lado, las personas que procedieron al registro examinaron cuatro archivos
dado no se puede decir en calidad de qué actúa.
que contenían datos sobre clientes, así como seis expedientes individuales
Además, se corre el riesgo de desembocar en una desigualdad de trato . (p; 11 supra); sus acciones incidieron, por fuerza, sobre «correspondencia» y
si, como preconiza el Gobierno, se rc::chaza el beneficio del artículo 8 debido objeto que pueden considerarse como tal a los efectos del artículo 8.
a que la medida denunciada hace referencia únicamente a las actividades Basta con señalar a este respecto que en ese precepto la palabra «corres-
profesionales: la protección continuaría jugando a favor de un individuo cu- pondencia», contrariamente a la palabra «vida», no se acompaña de nin-
yas actividades profesionales y no profesionales se entrelazan hasta el punto gún adjetivo. El Tribunal, por lo demás, ya ha constatado en relación con
de que no hay forma de distinción. Hasta el momento, el tribunal no ha las comunicaciones telefónicas que no procede condicionamiento alguno
efectuado por lo demás dicha distinción: ha constatado una injerencia en·la (Sentencia Huvig previamente citada, serie A núm. 176-B; pg. 41, ap. 8 y
vida privada incluso cuando. las escuchas telefónicas ha hecho referencia a pg. 52, p. 25), En numerosos asuntos re.lativos a la correspondencia con
comunicaciones comerciales (Sentencia: Huvig contra Francia, de 24 de abril un abogado (ver, por ejemplo, Sentencias Schonenberger y Burmaz contra
de 1990, serie A núm, 17_6-B, pg. 41, p. 8 y pg. 52, p. 25).; cuando una investi- Suiza, de 20 .de junio de 1988 y Campbell contra Reino Unido, de 25 de
gación afectaba únicamente a las actividades comerc_iales, no argumentó que marzo de 1992, serie A núms. 137 y 233) ni siquiera contempló la posiqili-
el artículo 8 no fuera aplicable en virtud de la «vida privada» (Sentenda dad de la no. 4plicación del artículo 8 derivada del carácter ,profesional
Chapell contra Reino Unido, de 30 de marzo de 1989, serie A núm. 152:-A, de una correspondencia.
pgs. 12-13, p. 26, y pgs. 21-22, p. 51).
33. Tomadas en su conjunto, las razones que preceden llevan a consi-
30. En cuanto a la palabra «home» que figura .en el texto inglés del derar que el registro enjuiciado constituye una injerencia en los derechos
artículo 8, en algunos Estados contratantes, como Alemania, se admite que rc::conocidos por el artículo 8.
abarque los despachos profesionales. Dicha interpretación cuadra por otro
lado totalmente con la versión francesa: el término «domicile» tiene una B) SOBRE SI lA INJERENCIA ESTABA «PREVISTA POR lA LEY·
connotación más amplia que «home» y puede englobar, por ejemplo, el des-
pacho de tin miembro de una profesión liberal. . 34. En opinión del Sr. Niemietz, no se trataba de una injerencia «pre-
vista por la ley»: fundada en sospechas más que en hechos, no reunía por
También ahí puede ser dificultoso el establecer las distinciones precisas: tanto las condiciones del artículo 103 del Código de procedimiento penal;
se pueden llevar desde casa actividades vinculadas a una profesión o comer- además, trataba de hacer abstracción de las disposiciones legales que prote-
cio, y desde el despacho o un local comercial actividades de índole personal. gen el secreto profesional.
.~ .
424 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS VIL-DERECHO AL RESPETO DE LA VIDA PRIVADA Y FAMILIAR (ART. 8) 425
~
35. Tal y como sostienen la Comisión y el Gobierno, hay que rechazar
esta argumentación. El Tribunal regional de Munich y el Tribunal Constitu- :~ POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL POR UNAMIDAD,

cional Federal consideración que el registro era conforme a derecho en vir-


tud del artículo 103 del Código de procedimiento penal. El Tribunal no
--1~ l.
...
[ ]
Declara que ha habido violación del artículo 8 del Convenio

percibe ningún motivo para apartarse de la opinión de la Comisión y el


Gobierno. ·· Hecha en inglés y francés y notificada en audiencia pública en el Palacio
de los Derechos Humanos de Estrasburgo el 16 de diciembre de 1992~ Rolv
C) SOBRE SI 1A INJERENCiAPERSEGUÍA FINES LEGÍTIMOS Ryssdal, presidente, y Marc André Eissen, secretario.

36. Al igual que la Comisión, el Tribunal considera también que la


injerencia perseguía fines legítimos desde el punto de vista del apartado 2
del artículo 8, a saber la prevención de los d(;!litos y la protección de los
derechos de los demás, en este caso el honor del juez Miosga; el demandante
no lo discute.

D) SOBRE lA ·NECESIDAD· DE lA INJERENCIA ·EN UNA SOCIEDAD DEMOCRÁTICA·

37. En cuanto a la «necesidad» dela injerencia «en una sociedad de-


mocrática», el Tribunal se inclina a pensar que pueden considerase pertinen-
tes, con respecto a los fines perseguidos, las razones invocad.as por el Tribu-
nal de distrito de Munich. No obstaiite resulta indispensable estudiar ~ás
profundamente la cuestión porque, en línea con la tesis del demandante y
el dictamen de la Comisión, la medida enjuiciada no era proporcional a
c;lichos fines. ·
Desde luego, no podría catalogarse sin más de menor el delito de
origen del registro; constituía no solamente un insulto hacia un juez, sino
además un intento de ejercer presión sobre él. Sin embargo, la orden fue
redactada en términos amplios: ordenaba la búsqueda e ii:icautación · de
«documentos», sin limitación alguna, que revelaran la identidad del autor
de la carta ofensiva. Esta punto tiene una importancia singular cuando,
como en Alemania, el registro del despacho de un abogado no va acompa-
ñado de garantías procesales especiales, como la presencia de un observa-
dor independiente. Aún más, 'vista la naturaleza de los objetos realmente
examinados, el registro lesionó el secreto profesional en un grado que se
considera desproporcionado en este caso. Conviene recordar a este res-
pecto que en el caso de un abogado, dicha intrusión puede repercutir en
la buena administración de la justicia y, por lo tanto, en los derechos
garantizados por el artículo 6. Asimismo, la publicidad que rodeó el asunto
pudo comprometer el buen nombre del demandante, tanto entre sus
clientes como entre el público en general.

E) CONCLUSIÓN

38. En conclusión, hubo violación del artículo 8.


[ ... ]
' '
21. Asunto l,hpez Ostra c. España, de 9 de diciembre de.1994
En el asunto López Ostra contra España,
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, constituido conforme al
artículo 43 del Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y de
las Llbertades Fundamentales («el Convenio») y a las cláusulas pertinentes
~e su Reglamento A, en una Sala compuesta por los siguientes Jueces Señores
R Ryssdal, presidente, .R.. Bern,hardt, A Spielmann, s~ñora E. Palm, señores J.
M. Morenilla, F. Bigi, A B. Báka, M. A Lopes_ Rocha, Q. Mifsud Bonnici, así
como por el señor H. Petzold, ·secretario. · ·
Después de haber deliberado en sala del consejo los días 24 de junio y
23 de noviembre de 1994,
Dicta la siguiente,
SENTENCIA
I

-# [ ... ]
HECHOS

6. Doña Gregoria López Ostra, de. nacionalidad española, reside en


Lorca (Murcia).
·''
En la época considerada, vivía con su esposo y sus dos hijas en el barrio
«Diputación del Rfo, el Lugarico», situado a unos cientos de metros del cen-
tro de Lorca.

l. Circuristancias del caso

A) GÉNESIS DEL ASUNTO

7. La ciudad de Lorca reúne una gran concentración de industrias del


cuero. Varias industrias de curtidos allí instaladas, dentro de una sociedad
anónima denominada SACURSA, hicieron construir, en unos terrenos perte-
necientes al municipio y con una subvención del Estado, una planta de depu-
ración de aguas y de residuos, que se encontraba a doce metros del domicilio
de la demandante.
8. La planta inició sus actividades en julio de 1988 sin haber obtenido,
previamente, la licencia municipal, como lo exige el artículo 6 del Regla-
mento de Actividades Molestas, Insalubres, Nocivas y Peligrosas (Reglamento
428 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS VII.-DERECHO AL RESPETO DE lA VIDA PRNADA Y FAMILIAR (ART. 8) 429

de 1961) y sin que se hubiese seguido el procedimiento establecido para este constató que, durante la visita del perito el día 17 de enero, ésta tenía como
fin (apartado 28 infra) única actividad la depuración dé las aguas residuales cromadas, pero que el
resto de los residuos pasaban también por la planta a través de estanques
Su puesta en funcionamiento causó emanaciones de gas~s, olores pesti- antes de ser vertidos al río, lo que provocaba malos olores. Concluía que el
lentes y contaminación (debidos a su mal funcionamiento), que provocaron emplazamiento de la planta no era el más adecuado'.
inmediatamente trastornos de salud y molestias a numerosos habitantes de
Lorca, especialmente a los del barrio de la demandanté. El ayuntamiento El Ministerio Fiscal se mostró favorable a las pretensiones de la in:tere~
evacuó a los residentes de ese barrio y losrealojó gratuitamente en el centro sada. Sin embargo; la Audiencia Territorial desestimó: el recurso el 31 de
de la ciud~d durante los meses de julio, agosto y septiembre de 1988. En enero de 1989. Según ésta, aunque innegablemente el funcionamiento de la
octubre, la demandante y su familia v9lvieron a su apar41IDento; vivieron allí planta pudo causar molestias en cuanto a olores, humos y ruidos; no consti-
hasta febréro de 1992 (apar41do.28 infra). · tuían un peligro grave para la salud de las familias que vivían .en. las inmedia-
ciones, sino más bien un deterioro de la calidad de vida, qu~ no, era lo sufi-
· 9. El 9 de septiembre de 1988, como 'cbnsécÜeneia de numerosas que-
cientemente importante como para atentar a los derechos fundamentale~
jas y a la vista de los informes de las autoridades sanitarias y de la Agencia
reivindicados. En todo caso, no se le podían imputar al ayuntamiento, que
para el Medio Ambiente y la Naturaleza de la' Región de Murcia, el ayunta-
había adoptado medidas a este respecto; en cuanto a la falta de licencia,
~ento ordenó la paralización de una de las actividades de la planta, la _de-
no se trataba de una cuestión a examinar en el marco del proce!io especial
cantación de residuos químicos y orgánicos en estanques de agua. (lagunaJe),
.; emprendido en este caso, ya que afectaba· a la vulneración de la legalidad
manteniendo la de depuración de las aguas residuales contaminadas con
ordinaria.
cromo.
Los efectos de esta paralización pardal de actividades son controverti- 2. El procedimiento ante el Tribunal Supremo
dos, pero de los informes periciales y testimonios escritos de los años 1991, 12. El 10 de febrero de 1989, la señora López Ostra interpuso un re-
1992 y 1993, presentados ante la Comisión por el Gobierno y por la deman- curso de apelación ante el Tribunal Supremo. Según ella, diversos testimo-
dante (apartados 18-20 infra), se deduce que persisten ciertas molestias, que nios e informes periciales mostraban que la planta depuradora generaba hu-
pueden constituir un peligro para la salud de los vecinos. mos contaminantes, olores pestilentes e irritantes así como ruidos repetitivos
B) EL RECURSO PARA 1A PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES
que habían causado problemas de salud a su hija y a ella misma. En lo que
se refiere a la responsabilidad del ayuntamiento, la decisión de la Audiencia
l. El procedimiento ante la Audiencia Territorial de Murcia Territorial se mostraba inconciliable con los poderes generales de policía
que el reglamento de 1961 atribuye a los alcaldes, especialmente cuando la
· 10. Al haber fracasado el intento de encontrar una solución con la actividad en cuestión se ejerce sin licencia. Teniendo en cuenta, entre otros,
alcaldía, la señora López Ostra interpuso, el 13 de octubre de 1988, ante la el artículo 8.1 del Convenio, la actitud de la ciudad constituía una injerencia
Audiencia Territorial de Murcia (Sala de lo contencioso-administrativo) un ilegítima en su derecho al respeto de su domicilio, y además, un atentado a
recurso para la protección de sus derechos fundamentales (artículo 1 de la su integridad física. Por último, la interesada reclamaba la suspensión de las
Ley Orgánica 62/1978 de 26 de diciembre de 1978), de protecciónjurisdic- actividades de la planta..
cional de los derechos fundamentales de la persona, «Ley Orgánica 62/
1978». Denunciaba, concretamente, una injerencia ilegítima en su domicilio 13. El 23 de febrero de 1989, el Fiscal del Tribunal Supremo formuló
y en el disfrute pacífico de éste, una violación de su derecho a elegir libre- sus conclusiones: la situación incriininada constituía lina inje-rencia arbitraria
mente un domicilio y atentados a su integridad física y moral, su libertad y e ilegal de las autoridades públicas en la vida privada y familiar de la deman-
su seguridad (artículos 15,.17.l, 18,.2 y 19 de la Constitución), debidos a la dante (artículo 18 en relación con los artículos 15 y 19 de la Constitución);
actitud pasiva delayuntamiento respecto a las molestias y riesgos causados debía, pues, estimarse su demanda a la vista de las molestias que sufría y del
por la planta depuradora. Solicitaba al Tribunal que ordenase la paralización deterioro de su calidad de vida, reconocidas por otra parte por la. Sentencia
temporal o definitiva de sus actividades. de 31 de enero. El 13 de marzo, el Fiscal apoyó la petición de suspensión.
11 . . El Tribunal recogió varios testimonios propuestos por la deman- 14. Por Sentencia de 27 de julio de 1989, el Tribunal Supremo rechazó
dante y encargó a la Agencia Regional paia el Medio Ambiente y la Natura- el recurso de apelación. La decisión atacada era conforme· a las disposiciones
leza que redactase un dictamen sobre· las condiciones de funcionamiento y constitucionales invocadas pues ningún agente público había penetrado en
la situación de la planta. En un informe de 19 de enero de 1989,. la Agencia el domicilio de la interesada, quien por otra parte era libre de mudarse, ni
430 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS VII.-DERECHO AL RESPETO DE LA VIDA PRIVADA Y FAMILIAR (ART. 8) . 431

había atentado contra su integridad fisica. En cuanto a la falta de licencia, país, la defensa del orden y la prevención del delito, la protección de la salud
ésta debe examinarse en el marco de un procedimiento ordinario. o de la moral, o la protección de los derechos y las libertades de los demás.

3. El procedimiento ante el Tribunal Constitu.ciona~ La Comisión comparte esta opinión, que el Gobierno combate ..

15. Ef20 de octubre de 1989, la señÓra López Ostra promovió ante.el . 45. , El Gobiex:no. señala que la queja planteada ante la Comisión y admi.:.
Tribunal Constitudonal un recurso de amparo alegando una violación de los nda por esta no comcide con la que los tribunales españoles examinaron en
artículos 15 (derecho a la integridad fisica), 1.8 (derecho a la vida priva9.a y el ma;co del recurso de protección de los derechos fundamentales, pues se
a la inviolabilidad,del domicilio familiar) y 19 (derecho a elegir libremente basaria en afirmaciones, informes médicos y periciales técnicos posteriores a
dicho recurso y totalmente ajenos a este Ultimo'.
su domicilio) de la Constitución..
El 26 de febrero de 1990, el alto tribunal declaró el recurso inadmisible 46. Tal argumento no logra convencer al Tribunal. La demandante
_(
por falta manifiesta de fundamento. Observaba que el motivo· basado en una criticaba _una situación que se había prolongado a causa de la· pasividad del
violación del derecho al respeto de la vida privada,· no había sido debida- Ayuntamiento y de las demás autoridades competentes. Dicha inactividad
mente planteado ante los tribunales ordinarios. En cuanto al resto, est.hnaba constituía uno de los elementos esenciales de las quejas presentadas ante la
que la existencia de humos, olores y riridos no constituía, en sí, una violación Comisión y del recurso ante la Audiencia Territorial de Murcia (apartado 10
a
del derecho la inviolabilidad del domicilio, qué la negativa á ordenar el supra). Que esta situación haya persistido después de la presentación de la
dem~?ª ante la Com~sión y de su deci_sión sobre la admisibilidad; no puede
cierre dela planta no podía pasar por un trato degradante, pues laviday la
integridad fisica de la demandante no se encontraban en peligro, y' que no ser utilizado contra la mteresada. El Tnbunal puede tomar en consideración
había habido atentado contra su derecho a elegir un domicilio pues ninguna hechos posteriores a la presentación de la demanda -e incluso a la adopción
de la decisión sobre la admisibilidad- cuando se trata de una situación lla-
autoridad la había expulsado de su vivienda.
mada a perdurar (ver la sentencia Neumeister contra Austria de 27 de junio
[ ... ] de 1968, serie A núm. 8, pg. 21, apartado 28 y pg. 38, apartado 7). .
FUNDAMENTOS DE DERECHO· 47. La señora López Ostra pretende que a pesar de la.paralización
parcial de las actividades de la planta el 9 de septiembre de 1988, ésta conti-
nuó emitiendo humos, ruidos repetitivos y fuertes olores, que hicieron inso-
34. La demandante alega la violación de los artículos 8 y 3 del Conve- portable el régimen de vida de su familia y provocaron en ella misma y en
nio; a causa de los olores, ruidos y humos contaminantes provocados por sus allegados serios problemas de salud. Alega a este respecto una violación
una planta depuradora de aguas y residuos instalada a unos metros de su de su derecho al respeto de su domicilio.
domicilio. Imputa la responsabilidad.de los mismos a las autoridades.españO-
las, quienes habían dado muestras de pasividad. 48. El Gobierno pone en duda la realidad y la gravedad de la situación
descrita.
[ ... ]
49: Apoyándose en informes médicos y periciales aportados tanto por
II. Sobre la violación del artículo 8 del Convenio el Gobierno como por la demandante (apartados 18-19 supra), la Comisión
constató, principalmente, que las emanaciones de sulfuro de hidrógeno pro-
44. La señora López Ostra alega eíi primer lugar una:·.violación del cedent~s de la planta sobrepasaban el límite ;;i.utorizado, que podían generar
artículo 8 del Convenio, que dice: 1:1n. peligro para_ la salud de l~s habitantes de fas viviendas próximas y, por
úlnmo, que podía haber un vmculo de causalidad entre dichas emanaciones
Artículo 8. y las afecciones que sufría la hija de la demandante .
.. .
l. Toda persona tiene derecho alrespeto de su vida privada y familiar,
50. Según el Tribunal, estos documentos no hacen sino confirmar el
de su domicilio y de su correspondencia.. primer informe pericial presentado el 19 dé noviembre de 1989 ante la Au-
2. No podrá haber injerencia de la autoridad pública en el ejercicio diencia Territorial por la Agencia Regional para el Medio Ambiente y la
de este derecho, sino en tanto en cuanto esta injerencia esté.prevista:por la Naturaleza, en el marco del recurso para la protección de los derechas funda-
Ley y constituya una medida que, en una sociedad democrática; sea necesaria mentales interpuesto por la señora López Ostra. El Ministerio Fiscal apoyó
para la seguridad nacional, la seguridad pública, el bienestar económico,del el recurso tanto en primera como en segunda instancia (apartados 11 y 13
432 lAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS VIL-DERECHO AL RESPETO DE lA VIDA PRIVADA Y FAMILIAR (ART, 8) 433

supra). La pr:opia Audiencia Territorial admitió que las molestias en litigio, la Agencia Regional para el Medio Ambiente y la Naturalez<1-, confirmado
sin constituir un peligro grave para la salud, causaban urt deterioro de la posteriormente por los informes periciales de 1991, 1992 y 1993.
calidad de vida de los vecinos, deterioro que, sin embargo, no era lo suficien-
54. Segiín la señora López Ostra, los poderes generales de. policía que
temente serio como para violar los derechos fundamentales recbnocidos en
el Reglamento de 1961 atribuye a los ayuntamientos, obligaban a dicho ayun-
la Constitución (apartado 11 supra) .. tamiento a actuar. Además, la planta no reunía las condiciones requeridas
51. Sm embargo, ni qué decir tiene que los atentados graves al medio por la Ley, en concreto en lo que se refiere a su emplazamiento y a la falta
ambiente pueden afectar al bienestar de una persona y privarla del disfr:ut~ de licencia municipal.
de su domicilio, perjudicando su vida privada y familiar; sin, por ello, poner 55. Sobre este punto, el Tribunal recuerda que la cuestión de la legali:.
en grave peligro la salud de la interesada. dad de la instalación y del funcionamiento de la planta depuradora sigue
pendiente ante el Tribunal Supremo desde 1991 (apartado 16 supra). Ahora
Que se aborde la cuestión bajo el ángulo de una obligación positiva del bien, según la jurisprudencia constante del Tribunal, incumbe eri primer
Estado -adoptar medidas razonables y adecuadas para proteger los derechos lugar a las autoridades nacionales, y especialmente a los juzgados y tribunales,
del individuo en virtud del apartado 1 del artículo 8- como desea la: deman~ interpretar y aplicar el derecho interno (ver, entre otras, la Sentencia Casado
dante, o bajo el de «una injerencia de una autoridad pública», según Jos Coca contra España de 24 de febrero de 1994, serie A, núm. 285-A, pg. 18,
términos del apartado 2, los principios aplicables son muy semejantes. En apartado 43).
ambos casos hay que tener en cuenta el justo equilibrio entre Jos intereses
concurrentes del individuo y de la sociedad en su conjunto, gozando el Es- De todos modos, el Tribunal estima que en este caso concreto le basta
tado en cualquiera de las hipótesis de un cierto margen de apreciación. Ade- averiguar si, suponiendo incluso que el ayuntamiento haya cumplido con las
más, incluso para las obligaciones positivas que resultan del apartado 1, los funciones que le corresponden según el derecho interno (apartados 27-28
objetivos enumerados en el apartado 2 pueden jugar un cierto papel eh Ja supra), las autoridades nacionales adoptaron las medidas necesarias para pro-
búsqueda del equilibrio deseado (ver, en concreto, las Sentencias Rees con- teger el derecho de la demandante ·al respeto de su domicilio así como al de
tra Reino Unido de 17 de octubre de 1986, serie A, núm.106, pg. 15, apartado su vida privada y familiar garantizados por el artículo 8 (ver, entre atrás,
37, y Powell y Rayner contra Reino Unido de 21 de febrero de 1990, serie A, mutatis mutandis, la Sentencia X e Y contra Países Bajos de 26 de marzo de
núm. 172, pg. 18 apartado41). · · 1985, serie A, núm. 91, pg. 11, apartado 23).

52. Del expediente se deduce que la·planta depuradora en litigio fue 56. Procede constatar que no solamente el ayuntamiento no adoptó
construida en julio de 1988 por SACURSA, para resolver un grave problema después del 9 de septiembre de 1988 medidas para este fin, sino que además
de contaminación existente en Larca a: causa de la concentración de curtidu- se opuso a las decisiones judiciales que iban en este sentido. Así, en el proce-
rias. Ahora bien, desde su entrada en servicio provocó molestias y trastornos dimiento ordinario entablado por las cuñadas de la señora López Ostra,
de salud a numerosos habitantes (apartados 7 y 8). apeló contra la decisión del Tribunal Superior de Murcia de 18 de septiem-
bre de 1991, que ordenaba el cierre provisional de la planta, de manera que
Desde luego, las autoridades españolas, y especialmente el ayuntamiento esta medida quedó suspendida (apartado 16 supra).
de Larca, no. eran en principio di.J:-ectamente responsables de las emanacio-
Otros órganos del Estado también contribuyeron a prolongar la situa-
nes de las que se trata. Sin embargo, como señaló la Comisión, el ayunta-
ción. Así, el Ministerio Fiscal recurrió, el 19 de noviembre de 1991, la deci-
miento permitió la instalación de la planta en unos terrenos que le pertene-
sión de cierre provisional adoptada por el Juzgado de Instrucción de Larca
cían y el Estado concedió una subvención para su construcción (apartado 7
el 15 de noviembre, en el marco de las diligencias por delito ecológico, de
supra). ·
manera que la medida no fue ejecutada hasta el 27 de octubre de 1993.
53. El ayuntamiento reaccionó con celeridad reaiojando gratuitamente 57. El Gobierno recuerda que el ayuntamiento asumió los gastos de
en el centro de la ciudad, durante los meses de julio; agosto y septiembre alquiler de un apartamento en el centro de Larca, que la demandante y su
de 1988, a los residentes afectados, clausurando posteriormente úna de las familia ocuparon desde el 1 de febrero de 1992 hasta febrero de 1993.
actividades de la planta a partir del 9 de septiembre (apartados 8 y 9). Sin
embargo, sus miembros no podían ignorar que los problemas medioambien- El Tribunal advierte, sin embargo, que los interesados debieron sufrir
tales persistieron después de este cierre parcial (apartados 9 y 11 supra). durante más de tres años las molestias causadas por la planta depuradora,
Además esto fue corroborado el 19 de enero de 1989 por el informe de antes de mudarse con los inconvenientes que eso conlleva. No lo hicieron
434 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS

sino cuando pareció que la situación iba a prolongarse indefinidamente y


por prescripción del pediatra de la hija de la señora López Ostra. En estas
circunstancias, la oferta del ayuntamiento no puede borrar completamente
las molestias e inconvenientes vividos. " 22.. Asunto Valenzuela Contreras c. España, de 30 de julio de 1998
58. Teniendo en cuenta lo que antecede -:-y a pesar del. margen de En el asunto Valenzuela Co:p.treras contra España,
apreciación reconocido al estado demandado-, el Tribunal estima que éste·
no ha sabido mantener un justo equilibrio entre el interés del bienestar eco- El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, constituido conforme al
nómico de la ciudad de Lorca -el de disponer de una planta depuradora- y artículo 43 del Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y de
el disfrute efectivo por la demandante del derecho al respeto de su domicilio las Libertades Fundamentales («el Convenio») y a las cláusulas aplicables de
y de su vida privada y familiar. su Reglamento A, en una Sala compuesta por los siguientes jueces señor R.
Bemhardt, Presidente, señora E. Palm, señores A. N. Loizou,J. M. Morenilla,
Ha habido, por tanto, violación del artículo 8. Sirjohn Freeland, A. B. Balea, L. Wtldhaber,J. Casadevall, V. Butkevych, así
...
[ ] como por los señores H. Petzold, Secretario y P. J. Mahoney, Secretario adjunto,
POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL, POR UNANIMIDAD, Después de haber deliberado en sala de consejo los días 28 de marzo y
30 de junio de 1998,
l. Desestima las excepciones previas del Gobierno;
.,
L Dicta la siguiente
2. Declara que hubo violación del artículo 8 del Convenio;
SENTENCIA
[ ... ]
Hecha en francés y en inglés, pronunciada en audiencia pú,blica en· el [ ... ]
Palacio de los Derechos Humanos, en Estrasburgo, el 9 de diciembre de
1994. HECHOS

l. Circunstancias del caso


• 7. El demandante, ciudadano español y nacido en 1952, es subdirector
de personal de la empresa W.
A) GÉNESIS DEL ASUNTO Y DESARROLLO DE IA INVESTIGACIÓN

8. El 12 de noviembre de 1984, como consecuencia de la denuncia


presentada contra X por la señora M., empleada de la empresa W, ante el
Juez de instrucción núm. 31 de Madrid, por injurias y amenazas telefónicas
y escritas, se abrieron diligencias previ(ll!. El 6 de febrero de 1985, el señor R.,
novio de la señora M., presentó denuncia contra X por los mismos hechos,
9. ios días 8 d~ enero y 19 de febrero de 1985, djuez de instrucción;
en virtud del artículo 18.3.de la Constitución y a petición de ia señora M. y
el señor R., formulada durante su declaradón, ordenó intervenir sus líneaS
telefónicas durante un mes. Se interceptaron numerosas llamadas sospecho-
sas efectuadas desde la sociedad W o desde cabinas telefónicas.
10. Los días 18 de febrero y 25 de marzo, respectivamente, se suprimie-
ron las escuchas telefónicas. ·
11. El 29 de marzo de 1985, la señora M. reveló aljuez de instrucción
436 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS Vll.-DERECHO AL RESPETO DE lA VIDA PRIVADA YFAMILIAR (ART. 8) 437

los nombres de cinco personas, entre ellas el demandante, que tenían acceso pues, la intervención de las líneas telefónicas solicitada, que será llevada a
al número del teléfono de la empresa W, desde el cual se habían efectuado cabo por los agentes de la Compañía Telefónica Nacional, tal y como lo
algunas de las llamadas sospechosas. autoriza el artículo 18.3 de la Constitución.
Ese mismo día, otras tres personas fuerón citadas a comparecer. Se soli- :.:.·
Visto, además del artículo citado, el Título VIII del Libro (11) de la Ley
citó a la empresa W que aportase datos acerca de los despachos y las personas_ de E;njuiciamiento Criminal entre otras disposiciones de aplicación general~
a quienes correspondían los números de teléfono litigiosos.
(ElJuez) declara: se ordena la intervención de las líneas telefónicas nú-
12. El 30 de abril de 1985, el Juez de instrucci6n ordenó de nuevo la meros 6412925 y 7952200, respectivamente, pertenecientes a Cosme Valen-
vigilancia de las líneas de teléfono de la señora M. y del señor R. del 1 al 31 zuela Contreras y al señor S., que será llevado. a cabo por los funcionarios de
de mayo de 1985. Ordenó, igualmente, el estudio de los anónimos que conte- la Compañía Telefónica Nacional de España: por un período de un mes a
nían amenazas contra la señora M. para determinar el modelo de máquina partir de hoy; al finalizar dicho período, deberán rendir cuentas del resul-
de escribir utilizada para redactarlas, así como de las fotografias adjuntas a tado de la intervención mencionada.
ciertas cartas. Hizo analizar también los restos de saliva y las huellas que se
( •.• ) ».
encontraban en los sobres.
13. El 7 de junio de 1985, se remitió al Juez de instrucción la cinta que 15. El 10 de diciembre de 1985, la Dirección General de la Policía del
contenía la grabación de las llamadas efectuadas a los números sometidos a Ministerio del Interior informó alJuez de instrucción núm. 1 de Madrid que
vigilancia, algunas de las cuales revelaban que se habían proferido amenazas la vigilancia del número de teléfono del señor S. había resultado infructuosa
e insultos contra la señora M. ya que no se había grabado ningt.ina llamada o conversación sospechosa.
Precisaba en cambio que la vigilancia de la línea telefónica del señor Valen-
14. El 19 de noviembre de 1985, el Juez de instrucción, basándose en zuela había revelado que se habían hecho numerosas llamadas desde su telé-
el artículo 18.3 de la Constitución y tomando en consideración el Título VIII fono a los de la señora M., al del novio de esta última y a los de sus parientes
del Libro 11 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal «relativo a la entrada y próximos. Sin embargo, la persona que llamaba, colgaba en cuanto el telé-
registro en lugar cerrado, del de libros y papeles y de la detención y apertura fono era descolgado.
de la correspondencia escrita y telegráfica», ordenó la intervención de las ..
líneas telefónicas privadas del señor S. y del señor Val~nzuela, director y El mismo día, la Dirección General de Policía solicitó alJuez la autoriza-
subdirector de personal, respectivamente, de la empresa en la que el deman- ción para efectuar un registro en el domicilio del señor Valenzuela después
dante trabajaba, durante un período de un mes a partir del 26 de noviembre de que hubieran sido enviada.S a la víctima nuevas cartas injuriosas.
de 1985. El demandante aparecía como el principal sospechoso, teniendo en 16. La intervención de la línea telefónica del señor Valenzuela terminó
cuenta, de una parte, el hecho de que la mayoría de las llamadas habían sido el 20 de diciembre de 1985 debido a una avería en el sistema. Las cintas
efectuadas desde la empresa W en la que él trabajaba y que, como subdirec- originales grabadas se remitieron al Juez y se incluyeron en el sumario judi-
tor de personal tenía acceso a los archivos de la empresa, y, de otra, larela- cial sometido al examen contradictorio de las partes. ..
ción sentimental que el señor Valenzuela había tenido con la señora M. El
auto del Juez de instrucci~n decía: · · 17. El 27 de diciembre de 1985, el mismo demandante pre~entó ante
el Juez de instrucción núm. 2 de Madrid una denunda por amenazas telefó-
«Se solicita la intervención de las líneas telefónicas números 6412925 y nicas. El 17 de junio de 1986, el demandante, en su comparecencia, solicitó
7952200, pertenecientes a Cosme Valenzuela Contreras y al señor S. respecti- al Juez que ordenase la intervención de su propia línea telefónica, lo que no
vamente, instaladas en esta ciudad, en la Avenida del Oeste número 41, de dio ningún resultado. El 14 de junio de 1988, el Juez decretó el sobresei-
Akorcón la primera, y en la calle H la segunda, .con motivo de la investiga- miento provisional.
ción de ciertos hechos delictivos sobre los que háy una investigacióp. policial
en curso. 18. Los días 9 de diciembre de 1985 y 13 de enero de 1986, la Direc-
ción General de Policía confirmó ante el Juez de instrucción que dmante la
Considerando que: se puede deducir de lo que ha expuesto la Policía
intervención se habían hecho veintidós llamadas desde la línea telefónica del
Judicial que existen indicios bien fundados de que se puedan descubrir he-
demandante de_ las que tres se habían hecho al domicilio de la señora M.,
chos y circunstancias de interés sobre la comisión de un delito mediante las ocho al del señor R., dos a la tía de este último y nueve a su jek · ·
escuchas de las líneas telefónicas números 6412925 y 7952200 que pertene-
cen a Cosme Valenzuela Contreras y al señor S. respectivamente; procede, 19. El 26 de enero de 1986, el Ministerio Fiscal solicitó la apertura de
438 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS VIL-DERECHO AL RESPETO DE LA VIDA PRIVADA YFAMILIAR (ART. 8) 439

un sumario por delitos de injurias graves y amenazas contra el señor Valen- D) REcURSo DE AMPARO ANTE EL TRIBUNAL CoNstrrucIONAL
zuela y, llegado el caso, contra el señor S.
28. El demandante interpuso entonces ante el Tribunal Constitucional
20. El 25 de febrero de 1986, el Juez de instrucción núrri. 31 de Madrid un recurso de amparo basándose en los derechos a la presunción de inocen-
ordenó los registros del domicilio del demandante y de la sede de la empresa cia, al respeto a la vida privada y familiar y al secreto de las comunicaciones
w. telefónicas (artículos 24 y 18 de la Constitución) (apartado 29 irifra). El 16
21. El 18 de abril de 1986, este mismo Juez, decidió abrir un procedi- de noviembre de 1994, el Tribunal inadmitió·eI recurso por los motivos si-
guientes: ·
miento criminal contra el señor Valenzuela. Mediarite Auto de procesa-
miento de 18 de abril de 1986, inculpó al demandante de injurias graves y «( ... ) Contrariamente a los argumentos del demandante, no se aprecia
amenazas en virtud de los artículos 457, 458.2, 458.3, 458.4, 459, 463 y 493.2 ninguna violación de su derecho al secreto de las comunicaciones telefónicas
del Código Penal. .en el caso presente, en la medida en que la vigilancia· de su línea telefónica
22. El 26 de diciembre de 1990, el Juez de instrucción núm. 27 de privada había sido previamente autorizada por una decisión judicial ;motivaP.a
Madrid, a quien se había asignado el caso el 2 de enero de 1990, declaró conforme al artículo 579.3 de la Ley de Enjuiciamiento Criininal. Hay que
cerrada la instrucción y ordenó el envío del asunto ante la Audiencia Provin- señalar, sin embargo, que dicha intervención no dio resultados que permitie-
cial de Madrid. · ran· determinar la culpabilidad del señor Valenzuela en el caso d.el delito de
amenazas de que era sospechoso, en la medida en que lo único que _se. cons-
B) PROCEDIMIENTO ANTE lA AUDIENCIA PROVINCIAL DE MADRID tató, era que se habían efectuado frecuentes llamadas telefónicas y sin nin-
gún contenido desde su domicilio al de la persona amenazada, ya que el
( ... ) autor de dichas llamadas colgaba el teléfono en cuanto (la víctima) descol-
25. El 8 de mayo de 1992, la Audiencia Provincial de Madrid condenó gaba. Lo que fue verdaderamente determinante (para llegar la culpabilidad
del demandante) fue el conjunto de indicios tales como la reciente relación
al demandante a una pena de cuatro meses de prisión, una multa así como
sentimental del demandante de amparo con la señora M., su condición de
a indemnizar a la señora M. por un delito continuado de amenazas durante
subdirector de personal de la empresa en la que esta última trabajaba, el
cuatro años, por teléfono y por carta contra ella y el señor R, su novio y sus
hecho de demostrarse que algunas de las llamadas habían sido efectuadas
familias respectivas, en su medio privado y profesional. ·
desde dicha empresa, y el que las fotografias que acompañaban algunas de
26. La sentencia señalaba que, en cualquier caso, ni los registros ni las las cartas anónimas eran las de los ficheros del personal que pertenecían a
escuchas telefónicas constituían un elemento determinante para concluir la los archivos de la empresa, a los que únicamente tenírui acceso quienes traba-
culpabilidad del demandante; por medio de escuchas se había constatado jaban en su departamento de personal, las reacciones del señor Valenzuela
que algunas de las llamadas hechas desde el teléfono del demandante corres- durante el juicio oral, etc. Estos indicios, debidamente apreciados (por la
pondían al número de teléfono de la señora M. y que la mayor parte de las Audiencia Provincial) mediante un razonamiento claro no susceptible de ser
llamadas habían sido hechas desde la empresa en la que trabajaban tanto la calificado como ilógico, pueden ser considerados suficientes pa:ra destruir la
señora M. como el demandante; sin embargo, no se había podido determinar presunción de inocencia del demandante de amparo (... )». ··
la identidad de la persona que llamaba ya que ésta co~gaba en cuanto el
comunicante descolgaba. [ ... ]

C) PROCEDIMIENTO ANTE EL TRIBUNAL SUPREMO FUNDAMENTOS DE DERECHO


27. El demandante interpuso un recurso de casación que fue desesti-
[ ... ]
mado el 19 de marzo de 19.94 por el Tribunal Supremo. En lo que concierne
a las escuchas telefónicas litigiosas, la sentencia precisó que, aunque pudiéra-
mos entender que la autorización judicial para proceder a la intervención d~ 11. Violación del artículo 8 del Convenio
la línea telefónica del demandante se concedió de un modo un tan_to gené-
rico, este medio de prueba no constituía el único elemento que había llevado . 41. El demandante afirma que la intervención de sus comunicaciones
la convicción del tribunal a quo y que, en todo caso, las amenazas habían telefónicas ha supuesto la violación del artículo 8 del Convenio, redactado
sido igualmente proferidas por escrito. · de la siguiente manera:
440 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS VII.-DERECHO AL RESPETO DE lA VIDA PRIVADA Y FAMILlAR (ART. 8) 441

«l. Toda persona tiene derecho al respeto de su vida privada y familiar, cuendas para ella (Sentencias Kruslin antes citada, pg. 20, ap. 27, y Kopp
de su domicilio y de su correspondencia. antes citada, pg.... , ap. 55).
2, No podrá haber injerencia de la autoridad pública en el ejercicio ... iii. El peligro de arbitrariedad aparece con singular nitidez .allí donde
de este derecho, sino en tanto en cuanto esta irijerenciá. esté prevista por la un poder de apreciación se ejerce en secreto. Cuando se trata de medidas
ley y constituya una medida que, en una sociedad democrática, sea nec::esaria secretas de vigilancia o de la interceptación de .comunicaciones por las autori-
para la seguridad nacional, la seguridad pública, el bienestar económico del dades públicas, la exigencia de previsibilidad implica que el derecho interno
país, la defensa del orden y la prevención del delito, la protección de la shlud debe emplear términos suficientemente claros para indicar a todos de ma-
o de la moral, o la protección de los derechos y las libertades de los demás». nera suficiente en qué circunstancias y bajo qué condiciones habilita a los
poderes públicos a tomar tales medidas (sentencias Malone antes citada, pgs.
A) .APLICABILIDAD DEL ARTÍCuLO 8 3k32, aps. 66, 67, Kruslin antes citada, pgs. 22-23, ap. 30, Halford antes ci-
42. Para el Tribunal; se· desprende claramente de su jurisprudencia tada, pg. 1017, ap. 49 y Kopp antes citada, pg .... , ap. 64). La existencia de
que las llamadas telefónicas procedentes del domicilio responden a las.nocio- reglas claras y detalladas en la materia es indispensable, tanto más cuanto que
nes de «vida privada» y de «Correspondencia» que figuran en el artículo 8 los procedimientos técnicos no cesan de perfeccionarse (Sentencias Kruslin y
(Sentencias Klass y otros contra Alemania de 6 de septiembre de 1978, serie Huvig antes citadas, pg. 23, §33, y pg. 55, ap. 32 respectivamente, y Kopp
A núm. 28, pg. 21, ap. 41, Malone contra el Reino Unido de 2 dé agosto de antes citada;pg.... , ap. 72).
1985, serie A núm. 82, pg. 30, ap. 64 y Kruslin contra Francia y Huvig contra iv. Como garantías mínimas, necesarias para evitar los abusos, que de-
Francia de 24· de abril de 1990, seriecA, núm. 176-A y "B, pg. 20, ap. 26 y ben figurar en la ley, las Sentencias Kruslin y Huvig, mencionan:. la definición
pg. 52, ap. 25 respectivamente). Este punto no se prestó, por otra parte, a de las categorías de personas susceptibles de ser sometidas a vigilancia telefó-
controversia. · nica judicial; la naturaleza de las infracciones a que puedan dar lugar; la
B) CUMPLIMIENTO DEL ARTÍCULO 8 fijación de un límite a la duración de la ejecución de la medida; las condicio-
nes de establecimiento de los atestados que consignen las conversaciones
( ... ) interceptadas; las precauciones que se deben tomar para comunicar, intactas
y completas, las grabaciones realizadas, con el fin de ser controladas eventuaI-
2. Apreciación del Tribunal· mente por el Juez y la defensa; las circunstancias en las que se puede o se
a) Principios generales debe realizar el borrado o la destrucción de dichas cintas, sobre todo· tras un
sobreseimiento o una absolución (loe. cit., pg. 24, ap. 35, y pg. 56, ap. 34
46. Pe lajurisprudencia del Tribunal se derivan los siguientes princi- respectivamente).
pios, pertinentes en este caso:
b) Aplicación de estos principios en el presente caso
i. La interceptación de las conversaciones telefónicas constituye una
injerencia de una autoridad pública en el derecho al respeto a la vida privada l. Existencia de una injerencia
y a la correspondencia. Tal injerencia vulnera el artículo 8.2 salvo si, «prevista
por la ley», persigue uno o varios fines legítimos respecto al párrafo 2 y, 47. La intervención de la línea telefónica del señor Valenzuela Contre-
además, es «necesaria, en una sociedad democrática» para alcanzarlds (Sen- ras entre el 26 de noviembre y el 20 de diciembre de 1985 (apartados 14 y
tencia Kopp contra Suiza, de 25 de marzo de 1998, ap.- 50). 16 supra) constituye una «injerencia de una autoridad pública» en el sentido
del artículo 8.2, en el ejercicio por el demandante del derecho al respeto de
ii. Las palabras «prevista por la ley» buscan, en primer lugar, que la su vida privada y de su correspondencia. Este punto no se prestó a controver-
medida incriminada tenga una base en el derecho interno. Sin embargo, esta sia. No es decisivo, a este respecto, que el sistema utilizado haya sido una
expresión no se limita a remitir al derecho interno, sino que concierne tam- simple «cuenta» como afirma el Gobierno (Sentencia Malone, antes citada,
bién a la calidad de la «ley»; exige que sea compatible con la preeminencia pg. 38, ap. 87). ·
del derecho, implicando así que el derecho interno debe ofrecer lll}.a cierta
protección contra atentados arbitrarios de los poderes públicos a los dere- 2. Justificación de la injerencia
chos garantizados por el párrafo 1 (sentencia Malone antes citada, pg. 32,
ap. 67). De esta exigencia deriva la necesidad de la accesibilidad de la ley 48. Procede investigar si dicha injerencia encaja con las exigencias del
para la persona implicada, que por añadidura debe poder prever las conse- apartado 2 del artículo 8.
442 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS Vll.-DERECHO AL RESPETO DE LA VIDA PRIVADA Y FAMILIAR (ART. 8) 443

z. La injerencia, ¿estaba «prevista por la ley» ? 56. El Tribunal reconoce que el Juez de instrucción intentó asegurar
un máximo de protección en lo que concierne a la ejecución de la medida
49. Nadie discute la existencia de una base legal en el derecho español de vigilancia ordenada, en el marco de las disposiciones -legales en vigor en
en la materia. El Tribunal se limita por lo tanto a constatar que el artículo dicho momento. Tuvo en cuenta, en efecto, por lo menos de manera gene-
18.3 de la Constitución, sobre el que el Juez de instrucción basó principal- ral, las disposiciones de la Ley de Enjuiciamiento Criminal «que tratan de la
mente el auto ordenando la vigilancia de la línea telefónica del demandante,_ entrada y registro en lugar cerrado, del de libros y papeles y de la detención
prevé que «el secreto de las comunicaciones y, en particular de las comunica- y apertura de la correspondencia escrita y telegráfica» (apartado 14 supra)
ciones postales, telegráficas y telefónicas está garantizado salvo decisión judi- que podrían fundamentar su decisión.
cial» (apartados 14 y 29 supra). '
57. Sin embargo, procede constatar que las garantías citadas por _el
50. La segunda exigencia que se desprende de la parte de la frase «pre- Gobierno_ (apartado 55 supra), deducidas de una interpretación an_iplia de
vista por la ley», la accesibilidad de esta última, no plantea ningún problema disposiciones legales o de decisiones judiciales, no se deducían de los propios
en este caso. términos del artículo 18.3 de la Constitución, ni de las disposiciones de la Ley
de Enjuiciamiento Criminal que el Juez consideró en el auto que ordenaba ia
51. No sucede lo mismo -con la tercera, la previsibilidad de la ley en interceptación de las comunicaciones telefónicas del demandante (apartados
cuanto al sentido y a Ía naturaleza de las medidas aplicables. 14 y 30 supra).
52. En opinión del Gobierno, el conjunto de los textos legales perti- 58. El Tribunal es consciente de los esfuerzos realizados por 'el legisla-
nentes y de la jurisprudencia del Tribunal Supremo y del Tribunal Constitu- dor y el poder judicial para introdueir, en la legislación y en lajurisprudericia
cional permiten concluir que las escuchas telefónicas ordenadas en este caso españolas, las garantías exigidas por el Convenio en la materia: el Auto del
respondían a la exigencia de previsibilidad tal y como está definida por el Tribunal Supremo del 18 de junio de 1992 constituye el mejor ejemplo de
Tribunal Europeo. ello. El Tribunal observa, sin embargo, al igual que el delegado de la Comi-
sión, que esta evolución tuvo lugar con posterioridad al auto que ordenaba
53. El Tribunal debe, por lo tanto, examinar la «calidad» de las nonnas
la intervención de la línea telefónica del demandante ..
jurídié:as aplicables al señor Valenzuela Contreras en este caso.
El Tribunal señala también que dicha decisión del_ Tribunal Supremo
54. Señala, en primer lugar, que la línea telefónica ~el demandante se interpreta no la legislación aplicable en el momento en que se ordenó la
interceptó en virtud del artículo 18.3 de la Constitución, único artículo que intervención telefónica, sino la resultante de la modificación realizada en
prevé la posibilidad, en el momento en que se ordenó el establecimiento de virtud de la Ley Orgánica 4/1988, de 25 mayo, que introdujo la noción de
las escuchas, de limitar el derecho al secreto de las comunicaciones telefóni- escuchas telefónicas en el artículo 579 de la Ley de Enjuiciamiento Crirriinal.
cas. Observa, sin embargo, que el Juez que ordenó dicha medida tuvo en
cuenta, para justificar su decisión, el Título VIII del Libro II de la Ley de 59. El Tribunal señala que algunas de las condiciones que se- despren-
Enjuiciamiento Criminal en vigor en aquel momento, que trata «de la en- den del Convenio, necesarias para asegurar la previsibilidad de la «ley» y
trada y registro en lugar cerrado, del de libros y papeles y de la detención garantizar en consecuencia el respeto de la vida privada y de la correspon-
y apertura de la correspondencia escrita y telegráfica» (apartados _14 y 30 dencia, no están incluidas ni en el artículo 18.3 de la Constitución ni en las
supra). disposiciones de la Ley de Enjuiciamiento Criminal citadas en la decisión
judicial del 19 de noviembre de 1985 (apartados 14 y 30 supra), principal-
55. En opinión del Gobierno, el Juez que ordenó la vigilancia de la mente la definición de las categorías de personas susceptibles de ser someti-
línea telefónica del demandante, respetó en este caso las garantías fijadas das a vigilancia telefónica judicial, la naturaleza de las infracciones a que
por la jurisprudencia del Tribunal en la materia: indicó la identidad y los puedan dar lugar, la fijación de un límite de la duración de la ejecución de
números de teléfono de los dos sospechosos, precisó que la intervención la medida, las condiciones de establecimiento de los atestados que consignen
a
atendía las necesidades de una investigación de ciertos hechos s.obre los las conversaciones interceptadas, y, la utilización y el borrado de las grabacio-
que había en curso una investigación policial, limitó la duradón de dicha nes realizadas (apartado 46 iv supra).
intervención a un mes y controló la ejecución de la medida ordenada. El
Juez de instrucción habría, por lo tanto, anticipado, cinco años antes de 60. A sem1ejanza del delegado de la Comisión, el Tribunal. no podría
pronunciarse las sentencias Kruslin contra Francia y Huvig contra Francia, tener en cuenta el argumento del Gobierno según el cual el Juez que ordenó
las salvaguardias y garantías contra la arbitrariedad que figuran en ellas; · la interceptación de las comunicaciones telefónicas del demandante no es-
444 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS VIL-DERECHO AL RESPETO DE LA VIDA PRNAoA Y FAMILIAR (ART. 8) 445

taba obligado a conocer tales condiciones, cinco años antes de pronunciarse, Dictada en francés y en inglés y leída en audiencia pública en el Palacio
en 1990, las sentencias Kruslin y Huvig. Recuerda que las condiciones que se de los Derechos Humanos de Estrasburgo, el 30 de julio de 1998. Firrruulo:
refieren a la calidad de la ley mencionadas en las sentencias citadas por el Rudolf Bernhardt, Presidente.-Herbert Petzold, Secretario.
Gobierno, derivan del mismo Convenio. De la exigencia de la previsibilidad
de la «ley» se desprende que, en el contexto de la interceptación de las
comunicaciones telefónicas, las garantías que precisan la extensión y las mo-.
dalidades del poder de apreciación de las autoridades deben figurar con
detalle en el derecho interno, teniendo de esta manera una .fuerza· apre-
miante que circunscribe el poder discrecional del Juez en la aplicación de
dichas medidas [apartado 46 iii) y iv) supra]. En consecuencia, la «ley» espa-
ñola que el Juez de instrucción debía aplicar habría debido prever, con sufi-
ciente precisión, estas garantías. El Tribunal indica además, que en d mo-
mento en que se ordenó la vigilancia de la línea telefónica del demandante,
éste ya había precisado, en una sentencia que constataba una violación d_el
artículo 8, que «la ley debe utilizar términos suficientemente claros para indi-
car a todos de manera suficiente en qué circunstancias y en qué condiciones
habilita a los poderes públicos pararealizar tal vulneración secreta, y virtual-
mente peligrosa, al respeto de la vida privada y de la correspondencia» (Sen-
tencia Malone antes citada, pg. 32, ap. 67). Además, subraya que de todas
maneras, el Juez de instrucción que decretó la interceptación de las comuni-
caciones telefónicas del demandante aplicó él mismo cierto número de ga-
rantías que no han sido precisadas, como afirma el Gobierno, sino por una
jurisprudencia muy posterior.
61. En resumen, el derecho español, escrito y no escrito, no indicaba
con suficiente claridad la extensión y las modalidades del ejercicio del
poder de apreciación de las autoridades en este tema. El señor Valenzuela
Contreras no disfrutó, por lo tanto, del grado mínimo de protección
requerido por la preeminencia del derecho en una sociedad democrática
(Sentencia Malone antes citada, pg. 36, ap. 79). Hubo, por lo tanto,
violación del artículo 8.
ii. Finalidad y necesidad de la injerencia
62. Teniendo en cuenta la conclusión precedente, el Tribunal, a seme-
janza de la Comisión, no estima necesario juzgar, en este caso, el respeto a
las otras exigencias del apartado 2 del artículo 8.
[ ... ]
POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL, POR UNANIMIDAD,
l. Declara que no es competente para examinar la queja que basada en
el artículo 6 del Convenio; ·
2. Declara que hubo violación del artículo 8 del Convenio;
[ ... ]
23. Asunto Pretty c. Rídno Unido, de 29 de abril de 2002
En el asunto Pretty contra Reino Unido,
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (Sección Cuarta) consti-
tuido en una Sala compuesta por los siguientes Jueces señores M. Pellonpka,
Presidente; Sir Nicolas Bratza, J. Makarczyk, M. Fischbach, J. Casdevall, S. Pa-
vlovschi, señora E. Palm, así como por el señor M. O., Secretario de Sección,
'.Tras haber deliberado en privado los días 19 de marzo y 25 de abril de
2002, '
Dicta la siguiente

SENTENCIA
' [ ... ]'
HECHOS

l. Circunstancias del caso


7. La demandante tiene 43 años de edad. Casada desde hace veinti-
cinco años, vive con su esposo, su hija y su nieta. Padece una esclerosis lateral
ami o trófica ( «ELA»), enfermedad neurodegenerativa progresiva que afecta
a las neuronas motrices del interior del sistema nervioso central y que pro-
voca una alteración gradual de las células que hacen funcionar a los músculos
voluntarios del cue,rpo. Su evolución conduc~ a un grave debilitamiento de
los brazos y de las piernas así como de los músculos implicados en el control
de la respiración. La muerte sobreviene generalmente por problemas de in-
suficiencia respiratoria y de neumonía debidos a la debilidad de los músculos
respiratorios y de aquellos que controlan la voz y la deglución. Ningún trata-
·~ miento puede detener la evolución de la enfermedad.

l
~
8. El estado de la demanc:lante se ha deteriorado rápidamente desde
que se le diagnosticó la ELA en noviembre de 1999. La enfermedad se en".'
cuentra acnialmente en un estado avanzado. La señora P. está ca.Si paralizada
desde el cuello hasta los pies, no puede prácticamente expresarse de forma
comprensible y se le alimenta por medio de una sonda. Su esperanza de vida
es_ muy limitada y se cuenta en meses, o incluso semanas. Su intelecto y su
capacidad para tomar decisiones es.tán intactos. -La fase final de la enferme-
dad es extremadamente penosa y lleva consigo una pérdida de dignidad. La,
señora P. tiene miedo y se lamenta del sufrimiento y de la indignidad que va
a tener que soportar si se deja que la enfermedad se desarrolle, y desea por
448 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS VIL-DERECHO AL RESPETO DE LA VIDA PRIVADA YFAMILIAR (ART. 8) 449

tanto vivamente poder decidir cuándo y cómo morir y escapar así a dicho FUNDAMENTOS DE DERECHO
sufrimiento y a la indignidad.
( ... )
9. El suicidio no se considera un delito en derecho inglés, pero la
demandante está impedida por su enfermedad para llevar a cabo dicho acto II. Sobre la violación del artículo 2 del Convenio
sin ayuda. Ahora bien, ayudar a alguien a suicidarse cae bajo el peso de l~
Ley Penal (artículo 2.1 de la Ley de 1961 sobre el suicidio). 34. El artículo 2 del Convenio dice lo siguiente:

10. Con el fin de permitir a su clienta suicidarse con la ayuda de su «l. El derecho de toda persona a la vida está protegido por la Ley.
marido, el solicitor de la demandante, mediante una carta fechada el 27 de Nadie podrá ser privado de su vida intencionadamente, salvo en ejecución
julio de 2001 y escrita en nombre de la señora P., solicitaba al «Director of de una condena que imponga pena capital dictada por un Tribunal al reo
Public Prosecutions» ( «DPP») que se comprometiera a no instruir diligencias de· un delito para el que la Ley establece esa pena.
en contra del marido de la demandante si este último, accediendo a los 2. La muerte no se considerará infligida con infracción del presente
deseos de su esposa, la ayudara a suicidarse. artículo cuando se produzca como consecuencia de un recurso a la fuerza
que sea absolutamente necesario:
11. En una carta de 8 de agosto de 2001, el DPP rechazó aceptar dicho
compromiso. Se expresó concretamente d~ la siguiente forma: a) En defensa de una persona contra una agresión ilegítima.

«Los DPP -y los fiscales- sucesivos siempre han explicado que no conce- b) Para detener a una persona conforme a derecho o para impedir la
den, por muy excepcionales que sean las circunstancias, una inmunidad que evasión de un preso o detenido legalmente.
absuelva, requiera o afirme autorizar o permitir la comisión futura de un c) Para reprimir, de acuerdo con la Ley, una revuelta o insurrección».
delito penal. [ ... ] ».
( ... )
12. El 20 de agosto de 2001, la demandante solicitó el examenjudicial
de la decisión del DPP y que fuesen pronunciadas: B) APRECIACIÓN DEL TRIBUNAL

• una providencia anulando la decisión del DPP; 37. Entre las disposiciones del Convenio que considera primordiales,
el Tribunal, en su jurisprudencia, concede la preeminencia al artículo 2 (ver
• una declaración señalando que esta decisión era ilegal o que el DPP Sentencia McCann y otros contra Reino Unido de 27 de septiembre de 1995,
no actuaría ilícitamente aceptando el compromiso solicitado; serie A núm. 324, aps. 146-147). El artículo 2 protege el derecho a la vida;
sin el cual el goce de ninguno de los demás derechos y libertades garantiza-
• una providencia ordenando al DPP a ac::.eptar el compromiso ~n cues- dos por el Convenio sería ilusorio. Define las circunstancias limitadas en las
tión o, en su defecto, · · · · · ·
que está permitido infligir intencionadamente la muerte, y el _Tribunal ha
• una declaración en cuyos términos el artículo 2 de la Ley de 1961 aplicado un control estricto cada vez que dichas excepciones son invocadas
sobre el suicidio era· incompatible con los artículos 2, ·3, 8, 9 y 14 del por los gobiernos demandados (Sentencia McCann y otros contra Reino
Convenio. Unido, op. cit., aps. 149-150). . . ..

13. El 17 de octubre de 2001, el «Divisional Court» rechazó la demanda 38. El texto del artículo 2 regula explícitamente el ~S() deliberado o
intencionado de la fuerza mortífera por parte de agentes del Estado. Sin
considerando que el DPP no tenía el poder de aceptar el compromiso de no
embargo, se ha interpretado que cubre no solamente el homicidio volunta-
instruir diligencias y que el artículo 2 de la Ley de 1961 sobre eI'suicidio no
rio, sino también las situaciones en las que está permitido .. ~<recuITir a la
era incompatible con el Convenio. ·
fuerza», dicho empleo de la fuerza puede llevar a matar de forma ip.volunta-
14. La demandante recurrió en casacióii'ante la Cámara de'los Lores. ria (Sentencia McCann, op. cit., ap. 148). El Tribunal consideró por otro
Ésta rechazo el recurso d 29 de noviembre de 2001, confirmando la decisión lado que la primera frase del artículo 2.1 obliga al Estado no solamente a
del «Divisional Court». abstenerse de matar de forma intendonada e ilegal, sino .también a tomar
las medidas necesarias para proteger· la vida de las personas que dependen
[... ] de su Jurisdicción (ver Sentencia L. C. B. contra Reino U nido de 9 de junio
450 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS VIL-DERECHO AL RESPETO DE lA VIDA PRIVADAYFAMUJAR (ART. 8) 451
de 1998, pg. 1403, ap, 36). Esta obligación va más allá del deber primordial minar si el derecho en tal o cual país vulnera o no la obligación de proteger
de asegurar el derecho a la vida estableciendo una legislación penal concreta, el derecho a la vida. Tal y como admitió en el asunto Keenan, las medidas
disuadiendo de cometer ataques contra la persona y basándose en un meca- que pueden razonablemente ser tomadas para proteger a un detenido .contra
nismo de aplicación concebido para prevenir, reprimir y sancionar las viola- sí mismo están sometidas a restricciones impuestas por las demás cláusulas
ciones. Puede asimismo implicar, en algunas circunstancias bien definidas; del Convenio, como los artículos 5 y 8, al igual que porlos principios genera-
la obligación positiva para las autoridades de tomar preventivamente medidas les de la autonomía personal (Sentencia previamente citada, ap. 91). De
de orden práctico para proteger al individuo cuya vida está amenazada por forma análoga, la medida con la que un Estado permite o trata de regular la
las actuaciones criminales ajenas (Sentencias Osman contra Reino Unido de posibilidad para los individuos en libertad de hacerse daño o de que otro les
28 de octubre de 1998, ap. 115 y Kili~ contra Turquía, núm. 22492/1993, haga daño, puede dar lugar a consideraciones que pongan en· conflicto la
secc. 1, aps. 62 y 76). Más recientemente, en el asunto Keenan contra Reino libertad individual y el interés público que no pueden ser solucionadas sino
Unido, se consideró que el artículo 2 se aplicaba a la situación de un dete- al término de un examen de las circunstancias concretas del caso (ver, mutatis
nido que padecía una enfermedad mental con signos que indicaban que mutandis, Sentencia Laskey, Jaggard y Brown contra Reino Unido de 19 de
podía atentar contra su vida (ver Sentencia anteriormente citada, ap. 91). febrero de 1997). Sin embargo, incluso aunque se considerara no contraria
al artículo 2 la situación que prevalece en un país concreto que autoriza el
39. En todos los asuntos que ha debido conocer, el Tribunal ha hecho suicidio asistido, ello no sería en este caso de ninguna ayuda para la deman-
hincapié en la obligación del Estado de proteger la vida. No considera que dante, ya que no ha sido establecida la exactitud de la tesis muy distinta según
se pueda interpretar que el «derecho a la vida» garantizado por el artículo 2 la cual el Reino Unido vulneraria sus obligaciones derivadas del artículo 2
conlleva un aspecto negativo. Por ejemplo, si en el contexto del artículo 11 del Convenio si no autoriza el suicidio asistido.
del Convenio se juzga que la libertad de asociación implica no solamente un
derecho a adherirse a una asociación, sino también el correspondiente dere- 42. El Tribunal concluye con la ausencia de violación del artículo 2 del
cho a no ser obligado a afiliarse a una asociación, el Tribunal observa que Convenio.
una cierta libertad de elección en el ejercicio de una libertad es inherente a
[ ... ]
la noción de ésta (ver Sentencias Young,James y Webster contra Reino Unido
de 13 de agosto de 1981 serie A núm. 44, ap. 52 y Sigurdur A. Sigurjónsson
contra Islandia de 30 de junio de 1993, serie A núm. 264, ap. 35). El artículo IV. Sobre la violación del artículo 8 del Convenio
2 del Convenio no está redactado de la misma forma. No tiene ninguna 57. La parte aplicable en este caso del artículo 8 del Convenio dice lo
relación con las cuestiones relativas a la calidad de vida o a lo que una per- siguiente: · . .' ·
sona ha escogido hacer con ella. En la medida en que estos aspectos son
reconocidos tan fundamentales para la condición humana que requieren «l. Toda persona tiene derecho al respeto de su vida privada y familiar
una protección contra las injerencias del Estado, pueden reflejarse en los [ ... ].
derechos consagrados por el Convenio u otros instrumentos internacionales
en materia de derechos humanos; No se puede interpretar, sin distorsión del 2. No podrá haber injerencia de la autoridad pública en el ejercicio
lenguaje, que el artículo 2 confiere un derecho diametralmente opuesto, a de este derecho, sino en tanto en cuanto esta injerencia esté prevista por la
saber el derecho a morir;- tampoco puede crear un derecho a la autodetermi- Ley y constituya una medida que, en una sociedad democrática, sea necesaria
nación en el sentido de que conceda a todo individuo el derecho a escoger para la seguridad nacional, la seguridad pública, el bienestar económico del
la muerte .antes que la vida. país, la defensa del orden y la prevención del delito, la protección de la salud
o de la moral, o la protección de los derechos y las libertades de los demás».
40. El Tribunal considera por tarito que no es posible deducir del ar-
( ... )
tículo 2 del Convenio un derecho a morir, ni de la mano de un tercero ni
con la ayudá dey~a autoridad pública. Se siente apoyado en su opinión por B) APRECIACIÓN DEL TRIBUNAL
la reciente Recomendación 1418 (1999) de la Asamblea parlamentaria del
Consejo de Europa. · · 1. Aplicabilidad del artículo 8.1 del Convenio
41. La demandante alega que el hecho de considerar que el Convenio 61. Como ya tuvo el Tribunal ocasión de señalar, la noción de «vida
no reconoce un derecho a morir haria que los países que autorizan el suici~ privada» es una noción amplia, sin una definición exhaustiva. Abarca la inte-
dio asistido vulneraran dicho artículo. El Tribunal no debe en este caso deter- gridad fisica y moral de la persona (Sentencia X. e Y. contra Países Bajos de
452 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS VIL-DERECHO AL RESPETO DE LA VIDA PRIVADA Y FAMILIAR (ART. 8) 453

26 de marzo de 1985, serie A núm. 91, pg. 11, ap. 22). Puede a veces englobar sición de un tratamiento médico sin la aprobación del paciente si es adulto
aspectos de la identidad fisica y social de un individuo (Mikulic contra Croa- y sano mentalmente se considera un ataque a la integridad fis~ca del intere-
cia, núm. 53176/1999 [secc. l], 7 de febrero de 2002, ap. 53); Algunos ele- sado que afecta a los derechos protegidos por el artículo 8.1 del Convenio.
mentos, por ejemplo, como la identificación sexual, el nombre, la orienta- Como admite la jurisprudencia interna, una persona puede reivindicar el
ción sexual y la vida sexual dependen de fa esfera personal protegida por el derecho a ejercer su elección de morir rechazando un tratamiento que pu-
artículo 8 (Sentencias B. contra Francia de 25 de marzo de 1992, serie A diera prolongar su vida. · . . · · ·
núm. 232-Convenio, ap. 63; Burghartz contra Suiza de 22 de febrero de 1994,
serie A núm. 280-B, ap. 24; Dudgeon contra Reino Unido de 22 de octubre 64. Aunque en este caso no se trata de cuidados médicos, 'la deman-
de 1981, serie A núm. 45, ap. 41 y Laskey, Jaggard y Brown contra Reino dante padece los efectos devastadores de una enfermedad degenerativa que
Unido de 19 de febrero de 1997, ap. 36). Esta disposición protege asimismo va a llevar consigo un deterioro gradual de ,su estado y ún incremento de
el derecho al desarrollo personal y el derecho a establecer y mantener rela- su.sufrimiento fisico y mental. La interesadá desea atenuar este sufrimiento
ciones con otros seres humanos y el mundo exterior (ver, por ejemplo, Burg- ejerciendo una elección consistente en poner fin a sus días con la ayuda de
hartz contra Suiza, informe de la Comisión, op. cit., ap. 47 y Friedl contra su marido. Tal y como declaró Lord Hope, la forma en que escoge pasar los
Austria, serie A núm. 305.:B, informe de la Comisión, ap. 45). Aunque en últimos instantes de su existencia forma parte del acto de vivir, y tiene dere-
ningún asunto anterior haya sido establecido que el artículo 8 comportara el cho a solicitar que esto también sea respetado (apartado 15 supra).
derecho a la autodeterminación como tal, el Tribunal considera que la no-
ción de autonomía personal refleja un principio importante que subtiende 65. La dignidad y la libertad del hombre son la esencia misma del
la interpretación de las garantías del artículo 8. Convenio. Sin negar de forma alguna el principio del carácter sagrado de la
vida protegido por el Convenio, el Tribunal considera que la noción de cali-
62. En opinión del Gobierno, el derecho a la vida privada no puede dad de vida toma todo su significado desde el punto de vista del artículo 8.
englobar el derecho a la muerte asistida, que llevaría consigo la negación de En una época en la que se asiste a una sofisticación médica creciente y a un
la protección que el Convenio trata de ofrecer. El Tribunal señala que la aumento de la esperanza de vida, muchas personas temen que se les fuerce
facultad de cada uno de llevar su vida como le parezca puede también incluir a mantenerse vivas hasta una edad muy avanzada· o en un estado de ruina
la posibilidad de entregarse a actividades consideradas fisica o moralmente fisica o mental en las antípodas de la percepción aguda que ellas tienen de
perjudiciales o peligrosas para su persona. La medida por la cual un Estado sí mismas y de su identidad personal.
puede recurrir a la coacción o al derecho penal para prevenir a las personas
contra las· consecuencias del estilo de vida escogido por ellas, ha sido larga- 66. En el asunto Rodríguez contra Fiscal General de Canadá· ( [1994]
mente debatida, tanto moralmente como jurisprudencialmente, y el hecho 2 LRC 136), que trataba una situación comparable a la del presente caso,
de que la injerencia se perciba a menudo como tina intrusión en la· esfera la opinión mayoritaria del Tribunal Supremo de Canadá consideró que la
privada y personal no hace sino añadir vigor al debate. Sin embargo, incluso prohibición del suicidio asistido impuesta a la demandante contribuía a la
cuando el comportamiento en cuestión representa un riesgo para la salud o angustia de ésta y le impedía administrar su muerte. Desde el momento en
cuando razonablemente ·sé pl.lede considerar que es potencialmente mortal, que esa medida privaba a la interesada de su autonomía, requería una justifi-
la jurisprudencia, de los órganos del Convenio estima la.imposición por partt7 cación con respecto a los principios de justicia fundamental. Aunque el Tri-
del Estado de medidas de coacción o de carácter penal atentatoria contra la bunal Supremo de Canadá examinó la situación desde el ángulo de una
vida privada, en el sentido del artículo 8.1, y que requiere una justificación disposición de la Carta canadiense no redactada de la misma forma que el
conforme al segundo apartado de dicho artículo (ver, por ejemplo, en artículo 8 del Convenio, la causa planteaba problemas relativamente pareci-
cuanto a la participación en actividades sadomasoquistas consentidas con le- dos al principio de la autonomía personal, en el sentido dei derecho a efec-
siones, la Sentencia Laskey, Jaggard y Brown previamente citada y, en lo tuar elecciones concernientes a su propio cuerpo. ·
relativo al rechazo de un tratamiento médico, núm. 10435/1983, decisión de
la Comisión de 10 de. diciembre de 1984, D. R. 40, pg. 251). · 67. La demandante en este caso se ve impedida por la Ley para ejercer
63. Hay que señalar, desde luego, que la muerte no era la consecuencia su elección de evitar lo que, en su opinión, será un final irn;ligp.o y penoso.
deseada del comportamiento de los demandantes en los asuntos anterior- El Tribunal no puede excluir que esto representa una vulneración al derecho
mente citados. El Tribunal considera sin embargo, que ello no constituye un de la interesada al respeto de su vida privada, en el sentido del artículo 8.1
elemento decisivo. En materia médica, el rechazo a aceptar un tratamiento del Convenio. A continuación examinará la cuestión _de si dicho ataque es
concreto puede, de forma ineludible, conducir a un final fatal, pero laimpo- conforme a las exigencias del segundo apartado deLartículo 8.
454 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS VIL-DERECHO AL RESPETO DE 1A VIDA PRIVADA Y FAMILIAR (ART. 8) 455

2. Cumplimiento del artículo 8.2 del Convenio ser considerada vulnerable, esta afirmación no está .fundamentada por las
pruebas presentadas ante los Tribunales internos ni por .las decisiones. de la
68. Para conciliarse con el apartado 2 del artículo 8, una injerencia en
Cámara de los Lores, que, aun señalando que el derecho en el Reino Unido
el ejercicio de un derecho garantizado por éste debe estar «prevista por la
está para proteger a las personas vulnerables, concluyeron que la deman-
Ley», inspirada por uno o más fines legítimos según dicho apartado y ser dante no pertenecía a esta categoría de personas. ·
«necesaria en una sociedad democrática» para alcanzar dicho o dichos fines
(Sentencia Dudgeon contra Reino Unido de 22 de octubre de 1981, serie A 74. El Tribunal considera no obstante, al igual que la Cámara,de los
núm. 45, pg. 19, ap. 43). Lores y la mayoría del Tribunal Supremo de Canadá en· el. asunto Rodríguez,
69. La única cuestión que se desprende del argumento de las partes es que los Estados tienen derecho a controlar, a través de. la aplicación del
la de la necesidad de una injerencia, ya que nadie discute que la prohibición derecho penal general, las actividades perjudiciales para la vida y la seguridad
del suicidio asistido· en este caso está impuesto por la Ley, persiguiendo el de. los demás (ver también Sentencia Laskey, Jaggard y Brown previamente
fin legítimo de preservar la vida, protegiendo por tanto los derechos de los citada, ap. 43). Más grave es el daño producido y mayor el peso en la balanza
demás. de las consideraciones de salud y seguridad públicas frente al principio de la
autonomía personal. La disposición legal enjuiciada en este caso, a saber el
70.. Según la jurisprudencia constante del Tribunal, la noción de nece- artículo 2 de la Ley de 1961, fue concebida para preservar la vida protegiendo
sidad implica que la injerencia corresponda a una necesidad social imperiosa a las personas débiles y vulnerables -especialmente aquellas que no pueden
y, en concreto, que sea proporcional al fin legítimo perseguido. Para determi- tomar decisiones con conocimiento de causa- contra los actos tendentes a
nar si una injerencia es «necesaria en una sociedad democrática», hay que poner fin a la vida o a ayudar a poner fin a ésta. Sin duda el estado de las
tener en cuenta el margen de apreciación de que disponen las autoridades personas que padecen una enfermedad en fase terminal varía de un caso a
nacionales, cuya decisión sigue sometida al control del Tribunal, competente otro. Pero muchas de ellas son vulnerables y es la vulnerabilidad de la catego-
para verificar su conformidad con las exigencias del Convenio. Dicho margen ría a la que pertenecen la que proporciona la ratio legis de la disposiéion en
de apreciación varía según fa naturaleza de las cuestiones y la importancia cuestión. Corresponde en primer lugar a los Estados el apreciar el riesgo· de
de los intereses en juego. · · abusos y las probables consecuencias de los abusos eventué!lm,.ente cometid.os
que implicaría la flexibilidad de la prohibición general del suicidio asistido
71. El Tribunal recuerda que el margen de apreciación es limitado en
o la creación de excepciones al principio. Existe un riesgo manifiesto de
lo relativo a las injerencias en el ámbito íntimo de la vida sexual de los indivi-
abusos, pese a los argumentos desarrollados en cuanto a la posibilidad de
duos (ver Sentencias Dudgeon contra Reino Unido previamente citada, pg.
prever garantías y procedimientos protectores. ·
21, ap. 52 y A. D. T. contra Reino Unido núm. 35765/1997, secc. 3, ap. 37).
Aunque la demandante señala que el Estado demandado debe dar testimo- 75. Los abogados de la demandante trataron de persuadir al Tribunal
nio de razones particularmente imperiosas para justificar la injerencia que de que una constatación de violación en este caso no constiruiría Un· prece-
ella alega, el Tribunal considera que la cuestión planteada en este caso no dente general, ni ningún riesgo para los demás. Ahora bien, aunque el ar-
es de la misma naturaleza ni requiere el mismo razonamiento. tículo 34 del Convenio otorga al Tribunal la misión no de formular opiniones
72. Las partes exponen su argumento sobre la cue~tión de 1a propor- en abstracto, sino de aplicar el Convenio a hechos concretos de los casos que
cionalidad. de la injerencia que deriva de los hechos concretos. La deman- le son sometidos, las sentencias dictadas en los asuntos individuales son desde
dante se acoge en particular a la naturaleza genérica de la prohibición del luego, en mayor o menor medida, precedentes y la decisión en este caso no
suicidio asistido, en tanto que ésta omite tener en cuenta su situación de puede ser articulada, ni en la teoría ni en la práctica, de forma que impida
adulta sana mentalmente, que sabe lo que quiere, que no está sometida a qúe sea aplicada ·en otros casos. ·
presión alguna, que ha tomado la decis~ón de forma deliberada y con per-
76. El Tribunal también considera que la naturaleza general de í,{p;o-
fecto conocimiento de causa y que por lo tanto no puede ser considerada
hibición del suicidio asistido no es desproporcionada. El Gobierno señala
vulnerable y necesitada de protección. Esta inflexibilidad significa en su opi-
que en algunos casos concretos es posible cierta flexibilidad: en primer lugar,
nión que va a ser forzada a soportar las consecuencias de su penosa enferme-
sólo se pueden instruir diligencias con el acuerdo del DPP; seguidamente,
dad incurable, lo que para ella representa un coste personal demasiado eleva-
do. · sólo está prevista una pena máxima, lo que permite al Juez imponer penas
menos severas cuando lo estima necesario. El informe del comité restringido
73. El Tribunal señala que aunque el Gobierno alega que la deman- de la Cámara de los Lores señaló, que entre 1981 y 1992, en veintidós casos
dante, persona a la vez deseosa de suicidarse y seriamente impedida, debe en los que se había planteado el problema del «homicidio por compasión»,
456 L4.5 SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS

los jueces sólo habían pronunciado una condena por homicidio, a la que
habían impuesto cadena perpetua, habiendo admitido calificaciones menos
graves en los demás casos, que se habían saldado con penas de puesta a
prueba o condicionales (apartado 128 del informe citado en el apartado 21
supra). Al Tribunal no le parece arbitrario que el derecho refleje la importan- - l. c. Reino Unido, de · 11 de julio de 2002 (remisión al documento
cia del derecho a la vida prohibiendo el suicidio asistido al prever un régimen número 36)
de aplicación y de apreciación por parte de la justicia que permite tener en
cuenta en cada caso cóncreto tanto el interés público en instruir diligencias 24. Asunto Von Hannover c. Alemania, de 24 dejunio de 2004
como las exigencias justas y adecuadas de la retribución y la disua5ión.
En el asunto Von Hannover contra Alemania,
77. Teniendo en cuenta las circunstancias de este caso, el Tribunal
tampoco ve nada desproporcionado el rechazo del DPP a aceptar por antici- · El Tribunal Europeo de. D~rechos HU:manos (Sección Tercera) consti-
pado el compromiso de no procesar al marido de la demandante. Existen tuido en una Sala compuesta por los siguientes Jueces señores l. Cabral Ba-
argumentos poderosos basados en el estado de derecho que pueden opo- rreto, Presidente, G. Ress, L. Caflisch, R Türmen, B. Zupancic, J. Redigan, K
nerse a cualquier pretensión por parte del ejecutivo de sustraer a individuos Traja, así como por el señor V. Berger, Secretario de Sección, .
o a categorías de individuos a la aplicación de la Ley. De todos modos, vista
la gravedad del acto para el que se reclama la inmunidad, no se puede consi- Tras haber deliberado en privado los días 6 de noviembre de 2003 y 3
de junio de 2004, · ·
derar arbitraria ni poco razonable la decisión tomada por el DPP en este
caso de no aceptar el compromiso solicitado. Dicta la siguiente
78. El Tribunal concluye· que la injerencia enjuiciada puede conside- SENTENCIA
rarse justificada y «necesaria en una sociedad democrática» para la protec-
ción de los derechos de los demás. Por lo tanto, no hubo violación del ar-
tículo 8 del Convenio. ...
[ ]

( ... ) HECHOS
POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL, POR UNANIMIDAD,
l. Circunstan~as del caso
[ ... ]
8. La demandante, hija mayor del Príncipe Rainiero III de Mónaco,
2. Declara que no hubo violación del artículo 2 del Convenio; nació en 1957. Tiene su domicilio en Mónaco, pero reside la mayor parte
...
[ ] del tiempo en los alrededores de París.
4. Declara que no ha habido violación del artículo 8 del Convenio; Como miembr? de la familia principesca, l(l demandante preside algu-
nas fundaciones de carácter humanitario o cultural, como la fundación
[ ... ] «Princesa Gracia» o la fundación «Príncipe Pierre de Mónaco», y d,esempeña
Hecha en inglés y notificada por escrito el 29 de abril de 2002, conforme asimismo un papel representativo en actos tales como el baile de la Cruz
al artículo 77.2 y 77.3 deJ .Reglamento del Tribunal. Firmado: Matti Pe- Roja o la apertura del Festival Internacional del circo. Sin embargo, no ejerce
llonpka, Presidente; Michael O., Secretario. ninguna función en el seno o por cuenta del Estado monegasco o de una de
sus instituciones. · ·

A) GÉNESIS DEL ASUNTO

9. Desde comienzos de los años 90, la demandante trata, a menudo por


la vía judicial, en diferentes países europeos, de hacer prohibir la publicación
de fotografias sobre su vida privada que aparecen en la prensa sensacionalista.
10. Las fotografias, objeto de los procedimientos descritos a continua-
458 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS VIT.-DERECHO AL RESPETO DE LA VIDA PRIVADA YFAMILIAR (ART. 8) 459

ción, fueron publicadas por la editorial Burda en las revistas alemanas Bunte esquí en Zürs/Arlberg y van acompañadas del artículo titulado: «Caroline ...
y Freizeit R.evue, y por la editorial Heinrich Bauer en la revista alemana Neue Post. una mujer vuelve a la vida».

1. La primera serie de fotografias b) Las once fotografias de l,a demandante publicadas en l,a revista Bunte
núm. 12 de 13 de marzo de 1997
a) Las cinco fotografias de l,a demandante publicadas en l,a reviSta Freizeit
R.evue núm. 30 de 22 de julio de 1993 15. Siete fotografias muestran a la demandante en compañía del Prín-
cipe Ernst August von Hannover durante una visita a un concurso hípico _c;:n
11. Estas fotografias muestran a la demandante en compañía del actor Saint-Rémy-de-Provence. Van acompañadas del artíc::µlo titulado: «El beso. O:
Vincent Lindon al fondo del patio de un restaurante en Saint-Rémy-de-Pro- ahora ya no se esconden».
vence. En la portada de la revista se anuncian «laS fotos más tiernas de su
idilio con Vincent», y las propias fotografias van acompañadas del comenta- Otras cuatro fotos muestran a la demandante abandonando su domicilio
rio: «estas fotos son la prueba del idilio más tierno de nuestro tiempo». parisiense, acompañadas del comentario «Con la princesa Caroline en·Pans».
b) Las dos fotografias de l,a demandante publicadas en l,a revista Bunte núm. c) Las siete fotografias de l,a demandante publicadas en l,a revista Bunte núm.
32 de 5 de agosto de 1993 · 16 de 10 de abril de 1997 ·
12. Una primera fotografia muestra a la demandante a caballo acompa- 16. Estas fotografias muestran a la demandante en portada con el prín-
ñada del comentario «Caroline y la melancolía. Su vida es una novela con cipe Ernst August von Hannover y en las páginas interiores de la revista
una sucesión de desgracias, dice el escritor Roig». jugando con él al tenis o dejando ambos sus bicicletas.
La segunda fotografia muestra a la demandante en compañía de sus 3. La tercera serie de fotografias
hijos Pierre y Andrea.
17. La secuencia de fotografias publicadas en la revista Neue Post núm.
Estas fotografias forman parte del artículo titulado: «No pienso que pu- 35/97 muestra a la demandante en el «Beach Club» de Montecarlo, en traje
diese ser la mujer ideal para un hombre». de baño y enrollada en una toalla mientras se tropieza con un obstáculo y
c) Las siete fotografias de l,a demandante publicadas en l,a revista Bunte núm. cae al suelo. Las fotos, bastante borrosas, se acompañan del artículo titulado
34 de 19 de agosto de 1993 «El príncipe Ernst August batió los puños y la princesa Caroline se cayó de
narices».
13. Una primera fotografia muestra a la demandante en una canoa
con su hija Charlotte, una segunda muestra a su hijo Andrea ,con un ramo B) Los PROCEDIMIENTOS ANTE LOS TRIBUNALES ALEMANES .
de flores en los brazos. · ·· · - ·
1. La primera serie de procedimientos
Una tercera fotografia muestra a la demartdante sola con un bolso ban-
dolera. yendo de compras, en una cuarta se encuentra con Vincent Lindon a) La Sentencia del Tribunal regfonal de Hamburgo de 4 de febrero de 1993
én un iestaurante-,funa q'!iinta la µmes_tra sola en bicicleta:
18. El 13 de agosto de 1993, la recurrente presentó una demanda ante
Una sexta fotografia' muestra a la demandante con Vincent Lindon -y su el Tribunal regional de Hamburgo tendente a prohibir que la editorial Burda
hijo Pierre. :· volviera a publicar la primera serie de fotografias, debido a que éstas vulnera-
Una séptima fotografia muestra a la demandante acompañada de su ban su derecho a la protección de la personalidad, garantizado por los artículos
guardaespaldas mientras hace la compra en el mercado. 2.1 y 1.1 de la Ley fundamental, así como su derecho a la protección de su vida
privada y de su imagen, garantizado por los artículos 22 y siguientes de la Ley
El artículo se titula: «Felicidad sencilla». de derechos de autor en el ámb~to artístico («la Ley de derechos de autor»).
2. La segunda serie de fotografias 19. Por Sentencia de 4 de febrero de 1993, el Tribunal regional deses-
timó la demanda de la recurrente en cuanto a la difusión de las revistas en
a) Las diez fotografias de l,a demandante publicadas en la revista Bunte ·
Francia, en virtud de las normas del Derecho internacional privado (artículo
núm. 10 de 27 de febrero de 1997 38 de la Ley introductoria al Código civil) en relación con el artículo 9 del
14. Estas fotos muestran a la demandante durante sus vacaciones de Código Civil francés.
460 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
VIL-DERECHO AL RESPETO DE LA VIDA PRIVADA YFAMiLIAR (ART. 8) 461
Por el contrario, en lo relativo a. la difusión de las revistas en Alemania, hecho de haberse encontrado en un lugar público. En consecuencia; se vulne-
el Tribunal regional recordó que el derecho alemán era aplicable. Ahora raba la protección de esta esfera privada en caso de publicación de fotografías
bien, en virtud del artículo 23.l núm. 1 de la Ley de derechos de autor, la tomadas a hurtadillas y/ o aprovechándose de la sorpresa de una persona que
demandante, como personalidad «absoluta» de la historia contemporánea, se ha retirado a dicho lugar. Eso es lo que sucedió en el presente caso en el
debía tolerar tales publicaciones. que la demandante se retiró con su amigo al fondo del patio de un restaurante
En opinión del Tribunal regional, ella támpoco había demostrado Uii deseando visiblemente estar al abrigo de las miradas ajenas.
interés legítimo que justificase la prohibición de toda publicación posterior, Por el contrario, el Tribunal federal desestimó el resto de la demanda
ya que para las personalidades «absolutas» de .la historia contemporánea, el debido a que, como personalidad «absoluta» de la historia contemporánea,
derecho a la protección de la vida privada terminaba en la puerta de su la demandant~ debía tolerar la publicación de fotografías en las qu~ ~e mos-
domicilio. Ahora bien, todas las fotografías de la demandante habían sido traba en un lugar público, incluso si se trataba de fotografías de escenas de
tomadas exclusivaménte en lugares públicós. su vida cotidiana y que no mostraban a la demandante eri el ejercicio de sus
b) . La Sentencia del Tribunal de apelación de Hamburgo de 8 de diciembre de funciones oficiales. En efecto, el público-tenía un interés legítimo en saber
1994 . dónde vivía la demandante y cómo se comportaba en público.

[ ... ] d) La Sentencia del Tribunal Constitucional federal de 15. de diciembre de


1999 .
21. Por Sentencia de 8 de diciembre de 1994, el Tribunal de apelación
de Hamburgo inadmitió el recurso de la demandante y anuló la resolución [ ... ]
en lo referente a la prohibición de posteriores publicaciones en Francia. 25. En una Sentencia que sienta jurisprudencia de 15 de diciembre de
En efecto, al igual que el Tribunal regional, el Tribunal de apelación 1999, el Tribunal Constitucional, tras la celebración de una vista, admitió
consideró que debido á sus orígenes, la demandante era una personali~ad parcialmente la demanda de la recurrente, considerando que las tres fotogra-
«absoluta» de la historia contemporánea y debía, por tanto, tolerar la publica- fias en las revistas Bunte núm. 32 de 5 de agosto de 1993 y núm. 34 de 19
ción sin su consentimiento de las fotografías en litigio, todas tomadas en de agosto de 1993, en las que aparecía la demandante en compañía de. sus
lugares públicos. Aunque el acoso constante de los fotógrafos hiciera dificil hijos, vulneraban su derecho a la protección de la personalidad garantizado
su vida cotidiana, ello provenía de un deseo de información legítimo por en los artículos 2.1 y 1.1 de la Ley fundamental, reforzado por sü derecho a
parte del público. la protección familiar garantizado en el artículo 6 de la Ley fundamental.
Sobre esta cuestión, remitió el asunto ante el Tribunal federal de justicia.
e) La Sentencia del Tribunal federal de justicia de 19 de diciembre de 1995 · Por el contrario, el Tribunal Constitucional inadmitió el· recurso de la de-
mandante en lo referente a las demás fotografías.
[ ... ]
[... ]
23. Por Sentencia de 19 de diciembre de 1995, el Tribunal federal de
justicia admitió parcialmente la demanda de la recurrente. prohibiendo toda
~
nueva publicación de las fotografías aparecidas en la revista Freizeit Revue .::.

núm. 30 de 22 de julio de 1993 mostrándole en compañía de Vmcent Lindon "


al fondo del patio de ün restaur.ante, debido a que dichas fotos vulneraban
el derecho al respeto de su vida privada.
En opinión del Tribunal federal, incluso una personalidad ~<absoluta» .de
la historia contemporánea tenía derecho al respeto de su vida pnvada, que no
se limitaba a su domicilio, sino que englobaba igualmente la publicación de 2. La segunda serie de fotografías
fotografías. Sin embargó, fuera de su domicilio, esta persona no p~día invocar a) La sentencia del Tribunal regfonal de Hamburgo de 26 de septiembre de
una protección de su esfera privada a menos que se encontrase retlrada en un 1997
lugar aislado -apartada de la gente- donde fuese manifiesto para todos que
quería estar soia y donde, creyéndose al abrigo de las miradas indiscre~, se [ ... ]
comportara en una situación concreta de un modo distinto a como lo hubiese 28. Por una Resolución de 26 de septiembre de 1997, el Tribunal regi~
462 lAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS VII.-DERECHO AL RESPETO DEI.A VIDA PRIVADA Y FAMILIAR (ART. 8) 463

nal de Hamburgo desestimó la demanda de la recurrente haciendo referen- referencia concretamente a la Sentencia del Tribunal federal de justicia de
cia concretamente a los motivos de la Sentencia del Tribunal federal de justi-' 19 de diciembre de 1995 así como a su propia Sentencia, sentando jurispru'."
cia de 19 de diciembre de 1995. dencia, de 15 de diciembre de 1999.
b) La Sentmcia del Tribunal de apelación.de Hamburgo de JO de marzo de. El Tribunal Constitucional estimó que los tribunales ordinarios habían
1998 . podido válidamente. considerar que el «Beach Club» de Montecarlo no era
un lugar aislado y que las fotos que mostraban a la demandante en traje de
[ ... ] baño y en su caída no eran de tin carácter tal como para considerar que se
30. Por Senteneia de 10 de marzo de 1998, d Tribunal de apelación de había vulnerado su derecho al respeto de su vida privada. ·
Hamburgo inadmitió el recurso de la demandante por los mismos motivos. [ ... ]
c) La resolución del Tribunal Constitucional federal de 4 de abril de 2000
FUNDAMENTOS DE DERECHO
[ ... ]
32. Por una resolución de 4 de abril de 2000, el Tribunal Constitucio- l. Sobre la violación del artículo 8 del Convenio
nal federal, resolviendo en comité de tres jueces, inadmitió el recurso, ha-
ciendo referencia concretamente a la Sentencia del Tribunal federal de justi- .;~.
43. La demandante alega que las resoluciones de los tribunales alema-
cia de 19 de diciembre de 1995, así como a su propia Sentencia que sienta nes vulneraron su derecho al respeto de su vida privada y familiar, garanti-
jurisprudencia de 15 de diciembre de 1999. · zado en el artículo 8 del Convenio, que dispone:

3. La tercera serie de procedimientos «l. Toda persona tiene derecho al respeto de su vida privada y familiar,
de su do~icilio y de su correspondencia.
a) La resolución del Tribunal re¡ii.onal de Hamburgo de 24 de abril de 1998
2. No podrá haber injerencia de la autoridad pública en el ejercicio
[ ... ]. de este derecho, sino en tanto en cuanto esta injerencia esté prevista, por la
-.:,: Ley y constituya una medida que, en una sociedad democrática, sea necesaria
· 34. Por Resolución de 24 de abril de 1998, el Tribunal regional de Ham-
para la seguridad nacional, la seguridad pública, el bienestar económico del
burgo inadmitió la demanda haciendo referencia concretamente a los motivos
país, la defensa del orden y la prevención del delito, la protección de la salud
de la Sentencia del Tribunal federal de justicia de 19 de diciembre de 1995.
o de la moral, o la protección de los derechos y las libertades de los demás»,
Señaló que el «Beach Club» de Montecarlo debía considerarse una piscina al
aire libre abierta al público incluso si el acceso era pagando y restringido .. [ ... ]
b) La Sentencia del Tribunal de apelación de Hamburgo de 13 de octubre de . B) APRECIACIÓN DEL TRIBUNAL
1998
[ ... ] 1. Sobre el objeto del litigio

36. Por Senteneia de 13 de octubre de 1998, el Tribunal de apelación de 48. El Tribunal señala de entrada que las fotografias que muestran a
Hamburgo inadmitió el recurso de la demandante por los mismos motivos. la demandante en compañía de sus hijos ya no son objeto de la presente
demanda, como señaló el Tribunal en su Decisión sobre la admisibilidad de
En opinión del Tribunal de apelación, una piscina o una playa no .era 8 de julio de 2003.
un lugar aislado y las fotos que mostraban a la demandante cuando tropezaba
éon un obstáculo y caía no la denigraban o la desvalorizaban ante el público, Sucede lo mismo con las fotografias publicadas en la revista Freizeit Re-
vue núm. 30 de 22 de jtilio de 1993, que muest:rail a la demandante en
c) La Sentencia del Tribunal Constitucional federal de 13 de abril de 2000 compañía del actor Vincent Lindon al fondo de un patio de un restaurante
en Saint-Rémy-de-Provence (apartado 11 supra). En efecto, en su Sentencia
[ ... ]
de 19 de diciembre de 1995, el Tribunal federal de justicia prohibió que se
38. Por Sentencia de 13 de abril de 2000, el Tribunal Constitucional volvieran a publicar estas fotografias debido a que vulneraban el derecho al
federal, resolviendo en comité de tres jueces, inadmitió el recurso haciendo respeto de la vida privada de la demandante (apartado .23 sujJra) . .
T~
......

464 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS VIL-DERECHO AL RESPETO DE lA VIDA PRIVADA Y FAMILIAR (ART. 8) 465
49. En consecuencia, el Tribunal considera útil precisar que la pre- 51. El Tribunal ha señalado igualmente que, en ciertas circunstancias,
sente demanda trata sobre las siguientes fotograffas, que forman parte de una persona dispone de una «esperanza legítima» de protección y de respeto
una serie de artículos publicados sobre la demandante: de su vida privada. De esta forma, consideró en un asunto sobre la intercepta-
ción de comunicaciones telefónicas. provenientes de locales profesionales,
- La foto publicada en la revista Bunte núm. 32 de 5 de agos.to de 1993 que la demandante «podía legítimamente creer en el carácter privado de
que muestra a la demandante a caballo (apartado 12 supra); . dicho tipo de llamadas» (Sentencia Halford contra Reino Unido de 25 de
- Las fotos publicadas en la revista Bunte núm. 34 de 19 ele agosto de junio de 1997, Repertorio 1997-111, pg. 1016, ap. 45).
1993 que muestran a la demandante sola yendo de compras, con el señor 52. En el caso de fotografüi.s, la Comisión, para determinar el alcance
Vincent Lindon en un restaurante, sola en bicicleta y con su guardaespaldas de la protección que otorga el artículo 8 contra una injerencia arbitrarla de
en el mercado (apartado 13 supra); · las autoridades públicas, examinó si eran referentes a un ámbito privado o a
- Las fotos publicadas en la revista Bunte núm. 10 de 27 de febrero de incidentes públicos, y si los elementos así obtenidos estaban destinados a un
1997 que muestran a la demandante durante sus vacaciones de esquí en uso limitado o podían ser accesibles al público en general (ver, mutatis mutan-
Austria (apartado 14 supra); dis, Sentencia Friedl contra Austria de 31 de enero de 1995, serie A núm.
305-B, acuerdo amistoso, Dictamen de la Comisión, pg. 21, aps. 49-52, PG.y
-Las fotos publicadas en la revista Bunte núm. 12 de 13 de marzo de fl:l anteriormente citada, ap. 58, y Peck, previamente citada, ap. 61). ·
1997 que muestran a la demandante en compañía del Príncipe Ernst August
von Hannover o sola abandonando su domicilio parisiense (apartado 15 .su- 53. En el presente caso, no hay duda de que la publicación por distin,;,
pra); . tas revistas alemanas de fotografias que muestran a la demandante sola o con
otras personas en su vida cotidiana concernía a su vida privada.
-Las fotos publicadas por la revista Bunte núm. 16 de 10 de abril de
~997que muestran a la demandante jugando al tenis con el príncipe Ernst 3. Sobre el cumplimiento del artículo 8
August von Hannover o aparcando ambos sus bicicletas (apartado 16 supra).
a) La postura de los tribunales internos
- Las fotos publicadas en la revista Neue Post núm. 35/97 que muestran
a la demandante tropezando con un obstáculo en el «Beach Club» de Monte- 54. El Tribunal señala que, en su Sentencia que sienta jurisprudencia
carlo (apartado 17 supra). · · de 15 de diciembre de 1999, el Tribunal Constitucional federál interpretó
los artículos 22 y 23 de la Ley de derechos de autor en el ámbito artístico
2. Soúre ·[a aplicabilidad del artículo 8 sopesando las exigencias de la libertad de prensa y las de la protección de la
vida privada, a saber el interés del público a ser informado y los intereses
50. El Tribunal recuerda que la noción de vida privada comprende
legítimos de la demandante. Al hacerlo, el Tribunal Constitucional federal
elementos que hacen referencia a la identidad de una persona tales como el
nombre (Sentencia Burghmtz contra Suiza de 22 febrero, serie A núm. 280-B, tuvo en cuenta dos criterios existentes en derecho alemán, uno de ~aturaleza
pg. 28, ap. 24) o su derecho a la imagen (Schüssel contra austria [dec.], núm. funcional y el otro de naturaleza espacial. De esta forma, consideró que la
42409/1998, 21 de febrero de 2002). ··· demandante, como personalidad «absoluta» de la historia contemporánea,
gozaba de una protección de su vida privada incluso fuera de su domicilio,
Además, la esfera de la vida privada, tal como la concibe el Tribunal, pero únicamente si se encontraba en un lugar aislado, al abrigo del público,
cubre la integridad fisica y moral de una persona; la garantía que ofrece el «en el que la persona en cuestión se retira con el fin objetivamente reconoci-
artículo 8 del Convenio está destinada principalmente a asegurar el desarrc)., ble de estar sola, y en el cual, confiando en su aislamiento, se comporta de
llo, sin injerencias externas, de la personalidad de cada individuo en la rela- manera distinta a como lo haría en público». A la luz de estos criterios, el
ción con sus semejantes (ver, mutatis mutandis Sentencias Niemietz contra Tribunal Constitucional federal consideró que la Sentenda 'del Tribunal fe-
Alemania de 16 de diciembre de 1992, serie A núm. 251-B, pg. 33; ap. 29 y deral de justicia de 19 de diciembre de 1995 relativa a la publicación de las
Botta contra Italia de 24 de febrero de 1998, Repertorio de sentencias y resoluci<r fotografias enjuiciadas era conforme a la Ley fundamental; en su análisis,
nes 1998-1, pg. 422, ap. 32). Existe por tanto una zona de interacción entre concedió un peso excesivo a la libertad de prensa, incluso tratándose de
el individuo y los demás que, incluso en un contexto público; puede concer.. prensa de entretenimiento, y al interés del Público en saber cómo se compor-
nir a la «vida privada» (ver, mutatis mutandis, PG yJH contra Reino Unido, taba la demandante fuera de sus funciones representativas (apartado 25 su-
núm .. 44787 /1998, ap. 56, Peck contra R.ei,no Unido, núm. ;44647/1998; ap, q7). pra).
466 U.S SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
VIl.-DERECHO AL RESPETO DE LA VIDA PRIVADA Y FAMILIAR (ART. 8) 467
55. En los procedimientos posteriores entablados por la demandante, crática: aunque no debe traspasar ciertos límites, referentes concretamente
el Tribunal Constitucional federal inadmitió los recursos de ésta haciendo a la protección de la reputación y a los derechos de los demás, sí le corre~
referencia a su Sentencia sentando jurisprudencia (apartados 32 y 38 supra). P?~de, sin_ embarg~, comui:iicar dentro del respeto de sus deberes y responsa-
b) Los principi,os generaks relativos a la protección de la vida privada y a /,a bilidades, mformaciones e ideas sobre todas las cuestiones de interés general
libertad de expresión · (ver, entre numerosos precedentes, Sentencia Observer y Guardian contra
Reino Unido de 26 de noviembre de 1991, serie A núm. 216, pgs. 29-30, ap.
56. · En este caso, la demandante no se queja de un acto del Estado, 59 y Bladet Tromso y Stensaas contra Noruega [GS]núm. 21980/1993, ap.
sino de la falta de protección suficiente de su vida privada y de su propia 59, serie A núm. 239, pg. 28, ap. 63; Bladet Tromso y Stensaas contra No-
imagen por parte de éste. ruega [GS], núm. 21980/1993, ap. 62). La libertad de prensa comprende
~~ién el posib.le recurso a cierta dos~s de exageración, o inc;luso de p~ovo­
57. Ahora bien, el Tribunal reitera que si el artículo 8 tiene esencial-
cacion (Sentencias Prager y Oberschlick contra Austria de 26 de abril de
mente como finalidad prevenir al individuo contra las injerencias arbitrarias
1995, serie A núm. 313, pg. 19, ap. 38; Tammer .contra Estonia de 6 de
de los poderes públicos, no se contenta con exigir al Estado que se abstenga
febrero de 2001, núm. 41205/1998, aps. 59-63 y Prisma Presse contra Francia
de tales injerencias: a este compromiso negativo pueden añadirse unas obli-
[dec.], núms. 66910/2001y71612/2001, 1 de julio de 2003). .
gaciones positivas inherentes al respeto efectivo de la vida privada o familiar.
Pueden requerir la adopción de medidas tendentes al respeto ·de la· vida 59. Si la libertad de expresión se extiende también a la publicación de
privada incluso en las relaciones entre individuos (ver, mutatis mutandis, Sen- fotografias, éste es un ámbito no obstante en el que la protección de la
tencias X e Y contra Países Bajos de 26 de marzo de 1985, serie A núm. 91, reputación y de los derechos ajenos reviste una importancia particúlar. En
pg. 11, ap. 23, y Stjema contra Finlandia de 25 de noviembre de 1994, serie este caso, se trata de la difusión no de «ideas», sino de imágenes que contie-
A núm. 299-B, pg. 61, ap. 38, y Verliere contra Suiza [dec], núm. 41953/ nen «informaciones» muy personales, incluso íntimas, sobre un individuo.
1998, 28 de junio de 2001). Ello es válido igualmente para la protección del Además, las fotografias publicadas en la prensa sensacionalista son tomadas
derecho a la imagen contra los abusos por parte de terceras personas (ver . ~
a menudo en un clima de acoso continuo, que implica para la persona en
Schüssel, anteriormente citada). cuestión un fuerte sentimiento de intrusión· en su vida privada e incluso de
persecución. · ·
La frontera entre las obligaciones positivas y negativas del Estado en
virtud del artículo 8 no se presta a una definición predsa; los principios 60. En los asuntos relativos al equilibrio entre la protección de la vida
aplicables no son, sin embargo, comparables. Concretamente, en ambos ca- privada y la libertad de expresión que ha conocido el Tribunal, siempre ha
sos, hay que tener en cuenta el equilibrio justo a mantener entre el interés puesto el acento en la contribución de la publicación de fotografias o artícu-
general y los intereses del individuo, gozando el Estado en .cualquier hipóte~ los en la prensa al debate de interés general (ver, recientemente, Tammer
sis de un margen de apreciación (ver, entre numerosos precedentes, Senten- anteriormente citada, ap. 59 y siguientes, News Verlags GMBH & CoKG con-
cias Keegan contra Irlanda de 26 de mayo de 1994, serie A núm. 290, pg. 19, tra Austria, núm. 31457/1996, ap. 52 y siguientes, y Krone Verlags GMBH&
ap. 49 y Botta, anteriormente citada, pg. 427, ap. 33). CoKG contra Austria, núm. 34315/1996, aps. 33 y siguientes, 26 de febrero
58. Esta protección de la vida privada debe sopesarse conla libertad de 2002). De esta forma, el Tribunal consideró, en un caso concreto, que el
de expresión garantizada en el ártículo 10 del Convenio. empleo de ciertos términos para calificar la vida privada de una persona no
«se justificaba por el iriterés del público» y que dichas expresiones «no trata-
En este contexto, el Tribunal recuerda que la libertad de expresión cons- ban sobre una cuestión de importancia general» (Tammer previamen.te .ci-
tituye uno de los fundamentos esenciales en una sociedad democrática y una tada, ap. 68), antes de concluir con la no violación del artículo 10. En otro
de las condiciones primordiales para su progreso y el desarrollo de cada uno. caso, por el contrario, el Tribunal concedió una importancia particul~ al
Sin perjuicio del apartado 2, es válida no solamente para las «informaciones» hecho de que la materia tratada constituyera un tenia de actualidad de «SWÍio
o «ideas» acogidas favorablemente o consideradas inofensivas o indiferentes, iriterés para el público» y que las fotos publicadas «no se referían .i detalles
sino también para aquellas que se chocan, ofenden o inquietan. Así lo quie- de la vida privada» de la persona en cuestión (Krone Verlag previarÍiente 'ci-
ren el pluralismo, la tolerancia y el espíritu de apertura sin los que no existe tada, ap. 37), antes de constatar la violación del artículo 10. Asimism:o, en
«sociedad democrática» (Sentencia Handyside ·contra Reino Unido de 7. de un caso reciente sobre la publicación por el antiguo médico personal del
diciembre de 1976, serie A núm. 24, pg. 23, ap. 49). · Presidente Mitterrand de un libro que incluía revelaciones sobre el estado de
salud de este último, el Tribunal consideró que cuanto más tiempo pasaba, el
A este respecto, la prensa juega un papel esencial en una sociedad demo- iriterés del Público sobre el debate viriculado a la historia de los dos manda-
468 1AS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS VIl.-DERECHO AL RES,PETO DE LA VIDA PRNADA Y FAMILIAR (ART. 8) 469
tos del Presidente Mitterrand superaba los imperativos de la protección de la. sociedad, pese a la notoriedad de la demandante (ver, mutatis mutandis
los derechos de éste en virtud del secreto médico (Plon [Société] contra ]aune C~pmany y D~ez de Revenga y Juan Luis López-Galiacho Perona con-
Francia, núm. 58148/2000, ap. 53, 18 de mayo de 2004), antes de concluir tr~ Espana [dec.], num. 54224/2000, 12 de diciembre de,2000, julio Bou
con la violación del artículo 10. Gibert y El Hogar y La Moda JA contra España [dec.], núm. 14929/2002 13 de
mayo de 2003, y Prisma Press, anteriormente citadas). '
c) Aplicación de estos principios genera/,es por el Triburial
6~·- En estas con?iciones, ~a libertad de expresión requiere:una inter-
61. El Tribunal señala, ante todo, que en este caso las fotografias de la
~retac1on menos amplia (ver Pnsma Presse anteriormente citada, y, a contra-
demandante publicadas en las distintas revistas alemanas le representan en no, Krone Verlag, previamente citada, ap: 37) ...
escenas de su vida cotidiana, en actividades por tanto de carácter puramente
privado, haciendo deporte, paseándose, saliendo de mi restaurante o de vaca- . , 67. A este respecto, el Tribunal tiene igualmente eil cuenta la Resolu-
ciones. Dichas fotos, en las que la demandante aparece tanto sóla como c~<:>n de la Asamblea p~lamei:itaria del Consejo de Europa sobre la protec-
acompañada, ilustran una serie de artículos de títulos tan anodinos como c1on del derecho. a la vida pnvad~,, que señala «la interpretación unilateral
«Sencilla felicidad»; «Caroline ... una mujer vuelve a la vida», «Con la princesa del derecho a la libertad de expres1on» por ciertos medios de comunicación
Caroline en París» o «El beso. O: ahora ya no se esconden ... » (apartados 11- en la medida en que tratan de justificar las violaciones del derecho inscrit~
17 supra). en el artículo 8 del Convenio considerando que «sus lectores tendrían dere-
c~o a saberlo todo sobre las personas públicas» Prisma Presse anteriormente
62. El Tribunal señala seguidamente que la demandante, como miem- citada). . ·
bro de la familia principesca de Mónaco, desempeña un papel de representa-
ción en ciertas manifestaciones culturales o benéficas. Sin embargo, no ejerce . 68 . . Asimismo, existe otra cuestión importante en opfuión del Trib~al:
ninguna función en el seno o por cuenta del Estado monegasco o de una de mcluso s1 la presente demanda no trata stricto sensu sino sobre la publicación
sus instituciones (apartado 8 supra). de las fotografias y de los artículos en litigio por distintas revistas alemanas
no es P<;>sible abstrae~se totalmente del contexto en el que se tomaron dich~
63. Ahora bien, el Triblinal considera que conviene efectuar una dis- fotos -sm que lo supiera la demandante y sin su consentimiento-y del acoso
tinción fundamental entre un reportaje que relata unos hechos -incluso con- que padecen numerosas personalidades públicas en su vida cotidiana (apar-
trovertidos- que pueden contribuir a un debate en una sociedad democrá- tado 59 supra).
tica, referentes a personalidades políticas, en el ejercicio de sus funciones
oficiales por ejemplo, y un reportaje sobre los detalles de la vida privada de En el presente caso, las fotos tomadas en el «Beach Club» de Montecarlo
una persona que, además, como en este caso, no desempeña dichas funcio- ilustran esta cuestión de forma particularmente evidente, cuando la d~man­
nes. Si en el primer caso la prensa juega su rol esencial de «perro guardián» dante tropieza con un obstáculo y cae al suelo (apartado 17 supra). Parece
en una democracia contribuyendo a «Comunicar ideas e informaciones sobre en _efec~o que estas fotos se tomaron clandestinamente, a una distancia de
cuestiones de interés público» (Observer y Guardiaó citada, ibídem), no su- vanos cientos de metros, probablemente desde un edificio cercano cuanda
cede lo mismo en el segundo. el acceso de periodistas y fotógrafos a dicho club estaba estrictame~te regla-
mentado (apartado 33 supra).
64. Asimismo, aunque existe un derecho del público á set informado,
derecho esencial en una sociedad democrática que, en circunstaiicia8 coricre- 69. Ahora bien, el Tribunal recuerda la importancia fundamental de
tas, puede incluso referirse a aspectos de la vida privada de persorias públicas, la protección_ ?e la vida privada para el desarrollo de la personalidad de cada
concretamente cuando se trata de personalidades de la política (Plon [So- uno, protecc10n que -como ha declarado anteriormente- va más allá del
ciété] anteriormente citada, ibidem), éste no es el caso que nos ocupa:· en círculo familiar íntimo y comporta igualmente una dimensión social. Consi-
efecto, se situaría fuera de la esfera de cualquier debate político o público, dera que toda persona~ ~cluso conocida. ?el gran público, debe poder gozar
ya que las fotos publicadas y los comentarios que las acompañaban hacían de ~a «esperanza legi~a» de pr<;>tecc1on y de respeto de su vida privada
referencia exclusivamente a detalles de la vida privada de la demandante. · · r.
.s (articulo 51 supra, y mutatis mutandis, Halford anteriormente citada, ap. 45).
,.
¡

65. Como en otros asuntos similares que ha debido conocer, eLTribu- 7~. ~emás, se impone una mayor vigilancia en cuanto a la protección
nal considera, por tanto, que en este caso la publicación de las fotografias y :l de la vida pnvada frente a l~s p~~gresos técnicos de grabación y reproducción
de los artículos en litigio, cuyo único fin era el de satisfacer la curiosidad de de datos personales de un md1V1duo (ver el punto 5 de la Resolución de la
cierto público sobre los detalles de la vida privada de la demandante,. no AsamJ;>lea parl~entaria sobre la protección del derecho a la vida privada y
puede considerarse que contribuya a ningún debate de interés general para mutatis mutandis Amann contra Suiza [GS], núm. 27798/1995, aps. 65-67,
:..--:

470 I..AS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS


VlI.-DERECHO AL RESPETO DELA VIDA PRIVADA YFAMILIAR (ART. 8) 471
Rotaru contra Rumanía [GS] núm. 28341/1995, aps. 43-44, PG y jH previa- de determinar por anticipado por la persona en cuestión: en este caso, el
mente citada, aps. 57-60, y Peck anteriormente citada, aps. 59-63, y ap. 78). solo hecho de calificar a la demandante de personalidad «absoluta» de la
Ello es válido igualmente para la realización sistemática de fotografias deter- historia contemporánea no basta: para justificar tal intrusión en la vida pri-
minadas y su difusión a un público amplio. . vada de ésta.
71. Por último, el Tribunal recuerda que el fin del Convenio con~iste_
en proteger unos derechos no. teóri~os o ilusorios. sino concretos y efectrvos d) Conclusión
(ver, mutatis mutandis, Sentencia Artico contra Italia de 13 de mayo de 1980,
serie A núm. 37, pgs. 15-16, ap. 33). .- · 76. Como ya ha dicho anteriormente, el Tribunal considera que el
72. Ahora bien, el Tribunal encuentra dificultades en seguir fa inter- elemento determinante, a la hora de establecer un equilibrio entre la protec-
pretación por los tribun~e~ internos del. artículo ~3.1 de la Ley de derechos ción de la vida privada y la libertad de expresión, debe residir en la contribu-
de autor en el ámbito artistrco, que consiste en calificar. a _ll!lª per.sona como ción que las fotografias y los artículos publicados hacen al debate de interés
tal de personalidad «absoluta» de la historia contemporánea. ~phcando .una general. Ahora bien, procede constatar que en este caso no existe tal contri-
protección muy limitada de la vida privada y del derecho a la imagen;. dicha bución, ya que la demandante no desempeña funciones oficiales y las fotos
calificación puede comprenderse para las personalidades de. la ~da política y artículos en litigio hacían referencia exclusivamente a detalles de su vida
. ., privada.
que desempeñan funciones oficiales. Sin embargo, no puede ~us~carse para ::::.

una persona «privada» como la demandante, para la que el ~nteres del~


público y de la prensa se basa únicamen~e en s~ pertene~cia a una.familia 77. Además, el Tribunal considera que el público carece de interés
reinante, cuando ella misma no desempena funciones oficiales. :. . legítimo en saber dónde se encuentra la demandante y cómo se comporta
generalmente en su vida privada, incluso si aparece en lugares que no siem-
De todas formas, en estas condiciones, parece imponerse en opinión del pre pueden calificarse de aislados, y ello pese a su notoriedad.
Tribunal una interpretación restrictiva de dicha Ley al _objet~ de que el Es-
tado cumpla con su obligación positiva de proteger la VIda pnvada y el dere- Y aunque existiese un interés del público, al igual que un interés comer-
cho a la imagen en virtud del Convenio. .¡ cial de las revistas que publican fotos y artículos, dichos intereses deben desa-
73. Por último, la distinción efectuada entre personalidades «absolu- parecer, en opinión del Tribunal, ante el derecho de la demandante a la
tas» y personalidades «relativas» de la historia contempo~e~ _debe s~r clara protección efectiva de su vida privada.
y evidente, al objeto de que, en un Estado de der~cho, el mdiVIduo disponga
de indicaciones precisas en cuanto al comportamiento a adoptar; sobre todo, ·.. 78. Por último, y en opinión del Tribunal, los criterios definidos por
es necesario que sepa exactamente cuándo y dónde se encuentra en una ~ los tribunales internos no eran suficientes para asegurar una protección efec-
tiva de la vida privada de la demandante, y esta última debió gozar en las
esfera protegida o, por el contrario, en una esfera en la que deb~ esp:rarse .;;

una injerencia por parte de otro y sobre todo de la prensa sensacionalista. -~ circunstancias del caso de una «esperanza legítima» de protección de su vida
privada.
74. El Tribunal considera, por tanto, que los criterios admitidos en este
caso por los tribunales internos no eran suficientes para asegurar una prote~­
79. Teniendo en cuenta todos estos elementos;-y pese al margen de
ción efectiva de la vida privada de la demandante: en efecto, como personali-
apreciación de que dispone el Estado en la materia, el Tribunal considera
dad «absoluta» de la historia contemporánea, ésta no puede aprovecharse -en
que los tribunales alemanes no mantuvieron un equilibrio justo entre los
nombre de la libertad de prensa y del interés del público- _de una prot:cción intereses en cuestión.
de su vida privada a menos que se encuentre en un lugar aislad~, ~ ab?go de
la gente y si, además, consigue probarlo, lo que puede re~ultar dificil. Si faltan
estos elementos, deberá aceptar ser fotografiada en casi todo_ moment~, de 80. Hubo por tanto violación del artículo 8 del Convenio.
forma sistemática, y que dichas fotos sean posteriormente ampli~ente. difun-
didas, incluso si, como sucedió en este caso, las fotos y los arnculos que la,s 81. Teniendo en cue;nta esta constatación, el Tribunal no considera
acompañaban hicieran referencia: a detalles de su vida privada. · . . . necesario pronunciarse sobre la queja de la demandante relativa a su dere-
cho al respeto de la vida familiar.
75. En opinión del Tribunal, el criterio del aislamiento espacial, que
puede parecer claro en la teoría, en la práctica es demasiado vago y dificil [ ... ]
...
~

472 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS

POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL, POR UNANIMIDAD,


VIII
1º Declara que ha habido violación del artículo 8 del Convenio;
LIBERTAD DE PENSAMIENTO, DE CONCIENCIA
[ ... ] Y DE RELIGIÓN (ART. 9)
Hecha en francés y leída en audiencia pública en el Palacio de Derechos _
Humanos de Estrasburgo, el 24 de junio de 2004. Firmado: Ireneu Cabral
Barreto, Presidente; Vincent Berger, Secretario.

25. Asunto Kokkinakis c. Grecia, de 25 de mayo de 1993


En el asunto Kokkinakis contra Grecia
El Tribunal Europeo de Derechos Humano reunido, de conformidad
-· con el artículo 43 del Convenio para la protección d~ los derechos humanos
y de las libertades fundamentales («el Convenio») y con los artículosaplica-
bles de su Reglamento, en una Sala compuesta por los siguientes Jueces seño-
res R. Ryssdal, Presidente; R. Bernhardt, L. E. Pettiti,J. De Meyer, N~ Valticos,
S. K Martens, l. Foighel, A N. Loizou, M. A Lopes Rocha, así como los
señores M. A Eissen; Secretario, y H. Petzold, secretario adjunto.
- Tras haber deliberado en privado los días 27 de noviembre de 1992y19
de abril de 1993.
"
. Dicta la siguiente

SENTENCIA
[ ..:] -

HECHOS

A) Las circunstancias del caso


6. El señor Minos Kokkinakis es un empresario, jubilado, de nacionali-
dad griega, nacido en Sitia (Grecia) en 1919 en el seno de una familia de
confesión ortodoxa. Convertido en Testigo dejehovah en 1936 fue detenido
más de sesenta veces por· proselitismo. Además padeció varias reclusiones y
encarcelamientos. ·
-~
Las primeras, ordenadas por las autoridades administrativas y motivadas
por sus actividades religiosas, tuvieron lugar en diferentes islas del mar Egeo
(trece meses en Amargos en 1938, seis en Milos en 1940 y doce en Makronís-
sos en 1949).
Las segundas, decididas por los Tribunales, castigaron actos de proseli-
tismo (tres veces en dos meses y medio en 1939 -fue el primer Testigo de
Jehovah condenado en virtud de la leyes del Gobierno Metaxas-, cuatro me-
474 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS VIII.-LIBERTAD DE PENSAMIENTO, DE CONCIENCIA Y DE RELIGIÓN (ART. 9) 475

ses y medio en 1949 y dos en 1962), así como por su objeción de conciencia culpabilidad de su marido, aunque le redujo a tres meses la pena de prisión
(dieciocho meses y medio en 1941) o por una reunión religiosa en un domi- y la transformó en una sanción pecuniaria de 400 dracmas por día. Dictada
cilio privado (seis meses en 19g2) .. el 17 de marzo de 1987, la Sentencia se basaba sobre los motivos siguientes:
Entre 1960 y 1970, el demandante fue detenido en cuatro ocasiones, «( ... ) la prueba establece que, con el deseo de propagar lós artículos de
pero no fue condenado. fe de la secta (hairessi) de los Testigos de Jehovah de la cucll er acusado
es adepto, ha intentado directa e indirectamente penetrar en la conciencia
7. El 2 de marzo de 1986, su mujer y él se dirigieron al domicilio de
religiosa de una persona de confesión diferente de la suya, cristiana orto-
la señora Kyriakaki en Sitia, donde entablaron una discusión con ella. Adver-
doxa, con la intención de modificar su contenido, abusando de su·inexpe-
tida por el marido de esta última, feligrés de una Iglesia ortodoxa de la
riencia y aprovechándose de su ignorancia e ingenuidad. Precisamente, en
localidad, la policía detuvo a los esposos Kokkinakis y los trasladó al pue&fo
el_ lugar y tiempo indicados en los hechos, ha realizado una visita a Georgia,
de policía local donde pasaron la noche del 2 al 3 de. marzo de 1986.
esposa de Nic. Kyriakaki, y, después de haberle anunciado que era'. portador
de buenas noticias, tras pedírselo con insistencia, entró en su domicilio,
B) Procedimiento. ánte el Tribunal. correccional de Lassithi 1 donde comenzó a hablarle del político Palme y a desarrollar unas tesis pacifis-
8. Acusados de inflingir el artículo 4 de la Ley 1363/1938 que réprii:Iie tas. Mostró enseguida un pequeño libro que contenía profesiones de fe de
el prosélitismo, el demandante y su ésposa fueron trasla:dádos ante el Tnbu- la secta mencionada, comenzó a leer unos pasajes dela Santa Escritura, que
nal correccional ( «trimeles plimln.eliodikeio») de Lassithi que celebró la Vista analizó hábilmente y de una forma que la citada cristiana ortodoxa no podía
oral el 20 de marzo de 1986. asimilar, falta de una preparación adecuada en materia de dogma, ofr:ecién-
dole al mismo tiempo diversos libros parecidos y tratando inoportunamente
9. Tras haber rechazado una excepción de inconstitudonalidad del ar- de obtener, directa e indirectamente, la modificación de su conciencia reli-
tículo 4 de la mencionada ley e ip.terrogando al señor y &eñora Kyriakaki, un giosa. En consecuencia debe ser declarado culpable del acto mencionadq,
testigo de descargo y los dos inculpados, el Tribunal correccional de Lassithi conforme a las disposiciones establecidas más arriba, mientras que la otra
dictaminó: · acusada, su esposa Elissavet, debe ser absuelta, habiéndose demostrando que
«Visto que (... ) [los acusados], que pertenecen a la secta de los Testigos no aparece ningún indicio de su participación en el acto de su marido al
dejehovah, han hecho proselitismo y han intentado directa e indirectamente que sólo había acompañado (... )».
penetrar en la conciencia religiosa de cristianos ortodoxos, con el objetivo i
i Uno de los magistrados en el Tribunal de apelación emitió una opinión
de alterar esta conciencia, abusando de su inexperiencia, su ignorancia y su disidente, añadida a la sentencia según la cual: ·
ingenuidad. En concreto, visitaron el domicilio [de la señora Kyriakaki] ( ... )
y le anunciaron que eran portadores de buenas noticias; tras haber entrado, «( ... ) el primer acusado hubiera debido igualmente ser absuelto porque
con insistencia y presión, en su domicilio, comenzaron a dar lectura de un no existe ningún elemento de prueba de que Georgia Kyriakaki (... ) pueda
libro relativo a las Escrituras que interpre~on refiriéndose a un rey de los ser caracterizada por su inexperiencia en materia de dogma cristiano orto-
cielos, a unos acontecimientos que aún no habían sobrevenido pero que doxo, siendo la mujer de un feligrés, o incluso por su ignorancia o su inge-

sobrevendrían, etc., e incitando con explicaciones pertinente y hábiles ( ... ) a nuidad, de suerte que el acusado haya tenido la posibilidad de abusar y (... )
'
modificar el contenido de la conciencia r:eligiosa de la cristiana ortodoxa.» de inducir (así) a entrar en la secta de los Testigos de Jehovah».
J
El Tribunal condenó a cada uno de los esposos Kokkinakis, por proseli- Según el acta de la audiencia de 17 de marzo de 1987, la señora Kyria-
tismo, a cuatro lJieses de prisión,· convertibles· en 400 dracniás por díá de kaki realizó la declaración siguiente:
detención (artículo 82 del Código Penal), y a 10.000 dracmas de multa. Asi-
mismo ordenó, conforme al artículo 76 del Código Penal, la confiscación y «( ... ) ellos a continuación me hablaron de Palme; si era o no pacifista,
la destrucción de cuatro publicaciones que trataron de vender a Ja señora y de otros temas de los que no me acuerdo. Me hablaron de cosas que no
Kyriakaki.. comprendo bien. No se trataba de ninguna discusión, sino de un monólogo
constante por su parte (... ).Si me hubieran dicho que eran Testigos dejeho-
C) Procedimiento ante el Tribunal de apelación de Creta vah no les habría dejado entrar en mi casa. No recuerdo que me hayan
. . hablado del reino de los ciefos. Permanecieron en mi casa aproximadamente
10. Los interesados recurrieron la Sentencia ante el Tribunal de apela- diez. minutos o un cuarto de hora. Lo que me dijeron era de carácter reli-
ción (Efeteio) de Creta. Este absolvió a la señora Kokkinakis y confirmó la gioso, pero ignoro la razón por la que me lo decían. No pude conocer en
476 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS VIII.-LIBERTAD DE PENSAMIENTO, DE CONCIENCIA Y DE RELIGIÓN (ART. 9) 477
un principio el objeto de su visita. Puede que me hayan dicho alguna cosa ..·:-: l. Sobre la violación del artículo 9
con el fin de alterar mi conciencia religiosa (... ). (Sin embargo),Ja discusión -~
no me ha influido (... )». \,_·· 28. Las alegaciones de interesado se refieren e~encialmente a la restri~­
ción ~e su liber~d religi~sa. Por ello, el Tribunal examinará en principio las
.-; cuestiones relativas al articulo 9, según el cual: . . . .
D) Procedimiento ante el tribunal de casación
«l. Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento de con-
11. El señor Kokkinakis recurrió en casación. Sostuvo entre otras cosas ciencia y ~e ~eligión; ~ste derec~o implica la libertad de cambiar de' religión
que las disposiciones de la Ley 1363/1938 vulneraban el artículo 13 de la º. d~ con~cci?i:ies, asi como ~a libertad de manifestar su religión o sus cón-
Constitución. · vicc10nes mdividual o colectivamente, en público o en privado, por medio
del culto, la enseñanza, las prácticas y la observancia de los ritos.
12. El Tribunal de casación (Areiros Pagos) desestimó el r_ecurso el 22
de abril de 1988. La excepción de· 1nconstitucionalidad fue rechaZada por .las 2.. La libe:tad de_ m_anifestar su religión o sus convicciones no puede
razones siguie:µtes: · · ser o_bJeto de m~ restncciones. que las que, previstas por la Ley, constituyén
medidas n_:cesanas en una sociedad democrática pata la seguridad jurídica,
«Considerando que la disposición del artículo 4 de la Ley 13/1963, la proteccion del orden, de la salud o de moral públicas o la protección de
reemplazada por el artículo 2 de la Ley 1672/1939 referida a la «garantía de los derechos y libertades los demás». ·
aplicación de los artículos 1 y 2 de la Constitución», adoptada bajo el imperio
29. El demandante no se centra únicamente en la aplicación -errónea
de la Constitución de 1911 entonces en vigor, y según los términos de su
según él- del artículo 4 de la Ley 1363/1938. Concentra su argumentación
artículo 1 según los cuales están prohibidos el proselitismo y cualquier otra
sobre el problema, más amplio, de la compatibilidad de este texto con el
ingerencia en la religión dominante en Grecia que es la de la Iglesia orto-
derecho consagrado por el artículo 9 del Convenio que, incorporado desde
doxa oriental de Cristo, no sólo no contraviene el artículo 13 de la Constitu-
1_953 al derecho ~ego, tendría, ~n vir~d de la Constitución, un valor supe-
ción de 1975 sino que es absolutamente compatible con ésta, la cual reco-
nor a la de cualqwer ley contrana. Senala la dificultad lógica y jurídica de
noce la libertad de conciencia religiosa como inviolable y dispone que toda
~azar un:i línea de demarcación aunque exista poca diferencia entre proseli-
religión conocida es libre, sabiendo que una disposición formal de la misma
tismo y. libertad .«de cambiar de religión o de convicción y de manifestarla
Constitución prohibe el proselitismo; en este sentido, el proselitismo está
individualmente o colectivamente, en público o en priVa.do», lo que engloba-
prohibido en general cualquiera que sea la religión en perjuicio de la cual
ría toda enseñanza, toda publicación y toda predicación entre personas:_
se ejerce, también en perjuicio de la religión dominante en Grecia, conforme
al artículo 3 de la Constitución de 1975, es decir, la de la Iglesia ortodoxa La prohibición del proselitismo, erigida en delito penal bajo la dictadura
oriental de Cristo». de Metaxas, no sería sólo inconstitucional: formaría también, junto a los
Señaló que el Tribunal de apelación de Creta había moti'7ado su deci- otros de la Ley 1.363/1938, «un arsenal de prohibiciones y de amenazas de
sión de manera circunstancial y había respetado, aplicando las disposiciones castigos» que pasarían sobre los adeptos de todas las creencias y de todos los
dogmas. .
litigiosas, la Constitución de 1975.
Según· la opinión· disidente de· uno. de sus miembros, el Tribunal de El señor Kokkinakis denuncia en definitiva la aplicación selectiva de esta
casación había debido censurar la Sentencia impugnada por aplicación erró- ley por l~ autoridades admin~strativas y judiciales: imaginar, por ejemplo, la
nea del artículo 4 de la Ley 1363/1938, al no haber mencionado las promesas eventualidad de una denuncia presentada por un cura católico, o por un
por las cuales el acusado hubiera tratado de penetrar la conciencia religiosa pastor protestante, contra un ortodoxo que hubiera tratado de captar un fiel,
de la señora Kyriakaki e indicado en qué hubiera consistido la inexperiencia constituiría «Una hipótesis de escuela de lo más descabellada»; incluso menos
y la ignorancia de ésta. aún ver a un Fiscal perseguir a un ortodoxo por proselitismo en beneficio
de la «religión dominante». · ·
[ ... ]
· 30. En opinión del Gábiemo toda.S las religiones son libres en Grecia;
FUNDAMENTOS DE DERECHO sus miembros gozarían del doble derecho de expresar libremente sus creen-
. . . . ~ .
cias y de intentar influir la conciencia de otro; el testimonio cristiano era un
27. El señor Kokkinakis denuncia su co~d~na pór proselitismo que es- d~ber ~e toda Iglesia y de todo cristiano. Existiría, srn embargo, un~ diferen-
tima contraria a Jos artículos 7, 9 y 10 del Convenio, así como al artículo 14 cia radical entre testimonio y «proselitismo ilegal», que consistiría en emplear
en combinación con el segundo de aquéllos. unos medios engañosos, indignos e inmorales, tales como la explotación de
478 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS VIII.-LIBERTAD DE PENSAMIENTO, DE CONCIENCIA Y DE RELIGIÓN (ART. 9) 479
la indigencia; de la ignorancia y de la inexperiencia de sus semejantes. El tismo en relación con todas las religiones sin distinción. El artículo 4 de la
artículo 4 prohibiría este tipo de proselitismo -el proselitismo «intempestivo» Ley 1363/1938, que acompaña esta prohibición de una sanción penal, ha
al cual el Tribunal europeo se refería en su Sentencia lijeldsen, Busk Madsen sido mantenida por sucesivos Gobiernos democráticos no obstante su origen
y Pedersen c. Dinamarca, de 7 de diciembre de 1976 (serie A, número 23, histórico y político. Tendría como finalidad exclusiva proteger «la conciencia
pg. 28, ap. 54)-y no la simple enseñanza religiosa. Además, la jurisprudencia de otro en consideraéión a las actividades que atenten a su dignidad y su a
griega habría adoptado precisamente esta definición de proselitismo. personalidad».

A) PRINCIPIOS GENERALES 35. El Tribunal se limitará, en la medida que le sea posible, a examinar
el problema planteado por el caso concreto que se le presenta. Éste debe,
31. Tal y como la garantiza el artículo 9 la libertad de pensamiento, de
sin embargo, analizar dichas disposiciones en la medida en que el recurrente
conciencia y de religión representa uno de los fundamentos de tina «socie-
denuncia su aplicación (ver, mutatis mutandis, Sentencia de Geouffre de la
dad democrática» en términos del Convenio. Figura, en su dimensión reli-
Pradelle c. Francia, de 16 de diciembre de 1992, serie A, número 253-B, pg.
giosa, entre los elementos esenciales de la identidad de los creyentes y de su 42, ap. 31).
concepción de la vida, pero ésta es también un bien preciado por los ateos,
los agnósticos, los escépticos o los indiferentes. B) APLICACIÓN DE ESTOS PRINCIPIOS
Si la libertad religiosa emana en principio del foro interno, ésta «im-
plica», por tanto, especialmente, la de «manifestar su religión». El testimonio, 36. La condena dictada -por el Tribunal correccional de Lassithi, revi-
en palabras y en actos, se encuentra ligado. a la existencia de convicciones sada por el Tribunal de Creta (apartados 9-10, supra), se examina como una
religiosas. ingerencia en el ejercicio del derecho del señor Kokkinakis a la «libertad de
manifestar su religión o sus convicciones». Esta intromisión vulnera el ar-
En términos del artículo 9, la libertad de manifestar su religión no se tículo 9 salvo si la misma está «prevista por la ley», dirigida hacia uno de los
ejerce únicamente de manera colectiva, «en público» y en él círculo de los objetivos legítimos en consideración del párrafo 2 y es «necesaria en una
que comparten la fe, puede también ejercerse «individualmente» y «en pri.:. sociedad democrática» para prohibirla.
vado»; además comporta el derecho de intentar convencer a su prójimo, por
ejemplo, mediante la «enseñanza», puesto que «la libertad de cambiar de 1. Previsto por la ley
religión o de convicción», consagrada por el artículo 9, correría el riesgo de
convertirse en letra muerta. 37. El demandante precisa que los argumentos desarrollados por él
sobre el terreno del artículo 7 valen ~bién para la frase previsto por la ley.
32. Los imperativos del artículo 9 se reflejan en la Constitución ·helé- El Tribunal los examinará bajo este ángulo.
nica en la medida en que se proclama, en su artículo 13, que «la libertad de
conciencia religiosa es inviolable» y que «toda religión conocida es libre». 38. El interesado impugna en el asunto la redacción misma del artículo
Así, los Testigos de Jehovah se benefician tanto del estatuto de «religión 4 de la Ley 1363/1938. Denuncia la ausencia de una descripción de la «sus-
conocida» como de las ventajas que se derivan para el cumplimiento de sus tancia objetiva» del delito de proselitismo: cree que cualquier tipo de conver-
ritos. sación o de comunicación religiosa entraría en el ámbito de esta disposición.
Invoca el «riesgo de alcance de la competencia policial así como la judicial»
33. El carácter fundamental de los derechos que garantiza el artículo
9.1 se traduce también en el !modo de formulación de relativo a su restric- por los términos vagos de este artículo, tales como «particularmente>; y «te:ri-
tativa directa» de penetrar en la conciencia de otro: castigar a un no-orto-
ción. A diferencia del segundo párrafo de los artículos 8, l Oy H, que engloba
doxo incluso cuando ofrezca «auxilio moral y material» equivaldría a repri-
el conjunto de los derechos mencionados en su primer párrafo, el· del ar- mir el acto mismo que prescribe toda religión y que el Código penal ordena-
tículo 9 sólo se refiere a la «libertad de manifestar su religión o sus· cwnvicdo-
nes». Se constata que en una sociedad democrática, donde varias religiones qa en ciertos C::asos de urgencia. La L~y 1672/1939 (apartado 16 supra) se
coexisten en él seno de una misma pobfación, puede resultar necesario impo- habría, sin más, desprovisto de la «verborrea repetitiva»_ de la redacción origi-
ner limitaciones a esta libertad con el fin de conciliar los intereses de k>s nal del artículo 4; habría conservado todas las ~xpresiories «vagas y claves»
diversos grupos, asegurando el respeU> de las convicciones d~ ~ada uno. _.- limitándose a usar un· estilo más resumido, pero «pedante» y. destinado a
situar a los no Órtodoxos en un estado de prohibición permanente la de
34. En opinión del Gobierno, el orden jurídico griego agrupa tales palabra. Ningún ciudadano podría, en consecuencia, orientar su compro-
limitaciones. El artículo 13 de la Constitución de. 1975 prohíbe el prosefü miso sobre la base de este texto,
480 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS VIII.-LIBERTAD DE PENSAMIENTO, DE CONCIENCIA YDE RELIGIÓN (ART. 9) 481

Además, el artículo 4 de la Ley 1363/1938 sería incompatible con el renovable del pensamiento humano» y no se podría concebir fuera del diálogo
artículo 13 de la Constitución. público .. El equilibrio de los derechos individuales obligarían a tolerar que el
pensamiento de otro soportase un mínimo de influencias, sin que se llegara a
39. En opinión del Gobierno, por el contrario, el artículo 4 define el «Un~ extraña sociedad de bestias silenciosas que pensar[an] pero no se
proselitismo «de manera precisa y concreta»; enumera todos los elementos exphcar[an], que hablar[an] pero no se comlinicar[an], que existir[an] pero
constitutivos de esta infracción. El empleo del adverbio «particularmente» que no coexistir[an] ».
no tiene ninguna importancia porque no concierne más que a los medios·
por los cuales el delito puede cometerse: una lista indicativa sería, también, 44. Vistas las circunstancias del caso y los términos mismos de las se~­
de práctica corriente en la redacción de las leyes penales. tencias de los tribunales competentes, el Tribunal considera que la medida
incriminada persigue un objetivo legítimo bajo el ángulo del artículo 9.2: la
En definitiva, la sustancia objetiva del delito no tendría ningún efecto: protección de los derechos y libertades del otro, invocado pcir el Gobierno.
se trataría de la tentativa de modificar la esencia de la conciencia religiosa
~o~. . 3. Necesario en una sociedad democrática
40. El Tribunal ya ha constatado que la redacción de las leyes no pre- 45. El señor Kokkinakis no considera necesario en una sociedad de-
senta una precisión absoluta. Muchas de ellas, en razón de la necesidad de mocrá?ca, prohibir la «palabra de un ciudadano» que ~harla de religión con
evitar una rigidez excesiva y adaptarse a los cambios de situación, se sirven su vecmo. Se pregunta cómo un discurso pronunciado con convicción, y
de fórmulas más o menos vagas (vid., por ejemplo, Sentencia Müller y otros sobre la base de libros sagrados comunes a todos los cristianos, puede lesio-
c. Suiza de 24 de mayo de 1988, serie A, número 133, p. 20, ap. 29). Las nar los derechos de otro. La señora Kyriakaki era uria mujer adulta dotada
disposiciones de derecho penal en materia de proselitismo entran en esta de experiencia y de capacidad intelectual; salvo la intención de ridiculizar
categoría. La interpretación y la aplicación de estos textos dependen de la los derechos fundamentales del hombre, no se puede erigir en delito la con-
práctica. versación de un Testigo de Jehovah con la esposa de un feligrés. Por otra
En el presente caso, existe una jurisprudencia constante de los tribunales parte, el Tribunal de apelación de Creta, al que se le habían sometido unos
griegos (apartados 17 a 20 supra). Publicada y accesible, completa la letra del hechos precisos y de una claridad absoluta, no podía alcanzar a determinar
artículo 4 de tal manera que permite al señor Kokkinakis regular su conducta el ca:áct~r dir~c.to o indirecto de la tentativa de demandante de penetrar la
en la materia. conciencia religiosa de la demandante; su razonamiento demostraba que la
condena se le imponía no por lo que había hecho, sino por lo que era.
En cuanto a la constitucionalidad del artículo 4 de la Ley 1363/1938, el
Tribunal recuerda que corresponde a las autoridades nacionales, y singular- La Comisión suscribe de manera sustancial esta tesis.
mente a los Juzgados y Tribunales, interpretar y aplicar el derecho interno
(ver en último lugar Sentencia Hadjianastassiou c. Grecia, de 16 de diciem- 46. En opinión del Gobierno, por el contrario, los Tribunales griegos
bre de 1992, serie A, número 252, pg. 18, apartado 420). Las jurisdicciones se fundan en unos hechos patentes que constituyen el delito de proselitismo:
griegas que han conocido del problema han concluido la ausencia de incom- la insistencia del señor Kokkinakis en entrar en el domicilio de la señora
patibilidad [apartado 21.d) supra]. Kyriakaki bajo con un pretexto engañoso; el modo de abordar a su interlocu-
tora para ganarse su confianza; en definitiva, un análisis «hábil» de las Santas
41. La medida litigiosa estaba entonces «prevista por la ley», en el sen- Escrituras, con el fin de «amaestrar» a la demandante que no poseía «forma-
tido del artículo 9.2 del Convenio. ción adecuada en materia de dogma» (apartados 9 y 10 supra). Si el Estado
permaneciera indiferente a los atentados a la libertad de conciencia religiosa
2. Objetivo legítimo se provocaría una gran conmoción que afectaría la paz social.
42. En opinión del Gobierno, un Es'tado democrático debe a.Segurar el
47. Según la jurisprudencia constante del Tribunal, es necesario reco-
goce pacífico de las libertades individuales de quien se encuentra sobre su noce~ a los_ Estados contratantes un cierto margen de aprec.:iación parajuzg'!I"
territorio. Si, en particular, no garantiza la protección de la conciencia reli-
la existencia y el alcance de la necesidad de una ingerencia, paralela a un
giosa y la dignidad de la persona contra lastentativas de influencia por me-
co~trol ~uropeo efectuado a la vez sobre la ley y sobre las sentencias que la
dios inmorales e indignos, el artículo 9.2 se encontraría en la práctica privado
aphcan, mcluso cuando emanan de una jurisdicción independien_te. La tarea
de valor. del Tribunal consiste en investigar si las medidas adoptadas en el derecho
43. Para el demandante, la religión emana del «influjo constantemente interno se justifican en su principio y su proporcionalidad.
482 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS VIII.-LIBERTAD DE PENSAMIENTO, DE CONCIENCIA Y DE RELIGIÓN (ART. 9) 483
Para determinar este último punto hay que ponderar las exigencias de puesta una pena más grave que la aplicable en el momento en que la infrac-
la protección de los derechos y libertades de otro con el comportamiento ción haya sido cometida.
reprochado al demandante. En el ejercicio de este poder de control, el Tri- 2. El presente artículo no impedirá el juicio y el castigo de una per-
bunal debe considerar las decisiones judiciales en litigio sobre la base del sona culpable de una acción o de una omisión que, en el momento de
conjunto del asunto (ver particularmente, mutatis mutandis, Sentencia Bar- su comisión constituía delito según los principios generales del derecho
ford c. Dinamarca de 22 de febrero de 1989, serie A, número 149, pg. 12~ reconocido por las naciones civilizadas.»
ap. 28). En su opinión, para que se pueda conciliar este texto con una disposi-
48. Interesa en principio distinguir el testimoriio del proselitismo abu- ción represiva, ésta debe presentar una precisión y una claridad suficientes.
sivo: el primero corresponde a la verdadera evangelización que en un in- Y esto no ocurre con el artículo 4 de la Ley 1363/1938.
forme elaborado en 1956, en el marco del Consejo ecuménico de las Iglesias, . 52. El Tribunal señala que el artículo 7.1 del Convenio no se limita a
califica de «misión esencial» y de «responsabilidad de cada cristiano y de prohibir la aplicación retroactiva del derecho penal en detrimento del acu-
cada Iglesia». El segundo representa la corrupción y la deformación. Puede sado. Se consagra así, de manera más general, el principio de la legalidad de
revestir la forma de actividades [que ofrecen] ventajas materiales o sociales los delitos y las penas (nullum crimen, nulla poena sine l.ege) y el que exige no
con el objetivo de obtener incorporaciones a [una] Iglesia o [ejerciendo] aplicar la ley penal de manera extensiva en detrimento del acusado; especial-
una presión abusiva sobre las personas en situación de angustia o de necesi- mente por analogía; de ello se deduce que un delito debe ser claramente
dad, según el mismo informe, utilizando el recurso a la violencia o el «lavado definido por la ley. Esta condición se cumple cuando el individuo puede
de cerebro»; generalmente, no concuerda con el respeto debido a la libertad conocer, a partir de la redacción del artículo aplicable y, en su caso, con la
de pensamiento, de conciencia y de religión de otro. ayuda de su interpretación por los Tribunales, qué actos y omisiones compro-
La lectura del artículo 4 de la Ley 1363/1938 pone de manifiesto que meter su responsabilidad.
los criterios adoptados en la materia por el legislador griego pueden cuadrar Así ocurre en los hechos del caso; el Tribunal se remite, sobre este
con este último en la medida en que lo que se pretende reprimir es, sin más, punto, a los párrafos 40 y 41 de la presente sentencia.
el proselitismo abusivo, que después de todo· el Tribunal lo ha definido in
abstracto en los hechos del caso. 53. Como conclusión no ha habido violación del artículo 7 del Conve- .
nio.
49. El Tribunal pone de manifiesto, por tanto, que los tribunales grie-
[ ... ]
gos determinan la responsabilidad del individuo por unos motivos que se
contentaban con reproducir los términos del artículo 4, sin precisar suficien- POR ESTOS MOTIVOS EL TRIBUNAL,
temente en que medida el acusado habría intentado convencer a su prójimo
por unos inedias abusivos. Ninguno de los hechos que relatan permiten cons- l. Declara, por seis votos contra tres, que ha habido violación del ar-
tatarlo. · tículo 9.

Por tanto, no se ha demostrado que la condena del interesado se justifi- 2. Declara, por ocho votos contra uno, que no ha habido violación del
artículo 7.
que, en las circunstancias del caso, por una necesidad social imperiosa. La
medida incriminada no parece proporcionada al objetivo legítimo perse- [ ... ]
guido, ni, tampoco, «necesaria en una sociedad democrática», «para la pro-
tección de los derechos y libertades de los demás». Hecho en francés e inglés y leída en audiencia pública en el Palacio de
los Derechos Humanos, en Estrasburgo, el día 25 de mayo de 1993. Firmada:
50. En conclusión, ha habido violación del artículo 9 del Convenio. Rolv Rysdal, Presidente; Marc-André Eissen, Secretario.

11. · Sobre la violación del artículo 7 -~

51. El señor Kokkinakis invoca también el artículo 7 así redactado:


«l. Nadie podrá ser condenado por una acción o· una omisión que,
en el momento en que haya sido cometida, no constituya una infracción
según el derecho nacional o internacional. Igualmente no podrá ser im-
26. Asunto Hassan y Tchaouch c. Bulgaria, de 26 de octubre de 2000
En el asunto Hassart y Tchaouch contra Bulgaria,
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, constituido en una Gran
Sala compuesta por los siguientes Jueces señores L. Wildhaber, Presidente,]. P.
Costa, L. Ferrari-Bravo, A. B. Baka, E. Levits, A. Pastor Ridruejo, G. Bonello,J.
Makarczyk, P. Kuris, V. Butkevych, J. Casadevall, R Maruste, M. Ugrekhe-
lid:ze, señoras F. Tulkens, V. Straznicka, H. S. Greve, S. Botoucharova, así
como la señora M. De Boer-Buquicchio, Secretaria adjunta~·
Tras haber deliberado en privado los días 29 de mayo y 4 de octubre de
2000,
Dicta la siguiente

SENTENCIA
[ ... ]
HECHOS

l. Circunstancias del caso


A) Los DEMANDANTES
9. El señor Fikri Salí Hassan («el primer demandante») fue Gran muftí
de k>s musulmanes búlgaros desde 1992 hasta los acontecimientos enjuicia-
dos. El señor Ismail Ahmed Tchaouch («el segundo demandante») enseñaba
en el instituto de estudios islámicos de Sofía.
El segundo demandante declara ante el Tribunal que a partir de febrero
de 1995, trabajó asimismo a tiempo parcial como secretario del despacho del
Gran muftí, instancia dirigente a nivel nacional de la organización religiosa
musulmana, y redactor de Musulmanin, la revista de ésta. El Gobierno dis-
cute estas afirmaciones.
B) EL CONfEXTO DEL CASO

10. A finales de 1989 Bulgaria inició su transición a la democracia.


Poco después, algunos creyentes y activistas musulmanes del país trataron de
derrocar a los dirigentes de su organización religiosa. Consideraban que el
señor Gendjeb, entonces Gran muftí; y los miembros del Alto Consejo espiri-
tual habían colaborado con elrégimen comunista. Los antiguos jefes religió-
sos, como el señor Gendjev en su condición de Gran muftí de los musulma-
nes búlgaros, tenían también sus partidarios. Esta situación tuvo como conse-
486 LAS SENfENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS VIII.~UBERTAD DE PENSAMIENTO, DE CONCIENCIA YDE RELIGIÓN (ART. 9) 487
cuenda algunas escisiones y conflictos en el seno de la comunidad musul- sos encargaba al señor Hassan organizar una conferencia nacional de todos
mana búlgara. los musulmanes con el fin de resolver ciertos problemas resultantes de las
11. A finales de 1991 y tras las elecciones legislativas celebradas en irregularidades en la eleq:ión de los jefes religiosos locales. Se trataba aparen-
octubre de ese mismo año, se instaló un nuevo gobierno formado por la temente de incompatibilidades con los estatutos de la organización religiosa
Unión de fuerzas democráticas (UFD) y el Movimiento para los derechos y musulmana, y no de infracciones a la Ley. · ·
las libertades (MDL). ·. · · 16. El 2 de noviembre de 1994, lós partidarios del señor Gendjev orga-
El 10 de febrero de 1992, la dirección de asuntos religiosos, órgano nizaron una conferencia nacional que se proclamó la representante legítima
gubernamental dependiente del Consejo de Ministros, anuló la elecc_ión del de los musulmanes, eligió otros dirigentes y adoptó estatutos. El señor Gend-
señor Gendjev para la función de Gran mufti de los musulmanes bulgaros, jev fue elegido presidente del Alto Consejo espiritual. Tras _la conferencia,
que había tenido lugar en 1988, y proclamó su destitución. El 21 de febrero lo~ nuevos jefes elegidos solicitaron su registro a la direccion de asuntos reli-
de 1992, constituyó un Alto Consejo espiritual provisional de tres miembros giosos como dirigentes legítimos de los musulmanes búlgaros. · ·
como instancia dirigente de la organización musulmana hasta la elección de 17. El 3 de enero de 1995, el Alto Consejo espiritual presidido por el
jefes nuevos mediante urta conferencia nacional del conjunto de los musul- primer demandante decidió celebrar una conferencia nacional el 28 de
manes. enero de 1995.
12. Tras estos acontecimientos, el señor Gendjev, que continuaba con- 18. A finales de 1994 tuvieron lugar elecciones legislativas. El Partido
siderándose Gran mufti de los musulmanes búlgaros, impugnó la Resolución socialista búlgaro obtuvo la mayoría en el Parlamento y formó un nuevo
de 10 de febrero de 1992 ante el Tribunal Supremo, que la rechazó el 28 de gobierno, que se constituyó en enero de 1995.
abril de 1992, al estimar que la decisión de la dirección de asuntos religiosos
era inapelable. El recurso de revisión de esta sentencia que presentó poste- 19. En una carta de 16 de enero de 1995, la dirección de asuntos reli-
riormente fue examinado por una sección de cinco jueces del Tribunal Su- giosos apremiaba al primer demandante, en su condición de Gran mufti,
premo que lo rechazó el 7 de abril de 1993. Confirmando la desestimación, para que aplazara la conferencia, señalando en concreto:
la sección examinó también el recurso en cuanto al fondo. Consideró en
particular que la dirección de asuntos religiosos tenía competencia para anu- [ ... ]
lar la elección del interesado. En cuanto al hecho de que la decisión impug- Extremadamente preocupada por la situación actual y preocupada por
nada proclamara asimismo la «destitución» del señor Gendjev de sus funcio- el bienestar de los musulmanes búlgaros, la dirección de a.Suniós religiosos
nes de Gran mufti, la seceión consideró que la dirección había excedido sus se adhiere a la opinión del gran mufti [el primer demandante], según la cual
poderes. Sin embargo, no procedía anular esta parte de la résolución de la no hay que precipitar la celebración de una confereneia extraordinaria antes
dirección ya que, de todos modos, no tenía consecuencia jurídica alguna. de la resolución de los conflictos en el seno de la comunidad [... ]
13. La conferencia nacional de los musulmanes, organizada por los Firmemente convencida de que las cuestiones enjuiciadas en el seno de
dirigentes provisionales, tuvo lugar el 19 de septiembre de 1992. Eligió al la comunidad religiosa no deben ser resueltas administrativamente por el
señor Fikri Sali Hassan (el primer demandante) como Gran mufti de los ejecutivo [... ] la dirección apela a su buena voluntad para alcanzar un con-
musülmanes búlgaros y adoptó fos nuevos estattitos de la organización de los senso sobre la celebración de una conferencia unificada [ ... ] »
musulmanes de Bulgaria. El 1 de octubre de 1992, la dirección de asuntos
religiosos registró los estatutos y a los nuevos dirigentes, de acuerdo con los 20. El 27 de enero de 1995, el Alto Consejo espiritual presidido por el
artículos 6 y 16 de la Ley de Confesiones. señor Hassan anunció que había aplazado la celebración de la conferencia
nacional al 6 de marzo de 1995.
C) Los ACONfECIMIENTOS ACAECIDOS EN 1994 y PRINCIPIOS DE 1995
D) LA DESTITUCIÓN DEL PRIMER DEMANDANTE DE SUS FUNCIONES DE GRAN MUFTI
14. Mientras.continuaba el conflicto entre los señores Gendjev y Has-
san, la postura oficial de la dirección de 'asuntos religiosos era, durarite el 21. · El 22 de febrero de 1995, el señor Chivarov, VicePrimer Ministro,
año 1993 y al menos el primer selilestre de 1994; que el primer demandante adoptó el Decreto núm. R-12, que dice así:
era el Gran mufti legítimo de Jos musulmanes_ búlgaros.
«Conforme al decreto KV-15 del Consejo de Ministros de 6 de febrero
15. . En una carta de 29 de julio de 1994, la dirección de asuntos religio- de 1995, en relación con el artículo 6 de la Ley de Confesiones, apruebo los
·...,_.... ~-

488 lAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS Vlll-LIBERTAD DE PENSAMIENTO, DE CONCIENCIA YDE REllGIÓN (ART. 9) 489
estatutos de la confesión musulmana en Bulgaria, cuya sede se encuentra en tos por la dirección de asuntos religiosos y representaban la autoridad reli-
Sofia». giosa de la comunidad musulmana del país.
22. Los estatutos de la confesión musulmana en Bulgaria mé~cionados E) EL RECURSO ANTE EL TRIBUNAL SUPREMO CONTRA EL DECRETO R-12
en el decreto eran ap~entemente los que habían sido adoptados en la cqnfe-
rencia nacional rival, organizada por el señor Gendjev y celebrada el 2 de [ ... ]
noviembre de 1994. El Decreto KV-15, citado en el Decreto núm. R-12, enun-·
ciaba que el Vice Primer ministro, el señor Chivarov, estaría encargado de 28. El 18 de abril de 1995, el primer demandante, actuando en nombre
supervisar las actividades de la dirección de asuntos religiosos. del despacho del Gran mufti que dirigía, presentó ante el Triburial Supremo
un recurso contra el Decreto R-12. [... ] ·
23. El 23 de febrero de 1995, la dirección de asuntos religiosos del
Consejo de Ministros pronunció una resolución indicando. que en aplicación . 30. El 27 de julio de 1995, el Tribunal Supremo rechazó el recurso.
de los artículos 6, 9y16 de la Ley de Confesiones y del Decreto R-12 del Vice Declaró que en virtud de la Ley de Corifesiones, .el Consejo de Ministros
Primer Ministro, había insctjto a los nuevos jefes religiosos de la comuriidad gozaba de un poder discrecional ilimitado para deddir o no el registro de
musulmana búlgara, a saber el señor Gendjev como presidente del Alto Con-
-~
los estatutos de una religión en concreto. Por lo tanto, no tenía competencia
sejo espiritual y, aparentemente, las personas elegidas en la conferencia del para examinar si la decisión enjuiciada había sido tomada por· el órgano
2 de noviembre de 1994. administrativo competente y si se cumplían las exigencias procesales. A este
respecto, el Decreto R-12 era legal. En cuanto a la solicitud de interpretación
24. Ni el Decreto R-12 ni la decisión de la dirección de asuntos religio- de dicho texto, no le correspondía al Tribunal Supremo, en el marco de este
sos estabán motivádos ni dabán explicaciones del procedimiento seguido. procedimiento, pronunciarse sobre el punto de saber si tenía como efecto
Las resoluciones no fueron formalmente notificadas al señor Hassan, que crear una nueva persona moral o introducir cambios, y si tras esta decisión,
tuvo conbcimiento de ellas por la prensa. había dos organizaciones musulmanas paralelas. · •· ·

25. El 27 de febrero de 1995, los nuevos dirigentes inscritos, acompaña.,. F) LA CONFERENCIA NACIONAL DEL 6 DE MARZO DE 1995 Y EL RECURSO ANTE EL
dos de agentes de seguridad privados, se dirigieron al despacho del Gran TRIBUNAL SUPREMO CONTRA LA NEGATIVA DEL CONSEJO DE MINISTROS A
mufti en Sofia, expulsaron a las personas que allí trabajaban y ocuparon el REGISTRAR LAS DECISIONES DE LA CONFERENCIA . .
edificio. En opinión de los demandantes, la policía, que llegó .al lugar des-
pués de esta intervención inopinada, se puso a favor de los nuevos ocupantes. 31. _La conferencia nacional de los musulmanes en Bulgaria organizada
Tras Ja acción del 27 de febrero de 1995, los nuevos responsables se apodera- por el senor Hassan tuvo lugar, como estaba previsto, el 6 de marzo de 1995.
ron de todos los documentos y bienes pertenecientes a la organización reli- Según el acta, asistieron 1.553 personas, de las cuales 1.188 delegados oficia-
giosa de los musulmanes búlgaros en Sofia y, en los meses siguientes; en les con derecho a voto. Eran representantes de once se~ciones locales y diri-
otras ciudades del país. La dirección de asuntos religiosos debió dirigir cartas gentes a nivel nacional. La conferencia adoptó algunas ínoqrnqciones de los
a bancos en los que se encontraban domiciliadas las cuentas de la organiza- estatutos de la comunidad musulmana .Y eligió a sus dirigentes. El primer
ción para informarles de un cambio de dirigentes. En las semanas que siguie- demandante fue reelegido Gran mufti.
ron, varias comunas inscribieron nuevos muftis religiosos, presuntamente
32. El 5 de junio de 1995, el primer demandante, en su condición de
bajo las instrucciones de la dirección de asuntos religiosos. Además, el perso-
Gran mufti, solicitó al Consejo de Ministros que registrara los nuevos estatu-
nal del despacho del Gran mufti y diez profesores de religión islámica, como
tos y a los dirigentes de los musulmanes búlgaros, tal y como habían sido
el segundo demandante, fueron despedidos de facto ya que se les impidió
aprobados en la conferencia del 6 de marzo de 1995. El 6 de octubre de
seguir trabajando. ·
1995, reiteró su solicitud. Sin embargo, el Consejo de Ministros no respon-
26. El 27 de febrero de 1995, inmediatamente después de la toma de dió.
control, el primer demandante presentó ante la Fiscalía general una solicitud [... ]
de asistencia, declarando que el edificio del despacho del Gran mufti había
sido atacado y ocupado ilegalmente por personas que debían ser expulsadas. 35. El 19 de noviembre de 1996, el Vice Primer Ministro, señor Chiva-
Mediante Resoluciones de 8 y de 28 de marzo de 1995, la Fiscalía rechazó la rov, rechazó registrar los estatutos y a los dirigentes del despacho del Gran
solicitud. Consideró en particular que los nuevos ocupantes de los locales mufti representado por el señor Hassan, tal y como habían sido aprobados
permanecían en ellos de forma legal ya que habían sido debidamente inscri- en 1995. Envió a este último una carta en la que concretamente precisaba
.-;-.

490 LAS SENTENClAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS VIII.-LIBERTAD DE PENSAMIENTO, DE CONCIENCIA YDE RELIGIÓN (ART. 9) 491

que el Consejo de Ministros ya había registrado a los jefes de fa comunidad das administrativas apropiadas. Además, la facción del señor Gendjev se com-
musulmana búlgara, es decir a los elegidos en la conferencia de noviembre prometió a no enajenar antes de la conferencia ningún bien perteneciente
de 1994, con el señor Gendjev como presidente del Alto Consejo espiritual. a los musulmanes. .
El Viceprimer ministro concluía que la solicitud del primer demandante «no
[podía] ser acogida ya que [era] manifiestamente contraria a las disposicio- 42. La dirección de asuntos religiosos participó activainente' en: la orga-
nes de la Ley de Confesiones». nización de la conferencia nacional. Los alcaldes de numerosas comuna5
36. El 5 de diciembre de 1996, el primer demandante, actuando como distribuyeron en las ~ecciones locales formulemos con el sello de la dir~cción
Gran mufti, presentó ante el Tribunal Supremo un recurso contra la denega- de asuntos religiosos. Estos fonnularios se rellenaron en.el transcurso de las
ción del Viceprimer Ministro. · reuniones de las secciones locales que eligieron delegados en la conferen~ia
n.acional y fueron autentificados por los alcaldes que aportaron su firma.
37. El 13 de marzo .de 1997, el Tribunal Supremo invalidó la denega-
ción debido a que era contraria a la Ley y al artículo 13 de la: Constitución.
. ~3. El 23 de octubre de 1997, 1.384 delegados asistieron a la c:oilfeÍ'en-
La denegación constitúía «una injerencia administrativa ilegal en la organiza-
cia. Unicamente los delegados cuya elección había sido certificada· por los
ción interna [de una] comunidad religiosa». El Tribunal Supremo ordenó
alcaldes fueron autorizados a participar. La conferencia adoptó los nuevos
nuevamente la exhibición del expediente al Consejo de Ministros.
estatutos del culto musulmán en Bulgaria y eligió a los· nuevos dirigentes,
38. A pesar de estas sentencias del Tribunal Supremo, el Consejo de miembros de la facción del señor Hassan y otros. El señor Hassan participó
ministros no registró a las autoridades religiosas representadas por el .señor aparentemente en la conferencia y aprobó la nueva dirección. Seis personas
Hassan. de su facción fueron elegidas en el Alto Consejo espiritual, pero no él. El 28
de octubre de 1997, el gobierno registró a los nuevos dirigentes elegidos.
G) LA CONFERENCIA DE UNIFICACIÓN DE 1997 Y LOS ACONTECIMIENTOS
POSTERIORES
44. Aunque la comunidad religiosa favorable al señor Gendjev parti-
39. En febrero de 1997, el gobierno del Partido s~cialista búlgaro diffii- cipó en el proceso de unificación, el propio señor Gendjev y algunos de sus
tió y fue nombrado un gobierno provisional. En las elecciones legislativas de partidarios no firmaron el acuerdo de 30 de septiembre de 1997 ni participa-
abril de 1997, la Unión de fuerzas democráticas obtuvo la mayoría y formó ron en la conferencia, considerando que estaba manipulada por el E~tado.
un nuevo gobierno. La conferencia votó una resolución que autorizaba a los nuevos dirigentes a
efectuar una auditoría y emprender diligencias contra el señor Gendjev por
40. El 24 de marzo de 1997, el primer demandante solicitó otra vez al las operaciones ilegales a las que procedió.
Consejo de Ministros que registrara los resultados de la conferencia de 1995.
Se produjeron entonces algunos contactos informales. entre la facción diri-
gida por el señor Hassan y los representantes dd gobierno. Se les dijo a 45. El señor Gendjev, considerándose siempre Gran mufti, presentó
los demandantes que el gobierno aceptaría únicamente registrar a nuevos ante el Tribunal Administrativo Supremo un recurso contraJa decisión del
dirigentes elegidos en una conferencia de unificación. ~T gobierno de registrar a los nuevos dirigentes. Mediante sentencia de 16 de
.•,
julio de 1998, el Tribunal Administrativo Supremo rechazó el recurso. Consi~
41. · La dirección de asuntos religiosos solicitó a los dos grüpos rivales deró que el señor Gendjev en calidad de Gran mufti carecía de legitimación
dirigidos respectivamente por los señores Hassan y Gendjev, que llevaran a activa para recurrir porque no había sido registrado legalmente. El Decreto
cabo negociaciones para alcanzar una solución. El 12 de septiembre de 1997, R-12 de 22 de febrero de 1995 había sido firmado por el señor Chivarov,
la facción del señor Hassan decidió aceptar la celebración de una conferen- Viceprimer Ministro, quien no había sido debidamente autorizado por el
cia de unificación bajo ciertas condiciones. Se designó un grupo de enlace consejo de Ministros. El Decreto KV-15 no habilitaba expresamente al Vice-
de cinco miembros para conducir las negociaciones. El 30 de septiembre de primer Ministro a aprobar los estatutos de una religión. En consecuencia, el
1997, representantes de ambos grupos rivales firmaron un acuerdo relativo
cargo de Gran mufti ejercido por el señor Gendjev nunca había sido legal y
a la celebración, el 23 de octubre de 1997, de una conferencia nacional de
el conjunfo de actos realizados por este entre 1995 y 1997 eran radicalmente
la totalidad de los musulmanes. Dicho acuerdo, que fue asimismo fumado nulos.·
por el Viceprimer ministro, el señor Metodiev, y por el director de asuntos
religiosos, disponía en particular que las partes no impedirían el proceso de
unificación, en cuyo caso la dirección de asuntos religiosos tomaría las medi- [ ... ]

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492 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS VIII.-LIBERTAD DE PENSAMIENTO, DE CONCIENCIA YDE RELIGIÓN (ART. 9) 493
FUNDAMENTOS DE DERECHO si los acontecimientos enjuiciados, todos relacionados con la organización y
dirección de la comunidad musulmana búlgara, afectan .o no al derecho
[ ... ] mdividual de los demandantes a manifestar su religión y, por consiguiente,
si el artículo 9 del Convenio es o no aplicable. Los demandantes pretenden
II. Sobre el artículo 9 del Convenio que su libertad religiosa está en juego, mientras que el Gobierno analizaJas
55. Los demandantes alegan que el reemplazo, impuesto según ellos, · quejas principalmente desde el ángulo del artículo 11 del Convenio.
de los dirigentes de la comunidad búlgara én 1995 y los acontecimientos 62. El Tribunal recuerda que las comunidades ·religiosas eXisten tradi-
posteriores hasta octubre de· 1997, vulneraron sus derechos protegidos por cional y universalmente bajo la forma de estructuras organizadas. Respetan
el artículo 9 del Convenio. Esta disposición dice lo siguiente: normas que los adeptos consideran a menudo de origen divino. Las ceremo-
«l. Toda pe~sona tiene derecho a la' libertad de pensamiento de con- njas religiosas tienen un significado y un valor sagrado para los fieles cuando
ciencia y de religión; este derecho implica la libertad de cambiar _de religión las celebran los mmistros del culto habilitados para ello en virtud de estas
o de convicciones, así conio la libertad de manifestar su religión o sus convic- reglas. La personalidad de estos últimos es muy importante para todo miem-
é:iones mdividual o cólectivamehte, en público o en
privado; por medio del bro activo de la comunidad. La participación en la vida de la comunidad es
cuito, la enseñariza, la.S prácticas y la observación de los ritos. pues una manifestación de la religión, que goza de la protección del artículo
9 del Convenio. ·
2. La libertad de manifestar su religión o sus convicciones no puede
ser objeto de más restricciones que las que, previstas por la Ley, constituyen Al cuestionarse la organización de la comunidad religiosa, el artículo 9
medidas necesarias, en una sociedad democrática para la seguridad pública, debe interpretarse a la luz del artículo 11 del Convenio que protege la vida
la protección del orden, de la salud o de la moral públicas o la protección asociativa contra cualquier iiljerencia mjustificada del Estado. Desde este
de los derechos o las libertades de los demás». punto de vista, el derecho de los fieles a la 'libertad de expresión supone que
la comunidad pueda funcionar apaciblemente, sin mjerencia arbitraria del
A) APLICABILIDAD DEL ARTÍCULO 9 Estado. En efecto, la autonomía de las comunidades religiosas es mdispensa-
ble para el pluralismo en una sociedad democrática y por lo tanto está bajo
1. Tesis de ws comparecientes la protección que ofrece el artículo 9. Presenta un mterés directo no sola~
..
[ ,] mente para la organización de la comunidad como tal sin:o para el goce
efectivo para el conjunto de sus miembros activos del derecho a la libertad
2. La apreciación del Tribunal de religión. Si la organización de la vida de la comunidad no estuviera prot~
gida por el artículo 9 del Convenio, todos los demás aspectos de la libertad
60. El Tribunal recuerda que la libertad de pensamiento, de concien- de religión del mdividuo estarían debilitados.
cia y de religión representa una de las bases de la sociedad democrática en
el sentido del Convenio. Está en juego el pluralismo -arduamente conse- 63. En este caso, no hay duda de que los demandantes eran miembros
guido en el curso de los siglos- consustancial a dicha sociedad (Sentencias activos de la con::iunidad religiosa. El ~eñor Hassan era el Gran· mufti electo
Serif contra Grecia, núm. 38178/1997, ap. 49, y Kokkinakis contra Grecia de de los musuimanes búlgaros. En cuanto al señor Tchaou_ch, que era profesor
25 de mayo de 1993, serieAnúm. 260-A, pgs. 17-18, aps. 31y33). de religión islámica, no procede que el Tribunal establezc;:a si tampién estaba
empleado como ~ecretario en el despacho del Gran mufti; ya que 11adie dis-:
Si la libertad de religión depende en primer lugar del foro Ülterno,
cute que el mterésado sea un creyente que participaba activamente en la vida
implica asimismo la de manifestar su religión mdividualmente y en privado, religiosa en la época de los hechos. · ··
o de forma colectiva, en pública y en el ámbito de aquéllos con los que .se
comparte la fe. El artículo 9 enumera las distintas formas que puede tomar 64. Por lo tanto los acontecimientos enjuiciados afecta.n.. ál derecho de
la manifestación de una religión o convicción, a saber el culto, la enseñanza, los dos demandantes· a la libertad de expresión,- tal y como la consagra el
las prácticas y la obse!V<!.ción de los ritos. Sm embargo; no protege cualquier artículo 9 del Convenio. Esta disposición es pue~ aplicable. ·
acto motivado o inspirado por una religión o convicción (Sentencia Kala~
contra Turquía de 1 de julio de 1997, Repertorio de sentencias y resoluciones 65. Además, el Tribunal no comparte la opmión del Gobierno según
1997-IV, pg. 1209, ap. 27). la cual el asunto debería examinarse únicamente desde el punto de vista del
artículo 11 del Convenio. Ello sacaría las quejas de contexto y prescmdiría
61. En este caso, las partes están en desacuerdo sobre el punto de saber de su sustancia.
494 lAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS VIIL-UBERTAD DE PENSAMIENTO, DE CONCIENCIA YDE RELIGIÓN (ART.9) 495

Por lo tanto, el Tribunal considera que .las quejas de los demandantes 79. En este caso, el Tribunal señala que mediante el Decreto R-12 y la
requieren un examen en el terreno del artículo 9 del Convenio. En la medida resolución de la dirección de asuntos religiosos de 23 de febrero de 1995, el
en que afectan a la organización de la comunidad religiosa, el Tribunal rei- poder ejecutivo búlgaro ordenó cambios en la dirección y los estatutos de la
tera que el artículo 9 debe interpretarse a la luz de la protección que ofrece comunidad musulmana. Esta decisión no estaba motivada, No proporcionaba
el artículo 11 del Convenio. ninguna explicación sobre la selección de los dirigentes elegidos en la.confe-
rencia nacional del 2 de noviembre de 1994 organizada por los partidarios
B) CUMPLIMIENTO DEL ARTÍCULO 9 del señor Gendjev, en detrimento del primer demandante, que gozaba del
apoyo de otra parte de la comunidad, como atestiguan los resultados de fa
[ ... ] conferencia nacional celebrada el 6 de marzo de 1995.

2. La apreciación del Tribunal . Además, el Tribunal constata que en Bulgaria, la legitimidad y los pode-
res de representación de los dirigentes de las confesiones los confirma la
a) Sobre la existencia de una injerencia dirección de asuntos religiosos. Las decisiones enjuiciadas de febrero de 1995
privaron pues al primer demandante de sus poderes de representación, tanto
75. El Tribunal debe indagar si hubo injerenC:ia del Estado en la orga- jurídicamente como concretamente. La Fiscalía le denegaron su asistencia
nización interna de la comunidad musulmana y, en consecuencia, eri el dere'- contra la expulsión forzosa del despacho. del Gran múfti, precisamente de-
cho de los demandantes a la libertad de religión. bido a que el Decreto R-12 reconocía a otra persona como Gran rp.úfti. El
76. El Gobierno fundamenta su tesis en la afirmación se~n la cual los señor Hassan no pudo, parece, conservar el control de al menos una parte
actos impugnados de la dirección de asuntos religiosos no pqdrían conside- de los bienes pertenecientes a la comunidad, aunque indiscutiblemente go-
rarse injerencia en la organización interna de la comunidad ya que tenían zara del apoyo de una parte importante de sus miembros. Las decisiones
un carácter puramente declaratorio y no sólo constituían un regis~o adminis- denunciadas tuvieron pues como efecto poner fin a las funciones de Gran
trativo. En opinión de los demandantes, estos actos engendraron graves con- múfti del primer demandante, destituyendo la dirección de la comiinidad
~ecuencias jurídicas y prácticas y trataban pura y simplemente c:le destituir a
religiosa reconocida ha.Sta entonces y rechazando sus e~tatutos y normas.
los jefes legítiinos de la comunidad musulmana para.reemplazarlos por d.irl- La situación resultado de ello continuó sin cambios durante 1996 y hasta
gentes políticamente cercanos al gobierno. · octubre de 1997, habiendo las autoridades rechazado aplicar, en varias oca-
77. El Tribunal no considera necesario examinar en abstracto si las siones, las decisiones de la conferencia nacional orgánizada por. el primer
medidas del registro formal de las comunidades religiosas y la sustitución de demandante el 6 de marzo de 1995. · ·
sus instancias dirigentes es una injerencia en el ejercicio de los derechos 80. Desde luego, el Tribunal Supremo, en sus Sentencias de 14 de
protegidos por el artículo 9 del Convenio. octubre de 1996 y 13 de marzo de 1997, rechazó implícitamente admitir que
el registro de una dirección nueva de la comunidad religiosa dividida tuviera
78.. Po~ el contrario, al igual que la Comisión, considera que ~ri presen-
como consecuencia separar a los dirigentes anteriormente reconocidos de la
cia de hechos que demuestran uria falta de las autori<:J.ades a su obligación
facción rival. Consideró entonces que el Consejo de Ministros debía exami-
de neutraJ?,dad en el ejer~iC:io :ae sus poderes en la materia, concluye que -~l
nar la solicitud de registro de los nuevos estatutos presentada por el primer
Estado vulneró la libertad de los fieles de· manifestar sü religión en d séí:ii:ido
demandante. Sin embargo, estas sentencias no tuvieron ninguna incidencia
del artículo 9 del Convenio; Recuerda que; salvo en ca86s rimy excepcforiaies,
concreta, n() habiéndose sometido a ellas el Consejo de Ministros.
el derecho a la libertad deTeligióri tal y cónio lo entiende; el Coiivcfofo ex-
cluye cualquier apreciación por parte del Estado sobre la legitimidad. de la.S . 81. El argumento del Gobierno según el cual nada impedía. que el
creencias religiosas o sobre las modalidades de expresi(m. de ést;as. Las medi- primer demandante y sus partidarios organizaran reuniones, no responde a
das de un Estado favoreciendo a un dirigente de, mja comunidad religiosa las quejas de los demandantes. No se puede afirmar que µna :i;nedida del
~ividida o tratando de forzar a la· comun~dad, cpntra· sús _propios deseos, ~ Estado que no llegue a restringir la libertad de reunión no. pueda conside-
situarse bajo una únic¡:¡. dirección constituirían asimismo una violación de la rarse una violación de los derechos protegidos por el artículo 9 del Convenio,
libertad de religión. En una sociedad democrática, el Estado· no necesita aunque recayera sobre la vida de la comunidad religiosa.
tomar medidas para garantizar que las comunidades religiosas permanezcan
o estén bajo una dirección única (Serif contra Grecia;:núm. 38178/1997, ap. 82. Al igual que la Comisión, el Tribunal considera pues que el De-
52). . ·' . .: creto R-12, la decisión de la dirección de asuntos religiosos de 23 de febrero
496 lAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS VIII.-LIBERTAD DE PENSAMIENTO, DE CONCIENCIA YDE RELIGIÓN (ART. 9) 497

de 1995 y el posterior rechazo del Consejo de Ministros a reconocer la exis- estatuto de aquellos a los que está dirigido (ver. las Sentencias Hashman y
tencia de la organización dirigida por el señor Hassan no consistían simple- Harrup previamente .citada, ap. 31, y Groppera Radio AG y Otros contra
mente en proceder al registro de uso o a reparar las anteriores irregularida- Suiza de 23 de marzo de 1990, serie A núm. 173, pg. 26, ap. 68).
des. Tuvieron como consecuencia el favorecer a una facción de la comunidad
musulmana reconociéndole el estatuto de dirección oficial único; exclu-
yendo totalmente a los jefes reconocidos hasta entonces. Las medidas de las
autoridades tuvieron como efecto, de hecho y de derecho, el privar a la
dirección excluida de toda posibilidad de continuar representando al menos
"
':1 85. El Tribunal constata que en este caso, la i~y pertinente no enuncia
ningún criterio material para el registro, por parte del Consejo de Ministros
y la dirección de asuntos religiosos, de las confesiones y de los cambios en
su liderazgo en caso de escisiones internas y reivindicaciones antagónicas de
a una parte de la comunidad musulmana y gestionar sus asuntos según los legitimidad. Además, no existe ninguna garantía procesal, por ejemplo deba-
deseos de esta parte de la comunidad. tes contradictorios ante un órgano independiente, contra un ejercicio arbi-
tr1Jrlo del poder de apreciación otorgado al ejecutivo.
Por lo tanto, hubo injerencia en la organización interna de la comuni-
dad musulmana y en el derecho de los demandantes a la libertad de religión Asimismo, el Decreto R-12 y la decisión de la dirección de asuntos reli-
protegido por el artículo 9 del Convenio. giosos nunca fueron comunicados a los directamente afectados. Estas medi·
das no estaban motivadas y carecían de precisión en la medida en que ni
83. Dicha injereneia conlleva una vi~laciÓn de esta disposición, salvo si mencionaban al primer demandante, cuando trataban de destituirlo de sus
estuviera prevista por lá Ley y fuera necesaria ~n una sociedad· democrática funciones de Gran mufti, objetivo que lograron.
para alcanzar un fin legítimo (Cha'are Shaloin Ve Tsedek contra Francia
[GS] núm. 27417/1995, aps. 75 y 84). · El Tribunal ya constató que estas medidas y el posterior rechazo del
Consejo de Ministros a reconocer la dirección del señor Hassan tuvieron
b) Justificación de la injerencia como consecuencia el favorecer arbitrariamente a una facción de la comuni-
84. El Tribunal recuerda su jurisprudencia constante según la cual la dad religiosa dividida. Es revelador a este respecto que la sustitución de los
expresión «prevista por la Ley» que figura en los artículos 8 a 11 del Conve- dirigentes de la comunidad en 1995 tuviera lugar, al igual que en 1992 y en
nio no solamente exige que la medida enjuiciada tenga una base en derecho 1997, poco después de un cambio de gobierno. ·
interno, sino que contempla también la calidad de la Ley en cuestión: de
esta forma, ésta debe ser lo suficientemente accesible y previsible, es decir 86. Por lo tanto, el Tribunal considera que la injerencia en la organiza-
enunciada con la suficiente precisión como para permitir al individuo ro- ción interna de la comunidad musulmana y en la libertad de religión de los
deándose si es necesario de asesores ilustrados-determinar su conducta (Sen- demandantes no estaba «prevista por la Ley», ya que era arbitraria y se basaba
tencias Sunday Times contra Reino Unido de 26 de abril de 1979, serie A en disposiciones legales que otorgaban al ejecutivo un poder de apreciación
núm. 30, ap. 49, Larissis y Otros contra Grecia de 24 de ~ebrero de 1998, Re- ilimitado, y no respondía a las exigencias de precisión y de previsión.
pertorio 1998-1; pg. 378, ap. 40, Hashman y Harrup contra reino Unido [GS], 87. Por otro lado, el Tribunal suscribe la opinión de la Comisión según
núm. 25594/1994, ap: 31, Rotarú contra Rumanía [GS], núm. 28341/1995, la cual el rechazo reiterado del Consejo de Ministros a ejecutar las sentencias
ap. 52). dictadas por el Tribunal Supremo en 1996 y 1997 constituye un acto manifies-
Para responder a estas exigencias, el derecho interpo debe ofrecer cierta tamente ilegal de una especial gravedad. La preeminencia del derecho, uno
protección contra los ataques arbitrarios del. poder público a los derechos de los principios fundamentales de una sociedad democrática, es inherente
garantizados por el Convenio. Cuando se trate de cuestiones que afecten a al conjunto de artículos del Convenio e implica el deber del Estado o de una
los derechos fundamentales, la Ley irá en contra de la preeminencia del autoridad pública a someterse a una sentencia o resolución dictada en su
derecho, uno de los principios fundamentales de una sociedad democrática contra (Sentencias Hornsby contra Grecia de 19 de marzo de 1997, Reperto-
consagrado por el Convenio, si el poder de apreciación otorgado al ejecutivo rio 1997-11, aps. 40 y 41, y Iatridis contra Grecia [GS], núm. 31197/1996, ap.
no tuviera límites. En consecuencia, debe definir el alcance y las modalidades 58).
de ejercicfo de dicho poder con la suficiente claridad (Sentencia Rotaru·pre-
88. Teniendo en cuenta estas constataciones, el Tribunal considera
viamente citada, ap. 55). ·
que no procede continuar con el examen de las quejas de los demandantes
El nivel de precisión de la legislación interna -que en ningún caso puede para indagar si la injerencia perseguía un «fin legítimo» y era «necesaria en
prever todas las hipótesis- depende en gran medida del contenido del instru- una sociedad democrática». Dicho examen únicamente se impone cuando
mento en cuestión, del ámbito que se supone debe cubrir y del número y el el fin de la injerencia está claramente definido por el derecho interno.
498 lAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS

89. Por lo tanto, hubo violación del artículo 9 del Convenio.


[ ... ] IX
POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL, LIBERTAD DE EXPRESIÓN (ART. 10)
[ ... ]
2. Declara, por unanimidad, que hubo violación del artículo 9 del Con-
venio
[ ... ] 27~ Asunto Handyride c. R.tdno Unid!!., de .7 de diciembre de 1976
Hecha en inglés y francés, leída en audiencia pública en el Palacio de En el asunto Handyside contra Reino Unido,
los Derechos Humanos de Estrasburgo, el 26 de octubre de 2000. Firmado:
El Tribunal Europeo de Derecho Humanos, en sesión plenaria, en apli-
Luzius Wildhaber, Presidente? Maud de Boer-Buquicchio, Secretaria adjunta.
cación del artículo 48 de su Reglamento, compuesto por los siguientes Jueces
señores B. Balladore Pallieri, Presidente; H. Mosler, M. Zekia, G. Wiarda, Se-
ñora: H. Pédersen, Señores Thor Vihjalmsson, S. Petren, R. Ryssdal, A.·Bozer,
W. GanshofVan Der Meersch, Sir Gerald Fitzmaurice, Señora D. Bindscheler-
Robert, Señores·D. Evrigenis, H. Delvaux, así como por los señores M.-A.
Eissen, Secretario, y H. Petzold, Secretario adjunto,
Después de haber .deliberado en privado el 8 y 9 de junio y del 2 al 4 de
noviembre de 1976, ~.

dicta la siguiente

SENTENCIA

...
[ ]
HECHOS
.:.-.:.

.I Antecedentes históricos .
9. El 'demandante, Richard Handside, es propietario de «Stage.l», edi-
torial londinense que fundó en 1968. Ha publicado, entre otros libros, El
pequeño liúro rojo. del col,egi,o (The SclµJoThook), cuya versión original constituye el
objeto .del presente asunto y cuyayersión revisada apareció el 15 de noviem-
bre de 1971.
[ ... ]

11. El demandante había comprado en septiembre de 1970 los dere-


chos para publicar. en el ·Reino Unido el SchooThook, redactado por dos dane-
ses, los señores Soren Hansen y Jesper Jensen. El libro había aparecido pri-
meramente en Dinamarca en 1969, y después de sér traducido y con algunas
adaptaciones, en Bélgica; Finlandia, Francia, República Federal de Alemania,
Grecia, Islandia, Italia, Países Bajos, Noruega, Suecia y Suiza, así como en
500 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS OC-LIBERTAD DE EXPRESIÓN (ART. 10) 501
varios países no europeos. Además, circulaba libremente en Austria y Luxem- 16. El 8 de abril de 1971 un Magi,strates' Court dirigió contra el deman-
burgo. dante dos citaciones en virtud del artículo 2.1 de la Ley sobre Publicaciones
Obs~enas de 195~, modificada por el artículo 1.1 de la Ley de 1964 sobre
12. Después de haber hecho traducir el libro al inglés, el demandante el rmsmo tema. Citaba al demandante a comparecer para responder de las
preparó, con la ayuda de un grupo de niños y de profesores, una edición siguientes infracciones:
destinada al Reino Unido. Había consultado previaniente·a una serie de per- _
sorras sobre el valor de la obra y tenía intención de publicarlo en. el Remo a) . Haber tenido ~n su po~esi~n, el 31 de marzo de 1971, 1.069 ejem:pla-
Unido el 1 de abril de 1971. Tan pronto como acabó su impresión, dirigió res del libro obsceno titulado The lzttle red Schoolbook pará su venta. .
varios centenares de ejemplares del libro acompañados de un comunicado b) Haber tenido en su posesión, el 1 de abril de 1971, 139 ejemplares
de prensa a una serie de publicaciones que iban desdé los diarios nacionales del mismo número, con el mismo fin. ·
y locales hasta revistas pedagógicas y médicas con el objeto de que se hiciera
una reseña del libro. Insertó también anuncios relativos al libro en varias . Las citaciones fueron entregadas al demandante el mismo día. A partir
publicaciones, entre las que se encontraban The BookseUer, The Times Educatio- de entonces, cesó de distribuir el libro y dio aviso a las librerias, pero en esa
nal and Literary ·Supplemens y Teachers World. fecha ya circulaban unos 17.000 ejemplares.

13. El Daily Mirrordio cuenta del libro el 22 de marzo de 1971, y el 28 17. [..._]_El 1 de julio de 197~, ·después de haber oído a los testigos
lo hicieron el Sunday Times y el Sunday Teleg;raph. Otros artículos aparecieron ?e la a_cusac1on y de defensa, el Tnbunal le reconoció culpable de las dos
los días 29 y 30 de marzo en el Dialy Teleg;rq,ph. Señalaban que se realizarian ~acciones y le puso una multa de 25 libras y le condenó al pago de llO
gestiones ante el Director of Public Prosecutionsafinde exigir medidas contra hbras de costas. Además dictó auto de confiscación para la destrucción de
la publicación del libro. La prensa ha dedicado igualmente al Schoolbook los libros por la policía.
abundantes comentarios, tanto elogiosos como desfavorables, inmediata- 18. [... ] Los días 20, 21, 22, 25 y 26 de octubre de 1971 los Inner London
mente después y a lo largo del periodo del proceso relatado más adelante. Quarter Sessions examinaron la apelación. Escucharon a los testigos de la de-
fensa y de la acusación y resolvieron el día 29, confirmando la sen_tencia de
14. Después de haber recibido cierto número de quejas, el Director of
primera instancia y condenando al interesado a 854 libras suplementarias en
Public Prosecutions solicitó a la policía de Lopdres, el 30 de marzo de 1971,
concepto de costas. Los objetivos embargados fueron entonces destruidos.
que se abriera una investigación. Como resultado de la misma se dictó una
orden de registro el 31 de marzo de los locales ocupados por Stage.1 en ~l dem~d~te no usó de su. derecho de recurrir ante la Court of Appeal,
Londres, en virtud del artículo 33 de las Leyes sobre Publicaciones Obscenas pues el no discutía que a Sentencia de 29 de octubre hubiera aplicado correc-
de 1959/1964. La orden fue dictada e_n ausencia del demandante, pero con- tamente la Ley inglesa.
forme al procedimiento fijado por el Derecho inglés, y la autoridad judicial
19. Mientras tanto el Schoolbook no fue objeto de diligencias en Irlanda
que dictó la orden disponía de un ejemplar del Schoolbook. La requisa tuvo
del Norte, en las islas anglo-normandas y en la isla de Man. No ocurrió lo
lugar el mismo día. Fueron embargados 1.069 ejemplares del-libro a títúlo mismo en Escocia.
provisional con prosp~cto~, carteles, postales y la correspo~dencia relativa a
su publicación y a su venta. ... . ' ' ' '' . ' [ ... ] se presentó contra Stage.1 una querella coitl'orme al derecho escocés
en relación con la edición revisada. Un Tribunal de Edimburgo la rechazó
15. Por consejo de sus asesores jurídicos, el demandante continuó dis- el 8 d~ dici~~bre de 1972 por la sola razón de que el procesado no podía
tribuyendo ejemplares del libro durante los 'días siguientes. El Directór ofPublic tener mtenc1on dolosa En enero de 1973, el fiscal anunció que no recurrirla
Prosecutions, al tener conocimiento de que habían sido llevados a los locales contra esta decisión y tampoco usó su derecho a entablar .procedimiento
de Stage. l más ejemplares del libro después del registro, dio el 1 de abril la penal contra el señor Handyside en persona.
orden de registrar, en condiciones similares a las anteriores descritas, los
citados locales y la imprenta. Más tarde, durante.eldía, fueron embargados El Schoolbook
139 ejemplares del libro en los locales de Stage. l y 20 ejemplares estropeados
en la imprenta, a8í como la ·correspondeneia relativa al libro y la matriz que . 20. La edición inglesa original del libro, cuyo precio era 30 peniques
sirvió para la impresión. Cerca de 18.800 ejemplares, de una tirada to~ de el ejemplar, tenía 208 páginas. Contenía una introducción titulada «Todos
20.000, escaparon a las actuaciones policiales y -fueron vendidos, :en conse- los ~dultos son tigres de papel», una «introducción a la edición británica» y
cuencia, principalmente a las escuelas que lo habían solicitado~ cap1tulos consagrados a los siguientes temas: educación, enseñanza, profeso-
502 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS IX.-LIBERTAD DE EXPRESIÓN (ART. 10) 503

res, alumnos y el sistema. El capítulo sobre los alumnos contenía una sección del Convenio y del Protocolo forman un todo. Una vez solicitada regular-
de 26 páginas relativas al sexo, que incluía las siguientes subsecciones: mas- mente la actuación del Tribunal, éste puede conocer de cada uno de los
turbación, orgasmo, relaciones sexuales y caricias _íntimas, anticonceptivos, problemas de Derecho que surjan en el curso del procedimiento en relación
sueños húmedos, menstruación, viejos verdes, pornografia, impotencia, ho- con los hechos sometidos a su control por un Estado Contratante o por la
mosexualidad, normal o anormal, intenta saber más, enfermedá.des venéreas, Co~isión. Correspondiendo al Tribunal la calificación jurídica de lós h~chos,
aborto, aborto legal e ilegal, recuerda, mét.odos de aborto, direcciones para . tiene competencia para examinarlos si lo juzga necesario, y, si es necesario,
tu ayuda y consejo en temas sexuales. La introduéción precisaba: «Este libro de oficio, a la luz del conjunto del Convenio y del Protocolo (cf. Especial-
está concebido como un libro de referencia. La idea nci es leerlo seguido, mente Sentencia de 23 de julio de 1968 sobre el fondo del problema «lingüís-
sino utilizar su índice de materias para descubrir aquello que te interesa o tico belga», serie A, núm. 6, pg. 30 ap. 1 y Sentencia De Wtlde, Ooms y
sobre lo que deseas saber más. Incluso si tú vas a una escuela progresista, Versyp de 18 de junio de 1971, serie A, num. 12, pg. 29, ap. 49).
encontrarás en este libro un montón de ideas para mejorar la situación.
El Tribunal, a la vista de la demanda inicial del señor Handyside y· de
21.
El demandante había planeado la distribución del libro a través de ciertas declaraciones hechas ante el mismo (ver en especial los apartados 52
los habituales canales de comercialización, aunque era admitido, conforme y 56 infro), entiende que debe plantearse el problema desde la perspectiva
se deduce de las declaraciones hechas durante la apelación, que el libro se del artículo 14 del Convenio, además de hacerlo en relación con los artículos
dirigía a escolares a partir de los doce años. 10 y 18, así como del artículo 1 del Protocolo núm. l. Suscribe la opinión de
la Comisión, conforme a la cual no son de aplicación en este supuesto los
22. Durante la instancia de apelación, el demandante consultó a sus artículos 1, 7, 9, 13 y 17. • .
abogados sobre la revisión del Schoolhook, para evitar ulteriores acusaciones.
[ ... ] .
Sobre la violación del artículo 10 del Convenio
23. La edición revisada apareció el 15 de noviembre de 1971. Después
de haber consultado al Fiscal General, el Director ofPublic Prosecutions anunció 42. El demandante pretende ser víctima de una violación del artículo
el 6 de diciembre que no sería-objeto de acusación. La publicación se pro- 10 del Convenio, conforme al cual:
dujo después de la sentencia del Q:µarter Sessions, pero la revisión había sido
«l. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este dere-
completada y había comenzado la impresión del libro bastante antes.
cho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o comunicar
[ ... ] informaciones o ideas sin que pueda haber injerencia de autoridades públi-
cas y sin consideración de fronteras. El presente artículo no impide a los
FUNDAMENTOS DE DERECHO Estados someter las empresas de radiodifusión, de einematografia o de televi-
sión a un régimen de autorización previa;
41. El 4 de abril de 1974, como consecuencia de las vistas contradicto-
rias relativas tanto al fondo como a la admisibilidad, la Comisión admitió la 2. El ejercicio de estas libertades, que entrañan deberes y resporisabili-
demanda por lo que respecta al artículo 1O del Convenio y al artículo 1 del dades, podrá ser sometido a ciertas formalidades, condiciones, restricciones
Protocolo núm. 1, pero la declaró inadmisible en la medida en que el señor o sanciones pr~vistas por la Ley, que constituyan medidas necesarias .en una
Handyside invocaba los artículos 1, 7, 9, 13 y 14 del Convenio. Algunos días sociedad democrática para la seguridad nacional, la integridad terntorial o
más tarde informó a las partes que tomaba también en consideración los la seguridad pública, la defensa del orden y la prevención del delito, la pro-
artículos 17 y 18. No obstante, en su informe de 30 de septiembre de 1975 tección de la salud o de la moral, la protección de la reputación o de los
expresó, de acuerdo con el demandante y el Gobierno, la opinión de que el derechos ajenos, para impedir la divulgación de informaciones confidencia-
artículo 17 no era de aplicación en este caso. les o para garantizar la autoridad y la imparcialidad del poder judicial.»

En respuesta a una pregunta del Tribunal, los delegados de la Comisión 43. Las diversas m~didas objeto de la demanda -condena penal im-
precisaron que las alegaciones rechazadas el 4 de abril de 1974 (arts. 1, 7, 9, puesta al demandante, secuestro seguido de confiscación y destrucción de la
13y14 del Convenio) estaban relacionadas con los-mismos hechos que aque- · matriz y de cientos de ejemplares del Schoolbook- han constituido sin ninguna
llas que se apoyaban sobre el artículo 10 del Convenio y el artículo 1 del duda, y el Gobierno no lo ha negado, «injerencias de las autoridades públi-
Protocolo núm. l. No se trataba, en consecuencia, de demandadas distintas, cas» en el ejercicio de la libertad de expresión del interesado, garantizaba
sino de simples medios o argumentos jurídicos. Ahora bien, las disposiciones . por el apartado 1 del texto citado. Tales injerencias comportan una violación
504 LAS SENITNCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS IX.-LIBERTAD DE EXPRESIÓN (ART. 10) 505

del artículo 10, si no constituyen una de las excepciones establecidas por el por el Convenio reviste un carácter subsidiario en relación a los sistemas
apartado 2, el cual reviste así una importancia determinante en este caso. nacionales de garantía de los derechos humanos (Sentencia de 23 de julio
de 1968 sobre el asunto «lingüística belga», serie A, núm. 6, pg. 35, ap. 10 in
44. Para que no supongan infracción del artículo 1O las restricciones y fine). El Convenio confia, en primer lugar, a cada uno de los Estados Contra-
sanciones que constituyen el objeto de la demanda del señor Handyside de- tantes el cuidado de asegurar el goce de los derechos y libertades que consa-
berían, en primer lugar, conforme al apartado 2, estar «previstas por la ley». gra. Las instituciones creadas por él contribuyen a esa finalidad, pero no
El Tribunal constata que tal ha sido el caso. En el orden jurídico del Reino· entran en juego sino por la vía contenciosa y después de haberse agotado las
Unido las medidas d_e que se trata tenían como base legal las Leyes de 1959 vías de recursos internos (art. 26).
y 1964. El demandante no lo ha puesto en duda; ha reconocido de antemano
que las autoridades competentes habían aplicado correctamente las citadas Este criterio es válido también para el artículo 10.2. En particular no
leyes. se. puede encontrar en el derecho interno de los Estados Contratantes una
45. Habiendo verificado así que las injerencias litigiosas respetaban la noción europea uniforme de la «moral». La idea que sus leyes respectivas se
primera de las condiciones del apartado 2 del artículo 10, el Tribunal ha hace de las exigencias de la moral varía en el tiempo y en el espacio, especial-
irivestigado a contiriuación si cumplían igualmente las demás. Según el~ mente en nuestra época, caracterizaba por una evolución rápida y profunda
bierno y la mayoría de la Comisión, eran «necesarias en una sociedad demo- de las opiniones en la materia. Gracias a sus contactos directos y constantes
crática») «para la protección (... ) de la moral». · con las fuerzas vivas de sus países, las autoridades del Estado se encuentran
en principio mejor situadas que el juez internacional para pronunciarse so-
46. El Tribunal constata para comenzar, conforme con el Gobierno y bre el contenido preciso de estas exigencias, así como sobre la «necesidad»
el acuerdo unánime de la Comisión, que las Leyes de 1959 y 1964 tienen un de una «restricción o sanción» destinada a dar una respuesta a ello. El Tribu-
fin legítimo conforme _al artículo 10.2: la protección de la moral en una nal señala en esta ocasión que si el adjetivo «necesario» en el sentido del
sociedad democrática. Unicamente este último propósito es relevante en esté artículo 10.2 no es. sinónimo de «indispensable» (comparar en los artículos
caso, pues el objetivo de las citadas leyes -cqmbatir las publicaciones obsce- y «estrictamente necesario» y en el artículo 15.l la frase «en la medida estricta
nas, definidas por su tendencia para «depravar y corromper»- está unido en que lo exija la situación»), no tiene tampoco la flexibilidad de téniiinos
mucho más a la protección de la moral que a cualquiera de las otras finalida- tales como «admisible», «normal» (comparar el artículo 4.3), «útil» (compa-
des admisibles conforme al artículo 10.2. rar la primera línea del artículo 1 del Protocolo Núm. 1), «razonable» (com-
parar los artículos 5.3 y 6.1) u «oportuno». Por ello, no corresponde menos
47. Corresponde al Tribunal investigar igualmente si la protección_ de
a las autoridades nacionales juzgar con carácter previo sobre la .realidad de
la moral en una sociedad democrática hacía necesaria las diversas medidas
la necesidad social imperiosa que implica la noción de «necesidad» en este
tomadas contra el demandante, y el Schoolbook en virtud de las Leyes de 195~
contexto.
y 1964. El señor Handyside no se limita a critic;ar és~ en sí mismas. Formula
igualmente en el ámbito del Convenio, y no del Derecho inglés, varia5 quejas En consecuencia, el artículo 10.2 reserva a los Estados Contratantes un
relativas a su aplicación en este-cas~. margen de apreciación. Al tiempo se concede este margen de apreciación al
El informe dé la Comisión y, posteriormente los debates de junio· de legislador nacional («previstas por la Ley») y a los órganos, especialmente a
1976 antes el Tribunal han revelado claras divergencias sobre un problema los judiciales, llamados a interpretar y aplicar las leyes en vigor (Sentencia
crucial: el método a seguir para determinar si las. restricciones y sanciones Engel y otros de 8 de junio de 1976, Serie A, núm. 22, pgs. 41 y 42, ap. 100;
concretas denunciadas por el interesado eran «necesarias en una sociedad comparar para el artículo 8.2, Sentencia de Wilde, Ooms y Versyp de 18 de
democrática (... ) para la protección de la moral». Según el Gobierno y la junio de 1971, Serie A, núm. 12, pgs. 45 y 46, ap. 93, y Sentencia Golder de
mayoría de la Comisión, el papel del Tribunal consiste únicamente en verifi- 21 de febrero de 1975, Serie A, pgs. 21 y 22, ap. 45).
car que la jurisdicción inglesa ha obrado de buena fe; de manera razonable
49. El artículo 10.2 no atribuye, sin embargo, a los Estados Contratan-
y dentro de los límites del margen de apreciación consentido a los Estados
tes un poder ilimitado de apreciación. Encargado, junto con la Comisión, de
Contratantes por el artículo 10.2. Para la minoría de la Comisión, por el
asegurar el respeto de sus compromisos (art. 19), el Tribunal tiene compe-
contrario, el Tribunal no debe controlar la sentencia de los Inner London
tencia para decir por una sentencia definitiva sobre el hecho de si una restric-
Quarter Sessions, sino examinar directamente el Schoolbook a la luz del Conve- ción o sanción se concilia con la libertad de expresión tal como la protege
nio y exclusivamente a su amparo. · · ·
el artículo 10. El margen ~acional de apreciación va íntimamente ligado a
48. El Tribunal destaca que el mecanismo de protección instaurado una supervisión europea. Esta afecta a la vez a la finalidad de la medida
506 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS IX.-LIBERTAD DE EXPRESIÓN (ART. 10) 507
litigiosa y a su «necesidad». Afecta tanto a la ley en que se basa como a la forme al artículo 10.2, las decisiones litigiosas individuales, y en particwar la
decisión que la aplica, incluso cuando emane de una jurisdicción indepen- sentencia de los Inner Londos Qµartes Sessions. .
diente. Al respecto, el Tribunal sigue tanto el artículo 50 del Convenio («de-
cisión tomada o [ ... ] medida ordenada por una autoridad judicial o cualquier Dicha sentencia se encuentra resumida en los apartados 27 al 34 anteriO-
otra autoridad»), así como su propia jurisprudencia (Sentencia Engel y otros res. El Tribunal la ha estudiado con el contexto del. conjunto del asunto, ha
de 8 de junio de 1976, Serie A, núm. 22, pgs. 4142, ap. 100). tomado especialmente consideración, a la vista de las alegaciones pronuncia-
das ante el Tribunal y el informe de la Comisión, de los informes y explicacio-

Su función supervisora impone al Tribunal prestar una atención ex- .;.
nes orales pr~sentados ante ésta entre junio de 1973 y agosto de 1974 y las
trema a los principios propios de una «sociedad democrática». La libertad actas de las VIstas ante los Qµartes Sessions. . .
de expresión constituye uno de los fundamentos esenciales de tal sociedad,
una de las condiciones primordiales para su progreso y para el desarrollo de 52. El Tribunal concede particular importancia a una circunstancia
los hombres. Al amparo del artículo 10.2 es válido no sólo para las informa- que la Sentencia de 2_9 de octubre de 1971 no ha dejado de destacar: el -
ciones o ideas que son favorablemente recibidas o consideradas como inofen- destino del Schoolbook. Este se dirigía primordialmente a niños y adolescentes
sivas o indiferentes, sino también para aquellas que chocan, inquietan u ofen- de doce a dieciocho años aproximadamente. Redactado en un estilo libre
den al Estado o a una fracción cualquiera de la población. Tales son las directo y concreto, era fácilmente accesible, incluso, a niños menores de lo~
demandas del pluralismo, la tolerancia y el espíritu de apertura, sin las cuales citados. El demandante había manifestado su .deseo de difundirlo a mayor
no existen una «sociedad democrática». Esto significa especialmente que escala. Lo había enviado para su recensión o para anuncios publicitarios ccm
toda formalidad, condición, restricción o sanción impuesta .en la materia un comunicado de prensa a numerosos diarios y revistas. Además, había fi-
debe ser proporcionada al objetivo legítimo que se persigue. jado un módico precio de venta (30 peniques), previsto una tirada de 50.000
ejemplares, después de la tirada inicial de 20.000, y elegido· un· título que
Por otra parte, cuálquiera que ejerce su libertad de expresión ásume permitía pensar que se trataba de alguna especie de manual.escolar ..
«deberes y responsabilidades», cuyo ámbito depende de su situación y dél
procedimiento técnico utilizado. Analizando, como en este caso, si las restric- La obra contenía esc::_ncialmente informaciones de hecho, por lo general
ciones o sanciones procur~ban una «protección de la moral», que las hiciera exactas y con frecuencia útiles, como lo han reconocido los Qµarter Sessio'lis.
«necesarias en una sociedad democrática», el Tribunal no podría hacer abs- No obstante, encerraba igualmente, sobre todo en la sección referente a la
tracción de los deberes y responsahilidades del interesado. sexualidad y en la subsección «Be yourself» del capítulo relativo a los alumnos
(apartado 32 supra), frases o párrafos que los jóvenes que atraviesan una fase
50. Por tanto, el Tribunal no tiene como tarea sustituir a las jurisdiccio- crítica de su desarrollo podrían interpretar como impulsándoles a entregarse
nes internas competentes, sino apreciar, desde la perspectiva del artículo 10, ~ expe?encias precoces o dañinas para ellos o, incluso, a c;ometer algunas
las decisiones dictadas en el ejercicio de su poder de apreciación. infracciones penales. En tales condiciones, a pesar de la diversidad y la evolu-
No obstante, su control sería ilusorio en términos generales si se limitara ción constante de las concepciones éticas y educativas en el Reino Unido, los
a examinar aisladamente estas decisiones. Debe contemplarlas a la luz del jueces ingleses competentes tenían derecho a pensar, en el ejercicio de su
conjunto del asunto, comprendiendo en ello la publicación de que se .trate poder de apreciación, que el Schoolbook podría tene~ efectos nefastos sobre
y los argumentos y medios de prueba invocados por el demandante en el la moral de muchos niños y adolescentes que lo leyeran.
orden jurídico interno, y después en el plano internacional. Corresponde al
Tribunal determinar, sobre la base de los distintos elementos a su alcance, si No obstante, el demandante ha afirmado, ~n sustancia, que los imperati-
los motivos dados por las autoridades nacionales para justificar las medidas vos de la «protección de la moral» o, para emplear los términos de las Leyes
concretas de «injerencia» que adoptan son pertinentes y suficientes de de 1959 y 1964, de la lucha contra las publicaciones que tienden_ a «depravar
acuerdo con el artículo 10.2 (comparar para el art. 5.3, Sentencia Wemhoff y corromper» han constituido en este caso un simple pretexto. En realidad,
de 27 de junio de 1968, serie A, núm. 7, pgs. 24 y 25, ap. 12; Sentencia alega el demandante, se ha producido un atentado contra un pc;!queño editor
t- cu~as opiniones políticas estaban en desacuerdo con un fragmento de la
~eumeister 27 de junio de 1968, Serie A, núm. 8, pg. 37, ap. 5; Sentencia
Stogmüller de 19 de noviembre de 1969, Sentencia Matznetter de 10 de opmión pública. El desencadenamiento de las diligencias había tenido lugar
noviembre de 1969, serie A, núm. 10, pg~ 31, ap. 3; y Sentencia Rigiesen de en una atmósfera rayana en la histeria, suscitada después de las entrevistas
16 de julio de 1971, Serie A, núm. 13, pg: 42, ap. i04). · tenidas con medios ultraconservadores. El acento puesto por la Sentencja de
29 de octubre de 1971 sobre los aspectos antiautoritarios del Schoolbook proba-
51. Siguiendo el método así definido, el Tribunal ha controlado, con- ría lo que en realidad se esconde detrás del caso. . . ·
508 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS IX.-LIBERTAD DE EXPRESIÓN (ART. 10) 509
Las informaciones suministradas por el señor Handyside parecen mos- realizadas, el demandante y la minoría de la ·Comisión han avanzado una
trar, en efecto, que algunas cartas de particulares, artículos de prensa y la serie de argumentos que merecen una reflexión.
acción de algunos parlamentarios no ajenos a la decisión de secuestrar el
Schoolbook y de emprender un procedimiento penal contra el editor. No obs- Han destacado, en primer lugar, que la edición original del Schoolbook
tante, el Gobierno ha señalado que estas iniciativas podían perfectamente no ha dado lugar a niÍlguná. persecución en Irlanda del Norte, en la isla de
explicarse no pór una oscura maquinación; sino po_r _el sentimie?to sinc~ro . Man y en las islas anglon<?rmandas, ni a ninguna condena en Escocia, y que,
que los ciudadanos fieles a los valores morales tradicionales habian sena.do incluso, en Inglaterra y eri el País de Gales han circulado miles de ejemplares
leyendo en ciertos periódicos, hacia finales de marzo de 1971, extractos del sin obstáculos a pesar de la Sentencia de 29 de ()Ctubre de 1971. · ·
libro, que debía aparecer el 1 de abril. El Gobierno también ha destacado El Tribunal recuerda que las Leyes de 1959 y 1964, en los términos de
que el proceso también se había acabado v~os meses después de l~ «C~­ su artículo 5.3, no se aplican ni en Escocia ni en Irlanda del Norte. Especial-
paña» denunciada por el demandante y que este no reclamaba en el se?-tJ.do mente no se debe olvidar que el Convenio, y en particular su artículo 60,
de que la campaña hubiera continuado posteriormente. Deduce el Gobierno jamás obliga a los órganos de los Estados Contratantes a limitar los derechos
que la campaña en absoluto alteró el juicio desapasionado de los Qy,arter y libertades garantizados por él. Especialmente, el artículo 1_0.2 no les obliga
Sessions. en ningún caso a imponer restricciones o sanciones en materia. de libertad
de expresión; tampoco les impide no hacerlos valer (cf. Las palabras «puede
El Tribunal, por su parte, destaca que la Sentencia de 29 de octubre de ser sometido»). A la vista de la situación local, las autoridades competentes
1971, sólo ha juzgado sobre si los aspectos «subversivos» del Schoolbook afe~ta­ de Irlanda del Norte, de la Isla de Man y de las islas anglonormandas han
ban a las Leyes de 1959 y 1964. Si el Tribunal los ha tomado en consideración podido tener motivaciones razonables para no actuar contra e_l libro y su
es únicamente en la medida en que, con.ociendo la influencia moderadora editor, y el fiscal general de Escocia para no citar al seño;r Handyside en
de los padres, de los profesores, de las iglesias y de las organizaciones juveni- persona a Edimburgo después de rechazar la demanda presentada conforme
les, agravaban a los ojos de la jurisdicción dé apelación la tendencia a «depra- al Derecho escocés, contra el Stage.l de la edición revisada. Su abstención,
var y corromper» q~e s~ desgajaba, se&ún la j~s?i~ción, de oi:i.-as p~tes ~e sobre cuyas razones no entra el Tribunal y que no ha impedido las medidas
la obra. Conviene anadrr que las autondades bntamcas han dejado difundir tomadas en Inglaterra para proceder a una revisión del School,book, no prue~a
libremente la edición revisada en la que los párrafos «subversivos» se encon- que la Sentencia de 29 de octubre de 1971, habida cuenta del margen de
traban completos, e incluso ·a veces reforzados. Como señala el .Gobierno, apreciación que corresponde a las autoridades nacionales, no haya respon-
esta circunstancia casa mal con la tesis de una intriga política. . dido a una necesidad real.
El Tribunal admite, pues, que la Sentencia de 29 de octubre de 1971, Estas alegaciones valen igualmente, mutatis mutandis, para la difusión de
por la que se aplican las Leyes de 1959 y 1964, tenía .por finalidad esencial numerosos ejemplares en Inglaterra y en el País de Gales.
proteger la moral de los jóvenes, objetivo legítimo conforme al artículo 10.~.
En consecuencia, los secuestros llevados a cabo el 31 de marzo y 1 de abnl 55. El demandante y la minoría de 1a Comisión han destacado_ también
de 1971, a la espera del resultado de las diligencias que estaban a punto de que la edición revisada, poco diferente de la edición original, no ha sido
abrirse, tendían igualmente a este objetiv() legítimo. objeto de diligencias en Inglaterra ni en el País de Gales.
El Gobierno les ha reprochado el minimizar la extensión de las modifica-
53. Queda por examinar la «necesidad» de las medidas litigiosas, co- ciones sufridas por el· texto primitivo del School,book. Aunque introducidas
menzando por los citados secuestros. entre la Sentencia de primera instancia de 1 de julio de 1971, habrían afec-
tado a los principales pasajes que los Qy,arter Sessions han citado como aque-
El demandante alega que tales secuestros debieron efectuarse a fo sumo
llos que revelan una más clara tendencia a «depravar y corromper». Según
sobre uno o varios ejemplares del libro para utilizarlos como piezas de convic-
el Gobierno, el Director of Public Prosecutions debió estimar que tales pasajes le
ción. El Tribunal no suscribe esta opinión: la policía tenía buenas razones
dispensaban de invocar la violación de las Leyes de 1959 y 1964.
para intentar hacerse con todo el stock para proteger a la juventud, a tífulo
provisional, contra un daño moral sobre cuya existencia debía decidir un En opinión del Tribunal, la falta de diligencias contra la edición revi-
juez. Numerosos Estados Contratantes contienen en su legislación un secues- sada, que enmendaba en bastante medida la edición original sobre los puntos
tro análogo al que preveía el artículo 3 de las Leyes de 1959 y 1964. · · en litigio, da más bien la idea de que las autoridades competentes 'han que-
rido limitarse a lo estrictamente necesario conforme al artículo 10.del Conve-
54. Por lo que respecta a la «necesidad» de la pena y de la confiscación nio.
510 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS IX.-LIBERTAD DE EXPRESIÓN (ART. 10) 511
56. Según el demandante y la minoría de la Comisión, el tratamiento condena del señor Handyside y en la confiscación y destrucción del School-
dado en 1971 al Schoolbook y a su editor era tanto menos necesario en la book. El Reino Unido, habría violado el principio de proporcionalidad inhe-
medida en que en Inglaterra se beneficiaban de u?-a gran tole~ancia una rente al adjetivo «necesario», no contentándose con invitar al demandante a
masa de publicaciones de dura pornografía despnmsta de ~~or mtelectual revisar el libro o limitando la venta o publicidad del mismo.
o artístico. Mostradas a la vista de los transeúntes, y. especialmente de los
En relación con la primera solución, el Gobierno ha alegado que el
jóvenes, gozaban en general de una absoluta impunidad. Las raras acciones ·
penales intentadas contra tales publicaciones chocaban a men.udo con el demandante jamás hubiera consentido modificar el Schoolbook si se le hubiera
ordenado o solicitado antes del 1 de abril de 1971, púesto que él rechazaba
gran liberalismo de que hacían gala .los jurados. Las «sex-shop» y. muchos
enérgicamente su «obscenidad». Por su parte, el Tribunal se limita a corista~
espectáculos tenían una análoga libertad.
tar que el artículo 10 del Convenio no obliga a los Estados Contratantes a
El Gobierno ha señalado, apoyándose en cifras, que ni el Diredor.of Public establecer tal tipo de censura previa.
Prosecutions ni la policía, a pesar de la debilidad de los. efectivos de la briga?a ~
_}'-
....
Por lo que respecta a la segunda solución; el Gobierno no ha indicado
especializada en la materia, permanecían inactivos. A las diligenci~ propia- ~- si es posible conforme al Derecho inglés. No parece, por otra parte, que
mente dichas se añadirían los frecuentes secuestros que se practicaban a
fuera apropiada a este caso. Restringir a los adultos la venta de una obra
título de «disclaimer/caution procedure». ·
destinada a los jóvenes apenas tendría sentido; el Schoolbook hubiera perdido
En principio el Tribunal no entra a comparar las distintas dedsio_nes la eseneia de lo que constituía su razón de ser en el espíritu del demandante.
adoptadas, incluso en situaciones aparentemente análogas,. por las auto?da~ Por otra parte, este último ha pasado el tema en silencio.
des encargadas de la diligencias o por los Tribunales, cuya mdependencia es 59. Sobre la base de los elementos que dispone, el Tribunal llega así a
obvia respecto del Gobierno_. Además, y sobre todo, el T12bunal no s~ encuen- la conclusión de que no se ha producido en las circunstancias del presente
tra ante situaciones verdaderamente análogas: como senala el Gobierno, no caso ninguna infracción de las exigencias del artículo 10.
se concluye de las pruebas aportadas que las publicaciones y espectáculos en
cuestión se dirigieran, al igual que el Séhoolbook, ·a. niños y adolescentes que [ ... ]
tenían acceso al mismo fácilmente. POR ESTAS RAZONES, EL TRIBUNAL,
57. El demandante y la minoría de la Comisión han insistido en una l. Declara por trece votos contra uno, que no se ha producido viola-
circunstancia suplementaria: además de la edición danesa origi~al, han apa- ción del artículo 10 del Convenio;
recido y circulado libremente en la mayoría de los Estados miembros del
Consejo de Europa traducciones del «Petit Livre». [ ... ]

Aún así, el margen nacional de apreciación y el. carácter facultativo de Dado en francés y en inglés, siendo fehadente el texto francés, en el
las restricciones y sanciones citados en el artículo 10.2 impiden al Tribunal Palacio de los Derechos Humanos de Estrasburgo el 7 de diciembre de 1976.
aceptar el argumento. Cada uno de los Estados Contr~tantes ?ª~ja_do su firmado: Giorgio Baladore Pallieri, Presidente, Marc-André Eissen, Secreta-
rio.
actitud a la luz de la situación existente en sus respectivos temtonos. Han
tenido en cuenta especialmente los diferentes modos de que se conciben las
exigencias de la protección de la mor~ en un~ socie~ad. _?emocrática. Si Ja
mayor parte de ellos han resuelto dejar una hbre difusion- de la obra, :no
significa que la opción contraria de los Inner London Qµarter ~es_sions supoi:ga
una infracción al artículo 10. Por otro lado, algunas de las edlClones publica-
das fuera del Reino Unido no contienen pasajes; o al menos el conjunto de
pasajes citados en la Sentencia de 29 de octubre de 1971, como ejemplos
llamativos de una tendencia a «depravar y corromper». ,. . .
58. Finalmente, en la vista de 5 de junio de 1976, el delegado que
representaba la opinión de la minoría de la Comisión señaló _que en t?_do
caso el Estado demandado no tenía necesidad de adoptar medidas. tan ngu-
rosas como la apertura de los procedimientos penales que acabaron en. la
28. Asunto Lingens c. Austria, de 8 de julio de 1986
En el asunto Lingens c. Austria,
el Tribunal Ell.ropeo de Derecho Humanos, constituido en Pleno, con-
forme al articulo 50 de su Reglamento, y compuesto por los siguientes Jueces
señores R. Ryssdal, Presidente; W. Ganshof van der Meersch,J. Cermona, G.
Wiarda, Thór Vilhjálmsson, señora D. Bindschedler-Robert, señores G. Lager-
gren, F. Gólcüklü, F. Matscher,J. Pinheiro Farinha, L.-E. Pettiti, B. Walsh, Sir
Vincent Evans, señores R. Macdonald, C. Russo, R. Bemhardt,J. Gersing, A.
Spielmann, y por los señores M.-A. Eissen, Secretario, y H. Petzold, Secretario
adjunto.
Después de haber deliberado en privado el 27 de noviembre de 1985 y
el 23 y 24 de junio de 1986,
Dicta la siguiente:

SENTENCIA
[ ... ]
HECHOS

8. El señor Lingens, periodista austríaco, nacido en 1931, reside en


Viena, donde desempeña el cargo de redactor en jefe de la revista Profil.

l. Los artículos del demandante y sus. circunstancias


9. El 9 de octubre de 1975, cuatro días después de las elecciones gene-
rales en Austria, el señor Wiesenthal, Presidente del Centro de Documenta-
ción Judío, acusó en una entrevista televisada al señor Friedrich Peter, Presi-
dente del Partido Liberal de Austria, de haber servido durante la segunda
guerra mundial en la 1ª Brigada de Infantería de las S. S., que en diversas
ocasiones fue autora de matanzas de civiles en la retaguai:dia de las líneas
alemanas en Rusia. El señor Peter no negó su pertenencia a dicha unidad,
pero afirmó que no participó en las atrocidades cometidas por ellas. Por su
parte, e1 señor Wiesenthal puntualizó que no había dicho tal cosa.
10. Al día siguiente, el señor Bruno Kreisky, Canciller saliente y Presi-
dente del Partido Socialista Austríaco, fue preguntado en la televisión sobre
estas acusaciones. ·
Antes de esta entrevista t~levisiva se había reunido con el señor Peter en
la Cancillería Federal. La reunión era una de las acostumbrada5 consultas
entre los jefes de los partidos con motivo de la formación de un nuevo Go-
514 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS IX-LIBERTAD DE EXPRESIÓN (ART. 10) 515
bierno y había suscitado gran interés en el público, debido a que antes de de guerra, no había conseguido superar su pasado; sencillamente, lo había
las elecciones del 5 de octubre se había considerado la posibilidad de un ignorado. Esta actuación corría el peligro de entregar al país en manos de
Gobierno de coalición Kreisky-Peter. un futuro movimiento fascista.
En la entrevista, el señor Kreisky declaró que excluía Ja posibilidad de En cuanto al entonces Canciller, el autor añadía: «A decir verdad, no se
semejante coalición, puesto que su partido había conseguido la mayoría abso- puede criticar el comportamiento del señor Kreisky_ de forma racional, sino
luta. No obstante, apoyó con energía al señor Peter, calificando a la organiza- solamente de forma irracional: es inmoral e indigno.» («In Wahrheit ,Kann
ción y a las actividades del señor Wiesenthal de «mafia política» y de «méto- man das, was Kreisky tut, auf rationale Weise nicht widerlegen. Nur irratiónal:
dos mafiosos». Parecidos términos se recogieron al día siguiente eri un diario es ist unmoralisch. Würdelos~») Y además, superfluo, puesto que los austría-
vienés en una entrevista que le concedió. cos podían reconciliarse con su pasado sin necesidad de intentar conseguir
. ' .
11. Entretanto, el demandante publicó dos artículos en la révista de los favores de los antiguos nazis, reduciendo el problema de los campos de
Viena Profil.. · concentración o atacando al señor Wiesenthal cultivando el antisemitismo.

12. El primer artículo apareció el 14 de octubre de 1975 con el título Lo sorprendente n_o era que «todavía» se hablase de es.tas cuestiones
«El caso Pe ter» («De Fall Pe ter»). En él se relataban los acontecimientos treinta años después, sino que tantas personas pudiesen cerrar los ojos ante
antes mencionados, y especialmente las actividades de la 1ªBrigada de Infan- esta montaña de cadáveres.
tería de las S. S., y se señalaba también el papel que el señor P~ter desem- Por último, el señor Lingens criticaba al señor Kreisky por su falta de
peñó en las actuaciones penales promovidas en Graz -y abandonadas des- tacto hacia las víctimas de los nazis.
pués- contra personas que lucharon en las filas de dicha Brigada. De todo
ello deducía que si bien el interesado tenía derecho, ciertamente, al benefi- 16. En la segunda parte se comentaba la actitud de la sociedad aus-
cio de la presunción de inocencia, sin embargo, su pasado le convertía en tríaca en general respecto a los crímenes nazis y a los antiguos nazis. El autor
inadmisible como político austríaco. Además, el demandante censuraba la entendía que los austríacos, amparándose en la alternativa filosófica entre la
actitud del señor Kreisky, al que criticaba por proteger, por motivos políticos, culpabilidad y la inocencia colectivas, evitaban afrontar una culpabilidad real;
al señor Peter y a otros antiguos miembros de las S. S. Por lo que respecta efectiva y vaporable.
a las críticas del señor Kreisky contra el señor Wiesentahl, escribía que «si
procedieran de cualquier otra persona, se hablaría indudablemente del peor Después de una larga exposición sobre las diferentes clases de responsa-
o más odioso oportunismo», pero añadía que en este caso la situación era bilidad, subrayaba el autor que a la sazón se podía también escoger entre el
más compleja, porque el señor Kreisky creía lo que decía. bien y el nial, y presentaba ejemplos de personas que se habían negado a
colaborar. Llegaba a la conclusión de que «Si Bruno Kreisky hubiera em-
13. El segundo artículo, publieado el 21 de octubre de 1975, se titulaba pleado su reputación personal, como lo hizo protegiendo al señor Peter,
«Reconciliarse con Jos nazis, pero ¿cómo?» ( «Versohnung mit den Naxis aber para poner de manifiesto esta otra y mejor Austria, habría dado a este país
wie?»). Tenía varias páginas y se dividía en una introducción y seis partes: -después de treinta años- lo que más necesitaba para sobreponerse a su
«Todavía o ya», «Todos somos inocentes», «¿Era necesario fusilar a personas pasado: una confianza mayor en sí mismo».
.,
indefensas ?», «¿Por qué se discute todavía?», «Helbich y Peter» y «Política- ·~

mente ignorantes». 17. Las partes tercera y cuarta, que representaban un tercio del ar-
tículo en total, trataban la necesidad de superar la conciencia de la culpabfü·
14.· En la introducción, el señor Lingens recordaba los hechosysubra- dad colectiva y de considerar la determinación de la culpabilidad real. ·
yaba la influencia de las declaraciones del señor Kreisky en la opiriión pú-
blica. No sólo le criticaba por su apoyo al señor Peter, sirio tambié11 por su Con el título· «¿Era necesario fusilar a personas indefensas?», el señor
benevolencia hacia antiguos nazis que habían recieritémente participado en Lingens distinguía en las fuerzas ánnadas del 111 Reich las unidades especia-
la vida política austríaca. les y las tropas regulares, y ponía de manifiesto que no se incorporó a nadie
a la fuerza en las primeras: había que presentarse como voluD.tario.
15. Con el epígrafe «Todavía o ya» admitía el demandante que seme-
jante actitud no suscitaba objeciones desde el punto de vista de la Realpolitik. En el capítulo siguiente puntualizaba el autor la diferencia entre las
En su opinión, han pasado los tiempos en que, por razones electorales, no personas culpables de delitos y las· personas moralmente cómplices, y afir-
sólo se debían tener en cuenta los nazis, sino también sus víctimas (.. ;). No maba que si Austria hubiera juzgado a sus nazis antes; con mayor rapidez y
obstante, Austria, que produjo a Hitler, Eichmann y a tantos otros criminales con más precisión, habría podido_contemplar su pasado con más calma, sin
516 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS OC-LIBERTAD DE EXPRESIÓN (ART. 10) 517

complejos y con mayor seguridad. Enumeraba a continuación las razones Según el artículo 112, «la prueba de la veracidad y la de la buena fe sólo
que no lo habían permitido, y defendía al señor Wisenthal de la acusación se admiten si el autor alega la exactitud de lo dicho o su buena fe ( ... )».
de pertenecer a una «mafia». Por último, consideraba la posibilidad demos-
trarse clementes después de tantos años, y terminaba diciendo: «Corres- A) EL PRIMER PROCEDIMIENTO
ponde a cada sociedad el uso de la clemencia; no así mantener una relación
1. La resolución del Tribunal regi,onal de Viena
malsana con la ley, absolViendo a asesinos manifiestos y callando, disimu--
lando o negando culpabilidades evidentes». 21. El 26 de marzo de 1979, el Tribunal regional de Viena declaró al
señor Lingens culpable de difamación (art. 111.2) por haber utilizado las
18. El señor Lingens dedicaba la quinta parte de su artículo a compa- expresiones «el oportunismo más odioso;'" «inmoral» e «indigno», pero 01!as
rar el caso Peter con otro, de naturaleza más bien económica, relativo al no le parecieron injuriosas en su contexto («mínima exigencia de la ética
señor Helbich, un dirigente del Partido Popular Austríaco, y a las reacciones
diferentes que los casos suscitaron en el señor Kreisky. El autor sostenía que
e!l política», «monstruosidad»). Le impuso uria
multa de 20:000 chelines,
considerando como circunstancia atenuante el doble hecho de que -el acu-
las circunstancias del primer caso hacían indigno al señor Peter de la función sado había querido formular críticas políticas sobre persof1:alidades políticas
de diputado, de político y de miembro del Gobiem.o. Y añadía: «Se trata de y que, en lo que se refiere a éstas, la tolerancia en materia de_ injurias tenía
una mínima exigencia de ética política». Según el articulista, lo «monst- que ser mayor que en las demás personas. Teniendo en cuenta la búena fe
ruoso» no era que el señor Wiesenthal hubiera puesto el asunto sobre la del periodista, no concedió al señor Kreisky ninguna indeímiiZación, pero,
mesa, sino que el señor Kreisky quisiera retirarlo. atendiendo su petición, ordenó el secuestro de los artículos enjuiciados y la
publicación del fallo.
19. El artículo terminaba con una parte en la que se criticaba a los
partidos políticos en general por la presencia de antiguos nazis en sus cargos [ ... ]
superiores. Por lo que se refiere al señor Peter, el demandante entendía que
debía dimitir, no como confesión de su culpabilidad, sino para demostrar 2. El recurso ante el Tribunal de Apelación de Viena
que tenía una cualidad que el señor Kreisky desconocía: el tacto.
25. Tanto el señor Kreisky como el señor Lingens impugnaron el fallo
ante el Tribunal de Apelación de Viena. Con fecha 30 de noviembre de 1979,
11. La querella promovida por el señor Kreisky el tribunal anuló el fallo, sin entrar en el fondo del asunto, debido a que el
Tribunal regional no había investigado suficientemente si el Canciller podía
20. El 29 de octubre y el 12 de noviembre de 1975, el Canciller promo- entablar el procedimiento a pesar de lo dispuesto en el artículo 117 del
vió dos procedimientos penales contra el señor Lingens. El querellante consi- Código Penal (ap. 23, supra).
deraba difamatorios algunos trozos de los artículos que se han resumido
antes e invocaba el artículo 111 del Código Penal austríaco, a cuyo tenor: -~- B) EL SEGUNDO PROCEDIMIENTO

«l. Se castigará con la pena de privación de libertad de seis meses 1. La resolución del Tribunal regi,onal de Viena
como máximo o con la pena de multa al que, de manera que pueda ser
conocida por tercera persona, acuse a otra de una característica, actitud o 26. El Tribunal regional de Viena, al que el Tribunal de Apelación
~onducta opuesta al honor y a las buenas costumbres y de naturaleza que la
había remitido el asunto, falló el caso el 1 de abril de 1981.
haga despreciable o desmerecedora en el concepto público. D~spués de examinar las circunstancias que rodearon las declaraciones
del Canciller, el tribunal llegó a la conclusión de que no se le había criticado
2. Se castigará con la pena de privación de libertad de un año como
como autoridad, sino como jefe de partido y persona particular que se consi-
máximo o con la pena de multa (... ) al que cometa esta acción en .un im-
deró en la obligación de amparar a un tercero, por lo cual tenía el derecho
preso, por medio de la radiodifusión o de otra manera que permita la amplia
de interponer una querella.
difusión de la difamación. ·
Por lo que se refería a la calificación jurídica de los actos imputados al
3. No se castigará al autor si se demuestra la veracidad de la asevera- señor Lingens, el Tribunal regional confirmó su fallo de 26 de marzo de
ción. En el caso a que se refiere el apartado 1, no se la castigará tampoco 1979. .
si se prueba la concurrencia de circunstancias que dieron al autor razones
suficientes para considerar verdadera la afirmación». En cuanto a la excepción procesal de veracidad, señaló de nuevo que el
518 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS IX-LIBERTAD DE EXPRESIÓN (ART. 10) 519

acusado no había aportado ninguna prueba sobre la utilización de la .expre- 29. Con referencia a los fundamentos del recurso del señor Lingens,
sión «el oportunismo más odioso». Las pruebas aportadas sobre los términos el tribunal examinó primero las pruebas practicadas en la primera instancia
«inmoral» e «indigno» se referían tan sólo a las alegaciones de colaboración para determinar en qué concepto se había criticado al señor Kreisky, y llegó
con los nazis formuladas contra el señor Wiesenthal. No obstante, no podían también a la conclusión de que se le atacó a la vez como dirigente de un
tenerse en cuenta, puesto que el señor Kreisky las había hecho después de partido y como persona privada. ·' ·
la publicación de los artículos controvertidos.
En cuanto a la expresión «Oportunismo más odioso», se designaba con
En la medida en que estos mismos términos se referían a otros .c01npor- ella la actuación con determinada finalidad sin preocuparse de consideracio-
tamientos y actitudes del Canciller, el Tribunal regional mant:Uvo en todo sus nes morales y, por tanto, constituía intrínsecamente un ataque a la repu-
anteriores precisiones. Entendió que las críticas de que se· trataba_ fueron tación del interesado. El empleo de las palabras «si procedieran de cualquier
mucho más allá de la cuestión de los ataques del señor Kreisky al señor otra persona» (ap. 12, supra) no se podía interpretar como la retira~a de la
Wiesenthal. Si el .primero había podido actuar contra el demandante eri la imputación. Como el acusado no pudo probar la veracidad de la misma, el
vía judicial y no había podido set enjuiciado por difamación por el segundo Tribunal de primera instancia falló conforme a derecho al declararle culpa-
se debía a la legislación vigente en materia de inmunidad parlamentaria. La ble de la infracción.
obligación de probar la veracidad de sus afirmaciones se derivaba también
En opinión del demandante, los términos «inmoral» e «indigno» sé de-
de la ley y no correspondía al Juez, sino al legislador, hacer que la prueba
bían a su apreciación personal de una conducta indiscutible, hecha en el
fuera más fácil. El Tribunal regional no era tampoco responsable de la falta
ejercicio de su libertad de expresión garantizada por el artículo 10 del Conve-
de tolerancia y de la afición a los litigios de algunos políticos.
nio. El Tribunal de Apelación no aceptó esta tesis y puntualizó que la legisla-
En consecuencia, el tribunal confirmó las penas impuestas al acusado ción austríaca no concedía a la persona un derecho ilimitado de formular
por el primer fallo (ap. 21 supra). juicios de valor, y que el artículo 10 permitía restricciones legales para prote-
ger, entre otras cosas, la reputación ajena. Además, la función de la prensa
2. El recurso ante el Tribunal de Apelación de Viena era comunicar noticias, y su interpretación correspondía, sobre todo; al lec-
tor. Si un periodista opinaba, sus apreciaciones tenían que quedar dentro de
27. Interpuesto recurso por las dos partes, el Tribunal de Apelación de los límites que establece el Derecho penal para asegurar la protección de la
Viena dictó sentencia el 29 de octubre de 1981, rebajando a 15.000 chelines honra de las personas. Ahora bien, no sucedió así en el presente caso. El
la multa impuesta al demandante, pero confirmando en lo derriás la resolu- señor Lingens tenía que haber probado la verdad de sus afirmaciones y no
ción del Tribunal regional. podía separar su desfavorable juicio de valor de los hechos en los que se
28. El señor Kreisky impugnaba la afirmación de que eran distintos los fundaba. Como el señor Kreisky estaba personalmente convencido de que el
criterios aplicables a la vida privada y a la vida pública. En .su opinión, debía señor Wiesenthal utilizaba «métodos mafiosos», no se le podía acusar de
aplicarse el mismo trato a la protección del buen nombre de los políticos y haber actuado sin moralidad o sin dignidad.
de los particulares. 30. La sentencia se publicó en la revista Profil el 22 de febrero de
1982, en cumplimiento de la pena accesoria impuesta al señor Lingens y a
El Tribunal de Apelación puntualizó, sin embargo, que. el artículo 111
su editor.
del Código Pena). se refiere solamente al respeto de que disfruta una persona
en su ambiente social. En el caso de los políticos se trata de la opinión pú- [ ... ]
blica. Ahora bien, como lo pone de manifiesto la experiencia, la frecuente
utilización del insulto en las discusiones políticas -a menudo, amparándose FUNDAMENTOS DE DERECHO
en la inmunidad parlamentaria- daba la impresión de que no se podía juzgar
las declaraciones hechas en este ámbito con los mismos criterios que las de
l. Sobre la violación del artículo 10
la vida privada. Por consiguiente, los políticos debían dar testimonio de una
mayor tolerancia. Por lo general, las críticas hechas en las controversias políti- 34. Según el artículo 10 del Convenio:
cas sólo afectaban a la buena fama de otro si se referían a su vida privada. «l. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este dere-
No era éste el caso planteado, en cuanto a las expresiones «mínima exigencia cho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o de corimni-
de la ética en política» y «monstruosidad». El tribunal desestimó, por tanto, car informaciones e ideas sin que pueda haber injerencia de autoridades
el recurso del señor Kreisky. públicas y sin consideración de fronteras (... ).
520 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS IX.-LIBERTAD DE EXPRESIÓN (ART. 10) 521
2. El ejercicio de estas libertades, que entrañan deberes y responsabi- Para el Gobierno, la libertad de expresión no puede impedir que los
lidades, podrá ser sometido a ciertas formalidades_, condiciones, restriccio- tribunales nacionales tomen en el ejercicio de su facultad de apreciación las
nes o sanciones previstas por la ley que constituyan medidas necesarias en resoluciones que consideren necesarias para evitar que las discusiones políti-
una sociedad democrática para la seguridad nacional, la integridad territo- cas degeneren en insultos personales. Esto establecido, algunos términos em-
rial o la seguridad pública, la defensa del orden y la prevención del delito, pleados por el señor Lingens (aps. 12 y 15 supra) pasaron los límites debidos.
la protección de la salud o de la moral, la protección de la reputaeión o de
Además, el demandante pudo dar a conocer su opinión 'al público sin nin-
los derechos ajenos para impedir la divulgación de informaciones confiden- ·
dales o para garantizar la autoridad y la imparcialidad del poder judicial_>>. guna censura previa; por tanto, la sanción que posteriormente se le impuso
no era desproporcionada con la legítin_i~ finalidad que se pj"etendía:
En opinión del señor Lingens, las resoluciones 'judiciales impugnadá.S
han afectado a su libertad de expresión en una medida in'compatible con los Por otra parte, se produce en este caso un conflicto entre .dos derechos
g!U"antizados por el Convenio: la libertad de expresión (art. 10) y-el derecho
principios fundamentales de una sociedad de~o'crátic~.
al respeto de la vida privada (art. 8). La interpretación más bien extensiVa.
Ésta es también la conclusión de la Comisión. Por el contrario, según el que ha dado la Comisión al primero de estos derechos no ha teriido en
Gobierno, la sanción impugnada se impuso para proteger la .reputación del cuenta suficientemente la necesidad de preservar el segundo.
señor Kreisky. t . . .
38. · Sobre este último punto comprueba el Tribunal que los términos
35. En cambio, no se discutió que hubiera «injerencia de 'autoridades que se censuran al señor Lingens se referían a determinadas decla,raciones
públicas» en el ejercicio de la libertad de expresión. ASí resulta de la condena públicas del señor Kreisky contra el señor Wiesenthal (ap. 10, supa) y a su
del demandante por difamación que el Tribunal regional de Viena pronun- comportamiento como personalidad política en relación a l_os antiguos nazis
ció el 1 de abril de 1981, confirmada por el Tribunal de Apelación de Viena, y al nacional-socialismo (ap. 14, supra). Por ello, no se puede -interpretar en
el 29 de octubre de 1981 (aps. 26_y 27, supra). el caso enjuiciado el artículo 10 a la vista del artículo 8.

Una injerencia así infringirá el Convenio si no cumple las exigencias del 39. El adjetivo «necesaria», a tenor del artículo 10.2, impliq.. µna «ne-
apartado 2 del artículo 10. Hay qúe determinar, por consiguiente, si la inje- cesidad social imperiosa» (sentencia Barthold, ya citada an~es, serie A, núm.
rencia estaba «prevista por la ley», si se debía a alguna de las finalidades 90, pgs. 24-25, ap. 55). Los Estados contratantes disfrutan de algún margen
legítimas a que se refiere el artículo 10.2 y si era «necesaria en una sociedad de apreciación de la existencia de esta necesidad (ibid.), pero paralelamente
democrática» para atender a alguna de ellas (véase la reciente Sentencia en existe una fiscalización europea que se extiende a la vez a la ley ya las resolu-
el caso Barthold de 25 de marzo de 1985, serie A, núm. 90, pg. 21, ap. 43). ciones que la aplican, incluso cuando proceden de mi tribunal indepen-
diente (Sentencia Sunday Times de 26 abril 1979, serie A, núm. 30, p. 36, ap.
36. En los dos primeros puntos el Tribunal se muestra de acuerdo con 59). El Tribunal tiene, por tanto, competencia para resolver, en definitivá, si
la Comisión y con el Gobierno: la condena de que se trata se fundá indiscµti- una «restricción» o «Sanción» armoniza con la libertad de expresión que
blemente en el artículo 111 del Código Penal austríaco (ap. 21 supra), y, protege el artículo 10 (ibid.). , ·
además, pretendía proteger «la reputación o los derechos ajenos», sin que
haya ningún motivo para suponer que persiguiera otra finalidad (art. 18 del 40. El Tribunal, al ejercitar su facultad de fiscalización, no puede limi-
Convenio). Por consiguiente, estaba «prevista por la ley» y pretendía una tarse a examinar aisladamente las resoluciones judiciales impugnadas; tiene
finalidad legítima a la vista del artículo 10.2 del Convenio. que considerarlas a la vista del conjunto del caso, con inclusión de los artícu-
los censurados al demandante y de las circunstailcias en que se redactaron
37. La Comisión, el Gobierno y el demandante centran su argumenta- (véase, mutatis mutandis, la Sentencia Haridyside de 7 de diciembre de 1979,
ción en la cuestión de si la injerencia era «necesaria en una sociedad demo- serie A, núm. 24, p. 23, ap. 50). Le corresponde determinar si al injerencia
crática» para atender a la finalidad mencionada. impugnada fue «proporcionada a la legítima finalidad perseguida» y si las
razones alegadas por los tribunales austríacos para justificarla fueron «perti-
El demandante invoca su función de periodista político en una sociedad nentes y suficientes» (Sentencia citada, dictada en el caso Barthold, serie A,
pluralista, y entiende que, como tal, tenía que opinar sobre las declaraciones núµi. 90, pg. 25, ap. 55).
del señor Kreisky contra el señor Wiesenthal (ap. 10 supra). Considera tam-
bién, como lo hace la Comisión, que un político, acostumbrado a atacar a 41. A este respecto, el Tribunal recuerda que la libertad de expresión,
sus adversarios, tiene que esperar ser objeto de críticas más duras que cual- consagrada por el ap. 1 del artículo 10, es uno de los principales fundamen-
quier otra persona. tos de una sociedad democrática y una de las condiciones más importantes
522 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS IX.-LIBERTAD DE EXPRESIÓN (ART. 10) 523

para su progreso y el desarrollo individual. Sin perjuicio del apartado 2, no No obstante, al tratarse del señor Kreisky en su condición de político,
se aplica solamente a las «informaciones» o «ideas» que se reciben favorable- hay que tener en cuenta las circunstancias en que se escribieron estos artícu-
mente o se consideran inocuas o indiferentes, sino también a las que ofen- los. Pues bien, se publicaron poco después de las elecciones generales de
den, hieren o molestan. Así lo exigen el pluralismo, la tolerancia y la mentali- octub~e de 1~75. Con ~terioridad~ muchos austríacos creían que el partido
dad amplia, sin los cuales no hay «sociedad democrática» (Sentencia, ya del senor Kre1sky perdena la mayona absoluta y se vería obligado, para gober-
citada, en el caso Handyside, serie A, núm. 24, pg. 23, ap. 49). nar, a coaligarse con el partido del señor Peter. Cuando después de la.S elec-
ciones el señor Wisenthal se refirió al pasado nazi del señor Peter, el Canci-
Estos principios son especialmente im'.portantes para la prensa. No debe ller defendió a éste y atacó a su detractor, calificando sus actividades como
ésta pasar los' límites establecidos singularmente para la «protección de la «métodos mafiosos», y de clhí vino la enérgica reacción del señor Lingeris
reputación ajena»; le incumbe, sin embargo, publicar informacicmes e ideas (aps.9-lOsupra). - - _ · -----.:
_,
sobre las cuestiones que se discuten en el terre_no político y en ·otros sectores
de interés público. Si su misión es difundirlas, el público tiene el derecho de Las expresiones impugnadas tenían, por tanto, como fondo una discu-
recibirlas (véase, mutatis mutandis, la Sentencia en el caso Sunday Times, ya sión política posterior a las elecciones, y como lo comprobó el Tribunal re-
citada antes, serie A, núm. 30, pg. 40, ap. 65). El Tribunal no puede aceptar gional de Viena en su fallo de 26 de marzo de 1979 (apartado 24 supia), en
la opinión expresada a este respecto en la sentencia del Tribunal de apela- esta lucha se utilizaban las armas de que se disponía, las cuales no eran raras
ción de Viena, según la cual la prensa tiene la misión de divhlgar las informa- en los duros combates de la vida política. · - _·
ciones, pero su interpretación debe dejarse primordialmente al lectbr (ap. No hay que perder de vista estas circunstancias al considerar en el ám-
29 supra). bito del Convenio la pena que se impuso al demandante y los fundámentos
42. Además, la libertad de prensa proporciona a la opinión pública de lo fallado porlos tribunales internos.
uno de los mejores medios para conocer y juzgar las ideas y actitudes de los 44. En última instancia, el Tribunal de Apelación de Viena condenó al
dirigentes políticos. En términos más generales, la libertad de las controver- señor Lingens a una multa y ordenó, además, el secuestro de los números
sias política$ pertenece al corazón mismo del concepto de sociedad democrá- en cuestión de la revista Profü y la publicación de la sentencia (aps. 21, 26,
tica que inspira al Convenio. 27 y 30 supra). - - - --
Por consiguiente, los límites 4e la crítica permitida son ,más amplios en Como el Gobierno pone de manifiesto. los artículos impugnados se ha-
relación a un político co:p_sidera~o como tal q11e cuando _se t::r:ata de un mero bían difundido mucho a la sazón. Por tanto, aunque la sanción que afectó a
particular: el primero, a diferencia del segundo,_ se expone, inevi~ble y deli- su autor no le impidió, hablando con propiedad, expresar su opinión, consti-
beradamente, a una fiscalización atenta de sus actos y gestos, tanto por los tuyó una especie de censura para estimularle a no entregarse en el futuro a
periodistas como por la multitud de ciudadanos, y por ello tiene que moS:- críticas de esta naturaleza, y así lo ha puntualizado debidamente el Delegado
trarse más tolerante. Ciertamente, el artículo 10.2 permite proteger.~a rep1:1- de la comisión. En el ámbito del debate político, una condena así amenaza
tación ajena, es decir, la de todos. El político disfruta también de esta protec- disuadir a los periodistas de participar en la discusión pública de cuestiones
ción, incluso cuando no actúa en el marco de su vida privada, pero en este -F;
que interesan a la vida de la sociedad. Por sí misma puede dificultar el cum-
caso las exigencias de está protección deben equilibrarse con los intereses plimiento de la misión informativa y fiscalizadora de la prensa (véase, mutatis
de la libre discusión de las cuestiones políticas. mutandis, la sentencia, ya citada, Barthold, serie A, número 90, p. 26, apar-
43. El demandante fue condenado por haber empleado algunas expre- tado 58).
siones («oportunismo odioso», «inmoral», «indigno») en rel~ción al señor 45. Los tribunales austríacos se dedicaron lo primero a resolver si los
Kreisky, Canciller Federal a la sazón, en dos artículos de prensa publicados fragmentos por los que se acusaba al señor Lingens eran objetivamente difa-
por la revista Profil, de Viena, el 14 y el 21 de octubre de 1975 (aps. 12-19, matorios. Así lo atribuían a algunos de los términos empleados: «el peor
supra). Se trataba en los artículos de cuestiones políticas de interés público oportunismo», «inmoral» e «indigno» (ap. 21 supra).
para Austria, que habían suscitado numerosas y apasionadas discusiones so-
bre la actitud de los austríacos en general, y del Canciller en particular, frente El acusado alegó que se trataba en estos casos dt;juicios de valor, formu-
al nacional-socialismo y la participación de los antiguos nazis en el gobierno lados en el ejercicio de su libertad de expresión (aps. 22 y 29, supra). El
del país. Su contenido y su tono eran, en conjunto, bastarite equilibrados, Tribunal, coincidiendo con la Comisión, comparte esta tesis. De hecho, el
pero el empleo especialmente de los términos antes citados parecía capaz de demandante dirigió sus críticas contra la actitud del señor Kreisky, quien era
perjudicar al buen nombre del señor Kreisky. a la sazón Canciller Federal. Lo que estaba en juego no era su derecho de
524 lAS SENfENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO •DE DERECHOS HUMANOS IX.-LIBERTAD DE EXPRESIÓN (ART. 10) 525
difundir informaciones, sino su libertad de opinión y su derecho de dar a Hecha en francés y en inglés y leída en audiencia pública en el Palacio
conocer sus ideas. No obstante, las restricciones que permitía el apartado 2 de Derechos Humanos, en Estrasburgo, el 8 de julio de 1986. Firmado: Rolv
del artículo 10 continuaban siendo aplicables. Ryssdal, PRESIDENTE; Por el Secretario,Jonathan L. Sharpe,Jefe de Sección
en la Secretaría del Tribunal.
46. Los tribunales competentes investigaron después si el futen:!sado
había demostrado la veracidad de sus afirmaciones, fundándose en el artículo
111.3 del Código Penal (ap._ 20 supra). Entendieron fundamentalmente.que
había distintas maneras de apreciar el comportamiento del señor, ,Kreisky y
q1ie no se podía, lógkamente, demostrar.la pi:;ocedencia de una: interpreta-
ción con la exclusión de cualquier otra, y, en consecuencia,· declararon al
demandante culpable de difamación.
. ,
En opinión del Tribunal, se debe disP:nguir cuidadosamente entre he-
chos y juicio de va19r. Mientras que la realidad de los primeros puede pro-
barse, los segundos rio son susceptibles de p~eba. El Tribunal señala, a este
respecto, que los hechos en que el señor Lingens fund~ba su juicio no .se
discutieron, como tampoco se discutió su buena fe (ap. 21, supra).
Según. el apartado 3 del. artículo ll l .del Código_ Penal,. en relación con
el apartado 2, los periodistas sólo pueden librarse en tal caso de la condena
por las acciones definidas en el apartado 1 si pueden probar la veracidad de
sus afirmaciones (ap. 20, supra). ·
Ahora bien, esta exigencia no puede curriplirse en los juicios de valor y ··-i

afecta a la libertad de opinión intrínsecamente, parte fundamental del.dere- .1:.


cho garantizado por el artículo 10 del Convenio.
En opinión del Tribunal regional de Viena, la carga de la prueba era
consecuencia de la ley y no correspondía al juez, sino al_ legislador, aliviarla,
en su caso (fallo de 1 de abril de 1981, ap. 26 supra). A este respecto, re-
cuerda el Tribunal que no tiene por qué concretar qué autoridad nadonal
es responsable del incumplimiento del Convenio: sólo está en juego ante el
Tribunal la responsabilidad internacional del Estado (véase especialmente la
Sentencia en el caso Zimmermann y Steiner de 13 de julio de 1983, serie A,
número 66, pg. 13, ap. 32).
47. De todo lo que se ha considerado se deduce que la injerencia en
el ejercicio de la libertad de expresión del señor Lingens no era ·«necesaria
en una sociedad democrática» «para la protección de la reputación ajena»:
fue desproporcionada con el fin legítimo perseguido. Por consiguiente, se
violó el artículo 10 del Convenio.
[... ]
POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL; POR UNANIMIDAD,
l. Declara que se violó el artículo 10 del Convenio.
[... ]
~
1

29. Asunto Otto Preminger-Institut c. Austria, de 20 de septiembre·de


1994 .
En el asunto Otto Preminger-Institut contra Austria,
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos constituido de conformidad
con el artículo 43 del Convenio Europeo para la Protección de los Derechos
Humanos y de las Libertades Fundamentales («el Convenio») y los artículos
aplicables de su Reglamento, en una Sala compuesta por los siguientes Jueces
señores: R. Ryssdal, presidente, F. Golcüklü, F. Matscher, B. Walsh, R. Macdo-
nald, señora E. Palm, señores, R. Pekkanen, J. Makarczyk, D. Gotchev, así
como de los señores, M.-A Eissen, secretario, y H. Petzold, secretario adjunto.
Tras haber deliberado en privado los días 25 de noviembre de 1993 y 20
de abrll y 23 de agosto de 1994, dicta la siguiente

SENTENCIA
[ ... ]
HECHOS

A) Las circunstancias del caso


La recurrente, Otto-Preminger-Institut fur audiovisuelle Mediengestal-
tung (OPI), es una asociación austríaca de derecho privado con sede en
Innsbruck. Sus estatutos la contemplan como un organismo con fines no
lucrativos cuyo objeto general es el de promover la creatividad, la· comunica-
ción y la diversión a través de los medios audiovisuales. Dirige, principal-
mente, una sala de cine con el nombre. de «Cinematograph» en Innsbruck.
Anuríció una serie de seis proyecciones, para todos los públiéos, del film
«Das Liebeskonzil» («El Concilio de amor»), de Werner Schroeter. La pri-
mera estaba programada para el 13 de mayo de 1985. Todas tenían que tener
lugar a las 22 horas, excepto una, fijada el 19 de mayo a las 16 horas.
Este comunicado apareció en un periódico distribuido por la OPI á sus
2. 700 miembros y se anunció asimismo en dive1 sos escaparates de Innsbruck;
incluido el del propio «Cine». Estaba redactado como sigue:
«La tragedia satírica de Oskar Panizza, que se desarrolla en el Paraíso,
ha sido filmada por Werner Schroeter a partir de la representación que ha
ofrecido el Teatro Belli de Roma y situada en el marco ·de un relato que
describe el proceso por blasfemia que se llevó a cabo contra el autOr, en
1895, así como su posterior condena. Panizza parte de la idea de que la sífilis
528 U.S SENfENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS IX.-LIBERTAD DE EXPRESIÓN (ART. 10) 529
es el castigo de Dios por la fornicación, y el pecado por el que se dejó llevar burla masiva de los sentimientos religiosos pesaba más que todo interés que
la humanidad en el Renacimiento, sobre todo en la Corte del Papa Borgia, el público en general pudiese tener de ser informado o que los intereses
Alejandro VI. En el film de Schroeter, los representantes de Dios sobre la económicos de las personas deseosas de .proyectar el film.
Tierra, engalanados con las insignias del pod~r temporal, se parecen, hasta
el punto de confundirse con ellos, a los protagonistas del Paraíso». · El 24 de octubre de· i 985, el Ministerio Fiscal puso fin a las diligencias
penales contra el señor Zingl y el asunto continuó bajo la forma de un «pró-
«En forma de caricatura, el autor ataca las representaciones figurativas ceso objetivo», de acuerdo con el artículo 33.2 de lá ley sobre los medios de
simplistas, así como los excesos de la fe cristiana, y analiza la reladón entre comunicación, intentando la supresión del film.
las creencias religiosas y los mecanismos de opresión terrenales».
El 10 de octubre de 1986, tuvo lugar un proceso ante el Tribunal Regio-
Por otra parte, el boletín de información indicaba que, en virtud. d_e la nal de Innsbruck. El film fue de nuevo proyectado a puerta cerrada; su conte-
ley tirolense sobre el cine, el film estaba prohibido a los menores de 17 años. nido fue descrito detalladamente en acta de la vista.
Un periódico regional publicó asimismo el título del film y ellugar y El señor Zingl aparecía en el acta de la audiencia en calidad de testigo.
fechas de su proyección, sin especificar su contenido. · Declaró haber devuelto el film al distribuidor como consecuencia de la orden
judicial de retirada ya que no quería tener nada que ver con es.ta historia. ·
El 10 de mayo de 1985, a petición de la diócesis de Innsbruck de la
Iglesia católica romana, el fücal inició contr<1; el gerente de OPI, señor' Diet- De la sentencia dictada ese mismo día se deduce que él fue considerado
mar Zingl, unas diligencias en base a la «denigración de las doctrinas· religio- como «Una parte cuya responsabilidad podría verse comprometida».·
sas», delito castigado en el artículo 188 del Código Penal (ap. 25 supra).
El 12 de mayo de 1985, después de que se hubiese proyectado el film a -·
...
• 1
;
El Tribunal dio por probado que el distribuidor del film había renun-
ciado a su derecho de ser oído y había consentido que se destruyese su copia
puerta cerrada en presencia de un juez de guardia, el fiscal solicitó su reti- del film. ·
rada en base a lo dispuesto en el artículo 36 de la Ley sobre los medias (ap.
29 injra). El Tribunal Regional de Innsbruck atendió a la solicitud el mismo En la sentencia de la misma fecha, el Tribunal Regional ordenó la confis-
día. En consecuencia, las proyecciones públicas anunciadas por la OPI, la cación. de aquél Manifestó:
primera de las cuales había sido programada para el día siguiente, no pudie- «La proyección pública del film ''Das Liebesconzil", prevista para el 13
ron efectuarse. de mayo de 1985, en el cual los diálogos y las imágenes presentan a Dios
A modo de sustitución, las personas que acudieron a la sesión prevista Padre como un idiota senil e impotente, a Cristo como un cretino y a la
fueron invitadas a escuchar la lectura del argumento del mismo y a participar Virgen María como una desvergonzada deslenguada, y en el que la eucaristía
en un coloquio. · está ridiculizad¡¡., responde a la definición del delito .de denigración de las
doctrinas religiosas del artículo 188 del Código Penal».
Como el señor Zingl había devuelto el film a su distribuidor, la sociedad
«Czerny» de Viena, la proyección se llevo a cabo en los locales de esta última, [ ... ]
el día 11 de jun~o cie 198!:). . . · ·· · El señor Zingl apeló la sentencia del Tribunal Regional Presentó una
El Tribunal de Apelación de Innsbruck inadmitió un recurso el 30 de declaración firmada por 350 personas que se lamentaban de que se les hu-
julio de 1985, recurso que fue presentado por el señor Zingl contra el manda- biese impedido acceder libremente a la proyección de una obra de arte,
miento judicial. de retirada del film. El Tribunal consideró que la libertad argumentando que la interpretación que se había hecho del artículo 188 del
artística estaba necesariamente limitada por los derechos de los demás.a la Código Penal no era compatible con la libertad artística garantizada por el
libertad religiosa y por el deber del Estado de garantizar una sociedad fun- artículo 17.a) de la Ley Fundamental.
dada sobre el orderi y la tolerancia. Por otra parte, precisó que la indignación El Tribunal de Apelación de Innsbruck consideró inadmisible el recurso
no era legítima, de acuerdo con el artículo 188 del Código Penal, si nó tenía :i
• t
el 25 de marzo de 1987. Estimó que no siendo el propietario de copyright
·. i
una naturaleza tal que pudiese herir los sentimientos religiosos de una per:. del film, el señor Zingl no tenía locus standi. La sentencia fue notificada a la
sona media dotada de una sensibilidad religiosa normal. Esta condición. se OPI el 7 de abril de 1987.
J,I
cumplía en este caso, y en principio se podía por ello, ordenar la confiscación ':' 1
del film, al menos en el marco de un «proceso objetivo» (ap. 28 injra). La ...
[ ]

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.
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.
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.
530 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS IX.-LIBERTAD DE EXPRESIÓN (ART. io) 531
Desde entonces representaciones de la pieza original habían tenido lu- FUNDAMENTOS DE DERECHO
gar en Austria: en Viena en noviembre de 1991 y en Innsbruck en octubre
de 1992. En Viena, las autoridades judiciales se abstuvieron de intervenir. En [ ... ]
Innsbruck, numerosos particulares interpusieron demandas; tuvo lugar, un~
investigación preliminar, al final de la cual las autoridades compet~ntes deci- 11. Sobre la violación del artículo 10
dieron dar carpetazo al asunto. · ·
La asociación recurrente sostiene que la retirada y posterior confiscación
de la película «Das Liebeskonzil» han violado el derecho a. la libertad de
B) La película «Das liebeskonzil» expresión que les garantiza el artículo 1O del Convenio, según el cual:
La obra en la que está inspirada la película fue. escrita por Oskar Panizza «l. Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este dere-
y publicada en 1894. En 1895 la Sala de lo Penal de Munichjuzgó al autor cho la libertad de .recibir o de comunicar informaciones o. ideas sin _que
culpable de «crímenes contra la religión» y le condenó a prisión. Prohibida pueda haber injerencia de autoridades públicas y sin corisideración de fronte-
en Alemania, la obra continuó publicándose en otros países. - ras. El presente artículo no impide que los Estados sometan las empresas de
En ella se representa a Dios Padre como un viejo achacoso.e impotente, radiodifusión, de cinematografía o de televisión a un régimen de autoriza-
a Jesucristo como un «niño de mamá» dotado de poca inteligencia y a la ción previa.
Virgen María, quien evidentemente maneja el tin~lado, coino una d~svergon­ 2. El ejercicio de estas libertades que entrañan deberes y responsabili-
zada sin escrúpulos.Juntos deciden que la humanidad debe ser casttgada por dades podrá ser sometido a ciertas formalidades, condiciones, restricciones
su inmoralidad. Descartan la posibilidad de una destrucción completa del o sanciones previstas por la ley, que constituyan medidas necesarias, eri una
mundo en favor de un castigo, después del cual la humanidad siempre}en- sociedad democrática, para la seguridad nacional, la integridad territorial o
drá «necesidad de salud» y será siempre «Susceptible de redención». In!=apa- la seguridad pública, la defensa del orden y la prevención del delito,la pro-
ces de encontrar ellos mismos tal castigo, deciden pedir auxilio al demonio. . tección de la salud o de la moral, la protección de la reputación o ,de los
Éste sugiere una enfermedad de transmisión sexual, de manera qu~ los derechos ajenos, para impedir la divulgación de informaciones confidencia-
hombres y las mujeres se contaminarán unos a los otros sin darse cuen~; les o para garantizar la autoridad y la imparci;tlidad del poder judicial».
engendra, junto a Salomé, una hija que extenderá la plaga a toda la humani-
A) ¿HA HABIDO INJERENCIAS EN EL EJERCICIO DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN DE LA
dad. Los síntomas descritos por él son los de la sífilis.
ASOCIACIÓN RECURRENTE?
A modo de recompensa, el diablo reclama la libertad de pensamiento; Aunque ante la Comisión, el Gobierno no ha admitido tal injerencia
María responde que «lo meditará». El diablo enVía a su hija cumplir con ~u sino en lo concerniente a la retirada de la película, tesis retomada por éste
tarea, en primer lugar entre los_ representantes del poder terrenal, d~spues en su excepdón preliminar (~p. 34 supra), ante el Tribunal, no discute ya
en la corte del Papa, entre los obispos, en los conventos y monastenos, y, si la excepción era rechazada que tanto la retirada como la confiscáción
finalmente, entre todos los mortales. constituyeron tales injerencias.
Dirigido por Werner Schroeter, el film se estrenó en 1981. Gomienza y Tales intromisiones violan el artículo 10 si éstas no cumplen las exigen~
termina con escenas referentes al proceso 4e Panizza en 1895. Intercala una cias previstas en su apartado 2. El Tribunal debera, pues, comprobar sucesiva-
representación la obra realizada por el Teatro Belli de Roma. El film describe mente si éstas estaban «previstas por la ley», si perseguían una finalidad legí-
al Dios de las religiones judía, .cristiana e islámica como un viejo, aparente- tima a la luz de dicho párrafo y si éstas eran «necesarias en una sociedad
mente senil, que se postra ante el diablo, le besa y le llama su amigo. Le mue,s- democrática» para conseguir la finalidad pretendida.
tra, asimismo,jurando por el diablo. Otras escenas muestran a la Virgen Mana
permitiendo que se le lea una escena obscena, así como la manifestación de B) ¿ESTABAN LAS INJERENCIAS «PREVISTAS POR 1A LEY·?
una cierta atracción erótica entre ella y el diablo.Jesucristo aduito es retratado
como un débil mental profundo y se le exhibe en una escena tratando de besar La asociación recurrente niega que las injerencias estuviesen «previstas
y acariciar los senos de su madre, cosa que, evidentemente, ella tolera. Elfilm por la ley» y sostiene que el artículo 188 del Código Penal austriaco fue
muestra a Dios, la Virgen María y a Cristo aplaudiendo al diablo. aplicado de modo incorrecto. En primer lugar, sería dudoso que una obra
de arte que tratase. de modo satírico personas o cosas veneradas por una
[ ... ] religión pudiese considerarse como «denigrante o ridiculizarite» para ésta.

-~
532 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS IX-LIBERTAD DE EXPRESIÓN (ART. 10) 533

En segundo lugar, la indignación no podría justificarse por parte de las per- demás (ibidem pg. 21 ap. 48). Se puede considerar legítimamente. que. el
sonas libres para tomar la decisión de ver o no la película. En tercer lugar, respeto de los sentimientos religiosos de los creyentes, tal y como está garanti-
se le habría conferido un peso insuficiente al derecho a la libertad artística, zado por el artículo 9, ha sido violado por representaciones provocadoras
garantizado por el artículo 17.a) de la Ley Fundamental. de objetos de veneración religiosa; tales representaciones constituyen una
violación malintencionada del espíritu de tolerancia, que debe, asimismo,
El Tribunal recuerda que corresponde, en primer lugar, a las áutorida- caracterizar a una sociedad democrática. El Convenio· debe leerse· coirio un
des nacionales, sobre todo a los tribunales y jueces, interpretar y aplicar el · todo y, en consecuencfa, la interpretación y aplicación del artículo 10 en el
derecho interno (ver, en último lugar, Sentencia Chorherr contra Austria de caso, debe ser armónica -C:on la lógica del Convenio (ver, mutatis mutandis,
25 de agosto de 1993, serie A, número 266-B, pg. 36 ap; 25). Sentencia Klass y otros de 6 de septiembre de 1978, serie A, número 28, pg.
Los tribunales de lnnsbruck tenían que ponderar el derecho a la liber- 31 ap. 68).
tad artística y el derecho al respeto de las convicciones religiosas, consagrado
en el artículo 14 de la Ley Fundamental. Al igual que la Comisión, el Tribu- Las medidas litigiosas se basan en el artículo 188 del Código Penal aus-
nal no encuentra motivo alguno para considerar que el Derecho austríaco tríaco, el cual tiende a eliminar los comportamientos dirigido~ contra los
no ha sido correctamente aplicado. · objetos de veneración religiosa y que sean de naturaleza tal que puedan
caus~ una «indignación justificada». De ello resulta que tales medidas pre-
C) ¿LAs INJERENCIAS ¿PERSEGUÍAN «UNA FINALIDAD LEGÍTIMA•? tend1an proteger el derecho de· 1os ciudadanos a no ser heridos· en sus senti-
mientos religiosos por la expresión pública de los·pareceres de otras perso-
En opinión del Gobierno la retirada y la confiscación de la película nas. Del mismo modo, a la vista de la manera en la que se habían formulado
tendía a la «protección de los derechos ajenos», en particular, el derecho al l~ decisiones de las jurisdicciones austríacas, el Tribunal admite que las incri-
respeto de los sentimientos religiosos y a la «defensa del orden». mmadas perseguían una finalidad legítima contemplada en el artículo 10.2,
Tal y como ha señalado el Tribunal en la Sentencia Kokkinakis contra a saber, «la protección de los derechos ajenos».
Grecia de 25 de mayo de 1993, (serie A, número 260, pg. 17 ap. 31) la
libertad de pensamiento de conciencia y de religión que se encuentra consa- D) LA RETIRADA Y LA CONFISCACIÓN ¿ERAN NECESARIAS EN UNA SOCIEDAD
DEMOCRÁTICA?
grada en el artículo 9 del Convenio representa uno de los pilares de una
«sociedad democrática» de acuerdo con el Convenio. Esta libertad es, en su
1. Principios generales
dimensión religiosa, uno de los elementos vitales y que contribuye a la fom1a-
ción de la identidad de los creyentes y de su concepción de la vida. Tal y como el Tribunal ha declarado en numerosas ocasiones, la libertad
Aquellos que eligen ejercer la libertad de manifestar su religión, tanto de expresión constituye uno de los fundamentos esenciales de una sociedad
si pertenecen a una minoría como a lina mayoría religiosa, no pueden, ra.Zo- democrática, una de las condiciones primordiales del progreso y desarroll~
nablemente, esperar hacerlo al abrigo de toda crítica. Deben tolerar y acep- de todos. Con la excepción del párrafo 2 del artículo 10, ésta se aplica no
tar el rechazo ajeno de sus creencias religiosas, incluso la propagación por solamente para las «informaciones» o «ideas» bien acogidas o consideradas
parte de otros de doctrinas hostiles a su fe. De todos mod<?s; la manera eri como inofensivas o indiferentes, sino también para aquellas que hieran, cho-
que las creencias y las doctrinas religiosas sean objeto de una oposición o qu.en o inquieten al Estado o a una parte cualquiera de la población. Así lo
delegación es una· cuestión que puede comprometer la responsabilidad del exigen el pluralismo, la tolerancia y el espíritu de apertura sin los cuales no
Estado, especialmente en lo referente a asegurar a los que profesen creencias existe una «Sociedad democrática» (ver, principalmente, Sentencia Hand-
y doctrinas el disfrute pacífico del derecho garantizado por el artícµlq 9. En yside contra Reino Unido de 7 de diciembre de 1976, serie A, número 24,
efecto, en casos extremos el recurso a métodos concretos de opo~ición a-.las pg. 23 ap. 49).
creencias religiosas o de denegación de éstas puede llegar a disuadir a aque-
De todas formas, tal y como lo coilfuma la propia redacCión ~el párrafo
llos que las profesan, de ejercer su libertad de tenerlas y manifestarlas.
2 del artículo 10, cualquiera que ejerza los derechós y libertades consagrados
En la Sentencia Kokkinakis, el TribunaI consideró en el contexto del en el primer párrafo de este artículo asume. «deberes y responsabilidades».
artículo 9, que un Estado puede legítimamente considerar necesario tomar Entre ellos en el contexto de opiniones y creencias religiosas puede legítima-
medidas tendentes a reprimir ciertas formas de comportamiento, fucluyerido ~ente incluirse una ~bligación de evitar, en la medida de lo posible, expre-
la comunicación de informaciones y de ideas juzgadas incompatibles con el s10nes que sean gratuitamente ofensivas para otros y que, por ello, constitu-
respeto a la libertad de pensamiento, de conciencia o de religión de .los yen un atentado a sus derechos y que, sin embargo, no contribuyen a ningún
534 l.AS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS IX-LIBERTAD DE EXPRESIÓN (ART. 10) 535

tipo de debate público capaz de favorecer el progreso en los asuntos del población austríaca global, la proporción de católicos romanos entre la po-
género humano. blación tirolesa era de un 87%. .
De ello resulta que en principio puede juzgarse necesario, en ciertas Resultaría que, en la época considerada _al menos, había una imperiosa
sociedades democráticas, sancionar, a fin de prevenir, los ataques injuriosos necesidad de preservar la paz religiosa; era necesario proteger al público de
contra los objetos de veneraciónreligiosa, intentando siempre que toda «for-. la película, y los tribunales de lnnsbruck no se habrlan excedido en su mar-
malidad», «condición», «restricción» o «Sanción» impuesta sea proporcio- gen de aprecia~ión a este respecto. · ··
nada a la finalidad legítima perseguida (ver Sentencia Handyside aludida, La asociación recurrente sostiene que obró de manera responsable in-
ibídem). tentando prevenir toda ofensa injustificada. Advierte que había previsto pro-
Como para la moral un concepto no es posible discernir en Europa yectar la película en su cine, que no era accesible al público sino después de
uniforme del significado de la religión en la sociedad (ver Sentencia Müller haber pagado una entrada; por otra parte, el público estaba compuesto, en
y otros contra Suiza de 24 de mayo de 1988, serie A, n~ero 133, pg.. 20 ap. su conjunto, por personas interesadas en la cultura progresista. En fin, en
30 y pg. 22· ap. 35); pueden variar incluso en el seno de un mismo país. Por virtud de la legislación tirolense en vigor, el acceso a la película debía prohi-
esta razón no es posible lograr una definición que comprenda lo que consti- birse a los menores de 17 años. En consecuencia no había realmente peligro
tuye un atentado admisible en virtud del derecho a la libertad <:J:e expresión alguno de que alguien se encontrara en contra de su voluntad ante una obra
chocante. ·
cuando éste se realiza contra lqs sentimientos religiosos de otros. Por tanto,
las autoridades nacionales deben disponer de un cierto margen de aprecia- La Comisión apoya en lo esencial esta tesis.
ción para determinar la existencia y al alcance de tal injerencia..
El Tribunal subraya que si bien el acceso al cine para asistir a la proyec-
Este margen de apreciadón no es del todo ilimitado. Corre parejo a ción de la película litigiosa estaba sometido al pago del derecho de entrada
un control en virtud del Convenio, cuyo alcance variará en función de las y a un condicionamiento de edad mínima, la película había sido objeto de
circunstancias. En algunos casos, como el que nos ocupa, en los que existen una enorme publicidad. El público había tenido un conocirrliento suficiente
injerencias en el ejercicio de las libertades garantizadas en el párrafo 1 del del tema y de sus grandes líneas argumentales para tener una clara idea de
artículo 10, ese control debe ser estricto, debido a la importancia de las cuál era su naturaleza; por estos motivos, la proyección en. cuestión debe
libertades en cuestión. La necesidad de cualquier restricción debe probarse considerarse que fue objeto de una publicidad suficiente como para ser ofen-
de manera convincente (ver, en último lugar, Sentencia Informationsverein siva.
Lentia y otros contra Austria de 24 de noviembre de 1993, serie A, número
La cuestión sometida ante el Tribunal implica una ponderación de los
276, pg. 15 ap. 35). intereses contradictorios, intereses que tienen por objeto' el ejercicio de dos
libertades fundamentales garantizadas por el Convenio: por una parte, el
2. Aplicación de los principios anteriormente enunciados
derecho para la OPI, de comunicar al público ideas sujetas a controversia y,
La película que fue retirada y confiscada por las decisiones de los tribu- por implicación, el derecho, para las personas interesadas; de conocer tales
nales austríacos se basa en una obra de teatro, pero el presente asunto no ideas, y, de otra parte, el derecho de otras personas referente a su libertad
concierne má.S que a la producción cinematográfica en cuestión. de pensamiento, de conciencia y de religión. Haciendo esto, es necesario
considerar igualmente, el margen de apreciación del que gozan las autorida-
a) La retira.da des nacionales, las cuales deben tener en cuenta, en una sociedad democrá-
tica, y dentro del límite de sus competencias, los intereses de la sociedad en
El Gobierno justifica la retirada de la película por su carácter: el de q.n su conjunto.
ataque contra la religión cristiana, especialmente la católica romana. El he-
cho de situar la obra original en el marco del proceso a su ·autor eri 1895 . Ordenando la retirada, y posteriormente la confiscación de la película,
habría, en realidad, contribuido a reforzar la naturaleza antirreligiosa: del los tribunales austríacos han juzgado que éste constituía, según el criterio
film, que terminaba con una denuncia violenta e injuriosa de lo que se pre- del público tirolés, un ataque injurioso a la religión católica romana. Se de-
sentaba como la moral católica. duce de sus decisiones que se ha tenido en cuenta, tal como era su obliga-
ción, la libertad de expresión artística, garantizada por el artículo 10 del
Por añadidura, la religión jugaría en la vida cotidiana de la población Convenio (ver Sentencia Müller y otros contra Suiza, citada anteriormente,
tirolense un papel particularmente importante. Ya elevada, un 78% en la pg. 22 ap. 33) y para la cual el artículo 17.a) de la Ley Fundamental prevé
536 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS IX-LIBERTAD DE EXPRESIÓN (ART. 10) 537
una protección específica. No se ha considerado que el valor artístico del Hecha en francés y en inglés y leída en audiencia pública en el Palacio
film o su contribución al debate público en la sociedad austríaca prevalecie- de los Derechos Humanos de Estrasburgo el 20 de septiembre de 1994. Fir-
sen sobre las características que lo convertían en ofensivo para el público en mado: Rolv Ryssdal, Presidente; Herbert Petzold, Secretario.
general en su resultado. Los jueces, al resolver sobre el fondo, después _de
haber visionado la película, revelaron el carácter provocador de las represen-
taciones de Dios Padre, de la Virgen María y de Jesucristo (ap. 16 ~upra), _El.
contenido del film (ap. 22 supra) no puede considerarse como insuficiente
para fundar las conclusiones a las que habían llegado los tribunales austría-
cos.
El Tribunal no puede olvidar que la religión católica romana es la de la
inmensa mayoría de los tiroleses. Retirando la película, las autoridades aus-
tríacas han intentado proteger la paz religiosa en esta región e impedir que
ciertas personas se sintiesen atacadas en sus sen~mientos religiosos. de ma-
nera injustip.cada y ofensiva. Correspond~ en primer lugar a las autoridades
nacionales, mejor situadas que el juez internacional, evaluar la necesidad de
tales medidas a la luz de la situación que existe a nivel nacional en una
época determinada. Teniendo en cuenta todas las circunstancias del caso, el
Tribunal no considera que las autoridades austríacas puedan ser acusadas de
haberse excedido en su margen de apreciación a este respecto.
En consecuencia, no constata ninguna violación del artículo 10 en lo
referente a la retirada.
b) La confiscación

El razonamiento expuesto anteriormente se aplica asimismo·ª la confis-


cación, el cual establece definitivamente la legalidad de la retirada y que
constituye, en Derecho austríaco, la consecuencia normal de .ésta.
El artículo 10 no debe interpretarse de forma que impida la confiscación
en favor del interés público, de aquellos objetos cuyo uso se ha consid~nidó
como ilícito (ver Sentencia Handyside contra Reino Unido anteriorínente
citada, pg. 30 ap. 63). Aunque la corifiscaeión de. la película impida de ma-
nera permanente su proyección en Austria, el Tribunal estima que las medi-
das utilizadas no fueron desproporcionadas en relación a la finalidad perse-
guida y que, en consecuencia, las autoridades nacionales· no se excedieron
en su margen de apreciación a este respecto.

Así pues, la confiscación tampoco ha violado el artículo 10.


POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL,

[ ... ]

Declara, por seis votos contra tres, que ni la retirada ni la confiscación


han violado el artículo 1O del Convenio.
30. Asunto Fressoz y Roire c. Francia, de 21 de enero de 1999
En el asunto Fressoz y Roire contra Francia,
El Tribunal europeo de Derechos Humanos, constituido conforme al
artículo 27 del Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y las
Libertades Fundamentales («el Convenio»), modificado por ·el Protocolo
nú_m. 11, y a los artículos aplicables de su Reglamento, en una Gran Sala
compuesta por los siguientes Jueces señores L. Wildhaber,..Pre5idente, señora
E. Palm, señores L. Caflisch, J. Mazarczyck, J.-P. Costa, señora V. Straznicka,
señores W. Fuhrmann, K. Jungwieit, M. Fischbach, señoras N. Vajic, W. Tho-
massen, M. Tsatsa-Nikolovska, señores T. Pantiru, R. Maruste, E. Levits, K.
Traja, señora S. Bofoucharova así como por el señor P.J. Mahoney, Secretario
adjunto y la señora M. De Boer-Buquiccio, Secretario adjunto,
Después de haber deliberado en privadp los días 12 de noviembre de
1998 y 13'de enero de 1999, ·
Dicta la siguiente

SENTENCIA ·

[ ... ]
HECHOS

l. Las circunstancias del caso


8. Los señores Roger Fressoz y Claude Roire, de nacionalidad francesa,
vivían en París en la época de los hechos. El primero, nacido en 1921, es el
antiguo director de publicación del periódico satírico Le Canard enchafné. El
segundo, nacido en 1939, periodista, trabaja para Le Canard enchafné. .

A) EL ARTÍCULO EN LlTIGIO

9. La empresa de automóviles Peugeot, sociedad anónima, conoció un


período de agitación social a lo largo del mes de septiembre de 1989. Entre
las medidas reivindicadas figuraban los aumentos de salarios rec_lamados por
el personal de la sociedad, que fueron rechazados por la dirección de la
empresa presidida por el señor Jacques Calvet.
10. El 27 de septiembre de 1989, Le Canard enchafné publicó un artículo
firmado por el señor Roire, titulado: «Calvet pone un turbo a su salario», y
seguido del siguiente subtítulo: «Sus declaraciones del impuesto sobre la
540 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS Ix.-LIBERTAD DE EXPRESIÓN (ART. 10) 541

renta hablan por él. El patrón de Peugeot se ha concedido un 45,9% de la sustracción como la posesión de los originales o copias de documentos
incremento en dos años». normalmente en posesión de la Administración tributaria eran constitutivos
de una sustracción fraudulenta de actas o títulos por un funcionario público,
En este artículo, se podía leer: de una violación del secreto profesional, de robo de documentos durante
«jacques Caivet se había negado, en octubre de 1989, en "La hora de el tiempo necesario para ser reproducidps y de ocultación de documentos
la verdad" de Antenne 2, a responder a una preguntasobre su salario; Este obtenidos.como consecuencia de un delito.
silencio fue considerado como un error mediático del patrón del grupo
Peugeot, pero Le Canard _;s~ ahora en c<;>ndicione~ de reparar esta equivo-
cación gracias a las tres últunas. declaraciones ~el impue_sto sobre la_ renta 12. El 5 de octubre dé 1989, la Fiscalía dictó una requisitoria relativa
del célebre directivo que nos han llegado fortuitamente'. En aquella epoca, a los delitos de robo, violación del secreto profesional, sustracción de actas
ganaba 185.312 francos-netos al mes. • _- o títulos y ocultación.
Estos documentos muestran que, de 1986 a 19_8¡3, el total de los sw;ldos
de Calvet (más las remuneraciones en esp~cie y la5 asignaciones d~arias en 13. El 25 de octubre de 1989, el Ministro del Presupuesto se querelló
caso de enfermedad) aumentaron eri uñ 45,9%. A lo largo del ffilsmo pe- igualmente como parte civil contra X por sustracción de documentos admi-
ríodo de dos años, la remúneiación inédia de los 158.000 empleados del nistrativos y violación del secreto profesional. Se dictó una requisitoria adicio-
grupo aumentó, según las propias esi:iic1í~ticas de Peug~?t, eri un 6,7%. Esto nal el 11 de diciembre de 1989.
es casi siete veces menos que la del patron.
La depresión del directivo '
14. La información permitió establecer, por el análisis del número in"'."
_ Calvet consiguió enderezar espectaculru;nente las cuentas ~e Pe~geot, formático que figuraba en los documento_s reproducidos y en posesión del
pero recientemente, en Antenne 2, se declaro estresado por la situacion .d.e señor Roire, que se trataba de fotocopias del ejemplar de cada liquidación
su grupo debido a la ofensiva japonesa. Aparentemente, esta penosa cnsis del impuesto en poder de la Administración tributaria y destinada a perma-
psicológica no le ha impedido pensar en redonde'._IT sus finales de me.s. Hay
que señalar, sin embargo, que Calvet tampoco esta a la cabeza en la hsta de necer en el interior de sus seryicios. Las verificaciones efectuadas en el lugar
los sueldos de directivos. __ --~ -.- - confirmaron que las cerraduras_ de los armarios que contenían estos docu-
mentos no habían sido forzadas y que la alarma, en servicio fuera de las horas
En 1987 se aprobó un aumento del 17% de sus ingresos anuales p~
elevarlos a I.786.171 francos -esto es, 148.847 francos al mes-. ¿Por que de trabajo, no había saltado.
este aumento? Sin duda, porque el fisco había arramplado con una gran
parte de sus ingresos del año ante~or..Y ~sta terrible espiral impuestos- Un examen del original de la liquidación impositiva del señor Calvet de
sueldo siguió causando estragos el ano sigmente. En 1988, para aguantar, 1988 reveló una huella dactilar perteneciente al director de la división de
Calvet se vio obligado a concederse un nuevo aumento del 24%. Su sueldo impuestos. Se comprobó, sin embargo, que éste había sacado el expediente
alcanzó 2.223.747 francos al año, esto es 185.312 francos al mes, una vez fiscal el 27 de septiembre de 1989, a petición del director de los servicios
pagadas las cotizaciones sociales ( ... )». fiscales y del director departamental de impuestos. A falta de identificación
-. .- -
- El periódico reproducía, en un recuadro qu~ ac?mRañaba al ~exto del del o los autores de la salida de los documentos de los servicios de la Adminis-
artículo, una fotocopia de un extracto de las tres liqmdac10nes del impuesto tración tributaria, nadie fue inculpado por este hecho.
del señor Calvet. Este extracto cqrrespondía a la parte de la liquidación rela;..
tiva «al desglose de la renta imponible» e indicaba .las sumas per~ibid~ por [ ... ]
el señor Calvet en concepto de «sueldos, remuneraciones en especie y asigna-
ciones diarias». Cada una de las tres cantidades estaba rodeada por un trazo 17. Mediante una Providencia de 27 de enero de 1992, elJuez de ins-
de lápiz. trucción decidió que, debido a la falta de identificación de quien lo hubiera
hecho, no había lugar a perseguir por los cargos de robo y de violacióp. del
B) LAs DILIGENCIAS CONTRA LOS DEMANDANTES -- secreto profesional. El Juez de instrucción remitió a los demandantes ante el
Tribunal Correccional acusados de ocultación de informaciones relativas a
1. La instrucción
los ingresos del señor Calvet amparadas por el secreto fiscal, provenientes
11. El 2 de octubre de-1989, el señor Calvet.se querelló contra X como de violación del secreto profesional por un funcionario de impuestos no
parte civil ante el decano de los Jueces de instrucción an~e el 1:ri?1mal de identificado y la ocultación de las fotocopias de las -liquidaciones del im-
Gran Instancia de París. Estimaba que los hechos, que habian exigido tanto puesto del señor Calvet procedentes de un robo.
LAS SENJ'ENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
IX.-LIBERTAD DE EXPRESIÓN (ART. 10) 543
542
car informaciones o ideas, sin que pueda haber injerencia de autoridades
2; . Ante el Tribunal Correccional de París· públicas y sin consideración de fronteras. ( ... )
[ ... ] 2. El ejercicio de estas libertades, que entrañan deberes y responsabi-
lidades, podrá ser sometido a ciertas formalidades, condiciones, restriccio-
20. Mediante Sentencia de 17 de junio de 1992, el Tribunal .corre~ciC: nes. o sanciones previstas por la ley, que constituyan medidas necesarias, en
nal de París absolvió a los demandantes basándose en que los dehtos pnnc1- una sociedad democrática, para la seguridad nacional, la integiidad territó-
pales de robo y de violación del secreto profesion~ no P~?ían probarse dada rial o la seguridad pública, la defensa del orden y la prevención del delito,
la imposibilidad de identificar a l~s autores ~e la divulgac~o~ de los docw;rien- la protección de la salud o de la moral, la protección de la reputación o de
tos en litigio y de establecer las circunstancias de la corms1on de los dehtos: los derechos ajenos, para impedir la divulgación de informaciones confi-
denciales o para garantizar la autoridad o la imparcialidad del poder judi-
( ...) cial». . .
21. Los días 25 y 26 de junio de 1992, el Ministerio Pú.blico y las partes El Gobierno discute esta tesis, mientras que la Comisión la suscribe~
civiles interpusieron recurso de apelación contra la sentencia. ·
[ ... ]
3. Ante el Tribunal de Apelación de París B) SOBRE lA FUNDAMENTACIÓN DE lA QUEJA
22. Mediante Sentencia de 10 de marzo de 1993, el Tribunal de Apela-
40. ·En opinión de los demandantes, su condena por ocultación de
ción de París revocó la sentencia y declaró a los demandantes culpables de la
fotocopias de declaraciones de impuestos procedentes de la violación del
ocultación de fotocopias de las declaraciones de impuestos del se~or C:alvet
secreto profesional por un funcionario de Hacienda no identificado vulneró
provenientes de la violación del· seéretó' profesion3! por un func1onano de
su derecho a la libertad de expresión.
Hacienda no identificado. Los señores Fressoz y Rorre fueron condenados a
una multa de· 10.000 y 5.000 francos-franceses (FRF) respectivamente así 41. La condena se analiza como una «injerencia» en el ejercicio por
como, solidariamente, a pagar al señor Calvet un franco en concepto de fos interesados de su libertad de expresión. Tal intromisión infringe el ar-
daños y perjuicios en reparació? ~el daño mor~ y.la suma de 10.000 FRF en tículo 10, salvo si está «prevista por la Ley», dirigida hacia un fin o fines
virtud del artículo 475.1 del Codigo de Procedrm1ento Penal por los gastos legítimos con respecto al apartado 2 y es «necesaria» en una sociedad demo-
incurridos con ocasión del procedimiento. crática para alcanzarlos.

( ... ) 1. «Prevista por la Ley»


4; Ante el Tribunal de Casadón · 42. Los comparecientes coinciden en considerar que estaba «prevista
por la Ley», a saber, los artículos 460 del antiguo Código Penal y L. 103 del
23. Los señores Fressoz y Roire interpusieron demanda ante el Tribu- Código de Procedimiento Fiscal. El Tribunal comparte esta opinión ..
nal de Casación. ( ... )
2. Fines kgítimos
24. El Tribunal de Casación rechazó el recurso el 3 de abril de 1995
en los siguientes términos: ( ... ) 43. En opinión de los demandantes, del Gobierno y de la Comisión, la
injerencia tenía como fin el proteger la reputación y los derechos de otro y
[ ... ] el impedir la divulgación de informaciones confidenciales. El Tribunal no ve
razón alguna para adoptar un punto de vista diferente.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
3. «Necesaria en una sociedad democrática»
-
l. Sobre la violación del artículo 10 del Conveni~
. . 44. El Tribunal debe, por lo tanto, investigar si dicha injerencia era
32. . Los demandantes alegan que su condena por el Tribunal de Apela- «necesaria», en una sociedad democrática, para alcanzar esos fines.
ción de París conllevó una violación del artículo 1O del Convenio, así redacta;. a) PrinéipiOs generaks
do:
«1. · Toda persona tiene· derecho a la libertad de expresión. Este der~ 45. El Tribunal recuerda los principios fundamentales que se despren-
cho comprende la libertad de opinión y la libertad de recibir o de comum~ den de la jurisprudencia relativa a:l artículo 10:
..~.

544 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS OC-LIBERTAD DE EXPRESIÓN (ART. 10) 545

i. La libertad de expresión constituye uno de los fundamentos esencia- el marco de un debate público de interés general: la cuestión de la evolución
les de una sociedad democrática. Con la salvedad del apartado 2 del artículo del sueldo del señor Calvet revestía, en el momento de su publicación, una
10, no sólo comprende las «informaciones» o «ideas» acogidas favorable- especial importancia. El artículo buscaba el contribuir en un debate que iba
mente o consideradas como mofensivas o indiferentes, sino también aquellas más allá de la simple persona del dirigente de Peugeot: su personalidad y sus
que chocan, ofenden o inquietan; lo quieren así el phiralismo, la tolerancia funciones, la importancia del conflicto social en curso y de la empresa afec-
y el espíritu de apertura sin los cmiles no existe una «Sociedad' democrática» . tada constituían otros tantos elementos que se prestaban a discusión. Por lo
(Sentencias Handyside contra Reino Unido de 7 de diciembre de 1976, serie tanto, la publicación no habría puesto en tela de juicio la reputación o los
A núm. 24, pg. 23, ap. 49, y Jersild contra Dinamarca de 23 de septiembre derechos del señor Calvet, sino la gestión de la empres:i que él dirigía.
de 1994, serie A núm. 298, pg. 26, ap. 37). La sanción que se les impuso estaría tanto menos justificada cuanto que
ii. La prensa juega un papel importante en una sociedad democrática: según la jurisprudencia del Tribunal de Casación, la publicación de los ingre-
aunque no debe traspasar ciertos límites, tendentes sobre todo a la protec- sos' y del patrimonio de las personas, sobre todo de las que ejercen funciones
ción de la reputación y de los derechos de terceros así como a la necesidad públicas o parapúblicas, no competería a la vida privada.
de impedir la divulgación de informaciones confidenciales, le incumbe, sin
La preocupación por preservar el secreto sería igualmente ajena a la
embargo, comunicar, dentro del respeto de sus deberes y responsabilidades,
informaciones e ideas sobre todas aquellas cuestiones de interés general sanción impuesta. En este caso, solamente habrían estado obligados al se-
(Sentencia De Haes y Gijsels contra Bélgica de 24 de febrero de 1997, Reperto- creto los funcionarios de los servicios fiscales. Cualquier otro indiViduo, como
rio 1997-1, pgs. 233-234, ap. 37). La libertad periodística comprende también un miembro del comité de empresa o de la familia del dirigente de Peugeot;
el posible recurso a una cierta dosis de exageración, incluso de provocación habría podido revelar la información sobre sus ingresos. En todo caso, los
(Sentencia Prager y Oberschlick contra Austria de 26 de abril de 1995, serie señores Fressoz y Roire desconocían que las fotocopias de las liquidaciones
del impuesto que les habían sido remitidas por correo anónimo provenían
A núm. 313, pg. 19, ap. 38).
de una violación del secreto profesional; los propios Tribunales nacionales
m. De un modo general, la «necesidad» de una cierta restricción en el no habrían podido demostrarlo a pesar de una instrucción de dos años.
ejercicio de la libertad de expresión debe establecerse de manera convin~
cente. Ciertamente, corresponde en primer lugar a las autoridades naciona- La publicación parcial de dichas fotocopias habría permitido a los de:.
les el evaluar si existe una «necesidad social imperiosa» susceptible de justifi- mandantes demostrar la veracidad de sus informaciones pero también cum-
car esta restricción, ejercicio, para el que disponen de un cierto margen de plir con su deber de periodistas de comunicar datos verificados acompañados
apreciación. Cuando se trata de la prensa, como en este caso, el poder de de pruebas.
apreciación nacional choca con el interés de la sociedad democrática de Finalmente, saltaría a la vista el carácter artificial de la motivación del
asegurar y mantener la libertad de prensa. Del mismo modo, conviene conce- Tribunal de Apelación y del Tribunal de Casación y sus efectos perversos
der una gran importáncia a este interés cuando se trata de determinar, como sobre el ejercicio de la libertad de prensa serían inmediatos. La queja del
lo exige el apartado 2 del artículo 10, si la restricción era proporcionada al señor Calvet habría estado motivada únicamente por la revelación de sus
fin legítimo perseguido (ver, mutatis mutandis, Sentencias Goodwin contra ingresos. La naturaleza puramente formal del delito de ocultación de fotoco-
Reino Unido de 27 de marzo de 1996, Repertorio 1996-11, pgs. 500-501, ap. 40 pias escondería en realidad lina voluntad de sancionar la publicación misma
y Worm contra Austria de 29 de agosto de 1997, Repertorio 1997-V, pg. 1551, de la información, publicación que en sí misma, no tendría sin embargo
ap. 47). nada de reprensible. ,
iv. El Tribunal no tiene como misión, cuando ejerce este control, susti- 47. La Comisión suscribe en sustancia esta tesis.
tuir a los Tribunales nacionales, sino verificar bajo el punto de vista del ar-
tículo 10 las sentencias por ellos dictadas en virtud de su poder de aprecia- 48. El Gobierno sostiene que la condena impuesta tiene su origen en
ción. Por este motivo, el Tribunal debe considerar la «injerencia» litigiosa a una vulneración del secreto fiscal y por efecto el garantizar efectivamente su
la luz del conjunto del asunto para determinar si los motivos invocados por preservación. Sería ilusorio esperar el respeto de la obligación al secreto si
las autoridades nacionales para justificarla parecen «pertinentes y suficien- cualquier información, incluida la que debería de permanecer secreta, pu-
tes» (véase, entre otros muchos precedentes, la Sentencia Goodwin, ibidem). diera ser divulgada con total impunidad. Las restricciones a la libertad de
expresión deberían ser contempladas teniendo en cuenta las responsabilida-
b) Aplicación en este caso de los principios anteriormente citados des y los deberes de los interesados, con ocasión de la obtención de la infor-
46. Los señores Fressoz y Roire señalan que su artículo se inscribía en mación. Los destinatarios del correo no habrían debido ignorar el origen
546 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS IX.-UBERTAD DE EXPRESIÓN (ART. 10) 547
ilícito de los documentos. El segundo demandante no debería haber contes- ciendo esta comparación en tal contexto, el escrito en litigio contribuiría a
tado que sabía que los documentos provenían del expediente fiscal y debería un debate público relativo a una cuestión de interés general; su finalidad no
haberlo tratado, por lo tanto, como informaciones confidenciales. era perjudicar la reputación del señor Calvet, sino debatir más ampliamente
una cuestión de actualidad interesante para el público (por ejemplo, Senten-
Por otra parte, la divulgación del sueldo de una sola persona, jncluso
cia Thorgeir Thorgeirson contra Islandia de 25 de junio de 1992, serie A
siendo dirigente de una gran empresa privada, no habría alimentado el de- núm. 239, pg. 28, ap. 66). ·
bate de una cuestión de actualidad que interesaba al público. La información
publicada versaría sobre una situación particular demasiado aislada para re- En opinión del Tribunal de Casación, las cuestionés patrimoniales relati~
presentar una cuestión de interés público. Habría simplemente buscado el vas a una persona que lleva una vida pública, como un dirigente de una
desestabilizar al señor Calvet y ponerle en una situación dificil en el marco gran empresa, no competen al campo de la vida privada. El Gobierno no 16
de las negociaciones salariales en curso. discutió.
Por su parte, el derecho francés prevería una posibilidad de información 51. A la función de la prensa que consiste en difundir informadones
de los ciudadanos relativa a los ingresos y a la tributación de los contribuyen- e ideas sobre cuestiones de interés público, se añade el derecho del público
tes franceses. El artículo L. 111 del Código de Procedimiento Fiscal (apartado a recibirlas (véanse, entre otras, Sentencias Obseroer y Guardian contra Reino.
26 supra) autorizaría a los contribuyentes de un municipio el consultar la Unido de 26 de noviembre de 1991, serie A núm. 216, pg. 30, ap. 59;Jersild
lista de personas sujetas al impuesto y conocer sus rentas imponibles así como anteriormente citada, pg. 23, ap. 31, y De Haes y Gijsels anteriormente citada,
la cuantía de lo pagado. pg. 234, ap. 39). Así ocurrió en este caso, teniendo en cuenta que fos proble'-
mas del empleo y de la remuneración suscitan generalmente mucha aten-
En todo caso, no podría haber habido vulnerado desproporcionada de ción. Por ello, sólo podría conciliarse una injerencia en el ejercicio de la
la libertad de expresión ya que una solución alternativa habría permitido libertad de prensa con el artículo 10 del Convenio si se justificara por un
preservar el eventual derecho a la información del público, sin por ello caer imperativo preponderante de interés público (Sentencia Goodwin anterior,.
bajo el peso de una ley penal. El delito de ocultación de fotocopias 110 habría mente citada, pg. 500, ap. 39).
podido establecerse en el caso en que los demandantes se hubieran conten-
tado con publicar la información misma relativa a los ingresos del señor 52. Cualquiera que ejerce su libertad de expresión, incluido un perio-
Calvet, sin reproducir los extractos de las liquidaciones de impuestos cuya dista, asume «deberes y responsabilidades» cuyo alcance depende de su situa-
fotocopia les había sido remitida por una persona normalmente' sometida al ción y del procedimiento técnico utilizado (véase, mutatis mutandis, la Senten-
secreto profesional. Ciertamente, habrían podido ser perseguidos por difa- cia Handyside anteriormente citada, pg. 23, ap. 49 in fine). En este caso, el
mación por vía de prensa. Sin.embargo, lajurisprudencia del Tribunal de Tribunal de Apelación consideró que, teniendo en cuenta la naturaleza de
Casación permitía a los periodistas aportar la prueba de la veracidad de sus los documentos y las verificaciones a las que el señor Roire declaró haber
afirmaciones y, por lo tanto, defenderse del delito de .difamación, presen- procedido, no podía ignorar que dichos documentos provenían del expe-
tando la prueba de sus afirmaciones incluso si ésta había sido obtenida de diente fiscal y que estaban protegidos por el secreto fiscal. Ami reconociendo
manera ilícita. Con esta condición, los recurrentes habrían podido comuni- el importante papel que corresponde a la prensa en una s~ciedad de1110crá-
car libremente sus informaciones. tica, el Tribunal subraya que los periodistas no podrían, eri prindpio, por la
protección que les ofrece el artículo 10, liberarse de su de fuer de respetar las
49. A la vista de estos argumentos, procede comprobar si existían razo:- leyes.penales de derecho común. El apartado 2 del artíctilo 10 porie, por otra
nes pertinentes y suficientes a efectos del apartado 2 del artículo 10 para parte, límites al ejercicio' de la libertad de expresión. Procede determinar si,
justificar· la condena de Jos demandantes .. en las circunstancias concretas del caso, el interés de informar al .públieo
primaba sobre los «deberes y responsabilidades» que pesaban sobre los de-
50. El Tribunal no encuentra convincente la tesis del Gobierno, según
la cual, la información en litigio no constituiría una cuestión de interés gene- mandantes con motivo del origen dudoso de los documentos que les li;ibían
sido remitidos. ·
ral. La publicación intervenía en el marco de un conflictoésocial, amplia~
mente tratado por la prensa, en el seno de una de las principales empresas 53. El Tribunal debe, sobre todo, determinar si el objetivo de preserva-
automóviles francesas: los empleados reivindicarían aumentos de salarios que ción del secreto fiscal, legítimo :en sí mismo, ofrecía unajustificación perti-
la dirección negaba. El artículo demostraría que el dirigente se había benefi- nente y suficiente para la injerencia. A este respecto, hay que señalar que si
ciado de importantes aumentos salariales en. aquella época; .mientras que la. condena de los demandantes estaba basada únicamente en la reproduc-
paralelamente se oponía a las peticiones de aumento de sus empleados. Ha~ ción en Le Canard enchainé de los documentos en posesión de los servicios
548 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS IX-LIBERTAD DE EXPRESIÓN (ART. IO) 549

fiscales y entregados a los señores Fressoz y Roire en violación del secreto 56. En conclusión, la condena de los periodistas no representaba un
profesional, afectaba inevitablemente a la revelación de informaciones. Nos me~o razon~blemente proporcionado para conseguir los fines legítimos pre-
podemos preguntar, sin embargo, si subsistía el interés de mantener secretas tendidos temendo en cuenta el interés de la sociedad democrática en asegu-
informaciones cuyo contenido ya se había hecho público (Sentencias Weber rar y mantener la libertad de prensa. Hubo, por lo tanto, violación del ar-
contra Suiza de 22 de mayo de 1990 serie A núm~ 177, pg~ 23, ap. 51, y tículo 1O del Convenio.
Vereniging Weekblad Bluf! contra Holanda de 9 de febrero de 1995, serié A. [ ... ]
núm. 306-A, pg. 15, ap. 41) y era susceptible de ser ya conocido por un gran
número de personas. Como admitió el Gobierno, existe una cierta transpa- POR ESTOS MOTIVOS EL TRIBUNAL, POR UNANIMIDAD,
rencia en cuanto al conocimiento de sueldos y su aumento. Los contribuyen~
[ ... ]
tes del municipio pueden consultar la lista de personas sujetas al impuesto
en sus circunscripciones. La lista señala la renta imponible y la cantidad 2. Declara que hubo violación del artículo 10 del Convenio;
pagada en concepto de impuesto por cada contribuyente (apartados 26 y 48
[... ]
supra). Las informaciones en cuestión, aunque no pueden ser difundidas,
están accesibles a un gran número de personas que pueden a su vez comuni- Hecha en francés y en inglés y leída en audiencia pública en el Palacio
carlas a otras. Si bien la publicación de las liquidaciones del impuesto estaba de los Derechos Humanos de Estrasburgo el 21 de enero de 1999. Firmado:
prohibida en este caso; las informaciones en ellas recogidas ya no eran secre- Luzius Wildhaber, Presidente; Paul Mahoney, Secretario adjunto.
tas. Por otra parte, los sueldos de los dirigentes de grandes empresas, comq
el señor Calvet, se publican regularmente en las revistas financieras, y el
segundo demandante afirmó, sin que fuera discutido, haberse dirigido a este
tipo de informaciones para verificar el sueldo del señor Calvet. Por fo tantb,
la protección de informaciones en tanto que confidenciales, no constituía
un imperativo preponderante.

54. Si, como admite el Gobierno, las informaciones sobre la cuantía de


los ingresos anuales del señor Calvet eran verdaderas y su divulgación autori-
zada, la condena de los demandantes simplemente por haber publicado el
soporte, esto es, la liquidación del impuesto, no podría estar justificada con
respecto al artículo 10. Este artículo, en esencia, deja a los periodistas el
decidir si es necesario o no reproducir el soporte de sus informaciones para
establecer su credibilidad. Protege el derecho de los periodistas a ·comunicar
sus informaciones sobre cuestiones de interés general cuando se expr~san
de buena fe, sobre la base de hechos ciertos y aportan informaciones «fiables
y precisas» en el respeto a la ética periodística (véanse sobre todo Senténeias
Goodwin, anteriormente citada, pg. 500, ap. 39, Schwabe contra Austrlii. dé
28 de agosto de 1992, serie A núm. 242-B, pg:'34, a¡:>'.'~4; y, para una aplica-
ción en sentid.o contrario, Prager y Oberschlick, anteriormente citada, pg~
18, ap. 37), · · ·· .

55. En el presente caso, el Tribunal constata que nc:i se discuten ni la


materialidad de los hechos relatados ni la buena fe de los señores Fressoz y
Roire. El segundo, que verificó la autenticidad de las liquidaciones del im-
puesto, actuó dentro del respeto a las normas de la profesión periodística.
El extracto de cada documento tendía a corroborar los·términos del artículo
en cuestión. La publicación seIVÍa así no solamente al objeto sino también a
la credibilidad de las informaciones comunicadas.
X
LIBERTAD DE REUNIÓN Y DE ASOCIACIÓN (ART. 11)

31. Asunto Ezelin c. Francia, de 26 de abril de 1991


En el asunto Ezelin contra Francia,
El Tribunal Europeo de Derechos I:Iumanos, en una Sala compuesta por
los siguientes Jueces: señores R. Ryssdal, Presidente;]. Creinona; F. Golcüklu,
F. Matscher, L.-E. Pettiti, B. Walsh, A. Spielman, J. De Meyer, R Pekkanen y
también por el señor M.-A. Eissen, Secretario, y el señor H. Petzold, Secreta-
rio Adjunto,
Después de haber deliberado en privado los días 21 de noviembre de
1990 y 18 marzo 1991,
Dicta la siguiente:

SENTENCIA
HECHOS

l. Las circunstancias del caso


9. El señor Roland Ezelin es un ciudadano francés que vive en Basse-
Terte (Guadalupe). El señor Roland Ezelin ejerce la profesión de abogado.

A) GÉNESIS DEL ASUNTO


. ·.~
10. El 12 de febrero de 1983 una serie de organizaciones independen-
tistas y sindicatos de Guadalupe organizaron una manifestación pública en
Basse-Terre, para protestar contra dos decisiones judiciales que condenaban
a tres militantes a penas de prisión y multas por daños a edificios públicos.
El demandante, Vicepresidente del Sindicato de abogados de Guadalupe,
participó portando una pancarta.
11. El comisario-jefe de la policía de Basse-Terre elaboró un informe
el mismo día y lo envió al Fiscal de la República de esta ciudad. [ ... ]

- B) LA INSTRUCCIÓN
12. El 21 de febrero de 1083 se abrió una investigación judicial, por
daño a edificios públicos e insultos a jueces.
552 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS X.-LIBERTAD DE REUNIÓN Y DE ASOCIACIÓN (ART. 11) · 553

13. El 24 de febrero, el Fiscal General en el Tribunal de Apelación de teniendo en cuenta los documentos del sumario, las explicaciones del
Basse-Terre escribió al Presidente del Colegio de Abogados de Guadalupe en señor Roland Ezelin y su excelente conducta profesional, el Colegio consi-
los siguientes términos: «Tengo el honor de adjuntarle fotocopia de un _in- dera que no ha lugar para imponer sanción disciplinaria alguna al señor
forme de la policía de 21 de febrero de 1983 en el que aparece que el seno.r Roland Ezelin; ( ... ) .
Roland Ezelin, abogado colegiado en Guadalupe, tomó parte. en una mani-
festación pública contra la institución judicial eri circunstancias que prob~- . 2. Sentencia del Tribunal de Apelación de Basse-Terre, de 12 de diciemúre de J.983
blemente conlleven responsabilidad criminal según el artículo ~2~- del Co- 19. ElFiscal apeló ante el Tribunal de Apelación de Basse-Terre.éontra
digo Penal (ver apartado 23, in.fra). Le ruego me haga llegar su opimon sobre esta decisión. En la áudiencia solicitó al tribunál que impusiera al Deman-
este asunto tras recabar información entre sus colegas». · :. : dante la pena disciplinaria de U:na advertencia. · ·
14. Por carta de 14 de marzo de 1983, el Presidente del Colegio de . 20. El 12 de diciembre de 1983 el Tribunal de Ápelación anuló la deci-
Abogados informó al Fiscal General del resultado de sus investigaciones: sión del Colegio de Abogados e impuso la pena disciplinaria de una repri-
. : . . .
menda al señor Roland Ezelin, más dura que una advertencia:«( ... ) Conside-
«-C .. ) El señor Roland Ezelin no portó n_inguna pancarta junto con otra
rando que el señor Roland Ezelin participó el 12 de febrero de ~ 983 eri una
persona, fuiicamente portó un cartel con las palabras "Sindicato de Abogados
manifestación en las calles de Basse-Terre; considerando que eL informe de
de Guadalupe contra la Ley de seguridad y libertad".
la policía y los documentos añadidos determinan, si:ri contradicción,, que el
- Ningún gesto o palabras insultando a los jueces se le puede atribuir. propósito reconocido de la manifestación, organizada por los moVllniéntos
independentistas del departamento, fue protestar de forma escandalosa con-
· Su participación en una mariifestación se limitó a una protesta ·contra el tra las recientes condenas de tres militantes a penas de prisión de 15 días y
uso de la Ley de Seguridad y Libertad. 10.000 FRF de multa por los daños a edificios administrativos».
( .•. ) ». [siguió un resumen del informe reproducido en el ap. 11, supra.]
y concluyó: "··· No me parece que mi colega, el señor Roland E.z~lin, Considerando que de lo precedente se deduce que el señor Roland Eze-
pueda haber incurrido en responsabilidad al ejercitar su derecho a parucipar lin, abogado en el Tribunal y miembro del Colegio de Abogados, participó
en una manifestación, que no estaba prohibida, llevando una pancarta co? en la manifestación que tuvo lugar en las condiciones enunciadas, no discuti-
la inscripción "Sindicato de abogados de Guadalupe contra la Ley de Segun- das;
dad y Libertad" (... )».
Que durante la manifestación se hicieron amenazas serias contra u:n
15. Después de un aplazamiento, el demandante fue ~it_ado para com_- alguacil e insultos contra diversas personas, incluido un juez del Tribunal,
parecer ante el juez instructor el 25· de abril de 1983 para testificar y declaro una persona muy conocida, y contra la magistratura, que las paredes del
que no tenía nada que decir sobre la cuestión. Palacio de Justicia y del Consejo General que está enfrente se cubrieron con
16. El 19 de mayo de 1983, la instrucción concluyó con una orden de pintadas ofensivas e injuriosas dirigidas contra las mismas person.as;
sobreseimiento, sobre la base de que no se habían obtenido pruebas que Que es cierto que el señor Roland Ezelin, que formó parte de la manifes-
hiciesen posible identificar a los responsables de las pintadas, ni de los insul- tación, especialmente cuando pasaron ante la comisaría, el Palacio de Justicia
tos o amenazas emitidas durante la manifestación. . .. y la prisión, no pudo dejar de ver las pintadas insultantes y ofensivas realiza-
das con grandes letras sobre el muro del Palacio de Justicia, lugar de trabajo
C) . LAs DILIGENCIAS DISCIPLINARIAS CONTRA EL DEMANDANTE de magistrados y abogados, y del Consejo General, que no oyó los insultos y
amenazas que fueron incesantemente proferidos contra las mismas personas;
1. La decisión del Colegi.o de Abogados
Que se presentó como abogado ya que portó una pancarta que procla-
[ ... ]
maba su profesión, y que en ningún momento se distanció de las actuaciones
18. En una audiencia disciplinari~ celebrada de acuerdo con el artícu~o ofensivas llevadas a cabo por los manifestantes, ni abandonó la manifestación;
104 del Decreto núm. 72-468 de 9 de junio de 1972 (ap. 25, in.fra), el Colegio
Considerando que tal conducta por parte de un abogado, proclamando
de Abogados adoptó la siguiente decisión el 25 de julio de 1983:
públicamente su profesión, no puede estar justificada, como lo ha estado
( ... ) haciendo, por creencias personales o por las instrucciones del sindicato, y
554 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS X.-LIBERTAD DE REUNIÓN Y DE ASOCIACIÓN (ART. ll) 555

constituye una violación de la discreción según el artículo 106 del Decreto A) SOBRE LA EXISI'ENCIA DE UNA INJERENCIA EN EL EJERCICIO DE LA LIBERTAD DE.

de 9 de junio de 1972; REUNIÓN PACÍFICA

Considerando por otro lado que el señor Roland Ezelin, cuando fue 38. Según el Gobierno, el señor Roland Ez~lin no había sufrido nin-
interrogado como testigo por el juez instructor, se negó a declarar sobre guna injerencia en el ejercicio de su libertad de. rellilión pacífica ni en. su
asuntos de los cuales tuvo conocimiento, sin qar razón alguna; libertad de expresión: había podido tomar parte en la. manifestación del 12
de febrero de 1983 y de expresar sus convicciones públicamente en su condi-
Que así contravino las disposiciones del artículo 109, párrafo tercero, ción profesional. Fue reprendido solamente después del evento y en razón
del Código de Enjuiciamiento penal, que son obligatqpas para todos los ciu- de una conducta personal considerada incompatible con las obligaciones de
dadanos y'de cuyos requisitos no puede, como abogado, ser desconoced_or. su profesión. ·
Viendo que el señor Roland Ezelin contravino una disposición de ley 39. El Tribunal no acepta esta alegación. El término «restricciones»
y mostró una carencia .de .discreción, él. mismo se expuso a las sanciones del párrafo 2 del artículo 11 -y del artículo .i O- no se puede interpretar como
disciplinarias enumeradas en. artículo 107 del Decreto de 9 junio de. 1972; que no incluye las medidas --:-Pº~ ejemplo, punitivas- tomadas, no antes o
(ap. 25, injra). durante, pero sí después de una reunión (véanse, principalmente, en lo que
«Que teniendo en cuenta su buena conducta profesional, que le es uná- respecta al artículo 10, Sentencia Handyside, de 7 de diciembre de 1976, ap.
nimemente reconocida, el Tribunal considera que la pena debería ser una 43, y la Sentencia Müller y otros de 24 de mayo de 1988, ap. 28). .·
reprimenda; . · 40. En segundo lugar, el Gobierno mantuvo que a pesar de la natura-
Anula la decisión adoptada el 25 de julio de 1983 por el Colegio de leza pacífica de las intenciones y comportamiento del señor Roland Ezelin,
Abogados del departamento de Guadalupe en el Tribunal de Apelación de la sanción por la que reclamó no había violado de ninguna manera su liber-
Basse-Terre, reunido como consejo disciplinario; tad de reunión pacífica desde el momento en que la manifestacióri había
degenerado.
Pronuncia contra el señor Roland Ezelin, abogado de ese colegio, la
pena disciplinaria de una reprobación y le condena a las costas. En opinión de la Comisión, ninguna intención que no fuera pacífica se
le puede atribuir al demandante.
(... ).» (Gazette du Palais, 9 de febrero de 1984,jurisprudencia, pgs. 76-
77). 41. El Tribunal señala que la manifestación en cuestión se había notifi-
cado y no había sido prohibida y, en consecuencia, el demandante hizo uso
3. Sentencia del Tribunal de casación de 19 de junio de 1985 de su libertad de reunión pacífica; es más, ni del informe hecho por el comi-
21. El Demandante recurrió .en casación contra la sentencia previa- sario-jefe de la policía de Basse-Terre, ni de cualesquier otro elemento, se
mente citada.. desprende que el señor Roland Ezelin haya proferido amenazas o realizado
inscripciones.
El 19 de junio de 1985, el Tribunal de Casación (Sala Primera de lo
Civil) dictó una sentencia que rechazó el recurso de apelación [ ... ] Por todo ello, el Tribunal constata que ha habido injerencia en el ejerci-
cio de la libertad de reunión pacífica del recurrente. ·
FUNDAMENTOS DE DERECHO
·~ B) SOBRE LA.EXISI'ENCIA DE UNA IN]ERENCIÁ.JUSTIFICADA

II. Sobre la violación del artículo 11 42. Se debe determinar, por tanto, si la sanción impuesta estaba «pre-
vista por la ley», inspirada por uno o más objetivos legítimos, según el párrafo
36. La principal cuestión en litigio concierne al artículo 11. 2, y «necesarios en una sociedad democrática» para lograrlos. · ·
37. No obstante su papel autónomo y esfera particular de aplicación,
en el presente caso el artículo 11 tiene que ser considerado a la luz de ar-
1. «Prevista por la Ley»
tículo 10 (Young, James y Webster, de 13 de agosto de 1981, ap. 57). La [ ... ]
protección de opiniones personales, garantizada por el artículo 10, es uno
de los objetivos de la libertad de reunión pacífica como consagra el artículo ~: 45. De acuerdo con la jurisprudencia del Tribunal, una norma no se
.! puede considerar como «ley» a menos que esté formulada con precisión
ll. ·~
556 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS X.-LIBERTAD DE REUNIÓN YDE ASOCIACIÓN (ART. 11) 557
suficiente para permitir -si fuera necesario- prever, de manera razonable parte en una reunión pacífica -en este caso una manifestación que no había
dadas las circunstancias, las consecuencias que una acción dada pueden. origi- sido prohibida- es de tal importancia que no puede estar restringida de
nar (véase, principalmente, Sentencia Müller y otros, previamente citad,a, ap. ningún modo, ni siquiera para un abogado, en la medida que el interesado
29). La experiencia muestra, sin embargo, que- es imposible lograr una preci- no cometa por sí mismo en tal ocasión algún acto censurable.
sión absoluta en la redaéción de leyes, particularmente en campos en que Ja
situación cambia de ac11erdo ·con los puntos de: vista que prev.µezcan en cada En resumen, la sanción denunciada, aunque mínima, no parece haber
momento en la sociedad ( ibidem). · · ' sido «necesaria en una sociedad democrática».

En el presente caso la base legal de la sanción reclamada se encuentra Vulneró por tanto el artículo ll.
exclusivamente en el régimen particular de la profesión de abogado. El ar- POR ESTOS MOTIVOS~ EL TRIBUNAL,
tículo 106 del Decreto de 9 de junio de 1972 prevé ineqUÍ'\'OCamente que
cualquier abogado, hasta en sus·actividades extra:.profesionales, tiene obliga- 1º Declara, por unanimidad, que es innecesario hacer un examen sepa-
ciones específicas (ap. 25; supra), entre las que fa.jurisprudencia del Tribunal rado del caso según el artículo 10;
de Casación ha mantenido el respeto debido a las autoridades judiciales (ap. 2º Declara, por seis votos contra tres, que ha habido una violación del
27, supra). · ' artículo ll;
Por lo tanto, la injerencia estaba «prevista por la ley». [ ... ]
2. Objetivo legítimo Hecha en inglés y en francés, y leída en vista pública en el Palacio de
los Derechos Humanos, en Estrasburgo, el 26 de abril de 1991. Firmado:
47. Resulta del sumario que el señor Roland Ezelin incurrió en tal Rolv Ryssdal, Presidente; Marc-André Eissen, Secretario.
castigo por no haberse separado de los incidentes que ocurrieron durante la
manifestación. Tal y como apuntó la Comisión, las autoridades tomaron tal Se adjuntan a la presente sentencia de acuerdo con los artículos 51.2
actitud por el hecho de que el demandante, como abogado, apoyara tales del Convenio y 53.2 del Reglamento, las siguientes opiniones:
excesos. La injerencia tuvo por tanto, un objetivo legítimo, la «defensa del
orden». ·· - opinión parcialmente disidente del señor Ryssdal.
- opinión disidente del señor Matscher.
3. Necesario en una sociedad democrática
, - opinión disidente del señor Pettiti.
51. El Tribunal ha examinado la sanción disciplinaria en cuestión, a la
luz del conjunto del sumario, para determinar en particular si fue proporcio- - opinión disidente del señor De Meyer.
nal al objetivo legítimo perseguido, teniendo en cuenta que la especial im-
portancia de la libertad de reunión pacífica y la libertad de expresión están
vinculadas estrechamente en este caso.
52. Las proporcionalidad r~clamada supone comparar los fines enume-
rados en el artículo 11.2 con la expresión libre de opiniones, gestos o hasta
el silencio de las personas reunidas en las calles b en otros lugares públicos.
La persecución de unjusto equilibrio no debe conducir a disuadir a los
abogados, por temor a sanciones disciplinarias, de expresar sus convicciones
en dichas circunstancias. · · · ·
53. Sin duda alguna, la pena impuesta al señor Roland Ezelin se sitúa
en el lugar más bajo de la escala de penas disciplinarias qüe figuran en ar-
tículo 107 del Decreto de 9 de junio de 1972 (ap. 25, supra); presenta funda-
mentalmente un carácter moral, ya que no originó ninguna prohibición, ni
siquiera temporal, de ejercer la profesión o de formar parte del Colegio de
Abogados. El Tribunal considera, sin embargo, que· la libertad para tomar
32. Asunto Simlicato Nacional de la Policía Belga c. Bélgfoa, de 27 de
octubre de 1975
En el asunto Sindicato Nacional de la Policía Belga contra Bélgica,·
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, en Pleno, de acuerdo con
el artículo 48 de su Reglamento y constituido por los siguientes Jueces seño-
res G. Balladore Pallieri, Presidente; H. Mosler, A. Verdross, E. Rodenbourg,
M. Zekia,J. Cremona, G. Wiarda, P. O'Donoghue, señora H. Pedersen, seño-
res T. Vilhjfilmsson, R. Ryssdal, W. Ganshofvan der Meersch, Sir Gerald Fitz-
maurice, señora D. Biridscherdler-Robert, así como por los señores M.-A.
Eissen, Secretario, y H. Petzold, Secretario adjunto, ·
Después de haber deliberado en privado los días 10 y 12 de mayo de
1975 y posteriormente del 29 de septiembre al 1 de octubre,
Dicta la siguiente:

SENTENCIA
[ ... ]
HECHOS

11. Los hechos del caso pueden resumirse así:


12. El demandante, Sindicato Nacional de la Policía Belga, estableció
su sede social én Bruselas-Schaerbeek. Resultante de la Federación de Poli-
cías Belgas, fundada en 1922, cambió de nombre en 1930 y se constituyó en
1939 bajo la forma de asociación sin ánimo de lucro de acuerdo con la Ley
de 27 de junio de 1921. Las asociaciones de ese tipo gozan de personalidad
jurídica.
13. El demandante es un Sindicato abierto a todos los funcionarios de
la policía municipal, incluidos los guardias rurales, sin distinción de grado,
pero actualmente no está abierto al personal de los dos cuerpos de policía
del Estado,· a la policía judicial dependiente del Ministerio Fiscal ni a la gen-
darmería. Entre sus miembros figuran comisarios y subcomisarios de polieía;
La relación de miembros del demandante, depositada el 21 de julio de
1971, conforme a lo prescrito en la Ley, contiene los nombres de 99 perso-
nas; no se trata de la totalidad de los adherentes, sino únicamente de los
«miembros efectivos», a saber, «los que han sido delegados por las secciones
para representarlos en la asamblea general», que son los únicos con derecho
a voto (artículo 5 de los Estatutos del demandante, anexos al «Moniteur»
belga del 8 de julio de 1960). El demandante afirma haber tenido 7.226
560 LAS SENTENCL.\S BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS X.-LIBERTAD DE REUNIÓN Y DE ASOCIACIÓN (ART. 11) 561

afiliados cotizantes en 1961, número que habría bajado a 6.162 en 1971, a consagran, entre otros, el derecho de fundar libremente un sindicato afi-
6.011 en 1972, a 5.896 en 1973 y a 5.748 en 1974. Esta fuerte baja, de un ~ars~ o no, elegir, en el caso de los afiliados, libremente a los represen~tes
orden del 20 por 100, se explicaría, entre otras cosas, por la política de smdicales y el derecho para el sindicato de organizar libremente su adminis-
consulta sindical que es objeto de la demanda. tración. . .

El Gobierno no pone en duda esta disminución de la afiliación, pero no Siendo, por tanto, en Derecho belga la libertad la regla en materia de
la atribuye a la causa ~dicada por el demandante. ' fundación, organización, reclutafiliento y propagarida .de los sindicatos, no
se puede decir otro ~t~ de la obligación de cons~ta a estos últimos por
Los efectivos de la plantilla de la policía municipal se ele:vaJl a 13. 722 p_arte de los p~deres ~ublicos co~o patronos. Para eVItar el te_Iier que 11eg6:-
personas y el clemandante representaba, a finales de 1974, aproximadamente ciar con ~n num_ero. siempre cre_c!ente de iri.terlocutores, los poderes públi-
la mitad de los miembros del mencionado cuerpo~ cos han_ fij~do cntenos de seleccion basados en la idea de representatividad
14. La policía municipal, cuyos miembros gozan de la'cualidad de_ fun- de los smdicatos. Por otra parte, este criterio también se ha introducido en
varias_ leyes que tratan de las relaciones laborales en el sector privado, como,
cionarios municipales, está· encargada de funciones tanfo de policía adminis-
trativa ypreventiva cóm:o de policíajudicial. En lo referente a sus actividades por ejemplo, la Ley de 17 de julio de 1957, sobre la salud y.seguridad de los
administrativas y preventivas depende directamente de las autoridades muni- trabajadores y la salubridad del trabajo y los lugares de. trabajo, la Ley de 29
d~ ~ayo de 1962, que crea el Consejo nacional del trabajo, y la Ley de 5 de
cipales, estando a -las órdenes de los alcaldes;. en cuantQ a su actividad judi-
~iciembre de 1968, sobre convenios colectivos laborales y Comisiones parita-
cial, no depende más que de autoridades estatales y, especialmente, de las
nas.
autoridades judiciales.
Los dos cuerpos de la policía del Estado son distintos de la policía muni- FUNDAMENTOS DE DERECHO
cipal. La gendarmería, que desarrolla igualmente misiones tanto de policía
administrativa (mantenimiento del orden) como de policía judicial, puede l. Sobre la violación del artículo 11
también desarrollar misiones militares en ciertas circunstancias y está organi-
zada militarmente. En cuanto a la policía judicial, dependiente de las autori- . _38. [; .. ] El Tribunal advierte que el artículo 11.1 presenta la libertad
dades judiciales, tiene una misión exclusivamente como tal. smdical como una forma o aspecto específico de la libertad de asociación;
no garantiza ni a los sindicatos ni a sus miembros un trato específico por
La policía municipal representa airededor del 13 por 100 del personal p~te del ~s~do y, en concreto, el d~recho a ser consultados por éste. No
municipal y menos del 10 por 100 del total del personal municipal y provin- solo este ul~o derecho no se menciona en el artículo 11.1, sino que tam-
cial: a finales de 1974 existían 88.809 funcionarios municipales, a los que se poco se podría afirmar• que los Estados parte lo consagren todos, en princi-
añadían los de las comisiones municipales de asistencia pública (28.999), de pio, en su legislación y práctica internas, ni que el mismo sea imprescindibie
las asociaciones intermunicipales (12.156) y de las provinciales (14.260). En para el ejercicio eficaz de la libertad sindical. En principio, no constituye un
cuanto a la gendarmería y a la policía judicial, contaban, respectivamente, e~emento necesari~ente. inherer~.te a un derecho garantizado por el Conve-
con 13~392 y 827 funcionarios cada una de ellas al 30 de junio de 1970. mo, en lo que se diferencia, por ejemplo, del derecho a un Triburial incluido
15. · De acuerdo con el artículo 3 de sus Estatutos, el demandante tiene en el artículo 6 (Sentencia Golder, de 21 de febrero de 1975, ap. 36).
por objeto social «cualquier actividad en relación directa o indirecta con el Por lo demás, las cuestiones relativas a los sindicatos han sido tratadas
estudio, la protección, el desarrollo, el perfeccionamiento y el progreso de con mayor detalle en otro convenio elaborado también en el marco del Con-
todo aquello· que ·concierne a los derechos e intereses profesionales de la sejo de Europa: la Carta Social de 18 de octubre de 1961. El artículo 6.1 de
policía belga y, especialmente, la actividad sindical»; dicho insn:imento obliga a los Estados parte «a favorecer la consulta paritaria
16. La libertad de asociación está reconocida en Bélgica por el artículo entre trabajadores y patronos». La prudencia de los términos utilizados mues-
20 de la Constitución y garantizada en todos los campos por la Ley de 24· de tra, que la Carta no reconoce ~verdadero derecho de consulta; según el
mayo de 1921. Por otra parte, el Estado belga es 'parte del Convenio Interna~ articulo 20, ~ Estado que lo ratifica puede no aceptar el compromiso que
cional núm. 87 de la OIT, referente a la libertad sindical y a la protección resulta de articulo 6.1. Por tanto, no se puede deducir que un derecho de
del derecho sindical (Ley de 13 de julio de 1951), así como el Convenio tal naturale~a se d_erive ~mplíci~ente del artículo 11.1 del Convenio, lo que
núm. 98, relativo a la aplicación de los principios del derecho de sindicación por lo <lemas eqmvaldria a adminr que la Carta de 1961 habría marcado un
y de negociación colectiva (Ley de 20 de noviembre de 1953). Estos textos retroceso en esta materia.
lf
. !

LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS X.-LIBERTAD DE REUNIÓN YDE ASOCIACIÓN (ART. 11) 563
562
39. El Tribunal no coincide, sin embargo, con la tesis de la minoría de dos. En efecto, el artículo 14, aunque no tiene existencia independiente,
la Comisión que califica de redundante la expresión «para la defensa de sus completa las demás disposiciones normativas del Convenio y de los Protoco-
intereses». Dicha expresión indica claramente un fin y muestra que el Conve- los: protege a los individuos y grupos contra toda discriminación en el goce
nio protege la libertad de defensa de l~~ interese_s profesi~nales de ~~s adhe- de los derechos y libertades reconocidos en el mismo. Por tanto, una mediáa
rentes a un sindicato mediante la accion colectiva del mismo, accion cuyo en sí misma conforme con el artículo que consagre el derecho o la libertad
desarrollo debe ser posibilitado por los Estados parte. El Tribunal entiende;! en cuestión puede infringir dicho artículo en relación con el 14, siempre
que los miembros de un sindicato tienen d.erecho a que sea oído ~'!1"ª lá que revista un carácter discriminatorio. Habría que considerar que el artículo
defensa de sus intereses. El artículo 11.l deja a cada Estado la eleccion de 14 forma parte integrante de todos y cada uno de los diversos artículos que
los medios a emplear con este fin; la C:onsul~ es ~o de .ellos, pero.existen garantizan los derechos y libertades, cualqúiera que sea la naturaleza de estos
otros. Lo que exige el Convenio es que la legislacion nacional permita a los últimos (asunto relativo a detemiinados aspectos del régimen lingüístico de
sindicatos luchar por la defensa de los intereses de sus miembros, de acuerdo la· enseñanza en Bélgica, sentencia de 23 de julio de 1968, ap. 9). ·
con modos de acción que no sean contrarios al artículo ll. · Estas consideraciones son de aplicadón si un derecho incluido. en el
40. Nadie discute que el sindicato demandante puede ª~°:1ar .de <;liver- Convenio y la obligación consecuente del Estado no se encuentran definidos
sas formas ante el Gobierno; puede, por ejemplo, presentar reivmdicaciones de manera concreta y si, consecuentemente, el Estado tiene diversos medios
e intervenir para la defensa de los intereses de sus miembros o de algunos para hacer. posible y efic~ el ejercido del derecho de que se trate'. Tal y
de entre ellos, y no sugiere que sus iniciativas sean ignoradas por el Estado. como el Tnbunal lo ha estimado en el apartado 39, el artículo 11.1 enuncia
En dicho contexto, el hecho de que el Ministro del Interior no lo cons1;11te un derecho de este tipo. ·
de acuerdo con la Ley de 27 de julio de 1961 no viola el artículo 11.l conside-
45. El Tribunal ya ha constatado que el demandante se encuentra en
rado aisladamente. una situación de desventaja con relación a otros sindicatos. Sin duda, el
41. En lo que se refiere a la violación alegada de la libertad .individual campo en el que se produce la desventaja, es decir, la consulta, está remitido
de adherirse al Sindicato demandante o de permanecer como miembro, el a la discreción de los Estados parte por el artículo 11.1, pero esta desventaja
Tribunal subraya que cualquier funcionario de la policía municipal cons~rva se encuentra entre las modalidades de ejercicio de un derecho garantizado,
dicha libertad a pesar del Real Decreto de 2 de agosto de 1966. Es posible según ha interpretado el Tribunal en el apartado 39: el derecho de lósmieni-
que la constante e importante baja de efectivos del Sindicato Nacional de la bros de un sindicato a que éste sea oído para la defensa de sus intereses. El
Policía Belga se explique, al m~nos en parte, como alega e.l,demandan~e, .por Estado belga ha instaurado un sistema de consulta en sus relaciones con los
la desventajosa situación en la que se encuentra con re.l~cion ~ otros sm~ica­ funcionarios provinciales y municipales y ha determinado que dicha ~onsulta
tos que gozan de un régimen más· favorable. Es tambien posible que dic~a es uno de los procedimientos que hacen posible el desarrollo, por parte de
situación llegue a reducir la utilidad real y el valor práctico de la pertenencia los sindicatos, de una acción colectiva destinada a la defensa de los intereses
al Sindicato demandante. Sin embargo, ello se deriva de una política general profesionales de sus miembros. Por tanto, el artículo 14 es de aplicación en
del Estado belga que tiende a restringir el número de las org~izacio~es ~ el presente contexto. .
consultar. Dicha política no es en sí misma incompatible con l~ liberta? smdi-
cal; las medidas en que se traduce escapan del control del Tnbunal, siempre 46. Toda desigualdad no implica necesariamente una discriminación.
En su ~:ntencia previamente citada, el Tribunal declaró que «a pesar _de la
y cuando no infrinjan los artículos ll y 14. redaccion muy general de la versión francesa (sans distinction aucuné); el
42. Habiendo llegado a la conclusión de que no existe violación del artículo 14 no prohíbe cualquier diferenciacde trato en el'ejercicio de los
párrafo 1 del artículo 11, el Tribunal no tiene que entrar en considerar; el derechos y libertades reconocidos». Con el fin de establecer «los criterios
párrafo 2, que, por otra parte, tanto la· Comisión como el Gobierno han que permitan determinar si una específica diferencia de trato,( ... ) infringe
declarado no aplicable al caso. o no el artículo. 14», estableció que «se viola la igualdad, de trato si la diferen-
cia no tiene justificación objetiva y raionable», que «debe apredarse éo~
relación a la finalidad y a los efectos· de la medida considerada,· teniendo en
11. Sobre la violación de los artículos 11 y 14 relacionados cuenta los principios que prevalecen generalmente en las sociedades d~mo­
44. Si bien el Tribunal no ha constatado ninguna violación del artículo cráticas»; El Tribunal señaló, además, que «una diferencia de trato en el
11.l, ha lugar a preguntarse si las diferencias de trato de que se queja el ejercicio de un derecho consagrado por el Convenio no sólo debe perseguir
sindicato demandante implican violación de los artículos ll y 14 relaciona- un fin legítimo: también hay violación del artículo 14 cuarido quede clara:.
564 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS X.-LIBERTAD DE REUNIÓN Y DE ASOCIACIÓN (ART. 11) 565
mente establecido que no existe relación razonable de proporcionalidad en- de 2 de agosto de 1966 constituye un medio adecuado para alcanzar el fin
tre los medios empleados y el objetivo que se desea alcanzar» ( imdem, ap. legítimo que se pretende.
10).
El Tribunal ha examinado finalmente la cuestión de si existiría una dis-
47. El Tribunal debe averiguar si la diferencia de trato en litigió reviste criminación contraria al artículo 14 en relación con el 11 por el hecho de
carácter discriminatorio. Al proceder a este examen el Tribunal «no puede que el demandante tampoco tiene derecho a ser consultado sobre cuestiones
asuinir el papel de las autoridades nacionales competent~s», que «siguen propias de la policía municipal, como, por ejemplo, las condiciones de nom-
siendo libres para elegir las medidas que estimen apropiadas en las materias bramiento en los cargos de comisario y subcomisario -(Real Decretó de 12 de
que se rigen por el Convenio»; «el control _del Tribunal sólo se extieµde a la abril de 1965 y Circlliar Ministerial de 18 de mayo de 1965, publicados en el
conformidad de dichas medidas con las exigencias del Convenio» ( imdem, «Moniteur» de 21 de mayo de 1965). Estas cuestiones específicas no son más
ap. 10). - - - - - que una parte del conjunto de asuntos sometidos a consulta obligatoria; por
lo demás, el problema podría surgir igualmente para otros cuerpos de funcio-
48. [... ] Tal como el Tribunal señaló más arriba, el Real Decreto de 2 narios provinciales y municipales que si se agruparan en sindicatos de cuerpo
de agosto de 1966 comporta una desigualdad de trató én detrjinento de tampoco disfrutarían del derecho de consllita. Es comprensible, por tanto,
las orgánizaciones de cuerpo como el Sindicato demandante. El Gobierno que «;l Gobierno no haya querido establecer excepciones que habrían amena-
manifestó que su propósito era evitar la «anarquía sindical» y que estimaba zado con terminar vaciando de sustancia al criterio fijado en el artícllio 2.2,
ne~esarió asegurar una política de personal coherente y equilibrada 4el c~n­ del Real Decreto de 2 de agosto de 1966. El Tribunal considera que la unifor-
junto de los funcionarios provinciales y municipales. Este fin es en sí mismo midad de dicho criterio no justificaría la conclusión de que el Gobierno
legítimo y no hay razón que induzca al Tribunal a pensár que el Gobierno hubiera traspasado los límites de su propia libertad al establecer las medidas
haya perseguido otros fines que fueran ab:usivos a través del artícllio 2~2 del que ha estimado convenientes en sus relaciones con los sindicatos. Estima
mencionado Real Decreto. Nada prueba, en particlliar, que se haya preten- que no ha quedado establecido claramente que la desventaja del deman-
dido otorgar un privilegio exclusivo a las grandes centrales sindicales por su dante sea excesiva puesta en relación con el fin legítimo perseguido por el
orientación política; por el contrario, si existiera o se creara una organización Gobierno; no hay, por tanto, transgresión del principio de proporcionalidad.
apolítica abierta al conjunto de funcionarios_ prov.ÍJlciales y municipales _y
defensora de sus intereses profesionales, el texto en litigio obligaría al Minis- POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL,
tro del Interior a consultarla también. l. Declara, por unanimidad, que no ha habido violación del artículo
11.
Es cierto que el Sindicato demandante declaró no entender «cómo el
Gobierno puede afirmar que el interés general ordena evitar la fragmenta- 2. Declara, por 10 votos contra 4, que no ha habido violación de los
ción de las organizaciones sindicales en el caso de la policía municipal artícUlos 11 y 14 considerados conjuntamente.
cuando es el mismo Gobierno el que ha separado la actividad sindical de la
policía judidal, cuando él mismo ha reconocido un sindicato de cuerpo y Hecha en francés e inglés, siendo auténtico el texto francés, en el Pala-
apolítico como único organismo representativo de la gendarmería». En opi.:. cio de los Derechos Humanos de Estrasburgo, el 27 de octubre de 1975.
nión del Tribunal, los artícllios 11 y 14 del Convenio obligan al Estado belga
a instaurar- para e~ personal provincial y municipal y, en particlliar, para l_a
policía municipal.un sistema de consllita análogo al que prevalece_ para, sus
propios funcionarios, incluidos)os miembros de la policía judicial, depe11::-
diente de la autoridad judicial, así como la gendarmería.
.;

-49. Queda por averiguar si la desventaja qu~ los afiliados al Sindicato -~


-;
.r-.
demandante experimentan con reladón a los afiliadosa-los sindicatos conshl'-
tados de acuerdo con la Ley de 27 de jlliio de 1961, se justifica no sólo_ en
su prindpio (ap. 48, supra), sinó tálnbién en su actuación.
Parece clara la respuesta, en tanto la consllita- trata de problema5 de
orden general que afectan a todos 10s funcionarios provinciales y municipa-
les. En este sentido, la solución adoptada en el artícllio 2.2, del Rea). Decreto
33. Asunto Partido Comunista Unificado-de Turquía y otros c. Turquía,
de 13 de enero de 1998 · ·
En el asunto Partido Comunista Unificado de Turquía y otros contra
Turquía, ·
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, constituido conforme al
artículo 51 de su Reglamento, en una Sala compuesta por los Jueces: señores
R; Bemhardt, Presidente, F. GOlcüklü; F. Matscher, R. Macdonald, C. Russo,
N. Valticos, Señora E. Palm, Señores l. Foighel, R. Pekkanen, A. N. Loizou,
J. M. Morenilla, Sir John Freeland, A. B. Balea, M. A. Lopes Rocha, L. Wildha-
ber,J. Makarczyk, P. Kuris, U. Lohmus, P. van Dijk, así como por los señores
H.- Petzold, Secretario y P. J. Mahoney, Secretario adjunto,
Después de haber deliberado en sala de consejo los días 26 de septiem-
bre de 1997 y 27 de enero de 1998,
Dicta la siguiente

SENTENCIA
HECHOS

l. Las circunstancias del caso


7. El Partido Comunista Unificado de Turquía (TBKP), primer deman:..
dante, es un partido político disuelto por el Tribunal Constitucional (apar-
tado 10 infra). Los señores Nihat Sargin y Nabi Yagcy, segundo y tercer de-
mandantes, eran, respectivamente, presidente y secretario general del TBKP.
Residen en Estambul.
8. El TBKP fue fundado el 4 de junio de 1990. Ese mismo día, sus
estatutos y su programa fueron examinados por el ministerio fiscal ante el
Tribunal de Casación en cuanto a su compatibilidad con la Constitución y
con la Ley núm. 2820 sobre la regulación de los partidos políticos («la Ley
núm. 2820», apartado 12 infra).

A) LA DEMANDA DE DISOLUCIÓN DEL TBKP


9. El 14 de junio de 1990, cuando el TBKP se disponía a participar en
las elecciones legislativas, el Procurador General ante el Tribunal de Casa-
ción («el Procurador General») solicitó al Tribunal Constitucional la disolu-
ción del TBKP. Le reprochaba haber querido establecer la hegemonía de
una clase social sobre las demás (artículos 6, 10, 14 y 68 antiguo de la Consti-
tución y 78 de la Ley núm. 2820), haber adoptado, en el nombre del partido,
568 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS X.-UBERTAD DE REUNIÓN Y DE ASOCIACIÓN (ART. 11) 569

el término «comunista», prohibido por el artículo 96.3 de la Ley núm. 2820, origen étnico, serían de nacionalidad turca. En realidad las propuestas de
haber llevado a cabo actividades tendentes a atentar contra la integridad los estatutos relativas al apoyo a lenguas y culturas diferentes de la .turca
territorial del Estado y la unidad de la nación (artículos 2, 3, 66, y 68 antiguo tenderían a crear minorías, en detrimento de la unidad de la nación turca.
de la Constitución, y 78 y 81 de la Ley núm. 2820) y haber declarado ser el Recordando que la Constitución prohíbe toda autodetermi~ación y au-
sucesor de un partido político anteriomiente dísuelto, el. Partido Obrero tonomía regional, el Tribunal Constitucional precisó que el Estado es unita-
Turco (artículo 96.2 de la Ley núm. 2820). rio, el país íntegro y la nación única. Según el Tribunal, la unidad nacional
se realiza mediante la integración ,de las comunidades y de los individuos,
B) LA DISOLUCIÓN DEL TBKP quienes, sin consideración de su origen étnico y en un plano de. igualdad,
10. Después de haber celebrado una Audiencia, el Tribunal Cónstitu- forman la nación y fundan el Estado. En Turquía, no existirían «rninorias»
cional dictó, el 16 de julio de 1991, la disolución del TBKP, que cónllevó ipso ni «minorías nacionales», excepto las mencionadas en el tratado de Lausana
iure Iá liquidación y la transferencia al Tesoro público de los bienes del par- y el tratado de amistad en.tre Turquía y Bulgaria, y ninguna disposición c;,ons-
tido, conforme al artículo 107.1 de la Ley núm. 2820. La sentencia fue publi- titucional o legislativa autorizaría las distinciones entre ciudadanos. Como
cada en el Boletín Oficial el 28 de enero de 1992. Tuvo como efecto prohibir todos los ciudadanos nacionales de origen· extranjero, los de origen kurdo
a los fundadores y dirigentes del partido ejercer funciones similares en cual- podrían expresar su identidad, pero la Constitución y la ky se opondrían a
quier otra formación política (artículo 69 de la Constitución y artículo 95.1 que formasen una nación o una minoría situada fuera de la nación turca. En
de la Ley núm. 2820, apartado 11 infra). consecuencia, objetivos que, como los del TBKP, favon~cerían el separatismo
y la división de la nación turca, no serían admisibles y justificarían la disolu-
Para llegar a su decisión, el Tribunal Constitucional rechazó' en primer ción del partido en cuestión.
lugar el motivo según el cual el TBKP apoyaría la supremacía de una cierta
clase social, el proletariado, sobre las demás. Refiriéndose a los estatutos del FUNDAMENTOS DE DERECHO
partido, a las doctrinas modernas sobre la jdeología marxista y a las concep-
ciones políticas contemporáneas, consideró que el TBKP satisfacía las exigen- l. Sobre la violación del artículo 11 del Convenio
cias de la democracia, que reposa en el pluralismo político, en el sufragio
universal y en la libre participación en la vida política. A) SOBRE LA APLICABILIDAD DEL ARTÍCULO 11
El Tribunal rechazó igualmente el motivo, basado en el artículo 96.2 de 24. En opinión del Tribunal, la redacción del artículo 11. da un primer
la Ley núm. 2820, según el cual ningún partido político puede. pretender elemento de respuesta a la cuestión de saber si los partidos políticos pueden
suceder a un partido anteriormente disuelto. Según el Tribunal, era comple- invocar esta disposición. Señala a este respecto, que si. el artículo 11 evoca
tamente natural y. conforme con la idea de la democracia que un partido «la libertad de asociación, incluido el derecho de fundar, con otras, sindica-
político reiviridicára fa herencia cultural de antiguos movimientos y corrien- tos», la conjunción «incluido» muestra claramente que no se trata más que
tes de pensamientos político. Así, el TBKP no habría infringido la disposición de un ejemplo entre otros de la forma que puede tomar el ejercicio del
invocada por la sola razón de que pretendía inspirarse en la experiencia y derecho a la libertad de asociación. No se podría, por lo tanto, concluir,
en el acervo de las instituciones marxistas. como lo hace el Gobierno, que al mencionar a los sindicatos -por razones
:,._
basadas principalmente en debates en curso en la época-, los autores del
El Tribunal Constitucional consideró seguidamente que el solo hecho Convenio hayan pensado excluir a los partidos políticos del campo de aplica-
de que un partido político, como en el presente caso el TBKP, retomara en ción del artículo 11.
su denominación un término prohibido por el artículo 96~3 de la Ley núm.
2820, bastaba para ocasionar la aplicación de esta disposición y, por consi- 25. Sin embargo, más que a la redacción del artículo 11, el Tribunal
guiente, la disolución del partido en cuestión. da valor al hecho de que los partidos políticos representan una forma' de
asociación esencial para el buen funcionamiento de la democracia. Teniendo
En cuanto a la alegación según la cual los estatutos y el programa del en cuenta la importancia de ésta en el sistema del Conveni.o (apartado 45
TBKP contenían declaraciones encaminadas a atentar contra la integridad infra) no se podría tener ninguna duda de que entran en el ámbito del
territorial del Estado y contra la unidad de la nación, el Tribunal Constitucio- artículo 11.
nal señaló especialmente que dichos textos distinguían dos naciones, los kur-
dos y los turcos. Sin embargo, no se podría admitir la existencia de dos 26. Al tratar de la alegación del Gobierno según la cual el TDKP cues-
naciones en el seno de la República Turca cuyos ciudadanos, sea cual sea su tionaba el orden constitucional de Turquía y de las consecuencias que habría
570 1AS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS X.-LIBERTAD DE REUNIÓN Y DE ASOCIACIÓN (ART. 11) 571

que sacar de ello, el Tribunal precisa de entrada que en esta fase no tiene que el Estado en cuestión ejerce a través de ellas su <~urisdicción», éstas se
que pronunciarse sobre la veracidad de la alegación, ni sobre el tema de encuentran sometidas al Convenio.
saber si ésta podría basarse solamente en los estatutos y el programa del 31. Además, puede revelarse a veces dificil,_ incluso artificial, querer
partido en cuestión. El Tribunal remite a este respecto a los apartados que distinguir en un litigio llevado ante el Tribunal, lo que se refier~- a las estruc-
dedica a la: necesidad de la injerencia incrimináda (apartados ~2-47 infra). turas institucionales de un Estado de lo que concierne a los derechos funda-
27. El Tribunal indica, por el contrario, que una: asociadón, aunque mentales stricto sensu. Es, particularmente, el caso de una medida de disolu-
sea un partido político, no se sustrae al imperio del Convenio por la sola ción del tipo de la que se encuentra cue_stionada en el presente caso. En
razón de que sus actividades sean consideradas por las autoridades nacionales efecto, teniendo en cuenta_ el papel de los partidos políticos (apartado 25
atentatorias contra las estructuras constitucionales de un Estado y requieran supra), afecta a la vez a la libertad de asociación y, por consiguiente, al estad_o
medidas restrictivas. Como ya ha dicho el Tribunal, aunque las autoridades de la democracia en el país del que se trata.
nacionales tienen, en principio, la facultad de elegir las medida.S que juzguen 32. De ello no se deduce, sin embargo, que las autoridades de un Es-
necesarias para el respeto de la preeminencia del derecho o pará dar efécto tado en el que una asociación, mediante sus actividades, ponga en peligro
a derechos constitucionales, deben usarlas de manera que se concilien coh las instituciones, estarán privadas del derecho de protegerlas. A este respecto,
sus obligaciones basadas en el Convenio y a reserva del control de los órganos el Tribunal recuerda que ya ha juzgado inherente al sistema del Convenio
de éste (Sentencia Open Door y Dublin Well Woman contra Irlanda, de 29 una cierta forma de conciliación- entre los imperatiyos de la defensa .dé la
de octubre de 1992, ap. 69). sociedad democrática y los de la salvaguarda de los derechos individuales
(ver, mutatis mutandis, la Sentencia Klass contra Alemania de 6 de_ septiembre
28. Es a lo que el preámbulo del Convenio se refiere como «patrimo-
de 1978, ap. 59). Tal conciliación requiere que la intervención de las autori-
nio común de ideales y tradiciones políticas, de respeto de la libertad y de
dades se haga conforme con el párrafo 2 del artículo 11, cuyo examen aborda
preeminencia del derecho» (apartado 45- injra), del que las constituciones
el Tribunal a continuación (apartados 37 y siguientes infra). Después el Tri-
nacionales dan a menudo una primera concretización. Mediante el sistema
bunal podrá decidir, a la luz de todas las circrinstancias del caso, si ha lugar
de garantía colectiva de los derechos que consagra (Sentencia LoizidouC:on- la aplicación del artículo 1 7 del Convenio.
tra Turquía [excepciones previas], de 23 de marzo de 1995, apartado 70) el
Convenio viene a reforzar, conforme al principio de subsidiaridad, la protec- 33. [ ... ] El Tribunal recuerda que la finalidad del Convenio es la de
ción que en ellas se ofrece a nivel nacional, sin jamás imponerle límites proteger derechos no teóricos o ilusorios, sino concretos y efectivos (ver,
(artículo 60 del Convenio). entre otras, las Sentencias Artico contra Italia, de 13 de mayo de 1980, apar-
tado 33, y Loizidou antes citada, ap. 72). Ahora bien, el derecho consagrado
29. El Tribunal recuerda, por otro lado, que según el artículo 1 los por el artículo 11 se revelaría eminentemente teórico e ilusorio si sólo cu-
Estados contratantes «reconocen a toda persona dependiente de su jurisdic- briese la fundación de una asociación, pudiendo las autoridades nacionales
ción los derechos y libertades definidos en el título 1 del Conven~o». Junto poner fin, en seguida, a su existencia sin tener que atenerse al Convenio. Se
con los artículos 14.2 a 13 y 63, esta disposición delimita el campo del Conve- deriva de ello que la protección del artículo 11 se extiende a toda la duración
nio ratione personae, materiae y loa (Sentenciá Irlanda contra Reino Unido, de de la vida de las asociaciones y que su disolución por parte de.las autoridades
18 de enero de 1978; apartado 238) .-Sin embargo no hace ninguna distinción de un país debe satisfacer, en consecuencia, las exigencias del párrafo 2 de
en cuanto al tipo de normas o de medidas cuestionadas y no sustráe ninguna esta disposición (apartados 35.J!7 injra).
parte de la <~urisdicción» de los Estados miembros al imperio del Convenio.
Es por el conjunto de su <~urisdicción» -la que a menudo se ejerce primero 34. En conclusión, el artículo 11 se aplica a los hechos del caso.
a través de la Constitución- por lo que dichos Estados responden de su res-
B) SOBRE EL CUMPLIMIENTO DEL ARTÍCULO 11
peto del Convenio.
1. Sobre /,a existencia de una injerencia
30. También la organización institucional y _política de los Estados
miembros debe respetar los derechos y principios inscritos en el Convenio. 36. Al igual que la Comisión, el Tribunal constata la existencia de una
Importa poco, a este respecto, que se enjuicien disposiciones constitucionales injerericia en el caso de los tres demandantes, habida cuenta -en el cáso de
(ver, por ejemplo, la Sentencia Gitanas y otros contra Grecia, de 1 de julio los señores Sargin y Yagci- su condición de fundadores y dirigentes del par-
de 1997) o simplemente legislativas (ver, por ejemplo, la Sentencia Mathieu- tido y la prohibición que les afecta de ejercer responsabilidades similares en
Mohin y Clerfait contra Bélgica, de 2 marzo 1987). Desde el momento en cualquier otra formación política (apartado 10 supra).
572 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS X.-UBERTAD DE REUNIÓN Y DE ASOCIACIÓN (ART. 11) 573
2. Soúre la justificación de la injerencia se encuentra en el corazón mismo de la noción de sociedad democrática
37. Tal injerencia infringe el artículo 11, salvo si «estaba prevista por (Sentencias Lingens contra Austria, de 8 de julio de 1986, ap. 42, y Castells
la ley», dirigida hacia uno o up.os fines legítimos respecto al párrafo 2 y contra España, de 23 de abril de 1992, ap. 43).
«necesaria, en una sociedad democrática» para alcanzarlos. 45. La democracia representa, sin ninguna duda, un elemento fünda-
a) «Prevista por la ley»
mental del «orden público europeo» (Sentencia Loizidou antescitada,ap.
75). Esto se deduce, en primer lugar, del preámbulo al Convenio, que ésta~
41. [ ... ] Al igual qu~ la Comisión, el Tribunal considera que la disolu- blece un vínculo muy claro entre el Convenio y la democracia dedá.rando
ción del TBKP perseguía al menos uno·de los «fines legítimos» enumerados que la salvaguarda y el desarrollo de los derechos humanos y de las liher1ªdes
por el artículo 11: la protección.de la «seguridad nacional». · · ,. fundamentales reposan en un régimen político verdaderamente· democrático
por una parte, y sobre una concepción y un respeto comunes de los derechos
c) «Necesario en una sociedad democrática»
humanos por otra (Sentencia Klass y otros antes citada, ap. 59): El mism.o
l. Principios generales preámbulo enuncia seguidamente que los Estados europeos tienen en co-
mún un patrimonio de ideales y de tradiciones políticas, de respeto de la
42. El Tribunal recuerda que a pesar de su papel autónomo y la especi- libertad y de preeminencia del derecho. El Tribunal ha visto en este pátrimo-
ficidad de su esfera de aplicación, el artículo l l debe contemplarse· también nio común los valores subyacentes al Convenio (Sentenda Soeririg contrá
a la luz del artículo 10. La protección de las opiniones y de la libertaq ·de Reino Unido, de 7 de julio de 1989, ap. 88); en muchas ocasiones, el Tribu-
expresarlas constituye uno ·de los objetivos de la libertad de réunión y de nal ha recordado que estaba destinado a salvaguardar y promover los ideales
asociación consagradas por el artículo 11 · (ver, entre otras, las Sentencias y valores de una sociedad democráticá (Sentencias ~eldsen, Busk Madsen y
Young,James yWebster contra el Re,ino_ Unido, de 13 de agosto de 1981; ap. Pedersen contra Dinamarca, de 7 de diciembre de 1976, y Soering, antes
57, y Vogt contra Alemania, de 26 de septiembre de 1995, ap. 64). , citada, ap. 87). ·
43. Lo es todavía más en el caso de los partidos políticos, considerando Además, los artículos 8, 9, 10 y 11 del Convenio requieren que se apre-
su papel esencial para el mantenimiento del pluralismo y el buen funciona- cien las injerencias en el ejercicio de los derechos que ellos consagran en la
miento de la democracia (apartado 25 supra). medida en que es «necesario en una sociedad democrática»; El único tipo
El Tribunal lo ha subrayado a menudo: no existe democracia sin plura- de necesidad capaz de justificar es la que puede reclamarse de la «sociedad
lismo. Por ello la libertad de expresión consagrada por el artículo 10 vale, a democrática». La democracia aparece así como el único modelo político con-
reserva del párrafo 2, no solamente para las «informaciones» o «ideas>~ acogi- templado por el Convenio y, por lo tanto, el único compatible con ella.
das con favor o consideradas inofensivas o indiferentes, sino también para Por su parte, el Tribunal reconoció una cierta cantidad de disposiciones
las que contrarían, chocan o inquietan (ver, entre muchas otras, la sentericia del Convenio como características de la sociedad democrática. Así,. consi-
Vogt antes citada, apartado 52). En tanto sus actividades participan de un deró, ya en su primera sentencia, que en toda «sociedad democrática en el
ejercicio colectivo de la libertad de expresión, los partidos políticos pueden sentido del preámbulo y de las otras disposiciones del Convenio», el procedi-
invocar la protección de los artículos 1O y 11 del Convenio. · miento ante un órgano judicial debía tener un carácter contradktorio y pú-
44. En su sentencia Informationsverein y-otros contra Austria, el Tqbu- blico y que este principio fundamental se encontraba consagrado en el ar-
nal calificó al Estado de último garante del pluralismo (Sentencia de 24 de tículo 6 del Convenio (Sentencia Lawless contra Irlanda, de 14 .noviembre
noviembre de 1993, ap. 38). En el terreno político, esta responsabilidad con- de 1960 [excepciones preliminares y cuestiones de_proc;edimiento]). E.n un
lleVa. para el Estado la obligación, entre otras, de organizar a intervalos razo- campo más próximo al que se trata en este caso, el Trib_miai ha recordado
nables, conforme al artículo 3 del Protocolo núm. 1, ele'cciones libres cori en numerosas ocasiones, por ejemplo, que la libertad de éX¡>resión constiti.úa
escrutinio secreto, en condiciones que garanticc::n la libre. expresión de la uno de los fundamentos esenciales de una sociedad democrática, una de las
opinión del pueblo en la elección del cuerpo legislativo. Tal expresión no condiciones primordiales de su progreso y dél de_sarrollo de cada uno (ver,
podría concebirse sin el concurso de una pluralidad de partidos políticos entre otras, la Sentencia Vogt antes citada, ap. 52), mientras q11e en su Sen-
que representen las corrientes de opinión que se hallan entre la población tencia Mathieu-Mohin y Clerfayt, antes citada, señalaba la importancia capital
de un país. Al repercutir éstos no solamente· en las instituciones políticas sinó del artículo 3 del Protocolo núm. 1, al consagrar esta disposición un pririci-
también, gracias a los medios de comunicación, en todos los nivelés dé la vida pio característico de un régimen político verdaderamente democrático).
en sociedad, aportan una contribución irreemplazable al debate político; que 46. En consecuencia, las excepciones contempladas en el artículo 11
574 lAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS X.-LIBERTAD DE REUNIÓN Y DE ASOCIACIÓN (ART. 11) 575

requieren, con respecto a los parti~os polític?s, una ~te~r~tación es~c~, El Tribunal puede, por lo tanto, limitar. su examen a los otros dos moti-
pudiendo únicamente razones convmcentes e rmperativas JUS~car ~estnccio­ vos, los que fueron admitidos por el Tribunal Constitucional.
nes a su libertad de asociación. Para juzgar en tal caso la existencia de una
53. Eri el primero se le reprochaba al TBKP haber retomado en su
necesidad en el sentido del artículo 11.2, los Estados contratantes sólo dispo-
denominación el término «comunista», prohibido por el artículo 96.3 de la
nen de un margen de apreciacióp reducido, que se d~.plica con un ·co~,trol Ley núm. 2820 (apartado 12 supra). Respecto a esta disposición, el Tribunal
europeo riguroso que afecta a la vez ~ la ley y a ~as decisi~ne~ q~e la aph_c~, Constitucional consideró que enuneiaba una prohibición puramente formal
incluidas las de un tribunal independiente. El Tnbunal ya mdico la necesi9.ad
y el solo hecho de utilizar una de las denominaciones proscritas por ella era
de tal control a propósito de lá condena de un parl~entario por inj~as suficiente para cÓnllevar su aplicación y, por tanto, la disolución del partid.o
(Sentencia Castells antes citada, ap: 42); con más motivo tal c~~trol se rm- político que, como el TBKP, la contraviniera (ap~tado 10 supra),
pone cuando se trata de la disolución de tod~ un partido político .Y de_ la
prohibición que afecta a sus responsables de ejercer en el futuro cualqmer . 54. En opinión del Tribunal, el nombre que se dé a un partido político
otra actividad similar. no podría, en principio, justificar una medida tan radical como la disolución,
a falta de otras circunstancias pertinentes y suficientes.
47. Cuando ejerce su control, el Tribunal no tiene ~orno tarea sustituir
A este respecto, es oportuno indicar ·primeramente que el 12 de abril
a 19s tribunales internos competentes, sino verificar bajo el ángulo. del ¡µ--
de 1991, la Ley antiterrorista núm. 3713 derogó las disposiciones del Código
tículo 11 las decisiones que éstos han dictado en virtud de su poder de apre:-
Penal que reprimían las actividades políticas inspiradas, sobre todo, en la
ciación. No se deduce de ello que deba limitarse a investigar si el Estado
ideología comunista. Además, el Tribunal da mucha importancia a las consta-
demandado ha utilizado ese poder de buena fe, con cuidado y de manera
taciones del Tribunal Constitucional según las cuales el TBKP no pretendía,
razonable: hay que considerar la injeréncia litigiosa a la luz del conjun_to del
a pesar de su denominación, establecer el dominio de una clase social sobre
asunto para determinar si era «propo~eionada ~fin legítimo_pe~seguido» y las otras, sino que, por el contrario, respetaba las exigencias de la democra-
si los motivos invocados por las autondades nacionales para justificarla son
cia, entre las que estaban el pluralismo político, el sufragio universal y la libre
«pertinentes y suficientes». Al hacer esto el Tribunal debe convencerse ?e
participación en la vida política (apartado 10 supra). En esto se distingue
que las autoridades nacionales han aplicado las normas conforme a los pi:n- claramente del Partido Comunista de Alemania, disuelto, el 17 de agosto de
cipios consagrados por el artícul~ 11 y, además, bas_ándose e~ una apreci~­ 1956, por el Tribunal Constitucional (ver la decisión de la Comisión antes
ción aceptable de los hechos perunentes (ver, mutatis mutandzs, la Sentencia citada en el asunto del Partido Comunista de Alemania).
Jersild contra Dinamarca, de 23 de septiembre de 1994, ap. 31).
Así, en ausencia de elementos concretos que puedan demostrar que al
2. Aplicación al caso presente elegir llamarse «comunista» el TBKP había optado por una política que re-
presentaba una amenaza real para la sociedad y el Estado turcos, el Tribunal
51. El Tribunal indica de entrada que el TBKP fue disuelto antes iri~ no podría admitir que el motivo basado en el nombre del partido pueda,
cluso de haber podido comenzar sus activi~ades y que, por tanto¡ esta medida por sí solo, conllevar la disolución de éste.
fue ordenada solamente sobre la base de sus estatutos y de su programa, en
55. Según el segundo motivo admitid<;> por el Tribunal Constitucional,
los que, sin embargo, nada indica -tal y como se desprende de l~ ~ecisión
el TBKP tendía a favorecer el separatismo y la división de la nación turca. Al
del Tribunal Constitucional- que nc::>·:reflejaran los verdad~ros obJetivo_s_del
realizar, desde sus estatutos y su programa, una distinción entre las naciones
partidoy las intenciones de sus diri?entes (apartado~ 58 infra). A s.emeJan~~
kurda y turca, habría revelado su intención de trabajar a favor de la creación
de las autoridades nacionales, el Tnbun.al se apoyara, por lo tanto, ,er ellos
de minorías, las cuales -fuera de las mencionadas en el Tratado de Lausana
para apreciar la necesidad de la injerencia litigiosa.
y el Tratado con Bulgaria- amenazarían la integridad territ9rial del Estado.
Por ~llo la Constitución prohibiría tanto la autodeterminación como la auto-
52. Procede señalar seguidamente que en apoyo de su demanda ?e
nomía regional (apartado 10 supra). · · ·
disolución, el Procurador ~neral an:te el Tribunal de Casación pl:pii:eó '.cüa~
tro motivos, de los que· deis fueron rechazados por el Tribu1!'al Copstituci~11al; 56. El Tribunal señala que aunque el programa de TBKP (apartado 9
uno según el cual el TBKP pretendía sostenerla suprem~cia de~ prol~t:ariad<:> supra) habla de «pueblo», de «nación» O de «Ciudadanos» kurdos, Sin em-
sobre las deinás clases sociales y otro según el cual habna quendo, si~ tener bargo, no los califica de «minoría» y· tampoco reivindica para ellos -a parte
en cuenta el artículo 96.2 de la Ley núm. 2820, suceder a un partido político del reconocimiento de su existencia- el beneficio de un trato. o de derechos
anteriormente disuelto, el Partido Obrero de Turquía (apartado 9 supra). particulares, por ejemplo el de separarse del resto de .la población de Tur-
576 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS X.-LIBERTAD DE REUNIÓN Y DE ASOCIACIÓN (ART. 11) 577
quía. Por el contrario, se puede leer en dicho programa que «el TBKP traba- 60. No ha lugar tampoco a aplicar el artículo 17, ya que los estatutos y
jará para que el problema kurdo encuentre una solución pacífica, democrá- el programa del TBKP no permiten, de ninguna manera, concluir que éste
tica y equitativa, para que los pueblos kurdo y turco vivan juntos por su se prevaldría del Convenio para dedicarse a una actividad o realizar un acto
propia voluntad en el interior las fronteras del Estado de la Repúblic~ turca, tendente a la destrucción de los derechos y libertades que él reconoce (ver,
sobre la base de la igualdad de derechos y con vistas a su reestructuración mutatis mutandis, la Sentencia Lawless contra Irlanda, de 1 de julio de 1961,
democrática sobre la base de los intereses comunes». Con respecto al tema ap. 7).
del derecho a la autodeterminación, el programa del TBKP se. limita a deplo-
rar que a causa del recurso a la violencia, no se «ejerza de manera común 61. Una medida tan radical como la disolución inmediata y definitiva
sino de manera separada y unilateral» precisando que «la solución a. este del TBKP, decretada antes incluso de sus primeras actividades y completada
problema es política» y que «para que la opresión y la discriminación de la con una prohibición a sus dirigentes de ejercer cualquier otra responsabili-
nación kurda cesen, los turcos y los kurdos deben unirse». · : dad política, se muestra desproporcionada al fin pretendido y, por lo tanto,
no necesaria en una sociedad democrática. En consecuencia, ha infringido
Según el mismo programa, «el problema kurdo sólb se solucionará si las el artículo 11 del Convenio.
partes implicadas pueden expresar libremente sus opiiliones, si se entienden
POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL POR UNANIMIDAD,
para rechazar el recurso a toda forma de violencia para resolver el problema
y si pueden participar en la vida política bajo su identidad nacional propia». l. Declara que hubo violación del artículo 11 del Convenio;
57. En opinión del Tribunal, una de las principales característicás de 2. Declara que no ha lugar a averiguar si hubo violación de los artículos
la democracia reside en la posibilidad que ofrece de resolver mediante el 9, 10, 14 y 18 del Convenio y 1 y 3 del Protocolo núm. l;
diálogo y sin recurso a la violencia los problemas de un país. En efecto, la
[ ... ]
democracia se nutre de la libertad de expresión. Bajo este punto de vista,
una formación política no puede verse hostigada por el solo hecho de querer Dictada en francés y en inglés, y leída en audiencia pública en el Palacio
debatir públicamente la suerte de una parte de la población de un Estado e de los Derechos Humanos de Estrasburgo, el 30 de enero de 1998. Firmado:
implicarse en la vida política de éste a fin de encontrar, dentro del respeto Rudolf Bemhardt, Presidente; Herbert Petzold, Secretario.
a las reglas democráticas, soluciones que puedan satisfacer a todos las partes
afectadas. A juzgar por su programa, tal era el objetivo del TBKP en. este
campo. Esto distingue el presente caso de los evocados por el Gobierno
(apartado 49 supra).
58. Es cierto que no puede descartarse que el programa político de
un partido esconda objetivos e intenciones. diferentes de· los qué pregona
públicamente. Para asegurarse de ello, es preciso comparar el contenido de
dicho programa con los actos y tomas de postura de su titular. Sin embargo,
en este caso, el programa del TBKP apenas habría podido verse desmentido
por acciones concretas ya que, disuelto desde su fundación, el partido no ha
tenido tiempo de llevarlas a cabo. Ha sido así sancionado por un comporta-
miento que entra dentro, únicamente, del ejercicio de la libertad de expre-
sión. .
59. El Tribunal está dispuesto también a ten~r e1;1 cuenta las circunstan-
cias que rodean el caso sometido ·a su examen, en particular las dificultades
unidas a la lucha contra el terrorismo (ver, entre otra.S, las Sentencias Irlanda
contra el Reino Unido antes citada, apartado 11 y siguientes, y Aksoy contra
Turquía, de 18 de diciembre de 1996, áps. 70 y 84). En este caso, sin em-
bargo, no ve elementos que le permitan concluir, en ausencia de toda activi"
dad del TBKP, una responsabilidad cualquiera por su parte en cuanto a los
problemas que plantea el terrorismo en Turquía.
- Chassagnou c. Francia, de 29 de abril de 1999 (remisión al documento
número46)

34. Asunto Refah Parl:isi, y otros c. Turquía, de 13 de febrero de 2003


En el asunto Refah Partisi (Partido de la prosperidad) y otros contra
Turquía, · ·
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, constituido en una Gran
Sala compuesta por los siguientes Jueces: señores L. Wildhaber, Presidente,
C. L. Rozakis,J. P. Costa, G. Ress, Gaukurjorundsson, L. Caflisch, R Türmen,
C. Birsan, P. Lorenzen, V. Butkevych, M. Pellonpka, A. B. Baka, R Maruste,
A. Kovler, señoras N. Vajic, M. Tsatsa-Nikolovska, A. Mularoni, así como el
señor P. Mahoney, Secretario,
Tras haber deliberado en privado los días 19 de junio de 2002 y 22 de
enero de 2003,
Dicta la siguiente

SENTENCIA
[ ... ]
HECHOS

A) Los demandantes
10. El primer demandante, «Refah Partisi» (el Partido de la Prosperi-
dad, «el Refah»), era un partido político fundado el 19 de julio de 1983. Está
representado por su presidente, el señor Necmettin E., que es también el
segundo demandante, nació en 1926 y reside en Ankara. Ingeniero de forma-
ción, se dedica a la política. En la época de los hechos era. diputado y presi-
dente del Refah.
El tercer demandante, señor Sevket K, nació en 1933 y reside,en Ankara.
Es político y abogado. El cuarto demandante, señor Ahmet T., nació" en 1931
y reside en Ankara. Es político y abogado. En la época de los hechos era
_diputado y vicepresidente del Refah.
11. El Refah participó en varias elecciones legislativas y municipales. En
las elecciones municipales de marzo de 1989 obtuvo alrededordel 10% de. los
votos y sus candidatos fueron elegidos para varias alcaldías, incluidaslas de
cinco ciudades grandes. En las elecciones legislativas de 1991 obtuvo el 16,88%
580 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS

de los votos. Sus 62 diputados así elegidos participaron, entre 1991y1995, en


1
..

X.-UBERTAD DE REUNIÓN Y DE ASOCIACIÓN (ART. 11)

político y de la privación de sus miembros de sus derechos políticos. Se tra-


581

los trabajos de la Asamblea general y en diversas comisiones del Parlamento, taba de una cuestión relativa a una eventual responsabilidad penal de esos
incluida la comisión encargada de las cuestiones constitucionales que inter- diputados, que no entraba en el ámbito del Derecho constitucional.
vino para aportar modificaciones a la Constitución el 23 de julio de 1995. En el
curso de las deliberaciones de la Asamblea general del Parlamento sobre el 25. En cuanto al fondo, el Tribunal Constitucional consideró que aun-
nuevo apartado 6 del artículo 69 de la Constitución (apartado 45 infra), el pre-. que los partidos políticos eran los principales actores de lá vida política de-
sidente de dicha comisión, en la presentación del proyecto elaborado por ésta, mocrática, sus actividades no escapaban á ciertas restricciones; en particular,
explicó que el Tribunal Constitucional no se contentaría con constatar el ca- sus actividades incompatibles con el principio de la preeminencia del dere-
rácter inconstitucional de los actos individuales de los miembros de un partido, cho no podían ser toleradas. El Tribunal Constitucional invocó las disposicio-
sino que se vería también obligado a declarar ·que el partido político en cues- nes constitucionales que imponían el respeto de la laicidad a los .diversos
tión se había convertido en un centro de actividades anticonstitucionales de- órganos del poder político. Recordó igualmente las numerosas dispósiciones
bido a sus actos. Un diputado, representando al grupo parlamentario qel Par- de la legislación interna que obligaban a los partidos políticos a aplicar el
tido de la Madre Patria (ANAP), señaló la necesidad .de modificar las principio de laicidad en numerosos campos de la vida política y, social. El
disposiciones relativas de la Ley núm. 2820 sobre la regulación de los_p<l!tidos Tribunal Constitucional señaló que la laicidad era una de las condiciones
políticos en función del nuevo apartado 6 del artículo 69 de la Constitución. indispensables de la democracia. En su opinión, él principio de laicidad es-
taba garantizado en Turquía en el plano constitucional, debido a la experie11-
Por último, el Refah obtuvo aproximadamente el 22% 'de los votos en cia histórica del país y a las particularidades de la religión musulmana. El
las elecciones legislativas de 24 de diciembre de 1995 y cerea del35% de los tribunal señaló la incompatibilidad del régimen democrático eón la8 normas
votos en las elecciones municipales del 3 de noviembre de 1996. de la «Charia». Recordó que el principio de laicidad prohibía al Estado· testi-
Tras la elecciones legislativas de 1995, el Refah se convirtió en el primer moniar una preferencia por una religión o una creencia concreta y constituía
partido político turco con un total de 158 escaños en la Gran Asamblea el fundamento de la libertad de conciencia y de la igualdad de los ciudadanos
Nacional de Turquía (que tiene 450 escaños en total). El 28 de junio de 1996 ante la ley. En opinión del Tribunal Constitucional, la intervención del Es-
el Refah accedió al poder formando un gobierno de coalición con el Partido tado para salvaguardar la naturaleza laica del régimen político debía ser con-
de «Dogru Yol» (Partido de la Vía Justa), de tendencia centro derecha, diri- siderada necesaria en una sociedad democrática.
gido por la señora Tansu Ciller. Según un sondeo de la opinión pública
efectuado en enero de 1997, si se hubiesen celebrado entonces elecciones 26. Para el Tribunal Constitucional, los elementos de prueba _sizy;~~i;it~s
generales, el Refah habria obtenido el ·38% de los votos. Siempre según el demostraban que el Refah se había conver;tido en un «Centro· de actiVidades
mismo sondeo, el Refah podría obtener el 67% de los votos en las elecciones contrarias al principio de laicidad» (apartados 27-39 infra).
generales que debían celebrarse probablemente en cuatro años.
27. El Presidente del Refah, el señor Necmettin E., había animado a
llevar el velo islámico en los establecimientos públicos y escolares. El 10 de
B) Procedimiento ante el Tribunal Constitucional octubre de 1993, en el transcurso de la cuarta Asamblea general ordinaria
[ ... ] del partido, había realizado las manifestaciones siguientes:«( ... ) cuando estu-
vimos en el gobierno, durante cuatro años, el famoso artículo 163 del Código
23. El 16 de enero de 1998,. el Tribunal Constitucional decretó la diso- de la persecución nunca fue aplicado contra ningún hijo de. la patria. En
lución del Refah debido a que se había convertido en un «centro de activida- nuestra época, nunca fue el uso del velo una cuestión hostil (•.. )».
des contrarias al principio de laicidad». Basaba su decisión en los artícrilos
101b)y103.1 de la Ley núm. 2820 sobre la regulación de los partidos políti- En su discurso de 14 de diciembre de 1995, previo a las elecciones legis-
cos. Ordenó igualmente la transferencia ipso iure de los bienes del Refah al lativas, declaró lo siguiente: «( ... ) lo~ rectores (de universidad) se inclinarán
Tesoro Público, conforme al artículo 107 de la misma ley. ante el velo cuando el Refah esté en el poder»;
24. En su sentencia, el Tribunal Constitucional rechazó, en primer IU- Ahora bien, manifestar así su religión equivalía a presiOnar a las personas
gar, las excepciones preliminares planteadas por el Refah. Consideró, á este que no seguían esta práctica y creaba una discriminación basada en ·1a reli-
respecto, que la inmunidad parlamentaria de los diputados cuyas declaracio- gión o en las creencias. Esta conclusión se veíareforzada por las constatacio-
nes eran mencionadas en la requisitoria de 21 de mayo de 1997 no tenía nes del Tribunal Constitucional y del Consejo de Estado en distintos asuntos
ningún efecto sobre el examen de la demanda de disolución de un partido y por la jurisprudencia de la Comisión Europea de Derechos Humanos ért
582 LAS SENTENCIAS.BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS X.-LIBERTAD DE REUNIÓN YDE ASOCIACIÓN (ART. 11) 583
las demandas núms. 16278/1990 y 18783/1991 relativas al uso• del velo en de 1994, ante el ·grupo parlamentario del Refah, en el que preconizaba la
las universidades. instauración de un régimen teocrático, si fuera necesario por la. fuerza: El
segundo punto importante es éste: «el Refah llegará al poder, el orden [so-
28. El sistema multijurídico propuesto por el señor Necmettin E. no se cial] justo ("adil düzen") será establecido. ¿Cuál es la cuestión a plantearse?
refería en absoluto a la libertad de concluir. contratos, como pretendía el Es la. de saber si ese cambio se hará violentamente o de manera. pacífica, si
Refah, sino que trataba de establecer una .distinción entre los ciudadanos (!n no será sangriento. Me hubiera gustado no tener que emplear estos términos,
función de su religión y de sus creencias, y contemplaba la instauración de
pero frente a todo esto, frente al terrorismo, y para que todo. el mundo
un régimen teocrático ... pueda claramente ver la realidad, me siento obligado a emplearlos. Hoy día,
Por otro lado, elseñor E. hi.Zo las siguientes declaraciones el 10 de octu- Turquía tiene una decisión que tomar. El Partido Refah establecerá el orden
bre de 1993 en el transcurso de una asamblea de su partido: «( ... ) vamos a justo, eso es seguro. [Pero] ¿Será el tránsito pacífico o violento? ¿Se hará
garantizar todos los derechos humanos. Vámos a garantizar el derecho a vivir tranquilamente o de forma sangrienta? Los sesenta millones de [ciudadanos]
como cada uno entienda, a elegir el sistema jurídicó que él prefiera. Vamos deben posicionarse sobre este punto».
a liberar la administración del centralismo. El Estado que habéis instaurado
es un Estado de represión, no un Estado al servicio del pueblo. Vosotros no 32. La recepción ofrecida por el señor Necmettin. E. en la .residencia
dais la libertad de elegir a cada uno su derecho. Cuando estemos en elpoder, del Primer Ministro a los jefes de los diferentes movimientos religiosos, que
el musulmán se casará ante el muftí, si fo desea, y el cristiano se casaráen la se presentaron con ropas representativas de sus movimientos, testimoniaba
iglesia, si lo prefiere». . .· ·" · claramente el apoyo del presidente del Refah a esos grupos religiosos ante
la opinión pública.
29. El sistema multijurídico que. el señor E. preconiza en sus discursos
se inspira en la práctica instaurada en los primeros años del Islam, por el 33. El diputado del departamento de Rize, Sevki Y., en un discurso
acuerdo llamado de Medina, según el cual las comunidades judías y paganas público, llamó claramente a la población a desencadenar la guerra santa
tenían el derecho· a vivir según sus propios sistemas jurídicos y no según las ( «djihad») y defendió la instauración de la ley islámica. En su discurso pú-
leyes islámicas. Algunos pensadores y políticos islamistas, basándose en el blico de abril de 1994, declaró: «Vamos a exigir cuentas a los que se desvían
acuerdo de Medina, proponen vivir juntos y encontrar la paz social recono- de los preceptos del Corán, a los que privan al mensajero de Alá de su compe-
ciendo a cada grupo religioso la libertad de elegir su propio orden jurídico. tencia en su país».
Desde la fundación del partido político de «Nizam» en 1970 (disuelto por .--~ ~-- .:-., .. :.._

Sentencia de 2 de mayo de 1971), el:señor E. ~pira a instaurar un sistema En otro discurso público, celebrado también en abril de 1994, Sevki Y. se
multijurídico en lugar del orden jurídico único. · expresó de la siguiente manera: «En el más allá, seréis convocados junto a los
dirigentes que hayáis elegido en esta vida( ... ) ¿Habéis examina~o en qué me-
30. El Tribunal Constitucional señalo también que en el sistema multi-
dida se aplica el Corán en este país? Yo he hecho la cuenta. Unicamente se
jurídico propuesto por el Refah, la sociedad debía ser dividida en varios
aplican en este país el 39% [de las normas] del Corán; 6.500 versículos caen
movimientos religiosos; cada uno debía escoger el movimiento al que de-
en el olvido (... ).Tú fundas una escuela coránica, construyes un hogar, sub-
seaba pertenecer para someterse así a los derechos y obligaciones derivados
vencionas la escolarización de un niño, enseñas, predicas ( ... ) Todo eso no
de la religión de su· comunidad. El Tribunal Constitucional recordó· que di-
forma parte del capítulo de la "djihad", sino del de las "amel-i salih" (activida-
cho sistema, cuyo origen como régimen político se encontraba en la historia
des del período de paz). Se llama "djihad" a la búsqueda del poder para la
del Islam, se oponía al sentimiento de pertenencia a una nación con una
llegada de la justicia, para la propagación de la justicia, para la gloiificación
unidad legislativa y judicial. Dicho sistema vulneraría naturalmente la unidad
de la palabra de Alá. Alá no veía en esta tarea una noción política abstracta,
jurídica ya que cada movimiento religioso se dotaría de sus propios tribuna-
la confió a los guerreros ("cahudi"). ¿Qué significa esto? ¡Qué se hace bajo
les, y los tribunales del orden jurídico general se verían obligados a aplicar
el derecho según la religión de los comparecientes, obligando a estos últimos la forma de un ejército! El comandante está identificado ( ... ) La condición
a desvelar sus convicciones. Semejante sistema socavaría igualmente la uni- a cumplir antes de la oración ("namaz") es la islamización del poder... Alá
dad legislativa y judicial, las condiciones de laicidad y el sentimiento nacional, ha pedido a todos sus profetas que luchen por el poder. Vosotros no podéis
dado que cada movimiento religioso sería competente para promulgar nor- citarme una sola persona de una corriente religiosa que no luche por el
mas de derecho aplicables en su seno. · poder ... El musulmán es inteligente. No muestra de qué manera Va. °a' vencer
a su enemigo. El estado mayor dicta, el soldado aplica. Si el estado mayor
31. · El señor E. había pronunciado además un discurso, el 13 de abril revela su plan, corresponde a los comandantes dela comunidad musulmana
584 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS X.-LIBERTAD DE REUNIÓN Y DE ASOCIACIÓN (ART. ll) ·sss
hacer un nuevo plan. Nuestra misión no es la de hablar, sino la' de aplicar el invitó a la población a renunciar a la laicidad y solicitó alos oyentes que «pre-
plan de guerra, como solél.ados del ejército ( ... )», servaran su odio» hasta el cambio de régimen, en los términos siguientes: «Las
fuerzas dominantes dicen "o bien vivís a nuestra manera, o bien vamos a sem-
Se instruyeron· diligencias penales contra el señor -Sevki Y.· Siend.o bien brar la discordia y la corrupción entre vosotros". Por ello, los ministros del
conocidas las opinfones de este último contra la laicidad, el Refah le pre~entó Partido de Refah no osan revelar su visión del mundo en el seno de su
como cándidato para las elecciones municipales. Después de haber sidó ele- ministerio. Esta mañana, yo también he asistido a una ceremonia, debido a
gido alcalde de Rize,' el Refah garantizó sli elección ·como· diputado en la mi título oficial. Al verme así vestido, con todos estos ropajes, :n(,- creáis que
Gran Asamble!'J.. Nacional de Turqllͪ· · · ·· soy laico. En este período en el que nuestra creené::iá 'no es respetada y es
·!
34. El diputado del Refah por el departamento de Ankara, el señor objeto de blasfemia, he tenido a mi pesar que asistir a las ceremonia5. · El
Hasan Hüseyin C, en el transcurso de un discurso pronunciado en público Primer Ministro, los ministros, los diputados, pueden tener ciertas obligacio-
(el 14 de marzo de 1993) y de una entrevista en la televisión (realizada en nes. Pero vosotros no tenéis ninguna obligación~ Este sistema debe cambiar.
1992 y retransmitida el 24 de noviembre de 1996), animó a la discriminación Hemos esperado, seguiremos esperando aún un poco. Veamos lo que el por-
entre creyentes y no creyentes y predijo que los defensores de la aplicación venir nos reserva. Que los musulmanes guarden la rabia, el rencor, el odio
. de la «Charla», si se apoderaban del poder político, iban a aniquilar a los no que tienen dentro». · ·
creyentes: El señor K fue condenado por la vía penal por haber. incitado a. _la
«Esta patria es nuestra, pero no el régimen, queridos hermanos. Ei° régi- población al odio basado en la religión.
men y el kemalismo pertenecen a otros (... ). Turquía será destruida, señore~. 37. El diputado del Refah por el. departamento de Sanhurfa, el señor
Se pregunta: ¿Podría Turquía convertirse en una Argelia? De la misma forma Ibrahim Halil C., el 8 de mayo de 1997, en lá Asamblea Nacional, hizo decla-
que allí hemos obtenido el 81 % [de los votos], aquí también, alcanzaremos raciones favorables a la instauración de un régimen basado en la «Charla», y
el 81 %, no nos quedaremos en el 20% ... Es a vosotros a quienes me dirijo, a actos de violencia como los que tenían lugar en Argelia: «Si intentáis cérrar
no os obstinéis en vano, perecer~is a manos de los habitantes. de Kirikkale». las escuelas de "Imam Hatip" durante el gobierno del Refah va a correr la
« (... ) el ejército dice: "aceptamos que seáis partidarios del PKK. pero sangre. Sería peor que en Argelia. Yo también querría que corriera la sangre.
partidarios de la 'Charla', eso jamás"». Pues bien, no es con esa mentalidad Así llegará la democracia. Y será bonito. El ejército no ha podido con los
con la que resolveréis el problema. Si queréis la solución, es la ¡,Charia». · 3.500 miembros del PKK. ¿Cómo iba a poder con los seis millones de islamis-
tas? Si hacen pis contra el viento, les volverá a la tara. Si me golpean, yo
El Refah había garantizado la elección de esta persona como diputado golpearé también. Estoy a favor de la "Charla" hásta el final. Quiero instaurar
en la Gran Asamblea Nacional de Turquía y había difundido, en el seno de la "Charla"».
sus estructuras locales, las cintas de vídeo de este discurso y de esta entrevista.
El señor Ibrahim Halil C. fue excluido del partido un mes después de
35. El vicepresidente del Refah, el señor Ahmet T., señaló, en Un diS- la presentación del recurso de disolución. Esta exclusión no constituía proba-
curso pronunciado en 1993 éon ocasión de un peregrinaje a Arabia Saudí y blemente más que una tentativa de evitar la sanción en cuestión.
retransmitido por una cadena de televisión en Turquía, que preconizaba la
38. El vicepresidente del Refah y Ministro de Justicia, el señor Sevket
instauración de mi régimen basado en la «Charla»: «En los países en lós que
K, visitó a una persona que se encontraba bajo detención provisional por
el régimen parlamentario está en vigor, si el pueblo no es suficientemente
actividades contrarias al principio de laicidad mostrándole así su apoyo en
consciente, si no hace los suficientes esfüérios para la llegada dél "hak ni-
su condición de ministro.
zami" (el orden justo o el orden de Dios), le esperan dos calamidades: la
primera son los renegados que deberá afrontar. Será tiranizado por ellos y 39. Sobre la base de los elementos de prueba presentados el 7 de julio
terminará por desaparecer. La segunda, es que no podrá dar cuentas a Alá, de 1997 por la Fiscalía, el Tribunal Constitucional constató que otros elemen-
ya que no habrá actuado por la instauración del "hak nizami". Así, perecerá tos confirmaban que el Refah era el centro de actividades contrarias al princi-
también. Venerables hermanos, nuestro deber es el de desplegar los esfuer- pio de laicidad:
zos necesarios para instaurar el sistema de justicia, tomando en consideración
estas sutilidades. El aparato político que quiere instaurar "hak nizami" en - El señor Necmettin E., en un discurso pronunciado en público el 7 de
Turquía se llama el Partido de Refah». mayo de 1996, puso el acento en la importancia de la televisión como instru-
mento de propaganda en el marco de la guerra santa llevada a cabo para
36. El 10 de noviembre de 1996, el alcalde de Kayseri, el señor Sükrü K, instaurar el orden islámico ...
586 lAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS X.-LIBERTAD DE REUNIÓN Y DE ASOCIACIÓN (ART. 11) 587

-Por Decreto de 13 de enero de 1997, el Comité de ministros (en el deró que las declaraciones públicas hechas por los diputados Sevki Y:, Hasan
que los miembros del Refah eran mayoritarios) había reorganizado las horas Hüseyin C. y Ibrahim Halil C. y por el alcalde Sükrü K., habían comprome-
de trabajo en los establecimientos públicos en función del ayuno del Rama- tido la responsabilidad del Refah, ya que este último no. había reaccionado
dán. El Consejo de Estado anuló este decreto por atentado contra el princi- en absoluto contra esas declaraciones y no se había desmarcado de ellas, por
pio de laicidad. lo menos antes del inicio del procedimiento de disolución. · .

40. El Tribunal Constitucional recordó que tomaba en consideración 42. Por otro lado, .el Tribunal Constitucional decidió, a título de san-
los textos internacionales relativos a la protección de los Derechos humanos, ción complementaria, destituir a los señores Ne~mettin E., Sevket K., Ahmet
incluido el Convenio. Invocó igualmente las restricciones previstas por el T., Sevki Y., Hasan Hüseyin C. y Halil C. de su condición de diputados, en
segundo apartado del artículo 11 y por el artículo 17 del Convenio. Señaló, aplicación. del artículo 84 de la Constitución. Constató que dicha,s personas
en este contexto, que los dirigentes y los miembros del Refah.utilizaban los habían sido las causantes, mediante sus actos y declaraciones, de fa disolución
derechos y las· libertades democráticas para sustituir el orden democrático del Refah. Les prohibió igualmente, en virtud del artículo 69.8 de la Constitu-
por un sistema basado en la «Charia». El Tribunal Constitucional consideró ción, ser miembros fundadores, afiliados, dirigentes o comisarios de cuentas
que: «La democracia es la antítesis de la charia. [El] principio [de laicidad], de otro partido político por un período de cinco años. · ·
que es un signo de civismo, ha sido la pulsión que ha permitido, para la
44. Esta sentencia fue publicada en el Boletín Oficial el 22 de febrero
república turca, el pa.So de la ouma [ümi:net: la comunidad religiosa musul-
de 1998.
mana] a la nación. Con la adhesión al principio de laicidad, los valores funda-
dos en la razón y la ciencia reemplazaron a los valores dogmáticos (... ) Perso-
FUNDAMENTOS DE DERECHO
nas con creencias diferentes, deseando vivir juntas, se sintieron confortadas
por el enfoque igualitario del Estado respecto a ellos. (... ) La laicidad aceleró
la civilización impidiendo a la religión sustituir al pensamiento científico en Sobre la violación del artículo 11 del Convenio
las actividades del Estado. Crea un vasto entorno de civismo y de libertad. La
filosofia de la modernización de Turquía se basa en un ideal humanista: vivir A) SOBRE lA EXISTENCIA DE UNA INJERENCIA
más humanamente. En un régimen laico, la religión; que es una institución
50. Las partes reconocen que la disolución del Refah y las medidas que
social específica, no tiene autoridad sobre la. constitución. ni la gestión del
acompañaron a este acto se analizan como una injerencia en el ejercicio del
Estad~. (.) El hecho de atribuir al Estado el derecho de control y vigilancia
derecho a la libertad de asociación de los demandan!es. El Tribunal opiiia
sobre las cuestiones religiosas no puede ser considerado una injerencia con-
de igual forma.
traria a las exigencias de la sociedad democrática. (... ) La laicidad, que es
igualmente la herramienta de la transición a la democracia, es la e~encia B) SOBRE lAJUSTIFICACIÓN DE lA INJERENCIA
filosófica de la vida en Turquía. En el seno de un Estado laico, los sentimien-
tos religiosos no pueden absolutamente asociarse a la política, a los asl.intos 51. Dicha injerencia vulnera el artículo 11 salvo si está «prevista por la
públicos ni a las disposiciones legislativas. Estos ámbitos dependen no de las Ler» persigue uno o varios fines legítimos con respecto al apartado 2 y es
exigencias y pensamientos religiosos, sino únicamente de los datos científi- «necesaria en una sociedad democrática» para alcanzarlos.
cos, con la consideración de las necesidades de los individuos y de las socieda-
des». l. «Prevista por la Ley»

En opinión del Tribunal Constitucional, cuando un partido político per- 57. En cuanto a la accesibilidad y la previsibilidad de las disposiciones
sigue actividades tendentes a poner fin al orden deinocr~tico y ut:iµza su en cuestión, el Tribunal recuerda que las palabras «previstas por la ley» re-
libertad de expresión para hacerun llamamiento a la acción en ese sentido, quieren ante todo que la medida enjuiciada tenga una base en derecho in-
la Constitución y las normas supranacionales de protección de los derechos terno, pero aluden también a la calidad de la ley en cuestión: exigen la
humanos autorizan su disolución. accesibilidad de ésta a las personas afectadas y una formulación lo suficiente-
mente concreta para permitir -rodeándose, en caso necesario, de abogados
41. El Tribunal Constitucional recordó que las declaraciones públicas ilustrados- prever, en un grado razonable en las circunstancias de la causa,
de los dirigentes del Refah, a saber las de los señores Necmettin E., Sevket las consecuencias que pudieran resultar de un acto determinado. Sin ·em-
K. y Ahmet T., habían comprometido directamente la responsabilidad del bargo, la experiencia muestra la imposibilidad de lograr una exactitud abso-
Refah en cuanto a la constitucionalidad de sus actividades.· También consi- luta en la redacción de las leyes, concretamente en ámbitos· donde. los datos
588 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS X.-LIBERTAD DE REUNIÓN Y DE ASOCIACIÓN (ART. 11) 589
cambian en función de la evolución de los conceptos de la sociedad. Una ley disposiciones de la Constitución y las de las leyes ordinarias se resuelve a
que confiere un poder de apreciación no se enfrenta. en sí misma a esta favor de la primera. Además, el Tribunal Constitucional tiene la competencia
exigencia, a condición de que el alcance y las modalidades de ejercicio. de y el deber de ejercer el control de la constitucionalidad de las leyes. En
dicho poder se encuentren definidos con la suficiente claridad, teniendo en caso de contrariedad entre las disposiciones de la ley aplicable y las·de la
cuenta el fin legítimo en juego, para proporcionar al indiViduo la protección Constitución en un asunto concreto, como sucedía en el presente caso, el
adecuada contra lo arbitrario (Sentencias Müller y otros contra Suiza, de 24 Tribunal Constitucional está obligado claramente a hacer prevalecer las dis-
de mayo de 1988, ap. 29; Ezelin contra Francia, de 26 de abril 'de 1991, ap. posiciones de la Constitución, descartando las disposiciones contrarias a ella.
45; Margareta y Roger Andersson contra Suecia, de 25 de febrero de 1992,
ap. 75). El Tribunal admite también que el ·nivel de precisión requerido· por 62. El Tribunal tiene en cuenta la condición de los demandantes como
la legislación interna depende en gran medida del texto considerado, del destinatarios de los textos en cuestión. El· Refah era un partido político de
ámbifo que cubra y de la condición de sus destinatarios. Por otro lado, corres- una importancia cierta, que disponía de asesoramiento jurídico en materia
ponde en primer lugar a las autoridades internas el interpretar y aplicar el de derecho constitucional y de régimen de los partidos políticos. Por~ otro
derecho interno (Sentencia Vogt contra Alemania, de 26 de septiembre de lado, los señores Necmettin E., Sevket K. y Ahmet T. eran políticos experi-
1995, ap. 48). mentados: diputados en el Parlamento turco, habían participado en trabajos
58. En el presente asunto, el Tribunal señala que el litigio trataba a y procesos parlamentarios relativos a las modificaciones de la Constitución.
nivel interno sobre la constitucionalidad de las actividades de un partido En el curso de estos trabajos se evocó la competencia del Tribunal Constitu-
político y dependía de la competencia del Tribunal Constitucional. El texto cional para constatar si un partido político se había convertido en centro de
a tener en cuenta principalmente para las necesidades-del criterio «prevista actividades anticonstitucionales, así como la divergencia entre el nuevo texto
por la ley» es el de la Constitución turca. de la Constitución y la Ley núm. 2820. Los señores K. y T. son también
juristas de profesión (apartados 10 y 11 supra).
59. Las partes no discuten que las actividades contrarias a los principios
de igualdad y del respeto de la República democrática y laica eran sin duda 63. En estas condiciones, el Tribunal considera que los demandantes
alguna inconstitucionales en virtud del artículo 68 de la Constitución. Tam- podían prever, en un grado razonable, el hecho de que corrían el riesgo de
poco niegan que el Tribunal Constitueional tenga la competencia exclusiva, enfrentarse a un procedimiento de disolución del Refah si los dirigentes y
a solicitud del Fiscal general, de disolver un partido político que se ha conver- miembros de este último se dedicaban a actividades antilaicas y que, la ausen-
tidQ, en centro. de activi.dades contrarias al artículo 68 .. de la Constitución. cia de las medidas previstas en el artículo 103.2 de la Ley núm. 2820, inaplica-
Además, el artículo 69 de la Constitución (modificado en 1995) confirma bles tras la modificación del Código penal en 1991 en lo relativo a las activida-
explícitamente la competencia exclusiva del Tribunal Constitucional para des antilaicas, no podía impedir la ejecución del procedimiento de
apreciar si un partido político se ha constituido en un centro de actividades disolución impuesto por la Constitución turca.
anticonstitucionales. El Tribunal recuerda que los diputados del Refah_parti-
ciparon en trabajos efectuados· por la comisión en cuestión y' la Asamblea 64. Por lo tanto, la injerencia estaba «prevista por la ley».
general del Parlamento en lo referente a las modificaciones constitucionales
de 1995 (apartado 11 supra). ·
2. Fin l.egítimo
61. Queda por saber si los demandantes conocían la posibilidad de
una aplicación directa de la Constitución en su caso y podían, en consecuen- 67. El Tribunal considera que los demandantes no han demostrado sufi-
cia, prever los riesgos que corrían por las actividades antllaicas de su partido, cientemente que la disolución del Refah estuviese motivada porrazories clistin-
o por la negativa a rechazar este tipo de actividades, sin que el procedimiento tas a las expuestas por el Tribunal Constitucional. Teniendo· en cuenta fa im-
previsto en el artículo 103.2 de la Ley sobre la regulación de los partidos portancia del principio de laicidad para el régimen deinocrático en Turtjüía,
políticos se inidara. · ·
considera que la disolución del Refah perseguía varios fines legítimos ernime-
Para responder a esta cuestión, el Tribunal debe, enprimer lugar, exa- rados en el artículo 11: el mantenimiento de la seguridad nacional y el de la
minar las particularidades del ámbito jurídico en el· que se produjerori ·los seguridad pública, la defensa del orden y/ o la prevención del delito, así coriio
hechos de la causa, tal y como se desprenden de la senteneia del Tribunal la protección de los derechos y de las libertades de los demás.
Constitucional turco y no discutidos por las partes: la: Constitución turca;. que
es del tiµo «rígido», es superior a las leyes ordinarias; un conflicto entre las [ ... ]

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L
-r-
1
590 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS X.-LIBERTAD DE REUNIÓN Y DE ASOCIACIÓN (ART. 11) 591

3. «Necesaria en una sociedad democrática» una influencia en el conjunto del régimen de su-país. Debido a los proyectos
de modelo global de sociedad que proponen a los electores y a su capacidad
b) Apreciación del Tribunal de realizarlos una vez en el poder, los partidos políticos se distinguen de las
i) Principios generales demás organizaciones que intervienen en el ámbito político. ·
- La democracia y los partidos políticos· en el sistema del Convenio. 88. Por otro lado, el Tribunal ya ha señalado que la protecdón de las
opiniones y de la libertad de expresarlas én el sentido del artículo 10 del
86. En cuanto a la relación entre la democracia y el Convenio; el Tribu- Convenio constituye uno de los objetivos de la libertad de reunión y de asO:.
nal ya se pronunció en la Sentencia Partido comunista unificado de Turquía ciación consagrada por el artículo 11, más aún cuando en el caso de los
y otros contra Turquía, ap. 45) de la siguiente forma: «La democracia repre- partidos políticos, teniendo en cuenta su relevancia para el mantenimiento
senta, sin ninguna duda, un elemento fundamental del "orden público euro- de pluralismo y el buen funcionamiento de la democracia (Sentencia Partido
peo" (... ). Esto se deduce, en primer lugar, del preámbulo del Convenio, que comunista unificado de Turquía y otros contra Turquía, ya citada, aps .. 42 y
establece un vínculo muy claro entre el Convenfo y la democracia, decla- 43).
rando que la salvaguarda y el desarrollo de· los derechos humanos y de las
libertades fundamentales ·reposan en un régimen político verdaderamente 89. En opinión del Tribunal, no hay democracia sin pluralismo. :Es por
democrático por una parte, y sobre una concepción común y un común ello que la libertad de expresión consagrad.a en el artículo 10 es ~da, sin
respeto de los derechos humanos por otra(, .. ) El mismo preámbulo enuncia perjuicio del apartado 2, no solamente para las «informaciones» ó «i<;ieas»
seguidamente· que los Estados europeos tiene en común un patrimonio· de favorables o consideradas inofensivas o indiferentes, sino también para aque.:.
ideales y de tradiciones políticas, de respeto a la libertad y de preeminencia Has que se enfrentan, chocan o inquietan (ver, entre otras, Sentencias Hand-
del derecho. El Tribunal ha visto en este patrimonio común los valores subya- yside contra Reino Unido, de 7 de diciembre de 1976, ap. 49 y Jersild contra
centes al Convenio (... );en muchas ocasiones, el Tribunal ha recordado que Dinamarca, de 23 de septiembre de 1994, ap. 37). En tanto sus actividades
estaba destinado a salvaguardar y promover los ideales y valores de una socie- participan del ejercicio colectivo de la libertad de expresión, los partidos
dad democrática (... ) políticos pueden también aspirar a la protección del artículo 10 del Convenio
(Sentencia Partido comunista unificado de Turquía y otros contra Turquía,
Además, los artículos 8, 9, 10 y 11 del Convenio requieren que se apre- previamente citada, ap. 43). ·
cien las injerencias en el ejercicio de los derechos que ellos :consagran en la
medida en que es "necesario énuna sociedad democrática". El único tipo de [ ... ]
necesidad capaz de justificar µna injerencia ·en uno de esos derechos eS por
- La posibilidad de imponer restricciones y el control europeo:riguroso.
lo tanto aquella que_puede reclamarse de_ la "sodedad democrática". La d~­
mocracia aparece así como el único modelo político contemplado por el 96. Las libertades garantizadas por el artículo 11 así como por los ar-
Convenio y, por lo tanto, el único compatible con él». tículos 9 y 10 del Convenio no pueden privar a las autoridades de un Estado,
en el que una asociación, por sus actividades, hace peligrar las instituciones,
87. El Tribunal ha confirmado también en varias ocasiones el papel
del derecho de proteger a éstas. A este respecto, el Tribunal recuerda que
primordial que desempeñan los partidos políticos en un régimen democrá-
ya consideró inherente al sistema del Convenio cierta forma de conciliación
tico al gozar de las libertades y derechos reconocidos por el artículo 11, así
entre los imperativos de la defensa de la sociedad democrática y de aquellos
como por el artículo 10 del Convenio.
de la protección de los derechos individuales. Esta conciliación requiere que
Siempre en la Sentencia Partido co~uriista. unificado de_ Turquía y o_tros con- la inteivención de las autoridades sea conforme al apartado 2 del artículo
tra Turquía anteriormente citada, señaló que más que al texto del artículo 11, cuestión cuyo examen abordará seguidamente el Tribunal. Es al final de
11, el '[ribunal concedía peso al hecho de que los partidos políticos represen- éste cuando el Tribunal podrá decidir, a la luz de las circunstancias del caso,
tab_an una forma de asociación esencial para el buen .~cipnamiento de. la si procede aplicar el artículo 17 del Convenio ~Sentencia Partido comunista
democracia (Sentencia, anteri9rmente ,citada, ap. 25). Teniendo en cuenta, unificado de Turquía y otros contra Turquía, previamente citada, ap. 32).
en efecto, el rol de los partidos políticos, cualquier medida adoptadacontra
97. El Tribunal ha defi~ido también los límites dentro de los cuales ias
ellos afecta tanto a la libertad de asociación .como, en consecuencia, al estado
formaciones políticas pueden llevar a cabo actividades beneficiándose de la
de la democracia en el país en cuestión (ibidem, ap. 31). · .. · · .
protección del Convenio (Partido comunista unificado y otros co;itra Tur-
Debido al papel que desempeñan, los partidos políticos, únicas forma- quía anteriormente citada, ap. 57): «( ... ) una de las principales características
ciones que pueden acceder al poder, tienen además la capacidad de ejercer de la democracia reside en la posibilidad que ella ofrece de resolver me-
592 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS X.-LIBERTAD DE REUNIÓN Y DE ASOCIACIÓN (ART. 11) 593

<liante el diálogo y sin recurso a la violencia los problemas de un país cuando necesidad en el sentido del artículo 11.2, los Estados parte no disponen s~o
éstos molestan. En efecto, la democracia se. nutre de la libertad de expresión. de un reducido margen de apreciación. Aunque la tarea del Tribunal no es
Bajo este punto de vista, una formación política no puede verse inquietada la de sustituir a los tribunales internos que se encuentran mejor situados que
por el solo hecho de querer debatir públicamente la suerte de una parte de un tribunal internacional para decidir, por ejemplo, el momento oportuno
la población de un Estado e implicarse en la vida política de éste afin de de la injerencia, debe ejercer un control riguroso sobre la ley y las decisiones
encontrar, dentro del respeto a las reglas democráticas, solueiones qüe. pue- que la aplican, incluidas aquellas de un tribunal independiente. Las medidas
dan satisfacer a todos los actores afectados». · · ·' · · · severas como la disolución de cualquier partido político y la prohibición que
afecta a sus responsables de ejercer por una duración determinada cualquier
98. En este punto, el Tribunal considera que un partido político puede otra actividad similar, no pueden aplicarse sino en los casos máS graves (Sen.:. .
promover un cambio de la legislación o de las estructuras Jegales o constitu- tencias Partido comunista unificado de Turquía y otros contra Turquía, ante-
cionales del Estado bajo dos condiciones: 1) los medios utilizados al efecto riormente citada, ap. 46; Partido socialista contra Turquía, ya Citada, ap. 50;
deberán ser legales y democráticos; 2) el cambio propuesto deberá ser. com- Partido de la libertad y de la democracia [ÓZDEP] contra Turquía, ap. 45).
patible con los principios democráticos fundamentales. De ello se deriva ne- Siempre que reúna fas condiciones citadas en el apartado 98 supra, un par~
cesariamente que un partido político cuyos responsables inciten a recurrir a tido político que se inspire en valores morales impuestos por una religión no
la violencia o propongan un proyecto político que no respete la: de~?cracia puede ser considerado de entrada úna formación que vulnere los principios
o que contemple su destrucción, así como el desprecio de los deréchos y fundamentales de la democracia, tal y como se desprenden del Convenio.
libertades que la de~ocracia reconoce, no podrá aprovecharse de fa protec-
ción del Convenio contra las sanciones impuestas por estos motivos (Senten- - La imputabilidad a un partido político de los actos y discursos de sus
cia Yazar y otros contra Turquía, ap. 49, de 9 de abril de 2002, sin publicar; miembros
ver también, mutatis mutandis, Sentencias Stankov y Organización macedonia
101. El Tribunal considera también que los. estatutos y el progr~a de
unida Ilinden contra Bulgaria, de 2 de octubre de 2001, ap. 97, y Partido
un partido político no pueden ser tenidos en cuentá como único criterio
socialista y otros contra Turquía, de 25 de mayo de 1998, aps. 46 y 47_). . , .
con el fin de determinar sus objetivos e intenciones. La experiencia política
99. No se puede excluir que un partido político, al invocar los dere- 1 de los Estados parte ha mostrado que en el pasado los partidos políticos
chos consagrados por el artículo 11, así como por los artículos 9 y 10 del con fines contrarios a los principios fundamentale_s de la democracia no los
Convenio, trate de dedicarse realmente a actividades tendentes a la destruc- \ desvelaron en los textos oficiales hasta que llegaron al poder. Es por ello que
ción de los derechos o libertades reconocidos en el Convenio y de esta forma el Tribunal siempre recuerda que no se puede excluir que el programa polí-
al fin de la democracia (CDH, Partido comunista [KPD] contra RFA). Ahora tico de un partido oculte objetivos e intenciones distintos:a los que manifiesta
bien, teniendo en cuenta la clara relación entre el Convenio y la democracia públicamente. Para asegurarse, hay que comparar el contenido de dicho pro-
(apartados 86-89 supra), nadie está autorizado a aprovecharse de las disposi- grama con los actos y tomas de postura de sus. miembros y dirigentes. El
ciones del Convenfo para debilitar. o destruir los ideales y valores _de.· ilna conjunto de estos actos y tomas de postura, a condición de que formen un
sociedad democrática. El pluralismo'-y la democracia se basan en un compro- todo revelador del fin y las intenciones del partido, podrán tenerse en cuenta
miso que exige distintas concesiones por parte de los individuos o de grupos en el procedimiento de disolución de un partido político (Sentencias, ante-
de individuos, que deben a veces aceptar que se limiten algunas de las liberta- riormente citadas, Partido comunista unificado de Turquía y otros contra
des que disfrutan con el fin de garantizar una mayor estabilidad al conjunto Turquía, ap. 58 y Partido socialista y otros contra Turquía, ap. 48).
del país (ver, mutatis mutandís, Petersen contraAlerriania, de 22 de noViembre
de 2001). · - El momento oportuno de la disolución

En este contexto, el Tribunal Considera que no es del todo improbable 102. El Tribunal considera, por otro lado, que no se puede exigir al
que movimientos totalitarios, organizados en forma de partidos políticos, aca- Estado que espere, antes de intervenir, a que un partido político se apropie
ben con la democracia tras haber prosperado bajo el régimen democrático; del poder y comience a ejecutar un proyecto político incompatible con las
La historia europea contemporánea conoce ej(!mplos de ello. normas del Convenio y de la democracia, adoptando medidas concretas ten-
dentes a realizar dicho proyecto, aunque. el peligro de este último para la
100. El Tribunal recuerda que las excepciones citadas en el artículo 11 democracia esté suficientemente demostrado y sea inminente. El Tribunal
requieren, respecto a los partidos políticos, una interpretación estricta y que admite que cuando los tribunales internos establecen la presencia de dicho
solamente razones convincentes e imperativas justificarían una restricción a peligro, después de un examen minucioso sometido a un riguroso control
su libertad de asociación. Para determinar en tal caso la existencia de una 1 europeo, un Estado debe poder razonablemente impedir la realización de

L
594 lAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS X.-LIBERTAD DE REUNIÓN Y DE ASOCIACIÓN (ART. 11) 595
tal proyecto político, incompatible con las riormas del Convenio, antes de de saber si la disolución del Refah y las sanciones complementarias impuestas
que sea puesto en práctica mediante actos concretos que ·corren el riesgo de a los demás demandantes respondían a una «necesidad social imperiosa».
comprometer la paz civil y el régimen democrático en el país. Posteriormente apreciará, llegado el caso, si estas sanciones eran «proporcio-
nales a los fines legítimos perseguidos».
103. En opinión del Tribunal, dicho poder de intervención preventiva
del Estado es igualmente conforme a las obligaciones positivas de las Partes - Necesidad social imperiosa
en el marco del artículo 1 del Convenio para el respeto de los derechos y
libertades de las personas que dependen de su jurisdicción. Estas obligacio- • El momento oportuno de la disolución
nes no se limitan a los eventuales atentados que pudieran resultar dé accio-
nes u omisiones imputables a agentes del Estado o sobrevenidas en estableci- 107. El Tribunal buscará en primer lugar una respuesta a la cuestión
mientos públicos, sino que aluden también a atentados . imputables a de saber si el Refah representaba en el momento de su disolución un peligro
personas privadas en el marco de estructuras que no dependen de la gestióri para el régimen democrático.
del Estado (ver, por ejemplo, en lo relativo a la obligación del Estado de
Señala a este respecto que el Refah, fundado en 1983, participó en varias
imponer a los hospitales privados la adopción. de medidas propias a asegurar
elecciones legislativas o municipales, y que obtuvo aproximadamente el 22%
la protección de la vida, Calvelli_ y Coglio contra Italia, ap. 49). Un Estado
de los votos en las elecciones legislativas de 1995, lo que le permitió ocupar
parte en el Convenio, con arreglo a sus obligaciones positivas, puede impo-
158 escaños en la Gran Asamblea nacional de Turquía (que contaba con un
ner a los partidos políticos, formaciones destinadas a acceder al poder y a
total de 450 escaños en la época de los hechos). Tras su participación en el
dirigir una parte importante de aparato estatal, el deber de respetar y prote-
poder en el marco de una coalición, el Refah obtuvo cerca del 35% de los
ger los derechos y libertades garantizados por el Convenio así como la obliga-
votos en las elecciones municipales de noviembre de 1996. Ségún un sondeo
ción de no proponer un programa político en contradicción con los princi-
de opinión efectuado en enero de 1997, si se hubiesen celebrado elecciones
pios fundamentales de la democracia.
en ese momento, el Refah habría obtenido el 38% de los votos. Según los
- Examen global pronósticos del mismo sondeo, el Refah habría podido obtener el 67% de
los votos en las elecciones generales que debían celebrarse cuatro años más
104. A la luz de lo que antecede, el examen global del Tribunal sobre tarde (apartado 11 supra). Pese al carácter aleatorio de algunos sondeos, estas
la cuestión de saber si la disolución de un partido político por riesgo de cifras atestiguan un aumento considerable de la influencia del Refah como
atentar contra los principios democráticos respondía a una «necesidad~sodal partido político y de sus posibilidades de acceder en. soli~o al po.<l:er~
imperiosa» (ver,· por ejemplo, Sentencia Partido socialista y otros anterior~
mente citada, ap. 49) debe concentrarse en los siguientes puntos: i) si existen 108. El Tribl.inal deduce de ello que el Refah disponía, en la fecha de
indicios que muestren que el riesgo de atentado a la democracia, a reserva su disolución, de un potencial real de apoderarse del poder público, sin verse
de ser probado, está sufidente y razonablemente próximo; ii) si los actos limitado por los compromisos inherentes a una coalición. Eri la hipótesis
y discursos de los dirigentes y miembros del partido político, tomados en de que el Refah hubiese propuesto un programa contrario a los principios
consideración en el marco del asunto, son imputables al conjunto del par- democráticos, ~u acceso en solitario al poder público le habría permitido
tido; iii) si los actos y discursos imputables al partido político constituyen un establecer el modelo de sociedad previsto en dicho programa.
conjunto que ofrece una clara imagen de un modelo de sociedad concebido
y predicado por el partido y que estaría en contradicción con el concepto de 109. En cuanto a la tesis de los demandantes según la cual el Refah fue
«sociedad democrática». ·sancionado por discursos de. sus miembros pronunciados varios años antes
de su disolución, el Tribunal considera que los tribunales internos~ cuando
105. El examen global que debe emprénder el Tribunal sobre estas examinaron la constitucionalidad de los actos del Refah, po~an. legítima-
cuestiones de derecho debe también tener en cuenta la evolución histórica mente tener en cuenta la evolución en el tiempo del riesgó real. que .las
en la que se sitúa la disolución del partido político en cuestión, asícorrio el actividades del partido en cuestión presentaban _para los principios de la
interés general en preservar el principio de laicidad en el márco '.de .dicha democracia. Lo mismo sucede en lo relativo al examen del respeto por parte
evolución para el buen funcionamiento de la «Sociedad democrática» (véase; del Refah de los principios enunciados en el Convenio.
mutatis mutandis, Decisión Petersen contra Alemania anteriormente citada). . '

n. Aplicación de estos principios en el presente caso Por un lado, el programa, así como los proyectos políticos de Un partido
político, pueden concretarse por la acumulación de a<:tos y dé discursos de
106. El Tribunal dedicará la primera parte de su examen a la cuestión sus miembros a lo largo de un período relativamente largo; por otro, el
596 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS X.-LIBERTAD DE REUNIÓN Y DE ASOCIACIÓN (ART. 11) 597
partido en cuestión puede aumentar, en el curso de los años, sus posibilida- vicepresidentes del Refah podían ser tratados de igual forma que los del
des de apoderarse del poder político y de ejecutar sus proyectos. presidente. Salvo indicación en contrario, sus palabras en materia política
son imputables al partido que representan. Tal fue el caso de los señores K
110. Si se considera, en el marco del presente caso, que el proyéci:.o y T.
político del Refah era peligroso para los derechos y libertades garantizados
por el Convenio, las posibilidades reales que tenía dicho partido de ejecutar 115. Por otro lado, el Tribunal considera que los actos efectuados o
su programa al acceder al poder, concedían un carácter más tangible e inme- las declaraciones formuladas por otros miembros del Refah diputados en la
diato a dicho peligro. En ese caso, el Tribunal no puede reprochar a los Asamblea nacional, o con cargos de dirigentes locales, en tarito en cuan~º
tribunales internos que no actuaran antes, so pena de intervenir de forma formaban un todo revelador del fin y de las intenciones del partido y se
prematura y antes de que el peligró' en cuestión se concretara y deviniera acumulaban para dar una imagen de modelo de sociedad propuesto por éste,
real. Tampoco puede reprocharles el no haber esperado; a riesgo de compro- P<?dían también ser imputados a este último. Estos actos y declaraciones eran
meter el régimen político y la paz civil, a que el Refah se adueñara del poder capaces de influir a los potendales electores inspirándoles esperanza o temo-
y pasara a la acción, por ejemplo presentando proyectos de ley con el fin de res, no porque vinieran de particulares, sino pórque fueron hechos o formu-
llevar a cabo sus proyectos. ladas en nombre del Refah. Dichos actos y discursos podían ser más eficaces
En resumen, en opinión del Tribunal, el momento de la intervención que las fórmulas abstractas escritas en el estatuto y el programa del partido
escogido por las autoridades internas en el presente caso no sobrepasó el a
para lograr eventuales fines ilícitos. El Tribunal considera que menos. que
margen de apreciación que les confiere el Convenio. un partido no tome distancia en relación a dichos actos y discilrsos, éstos le
son imputables. ·
111. Las partes ante el Tribunal coinciden en declarar que el Refah no
propuso modificar, ni en sus estatutos ni en el programa de coalición suscrito El Refah presentó poco después a los autores de los actos y de los discur-
con otro partido político; el Partido de la Vía justa, el orden constitucional sos, como candidatos para cargos importantes (diputados en la Asamblea
de Turquía en un sentido contrario a los principios. fundamentales de la nacional o alcalde de una gran ciudad) y difundió uno de los discursos enjui-
democracia. En efecto, el Refah fue disuelto sobre la base d~ las declaracio- ciados en el seno de sus estructuras locales con fines de formación política
nes y tomas de postura de su presidente y de algunos de sus lniembros. . de sus miembros. Hasta el inicio del procedimiento de disohición cOiltra el
Refah, los autores de dichos discursos no se inquietaron en el seno del par-
112. Estas declaraciones y tomas de postura fueron hechas, en opinión tido por sus actividades o declaraciones públicas enjuiciadas, y el Refah
del Tribunal Constitucional, por siete personalidades del Refah: por su pres¡;.. nunca cuestionó sus palabras. El Tribunal admite en este plinto la éohclusión
dente, el señor Necmettin E., por sus dos vicepresidentes, los señores Sevket del Tribunal Constitucional turco según la cual el Refah decidió la expulsión
K y Ahmet T., por tres diputados elegidos en nombre del Refah en la Gran de los autores de dichos actos y discursos con la intención de. escapar a la
Asamblea nacional de Turquía, los señores Sevki Y., Hasan Hüseyin- C. e disolución, por lo que la decisión no tuvo el carácter voluntario que debe
Ibrahim Halil C., y por un alcalde elegido ~n nombre del Refah por la ciudad presidir las decisiones de los dirigentes de asociaciones para poder ser reco-
de ~onya, el señor Recaj K · · nocidas en el terreno del artículo 11 (ver, mutatis mutandis, Partido de la
113. El Tribunal considera que las declaraciones y actos del señor E., libertad y de la democracia [ÓZDEP] contra Turquía, previamente citada,
en su calidad de presidente del Refah o de Primer Ministro elegido para este ap. 26).
cargo debido a su condición de líder de su partido; podían indiscutiblemente El Tribunal concluye que los actos y discursos de los miembros y dirigen-
ser imputados al Refah. El rol del presidente, a menudo figura erriblerriática tes del Refah, invocados por el Tribunal Constitucional en su Sentencia de
del partido, difiere en este punto del de tin siffiple miembro. La.S palabras disolución, eran imputables al conjunto del partido político.
formuladas sóbre cuestiones políticamente sensibles, o las tomas de postura
del presidente de un partido, son percibidas por las instituciones políticas y • Principales motivos de disolución invocados por el Tribunal Constitu-
por la opinión pública como actos que reflejan la postura de su partido y no cional ·.
como opiniones personales, a menos que él declare lo contrario. El Tribunal
señala sobre este último punto que el señor E. nunca ha preé:isádo que sus 116. El Tribunal considera en este punto que, entre los motivos de
declaraciones o tomas de postura reflejaran la política del Refah O que no disolución expuestos por el Fiscal general del Tribunal de ·ca.Saéioli~ aquéllos
expresaran sino su opinión personal. . admitidos por el Tribunal Constitucional a fin de concluir que el Refah se
había transformado en un centro de actividades anticonstitucionales, pueden
114. El Tribunal considera que los discursos y tomas de postura de los concretamente clasificarse en tres. grupos: i) aquellos según los cuales el Re-
598 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS X.-LIBERTAD DE REUNIÓN Y DE ASOCIACIÓN (ART. 11) 599
fah tenía la intención de instaurar un sistema multijurídico que condujera a convicciones y religiones en una sociedad democrática, ya que obligaría a
un discriminación basada en las creencias religiosas, ii) aquellos según los los individuos a obedecer, no a las normas establecidas por el Estado en el
cuales el Refah. hubiera deseado aplicar la charia para las relaciones internas cumplimiento de sus funciones anteriormente citadas, sino a noqnasjurídi-
o externas de la comunidad musulmana en el marco de dicho sistema multi- cas estáticas impuestas por la religión correspondiente. El Estado tie:r:ie la
jurídico y iii) aquellos que se basan en referencias hechas por los miembros obligación positiva de garantizar a toda persona dependiente de su jurisdic-
del Refah a la posibilidad de recurrir a la fuerza como método político. El ción el beneficiarse plenamente, y sin poder renunciar de antemano; de los
Tribunal debe por tanto limitár su examen a estos tres grupos de motivos derechos y las libertades garantizados por el Convenio (véase, mutatis mutan-
admitidos por el Tribunal Constitucional. dis, Sentencia Airey contra Irlanda, de 9 de octubre de 1979, ap. 25).
(a) El proyecto del sistema multijurídico Por otro lado, tal sistema infringiría indúdablemente el principio de ia
n<;> discriminación de los individuos en su goce de las libertades públicas,
117. El Tribunal señala que el Tribunal· Constitucional ttivo en cuenta
en este punto dos declaraciones del demandante, señor Nevmettin E., presi- que constituye uno de los principios fundamentales de la democrácia. En
efecto, una diferencia de trato entre los justidables en todos los campos del
dente del Refah, hechas respectivamente el 23 de marzo de 1993 ante la
Derecho público y privado según su religión o su convicdón no. tiene nin-
Asamblea nacional y el 10 de octubre-de1993-durante una asamblea de sü
guna justificación a la vista del Convenio, y principalmente: a la Vista de su
partido (apartado 28 supra). Considera, a la luz de sus consideraciones sobre
artículo 14 que prohíbe las discriminaciones. Tal .diferencia de trato no
la elección. del momento de la disolución (apartados 107-11 O supra) ·y sobre
puede contemplar un justo equilibrio entre, por un lado, las reivindicaciones
la imputabilidad al Refah de los discursos del señor E. (apartado 113 supra),
de ciertos grupos religiosos que desean estar regulados por -sus propias nor-
que estos dos discursos podían ser contemplados como uno de los proyectos
mas y, por otro lado, el interés de toda la sociedad, que debe fundarse en la
políticos dél programa del Refah, aunque el estatuto del partido no mencio-
paz y en la tolerancia entre las diversas religiones o convicciones (véase, muta-
nara nada al respecto.
tis mutandis, la Sentencia de 23 de julio de 1968 en el asunto "lingüístico
118. En cuanto al argumento de los demandantes según el cual el Re- belga", aps. 9-10 y Sentencia Abdulaziz, Cabales y Balkandali contra Reino
fah,. cuando estuvo en el poder, no adoptó nunca medidas concretas con el Unido, ap. 72)».
fin de poner en marcha la idea que conlleva dicha propuesta, el Tribunal
considera que no hubiese si<:lo realista esperar a que el Refah hubiese podido (b) La charia
incluir tales objetivos en el programa de la coalición que había formado 120. El Tribunal señala que la intención de establecer un régimen ins-
con un partido político de tendencia centro-derecha. El Tribunal se limita a pirado en la charia la anunciaron explícitamente en las declaraciones citadas
constatar que el sistema multijurídico consiste en un proyecto político que por el Tribunal Constitucional, algunos miembros del Refah, todos dipu-
formaba parte del programa del Refah. . · tados ...
119. El Tribunal no percibe ningún motivo para apartarse de la conclu- 121. El Tribunal señala también las declaraciones hechas por el presi-
sión de la Sala según la cual el sistemamultijurídico, propuesto por el Refah, dente y vicepresidente del Refah relativas al deseo de fundar un «orden
no puede considerarse compatible con el sistema del Convenio. En su senten- justo» o un «orden de justicia» u «Orden de Dios» y que fueron tenidas en
cia, la Sala expuso el razonamiento siguiente: cuenta por el Tribunal Constitudonal: ·
«69. ( ... ) el Tribunal admite que el sistema multijurídico, tal y como lo
- El señor Necmettin E. anunció el 13 de abril de 1994 que «el Refah
proponía el RP, introduciría en el conjunto de las relaciones jurídicas una
llegará al poder, el orden [Social] justo ("adil düzen") será establecido»
distinción entre los particulares basada en la religión; separándolos en cate-
(apartado 31 supra), y en su discurso de 7 de mayo de 1996, dijo «Que los
gorías según su pertenencia religiosa y les reconocería derechos y libertades
que contribuyen, con convicción, a la supremacía de Hakk (Alá)» (apartado
no como individuos, sino en función de su pertenencia a mi movimiento
39 supra).
religioso.
En opinión del Tribunal, tal modelo de sociedad no podría ser conside- - El señor Ahmet T. afirmó, en una peregrinación en 1993, que si el
rado compatible con el sistema del Convenio por dos razones: pueblo «no hace los suficientes esfuerzos para la llegada del "hak nizami" (el
orden justo o el orden de Dios) ( ... ).Será tiranizado por [los renegados] y
Por un lado, suprime el papel del Estado como garante de los derechos y terminará por desaparecer( ... ) no podrá dar cuentas a Alá, ya que no habrá
las libertades individuales y organizador imparcial del ejercicio de las diversas actuado por la instauración del "hak nizami"» (apartado 35 supra).
600 lAS SENI'ENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO-DE DERECHOS HUMANOS X.-LIBERTAD DE REUNIÓN Y DE ASOCIACIÓN (ART. 11) 601

122. Estas dos últimas declaraciones, aun prestándose a diversas inter- 125. El Tribunal señala tambien, que el régimen teocrático islámico ya
pretaciones, tienen como común denominador la referencia a reglas religio- se impuso en la historia del derecho otomano. Turquía, durante la liquida-
sas y divinas en lo relativo al régimen político deseado por los oradores. ción del antiguo régimen teocrático y durante la fundación del régimen re-
Expresan una ambigüedad sobre la vinculación de sus autores a cualquier publicano, optó por una visión de la laicidad que confinaba al islam y a las
orden que no se base en normas religiosas. Teniendo en cuenta el contexto demás religiones a la esfera de la práctica religiosa privada. Recordando la
creado por las distintas tomas de postura atribuidas a los dirigentes del Refah importancia del respeto del principio de la laicidad en Turquía para la super-
y citadas en la sentencia del Tribunal Constitucional, por ejemplo sobre la vivencia del régimen democrático, el Tribunal considera que el Tribunal
cuestión del uso del velo islámico en el sector público o sobre la organizaci6n Constitucional tenía razón al estimar que el programa del Refah tendente a
de horarios en la función pública siguiendo las horas de oración, estas decla- establecer la charla era incompatible con la democracia (apartado 40 supra).
raciones se pueden entender razoriablemérite' en el mismo sentido que las
. (c) La charla y sus relaciones con el sistema multijurídico propuesto
declaraciones de los diputados del Refah revelando la intención del partido
de instaurar un régimen basado en la charla. El Tribunal puede aceptar la por el Refah
conclusión del Tribunal· Constitucional según la cual las declaraciones y to- 126. El Tribunal toma nota de las consideraciones del Tribunal Consti-
mas de postura dé· los responsables del Refah, constituyen un conjunto y tucional relativas al lugar del sistema multijurídico en la aplicación de la
forman una imagen ba.Stante clara de 1in modelo de Estado y de sociedad charla en la histoi-ia del derecho musulmán. De ellas se desprende que la
organizado según las reglas religiosas, cóncebido y propuesto por el partido. charla es un sistema: de derecho aplicable a las relaciones entre. los propios
·' musulmanes o entre musulmanes y miembros de otras creencias. A 1in de
123. El Tribunal comparte el análisis realizado por la Sala en cuanto permitir a las comunidades pertenecientes a otras religi,ones vivir en la socie-
a la incompatibilidad de la charla con los principios fundamentales de la dad dominada por la charla, el sistema multijurídico fue instaurado también
democracia, tal y como se derivan del Convenio: por el régimen teocrático islámico bajo el Imperio Otomwio antes de la
. .
«71. A semejanza del Tribunal Constitucional, el Tribunal. reconoce fundación de la República.
que la "Charla", al reflejar fielmente los dogmas y las normas divinas dictadas 127. El Tribunal no está autorizado a pronunciarse en abstracto sobre
por la religión, presenta un carácter estable e invariable. Le son extraños las ventajas o inconvenientes de un sistema multijurídico. Señala, para las
principios como el pluralismo en la participación política o la evolución ince- necesidades del presente asunto, que, como el Tribunal Constitucional le ha
sante de las libertades públicas. El Tribunal señala que, leídas conjunta- hecho observar, el proyecto político del Refah trataba de aplicar ciertas nor-
mente, las declaraciones en cuestión que contienen referencias explícitas a mas de derecho privado de la charla a una gran parte de la población tlirta
la instauración de la "Charla" ~on difícilmente compatibles con los principfos (es decir a las personas de religión musulmana) en el marco de un sistema
fundamentales de la democracia, como resultan del Convenio, comprendido multijurídico. Dicho proyecto va. más allá de la liberta~ de los particulares
como un todo. Es difícil a la vez declararse respetuoso de la democracia y de de practicar los ritos de su religión, por ejemplo, de organizar ceremonias
los derechos humanos y apoyar un régimen basado en la "Charla'', que se de boda religiosas, antes o después del acto civil del matrimonio (lo que por
desmarca claramente de los valores del Convenio, principalmente con res- otro lado es habitual en Turquía), así como de conceder al matrimonio reli-
pecto a sus normas de Derecho penal y de procedimiento penal, al lugar que gioso el efecto del acto del casamiento civil (ver, mutatis mutandis, Serif contra
reserva a las mujeres en el orden jurídico y a su intervención en todos. los Grecia, ap. 50). Este proyecto del Refah sobrepasa la esfera privada que el
campos de la vida privada y pública conforme a las normas religiosas. (... ) derecho turco reserva a la religión y se enfrenta a las mismas contradicciones
Así, en opinión del Tribunal, un partido político cuya acción de conjunto con el sistema del Convenio que las causadas por la instauración de la charla
parezca contemplar la instauración de la Charla en un Estado parte del Con- (apartado 125 supra).
venio, difícilmente puede ser considerado como una asociación conforme al
ideal democrático subyacente en el conjunto del Convenio» .. 128. Siguiendo este razonamiento, el Tribunal descarta la tesis de los
demandantes según la cual el impedir un sistema multijurídico de derecho
124. El Tribunal no puede perder de vista que los movimientos políti- privado en nombre del lugar especial reservado a la laicidad en Turquía,
cos basados en un fundamentalismo religioso han podido apoderarse en el equivaldría a establecer una distinción desfavorable a los musulmanes que
pasado del poder político en.algunos Estados y han tenido la posibilidad de quisieran vivir, en su ámbito privado, según los ritos de su religión .....
establecer el modelo de sociedad que proyectan. Considera que cada Estado
parte puede pronunciarse, conforme a las disposiciones del Convenio, contra Nadie discute ante el Tribunal que en Turquía, cada uno puede seguir
tales movimientos políticos en función de su experiencia histórica. en su esfera privada las exigencias de su religión. Por el contrario, Turquía,
602 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS X.-UBERTAD DE REUNIÓN YDE ASOCIACIÓN (ART. 11) 603
al igual que cualquier otra Parte Contratante, puede legítimamente impedir • Examen global de la «necesidad social imperiosa» :
que las normas de derecho privado de inspiración religiosa que atenteri con-
tra el orden público y los valores de la democracia en el sentido del Convenio 132. Procediendo a una evaluación conjunta de los puntos que se
(por ejemplo las normas que permiten la discriminación basada en el sexo acaba de enumerar más arriba sobre la existencia de una necesidad social
de los interesados, tales como la poligamia, los privilegios para el sexo mascu- imperiosa para la injerencia en cuestión, el Tribunal constata que los actos y
lino en el divorcio y la sucesión) encuentren aplicación bajo sujurisdicc\ón. discursos de los miembros y dirigentes del Refah invocados por el Tribunal
La libertad de suscribir contratos no puede usurpar el papel del Estado con- Constitucional eran imputables al conjunto del partido; que estos actos y
sistente en organizar de forma neutra e imparcial el ejercicio de las religio- discursos revelaban el proyecto político a largo plazo del Refah tendente a
nes, cultos y creencias (apartados 91-92 supra). instaurar un régimen basado en la charla en el marco de un sistema multijurí-
dico y que el Refah no excluía el recurso a la fuerza a fin de realizar -su
(d) La posibilidad de recurrir a la fuerza proyecto y mantener el sistema previsto por él. Considerando que estos pro-
129. El Tribunal tiene en cuenta bajo está rúbrica las sigúientes decla- yectos estaban en contradicción con la concepción de la «Sociedad democrá-
raciones invocadas por el Tribunal Constitucional y formuladas por: - tica» y que las posibilidades reales del Refah de aplicarlos hacían más tangible
e inmediato el peligro para la democracia, la sanción impuesta a los deman-
-Necmettin E., el 13 de abril de 1994, sobre la cuestión de' saber si el dantes por el Tribunal Constitucional, incluso en el marco del reduddo mar-
acceso al poder se haría violentamente o de manera pacífica (si d cambio gen de apreciación de que disponen los Estados, se puede razonablemente
sería sangriento o no apartado 31 supra); considerar que respondía a una «necesidad social imperiosa». ·
- Sevki Y., en abril de 1994, relativas a su interpretación de la «djihad» - Proporcionalidad de la medida enjuiciada.
y a la posibilidad para los musulmanes de armarse tras haber accedido al
poder (apartado 33 supra); 133. Tras examinar los argumentos de las partes, el Tribunal no con-
templa ningún motivo pertinente para apartarse de las siguientes considera-
- Rasan Hüseyin C., el 14 de marzo de 1992, que insulta y amenaza a ciones de la Sala: «81. El Tribunal ya ha considerado que la disolución de
los que apoyen un régimen de tipo occidental (apartado 34 supra); un partido político unida a una prohibición temporal a sus dirigentes de
- Sükrü K., en su discurso de 10 de noviembre de 1996, aconseja a los ejercer responsabilidades políticas era una medida radical y que medidas de
creyentes que guarden el rencor y el odio que tienen dentro de ellos (apar- tal severidad únicamente podían aplicarse en los casos más graves (véase
tado 36 supra); y _ • _. Sentencia Partido Socialista y otros anteriormente citada, ap. 51). En el caso
presente, acaba de constatar que la injerencia respondía a una "necesidad
-Ibrahim Halil C.,el 8 de mayo de 1997, desea que la sangre corrapara social imperiosa". Conviene igualmente indicar que tras la disolución del
evitar el cierre de las escuelas religiosas (apartado 37 supra). Refah, únicamente cinco de sus miembros diputados (incluidos los deman-
dantes) fueron destituidos temporalmente de sus funciones parlamentarias y
Tiene en cuenta, asimismo, la visita del señor Sevket K., entonces Minis-
de su papel de dirigentes de partido político. Los 152 diputados restantes
tro de Justicia, a un miembro de su partido acusado de incitación al odio
·continuaron ejerciendo su mandato y prosiguieron normalmente sus carreras
basado en la discriminación religiosa (apartado 38 supra).
políticas (... ) El Tribunal considera a este respecto que la naturaleza y la
[ ... ] gravedad de las injerencias son también elementos a tomar en consideración
cuando se trata de medir su proporcionalidad (véase, por ejemplo, Sürek
131. Por otro lado, el Tribunal hace suya la siguiente constatación de contra Turquía, ap. 64)».
la Sala: «73. (... ) Si bien es verdad que los dirigentes del Refah en los docu-
mentos gubernamentales no llamaron al uso de la fuerza y de la violencia 134. El Tribunal señala también que el perjuicio material alegado por
como medio político, no mostraron su desacuerdo con los miembros del los demandantes afecta en gran parte al potencial lucro cesante y presenta
Refah que apoyaban públicamente el recurso potencial a la fuerza contra un carácter especulativo. Teniendo en cuenta el escaso valor de los bienes
políticas que les eran desfavorables. Así, los dirigentes del Refah no suprimie- del Refah, su transmisión al Tesoro público no ~s susceptible de influir en la
ron la ambigüedad que caracterizaba a esas declaraciones en cuanto a la proporcionalidad de la injerencia en cuestión. Por otro lado, el Tribunal
posibilidad de recurrir a métodos violentos para acceder al poder y permane- señala que las prohibiciones de ejercer ciertas actividades políticas impuestas
cer en él (véase, mutatis mutandis, Sentencia Zana contra Turquía, de 25 de por cinco años a tres de los demandantes, los señores E., K. y T., tenían un
noviembre de 1997, ap. 58)». carácter temporal y que éstos, con sus discursos o tomas de postura en su
604 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS

condición de presidente y vicepresidentes del Refah, eran los principales


responsables de la disolución del partido. XI
Por lo tanto, las injerencias en cuestión no pueden ser consideradas DERECHO A CONTRAER MATRIMONIO
desproporcionadas con los fines perseguidos. Y A FUNDAR UNA FAMILIA (ART. 12)
4. Conclusión del Tribunal en cua11:to al artículo 11 del Convenio
135. En consecuencia, como resultado de un control riguroso en
cuanto a la presencia de motivos convincentes e imperativos que pudieran
justificar la disolución del Refah y la prescripción temporal de ciertos dere-
chos políticos pronunciada contra los demás demandantes, el Tribunal consi- 35. Asunto Johnst<Jn y otros c. Irlanda, de 18 de diciembre de 1986
dera que estas injerencias correspondían a una «necesidad social imperiosa» En el asunto Johnston y otros contra Irlanda,
y: eran «proporcionales a los fines perseguidos». Por lo tanto, la disolución
del Refah puede considerase «necesaria en una sociedad democrática» en el El Tribunal Etiropeo de Derechos· Humarios constituido ·en pleno en
sentido del artículo 11.2. · aplicación del artículo 50 de su Reglamento y compuesto por.Jos siguientes
Jueces: Señores R. Ryssdal, Presidente; J. Cremona, Thür Vtlhjálmsson, G.
136. No hubo, en consecuencia, violadón del artículo ll del Convenio.
Lagergren, F. Golcüklü, F .. Matsher, J. Pinheiro Farinha, L.-E.. Pettiti, B.
[ ... ] Walsh, Sir Vicent Evans, señores R. Macdonald, C. Russo, R. Bemhardt, J.
Gersing, A. Spielmann, J. de Meyer, J. A. Carrillo Salcedo, y por lo señores
POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL, POR UNANIMIDAD, M.-A. Eissen, Secretario, y H. Petzold, Secretario adjunto,
l. Declara, que no hubo violación del artículo 11 del Convenio;
Después de haber deliberado en privado· los días 30 de junio,· 1 de julio
2. Declara, que no procede examinar de forma separada las quejas basa:. y 27 de noviembre de 1986,
das en los artículos 9, 10, 14, 17 y 18 del Convenio ni de los artículos 1 y 3
del Protocolo núi:n. l. Dicta la siguiente

Hecha en francés y en inglés, leída en audiencia pública en el Palacio SENTENCIA


de Derechos Humanos de Estrasburgo, el 13 de febrero de 2003. Firmado:
Luzius Wildhabe.r, Presidente; Paul Mahoney, Secretario. [ ... ]
Se adjunta a la presente· sentencia, conforme a los artículos 45.2 del HECHOS
Convenio y 74.2 del Reglamento delTribunal, las siguientes opiniones: ·
- Opinión concordante del señor Ress a la que se adhiere el señor Roza- . 10. El primer demandante, Roy H. W. Johnston, nacido en 1930, es un
kis. alto cargo en materia de investigación científica aplicada. Reside en Rathmi-
nes, Dublín, con la segunda demandante, Janice Williams-Johnston, nacida
- Opinión concordante del señor Kovler en 1938; profesora, trabajaba como directora de una clase de párvulos en
' .
Dublín, pero está en paro desde 1985. La tercera demandante es su hija,
Nessa Doreen Williams:Johnston, nacida en 1978.
11. El primer demandante se casó con la señora M. en 1952, con arre-
glo al rito de la Iglesia de Irlanda; de este matrimonio nacieron tres hijos,
en 1956, 1959 y 1965.
_ En 1965 consideraron los cónyuges que el matrimonio habíafracásado
sin remedio y decidieron vivir separados en pisos distintos del domicilio fami-
liar. Varios años después, con conocimiento y consentimiento de ambos, en-
tablaron cáda uno relaciones y empezaron a vivir con terceras personas. La
606 l.AS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XI.-DERECHO A CONTRAER MATRIMONIO Y A FUNDAR UNA FAMILIA (ART. 12) 607

dos parejas se pusieron de acuerdo para residir en distintos pisos hasta que, amigos y vecinos, pero sigue llevando el suyo -Williams- a otros efectos.
en 1976, la esposa del señor Johnston se mudó de casa. Tiene el temor de descubrir a sus empresarios su exacta situación familiar y,
por no correr ese riesgo, no ha solicitado la nacionalidad irlandesa a pesar
En 1978, la segunda demandante, con la que Roy Johnston vivía desde de sus deseos de adquirirla.
1971, dio a luz.a Nessa. El consintió que figurara en el Registro de nacimien-
tos su nombre como el del padre (apartado 26 infra). 14. La tercera demandante tiene, con arreglo al Derecho irlandés, la
condición de hija ilegítima. Sus padres se angustian por no poder, ni siquiera
12. La Constitución de Irlanda (apartados 16 y 17 infra) impide al pri- con su consentimiento, reconocerla como hija suya con todos sus .derechos
mer demandante conseguir en Irlanda la disolución de su vínculo matrimo- de manutención y hereditarios a este respecto (apartados 30 a 32 infra).
nial mediante el divorcio para poder casarse con la segunda demandante. Temen también la vergüen:la que puede suponer pata ella su situación jurí-
Con el fin de regularizar sus· relaciones con una y otra y de atender a las dica, sobre todo en la escuela.
personas a su cargo, tomó la.S medidas siguientes:
15. Los dos primeros demandantes dicen. que, aunque no practican
a) Con el consentimiento de su mujer, consultó a varios abogados en
desde hace algún tiempo ninguna religión, se han afiliado recientemente a
Dublín y en Londres sobre la posibilidad de divorciarse fuera de Irlanda. Los
la Sociedad Religiosa de los Amigos (los cuáqueros). Esta decisión se debió
abogados londinenses le contestaron que no podía hacérlo en Inglaterra,
en parte a su preocupación de que Nessa recibiera una educación cristiana.
puesto que no residía en el ámbito jurisdiccional de los tribunales ingleses
(apartados 19 a 21 infra). La situación continuó, por tanto, siendo la misma.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
b) El 19 de septiembre de 1982 llegó con su esposa a un acuerdo ,for-
mal de separación, confirmando otro de Varios años antes. Ella recibía un [ ... ]
tanto alzado de 8.000 libras irlandesas, además de una pensión alimenticia
por los hijos nacidos de este matrimonio. que continuaban a su cargo. Las 11. La situación de los dos primeros demandantes
partes renunciaban también a sus derechos sucesorios sobre el patrimonio
del otro cónyuge. LA INCAPACIDAD PARA DIVORCIARSE YVOLVERSE A CASAR
c) El primer demandante legó el usufructo de su casa a la segunda (Artículos 12 y 8)
demandante, lanuda propiedad a sus cuatro hijos conjuntamente, una mitad
del resto de sus bienes a la segunda demandante y la otra mitad a sus cuatro 49. Alegan los dos primeros demandantes que la imposibilidad en él
hijos por partes iguales. derecho irlandés de conseguir la disolución del matrimonio de Roy Johnston
· y, como consecuencia, la incapacidad de casarse con Janice Williams:John-
d) Atiende las necesidades de la tercera demandante desde que nació ston les perjudican y violan los artículos 12 y 8 del Convenio.
y se ocupa de todo como un buen padre.
El Gobierno discute esta alegación y la Comisión la rechaza.
e) Contribuyó a mantener a su esposa hasi:a. que conduyó el acuerdo
de separación antes mendonado y atendió las necesidades· de los tres, hijos 50. En opinión de los demandantes, la cuestión fundamental en este
del matrimonio' mientras estÜVieron a su cargo. .· aspecto .del caso no es si el Convenio garantiza el derecho de divorC:iarse,
sino si su incapacidad para contraer matrimonio concuerda con el derecho
f) Ha designado a la segunda demandante beneficiaría de la pensión
de casarse o de volverse a casar y con el derecho al respeto de su vida familiar,
a que da derecho su puesto dé trabajo. ·
confirmados por los artículos 12 y 8.
g) Ha suscrito un seguro de enfermedad a favor de la segunda y de la
tercera demandante como miembros de su familia. · · · Entiende el Tribunal que las cuestiones suscitadas no se pueden separar
en categorías tan delimitadas. En toda sociedad en que rija el principio de
13. La segunda demandante, que económicamente depende en gran la monogamia no se concibe que Roy Johnston pueda casarse antes de la
medida del primero, está preocupada por la precariedad de su siti.Iación legal disolución de su matrimonio con la señorajohnston. Por su parte, la segunda
actual, especialmente porque no tiene derechos de alimentos ni expectativas demandante no se queja de una incapacidad general para casarse, sino de la
sucesorias en el supuesto de abintestato (apartado 23 infra). Como lo autoriia imposibilidad de hacerlo con el primer demandante, situación que es conse-
la ley, ha tomado el apellido del primer demandante y lo utiliza con sus cuencia precisamente de que éste no puede divorciarse. Por tanto, no cabe
608 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XI.-DERECHO A CONTRAER MATRIMONIO Y A FUNDAR UNA FAMILIA (ART. 12) 609
abordar el caso con independencia del problema de la inexistencia del divor- este Instrumento, por medio de una interpretación evolutiva, un derecho
cio. que no se incluyó al principio. Así sucede especialmente cuando, como en
el caso presente, la omisión fue intencionada.
El mtículo 12
Hay que añadir que el derecho al divorcio tampoco figura en el Proto-
51. Para examinar si los demandantes pueden deducir del artículo 12 colo núm. 7 del Convenio, abierto a la firma el 22 de noviembre de 1984.
el derecho al divorcio, el Tribunal tiene que averiguar el sentido ?rdinario · No se aprovechó la ocasión de regular esta cuestión en el artículo 5, que
que se debe dar a los términos de dicho precepto en su contexto y a la vista reconoce a los cónyuges algunos derechos complementarios, por ejemplo en
de su objeto y de su finalidad (Sentencia Golder, de 21 de febrero de 1975, el caso de disolución del matrimonio. Por otra parte, el apartado 39 de la
ap. 29, y art. 31.1 del.Convenio de Viena de 23 de mayo de 1969 sobre el exposición del Protocolo señala que las palabras «en el caso de su disohi-'
Derecho de los Tratados). ción», que aparecen en el artículo 5, «no implican ninguna obligación por
52. El Tribunal, de acuerdo con la Comisión, reconoce que el sentido parte del Estado de prever la disolución o los modos especiales de disolución
ordinario de las palabras «derecho de éasarse» es claro: se refieren al· naci- del matrimonio».
miento de las relaciones conyugales y n() a sU: disolución. Además,:~stán en 54. Por consiguiente, entiende el Tribunal que los. demandantes no
un contexto que se remite expresamente a las «leyes nacionales»; iricluso si, pueden deducir del artículo 12 el derecho al divorcio. En consecuencia, esta
como sostienen lós demandantes, se puede considerar la prohibidón del disposición no es aplicable en este caso, ni solo ni en relación con el apartado
divorcio como una limitación de la capacidad para contraer matrimonio, en 14.
una sociedad en que impera el principio dé la monogamia no cabe que se
califique dicha limitación como un ataque a la esencia del derecho garanti-
zado por el artículo 12. ID. La situación de la tercera demandante

Además, esta interpretación concuerda con el objeto y con la finalidad EL ARTÍCULO 8


del artículo 12, según resultan de los trabajos preparatorios. El origen del
artículo 12 es el artículo 16 de la Declaración Universal de Derecho Huma- 70. Alegan los interesados que la situación de la tercera. demandante
nos, cuyo apartado 1 dice lo siguiente: «El hombre y la mujer, a partir de la en el Derecho irlandés implica, con la consiguiente violación del artículo 8
edad núbil, y sin ninguna restricción por causa de raza, nacionalidad o reli- del Convenio, la existencia de injerencias en su vida familiar o una falta de
gión, tienen el derecho de casarse y de fundar una familia. Tienen lo dos respeto de la misma. Además de las cuestiones mencionadas en los párrafos
iguales derechos en relación al matrimonio, durante el matrimonio y a su d) y e) del apartado 65, citan como ejemplos las siguientes:
disolución». · · a) la situación de la filiación paterna de la tercera demandante (aparta-
El señor Teitgen, ponente de la Comisión de cuestiones jurídicas y admi- dos 25 y 26 supra);
nistrativas, al explicar a la Asamblea Consultiva por qué el proyecto del futuro b) la imposibilidad de que el primer demandante comparta la tutela
artículo 12 no recogía las palabras de la última frase del texto que acaba de de la tercera demandante y la falta de los derechos que nacen del parentesco
transcribirse, decía: «Con referencia al artículo de la Declaración Universal, hacia ella (apartado 27 supra);
hemos utilizado solamente el fragmento del artículo que consagra el derecho
de casarse y de fundar una familia; no así sus posteriores disposiciones sobre c) la imposibilidad de ser legitimada, ni siquiera mediante el subsi-
los derechos iguales después del matrimonio, puesto que solamente garanti- guiente matrimonio de sus padres (apartado 28 supra); ·
zamos el derecho de casarse» (Recopilación de los trabajos preparatorios,
vol. 1, pg. 268). · d) la imposibilidad de que la adopten conjuntamente sus padres (apar-
tado 29 supra);
Entiende el Tribunal que los trabajos preparatorios no manifiestan nin-
guna intención de incluir en el artículo 12 cualquier garantía del derecho a e) los derechos sucesorios de la tercera demandante en relación a sus
la disolución del matrimonio por medio del divorcio. padres (apartados 31 y 32 supra);
53. Es cierto que hay que interpretar el Convenio y sus Protocolos te- f) el trato que recibe la tercera demandante en el impuesto sobre. ad-
niendo en cuenta las circunstancias actuales (véase, entre otras, Sentencia quisición de capital (apartado 33 supra); y las repercusiones que le produce
Markx, anteriormente citada, ap. 58), pero el Tribunal no puede deducir de la regulación fiscal aplicable a sus padres [apartado 24.b) y c) supra];
610 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XI.-DERECHO A CONTRAER MATRIMONIO Y A FUNDAR UNA FAMILIA (ART. ·I2) 611

El Gobierno discute esta alegación. En cambio, la Comisión opina en su 70 supra. Señala, en cualquier caso, que muchos de ellos están tan entremez-
informe que se violó el artículo .8, puesto que el régimen legal aplicable en clados que la reforma de la Ley vigente en lin punto podría repercutir en
Derecho irlandés a la tercera demandante no respeta la vida familiar de los cualquier otro.
tres demandantes.
74. Como se recuerda en el preámbulo del Convenio Europeo de 15
71 •. Roy Johnston y Janice Williams-Johnston han podido tomar diver.,. de octubre de 1975 sobre la situación legal de los hijos nacidos fuera del
sas medidas para integrar a su hija en la familia (apartado 12 supra); sin matrimonio, «en muchos Estados miembros del Consejo de Europa se han
embargo, la cuestión que se plantea es si el «respeto» efectivo de la vida hecho y se hacen esfuerzos para mejorar la situación legal de los hijos nacidos
familiar impone a Irlanda la obligació:n positiva de mejorar la situación legal fuera del matrimonio, disminuyendo sus diferencias con la situación de los
de Nessa [apartado 55.c) supra]. habidos dentro del matrimonio, diferencias desfavorables para los primeros
en el ámbito legal y social». Incluso en Irlanda esta tendencia se manifiesta
72. Además de fos principios recordados en el apartado 55, tienen es-
en el proyecto de ley sobre la situación de los hijos, presentado reci_ente-
pecial importancia en este caso los siguientes fragmentos de la jurisprudencia
del Tribunal: · · mente en el Parlamento (apartado 3 supra).
El Tribunal no puede prescindir de esta evolución al conocer de esta
«... cuando el Estado establece en su ordenamiento kgal interno drégi-
parte del caso. Como puso de manifiesto la Sentencia Marckx anteriormente
men aplicable a determinados lazos de familia como los de la madre soltera
citada, el «respeto» de la vida familiar, considerando que ~barca las relacio-
con su hijo, tiene que proceder de manera que permita a los interesados
nes entre los parientes próximos implica la obligación para el Estado de
llevar una vida familiar normal. Tal como lo concibe el artículo 8, el respeto
actuar de manera que permita su desarrollo normal (ap. 45). Ahora bien, en
de la vida de familia implica en especial, en opinión del Tribunal, la existen-
este caso el Tribunal entiende que el desarrollo normal de los lazos familiares
cia en el Derecho nacional de una protección legal que haga posible, desde
naturales entre los dos primeros demandantes y su hija exige que se la colo-
el nacimiento, la integración del niño en su familia. El Estado puede escoger
que, legal y socialmente, en una situación cercana a la de un hijo legítimo.
para ello entre varios procedimientos pero una legislación que no satisfaga
estas exigencias violará el apartado 1 del artículo 8, sin que sea necesario 75. Sin embargo, si se estudia en su conj~nto la situación legal en la
examinar la cuestión en el ámbito del apartado 2» {Sentencia Marckx ante- actualidad de la tercera demandante, se advierte que es muy distinta de la
riormente citada, ap. 31). de un hijo legítimo; además, no se ha prohado que Nessa o sus padres cuen-
ten con medios que les permitan suprimir o atenuar estas diferencias. En las
«Para determinar si existe una obligación positiva, hay que tener en
circunstancias de este caso, y a pesar del amplio margen de apreciación que
cuenta -preocupación que subyace en el Convenio considerado como un
tiene Irlanda en esta materia [apartado 55.c) supra], la falta de un régimen
todo- el equilibrio justo que se debe procurar entre el interés general y los
legal adecuado que refleje los lazos familiares naturales de la tercera deman-
intereses de la persona( ... ). En la búsqueda de un equilibrio así tienen cierta
dante supone una falta de respeto para su vida familiar.
importancia los objetivos enumerados en el apartado 2 del artículo 8, aunque
esta disposición habla solamente de las "injerencias" en el ejercicio del dere- Supone también una falta de respeto para la de los primeros demandan-
cho protegido por el primer apartado y se refiere, por tanto, a las obligacio- tes, si se tienen en cuenta sus estrechas e íntimas relaciones con su hija. En
nes negativas que son su consecuencia... » (Sentencia Rees, de 17 de octubre contra de la opinión del Gobierno, lo que acaba de comprobarse no implica
de 1986, ap. 37). - llegar a la conclusión, de manera indirecta, de que Roy J ohnston debería
tener el derecho de divorciarse y de volverse a· casar; así lo demuestra el
Como subraya el Gobierno, el caso Marckx se refería solamente a las
hecho de que la propia Irlanda está considerando mejorar la situación legal
relaciones entre la madre y su hijo. No obstante, entiende el Tribunal que
de los hijos naturales sin dejar de mantener la prohibición constitucional del
sus observaciones sobre la integración de un hijo en su familia son aplicables
divorcio. ·
también a un caso como el presente, relativo a unos padres que desde_ hace
muchos años viven con su hija en una relación familiar, pero que no pueden 76. De acuerdo con lo dicho ha habido violación en esto el artículo 8
casarse porque el matrimonio de uno de ellos es indisoluble. · en cuanto a los tres demandantes.
73. También aquí el Tribunal fijará toda su atención en la reclamación 77. No incumbe al Tribunal señalar las medidas que debe tomar Ir-
general sobre la situación legal de la tercera demandante (véase, mutatis mu- landa en relación con la cuestión que se ha. examinado; deja así al Estado
tandis, el apartado 67 supra): retendrá en su mente, sin estudiarlos por sepa- demandado la elección de los medios que ha de utilizar en su Derecho in-
rado, los diversos aspectos del Derecho irlandés enumerados en el apartado terno para cumplir la obligación que le impone el artículo 53 del Convenio
612 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS

(Sentencias Airey, ap. 26, y Marckx, ap. 58, respectivamente). Al escogerlos,


Irlanda debe procurar que se mantenga el justo equilibrio entre el interés
general y los intereses de la persona.
EL ARTÍCULO 14 36. Asunto l. contra Rei.no Unido, de 11 de julio de 2002

78. La tercera demandante se considera víctima de una discriminación, En el asunto l. contra Reino Unido,
contaría al artículo 14 en relación con el artículo 8, debido a las diferencias
que establece el Derecho irlandés entre los hijos legítimos y los hijos natura- El Tribunal-Europeo de Derechos Humanos, constilll:ido en una Gran
les en cuanto a sus: derechos sucesión sobre el patrimonio de sus padres Sala compuesta por los siguientes Jueces: señores L. WildJ:iaber, Presidente,
(apartados 31 y 32 supra). ].-P. Costa, L. Caflish, R. Türmen, K. Jungwiert, M. Fischbach, V. Butkevych,
El Gobierno rechaza esta alegación. J. i-Ic::digan, A. B. Baka, K. Traja, M.Ugrekhelidze, Sir Nicolas )3ratza, señor(lS
E. Palpi, N. Vajic, H. S. Greve, A. Mularoni, así como por el señor P. J.
79. El Tribunal, como la Comisión, no considera necesario resolver esta Mahon'.ey, Secretario,
cuestión por separado: los derechos sucesorios se incluyen en los aspectos del
Derecho irlandés que ya ha tenido eh cuenta al co.nocer de la reclamación so- Tras haber deliberado en privado los días 20 de marzo y 3 de julio de
bre la situación jurídica de la tercera demandante (apartados 70 a 76 supra). 2002,
POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL,
Dicta la siguiente
l. Rechaza, por unanimidad, las excepciones preliminares del Gobier-
no.
SENTENCIA
2. Declara, por dieciséis votos contra uno, que la falta en el Derecho
irlandés de disposiciones que permitan el divorcio y la consiguiente incapaci- HECHOS
dad de los dos primeros demandantes para contraer matrimonio entre sí no
violan el artículo 8 ni el artículo 12 del Convenio. .
14. La demandante, ciudadana británica nacida en 1955, es una transe-
3. · Declara, por dieciséis votos contra uno, que los dos primeros deman- xual operada que pa.SÓ del sexo masculino al sexo femenino. Trabajó dúrante
dantes no son víctimas de una discriminación, contaría al artículo 14 en cierto tiempo cómo ayudante dentista en el ejército; en 1985 se le denegó la
relación con el artículo 8, por la razón de que el Derecho irlandés pueda inscripción en un curso para la obtención de un diploma de enfermera de-
reconocer determinados divorcios declarados en el extranjero. bido a que no había querido presentar una copia de su partida de nacimien-
. 4. Declara, por dieciséis votos.contra uno, que el artículo 9 no es áplica- to .
ble en este caso.
15. A la. edad de 33 años se jubiló con una pensión de invalidez por
[ ... ] motivos de salud.
6. Declara, por unanimidad, que la situación legal de la tercera deman-
dante en el Derecho Irlandés viola el artículo 8 en cuanto a los tres deman- 16. En 1993 y 1994 envió cartas a distintas instituciones solicitando
dantes. que la legislación.aplicable fuera modificada de manera que permitiera el
reconocimiento jurídico de los cambios de sexo.
Hecha en francés y en inglés, y pronunciada en audiencia pública en el
Palacio de Derechos Humanos, en Estrasburgo, el 18 de diciembre del986. 17. . El 31 de julio de 2001 la administración le solicitó una copia auten-
Firmado: Rolv Rvssdal, Presidente; Marc-André Eissen, Secretario. tificada de su partida de nacimiento en apoyo de su solicitud tendente a
Se une a esta Sentencia una declaración del señor Pinheiro Farinha y, obtener del Estado un préstamo de estudiante. El 14 de agosto de 2001, se
con arreglo a los artículos 51.2 del Convenio y 52.2 del Reglamento, una le volvió a pedir un extracto de la partida de nacimiento durante la entrevista
opinión del señor De Meyer. · · posterior a su candidatura á un puesto de asistente administrativo en un
establecímien to penitenciario.
614 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XI.-DERECHO A CONTRAER MATRIMONIO Y A FUNDAR UNA FAMILIA (ART: 12) 615

FUNDAMENTOS DE DERECHO y como muestra el asunto X., Y. y Z. contra Reino Unido previamente citado),
parece ilógico que rechace reconocer las implicaciones juridicas del resul-
tado al que conduce el tratamiento.
l. Sobre la violación del artículo 8 del convenio
[ ... ]
LA SITUACIÓN DE LA DEMANDANTE COMO TRANSEXUAL
64. Aunque siga siendo cierto también que un transexual no puede
58. El Tribunal constata que la dema.IÍdante, inscrita del sexo mascu- adquirir todas las características biológicas del nuevo sexo (Sentencia Shef-
lino al nacer, se sometió a una operación de cambio de sexo y lleva desde field y Horshman previamente citada, pg. 2028, ap. 56), el Tribunal constata
entonces una vida social de mujer. Sin embargo, la inte.resada sigue sieI1do que con la sofisticación en aumento de las intervenciones quirúrgicas y de
un hombre en el planojuridico. Esta situación ha ténido y eoritinúa tenie1:1do los tipos de tratamientos hormonales, el principal aspecto biológico de fa.
repe_rcusiones ert su vida cuando el sexo tiene una aplicadón juridica y se identidad sexual que permanece inmutable es el elemento cromosómico.
producen distinciones entre hoínbres y mujeres, por ejemplo en las pen-siO- Ahora bien, se sabe que se pueden producir anomalías cromosómicas de
nes y en la edad déjubilaeión. La interesada igualmente dio ejemplos 9.e forma natural (por ejemplo en los casos de intersexualidad, en los que los
situaciones en las que, en el marco de las formalidades al uso, fue m\i'itada ·a criterios biológicos al nacer no concuerdan entre ellos) y que ciertas perso-
presentar una copia de su partida de nacimiento. En opinión del Gobierno, nas que las padecen .deben sufrir un cambio a uno u otro sexo, según el
en esos casos podía solicitar que se le facilitara otro documento que atesti- caso. En opinión del Tribunal, no es evidente que el elemento cromosómico
guara su identidad; con ello correría el riesgo sin embargo de atraer la aten- deba inevitablemente constituir -excluyendo cualquier otro- el criterio de-
ción sobre su situación. terminante a los efectos de la atribución juridica de una identidad sexual a
los transexuales (ver la opinión disidente delJuezThorpe en el asunto Bellin-
59. Hay igualmente que reconocer que puede haber un grave ataque
ger contra Bellinger citada en el apartado 36 supra, y la decisión del Juez
a la vida privada cuando el derecho interno es incompatible con un aspecto
Chisholm en el asunto ausi:raliano Re Kevin citada en el apartado 39 supra).
importante de la identidad personál (ver,~mutatis mutandis, Sentencia Dud-
geon contra Reino Unido, de 22 de octubre de 1981, ap. 41). El estrés y la 65. El Tribunal por tanto no cree que la situación del conocimiento
enajenación que genera la discordancia entre el rol adoptado en la sociedad médico o científico proporcione un argumento determinante en cuanto al
por un transexual operado y la condición impuesta por el derecho, que re- reconocimiento jurídico de los transexuales.
chaza consagrar el cambio de sexo, no pueden ser considerados, en opinión
del Tribunal, un inconveniente menor derivado de una.formalidad. Se trata 67. El Tribunal constata que en el asunto Rees, en 1986, había obser-
de ún conflicto entre la realidad social y el derecho que pone al transexual vado que apenas existía coincidencia de opiniones entre los Estados, autori-
en una situación anorniaf illspirándole sentimientos de vulnerabilidad, humi- zando unos el cambio de sexo y otros no, y que, en su conjunto, el derecho
llación y ansiedad. · parecía atravesar una fase de transición (Sentencia Rees previamente citada,
ap. 37). En el asunto Sheffield y Horsham resuelto posteriormente, hizo hin-
60. En el caso de que se trata, como en muchos otros, el cambio de capié en la ausencia de una tendencia común europea en cuanto a la manera
sexo de la demandante se hizo con cargo a la Seguridad Social, que reconoce de tratar las repercusiones que el reconocimiento juridico de los cambios de
el estado de disforia sexual y, entre otras cosas, asegura el cambio mediante sexo podía tener en otros ámbitos del derecho como el matrimonio, la filia-
la intervención quirúrgica con vistas a lograr uno de sus fines esenciales, a ción, o la protección de la vida privada o de los datos. Aunque ello pueda
saber que el transexual se asemeje en lo posible al sexo al que siente pertene- influir en este caso, la ausencia de dicha tendencia común entre los 43 Esta-
cer realmente. El Tribunal está preocupado por el, hecho de que el cambio dos contratantes apenas sorprende teniendo en cuenta la diversidad de siste-
de sexo, que se efectúa con toda legalidad, no desemboque en una plena mas y tradiciones jurídicas. Conforme al principio de subsidiariedad, corres-
consagración en derecho, que pudiera ser considerada como la última etapa ponde ante todo a los Estados parte decidir las medidas necesarias para
y el final de un proceso de transformación largo y dificil sufrido por la intere- asegurar el reconocimiento de los derechos garantizados por el Convenio a
sada. Para efectuar· la apreciación desde el punto de,vista del artículo 8 del toda persona dependiente de su jurisdicción y, para resolver en sus órdenes
Convenio, hay que conceder importancia a la coherencia de las prácticas jurídicos internos los problemas concretos planteados por el reconocimiento
administrativas y juridicas en el orden in:terno. Cuando un Estado autoriza jurídico de la condición sexual de los transexuales operados, los Estados con-
el tratamiento y la intervención quirúrgica que permita aliviar la situa~ión tratantes deben gozar de un amplio margen de apreciación. Asimismo, el
de un traí:isexual, financia en todo o en parte las operaciones y llega a con- Tribunal concede menos importancia a la ausencia de elementos que indi-
sentir la inseminación artificial de una mujer que vive con un transexual (tal quen un consenso europeo respecto a la manera de resolver los problemas
616 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XI.-DERECHO A CONTRAER MATRIMONIO Y A FUNDAR UNA FAMILIA (ART. 12) 617
jurídicos y las prácticas que a la existencia de elementos claros e indiscutibles [... ]
que muestren una tendencia internacional continua, no solamente hacia una
creciente aceptación social de los transexuales sino también hacia el recmno- . 75. Teniendo en cuenta lo que precede, el Tribunal considéra que el
cimiento jurídico de la nueva identidad sexual de los transexuales operados. Estado demandado ya no puede invocar su margen de apreciación eh la
materia, salvo en lo referente a los medios a ejecutar para asegu:ra{el recono-
[ ... ] cimiento del derecho protegido del Convenio. Al no concurrir ningún factor
importante de interés público con el interés de la demandante en: obtener
72. . Dicho esto, la dignidad y la libertad del hombre son la esencia el reconocimiento jurídico de su cambio de sexo, el Tribunal concluye que
misma del Convenio. Concretamente, en el terreno del artículo 8, en el que la noción del equilibrio justo inherente al Convenio inclina resueltamente la
la noción de autonomía personal refleja un principio importante que sub- balanza a favor de la demandante. Por lo tanto, no se respetó el derecho de
yace en la interpretación de las garantías de dicha disposición, .1a· esfera per- la interesada a su vida privada, violándose así el artículo 8 del Convenio. '
sonal de cada individuo está protegida, incluido el derecho de cada uno a
establecer los detalles de su identidad de ser humano (ver, en particular, 11. Sobre la violación del artículo 12 del convenio
Sentencias Pretty contra Reino Unido, de 29 de abril de 2002, ap. 62, y Miku-
lic contra Croacia, de 7 de febrero cde 2002, ap. 53). En el siglo XXI, la A) APRECIACIÓN DEL TRIBUNAL
facultad para los transexuales de gozar plenamente, al igual que sus. conciu-
dadanos, del derecho al desarrollo personal y a la integridad fisica y moral, 79. El Tribunal recuerda que en los asuntos Re es, Cossey y Sheffield. y
no puede considerarse una cuestión controvertida que exija tiempo para que Horshman, la imposibilidad para los demandantes transexuales de casarse
enfrentarse claramente a los problemas en juego. En resumen, la situación con una persona del sexo opuesto a su nuevo sexo fue considerada no contra-
insatisfactoria de los transe:Xuales operados, que viven entre dos muridos por- ria al artículo 12 del Convenio. Esta conclusión procedía, según el caso, del
que no pertenecen ~érdadetameiite a u:n sexo ni a otro, no puede durar rriás. razonamiento según el cual el derecho a casarse aludía al matrimonio tradi-
cional entre dos personas de sexo biológico distinto (Sentencia Rees previa-
73. El Triblll)al no subestima las dificultades que plantea un cambio mente citada, ap. 49), de la idea de que el apego a los criterios biológicos
fundamental del sistema ni las repercusiones importantes que dicha medida para determinar el sexo de una persona a efectos de matrimonio dependía
tendrá inevitablemente, no solamente para él registro de náeimientos, sino del poder reconocido a los Estados parte para reglamentar por medio de
también en ámbitos tales como el acceso a los registros, el derecho de familia, leyes el ejercicio del derecho a casarse y de la constatación de que las leyes
la filiación, la sucesión, la justicia penal, el empleo, Ja Seguridad Social y los del Estado demandado en la materia no se puede considerar qúe restrinjan
seguros. Sin embargo, se desprende claramente del informe del grupo de o reduzcan el derecho para un transexual a casarse de una forma o hasta un
trabajo interministerial que estos problemas están lejos de ser insuperables, punto que lo vulneren en su sustancia misma (Sentencias Cossey, ap. 44-46,
al haber considerado dicho grupo que podía proponer como una de las y Sheffield y Horsham, ap. 66-67,. previamente citadas). El Tribunal se basó
opciones el plen:o reconocimiento jurídico de la nueva identidad sexual, también en el texto del artículo 12, interpretando que protege el matrimonio
salvo ciertos criterios. y procedimientos. Tal y como señaló Lord Justice como fundamente de la familia (Sentencia Rees, loe. cit.).
Thorpe en el asunto Bellinger, todas las dificultades que pudieran surgir, en
particular en el ámbito· del derecho de familia, se pueden a la vez gestionar 80. Volviendo a examinar la situación en el año 2002, el Tribunal se-
y aceptar si se lirriita a los· transexuales operados que han realizado plena- ñala que mediante el artículo 12 se encuentra garantizado el derecho funda-
mente su conversión. Al Tribunal tampoco le convence la tesis del Gobierno mental, para un hombre y una mujer, a casarse y fundar una familia. Sin
según la cual el hecho de tolerar la aplicación a la demandante de las disposi- embargo, el segundo aspecto no es una condición del primero, y la incapaci-
ciones específicas de las mujeres, lo que cambiaría también la fecha de su dad para una pareja de concebir o criar a un hijo no puede en sí misma
jubilación, sería una injusticia para las demás personas afiliadas a la Seguri- privarle del derecho citado por la primera parte de la disposición en cues-
tión.
dad Social y al régimen de pensiones del Estado. De hecho, no se ha probado
que la modificación de la condición de los transexuales pudiera implicar 81. El ejercicio del derecho a casarse implica consecuencias sociales,
dificultades concretas o notables o un ataque al interés público. En cuanto personales y jurídicas. Obedece a Leyes internas de los Estados parte, pero
a las demás consecuencias eventuales, el Tribunal considera que se puede las limitaciones que resultan de ello no deben restringirlo o reducirlo de una
razonablemente exigir de la sociedad que acepte algunos inconvenientes con forma o hasta un punto que lo vulneren en su.sustancia misma (Sentencias
el fin de permitir a otros vivir con dignidad y respeto conforme a la identidad Rees previamente citada, ap. 50, y F. contra Suiza, de 18 de diciembre de
sexual escogida por ellos al precio de enormes sufrimientos. 1987, ap. 32).
618 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
T
1
XI.-DERECHO A CONfRAER MATRIMONIO Y A FUNDAR UNA FAMILIA (ART. 12) 619

82. La primera frase alude expresamente al derecho para un hombre la cuestión en el marco de su margen de apreciación. En efecto, ello llevaría
y una mujer a casarse. El Tribunal no está convencido de que actualmente a concluir que el abanico de las opciones abiertas a un Estado contratante
se pueda seguir admitiendo que estos términ~s impliquen que el sexo deba llega hasta prohibir en la práctica el ejercicio del derecho a casarse. El mar-
ser deterniinado según criterios puramente biológi<;os (así lo declaró elJuez gen de apreciación no puede ser tan amplio; aunque corresponda al Estado
Ormrod en el asunto Corbett contra Corbett, apartado 17 supra). Desde. la parte determinar, concretamente, las condiciones que debe reunir un transe-
adopción del Convenio, la institúción del matrimonio se ha visto profun-da- xual que reivindica el reconocimiento jurídico de su nueva identidad sexual
mente trastornada por la evolución de la sociedad, y los progresos de la para establecer que realmente ha habido un cambio de sexo y aquellas en
medicina y de la ciencia han llevado consigo cambios radicales en el ámbito las que un matrimonio anterior deja de ser válido, o incluso las formalidades
de la transexualidad. El Tribunal há constatado más arriba, en el terreno del aplicables a un futuro matrimonio (por ejemplo, las informaciones a propor-
artículo 8 del Convenio, que la no concordancia de los factores biológicos cionar a los futuros esposos), el Tribunal no ve motivo alguno que justifique
en un transexual operado ya no podía constituir un motivo suficiente para que los transexuales se vean privados en todas las circunstancias del derecho
justificar la negativa a reconocer jurídicamente el cambio de sexo del intere- a casarse.
sado. Hay que tener en cuenta otros factores: el reconocimiento por parte 86. Concluye, por tanto, que hubo violaeión del artículo 12 del Conve-
de la comunidad médica y de las autoridades sanitarias en los Estados parte nio en este caso.
del estado médico de trastorno de la identidad sexual, la oferta de tratamien-
tos, incluidas las intervenciones quirúrgicas, _que permiten a la persona en POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL,
cuestión asemejarse en lo posible al sexo al que cree pertenecer, y la adop-
l. Declara, por unanimidad, que hubo violación del artículo 8 del Con-
ción por ésta del rol social de su nuevo sexo. El Tribunal. constata también
venio;
que el texto del artículo 9 de la Carta C:Íe los Derechos Fúndamentales de la
Unión europea adoptada recientemente se aparta -y ello no puede ser sino 2. Declara, por unanimidad, que hubo violación del artículo 12 del
deliberado- del artículo 12 del Convenio en cuanto a que excluye la referen- Convenio;
cia al hombre y a la mujer (apartado 41 supra).
[ ... ]
83. El derecho al respeto de la vida privada garantizádo por el artículo Hecha en francés y en inglés, leída en audiencia pública en el Palacio de
8 no engloba sin embargo el conjunto de las cuestiones que se plantean Derechos Humanos de Estrasburgo, el 11 de julio de 2002. Firmado: Luzius
en el terreno del artículo 12, que menciona expresamente las condiciones Wildhaber, Presidente; Paul Mahoney, Secretario.
impuestas por las Leyes internas. El Tribunal ha examinado si el hecho de
que el derecho interno admita a efectos del matrimonio el sexo registrado al Se adjuntan a la presente sentencia, en aplicación de los artículos 45.2
nacer constituye una limitación que vulnere la sustancia misma del derecho a del Convenio y 74.2 del Reglamento, las siguientes opiniones:
casarse. A este respecto considera artificial afirmar que a las personas que
- Opinión concordante del señor Fishbach;
han sufrido una intervención de cambio de sexo no se les priva del derecho
a casarse ya que, conforme a la Ley, sigue permitiéndoseles casarse con una - Opinión parcialmente disidente del señor Türmen;
persona del sexo opuesto a su antiguo sexo. En este caso la demandante lleva
una vida de mujer, mantiene una relación con un hombre y desea única- - Opinión parcialmente disidente de la señora Greve;
mente casarse con un hombre. Ahora bien, no tiene esa posibilidad. En opi- -Opinión concordante del señor Fishbach.
nión del Tribunal, la interesada puede por tanto quejarse de la vulneración
de la sustancia misma de su derecho a casarse.
[ ... ]

85. Los elementos sometidos por Liberty permiten constatar que aun-
que el matrimonio de los transexuales tiene una gran adhesión, el número
de países que autorizan dicho matrimonio bajo su nueva identidad sexual es
inferior al de los Estados que reconocen el cambio sexual en sí mismo. El
Tribunal no está convencido sin embargo de que ello constituya la base de
la tesis según la cual los Estados parte deban poder reglamentar totalmente
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1

XII
DERECHO A UN RECURSO EFECTIVO (ART.13)

37. Asunto Klass c. Alemania, de 6 de septiembre de 1978


En el asunto Klass y otros contra Alemania,
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, celebrando sesión en for-
mación plenaria, en aplicación del artículo 48 del Reglamento del Tribunal
y compuesto por los siguientes Jueces señores G. Balladore Pallieri, Presidente;
G. Wiarda, H. Mosler, M. Zekia,J. Cremona, P. O'Donoghue, Thor Vilhjalm-
sson, W. Ganshof Van del Meersch, Sir Gerald Fitzmaurice, señora D .. Bind-
schedler-Robert, señores P. H. Teitgen, G. Lagergren, L. Liesch, F. GOlciiklü,
F. Matscher, J. Pinheiro Farinha, así como por el señor H. Petzold, Secretario
adjunto,
Habiendo deliberado los días 11, 13 y 14 de marzo, el 30 de junio y 1,
3 y 4 de julio de 1978.
Dicta la siguiente

SENTENCIA

[ ... ]
HECHOS

10. Los recurrentes Gerhard Klass, Oberstuatsanwalt, Peter Lubberger


(abogado),Jürgen Nussb~ch Uuez), Hans-Jürgen Pohl y Dieter Selb (aboga-
dos) son ciudadanos alemanes. El Sr. Nussbruch vive en Heidelberg. Los
demás recurrentes residen en Mannheim.
Los cinco denuncian como contrarios al Convenio el artículo 10.2 de la
Ley Fundamental y una ley promulgada en virtud de esta disposición, la Ley
de 13 de agosto de 1978, relativa a la restricción del secreto de la correspon-
dencia, de los envíos postales y de las telecomunicaciones («la G 10»). No
rebaten al Estado el derecho a recurrir a las medidas de vigiláncia previstas
por la legislación; atacan esta última al permitir estas medidas sin obligar a
las autoridades a avisar a posteriori y en todos los casos a los iilteresados, y por
excluir cualquiér recurso a los Tribunales contra fa adopción y ejecución• de
medidas semejantes. Su demanda se refiere a la legislación tal como la ha
modifi.cado e interpretado el Tribunal Constitucional Federal.
T
.
.

1
1
623
622 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XII.-DERECHO A UN RECURSO EFEGrNO (ART. 13)

11. Antes de someter el asunto a la Comisión, los demandantes recu- implicados en una medida de vigilancia dirigida contra otra persona al me-
rrieron ante el Tribunal Constitucional federal. Mediante Sentencia de 15 nos de forma que haya permitido identificarles. En fin, se debe excluir que
de diciembre de 1970, el Tribunal decidió que el artículo 1.5, apartado 5, de hayan sido vigilados por error... a causa; por ejemplo, de una confusión en
la G 10 era nulo, al ser incompatible con el artículo 10.2, segunda frase, de un número de teléfono •.. , pues en casos parecidos, los interesados son infor-
la Ley Fundamental, ya que excluía la información al interesado sobre las mados de la medida de vigilancia».
medidas de vigilancia incluso cuando pudiera hacerse sin comprometer la
[ ... ]
finalidad de la medida. El mencionado Tribunal ha rechazado el recurso en
cuanto al resto de los motivos alegados (Repertorio del Tribunal Constitucio- FUNDAMENTOS DE DERECHO
nal, vol. 30, pgs. 1 y ss.).
Al tener el fallo de la sentencia fuerza de ley, las autoridades competen- [ ... ]
tes están obligadas a aplicar la G 10 en la forma y siguiendo la interpretación
establecida por el Tribunal Constitucional. El Gobierno de la República Fe- m. Sobre la violación del artículo 13
deral de Alemania se inspiró en esta senteneia para proponer las modificacio- . 1
61. Los recurrentes denuncian igualmente una violación del artículo
nes de la G 10; pero el procedimiento parlamentario no ha terminado toda- 13, cuya redacción es la siguiente:
vía.
«Toda persona cuyos derechos y libertades reconocidos en el presente
12. En cuanto al derecho de los recurrentes para someter un asunto, Convenio hayan sido violados tiene derecho a la concesión de un recurso
el Tribunal Constitucional estableció lo siguiente: . efectivo ante una instancia nacional incluso cuando la violación haya sido
«Para poder interponer un recurso constitucional contra una ley, hay cometida por personas en el ejercicio de sus funciones oficiales».
que alegar que esta última, y no un simple acto de ejecución, viola de forma 62. En opinión de los recurrentes, el artículo 13 obliga a los Estados
inmediata y directa un derecho fundamental del propio recurrente. (... ) Es- contratantes a prever un recurso efectivo contra toda violación alegada del
tos requisitos no se cumplen: según su propia tesis, solamente un acto del Convenio. Cualquier otra interpretación le privaría de sentido. El Gobierno
ejecutivo puede lesionar a los recurrentes en sus derechos fundamentales. y la Comisión, por el contrario, creen que no debe aplicarse en ausencia de
La facultad de los interesados de recurrir debe ser rechazada, ya que no se violación de un derecho garantizado por otro artículo de la Constitución.
acredita la vulneración a sus derechos. En este caso, se les debe posibilitar el
recurso constitucional directamente contra la ley cuando otras razones impi- 63. En la Sentencia Sindicato Sueco de Conductores de Locomotoras
dan presentar uno contra el acto de ejecución( ... )» (ibidem, pgs. 16-17). de 6 febrero 1976, el Tribunal-no se consideró llamado a zanjar la cuestión
de si el artículo 13 sirve únicamente para el caso de una violación semejante,
13. Aunque alegando tanto ante el Tribunal Constitucional como ante pues había demostrado que existía un recurso efectivo ante una «instancia»
la Comisión haber sufrido las medidas de vigilancia, los recurrentes ignora- nacional (serie A, núm. 20, pg. 18, ap. 50; ver también la Sentencia De Wtlde,
ban si la G 10 les había sido efectivamente aplicada. Ooms y Versyp de 18 de junio de 1971, serie A, número 12, pg. 46, ap. 95).
En este punto, el agente del Gobierno ha declarado al Tribunal lo si- En el presente caso, debe decidirse sobre la aplicabilidad del artículo 13
guiente: antes de examinar el carácter efectivo de todo recurso aplicable en virtud de
la ley alemana.
«Para eliminar toda incertidumbre en cuanto a los hechos y dotar al . .

Tribunal de una base indiscutible de decisÍón, ·ei Ministeno Federal de Inte- ·' 64. El artículo 13 prevé que todo individuo al que le «hayan sido viola-
rior, competente en la materia, me ha:á.utoriza'do, con el acuerdo de la Comi- dos» sus derechos y libertades reconocidos por el Convenio debe tener un
sión G 10, a facilitarles la.S predsiones siguientes: . . ' «recurso efectivo ante una instancia nacional», lo mismo que «Si la violación
hubiera sido cometida» por personas en el ejei·cicio de sus potestades públi-
En ningún. momento las medidas de vigilancia haiL sido ordenadas ni cas. Tomado esto al pie de la letra, .parece indicar que sólo existe el derecho
ejecutadas contra: los recurrentes en los términos de la Ley. establecida, en a un ·recurso interno si ha· habido. «violación». No obstante, nadie puede
virtud del artículo 10 de la Ley Fundamental. Los recurrentes nó han sido probar una violación ante una «instancia nacional» si no ha podido interpo-
objeto de tales medidas ni como sospechosos de uno de los delitos enumera- ner un recurso ante tal «instancia». Como ha afirmado la minoría de: la Comí.,.
dos en la Ley, ni en calidad de terceros en el sentido del artículo L2, apar- sión, no se puede, pues, subordinar la interpretación del artículo 13 a la
tado 2, de la G 1O. Hay que excluir también que ·estuvieran :indirectamente condición de que el Convenio haya sido efectivamente violado. En opinión
624 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XII.-DERECHO A UN RECURSO EFECTIVO (ART. 13) 625

del Tribunal, el artículo 13 exige que un individuo que se considere. lesio- En opinión del Tribunal, la «instancia» de la que habla el artículo 13
nado por una medida presumiblemente contraria al Convenio disponga de puede no constituirse obligatoriamente, en todos los casos, un órganojuris-
un recurso ante una «instancia nacional», a fin de poder juzgar acerca de su diccional en sentido estricto (Sentencia Golder, de 21febrero1975, serie A,
queja y, si procede; obtener una reparación. Hay que interpretarlo también núm. 18, pg. 16, ap. 33). No obstante, sus poderes y las garantías procesales
como garante de un «recurso efectivo ante una instahcia nacional» a. cual- que presenta deben ser tenidos en cuenta para determinar si el recurso es
quiera que alegue una violación de derechos y libertades protegidos por el efectivo.
Convenio.
68. La noción de «recurso efectivo» presupone, en opinió~ d,e ·los
65. En consecuencia, aunque el Tribuñal no haya constatado ninguna recurrentes, que se pone a disposición del interesado, _informándole después,
violación del derecho reconocido a los recurrentes por el artículo 8, debe ''' la posibilidad de defenderse contra todo ataque injustificado de s11s dere-
determinarse si la legislación alemana establece la posibilidad de interponer chos. El Gobierno y la Comisión opinan que no cabría ningún derecho· ilimi-
«un recurso efectivo ante una instancia nacional», en el sentido del artículo tado a una notificación de medidas de vigilancia una vez que la legislaé:ión
l& - . atacada, incluida la ausencia de información, ha sido juzgada «necesaria»,
«en una sociedad democrática», para la consecución 'de uno de los fines
Los interesados no alegan que les haya faltado Uii recurso efectivo contra mencionados en el artículo 8. · ·
la violación alegada de sus derechos según el Convenio, por las medidas de
vigilancia que les hubieran sido realmente aplicadas. Se quejan más bien de El Tribunal ha señalado ya que el carácter secreto de las :riledida5 es lo
lo que consideran una laguna de la legislación cuestiona?a. Considerando que dificulta que el interesado pueda ejercer un recurso, sobre fodo ·durante
que existan, en determinadas circunstancias, formas de recursos, alegan que el tiempo que dura la vigilancia (apartado 55 supra). La vigilancia secreta y
la legislación rechaza, en principio, un recurso interno efectivo, ya que puede sus implicaciones son hechos que el Tribunal, aunque no sin condiciones,
incluso impedirles conocer si una medida concreta de vigilancia ha atentado ha declarado necesarios en una sociedad democrática y,. en la situación ac-
a sus derechos consagrados por el Convenio. Ni la Comisión ni el Gobierno tual, tanto para la seguridad nacional, como para la defensa del orden y para
apoyan esta tesis. Por lo tanto, el Tribunal debe examinar quérecursos ofrece la prevención de los delitos (apartado 48 supra). Como ya señaló la Comisión
el Derecho alemán y si son efectivos en este caso. en su informe, toda interpretación del artículo 13 debe estar en armonía con
la finalidad del Convenio, considerando este último como un todo. El Tribu-
66. El Tribunal constata, en primer lugar, que los recurrentes sehá.n nal no puede interpretar o aplicar el artículo 13 de manera que se llegue a
beneficiado de «un recurso efectivo~>, según el artículo 13, en tanto que han un resultado equivalente, es decir, a anular su conclusión, según la cual la
rebatido ante el Tribunal Constitucional Federal la compatibilidad de la: legis- falta de notificación a los interesados es compatible con_ el artículo 8 para
lación.en litigio con su derecho al respecto de su correspondencia y su dere- asegurar la eficacia de las medidas de vigilancia (apartados 58-60 supra). Es-
cho de acceso a los tribunales. Sin duda esta jurisdicción ha examinado sus tima, por tanto, en conformidad con sus conclusiones respecto del artículo
quejas sobre el terreno de la única Ley Fundamental, y no del Convenio; 8, que la ausencia de notificación no entraña la violación del artículo 13 en
pero hay que señalar que los derechos invocados por ellos ante el Tribunal las circunstancias del caso.
coinciden en sustancia con los que han denunciado su violación ante los
órganos del Convenio (cfr., mutatis mutandis, la Sentencia del Sindicato sueco 69. De cara al presente litigio, un «recurso efectivo» según el artículo
de conductores de locomotoras de 6 febrero 1976, serie A, núm. 20, pg. 18, 13 debe entenderse como un recurso tan efectivo que pueda ser, visto su
ap. 50). La lectura de la Sentencia del 15 de diciembre de 1970 revela que alcance limitado, inherente a todo sistema de vigilancia. Queda, en conse-
el Tribunal Constitucional ha estudiado dichas quejas con atención a la luz, cuencia, por examinar los diferentes recursos de que disponen los recurren-
entre otros, de los principios fundamentales y valores democráticos en los tes en derecho alemán de cara a establecer si son «efectivos» en sentido
que se inspiró el GUiidgesetz. · · estricto.
67. En cuanto a la existencia de «un recurso efectivo» .contra la ejecu:. 70. Aunque, de acuerdo con la G 10, la adopción y ejecución de las
ción de medidas concretas de vigilancia adoptadas en virtud de la G 10, los medidas restrictivas no son susceptibles de recursos ante los tribunales, otros
recurrentes abogan, en primer lugar, que para .analizarse en una «instancia recursos se abren a cualquiera que se crea vigilado, pudiendo acudir a la
nacional», según el artículo 13, un órgano debe al menos estar compuesto Comisión G 10 y al Tribunal Constitucional (apartados 21y23 supra). A decir
por miembros imparciales que gocen de toda garantía de independencia. El verdad, estos recursos que tienen una efectividad relativa, sólo funcionarán
Gobierno contesta que el artículo 13, contrariamente al artículo 6, no exige en principio en supuestos excepcionales, pero para este caso no se prevé
un recurso ante los tribunales. ninguna vía de recurso más efectiva.
626 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS

71. En los términos de la Sentencia de 15 de diciembre de 1970 del


Tribunal Constitucional Federal, sin embargo; la autoridad competente debe
avisar al interesado cuando cesen las medidas de vigilancia y la notificación
puede llevarse a cabo sin comprometer el principio de la restricción-(aparta- 38. Asunto Smidi & Grady c. Rei.no Unido, de 27 de septiembre de
dos 2 y 19 supra). A partir de esta notificación, se abren al individuo varias 1999 . . . . .
vías de recurso. Según las inforrilaciones facilitadas por el Gobierno, puede,
mediante una acción de comprobación, averiguar a través de un Tribunal En el asunto Smith y Grady contra el Reino Unido,
Administrativo si la G 10 le ha sido legalmente aplicada y si las inedidas de
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (Sección Tercera), cele-
vigilancia ordenadas eran conformes a la ley; interponer ante una jUrisdic-
brando sesión en una Sala compuesta por los siguientes Jueces señores J.-P.
ción civil una acción de reparación si ha sufrido un perjuicio; ejercer una
Costa, Presidente, sir Nicolas Bratza, L. Loucaides, P. Kuris, W. Fuhrman, H.
acción de destrucdón o, en último caso, de restitución de documentos; en
S. Greve, K Traja, así como por la señora S. Dollé, Secretaria de Sección,
últimci lugar, si ninguno de estos recursos tiene éxitó, podrá a,pela:r an~e el
Tribunal Constitucional Federal; a fin de que dictamine sobre la eventual Tras haber deliberado en privado los días 18 de mayo y 24 de agostq.de
violación de la Ley Fundamental (apartado 24· supra). · 1999, . .
72. Por lo tanto, el Tribunal considera que el conjunto de los recursos Dicta la siguiente
previstos por el Derecho alemán cubre, en las circunsta.Ilcias particulares de
la causa, las exigencias del artículo 13. SENTENCIA
[ ... ] [ ... ]
POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL HECHOS
[ ... ]
3. Declara, por unanimidad, que no ha habido violación ni del artículo Í. Las circunstancias del caso
8, ni del artículo 13, ni del artículo 6, del Convenio.
A) LA PRIMERA DEMANDANTE
Dictada en francés y en inglés, los dos textos dan fe, en el Palacio de los
Derechos Humanos de Estrasburgo, el 6 de septiembre de 1978. Firmado: · 11. El8 de abril de 1989, la señorajeanette Smith (la primera deman-
Gerard Wiarda, Vicepresidente; Herbert Petzold, Secretario adjunto. dante) se alistó como auxiliar de enfermería (enroUed nurse) por un período
de nueve años (renovabks) en la Royal Air Force. Obtuvo seguidamente el
grado de cabo: De 1991 a 1993, fue propuesta par~ ascenso. Su acceso al
grado superior estaba subordinado al hecho de convertirse en enfermera
(staff nurse), y eri · 1992, fue aceptada para la formación apropiada. Debía
pasar los últimos exámenes en septiembre de 1994.
12. El 12 de junio de 1994, encontró en su contestador automático un
mensaje de una mujer no identificada que declaraba haber informado a las
autorid~des del ejército del aire de la condición de homosexual de la deman-
dan te. Esta no se presentó en su puesto de trabajo el 13 de junio de 1994
como debería haber hecho. El mismo día, una mujer llamó al Servicio de
Policía Militar y Seguridad del ejército del aire (Provost and Security Service
«la policía militar»), afirmando que l.a demandante era homosexual y la h~~
bía acosado sexualmente.
13. El 15 de junio de 1994, la demandante se presentó en su puesto
·:¡
de trabajo. Fue convocada para una entrevista previa a la apertura de un
procedimiento disciplinario por haberse ausentado sin autorización. Parajus-
~

1
1
628 LAS SENrENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XII.-DERECHO A UN RECURSO EFECTIVO (ART. 13) 629
tificar su ausencia, mencionó la llamada telefónica anónima y reconoció que 16. El informe del expediente abierto fue enviado al jefe del cuerpó
era homosexual. Confirmó igualmente haber tenido ya una relación homose- de l~ ?em~dante, .quien propuso, el 1O de agosto de 1994, ·la expulsión
xual y mantener entonces otra, que implicaban ambas a personas civiles; la administrativa de la mteresada. El 16 de noviembre de 1994, ésta recibió una
relación en curso había comenzado .hacía dieciocho meses. Se requirió la comunicación de expulsión del ejército. Según un documento interno del
asistencia de la policía militar, se abrió un expediente interno y se designó ejér~ito del ~e de fecha 17 de. octubre de 1996, la evaluación de la compe~
un investigador de la policía militar. tencia profesional y de las cualidades personales de la demandante es muy
buena, y el comportamiento general de la interesada se. califica como ejem-
14. El mismo día, la demandante fue interrogada por dÍcho' investiga- plar. ·· ·
dor y por otro oficial (una mujer) perteneciente a la policía militar. El inte-
rrogatorio duró alrededor de treinta y cinco minutos. Se avisó a la interesada B) EL.SEGUNDO DEMANDANTE
de que no estaba obligada a hablar pero que toda declaración suya podría
ser añadida al expediente. Ella afirmó posteriormente que su solicitar le había · 17. El 12 de agosto de 1980, el señor Graeme Grady (el._segund_o de-
aconsejado guardar silencio; aceptó sin embargo responder a preguntas sen- mandante) entró como auxiliar administrativo en la Royal Air Farce,. con el
cillas pero se negó a dar «detalles». Se le advirtió que Ciertas pregúntas po- grado de soldado de segunda clase. En 1991, había alcanzado el grado de
drían molestarle y que podía en ese caso expresar su contrariedad. Se le sargento y trabajaba como administrador de person¡:¡_l; fue entonces trasla-
explicó igualmente que las preguntas tenían por finalidad verificar que su dado a Washington, a la oficina de enlace del Ministerio de Defensa británico
confesión no tenía la finalidad de obtener una revocación anticipada. para América del Norte (British Defence Intelligence Li~ison Seroice [North Ame--
rica] «BDILS [NA]»). Tenía entonces estatuto de mando y dirigía el equipo
La demandante declaró que, aunque se «planteara preguntas» sobre sus de apoyo del BDILS (NA). En mayo de 1993, el demandante, que estaba
preferencias sexuales desde hace unos seis años, había tenido su primera casado y tenía dos hijos, anunció a su esposa que era homosexual.
relación homosexual en su primer año en el ejército del aire. Se le invitó a
decir cómo había llegado a tomar conciencia de que era lesbiana, cuáles 18. La evaluación general del interesado del período que iba de junio
eran los nombres de sus anteriores compañeras (que se negó a dar) y si éstas de 1992 a junio de 1993 indica que obtuvo una calificación de ocho sobre
pertenecían al ejército (esta pregunta se le planteó repetidas veces). Fue un. total de i:iu~ve por sus cal?acidades profesionales, su competencia en ma-
interrogada igualmente sobre cómo había encontrado a su compañera actual tena de oficialidad y sus cualidades personales. Se puso de relieve su aptitud
y la naturaleza de sus relaciones; ante su negativa a responder, su interlocutor para trabajar con personas de cualquier grado, con sus hoID.ólogos canadien-
le preguntó por qué otro medio él podría probar su homoséxualidad. La ses y australianos y con sus superiores jerárquicos, señalando __ su jefe de
demandante confirmó entonces que ella y su compañera mantenían relacio- cuerpo, como conclusión, que el demandante era idóneo para ser inscrito
nes íntimas. · en el escalafón (podía estar a su alcance una recomendación especial) y que
correspondía especialmente bien con el perfil «PS (assistant pe:rsonnel) /SDL
Se le ·preguntó, igualmente, si ella y su compañera tenían relaciones
(funciones especiales)/funciones diplomáticas».
sexuales con la joven (de dieciséis años) que vivía en su casa'. La demandante
indicó que ella conocía las consecuencias del descubrimiento de su homose- 19. Tras las revelaciones hechas a la esposa del jefe del BDILS (NA)
xualidad y que, considerándose. tan apta como cualquier otra a cumplir sus por el ama de la familia, el jefe del BDILS (NA) indicó que se sospec;haba
funciones, se había resignado a lo que le iba a suceder. Sus interlocutores que el demandante fuera homosexual. Se abrió un expediente interno y se
quisieron saber también si había consultado a un abogado, cuál era el nom- designó a un oficial de la policía militar como investigador. · · · .
bre de su solicitar, qué consejos le había ya dado éste, y qué pensaba hacer a
este respecto tras el interrogatorio. Fue invitada a decir si se había planteado 20. El 12 de mayo de 1994, la orden de seguridad del demandante fue
las cuestiones relativas al virus del SIDA, si «tomaba precauciones», qué hacía reemplazada por una orden más restringida. El 17 de mayo de 1994, el jefe
en su tiempo libre y si participaba en <1uegos de marimachos» como el hoc- de~ BDILS. (NA) le relevó de sus funciones y le inform6 que se le enviaba al
key o el baloncesto femenino. La demandante aceptó que su compañera, Remo Umdo a la espera de la resolución de las averiguaciones sobre un
que esperaba fuera, fuera interrogada para «Corroborar» su dedaración. : problema relativo a su seguridad. El mismo día, el interesado fue conducido
a su casa para hacer su equipaje e invitado a abandonar Washington camino
15. En su informe de 15 de junio de 1994, los investlgádo'res c~nsigna~ del Reino Unido. Se le pidió entonces que permaneciera en el recinto de la
ron su posterior entrevista con la compañera de la demandante, quieri con.,. base aérea señalada en el Reino Unido.
firmó que mantenían relaciones íntimas desde hacía unos dieciocho meses;
se negó sin embargo a decir nada más. · 21. El 19 de mayo de 1994, el jefe del BDILS (NA) aconsejó a los
630 lAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERE~OS HUMANOS Xll.-DERECHO A UN RECURSO EFECTIVO (ART. 13) 631

investigadores de la policía militar, que mientras tanto habían llegado a Wrur había sufrido un largo interrogatorio y le dijeron, de vez en cuando; si sus
hington, que interrogaran a su propia esposa, al ama, a la :sposa del ~eI?-an­ respuestas eran concordantes. Fue invitado a hablar ·del fracaso de su matri- .
dante, así como a una empleada del BDILS (NA) y al mando de esta última. monio, de sus eventuales aventuras extraconyugales, de sus relaciones íntimas
con su esposa, incluyendo el hecho de que utilizaran preservativos, y de su
22. En su decl~ación, el ama explicó cómo, debido a sus propias rela- situación financiera. Se le plantearon igualmente preguntas sobre su excur-
ciones en el medio homosexual, habí~ llegado .a sosp.echar q11e el deman- sión en bicicleta, sobre un colega y sobre la orientación sexual de este último.
dante era homosexuai. ~a esposa deljefe_del BDILS.q-.J·N contó, <:1.urante el Se preguntó al demandante a quién llamaba desde que estaba en el Reino
interrogatorio, las confidencias que le ?abía hecho la es~osa de.l dem.andante Unido y cómo telefoneaba. Se le dijo que se le pediría su agenda electrónica
sobre sus dificultades conyugales y su vrda sexual, y revelo a los mvestrgadores que contenía nombres, direcciones y números de teléfono y que se verificaría
que el interesado había salido de excursi~~ en bicicl,eta. c::on un c~l~ga. L<;>s si las entradas correspondían a contactos homosexuales. Los investigadores
investigadores decidieron que su declaracmn no podía serles de utili~ad. La informaron al demandante que tenían una orden que les autorizaba a regiS-
colega del demandante y su marido evocaron también los probl:mas con~­ trar su domicilio si no estaba de acuerdo. El demandante dio su consenti-
gales del interesado y de su esposa, la circunstancia de que dormian e? habi- miento al registro. Solicitó igualmente que se le dejara tiempo para reflexio-
taciones separadas, y la excursión en bicicleta que ·el demandante habia efec- nar y para consultar a un abogado. El interrogatorio fue suspendido a las 15
tuado con un colega. Se ·interrogó igualmente· a estas ·personas sobre -la horas y 14 minutos.
posibilidad de que el demandante mantuvi.era ~arelación ad~tera y rela~ié>­
nes con la comunidad homosexual. Los mvestrgadores exphcaron segmda- 26. El demandante pidió entonces la opinión de un solicitor y se rea-
mente que estos amigos eran claramente leales con respecto al interesado Y lizó un registro en su domicilio. Se reanudó el interrogatorio alás 19 horas
que no había que creerles. · y 44 minutos, en presencia del solicitor y de un o_bservador. Aunque se le
acosó con preguntas, el demandante respondió «sin comentarios» a la mayo-
23. La esposa del señor Grady también fue interrogada. El interrogato- ría de ellas. Ante las respuestas del interesado, se preguntó a su solicitor qué
rio se consignó detalladamente enel informe d:fecha 22 d.e mayo de_ 1994. le había aconsejado. Se confiscó la agenda electrónica del demandante. Se
Se explicó a la esposa del demandante que el mterrogatono se r:fena .ª la le preguntó si se daba cuenta de las consecuencias de la investigación desde
orden de seguridad de su marido y que éste ~a?ía sido tr:i-sladado _m1?ediata- el punto de vista de la seguridad, y si sabía que su carrera había terminado
mente al Reino Uriido, conforme al procedimiento habitual. Acepto ·hablar si se probaban las alegaciones en su contra. Uno de los investigadores le dijo
a los investigadores de su esposo y de sí misma y, respondiendo a las pregun- entonces:
tas se manifestó sobre su situación financiera; la evolución y el estado actual
de' su vida conyugal, sus hábitos sexuales y la- relación del demandante con «Si cambia usted de opinión y desea hablarme, mientra5 estoy todavía
sus dos hijos. Indicó que las tendencias sexuales de su esposo eran normales aquí, antes de que vuelva a Washington, porque vuelvo a Washington. Voy a
y que había salido solo a hacer la excursión en bicicleta en cuestión .. · . . ·· · ver al coronel mañana, al de Londres, que verá al general, y vamos a pedir
autorización para hablar con los americanos (... )y me quedaré allí, Graeme,
24. El 23 de mayo de 1994, se'suspendió,la orden de segundad restrm- hasta que haya hablado con todos los americanos que usted conoce. El di-
gida concedida al demandante. nero no es problema. El tiempo no es problema( ... )».
-' . .

25. El 25 de mayo de 1994, el demandante fue llamado a un in~erroga­


Se presentaron al demandante las declaraciones detalladas hechas por
torio con los investigadores, que habían vuelto de los Estados Urudos, El su esposa a los investigadores, que incluían informaciones sobre su relación
interrogatorio se inició a las 14 horas 35 minutos Y.se re~izó, tras avisru:_al con su hijo, su hija y su suegra, sobre temas relativos al domicilio familiar de
interesado, en presencia de un observado~ (perteneciente igualmente. al eJe.r- las que el demandante no tenía conocimiento, y sobre la utilización por parte
cito del aire), a solicitud del interesado. Este fue informado de la·eX1St':nci~ del interesado de preservativos en sus relaciones sexuales con su mujer. El
de una alegación relativa a sus preferencias sexuales (se emplearon los te~­ investigador insistió en la frialdad que el demandante había manifestado
nos de «queen» [vulgar; homosexual] y de «out and out hender») y se le preciso
hacia su esposa, y sobre el aparente enamoramiento con respecto a ella. El
que los investigadores habían estado en Washington y habían hablado con demandante siguió respondiendo «sin comentarios». Se explicó a su solicitor
varias personas, de_ las que una o dos pensaban que era homoseXllal. que la actitud del ejército en cuanto a las investigaciones relativas a las alega-
El demandante negó ser homo·sexual. Se le plantearon numerosas pre- ciones de homosexualidad no justificaban el recurso a abogados y que el
guntas sobre su trabajo, sus relacion.es coi_i el jefe del B~ILS (NA), su excur- solicitor sólo retrasaba las cosas. Los investigadores declararon igualmente,
sión en bicicleta y su colega. Los mvestrgadores le dijeron que. su esposa que se trataba de una cuestión de seguridad y que no darían más detalles, al

··.r.
632 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XII.-DERECHO A UN RECURSO EFECTIVO (ART. 13) 633
no tener el solicitor la habilitación de seguridad; sin embargo, el deman- y de integridad durante todo el período en el que había servido al ejército,
dante no debía sorprenderse si venían a hablarle personas pertenecientes al y que se había ganado el respeto tanto de sus superiores como de sus iguales
contraespionaje, y no tendría entonces ninguna posibilidad de asesorarse y de sus subordinados. La expulsión administrativa del·demandante entró en
jurídicamente. vigor el 12 de diciembre de 1994.
El demandante pidió. tiempo para hablar con su solicitor y se interrum,- C) EL PROCEDIMIENTO DE CONTROL JURISDICCIONAL ENTAB1ADO POR LOS
pió el interrogatorio a las 20.horas y 10 minutos. Tras hablar con su asesor, DEMANDANTES (R. V. MINISfRY OF DEFENCE, EX PARTE. SMÍTH AND ÜTHERS,
pidió una noche para reflexionar. · WEEKLY LAw REPORTS, VOL. 2, PG. 305)
27. Se retomó el interrogatorio el 26 de mayo de 1994 a las 15 horas y 29. Los demandantes, junto con los señores Lustig-Prean y Beckett
27 minutos, en presencia de los mismos· investigadores y de tin observador, (apartado 3 supra)' fueron autorizados a solicitar el contról jurisdiccional
pero el demandante no pidió la asistencia de un abogado. Reconoció casi de las decisiones de expulsarles del ejército. 'Pretendían que la política del
inmediatamente su homosexualidad y explicó que al principio lo .había ne- Ministerio de Defensa con respecto a los homosexuales pertenecientes al
gado porque no sabía si podría conservar el beneficio de ciertos derechos ejército era «irracional», suponía violación del Convenio y contravenía la
acumulados en caso de expulsión, y que le preocupaba la situación financiera Directiva relativa a la igualdad de trato. En opinión del Ministerio de De-
de su familia ante tal eventualidad. Luego había descubierto que se beneficia- fensa, esta política era necesaria, principalmente para mantener la moral y
ría de una expulsión administrativa y que tendría derecho a una indemniza- la eficacia de las tropas, habida cuenta del papel parental del ejétcifo con
ción normal por. cesación de servicio; podía por lo tanto mos~se sincero•. respecto a los jóvenes reclutas y de la exigencia de vida'en comunidad en el
seno de las fuerzas armadas.
Se interrogó al demandante sobre tin cierto «Randy»; se le preguntó si
su esposa estaba al corriente de su homosexualidad, si uno de sus colegas 30. El 7 de junio de 1995, la High Court desestimó el recurso, expo-
era homosexual, y cuándo había revelado su homosexualidad. Se le pregúiitó niendo el Lord Justice Simon Brown la sentencia principal del Tribunal.
si tenía actualmente un compañero, pero se negó a dar su nombre; eh este
[ ... ]
momento, se le explicó que el servicio debía verificar sus declaraciones relati-
vas a su homosexualidad para evitar téritativas fraudulent.aS de expulsión anti- 34. El 3 de noviembre de 1995, el Tribunal de Apelación desestimó
cipada. Se le interrogó entonces sobre su primera relación homosexual (de- el recurso contra la decisión de la High Court. La sentencia principal fue
claró que había comenzado en octubre de 1993) y sobre sus compañeros pronunciada por sir Thomas Bingham, Master of the R.olls (con quien los otros
homosexuales (pasados y presentes); se le preguntó .quiénes eran, dónde jueces del Tribunal se mostraron de acuerdo). ·
trabajaban, qué edad tenían, cómo les había conocido y cuál era la naturaleza
de sus relaciones, incluidas las relaciones sexuales, que mantenía con ellos. 35. En cuanto al punto de vista del Tribunal sobre la cuestión de la
«irracionalidad», el Master of the R.olls estimó que las consideraciones siguien-
Durante el interrogatorio se presentaron los efectos personales que le tes describían exactamente el estado de la jurisprudencia relativa al tema:
habían sido confiscados y se le interrogó principalmente sobre el contenido
de su agenda electrónica, una fotografia, un sobre rasgado y una carta que «El Tribunal sólo puede intervenir por razones de fondo en el ejercicio
había dirigido a su actual compañero. Se le preguntó igualmente, cuándo de un poder discrecional administrativo si está convencido de.que la decisión
había tomado conciencia por primera vez de su homosexualidad, qui~n co- no es razonable en cuanto a que no está en la gama de reacciones que se
nocía sus tendencias sexuales, cuáles eran sus relaciones (incluidas las' sexua- ofrece a una respuesta razonable. Sin embargo, al tratarse de juzgar si el
les) con su esposa, lo que ésta pensaba sobre su homosexualidad, si era sero- autor de la decisión ha sobrepasado este margen de apreciación, el contexto
positivo y, de nuevo, cuál era· la naturaleza de sus relaciones .con sus de los derechos humanos es importante. Cuanto más grave es la injerencia
compañeros homosexuales. El interrogatorio terminó a las 16 horas 10 minu- en los derechos humanos, más exigirá el Tribunal una justificación seria an-
tos. tes de convencerse del carácter razonable de la decisión en el sentido defi-
nido anteriormente».
28. Los investigadores redactaron el informe el 13 de junio de 1994.
El magistrado contiriuó citando, sobre todo, la sentencia dictada por
En la recapitulación de sus calificaciones y su certificado de referencias de
Lord Bridge en el caso R v. Secretary of State Jor the Home Department, ex parte
12 de octubre de 1994, se describe al demandante como un soldado leal y
Brind (Appeal Cases 1991, vol. 1, pg. 696) que precisaba lo siguiente:
un profesional concienzudo y trabajador en quien se puede confiar. Se hacía
constar igualmente que había dado prueba de sólidas cualidades personales «Pertenece al Ministro, a quien el Parlamento ha confiado un poder
634 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XII.-DERECHO A UN RECURSO EFECTIVO (ART. 13) 635

discrecional en la materia, el tomar la decisión principal en cuanto a saber garle sobre el comportamiento sexual que observa en privado, no denotaba
si el interés público concurrente en juego justifica la restricción impuesta un gran respeto por la vida privada y familiar de esta persona; señaló, ade-
en el presente caso. Pero estamos en nuestro derecho de ejercer un juicio más, que se podía preguntar si la política respondía a «una necesidad social
subsidiario al preguntarse si un ministro, teniendo en cuenta los elementos imperiosa», y en particular, si estaba proporcionada al fin legítimo perse-
de los que disponía, podía razonablemente emitir este juicio principal». guido. Sin embargo, concluyó que el Tribunal de Apelación no podía respon~
der de manera satisfactoria o útil a estas preguntas, y que· más bien, había
Además, estimó que cuanto más política fuera la decisión y más se apar- que dirigirlas al Tribunal Europeo dé los Derechos Humanos, ante el que
tara su objeto de la práctica jurídica ordinaria, más escrupuloso debía ser el los demandantes podrían hacer valer sus pretensiones. Admitió también, que
Tribunal en considerar esta decisión como irradónal. ·
la Directiva relativa a fa igualdad de trato no se aplicaba a los motivos que
36. Antes de aplicar el criterio de irracionalidad, el Master of the R.olls hacían referencia a las preferencias sexuales.
indicó que el asunto se refería a caraeterísticas innatas de naturáleza muy
[ ... ]
personal, que las decisiones contestadas por los demandantes tenían una
profunda incidencia en sus carreras y su porvenir, y que los derechos d~ los 41. El 19 de marzo de 1996, el comité de selección de recursos (Appeals
interesados como seres humanos estaban en el centro del asun,to. Si no era Committee) de la Cáinara de los Lores negó a los demandantes la autorización
asunto del Tribunal el tomar la decisión principal y reglamentar las condido- para,recurrir.
nes de servicio en el ejército, «tenía el papel y el deber constitucional de
garantizar que los derechos de los ciudadanos no fueran escarnecidos por el D) PROCEDIMIENTO ENTABLADO POR LOS DEMANDANTES ANTE EL TRIBUNAL DE
ejercicio ilegal del poder ejecutivo. El Tribunal debe inclinarse ante la pericia· TRABAJO
de los responsables, pero no debe faltar a su deber fundamentai dé "adminis-
trar justicia a toda persona, sea quien sea" (... )». · 42. En la época en la que los demandantes solicitaron la autorización
de iniciar un procedimiento de control jurisdiccional, sometieron el asunto
37. Aplicando el criterio de la irracionalidad invocado anteriormente, igualmente al Tribunal de Trabajo (Industrial Tribunal), alegando un trato
abordó seguidamente los argumentos de las partes a favor y en contra de la discriminatorio contrario a la Ley de 1975 sobre la discriminación sexual
política, observando que los motivos cl,e los demandantes tenían «una fuerza (Sexual Discrimination Act 1975). Este último proceso fue suspendido a la es-
considerable» y necesitaban un examen en profundidad, teniendo en cuenta pera del desenlace del procedimiento de control jllrisdiccional.
sobre todo la práctica en el Reino Unido, las evoluciones constatadas en
otros países y la eficacia potencial de un código que incluyera instrucciones 43. Mediante una carta de 25 de noviembre de 1998, los demandantes
detalladas y que reemplazara a la actual prohibición general. Sin embargo, confirmaron al Tribunal que habían solicitado renunciar al proceso en curso
el magistrado concluyó que la política no podía ser considerada como «irra~ ante el Tribunal de Trabajo, .a la vista de la resolución del pr9cedimiento de
cional» en la época en la que· los demandantes habían sido revocados del control jurisdiccional y otras decisiones de tribunales internos y del 1JCE
ejército, estimando que el umbral de irracionalidad era «elevado» y que no que se habían producido mientras tanto.
se había sobrepasado en este caso. [ ... ]
38. En cuanto al Convenio, el Master of the R.olls hizo las siguientes ob-
servaciones: FUNDAMENTOS DE DERECHO
«Evidentemente, nadie niega que los tribunales internos no pueden ha- [ ... ]
cer ejecutoria la obligación del Reino Unido, en virtud del Derecho Interna-
cional, de respetar y de hacer respetar (el artículo 8 del Convenio). El Conve- V.. Sobre la violación del .artículo 13. del convenio
nio presenta en este caso el interés de que puede aclarar el contexto del
motivo relativo a la irracionalidad. El hecho de que un responsable, en el 129. Finalmente, los demandantes se quejan de una violación del ar-
ejercicio de un poder administrativo discrecional, no haya tomado en cuenta tículo 13 del Convenio porque rio habrían dispuesto de un recurso efectivo
las obligaciones que impone el Convenio, no constituye en sí mismo un mo- ante una instancia nacional para hacer reparar las violaciones del Convenio
tivo de contestar el ejercicio de este poder discrecional». de las que han sido víctimas. El artículo 13, en sus párrafos aplicables a este
caso dice:
El magistrado constató que, en apariencia, el hecho de destitúir a una
persona de su puesto a causa de tendencias sexuales personales y de interro- «Toda persona, cuyos derechos y libertades reconocidos en el (... ) Con-
636 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XII.-DERECHO A UN RECURSO EFECTIVO (ART. 13) 637
venio hayan sido violados, tiene derecho a un recurso .efectivo ante una ins- que los tribunales internos pudieran intervenir, los interesados debían de-
tancia nacional (... )». · mostrar que los responsables de esta política habían «perdido el sentido co-
mún» y que este umbral elevado había sido franqueado. Además, los deman-
130. Invocando el asunto Vilvarajah (Sentenciá Vilvarajah y otros con- dantes hicieron valer que los comentarios de la High Court y del Tribunal
tra el Reino Unido de 30 de octubre de 1991, serie A núm. 215), el Gobierno de Apelación representan la mejor prueba de que estos tribunales no tenían
defiende que el procedimiento de control jurisdiccional ofre~Ía a los deman- competencia para conocer del contenido de las quejas que los interesados
dantes un recurso efectivo. Los interesados podían hacer valer, e hicieron presentaban con respecto al Convenio. A este respecto, se puede oponer su
valer, ante los tribunales internos, los mismos argumentos basados en el Con- caso al de los asuntos Soering y Vilvarajah anteriormente citados, ya que el
venio que los que presentan ahora ante el Tribunal. Toda diferencia.que criterio aplicado en el prócedimiento de control jurisdiccional al tratarse de
pudiera haber entre el criterio del controljurisdiccional y el criterio derivado las extradiciones y las expulsiones contempladas, coincide con el aplicado en
del Convenio, no era crucial para las cuestiones planteadas en este caso, y el el. terreno del Convenio.
razonamiento del Tribunal de Apelación reflejó, en lo esencial, el razona-
miento en el que se basa el margen de apreciación dejado por el Convenio. 133. Los demandantes pretenden, además, que el procedimiento de
Los tribunales internos, como los órganos del Convenio, conservan un papel control jurisdiccional no responde a la segunda exigencia del artículo 13, ya
de supervisión tendente a asegurar que el Estado no abuse de sus poderes ni que los tribunales internos no eran capaces de reparar la violación, incluso
exceda su margen de apreciación. · si cuatro jueces de los cinco que examinaron su asunto, consideraron que la
política no estaba justificada.
131. Los demandantes alegan que el artículo 13 supone como mínimo.
dos exigencias. En primer lugar, la instancia nacional implicada debe tener 134. Aunque los demandantes invocaron el artículo 13 del Convenio
competencia para conocer de la queja de una persona bajo el punto de vista en cuanto al conjunto de sus quejas, el Tribunal recuerda que es, principal-
del Convenio o de otras disp9siciohes correspondientes al derecho interno mente el derecho de los interesados al respeto de su vida privada lo que se
y, en segundo lugar, esta instancia debe tener competencia para reparar la encuentra en juego en este caso (apartado 127 supra). Así, su opinión es que
violación si admite el fundamento de la queja en cuestión. Además, la exten- es más apropiado examinar las quejas derivadas del artículo 13 del Convenio
sión precisa de las obligacio:n,es que se derivan del artículo 13 depende de la en relación con el artículo 8.
naturaleza de la queja del interesado. El presente asunto concie:r:ne a la apli- 135. El Tribunal recuerda que el artículo 13 garantiza la existencia en
cación de una política general que supone injerencias en los derechos de un derecho interno de mi recurso que permita prevalecerse de' los derechos y
grupo minoritario con respecto al artículo 8, y no a la apreciación de la las libertades del Convenio tal y como en él se encuentran consagrados.
extradición o de la expulsión de una persona e_n el terreno del artíctilo 3; Tiene por lo tanto, como consecuencia, el exigir un recurso interno que
como en los casos Soering y·Vilvarajah (sentencias Soering contra el Remo habilite a la instancia nacional competente para conocer del contenido de
Unido de 7 de julio de 1989, serie A núm. 161 y Vilvarajah y otros anteribr- la queja basada en el Convenio y, además, ofrecer la reparación apropiada.
mente citado). No va sin embargo, hasta exigir la incorporación del Convenio al derecho
132. Para los demandantes, la vía del control jurisdiccional no res- interno o una forma particular de recurso, ya que los Estados contratantes
ponde a la primera de las exigencias del artículo 13 por dos razones relacio- gozan de un margen de apreciación para cumplir las obligaciones que les
nadas entre sí. Ya que la política del Ministerio de Defensa reviste un carácter impone. Además, «la efectividad» que exige del recurso no depende de la
general sin excepciones, los tribunales internos no podían examinar la proce- certidumbre de un resultado favorable (Sentencia Vtlvarajah y otros anterior-
dencia de las quejas de cada uno de los demandantes. Ahora bien, lás conse- mente citada, pg. 39, ap. 122).
cuencias de esta política sobre las personas varían de un caso a otro. Por el 136. El Tribunal llegó a la conclusión de que el derecho de los deman-
contrario, los tribunales internos podían examinar, y estaban de hecho obli- dantes al respeto de su vida privada (apartado 112 supra) había sido violado
gados a examinar, «con la m.ayor minucio~idad» las. circunstancias particula- debido a las investigaciones que se efectuaron y a la expulsión de los interesa-
res de los asuntos Sóering y Vilvarajah anteriormente mencionados, asuntos dos conforme a política que lleva a cabo el Ministerio de Defensa contra los
cie extradición y de expulsión. En segundo lugar, los tribunales naci.onales homosexuales en el ejército. Como explicaron la High Court y el Tribunal
no podían investigar si se había establecido un equilibrio justo entre el .inte- de Apelación en el marco del procedimiento de control jurisdiccional, consi-
rés general y los derechos de los demandantes. Debían limitarse a verifi,car derando que el Convenio no está incorporado al Derecho ingles, la cuestión
si se había demostrado que la política era globalmente irracional o perversa, de saber si la aplicación de la política infringió los derechos de los demán-
y la carga de la prueba a este respecto pesaba sobre los demandantes. Para dantes con respecto al artículo 8 y, en particular, la de saber si las autoridades
638 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XII.-DERECHO A UN RECURSO EFECTNO (ART. 13) 639
demostraron que la política respondía a una necesidad social imperiosa o poniendo que las quejas que le presentan los demandantes hayan sido esen-
estaba proporcionada a un fin legítimo perseguido, no podía recibir una cialmente formuladas ante los tribunales internos y examinadas por ellos, el
repuesta adecuada. La única cuestión que se encontraba sometida a los tribu- umbral a partir del cual la High Court y el Tribunal de Apelación hubieran
nales internos era la de saber si la política podía ser considerada como «irra- podido considerar la política del Ministerio de Defensa como irracional, era
cional». tan elevado que excluía en la práctica toda consideración por los tribunales
. . ·. .
internos de la cuestión de saber si la injerencia en los derechos de los deman-
137. El criterio de «irracionalidad» aplicado en este caso ha. sido el que dantes respondía a una necesidad social imperiosa o era proporcionada a los
expuso Sir Thomas Bingham, Master of the Rolls, en su Sentencia: Un Tribunal fines perseguidos-seguridad nacional y"orden público-, principios que están
no tiene el derecho de intervenir en· el fondo en. el ejercicio de un· poder en el centro del análisis del Tribunal de las quejas derivadas del artículo 8
adm1nistrativo discrecional a menos que esté convencido de que la decisión del Convenio.
no era razonable en el sentido de que no entraba dentro de la gama de
reacciones que se ofrecía a un responsable razonable; Para determinar si el Las causas presentes no pueden oponerse a los asuntos Soering yVilvara-
responsable había sobrepasado este margen de apreciación, era importante jah anteriormente citados. En dichos asuntos, el Tribunal consideró que el
el contexto de los derechos humanos, de manera que cuanto más grave era criterio aplicado por los tribunales nacionales para las peticiones de control
la injerencia en los derechos humanos, más debía el Tribunal exigir una jurisdiccional, que se referían a decisiones del ministro en asuntos de extradi~
justificación seria antes de convencerse del carácter razonable de la decisión. ción y de expulsión coincidían con la propia actitud del Tribunal en el
campo del artículo 3 del Convenio.
a
Sin embargo, se subrayaba igualmente que, pesar del conteXtO de los
derechos humanos, el umbral de irracionalidad que un justiciable debía de 139. Así, el Tribunal considera que los demandantes no dispusieron
franquear era elevado. Para el Tribunal, las mismas decisiones de la High de ningún recurso efectivo en cuanto a la violación del derecho al respeto
Court y del Tribunal de Apelación lo confirman. El Tribunal hace notar de su vida privada garantizado por el artículo 8 del Convenio. Por lo tanto,
que, en sus Sentencias principales, los dos tribunales emitieron comentarios hubo violación del artículo 13 del Convenio.
favorables sobre los motivos de los demandantes, contestando las razones
POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL, POR UNANIMIDAD,
presentadas por el Gobierno para justificar la política. El Lordjustice Simon
Brown consideró que. los motivos de los demandantes. eran claramente de [ ... ]
mayor peso que los de sus adversarios, calificando de poderosos los argumen-
tos a favor de un código de conducta (apartado 30 supra). El Maiter of the 5. Declara que hubo violación del artículo 13 del Convenio;
Rolls, Sir Thomas Bingham, consideró que los argumentos de los demandan- [ ... ]
tes presentaban una «fuerza considerable» y que, invocando especialmente
la eficacia potendal de un código de conducta, requerían un exameri en Hecha en francés e inglés y leída en audiencia pública en el Palacio cl,e
profundidad (apartado 37 supra). Además, sin expresar conclusiones sobre· los Derechos Humanos de Estrasburgo el 27 de septiembre de 1999. Firmado:
las cuestiones relativas al Convenio que planteaba este asunto, el Lordjustice J.-P. Costa, Presidente; S. Dallé, Secretaria.
Simon Brown expresó su opinión de que «los días de esta política estaban Se encuentra adjunta a la presente Sentencia, conforme a los artículos
contados» teniendo en cuenta las obligaciones que incumbían al Reirio 45.2 del Convenio y 74.2 del Reglamento, la exposición, en parte concor-
Unido en virtud del Convenio (apartado 31 supra). El Master of thé Rolls~ dante y en parte disidente del Juez señor Loucaides.
Sir Thomas Bingham, observó que las investigaciones y la expulsión de los
demandantes no suponían un gran respeto por su vida privada. Consideró
que se podría preguntar si no había habido una injerencia desproporcionada
en los derechos de los interesados con respecto al artículo 8 .del Convenio
(apartado 38 supra).
Los dos tribunales concluyeron, sin erribargo, que no. :se podía: conside,.
ra:r que la política no entrara en la gama de reacciones que se ofrecía a un
responsable razonable y, en consecuencia, no se la podía considerar como
«irracional» ·· ·
138. En estas condiciones, está claro para el Tribunal que, incluso su-
39. Asunto Kudla c. Polonia, de 26 de octubre de 2000
En el asunto Kudla contra Polonia,
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, cónstituido en una Gran
Sala compuesta por los siguientes Jueces señores: L. Wildhaber, Presidente, J.
P. Costa, A Pastor Ridruejo, G. Bonello,J. Makarczyck, P'. Kuris, R. Türmen,
P: Lorenzen, M. Fischbach,J. Casadevall, A B. Baka, M. Ugrekhelidze, seño-
ras E. Palm, F. Tulkens, V. Straznicka, H. S. Greve, S. Botoucharova, así como
el señor P. J. Mahoney, Secretario adjunto,
Tras haber deliberado en privado los días 7 de junio y 18 de octubre de
2000, .
dicta la siguiente

SENTENCIA

[ ... ]
HECHOS

l. Circunstancias del caso


LA DETENCIÓN DEL DEMANDANTE Y LAS DILIGENCIAS INSTRUIDAS EN SU CONTRA
10. El 8 de agosto de 1991, el demandante fue conducido ante el Fiscal
Regional de Cracovia, acusado de falsificación y estafa, y detenido provisio-
nalmente. Como el interesado señaló al Fiscal que padecía de diversos males,
y en concreto de depresión, las autoridades ordenaron que fuese examinado
por un médico. Al terminar el reconocimiento, realizado unos días más
tarde, el demandante fue declarado apto para ingresar en prisión. Fue encar-
celado en la prisión de Cracovia.
11. Posteriormente, en fecha no precisa, recurrióla orden de ingreso
en prisión. El 21 de agosto de 1991, el Tribunal Regional de Cracovia rechazó
el recurso, considerando que existían muchos indicios para pensar que el
demandante había cometido los delitos que se le imputaban. Haciendo refe-
rencia a los resultados del reconocimiento médico practicado, el Tribunal
constató que no había motivos en el estado de salud del demandante que
justificaran su puesta en libertad.
12. Desde agosto de 1991 a finales de julio de 1992, el demandante
presentó una treintena de solicitudes de puesta en libertad y de recursos
contra las desestimaciones de éstas.
642 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XII.-DERECHO A UN RECURSO EFECTIVO (ART. i3) 643
13. En el intervalo, en octubre de 1991, el demandante trató de suici- de un certificado médico expedido por un forense, .«a falta del cual, se Im-
darse en prisión. El 4 de noviembre, inició una huelga de hambre que inte- pondrían al acusado medidas preventivas destinadas a garantizar su presencia
rrumpió tras un período no precisado. en el proceso». El demandante no presentó el certificado solicitado pero, el
12 de febrero de 1993, informó al Tribunal de que seguía un tratamiento
14. En noviembre de 1991, las autoridades ordenaron que el deman- climático en Swinoujscie, donde debía permanecer hasta el 7 de marzo de
dante fuera examinado por los médicos~ Con fecha de 25 de noviembre de 1993. El 18 de febrero de 1993, al no haber indicado el demandante la direc-
1991, el informe redactado tras estos exámenes realizados por expertos de la ción donde debía notificársele la citación a comparecer, el Tribunal ordenó
facultad de psiquiatría criminal de la Universidadjagielloniana señalaba que, la difusión de un aviso de búsqueda para localizar al interesado y detenerlo
en vista de su ~estado, el demandante no podía permanecer ingresado en por no haber comparecido en las vistas. La siguiente audiencia, fijada pará
una prisión ordinaria. Los expertos concluían que; si el interesado ?e~ía el 16 de marzo de 1993, fue anulada debido a la ausencia del demandante.
permanecer en prisión, había que internarlo en el departamento de psiq~ia­
tría de un hospital penitenciario. El demandante fue trasladado al hospital 20. La orden de detención de 18 de febrero de 1993 aún no había sido
penitenciario de Bytom, donde ingresó en el servicio de medicina interna y ejecutada cuando, el 4 de octubre de 1993, el demandante fue derenido por
recibió tratamiento para su es_tado mental. Permaneció allí por un tiempo la policía debido a una infracción de tráfico. Fue encarcelado en Ja prisión
indeterminado, tras el cual fue devuelto a la prisión de Cracovia. · de Cracovia. ·
15. Los días 20 de enero y 2_7 de febrero de 1992 eldemandante fue 21. El Tribunal fijó audiencias para los días 6 de octubre y 15 y 17 de
examinado por médicos forenses. Estos concluyeron que el interesado debía noviembre de 1993, pero tuvo que anular todas ellas debido a que el estado
someterse a tratamiento psiquiátrico en prisión pero no necesariamente in- mental del demandante (concretamente sus dificultades de concentración)
gresar en el departamento psiquiátrico de un hospital penitenciario. no le permitía participar de manera útil en el proceso.-Una nota redactada
el 17 de noviembre de 1993 por un médico de la prisión describía su estado
16. El 30 de abril de 1992, se presentó un informe del Fiscal contra el de esta forma:
demandante ante el Tribunal Regional de Cracovia. En total, veintinueve
cargos contra el demandante y sus nueve coacusados. El sumario constaba «Está apto para participar en los debates de hoy (con una participación
de diecinueve volúmenes. La acusación solicitó al Tribunal que tomara decla- limitada, teniendo en cuenta sus [palabras ilegibles] y dificultades de concen-
ración a noventa y ocho testigos. tración)».
17. El 15 de junio de 1992, a petición del Tribunal, médicos de la Según otro informe forense (obtenido por el Tribunal a finales de
Clínica Psiquiátrica de Cracovia y de la Facultad de Medicina de la Universi- 1993), el demandante «no padec[ía] una enfermedad mental» y su estado
dad jagielloniana redactaron un informe relativo al estado psicológico del mental no «Constitu[ía] obstáculo para su permanencia en prisión».
demandante. Incluía elpasaje siguiente:
22. Entretanto, el 18 de octubre de 1993, el abogado del demandante
«El paciente presenta tendencias suicidas persistentes. Tras examinarlo, había inútilmente recurrido la orden de ingreso en prisión señalando que,
consideramos que padece un síndrome de .depresión profundo, agravado desde su liberación el 27· de julio de 1992, su cliente había sido permanente-
por pensamientos suicidas. Teniendo en cuenta la intensidad de éstos y ~l mente tratado de su grave depresión y que debido a su estado psicológico
hecho de que ya tratara de suicidarse, debería someterse a tratamiento psi- no había comparecido ante el Tribunal. · .
quiátrico. La continuidad de su estancia en prisión provisional conlleva un
serio peligro para su vida (un grave riesgo. de que de nuevo intente suici- 23. Entre octubre de 1993 y noviembre de 1994, el demandante pre-
darse) ( ... ) ». · sentó sin éxito veintiún nuevas solicitudes de puesta en libertad y recurrió,
sin más éxito, cada una de las desestimaciones diCtadas a ese respecto.
18. El 27 de julio de 1992, el Tribunal Regional de Cracovia anuló la
orden de ingreso eh prisión. 24. Los días 13, 14 y 16 de diciembre de 1993, el Tribunal celebró
. . .
. .
audiencias. Otras programadas para finales de enero de 1994,. fueron anula-
19. El Tribunal celebró aúdiencias los días 26, 27 y 28 de. octubre y 14 das debido a que, el 26 de enero de 1994, el demandante había tratado de
y 15 de diciembre de 1992. Otra vista fijada para el 8 de febrero de 1993 fue suicidarse con una sobredosis (apartados 63-64 injra).
anulada por incomparecencia del demandante: El abogado del interesado
presentó un certificado médico atestiguando que su cliente llevaba enfermo 25. El proceso prosiguió los días 14, 15 y 16 de febrero de 1994. Las
cinco días, pero el Tribunal ordenó la presentación, en el plazo de tres días, audiencias fijadas para el 9 y 10 de marzo de 1994 fueron anuladas por
644 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XII.-DERECHO A UN RECURSO EFECTIVO (ART. i3) 645

enfermedad del presidente. Los días 14, 15y16 dej~rü~ de 1994 se celebrá- Tribunal Regional de Cracovia la anulación de la orden de ingreso en prisión
ron nuevas vistas. En el intervalo, el demandante habia sido puesto en obser- y la puesta en libertad del· interesado, a cambio de ponerle bajo. control
vación psiquiátrica en el hospital penitenciario de Wroclaw (apartado 58 in- judicial. Señaló que, el 23 de enero de 1995, su cliente había intentado de
jra). nuevo suicidarse (había intentado ahorcarse, apartados 69-70 injra), lo que,
teniendo en cuenta su depresión crónica, constituía un indicio serio de que
26. La siguiente audiencia tuvo lugar el 11 de julio de 19?4._ Otra.S su permanencia en prisión corría el riesgo de comprometer su vida. Señalaba
previstas para los días 12 y 14 de julio de 1994 fueron anuladas debido a ql1e asimismo, que si el demandante había sido encarcelado de nuevo era única-
el demandante había retirado el poder otorgado a su abogado. El proceso mente porque no había comparecido en las vistas. Ahora bien, este motivo
continuó los días 20, 21 y 22 cíe septiembre, 25 y 26 de octubre y l~ ~ 15 de no podía justificar en su opinión la permanencia en prisión de sucliente, ya
noviembre de 1994. Las vist:aS fijadas para los días 20, 21 y 22 de diciembre que ya se habían obtenido las pruebas de cargo y su permariep.cia no tratah(!.
fueron anuladas debido a que uno de los coacusados del demandante estaba de asegurar el hilen desarrollo del proceso. ···
hospitalizado.
32. El 13 de febrero de 1995, el Tribunal Regional_ de Cracovia rechazó
· 27. Entretanto, el 17 de noviembre de 1994, el demandante se había la solicitud de puesta en libertad. Señalaba que, según un informe de las
quejado al presidente del Tribunal Regional de Cracovia de la duración de autoridades penitenciarias, la tentativa de suicidio del demandante solo- era
su prisión provisional y de la manera en que se estaba desarrollan?º elyroce- una maniobra destinada a llamar la atención sobre el interesado, y que los
dimiento. Señalaba, en concreto, que sus nueve coacusados habian sido ex- motivos de su ingreso en prisión no habían dejado de existir. Fechado el 10
carcelados mientras que él seguía en prisión y que la duración total de su de febrero de 1995, el informe decía así:
prisión provisional excedía ya los dos años. Alegaba que. las actas de las. au-
diencias celebradas en su causa no reflejaban las declarac10nes de los testigos «En respuesta a la demanda del Tribunal [Regional] relativa al acusado,
y que el Tribunal había omitido consignar por es~rito las ~egaciones pr~sen­ confirmamos que Andrzej Kudla, que queda a vuestra disposición, hizo (... )
tadas por él mismo y por su abogado y no le habia permitido expon~~ libre- a las 4 h 45 de la mañana del 23 de enero de este año, una tentativa de
mente su versión de los hechos. Por último, señalaba que la duracion del suicidio con el fin de llamar la atención sobre su caso.
procedimiento penal entablado en su contra hacía más de cuatro años consti-
tuía para él una «pesadilla». · En base a las informaciones obtenidas del médico de guardia, que es
psiquiatra y psicólogo, y de acuerdo con sus conclusiones, se establece que
28. El 7 de diciembre de 1994, el demandante se quejó al Tribunal del el prisionero padece trastornos de personalidad que se manifiestan en forma
tratamiento psiquiátrico que recibía en _la cárcel. El president: pidió explica- de depresión reactiva. La tentativa del interesado tuvo como consecuencia
ciones a las autoridades penitenciarias. Estas informaron del numero de reco- una ligera abrasión, en forma de banda, de la piel de su cuello, provocada
nocimientos médicos realizados al demandante, dieron detalles de estos exá- por fa cuerda tras ahorcarse; no se observó ningún cambio de orden neuroló-
menes y presentaron copias de los informes médicos pertinentes. gico.
29. En la misma época, el demandante solicitó de nuevo al Tribunal El detenido realizó este acto porque considera que su proceso penal
su puesta en libertad por motivos de. ~~lud. Al~~ba asimis~o _su situación dura demasiado y porque no está de acuerdo con los cargos que pesan sobre
familiar, señalando que su larga pnsion provlSlonal constituia ~a dura él. . .'
prueba para su familia. El 8 de diciembre de 1994, el Tribunal Regional de
Cracovia rechazó la solicitud. Pese a sus problemas de emotividad, está perfectamente lúcido y ejerce
presión sobre las [autoridades penitenciarias].
30. El 4 de enero de 1995, el Tribunal de Apelación de Cracóvia,.al que
había recurrido el demandante, confirmó la decisión del Tribunal Regional Y Por decisión del director de la prisión, no se le impuso ninguna pena
consideró que el señor Kudla debía continuar en prisión ya q1;1e existían disciplinaria por su comportamiento. [Se mantuvieron con él] discusiones
razones para sospechar que hubiera cometido los dehtos que se le-imputaban psicocorrectivas, con el fin de explicarle los riesgos reales que un comporta-
y había sido ingresado en prisión debido al riesg?_ que e~stía ?e 9-u~ escapara miento así puede acarrear en su salud y en su vida.
a la acción de la justicia. El Tribunal de Apelac10n considero asrmismo que,
aunque fuera dificil, la situación de su familia no constituía una circunstancia En una consulta psiquiátrica posterior (realizada tras el intento de suici-
que pudiera actuar a favor de su excarcelación. . dio) se apreció una regresión de los síntomas de depresión reactiva.

31. El 25 de enero de 1995, el abogado del demandante solicitó al El interesado continúa ingresado en una celda con otras personas, de-
LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
XII.-DERECHO A UN RECURSO EFECTIVO (ART. 13) 647
646
bido a la posibilidad de un comportamiento autodesttuctor resultante de un 39. En fecha imprecisa, el demandante se quejó al Ministro de Justicia
sentimiento subjetivo de sufrimiento. Está clasificado dentro de la categoría de la dur_ación del procedimiento relativo a :su caso, haciendo hincapié en
de presos dificiles y por esta razón permanece bajo constante observación y que el Tnbunal Regional de Cracovia había omitido notificarle la fundamen-
bajo la vigilancia de agentes de seguridad y del personal médico de la prisión. tación de su sentencia dentro del plazo legal. Esto tuvo como efecto, en su
opinión, la prolongación sfgnificativa del procedimientb de apelación. El 28
[Tampón y firma ilegibles]». de agosto de 1995, el director del departamento penal del Ministerio de
Justicia respondió al demandante que probablemente el documento en.cues-
33. Er 25 de febrero de 1995, el abogado del demandanterec:urrió fa tión excedía las doscientas páginas y que el incumplimiento del plazo legal
decisión del Tribunal Regional, señalando. que la salud mental de SU' cliente, se explicaba por el hecho de que el magistrado ponente esi:aba de vacaciones.
que padecía- una depresión permanente, se había deteriorado mucho. Solici-
taba al Tribunal que designara médicos forenses, en concreto psiquiatras, . 40. El 27 de septiembre de 1995, a petÍción del Tribunal Regional,· el
que evaluaran el estado de salud del demandante, en vez de remitirse a la demandante fue examinado por médicos psiquiatras forenses del Collegium
apreciación facilitada por las autoridades penitenciarias. Se quejaba también Medicum, facultad de Medicina Legal de la Universidadjagielloniana de Cra-
de que la duración del procedimiento era excesiva y que hacía ya más de dos covia. Su informe incluía el pasaje siguiente:
años y cuatro meses que su cliente se encontraba en prisión provisional.
«( ... ) Tal y como se desprende del expediente, y de acuerdo con las
34. El 2 de -marzo de 1995, el Tribunal de Apelación de Cracovia re- conclusiones de los peritos médicos, el acusado permaneció en observación
chazó el recurso. Consideró que no procedía designar médicos f()i~nses y en el departamento psiquiátrico del hóspital penitenciario de Wroclaw. En
que el demandante debía permanecer en prisión, teniendo en cuenta la ne- el curso de dicho período, realizó intentos de suicidio y pasó por fases bas-
cesidad de garantizar el buen desarrollo del procedimiento. Más tarde, entre tante largas de vagas pérdidas de conciencia. De las conclusiones globales
el 8 de marzo y el 1 de junio de 1995, el demandante presentó en vano (... ) del informe redactado por los peritos psiquiátricos en Wroclaw se des-
cuatro solicitudes de puesta en libertad y otros tantos recursos a las respecti- prende que el acusado manifiesta trastornos de personalidad y una predispo-
vas desestimaciones. sición a las reacciones de situacióp., que no actúan de forma decisiva contra
su permanencia en prisión, siempre que se le garantice tratamiento psiquiá-
35. Los días 13, 14 y 15 de inarzo, 3, 4 y 5 de abril y 4, 5, 30 y 31 de trico en consulta externa.
mayo de 1995, el Tribunal Regional celebró audiencias y tomó declaración
a los testigos. Algunos de ellos, que anteriormente se habían negado a com- [El demandante] explicó que sigue en la cárcel donde se encuentra muy
parecer, fueron llevados al Tribunal por la policía. mal, que padece permanentemente un dolor de cabeza localiiado en la parte
superior con irradiación a la nuca. A menudo se queda sin aire y tiene dificÜI-
36. El 1 de junio de 1995, el Tribunal Regional de Cracovia declaró tades para respirar, en particular por la noche. Cuando le ocurre, pide ayuda
culpable al demandante de falsificación y estafa y le condenó a seis años de a los guardianes y éstos le llevan al servicio médico. La mayor parte de las
cárcel y a 5.000 zlotys (PLN) de multa. El 2 de junio de 1995, el demandante veces el doctor le receta Relartium [diazepam], que no atenúa su sufrimiento.
y su abogado apelaron. -- Dice que continúa tomando Relanium a razón de al menos 30 mg por la
noche y 15 mg de día. Este medicamento le ayuda, en su opinión, a «organi-
37. El 1 de agosto de 1995, el demandante se quejó al Ministro de zarse» y afirma que no podría arreglárselas sin él. Se encuentra constante-
Justicia de que la fundamentación de la sentencia no había sido redactada mente fatigado, no duerme por las noches y está perturbado por su larga
dentro del plazo legal de siete días. Señalaba que habían transcurrido dos estancia en prisión. Lojuzga grotesco, considerando que ya ha_ «más que
meses hasta cumplir con esta formalidad. purgado» las penas que se le podían imponer. En el curso .de una conversa-
38. En una fecha posterior no precisada, el demandante solicitó su ción con el acusado, se observó que presentaba unª abrasión de la epidermis
puesta en libertad, haciendo constar que la prolongación de Sl,l estancia en en la base del cuello. Una vez abierto el cuello de la camisa, se. constató que
prisión había producido efectos deletéreos en su salud y en el bienestar de se trataba de una abrasión lineal de la epidermis, alrededor de -la sección
su familia. El 14 de agosto de 1995, el Tribunal Regional de Cracovia rechazó anterior del cuello, correspondiente a las estrías que se encuentran en un
su solicitud. El 31 de agosto de 1995, el Tribunal. de Apelación de Cracovia, ahorcado. El acusado explicó que (... ) había intentado ahorcarse. con una
al que había apelado el demandante, CQnfirmó ,dicha resolución, señalando sábana pero que le habían reanimado. Era su segundo intento de suicidio, y
que la continuidad de la prisión estaba justificada debido a la gravedad de es incapaz de explicar por qué actúa de esa forma. Afirma que hay momentos
en los que tiene la impresión de que su consciencia se interrumpe y que,
la pena impuesta.
648 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XII.-DERECHO A UN RECURSO EFECTIVO (ART. 13) 649

cuando esto ocurre, trata de suicidarse, principalmente ahorcándose, pero _ 43. El 11 de abril de 1996; se remitió el sumario al Tribunal Regional.
igualmente mediante la ingestión de medicamentos. y por desgarramiento Este ordenó a continuación el desglose, por lo que el demandante fue juz-
con cuchilla. También le ocurrió un día abandonar· su domicilio tras una gado de forma separada de los otros acusados.
disputa familiar y despertar varias semanas más tarde en una pensión en
Swinoujscie. No comprendía cómo había llegado hasta allí, ni qué le había 44. El 30 de abril de 1996, el d.emandante solicitó la anulación o~ en
ocurrido durante esas semanas. su defecto, la modificación de la medida preventiva dictada contra él. El 28
de mayo de 1996, el Tribunal Regional de Crácovia dictó una sentencia que
El individuo examinado se expresa ahora de manera clara, está perfecta- contenía concretamente el siguiente pasaje: ·
mente lúcido, tiene el ánimo un poco taciturno, está tenso, irritable y mani-
fiesta un fuerte sentimiento de injusticia. Considera estar siendo tratado de «( ... ) En esta fase del caso, se puede garantizar el buen desarrollo del
forma inadecuada. Recibe medicamentos que no mejoran su estado de procedimiento mediante la imposición de otras medidas preventivas distintas
ánimo y cree que este tratamiento sólo le "somete a un comportamiento de la prisión provisional (... ) En consecuencia, el Tribunal somete la anula:,
psicotrópico"; ción de la orden de ingreso en prisión a la condición de que el demandante
pague una fianza de 10.000 PLN en el plazo de un mes a partir de la fecha
Tras ser examinado por los psiquiatras, el acusado fue enviado al labora- en que le sea notificada esta sentencia (... )».
torio EEG con el fin de someterse a un examen especializado.
45. El demandante recurrió esta resolución y solicitó que se rebajara
Los resultados de dicho examen figuran anexos al informe. la suma de la fianza y se fijara de acuerdo a su situación económica, o en su
defecto que el Tribunal asegurara el buen desarrollo del proceso ordenando
INFORME
su puesta en libertad bajo control judicial.
El examen del acusado Andrzej Kudla, hombre de treinta y tres años, y
el análisis de los exámenes anteriores y de las observaciones médicas y psico- 46. El 11 de junio de 1996, el Tribunal recibió el informe de un perito
lógicas efectuadas durante su hospitalización, que d1;11"ó varias semanas, mues- psiquiatra por él designado. En éste el experto afirmaba que el demandante
tran que su estado mental actual es el resultado de trastornos de persm;1alidad padecía una depresión crónica y tenía pensamientos suicidas. Consideraba
y de su predisposición a descompensarse cuando se enfrenta a situaciones que el interesado era apto para participar en las vistas, pero que su perma-
dificiles. Estos trastornos no son de naturaleza psicótica, pero nuevos in~entos nencia en prisión podía poner en peligro su vida, teniendo en cuenta la
de suicidio podrían .constituir u~a amenaza real para su salud. Es la razón probabilidad de que tratara de suicidarse.
por la que también consideramos que si el procedimiento judicial exige que 47. El 20 de junio de 1996, el Tribunal de Apelación de Cracovia re-
el interesado permanezca en prisión hay que enviarlo a un centro hospitala- chazó el recurso presentado por el demandante contra la Sentencia de 28
rio donde pueda ser vigilado por personal especializado. Habría igualmente de mayo de 1996, considerando que la suma de la fianza rlo era excesiva,
que garantizarle el acceso a un psiquiatra y a un psicólogo. teniendo en cuenta la magnitud de los daños resultantes de la comisión de
EXPERTO los delitos de los que era culpable y de la gravedad de éstos. El Tribunal de
Apelación concedió una importancia considerable al hecho de que .tras la
Doctor Elzbieta Skupien anulación, en julio de 1992, de la primera orden de ingreso en prisión, el
demandante intentara escapar a la acdón de la justicia y fuera encarcelado
Doctor Andrzej Zieba»
de nuevo por este motivo. Señaló que la fianza era una medida para garanti-
41. El 6 de octubre de 1995, se notificaron al demandante los funda- zar. la presencia del acusado en el proceso o para impedirle· cometer otros
mentos de la sentencia y posteriormente, en fecha no precisa, apeló. El suma- actos que perturbaran el buen desarrollo del procedimiento. Teniendo en
rio fue remitido al Tribunal de Apelación de Cracovia el 14 de noviembre cuenta el conjunto de circunstancias de este caso, la fianza, .en su opmión,
de 1995. era adecuada. ·
42. El 22 de febrero de 1996, el Tribunal de Apelación anulóla con- 48. Poco tiempo después, el demandante se quejó al mediador de que
dena y ordenó que el caso fuese juzgado de nuevo debido a que la composi- la duración total de su prisión provisional excedía ahora los tres años. La
ción de la instancia inferior era inadecuada y se habían violado numerosas queja fue remitida al presidente del Tribunal de Apelación de Cracovia
disposiciones procesales. Durante la vista, el abogado del demandante había quien, el 12 de julio de 1996, enVió al demandante una carta cuya parte
solicitado, sin éxito, que anulara la orden de ingreso en prisión~ pertinente al caso dice así:
650 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS

«( ... ) Usted fue acusado de falsedad y estafa el 30 de abril de 1992. La


1 XII.-DERECHO A UN RECURSO EFECTIVO {ART. 13) 651
fianza. La solicitud del interesado tendente a la inversión de la secuencia de
acusación afectaba a diez coacusados, y se tomó declaración a noventa y ocho los acontecimientos es contraria a las normas procesales y a la se:nsatez·. Por
testigos. El procedimiento sufrió un retraso debido al hecho de que usted se lo tanto, debe ser rechazada ( ... ) ».
mantuvo oculto hasta el día de su reingreso en prisión en octubre de 1993.
Usted también ha presentado numerosas solicitudes de puesta en libertad 53. La apertura del proceso fijada para el 10 de octúbre de 1996 fue
(... ).La duración del procedimiento entre la fecha de la Sentencia del Tribu- aplazada debido a que uno de los coacusados del demandante había sido
nal de Primera Instancia y la fecha en la que se remitió el expediente al entretanto detenido en el marco de otras diligencias penales en· su contra.
Tribunal de Apelación se explica por el volumen de su expediente y de los
fundamentos de la sentencia (29legajosy140 páginas respectivamente) (... ). 54. El 29 de octubre de 1996, el Tribunal Regional de Cracovia aririló
la orden de ingreso en prisión después de que la familia dd' demandante
Aunque preparados desde el día 16 de agosto de 1995, la fundamentación
pagara 10.000 PLN en concepto de fianza.
escrita de la sentencia no le fue notificada hasta el 16 de septiembre de 1995,
debido a que el magistrado ponente estaba de vacaciones. El único retraso 55. Las dos vistas siguien~es fueron fijadas para los días 18 de marzo y
es el relativo a la instrucción· de su solicitud de puesta en libertad de 30 de el 17 de abril de 1997, pero el proc~so fue nuevamente aplazado debido a la
abril de 1996, al no haber sido examinado hasta el 28 de mayo de 1996 ya enfermedad de un coacusado del demandante. Se programaron audiencias
que el período del 1 al 5 de mayo era festivo (. .. ) ». para los días 6, 21 y 23 de octubre de 1997. El Tribunal Regional fijó poste-
49. Entretanto, el abogado del demandante había solicitado de nuevo riormente audiencias para las fechas siguientes en 1998: el 15 de enero, el
al. Tribunal Regional de Cracovia la puesta en libertad de su cliente a través 26 de febrero, el 19 de marzo, el 6 y 28 de abril, el 2, 22 y 24 de junio, el 13
del sistema de control judicial de éste, o la reducción de la. fianza exigida de julio, el 23 de septiembre, el 3 y 30 de octubre y el 17 y 24 de noViembre.
por dicho Tribunal el 28 de mayo de 1996. El 2 de julio de 1996, el Tribunal Dictó sentencia el 4 de diciembre de 1998. Atendiendo a las peticiones del
Fiscal, condenó al demandante a seis años de cárcel.
rechazó la solicitud. El abogado del demandante recurrió esta ciecisió_n ale-
gando que, teniendo en cuenta el informe psiquiátrico de 11 de junio de 56. El interesado impugnó el fallo de 19 de abril de 1999. El 27 de
1996, el demandante debía ser puesto en libertad porque su vida corría peli- octubre de 1999, el Tribunal de Apelación de Cracovia revocó el fallo y re-
gro. dujo la pena del demandante a cinco años de prisión.
50. El 18 de julio de 1996, el Tribunal de Apelación de Cracovie:t. re- 57. Posteriormente, el demandante recurrió en casadón. El 24 de fe-
chazó el recurso, señalando que el riesgo para la vida del demandante no brero de 2000, el Tribunal de Apelación de Cracovia, tras haber constatado
era absoluto ya que el interesado podía recibir tratamiento psiquiátrico en que el demandante cumplía con las formalidades exigidas para este tipo de
prisión. C01;1sideró que teniendo en cuenta el comportamiento que éste recurso, remitió el recurso al Tribunal Supremo. El procedimiento ante este
adoptó tras su liberación en juliq de 1992, el demandante debía permanecer Tribunal sigue pendiente.
en prisión con el fin de asegurar el b:uen <!esarrollo del procedimiento, salvo
que pagara una fianza de 10.000 PLN. Tratamiento médico recibido por el demandante durante su estancia en
prisión desde el 4 de octubre de 1993 hasta el 29 de octubre de 1996, tal y
51. El 31 de julio de 1996, el demandante solicitó de nuevo al Tribunal como atestigua el historial médico de la prisión de Cracovia.
Regional de CracoVia que rebajara la fianza: o le liberara ponié~dole bajo
control judicial. Alegaba no tener med~os para pagar una suma tan elevada. 58. El demandante permaneció en la prisión de Cracovia desde el 4
El 19 de agosto· de 1996, el Tribunal rechazó la solicitud al carecer de funda- de octubre de 1993 hasta el 29 de octubre de 1996, con una única interrup-
mento. Señaló que los argumentos del interesado relativos a la cuestión de ción: el 9 de marzo de 1994, fue trasladado al hospital penitenciario de Wro-
la fianza constituyen una «polémica injustificada con los órganos de !ajusti- claw donde estuvo bajo observación psiquiátrica hasta el 26 de mayo de 1994,
cia» y que la fianza podía ser pagada no sólo por· el propio demandante sino conforme a lo ordenado en otro proceso penal entablado en su ·contra.
por terceros.
59. De su historial médico se desprende que el demandante fue exami-
52. En una fecha posterior, el demandante solicitó al Tribunal Regio- nado por un médico poco después de su ingreso en prisión, El 6 de octubre
nal que lo liberara para poder pagar la fianza. El 10 de septiembre de 1996, de 1993, solicitó ser examinado por un psiquiatra. El examen tuvo lugar el l5
el Tribunal rechazó la demanda. Concretamente se expresó de esta fotm:a: de octubre. El psiquiatra concluyó que el interesado sufría de reactio situatione
(reacción de situación). Anteriormente había sido examinado en tres ocasio-
«( ... ) Lo lógico es que el demandante sea liberado una vez pagada la nes por el médico de la prisión o le había consultado.
652 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL lRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
í
1

XII.-DERECHO A UN RECURSO EFECTIVO (ART. 13) 653


60. En noviembre de 1993, el demandante fue examinado en och·o diagnóstico anterior. Según el registro, el demandante se quejaba de vértigos
ocasiones por médicos de la prisión. Éstos señalaron que padecía de insom- y de trastornos del sueño.
nio y anorexia crónicos, dolores de cabeza frecuentes, vértigos y dificultades
de concentración. 68. El 2 de enero de 1995, el médico de guardia pidió para el deman-
dante un tratamiento psiquiátrico. Los días 11 y 13 de enero de 1995 el
61. El 10 de diciembre de 1993, el demandante fue examinado por médico anotó que el demandante no le había comunicado los resultados de
un psiquiatra. Éste diagnosticó trastornos de la personalidad y una reacción la visita. El 16 de enero de 1995 se le administró al interesado Uri medica-
depresiva. En el curso del mismo mes, fue examinado o se hizo examinar en mento no precisado.
cuatro ocasiones en el servicio de consultas externas de la prisión. Se quejaba
de insomnio y sollcitó un cambio de tratamiento. El 24 de diciembre de 69. El 23 de enero de 1995 trató de suicidarse ahorcándose. Ese día
1993, un médico recomendó que fuera reconocido pór un psiquiatra. - · los médicos insertaron dos notas en el historial médico. La parte pertinente
de la primera, escrita por el médico de guardia, decía así: ·
62. El 4 de enero de 1994, el demandante comenzó a quejarse de un
«Hacia las 4 h 30, ha hecho un intento claro de suicidio colgándose de
velo oscuro delante de los ojos y de dolores de cabeza. ·
un aparato sanitario sujeto a la pared. Presión arterial 110/60 (... ).Pequeña
63. El 26 de enero del994; intentó suicidarse ingiriendo una sobredo- cantidad de sangre en la ventana nasal. Abrasiones en la epidermis del cuello
sis. El médico de guardia redactó el siguiente informe: correspondientes a las cicatrices que se encuentran en los ahorcados (... ).
No desea hablar (... ). ·
«Paciente inconsciente, ningún contacto verbal. (... ) Se desvincula de
las declaraciones de [sus compañeros de celda] de que ayer tomó su dosis Diagnóstico: intento claro de suicidio por ahorcamiento.
nocturna de medicamentos (... ) Nadie vio que tomara otra cosa. Recomendaciones médicas: examen psiquiátrico (... )».
Diagnóstico: "intoxicarlo medicamentosa acuta per os sup." [sospecha La segunda nota, escrita por un especialista en medicina interna, decía
de intoxicación aguda de medicamentos por vía oral]. así:
Recomendaciones médicas: hospitalización para observación y trata- «Estado general bueno (... ). Capaz de expresarse con lógica. Ha: seña-
miento psiquiátrico de urgencia». lado que no era su primer intento de suicidio.
64. El demandante fue ingresado en el hospital de la prisión, donde Diagnóstico: estado posterior a un intento de suicidio.
permaneció los días 27 y 28 de enero de 1994, con el diagnóstico siguiente:
status post intoxicationem medicamentosam. Se le sometió a varios tests médicos Recomendaciones médicas: examen psiquiátrico. No se requiere hospita-
(morfología de las células sanguíneas, examen toxicológico de orina y elec- lización para su tratamiento».
trocardiograma). 70. El 24 de enero de 1995, el demandante fue examinado por uh
65. El 27 de febrero de 1994, fue examinado por un psiquiatra que psiquiatra que redactó el siguiente informe:
diagnosticó trastornos neuróticos. «Buena comunicación verbal, estado emocional satisfactorio( ... ). Perma-
66. Del 26 de mayo de 1994 (fecha de su vuelta del hospital de la neció en el departamento psiquiátrico del hospital penitenciario de Wroclaw
prisión de Wroclaw) a comienzos de noviembre de 1994, acudió en trece ( ... ) en junio de 1994. Intento de suicidio: "No puedo· más". Está ansioso.
ocasiones a los médicos del servicio de consultas externas de la prisión. Con- Sueño perturbado, anorexia, náuseas, vómitos. El asunto dura ya tres años
cretamente se quejaba de dificultades para conciliar el sueño y de dolores -sin sentencia, no tiene antecedentes penales-. Está preocupado por sus ac-
de cabeza frecuentes que duraban varios días, pero también de sensación de tos "No sé qué me pasó". Diagnóstico: estado posterior a un intento de suici-
frío y de problemas de la piel. En septiembre de 1994, solicitó varias veces dio por ahorcamiento. Reacción de situación depresiva».
consulta psiqu_iátrica. El 9 de noviembre de 1994, fue examinado por un 71. El 3 de febrero de 1995 el demandante nuevamente examinado
psiquiatra que le diagnosticó trastornos neuróticos. por un psiquiatra. La nota del especialista decía así:
67. Entre tanto, el 5 de noviembre de 1994, el médico de guardia de «Buen contacto. Buena lucidez, ánimo equilibrado. Sin sÍÍltomas psicóti~
la prisión solicitó una nueva consulta psiquiátrica para el demandante. El cos. Quejas: "No me siento bien, no .puedo más, no duermo bien, voy a
psiquiatra examinó al interesado el 7 de diciembre de 1994 y confirmó el ahorcarme".
654 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
T XII.-DERECHO A UN RECURSO EFECTIVO (ART. 13) 655
Diagnóstico: trastornos de personalidad; reacciones auto-agresivas». violación del artículo 6.1 del Convenio, cuya parte aplicable en este caso dice
así:
72. En marzo de 1995, el demandante fue examinado por médicos en
seis ocasiones, dos de ellas por psiquiatras. Un certificado médico expedido «Toda persona tiene derecho a que su causa sea oída (•.. )-dentro de un
tras el primer examen incluía los siguientes pasajes: plazo razonable, por un Tribunal (... ) que decidirá (... ) sobre el fundamento
de cualquier acusación en materia penal dirigida contra ella ( .. )».
«Cracovia, 7 de marzo de 1995
CERTIFICADO MÉDICO A) PERÍODO A CONSIDERAR

Quejas, enfermedades y operaciones anteriores del preso.-He aquí de [ ... ]


lo que se queja en la actualidad: dificultades de concentración, agitación 122. El Tribunal recuerda que el artíclllo 6.1 no obliga a los Estados a
psicomotriz, sentimiento de tensión interior, dolores recurrentes en laregión crear Tribunales de apelación ni de casación. Sin embargo, un Estado que
epigástrica. Sus antecedentes médicos revelan varios intentos de s~cidio, en dispone de Tribunales de este tipo tiene la obligación de velar para que los
concreto por ahorcamiento y sobredosis. Se encuentra bajo vigilancia psi- justiciables gocen ante ellos de las garantías fundamentales del artículo 6
quiátrica regular (... ). (ver, entre otras, Sentencias Delcourt contra Bélgica de 17 de enero de 1970,
Consulta psiquiátrica de 7 de marzo de 1995. Reacción de situación con serie A núm. 11; pgs. 13-14, ap. 25, y Brualla Gómez de la Torre contra
características depresivas. Apto para participar en debates judiciales( ... )». España de 19 de diciembre de 1997, Repertorio 1997-VIII, pg. 2956, ap: 37).

Tras un segundo examen, practicado el 31 de marzo de 1995, un médico Aunque la forma en que el artículo 6 debe aplicarse en los procesos· de
anotó: apelación y de casación depende de las particularidades de estos procedi-
mientos, no hay duda de que éstos caen en el ámbito de aplicación del ar-
«Buen contacto, buena lucidez, ánimo disfórico. Quejas tensión (... ) tras- tículo 6 (ver, mutatis mutandis, Sentencia Twalib contra Grecia de 9 de junio
tornos del sueño y dificultades de concentración. de 1998, Repertorio 1998-N, pgs. 1427-1428, ap. 46). En consecuencia, pro-
cede tenerlos en cuenta para determinar si la duración global del proceso
Diagnóstico: trastornos neuróticos».
fue razonable.
73. Desde comienzos de abril a finales de diciembre de 1995 el deman-
123. Por lo tanto, y en ausencia de cualquier prueba que demuestre
dante fue examinado por los psiquiatras al menos una vez al mes, tanto a
que el Tribunal Supremo se haya ya pronunciado sobre la causa del deman-
petición propia como a solicitud de los médicos de la prisión. También fue
dante, el Tribunal constata que el procedimiento dura en la actualidad más
atendido de otros problemas. En lo relativo a su estado mental, el historial
de nueve años. Sin embargo, teniendo en cuenta su competencia ratione tem-
médico mostraba que no cesaba de quejarse de depresión, de trastornos del
sueño, de tensión, de dificultades de concentración, de irril<!ción y de no
paris (apartado 103 supra), sólo puede considerar el período de alrededor de
siete años y cinco meses transcurrido desde el 1 de mayo de 1993, aunque
mejoría en su estado. considere la fase a la que había llegado el procedimiento en esa fecha (ver,
74. En el curso del período desde principios de enero a finales de por ejemplo, Sentencia Humen contra Polonia [GS], núm. 26614/1995, aps.
agosto de 1996 el demandante fue examinadp por médicos en treinta y dos 58-59, 15 de octubre de 1999, no publicada).
ocasiones; doce de ellas por psiquiatras.
B) CARÁCTER RAZONABLE DE 1A DURACIÓN DEL PROCEDIMIENTO
[ ... ]
124. El Tribunal recuerda que el carácter razonable de la duración de
FUNDAMENTOS DE DERECHO un procedimiento se aprecia teniendo en cuenta las circunstancias del caso
• -.i.
y en función de los criterios consagrados por su jurisprudencia, eri concreto
[ ... ] la complejidad del litigio, el comportamiento del litigante y el del. órgano
judicial actuante. Para ello, se tendrá en cuenta asimismo el interés que en
m. Sobre la violación del artículo 6.1 del Convenio el litigio arriesga el demandante (ver, entre otras, Sentencias Philis contra
Grecia [núm. 2] de 27 de junio de 1997-N, pg. 1083, ap. 35 y Portington
118. El demandante alega además que se vulneró el derecho a que su contra Grecia de 23 de septiembre de 1998, Repertorio 1998-VI, pg. 2630,
causa fuese oída «dentro de un plazo razonable» y que, por lo tanto, hubo ap. 21).
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656 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XII.-DERECHO A UN RECURSO EFECTIVO (ART. i3) 657

[ ... ] Convenio hayan sido violados tiene derecho a la concesión de un recurso


efectivo ante una instancia nacional, incluso cuando la violación haya sido
130. El Tribunal considera que, aunque la causa tenía cierta compleji- cometida por personas que actúen en el ejercicio de sus funciones oficiales».
dad, ésta no podría en sí misma justificar la duración total del procedimiento.
133. El Tribunal es llamado a determinar en este caso el alcance de la
Ciertamente, en febrero y en marzo de 1993 el demandante s~ abstuvo obligación de los Estados Contratantes de conceder a los justidables un_ ·«re-:-
en comparecer ante el Tribunal, lo que llevó· consigo e~ aplazamiento. del curso efectivo ante una instancia, nacional» si elderecho reivindicado_ por el
proceso hasta octubre de 1993 (apartados 19-21 supra). Dicho esto, el.Tnbu- de~andante es -el de que el Tribunal decid'!- sobre su causa dentro d~ rm,
nal no percibe ningún hecho que demuestre que en ~a fase poste~or del «plazo razonable», garantizado por el artículo 6.1 del Convenio. El de~an­
procedimiento, el demandante adoptara un comportamlento dilatono o hu- dante alega que la interpretación del artículo 13 exige un «recurso efectivo~>
biera obstaculizado el buen desarrollo__ de éste. . . . · en un caso así; el Gobierno defiende la tesis contraria. En cuanto a la Comi-
Por lo tanto, el Tribunal considera que el comportamiento del intere- sión, no juzgó necesario pronunciarse sobre esta cuestión ..
sado no contribuyó de forma sustancial en alargar el procedimiento.
[ ... ]
. . El Gobierno alega q~~' a~que responsables de algunos retrasos, los
Tribunales en conjunto cumplieron con su obligación d~ pr<?nunciarse sobre B) APRECIACIÓN DEL TRIBUNAL
la causa: dentro de un plazo razonable. El Tribun:U señ~a, sm ~~bar~~· qu;
es a ellos a los que primero corresponde garanazar una admims.tr~cion ra- l. Sobre la necesidad de examinar W,·queja basada en el artícuw 13. "
pida de la justicia, más aún cuando, durante gran parte del procedimiento.'_el 146. En numerosos asuntos precedentes en los que constató una viola-
señor Kudla permaneció en prisión pre~entiva mientr~ ~~una d.epresion ción del artículo 6.1, el Tribunal no consideró necesario, cuando además se
grave. Esto requería por parte de los Tnbunales una diligencia particular en invocaba el artículo 13, pronunciarse también a este respecto. La mayor parte
la instrricción de la causa. del tiempo, consideró que teniendo en cuenta las circunstancias, el artículo
El Tribunal señala ~·este respecto que tras la anulación, el 22 de febrero 6.1 debía considerarse una lex specialis en relación con el artículo 13.
de 1996, de la condena inicial del demandante en primera instancia, el nuevo De esta forma, cuando el derecho reivindicado por el litigante sobre el
proceso se fijó para el 10 de octubre_ de 1996, p_ero no comenz? has~ el 18 fundamento del Convenio es un «derecho de carácter civil» reconocido en
de marzo de 1997, es decir, tras mas de un ano, para a contmuacion ser derecho interno --como el derecho a la propiedad-, la protección que ofrece
aplaiado hasta octubre de 1997 (apartados 42 y 53-55 supra). Nadie discut~ el artículo 6.1 también se aplica (ver, por ejemplo, Sentencia Sporrong y
que este aplazamiento fuera provocado -al menos en parte- por aconteci- Lonnroth contra Suecia de 23 de septiembre de 1982, serie A núm. 52, pgs.
mientos imputables a los coacusados del demandante (apartados 5~ Y. 55 31-32, ap. 88). En semejante circunstancia, las exigencia.S del artículo 6.1,
supra). Este estancamiento del proceso supus~ un retraso total de :pra~tlca­ que implican toda la panoplia de las garantías propias de los procedimientos
mente un año y ocho meses para el que el Tnbu~'.11 no. enc~e~tra JUS~ca­ judiciales, son más estrictas que las del artículo 13, que se encuentran absor,.
ción suficiente y considera incompatible con la diligencia exigida en virtud bidas por éstas (ver, por ejemplo, Sentencia Brualla Gómez de la Torre pre-
del artículo 6.L viamente citada, pg. 2957, ap. 41).
131. En consecuencia, el Tribunal no juzga razonable el lapso de i
El Tribunal siguió un razonamiento análogo en los asuntos en los que
tiempo transcurrido en este caso.
el demandante alegaba lo inadecuado de un procedimiento de apelación o
Por lo tanto, hubo violación del artículo 6.1 del Convenio. de casación existente que dependiera tanto del artículo 6.1 en su rama «pe-
nal» como del artículo 13 (Sentencia Kamasinski contra Austria de 19 de
IV. Sobre la violación del artículo 13 del Convenio diciembre de 1989, serie A núm. 168, pgs. 45-46, ap; llO, a propósito de un
proceso en casación ante el Tribunal Supremo).
132. El demandante alega, por último, que no dispuso de ningún re-
curso efectivo con el que poder plantear;ante una instancia nacional la cues- En tal caso, no existe ningún interés jurídico en volver a examinar la
tión de la duración excesiva del procedimiento seguido en su caso. Alega la alegación en el ámbito de l_as exigencias menos severas del artículo 13.
violación del artículo 13 del Convenio, en cuyos términos:
147. No hay, sin embargo, superposición, ni por lo tanto absorción,
«Toda persona cuyos derechos y libertades reconocidos en C'.!l presente cuando, como en este caso, la queja fundada en el Convenio que un indivi-
658 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XIl.-DERECHO A UN RECURSO EFECTNO (ART. 13) 659

duo desea presentar ante una «instancia nacional» es la basada en la vulnera- en que la queja del demandante relativa a la duración. del procedimiento
ción del derecho a que su causa sea oída dentro de un plazo razonable, en haya sido examinada en el ámbito del artículo 6.1. Se remite asimismo-a la
el sentido del artículo 6.1. La cuestión de si el demandante en un caso con- opinión de la Comisión relativa al asunto Pizzetti, según la: cual el artículo
creto ha podido obtener sentencia dentro de un plazo razonable sobre un 13 no puede aplicarse cuando la violación alegada se inscribe en el contexto
litigio relativo a derechos y obligaciones de carácter civil o sobré una ácusa- de un procedimiento judicial (apartados 139-144 supra).
ción en mat~ria penal es jurídicamente distinta de la de si disponía, en dere- 151. El Tribunal no deduce de la redacción del artículo 13 un princi-
cho interno, de un recurso efectivo para quejarse sobre este asunto. En este pio en virtud del cual no se pudiera aplicar el artículo 13 a cada uno de los
caso, la cuestión que los «tribunales» citados en el artículo 6.1 debían resol- aspectos del «derecho a un Tribunal» consagrado por el artículo 6.1. Asi-
ver era la de las acusaciones en materia penal dirigidas contra el deman- mismo, no hay nada en los trabajos preparatorios del Convenio que esta-
dante, mientras qrie 'la.queja que el futeresado deseaba que exammara uná blezca semejante limitación del alcance del artículo 13.
«instancia nacional» en virtud del artículo 13 era la del carácter razonable
de la duración del procedimiento. Desde luego la protección que ofrece esta disposición no es absoluta.
En función del contexto en el que se inscriba la violación alegada, o la cate-
En asuntos parecidos sometidos en el pasado al Tribunal, éste rechazó goría de violaciones alegadas, puede tener limitaciones implícitas a los posi-
no obstante pronunciarse sobre la queja basada en la ausencia de un recurso bles recursos. En tal circunstancia, el artículo 13 no se considera inaplicable,
efectivo de acuerdo con el artículo 13, considerando que no procedía, dadá pero su exigencia de un «recurso efectivo» debe entenderse como un «re-
la constatación de violación del requisito del «plazo razonable» impuesto por curso lo más efectivo posible teniendo en cuenta su alcance limitado, inhe-
el artículo 6.1 (ver, entre otras, Sentencias Pizzetti, ap. 21, Bouilly, ap. 27, y rente (al contexto)» (Sentencia Klass y otros contra Alemania de 6 de sep-
Giuseppe Tripodi, ap. 15, previamente citadas). tiembre de 1978, serie A núm. 28, pg. 31, ap. 69). Asimismo, «el artículo 13
- . .. - - . .- -
148. El Tribunal considera que ha llegado el momento de revisar .su no llega a exigir un recurso con el que poder denunciar, ante una autoridad
jurisprudencia, teniendo en cuenta que cada vez se le someten más deman- nacional, que las leyes de un Estado contratante son contrarias al Convenio»
das en las que se alega exclusivamente o principalmente el incumplimiento (Sentencia James y otros contra Reino Unido de 21 de febrero de 1986,
de la obligación de oír las causas dentro de un plazo razonable, de acuerdo serie A núm. 98, pg. 47, ap. 85). De esta forma, el artículo 13 no puede ser
con el artículo 6.1. interpretado como una exigencia de puesta a disposición de un recurso efec-
tivo que permita quejarse de la ausencia en derecho interno de cualquier
La frecuencia creciente de sus constataciones de violación a este res- acceso a un Tribunal en el sentido del artículo 6.1.
pecto ha llevado recientemente al Tribilnal a llamar la atención sobre ,;el
En cambio, en lo relativo a las alegaciones de incumplimiento· de la
peligro importante» que la «excesiva lentitud de la justicia» representa para
obligación de oír las causas dentro de un plazo razonable, no puede diferen-
el Estado de Derecho en el orden jurídico nacional «cuando los litigantes no
ciarse la limitación implícita del alcance del artículo 13.
disponen, a este respecto, de ninguna vía de recurso interna» (ver, por ejem-
plo, Sentencias Botazzi contra Italia [GS], núm. 34884/1997, ap. 22, TEDH 152. Por el contrario, la situación del artículo 13 en el sistema de pr~
1999-V, Di Mauro contra Italia [GS], núm. 34256/1996, ap. 23, TEDH 1999~ tección de los derechos humanos instituido por el Convenio actúa a favor de
V, A. P. contra Italia [GS], núm. 35265/1997, ap.18, 28 de julio de 1999, no una limitación máxima de las restricciones implícitas a esta cláusula.
publicada, y Ferrari contra Italia [GS], núm. 33440/1996, ap. 21, 28 de julio
de 1999, no publicada). En virtud del artículo 1 (que dispone: «Las Altas Partes Contratantes
reconocen a toda persona dependiente de su jurisdicción los derechos y li-
149. En estas condiciones, el Tribunal ve la necesidad en la actuali!iad bertades definidos en el Título I del presente Convenio»), corresponde a las
de examinar aisladamente la queja basada por el demandante en el artículo autoridades nacionales responsables ante todo de la ejecución y cumpli-
13, pese al hecho de haber ya constatado la violación del artículo 6.1 debido miento de los derechos y libertades garantizados. El mecanismo de apelación
al incumplimiento de la obligación de asegurar al interesado un proceso ante el Tribunal tiene pues un carácter subsidiario en relación con los siste-
dentro de un plazo razonable. mas nacionales de protección de los derechos humanos. Este carácter subsi-
diario se expresa en los artículos 13 y 35.1 del Convenio.. ·
2. Sobre la apúcabilidad del artículo 13 en las akgaciones de violación del dcreclw
a que su causa sea oída dentro de un plazo razonabl,e La finalidad del artículo 35.1, que establece la exigencia de agotamiento
de las vías de recursos internas, es la de facilitar a los Estados contratantes la
150. El Gobierno señala que el artículo 13 no es aplicable en el caso ocasión de prevenir o enmendar las violaciones alegadas en su contra antes
660 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XII.-DERECHO A UN RECURSO EFECITVO (ART. 13) 661

de que éstas se sometan a los órganos del Convenio (ver, recientemente, el Tribunal señala que aunque por ahora no existe, en el orden jurídico de
Sentencia Selmouni contra Francia [GS], núm. 25803/1994, ap. 74, TEDH los Estados contratantes, un sistema generalizado en materia de recursos que
1999-V). El contenido del artículo 35.1 se basa en la hipótesis, objeto del permitan denunciar las duraciones excesivas de procedimiento, se pueden
artículo 13 del Convenio (y con el que tiene estrechas afinidades), de que el encontrar, en la jurisprudencia del Tribunal relativa a Ja norma de agota-
orden interno ofrece un recurso efectivo para la violación alegada (ibídem). miento de las vías de recursos internas, ejemplos que demuestren que no es
imposible crear semejantes recursos Y.hacerlos funcionar de manera efectiva
De esta forma, enunciando de manera explícita la obligación de los Esta- (ver, por ejemplo, aslintos González Marín contra España [dec.], núm.
dos de proteger, en primer lugar, los derechos humanos en el seno de su 39521/1998, TEDH 1999-VII, y Tomé Mota contra Portugal [dec.], núm.
propio ordenamiento jurídico, el artículo 13 ·establece en beneficio de los 32082/1996, TEDH 1999-IX).
justiciables una garantía complementaria de disfrute efectivo de los derechos
en cuestión. Tal y como se desprende de los trabajos preparatorios (Reperto- 155. Si, como señala el Gobierno, el artículo · 13 debe interpretarse
rio de trabajos preparatorios del Convenio Europeo de Derechos Humanos, como no aplicable al derecho a un proceso dentro de un plazo razonable en
vol. 11, pgs. 485 y 490, y vol. 111, pg. 65,1), el objeto del artículo 13 es facilitar el sentido del artículo 6.1, los justiciables se verán sistemáticamente forzados
un medio a través del cual los litigantes puedan obtener a nivel nacional, la a someter al Tribunal de Estrasburgo las demandas que hubieran· podido
reparación de las violaciones de sus derechos garantizados por el Convenio, primero ser instruidas y, en opinión del Tribunal, d.e forma máS adecuada,
antes de tener que recurrir al mecanismo internacional de queja ante el en el seno del orden jurídico interno. A largo plazo, el funcionamiento,
Tribunal. Visto desde este ángulo, el derecho de cada uno .a que su causa sea tanto en el plano nacional como en el plano internacional, del sistema de
oída dentro de un plazo razonable no podrá ser menos efectivo si no existe protección de los derechos humanos erigido por el Convenio corre el riesgo
antes ninguna posibilidad de someter a una autoridad nacional las quejas de perder su eficacia.
basadas en el Convenio, y se debe considerar más bien que las exigencias del
artículo 13 refuerzan las del artículo 6.1 en lugar de ser absorbidas por la 156. Teniendo en cuenta las anteriores consideraciones, el Tribunal
obligación general, impuesta por este artículo, de no someter a los justicia- estima que la correcta interpretación del artículo 13 es que dicha disposición
bles a procedimientos judiciales anormalmente largos. garantiza un recurso efectivo ante una instancia nacional que permita que-
jarse del incumplimiento de la obligación, impuesta por el artículo 6.1, de
153. En opinión del Gobierno, el hecho de exigir un recurso que per- oír las causas dentro de un plazo razonable.
mita denunciar la duración excesiva de un procedimiento en virtud del ar-
tículo 13, viene a imponer a los Estados una nueva obligación de establecer 3. Sobre el cumplimiento en este caso de las e:rigencias del artículo 13
un «derecho de apelación», concretamente un derecho de ,apelación en
cuanto al fondo, que, como tal, sólo está garan~ado en materia penal en 157. El Tribunal lo ha dicho en numerosas ocasiones, el artículo 13
virtud del artículo 2 del Protocolo núm. 7 del Convenio. Señala asimismo, del Convenio garantiza la existencia en derecho interno de un recurso que
que en la práctica el ejercicio de dicho recurso sólo podría alargar el procedi- permite aprovecharse de los derechos y libertades del Convenio, tal y como
miento en el plano interno (apartados 142-143 supra). se encuentran consagrados. Esta disposición tiene pues como consecuencia
exigir un recurso interno que capacite para examinar el contenido de la
154. El Tribunal no comparte este punto de vista. «queja defendible» fundada en el Convenio y ofrecer el restablecimiento
apropiado (ver, entre otras, Sentencia Kaya previamente citada).
Un recurso que permita denunciar la duración excesiva de un procedi-
miento no implica en sí mismo la apelación contra la «resolución» sobre la El alcance de la obligación que el artículo 13 hace recaer en los Estados
acusación en materia penal o sobre el litigio relativo a los derechos u obliga- contratantes varía en función de la naturaleza de la queja del demandante.
ciones de carácter civil. De todas formas, en el cumplimiento de las exigen- No obstante, el recurso exigido por el artículo 13 debe ser «efectivo» tanto
cias del Convenio, los Estados contratantes gozan, el Tribunal lo. ha dicho en en la práctica como en derecho (ver, por ejemplo, Sentencia llhan contra
numerosas ocasiones; de cierto margen de apreciación en cuanto a la manera Turquía [GS], núm. 22277 /1993, ap. 97, TEDH 2000-VIII).
de ofrecer el recurso que exige el artículo 13 y de ajustarse a las obligaciones
de esta disposición (ver, por ejemplo, Sentencia Kaya contra Turquía de 19 La «efectividad» de un «recurso» en el .sentido del artículo.13 no de-
de febrero de 1998, Repertorio 1998-1, pgs. 329-330, ap. 106). pende de la certeza de un resultado favorable al demandante. Asimismo, la
«instancia» de que habla esta disposición no necesita ser una institución judi-
En cuanto al argumento que consiste en decir que el hecho de e:Xigir cial, pero sus poderes y garantías se tienen en cuenta para apreciar la efectivi-
un nuevo recurso tendría como efecto sobrecargar el procedimiento interno, dad del recurso interpuesto ante ella. Además, el conjunto de recursos ·que
662 IAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XII.-DERECHO A UN RECURSO EFECTIVO (ART. 13) 663

ofrece el derecho interno puede cumplir las exigencias del artículo 13, aun- [ ... ]
que ninguno de ellos responda por completo a éste (ver, entre otras, Senten-
Hecha en francés y en inglés, leída en audiencia pública en el Palacio
cias Silver y otros contra Reino Unido de 25 de marzo de 1983, serie A núm.
de los Derechos Humanos, en Estrasburgo, el 26 de octubre de 2000. Fir-
61, pg. 42, ap. 113, y Chahal contra Reino Unido de 15 de noviembre de
mado: Luzius Wildhaber, Presidente-Paul Mahoney, Secretario ádjunto.
1996, Repertorio 1996-V, pgs.1869-1870, ap. 145).
Se adjunta a la presente sentencia, conforme a los artículos 45.2 del
158. Le queda por determinar al Tribunal si los medios que disponía Convenio y 74.2 del Reglamento del Tribunal, la opinión parcialmente disi-
el demandante en derecho polaco para quejarse de la duración del. proceso dente del Juez señor Casadevall.
seguido en su causa eran «efectivos» en el sentido que hubieran podido im-
pedir el acaecimiento o la continuación de la violación alegada o proporcio-
nar al interesado una reparación adecuada por la violación ya producida.
159. El Tribunal señala de entrada que el Gobierno no afirma· que
existiera una vía de derecho específica a través de la cual el demandante
hubiera podido quejarse de la duración del procedimiento pero alega que
el conjunto de los distintos recursos disponibles reuniría las condiciones del
artículo 13. No indica, sin embargo; en qué medida el demandante hubiera
podido obtener reparación -preventiva o compensatoria- utilizando estas
vías de derecho (apartado 145 supra). No pretende que cualqlliera de los
distintos recursos señalados, o una combinación de varios de ellos, hubiera
podido hacer que la resolución sobre los cargos imputados contra el deman-
dante se produjera antes o que se proporcionara a este último una repara-
ción adecuada por los retrasos ya producidos. Además, no puede presentar
ningún ejemplo de la práctica interna que atestigüe que hubiera sido posible
para el demandante obtener dicha reparación utilizando los recursos en
cuestión.
Esto es suficiente para demostrar que los recursos mencionados no cum-
plen con el criterio de «efectividad» en virtud del artículo 13 ya que, como
ya dijo el Tribunal (apartado 157 supra), el recurso debe ser efectivo tanto
en derecho como en la práctica.
160. Por lo tanto, el Tribunal considera que en este caso hubo viola-
ción del artículo 13 del Convenio debido a la ausencia en derecho interno
de un recurso que hubiera permitido al demandante obtener el cumpli-
miento de su derecho a que su i::ausá «fuese oída dentro de un plaio razona-
ble», de acuerdo con el artículo 6.1 del Convenio.
[ ... ]
POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL,
[ ... ]
3. Dectara, por unanimidad, que ha habido violación del artículo 6.1
del Convenio;
4. Declara, por dieciséis votos contra uno, que ha habido violación del
artículo 13 del Convenio;
~
1

1
_;

XIII
PilOIIlBICIÓN DE DISCRIMINACIÓN (ART. 14)

40. Asunto «Relativo a ciertos aspectos del régfrnen lingüístico de la


enseñanza en Bélgi.ca>>, de 23 de julio de 1968
· En el asunto «Relativo a ciertos aspectos del régimen lingüístico de la
enseñanza en Bélgica», -
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, reunido en sesión plenaria
en aplicación del artículo 48 del Reglamento, y compuesto de los siguientes
Jueces: señores R. Cassin, Presidente; A. Holmback; A. Verdross; G. Marida-
kis; E. Rodenbourg; A. Ross; G. Balladore Pallieri; H. Mosier; M. Zekia; A.
Favre; Sir Humphrey Waldock; G. Wiarda; A. Mast, Juez ad 'hóé; a:sí como de
los señores H. Golsong, Secretario y M. A. Eisen, Secretario adjunto,
Dicta la siguiente

SENTENCIA
HECHOS

l. La demanda de la Comisión tiene por objeto someter el asunto al


Tribunal para que éste pueda decidir si algunas disposiciones de la legisfa-
ción lingüística belga en materia de enseñanza responden o no a las exigen-
cias de los artículos 8 y 14 del Convenio, y al artículo 2 del Protocolo adicio-
nal de 20 de marzo de 1952 (en adelante citado como Protocolo adicional).
2. Los demandantes, padres y madres de familia de nacionalidad belga,
recurrieron a la Comisión en nombre propio y de sus hijos menores cuyo
núnlero sobrepasa los ochocientos. Alegando que son francófonos o que se
expresan habitualmente en francés, desean que sus hijos sean instruidos en
esta lengua.
Alsemberg, Beersel, Amberes, Gante, Lovaina y Vtlvorde, donde viven
los signatarios de cinco de las seis demandas (número 1474/62, 1961/62,
1769/63, 1994/63 y 2126/64) pertenecen a la región considerada por la Ley
como «de habla holandesa», en tanto que Kraainem (demanda número
1677/62) forma parte desde 1963 de «un distrito administrativo separado»
dotado de un «estatuto propio». La población de estos municipios incluye
una proporción variable y, a veces; considerable de francófonos.
3. Aunque se diferencian entre sí en una serie de puntos, las seis de-
666 L.\S SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
XIII.-PROHIBICIÓN DE DISCRIMINACIÓN (ART. i4) 667
mandas se parecen en muchos aspectos. Bastará por el momento constatar
que en sustancia reprochan al Estado belga: - por diez votos contra dos, que la citada le~lación tampoco ~s ini::o~­
patible, en el caso de los demandantes, con el articulo 8 del Convemo, consi-
- no organizar una enseñanza· en lenguá francesa en los municipios derada aisladamente o en relación con el artículo 14;
donde residen los demandantes o, en el caso de Kraainem, haber organizado
una enseñanza que juzgan insuficiente; - por nueve votos contra tres, que el régimen general de la enseñanza
en las zonas legalmente unilingües no viola la primera frase d~l artículo del
- privar de subvenciones a los establecimientos que, en los citados muni- Protocolo adicional en relación con el artículo 14 del Convenio;
cipios, no cumplían las disposiciones lingüísticas de la legislación escolar;
- por once votos. contra uno, que lo mismo ocurre c~n el "es~tuto P~C:
- negarse a homologar los certlfica<;los de estudios expedidos por taies pio" que el artículo 7 de lá Ley de 2 de ag~sto d_e 1963 ª?"1buye a seis munici-
establecimientos; pios bilingües de la periferia de Bruselas, mclmdo Kraainem; ·
-·no permitir el acceso de los hijos de los demandan tes a las clases de -por siete votos contra cinco, que las Leyes de _1~63 son incomr,atibles
francés existentes en ciertos lugares; · con la primera frase del artículo 2 del Protocolo. adic10nal, en relacio~ con
a
.. - haber obligado los demandantes bien. a inscribir a sus hijos en una el artículo 14 del Convenio, en la medida en que tienen por efecto la reurada
total de las subvenciones a las escuelas provinciales, municipales o privadas
escuela local, solución que estiman contraria a sus aspiraciones, bien a enviar-
los a hacer sus es,tudios a Bruselas capital, donde la iengua de la enseñanza que proporcionen una enseñanza completa o parcial. en otra lengua, com?
es el holandés o el francés, segúri la lengila materna o habitual del niño, o clases no subvencionadas junto a la enseñanza dada en la lengua que prescn-
en la «región de lengua francesa» (Valonia). Tal «emigración escolar» ~n- ben las Leyes lingüísticas; ·
traña graves riesgos e inconvenientes. · · ··
- por unanimidad, que las condiciones a l~ q:1e obedece la insc~pción
4. Las demandas admitidas por la Comisión denuncian la violación de para los niños cuyos padres residan fuera del distnto de Bi:us~las capital, en
los artículos 8 y 14 del Convenio, y del artículo 2 del Protocolo adicional. las escuelas de este distrito (artículo 17 de la Ley de 30 de julio de 1963) no
Esta violación resultaría de la aplicación a los demandantes y a sus hijos de infringen, en el caso de los demandantes, la primera frase del :rrtículo 2 del
las diversas disposiciones de la Ley de 14 de julio de 1932 «relativa al régimen Protocolo adicional, en relación con el artículo 14 del Convemo;
lingüístico de la enseñanza primaria y media»; de la Ley de 15 de julio de
- que las Leyes. de 1963 no responden a las exigencias de la primera
1932, «sobre fa concesión de títulos académicos»; de las Leyes de 27 de julio
frase del artículo 2 del Protocolo adicional, en relación con el artículo 14
de 1955 y 29 de mayo de 1959; de la Ley de 30 de julio de 1963, «relativa. al
del Convenio, en cuanto que impiden que ciertos niños, sobre la única base
régimen lingüístico de la enseñanza»; de la Ley de 2 de agosto de 1963,
de la residencia de sus padres, accedan a las escuelas de _lengu~ ~cesa
-«sobre el empleo de lenguas en materia administrativa», etc Las Leyes de 14
existentes en Lovaina (ocho votos contra cuatro) y en los seis mumcip10s de
y 15 de julio de 1932 fueron derogadas por la de 30 de julio de 1963, pero
la periferia de Bruselas, antes mencionados (siete votos contra cinco);
estaban en vigor en la época en que los demandantes de Alsemberg, Beersel,
Kraainem, Amberes y Gante recurrieron a la Comisión y estos demandantes - por ocho votos contra cuatro, que _la le~slación impugnada. por. las
siguen impugnando estas Leyes, sin perjuido de oponerse también a la legis- demandas no satisface tampoco estas exigencias en cuanto que rmpli~a,
lación actual. · desde 1932, la negativa a la homologación de los certificados de estudios
5. Resumiendo la opinión expresada en su informe de 24 dejunio de secundarios no conformes a las prescripciones lingüísticas».
1965 (en adelante citado como «el informe»), la Comisión, en el páriafo 7
de su informe de 17 de diciembre de 1965, recordó que estima: · FUNDAMENTOS DE DERECHO
«-por nueve votos contra tres, que la legislación litigiosa no infringe la Además de las seis cuestiones específicas enumeradas en las conclusiones
primera frase del artículo 2 del Protocolo adicional, considerado aisladamen- respectivas de la Comisión y del G<;>bierno bel~a, este asunto plantea '~roble­
te; mas de carácter más general relativos al sentido y al alc~ce del a:uculo -2
del Protocolo adicional y de los artículos 8 y 14 del Conven~o. El Tnb~al se
- por unanimidad, que la citada legislación respeta_ la segunda frase de pronunciará sobre estos problemas antes de resolver las Clta~as cuestiones,
este artículo, considerado aisladamente o en relación con el artícufo 14 del
Convenio; · pues la respuesta que estas últimas solicitan depende hasta cierto -punto de
la solución dada a los primeros.
668 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS Xlll.-PROHIBICIÓN DE DISCRIMINACIÓN (ART. 14) : . • i.: ; i 669
l. Sobre el sentido y el alcance del artículo 2 del Protocolo y de los 10. A pesar de la formulación muy general de su versión francesá (sans
artículos 8 y 14 del Convenio distinction aucune), el artículo 14 no prohíbe toda diferencia de-t'rato'en el
[ ... ] ejercicio de los derechos y libertades reconocidos. Esta versión debe leerse á
la luz del texto, más restrictivo, de la versión inglesa (without discrimination).
B) INTERPRETACIÓN ADOPTADA POR EL TRIBUNAL
Además, y sobre todo, se llegaría a resultados absurdos si se diese al artículo
14 una interpretación tan amplia como la que su versión francesa parece
[ ... ] implicar. Se llegaría así a considerar contrarias al Convenio cada una de las
numerosas disposiciones legales o reglamentarias que no aseguran a todos
8. Según el_ artículo 14 del Convenio, el goce de los derechos y liberta- una completa igualdad de trato en el goce de los derechos y libertades reco-
des reconocidos en aquél debe ser asegurado sin distinción alguna (sans nocidos. Ahora bien, las autoridades nacionales competentes se ven a me-
distinction aucune, without discrimination) por razón, entre otras, de lengua. nudo frente a situaciones o problemas cuya diversidad reclama soluciones
En virtud del artículo 5 del Protocolo, esta garantía vale también para los jurídicas distintas; ciertas desigualdades de derecho, además, no tienden sino
derechos y libertades reconocidos en este instrumento. Por consiguiente, el a corregir desigualdades de hecho. En consecuencia, la interpretación exten-
artículo 2 del Protocolo y el artículo 8 del Convenio deben ser interpretados siva arriba citada no puede adoptarse. · -
y aplicados no sólo aisladamente cada uno, sino también tomando en consi-
deración la garantía prevista en el artículo 14; Importa, por tanto, buscar los criterios que permitan determinar si una
diferencia de trato dada, relativa, por supuesto, al ejercicio de uno de los
9. Si, ciertamente, esta garantía no tiene existencia independiente en derechos y libertades reconocidas, contraviene o no el artículo 14. A este
el sentido de que, en los términos del artículo 14, se refiere únicamente a respecto, el Tribunal, siguiendo en la materia los principios que se deducen
los «derechos y libertades reconocidos en el Convenio», una medida en sí de la práctica judicial de un gran número de países democráticos, considera
misma conforme con el artículo que consagre el derecho o la libertad en que cuando la distinción carece de justificación objetiva y razonable la igual-
cuestión puede; sin embargo, infringir ese mismo artículo, relacionado con dad de trato queda violada. La existencia de una justificación semejante debe
el artículo 14, a consecuencia de su naturaleza discriminatoria. apreciarse en relación con la finalidad y los efectos de la medida ex~ina!ia
en atención a los principios que generalmente prevalecen en las_ sociedades
_ .Así, las personas sometidas a la jurisdicción de un Estado parte no pue-
democráticas. Una diferencia de trato en el ejercicio de un derecho consa-
den extraer del artículo 2 del Protocolo el derecho a obtener de los poderes
grado por el Convenio no sólo debe perseguir una finalidad legítima:_ el
públicos la creación de tal o cual centro de enseñanza; no obstante, el Estado
artículo 14 se ve también violado cuando resulta claramente que no existe
que crease tal centro no podría, al regular el acceso al mismo, adoptar medi-
das discriminatorias, según el artículo 14. una razonable relación de proporcionalidad entre los medios empleados y la
finalidad perseguida.
Por recordar. otro ejemplo citado en el cur~o_ del procedimiento, el ar-
Al indagar si, en un caso concreto, ha habido o no distinción arbitraria,
tículo 6 del Convenio no obliga a los Estados a establecer un sistema de
el Tribunal no puede ignorar los datos de hecho y de derecho que caracteri~
apelación jurisdiccional. Un Estado que lo establezca va,. en consecuencia,
cen la vida de la sociedad en el Estado que, en calidad de Parte f:ontratante,
más allá de las obligaciones dimanantes del artículo 6. Sin embargo, violaría
responde de la medida impugnada. Al procede~ así, no ha_ de sustin:~se. a
el artículo 6, en relación con el artículo 14, si privara a algunos de esta vía
las autoridades nacionales competentes, con olvido del caracter subs1diano
de recurso sin razón legítima, otorgándola a otros para litigios de la misma
del mecanismo internacional de garantía colectiva instaurado por el Conve:..
naturaleza. En casos semejantes se trataría de una violación de un derecho
nio. Las autoridades nacionales siguen siendo libres de elegir las medidas
o libertad garantizados, tal y como se hallan enunciados en el artículo perti-
que estimen apropiadas en las materias regidas por el Convenio. El control
nente en relación con el artículo 14. Es como si este último fuera parte
del Tribunal no se refiere sino a la conformidad de estas medidas con las
integrante de cada uno de los artículos que consagra derechos o libertades.
exigencias del Convenio.
No cabe, a este respecto, distinguir según la naturaleza de estos derechos y
libertades y de las obligaciones que con ellos. se corresponden basándose, 11. En el caso examinado, el Tribunal señala que el artículo 14, incluso
por ejemplo, en que su protección implique una acción positiva o una simple en conexión con el artículo 2 del Protocolo, no tiene por efecto el garantizar
abstención. Así lo prueba claramente, por lo demás, el carácter muy general a los hijos o a sus padres el derecho a una instrucción impartida en la lengua
~e los términos e~pleados en el artículo -· 14: «el . goce- de los ·derechos .y de su elección. El objeto de estos dos. artículos, relacionados entre sí, es más
libertades reconocidos en el presente Convenio debe ser asegurado». limitado: consiste en obligar a cada Parte Contratante a asegurar el goce del
670 L\S SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XIIL-PROHIBICIÓN DE DISCRIMINACIÓN (ART. 14) 671
derecho a la instrucción a toda persona dependie~te de su jurisdicción sin impedían y las Leyes de 1963 impiden la creación y subvención, por el Es-
discriminación basada, por ejemplo, en la lengua. Este es el sentido natural tado, de escuelas que no se ajusten a las prescripciones generales de orden
y común del artículo 14, considerado conjuntamente con el artículo. 2. A lingüístico».
mayor abundamiento, interpretar estos dos artículos como si reconocieran a
toda persona dependiente de la jurisdicción de un Estado el derecho a ser [ ... ]
instruido en la lengua de su elección, conduciría a resultados absurdos, ya _
que todos podrían así reivindicar una instrucción impartida en cualquíer 3. Decisión del Tribunal
lengua, en cualquiera de los territorios de los Estados parte. 7. La primera cuestión se refiere exclusivamente a aquellas disposiéio-
nes de las Leyes de 1932 y de 1963 que se oponían o se oponen, en las
El Tribunal constata que cuando los Estados parte han querido recono-
regiones consideradas unilingües por la Ley, a la creación y a la subvención
cer a toda persona dependiente de su jurisdicción derechos específicos relati-
pm: el Estado de escuelas que no se adecuen a las prescripciones generales
vos al empleo o comprensión de una lengua, como en el artículo 5, párrafo
de orden lingüístico.
2, y en el artículo 6, párrafo 3, a) y e) del 'Convenio, lo han precisado clara-
mente en el texto. Debe deducirse de ello, que si hubieran tenido intención En el caso contemplado, esta cuestión se centra esencialmente en la
de crear, en favor de toda persona dependiente de su jurisdicción, un dere- negativa del Estado a crear o subvencionar, en la región unilingüe neerlan'-
cho específico relativo a la lengua en materia de enseñanza, lo habrían hecho desa, escuelas de enseñanza primaria (enseñanza obligatoria en Bélgica) que
expresamente en el artículo 2 del Protocolo. Por esta razón, el Tribunal no utilicen el francés como lengua en que se imparte la educación;
puede atribuir al artículo 14, en conexión con el artículo 2 del Protocolo,
un sentido que suponga el reconocimiento a toda persona dependiente de Semejante negativa no contraviene la primera frase del artículo 2 del
la jurisdicción de una Parte un derecho a una enseñanza impartida en la Protocolo. Al interpretar este texto, ya constató el Tribúnal que no cons;igra
lengua de su elección. el derecho a la creación o subvención de escuelas en las que la enseñanza se
dispense en una determinada lengua. La primera frase del artículo 2 no
No es menos cierto que, en virtud del artículo 14, el goce del derechó contiene, en sí misma, exigencia alguna de orden lingüístico. Garantiza el
a la instrucción y del derecho al respeto de la vida familiar, garan rizados por derecho a acceder a los establecimientos escolares existentes en un determi-
el artículo 2 del Protocolo y el artículo 8 del Convenio, será asegurado a toda nado momento, y el derecho a obtener, según las reglas en vigor en cada
persona sin distinción basada en la lengua, entre otros motivos. Estado y bajo una u otra forma, el reconocimiento oficial de los estudios
realizados, derecho este último que carece de relevancia en la cuestión de
12. Para resolver sobre las cuestiones sometidas a su consideración, el que ahora se trata. Ahora bien, en las regiones unilingües, tanto los niños de
Tribunal examinará, por tanto, si existen o no en el presente caso distincio- expresión francesa como los de expresión neerlandesa, tienen el mismo ac-
nes no justificadas; esto es, discriminaciones relativas al ejercicio de los dere- ceso a la instrucción pública o subvencionada, esto es, a una enseñanza dis-
chos que consagran los artículos 2 del Protocolo y 8 del Convenio, en cone- pensada en la lengua de la región.
xión con el artículo 14. En esta indagación, el Tribunal. tendrá en cuenta los
datos de hecho y de derecho que caracterizan la situación de Bélgica, Estado [ ... ]
plurilingüe que comprende varias regiones lingüística.S. ·
Queda determinar si las disposiciones legales criticadas violan la primera
frase del artículo 2 del Protocolo o el artículo 8 del Convenio,. en conexión
II. Sobre las seis cuestiones sometidas al Tribunal con el artículo 14.
[... ] La respuesta ha de ser una vez más negativa. Es cierto que el legislador
ha instaurado un régimen que favorece únicamente la enseñanza dispensada
A) SOBRE LA PRIMERA CUESTIÓN
en neerlandés, en la región unilingüe neerlandesa, del propio modo que
2. La primera cuestión concierne al régimen lingüístico de la ense- consagra la homogeneidad lingüística de la enseñanza en la región unilingüe
ñanza en las regiones que la Ley considera unilingües, a salvo .de los dos francesa. Estas diferencias de trato de las dos lenguas nacionales. en las dos
aspectos a los que se refieren la segunda y sexta cuestión. Se refiere,· más regiones unilingües son, sin embargo, compatibles con el artículo 2 del Pro-
exactamente, a saber si existe o no, en el caso de los demandantes, úna tocolo, tal y como el Tribunal lo ha interpretado y con el artículo 8 del
violación del artículo 2 del Protocolo adicional y ·de los artículos 8 y 14:.del Convenio, incluso considerados en conexión con el artículo 14.
Convenio, o de cualquiera de ellos: «en la medida-en que· las Leyes de 1932 En efecto, el artículo 14 no impide una diferencia de trato si ésta se
672 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS Xlll.-PROHIBICIÓN DE DISCRIMINACIÓN (ART. 14) 673

basa en una apreciación objetiva de circunstancias de hecho esencialmente en la primera hacen imposible, en la región unilingüe neerlandesa, la crea-
diferentes y si, inspirándose .en el interés público, vela por un justo eqUilibrio ción o subvención, por el Estado, de escuelas que impartan enseñanza en
entre la salvaguardia de los intereses de la comunidad y el respeto de los francés. Las medidas legales y administrativas a que se refiere la segunda
derechos y libertades garantizados por el Convenio. cuestión se limitan a completar las mencionadas disposiciones: tienden a
impedir el funcionamiento de escuelas «mixtas» que en una región unilingüe
Al examinar si las disposiciones legales impugnadas responden a estos -en este caso la región unilingüe neerlandesa- mantuviesen con el carácter
criterios, el Tribunal constata que su objetivo es el de lle'Var a <:abola unidad· de clases no subvencionadas y junto a una enseñanza en la lengua de la
lingüística en el interior de las dos grandes regiones de Bélgica, en las que región, otra impartida total o parcialmente en lengua distinta. Se trata, por
una amplia mayoría de la población no habla sino una de las dos lenguas consiguiente, de un conjunto de textos que persiguen un objetivo común, la
nacionales. Esta legislación hace dificilmente viables aquellos centros escola- defensa de la homogeneidad lingüística de la región.
res en los que se enseña únicamente en una de las lengua.S nadonales que
no sea la de la mayoría de los habitantes de la región. En otras palabras; · La respuesta del Tribunal a la segunda cuestión es la misma que la ya
tiende, en la región unilingüe neerlandesa, a disuadir de la creación o mante- dada a la primera.
nimiento de escuelas en las que la enseñanza se imparte exclusivamente en En efecto, ni el artículo 2 del Protocolo ni el artículo 8 del Convenio sé
francés. No cabrá considerar como arbitraria esta medida; descansa, para ven violados por las disposiciones impugnadas.
empezar, en aquel elemento objetivo que constituye la región. Se inspira,
además, en un interés público, el de asegurar que todos los centros escolares [ ... ]
dependientes del Estado que existen en una región unilingüe, dispensen su
instrucción en la lengua que sea, con mejor título que otras, la de la región. Tampoco constata el Tribunal que exista violación del artículo 2 del
Protocolo y del artículo 8 del Convenio, en relación con el artículo 14.
Esta parte de la legislación no viola los derechos del individuo. El Tribu-
nal señala a este respecto que los textos impugnados no conciernen sino a Ya indicó el Tribunal, a propósito de la primera cuestión, el carácter
la enseñanza oficial o subvencionada. En modo alguno impiden, en la región no arbitrario y, por ende, no discriminatorio, de las medidas que tienden a
unilingüe neerlandesa, la organización de una enseñanza libre de expresión garantizar, en las regiones unilingües, que la lengua de enseñanza de las
francesa, enseñanza que de otra parte subsiste en cierta medida en dicha escuelas oficiales o subvencionadas sea exclusivamente la de la región. Estas
región. El Tribunal no considera, por tanto, que los medios empleados en medidas no impiden a los padres francófonos que lo deseen proporcionar a
e~ta ma~eria por ;1
~egislador b.elga sean desproporcionados-con las exigen-
sus hijos una instrucción en francés ya sea en escuelas privadas no subvencio-
cias del mteres publico perseguido; hasta el punto de constituir una discrimi- nadas, ya en una escuela de la región unilingüe francesa o de Bruselas capital.
nación contraria al artículo 14 del Convenio en relación con la primera frase La legislación a la que hacía referencia la primera cuestión no autoriza
del artículo 2 del Protocolo o con el artículo 8 del Convenio. la creación ni el funcionamiento, en la región unilingüe neerlandesa, de
escuelas oficiales o subvencionadas que dispensen la enseñanza en' fuµlcés.
B) SOBRE LA SEGUNDA CUESTIÓN
La legislación a la que la segunda cuestión se refiere va más lejos: mediante
8. La segunda cuestión es relativa al extremo de si existe o no, en el la retirada total de las subvenciones, imposibilita, en esa misma región que,
caso de los demandantes, violación del artículo 2 del Protocolo adicional y con carácter accesorio, se imparta enseñanza en francés por una escuela
de los artículos 8 y 14 del Convenio, o de uno de ellos, «en la medida en neerlandófona subvencionada.
que las Leyes de 1963 tienen como efecto la retirada total de las subvenciones
a las escuelas provinciales, municipales o privadas, que dispensen, con carác- [... ] No sin admitir que se trata de una medida rigurosa, el Tribunal no
ter de clases sin subvenciones y junto a la enseñanza impartida en la lengua puede alinearse con el parecer de la Comisión, según el cual está prohibida
que prevén las leyes lingüísticas, una enseñanza total o parcial en otra len- por el juego combinado del artículo 2 del Protocolo y del artículo 14 del
gua». Convenio. Esta opinión únicamente podría compartirse si la. «medida rigu-
rosa» fuese eqUivalente a una diferencia de trato arbitraria y, por consi-
[ ... ] guiente, discriminatoria. Ahora bien, el Tribunal ha constatado que l~ dispo-
siciones legales discutidas en la primera cuestión -por rigurosas que sean-
4. Decisión del Trilntnal se basan en criterios objetivos. Lo propio ocurre con la medida de que. aquí
13. La situación a que hace referencia la segunda cuestión está ligada se trata. Su propósito es evitar el que aquella enseñanza que el Estado no
a aquella que es objeto de la primera. Las disposiciones legales mencionadas quiere subvencionar -por razones que son plenamente compatibles con los
674 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
XIII.-PROHIBICIÓN DE DISCRIMINACIÓN (ART. I4) 675
artículos 2 dd Protocolo adicional y 8 y 14 del Convenio- no se aproveche
Falta determinar si las medidas de que se trata violan la primera frase
de ninguna forma de las subvenciones obtenidas por la enseñanza conforme
del Protocolo o el artículo 8 del Convenio, en relación con el artículo 14.
con las leyes lingüísticas. Este propósito es en sí plausible y el Tribunal no
tiene por qué apreciar si es posible alcanzarlo de otro modo. También aquí la respuesta debe ser negativa. Los seis municipi9s en
cuestión pertenecen a una región tradiciona1mente de habla neerlandesa.
Por su parte, lo único que pueden lograr estas medidas es evitar que en En consideración al gran número de francófonos que en ellos residen, el
una misma escuela se dispensen enseñanzas subvencionadas y no subvencio- legislador ha establecido un régimen que deroga el principio de terntoriali-
nadas. En nada atentan a la libertad de organizar una enseñanza libre, de dad. La organización él.e una enseñanza oficial o subvencionada en francés
expresión francesa, independiente de la enseñanza subvencionada. queda subordinada a la presentación de una petición por parte de 16 cabezas
de familia domiciliados en los municipios de que se trate; además, esta ense-
Las medidas legales y administrativas en c~estión no son obstáculo al
ñanza se ve obligatoriamente acompañada por el estudio profundo del neer-
ejercicio de los derechos individuales consagrados por el Convenio, de suerte
landés. Con ello, la Ley no desborda un marco trazado según ériterios objeti-
que respetan el necesario equilibrio entre los intereses colectivos de la socie-
vos y que se inspira en un interés público. Por otro lado, la: crea<;:ión 'y
dad y los derechos individuales garantizados. Por tanto, no son incompatibles
mantenimiento de una enseñanza en francés en los mencionados inunicipios
con las disposiciones del artículo 2 del Protocolo y del artículo 8 del Conve-
sigue siendo posible. Por último, el hecho de conjugar esta enseñanza con
nio, considerados conjuntamente con el artículo 14.
el estudio profundo del neerlandés, mientras que la enseñanza del francés
sigue siendo facultativa en las escuelas neerlandesas de los mismos munici-
C) SOBRE LA TERCERA CUESTIÓN
pios, no constituye una discriminación, ya que estas últimas escuelas pertene-
14. La tercera cuestión se refiere al extremo de saber si existe o no, en cen a una región de habla neerlandesa por tradición ... ·
el caso de los demandantes, una violación del artículo 2 del Protocolo adicio-
D) SOBRE LA CUARTA CUESTIÓN
nal y de los artículos 8 y 14 del Convenio, o de cualquiera de ellos, «en
relación con el Estatuto propio que la Ley de 2 de agosto de 1963, en su 20. La cuarta cuestión se refiere a si en el caso de los demandantes
artículo 7, párrafo 3, establece para· los seis municipios de la periferia de existe o no una violación del artículo 2 del Protocolo adicional y de los
Bruselas, Kraainem entre ellos», todo ello bajo reserva de las condiciones de artículos 8 y 14 del Convenio o de cualquiera de ellos: «Por lo que se refiere
residencia, a las que hace referencia la quinta cuestión. a las condiciones que rigen, en relaci6n con los niños cuyos padres residen
fuera del distrito de Bélgica capital, la inscripción en las escuela.S de este
[ ... ]
distrito (art. 17 de la Ley de 30 de julio de 1963)».
4. Decisión del Tribunal [... ]
19. Excepción hecha de las condiciones de residencia, a las que se 4. Decisión del Tribitnal
refiere la cuestión quinta, el régimen particµlar que el artículo 7, párrafo 3,
de la Ley de 2 de agosto de 1963 confiere a los seis municipios de la periferia 25. Las condiciones a las que se subordina la inscripción de los niños
de Bruselas, Kraainem entre ellos, no infringe, en el caso de los firmantes de cuyos padres viven fuera del distrito Bruselas capital,. en dicho distrito se
la demanda número 1677/62, ninguno de los tres artículos invocados por definen en el artículo 17 de la Ley de 30 de julio de 1963. En el caso de los
ellos ante la Comisión. demandantes la aplicación de este texto no violaninguno de los tres artículos
del Convenio y del Protocolo por ellos invocados ante la Comisión. · .
[ ... ]
[ ... ]
El Tribunal subraya a este respecto, en primer lugar, que las escuelas 'de
preescolar y de primaria de expresión francesa que existen en los seis munici- Tampoco constata el Tribunal, sobre el extremó considerado, fa existen-
pios están abiertas a los hijos de los firmantes de la deman_da número 1677/ cia de discriminación contraria al artículo 14 del Convenio en relación con
la primera frase del artículo 2 del Pro toco fo o con el artículo 8 ·del Convenio;
62. De este modo, el derecho a la instrucción de estos niños, en el sentido
por lo demás, semejante discriminación no ha sido demostrada por los· "de~
de la primera frase del artículo 2 del Protocolo, queda respetado.
mandantes. · · ···
[ ... ]
En su informe de 16 de diciembre de 1965 la Comisión llamó la atención

_.;··.
676 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XIII.-PROHIBICIÓN DE DISCRIMINACIÓN (ART. 14). · 677
del Tribunal sobre el hecho de que allí donde existe un doble sistema de no constituyen una medida discriminatoria en atención a la legitimidad del
enseñanza oficial ó subvencionada, por ejemplo, en Bruselas, los padres care- objetivo específico del legislador.
cen de la libertad de elegir entre el francés y el neerlandés como lengua de
instrucción de sus hijos. En el presente caso, esta cuestión reviste tin carácter La situación es muy diferente en el caso de los seis municipios «con
teórico, ya que los demandantes se declaran francófonos y desean para sus facilidades», que pertenecen a la región que rodea Bruselas, capital de un
hijos una enseñanza en francés; ciertamente, la Comisión no ha dejado de Estado bilingüe y centro internacional. Según las informaciones facilitadas .al
subrayarlo así. En todo caso, el Tcibunal no ha de deeidir sobre un problema Tribunal, dichos municipios disponen de un número importante de familias
que no ha sido planteado. · ·· francófonas; constituyen, en cierta medida, una zona de carácter «mixto».
' . . .

E) SOBRE lA QUINfA CUESTIÓN


Es para responder a este dato de hecho que el artículo 7 de la Ley de 2
de agosto de 1963 ha derogado el principio de territorialidad, como el Tribu-
26. La quinta cuestión versa sobre si hay o no, .en el caso de los deman- nal ha señalado al tratar la tercera cuestión. Resulta, en efecto, de su .párrafo ·
dantes, violación del artículo 2 del Protocolo adicional y de los artículos 8 y 1 que los. seis municipios no dependen de la región unilingüe neerlapdesa,
14 del Convenio, o de uno de ellos, «en tanto que el artículq 7, últi:rpo sino que forma «Un distrito administrativo distinto» dotado de un «estatuto
párrafo, de la Ley de 30 de julio de 1963 y el artículo 7, párrafo 3, de la .Ley especial». El párrafo 2 implica una serie de consecuencias: fundamental-
de 2 de agosto de 1963 impide a ciertos niños, con el solo fundamento ,de la mente prevé que los seis municipios de que se trata ·se bene~cien de un
residencia de sus padres, acceder a las escuelas de lengua francesa existentes régimen bilingüe «en materia administrativa». En cuanto al párrafo 3, cuya
en Lovaina y en los seis municipios de la periferia de Bruselas dotadas de un compatibilidad con los artículos 8 y 14 del Convenio y 2 del Protocolo es
"estatuto especial" e incluido Kraainem». negada por los demandantes, se aplica en «materia escolar». Dispone que la
lengua de enseñanza es el holandés en los seis municipios; prescribe, sin
[ ... ] embargo, la organización, en beneficio de los niños para los que el francés
4. Decisión del Triúunal es la lengua materna o habitual, de una enseñanza francesa, oficial y subven-
cionada, a los niveles preescolar y primario; a condición de que 16 cabezas
32. El Tribunal examinará sucesivainente las medidas legales y adnlinis- de familia lo soliciten. Sin embargo, esta última enseñanza no es accesible a
trativas que rigen el acceso a la enseñanza francófona en Lovaina y en Hever- los hijos cuyos padres residan fuera de los municipios considerados: Por el
lée de una parte y en los seis municipios· con especiales facilidades de otra. contrario, las clases neerlandesas de los municipios acogen en. principio a
todos los niños, cualesquiera que sea su lengua materna o habitual y el lugar
Lovaina y Hervelée pertenecen a la región unilingüe. de habla neerlan- de residencia de sus padres. La condición de residencia no juega más que
desa. Si el legislador ha autorizado el mantenimiento de una enseñanza.fran- con respecto de uno de los dos grupos lingüísticos, y el Tribunal se encuentra
cófona, lo ha hecho ante todo en consideración de las necesidades derivadas llamado a decidir si de ello resulta una discriminación contraria al artículo
del carácter bilingüe de la Universidad de Lovaina. Los principios que rigen, 14 del Convenio, en relación con la primera frase del artículo 2 del Ptotocolo
en los dos municipios, el funcionamiento de la enseñanza en lengua fran- o con el artículo 8 del Convenio.
cesa, determinan también las condiciones de acceso a esta enseñanza. El
beneficio concedido por los textos impugnados (art. 7 in fine de la Ley de 30 Una medida así no se justifica a la vista de las exigencias del Convenio,
de julio de 1963 y Reales Decretos de 8 de agosto de 1963 y· 30 de noviembre en la medida en que comporta, en detrimento de ciertos individuos, los
de 1966) dependen, pues; de su objeto. Es concedido, en primer lugar, a los elementos de un trato discriminatorio fundado más sobre la lengua que so-
profesores, empleados y estudiantes francófonos de la Universidad .de Lo- bre la residencia.
vaina, sin la presencia de los cuales esta última no podría continuar siendo
bilingüe. Por lo mismo, si las clases francesas de Lovaina y de Heverlée per- En primer lugar esta medida no se aplica de manera uniforme a las
manecen abiertas a los hijos de familias francófonas residentes más allá de la familias que hablan una u otra lengua nacional. Los niños de habla neerlan-
región unilingüe de lengua neerlandesa, es porque sirven de secciones did~c-; desa que residan en la, región unilingüe de la región neerlandesa tienen
ticas a la Universidad de Lovaina. En <;:uanto al favor concedido a c;:iertos negado el acceso a las escuelas francesás de. los .mismos municipios, Por lo
niños de nacionalidad extranjera, se justifica por los u~os de la cortesfa inte,r- mismo, las clases neerlandesas de los seis municipios están abiertas a los niñ()S
nacional. En consecuencia, la exclusión de los niños de lengua frances<l h~bi.:. de habla neerlandesa de Ja región unilingüe de habla neerlandesa, mientras
tantes de la región unilingüe neerlandesa y cuyos padres no cuentan entre que las clases francesas de dichos municipios están cerradas a los niños frán-
los profesores, los estudiantes y los miembros del personal de la Universidad, cófonos de esta región.

l
678 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XIII.-PROHIBICIÓN DE DISCRIMINACIÓN (ART. H)

Tal situación contrasta, además, con la que se deriva de las posibilidades Queda por saber si las disposiciones legales a que se refiere Ja sexta
de acceso a las escuelas de lengua francesa de la región de Bruselas capital, cuestión son compatibles con la primera frase del artículo 2 del Protocolo,
abiertas a los niños francófonos independientemente del lugar de residencia en relación con el artículo 14 del Convenio.
de sus padres (artículos 5 y 17 de la Ley de 30 de julio de 1963) ..
Esta cuestión debe ser examinada en función de los criterios que el
Ocurre, por tanto, que la condición de residencia no es impuesta en Tribunal ha extraído para determinar si una medida determinada reviste un
interés de los establecimientos escolares, por razones de orden administrativo carácter discriminatorio en relación con el artículo 14. .
y económico; procede únicamente, en el caso de los demandantes, de consi- A este respecto, el Tribunal señala en primer lugar que el legislador, al
deraciones relativas a la lengua. Además, la medida litigiosa no respe14 ente- adoptar el sistema impugnado, ha perseguido un fin de interés público: favo-
ramente, en el caso de la mayor parte de los demandantes o de sus hijos, la recer la unidad lingüística én el interior de las regiones unilingües y en parti-
relación de proporcionalidad entre los medios empleados y'el fin a alcanzar. cular promover en los alumnos el conocimiento profundo de la lengua oficial
El Tribunal destaCa a este respecto que la imposibilidad de acceder a las de la región. Este fin de interés público no comporta en sí mismo· riirigún
escuelas francesas, oficiales o subvencionadas, de los seis municipios ~<con elemento discriminatorio.
facilidades» afecta tanto más a los hijos de los demandantes en el ejercicio
de su derecho a la instrucdón en la medida en que no existen tales escuelas En lo que concierne a la relación de proporcionalidad entre los Inedias
en los municipios en que residen. ·· · ·· empleados y el fin a alcanzar, la búsqueda de la respuesta ofrece mayores
dificultades.
El ejercicio del derecho a la instrucción tal como el Tribunal lo concibe,
y más precisamente.el-del derecho de acceso a los centros escolares existen- Una entre ellas reside en d hecho de que los niños que, siendo titulares
tes, no se encuentra, sobre el punto considerado, asegurado a todos sin dis- de un certificado no homologable por razones de orden puramente lingüís-
criminación fundada, en particular, sobre la lengua. En· otros términos, fa. tico, debían pasar un examen ante el Tribunal central; se encuentran en
medida impugnada se revela a este respecto incompatible con la primera una situación menos ventajosa que los alumnos que hubieran obtenido un
frase del artículo 2 del Protocolo; combinado con el artículo .14 del Conve- certificado de fin de estudios homologable. Sin embargo, esta desigualdad
nio. En estas condiciones, el Tribunal no estima necesario preguntarse si de trato resulta en general de una diferencia relativa al régimen administra-
dicha medida respeta el artículo 8 del Convenio, en relación o no con el tivo de la escuela frecuentada: en el primero de los dos casos mencionados,
artículo 14. se trata de ordinario de un establecimiento que, en virtud de la legislación
en vigor, no está sometidó a la inspección escolar; en el segundo, por el
F) SOBRE lA SEXTA CUESTIÓN contrario, el certificado emana necesariamente de un establecimiento sujeto
a tal inspección. Así, el Estado trata desigtialmente situaciones desiguales. No
33. La sexta cuestión versa sobre si existe o no en el caso de los deman- priva al alumno del fruto de sus estudios; en efecto, el titular del certificado
dan tes una violación del artículo 2 del Protocolo adicional y de los artícufos no homologable puede obtener el reconocimiento oficial de sus estudios
8 y 14 del Convenio o de uno de ellos «en la medida en que las Leyes de 1932 presentándose ante el Tribunal central. El ejercicio de su derecho a la ins-
y 1963 entrañan la imposibilidad absoluta de homologar las certificaciones trucción no se encuentra obstaculizado de una manera discriminatoria en el
acreditativas de estudios secundarios no conformes con las prescripciones sentido del artículo 14.
lingüísticas en materia de enseñanza».
No es, sin embargo, imposible que la aplicación de las disposiciones
[ ... ] legales impugnadas conduzca en casos individuales a resultados que cuestio-
narían la existencia de una relación razonable de proporcionalidad entre los
4. Decisión del Trilnmal medios empleados y el fin a alcanzar, hasta el punto de constituir discrimina-
42. Las disposiciones de las Leyes de 1932 y de 1963 que preveían y ciones. Durante el juicio oral ante el Tribunal, la Comisión, en efecto, ha
prevén la negativa a homologar los certificados relativos a los estudios secun:... avanzado la hipótesis de una negativa de homologación opuesta a un alumno
darios y no conformes a· 1as prescripciones lingüísticas en materia de ense- que haya seguido desde el principio de sus estudios secundarios una ense-
ñanza, no vumerail ni la primera frase del artículo ·2 del Protocolo, ni él ñanza no conforme a las leyes lingüísticas, incluso durante algunos meses tan
artículo 8 del Convenio, en sí mismos Considerados. . sólo, y cuyos estudios posteriores se hubieran desarrollado en las condiciones
definidas por estas leyes y en un establecimiento sometido a la inspección
[ ... ] escolar. Incluso en los casos de este género, donde no se podría apenas

l
680 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS

hablar de fraude a la Ley, las disposiciones legales impugnadas obstaculiza-


rían la expedición de un certificado homologable.
Un resultado así, en la medida en que pueda derivarse de la aplicación
de la Ley, debería inspirar serias dudas en cuanto a su compatibilidad con el 41. Asunto Thlimmenos c. Grecia, de 6 de abril de 2000
derecho a la instrucción, cuyo ejercicio el Convenio y el Pro.tocolo aseguran En el asunto Thlimmenos contra Grecia,.
a todos sin discriminación alguna. En este caso, sin embargo, no ha sido
probado ni incluso alegado, que se haya llegado a tal resultado en el caso de El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, constituido en una Gran
cualquiera de los hijos de los demandantes. Sala compuesta por los siguientesJueces: señoies L. Wtldhaber, Presidente,
señora E. Palm, señores L. Ferrari Bravo, L. ·Caflisch, J.-P. Costa, W. Fuhr-
El examen de la hipótesis así planteada no impide, por tanto, al Tribunal
mann, K Jungwieri, M. Fischbach, R Zupancic; señora N. Vajic, señor J.
el concluir que las disposiciones legales a las que se refiere la sexta cuestión
Redigan, señoras W. Thomassen, M. Tsatsa-Nikolovska, señores T. Pántiru,
no se encuentran por sí mismas en contradicción con las exigencias del Con-
E. Levits, K Traja, G. Koumantos, Juez ad hoc, así como poda señora M. de
venio.
Boer-Buquicchio, Secretaria adjunta,
POR ESTAS RAZONES, EL TRIBUNAL,
Después de haber deliberado en privado los días 1 de diciembre de 1999
l. Decide, por ocho votos contra siete, que el artículo 7.3 de la Ley de y 15 de marzo de 2000,
2 de agosto de 1963 no se adapta a las exigencias del artículo 14 del Cortven:io
en relación con la primera frase del artículo 2 del Protocolo adicional, en la Dicta la siguiente
medida en que impide a ciertos niños, por el solo hecho de residencia de
sus padres, acceder a las escuelas de lengua francesa existentes en los seis
SENTENCIA
municipios de la periferia de Bruselas dotadas de un estatuto espécial, com- [ ... ]
prendida Kraainem;
HECHOS
Reserva el derecho eventual para los demandantes interesados de solici-
tar una indemnización equitativa en cuanto a este punto concreto;
A) La condena del demandante por insubordinación
2. Decide, por unanimidad, en lo que concierne a otros puntos en
litigio, que no ha habido ni hay violación de ninguno de los artículos del 7. El 9 de diciembre de 1983 el Tribunal militar permanente de Atenas
Convenio y del Protocolo invocados por los demandantes. ( «Diarkes Stratodikio»), compuesto por un Juez militar de carrera y por otros
cuatro oficiales, declaró al demandante, testigo deJehová, culpable de insu-
Hecho en francés y en inglés, siendo auténtico el texto francés, en el bordinación por haberse negado a llevar uniforme durante una época de
Palacio de los Derechos del HoI111Jre en Estrasburgo, el 23 de julio de 1968. movilización general. Sin embargo, el Tribunal militar consideró, en virtud
Firmado: R. Cassin, Presidente; H. Golsong, Secretario. del artículo 70 b) del Código de Justicia Militar y del artículo 84.2 a) del
Los Jueces señores A. Holmback, G. Maridakis, E. Rodenbourg, A. Ross, Código Penal, que existían circunstancias atenuantes y condenó al deman-
T. Wold, G. Wiarda y A. Mast, estimando que el artículo 7, punto 3 de la Ley dante a cuatro años de prisión. El demandante fue puesto en libertad condi-
de 2 de agosto de 1963 respeta el Convenio y el Protocolo adicional (cfr. el cional tras dos años y un día de prisión.
punto 1 del fallo), se valen del derecho que les conceden los artículos 51.2
del Convenio y 50.2 del Reglamento del Tribunal: los señores Holmback, B) El rechazo a nombrar al demandante para un puesto de experto
Rodenbourg, Ross, Wiarda y Mast unen a la sentencia la exposición de su contable
opinión disidente colectiva; los señores Maridakis y Wold añaden tan1bién la
de sus opiniones disidentes individuales. 8. En junio de 1988 el demandante se presentó a un examen del Estado
para doce plazas de auditores contables, profesión liberal en Grecia. Sé clasi-
Además, los Jueces señores G. Maridakis y T. Wold, uniéndose al punto ficó el segundo de los sesenta candidatos. Sin embargo, el 8 de febrero de 1989
2 del fallo que se refiere a las otras cuestiones sometidas al Tribunal, unen a la oficina del Director de la Cámara de auditores contables de Grecia se negó a
la sentencia la exposición de sus opiniones individuales, fundándose en razo- designarle para el puesto ya que había sido declarado culpable de un delito,
nes diferentes de las de la mayoría.
[ ... ]
682 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
1 XIII.-PROHIBICIÓN DE DISCRIMINACIÓN (ART. 14) 683
FUNDAMENTOS DE DERECHO mente porque consideraba que su religión se lo prohibía. El argumento del
demandante es que se considera víctima de una discriminación en el ejerci-
m. Sobre la violación del artículo 14 del Convenio en relación con el cio de su libertad de religión, garantizada por el artículo 9 del Convenio,
artículo 9 sufriendo el mismo trato que cualquier otra persona acusada de un delito,
cuando su propia condena derivaba del ejercicio de esta libertad. Visto desde
33. El Tribunal señala que las quejas del demandante no se refieren a este ángulo, el Tribunal admite que «el conjunto de circunstancias» de las
su condena inicial por insubordinación. El interesado s.e queja de que la Ley que se queja el demandante -,el hecho de haber sido tratado como. una per-
que excluye del nombramiento para un puesto de auditor contable a toda sona declarada culpable de un delito de cara al nombramiento para un
persona condenada por un crimen no establece ninguna distinción entre las puesto de auditor contable, aunque la infracción por la que fue. condenado
personas sancionadas por sus convicciones religiosas de aquellas cuya con- fuese consecuencia de sus creencias religiosas- «recae en el ámbito de una
dena se basa en <;>tros motivos. Invoca el artículo 14 del Convenio en relación disposición del Convenio»; a saber, el artículo 9.
con el artículo 9:
43. i>ará llegar a esta conclusión, el Tribunal,, contrariamente a la Co-
T. .. ] misión, considera inútil comprobar si la condena inicial· del demandante y
el posterior rechazo de las autoridades a proceder a su nombramiento deben
ID. Apreciación del Tribunal analizarse como una injerencia en el ejercicio de sus derechos en el sentido
del artículo 9.1. El Tribunal no está obligado a decantarse en este.caso sobre
39. El Tribunal señala que conviene examinar el asunto bajo el ángulo si, de acuerdo con el artículo 4.3 b), el hecho de imponer estas sanciones a
del artículo 14 del Convenio en relación con el artículo 9, por las siguientes los objetores de conciencia que se niegan a realizar el servicio militar puede
razones. por sí mismo vulnerar el derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia
40. . Recuerda que el artículo 14 del Convenio no tiene existencia inde- y de religión consagrados por el artículo 9.1. \.
t' ;.
pendiente ya que protege el disfrute de los derechos y libertades garantizados 44. El Tribunal, hasta el momento, ha dictaminado la violación del
por los otros artículos del Convenio y de los Protocolos. Sin embargo, puede derecho garantizado por el artículo 14 de no sufrir discriininaciÓn en el
entrar en juego incluso sin un incumplimiento de sus exigencias y, en esta disfrute de lo.s derechos reconocidos por el Convenio cuando los' Estados
medida, posee un alcance autónomo. Para que el artículo 14 sea aplicable tratan de manera diferente sin justificación objetiva y razonable a las perso-
basta que los hechos enjuiciados recaigan bajo el ámbito de estos artículos nas que se encuentran en situ~1dones análogas (Sentencia Inze citada, ap.
(Sentencia Inze contra Austria; de 28 de octubre de 1987, ap. 36). 41). Sin embargo, considera que no es la única faceta de la prohibición de
41. El Tribunal constata que el demandante no fue. designado para el cualquier discriminación enunciada por el artículo 14. El derecho a disfrutar
puesto de auditor contable debido a una condena anterior por haberse ne- de las libertades garantizadas por el Convenio sin ser sometido a discrimina-
gado a llevar uniforme. Por tanto, fue tratado de manera diferente á los otros ción es igualmente transgredido cuando, sin justificación objetiva y razona-
candidatos a este puesto ya que se encontraba en la situación de una persona ble, los Estados no tratan de manera diferente a personas en situaciones
condenada. El Tribunal considera que dicha diferencia de trato no recae sensiblemente diferentes.
generalmente en el ámbito del artículo 14, ya que se refiere al acceso de una [ ... ]
persona a una profesión particular; en efecto, el Convenio no garantiza la
libertad de profesión. 46. Conviene, a continuación, examinar si se ha respetado el artículo
14 del Convenio. Según su jurisprudencia, el Tribunal debe en primer lugar
42. Sin embargo, el demandante no entra en la distinción que hacen
determinar si el hecho de no haber tratado al demandante de manera dife-
las reglas que rigen el acceso a la profesión entre las personas condenadas y
rente a las otras personas acusadas. de un delito perseguía un objetivo legí-
el resto. De lo que se queja es de que, al aplicar la ley correspondiente, no
timo. En caso afirmativo, el Tribunal verificará .si exi.stía una relación razona-
se estableciera ninguna distinción entre las personas condenadas por infrac-
ble de proporcionalidad entre los medios empleados y el objetivo perseguido
ciones cometidas exclusivamente por razón de sus creencias religiosas y las
(Sentencia Inze citada, ibídem).
personas declaradas culpables de otras infracciones. En este contexto, el Tri-
bunal señala que el demandante es miembro de los testigos de Jehová, un 47. El Tribunal señala que, en principio, los Estados tienen un interés
grupo religioso pacifista, y que no hay nada en el expediente que contradiga legítimo en excluir a determinados delincuentes de la profesión de auditor
la afirmación del interesado según la cual se negó a llevar uniforme única- contable. Sin embargo, considera por otra parte que, contrariamente a las
T
t\
: ¡
1
684 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS

condenas por otras infracciones más graves, una condena derivada de la ne-
gativa a llevar uniforme por motivos religiosos o filosóficos no denota nin- :, 1 XN
guna actitud deshonesta o bajeza moral de tal naturaleza que pudiera reducir
la capacidad del interesado para ejercer esta profesión. La exclúsión del de- GARANTÍAS DE.LOS EXTRANJEROS y LÍMITES A sus DERECHOS
mandante por no cumplir las condiciones requeridas no estaba, por tanto, (ART. 16; ARTS. 2 Y 4 Pr 4; ART. 1 Pr 7)
justificada. El Tribunal tiene en cuenta el argumento del Góbierno, según el
cual, las personas que se niegan a servir a su país deben ser, en consecuencia,
castigadas. Sin embargo, señala igualmente que el demandante.ha cumplido
una pena de prisión por haberse negado a llevar uniforme. En estas,condicio-
nes, el Tribunal señala que imponerle otra. sanción era desproporcionado. 42. Asunto Hermont c. Francia, de 27 de abril de 1995
Sostiene que la exclusión del demandante de la profesión de auditor conta-
ble no perseguía ningún objetivo legítimo. Por tanto, el Tribunal considera En el asunto Piermont contra Francia,
que el rechazo a tratar al demandante de ·mariera diferente de ,fas otras perso- El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, constituido conforme al
nas declaradas culpables de Uri delito nó 'tenía ninguna justificación objetiva artículo 43 del Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y las
y razonable. · · ·
Libertades Fundamentales (el Convenio) y a los artículos aplicables de su
48. Ciertamente, en virtud de la ley, las autoridades no tuvieron otra Reglamento A, en una Sala compuesta por los siguientesJueces: señores R
elección que negarse a nombrar al demandante auditor contable. Sin em- Ryssdal, Presidente, F. Matscher, L.-E. Pettiti, A N. Loizou, señora E. Palm,
bargo, contrariamente a lo que afirmó el representante del Gobierno en la señor J. M. Morenilla, Sir Jonh Freeland, señores J. Makarczyk y KJungwiert,
vista, esta obligación no permite al Estado demandado· declinar· cualquier así como por el señor H. Petzold, Secretario.
responsabilidad de acuerdo con el Convenio. El Trib:unal n,o. ha ex,cluidoJa Tras haber deliberado en privado los días 24 de noviembre de 1994 y 20
posibilidad de constatar que un texto legislativo pudiera suponer úna viola- de marzo de 1995,
ción directa del Convenio (ver, entre otras, Sentencia Chassagnou y otros
contra Francia). En este caso, señala que es el Estado quien, al aprobar la Dicta la siguiente
legislación correspondiente siri iritroducir las excepciones· ~propiadas a la
regla que excluye de la profesión de auditor contable a las personas acusadas SENTENCIA
de un delito, ha vulnerado el derecho del demandante que prohíbe la discri-
minación en el goce de su dereého establecido en el artículo 9 del Convenio. ...
[ ]

49. Por tanto, concluye con la violación del artícuÍo 14 del Convenio HECHOS
en relación con el artículo 9.
POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL, POR UNANIMIDAD,
l. Las circunstancias del caso

[ ... ]
8. .Ciudadana alemana domiciliada en Remagen, la señora Dorothée
Piermont es desde hace mucho tiempp militante ecologista y pacifista. En.la
2. Declara, que ha habido violación del artículo 14 del Convenio rela- época de los hechos era diputada en el Parlamento Europeo. . . ., .
cionado con el 9;
A) LA MEDIDA TOMADA EN lA POLINESIA FRANCESA
[ ... ]
1. La orden de expulsión y de prohibición de entrada
Hecha en francés y en iriglés y leída en audiencia pública en el Palaé:fo . . . .

de los Derechos Humanos, en Estrasbúrgo, el 16 de abril de 2000. Firnia:do: 9. Invitada por el señor Osear Temaru, Presidente del Frente de Libe-
Luzius Wildhaber, Presidente; Maud de Boer-Buquicchio, Secretaria adj'unta. ración de la Polinesia Francesa, la demandante permaneció en d territorio
polinesio del 24 de febrero al 3 de marzo de 1986; esto. es, durante la cam-
a
paña electoral que precedió a las elecciones legislativas y las elecciones para
la Asamblea territorial que debían tener lugar el 16 de maria.
10. Desde su bajada del avión, y por orden del Alto Comisario de la
. ¡
686 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
XIV.-GARANTÍAS DE LOS EXTRANJEROS Y LÍMITES A SUS DERECHOS... 687

República en la Polinesia Francesa, la policía del aire y de fronteras le invitó hal administrativo de Papeete dos demandas tendentes, una, a obtener el
a observar en sus declaraciones cierta reserva con respe<:to a los asuntos inter- aplazamiento de la ejecución de la resolución y la otra su anulación
nos franceses, si no quería correr el riesgo de ser expuls<1.da. 15. El Tribunal rechazó la primera el 8 de julio de 1986; mediante una
11. La señora Piermont participó, el 28 de febrero de 1986, en una sentencia de 23 de diciembre de 1986 aceptó la segunda.
reunión pública y el 1 de marzo, con aproximadamente otras novecientas b) Ante el Consejo de Estado
personas, en la tradicional marcha independentista y antinuclear. Menos se-
guida que el año precedente, esta manifestación se desarrolló sin incidentes 16. El Ministro de Departamentos y Territorios de Ultramar apeló ante
en las calles de Faaa, ciudad limítrofe de Papeete a la que tenía prohibido el el Consejo de Estado el 16 de marzo de 1987 para que anulara la sentencia
acceso por una orden del Alto Comisario a causa de riesgos de «alteraciones
graves del orden público». · · 17. El 12 de mayo de 1989, el Consejo de Estado aceptó la demanda.

La demandante denunció en ella la continuación de las pruebas nuclea- [ ... ]


res y la presencia francesa en el Pacífico. Sus manifestaciones fueron así da- Considerando, finalmente, que la medida impugnada no ~tenta contra
das a conocer por los periódicos: «La señora Piermont había tomado.la pala~ la libertad de expresión definida en los artículos 10 y 14 del Convenio euro-
bra en francés para evocar, principalmente, las circunstancias en.las que, a peo para la Protección de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamen-
su llegada al aeropuerto de Tahití, "el jefe de los polis" responsable .de la tales y entra en el ámbito del artículo 2.3 del Protocolo núm. 4 anexo a dicho
policía del aire y de las fronteras, le había prevenido contra la injerencia Convenio, que autoriza las restricciones a la libre circulación basadas en im-
que constituiría, en período de campaña electoral, una participación en una perativos de seguridad nacional, de seguridad pública y de orden público.
manifestación pública». ·· · · ·.
La señora Piermont respondió a la policía que se manifestaría si era . 1 B) LAMEDIDATOMADAEN NUEVA CAu:ooNIA
invitada a hacerlo y había declarado el sábado a los manifestantes relinidos
en torno a ella que, hablando de injerencias, la presencia francesa en los 1. La orden de prohibición de entrada
asuntos de la Polinesia era una injerencia materializada, en su opinión, por 18. Tras haber abandonado la Polinesia el 3 de marzo de 1986 (apar-
las pruebas nucleares en Mururoa. .. - . tado 13 supra), la señora Piermont se dirigió a Nueva Caledonia, invitada
Considerando que en la Polinesia Francesa, el conjunto de la prensa se por cargos electos locales, entre ellos el presidente del Frente de Liberación
opone a la evolución hacia la independencia y se muestra favorable a la Nacional Canaco Socialista. El día 4, a las 13 h 55, desembarcó en el aero-
continuación de las pruebas nucleares, la señora Piermont había anunciado puerto de Nouméa. Después de que pasara, con los otros pasajeros, el control
que los «verdes» alemanes habían decidido donar un millón de francos CFP de los agentes de policía del aire y de fronteras, que sellaron su pasaporte,
al Frente de Liberación de la Polinesia para crear un «periódico que dirá la un funcionario de policía le interpeló y la condujo a un despacho del aero-
verdad». puerto en el que fue retenida hasta su salida.

12. Al día siguiente, el 2 de marzo de 1986, el Alto Coillisario dictó 19. Avisados de la venida de la demandante, una cuarentena de mili-
una orden contra la demandante acordando su expulsión y prohibición de tantes llamados lealistas le esperaban para expresar su hostilidad a su presen-
toda nueva entrada en el territorio. · · · · ci<1. en el territorio. Hicieron saber que no se irían más que por la fuerza
mientras la diputada europea estuviera en suelo caledonio.
[ ... ] . .

20. Ante los riesgos de enfrentamiento y tras vanas tentativas de conci-


13. Dicha orden fue notificada a la interesada el 3 de marzo de 1986, liación, el Alto Comisario de la República dict.J esa misma tarde una orden
cuando se encontraba ya instalada a bordo del avión que le iba a conducir a impidiendo la entrada de la señora Piermont en el territorio de Nueva Cale-
Nueva Caledonia. . ·· · · ·· · donia.
2. El recurso de anulación [ ... ].
11
a) Ante el Tribunal Administrativo de Papeete Un comisario de policía le notificó esta orden en el recinto mismo del
14. El 15 de abril de 1986, la señora Piermont presentó ante eLTribu- aeropuerto hacia las 18 h 30.

l
688 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XIV.-GARANTÍAS DE LOS EXTRANJEROS Y LÍMITES A SUS DERECHOS... 689
Hacia medianoche, la demandante fue embarcada enun vuelo con des- supra)». El artículo 5.4 de dicho Protocolo (apartado 42 supra) manda consi-
tino a Tokio y su pasaporte fue nuevamente sellado. derar a la Polinesia como un territorio distinto a efectos de las referencias al
territorio de un Estado hechas en el artículo 2. A fin de cuentas, la resolución
2. El recurso de anulación de 1945 relativa a las condiciones de entrada y de 'residen.da dé extranjeros
a) Ante el Tribunal Administrativo de Nouméa en Francia no había sido promulgada allí (apartado 29 supra). En consecuen-
. i cia, desde la notificación de la orden de expulsión, la demandante no se
21. El 23 de abril de 1986, la señora Piermont presentó ante el Tribu..: encontraba ya regularmente en el territorio de la Polinesia y no fue objeto,
nal Administrativo de Nouméa una demanda de anulación de la orden que por lo tanto, en ese momento tampoco, de una injerencia en el ejercicio de
le prohibía la entrada en Nueva Caledonia. su derecho a la libre circulación garantizado por la disposición en cuestión.
22. Mediante una sentencia de 24 de diciembre de 1986 dicho Tribu- 45. En conclusión, no hubo violación del artículo 2 del Protocolo
nal anuló la resolución incriminada por defecto de motivación. núm.4.
b) An~ el Consejo de Estado
B) SOBRE lA MEDIDA TOMADA EN NUEVA CALEDONIA
23. El Ministro de los Departamentos y Territorios de Ultramar inter'."
puso un recilrso el 16 de marzo de 1987 ante el Consejo de Estado. 49; En este caso, el Tribunal considera que el argumento de la deman-
dante de que el paso del control de la policía del arre regulariza la sitúacióri
24. Mediante una sentencia de 12 de mayo de 1989, este último anuló de una persona en un territorio es demasiado formalista. En efecto, en· un
la sentencia impugnada.. aeropuerto como el de Nouméa, mientras un pasajero permanece en su re-
cinto, permanece bajo el peso de las operaciones de control. En este caso, la
3. La abrogación de la orden señora Piermont fue interpelada justo después del sellado de su pasaporte y
25. El 23 ·de noviembre de 1994, al Alto Comisario de la República la orden litigiosa le fue notificada cuando no había abandonado el aero-
abrogó por su propia autoridad la orden de 4 de marzo de 1986 por el puerto, ya que seguía retenida en un local bajo la vigilancia de las fuerzas de
motivo de que ya «no procedía, teniendo en cuenta las circunstancias actua- policía.
les, oponerse a la entrada en el territorio de nueva Caledonia de la señora
La orden dictada por el Alto Comisario de la República se rubrica como
Piermont».
«orden decidiendo la prohibición de entrada en el territorio de un extran-
jero» y su artículo 1 acuerda dicha prohibición. Por otro lado, el Consejo de
FUNDAMENTOS DE DERECHO Estado, en su resolución de 12 de mayo de 1989, no cuestionó la naturaleza
de dicha orden. Así, la interesada no se encontró nunca regularmente en el
l. Sobre las violaciones del artículo 2 del Protocolo núm. 4 territorio, condición de aplicación del artículo 2 del Protocolo núm. 4 y no
hubo por lo tanto violación de esta disposición.
A) SOBRE lA MEDIDA TOMADA EN lA PÓLINESIA FRANCESA

. 44. El Tribunal hace fonstar que la orden de expu)sión de 2 dé marzo Il. Sobre la violación del artículo 10 del Convenio
de 1986 fue notificada al día siguiente a la señora Piermont, cuando ya estaba
en el avión (apartado 13 .supra). La interesada, que no se éncontraba en A) LA MEDIDA TOMADA EN IA POLINESIA FRANCESA
misión por cuenta del Parlamento europeo, pudo desplazarse a·Polinesiá del
24 de febrero al 3 de marzo de 1986, y no sufrió durante ese período ninguna 1. La existencia de una injerencia
injerencia en el ejercicio de su derecho a la libre circulación en el sentido
del artículo 2 del Protocolo núm. 4. 51. En opinión de la señora Piermont, la medida de expulsión junto
con la prohibición de toda nueva entrada en el territorio de la Polinesia
Recuerda también, que en el momento de la presentación de su instru- Francesa tendía a censurar sus opiniones políticas y su expresión en el suelo
mento de ratificación, el Gobierno de la República declaró que el Protocolo polinesio y eso a pesar de su condición de miembro del Parlamento europeo
núm. 4 se aplicara «al conjunto del territorio de la República, teniendo en que le autorizaba a interesarse por la situación de ese territorio. Constituiría,
cuenta, en lo que se refiere ·a los territorios de ultramar, las necesidades por lo tanto, una «injerencia de las autoridades públicas» en el ejercicio de
locales a las que el artículo 63 del Convenio hace referencia (apartado 28 su derecho a la libertad de expresión.
690 LAS SENrENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
XN.--GARANTÍAS DE LOS EXTRA1'!JEROSYLÍMITES A SUS DERECHOS... 691
52. El Gobierno admite la existencia de una injerencia, pero la califica favor o consideradas como inofensivas o indiferentes, sino también para las
de mínima. que molestan, chocan o inquietan; así lo quieren el pluralismo, la tolerancia
53. Como la Comisión, el Tribunal considera que hubo una injerencia~ y.el espíritu de apertura sin los cuales no existe «sociedad democrática» (Sen-
tencia Castells contra España de 23, de abril de 1992, ap. 42). Un adversario
[ ... ] de las ideas y posiciones oficiales debe poder encontrar su lugar en la.arena
b) justificación con respecto al artículo 16 del Convenio política. «Preciosa para todos, la libertad de expresión lo es muy especial-
mente para un cargo electo _del pueblo [ ... ] Por lo tanto, las injerencias en
60. El artículo 16 del Convenio dispone: (su) libertad de expresión [ ... ] piden al Tribunal que lleve a ca,bo un control
de lo más estricto (ibidem, ap. 42)». ·· · · ·
«Ninguna de las disposiciones de los artículos 10, 11 y 14 podrá ser
interpretada en el sentido de que prohíbe· a las Altas Partes Contratantes La libertad de discusión política no· reviste seguramente un carácter ab-
imponer restricciones a la actividad política de los extranjeros». soluto. Un Estado contratante puede someterfa a cierta.S «restricciones» o
[ ... ] «sanciones», pero pertenece al Tribunal resolver en último lugar sobre su
compatibilidad con la libertad de expresión como la consagra d artículo 10
64. El Tribunal no puede aceptar el argumento derivado de la existen- ( ibidem, pg. 23, ap. 46).
cia de una ciudadanía europea, ya que los tratad.os comunitarios no recono-
cían entonces tal ciudadanía. Sin embargo, considera que la pertenencia de 77. Para el Tribunal, la atmósfera política que reinaba en la época de
la señora Piermont a un Estado miembro de la Unión Europea y además su los hechos en la Polinesia Francesa y la perspectiva de unas dobles elecciones,
condición de parlamentaria europea no permiten oponerle el artículo 16 del tienen una cierta importancia (apartado 9 supra). La actittid de l;i deman-
Convenio, tanto más cuanto que la población de los TOM participa en la dante, cuyas ideas políticas erán conoeidas, podía, ciertaffi~ntc;:; teiler un im~
elección de diputados al Parlamento europeo. pacto particular en el clima político. Por otro lado, a sü llégada, fue invitad.a
a respetar en sus intervenciones una cierta reserva. · · ' ·
En conclusión, esta disposición no autorizaba al Estado a restringir el
ejercicio por parte de la demandante del derecho garantizado por el artículo Sin embargo, las declaraciones que se le reprochan a la señora Piermont
10. fueron realizadas en el transcurso de una manifestación pacífica autorizada.
La parlamentaria europea en ningún momento llamó a· la violencia o al
c) Justificación con respecto al apartado 2 del artículo 1O desorden; tomó la palabra en apoyo de las reivindicacione·s antinucleares e
65. Se trata de buscar si la injerencia estaba «prevista por la Ley», ten- independentistas expresadas por numerosos partidos locales. Su intervención
día a un «fin legítimo» y era «necesaria en una sociedad democrática». se inscribía, por lo tanto, en el marco de un debate democrático en Polinesia.
Además, la manifestación no fue seguida de ningún desorden y el Gobierno
i) Prevista por la Ley no ha demostrado que las tomas de posición de la demandante hubieran
causado problemas en Polinesia. · ·
68. Como la señora Piermont no volvió a Polinesia, el Tribunal consi-
dera inútil pronunciarse sobre la prohibición de entrada. Con la Comisión, [ ... ]
constata que la orden de expulsión se apoyaba en el artículo 7 de la Ley de
3 de diciembre de 1849. Así,· no se ha establecido un justo equilibrio entre, por una parte, el
interés general-que requieren la defensa del orden yel resp~to de la integri-
ii) Fin legítimo dad territorial y, por otra parte, la libertad de expresión de la señora Pier-
mont. · · ·
72. Para el Tribunal, teniendo en cuenta las circunstancias particulares
del caso, la injerencia perseguía los dos fines invocados por el Gobierno. 78. En resumen, a falta de ser necesaria en una so.ciedad democrática,
hubo violación del artículo 10. . · · · ·
iii) Necesaria en una sociedad democrática
76. El Tribunal recuerda que la libertad de expresión constituye uno B) LA MEDIDA TOMADA EN NUEVA CALEDONIA
de los fundamentos esenciales de una sociedad democrática, una de·Jas con-
diciones primordiales de su progreso. Bajo reserva del apartado 2 del artículo 1. La existencia de una. injerencia
10, es válida, no solamente para las «informaciones» o «ideas» acogidas con 81. La orden de prohibición de entrada adoptada por el Alto Comisa-
!
..... l

692 LAS SENfENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XIV.-GARANTÍAS DE LOS ~os Y LÍMITES A sus DERECHOS... 693
rio de la República se analiza como una injerencia en el ejercicio del derecho Hecha en francés e inglés y pronunciada en audiencia pública en el
garantizado por el artículo 10, ya que, retenida en el aeropuerto, la intere- Palacio de los Derechos Humanos de Estrasburgo el 27 de abril de 1995.
sada no pudo entrar en contacto con las personalidades políticas que le ha-
Rolv Ryssdal, Présidente; Herbert Petzold, Secretario
bían invitado y expresar allí sus ideas.
A la presente sentencia se encuentra adjunta conforme a los artículos
2. La justificación de /,a inje:rencia 51.2 del Convenio y 53.2 del Reglamento A, la exposición de la opinión
84; El Tribunal admite que la mediaa estába prevista por la Ley. Re- parcialmente disidente común a los Jueces señores Ryssdal, Matscher, Jung-
mite a las conclusiones del Comisario del Gobierno ante el Tribunal Adminis- wiert y Sir John Freeland.. ·
trativo de Nouméa: incluso si se pueden experimentar algunas dudas· con
respecto a la aplicabilidad del artículo 7 de la Ley de 3 de diciembre de 1849,
en el caso presente en el que no se trata de una expulsión en el sentido
estricto sino de una negativa de entrada, el Alto Comisario podía utilizar sus
poderes de policía general para prohibir a la interesada, por motivos de
seguridad pública, entrar eri Nueva Caledonia. ·
85. En cuanto a la proporcionalidad de la medida, el Tribunal re-
cuerda la importancia concedida a la libertad de expres~ón. El comporta-
miento de la q~mandante y el temor de que.. é~.ta se expresara allí .sobre
temas delicados, podrían explicar ~os motivos de lá negativa a penetrar en el
territorio· de Nuevi Caledonia:· Iñ.dúso si el clima político era ten~o y si. la
llegada de la señora Pierniontprovocó uná,inanifestación limitada de hostili-
dad, el Tribunal no obser\ra nirÍguna diferencia sustancial en la sit:Uación de
la interesada con respecto afos dos territorios. Las razones que le-han llevado
a concluir que la medida tomada en; la Polinesia Francesa no estaba justifi-
cada con respecto a las exigencias del apartado 2 del artículo 10, le conducen
a una decisión idéntica para Nueva Caledonia.
86. En conclusión, hubo violación del artículo 10.
POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL,
l. Declara, por unanimidad, que no hubo violación del artículo 2 del
Protocolo núm. 4 en cuanto a la medida tomada en la Polinesia Francesa;
2. Declara, por unanimidad, que no hubo violación del artículo' 2 del
Protocolo núm. 4 en cuanto a la medida tomada en Nueva Caledoni~;
3. Declara, por cinco votos contra cuatro, que hubo violación del· ar-'-
tículo 10 del Convenio en cuanto a la medida tomada en la Polinesia France~
sa;
4. Declara, por cinco votos contra cuatro, que hubo violación d~l ar-
tículo 10 del Convenio en cuanto a la medida tomada en Nueva Caledonia;
5. Declara, por unanimidad, que no se impone examinar el asunto
bajo el punto de vista del artículo 14 del Convenio en combinación con el
artículo 1O; · ·
[ ... ]

-·-·.
1
43. Asunto Baumann c. Francia, de 22 de mayo de 2001
En el asunto Baumann contra Francia,
El Tribünal Europeo de Derechos Humanos (Sección Tercera) consti-
tuido en una ,Sala compuesta por los siguientes Jueces: señores L. Loucaides,
Presidente, señores J. P. Costa, P. Kuris, K Jungwiert, Sir Nicolas Bratza,
señoras F. Tulkens y H. S. Greve, así como por la señora S. Dollé, Secretaria
de Secc:ión, · · ·

Tras haber deliberado en privado los días 14 de marzo de 2000 y 3 de


mayo de 2001,
Dicta la siguiente

SENTENCIA

[ ... ]
HECHOS

l. Circunstancias del caso


8. El 27 de noviembre de 1993 fue visto por policías de la guardia
urbana de Estrasburgo un vehículo estacionado en un aparc;amiento y con
ocupantes en su interior. Este vehículo había sido robado la víspera en Estras-
burgo. Los policías procedieron a la detención de O. H. y de S. B., el primero
acababa de recibir la entrega del vehículo robado y ocultado por el segundo.
La investigación llevada a cabo en el momento permitió establecer que ha-
bían tenido lugar otras transacciones y que los dos hombres detenidos se
encontraban en un hotel de Brumath (Bajo Rin). Acudieron a dicho hotel y
detuvieron állí a la esposa de O. H. así como a la señorita C. E., cuando ésta
se disponía a subir a un vehículo.perteneciente al demandante.
9. Durante su interrogatorio en el lugar, C. E. declaró que su amigó,
el demandante, llevaba algún tiempo en el hotel, pero que estaba hospitali-
zado en Alemania desde el 26 de noviembre de 1993 debido a su grave_ estado
de salud. ·
10. Se realizó un registro de la habitación. Los investigadores encontra-
ron un pasaporte alemán a nombre deLdemandante, 7.700 marcos alemanes
(DEM) y 2.150 francos franceses (FRF) ,encóntrados en el bolso de mano de
C. E., documentos bancarios, un certificado de matriculación de un vehículo
y diversos papeles manuscritos. Estos objetos fueron intervenidos y deposita-
696 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XIV.-GARANTÍAS DE LOS EXTRAfl!JEROS YÚMITES A SUS DERECHOS ... 697

dos en el departamento de documentos probatorios del Tribunal de Gran [ ... ]


instancia de Estrasburgo. 21. Mediante carta de 12 de febrero de 1996, C. E. solicitó al Fiscal de
11. Tras su detención preventiva, C. E. no fue objeto de diligencia la República la devolución del dinero incautado, a saber 7.700 DEM y 2.150
judicial alguna, al igual que el demandante. · FRF, debido a que esta suma le pertenecía y no tenía: nada que ver con el
caso penal. Mediante una carta de 29 de abril de 1996 renovó su solicitud
12. El 30 de noviembre de 1993; O. H. y S. B. fueron interrogados por escribiendo: «mi antiguo amigo me ha puesto en una situación. dificil, que
unJuez instructor del Tribunal, de Gran instancia de Estrasburgo. ha cambiado seriamente mi vida( ... ) tengo deudas por su causa( ... ) es muy
importante para mí recuperar mi dinero ( ... )».
13•. Mediante demanda de 6 de diCÍembre de 1993, registrada en el
despacho del Juez instructor el 8 de diciembre de 1993, el abogado del de- [.. ;]
mandante solicitó ·al Juez la devolución del dinero y de los objetos incluido
el pasaporte, basándose en el artículo 99 del Código de procedimiento penal. FUNDAMENTOS DE DERECHO.
No recibió respuesta alguna deljuez instructor.
14. El 5 de enero de 1994, el demandante fue detenido por la policía IV. Sobre la violación del artículo 2 del Protocolo núm. 4 del
criminal de Pirmasens (Alemania) y condenado por up.. tribunal de Landau. Convenio
Encarcelado desde entonces en la prisión de Zweibruecken, el cumplimiento 57. El demandante considera que fue objeto de una v'ulneración de su
de la pena está actualmente fijado para el 4 de marzo de 2006. derecho a circular libremente, debido a la incautación y posterior confisca-
15. O. H. y S. B. fueron enviados al Tribunal correccional de Estras- ción de su pasaporte. Invoca el artículo 2 del Protocolo núm. 4 del Convenio.
burgo, juzgados y condenados por este último el 13 de junio de 1994, sin [ ... ]
que el demandante o su compañern fuesen informados de ello. El deman-
dante no pudo por tanto presentar una solicitud de restitución ante el Tribu- B) APRECIACIÓN DEL TRIBUNAL
nal correccional al que se sometió el caso.
60. El Tribunal no suscribe el argumento del Gobierno según el cual
16. El 14 de septiembre de 1994, el abogado del demandante reiteró la incautación del pasaporte no puede considerarse una restricción a la liber-
su solicitud de 6 de diciembre de 1993 al Juez instructor. No recibió respuesta tad de circulación del demandante ya que éste, tras haber reclamado la resti-
alguna. · tución el 8 de diciembre de 1993, fue detenido el 5 de enero de 1994.
17. El 28 de octubre de 1994, el abogado del demandante envió una Señala que el artículo 2 del Protocolo núm. 4 no prevé ninguna restric-
solicitud de restitución al Fiscal de la República, basándose en el artículo 41· ción a la libertad de circulación basada en la duración de la privación de
1 del Código de procedimiento penal, delos 7.700 DEM, los extractos de las este derecho. En efecto, de acuerdo con este artículo, únicamente los moti-
cuentas bancarias así como de un acumulador recargable de teléfono móvil. vos que se inscriben en el marco de los fines perseguidos en el. tercer apar-
- . .
tado constituyen, llegado el caso, un apoyo legal a la adopción por parte de
18. El 7 de noviembre de 1994, el Fiscal desestimó la demanda debido las autoridades competentes sobre el territorio en el que se encuentra el
a la confiscación ordenada por el Tribunal correccional en su Sentencia de individuo, de medidas que comporten una restricción a la libertad de circula-
13 de junio de 1994 dictada en el procedimiento tramitado contra O. H. y ción, siendo ésta temporal.
S; B. En su respuesta, elFiscal mencionaba la solicitud sometida al Juez ins-
tructor el 6 de diciembre de 1993 'Y renovada el 14 de septiembre de 1994. En este caso, el Tribunal señala que la incautación del pasaporte por
parte de las autoridades nacionales es una decisión dependiente de una com-
19. El 6 de enero de 1995, el abogado del demandante presentó una petencia territorialmente limitada al lugar de la comisión de los delitos en el
solicitud de restitución a la Sala sexta correccional del Tribunal de Gran marco de una investigación en territorio nacional, con respecto a la cual
instancia de Estrasburgo ba5ándose en el artículo 710 del Código de procedi- el Gobierno quiere demostrar que las necesidades de ésta justificarían su
miento penal. La solicitud, que únicamente llevaba el sello de la. Fiscalía adopción.
de Estrasburgo, con fecha de 6 ·de .enero de 1995, aludía al pasaporte ·del
demandante, los 7.700 DEM, los extractos de las cuentas bancarias, así como Considera, por tanto, que el Gobierno no puede aprovecharse de las
el acumulador recargable del teléfono móvil. · circunstancias posteriores y externas a la decisión tomada ab initio por las
698 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XIV.-GARANTÍAS DE LOS ~ROS YLÍMITFS A SUS DERECHOS..•. 699
autoridades para justificar sus consecuencias desde el ángulo de la queja los objetos el demandante fue privado de su pasaporte y no pudo, al menos
invocada por el demandante, basada en el artículo 2 del Protocolo núm. 4 a partir de su demanda de restitución el 8 de diciem?re de 1993, recupei:arlo.
del Convenio. Por lo tanto, señala que no pudo aprovecharse de dicho documento de iden-
tidad que, llegado el caso, le hubiera permitido tanto abandonar el territorio
Asimismo, teniendo en cuenta el hecho de que en este caso no tuvo como trasladarse a otro país de la Unión Europea o fuera de ésta. Constata,
lugar ninguna cooperación judicial con las autoridades alemanas, el Tribunal pues, que el demandante sufrió una restricción en el ~jercicio de su derecho
no puede admitir la circunstancia de la detención del demandante por parte a la libertad de circulación que se considera una injerencia en el .senticio del
de éstas para apreciar la legitimidad de la restricción a la libertad de circula- artículo 2 del Protocolo núm. 4 del Convenio (ver"a Contrario" sentencia
ción alegada por el demandante. Piermont contra Francia, de 27 de abril de 1995, serie A núm. 314, pg. 20,
De todos modos, suponiendo que las autoridades francesas hubieran ap. 44; ver mutatis mutandis sentencias Guzzardi contra Italia, de 22. de febrero
sabido de la detención del demandan te desde el 5 de enero de 1994, lo que de 1994, serie A núm. 281-1, pg. 19, ap. 39 y Labita contra Italia, de 6 de
no está probado, ni la duración del período transcurrido entre el 8 de di- abril de 2000, pgs. 38 a 39, ap. 193). ·
ciembre de 1993 y .el 5 de enero de 1994, ni las circunstancias del caso, y Queda por saber si dicha restricción estaba «prevista por la Ley» y consti-
concretamente las necesidades de la instrucción de las que el Gobierno desea tuía una «medida necesaria en una sociedad democrática». ·
aprovecharse hasta la sentencia de 13 de junio de 1994, permiten excluir que
el demandante fuera efectivamente víctima de una vulneración en el ejerci- 2: La exigencia de una medida «prevista por la ley» . .
cio de su derecho a circular libremente.
64. El Tribunal señala que laincautación del pasap~rte y su precintado
Por tanto, el Tribunal debe examinar si la incautación del pasaporte y por parte de la policía judicial, el 27 de noviembre de 1993, fueron efectuad()S
su precintado hasta el momento de la sentencia del Tribunal correccional en el marco de una investigación regida por el artículo 56 del Código de proc~­
de 13 de junio de 1994 puede considerarse una medida «necesaria en una dimiento penal. En consecuencia, el Tribunal constata que el atentado a la li-
sociedad democrática». bertad de circulación sufrido por el demandante estaba previsto por la ley.
1. Principios que se desprenden del artículo 2 del Protocolo núm. 4 del Convenio 3. La necesidad de la medida «en una sociedad democrática» tendente a perseguir·
así como de la jurisprudencia de los árganos del Convenio fines l.egítimos
61. El Tribunal recuerda que el derecho a la libre circulación recono- 65. El Tribun.il debe examinar si la incautación del pas~porté y su
cido en los apartados 1 y 2 del artículo 2 del Protocolo núm. 4, tiene como posterior precintado inicialmente «previstos por la ley», cu~os ef~cto~ perdu-
fin asegurar el derecho en el espacio, garantizado a todas las personas, de raron en el tiempo, podía considerarse en el marco de la mvesagacion una
circular en el interior del territorio en el que se encuentre así como a aban- medida «necesaria en una sociedad democrática» de acuerdo. con el tercer
donarlo; ello implica el derecho a trasladarse a un país de su elección en el apartado.
que se sea autorizado a entrar (ver mutatis mutandis CEDH, Peltonen contra
Finlandia, de 20 de febrero de 1995, D.R. 80-A, pg. 43, ap. 1). De ello resulta En primer lugar, el Tribunal señala que únicamente fueron acusados el
que la libertad de circulación exige la prohibición de cualquier medida sus- 30 de noviembre de 1993 O. H. y S. B. En cuanto al demandante, no obtuvo
ceptible de vulnerar este derecho o·restringir su ejercicio desde· el momento ninguna respuesta a su demanda de restitución de los objetos incautados
en que no responda a la exigencia de una medida considerada «necesaria presentada al Juez instructor el 8 de diciembre de 1993 y, por lo tanto, no
en una sociedad democrática» para perseguir los fines legítimos menciona- pudo conocer los motivos que justificaban la privación de su pasaporte ...
dos en el tercer apartado del artículo anteriormente mencionado. Por otro lado, señala que el Fiscal de la República consideró, en sus
62. De esta forma, el Tribunal considera que la medida mediante la conclusiones de 20 de diciembre de 1993, en vista de la mención de la de-
cual un individuo se encuentra desposeído de un documento de identifica- manda de restitución del precinto núm. 14 que figura en la.providencia de
ción como, por ejemplo, un pasaporte, se considera, sin duda, una injerencia autos del Juez instructor, que no ~adía ~~itir la demanda debido a que-era
en el ejercicio de la libertad a circular (ver mutatis mutandis CEDH, núm. «prematura en el estado de las m~estigacion~s en cur~o». Ah~ra. bien; el
10307 /1983, M. contra Alemania, Resolución de 6 de marzo de 1984; D:R. Tribunal señala que en el inventano de las piezas precmtadas unicamente
37, pg. 113). estaban registradas las sumas incaútadas, no haci~ndo ~nención alguna al
pasaporte. En consecuencia, el Tribunal opina que temendo en cuenta el
63. En este caso, el Tribunal constata que debido a la incautación de hecho de que la decisión del Fiscal no podía, por tanto, afectar al pasaporte
700 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS

no mencionado en el precinto, el Gobierno no puede aprovecharse de ello


para justificar la no restitución de dicho documento para las necesidades de
la instrucción, más aún cuando en su demanda de restitución presentada el
8 de diciembre de 1993, el demandante aludía expresamente a su pasaporte 44. Asunto Conka c. Bélgi.ca, de 5 de febrero de 2002
entre los objetos incautados.
En el asunto Conka contra Bélgica,
66. Teniendo en cuenta tanto el desarrollo del caso como el curso de
la instrucción, el Tribunal constata que el demandan'te no ·fue objete?:. de El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (Sección Tercera) consti-
diligencias judiciales; tampoco fue considerado testigo y fue tercero en el tuido en una Sala compuesta por los siguientes Jueces: señores J. P.:costa,
procedimiento ante el Tribunal correccional A este respecto, no señala, a Presidente, W. Fuhrmann, P. Kuris, K. Jungwiert, K Traja, Sir Nicolas Bratza,
partir de la demanda de restitución presentada el 8 de diciembre de 1993, J. Velaers,Juez ad hoc, así como por la señora S. Dollé, Secretaria de Sección,
ningún motivo que permita justificar en el tiempo el mantenimíento de la . - : :

medida inicialmente tomada en el marco de la investigacio:h, que llevó con- Tras haber deliberado en privado los días 15 de mayo de 2001 y 15 de
sigo para el demandante la privación de su pasaporte y la persistencia de la enero de 2002,
injerencia en su derecho a la libertad de circulación .. dicta la siguiente
Por consiguiente, en vista de lo que prec;:ede y, además, teniendo en
cuenta el hecho de que el pasaporte es un documento estrictamente perso- SENTENCIA
nal, el Tribunal no encuentra razones para admitir que la.S e:Xigencias de la
[ ... ]
instrucción en curso, que el Gobierno señala hasta la Sentencia del Tribtinal
correccional de 13 de junio de 1991:,)mbieran podido justificar de manera HECHOS
válida la no restitución del pasaporte ·al demandante; · · ,.
. '.
67. En conclusión, el Tribunal constata que a partir del 8 de diciembre l. Circunstancias del caso
de 1993, la injerencia sufrida por el demandante no era una medida «necesa-
7. El señor Ján C. y las señoras Mária C., Nad'a C. y Nikola C. son
ria en una sociedad democrática» proporcional a los fines perseguidos (ver
ciudadanos eslovacos de origen zíngaro, nacidos respectivamente en 1960,
mutatis mutantis Sentencias Raimondo contra Italia previamente citada y La-
1961, 1985 y 1991. Los dos primeros son los padres de los segundos.
bita contra Italia [GS], núm. 26772/1992, ap. 197, TE;DH 2000-IV).
8. Los demandantes señalan que, entre marzo'y .no'1embre de 1998,
Por lo tanto, hubo violación del artículo 2 del Protocolo núm. 4.
fueron agredidos en. vcµi.as ocasione~ .por «skinh(:!ac;ls» en la Rep~blica eslo-
POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL; vaca. En noviémbre de 1998, el señor C. fue incluso gravemente herido,
durante una de las agresiones, hasta 'el punto de tener que ser hospitalizado.
[ ... ]
La policía fue avisada pero se negó a intervenir.
3. Declara por unanimidad que no procede examinar la queja basada
Las permanentes amenazas incitaron a los d~mandai:Íte~ a huir de Eslo-
en el artículo 1 del Protocolo núm. 1 del Convenio;
vaquia hacia Bélgica, donde llegaron a comienzos de noviembre de 1998,.el
4. Declara por cuatro votos contra tres que hubo violación del artículo señor C. y sus dos hijas menores el 6 de noviembre y la señora C. dos días
2 del Protocolo núm. 4 del Convenio; · más.tarde. . . ..
[ ... ] A) LA SOLICITUD DE ASILO DE LOS DEMANDANTES
Hecha en francés, notificada· por escrito el 22 de mayo de 2001 en aplica- 9. El 12 de noviembre de 1998, los demandantes solicitaron asilo polí-
ción del artículo 77.2 y 77.3 del Reglamento. Firmado: L. Loucaides, Presi- tico en Bélgica.
dente; S. Dollé, Secretaria. ·
10. El 3 de marzo de 1999, las solicitudes de asilo fueron desestimadas
Se adjunta a la presente sentend~, conform~ a los artículos 45.2 ciel por el Ministro del Interior,; .. La.S decisiones rechazando la residencia iban
Convenio .Q y 74.2 del Reglamento, ia opinión parcialmente disi?e~te'_c;:orñ.ím acompañadas de la negativa al acceso al territorio, junto con una orden de
del señor Costa, Sir Nicolas Bratza y la señora Greve. abandonar el territorio en el plazo de cinco días. · ·
XIV.-GARANTÍAS DE LOS EXTRANJEROS Y LÍMITES A SUS DERECHOS ... 703
702 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS

vaco, la convocatoria señalaba que la medida tenía como fin completar el


11. El 5 de marzó de 1999, los demandantes presentaron una apelación
expediente relativo a su solicitud de asilo. ·
urgente ante el Comisario general para los refugiados y apátridas («el Comi-
sario general») contra las decisiones rechazando la residencia. 19. En la comisaría, en la que se encontraba también presente un intér-
prete de lengua eslovaca, los demandantes recibieron una nueva orden de
12. El 14 de abril de 1999, el señor C. fue invitado a presen:ta:rsé en la
abandonar el territorio, fechada el 29 de septiembre de 1999 y acompañada
Comisaría para explicar los motivos de. su solicitud de asilo, pero no se pre-
de una decisión de entrega en la frontera eslovaca y de privación de libertad
a
sentó esta convocatoria. . .
con este fin. El documento remitido, cuyo texto era idéntico para ·todos,
13. El 23 de abril de 1999, la señora C. fue interrogada, asistida por señalaba, como recursos disponibles contra la decisión de expulsión, un re-
un intérprete, por los servicios del Comisariado en la prisión de Gand, donde curso de anulación y de suspensión ante el Consejo de Estado, a presentar
se encontraba en detención preventiva. El 17 de mayo de 1999 fue c<mde- dentro de los sesenta días siguientes a la notificación de la decisión, como
na,da a ocho meses de cárcel, por robo, por el Tribunal correccional de recurso disponible contra la privación de libertad, una apelación a la sala de
Gand. consejo del Tribunal correccional. ·

14. El 18 de junio de 1999, el Comisario general confirmó las decisio- 20. Algunas horas más tarde, Jos demandantes fueron conducidos,
nes del Departamento de Extranjeros rechazando la residenda de los deman- junto con otras familias zíngaras y en compañía del intérprete, al centró
dantes. cerrado de tránsito en Steenokkerzeel, llamado el centro «127 bis», cerca del
aeropuerto de Bruselas...
Las decisiones del Comisario señalaron que los demandantes debían ser
conducidos a la frontera del país del que habían huido, es decir, Eslovaquia, 21. Durante su estancia, las familias eslovacas recibier;on la visita de
y que el plazo de cinco días para abandonar el territorio, plazo que había sido una delegación de parlamentarios belgas, del cónsul de Eslovaquia, ele dele-
suspendido mediante la presentación de la apelación urgente, comenzaba a gados de algunas organizaciones no gubernamentales y de médicos. El vier-
correr con la notificación de las decisiones a los demandantes. nes 1 de octubre de 1999, a las 22.30, el abogado de los demandantes, el
señor Van O., fue informado de la detención de sus clien.tes por medio del
15. El 24 de junio de 1999, la señora C. fue puesta en libertad y recibió presidente de la Liga de los derechos de los Romaní. Considerándose aún
una nueva orden de abandonar el territorio en eLplazo de cinco días, es apoderado de sus clientes, el señor Van O. envió el 4 de octubre de 1999 un
decir, para él 29 de junio a medianoche. . fax al Departamento de Extranjeros informando que sus clientes se encontra-
ban en el centro de tránsito 127 bis para ser repatriados a Eslovaquia; solici-·
16. El 3 de agosto de 1999 los demandantes presentaron ante el Con- taba que no fueran expulsados ya que debían cuidar de un miembro de su
sejo de Estado recursos de anulación de la Decisión de 18. de junio de 1999,
familia que estaba hospitalizado. En cambio, el señor Van Overloop no recu-
acompañados de solicitudes de suspensión ordinaria. Los demandantes salid· rrió las decisiones de expulsión y de privación de libertad de 29 de septiem-
taron asimismo la asistencia jurídica gratuita. bre de 1999.
17. El 23 de septiembre de 1999, el Consejo de Estado rechazó las 22. El 5 de octubre de 1999, las familias en cuestión fueron conducidas
solicitudes de asistencia jurídica gratuita, debido a que no iban acompañadas al aeropuerto militar de Melsbroek. Allí, se les escribió eri la mano a los
de un certifü:a:do de indigencia requerido a este efecto por el artículo 676.3 pasajeros, co~ bolígrafo, el número de asiento que les había sido atribuido
del Código judicial. En efecto, a la solicitud de laseñora C. se adjuntaba en el avión. Este abandonó Bélgica hacia Eslovaquia a las 17.45.
liria copia de dicho certificado en lugar del original: ·En consecuencia, las
ordenanzas de rechazo invitaban a los demandantes a pagar las tasas en el [ ... ]
plazo de quince días a partir de su notificación. No habiendo aceptado este
trámite, los recursos de anulación y de suspensióri fueron excluidos del tumo FUNDAMENTOS DE DERECHO
de causas el 28 de octubre de 1999.

B) DETENCIÓN Y EXPULSIÓN DE LOS DEMANDANTES


IV. Sobre laviolación del artículo 4 del Protocolo núm. 4

18. A finales de septiembre de.1999, la policía de la.ciudad de Gand 59. El Tribunal recuerda su jurisprudencia segfui la cual hay que en-
convocó para· el 1 de octubre de 1999 a varias decenas de familias. zíngaras tender por expulsión colectiva, en el sentido del artíéulo 4 del Protocolo
eslovacas, entre ellas los demandantes. Redactada en neerlandés y eli esl<r núm. 4, toda medida que obligue a unos extranjeros, como grupo, a abando-
704 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XIV.-CARANTÍAS DE LOS EXTRANJEROS Y ÚMITES A SUS DERECHOS ... 705
nar un país, salvo en los casos en los que dicha medida sea tomada como toria de los interesados en la comisaría hasta su expulsión, el procedimiento
resultado y en base a un examen razonable y objetivo de la situación particu- seguido ofreció garantías suficientes que atestiguaran una consideración real
lar de cada uno de los extranjeros que forman el grupo (Andric contra Sue- y diferenciada de la situación individual de cada una de las personas afecta-
cia, previamente citada). Ello no significa que allá donde se cumpla esta das.
última condición las circunstancias que rodeen la ejecución de las decisiones
de expulsión no jueguen un papel en la apreciación del cumplimiento del . En conclusión, hubo violación del artículo 4 del Protocolo núm. 4.
artículo 4 del Protocolo núm. 4. · · POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL
60. En este caso, las solicitudes de asilo de los demandantes fueron [ ... ]
objeto de decisiones de rechazo tomadas el 3 de marzo de 1999 y confirma-
das el 18 de junio. de 1999. Motivadas y acompañadas de una orden ese 5. Declara, por cuatro votos contra tres, que hubo violación del ar-
mismo día de abandonar el territorio, las decisiones de 3 de marzo de 1999 tículo 4 del Protocolo núm. 4 del Convenio;
fueron pronunciadas tras un examen de la situación personal de los interesa- 6. Declara, por unanimidad, que no hubo violación del artículo 13 del
dos. En cuanto a las decisiones de 18 de junio de 1999, se fundan también Convenio en relación con el artículo 3;
en motivos basados en la situación personal de los demandantes y remiten a
la orden de abandonar el territorio de 3 de marzo de 1999, cuyos efectos 7. Declara, por cuatro votos contra tres, que hubo violación del ar-
habían sido suspendidos por las apelaciones de urgencia. tículo 13 del Convenio en relación con el artículo 4 del Protocolo núm. 4;
61. El Tribunal señala sin embargo que las medidas de detendón y [ ... ]
expulsión enjuiciadas fueron tomada5 en ejecución de una orden de abando- Hecha en francés y notificada por escrito el 5 de febrero de 2002, con-
nar el territorio de 29 de septiembre de 1999, que se basaba únicamente en forme al artículo 77.2 y 77.3 del Reglamento del Tribunal. Firmado: J. P.
el artículo 7, apartado 1, 2º de la Ley de extranjería, sin más referencias a la Costa,_ Presidente; S. Dollé, Secretaria.
situación personal de los interesados que el hecho de que su estancia en
Bélgica excedía los tres meses. Concretamente, el documento no hacía refe- Se adjuntan a la presente sentencia, conforme a los artículos 45.2 del
rencia alguna a la solicitud de asilo de los demandantes ni a las decisiones Convenio y 74.2 del Reglamento, las siguientes opiniones separadas:
de los días 3 de marzo y 18 de junio de 1999 que intervenían en la materia.
Opinión parcialmente concordante y parcialmente disidente del señor
Desde luego, estas decisiones iban, también, acompañada5 de una orden de Velaers;
abandonar el territorio, pero ésta no autorizaba la detención de los deman-
dantes, que fue ordenada la primera vez mediante decisión de 29 de septiem- Opinión disidente del señor Jungwiert, a la que se adhiere el señor Kü-
bre de 1999, sobre un fundamento legal ajeno a su solicitud de asilo, pero ris.
suficiente sin embargo para llevar consigo la ejecución de las medidas critica-
das. En estas condiciones, y en vista del gran número de personas del mismo
origen que corrieron la_ misma suerte de los demandantes, el Tribunal consi-
dera que el proceso seguido no puede excluir dudas acerca del carácter
colectivo de la expulsión criticada. · · ·
62. Estas dudas se ven reforzadas por un conjunto de circunstancias
tales como el hecho de que previamente a la operación enjuiciada, las instan-
cias políticas responsables habían anunciado operaciones de este tipo y dado
instrucciones a la administración competente con vistas a su realización
(apartados 30 y 31 supra); que todos los in tei"esados fueran convocados simul-
táneamente en la comisaría; que las órdenes de abandonar el territorio y de
detención que les fueron remitidas tenían un texto idéntico; que era muy
dificil para los interesados contactar con un abogado; por último, que el
procedimiento de asilo no había aún finalizado.
63. En resumen, en ninguna fase del período que va desde la convoca-
XV
PROTECCIÓN DE LA PROPIEDAD (ART. 1, Pr 1)

45. Asunto sporrong y Liinnroth c. Suecia, 23 de septiembre de 1982


En el asunto Sporrong y Lonnroth,
El Tribunal. Europeo de Derecho Humanos, en sesión plenaria, en apli-
cación del artículo 48 de su Reglamento y compuesto por los jueces siguien-
tes: señores G. Wiarda, Presidente; M. Zekia,J Cremona, Thor Vtlhjalmsson,
W: Ganshof Van der Meersch, señora D. Bindschedler-Roberts, señores G;
Lagergren, L. Liesch, F. Glücklü~ F. Matscher,J. Pinhefro Fárinha, E. García
de Eritema, L.-E. Pettiti, B. WalSh, Sir Vieent Evans, R. Macdonald, C. Russo,
R. Bernhardt, J. Gersing, así como por los señores M: A. Eissen, Secretario, y
1-i. Petzold, Secretario adjunto, ·
Después de haber deliberado a puerta cerrada los días 24 y 25 de febrero
y 28 y 29 de junio de 1982,
Dicta la siguiente: ... ·

SENTENCIA
...
[ ]
HECHOS'

l. Las circunstancias del caso


9. Las dos demandas se refieren a las consecuencias para los herederos
del señor Sporrong y para la señmá Lonnroth, en su calidad de propietarios,
del permiso de expropiación· a largo plazo y de las prohibiciones de cons-
truir. . . . .

A) LA HERENciA SPORRONG
1 O. Dotada de personalidad jurídica, la «herencia· Sporrong» está cqm-
plie~tapor los señores M. Sporrong, C.-D. Sporrong y B. Atmer, coherederos
del señor E. Sporrong, que viven en Estocolmo o en sus alrededores. 4
herencia contiene un inmueble en Estocolmo, en el barrio céntrico de Nedre
Normalm, llamado «Riddaren núm. 8», donde se levanta un edificio de 1860.
En el ejercició fiscal de 1975 el valor imponible de este inmueble ascendía a
600.000 coronas suecas. ··. ·
708 IAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XV.-PROTECCIÓN DE LA PROPIEDAD (ART. l, PR 1) 709

1. El permiso de expropiación El 3 de mayo de 1979, el Gobierno anuló el permiso de expropiación a


petición del propio Ayuntamiento.
11. El 31 de julio de 1956, en virtud del artículo 44 de la Ley de 1947 ':

sobre fa construcción (la Ley de 1947), el Gobierno concedió al municipio 15. La herencia Sporrongjamás ha intentado poner en venta su jnmm~-
de Estocolmo un permiso de expropiación por zona que afectaba a 164 in- ble.
muebles, entre los que se encontraba el de la herencia Sporrong. La ciudad
2. La prohibición de construir
pretendía construir un viaducto que pasara por encima de una de las arterias
comerciales del centro de la capital y uno de sus pilares descansaría sobre el l6. Desde el 11 de junio de 1954, el Consejo Administrativo de Cuentas
«islote Riddaren».La nueva-obra.de arte ;desembocaría sobre.una gran calle de Estocolmo había prohibido construir en «Riddaren núm. 8», con motivo
transversal de salida, mientras que el resto de «Riddaren» se destinaría a un de que el viaducto y la calle transversal de salida proyectados afectarían a su
aparcamiento de automóviles. · · ·· · disfrute, por lo que prorrogó la prohibición hasta el 1 de julio de 1979. ·
. ¡j:ri apÚcaciÓn de la L.ey de 1917 sobre expropiación· (durante la Ley de 17. Los herederos Sporrong se beneficiaron en 1970 de la derogación
1917), el Gobierno fijó U:ri · pfa.zo de cinco -año~ dl.Ir~te, el cual se- podía de una prohibición para agranaar la parte de la entrada. Nunca solicitaron
procedGr a la expropiaCÍón;, antes de expir~ este plazo", el Ayuntamien~? otra derogación.
debía citar a los propietarios para qtie compcu:eciesen ante el Trib~ilal Hipo- ' .

tecarió para fijar las indemnizaciones,.siri las" cuales el' permiso cad~carí~... 18. En total, la duración del p'ermiso de expropiación y la prohibición
de construir en «Riddaren núm. 8» ha sido de veintitrés y veinticinco años,
12. En julfo de 1961, á. petidón del Ayuntamiento, _el Gobienio•pro- respectivamente.
rrogó este plazo hasta el 31 de agosto de 1964. Su decisión afectaba a los 138
inmuebles, los de «Riddaren núm. 8». En.- esa fecha los inmuebles pendientes B) LA SEÑORA L6NNROTH
de expropiación no estaban sujetos a ningún plan urbanístico. · 19. La señora l. M. Lonnroth reside en Estocolmo, donde es propieta-
ria de las tres cuartas partes de un .inmueble en «Bamhuset núm. 6», en el
13. El 2 de abril de 1964, el Gobierno concedió'al AyuntamientO una
barrio de Nedre Norrmalm, que incluye dos edificios de 1887-1888, el uno
nueva prórroga del permiso de expropiación válido hasta el 31 de julio de
da a la calle y el otro a la parte de atrás. Su valor fiscal se eleva a 862.500
1969 y que afectaba a 120 de los-164 inmuebles previstos en un principio,
coronas suecas para el ejercicio de 1975.
entre los que se encontraba «Riddaren núm. 8». El Ayuntamiento había pre-
parado un plan general de ordenación de Nedre Norrmalm, llamado «Ciu- 1. La autorización para expropiar
dad 62», que preveía un ensanche <!e las calles en beneficio de los medios
de transporte individual y de peatones. 20. El 24 de septiembre de 1971, el Gobierno autorizó al Ayuntamiento
de Estocolmo a expropiar 115 inmuebles, entre los que se incluía «Bamhuset
14. Posteriormente ~<Ciudad 67», plan general revisado de otdenacióri número 6», y fijó el 31 de diciembre de 1979, es decir, diez años a partir de
de Nedre Norrmalmy d'Ostermalm (otro barrio céntrico de la ciudaq), su- la fecha de petición del Ayuntamiento, como plazo límite para adherirse al
brayó fa nG~esidad de mejorarJos transport~s públicos graóas .ª:una mejor procedimiento judicial que habría de fijar la indemnización. Justificaba su
red de _calles. Una parte de los terrenosserviria para ensan~har las aceras; decisión por el plan «Ciudad 67», que preveía la construcción de un aparca-
ahora bien," antes de adoptarse una decisión definitiva era necesario realizar miento sobre el emplazamiento del inmueble de la demandante.
una reglamentación sobre la utilización del resto de las parcelas. Según las
estimaciones, el plan revisado, que tenía la misma m1.~aleZ3:·.. que «Ciudad 21. Sin embargo, los trabajos en este barrio se pospusieron y se replan-
62» y «Ciudad 67» continuaban siendo válidos. El 14 de_ mayo de 1971, el tearon nuevos planes de ordenación. La señora Lonnroth consideraba que
Gobierno fijó el 31 de julio de 1979, es decir, diez años a partir de la fecha su inmueble necesitaba reparaciones urgentes, por lo que pidió al Gobierno
de lá petición, como plazo límite para adherirse al procedimiento judicial que retirase el permiso de expropiación. El Ayuntamiento respondió seña-
que habría de fijar la indemnización. · lando que los planes existentes no autorizaban ninguna excepción y el 20 de
febrero de 1975 el Gobierno desestimó la petición considerando que no
En mayo de 1975, el Ayuntamiento presentó los planes revisados, según podía revocar el permiso sin el consentimiento expreso del Ayuntamiento.
los cuales no podía ni modificarse el uso de «Riddaren núm. 8» ni alterarse El 3 de mayo de 1979, a petición de este último, el Gobierno anuló- el mencio-
el edificio. nado permiso.
710 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XV.-PROTECCIÓN DE LA PROPIEDAD (ART; 1, PR 1) 711

22. La situación económica de la señora Lonnroth le obligó a: poner a "propiedad" y "uso de los bienes" dan una impresión clara y precisa; por
la venta su inmueble. Entre 1970y1975 tuvo siete ofertas de compra, pero los un lado, los trabajos preparatorios lo confirman de manera inequívoca: los
posibles compradores desistieron después de haber consultado a los' servicios redactores no han hecho más que hablar de "derecho de propiedad" para
municipales. Además, la señora Lonnroth tuvo dificultades para encontrar designar la materia de los. proyectos sucesivos de los que ha surgido el pre-
inquilinos para su inmueble. sente artículo l» (serie A, núm. 31, pg. 27, ap. 63).
Hay que determinar si los demandantes pueden quejarse de una injeren-
2. La prohibición de iÓnstruir
cia en este derecho y, en caso afirmativo, si estaba justificada.
23. El 29 de febrero de 1968, el Consejo Administrativo de Cuentas de
Estocolmo decidió aplicar:a «Barnhuset núm. 5» la prohibición de construir, 1. SOBRE lA EXISTENCIA DE UNA INJERENCIA EN EL DERECHO DE PROPIEDAD DE LOS
pues el terreno se destinaría a un aparcamiento. Esta prohibición se renovó DEMANDANTES
hasta el 1 de julio de 1980. ·
58. Los demandantes no cuestionan la legalidad intrínseca de los per-
24. La señora Lonnroth obtuvo en 1970 una excepción a esta prohibi- misos de expropiación ni de las prohibiciones para construir. Ellos critican
ción para realizar algunos trabajos de acondicionamiento en el tercer piso; la duración de los plazos acordados en Estocolmo para instruir el procedi-
nunca pidió otras. miento judicial que fijara la indemnización expropiatoria: cinco años; prorro-
gados por otros tres, después por cinco y al final por diez en el caso de la
Tampoco ob1tlvonunca préstamo algilno, pues los principales prestamis-
herencia Sporrong; diez años en el caso de la señora Lomroth (aps. 11-14 y
tas hipotecarios exigían, al inicio de los años 70, que la fachada se remozase.
20, supra). Denuncian además que se mantengan en vigor los permisos de
25. En resumen, el inmueble de la señora Lonnroth está sujeto a un expropiación y las prohibiciones para construir durante un período tan
permiso de expropiación y a una prohibición de construir que dura ya ocho largo: veintitrés y ocho años para los primeros; veinticinco y doce años para
y doce años, respectivamente. los segundos. Subrayan los efectos negativos que habían producido sobre sus
derechos de propiedad estas medidas relacionadas de esta forma. Habían
[ ... ] perdido la posibilidad de vender sus inmuebles en condiciones normales
de mercado. Añadían que corrían un riesgo demasiado grande si hubieran
FUNDAMENTOS DE DERECHO realizado inversiones en sus inmuebles y que si a pesar de todo hubieran
efectuado trabajos después de la obtención de un permiso de construcción
l. Sobre la violación del artículo 1 del Protocolo núm. 1 no hubieran tenido la oportunidad de reclamar, después de la expropiación,
la plusvalía que se hubiera producido por dichos trabajos. Sostenían además
56. Los demandantes denuncian la larga duración de los permisos de
que habrían tenido dificultades para obtenerla en el caso de que la hubieran
expropiación unidos a la prohibición de construir que han afectado negativa-
pedido. Por último, recordaban la prohibición de construir sobre su propio
mente a sus inmuebles. Ven en ello una violación ilícita a sus derechos sobre
suelo, calificado como <<nueva construcción».
sus bienes, garantizados por el artíchlo 1 del Protocolo núm. 1, que establece:
«Toda persona física o moral tiene derecho al respeto de sus bienes. Sin considerar haber sido privados formal y definitivamente de sus bie-
Nadie podrá ser privado de su propiedad más que por causa de utilidad nes, la herencia Sporrong y la señora Lonnroth alegaban que los permisos y
pública y en las condiciones previstas en la Ley y los principios Generales prohibiciones en litigio sujetaban la libre disposición de sus bienes a limita-
del Derecho Internacional. ciones excesivas, sin que se les proporcionara compensación alguna. Los de-
Las disposiciones precedentes se entienden sin perjuicio del derecho rechos de propiedad se encontraban, pues, vacíos de contenido durante la
que poseen los Estados de poner en vigor leyes que juzguen necesarias para duración de la validez de las medidas en cuestión.
la reglamentación del uso de los bienes de acuerdo con el interés general
o para garantizar el pago ·de impuestos u otras contribuciones o de las 59. El Gobierno admite que como consecuencia del libre juego del
multas». mercado puede ser más difícil la venta o el alquiler de un inmueble gravado
con un permiso de expropiación y que este inconveniente aumenta en fun-
57. En su Sentencia Marckx de 13 de junio de 1979, el Tribunal ha ción de la duración de validez del permiso. Reconoce también que las prohi-
precisado el objeto de este artículo: · · biciones de construcción restringen el ejercicio normal del derecho de pro-
«Al reconocer a cada uno el derecho a respetar sus bienes, el artículo 1 piedad. Sin embargo, afirma que los permisos y las prohibiciones son inhe-
garantiza sustancialmente el derecho de propiedad. Las palabras "bieries", rentes a la ordenación urbanística y no suponen una violación del derecho
712 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XV.-PROTECCIÓN DE LA PROPIEDAD (ART. l, PR 1) 713

de propiedad «respecto de sus bienes» en el sentido del artículo 1 del Proto- a) Sobre la aplicación del segundo párrafo de la segunda frase del priinerpárrafo
colo núm. l.
62. Hay que recordar en primer lugar que las autoridades. suecas no
60. · El Tribunal no puede aceptar esta tesis. han procedido a la expropiación de los inmuebles de los demandantes.
Éstos no han sido en ningún momento privádos de su propi~dad: podían
Aunque dejaba jurídicamente intacto el derecho de los interesados a hacer uso de sus bienes, venderlos, dividirlos, hacer donación de los 'mismos
disponer y usar de sus bienes, los permisos de expropiación reducían la posi- o hipotecarlos. · · .
bilidad práctica de su ejercicio. Afectan también a la sustancia misma de la
propiedad, ya que reconocían con antelación la legalidad de una expropia- 63. En ausencia de una expropiación formal, es decir, de una: transfe-
ción y autorizaban a la ciudad de Estocolino a proceder· de esta forma y rencia de la propiedad, el Tribunal estima que hay que analizar la cuestión
cuando ellos lo consideraran oportuno. El derecho de propiedad de los de- más allá de la experiencia y considerar la realidad de esta s,ituación litigiosa
mandantes era así precario y revocable. Por otro lado, la prohibición de (ver, mutatis mutandis, Sentencia Van Droogenbroeck de 24 de junio de 1Q82,
construcción limitaba sin duda alguna el derecho de los demandantes a usar serie A, núm. 50, pg. 20, ap. 38). El Convenio protege derechos concretós y
sus bienes. efectivos (Sentencia Airey de 9 de octubre de 1979, serie A, núm, 32, pg. 12,
ap. 24). Lo importante en este caso es si se ha producido una expropiación
El Tribunal estima además que hay que considerar en conjunto las pro- de hecho, como alegan los demandantes. .. . · .
hibiciones y los permisos, excepto en el caso en que este análisis requiera En opinión del Tribunal, los efectos que se alegan (apartado supra) deri-
una distinción entre ambos. En efecto, a pesar de que existen entre ellos van todos ellos de la disminución de la disponibilidad de los bienes en cues-
evidentes vínculos jurídicos y que la duración de su validez es diferente, con- tión. Ello es resultado de la limitación al derecho de la propiedad precario,
templan y persiguen objetivos idénticos: facilitar la realización del desarrollo así como las consecuencias del mismo sobre el valor de los inmuebles. Sin
de la ciudad según· los planes sucesivos preparados a este respecto. embargo, a pesar de que haya perdido su sustancia, este derecho no ha desa-
parecido. Los efectos de las medidas en cuestión no han sido de: tal natura-
Los demandantes han sufrido, pues, una injerencia en su derecho de leza que se puedan asimilar a una privación de la propiedad. El Tribunal
propiedad, que la Comisión ha señalado correctamente; las consecuencias se señala a este respecto que los demandantes han podido continuar usando
han agravado sin duda alguna por la utilización conjunta de los permisos de sus bienes, y si las ventas de inmuebles en Estocolmo, por los penmsos de
expropiación y prohibición de construcción durante un largo período de expropiación y las prohibiciones de construcción, han sido mucho peores, la
tiempo. verdad es que subsiste la posibilidad de venta; según la información del Go-
bierno, ha habido varias de venta.
2. SOBRE LAJUSTIFICACIÓN DE LA INJERENCIA EN EL DERECHO DE PROPIEDAD DE LOS
DEMANDANTES
La segunda frase del primer párrafo no es de aplicación en el caso que
nos ocupa.
61. Queda por examinar si la injerencia constituida de una forma así
b) Sobre la aplicación del segundo párrafo
vulnera o no el artículo 1.
64. Las prohibiciones de construcción se consideraban sin duda una
Este artículo contiene tres normas distintas. La primera, de carácter ge- regulación «del uso de los bienes» de los interesados en el sentido del se-
neral, enuncia el principio de respeto a la propiedad; dicho principio se gundo párrafo.
expresa en la primera frase del primer párrafo. La segunda se refiere a la
privación de la propiedad y a su sometimiento a ciertas condiciones, recb- 65~ Por el contrario, los permisos de expropiación no pretendían limi-
giéndose en la frase segunda de dicho apartado. Por lo que respecta a la tar o controlar este uso. Representan una etapa iniciál en el proceso de priva-
tercera, se reconoce a los Estados el derecho, entre otros, de reglamentar el ción de la propiedad y, por tanto se relacionan con la limitación del segundo
uso de los bienes conforme al interés general y a poner en vigor las leyes que párrafo. Hay que examinarlos a tenor de la primera frase del primer párrafo.
se juzguen necesarias para este fin; este principio se recoge en el· segundo e) · Sobre la observancia de la primera frase del primer párrafo relacionada con los
apartado. El Tribunal debe asegurarse de la aplicación de las dos últimas de
permisos de expropiación
estas normas antes de pronunciarse sobre la observancia del cuinpliiniento
de la primera. 66. Las quejas de los demandantes se referían, en primer lugar, a la

l
"r
' 1
1,

714 lAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XV.-PROTECCIÓN DE lA PROPIEDAD (ART; l, PR 1) 715
duración de los plazos acordados en la ciudad de Estocolmo, que juzgan renunciar a su poder de control. A él le corresponde verificar si el equilibrio
contrarios tanto al Derecho sueco como al Convenio. se ha preservado de una forma compatible con el derecho de los demandan-
67. La Ley de 1917 no contiene ninguna disposición sobre"la duración tes al «respeto de sus bienes» en el sentido de la primera frase del artícillo l.
del plazo durante el que el expropiante debe iniciar un procedimien~o judi- 70. La legislación en vigor en aquel tiempo se C<lJ'.acterizába por su
cial tendente a fijar la indemnización de la expropiación, ni se refiere tam- ¡ rigidez. Además de una restricción pura y simple del permiso. de construc-
poco a la prórroga de la validez de los permisos. ción, que exigía ef acuerdo del Ayuntamiento, no se. ofrecía nhígún medio
En opinión de la herencia Sporrong y la señora Lonnroth, la práctica para modificar, después de realizado, la situación de los propietarios áfecta-
usual desde la entrada en vigor de la Ley era que el plazo normal de citación dos. El Tribunal señala a este respecto que los permisos acpr~ado~ en la
para comparecer ante el tribunal hipotecario fuera de un año. Como han ciudad de Estocolmo fueron, .en el caso de la herencia Sporrong, ·por un
transcurrido, respectivamente, cinco y diez años, los permisos iniciales eran período de cinco años, medida prorrogada por tres años. lllá.S, después· por
contrarios a la Ley, así como también lo eran las tres prórrogas de los permi- cinco y por fin por diez; en el caso de la señora Lonnroth su duración' fue
sos relativos a los inmuebles de la herencia Sporrong. de diez años. En la práctica se mantuvieron vigentes duiante veintitrés y
ocho años, respectivamente. Durante todo· este período. la propiedad de los
El Estado responde que el otorgamiento y la prórroga de los permisos demandantes quedó en una situación de completa incertidumbre y no tenían
respetan el Derecho sueco; habilitado para fijar la duración del permiso ini- derecho a que fueran tenidas en cuenta por el GObierno sueco las dificillta-
cial, tiene también competencia en ausencia de un texto en sentido contrario des por las que estaban pasando. El informe de la Comisión da un ejemplo.
para prorrogarlo. · La señora Lonnroth había pedido al Gobierno que se retirase el permiso de
expropiación. El Ayuntamiento le respondió que los planes existentes no le
68. El Tribunal considera que no debe entrar a resolver esta controver-
autorizaban a ninguna excepción; por su parte, el Gobierno rechazó la peti-
sia sobre la interpretadón de la Ley sueca. Incluso si los permisos en litigio
ción, alegando que no podía revocar el permiso sin el c:onsentimiento ex-
no fueran contrarios a la Ley, su conformidad con la misma no significa su
preso del Ayuntamiento (ap. 21, supra). ·
compatibilidad con el derecho que garantiza el artículo l.
69. La circunstancia de que los permisos no encajen. en la segunda El Tribunal no desconocía el interés de la ciudad de Estocolmo en los
frase del primer párrafo ni en la segunda frase del mismo no implicá una planes. Sin embargo, no se explica cómo la legislación sueca ha excluido la
injerencia en este derecho enunciado en la primera frase del primer párrafo. posibilidad de reconsiderar, tras mi período razonable, durante el largo pe-
ríodo para el que cada uno de los permisos ha sido acordado y manteriido,
De acuerdo con esta disposición, el Tribunal debe buscar si se mantiene los intereses de la ciudad y los de los propietarios. En este caso, la ausencia
el justo equilibrio entre las exigencias del interés general de la comunidad y de una posibilidad de esta naturaleza se revela menos satisfactoria que los
los imperativos de la salvaguardia de los derechos fundamentales del indivi- proyectos urbanísticos de origen que preveían estos permisos de expropia-
duo (ver, mutatis mutandis, Sentencia de 23 de julio de 1968 en el caso «lin- ción y con ellos el destino de las propiedades de los demandantes que han
güístico belga», serie A, núm. 6, pg. 32, ap. 5). sufrido tantas modificaciones.
En cuanto al conjunto del Convenio, la fórmula para asegurar un equili- 71. Como establece la exposición de motivos del Proyecto de Ley de
brio de esta naturaleza se refleja en la estructura del propio artículo 1. 1972, el Gobierno sueco ha reconocido que «el sistema e:íc.istente presentaba
en este punto serios inconvenientes para la propiedad»:
El delegado del Gobierno ha reconocido la necesidad de iln equilibrio
de esta naturaleza. Según la Ley de Expropiación, ha subrayado en la audien- «Naturalmente, el propio otorgamiento de un permiso de expropiación
cia de la mañana del 23 de febrero de 1982 que sólo debe otorgarse un le coloca en una situación de incertidumbre. En la práctica ve restringir
permiso de expropiación si no se ha podido encontrar otro medio para)a considerablemente las posibilidades de disponer de su inmueble tanto para
consecución del interés público; hecha esta consideración, es necesario me- la venta como para la cesión de su uso y de construcción. Puede también
dir plenamente los intereses del individuo y el interés público. tener dificilltades para decidir los gastos de mantenimiento o modernización.
Evidentemente, los inconvenientes que resilltan de este permiso se agravan
El Tribunal no ha perdido de vista esta preocupación del legislador.
Además, juzga natural que en un campo tan complejo y dificil como la orde- si existe un período largo antes de llevarse a cabo el procedimiento judicial?>
(«Kungl. Maj: ts proposition», núm. 109, 1972, pg. 227).
nación de las grandes ciudades el Estado cuente con un amplio margen de
apreciación para llevar a cabo su política urbanística. Sin embargo, no puede La Ley de 1972 tiene en cuenta parcialmente estas preocupaciones. Si

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T
l
1

716 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XV.-PROTECCIÓN DE lA PROPIEDAD (ART. 1, PR 1) 717

bien no prevé una indemnización a los propietarios que hubieran sufrido POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL
un perjuicio como consecuencia de la duración del permiso, les permite
beneficiarse de una limitación en el plazo de citación para comparecer ante l. Declara, por diez votos contra nueve, que ha habido violación del
artículo 1 del Protocolo núm. 1 en el caso de los dos demandantes.
el Tribunal Hipotecario si prueban que han sufrido un perjuicio como conse-
cuencia de la expropiación que todavía está pendiente de realliación. Sin [ ... ]
e~bargo, este supuesto no es aplicable al caso y consecuentemente no puede·
ayudar a los demandantes a superar las dificultades que pudieron padecer. Hecha en francés y en inglés, siendo fehaciente el texto francés, en el
Palacio de los Derechos Humanos de Estrasburgo el 20 de septiembre de
1982. Firmado: Gérard Wiarda, Presidente; Marc-André Eissen, Secretario.
72. El Tribunal constata además que la existencia durante todo este
período de las prohibiciones de construcción ha acentuado. a:uh más las re-
percusiones perjudiciales de la duración de los permisos. La 'plena .disposi-
ción del derecho de propiedad por los demandantes se ha visto limitada
durante veinticinco años en el caso de la herencia Sporrong y por doce en
el de la señora Lonnroth, Sobre este punto, el Tribunal señala que en 1967
el Ombudsman parlamentario e.stimó incompatibles con lo que debería pre-
valecer en un Estado de Derecho los efectos negativos, pudiendo resultar
para los propietarios auténticas prohibiciones por un largo período de tiem-
po.

73. Relacionadas de e_sta forma, ias dos medidas han creado una situa-
ción que ha roto el justo equilibrio que debe existir enn:e la salvaguardia del
derecho de propiedad y las exigencias del interés general: la herencia Spo-
rrong y la señora LOnnroth han soportado una carga especial y exorbitante
que sólo hubiera sido legítima si hubieran podido reclamar la reducción de
los plazos o exigir una indemnización. Sin embargo, la legislación sueca ex-
cluía en ese tiempo estas posibilidades y excluía, siempre, la segunda de ellas.

En opinión del Tribunal, no es oportuno en este estado de la cuestión


determinar si los demandantes han sufrido realmente un perjuicio (ver, mu-
tatis mutandis, Sentencia Marckx serie A, núm. 31, ap. 13, ap; 27): en su
situación jurídica el equilibrio se había destruido.

74. Los permisos en cuestión, que se vieron agravados por las prohibi-
ciones de construcción, han violado el artículo 1 en el caso de los dos de,man-
dantes.

d) Sobre la observancia del artículo 1 en lo que concierne a las prohibiciones de


construcción

75. Teniendo en cuenta todo lo dicho, el Tribunal no estima necesario


determinar si las prohibiciones de construcción, como tal, han violadotam-
bién el artículo l.

[ ... ]
46. Asunto Chassagnou c. Francia, ~e 29 de abril de 1999
.! · En el asunto Chassagiiou y otros contra Francia.
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, constituido conforme al
artículo 27 del Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y de
las Libertades Fundamentales («el Convenio»), modificado por el Protocolo
núm. 11, y a los artículos pertinentes de su Reglamento, en una Gran Sala
compuesta por los síguientes jueces: señor L. Wtldhaber, Presidente, señora E.
Palm, señores L. Caflisch, J. Mak.arczyk, P. Kuris, J.-P. Costa, W. Fuhnnann,
K Jungwiert, M. Fischbach, B. Zupancic, señoras N. Vajic, W. Thomassen, M.
Tsatsa-Nikolovska, señores T. Pantiru, A Bak.a, E. Levits, K Traja, así como
la señora M. de Boer-Buquiccio, secretaria adjunta,
Después de haber deliberado en privado los días 16 de diciembre de
1998, 6 de enero de 1999 y 17 de marzo de 1999,
Dicta la presente

SENTENCIA

[ ... ]
HECHOS

l. Introducción
10. Dada la importancia del contexto histórico del asunto, excepcional-
mente, parece útil hacer preceder la parte de la sentencia «Las circunstancias
del caso» de una breve introducción, basada en los datos suministrados por
el Gobierno.
11. Hasta la Revolución francesa de 1789, el derecho de caza era un
privilegio de la nobleza: solamente los nobles podían apropiarse de los ani-
males de caza, considerados como la propiedad del señor.
Durante la Revolución, se enfrentaron dos concepciones diferentes: la
primera, mantenida por Mirabeau, reservaba el derecho de caza solamente
al propietario de las tierras mientras que la segunda, defendida por Robespie-
rre, tendía a instaurar la libertad de caza en todos los lugares en beneficio
de todos los ciudadanos sin condiciones. La primera concepción fue la gana-
dora ya que, en la noche del 4 de agosto de 1789, el privilegio de .caza fue
abolido «con la única reserva de permitir el uso solamente a los propietarios»
y un Decreto de· 11 de agosto de 1789 planteaba como principio que «todo

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720 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XV.-PROTECCIÓN DE LA PROPIEDAD (ART. l, PR 1) 721
propietario tiene el derecho de destruir o de hacer destruir, solamente en encargado de la caza, esto es en 29 de los 93 departamentos metropolitanos
sus posesiones, toda especie de animal de caza». implicados, entre ellos el de Creuse, en el que viven los señores Dumont; A
y P. Galland, E. y M. Petit y Pinon, así como el de Gironde en el que vive la
Posteriormente,_ una Ley de 3 de mayo de 1844, de la que una gran señora Montion. En los municipios del resto de estos 93 departamentos, las
parte está todavía en vigor, reguló el derecho de caza instaurando el permiso ACCAs pueden ser instit.Uidas por el Prefecto a solicitrid de cualquiera que
de caza y regulando los períodos de caza. _El artículo 1 de esta_ Ley, codificada justifique un acuerdo amistoso del 60% de los propietarios que representen
seguidamente en el artículo 365 y luego en el artículo L. 222-1 del Código· el 60% del territorio. A 28 de febrero de 1996, se hal;>ían creado ACCAs en
Rural, recordaba que «nadie tiene la. facultad de cazar en la propiedad de 851 municipios repartidos en 39 departamentos, de los que 53 estaban entre
otra persona sin el consentimiento del propietario o de sus derechohabien.., los 555 municipios con que cuenta Dordogne, departamento en él que viven
tes». la señora Chassagnou, el señor R. Petit y la señora Lasgrezas. ·
La jurisprudencia precisó, sin embargo, que e~e conseritlrríiento podía - 15. El derecho de caza pertenece al propietario en sus tierras, pero la
ser tácito y que era posible cazar en las tierras de otra persona en- tanto e~ creación de una ACCA tiene por efecto el reagrupamiento de los territorios
cuanto el titular del derecho de caza no hubiera ~anifestado expresamenté de caza a escala municipal, de manera que los miembros de la:asociación
su oposición mediante medida8_como la firma de un arrendamiento, el esta- pueden cazar en el conjunto de los terrenos así constituidos. Bajo ciertas
blecimiento de un guarda o la instalación de carteles «Coto de caza». condiciones, los propietarios de fundos de una superficie mínima de una
. 12. Si se habían creado espontáneamente asociaciones de cazadores sola pieza (60 hectáreas en Creuse y. 20 hectáreas en Gironde y Dordogne)
para intentar organizar el ejercido de la caza en la región del Norte del pueden oponerse a la inclusión de su terreno dentro del perímetro de la
y
Loira en la que dominaban las grandes propiedades agrícolas forestales, la ACCA o solicitar su retirada de ella.
teoría jurisprudencia! de la autorización tácita tuvo por efecto, en todo el
Sur de Francia en el que la propiedad está mucho más parcelada, el permitir II. Las circunstancias del caso
una libertad de cazar cuasi ilimitada llamada caza «Común»: a excepción de
algunos cotos de caza, los cazadores podían dedicarse a su afición donde A) LA SEÑORA CHASSAGNOU,ELSEÑOR R. PETITYIASEÑORA LAsGREZAS
bien les parecía y nadie era responsable de la buena gestión del capital cine- 16. La señora Chassagnou, el señor Petit y la señora La8grezas nacieron
gético, lo que tuvo como consecuencia diezmar los recursos de animales de respectivamente en 1924, 1936 y 1927. Los tres son agricultores y re_siden en
caza de ciertas regiones. el departamento de Dordogne, en Tourtoirac la primera y en Sainte-Eulalie-
13. En estas condiciones se promulgó la Ley núm. 64-696, de 10 de d'Ans los otros dos.
julio de 1964, llamada Ley «Verdeille», que preveía la creación de Asociacio- Son propietarios allí de terrenos de una superficie inferior a 20 hectá-
nes Municipales de Caza Aprobadas (ACCA) y de Asociaciones Intermunici- reas de una sola pieza e incluidos dentro del perímetro de las ACCAs de
pales de Caza Aprobadas (AICA). El artículo 1 de la Ley (convertido luego Tourtoirac y de Chourgnac-d'Ans.
en el artículo L. 222-2 del Código Rural) les asignaba como misión «favorecer
en su territorio el desarrollo de los animales de caza y la destrucción. de los 17. Los demandantes miembros del Rassemblement des oppossants a
animales dañinos, la represión de la caza furtiva, la educación cinegética de la chasse ( «ROC») (Reunión de opositores a la· caza), y de la Association
sus miembros en el respeto de las propiedades y de sus cosechas y, en gene- pour la protection des animaux sauvages («ASPAS») (Asociación para la pro-
ral, garantizar una mejor organización técnica dé la caza para permitir a los tección de animales salvajes), una asociación de utilidad pública, aprobada
cazadores un mejor ejercicio de este deporte», Con este fin, la ley prevé que para la protección de la naturaleza, los demandantes fijaron en 1985, en los
los propietarios de terrenos de superficie inferior a un cierto umbral, variable límites de sus terrenos, carteles que llevaban la indicación «Prohibida la caza»
según los departamentos, estén obligados a ser miembros' de la ACCA consti- y «Refugio». Las ACCAs de Tourtoirac y de Chourgnac-d'Ans presentaron
tuida en su municipio y aportarle su fundo para· crear así un territorio de ante el Juez de la jurisdicción sumaria una solicitud para que se quitaran
caza a escala municipal. · ·· - · estos carteles. Dicho Juez aceptó la solicitud mediante una Resolución de 26
de septiembre de 1985, que fue confirmada el 18 de junio de 1987 por el
14. Esta Ley se aplica en los departamentos metropolitanos a excep- Tribunal de Apelación de Burdeos.
ción de los de Bas-Rhin, Haut:..Rhin; y Mosselle en los que existe un régimen
especial heredado del derecho alemán, La creación de una ACCA ·es obliga- 18. El 20 de agosto de 1987, el prefecto de Dordogne rechazó la solici-
toria en los departamentos indicados eh la -lista que establece el Ministerio tud que el señor Petit y las señoras Chassagnou y Lasgrezas le habían presen-
722 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
XV.-PROTECCIÓN DE LA PROPIEDAD (ART. l, PR 1) 723
tado, relativa a la retirada de sus terrenos de los perímetros de las ACCAs de [ ... ]
Tourtoirac y de Chourgnac-d'Ans.
Los interesados presentaron ante el Tribunal administrativo de Burdeos B) Los SEÑORES DuMoNT, A Y P. GAILAND, E. Y M. PETIT .Y PINoN
un recurso de anulación de esta decisión, que dicho Tribunal rechazó me- 23. Los señores Dumont, A., P: Galland y E. Petit (fallecido enjuriio
diante Sentencia de 26 de mayo de 1988. de 1995) nacieron respectivamente en 1924, 1926, 1936 y 191 Oy lbs señorés
M. Petit y Pinon en 1947. Todos son agricultores y residen en Genouillac, ~n
1. Procedimiento ante el Trilmnal de Gran Instancia de Périgueux el departamento de Creuse. Son propietarios de terrenos de una superficie
19. Además, el 30 de julio de 1987, los demandantes habían deman- inferior a 60 hectáreas de una sola pieza e incluidos en el perímetro de las
dado a las ACCA de Tourtoirac y de Chourgnac-d'Ans ante el Tribunal de ACCAs de La Cellette y de Genouillac, y se manifü:stan oponentes éticos. a la
Gran Instancia de Périgueux. caza como actividad de ocio. Son-también miembros de ASPAS..

Alegaban esencialmente la incompatibilidad con los artículos 9, 11y14 i. Procedimiento ante el Trilmnal Administrativo de Lzmoges
del Convenio y 1 del Protocolo núm. 1, de los artículos 3 y 4 de la Ley
24. Los demandantes solicitaron cada uno al prefecto de Creuse, en
Verdeille, según los cuales, por una parte, todos los terrenos no cerrados de
agosto y septiembre de 1987, que procediera a la retirada de sus terrenos del
una superficie inferior a 20 hectáreas y situados a más de 150 metros de las
perímetro de las ACCAs en cuestión. Presentaron a con.~uación ant~. el
viviendas están sometidos a la acción de la ACCA como aportáción de los
Tribunal Administrativo de Limoges un recurso de anulac1on de las dec1s10-
propietarios o tenedores de los derechos de caza, y estas aportaciones están
nes implícitas de rechazo resultantes del· silencio· guardado por_ dichá pre-
reputadas como realizadas de pleno derecho y atribuidas gratuitamente in-
fecto, invocando tanto las disposiciones del Convenio como las del Pacto
cluso contra la voluntad de estos últimos y, por otro lado, el propietario no
Internacional relativo a los derechos civiles y políticos y el Cónv~nio de la
cazador es por derecho miembro de la asociación. Invitaban al Tribunal a
OIT de 1948 reiativo a la libertá:4 sindical.
deducir de ello que eran terceros en relación a las ACCAs, que sus terrenos
ya no podían ser sometidos a la acción de estas últimas y que éstas no podían 25. El 28 de junio de 1990, el Tribunal Administrativo de Limoges
prevalerse de la aportación de sus derechos de caza. Finalmente, pedían al rechazó los recursos mediante seis sentencias idénticas motivadas como si-
Tribunal que les reconociera la facultad de poner en sus propiedades carteles gue:
tendentes a hacer respetar sus derechos.
[ ... ]
20. El 13 de diciembre de 1988, el Tribunal de Gran Instancia de Péri-
gueux dictó una Sentencia así motivada: 2. Procedimiento ante al Consejo de Estado
[ ... ] 26. Invocando los artículos 9, 11 y 14 del Convenio y 1 del Protocolo
núm. 1, los interesados recurrieron ante el Consejo de Estado.
2. Procedimiento ante el Trilmnal de Apeln,ción de Burdeos
27. Mediante seis sentencias idénticas de 10 de·mai-zó de'1995, el Alto
21. El 23 de diciembre de 1988, las ACCAs de Tourtoirac y deChourg- Tribunal rechazó sus recursos por los motivos siguientes:
nac-d'Ans interpusieron recurso ante el Tribunal de Apelación de Burdeos.
..
[: ]
El 18 de abril de 1991, dicho Tribunal reformó en todas sus disposicio-
nes la sentencia del 13 de diciembre de 1998 mediante una sentencia así C) LA SEÑORA MoNTioN
motivada: 28. La señora Montion, nacida en 1940, ejerce la profesión de secreta-
[ ... ] ria. Reside en Sallebuf, en el departamento de Gironde.
29. La demandante y su esposo, fallecido en febrero de 1994, eran
3. Procedimiento ante el Trilmnal de casación
propietarios de un terreno de 16 hectáreas incluido en el perímetro de la
22. Mediante Sentencia de 16 de marzo de 1994, la Sala tercera de lo ACCA de Sallebuf. . = · , .. ·

civil del Tribunal de Casación rechazó el recurso presentado por los deman- Miembro de la Société nationale de protection de la nature (SNPN)
dantes. Los motivos alegados por el Alto Tribunal són los.siguientes: (Sociedad Nacional para la Protección de la Naturaleza) y de ROC, el señor

1
_-_.L
724 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XV.-PROTECCIÓN DE 1A PROPIEDAD (ART. 1, PR 1) 725
Montion había solicitado en vano en el transcurso del proceso de institución terrenos a una ACCA, conforme a las disposiciones de la Ley Verdeille, cons-
de dicha ACCA que su fundo se beneficiara en el seno de dicha asociación tituye un atentado contra el derecho al respeto de sus bienes, como lo reco-
del estatuto de reserva. Seguidamente había impugnado,. sin' mayor éxito, noce el artículo 1 del Protocolo. núm. 1 del Convenio que dispone:
ante los tribunales administrativos, la Orden gubernativa de 7 de diciembre
. «Toda persona fisica o moral tiene derecho al respeto de sus.bienes.
de 1979 de aprobación de dicha asociación. , ·
Nadie podrá ser privado de su propied~d. más que por causa de utilidad
30. A partir de entonces, resuelto a aportar su fundo a la red de reser- pública y en las condiciones previstas por la ley y los Principios Generales del
vas naturales voluntarias de la SNPN, solicitó al Prefecto de Gironde; me- Derecho Internacional. ·
diante una carta de 15 de junio de 1987, por un lado requerir a: la ACCA de
Sallebuf que le diera de baja de la lista de sus miembros, y por otro, eliminar Las ·disposiciones precedentes se entienden sin perjuicio· del derecho
su terreno de la lista de las parcelas que constituían el territorio de caza de que poseen los Estados de poner en vigor las leyes que juzguen necesarias
dicha asociación. El 29 de junio de 1987, dirigió la misma solicitud al presi- para la reglamentación del uso de los bienes de acuerdo con el interés gene-
dente de la ACCA. ral o para garantizar el pago de los impuestos u otras contribuciones o de la5
multas». ·
Tanto el prefecto como el presidente de la ACCA le indicaron su nega-
tiva mediante cartas fechadas el 25 dejunio y el 10 de julio de 1987, respecti- A) SOBRE LA APLICABILIDAD DEL ARTÍCULO 1 DEL PROTOCOLO NÚM. 1
vamente. 71. Los comparecientes están de acuerdo en considerar que la aporta-
1. Procedimiento ante el Triúunal Administrativo. de Burdeos ción forzosa de terrenos a una ACCA, conforme a la Ley Verdeille, debe
analizarse a la luz del segundo párrafo del artículo 1 del Protocolo núm. 1,
31. El 13 de agosto de 1987, el señor Mohtion y la SNPN presentaro~ que deja a los Estados el derecho de adoptar las leyes que juzguen necesarias
ante el Tribunal Administrativo de Burdeos un. recurso de anuladón por para reglamentar el uso de los bienes de acuerdo con el interés general.
abuso de poder de las decisiones de los ciía.S 25 de juriio y 10 de julio de Hay desacuerdo por el contrario sobre si hubo realmente «injerencia» en el
1987. Alegaban esencialmente el desconocimiento de los artículos 9, 11y14 derecho de los demandantes de hacer uso de sus bienes.
del Convenio y del artículo 1 del Protocolo núm. l.
72. Los demandantes estiman que la obligaeión que se les ha impuesto
32. El 16 de noviembre de 1989, el Tribunal Administrativo de Burdeos de aportar sus terrenos a la ACCA, sin su consentimiento y sin indemnización
rechazó las reclamaciones mediante una sentencia así redactada: ni contrapartida, constituye una privación anormal de su derecho de uso de
[ ... ] sus fundos ya que están, por un lado, obligados a soportar la presencia de
cazadores en sus terrenos, cuando se oponen, por razones éticas, a la práctica ·
2. Procedimiento ante el Consejo de Estado de la caza, y, por otro lado, no pueden dedicar los terrenos de los que son
33. Invocando los artículos 9, 11 y 14 del Convenio y el artículo l ·del propietarios a la creación de reservas naturales en las que se prohibiría la
caza.
Protocolo núm. l, el señor Montion y la SNPN recurrieron ante el Consejo
de Estado el 3 y d 11 de enerode 1990, respectivamente. 73. Para el Gobierno, por el contrario, la injerencia en el derecho de
34. El 10 de mayo de 1995, el Consejo de Estado rechazó las demandas propiedad de los demandantes sería menor en la medida en que no han sido
mediante sentencia motivada de manera idéntica a las que había dictado el verdaderamente privados de su derecho de hacer uso de sus bienes. La Ley
10 de marzo del mismo año en las causas de los señores. Dumont, A, P. Verdeille no tiene por objeto suprimir el derecho de caza, atributo del dere-
Galland, E. y M. Petit y Pinon. cho de propiedad, sino que pretende solamente atenuar el ejercicio exclusivo
de la caza por parte de los propietarios. La única cosa que los propietarios
[ ... ] han perdido es la facultad de excluir a terceros de la caza en su fundo. Ahora
bien, la caza sólo se practica durante seis meses al año y el artículoL 222-10
FUNDAMENTOS DE DERECHO del Código Rural prevé expresamente que los terrenos situados dentro de
un radio de 150 metros de cualquier vivienda,( esto es en total una superficie
l. Sobre la violación del artículo 1 del Protocolo núm. l tomado de 7 hectáreas) no están sometidos a la acción de la ACCA
aisladamente
74. El Tribunal señala que, aunque los demandantes no hari sido des-
70. Los demandantes se quejan de que la· aportación forzosa de sus pojados de su derecho a usar sus bienes, alquilarlos o venderlos, la aportación
726 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XV.-PROTECCIÓN DE LA PROPIEDAD (ART. 1, PR 1) 727

forzosa de su derecho de caza sobre. sus terrenos a una ACCA les impide que la justifique. La aportación forzosa de terrenos a las ACCAs es en el
hacer uso de este derecho, .directamente unido_ al derecho de propiedad, Derecho francés una excepción al principio según el cual nadie tiene dere-
libremente. En este caso, los demandantes no desean cazar en sus terrenos y cho a cazar en la propiedad de un tercero sin su consentimiento, derecho
se oponen a que terceros puedan penetrar en sus fundos para practicar la que implica también, según los demandantes, el derecho a no cazar. Ahora
caza. Por lo tanto, oponiéndose éticamente a la caza, están obligados a sopor- bien, la Ley Verdeille hace poco caso a las convicciones individuales ya que
tar todos los años en sus fundos la presencia de hombres armados y de perros ni siquiera contempla que pueda haber propietarios no interesados por la
de caza. Sin duda, esta limitación sobre la libre disposición del derecho ·de caza. Finalmente, para una buena explotación del capital cinegético, no ha-
uso constituye una injerencia en el goce de los derechos que los demandan- bría ninguna necesidad de un mecanismo de prelación como el indicado
tes tienen por su condición de propietarios. Por todo ello, el segundo párrafo por la Ley Verdeille.
del artículo 1 es aplicable en el presente caso. _· _ En efecto, más de treinta años después de su adopción, en los 36.200
B) SOBRE EL RESPETO DE LAS CONDICIONES DEL SEGUNDO PÁRRAFO
municipios de la Francia metropolitana, solamente existen 9.200 ACCAs, de
las que 8. 700 resultan de la aplicación de un régimen obligatorio, contra
75. Según una jurisprudencia consolidada, el segundo párrafo del ar- solamente unas 500 de las llamadas «facultativas», creadas según el parecer
tículo 1 del Protocolo núm, 1 debe interpretarse a la luz del principio consa- de una mayoría de propietarios de tierras. La Ley no se aplica ni en los tres
grado por la primera frase del artículo. En consecuencia, una medida de departamentos de Haut-Rhin, Bas-Rhin y Mosselle ni en los dominios del
injerencia debe establecer un <~usto equilibrio» entre los imperativos del Estado o las colectividades territoriales. Según los demandantes, esta falta de
interés general y los de la protección de los derechos fundamentales del generalización prueba la ausencia de un interés general, ya que las ACCAs
individuo. La búsqueda de tal equilibrio se refleja en la estructura de, todo simplemente dirigen la caza como una actividad de ocio.
el primer artículo, por lo tanto también en el segundo apartado; debe existir
Los demandantes estiman que en Francia, el «lobby» de los cazadores,
una relación razonable de proporcionalidad entre los medios empleados y
que sin embargo no representa más que el 3% de la población, impone
el fin perseguido. Controlando el respeto a esta exigencia, el Tribunal reco-
sus preferencias y dicta reglamentos violando el Derecho comunitario y del
noce al Estado un gran margen de apreciación tanto para elegfr las modalida-
Derecho internacional, más protector de la naturaleza. Indican como
des de establecimiento de estos medios como para juzgar si sus consecuencias
prueba, por ejemplo, la autorización en Francia, única en Europa, dé la caza
son legítimas, para el interés general, por la preocupación de alcanzar el
de aves migratorias durante el mes de febrero, a pesar de una sentencia del
objetivo de la Ley impugnada (Sentencia Fredin cont:rit Suecia [núm. l] de
Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas, una sentencia- del Con-
18 de febrero de 1991, serie A, pg. 17, ap. 51). ·
sejo de Estado de 10 de marzo de 1995 y más de cien sentencias de todos los
1. Finalidad de la injerencia Tribunales administrativos del país en aplicación de una directiva comunita-
ria.
76. Los demandantes discuten la legitimidad de la finalidad de la Ley
Verdeille: en su opinión, esta Ley no ha sido redactada teniendo en cuenta 78. En cuanto al Gobierno, estima que· sería reduccionista evaluar el
el interés general sino únicamente en beneficio de una categoría específica carácter de interés general de la Ley Verdeille solamente por la medida de
de personas, esto es, los cazadores, ya que la misma Ley predsa que las ACCAs la mejora del ejercicio del deporte cinegético para el. solo interés de los
tienen como finalidad -«garantizar una méjor organización técnka de la caza cazadores. El desarrollo de la fauna salvaje, pero también el respeto de las
para permitir a los cazadores un mejor ejercicio de este deporte». propiedades y de las cosechas se benefician de una buena organización cine-
gética.
La Ley contempla la fauna salvaje sólo como «animales de caza», es
El Gobierno subraya que la ·caza representa una actividad muy enraizada
decir, desde el punto de vista de las especies que se consiguen habitualmente
en la tradición rural :francesa. Sin embargo, desde hace mucho tiempo, la
en la caza. En cuanto a la eliminación de los animales dañinos; que se supone
regla según la cual nadie puede cazar fuera de los terrenos de los que es
igualmente favorecida por la creación de las ACCAs, los demandantesrevelan
propietario no era tenida en cuenta en más de la mitad del país. Uno de los
que, incluso cuando se constituye .una ACCA, el derecho de eliminación per-
principales objetivos de la Ley Verdeille fue por lo tanto la realizadón de una
tenece exclusivamente al propietario, poseedor o granjero de las tierras (ar-
unidad de gestión, sin la cual toda explotación racional de la caza, aunque
tículo L. 227-8 C. Rural) y no puede delegarse,-dado el caso, en una ACCA.
garantizara el respeto del medio ambiente, se había hecho imposible. Lás
77. Los demandantes estiman además, que las modalidades de aplica- ACCAs garantizan además una función educativa por la participación: de los
ción de la Ley Verdeille demuestran la ausencia de cualquier interés general cazadores en la gestión de la asociación y en la elaboración de la política
728 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XV.-PROTECCIÓN DE LA PROPIEDAD (ART. l, PR 1) 729

cinegética así como por la autodisciplina impuesta a todos los miembros, de una superficie superior a los mínimos previstos por el artículo L. 222-13
cazadores o no, por el reglamento interno y el reglamento de caza, bajo pena del Código Rural o solicitar a las ACCAs incluir su fundo en la reserva de
de sanción. caza que éstas están obligadas a constituir en aplicación del artículo L. 222-
21 del Código Rural.
. El Gobierno rechaza igualmente el argumento de los demandantes se-
gún el cual la no aplicación de. la Ley Verdeille en la totalidad del temtorio Los demandantes tendrían además la posibilidad de solicitar al ministro
francés demostraría su falta de int~rés general. Estima, en efecto, que dicha o al prefecto que incluyerán sus terrenos en una reserva de caza o de caza y
Ley puede ser de aplicación general en el conjunto del país, según las modali- fauna salvaje (artículos L. 222-25 y R. 222-83 de dicho Código, apartados 56 y
dades democráticas, a saber, la creación obligatoria de -tiria ACCA única- 58 supra). Del mismo modo, habrían podido solicitar que sus terrenos fueran
mente tras consulta del Consejo General, de la Cámara de agricultura y de clasificados, por decreto, reserva natural o hacer una solicitud co,ri ~stas a Ja
la Federación departamental de cazadores y una creación voluntaria en los clasificación de reserva natural voluntaria (artículos L. 242-1 y L. 242-11 C.
otros casos. Rural).

Finalmente, la Ley no puede ser de aplicación general en todo el territo- El Gobierno subraya finalmente que la aportación forzosa de terrenos a
rio ya que la necesidad de agrupar los territorios de caza depende de la las ACCAs no está ausente de contrapartidas: los propietarios pierden cierta-
configuración geográfica de los departamentos. Así, no sería cuestión. de mente su derecho de caza exclusivo pero esta pérdida se compensa con el
crear ACCAs en las regione~ de montaña o muy urbanizadas o en los departa- hecho de que a su vez ellos pueden cazar en todo el terntorio de la ACO\.
mentos en los que la caza está ya organizada. Además, la aportación forzosa da lugar a indemnizaciones a los propieta-
79. El Tribunal, vistos los fines que asigna la Ley Verdeille a las ACCAs, rios cuando por este hecho hay una pérdida de ingresos provenientes de la
tal y como se enumeran en el artículo 1 de ésta, y las explicaciones dadas a privación de rentas que existían antes de la aportación (artículo L. 222-16 C.
este sujeto, estima que es de interés general evitar una práctica anárquica de Rural).
la caza y favorecer una gestión racional del patrimonio cinegético. 82. El Tribunal estima que ninguna de las disposiciones evocadas por
el Gobierno era susceptible en la práctica ·de dispensar a los demandantes
2. Proporcionalidad de !.a injerencia de la obligación legal de aportar sus fundos a las ACCAs. Señala principal-
80. Los demandantes afirman que la aportación forzosa de sus terrenos mente que el cierre contemplado en el artículo L. 224-3 debe ser continuo,
a una ACCA es una injerencia desproporcionada en el derecho al respeto de constante y capaz de impedir completamente el paso de los animales de caza
sus bienes. Exponen que no disponen de ningún medio para sustraerse a de pelo y el del hombre, lo que supone que sea de cierta altura y de una
esta aportación, a pesar de las tentativas que han efectuado ante las ACCAs cierta solidez. No se podría exigir a los demandantes la realización de desem-
o las autoridades de la prefectura para obtener la retirada de sus terrenos bolsos importantes para eludir la obligación de aportación de sus fundos a
del perímetro de las ACCAs afectadas. Según ellos, no hay necesidad .de ejer- las ACCAs. Tal exigencia parece tanto menos razonable cuanto que en lo
cer la prelación sobre las pequeñas propiedades en beneficio de asociaciones que concierne a la señora Montion, la utilización de los terrenos en cuestión
de cazadores para una explotación racional de los recursos cinegéticos. En para fines agrícolas estaría hipotecada por la instalación de dicha valla.
efecto, en los departamentos o municipios en los que no existen ACCAs, el En cuanto a la posibilidad que tendrían los demandantes de solicitar
hecho de que ciertos propietarios s_e nieguen a cazar ellos mismos e impidan que sus terrenos fueran incluidos en una reserva de caza o en una reserva
la práctica de la caza en sus terrenos no plantea ningún problema ni en nCJ.tural, el Tribunal hace notar que ni las ACCAs, ni el ministro, ni el prefecto
cuanto a la proliferación de ciertas especies ni en cuanto a las especies decla- están obligados a dar curso favorable a las solicitudes que emanan de simples
radas como dañinas, que solamente los propietarios tienen el derecho de particulares, como lo muestran las negativas que recibieron los demandantes
eliminar. en este caso. Se desprende finalmente de las disposiciones relativas a las
reservas naturales (apartados 60 y 62 supra) que los demandantes no podían
81. El Gobierno rebate esta tesis. Considera que la Ley Verdeille ofrece
pretender cumplir las condiciones específicas para beneficiarse de este esta-
un amplio abanico de posibilidades permitiendo a los propietarios que lo
tuto.
deseen eludir su aplicación. Se refiere a este respecto a la posibilidad que
tienen los demandantes de cerrar sus propiedades (artículos L. 222-10 y L. En cuanto a las contrapartidas legales mencionadas por el Gobierno, la
224-3 C. Rural), de adquirir, conforme al artículo R. 222-54 del Código Rural, opinión del Tribunal es que no se podría considerar que representen una
otros terrenos que constituyan con los suyos un conjunto de una sola pieza justa indemnización por la pérdida del derecho de uso. Está claro que en el
730 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XV.-PROTECCIÓN DE lA PROPIEDAD (ART. l, PR 1) 731

espíritu de la Ley Verdeille de 1964, la privación del derecho de caza exclu- aportación forzosa que prev~ dicha L:~ n:va a colocar a ~os demandáittes en
sivo de cada propietario sometido a la aportación debería ser compensado una situación que rompe el JUSto eqmlibno que debe remar entre la p~otec­
con la posibilidad concomitante de cazar en el conjunto del territorio del ción del derecho de propiedad y las exigencias del interés general: obhgar a
municipio sometido a la influencia de la ACCA. Sin embargo, esta compensa- los pequeños propietarios a aportar su derecho de caza en sus terrenos para
ción no tiene realidad ni interés en tanto que todos los propietarios implica- que terceros hagan un uso totalmente contrario a sus conviccion:s se revela
dos no sean cazadores o acepten la caza. Ahora bien:, la Ley de 1964 n() una carga desmesurada que no se justifica desde el punto_ de VIS~ del. ~e­
contempla ninguna medida de compensación a favor de los propietarios gundo párrafo del artículo 1 del Protocolo núm. l. Hay por lo tanto VIolac1on
opuestos a la caza que, por definición, no desean conseguir ninguna ventaja de esta disposición.
o provecho de un derecho de caza que se niegan a ejercer. Así mismo, la
indemnización por la pérdida de ingresos provenientes de la privación de [ ... ]
rentas anteriores sólo concierne a los propietarios que, antes de la creación
de una ACCA en su municipio, recibían unos ingresos por el ejercicio de su m. Sobre la violación del artículo 11 del Convenio tomado·
derecho de caza, por ejemplo, alquilándolo a terceros, lo que no es la situa- aisladamente
ción de los demandantes en este caso. 96. Los demandantes estiman haber sufrido un atentado contra su l~­
Siendo todos propietarios de terrenos de una superficie inferior a los bertad de asociación por el hecho de que en virtud de las disposiciones
mínimos que les permitieran oponerse, los demandantes no podían por lo pertinentes de la Ley Verdeille, son contra su _voluntad ~ie~bros de der~cho
tanto sustraerse a la aportación forzosa a las ACCAs de sus municipios del de una Asociación Municipal de Caza Autonzada, asoc1ac1on que en virtud
derecho de uso de sus fundos. de la Ley no tienen la posibilidad de abandonar. Invocan el artículo 11 del
Convenio que dispone: ·
83. Ahora bien, esta apor,tación forzosa representa una excepción al
principio general planteado por el artículo 544 del Código Civil, que prevé «l. Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión pa~ífic_a y a la
que la propiedad es el derecho de gozar y disponer de las cosas de la forma libertad de asociación, incluido el derecho de fundar, con otras, sm~1catos Y
más absoluta, siempre que no se haga un uso prohibido por las leyes. La de afiliarse a los mismos para la defensa de sus intereses'. .
aportación forzosa del derecho de caza, atributo en el Derecho francés del 2. El ejercicio de estos derechos no podrá se_r objeto de _otras restric~io­
derecho de propiedad, es igualmente derogatoria del principio planteado nes que aquellas que, previstas por la Ley, ~onstttuy~ medidas ne:esan~,
por el artículo L. 222-1 del Código Rural, según el cual nadie podría cazar en una sociedad democrática, para la seguridad nac10nal, la seguridad pu-
en la propiedad de un tercero sin el consentimiento del propietario. El Tri- blica la defensa del orden y la prevención del delito, la protección de la
bunal señala igualmente que el hecho de hacer caso omiso está, según el salud o de la moral, o la protección de los derechos y libertades ajenos. El
artículo R. 228-1, castigado con las penas previstas para las infracciones de presente artículo no prohíbe que s_e impongan restricdones legítimas al eje~­
5ª clase. Conviene finalmente señalar que en el Derecho interno (artículo R. cicio de estos derechos para los miembros de_ las fuerzas armadas, de la poli-
227-7), la responsabilidad de proceder a las actuaciones de eliminación de cía, o de la administración del Estado».
animales dañinos incumbe personalmente al propietario y que esta responsa-
bilidad, dado el caso, sólo puede ser delegada por escrito a una ACCA, o a A) SOBRE lA APLICABILIDAD DEL ARTÍCULO 11
cualquier otra persona a elección del propietario.
97. Para los demandantes, no cabe ninguna duda de que las ACCAs
84. El Tribunal observa además que, tras la adopción de la Ley Verdei- entran en el campo de aplicación del artículo ll. En su opinión, una asocia-
lle en 1964, que excluía desde su origen a los departamentos de Haut-Rhin, ción de caza, aunque esté autorizada, sigue siendo previamente _una agrupa-
Bas-Rhin y Mosselle, solamente 29 departamentos, de los 93 implicados en la ción de Derecho privado, contemplando la mis~a. Ley Verdeille expre~a­
Francia metropolitana, fueron sometidos al régimen de la creación obligato- mente la Ley de 1 de julio de 1901 sobre las asoc1ac10nes. Las ACCAs estan
ria de ACCAs, que el régimen de las ACCAs facultativas solamente se aplica presididas por un cazador, elegido por los cazadores. No e~tán ?otadas de
en 851 municipios, y que la Ley sólo contempla a las pequeñas propiedades ninguna prerrogativa de poder público fuera del Derecho ~ºn.1:?11• no bas-
de menos de 20 hectáreas, excluyendo tanto las grandes propiedades privá- tando la técnica de la autorización para transformar una asoc1ac10n de Dere-
das como los terrenos pertenecientes al Estado (apartado 46 supra)._ cho privado en establecimiento público admmistrativo. ·
85. En conclusión, no obstante los fines legítimos que busca,la Ley de 98. Por el contrario, el Gobierno estima que las ACCAs son asociacio-
1964 en el momento de su adopción, el Tribunal estima que el sistema de nes de Derecho público, investidas por el legislador de prerrogativas de po-
732 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XV.-PROTECCIÓN DE LA PROPIEDAD (ART. 1, PR 1) 733

der público. No serían competencia por· lo tanto del campo de. aplicación Partido Comunista Unificado de Turquía y otros contra Turquía de 30 de
del artículo ll. Así, la creación de una ACCA está som~tida a la aprobación enero de 1998, Recueil des arrets et décisions 1998-I, pgs. 18,.19, ap. 33).
del prefecto y tal asociación ·no es libre ni en sus estatutos ni en su regla-
mento interno, del que lo esencial viene impuesto por los artículos R. 222- La libertad de pensamiento y de opinión, así como la libertad de expre'-
62 y siguientes del Código Rural. Además, el prefecto posee un poder de sión, garantizadas respectivamente por los artículos 9 y 10 del Convenio,
control y de sanción de la ACCA, al que se añaden un poder de aprobación serían así de un alcance muy limitado si no estuvieran acompañadas por la
previo de todas las modificaciones de textos así como un poder disciplinario. garantía de poder compartir sus convicciones o sus ideas colectivamente, en
particular en el marco de asociaciones de individuos que tengan las mismas
En consecuencia, el Gobierno estima que las ACCAs, incluso si están convicciones, idea5 o intere.ses. . · ·· ·
constituidas conforme a la Ley de 1 de julio de 1901, son estructuras para-
administrativas de Derecho público, cuyos órganos de funcionamiento in- La noción de «asociación» posee pues un alcance autónomo: la califica~
terno se asemejan ciertamente a la forma asociativa; pero que su estatuto se ción en el Derecho nacional sólo tiene un valor relativo y no constituye más
distingue netamente de las asociaciones ordinarias, ya que ~stán sometidas a que un simple punto de partida.
un régimen jurídico mixto que asocia elementos de Derecho privado y de
Derecho público. El motivo derivado de la violación del artículo 11 sería_ por 101. Es verdad que las ACCA§ deben su existencia·~ la volup.tad dél
lo tanto incompatible ratione materiae cori las disposiciones del Convenio. legislador, pero el Tribunal señala.que ria es menos cierto.,que las ACCAs
son asociaciones.constituidas conforme a la Ley de 1.dejulio de 1901, com:-
99. El Tribunal señala que la cuestión de la naturaleza privada o pú- puestas por cazadores o propie~os o tenedores de der~chos. de caza, pe>r
blica de las ACCAs está lejos de estar zanjada en el Derecho francés: la Sen- lo tanto particulares, deseosos todos, a priori, de agrupar .sus terrenos para la
tencia del Tribunal Administrativo de Burdeos de 16 de noviembre de 1989, práctica de la caza. ·
indica, por ejemplo, que «si, para alcanzar los objetivos fijados por la Ley,
las ACCAs están investidas de prerrogativas de poder público, siguen siendo Por ello, la tutela ejercida por el prefecto sobre el funcionamiento de
organismos de derecho privado» y que «las decisiones que toman (... ) princi- estas asociaciones no basta para afirmar que permanecen integradas en las
palmente en lo que concierne a la concesión ó retirada de la condición de estructuras del Estado (véase, mutatis mutandis, Sentencia Le ·Compte, Van
miembro, son actos de derecho privado que no competen a la jurisdicción Leuven y De Meyere contra Bélgica de 23 de junio de 1981, serie A, ·núm.
administrativa». . .. · • . . 43, pgs. 26-27, ap. 64). Por ello no se podría mantener que las ACCAs disfru-
Esta solución fue igualmente aceptada por los Tribunales civiles a los ten en virtud de la Ley Verdeille de prerrogativas fuera del Derecho común,
que apelaron la señora Chassagnou y otros. Por el contrario, áios demandan- tanto administrativas como normativas o disciplinarias, o que utilicen proce"'
tes que, como los señores Dumont y otros o la señora Montion, presentaron dimientos del poder público, como los colegios profesionales.
ante Tribunales administrativos recursos dirigidos contra la negativa de tos
102. El Tribunal estima por t:ahto, como la Comisión, queÍ::i.S' ACCAs
Prefectos de pronunciar la retirada de sus fundos del perímetro de la ACCA,
son «asociaciones» en el sentido del artículo ll. · ·
se les opusieron las prerrogativas de poder público que habrían sido conferi-
das a las ACCAs.
B) SOBRE LA OBSERVACIÓN DEL ARTÍCULO 11
100. Sin embargo, la cuestión no es tanto el saber si las ACCAs son, en
el Derecho francés, asociaciones privadas, asociaciones públicas o para-públi-
cas o asociaciones mixtas, sino determinar si se trata de una «asociación» en 1. Existencia de una injerencia
el sentido del artículo 11 del Convenio.
103. Los comparecientes no discuten que la obligación de adhesión a
Si los Estados contratantes pudieran a su guisa calificai una asociación las ACCAs impuesta a los demandantes por la Ley Verdeille sea una injeren-
de «pública» o de «para-administrativa» para sustraerlas' del campo de aplica- cia en la libertad de asociación «negativa». El Tribunaj. comparte esta opinión
ción del artículo ll, esto equivaldría a concederles un margen que correría y examinará por lo tanto el motivo derivado del artículo ll a la luz del
el riesgo de conducir a resultados incompatibles con la finalidad y el objeto artículo 9 ya que la protección de las opiniones personales se encuentra entre
del Convenio, que consiste en proteger los derechos no teóricos e ilusorios los objetivos de la libertad de asociación, que sobreentiende un derecho de
sino concretos y efectivos (Sentencia Artico contra Italia de· 13· de mayo de asociación negativo (Sentencia Siguroür A Sigurjónsson contra Islandia de
1980, serie A, núm. 37, pgs. 15-16, ap. 33 y, más recientemente; Sentencia 30 de junio de 1993, serie A, núm. 264, pg. 17, ap. 37). . .
734 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
XV.-PROTECCIÓN DE lA PROPIEDAD (ART. 1, PR 1) 735

2. Justificación de la injerencia ACCA les inhabilitaría además a dar un sentido efectivo a su adhesión a
asociaciones de protección de la naturaleza y de oposición ética a la caza de
104. Tal injerencia infringe el artículo 11, salvo si estaba «prevista por las que son miembros, ya que no pueden aportar sus fundos a estas asociacio-
la Ley», estaba dirigida a un fin o a fines legítimos con respecto al párrafo 2 nes para crear en ellos reservas naturales.
y era «necesaria, en una sociedad democrática», para alcanzarlos.
110. El Gobierno estima que, siendo las ACCAs asociaciones en el sen-
a) «Prevista por la Ley» tido de la Ley de 1901, les son aplicables los principios de Derecho común
105. Los comparecientes están de acuerdo en considerar que la inje- de las asociaciones. Así, los asociados pueden libremente decidir la organiza-
rencia estaba prevista por la Ley, siendo la adhesi6n obligatoria de los deman- ción y el funcionamiento de su asociación y nada impide a los propietarios
dantes alás ACCAs de su municipio resultante de la Ley Verdeille de 1964 y no cazadores, que disponen como todos los miembros de voto en los momen-
principalmente de los artículos L. 222-9 y 222-19, párrafo 3, del Código Rural tos de las votaciones en asamblea general, participar concretamente en la
(apartados 45 y 51 supra). vida de la asociación. Si no desean hacerlo, la obligación de afiliación no
supone consecuencias coercitivas ya que según el artículo L. 222-19 del Có-
b) Fin kgjtimo digo Rural, los no cazadores son ciertamente miembros de derecho de las
ACCAs pero no están obligados ni a pagar una cotización ni a participar,
106. Para el Gcibiemo, la injerencia litigiosa tendía, al firt legítimo. de
dado el caso, en el déficit de la asociación. ·
la protección .de los derechos y libertades de terceros. Mediante el agrtipa~
miento de las parcelas de superficie reducida y la adhesión obligatoria de lbs A este respecto, la situación de los no cazadores sería la inversa a la que
propietarios afectados en una ACCA, la Ley Verdeille tiende en :,efecto 'a dio lugar a la decisión del Tribunal en el asunto Sigurjónsson anteriormente
garantizar un ejercicio democrático de la caza para ofrecer al mayor número citado, ya que la adhesión de derecho a la ACCA sólo es la consecuencia de
de personas el acceso a una actividad de ocio que, en otró caso, sólo estaría la aportación del terreno y no su obligación previa, mientras que la adhesión
reservada a los poseedores de un patrimonio dG tierras importante. a la asociación en el asunto islandés era la condición sine qua non para poder
107. Para los demandantes, por el contrario, la caza sólo es una activi- ejercer una profesión.
dad de ocio para aquellos que la practican. Si los demandantes no discuten
111. Para el Tribunal, la distinción que el Gobierno quisiera introducir
a los cazadores el derecho de amar y practicar la caza, estiman que el legisla-
entre la obligación de aportar un terreno del que se es propietario y la obliga-
dor no tiene por qué imponer a los que se oponen a ello el afiliarse a asocia-
ción de afiliarse contra su voluntad, como persona fisica a una as9ciación,
ciones de cazadores, cuando reprueban visceralmente sus objetivos y su políti-
ca. parece artificial. Señala que el legislador francés eligió prever la aportación
forzosa del derecho de caza sobre los terrenos mediante una adhesión obliga-
108. Para la Comisión, si la caza es una antigua actividad practicada toria a una asociación encargada de la gestión de las propiedades así puestas
desde hace milenios, no es menos cierto que con el desarrollo de la agricul- en común. Es justamente, con respecto al derecho a la libertad de asociación
tura, la urbanización y la evolución .de los modos de vida, hoy. dí~ tienpe reconocido en el artículo 11 del Convenio, el recurso a la técnica jurídica de
sólo, esencialmente, a procurar diversión y esparcimiento a·los que la practi- la asociación lo que plantea un problema en este caso, ya que la cuestión de
can dentro del respeto a las tradiciones. Sin embargo, la organización y la la aportación forzosa de los terrenos compete al derecho al respeto de los
reglamentación de una actividad de ocio pueden también ser responsabili- bienes garantizado por el artículo 1 del Protocolo núm. l.
dad del Estado, principalmente por su obligación de velar, en nombre de la
colectividad, por la seguridad de los bienes y de las personas. El Tribunal 112. El Tribunal recuerda que, para evaluar la necesidad de una me-
estima, en consecuencia, con la Comisión, que la legislación incriminada dida dada, se deben observar varios principios. El vocablo «necesario» no
perseguía un «fin legítimo», en el senticio del párrafo 2 del artículo .IJ del tiene la flexibilidad de términos como «Útil» u «oportuno». Además, plura-
Convenio. lismo, tolerancia y espíritu de apertura caracterizan a una «sociedad demo-
crática»: aunque a veces haya que subordinar los intereses de los individuos
c) «Necesaria en una sociedad democrática" a los de un grupo, la democracia no consiste en la supremacía constante de
109. Los demandantes consideran que no es necesario, en una: soi::ie- la opinión de una mayoría sino que obliga a un equilibrio que garantice a
dad democrática, obligar a los individuos que se oponen por una elección las minorías un tratamiento justo y que evite todo abuso de una posición
de conciencia a la práctic~ de la caza comó actividad de ocio,· a convertirse dominante. Finalmente, una restricción a un derecho consagrado .por el Con-
en miembros de asociaeiones de cazadores. La afiliación obligatoria a una venio debe ser proporcionada al fin legítimo perseguido (Sentencia Young,
736 lAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XV.-PROTECCIÓN DE LA PROPIEDAD (ART. l, PR 1) 737
James y Webster contra el Reino Unido de 13 de agosto de 1981, serie A, reducidas hasta el punto de no ser de ninguna utilidad (Sentencia Young,
núm. 44, pg. 25, ap. 63). James y Webster anteriormente citada, pg. 23, ap. 56).,
113. En este caso, el único fin invocado por el Gobierno para justificar 115. Contrariamente a lo que afirma el Gobierno, el Tribunal destaca
la injerencia incriminada es el de la «protección de los derechos y las liberta- que en este caso los demandantes no han tenido razonablemente la posibili-
des de terceros». Si estos «derechos y libertades» figuran entre los garantiza- dad de sustraerse a esta afiliación: con tal de que sus terrenos estén situados
dos por el Convenio y sus Protocolos, hay que admitir que la necesidad de en el territorio de una ACCA y que no sean propietarios de una superficie
protegerlos pueda conducir a los Estados a restringir otros derechos o liberta- que les permita oponerse, su afiliación es obligatoria.
des igualmente consagrados por el Convenio: es precisamente esta constante
búsqueda de un equilibrio entre los, derechos fundamentales de cada uno lo Además, se ha mantenido que los propietarios opuestos a la caza no
que constituye el fundamento de una «sociedad democrática». El sopesar los están obligados a participar activamente en la vida asociativa de la ACCA:
intereses eventualmente contradictorios de unos y otros es entonces dificil, y ciertamente se convierten en miembros de derecho pero no están obligados
los Estados contratantes deben disponer a este respecto de un margen de a pagar una cotización ni a participar en la eventual cobertura de un déficit
apreciación importante, estando en principio las autoridades nacionales me- de la asociación. Faltaría por lo tanto el grado de obligación necesario para
jor colocadas que el Juez europeo para evaluar la existencia o no de una concluir la violación del artículo ll.
«necesidad social imperiosa» susceptible de justificar una injerencia en uno
El Tribunal estima que el hecho de que los demandantes no hayan sido
de los derechos garantizados por el Convenio.
admitidos en las ACCAs, de alguna manera, más que formalmente, por el
No es lo mismo cuando las restricciones se efectúan sobre un derecho solo hecho de su condición de propietarios, no quita nada al carácter obliga-
o una libertad garantizados por el Convenio con la finalidad de proteger torio de su afiliación.
«derechos y libertades» que no figuran como tales entre los que consagra el 116. El Tribunal observa seguidamente que la Ley excluye expresa-
Convenio: en tal hipótesis, solamente imperativos indiscutibles son suscepti- mente de su campo de aplicación, según el artículo L. 222-10 del Código
bles de justificar una injerencia en el goce de un derecho garantizado. Rural, todos los terrenos que forman parte de los bienes del dominio público
En este caso, el Gobierno hace constar la necesidad de proteger o de del Estado, de los departamentos y de los municipios, los bosques demaniales
favorecer un ejercicio democrático de la caza. Incluso suponiendo que el o los terrenos de influencia de los ferrocarriles (apartado 46 supra). En otros
Derecho francés consagrara un «derecho» o una «libertad» de caza, el Tribu- términos, la necesidad de poner en común terrenos para el ejercicio de la
nal señala, con el Tribunal Administrativo de Burdeos (apartado 32 supra) caza solamente se impone a un número restringido de propietarios privados
que tal derecho o libertad no se encuentra entre los reconocidos por el y eso sin que sus opiniones sean tenidas en consideración de ninguna ma-
Convenio q.ue, por el contrario, garantiza expresamente la libertad de asocia- nera. Además, la creación obligatoria de la ACCA no ha sucedido más que
ción. en 29 de los 93 departamentos metropolitanos en los que la Ley se aplica, y,
de los 36.200 municipios con que cuenta Francia, solamente 851 han elegido
114. Para el examen de la· cuestión de saber si puede estar jusrificado el régimen de asociaciones facultativas, como es el caso de los municipios de
el obligar a los propietarios opuestos a la caza el afiliarse a una asociación Tourtoirac y de Chourgnac-d'Ans, en Dordogne, en los que las ACCAs fueron
de cazadores, el Tribunal tiene en cuenta los elementos siguientes. creadas en 1977. Finalmente, el Tribunal señala que todo propietario que
posea más de 20 hectáreas (60 en el departamento de Creuse) o disponga
Los demandantes son oponentes éticos a la práctica de la caza y el Tribu- de una propiedad totalmente cercada puede oponerse a la adhesión a una
nal considera que sus convicciones a este respecto alcanzan un cierto grado ACCA.
de fuerza, de coherencia y de importancia y merecen por ello el respeto en
una sociedad democrática (Senteneia Campbell y· Cosans contra el Reino 117. A la vista de lo que antecede, los motivos presentados por el Go-
Unido de 25 de febrero de 1982, serie A, núm. 48, pgs. 16-17, ap. 36). Por bierno no bastan para mostrar que era necesario obligar a los demandantes
lo tanto, el Tribunal estima que la obligación impuesta a los oponentes a la a convertirse en miembros de la ACCA de sus municipios, en contra de sus
caza de afiliarse a una asociación de caza puede, a primera vista, parecer convicciones personales. Teniendo en cuenta la necesidad de proteger los
incompatible con el artículo ll. · derechos y libertades de terceros para el ejercicio democrático de la caza,
.1
una obligación de adhesión a las ACCAs que pese únicamente sobre los pro-
Además, un individuo no disfruta de la libertad de asociación si las posi- pietarios de un municipio de cada cuatro en Francia no puede pasar por
bilidades de elección o de acción que le quedan se revelan inexistentes o proporcionada al fin legítimo perseguido. El Tribunal no ve tampoco por
'.'.!.-
e

738 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS

qué habría que poner en común solamente las pequeñas propiedades mien-
tras que las grandes, tanto públicas como privadas, estarían a cubierto de un
ejercicio democrático de la caza. XVI
DERECHO A ELECCIONES LIBRES (ART. 3, Pr 1)
Obligar por laley a un individuo a una adhesión profundamente contra-
ria a sus propias convicciones y obligarle, por el hecho de esta adhesión, a
aportar el terreno del que es propietario para que la asociación en cuestión-
realice objetivos que él desaprueba va más allá de lo que es necesario para
garantizar un justo equilibrio entre intereses contradictorios y no podría ser
considerado como proporcionado al fin perseguido .. 4 7. Asunto Mathieu-Mohin y Cleifayt c.· Bélgi.ca, de 2 de marzo de 1987
Hay por lo tanto violación delartículo ll. · En el asunto Mathieu-Mohin y Clerfayt contra Bélgica,
. [ ... ] . ElTribunal Europeo de Derechos Humanos, reunido en Pleno, en apli-
POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL, cación del artículo 50 de su Reglamento, y compuesto por los siguientes
Jueces: señores R Ryssal, Presidente; J. Cremona, Thor Vilhjáhnssori, ~ra.
l.. Declara, .por doce votos contra cinco, que hubo violación del artículo D. Bindschedler-Robert, G. Lagergren, F. GOlcüklü, F. Matscher,J. Pinheiro
1 del Protocolo núm. l, tomado aisladamente; Farinha, L.-E. Pettiti, B. Walsh, Sir Vicent Evans, RMacdonald, C. Russo, R.
[ ... ] Bemhardt, J .. Gersing, A. Spielmann, N. Vallicos, W. Ganshof van der
Meersch, juez ad hoc, y por los señores M.-A. Eissen, Secretario, y H. Petzold,
3. Declara, por doce votos contra cinco, que hubo violación del artículo Secretario adjunto. ·
11 del Convenio, tomado aisladamente; ·
Después de deliberar en privado los días 26 de septiembre de 1986 y 27
[ ... ] y 28 de enero de 1987..
Hecha en francés e inglés y pronunciada en audiencia pública en el Dicta la siguiente:
Palacio de los Derechos Humanos de Estrasburgo el 29 de abril de 1999.
Luzius Wildhaber, Presidente; Maud de Boer-Buquicchio, Secretaria adjunta. SENTENCIA
HECHOS

A) La señora Mathieu-Mohin
11. La señora Mathieu-Mohin, ciudadana belga francófona, vive en la
actualidad en Bruselas, pero cuando presentó su demanda ante la Comisión
tenía su domicilio en Vtlvorde. Se trata de una población situada en el distrito
administrativo de Hal-Vtlvorde (Halle-Vtlvoorde), en la región flamenca y en
la circunscripción .electoral de Bruselas (apartados 19, 21 y 37 y 38, infra).
La demandante, elegida por sufragio universal directo en dicha circuns-
cripción, ocupaba su escaño en el Senado, una de las dos Cámaras que consti-
tuyen el Parlamento de la nación. Como había jurado su cargo.en el Senado
en francés,' no podía ser miembro del Consejo flamenco (apartados 16, 27 y
30, infra). En cambio, era uno de los miembros del Consejo de la Comunidad
francesa; no así del Consejo regional valón (apartados 27 y·30, infra).
No ·fue reelegida el 8 de noviembre de 1981· y no se presentó como
candidata en las eleceiones legislativas de octubre de 1985.
740 lAS SENITNCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XVI.-DERECHO A ELECCIONES LIBRES (ART. 3, PR 1) 741

B) El señor Clerfayt tiene derecho» o «Nadie puede», el artículo 3 utiliza la frase «Las Altas Partes
Contratantes se comprometen». A veces se ha deducido de esto que no nacen
12. El señor Clerfayt, también de nacionalidad belga y francófono, vivía del artículo derechos y libertades individuales «directamente reconocidos a
y continúa viviendo en Rhode-Saint-Genese (Sint-Genesius-Rode). Como Vil- toda persona» que dependa de la jurisdicción de las Partes (sentencia en el
vorde, este municipio depende a la vez del distrito administrativo de· Hal- asunto Irlanda contra el Reino Unido, de 18 de enero de ·1978, ap. 239),
Vilvorde y de la circunscripción electoral de Bruselas. Sin embargo, el legisl~ sino tan sólo obligaciones entre Estados.
dor le ha otorgado, junto con otras cinco poblaciones de los alrededores de
la capital, un «Estatuto especial», debido a los numerosos habitantes de len- Si fuese así, la señora Mathieu-Mohin y el señor Clerfayt no habrían
gua francesa (apartado 37, infra). ' podido acudir a la Comisión, puesto que, según el artículo 25 del Convenio,
sólo puede interponer una demanda la persona que se considere víctima de
El demandante formó parte, desde sus orígenes, del Frente Democrático u11a violación de sus propios derechos y libertades. · ··
de Francófonos de Bruselas. Desde· 1968 ocupa un escaño en el Parlamento
de la nación -concretamente, en la Cámara de Representantes-, elegido en 49. Una interpretación tan restrictiva no resiste el menor examen. S~­
la circunscripción elector~ de Brusel;:i.s, Jµró su cargo en lengua francesa, lo gún su Preámbulo, el Protocolo núm. 1 asegura «la garantía colectiva de
que le impide pertenecer al Consejo flamenco; en cambio, ha sido y sigue derechos y libertades distintos de los ql}e ya figuran en el Tí~o 1 del Conve-
siendo miembro del Consejo de la Comunidad francesa; no así del_Consejo nio; además, su artículo 5 precisa que «Las Altas Partes Contratantes conside-
regiorntl valón. · · ran los artículos 1, 2, 3 y 4 ... como artículos adicionales al Convenio» cuyos
«preceptos» -todos, incluido el artículo 25- «Se aplicarán en co~secuencia».
13. El 28 de noviembre de 1983, el señor Clerfayt pidió al Presidente Por su parte, el Protocolo núm. 4 se refiere especialmente a los ·«derechos y
de la Cámara de Representantes que se le permitiera «interpelar» al miembro libertades» protegidos por «los artículos 1 al 3» del Protocolo núm. l.
del Poder Ejecutivo flamenco (apartado 27, infra) competente en ordenación
territorial, política del suelo, viviendas sociales y expropiación por causa de Los trabajos preparatorios del Protocolo núm. 1 no ponen de manifiesto
utilidad pú~liéa, sobre las cuestiones que se planteaban en estas materias en ninguna intención de excluir, en el ámbito del artículo 3, el_ sistema _del
Rhode-Saint-Genese y en otros municipios de la circunscripción electoral de recurso individual, siendo así que durante mucho tiempo se consideró la
Bruselas; Al día siguiente, se le denegó lo solicitado considerándolo inadmisi- posibilidad -finalmente descartada- de dejar esta materia fuera de la fiscaliza-
ble; y, en consecuencia, se dirigió, el 13 de diciembre al Presidente del Con- ción del Tribunal. Además, en estos. trabajos se alude. con frecuencia a la
sejo flamenco, el cual le contestó en parecidos términos el 15 del mismo «libertad política», a los «derechos políticos», a los «derechos y libertades
mes. políticas de la persona», al «derecho a elecciones libres» y al «derecho de
[ ... ] voto».
50. Por tanto -y los comparecientes están de acuerdo en este punto-,
FUNDAMENTOS DE DERECHO el «color» o apariencia interestatal de la redacción del artículo 3 no refleja
ninguna diferencia de fondo con las demás disposiciones normativas del
A) Interpretación del artículo 3.del Protocolo núm. 1 Convenio y de los Protocolos. Más bien parece explicarse por el propósito
de dar más solemnidad al compromiso contraído y por el hecho de que en
46. El Tribunal, al tener que resolver por primera vez una reclamáeión el ámbito de que se trata, la obligación primordial no supone una abstención
relativa al artículo 3 del Protocolo núm. 1, considera necesario determinar, o no injerencia, como acaece en la mayoría de los derechos civiles y políticos,
en el marco del litigio, el sentido que atribuye al texto del precepto en cues- sino la adopción por el Estado de medidas positivas para «organizar» eleccio-
tión. nes democráticas.
47. Según el preámbulo del Convenio, el mantenimiento de las liberta- 51. En cuanto a la naturaleza de los derechos que de esta manera con-
des fundamentales «Se apoya sustancialmente en un régimen político verda- firma el artículo 3, el criterio de la Comisión ha evolucionado. De la idea de
deramente democrático». El artículo 3 del Protocolo núm~ 1, al confirmar un derecho «institucional» a la organización de elecciones libres (resolución
un principio característico de dicho régimen, tiene, pues, en el sistema del de 18 de septiembre de 1961 sobre la admisión a trámite de la demanda
Convenio, una gran importancia.
núm. 1028/1961, X contra Bélgica), se ha pasado al concepto de «sufragio
48. Donde casi todos los demás preceptos normativos del Convenio y universal» (véase especialmente la resolución de 6 de octubre de 1967 sobre
de los Protocolos (núms. 1, 4, 6 y 7) emplean las palabras «Toda persona la admisibilidad de la demanda núm. 2728/1966, X contra la República Fede-

_l_
742 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XVI.-DERECHO A ELECCIONES LIBRES (ART. 3, PR 1) 743
ral de Alemania); y después, como consecuencia, se ha hablado de derechos Aquí también, el Tribunal reconoce a los Estados parte un amplio mar-
subjetivos de participación: el «derecho de voto» y el «derecho de presentarse gen de apreciación, teniendo en cuenta que la legislación en esta materia
como candidato en las elécciones al Parlamento» (véase, especialmente, la varía según las circunstancias de tiempo y lugar.
resolución de 30 de mayo de 1975 sobre la admisión a trámite de las deman-
das núms. 6745 y 6746/1976, W, X, Yy Z contra Bélgica). El Tribunal está Los sistemas electorales pretenden responder a objetivos que, a veces,
de acuerdo con esta última concepción. ' son difíciles de armonizar: de una parte, reflejar con :fidelidad las opiniones
del pueblo; de otra, canalizar las corrientes ideológicas para promover la
52. Los derechos de que se trata no son absolutos. El artículo 3, al formación de una voluntad política·de suficiente claridad y coherencia. Por
reconocerlos sin enunciarlos expresamente, ni mucho menos ddinirlos, deja ello, la frase «en condiciones que garanticen la libre expresión de la opinión
abierta la. puerta para limitaciones implícitas (véase, mutatis·mutandis, senten- del pueblo en la elección del Cuerpo (o Poder) Legislativo» implica, esencial-
cia Golder, de 21 de febrero de 1975, ap. 38); Los Estados par_te~ .en sus m.ente, además de la libertad de expresión, ya protegida por el artículo 10
respectivos ordenamientos jurídicos internos, someten los derechos de sufra- del Convenio, el principio de la igualdad de trato de todos los ciudadanos
gio activo y pa.Sivo a requisitos para los que, en principio, el artículo 3 no en el ejercicio de su derecho de voto y de presentarse a las elecciones.
supone obstáculo (recopilación de los trabajos preparatorios, volúmenes 111,
pg. 265, y IV, pg; 25). Gozan los Estados ert esta materia de un amplio margen No se deduce, sin embargo, de lo dicho que todos los votos deban tener
de apreciación; pero corresponde al· Tribunal resolver, eri última iristaricia, el mismo peso a efectos del resultado ni cada candidato las mismas oportuni-
sobre el cumplimiento de las exigenciás del Protocolo núm. 1, aseguráridose dades de victoria. Así, ningún sistema es capaz de evitar los llamados «Votos
que los requisitos establecidos no disminuyen los derechos de que sé trata perdidos» o «inútiles».
hasta afectarles en su propia esencia y hacerlos totalmente ineficaces, de que A efectos de la aplicación del artículo 3 del Protocolo núm. 1 ·hay que
persiguen una :finalidad legítima y de que los medios empleados guardan, a valorar cualquier sistema electoral a la vista de la evolución política del país
este respecto, la debida proporción (véase especialmente, mutatis mutandis, de que se trate, de forma que características inadmisibles en el marco de
.Sentencia Lithgow y otros, de 8 de julio de 1986, ap. 194). Sobr~ todo, estos determinado sistema pueden justificarse en el de otro, por lo merios mientras
requisitos no deben contrariar «la libre expresión de la opinión ~el pueblo el sistema adoptado cumpla las condiciones que aseguren «la libre expresión
en la elección del Cuerpo. Legislativo». . · · . .
de la opinión del pueblo en la elección del Cuerpo Legislativo». ·
53. El artículo 3 se aplica solamente a las elecciones al «Cuerpo o Po-
der Legislativo», o, por 16 menos, a una de sus Cámaras si consta de dos o B) La aplicación del artículo 3 del Protocolo núm.. 1 en el presente
más (recopilación antes citada, volumen VIII; pgs. 47, 51y53). Las palabras caso
«Cuerpo o Poder Legislativo», no quieren decir, necesariamente, Parlamento
Nacional; hay que interpretarlas a la vista de la estructura constitucional del 55. El Tribunal tiene que examinar las reclamaciones de los deman-
Estado de que se trate. dantes en relación al artículo 3 interpretado como se ha dicho.
El Tribunal señala, en principio, que la reforma de 1980 ha conferido 56. El Gobierno subraya que nada impide a los electores francófonos
al Consejo flamenco competencias y facultades lo suficientemente amplias del distrito de Hal-Vilvorde conceder sus votos, con conocimiento de causa,
para convertirle, con el Consejo de la comunidad francesa y el Consejo regio- a un candidato de la misma lengua pero dispuesto a prestar en neerlandés
nal valón, en una parte del «Cuerpo legislativo» belga, además de la Cámara su juramento de parlamentario; dicho candidato; una vez elegido, ocuparía
de representantes y del Senado (apartados 24, 25, 27 y 37, supra); los compa- su puesto legalmente -y representaría a sus electores- en el Consejo flamen-
recientes están de acuerdo en este punto. co.
54. En lo que se refiere al procedimiento de designación del «Cuer¡:}o El argumento no es decisivo: ciertamente, los electores no se definen
Legislativo», el artículo 3 se limita a exigir elecciones «libres» que se celebren solamente por su lengua y su cultura; hay también razones políticas, econó-
«a intervalos razonables», «con escrutinio secreto» y «ert. condiciones que micas, sociales, religiosas o filosóficas que influyen en el ejercicio de su voto.
garanticen la· libre expresión de la opinión del pueblo». Con esta salvedad, No obstante, las preferencias lingüísticas desempeñan un papel muy impor-
no crea ninguna «obligación de establecer un determinado sistema» (recopi- tante en la elección de los ciudadanos en un país como Bélgica y, especial-
lación antes citada volumen VII, pgs. 131, 203 y 211; volumen VIII, pg. 15) mente, en el caso de los habitantes de una zona tan «sensible» como la de
como, por ejemplo, la representadón proporcional, o la votación por mayo- los municipios de los alrededores de Bruselas. Ahora bien, unrepreseritante
ría en una o dos vueltas. · · . · . , que jurara su cargo de parlamentario en neerlandés no pertenecería al grupo

J_
744 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XVI.-DERECHO A ELECCIONES LIBRES (ART. 3, PR 1) 745

lingüístico francés de la Cámara o del Senado, grupo que -como el neerlan- POR ESTOS MOTIVOS EL TRIBUNAL,
dés- desempeña un papel importante en las cuestiones en que la Constitu-
l. Declara, por 13 votos contra 5, que no se ha violado el artículo 3
ción exige una mayoría especial (apartado 17, supra).
del Protocolo núm. 1, considerado aisladamente;
57. Sin embargo, la Ley especial de 1980 forma parte de un régimen 2. Declara por 14 votos contra 4, que no se ha violado el artículo 14
general de las instituciones belgas, regido por el principio de territorialidad, del Convenio, en c6mbinación con el artículo 3 del Protocolo núm. l;
que afecta tanto a las instituciones administrativas y políticas como a la distri.:. i

bución de sus ·Competencias y facultades.· La reforma en curso, que no ha Hecha en francés y en inglés, y pronunciada en audiencia pública en el
terminado todavía, se propone lograr un equilibrio entre las diversas comuni- Palacio de Derechos Humanos, en Estrasburgo, el 2 de marzo de 1987.
dades culturales y regiones del Reino mediante un complejo conjunto de Firmado: Rolv Ryssdal, Presidente; Marc-André Eissen, Secretario.
frenos y contrapesos; la finalidad es suavizar, creando estructuras descentrali-
zadas más estables, las diferencias lingüísticas que existen en el país. El pro- Se adjuntan con esta Sentencia, de conformidad con los artículos 51.2
pósito, legítimo en sí mismo, se deduce claramente de los debates en el del Convenio y 52.2 del Reglamento del Tribunal, las siguientes opiniones
Parlamento nacional democrático y de las grandes mayorías conseguidas, es- particulares:
pecialmente por la citada Ley, incluido el artículo 29 (apartados 22 y 31,
s~. . . . - Opinión disidente común del sector Cremona, señora Bindschedler-
Robert y señores Bemhardt, Spielmann y Valticos, junto con una declaración
Al examinar el régimen electoral controvertido, no se puede olvidar el del señor Bemhardt;
contexto general. Parece razonable si se tienen en cuenta las intenciones que - opinión concordante del señor Pinheiro Farinha.
pone de manifiesto y el margen de apreciación del Estado demandado den-
tro del procedimiento elec.toral parlamentario belga, margen tanto más am-
plio cuanto que se trata de un régimen incompleto y transitorio. Una de las
consecuencias para las minorías lingüísticas es qué tienen que votar a candi-
datos que pueden y quieren usar el idioma de su región. Una exigencia
parecida se encuentra en la regulación de las elecciones en muchos Estados.
La experiencia demuestra que una situación de estas características no su-
pone necesariamente una amenaza· para los intereses de la.S mencionadas
minorías. Así ocurre, sobre todo, cuando se trata de un régimen basado en
su conjunto en el principio de la territorialidad y cuando el ordenamiento
proporciona garantías --exigiendo por ejemplo, mayorías calificadas- contra
las modificaciones inoportunas o arbitrarias (apartado 17, supra).
Los electores francófonos del distrito de Halle-Vilvoorde disfrutan de los
derechos de voto y de ser elegibles en las mismas condiciones legales que los
electores que hablari neerlandés. No pierden estos derechos por el mero
hecho de que tienen que votar bien a los candidatos que jurando sus cargos
de parlamentarios en francés formarán parte del grupo de dicha lengua de
la Cámara o del Senado y serán miembros del Consejo de la Comunidad
francesa, bien a los que jurando en neerlandés pertenecerán a este grupo
lingüístico de la Cámara o del Senado y al Consejo flamenco. No ·sé trata
aquí de ninguna limitación desproporcionada que se oponga a «la libre ex-
presión de la opinión del pueblo en la elección del Cuerpo ·Legislativo»
(apartados 51, 52 y 53 in fine, supra).

De acuerdo con lo dicho, el Tribunal comprueba que no se ha violado


el artículo 3 del Protocolo núm. 1 considerado aisladamente.
1 1

48. Asunto Matfhews c. Rei.no Unido, de 18 de febrero de 1999


En _el asunto Matthews contra el Reino Unido,
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, constituido conforme al
artículo 27 del Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y las
Libertades Fundamentales («el Q_onvenio»), modificado por el Protocolo
núm. 11,-y a los artículos aplicables de su Reglamento, en una Gran Sala
é:ompuesJ:a- por los siguientes Jueces: señores L. Wtldhaber, Presidente, se-
ñora E. Pa.J.rii, señores L. Ferrari Bravo, Gaukur Jo rund~son, G. Ress, I. CabráJ
Barreto, J.-í>: Costa, W. Fuhrmann, K. JungWiert, M: Fiséhbach, señora N.
Vajic, señor J. Redigan, señoras W. Thomassen, M. Tsatsa-Nikolovska, señor
T. Pantiru, K. Traja, sir John Freeland, juez ad hoé, así- como por la señora
M. De Boer-Buquicchio, Secretaria Adjunta.
Después de haber deliberado en privado los días 19 de noviembre de
1998 y 20 y 21 de enero de 1999,
Dicta la presente

SENTENCIA

[ ... ]
HECHOS

Las circunstancias del caso


7. El 12 de abril de 1994 la demandante solicitó su inscripción en las
listas electorales de ·Gibraltar para las elecciones al Parlamento Europeo. El
25 de abril de 1994 el funcionario responsable de la formación de las listas
electorales le respondió: «Las disposiciones del anexo II al acta CE de 1976
relativo a las elecciones directas precisan que el Reino Unido no aplicará las
previsiones del acta en cuestión más que al Reino Unido. Este acta ha sido
aprobada por unanimidad por los Estados miembros y tiene el valor de un
tratado. En consecuencia, el derecho de sufragio para las elecciones al Parla-
mento Europeo no se aplica a Gibraltar».

II. El Derecho aplicable a Gibraltar


A) GIBRALTAR YEL REINO UNIDO
1
1
1 8. Gibraltar es un territorio dependiente del Reino Unido. Es uno de
los dominios de Su Majestad la Reina, pero no forma parte del Reino Unido.
1

l
748 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
XVI.-DERECHO A ELECCIONES LIBRES (ART. 3, PR 1) 749
El Parlamento británico ostenta el supremo poder legislativo sobre Gibraltar,
pero rara vez lo ejerce en la práctica. tratado de la CE, a resultas de una declaración hecha por el gobierno britá-
nico en el momento de entrada en vigor de la ley de 1981 sobre nacionalidad
9. El poder ejecutivo en Gibraltar se encuentra en manos del Goberna- británica (British Nationality Act), deben ser incluidos los ciudadanos británi-
dor, que es el representante de la ReiiÍa. Envirtud de una Resolución de 23 cos y los de los territorios dependientes del Reino Unido que adquieran su
de mayo de 1969, ciertas «cuestiones.internas detei:m_inadas» se atribuyen al ciudadanía como consecuencia de su relación con Gibraltar.
Primer Ministro y a sus ministros elegidos localmente; las otráS cuestiones·
(asuntos exteriores, defensa y seguridad interior) no están «determinadas» y ·1 D) LAs ELECCIONES Y EL p ARLAMENTO EUROPEO
es el Gobernador, por lo tanto, eltesponsable; . . · 1
1
17. El artículo 138.3 del Tratado CEE encargaba al Parlamento Euro-
10 . . El Primer ,Ministro y el-Gobierno }le Gibrai1ªr son respcmsables peo elaborar proyectos con vistas a las elecciones. El Consejo estaba in,vitado
ante el electorado de Gibraltar por medio dé decciones genetaies a lit Cá- a -«establecer, por unanimidad, previo dictamen conforme. del Parlamento
mara de la Asamblea. Esta es el cuerpo_ legisla,tivo interno de Gibrai_tar~ Debe Europeo, que se pronunciará por mayoría de sus miembros, las disposici9nes
·promulgar las leyes para Gibraltar sobre las «cuestiones· interD.~- determina- pertinentes y recomendará a los Estados miembros su adopción, de copfo;rmi-
da.S»,. bajo reserva:! sob~é todo, del poder que po:seé el <;;obemado:r de negarse dad con sus respectivas normas constitucionales». Una cláusula idéntica figu-
á ,~a~car un texto votado. · ·- .~ · ·• _ raba en el Tratado de institución de la Comunidad Europea del Carbón y
del Acero y en el Tratado de institución de la Comunidad Europea dé la
B) GIBRALTAR YLA COMUNIDAD EUROPEA Energía Atómica. ·: ·
11. El Tratado que instituye la Comunidad Europea («el TratadÓ CE») 18. Conforme al artículo 138.3, la Decisión 76/787 del Consejo de 20
s~ aplica a Gibraltar en virtud de su artículo 227.4, que prevé que la5 disposi- de septiembre de 1976 («la Decisión del Consejo»), que estaba firmada por
ciones del Tratado se apliquen a los territorios europeos de los que un Estado el Presidente del Consejo de las Comunidades Europeas y los ministros de
miembro asume las relaciones exteriores. El Reino Unido se adhirió al Tra- Asuntos Exteriores de los Estados miembros, estableció las disposiciones ante-
tado que instituía la Comunidad Económica Europea el 25 de marzo de 1957 riormente contempladas. Las cláusulas técnicas figuraban en un Acta (el atto
(«el Tratado CEE»), predecesor del Tratado CE, mediante un Tratado de estableciendo la elección de los representantes al Parlamento Europeo por
adhesión de 22 de enero de 1972. sufragio universal directo: «el Acta de 1976») firmada por los ministros de
Asuntos Exteriores de los Estados miembros y que estaba anexa a la Decisión
12. En virtud de este último, Gibraltar se encuentra excluido de ciertas
del Consejo. El artículo 15 del Acta de 1976 incluía una disposición así redac-
partes del Tratado CE. Así, no entra en el territorio aduanero de la Comuni-
tada: «Los anexos I, II y ID son parte integrante de. la presente Ac~». El
dad, lo que tiene por efecto sustraerle del ámbito de aplicación de las disposi-
anexo U enunciaba: El Reino Unido aplicará las, disposiciones de la presente
ciones sobre la libre circulación de mercancías; está considerado como 'un
Acta solamente en lo que concierne al Reino U~ido». ·
país tercero a efectos de la política corp.ercial común; está excluido del mer-
cado común en cuanto a agrié:ti.ltura y comercio de productos agrícolas, ~í E) LA APLICACIÓN DEL CONVENIO A GIBRALTAR
como del ámbito de las normas comµnitaria5 .en materia de. impuesto sobre
el valor añadido y ótros impuestos y sóbre la cifra de negocios, y no contri- 19. Mediante una declaración fechada. el 23 de octubre de 1953, el
buye al presupuesto comunitario. Se aplica eri Gibraltar la legislación euiO- Reino Unido extendió la aplicación del Convenio a Gibraltar, conforme al
pea relativa sobre todo a cuestiones comó la libre circulación de personas, antiguo artículo 63 del Convenio. El Protocolo núm, 1 del Convenio se aplica
servicios y capitales, la salud, el medfo ambiente y la protección de los consu- a Gibraltar en virtud de una declaración hecha en base al artículo 4 del
midores. · · Protocolo núm. 1 el 25 de febrero de 1988.
13. La legislación comunitaria pertinente se integra en el Derecho de [ ... ]
Gibraltar de la misma manera que en las otras partes de la Unión: los regla-
mentos son directamente aplicables, y las directivas y otros actos jurídicos FUNDAMENTOS DE DERECHO
comunitarios que hacen referencia a reglamentaciones internas son trans-
puestos por leyes o reglamentos de aplicación.
l. Sobre la violación del artículo 3 del Protocolo núm. 1
14. Si bien conforme al derecho británico Gibraltar no forma parte del
Reino Unido, en el termino «nacionales» y sus derivados utilizados en el 24. La demandante denuncia una violación del artículo 3 del Proto-
colo núm. 1, que proclama: «Las Altas Partes Contratantes se comprometen

J_
750 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XVI.-DERECHO A ELECCIONES LIBRES (ART. 3, PR i) 751

a organizar, a intervalos raionables, elecciones libres con escrutinio secreto considera que el Convenio no garantiza derechos teóricos o ilusorios, sino
en condici?_nes que garantic:n l~ libre expresión de la opinión del puebl¿ concretos y efectivos (véase, por ejemplo, el caso Partido comunista unificado
en la eleccion del cuerpo legislattvo». · de Turquía y otros, pgs. 18-19, ap. 33). No se ha contestado que los textos
resultantes de un proceso legislativo comunitario afecten a la población de
A) ¿HA INCUMPLIDO EL REINO UNIDO LOS COMPROMISOS DERIVADOS DEL Gibraltar de la misma manera que los que emanan exclusivamente de la
CONVENIO POR NO HABER ORGANIZADO ELECCIONES AL p ARLAMENTO EUROPEO Cámara de la Asamblea local. Desde este punto de vista, no hay ninguna
EN GIBRALTAR? diferencia entre la legislación europea y la legislación interna, y ninguna
razón para considerar que el Reino Unido no está obligado a «reconocer»
. , 30. El Tribunal cons~ta que l~ partes ~o discuten la áplicación del los derechos consagrados por el artículo 3 del Protocofo núm. 1 con relación
articulo 3 del Protocolo num. 1 a Gibraltar. Recuerda que el Convenio ha a la legislación europea del mismo modo que los que deben de ser «reconoci-
visto extendida su aplicación a ese territorio por la declaración británica del dos» en relación con la legislación puramente interna. En particular, el argu-
23 de octubre de 1953 y que el Protocolo núm. l se áplica a Gibraltar desdé mento según el cual el Reino Unido no tuvo en cuenta la situación exami-
el 25 de febrero de 1988. · nada no altera en nada esta constatación, ya que la responsabilidad de este
31. El Tribunal debe ~xaminar si, no ob~tante la naturaleza de las elec.,. Estado resulta del hecho de que, con posterioridad al momento en el que el
cio?es al Parlamento ~uropeo, órgano de la Comunidad europea,· el Reino artículo 3 del Protocolo núm. 1 pasó a ser aplicable en Gibraltar, asumió, por
Umd~ puede ser con~iderado r~sponsable ante el Convenio por no haber la vía del instrumento internacional que constituye el Tratado de Maastricht,
organizado tales elecciones en Gibraltar; en otras palabras, si el Reino Unido obligaciones que tenían por efecto modificar su situación con respecto á la
debe «reconocer» el derecho a·-participar en las elecciones al Parlamento Decisión del Consejo y al Acta de 1976. El Tribuncil señalá que, en el mo-
Europeo, a pesar del carácter comunitario de las mismas. · .· mento de su adhesión al Tratado CE, el Reino Unido eligió, aplicando el
artículo 227.4 de dicho Tratado, permitir que partes sustanciales de la legisla-
32. El Tribu?al recuerda .que los actos de la Comunidad Europea no ción comunitaria se aplicaran en Gibraltar (apartados 11 a 14 supra).
pueden ser recumdos e? cuant() tales ante el Trib1,111al, pues la Comunidad
no es parte [del Convemo]. El Convenio no excluye la transferencia de com- 35. Resulta de lo dicho que en virtud del artículo 1 del Convenio, el
petencias a organizaciones internacionales, siempre q'ue los.derechos garanti- Reino Unido debe reconocer a Gibraltar los derechos consagrados por el
zados por el Convenio. c:ontinúen estando «reconocidos». Tal transferencia artículo 3 del Protocolo núm. 1, se trate de elecciones puramente internas o
nq elimina la responsabilidad de los Estados miembros.. · . , .. · -, - de elecciones europeas.

. 33. En este CaSÓ; la violación·. del Convenio resultaría de la combiná- B) ¿Es APLICABLE EL ARTÍCULO 3 DEL PROTOCOLO NÚM. 1 A UN ÓRGANO COMO EL
c~~n del anexo del Acta. de 1976, qu_~ el Reino Unid9 suscribió,, 'fori laaIIiplia- PARLAMENTO EUROPEO?
cion de l~ competen~i:i_s del Parlamento Europeo operada por el Tratado
de Maastncht. La Decision del Consejo, el Acta de 1976 (apartado 18 supra) 39. El Tribunal ha declarado en reiteradas ocasiones que el Conve.nio
y el ~ratado de M~tricht .que modificó el Tratado CEE constituyen todos es un instrumento vivo que debe ser interpretado a la luz de las condiciones
ellos mstrumentos mternacionales que el Reino Unido suscribió libremente. actuales (véase, significativamente, el asunto Loizidou c. Turquía, de 23 de
De ~~cho, el Acta d~ 1976 no puede ser impugnada ante el Tribunal· de marzo de 1995 [excepciones preliminares], ap. 71). El mero hecho de que
Justtcia de las Comunidades Europeas, ya que no se trata de un acto «ordina- un órgano no haya sido previsto por los autores del Convenio no es obstáculo
rio» de la Comunidad, sino de un Tratado concluido en el ·seno del ordena- para que este órgano entre en el ámbito del Convenio. En la medida en que
miento jurídico ~omun~tario. El Tratado de Maastricht no es •tampoco mi los Estados parte organizan las estructuras constitucionales y parlamentarias
acto de la Comumdad, smo un Tratado, mediante el cual se realiza la revisión comunes a través de tratados internacionales, el Tribunal debe tener en
del Tratado CEE. El Reino Unido, juntamente con el conjunto de las otras cuenta, a la hora de interpretar el Convenio v sus Protocolos, los cambios
Partes del Tratado de Maastricht, es responsable ratione materiae en base al estructurales realizados por esos acuerdos mutuos. Queda por determinar si
artículo 1 del Convenib y, en particular, del artículo 3 del Protocolo núm. 1, un órgano como el Parlamento Europeo escapa, a pesar de todo, del ámbito
de las consecuencias de ese tratado. · de aplicación del artículo 3 del Protocolo núm. l.

34. Para deterÍniriar en que medida corresponde al Reino Unido «re- 40. El Tribunal considera que las palabras «cuerpo legislativo» no se
conocen> los derechos consagrados por- el artículo 3 del Protocolo núm. 1 en refieren de forma necesaria sólo· al Parlamento nacional sino que es necesa-
relación con las elecciones al Parlamento Europeo en Gibraltar, el Tribunal rio interpretarlas en función de la estructura constitucional del Estado en

J_
1
752 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XVI.-DERECHO A ELECCIONES LIBRES (ART. 3, PR 1) 753

cuestión. En el asunto Mathieu-Mohin y Clerfayt c. Bélgica, la reforma consti- el marco del procedimiento de consulta (por ejemplo, conforme a los artícu.:.
tucional belga de 1980 confirió al Consejo flamenco suficientes competencias los 99 ó 100 del tratado CE), puede haber, según la disposición concernida,
y poderes para considerarlo, junto con el Consejo de la Comunidadfraricesa obligación de consultar al Parlamento Europeo. En este caso, el Parlamento
y el Consejo regional valón, como parte del «cuerpo legislativo» belga, de la Europeo no desempeña más que un papel limitado. Cuando el tratado CE
misma forma que la Cámara de representantes y el Senado (asunto Mathieu-
Mohin y Clerfayt c. Bélgica, de 2 de marzo de 1987, serie A núm. 113, p. 23,
exige que se siga el procedimiento descrito. en el artículo 189 C, el Consejo
por unanimidad puede hacer caso omiso de la opinión formulada por el
Parlamento Europeo sobre una cuestión. Por el contrario, allí donde el tra-:
(
ap. 53); véanse también, en lo relativo a la aplicabilidad del artículo 3 del
Protocolo núm. 1 a los Parlamentos regionales de Austria y Alemania, las tado CE exige que se siga el procedimiento previsto en el artículo 189 B, el
decisiones de la Comisión de 12 de julio de 1976 (demanda núm. 7008/75, Consejo no puede adoptar medida alguna contra la voluntad del Parlamento
DR 6, p. 120) y de 11 de septiembre de 1995 (demanda núm. 27311/95; DR Europeo. En fin, allí donde se emplea el procedimiento «del dictamen con-
82-A, p. 158). forme» (previsto en el primer parágrafo del artículo 138 B del tratado CE),
especialmente para la adhesión de nuevos Estados y para la conclusión de
42. _El Tribunal recuerda que el artículo 3 del Protocoló núm. 1 consa- ciertos tipos de acuerdos internacionales, el consentimiento del Parlamento
gra un principio característico de un sistema político auténticamente demo- Europeo es necesario para que la medida pueda ser adoptada.
crático (véase el asunto Mathieu-MóhinyClerfayt cita<;lo, p. 22, ap. 47, y 'el
asunto Partido comunista unificado de Turquía y otros citado, pgs. 21-22, ap. 45). Además de esta participación en la adopción de textos legislativos, el
En nuestro caso no se ha acreditado que existan otros medios para garantizar Parlamento Europeo está investido de funciones relacionadas con el nombra~
la representación electoral de la población de Gibraltar en el seno del Parla.- miento y la destitución de·la Comisión europea. Es así que tiene la facultad
mento Europeo, y el Tribunal no ha reparado en ninguno. de censurar a la Comisión europea, lo que puede conducir a que los miem-
bros de aquélla deban renunciar colectivamente a sus cargos (artículo 144);
43. El Tribunal considera también que de admitir el argumento del el nombramiento de miembros de la Comisión está sometido ·a un voto de
Gobierno según el cual el ámbito de actividades del Parlamento Europeo aprobación del Parlamento Europeo (artículo 158); el presupuesto comuni-'
escapa al campo de aplicación del artículo 3 del Protocolo núm. 1 se correría tario no puede ser aprobado sin acuerdo del Parlamento Europeo (artículo
el riegos de convertir en inoperante-11no de los instrumentos furid;µneritales 203); el Parlamento Europeo debe aprobar la ejecución del presupuesto por
que permiten preservar un «régimen político auténticamente democrático». parte de la Comisión, materia en la que ejerce funciones de control sobre el
citado órgano (artículo 206).
C) ¿PRESENTA EL PARLAMENTO EUROPEO, EN EL MOMENTO PERTINENTE, l.AS
CARACTERÍSTICAS DE UN ·CUERPO LEGISIATIVO• PARA GIBRALTAR? En suma, si el Parlamento Europeo no posee formalmente un derecho
de iniciativa en materia legislativa, puede invitar a la Comisión europea a
49. El Tribunal debe velar por que exista «régimen político auténtica- remitirle proposiciones sobre cuestiones que necesiten la elaboración de un
mente democrático» en el territorio de aplicación del Convenio y, en este acto comunitario (artículo 138 B).
contexto, debe atender no sólo a los poderes estrictamente legislativos de
un órgano dado, sino también al papel que desempeña en el conjúnto del 52. En cuanto al contexto en el que opera el Parlamento Europeo,
procedimiento legislativo. el Tribunal estima que este órgano es el instrumento principal de control
democrático y de responsabilidad política en el sistema comunitario. Legiti-
50. Tras el Tratado de Maastricht, los poderes del Parlamento Europeo mado por su elección por sufragio universal· directo, debe ser considerado
no pueden calificarse de poderes «de deliberación y control». La supresión como la parte de la estructura de la Comunidad europea que mejor refleja
de estos términos debe considerarse como prueba de que el Parlamento Eu- la forma de asegurar un «régimen político auténticamente democrático».
ropeo no es ya un órgano meramente consultivo, sino que se ha convertido
en un órgano llam!ldo a jugar un papel determinante en el proceso legisla- 54. El Tribunal estima,. en consecuencia, que el Parlamento Europeo
tivo comunitario. Unicamente examinando los poderes efectivos· del Parla- está suficientemente asociado al proceso legislativo específico que conduce él
mento Europeo en el contexto del conjunto del proceso legislativo vigente la adopción de los actos previstos en los artículos 189 By 189 C del tratado CE,
en el seno de la Comunidad europea, el Tribunal. podrá determinar si el así como al control democrático general de las actividades de la Comunidad
Parlamento Europeo actúa como «cuerpo legislativo», o como parte de ese europea, por lo que se puede considerar que constituye una parte del «cuerpo
cuerpo, para Gibraltar. · · legislativo» de Gibraltar a los efectos del artículo 3 del Protocolo núm. 1
51. [ ... ] Cuando se trata de aprobar un reglamento o una directiva en [ ... ]
754 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XVI.-DERECHO A ELECCIONES LIBRES (ART. 3, PR 1) 755

E) ¿Es COMPATIBLE CON EL ARTÍCULO 3 DEL PROTOCOLO NÚM. 1 LA NO Firmado: Luzius Wtldhaber, Presidente; Maud De Boer-Buquicchio, Secreta-
ORGANIZACIÓN DE ELECCIONES AL PARIAMENTO EUROPEO EN GIBRALTAR EN ria.
1994?
Se encuentra adjunta, conforme a los artículos 45.2 del Convenio y 74.2
63. El Tribunal recuerda que los derechos consagrados por el artículo del Reglamento, la exposición de la opinión disidente común de Sir John
3 del.Protocolo núm. 1 no son absolutos y están sujetos a límites: Los Estados Freelai1d y el señor Jungwiert.
parte gozan de un amplio margen de apreciación para condicionar el dere-
cho de voto, pero corresponde al Tribunal resolver en última instancia a
propósito del respeto a las exigencias del Protocolo núm. l. Le corresponde
garantizar que aquellas condiciones no reducen el derecho hasta el punto
de afectar a su esencia propia, privándolo de eficacia, que persiguen un fin
legítimo y que los medios empleados no sean desproporcionados. En particu-
lar, esas condiciones no deben menoscabar «la libre expresión de la opinión
popular para la elección del cuerpo legislativo» (asunto Mathieu-Mohin et
Clerfayt, p. 23, ap. 52).
64. De entrada, el Tribunal precisa que la forma de elección del
cuerpo legislativo a través de la libre expresión de la voluntad popular -repre-
sentación proporcional, elección por mayoría u otra- es una cuestión sobre
la que cada Estado tiene un amplio margen de decisión, No obstante, en el
presente asunto la demandante, ·en su condición de residente en Gibraltar,
se ha visto privada de toda posibilidad de expresar su opinión sobre la elec-:
ción de los miembros del Parlamento Europeo. Su situación no es la.misma
que la de una persona que no puede participar en las elecciones por residir
fuera del lugar referido: dicha persona puede pasar por haber debilitado el
lazo existente entre ella y dicho lugar. En este caso, el Tribunal juzgó (apar-
tado 34 supra) que la legislación comunitaria forma parte del derecho de
Gibraltar y que la demandante sufre directamente sus efectos.
65. En estas condiciones, se ha atentado contra la esencia misma del
derecho de voto tal y como lo garantiza a la demandante el artículo 3 del
Protocolo núm. l.
Resulta de ello que hubo violación de esta disposición:
POR ESTOS MOTIVOS,. EL TRIBUNAL,
l. Declara, por quince votos contra dos, que hubo violación del artículo
3 del Protocolo núm. 1,
2. Declara, por unanimidad, que no se impone examinar la queja ba-
sada en el artículo 14 del Convenio en relación con el artículo 3 del Proto-
colo núm. 1,
[ ... ]

Hecha en francés y en inglés y pronunciada en audiencia pública en el


Palacio de los Derechos Humanos de Estrasburgo el 18 de febrero de 1999.

_l
¡
49. Asunto Hirst c. Rei.no Unido (núm. 2), de 6 de octubre de 2005
En el asunto Hirst contra Reino Unido,
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos, constituido en una Gran
Sala. compuesta por los siguientes Jueces: señores L. Wilclhaber, Presidente,
C. L. Rozakis, J. P. Costa, G. Bonello, L. Caflisch, P. Lorenzen, K. Traja, A.
Kovler, v: Zagrebdsky, S. E.Jebens,J. Sikuta, señoras F. Tulkens, N.Vajic, A.
Mularoni, L. Mijovic, D. Jociene, Sir Nicolas Bratza, así como el señor E.
Fribergh, .secretario adjunto, ·
Tras haber deliberado en privado los días 27 de abril y 29 de agosto de
2005,
Dicta la siguiente

SENTENCIA
[ ... ]
HECHOS

i
l. Circunstancias del caso
11. El demandante nació en 1950.
12. El 11 de febrero de 1980, el demandante se declaró culpable de
homicidio involuntario, calificación admitida por razones de responsabilidad
atenuada, ya que las pruebas médicas presentadas indicaban que el deman-
dante era un hombre con un grave trastorno de la personalidad que le con-
vertía en un amoral. Fue condenado a cadena perpetua discrecional.
l3.' El período punitivo del demandante (la parte de la sentencia rela-
tiva a la pena merecida y a la disuasión), expiró el 25 de junio de 1994. Su
detención continuada se basada en consideraciones relati\ras al riesgo y a la
peligrosidad, al considerar la Junta de Libertad Condicional que continuaba
presentando un riesgo de peligro grave para las personas.
14. El demandante, a quien el artículo 3 de la Ley de Representadón
del Pueblo de 1983 le impide votar en las elecciones al Parlamento o en las
elecciones locales, inició un procedimiento ante el· High Court en Virtud del
artículo 4 de la Ley de Derechos Humanos de 1998 solicitando una declara-
ción de que esta disposición era incompatible con el Convenio.
15. La demanda fue vista por el Divisional Court los días 21 y 22 de
marzo de 2001, junto con el recurso Contencioso-Administrativo de otros
1
.

'

758 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS XVI.-DERECHO A ELECCIONES LIBRES (ART. 3, PR 1) 759

dos internos, los señores Pearson y Feal-Martínez, que habían solicitado ser Malta[IO], Noruega[ll], Polonia[l2], Rumanía) el derecho de voto de.los
inscritos en el censo electoral, a lo que se había negado la Oficina Censal y presos puede estar limitado de alguna manera.
que también solicitaban una declaración de incompatibilidad.
34. Los otros elementos de los que dispone el Tribunal demuestran
17. Las reclamaciones del demandante fueron rechazadas al igual que que en Rumanía los presos·pueden estar privados del voto si la pena principal
las de los demás reclusos. . . . es superior a dos años de prisión, mientras que en Letonia los presos que
cumplan su pena en una penitenciaría no tienen derecho de voto. En cuanto
19. El 19 <:Ie mayo de 2001, el demandante presentó una solici,tud de
a Liechtenstein, los presos no tienen derecho de voto.
permiso para r~currir. El 7 de junio de 2001, su solicitud fue examinada por
Lord Simon Brown quien negó el penlliso por las mismas rai:ones qlJ.e Lord F) jURISPRUDENCIAAPLICABLE DE OTROS ESTADOS
Buxton en refación con las s<;>licitudes de los señores Pearson y Feal-Martínez.
La m.1,eva solici~d del demandante, junto con las nuevas solicitl.ides de Peá.- l.· Canadá
rson y de Feal-Mártínez, fue denegada el 18 de junio de 2001; tras un débate
oral, por Lord Simon Brown; rechazó asimismo las nuevas solicitudes de los 35. En 1992, el Tribunal Supremo de Canadá anuló por unanimidad
señores.Peárson y Feal-Maftínei. una disposición legislativa que prohibía a todos los presos votar (Sentencia
Sauvé contra Canadá [núm. l] [1992] 2 SCR 438). Se introdujeron enmien-
20. El 25 de mayo de 2004, el demandante fue puesto en libertad con- das para limitar la prohibición a los presos que cumpliesen una pena de dos
dicional. años o más. El Tribunal de apelación federal confirmó esta disposición. Sin
[ ... ] embargo, tras la decisión dictada por el Divisional Court, el Tribunal Su-
premo de Canadá, el 31 de octubre de 2002, falló en el asunto Sauvé contra
33. De acuerdo con el estudio realizado por el Gobierno, a partir
el Fiscal General de Canadá (núm. 2), pqr cinco votos contra cuatro, que el
de las informaciones aportadas por sus representaciones diplomáticas, en
artículo 51 (e) de la Ley Electoral de Canadá de 1985, que negaba el derecho
dieciocho países (Albania, Alemania, . Azerbayán, Croacia, Dinamarca, ex-
República yugoslava de Macedonia Finlandia, Islandia, Lituania, Moldavia, a voto de toda persona internada en una institución correccional cumpliendo
Montenegro, Países Bajos, Portugal, República Checa, Eslovenia, Suecia, una sentencia de dos o más años, era inconstitucional; esto es, incumplía los
Suiza, Ucrania) los presos están autorizados a votar sin· ninguna restricción; artículos 1 y 3 de la Carta Canadiense de Derechos y Libertades, que dispo-
en trece países (Armenia, Bélgica[!], Bulgaria, Chipre, Estonia, Georgia, nen: «l. La Carta Canadiense de Derechos y Libertades garantiza los dere-
Hungría, Irlanda, Reino Unido, Rusia,'· Serbia, Eslovaquia[2], Turquía) chos y las libertades establecidos en ella, sujetos únicamente a los límites
todos· los presos están condenados a la prohibición de votar o están razonables prescritos en la legislación en tanto puedan ser justificados en
ixnposibilitados para hacerlo, y en once países (Austria[3], Bosnia-Herzego- una sociedad libre y democrática».
vina[ 4], España[5], Francia[6], Grecia[7J, ltalia[8], Luxemburgo [9], «3. Todo ciudadano de Canadá tiene el derecho a votar en las eleccio-
·(I) La: pnvación· dél derétho de voi:o . (7). Las restricciones se aplican a los
nes a la Cámara de los Comunes o a una Asamblea Legislativa y a ser mieqi-
puede prolongarse hasta el fin de la deten- presos condenados a penas superiores a bro de ellas».
ción. diez. ajios; ~os condena??s a cadem1 ferpe-
(2) . No hay prohibición pero riada per- . tua son pnvados defin1ttvamente de dere- 36. En opinión delJuez señor McLachlin, expresándose en nombre de
mite a los presos votar. cho .de voto. Para las penas comprendidas la mayoría, el derecho al voto es fundamental para la democracia canadiense
(3) El derecho de voto se prohibe a los entre un año y diez, los tribunales pueden y para la preeininencia del derecho, y no puede suprimirse a la ligera. Las
presos condenados a. una pena de. más de limitar el d~recho de votó por un período
un ~o que hayan· obrado. de manera in- de uno a cinco años si el comportamiento restricciones a este derecho no exigen la ponderadón judicial, sino un exa-
tencionada. · · demuestra perversidad moral. men riguroso. Para la mayoría, el Gobierno no ha logrado delimitar los pro-
(4) Las restricciones al derecho de . (8) Los autores de delitos graves y los blemas específicos que requieren la privaciqn del derecho de voto y esta
voto se aplican· a los presos acusados de quebrados condenádos a una pena de medida no responde al criterio de la proporcionalidad, concretamente por-
graves violaciones del derecho internacio- cinco años o más pierden automáti.ca-
nal 9 inculpados por un tribunal interna- mente el derecho de voto, mientras que los
cional. autores .de infracciones menores excluidos (10) Los presos condenados por ción y de atentado a la seguridad nacio-
· (5) Salvo si el juez que fija la pena su- de la función públicá pierden, o no, el de- un delito grave pierden el derecho de ntl · .
prime expresamente el derecho de voto, lo recho de voto según la decisión del juez.. voto. (12) Los. presos condenados a una
que raras veces se produce. (9) Salvo si la supresión de derechos (11) El derecho de voto puede ser su- pena de tres años o más .cuando la infrac-
(6) Los presos pueden votar si eftribu- politicos forma par.te de la pena impuesta primido por un tribunal, aunque sea muy ción es «reprochable» (muy grave) pueden
nal les concede el derecho. por el juez. raro y puede limitarse a los casos de trai~ ser privados del derecho de voto.

_L
XVI.-DERECHO A ELECCIONES LIBRES (ART. 3, PR i¡ 761
760 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS

que el Gobierno no ha llegado a· establecer un vínculo racional entre la de voto de ciertas categorías de reclusos. Si bien la Constitución no contenía
privación del derecho de voto y los objetivos que ésta persigue. ninguna disposición de este tipo, reconocía que era posible instaurar restric-
ciones al ejercicio de los derechos fundamentales, a condición de que éstas
Respecto al primer objetivo -intensificar la conciencia cívica y el respeto fuesen particularmente razonables y justificables. La cuestión de si la legisla-
del estado de derecho- el hecho de privar del derecho de voto a las personas ción que impone la prohibición a los reclusos estaba justificada en virtud de
que cumplen pena en una penitenciaría corre el riesgo de comprometer el la Constitución no había sido planteada en el procedimiento y el tt1bunal
respeto del estado de derecho y· de la democracia en lugar de preconizar señaló que no debía interpretarse que su Sentencia impedía al Parlamento
estos valores. La legitimidad de la Ley y la obligación de observarla se des- de privar a ciertas categorías de reclusos del derecho de voto. En ausencia
prenden directamente del derecho de cada ciudadano a votar. Negar a los de tal legislación, los reclusos disponían del derecho constitucional de votar
reclusos el derecho al voto es perder un medio importante de enseñarles y ni la Junta electoral ni el Tribunal Constitucional mism_o tenían el poder
valores democráticos y responsabilidad social, es contrario a los principios de de privarles de éste. Concluyó que la Junta estaba obligada a adoptar unas
no exclusión, igualdad y participación del ciudadano e incompatible con el medidas razonables al objeto de permitir votar a los reclusos.
respeto de la dignidad humana, núcleo de Ja democracia canadiense y de la
Carta. FUNDAMENTOS DE DERECHO
Con respecto al segundo objetivo de imponer el castigo apropiado, el
Gobierno no ofrece una teoría creíble sobre por qué debería permitírsele l. Sobre la vulneración del artículo 3 del Protocolo núm. 1 al
negar un derecho' democrático fundamental como una forma de castigo por Convenio
parte del Estado. Negar el derecho al voto no cumple los requisitos del cas-
tigo legítimo, ya que es arbitrario -no se ajusta a las acciones y a la situación 1. PRINCIPIOS GENERALES ·
particular del infractor y tiene poto que ver con el delito cometido por éste- 57. A la vista de los trabajos preparatorios del artículo 3 del Protocolo
y no persigue un propósito penal legítimo, ya que ni la historia ni el sentido núm. 1 y de la interpretación que se le ha dado en el conjunto del Convenio,
común apoyan la alegación de que el desposeer del derecho al voto disuada el Tribunal ha establecido_que garantiza derechos subjetivos como el derecho
del delito o rehabilite a los delincuentes. · de voto y el de presentarse como candidato a las elecciones (Mathieu-Mohin
2. Sudáfrica y Clerfayt c. Bélgica, sentencia de 2 de marzo de 1987, serie A núm. 113, pgs.
22-23, aps. 46-51). De hecho, hemos considerado que esta dicción, única en
· 38. El 1 de abril de 1_999, en el asunto August y otro contra Junta su genero, se explica por la voluntad de otorgar un plus de solemnidad al
electoral y otros (CCT8/99:1999 [3] SA 1), el Tribunal Constitucional de compromiso asumido por los Estados parte y de destacar que se trata de un
Sudáfrica examinó el recurso que unos reclusos habían presentado para obte- ámbito en el que tienen la obligación de adoptar medidas positivas en lugar
ner una declaración y una resolución que obligase a la Junta electoral a de limitarse a abstenerse de cualquier ingerencia ( ibidem, § 50).
. . .
adoptar unas medidas que les permitiesen, así como a los demás· reclusos,
inscribirse en las listas electorales y votar durante su estancia en prisión. El 58. El Tribunal ha recordado en diversas ocasionen la importancia de
Tribunal Constitucional señaló que en la Constitución sudafricana el dere- los principios democráticos que sustentan la interpre_tación y aplic~ción del
cho d~ todo ciudadano adulto a participar en las elecciones legislativas se Convenio (véase, entre otras, Partido comunista unificado de Turqma y otros
enunciaba de manera absoluta, subrayando la importancia de este derecho: c. Turquía, sentencia de 30 de enero de 1998, ap. 45) ,. y aprovecha la ocasión
«La universalidad del derecho de voto es importante no sólo para la nación para subrayar que los derechos garantizados por el artículo 3 del Protocolo
y la democracia. El hecho de que todos los ciudadanos sin excepción gocen núm. 1 son cruciales para el establecimiento y la conservación de los funda-
del derecho de voto es un signo de reconocimiento de la dignidad y de la mentos de una democracia auténtica regida por el Estado de derecho.
importancia de la persona. En mi sentido literal significa que· toda persona 59. Como pone de manifiesto el deman~ante, el derecho de voto po
es importante». es un privilegio. En el siglo XXI, en un Estado democrático, la presunción
39. El Tribunal Constitucional consideró que, por su propia natura- juega en favor del goce de este derecho por el mayor número de personas,
lez~, el_derec~o d~ voto implica unas obligaciones positivas para los poderes como ilustra, por ejemplo, la historia parlamentaria del Reino Unido o de
leg¡slaavo y ejecuavo y. que la Ley electoral debería interpretarse de forma otros países en los que este derecho se ha ido extendiendo de manera pro-
que se diese eficacia a las declaraciones, garantías y responsabilidades consti- gresiva, con el correr de los siglos, a personas distintas a los individuos ~legi­
tucionales. Señaló que muchas sociedades democráticas limitaban el derecho dos, grupos elitistas o sectores de la población que contaban con la vema del
~!
i
762 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
XVI.-DERECHO A ELECCIONES LIBRES (ART. 3, PR i) 763
poder establecido. El sufragio universal será en lo sucesivo el principio de 64. En el pasado, diversas restricciones. que afectaban a determinadas
referencia (Mathieu-Mohin [... ], ap. 51, que cita X c. República Federal de personas condenadas fueron admitidas por la jurisprudencia de los órganos
Alemania núm. 2728/66, decisión de la Comisión de 6 de octubre de 1967, del Convenio.
Anuario del Convenio, vol. 10, pg. 339).
[ ... ]
60. No obstante, los derechos consagrados por el artículo 3 del Proto-
colo núm. 1 no son absolutos. Caben limitaciones implícitas y los Estados 68. El Tribunal precisa que es la primera oc~~ió:r;i en
la que debe exami-
parte deben gozar de un margen de apreciación en esta materia. nar una privación general y automática del derecho de voto Para
los preso~.
. 61. La amplitud de este margen ha suscitado un amplio debate. El 69. En lo. que respecta al presente caso, el Tribunal destaca, en primer
Tnbunal reafirma que el margen de apreciación en este ámbito es amplio término, que los presos, en general, siguen disfrutando de todos los derechos
(Mathieu-Mohin [ ... ], § 52 y, más recientemente, Matthews c. Reino Unido y·libertades fundamentales garantizados por el Convenio, con la excepción
[GC], núm. 24833/94, ap. 63, Labita c. Italia [GC], núm. 26772/95, § 201, y del derecho a la libertad, puesto que una privación regular entra expresa-
Podkolzina c. Letonia, núm. 46726/99, ap. 33). Existen formas tan variadas mente en: el campo de aplicación del artículo 5 del Convenio; Por ejemplo,
de organizar y hacer funcionar los sistemas electorales y tal cantidad de dife- los presos no pueden ser sometidos a malos _tratos o a penas y condiciones
rencias en Europa dependiendo de la evolución histórica, la diversidad cultu- inhumanas o degradantes, prohibida.S por el artículo 3 del Convenio (véanse,
ral y el ideario político, que corresponde a cada Estado parte incorporar su entre otras, Kalachnikov c. Rusia, núm. 47095/99, Van der Ven c. Países
propia visión de la democracia. _ Bajos, núm. 50901/99); siguen disfrutando del derecho al respeto a la.vida
familiar (Poski c. Polonia, núm. 26761/95, de 12 de noviembre de 2002, X
62. No obstante, corresponde al Tribunal decidir en última instancia c. Reino Unido, núm. 9054/80, decisión de la Comisión de 8 octubre de
sobre el cumplimiento de las exigencias del artículo 3 del Protocolo núm. l. 1982, DR 30, p. 113), del derecho a la libertad de expresión (Yankov c.
El Tribunal garantiza que las eventuales restricciones no menoscabarán los Bulgaria, núm. 39084/97, aps. 126-145 [extractos], T. c. Reino Unido, núm.
derechos en aspectos esenciales, privándoles de su contenido y eficacia; que 8231/78, informe de la Comisión, de 12 de octubre de 1983, DR 49, p. 5,
responderán a un fin legítimo y que los medios empleados no resultarán aps. 44-84), del derecho a la práctica de su religión (Poltoratski c. Ucrania,
desproporcionados (Mathieu-Mohin y Clerfayt c. Bélgica [ ... ], § 52). En parti- núm. 38812/97, aps. 167-171), del derecho al acceso efectivo a un abogado
c~lar, ninguna de las condiciones impuestas pueden afectar a la libre expre- o a un tribunal a los efectos del-artículo 6 (Campbell y Fell c. Reino Unido,
sion del pueblo para la elección del poder legislativo; dicho de otra manera, de 28 de junio de 1984, serie A núm. 80, Golder c. Reino Unido, de 21 de
d~ben reflejar, y ~~ ~ontravenir, la integridad y efectividad de un procedi- febrero de 1975, serie A núm. 18); del derecho al respeto de la correspon-
mi~nto electoral dmgido ª.expresar la voluntad popular a través del sufragio dencia (Silver y otros c. Reino Unido, de 25 de marzo de 1983, serie A núm.
umversal. Se puede, p<:>r ejemplo, fijar una edad mínima para asegurar que 61) y del derecho a contraer matrimonio (Hamer c. Reino Unido, núm.
las personas que participen en el proceso electoral sean suficientemente ma- 7114/75, informe de la Comisión, de 13 de diciembre de 1979, DR 24, p. 5,
duras o i~ch~so, en determinadas circunstancias, la elegibilidad puede some- Draper c. Reino Unido, núm. 8186/78, informe de la Comisión, de 10 de
terse a entenas tales como la residencia para acreditar que las personas que julio de 1980, DR 24, p. 72). Cualquier restricción a estos derechos debe
se presenten tengan relaciones suficientemente estrechas o continuadas con estar justificada, aun cuando tal justificación se base en consideraciones de
el país en cuestión o abriguen un interés al respecto (Hilbe c. Liechtenstein seguridad, sobre todo en la prevención del delito y el mantenimiento del
núm. 31981/96, Melnitchenko c. Ucrania, núm. 17707/02, ap. 56). Cual- orden, que se derivan inevitablemente de las circunstancias del encarcela-
quier limitación al principio de sufragio universal corre el riesgo de socavar miento (véase, por ejemplo, el asunto Silver y otros citado, aps. 99-105, en el
la legitimidad democráti~a del pode: }egislativo así elegido y de las leyes que que las restricciones generales al derecho de los presós a su correspondencia ·
apruebe. En consecuencia~ la exclusion de cualesquiera grupos o categorías fueron juzgada.S contrarias al artículo 8, pero en el qu~ la inter.ceptaci?n d~
de población debe conciliarse con los principios que sustenta el artículo 3 determinadas cartas que contenían amenazas y otras infonnaciones discutI-
del Protocolo núm. l (véase, mutatis mutandis, Aziz c. Chipre, núm. 69949/ bles se consideró justificada para la prevención de delitos y el mantenimiento
01, ap. 28, CEDH 2004-V). · ·
del orden). - ·
2. Los PRESOS 70. No se trata, pues, únicamente de la cuestión de que el preso sea
privado de los derechos garantizados por el Convenio por el mero hecho de
63. El presente caso trae a la luz la cuestión del derech~ de voto d~
los presos que cumplen su condena. · que esté encarcelado a consecuencia de una ~ondena. No hay 11:1-~ar en el
sistema del Convenio, que reconoce la tolerancia y apertura de espintu como
764 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
XVI.-DERECHO A ELECCIONES LIBRES (ART. 3, PR 1) 765
las características de una sociedad democrática, para la privación automática un privilegio y no un derecho, el Tribunal admite que el artículo 3 de la ley
del derecho de voto basándose únicamente en que podría contrariar a la de 1983 permite refrendar los fines indicados por el Gobierno. Recordemos
opinión pública. que la Cámara expresó sus reservas sobre la validez de estos fines y citó al
71. Esta norma de tolerancia no impide a una sociedad democrática respecto la opinión expresada por la mayoría de los jueces del Tribunal S~­
adoptar medidas para,protegerse contra ac.tividades_dirigidas a desti:uir los premo de Canadá en el asunto Sauvé núm. 2 (parágrafos 44-47 de la sentencia
derechos y libertades incluidos en el Convenio. El artículo 3 del Protocolo de la Cámara). No obstante, y a pesar de las dudas que pueda haber sobre
núm. 1, que reconoce la capacidad del individuo para influir en la coinpósi- la eficacia del recurso a la prohibición de votar para conseguir esos fines, el
ción del poder legislativo, no excluye que se impongan restricciones a los Tribunal no encuentra en la circunstancias de la causa razones para excluir
derechos electorales de la persona que, por ejemplo, ha cometido graves estos fines como indefendibles o incompatibles en sí con el derecho garanti-
abusos en el ejercicio de funciones públicas o cuyo comportamiento amenaza zado por el artículo 3 del Protocolo núm. l.
con socavar el Estado de derecho o los fundamentos de la democracia (véase,
por ejemplo, núm. 6573/74, decisión citada y, mutatis mutandis, Glimmerveen b) Proporcionalidad
y Hagenbeek c. Países Bajos, demandas núms. 8348/78 y 8406/78, decisión 77. El Gobierno sostiene que la medida es proporcionada; pone de
de la Comisión de 11 de octubre de 1979, donde la Comisión declaró inadmi- manifiesto que no afecta más que a 48.000 presos y no a 70.000 como señaló
sibles dos demandas relativas al recházo a permitir a los demandantes diri- en su sentencia la Sala, que se olvidó de descontar las personas en prisión
gentes de una organización prohibida por defender ·el racismo y la xenofo- provisional, dispensadas dé la prohibición y que, en realidad, se ha aplic~do
bia, presentarse a las elecciones). No obstante, no se pueden adoptar a la poco, pues no afecta más que a las personas consideradas culpables ?e ~elitos
ligera medidas rigurosas como la privación del derecho de voto; por el con- suficientemente graves como para ser condenadas a una pena pnvativa de
trario, el principio de proporcionalidad exige que exista una relación discer- libertad y no a aquellas en situación de prisión provisional o encarceladas
nible y suficiente entre la sanción y el comportamiento, así como' con la por desacato a la autoridad judici~ o por no ha~er pa~ado sus_ ~éudas ... ~?
situación de la persona afectada. El Tribunal toma nota, a este respecto, de primer lugar, el Tribunal no considera que la diferencia numenca mencio-
la recomendación de la Comisión de Venecia según la cual la supresión de nada sea decisiva; se trata en todo caso de un número elevado y no se puede
derechos políticos debe ser acordada por un tribunal en una decisión especí- afirmar que la prohibición cuestionada produzca un efecto desdeñable; en
fica. Como en otros contextos, un tribunal independiente que aplique un segundo lugar, si es cierto que determinadas categorías de preS()S escapan a
procedimiento contradictorio ofrece una sólida garantía contra la arbitrarie- esta prohibición, ésta afecta a un gran número de personas encarceladas y
dad. por todo tipo de penas de prisión, desde un día a cadena perpetua,} de
[ ... ] infracciones, desde actos relativamente leves a los más graves. Ademas, el
Tribunal señala que incluso los autores de delitos.suficie11tement~ grá.~es que
73. El Tribunal debe dilucidar si la medida cuestionada persigue un entrañan una pena de prisión firme no son privados d.el derech.~ de. vo~o
fin legítimo y reviste un carácter proporcional a la vista de los principios salvo que el juez decida imponer tal pena y no otra forma de sancion, c:imo
antes definidos. · una pena en interés de la comunidad. A este respecto, se puede senalar
que, cuando pronuncian su senteneia coi:idenatoria,_ los __~bunales penales
a) Fin legítimo de Inglaterra y del País de Gales no mencionan la pnvacion del derecho de
voto y no parece, más allá de que un tribunal considere ad~cuado imponer
74. El Tribunal recuerda que, a diferencia de otras disposiciones del
una pena privativa de libertad, que exista una relación directa entre los actos
Convenio, el artículo 3 del Protocolo núm. 1 no precisa ni limita los.fines
cometidos por un individuo y la privación del derecho de voto qu~ se le
que debe cumplir una restricción, por lo que serían compatibles con él una
impone.
gran variedad de ellos (véase, por ejemplo, Podkolzina [ ... ], ap. 34). El Go-
bierno argumenta que la medida en cuestión tiene como fines prevenir el [ ... ]
delito, ya que sanciona el comportamiento de los condenados, así como el
de reforzar el sentido cívico y el respeto al Estado de derecho. 81. Por lo que respecta a la existencia, o no, de consenso entre los
Estados parte, el Tribunal considera que, si bien .existe cierto desacuerdo
75. Aun rechazando la idea de que el encarcelamiento consiguient_e a sobre la situación legal en algunos Estados, el Reino Unido no es, indudable-
una condena entrañe la inhabilitación para el ejercicio de derechos distintos mente, el único que priva a todos los presos del derecho de voto. Se puede,
al derecho a la libertad y, en particular, la afirmación según la cual votar. es incluso, decir que la ley británica tiene un alcance menor que la de otros
XVI.-DERECHO A ELECCIONES LIBRES (ART. 3, PR 1) 767
766 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS

3º Declara, por unanimidad, que no se plantea ninguna cuestión dis-


Estados: además de las excepciones previstas para los condenados a pena de
tinta en el terreno del artículo 10 del Convenio;
prisión por desacato a la autoridad judicial o impago de una multa; a diferen-
cia de lo que sucede en otros países la incapacidad legal para votar desapa- 4º Declara, por unanimidad, que la constatación de violación constituye
rece desde que la persona sale de prisión. Solo una minoría de Estados parte en sí misma una indemnización justa suficiente en concepto del daño moral
privan totalmente del derecho de voto a los presos y no prevén disposición sufrido por el demandante;
alguna para permitirles votar. Incluso, según las propias cifras del Gobierno,
el número de Estados en esa situación no exéede de trece. Sea como fuere, [ ... ]
el hecho de que no se pueda percibir una aproximación europea común en Hecha en francés y en inglés, leída en audiencfa pública en el Palacio
la materia no es determinante para la cuestión a resolver.. de los Derechos Humanos, en Estrasburgo, el 6 de octubre de 2005. Firmado:
82. El Tribunal confirma que, si el margen de apreciación es amplio, Luúus Wildhaber, Presidente; Eric Fribergh, Secretario adjunto.
no es ilimitado. Por añadidura, si bien la situación ha mejorado µn poco con Se adjuntan a la presente sentencia, conforme a los artículos 45.2 del
la Ley de 2000, que ha reconocido por vez primera el derecho de voto para Convenio y 74.2 del Reglamento del Tribunal, las siguientes opiniones:
las personas en prisión provisional, el artículo 3 de la Ley de 1983 mantiene
un instrumento, que, sin excepción, priva del derecho de votO, garantizado - Opinión concordante del señor Caflisch;
por el Convenio, a gran número de personas y. de manera indiferenciada. - Opinión concordante común de la señora Tulkens y del señor Zagre~
Esta disposición inflige une restricción global a todos los presos que cumplan belsky;
su pena y se les aplica automáticamente, cualquiera que sea la duración de su
condena e independientemente de la naturaleza y gravedad de la infraq:ión - Opinión disidente común de los señores Wildhaber, Costa, Lorenzen,
cometida y de su situación personal: Es obligado considerar que tal restric- Kovler y Jebens;
ción general, automática e indiferenciada, a un derecho consagrado por el - Opinión disidente del señor Costa.
Convenio y que reviste una importancia crucial, sobrepasa el margen de apre~
ciación aceptable, por amplio que sea, y es incompatible con el artíc11lo 3
del Protocolo núm. l.
84. En un asunto como éste, donde los Estados parte han adbptado
fórmulas diferentes para tratar la cuestión del derecho de voto de los presos,
el Tribunal debe limitarse a determinar si la restricción aplicable a todos_los
presos que cumplan su condena sobrepasa un margen de apreciación acepta;.
ble y permitir al legislador elegir los medios pata garantizar les derechos
enunciados en el artículo 3 del Protocolo núm. 1 (véanse, por ejemplo, los
asuntos relativos a los procedimientos que rigen el mantenimiento en prisión
de los presos condenados a cadena perpetua, que demuestran que la juris-
prudencia del Tribunal y la_ legislación interna han. evolucionado progresiva-
mente: Thynne, Wilson y Gunnell c. Reino Unido, sentencia de 25 de octubre
de 1990, serie A núm. 190-A, Sin:gh c. Reino Unido,. sentencia de 21 de fe-
brero de 1996, Stafford c. Reino Unido [GC], núm. 46295/99). -
85. El Tribunal concluye que ha habido violación ·del artículo 3 del
Protocolo núm. 1 del Convenio;
POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL
1º Declara, por do.ce votos contra cinco que ha habido Violación. <;).el
artículo 3 del Protocolo núm. 1 del Convenio; ·
2º Declara, por unanimidad, que no se plantea ninguna cuestión dis-
tinta en el terreno del artículo 14 del Convenio;
50. Asunto Selim Sadak y otros c. Turquía, d:e 11 de jl.Wo de 2002
En el asunto Selim Sadak y otros contra Turquía,
El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (Sección Cu~~) cons.ti~
tuido en una Sala comp1,1esta por los siguientes Jueces: Sir Nicolas Bratz~
Presidente, M. Pellonpkft,_ A Pastor Ridruejo, J. Makarczyk, R Türmen, S.
Pavlovschi, señora V., Stráznická, así como por el señor M. O'Boyle, Secreta-
rio de Sección.
Tras haber· deliberado en privado el 21 de mayo de 2002.
Dicta la siguiente
SENTENCIA

[ ... ]
HECHOS

11. Los demandantes nacidos, respectivamente, en 1954, 1961, 1955,


1957, 1955, 1942, 1951, 1956, 1946, 1961, 1959, 1948 y 1961, son ciudadanos
turcos. Eran diputados de la Gran Asamblea nacional turca y miembros del
partido político DEP (Partido de la Democracia -Demokrasi Partisi-..,) di-
suelto por el Tribunal Constitucional el 16 de junio de 1994.
12. El DEP fue fundado el 7 de mayo de 1993 y ese mismo día presentó
la correspondiente declaración ante el Ministerio del Interior.
13. El 2 de noviembre de 1993, el Fiscal General de la República del
Tribunal de Casación solicitó al Tribunal Constitucional la disolución del
DEP. En su demanda reprochaba al DEP haber yulnierado los principios de
la Constitución y los de la Ley de partidos políticos. Consideraba que las
declaraciones de distintos miembros 4el comité central del DEP, así como,, ·1·'
las de su antiguo presidente, efectuadas en reuniones celebradás e~ el extran-
jero (en Erbil, Irak y en Bonn, Alemania) vulneraban la illtegridaddel Estado
y la uni~ad de la nación.
14. El l de marzo de 1994, el Tribunal Constitucional decidió de oficio
admitir las alegaciones orales de algunos interesados. De esta forma escuchó,
el 22 de marzo ·de 1994, al demandante Kartal como vicepresidente del DEP
y al señor Kaplan,, c:;o~o abogado del partido.
15. Tras las solicitudes presentadas en varias ocasiones por el Fiscal de
la República del Tribunal de Seguridad del Estado de Ankara, la Gran Asam-

_L
1
770 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
XVI.-DERECHO A ELECCIONES UBRES (ART. 3, PR i) 771
blea nacional concedió el 2 de marzo de 1994 el levantamiento de la inmuni- bido a que no habían vulnerado el artículo 8 de la Ley relativa a la lucha
dad parlamentaria de algunos diputados pertenecientes al DEP, incluida la antiterrorista. El Tribunal confirmó la condena de los demás demandantes.
de. los demandantes.

16. Ese mismo día, los demandantes Diéle y Dogan.fueroh :in-estados FUNDAMENTOS DE DERECHO
a la salida del Parlamento y puestos bajo detención preventiva. El 4 de marzo
de 1994 sucedió lo mismo con los demandantes Sakik, Türk y Zana, La deten- l. Sobre la violación -del artículo 3 del Protocolo núm.· 1 del Convenio
eión de los demandantes Yurttas y Sadak, que habíáll pemianecido· é:t;i el
interior del edificio de la Asamblea nacional, fue impedida por el Prdidente [.,.] . -

~e la Asamblea debido a que seguían conservando su título de- parlarilenta-'


nos. - 31. El Tribunal recue~da que el artículo 3 del Protocolo núm; l implica
derechos subjetivos: el derecho al voto y el de presentarse c~didato a las
17. El 16 de junio de 1994, el Tribunal Constitucional ordenó la disolu- elecciones. Por importan.tes que sean, (:!stos d,erechos .no son, ·sin embargo,
ción del DEP debido a que éste había vulnerado la integridad territorial del absolutos. Como rec.onoce el artículo 3 sin enunciarla¡> de manera expr~sa y
Estado y la unidad de la nación. . menos aú.I). defuiirlas, queda sitio para lá.s «limitaciones implícitas~~: En sus
- respectivos órdenes jurídicos, loi> Estados contratantes limitan los clerechos
18. El Tribunal Constitucional acordó, asimismo, la extinción del man- al voto y a la elegibilidad. a condiciones a las que el artículo 3 no pone ~n
dato parlamentario de todos los demandantes como medida accesoria. Dicha principio obstáculo. Gozan en la materia de un ampJio margen de aprecia-
medida no fue aplicada a cuatro diputados que recientemente habían aban- ción, pero corresponde al Tribunal resolver en última instancia sobre el cum-
donado el partido. plimiento de las exigencias del Protocolo núm. l; deberá asegurarse· de que
dichas condiciones no limitan los derechos en cuestión hasta el punto de
19. Ese mismo día, los demandantes Togu{:, Günes, Kilinc, Yigit y Kar- vulnerarlos en su sustancia misma y de privarlos de su eficacia, de que persi-
tal, temiendo el procedimiento penal entablado en su contra, partieron al guen un fin legítimo y de que los me~os empleados· no son d_esJ?roporcion~,.
extranjero (a Bruselas). dos (ver las Sentencias Mathieu-Mohin y Clerfayt contra Belgrca, de 2 de
marzo de 1987, ap. 52; Gitanas y otros contra Grecia, de 1 de julio de 199_7,
20. El 1 de julio de 1994, los demandantes Sadak y Yurttas, acompaña-
ap: 39; Ahmed y otros contra Reino Unido, de 2 de septiembre de 1998, ap.
dos de su abogado, se presentaron en la Fiscalía y fueron puestos bajo deten~
ción preventiva. 75, y Labita contra halia:). - . · _- - ; _ . . .;
32. ElTribunal señala, además, que el artículo 3 del Protocolo núm. 1
21. El 21 de julio de 1994, el Fiscal general presentó requisitorias en consagra un principio característico d~ un régimen políti~o verd~deramen~e
las que acusaba a los demandantes de separatismo y de vulnerar la integridad democrático, por lo que tiene en el sistema del Convemo una importancia
del Estado, crímenes castigados con la pena capital en términos del artículo capital (ver la sentencia Mathieu-Mohin y Clerfayt previ~ente citad~, pg.
125 del Código Penal. ---- · -·
22, ap. 47)_. En cuanto a los vínculos entre la de~ocracia Y.el C?nv~mo;.el
22. El Tribunal'deSeguridad del Estado de Ankara dictó Sentencia'd Tribunal pace las observaciones siguientes (ver,_ entre otras, las Sente~cias
8 de didembre de 1994. Áplicando él artículo 8 de la Ley núm. 3713 relativa Partido Comunista Unificad,o de Turquía, de 30. dé enero de 1998, ap. 45 y
a la lucha contra el terrorismo, condenó al demandante Sakik a tres años de Yazar y otros coni:ra Turquía, 9 de abrilclé 2002,,aps. 47-48): - - __ , _
reclusión p<:)ipropaganda separatista; a los demandantes Türk, Dicle, Dogan, «La democracia representa sin duda algiina un elemento·furtdainental
Sadak y Zana· les impuso, en virtud del artículo 168 del- Código Penal, una del «orden público europeo» [ ... ]. Ello se· desprende en primer lugar·del
pena de quince años de prisión por pertenencia a barida armada. El tribunal préámbulo del Convenio que establece un vínculo muy claro entre el Conve-
condenó al demandante Yurttas a siete años y medio de reclusión por ayuda nio y la democracia declarando que la protección y el desarrollo dé los dere-
y apoyo a banda armada, delito castigado con el artículo 199 del Código chos humanos y de las libertades fundamental~s r~p~s~, de una Parte, en
penal. un régimen político v~rdaderaip.ente d~mocrátic~:y;-deotra, en un~ conc~ep­
ción y úri respeto .corrwnes de los derechos humanos [,.J ·,_El propio pre~~
23. Por medio de un recurso de los interesados y del Fisca.I. general, el
bulo enunda a continuación que los Estados éüropeo~ pos~en un Pªtr1~omq
Tribunal de. Casación anuló el 26 de octubre de:.1995 la condena de los
demandantesTürk yYurttas y ordenó su puesta en libertad provisional de-
¡ común de ideales y tradiciones políticas, de respeto a fa libertad y de preemi~
nencia del Derecho [; .. ]; en varias ocasiones ha recordado que éste está ·desti-

J
772 LAS SENTENCIAS BÁSICAS DEL TRIBUNAL EUROPEO DE DERECHOS HUMANOS
1 XVI.-DERECHO A ELECCIONES UBRES (ART. 3, PR 1) 773

nado a proteger y promover los ideales y los valores de una sociedad demo- das son también elementos a tener en cuenta cuando se trata de valorar su
crática [... ] ». proporcionalidad (ver, por ejemplo, Sürek contra Turquía, núm. 1, ap. 64).

33. Por otro lado, el Tribunal considera, al igual que la Comisión, que 40. Teniendo en cuenta lo que antecede, el Tribunal concluye que la
esta disposición garantiza el derecho de todo individuo a presentarse como sanción impuesta a los demandantes por el Tribunal Consti~cional no es
candidato en las elecciones y, una vez elegido, a· ejercer su mandato (ver proporcional al fin legítimo perseguid~ invo~a~~ por el ~b1erno: Por lo
1 tanto, el Tribunal considera que la medida enJmc1ada era mcompattble con
Ganchev' contra Bulgaria, demanda núm. 28858/1995, dedsión de la:Comi-
sión de 25 de noviembre de 1996, Decisiones e informes 87, pg.130; Gaude- . la sustancia misma del derecho a ser elegidos y a ejercer su mandato, recono-
lier contra Eslovaquia, demanda núm. 36909/1997, informe de la Comisión cido a los demandantes por el artículo 3 del Protocolo núm. 1 y que vulneró
de 10 de septiembre de 1999, ap. 41). el poder soberano del electorado que les eligió diputados.

34. El Tribunal ya dictaminó que «la libertac;l de expresión, ptecios~ · De ello se deduce que el artículo 3 del Protocolo núm .. 1 del Convenio
para cada persona, Jó ·esparticularniente para un elegido del pueblo; él re- fue violado en este caso.
presenta a sus ele_ctótes, ·señala_ sus preocupaciones y defiende sus inte'reses. POR ESTOS MOTIVOS, EL TRIBUNAL, POR UNANIMIDAD,
Por lo tanto~ la.S irijeréncias en la libert~.d de expresión dé un parlamentario
de la oposición, eXigen que el Tribunal lleve a cabo un control más estricto;; l. Declara que hubo violación del artículo 3 del Protocolo;
(ver Sentencia Castells contra_ España,'~e 23 de abril de 1992, ap. 42). 2. Declara que no procede examinar si hubo violación de los artículos
35. Aun suponiendo .que·la medida enjuiciada persiguiera uno o más 7, 9, 10, 11y14 del Convenio;
fines legítimos, como alega el Gobierno, el Tribunal considera que no era 3. Declara que no procede examinar si hubo violación del artículo 1
proporcionada a los motivos que se indican a continuación. del Protocolo núm. l;
. 36•. Ei:i est~ CasO hay que señ.alár, en primer,_ l~gar que los"'.moti~~s [ ... ]
mvocados por ~I Tri~~al Constjtuciomil en su Sentencia de 16 de junio d~
199~ s.obre la disoluc10n del DEP aluden a los discursos pronunciados en ~I
Hecha en francés y notificada por escrito el 11 ~e junio ?e 2002, c_on-
extranjero por el antiguo presidente del partido así _como a la dedaración forme a los artículos 77.2 y 77.3 del Reglamento del Tnbunal. Firmado: Nico-
P?r es_c~tó de su c·ómité central. Tras esta medida, y .en aplicación de las las Bratza, Presidente; Michael O'Boyle, Secretario.
dispos1c1ones de la Ley sobre partidos políticos y del artículo 84.3 de la Cons-
titución, que in.stauraba a la sazón_ ~ sistema de extinción automática del
mandato parlamentario, los demandantes, miembros diputados del DEP, fue-
ron desposeídos de sus funciones parlamentarias. · . •
_37 ... Para .apre~iai- lc;t · propo;d6n'ándad de dicha medida, ·el .Tribunal
consid_efa importante señal.ar que tras la ·em:riierida constituciorial aI artíc~lo
84.5 de la Constitución; lliiicameilte finaliZaba ·el mandato del diputád.ó cu-
yos actos y palabras hubieran llevado· cónsigo, segiJ.n la sente;!nda del Tnbunal
Constitucional, la disolución del partido (ver e1·artículo 84.3 'de la Constitu-
ción vigente en la época de lqsJ~,echps). En este caso, la extinción del man-
dato parlamentario de los demandantes es la consecuencia de la disolución
del partido polític9 al que pertenecían y es independiente de sus actividades
políticas a título personal. . ,_ . , . ·.· __ ·.
3S. <El Tribunal ~eñal~ la severidad extrema: de ~lk medida enjuiciada:
el DEP fue disuelto· cém efecto inmediato y 'definl.tivo _y a los demandante~;
miembros diputados del partido, se les prohibió el ejercicio de sus actividades
políticas y no pudieron continuar ejerciendo su mandato. · - · · . ·~
39.· El Tribunal considera que la naturaleza y la gravedad:de lasinjeren-

l
11

ÍNDICE DE SENTENCIAS· CITADAS


ORDENADAS POR ARTÍCULOS DEL CONVENIO
.1

ARTÍCULO 2
Aridonicou y Constantinou c. Chipre, de 9 de octubre de 1997
Calvelli y Coglio c. Italia, de 17 de enero de 2002
Evans c. Reino Unido, de 7 de marzo de 2006
Gule{: c. Turquía, de 27 de julio de 1998
Keenan c. Reino Unido, de 3 de abril de 2001
Kelly y otros c. Reino unido, de 4 de mayo de 2001
Kili{: c. Turquía, de 28 de marzo de 2000
Mahmut Kaya c. Turquía, de 28 de marzo de 2000
Makaratzis c. Grecia, de 20 de diciembre de 2004
Mastromatteo c. Italia, de 24 de octubre de 2002
McCann c. Reino Unido, de 27 de septiembre de 1995
Nachova y otros c. Bulgaria, de 6 de julio de 2005
Ó{:alan c. Turquía, de 12 de mayo de 2005
Óneryildiz c. Turquía, de 30 de noviembre de 2004
Osman c. Reino Unido, de 28 de octubre de 1998
Paul y Audrey Edwards c. Reino Unido, de 14 de marzo e 2002
Pretty c. Reino Unido, de 29 de abril de 2002
Streletz, Kessler y Krenz c. Alemania, de 22 de marzo de 2001
·-
Velikova c. Bulgaria, de 18 de mayo de 2000
Vo c. Francia, de 8 julio de 2004

ARTÍCULO 3
A c. Reino Unido, de 23 de septiembre de 1998

l

1
)
·~
776 ÍNDICE DE SENfENCIAS CITADAS ORDENADAS POR ARTÍCULOS DEL CONVENIO ÍNDICE DE SENTENCIAS CITADAS ORDENADAS POR ARTÍCULOS DEL CONVENIO 777

Algür c. Turquía, de 22 de octubre de 2002 Tyrer c. Reino Unido, de 25 de abril de 1978


Assenov y otros c. Bulgaria, de 28 de octubre de 1998
ARTÍCUL04
ºBati y otros c. Turquía, de 3_de junio de 2004
Crespo Azorín c. España, de 17 de mayo de 1990
Bilgin c. Turquía, de 16 de noviembre de 2000
De Wtlde, Ooms y Versyp c. Bélgi~a, d~ 18 d~ junio de 1971
<,;:ak.ici c. Turquía, de 8 de julio de 1999
Hirst c. Reino Unido (núm. 2), de 6 de octubre de 2005
Campbell y Cosans c. Reino Unido, de 25 de febrero de 1982
Irlanda c. Reino Unido, de 18 de enero de 1978
Chipre c. Turquía, de 10_ de mayo de 2001
Karlheinz Schmidt c. Alemania, de 18 de julio de 1994
D. c. Reino Unido, de 2 de mayo de 1997
Lawless c. Irlanda, de 1 de julio de 1961
Dikme c. Turquía, de 11 de julio de 2000
Siliadin c. Francia, de 26 de julio de. 2005
Dulas c. Turquía, de 30 de enero de 2001
Van der Mussele c. Bélgica, de 23 de noviembre de 1983
E. y otros c. Reino Unido, de 26 de noviembr~ de 2002
Van Droogenbroeck c. Bélgica, de 24 de junio de 1982
Herczegfalvy c. Austria, de 29 de septiembre de 1992
Irlanda c. Reino Unido, de 18 de enero de 1978 ARTÍCULO 5
Jalloh c. República Federal de Alemania, de l_l de julio de 2006 Bouamar c. Bélgica, de 29 .de febrero de 1988
Kalashnikov c. Rusia, de 15 de julio de 2002 Brogan c. Reino Unido de 29 de noviembre de 1988
Keenan c. Reino Unido, de 3 de, abril de 2001 Ciulla c. Italia, de 22 de febrero de 1989
Kurt c. Turquía, de 25 de mayo de 1998 De Jong, Baljet yVan den Brink c. Países Bajos, de 22 de mayo de 1984
Labita c. Italia, de 6 de abril de 2000 Demir c. Turquía, de 23 de septiembre de 1998
Mouisel c. Francia de 14 de noviembre de 2002 De Wilde, Ooms y Versyp c. Bélgica, de 18 de junio de 1971
Ó{:alan c. Turquía, de 12 de marzo de 2003 D.N. c. Suiza, de 29 de marzo de 2001
Ó{:alan c. Turquía, de 12 de mayo de 2005 Drozd y Janousek c. Francia y España, de 26 de junio de 1992
Ohran c. Turquía, de 18 de junio de 2002 Elci c. Turquía, de 13 de noviembre de 2003
Pantea c. Rumanía, de 3 de junio de 2003 Engel c. Países Bajos, de 8 de junio de 1976
Pretty c. Reino Unido, de 29 de abril de 2002 Fox, Campbell y Hartley c. Reino Unido, de 30 de ·agosto de 1990
Ramírez Sánchez c. Francia, de 27 de enero de 2005 Guzzardi c. Italia, de 6 de noviembre de 1980
Satik c. Turquía, de 10 de octubre de 2000 I. A. c. Francia, de 23 de septiembre de 1998
Selmouni c. Francia, de 28 de julio de 1999 Imre c. Hungría, de 2 de diciembre de 2003
Soering c. Reino Unido, de 7 de julio de 1989 Jecius c. Lituania, de 31 de julio de 2000
T. c. Reino Unido, de 16 de diciembre de 1999. · · Lamy c. Bélgica, de 30 de marzo de 1989

1
778 ÍNDICE DE SENTENCIAS CITADAS ORDENADAS POR ARTICULOS DEL CONVENIO ÍNDICE DE SENTENCIAS CITADAS ORDENADAS POR ARTICULOS DEL CONVENIO 779
Letellier c. Francia, de 26 de junio de 1991 Corigliano c. Italia, de 10 de diciembre de 1982
Murray c. Reino Unido, de 28 de octubre de 1994 Demeuland c. Alemania, de 29 de mayo de· 1986
N. C. c. Italia, de 18 de diciembre de 2002 Doorson c. Países Bajos, de 26 de mazo de 1996
Nielsen c. Dinamarca, de 28 de noviembre de 1988 Edificaciones March Gallego, de_ 19 de febrero de 1998
Nowicka c. Polonia, de 3 de diciembre de 2002 Éditions Periscope c. Francia, de 26 de marzo de 1992
Perks c. Reino Unido, de 12 de octubre de 1999 . Erckner y Hofauer c. Austria, de 23 de abril de·l987 · ·
Schiesser c. Suiza, de 4 de diciembre de 1979 Feldbrugge c. Países Bajos, de 29 de mayo de 1986
Stogmuller c. Austria, de 10 de noviembr~ de 1969 Findlay c. Reino Unido, de 25 de·f~brero de 1997 ·
Van .der Leer c. Países Bajos, de 21 de.febrero de 1990 Frette c. Francia, de 26 de febrero de 2002
Van Droogenbroeck c. Bélgica, de 24 de junio de 1982 G. B c. Francia, de 2 de octubre de 2001
Vasileva c. Dinamarca, de 3 de -diciembre de 2002 Goddi c. Italia, de 9 de abril ·ae 1984
·,

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Gustafssonn c. Suecia, de 25 de abril de 1996
Hentrich c. Francia, de 22 de septiembre de 1994 Jabari c. Turquía, de 11 de julio de 2000

Hutten-Czapska c. Polonia, de 22 de febrero de 2005 Mathieu-Mohin y Clerfayt c. Bélgica, de 2 de marzo de 1987

Iatridis c. Grecia, de 25 de marzo de 1999 Piermont c. Francia, de 27 de abril de 1995

1
792 ÍNDICE DE SENTENCIAS CITADAS ORDENADAS POR ARTÍCULOS DEL CONVENIO

Vilvarajh y otros c. Reino Unido, 30 de octubre de 1991 NOTAS

ARTÍCULO 3 DEL PROTOCOLO Núm.:- 1


Aziz c. Chipre, de 22 de junio de 2004
Buscarini y otros c. San Marino, de 18 de febrero-d~ 1999
Federación Nacionalista Canaria c. España, .de 7 de junio de -2001
Gitonas y otros c. Grecia, de 1 de julio de 1997
Hilbe c. Liechtensein, de 7 de septiembre de 1999
Hirst c. Reino Unido (núm. 2), de 6 de octubre de 2005
1
Labita c. Italia, de 6 de abril de 200Q
Mathieu-Mohin y Clerfait c. Bélgica, de 2 de marzo de 1987 .I
1
Matthews c. Reino Unido, de 18 de febrero de 1999
Melnitchenko c. Ucrania, de 19 cie-ottubre de 2004 . 1
Podkolzina c. Letonia, de 9 de abril de 2002: -
Rekvényi c. Hungría, de 20 de mayo de 1999
Santoro c. Italia, de 1 de julio de 2004
Selim Sadak y otros c. Turquía, de 11 dejunio de 2002
Yumak y Sadak c. Turquía, de 30 de enero de 2007

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