Está en la página 1de 2

TEMA 13 LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA

La Dictadura acabó siendo un periodo de seis años en el que cambiaron muchas cosas de tal modo que, cuando el
dictador cayó, resultó imposible ya volver a la normalidad constitucional anterior al golpe de Estado. Las ideas y
teorías socio-políticas que se discutieron en esos años iban a influir decisivamente en la configuración de las
derechas españolas de las siguientes décadas, en la Segunda República y el franquismo. El golpe de Estado El golpe
de Estado de Miguel Primo de Rivera, no era desde luego inevitable perono cabe duda de que las circunstancias de
aguda crisis nacional favorecíanla opción de la dictadura militar que acabó imponiéndose. El clima favora ble a una
intervención militar en la vida política era claramente perceptible en 1923.La toma del poder de Mussolini en Italia,
en octubre de 1922, servía de ejemplo y estímulo para quienes abogaban por esa solución dictatorial. El propio rey
Alfonso XIII, que había perdido por completo su confianza en el sistema constitucional de la Restauración, era
favorable al golpe.El golpe hubiera podido ocurrir antes de septiembre de 1923 si no llega a ser por la desuniónde la
familia militar el enfrentamiento entre “junteros” o militares peninsulares y los “africanistas”.un grupo de militares,
los llamados generales del “Cuadrilátero” (Cavalcanti, Berenguer, Saro y Dabán), conspiraban de una manera muy
poco discreta en Madrid, pero el golpe solo tomó cuerpo cuando, en Barcelona, el general Miguel Primo de Rivera
tomó la decisión de acaudillarlo.El golpe militar se llevó a cabo con suma facilidad y sin derramamiento de sangre. Ni
el gobierno ni la población opusieron resistencia. tan solo la CNT anarquista y el exiguo Partido Comunista (PCE)
hicieron llamamientos para resistir, pero no encontraron ningún eco popular. El pronunciamientode Primo de Rivera
fue bien acogido de forma general entre la opinión pública.El Manifiesto de Primo de Rivera al país era lo
suficientemente vago e impreciso como paraatraer a amplios sectores sociales.El Directorio militarla Dictadura se
planteó como un paréntesis, una situación temporal que no buscaba recambio al sistema liberal parlamentario sino
que tan solo pretendía superar la crisis en la que estaba sumido. Sesuponía que, una vez que el «cirujano de hierro»
hubiese extirpado los cánceres del país - caciquismo, terrorismo, desorden público, guerra de Marruecos,
nacionalismos … los militares, se retiraríanpara volver a la normalidad constitucional. De hecho, la Constitución de
1876 no fue abolida. En la primera etapa de su gobierno formó un Directorio militar, integrado por ocho generales y
un almirante que no habían participado en la conspiración ni tenían experiencia política previa. Procedentes de las
diversas regiones militares del país. el protagonista absoluto de la política española como presidente del Directorio
era Miguel Primo de Rivera. dedicó los primeros seis meses en el poder a desmontar la maquinaria política del El
intento de institucionalización del régimen dictatorialA finales de 1925, Primo de Rivera creyó llegado el momento
de institucionalizar su régimen. Esta segunda etapa de la Dictadura se inauguró con la sustitución del Directorio
militar por un Directorio civil, integrado por hombres de su total confianza como el general Severiano Martínez
Anido Gobernación), José Calvo Sotelo , José Yanguas Messía, Eduardo Aunós o el Conde de Guadalhorce.Dispuesto
a convertir un régimen provisional en un régimen permanente, el dictador quiso relanzar el partido de la Unión
Patriótica, creado en 1924. Pero este partido oficial, totalmente gubernamental, no fue nunca una organización
potente. El otro pilar para consolidar el régimen fue la Asamblea Nacional Consultiva que, no consiguió reunirse
hasta finales de 1927. La Asamblea, elegida por primera vez en la historia del constitucionalismo español tuvo como
principal objetivo elaborar un proyecto constitucionaluna vez que estuvo claro que no se volvería a la Constitución
de 1876.En la política exterior, Primo de Rivera decidió exigir la incorporación de la ciudad internacional de Tánger al
protectorado español y la obtención de un puesto permanente en el Consejo de la Sociedad de Naciones. Ante la
negativa de las potencias hegemónicas de la Europa de la época, Francia y Gran Bretaña, a atender sus demandas,
tuvo que cumplir su amenaza de retirarse de la Sociedad de Naciones en 1926, pero dos años después acabó
regresando al organismo de Ginebra.La política económica y social de la DictaduraLa Dictadura fomentó las obras
públicas, con gigantescos planes de construcción de carreteras, vías férreas, pantanos, canales, puertos, etc. Se
impuso una política de nacionalismo económico a ultranza, de absoluto intervencionismoy dirigismo estatal, con la
idea de impulsar y proteger la producción nacional, que se tradujoen la concesión de subsidios a las grandes
empresas, incentivos a la exportación, fuerte proteccionismo arancelario y nacionalización de industrias.Para dotar
de mayor legitimidad al régimen y lograr una armonía entre los diferentes sectores productivos , el dictador buscó
un entendimiento con los socialistas los cuales, por su parte, optaron por ser pragmáticos y aceptaron colaborar con
la Dictadura. Accedieron a participar en organismos oficiales como el Consejo de Trabajo o el Consejo de Estado y
colaboraron estrechamente en la organización corporativa.La Dictadura emprendió otras muchas medidas de
política social, aumentando los gastos en educación, servicios sanitarios, viviendas baratas para los obreros,
protección de la emigración, etc.Conspiraciones contra la Dictadura y pérdida de apoyosAl principio, la actividad
conspirativa contra la Dictadura se limitó a los anarquistas y catalanistas radicales. Más serias y coordinadas
resultaron las iniciativas insurreccionales protagonizadas por algunos viejos políticos dinásticos con el apoyo de
prestigiosos jefes militares. Hubo una intentona conocida como «la Sanjuanada» por haber tenido lugar en lanoche
de San Juan, el 24 de junio de 1926, encabezada por Melquíades Álvarez y el conde de Romanones, y a la que se
sumaron también republicanos y cenetistas. Aunque no pasó deser un conato, sin embargo fue la primera
manifestaciónconcreta de una protesta que ya reunía a importantes sectores del país, militares y políticos.Muchos
líderes de los viejos partidos adoptaron una postura de oposición frontal a la Dictadura, algunos de ellos, sintiéndose
traicionados por el rey, que había decidido apoyar de forma decidida al dictador, evolucionaron hacia posiciones
antimonárquicas y

El hundimiento de la monarquía: 1930-1931Tras la dimisión de Primo de Rivera, Alfonso XIII, preocupado por el auge
del sentimiento republicano, quiso retomar a la Constitución de 1876 y encargó la presidencia del nuevo gobierno al
jefe de su casa militar, el general Dámaso Berenguer. Este, trató de volver a la situación anterior al golpe como si
entre tanto no hubiera pasado nada. La opinión política se polarizó. Entre los cada vez más partidarios de la
república figuraron algunos antiguos monárquicos corno Miguel Maura y Niceto Alcalá Zamora, que fundaron en
febrero de 1930 la Derecha Liberal Republicana y participaron en el famoso «pacto de San Sebastián», que supuso el
entendimiento de los diversos grupos republicanos y las fuerzas políticas que estaban al margen del sistema con el
objetivo de conseguir la proclamación de la república. En cambio, los partidarios y herederos de Primo de Rivera
radicalizaron su postura antiliberal en un proceso de fascistización representado por la Unión Monárquica Nacional,
creada también en 1930.La coalición republicana, junto con los partidos obreros y un sector del ejército, optó por la
vía insurrecciona!, pero el capitán Fermín Galán se adelantó sublevándose en Jaca unos díasantes de la fecha
prevista. Galán y su colaborador, tras el fracaso de su intentona, fueron juzgados en juicio sumarísimo y fusilados.
Berenguer, incapaz de enderezar la situación política, dimitió y fue sustituido por un nuevo gobierno del almirante
Aznar, que convocó elecciones, empezando por las municipales, con la idea de volver a la normalidad
constitucional.El domingo 12 de abril de 1931, las elecciones municipales - las primeras después de la Dictadura de
Primo de Rivera- dieron el triunfo a los republicanos en la mayoría de las capitales de provincia.Ni el gobierno de la
desacreditada Monarquía ni los mandos militares intentaron oponerse a la voluntad expresada en las urnas. El 14 de
abril se izó la bandera republicana, roja, gualda y morada, en el mástil uel Palacio de Comunicaciones en la plaza de
Cibeles de Madrid.La Monarquía se desplomó de forma pacífica con la casi absoluta indiferencia de la aristocracia y
del ejército. Ese mismo día 14, el rey Alfonso XIII partió hacia el exilio.

También podría gustarte