JOSÉ DAVID GONZÁLEZ CIFUENTES

PENITENCIA Y UNCIÓN
IV TEOLOGÍA
SEMINARIO MAYOR SAN PEDRO APÓSTOL

RECONCILIACIÓN Y PENITENCIA

El tema relacionado al pecado y a la gracia siempre es de gran relevancia dentro de

nuestros escenarios pastorales, el papa Juan Pablo II en esta exhortación apostólica
hace un recorrido amplio sobre lo que representa abordar este tema.

La necesidad de volver a la comunión con Dios es algo que debe ser prioritario para
toda la comunidad cristiana, y además de eso, la comunidad debe llevar el mensaje
de reconciliación a todas las personas que necesitan ser acogidas por el amor y la
misericordia de Dios. El perdón es un acto que viene que Dios a través de su acción
bondadosa que tiene su plenitud en el acto redentor del Hijo, quien con su misterio
pascual logra devolver la comunión de la creación con el creador, añadiendo una
nueva categorial relación, la de padre e hijos. Es con la muerte y resurrección que
el género humano vuelve a restaurar la relación que sufrió la ruptura con el pecado
del primer hombre.

La sociedad actual tiene una pérdida del sentido de pecado, todo se relativiza, la
perdida de la conciencia moral es una de las causas que genera que hoy en día el
hombre no sienta dolor del pecado, esto va directamente relacionado con la
experiencia o el sentido que tenemos de Dios, si nuestra concepción de Dios va
disminuyendo así mismo lo hará la sensibilidad a la hora de reconocer el pecado.
tenemos que volver a los brazos misericordiosos del Padre.

En este sentido, la Iglesia como prolongadora de la misión de Cristo y por institución

de Él mismo, tiene la tarea de perdonar los pecados y reconciliar al pueblo con Dios
a través del sacramento. La iglesia actúa en una doble dimensión debe reconciliar,
pero también debe reconciliarse, una mirada al interior para acercarse a la fuente
del amor. La sociedad de hoy exige una sana practica de lo que se predica, una
iglesia que no da testimonio difícilmente puede ser autoridad en las realidades
cotidianas, se necesita entonces una coherencia para así lograr en los escenarios
que aparecen constantemente.
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Como cristianos tenemos la tarea de promover la conversión de todas las personas,

para así lograr la salvación es interesante como el documento presenta 4 vías por
la cuales se puede acceder a la reconciliación: la oración, la predicación y la acción
pastoral y el testimonio. Estas vías nos ayudan para acercarnos al amor de Dios y
no solo eso sino para acercar a más personas para que empiecen o retomen la
relación con Dios.

Aparte de estas vías la Iglesia, tiene unos medios efectivos para la reconciliación de
los hombres con Dios, el primero de estos es el dialogo, la iglesia siempre ha
resaltado la importancia del dialogo, porque con él se comunica el evangelio, el
dialogo sirve para relacionarse con las personas, con las comunidades y hasta con
las otras denominaciones cristiana y no cristianas. El método del dialogo sirve para
establecer relaciones y por medio de él lograr llevar el anuncio a los destinatarios.

La catequesis se convierte en un medio efectivo, ya que la enseñanza de la

penitencia y la reconciliación hace conscientes a las personas de la necesidad de
estar en comunión con Dios, los pastores de la Iglesia a través de una pedagogía
de crecimiento en el conocimiento de todo lo que implica la penitencia y la
reconciliación tienen consigo un medio muy importante logrando así la salvación de
las personas.

Por último y la esencia de la reconciliación tenemos los sacramentos, instituidos por

Cristo mismo, es a través de ellos que conseguimos plenamente la comunión con
Dios, cada uno de los sacramentos de la Iglesia contiene elementos para la
reconciliación del género humano con Dios. Aunque entre todos los 7 se destaca
uno, el sacramento de la penitencia y reconciliación, que como su nombre lo dice
es el que va directamente relacionado con todo lo que estamos abordando.

En Cristo quien es nuestro redentor y reconciliador se fundamenta todo el contenido

de los sacramentos con sus implicaciones, a Él es que debemos mirar para entrar
en el gran misterio del amor y la misericordia del Padre que al igual que en el relato
del hijo prodigo siempre está dispuesto a recibirnos con los brazos abiertos.
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