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¿En dónde empezará el exegeta? El buen proceder exegético exige que se vean los
detalles a la luz del contexto total. A menos que el exegeta sepa dónde el pensamiento
del texto principia y cómo se desarrolla, todos los detalles pueden valer muy poco. Uno
de los pasos más cruciales es el expresar lo que cada sección de un libro está diciendo
y cómo los párrafos de cada sección contribuyen a ese argumento.
Pero nosotros no queremos nada de este mal negocio. Si la verdad que nos interesa de
veras se enseña en otra parte de la Biblia, entonces procedamos inmediatamente a ese
contexto para el mensaje. No debemos hacer un pretexto de la exégesis de un texto,
tan solo porque nos guste cómo reza. Esto sería engañar a la congregación, pues
creerían que estábamos señalando como autoritativo ese texto respecto del asunto bajo
consideración.
A. ASUNTOS PRELIMINARES.
Para caer en el error antes mencionado, el exegeta primeramente lleva a cabo una
investigación de la paternidad literaria, fecha, cultura e historia, propósito, y aún el
género literario del libro bíblico en cuestión. Además se deberá incluir un bosquejo
breve y la preparación del texto, es decir, alguna frase o un texto difícil de
comprender o que sea muy importante y necesario clarificar. A esto se le conoce
como “Introducción General o asuntos preliminares”.
B. ANÁLISIS CONTEXTUAL.
1. Contexto Seccional.
Se compone la palabra contexto de dos elementos latinos, con (junto) y textus (tejido).
Así que, cuando hablamos del contexto, estamos refiriéndonos a la conexión de
pensamiento que corre por el pasaje, aquellos enlaces que lo tejen en una sola pieza.
1
Traducción de Esteban Hikcs del Libro Hacia Una Teología del AT por Walter Kaiser Jr.
El exegeta debe sentir que su obligación primaria es hallar este hilo de pensamiento
que corre entrelazando las partes menores y mayores de cada pasaje. Si uno falla en
encontrar, o simplemente no busca esta conexión, es más que probable que no verá el
alcance, el fin, el propósito y el plan total por los cuales el autor ordenó las varias partes
de su obra.
¿Cómo pues, nos acercamos al estudio de contexto? Primero, debe haber una lectura
preliminar del libro, notando si el autor ha afirmado explícitamente en el prefacio, la
conclusión, y/o los refranes constantes a través de todo el libro lo que fue su intención.
Lo demás del libro puede ser hojeado para notar cómo este propósito explícitamente
expresado ha sido llevado a cabo.
Por ejemplo:
a) Una palabra, frase, cláusula u oración que se repite puede servir como la
introducción de cada sección o como su conclusión.
b) Frecuentemente habrá pistas gramaticales, tales como conjunciones transicionales
o adverbios; por ejemplo, "entonces, por tanto, así que, pero, sin embargo, mientras
que."
c) Una pregunta retórica podría señalar un cambio a otro tema y sección.
d) Un cambio en la hora, el día o el lugar es un método frecuente, especialmente en
contextos narrativas, para indicar un nuevo tema y sección.
e) Una fórmula invocatoria deliberadamente mostrando un cambio de enfoque de un
grupo a otro constituye uno de los métodos más importantes. Se usa a menudo en
la literatura epistolar.
f) Un cambio en el tiempo, el modo o estado del verbo, quizás aun con un cambio en
el sujeto o complemento puede ser otra clave que se está principiando una nueva
sección.
g) La repetición de la misma palabra, preposición o concepto clave pudiera indicar los
límites de una sección.
h) En unos cuantos casos, el tema de cada sección será anunciado corno el título de
esa sección. En esos casos raros el intérprete sólo necesita asegurar que todo el
contenido de la sección sea juzgado a la luz del propósito expresado del autor.
Tal vez parezca raro irrumpir al asunto de contexto por el proceder de desarmar un libro
en sus componentes mayores, tal corno un mecánico trabajando con un auto. Pero,
igual al mecánico, el exegeta quiere saber cómo funciona el libro. De la conexión y
organización de sus partes, se aprenden la unidad y el funcionamiento del todo,
preparándolo para ser usado. Sólo inspeccionando toda la obra puede uno conocer el
tema unificador y declararlo en una sola oración.
Ejemplos bíblicos de la aplicación de los 8 principios para descubrir las secciones.
a) Se descubre el esqueleto del son las generaciones de...", el libro: 2:4; 5:1; 6:9;
cabeza la sección que sigue.
b) Mateo cerró 5 secciones didácticas con el refrán, "y cuando terminó Jesús estas
palabras...", 7: 28; 11:1; 13:53; 19:1';' 26:1.
c) Semejantemente Salomón empleó un refrán repetido como colofón para señalar las
4 secciones de Eclesiastés: "No hay cosa mejor para el hombre sino que coma y
beba,..." 2:24; 5:18; 8:15.
d) Otros ejemplos:
- Romanos 6:1,15; 7:7. (Pregunta retórica) Malaquías 1:2, 6, 7; 2:14,17; 3:8,13
(preguntas retóricas libro total) Miqueas 1:2; 3:1; evocatoria) Isaías 48:22; 57:21;
- No hay paz...) Amós 1 y 2 (vocabulario repetido para señalar secciones) Amós 3-
5 (nueve preguntas retóricas = causa y efecto) Amós - sección transicional 5:18;
6:11,4 y 5:21 (equivalente funcional) Amós 7-9 cinco visiones 7:1, 4,7; 8:1; 9:1.
2. Contexto del Libro - Cuatro maneras de averiguar la intención del escritor respecto
de su plan general.
Es preciso conocer la conexión entre el párrafo bajo estudio y la sección del libro en
que se encuentra. Ejemplo de Éxodo 6:14-25, viendo (1) vv. 10-12 y 28-30; (2) sólo
Rubén, Simeón y Levi - v. 26 Hay varios tipos de conexión entre párrafos y su contexto
inmediato:
Solo el conocimiento del contexto inmediato evitará que el intérprete se hunda con
pasajes difíciles (Gálatas 5:4). El autor tiene el derecho de definir sus palabras como él
desea y el contexto es la llave para abrir una parte de ese significado.
A. Asuntos preliminares
1. Introducción.
Autor.
Desde el comienzo ha sido prácticamente unánime entre los Padres de la iglesia que el
apóstol Pedro fue el autor de la epístola. La opinión unánime permaneció inalterable
hasta la época moderna de la exégesis bíblica cuando se introdujeron ciertas
objeciones contra esto (Eugene, p. 55).
Evidencias internas.
a. Según 1ª Pedro 1:1, el autor de la epístola es Pedro, quien se identifica como
“apóstol de Jesucristo”. En 5:1, donde se dirige a los ancianos de las
congregaciones cristianas, declara que “es anciano también con ellos, y testigo de
los padecimientos de Cristo”. Aparte de éstas indicaciones, no hay otros detalles
explícitamente autobiográficos en la epístola (Green, p. 23).
c. Además de esto hay otros problemas: la carta está escrita en un buen estilo griego,
y con un gran sentido de la lengua. El autor usa algunos recursos retóricos, juegos
de palabras, comparaciones e imágenes. Aún más Pedro cita con frecuencia el
Antiguo Testamento, pero lo hace siempre citando la LXX, pero ¿puede atribuirse al
apóstol Pedro una familiaridad tan grande con el idioma griego y la Biblia griega? La
verdad de todo es que quedan muchas preguntas que hacen imposible entender si
1 Pedro es una carta escrita por el apóstol Pedro. Pero, ¿se halla la carta en
relación tan lejana de Pedro que no puede llevar con todo derecho su nombre?
Nunca lo sabremos. Su valor, sin embargo, no sufre por ese menoscabo (Herman,
p. 23).
Evidencias externas.
b. Eusebio (324 d. C.) dice que Papías (quien escribió alrededor de 130-140 d. C)
“empleó testimonios de la primera carta de Pedro”. Menciona a 1ª Pedro entre los
libros que toda la iglesia aceptaba sin duda alguna.
Pedro escribió la carta desde “la iglesia que está en Babilonia” (5:13). Babilonia la
ciudad de Roma. La confirmación de esta posición procede de Eusebio, quien además
relata que Pedro llegó a Roma y ahí fue crucificado cabeza abajo. Esto se ratifica por
una tradición antigua que afirma que Pedro sufrió martirio en Roma durante la
persecución de Nerón. Si ésta historia es de confiar, entonces debe afirmarse que
Pedro estuvo en Roma, lo cual hace más probable que este fuera el lugar donde
escribió la carta (Green, p. 33).
Método.
Prosa; archivo, carta apostólica. El mensaje de 1ª Pedro se presenta en forma de carta.
La mejor evidencia es que en su comunicación Pedro usa la estructura común de la
correspondencia en el mundo antiguo. A diferencia de las cartas modernas, era la
costumbre poner primeramente el nombre del autor, luego el nombre del destinatario, y
después un saludo. Al final el autor incluía una despedida. Así 1ª Pedro es una unidad
literaria epistolar (Green, p. 44).
Destinatarios.
La 1ª Pedro va dirigida a “los peregrinos de la diáspora en el Ponto, Galacia,
Capadocia, Asia y Bitinia” (1:1). Pero se plantea el problema de saber si los nombres
designan regiones o provincias romanas. Lo segundo es más probable, pues los
nombres dan el orden de las provincias de Asia Menor. Pero resulta confuso saber si el
orden de la lista de los nombres es casual u obedece a alguna intención determinada.
Por ello cabe la pregunta, ¿se extendía ya la misión a toda Asia Menor en el tiempo del
apóstol Pedro? Aunque se sabe que en la época de la actividad misionera de Pablo el
evangelio se extendió rápidamente, y en poco tiempo se crearon comunidades a las
que Pablo no predicó. De esta manera, parece quedar en suspenso la cuestión de si los
destinatarios de de 1ª Pedro 1:1, concuerdan con lo que se sabe de la difusión
alcanzada por el cristianismo en Asia Menor en tiempo del apóstol Pedro. Además la
carta deja en suspenso la cuestión de saber si los lectores eran de origen judío o
pagano, aunque la carta presupone claramente como lectores a antiguos cristianos
convertidos del paganismo (Hermann, p. 4).
Propósito.
La carta deja ver muy claramente que el autor tuvo presentes a los cristianos gentiles,
pues les recuerda que si bien “antes no eran pueblo, ahora son el pueblo de Dios”
(2:10). Pero, ¿por qué este interés de Pedro? Muchos en estas provincias de Asia
habían escuchado su sermón en el Pentecostés, y muchos habían sido regresados a
sus respectivos territorios como colonos espirituales. Y ahora Pedro, quien ya había
sufrido azotes, y había visto de cerca la muerte a manos de Herodes, alienta y fortalece
a sus queridos hermanos de Asia Menor para que hagan frente al calvario inminente
que Pedro –quizás ya envuelto en la cruel persecución neroniana- vio que se les
aproximaba (Payne, p. 486).
Bosquejo breve.
I. Introducción (1:1-12)
II. Llamamiento a la santidad cristiana (1:13-2:10)
III. Consejos particulares a los cristianos (2:11-4:11)
IV. Estímulo en tiempo de tribulación (4:12-5:11)
V. Conclusión (5:12-14) (Eugene, p. 59).
¿Cómo aparece la expresión: “ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios”
en otras versiones?
B. Análisis contextual
1. Contexto seccional.
I. Consuelo y seguridad en el sufrimiento (1:1-25).
A. Saludo (1:1-2).
B. Garantía en los hechos cumplidos del evangelio de Cristo (1:3-12).
C. Garantía en la santidad de vida que Dios da (1:13-25).
1. Contexto inmediato
Sección I C
Párrafo: 1:13-25
Conexión: Lógica
En la exégesis sintáctico teológico el énfasis cae sobre dos partes claves del proceso
exegético. La primera parte enfatiza que la sintaxis, que es la manera en que se unen
las palabras para formar frases, cláusulas y oraciones, nos auxiliará en descubrir el
patrón de sentido del autor. El análisis sintáctico opera de tres bases: (1) el concepto,
(2) la proposición, y (3) el párrafo. Es por medio de la manera precisa en que estas tres
unidades están organizadas y arregladas que el exegeta recibe todos los datos que
necesita para comenzar a transportarse del texto al destino de usar el texto en una
situación de predicación o enseñanza.
A. La Forma Literaria
Antes de comenzar la profundización en el párrafo, hay un paso preliminar, el cual
es la identificación del tipo de composición literaria que tenemos delante. Hay cinco
formas literarias básicas que fueron usados por los escritores bíblicos:
1. Prosa - lo más básico de la comunicación bíblica. La palabra prosa viene del Latín
prosus o prorsus que significa "derecho". Es, pues, el hablar sin mucho adorno,
derecho, sin acudir a las reglas de la poesía. Se puede dividir en tres clases:
2. Poesía - ocupa una tercer parte del Antiguo Testamento. Sólo siete libros del
Antiguo Testamento no la contienen (Levítico, Rut., Esdras, Nehemías., Ester,
Hageo, Malaquías), y cinco de ellos vienen del período postexílico.
3. Narración histórica.
Es, desde luego, un tipo de prosa, y para propósitos de análisis, sigue la mayor parte de
las reglas para prosa. La dificultad no está en entender lo dicho, sino en atravesar la
sima entre el "entonces" y el "ahora" de la congregación contemporánea. El problema
principal es relacionar la verdad histórica y la enseñanza teológica.
4. Sapiencia.
Hay dos tipos de escritos sapienciales. El primero es una clase de sabiduría reflexiva o
filosófica que tiende a sostener su argumento a través de un pasaje extenso.
5. Apocalíptica.
Los llamados libros apocalípticos son característicos del judaísmo y surgen en tiempos
difíciles de persecución e incertidumbre. Toda esta literatura es una serie de obras que
aparecieron durante el período comprendido entre los años 210 a.C. y el año 200 d.C.
Esta literatura tiene varias características muy importantes, entre ellas: (1) Un
simbolismo profuso, involucrando ángeles, demonios, animales, aves y hombres; (2) se
indica que la revelación vino por medio de visiones o sueños; (3) existen
conversaciones frecuentes entre el "vidente" y algún ser celestial quien le revela los
secretos de Dios; (4) mención de catástrofes cósmicas y convulsiones, etc.
Puesto que la Biblia no fue escrita en una sola forma literaria, uno debe prestar atención
especial a cada una de estas cinco formas. Frecuentemente la clave al uso y la función
del lenguaje es la forma literaria en que fue vertido. Además, la forma literaria sugerirá
una gama de propósitos, oidores, o efectos y respuestas deseados por el autor original.
B. El Párrafo
Una vez que el exegeta ha determinado las divisiones naturales y la forma literaria del
libro, ya empezará a examinar el pasaje escogido. Generalmente el trozo constará de
una, dos, o tres párrafos. Para delimitar el párrafo los criterios son:
1. Un tema unificador, indicado frecuentemente por el repetido uso de la misma
palabra o concepto (1ª Corintio 13; 2:6-8).
2. Preguntas retóricas frecuentemente introducen un nuevo párrafo (Romanos 6:1).
3. Una fórmula invocatoria (Colosenses 3:18-4:1).
4. Cambios abruptos de actor o participante, modo, tiempo o voz de un verbo,
escenario o tema.
5. Conjunción, preposición, o pronombre relativo muy resaltado.
Así que, el marco para expresar y desarrollar un sola idea es el párrafo. Trata
generalmente de un solo tema, o una serie de eventos que se relacionan con un actor
o participante en el mismo sitio y tiempo. Puede concluirse que un párrafo consiste en la
afirmación de una proposición temática juntamente con unas proposiciones auxiliares.
El párrafo está compuesto por cláusulas, y las hay de dos clases: según su tipo y según
su función gramatical.
Según su tipo, éstas se clasifican en: (1) independientes o principales (que expresa
una idea completa y puede estar sola); (2) coordinadoras (forma parte de una oración
compuesta); y dependiente o subordinado (no expresa un pensamiento completo y no
puede estar sola). Uno así puede reconocer estos tipos de cláusula y debe estar alerta
a algunas de las palabras usadas para introducirlas: (1) conjunciones coordinadoras (y,
o, ni... no, pues, más, no solamente... sino también; adversativas: pero, excepto;
consecuentes: por tanto, así que, conque; transicionales: y, además); (2) conjunciones
que subordinan (cuando, porque, desde, si, aunque, que, donde). (3) pronombres
relativos que subordinan (quien, cuyo, cual, que).
1) Proposición Temática.
Dentro de esta sección se deberá definir el tema del autor o la proposición temática.
Para llegar a una correcta interpretación y aplicación del pasaje debemos conocer cuál
es el tema que se propuso desarrollar el autor en su escrito. Este paso es importante
por dos razones. Primero, el contexto es la mejor fuente de datos para determinar cuál
de los varios posibles significados de una palabra fue en significado que tomó el autor.
En segundo lugar, a menos que un pasaje sea puesto dentro de la perspectiva de su
contexto se corre el peligro de estar tan invo1ucrado en ciertos "tecnicismos" del
Análisis Sintáctico que uno puede perder fácilmente la idea principal del autor, "los
árboles no dejan ver el bosque."
2) Divisiones Naturales.
La división en versículos y capítulos en la que nuestra Biblia está acomodada no fue
una parte original de las Escrituras; estas divisiones fueron añadidas muchos siglos
después de que la Biblia fue escrita, como una ayuda para localizar un determinado
pasaje rápidamente2. A pesar de que estas divisiones sirven para este propósito, esta
misma división llega a ser una desventaja pues divide los pensamientos del autor de
una manera no-natural.
C. El Mostrador Sintáctico
Para que el exegeta estudie un párrafo según su operación interna y sus interrelaciones
externas, sugerimos el uso de un mostrador sintáctico o diagrama. Se escribe cada
proposición, cláusula y frase en el orden natural del texto. Cada unidad sintáctica (hasta
el componente más pequeño que representa una unidad semántica) es aislada en una
línea aparte. Se coloca la proposición temática junto al margen izquierdo. Se colocan
las unidades sintácticas que califican directamente a la proposición temática a un
espacio adentro (a la derecha). Se escribe el material que califica las unidades
subordinadas a la proposición temática a otro paso más adentro. Queda claro que todas
las cláusulas y frases subordinadas estarán ligadas a algún otro elemento gramatical en
la oración, así calificándolo. Se indica gráficamente a qué elemento van ligadas con el
uso de flechas a la izquierda de todas las unidades sintácticas (preferentemente).
Introducción
2
Las primeras divisiones se le hicieron al Pentateuco (586 a. de C:) en 154
agrupaciones para facilitar su lectura en un plan de tres años. La división
de la Biblia en capítulos data de 1227 y se debió a Esteban Langdon profesor
de la Universidad de Paris y más tarde Arzobispo de Canterbury. Las primeras
divisiones en versículos ampliamente aceptadas aparecieron alrededor de 900
d.C. La Vulgata Latina fue la primera Biblia que incorporó la división tanto
en capítulos como en versículos en el Antiguo y Nuevo Testamento.
Las palabras son los elementos lingüísticos más básicos medio de la acumulación de
palabras un escritor expresa el pensamiento distintivo que él tenia en mente.
Usualmente el significado especial que una palabra tiene en una situación particular es
señalado claramente por las construcciones gramaticales en las cuales aparece. Los
lingüistas modernos se refieren a esto como "la señal sintáctica de sentido."
En otras situaciones, el significado de una palabra puede ser indicado por la interacción
de esa palabra con el significado de los términos que la rodean. El elemento clave aquí
no es el uso gramatical de la palabra, sino una aplicación llamativa de esa palabra en
.un contexto totalmente nuevo, con el resultado que se 'trasmite un nuevo sentido.
Así, las palabras o las frases pueden tener tanto un sentido técnico como un sentido
popular. El significado original de una palabra puede llevar a un uso metafórico. Por
ejemplo, la palabra "verde" designa un color; pero usado metafóricamente, la palabra
puede significar algo inmaduro o que no está apto para algo: "Juan está "verde" para
desempeñar ese puesto." Las palabras también pueden estar cargadas de emociones o
sentimientos que lo expresarán dependiendo del uso de la palabra en su contexto.
Es por esto que el exegeta debe tener cuidado en investigar cuál fue el sentido y el uso
que el autor bíblico utilizó para una determinada palabra o expresión. Las palabras
usadas por los autores bíblicos ciertamente tenían un sentido de "denotación" pero muy
probablemente esta palabra estaba cargada de un sentido de "connotación." Así que
debemos desarrollar una metodología para descubrir el significado que el autor bíblico
le quiso imprimir a una oración, frase o palabra.
B. Términos Culturales
Hay una multitud de detalles culturales involucrados: alimentos, ropa, instituciones, la
sociedad, la economía, la política y las costumbres. Donde éstos son simplemente el
vehículo de la verdad que contiene, la tarea del exegeta es claro. En tales situaciones
el estudiante bíblico debe reconocer los aspectos culturales sin perder la revelación
divina que llevan. Esto es más fácil decir que lograr. (Ver "El Vacío Cultural").
C. Expresiones Figurativas
En todas las lenguas, las palabras funcionan tan regularmente que podemos describir lo
que generalmente les pasa como "las leyes de la gramática." Sin embargo, para
incrementar el poder y la capacidad imaginativa de ciertas palabras, el autor utilizará
algunas "expresiones figuradas" o "figuras de dicción."
¿Qué son las expresiones figuradas? Una definición sencilla diría que es el uso de las
palabras en algún sentido no usual. En otras palabras, es una manera de expresar
alguna idea en términos de otra que tenga una semejanza a la primera, real o
imaginada. Que la Biblia contenga lenguaje figurado no quiere decir que contenga algo
falso. Usamos lenguaje figurado en nuestro diario hablar sin ningún propósito de
engañar. Los escritores bíblicos lo usaron de la misma manera. Las figuras de dicción
se usan comúnmente para dar efectos especiales al lenguaje: para introducir una idea
novedosa o para darle fuerza; para comunicar cierto matiz de significado; para darle
belleza; para suavizar algún pensamiento y hacerlo aceptable.
Además de transmitir un significado, las figuras pintan un cuadro para el lector u oyente.
Así, podemos clasificar las figuras en:
1. Figuras de comparación
Símil- una comparación expresada o formal entre dos cosas (Salmos 1:3)
Metáfora- una comparación implicada o no expresada (Lucas 13:32).
2. Figuras de adición
Pleonasmo-una redundancia por efecto (Génesis 40:23).
Paronomasia- Una semejanza fonética entre dos vocablos muy parecidos pero de
significado distinto (Isaías 5:7).
Hipérbole. Una exageración para impresionar (Salmos 6:6).
3. Figuras de relación.
Sinécdoque- Tomar una parte por el todo, o el todo por una parte (Lucas 2:1).
Metonimia- Designar una cosa con el nombre de otra (Lucas 16:29).
4. Figuras de contraste.
Ironía. Sarcasmo que consiste en dar a entender lo contrario de lo que se dice (Génesis
3:22).
Eufemismo- Cambiar una expresión ruda o desagradable por una más suave o modesta
(1ª Samuel 24:3).
Al identificar una figura, nuestro trabajo apenas comenzó. Debemos darle nombre,
definirla e identificar las claves textuales que nos hicieron pensar que era esa figura.
Sobre todo uno debe decir "lo que la figura representa." Para ayudarnos en esta tarea,
podemos recomendar la excelente obra de E.W. Bullinger y F. Lacueva, Diccionario de
Figuras de Dicción usadas en la Biblia, Editorial CLIE, la cual es de sumo valor en la
identificación e interpretación del lenguaje figurado de la Biblia.
D. Pasajes Paralelos
Cuando el contexto inmediato de palabras y oraciones asociadas
no ayuda al intérprete en descubrir el significado de un pasaje, es posible usar pasajes
paralelos. Hay dos clases de pasajes paralelos, paralelos verbales y paralelos tópicos.
Los paralelos verbales son aquellos que hacen uso de la misma palabra en una
conexión parecida o con referencia al mismo tema. Los paralelos tópicos tratan de
datos, temas, sentimientos o doctrinas semejantes, aunque las palabras, frases y
cláusulas en el pasaje son diferentes.
A. Significado original
1. Peregrinación (v. 17). En el Antiguo Testamento la frase común es megurim
significa literalmente “tierra de residencias o de extranjeros” se encuentra en los
pasajes típicos de Génesis 17:8; 28:4; 36:7; Éxodo 6:4., en Génesis 47:9 se
traduce como peregrinación, y su paralelo el Salmo 119:54 “casa de extranjero y
peregrinaciones”. En el Nuevo Testamento, peregrino es un término que se
aplica al que anda de paso, y habita sólo temporalmente en un lugar. Pedro
describe a los cristianos como peregrinos, a fin de recordarles que su vida actual
no es destino definitivo, sino que su hogar permanente está junto al Padre (1ª
Pedro 1:17). Así Pedro exhorta a sus lectores a andar, conducirse, de una
determinada forma, mostrando en la vida terrenal una vida ética intachable
(Gonzáles, p. 504).
B. Términos culturales
1. Ceñid los lomos (v. 13). Los lomos es la parte del cuerpo que se relaciona
con la capacidad reproductora del hombre (Génesis 35:11; 46:26; 1º Reyes
8:19; Hebreos 7:5). También se conceptuaba como el asiento de la fuerza.
“Ceñir los lomos” significaba prepararse para una tarea difícil (1º Reyes
18:46; Proverbios 31:17; Efesios 6:14; 1ª Pedro 1:13) (Rengifo, p. 384).
Pedro destaca la condición de juez de nuestro Dios. El “juzgar” (gr. kríno) era un
término que culturalmente era usado en las cortes, y literalmente quiere decir, “conducir
a las cortés” y así emitir un veredicto por las acciones del hombre. Cada cristiano debe
vivir su vida a la luz de esta verdad. Dios juzga las acciones secretas de los hombres,
sentimientos y pensamientos, nadie puede escapar de su ojo crítico (Liedke, p. 770)
5. Evangelio (v. 25). (Buenas o gratas nuevas). Todo lo digno de este título tiene
que provenir de Dios. No siempre tuvo el mismo carácter. La grata nueva
para Adán y Eva fue que la simiente de la mujer heriría la cabeza de la
serpiente. La grata nueva a Noé fue, cuando se le anunció que iba a destruir
toda carne, que él y su familia sería salvada en el arca, que Dios establecería
un pacto con él. Así fue con Abraham (Génesis 15:6) con Moisés y el pueblo
de Israel (Éxodo 4:31). En la literatura clásica ésta palabra designaba la
recompensa que se daba al portador de buenas noticias. También indicaba el
mensaje mismo, originalmente el anuncio de una victoria, pero aplicado
posteriormente a otros mensajes que proporcionaban gozo. El evangelio
constituye las buenas nuevas de que Dios en Jesucristo ha cumplido sus
promesas para con Israel, y de que se ha abierto el camino de salvación para
todos. El evangelio es el cumplimiento de la promesa dada en el Antiguo
Testamento, para todos los creyentes en cristo Jesús (Vila, p. 347).
C. Expresiones figurativas
1. Como hijos obedientes (v. 14). Literalmente dice “como hijos de
obediencia”, éste es un hebraismo llamado “modismo de filiación”. Este
modismo describe a una persona como “hijo de algo o alguien para indicar la
relación entre los dos”. La obediencia viene de la misma raíz que significa
“oír”. El modelo por excelencia de la obediencia es Jesucristo, quien se hizo
obediente hasta la muerte y muerte de cruz. De tal manera que si se oye una
orden, se debe cumplir. Como sus hijos debemos ser obedientes. Así Pedro
usa un hebraísmo corriente para dirigirse a sus lectores, para decir, que la
naturaleza de Dios quien es el Padre de todo creyente se debe trasmitir a sus
hijos (Henry, p. 1845).
2. Toda carne es como la hierba (v. 24). Esta expresión es una figura de
comparación llamada símil, pues compara la “carne” con la “hierba”. Pedro
utiliza ésta comparación pues supone que sus lectores, aún siendo de
extracción pagana, están familiarizados con el texto de Isaías 40:6, y así
recordarles cual es la condición de todo ser humano en comparación con la
Palabra del Dios vivo y verdadero que permanece para siempre, la cual les ha
sido ya anunciada (Henry, p. 1847).
Una vez que el patrón de la revelación bíblica ha sido tratado, analizado y aceptado, la
pregunta de cómo cuadra un pasaje particular es mucho más fácil de responder.
Para poder realizar una Análisis Teológico serio, debemos seguir los siguientes pasos.
3
En el Antiguo Testamento se pueden identificar cuatro conexiones cruciales para entender el desarrollo de la
Teología Bíblica:
1. La Bendición Pre-Patriarcal y la Promesa Patriarcal.
2. La Promesa Patriarcal y la Ley Mosaica.
3. El Deuteronomio Pre-Monarquial y la Promesa Davídica.
B. Definir teológicamente la palabra escogida según su función en el contexto
inmediato.
Se debe considerar otros usos de la misma palabra en el mismo libro, primero en
la sección inmediata y moviendo a otras secciones como en circulos concéntricos.
C. Examinar los usos de la misma palabra por otros escritores de la misma época.
La teología que Dios estaba revelando a un escritor bíblico no era privativa ni
particular, el Señor lo estaba haciendo con escritores de la misma época5. Ver diagrama
de Centro Canónico-Teológico.
4. La Teología Sapiencial y la Promesa Profética. (Walter C. Kaiser. Toward an Old Testament Theology, 55-56.
Existe una gran variedad de teor1as respecto a la manera de conceptualizar la naturaleza de la relación de Dios con
el hombre. Algunas teorías son "discontinuas," es decir, ven ciertas interrupciones en la revelación de Dios y en la
forma de tratar al hombre en diferentes épocas (Interpretación Dispensacional). Otras teorías son "continuas" pues
ven una progresión en la revelación de Dios desde el principio hasta la culminación de la manifestación de Dios
(Interpretación de Pacto o Promesa).
Aquellos que entienden la historia de la salvación como primariamente "continua" generalmente ven toda la
Escritura como relevante para el creyente hoy, puesto que ven una unidad básica entre ellos y los creyentes a quienes
fue dirigido en Antiguo y Nuevo Testamento. Por el otro lado, aquellos que interpretan la revelación de Dios como
"discontinua" tienden a considerar que solamente el libro de Hechos y las cartas a las iglesias poseen relevancia
primaria para la iglesia de hoy (Henry A. Virkler. Hermeneutics: PrincipIes and Processes of Biblical Interpretation,
119-20).
4
Es muy provechoso estudiar la etimología de la palabra escogida, pero debe hacerse con precaución. Las raíces
cambian mucho en su significado sobre la historia de su desarrollo y porque muchas veces nadie sabe cuál haya sido
la etimología de una palabra dada. También es posible que el autor esté pensando más en un sentido “connotativo"
que “denotativo”.
5
Para este paso son muy provechosas las concordancias de la Biblia. Lo ideal es usar una concordancia en el idioma
original (Hebreo para el Antiguo Testamento y Griego para el Nuevo), pero si no se tiene acceso a estas, si se
recomienda una Concordancia Exhaustiva. En una Concordancia se puede averiguar: (a) cuántas veces aparece una
palabra en la Biblia; (b) en qué periodo se usó más; (c) si hay un contexto con un número extraordinario de usos.
Testamento. Es la palabra de bendición de Dios o su Promesa de ser el Dios de Israel y
hacer algo por ellos y por medio de ellos para todas las naciones.
C. Examinar los usos de las palabras por otros escritores de la misma época.
1. Gracia (v. 13).
La palabra gracia ocupa un lugar prominente en las salutaciones y bendiciones
paulinas. En Romanos 3:21, el hombres es justificado por gracia a pesar de se
pecador. La fe es la respuesta a la gracia divina (Efesios 2:8-9). La gracia es un
don de Dios. El creyente vive bajo la gracia divina (Efesios 2:8-9). La obediencia
es la manera de responder a esa gracia (Romanos 12:1-2) (Robinson, p. 564).
La LXX utiliza elpizo para describir la esperanza. Todo el judaísmo tardío se caracteriza
por los múltiples anhelos escatológicos orientados a la venida del Mesías y la
restauración del reino de Israel. En el judaísmo helénico la esperanza mesiánica pasó a
un segundo plano en favor de la idea de la inmortalidad del alma (Cohenen, p. 45).
V. ANALISIS HOMlLÉTICO.
La exégesis nunca es un fin en sí. No se realizan sus propósitos hasta que empiecen
a tomarse en cuenta los problemas de pasar lo aprendido del texto a la iglesia
aguardadora.
No puede el exegeta olvidarse de la respuesta que quiere de sí mismo y de sus
oidores.
La mayoría de los textos no se encuentran en una forma directamente didáctica. Sus
problemas son más complejos. Como hemos visto ya, el intérprete deberá poder
resumir en una oración concisa el significado de cada párrafo en el trozo de la Escritura
sobre el cual piensa predicar. El intérprete se asegurará que su enfoque es idéntico con
lo que fue la intención del autor. Por tanto, será propio designar la oración concisa
resumiendo el párrafo como la proposición del autor.
Es de suma importancia que el tema reafirmado no sea simplemente una narración
descriptiva de eventos pasados. Esto inmediatamente predispondrá a la gente actual
en contra de prestarle su atención. Así que es preciso que cada punto evite el uso del
tiempo pasado del verbo y el uso de todos los nombres propios (con la excepción de
los nombres de Dios).
Entonces el exegeta procederá a la universalización del texto. Con esto en mente,
déjenos definir "universalización." "Universalizar" es declarar las proposiciones, los
argumentos, las narraciones y las ilustraciones del autor en la forma de verdades
eternas, con un enfoque especial sobre la aplicación de estas verdades a las
necesidades actuales de la iglesia. Hay que seguir varios pasos para universalizar un
pasaje:
Se recomienda que la conclusi6n sea escrita en su totalidad, que sea de una extensión
mínima de 1/2 página y puede ser leída textualmente. La conclusión es el punto al que
queremos llegar en el sermón y esta puede constar de un breve resumen de lo dicho
en el sermón, una exhortación derivada del texto mismo y una invitación a la iglesia.
Una buena conclusión es tan imperiosa como una buena preparación exegética y
Homilético.
EJEMPLO DE UN ANÁLISIS HOMILÉTICO
A. Tema. Los cristianos debemos tener plena seguridad y convicción de que Dios
siempre tiene lo justo para nuestra vida; por ello, cuando nos llama a la santidad
debemos obedecer su Palabra.
B. Énfasis. Que los hermanos acepten la invitación, las demandas, las
advertencias y los recordatorios que el Señor Santo nos hace; si hacemos tal
cosa podremos confiar en él a pesar de las circunstancias adversas.
C. Puntos principales
I. Debemos estar listos para entender su voluntad (vv. 13-16)
II. Debemos estar listos a vivir en su voluntad (vv. 17-23)
III. Debemos estar dispuestos a aceptar su voluntad (vv. 24-25)
D. Subpuntos
I.
A. Permaneciendo sobrios en el presente (v. 13ª)
B. Teniendo plena certidumbre en el futuro (v. 13b-14b)
C. Manifestando la nueva vida en Cristo (v. 15b-16)
II.
A. Pues el juez eterno nos observa (v. 17a)
B. Pues el sacrificio de Cristo nos exige (17b-21)
C. Pues la vida práctica nos caracteriza (v. 22-23)
III.
A. Nuestra vida es pasajera (v. 24)
B. Nuestro fundamento es eterno (25)
E. Teología
I.
1. Gracia (v. 13).
Como el atributo inseparable de Dios, la gracia no existe independiente como si
fuese una entidad por sí sola, pues es la actitud de Dios hacia el hombre. Es la
generosidad o la magnanimidad de Dios hacia nosotros, seres rebeldes y
pecadores. En el Nuevo Testamento la gracia de Dios está centrada en la persona
de Jesucristo (1ª Pedro 1:13). Él es la gracia manifestada por acción de la voluntad
divina, y el hombre no puede merecerla, más bien debe esperarla como un regalo de
Dios mismo. La gracia posibilita la fe (1ª Pedro 1:13) y por lo tanto, el creyente debe
conducirse en santidad en toda su manera de vivir, con la esperanza de que ese
Jesús sea manifestado en gloria en su segunda venida (Gattinoni, p. 465).
II.
3. Santo (v. 16).
Qadosh, su significado es cortar o separar, denota entonces apartamiento y de allí
la separación de una cosa o persona de su uso común o profano para ser divino. La
terminología en el Nuevo Testamento sugiere una distinción entre la santidad que es el
propio ser de Dios y la santidad que pone de manifiesto el carácter de su pueblo. El
Nuevo Testamento emplea el término hagios, que en ocasiones significa separado,
consagrado, puesto aparte (Lucas 2:23), pero con mayor frecuencia “puro.” Ser santo
es ser sin “mácula, ni arruga ni cosa semejante” (Efesios 5:26-27). Así, el nuevo pueblo
de Dios es la continuidad del pueblo santo. En 1ª Pedro, Efesios, Filemón, la santidad
no es un privilegio u obligación de algunos ya que todos los creyentes son llamados
santos y a santificarse. Ésta es una santidad según el modelo de Cristo (1ª Pedro 1:16)
hasta la plena realización de esa santidad en el reino (2ª Pedro 3:13). El apóstol quiere
enfatizar el tipo de vida, basado en normas éticas y morales de muy alta calidad. El
interés del Señor está en la totalidad de la conducta de sus hijos y no solamente en
aspectos rituales y cúlticos (Finlayson, Pp. 1252-1254).
III.
4. Cordero (v. 19).
Título que se aplica exclusivamente a nuestro Señor Jesucristo. Aparece en el
Nuevo Testamento en Juan 1:29,36 como el Redentor enviado de Dios. El cordero
simboliza a Cristo, quien en el calvario se ofreció así mismo, en sacrificio vivo, para
llevar nuestros pecados sobre su cuerpo (1ª Pedro 2:24). Pablo se refiere a Cristo como
nuestro cordero pascual (1ª Corintios 1:5-7). La misma idea del sacrificado por nosotros
para perdón, redención, purificación y salvación, aparece en 1ª Pedro 1:18,19. Pedro
está pensando en el sistema sacrificial del Antiguo Testamento, en donde el cordero
para el sacrificio debería ser sin ninguna imperfección. El cordero moría para expiar o
cubrir los pecados del pueblo. De la misma manera Jesús pagó como “cordero sin
mancha” un precio muy alto por nuestra liberación (Payne, p. 489).
Puesto que Jesucristo ha resucitado de los muertos, Pedro puede pensar en varias
cosas: 1. Ya que Cristo resucitó, nuestra seguridad de resurrección está segura. El es la
primicia de los que durmieron; 2. Ya que Cristo resucitó, nuestra vida de santidad debe
ser real. El pudo vivir una vida de santidad absoluta, y su experiencia se aplica a
nuestras vidas, y; 3. Ya que Cristo resucitó, podemos enfrentar con toda seguridad y
confianza las persecuciones en la vida. Nuestra esperanza está depositada en
Jesucristo por lo tanto es segura pues el está vivo (Gonzáles, p. 14).
E. Conclusión.
Hermanos, el mundo de nuestro tiempo al igual que el de Pedro está sumergido
en una crisis moral, social, espiritual, política, económica. Éste es un mundo sin
esperanza, incapaz de sostener una vida íntegra.
Pero tal parece que ésta crisis también ha invadido a la iglesia a los cristianos del
siglo XXI. La Biblia ahora es relativa, pues depende “con el cristal con que se mire”.
Bibliografía
Cohenen, Lothar. (1984) Diccionario Teológico del Nuevo Testamento. Volúmen IV.
Salamanca, España: Ediciones Cristiandad.
Green, H. (1994) “1 Pedro” en Comentario Bíblico Moody. NT. Grand Rapids, Michigan:
Editorial Portavoz.
Jacob, Edmond. (1969) Teología del Antiguo Testamento. Madrid: Ediciones Marova.
Martín, Alfred. “Efesios” en Comentario Bíblico Moody. NT. Grand Rapids, Michigan:
Editorial Portavoz, 1994.
Vila, Samuel. Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado. Terrassa, Barcelona: Editorial Clíe,
1985.
Vine, W. E. Diccionario Expositivo de Palabras del NT. Barcelona, España: Ediorial Clíe,
1984.