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Ella lo despidió con estas palabras: "Ve, hijo, cumple el mandato del Maestro y por
El te ruego que en aquella ciudad de España en que mayor número de hombres
conviertas a la fe, edifiques una Iglesia en mi memoria, como yo te lo mostraré".
Saliendo de Jerusalén, Santiago llegó a España y pasando por Asturias llegó a la
ciudad de Oviedo, donde sólo pudo bautizar a un hombre. Luego, entrando por
Galicia, predicó en la ciudad de Padrón. De allí volviendo por Castilla se dirigió a
Aragón, donde se encuentra Zaragoza, a orillas del Ebro. En esta ciudad, luego de
predicar muchos días, bautizó a ocho varones con quienes conversaba durante el
día del reino de Dios. Por la noche, solo y descorazonado, se encamina por la ribera
del río para descansar y orar en silencio. Durante la oración, una de esas noches
oyó voces de ángeles que cantaban: "Ave María llena de gracia..." al oírlos se postró
de rodillas y vio sobre un pilar de mármol a la Virgen que le decía: "He aquí,
Santiago, el lugar donde edificarás un templo en mi memoria. Mira bien este pilar
en que estoy, al que mi Hijo y Maestro tuyo trajo de lo alto por mano de los ángeles.
Alrededor de él harás el altar de la capilla, en este lugar obrará la virtud del altísimo
portentos y maravillas por mi intersección por aquellos que, en sus necesidades
imploren mi patrocinio. Este pilar permanecerá en este sitio hasta el fin del mundo
y nunca faltarán en esta ciudad verdaderos cristianos". Confortado por esta
presencia de María, edificó un templo. Es la primera iglesia del mundo dedicada a
la Virgen".
Las palabras de este escrito que recogen una tradición oral, quedan respaldadas
por la experiencia, ya que nunca faltaron en Zaragoza verdaderos cristianos, y son
el documento más antiguo de esta arraigada tradición española.
El Papa Clemente XII señaló la fecha del 12 de octubre para la festividad particular
de la Virgen del Pilar, pero ya desde siglos antes, en todas las iglesias de España y
entre los pueblos sujetos al rey católico, se celebraba la dicha de haber tenido a la
Madre de Dios en su región, cuando todavía vivía en carne mortal.