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Carta de amor ganadora

Concursos. Antonio villalva. Concurso en Europa.


Un hombre que va ser su ex.

Querida cristina ayer recibí una misiva de tu abogado donde me invitaba a enumerar los
bienes comunes, con el fin de empezar el proceso de disolución de nuestro vínculo
matrimonial (se van a separar) a continuación te remito dicha lista de los bienes, que
cómo veras la he dividido en dos partes. Básicamente una con las cosas que nuestro 5
años de matrimonio nos han dejado y me gustaría quedarme. Y la otra lista con las que
puedes quedar tú.

Cosas que deseos conservar. La carne de gallina que salpico mi brazo cuando te vi por
primera vez en la oficina, el leve rastro de perfume que quedó flotando en el ascensor esa
mañana cuando te bajaste a la segunda planta y no me atrevía todavía a dirigirte la
palabra. Me gustaría quedarme con el movimiento de cabeza con el que aceptaste la
primera invitación a cenar, también me gustaría quedarme con la mancha de rildel que
dejaste en mi almohada la noche de bodas, cuando por fin dormimos juntos, por primera
vez, me encantaría quedarme con la promesa que yo sería el único que besaría esa
constelación de pecas de tu pecho, las gotas de lluvias que se enredaron en tu pelo, en
medio de las carcajadas durante nuestra luna de miel mientras subíamos en aquel tren en
movimiento, todas las horas que pasábamos mirándonos, besándonos, y hablando y
también me quedare si no te molesta, con las horas que pase soñando o simplemente
pensando en ti. Estas son las cosas que tú puedes conservar. Las cenas en silencio
interrumpida únicamente por el ruido de los cubiertos porque ya no teníamos nada que
hablar, te puede quedar con esos besos obligados que me dabas cuyo ingrediente
principal era la rutina, puedes quedarte con el sabor agrio de los insultos, de los
reproches, quédate con la sensación de angustia al estirar la mano por la noche para
descubrir que el lado de tu cama estaba vacío porque te quedabas hasta tarde navegando
en Facebook con tus amigos ocasionales, las nauseas que tenía en mi garganta, cada vez
que notaba un olor extraño en tu ropa, quédate con el cosquilleo de mi sangre
pudriéndose cada vez que te encerrabas en el baño para hablar por teléfono con él. Alan y
Cecilia los nombres que nos gustaba para los hijos y por lo que veo nunca vamos a tener.
Con respecto a los objetos que hemos adquirido y compartido durante nuestro
matrimonio, al automóvil, la casa, puede quedarte con todos, al fin al cabo son solo eso
objetos,

Afectuosamente Roberto.

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