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Los pecados capitales de las finanzas personales

Hay partes de nuestro destino financiero que no podemos controlar. Los mercados suben y
bajan; la inflación viene y va. Sin embargo, tenemos el poder de cambiar nuestro propio
comportamiento. Y eso es importante, pues en las finanzas, como en todo lo demás en la
vida, el comportamiento equivocado puede conducirnos a un lugar muy peligroso.
Para evitar terminar donde no quieres estar, recuerda estos pecados de las finanzas
personales. Ignóralos por cuenta y riesgo de tus finanzas. O tenlos muy presentes en tus
cálculos y goza de una vida financiera fructífera.
1) Optimismo
¿Te preocupa que se te acabe el dinero durante tu vida? Si es así, todo bien. Mientras que el
optimismo puede ser un rasgo positivo en muchas facetas de la vida, puede resultar
peligroso cuando se trata de dinero. Los estudios revelan que quienes son optimistas sobre
tener suficiente dinero para la jubilación no se preocupan lo suficiente acerca del asunto. Su
optimismo feliz sobre el futuro entorpece la motivación necesaria para aplazar los gastos y
ahorrar. ¿Y los pesimistas a quienes les preocupa tener que vivir debajo de un puente?
Invariablemente son los mejores ahorradores, según Michael Finke, profesor de
planificación financiera personal en Texas Tech University.
Solución:
Ahorrar de manera automática es la clave para protegerte contra el optimismo excesivo y
juntar ahorros. Por supuesto, depositar las deducciones automáticas de la nómina en un plan
de jubilación 401(k) en el trabajo es una opción. Pero también puedes deducir dinero de tu
cuenta corriente en todos los períodos de pago e invertirlo en un fondo de inversión o
cuenta bancaria de ahorros.

2) Consumismo
No cabe duda de que gastar dinero en lo último de moda puede hacernos felices. Pero los
estudios indican que esta felicidad no dura mucho. Jonathan Clements, el autor de Jonathan
Clements Money Guide 2016 (Guía sobre el dinero para el 2016 de Jonathan Clements),
dice que debido a un proceso conocido como “adaptación hedonista”, nos acostumbramos
rápido a un nuevo automóvil lujoso, y el factor de felicidad pierde intensidad a toda
velocidad.

Solución:
Siempre habrá alguien con mejores juguetes que tú; mantente alejado de esta rutina
hedonista. Si estás pensando en comprar algo costoso, tómate tu tiempo para decidir.
Clements dice que la anticipación de la compra es en realidad la mejor parte y proporciona
la mayor cantidad de felicidad relacionada con la adquisición.

3) Inercia
No hacer nada con tu dinero puede consumir el valor de tus ahorros si dejas que suceda.
Los inversionistas tienen casi $900 mil millones ($900 billion) en fondos de inversión del
mercado monetario y $8 millones de millones ($8 trillion) en cuentas bancarias de ahorros.
El dinero en efectivo es reconfortante, en particular durante períodos en que el mercado de
valores causa tantos dolores de cabeza. Lamentablemente, gran parte del dinero en efectivo
que languidece en las cuentas paga prácticamente nada, un simple 0.01% anual. Si el
promedio de inflación es un 3.2% (el promedio histórico), perderás un 47% de tu poder
adquisitivo en 20 años.

Solución:
Deja de usar las terriblemente bajas tasas de interés como excusa para no hacer nada.
Cuando se escribió este artículo, las cuentas de ahorros en bancos en línea tales como
Synchrony Bank daban hasta un 1.05% anual, y los certificados de depósito de cinco años
con multas por retiros prematuros de 180 días daban un 2.20%. Por otro lado, los
certificados de depósito de 10 años que se compran a través de un agente daban más del
3%.
Es verdad, esas tasas siguen siendo bajas, pero brindan un interés compuesto a medida que
pasan los años. Mientras tanto, el interés compuesto de un cero por ciento por 10 años
equivale a cero.

4) Impulsividad
Aunque puede parecer lo opuesto de la inercia, la impulsividad puede ser igual de mortífera
para tus finanzas. La tentación proviene de otros que te dicen lo ricos que se están
volviendo al comprar esas acciones “calientes”, y tú muerdes el anzuelo. O quizás alguien
te ofrece la oportunidad de obtener un alto rendimiento sin casi ningún riesgo. O tal vez el
mercado de valores cae en picada y el impulso de vender es irresistible.

Solución:
¡Detente y piensa! En su libro Thinking, Fast and Slow (Pensar, rápido y despacio), Daniel
Kahneman, psicólogo y ganador de un Premio Nobel, dice que tenemos dos sistemas de
pensamiento: el primer sistema es rápido, automático, frecuente, emocional y
subconsciente. El segundo sistema es lento, intencional, poco frecuente, lógico, calculador
y consciente. Antes de entrar en acción basado en el impulsivo primer sistema, usa el
segundo sistema para pensar más despacio. Asegúrate de tener en cuenta de manera lógica
las ventajas y desventajas.
Argumentación:

Como todo en la vida, el destino es incierto, hasta en las finanzas personales. Por más que
se tengan cuentas de ahorros, planes a futuro, pensión, hay cosas que en la economía varían
que afectan estos planes; la inflación, las alzas y bajas de precios, impuestos, etc. Esto
implica que las acciones de las personas en el mundo de las finanzas no son 100%
consistentes en la manera en que una máquina lo sería. Esto se debe a que los humanos somos
libres y capaces de tomar decisiones que pueden variar dependiendo el día o el momento, lo que
pudiera derivar en un comportamiento irracional, por estas razones, son identificados los pecados de
las finanzas personales que menciona el artículo.

Es decir, desde jóvenes nos enseñan ahorrar y a tener metas financieras a futuro; estudios,
viajes u objetos muy deseados. Ya luego al trabajar, obligatoriamente debes guardar una
parte para tu jubilación mensualmente, pero durante este largo camino se encuentran
necesidades de lujo, antojos materiales, en lo cual desperdiciamos una buena parte de algo
que puede ser ahorrado y mejor invertido en el futuro, el segundo pecado de las finanzas, el
consumismo.
Tenemos el iPhone 6 y vemos que salió el iPhone 7, con más características y beneficios,
nuestro instinto de consumidor piensa que ya es hora de cambiar de celular, a pesar de que
el que ya tenemos se encuentre en buen estado. Esto también se debe a que somos muy
impulsivos, pecado número cuatro, y usualmente no nos informamos por completo,
simplemente somos receptivos a lo que primero nos venden. O también en la situación de
que algún compañero compre ropa de una marca determinada, para encajar comienzas a
comprar la misma marca sin importar que sea costosa, de igual manera se tiene el dinero
para gastarlo.

Más adelante con el trabajo, se conseguirá más, donde se ve reflejado el primer pecado del
que habla el artículo, el optimismo, pero tal vez en dos, tres meses le suban la cuota de
manejo a tu cuenta de ahorros o el precio de algunos productos que necesitas, suban, así
que el presupuesto de estás dos cosas debe aumentar. En este pecado también se puede
incluir la sobreconfianza, está se genera cuando creemos que seremos capaces de alcanzar
resultados extraordinarios con nuestras habilidades. Sin embargo, si evaluáramos los
resultados previos obtenidos con estas mismas habilidades seríamos capaces de observar
que los resultados no son tan satisfactorios como creemos. Y así como algunas actuaciones
comunes del ser humano que corresponden con estos pecados, pero para poder mantener el
control sobre nuestras finanzas es necesario generar cambios en nuestro comportamiento
teniendo en cuenta estos datos.

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