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PLANIFICACIÓN DE SESIÓN DE APRENDIZAJE

Reconociendo las implicancias de la Dignidad Humana

1. Área : FCC
2. Grado y sección : segundo
3. Duración : 2 horas
4. Docente : Jerzy Max Angulo Cuesta
5. Fecha : 03 de setiembre 2018

APRENDIZAJES ESPERADOS
COMPETENCIAS CAPACIDADES INDICADORES
Convive Interactúa con cada persona  Explica que lo común a todas las
respetándose a sí reconociendo que todas son personas es la dignidad humana.
mismo y a los sujetos de derecho y tienen
demás. deberes.
Participa en Asume una posición sobre un  Dialoga a partir de principios éticos
asuntos públicos asunto público, que le permita universales sobre asuntos públicos
para promover el construir consensos. ocurridos en los niveles local, nacional y
bien común. global.

SECUENCIA DIDÁCTICA
PRIMERA HORA (45 minutos)
Inicio (10 minutos)
 El docente saluda a los estudiantes y hace un recuento del trabajo de la primera sesión motivando la
participación y el diálogo entre todos los estudiantes. Presenta la situación significativa y la actividad
más importante de la sesión. Explica los aprendizajes esperados en lenguaje asequible a los
estudiantes.
 El docente explica que hay varios conceptos que tenemos que manejar para comprender por qué es
importante que nos respetemos entre todos y vivir en un ambiente armónico, como por ejemplo, el
significado de dignidad humana, ética y ciudadanía. Manejando estos conceptos es una forma, junto
con la práctica, de interiorizar y encontrar sentido a nuestros valores ciudadanos.

Desarrollo (30 minutos)


 El docente realiza una presentación sobre los conceptos de dignidad humana, ética y ciudadanía
ejemplificándolos con un caso que afecte a los estudiantes en la vida cotidiana. Este podría ser el
problema del robo en la escuela, para lo cual en Para el docente Anexo 1 (
http://blog.pucp.edu.pe/blog/SusanaFrisancho/2006/12/19/disciplina-i-problemas-de-robo-en-la-
escuela/.) se presenta un texto de Susana Frisancho, que inspirará al docente en su presentación.
 El docente propicia un clima adecuado, dándole la debida importancia al tema porque este no solo
afecta o podría afectar a uno (al ¨ladrón¨) sino a todo el salón o a toda la escuela. Les plantea la
pregunta para propiciar el diálogo: ¿Por qué el caso que hemos comentado es un problema ético?
 Los estudiantes participan activamente en el diálogo. Presentan puntos de vista a partir del caso y la
pregunta planteada.
 El docente pide a los estudiantes mencionar palabras que guarden relación con el concepto de ética
y ciudadanía.
 Los estudiantes presentan sus cuadros al pleno, con sus apreciaciones sobre la relación entre ética
y ciudadanía.

Cierre (5 minutos)
 El docente asegura que todos los estudiantes hayan realizado las anotaciones del concepto de ética
y ciudadanía, pues la necesitarán en el siguiente momento.
SEGUNDA HORA (45 minutos)
Inicio (5 minutos)
 El docente pide a un estudiante que haga una síntesis de lo que se dialogó en la hora anterior. Luego
les pide señalar ejemplos contrarios a la ética y la ciudadanía.
 Los estudiantes narran un caso de su vida escolar que esté vinculado con la ética y ciudadanía.

Desarrollo (30 minutos)


 El docente presenta tres tarjetas con textos vinculados a la dignidad humana, ética y ciudadanía y les
dará una copia a cada uno con la intención de ir construyendo sus propios conceptos a partir del
análisis de fuentes.
 El docente propone hacer la primera lectura de manera colectiva. Docente y estudiantes se alternan
para hacer la lectura en voz alta. Podrían ir recordando algunas ideas que se compartieron en la
primera hora.
 Los estudiantes realizan una lectura personal aplicando la técnica del subrayado y hacen anotaciones
en sus cuadernos.
 El docente facilita a los estudiantes diccionarios para que puedan aclarar algunas definiciones y ayude
en la comprensión de los conceptos.

Cierre (5 minutos)
 El docente informa a los estudiantes que la tarea para casa es terminar de hacer la comprensión
lectora de las tarjetas, ya que los aplicarán en la última hora de la sesión.

TERCERA HORA (45 minutos)


Inicio (5 minutos)
 El docente recuerda a los estudiantes el propósito de la sesión.
 El docente pide a los estudiantes que redacten sus definiciones de Ética, ciudadanía y dignidad
humana.

Desarrollo (30 minutos)


 Los estudiantes se organizan en equipos de trabajo y revisan asuntos públicos de la realidad local,
regional, nacional y contrastan con cada uno de los conceptos estudiados.
 Luego redactan en su cuaderno de apuntes el concepto de dignidad humana y sus implicancias en
nuestra sociedad.
 El docente monitorea el trabajo en equipo y orienta permanentemente el trabajo de los estudiantes.
 Los estudiantes socializan su trabajo y dialogan en una plenaria.
 El docente enfatiza que la ética, ciudadanía y la dignidad humana están vinculados en una sola idea
y es el buen vivir o el bienestar que todos y todas merecemos.

Cierre (10 minutos)


 El docente pedirá a un equipo que comparta el texto que han producido. Felicita a todos por el
esfuerzo desplegado. Para finalizar, les pregunta: ¿cómo se han sentido?, ¿para qué les servirá lo
aprendido en la sesión? Espera y fomenta que algún estudiante comparta su metacognición.

Firma del docente Firma del directivo


ANEXO 1

19/12/06: Disciplina I – Problemas de robo en la escuela

Muchos profesores me han comentado su preocupación respecto a la ocurrencia de robos dentro de las aulas. Como sucede
con cualquier problema que afecta la vida en común, el robo en la escuela es un tema complejo y definitivamente no tiene una
única solución, ni existen recetas fáciles o de corto plazo que lo resuelvan. Cada caso es particular y distinto y esas diferencias
siempre deben tomarse en cuenta.
Personalmente no soy partidaria de la separación del estudiante de la escuela. Creo que un estudiante no debiera ser expulsado
nunca -o casi nunca, para ser más exactos- de la escuela a la que pertenece. Un estudiante que roba es en parte un producto de
la escuela. Expulsar a un estudiante, desde mi punto de vista, es como que un hospital pusiera en la calle a su enfermo más grave
precisamente porque está grave, renunciando así a su responsabilidad para con ella o él. Este punto creo que debe discutirse
mucho más a fondo, y no será en esta entrada sino en alguna otra en que abordaré específicamente este tema.
Sin embargo, considero que hay varias cosas que pueden hacerse cuando se presentan casos de robo en la escuela. A
continuación expongo algunas ideas:
1) Un problema de robo merma la confianza de los miembros de un grupo y es básicamente injusto. Creo que el problema debe
ser atacado por allí, como problema colectivo. Cuando el robo se concibe como un problema individual (hay alguien que roba, un
“ladrón”) se pierde ese factor comunitario y de cultura de la escuela que es tan importante.
2) Por lo tanto, mi sugerencia apunta a trabajar colectivamente el tema. Muchos colegios no están acostumbrados a esto pero
creo que es la única manera de llegar realmente al fondo del asunto.
3) Es necesario hacer a los estudiantes conscientes de que el robo es un problema, pues aunque parezca mentira, muchas veces
no existe conciencia plena entre ellos de que lo sea. Resulta útil por ello conversar en aula sobre el tema: ¿Cómo lo perciben?
¿Cuáles son sus causas? ¿Reconocen sus consecuencias para ellos mismos y para la vida en el aula y en la escuela? Es
necesario tener sesiones simplemente para debatir el tema y trabajar la idea de que es un asunto COLECTIVO que concierne a
todos y no un problema individual (que es como usualmente los estudiantes lo ven), pues afecta la confianza que se tienen los
miembros de la comunidad, dificulta el buen desenvolvimiento de las clases, etc. Esto suele tomar tiempo pues pasar de una
visión individual de este tipo de asuntos a una comunitaria es un proceso lento.
4) Es importante trabajar el tema desde 3 frentes: uno, haciendo entender a los estudiantes que ocultar una falta -el robo en este
caso- no es adecuado (que no es sinónimo de amistad, por ejemplo), haciéndolos conscientes de lo que siente la víctima al haber
sido objeto de un robo, y sobre todo, haciéndolos partícipes colectivamente del tipo de sanción. Esto debería ser un proceso
dinámico en el que la comunidad educativa opina y argumenta sobre lo que se merece la persona que ha cometido la falta, y toma
colectivamente la decisión de sancionar o de dar a la persona una segunda oportunidad.
Lamentablemente muchos colegios no pueden aplicar este tipo de estrategia porque tienen reglamentos predeterminados y
rígidos que nunca se revisan y en los que se estipula de antemano que robar es “falta grave”, y se señala la sanción a aplicar.
Esto me parece nocivo, ya que cada caso tiene particularidades que deben tenerse en cuenta al momento de decidir. ¿Cómo
puede saberse de antemano que algo es “falta grave” sin tomar en cuenta -por ejemplo- las intenciones de la persona, el contexto
de la falta, o los posibles atenuantes? Con ese tipo de reglamentos se ata de pies y manos a los profesores, quienes muchas
veces se sienten obligados a seguirlos aunque no crean en ellos, y no se permite la participación de los estudiantes en la real
toma de decisiones sobre las reglas que rigen su vida escolar.
En resumen, es necesario romper la idea de una disciplina dividida en una cultura adulta (adultos que crean las reglas y las aplican
o imponen) versus una cultura estudiantil (estudiantes que no participan en la generación de las normas y que reciben sanciones
pasivamente), de modo que los estudiantes se sientan parte de la cultura de la escuela y asuman una participación directa en la
vida (normas, reglamentos, sanciones) de la misma.
Para ello, la disciplina debe ser entendida como expresión de una moral compartida (por todos) y no como control social o simple
manejo de conducta. Debe dejar de ser punitiva para pasar a tener connotaciones morales. Si la disciplina se vuelve una tarea
colectiva, los estudiantes asumirán el control disciplinario como propio, se acabará la presión de pares para hacer precisamente
lo contrario a las normas, ya que las normas no serán “de los profesores” sino de todos. Jean Piaget decía con toda razón que la
disciplina debe abandonar la idea de que el primer objetivo del castigo debe ser la disuasión (para lo que se necesitan castigos
cada vez más horrendos), y reconocer que su objetivo principal debería ser la expresión de la desaprobación del grupo. Esto
depende, por supuesto, de la fuerza de la comunidad y el aprecio que cada uno de sus miembros le tenga.
Sobre el tema de la comunidad, el vínculo afectivo que sería deseable que los estudiantes desarrollen hacia su escuela, y el tipo
de disciplina que la comunidad crea, hablaré más adelante.

Del blog de Susana Frisancho en http://blog.pucp.edu.pe/blog/SusanaFrisancho/2006/12/19/disciplina-i-problemas-de-robo-en-la-


escuela/. Recuperado el 05-05-2015
Anexo 2

Dignidad humana
1. Valor intrínseco o noción ontológica universal que implica respeto, sin importar la elección política,
situación económica, social, cultural, género u orientación sexual, creencias o formas de pensar.

Marín, María. En torno a la dignidad humana como fundamento de la Declaración Universal sobre
Bioética y Derechos Humanos de la UNESCO. http://scielo.isciii.es/scielo.php?pid=S1886-
58872014000200003&script=sci_arttext. Recuperado el 05-05-2015.

2. La noción de “dignidad humana” se vincula con el “respeto incondicionado que merece todo individuo
en razón de su mera condición humana, es decir, independientemente de cualquier característica o
aptitud particular que pudiera poseer” (Bayertz, p. 824). Según la conocida expresión kantiana, la
dignidad es “algo que se ubica por encima de todo precio y, por lo tanto, no admite nada
equivalente”; mientras las cosas tienen “precio”, las personas tienen “dignidad” (Kant, p. 189). En
otras palabras, la dignidad, como prerrogativa característica de las personas, es un valor absoluto que
escapa por tanto a todo cálculo utilitarista de costos-beneficios.

Andorno, Roberto. El principio de la dignidad humana en el bioderecho internacional.


En http://enciclopediadebioetica.com/index.php/todas-las-voces/184-el-principio-de-dignidad-
humana-en-el-bioderecho-internacional. Recuperado el 05-05-2015.

Ética
“La formación ética y cívica es obligatoria en todo proceso educativo; prepara a los educandos para cumplir
sus obligaciones personales, familiares y patrióticas, y para ejercer sus deberes y derechos ciudadanos. La
enseñanza de la Constitución Política y de los derechos humanos es obligatoria en todas las instituciones
del sistema educativo peruano…”
(Ley General de Educación-28044, artículo 6°)

La dimensión ética [una de las seis dimensiones de la Educación ciudadana democrática intercultural] es la
que atañe a nuestro desarrollo como agentes morales con capacidad de indignación frente a la injusticia y
el daño del otro. Es lo que posibilita que identifiquemos y enfrentemos —con responsabilidad y cuidado—
todo aquello que afecta los derechos de los otros, de la sociedad y del mundo.
Consustancial a esta dimensión es nuestra valoración de principios con base en los cuales regimos nuestra
conducta, así como nuestra realidad práctica que nos permite evaluarlos y sopesarlos en las distintas
circunstancias que nos toca enfrentar.
Así, en esta dimensión ética se vinculan habilidades cognitivas como la toma de perspectiva o el
descentramiento, que nos pueden ayudar a desarrollar el sentido de justicia, con cualidades personales
como la empatía y el afecto, capaces de contribuir al desarrollo de lo que se llama la ética del cuidado del
otro (Chaux y Ruiz 2005: 67).

“La tarea educativa no es la de fabricar ni de moldear al otro, sino la de ofrecer las herramientas de
nuestra cultura para que cada uno pueda construir libremente su subjetividad. La formación ética se opone
al fatalismo y al determinismo y se funda en la convicción de la posibilidad del cambio de las personas y de
la realidad. La formación ética es una apuesta a la capacidad de todos: capacidad de comprender el mundo
y transformarlo”.
(Schujman 2008: 89).

Páginas 9 y 19

Ciudadanía
1. La ciudadanía es la condición de pertenencia a un Estado que se caracteriza por el ejercicio de
determinados derechos y responsabilidades.
El concepto de ciudadanía se aplica a aquel ser humano que es miembro de una comunidad sociopolítica
en la que tiene derechos, cuyo respeto exige a los demás, y obligaciones, que los demás demandan de
él.
En una democracia se considera ciudadano a toda persona que goza de los derechos civiles y políticos
que le permiten participar de forma activa y autónoma en la sociedad. Es decir, existe una relación
estrecha entre los conceptos de ciudadanía y participación.

Texto escolar. 3 Formación ciudadana y cívica (2012). Lima: Editorial Santillana. Página 74

2. La educación para la ciudadanía mundial apunta a empoderar a los educandos en aras a que participen
y asuman funciones –tanto a nivel local como global– en la resolución de desafíos internacionales, y que
se involucren haciendo un aporte proactivo en la búsqueda de un mundo más justo, pacífico, tolerante,
inclusivo, seguro y sostenible. La educación para la ciudadanía mundial tiene el poder de transformar, y
proporciona a los educandos la oportunidad y las competencias para asumir sus derechos y obligaciones
en el fomento de un mundo y un futuro mejores. Se centra en lo aprendido de otros procesos educativos
transformadores, como la educación en derechos humanos, la educación para el desarrollo sostenible,
la educación para el entendimiento internacional e intercultural, y la educación para la paz.

UNESCO. Educación para la ciudadanía mundial: una perspectiva emergente.


http://unesdoc.unesco.org/images/0022/002241/224115s.pdf. Recuperado el 05-05-2015.

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