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Hay cosas que podemos hacer ya para tener un Marketing que dé más resultados y que
no requieren estar un año para ver si funcionan ni disponer de un presupuesto infinito.
Además están tan en la esencia del Marketing, que sirven para cualquier actividad de
negocio.
Por experiencia propia han funcionado francamente bien y son trasladables a la situación
de cualquier emprendedor. He aquí cuales son.
Si está leyendo este documento muy probablemente tiene instalado el software Zen
Marketing, si es así habrá podido ver que se sigue este punto, que el enfoque del plan de
Marketing es sencillo, con pocos pasos y procurando siempre que no nos desborde.
El motivo es que, como también se comenta en el software, los grandes planes nunca
Los planes no suelen aguantar el primer envite de la realidad, cuando pasan del papel al
mundo tangible nos damos cuenta de que pocas cosas funcionan como estaban
previstas.
Realizar un plan es como trazar un mapa y ponerlo en marcha es como caminar por el
territorio de ese mapa. Al comenzar a andar resulta que han talado ciertos árboles, las
cosas están un poco más lejos (o cerca) de lo que pensábamos, de repente ha aparecido
un camino inesperado o alguien ha puesto un montón de piedras donde no debería haber
nada.
Peor aún, la realidad suele reaccionar a lo que hacemos con el plan y cambia conforme
vamos realizando acciones, complicando todo aún más.
Como pocas cosas van a coincidir con lo planificado (y da igual que el plan lo haya
diseñado el mayor experto de Marketing del mundo) es infinitamente más efectivo
mantener el plan a un tamaño fácilmente manejable y modificable en caso de
necesidad.
Un plan de marketing sencillo y manejable implica pocos pero concretos objetivos y una
cantidad de acciones para cumplir esos objetivos que no nos desborden.
Si nos vemos saturados por la cantidad de cosas que tenemos que hacer no acabaremos
Con el tiempo pasado en la “trinchera de las pymes” uno se da cuenta de que lo que
importa es lo que funciona, los resultados, no el número de páginas o lo impresionante
que pueda parecer un plan. Y los resultados han venido casi siempre gracias a un plan
pequeño y adaptable, y luego otro, y otro...
Son tantas las estrategias de Marketing que una pyme puede utilizar, (especialmente
cuando uno se centra en la parte de promoción) que desborda.
Desde contratar un servicio de telemarketing hasta una campaña por correo, pasando por
organizar eventos, ofrecer promociones gratuitas, anuncios en revistas especializadas...
Si a eso sumamos posibles estrategias de precio, de producto, etc. la cuestión es que
tenemos a nuestra disposición un incontable número de opciones.
La realidad detrás de esa lógica es que la pyme no tiene recursos, personal o dinero
como para poner en marcha demasiadas cosas de manera mínimamente eficiente.
Es más, el resultado suele ser que, si actuamos con el “cuanto más mejor” tendremos
un montón de cosas en marcha a las que no podemos dedicar suficiente tiempo y
esfuerzo y por tanto van a dar un resultado mediocre (o puede que ni siquiera
sepamos si de verdad dan resultado).
Resulta mucho mas rentable ir perfeccionando unas pocas maneras de actuar hasta
convertirnos en verdaderos expertos en ellas que estar con múltiples y desesperados
frentes abiertos.
De hecho, en lo que se refiere a Recursos Para Pymes al final se suele reducir todo a
unas pocas estrategias de marketing (que con el tiempo se han visto que son las más
efectivas y rentables) y que se intentan dominar y mejorar cada día. No es cuestión de
acabar convertidos en los mayores expertos en el uso de dichas estrategias, pero nunca
viene mal aspirar a ello...
Se van probando cosas nuevas, por supuesto, ya que siempre puede haber algo mejor
por descubrir, pero paa cada caso hay un pequeño núcleo de modos de actuar en
Marketing que son los que más proporcionan y en los que más se insiste. Nuestra misión
es ver cuáles son y dominarlos.
Tenemos que emplear ese mismo enfoque de Google a la hora de afrontar qué
estrategias de Marketing vamos a emplear.
Al final cada empresa descubrirá que hay una serie de cosas que funcionan mejor que
otras, con lo que la mayoría de recursos, tiempo y esfuerzo deben estar enfocados en
esas pocas estrategias rentables que somos capaces de emplear con mayor maestría.
¿Entusiasmo y Marketing? ¿En la misma frase? ¿Y eso es algo que puede mejorar el
Marketing? Pues sí.
cómo hacerlo ni cómo compensar el dinero que nos está costando. Porque para ponerlo
todo más difícil todavía el Marketing suele costar casi siempre dinero y no sabemos de
antemano si la cosa funcionará o acabará siendo un gasto inútil.
Nos guste o no, es así, porque sin entusiasmo hacemos las campañas de cualquier
manera, no nos preocupamos mucho en aprender qué funciona y, sobre todo, dedicamos
tiempo al marketing con el objetivo de “acabar cuanto antes” y no con el de “obtener
resultados”.
El resultado suelen ser campañas, mensajes y acciones débiles que transmiten la falta
de entusiasmo a quien lo recibe (y por tanto no le mueven mucho a hacer nada). Sin
entusiasmo optamos por copiar a los demás (mala estrategia si lo que queremos es
destacar) o bien por hacer las cosas “de cualquier manera”.
Algo tenemos que hacer para que el Marketing nos incentive y tomarlo con ganas,
emplear algún “truco” o técnica que funcione según nuestro modo de ser. Cuando las
cosas no suelen ser muy atractivas, personalmente funciona bien planteárselas como un
reto personal, pero cada uno sabe mejor que nadie cómo es y lo que le puede resultarle
más efectivo.
El caso es que debemos dejar de mirar al Marketing como a ese fastidio constante,
muchas veces cuando uno empieza a ponerle un poco de ánimo comienza a ver las
cosas de una manera distinta y puede haber partes del Marketing que le resulten incluso
interesantes. En serio.
Si no podemos ponerle entusiasmo al menos pongamos interés, aunque sólo sea porque,
para cualquier iniciativa de negocio el número de clientes es proporcional al esfuerzo en
Marketing.
Dos cosas importantes. No he visto un solo emprendedor realmente digno que no crea de
veras que lo que hace ayuda a alguien a conseguir algo. Desde un fisioterapeuta que
alivia el dolor hasta un asesor que le quita las preocupaciones fiscales y le ahorra tiempo
otros.
Si ofrecemos algo que merece la pena, entonces tenemos algo que hace más fácil la
vida de alguien en algún sentido.
La gente está dispuesta a escuchar y hacer tratos con quien de verdad le vaya a
solucionar algo.
La otra cosa es que hoy día recibimos tantos mensajes y estamos tan sometidos a la
publicidad que aunque tengamos el mejor producto del mundo, si no lo decimos será
totalmente invisible, habrá gente que lo quiera y no lo podrá tener porque no lo ve.
Quizá hubiera un tiempo en el que bastaba con tener algo bueno para tener clientes,
pero hoy día el 99% de las situaciones requieren de algo más porque se vive en un
entorno de competencia y ruido.
Que es de alguien bastante más sabio, Seth Godin, uno de esos expertos que realmente
saben lo que dicen y, sobre todo, practican lo que dicen, no en vano cada nuevo libro
que escribe es un best-seller (independientemente de como sea el libro eso sólo ya es
una muestra de buen marketing).
El consejo es:
¿El mejor marketing? Hacer lo imposible por cumplir la palabra que se ha dado a los
clientes.
Para eso nuestros clientes tienen que importarnos y tenemos que demostrarlo.
Nadie puede ser perfecto ni estar exento de errores, y de hecho ningún cliente aspira a
eso cuando nos compra o nos contrata. Lo que quiere es que lo que se le ha
“prometido” (es decir lo que espera conseguir) sea cierto y que si pasa algo, que pasará
alguna vez, haya alguien a quien le importe y que intente solventarlo.
La mayoría de los clientes con los que tratemos (de hecho nosotros mismos) habrán
sufrido alguna mala experiencia de compra y, sobre todo de abandono e indefensión,
(recuerdo no hace demasiado una con una compañía de telefonía). Lo que más temen
(tememos) es que eso vuelva a ocurrir, pero cuando nos encontramos con alguien que
cumple y con alguien que se preocupa cuando nos ocurre algo con la compra... la
experiencia marca.
Sí, es cierto que en el título del documento pone “5 formas” pero este “bonus” en forma
de sexto punto es tan importante que merece la pena dedicarle unas palabras y
comprenderlo bien, la empresa que entiende esto tiene gran parte del camino hecho con
el Marketing.
Es asombroso la cantidad de negocios que esperan que sus posibles clientes futuros se
arriesguen, confíen en ellos y les paguen con ese dinero que tanto les cuesta ganar sin
haber movido un dedo por ellos.
Su filosofía es “no te voy a mostrar nada y no voy a hacer nada hasta que me pagues.
Confía en mí (a ciegas, sin poder ver absolutamente nada de lo que puedo hacer por ti),
dame algo y entonces yo te serviré”.
Cuando una pequeña empresa aplica ese modo de actuar no debe sorprenderle que los
clientes pasen de largo. Con la oferta que hay hoy día en el mercado un cliente no va a
tener el más mínimo incentivo a saltar a ciegas en los brazos de alguien que no conoce y
que no le ha demostrado nada.