Los anticuerpos que se producen sin la ayuda del linfocito T suelen ser de afinidad
baja y consisten sobre todo en IgM con un cambio limitado de isotipo a algunos
subtipos de IgG y también a IgA.
Aunque las respuestas TI suelen mostrar poco cambio disotipo, algunos antígenos
no proteínicos independientes de T inducen isotipos de Ig diferentes a la IgM . En
los seres humanos, la clase de anticuerpo dominante inducida por el polisacárido
capsular neumocócico es la IgG2. En los ratones que carecen de CD40, apenas
se detectan en el suero la IgE y muchas subclases de IgG, pero las
concentraciones de IgG3 (que se parece a la IgG2 humana) e Ig A en el suero
están reducidas a solo alrededor de la mitad de sus valores normales. Las
citocinas producidas por células diferentes a los linfocitos T pueden estimular el
cambio de isotipo en las respuestas TI. Como se describió antes, sin los linfocitos
T, BAFF y APRIL producidos por las células de origen míelocítico, como las
células dendríticas y los macrófagos, pueden inducir la síntesis de AID en los
linfocitos B activados por el antígeno a través de un receptor de la familia del
receptor para BAFF llamado TACI. Esto puede facilitarlo también la activación del
TLR en estos linfocitos B. Además, citocinas como el TGF-pS, que ayudan a
mediar el cambio a la IgA, las secretan muchas células no linfáticas en las
mucosas, y pueden contribuir a la generación de anticuerpos IgA dirigidos contra
antígenos no proteínicos.