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2018
Manuales Universitarios de Teleformación, 19
Derecho mercantil de la empresa
Grado en Relaciones Laborales y Recursos Humanos
© del texto:
Jorge López Curbelo
Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
© de la edición:
Estructura de Teleformación. ULPGC Online
Vicerrectorado de Organización Académica
y Profesorado
UNIVERSIDAD DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA
PRESENTACIÓN ................................................................................................................................13
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Presentation
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Introducción de la asignatura
PRESENTACIÓN DE LA ASIGNATURA
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OBJETIVOS
Los objetivos fundamentales de esta asignatura van referidos al conocimiento de los prin-
cipios fundamentales sobre los que se erige el Derecho mercantil. Pare ello, se pretende que
el alumno conozca la regulación jurídica de la figura del empresario, de su actividad y, princi-
palmente, del empresario social. Así, entender apropiadamente el funcionamiento de las so-
ciedades mercantiles y de su regulación es un fin irrenunciable de los estudiantes que cursan
esta titulación. En concreto, se pretende la consecución de los siguientes objetivos básicos:
• Conocimiento del marco jurídico regulador de la actividad empresarial.
• Conocimiento de las normas aplicables a las distintas clases de empresarios, sean indi-
viduales o colectivos.
• Conocimiento de los instrumentos básico que ofrece la regulación mercantil para el
desarrollo y protección de la actividad de los empresarios.
• Conocimiento de los derechos básicos que protegen a los consumidores y usuarios en
sus relaciones con el empresario.
• Conocimiento de las instituciones reguladoras de la situación de crisis del empresario.
• Derecho de la competencia
• Sociedades mercantiles
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El establecimiento mercantil. El empresario
y su estatuto jurídico
PRESENTACIÓN
Esta asignatura tiene por objeto fundamental el estudio del marco regulatorio del empre-
sario, de su actividad y de las relaciones jurídicas entre este y los consumidores y usuarios. En
consecuencia, en este módulo se aborda el estudio del estatuto jurídico del empresario, con
especial incidencia en la figura del empresario persona física, así como la distinción conceptual
entre la figura del empresario y el establecimiento mercantil.
OBJETIVOS
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• Establecimiento mercantil
• El Derecho de la competencia
• El Registro Mercantil
1. EL ESTABLECIMIENTO MERCANTIL
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El empresario necesita un lugar que sea el centro de su actividad, esto es, una sede o base
física de su establecimiento mercantil, que bien puede llamarse local de negocio. Este local es
un elemento más del establecimiento, aunque con una muy especial importancia. Desde el
punto de vista procesal la Ley de Enjuiciamiento Civil, en su artículo 50.3, señala que “Los
empresarios y profesionales, en los litigios derivados de su actividad empresarial o profesional,
también podrán ser demandados en el lugar donde se desarrolle dicha actividad y, si tuvieren
establecimientos a su cargo en diferentes lugares, en cualquiera de ellos a elección del actor”
(donde tengan el local de negocio).
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Cabe también la posibilidad de que un empresario utilice varios establecimientos para ejer-
cer su actividad en una misma o diferente población. En este caso se habla de establecimiento
principal para significar el del domicilio del empresario y los demás serían los establecimientos
secundarios conocidos legalmente como sucursales (así vid. art. 22-1 del Código de comercio).
En reconocimiento de esta realidad advierte el artículo 50.3 de la LEC: “si tuvieren estable-
cimientos a su cargo en diferentes lugares, en cualquiera de ellos a elección del actor”.
Desde un punto de vista registral el artículo 295 del Reglamento del Registro Mercantil
nos recuerda que: “A efectos de lo prevenido en este Reglamento, se entenderá por sucursal
todo establecimiento secundario dotado de representación permanente y de cierta autonomía
de gestión, a través del cual se desarrollen, total o parcialmente, las actividades de la sociedad”.
2. EL EMPRESARIO
2.1. Concepto
El empresario es la persona física o jurídica que, en nombre propio, por sí o por medio de
representante, desarrolla profesionalmente una actividad económica constitutiva de empresa,
dirigida al mercado.
El Código de comercio de 1885 utiliza el término comerciante y no el de empresario mer-
cantil. De acuerdo con el artículo 1 de dicho cuerpo legal son comerciantes para los efectos
de este Código:
Los que, teniendo capacidad legal para el comercio, se dedican a él habitualmente.
Las compañías mercantiles o industriales que se constituyeren con arreglo a este Código.
En relación con este concepto normativo conviene hacer algunas precisiones:
a) El término comerciante obedece a razones puramente históricas. El comercio es sólo
una parte de la actividad mercantil y, en tal sentido, este término no se ajusta adecua-
damente a la compleja actividad empresarial actual.
b) El ejercicio de la actividad mercantil implica la existencia de una empresa, es decir, de
un conjunto de elementos, tales como capital, trabajo, maquinaria, etc., coordinados
por el empresario del modo más apropiado y conveniente a la naturaleza de su actividad
para la producción de bienes o servicios.
c) Por ello es preferible utilizar el término empresario, por resultar más adecuado con la
realidad empresarial compleja que engloba, no sólo el comercio estricto, sino también
otras actividades más complejas, tales como la industrial, financiera, etc.
d) Las progresivas reformas legislativas que se han ido introduciendo en nuestro ordena-
miento mercantil ya acogen el término empresario y no el de comerciante. Este es el
caso de la Ley de 21 de julio de 1973 que dio nueva redacción a los Títulos II y III del
Código de comercio y de otras reformas posteriores.
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El empresario individual es la persona física que, en nombre propio, por sí o por medio de
representante, desarrolla profesionalmente una actividad económica constitutiva de empresa,
dirigida al mercado. En cambio, el empresario social es la persona jurídica que, en nombre pro-
pio, por sí o por medio de representante, desarrolla profesionalmente una actividad económica
constitutiva de empresa, dirigida al mercado. La diferencia, como resulta evidente, estriba en
que en este segundo caso la actividad mercantil se ejercita por una persona jurídica o moral.
En este último supuesto la premisa básica, normalmente, supone la existencia previa de un
contrato de sociedad del que nace la persona jurídica.
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disposición de sus bienes”. Estos dos requisitos sólo se dan en el mayor de 18 años no
declarado incapaz para regir su persona y bienes por sí mismo. El menor de edad, aun-
que esté emancipado o aunque haya obtenido el beneficio de la mayoría de edad, no
puede ser empresario individual porque, aunque pueda regir su persona y bienes “como
si fuera mayor”, dado que el Código civil establece que la emancipación habilita al menor
para regir su persona y bienes como si fuera mayor; pero hasta que llegue a la mayor
edad no podrá el emancipado tomar dinero a préstamo, gravar o enajenar bienes in-
muebles y establecimientos mercantiles o industriales u objetos de extraordinario valor
sin consentimiento de sus padres y, a falta de ambos, sin el de su curador. Por tanto, está
afectado por unas restricciones que, en la práctica, le impiden la libre y plena disposición
de bienes. Cuestión distinta es la del menor de edad que sí podrá continuar, por medio
de sus guardadores, el comercio que hubieren ejercido sus padres o sus causantes, pues
en este caso no se inicia el ejercicio del comercio, sino que se continúa con la actividad
mercantil del causante, que se adquiere a título mortis causa. Tanto el menor como el in-
capacitado que continúen la actividad empresarial que hubieren ejercido sus padres o
causantes podrán ser inscritos en el Registro Mercantil en concepto de empresarios in-
dividuales a solicitud de quien ejerza su guarda o representación legal. El Código de
comercio establece para estos casos que, si el tutor careciese de capacidad legal para
comerciar o tuviere alguna incompatibilidad, estará obligado a nombrar uno o más fac-
tores que le suplan en el efectivo ejercicio de la actividad empresarial en nombre del
menor o incapacitado.
• Ejercer una actividad económica organizada y profesionalmente de modo continuado
y duradero.
• Asumir el riesgo y ventura de las operaciones mercantiles. Ello implica que en el ejercicio
de su actividad mercantil el empresario individual responde con todos sus bienes del
cumplimiento de sus obligaciones. Por tal razón con tienes la cualidad de empresarios
las personas que ejercen el comercio por cuenta de otros como simples colaboradores
dependientes. Excepcionalmente, y con muchas reservas, el denominado emprendedor
persona física, cualquiera que sea su actividad, podrá limitar su responsabilidad por las
deudas que traigan causa del ejercicio de dicha actividad empresarial o profesional me-
diante la asunción de la condición de “Emprendedor de Responsabilidad Limitada”,
siempre que cumpla los requisitos contenidos en la Ley 14/2013, de 27 de septiembre,
de apoyo a los emprendedores y su internacionalización.
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Derecho mercantil de la empresa
la publicidad registral propia y exclusiva del empresario mercantil se amplía a otros sujetos, como
los previstos en la Ley de Sociedades Profesionales. También se ha observado igual tendencia
en la desaparición de los procedimientos de ejecución colectiva específicos de los comercian-
tes, reconducidos en la actualidad en virtud de la Ley Concursal a un procedimiento único
que se aplica a todas las personas físicas o jurídicas con independencia de que sean o no em-
presarios individuales.
El estatuto jurídico del empresario mercantil implica la aplicación de una serie de reglas espe-
cíficas en las siguientes materias:
Contabilidad
El artículo 25 del Código de comercio exige que todo empresario deberá llevar una conta-
bilidad ordenada, adecuada a la actividad de su empresa que permita un seguimiento crono-
lógico de todas sus operaciones, así como la elaboración periódica de balances e inventarios.
Llevará necesariamente, sin perjuicio de lo establecido en las Leyes y disposiciones especiales,
un libro de Inventarios y Cuentas Anuales y otro Diario.
Con esta exigencia se pretende proteger los intereses del propio empresario en relación
con una ordenada y eficiente actividad empresarial en el plano contable. También se persigue
la tutela de los intereses de los terceros que se relacionan con el empresario en el desarrollo
de esa actividad económica y, finalmente, de la Administración tributaria.
En el libro de Inventarios y Cuentas Anuales, que se abre con el balance inicial de la empre-
sa, deben transcribirse, al menos trimestralmente, con sumas y saldos los balances de compro-
bación, transcribiéndose anualmente el inventario de cierre del ejercicio y el balance. En el
libro Diario, como su propio nombre ya viene a indicar, se registrarán día a día todas las ope-
raciones relativas a la actividad de la empresa.
Además de estos libros, las sociedades mercantiles deben llevar también un libro de actas
en el que consten todos los acuerdos adoptados en las Juntas Generales y órganos colegiados
de las mismas
La contabilidad debe ser llevada directamente por los empresarios o por las personas de-
bidamente autorizadas por los mismos, sin perjuicio de su responsabilidad. En cuanto a la
forma de llevanza, se exige la claridad, orden de fechas, ausencia de espacios en blanco e in-
existencia también de interpelaciones, tachaduras y raspaduras.
Junto a dichas exigencias relativas al contenido de los libros es preciso, desde un punto de
vista formal, que se presenten en el Registro Mercantil para su legalización en los términos
del artículo 25 del Código de comercio, norma que al igual que las precedentes se impone en
orden a evitar posibles falsedades en su contenido de manera que puedan ofrecer, como antes
se indicó, una imagen real de la situación financiera y económica de la empresa.
Por su parte, complementando la regulación del Código de comercio, el Artículo 18 de la
Ley 14/2013, de 27 de septiembre, de apoyo a los emprendedores y su internacionalización
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exige, respecto de la legalización registral de los libros obligatorios de los empresarios, que
estos se legalicen telemáticamente en el Registro Mercantil después de su cumplimentación en
soporte electrónico y antes de que trascurran cuatro meses siguientes a la fecha del cierre del
ejercicio. Los empresarios podrán voluntariamente legalizar libros de detalle de actas o grupos
de actas formados con una periodicidad inferior a la anual cuando interese acreditar de manera
fehaciente el hecho y la fecha de su intervención por el Registrador. El Registrador compro-
bará el cumplimiento de los requisitos formales, así como la regular formación sucesiva de
los que se lleven dentro de cada clase y certificará electrónicamente su intervención en la que
se expresará el correspondiente código de validación.
El empresario debe conservar los libros durante los seis años siguientes a la práctica del
último asiento. Estos libros contables pueden ser usados como medios de prueba en favor o
en perjuicio del empresario y tienen la consideración de documentos privados.
Cuentas anuales
Al cierre del ejercicio, el empresario deberá formular las cuentas anuales de su empresa,
expresando los valores en euros, y comprenderán el balance, la cuenta de pérdidas y ganancias,
un estado que refleje los cambios en el patrimonio neto del ejercicio, un estado de flujos de
efectivo y la Memoria. Estos documentos forman una unidad. El estado de cambios en el pa-
trimonio neto y el estado de flujos de efectivo no serán obligatorios cuando así lo establezca
una disposición legal.
Las cuentas anuales deben redactarse con claridad y mostrar la imagen fiel del patrimonio,
de la situación financiera y de los resultados de la empresa, de conformidad con las disposi-
ciones legales. A tal efecto, en la contabilización de las operaciones se atenderá a su realidad
económica y no sólo a su forma jurídica. Cuando la aplicación de las disposiciones legales no
sea suficiente para mostrar la imagen fiel, se suministrarán en la memoria las informaciones
complementarias precisas para alcanzar ese resultado.
La normativa contable desarrolla los principios que rigen la redacción de las cuentas anuales,
tales como el principio de realidad, el de claridad, el de unidad, el de continuidad y el de pru-
dencia valorativa. Estas cuantas deben ser firmadas por el empresario.
Publicidad
La importancia que conlleva la actividad empresarial exige rodearla de una publicidad adecua-
da para que pueda conocerse por todos en cualquier momento con rapidez y certidumbre los
más importantes datos relativos a los sujetos de esa actividad. Por tal razón el artículo 24 del Có-
digo de comercio exige los empresarios individuales, sociedades y entidades sujetos a inscripción
obligatoria que hagan constar en toda su documentación, correspondencia, notas de pedido
y facturación, el domicilio y los datos identificadores de su inscripción en el Registro Mercantil.
Dicha publicidad se realiza fundamentalmente a través de un sistema de publicidad legal
que se fundamenta en la institución registral mercantil. Se trata de un registro público y la pu-
blicidad se hace efectiva a través de las certificaciones del contenido de sus asientos o simples
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Derecho mercantil de la empresa
Todo empresario, ya sea persona física o jurídica, está sujeto al principio de la responsabi-
lidad patrimonial universal, lo que supone que responde del cumplimiento de sus obligaciones
con todos sus bienes presentes y futuros, sin que, en principio, exista la posibilidad de que
constituya un patrimonio separado con la finalidad de limitar su responsabilidad.
Existe también una responsabilidad al margen del ámbito contractual, que se denomina
responsabilidad extracontractual o civil. El principio general viene recogido en el artículo
1902 del Código civil, según el cual “el que por acción u omisión causa daño a otro, intervi-
niendo culpa o negligencia, está obligado a reparar el daño causado”. Esta responsabilidad
no sólo deriva de los actos u omisiones propios del empresario, sino también de los actos de
aquellas personas de quienes se debe responder. En este último caso se exige que concurra
culpa o negligencia por parte del colaborador o dependiente. Esta responsabilidad del empre-
sario es directa y no subsidiaria. El perjudicado puede dirigir su acción bien de modo solidario
contra todos o contra cualquiera de ellos de modo independiente. El artículo 1904 del Código
civil aclara que el que paga el daño causado por sus dependientes puede repetir de estos lo
que hubiese satisfecho.
La jurisprudencia del Tribunal Supremo tiende a establecer un sistema de responsabilidad
cuasi-objetiva, de manera que sin prescindir totalmente de la apreciación de la culpa viene
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Hay que partir de la premisa básica según la cual el cónyuge empresario no constituye un
patrimonio separado, fruto de su actividad, que responda exclusivamente de las deudas resul-
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Planteamiento
Prohibiciones
Las prohibiciones para ejercer una determinada actividad empresarial tratan de evitar su-
puestos de ilícita competencia entre empresarios mercantiles. Como ejemplos más claros po-
demos citar los siguientes:
La prohibición impuesta al socio colectivo. Según el artículo 136 del Código de comercio,
en las sociedades colectivas que no tengan género de comercio determinado, no podrán sus
individuos hacer operaciones por cuenta propia sin que preceda consentimiento de la socie-
dad, la cual no podrá negarlo sin acreditar que de ello le resulta un perjuicio efectivo y mani-
fiesto.
La prohibición que recae sobre el factor mercantil. Así, el artículo 288 del Código de co-
mercio establece que los factores no podrán traficar por su cuenta particular, ni interesarse
en nombre propio ni ajeno en negociaciones del mismo género de las que hicieren a nombre
de sus principales, a menos que estos los autoricen expresamente para ello.
La prohibición que ha de soportar el administrador de una sociedad de capital, salvo que
tenga dispensa, para desarrollar actividades por cuenta propia o cuenta ajena que entrañen
una competencia efectiva, sea actual o potencial, con la sociedad o que, de cualquier otro mo-
do, le sitúen en un conflicto permanente con los intereses de la sociedad.
Incompatibilidades
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• Los Magistrados, Jueces y funcionarios del Ministerio Fiscal en servicio activo. Esta
prohibición no será aplicable a los alcaldes, Jueces y Fiscales municipales, ni a los que
accidentalmente desempeñen funciones judiciales o fiscales.
• Los jefes gubernativos, económicos o militares de distritos, provincias o plazas.
• Los empleados en la recaudación y administración de fondos del Estado, nombrados
por el Gobierno.
• Los que por leyes o disposiciones especiales no puedan comerciar en determinado te-
rritorio.
Sin embargo, estas prohibiciones han de ser interpretadas de acuerdo con determinadas
disposiciones legales del ámbito del Derecho público, de las cuales las más importantes son
la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial, la Ley 50/1981, 30 diciembre, por la
que se regula el Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal, la Ley 3/2015, de 30 de marzo, re-
guladora del ejercicio del alto cargo de la Administración General del Estado y la Ley 53/1984,
de 26 de diciembre, de Incompatibilidades del Personal al Servicio de las Administraciones
Públicas.
Inhabilitación
Se trata de un supuesto distinto a los expuestos anteriormente y que responde a una natu-
raleza diferente dado que pertenece al ámbito del Derecho concursal. En este sentido está
prevista la inhabilitación de las personas afectadas por la sentencia que califique el concurso
como culpable para administrar los bienes ajenos durante un período de dos a quince años,
así como para representar a cualquier persona durante el mismo período, atendiendo, en todo
caso, a la gravedad de los hechos y a la entidad del perjuicio, así como la declaración culpable
en otros concursos.
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De todas entre estas figuras, el factor mercantil tiene especial relevancia. El Código de co-
mercio lo define como “el gerente de una empresa o establecimiento fabril o comercial, por
cuenta ajena, autorizado para administrarlo, dirigirlo y contratar sobre las cosas concernientes
a él, con más o menos facultades, según haya tenido por conveniente el propietario”. Deberá
tener la capacidad necesaria para obligarse con arreglo al Código de comercio, y poder de la
persona por cuya cuenta haga el tráfico. Los factores negociarán y contratarán a nombre de
sus principales, y, en todos los documentos que suscriban en tal concepto, expresarán que lo
hacen con poder o en nombre de la persona o sociedad que representen.
El contrato hecho por un factor en nombre propio, le obligará directamente con la persona
con quien lo hubiere celebrado; pero si la negociación se hubiere hecho por cuenta del prin-
cipal, la otra parte contratante podrá dirigir su acción contra el factor o contra el principal.
Los factores no podrán traficar por su cuenta particular, ni interesarse en nombre propio
ni ajeno en negociaciones del mismo género de las que hicieren a nombre de sus principales,
a menos que estos los autoricen expresamente para ello. Si negociaren sin esta autorización,
los beneficios de la negociación serán para el principal, y las pérdidas, a cargo del factor. Si el
principal hubiere concedido al factor autorización para hacer operaciones por su cuenta o
asociado a otras personas, no tendrá aquel derecho a las ganancias ni participará de las pérdidas
que sobrevinieren. Y si el principal hubiere interesado al factor en alguna operación, la parti-
cipación de este en las ganancias será, salvo pacto en contrario, proporcionada al capital que
aportare; y no aportando capital, será reputado socio industrial.
Existen dos clases de factores: factor inscrito y factor notorio. El primero es aquel cuyo nom-
bramiento está inscrito en el Registro Mercantil. El segundo, en cambio, desempeña las labores
de factor porque de manera expresa se le ha nombrado como tal o porque tácitamente las ha
ido asumiendo, pero en ningún caso existe inscripción registral del apoderamiento.
El poder del factor tiene carácter general, pero se le pueden imponer algunas limitaciones
con tal que no sean de tal naturaleza que su carácter general quede desvirtuado. Estas limita-
ciones se pueden oponer a terceros de buena fe con los que el factor contrate siempre que
estén inscritas, pues sólo así pueden conocerse. En cambio, los contratos celebrados por el
factor notorio de un establecimiento o empresa fabril o comercial se entenderán hechos por
cuenta del propietario de dicha empresa o sociedad, aun cuando el factor no lo haya expresado
al tiempo de celebrarlos, o se alegue abuso de confianza, transgresión de facultades o apro-
piación por el factor de los efectos objeto del contrato, siempre que estos contratos recaigan
sobre objetos comprendidos en el giro y tráfico del establecimiento, o si, aun siendo de otra
naturaleza, resultare que el factor obró con orden de su comitente, o que este aprobó su ges-
tión en términos expresos o por hechos positivos.
Los poderes conferidos a un factor se estimarán subsistentes mientras no le fueren expre-
samente revocados, no obstante, la muerte del empresario o de la persona de quien en debida
forma los hubiere recibido. Los actos y contratos ejecutados por el factor serán válidos, res-
pecto de su poderdante, siempre que sean anteriores al momento en que llegue a noticia de
aquel por un medio legítimo la revocación de los poderes o la enajenación del establecimiento.
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3. EL DERECHO DE LA COMPETENCIA
4. EL REGISTRO MERCANTIL
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Los Registros Mercantiles dependen del Ministerio de Justicia y todos los asuntos a ellos
referentes están encomendados a la Dirección General de los Registros y del Notariado.
El Registro Mercantil está integrado por el Registro Mercantil Central y por los Registros
Mercantiles territoriales.
a. Registro Mercantil Central tiene su sede en Madrid y no hace directamente inscripciones de
empresarios u otras entidades, ni de sus eventuales actos o vicisitudes. Sus funciones son:
• Centralizar la información registral que vaya recibiendo de los Registros territoriales y
a darle publicidad, a través del propio Registro y del Boletín Oficial del Registro Mercantil.
• Cuidar de la publicación del Boletín Oficial del Registro Mercantil. Archivar y llevar
la publicidad de las denominaciones de sociedades y entidades jurídicas, inscritas o
inscribibles. En este sentido, el Registro Mercantil Central permite la obtención ins-
tantánea de la denominación de una sociedad mediante una base de denominaciones
puesta al servicio del emprendedor, que puede elegir una de ellas, con la certeza de
que es única. Esta Bolsa de Denominaciones está integrada por 1500 nombres, creada
basándose en una lista oficial de actividades económicas, que acredita, mediante la
calificación registral, su no coincidencia con otras denominaciones preexistentes y,
por lo tanto, su disponibilidad inmediata para el interesado.
• Llevar el Registro de las sociedades y entidades que hubieren trasladado su domicilio
al extranjero sin pérdida de la nacionalidad española.
• La comunicación a la Oficina de Publicaciones Oficiales de las Comunidades Euro-
peas de los datos relativos a la Sociedad Anónima Europea.
b. Los Registros Mercantiles territoriales están establecidos en todas las capitales de provincia,
extendiéndose su competencia al territorio de la provincia, y, además, a algunas otras
ciudades como Ceuta, Melilla, Arrecife, Puerto del Rosario, Santa Cruz de la Palma, San
Sebastián de la Gomera y Valverde. Tienen como función fundamental la de practicar
las inscripciones de los sujetos inscribibles y de sus actos y vicisitudes, a cuyo efecto
estos Registros llevarán un Libro especial de inscripciones en el que cada sujeto inscrito
tendrá asignada una hoja personal que irá recogiendo las sucesivas inscripciones de
actos o vicisitudes a él concernientes que la ley establezca.
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Con relación a la inscripción de las personas, interesa precisar que si bien es obligatoria la
inscripción de los empresarios y la de los otros sujetos indicados en el Reglamento del Registro
Mercantil y la de aquellos actos y contratos relativos a ellos que determinen las leyes, la ins-
cripción en el Registro Mercantil de los empresarios individuales es potestativa, con la excep-
ción del que sea naviero Sin embargo, respecto a los empresarios individuales es preciso hacer
las siguientes observaciones:
a) El empresario individual no inscrito no podrá pedir la inscripción de ningún documento
en el Registro Mercantil, ni aprovecharse de sus efectos legales.
b) Si el naviero empresario individual no se inscribe, a pesar de que el Código lo obliga,
este responderá con todo su patrimonio de las obligaciones contraídas.
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ACTIVIDADES
1. Caso práctico
Don Gustavo Montero toma en arrendamiento un local para vender ordenadores y material
informático, en general. Una vez que inicia su actividad contrata a don Pedro Boada para que
le auxilie en su trabajo.
Cuestiones:
1. ¿Es don Gustavo Montero empresario mercantil? Razone su respuesta. Sí, no y por-
qué.
2. ¿Qué requisitos necesita para iniciar su actividad?
3. ¿Qué clase de relación existe entre don Gustavo y don Pedro desde el punto de vista
mercantil?
2. Caso práctico
Don Juan Pérez desea iniciar una actividad empresarial y convertirse en empresario individual.
Cuestiones:
3. Caso práctico
Don Juan Martínez es empresario individual desde hace 25 años. Está casado en régimen
de gananciales con doña Juana González. Debe un total de 60.000 € a diferentes acreedores.
Cuestiones:
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BIBLIOGRAFÍA
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
Broseta Pont y Martínez Sanz (2017). Manual de Derecho Mercantil. Madrid: Tecnos.
Jiménez Sánchez (coordinador) y Díaz Moreno (2017). Derecho Mercantil, vol. 1, Concepto y
fuentes del derecho mercantil. La empresa y el empresario. El empresario individual. Madrid: Tecnos.
Menéndez Menéndez (dir.), Rojo Fernández Río (dir.), Aparicio González (2017). Lecciones de
Derecho Mercantil. Vol. 1. Madrid: Thomson.
Pedreño (2017). Práctica Contable y Fiscal para Juristas. Madrid.
Vicent Chuliá (2007). Introducción al Derecho Mercantil. Valencia: Tirant lo Blanch.
Sánchez Calero. Principios de Derecho Mercantil, Tomo I (ult. edición). Madrid: Aranzadi.
Suárez-LLanos. Introducción Derecho Mercantil (ult. edición). Madrid.
LEGISLACIÓN BÁSICA
Constitución Española.
Código de Comercio.
Código Civil.
Ley 1/2000 de Enjuiciamiento Civil.
Real Decreto 1784/1996, de 19 de julio, por el que se aprueba el Reglamento del Registro
Mercantil.
Ley 15/2007, de 3 de julio, de Defensa de la Competencia.
Real Decreto Legislativo 1/2010, de 2 de julio, por el que se aprueba el texto refundido de la
Ley de Sociedades de Capital (LSC).
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EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN
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1. a)
2. b)
3. c)
4. b)
5. a)
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GLOSARIO
Contabilidad del empresario: debe ser llevada directamente por los empresarios o por las personas
debidamente autorizadas por los mismos, sin perjuicio de su responsabilidad, con claridad,
orden de fechas, ausencia de espacios en blanco e inexistencia también de interpelaciones,
tachaduras y raspaduras.
Empresario: es la persona física o jurídica que, en nombre propio, por sí o por medio de repre-
sentante, desarrolla profesionalmente una actividad económica constitutiva de empresa,
dirigida al mercado.
Empresario casado en régimen de gananciales: quedarán obligados a las resultas de su actividad em-
presarial los bienes propios del cónyuge que lo ejerza y los adquiridos con esas resultas,
pudiendo enajenar e hipotecar los unos y los otros. Para que los demás bienes comunes
queden obligados, será necesario el consentimiento de ambos cónyuges. En este supuesto
no será preciso demandar al otro cónyuge no empresario por los bienes gananciales ad-
quiridos como consecuencia del ejercicio de la actividad empresarial, pues dichos bienes
están incluidos en la masa ganancial
Establecimiento mercantil: es un conjunto organizado de bienes y servicios coordinados por el
empresario, dispuestos del modo más adecuado a la finalidad peculiar de su empresa.
Factor: es el gerente de una empresa o establecimiento fabril o comercial, por cuenta ajena,
autorizado para administrarlo, dirigirlo y contratar sobre las cosas concernientes a él, con
más o menos facultades, según haya tenido por conveniente el propietario.
Inhabilitación del empresario: tiene lugar cuando por sentencia se califica el concurso como cul-
pable para administrar los bienes ajenos durante un período de dos a quince años, así como
para representar a cualquier persona durante el mismo período, atendiendo, en todo caso,
a la gravedad de los hechos y a la entidad del perjuicio, así como la declaración culpable
en otros concursos.
Mercancías o mercaderías: son bienes muebles, corporales, especialmente afectos al tráfico mer-
cantil y cuya nota característica es la irreivindicabilidad.
Responsabilidad del emprendedor persona física: cualquiera que sea su actividad, podrá limitar su res-
ponsabilidad por las deudas que traigan causa del ejercicio de su actividad empresarial o
profesional mediante la asunción de la condición de “Emprendedor de Responsabilidad
Limitada”, una vez cumplidos los requisitos y en los términos establecidos en la Ley
14/2013, de 27 de septiembre.
Responsabilidad extracontractual del empresario: el principio general viene recogido en el artículo
1902 del Código civil, según el cual “el que por acción u omisión causa daño a otro, inter-
viniendo culpa o negligencia, está obligado a reparar el daño causado”.
Responsabilidad patrimonial universal: implica que el empresario responde del cumplimiento de sus
obligaciones con todos sus bienes presentes y futuros, sin que, en principio, exista la posibi-
lidad de que constituya un patrimonio separado con la finalidad de limitar su responsabilidad.
Sucursal: es todo establecimiento secundario dotado de representación permanente y de cierta
autonomía de gestión, a través del cual se desarrollen, total o parcialmente, las actividades
de la sociedad.
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Las sociedades mercantiles (I)
PRESENTACIÓN
En este módulo 2 se aborda el estudio del contrato de sociedad y de los principales tipos
de sociedades mercantiles. En primer lugar, se hace un análisis del marco jurídico de las de-
nominadas sociedades personalistas, que son la sociedad colectiva y la sociedad comanditaria
simple. En segundo lugar, se aborda la figura de las cuentas en participación. Finalmente, se
inicia el estudio de las más significativas cuestiones relativas a la sociedad anónima y a la socie-
dad de responsabilidad limitada que continuaran en el módulo siguiente.
OBJETIVOS
Los objetivos del presente módulo los podemos separar en tres tipos:
1. Objetivos conceptuales
• Que el estudiante conozca el significado de un contrato de sociedad.
• Que el estudiante consiga una clara visión del marco jurídico de las denominadas so-
ciedades personalistas y de su importancia real y significación.
• Que, asimismo, tenga conocimiento de la realidad actual de la figura de las cuentas
en participación.
• Que el estudiante aprenda la regulación jurídica de las etapas iniciales de la constitu-
ción de una sociedad anónima.
2. Objetivos procedimentales
• Que el estudiante obtenga los recursos necesarios para diferenciar los distintos tipos
societarios y su idoneidad para cada tipo de actividad empresarial.
• Que el estudiante adquiera la experiencia jurídica necesaria para el correcto desen-
volvimiento en el ámbito de su profesión.
• Que el estudiante obtenga las habilidades necesarias para realizar un adecuado aseso-
ramiento dentro del marco de la empresa.
• Que el estudiante adquiera la capacidad necesaria para expresarse correctamente de
forma oral y escrita en el ámbito jurídico.
• Que el estudiante obtenga las habilidades necesarias para saber trabajar en equipo.
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3. Objetivos actitudinales
• Concienciar al estudiante acerca de la importancia de aplicar adecuadamente las dis-
tintas normas reguladoras de las instituciones mercantiles.
• Sensibilizar al estudiante sobre las principales cuestiones relacionadas con la elección
del tipo societario adecuado.
• Fomentar en el estudiante el espíritu emprendedor.
Colectiva
• Sociedades personalistas
Comandataria simple
• Cuentas en participación
Sociedad Anónima
• Sociedades capitalistas
Sociedad de Responsabilidad Limitada
De acuerdo con los artículos 116 del Código de comercio y 1665 del Código civil, tradi-
cionalmente la sociedad ha sido definida como un contrato por el que dos o más personas se
obligan a poner en fondo común bienes, industria o alguna de estas cosas, para obtener unas
ganancias que sean repartibles entre los socios.
2.1.1. Concepto
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Derecho mercantil de la empresa
responden subsidiariamente frente a terceros todos los socios de manera personal, ilimitada
y solidariamente.
La obligación de aportación
La consecución del objeto social exige que los socios se obliguen a poner en común bienes,
industria o alguna de estas cosas. Cabe también que el socio sólo aporte su industria, es decir,
una prestación de hacer consistente en servicios a favor de la sociedad.
La prohibición de competencia
Los socios de la colectiva están obligados a no desarrollar una actividad económica fuera
de la sociedad en función de cual sea la naturaleza del objeto social de la compañía. Existe un
deber de fidelidad o colaboración para con la sociedad que se concreta, que tiene distinto
grado de intensidad según el objeto de la sociedad. En este sentido, si la compañía hubiere
determinado en su contrato de constitución el género de comercio en que haya de ocuparse,
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Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
los socios podrán hacer lícitamente por su cuenta toda operación mercantil que les acomode,
con tal que no pertenezca a la especie de negocios a que se dedique la compañía de que fueren
socios, siempre que no exista un pacto especial que lo prohíba.
De no haberse determinado el género de comercio, los socios no pueden hacer operaciones
por cuenta propia sin el consentimiento previo de la sociedad, la cual no podrá negarse sin
acreditar que ello le resulta un perjuicio efectivo y manifiesto. La vulneración de esta prohi-
bición puede dar lugar a la exclusión del socio infractor, de acuerdo con lo dispuesto en el ar-
tículo 218 del Código de comercio. Además, la infracción de la prohibición de competencia
implica un deber de aportar al acervo común el beneficio que les resulte de las operaciones
realizadas y una asunción individual de las pérdidas sufridas.
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Derecho mercantil de la empresa
La sociedad responde de sus deudas con todos sus bienes, presentes y futuros, de acuerdo
con el principio de la responsabilidad patrimonial universal. Pero, además, como se trata de
una sociedad colectiva, todos los socios que formen la compañía colectiva, sean o no gestores
de la misma, estarán obligados personal y solidariamente, con todos sus bienes, a las resultas
de las operaciones que se hagan a nombre y por cuenta de la compañía, bajo la firma de esta
y por persona autorizada para usarla.
La representación es el vehículo o medio que sirve para que los terceros conozcan la volun-
tad social. Ya se ha visto que la firma social puede ser conferida a uno, a varios o a todos los
administradores de la sociedad. Es necesario que exista una autorización expresa para el uso
de la firma social y que el administrador actúe dentro de los límites de sus atribuciones, cuyo
ámbito se extiende a todo el giro o tráfico de la actividad de la empresa. El uso indebido de
la firma social está regulado en el art. 128 CCo, y el abuso de la firma en el art. 135 CCo.
2.2.1. Antecedentes
Al igual que la sociedad colectiva, este tipo social tienen sus orígenes en la Edad Media,
como consecuencia de las comunidades de herederos que sucedían al comerciante fallecido en
su actividad, y que con el tiempo se extendieron a personas ajenas a la comunidad hereditaria
y a los lazos familiares, quedando sin embargo integrados en la sociedad.
2.2.2. Concepto
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Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
identidad de los socios comanditarios; y las aportaciones que cada socio comanditario haga
o se obligue a hacer a favor de la sociedad, con expresión de su valor.
El régimen de adopción de los acuerdos sociales. El artículo 210 del Reglamento del Registro
Mercantil establece la previsión, en la inscripción de la sociedad comanditaria, del régimen
de adopción de los acuerdos sociales, sin cuyo requisito se denegará la inscripción; régimen
que deberá contemplar la concurrencia de los socios comanditarios a la adopción de al menos
los acuerdos que les afecten.
La compañía en comandita girará bajo el nombre de todos los socios colectivos, de algunos
de ellos o de uno solo, debiendo añadirse, en estos dos últimos casos, al nombre o nombres
que se expresen, las palabras “y Compañía”, y en todos, las de “Sociedad en comandita” o
sus abreviaturas “S. en C.” o “S. com.” Este nombre colectivo constituirá la razón social, en
la que nunca podrán incluirse los nombres de los socios comanditarios. Si algún comanditario
incluyese su nombre o consintiese su inclusión en la razón social, quedará sujeto, respecto a las
personas extrañas a la compañía, a las mismas responsabilidades que los gestores, sin adquirir
más derechos que los correspondientes a su calidad de comanditario. En la denominación
puede incluirse también una referencia a una actividad que esté incluida en el objeto social.
La obligación de aportación
Hay que distinguir entre las aportaciones de los socios colectivos y los comanditarios, pre-
viéndose en cuanto a los primeros, como es sabido, la mera aportación de su industria o ser-
vicios. En cuanto a los socios comanditarios, su aportación no puede consistir en trabajo,
sólo cabe la aportación dineraria o no dineraria (dinero, bienes muebles, inmuebles, etc.). Si
la aportación fuere no dineraria se tasará conforme a lo previsto en el contrato de constitución
de la compañía y, en su defecto, por peritos elegidos por ambas partes. En caso de discordia
se designará un tercero dirimente a la suerte, que hará el avalúo conforme a los precios de la
plaza. La falta de aportación puede dar lugar a la rescisión parcial del contrato, quedando
sujeto al saneamiento de lo aportado de acuerdo con las reglas generales en esta materia.
En este punto el derecho del socio comanditario se limita a tomar parte en la adopción de
aquellos acuerdos que afecten a la propia sociedad y excedan, por tanto, del ámbito de la mera
administración, porque supongan modificación del contrato constitutivo. En este sentido el
artículo 212 del Reglamento del Registro Mercantil dispone que, salvo pacto en contrario,
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Derecho mercantil de la empresa
para la modificación del contrato social se necesitará el consentimiento de todos los socios
colectivos. Respecto a los socios comanditarios, se estará a lo dispuesto en el contrato social.
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2.3.1. Disolución
Las sociedades personalistas se disolverán por las causas previstas en el art. 222. La diso-
lución de la sociedad que proceda de cualquier otra causa que no sea la terminación del plazo
por el cual se constituyó, no surtirá efecto en perjuicio de tercero hasta que se inscriba en el
Registro Mercantil.
2.3.2. Liquidación
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Derecho mercantil de la empresa
propio patrimonio y, después, si resultare insuficiente, responderán los socios colectivos con
el suyo propio.
Terminada la liquidación y llegado el caso de proceder a la división del haber social, según
la calificación que hicieren los liquidadores o la Junta de socios que cualquiera de ellos podrá
exigir que se celebre para este efecto, los mismos liquidadores verificarán dicha división dentro
del término que la Junta determinare. Si algún socio se considera perjudicado en la división
acordada del haber social, podrá ejercitar su correspondiente reclamación judicial.
Ningún socio podrá exigir la entrega de su cuota de liquidación mientras no se hallen extin-
guidas todas las deudas y obligaciones de la compañía, o no se haya depositado su importe,
si la entrega no se pudiere verificar de presente.
Una vez efectuado el reparto de bienes entre los socios, si fuere el caso, y terminada la liqui-
dación se producirá la extinción de la sociedad, con la consiguiente cancelación de todos sus
asientos en el Registro Mercantil.
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texto refundido de la Ley de Sociedades de Capital. En tal precepto se dice que: “Son socie-
dades de capital la sociedad de responsabilidad limitada, la sociedad anónima y la sociedad
comanditaria por acciones.
En la sociedad de responsabilidad limitada, el capital, que estará dividido en participaciones
sociales, se integrará por las aportaciones de todos los socios, quienes no responderán perso-
nalmente de las deudas sociales. En la sociedad anónima el capital, que estará dividido en accio-
nes, se integrará por las aportaciones de todos los socios, quienes no responderán personalmente
de las deudas sociales. En la sociedad comanditaria por acciones, el capital, que estará dividido
en acciones, se integrará por las aportaciones de todos los socios, uno de los cuales, al menos,
responderá personalmente de las deudas sociales como socio colectivo”.
3.2.1. Denominación
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Derecho mercantil de la empresa
3.2.2. Nacionalidad
Serán españolas y se regirán por la LSC las sociedades que tengan su domicilio en territorio
español, cualquiera que sea el lugar en que se hubieran constituido.
3.2.3. Domicilio
Las sociedades de capital podrán tener una página web corporativa, que será obligatoria
para las sociedades cotizadas. La creación de una página web corporativa deberá acordarse
por la Junta General de la sociedad. En la convocatoria de la Junta, la creación de la página
web deberá figurar expresamente en el orden del día de la reunión. Salvo disposición estatu-
taria en contrario, la modificación, el traslado o la supresión de la página web de la sociedad
será competencia del órgano de administración. Las comunicaciones entre la sociedad y los
socios, incluida la remisión de documentos, solicitudes e información, podrán realizarse por
medios electrónicos siempre que dichas comunicaciones hubieran sido aceptadas por el socio.
La sociedad habilitará, a través de la propia web corporativa, el correspondiente dispositivo
de contacto con la sociedad que permita acreditar la fecha indubitada de la recepción, así
como el contenido de los mensajes electrónicos intercambiados entre socios y sociedad.
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RM. Y estos dos requisitos son absolutamente necesarios cualquiera que sea el procedimiento
de fundación de la sociedad, tanto si es fundación simultánea o sucesiva.
La escritura pública es el documento público otorgado ante Notario que fundamentalmente
contiene la declaración de voluntad de los socios dirigida a constituir una sociedad. La escritura
de constitución de las sociedades de capital deberá ser otorgada por todos los socios funda-
dores, sean personas físicas o jurídicas, por sí o por medio de representante, quienes habrán
de asumir la totalidad de las participaciones sociales o suscribir la totalidad de las acciones.
En la escritura de constitución de cualquier sociedad de capital se incluirán, al menos, las
menciones exigidas en el art. 22 LSC:
Si la sociedad fuera de responsabilidad limitada, la escritura de constitución determinará el
modo concreto en que inicialmente se organice la administración, si los estatutos prevén di-
ferentes alternativas. Pero si la sociedad fuera anónima, la escritura de constitución expresará,
además, la cuantía total, al menos aproximada, de los gastos de constitución, tanto de los ya
satisfechos como de los meramente previstos hasta la inscripción.
Una de las menciones más importantes de la Escritura de constitución viene determinada
por los estatutos sociales, cuya finalidad primordial es la de regular la organización y el fun-
cionamiento de la sociedad.
En estos estatutos se hará constar lo señalado en el art. 23 LSC.
Debe, pues, quedar clara la diferencia entre la escritura de constitución como negocio fun-
dacional y los estatutos sociales –que son una parte de la propia escritura– como norma or-
ganización de la sociedad que rige su vida interna. El contenido de la escritura de constitución
es estrictamente contractual y sólo por unanimidad podrá ser modificado. Por el contrario,
los estatutos se redactan tanto para los accionistas iniciales como para los que se adhieran a
la sociedad en el futuro, y pueden ser modificados por la mayoría en Junta General constituida
con los requisitos legales. Por otro lado, en la escritura y en los estatutos se podrán incluir,
además, todos los pactos y condiciones que los socios fundadores juzguen conveniente esta-
blecer, siempre que no se opongan a las leyes ni contradigan los principios configuradores
del tipo social elegido. Sin embargo, los pactos que se mantengan reservados entre los socios
no serán oponibles a la sociedad.
Una vez constituida la sociedad, esta tendrá duración indefinida, salvo disposición contraria
de los estatutos. Con carácter general la sociedad dará comienzo a sus operaciones en la fecha
de otorgamiento de la escritura de constitución.
Una vez inscrita, la sociedad adquiere personalidad jurídica y se publicará en el BORME,
en el que se consignarán los datos relativos a su escritura de constitución que reglamentaria-
mente se determinen. La inscripción de la escritura de constitución y la de todos los demás
actos relativos a la sociedad podrán practicarse previa justificación de que ha sido solicitada
o realizada la liquidación de los impuestos correspondientes al acto inscribible (impuesto de
transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados). Además, para inscribir la so-
ciedad también se exige que previamente al acto de inscripción se realicen determinadas ges-
tiones que no son propias del ámbito del Derecho mercantil, sino que tienen carácter fiscal y
administrativo, como la obtención del Código de Identificación fiscal ante la autoridad tribu-
taria competente.
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Derecho mercantil de la empresa
El capital social es solamente una cifra permanente de la contabilidad social cuya cuantía
ha de coincidir con los valores nominales de las acciones o participaciones que en cada mo-
mento tenga emitidas la sociedad. Por el contrario, el patrimonio social es el conjunto efectivo
de bienes de la sociedad en un momento determinado.
Las sociedades de capital pueden constituirse por contrato entre dos o más personas –que
se denominan fundadores– o, en caso de sociedades unipersonales, por acto unilateral. El
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Derecho mercantil de la empresa
La responsabilidad de los fundadores alcanzará también a las personas por cuya cuenta
hayan obrado estos (los fundadores).
En consecuencia, los fundadores son responsables civilmente en caso de que incumplan
cualquiera de estas obligaciones que les impone la LSC, sin perjuicio de la penal si a ella hu-
biere lugar (por ej., por delitos de falsedad en documento público, o estafa etc.).
Las ventajas de los fundadores y promotores se refieren a ciertos derechos especiales que
pueden reservarse estos en los estatutos de las sociedades anónimas, que tienen un contenido
económico y cuyo valor en conjunto, cualquiera que sea su naturaleza, no podrá exceder del
diez por ciento de los beneficios netos obtenidos según balance, una vez deducida la cuota
destinada a la reserva legal y por un período máximo de diez años. Los estatutos habrán de
prever un sistema de liquidación para los supuestos de extinción anticipada de estos derechos
especiales. Estos derechos podrán incorporarse a títulos nominativos distintos de las acciones,
cuya transmisibilidad podrá restringirse en los estatutos sociales.
Por tanto, se trata de derechos especiales de contenido económico, cuyo contenido puede
ser muy variado, aunque la Ley sólo se refiere a título ilustrativo a los que graven el beneficio
neto de cada ejercicio económico, pero igualmente podrían consistir en una cuota de produc-
ción o un derecho de uso de ciertos bienes de la sociedad sin contraprestación, etc.; pero no
incorporan derechos políticos. Estos derechos especiales de contenido económico se incor-
poran a unos títulos nominativos distintos de las acciones que se llaman bonos de fundador
o cédulas beneficiarias, que se caracterizan porque su titular goza de un derecho “sui géneris”
en virtud del cual se convierte en acreedor de la sociedad.
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Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
dispongan otra cosa, si la fecha de comienzo de las operaciones coincide con el otorgamiento
de la escritura fundacional, se entenderá que los administradores están facultados para el pleno
desarrollo del objeto social y para realizar toda clase de actos y contratos. Una vez inscrita, la
sociedad quedará obligada por los actos y contratos referidos anteriormente, así como por
los que acepte dentro del plazo de tres meses desde su inscripción. En estos supuestos des-
critos cesará la responsabilidad solidaria de socios, administradores y representantes.
Este es un supuesto diferente al de la sociedad en formación, dado que una vez que queda
constatada la voluntad de no inscribir la sociedad y, en cualquier caso, transcurrido un año
desde el otorgamiento de la escritura social sin que se haya solicitado su inscripción en el RM,
se aplicarán las normas de la sociedad colectiva o, en su caso, las de la sociedad civil si la so-
ciedad en formación hubiera iniciado o continuado sus operaciones. En estos supuestos de
sociedad irregular, cualquier socio podrá instar la disolución de la sociedad ante el juez de lo
mercantil del lugar del domicilio social y exigir, previa liquidación del patrimonio social, la
cuota correspondiente, que se satisfará, siempre que sea posible, con la restitución de sus
aportaciones. Los demás socios sólo pueden oponerse a la disolución en caso de mala fe en
el que la proponga, en los términos del artículo 224 del Código de comercio. En caso de que
no se instara la disolución de la sociedad por los socios, puede mantenerse en situación de
irregularidad. Pero también puede inscribirse en el RM, aunque haya pasado el año desde el
otorgamiento de la escritura.
3.7.1. Planteamiento
Ha de advertirse que, dados los requisitos o formalidades legales que presiden la constitu-
ción de una sociedad de capital, es decir, el otorgamiento de una escritura pública y la subsi-
guiente inscripción en el R.M., con las pertinentes intervenciones de ciertos funcionarios
públicos, es realmente excepcional que pueda darse en la práctica una causa que determine la
nulidad de la sociedad.
No olvidemos que el artículo 18.2 del Código de comercio y el artículo 6 del RRM recogen
el principio de legalidad, a cuyo tenor, “los Registradores calificarán bajo su responsabilidad
la legalidad de las formas extrínsecas de los documentos de toda clase en cuya virtud se solicita
la inscripción, así como la capacidad y legitimación de los que los otorguen o suscriban y la
validez de su contenido, por lo que resulta de ellos y de los asientos del Registro”.
Y también el principio de legitimación recogido en los artículos 20 del Código de comercio
y 7 del RRM, según el cual: “El contenido del Registro se presume exacto y válido. Los asientos
del Registro estarán bajo la salvaguarda de los Tribunales y producirán sus efectos mientras
no se inscriba la declaración judicial de inexactitud o nulidad. La inscripción no convalida los
actos y contratos que sean nulos con arreglo a las Leyes”.
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Derecho mercantil de la empresa
Además, a una sociedad inscrita no se le puede aplicar el régimen de nulidad negocial pre-
visto para el resto de los contratos, puesto que el aspecto institucional del contrato de sociedad
supone la creación de la personalidad jurídica con todas sus consecuencias. Por tanto, la de-
claración de inexistencia o nulidad de la sociedad, así como su anulación es realmente restric-
tiva y sólo podrá prosperar por vía judicial.
Una vez inscrita la sociedad, la acción de nulidad sólo podrá ejercitarse por las causas pre-
vistas en el art. 56 LSC: La sentencia que declare la nulidad de la sociedad abre su liquidación,
que se seguirá por el procedimiento previsto en la presente ley para los casos de disolución y
producirá los efectos regulados en el art. 57 LSC.
3.8.1. Concepto
3.8.2. Clases
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Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
Con carácter general, están prohibidas las adquisiciones onerosas en los términos del art.
72 LSC para evitar un fraude por el cual los socios intentarían eludir el control propio de las
aportaciones no dinerarias para acogerse al régimen de las dinerarias.
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Derecho mercantil de la empresa
Como quiera que en la SRL rige el principio del desembolso íntegro, a diferencia de la SA
en la que se aplica el principio del desembolso mínimo, la Ley establece un singular régimen
de responsabilidad solidaria para el caso de una aportación no dineraria. Los fundadores, las
personas que ostentaran la condición de socio en el momento de acordarse el aumento de
capital y quienes adquieran alguna participación desembolsada mediante aportaciones no di-
nerarias, responderán solidariamente frente a la sociedad y frente a los acreedores sociales de
la realidad de dichas aportaciones y del valor que se les haya atribuido en la escritura. La res-
ponsabilidad de los fundadores alcanzará a las personas por cuya cuenta hayan obrado estos.
Si la aportación se hubiera efectuado como contravalor de un aumento del capital social,
quedarán exentos de esta responsabilidad los socios que hubiera constar en acta su oposición
al acuerdo o a la valoración atribuida a la aportación.
En caso de aumento del capital social con cargo a aportaciones no dinerarias, además de
las personas señaladas anteriormente (fundadores, socios, adquirentes), también responderán
solidariamente los administradores por la diferencia entre la valoración que hubiesen realizado
y el valor real de las aportaciones.
La acción de responsabilidad deberá ser ejercitada por los administradores o por los liqui-
dadores de la sociedad. Para el ejercicio de la acción no será preciso el previo acuerdo de la
sociedad. La acción de responsabilidad podrá ser ejercitada, además, por cualquier socio que
hubiera votado en contra del acuerdo siempre que represente, al menos, el cinco por ciento
de la cifra del capital social y por cualquier acreedor en caso de insolvencia de la sociedad. La
responsabilidad frente a la sociedad y frente a los acreedores sociales prescribirá a los cinco
años a contar del momento en que se hubiera realizado la aportación. Sin embargo, los socios
cuyas aportaciones no dinerarias sean sometidas a valoración pericial mediante informe de
experto nombrado por el R.M., conforme a lo previsto para las sociedades anónimas, quedan
excluidos de la responsabilidad solidaria a que se refieren los artículos anteriores.
Desembolsos pendientes
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Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
En la SA, en caso de desembolso parcial de las acciones suscritas, la escritura deberá ex-
presar si los futuros desembolsos se efectuarán en metálico o en nuevas aportaciones no di-
nerarias. En este último caso, se determinará en la escritura su naturaleza, valor y contenido,
la forma y el procedimiento de efectuarlas, con mención expresa del plazo de su desembolso.
El plazo de desembolso con cargo a aportaciones no dinerarias no podrá exceder de cinco
años desde la constitución de la sociedad o del acuerdo de aumento del capital social. El in-
forme del experto o, en su caso, el informe de los administradores se incorporará como anejo
a la escritura en la que conste la realización de los desembolsos aplazados.
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Derecho mercantil de la empresa
Las participaciones sociales y las acciones como partes alícuotas del capital social
En el caso particular de la SRL, esta llevará un Libro registro de socios, en el que se harán
constar la titularidad originaria y las sucesivas transmisiones, voluntarias o forzosas, de las
participaciones sociales, así como la constitución de derechos reales y otros gravámenes sobre
las mismas.
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Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
ACTIVIDADES
1. Caso práctico
D. Rafael, D. José y D. Luis desean iniciar una actividad mercantil. Para ello han elegido
como forma societaria una S.C. D. Rafael dispone de un capital de 3000 €. D. José tiene 2000 €
y D. Luis carece de efectivo, pero es un magnífico comercial.
Cuestiones:
2. Caso práctico
Cuestiones:
3. Caso práctico
Don Juan, doña María y doña Ana constituyeron ante Notario una Sociedad Anónima con
un capital inicial de 70 000 €. Por diversas circunstancias no pudieron inscribir la sociedad en
el Registro Mercantil. Sin embargo, la sociedad se ha mantenido operativa durante 15 años.
Cuestiones:
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Derecho mercantil de la empresa
BIBLIOGRAFÍA
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
Broseta Pont y Martínez Sanz (2017). Manual de Derecho Mercantil. Madrid: Tecnos.
Jiménez Sánchez (coordinador) y Díaz Moreno (2017). Derecho Mercantil. Vol. 1, Concepto y fuen-
tes del derecho mercantil. La empresa y el empresario. El empresario individual. Madrid: Tecnos.
Menéndez Menéndez (dir.), Rojo Fernández Río (dir.), Aparicio González (2017). Lecciones de
Derecho Mercantil. Vol. 1. Madrid: Thomson.
Pedreño, (2017). Práctica Contable y Fiscal para Juristas. Madrid: Aranzadi.
Vicent Chuliá (2007). Introducción al Derecho Mercantil. Valencia: Tirant lo Blanch.
Sánchez Calero (2017). Principios de Derecho Mercantil. Tomo I. Madrid: Aranzadi.
Suárez-LLanos (2017). Introducción Derecho Mercantil. Madrid: Aranzadi.
LEGISLACIÓN BÁSICA
Constitución Española.
Código de Comercio.
Código Civil.
Real Decreto 1784/1996, de 19 de julio, por el que se aprueba el Reglamento del Registro Mer-
cantil.
Real Decreto 1514/2007, de 16 de noviembre, por el que se aprueba el Plan General de Con-
tabilidad.
Ley 27/2014 de 27 de noviembre del Impuesto sobre sociedades.
Ley 14/2013, de 27 de septiembre, de apoyo a los emprendedores y su internacionalización.
Real Decreto Legislativo 1/2010, de 2 de julio, por el que se aprueba el texto refundido de la
Ley de Sociedades de Capital (LSC).
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EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN
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Derecho mercantil de la empresa
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1. a)
2. b)
3. c)
4. c)
5. a)
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Derecho mercantil de la empresa
GLOSARIO
Capital social: es solamente una cifra permanente de la contabilidad social cuya cuantía ha de
coincidir con los valores nominales de las acciones o participaciones que en cada momento
tenga emitidas la sociedad.
Cuentas en participación: es un contrato de colaboración por el que uno de los contratantes
(cuentapartícipe) aporta bienes o derechos al otro (gestor), quien las hace suyas para de-
dicarlas a determinadas actividades empresariales o profesionales, que desarrollará en nom-
bre propio, sin intervención alguna del aportante salvo en la percepción, en su caso, de las
ganancias que se obtengan.
Disolución de una sociedad: no implica su extinción directa o automática, sino que constituye un
paso previo para su consiguiente liquidación y posterior extinción.
Liquidación: una vez operada la disolución de la sociedad se pone término al desarrollo de su
actividad normal encaminada a la consecución del objeto social y se da comienzo a las
operaciones de liquidación encaminadas a percibir los créditos de la compañía, extinguir
las obligaciones contraídas de antemano, según vayan venciendo, y realizar las operaciones
pendientes.
Razón social: es la denominación social mediante la cual se identifica en el tráfico mercantil y
en virtud de la cual contrae obligaciones y derechos.
Sociedad Anónima: en la sociedad anónima el capital, que estará dividido en acciones, se integrará
por las aportaciones de todos los socios, quienes no responderán personalmente de las
deudas sociales.
Sociedad colectiva: es una sociedad de base personalista para el ejercicio en nombre colectivo de
una actividad mercantil, de cuyas consecuencias responden subsidiariamente frente a ter-
ceros todos los socios de manera personal, ilimitada y solidariamente.
Sociedad comanditaria por acciones: en la sociedad comanditaria por acciones, el capital, que estará
dividido en acciones, se integrará por las aportaciones de todos los socios, uno de los cuales,
al menos, responderá personalmente de las deudas sociales como socio colectivo
Sociedad comanditaria simple: es una sociedad de base personalista para el ejercicio en nombre
colectivo de una actividad mercantil, de cuyas consecuencias los socios colectivos respon-
den subsidiariamente frente a terceros de manera personal, ilimitada y solidariamente y los
socios comanditarios responden hasta el límite de sus aportaciones.
Sociedad de responsabilidad limitada: en la sociedad de responsabilidad limitada, el capital, que es-
tará dividido en participaciones sociales, se integrará por las aportaciones de todos los so-
cios, quienes no responderán personalmente de las deudas sociales.
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3
Las sociedades mercantiles (II)
PRESENTACIÓN
En este módulo 3 se continúa con el estudio de las sociedades capitalistas, así como de los
principales tipos de sociedades mercantiles. Se aborda la explicación de la problemática de
los negocios sobre las propias acciones y participaciones, así como de la estructura orgánica
de la sociedad y otras cuestiones.
OBJETIVOS
Los objetivos del presente módulo los podemos separar en tres tipos:
1. Objetivos conceptuales
• Que el estudiante profundice en el marco jurídico en el que se desarrolla la actividad
económica de las sociedades capitalistas.
• Que el estudiante conozca el estatuto del socio en las sociedades capitalistas.
• Que, asimismo, pueda conocer las instituciones mercantiles que regulan los diferentes
tipos de las sociedades capitalistas.
2. Objetivos procedimentales
• Que el estudiante obtenga los recursos necesarios para diferenciar los distintos tipos
societarios de carácter capitalista y su idoneidad para cada tipo de actividad empresa-
rial.
• Que el estudiante adquiera la experiencia jurídica necesaria para el correcto desen-
volvimiento en el ámbito de su profesión.
• Que el estudiante obtenga las habilidades necesarias para realizar un adecuado aseso-
ramiento dentro del marco de la empresa.
• Que el estudiante adquiera la capacidad necesaria para expresarse correctamente de
forma oral y escrita en el ámbito jurídico.
• Que el estudiante obtenga las habilidades necesarias para saber trabajar en equipo.
3. Objetivos actitudinales
• Concienciar al estudiante acerca de los diversos problemas que han de afrontar las
sociedades capitalistas.
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Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
Adquisiciones originales
• Los negocios sobre las propias
participaciones y acciones Adquisiciones derivativas
• Cuentas anuales
• Modificaciones estatutarias
• Disolución y liquidación
• Modificaciones estructurales
La LSC denomina negocios sobre las propias participaciones y acciones a lo que tradicio-
nalmente se ha conocido con la expresión de “autocartera”, es decir, el conjunto de acciones
o participaciones de una compañía cuya titularidad corresponde a la propia sociedad.
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Derecho mercantil de la empresa
Se define como toda Junta que no reúna el doble requisito de reunirse necesariamente den-
tro de los seis primeros meses de cada ejercicio y aprobar la gestión social, las cuentas del
ejercicio anterior y resolver sobre la aplicación del resultado. Esta Junta puede convocarse
por los administradores en cualquier momento, siempre que lo estimen conveniente para los
intereses sociales.
Junta especial
Cuando tenga lugar una modificación estatutaria que lesione directa o indirectamente los
derechos de una clase de acciones será necesario que dicha modificación sea aprobada, en pri-
mer lugar, por la Junta General y después por la mayoría de los titulares de las acciones per-
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Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
tenecientes a la clase afectada en una Junta especial. A las Juntas especiales será de aplicación
lo dispuesto en la LSC para la Junta General.
Junta universal
Es aquella que puede ser válidamente constituida, en cualquier lugar del territorio nacional
o del extranjero, para tratar cualquier asunto, sin necesidad de previa convocatoria, siempre
que esté presente o representada la totalidad del capital social y los concurrentes acepten por
unanimidad la celebración de la reunión. Su competencia, es absoluta y total para tratar cual-
quier asunto; todos los asuntos propios de la competencia de la Junta pueden ser decididos
en Junta universal, incluyendo, por tanto, los específicos de una Junta General Ordinaria.
La Junta General será convocada por los administradores y, en su caso, por los liquidadores
de la sociedad. Los administradores convocarán Junta General siempre que lo consideren ne-
cesario o conveniente para los intereses sociales, y en todo caso, en las fechas o periodos que
determinen la ley y los estatutos. Sin embargo, los administradores deberán convocar la Junta
General cuando lo soliciten uno o varios socios que representen, al menos, el cinco por ciento
del capital social, expresando en la solicitud los asuntos a tratar. En este caso, la Junta General
deberá ser convocada para su celebración dentro de los dos meses siguientes a la fecha en
que se hubiere requerido notarialmente a los administradores para convocarla, debiendo in-
cluirse necesariamente en el orden del día los asuntos que hubiesen sido objeto de solicitud.
Si la Junta General Ordinaria o las Juntas Generales previstas en los estatutos, no fueran
convocadas dentro del correspondiente plazo legal –seis meses– o estatutariamente estable-
cido, podrá serlo, a solicitud de cualquier socio, previa audiencia de los administradores, por
el Secretario judicial o Registrador mercantil del domicilio social. Si, aun así, los administra-
dores no atienden oportunamente la solicitud de convocatoria de la Junta General efectuada
por los socios que lo soliciten, podrá realizarse la convocatoria, previa audiencia de los admi-
nistradores, por el Secretario judicial o por el Registrador mercantil del domicilio social.
En caso de muerte o de cese del administrador único, de todos los administradores solida-
rios, de alguno de los administradores mancomunados, o de la mayoría de los miembros del
Consejo de administración, sin que existan suplentes, cualquier socio podrá solicitar del Se-
cretario judicial y del Registrador mercantil del domicilio social la convocatoria de Junta Ge-
neral para el nombramiento de los administradores. En estos casos, además, cualquiera de los
administradores que permanezcan en el ejercicio del cargo podrá convocar la Junta General
con ese único objeto, ya se trate de un administrador mancomunado, un miembro del Consejo
de administración, etc.
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Derecho mercantil de la empresa
En primer lugar, la Junta General deberá ser convocada mediante anuncio publicado en la
página web de la sociedad si esta hubiera sido creada, inscrita y publicada. Ahora bien, si la
sociedad no hubiere acordado la creación de su página web o todavía no estuviera esta debi-
damente inscrita y publicada, la convocatoria se publicará en el “Boletín Oficial del Registro
Mercantil” y en uno de los diarios de mayor circulación en la provincia –no de la provincia–
en que esté situado el domicilio social.
Sin embargo, los estatutos también podrán establecer que la convocatoria se realice por cual-
quier procedimiento de comunicación individual y escrita, que asegure la recepción del anuncio
por todos los socios en el domicilio designado al efecto o en el que conste en la documenta-
ción de la sociedad. En el caso de socios que residan en el extranjero, los estatutos podrán
prever que sólo serán individualmente convocados si hubieran designado un lugar del terri-
torio nacional para notificaciones. Los estatutos también pueden prever que la sociedad esta-
blezca una gestión telemática de un sistema de alerta a los socios para que reciban los anuncios
de convocatoria insertados en la web de la sociedad.
En el anuncio de la convocatoria se expresará el nombre de la sociedad, la fecha y hora de
la reunión, el orden del día, en el que figurarán los asuntos a tratar, y el cargo de la persona o
personas que realicen la convocatoria.
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Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
Salvo que otra cosa dispongan los estatutos, el presidente y el secretario de la Junta General
serán los del Consejo de administración y, en su defecto, los designados por los socios con-
currentes al comienzo de la reunión. Estas dos personas conforman la mesa de la Junta.
Antes de entrar en el orden del día se formará la lista de los asistentes, expresando el carácter
o representación de cada uno y el número de participaciones o de acciones propias o ajenas
con que concurran. Al final de la lista se determinará el número de socios presentes o repre-
sentados, así como el importe del capital del que sean titulares, especificando el que corres-
ponde a los socios con derecho de voto. En las sociedades de responsabilidad limitada la lista
de asistentes se incluirá necesariamente en el acta, que será firmada por todos los socios.
El derecho de asistencia a la Junta no puede ser limitado en la SRL, pero sí, en cambio, en
la SA, ya que sus estatutos podrán exigir, respecto de todas las acciones, cualquiera que sea
su clase o serie, la posesión de un número mínimo para asistir a la Junta General sin que, en
ningún caso, el número exigido pueda ser superior al uno por mil del capital social. Los ad-
ministradores deberán asistir siempre a las Juntas Generales. Incluso, los estatutos podrán au-
torizar u ordenar la asistencia de directores, gerentes, técnicos y demás personas que tengan
interés en la buena marcha de los asuntos sociales.
Corresponde al presidente de la Junta General autorizar la asistencia de cualquier otra per-
sona que juzgue conveniente. La Junta, no obstante, podrá revocar dicha autorización.
76
Derecho mercantil de la empresa
Cabe también la asistencia telemática en la SA, siempre que los estatutos prevean esta po-
sibilidad y siempre que se garantice debidamente la identidad del sujeto. En la convocatoria
se describirán los plazos, formas y modos de ejercicio de los derechos de los accionistas pre-
vistos por los administradores para permitir el ordenado desarrollo de la Junta. En particular,
los administradores podrán determinar que las intervenciones y propuestas de acuerdos que,
conforme a esta ley, tengan intención de formular quienes vayan a asistir por medios telemá-
ticos, se remitan a la sociedad con anterioridad al momento de la constitución de la Junta.
Las respuestas a los accionistas que ejerciten su derecho de información durante la Junta se
producirán por escrito durante los siete días siguientes a la finalización de la Junta.
2.5.2. Representación
En la SRL, el socio sólo podrá hacerse representar en la Junta General por su cónyuge, as-
cendiente o descendiente, por otro socio o por persona que ostente poder general conferido
en documento público con facultades para administrar todo el patrimonio que el representado
tuviere en territorio nacional. Los estatutos podrán autorizar la representación por medio de
otras personas. La representación deberá conferirse por escrito. Si no constare en documento
público, deberá ser especial para cada Junta. La representación comprenderá la totalidad de
las participaciones de que sea titular el socio representado.
En la SA, todo accionista que tenga derecho de asistencia podrá hacerse representar en la
Junta General por medio de otra persona, aunque esta no sea accionista. Los estatutos podrán
limitar esta facultad. La representación deberá conferirse por escrito o por medios de comu-
nicación a distancia que cumplan con los requisitos establecidos en esta ley para el ejercicio
del derecho de voto a distancia y con carácter especial para cada Junta. La representación es
siempre revocable. La simple asistencia personal a la junta del representado tendrá valor de
revocación.
En la SRL, salvo disposición contraria de los estatutos sociales, cada participación social
concede a su titular el derecho a emitir un voto. En la SA no será válida la creación de acciones
que de forma directa o indirecta alteren la proporcionalidad entre el valor nominal de la acción
y el derecho de voto, pero los estatutos podrán fijar con carácter general el número máximo
de votos que pueden emitir un mismo accionista.
De conformidad con lo que se disponga en los estatutos, el voto de las propuestas sobre
puntos comprendidos en el orden del día de cualquier clase de Junta General podrá delegarse
o ejercitarse por el accionista mediante correspondencia postal, electrónica o cualquier otro
medio de comunicación a distancia, siempre que se garantice debidamente la identidad del
sujeto que ejerce su derecho de voto. Los accionistas que emitan sus votos a distancia deberán
ser tenidos en cuenta a efectos de constitución de la Junta como presentes.
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Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
En la SRL los acuerdos sociales se adoptarán por mayoría de los votos válidamente emiti-
dos, siempre que representen al menos un tercio de los votos correspondientes a las partici-
paciones sociales en que se divida el capital social. No se computarán los votos en blanco.
Para todos o algunos asuntos determinados, los estatutos podrán exigir un porcentaje de votos
favorables superior, sin llegar a la unanimidad. Los estatutos podrán exigir, además de la pro-
porción de votos legal o estatutariamente establecida, el voto favorable de un determinado
número de socios.
Excepcionalmente, sin embargo, la adopción de determinados acuerdos sociales requiere
una mayoría reforzada:
a) El aumento o la reducción del capital y cualquier otra modificación de los estatutos so-
ciales requerirán el voto favorable de más de la mitad de los votos correspondientes a
las participaciones en que se divida el capital social.
b) La autorización a los administradores para que se dediquen, por cuenta propia o ajena,
al mismo, análogo o complementario género de actividad que constituya el objeto social;
la supresión o la limitación del derecho de preferencia en los aumentos del capital; la
transformación, la fusión, la escisión, la cesión global de activo y pasivo y el traslado
del domicilio al extranjero, y la exclusión de socios requerirán el voto favorable de, al
menos, dos tercios de los votos correspondientes a las participaciones en que se divida
el capital social.
En la SA, los acuerdos sociales se adoptarán por mayoría simple de los votos de los accio-
nistas presentes o representados en la Junta, entendiéndose adoptado un acuerdo cuando ob-
tenga más votos a favor que en contra del capital presente o representado. Para la adopción
de los acuerdos que ser refieran a: la modificación de estatutos, la emisión de obligaciones, la
supresión o la limitación del derecho de adquisición preferente de nuevas acciones, la trans-
formación, la fusión, la escisión o la cesión global de activo y pasivo y el traslado de domicilio
al extranjero, si el capital presente o representado supera el cincuenta por ciento bastará con
que el acuerdo se adopte por mayoría absoluta. Sin embargo, se requerirá el voto favorable
de los dos tercios del capital presente o representado en la Junta cuando en segunda convo-
catoria concurran accionistas que representen el veinticinco por ciento o más del capital sus-
crito con derecho de voto sin alcanzar el cincuenta por ciento. Los estatutos sociales podrán
elevar estas mayorías descritas.
Una vez adoptados los acuerdos sociales deberán constar en acta. El acta deberá ser apro-
bada por la propia Junta al final de la reunión o, en su defecto, y dentro del plazo de quince
días, por el presidente de la Junta General y dos socios interventores, uno en representación
de la mayoría y otro por la minoría. Los acuerdos sociales podrán ejecutarse a partir de la
fecha de la aprobación del acta en la que consten.
Los administradores podrán requerir la presencia de notario para que levante acta de la
Junta General y estarán obligados a hacerlo siempre que, con cinco días de antelación al pre-
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Derecho mercantil de la empresa
visto para la celebración de la Junta, lo soliciten socios que representen, al menos, el uno por
ciento del capital social en la sociedad anónima o el cinco por ciento en la sociedad de respon-
sabilidad limitada. En este caso, los acuerdos sólo serán eficaces si constan en acta notarial.
Son impugnables los acuerdos sociales que sean contrarios a la Ley, se opongan a los esta-
tutos o al reglamento de la Junta de la sociedad o lesionen el interés social en beneficio de
uno o varios socios o de terceros.
La lesión del interés social se produce también cuando el acuerdo, aun no causando daño
al patrimonio social, se impone de manera abusiva por la mayoría. Se entiende que el acuerdo
se impone de forma abusiva cuando, sin responder a una necesidad razonable de la sociedad,
se adopta por la mayoría en interés propio y en detrimento injustificado de los demás socios.
2.8.1. Concepto
El órgano de administración es la persona o personas físicas o jurídicas que asume las fun-
ciones de gobierno, gestión y representación de la sociedad en sus relaciones jurídicas con
terceros. Esta representación se extenderá a todos los actos comprendidos en el objeto social
delimitado en los estatutos.
En términos generales, la administración de la sociedad se podrá organizar o estructurar
de diferentes formas:
a) administrador único, el poder de representación corresponderá necesariamente a este,
b) mancomunada, cuando sea preciso para obligar a la sociedad que actúen conjuntamente,
el poder de representación se ejercerá mancomunadamente al menos por dos de ellos
en la forma determinada en los estatutos,
c) solidaria, de manera que cada uno de ellos puede actuar por sí solo, el poder de repre-
sentación corresponde a cada administrador,
d) colegiada, cuando la pluralidad de personas se organiza bajo la forma de Consejo de
administración. El poder de representación corresponde al propio Consejo, que actuará
colegiadamente. No obstante, los estatutos podrán atribuir el poder de representación
a uno o varios miembros del Consejo a título individual o conjunto (los llamados con-
sejeros delegados o comisión delegada o ejecutiva).
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Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
la Junta General podrá fijar las garantías que los administradores deberán prestar o relevarlos
de esta prestación. El nombramiento de los administradores surtirá efecto desde el momento
de su aceptación. Una vez aceptado el nombramiento, deberá ser presentado a inscripción en
el Registro Mercantil -dentro de los diez días siguientes a la fecha de la aceptación- haciendo
constar la identidad de los nombrados y, en relación a los administradores que tengan atribuida
la representación de la sociedad, si pueden actuar por sí solos o necesitan hacerlo conjunta-
mente.
No pueden ser administradores los menores de edad no emancipados, los judicialmente
incapacitados, las personas inhabilitadas conforme a la Ley Concursal mientras no haya con-
cluido el período de inhabilitación fijado en la sentencia de calificación del concurso y los
condenados por delitos contra la libertad, contra el patrimonio o contra el orden socioeco-
nómico, contra la seguridad colectiva, contra la Administración de Justicia o por cualquier
clase de falsedad, así como aquellos que por razón de su cargo no puedan ejercer el comercio.
Tampoco podrán ser administradores los funcionarios al servicio de la Administración pública
con funciones a su cargo que se relacionen con las actividades propias de las sociedades de
que se trate, los jueces o magistrados y las demás personas afectadas por una incompatibilidad
legal. Los administradores que estuviesen incursos en cualquiera de las prohibiciones legales
deberán ser inmediatamente destituidos, a solicitud de cualquier accionista, sin perjuicio de la
responsabilidad en que puedan incurrir por su conducta desleal.
Los administradores de la SRL ejercerán su cargo por tiempo indefinido, salvo que los es-
tatutos establezcan un plazo determinado, en cuyo caso podrán ser reelegidos una o más veces
por períodos de igual duración. Los administradores de la SA ejercerán el cargo durante el
plazo que señalen los estatutos sociales, que no podrá exceder de seis años y deberá ser igual
para todos ellos. Los administradores podrán ser reelegidos para el cargo, una o varias veces,
por períodos de igual duración máxima.
El nombramiento de los administradores caducará cuando, vencido el plazo, se haya cele-
brado Junta General o haya transcurrido el plazo para la celebración de la Junta que ha de re-
solver sobre la aprobación de las cuentas del ejercicio anterior.
Los administradores podrán ser separados de su cargo en cualquier momento por la Junta
General aun cuando la separación no conste en el orden del día. En la SRL los estatutos podrán
exigir para el acuerdo de separación una mayoría reforzada que no podrá ser superior a los
dos tercios de los votos correspondientes a las participaciones en que se divida el capital social.
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Derecho mercantil de la empresa
miento de las funciones de administrador y los sistemas de ahorro o previsión que se consi-
deren oportunos.
Ello significa que los administradores deberán desempeñar el cargo y cumplir los deberes
impuestos por las leyes y los estatutos con la diligencia de un ordenado empresario, teniendo
en cuenta la naturaleza del cargo y las funciones atribuidas a cada uno de ellos.
Asimismo, deberán tener la dedicación adecuada y adoptarán las medidas precisas para la
buena dirección y el control de la sociedad. En el desempeño de sus funciones, el administra-
dor tiene el deber de exigir y el derecho de recabar de la sociedad la información adecuada y
necesaria que le sirva para el cumplimiento de sus obligaciones. En el ámbito de las decisiones
estratégicas y de negocio, sujetas a la discrecionalidad empresarial, el estándar de diligencia
de un ordenado empresario se entenderá cumplido cuando el administrador haya actuado de
buena fe, sin interés personal en el asunto objeto de decisión, con información suficiente y con
arreglo a un procedimiento de decisión adecuado.
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Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
Cuando no exista delegación permanente de facultades del consejo en uno o varios con-
sejeros delegados, todas las disposiciones sobre deberes y responsabilidad de los administra-
dores serán aplicables a la persona, cualquiera que sea su denominación, que tenga atribuidas
facultades de más alta dirección de la sociedad, sin perjuicio de las acciones de la sociedad
basadas en su relación jurídica con ella.
La persona física designada para el ejercicio permanente de las funciones propias del cargo
de administrador persona jurídica deberá reunir los requisitos legales establecidos para los
administradores, estará sometida a los mismos deberes y responderá solidariamente con la
persona jurídica administrador.
Esta responsabilidad tiene carácter solidario. En este sentido, todos los miembros del ór-
gano de administración que hubiera adoptado el acuerdo o realizado el acto lesivo responderán
solidariamente, salvo los que prueben que, no habiendo intervenido en su adopción y ejecu-
ción, desconocían su existencia o, conociéndola, hicieron todo lo conveniente para evitar el
daño o, al menos, se opusieron expresamente a aquel.
Para exigir responsabilidad a los administradores en los casos en que proceda podrá ejer-
citarse, bien la acción social de responsabilidad, o bien la acción individual de responsabilidad.
La acción social de responsabilidad contra los administradores se entablará por la sociedad,
previo acuerdo de la Junta General, que puede ser adoptado a solicitud de cualquier socio,
aunque no conste en el orden del día. Los estatutos no podrán establecer una mayoría distinta
a la ordinaria para la adopción de este acuerdo. En cualquier momento la Junta General podrá
transigir o renunciar al ejercicio de la acción, siempre que no se opusieren a ello socios que
representen el cinco por ciento del capital social. El acuerdo de promover la acción o de tran-
sigir determinará la destitución de los administradores afectados. La aprobación de las cuentas
anuales no impedirá el ejercicio de la acción de responsabilidad ni supondrá la renuncia a la
acción acordada o ejercitada.
El socio o socios que posean individual o conjuntamente una participación que les permita
solicitar la convocatoria de la Junta General, podrán entablar la acción social de responsabi-
lidad en defensa del interés social cuando los administradores no convocasen la Junta General
solicitada a tal fin, cuando la sociedad no la entablare dentro del plazo de un mes, contado
desde la fecha de adopción del correspondiente acuerdo, o bien cuando este hubiere sido
contrario a la exigencia de responsabilidad.
La acción individual de responsabilidad corresponde a los socios y a los terceros por actos
de los administradores que lesionen directamente sus intereses y tiene como objetivo conseguir
una indemnización por daños y perjuicios causados.
La acción de responsabilidad contra los administradores, sea social o individual, prescribirá
a los cuatro años a contar desde el día en que hubiera podido ejercitarse.
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Derecho mercantil de la empresa
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Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
Este documento contable sirve para informar sobre el origen y la utilización de los activos
monetarios representativos de efectivo y otros activos líquidos equivalentes, clasificando los
movimientos por actividades e indicando la variación neta de dicha magnitud en el ejercicio.
Pone de manifiesto los cobros y los pagos realizados por la empresa, con el fin de informar
acerca de los movimientos de efectivo producidos en el ejercicio, debidamente ordenados y
agrupados por categorías o tipos de actividades. Cuando pueda formularse balance en modelo
abreviado, el estado de flujos de efectivo no será obligatorio.
3.6. La Memoria
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Derecho mercantil de la empresa
Las cuentas anuales y, en su caso, el informe de gestión deberán ser revisados por auditor
de cuentas. Se exceptúa de esta obligación a las sociedades que durante dos ejercicios consecu-
tivos reúnan, a la fecha de cierre de cada uno de ellos, al menos dos de las circunstancias es-
tablecidas en el art. 263 LSC.
Una vez redactadas y firmadas las cuentas anuales, se aprobarán por la Junta General. A
partir de la convocatoria de la Junta General, cualquier socio podrá obtener de la sociedad,
de forma inmediata y gratuita, los documentos que han de ser sometidos a la aprobación de
la misma, así como en su caso, el informe de gestión y el informe del auditor de cuentas. En
la convocatoria se hará mención de este derecho. Salvo disposición contraria de los estatutos,
durante ese mismo plazo, el socio o socios de la sociedad de responsabilidad limitada que re-
presenten al menos el cinco por ciento del capital podrán examinar en el domicilio social, por
sí o en unión de experto contable, los documentos que sirvan de soporte y de antecedente de
las cuentas anuales.
La Junta General resolverá sobre la aplicación del resultado del ejercicio de acuerdo con el
balance aprobado.
Una vez cubiertas las atenciones previstas por la ley o los estatutos, sólo podrán repartirse
dividendos con cargo al beneficio del ejercicio, o a reservas de libre disposición, si el valor
del patrimonio neto no es o, a consecuencia del reparto, no resulta ser inferior al capital social.
A estos efectos, los beneficios imputados directamente al patrimonio neto no podrán ser ob-
jeto de distribución, directa ni indirecta. Si existieran pérdidas de ejercicios anteriores que hi-
cieran que ese valor del patrimonio neto de la sociedad fuera inferior a la cifra del capital
social, el beneficio se destinará a la compensación de estas pérdidas. Se prohíbe igualmente
toda distribución de beneficios a menos que el importe de las reservas disponibles sea, como
mínimo, igual al importe de los gastos de investigación y desarrollo que figuren en el activo
del balance.
En la SRL, salvo disposición contraria de los estatutos, la distribución de dividendos a los
socios se realizará en proporción a su participación en el capital social. En la SA la distribución
de dividendos a las acciones ordinarias se realizará en proporción al capital que hubieran desem-
bolsado.
A la hora de proceder a la aplicación del resultado es importante tener atender, previamente,
a la dotación de la reserva legal. En este sentido, una cifra igual al diez por ciento del beneficio
del ejercicio se destinará a la reserva legal hasta que esta alcance, al menos, el veinte por ciento
del capital social. La reserva legal, mientras no supere el límite indicado, solo podrá destinarse
a la compensación de pérdidas en el caso de que no existan otras reservas disponibles sufi-
cientes para este fin.
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Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
4.1. Planteamiento
Cuando la modificación de los estatutos implique nuevas obligaciones para los socios de-
berá adoptarse con el consentimiento de los afectados. Si la modificación afecta a los derechos
individuales de cualquier socio de una SRL deberá adoptarse con el consentimiento de los
afectados.
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Derecho mercantil de la empresa
En los casos en que exista una clase de acciones con un específico contenido de derechos
para que pueda prosperar una modificación estatutaria que afecte directa o indirectamente a
los derechos de esa clase de acciones será preciso que haya sido acordada por la Junta General,
con los requisitos establecidos en la LSC, y también por la mayoría de las acciones pertene-
cientes a la clase afectada. Cuando sean varias las clases afectadas, será necesario el acuerdo
separado de cada una de ellas. Cuando la modificación sólo afecte a una parte de las acciones
pertenecientes a la misma y, en su caso, única clase y suponga un trato discriminatorio entre
ellas, se considerará a estos efectos que constituyen clases independientes las acciones afec-
tadas y las no afectadas por la modificación; siendo preciso, por tanto, el acuerdo separado
de cada una de ellas. Se reputará que entraña trato discriminatorio cualquier modificación
que, en el plano sustancial, tenga un impacto, económico o político, claramente asimétrico en
unas y otras acciones o en sus titulares. El acuerdo de los accionistas afectados habrá de adop-
tarse con los mismos requisitos previstos en la LSC para la modificación de los estatutos so-
ciales, bien en Junta especial o a través de votación separada en la Junta General en cuya
convocatoria se hará constar expresamente.
Una de las menciones necesarias de los estatutos es la cifra del capital social, que se fija en
la constitución de la sociedad y tiende a permanecer invariable durante el funcionamiento de
la sociedad. El aumento del capital social consiste en la modificación al alza de esa cifra de
capital que figura en los estatutos. En cualquier momento de la vida social la situación eco-
nómica puede requerir la necesidad de aumentar los recursos financieros o de permitir la en-
trada de nuevos socios, lo que conlleva una ampliación del capital social.
El aumento del capital social podrá realizarse por creación de nuevas participaciones o
emisión de nuevas acciones o por elevación del valor nominal de las ya existentes. En ambos
casos el aumento del capital podrá realizarse con cargo a nuevas aportaciones dinerarias o no
dinerarias al patrimonio social, incluida la aportación de créditos contra la sociedad, o con
cargo a beneficios o reservas que ya figurasen en el último balance aprobado.
Esta operación se trata por la LSC con mucha cautela porque puede afectar gravemente a
los intereses de los terceros acreedores de la sociedad.
La reducción del capital puede tener por finalidad el restablecimiento del equilibrio entre
el capital y el patrimonio neto de la sociedad disminuido por consecuencia de pérdidas, la
constitución o el incremento de la reserva legal o de las reservas voluntarias o la devolución
del valor de las aportaciones. En las sociedades anónimas, la reducción del capital puede tener
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Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
Separación de socios
Esta figura implica la disolución o extinción parcial del contrato social. La separación tiene
su origen en la voluntad del socio, y puede producirse por causas legales o estatutarias.
Los socios que no hubieran votado a favor del correspondiente acuerdo, incluidos los
socios sin voto, tendrán derecho a separarse de la sociedad de capital en los casos siguientes:
a) Sustitución o modificación sustancial del objeto social.
b) Prórroga de la sociedad.
c) Reactivación de la sociedad (solo será posible cuando, con carácter sobrevenido o en
virtud del correspondiente acuerdo social, se elimine la causa de disolución y desapa-
rezca, por ello, la exigencia jurídica de su extinción).
d) Creación modificación o extinción anticipada de la obligación de realizar prestaciones
accesorias, salvo disposición contraria de los estatutos.
e) Los socios que no hubieran votado a favor del acuerdo de transformación podrán se-
pararse de la sociedad que se transforma.
En la SRL tendrán, además, derecho a separarse de la sociedad los socios que no hubieran
votado a favor del acuerdo de modificación del régimen de transmisión de las participaciones
sociales.
En los casos de transformación de la sociedad y de traslado de domicilio al extranjero los
socios tendrán derecho de separación en los términos establecidos en la Ley 3/2009, de 3 de
abril, sobre modificaciones estructurales de las sociedades mercantiles.
Los estatutos podrán establecer otras causas de separación distintas a las previstas en la
LSC. En este caso determinarán el modo en que deberá acreditarse la existencia de la causa,
la forma de ejercitar el derecho de separación y el plazo de su ejercicio. Para la incorporación
a los estatutos, la modificación o la supresión de estas causas de separación será necesario el
consentimiento de todos los socios.
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Derecho mercantil de la empresa
Los acuerdos que den lugar al derecho de separación se publicarán en el Boletín Oficial
del Registro Mercantil. En las sociedades de responsabilidad limitada y en las anónimas cuando
todas las acciones sean nominativas, los administradores podrán sustituir la publicación por
una comunicación escrita a cada uno de los socios que no hayan votado a favor del acuerdo.
El derecho de separación habrá de ejercitarse por escrito en el plazo de un mes a contar desde
la publicación del acuerdo o desde la recepción de la comunicación.
La disolución
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Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
• Por el transcurso del término de duración fijado en los estatutos, a no ser que con
anterioridad hubiera sido expresamente prorrogada e inscrita la prórroga en el Registro
Mercantil.
• Por el transcurso de un año desde la adopción del acuerdo de reducción del capital
social por debajo del mínimo legal como consecuencia del cumplimiento de una ley,
si no se hubiere inscrito en el Registro Mercantil la transformación o la disolución
de la sociedad, o el aumento del capital social hasta una cantidad igual o superior al
mínimo legal. Transcurrido un año sin que se hubiere inscrito la transformación o la
disolución de la sociedad o el aumento de su capital, los administradores responderán
personal y solidariamente entre sí y con la sociedad de las deudas sociales.
III. Disolución por constatación de causa legal o estatutaria
En estos casos la disolución viene impuesta por la Ley o por los estatutos, en cuyo caso
la sociedad debe disolverse por acuerdo de la Junta General que constate la concurrencia
de la causa, pero en este caso no se exige ningún requisito especial de cuórum o mayoría
específica. Los administradores están obligados a convocar Junta cuando concurra una
causa de disolución. En estos casos la sociedad deberá disolverse:
a) Por el cese en el ejercicio de la actividad o actividades que constituyan el objeto
social. En particular, se entenderá que se ha producido el cese tras un período de
inactividad superior a un año.
b) Por la conclusión de la empresa que constituya su objeto.
c) Por la imposibilidad manifiesta de conseguir el fin social.
d) Por la paralización de los órganos sociales de modo que resulte imposible su fun-
cionamiento.
e) Por pérdidas que dejen reducido el patrimonio neto a una cantidad inferior a la mitad
del capital social, a no ser que este se aumente o se reduzca en la medida suficiente,
y siempre que no sea procedente solicitar la declaración de concurso.
f) Por reducción del capital social por debajo del mínimo legal, que no sea consecuencia
del cumplimiento de una ley.
g) Porque el valor nominal de las participaciones sociales sin voto o de las acciones sin
voto excediera de la mitad del capital social desembolsado y no se restableciera la
proporción en el plazo de dos años.
h) Por cualquier otra causa establecida en los estatutos.
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Derecho mercantil de la empresa
objeto, además de garantizar una ordenada extinción, la protección de los derechos de los
acreedores. Las operaciones de liquidación están reguladas en los artículos 380 a 390 LSC. De
otro lado, la liquidación que se produce como consecuencia de la apertura de la fase de liqui-
dación, tras la declaración de concurso, queda sometida a las reglas de los artículos 142 a 162
de la Ley 22/2003, de 9 de julio, Concursal.
Se trata de un tipo social formado por dos clases de socios: los colectivos y los comandi-
tarios. La nota diferencial entre ambas clases de socios reside en que el capital que aportan
los socios comanditarios se encuentra representado por acciones y sujeto por tanto al régimen
previsto para estas en la LSC.
Las sociedades comanditarias por acciones se regirán por las normas específicamente apli-
cables a este tipo social y, en lo que no esté en ellas previsto, por lo establecido en esta ley
para las sociedades anónimas.
A su vez, los socios colectivos están sujetos al régimen de responsabilidad previsto en los
artículos 127 y 137 del Código de comercio, que ya se explicado con anterioridad.
8.1. Concepto
8.2. Transformación
En virtud de esta modificación estructural, una sociedad adopta un tipo social distinto,
conservando su personalidad jurídica. Una sociedad en liquidación también podrá transfor-
marse, pero siempre que no haya comenzado la distribución de su patrimonio entre los socios.
Los supuestos de transformación se recogen en el art. 4 de la LME.
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Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
8.3. La fusión
Se entiende por fusión la operación jurídica entre dos o más sociedades mercantiles inscri-
tas, en virtud de la cual estas sociedades se integran en una única sociedad mediante la trans-
misión en bloque de sus patrimonios y la atribución a los socios de las sociedades que se
extinguen de acciones, participaciones o cuotas de la sociedad resultante, que puede ser de
nueva creación o una de las sociedades que se fusionan.
Hay dos clases de fusión.
• La fusión propia, en la que la fusión en una nueva sociedad implicará la extinción de
cada una de las sociedades que se fusionan y la transmisión en bloque de los respectivos
patrimonios sociales a la nueva entidad, que adquirirá por sucesión universal los dere-
chos y obligaciones de aquellas.
• La fusión impropia o por absorción. En este caso se produce una absorción de una o
más sociedades por otra sociedad ya existente. Esta sociedad adquirirá por sucesión
universal los patrimonios de las sociedades absorbidas, que se extinguirán, aumentando,
en su caso, el capital social de la sociedad absorbente en la cuantía que proceda.
Existe, por otra parte, una operación que legalmente (artículo 53 LME) se asimila a la
fusión y que cosiste en la operación mediante la cual una sociedad se extingue, transmitiendo
en bloque su patrimonio a la sociedad que posee la totalidad de las acciones, participaciones
o cuotas correspondientes a aquella.
El contenido del proyecto de fusión está regulado en los artículos 30 a 35 LME. A su vez
el balance de fusión está previsto en los artículos 36 a 38 LME.
92
Derecho mercantil de la empresa
ACTIVIDADES
1. Caso práctico
“Barranco grande, S.A.” tiene un capital social de 600 000 euros dividido en 600 acciones
al portador de mil euros de valor nominal cada una. El patrimonio neto de la sociedad según
el último balance es de 200 000 euros. Don Pedro es titular de 50 acciones y miembros del
Consejo de administración que está integrado por otros dos miembros. El señor Montero
quiere que la sociedad se disuelva, pero los otros dos consejeros y todos los demás socios se
oponen y creen que lo más conveniente sería sanear la sociedad. Ante esta situación el señor
Montero necesita asesoramiento legal sobre las siguientes:
Cuestiones:
2. Caso práctico
La sociedad Informática Canaria SA con un capital social de 90.000 euros entra en pérdidas
debiendo reducir el capital social al mínimo legal.
Cuestiones:
3. Caso práctico
Cuestiones:
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Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
BIBLIOGRAFÍA
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
Broseta Pont y Martínez Sanz (2017). Manual de Derecho Mercantil. Madrid: Tecnos.
Jiménez Sánchez (coordinador) y Díaz Moreno (2017). Derecho Mercantil, vol. 1, Concepto y
fuentes del derecho mercantil. La empresa y el empresario. El empresario individual. Madrid: Tecnos.
Menéndez Menéndez (dir.), Rojo Fernández Río (dir.), Aparicio González (2017). Lecciones de
Derecho Mercantil. Vol. 1. Madrid: Thomson.
Pedreño (2017). Práctica Contable y Fiscal para Juristas. Madrid: Aranzadi.
Vicent Chuliá (2007). Introducción al Derecho Mercantil. Valencia: Tirant lo Blanch.
Sánchez Calero. Principios de Derecho Mercantil, Tomo I. Madrid: Aranzadi.
Scaianschi Márquez (2017). La dimensión contractual de la fusión. Madrid: Cívitas.
Suárez-LLanos. Introducción Derecho Mercantil (ult. edición), Madrid.
LEGISLACIÓN BÁSICA
Constitución Española.
Código de Comercio.
Código Civil.
Real Decreto 1784/1996, de 19 de julio, por el que se aprueba el Reglamento del Registro
Mercantil.
Ley 3/2009, de 3 de abril, sobre Modificaciones estructurales de las sociedades mercantiles.
Real Decreto 1514/2007, de 16 de noviembre, por el que se aprueba el Plan General de Con-
tabilidad.
Ley 27/2014 de 27 de noviembre del Impuesto sobre sociedades.
Ley 14/2013, de 27 de septiembre, de apoyo a los emprendedores y su internacionalización.
Real Decreto Legislativo 1/2010, de 2 de julio, por el que se aprueba el texto refundido de la
Ley de Sociedades de Capital (LSC).
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Derecho mercantil de la empresa
EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN
1. En el caso de que se produzca una adquisición originaria de las propias acciones de una SA:
a) Los títulos deberán ser enajenados en el plazo máximo de un año a contar desde la
fecha de la primera adquisición.
b) Los títulos deberán ser enajenados en el plazo máximo de 2 años a contar desde la
fecha de la primera adquisición.
c) Los títulos deberán ser enajenados en el plazo máximo de 3 años a contar desde la
fecha de la primera adquisición.
d) Los títulos son enajenables en cualquier momento.
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Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
1. a)
2. b)
3. c)
4. a)
5. b)
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Derecho mercantil de la empresa
GLOSARIO
Cuentas anuales: los administradores de la sociedad están obligados a formular, en el plazo máxi-
mo de tres meses contados a partir del cierre del ejercicio social, las cuentas anuales, el in-
forme de gestión y la propuesta de aplicación del resultado, así como, en su caso, las cuentas
y el informe de gestión consolidados.
Junta General: es el órgano de formación y expresión de la voluntad social, cuyos acuerdos obli-
gan a los administradores y a todos los socios, incluso a los disidentes y a los que no hayan
participado en la Junta.
Modificación de estatutos: es cualquier alteración de los estatutos de la sociedad, con independen-
cia de que afecte a su contenido o forma.
Modificaciones estructurales: son alteraciones de la sociedad que van más allá de las simples mo-
dificaciones estatutarias para afectar a la estructura patrimonial o personal de la sociedad,
y que, no se limitan a simples modificaciones estatutarias.
Obligaciones: se trata de un medio de financiación más propio de las sociedades. Así la sociedad
obtiene recursos financieros recurriendo al mercado de capitales o de ahorro.
Órgano de administración: es la persona o personas físicas o jurídicas que asumen las funciones
de gobierno, gestión y representación de la sociedad en sus relaciones jurídicas con terceros.
Plazo previo de la convocatoria: entre la convocatoria y la fecha prevista para la celebración de la
Junta deberá existir un plazo de, al menos, un mes en las sociedades anónimas y quince
días en las sociedades de responsabilidad limitada.
Responsabilidad de los administradores: todos los administradores son responsables frente a las
sociedad, socios y acreedores sociales de los daños causados por actos u omisiones con-
trarios a la ley o a los estatutos o por los realizados incumpliendo el conjunto de deberes
propios del cargo de administrador siempre y cuando haya intervenido dolo o culpa.
Separación de socios: implica la disolución o extinción parcial del contrato social. La separación
tiene su origen en la voluntad del socio, y puede producirse por causas legales o estatutarias.
97
4
Las sociedades de base mutualista.
Las sociedades laborales, las cooperativas
y otras sociedades de base mutualista
PRESENTACIÓN
En los años 70, coincidiendo con los peores años de la crisis económica, el Gobierno de
España, ante la destrucción de empleo sobre todo en las grandes industrias de nuestro país,
destinan una serie de ayudas dirigidas a amortizar dicha crisis, haciendo participar a los traba-
jadores de dichas industrias comprando los activos de las empresas e iniciando necesarios
procesos de modernización, con determinadas ayudas otorgadas por el Ministerio de Trabajo
(que crea el Fondo Nacional de Protección al Trabajo). El esfuerzo de los trabajadores s ante
el cierre de sus empresas, alentados por el movimiento sindical, y ayudados por numerosas
subvenciones, evitaba la destrucción de empleo y la reconversión de empresas en crisis. Este
movimiento tuvo un efecto multiplicador que ha hecho que, desde los años 80 hasta nuestros
días el número de sociedades de tipo laboral va creciendo continuamente. Las Sociedades La-
borales constituyen el núcleo básico de la Economía Social española.
En este módulo se analizarán las sociedades de base mutualista, haciendo especial referencia
a sus características específicas, dado que estos modelos societarios tienen una importancia
fundamental en el Programa de esta asignatura.
OBJETIVOS
Los objetivos de esta unidad de aprendizaje relativa a las sociedades de base mutualista, las
sociedades laborales y las cooperativas son:
• Que el estudiante conozca el marco jurídico en el que se desarrolla la actividad econó-
mica de las sociedades de base mutualista y, en concreto de las sociedades laborales.
• Que el estudiante conozca los derechos, obligaciones y régimen de responsabilidad al
que quedan sujetos los socios de estas sociedades.
• Que el estudiante obtenga una visión clara sobre la importancia de integrar a los traba-
jadores en la empresa.
• Que el estudiante adquiera la experiencia jurídica necesaria para el correcto desenvol-
vimiento de su profesión.
• Que el estudiante obtenga las habilidades necesarias para poder desarrollar labores de
asesoramiento empresarial y de trabajo en equipo.
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Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
Limitadas Socios
Mutuas a
prima variable
Órganos
Cooperativas
europeas
1. SOCIEDADES LABORALES
100
Derecho mercantil de la empresa
carácter estable y no coyuntural de este modelo empresarial. En esta línea cabe destacar que
las sociedades laborales en España, en sintonía con las recomendaciones europeas, responden
al modelo de empresa participada mayoritariamente. Son unos de los máximos exponentes
de la participación de los trabajadores en las empresas en nuestro país, encontrándose a la
vanguardia en relación a la regulación de este tipo de entidades en los restantes países de nues-
tro entorno.
Se consideran sociedades de capital por su forma y por tanto sociedades mercantiles cual-
quiera que fuera su objeto social y les serán aplicables las normas relativas a las sociedades
anónimas y limitadas.
Se caracterizan por:
• Al menos, la mayoría del capital social es propiedad de trabajadores que prestan en ellas
servicios retribuidos de forma personal y directa, en virtud de una relación laboral por
tiempo indefinido.
• Ninguno de los socios es titular de acciones o participaciones sociales que representan
más de la tercera parte del capital social, salvo que:
– La sociedad laboral se constituya inicialmente por dos socios trabajadores con con-
trato por tiempo indefinido, en la que tanto el capital social como los derechos de
voto estarán distribuidos al cincuenta por ciento, con la obligación de que en el plazo
máximo de 36 meses se ajusten a los límites legales establecidos.
– Se trate de socios que sean entidades públicas, de participación mayoritariamente pú-
blica, entidades no lucrativas o de la economía social, en cuyo caso la participación
podrá superar dicho límite, sin alcanzar el cincuenta por ciento del capital social.
• El número de horas-año trabajadas por los trabajadores contratados por tiempo indefi-
nido, que no sean socios, no es superior al cuarenta y nueve por ciento del cómputo global
de horas-año trabajadas en la sociedad laboral por el conjunto de los socios trabajado-
res. No computará para el cálculo de este límite el trabajo realizado por los trabajadores
con discapacidad de cualquier clase en grado igual o superior al treinta y tres por ciento.
• Los socios trabajadores. Prestan sus servicios retribuidos de forma directa y personal,
con una relación laboral por tiempo indefinido y a la vez son propietarios de acciones
o participaciones sociales de “clase laboral”, que en su conjunto supondrán al menos
el 50,01 por 100 del capital social.
• Los socios no trabajadores. Personas físicas o jurídicas (públicas o privadas) propietarios
de acciones o participaciones sociales de la “clase general” sin relación laboral con la
sociedad laboral.
• Trabajadores asalariados (contratados de forma temporal o por tiempo indefinido).
101
Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
En las sociedades anónimas laborales los órganos gestores son similares a los de la sociedad
anónima, con la peculiaridad de que cuando existan dos clases de accionistas ambas estarán
representadas proporcionalmente a sus aportaciones al capital social.
1.5. Reservas
Además de las reservas legales o estatutarias que procedan, las sociedades laborales están
obligadas a constituir una Reserva especial, que se dotará con el 10 por 100 del beneficio lí-
quido de cada ejercicio, hasta que se alcance al menos una cifra superior al doble del capital
social. Este Fondo solo podrá destinarse a la compensación de pérdidas en el caso de que no
existan otras reservas disponibles suficientes para este fin y/o a la adquisición de sus propias
acciones o participaciones sociales.
Los requisitos son similares a los necesarios para constituir una sociedad anónima o limi-
tada, con algunas consideraciones requeridas por su legislación especial, teniendo la caracte-
rística singular de que su constitución se formalizará en escritura pública que deberá ser inscrita
y calificada en el Registro de Sociedades Laborales del Ministerio de Trabajo y Asuntos So-
ciales, y posteriormente en el Registro Mercantil.
102
Derecho mercantil de la empresa
Concretamente podemos destacar como requisitos y trámites para que la Sociedad Laboral
sea reconocida legalmente como tal son:
• Elaboración de los Estatutos.
• Solicitud de calificación, inscripción y certificación como Sociedad Laboral en el Re-
gistro Administrativo de Sociedades Laborales.
• En la denominación de la Sociedad deberá figurar necesariamente la indicación de So-
ciedad Anónima Laboral o Sociedad de Responsabilidad Limitada Laboral, o sus abre-
viaturas S.A.L. o S.L.L. según proceda.
• Otorgamiento de escritura pública y protocolización de los Estatutos ante notario. Es
preciso presentar certificación del Registro Mercantil Central que acredite la no exis-
tencia de otra Sociedad con la misma denominación. Dicha certificación tiene una va-
lidez de dos meses desde la fecha de su expedición.
• Certificado bancario en que conste el depósito, a nombre de la Sociedad, de al menos
el 25 por 100 del capital que se decidió suscribir por los socios en las S.A.L. En las S.L.L.
el certificado bancario será del 100 por 100 del capital.
• Inscripción en el Registro Mercantil. Para dicha inscripción será necesario aportar la
certificación del Registro Administrativo correspondiente, en la que conste que la misma
ha sido calificada como tal e inscrita en dicho Registro. Desde la inscripción en el Re-
gistro Mercantil la Sociedad adquiere personalidad jurídica propia.
1.8. Calificación
103
Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
Procederá la pérdida de la condición de Sociedad Laboral por las causas legales siguientes:
• Cuando durante el funcionamiento de la sociedad, esta excediera los límites de acciones
y participaciones en el capital social, así como en la contratación de trabajadores asala-
riados.
• Debido a la falta de dotación, la dotación insuficiente o la aplicación indebida del Fondo
Especial de Reserva.
• La sociedad también perderá la calificación de laboral por acuerdo de la Junta General,
adoptado con los requisitos y las mayorías establecidas para la modificación de los es-
tatutos.
En lo no previsto por la Ley 44/2015, serán de aplicación a las sociedades laborales las
normas correspondientes a las sociedades anónimas o de responsabilidad limitada, según la
forma que ostenten.
2. COOPERATIVAS
Las sociedades cooperativas se rigen por la Ley 27/1999, de 16 de julio, que las considera
como verdaderas instituciones socioeconómicas que han de hacer frente a las constantes
transformaciones que, de forma progresiva, se producen en el mundo actual. En este sentido,
los cambios tecnológicos, económicos y en la organización de trabajo que dan especial pro-
tagonismo a las pequeñas y medianas empresas, junto a la aparición de los nuevos «yacimientos
104
Derecho mercantil de la empresa
de empleo», abren a las cooperativas amplias expectativas para su expansión, pero, a la vez,
exigen que su formulación jurídica encuentre sólidos soportes para su consolidación como
empresa.
2.3. Domicilio
La sociedad cooperativa fijará su domicilio social dentro del territorio español, en el lugar
donde realice principalmente su actividad o centralice su gestión administrativa y dirección.
Las cooperativas pueden ser de primer o de segundo grado. Las de primer grado son las
formadas por socios; al menos tres, ya sean personas físicas o jurídicas. Las de segundo grado
son las formadas por la unión de varias cooperativas (mínimo dos). El art. 6 de La ley 27/1999
establece las modalidades de las sociedades cooperativas de primer grado.
2.5. Constitución
La sociedad cooperativa se constituirá mediante escritura pública, que deberá ser inscrita
en el Registro de Sociedades Cooperativas previsto en la Ley. Con la inscripción adquirirá
personalidad jurídica.
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Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
Salvo en aquellos supuestos en que por Ley se establezcan otros mínimos, las cooperativas
de primer grado deberán estar integradas, al menos, por tres socios y las cooperativas de segun-
do grado deberán estar constituidas por, al menos, dos cooperativas.
La escritura pública de constitución de la sociedad será otorgada por todos los promotores
y en ella se expresarán las menciones requeridas en el art. 10 de la LC:
En los Estatutos se hará constar, al menos lo establecido en el art. 11 LC: Asimismo, de-
terminación del número y período de actuación de los interventores y, en su caso, de los
miembros del Comité de Recursos.
Cualquier modificación de los Estatutos se hará constar en escritura pública, que se inscri-
birá en el Registro de Sociedades Cooperativas. No obstante, cuando la modificación consista
en el cambio de clase de la cooperativa, los socios que no hayan votado a favor del acuerdo,
tendrán derecho a separarse de la sociedad, considerándose su baja como justificada. Este
derecho podrá ejercitarse hasta que transcurra un mes a contar desde la inscripción del acuerdo
en el Registro de Cooperativas.
Los Estatutos podrán ser desarrollados mediante un Reglamento de régimen interno.
2.9. Socios
En las cooperativas pueden ser socios, en función de la actividad cooperativizada, tanto las
personas físicas como jurídicas, públicas o privadas y las comunidades de bienes. Los Estatutos
106
Derecho mercantil de la empresa
Los socios están obligados a cumplir los deberes legales y estatutarios. En especial, los so-
cios tendrán las obligaciones establecidas en el art. 15 LC.
Los socios pueden ejercitar, sin más restricciones que las derivadas de un procedimiento
sancionador, o de medidas cautelares estatutarias, todos los derechos reconocidos legal o es-
tatutariamente, según establece el art. 16 LC.
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Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
Los socios sólo podrán ser sancionados por las faltas previamente tipificadas en los Esta-
tutos, que se clasificarán en faltas leves, graves y muy graves, según establece el art. 18 LC.
El capital social estará constituido por las aportaciones de los socios. Los Estatutos fijarán
el capital social mínimo con que puede constituirse y funcionar la cooperativa, que deberá
estar totalmente desembolsado desde su constitución.
Las aportaciones de los socios al capital social se realizarán en moneda de curso legal. No
obstante, si lo prevén los Estatutos o lo acordase la Asamblea General, también podrán con-
sistir en bienes y derechos susceptibles de valoración económica. Su régimen legal está previsto
en el art. 45 LC.
La Asamblea General y, si los Estatutos lo prevén, el Consejo Rector, podrá acordar la ad-
misión de aportaciones voluntarias al capital social por parte de los socios, si bien la retribución
que establezca no podrá ser superior a la de las últimas aportaciones voluntarias al capital
acordadas por la Asamblea General o, en su defecto, a la de las aportaciones obligatorias. Las
aportaciones voluntarias deberán desembolsarse totalmente en el momento de la suscripción
y tendrán el carácter de permanencia propio del capital social, del que pasan a formar parte.
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Derecho mercantil de la empresa
Los Estatutos establecerán si las aportaciones obligatorias al capital social dan derecho al
devengo de intereses por la parte efectivamente desembolsada, y en el caso de las aportaciones
voluntarias será el acuerdo de admisión el que fije esta remuneración o el procedimiento para
determinarla. La remuneración de las aportaciones al capital social estará condicionada a la
existencia en el ejercicio económico de resultados positivos previos a su reparto, limitándose
el importe máximo de las retribuciones al citado resultado positivo y, en ningún caso, excederá
en más de seis puntos del interés legal del dinero.
Los Estatutos regularán el derecho de los socios al reembolso de sus aportaciones al capital
social en caso de baja en la cooperativa. La liquidación de estas aportaciones se hará según el
balance de cierre del ejercicio en el que se produzca la baja, sin que se puedan efectuar de-
ducciones.
En el caso de baja no justificada por incumplimiento del período de permanencia mínimo
se podrá establecer una deducción sobre el importe resultante de la liquidación de las apor-
taciones obligatorias, una vez efectuados los ajustes señalados en el punto anterior. Los Es-
tatutos fijarán el porcentaje a deducir, sin que este pueda superar el treinta por ciento.
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Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
Concepto
La Asamblea General ordinaria deberá ser convocada por el Consejo Rector, dentro de los
seis meses siguientes a la fecha de cierre del ejercicio económico. Cumplido el plazo legal sin
haberse realizado la convocatoria, los Interventores deberán instarla del Consejo Rector, y si
este no la convoca dentro de los quince días siguientes al recibo del requerimiento, deberán
solicitarla al Juez competente, que la convocará. En lo referente a sus requisitos, forma y con-
tenido se estará a lo dispuesto en el artículo 24 LC.
Constitución de la Asamblea
110
Derecho mercantil de la empresa
Asimismo, los Estatutos podrán establecer el porcentaje de asistentes que deberán ser so-
cios que desarrollen actividad cooperativizada para la válida constitución en cada convocatoria,
sin que, en ningún caso, la aplicación de estos porcentajes suponga superar los límites que se
fijan en el párrafo anterior.
La Asamblea General estará presidida por el Presidente y, en su defecto, por el Vicepresi-
dente del Consejo Rector; actuará de Secretario el que lo sea del Consejo Rector o quien lo
sustituya estatutariamente. En defecto de estos cargos, serán los que elija la Asamblea.
Derecho de voto
En la Asamblea General cada socio tendrá un voto. Ahora bien, en las cooperativas de pri-
mer grado, los Estatutos podrán establecer el derecho al voto plural ponderado, en proporción
al volumen de la actividad cooperativizada, para los socios que sean cooperativas, sociedades
controladas por estas o entidades públicas. En estos supuestos los Estatutos fijarán con cla-
ridad los criterios de proporcionalidad, sin que el número de votos de un socio pueda ser su-
perior al tercio de los votos totales de la cooperativa. El régimen legal del derecho de voto
está establecido en los artículos 26 y 27 LC.
Adopción de acuerdos
Excepto en los supuestos previstos en la Ley, la Asamblea General adoptará los acuerdos
por más de la mitad de los votos válidamente expresados, no siendo computables a estos
efectos los votos en blanco ni las abstenciones.
Será necesaria la mayoría de dos tercios de los votos presentes y representados para adoptar
acuerdos de modificación de Estatutos, adhesión o baja en un grupo cooperativo, transfor-
mación, fusión, escisión, disolución y reactivación de la sociedad.
Los Estatutos podrán exigir mayorías superiores sin que, en ningún caso, rebasen las cuatro
quintas partes de los votos válidamente emitidos.
Serán nulos los acuerdos sobre asuntos que no consten en el orden del día, salvo el de con-
vocar una nueva Asamblea General; el de que se realice censura de las cuentas por miembros
de la cooperativa o por persona externa; el de prorrogar la sesión de la Asamblea General; el
ejercicio de la acción de responsabilidad contra los administradores, los interventores, los au-
ditores o los liquidadores; la revocación de los cargos sociales antes mencionados, así como
aquellos otros casos previstos en la Ley.
Acta de la Asamblea
El acta de la Asamblea será redactada por el Secretario y deberá expresar, en todo caso,
lugar, fecha y hora de la reunión, relación de asistentes, si se celebra en primera o segunda
convocatoria, manifestación de la existencia de quórum suficiente para su válida constitución,
señalamiento del orden del día, resumen de las deliberaciones e intervenciones que se haya
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Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
solicitado su constancia en el acta, así como la transcripción de los acuerdos adoptados con
los resultados de las votaciones.
El acta de la sesión podrá ser aprobada por la propia Asamblea General a continuación del
acto de su celebración, o, en su defecto, habrá de serlo dentro del plazo de quince días siguien-
tes a su celebración, por el Presidente de la misma y dos socios sin cargo alguno designados
en la misma Asamblea, quienes la firmarán junto con el Secretario.
Podrán ser impugnados los acuerdos de la Asamblea General que sean contrarios a la Ley,
que se opongan a los Estatutos o lesionen, en beneficio de uno o varios socios o terceros, los
intereses de la cooperativa. No procederá la impugnación de un acuerdo social que haya sido
dejado sin efecto o sustituido válidamente por otro. Si fuera posible eliminar la causa de im-
pugnación, el Juez otorgará un plazo razonable para que aquella pueda ser subsanada.
Serán nulos los acuerdos contrarios a la Ley. Los demás acuerdos a que se refiere el número
anterior serán anulables. Para la impugnación de los acuerdos nulos están legitimados: cual-
quier socio; los miembros del Consejo Rector; los interventores; el Comité de Recursos y los
terceros que acrediten interés legítimo. Para impugnar los acuerdos anulables estarán legiti-
mados: los socios asistentes a la Asamblea que hubieran hecho constar, en acta o mediante
documento fehaciente entregado dentro de las 48 horas siguientes, su oposición al acuerdo,
aunque la votación hubiera sido secreta; los ilegítimamente privados del derecho de voto y
los ausentes, así como los miembros del Consejo Rector y los interventores. Están obligados
a impugnar los acuerdos contrarios a la Ley o los Estatutos, el Consejo Rector, los interven-
tores y los liquidadores y, en su caso, el Comité de Recursos.
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Derecho mercantil de la empresa
2.11.3. La Intervención
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Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
del cargo. Un tercio de los interventores podrá ser designado entre expertos independientes.
El interventor o interventores titulares y, si los hubiere, los suplentes, serán elegidos por la
Asamblea General, en votación secreta, por el mayor número de votos.
Las cuentas anuales y el informe de gestión, antes de ser presentados para su aprobación
a la Asamblea General, deberán ser censurados por el interventor o interventores, salvo que
la cooperativa esté sujeta a auditoría de cuentas.
Los Estatutos podrán prever que los consejeros y los interventores no socios perciban re-
tribuciones, en cuyo caso deberán establecer el sistema y los criterios para fijarlas por la Asam-
blea, debiendo figurar todo ello en la memoria anual. En cualquier caso, los consejeros y los
interventores serán compensados de los gastos que les origine su función.
Son incompatibles entre sí, los cargos de miembros del Consejo Rector, interventor e in-
tegrantes del Comité de Recursos. Dicha incompatibilidad alcanzará también al cónyuge y
parientes de los expresados cargos hasta el segundo grado de consanguinidad o de afinidad.
El consejero o interventor que incurra en alguna de las prohibiciones o se encuentre afec-
tado por alguna de las incapacidades o incompatibilidades será inmediatamente destituido a
petición de cualquier socio, sin perjuicio de la responsabilidad en que pueda incurrir por su
conducta desleal. En los supuestos de incompatibilidad entre cargos, el afectado deberá optar
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Derecho mercantil de la empresa
por uno de ellos en el plazo de cinco días desde la elección para el segundo cargo y, si no lo
hiciere, será nula la segunda designación.
2.11.7. Responsabilidad
Los Estatutos podrán prever la creación de un Comité de Recursos, que tramitará y resol-
verá los mismos contra las sanciones impuestas a los socios –incluso cuando ostenten cargos
sociales– por el Consejo Rector, y en los demás supuestos que lo establezca la Ley o los Es-
tatutos.
La composición y funcionamiento del Comité se fijarán en los Estatutos y estará integrado
por, al menos, tres miembros elegidos de entre los socios por la Asamblea General en votación
secreta. La duración de su mandato se fijará estatutariamente y podrán ser reelegidos. Los
acuerdos del Comité de Recursos serán inmediatamente ejecutivos y definitivos, pudiendo ser
impugnados conforme a lo establecido para los adoptados por la Asamblea General.
Los miembros del Comité quedan sometidos a las causas de abstención y recusación apli-
cables a los Jueces y Magistrados. Sus acuerdos, cuando recaigan sobre materia disciplinaria,
se adoptarán mediante votación secreta y sin voto de calidad. La posibilidad de retribución
sólo podrán establecerla los Estatutos para los miembros de dicho Comité que actúen como
ponentes.
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Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
2.12.1. Disolución
2.12.2. Liquidación
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Derecho mercantil de la empresa
2.12.3. Extinción
La Sociedad Cooperativa Europea (SCE) surge con la idea de ayudar a las cooperativas que
desarrollan actividades en más de un país de la Unión Europea (UE) y tienen como objetivo
principal la satisfacción de las necesidades de sus socios y el desarrollo de sus actividades eco-
nómicas o sociales respetando los principios cooperativos de participación democrática y dis-
tribución equitativa del beneficio neto y sin obstáculos a la libre adhesión. Se regirá por lo
establecido en el Reglamento (CE) núm. 1.435/2003 del Consejo, de 22 de julio de 2003, y
deberá estar domiciliada en España aquella cuya administración central y domicilio social se
encuentren dentro del territorio español en este caso se regirá por el citado Reglamento por
las disposiciones de esta Ley 4/2011 y por la Ley de Cooperativas, que transpone al ordena-
miento español la normativa comunitaria, aplicable en función del lugar donde realice prin-
cipalmente la actividad cooperativizada en los aspectos no regulados por el citado Reglamento,
así como por la Ley 31/2006, de 18 de octubre, sobre implicación de los trabajadores en las
sociedades anónimas y cooperativas europeas.
4. MUTUAS DE SEGUROS
Son entidades aseguradoras privadas, que gozan de una personalidad jurídica propia, que
no tienen ánimo de lucro y cuyo objeto es dar cobertura a sus socios, ya sean personas físicas
o jurídicas, de los riesgos por ellas asegurados. Su finalidad básica no es otra que la de prestar
y dar cobertura a sus miembros de unas necesidades y servicios comunes a todos ellos, como
puede ser la de aseguramiento de determinados riesgos.
Se distinguen dos grandes modalidades:
Las mutuas a prima fija son entidades aseguradoras privadas sin ánimo de lucro que tienen
por objeto la cobertura a sus socios, personas físicas o jurídicas, de los riesgos asegurados
mediante una prima fija pagadera al comienzo del período del riesgo.
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Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
Las mutuas a prima variable son entidades aseguradoras privadas sin ánimo de lucro fun-
dadas sobre el principio de ayuda recíproca, que tienen por objeto la cobertura, por cuenta
común, a sus socios, personas físicas o jurídicas, de los riesgos asegurados mediante el cobro
de derramas con posterioridad a los siniestros, y cuya responsabilidad es mancomunada, pro-
porcional al importe de los respectivos capitales asegurados en la propia entidad y limitada a
dicho importe.
Serán aplicables a las mutuas a prima variable las siguientes condiciones:
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Derecho mercantil de la empresa
Estas mutuas podrán operar solamente en un ramo de seguro distinto al seguro directo de
vida, salvo los de caución, crédito y todos aquellos en los que se cubra el riesgo de responsa-
bilidad civil. No obstante, podrán operar en seguro de responsabilidad civil como accesorio
del ramo de “incendio y elementos naturales”, siempre dentro de los límites del valor del bien
asegurado. Podrán ceder operaciones de reaseguro, pero no podrán aceptarlas en ningún caso.
Las mutualidades de previsión social se rigen básicamente por el art. 43 de la Ley 20/2015,
de 14 de julio, de ordenación, supervisión y solvencia de las entidades aseguradoras y reaseguradoras y se con-
ceptúan como entidades aseguradoras privadas sin ánimo de lucro que ejercen una modalidad
aseguradora de carácter voluntario complementaria al sistema de Seguridad Social obligatoria,
mediante aportaciones a prima fija o variable de los mutualistas, personas físicas o jurídicas,
o de otras entidades o personas protectoras. Podrán ser además alternativas al régimen de la
Seguridad Social de Trabajadores por Cuenta Propia o Autónomos.
Se trata de entidades aseguradoras con características muy especiales, en tanto que entidades
independientes y con personalidad jurídica propia, están formadas por una comunidad de in-
dividuos que comparten un patrimonio destinado a cubrir los riesgos inherentes a la vida la-
boral o cotidiana; como entidades aseguradoras se diferencian de otras en que tienen el rasgo
peculiar de ser sin ánimo de lucro careciendo, en consecuencia, sus beneficios deben repercutir
en los mutualistas y beneficiarios. Además, la condición de mutualista es inseparable de la de
tomador del seguro o de asegurado no pudiendo ponerse límites para ingresar en la mutualidad
distintos de los previstos en los estatutos y por razones justificadas. Esa condición las dife-
rencia, antes que nada, de las Compañías de Seguros: Salvo disposición contraria en los esta-
tutos sociales, los mutualistas no responderán de las deudas de la mutualidad. En el caso de
que, conforme a lo previsto en los estatutos sociales, los mutualistas respondieran de dichas
deudas, su responsabilidad se limitará a una cantidad inferior al tercio de la suma de las cuotas
que hubieran satisfecho en los tres últimos ejercicios, con independencia del ejercicio co-
rriente. La cláusula estatutaria sobre responsabilidad personal del mutualista por las deudas
sociales deberá figurar en los reglamentos de prestaciones y pólizas de seguro de forma des-
tacada.
119
Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
Las sociedades de garantía recíproca (SGR) son entidades financieras, reguladas por el
Banco de España, sin ánimo de lucro y ámbito de actuación específico (por autonomías o
sectores) cuyo objeto principal es procurar el acceso al crédito de las pequeñas y medianas
empresas y mejorar sus condiciones de financiación, a través de la prestación de avales ante
las entidades financieras.
Se rigen por la Ley 1/1994, de 11 de marzo, sobre el Régimen Jurídico de las Sociedades de
Garantía Recíproca. Esta Ley dispone que las pequeñas y medianas empresas, con el fin de
facilitarse el acceso al crédito y servicios conexos, así como la mejora integral de sus condi-
ciones financieras, podrán constituir sociedades de garantía recíproca con capital variable, en
las que los socios no responderán personalmente de las deudas sociales. A estos efectos se
entenderá por pequeñas y medianas empresas aquellas cuyo número de trabajadores no exceda
de doscientos cincuenta.
Las sociedades de garantía recíproca tendrán la consideración de entidades financieras y
tendrán siempre carácter mercantil y en la denominación social deberá figurar necesariamente
la indicación “Sociedad de Garantía Recíproca”, que es exclusiva de este tipo social. Si se uti-
lizase la abreviatura S.G.R., deberá incluirse al final de la denominación.
La SGR otorga ventajas para las partes, así a las PYMES, le permite el acceso a la financia-
ción para empresas y autónomos con insuficiencia de garantías, mejora de las condiciones de
plazo y tipo de interés, gracias a los convenios que las SGR negocian con las entidades de
crédito. Además, realiza el análisis sobre la viabilidad del proyecto empresarial y propuesta de
alternativas e informa y asesora a los socios financieramente. También la intervención de la
SGR produce beneficios para la entidad financiera, ya que la SGR actúa como canalizador,
captando operaciones del segmento PYME para la banca, realiza el estudio técnico de la ope-
ración y con ella desaparece el riesgo de insolvencia, pues la garantía de la SGR es líquida. El
Ministerio de Economía deberá autorizar para la creación de las sociedades de garantía recí-
proca.
120
Derecho mercantil de la empresa
ACTIVIDADES
1. Caso práctico
Carlos, Ramón y Ana, Emilio y María deciden formar una sociedad limitada laboral para
montar una empresa de mantenimiento de páginas web. Poseen entre los tres un capital de
150 000 euros y quieren contratar a un empleado para que se encargue de la administración.
Como no saben que necesitan para montar la sociedad acuden a un asesor jurídico para que
les informe sobre los requerimientos jurídicos para crear la sociedad laboral.
Cuestiones:
1. Determine la información que requieren estas personas para constituir la sociedad li-
mitada laboral.
2. Caso práctico
Juan, Carmen, y María deciden constituir una sociedad limitada laboral. Para ello cuentan
con un capital inicial de 60 000 euros, que han dividido en 60 participaciones y que han apor-
tado de la siguiente forma:
Juan ha aportado 20 000 euros y le corresponden 20 participaciones. Carmen ha aportado
10 000 euros y le corresponden 10 participaciones y por último María ha aportado 30 000 euros
y le corresponden 30 participaciones.
Cuestiones:
3. Caso práctico
Cuatro amigos de la infancia deciden constituir una cooperativa y se quieren dedicar a la-
bores sociales. Deciden aportar cada uno al capital social 3.000 euros y todos quieren admi-
nistrar la cooperativa. Necesitan más información y miran en la Ley las condiciones necesarias
para formar la cooperativa
Cuestiones:
1. ¿Puede formar una cooperativa cualquier persona o hacen falta requisitos especiales?
2. ¿Qué exigencias establece la Ley para formar una cooperativa?
121
Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
BIBLIOGRAFÍA
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
Broseta Pont y Martínez Sanz (2017). Manual de Derecho Mercantil. Tomo II. Madrid: Tecnos.
Menéndez Menéndez (dir.), et ál. (2014). Lecciones de Derecho Mercantil. Navarra: Civitas.
Sánchez Calero, F. (2016). Principios de Derecho Mercantil. Navarra: Aranzadi.
Sánchez Calero, F. y Sánchez Calero, J. (2015). Instituciones de Derecho Mercantil, T. II. Navarra:
Aranzadi.
Uría, R. y Menéndez, A. (2008). Curso de Derecho mercantil. Tomo II. Madrid: Civitas.
Vargas Vasserot, C. (2017). Derecho de las sociedades cooperativas: Régimen económico, integración, mo-
dificaciones estructurales y disolución. Madrid.
Vicent Chulià, F. (2012). Introducción al Derecho mercantil. Valencia: Tirant lo Blanch.
LEGISLACIÓN BÁSICA
Constitución Española.
Código de Comercio.
Código Civil.
Real Decreto 1784/1996, de 19 de julio, por el que se aprueba el Reglamento del Registro
Mercantil.
Ley 1/1994 de 11 de marzo sobre Régimen Jurídico de las Sociedades de Garantía Recíproca.
Real Decreto Legislativo 1/2010, de 2 de julio, por el que se aprueba el texto refundido de la
Ley de Sociedades de Capital (LSC).
Real Decreto Legislativo 2/2015, de 23 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido
de la Ley del Estatuto de los Trabajadores.
Ley 44/2015, de 14 de octubre, de Sociedades Laborales y Participadas.
Ley 27/1999, de 16 de julio, de Cooperativas.
Ley 20/2015, de 14 de julio, de Ordenación, supervisión y solvencia de las entidades asegu-
radoras y reaseguradoras.
122
Derecho mercantil de la empresa
EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN
123
Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
1. a)
2. b)
3. c)
4. c)
5. b)
124
Derecho mercantil de la empresa
GLOSARIO
Asamblea General: reunión de los socios constituida con el objeto de deliberar y adoptar acuer-
dos sobre aquellos asuntos que, legal o estatutariamente, sean de su competencia, vincu-
lando las decisiones adoptadas a todos los socios de la cooperativa.
Consejo Rector: órgano colegiado de gobierno al que corresponde, al menos, la alta gestión, la
supervisión de los directivos y la representación de la sociedad cooperativa, con sujeción
a la Ley, a los Estatutos y a la política general fijada por la Asamblea General.
Cooperativas: sociedad constituida por personas que se asocian, en régimen de libre adhesión
y baja voluntaria, para la realización de actividades empresariales, encaminadas a satisfacer
sus necesidades y aspiraciones económicas y sociales, con estructura y funcionamiento de-
mocrático, conforme a los principios formulados por la alianza cooperativa internacional.
Intervención: órgano de fiscalización de la cooperativa y tiene como funciones, además de las
que expresamente le encomienda esta Ley, las que le asignen los Estatutos, de acuerdo a
su naturaleza, siempre que no estén expresamente encomendadas a otros órganos sociales.
Mutualidades de previsión social: aquellas entidades aseguradoras que ejercen una modalidad ase-
guradora de carácter voluntario complementaria al sistema de Seguridad Social obligatoria,
mediante aportaciones a prima fija o variable de los mutualistas, personas físicas o jurídicas,
o de otras entidades o personas protectoras.
Protección de los riesgos laborales: la actividad que tiene por objeto la promoción de la mejora de
las condiciones de trabajo para elevar el nivel de protección de la salud y seguridad de los
trabajadores a través de una serie de actuaciones que deben llevar a cabo Empresarios,
Trabajadores, Fabricantes, importadores, suministradores de maquinaria, equipos, produc-
tos y útiles de trabajo, y las Administraciones Públicas.
Sociedades de Garantía Recíproca: aquellas sociedades mercantiles de capital variable, integradas
por pequeños y medianos empresarios individuales o sociales, que se asocian para buscar
mayores posibilidades de financiación a través de garantías personales o avales prestados
a sus socios por la propia sociedad, que además puede proporcionarles servicios de asis-
tencia y asesoramiento financiero.
Sociedades laborales: sociedades anónimas o de responsabilidad limitada en las que la mayoría
del capital social sea propiedad de trabajadores que presten en ellas servicios retribuidos
en forma personal y directa, cuya relación laboral lo sea por tiempo indefinido.
Sociedades mutuas a prima fija: son entidades aseguradoras privadas sin ánimo de lucro que tienen
por objeto la cobertura a sus socios, personas físicas o jurídicas, de los riesgos asegurados
mediante una prima pagadera al comienzo del período de riesgo
Socios de trabajo: personas físicas cuya actividad cooperativa consistirá en la prestación de su
trabajo personal en la cooperativa.
125
5
Los instrumentos jurídicos del tráfico empresarial.
Los contratos mercantiles
PRESENTACIÓN
OBJETIVOS
Los objetivos del presente módulo los podemos separar en tres tipos:
1. Objetivos conceptuales:
• Que el estudiante conozca los instrumentos jurídicos en el que se desarrolla el tráfico
empresarial.
• Que el estudiante sea capaz de analizar el contenido de los derechos y obligaciones
que surgen en la contratación mercantil.
2. Objetivos procedimentales:
• Que el estudiante adquiera la capacidad para aplicar las instituciones mercantiles es-
tudiadas en el correcto desenvolvimiento de su profesión.
• Que el estudiante obtenga las habilidades necesarias para poder desarrollar labores
de asesoramiento empresarial en el campo de la contratación mercantil.
127
Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
CONTRATOS MERCANTILES
Especialidades de
las obligaciones
y contratos
mercantiles
Protección de
consumidores Clausulas abusivas
y usuarios
Contrato
compraventa
Mercantilidad Derechos y Transmisión Compraventas
obligaciones de riesgos especiales
Contrato de las partes
de leasing
Contrato
suministro
Contrato
de comisión
128
Derecho mercantil de la empresa
129
Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
1.º En los contratos que tuvieren día señalado para su cumplimiento, por voluntad de las
partes o por la ley, al día siguiente de su vencimiento.
2.º En los que no lo tengan, desde el día en que el acreedor interpelare judicialmente al
deudor, o le intimidare la protesta de daños y perjuicios hecha contra él ante un Juez,
notario u otro oficial público autorizado para admitirla”.
130
Derecho mercantil de la empresa
comerciantes los que los ejecuten, se regirán por la legislación mercantil, afirma: se conside-
rarán actos de comercio los comprendidos en el Código y cualesquiera otros de naturaleza
análoga.
Si, prescindiendo del criterio legal del art. 2 (inclusión en el Código de Comercio) queremos
definir el contrato mercantil atendiendo a su naturaleza específica, diríamos que es el contrato
que se produce en el ejercicio de una empresa mercantil.
Casi todos los contratos que regula el Código de Comercio están regulados también en el
Código Civil. Se plantea así la necesidad de distinguir los contratos mercantiles de los contratos
civiles, y el criterio a seguir habrá de ser el de la pertenencia o no del contrato al ámbito de la
actividad económica constitutiva de empresa. El contrato mercantil es un acto de empresa:
es un acto jurídico que se realiza por el empresario con el objetivo de realizar la finalidad pe-
culiar de la empresa que ejercita. Con esta postura, la doctrina está acudiendo a un criterio
puramente subjetivo, ya que se afirma que el contrato es mercantil en tanto en cuanto inter-
viene en él un comerciante. Sin embargo, el Código de Comercio parece separarse de esta
concepción. Concretamente, su Exposición de Motivos, declara que el Código responde a
una concepción objetiva, al fijarse principalmente en la naturaleza de los actos o contratos
para atribuirles o no la calificación de mercantiles, con independencia de las personas que en
ellos intervienen. Además, el art. 2 del C. de c. establece: “Los actos de comercio, sean o no
comerciantes los que los ejecuten, y estén o no especificados en este Código, se regirán por
las disposiciones contenidas en él”. Esta aparente contradicción entre nuestro derecho positivo
y la doctrina es justificada por esta en el sentido de que, no obstante lo previsto en la Exposi-
ción de Motivos y en el art. 2, el conjunto del Código traiciona la concepción objetiva al exigir
la participación, por lo menos, de un comerciante, en casi todos los contratos, como requisito
imprescindible para que puedan ser considerados mercantiles (cuentas en participación, art.
239; comisión, art. 244; depósito, art. 303; préstamo, art. 311; transporte, art. 349, etc.).
2.2. Perfección
Se llama perfección del contrato al momento en que nace a la vida del derecho, al momento
a partir del cual el contrato comienza a existir y, por tanto, obliga a las partes contratantes.
De aquí la gran importancia práctica que tiene la determinación del momento de la perfección
del contrato, ya que desde este los interesados quedan vinculados jurídicamente y no pueden
revocar su declaración. La génesis o formación del contrato atraviesa esquemáticamente tres
fases o momentos: la oferta, la aceptación y la perfección.
La oferta. Es la declaración de voluntad encaminada a la perfección de un contrato y que
contiene los elementos esenciales del mismo. Una oferta de contrato ha de reunir los siguientes
requisitos:
1. Ha de ser completa, es decir, ha de contener todos los elementos esenciales del contrato,
de modo que, para perfeccionar el contrato, baste el sí de la otra parte. Por no tener el
131
Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
Según el art. 1.258 del C.c.: “Los contratos se perfeccionan por el mero consentimiento
(...)”. Y el art. 1.262 del mismo Código Civil establece que: “El consentimiento se manifiesta
por el concurso de la oferta y de la aceptación s obre la cosa y la causa que han de constituir
el contrato”. De todo ello se deduce que el contrato celebrado entre presentes se perfecciona
cuando hay acuerdo entre ambos contratantes. El problema surge cuando entre la oferta y la
aceptación transcurre un período de tiempo, debiéndose determinar en estos casos en qué
momento queda perfeccionado el contrato y, por ello, quedan obligados los contratantes.
En el Derecho español, eran diferentes las soluciones a que se llegaba en materia civil y en
materia mercantil. No obstante, la Ley 34/2002 , de 11 de julio, de Servicios de la Sociedad
de la Información y del Comercio Electrónico, a propósito de la contratación por vía elec-
trónica, aprovecha la ocasión para fijar el momento y lugar de celebración de los contratos
electrónicos adoptando una solución única, también válida para otros tipos de contratos ce-
lebrados a distancia, que unifica el criterio dispar contenido hasta ahora en los Códigos Civil
y de Comercio mediante la modificación de los arts. 1262 Cc y 54 CCo: así, los párrafos 2º y
3º del 1262 Cc y 54 CCo siguen la Teoría del Conocimiento , y establecen ahora que “Hallán-
dose en lugares distintos el que hizo la oferta y el que la aceptó, hay consentimiento desde
que el oferente conoce la aceptación, o desde que, habiéndosela remitido el aceptante no
puede ignorarla sin faltar a la buena fe. El contrato, en tal caso, se presume celebrado en el
lugar en que se hizo la oferta”. En los contratos celebrados mediante dispositivos automáticos,
132
Derecho mercantil de la empresa
habrá consentimiento desde que se manifiesta la aceptación y en los que intervenga Agente
o Corredor, cuando los contratantes hubiesen aceptado su propuesta. Finalmente, como es-
tablece el art. 55 CCo, los contratos en que intervenga Agente o Corredor quedarán perfec-
cionados cuando los contratantes hubieren aceptado su propuesta.
2.2.2. Forma
Establece, además, en su párrafo final, que si estos contratos no cumpliesen las circuns-
tancias respectivamente requeridas “no producirán obligación ni acción en juicio”.
• Por otra parte, al regular en los siguientes artículos las diferentes figuras contractuales,
exige, frecuentemente, la forma escrita; así ocurre en la sociedad (art. 119), en el trans-
porte (arts. 350, 353 y 354), en la fianza (art. 440), en la adquisición de buques (art. 573),
en el fletamento (arts. 652, 653 y 654), en el préstamo a la gruesa (art. 720) y el seguro
marítimo (art. 737).
2.3. Prueba
El art. 51 del Código de Comercio establece que los contratos mercantiles serán válidos
cualquiera que sea su forma, “con tal que conste su existencia por alguno de los medios que
el Derecho Civil tenga establecidos”. Esta remisión ha de entenderse hecha a los medios pre-
vistos en el art. 1215 del C.c., a cuyo tenor: “Las pruebas pueden hacerse: por instrumentos,
por confesión, por inspección personal del Juez, por peritos, por testigos y por presunciones”.
133
Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
Este precepto fue derogado por la Ley 1/2000 de Enjuiciamiento Civil, cuyo art. 399 pasa a
regular esta materia: 1. “Los medios de prueba de que se podrá hacer uso en juicio son: 1. Inte-
rrogatorio de las partes. 2. Documentos públicos. 3. Documentos privados. 4. Dictamen de
peritos. 5. Reconocimiento judicial. 6. Interrogatorio de testigos. 2. También se admitirán, con-
forme a lo dispuesto en esta Ley, los medios de reproducción de la palabra, el sonido y la ima-
gen, así como los instrumentos que permiten archivar y conocer o reproducir palabras, datos,
cifras y operaciones matemáticas lleva das a cabo con fines contables o de otra clase, relevantes
para el proceso. 3. Cuando por cualquier otro medio no expresamente previsto en los apar-
tados anteriores de este artículo pudiera obtenerse certeza sobre hechos relevantes, el tribunal,
a instancia de parte, lo admitirá como prueba, adoptando las medidas que en cada caso resul-
ten necesarias.
No obstante, el propio Código de Comercio establece algunas normas especiales en esta
materia:
1. La correspondencia telegráfica sólo será admisible como medio probatorio cuando pre-
viamente haya sido admitida en contrato escrito y siempre que los telegramas reúnan
las condiciones o signos convencionales que previamente hayan establecido los con-
tratantes, si así lo hubiesen pactado (art. 51.2).
2. “La declaración de testigos no será por sí sola bastante para probar la existencia de un
contrato cuya cuantía exceda de 9,02 euros, a no concurrir con alguna otra prueba”
(art. 51.1).
3. Libros de contabilidad de los comerciantes. El principio que rige en esta materia es el
que contiene el art. 31 del C. de c.: “El valor probatorio de los libros de los comerciantes
y demás documentos contables será apreciado por los Tribunales conforme a las reglas
generales del Derecho”.
4. Prueba mediante los libros que llevan los Agentes mediadores del comercio y mediante
las pólizas intervenidas por ellos. Los agentes mediadores son los Corredores de Co-
mercio (integrados en la actualidad en el Cuerpo de Notarios y Corredores de Comercio
Colegiados) y los Corredores Intérpretes Marítimos. Si los Agentes están colegiados
son, además de comerciantes, funcionarios públicos depositarios de la fe pública en la
contratación mercantil. Sus libros, sus certificaciones a ellos relativas y las pólizas que
suscriben tienen el valor de documentos públicos notariales. La fuerza probatoria de
los documentos públicos se recoge en el art. 1218 del C.c.: “Los documentos públicos
hacen prueba, aun contra terceros, del hecho que motiva su otorgamiento y de la fecha
de este. También harán prueba contra los contratantes y sus causahabientes, en cuanto
a las declaraciones que en ellos hubiesen hecho los primeros”.
Por su parte, el art. 58 C. de c. establece: “Si apareciere divergencia entre los ejem-
plares de un contrato que presenten los contratantes, y en su celebración hubiere inter-
venido Agente o Corredor, se estará a lo que resulte de los libros de estos, siempre que
se encuentren arreglados a Derecho”.
5. Un importante medio de prueba de las obligaciones mercantiles es la factura, docu-
mento privado al que nuestra Jurisprudencia otorga consideración especial, estimando,
por aplicación del art. 1225 del Código Civil, que, si la misma es aceptada y reconocida
por su destinatario, adquiere la fuerza y valor de una escritura pública.
134
Derecho mercantil de la empresa
Las normas sobre la interpretación de los contratos mercantiles están dirigidas a establecer
ciertos criterios objetivos para descubrir cuál ha sido la intención o voluntad común de las
partes. Estas normas completan las del Código Civil que en forma más detallada regulan esta
cuestión. La norma fundamental del Código de comercio en este punto es la que ordena que los
contratos han de interpretarse de buena fe. Eso implica entender que el contrato ha de ser
aplicado pensando que los contratantes han actuado en forma leal y con confianza recíproca.
Esta norma de interpretación presupone una buena fe objetiva, de forma que puede servir
también para la hipótesis en que una de las partes o las dos, han tenido una actitud de mala fe.
El régimen juicio de la forma de los contratos mercantiles viene recogido en los arts. 57 y
58 CCo., además, según el art. 59, si se originasen dudas que no se puedan resolver con arreglo
a lo estipulado en el Código de comercio ni en el civil, se decidirá la cuestión a favor del deu-
dor, es el denominado favor debitaras.
El Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre, por el que se aprueba el texto re-
fundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios y otras leyes com-
plementarias se articula en desarrollo del artículo 51.1 y 2 de la Constitución que, de acuerdo
con el artículo 53.3 de la misma, tiene el carácter de principio informador del ordenamiento
jurídico, esta norma tiene por objeto establecer el régimen jurídico de protección de los con-
sumidores y usuarios en el ámbito de las competencias del Estado.
En todo caso, la defensa de los consumidores y usuarios se hará en el marco del sistema
económico diseñado en los artículos 38 y 128 de la Constitución y con sujeción a lo establecido
en el artículo 139.
A efectos de esta norma, son consumidores o usuarios las personas físicas que actúen con
un propósito ajeno a su actividad comercial, empresarial, oficio o profesión. Son también
consumidores a efectos de esta norma las personas jurídicas y las entidades sin personalidad
jurídica que actúen sin ánimo de lucro en un ámbito ajeno a una actividad comercial o em-
presarial.
135
Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
Son derechos básicos de los consumidores y usuarios los establecidos en el art. 8 de la Ley,
bajo la premisa de que la renuncia previa a los derechos que se reconocen a los consumidores
y usuarios es nula, siendo, asimismo, nulos los actos realizados en fraude de ley de conformi-
dad con lo previsto en el artículo 6 del Código Civil.
En materia contractual debemos destacar que son contratos con consumidores y usuarios
los realizados entre un consumidor o un usuario y un empresario. Estos contratos se regirán,
en todo lo que no esté expresamente establecido en esta LGDCU o en leyes especiales, por
el derecho común aplicable a los contratos.
La regulación sectorial de los contratos con los consumidores y usuarios deberá respetar
el nivel de protección dispensado en LGDCU, sin perjuicio de que prevalezcan y sean de apli-
cación preferente las disposiciones sectoriales respecto de aquellos aspectos expresamente
previstos en las disposiciones del derecho de la Unión Europea de las que traigan causa. No
obstante, lo previsto en el párrafo anterior, la regulación sectorial podrá elevar el nivel de pro-
tección conferido por esta ley siempre que respete, en todo caso, las disposiciones del derecho
de la Unión Europea.
3.6. Definiciones
136
Derecho mercantil de la empresa
Antes de que el consumidor y usuario quede vinculado por un contrato u oferta corres-
pondiente, el empresario deberá facilitarle de forma clara y comprensible, salvo que resulte
manifiesta por el contexto, la información relevante, veraz y suficiente sobre las características
principales del contrato, en particular sobre sus condiciones jurídicas y económicas.
Serán relevantes las obligaciones de información sobre los bienes o servicios establecidas
en esta norma y cualesquiera otras que resulten de aplicación y, además de lo recogido en ex-
presamente en el art. 60 de la Ley, bajo la consideración información precontractual debe fa-
cilitarse al consumidor y usuario de forma gratuita y al menos en castellano.
Los empresarios no podrán facturar a los consumidores y usuarios, por el uso de determi-
nados medios de pago, cargos que superen el coste soportado por el empresario por el uso
de tales medios.
137
Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
3.10. Contratación
En los contratos con consumidores y usuarios se entregará recibo justificante, copia o do-
cumento acreditativo con las condiciones esenciales de la operación, incluidas las condiciones
generales de la contratación, aceptadas y firmadas por el consumidor y usuario, cuando estas
sean utilizadas en la contratación. Salvo lo previsto legalmente en relación con los contratos
que, por prescripción legal, deban formalizarse en escritura pública, la formalización del con-
trato será gratuita para el consumidor, cuando legal o reglamentariamente deba documentarse
este por escrito o en cualquier otro soporte de naturaleza duradera.
138
Derecho mercantil de la empresa
En los contratos con consumidores y usuarios, estos tendrán derecho a recibir la factura
en papel. En su caso, la expedición de la factura electrónica estará condicionada a que el em-
presario haya obtenido previamente el consentimiento expreso del consumidor.
El derecho del consumidor y usuario a recibir la factura en papel no podrá quedar condi-
cionado al pago de cantidad económica alguna.
139
Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
Las cláusulas abusivas serán nulas de pleno derecho y se tendrán por no puestas. A estos
efectos, el Juez, previa audiencia de las partes, declarará la nulidad de las cláusulas abusivas
incluidas en el contrato, el cual, no obstante, seguirá siendo obligatorio para las partes en los
mismos términos, siempre que pueda subsistir sin dichas cláusulas.
4.1. Concepto
140
Derecho mercantil de la empresa
efectos comprados, podrá el vendedor pedir el cumplimiento o rescisión del contrato, depo-
sitando judicialmente en el primer caso las mercaderías. El mismo depósito judicial podrá
constituir el vendedor siempre que el comprador demore hacerse cargo de las mercaderías.
Los daños y menoscabos
Los daños y menoscabos que sobrevinieren a las mercaderías, perfecto el contrato y te-
niendo el vendedor los efectos a disposición del comprador en el lugar y tiempo convenidos,
serán de cuenta del comprador, excepto en los casos de dolo o negligencia del vendedor.
Los daños y menoscabos que sufran las mercaderías, aun por caso fortuito, serán de cuenta
del vendedor en los casos siguientes:
1.º Si la venta se hubiere hecho por número, peso o medida, o la cosa vendida no fuere
cierta y determinada, con marcas y señales que la identifiquen.
2.º Si por pacto expreso o por uso del comercio, atendida la naturaleza de la cosa vendida,
tuviere el comprador la facultad de reconocerla y examinarla previamente.
3.º Si el contrato tuviere la condición de no hacer la entrega hasta que la cosa vendida ad-
quiera las condiciones estipuladas.
Si los efectos vendidos perecieren o se deterioraren a cargo del vendedor, devolverá al com-
prador la parte del precio que hubiere recibido.
El comprador que al tiempo de recibir las mercaderías las examinare a su contento, no ten-
drá acción de repetir contra el vendedor alegando vicio o defecto de cantidad o calidad en las
mercaderías.
El comprador tendrá el derecho de repetir contra el vendedor por defecto en la cantidad
o calidad de las mercaderías recibidas enfardadas o embaladas, siempre que ejercite su acción
dentro de los cuatro días siguientes al de su recibo, y no proceda la avería de caso fortuito,
vicio propio de la cosa o fraude. En estos casos podrá el comprador optar por la rescisión del
contrato o por su cumplimiento con arreglo a lo convenido, pero siempre con la indemniza-
ción de los perjuicios que se le hubieren causado por los defectos o faltas. El vendedor podrá
evitar esta reclamación exigiendo, en el acto de la entrega, que se haga el reconocimiento, en
cuanto a cantidad y calidad, a contento del comprador.
Si no se hubiere estipulado el plazo para la entrega de las mercaderías vendidas, el vendedor
deberá tenerlas a disposición del comprador dentro de las veinticuatro horas siguientes al
contrato.
Los gastos de la entrega de los géneros en las ventas mercantiles serán de cargo del vende-
dor hasta ponerlos, pesados o medidos, a disposición del comprador, a no mediar pacto ex-
preso en contrario.
Los de su recibo y extracción fuera del lugar de la entrega, serán de cuenta del comprador.
Puestas las mercaderías vendidas a disposición del comprador, y dándose este por satisfecho,
o depositándose aquellas judicialmente, empezará para el comprador la obligación de pagar
el precio al contado o en los plazos convenidos con el vendedor.
En tanto que los géneros vendidos estén en poder del vendedor, aunque sea en calidad de
depósito, tendrá este preferencia sobre ellos a cualquier otro acreedor, para obtener el pago
141
Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
del precio con los intereses ocasionados por la demora. La demora en el pago del precio de
la cosa comprada constituirá al comprador en la obligación de pagar el interés legal de la can-
tidad que adeude al vendedor.
El comprador que no haya hecho reclamación alguna fundada en los vicios internos de la
cosa vendida, dentro de los treinta días siguientes a su entrega, perderá toda acción y derecho
a repetir por esta causa contra el vendedor. Las cantidades que, por vía de señal, se entreguen
en las ventas mercantiles, se reputarán siempre dadas a cuenta del precio y en prueba de la ra-
tificación del contrato, salvo pacto en contrario.
No se rescindirán las ventas mercantiles por causa de lesión; pero indemnizará daños y
perjuicios el contratante que hubiere procedido con malicia o fraude en el contrato o en su
cumplimiento, sin perjuicio de la acción criminal.
4.3. Saneamientos
142
Derecho mercantil de la empresa
El concepto no está definido por Ley, pero por el Código civil se puede entender que son
los defectos manifiestos o que estuvieren a la vista. Si el vendedor actuó de mala fe porque
conocía la existencia de los defectos deberá indemnizar daños y perjuicios cuando el com-
prador opte por ejercitar la acción de rescisión o resolución.
5. COMPRAVENTAS ESPECIALES
El Código Mercantil regula las compraventas especiales, dentro del Libro V, al tratar los
contratos mercantiles en particular, en su Título I (“De los contratos de intercambio de
bienes”), Capítulo II (“De las modalidades especiales de la compraventa mercantil”).
Se trata de compraventas mercantiles cuyo régimen jurídico reviste un grado de especifici-
dad relevante, lo que aconseja su disciplina independiente. A diferencia de lo que ocurre con
otras, como, por ejemplo, la venta sobre muestras, en las que, al no concurrir ese presupuesto,
se ha optado por regularlas conjuntamente en el seno de la compraventa general.
El Código regula tres tipos de modalidades especiales de compraventa mercantil. Dos de
ellas, las ventas al gusto o con reserva de aprobación (arts. 512-1 y ss.) y las ventas a ensayo o
prueba (arts. 512-5 y ss.) son categorías tradicionales de esta clase previstas ya en actual Código
de Comercio. La última, la venta con precio aplazado (arts. 512-7 y ss.), se incluye por vez
143
Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
6. EL LEASING
Para la formulación de un concepto jurídico mercantil de esta figura se tomará como punto
de partida la principal referencia normativa en cuanto al arrendamiento financiero o leasing;
a saber, la Disposición Adicional Séptima de la Ley 26/1988, de 29 de julio, sobre Disciplina
e Intervención de las Entidades de Crédito, que recoge una enumeración de los elementos
que deben concurrir en un determinado contrato para que este ostente la condición de arren-
damiento financiero. Junto a ello, la citada formulación se apoyará también en la Jurisprudencia
de nuestro Tribunal Supremo, esencial en esta materia.
A tenor de la mentada Disposición Adicional Séptima de la Ley 26/1988, además de estar
celebrada por una entidad específica a tal fin, en una operación deberán concurrir los siguien-
tes requisitos, para que de la misma se predique la condición de arrendamiento financiero:
144
Derecho mercantil de la empresa
1) tendrá por objeto exclusivo la cesión del uso de bienes muebles o inmuebles, adquiridos
para dicha finalidad según las especificaciones del futuro usuario;
2) se constituirá en contraprestación, el abono periódico de cuotas;
3) los bienes objeto de cesión habrán de quedar afectados por el usuario únicamente a sus
explotaciones agrícolas, pesqueras, industriales, comerciales, artesanales, de servicios o
profesionales;
4) se incluirá necesariamente una opción de compra, a su término, a favor del usuario.
Se trata de una operación financiera, aunque diferente del contrato de préstamo, por cuanto
en este, lo relevante es recibir el importe pecuniario a través del cual se financia a la propia
organización, sin que tenga que existir una finalidad concreta. En el leasing lo que se pretende
es la adquisición de un bien seleccionado por el futuro arrendatario, bien que es adquirido
por el arrendador para su cesión al arrendatario en el momento estricto de celebración del
contrato.
7. CONTRATO ESTIMATORIO
8. CONTRATO DE SUMINISTRO
El contrato de suministro puede ser definido como el contrato por el que una parte (sumi-
nistrador o proveedor) se obliga a entregar a la otra (suministrado), a cambio de precio unitario
145
Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
que puede pagarse periódicamente o caso por caso, cosas muebles que han de ser objeto de
entregas sucesivas, en el momento y cantidad establecidos de modo determinado o determina-
ble. Esto es, por el contrato de suministro, el suministrador se obligará a realizar a favor del
suministrado prestaciones periódicas o continuadas de los bienes muebles objeto del contrato
y aquel a pagar el precio.
No viene definido en el Código de Comercio ni en el Código Civil, pero si en la normativa
administrativa en concreto El contrato de suministro no aparece regulado en nuestro derecho
privado, pero sí en el Ley de Contratos del Sector Público, que a sus efectos se entenderá por
contrato de suministro los que tienen por objeto la adquisición, el arrendamiento financiero, o el arrenda-
miento, con o sin opción de compra, de productos o bienes muebles; considerando en todo caso, aquellos en los
que el empresario se obligue a entregar una pluralidad de bienes de forma sucesiva y por precio unitario sin
que la cuantía total se defina con exactitud al tiempo de celebrar el contrato, por estar subordinadas las entregas
a las necesidades del adquirente.
Se trata de un contrato consensual, que tiene analogía con el contrato de compraventa, ya
que el suministrador, como el vendedor, está obligado a la entrega de una cosa, y el suminis-
trado, como el comprador, está obligado a pagar un precio por los bienes que le han sido su-
ministrados. Destaca del contrato de suministro su finalidad previsora y el carácter normativo
del negocio, especialmente para disciplinar la periodicidad de las entregas; configurándose
además como contrato de colaboración entre empresas, de naturaleza mercantil, cuando el
suministro se celebra entre comerciantes. Por ello, la doctrina y la jurisprudencia sostienen la
mercantilidad del contrato de suministro con carácter general cuando se realiza entre comer-
ciantes, siendo además un contrato necesario para el funcionamiento de la organización em-
presarial.
9. LA COMISIÓN MERCANTIL
Se regula en los arts. 244 a 280 CCo. Se reputará comisión mercantil el mandato, cuando
tenga por objeto un acto u operación de comercio y sea comerciante o agente mediador del
comercio el comitente o el comisionista. El comisionista podrá desempeñar la comisión con-
tratando en nombre propio o en el de su comitente. Cuando el comisionista contrate en nom-
bre propio, no tendrá necesidad de declarar quién sea el comitente, y quedará obligado de un
modo directo, como si el negocio fuese suyo, con las personas con quienes contratare, las
cuales no tendrán acción contra el comitente, ni este contra aquellas, quedando a salvo siempre
las que respectivamente correspondan al comitente y al comisionista entre sí. Si el comisionista
contratare en nombre del comitente, deberá manifestarlo; y si el contrato fuere por escrito,
expresarlo en el mismo. En este caso, el contrato y las acciones derivadas del mismo produ-
cirán su efecto entre el comitente y la persona que contratare con el comisionista; pero quedará
este obligado con las personas con quienes contrató, mientras no pruebe la comisión, si el
comitente la negare, sin perjuicio de la obligación y acciones respectivas entre el comitente y
el comisionista.
146
Derecho mercantil de la empresa
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Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
ACTIVIDADES
1. Actividad
Carmen compró un teléfono móvil que incluía saldo en llamadas. Cuando llega a su casa
encuentra que el teléfono no funciona y tras una reparación que no resuelve el problema, de-
cide desistir del contrato.
Cuestiones:
2. Actividad
Pedro y Pino ven un anuncio en la tele sobre una máquina para hacer ejercicios de gimnasia.
La máquina está anunciada en 3000 euros y viene con su funda protectora, 2 almohadas y
dos sudaderas de regalo, para poder realizar los ejercicios. Además, trae un manual y un video
con las instrucciones. Cuando llegan a casa muy ilusionados, comprueban que está todo el
material, pero faltan los regalos, es decir, las almohadas y las sudaderas. Llaman por teléfono
y les dicen que eso estaba en la promoción, pero que las promociones no forman parte del
contrato y, por tanto, no vinculan al empresario vendedor.
Cuestiones:
3. Actividad
Se formalizó un contrato de compra por 3000 euros entre la mercantil Suministros Agrí-
colas SL a la Naranjas Higuera SA, de 3000 kgr. de naranjas para ser cargadas con destino al
Reino Unido, estando ya a disposición del comprador que debía recogerlas en los almacenes
de Naranja Higuera SA, sin embargo, la mercancía fue cargada dos días después, aparente-
mente en buen estado, llegando dos días más tarde a su destino, podridas un 60% de la carga.
Cuestiones:
148
Derecho mercantil de la empresa
BIBLIOGRAFÍA
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
Broseta Pont y Martínez Sanz (2017). Manual de Derecho Mercantil. Tomo II. Madrid: Tecnos.
Menéndez Menéndez (dir.), et ál. (2014). Lecciones de Derecho Mercantil. Navarra: Civitas.
Sánchez Calero, F. (2016). Principios de Derecho Mercantil. Navarra: Aranzadi.
Sánchez Calero, F. y Sánchez Calero, J. (2015). Instituciones de Derecho Mercantil, T. II. Navarra:
Aranzadi.
Uría, R. y Menéndez, A. (2008). Curso de Derecho mercantil. Tomo II. Madrid: Civitas.
Vicent Chulià, F. (2012). Introducción al Derecho mercantil. Valencia: Tirant lo Blanch.
LEGISLACIÓN BÁSICA
Constitución Española.
Código de Comercio.
Código Civil.
Ley 40/2015, de 1 de octubre, de Régimen Jurídico del Sector Público.
de la Ley 24/1988, de 28 de julio, del Mercado de Valores.
Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre, por el que se aprueba el texto refundido
de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios y otras leyes comple-
mentarias.
Ley 34/2002, de 11 de julio, de Servicios de la Sociedad de la Información y del Comercio
Electrónico.
Ley 7/1996, de 15 de enero, de Ordenación del Comercio Minorista.
Ley 26/1988, de 29 de julio, sobre Disciplina e Intervención de las Entidades de Crédito.
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Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN
3. La norma fundamental del Código de comercio para interpretar los contratos mercantiles es:
a) La buena fe.
b) La mayor onerosidad.
c) La voluntad del deudor.
d) La solidaridad.
5. Las condiciones generales de la contratación, para que sean consideradas como tales,
deben cumplir dos requisitos:
a) Que se trate de cláusulas puestas por ambas partes que se aplican a una pluralidad de con-
tratos y que las condiciones generales se incorporen, mediante la adhesión, al contrato.
b) Que se trate de cláusulas predispuestas por una de las partes que se aplican a una plu-
ralidad de contratos y que las condiciones generales se incorporen, mediante la adhesión,
al contrato.
c) Que se trate de cláusulas predispuestas por una de las partes que se aplican a una plurali-
dad de contratos sin que sea necesario que se incorporen, mediante la adhesión, al contrato.
d) Que se trate de cláusulas dispuestas por la autoridad competente y refrendadas por el
Juez de lo mercantil.
150
Derecho mercantil de la empresa
1. b)
2. b)
3. a)
4. c)
5. b)
151
Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
GLOSARIO
152
6
El derecho concursal
PRESENTACIÓN
Con el estudio de esta materia nos introducimos directamente en las situaciones de insol-
vencia tanto para comerciantes y no comerciantes La Ley concursal tiende a simplificar el
procedimiento. La ley permite su adecuación a diversas situaciones y soluciones, a través de
las cuales puede alcanzarse la satisfacción de los acreedores, finalidad esencial del concurso.
La estructura del procedimiento está articulada en dos fases, una fase común que se abre con
la declaración de concurso y concluye una vez presentado el informe final de la administración
concursal, para conocer el estado patrimonial del deudor a través de la determinación de las
masas activa y pasiva del concurso y una fase final que puede desembocar en otra de convenio
o de liquidación. El convenio es la solución normal del concurso, que la ley fomenta con una
serie de medidas, orientadas a alcanzar la satisfacción de los acreedores a través del acuerdo
en el que la autonomía de la voluntad de las partes goza de una gran amplitud. Como solución
alternativa al convenio se puede optar por una solución liquidatoria del concurso, que será
obligatoria cuando durante la vigencia de un convenio conozca la imposibilidad de cumplir
los pagos comprometidos y las obligaciones contraídas con posterioridad a su aprobación.
Este módulo quedará reservado al estudio de las situaciones de crisis del empresario insol-
vente. En primer lugar, estudiaremos la regulación jurídica del concurso de acreedores, regu-
lada por la Ley 22/2003, de 9 de julio, Ley concursal, que trata de adecuar la antigua legislación
a la realidad económica y social emergente. Con esta Ley se pretende que las empresas que se
encuentran en situación de crisis puedan resultar viables, pero manteniendo la garantía del
derecho de cobro que poseen los acreedores del empresario.
En segundo lugar, estudiaremos la Administración concursal cuya función primordial es la
administración del patrimonio del deudor. Finalmente, destacaremos las fases del procedi-
miento concursal, donde haremos referencia a la calificación del concurso y a las causas de
extinción del concurso entre las cuales se perfila la que dará lugar a la conclusión del concurso,
cuando no existan bienes ni derechos del concursado o de terceros responsables para hacer
frente al pago de los acreedores.
Con este módulo se pretende que el estudiante conozca las situaciones de crisis del em-
presario insolvente y las soluciones que ofrece nuestro ordenamiento jurídico.
154
Derecho mercantil de la empresa
OBJETIVOS
Los objetivos del presente módulo los podemos separar en tres tipos:
1. Objetivos conceptuales:
• Que el estudiante conozca las situaciones de insolvencia del deudor.
• Que el estudiante obtenga una visión clara sobre el tratamiento jurídico de la insol-
vencia del deudor.
2. Objetivos procedimentales:
• Que el estudiante obtenga las habilidades necesarias para poder desarrollar labores
de asesoramiento empresarial en las situaciones de concurso.
• Que el estudiante obtenga la capacidad necesaria para expresarse correctamente de
forma oral y escrita en el ámbito jurídico.
• Dotar al estudiante de los medios necesarios para hacer un razonamiento crítico sobre
la materia estudiada.
• Que el estudiante obtenga las habilidades necesarias para trabajar en equipo.
3. Objetivos actitudinales:
• Sensibilizar al estudiante sobre la importancia de aplicar las diferentes normas regu-
ladoras de las instituciones mercantiles, con criterios de justicia y equidad.
• Sensibilizar al estudiante sobre la importancia de solucionar los problemas de crisis
de la empresa, intentando llegar a una solución pacífica, evitando la liquidación de la
empresa.
CONCURSO DE ACREEDORES
Administración
concursal
Junta de
acreedores
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Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
1. EL CONCURSO
Cuando una persona, física o jurídica, no puede cumplir con sus obligaciones de pago,
puede ser constreñida por otra para su realización. Pero si en el patrimonio del deudor no se
encuentran bienes o derechos suficientes para satisfacer sus obligaciones, es necesario acudir
a un proceso de ejecución colectiva, en los que se somete a todos los acreedores a una comu-
nidad de pérdidas y se traban conjuntamente todos los bienes y derechos del deudor. Actual-
mente se rige por la Ley Concursal 22/2003, de 9 de julio (en adelante, LC).
1.2. Presupuestos
Presupuesto subjetivo
Presupuesto objetivo
156
Derecho mercantil de la empresa
1.4. Solicitud
Para solicitar la declaración de concurso están legitimados el deudor, cualquiera de sus acre-
edores y el mediador concursal. Si el deudor fuera persona jurídica, será competente para de-
cidir sobre la solicitud el órgano de administración o de liquidación. También estarán
legitimados para solicitar la declaración de concurso los acreedores del deudor fallecido, los
herederos de este y el administrador de la herencia no aceptada pura y simplemente.
Son competentes para conocer del concurso los jueces de lo mercantil. La jurisdicción del
juez del concurso es exclusiva y excluyente en las materias establecidas en el art. 8 LC: La ju-
risdicción del juez se extiende a todas las cuestiones prejudiciales civiles, las administrativas o
las sociales directamente relacionadas con el concurso o cuya resolución sea necesaria para el
buen desarrollo del procedimiento concursal. La decisión sobre las cuestiones a las que se re-
fiere el apartado anterior no surtirá efecto fuera del proceso concursal en que se produzca.
157
Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
Auto de declaración
158
Derecho mercantil de la empresa
c) Quienes estén especialmente relacionados con alguna persona que haya prestado cual-
quier clase de servicios profesionales al deudor o a personas especialmente relacionadas
con este en los últimos tres años.
1.7.2. Aceptación
Cuando la complejidad del concurso así lo exija, la administración concursal podrá solicitar
la autorización del juez para delegar determinadas funciones, incluidas las relativas a la con-
tinuación de la actividad del deudor, en los auxiliares que aquella proponga, con indicación
de criterios para el establecimiento de su retribución.
El nombramiento de, al menos, un auxiliar delegado será obligatorio:
1.º En empresas con establecimientos dispersos por el territorio.
2.º En empresas de gran dimensión.
3.º Cuando se solicite prórroga para la emisión del informe.
4.º En concursos conexos en los que se haya nombrado una administración concursal única.
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Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
1.7.4. Recusación
Los administradores concursales podrán ser recusados por cualquiera de las personas legi-
timadas para solicitar la declaración de concurso. Son causas de recusación las circunstancias
constitutivas de incapacidad, incompatibilidad o prohibición, así como las establecidas en la
legislación procesal civil para la recusación de peritos.
Retribución
Los administradores concursales tendrán derecho a retribución con cargo a la masa. La re-
tribución de la administración concursal se determinará mediante un arancel que se aprobará
reglamentariamente El juez fijará por medio de auto y conforme al arancel la cuantía de la re-
tribución, así como los plazos en que deba ser satisfecha conforme al art. 34 LC.
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Derecho mercantil de la empresa
Declarado el concurso, todos los acreedores del deudor quedarán de derecho integrados
en la masa pasiva del concurso. En caso de concurso de persona casada en régimen de ga-
nanciales o cualquier otro de comunidad de bienes, se integrarán en la masa pasiva los créditos
contra el cónyuge del concursado que sean, además, créditos de responsabilidad de la sociedad
o comunidad conyugal. Los juicios declarativos en que el deudor sea parte y que se encuentren
en tramitación al momento de la declaración de concurso continuarán sustanciándose ante el
mismo tribunal que estuviera conociendo de ellos hasta la firmeza de la sentencia. Si se inter-
pone demanda ante el orden civil o social de las que se considere debe conocer el juez del
concurso, se le comunicará a las partes para que usen de su derecho ante el juez del concurso.
Las sentencias y laudos firmes dictados antes o después de la declaración del concurso vincu-
lan al juez de este, dando a las resoluciones anteriores el tratamiento concursal que corresponda.
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Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
En los contratos celebrados por el deudor, cuando al momento de la declaración del con-
curso una de las partes hubiera cumplido íntegramente sus obligaciones y la otra tuviese pen-
diente el cumplimiento total o parcial de las recíprocas a su cargo, el crédito o la deuda que
corresponda al deudor se incluirá, según proceda, en la masa activa o en la pasiva del con-
curso.
La declaración de concurso, por sí sola, no afectará a la vigencia de los contratos con obli-
gaciones recíprocas pendientes de cumplimiento tanto a cargo del concursado como de la
otra parte. Las prestaciones a que esté obligado el concursado se realizarán con cargo a la
masa. No obstante, la administración concursal, en caso de suspensión, o el concursado, en
caso de intervención, podrán solicitar la resolución del contrato si lo estimaran conveniente
al interés del concurso. El secretario judicial citará a comparecencia ante el juez al concursado,
a la administración concursal y a la otra parte en el contrato y, de existir acuerdo en cuanto a
la resolución y sus efectos, el juez dictará auto declarando resuelto el contrato de conformidad
con lo acordado. En otro caso, las diferencias se sustanciarán por los trámites del incidente
concursal y el juez decidirá acerca de la resolución, acordando, en su caso, las restituciones
que procedan y la indemnización que haya de satisfacerse con cargo a la masa. Cuando se
trate de la resolución de contratos de arrendamiento financiero, y a falta de acuerdo entre las
partes, con la demanda incidental se acompañará tasación pericial independiente de los bienes
cedidos que el juez podrá tener en cuenta al fijar la indemnización. Se tendrán por no puestas
las cláusulas que establezcan la facultad de resolución o la extinción del contrato por la sola
causa de la declaración de concurso de cualquiera de las partes.
162
Derecho mercantil de la empresa
anterior a la declaración de concurso. La acción resolutoria se ejercitará ante el juez del con-
curso y se sustanciará por los trámites del incidente concursal, con arreglo al art. 62 LC.
163
Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
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Derecho mercantil de la empresa
165
Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
kilómetros de este, salvo que se acredite que el tiempo mínimo de desplazamiento, de ida y
vuelta, supera el veinticinco por ciento de la duración de la jornada diaria de trabajo.
Tanto en este caso como en los demás supuestos de modificación sustancial de las condi-
ciones de trabajo, la improcedencia del ejercicio de la acción de rescisión derivada de la mo-
dificación colectiva de las condiciones de trabajo no podrá prolongarse por un período
superior a doce meses, a contar desde la fecha en que se hubiere dictado el auto judicial que
autorizó dicha modificación.
Las acciones resolutorias individuales interpuestas al amparo del artículo 50 del Estatuto
de los Trabajadores, motivadas por la situación económica o de insolvencia del concursado,
tendrán la consideración de extinciones de carácter colectivo, desde que se acuerde la iniciación
del procedimiento previsto en este artículo, para la extinción de los contratos. Acordada la
iniciación del procedimiento previsto en este artículo, la totalidad de los procesos individuales
seguidos frente a la concursada posteriores a la solicitud del concurso pendiente de resolución
firme, se suspenderán hasta que adquiera firmeza el auto que ponga fin al procedimiento de
extinción colectiva. La resolución que acuerde la suspensión se comunicará a la administración
concursal a los efectos del reconocimiento como contingente del crédito que pueda resultar
de la sentencia que en su día se dicte, una vez alzada la suspensión. Igualmente se comunicará
a los tribunales ante los que estuvieren tramitando los procedimientos individuales. El auto
que acuerde la extinción colectiva producirá efectos de cosa juzgada sobre los procesos indi-
viduales suspendidos.
En todo lo no previsto especialmente se aplicará la legislación laboral y, especialmente,
mantendrán los representantes de los trabajadores cuantas competencias les atribuye la misma.
166
Derecho mercantil de la empresa
Está constituida por el conjunto de bienes y derechos con los que cuenta el deudor para
poder satisfacer a sus acreedores. La declaración del concurso no impide que el deudor con-
tinúe con su actividad empresarial o profesional lo que presupone que conserva la posesión
y propiedad de todos sus bienes y la titularidad de todos sus derechos.
Sin embargo, declarado el concurso es menester que los administradores conozcan cuál es
la auténtica situación patrimonial del concursado, obligando con ello a hacer un inventario
de todos los bienes y derechos de los que sea titular patrimonial y con los que pueda hacer
frente a sus obligaciones.
Constituyen la masa activa del concurso los bienes y derechos integrados en el patrimonio
del deudor a la fecha de la declaración de concurso y los que se reintegren al mismo o adquiera
hasta la conclusión del procedimiento. Se exceptúan aquellos bienes y derechos que, aun te-
niendo carácter patrimonial, sean legalmente inembargables.
Los titulares de créditos con privilegios sobre los buques y las aeronaves podrán separar
estos bienes de la masa activa del concurso mediante el ejercicio, por el procedimiento co-
rrespondiente, de las acciones que tengan reconocidas en su legislación específica. Si de la
ejecución resultara remanente a favor del concursado, se integrará en la masa activa. Si la eje-
cución separada no se hubiere iniciado en el plazo de un año desde la fecha de declaración
del concurso, ya no podrá efectuarse y la clasificación y graduación de créditos se regirá por
lo dispuesto en esta ley.
Bienes conyugales
En caso de concurso de persona casada, la masa activa comprenderá los bienes y derechos
propios o privativos del concursado.
Si el régimen económico del matrimonio fuese el de sociedad de gananciales o cualquier
otro de comunidad de bienes, se incluirán en la masa, además, los bienes gananciales o co-
munes cuando deban responder de obligaciones del concursado. En este caso, el cónyuge del
concursado podrá pedir la disolución de la sociedad o comunidad conyugal y el juez acordará
la liquidación o división del patrimonio que se llevará a cabo de forma coordinada con lo que
resulte del convenio o de la liquidación del concurso.
Presunción de donaciones y pacto de sobre vivencia entre los cónyuges. Vivienda habitual del matrimonio
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Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
prestación se presumirá, salvo prueba en contrario, que la mitad de ella fue donada por el
concursado a su cónyuge, siempre que la adquisición de los bienes se haya realizado en el año
anterior a la declaración de concurso.
Estas presunciones no regirán cuando los cónyuges estuvieran separados judicialmente o
de hecho.
Los bienes adquiridos por ambos cónyuges con pacto de sobrevivencia se considerarán di-
visibles en el concurso de cualquiera de ellos, integrándose en la masa activa la mitad corres-
pondiente al concursado. El cónyuge del concursado tendrá derecho a adquirir la totalidad
de cada uno de los bienes satisfaciendo a la masa la mitad de su valor. Si se tratare de la vi-
vienda habitual del matrimonio, el valor será el del precio de adquisición actualizado conforme
al índice de precios al consumo específico, sin que pueda superar el de su valor de mercado.
En los demás casos, será el que de común acuerdo determinen el cónyuge del concursado y
la administración concursal o, en su defecto, el que como valor de mercado determine el juez,
oídas las partes y previo informe de experto cuando lo estime oportuno.
Cuando la vivienda habitual del matrimonio tuviese carácter ganancial o les perteneciese
en comunidad conyugal y procediere la liquidación de la sociedad de gananciales o la disolu-
ción de la comunidad, el cónyuge del concursado tendrá derecho a que aquella se incluya con
preferencia en su haber, hasta donde este alcance o abonando el exceso.
Separación
Los bienes de propiedad ajena que se encuentren en poder del concursado y sobre los
cuales este no tenga derecho de uso, garantía o retención serán entregados por la administra-
ción concursal a sus legítimos titulares, a solicitud de estos. Contra la decisión denegatoria de
la administración concursal podrá plantearse incidente concursal. En caso de imposibilidad
de separación se estará a lo prevista en el art. 81 LC.
Acciones de reintegración
Igualmente, declarado el concurso, serán rescindibles los actos perjudiciales para la masa
activa realizados por el deudor dentro de los dos años anteriores a la fecha de la declaración,
aunque no hubiere existido intención fraudulenta.
El perjuicio patrimonial se presume, sin admitir prueba en contrario, cuando se trate de
actos de disposición a título gratuito, salvo las liberalidades de uso, y de pagos u otros actos
de extinción de obligaciones cuyo vencimiento fuere posterior a la declaración del concurso.
La legitimación activa para el ejercicio de las acciones rescisorias y demás de impugnación
corresponderá a la administración concursal y deberán dirigirse contra el deudor y contra
quienes hayan sido parte en el acto impugnado. La sentencia que estime la acción declarará la
ineficacia del acto impugnado y condenará a la restitución de las prestaciones objeto de aquel,
con sus frutos e intereses
168
Derecho mercantil de la empresa
Constituyen la masa pasiva los créditos contra el deudor común que conforme a la ley no
tengan la consideración de créditos contra la masa, es decir, los generados como consecuencia
de la aplicación de la normativa concursal o de la mera existencia del procedimiento concursal.
Al no formar parte de la masa pasiva, reciben un tratamiento especial y así, aquellos créditos
que se hallan pendientes de pago al tiempo de elaborar el listado de acreedores habrán de re-
cogerse en un listado separado, distinto de los listados de acreedores reconocidos y excluidos,
listado que es posconcursal, pues lo normal es que después se sigan devengando nuevos cré-
ditos contra la masa. Son, por lo tanto, créditos necesarios para llevar a buen fin el concurso
de acreedores.
Su característica fundamental es que disfrutan de preferencia sobre los acreedores concur-
sales y se satisfacen con preferencia y, en principio, al margen del procedimiento concursal,
antes del reparto propiamente dicho, de modo que no se ven afectados por el convenio.
Por lo tanto, el concursado debe pagar los créditos contra la masa a sus respectivos venci-
mientos, con independencia del estado de la tramitación del concurso, con alguna excepción.
No obstante, la administración concursal, cuando lo considere conveniente para el interés del
concurso, podrá alterar el vencimiento como criterio de pago, siempre que presuma que la
masa activa va a resultar suficiente para la satisfacción de todos los créditos contra la masa
(se excluyen los créditos a los trabajadores, los créditos alimenticios, los tributarios y los de
Seguridad Social).
El pago de los créditos contra la masa se hará con cargo a bienes y derechos no afectos al
pago de créditos con privilegio especial y si estos fueran insuficientes lo obtenido se distribuirá
entre todos los acreedores de la masa por el orden de sus vencimientos.
La masa pasiva se integra por los créditos concursales, créditos contra el concursado exis-
tentes cuando se declara el concurso que se convierten en concurrentes cuando son recono-
cidos. La comunicación de créditos es la solicitud de los acreedores del reconocimiento de
sus derechos, que debe realizarse, en un mes desde la última de las publicaciones del concurso
acordadas en el propio auto de declaración, con las formalidades legalmente establecidas.
Se incluirán forzosamente en la lista de acreedores los créditos reconocidos por laudo o
sentencia, los que consten en documento con fuerza ejecutiva, los reconocidos por certifica-
ción acreditativa, los que disfruten de garantía real inscrita y los de los trabajadores cuya exis-
tencia y cuantía resulten del concurso.
Los créditos provistos de una garantía personal se reconocerán por su importe, sin perjuicio
de sustituirse el acreedor por el garante que pague y se optará por la calificación que resulte
menos gravosa para el concurso entre las que corresponden al acreedor y al fiador.
Cuando el garante pague sólo parcialmente, el acreedor tiene derecho a que se incluya en
la lista de acreedores tanto la parte del crédito garantizado que todavía no haya sido satisfecho
como el crédito de reembolso del garante.
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Jorge López Curbelo y Nicolás Díaz de Lezcano Sevillano
Los créditos incluidos en la lista de acreedores habrán de calificarse en alguna de estas tres
categorías: privilegiados, subordinados y ordinarios.
Sólo tendrán la consideración de créditos privilegiados los previstos en la Ley Concursal.
Determinados créditos tienen por imperativo legal la consideración de subordinados o
postergados.
Todos aquellos créditos que no merezcan la calificación de privilegiados o subordinados
tendrán la consideración de ordinarios.
Cuando la solución de concurso sea el convenio: los titulares de créditos privilegiados sólo
quedan vinculados a su contenido si lo aceptaron expresamente con su voto o adhesión mien-
tras que los titulares de créditos subordinados, que carecen de derecho de voto y adhesión,
quedan afectados por las mismas quitas que se pacten para los créditos ordinarios y sufrirán
una espera mayor.
En caso de liquidación serán satisfechos en primer lugar los créditos privilegiados por el
orden legalmente establecido, después los ordinarios a prorrata y finalmente los subordinados
por el orden legalmente establecido.
Los créditos privilegiados pueden serlo con privilegio especial y con privilegio general. Los
créditos concursales con privilegio especial son los mencionados en el art. 90 LC y os créditos
concursales con privilegio general recaen sobre todo el patrimonio del deudor y se recogen
en el art. 91 LC.
2. EL CONVENIO
Las soluciones del concurso previstas en la ley son el convenio y la liquidación para cuya
respectiva tramitación se articulan específicas fases en el procedimiento. El convenio es la so-
lución normal del concurso, que la ley fomenta.
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Derecho mercantil de la empresa
a la masa de las cantidades percibidas. Contra la resolución judicial que acuerde imponer esta
sanción cabrá recurso de apelación.
El concursado deberá asistir a la junta de acreedores personalmente o hacerse representar
por apoderado con facultades para negociar y aceptar convenios.
Los acreedores asistentes a la junta o sus representantes podrán solicitar aclaraciones sobre
el informe de la administración concursal y sobre la actuación de esta, así como sobre las pro-
puestas de convenio y los escritos de evaluación emitidos.
El presidente abrirá la sesión, dirigirá las deliberaciones y decidirá sobre la validez de los
apoderamientos, acreditación de los comparecientes y demás extremos que puedan resultar
controvertidos.
Se deliberará y votará en primer lugar sobre la propuesta presentada por el concursado; si
no fuese aceptada, se procederá del mismo modo con las presentadas por los acreedores, suce-
sivamente y por el orden que resulte de la cuantía mayor a menor del total de los créditos ti-
tulados por sus firmantes. Aceptada una propuesta, no procederá deliberar sobre las restantes.
Para que una propuesta de convenio se considere aceptada por la junta serán necesarias las
siguientes mayorías:
a) El 50 por ciento del pasivo ordinario, cuando la propuesta de convenio contenga quitas
iguales o inferiores a la mitad del importe del crédito; esperas, ya sean de principal, de
intereses o de cualquier otra cantidad adeudada, con un plazo no superior a cinco años;
o, en el caso de acreedores distintos de los públicos o los laborales, la conversión de
deuda en préstamos participativos durante el mismo plazo.
b) El 65 por ciento del pasivo ordinario, cuando la propuesta de convenio contenga esperas
con un plazo de más de cinco años, pero en ningún caso superior a diez; quitas supe-
riores a la mitad del importe del crédito, y, en el caso de acreedores distintos de los pú-
blicos o los laborales, la conversión de deuda en préstamos participativos por el mismo
plazo.
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judicial haya verificado que las adhesiones presentadas alcanzan la mayoría legal para la acep-
tación del convenio, en el caso de propuesta anticipada o tramitación escrita, o desde la fecha
de conclusión de la Junta, en el caso de que en ella se acepte una propuesta de convenio. El
convenio adquirirá eficacia desde la fecha de la sentencia que lo apruebe, salvo que el juez,
por razón del contenido del convenio, acuerde, de oficio o a instancia de parte, retrasar esa
eficacia a la fecha en que la aprobación alcance firmeza.
Desde la eficacia del convenio cesarán todos los efectos de la declaración de concurso, que-
dando sustituidos por los que, en su caso, se establezcan en el propio convenio, salvo los de-
beres de colaboración e información. No obstante, su cese, los administradores concursales
conservarán plena legitimación para continuar los incidentes en curso, pudiendo solicitar la
ejecución de las sentencias y autos que se dicten en ellos, hasta que sean firmes, así como para
actuar en la sección sexta hasta que recaiga sentencia firme.
3. LIQUIDACIÓN
El deudor podrá pedir la liquidación en cualquier momento. Ahora bien, estará obligado a
pedir la liquidación cuando, durante la vigencia del convenio, conozca la imposibilidad de
cumplir los pagos comprometidos y las obligaciones contraídas con posterioridad a la apro-
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Derecho mercantil de la empresa
bación de aquel. Cuando, durante la vigencia del convenio, el deudor no solicitara la liquidación
podrá hacerlo cualquier acreedor que acredite la concurrencia de los hechos o manifestaciones
de insolvencia. La administración concursal podrá solicitar la apertura de la fase de liquidación
en el caso de cese de la actividad profesional o empresarial. Procederá de oficio la apertura
de la fase de liquidación en los siguientes casos previstos en el art. 143 LC. La liquidación se
llevará a cabo y producirá los efectos señalados en los artículos 145, 146 y 146 bis.
El concurso se calificará como fortuito o culpable. La ley formula el criterio general de ca-
lificación del concurso como culpable y enuncia una serie de supuestos, que, en todo caso,
determinan esa calificación, por su intrínseca naturaleza, y otra de supuestos que, salvo prueba
en contrario, son presuntivos de dolo o culpa grave, por constituir incumplimiento de deter-
minadas obligaciones legales relativas al concurso. De no concurrir estos supuestos se calificará
de fortuito.
Por tanto, el concurso se calificará como culpable cuando en la generación o agravación
del estado de insolvencia hubiera mediado dolo o culpa grave del deudor o, si los tuviere, de
sus representantes legales y, en su caso, de persona jurídica, de sus administradores o liquida-
dores, de derecho, de hecho, apoderados generales, y de quienes hubieran tenido cualquiera
de estas condiciones dentro de los dos años anteriores a la fecha de declaración del concurso.
En todo caso, el concurso se calificará como culpable cuando concurran los supuestos previs-
tos en el art. 164 LC. Se presume la existencia de dolo o culpa grave, salvo prueba en contrario,
cuando el deudor, o, en su caso, sus representantes legales, administradores o liquidadores
incurran en los supuestos previstos en el art. 165 LC. Se considerarán cómplices las personas
que, con dolo o culpa grave, hubieran cooperado con el deudor a la realización de cualquier
acto que haya fundado la calificación del concurso como culpable.
Cuando el concurso concluya por liquidación (sin pago íntegro) o por insuficiencia de la
masa activa, la decisión legal de no liberar en ningún caso de responsabilidad a los deudores
personas naturales y de extinguir a las personas jurídicas deudoras, obliga a prever la reapertura
del concurso. En este sentido, la declaración de concurso de deudor persona natural dentro
de los cinco años siguientes a la conclusión de otro anterior por liquidación o insuficiencia
de masa activa tendrá la consideración de reapertura de este. El juez competente, desde que
se conozca esta circunstancia, acordará la incorporación al procedimiento en curso de todo
lo actuado en el anterior conforme al art. 179 LC.
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ACTIVIDADES
1. Actividad
2. Actividad
La mercantil ROMBO S.L. con domicilio social en Telde, dedicada a la fabricación y venta
de material informático, ante la mala situación económica que atraviesa y la imposibilidad de
realizar sus pagos con regularidad solicita le asesore sobre determinadas cuestiones.
Cuestiones:
3. Actividad
Cuestiones:
1. Se solicita por D. Juan Canario que emita informe jurídico sobre cómo tramitar el con-
venio y las consecuencias si este no se aprueba.
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Derecho mercantil de la empresa
BIBLIOGRAFÍA
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
Broseta Pont y Martínez Sanz (2017). Manual de Derecho Mercantil. Madrid: Tecnos.
Menéndez Menéndez (dir.), et ál. (2014). Lecciones de Derecho Mercantil. Navarra: Civitas.
Morral, R. y Arroyo, I. (2016). Teoría y práctica del Derecho concursal. Madrid: Tecnos.
Pulgar Ezquerra, J. (dir.) (2012). El concurso de acreedores. Madrid: La Ley.
Sánchez Calero, F. (2016). Principios de Derecho Mercantil. Navarra: Aranzadi.
Sánchez Calero, F. y Sánchez Calero, J. (2015). Instituciones de Derecho Mercantil, T. II. Navarra:
Aranzadi.
Uría, R. y Menéndez, A. (2008). Curso de Derecho mercantil. Tomo II. Madrid: Civitas.
Vicent Chulià, F. (2012). Introducción al Derecho mercantil. Valencia: Tirant lo Blanch.
LEGISLACIÓN BÁSICA
Constitución Española.
Código de Comercio.
Código Civil.
Ley 1/2000 de Enjuiciamiento Civil.
Real Decreto 1784/1996, de 19 de julio, por el que se aprueba el Reglamento del Registro
Mercantil.
Real Decreto Legislativo 1/2010, de 2 de julio, por el que se aprueba el texto refundido de la
Ley de Sociedades de Capital (LSC).
Ley 22/2003, de 9 de julio, Concursal.
Real Decreto Legislativo 2/2015, de 23 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido
de la Ley del Estatuto de los Trabajadores.
Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial.
Ley 50/1981, 30 diciembre, por la que se regula el Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal.
Ley 26/1988, de 29 de julio, sobre Disciplina e Intervención de las Entidades de Crédito.
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EJERCICIOS DE AUTOEVALUACIÓN
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Derecho mercantil de la empresa
5. El Juez podrá acordar la limitación de los derechos fundamentales del deudor, como la
intervención de su correspondencia y comunicaciones, establecer el deber de residencia
en la población de su domicilio y la necesidad de autorización judicial para acceder a de-
terminados inmuebles. ¿Es cierta esta afirmación?:
a) Sí.
b) No.
c) Depende de la Asamblea de acreedores.
d) Depende de la cuantía de la deuda.
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1. a)
2. c)
3. a)
4. b)
5. a)
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Derecho mercantil de la empresa
GLOSARIO
Concurso culpable: tendrá esta calificación cuando en la generación o agravación del estado de
insolvencia hubiera mediado dolo o culpa grave del deudor o sus colaboradores.
Concurso: es un procedimiento judicial cuya finalidad es la de que un deudor que se encuentra
en la imposibilidad de pagar sus deudas en las fechas de sus respectivos vencimientos,
llegue a un acuerdo con los acreedores sobre esos pagos o bien se liquiden los bienes de
este para satisfacer a sus acreedores.
Convenio: es un negocio jurídico fundado en el acuerdo de voluntades, entre el deudor y la co-
lectividad de sus acreedores, y sancionado por la autoridad judicial, que tiene por objeto
la satisfacción de los segundos por procedimiento diverso de la liquidación en el juicio
concursal
Créditos ordinarios: son aquellos que no son privilegiados ni subordinados. Serán aquellos que
llegado el momento del pago, el mismo se efectuará a prorrata y con cargo a los bienes y
derechos de la masa activa que resten, una vez satisfechos los créditos contra la masa y los
privilegiados.
Créditos privilegiados: que o bien afectan a todo el patrimonio del deudor, (créditos con privilegio
general) o bien afectan a determinados bienes o derechos, y en general son objeto de pago
mediante la ejecución separada de esos bienes o derechos (créditos con privilegio especial),
abonándose antes que los de privilegio general.
Créditos subordinados: son una categoría de créditos que se postergan en el procedimiento de
concurso con relación a los ordinarios.
Insolvencia: se encuentra en estado de insolvencia el deudor que no puede cumplir regularmente
sus obligaciones.
Masa activa: los bienes y derechos integrados en el patrimonio del deudor a la fecha de la de-
claración de concurso y los que se reintegren al mismo o adquiera hasta la conclusión del
procedimiento.
Masa pasiva: constituyen la masa pasiva los créditos contra el deudor común que conforme a
esta Ley no tengan la consideración de créditos contra la masa.
Propuesta anticipada de convenio: es una de las medidas para agilizar la rápida solución del con-
curso.
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