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colección

Nuevas teorías económicas


dirigida por Julio C. Neffa y Héctor Cordone
Edición: Primera. Julio de 2013
Tirada: 500 ejemplares

ISBN: 978-84-15295-43-3

© 2013, Miño y Dávila srl / Pedro Miño

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Índice

. Presentación......................................................................................... 11
. Martín Schorr

1.. Dinámica externa de la economía argentina. Un análisis a partir de


las grandes firmas................................................................................. 19
. Pablo Manzanelli y Martín Schorr

I. Introducción.................................................................................. 19
II. La cúpula empresaria en el comercio exterior de la Argentina..... 23
III. La trayectoria estructural de la elite empresaria........................... 32
IV. Reflexiones finales........................................................................ 39
Bibliografía.......................................................................................... 52

2. La extranjerización de la industria argentina en la posconvertibilidad.


Un análisis del poder económico sectorial........................................... 55
. Pablo Manzanelli y Martín Schorr

I. Introducción.................................................................................. 55
II. La extranjerización del poder económico industrial..................... 57
III. La fisonomía estructural de los diferentes segmentos del poder
económico industrial..................................................................... 67
IV. Reflexiones finales........................................................................ 77
Bibliografía.......................................................................................... 79

3.. Oligopolio y formación de precios. La industria argentina en la


posconvertibilidad................................................................................ 83
. Pablo Manzanelli y Martín Schorr

I. Introducción.................................................................................. 83
II. Metodología y fuentes de información......................................... 89
III. Estructura de los mercados y formación de precios en la industria 92
IV. Oligopolios industriales, ganancia e inversión............................. 101
V. Reflexiones finales........................................................................ 105
Bibliografía.......................................................................................... 114

4.. Inserción de la industria argentina en el mercado mundial: perfil de


especialización según densidad tecnológica de los productos............. 117
. Martín Schorr y Andrés Wainer

I. Introducción.................................................................................. 117
II. Una visión general del intercambio comercial de bienes
industriales.................................................................................... 120
III. La clasificación de manufacturas según su complejidad
tecnológica.................................................................................... 123
IV. El análisis de las exportaciones según el contenido
tecnológico de los bienes.............................................................. 127
V. Las importaciones y el saldo comercial según el contenido
tecnológico de las manufacturas................................................... 133
VI. Reflexiones finales........................................................................ 139
Bibliografía.......................................................................................... 142

5.. ¿Sustitución de importaciones en la posconvertibilidad?


. Una mirada desde la industria automotriz y la de bienes de capital.... 145
. María José Castells y Martín Schorr

I. Introducción.................................................................................. 145
II. El sector automotor....................................................................... 147
III. La industria de bienes de capital................................................... 154
IV. Reflexiones finales........................................................................ 165
Bibliografía.......................................................................................... 185

6.. La industria del cuero en la posconvertibilidad: reactivación y


especialización regresiva..................................................................... 187
. Esteban Ferreira y Martín Schorr

I. Introducción.................................................................................. 187
II. Características productivas de la industria del cuero y marco
normativo...................................................................................... 190
III. Rasgos estructurales de la industria.............................................. 195
IV. Dinámica productiva..................................................................... 202
V. Reflexiones finales: lineamientos de política para revertir la
primarización y la especialización regresiva................................ 214
Bibliografía.......................................................................................... 217
7.. La industria textil y de indumentaria en la Argentina. Informalidad
. y tensiones estructurales en la posconvertibilidad............................... 219
. Esteban Ferreira y Martín Schorr

I. Introducción.................................................................................. 219
II. Perfiles de especialización internacional...................................... 221
III. Características productivas de la industria en la Argentina.......... 224
IV. Estructura y dinámica reciente de la industria.............................. 231
V. Distribución del ingreso e informalidad en la industria de la
confección..................................................................................... 244
VI. Reflexiones finales........................................................................ 248
Bibliografía.......................................................................................... 253

Sobre los autores........................................................................................... 255


Presentación

Martín Schorr

E
n este libro se reúne una serie de trabajos realizados a lo largo de varios
años en el marco del Proyecto de Investigación “La industria argentina
en la posconvertibilidad: continuidades y rupturas en la dinámica y la
estructura del sector” (PICT 2008-0406), patrocinado por la Agencia Nacional de
Promoción Científica y Tecnológica. Este programa de estudio fue coordinado por
Daniel Azpiazu hasta su lamentable y repentino fallecimiento en agosto de 2011.
Por ello, y por muchas otras razones, esta obra está dedicada a su memoria.
En las páginas que siguen el lector encontrará los resultados de una prolon-
gada y fructífera labor en equipo, la que se plasma, al menos, en dos cuestiones.
En primer lugar, en el hecho de que los trabajos compilados fueron discutidos
entre todos los autores en numerosas ocasiones y en instancias diversas, haciendo
propias las palabras de Kaldor, para quien “las ideas difícilmente afluyen en el
aislamiento –surgen como consecuencia de un proceso social– y a menudo es casi
imposible separar la contribución de un individuo en particular o constatar la medida
en la que los propios pensamientos fructificaron gracias a los pensamientos de
otros”1. En segundo lugar, estrechamente relacionado, si bien el libro está compuesto
por siete artículos que versan sobre diferentes temáticas y que pueden ser leídos de
manera independiente, una lectura de conjunto puede resultar enriquecedora ya que
en ellos subyacen múltiples hipótesis y preguntas de investigación compartidas.
Esas preocupaciones analíticas surgieron de la necesidad de profundizar
varias líneas de indagación que quedaron “abiertas” tras un estudio previo que
realizamos con Azpiazu, en el que se abordó el desenvolvimiento de la industria
argentina desde la última dictadura militar hasta mediados de la década de 2000,

1 Kaldor, N. (1969): Ensayos sobre estabilidad y desarrollo económico, Tecnos, Madrid.

11
ya en el marco de la denominada posconvertibilidad2. Pero, adicionalmente, esos
focos de interés se inscriben en el intento de poner en discusión ciertas postu-
ras académicas y políticas que han estado muy en boga en los últimos años en
Argentina y que, como tales, en no pocas ocasiones han sido tomadas como
“verdades reveladas” por vastos sectores. Al respecto, entre otros interrogantes
disparadores de las investigaciones que dieron origen a los artículos que aquí se
reúnen, se destacan los siguientes:

• Luego del abandono del régimen de convertibilidad, ¿se puede afirmar que
la Argentina ha atravesado un proceso de reindustrialización con creciente
control nacional y que ha sentado las bases para configurar un nuevo modelo
económico?
• En el transcurso del último decenio, ¿es posible reconocer la existencia de un
cambio estructural en el perfil de especialización predominante en el sector
manufacturero local y en su inserción en la división internacional del trabajo?
Y en una línea similar, ¿se ha asistido a un proceso sostenido de sustitución
de importaciones?
• En los años recientes, ¿se han revertido ciertos legados críticos del neolibe­
ralismo en diferentes frentes (reprimarización, dependencia tecnológica, des-
articulación de la matriz fabril, concentración y centralización del capital,
extranjerización, etc.)?
• En suma, ¿en la posconvertibilidad ha tenido lugar un proceso de desarrollo
industrial (reindustrialización) o resulta más atinado referirse a una fase de
crecimiento?

Para dar respuestas a estos interrogantes comunes y claramente vinculados entre


sí, los siete estudios que integran este libro parten de la adopción de un enfoque
de neto corte heterodoxo en el que la economía necesariamente debe ser encarada
como economía política. Es decir, como una ciencia social en la que el poder y
su distribución desigual entre las distintas clases sociales y fracciones de clase
constituye uno de los ejes centrales del análisis.
A partir de este encuadre compartido, los artículos pueden ser divididos en
dos grandes bloques. Un primer grupo hace hincapié en la evolución y las trans-
formaciones sobrevenidas en los últimos años en el poder económico doméstico,
y en las relaciones que pueden establecerse entre tales cambios y el desempeño
estructural del sector fabril: “Dinámica externa de la economía argentina. Un
análisis a partir de las grandes firmas” y “La extranjerización de la industria
argentina en la posconvertibilidad. Un análisis del poder económico sectorial”.
Por su parte, un segundo grupo de trabajos hace eje en la perspectiva sectorial

2 Azpiazu, D. y Schorr, M. (2010): Hecho en Argentina. Industria y economía, 1976-2007, Siglo


Veintiuno Editores, Buenos Aires.

12 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
focalizándose en distintas dimensiones: “Oligopolio y formación de precios. La
industria argentina en la posconvertibilidad”, “Inserción de la industria argentina
en el mercado mundial: perfil de especialización según densidad tecnológica de
los productos”, “¿Sustitución de importaciones en la posconvertibilidad? Una
mirada desde la industria automotriz y la de bienes de capital”, “La industria
del cuero en la posconvertibilidad: reactivación y especialización regresiva” y
“La industria textil y de indumentaria en la Argentina. Informalidad y tensiones
estructurales en la posconvertibilidad”.
La principal finalidad que perseguimos es que, mediante una lectura de con-
junto del libro, resulte posible acceder a una amplia gama de evidencias que
permitan aproximarse a una visión más o menos “integral” sobre la trayectoria de
la industria argentina en el transcurso de la posconvertibilidad (con la debida iden-
tificación de las líneas de continuidad y de ruptura que pueden establecerse entre
esta etapa y lo acontecido durante la década de 1990). Ahora bien, a pesar de su
pretensión de “globalidad”, los enfoques asumidos son naturalmente parciales en
función de los marcos teóricos escogidos, las metodologías desplegadas, las fuentes
de información básica utilizadas y los posicionamientos político-ideológicos de
los autores. A pesar de esta inevitable parcialidad, que está presente en cualquier
investigación en ciencias sociales, a lo que se aspira, en última instancia, es a brin-
dar algunos elementos de juicio para el necesario debate social –hoy prácticamente
ausente– acerca de las características y los alcances de un plan de industrialización
para nuestro país.

I. Adelantando algunas conclusiones

Con sus respectivas especificidades, los siete artículos arrojan distintas con-
clusiones que aluden a la naturaleza acotada de la reindustrialización de la eco-
nomía argentina en la posconvertibilidad. Ello, por varias razones, entre las que
interesa resaltar apenas cuatro.
En primer lugar, a pesar de la notable expansión fabril que se verificó desde
mediados de 2002 (que hasta 2007/08, “dólar alto” mediante, se difundió, con
sus más y sus menos, a lo largo de todo el tejido manufacturero), casi no se
manifestaron tendencias a un cambio estructural en el perfil de especialización e
inserción internacional de la industria doméstica respecto del período de vigencia
del neoliberalismo. Se trata de una matriz productiva con un predominio marcado
y creciente de ramas afincadas en el procesamiento de recursos naturales (por
lo general, con bajo valor agregado) y unos pocos ámbitos privilegiados de acu-
mulación, como la armaduría automotriz y el enclave ensamblador de productos
electrónicos en Tierra del Fuego.
En su mayoría, las manufacturas más relevantes se caracterizan por ser alta-
mente concentradas y estar controladas por capitales extranjeros y/o un puñado

Martín Schorr (coordinador) 13


de grupos económicos locales; por tener una inserción destacada en los mercados
mundiales por la vía exportadora y/o a partir de una elevada demanda impor-
tadora; por presentar escasos eslabonamientos interindustriales y una reducida
capacidad generadora de empleo; y por el hecho de que para las empresas líderes
que se desenvuelven en tales espacios, los salarios pesan mucho más como un
costo empresario que como un elemento dinamizador de la demanda interna.
De allí que no deba extrañar que, a la par de la ausencia de cambio estructural
en el ámbito fabril, se hayan afianzado las tendencias a la concentración y cen-
tralización del capital con eje en una extranjerización sumamente acentuada, al
tiempo que se tornan cada vez más evidentes los límites objetivos que el perfil de
especialización predominante le impone a la redistribución del ingreso.
En segundo lugar, ante lo restringido de la sustitución de importaciones (en
términos cuantitativos y cualitativos), el desempeño manufacturero en la poscon-
vertibilidad no logró revertir el cuadro histórico de dependencia tecnológica de
la industria argentina y, por esa vía, su carácter trunco. Entre otras cosas, esto se
expresa en el déficit comercial estructural de gran parte de las industrias (sobre
todo las de mayor densidad tecnológica), con la salvedad de unas pocas vincu-
ladas con las ventajas comparativas estáticas del país. Esa suerte de “dualidad
estructural” (que a partir de 2007 derivó en saldos comerciales deficitarios en el
agregado sectorial, con la excepción de 2009 a raíz de los impactos domésticos
de la crisis mundial), es indicativa de que en la última década no se redujo la
“divisa-dependencia” característica del sector manufacturero local.
En ese marco es que se manifiesta una de las “paradojas” del comporta-
miento fabril reciente: si bien en los últimos años, y de modo recurrente, la
industria ha sido catalogada como la “locomotora del crecimiento” y el sector
dinamizador y ordenador de un “modelo de acumulación con inclusión social”,
en los hechos la no reversión de la dependencia tecnológica terminó reforzando
la centralidad estructural y el poder de veto de los grandes proveedores de divisas
en la Argentina, cuyo ciclo de acumulación y reproducción ampliada del capital
en la esfera productiva gira alrededor de actividades con un bajo (o nulo) grado
de industrialización. Estos sectores y los actores que los controlan resultaron
ampliamente favorecidos no sólo en términos estructurales, sino también por
las intensas transferencias intersectoriales del ingreso que tuvieron lugar tras la
“salida devaluatoria” de la convertibilidad por efecto de la dinámica que asumió
el comportamiento de los precios relativos en la economía y en el interior del
sector manufacturero.
En tercer lugar, en un escenario sectorial que, por diferentes motivos, potenció
las tendencias a la concentración económica, de los análisis sobre la trayectoria
de la elite empresaria en la posconvertibilidad se desprenden algunos hallazgos
relevantes.
Por un lado, de la mano de la vigencia en el nivel interno de un “dólar alto”
(hasta 2007/08) y de mercados internacionales de commodities en franca expan-

14 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
sión, se manifestaron ciertas modificaciones en el perfil constitutivo de la cúpula
respecto del decenio de 1990. En lo sustantivo, las mismas se asocian al fuerte
avance estructural en el seno del poder económico local de aquellas corporaciones
industriales con una marcada orientación exportadora (agroindustrias, elaborado-
ras de acero y aluminio, algunas fabricantes de productos químico-petroquímicos
y las terminales automotrices). Y de otras compañías que integran el panel de las
empresas de mayor envergadura del país que, merced a la explotación de recursos
naturales, también tienen en los mercados externos una fuente decisiva de su acu-
mulación (mineras, agropecuarias y, durante algún período, de la actividad hidro-
carburífera). Todo ello, en detrimento de diversas firmas “mercado-internistas”
ligadas, sobre todo, a la prestación de servicios y varios rubros comerciales.
Por otro lado, esta vez como línea de continuidad con la convertibilidad, se
recrudeció el proceso de extranjerización a raíz de la marcada gravitación de las
empresas transnacionales en las industrias dinámicas y de mayor gravitación
estructural, así como de la intensa centralización del capital que se verificó.
Ésta derivó en una importante desnacionalización de muchas firmas líderes de
distintas ramas manufactureras (frigorífica, cementera, siderúrgica, alimenticia,
derivados de petróleo, etc.).
Por último, cabe resaltar la estrategia privilegiada por las grandes empresas
fabriles de sustentar buena parte de su expansión y su consolidación de mercado
en la minimización de la inversión reproductiva (con márgenes de rentabilidad
muy elevados) y en la captación diferencial de excedentes, básicamente a través
de la fijación oligopólica de precios y la percepción de una amplia gama de
subvenciones estatales.
Así, se está en presencia de un poder económico cada vez más concentrado y
extranjerizado; con una creciente capacidad de veto a favor de su sólida inserción
exportadora en un sector manufacturero que, en términos generales, se caracteriza
por la señalada “dualidad estructural” en su posicionamiento comercial externo;
con una baja contribución en lo que se refiere a la ampliación de las capacidades
productivas domésticas (y, cuando lo hace, con una considerable demanda impor-
tadora); y con un esquema de acumulación con eje en las ventajas comparativas
estáticas, la vigencia de salarios reducidos desde la perspectiva internacional y
una distribución funcional del ingreso sumamente regresiva. Está claro que este
poder económico, tan fortalecido en estos años de crecimiento fabril, no puede
ser la base de sustento de un “modelo de acumulación con inclusión social” y, en
ese marco, de un cambio estructural en el perfil de la industria argentina. Máxime
cuando en la actualidad estos sectores se encuentran pugnando por una fuerte
devaluación como modo de maximizar sus ganancias (con sus consiguientes
efectos sobre el salario real).
En cuarto lugar, los estudios sobre la evolución en la posconvertibilidad de
sectores fabriles específicos arrojan una serie de evidencias que refuerzan lo ante-
dicho acerca del carácter acotado de la reindustrialización de los últimos años.

Martín Schorr (coordinador) 15


Por ejemplo, en el caso de la industria automotriz y la de bienes de capital
sobresale la debilidad de un planteo sustitutivo que apostó casi exclusivamente
al “dólar alto”, mientras se mantuvieron (e, incluso, se reforzaron) ciertos instru-
mentos que datan de la década de 1990. En los hechos, esto acarreó saldos comer-
ciales altamente deficitarios en el marco del proceso de “sustitución inversa” que
tuvo lugar ante el desaprovechamiento de la masa crítica existente para avanzar
por la vía sustitutiva (y pese al dinamismo exportador de determinados produc-
tos). En otras palabras, la política pública alentó el crecimiento de ambas indus-
trias pero no fue capaz de lograr una mayor integración del tejido manufacturero
y grados crecientes de autonomía nacional en actividades con un potencial para
nada desdeñable en términos de dinamización de encadenamientos productivos,
creación de empleos (mayoritariamente calificados) y difusión del conocimiento
científico-tecnológico.
En otros casos, como en el de la industria del cuero y sus derivados (calzado
y marroquinería), la intervención estatal procuró la sustitución de importaciones,
pero a costa de afianzar un perfil de especialización regresivo a base de bienes
que resultan real o potencialmente competitivos de los que se elaboran en países
cuya principal ventaja “competitiva” radica en niveles salariales ínfimos. Este
sesgo del funcionamiento de esta rama fabril se vincula con dos factores concu-
rrentes. Por un lado, con el hecho de que la apuesta sustitutiva quedó “presa” de
la necesidad de resolver algunos problemas macroeconómicos a corto (y muy
corto) plazo, como el de evitar la irrupción de un escenario de restricción externa,
antes que enmarcarse en una estrategia de desarrollo sectorial de mediano y largo
alcance. Por otro lado, con el peculiar manejo que se realizó de los derechos y los
reintegros de exportación que, en un contexto internacional favorable, terminó
incentivando ventas externas de cuero con escaso o nulo procesamiento y, en el
nivel interno, la emergencia de restricciones importantes en el abastecimiento de
materia prima, de allí la búsqueda de insumos alternativos (textiles, sintéticos,
etc.) y su correlato sobre la matriz productiva de la actividad.
Finalmente, en el caso de la industria textil y de indumentaria, vale señalar
que se trata de un sector que se expandió de modo considerable en la posconver-
tibilidad, pero asociado a la consolidación de un segmento informal muy grande,
con un rol destacado de micro, pequeñas y medianas unidades económicas, un
componente elevadísimo de trabajo precario, y cuya existencia y expansión son
cada vez más funcionales a la estrategia de acumulación de los actores predo-
minantes. Ello, en el cuadro de una ostensible segmentación de los mercados
de consumo y una fenomenal transferencia de ingresos a favor de los núcleos
productivos más concentrados (proveedores de insumos básicos y grandes marcas
de ropa) y de otros rubros económicos (comercial y financiero).

16 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
II. Del crecimiento al desarrollo:
la necesaria reindustrialización nacional

Retomando las preguntas que ordenaron las investigaciones que dieron lugar
a los trabajos que integran este libro, resulta posible afirmar que en la poscon-
vertibilidad la industria argentina ha atravesado una fase de crecimiento pero no
de desarrollo.
Si bien los tremendos legados del neoliberalismo imperante en el período
1976-2001 sobre el sector manufacturero doméstico no pueden ser revertidos “de
la noche a la mañana”, tampoco se debería soslayar que, a más de una década
del abandono de la convertibilidad, muchas de esas pesadas herencias, lejos de
haberse revertido, se han profundizado (en algunos casos con creces). Como se
desprende de las consideraciones que anteceden y de los distintos análisis que el
lector podrá encontrar en los estudios que aquí se compilan, el ciclo reciente
de crecimiento sin desarrollo se encuentra estrechamente relacionado con las
modalidades que asumió el funcionamiento estatal.
Al respecto, el “fomento industrial” de los últimos años puede ser dividido en
dos etapas. En la primera, que abarca desde 2002 hasta 2007/08, la “apuesta de
fondo” de las autoridades gubernamentales pasó por el sostenimiento de un tipo
de cambio elevado, casi sin políticas industriales activas y coordinadas (los pocos
instrumentos que se aplicaron, muchos de ellos concebidos e implementados en
el decenio de 1990, favorecieron fundamentalmente a las empresas líderes y,
por ende, reforzaron en sus aspectos esenciales el statu quo heredado en lo que
respecta al perfil de especialización, la inserción internacional, la fisonomía del
poder económico, etc.). La segunda etapa es contemporánea con el paulatino
agotamiento del “dólar alto” y la irrupción de la crisis mundial a mediados de
2008: desde entonces y hasta el presente, se ha venido recurriendo a algunas
medidas “novedosas” (como, por ejemplo, las restricciones a las importacio-
nes, diversos aumentos de aranceles, la búsqueda por redireccionar proyectos de
inversión a la esfera productiva, etc.); pero, en general, las mismas han quedado
subordinadas a la decisión de hacer prevalecer en la coyuntura ciertos equilibrios
macroeconómicos. En consecuencia, más allá de sus diferencias en cuanto a los
lineamientos privilegiados, las dos etapas reconocen un denominador común: la
ausencia de una estrategia y un plan de desarrollo industrial3.
En ese contexto, si a lo que se aspira es a que el crecimiento manufacturero se
transforme en un proceso de desarrollo sectorial sostenido y sustentable, es cada
vez más evidente que se requiere una redefinición del “estilo de industrialización”

3 Durante el gobierno de Kirchner y en los de su sucesora, el señalado accionar gubernamental


se desplegó en consonancia con una política de ingresos que buscó recomponer con criterio
redistributivo los ingresos de los sectores populares en general, y de los trabajadores en par-
ticular (sobre todo, de los asalariados registrados). Y, por esa vía, servir como mecanismo de
incentivo de la propia producción fabril.

Martín Schorr (coordinador) 17


y de las políticas de fomento. Ahora bien, ello supone como requisito previo el
contar con un diagnóstico pormenorizado sobre la situación y las perspectivas
de la industria local y de las diferentes ramas que la conforman, así como sobre
la ostensible heterogeneidad estructural que se manifiesta en los planos inter e
intrasectorial; elementos indispensables, a su vez, para el necesario debate social
sobre las formas que debería asumir una reindustrialización nacional genuina (y
no acotada). Este libro pretende aportar algunos elementos a tales efectos.

Buenos Aires, mayo de 2013

18 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
1 Un análisis a partir de las grandes firmas *
/ Dinámica externa de la economía argentina.
1

Pablo Manzanelli y Martín Schorr

I. Introducción

L
a megadevaluación de la moneda argentina en el año 2002 constituyó
un punto de inflexión en la historia económica del país. A partir de allí
se alteraron muchos de los basamentos fundamentales sobre los que se
sostuvo el modelo de acumulación instaurado por la última dictadura militar
(1976-1983) y que, con sus matices, prevaleció y se profundizó durante los su-
cesivos gobiernos democráticos hasta su debacle a fines de 2001. Además de un
crecimiento exponencial del endeudamiento externo y el desmantelamiento de la
dinámica de sustitución de importaciones, dicho modelo, que ha sido denominado
como de “valorización financiera”, conllevó, entre sus múltiples implicancias
deletéreas, una profunda desindustrialización con eje en una reestructuración
regresiva del entramado fabril y un intenso proceso de concentración y centrali-
zación del capital (Basualdo, 2006 y Nochteff, 1999). Todo ello como resultado
de la implementación de un vasto conjunto de políticas neoliberales (liberali-
zación comercial y financiera, “desregulación” de una amplia gama de merca-
dos, privatización de empresas públicas, regímenes especiales de privilegio para
ciertos sectores del poder económico, etc.). En la década de 1990 estas políticas
se complementaron y reforzaron con la conversión fija entre el peso y el dólar
estadounidense a la relación 1 a 1 (plan de convertibilidad).
Tras cuatro años consecutivos de recesión, la muy regresiva salida del régi-
men convertible, cristalizada en la sanción de la Ley Nº 25.561 de “emergencia
pública y reforma del régimen cambiario”, derivó en un salto de significación del

1* En este trabajo se recuperan y amplían los desarrollos analíticos de un estudio previo de los
autores que fue publicado en Ensayos de Economía, Nº 41, Medellín, 2012.

19
tipo de cambio2. De allí en más, esta variable tendió a ubicarse en niveles reales
superiores a los vigentes durante la convertibilidad, alterando la estructura de
precios y rentabilidades relativas, y desplazando el eje de la acumulación princi-
palmente hacia los sectores productores de bienes transables (Azpiazu y Schorr,
2010a; CENDA, 2010; Schorr, Manzanelli y Basualdo, 2012; Wainer, 2011).
A raíz de esto, se produjeron transformaciones significativas en la dinámica
de diversas variables macroeconómicas. Una de ellas es la balanza comercial. La
elevación del tipo de cambio real encareció las importaciones y tornó más “com-
petitivas” las exportaciones, dando lugar, después de varios años de acentuados
déficits comerciales, a un resultado positivo de las cuentas externas, lo que, a
su vez, sirvió de sostén decisivo a uno de los pilares del llamado “modelo de la
posconvertibilidad”: el superávit en la cuenta corriente3.
Al respecto, los datos aportados por el Cuadro Nº 1 permiten comprobar que
entre 2002 y 2010 el excedente comercial alcanzó un promedio anual de 13.480
millones de dólares, contrastando con el déficit anual de 1.378 millones de dólares
de la convertibilidad (1993-2001). Las diferencias entre uno y otro período son
por demás elocuentes. Durante el decenio de 1990, la convergencia temporal del
retraso cambiario y la acentuada apertura comercial acarrearon un cuadro crítico
en materia de saldos comerciales externos, incluso en un contexto signado por
una evolución positiva de las exportaciones. En ese marco, la elevada propensión
importadora de bienes fue desplazando a la producción interna y destruyendo
o debilitando en forma considerable a ramas enteras del tejido industrial, con-
solidando a los sectores que, de acuerdo al neoconservadorismo hegemónico
en esos años, eran (y son) expresión de “eficiencia” en una economía como la
argentina. Es decir, a aquéllos asociados al aprovechamiento de ventajas com-
parativas estáticas y/o institucionales de privilegio y con un peso preponderante
de capitales oligopólicos: agroindustria, acero, aluminio y otros commodities del
sector fabril, armaduría automotriz, petróleo y minería, entre los rubros princi-
pales. A su vez, esto trajo aparejados dos efectos convergentes. Por un lado, en
el plano empresarial, se fortalecieron aún más las tendencias a la concentración
económica impulsadas por el programa de reformas neoliberales en curso, con
el consecuente mayor debilitamiento de los segmentos empresarios de menores
dimensiones. Por otro lado, en términos estructurales, se profundizó el proceso de

2 La implosión de la convertibilidad fue traumática y sumamente regresiva, a tal punto que en


los inicios de 2002, devaluación e inflación mediante, el nivel del salario real declinó alrededor
del 30%, en un escenario en el que cerca del 40% de la población económicamente activa se
encontraba desocupada o subocupada, y la pobreza y la indigencia alcanzaban en los principales
aglomerados urbanos a casi el 55% y el 25% de las personas, respectivamente (datos extraídos
de http://www.indec.gov.ar/, consultado el 23/3/2012).
3 De acuerdo a la estimación oficial de la balanza de pagos, bajo la vigencia del régimen de caja
de conversión la cuenta corriente fue sistemáticamente deficitaria, mientras que en 2002-2010
arrojó resultados excedentarios (información disponible en http://www.indec.gov.ar/, consultado
el 25/10/2012).

20 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
reprimarización iniciado a mediados de la década de 1970 y una inserción pasiva
y subordinada en la división internacional del trabajo, al tiempo que se agudizó
sobremanera el rezago histórico de la industria de bienes de capital y de muchos
de los segmentos fabriles más complejos, con el consiguiente agravamiento del
cuadro de dependencia tecnológica característico del país (Azpiazu y Nochteff,
1994; Katz, 2000; Kosacoff, 2000; Schorr, 2004).

Cuadro Nº 1. Evolución del Producto Bruto Interno (PBI) y el Valor Bruto de Pro-
ducción (VBP) a precios constantes, de las exportaciones, las importaciones, el
saldo comercial y los términos del intercambio, y del peso de las exportaciones
y las importaciones en el VBP, 1993-2010 (índice base 2001=100, millones
de dólares y porcentajes).

Términos
PBI VBP Expor- Impor- Saldo Expo/ Impo/
del inter-
  real real taciones taciones comercial VBP VBP
cambio
(índice base 2001=100) (mill.U$S) (%)
1993 89,6 89,0 49,4 82,6 94,9 -3.666 3,4 4,4
1994 94,8 95,1 59,7 106,3 96,0 -5.751 3,8 5,2
1995 92,1 92,4 79,0 99,0 96,1 841 5,0 4,8
1996 97,2 97,5 89,7 116,9 103,7 49 5,4 5,4
1997 105,1 105,6 99,6 149,9 102,9 -4.020 5,6 6,4
1998 109,1 109,9 99,6 154,4 97,1 -4.944 5,5 6,5
1999 105,4 106,1 87,8 125,5 91,5 -2.199 5,2 5,7
2000 104,6 105,2 99,2 124,4 100,6 1.061 5,8 5,6
2001 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 6.223 6,2 4,7
2002 89,1 89,2 96,6 44,2 99,6 16.661 15,5 5,4
2003 97,0 93,3 112,8 68,2 108,9 16.088 13,1 6,1
2004 105,7 102,4 130,3 110,5 110,3 12.130 13,1 8,5
2005 115,4 116,6 152,2 141,2 108,0 11.700 13,2 9,3
2006 125,2 127,3 175,4 168,1 114,6 12.393 12,6 9,3
2007 136,1 138,2 210,9 220,0 119,9 11.273 12,7 10,2
2008 145,2 146,6 263,8 282,8 133,6 12.557 13,9 11,4
2009 146,5 148,7 209,7 190,9 133,5 16.886 11,1 7,7
2010 159,9 162,3 256,7 278,1 133,2 11.632 11,3 9,4
Prom.93-01 99,8 100,1 84,9 117,7 98,1 -1.378 5,2 5,5
Prom.02-10 124,5 125,0 178,7 167,1 118,0 13.480 12,6 9,0

Fuente: Elaboración propia en base a información del INDEC.

Semejantes legados críticos son de suma importancia al momento de interpre-


tar la dinámica del sector externo durante la posconvertibilidad. En el marco del
acentuado crecimiento del producto bruto interno y con términos del intercam-
bio favorables, las exportaciones se incrementaron considerablemente (165,6%

Martín Schorr (coordinador) 21


entre 2002 y 2010), pero casi sin modificaciones en su perfil sectorial. En otras
palabras, no hubo cambio estructural que permitiera modificar la inserción de
la economía argentina en las relaciones económicas internacionales (Azpiazu y
Schorr, 2008; Bianco, Porta y Vismara, 2007; Fernández Bugna y Porta, 2008; y
el trabajo de Schorr y Wainer en este libro). Por su parte, las importaciones hicie-
ron lo propio pero con un ritmo de crecimiento mucho más acelerado (528,5%
en el horizonte temporal aludido)4.
Se trata de un crecimiento de la actividad económica doméstica sostenido,
entre otros factores, por las exportaciones netas, pero que a un cierto nivel del
producto bruto genera una demanda interna de importaciones sumamente acen-
tuada. En este sentido, resulta ilustrativo que en un escenario de creciente apertura
comercial en relación con los registros prevalecientes en el decenio de 1990, el
coeficiente de exportación (exportaciones sobre valor bruto de producción) pasó
del 13,1% al 11,3% entre 2003 y 2010, mientras que el coeficiente de importación
(importaciones sobre valor bruto de producción) ascendió del 6,1% al 9,4% en
el mismo período (con un pico en 2008, previo a las primeras manifestaciones
de la crisis internacional en el ámbito interno –Arceo, 2011–)5.
Ello es consecuencia del señalado proceso de reestructuración regresiva del
entramado fabril al cabo del período 1976-2001, puesto que la oferta local no
logra cubrir los incrementos de la demanda derivados del crecimiento de la acti-
vidad; esto, por la fuerte dependencia de insumos, bienes de capital y diversos
bienes de consumo importados. Pero lo antedicho también pone en evidencia
que el “dólar alto” como variable que jerarquiza el comportamiento económico,
no parece haberse constituido en un aliciente suficiente como para garantizar
un proceso sustitutivo de significación (Herrera y Tavosnanska, 2011; Wainer
y Schorr, 2012).
En ese estado de situación general en materia de posicionamiento comercial
externo de la Argentina se inscribe este trabajo, que pretende brindar algunos ele-
mentos de juicio para la caracterización del perfil de especialización e inserción
internacional del país en la posconvertibilidad a partir del análisis de las grandes
empresas con operatoria en el medio local. Se trata de una perspectiva que se
considera relevante no sólo por el ostensible poder económico de estos capitales
a raíz de lo sucedido durante el “modelo de valorización financiera”, sino también
porque de una investigación previa surge el rol protagónico que los mismos han
tenido en la importante fase de crecimiento experimentada en los últimos años,

4 En 2002 los requerimientos de importaciones cayeron drásticamente, más del 55%, por efecto
de la crisis socio-económica (en dicho año el PBI total disminuyó casi el 11%, lo mismo que
el correspondiente al sector manufacturero). De considerar el período 2003-2010, las exporta-
ciones se expandieron alrededor del 128% y las importaciones del 308%.
5 Como se infiere del Cuadro Nº 1, el grado de apertura total de la economía argentina (exporta-
ciones más importaciones sobre el valor bruto de producción) pasó de un promedio del 10,7%
en 1993-2001 a uno del 21,6% en 2002-2010.

22 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
de allí uno de sus aspectos distintivos: la creciente concentración económica
(Azpiazu, Manzanelli y Schorr, 2011). En consecuencia, el focalizar la indagación
en las firmas líderes es clave para avizorar posibles senderos evolutivos de la
economía nacional, al tiempo que arroja luz sobre algunas peculiaridades de un
planteo económico, como el vigente, en el que se suele resaltar la importancia de
la “salida exportadora” como uno de los vectores dinamizadores y organizadores
de un “modelo de acumulación con inclusión social”.
Específicamente se apunta a cuantificar la gravitación de la cúpula empresaria
en las variables del comercio exterior del país, así como a evaluar el desempeño
estructural de las diferentes compañías que la integran atendiendo a su inser-
ción sectorial, su vinculación con el mercado mundial y los capitales que las
controlan6. En las conclusiones se recuperan los distintos desarrollos previos
con el propósito de reflexionar críticamente sobre las formas de inserción de la
Argentina en la división internacional del trabajo.

II. La cúpula empresaria en el comercio exterior de la Argentina

La importancia que han asumido las ventas al exterior en el escenario macroe­


conómico de la posconvertibilidad invita a reflexionar acerca de cuáles son los
actores que han impulsado tal comportamiento o, desde otra mirada, quiénes
son los beneficiarios subyacentes de la muy buena performance que ha exhibido
la dinámica exportadora tras la implosión del régimen de conversión fija. En
tal sentido, en línea con algunas de las conclusiones de Azpiazu, Manzanelli y
Schorr (2011), se parte del reconocimiento de que la lógica de acumulación y
reproducción ampliada del capital de muchas de las grandes firmas tiene como
una de sus premisas principales la colocación de sus productos en los mercados
externos. De allí que asuma una importancia no desdeñable la indagación del
grado de concentración de las exportaciones o, en otros términos, examinar la
evolución del peso relativo de las doscientas compañías de mayores dimensiones
del país en las ventas externas totales.

6 En este estudio se utilizan indistintamente los conceptos de cúpula empresaria y de elite em-
presaria. En términos operacionales, este universo está conformado por las doscientas firmas
de mayor facturación anual que se desempeñan en los distintos sectores de la actividad eco-
nómica (con la excepción del financiero y el agropecuario –salvo aquellas compañías que se
dedican a la comercialización de granos, que sí están incluidas en el panel–). La elaboración
de la mencionada base de datos supone un arduo proceso de sistematización de información
básica. En una primera instancia se trabaja con datos procedentes de los balances empresarios,
los que, en una segunda etapa, son complementados a partir del uso y la compatibilización de
fuentes diversas y heterogéneas como las revistas Mercado y Prensa Económica, la Comisión
Nacional de Valores y los sistemas Nosis y Economática. En el Anexo se pueden consultar las
firmas que integran el ranking en 2001 y 2010.

Martín Schorr (coordinador) 23


Al respecto, los datos aportados por el Gráfico Nº 1 demuestran que, más allá
de ciertas oscilaciones coyunturales, los niveles de participación de la cúpula
empresaria resultan ser por demás significativos (en 2010 el 71,7% de las expor-
taciones de la Argentina fue realizado por este segmento del poder económico
doméstico). Y denotan un incremento relevante vis-à-vis los años de vigencia
de la convertibilidad (en 1991 la señalada gravitación fue del 50,1% y en 2001
del 64,2%).

Gráfico N° 1. Participación de las exportaciones de la cúpula empresaria (de las


doscientas, las cien, las segundas cincuenta y las primeras cincuenta firmas
de mayores ventas) en las exportaciones totales del país, 1991-2010 (por-
Gráfico Nº 1.Participación de las exportaciones de la cúpula empresaria (de las
centajes).
200, las 100, las segundas 50 y las primeras 50 firmas de mayores ventas) en las
exportaciones totales del país, 1991-2010 (porcentajes).
90
Primeras cincuenta
Segundas cincuenta 78,5
80 Segundas cien
Cúpula empresaria (las 200) 71,7
70 64,2
62,1
59,1
60
50,1
Porcentaje

50
41,4
40

30 27,0

20
12,4 13,6
8,4 7,4
10
9,2 7,9 5,1
0
1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010

Fuente: elaboración propia en base a información del Área de Economía y Tecnología de la


Fuente: Elaboración propia en base a información dely Área
FLACSO de Economía y Tecnología de la FLACSO
del INDEC.
y del INDEC.

Tales tendencias adquieren una dimensión todavía más relevante cuando se


comprueba que apenas medio centenar de corporaciones asume un papel determi-
nante en esa creciente ponderación. A pesar de tratarse de las cincuenta principa-
les empresas del medio local en orden a su facturación anual y no por la magnitud
de sus exportaciones, su participación en el período 2002-2010 se ubica en torno
del 50-60% de las ventas externas del país, lo cual supone un crecimiento consi-
derable en referencia a los registros prevalecientes en la década de 1990. Basta
con mencionar que en 1991 las cincuenta mayores firmas de la cúpula explicaron
el 27,0% de las exportaciones totales, en 2001 el 41,4%, mientras que en 2010

24 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
aportaron el 59,1%7. Ello contrasta con los otros estratos de la elite empresaria,
los que vieron caer su peso relativo en las ventas externas: las segundas cincuenta
firmas pasaron de explicar el 10,7% en 1991 al 5,1% en 2010 (13,6% en 2001);
por su parte, las segundas cien compañías redujeron su incidencia del 12,4% en
1991 al 7,4% en 2010 (9,2% en 2001).
De modo que es el núcleo duro de la elite empresaria el que ha tenido un
rol decisivo en el “boom exportador” que experimentó la economía argentina
en la posconvertibilidad y, en ese marco, ha sido central en el sostenimiento del
superávit comercial y de cuenta corriente8. No sólo se trata de un número muy
limitado de grandes firmas que han incrementado su predominio económico,
sino que devienen en los actores centrales y decisivos en cuanto a la generación
de divisas por la vía del comercio exterior, con el consecuente incremento en su
capacidad de veto sobre el diseño de políticas públicas.
En referencia a estas cuestiones, en el Cuadro Nº 2 se puede visualizar la
evolución de la balanza comercial de la Argentina, la de los diferentes estamentos
de la cúpula y la correspondiente al “resto de la economía” para el período com-
prendido entre 2001 y 2010.

Cuadro Nº 2. Evolución del saldo comercial de la cúpula empresaria (de las


primeras cincuenta, segundas cincuenta y segundas cien), del total del país y
del resto de la economía, 2001-2010 (millones de dólares corrientes).

Cúpula Resto de la
Total país Primeras Segundas Segundas
  empresaria economía
(1) 50 50 100
(2) (1) - (2)
2001 6.223 10.712 7.880 2.141 691 -4.488
2002 16.661 14.915 12.024 1.678 1.213 1.746
2003 16.088 17.784 15.675 1.092 1.017 -1.696
2004 12.130 16.546 14.232 1.814 501 -4.416
2005 11.700 18.983 16.935 1.588 459 -7.283
2006 12.393 20.703 17.317 3.372 14 -8.310
2007 11.273 22.296 21.123 3.081 -1.909 -11.023
2008 12.557 33.779 27.714 5.019 1.047 -21.222
2009 16.886 27.111 22.500 2.991 1.619 -10.225
2010 11.632 31.734 29.458 811 1.465 -20.102

Fuente: Elaboración propia en base a información del Área de Economía y Tecnología de la FLACSO
y del INDEC.

7 Acotando aún más el nivel de análisis, cabe apuntar que en 2010 las diez empresas de mayor
envergadura dieron cuenta del 26,9% de las exportaciones de la Argentina.
8 Entre 2001 y 2010 las exportaciones totales del país se incrementaron en algo más de 41.500
millones de dólares. Más del 70% de dicho aumento fue impulsado por las mayores ventas
externas de las cincuenta empresas líderes.

Martín Schorr (coordinador) 25


Desde esta perspectiva se corrobora que en la posconvertibilidad la cúpula
registró saldos comerciales fuertemente superavitarios, mientras que el “resto de
la economía” operó con déficits pronunciados. Tales heterogeneidades sugieren
que el perfil estructural y de especialización de muchas de las firmas de la elite
contrasta marcadamente con el de los restantes segmentos empresariales, que en
su mayoría presentan una debilidad manifiesta. Entre otras cosas, ésta se asocia a
las propias características de la reestructuración económico-industrial del período
1976-2001 y a ciertos sesgos del planteo económico desplegado en los últimos
años. Y, adicionalmente, al hecho de que estos actores desarrollan sus activida-
des en rubros mucho más expuestos a la competencia de productos importados,
presentan diversas dificultades estructurales para sustituir insumos y bienes de
capital importados por similares de origen doméstico y/o para exportar. En dicho
escenario, deben hacer frente a variados, complejos y, por lo general, adversos
“factores de contexto interno” (institucionales, normativos, financieros, etc.) en
contextos de apertura económica como los que caracterizan a la actual fase del
capitalismo a escala global.
De la información proporcionada por el cuadro de referencia también se des-
prende la existencia de discrepancias dentro de la propia elite empresaria y, en ese
marco, sobresale el lugar determinante que en el exitoso desempeño comercial
externo agregado le corresponde al núcleo duro conformado por las cincuenta fir-
mas de mayor envergadura: en 2010 el excedente comercial de este subconjunto
de corporaciones líderes representó aproximadamente el 93% del superávit del
conjunto de la cúpula. Entre otros factores, la vigencia de un “dólar alto” (hasta
2007/08), la presencia de un escenario mundial favorable (por demanda y precios)
y la prevalencia de bajos costos laborales en términos internacionales, indujeron
a que ese selecto grupo de capitales oligopólicos se haya fortalecido, en muchos
casos, como sólidas plataformas exportadoras. Pero no se debe pasar por alto que
otras firmas han desplazado del panel de las cincuenta de más ventas a empresas
de naturaleza eminentemente mercado-internista y se han incorporado al mismo
por la propia dinámica de sus exportaciones.
Esto puede constatarse al jerarquizar el panel de las cincuenta compañías de
mayor facturación anual según sean “estables”, “incorporaciones” o “desvincula-
ciones” de ese núcleo duro de la elite empresaria local en los años 2001 y 2010.
En tal sentido, el elenco “estable” está compuesto por aquellas firmas que se
mantuvieron en ambos años dentro del ranking de las primeras cincuenta empre-
sas del país. Por su parte, las “incorporaciones” pueden estar conformadas por
“nacimientos” de compañías, por crecimiento de las ventas (sea que estuvieran
previamente en el panel de las doscientas de mayores ventas anuales o no) y/o
por reestructuración de empresas existentes. Finalmente, las “desvinculaciones”
podrían tener lugar ante la disminución en la facturación anual de las firmas,
cierres, absorciones, etc.

26 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
A partir de estas consideraciones, del Cuadro Nº 3 resulta posible extraer
algunas conclusiones relevantes en cuanto al grado y las formas de inserción en el
mercado mundial de las principales compañías oligopólicas que se desenvuelven
en el ámbito local en el transcurso de la posconvertibilidad.

Cuadro Nº 3. Peso relativo de las cincuenta firmas de mayores ventas del país en
las ventas y las exportaciones de la cúpula empresaria, coeficiente exportador*
y saldo comercial en dólares corrientes, según condición de permanencia,
2001-2010 (porcentajes y millones de dólares).

2001 2010
Coef. Coef.
% % % %
expo. Saldo expo. Saldo
ventas expo ventas expo
(%) (%)
Panel de las 50
62,3 64,5 18,1 7.880 62,7 82,4 38,7 29.458
principales empresas
Estables 2001 y 2010 40,8 57,3 24,5 7.302 43,3 58,7 39,9 22.430
YPF 8,4 10,4 21,7 1.640 6,8 3,8 16,4 1.626
Cargill 2,9 8,6 52,6 1.410 3,0 8,7 85,5 4.188
Volkswagen Argentina 0,7 1,8 47,7 -42 2,2 3,3 45,2 119
Aceitera General Deheza 1,2 4,9 70,8 818 1,8 4,7 79,0 2.307
Bunge Argentina 0,9 4,7 93,2 805 1,8 6,9 99,8 3.343
Louis Dreyfus (LDC) 1,0 5,6 94,5 956 1,7 5,5 93,2 2.660
Molinos Río de la Plata 0,6 0,9 23,3 116 1,6 3,7 66,1 1.739
Carrefour Argentina 1,7 0,0 0,0 -28 1,6 0,0 0,0 0
Claro (ex CTI) 0,6 0,0 0,0 -47 1,6 0,0 0,0 0
Shell 2,4 0,9 6,4 44 1,6 0,6 11,0 -363
Ford 1,0 3,1 54,9 213 1,5 2,4 46,1 219
Pan American Energy 0,8 1,4 31,3 227 1,5 4,1 80,0 1.980
Siderar 0,8 1,7 38,4 168 1,5 0,5 9,4 -400
Esso 1,2 0,8 11,1 -138 1,5 1,4 27,6 565
Peugeot-Citroën 0,8 1,5 35,7 -11 1,3 1,7 37,7 326
Renault Argentina 0,6 0,4 12,5 -127 1,2 1,0 26,1 -421
Vicentín 0,6 2,9 83,1 499 1,0 3,1 89,9 1.531
Osde 1,1 0,0 0,0 0 1,0 0,0 0,0 0
Telefónica de Argentina 2,6 0,0 0,0 -76 1,0 0,0 0,0 -12
Supermercados Coto 1,7 0,1 0,9 -67 1,0 0,0 0,0 -45
Asoc. de Coop. Argentinas 1,2 1,4 21,3 220 0,9 1,9 61,9 869
Unilever 1,0 0,3 5,9 -1 0,9 0,6 21,1 175
Siderca 1,5 2,7 31,2 349 0,9 1,8 62,5 784
Nidera 0,7 2,5 63,5 397 0,8 2,6 92,1 1.154
Telecom Argentina 2,3 0,0 0,0 -39 0,8 0,0 0,0 -25
Cervecería Quilmes 0,8 0,1 1,6 -8 0,8 0,1 5,0 33

Martín Schorr (coordinador) 27


Importadora y Exportadora
0,6 0,0 0,0 -9 0,7 0,1 4,2 40
Patagonia
Wal Mart 0,6 0,0 0,0 -21 0,7 0,0 0,0 -51
Mastellone Hnos. 0,7 0,4 10,6 55 0,7 0,2 8,3 86
Incorporaciones
- - - - 19,4 23,7 36,0 7.028
2001 y 2010
Petrobras Argentina - - - - 2,2 0,9 11,2 224
Telefónica Moviles
- - - - 1,7 0,0 0,0 -288
Argentina (Movistar)
Toyota Argentina - - - - 1,4 2,7 57,8 783
General Motors de Arg. - - - - 1,3 1,6 37,1 -48
Fiat Auto - - - - 1,1 2,0 54,5 126
Dow Argentina - - - - 1,0 1,2 36,2 502
Minera Alumbrera - - - - 0,9 2,9 94,8 1.211
Minera Argentina Gold - - - - 0,9 2,7 92,1 1.268
Aerolíneas Argentinas - - - - 0,8 0,0 0,0 0
Pampa Energia - - - - 0,8 0,0 0,0 0
Garbarino - - - - 0,7 0,0 0,0 -58
Energía Argentina (Enarsa) - - - - 0,7 0,0 0,0 -415
Adm Argentina - - - - 0,7 2,3 96,9 1.146
Agric. Federados Arg. - - - - 0,7 0,5 19,3 226
Mercedes Benz - - - - 0,7 0,7 30,6 -325
Cablevisión - - - - 0,7 0,0 0,0 -36
Acindar - - - - 0,7 0,3 14,1 -73
Noble - - - - 0,6 2,2 99,4 1.070
Alfred Toepfer - - - - 0,6 2,3 99,2 1.138
Aluar - - - - 0,6 1,3 57,6 490
Ind. Metalúrgicas
- - - - 0,6 0,2 8,6 87
Pescarmona SA
Desvinculaciones
21,5 7,3 5,9 577 - - - -
2001 y 2010
Supermercados Norte 2,3 0,0 0,0 -20 - - - -
Supermercados Disco 2,0 0,0 0,0 -30 - - - -
Perez Companc 1,7 2,1 21,6 356 - - - -
Lotería Nacional 1,6 0,0 0,0 0 - - - -
Sistema Coca Cola 1,5 0,1 0,7 -21 - - - -
Arcor 1,1 1,0 15,2 107 - - - -
Sancor 1,0 0,5 8,4 73 - - - -
Sideco Americana 1,0 0,0 0,0 0 - - - -
Droguería del Sud 1,0 0,0 0,0 0 - - - -
Edesur 0,9 0,0 0,0 -10 - - - -
Edenor 0,9 0,0 0,0 -10 - - - -
Movicom (CRM) 0,9 0,0 0,0 -55 - - - -
Telecom Personal 0,8 0,0 0,0 -53 - - - -
Cencosud (Jumbo) 0,8 0,0 0,0 -33 - - - -

28 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
Metrogas 0,7 0,0 0,0 -27 - - - -
Telefónica Comunicaciones
0,7 0,0 0,0 -36 - - - -
Personales
Chevron San Jorge 0,6 3,2 87,9 532 - - - -
Monsanto 0,6 0,3 8,6 -189 - - - -
Aysa (ex Aguas Argentinas) 0,6 0,0 0,0 -2 - - - -
Transportadora de Gas
0,6 0,2 7,7 29 - - - -
del Sur
Supermercados Libertad 0,6 0,0 0,0 -32 - - - -

* Medido por la participación porcentual de las exportaciones en las ventas totales de las firmas.

Fuente: Elaboración propia en base a información del Área de Economía y Tecnología de la


Flacso.

En primer lugar, vale destacar que entre 2001 y 2010 la participación de las
cincuenta empresas más grandes en las exportaciones totales de la cúpula se
incrementó de manera notable (cerca de 18 puntos porcentuales), lo mismo que el
coeficiente medio de exportación, que pasó del 18,1% al 38,7%. En la explicación
de estas tendencias concurren básicamente dos procesos:

• la reorientación de las ventas de algunas de las compañías “estables” hacia los


mercados internacionales y la consolidación de otras como firmas netamente
exportadoras. Ello se ve reflejado en un aumento del coeficiente exportador
promedio que pasó del 24,5% en 2001 a casi el 40% en 2010, lo cual trajo
aparejado un ligero incremento en la participación de las exportaciones del
elenco “estable” en las de la cúpula (crecimiento de 1,5 puntos porcentuales).
Entre las firmas que explican este comportamiento resaltan varios oligopolios
prominentes de los sectores agropecuario y agroindustrial (Cargill, Aceitera
General Deheza, Bunge, Molinos Río de la Plata, Vicentín, Asociación de
Cooperativas Argentinas y Nidera), tres líderes del mercado petrolero (Pan
American Energy, Esso y Shell), una de las empresas más relevantes del
holding Techint (la siderúrgica Siderca), Unilever (diversos productos quími-
cos) y las automotrices Renault y Peugeot-Citroën; y
• fundamentalmente, el desplazamiento de compañías con una dinámica de
acumulación de neto corte mercado-internista9, por otras más orientadas hacia
los mercados externos. De allí que el coeficiente medio de exportación de las
“desvinculadas” en 2001 alcanzó el 5,9% y sus ventas externas representaron
el 7,3% de las totales de la cúpula, mientras que el coeficiente de las “incor-
poradas” ascendió en 2010 al 36,0%, al tiempo que su gravitación en los
montos globales exportados por la elite empresaria se aproximó al 24%. Se

9 Tales los casos de varias cadenas de comercio minorista (Norte, Disco, Jumbo y Libertad) y de
diversas prestatarias privadas de servicios públicos (Edesur, Edenor, Metrogas, Aguas Argen-
tinas y Transportadora de Gas del Sur).

Martín Schorr (coordinador) 29


trata de firmas ampliamente favorecidas por las transferencias intersectoriales
del ingreso resultantes de la “salida devaluatoria” de la convertibilidad y/o
por mercados externos en franca expansión como, entre otras, las mineras
Alumbrera y Argentina Gold, las automotrices Toyota, Fiat y General Motors,
la química Dow, el monopolio elaborador de aluminio (Aluar) y las comercia-
lizadoras de productos agropecuarios ADM, Alfred Toepfer y Noble10.

En segundo lugar, y como complemento, reviste interés focalizar el análisis


en los saldos del comercio exterior. Desde este encuadre sobresale el hecho de
que entre 2001 y 2010 el superávit agregado de las cincuenta compañías más
grandes del país pasó de 7.880 a 29.458 millones de dólares (se trata de un incre-
mento absoluto que cuadriplicó al que experimentó el excedente comercial del
conjunto de la economía nacional entre los años aludidos –ver Cuadro Nº 2–).
En la explicación de este notable salto de nivel asumen un rol clave los mayores
saldos positivos de gran parte de las firmas “estables”11, así como el resultado neto
asociado al ingreso al panel de firmas con excedentes importantes, fundamental-
mente por efecto de su ostensible propensión exportadora, y la desvinculación
de compañías con registros reducidos o con saldos deficitarios dado su señalado
mayor sesgo mercado-internista.
Por otra parte, resulta interesante reparar en la situación en el año 2010,
porque permite delimitar tres tipologías en lo que respecta a la situación de las
firmas que integran el núcleo duro de la cúpula en materia de resultados comer-
ciales externos:

• empresas con saldos superavitarios sumamente pronunciados: en línea con


el comportamiento de los precios y las rentabilidades relativas en la poscon-
vertibilidad, la evolución de los mercados internacionales para muchos de los
productos exportados por países como la Argentina y la ausencia de cambio

10 Las evidencias disponibles indican que en los casos de Alumbrera, Argentina Gold, ADM,
Alfred Toepfer y Noble los respectivos montos de exportaciones correspondientes a 2010 se
ubicaron por encima del 90% de la facturación total, mientras que en los de Aluar, Toyota y
Fiat superaron el umbral del 50% y en los de Dow y General Motors se ubicaron en aproxima-
damente el 40%.
11 Como surge del Cuadro Nº 3, en la etapa bajo estudio la mayoría de las firmas del “elenco
estable” mejoró su posicionamiento comercial externo. Entre las pocas excepciones a esta ten-
dencia resaltan los casos de YPF y Shell en el marco del peculiar comportamiento del mercado
hidrocarburífero argentino en la posconvertibilidad y las restricciones existentes en materia
energética (Barrera, 2012): en el primer caso se contrajo ligeramente el superávit, mientras
que en el segundo se pasó de una situación excedentaria a una deficitaria. En esta línea, cabe
aludir también a lo sucedido con la siderúrgica Siderar (su déficit en 2010 se vincula funda-
mentalmente con la compra en el exterior de mineral de hierro) y de Renault (cuyo desbalance
comercial se engrosó básicamente por efecto de las importaciones de partes y piezas en un
cuadro signado por la importante fase de crecimiento que atravesó el sector automotor en los
años recientes –Azpiazu y Schorr, 2010b–).

30 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
estructural en el perfil productivo-exportador, en esta categoría, que explica
cerca del 90% del abultado superávit comercial de las cincuenta firmas de
mayores dimensiones, sobresalen varias firmas agropecuarias y alimenticias12,
así como dos del sector hidrocarburífero (Pan American Energy e YPF) y otras
dos (Alumbrera y Argentina Gold) que se abocan a la minería metalífera a
partir del usufructo de un marco normativo sectorial de privilegio que data
del decenio de 1990, sigue vigente en la actualidad, combina estabilidad fis-
cal con una “sobreabundancia” de subvenciones de diverso tipo (sobre todo
impositivas) y ha sentado las bases para el despliegue de varios enclaves
exportadores (Basualdo, 2012);
• empresas que registraron excedentes comerciales, pero de mucha menor cuan-
tía que los anteriores: en este segmento quedan incluidas firmas de diversos
rubros de la actividad económica, tales como Siderca, Dow y Unilever, las
petroleras Esso y Petrobras, las automotrices Fiat, Ford, Peugeot-Citroën,
Toyota y Volkswagen, Aluar, Industrias Metalúrgicas Pescarmona y varias
comercializadoras y/o procesadoras de materias primas procedentes del sec-
tor agropecuario (Mastellone Hermanos, Agricultores Federados, Cervecería
Quilmes y Asociación de Cooperativas Argentinas); y
• empresas con saldos nulos o deficitarios: se trata de la categoría más
heterogénea en cuanto a la inserción sectorial de las compañías. Aquí con-
viven firmas que realizan importantes ventas al exterior pero que son muy
importadoras13, empresas que no exportan ni importan14 y otras que no realizan
ventas externas pero que, por diversas razones, son compradoras más o menos
significativas de distintas mercancías procedentes del extranjero15.

En definitiva, las evidencias analizadas hasta el momento permiten afirmar


que el considerable incremento que experimentaron las ventas externas de la
Argentina en la posconvertibilidad ha sido impulsado, en buena medida, por
las empresas que integran la cúpula del poder económico, específicamente por
su núcleo duro: las cincuenta firmas de mayores dimensiones, las que, de con-
junto, más que duplicaron su coeficiente exportador e incrementaron de manera
significativa su gravitación en las exportaciones totales. Estas corroboraciones

12 Tales los casos de Cargill, Bunge, Louis Dreyfus, Aceitera General Deheza, Molinos Río de la
Plata, Vicentín, Nidera, ADM, Alfred Toepfer y Noble.
13 Se trata de las automotrices Renault, Mercedes Benz y General Motors, las siderúrgicas Acindar
y Siderar y de Shell.
14 Tales los casos de una cadena de supermercados (Carrefour), una empresa de medicina prepaga
(Osde), una prestataria privada de los servicios de generación, transmisión y distribución de
electricidad (Pampa Energía) y la compañía de aeronavegación estatal (Aerolíneas Argentinas).
15 Aquí quedan incluidas dos compañías telefónicas (Telefónica y Telecom), una prestadora del
servicio de televisión por cable y rubros afines (Cablevisión), los supermercados Coto y Wal
Mart, la firma comercializadora de electrodomésticos Garbarino y la estatal Enarsa del rubro
energético.

Martín Schorr (coordinador) 31


reafirman las conclusiones de diversos trabajos, en los que se ha planteado que la
fase económica reciente puede ser catalogada como un ciclo expansivo asociado
a una creciente concentración económica (Azpiazu y Schorr, 2010a; Azpiazu,
Manzanelli y Schorr, 2011; Schorr, Manzanelli y Basualdo, 2012). Esta carac-
terización se ve reforzada si se considera que este segmento del gran capital no
sólo ha afianzado su predominio económico bajo el esquema económico que
ha sucedido a la convertibilidad, sino también su centralidad estructural y su
capacidad de coacción en el marco del funcionamiento de un capitalismo depen-
diente como el argentino. Ello, en la medida en que ha operado con abultados
superávits que han sostenido los excedentes en la materia verificados en el plano
macroeconómico y los déficits del “resto de la economía” en el contexto de un
proceso de sustitución de importaciones débil y acotado ante la casi total ausencia
de políticas industriales activas y coordinadas más allá del “dólar alto”. Todo
esto se vincula con la presencia destacada de muchas de estas corporaciones en
producciones estructuradas sobre la base del aprovechamiento de la constelación
local de recursos naturales y/o de algunos ámbitos de acumulación privilegiados
y potenciados por las políticas públicas16.

III. La trayectoria estructural de la elite empresaria

Para varias firmas de la cúpula empresaria local las exportaciones constitu-


yen un eje decisivo de su dinámica de acumulación y reproducción ampliada
del capital, el cual, como se analizó, se ha visto reforzado en el transcurso de
la posconvertibilidad. En ese marco, y considerando también el protagonismo
de estos actores en las exportaciones totales del país y en el financiamiento de
las cuentas externas, cobra especial interés examinar la evolución de la elite
prestando atención al comportamiento de las diferentes categorías o tipologías
que se pueden identificar en su interior según la relación de las firmas con los
mercados externos, el sector principal en el que desenvuelven sus actividades y
el origen de los accionistas.
Una primera aproximación es la que resulta de clasificar a las compañías en
función de su respectivo coeficiente de exportación anual (exportaciones sobre
ventas totales). Como resultado de ello, se delimitaron cuatro segmentos: las
empresas altamente exportadoras (aquellas cuyo coeficiente supera el 50%), las
de mediana-alta intensidad exportadora (su coeficiente oscila entre el 25% y el
50%), las de mediana-baja intensidad exportadora (con registros superiores al
0% e inferiores al 25%) y las no exportadoras.

16 En este último caso se destacan el sector minero (Basualdo, 2012) y el automotriz (CENDA,
2008), aunque también ciertos efectos del régimen de promoción de inversiones (Azpiazu,
2008).

32 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
Cuadro Nº 4. Distribución de las firmas, las ventas y las exportaciones de la cúpula empresaria según coeficientes de exportación,
1991-2010 (valores absolutos y porcentajes).

Coeficiente de Coeficiente de Coeficiente de


Coeficiente de
exportación mayor a exportación entre 25% exportación entre 0,1% Total
exportación de 0%
  50,1% y 50% y 24,9%
Cant. % Cant. % Cant. % Cant. % Cant. %
% expo % expo % expo % expo % expo

Martín Schorr (coordinador)


Emp. ventas Emp. ventas Emp. ventas Emp. ventas Emp. ventas
1993 20 8,3 52,3 14 4,4 12,0 77 43,2 35,7 89 44,1 0,0 200 100,0 100,0
1994 20 8,0 52,8 12 9,7 25,5 46 28,6 21,6 122 53,6 0,0 200 100,0 100,0
1995 24 10,0 51,0 20 18,1 35,6 61 28,5 13,4 95 43,5 0,0 200 100,0 100,0
1996 22 9,9 47,5 20 18,2 34,6 69 31,7 17,9 89 40,1 0,0 200 100,0 100,0
1997 24 10,6 46,0 18 18,6 37,1 64 27,2 16,9 94 43,6 0,0 200 100,0 100,0
1998 21 9,6 44,7 24 14,1 31,1 74 36,9 24,2 81 39,4 0,0 200 100,0 100,0
1999 24 11,0 52,4 22 11,2 23,8 73 38,5 23,9 81 39,3 0,0 200 100,0 100,0
2000 28 11,7 51,0 21 12,6 25,1 69 35,7 24,0 82 40,0 0,0 200 100,0 100,0
2001 25 13,7 56,2 19 8,5 17,2 65 36,9 26,6 91 40,9 0,0 200 100,0 100,0
2002 46 28,0 66,4 31 26,7 28,2 47 16,0 5,4 76 29,3 0,0 200 100,0 100,0
2003 40 28,2 65,8 31 27,5 29,3 49 15,8 4,9 80 28,6 0,0 200 100,0 100,0
2004 40 28,9 66,7 34 26,4 28,3 50 15,6 5,0 76 29,1 0,0 200 100,0 100,0
2005 39 31,7 69,8 34 25,5 25,0 57 19,1 5,2 70 23,7 0,0 200 100,0 100,0
2006 35 26,3 64,1 36 27,5 29,6 50 20,0 6,4 79 26,2 0,0 200 100,0 100,0
2007 29 25,1 68,9 25 20,8 22,8 48 19,1 8,3 98 35,0 0,0 200 100,0 100,0
2008 39 28,2 73,8 25 21,6 20,4 50 18,1 5,8 86 32,0 0,0 200 100,0 100,0
2009 30 23,4 70,5 22 11,2 14,7 57 29,3 14,8 91 36,0 0,0 200 100,0 100,0
2010 33 25,4 70,8 23 14,4 18,0 54 27,3 11,2 90 32,9 0,0 200 100,0 100,0
Prom.93-01 23 10,5 50,2 19 13,1 27,5 66 34,1 22,3 92 42,3 0,0 200 100,0 100,0
Prom.02-10 37 26,6 69,2 29 20,3 22,9 51 21,7 7,9 83 31,4 0,0 200 100,0 100,0

33
Fuente: Elaboración propia en base a información del Área de Economía y Tecnología de la FLACSO.
Al respecto, los datos que proporciona el Cuadro Nº 4 permiten concluir que
tras el abandono del régimen de convertibilidad se asistió, dentro del panel de
las doscientas firmas líderes, a un pronunciado avance estructural de las corpo-
raciones más orientadas al mercado mundial en materia exportadora: en 2001 las
empresas altamente exportadoras explicaron el 13,7% de la facturación total de
la cúpula, mientras que las de mediana-alta intensidad exportadora dieron cuenta
del 8,5%; en 2010 tales porcentuales se ubicaron, respectivamente, en el 25,4%
y el 14,4%. En contraposición, tuvo lugar una caída en la incidencia relativa de
las compañías de mediana-baja intensidad exportadora y de las no exportadoras
(entre los años aludidos su gravitación en las ventas globales decayó, respectiva-
mente, en 9,6 y 8,0 puntos porcentuales).
Al focalizar la indagación en el peso de los diferentes segmentos en las expor-
taciones agregadas se comprueba, más allá de las variaciones anuales (es decir, de
los significativos efectos del shock inicial de la devaluación en 2002 y el sendero
evolutivo posterior), un incremento notable en la significación de las altamente
exportadoras (pasan de dar cuenta del 56,2% de las ventas externas de la cúpula
en 2001, al 70,8% en 2010), un ligero incremento en la participación de las de
mediana-alta intensidad exportadora (aunque con registros promedio inferiores
a los de la convertibilidad) y una caída muy marcada en la presencia de las firmas
de mediana-baja intensidad exportadora (en el período de referencia su cuota-
parte decayó en más de 15 puntos porcentuales).
De modo que a fines de la década pasada algo más de medio centenar de
oligopolios con una ostensible y, en muchos casos, creciente propensión a expor-
tar dieron cuenta, en conjunto, de alrededor del 40% y el 90% de las ventas y
las exportaciones totales de una elite empresaria que, por diferentes vías, resultó
ampliamente favorecida por el ciclo de crecimiento con concentración económica
característico de la posconvertibilidad.
Una dimensión complementaria es aquella que resulta de ponderar el rubro de
actividad en el que operan las firmas que integran el universo de las doscientas
de mayores dimensiones del país (Cuadro Nº 5). Desde esta perspectiva se corro-
bora, por un lado, un avance, tanto en cantidad de empresas como en su peso en
la facturación agregada, de corporaciones manufactureras, petroleras y mineras,
en paralelo a un retroceso de las prestadoras de servicios, las constructoras y las
comercializadoras17.

17 En Schorr, Manzanelli y Basualdo (2012) se analizan los principales factores explicativos de


estas trayectorias sectoriales heterogéneas en la posconvertibilidad y en su relación con lo
acaecido en la década de 1990.

34 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
Cuadro Nº 5. Distribución de las firmas, ventas y variables seleccionadas de
comercio exterior de las empresas integrantes de la cúpula empresaria según
sector de actividad, 2001-2010 (valores absolutos, porcentajes y millones de
dólares corrientes).

Petróleo
  Industria Servicios Comercio Construcción Total
y Minería
Cant. Emp. 97 50 35 13 5 200
% ventas 41,9 23,1 18,9 13,8 2,3 100,0
Coef. Expo (%) 28,4 1,5 8,2 26,4 0,1 17,5
2001 (a)

% expo 68,1 2,0 8,9 21,0 0,0 100,0


% impo 73,6 10,7 10,4 5,1 0,2 100,0
Saldo comercial 6.942 -335 862 3.251 -9 10.712
Saldo por empresa 72 -7 25 250 -2 54
Cant. Emp. 100 47 29 20 4 200
% ventas 51,0 18,4 13,5 16,2 0,9 100,0
Coef. Expo (%) 41,9 0,7 23,8 33,0 0,0 30,1
2010 (b)

% expo 71,1 0,4 10,7 17,8 0,0 100,0


% impo 83,3 4,3 5,5 6,9 0,0 100,0
Saldo comercial 20.474 -523 4.293 7.495 -5 31.734
Saldo por empresa 205 -11 148 375 -1 159
Cant. Emp. 3 -3 -6 7 -1 0
% ventas 9,1 -4,7 -5,4 2,4 -1,4 0,0
Coef. Expo (%) 13,5 -0,8 15,6 6,5 -0,1 12,6
(b) - (a)

% expo 3,0 -1,6 1,8 -3,2 0,0 0,0


% impo 9,7 -6,4 -4,9 1,9 -0,2 0,0
Saldo comercial 13.531 -188 3.432 4.244 4 21.023
Saldo por empresa 133 -4 123 125 1 105

Fuente: Elaboración propia en base a información del Área de Economía y Tecnología de la


FLACSO.

Por otro lado, en lo referido al comercio exterior se resaltan dos procesos


con­vergentes:

• un aumento considerable en el coeficiente medio de exportación de las firmas


petroleras y mineras (en 2010 alcanzó el 33,0%), de las industriales (41,9%)
y de las comerciales (23,8%). En el primer caso, dicha performance se asocia
al dinamismo exportador de empresas hidrocarburíferas como Pan American
Energy, YPF, Petrobras, Tecpetrol, Capsa y Total Austral, y de las mineras
Alumbrera, Argentina Gold, Cerro Vanguardia, Titrón y Santa Cruz; en el

Martín Schorr (coordinador) 35


segundo asume un rol destacado el comportamiento exportador de varios
oligopolios de las ramas fabriles preponderantes que se expandieron fuerte-
mente en la posconvertibilidad al calor del elevado tipo de cambio real que
rigió durante varios años y una demanda externa expansiva en volúmenes y
precios (agroindustria, automotriz, acero, aluminio y otros commodities); en el
tercero sobresale el sesgo exportador muy definido de un puñado de grandes
comercializadoras y/o procesadoras de granos como Nidera, ADM, Alfred
Toepfer, Noble, la Cía. Argentina de Alimentos y Agricultores Federados; y
• estrechamente relacionado, un fuerte crecimiento de los superávits generales
de balanza comercial de las compañías industriales, las petroleras y mineras, y
las comerciales (entre 2001 y 2010 los saldos positivos por empresa subieron,
respectivamente, el 184,7%, el 50,0% y el 492,0%). De todas maneras, según
se puede inferir de algunas evidencias presentadas y como se problematiza
más adelante, en esos comportamientos agregados pueden reconocerse marca-
das heterogeneidades, en tanto en cada uno de los sectores coexisten empresas
fuertemente superavitarias (en los tres casos ligadas, en su mayoría, a la ex-
plotación, la comercialización y/o el procesamiento de materias primas), con
otras más o menos deficitarias que se desempeñan en rubros muy diversos.

Un último recorte analítico se vincula con las formas de propiedad presentes


en el interior de la elite empresaria local. En tal sentido, se catalogó a las firmas
de acuerdo al origen de sus propietarios, a raíz de lo cual quedaron conformadas
cuatro categorías: las compañías estatales, las privadas nacionales, las empresas
extranjeras y las asociaciones (cuya estructura accionaria está compartida por
más de una de las tipologías mencionadas).
Las evidencias suministradas por el Cuadro Nº 6 son indicativas de que en
el período comprendido entre 2001 y 2010 se cristalizó el muy intenso proceso
de extranjerización que se verificó en la década de 1990 (Basualdo, 2000). De
allí que entre los años mencionados: a) se incrementó fuertemente la cantidad de
corporaciones transnacionales dentro del panel (de 92 a 115); b) el peso de esta
fracción en la facturación total aumentó aproximadamente 3 puntos porcentuales
(al final de la serie se acercó al 60%); c) se mantuvo relativamente constante su
acentuada participación en las exportaciones agregadas (66,9% en 2010); y d)
creció aún más (7,2 puntos porcentuales) su elevadísima incidencia en las impor-
taciones globales (81,5% en 2010).

36 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
Cuadro Nº 6. Distribución de las firmas, ventas y variables seleccionadas de
comercio exterior de las empresas integrantes de la cúpula empresaria según
formas de propiedad, 2001-2010 (valores absolutos, porcentajes y millones
de dólares corrientes).

Privada Privada
  Estatal Asociación Total
Nacional extranjera
Cant. Emp. 1 59 92 48 200
% ventas 1,6 25,3 55,0 18,1 100,0
Coef. Expo (%) 0,0 16,4 21,3 8,8 17,5
2001 (a)

% expo 0,0 23,8 67,1 9,1 100,0


% impo 0,0 17,7 74,2 8,1 100,0
Saldo comercial 0 2.930 6.737 1.044 10.712
Saldo por empresa 0 50 73 22 54
Cant. Emp. 8 58 115 19 200
% ventas 3,4 24,9 57,8 13,9 100,0
Coef. Expo (%) 0,0 27,5 34,8 22,3 30,1
2010 (b)

% expo 0,0 22,8 66,9 10,3 100,0


% impo 2,4 13,8 81,5 2,3 100,0
Saldo comercial -418 8.777 18.736 4.640 31.734
Saldo por empresa -52 151 163 244 159
Cant. Emp. 7 -1 23 -29 0
% ventas 1,9 -0,4 2,7 -4,2 0,0
Coef. Expo (%) 0,0 11,1 13,5 13,5 12,6
(b) - (a)

% expo 0,0 -1,0 -0,2 1,2 0,0


% impo 2,4 -3,9 7,2 -5,8 0,0
Saldo comercial -418 5.847 11.999 3.595 21.023
Saldo por empresa -52 102 90 222 105

Fuente: Elaboración propia en base a información del Área de Economía y Tecnología de la


FLACSO.

A su vez, en el marco de una creciente importancia de las exportaciones en


las ventas totales de las empresas extranjeras (el coeficiente exportador promedio
ascendió del 21,3% al 34,8% al cabo del decenio), la balanza comercial agregada
experimentó una mejora significativa: pasó de un excedente de 6.737 millones
de dólares en 2001, a uno de 18.736 millones en 2010 (tal variación explica casi
el 60% del crecimiento del superávit del conjunto de la cúpula).
Sobre el particular caben dos observaciones. La primera es que, en dicho
dinamismo, las corporaciones foráneas cerraron la década pasada con un saldo
por empresa menor que las asociaciones, aunque algo superior que las privadas
nacionales. La segunda, y más relevante, es que en ese posicionamiento comer-
cial externo general subyacen situaciones divergentes asociadas a la inserción
sectorial de los diferentes capitales transnacionales. A título ilustrativo, a fines de

Martín Schorr (coordinador) 37


la década pasada un conjunto de firmas extranjeras operó con resultados supera-
vitarios, sobre todo las del ámbito agropecuario y agroindustrial (Cargill, Bunge,
Louis Dreyfus, Nidera, ADM, Alfred Toepfer, Noble, etc.), el minero (Argentina
Gold, Alumbrera, Cerro Vanguardia, etc.) y, en menor medida, el hidrocarburífero
(Esso y Petrobras), ciertos segmentos químico-petroquímicos (Dow, Unilever,
Oxy, Solvay Indupa, Abbot, etc.) y algunas terminales automotrices (Toyota,
Peugeot-Citroën, Ford, Fiat y Volkswagen). Ello contrasta con los déficits comer-
ciales que registraron importantes empresas foráneas de rubros diversos como,
entre los más destacados, el automotor (Renault, Honda Motor, Mercedes Benz,
Saab Scania y General Motors), industrias refinadoras (Shell), la comercialización
de aparatos eléctricos y electrónicos (Sony y Hewlett Packard), el ensamblado y
la venta de electrodomésticos (Newsan), agroquímicos, productos medicinales,
petroquímicos y otros (Syngenta, Procter & Gamble, Monsanto, Atanor, Basf,
Roche, etc.), maquinarias e implementos agrícolas (John Deere), neumáticos
(Pirelli y Firestone), calzado e indumentaria deportiva (Nike y Adidas) y algunos
nichos de la industria siderúrgica (Acindar)18.
Lo antedicho expresa la elevada propensión exportadora y/o importadora de
los diferentes segmentos del capital transnacional radicado en el país (elementos
de especial importancia a la hora de evaluar los efectos del proceso de extranjeri-
zación sobre la matriz productiva y la cuenta corriente de la balanza de pagos)19.

18 En cuanto a las restantes fracciones del capital, cabe destacar que los mayores registros uni-
tarios de las asociaciones en 2010 se vinculan básicamente con los excedentes comerciales de
dos petroleras (Pan American Energy e YPF) y, en menor grado, de la Compañía Mega (pe-
troquímica), la Refinería del Norte (Refinor) y la Transportadora de Gas del Sur. Por su parte,
dentro de las empresas privadas nacionales, cuyo excedente comercial agregado se engrosó
en más de 5.800 millones de dólares (casi el 200%) al cabo de la década, resulta descollante
la participación de compañías controladas por unos pocos grupos económicos con una sólida
presencia exportadora a partir de la explotación y el procesamiento de recursos naturales (tales
los casos de firmas como Aceitera General Deheza, Molinos Río de la Plata, Vicentín, Siderca,
Aluar, Arcor y Ledesma). Finalmente, el déficit comercial de las estatales es explicado en su
totalidad por las importaciones realizadas por la estatal Enarsa en el marco de las mencionadas
restricciones en el ámbito energético nacional.
19 A pesar de que no se relaciona directamente con los objetivos de este trabajo, es interesante
mencionar que un correlato sobre las cuentas externas de la Argentina de la creciente desnacio-
nalización de la economía se asocia con el notorio drenaje de divisas al exterior que realiza el
capital foráneo bajo diversos formatos: remisión de utilidades y dividendos, pago de honorarios
y royalties por la compra y/o la utilización de tecnologías y/o patentes, fijación de precios de
transferencia en sus transacciones intracorporativas, intereses devengados por el endeudamiento
con el exterior (generalmente intracorporativo), etc. A este respecto, y a modo ilustrativo, cabe
apuntar que en la posconvertibilidad las utilidades remitidas al exterior por el capital extran-
jero radicado en el país se expandieron de manera considerable y sistemática, a tal punto que
entre 2007 y 2010 promediaron los 6.280 millones de dólares, esto es, alrededor del 45% del
abultado saldo comercial del período (datos extraídos de http://www.indec.gov.ar/, consultado
el 30/10/2012).

38 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
Pero también, y fundamentalmente, lo profundo y lo difundido de la penetración
foránea en la estructura económica argentina20.
En suma, los análisis que preceden permiten concluir que en la posconver-
tibilidad han ganado preponderancia dentro de la cúpula y del conjunto de la
economía local aquellas corporaciones para las que las exportaciones resultan
centrales para su respectivo esquema de acumulación del capital. Principalmente,
se trata de firmas controladas por actores extranjeros y, en mucha menor medida,
por un número muy reducido de grupos empresarios locales. En este contexto,
se ha profundizado un patrón de especialización de este segmento del poder eco-
nómico que denota una suerte de “doble” inserción en el mercado mundial. Por
un lado, se encuentran las empresas vinculadas con la “vieja” inserción del país
en la división internacional del trabajo: producciones estructuradas sobre la base
de las ventajas comparativas estáticas, básicamente materias primas abundantes
y mano de obra barata. Dada su acentuada orientación exportadora, estas firmas
operan con superávits comerciales pronunciados, con todo lo que ello acarrea en
términos de poder de coacción a raíz de sus implicancias sobre las cuentas exter-
nas del país. Por otro lado, se destacan las compañías ligadas a la “nueva” fase de
internacionalización del capitalismo: desverticalización de procesos productivos
a escala regional y/o mundial, siendo un caso emblemático el que brinda el sector
automotor que, en el marco de un régimen especial de promoción inaugurado
en la década de 1990, ha consolidado un perfil de armaduría de partes y piezas
procedentes del exterior, así como de comercialización de vehículos importados
(de allí que sea generador de exportaciones y muchas terminales operen con
desequilibrios comerciales considerables).

IV. Reflexiones finales

En el transcurso de la última década se produjeron transformaciones relevan-


tes en el funcionamiento de la economía argentina vis-à-vis lo sucedido durante el
decenio de 1990 y, más ampliamente, bajo el “modelo de valorización financiera”.
Pese a la notable expansión económica, motorizada en buena medida por los sec-
tores productivos, y el auspicioso cambio de signo en el resultado de la balanza
comercial y de cuenta corriente, no parecen haberse verificado alteraciones de
significación en las modalidades de inserción del país en la división internacio-
nal del trabajo. Ello se encuentra estrechamente relacionado con el desempeño
comercial externo de la elite empresaria (sobre todo de su núcleo duro), en un
escenario en el que el “dólar alto” constituyó el eje sobresaliente del “fomento
productivo” y las escasas políticas que se instrumentaron en la materia tendieron

20 Para ampliar estas cuestiones, consúltese, en este mismo volumen, el estudio “La extranje-
rización de la industria argentina en la posconvertibilidad. Un análisis del poder económico
sectorial”.

Martín Schorr (coordinador) 39


a favorecer a las firmas oligopólicas, todo lo cual permite reflexionar acerca del
carácter concentrador del importante crecimiento verificado y, adicionalmente,
de la ausencia de cambio en la estructura productivo-exportadora.
Ahora bien, el perfil de especialización de muchas de las corporaciones líderes
no sólo ha tenido las repercusiones estructurales mencionadas, sino que también
ha derivado en un fortalecimiento del considerable poder de veto de estos grandes
capitales en una economía que, por diversas razones, siempre “juega al límite”
de la restricción externa (como en la actualidad). A todo ello habría que agregar
que para estas producciones que “ordenan” y conducen la inserción nacional
en el mercado mundial, los salarios adoptan el “rol social” de un costo de pro-
ducción en lugar de un factor dinamizador de la demanda interna (de allí que
representan una suerte de stock que debe reducirse tanto cuanto resulte posible),
al tiempo que se caracterizan por una baja capacidad generadora de empleos y
débiles grados de articulación e integración productiva y tecnológica en el plano
interno. Se trata de aspectos críticos que no suelen estar presentes en los planteos
y las discusiones acerca de la situación, las perspectivas y las alternativas de la
economía argentina.
De todo esto surgen numerosos interrogantes en cuanto a que este poder
económico, esta “salida exportadora” y esta inserción en el plano internacional
puedan viabilizar y dar sustento a un proceso intenso y virtuoso de desarrollo
industrial y a una distribución del ingreso más equilibrada y equitativa. En vir-
tud de ello es que se requiere avanzar en la discusión social, la elaboración y
la puesta en marcha de un programa de reindustrialización nacional que, entre
muchas otras cosas, persiga la modificación del perfil productivo y la inserción
internacional.
En lo que se relaciona estrictamente con la problemática comercial externa,
dicha estrategia no debería soslayar la redefinición del perfil exportador con eje
en nuevos actores y sectores ni, sobre todo, el sentar las bases para avanzar en
forma sostenida en el campo de la sustitución de importaciones. Al respecto,
caben dos observaciones.
En primer lugar, y como requisito previo, es imperioso que los “hacedores
de política” tengan un conocimiento acabado del “mundo real” de las industrias
a promover, los diferentes segmentos que las conforman, los distintos actores
intervinientes y de las perspectivas del escenario regional e internacional en
numerosas dimensiones (pautas de la demanda, productivas, comerciales, tec-
nológicas, etc.). Ello, con el objeto de que la intervención estatal no termine
alentando, como ocurrió en numerosas ocasiones, la “reproducción ampliada” de
buena parte de los sesgos que caracterizan a la estructura productiva doméstica
(reprimarización de las exportaciones, dependencia tecnológica, concentración
y extranjerización, desigualdades territoriales, etc.).
En segundo lugar, y estrechamente relacionado, hasta el momento, más allá
de lo que se suele señalar desde ámbitos oficiales y afines, es muy poco lo que

40 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
se ha hecho en los dos frentes mencionados (perfil exportador y sustitución de
importaciones). Y, por lo visto, con escasos impactos positivos. Por ejemplo, ante
la manifestación de problemas en el sector externo en el contexto del agotamiento
del “dólar alto”, la profundización de la extranjerización y el recrudecimiento
de la fuga de capitales, se empezaron a aplicar algunos instrumentos tendientes
a proteger al mercado interno de las importaciones en algunos rubros considera-
dos “sensibles” (licencias no automáticas), así como a alentar exportaciones por
parte de compañías industriales con estructuras productivas y/o comerciales con
un elevado componente importado. Pero como en ambos casos se hizo primar
la necesidad de garantizar ciertos equilibrios macroeconómicos y no criterios
de política industrial, los resultados obtenidos han sido muy distantes de los
que se desprenderían de una política de desarrollo de mediano y largo alcance.
Así, en algunos sectores protegidos, pese a que se logró cierta sustitución de
importaciones, se afianzaron perfiles de especialización que pueden terminar
compitiendo con ciertas producciones de países periféricos cuya principal ventaja
comparativa radica en niveles salariales sumamente reducidos, mientras que en
otros se potenciaron ventas externas de commodities ligadas al procesamiento
de recursos naturales (con la consecuente profundización de la reprimarización
de las exportaciones).
La “primacía de lo macro” y, en ese marco, de una visión de corto plazo en
el “fomento a la industria” también se corrobora en la vigencia de diferentes
mecanismos para promover la inversión que, en los hechos, han alentado procesos
de “sustitución inversa”, siendo que en el país existe masa crítica demostrada y
para nada despreciable como para avanzar por la vía de la sustitución de impor-
taciones a partir de esquemas integrales y ad hoc de apoyo estatal en materia
de competitividad (por caso, en varios segmentos de la industria de bienes de
capital). O se expresa en que se haya apostado a que la redistribución del ingreso
opere como un mecanismo de incentivo a la producción fabril, pero en la medida
en que se han aplicado muy pocas políticas activas, con baja coordinación entre
sí, la mayor demanda interna al calor de la estrategia redistributiva ha conlle-
vado un aumento de las importaciones. Esto acarrea presiones sobre la balanza
comercial que, a su vez, imponen restricciones a la propia política de ingresos
(que se ven agravadas por las limitaciones que se desprenden del hecho de que
para las empresas líderes el sector, en su mayoría con una marcada orientación
exportadora, el salario asume la forma social de un costo de producción, en lugar
de adquirir el rol de impulsor de la demanda interna).

Martín Schorr (coordinador) 41


Anexo 1. Listado de empresas que integran la elite empresaria en 2001 y su
participación en las ventas, las exportaciones y las importaciones totales
(porcentajes).

Nombre de la empresa Tipo de Sector de % % %


Pos.
empresa* Actividad ventas expo impo
1 Ypf EXT Petro y Minería 8,4 10,4 2,1
2 Cargill EXT Industria 2,9 8,6 0,9
3 Telefónica de Argentina EXT Servicios 2,6 0,0 1,2
4 Shell EXT Industria 2,4 0,9 1,7
5 Telecom Argentina EXT Servicios 2,3 0,0 0,6
6 Supermercados Norte EXT Comercio 2,3 0,0 0,3
7 Supermercados Disco ASOC Comercio 2,0 0,0 0,5
8 Supermercados Coto NAC Comercio 1,7 0,1 1,3
9 Perez Companc EXT Petro y Minería 1,7 2,1 0,0
10 Carrefour Aargentina EXT Comercio 1,7 0,0 0,4
11 Lotería Nacional EST Servicios 1,6 0,0 0,0
12 Siderca NAC Industria 1,5 2,7 1,7
13 Sistema Coca Cola EXT Industria 1,5 0,1 0,5
14 Esso EXT Industria 1,2 0,8 4,3
15 Aceitera General Deheza NAC Industria 1,2 4,9 0,3
16 Asociación de Coop. Argentinas NAC Industria 1,2 1,4 0,3
17 Osde NAC Servicios 1,1 0,0 0,0
18 Arcor NAC Industria 1,1 1,0 0,9
19 Louis Dreyfus (ldc) EXT Industria 1,0 5,6 0,0
20 Unilever EXT Industria 1,0 0,3 0,9
21 Ford EXT Industria 1,0 3,1 5,1
22 Sancor NAC Industria 1,0 0,5 0,1
23 Sideco Americana NAC Construcción 1,0 0,0 0,0
24 Droguería del Sud NAC Comercio 1,0 0,0 0,0
25 Edesur ASOC Servicios 0,9 0,0 0,2
26 Edenor ASOC Servicios 0,9 0,0 0,2
27 Bunge Argentina EXT Industria 0,9 4,7 0,0
28 Movicom (crm) ASOC Servicios 0,9 0,0 0,9
29 Telecom Personal EXT Servicios 0,8 0,0 0,8
30 Pan American Energy ASOC Petro y Minería 0,8 1,4 0,3
31 Siderar NAC Industria 0,8 1,7 2,1
32 Cervecería Quilmes NAC Industria 0,8 0,1 0,3
33 Cencosud (Jumbo) EXT Comercio 0,8 0,0 0,5
34 Peugeot-Citroën EXT Industria 0,8 1,5 4,3
35 Nidera EXT Comercio 0,7 2,5 0,5
36 Metrogas ASOC Servicios 0,7 0,0 0,4
37 Mastellone Hnos. ASOC Industria 0,7 0,4 0,2
38 Telefónica Comunic. Personales EXT Servicios 0,7 0,0 0,6
39 Volkswagen Argentina EXT Industria 0,7 1,8 5,5

42 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
Nombre de la empresa Tipo de Sector de % % %
Pos.
empresa* Actividad ventas expo impo
40 Molinos Río de la Plata NAC Industria 0,6 0,9 0,5
41 Chevron San Jorge EXT Petro y Minería 0,6 3,2 0,1
42 Vicentín NAC Industria 0,6 2,9 0,0
43 Importadora y Exp. Patagonia NAC Comercio 0,6 0,0 0,1
44 Renault Argentina EXT Industria 0,6 0,4 3,2
45 Monsanto EXT Industria 0,6 0,3 3,8
46 Aysa (ex Aguas Argentinas) ASOC Servicios 0,6 0,0 0,0
47 Claro (ex cti) ASOC Servicios 0,6 0,0 0,7
48 Wal Mart EXT Comercio 0,6 0,0 0,3
49 Transportadora de Gas del Sur ASOC Servicios 0,6 0,2 0,2
50 Supermercados Libertad EXT Comercio 0,6 0,0 0,5
51 Minera Alumbrera EXT Petro y Minería 0,5 2,0 0,5
52 Cablevisión ASOC Servicios 0,5 0,0 0,1
53 Productos Sudamericanos EXT Comercio 0,5 0,8 0,0
54 Polisur EXT Industria 0,5 0,4 1,0
55 Aluar NAC Industria 0,5 2,0 2,1
56 Techint NAC Construcción 0,5 0,0 0,1
57 Multicanal NAC Servicios 0,5 0,0 0,1
58 Agric. Federados Arg. NAC Comercio 0,5 0,3 0,0
59 Agea NAC Industria 0,5 0,0 0,2
60 Correo Argentino ASOC Servicios 0,5 0,0 0,0
61 Ibm EXT Servicios 0,4 0,0 1,3
62 Massalin Particulares EXT Industria 0,4 0,2 0,7
63 Nestlé EXT Industria 0,4 0,3 0,4
64 Droguería Suizo Argentina ASOC Comercio 0,4 0,0 0,0
65 Acindar ASOC Industria 0,4 0,5 0,9
66 Droguería Monroe Americana ASOC Comercio 0,4 0,0 0,0
67 Gas Natural Ban ASOC Servicios 0,4 0,0 0,0
68 Supermercado mayorista Makro EXT Comercio 0,4 0,0 0,1
69 Baesa - Sistema Pepsi Cola NAC Industria 0,4 0,0 0,0
70 Fiat Auto EXT Industria 0,4 1,6 3,1
71 Garbarino NAC Comercio 0,4 0,0 0,5
72 Bayer Argentina EXT Industria 0,4 0,3 0,5
73 General Motors de Argentina EXT Industria 0,4 1,1 3,1
74 Tecpetrol NAC Petro y Minería 0,4 0,4 0,0
75 Alfred Toepfer EXT Comercio 0,4 2,0 0,0
76 Aerolíneas Argentinas ASOC Servicios 0,4 0,7 0,6
77 Benito Roggio e hijos NAC Construcción 0,4 0,0 0,0
78 Maxiconsumo NAC Comercio 0,4 0,0 0,0
79 Siemens EXT Industria 0,4 0,1 1,2
80 Solvay Indupa EXT Industria 0,3 0,5 0,1
81 Toyota Argentina EXT Industria 0,3 0,8 3,0
82 La Plata Cereal EXT Industria 0,3 1,8 0,2

Martín Schorr (coordinador) 43


Nombre de la empresa Tipo de Sector de % % %
Pos.
empresa* Actividad ventas expo impo
83 Loma Negra NAC Industria 0,3 0,0 0,3
84 Maycar (Sup. Mayorista Vital) NAC Comercio 0,3 0,0 0,0
85 Camuzzi Gas Pampeana ASOC Servicios 0,3 0,0 0,0
86 Oleaginosa Moreno ASOC Industria 0,3 1,1 0,0
87 Cosméticos Avón EXT Industria 0,3 0,0 0,4
88 Easy Home Center EXT Comercio 0,3 0,0 0,1
89 Ind. Metalúrgicas Pescarmona sa NAC Industria 0,3 0,3 0,2
90 Sade (Skanska) EXT Construcción 0,3 0,0 0,1
91 Pecom Agra ASOC Industria 0,3 1,7 0,0
92 Swiss Medical EXT Servicios 0,3 0,0 0,0
93 Daimler Chrysler Argentina EXT Industria 0,3 0,4 0,1
94 Lucent Technologies EXT Servicios 0,3 0,0 0,3
95 San Cayetano NAC Comercio 0,3 0,0 0,0
96 Refinería del Norte (Refinor) ASOC Industria 0,3 0,7 0,1
97 Ledesma NAC Industria 0,3 0,2 0,3
98 Bgh NAC Industria 0,3 0,0 1,6
99 Johnson’s EXT Comercio 0,3 0,0 0,0
100 Oleaginosa Oeste ASOC Industria 0,3 1,0 0,0
101 Química Estrella ASOC Industria 0,3 0,0 0,0
102 Cepas Argentinas EXT Industria 0,3 0,1 0,1
S.A. Organización Coordinadora EXT Servicios 0,3 0,0 0,0
103
Arg. (Oca)
104 Nobleza Piccardo EXT Industria 0,3 0,1 0,3
105 Transportadora de Gas del Norte ASOC Servicios 0,3 0,0 0,1
106 Pride International EXT Petro y Minería 0,3 0,0 0,2
107 Vintage Oil Argentina EXT Petro y Minería 0,3 0,6 0,0
108 Compañía Mega ASOC Industria 0,3 0,5 0,0
109 Hewlett Packard EXT Comercio 0,3 0,0 2,5
110 Total Austral EXT Petro y Minería 0,3 0,6 0,4
111 Roemmers NAC Industria 0,2 0,1 0,3
112 Tradigrain EXT Comercio 0,2 1,4 0,0
113 Danone EXT Industria 0,2 0,0 0,1
Endesa Costanera (ex Central ASOC Servicios 0,2 0,4 0,1
114
Costanera)
115 Tetra Pak Argentina EXT Industria 0,2 0,1 1,2
116 Supermercados Toledo NAC Comercio 0,2 0,0 0,1
117 Medicus NAC Servicios 0,2 0,0 0,0
118 Omint EXT Servicios 0,2 0,0 0,0
119 Droguería Barracas ASOC Comercio 0,2 0,0 0,0
120 Torneos y Competencias ASOC Servicios 0,2 0,0 0,0
121 Metrovías ASOC Servicios 0,2 0,0 0,3
122 Kraft Foods (Suchard) EXT Industria 0,2 0,1 0,3
123 Aeropuertos Argentina 2000 ASOC Servicios 0,2 0,0 0,1
124 Adm Argentina EXT Comercio 0,2 1,0 0,0

44 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
Nombre de la empresa Tipo de Sector de % % %
Pos.
empresa* Actividad ventas expo impo
125 Camuzzi Gas del Sur ASOC Servicios 0,2 0,0 0,0
Editorial Atlántida (Atlántida ASOC Industria 0,2 0,0 0,1
126
Comunic.)
127 Molinos Cañuelas NAC Industria 0,2 0,4 0,0
128 Lapa (Airg) NAC Servicios 0,2 0,7 0,0
129 Coop. Obrera de Cons. y Vivienda NAC Comercio 0,2 0,0 0,0
130 Central puerto ASOC Servicios 0,2 0,0 0,0
131 Dupont EXT Industria 0,2 0,6 0,3
132 Supermercado Día EXT Comercio 0,2 0,0 0,0
133 Transener ASOC Servicios 0,2 0,0 0,1
134 Productos Roche EXT Industria 0,2 0,1 1,4
135 Juan Minetti EXT Industria 0,2 0,0 0,0
136 Musimundo EXT Comercio 0,2 0,0 0,0
137 Kimberly Clark EXT Industria 0,2 0,2 0,7
138 Frávega NAC Comercio 0,2 0,0 0,5
139 S.C. Johnson & Son EXT Industria 0,2 0,1 0,2
140 Soc. Ital. de Beneficencia NAC Servicios 0,2 0,0 0,0
141 Siat NAC Industria 0,2 0,3 1,3
142 Glaxo Smithkline EXT Industria 0,2 0,3 0,4
Distribuidora de Gas del Litoral ASOC Servicios 0,2 0,0 0,0
143
(Litoral Gas)
144 Rpb (Baggio) NAC Industria 0,2 0,1 0,1
145 Laboratorios Bagó NAC Industria 0,2 0,1 0,3
146 Buyatti NAC Industria 0,2 1,1 0,0
147 Ypf Gas ASOC Petro y Minería 0,2 0,0 0,0
148 Atanor EXT Industria 0,2 0,3 0,9
149 Trenes de Buenos Aires (tba) ASOC Servicios 0,2 0,0 0,0
150 Gillette EXT Industria 0,2 0,1 0,9
151 Procter & Gamble EXT Industria 0,2 0,2 0,8
152 Johnson & Johnson EXT Industria 0,2 0,0 0,3
153 Spm NAC Servicios 0,2 0,0 0,0
154 Pluspetrol NAC Petro y Minería 0,2 0,1 0,1
155 Hsbc Salud EXT Servicios 0,2 0,0 0,0
156 Peñaflor ASOC Industria 0,2 0,2 0,1
157 Edea ASOC Servicios 0,2 0,0 0,0
158 Basf Argentina EXT Industria 0,2 0,1 0,9
159 Pluspetrol Energy ASOC Petro y Minería 0,2 0,1 1,3
160 Parmalat EXT Industria 0,2 0,0 0,1
161 Boldt NAC Industria 0,2 0,0 0,1
162 San Sebastián NAC Industria 0,2 0,0 0,0
163 Swift Armour EXT Industria 0,2 0,5 0,0
164 Distribuidora de Gas del Centro ASOC Servicios 0,2 0,0 0,0
Asociación Unida de Tamberos ASOC Industria 0,2 0,2 0,0
165
(Milkaut SA)

Martín Schorr (coordinador) 45


Nombre de la empresa Tipo de Sector de % % %
Pos.
empresa* Actividad ventas expo impo
166 Empresa Distr. Eléctr. de Mendoza ASOC Servicios 0,2 0,0 0,0
167 Papelera del Plata EXT Industria 0,2 0,0 0,3
168 Laboratorios Abbot EXT Industria 0,2 0,1 1,2
169 Expofrut EXT Comercio 0,2 0,8 0,1
170 Alto Paraná EXT Industria 0,2 0,6 0,5
Eastman Química Argentina (ex EXT Industria 0,2 0,4 1,5
171
Voridian)
172 Sadesa (Federico Meiners) NAC Industria 0,2 0,9 0,2
Empresa Distr. de Energía Norte EXT Servicios 0,2 0,0 0,0
173
(Eden)
174 Trigaglia ASOC Industria 0,2 0,1 0,0
175 Xerox Argentina EXT Industria 0,2 0,0 0,5
176 Amsa Asistencia Médica NAC Servicios 0,1 0,0 0,0
177 Gatic NAC Industria 0,1 0,0 0,0
178 Cartocor NAC Industria 0,1 0,1 0,7
179 Clorox EXT Industria 0,1 0,1 0,1
180 Victorio Américo Gualtieri NAC Construcción 0,1 0,0 0,0
181 Suc. de Alfredo Williner NAC Industria 0,1 0,1 0,0
182 Fate NAC Industria 0,1 0,3 0,4
183 S.A. La Nación NAC Industria 0,1 0,0 0,2
184 Distribuidora de Gas Cuyana ASOC Servicios 0,1 0,0 0,0
185 Artear (Arte Radiotelevisivo Arg.) NAC Servicios 0,1 0,0 0,0
186 Nextel EXT Servicios 0,1 0,0 1,0
187 Frigorífico Paladini NAC Industria 0,1 0,0 0,3
188 Frigorífico Cepa NAC Industria 0,1 0,2 0,0
189 Sony Argentina EXT Comercio 0,1 0,0 0,8
190 Telefónica Data-Unifon EXT Servicios 0,1 0,0 0,3
191 Agrocom NAC Comercio 0,1 0,0 0,0
Destilería Argentina de Petróleo ASOC Industria 0,1 0,0 0,0
192
(dapsa)
193 Alimentos Fargo EXT Industria 0,1 0,0 0,0
194 Sidus-Biosidus NAC Industria 0,1 0,1 0,2
195 Compaq Latin America EXT Comercio 0,1 0,0 1,1
196 Petrolera del Conosur EXT Petro y Minería 0,1 0,0 0,0
197 Impsat ASOC Servicios 0,1 0,0 0,5
198 Cía. Ericsson EXT Industria 0,1 0,0 0,2
199 Capex ASOC Servicios 0,1 0,0 0,0
200 Celulosa Argentina EXT Industria 0,1 0,0 0,1

*ASOC.: Empresas propiedad de una asociación entre dos o más firmas; EXT: Empresas propiedad
de capital extranjero; NAC: Empresas propiedad de capital privado nacional; EST: Empresas pro-
piedad del Estado.

Fuente: Elaboración propia en base a información del Área de Economía y Tecnología de la


FLACSO.

46 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
Anexo 2. Listado de empresas que integran la elite empresaria en 2010 y su
participación en las ventas, las exportaciones y las importaciones totales
(porcentajes).

Tipo
Sector de % % %
Pos. Nombre de la Empresa de
Actividad ventas expo impo
empresa*
1 Ypf ASOC Petro y Minería 6,8 3,8 1,3
2 Cargill EXT Industria 3,0 8,7 0,3
3 Petrobras Argentina EXT Petro y Minería 2,2 0,9 1,1
4 Volkswagen Argentina EXT Industria 2,2 3,3 8,9
5 Aceitera General Deheza NAC Industria 1,8 4,7 0,0
6 Bunge Argentina EXT Industria 1,8 6,9 0,2
7 Louis Dreyfus (Ldc) EXT Industria 1,7 5,5 0,0
Telefónica Moviles Argentina
8
(Movistar) EXT Servicios 1,7 0,0 1,7
9 Molinos Río de la Plata NAC Industria 1,6 3,7 0,3
10 Claro (ex Cti) EXT Servicios 1,6 0,0 0,0
11 Carrefour Argentina EXT Comercio 1,6 0,0 0,0
12 Shell EXT Industria 1,6 0,6 3,8
13 Ford EXT Industria 1,5 2,4 5,4
14 Pan American Energy ASOC Petro y Minería 1,5 4,1 0,0
15 Siderar NAC Industria 1,5 0,5 3,7
16 Esso EXT Industria 1,5 1,4 0,6
17 Toyota Argentina EXT Industria 1,4 2,7 3,1
18 Peugeot-Citroën EXT Industria 1,3 1,7 3,0
19 General Motors de Argentina EXT Industria 1,3 1,6 4,8
20 Renault Argentina EXT Industria 1,2 1,0 5,4
21 Fiat Auto EXT Industria 1,1 2,0 4,9
22 Vicentín NAC Industria 1,0 3,1 0,0
23 Osde NAC Servicios 1,0 0,0 0,0
24 Dow Argentina EXT Industria 1,0 1,2 0,6
25 Telefónica de Argentina EXT Servicios 1,0 0,0 0,1
26 Supermercados Coto NAC Comercio 1,0 0,0 0,3
27 Asociación de Coop. Argentinas NAC Industria 0,9 1,9 0,3
28 Unilever EXT Industria 0,9 0,6 0,8
29 Minera Alumbrera EXT Petro y Minería 0,9 2,9 1,1
30 Siderca NAC Industria 0,9 1,8 0,6
31 Minera Argentina Gold EXT Petro y Minería 0,9 2,7 0,2
32 Nidera EXT Comercio 0,8 2,6 0,7
33 Telecom Argentina ASOC Servicios 0,8 0,0 0,1
34 Aerolíneas Argentinas EST Servicios 0,8 0,0 0,0
35 Cervecería Quilmes EXT Industria 0,8 0,1 0,2
36 Pampa Energia NAC Servicios 0,8 0,0 0,0
37 Garbarino NAC Comercio 0,7 0,0 0,3

Martín Schorr (coordinador) 47


Tipo
Sector de % % %
Pos. Nombre de la Empresa de
Actividad ventas expo impo
empresa*
38 Importadora y Exp. Patagonia NAC Comercio 0,7 0,1 0,1
39 Energia Argentina (Enarsa) EST Petro y Minería 0,7 0,0 2,4
40 Adm Argentina EXT Comercio 0,7 2,3 0,0
41 Agric. Federados Arg. NAC Comercio 0,7 0,5 0,0
42 Mercedes Benz EXT Industria 0,7 0,7 4,0
43 Wal Mart EXT Comercio 0,7 0,0 0,3
44 Cablevisión ASOC Servicios 0,7 0,0 0,2
45 Mastellone Hnos. NAC Industria 0,7 0,2 0,1
46 Acindar EXT Industria 0,7 0,3 1,3
47 Noble EXT Comercio 0,6 2,2 0,0
48 Alfred Toepfer EXT Comercio 0,6 2,3 0,0
49 Aluar NAC Industria 0,6 1,3 0,7
50 Ind. Metalúrgicas Pescarmona SA NAC Industria 0,6 0,2 0,0
51 Sistema Coca Cola EXT Industria 0,6 0,0 0,1
52 Oleaginosa Moreno EXT Industria 0,6 1,5 0,0
53 Swiss Medical EXT Servicios 0,5 0,0 0,0
54 Lotería Nacional EST Servicios 0,5 0,0 0,0
55 Cencosud (Jumbo) EXT Comercio 0,5 0,0 0,2
56 Monsanto EXT Industria 0,5 0,2 1,1
57 Frávega NAC Comercio 0,5 0,0 0,1
58 Yacireta EST Servicios 0,5 0,0 0,0
59 Droguería del Sud NAC Comercio 0,5 0,0 0,0
60 Arcor NAC Industria 0,5 0,7 0,5
61 Galeno NAC Servicios 0,5 0,0 0,0
62 Sancor NAC Industria 0,5 0,3 0,0
63 Clisa NAC Servicios 0,4 0,0 0,0
64 Bagley ASOC Industria 0,4 0,1 0,1
65 Chevron San Jorge EXT Petro y Minería 0,4 0,0 0,0
66 Solvay Indupa EXT Industria 0,4 0,1 0,0
67 Casino Club NAC Servicios 0,4 0,0 0,0
68 Loma Negra EXT Industria 0,4 0,0 0,1
69 Bayer Argentina EXT Industria 0,4 0,2 0,7
70 Edesur ASOC Servicios 0,3 0,0 0,0
71 Supermercado Mayorista Makro EXT Comercio 0,3 0,0 0,1
72 Procter & Gamble EXT Industria 0,3 0,2 1,2
Endesa Costanera (ex Central
73
Costanera) ASOC Servicios 0,3 0,0 0,1
74 Ibm EXT Servicios 0,3 0,0 0,4
75 Edenor ASOC Servicios 0,3 0,0 0,0
76 Alto Paraná EXT Industria 0,3 0,6 0,1
77 San Antonio International EXT Petro y Minería 0,3 0,0 0,0
78 Ledesma NAC Industria 0,3 0,4 0,1

48 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
Tipo
Sector de % % %
Pos. Nombre de la Empresa de
Actividad ventas expo impo
empresa*
79 Honda Motor Argentina EXT Industria 0,3 0,0 2,4
80 Atanor EXT Industria 0,3 0,2 1,0
81 Nextel EXT Servicios 0,3 0,0 0,2
82 Droguería Monroe Americana ASOC Comercio 0,3 0,0 0,0
83 Megatone NAC Comercio 0,3 0,0 0,0
84 Oxy Argentina EXT Industria 0,3 0,1 0,0
85 Kraft Foods (Suchard) EXT Industria 0,3 0,0 0,4
86 Iveco Argentina EXT Industria 0,3 0,5 1,3
87 Nestlé EXT Industria 0,3 0,3 0,3
Galaxy Entertainment Argentina
88
(DirecTv) EXT Servicios 0,3 0,0 0,5
89 Newsan EXT Industria 0,3 0,1 1,6
90 Compañía Mega ASOC Industria 0,3 1,1 0,0
91 Massalin Particulares EXT Industria 0,3 0,1 0,3
92 Total Austral EXT Petro y Minería 0,3 0,3 0,2
93 Farmacity NAC Comercio 0,3 0,0 0,0
94 Profertil ASOC Industria 0,3 0,1 0,3
95 Central Puerto ASOC Servicios 0,3 0,0 0,0
96 Constructora Odebrecht EXT Construcción 0,3 0,0 0,0
97 Danone EXT Industria 0,3 0,0 0,2
Grupo Casino (Sup. Libertad +
98
Leader Price) EXT Comercio 0,3 0,0 0,0
99 Hewlett Packard EXT Comercio 0,3 0,0 2,0
100 Agea NAC Industria 0,3 0,0 0,0
101 Lotería de Cordoba SE EST Servicios 0,3 0,0 0,0
102 Molinos Cañuelas NAC Industria 0,3 0,4 0,0
103 Refinería Del Norte (Refinor) ASOC Industria 0,3 0,7 0,0
104 Aeropuertos Argentina 2000 ASOC Servicios 0,3 0,0 0,0
105 Cerro Vanguardia EXT Petro y Minería 0,3 0,9 0,1
106 Mirgor (Il Tevere) NAC Industria 0,3 0,0 0,8
107 Vintage Oil Argentina EXT Petro y Minería 0,3 0,0 0,0
108 Ind. John Deere EXT Industria 0,3 0,2 1,6
109 Transportadora de Gas del Sur ASOC Servicios 0,3 0,4 0,0
110 Rpb (Baggio) NAC Industria 0,3 0,1 0,0
Epe (Empresa Provincial de
111
Energía de Sta. Fe) EST Servicios 0,2 0,0 0,0
112 Aes Alicura EXT Servicios 0,2 0,0 0,4
113 Diarco NAC Comercio 0,2 0,0 0,0
114 Quickfood EXT Industria 0,2 0,5 0,0
115 Cia. Argentina de Granos NAC Comercio 0,2 0,6 0,0
116 Pluspetrol NAC Petro y Minería 0,2 0,0 0,2
117 Basf Argentina EXT Industria 0,2 0,0 0,5

Martín Schorr (coordinador) 49


Tipo
Sector de % % %
Pos. Nombre de la Empresa de
Actividad ventas expo impo
empresa*
118 José Cartellone NAC Construcción 0,2 0,0 0,0
119 Grupo Codere EXT Servicios 0,2 0,0 0,0
120 Aon Risk Service EXT Servicios 0,2 0,0 0,0
Wintershall Argentina
121
(Deminex) EXT Petro y Minería 0,2 0,2 0,0
122 Correo Argentino EST Servicios 0,2 0,0 0,0
123 Cartocor NAC Industria 0,2 0,0 0,5
124 Minera Santa Cruz EXT Petro y Minería 0,2 0,5 0,1
125 Falabella EXT Comercio 0,2 0,0 0,4
126 Pirelli Neumáticos EXT Industria 0,2 0,2 1,0
127 Omint EXT Servicios 0,2 0,0 0,0
128 Syngenta EXT Industria 0,2 0,0 1,2
129 Cosméticos Avón EXT Industria 0,2 0,1 0,3
130 Central Piedra Buena NAC Servicios 0,2 0,0 0,0
131 Saab Scania Argentina EXT Industria 0,2 0,3 1,3
132 Philips EXT Industria 0,2 0,0 0,7
133 Roemmers NAC Industria 0,2 0,0 0,3
134 Productos Roche EXT Industria 0,2 0,0 0,3
135 Swift Armour EXT Industria 0,2 0,4 0,0
136 Irsa NAC Servicios 0,2 0,0 0,0
137 Kimberly Clark EXT Industria 0,2 0,2 0,2
138 Centro Automotores NAC Comercio 0,2 0,0 0,0
139 Tetra Pak Argentina EXT Industria 0,2 0,2 0,6
140 Central Termica Dock Sud EXT Servicios 0,2 0,0 0,0
141 Arcos Dorados EXT Comercio 0,2 0,0 0,0
142 Bgh NAC Industria 0,2 0,0 4,1
143 Benito Roggio e Hijos NAC Construcción 0,2 0,0 0,0
144 Molfino Hermanos EXT Industria 0,2 0,2 0,0
Ccu Argentina (Industrial
145
Cervecera) EXT Industria 0,2 0,0 0,0
146 Sadesa (Federico Meiners) NAC Industria 0,2 0,4 0,1
147 S.C. Johnson & Son EXT Industria 0,2 0,1 0,1
Integración Eléctrica Sur
148
(Electroingeniería) NAC Servicios 0,2 0,0 0,0
149 Dls Argentina EXT Servicios 0,2 0,0 0,0
150 Dana Argentina EXT Industria 0,2 0,0 0,2
151 Maycar (Sup. Mayorista Vital) NAC Comercio 0,2 0,0 0,0
152 Petroken EXT Industria 0,2 0,1 0,2
153 Techint NAC Construcción 0,2 0,0 0,0
154 Celulosa Argentina EXT Industria 0,2 0,1 0,0
155 Papelera del Plata EXT Industria 0,2 0,0 0,3
156 Minera Titrón EXT Petro y Minería 0,2 0,6 0,0

50 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
Tipo
Sector de % % %
Pos. Nombre de la Empresa de
Actividad ventas expo impo
empresa*
157 Maxiconsumo NAC Comercio 0,2 0,0 0,0
158 Tecpetrol NAC Petro y Minería 0,2 0,6 0,0
159 Metrogas ASOC Servicios 0,2 0,0 0,0
160 Dupont EXT Industria 0,2 0,1 0,4
161 Laboratorios Abbot EXT Industria 0,2 0,2 0,3
162 Medicus NAC Servicios 0,2 0,0 0,0
163 Fate NAC Industria 0,2 0,2 0,5
164 Intel EXT Industria 0,2 0,0 0,0
165 Bridgestone Firestone EXT Industria 0,2 0,1 0,7
166 Petro Andina Resources NAC Petro y Minería 0,2 0,0 0,0
167 Peñaflor NAC Industria 0,2 0,3 0,0
168 Novartis Argentina EXT Industria 0,2 0,0 0,1
169 Acerbrag EXT Industria 0,2 0,0 0,0
Macrosa del Plata (Finning
170
Argentina) EXT Comercio 0,2 0,1 0,0
171 Adidas EXT Industria 0,2 0,0 0,4
S.A. Organización Coordinadora
172
Arg. (Oca) ASOC Servicios 0,1 0,0 0,0
173 Sipetrol EXT Petro y Minería 0,1 0,0 0,0
174 Manpower (Cotecsud) EXT Servicios 0,1 0,0 0,0
175 Lan Airlines EXT Servicios 0,1 0,0 0,0
176 Nike Argentina EXT Industria 0,1 0,0 0,4
177 Aguas Danone EXT Industria 0,1 0,0 0,0
Eastman Química Argentina (ex
178
Voridian) EXT Industria 0,1 0,0 0,1
179 Laboratorios Bagó NAC Industria 0,1 0,1 0,1
Petroquímica Comodoro
180
Rivadavia NAC Industria 0,1 0,0 0,0
181 Lineas Mesopotamicas ASOC Servicios 0,1 0,0 0,0
182 Siemens EXT Industria 0,1 0,0 1,0
183 Prosegur EXT Servicios 0,1 0,0 0,0
184 Ribeiro NAC Comercio 0,1 0,0 0,0
185 Sony Argentina EXT Comercio 0,1 0,0 0,8
186 Cliba NAC Servicios 0,1 0,0 0,0
187 Sipar EXT Industria 0,1 0,0 0,0
Petrolera Entre Lomas (ex Pérez
188
Companc) ASOC Petro y Minería 0,1 0,0 0,0
189 Tabacal Agroindustria EXT Industria 0,1 0,1 0,0
Alicorp (ex The Value Brands
190
Company) EXT Industria 0,1 0,0 0,1
191 Productos de Maiz EXT Industria 0,1 0,2 0,0
Capsa (Compañías Asociadas
192
Petroleras) NAC Petro y Minería 0,1 0,4 0,0

Martín Schorr (coordinador) 51


Tipo
Sector de % % %
Pos. Nombre de la Empresa de
Actividad ventas expo impo
empresa*
193 Zucamor (Dlj) EXT Industria 0,1 0,0 0,1
194 Petroquímica Cuyo EXT Industria 0,1 0,1 0,0
195 Epec EST Servicios 0,1 0,0 0,0
196 Sullair Argentina EXT Servicios 0,1 0,0 0,2
197 Artear (Arte Radiotelevisivo Arg.) NAC Servicios 0,1 0,0 0,0
Destilería Argentina de Petróleo
198
(Dapsa) NAC Industria 0,1 0,0 0,0
199 San Miguel NAC Industria 0,1 0,4 0,0
200 Agroservicios Pampeanos EXT Servicios 0,1 0,0 0,2

*ASOC.: Empresas propiedad de una asociación entre dos o más firmas; EXT: Empresas propiedad
de capital extranjero; NAC: Empresas propiedad de capital privado nacional; EST: Empresas pro-
piedad del Estado.

Fuente: Elaboración propia en base a información del Área de Economía y Tecnología de la


FLACSO.

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Martín Schorr (coordinador) 53


2 argentina en la posconvertibilidad.

/ La extranjerización de la industria

Un análisis del poder económico sectorial1*

Pablo Manzanelli y Martín Schorr

I. Introducción

D
esde el abandono de la convertibilidad, en los inicios del crítico año 2002,
la industria argentina ha atravesado una fase de expansión sumamente
pronunciada (sólo morigerada por los efectos locales de la crisis interna-
cional desatada a mediados de 2008). En estos años, al calor del crecimiento ma-
nufacturero, se manifestaron algunos procesos que se encuentran en las antípodas
de lo acontecido en el transcurso del “modelo financiero y de ajuste estructural”
vigente entre 1976 y 20012. Entre otros, se destacan la importante creación de
puestos de trabajo y cierto incremento en la participación del sector fabril en el
conjunto de la actividad económica del país, aspectos relevantes si se considera
la brusca retracción del empleo manufacturero en el cuarto de siglo señalado, así
como el agudo cuadro de desindustrialización que tuvo lugar.
Pero también, en un contexto signado por la falta de planificación industrial
(el “dólar alto” se constituyó en el núcleo determinante del “fomento industrial”,
en la medida que se aplicaron muy pocas políticas sectoriales, con reducida coor-
dinación), en la posconvertibilidad se afianzaron muchos rasgos críticos caracte-
rísticos de la trayectoria manufacturera bajo el predominio del neoliberalismo, al
tiempo que se manifestaron otros “nuevos”. Entre otras tendencias en ese sentido
se resaltan las siguientes:

1* En este trabajo se recuperan y amplían los desarrollos analíticos de un estudio previo de los
autores que fue publicado en Problemas del Desarrollo, Nº 170, México, 2012.
2 Sobre las características del “modelo de valorización financiera y de ajuste estructural” y el
régimen de convertibilidad se recomienda consultar los estudios de Basualdo (2006) y Diamand
y Nochteff (1999).

55
• la ausencia de modificaciones significativas en el perfil de especialización
fabril y de inserción en el mercado mundial, lo que se manifiesta principal-
mente en el afianzamiento de una estructura productiva sectorial muy volcada
al procesamiento de recursos naturales y el sector automotor de armaduría o
ensamblaje;
• la profundización de la dependencia tecnológica y el rezago histórico de la
industria nacional de bienes de capital;
• la incipiente manifestación de una dinámica de tipo stop and go en el desem-
peño comercial externo y, en ese marco, la existencia de déficits de comercio
en la industria. En los hechos, estos desequilibrios han sido “financiados” por
las divisas aportadas por un puñado de grandes empresas y grupos económicos
que se desempeñan mayoritariamente en actividades caracterizadas por un
bajo o nulo grado de procesamiento (como resultado de lo cual cuentan con
un significativo y creciente poder de veto sobre el funcionamiento estatal y,
más específicamente, sobre la formulación de políticas públicas); y
• la vigencia de costos laborales reducidos en términos históricos e internacio-
nales, lo que constituye el correlato –la condición de posibilidad– del ciclo de
acumulación y reproducción ampliada del capital de, fundamentalmente, los
agentes económicos predominantes, cuya conducta media ha manifestado la
creciente colocación de sus productos en los mercados externos (de allí que
el salario y el mercado interno no traccionen mayormente su expansión).

Estas tendencias han sido abordadas y problematizadas en un trabajo previo


(Azpiazu y Schorr, 2010a). En esta investigación se recuperan algunos de esos
análisis, pero para focalizarse en el estudio de una problemática que se considera
relevante en términos académicos y políticos, a saber: aquella vinculada con
la creciente extranjerización de la industria argentina y sus implicancias más
salientes.
Sobre el particular, desde diversos ámbitos, no sólo los más afines al pensa-
miento ortodoxo, es habitual escuchar planteos de lo más variados en cuanto a
que se trata de un “proceso ineluctable”, sobre todo en la actual fase capitalista
a escala global. Y que, por ende, es poco lo que se puede y se debe hacer para
controlarlo o regularlo por medio de la intervención estatal, la que, en el mejor de
los casos, debería generar las condiciones necesarias y suficientes para propiciar
el desenvolvimiento “normal” y “sustentable” de esta “tendencia inevitable”.
Se trata de argumentos ampliamente difundidos que soslayan la intensidad
y los impactos domésticos de este proceso en diversos frentes (estructura pro-
ductiva, inserción internacional, formación de capital, mercado de trabajo, ritmo
inflacionario, distribución del ingreso, cuentas externas y fiscales; en suma: en el
nivel de desarrollo/subdesarrollo del país). De allí que, con algunas excepciones,
en el medio local no se estén problematizando las múltiples implicancias, por lo
general negativas, que suele acarrear la extranjerización de la industria (y de la

56 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
economía argentina en su conjunto) para, sobre esta base, contar con elementos de
juicio para avanzar en la formulación de un diagnóstico de situación que permita
delinear políticas públicas de carácter estratégico en numerosos sentidos3.
En ese contexto, el propósito de este trabajo es el de analizar la dinámica
de la extranjerización del poder económico industrial en la posconvertibilidad
teniendo como referencia ineludible lo sucedido en el transcurso de la década de
1990. También se apunta a reflexionar sobre algunos de sus principales efectos
en materia estructural, laboral, distributiva, de inserción en el mercado mundial y
regional, de potenciación (o no) de las capacidades tecno-productivas domésticas,
de imposición (o no) de rigideces en la formulación de políticas públicas, etc.
Para ello, en la próxima sección se analizan las principales características
del proceso de extranjerización de la elite empresaria fabril que tuvo lugar en el
transcurso del decenio pasado. Sobre esa base, en la sección siguiente se busca
identificar las principales diferencias estructurales y de comportamiento que se
manifiestan entre las diferentes fracciones del gran capital manufacturero. Cierran
el estudio unas breves reflexiones finales.

II. La extranjerización del poder económico industrial

Partiendo del supuesto, bastante difundido en el plano teórico y mucho más


en el empírico, de que las empresas transnacionales tienden a concentrarse en
mercados oligopólicos que ofrecen productos con marcas registradas y/o pro-
ductos diferenciados4, resulta relevante indagar en dos fenómenos yuxtapuestos
en la dinámica industrial de la Argentina bajo la posconvertibilidad: la creciente
concentración económica y la elevada penetración de las firmas extranjeras en
la elite empresaria local y dentro del sector manufacturero.
En pos de realizar una aproximación a estas problemáticas, en esta sección se
avanza en un doble objetivo: 1) dimensionar la significación económica real de
la cúpula empresaria industrial5 y de las compañías extranjeras que la integran,

3 Son relativamente escasos los trabajos recientes que han tematizado estas cuestiones. Desde
diversos encuadres analíticos y metodológicos, es el caso de Arceo y De Lucchi, 2012; Arceo,
González y Mendizábal, 2010; Azpiazu, Manzanelli y Schorr, 2011; Azpiazu y Schorr, 2010b;
Bezchinsky y otros, 2007; Burachik, 2010; y PNUD, 2009.
4 “Un examen rápido de la estructura de productos y mercados de las principales EPM [empresas
productoras multinacionales] de la industria manufacturera indica que éstas tienden a concen-
trarse en industrias oligopólicas que ofrecen productos con marcas registradas, o diferenciados”
(Dunning, 1976). Véase también Graham, 1992; Hymer, 1972; y Vernon, 1973.
5 Se trata de las cien compañías manufactureras de mayor facturación anual del país de acuerdo
a la información relevada por el Área de Economía y Tecnología de la FLACSO a partir de los
balances empresarios y las revistas Mercado y Prensa Económica. Los criterios metodológicos
involucrados en la confección de este panel de corporaciones líderes se pueden encontrar en
Azpiazu, 1996; y Schorr, 2004.

Martín Schorr (coordinador) 57


y 2) evaluar los rasgos subyacentes en la propia cúpula fabril, principalmente en
lo que concierne al origen del capital de las empresas que la conforman, con el
fin de identificar el peso relativo que adquieren las firmas transnacionales en el
selecto grupo que configura el poder económico industrial.
Para la consecución de tales objetivos, cabe retomar los aportes teóricos y
metodológicos de Sylos Labini (1966), en cuanto a los tres tipos de concentración
que distingue: la referida a las plantas (“concentración técnica”), la que alude a las
empresas (“concentración económica”) y la que se ocupa de grupos de empresas
unidas entre sí por participaciones de acciones (“concentración financiera”). Sin
duda, esta última es la que mejor capta el grado de concentración real de una
economía, no obstante, la “concentración económica”, que es la que aquí se
desarrolla, constituye un buen y habitual indicador para avanzar en la dilucida-
ción de este fenómeno. Más aun cuando se trata de lo que este autor denomina
“concentración en general” (o global), es decir, la que refiere “a amplios sectores
de la economía, como la industria transformadora”.
Por consiguiente, el abordaje del primero de los objetivos planteados se sus-
tenta en la identificación de la concentración económica en general en la industria
manufacturera, a partir de la confrontación de los montos agregados de las ventas
anuales de las cien firmas industriales de mayor facturación (cúpula empresaria)
con el respectivo valor bruto de producción fabril (VBP), en ambos casos a pre-
cios corrientes. Ello brinda una sólida referencia de la relevancia global de tales
empresas en el conjunto de la industria nacional y, a la vez, de las tendencias que
se ponen de manifiesto en los disímiles escenarios y regímenes macroeconómicos
que se sucedieron en la Argentina entre 1993 y 20106.
Asimismo, atento a la creciente injerencia del capital extranjero en la estruc-
tura productiva local, se replica la misma medición pero circunscribiéndola al
subconjunto de firmas extranjeras que integran la cúpula. Se trata, en tal sen-

6 Vale la pena introducir dos breves digresiones metodológicas respecto a ciertos supuestos implí-
citos que no invalidan los resultados de la confrontación entre las variables aludidas. Primero,
la consideración de que la facturación agregada de la cúpula fabril no difiere mayormente del
valor bruto de producción. En otras palabras, ello desatiende la posibilidad cierta de que las
ventas de las grandes firmas incluyan una proporción vinculada con la comercialización de bie-
nes finales importados y/o de producción de terceros (por ende, no serían parte constitutiva del
respectivo VBP). Sin embargo, como se desprende de investigaciones previas (Schorr, 2004),
a los fines analíticos la adopción de tal supuesto no afecta los resultados agregados respecto
a la trascendencia económica de la cúpula empresaria y, menos aún, su evolución durante el
horizonte temporal de análisis (o, en otras palabras, esas posibles diferencias son marginales en
el plano agregado). Segundo, cabría realizar consideraciones similares respecto a la incidencia
de la variación de stock o diferencias entre el valor de la producción en determinado año y su
realización efectiva –o no– en el mismo. En este caso se asume que la potencial discrepancia
asociada a las variaciones interanuales de stock resulta marginal o insignificante en términos
generales al cabo del período analizado. Sobre las diferencias entre la convertibilidad y la pos-
convertibilidad en materia de funcionamiento macroeconómico, y entre la trayectoria estructural
del sector manufacturero local en ambas fases, se recomienda consultar los trabajos de Azpiazu
y Schorr, 2008; CENDA, 2010; Fernández Bugna y Porta, 2008; y Kosacoff, 2008.

58 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
tido, de un indicador que refleja la presencia de las ventas de las empresas
transnacionales de la elite en el valor de la producción industrial, lo que no haría
más que constituir un indicador proxy de la concentración económica general de
la producción fabril en manos del capital foráneo (extranjerización).

Cuadro Nº 1. Concentración económica global en la industria manufacturera


(I), concentración en las exportaciones industriales (II) y peso relativo de las
firmas extranjeras que integran la cúpula industrial* en el valor de producción
(III) y en las exportaciones industriales (IV), en precios corrientes, 1993-2010
(porcentajes).

  I(a) II(b) III(c) IV(d)


1993 26,7 64,0 9,8 19,5
1994 29,8 56,2 11,6 18,0
1995 30,8 60,9 11,8 18,9
1996 30,6 66,3 15,3 30,0
1997 31,7 66,0 17,6 34,1
1998 33,5 69,4 20,6 41,5
1999 33,7 72,5 20,6 38,5
2000 34,2 72,4 20,8 40,3
2001 35,3 73,6 20,3 42,9
2002 46,4 80,3 26,7 48,1
2003 37,8 84,1 21,8 50,3
2004 39,3 82,1 24,1 49,2
2005 39,8 84,4 26,9 53,2
2006 41,0 76,4 28,5 48,6
2007 42,1 74,1 29,5 48,3
2008 41,7 78,5 29,4 50,9
2009 37,0 74,9 25,9 48,7
2010 41,4 74,6 29,3 50,8
Prom. 93-01 31,9 67,5 16,6 33,1
Prom. 03-10 40,2 77,7 27,6 50,0

* Se trata de las cien empresas industriales de mayor facturación del país.


(a) Relación entre las ventas de la cúpula industrial y el valor bruto de producción de la industria
manufacturera de la Argentina.
(b) Relación entre las exportaciones de la cúpula industrial y las exportaciones industriales de la
Argentina.
(c) Relación entre las ventas de las firmas extranjeras que integran la cúpula industrial y el valor bruto
de producción de la industria manufacturera de la Argentina.
(d) Relación entre las exportaciones de las firmas extranjeras que integran la cúpula industrial y las
exportaciones industriales de la Argentina.

Fuente: Elaboración propia en base a información del Área de Economía y Tecnología de la FLACSO
y del INDEC.

Martín Schorr (coordinador) 59


Al respecto, las evidencias que constan en el Cuadro Nº 1 son contundentes
en indicar que la participación de las ventas de las cien empresas fabriles más
grandes del país en la generación de riquezas es creciente y por demás significa-
tiva en el período 1993-2010, con un abrupto incremento en el crítico año 2002
(donde el grado de concentración general trepó al 46,4%), para luego morige-
rarse y estabilizarse en un estadio inferior al de dicho año (40,2% en el período
2003-2010), pero muy por encima del predominante durante la vigencia de la
convertibilidad (31,9%).
También creciente resulta ser la gravitación de las firmas extranjeras en la
producción industrial, pero, a diferencia de la concentración económica global,
los niveles promedio de extranjerización en la posconvertibilidad (27,6%) no
sólo son más elevados que los de la década de 1990 (16,6%), sino también que
los que se registraron en 2002 (26,7%).
Así, el sendero de la industria local muestra un fuerte impulso de la con-
centración económica global y de la extranjerización del entramado fabril en el
período 1993-2001, cuyos sesgos persisten en la posconvertibilidad en un nuevo
nivel (muy superior) después de los profundos reacomodamientos en el funcio-
namiento económico que trajo aparejada la devaluación monetaria en 2002 y,
en ese marco, la vigencia del “dólar alto” como eje central de la política estatal
hacia los sectores manufactureros.
Estos comportamientos se ven replicados, con una relevancia aun mayor, si
se advierte el peso de las exportaciones de ambos agregados (la cúpula fabril y
las firmas extranjeras) en las ventas externas totales de la industria argentina. Al
respecto, en el decenio de 1990 se asistió a una creciente orientación exportadora
de buena parte de las compañías líderes, con su consiguiente incremento en la
gravitación en las exportaciones manufactureras, mientras que en la posconverti-
bilidad dichos capitales se consolidaron como sólidas plataformas de exportación,
afianzando aún más el peso hegemónico de la cúpula en el total de las ventas
externas fabriles (que en estos años se expandieron fuertemente –Azpiazu y
Schorr, 2010a–). A tal punto que la concentración de las exportaciones industria-
les en la cúpula alcanzó, en promedio, el 77,7% en la posconvertibilidad (porcen-
tual que fue del 67,5% en la década de 1990), mientras que la participación de las
firmas extranjeras que se integran a la elite del poder económico manufacturero
en las exportaciones sectoriales fue del 50,0% en el mismo período (y del 33,1%
en la convertibilidad).
En tal sentido, se podría inferir que durante la vigencia del esquema converti-
ble ciertos actores (y sectores) encontraron en la salida exportadora una forma de
paliar las consecuencias del ciclo económico interno, mientras que otros comen-
zaron a consolidarse como importantes generadoras de divisas por la vía del
comercio internacional y otros, a favor de la constelación de recursos naturales
y/o contextos operativos de privilegio, volcaron proporciones crecientes de su
producción a los mercados externos a pesar del retraso cambiario. Ese fenómeno

60 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
asume una intensidad mucho más marcada en la posconvertibilidad, etapa en la
que la conjunción de una nueva relación cambiaria con escenarios internacionales
favorables para los principales productos de exportación, un alza significativa en
el precio de los commodities (incluyendo los industriales) y las propias estrategias
empresarias en un contexto sectorial signado por el afianzamiento estructural de
ramas vinculadas con el procesamiento de recursos básicos y la armaduría auto-
motriz7, pasaron a otorgarle a las ventas al exterior una importancia económica
muy superior8.
En síntesis, en cuanto al primer objetivo de análisis puede constatarse que la
gravitación sectorial de la cúpula industrial y de las corporaciones transnacionales
que la conforman es por demás trascendente y significativa, al tiempo que revelan
una clara tendencia creciente.
De allí que, en pos de abordar el segundo de los objetivos planteados, el recor­te
analítico que supone centrar la atención en apenas cien firmas queda sólida­mente
justificado por la importancia que asumen estos actores como núcleo central del
desempeño de la industria argentina en su conjunto.
A tal fin se procedió a segmentar a este panel de grandes compañías según las
diferentes tipologías empresarias que pueden reconocerse en su interior: las pri-
vadas nacionales, las empresas extranjeras y las asociaciones (en cuya propiedad
participan dos o más accionistas, por lo general de origen nacional y foráneo).
En el Cuadro Nº 2 se expone la configuración de la elite empresaria manu-
facturera según cada una de esas formas de propiedad en el período 1993-2010.
Estas evidencias ponen de manifiesto modificaciones radicales en la trayectoria
estructural de cada una de ellas que, por ejemplo, entre los años extremos y como
tendencia de largo plazo, se ven expresadas en un derrumbe de la presencia de
las corporaciones de capital nacional (de cincuenta y tres a veintiséis compañías
y casi quince puntos porcentuales en términos de su participación en las ventas
agregadas). En paralelo queda de manifiesto un incremento muy acentuado de la
gravitación de las compañías pertenecientes a inversores extranjeros: se duplica
la cantidad de empresas (de treinta y cinco a setenta) y su aporte a la facturación
total de la cúpula crece algo más de treinta y cuatro puntos porcentuales9.

7 Es decir, de aquellas actividades con una presencia determinante de oligopolios extranjeros


(Azpiazu y Schorr, 2010b).
8 A punto tal que el crecimiento de las exportaciones de las corporaciones líderes se constituyó
en uno de los pilares del notable dinamismo de sus ventas totales y, así, del incremento en la
concentración económica global que se verificó en el sector manufacturero doméstico tras el
abandono de la convertibilidad. Los principales factores explicativos del importante salto de
nivel verificado en materia de concentración económica en la industria en los años recientes
puede encontrarse en Azpiazu y Schorr, 2008; y Azpiazu, Manzanelli y Schorr, 2011.
9 Entre los años mencionados se produjo una caída significativa en el peso de las asociaciones,
tanto en la cantidad de firmas que esta categoría aporta al panel de las líderes (ocho menos),
como en lo que refiere a su peso en las ventas globales (caída apenas superior a los diecinueve
puntos porcentuales).

Martín Schorr (coordinador) 61


Cuadro Nº 2. Distribución de las ventas de la cúpula industrial* según el origen
del capital social de la firma, 1993-2010 (cantidad absoluta y porcentajes).

Privada nacional Extranjera Asociaciones Total


  Cant. % Cant. % Cant. % Cant. %
emp. ventas emp. ventas emp. ventas emp. ventas
1993 53 41,4 35 36,7 12 21,8 100 100
1994 45 37,3 39 38,8 16 23,9 100 100
1995 46 41,5 37 38,4 17 20,1 100 100
1996 43 37,7 47 50,0 10 12,4 100 100
1997 38 34,8 52 55,4 10 9,8 100 100
1998 35 33,8 56 61,5 9 4,7 100 100
1999 33 32,8 57 61,0 10 6,2 100 100
2000 33 32,4 56 60,8 11 6,8 100 100
2001 34 33,8 53 57,6 13 8,6 100 100
2002 33 35,9 59 57,7 8 6,4 100 100
2003 33 35,7 60 57,6 7 6,8 100 100
2004 30 30,7 61 61,2 9 8,1 100 100
2005 31 28,4 64 67,7 5 3,9 100 100
2006 27 26,8 68 69,5 5 3,8 100 100
2007 26 26,7 69 70,0 5 3,2 100 100
2008 26 27,0 70 70,5 4 2,5 100 100
2009 24 27,1 72 70,0 4 2,9 100 100
2010 26 26,7 70 70,8 4 2,6 100 100
Prom.93-01 40 35,8 48 52,1 12 12,0 100 100
Prom.03-10 28 27,8 67 68,6 5 3,6 100 100

* Se trata de las cien empresas industriales de mayor facturación del país.

Fuente: Elaboración propia en base a información del Área de Economía y Tecnología de la


FLACSO.

Esos fenómenos contrapuestos, que en buena medida son dos caras de una
misma moneda, se caracterizan por ser sostenidos en el tiempo. De considerar
los promedios anuales, en el período 1993-2001 algo más de la mitad de los
montos facturados totales estuvieron en manos del capital extranjero, mientras
que el capital nacional dio cuenta de casi el 36% y las asociaciones del 12,0%.
Por su parte, en la fase 2003-2010 la participación de las firmas extranjeras en
las ventas totales se aproximó al 70%, frente a registros del 27,8% en el caso de
las empresas nacionales y de apenas el 3,6% en las asociaciones.
Así, durante la década de 1990, principalmente en la segunda mitad, converge
la disolución de importantes asociaciones, un notable proceso de desnacionali-

62 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
zación de firmas locales y la radicación fabril de unas pocas grandes empresas
extranjeras10. Es en esos años en los que se inicia con particular virulencia la cre-
ciente extranjerización de la elite fabril que se sostendrá en la posconvertibilidad,
claro que con ritmos menos intensos dado lo acelerado del proceso acaecido bajo
el régimen convertible11.
Además de diversos factores de índole estructural, este álgido proceso de des-
nacionalización del núcleo duro del poder económico fabril no estuvo disociado
de una serie de “estímulos” domésticos de “atracción” que ofrecieron, aun en un
contexto de desindustrialización como el del decenio de 1990, ciertas ventajas de
localización al capital transnacional enmarcadas en las amplias y muy variadas
prebendas derivadas de la Ley de Inversiones Extranjeras sancionada durante la
dictadura militar de 1976-1983 (Nº 21.382). Entre otras ventajas se destacan: a)
la puesta en práctica de políticas de tipo horizontal, entre las que sobresalen la
liberalización comercial y financiera, la “desregulación” de una amplia gama de
mercados, la extrema liberalización del régimen legal con el establecimiento de
distintas garantías y beneficios para los inversionistas extranjeros y la celebración
de numerosos tratados bilaterales de protección de la inversión que incluyeron
cláusulas “leoninas” para la Argentina y cedieron la jurisdicción a tribunales
internacionales; b) la decisión gubernamental de apoyar el Mercosur, con la
consiguiente ampliación de la demanda “interna” y la posibilidad de desplegar
estrategias de complementación productiva entre filiales radicadas en los países
miembro (sobre todo en Brasil); y c) la vigencia de importantes incentivos secto-
riales, como el régimen especial de promoción a la armaduría automotriz.
En la posconvertibilidad se mantuvieron muchas de estas ventajas para el
capital extranjero, al tiempo que se agregaron otras en un contexto de fuerte
expansión de la facturación de los oligopolios líderes a favor de su, en la genera-
lidad de los casos, elevada propensión exportadora12. En ese marco, el proceso de

10 En ese lapso temporal se produjo la disolución de tres asociaciones que operaban en el ámbito
automotor (Autolatina, Ciadea y Sevel), que conllevó la reasignación de la facturación de tal
tipología empresaria hacia empresas transnacionales como Peugeot-Citroën, Volkswagen, Fiat,
Ford y Renault. Algo similar ocurrió con la disolución de las asociaciones de capital contro-
lantes de Celulosa Argentina y Alto Paraná, que pasaron a constituirse en empresas extranjeras.
Por su parte, la sistemática disminución en la cantidad de firmas nacionales estuvo asociada,
fundamentalmente, a que ciertos grupos económicos se desprendieron de numerosas compañías
de su propiedad a favor de empresas de capital foráneo (entre otras, Astra, Bagley, Terrabusi,
Canale, Indupa, Atanor, etc.). A ello se suma la principal radicación fabril de una nueva empresa
extranjera en el ámbito del sector automotor (Toyota Argentina).
11 Sobre la magnitud y las modalidades del proceso de desnacionalización del entramado fabril
local durante la convertibilidad se recomienda consultar, entre otras, las investigaciones de
Basualdo, 2006; Kosacoff y Porta, 1997; y Kulfas, 2001.
12 Al respecto, vale la pena apuntar que continúa vigente la Ley Nº 21.382 y las múltiples pre-
bendas al capital extranjero que se desprenden de la misma y de diversas normas complemen-
tarias. También, que se mantuvieron, en algunos casos ampliando los beneficios concedidos,
los esquemas de privilegio para las terminales automotrices y los ensambladores de productos

Martín Schorr (coordinador) 63


extranjerización de la elite empresaria sectorial reconoce distintos mecanismos.
Por ejemplo, algunas compañías extranjeras incrementaron sus ventas a partir de
la fusión de algunas de sus firmas controladas (como el caso de Dow Química
que absorbió a PBB Polisur y Dow AgroSciences). O por la vía de la compra de
la totalidad o una proporción importante del capital accionario de grandes compa-
ñías nacionales oligopólicas en el mercado doméstico (proceso en el que tuvo un
rol destacado el gran capital brasilero). A simple título ilustrativo, cabe destacar
los casos de los frigoríficos CEPA, Swift, Finexcor y Quickfood, la bodega Peña-
flor, la cementera Loma Negra, el oligopolio líder en la elaboración de cerveza
(Quilmes), uno de los integrantes del duopolio siderúrgico local (Acindar), el
holding Pecom Energía, la textil Alpargatas y las alimenticias Fargo, Molfino
Hermanos y Trigaglia (Cuadro Nº 3).
Estas evidencias son indicativas de que en la posconvertibilidad siguieron
primando las tendencias a una fuerte centralización del capital en el ámbito de
la industria argentina. En otras palabras, en los años recientes el fortalecimiento
del predominio económico del capital extranjero en una cúpula empresaria que
aumentó su presencia en el conjunto del sector, se vinculó estrechamente con la
desnacionalización de importantes firmas locales de las ramas fabriles preponde­
rantes. De allí el escaso aporte de estas radicaciones extranjeras en términos
de la redefinición del perfil de especialización industrial y de inserción inter-
nacional, así como en materia de incremento en las capacidades productivas
domésticas13.

electrónicos en Tierra del Fuego. Por otro lado, a partir de la sanción de la Ley Nº 25.924 se
puso en marcha un régimen de “promoción de inversiones en bienes de capital y obras de in-
fraestructura”, que derivó en una importante transferencia de ingresos a un puñado de grandes
empresas nacionales y extranjeras con posiciones oligopólicas en ramas predominantes del
sector industrial. Asimismo, se ha mantenido el régimen de importación de bienes integrantes
de grandes proyectos de inversión (un instrumento que data de la década de 1990 y que ha sido
usufructuado por muchas grandes empresas de capitales foráneos). Por último, cabe consignar
que siguen vigentes (fueron ratificados) cincuenta y cinco de los cincuenta y ocho tratados
bilaterales de inversión que el país suscribió en la década de 1990.
13 Ello contrasta con lo sucedido bajo la importante oleada desnacionalizadora que se verificó
a partir de fines de la década de 1950, como resultado de las políticas del llamado “desa­
rrollismo”. En aquel entonces, con limitaciones e impactos negativos variados en lo económico
y lo social, la radicación de capital foráneo contribuyó a incrementar el stock de capital existen-
te (primaron, entonces, los procesos de inversión en nuevas plantas y las ampliaciones por sobre
las compras de empresas nacionales) y a redefinir el perfil de la economía doméstica, sobre todo
en el ámbito de la industria manufacturera. Un análisis de la extranjerización del sector fabril
durante el “desarrollismo” se puede consultar en Azpiazu y Kosacoff, 1985; CONADE, 1973;
y Sourrouille, 1976.

64 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
Cuadro Nº 3. Principales firmas industriales desnacionalizadas durante la pos-
convertibilidad.

Año
Firma Sector Adquirente País
operación
Peñaflor Bebidas 2002 DLJ Fondo inversión
Trigaglia Molino harinero 2002 Cargill EE.UU.
Molfino Hermanos Lácteo 2003 Saputo Inc Canadá
Alimentos Fargo Panificación industrial 2003 Bimbo México
Petróleo, refinerías de
Pecom Energía 2003 Petrobras Brasil
petróleo, petroquímica
Quilmes (más Baesa
Bebidas 2003 AmBev* Brasil
y Eco de los Andes)
Acindar Siderurgia 2004 Gerdau** Brasil
Finexcor Frigorífico 2005 Cargill EE.UU.
Loma Negra Cemento 2005 Camargo Correa Brasil
Swift Armour Frigorífico 2005 JBS Friboi Brasil
CEPA y Colonia
Frigorífico 2006 JBS Friboi Brasil
Caroya (COLCAR)
Zucamor Envases cartón 2005 DLJ Fondo inversión
Unisol Calzado deportivo 2005 Puma Alemania
AB&P, Estancias del
Frigorífico 2007 Marfrig Brasil
Sur y Best Beef
Alpargatas Textil Textil 2007 Camargo Correa Brasil
Editorial Atlántida Editorial 2007 Televisa México
Quickfood Frigorífico 2007 Marfrig Brasil
Bieckert, Imperial
Bebidas 2008 CCU Chile
y Palermo
Curtiembre Yoma Curtiembre 2008 Bom Retiro Brasil
Moño Azul Frigorífico de frutas 2008 GF Group SPA Italia
Glaxo Smith
Phoenix Laboratorio 2010 Gran Bretaña
Kline
Milkaut Lácteo 2011 Bongrain Francia

* Luego integrada/absorbida por la belgo-brasilera InBev.


** Luego absorbida por la mega-corporación belgo-hindú Arcelor-Mittal.
Fuente: Elaboración propia en base a información del Área de Economía y Tecnología de la FLACSO.

En definitiva, en la posconvertibilidad no se ha visto morigerado, ni mucho


menos revertido el proceso de extranjerización de la cúpula fabril (y, por ende,
del conjunto del sector manufacturero). La selección local de compañías con
mayores potencialidades de crecimiento, muy particularmente en el escenario

Martín Schorr (coordinador) 65


internacional (sin desmedro de las resultantes de su generalizada condición de
oligopolios enfrentados a una importante reactivación de la demanda interna),
denota la presencia de estrategias transnacionales que encontraron en el nuevo
contexto macro y mesoeconómico local la posibilidad de consolidarse como la
principal fracción del capital en cuanto a predominio económico con, a la vez,
una creciente inserción en los mercados externos.

Cuadro Nº 4. Distribución de las ventas externas de las firmas exportadoras de


la cúpula industrial* según el origen del capital social de la firma, 1993-2010
(cantidad absoluta y porcentajes).

Privada
Extranjera Asociaciones Total
nacional
 
Cant. % Cant. % Cant. Cant.
% expo % expo
emp. expo emp. expo emp. emp.
1993 53 54,4 35 30,5 12 15,2 100 100,0
1994 45 52,7 39 32,0 16 15,3 100 100,0
1995 46 51,9 37 31,0 17 17,1 100 100,0
1996 43 50,0 47 45,3 10 4,7 100 100,0
1997 38 42,6 52 51,7 10 5,7 100 100,0
1998 35 32,4 56 59,7 9 7,8 100 100,0
1999 33 38,8 57 53,0 10 8,2 100 100,0
2000 33 36,8 56 55,7 11 7,5 100 100,0
2001 34 32,6 53 58,2 13 9,2 100 100,0
2002 33 37,2 59 59,9 8 2,9 100 100,0
2003 33 33,4 60 59,7 7 6,9 100 100,0
2004 30 32,9 61 60,0 9 7,1 100 100,0
2005 31 32,4 64 63,1 5 4,5 100 100,0
2006 27 32,2 68 63,6 5 4,2 100 100,0
2007 26 31,6 69 65,2 5 3,2 100 100,0
2008 26 30,9 70 64,9 4 4,2 100 100,0
2009 24 31,8 72 65,0 4 3,2 100 100,0
2010 26 29,0 70 68,1 4 2,8 100 100,0
Prom.93-01 40 41,8 48 49,0 12 9,2 100 100,0
Prom.03-10 28 31,5 67 64,4 5 4,2 100 100,0

* Se trata de las cien empresas industriales de mayor facturación del país.

Fuente: Elaboración propia en base a información del Área de Economía y Tecnología de la


FLACSO.

66 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
Al respecto, de acuerdo a los datos aportados por el Cuadro N° 4, las corpo-
raciones transnacionales explicaron, en 2010, el 68,1% de las exportaciones de
la cúpula fabril. Lo que equivale a un incremento de casi treinta y ocho puntos
porcentuales en cuanto a su presencia en las ventas externas de la elite con res-
pecto a los registros de 199314.
En suma, el supuesto teórico de que las firmas extranjeras suelen radicarse en
las formas de mercado oligopólicas, planteado por Dunning (1976), parece ser
constatado, aunque indirectamente, por la realidad económica argentina a través
de dos mecanismos retroalimentados: el aumento de la concentración económica
en general en la industria manufacturera (que es a la vez difusor de formas de
integración horizontal y vertical, así como de situaciones de “precio líder” –Sylos
Labini, 1966–) y el acelerado proceso de extranjerización en ese creciente poder
económico industrial15.

III. La fisonomía estructural de los diferentes segmentos del


poder económico industrial

Para acceder a una visión más abarcadora del comportamiento de las dife-
rentes fracciones que integran la elite empresaria industrial de la Argentina en la
posconvertibilidad, en esta parte de la investigación se analizan las principales
diferencias estructurales y de performance que se manifiestan entre las grandes
firmas extranjeras, las nacionales y las asociaciones.
Por la naturaleza de la información disponible, en este apartado el estudio
no se focaliza en el universo conformado por las cien firmas líderes, sino en el
integrado por las compañías del sector manufacturero que integran los paneles
de la Encuesta Nacional a Grandes Empresas (ENGE) que elabora el INDEC
con periodicidad anual16. Naturalmente, no se trata de universos empresarios

14 La importancia de los mercados externos en el ciclo de acumulación de las grandes empresas


extranjeras queda de manifiesto en la evolución del coeficiente exportador de este elenco de
firmas líderes: en la convertibilidad estas corporaciones exportaron, en promedio, alrededor del
25% de sus ventas totales, porcentual que ascendió a casi el 50% en la posconvertibilidad (en
estos períodos el coeficiente medio de exportación del conjunto de la industria manufacturera
pasó del 12,3% al 25,3%).
15 Sobre la vinculación entre concentración, extranjerización y “price-leadership”, consúltese en
este mismo libro el trabajo “Oligopolio y formación de precios. La industria argentina en la
posconvertibilidad”.
16 Se trata de las quinientas corporaciones más grandes del país (con oscilaciones, en el período
1993-2009 la cantidad de firmas industriales se ubicó en el orden de las trescientas). Al igual
que en la base de datos sobre las cien empresas industriales más grandes del país que se ge-
nera en el ámbito del Área de Economía y Tecnología de la FLACSO, el INDEC toma como
indicador de tamaño de las compañías a sus montos anuales de facturación. En cuanto al origen
del capital de las firmas del panel, y conforme a tabulados especiales del INDEC, la ENGE
delimita tres categorías: aquellas controladas por capitales foráneos (que aquí se denominan

Martín Schorr (coordinador) 67


homogéneos, pero la perspectiva planteada permite extraer algunos interesantes
elementos de juicio adicionales para reflexionar acerca de ciertos impactos que,
sobre la dinámica socio-económica e industrial del país, se desprenden de la
extranjerización del poder económico fabril verificada en los últimos años.
En el Cuadro Nº 5 se visualiza cómo en el período 2003-200917 (promedios
anuales), las firmas controladas por inversores foráneos tuvieron una participa-
ción mayoritaria en las principales variables económicas relevadas por la ENGE.
Así, por ejemplo, tales empresas (172, el 56,9% del total) aportaron el 74,1%
de la producción total, casi el 78% del valor agregado, alrededor del 80% de las
utilidades globales, el 55,9% de la ocupación, el 66,7% de la totalidad de los
salarios abonados, el 76,9% de la inversión bruta fija, el 73,8% de las exportacio-
nes, el 81,9% de las importaciones agregadas y algo más del 70% del excedente
de comercio exterior. Esos disímiles niveles de participación permiten inferir la
presencia de discrepancias de consideración entre las empresas extranjeras y el
resto de las líderes industriales; entre otros aspectos, en términos de los tama-
ños medios de las firmas, las productividades relativas, los respectivos niveles
salariales, la distribución funcional del ingreso en su interior, la intensidad de la
formación de capital, los márgenes de rentabilidad y las modalidades de apertura
al mercado internacional.

Cuadro Nº 5. Distribución de las principales variables estructurales y de com-


portamiento de las firmas industriales que integran el panel de las quinientas
empresas más grandes del país, según el origen del capital social de la firma*,
período 2003-2009 (cantidad absoluta, porcentaje e índice total=100).

Empresas Asocia- Empresas


  Total
nacionales ciones extranjeras
Cantidad de empresas 103 27 172 302
Participación en la cantidad de empresas (%) 34,2 8,8 56,9 100,0
Participación en la producción total (%) 19,0 6,9 74,1 100,0
Participación en el valor agregado total (%) 16,4 5,7 77,9 100,0

empresas extranjeras); aquellas en las que la participación transnacional en el capital social es


superior al 10% y menor o igual al 50% (asociaciones); y aquellas controladas por capitalistas
locales (empresas nacionales, que pueden incluir hasta un 10% de participación extranjera
en el “paquete” accionario). Para captar la intensidad del proceso de extranjerización, cabe
apuntar que en 1993 había en la ENGE trescientas veintitrés compañías que se desenvolvían
en el ámbito fabril, dentro de las cuales se contaban ciento veintiún empresas extranjeras que
representaban el 41,3% de la producción total de las líderes industriales. En 2001 había ciento
sesenta y cinco firmas industriales controladas por capitales transnacionales (frente a un total
de trescientas cuatro), que daban cuenta del 66,6% de la producción. Finalmente, en 2009 había
ciento sesenta y cinco empresas manufactureras foráneas (sobre un total de doscientas ochenta
y tres industriales), cuya participación en la producción agregada ascendía al 72,9%.
17 El 2009 es el último año con información disponible para el nivel de desagregación requerido.

68 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
Participación en las utilidades totales (%) 16,1 4,5 79,3 100,0
Participación en la ocupación total (%) 35,1 9,0 55,9 100,0
Participación en los salarios totales abonados (%) 25,9 7,4 66,7 100,0
Participación en la inversión bruta fija total (%) 18,7 4,4 76,9 100,0
Participación en las exportaciones totales de
18,6 7,6 73,8 100,0
bienes (%)
Participación en las importaciones totales de
13,0 5,1 81,9 100,0
bienes (%)
Saldo de balanza comercial (%) 21,0 8,7 70,4 100,0
Tamaño medio por empresa según valor de
55,5 78,6 130,0 100,0
producción (total = 100)
Productividad (índice total = 100) 46,8 62,9 139,3 100,0
Salario medio (índice total = 100) 73,9 81,9 119,3 100,0
Productividad/salario medio (total = 100) 63,4 76,8 116,8 100,0
Participación de los salarios en el valor agregado
27,5 22,7 14,9 17,4
total (%)
Superávit bruto de explotación por ocupado
41,1 58,9 143,5 100,0
(total = 100)
Requerimiento de empleo (total = 100)** 184,6 129,5 75,5 100,0
Tamaño medio por empresa según cant. de
102,5 101,9 98,2 100,0
ocupados (total = 100)
Tasa de inversión*** (%) 12,5 8,6 10,8 11,0
Coeficiente de exportaciones**** (%) 37,8 42,2 38,4 38,5
Coeficiente de importaciones***** (%) 7,8 8,3 12,5 11,3
Coeficiente de apertura global****** (%) 45,6 50,5 50,9 49,9
Tasa de utilidades sobre valor de producción (%) 9,3 7,1 11,7 10,9
Tasa de utilidades sobre valor agregado (%) 33,4 27,1 34,6 34,0

* Las empresas nacionales son aquellas con participación mayoritaria de capitales nacionales en la
estructura accionaria de la firma (puede incluir hasta un 10% de participación de capital de origen
extranjero); las asociaciones son aquellas en las que la participación accionaria del capital extranjero
es mayor al 10% y menor o igual al 50%; las empresas extranjeras son aquellas con participación
superior al 50% de capitales extranjeros. Para calcular los promedios anuales todos los datos mone-
tarios fueron deflactados por los precios mayoristas correspondientes al año 2009.
** Cantidad de empleo que se genera por unidad de producción.
*** Medida como el cociente entre la inversión bruta fija y el valor agregado.
**** Medido como el cociente entre las exportaciones y la producción.
***** Medido como el cociente entre las importaciones y la producción.
****** Surge de la suma entre los coeficientes de exportaciones y de importaciones.

Fuente: Elaboración propia en base a tabulados especiales de la Encuesta Nacional a Grandes Em-
presas, INDEC.

En este sentido, en la etapa analizada el tamaño promedio de las firmas extran-


jeras (medido por el cociente entre el valor de la producción y la cantidad de

Martín Schorr (coordinador) 69


empresas) fue un 30,0% superior que el correspondiente al conjunto de la elite
fabril, un 65,4% más elevado que el de las asociaciones y un 134,3% más hol-
gado que el de las líderes de origen nacional. La inserción del capital foráneo en
diversas ramas manufactureras en las cuales las economías de escala se conjugan
con el consiguiente liderazgo oligopólico, sumada a la casi total ausencia de
restricciones asociadas al financiamiento y/o el tamaño de mercado (igualmente
subsanables en el marco de una estrategia transnacional e intracorporativa), asu-
men un papel protagónico en ese contraste con las grandes firmas nacionales.
Las discrepancias señaladas resultan más pronunciadas cuando se consideran
las respectivas productividades de la mano de obra (valor agregado por ocupado):
siempre considerando los promedios anuales 2003-2009, el rendimiento produc-
tivo de los asalariados empleados en las empresas extranjeras fue un 39,3% más
elevado que el total, un 121,3% superior que el de las asociaciones y un 197,4%
más alto que el registrado en las empresas nacionales. El hecho de que las brechas
salariales existentes en el interior del panel de las firmas industriales más grandes
del país según su origen hayan sido mucho menos acentuadas que en el caso de las
respectivas productividades del trabajo18, sugiere que en el ámbito de las líderes
controladas por inversores extranjeros se manifestó una distribución del ingreso
mucho más regresiva que en el resto de las grandes firmas. En otros términos,
que los empresarios foráneos se apropiaron de una mayor porción relativa del
producto generado por los asalariados.
Es por ello que la relación productividad/salario medio en las firmas transna­
cionales fue un 16,8% más holgada que la correspondiente a la totalidad de las
compañías del sector fabril que forman parte de la ENGE, un 52,0% más elevada
que en las asociaciones y un 84,3% superior que la registrada en el subconjunto
de las líderes controladas por capitales nacionales. También, que la participación
de los salarios en el valor agregado en las empresas extranjeras (14,9%) fue muy
inferior a la verificada en las asociaciones (22,7%) y, más aún, en las firmas nacio-
nales (27,5%). Al tiempo que el superávit bruto de explotación por ocupado en las
transnacionales fue 3,5 veces más elevado que en las controladas por accionistas
locales y 2,4 veces superior que el que se manifestó en las asociaciones.
La disímil gravitación relativa de las diferentes tipologías empresarias en la
cantidad de firmas, la producción y el empleo globales es expresión de que las
líderes manufactureras en las que los capitales extranjeros detentan una propor-
ción mayoritaria o total del “paquete” accionario presentan una menor capacidad
para generar puestos de trabajo. Ello se aprecia en el relativamente bajo nivel de
requerimiento de empleo que registró este tipo de compañía en el período ana-

18 La información que consta en el Cuadro Nº 5 indica que la retribución media de los obreros
ocupados en las firmas controladas por capitales extranjeros fue un 45,6% superior que la que
se verificó en las asociaciones y se ubicó un 61,4% por encima de la abonada en las empresas
nacionales.

70 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
lizado19, o en que la cantidad promedio de asalariados por firma que se verificó
en las extranjeras fue inferior al prevaleciente tanto en las nacionales como en
las asociaciones.
Así, la reproducción en el ámbito local, aun a muy diferente nivel, de los
estándares económico-tecnológicos prevalecientes en los países de origen de las
filiales locales, así como la inserción sectorial de éstas en el sector manufacturero
doméstico, deriva en escalas y funciones de producción mucho más capital-inten-
sivas que las de sus similares nacionales. Máxime cuando para las corporaciones
internacionales prácticamente no existen rigideces (ni financieras, ni de otro tipo)
que condicionen o limiten la adopción de aquellas tecnologías que les garanticen
el más apropiado sendero de acumulación y reproducción ampliada del capital en
el nivel local, así como en lo que concierne a su inserción a escala mundial y/o
regional a partir de las posibilidades que ofrece un país como la Argentina.
Si bien tuvieron un peso decisivo en la formación de capital realizada en
conjunto por las corporaciones fabriles de la ENGE, la información que brinda el
Cuadro N° 5 indica que la tasa de inversión (sobre valor agregado) de las empre-
sas extranjeras del panel fue apenas levemente superior al total. Ello, a pesar de
que el nivel de apropiación del excedente por parte de las transnacionales superó
holgadamente al del resto de las firmas del panel. Y en consonancia con la asig-
nación de tales recursos a, entre otros rubros, la remisión al exterior de utilidades
y dividendos, el pago de honorarios y regalías, y la fuga de capitales por diversas
vías (manejo discrecional de los montos de exportaciones y/o importaciones en
operaciones intracorporativas, cancelación total o parcial de créditos concedidos
por la propia casa matriz y/o alguna subsidiaria radicada en otro país, etc.). La
reticencia a invertir también podría estar asociada a su inserción mayoritaria en
mercados industriales oligopólicos y al hecho de haber alcanzado por distintos
motivos cierto grado de madurez tecno-productiva que no demanda inversio-
nes de relativa importancia para mantener su posicionamiento competitivo en
el mercado interno y en el subregional (sobre todo cuando estos actores poseen
un poderío ostensible en materia de fijación de precios). Adicionalmente, a las
necesidades de las casas matrices, dado que en la búsqueda por minimizar sus
costos absolutos a escala mundial, sus estrategias muchas veces no coinciden con
las “expectativas racionales” que supone la coyuntura local ni la de cualquiera
de los países en los que operan, individualmente considerados.
Sobre estos temas, los datos aportados por los Gráficos N° 1 y 2 son con-
tundentes en indicar que en la posconvertibilidad, en el marco de una fuerte
ampliación de la demanda (local e internacional) y de una considerable transfe-

19 Como se desprende de las evidencias presentadas, en las corporaciones extranjeras dicho coefi-
ciente (que mide la cantidad de empleo que se genera por unidad de producción) fue un 41,7%
más bajo que en las asociaciones y un 59,1% inferior que el que caracterizó a las controladas
por inversores nacionales.

Martín Schorr (coordinador) 71


rencia de ingresos del trabajo al capital20, el coeficiente global de inversión del
capital extranjero se ubicó significativamente por debajo de sus márgenes de
rentabilidad (que fueron muy superiores a los obtenidos en la convertibilidad).
En otras palabras, pese a la notable capacidad de acumulación que se abrió a
partir del “dólar alto”, la regresividad distributiva en el interior de las firmas y
la vigencia de un ciclo económico e industrial expansivo, la contribución de las
empresas transnacionales al aumento de las capacidades productivas locales fue
bastante acotada21.

Gráfico N° 1. Evolución de los costos laborales, la productividad del trabajo y


de la relación entre la productividad y los costos laborales en las empresas
extranjeras industriales* que integran las quinientas firmas de mayor tamaño
delGráfico
país,Nºen preciosdeconstantes,
1. Evolución 1993-2009
los costos laborales, (índice
la productividad basey de
del trabajo 1993=100 y tasa).
la relación entre la
productividad y los costos laborales en las empresas extranjeras industriales* que integran las 500 firmas de
mayor tamaño del país, en precios constantes, 1993-2009 (índice base 1993=100 y tasa).
210,0 9,0
Costo laboral
Productividad 8,2
190,0 Rel. productividad/costo laboral (eje derecho)
7,7 8,0
170,0

Tasa de explotación (proxy)


Relación productividad/ costo laboral: 174,6
2003=100

Prom.93-01: 3,9 7,0


150,0 160,5
Prom.03-09: 6,9
Índice base 1993

129,2
130,0 6,0
5,5

110,0 100,0 116,3 117,1


5,0
90,0
3,7 4,0
70,0 4,1 77,1

50,0 3,0
1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
Convertibilidad Posconvertibilidad
* Se trata de las empresas industriales de la cúpula con participación accionaria de capitales extranjeros superior al 50%.
Nota: los costos laborales surgen de deflactar el salario promedio por el índice de precios mayoristas (IPIM) de los productos manufacturados,
* Se mientras
trata de quelas empresases industriales
la productividad de laentre
la resultante del cociente cúpula
el valorcon participación
agregado accionaria
a precios constantes (deflactadode
por capitales
IPIM productosextran-
jeros superior al 50%. manufacturados) y la cantidad de personal ocupado asalariado.
Fuente: elaboración propia en base a tabulados especiales de la Encuesta Nacional a Grandes Empresas, INDEC.

Nota: los costos laborales surgen de deflactar el salario promedio por el índice de precios mayoristas
(IPIM) de los productos manufacturados, mientras que la productividad es la resultante del coeficiente
entre el valor agregado a precios constantes (deflactado por IPIM productos manufacturados) y la
cantidad de personal ocupado asalariado.

Fuente: Elaboración propia en base a tabulados especiales en la Encuesta Nacional a Grandes Em-
presas, INDEC.

20 En el año 2009 la tasa de explotación de los trabajadores de las empresas extranjeras industria-
les que integran la ENGE fue un 43,1% más elevada que en 1993 y un 34,2% más alta que en
2001 (Gráfico Nº 1).
21 De la investigación de Azpiazu y Manzanelli, 2011, y Manzanelli, 2011, surge que la relativa
reticencia inversora no es privativa del capital foráneo que se desenvuelve en el país, sino que
también caracteriza a buena parte de las grandes empresas nacionales.

72 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
En términos más específicos, si bien el margen medio de beneficios (utili-
dades sobre valor agregado) de las firmas extranjeras del sector manufacturero
que integran la ENGE fue del 34,6% en 2003-2009, la tasa de inversión (inver-
sión bruta sobre valor agregado) alcanzó el 10,8% en el mismo período, lo que
manifiesta una baja reinversión de utilidades (Gráfico Nº 2). Esta “reticencia
inversora” refuerza lo argumentado anteriormente en cuanto al muy reducido
impacto del proceso de extranjerización reciente sobre la ampliación de las capa-
cidades productivas locales (dada la significación asumida por la centralización
del capital).

Gráfico N° 2. Participación de la utilidades y de la inversión bruta fija en el valor


agregado de las empresas extranjeras industriales* que integran el panel de las
quinientas firmas de de
Gráfico Nº 2. Participación mayor tamaño
la utilidades del
y de la país, bruta
inversión 1993-2009 (porcentajes).
fija en el valor agregado de las
empresas extranjeras industriales* que integran el panel de las 500 firmas de mayor tamaño del país,
1993-2009 (porcentaje).
50,0
% utilidades en el valor agregado % de la inversión en el valor agregado
45,0
Utilidades/ valor agregado 41,2
Prom.93-01: 11,7%
40,0 36,7
Prom.03-09: 34,6%
Inversión/ valor agregado:
35,0
Prom.93-01: 15,8%
Prom.03-09: 10,8%
30,0
Porcentaje

26,1
25,0 22,4
20,5
18,6 19,4
20,0
14,8 13,7
15,0 16,1
16,0 10,5
9,8
10,0 12,9
6,0
9,0 10,0
5,0
3,1 2,5
0,0
1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
Convertibilidad Posconvertibilidad
* Se trata de las empresas industriales de la cúpula con participación accionaria de capitales extranjeros superior al 50%.
* Se trata deFuente:
las empresas industriales
elaboración propia de la cúpula
en base a tabulados condeparticipación
especiales accionaria
la Encuesta Nacional de capitales
a Grandes Empresas, INDEC.extran-

jeros superior al 50%.

Fuente: Elaboración propia en base a tabulados especiales de la Encuesta Nacional a Grandes Em-
presas, INDEC.

Esto aporta algunos elementos de juicio en relación con los argumentos fre-
cuentemente utilizados para destacar la importancia de una presencia difundida de
actores foráneos en el país. De acuerdo a esta visión, dicha situación contribuiría
a modernizar la estructura productiva dado que las empresas extranjeras tendrían
una elevada propensión a invertir asociada a la introducción de bienes de capital
de alta complejidad tecnológica, así como a la realización de importantes gastos

Martín Schorr (coordinador) 73


en materia de investigación y desarrollo en el nivel local, con el consiguiente
“efecto derrame” que ello traería aparejado.
Sin embargo, las evidencias disponibles sugieren que las empresas extranjeras
suelen conservar en sus países de origen tanto la fabricación de equipamiento
de alta tecnología, como la casi totalidad de sus gastos en materia de investiga-
ción y desarrollo; de allí su escaso dinamismo en lo atinente a la generación de
entramados locales virtuosos. Todo ello es particularmente importante de destacar
por cuanto indica que en el plano interno las compañías transnacionales no pare-
cen haber sido agentes difusores de la inversión ni del cambio y/o la innovación
tecnológica y, por otra parte, al ser fuertes importadoras de bienes de capital, han
contribuido a profundizar el rezago de la industria local de maquinaria y equipo
y el desequilibrio comercial en la materia22.
En relación con lo anterior, vale incorporar un somero comentario respecto
del grado de inserción en el comercio internacional de las diferentes tipologías
de grandes empresas industriales. El Cuadro Nº 5 permite concluir que, aun
considerando la elevada concentración de las exportaciones totales del país en
las compañías extranjeras, tanto las grandes firmas de capital nacional como las
que tienen más o menos participación foránea en su propiedad accionaria pre-
sentaron en términos globales una similar propensión exportadora. No obstante,
como era de esperar, cuando se analiza para cada tipo de firma el peso relativo de
las compras en el exterior en la producción total se comprueba que las empresas
extranjeras fueron en promedio más importadoras que el resto de las líderes: el
coeficiente de importaciones de las primeras fue del 12,5%, mientras que el de
las nacionales fue del 7,8% y el de las asociaciones del 8,3%.
De modo que en el período analizado, las transnacionales registraron un ele-
vado grado de apertura global al mercado internacional, que fue superior al de
las restantes tipologías empresarias. Esto se asocia a la conjunción de diversos
factores como, a título ilustrativo, la presencia determinante de estas empresas en

22 Ante la ausencia de políticas activas que induzcan lo contrario, es habitual que las empresas
extranjeras que se desenvuelven en el país externalicen sus áreas de ingeniería local, reempla-
zándolas por la incorporación de tecnología importada y casi sin desarrollo nacional alguno.
Naturalmente, esto disminuye los de por sí escasos vínculos de estas firmas con el entramado
local de proveedores y/o subcontratistas y agudiza la problemática de la dependencia tecno-
lógica (Ortiz y Schorr, 2009; CEPAL-SECyT-INDEC, 2003; y Schorr y Castells, 2012). Estas
tendencias se ven potenciadas por el hecho de que en los grandes proyectos de inversión patro-
cinados por el gobierno nacional y/o por los provinciales suelen resultar favorecidos capitales
extranjeros cuyas inversiones vienen “atadas” a la provisión de equipamiento procedente del
exterior (con mayor incidencia en los rubros de más valor agregado). Y también por la vigencia
de instrumentos de “promoción industrial” que desalientan la producción nacional de bienes de
capital y otros segmentos complejos en los que existe masa crítica en el país. Es el caso de los
mencionados regímenes de tratamiento preferencial para las terminales automotrices y las
empresas ensambladoras de bienes electrónicos en Tierra del Fuego, así como el esquema
promocional instituido a través de la Ley 25.924 y el que habilita la importación de bienes
integrantes de grandes proyectos de inversión.

74 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
rubros manufactureros donde las exportaciones y/o las importaciones tienen un
peso relevante en la producción total (por ejemplo, la elaboración de alimentos y
otros productos derivados de la explotación agropecuaria, el armado de vehículos
automotores, la fabricación de productos químicos y la producción siderúrgica).
O dado que se trata en muchos casos de filiales de empresas transnacionales, esa
mayor exposición al comercio mundial puede responder al proceso de integración
y/o de complementación productiva y comercial en el nivel internacional o regio-
nal de la respectiva casa matriz, así como a la distribución de áreas de mercado
entre sus diferentes filiales en el exterior (tal el caso de muchas firmas vinculadas
a la industria alimenticia y a la de automóviles y sus partes).
Finalmente, cabe realizar unas breves consideraciones adicionales sobre la
rentabilidad de las diferentes fracciones del capital concentrado del sector manu-
facturero. Como se vio, las empresas controladas por accionistas foráneos fueron
las que registraron los mayores márgenes brutos de explotación y en las que los
capitalistas se apropiaron de una proporción superior del excedente generado por
los trabajadores, en el contexto de una propensión inversora relativamente débil.
De allí que no resulte casual que constituyan el segmento de las líderes fabriles
que en el período bajo estudio registró las mayores tasas de beneficio: cualquiera
sea el indicador que se considere (utilidades sobre valor de producción o respecto
del valor agregado), las firmas extranjeras presentaron márgenes de ganancia más
elevados que el resto de las tipologías empresarias (ver Cuadro Nº 5).
Sobre el particular, merece señalarse que las tasas de rentabilidad de las
compañías extranjeras pueden estar subestimando los beneficios reales, dado
que estos actores suelen desplegar distintos mecanismos de transferencia del
excedente generado en el nivel doméstico. En tal sentido, y para ejemplificar, se
destaca el establecimiento de precios de transferencia entre las filiales locales y
sus casas matrices en el exterior y/o subsidiarias de la misma matriz radicadas en
otro país: por caso, vía la sobrefacturación de importaciones, la subfacturación
de exportaciones o la cancelación de líneas crediticias (en rigor de autoprésta-
mos). También, como en ciertas empresas que son controladas por algunos de
los principales conglomerados extranjeros que actúan en el país, la posibilidad
de realizar traslaciones de ingresos entre las distintas firmas que forman parte del
complejo empresario a partir de, entre otras prácticas, la instrumentación de
subsidios cruzados y el aprovechamiento de los beneficios derivados de la inte-
gración vertical y/u horizontal de las actividades.
En definitiva, el conjunto de los desarrollos analíticos que anteceden permiten
concluir que, luego del intenso proceso de extranjerización acaecido en la década
de 1990, en la posconvertibilidad se consolidó el predominio transnacional en la
industria argentina. Se trata de un actor que cuenta con un considerable poderío
económico y variadas capacidades de veto que se reforzaron en los últimos años
en el marco de múltiples acciones y omisiones estatales. Esto se vincula con un
conjunto de aspectos críticos, entre los que interesa destacar tres.

Martín Schorr (coordinador) 75


En primer lugar, el hecho de que las compañías transnacionales que se desen-
vuelven en el sector sean relativamente poco generadoras de empleo por unidad
producida y que en su interior se manifieste una distribución funcional del ingreso
sumamente regresiva, constituye un aspecto estructural que plantea numerosos
interrogantes en cuanto a las posibilidades de instaurar y sostener un proceso de
acumulación más progresivo en la distribución del ingreso. Esto se ve potenciado
porque la inserción de la mayoría de estas corporaciones gira en torno a ramas
con eje en los mercados externos y para las que los salarios constituyen mucho
más un costo de producción que un factor dinamizador de la demanda interna
(por eso, deben ser ajustados al mínimo posible).
En segundo lugar, es importante reparar en los riesgos que sobre las cuentas
externas del país se derivan de que los actores que controlan una proporción con-
siderable y creciente del ingreso sectorial sean fuertes demandantes de divisas por
distintos motivos, como sus altos coeficientes de importación, con su correlato
en el plano interno en débiles grados de articulación e integración productiva y
tecnológica y el consiguiente afianzamiento del carácter trunco de la estructura
manufacturera (tendencia muchas veces “estimulada” por el propio accionar esta-
tal). También se destacan la remisión al extranjero de utilidades y dividendos, el
pago de honorarios y royalties por la compra y/o la utilización de tecnologías y/o
patentes, la fijación de precios de transferencia en sus transacciones intracorpo-
rativas, los intereses devengados por el endeudamiento con el exterior (general-
mente intracorporativo), etc.23. A ello debería agregarse la ostensible “reticencia
inversora” del capital extranjero, así como la de los segmentos nacionales del
poder económico y su tradicional “vocación” por la fuga de capitales.
En tercer lugar, el predominio económico que experimenta la fracción extran-
jera de la elite empresaria fabril involucra diversos sesgos para la profundización
y/o la complejización de la estructura productiva, puesto que estos capitales, en
procura de minimizar sus costos absolutos en el nivel mundial, suelen carecer
de interés real para ello. Seguramente de allí se desprenda la baja tasa de rein-
versión de utilidades de las compañías foráneas en un escenario, como el de la
posconvertibilidad, caracterizado por elevados márgenes de ganancia y por la
ampliación de la demanda local e internacional.
Se trata de cuestiones que, de no mediar una estrategia que tienda a rever-
tirlas, pueden acarrear efectos negativos sobre la dinámica socio-económica. Y
profundizar el señalado poder de veto de estos grandes capitales foráneos, así
como el perfil de especialización industrial que se afianzó luego del abandono
del esquema de caja de conversión (Azpiazu y Schorr, 2010a).

23 De todos modos, no debe soslayarse que se trata de los principales generadores de divisas a
partir de su presencia determinante en sectores ligados al aprovechamiento de ventajas compa-
rativas estáticas y a la privilegiada armaduría automotriz.

76 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
IV. Reflexiones finales

En la posconvertibilidad se consolidó el proceso de extranjerización del


núcleo duro del poder económico industrial verificado en el decenio de 1990.
Ello, de la mano de una intensa centralización del capital y casi sin impactos en
materia de redefinición del perfil industrial, de inserción del país en el mercado
mundial y de incrementos relevantes en el stock de capital y en la capacidad pro-
ductiva local. Adicionalmente, este proceso revela ciertos sesgos insoslayables
en lo que atañe, entre otras dimensiones, a la dinámica laboral, la distributiva y
la del sector externo.
En un capitalismo periférico como el argentino, es indudable que se trata de
una situación por demás compleja. Principalmente, porque la incidencia cada vez
mayor del capital extranjero en la cúpula empresaria y –proceso de concentración
económica mediante– en el conjunto del sector manufacturero, se da en paralelo
a una gravitación también creciente de estas firmas líderes sobre la dinámica
macroeconómica a partir de su lugar protagónico en los senderos de variables
de indudable importancia como, entre otras, la inflación, el tipo de cambio, la
inversión, el mercado de trabajo, la distribución del ingreso y las cuentas exter-
nas y fiscales. Todo esto tiene hondas repercusiones en términos políticos: una
superior capacidad de coacción por parte de estos grandes agentes económicos
y la desnacionalización en la toma de decisiones con la consecuente erosión del
margen de maniobra estatal.
Desde otra perspectiva, el proceso de extranjerización de los últimos años
brinda elementos de peso para reafirmar la lúcida afirmación de Fajnzylber (1983),
para quien “la expresión más clara de la precariedad del empresariado industrial
nacional y de las otras fuerzas sociales que han contribuido a definir la política
industrial de los países de América Latina es la presencia indiscriminada de
empresas del exterior que ejercen el liderazgo en una amplia gama de sectores y,
particularmente, en aquellos que definen el perfil de crecimiento industrial”24.

24 En una línea similar, en Azpiazu y Schorr (2010b) se concluye que “la notable extranjerización
de la economía doméstica expresa la ostensible debilidad del gran capital local. Se trata de
una fracción que, ante su incapacidad de competir con el capital extranjero, ha desplegado una
estrategia que la ha llevado a resignar porciones importantes de la estructura económica en un
contexto de repliegue hacia ámbitos productivos ligados al procesamiento de recursos básicos
relacionados con la ‘vieja’, pero sumamente actual inserción del país en la división internacional
del trabajo, la que tiene en los salarios bajos un dato estructural. Así, en su internacionalización
subordinada, estos sectores han renunciado a encarar un proyecto susceptible de impulsar la
reindustrialización sobre la base del desarrollo y el control de nuevas capacidades productivas
que puedan recrear y/o potenciar las ventajas dinámicas de la economía local, como mecanismo
para hacer viable una sociedad más inclusiva e igualitaria. De allí que se encuentren en las
antípodas de lo que constituiría una genuina burguesía nacional. De modo que en la actualidad,
pese a ciertas construcciones discursivas, hay mucha empatía en el proyecto de país del capital
extranjero y del gran capital nacional. El problema es que ello supone profundizar un perfil
de especialización sumamente regresivo y una inserción pasiva y subordinada en el mercado

Martín Schorr (coordinador) 77


Como se planteó en la introducción, desde numerosos ámbitos, se sostiene
que la extranjerización constituye una “tendencia inevitable”, por lo cual no
es posible hacerle frente. Pero la experiencia de muchos países en desarrollo
indica que no es así, y que se puede y se debe regular la operatoria del capital
extranjero25. De allí que en lo que sigue se presentan, para la discusión, algunos
lineamientos generales que, obviamente, deberían integrarse en una estrategia
nacional de desarrollo económico-industrial (una de las principales asignaturas
pendientes).

• Dado que en las ramas en las que están insertas las firmas extranjeras controlan
una proporción muy importante de la producción y que, en muchos casos, pre-
sentan un alto grado de diversificación y/o integración vertical y/u horizontal
de sus actividades, es imprescindible que se realice un control estricto del
comportamiento empresario, con la finalidad de prevenir la implementación
de distintos tipos de prácticas de carácter abusivo con implicancias negativas
sobre la distribución del ingreso en diferentes niveles (funcional, al interior de
los complejos productivos, etc.). En este sentido, resulta necesario asegurar
el cumplimiento efectivo de la legislación de defensa de la competencia que
existe en el país (Ley Nº 25.156), así como avanzar hacia una legislación anti-
monopólica más abarcativa del fenómeno de la centralización del capital.
• Sería auspicioso instrumentar un registro de inversores y empresas foráneas,
dada la permisividad de la legislación vigente en lo que se refiere a la remisión
de utilidades y la repatriación de capitales. También, un conjunto de medidas
tendientes a reducir lo más posible la considerable propensión importadora
que caracteriza a las firmas extranjeras, así como el constante drenaje de di-
visas que realizan (giro de utilidades, pago de regalías e intereses, etc.). Todo
ello, vía el establecimiento de limitaciones al giro de utilidades, la imposición
de niveles mínimos de las ganancias que deben reinvertirse en el país con
vistas a la generación de superiores capacidades productivas (priorizando el
abastecimiento de equipos, insumos y conocimientos generados en el ámbito
local), el cumplimiento del “compre nacional” y el desarrollo de proveedores
locales (sobre todo en aquellas industrias en las que existe masa crítica de
producción nacional)26.

mundial. A su vez, esto apareja serias trabas a la conformación de un modelo de desarrollo


inclusivo y sustentable en lo económico y lo social”.
25 Véase los estudios de Amsden, 2004; Lall, 2000; Mortimore, Vergara y Katz, 2001; y Sacroisky,
2009.
26 Recientemente, en el marco de la reaparición de problemas en el sector externo de la economía,
se ha venido desplegando una estrategia de negociación con las empresas extranjeras para incre-
mentar su nivel de reinversión de utilidades. Ello constituye un aliciente de importancia, pero
debería contemplar el redireccionamiento de tales posibles inversiones hacia la diversificación
productiva de esas firmas, de modo de potenciar a eventuales proveedores locales.

78 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
• Dado que una de las formas tradicionales con las que las empresas extranjeras
reasignan el excedente a nivel corporativo está vinculada con la fijación de
precios de transferencia, el establecimiento de un estricto control sobre tal tipo
de prácticas debería constituir un objetivo central de la política económica.
Más aún cuando tales conductas tienen importantes efectos negativos sobre
las cuentas fiscales y el sector externo (fuga de capitales encubierta).
• Las empresas transnacionales conservan en sus países de origen una propor-
ción abrumadoramente mayoritaria de sus gastos e inversiones en materia de
Inversión y Desarrollo (I y D), de allí que deberían contemplarse medidas
que se orienten a incrementar los hoy insignificantes niveles de inversión en
I y D en el país.
• Por la elevada extranjerización del aparato productivo local, y considerando
que buena parte de la inversión extranjera directa se dirigió hacia rubros
que se ubican en las primeras etapas del procesamiento (con escasas articu-
laciones con el resto del entramado económico), habría que estimular una
mayor agregación de valor en el país. Esto, para propiciar un nuevo perfil de
especialización menos ligado al aprovechamiento de recursos naturales y más
vinculado con actividades ubicadas al final del proceso productivo.
• Ante las restricciones y las rigideces que imponen, habría que denunciar los
numerosos Tratados Bilaterales de Inversión suscriptos bajo la hegemonía
neoliberal (países como Bolivia y Ecuador han avanzado en esta línea).

Ahora bien, la posibilidad de redefinir con los criterios aludidos el accionar


estatal en materia de tratamiento al capital extranjero (tanto el ya radicado, como
las nuevas inversiones), se vincula necesariamente con la derogación de la Ley
de Inversiones Extranjeras sancionada durante la última dictadura militar.

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Martín Schorr (coordinador) 81


3 La industria argentina en la posconvertibilidad *
/ Oligopolio y formación de precios.
1

Pablo Manzanelli y Martín Schorr

“Las variaciones del grado de monopolio no sólo tienen


importancia decisiva en la distribución del ingreso entre
trabajadores y capitalistas, sino en ciertos casos también en la
distribución del ingreso entre la propia clase capitalista.
El aumento del grado de monopolio ocasionado por la
expansión de las grandes empresas da lugar a que las
industrias en que éstas predominan absorban una proporción
mayor de los ingresos totales y las demás industrias una parte
menor, es decir, el ingreso se redistribuye de las empresas
pequeñas a las grandes” (Kalecki, 1956 [1995]).

I. Introducción

E
l fenómeno de la inflación reciente en la economía argentina ha suscitado,
por su importancia, la preocupación de vastos núcleos académicos. El
intenso reacomodamiento de los precios relativos tras la megadevaluación
de 2002 y, particularmente, la aceleración del nivel general de precios a partir de
2007 fueron los períodos más álgidos de esta problemática y, como tales, se han
constituido en el centro de atención de varias investigaciones. Seguramente ello
sea uno de los pocos consensos, dado que las diferentes interpretaciones que se
ensayaron sobre los factores explicativos del proceso inflacionario estuvieron
sesgadas por los diversos posicionamientos en el campo del conocimiento y el
herramental teórico a éstos asociados, a lo cual habría que agregar la adscripción
político-ideológica de los distintos autores.
De allí que no debiera llamar la atención que las visiones insertas en la escuela
neoclásica encuentren en la expansión del gasto público y la emisión monetaria a
los motores aceleradores de la inflación, generando desequilibrios entre la oferta
y la demanda (Bour, 2011). Por su parte, aunque pertenecientes a otra corriente
del pensamiento económico, Damill y Frenkel (2009) con otros razonamientos no
arriban a conclusiones tan divergentes. Según estos investigadores un régimen de
tipo de cambio elevado y competitivo adopta un sesgo expansivo en la demanda
agregada y, por ende, en los precios, a menos que sea contenido mediante una

1* La versión original de este trabajo se culminó en diciembre de 2012 y fue publicada en Reali-
dad Económica, Nº 273, Buenos Aires, 2013.

83
política monetaria y fiscal restrictiva (la ausencia de esta última es una de sus
críticas principales a la estrategia macroeconómica en curso).
En otro estudio, Amico y Fiorito (2010) refutan esta caracterización y sostie-
nen que “la dinámica de la demanda agregada tiene escasa o nula significación
para explicar las variaciones de la tasa de inflación”. Y advierten que la política
propuesta por Damill y Frenkel “puede tener impactos negativos en el ritmo de
crecimiento y de generación de empleo”.
En línea con muchas contribuciones del campo de la heterodoxia económica,
los miembros del CENDA (2010) encontraron en la “inflación importada” al
principal factor causal del fenómeno2. Es decir, el notable incremento de los
precios internacionales de los commodities implicó un aumento directo de los
precios de los alimentos y las materias primas, que resultó amplificado por el
“dólar alto” y la imposibilidad de incrementar las retenciones a los principales
productos exportados por la Argentina. Desde esta visión, dichas subas luego se
transmitieron a los precios de la industria “mercado-internista” a través de las
variaciones de los costos y, en parte, de los salarios (que se elevaron para com-
pensar el aumento de los bienes de consumo).
Finalmente, en este recorrido acotado y por demás esquemático a través de
las visiones más salientes del proceso inflacionario reciente, cabe apuntar el posi-
cionamiento del Plan Fénix (2012), que ha procurado ahondar en las raíces del
problema, aunque sin encarar un análisis empírico. Entre los principales factores
impulsores del aumento de precios se destacan: a) el incremento de los precios
relativos de alimentos, energía y otros insumos en el mercado mundial; b) las
deficiencias en la tasa de formación de capital, así como en su asignación; c) las
serias inequidades persistentes en el sistema tributario; y d) la puja distributiva
y el comportamiento de los grandes formadores de precios.
Es indudable que los aportes provenientes de la vertiente heterodoxa consti-
tuyen avances relevantes en la compleja aprehensión de las causas variadas que
indujeron la aceleración de los precios en la posconvertibilidad (en particular en
el discurrir de la segunda mitad del decenio de 2000). Pero no se debería sosla-
yar que son muy escasas las contribuciones que se han preocupado por abordar
empíricamente la cuestión y discernir sobre las implicancias del grado de oligopo-
lización en la elevación de los precios internos. Y por ende, como fuera expuesto
por Kalecki, sobre los efectos que ello tiene en las transferencias del excedente
que se derivan del poder dominante que detentan y ejercen las fracciones más
concentradas del capital3.

2 Véanse también los aportes de Abeles, 2009; Amico y Fiorito, 2010; Asiain, 2011; y Porta y
Sanches, 2012, aunque en este último trabajo se adiciona como elemento explicativo las rigi-
deces de oferta que son convalidadas por la puja distributiva. Adicionalmente, vale reparar en
Kulfas, 2009, desde la perspectiva de la “inflación estructural”.
3 El trabajo de Asiain intenta aproximarse a los efectos de la concentración en el proceso infla-
cionario y llega a la conclusión, observando datos de sectores agregados (a dos dígitos), que

84 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
Precisamente, en un texto clásico de la literatura económica, el autor polaco
aludido demostró cómo en los mercados altamente concentrados el precio esta-
blecido por las empresas oligopólicas (p) tiende a ser más elevado en relación
con el costo medio unitario que el de las restantes firmas, con sus consiguientes
derivaciones en materia de apropiación de ganancias extraordinarias. En sus
palabras: “El precio medio p es proporcional al costo primo unitario medio ū,
dado el grado de monopolio; si éste aumenta, p se eleva con relación a ū …
En consecuencia, los ingresos brutos y los costos primos guardan entre sí una
relación estable, creciente o decreciente según cambie el grado de monopolio”
(Kalecki, 1956 [1995]).
A esta situación Sylos Labini la denominó “price leadership”, pero estable-
ciendo algunas limitaciones de importancia: por un lado, si bien sólo las gran-
des empresas tienen poder de fijación del precio, las otras pueden influir por
medio de las variaciones en las cantidades que producen; por otro, ya sea que
los oligopolios suban o bajen el precio (en este último caso, con la intención de
eliminar firmas medianas o pequeñas), siempre deben considerar la posibilidad
cierta de que nuevos actores puedan encontrar lucrativa su inserción en el mer-
cado. Es por ello que concluye que “el poder que tienen las grandes empresas
para regular directamente el precio tiene sin embargo efectos notables; si es usado
influye en las propias características del equilibrio que se forma en el mercado
oligopolístico” (Sylos Labini, 1966).
Las diversas estrategias de las grandes corporaciones persiguen, por ende, el
sostenimiento de las barreras al ingreso en los mercados en los que operan, de
forma tal de sostener su condición oligopólica y las ganancias extraordinarias
que se derivan de su posición dominante4. Tales barreras al ingreso resultan
principalmente de las economías de escala de cualquier naturaleza (de produc-
ción, distribución, ventas, técnicas, etc.), aunque también de las ventajas abso-
lutas de costos (atribuidas al control de los métodos de producción, insumos y/o
equipamientos, al usufructo de privilegios institucionales de diversa índole, etc.)
y de las ventajas de diferenciación (derivadas de las marcas registradas, patentes
de diseño, innovación de productos, etc.)5.

hasta 2008 “el incremento de los márgenes como hipótesis explicativa de la inflación parece ser
insuficiente” (Asiain, 2011). Sin embargo, con la metodología desplegada por este autor no se
puede inferir tal conclusión puesto que la agregación de datos que maneja no permite captar la
importante heterogeneidad estructural existente, ni las transferencias de excedente que ocurren
en los planos inter e intra-mercados en términos de la relación capital-capital.
4 A juicio de Sylos Labini (1966): “Es correcto afirmar que los beneficios, superiores al mínimo,
que reciben las empresas mayores tienen un carácter diferencial. Ahora bien, tales beneficios
pueden admitirse también en el caso de la competencia. Pero hay una diferencia sustancial entre
los dos tipos de beneficio: los de competencia son debidos a ‘disensiones’ y son transitorios;
los oligopolistas son debidos, en cambio, a características estructurales y son permanentes”.
5 Al respecto, consúltese Bain, 1956; Nochteff, 1994; Possas, 1985; y Sylos Labini, 1966. A su
vez, cabe traer a colación una observación de Merhav, quien estudiando las relaciones entre

Martín Schorr (coordinador) 85


Como reflexiona Possas, no se trata de que la política de precios de la firma
oligopólica determine las condiciones de entrada a su mercado, sino más bien
lo contrario: “os preços podem ser fixados num nível suficientemente acima dos
custos precisamente porque existen barreiras à entrada existentes, numa intensi-
dade representada por aquela margem de lucros” (Possas, 1985)6/7.
Ahora bien, la importancia que tienen los grandes formadores de precios para
interpretar los causales del proceso inflacionario en la Argentina no es meramente
teórica, sino que cobra suma trascendencia en términos concretos, atento al con-
siderable “salto de nivel” que experimentó la concentración económica en el
marco de la posconvertibilidad, que ha sido mucho más acentuado en el ámbito
industrial (Azpiazu, Manzanelli y Schorr, 2011).
Al respecto, resulta relevante identificar el peso que asumen las cien empresas
manufactureras de mayores ventas en el valor bruto de producción industrial (un
indicador proxy de la concentración económica global en el sector fabril). Los
datos aportados por el Gráfico Nº 1 permiten comprobar que la participación de
la elite industrial en el valor de producción de la actividad pasó de un promedio
del 31,9% bajo la vigencia de la convertibilidad, a una gravitación media del
40,2% en la etapa 2003-2010 (41,4% al final de la serie). Ello, principalmente en
virtud del pronunciado incremento de la concentración en el crítico año 2002 y el
posterior afianzamiento, en los años subsiguientes, de un estadio holgadamente
superior al de la década de 19908.

subdesarrollo, tamaño del mercado y dependencia tecnológica, señaló que “la dependencia
tecnológica provoca el surgimiento de una estructura monopólica debido a que las escalas de
producción que deben adoptarse para permitir la introducción de los métodos modernos de
producción son grandes en relación con el tamaño del mercado” (Merhav, 1972).
6 “Los precios pueden ser fijados en un nivel lo suficientemente por encima de los costos precisa-
mente porque existen barreras a la entrada previamente, en una intensidad que es representada
por los márgenes de beneficio” (traducción propia).
7 Esta brevísima digresión teórica no pretende abarcar integralmente, ni mucho menos ser ex-
haustiva en cuanto a los aportes teóricos que buscaron entender el fenómeno de la formación
de precios por parte de los oligopolios. Por ejemplo, en el campo de las motivaciones de la
política de precios algunos estudios han precisado diversos factores significativos, tales como
la obtención de una tasa de ganancia deseada de largo plazo, mejorar la posición en el mercado,
subordinar los precios a la diferenciación de producto, asegurar el autofinanciamiento de la
inversión para expandir la capacidad productiva, etc. (a título ilustrativo, véase Gonçalves da
Silva, 2003; y Possas, 1985).
8 En Azpiazu, Manzanelli y Schorr (2011) se pueden encontrar los elementos que, en su interac­
ción, permiten dar cuenta del intenso proceso de concentración económica que tuvo lugar en el
sector manufacturero y en el conjunto de la economía argentina en el transcurso del dece­nio de
1990 y en la posconvertibilidad. Véase también el estudio “La extranjerización de la industria
argentina en la posconvertibilidad. Un análisis del poder económico sectorial” que integra esta
compilación.

86 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
Gráfico N° 1. Concentración industrial: evolución del peso de las ventas de las
cien firmas industriales de mayor facturación anual en el valor bruto de pro-
ducción de laConcentración
Gráfico N�1. industria manufacturera, 1993-2010
industrial: evolución del peso de(en porcentajes).
las ventas de las 100 firmas
industriales de mayor facturación anual en el valor bruto de producción de la industria
manufacturera, 1993-2010 (porcentajes)
50
46,4 Posconvertiblidad (03-10)
40,2%
45
42,1 41,4

40
Porcentaje

35 33,5
35,3

30
26,7
Convertibilidad (93-01)
31,9%
25
1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010
Fuente: elaboración propia en base a información del Área de Economía y Tecnología de la FLACSO y de la Dirección
Nacional de Cuentas Nacionales.
Fuente: Elaboración propia en base a información del Área de Economía y Tecnología de la FLACSO
y de la Dirección Nacional de Cuentas Nacionales.

En referencia a las trayectorias aludidas, cabe destacar que se trata de regí-


menes económicos con discrepancias sustantivas en cuanto al lugar ocupado por
la industria. El aumento de la concentración fabril durante la convertibilidad se
inscribió en un agudo proceso de desindustrialización y reestructuración regre-
siva del entramado manufacturero, a raíz del cual se profundizaron numerosas
tendencias iniciadas con la última dictadura militar. En la década de 1990, la caja
de conversión fija y la apertura comercial determinaron una cuasi igualación del
precio local al del mercado mundial, más allá de los efectos que pudiera haber
aparejado el incremento doméstico de la concentración por diversas vías (cen-
tralización del capital, reprimarización, retroceso de los segmentos fabriles de
mayor complejidad, etc. –Azpiazu y Schorr, 2010 y 2011–).
Por su parte, en la posconvertibilidad la creciente apropiación del mercado
industrial por parte de la cúpula empresaria sectorial ocurrió en un escenario de
fuerte expansión de la producción, alentada en lo esencial por la elevación de la
tasa de cambio en un escenario signado por la ausencia de planificación industrial
(se aplicaron algunas medidas puntuales, pero con baja coordinación entre sí y
sesgos manifiestos en su aplicación efectiva –Azpiazu y Schorr, 2008; y Gorens-
tein, 2012–). Por sus rasgos característicos, es posible catalogar al dinamismo
manufacturero en la posconvertibilidad como “reindustrialización acotada”,
debido a un crecimiento fabril relativamente restringido vis-à-vis el PBI global.

Martín Schorr (coordinador) 87


Y, fundamentalmente, por las dificultades manifiestas que ha tenido para inducir
una alteración en el perfil de especialización e inserción internacional resultante
de los años de predominio hegemónico del neoliberalismo, así como para avan-
zar en una reducción de la dependencia tecnológica a instancias de un proceso
sostenido de sustitución de importaciones (Belloni y Wainer, 2012a; Fernández
Bugna y Porta, 2008 y 2011; y Manzanelli y Schorr, 2012).
Sobre este marco estructural, en esta investigación se procura brindar una
visión general y aproximada de la incidencia de las empresas oligopólicas en el
proceso de formación de precios industriales en el período 2001-2010. En otros
términos, a partir del seguimiento analítico de una serie de evidencias empíricas
se busca evaluar la relación existente entre la dinámica inflacionaria reciente y el
comportamiento de las fracciones predominantes del capital que se desenvuelven
en un sector de actividad que, pese a lo “acotado” de la “reindustrialización”,
ha ocupado un lugar destacado en la importante expansión experimentada por la
economía argentina en la posconvertibilidad.
Además de estas consideraciones introductorias, el trabajo se estructura de la
siguiente manera. En la Sección II se reseñan los criterios metodológicos y las
fuentes de información que se emplearon para el armado de un índice promedio
ponderado de precios mayoristas industriales de acuerdo al grado de concen-
tración prevaleciente en cada una de las ramas que integran el espectro fabril
local. A partir de un procesamiento de datos básicos sumamente arduo, resultó
posible contar con un índice de precios al por mayor para el conjunto del sector
manufacturero y para cada una de las estructuras de mercado que coexisten en
su interior (ramas altamente concentradas, de mediana concentración y escasa-
mente concentradas)9. Con este basamento empírico, en la Sección III se aborda
la evolución de los precios relativos de las diferentes tipologías con el propósito
de aproximarse a las formas, la magnitud y los principales elementos explicativos
de las transferencias intersectoriales del ingreso industrial asociadas al proceso
inflacionario que ha tenido lugar en los años recientes, esto es, al esquema de
“ganadores y perdedores” en términos de captación del excedente por parte de
las distintas morfologías de mercado. Uno de los principales hallazgos de estas
indagaciones es la asociación estrecha entre ramas oligopólicas y tendencias
inflacionarias; de allí que en la Sección IV se avance en el estudio con vistas
a cuantificar y problematizar uno de los factores causales más relevantes de la
“inflación oligopólica” acaecida en el ámbito industrial doméstico: el peculiar
comportamiento inversor desplegado por los actores líderes del sector fabril en
una etapa de importante apropiación de beneficios extraordinarios al calor de un

9 Si bien en la próxima sección se ahonda en la materia, vale señalar que esta forma de “recor-
tar” al sector industrial en términos analíticos reconoce una vasta trayectoria en los estudios
realizados en el país sobre la problemática de la concentración de la producción fabril. Véase
Azpiazu, 1998 y 2011; Azpiazu y Khavisse, 1983; CEPAL, 1988; y CONADE, 1973.

88 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
muy dinámico e intenso proceso inflacionario en una fase de fuerte expansión
económica. Cierran el trabajo unas breves reflexiones finales.

II. Metodología y fuentes de información

La adopción de uno de los insumos básicos para la elaboración de un índice


promedio ponderado de precios mayoristas que contemple la evolución diferen-
cial de los mismos según los estratos de concentración de las ramas industria-
les, conlleva serias dificultades en la actualidad. Ello se desprende de la escasa
confiabilidad de los distintos índices de precios elaborados por el Instituto Nacio-
nal de Estadística y Censos (INDEC) a partir de 200710.
Por este motivo insalvable, dado que se trata del único organismo público
que calcula precios mayoristas en la Argentina, la presente investigación centrará
el análisis en la trayectoria de los precios relativos, es decir, en las relaciones
de los precios entre las ramas fabriles sin hacer mayores precisiones sobre los
guarismos de la inflación mayorista. De tal forma, es posible alcanzar una visión
aproximada del grado en el que las ramas oligopólicas aumentaron los precios por
encima/debajo de las que tienen la oferta más atomizada, identificando las tenden-
cias de esas relaciones y, por esa vía, las traslaciones de ingreso subyacentes.
El principal acervo de datos utilizado para la consecución de tales fines es el
Índice de Precios Internos Básicos al por Mayor (IPIB), que mide el comporta-
miento de los precios a los que el productor industrial vende sus mercancías en
el mercado doméstico. Se trata de los precios básicos en la puerta de la fábrica,
los que naturalmente difieren de los precios al consumidor y excluyen los fletes
y los impuestos que gravan los bienes11.
A su vez, la necesidad de considerar lo más estilizadamente posible la espe-
cificidad de los “mercados industriales” según sus propias morfologías trajo
aparejada la necesidad de estructurar el estudio de los precios mayoristas con un
grado de apertura de las actividades económicas a cuatro y cinco dígitos de la
Clasificación Industrial Internacional Uniforme de todas las actividades econó-
micas (CIIU-Revisión 3).
Esa desagregación sectorial es sumamente relevante puesto que permite com-
patibilizar la información de los precios mayoristas reflejados en el IPIB con la
otra fuente fundamental de este estudio: el Censo Nacional Económico 2004/2005
(CNE 04/05) y los resultados de la investigación realizada por Azpiazu (2011).

10 Al respecto, puede consultarse ATE-INDEC, 2012; CIFRA, 2012; y Lindenboim y Müller,


s/f.
11 Existen algunas excepciones que guardan correspondencia con ciertas especificidades de los
productos. Por ejemplo, en el caso del hormigón se incluye el flete, puesto que la mercancía es
fabricada mientras se transporta al lugar de consumo (la obra en construcción). O, en el caso
de las naftas, los precios son relevados en las estaciones de servicio.

Martín Schorr (coordinador) 89


En este último trabajo se reconocen diferentes niveles analíticos para abordar
el fenómeno de la concentración: la “concentración técnica” (definida a partir
de la participación en la producción de un número determinado de locales) y
la “concentración económica” (aquella que tiene como unidad de observación
a la empresa). Sin duda, el grado de concentración económica es el que mejor
refleja la morfología real de los mercados, en tanto las posibilidades de ejercicio
de prácticas oligopólicas y el abuso de posiciones dominantes por lo general se
asocian a las decisiones adoptadas en el nivel de la firma y no de la fábrica. Es
más, la difundida presencia en la industria de conglomerados o grupos económi-
cos remite, incluso, a un plano superior en la toma de decisiones12.
Sin embargo, el CNE 04/05 no incluye información de base referida a grupos
económicos y, por razones de secreto estadístico, la concentración económica
de la producción fabril (la que se refiere a las empresas) es presentada con un
nivel de desagregación claramente insuficiente para los objetivos propuestos (dos
dígitos de la Clasificación Nacional de Actividades Económicas –ClaNAE–). Por
ello, y pese a que el grado de concentración técnica subestima el nivel de oligo-
polización realmente existente en las distintas ramas manufactureras, el presente
estudio se circunscribe al análisis de este indicador, que no obstante constituye
una aproximación de significativa importancia para avanzar en la dilucidación
de las principales preguntas e hipótesis de esta investigación.
Otra cuestión no menos relevante a mencionar es la adopción del “índice de
concentración absoluta” para medir el grado de concentración de la producción
en las distintas ramas industriales. “El mismo está definido por la participación
que tiene una cantidad determinada y pequeña de locales (concentración técnica),
o de empresas (concentración económica) en la producción total de cada rama
industrial” (Azpiazu, 2011). Esa cantidad fue definida, atento a las formas espe-
cíficas que adopta la estructura de la oferta en la industria argentina, a partir de
la gravitación de los primeros ocho locales en sus respectivas ramas13.
Así, la concentración técnica de la producción fabril fue calculada en función
del peso que tenían los ocho mayores locales en los respectivos valores de pro-
ducción de las ramas industriales en 2003 (año de referencia en la realización del
CNE 04/05)14. Y se delimita el grado o estrato de concentración en los distintos
rubros manufactureros (a cinco dígitos de la ClaNAE) de la siguiente manera:

12 Sobre los problemas para medir la concentración en el marco de la proliferación de grupos


económicos, consúltese Ryten, 1996. Véase también Azpiazu, Basualdo y Khavisse, 2004.
13 El tamaño de los locales fue definido en función de su respectivo valor de producción al mo-
mento del relevamiento censal.
14 Si bien la información del CNE 04/05 brinda la posibilidad de captar los grados de concen-
tración en los inicios de la posconvertibilidad, a la luz de los acontecimientos posteriores en
cuanto a la dinámica de la concentración económica a partir de 2003 (Gráfico Nº 1) y de la
ausencia de cambio estructural en el perfil de especialización industrial (Azpiazu y Schorr,
2010), todo hace suponer que no se han producido alteraciones sustanciales en lo que concierne
a la estratificación de la concentración por ramas fabriles al cabo de la última década.

90 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
• Ramas Altamente Concentradas (RAC): aquellas en las que los ocho mayores
locales generan más del 50% del valor de la producción.
• Ramas Medianamente Concentradas (RMC): aquellas en las que los ocho
mayores locales explican entre el 25% y el 50% del valor de la producción.
• Ramas Escasamente Concentradas (REC): aquellas en las que los ocho mayo-
res locales explican menos del 25% del valor de la producción de la rama15.

A partir de estos insumos principales se procedió a estimar el índice de precios


mayoristas para cada estrato de concentración, así como un promedio ponderado
para el conjunto del sector manufacturero. Los índices se calcularon utilizando
una fórmula de promedios aritméticos con ponderaciones fijas del tipo Laspeyres.
El universo abarcó a ciento veintinueve ramas fabriles (a cuatro y cinco dígitos
de las ramas homogéneas de la CIIU-Rev. 3 y la ClaNAE 04/05), que fueron
estratificadas según su grado de concentración (RAC, RMC, REC) en el año
2003. El esquema de ponderaciones se sustentó en la importancia relativa de
cada actividad a cinco dígitos en el valor de producción de la industria según se
desprende del CNE 04/0516.
Por su parte, el horizonte temporal abordado contempló el año del estallido de
la crisis final del régimen de caja de conversión fija con el dólar estadounidense
(2001), su implosión y la resolución devaluatoria de principios de 2002 y la
reestructuración de los precios relativos y la instauración del régimen económico
de la posconvertibilidad, incluyendo el período de aceleración de precios (partir
de 2007) hasta 2010.
Tal como surge de los datos aportados por el Gráfico Nº 2, en el período
señalado el índice promedio ponderado de precios mayoristas para el total del
espectro fabril (estimación propia) registra una tendencia muy similar al IPIB

15 En términos estrictos, no siempre resulta viable asimilar el concepto de “mercados industriales”


al que deviene de las clasificaciones sectoriales para delimitar las distintas ramas manufactu-
reras; de todas maneras, con la desagregación utilizada en este estudio (máximo nivel posible)
queda minimizada la significación económica real de tales posibles discrepancias (Azpiazu,
2011).
16 El CNE 04/05 relevó un total de ciento sesenta y cinco ramas industriales a cinco dígitos de
la ClaNAE 04/05, mientras que el IPIB da cuenta de los precios de ochenta y ocho rubros
fabriles a cuatro dígitos de la CIIU-Rev. 3. Al respecto, caben dos comentarios en cuanto a los
procedimientos metodológicos que se aplicaron. En primer lugar, en el caso de aquellos ámbitos
manufactureros que a cuatro dígitos incluyen estratos de concentración homogéneos a cinco
dígitos (todas las ramas son RAC, RMC o REC), se decidió darle tal clasificación al respectivo
IPIB; por su parte, cuando a cuatro dígitos conviven actividades (a cinco dígitos) con distintas
estructuras de mercado, se “abrió” la información del IPIB a un mayor nivel de desagregación
a partir de tabulados especiales. De resultas de ello, quedaron delimitadas ciento veintinueve
ramas. En segundo lugar, se homogeneizaron ambas clasificaciones (ClaNAE y CIIU), lo cual
arrojó como resultado la existencia de discrepancias prácticamente irrelevantes en términos de
“representatividad sectorial”. En el Anexo se detallan las industrias que constituyen el universo
del estudio, con sus respectivos ponderadores y estratos de concentración.

Martín Schorr (coordinador) 91


de la industria manufacturera de acuerdo a los relevamientos del INDEC (la
estimación propia es ligeramente superior a la realizada por el organismo oficial
atento a la utilización de diferentes ponderadores).

Gráfico N° 2. Evolución del índice promedio ponderado de precios mayoristas


industriales y del índice de precios internos básicos al por mayor (IPIB) de
la industria
Gráfico manufacturera,
Nº 2. Evolución 2001-2010
del índice promedio (índice
ponderado base mayoristas
de precios 2001=100).industriales y del
índice de precios internos básicos al por mayor (IPIB) de la industria manufacturera, 2001-2010
(índice base 2001=100)
450
Índice promedio ponderado de precios mayoristas
400 industriales - Elaboración propia

Índice de precios internos básicos al por mayor de


350 la industria- INDEC
Índice base 2001-2010

300
=100

250

200

150

100

50

0
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Fuente: elaboración propia en base a información del INDEC, el CNE'04-05 y Azpiazu (2011).

Fuente: Elaboración propia en base a información del INDEC, el CNE 04-05 y Azpiazu, 2011.

III. Estructura de los mercados y formación de precios en la


industria

A partir de la estimación realizada se puede contar con una aproximación a


la evolución relativa de los precios mayoristas industriales de acuerdo al grado
de concentración de los mercados. Al respecto, una primera cuestión a dilucidar
es qué tipo de ramas (RAC, RMC o REC) incrementaron sus precios por encima
o por debajo del registro medio correspondiente al conjunto del sector manufac-
turero entre 2001 y 2010.
Los datos suministrados por el Gráfico Nº 3 permiten concluir que entre
dichos años los precios de las industrias oligopólicas se incrementaron el 7,6%
por arriba del promedio sectorial, mientras que los correspondientes a las RMC
y las REC retrocedieron, en cada caso, algo más del 10% respecto de la media
fabril. Así, de considerar el período en su conjunto se comprueba que el proceso
de elevación de precios industriales que se registró fue conducido por las ramas

92 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
altamente concentradas o, en otros términos, que en la posconvertibilidad tuvo
lugar una importante traslación de ingresos desde las manufacturas en las que
tienden a prevalecer morfologías de mercado más o menos competitivas hacia
los rubros oligopólicos.

Gráfico N° 3. Evolución de los precios relativos ponderados del índice de precios


básicos al por mayor (IPIB) en la industria manufacturera según estratos de
Gráfico Nº 3. Evolución de los precios relativos ponderados del índice de precios internos básicos
concentración*, 2001-2010 (índice base 2001=100).
al por mayor (IPIB) en la industria manufacturera según estratos de concentración*, 2001-2010
(índice base 2001=100)
120 IPIB RAC/ IPIB industria IPIB RMC/ IPIB industria IPIB REC/ IPIB industria

7,5% superior a los precios industriales


110,7
109,5
110 107,6 108,4 107,9 107,6
107,0 107,5 106,9
Índice base 2001=100

100 Promedio industrial (precios ponderados)


100,0

92,5 91,6
89,4 90,5 89,5 90,2 89,4
90 87,5
86,8 89,9
88,9 88,6 88,2 88,7
87,0
83,4 81,2
84,4
80
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
*REC = Ramas Escasamente Concentradas; RMC = Ramas Medianamente Concentradas; RAC = Ramas
Altamente Concentradas.
*REC=Ramas Escasamente Concentradas;
Fuente: elaboración RCM=Ramas
propia en base Medianamente
a información del Concentradas;
INDEC, el CNE'04-05 y Azpiazu (2011).RAC=Ramas
Altamente Concentradas.

Fuente: Elaboración propia en base a información del INDEC, el CNE 04-05 y Azpiazu, 2011.

Sobre esta visión general, cabe ahora adentrarse en las diferentes sub-etapas
que pueden identificarse a partir del desenvolvimiento que asumió la formación
de precios en el sector fabril doméstico. Las evidencias que constan en el gráfico
de referencia son indicativas de que la señalada capacidad diferencial para esta-
blecer el nivel de precios de acuerdo a los rasgos morfológicos de los mercados
experimentó una marcada intensidad en el marco de la megadevaluación de la
moneda en 2002 y la considerable alteración en los precios relativos que ella trajo
aparejada (Schorr, Manzanelli y Basualdo, 2012). En tal sentido, a la cuantiosa
transferencia de ingresos del trabajo al capital que aconteció en esta fase17 se

17 Entre 2001 y 2002 el costo medio salarial en la industria medido a precios constantes (salario
medio de los trabajadores registrados del sector privado deflactado por la inflación mayorista
sectorial) se redujo el 35,8%, mientras que en 2003 declinó el 3,0% adicional. A raíz de ello, y de
lo sucedido en el resto de la economía, se elevó notablemente la participación de los beneficios
en el producto neto (Manzanelli, 2012). Véase también Lindenboim, Kennedy y Graña, 2011.

Martín Schorr (coordinador) 93


adicionó otro sustancial movimiento de excedentes en el plano inter-capitalista
industrial: entre 2001 y 2003 las RAC aumentaron sus precios relativos el 10,7%,
al tiempo que los de las RMC declinaron el 13,2% y los de las REC cayeron el
18,8%. Todo esto, en un escenario signado por un incremento del 114,3% en el
índice promedio ponderado de inflación mayorista en el agregado fabril.
Una vez consumada la reestructuración de los precios relativos a favor de las
ramas oligopólicas tras la muy regresiva salida del régimen de convertibilidad,
en la fase 2004-2006 se evidencia un cierto reacomodamiento en el posiciona-
miento de las RMC y, sobre todo, de las REC18, aunque los precios ponderados
de ambas tipologías se mantienen bastante por debajo del promedio industrial y,
mucho más aún, del de las RAC.
Posteriormente, en el marco de la aceleración del proceso inflacionario que
tuvo lugar a partir de 2007 (Gráfico Nº 2), se corrobora que desde entonces y
hasta el final de la serie bajo estudio se asiste a una estabilización de los precios
relativos manufactureros. De todas maneras, las industrias concentradas fijaron
sus precios en un nivel sustancialmente superior al del conjunto del sector (en
promedio el 7,5% más holgado), mientras que la situación relativa de las REC
empeoró y la de las RMC prácticamente no sufrió alteraciones19.
De lo hasta aquí analizado se deduce que en un contexto en el que el proceso
inflacionario industrial se situó en un umbral elevado, el conjunto de las ramas
que integran el espectro fabril local impulsó su crecimiento, fundamentalmente
aquellas caracterizadas por estructuras de mercado altamente concentradas.
Esto constituye una aproximación de relevancia como para afirmar que nume-
rosas empresas oligopólicas que se desenvuelven en el sector manufacturero
doméstico han logrado desplegar con sus más y sus menos su capacidad de
fijación del “price leadership”. Naturalmente, de ello no se sigue que éste sea el
efecto causal excluyente de las tendencias y el nivel de los precios mayoristas
en la industria argentina en el transcurso del período 2001-2010, pero sí que es
indudable que el mismo desempeña un papel destacado en la explicación del
fenómeno inflacionario en la posconvertibilidad, así como de las importantes
transferencias de ingresos a él asociadas y el “salto de nivel” que experimentó la
concentración económica vis-à-vis los niveles elevados y crecientes del decenio
de 1990.
Los datos aportados por el Gráfico N° 4 reflejan, con mayor precisión, la
influencia que ejercen las ramas altamente concentradas sobre el comportamiento
de los precios industriales. Allí se consigna la contribución de los distintos estra-
tos de concentración a la variación del índice promedio ponderado de precios

18 Estas tendencias resultan consistentes con el perfil que asumió la expansión manufacturera en
esos años (Arceo, 2011; CENDA, 2010; y Schorr, 2012).
19 A raíz de estos patrones de comportamiento, en 2010 el precio promedio de las RAC fue el
20,4% más elevado que el de las RMC y el 21,3% más alto que el de las REC.

94 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
mayoristas industriales entre 2001 y 2010, y en las sub-etapas en que tales precios
asumieron un ritmo de crecimiento más intenso.
Al respecto, las evidencias permiten verificar que los mercados con alto
grado de oligopolio explicaron el 64,8% del aumento de los precios fabriles en
el período 2001-2010, mientras que las ramas con estructura de oferta de mediana
y escasa concentración alcanzaron a representar, respectivamente, el 22,2% y el
13,0% de los incrementos de precios en el mencionado horizonte temporal. Por
su parte, si bien la contribución de las RAC es mayor en 2001-2003 (70,7%),
en la fase 2007-2010 su peso en la aceleración de los precios fabriles ha jugado
un papel sumamente relevante. A punto tal que, en virtud de su gravitación en la
estructura manufacturera, las ramas altamente concentradas explicaron el 63,6%
de los aumentos de precios en el período 2007-2010, mientras que las RMC y las
REC reflejaron el 23,5% y el 12,9%, respectivamente.

Gráfico N° 4. Contribución al aumento del índice promedio ponderado de precios


mayoristas
Gráfico N° 4. industriales
Contribución alde las ramas
aumento fabriles
del índice según
promedio estratos
ponderado de concentración*,
de precios mayoristas
períodos
industriales2001-2010, 2001-2003
de las ramas fabriles y 2007-2010
según estratos (porcentajes).
de concentración*, períodos 2001-2010, 2001-
2003 y 2007-2010 (porcentajes)

Período 2001-2010 Período 2001-2003 Período 2007-2010


Aumento de precios del 314,% Aumento de precios del 114,3% Aumento de precios del 39,1%

REC REC
REC
13,0% 9,9%
12,9%

RMC
19,4% RMC
RMC RAC RAC 23,5% RAC
22,2% 64,8% 63,6%
70,7%

*REC = Ramas Escasamente Concentradas; RMC = Ramas Medianamente Concentradas; RAC = Ramas
Altamente Concentradas.
*REC=Ramas Escasamente Concentradas;
Fuente: elaboración propia en baseRCM=Ramas Medianamente
a información del INDEC, Concentradas;
el CNE'04-05 y Azpiazu (2011).RAC=Ramas
Altamente Concentradas.

Fuente: Elaboración propia en base a información del INDEC, el CNE 04-05 y Azpiazu, 2011.

A partir de estas consideraciones, y habiendo identificado los interregnos más


relevantes del movimiento de los precios en el interior de la industria (2001-2003
y 2007-2010), así como la capacidad diferencial de las RAC para potenciar y sos-
tener su privilegiado posicionamiento en lo atinente a la captación de excedentes,
vale la pena enfocar el estudio en las ramas que indujeron ese comportamiento.
Es decir, en las RAC que incrementaron sus precios por encima del promedio
fabril en ambas fases.
A tales fines, en el Cuadro Nº 1 se consigna la variación entre 2001 y 2003 del
IPIB en el segmento de las ramas altamente concentradas cuyos precios aumen-

Martín Schorr (coordinador) 95


taron por sobre la media ponderada sectorial. Este sub-universo de las RAC, que
constituye el núcleo de “ganadores” de las diversas e intensas traslaciones de
ingresos que habilitó el shock devaluatorio dentro de la industria, amalgama a un
número heterogéneo de actividades con diferentes influencias de escalas, distintos
accesos a las ventajas asociadas a la diferenciación de los productos, asimetrías
en el grado de madurez sectorial, funciones de producción disímiles, etc.

Cuadro Nº 1. Variación porcentual de los Precios Internos Básicos al por Mayor


(IPIB) de las RAC* cuyos precios aumentaron por encima del promedio
ponderado de la industria manufacturera, 2001-2003 (porcentajes).

Var. % % en VBP
 
2001-2003 industrial 2003
Aceites y grasas vegetales 188,0 8,6
Construcción y reparación de buques 181,4 0,1
Fabricación de locomotoras y de material rodante para ferrocarriles
181,3 0,1
y tranvías
Fabricación de aeronaves y naves espaciales 181,3 0,1
Construcción y reparación de embarcaciones de recreo y deporte 181,3 0,01
Hierros y aceros en formas básicas 178,3 4,3
Fabricación de tractores 172,7 0,04
Fabricación de productos de hornos de coque 167,4 0,02
Fabricación de productos de la refinación del petróleo 167,4 11,8
Elaboración de combustible nuclear 167,4 0,05
Hilandería de fibras textiles 164,2 0,8
Sustancias químicas básicas 164,2 2,2
Productos de chocolate y golosinas 163,8 0,9
Cubiertas de caucho 162,0 0,5
Preparación de arroz 160,2 0,2
Conductores eléctricos 157,4 0,3
Lavado de lana 154,9 0,2
Sustancias plásticas y elastómeros 151,3 2,1
Abonos y fertilizantes 144,3 0,5
Acumuladores eléctricos 142,5 0,1
Cemento y cal 138,2 0,7
Total RAC con incremento de precios superior al promedio sectorial 137,2 33,6
Total industria (promedio ponderado) 114,3 -

* RAC = Ramas Altamente Concentradas.


Fuente: Elaboración propia en base a información del INDEC, el CNE 04/05 y Azpiazu, 2011.

96 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
Por su elevada ponderación estructural (de conjunto explicaban alrededor de
la cuarta parte de la producción fabril de 2003), vale resaltar los ejemplos que
ofrecen la industria aceitera (en el bienio de referencia sus precios mayoristas
aumentaron el 188,0%), la de hierros y aceros (178,3%) y la refinación de petró-
leo (167,4%). También resultaron considerables las subas de precios verificadas
en el ámbito de la construcción y la reparación de buques, la fabricación de
locomotoras y material rodante, de aeronaves, embarcaciones y tractores, aunque
la contribución agregada de estos rubros fue mucho menor atento a su escasa
gravitación en el entramado manufacturero al momento de realizarse el CNE
04/05. Otras ramas altamente concentradas que contribuyeron de modo destacado
al incremento de los precios mayoristas entre 2001 y 2003 fueron la industria de
fibras textiles (164,2%), la química básica (164,2%), la de chocolate y golosinas
(163,8%), la de neumáticos (162,0%), la productora de arroz (160,2%), de con-
ductores eléctricos (157,4%), de sustancias plásticas y elastómeros (151,3%), de
abonos y fertilizantes (144,3%) y de cemento y cal (138,2%).
Por consiguiente, en este primer momento del régimen económico que suce-
dió a la convertibilidad, las principales RAC que usufructuaron el profundo y
regresivo (en muchos sentidos) reordenamiento de precios relativos derivado de
la maxidevaluación de 2002 se relacionan estrechamente con el procesamiento
de recursos naturales (con una clara impronta exportadora) y/o por detentar ele-
vadas barreras al ingreso derivadas de las economías de escala, ciertas ventajas
institucionales de privilegio y/o de las propias indivisibilidades de la inversión
(aceites y grasas vegetales, industrias refinadoras, petroquímica básica y produc-
tos químicos, siderurgia, aluminio primario, etc.). De allí que si bien la modifica-
ción del tipo de cambio y sus efectos sobre los precios locales tuvieron impactos
diferenciales conforme a las propias características estructurales de las distintas
ramas fabriles (por ejemplo, según su coeficiente de exportación, el grado de
“determinación” efectiva del precio interno por parte de los mercados internacio-
nales y/o el peso de las importaciones en las relaciones “insumo-producto” de las
firmas), la condición oligopólica parece haber actuado como vía inductora de la
elevación de los precios industriales, las mutaciones en los precios relativos y la
consiguiente captación diferencial de excedente por parte de este número acotado
y privilegiado de RAC en la etapa fundacional de la posconvertibilidad.
El fenómeno inflacionario de la fase 2007-2010 exhibe algunas discrepancias
significativas con relación a 2001-2003. Como se visualiza en el Cuadro Nº 2,
en los últimos años de la década pasada la cantidad de RAC que aumentaron
sus precios por encima del índice promedio ponderado de precios industriales
al por mayor (treinta y seis ramas) fue superior a la de las que lo hicieron en los
años inmediatamente posteriores al abandono del esquema convertible (veintiún
ramas –Cuadro Nº 1–).

Martín Schorr (coordinador) 97


Cuadro Nº 2. Variación porcentual de los Precios Internos Básicos al por Mayor
(IPIB) de las RAC* cuyos precios aumentaron por encima del promedio
ponderado de la industria manufacturera, 2007-2010 (porcentajes).

% en VBP
Var. %
  industrial
2007-2010
2003
Productos de cerámica no refractaria para uso no estructural 90,4 0,1
Azúcar 84,3 0,6
Generadores de vapor 68,6 0,03
Cubiertas de caucho 65,2 0,5
Productos de cerámica refractaria 62,8 0,05
Fabricación de productos de hornos de coque 59,1 0,02
Fabricación de productos de la refinación del petróleo 59,1 11,8
Elaboración de combustible nuclear 59,1 0,05
Alcohol etílico y bebidas alcohólicas destiladas 58,5 0,2
Fabricación de suéteres y artículos similares de punto 58,0 0,2
Preparación de arroz 57,6 0,2
Productos lácteos 56,6 3,1
Construcción y reparación de buques 49,9 0,1
Construcción y reparación de embarcaciones de recreo y deporte 49,9 0,01
Fabricación de locomotoras y de material rodante para ferrocarriles
49,9 0,1
y tranvías
Fabricación de aeronaves y naves espaciales 49,9 0,1
Productos derivados del almidón 49,5 0,1
Elaboración de pastas alimenticias secas 48,8 0,2
Abonos y fertilizantes 48,8 0,5
Molienda de legumbres y cereales (excepto trigo) 48,6 0,4
Elaboración de yerba mate 48,5 0,2
Tabacos 48,4 0,7
Fabricación de tractores 48,3 0,04
Acumuladores eléctricos 46,8 0,1
Tableros y paneles de madera 46,7 0,3
Confección de prendas y accesorios de vestir, de cuero 46,7 0,1
Productos de chocolate y golosinas 45,5 0,9
Edición de periódicos, revistas y publicaciones periódicas 45,5 0,8
Cemento y cal 45,3 0,7
Fabricación de somieres y colchones 45,0 0,1
Hierros y aceros en formas básicas 44,9 4,3
Fabricación de artículos de papel y cartón de uso doméstico e
43,6 0,8
higiénico sanitario

98 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD
Fabricación de instrumentos de óptica y equipo fotográfico 42,4 0,04
Jabones y detergentes 41,5 2,0
Tostado, torrado y molienda de café y especias 41,5 0,2
Papeles 40,9 1,0
Total RAC con incremento de precios superior al promedio sectorial 39,3 30,6
Total industria (promedio ponderado) 39,1 -

* RAC = Ramas Altamente Concentradas.

Fuente: Elaboración propia en base a información del INDEC, el CNE 04/05 y Azpiazu, 2011.

Entre las RAC “nuevas”, aquellas en cuyo ámbito los precios subieron por
arriba de la media sectorial en el período 2007-2010 y que no lo hicieron en 2001-
2003, se encuentran algunas manufacturas que tienen una vinculación estrecha
con el mercado interno y el proceso de acumulación local. Tales son los casos
de las industrias elaboradoras de cerámicas, azúcar, alcohol etílico y bebidas
alcohólicas, suéteres, lácteos, derivados del almidón, pastas alimenticias secas,
molienda de legumbres y cereales, yerba mate, tabaco, paneles de madera, pren-
das de cuero, edición de periódicos y revistas, somieres y colchones, papel y
artículos derivados, jabones y detergentes, instrumentos de óptica y café.
En este sub-universo de RAC, las que más contribuyeron al proceso inflacio-
nario a partir de 2007 (dada su significación en el tejido fabril) fueron las indus-
trias azucarera, láctea, elaboradora de cigarrillos, de jabones y detergentes, pastas
alimenticias y la gráfica. Allí conviven grandes capitales oligopólicos del calibre
de, por caso, Ledesma, Atanor, Mastellone Hermanos, Massalin Particulares,
Nobleza Piccardo, Procter & Gamble, Unilever, Molinos Río de la Plata, Vicentín
y el grupo Clarín. Se trata de actores económicos que cuentan con ventajas de
diverso tipo (de diferenciación –marcas registradas– y de escala –producción,
distribución y comercialización–), las cuales les han permitido incrementar los
precios por encima del promedio en el marco de la expansión de la demanda
interna y más allá de los intentos gubernamentales por acordar “precios de refe-
rencia” en ciertos bienes sensibles de la canasta básica.
Por su parte, en las RAC que permanecieron en ambas etapas desplegando una
estrategia de “price leadership” queda incluida una gama heterogénea de indus-
trias: neumáticos, refinerías, hierros y aceros, chocolate y golosinas, cemento y
cal, productos de hornos de coque, combustible nuclear, abonos y fertilizantes,
tractores y las producciones relativas a la actividad marítima y fluvial, aeronáutica
y ferroviaria. De todos modos, como se mencionó, el número de ramas que tienen
una influencia mayor en el resultado general de los precios manufactureros es
más acotado (principalmente refinerías de petróleo, acero y aluminio primario,
chocolate y golosinas y la actividad cementera).
En general, se trata de fabricaciones de insumos básicos de uso difundido
o de bienes de consumo final no durable, con escasa complejidad tecnológica,

Martín Schorr (coordinador) 99


alto aprovechamiento de las ventajas comparativas y/o institucionales de privi-
legio, y cuya dimensión en el mercado doméstico y su inserción en el mercado
mundial las delimita como estructuras de mercado altamente concentradas. Las
grandes compañías que se insertan en estos rubros tienen una larga tradición en
la elite empresaria del país (Techint, Acindar, Aluar, Molinos Río de la Plata,
Arcor, Loma Negra y las petroleras YPF, Petrobrás, Esso y Shell, entre las más
relevantes). Y adicionalmente presentan ciertos denominadores comunes, como
la elevada rigidez en las barreras a la entrada a los respectivos mercados en vir-
tud de la existencia de acentuadas economías de escala de distinta índole. En el
caso de las refinerías de petróleo, la industria cementera, la siderúrgica y la de
aluminio se adicionan los pronunciados requerimientos de inversión y la elevada
relación capital-producto20.
Por último, resulta interesante mencionar que, sobre la base del importante
“colchón de precios” generado entre 2001 y 2007, algunas RAC de relevancia
dejaron de ejercer el liderazgo en materia inflacionaria, de allí que no formen
parte de las manufacturas que constan en el Cuadro Nº 2. Entre ellas se destacan
la elaboración de aceites y grasas vegetales (retenciones mediante), de sustancias
químicas básicas y de plásticos y elastómeros. Se trata de tres ramas fabriles
cuyos respectivos precios mayoristas se incrementaron fuertemente entre 2001 y
2007: el 304,5%, el 349,4% y el 294,7% (al cabo de esos años el índice promedio
ponderado de precios mayoristas industriales acumuló una suba del 197,9%,
porcentual que ascendió al 220,1% en el caso de las RAC).
En definitiva, en su articulación, los desarrollos que anteceden permiten con-
cluir que, más allá de las discrepancias existentes entre las distintas etapas que
pueden identificarse a lo largo del período estudiado, en la posconvertibilidad el
derrotero de la inflación mayorista manufacturera ha estado estrechamente rela-
cionado con el comportamiento de las industrias altamente concentradas, sobre
todo en las dos fases en las cuales el incremento de los precios fue más virulento
(2001-2003 y 2007-2010).

20 La suba de los precios mayoristas en las refinerías de petróleo merece una mención especial,
tanto por el modo de influencia de la “inflación importada” como por su menor gravitación en
los precios finales al consumidor. En el período 2001-2003 los precios internos al por mayor
de los productos de esta rama se incrementaron por el efecto devaluatorio y el aumento de
los precios internacionales de estos commodities, en un escenario donde las retenciones a la
exportación eran fijas y relativamente reducidas (20% en el caso del petróleo y 5% para las
naftas). Por su parte, entre 2007 y 2010 el precio internacional del crudo manifestó oscilaciones
considerables, pero que en promedio se estabilizaron en un umbral alto. Si bien las retenciones
móviles que se aplicaron a partir de 2007 fueron relevantes para contener el impacto que ello
trajo aparejado sobre los costos, no fueron suficientes para morigerar el ascenso de los precios
domésticos fijados por las refinerías. Ello, pese al acuerdo de precios celebrado con el gobierno.
Sobre el particular, cabe destacar que la situación de los oligopolios integrados verticalmente
que concentran alrededor del 70% de la refinación de crudo y cuyos costos de extracción de pe-
tróleo evolucionaron por debajo del precio de comercialización (YPF y Petrobrás), es diferente
de la de los no integrados (Esso y Shell). Sobre estos temas, consúltese Barrera (en prensa).

100 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


Vale la pena enfatizar que la formación oligopólica de precios no constituye
la única razón de la inflación en la Argentina, pero sí representa uno de sus
factores explicativos. Al respecto, y a diferencia de otras interpretaciones que
carecen de suficiente demostración empírica, las evidencias analizadas permiten
afirmar no sólo que la concentración en la actividad manufacturera es una de las
causas salientes de la inflación, sino también que la “inflación oligopólica” se
constituye en uno de los elementos centrales para dar cuenta del incremento que
experimentó la concentración económica en el sector fabril en el transcurso del
decenio pasado, bajo el influjo de una expansión de la producción considerable
(por su magnitud y persistencia) y la ausencia de modificaciones relevantes en
la matriz de especialización sectorial.
Se trata de cuestiones estructurales para nada desdeñables en una coyun-
tura como la actual, caracterizada por el hecho de que desde diversos espa-
cios vinculados directa e indirectamente con el poder económico industrial se
viene presionando por una devaluación como mecanismo esencial para “ganar
competitividad”. Ello, ante el retraso cambiario que se desprendería de las ten-
dencias inflacionarias (en cuya explicación, obviamente, nada se señala en cuanto
al componente oligopólico). En términos estratégicos, desde estos sectores se
apunta a que con un aumento del tipo de cambio real se logre sentar las bases para
reeditar el proceso que tuvo lugar tras la regresiva salida de la convertibilidad,
es decir, que las industrias altamente concentradas utilicen su poder de mercado
vía la fijación de precios y, por ese medio, se viabilice nuevamente una doble
transferencia de ingresos a su favor: a partir de una reducción de los salarios y de
nuevas apropiaciones de excedente en detrimento de las industrias menos con-
centradas, tal como advierte lúcidamente Kalecki en la cita con la que se inicia
este trabajo21. Y, como corolario, propiciar adicionalmente una concentración
económica aún mayor en el sector manufacturero.

IV. Oligopolios industriales, ganancia e inversión

La importancia de la “inflación oligopólica” en el proceso de formación de


precios en la industria argentina durante la posconvertibilidad, y la concentra-
ción económica a ella asociada, cobra aún más relevancia si se considera que el
“esfuerzo inversor” no parece haber sido la estrategia impulsada por las grandes
corporaciones fabriles en la búsqueda por incrementar su peso en el entramado
manufacturero, incluso en un período en el que internalizaron ganancias extraor-
dinarias.

21 En cuanto a las dos traslaciones de ingresos mencionadas, véase Azpiazu y Schorr, 2010 para
la primera modalidad, así como Ferreira y Schorr, 2012; y Schorr y Castells, 2012 para la
segunda.

Martín Schorr (coordinador) 101


Esto puede corroborarse con los datos que constan en el Gráfico Nº 5, donde
se pone de manifiesto en forma elocuente que en la última década las firmas
industriales que integran la elite empresaria local (las quinientas compañías de
mayor tamaño del país), incrementaron notablemente sus niveles de rentabilidad,
al tiempo que redujeron su tasa de inversión. Más específicamente, las utilidades
sobre el valor agregado de los oligopolios manufactureros alcanzaron, en pro-
medio, el 33,1% en el período 2002-2010, más del doble que bajo el esquema de
caja de conversión (14,5% entre 1993 y 2001). A pesar de ello, la inversión bruta
sobre el valor agregado se redujo del 18,5% al 11,1% entre ambos períodos.

Gráfico N° 5. Evolución de las utilidades y la inversión bruta sobre valor agregado


en las firmas industriales(a) que integran el panel de las quinientas empresas
de mayor tamaño (porcentajes), 1993-2010.
Gráfico Nº 5. Evolución de las utilidades y la inversión bruta sobre valor agregado en las
firmas industriales(a) que integran el panel de las 500 empresas de mayor tamaño
45 (porcentajes), 1993-2010
Utilidades/VAB 39,9
40 Inversión bruta/VAB

35
30,8 30,2
30 Tasa de inversión (93-01) Rentabilidad industrial
Porcentajes

18,5% (02-10)
25 33,1%
21,3
20 17,6

15 16,8 11,9
13,9 Rentabilidad industrial 10,8
9,4
10 (93-01)
14,5% Tasa de inversión (02-10)
5
11,1%
5,1
0
1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010*

(a)Las firmas industriales que integran el panel de las 500 empresas más grandes del país fueron: 323 en 1993, 304 en 2001, 307
en 2007 y 287 en 2010.
(a) Las*Estimado
firmasenindustriales
función del pesoque integran
promedio el panel
de la inversión de lasde las quinientas
industriales de la ENGE empresas
en la inversiónmás grandes
bruta nacional en del país
el período
fueron: 323 en 1993, 304 en 2001, 307 en 2007 y2005-2009. 287 en 2010.
Fuente: elaboración propia en base a información de la Encuesta Nacional a Grandes Empresas del INDEC.
* Estimado en función del peso promedio de la inversión de las industrias de la ENGE en la inversión
bruta nacional en el período 2005-2009.

Fuente: Elaboración propia en base a información de la Encuesta Nacional a Grandes Empresas del INDEC.

Podría resultar razonable que tras el largo proceso recesivo que marcó el fin
de la convertibilidad, las grandes firmas hayan respondido a la expansión de la
demanda a través del aumento en el grado de utilización de la capacidad insta-
lada, dado que contaban con elevados niveles de ociosidad hasta, promediando,
la mitad del decenio de 2000. Pero posteriormente, funcionando a pleno y en un
contexto signado por un elevado ritmo de crecimiento económico, una importante
expansión de la demanda interna y la vigencia de tasas reales de interés bajas
–o negativas–, distintos tipos de prebendas estatales al capital concentrado y

102 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


robustos márgenes de ganancia en el ámbito fabril, resulta paradójica la escasa
vocación inversora del gran empresariado manufacturero. De hecho, la tasa de
inversión fluctuó apenas en torno del 10-12% entre 2007 y 201022, cuando las
ganancias, tras alcanzar un pico máximo en 2007 (39,9%), se ubicaron en el orden
del 30% sobre el valor agregado en 2010 (un margen agregado de beneficios que
resultó ser el 108,2% más holgado que el registro medio de la década de 1990).
De allí que, en línea con investigaciones previas, pueda colegirse que en la
posconvertibilidad las grandes corporaciones que se desempeñan en la indus-
tria han desplegado una conducta pasible de ser calificada como de “reticencia
inversora”, en la medida en que se mostraron renuentes a canalizar sus elevados
excedentes a la formación de capital (en otras palabras, sus resultados registraron
una baja reinversión de utilidades)23.
Con la mera finalidad de mostrar ciertos ejemplos de las manufacturas que
manifestaron este tipo de conducta, en el Cuadro Nº 3 se listan algunas de las
principales firmas industriales con baja reinversión de utilidades en el período
marcado por el agotamiento de la capacidad ociosa (2005-2010). Desde esta
perspectiva se aprecia que varias de las compañías que desenvuelven sus activi-
dades en ramas altamente concentradas y que condujeron el proceso inflacionario
en la industria doméstica, declararon en sus estados contables bajos niveles de
reinversión neta de utilidades24.
Tales son los ejemplos que brindan Celulosa y Fate que, a pesar de ser recep-
toras de los beneficios de la legislación de promoción industrial (Ley Nº 25.924 y
normas complementarias –Azpiazu, 2008–), declararon inversiones netas negati-
vas en el período 2005-2010, es decir que su inversión bruta (compras de bienes
de uso) no alcanzó a reponer el desgaste de los bienes de capital que insumió el
proceso productivo (amortizaciones). También es el caso de la baja reinversión
de utilidades que se puso de manifiesto en un conjunto relevante de grandes fir-
mas en el mismo horizonte temporal: Juan Minetti (3,7%), Morixe (5,3%), CCU
Argentina (14,0%), Pirelli (17,9%), Molinos Río de la Plata (21,2%, a pesar de
ser beneficiaria de la promoción industrial), Arcor (27,3%), Clarín (27,5%) y
Siderar e YPF (36,0% y 41,0%, también favorecidas por los subsidios habilitados
por la Ley Nº 25.924)25.

22 La inversión bruta interna fija sobre el valor agregado (mismo indicador) en el nivel nacional
fluctuó en torno del 22-26% en ese período (2007-2010). Véase http://www.mecon.gov.ar/
peconomica/basehome/infoeco.html (consultado el 16/12/2012).
23 Consúltese Azpiazu y Manzanelli, 2011; Azpiazu, Manzanelli y Schorr, 2011; y Manzanelli,
2011. En estos estudios se muestra que la “reticencia inversora” no es privativa de las grandes
empresas del sector fabril, sino del conjunto de la elite empresaria de la Argentina.
24 La inversión neta surge de sustraer las amortizaciones de capital a las compras de bienes de
uso, y la reinversión de utilidades relaciona ese resultado con las utilidades netas declaradas
en los estados contables de las firmas.
25 Debido a que no se puede desagregar la información, en el caso de YPF se trata de los resul-
tados integrados verticalmente (exploración, explotación, refinación y comercialización).

Martín Schorr (coordinador) 103


Cuadro Nº 3. Algunas de las principales firmas industriales que manifestaron
comportamientos reticentes a la inversión, período 2005-2010 (miles de pesos
corrientes y porcentajes).

Reinver-
Origen Ganancia Inversión
sión neta de
  del Rama de actividad neta neta
utilidades
capital
Miles $ (%)
Celulosa Arg. Extranjera Papel y pasta celulósica 15.306 -49.867 -325,8
Fate Nacional Neumáticos 116.086 -55.168 -47,5
Alpargatas Extranjera Textil 358.096 -154.247 -43,1
Artefactos a gas y refrig.
Domec Nacional 23.440 -2.721 -11,6
eléctrica
American Plast Extranjera Envases de plástico 30.742 -1.672 -5,4
Estrada Extranjera Edición e impresión 142.221 -4.358 -3,1
Carboclor Extranjera Solventes 54.543 952 1,7
Juan Minetti Extranjera Cementera 298.202 11.126 3,7
Longvie Nacional Electrodomésticos 64.178 3.288 5,1
Morixe Nacional Harina de trigo 33.838 1.809 5,3
Ferrum Nacional Productos sanitarios 133.874 15.964 11,9
CCU Argentina Extranjera Cervecera 148.840 20.832 14,0
Rigolleau Nacional Vidrio 180.845 29.121 16,1
Pirelli Extranjera Neumáticos 403.743 72.156 17,9
Molinos Río de
Nacional Alimenticia 1.254.587 265.823 21,2
la Plata
Toyota Arg. Extranjera Automotriz 1.304.666 323.010 24,8
San Miguel Nacional Citrícola 209.437 52.678 25,2
Chocolates, golosinas y
Arcor Nacional 1.420.215 387.773 27,3
alimentos
Grupo Clarín Nacional Edición e impresión 2.179.416 600.160 27,5
Refrigeración eléctrica y
Mirgor Nacional 168.095 58.960 35,1
electrónica
Siderar Nacional Siderúrgica 7.732.179 2.783.660 36,0
Grimoldi Nacional Calzado y prod. de cuero 42.282 15.950 37,7
Repsol-YPF Extranjera Petróleo y refinación 26.796.000 10.993.000 41,0
Fiat Auto Extranjera Automotriz 624.435 285.861 45,8
Ledesma Nacional Azúcar y papel 622.358 299.944 48,2
Quickfood Extranjera Alimenticia 218.582 109.824 50,2

Fuente: Elaboración propia en base a información de Economática y balances empresarios.

Aunque no hayan ejercido necesariamente el “price leadership”, al menos en


un nivel más elevado que la media, cabe resaltar la pobre performance inversora
de Alpargatas, Domec y American Plast, que disminuyeron su stock de capital
(inversiones netas negativas). O la baja reinversión de utilidades de Carboclor

104 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


(1,7%), Longvie (5,1%), Ferrum (11,9%), Rigolleau (16,1%), Toyota (24,8%),
San Miguel (25,2%) y la automotriz Fiat (45,8%, también amparada por la pro-
moción industrial).
Por lo tanto, no parece ser la innovación y la inversión de tipo “schumpe-
teriana” la forma de acumulación predominante de los oligopolios fabriles que
operan en el medio doméstico. Al contrario, se trata de actores que lograron
mantener o incrementaron su elevado peso en la industria local en buena medida
a raíz de su capacidad de ejercer la formación de precios. La contrapartida de este
comportamiento ha sido una plétora de capital que en lugar de ser consumida
productivamente en el nivel nacional ha sido girada al exterior (de allí el aumento
en la remisión de utilidades de las firmas extranjeras y la fuga de capitales prota-
gonizada por el gran capital en su conjunto)26, afectando el balance de pagos de
la economía argentina y contribuyendo sustancialmente a conformar un escenario
de cuasi “restricción externa” en la actualidad27.

V. Reflexiones finales

El grado de concentración no induce necesariamente un ascenso de los pre-


cios. Lo que interesa, especialmente, es elucidar la lógica de acumulación de las
grandes corporaciones oligopólicas, dado que la misma se encuentra subordinada
a la estrategia de la firma por mantener las barreras al ingreso de nuevos actores
en los mercados en los que operan, con la finalidad de apropiarse de ganancias
extraordinarias asociadas a esa posición dominante.
En tal sentido, de los análisis que anteceden se desprende que en la pos-
convertibilidad los capitales oligopólicos que se desenvuelven en la industria
argentina han logrado mantener las barreras al ingreso y sostener los elevados
niveles de concentración económica. Ello se vincula, en buena medida, con el
establecimiento de un precio mayorista más elevado que el promedio industrial
y que el correspondiente a las ramas de mediana y baja concentración, en un
escenario en el que las firmas líderes se han mostrado reacias a canalizar sus

26 Según datos del Banco Central de la República Argentina (BCRA), entre 2005 y 2010 el peso
de la distribución de dividendos alcanzó el 61,4% de la abultada renta de capital de la inversión
extranjera directa, al tiempo que la formación de activos en el exterior del sector privado (proxy
de la fuga de capitales) trepó a cerca de sesenta mil millones de dólares, una suma superior
a las reservas internacionales del país (datos extraídos de www.bcra.gov.ar; consultado el
15/12/2012). De acuerdo a lo analizado, no debería llamar la atención que entre los mayores
compradores de dólares para “atesoramiento” en 2011 hayan estado muchos de los oligopolios
fabriles que más aumentaron los precios y que se mostraron reticentes a la inversión. Tales los
casos de, entre otros, Siderar, Arcor y Ledesma a través de sus titulares (Zaiat, 2012).
27 En Abeles, Lavarello y Montagu, 2012; Amico, Fiorito y Zelada, 2012; Belloni y Wainer,
2012b; y Bernat, 2011 se aborda desde distintas perspectivas la problemática de la “restricción
externa” en la economía argentina.

Martín Schorr (coordinador) 105


abultados excedentes a la formación de capital (de allí su “reticencia inversora”
y sus holgados márgenes de beneficio).
En otras palabras, la estrategia de expansión de las empresas que se inser-
tan en mercados fabriles altamente concentrados no estuvo impulsada por sus
esfuerzos de inversión, sino más bien por su capacidad oligopólica en la for-
mación de precios, traccionando el proceso inflacionario que tuvo lugar en la
posconvertibilidad.
Así, la concentración económica en la industria se constituye en causa y
efecto de la suba de los precios mayoristas manufactureros en la última década.
Al respecto, la creciente injerencia de las compañías de mayor envergadura en
la producción sectorial es resultado de diversos factores, entre los que interesa
resaltar: la profunda transferencia de ingresos resultante de la megadevaluación
de 2002 (tanto entre trabajo y capital, como en el plano inter-capitalista); la men-
cionada fijación de precios que les permitió apropiarse de rentas diferenciales a
los oligopolios que operan en el medio doméstico; las ventajas institucionales
derivadas de diversas y abultadas subvenciones estatales que favorecieron a un
número acotado de empresas líderes del sector fabril; los sesgos implícitos en
ciertos instrumentos (promoción industrial, regímenes especiales para la arma-
duría automotriz y el ensamblado de productos electrónicos en Tierra del Fuego,
diferentes líneas de asistencia financiera al sector productivo, etc.); y la inserción
de los grandes capitales en las ramas más favorecidas por el perfil del crecimiento
industrial en un cuadro signado por la carencia de políticas activas y coordinadas
tendientes a impulsar a otros sectores y actores (“reindustrialización acotada” y
ausencia de cambio estructural).
No obstante, de las evidencias aportadas por este trabajo no debería con-
cluirse que la “inflación oligopólica” constituye el factor causal excluyente de la
elevación de los precios fabriles. Pero sí es indudable que la misma desempeñó
un papel relevante para comprender la configuración del fenómeno inflacionario
reciente y actual en nuestro país.
De allí que la corroboración empírica de esta cuestión constituya un aporte
en el marco del debate sobre las causas de la inflación, en el que la visión predo-
minante en el ámbito heterodoxo ha puesto el foco en la “inflación importada”.
Y ello es así por cuanto los efectos de la “inflación importada”, indudablemente
importantes para aprehender el fenómeno, no permiten per se identificar los
factores estructurales internos subyacentes al proceso de aceleración de los pre-
cios fabriles durante la posconvertibilidad (sobre todo en 2002-2003 y a partir
de 2007). Y, por ende, tampoco permiten dilucidar los aspectos indivisibles a la
estrategia de intervención tendiente a su posible reversión.
Con el telón de fondo de la lamentable manipulación del sistema estadístico
nacional, el diagnóstico del gobierno, implícito en las medidas adoptadas (en lo
esencial: retenciones a las exportaciones y negociación “cara a cara” con firmas
líderes), ha reconocido el carácter “importado” y “oligopólico” de la suba de

106 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


precios28. Pero difícilmente consiga contener el proceso inflacionario (estructu-
ral) a partir de soluciones de “corto plazo” (coyunturales), como las que se han
venido implementando. Máxime cuando un pilar esencial de esta política se ha
visto obturado tras el conflicto con las patronales del agro, y el otro no alcanza
a contemplar la posibilidad cierta y concreta de que los costos implícitos de la
negociación con las compañías líderes sean trasladados a la cadena productiva
que tales firmas dominan. Esto último, en detrimento fundamentalmente de sus
pequeños y medianos proveedores, clientes o competidores, con el consecuente
recrudecimiento de la concentración del ingreso sectorial y la manifestación de
tendencias a la centralización del capital a favor de los oligopolios dominantes.
Sobre estas cuestiones, si es aceptado que el problema inflacionario es estruc-
tural y tiene como uno de sus principales causantes al comportamiento de los
actores concentrados, sería un aliciente para nada menor la aplicación estricta
e integral de la legislación vigente en materia de defensa de la competencia,
identificando y sancionando las prácticas distorsivas de la competencia y/o el
abuso de posición dominante y/o las conductas desleales. También, la regulación
de las cadenas productivas de modo de acotar fuertemente los comportamientos
oligopólicos u oligopsónicos que intervienen en ella. Y, adicionalmente, resultaría
auspicioso avanzar en la “institucionalización” de la figura del grupo económico,
estableciendo límites a su expansión y fijando nuevas relaciones entre el capital
oligopólico y las firmas de menores dimensiones.
De todas maneras, ello sería aún insuficiente, en la medida en que la infla-
ción mayorista industrial también es expresión de los límites distributivos que
impone el perfil de especialización predominante en el ámbito fabril. Allí, el
salario adopta, en particular para la dinámica de acumulación y reproducción
ampliada de las empresas líderes, la forma social de un costo de producción,
en lugar de adquirir el rol de impulsor de la demanda interna. En dicho marco,
no resulta casual el componente “oligopólico” de la inflación, ni tampoco que
las grandes transnacionales y los grupos económicos locales presionen por una
devaluación como vía inductora de una mayor “competitividad”, reeditando la
doble transferencia de ingresos entre el trabajo y el capital y entre los grandes
capitales y los de menor tamaño que impulsó de modo notable su expansión en
los inicios de la posconvertibilidad.
Por eso es que adquiere suma relevancia la definición de un plan de desarro-
llo industrial de mediano y largo alcance que, considerando las alianzas socia-
les y políticas que le den sustento, debería propender a completar numerosos

28 En un documento reciente del BCRA (2012) se consignan “las causas primigenias de los fenó-
menos inflacionarios en países en desarrollo como la Argentina”: “la presencia de desequilibrios
en la estructura productiva, los cuellos de botella en determinados sectores, la puja distributiva,
la formación oligopólica de precios y los shocks exógenos de los precios internacionales”. Y
se concluye: “las presiones inflacionarias son mayoritariamente causadas por la concurrencia
de los factores mencionados y no por los excesos de demanda”.

Martín Schorr (coordinador) 107


casilleros del entramado manufacturero (con un lugar destacado para una polí-
tica sustitutiva), impulsando las actividades más complejas en lo tecnológico y
aquellas en las que su reproducción ampliada tenga a la demanda interna como
impulso esencial29.
Es indudable que todo ello constituye un desafío sumamente complejo en
múltiples sentidos, pero como señalaba Daniel Azpiazu: “Si se aspira a revertir
estas cuestiones en el marco de un modelo industrial genuinamente inclusivo en
lo socio-económico y desde la perspectiva regional, es indudable que se requiere
avanzar en la discusión de una estrategia nacional de desarrollo y en la confor-
mación de un esquema de alianzas con aquellos sectores consustanciados con la
reindustrialización y la redistribución del ingreso. Esto implicaría asumir las difi-
cultades derivadas de enfrentar en los campos económico y político-ideológico a
importantes y poderosos sectores académicos, políticos, sindicales y empresarios
(muchos del ámbito manufacturero); sin embargo, tales dificultades no serían más
serias ni más riesgosas que las que se desprenderían de no hacerlo o de llevar
a cabo una estrategia de conciliación de intereses inadecuada que, a la larga,
resultaría inapropiada e inconveniente en tanto profundizaría aún más el cuadro
de subdesarrollo nacional iniciado en 1976”30.

29 A mediados de 2011 el Ministerio de Industria lanzó el denominado “Plan Estratégico Industrial


Argentina 2020”. Una lectura atenta de este documento permite concluir que allí no se plasma
un plan industrial, ni mucho menos una estrategia de desarrollo sectorial, sino la enunciación de
principios generales que se inscriben en un conjunto de metas sin mayores precisiones respecto
de cómo alcanzarlas (disponible en http://www.industria.gob.ar/plan-estrategico-industrial-2020/
libro/ –consultado el 10/12/2012–).
30 Texto extraído de unas notas personales de Daniel Azpiazu para una conferencia que dictó a
mediados de 2009 en el Instituto Argentino para el Desarrollo Económico. El tema de la diser-
tación fue: “La industria en la posconvertibilidad”.

108 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


Anexo 1. Descripción de las ramas de actividad a 4 y 5 dígitos de la CIIU-Rev. 3,
sus ponderadores, estratos de concentración y variación de precios mayoristas
2001-2010.

Var.
Estrato
Rama precios
Ponde- de
(CIIU- Descripción de la rama may. %
rador concen-
Rev. 3) 2001-
tración*
2010
Matanza de ganado, producción, procesamiento y
15111 conservación de carne de vaca, oveja, cerdo, liebre y 0,043 REC 230,3
otros animales, excepto aves de corral

Producción, procesamiento y conservación de carne de


15112 0,007 RAC 247,4
aves de corral
15113 Elaboración de fiambres y embutidos 0,007 RMC 356,0
Matanza de animales n.c.p. y procesamiento de su
15119 0,003 RMC 264,9
carne; Elaboración de subproductos cárnicos n.c.p.
15120 Elaboración de pescado y productos de pescado 0,007 RMC 299,5
Elaboración y conservación de frutas, legumbres y
15130 0,011 RMC 222,1
hortalizas
15140 Aceites y grasas vegetales 0,086 RAC 390,7
1520 Productos lácteos 0,031 RAC 283,3
15311 Molienda de trigo 0,011 RMC 223,6
15312 Preparación de arroz 0,002 RAC 370,6
15313 Molienda de legumbres y cereales (excepto trigo) 0,004 RAC 256,2
1532 Productos derivados del almidón 0,001 RAC 219,8
1533 Alimentos balanceados 0,007 RMC 242,6
15411 Elaboración de galletitas y bizcochos 0,008 RAC 167,7
Elaboración industrial de productos de panadería,
15412 0,010 REC 198,2
excluido galletitas y bizcochos
15420 Azúcar 0,006 RAC 391,1
1543 Productos de chocolate y golosinas 0,009 RAC 332,9
15441 Elaboración de pastas alimenticias frescas 0,002 RMC 200,1
15442 Elaboración de pastas alimenticias secas 0,002 RAC 165,3
15491 Tostado, torrado y molienda de café y especias 0,002 RAC 226,5
15492 Preparación de hojas de té 0,001 RAC 166,9
15493 Elaboración de yerba mate 0,002 RAC 255,8
15499 Elaboración de otros productos alimenticios n.c.p. 0,011 RMC 203,4
1551 Alcohol etílico y bebidas alcohólicas destiladas 0,002 RAC 270,3
15521 Elaboración de vino 0,015 RMC 166,9
Elaboración de sidra y otras bebidas alcohólicas
15529 0,001 RAC 158,4
fermentadas y no destiladas

Martín Schorr (coordinador) 109


Var.
Estrato
Rama precios
Ponde- de
(CIIU- Descripción de la rama may. %
rador concen-
Rev. 3) 2001-
tración*
2010
1553 Cervezas 0,007 RAC 327,9
1554 Bebidas no alcohólicas 0,017 RAC 221,3
1600 Tabacos 0,007 RAC 230,2
Preparación de fibras textiles vegetales (incluyendo
17111 0,002 RMC 648,6
desmotado de algodón)
17112 Lavado de lana 0,002 RAC 242,4
17113 Hilandería de fibras textiles 0,008 RAC 275,5
Fabricación de tejidos textiles (incluye hilanderías
17114 0,007 RMC 258,4
integradas)
17120 Acabado de productos textiles 0,002 RMC 258,4
1721 Ropa de cama y mantelería 0,007 RMC 276,8
17302 Fabricación de suéteres y artículos similares de punto 0,002 RAC 231,6
17309 Fabricación de tejidos y otros artículos de punto 0,002 RAC 282,3
Confección de prendas y accesorios de vestir excepto
18101 0,012 REC 192,2
de cuero
18102 Confección de prendas y accesorios de vestir, de cuero 0,001 RAC 252,4
1911 Cueros curtidos 0,017 RAC 167,9
1912 Valijas y artículos de marroquinería 0,003 RAC 173,3
1920 Calzados 0,007 RMC 99,9
2010 Maderas aserradas 0,004 RMC 385,1
2021 Tableros y paneles de madera 0,003 RAC 379,0
2022 Carpintería de madera 0,001 RMC 397,1
20230 Fabricación de recipientes de madera 0,001 RMC 399,4
Fabricación de otros productos de madera; fabricación
20290 0,002 REC 399,4
de artículos de corcho, paja y materiales trenzables
21010 Papeles 0,010 RAC 309,2
21020 Envases de papel y cartón 0,013 RMC 251,0
Fabricación de artículos de papel y cartón de uso
21091 0,008 RAC 238,0
doméstico e higiénico sanitario
21099 Fabricación de otros artículos de papel y cartón n.c.p. 0,004 RMC 206,4
Edición de libros, folletos, partituras y otras
22110 0,003 RMC 162,6
publicaciones
Edición de periódicos, revistas y publicaciones
22120 0,008 RAC 162,0
periódicas
22190 Otras actividades de edición 0,001 RAC 134,8
22210 Actividades de impresión 0,012 REC 163,7
22220 Actividades de servicios relacionadas con la impresión 0,001 RMC 134,8

110 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


Var.
Estrato
Rama precios
Ponde- de
(CIIU- Descripción de la rama may. %
rador concen-
Rev. 3) 2001-
tración*
2010
23100 Fabricación de productos de hornos de coque 0,0002 RAC 382,8
23200 Fabricación de productos de la refinación del petróleo 0,118 RAC 382,8
23300 Elaboración de combustible nuclear 0,0005 RAC 382,8
2411 Sustancias químicas básicas 0,022 RAC 493,5
24120 Abonos y fertilizantes 0,005 RAC 532,4
24130 Sustancias plásticas y elastómeros 0,021 RAC 446,9
24210 Insecticidas y plaguicidas 0,011 RAC 213,0
24220 Pinturas, barnices, enduidos y tintas de imprenta 0,008 RMC 432,2
Fabricación de medicamentos de uso humano y
24231 0,032 RMC 177,9
productos farmacéuticos
24232 Fabricación de medicamentos de uso veterinario 0,002 RAC 177,9
Otras actividades de fabricación de productos
24239 farmacéuticos; sustancias químicas medicinales y 0,001 RAC 186,7
productos botánicos n.c.p.
2424 Jabones y detergentes 0,020 RAC 246,6
24290 Otros productos químicos 0,013 RMC 375,5
25110 Cubiertas de caucho 0,005 RAC 435,2
25190 Otros productos de caucho 0,003 RMC 375,6
2520 Productos de plástico excepto muebles 0,033 REC 275,7
2610 Vidrio y productos de vidrio 0,005 RAC 203,4
Productos de cerámica no refractaria para uso no
26910 0,001 RAC 289,6
estructural
26920 Productos de cerámica refractaria 0,0005 RAC 289,9
Productos de arcilla y cerámica no refractaria para uso
26930 0,004 RAC 236,6
estructural
2694 Cemento y cal 0,007 RAC 353,8
26951 Fabricación de mosaicos 0,0003 RMC 280,3
Fabricación de artículos de cemento, fibrocemento y
26959 0,003 REC 317,0
yeso excepto mosaicos
26960 Corte, tallado y acabado de la piedra 0,0005 RMC 280,3
26990 Otros artículos de minerales no metalíferos n.c.p. 0,002 RMC 360,0
27100 Hierros y aceros en formas básicas 0,043 RAC 526,8
2720 Minerales no ferrosos en formas básicas 0,011 RAC 308,4
27310 Fundición de hierro y acero 0,002 RMC 474,3
27320 Fundición de metales no ferrosos 0,002 RMC 474,3
28110 Productos metálicos para uso estructural 0,007 REC 389,6

Martín Schorr (coordinador) 111


Var.
Estrato
Rama precios
Ponde- de
(CIIU- Descripción de la rama may. %
rador concen-
Rev. 3) 2001-
tración*
2010
Fabricación de tanques, depósitos y recipientes de
28120 0,002 REC 580,6
metal
28130 Generadores de vapor 0,0003 RAC 580,6
Forjado, prensado, estampado y laminado de metales;
28910 0,003 RMC 474,3
pulvimetalurgia

Tratamiento y revestimiento de metales; obras de


28920 ingeniería mecánica en general realizadas a cambio de 0,005 REC 474,3
una retribución o por contrato
28930 Herramientas de mano y artículos de ferretería 0,002 RMC 320,9
28991 Fabricación de envases de hojalata 0,003 RAC 285,1
28999 Fabricación de productos metálicos n.c.p. 0,011 REC 373,4
29110 Motores a explosión excepto para automotores 0,0003 RAC 270,9
29120 Fabricación de bombas; compresores; grifos y válvulas 0,007 RMC 265,7
Fabricación de cojinetes; engranajes; trenes de
2913 0,001 RAC 245,3
engranaje y piezas de transmisión
29140 Fabricación de hornos; hogares y quemadores 0,0003 RAC 217,7
29150 Equipos de elevación y manipulación 0,001 RMC 260,4
29190 Otra maquinaria de uso general 0,006 RMC 203,3
29211 Fabricación de tractores 0,0004 RAC 502,9
Fabricación de maquinaria agropecuaria y forestal,
29219 0,009 RMC 438,1
excepto tractores
Fabricación de otros tipos de maquinaria de uso
29290 0,005 REC 347,9
especial
29300 Aparatos de uso doméstico 0,004 RMC 366,5
Fabricación de maquinaria de oficina, contabilidad e
30000 0,002 RMC 78,2
informática
31100 Motores, generadores y transformadores eléctricos 0,002 RMC 400,3
31200 Aparatos de distribución y control eléctrico 0,002 RMC 169,8
31300 Conductores eléctricos 0,003 RAC 833,7
31400 Acumuladores eléctricos 0,001 RAC 675,8
31500 Equipos de iluminación 0,001 RAC 265,9
31900 Otros equipos eléctricos n.c.p. 0,002 RAC 286,0
Fabricación de tubos y válvulas electrónicos y de otros
32100 0,001 RAC 78,2
componentes electrónicos
Fabricación de transmisores de radio y televisión y de
32200 0,002 RAC 78,2
aparatos para telefonía y telegrafía con hilos

112 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


Var.
Estrato
Rama precios
Ponde- de
(CIIU- Descripción de la rama may. %
rador concen-
Rev. 3) 2001-
tración*
2010
Fabricación de receptores de radio y televisión,
32300 aparatos de grabación y reproducción de sonido y 0,002 RAC 78,2
video, y productos conexos
33110 Equipos para medicina 0,001 RMC 217,0
33120 Instrumentos de medición de servicios domiciliarios 0,002 RMC 165,1
Fabricación de instrumentos de óptica y equipo
33200 0,0004 RAC 165,1
fotográfico
3410 Automotores y sus motores 0,029 RAC 287,9
3420 Carrocerías y remolques 0,002 RMC 321,5
3430 Repuestos para automotores 0,025 RMC 313,9
35110 Construcción y reparación de buques 0,001 RAC 590,4
Construcción y reparación de embarcaciones de recreo
35120 0,0001 RAC 590,4
y deporte
Fabricación de locomotoras y de material rodante para
35200 0,001 RAC 590,4
ferrocarriles y tranvías
35300 Fabricación de aeronaves y naves espaciales 0,001 RAC 590,4
3591 Motocicletas 0,0003 RAC 119,3
3599 Otros medios de transporte 0,001 RMC 158,2
Fabricación de muebles y partes de muebles,
36101 0,003 REC 202,4
principalmente de madera
Fabricación de muebles y partes de muebles,
36102 0,001 RMC 332,4
principalmente de otros materiales (metal, plástico, etc.)
36103 Fabricación de somieres y colchones 0,001 RAC 378,8
3699 Otros productos manufacturados n.c.p. 0,004 REC 211,3

* RAC = Ramas Altamente Concentradas; RMC = Ramas Medianamente Concentradas; REC = Ramas
Escasamente Concentradas.

Fuente: Elaboración propia en base a información del INDEC, el CNE’ 04-05 y Azpiazu, 2011.

Martín Schorr (coordinador) 113


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116 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


4 en el mercado mundial:

/ Inserción de la industria argentina

perfil de especialización según densidad


tecnológica de los productos

Martín Schorr y Andrés Wainer

I. Introducción

L
uego de sufrir una de las crisis más graves y duraderas de su historia
(1998-2002), la economía argentina ha presentado en la posconvertibi-
lidad un desempeño económico notable que se refleja en buena parte de
sus indicadores macroeconómicos. Al respecto, entre otras cuestiones relevantes,
cabe destacar que entre 2002 y 2010 el PBI creció a una tasa anual acumulativa
del orden del 7,6% (a precios constantes), el correspondiente al sector manu-
facturero lo hizo a un ritmo aún más elevado (9,5% anual), las cuentas fiscales
fueron superavitarias, se redujo el peso de la deuda pública sobre el producto
y cayó significativamente el desempleo. En relación con el sector externo, el
déficit comercial que había predominado durante la vigencia del régimen de
convertibilidad fue revertido, dando lugar a un superávit holgado que hizo po-
sible una importante acumulación de reservas internacionales1. Este ingreso de
divisas por la vía comercial permitió que se diese conjuntamente un proceso de
desendeudamiento y un desplazamiento (temporal) de la histórica restricción
externa que solió aquejar a la economía argentina desde prácticamente el inicio
de su proceso de industrialización.
En efecto, durante la vigencia del modelo sustitutivo de importaciones se
vivieron recurrentes períodos de estrangulamiento externo frecuentemente expli-
cados mediante el modelo stop and go. En términos estilizados, durante la fase
expansiva del ciclo económico la creciente demanda de los sectores populares,
como consecuencia de la elevación de los salarios reales, determinaba una con-

1 Las reservas internacionales crecieron a partir de 2003 hasta superar los cincuenta y dos mil
millones de dólares a mediados de 2011. A partir de allí comenzaron a descender paulatinamen-
te aunque, no obstante, se mantuvieron en niveles adecuados al tamaño de la economía (datos
disponibles en http://www.bcra.gob.ar, consultado el 28/2/2013).

117
tracción de los saldos exportables, a la vez que la expansión industrial con eje en
el mercado interno generaba un aumento en la demanda de bienes importados,
fundamentalmente intermedios y de capital. Dado que la producción agropecuaria,
principal proveedora de divisas de la economía argentina, mantenía un volumen
de producción más o menos estable, este proceso conducía a un cuello de botella
externo que derivaba en la imposibilidad de sostener la paridad cambiaria, lo
que determinaba la aplicación de políticas de ajuste y estabilización basadas en
la devaluación de la moneda, la reducción del déficit fiscal y la elevación de las
tasas de interés domésticas. Por la vía de la contracción de la demanda interna
(sobre todo de los salarios), estas políticas permitían restablecer el “equilibrio”
a través de la reducción de las importaciones asociada a la desaceleración del
nivel de actividad interno, a la vez que viabilizaban la ampliación de los saldos
exportables (Braun, 1975; Diamand, 1973).
En el período reciente, esta problemática, si bien adquirió modalidades
distintas, no dejó de estar presente en la economía argentina, aunque más no
fuese como límite potencial al crecimiento (Abeles, Lavarello y Montagu, 2013;
Belloni y Wainer, 2012b; Bernat, 2011). Sin embargo, la restricción externa es
sólo un elemento, si bien fundamental, de la dependencia externa que presenta
el país. Aun cuando esta limitación no existiera, por ejemplo, si se consolidase
en el largo plazo un esquema de precios relativos crecientemente favorable a
los principales productos primarios de exportación, difícilmente podría consi-
derarse a la Argentina como una nación desarrollada. En este sentido, existen
numerosos países, como los denominados “petroleros” y “mineros”, que poseen
un balance de divisas altamente positivo y, no obstante, se los puede seguir cata-
logando como periféricos o dependientes. Sin duda, la posibilidad de mantener
un cierto ritmo de crecimiento sin restricciones durante un lapso considerable es
una condición necesaria pero no suficiente para lograr el desarrollo2. Uno de los
elementos que caracteriza a las economías desarrolladas, además de su nivel de
ingreso, es la existencia de una matriz productiva diversificada, especialmente
en lo que hace a la elaboración de bienes y servicios con alto valor agregado y
contenido tecnológico. Una buena manera de medir el grado de diversificación
de una economía teniendo en cuenta su nivel de competitividad es a través del
análisis de su comercio exterior desde un punto de vista que abarque simultá-
neamente dimensiones cuantitativas y cualitativas. Como sugieren Hausmann,
Hwang y Rodrik (2005), pareciera existir una relación directa entre el dinamismo

2 En palabras de la CEPAL (2012): “El desarrollo económico implica no sólo altas tasas de
creci­miento, sino también cambios cualitativos en la estructura productiva y, particularmente
en economías abiertas, en el patrón de especialización e inserción en los mercados mundiales.
Estos cambios deben aumentar la participación relativa de los sectores intensivos en conoci-
miento en la producción total para fortalecer las capacidades, los conocimientos y los procesos
de aprendizaje que se dan en conjunto con la producción y la inversión. El aprendizaje tecno-
lógico, la diversificación de la estructura productiva y el potencial de crecimiento económico
guardan una estrecha interrelación”.

118 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


de la demanda internacional, la tecnología incorporada en los productos y el
crecimiento sustentable.
A pesar de su relevancia, al momento existen relativamente pocos trabajos que
hayan abordado particularmente la evolución del balance comercial de la indus-
tria argentina durante la etapa reciente desde un punto de vista cualitativo3. Siendo
la aparente reversión del proceso de desindustrialización iniciado a mediados de
la década de 1970 uno de los principales logros del actual patrón de crecimiento,
el análisis del intercambio comercial de manufacturas debería aportar valiosos
elementos de juicio para dimensionar el alcance de ciertas transformaciones a
partir del colapso de la convertibilidad, y sus potencialidades y limitaciones en
términos de desarrollo económico.
En ese marco, este trabajo se propone analizar si el importante ritmo de
crecimiento que tuvo la economía argentina en los últimos años y la mejora en
sus cuentas externas se han dado en paralelo a una modificación significativa del
perfil de especialización industrial y de inserción del país en la división interna-
cional del trabajo, tal como se sostiene desde algunos espacios gubernamentales
y en diversos ámbitos académicos y empresariales4. En otras palabras, se busca
establecer si la Argentina ha generado nuevas ventajas competitivas dinámicas
a partir del giro en la política económica comenzado en 2002, y profundizado
especialmente a partir de la asunción de Kirchner como presidente en 2003 o,
por el contrario, si siguen prevaleciendo las ventajas comparativas estáticas del
“antiguo” patrón de especialización basado en el aprovechamiento de los recursos
naturales, la producción de algunos commodities industriales y la persistencia de
unos pocos ámbitos privilegiados de acumulación.
Para ello, tras esta breve introducción, el artículo comienza con un diagnóstico
del intercambio comercial del sector manufacturero y del nivel de integración
del mismo a partir de establecer una comparación entre la convertibilidad y la
posconvertibilidad. En la tercera sección se presentan algunas consideraciones
metodológicas para el estudio de las exportaciones e importaciones de acuerdo
al contenido tecnológico de los bienes. Seguidamente, en la cuarta parte, se
indaga el desempeño exportador de la industria argentina entre 1993 y 2010
clasificando a las manufacturas según su densidad tecnológica. El análisis de la
evolución de las importaciones industriales de acuerdo a su complejidad tecno-
lógica durante el mismo período tiene lugar en el inicio de la quinta sección, en
la que también se encara una comparación de las mismas con la evolución de las
exportaciones. Finalmente, la investigación cierra con unas reflexiones finales
que apuntan a identificar la naturaleza de algunos problemas estructurales que

3 Tal como se analiza en la tercera sección del presente artículo, algunos estudios que han abor-
dado parcialmente esta cuestión son los de Belloni y Wainer, 2012a; Bianco, Porta y Vismara,
2007; Castagnino, 2006; CEP, 2007 y Naclerio y Belloni, 2010, aunque en la mayoría de los
casos se abordan períodos cortos o sólo se considera el comportamiento de las exportaciones.
4 A modo de ejemplo, véase Ministerio de Industria, 2012.

Martín Schorr (coordinador) 119


enfrenta la Argentina actual en relación con su comercio exterior y, sobre todo,
con su proceso de desarrollo.

II. Una visión general del intercambio comercial de bienes


industriales

En la década de 1990, la rebaja de aranceles y la fijación del tipo de cambio,


que terminó derivando en una apreciación de la moneda local, condujeron a que
el conjunto de la industria argentina registrase déficits comerciales pronunciados.
Tal como se puede observar en el Gráfico Nº 1, las importaciones de manufacturas
superaron sistemáticamente a las exportaciones, inclusive durante los años de
crisis económica (1995 y 1999-2001). Esta situación se revirtió abruptamente tras
el abandono de la convertibilidad en 2002, dando lugar por primera vez desde el
decenio de 1980 a un superávit en el comercio exterior de productos fabriles.

Gráfico Nº 1. Exportaciones, importaciones y saldo comercial de la industria


argentina, 1993-2010 (en millones de dólares corrientes).

60.000 15.000

50.000 10.000

40.000 5.000

30.000 0

20.000 -5.000

10.000 -10.000

0 -15.000
1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010

Saldo (eje der.) Expo Impo

Fuente: Elaboración propia en base a información del Centro de Estudios para la Producción
(CEP).

En un primer momento posterior a la devaluación, este resultado positivo en


el intercambio comercial industrial fue posible por una drástica reducción de las
importaciones debido al agravamiento de la crisis doméstica y al encarecimiento
repentino de las mismas tras la modificación abrupta del tipo de cambio. Sin
embargo, a partir de 2003, primer año de crecimiento poscrisis, se expandieron

120 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


tanto las exportaciones como las importaciones de manufacturas, aunque a ritmos
diferentes: entre 2003 y 2010 las ventas externas de mercancías fabriles crecieron
al 13,0% anual acumulativo, mientras que las importaciones lo hicieron a un
ritmo promedio anual del 22,4%, dando como resultado una paulatina reducción
del superávit comercial industrial hasta convertirlo en déficit en 2007.
Si bien en 2009 el sector manufacturero registró nuevamente superávit en su
comercio exterior, esto se debió fundamentalmente al impacto de la crisis mundial
en la economía local, con una importante retracción de las compras externas de
bienes industriales y, en menor medida, a unas pocas políticas estatales tendien-
tes a proteger a algunos sectores considerados “sensibles” (CENDA, 2010). No
obstante, tal como se puede apreciar en el gráfico de referencia, una vez que
la economía retomó su sendero de crecimiento en 2010, las importaciones de
manufacturas volvieron a superar a las exportaciones, dando como resultado la
reaparición del déficit comercial (en dicho año el desbalance global del sector
ascendió a algo más de tres mil doscientos millones de dólares).
El mencionado aumento de las exportaciones fabriles se dio a un ritmo mayor
que la expansión de la producción, lo cual derivó en una mayor participación de
las mismas en el producto5. Sin embargo, aún más importante fue el incremento
del peso de las importaciones de manufacturas sobre el consumo aparente, el
cual pasó del 17,0% en 2003 al 25,2% en 2010, alcanzando un promedio de
24,4% en la posconvertibilidad frente a uno del 16,7% entre 1993 y 20016. En
este sentido, en lugar de incrementarse, como hubiese sido esperable en función
del encarecimiento relativo de las importaciones tras la devaluación, el nivel de
integración de la producción industrial parece haber disminuido partir de 2003.
Un indicador proxy de este proceso lo constituye la evolución del coeficiente
entre el valor agregado bruto (VAB) y el valor bruto de producción (VBP) en la
industria argentina.
Los datos suministrados por el Gráfico Nº 2 permiten concluir que el coefi-
ciente VAB/VBP pasó de un promedio del 37,0% en la convertibilidad al 33,4%
en la posconvertibilidad, lo cual es explicado por un mayor crecimiento de la
producción vis-à-vis el valor agregado. De aquí podría inferirse que una menor
proporción del producto industrial es explicada por producción local o, lo que
es lo mismo, un mayor peso de las importaciones en la producción industrial,
lo cual reafirma que el proceso de sustitución de importaciones que tuvo lugar

5 Según información oficial, en la convertibilidad el conjunto del sector manufacturero operó


con un coeficiente exportador (exportaciones/valor bruto de producción) que, en promedio,
fue del 12,3%, porcentual que ascendió a más del 25% en la posconvertibilidad (datos ex-
traídos de http://www.industria.gob.ar/cep/informes-y-estadisticas/industriales/, consultado el
19/11/2012).
6 Véase http://www.industria.gob.ar/cep/informes-y-estadisticas/industriales/ (consultado el
19/11/2012).

Martín Schorr (coordinador) 121


en los últimos años fue por demás acotado (Azpiazu y Schorr, 2010; Herrera y
Tavosnanska, 2011; Schorr y Castells, 2012).

Gráfico Nº 2. Industria argentina. Valor bruto de producción (VBP), valor agre-


gado bruto (VAB) y coeficiente VAB/VBP, 1993-2009 (en millones de pesos
corrientes y porcentajes).

900.000
Promedio coeficiente
- convertibilidad: 37,0%
800.000
- posconvertibilidad: 33,4%

700.000

600.000

500.000

400.000

300.000

200.000

100.000

-
1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009
VBP industrial VAB industrial

Fuente: Elaboración propia en base a información del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas.

En la explicación de este desempeño confluyen diversos fenómenos. En pri-


mer lugar, el crecimiento del consumo (final y productivo) generó una demanda
que, tras largos años de desmantelamiento industrial, no pudo ser mayormente
satisfecha con producción local (tal lo acaecido, por caso, en diversos segmentos
de la industria de bienes de capital). En segundo lugar, los cambios en los precios
relativos que trajo aparejada la devaluación de la moneda modificaron parcial-
mente el ritmo de crecimiento de los distintos sectores fabriles, generándose una
expansión pronunciada en muchas ramas con una función de producción en la
cual el factor capital tiene un alto componente importado, como ciertas metal-
mecánicas y químicas, la automotriz, la electrónica (mayormente radicada bajo
el régimen promocional en Tierra del Fuego) y la industria textil. Sin embargo,
en tercer lugar, ante la ausencia de una política activa y sostenida de sustitución
de importaciones, el nivel cambiario real por sí solo no operó como un aliciente
suficiente para reactivar en forma sostenida la producción local en los segmentos
más castigados por la apertura asimétrica y las políticas de sesgo anti-industrial
implementadas en la década de 1990 (y, más ampliamente, desde 1976).

122 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


En definitiva, tras un interregno en los primeros años a posteriori de la deva-
luación de la moneda en 2002, se observa que el sector fabril doméstico sigue
siendo mayormente deficitario en su intercambio comercial y que esto está aso-
ciado, al menos parcialmente, a la persistencia de un bajo nivel de integración
de la producción local. Si bien este cuadro general del intercambio comercial de
manufacturas otorga algunos indicios sobre el rumbo de la industria argentina
durante la etapa reciente, para dar cuenta de la existencia –o no– de un cambio
estructural es necesario incorporar nuevas dimensiones de análisis como el grado
de desarrollo tecnológico de los bienes intercambiados.

III. La clasificación de manufacturas según su complejidad


tecnológica

El exhibir altas tasas de crecimiento del producto no implica necesariamente


haber alcanzado el desarrollo económico; en economías abiertas, es necesario
contemplar también los cambios cualitativos en la estructura productiva (CEPAL,
2012). La participación de sectores intensivos en el uso de conocimiento y tecno-
logía en la producción local y, por ende, en la estructura de comercio exterior, son
un indicador posible del alcance de las modificaciones cualitativas en la economía
argentina. Es por ello que, para profundizar el análisis sobre los cambios y las
continuidades entre el régimen de convertibilidad y la etapa que se abrió tras su
abandono, resulta interesante tener en cuenta una dimensión relativamente poco
explorada por la literatura argentina en la materia: la clasificación de las exporta-
ciones e importaciones de bienes industriales según su contenido tecnológico7.
Esta dimensión resulta fundamental, ya que es una de las cuestiones que his-
tóricamente ha diferenciado a los países centrales de los periféricos, aunque en
la actualidad también se observan notorias diferencias en la materia dentro de la
periferia misma (Arceo, 2011). La problemática excede las cuestiones asociadas
a los desequilibrios en la cuenta corriente del balance de pagos, ya que atañe al
grado de dominio nacional sobre los procesos productivos. Como se mencionó,
el sólo hecho de contar con superávit en cuenta corriente no necesariamente es
un indicador de desarrollo, tal como lo demuestra el déficit que poseen en la

7 Entre aquellos que analizaron el comercio exterior según el contenido tecnológico de las ex-
portaciones en períodos recientes se encuentran, aunque utilizando metodologías diferentes,
los trabajos de Belloni y Wainer, 2012a; Bianco, Porta y Vismara, 2007; Castagnino, 2006;
CEP, 2007; Naclerio y Belloni, 2010; Wainer y Schorr, 2012. Mientras que Naclerio y Belloni
utilizan la clasificación elaborada por Lall (2000), el resto utiliza la metodología sugerida por
la OCDE, aunque con distintas variantes.

Martín Schorr (coordinador) 123


actualidad muchos países centrales, así como los excedentes que registra buena
parte de la periferia, incluyendo a numerosas naciones latinoamericanas8.
En tal sentido, el estudio del comercio exterior manufacturero según su con-
tenido tecnológico permite dar una idea más precisa del grado de (sub)desarrollo
del entramado industrial, especialmente sobre la competitividad del mismo en
ramas no vinculadas directamente al aprovechamiento de recursos naturales.
Pocas dudas caben que, tras largos años de desindustrialización y reestructuración
regresiva de su aparato manufacturero, la Argentina no se encuentra dentro del
grupo de países que dominan las tecnologías de punta y que poseen un acervo
científico-técnico como para liderar la innovación en productos de alta comple-
jidad tecnológica. Pero tampoco se trata de un país con una industria mínima o
exclusivamente dependiente de una actividad en particular9.
La metodología centrada en el contenido tecnológico de los productos es muy
útil para dar cuenta del grado de diversificación de la estructura productiva y la
competitividad de los distintos segmentos, pero presenta la desventaja de que
refleja la tecnología incorporada a los productos y no la utilizada en el proceso
de producción en el país exportador. Esto puede dar lugar a ciertos “desajustes”,
particularmente en aquellos casos donde tienen una fuerte incidencia las indus-
trias de ensamblaje o de tipo “maquila”. Es por ello que no debieran emplearse los
mismos criterios indiscriminadamente a cualquier caso sin realizar las salvedades
correspondientes.
En este trabajo se aplica una metodología basada en la clasificación que utiliza
la OCDE (Hatzichronoglou, 1997; Loschky, 2008). La misma subdivide a las
manufacturas industriales en cuatro grandes categorías: alta tecnología, mediana-
alta tecnología, mediana-baja tecnología y baja tecnología. Debe aclararse que,
dado el reducido nivel general de la inversión en investigación y desarrollo (I+D)
por parte de las empresas en la mayor parte de América Latina, cuando se utilizan
clasificaciones de este tipo en dichos países suele ser más importante considerar el
nivel de integración local de la producción que la inversión en I+D propiamente
dicha. Por ejemplo, un segmento considerable de la industria mexicana podría

8 Entre los países desarrollados con predominio de déficit de cuenta corriente durante la última
década se destacan los Estados Unidos en primer lugar, seguidos por el Reino Unido, Italia,
Francia y, más recientemente, Canadá. De las economías centrales más grandes, en los últimos
años sólo mostraron superávit de cuenta corriente de modo sistemático Japón y Alemania. En
tanto, en el mismo período, además de la Argentina, buena parte de los países latinoamericanos
ha registrado superávit en sus cuentas corrientes, entre ellos, Venezuela, Perú, Chile y Bolivia
(datos extraídos de http://www.imf.org/external/pubs/ft/weo/2011/02/weodata/index.aspx, con-
sultado el 29/12/2012).
9 Hay casos en los que una sola industria tiene una importancia y un impacto decisivo en el
conjunto de la economía de una nación. Generalmente esto se da en países chicos y con una
población relativamente pequeña, como es el caso de Costa Rica y las implicancias que ha
tenido en su economía la instalación en 1997 de una fábrica de ensamblaje de microchips por
parte de Intel. Se estima que la firma explica por sí misma el 20% de las exportaciones del país
centroamericano y alrededor del 5% del producto bruto (Reyes, 2008).

124 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


catalogarse como de alta o mediana-alta tecnología si no se tuviese en cuenta
que buena parte de su producción tiene el carácter de “maquila”, es decir, se
importan los componentes sin aranceles para luego re-exportar el producto final
aprovechando el diferencial de salarios10. Las consecuencias de una industria de
este tipo no derivan únicamente de la falta de investigación y desarrollo en el
nivel doméstico, sino principalmente del escaso entramado industrial y las casi
nulas cadenas de valor que genera, produciendo por lo general buenos resultados
en términos de empleo, pero muy negativos en lo que se refiere a la reducción de
la pobreza ya que se basa justamente en un costo salarial reducido.
Ciertamente, el grueso de la producción manufacturera argentina no se co­rres­
ponde a una actividad de este tipo (“maquila”), aunque hay dos rubros de im­por­
tancia en los que sucede algo similar en términos de valor agregado: el de la
electrónica, fundamentalmente asentada en la provincia austral de Tierra del
Fuego, y el sector automotor.
En el primer caso, si bien el nivel de integración nacional de la producción es
muy bajo debido al carácter del régimen especial de promoción, se diferencia de
la “maquila” en el hecho de que la fabricación está orientada casi exclusivamente
al mercado doméstico. El régimen de “protección” industrial que goza este sector
en el nivel provincial favorece la instalación de fábricas ensambladoras, ya que
se les permite importar los componentes con amplios beneficios arancelarios
y fiscales, evitando así los costos impositivos en la importación de los bienes
finales11. Pero justamente debido a la protección de la cual gozan las industrias
ensambladoras en Tierra del Fuego, las mismas carecen de competitividad a nivel

10 Sobre el sistema de maquila en México y otros países centroamericanos, consúltense, entre


otros, los trabajos de Bendesky y otros, 2003; Buitelaar, Padilla y Urrutia, 1999; Ibarra, 2011;
Katz y Stumpo, 2001.
11 En 1972 fue instituido el régimen fiscal y aduanero especial para el entonces Territorio Nacional
de Tierra del Fuego, Antártida, e Islas del Atlántico Sur (Ley Nº 19.640) en procura de objetivos
geopolíticos. El mismo otorgaba una diversa gama de incentivos fiscales que recién tuvieron un
impacto real a fines de dicha década. Si bien las empresas radicadas en la isla cuentan con la
liberación del pago del IVA y la exención del impuesto a las ganancias (entre otros), el beneficio
que resultó decisivo estuvo directamente asociado a los incentivos arancelarios. Al respecto,
si los aranceles a la importación de insumos en el territorio continental superan el 90%, las
empresas fueguinas sólo tributan la mitad de tales derechos, pero si los mismos se ubican por
debajo de ese 90%, entonces quedan exentas. Fue a partir de la apertura de la economía llevada
adelante por la dictadura militar en la segunda mitad del decenio de 1970 que comenzaron las
radicaciones en la isla que, en general, conllevaban la modificación de procesos productivos
preexistentes a partir de su relocalización, en base a la selección de nuevas tecnologías (con un
muy elevado componente importado), al desarrollo de actividades de ensamblaje que deman-
daban una escasa inversión fija y gozaban de una considerable protección efectiva. Se trató,
en general, de bienes en los que el costo de transporte no era significativo en relación con su
volumen y valor unitario. El sistema de promoción fueguina ha sufrido diversos cambios desde
que entró en vigencia, aunque los mismos no han alterado radicalmente sus características fun-
damentales. Sobre el particular, véase Azpiazu y Basualdo, 1990; Azpiazu, Basualdo y Nochteff,
1990; Azpiazu y otros, 2007; Filadoro, 2006.

Martín Schorr (coordinador) 125


internacional, a lo cual se suma su ubicación distante de los principales centros
de consumo en el exterior. De esta manera, las empresas que se han amparado en
este régimen lo han hecho fundamentalmente para abastecer el mercado argentino
–evitando la tributación de aranceles a la importación de productos terminados– y
no como parte de una estrategia de integración productiva en el espacio regional
y/o mundial. Es por ello que el rubro de electrónica en la Argentina registra
niveles de exportación muy bajos que prácticamente no tienen incidencia entre
las ventas al exterior de bienes de alta tecnología. De hecho, los pocos productos
electrónicos que se exportan son, por lo general, aquellos producidos por fuera
del régimen promocional de Tierra del Fuego. Es decir, la industria electrónica
ensambladora fueguina prácticamente no tiene relevancia alguna sobre las expor-
taciones de bienes de alto contenido tecnológico, con lo cual no se considera
necesario modificar su categorización en función de los criterios de la OCDE.
La cuestión del sector automotor es más compleja, porque en este caso las
transnacionales del segmento terminal sí son parte de una red productiva a escala
regional pero el destino de su producción dista de ser exclusivamente para la
exportación; si bien la participación de las exportaciones sobre el valor bruto
de producción se fue incrementando desde inicios los años noventa, a fines del
decenio de 2000 se ubicó en el orden del 57%12. El particular régimen automotriz
instaurado en la década de 1990 en la Argentina favoreció la producción local de
las terminales, pero a su vez les permitió importar buena parte de los componen-
tes de los vehículos13: el peso de las importaciones sobre el consumo aparente
en la fabricación de vehículos automotores cambió del 21,6% en 1993 al 57,7%
en 2010. De esta manera, las terminales automotrices pasaron a convertirse en
armadurías con una baja integración de la producción a nivel local, especialmente
en los componentes con mayor densidad tecnológica (motores, tableros electróni-
cos, sistemas de inyección electrónica, etc.). Este régimen no se ha reformulado
en lo sustancial durante la posconvertibilidad, en tanto los acuerdos comerciales
con Brasil y México han hecho que estos países, sobre todo el primero, jueguen
un indudable rol dinamizador de las exportaciones de vehículos automotores de
la Argentina.
En función de las características que adquirió la industria automotriz a partir
de la década de 1990 se ha decidido recategorizar la exportación de vehículos
automotores como de “mediana-baja tecnología” en lugar de “mediana-alta tecno-

12 Entre 1993 y 2001 las exportaciones de automóviles representaron, en promedio, el 27,6%


del valor bruto de producción, mientras que entre 2002 y 2010 este coeficiente se elevó a un
promedio de 51,6% (datos extraídos de http://www.industria.gob.ar/cep/informes-y-estadisticas/
industriales/, consultado el 19/11/2012).
13 A diferencia de la casi totalidad de los restantes sectores de la industria, la producción automo-
triz gozó de un régimen especial de promoción y protección durante todo el decenio de 1990, el
cual se mantuvo prácticamente inalterado durante la posconvertibilidad (incluso fue reforzado
en ciertos ejes). Véase Azpiazu y Schorr, 2010; González y Manzanelli, 2012; Kosacoff, 1999;
Varela, 2003; Vispo, 1999.

126 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


logía” como lo sugiere originalmente la clasificación OCDE. En cambio, para las
importaciones de esta rama fabril se decidió mantener la categoría de “mediana-
alta tecnología” dado que, justamente, además de automóviles, la mayoría de las
autopartes importadas corresponden a los componentes tecnológicamente más
complejos de los vehículos. Con la salvedad, entonces, de las exportaciones de
vehículos automotores, para el resto de los productos se ha mantenido inalterada
la clasificación utilizada por la OCDE.

IV. El análisis de las exportaciones según el contenido


tecnológico de los bienes

Durante la posconvertibilidad, las exportaciones industriales se expandieron


a una velocidad mayor que durante la vigencia del régimen convertible (13,5%
anual entre 2002 y 2010, frente al 7,9% entre 1993 y 2001), aunque no lo hicieron
en la misma proporción según el contenido tecnológico de los productos. Si bien
las distintas categorías no mostraron grandes diferencias de desempeño entre unas
y otras, entre 2002 y 2010 las que más se expandieron en promedio fueron las
exportaciones de bienes de mediano-bajo contenido tecnológico (14,0% anual),
seguidas por las de alto contenido tecnológico (13,8% anual). En último lugar
aparecen los productos con bajo contenido tecnológico (13,3% anual), en tanto
las de mediano-alto contenido tecnológico se ubicaron en el tercer puesto en
términos de crecimiento (13,5% anual). En cambio, entre 1993 y 2001 las que
más habían crecido en promedio fueron las exportaciones industriales de alto
contenido tecnológico (14,2% anual), seguidas por las de las mediano-bajo y
mediano-alto contenido (11,3% y 11,2% anual, respectivamente), siendo que las
de menor expansión relativa fueron, al igual que tras la devaluación, las de bajo
contenido tecnológico (4,9% anual).
Ahora bien, el hecho de que las manufacturas de bajo contenido tecnoló-
gico hayan sido las que menos incrementaron sus exportaciones tanto durante
la convertibilidad como en la etapa reciente no supone que su importancia sea
menor; más bien sucede todo lo contrario: en promedio, ese tipo de bienes repre-
sentó la mitad o más de las exportaciones industriales (Cuadro Nº 1).

Martín Schorr (coordinador) 127


Cuadro Nº 1. Industria argentina. Promedios anuales de la participación de las
exportaciones e importaciones de las distintas ramas industriales según el
contenido tecnológico, 1993-2010 (en porcentajes).

  Exportaciones Importaciones
Prom. Prom. Prom. Prom.
Ramas industriales (CIIU, rev. 3) 1993- 2002- 1993- 2002-
2001 2010 2001 2010
Alta tecnología 3,3 3,3 19,0 18,3
Instrumentos médicos y de precisión (33) 0,6 0,5 2,9 2,5
Equipos y aparatos de radio, televisión y comunicaciones
0,4 0,2 7,5 7,2
(32)
Maquinaria de oficina, contabilidad e informática (30) 0,3 0,1 4,3 3,4
Fabricación de productos farmacéuticos y medicamentos
1,5 1,5 2,8 3,2
(2423)
Fabricación de aeronaves (353) 0,6 1,1 1,5 2,3
Mediana-alta tecnología 13,0 13,6 51,4 54,2
Fabricación de material de locomotoras y material rodante
0,0 0,0 0,1 0,0
para ferrocarriles y tranvías (352)
Fabricación de otros tipos de equipo de transporte NCP*
0,0 0,0 0,7 0,2
(359)
Maquinaria y aparatos eléctricos NCP* (31) 1,2 0,8 5,5 4,8
Maquinaria y equipo NCP* (29) 3,2 2,8 15,0 13,0
Sustancias y productos químicos (excepto productos
8,5 10,0 15,5 18,3
farmacéuticos y medicamentos) (24)
Vehículos automotores, remolque y semiremolques (34) (a) (a) 14,5 17,6
Mediana-baja tecnología 29,0 33,1 16,0 18,5
Vehículos automotores, remolque y semiremolques (34) 12,2 12,6 (b) (b)
Productos de caucho y plástico (25) 1,6 1,8 3,6 3,6
Construcción y reparación de buques y embarcaciones
0,3 0,1 0,3 0,2
(351)
Metales comunes (27) 6,5 7,8 4,0 5,3
Productos minerales no metálicos (26) 0,7 0,5 1,3 1,1
De muebles y colchones, ind. manufactureras NCP* (36) 1,0 0,5 2,0 1,6
Metal, excepto maquinaria y equipo (28) 0,9 0,8 3,1 2,8
Fab. de coque, producto de la refinación del petróleo (23) 5,9 9,0 1,6 4,0
Baja tecnología 54,7 50,0 13,6 8,9
Alimentos y bebidas (15) 43,9 43,8 3,9 2,0
Productos de tabaco (16) 0,1 0,0 0,0 0,1
Productos textiles (17) 1,6 0,9 2,6 2,2
Confección de prendas de vestir; terminación y teñido de
0,8 0,3 1,0 0,6
pieles (18)

128 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


Curtido y terminación de cueros, fab. de productos de
5,7 2,6 1,0 1,0
cuero (19)
Produc. de madera y fab. de productos de madera y
0,4 0,7 0,6 0,4
corcho (20)
Papel y productos de papel (21) 1,5 1,4 3,5 2,4
Edición e impresión; reproducción de grabaciones (22) 0,7 0,3 0,9 0,4
Total 100,0 100,0 100,0 100,0

Nota: La suma de las participaciones de las distintas ramas puede no coincidir exactamente con los
totales por el redondeo.
* NCP: No clasificado previamente
(a) Las exportaciones de vehículos automotores corresponden a la categoría de mediana-baja tec-
nología.
(b) Las importaciones de vehículos automotores corresponden a la categoría de mediana-alta tec-
nología.

Fuente: Elaboración propia en base a información del CEP, BADECEL/CEPAL y COMTRADE.

Por el contrario, la participación media de bienes de alto contenido tecnológico


en las exportaciones industriales argentinas sigue siendo marginal (3,3%)14. Las
manufacturas de mediano-bajo contenido se han consolidado como la segunda
categoría en importancia en términos de ventas al exterior (33,1%), en tanto
las de mediano-alto contenido no superan la séptima parte del total (13,6%).
A pesar de la expansión más acelerada de las exportaciones fabriles durante la
posconvertibilidad que durante la convertibilidad, tal como se puede observar
en el cuadro de referencia, el cambio de régimen económico no ha impactado
significativamente en la participación de las distintas categorías de acuerdo a la
complejidad tecnológica de los productos.
Podría objetarse que, al utilizar promedios para cada período, se estaría ocul-
tando una posible evolución diferencial dentro de cada subperíodo, suponiendo
que el importante desempeño de las exportaciones industriales tras la devaluación
de 2002 pudiese haber conllevado una paulatina mejora cualitativa (upgrading)
de las mismas. Ciertamente, tal como se mencionó y se puede observar en el
Gráfico Nº 3, no todas las categorías han mantenido inalterada su participación
a lo largo de cada etapa. Sin embargo, la comparación no arroja resultados más
favorables para la etapa actual que para el período de convertibilidad: mientras
que la participación de las exportaciones de alto contenido tecnológico pasaron
del 2,6% al 4,2% entre 1993 y 2001, durante la posconvertibilidad mostraron

14 La participación de las exportaciones de alto contenido tecnológico no ha sido menor gracias al


incremento de las exportaciones de aeronaves, pero debe tenerse en cuenta que en realidad éstas
son prácticamente inexistentes ya que dentro de las mismas se contabilizan las “devoluciones”
de aviones alquilados en el exterior bajo la modalidad de leasing (alquiler con opción a com-
pra). Por el contrario, cuando se produce el alquiler de los aviones, el mismo es contabilizado
como importación (CEP, 2007).

Martín Schorr (coordinador) 129


una caída en su participación hasta 2005 y luego una tenue recuperación hasta
alcanzar el 3,4% del total de las manufacturas en 201015.

Gráfico Nº 3. Exportaciones argentinas de manufacturas según contenido tecno-


lógico, 1993-2010 (en millones de dólares corrientes).

Fuente: Elaboración propia en base a información del CEP, BADECEL/CEPAL y COMTRADE.

Por su parte, las exportaciones de mediano-alto contenido también ganaron


participación a lo largo de la década de 1990, pasando del 12,1% en 1993 al

15 En 2009, año de impacto de la crisis internacional, las exportaciones de alto contenido tecno-
lógico alcanzaron su mayor participación en la posconvertibilidad (3,8%). Además de que, tal
como lo observaron hace décadas destacados pensadores del estructuralismo latinoamericano
(Presbich, Furtado y Pinto, entre otros), los bienes de mayor complejidad y nivel de diferencia-
ción son los que muestran una mayor estabilidad de precios y, por lo tanto, están menos sujetos
directamente a los vaivenes del comercio internacional, en la recuperación de las exportaciones
de alto contenido tecnológico tuvo un fuerte peso lo ocurrido con las aeronaves. En este senti-
do, a partir de 2008 se incrementó significativamente la exportación de aviones, siendo que la
mayor parte correspondió al mencionado sistema leasing, por lo cual las devoluciones de las
aeronaves alquiladas (y no compradas) son contabilizadas como exportaciones. Cabe señalar
que también influyó el efecto desigual que tuvo en esta ocasión la crisis internacional en el
centro y en la periferia: a diferencia de las décadas precedentes, las consecuencias negativas han
sido menores en la periferia, con América Latina dentro de ella, que en los países centrales. Al
respecto, debe tenerse en cuenta que los bienes con mayor contenido tecnológico que exporta
la Argentina se dirigen fundamentalmente al mercado regional (Castagnino, 2006).

130 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


15,3% en 2001, en tanto durante la posconvertibilidad tuvieron una performance
oscilante, llegando a obtener su mínima participación en 2007 (12,5%) para
alcanzar el 14,1% en 2010. También ganaron participación bajo el régimen con-
vertible las exportaciones de mediano-bajo contenido tecnológico (pasaron del
26,1% en 1993 al 33,3% en 2001), mientras que en la posconvertibilidad su par-
ticipación se incrementó levemente hacia 2006 (35,5%) para terminar cerrando la
década casi en el mismo nivel que en 2001 (33,9%). Por último, las exportaciones
de bajo contenido son las únicas que perdieron participación entre 1993 y 2001,
mostrando una caída de doce puntos porcentuales (de 59,2% a 47,2%), nivel
que se mantuvo más o menos estable tras la devaluación para cerrar la década
de 2000 con una ponderación levemente superior al último año de vigencia de
la convertibilidad (48,6%).
No muy distinta es la situación de considerar la participación de las distintas
categorías de manufacturas sobre el total de lo exportado por el país, aunque
lógicamente su participación general desciende. Si bien en promedio en la pos-
convertibilidad se incrementó en casi tres puntos porcentuales la participación de
las manufacturas en las exportaciones globales, este crecimiento es explicado casi
exclusivamente por la suba de las ventas externas de bienes con mediano-bajo
contenido tecnológico (con un fuerte peso de las exportaciones de automóviles
y de metales comunes).
Así, tanto si se consideran los promedios de cada período como la diná-
mica interanual, se comprueba que el significativo incremento en el volumen de
exportaciones de manufacturas durante la posconvertibilidad no ha conllevado un
upgrading de las mismas en cuanto a su contenido tecnológico. Estos resultados
son consistentes con las visiones que plantean la ausencia de un cambio estruc-
tural en el perfil de especialización de la industria argentina en el marco de la
posconvertibilidad (Azpiazu y Schorr, 2010; Bianco, Porta y Vismara, 2007).
Uno de los principales motivos de este desempeño ha sido la inexistencia de
una política industrial a mediano y largo plazo más allá del “dólar alto” (hasta
2007/08 –CIFRA, 2012–) y algunas medidas puntuales que, en la generalidad
de los casos, no hicieron más que profundizar el señalado sesgo de la expan-
sión manufacturera (Azpiazu y Schorr, 2008 y 2010; CENDA, 2007; Fernández
Bugna y Porta, 2007; Schorr, 2012a). Los incentivos generados fundamental-
mente a partir de las condiciones macroeconómicas e internacionales favorables
a la exportación no parecen haber sido suficientes para modificar las tendencias
“naturales” del mercado.
Como se ha señalado en otras partes, dos características sobresalientes de
la estructura industrial argentina en la fase expansiva de los últimos años son
básicamente la no reversión del proceso de reprimarización operado durante el
decenio de 1990 (con sus antecedentes desde 1976), así como la profundización
de las tendencias a la concentración económica y la extranjerización (Manzanelli
y Schorr, 2012; Wainer, 2011a). En efecto, durante la posconvertibilidad tuvo

Martín Schorr (coordinador) 131


lugar un salto en el proceso de concentración de las exportaciones en general y de
las industriales en particular. La relevancia del nivel de concentración económica
de la producción y las ventas externas para el análisis cualitativo de las mismas
radica principalmente en que son las pequeñas y medianas empresas (pymes) y no
las grandes compañías las que suelen realizar, proporcionalmente, exportaciones
con mayor contenido tecnológico: las exportaciones de alta o mediana tecnología
representaron en 2005 sólo el 26% de las ventas al exterior de las grandes firmas,
en tanto en el segmento de pymes y microempresas dichos porcentajes alcanza-
ron, respectivamente, el 35% y el 43% (Bianco, Porta, y Vismara, 2007). Esto se
debe básicamente a que las compañías de menores dimensiones suelen insertarse
en sectores con una mayor densidad tecnológica como, entre otros rubros, la
producción de maquinaria y equipos, diversas metalmecánicas y ciertos núcleos
de la electrónica y de químicos y plásticos.
Pero no sólo es relevante el grado de concentración de las exportaciones sino
también el origen de capital de estas grandes firmas que concentran una porción
mayoritaria de las mismas. Sobre el particular, las evidencias disponibles indican
que a fines del decenio de 2000 las firmas extranjeras que integran el selecto
grupo de las cien compañías industriales de mayor envergadura dieron cuenta de
aproximadamente las dos terceras partes de las exportaciones de esa elite empre-
saria y de casi el 50% del total de las exportaciones de productos industriales
realizadas desde el país (se trata de participaciones muy superiores a los registros
de la década de 1990 –Azpiazu, Manzanelli y Schorr, 2011–).
Considerar el origen del capital de las firmas exportadoras es relevante dado
que las empresas transnacionales son, por lo general, mucho más capital-intensi-
vas que las de origen local. Por este motivo, se supone que las empresas extran-
jeras deberían tener una mayor propensión a invertir asociada a la introducción
de bienes de capital de alta complejidad tecnológica, así como a la realización de
importantes gastos en materia de investigación y desarrollo en el nivel local; de
allí que, según los postulados teóricos “desarrollistas”, su presencia contribuiría
a modernizar la estructura productiva. Desde este punto de vista, la inserción de
grandes empresas transnacionales beneficiaría a los países “en vías de desarrollo”
a través de la transferencia de la tecnología más avanzada, lo cual supuestamente
permitiría superar los problemas derivados de contar con una industria “infantil”
y la ausencia de economías de escala. Sin embargo, tal como se puso en eviden-
cia con los datos presentados, el incremento en el nivel de extranjerización de
la economía en general, y de las grandes empresas en particular, no conllevó un
upgrading tecnológico de las exportaciones argentinas. Esto se debe a que no
sólo buena parte de las empresas extranjeras se encuentran insertas en rubros de
baja tecnología sino que, en los casos donde esto no es así, las mismas suelen
conservar en sus países de origen tanto la fabricación de equipamiento de alta

132 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


tecnología, como la casi totalidad de sus gastos en materia de investigación y
desarrollo (Ortiz y Schorr, 2009)16.
Ahora bien, si las empresas transnacionales son mucho más capital intensivas
que sus pares nacionales pero, pese a ello, su creciente predominio económico no
ha permitido incrementar el nivel de complejidad tecnológica de las exportacio-
nes fabriles, es de esperar que en lugar de contribuir a un más favorable intercam-
bio de manufacturas de alto contenido tecnológico para el país, sus modalidades
de implantación en el nivel doméstico hayan derivado en la profundización del
cuadro histórico de dependencia tecnológica de la Argentina. El análisis de lo
ocurrido con las importaciones de manufacturas y el saldo comercial según el
contenido tecnológico de los bienes debería brindar algunos elementos de juicio
para validar tal hipótesis.

V. Las importaciones y el saldo comercial según el contenido


tecnológico de las manufacturas

El análisis de las exportaciones de un país según distintas variables puede dar


una idea del grado de diversificación y de competitividad de su estructura pro-
ductiva. Pero poco nos dice acerca del grado de integración y autonomía de dicha
economía, cuestiones fundamentales a la hora de encarar un proceso de desarrollo
a largo plazo. En este sentido, el análisis de las importaciones permite incorporar
elementos relevantes para dimensionar el grado de dependencia tecnológica y
de integración/desintegración de la producción local. Asimismo, la comparación de
las mismas con las exportaciones permite realizar una aproximación al nivel de
“desequilibrio tecnológico” que presenta la estructura productiva argentina.
Omitiendo el año 2002 por sus peculiaridades (brusca caída de las compras
externas como consecuencia del desenlace de la crisis de la convertibilidad), se
observa que entre 2003 y 2010 las importaciones totales se expandieron a una tasa
anual acumulativa del 22,2%. A pesar del elevado nivel del tipo de cambio real
(en particular hasta 2007/08), el ritmo de crecimiento del conjunto de las impor-
taciones durante la posconvertibilidad superó a la totalidad de las exportaciones
e incluso lo hizo a una velocidad mayor que durante la etapa de convertibilidad.
Este resultado a simple vista “sorprendente”, debido al encarecimiento relativo
de los bienes importados vis-à-vis la producción local, podría explicarse por
la mayor expansión del producto durante 2003-2010 que entre 1993-2001. Sin
embargo, el incremento de las importaciones fue muy superior al crecimiento de
la economía, siendo que las mismas se expandieron alrededor del 60% más que
el producto. Esta suba dio como resultado una elasticidad importaciones-PIB (en

16 Véase, en esta misma compilación, el trabajo “La extranjerización de la industria en la poscon-


vertibilidad. Un análisis del poder económico sectorial”.

Martín Schorr (coordinador) 133


dólares corrientes) del doble entre 2003 y 2010 que entre 1993 y 1998, es decir,
sin considerar los años de crisis (1999-2001) (Belloni y Wainer, 2012a). Así, en
términos proporcionales, la fase expansiva de la economía durante la poscon-
vertibilidad se vio acompañada por un incremento de las importaciones mucho
mayor que durante la etapa del “1 a 1”.
Dentro de este crecimiento notable del conjunto de las importaciones, la
mayor parte de las mismas corresponde a insumos y bienes de capital necesarios
para la producción, aunque también sobresale el incremento que experimenta-
ron las importaciones de combustibles y energía asociado mayoritariamente a
las necesidades derivadas del crecimiento de la producción y a las restricciones
existentes en materia hidrocarburífera (Barrera, 2012; Wainer, 2011b).
En lo que respecta exclusivamente a la importación de manufacturas, se
observa que las mismas incrementaron su proporción sobre el consumo apa-
rente en más de ocho puntos porcentuales durante la etapa de crecimiento de la
posconvertibilidad, pasando del 17,0% en 2003 al 25,2% en 201017. Al considerar
las importaciones de bienes fabriles según el grado de complejidad tecnológica
(Gráfico Nº 4), se observa que las que más crecieron fueron las manufacturas
con alto contenido tecnológico (25,2% anual), seguidas por las de mediano-bajo
contenido tecnológico (25,1% anual). Tanto las importaciones de manufacturas
de mediano-alto contenido tecnológico como las de bajo contenido tecnológico se
expandieron menos que el promedio general (21,9% y 16,1% respectivamente).
En cambio, durante la etapa 1993-1998 las compras externas que más se habían
incrementado fueron las de manufacturas de mediano-alto contenido tecnológico
(14,5% anual), seguidas por las de mediano-bajo contenido (13,6% anual). El
menor ritmo de crecimiento también lo habían mostrado las importaciones de
bajo contenido tecnológico (10,4% anual), en tanto las de alto contenido, las más
dinámicas en la posconvertibilidad, se habían ubicado en tercer lugar (10,7%
anual).
De manera que hasta antes del inicio de la recesión a mediados de 1998 las
importaciones que más habían crecido fueron las de mediano-alto contenido
tecnológico, seguidas por las de mediano-bajo contenido, mientras que de 2003
en adelante las que más crecieron fueron las de alta complejidad tecnológica. Los
cambios que se observan entre el período de vigencia de un peso “sobrevaluado”
(convertibilidad) y la etapa de “dólar alto” demuestran que la economía argentina
se ha vuelto más –y no menos– dependiente de las importaciones; ello a pesar
del encarecimiento relativo de las mismas como resultado de la devaluación de
la moneda y el sostenimiento de un tipo de cambio real más elevado que durante
el decenio de 1990.

17 Durante los años de vigencia del régimen de convertibilidad la participación de las impor-
taciones sobre el consumo aparente aumentó hasta el último año de crecimiento económico,
pasando del 13,2% en 1993 al 19,3% en 1998 (datos extraídos de http://www.industria.gob.ar/
cep/informes-y-estadisticas/industriales/, consultado el 19/11/2012).

134 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


Gráfico Nº 4. Importaciones argentinas de manufacturas según contenido tecno-
lógico, 1993-2010 (en millones de dólares corrientes).
60.000

50.000

40.000

30.000

20.000

10.000

0
1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010
Alto Contenido tecnológico Mediano-Alto Contenido tecnológico
Mediano-Bajo Contenido tecnológico Bajo Contenido tecnológico

Fuente: Elaboración propia en base a información del CEP y BADECEL/CEPAL.

Si bien los cambios en los precios relativos en el nivel mundial a favor de los
productos primarios pudieron desalentar la producción de bienes industriales y,
por ende, el despliegue de una dinámica sustitutiva, el comportamiento de las
importaciones de manufacturas en la última década no puede ser asociado exclu-
sivamente a este fenómeno. Claro que la mencionada mayor dependencia de las
importaciones tampoco implica necesariamente la continuidad del proceso de
desmantelamiento industrial que sufrió la economía argentina durante la década
de 1990, sino que puede estar vinculada al tipo de sectores que lideraron el cre-
cimiento fabril. En efecto, como se señaló, hay sectores que tras la devaluación
crecieron por encima del resto y que muestran una elevada propensión impor-
tadora. De todos modos, más allá de las diferencias que pudieran existir en el
perfil de la expansión manufacturera entre un período y otro, queda en evidencia
la ausencia de una política industrial que apunte a reducir o compensar parcial-
mente este déficit. Es decir, las “fuerzas del mercado” no parecen haber gene-
rado alicientes suficientes para sustituir las importaciones de mayor contenido
tecnológico, aun cuando el tipo de cambio se tornó más favorable que durante la
convertibilidad. En este sentido, es perfectamente compatible la coexistencia de
un balance comercial positivo en términos de divisas con un intercambio “des-
balanceado” en cuanto al contenido tecnológico y/o valor agregado18.

18 Al respecto, vale la pena apuntar que esto no implica que no haya existido intervención estatal
en el sector industrial sino que la mayor parte de las veces la misma estuvo orientada por
necesidades de índole macroeconómica de corto plazo y no sectoriales o de desarrollo a largo

Martín Schorr (coordinador) 135


Más allá de las diferencias entre una etapa y otra, lo cierto es que la “compo-
sición” de la canasta importadora de manufacturas varió muy poco. Tal como se
desprende de los datos que brinda el Cuadro Nº 1, las manufacturas con mediano-
alto contenido tecnológico no sólo siguen explicando más de la mitad de las impor-
taciones de productos industriales, sino que incrementaron su participación en casi
tres puntos porcentuales entre la convertibilidad y la posconvertibilidad. Si bien los
bienes de alto contenido tecnológico perdieron algo de participación (del 19,0%
al 18,3% promedio), pasando del segundo lugar en importancia al tercero, tienen
prácticamente la misma significación que los de mediano-bajo contenido (18,5%).
Las de menor participación siguen siendo las importaciones de manufacturas de
bajo contenido tecnológico, que durante el régimen económico en curso perdieron
4,7 puntos porcentuales (pasaron de un promedio del 13,6% al 8,9%).
En suma, en la posconvertibilidad se incrementó la participación en las impor-
taciones de los bienes de mediano-alto contenido tecnológico (con un importante
peso de autopartes y vehículos) y, en menor medida, de los de mediano-bajo
contenido en detrimento, fundamentalmente, de los de bajo contenido tecnoló-
gico. Lo que revelan los datos aquí presentados es que en los últimos años la
dependencia tecnológica no parece ser menor que bajo el esquema de caja de
conversión, pese a la ostensible modificación acaecida en los niveles macro y
mesoeconómico. Si bien en términos generales las importaciones de manufac-
turas descendieron 1,7 puntos porcentuales sobre el total (pasaron del 94,8%
promedio durante la convertibilidad al 93,1% promedio en la posconvertibilidad),
esto se debió principalmente a una suba de significación en el peso relativo de
las importaciones de combustibles y energía.
El cuadro de dependencia tecnológica de la Argentina encuentra su máxima
expresión cuando se compara la evolución de las importaciones con el desenvol-
vimiento de las exportaciones: mientras que más de dos tercios de las importa-
ciones totales del país entre 2002 y 2010 fueron de las manufacturas con mayor
contenido tecnológico (alto y mediano-alto), sólo el 12,4% de las exportaciones
globales correspondieron a dichos segmentos. De allí que no sea de extrañar
que la Argentina solo tenga saldo comercial positivo de productos industriales
en los segmentos de bajo y mediano-bajo contenido tecnológico, en tanto es
crecientemente deficitaria en el intercambio de manufacturas de alto y mediano-
alto contenido tecnológico, aun cuando este déficit se atenúa en años de retrac-
ción económica (Gráfico Nº 5). De acuerdo a las evidencias disponibles, todas
las ramas que producen bienes de alto y mediano-alto contenido tecnológico
registran tanto en la convertibilidad como durante la posconvertibilidad saldos
negativos, encabezadas por los rubros de maquinaria y equipo, sustancias y pro-
ductos químicos no farmacéuticos, equipos y aparatos de radio y televisión, y
maquinaria y aparatos eléctricos.

plazo. Un claro ejemplo de esto es la subordinación casi exclusiva de la política arancelaria o


de restricción de importaciones a la suerte del balance de pagos (licencias no automáticas).

136 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


Gráfico Nº 5. Industria argentina. Saldo comercial de manufacturas según conte-
nido tecnológico, 1993-2010 (en millones de dólares corrientes).
25.000

20.000

15.000

10.000

5.000

-5.000

-10.000

-15.000

-20.000

-25.000
1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010
Alto Contenido tecnológico Mediano-Alto Contenido tecnológico
Mediano-Bajo Contenido tecnológico Bajo Contenido tecnológico

Fuente: Elaboración propia en base a información del CEP, BADECEL/CEPAL y COMTRADE.

Por el contrario, sólo cinco ramas observan saldos comerciales positivos,


todas ellas productoras de bienes de bajo y mediano-bajo contenido tecnológico.
Cuatro de las ramas superavitarias lo fueron en ambos períodos tomados en su
conjunto (alimentos y bebidas y, en muy menor medida, refinación de petróleo,
metales comunes y cuero y sus derivados), en tanto el rubro productor de tabaco,
superavitario durante la convertibilidad, pasó a ser deficitario en la posconver-
tibilidad y, por el contrario, la rama vinculada con la manufactura de la madera
fue la única rama que pasó de deficitaria a superavitaria.
Entre las actividades que registran saldos positivos en su comercio exterior se
destacan especialmente la refinación de petróleo entre las productoras de bienes
de mediana-baja tecnología19 y la agroindustria entre las de baja tecnología. De
hecho, el superávit obtenido por el rubro alimenticio permitió compensar casi
en su totalidad el resultado negativo del conjunto de las ramas deficitarias del
sector industrial: mientras que el déficit acumulado por estas actividades entre
2002 y 2010 fue de 135.075 millones de dólares, alimentos y bebidas por sí sola

19 En referencia a la dinámica comercial externa de la industria refinadora en la posconvertibilidad,


vale la pena incorporar una breve digresión. Entre 2002 y 2009 la rama fue sistemáticamente
superavitaria (el saldo promedio se ubicó en el orden de los 2.135 millones de dólares). A partir
de 2010, cuando empiezan a hacerse manifiestas diversas tensiones en el ámbito hidrocarburí-
fero doméstico, el sector empezó a registrar situaciones deficitarias (de 103 millones de dólares
ese año y de algo más de 3.000 en 2011). Información extraída de http://www.industria.gob.ar/
cep/informes-y-estadisticas/industriales/ (consultado el 9/12/2012).

Martín Schorr (coordinador) 137


registró un excedente acumulado en el período de 130.645 millones de dólares.
Es decir, el superávit en el intercambio comercial de bienes industriales entre
2002 y 2006 fue posible principalmente por el excedente comercial generado
por la agroindustria, en tanto el déficit no fue mayor en los años subsiguientes,
con la excepción de 2009, merced al aporte decisivo que hizo este mismo sector
en materia de exportaciones.
En definitiva, se puede afirmar que la Argentina continúa siendo ampliamente
deficitaria en el intercambio comercial de manufacturas de mayor complejidad
tecnológica en tanto se torna superavitaria a medida que el contenido tecnológico
incorporado en los productos decrece. Han sido particularmente los sectores que
poseen ventajas comparativas basadas en recursos naturales los que han permitido
morigerar los fuertes déficits registrados en el intercambio de bienes de mayor
complejidad tecnológica. Así, puede afirmarse que en la posconvertibilidad se ha
asistido a un afianzamiento de la “dualidad estructural” del sector fabril domés-
tico. Ello se expresa en que un puñado de rubros productivos ligados al proce-
samiento de recursos básicos presenta una balanza comercial positiva, mientras
que las restantes ramas industriales son deficitarias, sobre todo a medida que se
avanza hacia manufacturas más complejas, más intensivas en la utilización de
conocimiento científico-tecnológico y más demandantes de mano de obra con
elevada calificación.
Lo anterior remite a una cuestión no menor en términos económicos y polí-
ticos: en una industria caracterizada por esa “dualidad estructural” en materia de
inserción internacional, los pocos sectores y actores con competitividad interna-
cional asumen un papel central en el desempeño fabril (y en el de la economía en
su conjunto). Esto no se debe a una supuesta capacidad de generar externalidades
positivas (spillovers), que es más bien reducida ya que suelen generar poco valor
agregado y tienen escasa capacidad de tracción sobre el resto del entramado pro-
ductivo, sino fundamentalmente por ser los principales generadores de divisas.
Se trata de un núcleo acotado de grandes empresas extranjeras y nacionales alta-
mente transnacionalizadas de los sectores minero, agropecuario y elaboradoras de
ciertos commodities fabriles que han adquirido una capacidad de veto importante
sobre la orientación de las políticas públicas. Así, se da la paradoja de un proceso
en el que la industria está llamada a convertirse en el eje del crecimiento y el
desarrollo económico (o de un “modelo de acumulación con inclusión social”),
pero que en los hechos consolida en términos estructurales el poder de veto de
actores cuyo ciclo de acumulación pivotea sobre actividades extractivas o con
un bajo grado de industrialización20.

20 Desde una perspectiva analítica complementaria, estos procesos también se abordan en el tra-
bajo “Dinámica externa de la economía argentina. Un análisis a partir de las grandes firmas”
que forma parte de este libro.

138 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


VI. Reflexiones finales

La Argentina actual enfrenta dos problemas estructurales estrechamente rela-


cionados pero que han sido tratados por separado. Por un lado, se trata de evitar
que se repita un estrangulamiento externo que pudiese restringir o incluso revertir
el crecimiento en el nivel de actividad económica que ha tenido lugar desde 2003
en adelante. Por otro lado, también se encuentra pendiente desarrollar y mejorar la
competitividad en los sectores de la producción tecnológicamente más avanzados,
hecho que atañe no sólo al crecimiento económico sino, adicionalmente, al tipo
de inserción del país en el mercado mundial y, en términos más generales, a la
problemática del desarrollo económico.
Durante la posconvertibilidad la restricción externa ha sido desplazada por
una inicial y abrupta contracción de las importaciones y por una posterior y
significativa expansión de las exportaciones favorecida en gran medida por un
tipo de cambio “competitivo” (aunque decreciente) y por el alza en los precios
internacionales de los principales commodities. Respecto a esta última cuestión,
cabe señalar que el impacto del incremento de los precios de los principales pro-
ductos que exporta la Argentina ha sido muy significativo, permitiendo mantener
un importante superávit comercial a pesar de una creciente apreciación del tipo
de cambio real21. De hecho, según un cálculo realizado por Bernat (2011), si se
hubiesen mantenido vigentes los términos de intercambio del año 2002, ya en
2007 el superávit comercial hubiese sido de sólo 1.500 millones de dólares, es
decir, el 86% inferior al realmente existente.
Sin embargo, la reaparición del déficit comercial en el intercambio de manu-
facturas, así como el sucesivo achicamiento del superávit en cuenta corriente
en los últimos años, son señales de alerta ante la posible reaparición del viejo
problema endémico. Esta situación puede verse agudizada de retomar un ritmo
expansivo la salida de divisas, el cual remite, además de los elementos particu-
lares de cada coyuntura, a problemas estructurales como la aún pesada carga de
la deuda externa, la creciente remisión de utilidades por parte de las filiales de
empresas transnacionales radicadas en el país y la fuga de capitales locales al
exterior (Belloni y Wainer, 2012b).
Hasta el momento el gobierno nacional ha intentado anticiparse a la aparición
de un nuevo cuello de botella en el sector externo con un enfoque macroeconómico
restringido al equilibrio del balance de pagos y sin mayores preocupaciones por
cuestiones estructurales asociadas a otro tipo de desarrollo más sustentable en
el mediano y largo plazo. En esa línea se inscriben los diversos controles a las

21 La dinámica reciente de los términos de intercambio no benefició únicamente a la Argentina


sino al conjunto de países exportadores de commodities, entre los cuales se encuentran los mi-
neros y petroleros. En efecto, si bien entre 2003 y 2010 la economía argentina experimentó una
mejora importante en sus términos de intercambio externo, la misma fue inferior a la registrada
en la mayor parte del resto de los países de América del Sur (CEPAL, 2012; Schorr, 2012b).

Martín Schorr (coordinador) 139


importaciones, los acuerdos con varias grandes empresas en materia de intercam-
bios comerciales “com­pen­sa­dos” y con diversas transnacionales para morigerar
el considerable drenaje de divisas asociado a la remisión de utilidades y las
restricciones en el mercado cambiario.
Si bien este tipo de medidas contribuyen a aliviar la situación externa en
lo inmediato, enfocar la cuestión sólo desde el punto de vista de la oferta y
demanda de divisas puede conducir a desaprovechar una oportunidad para
fomentar a mediano y largo plazo la producción, sustitución y/o exportación
en actividades de alto valor agregado que tengan efectos positivos en la gene-
ración de empleo e ingresos y permitan una superación de las restricciones al
crecimiento de manera sustentable. Tal como lo sintetiza un reciente documento
de la CEPAL, “una mayor diversificación productiva, con alta incorporación
de progreso técnico y menores brechas de productividad así como una mayor
eficiencia energética y ambiental, constituye un acervo fundamental para ‘blin-
dar’ la economía frente al impacto de la volatilidad propia de los ciclos y, muy
especialmente, frente a las restricciones externas exacerbadas por la volatilidad”
(CEPAL, 2012). De allí la necesidad de articular la política macroeconómica con
una activa política industrial (hoy ausente).
En la economía argentina se suele manifestar una correlación inversa entre
valor agregado generado localmente y el nivel de complejidad tecnológica. Es
decir, se observa mayormente una relación negativa entre la “cantidad” de enca-
denamientos productivos que genera la fabricación de un bien “hacia atrás” y el
contenido tecnológico incorporado en dicho producto. De esta manera, tal como
sucede con el régimen promocional en Tierra del Fuego, las ramas que produ-
cen –en rigor ensamblan– los bienes tecnológicamente más sofisticados suelen
ser las menos integradas localmente y, por el contrario, es en la producción de
manufacturas de bajo contenido tecnológico donde, por lo general, se observan
mayores encadenamientos productivos (Castagnino, 2006). Es por esto que se da
una relación contradictoria entre el valor exportado y el valor agregado: cuanto
mayor es el monto exportado por unidad de producto (a mayor tecnología incor-
porada, mayor precio), menor es el nivel de integración de la producción de dicho
bien en el plano nacional.
Es sumamente importante tener en cuenta esta problemática ya que no basta
con adoptar un enfoque que busque sustituir y/o exportar bienes con alto conte-
nido tecnológico a cualquier costo, ya que puede darse el caso de que se fomente
la producción local de bienes finales cuyo impacto en términos de valor agregado
y empleo sea mucho menor que el de bienes con un menor contenido tecnológico.
Desde ya, esto no supone que la política económica deba limitarse a profundizar
las ventajas comparativas estáticas que posee el país, sino que se vuelve indis-
pensable que la producción de bienes finales de mayor contenido tecnológico
vaya acompañada de políticas que apunten, en una segunda etapa, a producir
localmente los componentes más importantes de los mismos y, en una eventual (y

140 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


necesaria) tercera fase, a producir algunos de los medios de producción necesarios
para la fabricación de dichos productos.
Si bien el cumplimiento de estas tres fases (bienes finales, insumos y maqui-
narias) sería un gran avance en términos de densidad tecnológica y valor agre-
gado, para lograr un desarrollo pleno aún restaría que tanto la producción de los
bienes finales como de los medios de producción sean crecientemente el resultado
de investigaciones y desarrollos a nivel local y no meramente la importación
de paquetes tecnológicos cerrados. Por supuesto que objetivos de esta índole
exceden largamente el ámbito de la política económica ya que se requiere de
una activa e integral política estatal que involucre también al aparato científico
y educativo a nivel nacional.
Es evidente que en la fase capitalista actual, con un alto grado de interna­
cionalización de las relaciones de producción, carece de sentido y sería imposible
lograr la producción completa en todas las etapas mencionadas, es decir, la autar-
quía total. En consecuencia, el objetivo no puede ser el de completar la totalidad
los casilleros de la matriz insumo-producto, pero sí planificar estratégicamente
qué sectores de alta complejidad presentan mayores ventajas para ser desarrolla-
dos –seguramente los aún no consolidados a nivel mundial– de modo de reducir
la brecha tecnológica y de productividad que padece el país (Arceo, 2011).
Si bien la reproducción lineal de la “vía asiática” no parece ser factible para un
país con una dotación de factores y una estructura social como la Argentina, una
profundización de la industrialización que conduzca a una eficiente producción de
manufacturas de alto contenido tecnológico debe ser una alternativa a considerar
ya que brinda la posibilidad de generar empleos altamente calificados y pagar
salarios altos, próximos a los vigentes en los países centrales.
Si se busca disminuir o eliminar la dependencia económica, entonces deberían
tenerse en cuenta las dos cuestiones anteriormente señaladas: la probable reapari-
ción de la limitación externa, por un lado, y el cambio del perfil de especialización
industrial de la Argentina, por el otro. En tanto la mayor parte de los medios de
producción y los insumos tecnológicamente más complejos sigan siendo produc-
tos de importación, la acumulación de capital en el país va a estar condicionada no
sólo por transferencias de valor hacia el centro sino por factores aleatorios como
la suerte de la balanza de pagos (Marini, 2007). Como se señaló, no se trata úni-
camente de una cuestión de disponibilidad de divisas sino también de modificar
el rol de la Argentina en la división internacional del trabajo de modo de generar
mayor valor y, con ello, mayores niveles de empleo y, sobre todo, de ingresos. Y,
en ese marco, sentar las bases para avanzar en la redefinición del posicionamiento
estructural y la capacidad de veto de ciertos segmentos empresarios.
Como sostiene Arceo (2005), “el paso a grados más complejos de indus-
trialización no es un proceso automático, reflejo del cambio en la proporción
de factores, sino el resultado de una muy activa política industrial que enfrenta
crecientes exigencias a medida que avanza el proceso de industrialización”. Es

Martín Schorr (coordinador) 141


por ello que se vuelve evidente que para llevar adelante una tarea como la aquí
planteada se necesita de una activa intervención estatal. Ahora bien, el Estado
no es un ente neutral e independiente de la sociedad civil sino que en él se ven
condensadas las relaciones de fuerzas entre las diferentes clases sociales y sus
fracciones. De allí que para un cambio sustantivo como el señalado sea necesario
repensar cuáles son los sujetos sociales que tienen entre sus intereses el modificar
la “pasiva” inserción del país en la división internacional del trabajo.

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144 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


5 posconvertibilidad?

/ ¿Sustitución de importaciones en la

Una mirada desde la industria automotriz


y la de bienes de capital

María José Castells y Martín Schorr

I. Introducción

E
l desequilibrio en las cuentas externas ha sido un problema de larga data
en la economía argentina, en cuya manifestación la elevada elasticidad
de las importaciones fabriles, asociada a las acentuadas brechas en las
productividades relativas respecto de aquellos sectores asentados en las ventajas
comparativas estáticas, ha jugado un rol central. Este fenómeno tiende a emerger
con una intensidad ostensible en la actualidad. En buena medida por efecto del
largo proceso de desindustrialización y reestructuración regresiva del entramado
industrial (1976-2001) y su reversión acotada y sesgada tras la megadevalua-
ción de 2002, en la posconvertibilidad se agudizó la dependencia tecnológica de
insumos y de bienes de consumo finales en un escenario de franca expansión de
la actividad económica1.
De allí que, si bien el crecimiento manufacturero experimentado en la última
década estuvo en parte relacionado con una expansión considerable de las expor-
taciones, fue contemporáneo también a un fenomenal aumento de las importacio-
nes de productos industriales. Ello fue erosionando sistemáticamente el superávit
comercial del sector hasta tornarlo deficitario a partir de 2007, con la única
excepción de 2009 (Gráfico N° 1).

1 Véase en este mismo libro el estudio “Inserción de la industria argentina en el mercado mun-
dial: perfil de especialización según densidad tecnológica de los productos”, así como buena
parte de la bibliografía en él citada.

145
Gráfico N° 1. Evolución de las exportaciones, importaciones y el saldo comercial
de producción industriales,
Gráfico N�1. Evolución de las1993-2010 (en
exportaciones, millones de
importaciones y eldólares corrientes).
saldo comercial de
productos industriales, 1993-2010 (millones de dólares corrientes)
60.000

Exportaciones
50.000
Importaciones
Saldo comercial
40.000
Millones de dólares

30.000

20.000

10.000

-10.000

-20.000
1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

2006

2007

2008

2009

2010
Fuente: elaboración propia en base a información del CEP.
Fuente: Elaboración propia en base a información del CEP.

Sin embargo, se advierten ciertas heterogeneidades subyacentes en la balanza


comercial del sector fabril. Esto se expresa en que un puñado de rubros produc-
tivos ligados al procesamiento de recursos básicos presentó una balanza comer-
cial positiva, mientras que los restantes fueron deficitarios, sobre todo a medida
que se avanza hacia manufacturas más complejas y con potencialidades claras
(aunque mayormente desaprovechadas) por sus “efectos de arrastre” en materia
ocupacional, tecno-productiva, etc. Por ello, no resulta casual que hacia fines del
decenio de 2000 el rubro más deficitario haya sido el de bienes de capital, seguido
por la industria química, equipos y aparatos de radio y televisión y, entre las más
relevantes, la industria automotriz (Schorr, 2012).
Es en este cuadro de situación general en el que se inscribe este trabajo, que
pretende aportar elementos de juicio en torno a una discusión amplia, orientada a
las posibilidades realmente existentes para avanzar en la rearticulación del entra-
mado industrial de la Argentina, la complejización de la estructura productiva a
partir de la potenciación de ventajas dinámicas, y la consiguiente alteración del
perfil de especialización en relación con la economía mundial. En este sentido, el
interrogante ordenador de las preocupaciones de los autores podría formularse de
la siguiente manera: a partir de la masa crítica existente, ¿es posible avanzar en
un proceso de sustitución de importaciones? Y, en caso afirmativo, ¿cuáles son
las ramas manufactureras sobre las que se podrían canalizar estos esfuerzos en el
marco de una determinada política industrial de mediano y largo alcance?

146 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


Si bien se trata de una problemática de indudable complejidad, aquí se pro-
pone un análisis estilizado a partir de la visión que resulta de los rasgos especí-
ficos que adopta el intercambio comercial en dos sectores industriales de suma
relevancia: el automotriz y el de bienes de capital2. Tales rubros fabriles son
considerados claves en múltiples sentidos, entre los que se destacan dos. Primero,
por su significación cuantitativa y cualitativa en un sentido macroeconómico
(es decir, por su elevada gravitación en el espectro manufacturero3 y sus poten-
cialidades en materia de desarrollo tecnológico, contribución a la ampliación
de la capacidad productiva, creación de empleo, etc.). Segundo, debido a que
se trata de dos sectores que denotan un profundo déficit estructural en materia
de comercio exterior (como se vio, son dos de los más deficitarios en el ámbito
fabril). Todo ello asume especial importancia por lo antedicho, pero también
por el hecho de que, en el marco de la crisis internacional en curso, la economía
argentina atraviesa una coyuntura compleja en lo que se vincula con la evolución
de la balanza de pagos.
De allí que se analiza el comportamiento de las exportaciones, las importa-
ciones y el saldo comercial de las dos industrias aludidas durante la posconver-
tibilidad, así como el desenvolvimiento del intercambio comercial a nivel de
productos con el objeto de identificar posibles nichos sustitutivos. Estas varia-
bles se abordarán para cada uno de los sectores y para los diversos segmentos
que los integran. Con tal finalidad, el trabajo se ordena en dos secciones: en la
próxima se indaga el desempeño de la industria automotriz y en la siguiente el
del sector de bienes de capital. Cabe señalar que si bien el horizonte temporal
se circunscribe, en lo esencial, a la posconvertibilidad (2002-2010), en algunos
casos se toma como referencia comparativa el período de vigencia del régimen
de la convertibilidad.

II. El sector automotor

En esta sección se pretende, por un lado, identificar la evolución de las dis-


tintas variables del comercio exterior del sector automotor, atendiendo al de-
sempeño de los diferentes segmentos que lo integran (terminales automotrices,

2 En esta investigación se define al sector automotor a partir de tres grandes núcleos productivos:
la fabricación de automotores (terminales automotrices), la industria autopartista y la de neumá-
ticos. Por su parte, el sector de bienes de capital está integrado por la elaboración de productos
metálicos para uso estructural, tanques, depósitos y generadores de vapor, de maquinaria de uso
general y especial y de motores, generadores y transformadores eléctricos. Para más detalles,
consúltense los Anexos Nº 1 y 2.
3 De acuerdo a datos oficiales, en la posconvertibilidad el peso relativo de la industria automotriz
en la producción manufacturera total fluctuó en torno del 7-8%, mientras que la ponderación del
sector de bienes de capital se aproximó al 5%. Véase http://www.industria.gob.ar/cep/informes-
y-estadisticas/industriales/ (consultado el 22/1/2013).

Martín Schorr (coordinador) 147


autopartes y neumáticos). Por otra parte, a partir del estudio de las características
del intercambio comercial, se procura determinar cuáles son aquellos productos
que muestran potencialidades para avanzar en una estrategia de sustitución de
importaciones.
En referencia al primero de tales objetivos, resulta interesante remarcar que,
más allá del contexto macro o mesoeconómico, el sector automotor en la Argen-
tina deviene altamente deficitario4. A punto tal que, en el marco de una economía
con profundos desbalances comerciales, durante la convertibilidad el sector en
su conjunto registró un déficit que alcanzó a 12.735 millones de dólares (Cuadro
Nº 1). Luego de la megadevaluación de 2002 y el sostenimiento de una tasa de
cambio en niveles más elevados que en el decenio de 1990, el saldo comercial
automotriz mantuvo sus desbalances comerciales: 12.173 millones de dólares
acumulados entre 2002 y 2010. Ello contrasta con los resultados de la econo-
mía argentina y, en menor medida, respecto al saldo comercial en la industria
manufacturera.
No obstante, se advierten marcadas diferencias entre ambos regímenes eco-
nómicos si se considera el desenvolvimiento de las exportaciones y las impor-
taciones.
En la década de 1990 las ventas al exterior fueron crecientes entre 1993 y
1998 (de hecho se cuadruplicaron), pero se revelaron muy vulnerables a los
impactos internacionales. De modo que la devaluación brasilera y algunos cam-
bios en las condiciones de competencia en el principal socio comercial (incen-
tivos especiales para la instalación de terminales en el norte, nordeste y centro-
oeste de Brasil, además de la estimulación a la radicación de plantas montadoras)
fueron instancias decisivas, dada la elevada concentración del comercio con ese
país y la reticencia de las automotrices a aumentar la capacidad instalada local5,
para dar cuenta de la retracción de las exportaciones a partir de 1998 (cayeron el
34,2% entre 1998 y 2001). Por su parte, las compras al exterior fueron elevadas
y ascendentes en el período 1993-1998 (pasaron de 2.384 a 5.494 millones de
dólares), lo que repercutió en un aumento en el déficit comercial de casi el 40%.
Luego, las adquisiciones externas se redujeron como consecuencia de la caída en
el consumo interno. En realidad, la fuerte penetración de productos importados
vinculados al sector automotor durante el decenio estuvo relacionada, además de
con la apreciación cambiaria, con la “liberalización” subyacente a las peculiares

4 Para la medición de las variables del comercio exterior automotriz se adoptó la Clasificación
Industrial Internacional Uniforme (CIIU) a cuatro dígitos (ramas 2511, 3410, 3430). Al respec-
to, cabe aclarar que la misma podría estar subestimando el déficit sectorial, dado que excluye
algunos productos del rubro autopartista.
5 Según Arza y López (2008), los fabricantes de automóviles no realizaron inversiones impor-
tantes para incrementar la capacidad productiva doméstica, lo que derivó en un desequili-
brio comercial acentuado y en la consiguiente aplicación de multas a mediados del decenio
(que luego fueron utilizadas, como “paliativo” a la recesión local, para cancelar obligaciones
impositivas).

148 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


características del régimen automotor, que tendió a consolidar el formato de un
sector de armaduría (básicamente por la forma en que se calculaban las com-
pensaciones: hacia fines de 1995, por cada dólar exportado se podía importar de
extra-zona casi un 50% más con arancel preferencial –Sierra y Katz, 2002–).

Cuadro Nº 1. Evolución de las exportaciones, importaciones y saldo comercial de


la industria automotriz*, el total de la industria y el total del país, 1993-2010
(en millones de dólares corrientes).

Total industria
Neumáticos Vehículos automotores Autopartes
  automotriz
Expo Impo Saldo Expo Impo Saldo Expo Impo Saldo Expo Impo Saldo
1993 31 95 -64 399 1.345 -946 419 943 -524 850 2.384 -1.534
1994 56 115 -59 551 2.251 -1.701 451 1.096 -645 1.058 3.463 -2.405
1995 85 117 -32 887 1.353 -465 517 971 -454 1.490 2.441 -951
1996 82 177 -95 1.321 2.078 -757 431 1.170 -739 1.834 3.425 -1.591
1997 101 236 -135 2.466 3.045 -579 498 1.767 -1.269 3.065 5.048 -1.983
1998 129 243 -114 2.689 3.419 -729 539 1.832 -1.293 3.357 5.494 -2.137
1999 106 222 -116 1.273 1.928 -656 573 1.151 -579 1.952 3.302 -1.350
2000 111 247 -136 1.545 1.555 -10 597 1.274 -677 2.253 3.076 -823
2001 98 187 -89 1.592 1.109 483 519 875 -356 2.209 2.171 37
2002 121 84 37 1.194 360 834 517 498 19 1.831 942 890
2003 107 194 -87 977 959 18 583 644 -62 1.666 1.797 -130
2004 127 237 -109 1.464 2.170 -706 766 1.090 -324 2.357 3.496 -1.139
2005 175 272 -97 2.179 2.998 -818 929 1.455 -526 3.284 4.725 -1.441
2006 214 312 -98 3.164 3.645 -481 1.092 1.984 -892 4.469 5.941 -1.472
2007 221 430 -209 4.248 4.677 -429 1.281 2.600 -1.319 5.750 7.707 -1.957
2008 219 550 -331 5.295 6.402 -1.107 1.451 3.285 -1.834 6.965 10.237 -3.272
2009 207 300 -93 4.497 3.721 776 1.027 2.429 -1.402 5.731 6.450 -719
2010 232 531 -299 6.730 6.986 -256 1.368 3.746 -2.378 8.330 11.262 -2.932

* Incluye las ramas 2511 “Fabricación de cubiertas y cámaras de caucho; recauchutado y renovación
de cubiertas de caucho”; 3410 “Fabricación de vehículos automotores”; 3430 “Fabricación de partes;
piezas y accesorios para vehículos automotores y sus motores. Incluye rectificación de motores”,
según la CIIU Rev. 3.

Fuente: Elaboración propia en base a información de COMTRADE.

Durante la posconvertibilidad el régimen especial tuvo ligeras modificaciones


(aranceles más elevados para extra-zona y mecanismos preferenciales para intra-
zona pero con coeficientes de comercio asimétricos –“flex”– entre exportaciones
e importaciones) y se estableció un acuerdo tendiente a liberalizar el comercio
con México (así como también ciertos incentivos comerciales en el caso de Chile,

Martín Schorr (coordinador) 149


Venezuela, Colombia, Ecuador y Bolivia)6. Pero uno de los factores de mayor
influencia para actuar como vía inductora de un “salto de nivel” en materia de
comercio exterior de productos automotrices fue la elevación de la tasa de cambio
tras la salida del esquema de caja de conversión y su mantenimiento en niveles
competitivos durante buena parte del período 2002-2010.
A raíz de ello, y en un escenario de franca recuperación y acelerado creci-
miento de la economía doméstica, las exportaciones del sector aumentaron el
354,8% entre 2002 y 2010, alcanzando en este último año un récord histórico:
8.330 millones de dólares. Lo propio cabe, pero a un ritmo mucho más acelerado,
respecto a las importaciones de los productos vinculados a esta industria. Tal es
así que su incremento fue del 1.095,8% entre 2002 y 2010, es decir, más que
triplicando el aumento de las exportaciones, y alcanzando también un récord
histórico en 2010 (11.262 millones de dólares). De allí que el saldo comercial
deficitario haya experimentado una tendencia ascendente, hasta ubicarse en torno
a los 3.000 millones de dólares a fines de la década pasada.
Estas consideraciones son importantes por cuanto son indicativas de que en
la posconvertibilidad la fuerte expansión del mercado interno requirió de vehí-
culos finales importados que no pudieron ser proporcionalmente cubiertos por
fabricación local. Y también que el aumento significativo de la producción auto-
motriz demandó crecientemente insumos importados, en un escenario de escaso
(o insuficiente) dinamismo sectorial en materia de sustitución de importaciones
luego de la profunda desintegración del entramado automotor acaecida en la
década de 1990.
Así, atento al “boom” del consumo doméstico y a los requerimientos de una
economía en expansión, las compras al exterior de vehículos finales fue por
demás elevada y creciente en la posconvertibilidad: entre 2002 y 2010 aumentó
casi veinte veces, mientras que las exportaciones lo hicieron en menos de seis
veces. Por su parte, los rubros que le proveen de insumos a las terminales también
vieron crecer sus importaciones a ritmos mayores que sus exportaciones, a punto
tal que la acentuación de sus desbalances comerciales fue sustancialmente mayor
que el de las terminales automotrices.
Un caso especial es el de las autopartes, cuyas importaciones aumentaron de
498 a 3.746 millones dólares entre 2002 y 2010, representando este último año
más de la mitad de las adquisiciones externas de las terminales automotrices.
De allí que en el período aludido, el saldo comercial deficitario del conjunto
del sector automotor haya sido explicado casi excluyentemente por el segmento
autopartista (en 2010 registró un déficit de 2.378 millones de dólares, mientras
que el total sectorial fue de 2.932 millones).

6 Entre los estudios que abordaron el marco regulatorio sectorial, vale citar a Arza y López, 2008;
Cantarella, Katz y de Guzmán, 2008; CENDA, 2008; CEP, 2009; Novick, Rotondo y Yoguel,
2008; Sierra y Katz, 2002.

150 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


En cuanto al rubro de las autopartes, son varias las cuestiones que vale la
pena destacar: a) las “otras partes y accesorios” (que incluye guardabarros, parri-
llas de radiador, puertas, paneles de instrumentos, dispositivos para comando
de acelerador, frenos, entre otros productos de las partidas 870829 y 870899
según el Sistema Armonizado 2002) son los que presentan los desbalances más
acentuados; b) los ejes con diferencial, los amortiguadores de suspensión y las
“otras partes” destinadas a motores diesel y a explosión (cárteres para inyectores,
culatas, bielas, bloques, válvulas de escape, émbolos, etc. –códigos 840999 y
840991–), si bien devienen deficitarios, no sólo se producen localmente sino que
penetran mercados del exterior en una medida para nada desdeñable; y c) en las
cajas de cambio, su déficit comercial es relativamente bajo pero su volumen de
comercio sumamente elevado (Manzanelli y González, 2012).
En tal sentido, resulta interesante una breve digresión, en tanto aquellos pro-
ductos que alcanzaron a posicionarse en los mercados externos se encuentran
amparados por el régimen promocional a la producción nacional de autopartes. Lo
propio cabe para los motores que también muestran cierto dinamismo en cuanto
a sus colocaciones en el exterior (aunque, naturalmente, en menor proporción
que las importaciones).
Con el objeto de tender a sustituir importaciones en este rubro, el régimen
mencionado otorgó beneficios (reintegros deducibles de impuestos nacionales)
a las automotrices locales que adquieran en el medio doméstico ejes con dife-
rencial, cajas de transmisión, motores y sus partes, entre otros bienes. No obs-
tante, las importaciones de tales productos fueron sumamente elevadas en 2010
y fueron dinamizadas principalmente por Toyota, Iveco, Volkswagen, General
Motors, Mercedes Benz, Ford, Renault y Fiat (véase nuevamente Manzanelli y
González, 2012).
A los efectos de brindar evidencias adicionales que permitan identificar los
productos estratégicos que podrían ser objeto de políticas específicas tendientes
a fomentar sus exportaciones y/o a viabilizar procesos de sustitución de impor-
taciones, resulta interesante jerarquizar el conjunto de los bienes que componen
el sector automotor a partir de dos grandes grupos. Por un lado, la “familia”
de productos superavitarios. Y, por otro, la de los deficitarios, pero estos últi-
mos catalogados a partir de sus potencialidades sustitutivas. Para contar con una
aproximación a tales cuestiones, se procedió a calcular el índice Grubel-Lloyd7
a partir de los criterios de clasificación del comercio exterior a seis dígitos del
Sistema Armonizado 20028, estableciendo la siguiente tipología: a) las ramas
deficitarias que tienen una alta probabilidad de sustituir importaciones (rango
del índice entre 0,66 y 1); b) las ramas deficitarias que tienen una probabilidad

7 Este índice surge de restar a una unidad el cociente entre el saldo comercial (exportaciones me-
nos importaciones) y el grado de apertura (exportaciones más importaciones) para el comercio
internacional de cada producto (Durán Lima y Álvarez, 2008). Véase también Peirano, 2013.
8 La descripción detallada de las partidas puede consultarse en el Anexo N° 1.

Martín Schorr (coordinador) 151


moderada de sustituir importaciones (rango del índice entre 0,33 y 0,65); c) las
ramas deficitarias que tienen una probabilidad potencial de sustituir importacio-
nes (rango del índice entre 0,10 y 0,32), y d) las ramas deficitarias que tienen una
escasa o casi nula probabilidad de sustituir importaciones (rango del índice entre
0 y 0,09). El horizonte temporal abordado contempla a 2010 y, como parámetro
comparativo, al año 2005, de modo de descartar la posibilidad de que el grado de
sustituibilidad sea la resultante de alguna transacción comercial excepcional.
De modo consistente con los análisis previos, en el Cuadro N° 2 se puede
observar cómo algunos de los productos mencionados anteriormente tienen una
alta probabilidad de sustitución en 2010. Tal es el caso de las cajas de cambio,
los amortiguadores de suspensión, los neumáticos de turismo y de tipo familiar,
y vehículos automóviles para el transporte de personas con cilindrada de entre
1.500 y 3.000 cm3. Pero ello adquiere mayor relevancia dado que la mayoría de
esos productos habían alcanzado superávits de comercio exterior en 2005.
En alguna medida, el distinto comportamiento de estos productos en 2010
coadyuvó a que cayeran abruptamente la cantidad de partidas superavitarias.
De hecho, pasaron de dieciséis a nueve los productos con saldos positivos
entre 2005 y 2010. No obstante, el volumen de exportaciones de los nueve pro-
ductos superavitarios en 2010, así como el saldo comercial, se incrementaron
significativamente (176,7% y 277,1%, respectivamente). Entre estos bienes se
encuentran, fundamentalmente, los vehículos automotores para el transporte de
mercancías y personas con cargas de bajo peso y motores de menor tamaño.
Por su parte, los productos que tienen una moderada probabilidad sustitutiva
cayeron de catorce a diez partidas y el déficit comercial se profundizó entre
2005 y 2010. Varios de los productos que se encuentran en este agrupamiento
en 2010, seis años antes tenían altas probabilidades de sustitución e, incluso, en
algunos casos habían sido superavitarios en 2005. De allí que los productos que se
hallaron en esta categoría en 2010 detenten elevadas potencialidades sustitutivas.
Es el caso de, por ejemplo, ejes con diferencial, neumáticos para autobuses y
camiones, vehículos para el transporte de mercancías con carga superior a veinte
toneladas, cárteres inyectores, bielas, bloques, culatas, válvulas de escape, aros
de émbolo, camisas de cilindros, dispositivos para comando de acelerador, para-
golpes, camiones para perforación, guardabarros, puertas, parrillas de radiador,
embragues, etc.

152 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


Cuadro Nº 2. Industria automotriz. Clasificación de productos por probabilidad
de sustitución según rango del índice Grubel-Lloyd y la evolución de las
exportaciones, las importaciones y el saldo comercial, 2005 y 2010 (partidas
a seis dígitos del Sistema Armonizado 2002 y millones de dólares).

2005 2010
 
Partidas Expo Impo Saldo Partidas Expo Impo Saldo
16 partidas:
870290, 870490,
870530, 401212,
9 partidas:
Ramas 870390, 870431,
401219, 870333, 401199,
supera- 870540, 401199, 1.776 878 898 4.914 1.529 3.385
870321, 870421, 870431,
vitarias 870880, 870421,
870590, 870210, 870322
840731, 401110,
870840, 870333,
870210, 840991
Probabilidad de sustitución en ramas deficitarias - Rango índice G-Ll:
7 partidas:
Alta 870423, 870321, 5 partidas:
(índice de 870899, 870323, 1.033 1.617 -584 870840, 401110, 870880, 2.504 4.213 -1.709
1 a 0,66) 870891, 870850, 870530, 870323
840999
14 partidas:
870839, 840733,
10 partidas:
870600, 870821,
Moderada 870423, 840991, 870810,
840734, 870810,
(índice de 414 1.413 -999 870850, 840999, 401120, 688 2.529 -1.841
870892, 870893,
0,65 a 0,33) 870899, 870520, 870829,
401290, 840820,
870893
870829, 401120,
870120, 870322
11 partidas:
870894, 870870, 11 partidas:
Potencial 401193, 870860, 401161, 840820, 401290,
(índice de 401192, 870831, 52 476 -424 401192, 870892, 870891, 187 1.500 -1.312
0,32 a 0,10) 870410, 870590, 870870, 870894, 840734,
870332, 870520, 870839, 870390
870331
18 partidas: 28 partidas: 870324,
401161, 401194, 840731, 870510, 870422,
870422, 401163, 870120, 870332, 870600,
870324, 401310, 401193, 401194, 870310,
Escasa o nula
401130, 870310, 401162, 401130, 401169,
(índice de 9 341 -332 37 1.491 -1.455
401162, 401320, 870821, 401390, 401163,
0,09 a 0,00)
401390, 401150, 870331, 401140, 840732,
401140, 870510, 840733, 870410, 870432,
401169, 840732, 870490, 870540, 400610,
400610, 401213 401150, 401310, 401320
Total 66 partidas 3.284 4.725 -1.441 63 partidas 8.330 11.262 -2.932

Nota: se incluyen las ramas a seis dígitos del Sistema Armonizado 2002 según la correspondencia
de las ramas 2511 “Fabricación de cubiertas y cámaras de caucho; recauchutado y renovación de
cubiertas de caucho”; 3410 “Fabricación de vehículos automotores”; 3430 “Fabricación de partes;
piezas y accesorios para vehículos automotores y sus motores. Incluye rectificación de motores”,
según la CIIU Rev. 3. Véase el Anexo 1.

Fuente: Elaboración propia en base a información de COMTRADE.

Martín Schorr (coordinador) 153


Los datos aportados por el cuadro de referencia son contundentes en indi-
car también que en 2010 se registró una caída en la cantidad de productos del
sector automotor en las ramas superavitarias y deficitarias con buena probabili-
dad de sustitución, al tiempo que se incrementaron (de dieciocho a veintiocho
partidas) en aquellos rubros con escasa o prácticamente inexistente posibilidad
sustitutiva.
En este último agrupamiento se ubican los vehículos automóviles para el
transporte de personas con cilindrada superior a 3.000 cm3, motores de émbolo
alternativo y rotativos de explosión, camiones grúa, vehículos de carga de mer-
cancías superior a cinco e inferior a veinte toneladas, tractores de carretera para
semirremolques, chasis, neumáticos con altos relieves en forma de taco (para
la construcción o mantenimiento industrial), neumáticos para aeronaves, vehí-
culos para desplazarse sobre nieve, cinturones de seguridad, neumáticos para
motocicletas, motores de explosión de cilindrada superior a 50 e inferior a 250
cm3, volquetes, camiones hormigonera, perfiles para recauchutar, neumáticos
para bicicletas, etc. Muchos de ellos, cabe resaltar, tenían probabilidades susti-
tutivas moderadas o potenciales en 2005, como es el caso de los cinturones de
seguridad, tractores para semirremolques, chasis, automóviles para personas con
cilindrada inferior a 1.500 cm3, entre otros. Es decir, a pesar de estar agrupados en
la tipología de escasas probabilidades sustitutivas, estas producciones no deberían
ser desatendidas como potenciales nichos de sustitución de importaciones.

III. La industria de bienes de capital

En aras de la consecución de los objetivos propuestos, el análisis que sigue


se focaliza en la dinámica del posicionamiento comercial externo del sector de
bienes de capital. Como una primera aproximación, en el Cuadro Nº 3 queda
reflejada, para el período 1993-2010, el comportamiento de las exportaciones,
las importaciones y el saldo comercial de la actividad y los totales correspon-
dientes al conjunto de la industria y la economía argentinas (en los dos últimos
casos no se computan los registros de las ventas y las adquisiciones externas de
bienes de capital).

154 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


Cuadro Nº 3. Evolución de las exportaciones (EXPO), las importaciones (IMPO)
y el saldo comercial del sector productor de bienes de capital, el total de la
industria manufacturera (sin bienes de capital) y el total del país (sin bienes
de capital), 1993-2010 (en millones de dólares).

Total Industria Total país


Sector bienes de capital
(sin bienes de capital) (sin bienes de capital)
EXPO IMPO Saldo EXPO IMPO Saldo EXPO IMPO Saldo
1993 427,5 2.692,0 -2.264,5 9.260,3 13.283,2 -4.022,9 12.689,5 14.070,2 -1.380,7
1994 521,0 3.652,0 -3.131,0 10.804,1 16.980,1 -6.176,0 15.316,5 17.923,6 -2.607,1
1995 537,7 3.551,0 -3.013,3 14.038,9 14.976,9 -938,0 19.995,3 16.102,7 3.892,6
1996 522,2 4.242,0 -3.719,8 15.113,2 17.781,0 -2.667,8 22.707,5 19.082,3 3.625,2
1997 671,0 5.061,0 -4.390,0 17.468,9 23.111,5 -5.642,6 24.810,2 24.828,8 -18,6
1998 683,5 5.440,0 -4.756,5 17.302,2 24.019,0 -6.716,8 24.913,5 25.555,6 -642,1
1999 638,8 4.030,0 -3.391,2 15.066,5 19.903,6 -4.837,1 21.581,1 21.134,8 446,3
2000 672,1 3.334,0 -2.661,9 17.287,7 20.330,8 -3.043,1 25.325,4 21.776,6 3.548,8
2001 740,1 2.821,0 -2.080,9 17.146,9 16.177,3 969,6 25.545,1 17.433,2 8.111,9
2002 623,6 1.144,0 -520,4 17.120,6 7.005,7 10.114,9 24.824,5 7.765,1 17.059,4
2003 570,2 1.892,0 -1.321,8 19.947,1 10.854,5 9.092,6 28.662,9 11.845,1 16.817,8
2004 667,9 3.107,0 -2.439,1 23.736,3 17.670,2 6.066,1 33.278,9 19.068,7 14.210,2
2005 854,7 3.988,0 -3.133,3 27.866,9 22.585,9 5.281,0 38.611,4 24.428,0 14.183,4
2006 1.033,5 4.847,0 -3.813,5 33.413,2 26.962,2 6.451,0 44.711,1 29.018,6 15.692,5
2007 1.349,2 6.798,0 -5.448,8 39.607,4 34.828,3 4.779,1 53.510,2 37.636,1 15.874,1
2008 1.821,5 8.435,0 -6.613,5 48.850,2 44.192,2 4.658,0 66.792,8 48.680,1 18.112,7
2009 1.613,4 5.503,0 -3.889,6 41.055,5 30.605,6 10.449,9 53.161,4 32.956,0 20.205,4
2010 1.762,2 7.724,0 -5.961,8 47.707,5 44.851,2 2.856,3 65.130,7 48.343,3 16.787,4
Prom.
601,5 3.869,2 -3.267,7 14.832,1 18.507,0 -3.675,0 21.431,6 19.767,5 1.664,0
93-01
Prom.
1.209,1 5.286,8 -4.077,7 35.273,0 29.068,8 6.204,3 47.982,4 31.497,0 16.485,4
03-10

Fuente: Elaboración propia en base a información de COMTRADE.

De la información presentada se desprende, por un lado, que entre los años


analizados el sector fabricante de medios de producción operó de modo siste-
mático con abultados déficits de comercio exterior y que los mismos guardaron
relación con la evolución del nivel de la actividad económica e industrial, así
como con la trayectoria de la formación de capital: en las fases expansivas el
desbalance comercial de la actividad tendió a incrementarse, mientras que en
períodos contractivos disminuyó.
Por otro lado, al focalizar la indagación en la etapa posterior al abandono del
esquema convertible se corrobora que el sector pasó de registrar en el crítico año

Martín Schorr (coordinador) 155


2002 un déficit de comercio exterior superior a los 520 millones de dólares, a un
desbalance próximo a los 6.000 millones en 2010 (con un pico del orden de los
6.600 millones en 2008). Esto contrasta con el desenvolvimiento del “resto” de
las actividades económicas y manufactureras, que entre los años mencionados se
caracterizaron por registrar, en conjunto, saldos fuertemente superavitarios.
Estas constataciones sugieren, por una parte, un escaso grado de competi­ti­
vidad de la industria de bienes de capital, que se expresa en su incapacidad de
cubrir con producción local una actividad económica y una demanda inversora en
expansión. Entre los diversos factores que concurren a explicar esta cuestión, vale
resaltar: la fisonomía estructural del sector resultante del achicamiento regresivo
que tuvo lugar en la etapa 1976-2001, el incremento en los costos de produc-
ción asociado fundamentalmente al comportamiento de los precios de ciertos
insumos básicos de oferta oligopólica en la posconvertibilidad, el estímulo a la
“sustitución inversa” que subyace a numerosas acciones y omisiones estatales,
y la ausencia de estructuras de financiamiento de largo plazo para la adquisición
de bienes de capital de origen nacional9.
Las evidencias presentadas refuerzan la importancia estratégica de avanzar
en la formulación y la puesta en práctica de una política de desarrollo hacia el
sector. Ello sería auspicioso, entre otras cuestiones, por el ahorro de divisas, la
integración del tejido productivo, la dinamización de ciertos segmentos pymes y
la difusión de progreso técnico que se desprenderían de contar con una industria
de bienes de capital crecientemente competitiva. Y, adicionalmente, porque tende-
ría a socavar, aunque sea en parte, la elevada concentración de las exportaciones y
del excedente de comercio exterior en las grandes empresas y grupos económicos
cuyo ciclo de acumulación y reproducción ampliada del capital pivotea en el
ámbito de la economía real fundamentalmente alrededor del procesamiento de
recursos naturales10.
En ese marco general, y antes de analizar el intercambio a nivel de grupos de
productos, cabe esbozar una breve digresión –por su relevancia actual– acerca de
la evolución de las importaciones de bienes de capital realizadas por la Argentina
entre 2001 y 2010 según el país de origen de las mismas. Así, de los datos pro-
porcionados por el Cuadro Nº 4 resulta posible concluir que:

9 Sobre estas cuestiones, véase CIPIBIC, 2009; Ortiz y Schorr, 2009; Schorr y Castells, 2012;
Sirlin, 1997.
10 En referencia a esto último se sugiere consultar, en esta compilación, los trabajos “Dinámica
externa de la economía argentina. Un análisis a partir de las grandes firmas” y “La extranje-
rización de la industria argentina en la posconvertibilidad. Un análisis del poder económico
sectorial”.

156 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


Cuadro N° 4. Evolución de las importaciones de bienes de capital según país de
origen, 2001-2010 (en millones de dólares y porcentajes).

a) Millones de dólares
Variación
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 01-05 05-10 01-10
Brasil 439,9 164,3 495,5 833,9 961,0 1.010,61.341,9 1.520,6 873,4 1.460,7 521,1 499,7 1.020,8
China 120,6 30,1 75,1 156,2 260,4 461,1 848,3 1.167,4 711,7 1.355,6 139,8 1.095,2 1.234,9
EE.UU. 631,8 327,9 454,4 596,0 835,0 870,3 1.111,8 1.666,2 943,6 1.157,0 203,2 322,0 525,2
Alemania 285,6 121,9 164,0 288,4 390,7 465,2 723,9 804,6 676,0 999,1 105,1 608,5 713,5
Italia 321,3 108,9 164,4 256,9 304,2 397,1 498,7 568,4 368,7 535,8 -17,1 231,6 214,5
Japón 138,1 41,7 84,9 145,7 141,8 226,7 375,3 422,7 275,4 315,9 3,7 174,1 177,8
Francia 190,8 67,2 56,1 104,2 140,7 223,0 237,2 230,3 162,1 223,4 -50,1 82,7 32,6
España 121,9 48,4 59,2 90,1 138,4 135,4 189,2 299,3 173,7 176,3 16,5 37,9 54,4
República de
55,3 6,5 20,3 46,5 44,3 66,3 99,5 132,3 134,6 127,2 -11,0 82,9 71,9
Corea
Reino Unido 65,1 27,1 30,1 41,9 37,8 69,8 97,8 123,2 87,3 111,7 -27,3 73,9 46,6
Subtotal 2.370,3 944,0 1.604,1 2.559,7 3.254,2 3.925,65.523,6 6.935,0 4.406,6 6.462,6 883,8 3.208,5 4.092,3

Resto 450,7 200,0 287,9 547,3 733,8 921,4 1.274,4 1.500,0 1.096,4 1.261,4 283,2 527,5 810,7
Total 2.821,0 1.144,0 1.892,0 3.107,0 3.988,0 4.847,06.798,0 8.435,0 5.503,0 7.724,0 1.167,0 3.736,0 4.903,0

b) Porcentajes
Variación
(puntos
porcentuales)
2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 01-05 05-10 01-10
Brasil 15,6 14,4 26,2 26,8 24,1 20,8 19,7 18,0 15,9 18,9 8,5 -5,2 3,3
China 4,3 2,6 4,0 5,0 6,5 9,5 12,5 13,8 12,9 17,6 2,3 11,0 13,3
EE.UU. 22,4 28,7 24,0 19,2 20,9 18,0 16,4 19,8 17,1 15,0 -1,5 -6,0 -7,4
Alemania 10,1 10,7 8,7 9,3 9,8 9,6 10,6 9,5 12,3 12,9 -0,3 3,1 2,8
Italia 11,4 9,5 8,7 8,3 7,6 8,2 7,3 6,7 6,7 6,9 -3,8 -0,7 -4,5
Japón 4,9 3,6 4,5 4,7 3,6 4,7 5,5 5,0 5,0 4,1 -1,3 0,5 -0,8
Francia 6,8 5,9 3,0 3,4 3,5 4,6 3,5 2,7 2,9 2,9 -3,2 -0,6 -3,9
España 4,3 4,2 3,1 2,9 3,5 2,8 2,8 3,5 3,2 2,3 -0,9 -1,2 -2,0
República de
Corea 2,0 0,6 1,1 1,5 1,1 1,4 1,5 1,6 2,4 1,6 -0,8 0,5 -0,3
Reino Unido 2,3 2,4 1,6 1,3 0,9 1,4 1,4 1,5 1,6 1,4 -1,4 0,5 -0,9
Subtotal 84,0 82,5 84,8 82,4 81,6 81,0 81,3 82,2 80,1 83,7 -2,4 2,1 -0,4
Resto 16,0 17,5 15,2 17,6 18,4 19,0 18,7 17,8 19,9 16,3 2,4 -2,1 0,4
Total 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 - - -

Fuente: Elaboración propia en base a información de COMTRADE.

Martín Schorr (coordinador) 157


• en un escenario de fuerte expansión en el ingreso al país de maquinarias y
equipos provenientes del extranjero en línea con la dinámica del ciclo eco-
nómico-industrial doméstico, el “núcleo duro” importador mantuvo relativa-
mente estable su muy elevada ponderación en las compras totales (en todos
los años superó el 80%), con un retroceso en el peso relativo de, entre otros,
EE.UU., Italia y Francia, en paralelo a una mayor gravitación de China y, en
muy menor medida, del Brasil y Alemania; y
• al desagregar el decenio de referencia en dos fases se verifica que en la primera
de ellas (2001-2005) sobresale el avance de las importaciones brasileras y, en
menor grado, de las chinas, mientras que en la segunda (2005-2010) se destaca
el notable aumento en la presencia de China, principalmente en detrimento
de EE.UU. y Brasil.

En la explicación del perfil evolutivo de las importaciones de bienes de capital


confluyen varios elementos. Por ejemplo, las considerables brechas de produc-
tividad y competitividad de la Argentina vis-à-vis los países centrales y muchos
en vías de industrialización, así como los variados alicientes a la “sustitución
inversa” resultantes de ciertas peculiaridades de la intervención estatal directa e
indirecta sobre el sector en el plano interno. Pero indudablemente el hecho más
notorio que se desprende del análisis realizado pasa por el protagonismo creciente
de China (en 2010 dio cuenta de aproximadamente el 18% del total de las com-
pras argentinas al exterior de bienes de capital –una participación 13,3 puntos
porcentuales más holgada que en 2001–). En una primera etapa la penetración
de productos chinos fue motorizada por bienes seriados, para luego incorporar
de manera acelerada a diferentes rubros no seriados. Al respecto, cabe destacar,
entre muchos otros, los casos de inyectoras para la industria plástica, tornos y
numerosas máquinas herramienta, grandes estructuras metálicas, plantas de silos,
transformadores eléctricos, bombas y válvulas, maquinarias para la explotación
de minas y canteras, y aparatos de distribución y control de energía eléctrica. Por
lo general, se trata de manufacturas que el gobierno chino promueve activamente
a través de diversos mecanismos (financieros, comerciales, de asistencia técnica,
etc.), lo cual ha sentado las bases para ir dotándolas de grados de competitividad
cada vez mayores (al margen de que en algunas ocasiones incluyen también
algún tipo de dumping).
A partir de estas corroboraciones, cabe ahora detenerse en la dimensión que
apunta a explorar, en sus aspectos más salientes, uno de los rasgos distintivos
del sector, como es el importante cuadro de heterogeneidad que se manifiesta
en el nivel intra-industrial en materia de posicionamiento comercial externo. Es
por ello que en lo que sigue se procura alcanzar una nueva sistematización de la
información disponible, desagregándola a seis dígitos en función de los criterios
clasificatorios del Sistema Armonizado 2002. En primer lugar, con el objeto de
aproximarse a la situación de los diversos grupos de productos del heterogéneo

158 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


sector de bienes de capital. En segundo lugar, con la finalidad de brindar algunos
elementos de juicio para estratificar a los diferentes bienes de capital de acuerdo
a su vinculación con los mercados externos y, en ese marco, agruparlos en dife-
rentes categorías, paso necesario (aunque, obviamente, para nada suficiente) en
la definición y la puesta en marcha de políticas activas y focalizadas de desarrollo
industrial.
Así, en el Cuadro Nº 5 se pueden visualizar los grupos de productos11 que
en alguno/s o la totalidad de los seis años comprendidos entre 2005 y 2010
registraron un saldo comercial excedentario. De ciento treinta y cinco tipos de
bienes, noventa y uno (el 67,4%) registró saldos positivos en tres o menos años
del período de referencia, mientras que cuarenta y cuatro (el 32,6%) lo hizo con
mayor sistematicidad (de cuatro a seis años con superávit).
Sin duda, este último subgrupo, que explica más del 90% del superávit comer-
cial acumulado en la etapa, debería ser tenido en cuenta en el marco de una
estrategia de inserción exportadora para el sector, sobre todo si se considera que
se trata de bienes de capital en cuya elaboración existe en el plano doméstico
cierta capacidad tecno-productiva demostrada (de allí lo relativamente recurrente
de sus respectivos saldos favorables de balanza comercial). Aquí quedan inclui-
dos grupos de productos muy diversos, entre los cabe mencionar los siguien-
tes: recipientes para gas comprimido o licuado; válvulas reductoras de presión;
sembradoras, plantadoras y trasplantadoras; partes y componentes para turbinas
hidráulicas, ruedas hidráulicas y sus reguladores; transformadores eléctricos, con-
vertidores eléctricos estáticos y bobinas de reactancia de potencias específicas;
diversos implementos agrícolas; remolques y semirremolques, autocargadores
o autodescargadores, para uso agrícola; máquinas y aparatos para extracción o
preparación de grasas o aceites vegetales fijos o animales; secadoras de ropa;
motores de corriente alterna de potencias específicas; cilindros de laminadores;
máquinas de ordeñar; hormigoneras y aparatos de amasar mortero; básculas y
balanzas para pesada constante; aparatos de evaporación para refrigerar el aire;
máquinas y aparatos para la industria lechera; balastos (reactancias) para lámpa-
ras o tubos de descarga; hornos de panadería, pastelería o galletitería; y máquinas
y aparatos para limpiar o secar botellas o demás recipientes.

11 La descripción detallada de las partidas se puede consultar en el Anexo Nº 2.

Martín Schorr (coordinador) 159


Cuadro Nº 5. Industria argentina de bienes de capital. Grupos de productos*
superavitarios en alguno/s o todos los años del período 2005-2010.

Cantidad de años con posición superavitaria entre 2005 y 2010**


1 2 3 4 5 6
848340 841370 730820 841850 847920 731100
842810 842630 841940 853720 845530 848110
730890 940600 843680 850410 847960 843230
846310 840140 843610 843420 843221 841090
842911 842619 840211 840219 841720 850421
842833 841932 845730 848050 846799 843290
843850 843820 930621 842389 842220 841931
841620 841981 846594 761100 841280 871620
845380 843360 841610 843840 843229 930200
843621 842832 846410 843330 843490 842112
846249 841181 848030 - 850161 850162
843810 843311 846820 - 843210 843410
730830 843860 930119 - 841011 761010
845940 840420 - - - 847431
844530 843240 - - - 930629
843699 843010 - - - 842330
845590 843352 - - - 850163
847930 840220 - - - 841891
845931 851410 - - - 850422
846291 845410 - - - 842382
853521 841630 - - - 930310
Resto (31) Resto (5) - - - -
52 26 13 10 13 21

* A seis dígitos del Sistema Armonizado 2002 (véase el Anexo Nº 2).


** Los productos se ordenan de modo decreciente de acuerdo a su excedente comercial.

Fuente: Elaboración propia en base a información de COMTRADE.

Ahora bien, la política pública tampoco debería desatender la situación, las


posibilidades y las restricciones reales de los fabricantes de aquellos productos que
fueron excedentarios en una menor cantidad de años. Si bien su posición supera-
vitaria puede haber respondido a alguna venta puntual al exterior, no menos cierto
es que ello también es expresión de que los productores locales estuvieron en
condiciones de atender la demanda externa. En estos casos, existiría masa crítica
como para potenciar exportaciones y/o viabilizar ciertos procesos de sustitución de
importaciones. Entre otros grupos de bienes, en este nivel se destacan: engranajes
y ruedas de fricción; partes para construcciones industriales y estructurales; bancos
de estirar barras, tubos, perfiles, alambres o similares; diversos tipos de bombas

160 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


centrífugas; grúas de pórtico; construcciones prefabricadas; partes de reactores
nucleares; torres y castilletes; y aparatos de destilación y rectificación12.
Como se mencionó, una de las principales características de la evolución de
la industria argentina de bienes de capital tras el abandono de la convertibilidad
es el pronunciado déficit comercial agregado que experimentó en el marco de
la “sustitución inversa” alentada por acciones y omisiones estatales en diversos
frentes. Con el propósito de sentar ciertas bases para empezar a desandar este
aspecto crítico en numerosos sentidos, reviste interés preguntarse si en el ámbito
doméstico existen producciones de bienes de capital con capacidad efectiva o
potencial para avanzar en el campo de la sustitución de importaciones, natural-
mente a partir de políticas ad hoc que partan del reconocimiento del “mundo
real” de tales ámbitos manufactureros.
Con vistas a la identificación de posibles bienes para la formulación de una
estrategia sustitutiva, y replicando lo realizado en la sección anterior, se calculó
el Índice Grubel-Lloyd (en adelante, IGL). Vale remarcar que este índice apunta a
detectar la existencia de comercio intra-industrial o, en otras palabras, de situacio-
nes en las cuales un tipo de producto es importado y exportado al mismo tiempo.
Así, la manifestación de comercio intra-industrial puede ser tomada como un
indicador aproximado de la existencia de fabricación en el país de un bien que
está siendo traído desde el exterior (se trataría, por lo tanto, de bases productivas
que podrían contribuir a sustituir importaciones).
Siempre a partir de la clasificación del comercio exterior a seis dígitos del Sis-
tema Armonizado 2002, la estimación del IGL consideró a todos aquellos grupos
de bienes de capital con saldos deficitarios, ya que el objetivo es el de evaluar
las posibilidades existentes de sustitución de importaciones como medio para
acotar el déficit que presenta el conjunto del sector. A partir de estos criterios, se
aplicaron los mismos cuatro rangos que para la industria automotriz: entre 0,66 y
1 (comercio intra-industrial intenso), entre 0,33 y 0,65 (comercio intra-industrial

12 En referencia a la inserción exportadora del sector, vale la pena reparar en que las ventas externas
de bienes de capital elaborados en el país tiene a los mercados latinoamericanos como destino
preponderante. Las evidencias disponibles indican que esta situación se asocia a una serie de
elementos concurrentes. Por una parte, a la brecha tecnológica existente con los países centrales
y muchos periféricos y el fomento que en dichos ámbitos se le suele dispensar a los productores
locales, así como a los sesgos distintivos y las repercusiones de la intervención estatal en el
medio doméstico, todo lo cual limita el acceso a esos mercados de una franja muy importante
de productos elaborados en nuestro país. Por el contrario, en el ámbito latinoamericano, con la
salvedad del Brasil (Nassif, 2008), todos los compradores tienen un menor desarrollo fabril, de allí
que la oferta argentina pueda adecuarse a los estándares tecnológicos de sus requisitos. Por otra
parte, hay que considerar el impulso que se le ha dado en la posconvertibilidad a ciertos acuerdos
comerciales y el otorgamiento de preferencias recíprocas con países de la región. Por último, no
se puede soslayar el hecho de que la venta de un bien de capital suele estar relacionada con una
serie de servicios tales como ingeniería, instalaciones, reparaciones, mantenimiento, provisión
de repuestos, etc., lo cual le brinda a la Argentina ciertas ventajas de localización debido a su
proximidad geográfica (Peirano, 2013; Schorr y Castells, 2012).

Martín Schorr (coordinador) 161


moderado), entre 0,10 y 0,32 (comercio intra-industrial potencial) y entre 0 y 0,09
(comercio intra-industrial nulo o prácticamente inexistente). En el Cuadro Nº 6
se presenta la estimación del IGL para los años 2005, 2008 y 2010.

Cuadro Nº 6. Industria argentina de bienes de capital. Evolución de la cantidad de


grupos de productos, las exportaciones (EXPO), las importaciones (IMPO) y
el saldo comercial según rango del índice Grubel-Lloyd, 2005, 2008 y 2010
(en valores absolutos, millones de dólares y porcentajes).

a) 2005
Grupos de
EXPO IMPO Saldo comercial
productos*
Mill. Mill. Mill.
Rango del índice Cantidad % % % %
U$S U$S U$S
Entre 0,66 y 1 41 8,6 182,4 28,2 264,0 6,8 -81,6 2,5
Entre 0,33 y 0,65 95 19,9 317,8 49,2 941,9 24,2 -624,0 19,2
Entre 0,10 y 0,32 129 27,0 122,4 18,9 1.078,1 27,7 -955,6 29,4
Entre 0 y 0,09 213 44,6 23,9 3,7 1.614,6 41,4 -1.590,6 48,9
Total 478 100,0 646,7 100,0 3.898,6 100,0 -3.251,9 100,0

b) 2008
Grupos de
EXPO IMPO Saldo comercial
productos*
Mill. Mill. Mill.
Rango del índice Cantidad % % % %
U$S U$S U$S
Entre 0,66 y 1 46 9,7 463,3 34,1 685,8 8,3 -222,5 3,2
Entre 0,33 y 0,65 90 19,1 557,0 41,0 1.617,2 19,6 -1.060,2 15,4
Entre 0,10 y 0,32 135 28,6 287,4 21,2 2.873,8 34,8 -2.586,4 37,5
Entre 0 y 0,09 201 42,6 50,8 3,7 3.087,0 37,4 -3.036,2 44,0
Total 472 100,0 1.358,5 100,0 8.263,9 100,0 -6.905,3 100,0

c) 2010
Grupos de
EXPO IMPO Saldo comercial
productos*
Mill. Mill. Mill.
Rango del índice Cantidad % % % %
U$S U$S U$S
Entre 0,66 y 1 53 11,4 520,6 39,2 746,3 9,9 -225,8 3,6
Entre 0,33 y 0,65 73 15,7 491,7 37,1 1.403,1 18,7 -911,5 14,7
Entre 0,10 y 0,32 136 29,2 268,0 20,2 2.322,0 30,9 -2.053,9 33,2
Entre 0 y 0,09 204 43,8 46,2 3,5 3.049,7 40,5 -3.003,5 48,5
Total 466 100,0 1.326,5 100,0 7.521,1 100,0 -6.194,7 100,0

* A seis dígitos del Sistema Armonizado 2002.


Fuente: Elaboración propia en base a información de COMTRADE.

162 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


Como se puede apreciar, en los tres años mencionados, del total de los grupos
de productos con saldos comerciales deficitarios (aproximadamente cuatrocientos
setenta), alrededor del 56% registró un IGL superior a 0,10, lo cual sugiere que
en dichos ámbitos existiría un potencial más o menos importante para avanzar
a corto y/o mediano plazo por la vía sustitutiva. De conjunto, los distintos tipos
de bienes que quedan incluidos en los tres rangos superiores del índice dieron
cuenta de más del 50% del déficit comercial.
Al focalizar la indagación en aquellos grupos con un comercio intra-industrial
intenso (y, en consecuencia, con una elevada posibilidad sustitutiva), se cons-
tata la existencia de una gran variedad de productos. A simple título ilustrativo,
cabe mencionar los siguientes ejemplos: refrigeradores, congeladores y demás
material, máquinas y aparatos para producción de frío, aunque no sean eléctricos;
rodamientos de bolas; bombas para líquidos; maquinarias y aparatos de elevación,
carga, descarga o manipulación; máquinas y aparatos para empaquetar o envolver
mercancías, incluidas las de envolver con película termorretráctil; aparatos y dis-
positivos para el tratamiento de materias mediante operaciones que impliquen un
cambio de temperatura, tales como calentamiento, cocción, etc.; aparatos mecáni-
cos, incluso manuales, para proyectar, dispersar o pulverizar materias líquidas o
en polvo; máquinas y equipos para mezclar, amasar o sobar, quebrantar, triturar,
pulverizar, cribar, tamizar, homogeneizar, emulsionar o agitar; ascensores y mon-
tacargas; bombas de vacío; turborreactores, turbopropulsores y demás turbinas
de gas de potencias específicas; grúas y aparatos de elevación sobre cable aéreo;
máquinas y aparatos para panadería, pastelería, galletitería o de la fabricación de
pastas alimenticias; y partes para construcciones (por ejemplo: puentes y sus par-
tes, compuertas de esclusas, torres, castilletes, pilares, columnas, armazones para
techumbre, techados, puertas y ventanas y sus marcos, contramarcos y umbrales,
cortinas de cierre, barandillas).
En cuanto a los bienes de capital que quedan dentro del rango de IGL entre
0,33 y 0,65, sobresalen los casos de: artículos de grifería y órganos similares para
tuberías, calderas, depósitos, cubas o continentes similares (incluidas las válvulas
reductoras de presión y las termostáticas); bombas de aire, compresores de aire
u otros gases y ventiladores; bombas de carburante, aceite o refrigerante, para
motores de encendido por chispa o compresión; bombas volumétricas rotativas;
engranajes y ruedas; máquinas y aparatos para llenar, cerrar, tapar, taponar o eti-
quetar botellas, botes o latas, cajas, sacos (bolsas) o demás continentes; máquinas
y aparatos de capsular botellas, tarros, tubos y continentes análogos; máquinas y
aparatos para gasear bebidas; centrifugadoras y aparatos para filtrar o depurar
líquidos o gases; cajas de cojinetes sin rodamientos incorporados y cojinetes;
partes y componentes de transformadores eléctricos, convertidores eléctricos
estáticos y bobinas de reactancia de potencias específicas; ruedas dentadas y
demás órganos elementales de transmisión presentados aisladamente; intercam-
biadores de calor; y disyuntores.

Martín Schorr (coordinador) 163


A su vez, en lo que se refiere a aquellos grupos de productos con un comercio
intra-industrial latente (IGL entre 0,10 y 0,32), se resaltan, entre otros, los casos
de: cosechadoras y trilladoras; convertidores estáticos; grupos electrógenos y
convertidores rotativos eléctricos de potencias específicas; interruptores, seccio-
nadores y conmutadores; aparatos para corte, seccionamiento, protección, deriva-
ción, empalme o conexión de circuitos eléctricos; partes y piezas para aparatos y
dispositivos, aunque se calienten eléctricamente, para el tratamiento de materias
mediante operaciones que impliquen un cambio de temperatura; árboles de trans-
misión, incluidos los de levas y los cigüeñales, y manivelas; grupos electrógenos
con motor de émbolo (pistón) de encendido por chispa (motor de explosión); vál-
vulas para transmisiones oleohidráulicas o neumáticas; volantes y poleas; piezas
para bombas de aire o de vacío, compresores de aire u otros gases y ventiladores,
campanas aspirantes para extracción o reciclado, con ventilador incorporado,
incluso con filtro; motores de corriente alterna, monofásicos; tornos de control
numérico; y motores y generadores eléctricos de potencias específicas.
Por último, las evidencias aportadas por el Cuadro Nº 6 permiten corroborar
que en los años aludidos, algo menos de la mitad del déficit comercial fue expli-
cado por cerca de doscientos grupos de productos con un IGL inferior a 0,10. De
esto se infiere que, para esos bienes, desde la Argentina no se habrían realizado
ventas al exterior, o bien la cuantía de las mismas fue sumamente exigua (de
allí que su peso relativo en las exportaciones haya sido del 4%, mientras que su
aporte a las importaciones se ubicó en torno del 40%).
Ahora bien, en la medida en que la metodología de estimación del índice rela-
ciona exportaciones con importaciones, no contempla la situación de los bienes de
capital que tienen un balance comercial deficitario y para los que existe fabricación
nacional, pero que la misma no se coloca en el extranjero, ni tampoco la de aque-
llos productos que, por diferentes razones, se estaría en condiciones de empezar
o volver a elaborar en el país, claro que a instancias de un esquema adecuado de
incentivos. Dadas las limitaciones de la información con que se cuenta, y con miras
a avanzar en la detección de algunos de esos productos, se realizó una aproximación
cualitativa a partir de una serie de entrevistas a informantes calificados del sector.
A raíz de ello, resultó posible identificar un conjunto de bienes de capital que
podrían ser parte de una estrategia de sustitución de importaciones: compresores
de los tipos utilizados en los equipos frigoríficos; cargadoras y palas cargadoras
de carga frontal; máquinas para moldear por inyección; centros de mecanizado;
maquinaria para lavar, blanquear o teñir; máquinas y aparatos para la fabricación
o reparación de calzado y para la industria textil y de indumentaria; máquinas de
coser domésticas; pararrayos, limitadores de tensión y supresores de sobretensión
transitoria; generadores eólicos; aparatos e instrumentos para pesar personas y
balanzas domésticas; máquinas y aparatos para compactar o aplanar; cajas de fun-
dición; niveladoras; soldadoras; y diversas instalaciones para manipular material
móvil sobre carriles (vagonetas de minas, carros transbordadores, basculadores y
volteadores, vagones, vagonetas, etc.).

164 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


En definitiva, pese a los múltiples legados críticos del neoliberalismo y ciertos
sesgos de la trayectoria sectorial en la posconvertibilidad (costos de los insumos
principales, “sustitución inversa” alentada por distintas vías, etc.), no se debería
soslayar que en el ámbito de la industria local de bienes de capital existe una
importante masa crítica como para encarar una política de desarrollo que, entre
muchas otras cosas, propugne una creciente inserción exportadora de diferentes
tipos de maquinarias y equipos y, fundamentalmente, una sustitución efectiva y
sostenida de importaciones por producción nacional. Así, se empezarían a sentar
las bases para ir avanzando en la modificación del perfil de especialización, la
potenciación del rol de las pymes, la reducción de la dependencia tecnológica y,
asociado a ello, el poder de veto de los grandes generadores de divisas.

IV. Reflexiones finales

La hipótesis principal de este trabajo estaba vinculada con la posibilidad (o


no) de avanzar en un proceso de sustitución de importaciones en la Argentina. Al
respecto, son varios los aspectos que se desprenden de los análisis referidos a la
dinámica y las características del intercambio comercial en el sector automotor
y en el de bienes de capital.
Una primera cuestión a remarcar es que se trata de actividades en las que se
verificó un elevado y creciente déficit estructural en materia de comercio exterior
en la posconvertibilidad. En el caso de la industria automotriz el desbalance ascen-
dió a cerca de 3.000 millones de dólares en 2010 (en 2002 había registrado saldos
positivos), explicado fundamentalmente por el intercambio de autopartes. Mientras
que en el ámbito de la industria elaboradora de medios de producción el déficit
comercial trepó a casi 6.000 millones de dólares (en 2002 fue de 520 millones).
Estas constataciones sugieren que la franca recuperación y el acelerado creci-
miento de la actividad económica e industrial al cabo de la última década requi-
rieron de elevados y crecientes insumos importados y productos finales tanto de
autopartes como de bienes de capital (que superaron holgadamente la colocación
de los mismos en el exterior).
Si bien en cada sector subyacen causalidades de diversa índole (como, por
ejemplo, el régimen especial en el ámbito automotor y la estrategias locales de las
transnacionales, la competencia china, brasilera, estadounidense y alemana en el
sector de bienes de capital), se pueden reconocer ciertos denominadores comunes
a la hora de plantear hipotéticos factores explicativos: la profunda reestructuración
regresiva y la desintegración del entramado manufacturero tras largos años de
desindustrialización (1976-2001) y la escasa, poco coordinada y, por momentos,
“contradictoria” intervención estatal en diversos campos de la política industrial
para desandar tal regresiva reestructuración sectorial (por caso, en materia de apoyo
técnico, asistencia financiera, esquema de incentivos impositivos, protección efec-
tiva de comercio exterior, desarrollo de proveedores, etc.).

Martín Schorr (coordinador) 165


En este sentido, los desarrollos que anteceden aportaron ciertos elementos
para identificar aquellos nichos donde existiría masa crítica, sobre todo para
avanzar en la sustitución de importaciones y contribuir a morigerar los efectos
perniciosos, no sólo en lo económico, que trae aparejada la elevada elasticidad
de importaciones en la fase de crecimiento industrial.
En el caso del sector automotor se destacan, entre otros productos: las cajas
de cambio, los amortiguadores de suspensión, neumáticos para automóviles, ejes
con diferencial, neumáticos para autobuses y camiones, etc. Todos ellos, a pesar
de ser deficitarios, mostraron un considerable dinamismo en materia de exporta-
ciones y, por ende, alcanzaron ciertas condiciones tecno-productivas como para
atender la demanda externa. De allí que manifiesten potencialidades sustitutivas
y/o de fomento de tales ventas al exterior. Asimismo, en una eventual estrategia
de inserción exportadora no debería desatenderse a la producción de vehículos
finales, intentando alterar el perfil de especialización de tales bienes13.
Por su parte, el heterogéneo sector productor de maquinarias y equipos mues-
tra una amplia gama de bienes que registraron saldos superavitarios y otros con
balances deficitarios pero con mayores o menores potencialidades sustitutivas,
todos los cuales constituyen casilleros estratégicos y viables para potenciar
exportaciones y/o, principalmente, para reemplazar importaciones por oferta
nacional.
Así, las evidencias sistematizadas y analizadas ponen de manifiesto la existen-
cia de masa crítica para la formulación y la implementación de políticas activas
que, en pos de potenciar las ventajas competitivas dinámicas, tiendan a rearti-
cular ciertos eslabones vacíos o debilitados del entramado manufacturero local,
al tiempo que contribuyan a alterar las modalidades de inserción del país en las
relaciones económicas internacionales y la centralidad estructural de determi-
nados actores14. La identificación de estos productos, como la aquí realizada,
constituye una primera aproximación que necesariamente debería profundizarse
sobremanera a partir de un diagnóstico exhaustivo del estado de situación y las
perspectivas a corto, mediano y largo plazo de aquellos bienes que terminen con-
formando las “prioridades estratégicas” de un programa de desarrollo económico
e industrial para la Argentina.

13 Según datos de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina


(ACARA) y la Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA), de los treinta principales
modelos que se comerciaron en 2011 (que explicaron el 76,3% de las ventas totales en ese año),
diecinueve no se produjeron a nivel nacional. Entre ellos, once modelos (el 57,9%) estuvieron
valuados, en términos medios, por montos inferiores a sesenta mil pesos en 2011, y nueve por
arriba de ese valor. Los restantes once modelos de fabricación nacional mostraron un perfil de
especialización distinto: sólo tres estuvieron valuados por menos de sesenta mil pesos y ocho por
encima de ese precio. Véase http://www.acara.org.ar/ y http://www.adefa.com.ar/v2/index.php
(consultados el 8/2/2013).
14 Una serie de lineamientos estratégicos de intervención estatal en las dos industrias analizadas
se desarrollan en Manzanelli y González, 2012; y Schorr y Castells, 2012.

166 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


Anexo N° 1. Descripción de la clasificación del comercio exterior del sector
automotor a seis dígitos del Sistema Armonizado 2002.
VEHÍCULOS AUTOMOTORES (rama 3410 “Fabricación de vehículos automotores” de
la CIIU Rev. 3)
840731 - Motores de émbolo (pistón) alternativo y motores rotativos, de encendido por chispa
(motores de explosión), de cilindrada inferior o igual a 50 cm3
840732 – Motores de émbolo (pistón) alternativo y motores rotativos, de encendido por chispa
(motores de explosión), de cilindrada superior a 50 cm3 pero inferior o igual a 250 cm3
840733 – Motores de émbolo (pistón) alternativo y motores rotativos, de encendido por chispa
(motores de explosión), de cilindrada superior a 250 cm3 pero inferior o igual a 1 000 cm3
840734 – Motores de émbolo (pistón) alternativo y motores rotativos, de encendido por chispa
(motores de explosión), de cilindrada superior a 1 000 cm3
840820 - Motores de émbolo (pistón) de encendido por compresión (motores Diesel o semi-Diesel),
de los tipos utilizados para la propulsión de vehículos del capítulo 87
870120 - Tractores de carretera para semirremolques
870210 - Vehículos automóviles para transporte de diez o más personas (incluído el conductor),
con motor de émbolo (pistón) de encendido por compresión (Diesel o semi-Diesel)
870310 - Vehículos especialmente concebidos para desplazarse sobre nieve; vehículos especiales
para transporte de personas en campos de golf y vehículos similares
870321 - Automóviles de turismo y demás vehículos automóviles concebidos principalmente para
transporte de personas (excepto los de la partida 8702), incluidos los del tipo familiar (break o
station wagon) y los de carreras, de cilindrada inferior o igual a 1000 cm3

870322 - Automóviles de turismo y demás vehículos automóviles concebidos principalmente para


transporte de personas (excepto los de la partida 8702), incluidos los del tipo familiar (break o station
wagon) y los de carreras, de cilindrada superior a 1 000 cm3 pero inferior o igual a 1 500 cm3

870323 - Automóviles de turismo y demás vehículos automóviles concebidos principalmente para


transporte de personas (excepto los de la partida 8702), incluidos los del tipo familiar (break o station
wagon) y los de carreras, de cilindrada superior a 1 500 cm3 pero inferior o igual a 3 000 cm3

870324 - Automóviles de turismo y demás vehículos automóviles concebidos principalmente para


transporte de personas (excepto los de la partida 8702), incluidos los del tipo familiar (break o
station wagon) y los de carreras, de cilindrada superior a 3 000 cm3
870331 - Automóviles de turismo y demás vehículos automóviles concebidos principalmente para
transporte de personas (excepto los de la partida 8702), incluidos los del tipo familiar (break o
station wagon) y los de carreras, de cilindrada inferior o igual a 1 500 cm3
870332 - Automóviles de turismo y demás vehículos automóviles concebidos principalmente para
transporte de personas (excepto los de la partida 8702), incluidos los del tipo familiar (break o station
wagon) y los de carreras, de cilindrada superior a 1 500 cm3 pero inferior o igual a 2 500 cm3
870333 - Automóviles de turismo y demás vehículos automóviles concebidos principalmente para
transporte de personas (excepto los de la partida 8702), incluidos los del tipo familiar (break o
station wagon) y los de carreras, de cilindrada superior a 2 500 cm3
870390 - Otros automóviles de turismo y demás vehículos automóviles concebidos principalmente
para transporte de personas (excepto los de la partida 8702), incluidos los del tipo familiar (break
o station wagon) y los de carreras

Martín Schorr (coordinador) 167


870410 - Volquetes automotores concebidos para utilizarlos fuera de la red de carreteras
870421 - Vehículos automóviles para el transporte de mercancías, con motor de émbolo (pistón),
de encendido por compresión (Diesel o semi-Diesel), de peso total con carga máxima inferior o
igual a 5 t
870422 - Vehículos automóviles para el transporte de mercancías, de peso total con carga máxima
superior a 5 t pero inferior o igual a 20 t
870423 - Vehículos automóviles para el transporte de mercancías, de peso total con carga máxima
superior a 20 t
870431 - Vehículos automóviles para el transporte de mercancías, con motor de émbolo (pistón),
de encendido por chispa, de peso total con carga máxima inferior o igual a 5 t
870432 - Vehículos automóviles para el transporte de mercancías, de peso total con carga máxima
superior a 5 t
870490 - Otros vehículos automóviles para el transporte de mercancías
870510 - Camiones grúa
870520 - Camiones automóviles para sondeo o perforación
870530 - Camiones de bomberos
870540 - Camiones hormigonera
870590 - Otros vehículos automóviles para usos especiales (excepto los concebidos principalmente
para transporte de personas o mercancías)
870600 - Chasis de vehículos automóviles de las partidas 8701 a 8705, equipados con su motor

AUTOPARTES (rama 3430 “Fabricación de partes; piezas y accesorios para vehículos


automotores y sus motores. Incluye rectificación de motores” de la CIIU Rev. 3)
840991 - Partes identificables como destinadas a los motores de émbolo (pistón) de encendido por
chispa: Bielas, bloques, culatas, cárteres, carburadores, válvulas de admisión o de escape, tubos
múltiples de admisión o de escape, aros de émbolo (pistón) y guías de válvulas, émbolos (pistones),
camisas de cilindros, inyección electrónica
840999 - Otras partes identificables como destinadas a los motores (p. 8407 u 8408): Bielas,
bloques, culatas, cárteres, inyectores (incluidos los portainyectores), válvulas de admisión o de
escape, tubos múltiples de admisión o de escape, aros de émbolo (pistón) y guías de válvulas,
émbolos (pistones), camisas de cilindros
870810 - Parachoques (paragolpes, defensas) y sus partes
870821 - Cinturones de seguridad
870829 - Otras partes y accesorios de vehículos automóviles (p. 8701 a 8705): guardabarros,
parrillas de radiador, puertas, paneles de instrumentos
870839 - Otras partes y accesorios de vehículos automóviles (p. 8701 a 8705): guarniciones de
frenos montadas
870840 - Cajas de cambio
870850 - Ejes con diferencial, incluso provistos con otros órganos de trasmisión
870870 - Ruedas, sus partes y accesorios
870880 - Amortiguadores de suspensión
870891 - Radiadores
870892 - Silenciadores y tubos (caños) de escape
870893 - Embragues y sus partes

168 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


870894 - Volantes, columnas y cajas de dirección
870899 - Otras partes y accesorios de vehículos automóviles (p. 8701 a 8705): dispositivos para
comando de acelerador, freno, embrague, dirección o caja de cambios, incluso los de adaptación de
los preexistentes del tipo de los utilizados por personas discapacitadas (R.1497/98 MEOSP)

NEUMÁTICOS (rama 2511 “Fabricación de cubiertas y cámaras de caucho; recauchutado


y renovación de cubiertas de caucho” de la CIIU Rev. 3)
400610 - Perfiles para recauchutar
401110 - Neumáticos (llantas neumáticas) nuevos de caucho, de los tipos utilizados en automóviles
de turismo, incluidos los del tipo familiar (break o station wagon) y los de carreras
401120 - Neumáticos (llantas neumáticas) nuevos de caucho, de los tipos utilizados en autobuses
y camiones
401130 - Neumáticos (llantas neumáticas) nuevos de caucho, del tipo de los utilizados en
aeronaves
401140 - Neumáticos (llantas neumáticas) nuevos de caucho, de los tipos utilizados en
motocicletas
401150 - Neumáticos (llantas neumáticas) nuevos de caucho, de los tipos utilizados en bicicletas
401161 - Neumáticos (llantas neumáticas) nuevos de caucho, de los tipos utilizados en vehículos
y máquinas agrícolas y forestales
401162 - Neumáticos (llantas neumáticas) nuevos de caucho con altos relieves en forma de
taco, ángulo o similares, de los tipos utilizados en vehículos y máquinas por la contrucción o
mantenimiento industrial, para llantas de diámetro inferior o igual a 61 cm
401163 - Neumáticos (llantas neumáticas) nuevos de caucho con altos relieves en forma de taco,
ángulo o similares, de los tipos utilizados en vehículos y artefactos empleados en la contrucción o
en la industria, para llantas de diámetro superior a 61 cm
401169 - Otros neumáticos (llantas neumáticas) nuevos de caucho
401192 - Neumáticos (llantas neumáticas) nuevos de caucho, de los tipos utilizados en vehículos
y maquinaria agrícolas y forestales
401193 - Otros neumáticos (llantas neumáticas) nuevos de caucho, de los tipos utilizados en
vehículos y artefactos empleados en la contrucción o en la industria, para llantas de diámetro
inferior o igual a 61 cm
401194 - Otros neumáticos (llantas neumáticas) nuevos de caucho, de los tipos utilizados en
vehículos y artefactos empleados en la contrucción o en la industria, para llantas de diámetro
superior a 61 cm
401199 - Otros neumáticos (llantas neumáticas) nuevos de caucho
401219 - Otros neumáticos (llantas neumáticas) recauchutados, de caucho; bandajes (llantas macizas o
huecas), bandas de rodadura para neumáticos (llantas neumáticas) y protectores («flaps») de caucho
401290 - Otros neumáticos (llantas neumáticas) recauchutados o usados, de caucho; bandajes
(llantas macizas o huecas), bandas de rodadura para neumáticos (llantas neumáticas) y protectores
(«flaps») de caucho
401310 - Cámaras de caucho para neumáticos (llantas neumáticas), de los tipos utilizados en
automóviles de turismo, incluidos los del tipo familiar (break o station wagon) y los de carreras,
autobuses y camiones
401320 - Cámaras de caucho para neumáticos (llantas neumáticas), de los tipos utilizados en bicicletas
401390 - Otras cámaras de caucho para neumáticos (llantas neumáticas)

Fuente: Naciones Unidas.

Martín Schorr (coordinador) 169


Anexo Nº 2. Clasificación de la industria de bienes de capital a dos, tres y cuatro
dígitos del Código Industrial Internacional Uniforme (Revisión 3) y a seis
dígitos del Sistema Armonizado 2002

28 Fabricación de productos elaborados de metal, excepto maquinaria y equipo


  281 Fabricación de productos metálicos para uso estructural, tanques, depósitos y
generadores de vapor
  2811  Fabricación de productos metálicos para uso estructural
  730810 Puentes y sus partes
  730820 Torres y castilletes
  730830 Puertas, ventanas y sus marcos, contramarcos y umbrales
  730840 Material de andamiaje, encofrado, apeo o apuntalamiento
  730890 Los demás
  761010 Puertas, ventanas y sus marcos, contramarcos y umbrales
  761090 Los demás
  940600 Construcciones prefabricadas
  2812 Fabricación de tanques, depósitos y recipientes de metal
  730900 Depósitos, cisternas, cubas y recipientes similares para cualquier
materia (excepto gas comprimido o licuado), de fundición, hierro o
acero, de capacidad superior a 300 l, sin dispositivos mecánicos ni
térmicos, incluso con revestimiento interior o calorífugo
  731100 Recipientes para gas comprimido o licuado, de fundición, hierro o acero
  7322 Radiadores para la calefacción central, de calentamiento no eléctrico,
y sus partes, de fundición, hierro o acero; generadores y distribuidores
de aire caliente, incluidos los distribuidores que puedan funcionar
también como distribuidores de aire fresco
  732211 De fundición
  732219 Los demás
  761100 Depósitos, cisternas, cubas y recipientes similares para cualquier
materia (excepto gas comprimido o licuado), de aluminio, de
capacidad superior a 300 l, sin dispositivos mecánicos ni térmicos,
incluso con revestimiento interior o calorífugo
  761300 Recipientes para gas comprimido o licuado, de aluminio
  2813 Fabricación de generadores de vapor, excepto calderas de agua caliente para
calefacción central
  840140 Partes de reactores nucleares (Euratom)
  840211 Calderas acuotubulares con una producción de vapor superior a 45 t
por hora
  840212 Calderas acuotubulares con una producción de vapor inferior o igual
a 45 t por hora
  840219 Las demás calderas de vapor, incluidas las calderas mixtas
  840220 Calderas denominadas de agua sobrecalentada
  840290 Partes
  840410 Aparatos auxiliares para las calderas de las partidas 8402 u 8403
  840420 Condensadores para máquinas de vapor
      840490 Partes

170 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


29 Fabricación de maquinaria y equipo n.c.p.
  291 Fabricación de maquinaria de uso general
  2911 Fabricación de motores y turbinas, excepto motores para aeronaves, vehículos
automotores y motocicletas
  840610 Turbinas para la propulsión de barcos
  840682 De potencia inferior o igual a 40 MW
  840690 Partes
  840721 Del tipo fueraborda
  840729 Los demás
  840790 Los demás motores
  840810 Motores para la propulsión de barcos
  840890 Los demás motores
  841011 De potencia inferior o igual a 1 000 kW
  841013 De potencia superior a 10 000 kW
  841090 Partes, incluidos los reguladores
  841181 De potencia inferior o igual a 5 000 kW
  841182 De potencia superior a 5 000 kW
  841199 Las demás
  2912 Fabricación de bombas, compresores, grifos y válvulas
  841221 Con movimiento rectilíneo (cilindros)
  841229 Los demás
  841231 Con movimiento rectilíneo (cilindros)
  841239 Los demás
  841280 Los demás
  841290 Partes
  841311 Bombas para distribución de carburantes o lubricantes, del tipo de las
utilizadas en gasolineras, estaciones de servicio o garajes
  841319 Las demás
  841320 Bombas manuales (excepto las de las subpartidas 8413 11 u 8413 19)
  841330 Bombas de carburante, aceite o refrigerante, para motores de
encendido por chispa o compresión
  841340 Bombas para hormigón
  841350 Las demás bombas volumétricas alternativas
  841360 Las demás bombas volumétricas rotativas
  841370 Las demás bombas centrífugas
  841381 Bombas
  841382 Elevadores de líquidos
  841391 De bombas
  841392 De elevadores de líquidos
  841410 Bombas de vacío
  841420 Bombas de aire, de mano o pedal
  841430 Compresores de los tipos utilizados en los equipos frigoríficos
  841440 Compresores de aire montados en chasis remolcable de ruedas
  841480 Los demás
  841490 Partes

Martín Schorr (coordinador) 171


  848110 Válvulas reductoras de presión
  848120 Válvulas para transmisiones oleohidráulicas o neumáticas
  848130 Válvulas de retención
  848140 Válvulas de alivio o seguridad
  848180 Los demás artículos de grifería y órganos similares
  848190 Partes
  2913 Fabricación de cojinetes, engranajes, trenes de engranajes y piezas de
transmisión
  731511 Cadenas de rodillos
  731512 Las demás cadenas
  731519 Partes
  848210 Rodamientos de bolas
  848220 Rodamientos de rodillos cónicos, incluidos los ensamblados de conos
y rodillos cónicos
  848230 Rodamientos de rodillos en forma de tonel
  848240 Rodamientos de agujas
  848250 Rodamientos de rodillos cilíndricos
  848280 Los demás, incluidos los rodamientos combinados
  848291 Bolas, rodillos y agujas
  848299 Las demás
  848310 Árboles de transmisión, incluidos los de levas y los cigüeñales, y
manivelas
  848320 Cajas de cojinetes con rodamientos incorporados
  848330 Cajas de cojinetes sin rodamientos incorporados; cojinetes
  848340 Engranajes y ruedas de fricción, excepto las ruedas dentadas y demás
órganos elementales de transmisión presentados aisladamente; husillos
fileteados de bolas o rodillos; reductores, multiplicadores y variadores
de velocidad, incluidos los convertidores d
  848350 Volantes y poleas, incluidos los motones
  848360 Embragues y órganos de acoplamiento, incluidas las juntas de
articulación
  848390 Ruedas dentadas y demás órganos elementales de transmisión
presentados aisladamente; partes
  2914 Fabricación de hornos, hogares y quemadores
  841610 Quemadores de combustibles líquidos
  841620 Los demás quemadores, incluidos los mixtos
  841630 Alimentadores mecánicos de hogares, las parrillas mecánicas,
descargadores mecánicos de cenizas y demás dispositivos mecánicos
auxiliares empleados en hogares
  841690 Partes
  841710 Hornos para tostación, fusión u otros tratamientos térmicos de los
minerales metalíferos, incluidas las piritas, o de los metales
  841780 Hornos de panadería, pastelería o galletería
  841790 Partes
  851410 Hornos de resistencia (de calentamiento indirecto)
  851420 Hornos que funcionen por inducción o pérdidas dieléctricas

172 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


  851430 Los demás hornos
  851440 Los demás aparatos para tratamiento térmico de materias por
inducción o pérdidas dieléctricas
  851490 Partes
  2915 Fabricación de equipo de elevación y manipulación
  842511 Con motor eléctrico
  842519 Los demás
  842520 Tornos para el ascenso y descenso de jaulas o montacargas en pozos
de minas; tornos especialmente concebidos para el interior de minas
  842531 Con motor eléctrico
  842539 Los demás
  842541 Elevadores fijos para vehículos, de los tipos utilizados en talleres
  842542 Los demás gatos hidráulicos
  842549 Los demás
  842611 Puentes, incluidas las vigas, rodantes, sobre soporte fijo
  842612 Pórticos móviles sobre neumáticos y carretillas puente
  842619 Los demás
  842620 Grúas de torre
  842630 Grúas de pórtico
  842641 Sobre neumáticos
  842649 Los demás
  842691 Concebidos para montarlos sobre vehículos de carretera
  842699 Los demás
  842710 Carretillas autopropulsadas con motor eléctrico
  842720 Las demás carretillas autopropulsadas
  842790 Las demás carretillas
  842810 Ascensores y montacargas
  842820 Aparatos elevadores o transportadores, neumáticos
  842832 Los demás, de cangilones
  842833 Los demás, de banda o correa
  842839 Los demás
  842840 Escaleras mecánicas y pasillos móviles
  842850 Empujadores de vagonetas de minas, carros transbordadores,
basculadores y volteadores, de vagones, vagonetas, etc e instalaciones
similares para la manipulación de material móvil sobre carriles (rieles)
  842860 Teleféricos, incluidos las telesillas y los telesquís; mecanismos de
tracción para funiculares
  842890 Las demás máquinas y aparatos
  843110 De máquinas o aparatos de la partida 8425
  843120 De máquinas o aparatos de la partida 8427
  843131 De ascensores, montacargas o escaleras mecánicas
  843139 Las demás
  843141 Cangilones, cucharas, cucharas de almeja, palas y garras o pinzas
  2919 Fabricación de otros tipos de maquinaria de uso general

Martín Schorr (coordinador) 173


  840510 Generadores de gas pobre (gas de aire) o de gas de agua, incluso con
sus depuradores; generadores de acetileno y generadores similares de
gases, por vía húmeda, incluso con sus depuradores
  840590 Partes
  841459 Los demás
  841510 De pared o para ventanas, formando un solo cuerpo o del tipo sistema
de elementos separados (split-system)
  841520 De los tipos utilizados en vehículos automóviles para sus ocupantes
  841581 Con equipo de enfriamiento y válvula de inversión del ciclo térmico
(bombas de calor reversibles)
  841582 Los demás, con equipo de enfriamiento
  841583 Sin equipo de enfriamiento
  841590 Partes
  841850 Los demás armarios, arcones (cofres), vitrinas, mostradores y muebles
similares para la producción de frío
  841861 Grupos frigoríficos de compresión en los que el condensador esté
constituido por un intercambiador de calor
  841869 Los demás
  841891 Muebles concebidos para incorporarles un equipo de producción de
frío
  841899 Las demás
  841940 Aparatos de destilación o rectificación
  841950 Intercambiadores de calor
  841960 Aparatos y dispositivos para licuefacción de aire u otros gases
  841989 Los demás
  841990 Partes
  842010 Calandrias y laminadores
  842091 Cilindros
  842099 Las demás
  842119 Las demás
  842121 Para filtrar o depurar agua
  842122 Para filtrar o depurar las demás bebidas
  842123 Para filtrar lubricantes o carburantes en los motores de encendido por
chispa o compresión
  842129 Los demás
  842131 Filtros de entrada de aire para motores de encendido por chispa o
compresión
  842139 Los demás
  842191 De centrifugadoras, incluidas las de secadoras centrífugas
  842199 Las demás
  842220 Máquinas y aparatos para limpiar o secar botellas o demás recipientes
  842230 Máquinas y aparatos para llenar, cerrar, tapar, taponar o etiquetar
botellas, botes o latas, cajas, sacos (bolsas) o demás continentes;
máquinas y aparatos de capsular botellas, tarros, tubos y continentes
análogos; máquinas y aparatos para gasear bebidas

174 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


  842240 Las demás máquinas y aparatos para empaquetar o envolver
mercancías, incluidas las de envolver con película termorretráctil
  842290 Partes
  842310 Para pesar personas, incluidos los pesabebés; balanzas domésticas
  842320 Básculas y balanzas para pesada continua sobre transportador
  842330 Básculas y balanzas para pesada constante, incluidas las de descargar
pesos determinados en sacos (bolsas) u otros recipientes, así como las
dosificadoras de tolva
  842381 Con capacidad inferior o igual a 30 kg
  842382 Con capacidad superior a 30 kg pero inferior o igual a 5 000 kg
  842389 Los demás
  842390 Pesas para toda clase de básculas o balanzas; partes de aparatos o
instrumentos de pesar
  842410 Extintores, incluso cargados
  842420 Pistolas aerográficas y aparatos similares
  842430 Máquinas y aparatos de chorro de arena, de chorro de vapor y aparatos
de chorro similares
  842489 Para agricultura u horticultura
  842490 Los demás
  847621 Partes
  847629 Las demás
  847681 Con dispositivo de calentamiento o refrigeración, incorporado
  847689 Las demás
  847690 Partes
  848410 Juntas o empaquetaduras metaloplásticas
  848420 Juntas o empaquetaduras mecánicas de estanqueidad
  848490 Los demás
  848590 Las demás
  292 Fabricación de maquinaria de uso especial
  2921 Fabricación de maquinaria agropecuaria y forestal
  842481 Para agricultura u horticultura
  843210 Arados
  843221 Gradas (rastras) de discos
  843229 Los demás
  843230 Sembradoras, plantadoras y trasplantadoras
  843240 Esparcidores de estiércol y distribuidores de abonos
  843280 Las demás máquinas, aparatos y artefactos
  843290 Partes
  843311 Con motor, en las que el dispositivo de corte gire en un plano
horizontal
  843319 Las demás
  843320 Guadañadoras, incluidas las barras de corte para montar sobre un
tractor
  843330 Las demás máquinas y aparatos de henificar
  843340 Prensas para paja o forraje, incluidas las prensas recogedoras

Martín Schorr (coordinador) 175


  843351 Cosechadoras-trilladoras
  843352 Las demás máquinas y aparatos de trillar
  843353 Máquinas de cosechar raíces o tubérculos
  843359 Los demás
  843360 Máquinas para limpieza o clasificación de huevos, frutos o demás
productos agrícolas
  843390 Partes
  843410 Máquinas de ordeñar
  843610 Máquinas y aparatos para preparar alimentos o piensos para animales
  843621 Incubadoras y criadoras
  843629 Los demás
  843680 Las demás máquinas y aparatos
  843691 De máquinas o aparatos para la avicultura
  843699 Las demás
  843710 Máquinas para limpieza, clasificación o cribado de semillas, granos u
hortalizas de vaina secas
  870110 Motocultores
  870190 Los demás
  871620 Remolques y semirremolques, autocargadores o autodescargadores,
para uso agrícola
  2922 Fabricación de máquinas herramienta
  845610 Que operen mediante láser u otros haces de luz o de fotones
  845620 Que operen por ultrasonido
  845630 Que operen por electroerosión
  845699 Las demás
  845710 Centros de mecanizado
  845720 Máquinas de puesto fijo
  845730 Máquinas de puestos múltiples
  845811 De control numérico
  845819 Los demás
  845891 De control numérico
  845899 Los demás
  845910 Unidades de mecanizado de correderas
  845921 De control numérico
  845929 Las demás
  845931 De control numérico
  845939 Las demás
  845940 Las demás escariadoras
  845951 De control numérico
  845959 Las demás
  845961 De control numérico
  845969 Las demás
  845970 Las demás máquinas de roscar, incluso aterrajar
  846011 De control numérico
  846019 Las demás

176 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


  846021 De control numérico
  846029 Las demás
  846031 De control numérico
  846039 Las demás
  846040 Máquinas de lapear (bruñir)
  846090 Las demás
  846120 Máquinas de limar o mortajar
  846130 Máquinas de brochar
  846140 Máquinas de tallar o acabar engranajes
  846150 Máquinas de aserrar o trocear
  846190 Las demás
  846210 Máquinas, incluidas las prensas, de forjar o estampar; martillos pilón y
otras máquinas de martillar
  846221 De control numérico
  846229 Las demás
  846231 De control numérico
  846239 Las demás
  846241 De control numérico
  846249 Las demás
  846291 Prensas hidráulicas
  846299 Las demás
  846310 Bancos de estirar barras, tubos, perfiles, alambres o similares
  846320 Máquinas laminadoras de hacer roscas
  846330 Máquinas para trabajar alambre
  846390 Las demás
  846410 Máquinas de aserrar
  846420 Máquinas de amolar o pulir
  846490 Las demás
  846510 Máquinas que efectúen distintas operaciones de mecanizado sin
cambio de útil entre dichas operaciones
  846591 Máquinas de aserrar
  846592 Máquinas de cepillar; máquinas de fresar o moldurar
  846593 Máquinas de amolar, lijar o pulir
  846594 Máquinas de curvar o ensamblar
  846595 Máquinas de taladrar o mortajar
  846596 Máquinas de hendir, rebanar o desenrollar
  846599 Las demás
  846610 Portaútiles y dispositivos de roscar de apertura automática
  846620 Portapiezas
  846630 Divisores y demás dispositivos especiales para montar en máquinas
herramienta
  846691 Para máquinas de la partida 8464
  846692 Para maquinas de la partida 8465
  846693 Para máquinas de las partidas 8456 a 8461
  846694 Para máquinas de las partidas 8462 u 8463

Martín Schorr (coordinador) 177


  846711 Rotativas, incluso de percusión
  846719 Las demás
  846721 Taladros de toda clase, incluidas las perforadoras rotativas
  846722 Sierras, incluidas las tronzadoras
  846729 Las demás
  846781 Sierras o tronzadoras, de cadena
  846789 Las demás
  846791 De sierras o tronzadoras, de cadena
  846792 De herramientas neumáticas
  846799 Las demás
  846810 Sopletes manuales
  846820 Las demás máquinas y aparatos de gas
  846880 Las demás máquinas y aparatos
  846890 Partes
  847930 Prensas para fabricar tableros de partículas, fibra de madera u otras
materias leñosas y demás máquinas y aparatos para trabajar madera o
corcho
  851511 Soldadores y pistolas para soldar
  851519 Los demás
  851521 Total o parcialmente automáticos
  851529 Los demás
  851531 Total o parcialmente automáticos
  851539 Los demás
  851580 Las demás máquinas y aparatos
  851590 Partes
  2923 Fabricación de maquinaria metalúrgica
  845410 Convertidores
  845420 Lingoteras y cucharas de colada
  845430 Máquinas de colar (moldear)
  845490 Partes
  845510 Laminadores de tubos
  845521 Para laminar en caliente o combinados para laminar en caliente y en
frío
  845522 Para laminar en frío
  845530 Cilindros de laminadores
  845590 Las demás partes
  2924 Fabricación de maquinaria para la explotación de minas y canteras y para
obras de construcción
  842831 Especialmente concebidos para el interior de minas u otros trabajos
subterráneos
  842911 De orugas
  842919 Las demás
  842920 Niveladoras
  842940 Compactadoras y apisonadoras (aplanadoras)
  842951 Cargadoras y palas cargadoras de carga frontal

178 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


  842952 Máquinas cuya superestructura pueda girar 360°
  842959 Las demás
  843010 Martinetes y máquinas para arrancar pilotes, estacas o similares
  843020 Quitanieves
  843031 Autopropulsadas
  843039 Las demás
  843041 Autopropulsadas
  843049 Las demás
  843050 Las demás máquinas y aparatos, autopropulsados
  843061 Máquinas y aparatos para compactar o apisonar (aplanar)
  843069 Los demás
  843142 Hojas de topadoras frontales (bulldozers)
  843143 De máquinas de sondeo o perforación de las subpartidas 8430 41 u 8430 49
  843149 Las demás
  847410 Máquinas y aparatos de clasificar, cribar, separar o lavar
  847420 Máquinas y aparatos de quebrantar, triturar o pulverizar
  847431 Hormigoneras y aparatos de amasar mortero
  847432 Máquinas de mezclar materia mineral con asfalto
  847439 Los demás
  847480 Las demás máquinas y aparatos
  847490 Partes
  847910 Máquinas y aparatos para obras públicas, la construcción o trabajos
análogos
  870130 Tractores de orugas
  2925 Fabricación de maquinaria para la elaboración de alimentos, bebidas y tabaco
  841720 Hornos de panadería, pastelería o galletería
  841931 Para productos agrícolas
  841981 Para la preparación de bebidas calientes o la cocción o calentamiento
de alimentos
  842111 Desnatadoras (descremadoras)
  843420 Máquinas y aparatos para la industria lechera
  843490 Partes
  843510 Máquinas y aparatos
  843590 Partes
  843780 Las demás máquinas y aparatos
  843790 Partes
  843810 Máquinas y aparatos para panadería, pastelería, galletería o de la
fabricación de pastas alimenticias
  843820 Máquinas y aparatos para confitería, elaboración de cacao o la
fabricación de chocolate
  843830 Máquinas y aparatos para la industria azucarera
  843840 Máquinas y aparatos para la industria cervecera
  843850 Máquinas y aparatos para la preparación de carne
  843860 Máquinas y aparatos para la preparación de frutos, u hortalizas,
incluso «silvestres»

Martín Schorr (coordinador) 179


  843880 Las demás máquinas y aparatos
  843890 Partes
  847810 Máquinas y aparatos
  847890 Partes
  847920 Máquinas y aparatos para extracción o preparación de grasas o aceites
vegetales fijos o animales
  2926 Fabricación de maquinaria para la elaboración de productos textiles, prendas
de vestir y cueros
  844400 Máquinas para extrudir, estirar, texturar o cortar materia textil sintética
o artificial
  844511 Cardas
  844512 Peinadoras
  844513 Mecheras
  844519 Las demás
  844520 Máquinas para hilar materia textil
  844530 Máquinas para doblar o retorcer materia textil
  844540 Máquinas para bobinar, incluidas las canilleras o devanar materia
textil
  844590 Los demás
  844610 Para tejidos de anchura inferior o igual a 30 cm
  844621 De motor
  844629 Los demás
  844630 Para tejidos de anchura superior a 30 cm, sin lanzadera
  844711 Con cilindro de diámetro inferior o igual a 165 mm
  844712 Con cilindro de diámetro superior a 165 mm
  844720 Máquinas rectilíneas de tricotar; máquinas de coser por cadeneta
  844790 Las demás
  844811 Maquinitas para lizos mecanismos Jacquard; reductoras, perforadoras
y copiadoras de cartones; máquinas para unir los cartones después de
perforados
  844819 Los demás
  844820 Partes y accesorios de las máquinas de la partida 8444 ó de sus
máquinas o aparatos auxiliares
  844831 Guarniciones de cardas
  844832 De máquinas para la preparación de materia textil
  844833 Husos y sus aletas, anillos y cursores
  844839 Los demás
  844841 Lanzaderas
  844842 Peines, lizos y cuadros de lizos
  844849 Los demás
  844851 Platinas, agujas y demás artículos que participen en la formación de
mallas
  844859 Los demás
  844900 Máquinas y aparatos para la fabricación o acabado del fieltro o tela sin
tejer, en pieza o con forma, incluidas las máquinas y aparatos para la
fabricación de sombreros de fieltro; hormas de sombrerería

180 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


  845020 Máquinas de capacidad unitaria, expresada en peso de ropa seca,
superior a 10 kg
  845090 Partes
  845110 Máquinas para limpieza en seco
  845129 Las demás
  845130 Máquinas y prensas para planchar, incluidas las prensas para fijar
  845140 Máquinas para lavar, blanquear o teñir
  845150 Máquinas para enrollar, desenrollar, plegar, cortar o dentar las telas
  845180 Las demás máquinas y aparatos
  845190 Partes
  845210 Máquinas de coser domésticas
  845221 Unidades automáticas
  845229 Las demás
  845230 Agujas para máquinas de coser
  845240 Muebles, basamentos y tapas o cubiertas para máquinas de coser, y
sus partes
  845290 Las demás partes para máquinas de coser
  845310 Máquinas y aparatos para la preparación, curtido o trabajo de cuero o
piel
  845320 Máquinas y aparatos para la fabricación o reparación de calzado
  845380 Las demás máquinas y aparatos
  845390 Partes
  2927 Fabricación de armas y municiones
  930190 Las demás
  930200 Revólveres y pistolas (excepto los de las partidas 9303 ó 9304)
  930310 Armas de avancarga
  930320 Las demás armas largas de caza o tiro deportivo que tengan, por lo
menos, un cañón de ánima lisa
  930330 Las demás armas largas de caza o tiro deportivo
  930390 Las demás
  930400 Las demás armas [por ejemplo: armas largas y pistolas de muelle
(resorte), aire comprimido o gas, porras] (excepto las de la
partida 9307)
  930510 De revólveres o pistolas
  930521 Cañones de ánima lisa
  930529 Los demás
  930591 De armas de guerra de la partida 9301
  930599 Los demás
  930621 Cartuchos
  930629 Los demás
  930630 Los demás cartuchos y sus partes
  930690 Los demás
  2929 Fabricación de otros tipos de maquinaria de uso especial
  841932 Para madera, pasta para papel, papel o cartón
  841939 Los demás

Martín Schorr (coordinador) 181


  842112 Secadoras de ropa
  843910 Máquinas y aparatos para la fabricación de pasta de materias fibrosas
celulósicas
  843920 Máquinas y aparatos para la fabricación de papel o cartón
  843930 Máquinas y aparatos para el acabado de papel o cartón
  843991 De máquinas o aparatos para la fabricación de pasta de materias
fibrosas celulósicas
  843999 Las demás
  844010 Máquinas y aparatos
  844090 Partes
  844110 Cortadoras
  844120 Máquinas para la fabricación de sacos (bolsas), bolsitas o sobres
  844130 Máquinas para la fabricación de cajas, tubos, tambores o continentes
similares (excepto por moldeado)
  844140 Máquinas para moldear artículos de pasta de papel, de papel o cartón
  844180 Las demás máquinas y aparatos
  844190 Partes
  844210 Máquinas para componer por procedimiento fotográfico
  844220 Máquinas, aparatos y material para componer caracteres por otros
procedimientos, incluso con dispositivos para fundir
  844230 Las demás máquinas, aparatos y material
  844240 Partes de estas máquinas, aparatos o material
  844311 Alimentados con bobinas
  844319 Los demás
  844321 Alimentados con bobinas
  844329 Los demás
  844330 Máquinas y aparatos para imprimir, flexográficos
  844340 Máquinas y aparatos para imprimir, heliográficos (huecograbado)
  844359 Los demás
  844360 Máquinas auxiliares
  844390 Partes
  847529 Las demás
  847590 Partes
  847710 Máquinas para moldear por inyección
  847720 Extrusoras
  847730 Máquinas para moldear por soplado
  847740 Máquinas para moldear en vacío y demás máquinas para
termoformado
  847751 Para moldear o recauchutar neumáticos o para moldear o formar
cámaras
  847759 Los demás
  847780 Las demás máquinas y aparatos
  847790 Partes
  847890 Partes
  847940 Máquinas de cordelería o cablería

182 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


  847950
Robots industriales, no expresados ni comprendidos en otra parte
  847960
Aparatos de evaporación para refrigerar el aire
  847981
Para trabajar metal, incluidas las bobinadoras de hilos eléctricos
  847982
Para mezclar, amasar o sobar, quebrantar, triturar, pulverizar, cribar,
tamizar, homogeneizar, emulsionar o agitar
  847989 Los demás
  847990 Partes
  848010 Cajas de fundición
  848020 Placas de fondo para moldes
  848030 Modelos para moldes
  848041 Para moldeo por inyección o compresión
  848049 Los demás
  848050 Moldes para vidrio
  848060 Moldes para materia mineral
  848071 Para moldeo por inyección o compresión
      848079 Los demás
31 Fabricación de maquinaria y aparatos eléctricos n.c.p.
  311 Fabricación de motores, generadores y transformadores eléctricos
  3110 Fabricación de motores, generadores y transformadores eléctricos
  850110 Motores de potencia inferior o igual a 37,5 W
  850120 Motores universales de potencia superior a 37,5 W
  850131 De potencia inferior o igual a 750 W
  850132 De potencia superior a 750 W pero inferior o igual a 75 kW
  850133 De potencia superior a 75 kW pero inferior o igual a 375 kW
  850134 De potencia superior a 375 kW
  850140 Los demás motores de corriente alterna, monofásicos
  850151 De potencia inferior o igual a 750 W
  850152 De potencia superior a 750 W pero inferior o igual a 75 kW
  850153 De potencia superior a 75 kW
  850161 De potencia inferior o igual a 75 kVA
  850162 De potencia superior a 75 kVA pero inferior o igual a 375 kVA
  850163 De potencia superior a 375 kVA pero inferior o igual a 750 kVA
  850164 De potencia superior a 750 kVA
  850211 De potencia inferior o igual a 75 kVA
  850212 De potencia superior a 75 kVA pero inferior o igual a 375 kVA
  850213 De potencia superior a 375 kVA
  850220 Grupos electrógenos con motor de émbolo (pistón) de encendido por
chispa (motor de explosión)
  850231 De energía eólica
  850239 Los demás
  850240 Convertidores rotativos eléctricos
  850300 Partes identificables como destinadas, exclusiva o principalmente, a
las máquinas de las partidas 8501 u 8502
  850410 Balastos (reactancias) para lámparas o tubos de descarga
  850421 De potencia inferior o igual a 650 kVA

Martín Schorr (coordinador) 183


  850422 De potencia superior a 650 kVA pero inferior o igual a 10 000 kVA
  850423 De potencia superior a 10 000 kVA
  850431 De potencia inferior o igual a 1 kVA
  850432 De potencia superior a 1 kVA pero inferior o igual a 16 kVA
  850433 De potencia superior a 16 kVA pero inferior o igual a 500 kVA
  850434 De potencia superior a 500 kVA
  850440 Convertidores estáticos
  850450 Las demás bobinas de reactancia (autoinducción)
  850490 Partes
  312 Fabricación de aparatos de distribución y control de la energía eléctrica
  3120 Fabricación de aparatos de distribución y control de la energía eléctrica
  853510 Fusibles y cortacircuitos de fusible
  853521 Para una tensión inferior a 72,5 kV
  853529 Los demás
  853530 Seccionadores e interruptores
  853540 Pararrayos, limitadores de tensión y supresores de sobretensión
transitoria
  853590 Los demás
  853610 Fusibles y cortacircuitos de fusible
  853620 Disyuntores
  853630 Los demás aparatos para protección de circuitos eléctricos
  853641 Para una tensión inferior o igual a 60 V
  853649 Los demás
  853650 Los demás interruptores, seccionadores y conmutadores
  853661 Portalámparas
  853669 Los demás
  853690 Los demás aparatos
  853710 Para una tensión inferior o igual a 1 000 V
  853720 Para una tensión superior a 1 000 V
  853810 Cuadros, paneles, consolas, armarios y demás soportes de la
partida 8537, sin sus aparatos
      853890 Las demás

Fuente: Naciones Unidas.

184 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


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nisterio de Trabajo, Empleo y Seguridad

Martín Schorr (coordinador) 185


6 reactivación y especialización regresiva
/ La industria del cuero en la posconvertibilidad:

Esteban Ferreira y Martín Schorr1*

I. Introducción

L
a generación de empleo, la diversificación productiva, la mejora en el
balance comercial de la industria y la autonomía en la política económi-
ca están relacionadas con el desarrollo de las cadenas de valor. Es decir,
con la elaboración de bienes finales a partir de productos intermedios e insumos
nacionales, de alto valor agregado, intensivos en mano de obra y/o con alto con-
tenido tecnológico, para vender tanto en el mercado interno, compitiendo con
importaciones, como en el mercado externo.
La industria del cuero es un ejemplo, observable también en otros ámbitos
productivos, donde el eslabón intermedio intensivo en capital y fabricante mayor-
mente de commodities es un factor determinante para el desarrollo del resto de
los eslabones. En este caso, las curtiembres grandes son la fracción dominante
que, a partir de su poderío económico fruto del alto grado de concentración
teniendo como destino primordial el mercado externo, logran la subordinación
del sector de bienes finales que, consecuentemente, avanza en un proceso de
especialización en bienes intensivos en insumos textiles y vinílicos con claras
desventajas competitivas en desmedro del aprovechamiento del cuero, materia
prima con ventaja competitiva.
La particularidad de esta industria radica en que su materia prima es un resi-
duo del mercado de carnes, por lo cual la demanda de cueros no impacta sobre
su oferta. En el caso argentino el estancamiento del stock ganadero y su faena,
desde hace casi cuarenta años, deja inamovible la oferta de cueros2. Un mercado

1* La versión original de este trabajo se culminó en julio de 2012 y fue publicada en Realidad
Económica, Nº 270, Buenos Aires, 2012.
2 Según datos del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, la faena de 2011 es la más baja
desde 1974, mientras que el stock es un 14% inferior a ese año. Entre los años señalados, la

187
con oferta prácticamente inelástica tiene como condición necesaria –aunque no
suficiente– para la expansión de la cadena de valor, asegurar su provisión para
la industria.
Los países desarrollados, que son productores minoritarios de la materia prima
(excepto Estados Unidos), pujan por obtener los escasos cueros en estado bruto
y los denominados wet-blue dejando las etapas “sucias” a los países en desarro-
llo. Las naciones productoras, a su vez, recurren a mecanismos para retener sus
cueros y desarrollar su industria curtidora y de manufacturas. En algunos casos
como India, Indonesia o Pakistán, existen restricciones a la exportación de cue-
ros crudos. En el caso de la India, inclusive, se limita la exportación de cuero en
cualquier estado de terminación para asegurarle el abastecimiento a la industria
manufacturera local. Esta misma problemática se refleja dentro del Mercosur,
donde Brasil y Uruguay gravan la salida de los cueros crudos y wet-blue.
Argentina también ha llevado adelante una política tendiente a retener cueros
que posibilitó el desarrollo de la industria curtidora. Sin embargo, al no prolon-
garse el abastecimiento hacia los bienes finales, el eslabón intermedio se acomodó
dentro de la segmentación internacional de la producción como proveedor de
materia prima para fabricantes de manufacturas de cuero en países con bajo costo
de mano de obra, en línea con las estrategias de las empresas transnacionales.
Con la materia prima asegurada, en un nivel inferior a la capacidad instalada
local y a la demanda mundial, la industria curtidora nacional adecuó su estructura
tecnológica y de mano de obra para insertarse en el mercado global de acuerdo
a sus requerimientos, es decir, commodities para fabricantes transnacionales de
manufacturas. La política pública se alineó a la demanda del “mercado”, resul-
tando en un escaso desarrollo de los bienes finales de la cadena y una tendencia
creciente, profundizada en los últimos años a partir de las medidas de protección
al mercado interno para manufacturas textiles y de plástico, a su especialización
en segmentos que no gozan de ventajas comparativas ni competitivas.
De este modo, la problemática de la industria del cuero gira en torno a la
legislación vigente para el sector y las rigideces de oferta de la materia prima.
Estos dos aspectos han estructurado una cadena de valor que se puede defi-
nir de acuerdo a su orientación por tipo de mercado. Por un lado, un reducido
número de curtiembres de gran porte, algunas de las más importantes de capitales
transnacionales, insertas en el mercado mundial como proveedoras de commo-
dities, principalmente de cuero semiterminado, y, por el otro, una buena can-
tidad de curtiembres pequeñas y fabricantes de manufacturas (marroquinería,
calzado, indumentaria, etc.) que destinan su producción esencialmente al mercado
interno.

faena por habitante cayó un 33% y el stock un 46% (véase http://www.minagri.gob.ar/site/index.


php, consultado el 21/3/2013).

188 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


El primer grupo, altamente concentrado, tiene el poder de compra de la mate-
ria prima determinando, en buena medida, la rentabilidad del sector frigorífico y
de las manufacturas. Esto implica un factor de poder que ha asegurado su creci-
miento con muy buenos resultados: capacidad instalada para procesar todos los
cueros del país, tecnología de primera línea, escala de producción a nivel global
y exportaciones que alcanzan al 80-90% de la producción3.
Por su parte, el sector orientado básicamente al mercado interno queda con-
formado por un gran número de empresas pequeñas y medianas intensivas en
trabajo y de alto valor agregado, con escasa disponibilidad de materia prima, de
baja calidad y alto precio, aspectos que truncan su desarrollo, así como su poten-
cial inserción competitiva en los mercados externos. Dentro de este esquema, las
curtiembres pequeñas tienden a desaparecer y las manufacturas vienen mutando
su producción hacia bienes de otros materiales perdiendo la ventaja generada
por el cuero local de alta calidad. La necesaria protección de la materia prima
asegura la continuidad de la industria curtidora exportadora pero no alcanza a
estimular el eslabón de bienes finales intensivos en mano de obra y de alto valor
agregado. Así, la ausencia de desarrollo de las manufacturas debe entenderse
como resultado de las políticas económicas para la cadena de valor. Este seg-
mento se mantiene en pequeñas y medianas empresas con escasa tecnología y
métodos productivos tradicionales, pese a los cuales todavía mantiene, aunque
decreciente, cierta inserción internacional a partir del conocimiento del oficio en
productos de valor agregado, alto precio y calidad.
El Cuadro N° 1 resume las características de la industria. La inelástica oferta
de cueros trunca la expansión del sector curtidor y tiende a su concentración en
pocas firmas exportadoras, además de generar un reducido impacto sobre el sector
manufacturero local. En el resto de la cadena, integrada fundamentalmente por
pymes, el crecimiento está limitado por la escasa materia prima en el mercado
interno que ha derivado en una orientación creciente hacia productos no compe-
titivos en el mercado mundial, sólo viables para un mercado interno protegido.

3 Sadesa, líder del mercado, tiene diez plantas industriales distribuidas en Argentina, Uruguay, Pa-
raguay, Tailandia y China; además cuenta con una red comercial extendida en dieciocho países.
Arlei cuenta con tres plantas en Argentina y oficinas comerciales en ocho países, mientras que
La Hispano posee tres fábricas en Argentina y una en China, junto a tres oficinas comerciales
en el exterior. Las principales multinacionales son Fonseca y Toredo con una planta cada una
en el país. Sólo Sadesa y La Hispano venden regularmente en el mercado interno.

Martín Schorr (coordinador) 189


Cuadro N° 1. Características estilizadas de la industria del cuero.

Origen Proceso
Uso Procesos Destino Productos Destino
del cuero manufacturas
85%
Curtiembres exportación
 
grandes (básicamente
semiterminado)
Mercado
Diseño, corte, Calzado de
Wet-blue interno (3%
aparado, armado cuero
Frigorífico Semiterminado exportación)
Terminado 15% mercado
Curtiembres Diseño, corte
interno y rebajado, Marroquinería
chicas Mercado
(terminado) preparado y y otras
interno (10%
confección, manufacturas
exportación)
armado y de cuero
terminación

Fuente: Elaboración propia en base a información del sector.

Las características de la oferta de cuero y las políticas públicas han moldeado


una cadena productiva desequilibrada con escaso valor agregado y tendencia
hacia su primarización, induciendo en los últimos años una sustitución de manu-
facturas de cuero por otras intensivas en materiales textiles y sintéticos.
Además de estas consideraciones introductorias, el trabajo se organiza de la
siguiente manera. En la Sección II se describe el proceso de producción en la
industria considerando su agregación de valor por etapas y la legislación vigente,
ambos elementos determinantes de la estructura productiva. En la Sección III se
analizan los datos estructurales a partir de los dos últimos censos económicos
dividiendo las actividades en dos grupos de acuerdo a su orientación, de modo
de observar sus diferencias orgánicas. En la Sección IV se procura identificar
los principales rasgos distintivos del desempeño de la industria estudiada en la
posconvertibilidad. Finalmente, en las conclusiones se plantean, para la discusión,
algunos lineamientos de política industrial tendientes a revertir el regresivo perfil
de especialización sectorial vigente.

II. Características productivas de la industria del cuero y marco


normativo

De la cadena productiva se deriva una serie de subproductos con distinta


agregación de valor que son tenidos en cuenta en el marco normativo sectorial,
particularmente en los derechos y los reintegros a la exportación. En este sentido,
es apropiado describir las etapas productivas y luego su correlato en términos de
incentivos a la producción y la exportación.

190 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


II.1. Principales características de la cadena del cuero

El sector curtidor, transformador de piel en cuero, es un segmento maduro con


escasas innovaciones, únicamente en algunos procesos a partir de nuevos insumos
químicos, de modo que su competitividad gira en torno a la disponibilidad de
materia prima como condición necesaria exógena a la industria, así como a la
tecnología y escala como condición interna.
La oferta de materia prima para la industria del cuero no depende de su
demanda, sino de la faena de ganado que, a su vez, depende de su stock. Es decir,
el mercado de carnes determina la cantidad de cueros producidos. La escasez
de cueros, en relación con su demanda, es un fenómeno mundial de largo plazo
derivado de la mayor rentabilidad de la agricultura respecto de la ganadería y el
menor consumo de carne observado especialmente en los países centrales. En este
contexto, el acceso a materia prima constituye una ventaja relevante que incide
en la localización de la industria curtidora en el nivel mundial.
El sector frigorífico es el que realiza las tareas de faena y desollado. La piel
se puede conservar “en crudo” por un plazo no mayor a las 24 horas, por lo
cual las ventas están pactadas con anterioridad, aspecto que permite a las cinco
principales curtiembres compradoras arbitrar sobre el precio. El frigorífico puede
salar el cuero para conservarlo por al menos seis meses, aunque requiere cierta
infraestructura carente en la mayoría de los establecimientos.
Una vez en la curtiembre, las pieles entran en una secuencia de procesos que
las transforman en cuero. La actividad industrial que permite la obtención del
cuero terminado se puede dividir en tres grandes etapas técnicas y subproductos
derivados: la primera termina con el cuero curtido al cromo4 que genéricamente
se conoce como wet-blue (flor, donde estaba inserto el pelo, y descarne, la parte
pegada a la carne del animal); la segunda resulta en cueros semiterminados o
secos; la tercera se extiende hasta su acabado. Posteriormente, el cuero terminado
es utilizado para fabricar distintos tipos de manufacturas.
La primera etapa tiene por objeto estabilizar la estructura de la piel, trans-
formándola en material imputrescible y plegable. Es la fase con menor valor
agregado y requiere un riguroso tratamiento de los afluentes dado el alto grado
de contaminación del cromo. Los cueros wet-blue flor pasan a la siguiente etapa,
mientras que los cueros wet-blue descarne (sin la protección de los derechos) son
exportados casi en su totalidad privando al resto de la cadena de valor de esta
materia prima e incrementando el precio del escaso remanente en el mercado
interno.
En la segunda fase, el producto final es un commodity muy demandado por
los países fabricantes de manufacturas, ya que les permite ajustar rápidamente

4 Un porcentaje menor de cueros recibe curtido vegetal (tanino y otros ingredientes de ese ori-
gen) que no contamina el medio ambiente. Este proceso resulta más oneroso que el realizado
al cromo.

Martín Schorr (coordinador) 191


el tratamiento de su materia prima a los cambios en colores y terminaciones que
sus productos finales demandan5. La estructura de incentivos de nuestro país
ha generado el aumento sistemático de las exportaciones de este subproducto,
que se analiza en el próximo apartado. La mayoría de estos cueros no alcanza a
convertirse en materia prima para los segmentos manufactureros.
La tercera etapa es el terminado, que consta de un sinnúmero de técnicas
artesanales y/o industriales que le dan la calidad y la característica final al pro-
ducto, especialmente para pequeños lotes dirigidos al mercado interno.
En cuanto a las manufacturas, el proceso productivo comienza con el cuero
terminado al que, de acuerdo al producto final a obtener, se le realizan distintas
operaciones. En todos los casos el corte, el rebajado y la preparación de partes
tienen lugar para, con la incorporación de otros insumos (cierres, herrajes, otros
materiales, etc.), iniciar el proceso de armado y aparado en el caso del calzado.
Los productos finales son diversos e incluyen a la talabartería, la marroquinería
en general, el calzado, la indumentaria y la tapicería para autos y muebles. Los
cortes para tapicería (cortado en forma de sus componentes) también se incluyen
en esta categoría6.
El grado de industrialización de cada etapa se refleja en el valor del cuero.
Según los precios de exportación correspondientes al año 2011, un cuero wet-
blue flor oscila en alrededor de los tres dólares y medio por kilogramo; el mismo
cuero en descarne registra un valor de un dólar y medio por kilogramo; un cuero
flor semiterminado ronda los veintitrés dólares por kilogramo; y un cuero flor ter-
minado se encuentra aproximadamente en los veintiocho dólares por kilogramo.
Por su parte, un cuero flor terminado transformado en manufacturas (calzado,
carteras, etc.) alcanza un valor que gira en torno a los setenta-ochenta dólares
por kilogramo.

II.2. Marco normativo

El marco normativo que rige para la industria del cuero está conformado
principalmente por su tratamiento al comercio exterior: por un lado, derechos
y reintegros a las exportaciones y, por otro, licencias no automáticas, valores
criterio y anti-dumping a las importaciones. La restricción a las exportaciones
de cuero, práctica habitual en los países productores de manufacturas, tiene larga
data en la Argentina. En 1967 se aplicó un cupo de exportación a los cueros cru-
dos y salados que se amplió en 1972 con la total prohibición a las exportaciones
de cueros no industrializados. La prohibición fue reemplazada en 1992 por un
derecho de exportación del 15% para cueros crudos y wet-blue flor (no para el

5 Sin embargo, el mercado mundial de cueros terminados más que duplica al de semiterminados.
Para un análisis del mercado mundial de cuero, véase Ferreira, 2011.
6 Un estudio de las diferentes etapas en la cadena de valor del cuero puede encontrarse en Valle,
2003.

192 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


wet-blue descarne) que en 1994 se hizo decreciente hasta alcanzar un 5% en 1998.
Desde ese año se mantiene el mismo porcentaje a través de su renovación perió-
dica. Desde 2002, a este 5% se le adicionó otro 10% por los derechos establecidos
después de la devaluación para todas las materias primas, mientras que para el
resto de la cadena de valor se estableció en el 5% igualando en el tratamiento a
otras materias primas con los bienes finales.
Esta política generó la reconversión del sector curtidor: fuerte inversión en
tecnología de punta para ampliar su capacidad instalada hasta cubrir con creces
la oferta nacional de cueros y el desarrollo de planes de comercialización inter-
nacional que alcanza a más de sesenta países y a cerca de mil millones de dólares
anuales. El estancamiento actual de la faena imposibilita utilizar la capacidad
ociosa disponible, que alcanza al 40% según la entidad empresaria representativa,
esto es más de seis millones de cueros al año.
La estructura de incentivos a la producción derivada de los derechos de expor-
tación asegura el abastecimiento únicamente al primer eslabón de la cadena cue-
ro-manufacturas que, lógicamente, es el que menos valor agrega. Los derechos
vigentes, al no cumplir con la premisa de ser decrecientes a medida que aumenta
el valor agregado, generan distorsiones importantes en el mercado local en cuanto
a disponibilidad y precios de la materia prima para la producción de manufacturas
(Cuadro N° 2). Es decir, este esquema permite exportar los cueros descarnes en
wet-blue y el resto de los cueros en semiterminado provocando el desabasteci-
miento del resto de la cadena, además de ser una señal que no diferencia entre
precios internos e internacionales.

Cuadro N° 2. Industria del cuero. Derechos de exportación, diciembre 2012 (en


porcentaje).

Derechos de exportación Derechos de exportación


Tipo de Cuero específicos. Res. Nº 91/1999 y generales. Res. Nº 11/2002 y Total
renovaciones* modificatorias
Crudo – Salado 5 10 15
Wet-blue flor 5 10 15
Wet-blue descarne 5 5
Semiterminado 5 5
Terminado 5 5
Cortes para tapicería 5 5
Tapicería 5 5
Manufacturas 5 5

Nota: La base imponible para el cuero crudo-salado y el wet-blue flor es el precio en el mercado de
Chicago, lo que implica un derecho de exportación efectivo superior al 25% transformándose en una
barrera prácticamente infranqueable para la exportación.
* La última renovación se realizó a través del Decreto Nº 7/2012 y rige hasta el 31 de diciembre de 2015.
Fuente: Ministerio de Economía y Finanzas Públicas.

Martín Schorr (coordinador) 193


En ese marco, los reintegros a la exportación no corrigen la distorsión. Ello,
por cuanto si bien presentan cierto escalonamiento, no respetan la complejidad
de cada etapa productiva y, por lo tanto, no llegan a estimular el valor agregado.
Los niveles de reintegros han sufrido importantes cambios durante los últimos
años (Cuadro N° 3) que han afectado los incentivos a la producción y la expor-
tación de los distintos eslabones de la cadena de valor del cuero. Por otra parte,
la diferencia en valores absolutos marca el incentivo en cada etapa productiva.
Actualmente los cueros semiterminados y terminados tienen el mismo nivel, los
cortes para tapicería medio punto porcentual por encima y la tapicería para mue-
bles otro medio punto7. La tapicería para autos, luego de cuatro años de tener el
mismo nivel que el cuero semiterminado, ha sido equiparada a las manufacturas.
A su vez, la diferencia entre el semiterminado y el calzado y la marroquinería
no resulta significativa.

Cuadro N° 3. Industria del cuero. Reintegros a la exportación, 2000-2012 (en


porcentaje).

Tipo de Cuero 2000-2001 2002 2003-2006 2007-2012


Crudo – Salado 0,0 0,0 0,0 0,0
Wet-blue flor 0,0 0,0 0,0 0,0
Wet-blue descarne 0,0 0,0 0,0 0,0
Semiterminado 2,3 1,15 2,5 2,5
Terminado 5,0 2,5 2,5 2,5
Cortes para tapicería 6,0 3,0 3,0 3,0
Tapicería para autos 12,0 6,0 2,5 6,0
Tapicería para sillones 12,0 6,0 2,5 3,5
Manufacturas 12,0 6,0 6,0 6,0

Nota: entre 1995 y 1999 los reintegros fueron del 1,2 y 2,3% para cueros semiterminados y termina-
dos, respectivamente, y del 10% para tapicería y manufacturas (Decretos Nº 2275/94 y 998/1995 y
Resoluciones Nº 56/2002, 748/02 y 1029/2006).

Fuente: Ministerio de Economía y Finanzas Públicas.

La estructura de incentivos generada por los reintegros y los derechos de


exportación debe estimular la agregación de valor dentro de la cadena, por lo
cual los primeros deberían aumentar a medida que se incrementa el valor agre-
gado, mientras que los segundos deberían ser decrecientes en relación con la
suba del mismo. Sin embargo, la actual estructura de derechos y reintegros no
estimula la agregación de valor más allá de la etapa intermedia (curtiembres) y

7 Entre 2003 y 2006 los reintegros de los cortes superaban a los de tapicería. La Resolución Nº
1029/2006 aumentó un punto porcentual los correspondientes a tapicería para sillones.

194 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


deriva en un porcentaje muy significativo y creciente de exportaciones de cuero
semiterminado.
En cuanto a las importaciones, el marco regulatorio deviene de la aplicación
de valores criterio y licencias no automáticas a las importaciones de marro-
quinería, materiales textiles y sintéticos, y para todo tipo de calzado, además
del anti-dumping para calzado con origen en China. El objetivo básico de estas
medidas es el de regular los precios y defender el mercado interno ante la pérdida
de competitividad, por aumento de costos internos por encima del nivel del tipo
de cambio, y el ingreso de importaciones procedentes de países asiáticos, acre-
centada por la crisis internacional desatada a mediados de 2008. Estas medidas
resultaron efectivas generando un mercado interno ampliado para los bienes
objeto de las mismas en el marco del crecimiento del consumo local que, ante
las características señaladas en el mercado de cueros, dio lugar a un proceso de
sustitución de bienes finales de cuero por otros que utilizan como insumo mate-
riales textiles y vinílicos (para más detalles, véase el apartado IV.3).
Por último, cabe mencionar que a fines de 2012 se implementó la denominada
declaración jurada anticipada de importación, que a principios de 2013 reemplazó
a las licencias no automáticas, transformándose en la principal medida de control
y seguimiento de las importaciones.

III. Rasgos estructurales de la industria

La rigidez en la oferta local de cueros y su creciente demanda internacio-


nal han producido cambios estructurales en la industria que atentan contra las
ventajas naturales de su competitividad. Ello, en tanto los cueros se destinan
básicamente al exterior y la fabricación de manufacturas viene cediendo espacio
a la de materias primas alternativas que no gozan de la misma ventaja, perdiendo
posibilidades de inserción internacional conjuntamente con una mayor compe-
tencia con el producto importado en el mercado interno. En efecto, el proceso
de “sustitución inversa” se inicia en la década de 1990, principalmente en el
segmento de calzado, mientras que en los últimos años se ha extendido al resto
de las manufacturas de cuero.
A partir de la información resultante de los dos últimos Censos Nacionales
Económicos realizados en el país (Cuadro Nº 4), se observa que los cambios
estructurales más relevantes se asocian a: a) una significativa reducción de locales
productivos especialmente en marroquinería, a la par de un aumento en calzado
textil y plástico y sus partes; b) una disminución del empleo en calzado de cuero a
prácticamente la mitad; c) un avance en la participación relativa en la producción
de las curtiembres a casi las dos terceras partes del total; y d) una baja importante
en el nivel de integración, sobre todo en el segmento curtidor. La resultante es
una cadena de valor donde el primer eslabón pasa a ser el más relevante en lo

Martín Schorr (coordinador) 195


productivo, las manufacturas pierden alrededor de veinte puntos porcentuales en
el total de la producción y el sector de bienes finales de cuero pierde significación
en términos de fábricas y ocupados.

Cuadro N° 4. Industria del cuero. Comparación intercensal, 1993-2003 (en por-


centaje).

Cambios en la estructura
Variación entre
Rama de 1993 y 2003 Grado de
Locales Ocupados VBP*
actividad integración**
Locales Ocupados 1993 2003 1993 2003 1993 2003 1993 2003
Curtiembres -23,9 -3,2 13,1 12,9 27,5 31,8 43,6 62,9 24,6 19,1
Marroquinería -32,0 7,6 33,2 29,3 10,9 13,9 10,4 12,6 33,6 29,7
Calzado cuero -28,4 -48,2 34,7 32,3 31,8 19,6 24,9 11,4 35,0 39,7
Calzado textil
3,7 -2,3 18,9 25,5 29,8 34,7 21,1 13,2 43,2 47,2
y plástico

Nota: Códigos CLAnae CNE 2004/05 por rama de actividad: curtiembres, 19110; marroquinería,
18120 y 19120; calzado cuero, 19201; calzado textil y plástico, 19202 y 19203.
* Valor bruto de producción. ** Valor agregado/VBP.

Fuente: Elaboración propia en base a CNE 94 y CNE 04/05.

Por otra parte, las evidencias disponibles permiten concluir que tuvo lugar
un cambio estructural en la composición del eslabón calzado, donde el de cuero
pierde participación en todas las variables y deja de ser el más importante en
materia de empleo y producción. En ese marco, el segmento más relevante pasa
a ser el asociado a la fabricación de artículos de materiales textiles y de plástico
(INDEC, 2006).
En el mismo orden, el contraste dentro del sector curtidor en términos de
producción y valor agregado denota una mayor especialización en commodities
exportables en detrimento de bienes terminados para las industrias. Al respecto,
entre los dos censos económicos se acentuaron las diferencias tanto en el grado
de integración entre los segmentos productivos como en el respectivo nivel de
sofisticación de la producción: en 2003 la relación valor agregado/valor de pro-
ducción fue del 19% en curtiembres, el 30% en marroquinería, el 40% en calzado
de cuero y el 47% en calzado textil y de plástico.
Se trata, en definitiva, de la primarización de la cadena de valor con menor
grado de integración y una mayor relevancia relativa del segmento de calzado
textil y de plástico. La transformación productiva debe asociarse al marco legal
sectorial en un contexto de escasez de cueros en el mercado interno, incre-
mento derivado de su precio relativo en los costos para manufacturas y cre-

196 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


ciente demanda en el mercado mundial. Pese a contar con una oferta de materia
prima fija, aunque asegurada por la legislación para su proceso, el segmento que
menos valor agregado genera, orientado crecientemente al mercado externo, se
fortaleció en el transcurso de la década de 1990; fenómeno que ha continuado
durante la posconvertibilidad. Es decir, la política pública permitió aprovechar
el crecimiento de un nuevo mercado mundial de commodities profundizando la
especialización en ese segmento en lugar de fortalecer el segmento de manufac-
turas de cuero, intensivo en mano de obra y de alto valor agregado.
Ahondando en el análisis del último relevamiento censal realizado en el país,
el Cuadro N° 5 resume las principales variables diferenciando por tamaño de
los locales y eslabón productivo. En cuanto a la primera dimensión, las fábricas
pequeñas y medianas alcanzan al 92% del total, determinan el 33% del empleo,
el 27% del valor agregado y sólo el 16% del valor bruto de producción. En otros
términos, se trata de una industria con fuerte predominio de pymes, pero con
escasa relevancia agregada en la producción de bienes.

Cuadro N° 5. Industria del cuero. Principales variables censales por segmento


productivo y tamaño de locales, 2003 (en porcentaje, valores absolutos y
miles de pesos de 2003).

Tamaño Facturación
Valor Valor de Ocupados Grado de
de los Locales Ocupados por local ($
agregado producción por local Integración**
locales* miles 2003)
Chicos 10,0 3,4 4,0 2,2 6 597 48,7
Curtiembres
Grandes 3,0 28,3 41,4 60,7 175 56.116 18,1

Marro- Chicos 28,4 7,0 6,1 3,1 5 303 51,4


quinería Grandes 0,9 7,0 8,0 9,4 141 28.570 22,5

Calzado Chicos 30,6 12,4 8,8 5,7 7 513 40,8


cuero Grandes 1,7 7,2 8,2 5,7 78 9.094 38,6

Calzado Chicos 23,1 10,7 8,0 4,7 8 558 48,1


textil y
plástico Grandes 2,4 24,0 15,4 8,5 183 9.640 49,0

Total   100,0 100,0 100,0 100,0 18 2.738 26,2

* Chicos hasta $3 millones de 2003 y grandes más de $3 millones de 2003.


** Valor agregado/valor de producción.

Fuente: Elaboración propia en base a CNE 04/05.

El funcionamiento de la cadena de valor invita a estructurarla de acuerdo a


su orientación: por un lado, las curtiembres grandes que destinan su producción
al mercado externo, por el otro, el resto de la cadena orientada mayoritariamente

Martín Schorr (coordinador) 197


al mercado interno. El primer grupo explica el 3% de los locales, el 28% de la
ocupación, el 61% de la producción y el 41% del valor agregado; asimismo el
89% del empleo, el 97% de la producción y casi la totalidad de las exportaciones
del propio sector curtidor8. Esto no quiere decir que las curtiembres grandes no
vuelquen producción en el mercado interno, sólo que es un destino secundario,
especialmente para las cinco primeras que centralizan la compra de cueros. Así,
se pone de manifiesto el grado de concentración en esta industria, mientras el
análisis de la estructura de exportaciones por tipo de producto permitirá avanzar
sobre el grado de sofisticación de los productos fabricados por este segmento.
El tamaño medio de los establecimientos en términos de ocupados y valor
de producción amplía la comprensión de esta situación: las pymes en todos
los segmentos tienen en promedio entre cinco y ocho ocupados9, mientras las
curtiembres exportadoras llegan a un empleo medio de ciento setenta y cinco
trabajadores superadas por los establecimientos de calzado de materiales dife-
rentes al cuero. En facturación, variable proxy de la escala media de producción,
las curtiembres grandes duplican a las marroquineras de mayor porte y entre
cinco y seis veces a las de calzado. En suma, la oferta de cueros se concentra en
grandes empresas, básicamente orientadas al mercado externo, siendo el interno
un negocio marginal en el que las firmas dependientes del mismo prácticamente
no tienen poder de negociación respecto de la compra de cueros. En los hechos,
esta última queda sometida al remanente de la demanda externa, ya que la pro-
ducción del sector curtidor pyme orientado al mercado local es insuficiente para
abastecer la demanda de los diferentes segmentos industriales.
Por su parte, el nivel de integración en cada segmento acrecienta las diferen-
cias según el mercado de destino: la escasa agregación de valor de las grandes
curtiembres indica la simpleza de los bienes producidos, principalmente cuero
semiterminado, en grandes establecimientos intensivos en capital con alto valor
de producción por local. Es decir, una industria concentrada en pocas empre-
sas, pocos bienes, de escaso valor agregado y casi absoluta orientación al mer-
cado externo como proveedoras de commodities, especialmente a China. El
resto de la cadena orientada al mercado interno, productor de bienes finales, es
mayoritariamente pyme y está subordinado al sector concentrado de curtiembres,
quedando supeditada la provisión de materia prima en cantidad, calidad y precio
a la estrategia exportadora de las grandes firmas. La escasez comienza para las
curtiembres medianas y chicas, orientadas principalmente al mercado interno, y
se prolonga hacia los fabricantes de manufacturas.

8 De acuerdo a datos del INDEC, en 2004 las primeras cinco empresas determinaban el 60%
de las exportaciones sectoriales. Según información de la Cámara de la Industria Curtidora
Argentina (CICA), el grado de concentración habría aumentando hasta 2009 ya que, en este
último año, cinco empresas explicaron el 65% de las exportaciones.
9 Considerando el trabajo terciarizado, los ocupados reales en las empresas pequeñas aumentarían
entre un 50% y un 90% alcanzado a un rango de entre nueve y doce trabajadores.

198 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


Los niveles de productividad, salarios medios y su relación (variable proxy
de la tasa de explotación) terminan por caracterizar la estructura de la cadena de
valor y amplían información en referencia a algunas de sus problemáticas más
salientes. En este sentido, de acuerdo a los datos proporcionados por el Cuadro
Nº 6, resulta posible afirmar que al momento del relevamiento censal realizado
a comienzos del decenio de 2000: a) la productividad promedio por ocupado era
más elevada en los establecimientos de mayor tamaño, con la excepción del cal-
zado textil y de plástico (la mayor tecnificación permite aumentar el rendimiento
de la mano de obra y reducir su participación en los costos); b) la productividad
en las curtiembres era mayor a la del resto de la cadena, denotando la distinta
intensidad en el uso de los factores de los diferentes eslabones productivos; c)
la productividad en las curtiembres grandes vis-à-vis la cadena orientada al mer-
cado interno era el 79% más elevada y respecto de cada uno de los eslabones era
superior entre el 26% y el 130%; y d) en términos relativos, la productividad era
más elevada en marroquinería que en calzado para cada rango de producción.
La remuneración a los asalariados sigue el mismo patrón, las diferencias en el
salario promedio por segmento productivo y tamaño de empresa son aun mayores
que las observadas en la productividad: e) los establecimientos grandes pagaban
entre el 46% y el 92% más que los chicos, registrándose la mayor diferencia en
curtiembres; f) a igual tamaño de unidad productiva, las remuneraciones en las
curtiembres superaban a las de manufacturas; g) en marroquinería las remune-
raciones eran superiores a calzado; y h) la diferencia salarial entre el segmento
de la cadena orientado al mercado externo y el orientado al mercado interno era
igual a la diferencia de productividad, o sea del 79%.
Finalmente, siempre de acuerdo a las evidencias que constan en el cuadro de
referencia, la tasa de explotación denota ciertas peculiaridades: i) era más elevada
en las fábricas chicas que en las grandes, a excepción de calzado de cuero; y j) el
margen bruto del mercado interno era igual al del mercado externo.
Cabe señalar que el Censo Nacional Económico 2004/2005 captó funda-
mentalmente al sector formal de la industria, siendo que para estos cálculos
resulta fundamental incluir el empleo informal a los efectos de no distorsionar
los resultados en materia de productividad del trabajo y tasa de explotación. Las
características productivas en marroquinería y calzado generan un importante
proceso de terciarización de etapas de la producción, básicamente en estableci-
mientos pequeños, de actividades tales como cosido y confección en el primer
caso y aparado en el segundo. En este sentido, es pertinente estimar el nivel de
informalidad por sector y tamaño de unidad productiva de modo de obtener una
aproximación mayor al nivel de empleo total del sector, incorporando el prove-
niente de los talleres informales que realizan las tareas terciarizadas10.

10 La estimación del nivel de informalidad se realizó teniendo en cuenta la relación entre asala-
riados y no asalariados del censo resultando en niveles de trabajo no declarado en pequeñas
empresas, realizado en talleres externos, del orden del 55% en marroquinería y el 45% en cal-

Martín Schorr (coordinador) 199


Cuadro N° 6. Industria del cuero. Productividad, remuneraciones y tasa de ex-
plotación, 2003 (en miles de pesos de 2003 y cociente).

Productividad Salario medio


Tamaño de Tasa de
media por ocupado anual
los locales* explotación**
  ($ miles 2003) ($ miles 2003)
Grandes 57,9 19,2 3,0
Curtiembres
Chicos 45,9 10,0 4,6
Grandes 45,5 14,2 3,2
Marroquinería
Chicos 34,6 9,1 3,8
Grandes 45,2 13,1 3,5
Calzado cuero
Chicos 28,2 8,3 3,4
Calzado textil y Grandes 25,4 11,7 2,2
plástico Chicos 29,8 8,0 3,7
Mercado externo 57,9 19,2 3,0
Mercado interno 32,4 10,8 3,0

* Chicos hasta $3 millones de 2003 y grandes más de $3 millones de 2003.


** Relación productividad/salario.

Fuente: Elaboración propia en base a CNE 04/05.

El cálculo ajustado por empleo informal afecta los niveles de productividad


de las fábricas chicas y, consecuentemente, la tasa de explotación en el mismo
segmento. El Cuadro N° 7 muestra los nuevos resultados entre los que sobresalen
los siguientes: a) una ampliación en el diferencial de productividad entre unidades
grandes y chicas; b) un nivel similar entre calzado de cuero y marroquinería por
tipo de fábricas; c) una mayor productividad de éstas respecto del calzado textil
y de plástico en las grandes empresas y similar en las chicas; y d) una intensifi-
cación de la brecha de productividad de acuerdo a la orientación de la produc-
ción: la productividad del sector exportador es el 128% más holgada que la del
mercado interno. En términos de tasa de explotación estos resultados denotan:
e) un mayor margen bruto en las fábricas más grandes con la excepción de cal-
zado textil y de plástico; y f) la tasa de explotación en las unidades productivas
orientadas al mercado externo fue superior a la de las volcadas prioritariamente
al mercado interno.

zado. Cabe agregar que el INTI ha estimado un nivel de informalidad del 70% en el sector de
indumentaria que presenta aspectos productivos muy similares a los analizados en este trabajo
(véase http://www.inti.gob.ar/textiles/vestirconciencia/ –consultado consultado el 21/3/2013–,
así como el estudio “La industria textil y de indumentaria en la Argentina. Informalidad y
tensiones estructurales en la posconvertibilidad” en este mismo libro).

200 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


Cuadro N° 7. Industria del cuero. Productividad, remuneraciones y tasa de ex-
plotación ajustadas por tasa de informalidad, 2003 (en miles de pesos de
2003 y cociente).

Productividad
Tamaño de Salario medio Tasa de
media por ocupado
los locales* ($ miles 2003) explotación**
($ miles 2003)
Grandes 57,6 19,2 3,0
Curtiembres
Chicos 28,9 10,0 2,9
Grandes 45,2 14,2 3,2
Marroquinería
Chicos 17,7 9,1 1,9
Grandes 43,6 13,1 3,3
Calzado cuero
Chicos 19,2 8,3 2,3
Calzado textil y Grandes 25,1 11,7 2,1
plástico Chicos 20,8 8,0 2,6
Mercado externo 57,6 19,2 3,0
Mercado interno 25,4 10,8 2,4

* Chicos hasta $3 millones de 2003 y grandes más de $3 millones de 2003.


** Relación productividad/salario.

Fuente: Elaboración propia en base a CNE 04/05.

Este comportamiento de la productividad, las remuneraciones medias y su


relación tiene su correlato con el valor agregado de los bienes fabricados en cada
tipo de planta y la escala de producción: en el caso de las grandes exportadoras
que se especializan en bienes de bajo valor agregado, básicamente cuero semiter-
minado, su escala de producción permite acelerar la rotación de los productos en
fábrica, es decir, acortar el tiempo desde que entran las pieles hasta que se expor-
tan los cueros, reduciendo costos financieros y aumentando la tasa de ganancia.
En suma, este panorama acredita los desiguales escenarios para la acumulación
y la reproducción del capital de acuerdo a la orientación de la producción y el
tamaño las fábricas y las empresas.
Se trata de un perfil estructural que condiciona el desarrollo de las manu-
facturas de cuero e invita a generar una estrategia para el conjunto orientado al
mercado interno tanto en relación con la subordinación del sector curtidor chico
al grande respecto de la disponibilidad de cueros, como de las manufacturas en
referencia al sector curtidor en general.

Martín Schorr (coordinador) 201


IV. Dinámica productiva

El análisis de la evolución en los últimos años de las actividades producti-


vas de acuerdo a su orientación sólo puede realizarse parcialmente a partir de
las estadísticas oficiales, tanto por la forma en la que se agrupan los eslabones
productivos como por el tipo de empresas relevadas11, de modo que se utilizarán
las herramientas disponibles de distintas fuentes públicas y privadas con vistas
a alcanzar un mayor grado de certeza. Así, como variable proxy de nivel de acti-
vidad se tendrán en cuenta los datos aportados por las entidades empresariales
complementados con estimaciones propias. Por su parte, como aproximación al
nivel de empleo se utilizará la información de empleo registrado suministrada por
el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTEySS). En cuanto al
nivel de informalidad de los eslabones finales, se supone que el empleo informal
sigue la tendencia del formal.
Inicialmente se analizan los datos de comercio exterior que registran mayor
certidumbre y desagregación y permiten dilucidar, particularmente para el sector
curtidor, la estructura productiva por tipo de bien fabricado. Posteriormente, se
estudia el nivel de actividad y el empleo por segmento y, en el último apartado, se
busca identificar los rasgos prominentes del perfil de especialización productiva
que se ha ido afianzando en la última década.

IV.1. Trayectoria y composición de las exportaciones

Como se apuntó, las ventas externas de la industria tienen un techo determi-


nado por la cantidad de cueros faenados. Las curtiembres han profundizado su
inserción externa alcanzando a más del 80% en los años recientes, por lo cual
el abastecimiento interno para los eslabones “aguas abajo” queda supeditado a
las variaciones de colocación de cueros en el mercado mundial. De este modo, los
cambios en los montos exportados se explican por los vaivenes de la faena, las
modificaciones en su composición por tipo de producto y las variaciones de
los precios internacionales.
De acuerdo a la información provista por el Gráfico Nº 1, en 2011 las expor-
taciones totales se ubicaron en torno a los mil millones de dólares, superando
la caída de precios de 2009, año crítico para el sector en el marco de la crisis

11 La Encuesta Industrial Mensual del INDEC (www.indec.gov.ar, consultado el 21/3/2013)


comprende a empresas de más de diez ocupados, por lo cual los resultados en cuanto a nivel
de producción no son muy adecuados teniendo en cuenta la gran cantidad de micro y pequeñas
firmas de esta cadena; es por ello que para la estimación del nivel de actividad se utilizan
fuentes alternativas. Por su parte, las tasas de variación en el nivel ocupacional de la misma
encuesta coinciden con las del empleo registrado del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad
Social; en consecuencia, se tiene en cuenta esta última fuente (véase http://www.trabajo.gov.ar/
left/estadisticas/oede/estadisticas_nacionales.as, consultado el 21/3/2013).

202 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


internacional. Sin embargo, desde una perspectiva más amplia se puede apreciar
su estancamiento, ya que el nivel alcanzado al final de la serie es el promedio
anual de todo el período. La dinámica de la crisis mundial y el comportamiento
de la faena en los últimos años han desequilibrado el mercado interno de cueros
y el marco regulatorio ha profundizado la tendencia a la primarización de las
exportaciones.

Gráfico N° 1. Industria del cuero. Exportaciones totales, 1995-2011 (en millones


de dólares).

1.200

1.000

800

600

400

200

-
1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011

Fuente: Elaboración propia con datos del INDEC.

El Gráfico N° 2 permite observar algunas de las alteraciones verificadas en


la estructura de las exportaciones sectoriales al calor de las modificaciones en
el esquema de incentivos y el tipo de cambio real. La devaluación de la moneda
doméstica a inicios de 2002 y la sanción de la Resolución Nº 748/2002 impul-
saron cambios relevantes en la composición de las ventas externas, los cuales
se inscriben en un ostensible proceso de primarización. Mientras en 2001 el
cuero semiterminado representaba el 37% del total, en 2011 alcanzó al 58%. Este
aumento fue en detrimento de los cueros terminados (pasaron del 29% al 23%) y
especialmente de las manufacturas (del 25% al 7%). Incluso, en los últimos años
las exportaciones de cueros crudos y wet-blue superaron a las de manufacturas. Si
bien el valor total de las exportaciones se mantuvo relativamente constante, los
cambios entre los distintos segmentos de la cadena se orientan a una reducción

Martín Schorr (coordinador) 203


del valor agregado, estimándose actualmente por debajo de los exiguos guarismos
computados en el último relevamiento censal realizado en el país12.

Gráfico N° 2. Industria del cuero. Exportaciones por segmento, 1995-2011 (en


porcentajes).

60%
Crudo y wet-blue Semi terminado
Terminado Manufacturas
50%

40%

30%

20%

10%

0%
1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011

Fuente: Elaboración propia con datos del INDEC.

Al interior del segmento de manufacturas también se observan alteraciones


sustanciales derivadas, en gran medida, de las modificaciones en los reintegros.
En efecto, a fines de la década de 1990 el crecimiento de las manufacturas es
explicado por el salto en tapicería a raíz del aumento de su reintegro al nivel
de los bienes industriales terminados (Gráfico N° 3). En 2002, la alteración de
reintegros sentó las bases para el despliegue de un proceso ininterrumpido de
desindustrialización. La igualación de los incentivos para el cuero semitermi-
nado, terminado y tapicería fomentó lógicamente la exportación del segmento
con menos valor agregado.

12 La estructura de exportaciones cambia considerablemente si se analiza en toneladas: en 2011


el 60% correspondió a wet-blue descarne, cerca del 25% a semiterminado y el 12% a cuero
terminado.

204 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


Gráfico N° 3. Industria del cuero. Exportaciones de manufacturas, 1995-2011
(en porcentajes).

Cortes
20%
Tapicería

Calzado-Marroquinería
16%

12%

8%

4%

0%
1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011

Fuente: Elaboración propia con datos del INDEC.

El incremento de las exportaciones de cortes fue acorde a la modificación


señalada: durante cuatro años su reintegro estuvo por encima de la funda para
tapicería (Cuadro N° 3)13. Es decir, el reintegro para los cortes era mayor al obte-
nido para el cosido de los mismos; resultando en más cortes y menos tapicería,
en consecuencia menos valor agregado y empleo de mano de obra. Las ventas
de marroquinería y calzado crecieron entre 2003 y 2005 para luego estancarse,
arrojando en el último decenio valores muy inferiores al de 1990, representando
en 2011 apenas el 6% del total de las exportaciones de la cadena14.
En suma, la actual estructura de los derechos de exportación permite la pro-
visión de materias primas para la industria curtidora (cueros crudos, salados y
wet-blue flor), mientras que los reintegros han generado una especialización cre-
ciente en cuero semiterminado. Dado que la materia prima indispensable de esta
cadena de valor tiene una oferta inelástica, este esquema no permite un acceso
razonable a los fabricantes de manufacturas para su desarrollo, sobre todo en los
segmentos de mayor valor agregado15.

13 La Resolución Nº 1029/2006 aumentó un punto porcentual el reintegro de la tapicería para si-


llones, ahora medio punto por encima de los cortes. Sin embargo, el correspondiente a tapicería
para autos se mantuvo por debajo del correspondiente a cortes.
14 Un análisis sobre el mercado mundial de marroquinería se puede encontrar en EEM, 2008a.
Para el caso de calzado se sugiere consultar MRECIC, 2010; y ProArgentina, 2005.
15 Una propuesta de estrategia para las exportaciones de marroquinería se encuentra en EEM, 2008b.

Martín Schorr (coordinador) 205


IV.2. Evolución de la producción y el empleo

En el segmento curtiembres la cantidad de cueros procesados se corresponde


con la faena de ganado vacuno, la variación de stocks y las exiguas importaciones.
Sin embargo, el nivel de actividad no se puede determinar, ya que depende de la
composición por tipo de producto: si el nivel de complejidad de los productos
aumenta, el nivel de actividad crece, y viceversa. El análisis anterior de las expor-
taciones, principal destino de la producción, hecha luz sobre la composición por
tipo de productos de este segmento.
Como se desprende del Gráfico Nº 4, la evolución de la faena y la acumu-
lación de stocks entre 2007 y 2009 viabilizaron el aumento de la producción de
cueros hasta ese año con un marcado decaimiento posterior hasta un nivel inferior
al de 2003. Por su parte, el nivel de empleo creció hasta 2006 para caer por debajo
del nivel inicial desde 2009, siendo un indicador del estancamiento general de la
actividad. En consecuencia, la productividad de la mano de obra fue en ascenso
hasta 2009, en línea con la fabricación de bienes menos intensivos en mano de
obra, evolucionando al compás de la producción en los últimos años.

Gráfico N° 4. Industria del cuero. Producción, empleo y productividad en el


segmento curtidor, 2003-2011 (en índice base 2003=100).

180
Producción
160 Empleo
Productividad
140

120

100

80

60
2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011

Fuente: Elaboración propia con datos de CICA y MTEySS.

En el caso de las manufacturas de cueros (calzado, marroquinería, indumen-


taria, etc.), las posibilidades de expansión están asociadas a una mayor dispo-

206 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


nibilidad de cueros en el mercado interno, aspecto que se ha complicado en los
últimos años por la baja en la faena y las exportaciones de cueros semiterminados.
En este sentido, la crisis internacional que se viene manifestando desde mediados
de 2008 está operando a favor de mantener abastecido el mercado local, es decir,
la fuerte reducción de la demanda externa opera en contra de una baja mayor en
la disponibilidad interna de cueros en un contexto de escasa faena. La eventual
recuperación del mercado mundial podría jugar en contra del abastecimiento del
mercado interno de cueros.
En este contexto, el aumento de la producción de calzado en los últimos años
responde especialmente al segmento textil y plástico, apoyado mayoritariamente
por inversiones brasileñas16, y que se encuentra protegido por medidas de política
comercial. Por otra parte, el nivel de empleo registra un fuerte incremento en línea
con el de producción, arrojando un coeficiente de productividad relativamente
estable desde 2004 (Gráfico N° 5)17.

Gráfico 5. Industria del cuero. Producción, empleo y productividad en el segmento


de calzado, 2003-2011 (en índice base 2003=100).

Producción
220
Empleo

190 Productividad

160

130

100

70
2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011

Fuente: Elaboración propia con datos de CICA y MTEySS.

16 Entre las inversiones más destacadas de los últimos años se pueden mencionar a Vulcabras,
que produce las marcas Olympikus, Reebok e Ipanema; Dass hace lo propio con Nike, Fila,
Converse y Umbro; Camargo Correa con Havaianas; Paquetá con Adidas; y Cambuci con
Penalty.
17 El repentino salto de productividad de 2004 debería relativizarse por un incremento esperado en
el empleo informal al comienzo de la recuperación de la actividad y la capacidad ociosa inicial.
Las nuevas plantas industriales de capital brasileño son de un nivel de tecnificación superior a
la media del sector originando un incremento de la productividad.

Martín Schorr (coordinador) 207


Por su parte, el nivel de actividad en marroquinería es el más difícil de diluci-
dar por la ausencia de indicadores oficiales y privados y el nivel de informalidad
de la mano de obra. Partiendo de esta base, se ha estimado en función de la dis-
ponibilidad de cueros en el mercado interno y suponiendo que el empleo informal
siguió la tendencia del formal. Al respecto, y tal como surge del Gráfico Nº 6, la
producción habría crecido hasta 2006, recuperándose en 2008 y registrado un baja
importante en 2009, fruto de la crisis en la provisión de cueros, estabilizándose
posteriormente a partir del incremento en la producción de bienes textiles y de
plástico con un nivel de productividad constante. Por su parte el empleo habría
crecido hasta el 2008, reduciéndose posteriormente por la menor disponibilidad
de cuero y manteniéndose luego a expensas del cambio en la composición interna
de la producción. En este esquema, la productividad de la mano de obra se habría
reducido, estabilizándose en un nivel inferior al del inicio de la serie, aspecto que
podría relativizarse en la medida en que el proceso de sustitución en la producción
se haya iniciado con anterioridad a 2009, incluso considerando la falta de registro
del empleo informal del sector en su carácter de intensivo en mano de obra.

Gráfico N° 6. Industria del cuero. Producción, empleo y productividad en el


segmento marroquinero, 2003-2011 (en índice base 2003=100).

180
Producción
160 Empleo
Productividad
140

120

100

80

60
2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011

Fuente: Elaboración propia con datos del MTEySS y estimaciones propias.

Por último, considerando la información censal, las exportaciones por sector


y las estimaciones en cuanto a nivel de actividad de los últimos años, se puede
realizar una comparación entre 1993, 2003 y 2011 a los efectos de confrontar la
evolución de la producción e inserción externa por segmento de la producción

208 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


(Cuadro N° 8). Desde esta perspectiva, resulta posible comprobar que en las dos
últimas décadas el valor de la producción de las curtiembres se ha mantenido
relativamente estable en respuesta al comportamiento de la faena vacuna, mien-
tras que en marroquinería la mejora en 2011 respecto a 2003 se debe más a un
aumento de precios que de cantidades. Los cambios en el valor de la producción
de la cadena responden a las variaciones sufridas por el segmento calzado: mien-
tras en 1993 superaba a curtiembres, en 2003 no llegaba a la mitad, recuperando
su nivel en 2011, aunque con una estructura productiva sesgada a los productos
textiles y de plástico.

Cuadro N° 8. Industria del cuero. Producción y exportaciones, 1993, 2003 y 2011


(en millones de dólares y porcentajes).

Coeficiente de
Valor de producción Exportaciones
exportación
1993 2003 2011* 1993 2003 2011 1993 2003 2011*
Curtiembres 993 1.163 1.108 598 879 943 60,2 75,6 85,1
Marroquinería 237 232 369 88 35 37 37,4 15,2 10,1
Calzado 1.046 455 1.191 92 18 33 8,8 3,9 2,8
Total 2.275 1.850 2.630 778 932 1.013 34,2 50,4 38,0

* Estimado en base a nivel de producción, precios mayoristas y tipo de cambio.

Fuente: Elaboración propia con datos del de los CNE 94 y 2004/05, INDEC y estimaciones propias.

En cuanto a las exportaciones, los comportamientos sectoriales son marca­


da­mente disímiles denotando las transformaciones señaladas anteriormente. A
principios del decenio de 1990 las curtiembres abastecían el mercado interno de
manufacturas que, a su vez, mostraban coeficientes de exportación significativos,
particularmente en el caso de marroquinería. Desde esa década la disociación
entre los sectores productivos es creciente: las curtiembres volcadas plenamente
a la exportación (en 2011 el coeficiente exportador superó el 85%) y las manufac-
turas en notable retracción. Si bien las ventas externas del sector han aumentado,
su grado de complejidad se ha reducido, lo mismo que la disponibilidad de cueros
para ser procesados internamente. En este contexto, la especialización de los
bienes finales hacia materiales distintos al cuero se hace inevitable, como así
también su vulnerabilidad respecto de la competencia con los países asiáticos,
par­ti­cularmente con China.
En suma, las evidencias presentadas permiten inferir que el desempeño ha
sido magro en curtiembres y manufacturas de cuero a expensas de la escasez de
materia prima, mientras que el segmento de calzado de material textil y plástico
se ha expandido considerablemente en los últimos años.

Martín Schorr (coordinador) 209


IV.3. Tendencias en la especialización productiva

Como se señaló, en la posconvertibilidad se ha profundizado la primarización


de la cadena de valor del cuero y las dificultades para los fabricantes de manu-
facturas en los mercados internacionales por la crisis en el plano externo y por
la creciente escasez de cueros, aumento de su precio y deterioro de su calidad en
el remanente disponible para el mercado interno.
La compleja situación actual se puede abordar con la ayuda del Gráfico N° 7.
Luego de cierta estabilidad en el mercado desde 2003, se produce la primera crisis
en 2006 con la fuerte suba en el precio del cuero salado (precio de referencia
para la materia prima de manufacturas); dicha alza se vincula con la reducción
temporaria del derecho de exportación con el objeto de atemperar el aumento en
el precio de la carne18.

Gráfico N° 7. Industria del cuero. Producción y exportación de cueros, precio interno


y disponibilidad para el mercado local, 2003-2011 (en índice base 2004=100).

140

120

100

80

Producción cueros
60
Expo cueros

40 Disponibilidad Cueros

Precio cuero salado


20
2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011
Nota: las series de producción nacional y exportaciones de cuero corresponden a unidades. El precio
del cuero salado es en dólares y la disponibilidad de cueros en unidades se construye a partir de su
consumo aparente y las variaciones de stocks.

Fuente: Elaboración propia con datos del mercado de cueros, INDEC y Ministerio de Agricultura,
Ganadería y Pesca.

18 La Resolución Nº 655/2005 redujo el derecho de exportación de los cueros crudos y wet-blue del
15% al 8% para forzar una suba del precio pagado a los frigoríficos y mejorar su rentabilidad.
El objetivo de fondo era contener el incremento en el precio de la carne. Ante la ineficacia de
la medida en el mercado cárnico y la presión de los integrantes de la cadena del cuero, seis
meses después la resolución mencionada fue derogada.

210 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


En 2007 aumenta la producción nacional al calor de la faena y se inicia un
período de tres años de acumulación de stocks por parte de las curtiembres que
superó la reducción de la demanda mundial, ocasionando una disminución en la
disponibilidad de cuero en el mercado interno.
La segunda crisis se inicia en 2009 y perdura hasta el presente. El aumento de
la faena, por liquidación de vientres, en medio de la crisis internacional, acarreó
un desplome del precio interno del cuero pero no aumentó su disponibilidad
para los fabricantes de manufacturas, ya que las curtiembres para sostener su
rentabilidad incrementaron las cantidades exportadas, en un mercado externo con
precios deprimidos, y acumularon el resto de la oferta en stocks. Finalmente, la
marcada reducción de la faena en 2010 y 2011 conllevó un menor abastecimiento
de cueros para el mercado interno, pese a la liquidación de stocks, que derivó en
una importante suba de los precios; asimismo la calidad del remanente también
empeoró dado que los mejores cueros tienen destino externo aunque estas ventas
hayan decrecido el último año por escasa demanda, si bien se mantienen los pre-
cios altos. A raíz de ello, las posibilidades de mantener la producción interna de
manufacturas en cantidad y precios competitivos se han truncado, inhabilitando
estas exportaciones casi por completo, como se observara anteriormente19.
Las políticas aplicadas para el mercado local (valores criterio, licencias no
automáticas y anti-dumping) han resultado efectivas generando un mercado
interno ampliado en el marco del crecimiento del consumo local. El Gráfico N° 8
muestra las diferencias en el comportamiento del consumo privado interno y
las importaciones de marroquinería y calzado entre 2003 y 2011: durante los
primeros años de la recuperación las importaciones crecían más que el consumo,
proceso revertido en los últimos tres años generándose un nuevo mercado para
la producción local y viabilizando un proceso sustitutivo.

19 Siempre de acuerdo a las mismas fuentes de información, durante los primeros meses de 2012
la faena aumentó levemente ubicándose en el mediocre promedio del período bajo análisis
mientras la demanda mundial de cueros se mantuvo deprimida. En ese contexto, el precio del
cuero inició un proceso de baja, los stocks en las curtiembres comenzaron a incrementarse y la
disponibilidad interna para manufacturas aumentó ligeramente. Pese al mejor precio del cuero
y su mayor disponibilidad, la producción industrial se mantiene muy baja, al tiempo que su
escasa demanda interna y externa y su precio poco competitivo desalientan este segmento de
la cadena de valor.

Martín Schorr (coordinador) 211


Gráfico N° 8. Industria del cuero. Consumo privado interno e importaciones de
marroquinería y calzado, 2003-2011 (en índice base 2004=100).

Impo marroquinería
165
Impo calzado
Consumo privado
140

115

90

65

40
2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011

Nota: Consumo Privado: PBI a precios constantes. Importaciones de marroquinería y calzado: uni-
dades y pares respectivamente.

Fuente: Elaboración propia con datos del INDEC.

La otra cara de la sustitución de importaciones inducida por las medidas de


política económica es el cambio en la estructura productiva de las manufacturas.
Al respecto, las dificultades para exportar productos de cuero (disponibilidad y
precio de la materia prima más crisis mundial) y el mercado protegido para fabri-
car bienes de materiales textiles y sintéticos están induciendo una reconversión
en cuanto a productos y mercados: de un sector exportador de marroquinería y
otras manufacturas de cuero hacia otro productor de mercaderías de materiales
textiles y sintéticos para el mercado interno20. Es decir, una especialización en
bienes con una desventaja competitiva manifiesta dada la oferta mundial de países
con bajos costos laborales.
Así, se está en presencia de un cambio estructural regresivo asociado a la
orientación de la política pública (abastecimiento de materia prima únicamente
para el primer eslabón y protección de mercado en bienes finales textiles y de
plástico) y el comportamiento del mercado de cueros. Allí, su baja disponibilidad
y alto precio deja afuera de competencia a los fabricantes de manufacturas que
se ven obligados a reorientarse hacia el mercado interno protegido con otro tipo
de productos: un proceso de sustitución de bienes que competían en el mercado

20 Para un análisis sobre otros aspectos relevantes en la competitividad de la cadena de valor


vinculados a las materias primas, consúltese INTI, 2011b.

212 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


mundial por calidad y no por precio, hacia una oferta destinada al mercado interno
que compite por precio con mercadería del sudeste asiático.
Ante el escenario aludido, en la actualidad los integrantes de la cadena pro-
ductiva se encuentran transitando por situaciones diferentes:

Curtiembres. La rentabilidad es baja por unidad de producto, sobre todo en las


empresas grandes especializadas en cuero semiterminado, de modo que la
ganancia depende esencialmente de los precios internacionales y la escala de
producción; en las curtiembres orientadas al mercado interno, más intensivas
en mano de obra por los procesos de terminación, cabe agregar la variación
interna de costos y la demanda del sector manufacturas. Los precios en el
mercado mundial han mejorado y superado el nivel previo a la crisis, pero el
volumen exportado, que había crecido entre 2008 y 2010, se ha reducido en
2011 por baja demanda. Por su parte, los costos internos aumentaron más que
el tipo de cambio y el consumo de cueros curtidos del segmento manufacturas
se ha reducido en los últimos años. En este contexto, el sector curtidor está so-
bredimensionado. El ajuste se está realizando vía mayor concentración: si bien
todo el segmento ha perdido rentabilidad, las grandes empresas exportadoras
mantienen relativamente su producción y tasa de ganancia, mientras que las
medianas y chicas orientadas al mercado interno, con gran capacidad ociosa
y problemas ambientales, están disminuyendo su producción, lo cual trae
aparejado la reducción de empleo y el cierre de plantas. El grueso de la com-
pra del cuero crudo a los frigoríficos la realizan cinco empresas que luego
distribuyen a otras de menor porte, determinando el nivel de actividad del
resto del sector. Mientras la producción total varía al ritmo de la faena, su
mercado de destino define al segmento que mejor se acomoda ante la crisis, el
proceso de concentración se encamina hacia un sector curtidor más pequeño,
orientado principalmente al mercado externo y especializado básicamente
en cueros semiterminados; el peso de las curtiembres mercado internistas es
cada vez menor.
Manufacturas. La exigua rentabilidad en el rubro cuero, fruto del aumento de
los costos internos, deja fuera de competencia al sector en el mercado in-
ternacional: la caída del tipo de cambio real se suma al 37% de aumento en
dólares en el precio del cuero respecto de 2003. También se ha reducido la
demanda interna de productos de cuero, incluso del turismo. Por su parte, el
segmento de materiales textiles y sintéticos, protegido por los valores criterio
y las licencias no automáticas, se está convirtiendo en el resguardo sectorial
con mayor rentabilidad a partir de los menores costos de materia prima y la
posibilidad de fabricar volumen. En calzado el panorama es algo mejor dada la
protección para la totalidad del sector, de modo que el segmento “deportivo”,
que contiene algunos productos de cuero, mantiene la producción, aunque
sobresale el crecimiento del calzado de materiales textiles. La sustitución de

Martín Schorr (coordinador) 213


productos de cuero por la de otros materiales se ha profundizado en los últimos
años, aunque en el sector calzado viene de la década de 1990.

En definitiva, la tendencia en la especialización es hacia bienes de menor


valor agregado en curtiembres y con desventaja competitiva en manufacturas.
El actual sistema de incentivos no favorece el desarrollo de la cadena de valor
del cuero en la Argentina.

V. Reflexiones finales: lineamientos de política para revertir la


primarización y la especialización regresiva

La insuficiente faena en relación con la demanda de cuero no es coyuntural.


El desplazamiento de la ganadería por la agricultura viene de larga data y la ten-
dencia no parece tender a revertirse. El “modelo sojero” y el boom de las materias
primas agrícolas se mantendrá al menos en el mediano plazo. Por lo cual se debe
trabajar bajo el supuesto de que la oferta de cueros será reducida.
El mercado mundial es demandante excedente de cueros con tendencia de
precios al alza, lo que repercute en el plano interno sobre el precio del cuero
salado, las exportaciones de cuero semiterminado y la disponibilidad de materia
prima para el segmento de manufacturas. En este contexto, la actual coyuntura
de crisis internacional mantiene un mínimo de cueros para las manufacturas
que, en las actuales circunstancias y estado de la política sectorial, sería el techo
de cueros para transformar; sin embargo, la palidez del mercado externo y la
ecuación de costos internos dificultan las exportaciones de bienes finales. Por lo
cual, la ausencia de política sectorial con otros criterios fortalecerá las tendencias
recientes: primarización de la cadena de valor, mayor concentración en el sector
curtidor (reducción del empleo y cierre de empresas mayoritariamente medianas
y pequeñas abastecedoras del mercado interno) y especialización regresiva en
manufacturas (menor producción de manufacturas de cuero exportables y cre-
ciente en bienes con desventajas competitivas).
Bajo este panorama debe analizarse el denominado “Plan Estratégico Indus-
trial Argentina 2020” (Ministerio de Industria, 2012)21. El Plan reconoce la pro-
blemática de la materia prima: “Es necesario consolidar una oferta de cuero de
calidad y cantidad adecuada, … permitir que el productor local acceda a esa
oferta a un precio competitivo, diferente del precio internacional… y efectuar
una distribución de cantidades entre mercado interno y externo coordinada con
los sectores de calzado y marroquinería”. El documento oficial también alude
al deterioro en la especialización productiva: “…reducir el porcentaje de ventas

21 Para un análisis de la cadena de valor del cuero y sus manufacturas en el marco del “Plan Es­
tra­tégico Industrial Argentina 2020”, véase INTI, 2011a.

214 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


de cuero con bajo nivel de procesamiento y aumentar el grado de elaboración
del mismo”. Incluso señala entre las propuestas que se debe “…trabajar en la
estructura existente de incentivos con el objeto de fomentar la exportación de
productos con mayor valor agregado”.
Sin embargo, los enunciados generales referidos a acciones básicamente hori-
zontales orientadas al sector primario, capacitación, formalización, innovación
tecnológica, diseño, financiamiento, “marca argentina”, promoción de exportacio-
nes, asistencia técnica y asociativismo, no diferencian estrategias por tamaño de
empresas ni orientación de mercados. Incluso, se apunta que “se requiere articular
el esfuerzo de todos los integrantes de la cadena con el apoyo del Gobierno”,
premisa aplicada previsiblemente sin éxito en todos los foros sectoriales durante
los últimos quince años dada la manifiesta contraposición de intereses entre los
mismos.
Dado este panorama, queda claro que los costos de no modificar la política
sectorial superan con creces a los de llevarla a cabo, pese a los inconvenientes
y las imperfecciones que ésta pudiera tener. Las instancias anteriores de política
sectorial han demostrado ser efectivas (modificaciones de reintegros y derechos),
por lo cual no es descabellado alcanzar las alianzas mínimas, dada la actual
situación de crisis extrema, que permitan llevar adelante una política sectorial
de industrialización.
El objetivo general de una estrategia para la cadena del cuero, sin descartar
necesarias políticas horizontales como las señaladas anteriormente, gira en torno
a modificar la ecuación de rentabilidad desde las commodities hacia los bienes
terminados, para revertir el proceso de primarización en el sector curtidor, reducir
el precio relativo del cuero para manufacturas y volver a insertar las mismas tanto
en el mercado interno como externo. Los lineamientos sectoriales serían:

Sector curtidor. El agregado de valor, especialmente en pequeñas y medianas em-


presas orientadas al mercado interno, permitirá la supervivencia de las mismas
y oxigenará la oferta de cueros terminados para manufacturas. Este esquema
se puede llevar a cabo por medio de tres mecanismos complementarios: a)
la modificación de la estructura de derechos y reintegros para incentivar el
agregado de valor, particularmente incrementar el derecho de exportación
para cuero wet-blue descarne al nivel “efectivo” de su símil flor y escalonar
ambos incentivos para cuero semiterminado y terminado; b) fijar cupos a la
exportación de cueros para garantizar materia prima en el mercado interno;
y c) la tecnificación en procesos de terminado de cueros de baja escala. Los
dos primeros mecanismos apuntan a: 1) avanzar en el proceso de industria-
lización del cuero, especialmente para el mercado interno pero también para
la exportación; 2) asegurar la disponibilidad y mejorar el precio de cueros
terminados para manufacturas; y 3) reducir el precio relativo interno de los
cueros descarne, materia prima subutilizada en manufacturas por baja dispo-

Martín Schorr (coordinador) 215


nibilidad y precio22. La tecnificación de las curtiembres medianas y pequeñas
es el complemento indispensable para llevar adelante un proceso que incluya
cierta especialización en terminación de cueros con alta productividad. El
objetivo es, al menos, mantener la rentabilidad final de las curtiembres en la
medida en que aumente su valor agregado23.
Manufacturas. Los ejes transitan por: a) el incremento en la productividad (tec­
nificación y mejoras en procesos y escalas de producción); b) el estímulo a
la fabricación de productos de cuero; y c) la promoción de exportaciones. El
mayor acceso al cuero en cantidad y precio derivado de las medidas para el
sector curtidor mejorará las condiciones de competitividad de las manufactu-
ras, pero no serán suficientes para insertarse adecuadamente en los mercados,
en especial en los externos. Por ello el acceso a tecnología en gestión y pro-
cesos productivos se hace indispensable, lo cual impactará en un aumento de
la escala de producción y, por lo tanto, en la rentabilidad. Por otra parte, los
productos de cuero pueden estimularse a través de un mecanismo adicional
que premie la compra de cueros con un esquema tipo bono (porcentaje de
aportes patronales destinado a la compra de cueros) que permita el blanqueo
de personal, otro de los inconvenientes del sector. De este modo, se podría
abaratar el cuero y motivar que la mano de obra no sea la variable de ajuste
para mejorar de rentabilidad. Sin embargo, el aspecto crucial será una poten-
te penetración de exportaciones en los mercados de alta y media gama con
productos de calidad y valor agregado. Para ello es indispensable la creación
de una entidad promotora público/privada que brinde pre y pos-financia­-
ción de exportaciones, abarate y amplíe la participación en los principales
eventos internacionales (ferias, misiones comerciales, etc.), posicione el “cue-
ro argentino” en el mundo y promueva la creación de marcas; además de
fomentar la innovación tecnológica, el diseño y la capacitación tanto de tra-
bajadores como empresarios. En suma, una institución que genere estrategias
para el desarrollo del sector a largo plazo.

22 En 2011 el precio de exportación del cuero wet-blue descarne fue el 45% del wet-blue flor
(menor diferencia en los últimos años), mientras que en el mercado interno el cuero terminado
descarne es el 70% del flor. El incremento del derecho tendería a ampliar la brecha, acercarla
al nivel internacional, mejorar la competitividad de los fabricantes de manufacturas y disminuir
el incentivo a migrar de la materia prima cuero hacia el plástico o textil.
23 Las iniciativas tendientes a generar un acuerdo entre las curtiembres grandes y las terminales
automotrices para incrementar las exportaciones de tapicería profundiza la tendencia a la
concentración de las primeras y mejora su rentabilidad y estructura exportadora, pero tiene im-
pactos negativos sobre el resto de las curtiembres y los fabricantes de manufacturas por menor
disponibilidad de cueros en el mercado interno. En paralelo, constituye un beneficio ostensible
para las trasnacionales automotrices ya que les permite compensar importaciones en el marco
de la política comercial en curso.

216 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


Un proceso industrializador requiere necesariamente de medidas sectoriales
que derriben las restricciones específicas al desarrollo en cada una de las activida-
des. En la cadena del cuero la puesta en marcha de un set de políticas articuladas
es indispensable para revertir el proceso de primarización y la especialización en
segmentos claramente desfavorables que el actual sistema de incentivos estimula
en el ámbito de las manufacturas. La puesta en marcha de medidas de política
económica de esta naturaleza será indefectiblemente menos costosa que las con-
secuencias de mantener el status quo actual.

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INTI (2011a): “Plan Estratégico Industrial
Argentina 2020: Sector Cuero-Calzado”,
Área de Economía Industrial, Buenos
Aires.
INTI (2011b): “Una mirada sobre la cadena
del cuero y sus manufacturas”, en Saber
cómo, N° 101, Buenos Aires.
Ministerio de Industria (2012): “Plan Estraté-
gico Industrial Argentina 2020”, Buenos
Aires (disponible en http://www.indus-
tria.gob.ar/plan-estrategico-industrial-
2020/libro/, consultado el 10/12/2012).
MRECIC (2010): “Sector de la Industria del
Calzado”, Subsecretaría de Comercio In-

Martín Schorr (coordinador) 217


7 en la Argentina.

/ La industria textil y de indumentaria

Informalidad y tensiones estructurales en la


posconvertibilidad

Esteban Ferreira y Martín Schorr

I. Introducción

L
a industria textil y de indumentaria es considerada tecnológicamente ma-
dura, es decir, sus innovaciones más importantes son incrementales, prin-
cipalmente de proceso al inicio y al final de la cadena de valor, y también
de incorporación de nuevas tecnologías en hilados y tintorería, las que luego son
trasladadas al resto del entramado. A su vez, los extremos son tradicionalmente
intensivos en mano de obra, aunque la producción primaria se ha tecnificado
mucho en las dos últimas décadas, y el resto de los eslabones industriales, los
intermedios, son básicamente intensivos en capital. Cada etapa da por resultado
una diversidad de productos alcanzando al final de la cadena una multiplicidad
de bienes con variadas aplicaciones y usos, que en términos generales se pueden
clasificar en indumentaria, artículos del hogar y de uso industrial.
A diferencia de otras industrias en el país, la producción de todas las etapas
está destinada fundamentalmente al mercado interno que, al fabricar commodities
hasta los eslabones intermedios, tienen precios internacionales de referencia que
limitan la apropiación de renta potencial e inducen a generar mecanismos alter-
nativos para su retención por parte de los actores con mayor poder relativo.
El grado de tecnificación y la escala de producción son las barreras de entrada
y los factores de competitividad en el segmento textil, mientras que la calidad
de la materia prima es determinante en la etapa primaria, lo mismo que el costo
de mano de obra en el segmento de la indumentaria. China es el referente inter-
nacional y Brasil el regional, ambos con mano de obra más barata y escalas de
producción más elevadas que la Argentina. Al ser una industria madura, muchas
empresas locales están en la frontera tecnológica; sin embargo, los factores alu-
didos condicionan su competitividad en los mercados externos y en el interno. De
este modo, las políticas de protección se convierten en un instrumento decisivo

219
para el sostenimiento de las fábricas y las fuentes de trabajo especialmente en los
eslabones finales de la cadena de valor. Por lo cual, la diferenciación de productos
y las innovaciones en los componentes y las funciones de los bienes finales se
transforman en factores de competitividad adicionales y relevantes desde una
perspectiva de mediano y largo plazo.
En cuanto al tipo de firmas, existe gran cantidad de productores primarios
con bajas escalas de producción y mayoría de pequeñas y medianas empresas en
el segmento de indumentaria. Por su parte, el entramado textil cuenta con rela-
tivamente pocas y grandes firmas en función de los factores de competitividad
señalados. La disponibilidad de mano de obra es esencial en el segmento de la
confección, siendo uno de los sectores de la industria manufacturera doméstica
con remuneraciones más bajas y peores condiciones laborales, lo cual genera
desincentivos para ingresar en la actividad y baja calificación de los operarios
existentes, restringiendo ganancias de productividad esenciales que mejorarían
la competitividad.
La desigual distribución del ingreso, la creciente precariedad laboral y la
pobreza han generado el fraccionamiento del consumo de bienes finales por
estrato social en un reducido mercado de altos ingresos en el segmento formal y
el resto, de consumo masivo, mayoritariamente a través del mercado informal.
Es decir, el último eslabón registra una marcada división en el tipo de bienes
consumidos, los precios de venta al público y los puntos de comercialización de
acuerdo al nivel de ingreso de los compradores.
Así, las tensiones estructurales por la distribución del ingreso generado en
la industria se dirimen en función del poder relativo de los actores: los provee-
dores concentrados de insumos textiles comprimen a los fabricantes de bienes
finales, los centros comerciales y bancos a las marcas de indumentaria y éstas a
los costureros que son los que soportan, en definitiva, el mayor peso del ajuste
por ser el eslabón más débil.
En este contexto, la informalidad se transforma en uno de los mecanismos
más habituales para aumentar la cuota de ganancias de los actores productivos
con mayor poder relativo, abarcando la venta de tejidos para indumentaria, la
confección de prendas en sí misma y la precariedad laboral de los trabajadores en
la etapa final. De allí que no resulte casual que el mercado de La Salada se haya
convertido en el principal centro de producción y ventas en el nivel nacional.
El resto del trabajo aborda esta problemática a partir de considerar, en la
Sección II, algunos aspectos destacados de la situación internacional y sus pers-
pectivas que revisten interés para el análisis de la realidad sectorial en el país. En
la Sección III se estilizan las características productivas de los eslabones más des-
tacados con el objeto de identificar algunas condiciones estructurales relevantes.
La Sección IV aborda la evolución reciente de la industria a partir del seguimiento
analítico de una variedad de indicadores. Sobre la base de estas indagaciones,
en la Sección V se estudia la forma en la que se distribuye el ingreso dentro

220 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


de la industria. En las conclusiones se plantean, para la discusión, un conjunto
de recomendaciones de política sectorial tendientes a influir sobre las falencias
estructurales y favorecer el desarrollo manufacturero futuro.

II. Perfiles de especialización internacional

La globalización, la creciente liberalización del comercio internacional, las


estrategias de los países desarrollados y la expansión del capitalismo en China,
India y otras economías del sudeste asiático han tenido un fuerte impacto en la
evolución de la industria textil y de indumentaria en los últimos años. Y, en con-
secuencia, son elementos insoslayables para la caracterización de la situación y
las perspectivas del sector en la Argentina.
En este sentido, una primera cuestión a resaltar pasa por el irreversible pro-
ceso de internacionalización y relocalización de la producción. Esta industria,
que históricamente actuaba en particular en mercados locales y/o regionales, fue
dando paso a un sector que opera en un mercado globalizado y que tiende a la
concentración en países que poseen abundancia de mano de obra.
Esta dinámica se vincula con dos factores principales. Por un lado, con el
importante rol de estas industrias en el desarrollo capitalista. Los procesos de
industrialización históricamente estuvieron asociados, en sus primeras etapas,
a la producción textil1. Dentro de este sistema se ha profundizado la división
internacional del trabajo sobre la base de la abundancia de mano de obra barata.
Este escenario explica los sucesivos procesos de relocalización ocurridos en el
último medio siglo2. Estos movimientos migratorios fueron acompañados por
la conformación de espacios de preferencia comercial como los de México y
América Central con Estados Unidos y la ampliación de la Unión Europea.
Por otro lado, la creciente internacionalización del sector se relaciona con las
negociaciones multilaterales. Con el acuerdo del GATT (1947) se establecieron
las reglas generales de competencia; en la Ronda Uruguay (1994), que fundó la

1 Este fenómeno, inicialmente desarrollado por Gran Bretaña a fines del siglo XVIII, fue replica-
do más tarde por los Estados Unidos en el siglo XIX, por la economía japonesa en la inmediata
posguerra y por Corea del Sur en el decenio de 1960. En los últimos años el mismo modelo
de inserción en la economía mundial fue aplicado por China y otros grandes exportadores de
indumentaria del sudeste asiático (principalmente Indonesia, Tailandia, Bangladesh, Camboya,
Myanmar, Filipinas, Vietnam y Sri Lanka), que dinamizan sus economías a través de industrias
livianas e intensivas en mano de obra (Chang, 2002).
2 Esquemáticamente, se registran tres procesos de relocalización. El primero a fines de la década
de 1950 y principios de la de 1960 desde Norteamérica y Europa Occidental hacia Japón. El
segundo, en el decenio de 1970 e inicios del siguiente, desde Japón hacia Hong Kong, Taiwán
y Corea. El último, en la década de 1990, desde estos últimos tres hacia otras economías en
desarrollo de Asia, principalmente a China, Indonesia, Tailandia y Filipinas y, en menor medida,
hacia algunas naciones de Latinoamérica y de Europa Oriental (Gereffi, 1999).

Martín Schorr (coordinador) 221


Organización Mundial del Comercio (OMC), se estableció un régimen general
de comercio libre en el que se limitaron las medidas de defensa comercial y los
derechos de importación con excepciones para productos agrícolas y textiles. El
proceso de globalización se aceleró en 2005 con la incorporación plena de los
textiles y la indumentaria a las normas generales de la OMC.
Un segundo aspecto relevante, motorizado en buena medida por los acuerdos
de liberalización comercial y la expansión de las economías asiáticas, es el incre-
mento de la tasa de crecimiento de la producción mundial textil en los últimos
veinte años, superando los ochenta millones de toneladas de producción de fibras
textiles en 2011, más del doble de lo fabricado en 1990. Mientras que en la década
de 1990 la fabricación mundial aumentó a una tasa acumulada anual del 3,1%,
entre 2000 y 2011 lo hizo al 4,2% promedio por año3.
Como tercer punto de importancia y asociado al anterior, cabe destacar la
modificación en el cuadro mundial de la producción textil por tipo de fibra. Un
panorama de largo plazo marca una creciente participación de las fibras sintéticas
por sobre las naturales y las artificiales (Gráfico N° 1). Este comportamiento
obedece a la aparición y el desarrollo de nuevos materiales y su incidencia en los
costos y en las tendencias de la moda. Propensión que se mantiene en la última
década con ritmos de crecimiento en las fibras industriales al menos del 50%
por encima de la tasa de aumento de las fibras naturales. A raíz de este desen-
volvimiento productivo, a comienzos del decenio de 2010 las dos terceras partes
corresponden a fibras sintéticas y artificiales y el resto a naturales, cuando hasta
inicios de la década de 1990 éstas superaban a las primeras4.
El cuarto aspecto relevante, consecuencia de los anteriores, se vincula con
las formas organizativas de la producción de bienes finales encuadradas en dos
tipologías bien diferenciadas:

• prendas estandarizadas: no tan vulnerables a los cambios de moda y defini-


das como commodities, tales como t-shirt, jeans, prendas básicas, etc., que
corresponden a grandes volúmenes de producción basados en el bajo costo
de la mano de obra, siendo el elemento clave la calidad y el bajo precio; y
• productos de moda y técnicos: artículos de producción muy segmentada, en
pequeños lotes con diseño, color, formas, estructuras y nuevos materiales
determinados por las tendencias de la moda y ciertos nichos (deportes de alto
rendimiento, salud, protección, etc.). La diferenciación se logra en las últimas
etapas del ensamble con tecnología y el empleo de materiales especiales.

3 Véase http://www.cirfs.org/ (consultado el 14/3/2013).


4 Como se verá, en el caso argentino la estructura productiva por tipo de fibra se ha mantenido
prác­ticamente constante en el tiempo y es casi la inversa de la mundial.

222 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


Gráfico N° 1. Industria textil y de indumentaria. Producción mundial por tipo de
fibra, 1950-2011 (en miles de toneladas).

80.000
Fibras artificiales
70.000 Fibras sintéticas

60.000 Lana
Algodón
50.000

40.000

30.000

20.000

10.000

0
1950 1960 1980 1990 2000 2011

Fuente: Elaboración propia en base a The International Rayon and Synthetic Fibres Committee (CIRFS).

En este contexto se pueden identificar tres perfiles de especialización. Por


un lado, aparecen las economías asiáticas, aunque también la de algunos países
de América Central, identificadas con la primera forma organizativa que, ante
la apertura comercial y en base a abundantes recursos humanos y condiciones
laborales muy precarias, se orientan casi exclusivamente a la exportación. Por
otro lado, se encuentran las economías más desarrolladas (como la de Estados
Unidos y diversas naciones occidentales de la Unión Europea) basadas en el
segundo tipo de organización y que han desmantelado paulatinamente las áreas
más intensivas en mano de obra de la cadena de valor, reservándose el control de
la misma a través del desarrollo del diseño, marcas, marketing y distribución. En
estos ámbitos se conserva la vanguardia del desarrollo científico-tecnológico y se
caracterizan por salarios altos y trabajadores calificados en sus países de origen.
Por último, en una situación intermedia y mucho más delicada, quedan las econo-
mías que pretenden mantener su producción y desarrollan prácticas comerciales
proteccionistas. Las mismas no abandonaron la fabricación de los bienes menos
diferenciados del mercado, buscan el autoabastecimiento de fibras, se orientan
básicamente al mercado interno, generan diseño y tienden a desplazarse a nichos
de alto valor agregado. En este grupo aparecen algunos países latinoamericanos,
incluida Argentina, y de Europa del Este.
El quinto punto relevante es la estrategia de los países más avanzados para
retomar la iniciativa, consistente en el desarrollo de un conjunto de innovaciones

Martín Schorr (coordinador) 223


que permiten agregar valor a las fibras generando nuevas funciones. Se trata en
términos globales de textiles funcionales y textiles inteligentes. Los primeros
se definen como aquellos que no sólo desempeñan las funciones propias de los
artículos textiles convencionales, sino que además cumplen funciones no inhe-
rentes a su naturaleza textil, ampliando su aplicación a otros productos como en
la construcción y en otras técnicas (techos de terminales, air bag, silo bolsa, etc.).
Por su parte, los textiles inteligentes son materiales que reaccionan ante estímulos
externos, combinando las técnicas tradicionales de elaboración de tejidos con la
microelectrónica y la incorporación de censores (Marino, 2005).
El desarrollo de disciplinas como la microelectrónica, la biología y la nano-
tecnología han permitido incorporar nuevos procesos y materiales a los productos
textiles. En la actualidad éstos se relacionan con sus múltiples aplicaciones en
áreas como automotriz, aeronáutica, construcciones, medicina, protección perso-
nal, confort, funciones interactivas, etc. Por el momento, los textiles innovadores
ocupan un pequeñísimo nicho del mercado por su elevado costo pero segura-
mente se irán masificando, reduciendo su valor. Estas innovaciones están en
pleno proceso de desarrollo y se espera que marquen la tendencia durante un par
de décadas. Todo este conjunto de innovaciones constituye una plataforma para
la producción en escalas medias y bajas, dado que se trata de bienes finales dife-
renciados y de alto valor agregado que podrían ser desarrollados e incorporados
en la industria nacional (al menos alguna gama de productos).

III. Características productivas de la industria en la Argentina5

Las disímiles estructuras productivas y tecnológicas en las etapas de la indus-


tria inciden en el grado de concentración, competencia, rentabilidad y adopción
de innovaciones, y generan diversos “cuellos de botella” para el desarrollo del
sector textil y de indumentaria. Es por ello que resulta de interés analizar los
aspectos centrales de los eslabones más importantes.

III.1. Producción primaria

La mayoría de las hilanderías nacionales utiliza fibra de algodón como prin-


cipal insumo alcanzando una participación cercana al 70%, el poliéster explica
el 20% y el resto son otras fibras sintéticas y artificiales (acrílico, nylon, rayón
viscosa, modal, etc.), y finalmente la lana.

5 Esta sección está basada en los desarrollos analíticos de INET, 2010.

224 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


En el caso del cultivo del algodón, la producción primaria está atomizada,
aunque hay algunos grandes cosechadores, desmotadoras de algodón6 de enver-
gadura e hilanderías de peso. Existen diferentes canales de aprovisionamiento de
fibra. Uno de ellos son las cooperativas, donde pequeños y medianos productores
concentran su producción de algodón en bruto y comparten una desmotadora.
Otra forma es a través de acopiadores, que compran directamente a los pequeños
y medianos productores para luego revender la mercadería. En tanto, como en
otros mercados de commodities, también existe el corredor, que interactúa entre
compradores y vendedores y recibe una comisión sin asumir responsabilidad
financiera por la transacción. Los grandes productores orientan sus ventas hacia
desmotadoras privadas que, a su vez, destinan la fibra a la exportación y a las
hilanderías7. Finalmente, cabe resaltar que buena parte de las fibras artificiales
y sintéticas es importada.

III.2. Hilanderías

Se trata del segmento de la industria más intensivo en capital y se aboca bási-


camente a la elaboración de commodities. En este ámbito las ventajas competiti-
vas residen en las economías de escala que determinan elevados niveles óptimos
de producción8. Este proceso concentrador se intensificó en el decenio de 1990
con pérdida de empresas medianas que abastecían ciertos segmentos específicos
dejando huecos en el entramado productivo que no se han reconstituido en la
posconvertibilidad.
Por otro lado, es de vital importancia para su competitividad la disponibilidad
de materia prima a valores internacionales y en niveles aceptables de calidad. En
ese sentido, la producción nacional cuenta con fibras naturales (básicamente algo-
dón, ya que la lana se exporta mayoritariamente sin hilar y la fibra de camélidos

6 Esas firmas pueden estar integradas o comprar el algodón en bruto a pequeños, medianos y
grandes cosechadores. Su actividad consiste en separar, desde el algodón en bruto, la fibra de
la semilla y la suciedad.
7 Si bien, en general, las hilanderías se abastecen de fibra nacional, el auge sojero provocó, desde
la década de 1990, el desplazamiento de la producción algodonera. Este fenómeno, sumado a la
expansión de la capacidad productiva de la industria local de los últimos años, implicó que
las hilanderías tengan que importar, fundamentalmente de Brasil por las ventajas arancelarias
asociadas al Mercosur y por tener fibra no contaminada en abundancia y de mayor calidad que
la nacional. Acerca de las características del complejo algodonero y al impacto de la expansión
sojera, véase Gorenstein, Ferreira y Schorr, 2012.
8 La empresa más importante del eslabón en el país es TN&Platex, con siete plantas productivas
distribuidas en cinco provincias, que producen alrededor de 4.000 toneladas mensuales (http://
www.tnplatex.com/, consultado el 4/4/2013). En segundo lugar, aparece Tipoití con capacidad
para producir 2.000 toneladas mensuales (www.tipoiti.com.ar, consultado el 4/4/2013) y como
tercer gran productor, con una escala de 700 toneladas mensuales, Algodonera Avellaneda, pro-
piedad del grupo Vicentín, que a diferencia de las otras dos compañías, también posee tejeduría
(http://www.vicentin.com.ar/, consultado el 4/4/2013).

Martín Schorr (coordinador) 225


sólo se procesa a nivel artesanal), así como con un productor de escala mundial
de fibras e hilados de poliéster (MAFISSA).
Respecto a la localización geográfica de la producción, se presentan tres
factores de atracción para la instalación de las fábricas: la cercanía a la provisión
de la materia prima (generada principalmente en Chaco y, en menor medida, en
Santiago del Estero, Formosa, Santa Fe y Corrientes), el acceso a los grandes
mercados (en especial el de Buenos Aires) y la utilización de los regímenes de
promoción industrial (La Rioja, San Luis, Catamarca y San Juan).

III.3. Tejedurías

La demanda derivada de las hilanderías está compuesta por empresas produc-


toras de tejidos de punto, planos, trapos para limpieza, medicinales y otros para
diferentes industrias. Los clientes más importantes son las tejedurías de punto
–concentran alrededor del 65% de las compras–, debido a que, a diferencia de los
tejedores planos9, están menos integradas y predomina en el mercado nacional la
elaboración de indumentaria de tejido de punto sobre la plana.
A partir de la devaluación de 2002, por la recuperación del mercado interno y
el mayor costo de importación, las grandes hilanderías imponen condiciones de
venta a sus clientes. Su política comercial les permite regular en alguna medida el
funcionamiento “aguas abajo” de la cadena de valor. En cuanto a la formación de
precios, los mismos están definidos por el mercado mundial desde que los hilados
son productos de baja diferenciación. En esta dinámica, la oferta local tiene poco
margen para establecer precios superiores a los internacionales.

III.3.1. Tejedurías de punto

De acuerdo a información de las cámaras empresarias más representativas


del sector, esta rama textil está integrada por cerca de quinientas empresas cuya
producción anual estimada es de ciento diez millones de kilogramos con el pleno
uso de su capacidad instalada. El 60% es elaborado por tejedurías sin hilandería
y el resto por tejedurías que cuentan con hilandería propia. Si bien la mayoría de
las empresas son pymes, existen alrededor de diez firmas relativamente grandes.
No constituyen un segmento tan capital intensivo como el de las hilanderías y el
de las tejedurías planas. En general, la producción se realiza en series cortas y
con bajo nivel de automatización.
Un aspecto adicional es que las empresas suelen recurrir a otras que trabajan
para terceros para completar su producción. Las condiciones de ingreso en este
segmento, al ofrecer sólo el servicio de tejido y no encargarse de la compra de

9 Cabe aclarar que los grandes usuarios de hilado de algodón entre las tejedurías planas son los
productores de denim que suelen operar con hilandería propia.

226 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


la materia prima ni de la venta del producto final, son más simples y se registra
un mayor grado de informalidad. Es habitual que las empresas destinen parte de
su estructura productiva al servicio de fason y complementen su oferta contra-
tando dicho servicio cuando deben atender pedidos que superan su capacidad
de producción.
Por otro lado, muchas tejedurías tienen su propia tintorería y, además de
utilizarlas al máximo de su capacidad, envían a tintorerías de terceros10. En gene-
ral, son pocos los fabricantes de telas que están integrados hacia atrás y/o hacia
adelante (no suelen confeccionar prendas ni tener canales de comercialización
propios). Sus proveedores son las hilanderías locales que le venden hilados tipo
bonetería (principalmente de algodón, poliéster y mezcla). También se abastecen
de insumos importados por falta de oferta nacional (fibras industriales), calidad
y/o precio. En cuanto a la competencia en el sector, los factores determinantes
son la diferenciación de producto a través del acabado de telas (tintorería y estam-
pería), diseño, calidad y precio.
Por su parte, la importación de tejidos de punto no representa una fuerte
amenaza debido a que la diferenciación de producto y la existencia de series
de producción cortas, por el efecto de cambios de temporada y moda, actúan
como barreras naturales. En cambio, en el abastecimiento de telas planas, sí se
presenta una agresiva competencia del exterior, aunque la mayoría de los talleres
de confección no tiene la escala suficiente para importar.
La relevancia del sector para una estrategia de mediano plazo radica en que
la tecnología de punta es eficiente con baja escala de producción y permite incor-
porar diseño para confeccionar la prenda completa. Los principales clientes del
sector son los fabricantes de prendas de vestir y los mayoristas y/o distribuidores
de telas, todos estrechamente vinculados al complejo productivo de La Salada,
ya que las bajas escalas de producción permiten complementarse con pequeños
fabricantes de bienes finales, conformando un inmenso mercado informal de
telas.

III.3.2. Tejedurías de tela plana

Las telas planas se caracterizan por su resistencia, rigidez y durabilidad. Den-


tro de la cadena representan un sector intensivo en capital y escalas mínimas
relativamente elevadas. Se utilizan básicamente para la producción de pantalo-
nes, camisas, camperas y confecciones para el hogar (sábanas, toallas, cortinas,
manteles, etc.). Dado que la tela plana es un commodity, con gran competencia
proveniente de Brasil, Pakistán y crecientemente de China e India, el margen de
rentabilidad que puede aplicar el fabricante sobre los costos es muy bajo.

10 Entre las empresas medianas y grandes con tejeduría de punto, que operan en el sector con tin-
torería propia, se destacan Iteva, Texcom, Ritex, Sedamil, Guilford, Nortextil Balto y Amesud.

Martín Schorr (coordinador) 227


En cuanto a las firmas de tejido plano con tintorería, en general son medianas
o grandes. Entre los productos más importantes de este segmento se destaca la
gabardina y particularmente el denim. A diferencia de las empresas de tejidos
de punto y también de otras de tejido plano, los productores de denim, dada la
complejidad y especificidad de la tecnología aplicada y la intensa competencia
en el nivel nacional e internacional, poseen estructuras de fabricación integradas
hacia las fases previas, es decir, además de tejer, realizan tareas de hilado. La
integración vertical en el segmento denim es una tendencia mundial.

III.4. Tintorerías

Atento al elevado costo de la tecnología aplicada, la intensidad de capital y la


escala mínima requerida, las tintorerías de tejidos planos son muy pocas, lo que
representa un “cuello de botella” para este segmento. En cambio, las de tejidos
de punto son menos intensivas en capital y son eficientes en escalas medias de
producción por lo cual es un sector con potencial competitivo en el país.

III.5. Indumentaria

Los clientes de las tejedurías, abocados a alguna fase de la elaboración de


indumentaria, se pueden dividir en marcas de ropa, fabricantes de ropa en talleres,
mayoristas y/o distribuidores de telas y supermercados. De acuerdo a estima-
ciones privadas y públicas11, el mercado informal sería de al menos el 40% en
facturación y el 60% en volumen, y es realizado fundamentalmente en el mer-
cado de La Salada y el complejo comercial de la calle Avellaneda en el barrio de
Flores de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Los productos allí elaborados
son revendidos en las ferias conocidas como “Las Saladitas” y en los comercios
del interior del país. Se trata generalmente de indumentaria estándar, sin reque-
rimientos de mano de obra calificada, con escaso valor agregado y realizada con
tecnología básica.
El circuito informal se origina en los distribuidores de telas, básicamente
del barrio porteño de Once, continúa en talleres de costura pequeños, precarios,
domiciliarios y clandestinos (todos con mano de obra prácticamente en negro
y a veces esclava) y finaliza con la comercialización en los lugares antes men-
cionados. Las marcas de ropa, especialmente las grandes, se dedican al corte,
empaque y distribución, la fabricación propiamente dicha es mayormente ter-
ciarizada en empresas pequeñas y talleres de confección, muchos de los cuales
trabajan tanto para el mercado formal como el informal. Este sistema es posible
dada su intensidad en mano de obra con reducida inversión por ocupado y, por

11 Véase Claves, 2009; Coatz y Kestelboim, 2012; y las estimaciones realizadas por el INTI Tex-
tiles (disponibles en http://www.inti.gob.ar/textiles/vestirconciencia/, consultado el 22/3/2013).

228 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


lo tanto, escasas barreras de entrada siendo el bajísimo costo de la mano de obra
el principal factor de competitividad12.
Los cambios en el funcionamiento de este segmento de la industria desde
la década de 1990 se pueden resumir en: a) tendencia a la desverticalización de
la producción; b) abandono por parte de las marcas de la tarea de confección,
derivada a pequeños talleres; c) mayor rentabilidad en corte, diseño, marke-
ting y comercialización; y d) fuerte concentración en empresas grandes, menor
rentabilidad en empresas chicas y creciente proceso de informalidad. En este
contexto, la evolución de la producción local depende del poder de compra del
mercado interno en el mayoritario circuito informal y, en el mercado formal de
menor tamaño, de su costo relativo respecto a China y de las restricciones a las
importaciones que se puedan aplicar.
Las características estructurales señaladas de la cadena de valor confluyen
en que la actividad se ha mantenido sobre la base de salarios muy reducidos. De
acuerdo a un estudio del INTI Textiles13, el costo de la mano de obra en un taller
formal en la fabricación de un jean alcanza al 3% del valor de venta al público.
En cambio, en talleres informales ese valor sería la mitad debido a que el salario
a destajo equivale al 50% del estipulado por el Convenio Colectivo de Trabajo
(CCT), además de obviarse cargas sociales y otros beneficios.
La manifiesta precariedad laboral trae como consecuencia una baja oferta de
mano de obra local acompañada de escasa calificación y productividad; en otras
palabras, los deprimidos niveles salariales, la informalidad en la contratación y el
trabajo a destajo que identifican a la industria de la confección se convierten en
desincentivos para ingresar en la actividad. La búsqueda de bajos costos concen-
tra la demanda de trabajo en operarios no calificados ofreciendo remuneraciones
muy inferiores a las del resto de los oficios en el sector.
En este contexto, la introducción de mano de obra barata de países vecinos
se ha convertido en la “vía de escape” para las empresas y marcas de ropa que
trabajan con talleres, reduciendo las remuneraciones promedio del sector de modo
considerable14. Los operarios bolivianos suelen ser “contratados” por salarios más
bajos, en condiciones de total precariedad laboral y con mejores resultados desde
el punto de vista de la productividad.

12 Para un análisis detallado de las diversas relaciones entre las marcas de ropa, los talleristas
intermediarios y los talleres de costura, consúltese D’Ovidio, 2007.
13 Véase, para un resumen de la investigación, Choren, 2009.
14 Las primeras noticias sobre las explotaciones sufridas por migrantes en el sector datan de fines
de la década de 1990, cuando las políticas neoliberales y el consecuente desempleo empujaron
a numerosos trabajadores desocupados a aceptar las pésimas condiciones laborales ofrecidas por
los talleres clandestinos. Sin embargo, esta problemática recién alcanzó estado público con el
incendio de un taller clandestino el 30/3/2006 que cobró la vida de seis inmigrantes procedentes
de Bolivia, cuatro de ellos menores.

Martín Schorr (coordinador) 229


La terciarización de la producción está regulada por la Ley Nº 12.713 que
tiene por objeto garantizar a los trabajadores a domicilio condiciones equiva-
lentes a las de los trabajadores en fábrica. Para ello establece la registración de
todos los actores y exige una “etiqueta” que indique el taller donde fue realizada
la prenda. Además, contiene un “tarifario” que busca llevar a valor producto el
salario establecido en el CCT, clarifica el alcance de la responsabilidad solidaria
en la cadena y determina una sanción penal por incumplimiento de la Ley15. Así,
posibilita la identificación del trabajo no registrado y determina las remunera-
ciones legales a los costureros, mientras que su evasión implica no sólo abaratar
costos, sino también licuar responsabilidad legal en la contratación de mano de
obra y transferir el riesgo empresario16.

III.6. Diseño de indumentaria de autor

Es un nuevo segmento que se ha afianzado tras la salida del régimen de


convertibilidad y que cuenta con más de doscientos diseñadores. Se encuen-
tra mayoritariamente constituido por unidades productivas regulares de bienes
diferenciados con alto valor agregado que trabajan en buena medida con talleres
informales, aunque están más tecnificados y con mano de obra más calificada y
mejor remunerada que el promedio de los que trabajan para La Salada, incluyendo
los vinculados a las marcas de ropa. La diferenciación de productos se basa en la
creatividad y profesionalización del diseño, convirtiéndose en un segmento inno-
vador dentro de la industria que, orientado al mercado “alternativo” de medio y
alto poder adquisitivo, no compite ni con el segmento de alto precio de las marcas
reconocidas ni con los productos importados de países del sudeste asiático17.

III.7. Canales de comercialización

Más del 60% de la indumentaria que circula por el país proviene de La Salada
y el circuito de la calle Avellaneda, luego es vendida al público en más de doscien-
tas ferias o Saladitas y en una multiplicidad de comercios tradicionales en todo el

15 Se puede encontrar un análisis pormenorizado de la Ley Nº 12.713 en Lieutier, 2010.


16 Desde hace unos años está en debate la actualización o modificación de la ley de trabajo a do-
micilio ya que en la práctica no se aplica. El sector empresario pugna por eliminar las sanciones
penales, morigerar la responsabilidad solidaria y desregular el precio por el trabajo a destajo. En
este sentido, el INTI Textiles ha realizado algunas actualizaciones al “tarifario” que permiten
trasladar las condiciones del CCT al pago por artículo. Al respecto, consúltese el programa de
certificación de condiciones laborales y ambientales (Compromiso Social Compartido) y el
portal “Vestir(con)ciencia” (http://www.inti.gob.ar/textiles/compromiso.htm y http://www.inti.
gob.ar/textiles/vestirconciencia/, ambos consultados el 22/3/2013).
17 Para un análisis en profundidad de este segmento y su dimensionamiento económico véase
Marino, 2011.

230 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


territorio nacional. Como se verá más adelante, el tipo de producto, la cantidad
de actores intervinientes en el proceso de comercialización y las modalidades
del canal comercial determinan el precio final y la distribución de la renta en la
cadena de valor.
Dentro del mercado registrado, los canales de comercialización más relevan-
tes son el tradicional y los shoppings, con participación creciente en los últimos
años de franquicias (localizadas en shoppings), outlets y grandes tiendas (Cuadro
Nº 1).

Cuadro Nº 1. Industria textil y de indumentaria. Ventas por canal de comer­cia­


lización, 2008 (en porcentaje).

Canal de comercialización
Tradicional 34,0
Shopping 19,6
Franquicias 15,6
Propios/outlet 9,5
Grandes tiendas 8,2
Directa/Internet 7,1
Hipermercados 6,0

Fuente: Claves (2009).

Los shoppings, incluyendo franquicias, y las grandes tiendas contienen las


principales marcas de indumentaria determinando el segmento de alto precio
orientado a la población de mayores ingresos. La concentración en los puntos
de venta otorga un mayor poder relativo a los centros comerciales y los bancos
en relación con los fabricantes que les permite extraer un porcentaje mayor de
la renta sectorial a través de costos inmobiliarios, comisiones, ventas en cuotas
y promociones.

IV. Estructura y dinámica reciente de la industria

El análisis del sector textil y de indumentaria está limitado por la escasa


información disponible sobre el segmento informal, predominante especialmente
en la confección. Las estadísticas oficiales relevan básicamente a las actividades
formales de la cadena por lo cual los resultados son sólo parciales. De este modo,
luego de indagar en las fuentes de información del INDEC y el Ministerio de
Trabajo, Empleo y Seguridad Social (MTEySS) se procedió a utilizar fuentes

Martín Schorr (coordinador) 231


alternativas. Ello, con el propósito de dimensionar el segmento de indumentaria
al menos en cuanto a la producción total y el empleo, entendiendo que el eslabón
intermedio –producción de textiles– se encuentra razonablemente cubierto por
las estadísticas oficiales, pese a registrar niveles de informalidad significativos
en algunas actividades.

IV.1. Evolución de la producción, el empleo y la informalidad

Durante la vigencia de la convertibilidad se produjo el desmantelamiento de


muchas actividades y segmentos del sector manufacturero, proceso que afectó
particularmente a la industria textil y de indumentaria. En efecto, mientras las
fábricas y los ocupados en el total de la industria se redujeron el 10% y el 5%,
respectivamente, entre los censos industriales de 1994 y 2004/05, los sectores
bajo estudio retrocedieron en torno del 19% en materia de fábricas, mientras que
los ocupados disminuyeron el 27% en textiles y el 14% en indumentaria. Estas
industrias orientadas mayormente al mercado interno no soportaron la compe-
tencia de bienes importados desapareciendo actividades esenciales dentro del
entramado productivo18.
En cuanto a la estructura de la industria bajo estudio, el Censo Nacional Eco-
nómico 2004/05 (CNE 04/05) arroja algunos rasgos de importancia: a) las fábri-
cas textiles son casi la mitad de las de indumentaria pero emplean más personal
y prácticamente duplican la facturación; b) lo anterior implica para el sector textil
que los locales tienen en promedio más ocupados, son más intensivos en capital
y registran niveles superiores de productividad laboral promedio; c) por rango de
puestos de trabajo ocupados se observan resultados disímiles: en el sector textil
la mayor parte del empleo y la producción se genera en las fábricas más gran-
des, mientras que en indumentaria el resultado es el inverso; d) la productividad
media de las grandes unidades productivas en confección es inferior a la de las
pequeñas, lo opuesto se registra en el sector textil; y e) el grado de integración en
indumentaria es superior al generado en textiles y, a su vez, en ambos sectores,
el de las pequeñas supera al de las grandes (Cuadro No 2).
Evidentemente el sistema de producción en las industrias de la confección,
con un alto nivel de terciarización de la costura en talleres informales, deriva en
que las compañías más grandes registren bajos niveles de producción y produc-
tividad, y una sustancial subestimación del nivel de empleo.

18 Un análisis intercensal completo se puede encontrar en Azpiazu, 2011; y Azpiazu y Schorr,


2011.

232 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


Cuadro No 2. Industria textil y de indumentaria. Principales variables censales,
2003 (en valores absolutos, millones de pesos de 2003 y porcentaje).

Rango de Puestos Valor de la


Productividad Grado de
puestos Locales de producción Ocupados
($ miles por integración**
de trabajo productivos trabajo ($ millones por local
ocupado)* (%)
ocupados ocupados 2003)

Total textil 2.300 42.856 6.195 19 144,6 36,0

0-50 92,5 37,8 34,4 8 131,6 42,9

51 y más 7,5 62,2 65,6 154 152,4 32,4

Total
4.269 36.875 3.137 9 85,1 42,6
confecciones

0-50 97,2 63,3 67,3 6 90,4 44,6

51 y más 2,8 36,7 32,7 112 75,8 38,5

* Valor de producción/puestos de trabajo ocupados.


** Valor agregado/valor de producción.

Fuente: Elaboración propia con datos del CNE 04/05.

Por su parte, la información elaborada por el MTEySS sobre cantidad de


empresas y ocupados registrados permite inferir que la información del Censo
corresponde casi exclusivamente a este segmento. A su vez, la evolución de la
industria formal entre 2003 y 200919 muestra un incremento significativo en
la cantidad de firmas y en el empleo en ambos sectores, el cual es superior en
indumentaria respecto de textiles y en las empresas grandes en relación con las
de menor envergadura. Asimismo, si bien aumenta el nivel promedio de ocupa-
dos por compañía en ambos sectores, al observar los datos por tamaño de firma
se comprueba que sólo las microempresas aumentan el promedio de ocupados
decreciendo en las empresas grandes, medianas y pequeñas (Cuadro No 3).

19 El último dato disponible en el MTEySS de empresas registradas corresponde al año 2009


(véase http://www.trabajo.gov.ar/left/estadisticas/oede/estadisticas_nacionales.asp, consultado
el 25/3/2013).

Martín Schorr (coordinador) 233


Cuadro No 3. Industria textil y de indumentaria. Empresas y empleo registrado,
1996-1998, 2003 y 2009 (en valores absolutos y porcentaje).

Empresas Ocupados por


Empleo registrado
registradas empresa
1996- 1996- 1996-
2003 2009 2003 2009 2003 2009
1998 1998 1998
Total textil 2.987 2.580 3.045 57.638 50.165 64.940 19,3 19,4 21,3
Grandes 2,9 2,7 3,4 41,5 41,5 45,9 274,0 297,3 287,6
Medianas 11,4 10,3 12,8 32,4 31,3 29,7 54,8 59,1 49,5
Pequeñas 31,6 30,6 34,6 19,7 20,1 18,7 12,0 12,8 11,5
Micro 54,1 56,4 49,2 6,4 7,0 5,8 2,3 2,4 2,5
Total confecciones 3.590 3.135 4.080 37.961 32.554 49.788 10,6 10,4 12,2
Grandes 0,4 0,4 0,8 17,1 15,5 23,4 470,8 388,1 374,1
Medianas 9,1 7,8 9,4 47,0 44,0 39,9 54,6 58,7 51,7
Pequeñas 29,4 29,4 36,5 25,2 28,2 27,2 9,1 10,0 9,1
Micro 61,1 62,4 53,3 10,6 12,3 9,5 1,8 2,0 2,2

Fuente: Elaboración propia con datos del MTEySS.

Estas evidencias estarían expresando que buena parte del aumento del empleo
en los últimos años no ha sido registrado. Básicamente, porque con menor o
igual dotación de empleados por empresa, aun considerando el incremento de fir-
mas registradas, sería imposible justificar el aumento de la producción de bienes
obtenido por el INDEC, salvo un salto exponencial en la productividad laboral
(dato no computado estadísticamente y de difícil realización en una industria
con las características de la analizada). Igualmente, el aumento en la participa-
ción relativa del empleo registrado en las empresas grandes sería menor al real
por efecto de la terciarización; por su parte, en las empresas medianas, chicas y
micro el empleo es menor en términos relativos, lo cual sugiere el predominio
del empleo informal.
Asimismo, en relación con el promedio 1996-1998, los mejores de la conver­
tibilidad, los guarismos correspondientes a 2009 muestran un nivel algo superior
en ambos sectores (nuevamente la mayor diferencia se observa en confecciones).
Finalmente, de los datos sistematizados se desprende que el sector formal de esta
industria casi no ha modificado su estructura en relación con la década de 1990
en cuanto al tamaño de firmas, con la excepción de las empresas grandes de
indumentaria que actualmente cuentan en promedio con una dotación de personal
sustancialmente menor.

234 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


En cuanto al nivel de actividad, seguramente la variable más subestimada en
el segmento textil dada su creciente inserción en el complejo productivo de La
Salada, los datos de la Encuesta Industrial del INDEC señalan un aumento de
la producción del orden del 17% entre 2003 y 2009 (por debajo del crecimiento
en la cantidad de empresas y el empleo cubierto por el MTEySS) y del 32%
entre 2009 y 2012, arrojando un incremento similar de la productividad laboral
promedio en los últimos tres años pese a que la intensidad laboral registra una
leve caída (Gráfico No 2).

Gráfico No 2. Industria textil. Evolución del índice de volumen físico de la pro-


ducción (IVF), la productividad* y la intensidad laboral**, 1996-2012 (en
índice base 2002=100).

350
IVF
Productividad
300
Intensidad laboral

250

200

150

100

50
1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012

* IVF/obreros ocupados.
** Horas trabajadas/obreros ocupados.

Fuente: Elaboración propia con datos del INDEC.

En suma, sobre la base del segmento formal, el sector textil no habría alcan-
zado los niveles más elevados de la convertibilidad en materia de producción, los
habría superado en empleo y mantenido en cantidad de empresas. Sin embargo, la
creciente informalidad de los últimos años induce a presumir que la producción y
el empleo total (formal e informal) habrían superado los registros más altos de la
década de 1990. Por otra parte, la cantidad de ocupados por empresa de acuerdo
a su tamaño en el segmento formal no coincide con la expansión del sector desde
2003 convirtiéndose en un indicador del aumento de la informalidad.

Martín Schorr (coordinador) 235


En el caso del segmento de indumentaria, la estimación de la evolución de la
producción y el empleo es todavía más compleja a partir de la profundización de
la terciarización de la costura en talleres mayormente no registrados. Las empre-
sas y el empleo registrado alcanzan principalmente la etapa de corte, empaque
y distribución, por lo cual es significativo que en las firmas grandes, medianas
y pequeñas disminuye la cantidad de ocupados por empresa en promedio entre
2003 y 2009, sugiriendo que la confección de prendas se realiza crecientemente
fuera de la empresa con empleo informal (Cuadro Nº 3).
Los datos de la Encuesta Industrial del INDEC, referidos al sector formal,
indican que la producción física aumentó hasta 2008 retrocediendo levemente en
los años siguientes quedando por debajo del pico de la convertibilidad, mientras
que la productividad y la intensidad laboral siguieron la misma tendencia aunque
por debajo del aumento de la producción. Sin embargo, dado el nivel de informa-
lidad laboral y la generalizada terciarización de la producción, es menester utilizar
fuentes alternativas que permitan acercarse a la producción real del sector.
En este sentido, el INTI Textiles ha elaborado una metodología que permite
estimar la producción y el empleo en la confección que consiste en calcular el
consumo aparente por fase productiva (fibra, hilados, tejidos, bienes finales e
indumentaria) considerando las mermas propias de cada etapa y suponiendo
productividad constante sin acumulación de stocks20. Esta estimación arroja como
resultado que la producción total habría aumentado el 50% entre 2003 y 2012, en
lugar del 34% obtenido por el INDEC, es decir, la actividad no registrada habría
ocupado un lugar protagónico en la recuperación acaecida en la posconvertibi-
lidad (Gráfico No 3).

20 Partiendo de la producción nacional de fibras se calcula su consumo aparente (producción +


importaciones - exportaciones) y, considerando las mermas promedio para su transformación en
hilados, se obtiene su producción. Replicando el procedimiento se puede estimar la producción
de tejidos y de bienes finales. Finalmente, de acuerdo a información de mercado se estima la
proporción que corresponde a indumentaria. Sobre las cuestiones metodológicas involucradas
en esta estimación, consúltese http://www.inti.gob.ar/textiles/vestirconciencia/ (consultado el
25/3/2013).

236 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


Gráfico No 3. Industria de indumentaria. Evolución del índice de volumen físico
de la producción (IVF), la productividad*, la intensidad laboral** y la pro-
ducción total***, 1996-2012 (en índice base 2002=100).

500
IVF
450 Productividad
400 Intensidad laboral
Producción total
350

300

250

200

150

100

50
1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012

* IVF/obreros ocupados.
** Horas trabajadas/obreros ocupados.
*** Producción segmento formal + producción segmento informal.

Fuente: Elaboración propia con datos del INDEC e INTI Textiles.

Por otra parte, la metodología mencionada permite estimar el empleo total del
sector y, por lo tanto, el porcentaje de informalidad laboral. Así, entre los años
señalados, mientras el empleo registrado creció el 57%, el empleo no registrado
habría aumentado el 200%, alcanzado el sector a un total de casi ciento ochenta
mil ocupados en 2012, con un nivel de informalidad del orden del 65/70% desde
el 2004 hasta la actualidad (Gráfico No 4)21.

21 Según cálculos de la Fundación Pro Tejer, los trabajadores afectados a la actividad de la con-
fección alcanzarían a 200.000 con un nivel de informalidad del 80% (Coatz y Kestelboim,
2012).

Martín Schorr (coordinador) 237


Gráfico No 4. Industria de indumentaria. Evolución del empleo registrado, el no re-
gistrado y la informalidad, 1992-2011 (en valores absolutos y porcentaje).

200.000 80%
Empleo no registrado
180.000
75%
Empleo registrados
160.000
Informalidad (eje derecha) 70%
140.000
65%
120.000

100.000 60%

80.000
55%
60.000
50%
40.000
45%
20.000

0 40%
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
Fuente: Elaboración propia con datos del MTEySS e INTI Textiles.

Este desempeño, en el marco de una fuerte recuperación de la demanda


interna y de la producción, invita a dos comentarios. Por un lado, de acuerdo a
las estimaciones del INTI Textiles, el nivel salarial de los trabajadores no regis-
trados está en el orden del 50% del de los registrados. Esto implica que el poder
adquisitivo de las remuneraciones de la mayoría de los operarios del sector, dada
la creciente informalidad, aumentó en menor cuantía que el determinado por el
CCT, resultando en montos próximos a los correspondientes a la línea de pobreza
entre 2003 y 201222, ampliando su distancia en relación con el resto de las activi-
dades productivas y comerciales. Así, puede concluirse que los costureros se han
convertido en “trabajadores marginales” ubicándose en el escalón más bajo en
la escala salarial. En otras palabras, la remuneración promedio del sector tendió
a disminuir vis-à-vis la del resto de las actividades y se mantuvo prácticamente
en niveles de subsistencia.

22 Según datos del MTEySS, la remuneración promedio de los trabajadores registrados del sector
de la confección y de la madera es la más baja de la industria manufacturera. Tal retribución
resultó inferior al valor establecido para la línea de pobreza del INDEC entre 2003 y 2007 y
la superó en los cinco años siguientes teniendo en cuenta la misma fuente. Pero de acuerdo
a estimaciones privadas, como la encuesta de la deuda social que realiza periódicamente la
Universidad Católica Argentina, el nivel salarial se habría mantenido por debajo de la línea
de pobreza entre 2007 y 2012. Véase http://www.trabajo.gov.ar/left/estadisticas/oede/estadis-
ticas_nacionales.asp y http://www.uca.edu.ar/index.php/site/index/es/uca/observatorio-de-la-
deuda-social-argentina/ (ambos consultados el 25/3/2013).

238 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


Por otra parte, el aumento de la producción y el empleo al menor costo posi-
ble, sin cumplir incluso con la legislación vigente, implicó una mejor ecuación
ganancia/salario durante el ciclo expansivo de los últimos años redistribuyendo
ingresos en el interior del sector desde los trabajadores a los capitalistas. Es decir,
parte de la rentabilidad sectorial responde a la falta de cumplimiento de las leyes
laborales por parte de los empresarios.
Si bien estos resultados pueden resultar llamativos, se condicen con la con-
solidación de un esquema productivo y de distribución de la renta (desde la
confección hacia el diseño, el corte y la distribución de prendas, y desde las
actividades productivas a las financieras y comerciales) que es el corazón de la
cadena de valor y que no sólo impacta sobre el funcionamiento del mercado de
trabajo (precariedad laboral, trabajo esclavo, salarios muy inferiores a los del
convenio colectivo de trabajo, etc.), sino también sobre la competitividad del
sector y sus perspectivas futuras.

IV.2. Comercio exterior y protección al mercado interno

El conjunto de los análisis que anteceden permite colegir la importancia de


la industria textil y de indumentaria en materia de empleo y producción; sin
embargo, la escasa diversificación productiva del segmento textil y la organiza-
ción productiva cada vez más informal en indumentaria constituyen rasgos críti-
cos de indudable relevancia. Por ello, en un contexto internacional de producción
masiva a bajos precios, la problemática del comercio exterior se hace evidente.
En efecto, la cadena de valor formal es estructuralmente deficitaria: durante el
período 1993-2001 registró un saldo comercial negativo promedio de doscientos
cuarenta millones de dólares, mientras que entre 2002 y 2011 ascendió a quinien-
tos sesenta millones de dólares, a partir de una baja promedio en las exportaciones
del 18% y una suba de las importaciones del 22%. La situación se tornó aun más
comprometida a partir de 2007 cuando el déficit promedio se incrementó a ocho-
cientos cuarenta millones de dólares pese a la recesión de 2009 y el incremento de
las exportaciones. En resumidas cuentas, las importaciones ascendieron a más del
doble de la tasa de crecimiento de la economía en la posconvertibilidad, mientras
que las exportaciones resultaron más estables (Gráfico No 5)23.

23 En los dos últimos años de la serie bajo análisis, las exportaciones se duplicaron, fundamen-
talmente por el rubro fibras ante el aumento de la producción de algodón y la disminución de
la demanda interna. Por su parte, las compras externas subieron algo más del 50% por tejidos
y prendas que alcanzaron el record del período.

Martín Schorr (coordinador) 239


Gráfico No 5. Industria textil y de indumentaria. Evolución de la balanza comer-
cial, 1993-2011 (en millones de dólares).

2.000
Saldo
Exportaciones
1.500
Importaciones

1.000

500

0
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
-500

-1.000

-1.500

Fuente: Elaboración propia con datos del INDEC.

Examinando el comercio por segmento, la reducción en promedio de las


ventas externas entre los dos períodos analizados responde a la caída en fibras
y, en menor medida, a hilados, ya que el resto de los rubros incrementaron sus
exportaciones, siendo particularmente importante la performance del segmento
fabricante de indumentaria; eslabón también destacado por la baja en las impor-
taciones, aunque el total aumentó especialmente por el comportamiento en tejidos
e hilados. Finalmente, los saldos comerciales negativos más importantes también
corresponden a los eslabones señalados junto a indumentaria, los dos primeros
crecientes y el último decreciente (Cuadro No 4).

240 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


Cuadro No 4. Industria textil y de indumentaria. Exportaciones, importaciones y
saldo comercial por tipo de producto, 1993-2001 y 2002-2011 (en millones
de dólares).

Exportaciones Importaciones Saldo comercial


 
1993-2001 2002-2011 1993-2001 2002-2011 1993-2001 2002-2011
Fibra 389 242 65 109 324 133
Hilado 111 72 112 199 0 -127
Tejido 115 136 367 483 -252 -347
Hogar/industriales 10 18 104 100 -94 -83
Indumentaria 37 75 254 211 -217 -136
Total 663 543 903 1.102 -240 -559

Fuente: Elaboración propia con datos del INDEC.

En suma, el eslabón con mejor desempeño resultó ser el de indumentaria,


aunque se mantiene deficitario, mientras que hilados y tejidos mostraron las
mayores dificultades comerciales. Todo parece indicar que, al igual que en otros
sectores fabriles, la desindustrialización de la década de 1990 dejó muchos “casi-
lleros vacíos” en la cadena productiva que no han podido restablecerse en la
posconvertibilidad a partir de lo acotado de las políticas en materia de sustitución
de importaciones a mediano y largo plazo, generando una mayor dependencia
externa cuando la demanda interna crece, especialmente en los eslabones inter-
medios24.
Por su parte, el Cuadro No 5 muestra la estructura de exportaciones e importa-
ciones por segmento productivo. En el perfil de las ventas externas se resalta que
las fibras son el principal componente (aunque con una ponderación decreciente
en promedio entre períodos), mientras que tejidos e indumentaria aumentaron
su relevancia. En cuanto a las importaciones, se destaca que tejidos mantiene la
supremacía seguido de hilados e indumentaria. Claramente el intercambio comer-
cial se organiza a partir de las ventas de commodities de bajo valor agregado y
compras de bienes intermedios y finales.

24 En referencia al desenvolvimiento de otras actividades manufactureras en los últimos años en


materia comercial externa, se sugiere consultar dos de las investigaciones que se incluyen en
este libro: “Inserción de la industria argentina en el mercado mundial: perfil de especialización
según densidad tecnológica de los productos” y “¿Sustitución de importaciones en la poscon-
vertibilidad? Una mirada desde la industria automotriz y la de bienes de capital”.

Martín Schorr (coordinador) 241


Cuadro No 5. Industria textil y de indumentaria. Estructura de las exportaciones
y las importaciones, 1993-2001 y 2002-2011 (en porcentaje).

Exportaciones Importaciones
 
1993-2001 2002-2011 1993-2001 2002-2011
Fibra 56,4 43,6 7,4 11,7
Hilado 18,3 13,7 12,2 18,3
Tejido 18,0 25,6 40,3 43,9
Hogar/industriales 1,7 3,3 11,5 8,6
Indumentaria 5,5 13,8 28,6 17,5
Total 100,0 100,0 100,0 100,0

Fuente: Elaboración propia con datos del INDEC.

Las indagaciones que preceden son indicativas de que el desequilibrio estruc-


tural de las cuentas externas de la industria puede atemperarse sólo a mediano
plazo a partir de la recomposición del tejido industrial local en el marco de una
estrategia de sustitución de importaciones y una política de promoción de expor-
taciones que apunte a rubros específicos. Como en otros ámbitos manufacture-
ros, las políticas de protección únicamente pueden menguar en el corto plazo el
impacto negativo sobre el nivel de actividad del sector y su balance de divisas.
En relación con las medidas de protección del mercado interno, ante la apre-
ciación real de la moneda nacional y el consecuente crecimiento de la compe-
tencia externa incrementado por la crisis internacional desatada a mediados de
2008, el gobierno nacional ha venido aplicando mayores controles al comercio
internacional a través de valores criterio (VC)25 en la Aduana y de licencias no
automáticas (LNA) de importación en la Secretaría de Comercio Exterior26.

25 Son valores o precios de la mercadería importada que cumplen la función de “precios de


referencia” sobre los cuales se pagan los derechos aduaneros e impuestos de importación. La
Aduana los determina a partir de información del comercio internacional quedando en manos
del importador probar que los precios a los cuales realizó la importación son los valores de
mercado.
26 Estas medidas fueron de particular importancia dada la dificultad, principalmente en indumen-
taria, para gestionar estudios anti-dumping o de salvaguardias debido a la gran atomización y
dispersión de los actores involucrados en el sector y los requisitos de representatividad en la
industria para gestionar estas medidas. La legislación local, de acuerdo a la OMC, establece
como requisito de representatividad de una rama de producción nacional que los denunciantes
de una práctica de dumping tengan una participación sobre la producción total de, por lo menos,
el 25%. Según las entidades sectoriales, ningún actor en el mercado nacional de indumentaria
tiene una participación superior al 2% de la producción total del país.

242 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


Con estas medidas se pudo preservar a la producción textil y de indumentaria,
como la de muchos otros sectores industriales con presencia difundida de pymes.
Ello, por cuanto se logró que el crecimiento de las importaciones en el período
acompañara la expansión del consumo interno sin implicar desplazamientos sig-
nificativos de la producción nacional.
El primer conjunto de LNA correspondió a todas las categorías de sweaters
resultando ser en 2008 el único rubro de indumentaria donde no tuvo lugar un
crecimiento de la importación de más de dos dígitos. Posteriormente, entre octu-
bre de 2008 y junio de 2009 el gobierno aplicó nuevas licencias para la cadena de
valor en ciento cincuenta posiciones arancelarias adicionales, que mitigó en parte
el daño que las importaciones ocasionaban a la industria local. En diciembre de
2012 había doscientos cincuenta y una posiciones arancelarias con LNA (Cuadro
Nº 6), con un claro predominio de las prendas y complementos de vestir de punto,
siendo el sector industrial más protegido por esta medida.

Cuadro No 6. Industria textil y de indumentaria. Cantidad de posiciones arance-


larias con licencias no automáticas por segmento, diciembre 2012 (en valores
absolutos).

Segmento Posiciones arancelarias

Hilado 20

Tejido plano 46

Tejido de punto 15

Prendas y complementos de vestir de punto 107

Prendas y complementos de vestir planos 44

Confecciones para el hogar 14

Otros 5

Total 251

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Fundación Pro Tejer.

Por su parte, el establecimiento de los valores criterio también fue una medida
importante que limitó la extensión de las operaciones de subfacturación en el
rubro. En efecto, a partir de 2005 se dispusieron 1.105 VC en la industria, los
que impactaron sobre los precios de importación cuyo incremento en el medio
doméstico mejoró la posición competitiva de la producción local.
Así, según datos de la Fundación Pro Tejer, entre 2008 y 2011, las importa-
ciones aumentaron en dólares el 15% (efecto VC) y disminuyeron en toneladas
el 5% (efecto LNA). Sin embargo, las medidas de protección perdieron fuerza

Martín Schorr (coordinador) 243


en 2011, cuando las importaciones declaradas se incrementaron tanto en dólares
como en toneladas.
En cuanto a las compras externas ingresadas a través del régimen de LNA
(Cuadro Nº 7), entre 2010 y 2011 han disminuido en volumen un 5%, mientras
que en relación con 2008 lo hicieron el 37%. Por su parte, las importaciones rea-
lizadas mediante posiciones que no poseen LNA han aumentado el 8% en 2011
y el 28% desde 2008. Así, el impacto de esta restricción puede cuantificarse por
la reducción de la participación de las posiciones con LNA en el total, pasando
del 50% en 2008 a la tercera parte en 2011.

Cuadro Nº 7. Industria textil y de indumentaria. Evolución de las importaciones


con y sin licencias no automáticas (LNA), 2008-2011 (en toneladas y por-
centaje).

Var. Var.
  2008 2009 2010 2011
2008/11 2010/11

Total 360.317 272.204 331.484 342.307 -5,0 3,3

Sin LNA 179.298 147.306 211.922 228.770 27,6 8,0

Con LNA 181.019 124.898 119.561 113.537 -37,3 -5,0


LNA sobre
50,2 45,9 36,1 33,2    
total (%)

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Fundación Pro Tejer.

A partir de los resultados de 2011, cuando se hizo visible el incremento gene-


ralizado de los costos internos que erosionó la competitividad del sector y un
declive en el nivel de actividad, se comenzaron a aplicar mayores controles cam-
biarios y nuevos instrumentos de administración comercial, como la Declaración
Jurada Anticipada de Importación (DJAI). Estas medidas resultaron en una baja
de las importaciones registradas en el primer semestre de 2012. Por último, a
principios de 2013 fueron eliminadas las LNA, por lo que la protección del mer-
cado interno se encuadra, en los hechos, en las DJAI.

V. Distribución del ingreso e informalidad en la industria de la


confección

La fuerte competencia en el comercio mundial de productos estandarizados


textiles y de confecciones a partir de reducidos costos laborales condiciona a la
industria en el plano nacional y comprime las posibilidades de mantener la ren-
tabilidad en las fases productivas. La aguda crisis económica de inicios de la

244 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


década de 1990 dio origen a la comercialización en los mercados informales de
indumentaria y el colapso de la convertibilidad consolidó a estos espacios como
el eje principal del sistema de producción y ventas en la industria de la confec-
ción27. Luego de la desaparición de gran cantidad de empresas y la reducción
de empleo durante la convertibilidad, desde 2003 la demanda laboral del sector
formal no alcanzó el ritmo de aumento de la oferta de trabajo interna, por lo
cual los trabajadores se ubicaron crecientemente en el sector informal. En otros
términos, la suba de la demanda de indumentaria en el mercado interno fue muy
superior al incremento de la oferta del mercado formal28.
Como se apuntó, el cambio de paradigma productivo ha derivado en la tercia-
rización de la confección en talleres pequeños ajenos a la empresa principal. Si
bien esta práctica era usual ante aumentos temporales de la demanda, en la actua-
lidad se ha consolidado como el esquema de producción privilegiado29. De esta
forma, los salarios y las cargas sociales, componentes centrales de la estructura
de costos en una industria intensiva en mano de obra, se reducen sustancialmente
y la cuota de ganancia se incrementa.
Asimismo, el deterioro de la distribución del ingreso, el desempleo y la
pobreza resultantes de la crisis del régimen convertible fragmentaron el mercado
de consumo de indumentaria en un pequeño segmento de alto precio orientado
al 10% más rico de la población dominado por las marcas de ropa y los grandes
centros comerciales, y un inmenso mercado masivo de bajo precio abastecido
por el mercado informal de La Salada y el circuito de la calle Avellaneda en el
barrio porteño de Flores. La recuperación iniciada en 2003 fue acompañada por la
profundización de esta tendencia, es decir, la segmentación de mercado señalada
lejos de atemperarse, se agudizó.
En este contexto, la apropiación de la renta interna se realiza en tres niveles:
primero, por parte de los segmentos más concentrados, proveedores oligopó-
licos de insumos que imponen su poder de mercado (como en otras cadenas
donde el eslabón intermedio es el dominante)30; segundo, por parte de los centros
comerciales y bancos aumentando sus márgenes relativos a través de alquileres,
comisiones, ventas en cuotas, etc.; tercero, por parte de las marcas de ropa

27 Sobre las ferias urbanas y sus diferentes dimensiones de análisis, véase el trabajo de Busso,
2011. Para un estudio del funcionamiento de la feria La Salada, consúltense Girón, 2011, y
Pogliaghi, 2008. Acerca de la trayectoria y las experiencias de los costureros inmigrantes en
La Salada, revísese Rivera Cusicanqui, 2011 y Hacher, 2011. Un estudio de La Salada desde
el punto de vista de la economía popular se encuentra en Gago, 2012.
28 El sector informal y sus implicancias en términos económicos, sociales y políticos ha sido
estudiado por muchos autores. Entre ellos, Tokman, 1987 ofrece un análisis integral desde la
experiencia latinoamericana.
29 Sobre el trabajo asalariado femenino y la historia de la industria textil en la Argentina, consúl-
tese Fernández y Legnazzi, 2012.
30 Véase en este mismo volumen el estudio “La industria del cuero en la posconvertibilidad: reac­
ti­vación y especialización regresiva”.

Martín Schorr (coordinador) 245


reduciendo las remuneración de los costureros al nivel mínimo posible dado su
poder relativo respecto de los talleres informales y los trabajadores.
Por lo tanto, la fragmentación de mercados consolida un modo particular
de distribución del ingreso generado en la industria. El Cuadro Nº 8 expone, en
términos estilizados, la estructura de costos comparativa para un jean de similar
calidad vendido en un shopping (ropa de marca), y otro sin marca comprado en
La Salada y revendido en una Saladita. En este ejercicio se supone que el taller
que produce para el mercado formal realiza todas las actividades en blanco.

Cuadro Nº 8. Industria de indumentaria. Estructura de costos “representativa” de


prendas tipo jean, marzo de 2011 (en pesos).

  Marca (shopping) Saladita

Insumos: avíos y tela 24 20


Taller: Mano de obra 9 6
Taller: otros gastos 12 10
Procesos intermedios 15 10
Precio final etapa industrial 60 46
Desarrollo de marca 75 0
Comercialización 90 24
Impuestos 75 0
Precio al público 300 70

Nota: el valor final del jean de marca es un promedio entre el valor de inicio de temporada, oferta
de liquidación y outlets.

Fuente: INTI Textiles.

De acuerdo a las evidencias suministradas resulta posible concluir que: a)


mientras el precio industrial es el 75% en la Saladita respecto del shopping, el
precio de venta al público en la primera se reduce a la cuarta parte del registrado
en el segundo; b) los costos de insumos y mano de obra son mayores en el mer-
cado formal; c) la ganancia del taller (incluida en el ítem procesos intermedios)
es mayor en el producto destinado al shopping; no obstante, en la realidad, d)
la producción para el mercado formal tiene un mix entre lo formal y lo informal
de modo que los costos reales promedio son menores (de hecho son los mismos
talleres que producen para ambos mercados)31; e) la participación de la mano

31 Según datos de la Defensoría del Pueblo del gobierno de la CABA y la cooperativa La Alame-
da, en la ciudad de Buenos Aires alrededor de cien marcas de ropa de primera línea utilizan o
utilizaron talleres clandestinos para la confección de sus prendas. Véase Lieutier, 2010.

246 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


de obra en el costo final del producto destinado al shopping alcanza al 3% con
empleo registrado (sería entre el 1,5% y 2% en el caso de ser no registrado); f) la
incidencia de la mano de obra en el costo del taller ronda el 15% en ambos casos,
mientras que los insumos son el rubro más importante; g) el precio de venta al
público en relación con el costo de la etapa productiva es cinco veces superior
en el caso del shopping, mientras que en la Saladita se incrementa “apenas” en
un 50%; h) el jean con origen en La Salada y luego vendido en la Saladita sólo
tiene costo de comercialización, que incluye la rentabilidad, obviando el resto de
los ítems por no poseer marca y evasión de impuestos; i) el producto vendido en
shopping incluye una tasa impositiva del 33%, un costo por desarrollo de marca
(contiene la ganancia de la marca) y gastos de comercialización, es decir, el costo
comercial y financiero (alquiler, comisiones, promociones bancarias, etc.).
Desde el punto de vista del taller de confección, al menos tres diferencias
marcan su preferencia por trabajar para el mercado de La Salada. En primer
término, es un mercado que opera al contado por fuera del sistema bancario,
por lo cual la ecuación financiera mejora el ingreso final del taller aunque el
precio pactado por el trabajo sea idéntico al del mercado formal. Segundo, dado
que buena parte de los participantes en La Salada producen y venden por sí
mismos, pueden retener todo la renta de la etapa industrial32. En tercer lugar, los
trabajadores de talleres con cierta independencia de las marcas e intermediarios
suelen elegir “autoexplotarse” con el objeto de aumentar sus ingresos, en lugar
de ser explotados por terceros sin compensación económica equivalente.
De modo que, a pesar de los bajos precios de venta al público en este seg-
mento, la rentabilidad de los pequeños productores es superior en términos rela-
tivos a la que obtienen como talleristas del mercado formal.
Así, el propio sistema de producción ha generado centenares de talleres de
confección que han adquirido cierta independencia de las marcas, proveedo-
ras iniciales de trabajo, que realizan su propia producción y es comercializada
por ellos mismos o por terceros en mercados informales de venta. Este sistema
productivo excluye a intermediarios, centros comerciales, bancos y al Estado,
permitiendo internalizar un porcentaje mayor de la renta. Por otra parte, también
agrega la compra “en negro” de los insumos necesarios para la producción (prin-
cipalmente las telas), lo que permite incorporar al sistema a otros actores, antes
únicamente vinculados al mercado formal, que también evaden impuestos y, por
lo tanto, obtienen mayores márgenes de ganancia que en el mercado formal.
Desde el punto de vista de las marcas de indumentaria, Coatz y Kestelboim
(2012), en base a datos del INTI e información de mercado, realizaron un aná-
lisis similar con énfasis en los costos comerciales y financieros del mercado
formal, considerando el caso de un producto fabricado en el segmento registrado

32 En el caso de los talleres que trabajan a fason, también retienen un porcentaje mayor de la renta
porque hay menos intermediarios que en el mercado formal.

Martín Schorr (coordinador) 247


y vendido en un shopping. El estudio arriba a que el precio al consumidor estaría
formado por: 18% en obtención de la materia prima, los procesos de la industria
textil (hilado, tejido y tintorería) y la confección; 16% en diseño y desarrollo de
marca; 26% en impuestos; y 40% en costos comercial y financiero.
Si bien los productos utilizados como parámetro pueden no ser iguales, los
costos de producción y la carga impositiva son similares a los resultantes en el
ejercicio que consta en el Cuadro Nº 8, mientras que el ítem desarrollo de marcas
es menor y el costo comercial y financiero mayor. Más allá de estas diferencias, lo
cierto es que los costos de ocupación (“llave” y comisión inmobiliaria), alquiler,
expensas, fondo de publicidad, descuentos por promoción, comisiones bancarias,
etc., se han transformado en un mecanismo de extracción de renta que erosiona
la ganancia de las empresas localizadas en shoppings y centros comerciales.
El poder de mercado de éstos transfiere rentabilidad desde lo productivo a lo
comercial y financiero.
La estrategia de las marcas de apuntar exclusivamente al segmento de altos
ingresos permite incrementar la ganancia total empresaria (diferencia entre el
valor de fabricación industrial y el precio de venta al público), que pasó a ser
compartida con los segmentos comercial y financiero. Éstos, en función de su
poder relativo, imponen condiciones crecientemente más onerosas a las marcas
que ven mermada su rentabilidad, reaccionando, a su vez, con mayor informali-
dad para reducir los costos de producción. Es decir, mientras el mercado premium
avala los altos precios de la ropa, los agentes extra productivos obtienen una
cuota de ganancia creciente, compensada en parte por las marcas de ropa con
informalidad en la confección.
En síntesis, las actividades no productivas han conseguido absorber una pro-
porción considerable de la renta, mientras que la salida “competitiva” de la fase
industrial se ha dirigido hacia la informalidad, perjudicando al Estado vía evasión
de impuestos y a los costureros vía precarización.

VI. Reflexiones finales

El modo de distribución no es independiente del modo de producción. En el


ámbito específico de la industria textil y de indumentaria, el esquema prevale-
ciente de producción y comercialización genera una ganancia total empresaria
que permite la incorporación de múltiples actores no productivos que, en los
hechos, son los que mayor cuota de ganancia obtienen. La informalidad creciente
de los principales actores de la fase productiva es funcional a este sistema ya que
resuelve la pérdida de rentabilidad precarizando la mano de obra, variable de
ajuste del sistema. Un cambio en el modo de producción y distribución debería
contener necesariamente la mejora de las condiciones laborales y de la parti-
cipación de los trabajadores en el ingreso. Sin embargo, este proceso no se da

248 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


espontáneamente, debe surgir de la discusión público-privada sobre la proyección
del sector en el mediano y largo plazo. Esta perspectiva debería apoyarse sobre
el consumo sostenido del mercado interno y la tutela de la cantidad y calidad
del empleo.
En este sentido, se pueden considerar a priori al menos una serie de parámetros
a tener en cuenta en el mediano plazo: a) se requiere cierta protección de las
importaciones a bajo precio que traban su desarrollo; b) su orientación mayorita-
ria sería al mercado interno con productos de valor agregado tanto en el segmento
de alto precio como en el de precio medio y bajo; c) tendencia hacia la elimina-
ción de intermediarios redundantes; d) un sistema productivo que no incentive
la terciarización sino la consolidación de talleres productivos independientes,
es decir, que realicen internamente todas las etapas de la costura33, con salarios
de acuerdo al CCT, condiciones de seguridad adecuadas y alta productividad; e)
sistema de asistencia técnica, capacitación y capital de trabajo con mecanismo
de adecuación de las condiciones laborales a partir de los desarrollos del INTI
Textiles.
Los ejes de las políticas públicas se enmarcan en los siguientes ítems:

Distribución del ingreso en la cadena de valor. La actual distribución de la


renta es un desincentivo a la agregación de valor y, además, se asocia a una
ostensible precarización de los trabajadores del segmento de confección. En
los últimos años actores ajenos al desarrollo productivo sectorial, como los
bancos a través de sus tarjetas de crédito y el sector inmobiliario, han ex-
traído márgenes extraordinarios de rentabilidad sin promover la actividad
productiva. La sustentabilidad de la industria requiere de un conjunto de
regulaciones que permita distribuir rentas en favor de las etapas industriales
de la cadena de valor. Por otra parte, y no menos importante, el ajuste recae
sobre los costureros a través de condiciones laborales ilegales y salarios en
torno al 50% de los establecidos por el CCT. En este entorno, se registran
escasas calificaciones laborales, ausencia de maquinaria compleja y ambientes
de trabajo inadecuados en numerosos aspectos. Todo esto conlleva niveles de
calidad y productividad exiguos y la disminución de operarios dispuestos a
trabajar en el sector (únicamente ingresan aquellos sin otra alternativa, sobre
todo extranjeros de países limítrofes dispuestos a soportar, al menos por un
tiempo, la serie de irregularidades señaladas). Para esta compleja situación
aparece como una alternativa la promoción de la integración vertical entre
empresas y talleres de menor tamaño. El compromiso productivo entre etapas
del proceso genera mejoras en productividad y calidad. La mayor rentabilidad
de los talleres requiere ampliar las etapas de proceso productivo interno, la

33 El INTI Textiles estima que veinte ocupados con maquinaria conforman un taller en condiciones
de realizar internamente todas las etapas del proceso productivo.

Martín Schorr (coordinador) 249


capacitación y la tecnificación. Para ello debería duplicarse el pago por prenda
de vestir que realizan las principales marcas (es decir, alcanzar el valor deter-
minado por el CCT) e identificar tecnológicamente el origen de las prendas
comercializadas bajo la consigna de tender a la formalización de los talleres
de la confección. Las marcas son el vehículo para la formalización del sec-
tor y las mejoras en calidad y productividad. En el mismo sentido, distintas
iniciativas convergen en la conveniencia de crear polos productivos para
la confección, no sólo porque permitiría reducir costos comunes, compartir
eventualmente tecnología y apuntar a la calidad y la eficiencia, sino también
porque contribuiría al blanqueo de la actividad y, por lo tanto, a eliminar una
restricción muy importante para el desarrollo del conjunto del sector.
Formalización de los costureros. En relación con el punto anterior, desde distin-
tos ámbitos públicos y privados se han planteado propuestas tendientes a regu-
larizar talleres y formalizar el trabajo, registrándose coincidencias importantes
que son el embrión de un programa conjunto. Sin embargo, los compromisos
a asumir por las partes son muy importantes y requieren la aceptación de un
cambio en las “reglas de juego” vigentes. El Estado como ente regulador
es, en última instancia, el que debe marcar las pautas de funcionamiento del
sistema de producción y distribución sobre la base de su poder de policía ante
el incumplimiento de la legislación vigente.
Formación de recursos humanos. La política económica de la convertibilidad
indujo a la pérdida de calificaciones en todas las etapas del proceso productivo,
por lo cual es menester recuperar saberes, particularmente los necesarios para
la agregación de valor: diseño, programación de máquinas microelectrónicas,
tintorería, terminación de prendas, etc. En este sentido, la oferta académica
ha progresado en los últimos años, pero es imprescindible actualizar con-
tinuamente la currícula de acuerdo a los avances tecnológicos, ampliar las
especializaciones y alcanzar la excelencia.
Incorporación de diseño e innovación en las empresas. Mientras en indu-
mentaria hay un segmento pequeño intensivo en diseño y diferenciación de
productos, el sector textil no es un demandante de innovaciones, salvo algu-
nas excepciones. Esto responde entre otras cuestiones a la existencia de una
escala mínima de producción, al poder de este eslabón en la cadena de valor
y al mercado interno cautivo. Las iniciativas de política se encuadran en la
promoción de proyectos para nuevos productos con diseño e innovación,
creación de ventajas intangibles y posicionamiento del diseño, al menos a
escala regional.
Especialización en segmentos intensivos en conocimiento. De acuerdo a la
estructura de la demanda interna y las condiciones de eficiencia productiva,
nuestro país tiene ventajas competitivas relativas para la fabricación de bienes
intensivos en conocimiento y de baja escala. Dentro de este espectro se des-
tacan las etapas de tintorería y terminación de tejidos de punto y prendas de

250 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


vestir. Se trata de procesos para el acabado con alto valor agregado aplicables
a bienes diferenciados. Estos eslabones se potencian tanto a través de nuevas
marcas o relanzamiento de actuales con un perfil que las identifique con la
aplicación de innovaciones y tecnologías de última generación, como con
“premios” a fabricantes de bienes intensivos en conocimiento.
Promoción de exportaciones con innovación. Las características del mercado
mundial no otorgan demasiados grados de libertad para el desarrollo de un
sector exportador sin algún factor de diferenciación, incluso en condiciones
competitivas de precio y calidad. Por lo cual, en línea con el ítem anterior,
la promoción de exportaciones debería concentrarse en los segmentos con
ventajas relativas. Los esfuerzos en la búsqueda de nuevos mercados podrían
dirigirse, como plataformas disparadoras de un nuevo segmento exportador
diferenciado, a bienes con diseño, con funcionalidades distintas y a indumen-
taria de protección.
Nuevas exigencias en normativa de seguridad. La experiencia denota que
nuevas reglamentaciones pueden traccionar la incorporación de innovación
tecnológica. Este es el caso típico de la seguridad industrial, donde la imposi-
ción de mejores condiciones para los trabajadores crea nichos en el mercado
interno para bienes diferenciados. La indumentaria profesional de protec-
ción ante distintos riesgos (bomberos, salpicadura de ácidos, protección de
plaguicidas, alta visibilidad, etc.) es de cumplimiento obligatorio en la mayoría
de los países desarrollados. Este conjunto de bienes comprende a los textiles
funcionales que ya cuentan con algunos desarrollos en el país y que se están
incorporando a otro conjunto de indumentaria de protección como es el caso
de los chalecos antibalas de fabricación nacional. En el mismo sentido, otro
sector clave para el crecimiento de la innovación y la incorporación de textiles
funcionales está conformado por la carrera espacial, las campañas antárticas
y las Fuerzas Armadas. En todos los casos se utilizan textiles diferenciados
que pueden desarrollarse en el medio doméstico y, por lo tanto, asegurarse la
transferencia de la tecnología en el marco de una masa crítica de consumo.
De manera similar actúa la prohibición de uso de sustancias potencialmente
dañinas para la salud que alienta el reemplazo de productos e impide la entrada
al país de textiles muy económicos. La incorporación de este tipo de regula-
ciones asegura un mercado dinámico y alienta la conquista de otros.
Maquinaria. Los bienes de capital del sector son prácticamente todos impor-
tados. Los correspondientes al rubro textil para altas escalas de producción
son de muy difícil fabricación en el país en función del estado actual de la
industria metalmecánica y de bienes de capital, aunque no descartables en el
marco de una estrategia sectorial de mediano y largo plazo. Por su parte, los
utilizados para la confección, aunque relativamente simples, son fabricados
masivamente en China a muy bajo precio. No obstante, existe un conjunto
de bienes de capital para los eslabones donde el país cuenta con ventajas

Martín Schorr (coordinador) 251


relativas que pueden ser fabricados, ya que se aplican para la producción
a baja escala y componen segmentos de agregación de valor (por ejemplo,
maquinaria de laboratorio para la creación de tinturas, para cocina de colores
y para terminación de tejidos y prendas de vestir, entre otros). La fabricación
de estos bienes de capital específicos requiere también de ingenieros y téc-
nicos especializados y de una estrategia de desarrollo conjunto con el sector
de maquinarias y equipos. También es dable continuar avanzando en el de-
sarrollo de maquinaria agrícola específica para la producción algodonera de
baja escala, especialmente en áreas secundarias y de menores rendimientos.
La posibilidad de fabricar bienes de capital de pequeño porte amerita activar
un conjunto de incentivos particulares en línea con las necesidades concretas
de los productores.

La industria textil y de indumentaria, a diferencia por ejemplo de la cadena


del cuero, no posee ventajas competitivas naturales. En la fase primaria Brasil es
el gran productor de la región y Perú el que registra niveles de calidad superiores.
En todo caso, las ventajas pasan por ser un sector tradicional en el país y tener una
de las elasticidades ingreso más altas de la economía. Es una de las actividades
industriales que más empleo genera, por lo cual su relevancia tanto social como
en el entramado industrial es indudable.
La ausencia de ventajas estáticas y dinámicas se traduce en un crónico déficit
comercial que se agrava, en términos de saldo de divisas, por el costo unitario
de los bienes de capital importados en los últimos años, principalmente en el
segmento textil. Esto se explica básicamente por los baches en la estructura manu-
facturera, la falta de producción local de materias primas e insumos intermedios y
la competencia de China en el segmento de bienes finales. Es una industria muy
dependiente de la protección del mercado interno.
En este contexto, las políticas de mercado e, incluso, las medidas heterodoxas
de carácter puramente horizontal tienen pocas posibilidades de generar algún
grado de transformación que reste dependencia y genere vías propias de desarro-
llo e inserción internacional. Los cambios requeridos atañen a su funcionamiento
estructural, deben derribar las restricciones principales y crear las condiciones
para un desarrollo sustentable de largo plazo.
A partir de los ejes señalados es posible plantear un conjunto de medidas de
política económica que requieren necesariamente la articulación entre las distin-
tas áreas de gobierno pertinentes. Por otro lado, el trabajo conjunto con el sector
privado y los sindicatos es una materia pendiente. El mismo debería resultar en la
definición y la aplicación de un plan estratégico global para fabricar bienes finales
diferenciados de alto valor agregado, que incorporen innovaciones tecnológicas
junto a un conjunto de maquinarias indispensables para el sector, además de ser
generadores de nuevas conexiones intersectoriales y de grados de autonomía en
el marco de un proceso de desarrollo.

252 ARGENTINA EN LA POSCONVERTIBILIDAD


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Martín Schorr (coordinador) 253


Sobre los autores

Martín Schorr. Licenciado en Sociología (UBA), Magíster en Sociología Económica (UN-


SAM) y Doctor en Ciencias Sociales (FLACSO). Investigador del CONICET y del Área
de Economía y Tecnología de la FLACSO. Docente en cursos de grado y posgrado en la
UBA, UNSAM y FLACSO. Coordinador del Proyecto de Investigación PICT 2008-0406
“La industria argentina en la posconvertibilidad: continuidades y rupturas en la dinámica
y la estructura del sector” (Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica). Es
autor de numerosos estudios sobre el sector industrial de la Argentina.

María José Castells. Licenciada en Economía (UBA) y maestranda en Economía Política


con mención en Economía Argentina (FLACSO). Investigadora del Instituto de Estudios
Fiscales y Económicos. Docente del Ciclo Básico Común y de la Facultad de Ciencias
Económicas de la UBA. Ha participado de varias investigaciones sobre la evolución y las
perspectivas de la industria de bienes de capital.

Esteban Ferreira. Licenciado en Economía (UNLP) y Master in Economics (University of


London). Docente en la Maestría Procesos de Integración con énfasis en MERCOSUR
(UBA). Se ha especializado en temas industriales, de comercio internacional, la proble-
mática del MERCOSUR y el desarrollo regional. Los resultados de sus investigaciones se
han publicado en diferentes revistas especializadas del país y el exterior.

Pablo Manzanelli. Licenciado en Sociología (UBA) y maestrando en Economía Política con


mención en Economía Argentina (FLACSO). Becario de la Agencia Nacional de Pro-
moción Científica y Tecnológica. Investigador del Área de Economía y Tecnología de la
FLACSO y del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina. Docente
de la UBA. Es autor de diversos trabajos sobre la dinámica económica de la Argentina en
la posconvertibilidad, entre los que se destaca el libro Concentración y extranjerización.
La Argentina en la posconvertibilidad (junto con Daniel Azpiazu y Martín Schorr).

Andrés Wainer. Licenciado en Sociología (UBA), Magíster en Economía Política (FLACSO)


y Doctor en Ciencias Sociales (FLACSO). Investigador del CONICET y del Área de
Economía y Tecnología de la FLACSO. Docente de la UBA y la UNSAM. Ha publicado
varios artículos en revistas especializadas y dos libros (en co-autoría) sobre temáticas
vinculadas a restricciones al desarrollo económico y el rol de las clases dominantes en la
Argentina contemporánea.

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Esta edición se terminó de imprimir en julio de 2013,
en los talleres de Gráfica LAF s.r.l., ubicados en
Monteagudo 741, San Martín, Provincia de Buenos Aires, Argentina.

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