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El dinero es una forma de retribución muy común en nuestra sociedad, se ha convertido

en algo tan cotidiano en nuestro diario vivir, que no imaginamos el desarrollo histórico
que ha sufrido este medio de pago que permite satisfacer nuestras necesidades tanto
básicas como otras.
En un comienzo el hombre no tenía una concepción del dinero como lo es en la
actualidad, sólo se buscaba satisfacer necesidades básicas, una de ellas la alimentación,
debido a que en ese entonces no había sedentarismo, las comunidades mantenían en
búsqueda de alimento durante el día, siendo esta generalmente tarea del hombre
(principalmente la caza), mientras la mujer se quedaba en el hogar cuidando el fuego y
realizando sus tareas.
Por tanto, el hombre recolectaba para sobrevivir diariamente, es decir hacia su
autoconsumo; con el paso del tiempo se fueron desarrollando nuevas actividades que
traían consigo una especialización en las labores realizadas, evidentemente como
consecuencia empieza a surgir un excedente en bienes, debido a que se optimizaron las
tareas conforme al tiempo dedicado. Es trascendental este suceso porque a partir de allí
nace el trueque, la necesidad de obtener los bienes que otro producía pero que también
eran excedentes, es decir el intercambio de productos que ambos requerían, con algo en
común que dichos elementos presentes en el intercambio satisfacían las necesidades de
las partes relacionadas.

Hablar del dinero se hace referencia directamente a la liquidez, es decir no existe otro
medio que sea más simple que este, por lo tanto, es el medio de pago aceptado dentro de
la sociedad asimismo de contar con el respaldo del estado, que garantiza la confianza y
seguridad en la circulación, evitando así la falsificación y manteniendo un control sobre el
circulante, así el valor de la moneda se mantiene constante, creando una economía
equilibrada además de mantener una vigilancia sobre la inflación para conservar el poder
adquisitivo durante el transcurso del tiempo.

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