Gestión de la Innovación

La innovación comienza por casa

La innovación comienza por casa

Ciudadano Inteligente nació para llenar un espacio que no existía en la sociedad chilena, dirigido a un
segmento de personas interesadas en el acontecer político y la participación ciudadana a través de las
tecnologías.

Una casona de dos pisos llena de colores, pinturas, aroma a café y frutas de la estación, bien podría
confundirse con una cafetería de Valparaíso o el hogar de un artista. Sin embargo, al mirar los post it pegados
en las paredes y los computadores portátiles sobre los escritorios, podemos reconocer que se trata de una
oficina. Así son las instalaciones de Ciudadano Inteligente, una ONG que desde su puerta de entrada huele a
innovación.
Fue en 2008 en torno a un café en las calles de Londres, cuando Rodrigo Mobarec y Felipe Heusser
comenzaron a soñar sobre la misión y visión de la fundación. Mientras terminaban una maestría en Políticas
Públicas en la Escuela de Economía de Londres, ambos notaron lo poco desarrollado que estaba en Chile y
también en el resto del mundo, la creación de un ente que promoviera la transparencia y la participación
ciudadana a través de las tecnologías de la información.
Rodrigo cuenta que el proyecto nació con el fin de llenar un vacío en la sociedad chilena y hacerlo extensivo a
otros países de Latinoamérica. “La desigualdad se explica por múltiples causas, una de ellas es la asimetría de
información entre el ciudadano y las instituciones políticas, económicas y sus líderes”, señala. En base a ello,
pensaban que contribuyendo a disminuir esa asimetría, podrían ser capaces de que el interés público estuviera
por sobre el privado.
¿Cómo hacerlo? A través de tres instrumentos: transparencia, participación ciudadana y las tecnologías. Las
plataformas tecnológicas representan una forma de presentar la realidad. La idea entonces era poder unir ese
grado de transparencia con el incentivo a la participación ciudadana en los temas públicos.
Felipe se quedó en Londres para generar las redes internacionales necesarias, a fin de lograr financiamiento
para la fundación y así tener independencia ideológica. Mientras que Rodrigo volvió a Chile y comenzó a formar
un equipo ejecutivo para la implementación de la idea. Al comienzo se unieron personas de sus propias redes,
que tuvieran la misma inquietud o misión, es decir, fortalecer la democracia y disminuir la desigualdad en
Latinoamérica a través de las tecnologías, la participación ciudadana y la transparencia.

Un amplio portafolio de productos

Para cumplir con su misión, Rodrigo señala que uno de los puntos importantes en su agenda de “reforma” es la
información. “El ciudadano tiene dos grandes poderes, el de voto y el de compra, y tiene que ejercerlos de
manera informada. Esto ayuda a fortalecer la democracia e instituciones con mayor accountability”, explica.
En este afán, han desarrollado aplicaciones web como “Vota inteligente”, cuya idea era poder visualizar y
comparar las posiciones de los diferentes candidatos y comunicarlo a los ciudadanos de manera simple y
cercana. Este fue su primer producto y nació bajo el contexto de las elecciones presidenciales de 2009.
“El diseño también es muy importante, todas las plataformas tienen ese componente, ya que como son temas
complejos, deben contar con herramientas amigables que incentiven la lectura y la autoinformación”, agrega.

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Más adelante, al salir la Ley de Transparencia, notaron que no había un portal único para solicitar o ver la
información. Para ello crearon “Acceso inteligente”, “uno de los productos más redondos, ya que cierra el círculo
de la tecnología, el acceso a la información pública y la participación ciudadana, pues son los propios
ciudadanos quienes solicitan la información para luego utilizarla”.
En esta misma línea nace también “Monitoreo parlamentario”, que consiste en hacer un seguimiento a los
proyectos de ley, para luego informar a la ciudadanía del estado en que éstos se encuentran. Algo similar
ocurre con “Del dicho al hecho”, aplicación donde se monitorean las promesas de campaña del gobierno de
turno, para luego denunciar si se cumple o no lo prometido. “La idea es incentivar el rol fiscalizador de la
ciudadanía”, explica Rodrigo.
Otro foco estratégico es la relación dinero-política. “Uno de los grandes males es el “oscurismo” que existe en el
financiamiento de los partidos y en el de los candidatos. Es una de las grandes causas del desprestigio de la
política, ya que desconocemos quiénes están detrás de los parlamentarios y si están o no representando el
interés de los votantes o de algún financista que no somos capaces de reconocer” señala Mobarec.
Ante esta problemática y derivado de “Monitoreo Parlamentario” surgió el “Inspector de intereses”. Pedro Daire,
Jefe de Tecnología, comenta que este fue un largo trabajo de investigación, que causó impacto en la prensa y
también en los parlamentarios. Incluso muchos de ellos actualizaron su declaración de patrimonio debido a su
aparición. Se trataba de una aplicación que determinaba marcas temáticas de cada proyecto, como deporte o
seguridad ciudadana. El segundo paso era levantar la información acerca de en cuáles empresas los
parlamentarios tenían participación, para luego cruzar esas marcas. Por ejemplo, si alguien estaba legislando
sobre fútbol y era dueño de un club deportivo, se levantaba una alerta.
Rodrigo señala que el objetivo de la fundación es generar impacto, que se cambien políticas públicas y que
mejore el comportamiento de los parlamentarios. “Creemos firmemente en el valor de la política y para eso
debemos visibilizar a quienes lo están haciendo bien de quienes no”, explica Rodrigo.

Articulando la estrategia de innovación

Ciudadano Inteligente nació para llenar un espacio que no existía en la sociedad chilena, dirigido a un
segmento de personas interesadas en el acontecer político y la participación ciudadana a través de las
tecnologías. Es por ello que la innovación forma parte de su génesis y también de sus desarrollos e iteraciones
continuas.

En este sentido, Pedro Daire cuenta que en los últimos dos años han
lanzado más de 20 sitios web. “Tenemos iteraciones muy ágiles,
probamos una idea y rápidamente recibimos feedback. Ahí creemos
que está el camino más certero hacia la innovación. Pruebas y así vas
modelando y mejorando el producto”, explica.

En cuanto a la organización del trabajo están conformados por tres áreas; una es la de “Incidencia”, que tiene
que ver con investigación y contenido. Otra es “Gerencia”, que administra y consigue fondos y la tercera es la de
“Laboratorio”, que es de desarrollo y diseño. Esta misma diversidad de roles permite que la fundación albergue
profesionales de distintas áreas. Entre ellos hay sociólogos, diseñadores, ingenieros o abogados, quienes se
reúnen al menos una vez por semana.

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Pedro cuenta que gracias a esta diversidad tienen una estructura “distribuida del conocimiento”, lo que permite
que todos sepan de todo y conozcan la problemática social que quieren abordar. Una de las instancias que
aporta a ello es “almorzando con”, que consiste en que cada jueves se invita a gente de dentro de la
organización o de otras con fines similares, a que hable de manera informal de un tema determinado. “Así te vas
empapando de diferentes temáticas relacionadas con nuestra misión, lo que ayuda a descubrir oportunidades
de colaboración y de desarrollo de nuevos productos, internos o externos”, explica.
Ya cuentan con un equipo de 20 colaboradores y desde su contratación se busca que cuenten con un espíritu
innovador, que sean críticos y propositivos. Pedro señala que esto ya forma parte de su estrategia. Una
atmósfera que se respira al entrar a la casona de calle Holanda. La estructura de espacios compartidos invita a
la comunicación, a la interacción de las áreas, a reunirse. “Puedes hablar de temas que no tienen nada que ver
con tu área de desarrollo, pero así aportas o colaboras en forma ágil a los otros”.
Al recorrer la casa te encuentras con papeles de colores tapizando las murallas y pizarrones, ya que en el
proceso de trabajo la visualización es importante y también para la metodología “ágil” de gestión que utilizan.
“Cuando desarrollas productos intangibles, como los software o servicios, uno no visualiza el trabajo y se
genera un problema importante para la gestión. En cada post it hay un producto que está en nuestros
computadores, la idea es que los demás también lo vean, así como los acuerdos o desacuerdos. El mismo
papelito sirve como apunte, luego como compromiso, recordatorio… es muy eficiente”, cuenta Pedro.
Por su parte, en la ideación y diseño de los proyectos se trabaja de manera horizontal y siempre se intenta
integrar. Como trabajan financiados por organismos internacionales en general se consigue fondos sólo para
una causa determinada. La idea entonces es que no se gaste lo mismo en lo ya avanzado. “La integración hace
que la inversión sea más eficiente, no se gasta en replicar esfuerzos ya hechos”, explica Daire.

Vea el video "Ciudadano Inteligente: La Casa de las Ideas" en la versión online del curso.

Enfrentando nuevos desafíos

El próximo desafío para Ciudadano Inteligente es lograr ser autosustentable, para lo cual se encuentran
diseñando una estrategia de ventas. “Nuestra misión es informar al ciudadano, por lo que no podemos dejar de
hacerlo, pero sí podemos seleccionar ciertos grados de información y customisarla para algún grupo específico
que esté dispuesta a pagar por ello”, explica Rodrigo.
Lo segundo es un proyecto que consiste en el diseño de aplicaciones de datos abiertos para luego ser
instalado en diversas municipalidades o gobiernos, permitiendo que estén disponibles para todos.
Por último, poseen una “vocación latinoamericana” permanente. Anualmente, la fundación cuenta con un
proyecto llamado “Desarrollando América Latina”, con el cual trabajan en ocho países. Asimismo, han replicado
sus proyectos más emblemáticos en otros países de la región.
Finalmente, tras diez años de funcionamiento, en el 2019 reformularon parte de su estrategia y nombre;
Ciudadano Inteligente ahora se llama Fundación Ciudadanía Inteligente.
Junto a ese cambio y para asumir nuevos desafíos tanto locales como regionales, la fundación cambió su
estructura organizacional, formándose hoy por dos áreas relevantes: 1) Operación Estratégica y 2) Soporte
Estratégico, siendo un conjunto pensado para cohesionar ágilmente sus áreas de trabajo.
Con ello, los tres ejes de la organización se han constituido en herramientas, set de metodologías para ayudar
y/o fortalecer a otras organizaciones públicas y ciudadanas; acción colectiva y formación, proyectos o
plataformas web y lucha contra la corrupción, instancias de transparencia y vigilancia de instituciones públicas.

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Uno de sus últimos proyectos más destacados fue el Laboratorio de la Democracia Digital, que tiene como
objetivo desarrollar ideas e investigaciones innovadoras para "co-crear ágilmente soluciones tecnológicas e
inclusivas para enfrentar las nuevas amenazas y oportunidades para la democracia".
Esto asegura una permanente investigación sobre las problemáticas que aquejan a la región en términos
políticos y democráticos y además una búsqueda de soluciones innovadoras en un contexto que exige el uso
de nuevas herramientas.

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