EL JUICIO DE AMPARO
El amparo puede tramitarse en dos vías la indirecta y la directa, conocidas más
comúnmente como amparo indirecto y amparo directo, la procedencia de una u
otra vía depende de las clases de resoluciones que pretendan impugnarse, por lo
cual tiene una importancia mayúscula el determinar que vía procede para
impugnar determinado acto de autoridad. En este apartado se desarrollará lo
relativo al amparo indirecto, desde su fundamentación constitucional, su
procedimiento, hasta llegar a la sentencia que en el mismo se dicte.
Es menester abocarse primeramente a determinar la procedencia constitucional
del amparo indirecto y al respecto, el artículo 107 de la ley suprema señala en su
fracción VII:
ARTÍCULO 107. Las controversias de que habla el artículo 103 de esta
Constitución, con excepción de aquellas en materia electoral, se sujetarán a los
procedimientos que determine la ley reglamentaria
Siendo el amparo un medio de defensa de la Constitución, éste prospera tan solo
contra actos de autoridad5, sin que puedan impugnarse actos de gobierno o
actos de gobernados por medio del juicio de garantías, conforme al texto de
los artículos 103 de la Constitución y 1° de la Ley de Amparo. A fin de aclarar
este principio, por autoridad para efectos del amparo se entiende a las personas
que desarrollan actos en cumplimiento de las funciones de gobierno, actuando
de manera unilateral frente a los gobernados. Estas personas pueden integrar
un órgano de gobierno propiamente o un organismo público descentralizado e,
incluso, un órgano público autónomo, con lo que dichos entes adquieren la
calidad de autoridad. Así pues, es autoridad aquel organismo que la ley faculta
para emitir actos unilateralmente y que deban ser obedecidos por los
gobernados al estar respaldados por el imperio estatal (aunque pueden
impugnarse al tildarlos de nulos por inconstitucionalidad o por ilegalidad).
En torno al acto de autoridad, objeto de impugnación o de estudio en el amparo,
éste lo representa la conducta positiva, negativa u omisiva que se imputa o
atribuye a un ente público que actúa de manera unilateral frente a un
gobernado, generalmente en cumplimiento de tareas gubernativas y dentro del
ámbito legal, aun cuando precisamente por violar la Constitución o la legislación
secundaria, es que procede enderezar la demanda de amparo; luego entonces,
con independencia de que el órgano de gobierno al que se atribuye la emisión
y/o ejecución del acto, no se ajuste a su ámbito competencial, se estará ante un
acto de autoridad y el mismo será impugnable en la vía del amparo6.
Como una novedad dentro de la Ley de Amparo, se ha establecido en sus
artículos 1° y 5°, fracción II, la procedencia del amparo contra actos de
gobernados (llamados por esos numerales como “particulares”), pero solamente
para el caso de que se constituyan, por mandato de la ley, en “auxiliares” de la
autoridad estatal o desarrollen tareas propias del gobierno del Estado, actuando
dentro de una especie de relación de supra a subordinación con un gobernado
(afectado por el acto de autoridad), como es el caso de los árbitro particulares,
quienes substancian y resuelven juicios. Por ende, si un gobernado (o
particular) no actúa de manera unilateral y con facultades de la ley, frente a otra
gobernado (como el delincuente, que afecta a una persona en su patrimonio,
pero no como persona a la que la ley permite desarrollar tareas del gobierno del
Estado), pero lo daña en su patrimonio, no procederá el juicio de amparo, sino
otras vías procesales, tales como la denuncia penal, la acción civil o la laboral e,
inclusive, la de naturaleza familiar, como cuando el padre no otorga alimentos al
menor y éste se ve obligado, por medio de quien lo represente, a enderezar una
demanda por esa causa.
Luego entonces, la acción de amparo contra particulares no es absoluta y en
relación a todos los actos de éstos, sino simplemente los que sean equiparables a
los de autoridad estatal.
CONCLUSIÓN
la naturaleza jurídica de nuestro medio de control constitucional; radica en la
forma propia que este ha de substanciarse, ya sea por la vía directa o la
indirecta, por lo que a la primera respecta, tendrá el carácter de recurso, y en vía
indirecta revestirá el carácter de un juicio.
Es necesario decir que la institución de amparo reviste las características de un
verdadero juicio, tratándose de cualquier controversia construccional que se
suscite, en agravio de los derechos fundamentales y garantías constitucionales
tuteladas por la Carta Magna, exceptuando lo anterior y cuando se atiendan
violaciones a las garantías de legalidad consagradas en los artículos 14 y 16 de la
Constitución Federal, el juicio de amparo adquirirá todas las cualidades de un
recurso, puesto bajo estos supuestos, los órganos de amparo correspondientes,
se convertirán en meros revisores de esas controversias. Llegamos a la
conclusión , que los principios que rigen la institución de amparo, constituyen
un grupo de postulados y mismos que derivan de la regla general de procedencia
o base fundamental del amparo consagrada en el artículo 107 Constitucional; y
que estos regulan aspectos tales como el ejercicio de la acción, la forma en que
debe tramitarse y las características que deben revestir las sentencias
pronunciadas.
FUENTES
https://doctrina.vlex.com.mx/vid/juicio-amparo-481635123
file:Downloads/Dialnet-ElJuicioDeAmparoComoGaranteDelEstadoDeDerechoEnMex-
5978937.pdf