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Los tensoactivos son moléculas orgánicas que modifican las fuerzas de superficie
o atracción existentes entre las moléculas de una sustancia líquida, en la superficie
de contacto, con un sólido. Es decir, disminuyen la tensión superficial.
Son componentes que ayudan a disolver o emulsionar sustancias insolubles en
agua; aceites, grasas, suciedad, etc.
Su función principal es desprender la suciedad facilitando la limpieza. Los
tensoactivos tienen dos partes:
Una parte polar: con cierta carga eléctrica que es soluble en agua (hidrófila)
y que provoca la dispersión o la solubilización.
Una parte apolar; sin carga eléctrica que no se disuelve en agua (hidrófoba).
Puede llegar a ser soluble gracias a los grupos hidrófilos.
Son sustancias que presentan actividad en la superficie, reduciendo la tensión
superficial del líquido en el que esta disuelto o bien la tensión superficial de la
intercara si hubiera otra fase presente. Para que una sustancia sea TA se requiere
que contenga dos grupos: uno polar o hidrófilo (amigo del agua) y otro no polar o
hidrófobo (terror al agua).
La tensión superficial es la fuerza de cohesión que surge en la superficie de un
líquido, generando una especie de membrana elástica que dificulta la entrada al
mismo. Por este fenómeno, algunos insectos tienen la posibilidad de posarse sobre
el agua sin hundirse y también es el que hace que se formen las gotas de rocío. Los
tensioactivos reducen esta fuerza de cohesión.
Los tensioactivos son las sustancias principales conformantes de los detergentes
(domésticos o industriales), jabones (gel de ducha y champús) y limpiadores de
nuestros hogares. Su origen puede ser tanto sintético como natural y, según su
estructura también podemos encontrar tensioactivos biodegradables y no
biodegradables.
Los surfactantes permiten:
1. Un líquido con otro líquido: la miscibilidad y formación de emulsiones.
2. Un sólido con un líquido: permite cambiar la mojabilidad y obtener suspensiones
de sólidos en líquidos.
3. Un sólido con el aire: aerosol.
4. Un líquido con el aire: neblina
Siguiendo con el ejemplo del agua y el aceite, las moléculas de un tensioactivo
tienen una parte que atrae el agua y repele la grasa (cabeza polar) y otra parte que
atrae la grasa y repele el agua (cuerpo apolar). También vale con distintos tipos de
moléculas para otras sustancias que se repelan.
Al contacto con el agua las moléculas individuales se orientan de tal modo que la
parte hidrofóbica sobresale del nivel del agua, encarándose al aire, mientras tanto
la parte hidrofílica se queda sumergida. Otro fenómeno es que las moléculas
anfifílicas se alinean de tal manera que las partes hidrofílicas quedan de un lado y
las partes hidrofóbicas del otro lado, por lo que empiezan a formar burbujas, las
partes hidrófobas quedan en el centro, y los restos solubles en agua quedan
entonces en la periferia disueltos en el agua. Estas estructuras se denominan
micelas.
La clasificación se fundamenta en el poder de disociación del tensoactivo en
presencia de un electrolito y de sus propiedades fisicoquímicas. Pueden ser: iónicos
o no-iónicos; y dentro de los iónicos según la carga que posea la parte que presenta
la actividad de superficie serán: aniónicos, catiónicos y anfóteros.
Los iónicos, con fuerte afinidad por el agua, motivada por su atracción electrostática
hacia los dipolos del agua, pueden arrastrar consigo a las soluciones de cadenas
de hidrocarburos, por ejemplo, el ácido pálmico, prácticamente no ionizable es
insoluble, mientras que el palmitato sódico es soluble completamente ionizado.
Surfactantes aniónicos:
Poseen características muy notables con respecto a otros tipos de surfactantes
siendo una de ellas la estabilidad en aguas duras, tienen una zona polar cargada
negativamente en solución acuosa, por lo que fisicoquímicamente dichos
tensoactivos tienen la propiedad de alterar la energía superficial, si la tensión
superficial disminuye la energía libre de superficie disminuye porque estas están
directamente relacionadas, no obstante es importante señalar que el contraión
(normalmente sodio, potasio o iones de amonio) ejerce una escasa influencia sobre
las propiedades superficiales de estas sustancias , con respecto a la adsorción de
estos surfactantes sobre superficies sólidas pueden modificar las características de
dicha superficie y la transferencia de electrones. Además, pueden incluir la
formación de agregados en la superficie similares a micelas e incrementar el grosor
de la película de otras moléculas adsorbidas, pero no solo cambian las
características superficiales de los sólidos por adsorción, sino también favorecen la
solubilidad de compuestos escasamente solubles en agua.
Surfactantes catiónicos:
Constan de una parte polar lipofílica cargada positivamente (normalmente de una
sal de amonio cuaternaria, amina o sal de fosfonio) y de una zona hidrófoba que
puede tener distinta naturaleza. Tienen propiedades únicas, como la absorción
sobre sustratos cargados negativamente y propiedades bactericidas. En general no
son buenos detergentes y tampoco buenos espumantes con excepción de los
óxidos de amina en su forma cuaternizada a pH ácido. No se usan en formulaciones
con surfactantes aniónicos ya que no son compatibles con estos.
Surfactantes anfóteros:
Estos surfactantes anfóteros tienen dos grupos funcionales: uno aniónico y otro
catiónico. Según el pH una de las dos disociaciones domina (aniónicos al alto pH,
catiónico a bajo pH). Según el pH pueden presentar adsorción sobre superficies con
cargas positivas o negativas. Estos surfactantes son compatibles con los demás
tipos de surfactantes y se usan en formulaciones no-tóxicas.
Surfactantes no iónicos:
Los surfactantes no iónicos se obtienen principalmente como derivados de
polioxietileno (especialmente polioxietileno alquil fenoles) y polioxipropileno. Estos
surfactantes están constituidos por una cadena hidrocarbonada lipofílica (alquil-
fenoles y ácidos grasos alifáticos, principalmente) con su respectivo alcohol, unida
a una segunda cadena que es hidrofilia y compuesta de grupos oxietileno. Entre
más grupos de oxietileno estén formado la cadena, mayor será la afinidad con el
agua y, por lo tanto, mayor la solubilidad del surfactante en el agua. Son en general
buenos detergentes humectantes y emulsionantes. Algunos de estos tienen
excelentes propiedades espumantes, por todas estas propiedades se encuentran
hoy en día en todos los detergentes líquidos o en polvo.
Micelas
Dado que los surfactantes poseen una parte hidrofílica y una hidrofóbica, es de
esperarse que cuando las moléculas de surfactante se encuentran en un medio
completamente acuoso, tenderán a reducir la superficie de contacto del agua con
las partes hidrofóbicas. Muchas veces esto se logra agregando las moléculas en
forma de una gotícula, con las colas hidrofóbicas hacia adentro, de modo que la
gotícula tiene un interior muy parecido a un hidrocarburo, mientras que la superficie
es rica en grupos cargados con gran afinidad por el agua.
Todos los surfactantes iónicos presentan una temperatura por encima de la cual se
presenta un brusco aumento de la solubilidad. A esta temperatura se le llama
temperatura de Krafft. Las micelas no se forman por debajo de la temperatura de
Krafft, porque termodinámicamente es más barato mantenerse como fase sólida
que como micelas.
Los surfactantes no-iónicos no presentan temperatura de Krafft, porque obedecen
a un diferente mecanismo de disolución; sin embargo, su solubilidad también
depende de la temperatura. En ciertos casos, a cierta temperatura, el surfactante
se separa como una fase distinta, lo cual produce una suspensión lechosa. A esta
temperatura se le llama punto de nube (cloud point)
Bicapas
A veces un surfactante posee una estructura que no permite un buen empaque de
las colas hidrofóbicas para formar micelas, p. ej. con fosfolípidos. Como sus colas
hidrofóbicas no requieren más espacio que el disponible en una micela, estas
moléculas se agregan para formar bicapas extendidas, esto es, hojas donde las
colas hidrofóbicas apuntan unas hacia otras, mientras que la superficie concentra
las cargas que tienen buena afinidad por el agua. La agregación de fosfolípidos
para formar bicapas es uno de los procesos fundamentales en la formación de las
membranas celulares.
Vesículas
Si tenemos una bicapa, y la sometemos a una agitación intensa, p. ej., con
ultrasonido, es posible que la bicapa se rompa y al reagruparse, obtenemos lo que
llamamos vesículas. Una vesícula es un contenedor de forma aproximadamente
esférica, cuyas paredes están formadas por una bicapa continua. Por esto, tanto el
interior como el exterior de una bicapa tienen un ambiente acuoso, mientras que
sólo el interior de la pared--la membrana de la vesícula--posee un ambiente
hidrocarbonado, como el del interior de una micela.
La Microviscosidad
La microviscosidad de las bicapas está relacionada con su facilidad para disolverse
y por tanto con su estabilidad. Para medir la microviscosidad se utiliza una molécula
conocida comercialmente por el nombre de TEMPO (2,2,6,6-tetrametil-1-
piperidiniloxi). Su espectro, observado una vez adsolubilizado mediante resonancia
de spin electrónico (RSE), muestra sus tiempos de correlación rotacional, que están
directamente vinculados con la microviscosidad. Las moléculas de TEMPO tienden
a adsolubilizarse en la empalizada o en la interficie bicapa- agua (Figura 13), así
que cuando el tiempo de correlación rotacional aumenta, es debido a que se
pueden estar formando puentes de hidrógeno entre las moléculas de TEMPO y las
cabezas polares de los tensioactivos, inhibiendo el movimiento rotacional de las
moléculas de TEMPO. Esto sucede debido a una mayor compactación en la
superficie de la bicapa, que es consecuencia de un incremento de la viscosidad
Potencial Z