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LIBIDO: Libido (del latín libīdo ‘deseo, pulsión’ y en sentido estricto ‘lascivia’) es un término que se usa en medicina y psicoanálisis de

manera general para denominar al deseo sexual de una persona. Como comportamiento sexual, la libido ocuparía la fase apetitiva en la
cual un individuo trata de acceder a una pareja potencial mediante el desarrollo de ciertas pautas etológicas.

No obstante, existen definiciones más técnicas del concepto, como las encontradas en las obras de Sigmund Freud y Carl Gustav Jung
que hacen referencia a la fuerza o energía psíquica. Estos autores vinculan la energía libidinal, respectivamente, a las pulsiones y a su
carácter eminentemente sexual como meta primaria (Freud) o a una energía mental indeterminada que mueve el desarrollo personal
general de un individuo (Jung).

LIBIDO EN EL PSICOANALISIS: Hay una famosa discusión entre Freud y Jung acerca de lo que es la líbido: Freud sostiene hasta el final
que la líbido es energía sexual, oponiendo las pulsiones sexuales a las de muerte; mientras que Jung, considera la líbido como energía
en general, incluso no sexualizada. Para Freud también hay una líbido desexualizada, que es la que se encuentra en el mecanismo de
defensa normal que él denominó “Sublimación”, donde la líbido se sublima perdiendo su carácter sexual.

Entonces, desde el punto de vista cualitativo, la líbido para Freud no es reductible a una energía general como lo es para Jung. Para
Freud la líbido se desexualiza sólo cuando el sujeto renuncia al fin sexual.

En una primera teoría, Freud opone la líbido a las pulsiones de autoconservación; y en la segunda teoría a las de muerte.

Para Freud la líbido es considerada sobre todo como un concepto cuantitativo, su aumento, disminución, tensión y desplazamiento, le
permiten entender los procesos psicosexuales. Dice Freud:” Líbido es la expresión tomada de la teoría de la afectividad. Llamamos así a
la energía, considerada como una magnitud cuantitativa (aunque actualmente no pueda medirse), de las pulsiones que tienen relación
con todo aquello que puede designarse con la palabra amor” (1921).

Recordemos que el significado de la palabra pulsión es el del empuje de energía, que tiene un objeto y un fin sexual o tanático no
determinado por lo genético; en los animales Freud habla de instinto, con un objeto y un fin predeterminado por la especie.

La pulsión sexual se sitúa entre lo psíquico y lo somático; la líbido en cambio, designa su aspecto psíquico, es energía sexual psíquica.

Freud habla de dos clases de líbido: la objetal (dirigida a un otro) y la narcisística (dirigida al yo), en todo sujeto existen los dos tipos de
líbido, pero cuando predomina la narcisística hablamos de un sujeto con un narcisismo exacerbado o incluso una neurosis narcisística
(muy comunes en nuestro tiempo), cuando predomina la objetal, hablamos de un sujeto que ama con entrega o pasión.

Además Freud define la líbido como la energía de la pulsión sexual, es decir, destaca además y siempre el aspecto cuantitativo.

LA MENTE CONSCIENTE: Incluye todo aquello de lo que somos conscientes. Este es el aspecto de nuestro proceso mental que nos
permite pensar y hablar de forma racional. A parte de esto, incluye nuestra memoria, que no siempre es parte de la conciencia, pero se
puede recuperar fácilmente en cualquier momento y se pone en nuestro conocimiento. Freud llamó a esto el preconsciente.

LA MENTE PRECONSCIENTE: Es la parte de la mente que representa la memoria ordinaria. Si bien no somos conscientes de esta
información en cualquier momento dado, podemos recuperarla y tirar de ella en la conciencia cuando sea necesario.

LA MENTE INCONSCIENTE: Es donde guardamos nuestros sentimientos, pensamientos, impulsos y los recuerdos que se encuentran
fuera de nuestro conocimiento consciente. La mayor parte de los contenidos del inconsciente, según Freud, son inaceptables o
desagradables, como los sentimientos de dolor, ansiedad o conflicto. Para él, el inconsciente puede influir en nuestra conducta y
experiencia, a pesar de que no somos conscientes de estas influencias subyacentes.

De este modo, Freud comparó estos tres niveles de la mente con un iceberg:

 La punta del iceberg que se puede ver por encima del agua representa la mente consciente.

 La parte del iceberg que se sumerge debajo del agua, pero es aún visible es el preconsciente.

 El grueso del iceberg está oculto debajo de la línea de flotación y representa el inconsciente.
¿EN QUÉ CONSISTEN EL ELLO, EL YO Y EL SUPERYÓ?

Cada persona posee también una cierta cantidad de energía psicológica que forma las tres estructuras básicas de la personalidad: el
ello, el yo y el superyó. Estas tres estructuras tienen funciones diferentes y actúan en distintos niveles de la mente.

EL ELLO: El ello es impulsado por el principio del placer, que se esfuerza por lograr la satisfacción inmediata de todos los deseos, deseos
y necesidades. Si estas necesidades no se satisfacen inmediatamente, el resultado es un estado de ansiedad o tensión.

 El Ello es el único componente de la personalidad que está presente desde el nacimiento.

 Este aspecto de la personalidad es completamente inconsciente e incluye los comportamientos instintivos y primitivos.

 Según Freud, el Ello es la fuente de toda la energía psíquica, por lo que es el componente principal de la personalidad.

Por ejemplo, un aumento de la sed o el hambre debe producir un intento inmediato de comer o beber.

EL YO: El Yo funciona basándose en el principio de la realidad, que se esfuerza por satisfacer los deseos del Ello de forma realista y
socialmente adecuada. El principio de realidad sopesa los costos y beneficios de una acción antes de decidirse a actuar sobre los
impulsos o abandonar. En muchos casos, los impulsos del Ello pueden ser satisfechos a través de un proceso de retraso de la
gratificación. El Yo finalmente permitirá el comportamiento que busca el Ello, pero sólo en el lugar y momento adecuado.

 El Yo es el componente de la personalidad que se encarga de tratar con la realidad.

 El Yo se desarrolla a partir del Ello y asegura que los impulsos del Ello puedan expresarse de una manera aceptable en el mundo
real.

 Las funciones del Yo son utilizadas en el consciente, el preconsciente y el inconsciente de la mente.

EL SUPERYÓ: El Superyó actúa para perfeccionar y civilizar nuestro comportamiento. Trabaja para suprimir todos los impulsos
inaceptables del Ello y se esfuerza por hacer que los actos de Yo se encuadren en las normas sociales, más que en principios realistas. El
Superyó está presente en el consciente, preconsciente e inconsciente.

 El Superyó es el aspecto de la personalidad que contiene todos nuestros estándares morales interiorizados e ideales que
adquirimos de ambos padres y de la sociedad; nuestro sentido del bien y el mal.

 El Superyó nos proporciona directrices para hacer juicios.

 El Superyó comienza a surgir en torno a los cinco años.

Existen dos partes fundamentales del Superyó:

 El ideal del Yo, que incluye las reglas y normas para el buen comportamiento. Incluyen aquellos que son aprobados por las figuras
de autoridad de los padres y otros. Aquí se encontrarían los sentimientos de orgullo, valor y logro.

 La conciencia, que incluye información acerca de las cosas que son consideradas por los padres y la sociedad. Se trata de
comportamientos que a menudo están prohibidos y dan lugar a malas consecuencias, castigos o sentimientos de culpa y
remordimientos.

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