Obligar a los demás participantes al cumplimiento de sus obligaciones. Cada uno de
los asociados tiene facultad para obligar a los otros partícipes a responder en todas las cuestiones del negocio, y frente a terceros, en los aspectos que estén relacionados con el desarrollo del proyecto. Designación y revocación del representante. Requerir la distribución de los resultados. Pedir la separación de los miembros. Admitir o no nuevos integrantes. En consecuencia, el contrato deberá indicar las condiciones en que se admitirán nuevos miembros; podrán pactar cuáles serán los requisitos a llenar por el nuevo partícipe; y la decisión de aceptarlo o no, deberá ser unánime, salvo que se pacte lo contrario. Proponer y resolver sanciones a los participantes, por incumplimiento de las obligaciones contractuales. Pedir la disolución del contrato. Adoptar las medidas que consideren adecuadas para la administración de la entidad, establecidas en el acto constitutivo. Los integrantes continúan ejerciendo su derecho de propiedad sobre los bienes aportados. Cuentan con el acceso a los sitios y medios con los que se desarrolla el objeto contractual. Tienen derecho a intervenir en la administración, control y auditoría del Joint Venture, esto es que pueden ejercer la supervisión y conocimiento de actividades. El desarrollo y ejecución del negocio específico, debe estar bajo el control y dirección de todos los miembros de la asociación; esto es un control mutuo en el gerenciamiento del proyecto; lo que necesariamente implica unanimidad en la toma de decisiones. No obstante, puede existir una delegación de funciones en alguno de los partícipes, sin que se desnaturalice el Joint Venture. Derecho a recibir ingresos e intereses de mora cuando existan retrasos en los pagos.