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Creemos que la educación en derechos humanos es fundamental para abordar las causas
subyacentes de las violaciones de estos derechos. Creando un entorno propicio al
pensamiento crítico, damos espacio a las personas para que reflexionen sobre sus propios
valores y actitudes y, en definitiva, modifiquen su propia conducta. Sirve para prevenir los
abusos contra los derechos humanos, combatir la discriminación, promover la igualdad y
fomentar la participación de la gente en los procesos de toma de decisiones.
Toda persona tiene derecho a disponer de información clara y suficiente sobre los derechos
humanos y las libertades fundamentales, así como al acceso a la educación y formación en
materia de derechos humanos. Los gobiernos, por su parte, deben garantizar que toda la
ciudadanía pueda conocer y aprender sobre sus derechos humanos, tal y como establecen
múltiples instrumentos nacionales, regionales e internacionales.
En el caso español, Amnistía Internacional ha venido trabajando desde 2003 para que se
incluyan contenidos de derechos humanos en la educación formal. Tanto el gobierno central
como los autonómicos tienen la responsabilidad y el deber de incluir la EDH en todos los
niveles del sistema de enseñanza. Pero la formación en derechos humanos no tiene edad.
Toda persona tiene derecho a conocerlos, reclamarlos y disfrutarlos en cualquier momento de
su vida. Y tampoco hay límites para la enseñanza y el aprendizaje de los derechos humanos.
ME VEO COMO EDUCADORA (...) SOY EL PRESENTE TRATANDO DE HACER UN CAMBIO PARA EL
FUTURO. AUNQUE NO PUEDA DISFRUTAR DE ESE CAMBIO, SÉ QUE LAS GENERACIONES FUTURAS
LO HARÁN.
España
España pertenece desde 1977 al Consejo de Europa que aprobó en 2010 la Carta de
la Educación para la Ciudadanía Democrática y la Educación en Derechos
Humanos, en la que recomienda a los Estados miembros que incluyan “la Educación
para la Ciudadanía Democrática y la Educación en Derechos Humanos en los
programas de educación formal en los niveles de infantil, primaria y secundaria, así
como en la enseñanza y la formación general y profesional”.
La implantación en 2006 de la materia de Educación para la Ciudadanía y los
Derechos Humanos (EpC), mediante la Ley Orgánica de Educación, visibilizó de
forma explícita los contenidos de derechos humanos en el currículo de la enseñanza
primaria y secundaria obligatorias. Además, la creación de la competencia social y
ciudadana estableció una herramienta para que esos contenidos fueran transversales
en el currículo de todas las materias. Amnistía Internacional consideró muy positivas
ambas medidas educativas.