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Una Estrella En El Horizonte

Tus pies en el lodo, tu cabeza en la obscuridad,


¡Oh humano, cuan lastimosa es tu condicion!
Te aterrorizan las dudas, los infortunios te exasperan
-No tienes ingenio ni voluntad para luchar-
¿Cuanta esperanza en el corazon o dignidad en el trabajo?
¡Ninguna estrella en el horizonte!

Tus dioses resultaron titeres del sacerdote.


''¿La verdad? todo es relativo'' suspiro la ciencia.
Por tu servidumbre con tu hermana la bestia
El amor te torturo y murio asi la esperanza de amor
Y se consumio la fe en el amor. Ni siquiera es la vida
Una tenue estrella divisada

Tu vil carroña acobardada y reptante


Que se descubrio a si misma como un lugar casual
Cuyo dolor no tenia proposito; aterrorizada
Por el accidente que sin sentido tanto abrumo
Su agonia ¡Que los cielos vacios se esparcieron
Sobre la tierra baldia!

Todas las almas existen eternamente


Cada una individual, ultima
-Perfecta- se hace a si misma una neblina
De mente y cuerpo para proclamar
Con una doble mascara su tierna cita
Nunca satisfecha.

Algunos borrachines, delirando en el sueño,


Se desesperan por lo que morira, se confunden
Ellos mismos con su sombra
Una estrella puede requerirlos para que despierten
Sean ellos mismos; estrella serena de las almas que resplandece
En el lago sosegado de la vida.

Lo que finalizo nunca comenzo.


Todas las cosas permanecen porque son.
Haz tu voluntad, para cada hombre
Y cada mujer es una estrella.

1
¡Pan no esta muerto: el vive, Pan!
¡Abajo la barrera!

Al hombre vengo, el numero de


Un hombre es mi numero, leon de luz;
Yo soy la bestia cuya ley es el amor
Amor bajo la voluntad, su real derecho
Aqui esta, al lado, y no en la lejania,
Una estrella en el horizonte.

2
Guía de Transformación Thelémica

Frecuentemente escuchamos relatos de personas que se sienten muy


envueltas con las enseñanzas Thelémicas, pero que aún no se juzgan
Thelemitas porque no fueron iniciadas o no hacen parte de alguna
Organización u Orden.

Cuando escuchamos eso, es casi inevitable no remitirnos inmediatamente al


pasado, cuando recibimos las primeras instrucciones y no encontramos
referencia ninguna a tal condición.

La cuestión es: ¿Donde está escrito, en cualquier punto de la literatura


thelémica, que solamente iniciados pueden ser Thelemitas?

Este guía de transformación fue escrito para aquellos que:

1. Ya escucharan hablar superficialmente de Thelema;


2. Nunca escucharan hablar de Thelema;
3. Están confundidos acerca de que es Thelema;
4. Son estudiantes de ciencias ocultas comparadas;
5. En fin, desean tornarse Thelemitas.

El Guía de Transformación Thelémica es un conjunto de textos (Libri)


escritos por Maestro Therion y por Frater Achad que tenían exactamente la
intención de instruir acerca de la Filosofía de Thelema. Todos los textos de
esta selección pueden ser encontrados en la obra “The Equinox”.

3
Orden de los Textos

El orden de los textos fue elegida de manera a partir de explicaciones más


sencillas y gradualmente aumentar la complejidad de las enseñanzas.
Nuestro deseo es que, con el avanzo de la lectura, la persona escuche una
voz, la voz que la llamará o le despertará para la Grande Obra de sus Vidas.

Estos textos deben ser leídos exactamente en el siguiente orden:

 Pasando del Viejo al Nuevo Aeon


 La Ley de Libertad
 El mensaje del Maestro Therion
 De Lege Libellum
 Líber OZ
 Deber
 Líber AL vel Legis- El libro de la Ley

(Traducido desde "Guia da transformaçao Thelêmica", disponible en


Hadnu.org)

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Pasando del Viejo al Nuevo Aeon
Stepping out of the Old Æon into the new

por Frater Achad (Charles Stansfeld Jones)

Como debéis saber, entramos en el Nuevo Aeon. Una Verdad más alta ha
sido dada al mundo. Esta Verdad está a la espera de todos que
conscientemente la aceptan, pero tiene que ser percibida antes que pueda
ser comprendida, y día a día aquellos que la aceptan, y están intentando
vivirla, aprenden más y más acerca de su Belleza y Perfección.

La nueva enseñanza parece rara al principio; y la mente es incapaz de


abarcar mas que un poquito de lo que el en verdad significa. Solamente
cuando estamos viviendo la Ley, puede ese poquito se expandir en la
infinita perspectiva del todo.

Me gustaría que compartierais conmigo un pedacito de esa gran Verdad


que se ha hecho clara para mí en esta mañana de sol; me gustaría que
vierais conmigo- si así es vuestra voluntad- solamente un poquito más allá
del Viejo Aeon, y contemplarais por un momento al Nuevo. Entonces, si lo
que veáis les agrada, quizás quedaréis con nosotros; o, quizás, volveréis
atrás por algún tiempo; pero una vez la entrada esté abierta, y el Camino
visible, siempre podréis retornar, en un instante, apenas reajustando
vuestra Visión Interna a la Verdad.

Vos sabéis lo profundamente que fuimos nosotros impresionados por las


ideas del Nacer y Poner del Sol, y como nuestros hermanos de eras
pasadas, que viendo el Sol desaparecer en la noche y surgir en la mañana,
basaran todas sus ideas religiosas en esa concepción única de un Dios
Muerto y Resucitado.

Esta era la idea central de la religión del Viejo Aeon, pero nosotros la
dejamos atrás, porque si bien parecía basada en la Naturaleza (y los
símbolos de la Naturaleza siempre son verdaderos), nosotros ya hemos
crecido allende esa idea, la cual, aun en la Naturaleza, es solamente una
apariencia. Desde la época cuando ese Ritual de Sacrificio y Muerte fue
concebido y declarado, nosotros, a través de la observación de nuestros
cientistas, venimos a saber que no es el Sol que se levanta y se pone, sino
la Tierra sobre la cual vivimos la que gira de tal forma que su sombra nos
separa de la luz solar durante aquello que llamamos noche. El Sol no muere,
como pensaban los antiguos: El está siempre fulgiendo, siempre irradiando

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Luz y Vida. Parad un momento y adquirid una concepción clara de ese Sol:
Como Ele está fulgiendo de mañana temprano, fulgiendo al mediodía,
fulgiendo por la tarde, y fulgiendo a medianoche. Tenéis esa idea
claramente formulada en vuestra mente? ENTONCES PASASTEIS DEL VIEJO
AL NUEVO AEON.

Ahora, consideremos que ha pasado con vosotros. A fin de asumir esa


concepción mental del Sol siempre fulgente, que hicisteis? Te identificasteis
con el Sol. Salisteis de la conciencia de este planeta, y por un instante, te
considerasteis como Entes Solares. Entonces, para que volver atrás? Podéis
haber retrocedido involuntariamente, porque la Luz era tan ofuscante que
pareció Oscuridad. Pero avanzad nuevamente, de esta vez más por
completo, y consideremos juntos cuales serán los cambios en nuestra
concepción de Universo.

En el momento en que nos identificamos con el Sol, percibimos que nos


tornamos la fuente de Luz: que nosotros también estamos ahora brillando
gloriosamente; pero al mismo tiempo, percibimos que la Luz del Sol no es
más para nosotros; nosotros no podemos ya ver el Sol, tal como en nuestra
estrecha conciencia del Viejo Aeon no podríamos ver a nosotros mismos. A
nuestro alrededor hay Noche perpetua; pero esta es la Luz Estelar del
Cuerpo de Nuestra Señora Nuit, en la cual vivimos, y nos movemos, y
tenemos nuestro ser. Entonces, de esta altura, nosotros contemplamos
aquel pequeño Planeta, del cual nosotros, hace un momento, eramos parte;
y Nos vemos emitiendo Nuestra Luz sobre todos esos pequeños individuos
que llamaremos hermanos y hermanas, los esclavos que sirven. Pero no
paremos ahí. Imaginad el Sol concentrando sus rayos un momento sobre un
minúsculo local: la Tierra. ¿Que pasa? La Tierra se vaporiza, ella es
consumida, desaparece. Pero en nuestra Conciencia Solar hay Verdad, y a
través de esta, contemplamos nuestra herencia más amplia: vemos el
Cuerpo de Nuestra Señora Nuit. Ahora estamos en oscuridad, estamos
mucho más cercanos a ella. Aquello que, visto desde el pequeño planeta,
parecía solamente puntitos de luz, ahora lanza brasas como otros grandes
Soles, y estos en verdad son nuestros hermanos y hermanas, cuya esencial
y Estelar naturaleza nosotros nunca antes percibimos que habíamos dejado
atrás.

Hay lugar para todos aquí;cada uno viaja en Su propia verdadera Via; todo
es Alegría.

Ahora, si deseáis retroceder al Viejo Aeon, hacedlo. Pero intentad llevar en


la memoria que esos alrededor son en realidad Soles y Estrellas, no

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pequeños esclavos temblorosos. Si no queréis ser un Rey vosotros mismos,
admitid entretanto que ellos tienen derecho a la Realeza, como vos tenéis
ese derecho, cuando quieras aceptarlo. Y en el momento en que quieras
aceptarlo, tendréis solamente que recordar esto: Mirad las cosas del punto
de vista del Sol.

(traducido desde The Equinox Vol III)

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Liber DCCCXXXVII
{Book 837}
La ley de Libertad

Un tratado de ΤΟ ΜΕΓΑ ΘΗΡΙΟΝ 666


Que es un Magus 9○=2□ A∴A∴
Ésta espistola primero apareció en “The Equinox III(1)(Detroit: Universal, 1919)”, y
es una exposicion comentada del “Liber Legis—The Book of the Law”, del cual se
toman las referencias—H.B.

Do what thou wilt shall be the whole of the Law.

Se me pregunta con frecuencia porqué comienzo mis cartas de esta forma. No importa si
le escribo a mi señora o a mi carnicero, siempre comienzo con estas once palabras. Pero,
¿de qué otro modo debería comenzar? ¿Qué otro saludo podría ser tan alegre? ¡Mira,
hermano, somos libres! ¡Regocíjate conmigo, hermana, no hay ninguna ley más allá de
Haz Tu Voluntad!

II

Escribo esto para los que no han leído nuestro Libro Sagrado, el Libro de la Ley, o para
los que, al leerlo, han de alguna forma fallado en entender su perfección. Porque hay
muchas cuestiones en este Libro, y las Alegres Nuevas están ya aquí, ya allá,
desparramadas por todo el Libro como las Estrellas están desparramadas por todo el
campo de la Noche. ¡Regocijen se conmigo, toda la gente! En el mismísimo
encabezamiento del Libro está el gran título de nuestra divinidad: "Todo hombre y toda
mujer es una estrella". Somos todos libres, todos independientes, todos brillamos
gloriosamente, cada uno es un mundo radiante. ¿No es eso buenas nuevas? Luego viene
el primer llamado de la Gran Diosa Nuit, Señora del Cielo Estrellado, que es también
Materia en su más profundo sentido metafísico, que es el infinito en quien todos
vivimos y nos movemos y tenemos nuestro ser. Oigan Su primer convocatoria para
nosotros, hombres y mujeres: "¡Aparezcan, oh niños, bajo las estrellas, y tomen su
colmo de amor! Estoy sobre ustedes y en ustedes. Mi éxtasis está en el vuestro. Mi
alegría es ver vuestra alegría". Después Ella explica el misterio de la aflicción: "Porque
estoy dividida por bien del amor, por la chance de la unión". "Esta es la creación del
mundo, que el dolor de la división es como nada, y la alegría de la disolución todo".

Después se expone cómo puede ser esto, cómo la muerte misma es un éxtasis como el
amor , pero más intenso, la reunión del alma con su verdadero yo. ¿Y cuáles son las
condiciones de esta alegría, paz, y gloria? ¿Es nuestro el tenebroso ascetismo del
Cristiano, el Budista, y el Hindú? ¿Caminamos con miedo eterno por temor a que algún
"pecado" nos arranque de la "gracia"? De ningún modo. "Sed vistosos por consiguiente:
¡vestíos todos con fina ropa; comed ricas comidas y bebed vinos dulces y vinos que
espumeén! ¡También tomen su colmo y su deseo de amor como quieran, donde, cuando,

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y con quien quieran! Pero siempre hacia mí". Este es el único punto a tener en cuenta,
que todo acto debe ser un ritual, un acto de adoración, un sacramento. Viva n como los
reyes y príncipes, coronados y no coronados, de este mundo, siempre han vivid o, como
los maestros viven siempre; pero que no sea auto-indulgencia; hagan de su
auto-indulgencia su religión.

Cuando beben, bailan y tomen su deleite, no están siendo "inmorales", no están


"arriesgando su alma inmortal"; están cumpliendo los preceptos de nuestra santa
religión— con la única condición de que recuerden observar sus acciones bajo esta luz.
No se rebajen, destruyan y vulgaricen su placer excluyendo la alegría suprema, la
conciencia de la Paz que da paso al entendimiento. No abracen a la mera Marian o
Melusina; ella es Nuit Misma, especialmente concentrada y encarnada en una forma
humana para darles amor infinito, para convidarlos a probar incluso en la tierra el Elíxir
de la Inmortalidad. "Pero que el éxtasis sea vuestro y l a alegría de la tierra: ¡siempre A
mí! ¡A mí!" Otra vez habla Ella: "Amor es la ley, amor bajo voluntad". Mantengan puro
su más alto ideal; luchen siempre en pos de éste sin permitir que nada los detenga o los
desvíe, así como una estrella pasa rápidamente sobre su incalculable e infinito curso de
gloria, y todo es Amor.

La Ley de vuestro ser se vuelve Luz, Vida, Amor y Libertad. Todo es paz, todo es
armonía y belleza, todo es alegría. Porque oigan, qué graciosa es la Diosa: "Yo doy
inimaginables alegrías en la tierra: certeza, no fe, mientras se está en la vida, sobre la
muerte; paz indecible, descanso, éxtasis; tampoco exijo nada en sacrificio". ¿No es esto
mejor que la muerte envida de los esclavos de los Dioses de Esclavo, ya que van
oprimidos por la conciencia de "pecado", fatigadamente buscando o fingiendo fatigosas
y tediosas "virtudes"? Con tales, los que hemos aceptado la Ley de Thelema no tenemos
nada que ver. Nosotros hemos oído la Voz de la Diosa Estelar: "¡Yo os amo! ¡Yo os
anhelo! Pálida o púrpura, velada o voluptuosa, Yo que soy toda placer y púrpura, y
embriaguez del sentid o más interior, os deseo. Ponéos las alas, y despertad el esplendor
enroscado dentro de ustedes: ¡venid hacia mí!" Y de esta manera Ella termina: "¡Cantad
la arrebatadora canción de a mor para mí! ¡Encended perfumes para mí! ¡Lucid joyas
para mí! ¡Bebed para mí pues yo o s amo! ¡Yo os amo! Soy la hija de párpados azules
del Atardecer; soy la brillantez corita del voluptuoso cielo nocturno. ¡A mí ¡A mí!" Y
con estas palabras "La Manifestación de Nuit se termina".

III

En el capítulo siguiente de nuestro libro se da la palabra de Hadit, que es el


complemento de Nuit. Él es la energía eterna, el Movimiento Infinito de las Cosas, el
núcleo central de todo ser. El Universo manifestado sale del casamiento de Nuit y
Hadit; sin esto ninguna cosa podría ser. Esta eterna, esta perpetua fiesta de casamiento
es entonces la naturaleza de las cosas mismas; y por consiguiente todo lo que es, es una
cristalización de éxtasis divino.

Hadit nos cuenta sobre Él mismo: "Soy la llama que quema en todo corazón de hombre,
y en el núcleo de toda estrella". Él es entonces tu propio yo divino más íntimo; eres tú, y
no otro, el que está perdido en el constante arrebato de los abrazos de la Infinita Belleza.
Un poco más adelante Él habla de nosotros: "No somos para el pobre y el triste: los
señores de la ti erra son nuestros parientes". "¿Tiene que vivir Dios en un perro? ¡No!

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sino que los más elevados son de nosotros. Ellos se regocijarán, nuestros elegidos: el
que se aflige no es de nosotros".

"Belleza y fuerza, risa saltarina y deliciosa languidez, energía y fuego, son de nosotros".
Después, respecto a la muerte, Él dice: "No pienses, oh rey, sobre esa mentira: Que Tú
Debes Morir: en verdad tú no morirás, sino que vivirás. Ahora que se entienda: si el
cuerpo del Rey se disuelve, permanecerá en puro éxtasis por siempre".

Cuando sabes eso, ¿qué queda sino deleite? ¿Y cómo tenemos que vivir mientras tanto?
"Es una mentira, esta insensatez contra el yo" — "¡Sé fuerte, oh hombre! codicia,
disfruta todas las cosas del sentido y arrebato: no temas que ningún Dios te niegue por
esto".

Muchas veces, en palabras como estas, Él ve la expansión y el desarrollo del alma a


través de la alegría. Acá está el Calendario de nuestra Iglesia: "Pero ustedes, oh mi
gente, levantáos y despertad! ¡Que los rituales se realicen debidamente con alegría y
belleza!" Recuerden que todos los actos de amor y placer son rituales, deben ser
rituales. "Hay rituales de los elementos y fiestas de los tiempos. ¡Una fiesta para la
primer noche del Profeta y su Novia! U na fiesta para los tres días de la escritura del
Libro de la Ley. Una fiesta para Tahuti y el niño del Profeta — secreto, ¡oh Profeta!
Una fiesta para el Ritual Supremo, y una fiesta para el Equinoccio de los Dioses. Una
fiesta para el fuego y una fiesta para el agua; ¡una fiesta par a la vida y una fiesta más
grande para la muerte! ¡Una fiesta cada día en vuestros corazones en la alegría de mi
arrebato! ¡Una fiesta cada noche a Nu, y el placer de sumo deleite! ¡Sí! ¡ festejad!
¡regocijáos! no hay ningún miedo de aquí en adelante.

Está la disolución, y el éxtasis eterno en los besos de Nu". Todo depende de su propia
aceptación de esta nueva ley, y no se les pide que crean nada, que acepten una sarta de
fábulas tontas por debajo del nivel intelectual de un Salvaje nómada y el nivel moral de
un drogadicto. Todo lo que tienen que hacer es ser ustedes mismos, hacer su voluntad, y
regocijarse.

"¿Fracasas? ¿Lo lamentas? ¿Está el temor en tu corazón?" Él dice otra vez: "Donde Yo
esto y, éstos no están". Hay mucho más de la misma clase; suficiente ha sido citado ya
para aclarar todo. Pero hay un mandamiento más. "La Sabiduría dice: ¡sé fuerte!
Entonces puedes concebir más alegría. No seas animal; ¡refina tu arrebato! Si bebes,
bebe por las ocho y noven ta reglas del arte: si amas, excede en delicadeza; y si haces
algo alegre, ¡que haya sutileza en eso! ¡Pero excede! ¡Excede! ¡Esfuérzate siempre por
más! y si eres verdaderamente mío — ¡y no lo dudas, y si tú estás siempre alegre! — la
muerte es la corona de todo". ¡Alzáos, mis hermanos y hermanas de la tierra! ¡Poned
bajo vuestros pies todos los temores , todos los remordimientos, todas las vacilaciones!
¡Alzáos! Apareced, libres y jubilosos, de día y de noche, para hacer vuestra voluntad;
porque "No hay ninguna ley más allá de Haz lo que tú quieras".

¡Alzáos! Salid con nosotros en Luz, Vida, Amor y Libertad, tomando nuestro placer
como Reyes y Reinas en el Cielo y sobre la Tierra. El sol ha salido; el espectro de las
eras ha sido ahuyentado. "La palabra de Pecado es Restricción", o como se ha dicho de
otro modo en este texto: ¡Eso es Pecado, sujetar a tu santo espíritu! Sigue, sigue en tu
poder; y no dejes que ningún hombre te atemorice.

1
Love is the Law, love under will

1
Liber II
Un mensaje del maestro Therion

A.·.A.·.
Publicacion en clase E
Imprimatur: N. Fra. A.·.A.·.
"Haz lo que quieras ha de ser la totalidad de la ley"

"No hay mas ley que hacer tu Voluntad"

"La palabra de ley es Thelema"

1
Thelema - significa Voluntad.
-
La clave para este Mensaje es esta palabra “Voluntad”. El primero significado obvio de
esta Ley es confirmado por antítesis: "la palabra de Pecado es Restricción”

Otra vez: "Tú no tienes derecho sino hacer tu Voluntad”. Haz esto y ningún otro dirá no.
Pues Voluntad pura, desembarazada de propósito, libre del ansia de resultado, es toda
vía perfecta".

Considerad esto cuidadosamente; parece implicar una teoría que si todo hombre y toda
mujer hiciera su Voluntad - la verdadera Voluntad - no habría conflicto. "Todo hombre
y toda mujer es una estrella", y cada estrella se mueve en una órbita determinada sin
interferencia. Hay mucho espacio para todos; es sólo el desorden el que crea confusión.

De estas consideraciones estaría claro que "Hacer lo que tú quieres" no significa “Haz lo
que te agrade". ES la apoteosis de la Libertad; sin embargo es también la más estricta de
las cadenas.

Haz lo que tú quieres - entonces no hagas nada más. No permitas que nada te desvíe de
aquella austera y santa tarea. La Libertad es absoluta para hacer tu Voluntad; pero
busque hacer cualquier otra cosa que sea, y, instantáneamente, obstáculos deberan
surgir. Todo acto que no está en el curso explícito de aquella órbita única es errática,
uno estorbo. La Voluntad no debe ser dos, sino una.

Nota además que esta voluntad no es sólo para ser pura, es decir, única, como explicado
arriba, sino también "desembarazada de propósito". Esta frase extraña debe causarnos
vacilación. Puede significar que cualquier propósito en la voluntad la enflaquecería; es
evidente que “el ansia de resultado" es algo de que ella debe ser libre.

Pero la frase puede también ser interpretada como se lee "con propósito
desembarazado" - con energía incansable. La concepción es, por lo tanto, de un
movimiento eterno, infinito e inmutable. ES el Nirvana, sólo dinámico en vez de
estático - y esto viene a ser en el fin la misma cosa.

La tarea práctica obvia del mago es entonces, descubrir lo que realmente es su


Voluntad, de modo que él pueda hacerla de esta forma, y él puede realizarla mejor por
las prácticas del Liber Thisarb (u otras que puedan ocasionalmente ser establecidas).

Tú tienes que:
1 - Descubra cuál es tu Voluntad.
2 - Hacer aquella Voluntad con:
a - propósito único;
b - desprendimiento;
c - y paz.

Entonces, y sólo entonces, estás tú en armonía con el Movimiento de las cosas, tu


voluntad parte de, y por lo tanto se iguala a la Voluntad de Dios. Y desde que la

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voluntad es sólo el aspecto dinámico del yo, y desde que dos entes no pueden poseer
voluntades idénticas; entonces, si tu voluntad sea la Voluntad de Dios, Tú eres un dios.

Hay sólo una otra palabra a explicar. En otro lugar está escrito - ciertamente para
nuestro grande confort - "Amor es la ley, amor bajo Voluntad".

Esto debe ser aprendido como significando que, mientras Voluntad es la Ley, la
naturaleza de aquella Voluntad es el amor. Pero este amor es cómo si fuera un
sub-producto de aquella Voluntad; no la contradice o suplanta; y si la contradicción
aparente surge en una crisis, es la Voluntad la que nos guiará correctamente! mientras
en el Libro de la Ley hay mucho de Amor, no hay palabras de sentimentalismo. ¡El odio
mismo, es casi como el Amor! ¡"Como hermanos luchad!" Todas las razas masculinas
del mundo entienden esto. El Amor de Liber Legis es siempre audaz, viril, aún
orgiástico. Hay delicadeza, pero es la delicadeza de la fuerza. Pujante, terrible y
glorioso como él es; pero, es sólo la flama sobre la sagrada lanza de la Voluntad, la
inscripción sobre las espadas de los Monjes-Jinetes del Thelema.

Traducción
Frater Eo6

1
LIBER CL

VEL
‫נעל‬
A SANDAL
DE LEGE LIBELLUM
L-L-L-L-L
LA LEY

Haz tu voluntad será la totalidad de la Ley

Con rectitud de corazón acércate y escucha: porque soy yo ΤΟ ΜΕΓΑΘΗΡΙΟΝ quien


brinda esta Ley a todo aquel que se mantenga puro. Soy yo, y no otro, quien desea
vuestra total Libertad y el despertar en vuestro seno de la plena Sabiduría y el Poder.

¡Contemplad! El Reino de Dios está en vosotros, así como el Sol se halla eterno en los
cielos e igual en la medianoche y en el mediodía. No se levanta; no se pone; no es más
que la sombra de la tierra quien lo oculta o las nubes quienes desdibujan su rostro.

Permitidme que os revele este Misterio de la Ley tal y como me fue dado a conocer en
lugares diversos, en montañas y en desiertos, incluso en grandes ciudades, cuya materia
os transmito para vuestro bienestar y coraje. Y así sea en cada uno de vosotros.

Sabed primero que de la Ley brotan cuatro Rayos o Emanaciones: así que si la Ley es el
centro de vuestro ser, precisarán colmaros con sus secretas bondades. Las cuatro
emanaciones son Luz, Vida, Amor y Libertad.

La Luz os permitirá veros a vosotros mismos y advertir que Todas las Cosas son Una
Única Cosa Verdadera, cuyo nombre hubiera debido ser No Cosa, por la razón que más
tarde te será revelada. Pero la sustancia de la Luz es la Vida, ya que nada sería sin la
Existencia y la Energía. De Vida, pues, sois y os hacéis, eterna e incorruptible, luciendo
como los soles, autocreada y autoalimentada, cada cual único centro del Universo.

Gracias a la Luz contempláis; gracias al Amor sentís. Existe un éxtasis de pura


Sabiduría y otro de puro Amor. Y este Amor es la fuerza que reúne lo diverso, y la Luz
quien permite la contemplación de su Unidad. Sabed que el Universo no está en reposo,
sino en un movimiento sumo cuyo colmo es el Reposo. Y esto explica que la
Estabilidad sea Cambio y el Cambio Estabilidad; que el Ser sea Proceso y el Proceso
Ser: la clave del Palacio Dorado de la Ley.

Por último, la Libertad es la capacidad de dirigir tu rumbo según tu Voluntad. La


superficie del Universo carece de límites, sois libres para gozar según vuestra Voluntad,
pues también la diversidad del ser es infinita. También es Deleite de la Ley que no haya
dos estrellas semejantes, que comprendáis que la Multiplicidad es en sí misma Unidad y
que sin aquélla no existiría ésta. Y esto es un duro aserto contra la Razón: comprended

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que, por encima de la Razón -que no es sino una manipulación del Pensamiento- puedes
alcanzar la pura Sabiduría mediante la percepción de la Verdad.

Sabed también que estas cuatro Emanaciones de la Ley resplandecen sobre todos los
senderos: usadlas no sólo como esas Calzadas del Universo sobre las que he escrito,
sino como cualquier vereda de vuestra vida diaria.

Amor es la ley, amor bajo voluntad

DE LA LIBERTAD

Es de la Libertad sobre lo que quiero escribir en primer lugar, pues, de no ser libres para
actuar, no podríais actuar. Así que los cuatro dones de la Ley deben de ser ejercitados en
algún grado, y teniendo en cuenta que los cuatro se reducen a uno. Para el Aspirante que
se aproxime al Maestro, la primera necesidad es la libertad.

La mayor servidumbre de todas las servidumbres es la ignorancia. ¿Cómo puede ser un


hombre libre para actuar si desconoce su propio objetivo? Debéis, por consiguiente, en
primer lugar descubrir qué estrella de la constelación sois, vuestra relación con las
estrellas de vuestro alrededor, vuestra relación para, y vuestra identidad con, la
Totalidad.

En nuestras Sagradas Escrituras se brindan diversos medios para hacer el


descubrimiento, y cualquiera puede realizarlo por sí mismo, alcanzar la convicción
absoluta mediante la experiencia directa y no solamente pensando o calculando qué es
lo probable. Y a cualquiera alcanzará el conocimiento de su voluntad finita, sea poeta,
profeta, metalúrgico o tallador de jade. Pero también a cualquiera alcanzará el
conocimiento de su Voluntad infinita, su sino para realizar la Gran Obra, la realización
de su Verdadero Yo. Permítaseme, pues, hablar claramente de dicha Voluntad sobre las
demás, pues a ella conciernen todas.

Aceptad que en vosotros mismos existe cierto grado de insatisfacción. Analizad bien su
naturaleza: en cada caso llegaréis a una conclusión. El enfermo se halla entre dos
creencias: el Ser y el No Ser, y el conflicto entre ambos. Esto es, obviamente, una
limitación de la Voluntad. Quien esté enfermo está en conflicto con su propio cuerpo;
quien es pobre, en disputa con la sociedad; y así los demás. Finalmente, el problema
consiste en cómo destruir dicha percepción de la dualidad, cómo lograr la aprehensión
de la unidad.

Supongamos ahora que os habéis acercado al Maestro y que éste os ha revelado el


Camino que lleva al logro. ¿Qué os detiene? ¡Ay! La Libertad sigue muy lejos.

Entended diáfanamente esto: si estáis seguros de vuestra Voluntad y seguros de vuestros


medios, cualquier pensamiento o acción que sea contrario a dichos medios será
contrario también a esa Voluntad.

Si el Maestro os ordena un Voto de Obediencia Sagrada, la obediencia no es una


rendición de la Voluntad, sino su cumplimiento.

1
En realidad, ¿qué os detiene? O procede de fuera o de dentro, o de ambos. Debiera de
ser sencillo para un severo escudriñador pisotear la opinión pública, o rasgarse las telas
del corazón con aquello que ama: pero siempre quedarán en él algunas querencias
discordes, amén de la cárcel de la costumbre, que también debe conquistar.

En nuestro Libro más sagrado está escrito: ‘‘Tú no tienes más derecho que hacer tu
voluntad. Hazla, y nadie dirá nada’’. Grabadlo en vuestro corazón y en vuestro cerebro,
ya que es la clave de todo.

La Naturaleza misma es vuestra predicadora; pues en cada fenómeno de fuerza y


movimiento proclama ella en alta voz su verdad. Incluso en un hecho tan insignificante
como es clavar una punta en una tabla oiréis este mismo sermón. La punta deberá ser
dura, pulida, afilada o no seguirá con presteza la dirección deseada. Imaginad una punta
de madera con veinte extremos –no sería realmente una punta. Semejante a esto es,
aproximadamente, el género humano. Anhelan una docena de ocupaciones diferentes;
pero la fuerza que se necesita para alcanzar la eminencia en alguna de ellas es
malgastada en las otras: se anulan.

Permítaseme hacer una confesión sincera y decir esto: aunque me comprometí casi en
mi adolescencia con la Gran Obra, aunque en mi ayuda las más pujantes fuerzas del
Universo acudieron a sostenerme, y aunque incluso la costumbre me lleva en la
dirección correcta, todavía no he cumplido mi Voluntad y aún me desvío a menudo de
la tarea señalada. Fluctúo. Balbuceo. Me rezago.

Permitid, pues, que sea un gran consuelo para vosotros, ya que si soy tan imperfecto –y
debido a mi mucha vergüenza no he enfatizado dicha imperfección-, si yo, el elegido,
todavía yerro, ¡qué simple debería de ser para vostros superarme! O bien, si sois mis
iguales, ¡qué gran logro el vuestro!

Sea motivo de alegría, pues, que tanto mi fracaso como mi éxito sean razones de vuestra
fuerza.

Escrutaos con sagacidad, os lo ruego, analizad vuestros pensamientos más íntimos.


Primero descartaréis todos los obstáculos obvios y crasos de vuestra Voluntad: la
pereza, las amistades estúpidas, los ocios y trabajos inútiles, por no enumerar los que
conspiran contra el bienestar de vuestro Estado.

Después, reservad el tiempo del cual cada día precisáis para gozar del deleite de vuestra
vida natural. El resto lo dedicaréis a las Verdaderas Formas de vuestro Logro. Y
deberéis consagrar asimismo el tiempo necesario a la Gran Obra, siendo siempre
conscientes, durante estas labores, de que las realizáis únicamente con el propósito de
mantener cuerpo y mente saludables en la correcta aplicación del sublime y único
Objeto.

No tardaréis mucho en llegar a comprender que una vida así es la verdadera Libertad.
Padecerá algunas distracciones vuestra Voluntad. No siempre se mostrarán éstas
agradables y atractivas, sino también como prisiones e ignominias. Cuando lleguéis a
este punto, sabed que habéis cruzado la Puerta mediana de este Camino: habréis
conformado vuestra Voluntad.

1
De esta suerte, si a un espectador le aburre la obra que está presenciando, puede
distraerse con cualquier hecho y encontrarlo divertido; pero si muestra todo su interés
en la pieza, cualquier incidente extraño le distraerá. Su actitud ante lo que le distrae es
indicativa de su actitud hacia la obra.

El hábito de la atención se adquiere con dificultad. Hay que perseverar, pues se sufren
espasmos involuntarios con frecuencia. Incluso la Razón os asediará preguntándoos:
¿Cómo tan extremo sacrificio puede ser Camino de Libertad?

Perseverad. Todavía no conocéis la Libertad. Cuando las tentaciones sean vencidas y la


Razón acallada, vuestro espíritu será liberado de sus prisiones y llevado por el camino
elegido; por vez primera experimentaréis el deleite supremo de ser Señores de vosotros
mismos y, consecuentemente, del Universo.

Cuando esto se logra plenamente, cuando estáis seguros en vuestro asiento, entonces
podéis gozar incluso de aquellas distracciones que en primera instancia os agradaron y
después os enfurecieron. Ya no os pueden hacer nada nunca más: son vuestras esclavas
y vuestros juguetes.

Hasta que no hayáis alcanzado este punto no sois totalmente libres. Debéis acabar con
vuestro deseo y con vuestro temor. El fin último es poder vivir según vuestra naturaleza,
sin que el peligro que pueda desarrollarse parcialmente afecte a la totalidad o importe
que aparezca.

El borracho bebe, y está borracho; el cobarde no bebe, y se estremece; el hombre sabio,


valiente y libre bebe, y otorga gloria al Dios Más Alto.

Ésta es, en conclusión, la ley de la Libertad: posees toda la Libertad por derecho, pero
debes hermanar Derecho y Poder; debes alcanzar tu propia Libertad en más de una
batalla. ¡Ay de la progenie que duerme en la Libertad que le procuraron sus
antepasados!

‘‘No hay más ley que Haz tu voluntad’’: pero esto sólo alcanza al más grande linaje, el
de quienes poseen fuerza y firmeza para acatarla.

¡Hombre, contémplate a ti mismo! ¡Con qué sufrimientos fuiste labrado! ¡Cuánto


tiempo hasta moldearte! ¡La historia del planeta ha tramado la sustancia toda de tu
cerebro! ¿Todo esto para nada? ¿No albergas intención alguna? ¿Fuiste concebido para
alimentarte, engendrar y morir? ¡ ni lo pienses! Integras multitud de elementos, eres el
fruto de multitud de eones, tienes la forma de tu existencia, y no de otra, destinada a un
Fin colosal.

Esfuérzate en buscarlo y realizarlo. La Nada puede agradarte pero el cumplimiento de tu


Voluntad trascendente se esconde en ti mismo. Así pues, ¡manos a la obra! ¡Gánate tu
propia Libertad! ¡Lucha!

II

DEL AMOR

1
Está escrito que ‘‘Amor es la ley, amor bajo voluntad’’. Aquí se oculta un Arcano, ya
que en la lengua griega Αγάπη Amor, tiene el mismo valor numérico que Θελημα,
Voluntad. De aquí que deduzcamos que la Voluntad Universal está hecha de la
naturaleza del Amor.

El Amor es la unión en éxtasis de Dos que quieren ser Uno. He aquí una fórmula
Universal de la Alta Magia. Porque todas las cosas, sumidas en el dolor de la escisión,
necesitan como medicina la Unidad.

También en esto es la Naturaleza maestra para quienes buscan la Sabiduría en su seno;


pues en la unión de elementos de contrarias polaridades toman parte el fuego, la luz y la
electricidad. Pueden apreciarse en el hombre los frutos espirituales de la poesía y del
genio, nacidos no de otra cosa que del origen animal, según el parecer de aquellos que
son versados en la Filosofía. Y es de subrayar que las pasiones más violentas y divinas
se dan entre aquellas personas con naturalezas profundamente inarmónicas.

Pero ahora debería haceros saber que no existen en el pensamiento limitaciones tales
respecto de las espcies como para impedir que un hombre se enamore de un objeto
inanimado o de una idea. Pues para aquel que se encuentra avanzado con sabiduría en el
Camino de la Meditación, todos los objetos excepto el Objeto Único son desagradables,
incluso cuando se dan con anterioridad a los deseos fortuitos de la Voluntad. Por
consiguiente todos los objetos han de ser abarcados por la mente y puestos al rojo en la
séptupla forja del Amor, hasta que en el clímax del éxtasis se unan y desaparezcan, ya
que, al ser imperfectos, se destruyen completamente en la génesis de la Perfecta Unión,
así como las personas del Amante y el amado se funden en el oro espiritual del Amor,
que no reconoce persona alguna pero las comprende todas.

Puesto que cada astro es único, y la reunión de cualquier pareja no es más que un éxtasis
parcial, quien aspire a nuestra Ciencia y nuestro Arte sagrados debe progresar
constantemente según este método de asimilación de ideas, que al final nos hace
capaces de aprehender el Universo en un único pensamiento; debe llegarse hasta ello
con la fuerza intensa del Ser: destruyendo las dualidades, se alcanza la Unidad cuyo
nombre es Nada. Buscad todos constantemente, por lo tanto, uniros a vosotros mismos
en éxtasis con todas y cada una de las cosas que existen, y hacedlo con extrema pasión y
anhelo de Unión. Para cumplir este fin, asimilad principalmente aquellas cosas que son
naturalmente repulsivas. Porque lo que es agradable se adquiere con facilidad y sin
éxtasis; es al transfigurar lo repugnante y execrable en lo Amado cuando el Ser se lanza
hasta la raíz del Amor.

Es en el amor humano donde se aprecia la mediocridad entre los hombres casados con
mujeres anuladas; pero la Historia nos enseña que incluso los señores supremos del
mundo recurrieron a las criaturas más viles y horribles para hacerlas sus concubinas,
transgrediendo las limitadoras leyes de sexo y especie en su necesidad de trascender la
normalidad. No es suficiente, para semejantes naturalezas, alimentar la lujuria o la
pasión: la imaginación misma debe inflamarse mediante diversos métodos.

Así pues, nosotros, emancipados de toda ley elemental, ¿qué debemos hacer para
satisfacer nuestra Voluntad de Unidad? No tener en menos a una ramera que al
Universo; al más abyecto lupanar que al Espacio Infinito; ¡ninguna noche de violación
que no coopere con la Eternidad!

1
Pensad que así como el Amor es suficiente para procurarnos el Éxtasis, la ausencia de
Amor supone el mayor anhelo. A quienquiera que el Amor desbarata sufre, pero aquel
que no aloja con empeño la pasión hacia algo en su corazón es abrumado por el dolor
del anhelo. Este estado recibe el nombre místico de ‘‘Aridez’’. No hay más cura, tal y
como yo lo creo, que la paciente perseverancia en una Norma de Vida.

Pero la Aridez posee su virtud: en tal estado el alma se purifica de todo aquello que
pone en tela de juicio a la Voluntad; cuando la sed es totalmente perfecta, se tiene la
certeza de que de ninguna forma puede ser el Alma satisfecha, excepto por la
Consumación de la Gran Obra. Y esto es para los espíritus fuertes un estímulo para la
Voluntad. Es en la Fragua de la Sed donde arden todas nuestras escorias.

A cada acto de la Voluntad le corresponde su particular Aridez, y así como crece en ti el


Amor lo hace el tormento de Su ausencia. ¡Sea esto consuelo para tu ordalía! Más aún,
cuanto más violenta sea la plaga de la impotencia, más fácil y repentinamente será
abatida.

He aquí el método del Amor en la Meditación. Permítase primero al Aspirante ensayarlo


y, luego, será él quien se discipline en el Arte de concentrar su atención sobre cualquier
cosa a voluntad, sin permitirse la distracción más insignificante.

Permítasele también ensayar el arte del Análisis de Ideas, y que comprenda que todo lo
rechazado procede de reacción natural de su mente, sea agradable o no; de este modo se
asientan en él la Sencillez y la Indiferencia. Todo esto debe lograrse en su propia
madurez, sabiendo que todas las ideas son iguales para vuestra aprehensión, pues cada
una es simple e indiferente; ninguna permanece en la mente a Voluntad sin conmoción
ni lucha, o sin querer dar paso a cualquier otra. Pero cada idea poseerá una cualidad
especial y común a todas las demás: ninguna de ellas es el Ser, puesto que son
percibidas por el Ser como Algo Opuesto. Cuando se halla inmerso profundamente en la
realización es cuando el aspirante debe encaminar su Voluntad hacia el Amor, pues toda
su consciencia opera sobre dicha Idea Única. Al principio puede asentarse y agotarse o
mantenerse ligeramente. Luego ha de seguir hacia la aridez o hacia la aversión. Por
último, la pura persistencia de la Voluntad de Amor hará que nazca el Amor, como un
ave, como una llama, como una melodía, y el Ala toda sobrevolará el ígeno camino de
la música hasta el Último Cielo de la Posesión.

Este método tiene muchos caminos, algunos sencillos y directos, otros ocultos y
misteriosos; incluso cuando se trata del amor humano, con el que el hombre no hace
más que los primeros bocetos del Mapa, pues el Amor es tan diverso e infinito como los
Astros. De ahí que el Amor sea el maestro de vuestros corazones; él os aleccionará con
justicia si le servís con diligencia y devoción hasta el abandono.

No os mostréis desconcertados o sorprendidos por sus travesuras: Él es un muchacho


díscolo y juguetón, docto en los Ardides de Nuestra Señora Afrodita, Su dulce Madre, y
todas sus bromas y crueldades son aromas de una confitura artera que ningún arte puede
igualar.

Regocijaos pues con Su función, sin que remita en modo alguno vuestro ardor; abrasaos
con el aguijón de Sus azotes y haced de la Carcajada misma un sacramento adjutor del

2
Amor, incluso como con el Vino de Reims que es espumoso y amargo, como si fueseis
ministros del Gran Sacerdote de la Intoxicación.

Conviene también que escriba de la importancia que tiene la Pureza en el Amor. Este
asunto no pertenece en modo alguno al método práctico; lo único esencial es que ningún
elemento ajeno debe inmiscuirse. Y esto es de particular incumbencia para el aspirante y
la parte primaria y mundana de su labor, donde se establece a sí mismo en el método a
través de sus afectos naturales.

A saber, todas las cosas son máscaras o símbolos de una Única Verdad, y la naturaleza
permite siempre encontrar la más alta de las perfecciones bajo el velo de la más baja
perfección. Así pues, todo el Arte y Oficio del amor humano nos servirá como un
jeroglífico, ya que está escrito que Aquello que está arriba es como aquello que está
abajo, y Aquello que está abajo es como aquello que está arriba.

Haced, pues, lo que corresponda con cautela para que no erréis en este asunto de la
Pureza. Porque aunque cada acto se alcance en su plano y ninguna influencia procedente
de otro se alce como interferencia o mixtura, pues entonces todo sería impureza, cada
acto en sí mismo ha de ser tan completo y perfecto que sea como un espejo de la
perfección de cualquier otro plano; de este modo participará de la Luz pura de lo
supremo. Por otra parte, como todos los actos han de ser actos de la Voluntad libre en
cualquier plano, todos los planos son en realidad uno: la más baja expresión de la
Voluntad es a un tiempo expresión de la Voluntad Suprema o única Voluntad verdadera,
que es aquella que está implicada en la aceptación de la Ley.

Sea bien entendido que no es necesario ni obligado neutralizar cualquier actividad


natural, como algún falso pueblo, los eunucos del espíritu, enseñan vilmente, para la
destrucción de tantos. Porque por más inherente que sea su perfección, al despreciar la
operación completa y la función de cada parte adviene la distorsión y degeneración de la
totalidad. Actuad, pues, en todos los sentidos, pero transformando los efectos en el
Único Camino de la Voluntad; el Universo es Uno y solo Uno, y su apariencia como
Multiplicidad es la ilusión principal que el Amor tiene como objetivo disipar.

En la consecución del Amor existen dos principios: el del dominio y el de la rendición.


Es difícil explicar su naturaleza, ya que es sutil y quien mejor la enseña es el Amor
mismo en el transcurso de las Operaciones. Se dice que la elección de una u otra
fórmula es automática, siendo responsabilidad de la Voluntad íntima. No tratéis de
determinar conscientemente esta decisión, porque el verdadero instinto no está sujeto a
equivocación.

Termino, sin más palabras, ya que en nuestros Libros Sagrados se detallan los usos
reales del Amor. Y son los mejores y más verdaderos que se han escrito, en símbolo e
imagen, especialmente de la Tragedia y la Comedia, puesto que si la naturaleza toda de
estas cosas pertenece a este género, la Vida misma no es sino el fruto del árbol del
Amor.

Es pues de la Vida sobre lo que tengo necesidad de escribiros ahora, advirtiéndoos que
en cada acto de la Voluntad amorosa realizáis una quintaesencia más misteriosa y
gozosa de lo que pueda pensarse –algunos hombres llaman vida a no más que una
sombra de la verdadera Vida-, vuestra primogenitura y el don de la Ley de Thelema.

2
III

DE LA VIDA

Sístole y diástole: éstas son las fases de que se componen las cosas. Y entre ellas
también la vida del hombre. Su curva arranca desde la latencia del óvulo fecundado
hasta ¿un cenit desde dónde se desciende hasta la nada de la muerte? Visto con rigor,
esto no es totalmente cierto. La vida del hombre no es sino un segmento de una curva
serpenteante que llega hasta el infinito, y sus ceros señalan las variables de más a menos
y de menos a más; son los coeficientes de su ecuación. Por esta razón, entre otras, los
hombres sabios eligieron en tiempos pasados la Serpiente como Jeroglífico de la Vida.

La Vida es indestructible, como todo lo demás. Destrucción y Construcción son


cambios de la naturaleza del Amor, como he escrito en el capítulo precedente. Y así
como la sangre que produce una pulsación en la muñeca no es la misma sangre de la
siguiente, la individualidad se destruye en parte con cada vida que acaba, o incluso con
cada pensamiento.

¿Qué puede hacer el hombre si muere y renace con cada aliento? Esto: poseer la
conciencia de continuidad que le proporciona la memoria, la concepción de su Ser como
algo cuya existencia, lejos de ser amenazada por dichos cambios, se afianza en ellos.
Entienda, pues, el aspirante a la Sabiduría sagrada su Ser como un segmento de la
Serpiente, pero también como la totalidad; que dilate su conciencia en la contemplación
de la vida y de la muerte como incidentes tan triviales como la sístole y la diástole del
corazón, y tan necesarias como ellas.

Para asegurar en el pensamiento esta aprehensión de la Vida existen dos modos


aconsejables, que son preliminares de las acciones mayores que serán tratadas en el
momento adecuado, pues se trat de experiencias que trascienden incluso loslogros de la
Libertad y el Amor, sobre los que he escrito; es ahora de la Vida de lo que trato en esta
breve obra que compongo para que alcancéis el Gran Cumplimiento.

El primer modo es la adquisición de la llamada Memoria Mágica, cuyos métodos se


describen con exactitud y claridad en nuestros Libros Sagrados. Pero para casi todos los
hombres se trata de una práctica de una dificultad excesiva. Siga el aspirante el impulso
de su Voluntad para decidir si elegir o no este modo.

El segundo es más fácil, grato, nada tedioso y, por último, tan certero como el otro. Pero
así como el error en el anterior reside en el Desaliento, en este segundo hay que estar
atento a los Caminos Falsos. Como puede decirse en general de cualquier obra,, existen
dos peligros: el obstáculo del Error y la cárcel del Éxito.

Este segundo modo permite disociar los hechos que enmascaran la vida. Primero, al ser
mucho más fácil, puede disociarse la Forma que llamamos Cuerpo de Luz –que también
recibe otros nombres- y prepararnos para viajar en esta Forma y hacer una exploración
sistemática de aquellos mundos que son a las otras cosas materiales lo que tu Cuerpo de
Luz es a tu propio cuerpo material.

Ocurrirá en estos viajes que te encuentres con muchas Puertas que no puedes atravesar.
Ello se debe a que tu Cuerpo de Luz no es aún lo suficientemente fuerte, apto o puro,

2
con lo que deberás entonces aprender a disociar los elementos de dicho Cuerpo según
un procedimiento semejante al primero: tu conciencia en lo supremo y lejos de lo
inferior. Continuarás dirigiendo tu Voluntad como si un enorme Arco lanzase la Flecha
de tu conciencia a través de cielos siempre más altos y sagrados. Mantenerse en este
Camino es de vital importancia: puesto que la costumbre misma puede convencernos de
que el cuerpo con que naces y mueres en un lapso tan corto como una rotación de
Neptuno en el Zodíaco no es la esencia de tu Ser; que la Vida de la que participas, sujeta
a la Ley de acción y reacción, flujo y reflujo, sístole y diástole, es insensible a las
aflicciones de aquella vida que tú mismo creaste como tu único lazo con la Existencia.

Y es aquí donde debes decidir que tu ser realice todos los esfuerzos posibles, pues tan
floridas son las praderas de este Edén y tan dulces los frutos de sus huertos, que
desearás demorarte en ellos y deleitarte con indolencia y ociosidad. Así que te digo con
energía que no le pongas estos obstáculos a tu verdadero progreso, porque todos estos
solaces dependen de la dualidad, de modo que su verdadero nombre es Sufrimiento de
la Ilusión, tal como es la vida normal del hombre, que tú te has dispuesto trascender.

Actúa según tu Voluntad, pero aprende esto: como está escrito, sólo son felices aquellos
que han deseado lo inalcanzable. Es, por lo tanto, lo mejor, que sea tu Voluntad la que
halle el mayor goce en el Amor, que es en la Conquista, y en la Muerte, y en la Entrega,
como ya he escrito. Debes deleitarte con los goces anteriormente mencionados, pero
sólo como si de entretenimientos se tratase, manteniendo tu madurez preparada para
penetrar en los éxtasis más profundos y sagrados sin detención de la Voluntad.

Más aún, debo decirte que en esta práctica, ejercida con insaciable ardor, consiste la
gracia especial, que te llegará como si caprichosamente los mismos estados
trascendiesen la práctica misma, siendo la naturaleza de aquellas Obras la Luz Pura de
la que trataré en el capítulo siguiente. Hay, no obstante, algunas Puertas que ningún ser
que mantenga la conciencia de la divisibilidad, esto es, del Ser y No Ser como opuestos,
puede atravesar: en el frenesí de tales Puertas, próximas al arrebato de sensualidad
celestial, tu llama arderá vehemente en contra de tu craso Ser, divino según tu
imaginación y consumido en muerte mística, de modo que en la travesía de la Puerta
todo queda disolvido en la informe Luz de la Unidad.

Pues bien, al regresar de estos grados del ser –y ya que en el retorno se da el Misterio
del Deleite- se produce la separación de la Leche de la Oscuridad de la Luna y se
participa del Sacramento del Vino, que es la sangre del Sol. Al principio puede
desazonar y confundir, pues el antiguo pensamiento sobrevive debido a la fuerza del
hábito: está en tu mano crear, mediante la repetición, el hábito correcto de la conciencia
de la Vida, que mora en la Luz. Y es fácil si eres fuerte: ya que la verdadera Vida es
más intensa y depurada que la falsa(dicho de forma coloquial), una hora de la anterior
impresiona tanto la memoria como un año de la contraria. Una sola experiencia, que
puede ocupar sólo unos segundos de tiempo terrenal, basta para acabar con la creencia
en la realidad de la vida inútil en la tierra; pero esto se agota si la conciencia, más allá
de la desazón o el miedo, no lo hace propio, y la Voluntad no se empeña en repetir tal
arrobo, más bello y terrible que la muerte, y que se logra gracias a la virtud del Amor.

Existen además muchas otras formas de lograr aprehender la verdadera Vida, y las dos
siguientes son valiosas para romper el hielo acerca del error mortal que se comete en
torno a la visión del ser. La primera de ellas es la contemplación constante de la

2
Identidad de Amor y Muerte, y la compresión de la disolución corporal como un Acto
de Amor realizado sobre el Cuerpo del Universo, como está escrito en nuestros Libros
Sagrados. Con esto viene aparejada, como a una mujer sus dos hermanos gemelos, la
práctica del amor mortal como un sacramento simbólico de la gran Muerte: como está
escrito: ‘‘Mátate a ti mismo’’ y ‘‘Muere a diario’’.

La segunda de estas prácticas menores es la prática de la aprehensión mental y el


análisis, principalmente como os he enseñado ya, pero con especial énfasis en la
elección de cosas naturalmente repulsivas: en particular, la muerte misma y sus
fenómenos complementarios. Buda invitaba a sus discípulos a que meditaran sobre Diez
Impurezas, esto es, sobre diez casos de muerte y descomposición, de modo que el
Aspirante, al identificarse con su propio cadáver en cada una de dichas formas
imaginadas, pudiera perder el horror, la aversión, el miedo o la repugnancia que le son
naturales y que pudiese tener. Sabed esto: cualquier idea de cualquier tipo se vuelve
irreal, fantástica o la más patente de las ilusiones si se la somete a un escrutinio con
persistencia y concentración. Esto es fácil de lograr cuando se trata de impresiones
físicas, puesto que todas las cosas materiales, y especialmente aquellas de las que somos
conscientes desde el principio – por ejemplo, nuestro propio cuerpo- son las mayores y
más antinaturales falsedades. Pues está presente en todos nosotros, latente, aquella Luz
donde ningún error puede perdurar, y que guía a nuestro instinto primigenio a rechazar
todos aquellos velos que la envuelven. Así, en la meditación, para muchso, es más
provechoso concentrar la Voluntad de Amor sobre los centros sagrados de la fuerza
vital, pues, como todas las cosas, son imágenes o reflejos verdaderos de su apariencia en
las más puras esferas; en conclusión, sus burdas naturalezas se disuelven en el ácido
corrosivo de la Meditación, sus más bellos espíritus aparecen, por decirlo así, desnudos,
y desarrollan su fuerza y gloria en la conciencia del aspirante.

¡Sí, arda vuestra Voluntad de Amor con anhelo en la creación de vuestra Vida
verdadera, que acompasa sus olas en el mar sin orillas del Tiempo! ¡No viváis vuestras
insignificantes vidas con miedo a las horas! La Luna, el Sol y los Astros con que
medimos el Tiempo no son sino siervos de la Vida que late en vosotros, el alegre
redoble de tambor con el que, triunfantes, desfiláis por la Avenida de las Edades.
Cuando reconozcáis cada nacimiento y muerte vuestros desde este punto de vista y no
sean más que mojones en vuestra eterna Carretera, ¿qué estúpido incidente de vuestra
vida sobrevivirá? ¿No son acaso como granos de arena arrastrados por el viento del
desierto, o piedrecillas a las que dar puntapiés, o huecas semillas que hundes en el
blando musgo o en el mullido césped al son de la música? Para aquel que vieve la Vida
nada ocurre: él es movimiento eterno, energía, deleite y Cambio siempre certero; sin
descanso va de eón a eón, de estrella a estrella; el Universo es un campo de juego con
infinita variedad de deportes, antiguos y nuevos. Todas aquellas ideas de las que
nacieron el dolor y el miedo son ahora conocidas en su verdad, y así se convierten en la
semilla del placer; pues más allá de toda prueba es cierto que tú nunca puedes morir;
pues aunque cambies, el cambio es parte de tu propia naturaleza. El Gran Enemigo se ha
convertido en el Gran Aliado.

Y ahora, enraizado en esta perfección, tu Ser se convierte en el auténtico Árbol de la


Vida, tienes un fulcro para tu palanca; estás preparado para entender que este latido de
Unidad es en sí Dualidad, y por ello, en el sentido más elevado y sagrado, todavía Dolor
e Ilusión; y habiendo comprendido esto, aspira todavía una vez más, incluso hasta el
Cuarto Don de la Ley, hasta el Final del Camino, hasta la Luz.

2
IV

DE LA LUZ

Os ruego que seáis pacientes con cuanto escribiré sobre la Luz: se da aquí una
dificultad, cada vez mayor, en cuanto al uso de las palabras. Por otra parte, yo mismo
me siento arrastrado y sumido por lo sublime del tema, de manera tal que el discurso
llano puede devenir lírico, cuando me afano apaciblemente en ser didáctico. Mi
principal deseo es que podáis entenderme en virtud de la simpatía de vuestra intuición,
del modo en que dos amantes pueden hablar en un lenguaje tan ininteligible para los
demás que parezcan tontos, desenfrenados o estúpidos, o, como ocurre en la
intoxicación por éter, en que nos sentimos en comunión con la imaginación o la
sabiduría infinitas, según el ánimo en que las aceptamos, mediante una palabra o un
gesto, al ser iniciados en la aprehensión por el artificio de la droga. Séame permitido a
mí, que me hallo inflamado del amor de dicha Luz y ebrio del vino eterno de dicha Luz,
que lo que comunique no lo haga mediante la razón y la inteligencia, sino con ese
principio vuestro oculto del que estoy a punto de ser partícipe. Puesto que el hombr ey
la mujer pueden enloquecer por amor, sin que ninguna palabra sea dicha, debido a la
inducción (mientras existe) de sus almas. Vuestra comprensión dependerá de la madurez
con que percibáis mi Verdad. Es más, si estáis preparados para que se haga luz en
vosotros, será ella quien os traducirá las palabras oscuras al lenguaje luminoso, como
una cuerda inanimada, debidamente en tensión, vibrará en su tono particular al dar con
otra cuerda. Leed pues, no sólo con los ojos y el cerebro, sino con el ritmo de la Vida
que habéis logrado gracias a vuestra Voluntad de Amor, urgidos por la dimensión
armónica de palabras que representan los movimientos de la batuta de mi Voluntad de
Amor, y así dirigiréis vuestra Vida hacia la Luz.

En este punto interrumpí la escritura de este breve libro y durante dos días y dos noches
en vela he reflexionado, en lucha vehemente con mi espíritu, para que ni por premura ni
por descuido pueda fallaros.

En el ejercicio de la Voluntad y del Amor intervienen el movimiento y el cambio, pero


en la Vida se logra la Unidad dinámica y cambiante solamente con pulso o con fases, tal
y como ocurre en la música. En el logro de esta Vida ya has experimentado que la
Quintaesencia es Luz pura, un éxtasis informe, sin límite ni huella algunos. En esta Luz
nada existe, pues es homogénea, por lo que los hombres la han denominado Silencio,
Oscuridad, Nada. Pero es éste, como otros tantos esfuerzos de nombradía, origen de
falsedad y error, pues todas las palabras contienen alguna dualidad. Así, cuando la llame
Luz, no es Luz, ni tampoco ausencia de Luz. Muchos han tratado de definirla mediante
contrarios, ya que a través de la negación trascendente de todo discurso pueden algunas
naturalezas alcanzarla. También mediante imágenes y símbolos se han esforzado en
expresarla, pero siempre en vano. Aquellos que están preparados para aprehender la
naturaleza de esta Luz la comprenden por simpatía; y así te ocurrirá a ti que lees esta
pequeña obra con amor. No obstante, debes saber que la mejor enseñanza en este
asunto, y la Palabra que mejor se ajusta al Eón de Horus, está escrita en El Libro de la
Ley. Asimismo, el Libro Ararita es valioso para la Obra de la Luz, como el
Trigrammaton para la de la Voluntad, Cordis Cincti Serpente para el Camino del Amor,
y Liberi para el de la Vida.Todos estos libros tratan de los Cuatro Dones, por lo que
comprenderás que cada uno es inseparable de los demás.

2
Quisiera dirigirme a ti con la mirada puesta en el número 93, el número de Θελημα. No
es sólo el número de su interpretación Αγάπη, sino también el de una Palabra
desconocida para ti a menos que seas Neófito de nuestra Sagrada Orden A.·.A.·., para
quienes dicha palabra representa en sí el nacimiento del Discurso desde el Silencio y el
retorno al Fin. El 93 es tres veces 31, que es he hebreo LA, esto es, NO, y así pues niega
la extensión de las tres dimensiones del Espacio. Asimismo me gustaría que meditases
sobre NU, que es 56, sobre el que dividimos, sumamos, multiplicamos y
comprendemos. Mediante división llegamos a 0,12, como si escribiésemos ¡Nuith!
¡Hadith! ¡Ra-Hoor-Khuith! Delante de la Díada. Por adición llega el Once, el número de
la Magia Verdadera; y por multiplicación el Trescientos, el Número del Sagrado
Espíritu del Fuego, donde todo se consume completamente. Con estas observaciones, y
una comprensión total de los misterios de los Números 666 y 418, estarás
suficientemente pertrechado para el Camino del más alto vuelo. Pero también debes
conocer todos los números en su justa medida. No hay modo de análisis mejor que el de
la matemática pura, donde las ideas burdas se convierten en sutiles, y donde todo se
ordena y programa para la Alquimia de la Gran Obra.

Ya se ha escrito cómo, en la Voluntad de Amor, la Luz se alza como parte secreta de la


Vida. Y en un principio, lo insignificante, Amores, la vida lograda es aún personal; más
tarde se vuelve impersonal y universal. No bien la Voluntad llega, por así decir, a su
polo magnético, todas las fuerzas señalan cada camino y cada error: el Amor ya no es
más un esfuerzo sino un estado. Estas cualidades forman parte de la Vida Universal que
continúa de forma infinita con el deleite de la Voluntad y siendo el Amor inherente.
Estas cosas, así pues, en su perfección, pierden sus nombres y sus naturalezas. Son la
Sustancia de la vida, Padre y Madre, y sin su intervención e influencia la Vida misma
menguaría gradualmente en su pulso. Pero si la energía infinita de todo el Universo está
en ellas, ¿cómo es posible pues el retorno a su Curso Primigenio, deshaciéndose poco a
poco en la Luz, que es su más secreta y pura Naturaleza?

Porque el Universo es el Cero, una ecuación en la que el Cero es el Todo. He aquí la


prueba, pues de no ser así no existiría equilibrio y todo procedería de la Nada, lo que es
absurdo. Esta Luz o Nada es, pues, la Resultante o la Totalidad en Perfección pura, y
todos los demás estados, positivos o negativos, son imperfectos, pues omiten sus
contrarios.

He de hacer notar que esta igualdad o identidad de ecuación entre todas las cosas y
Nada es completamente absoluta, por lo que no hay que obcecarse entre una cosa u otra.
Comprenderéis este, el más grande Misterio, fácilmente a la luz de aquellas experiencias
con las que habéis gozado: dinamismo y quietud, cambio y estabilidad, y tantos otros
contrarios que habéis reintegrado en identidad mediante la fuerza de vuestra meditación
sagrada.

El Don más grande de la Ley nade, pues, de los Tres Dones Inferiores. Tan a fondo
debéis trabajar en esta Obra para poder cruzar de un lado de la ecuación al otro; no, para
comprender la totalidad al instante y para siempre. Es entonces cuando vuestro espíritu
limitado temporal y espacialmente podrá moverse según su naturaleza en su órbita,
revelando la Ley a aquellos que caminan encadenados, pues éste es tu deber particular.

He aquí ahora el Misterio del Origen del Mal. En un principio, entendemos el Mal como
aquello que se opone a nuestros deseos: es un término relativo y no absoluto. Cualquier

2
cosa que sea el mayor mal de otra es a su vez el mayor bien de una tercera, del mismo
modo que la dureza de la madera con la que se enfrenta el talador es nuestra seguridad
cuando se aventure en el mar con una embarcación construida con aquella madera. Es
una verdad fácil de entender, superficial e inteligible hasta para la mente común.

Todo mal es, por lo tanto, relativo, aparente e ilusorio; pero, volviendo a la filosofía,
recordaré que su origen está siempre en la dualidad. Para huir de este mal aparente debe
buscarse la Unidad, cosa que haréis según os mostrado. Mencionaré ahora lo que sobre
esto está escrito en El Libro de la Ley.

Siendo el grado primero la Voluntad, el Mal aparece bajo esta definición: ‘‘todo aquello
que impide la ejecución de la Voluntad’’. Por esta razón se dice que ‘‘la palabra del
Pecado es Restricción’’. Debe advertirse también que en El Libro de los Treinta
Aethyrs(Éteres) [Libro 418] el Mal aparece como Choronzon, cuyo nombre es 333 y
que en griego significa Impotencia y Pereza: la naturaleza de Choronzon es la
Dispersión y la Incoherencia.

En el Camino del Amor el Mal aparece como ‘‘todo aquello que tiende a evitar la Unión
de dos cosas’’. De este modo, el Libro de la Ley, bajo la imagen de la Voz de Nuit dice:
‘‘¡Tomad vuestra abundancia y voluntad de amor como deseéis, cuando, donde y con
quien deseéis! Pero siempre hacia mí’’. Cualquier acción del Amor debe realizarse
‘‘bajo Voluntad’’, esto es, de acuerdo con la Verdadera Voluntad, que no se contenta
con las cosas parciales y transitorias, sino que se dirige con resolución hacia el Fin. Así
también, en El Libro de los Treinta Aethyrs, los Hermanos Negros son aquellos que se
obligan a sí mismos a callar, negándose a destruirse a sí mismos por Amor.

En tercer lugar, en el Camino de la Vida, el Mal aparece bajo la forma de ‘‘todo aquello
que no es impersonal y universal’’. Aquí El Libro de la Ley, en voz de Hadit, nos dice:
‘‘En toda esfera estoy en el centro’’. Y: ‘‘Yo soy la Vida, y el dador de la Vida’’.
‘‘Venid a mí es una frase estúpida, pues soy yo quien va’’. ‘‘Pues soy perfecto, siendo
No’’. Puesto que esta Vida está en todo lugar y tiempo simultáneamente, no existen
dichas limitaciones en Ella. Puedes comprobarlo por ti mismo, pues en cada acto de
Amor desaparecen tiempo y espacio con la creación de la Vida y su virtud, y así
también la personalidad misma. Por tercera vez, pues, en el sentido más penetrante, ‘‘la
palabra del Pecado es Restricción’’.

Por último, en el Camino de la Luz este mismo versículo es la clave de la concepción


del Mal. Pero aquí la Restricción se da cuando no se acierta a resolver la Gran Ecuación,
y se prefiere una expresión o fase del Universo a otra. Contra esto nos previene El Libro
de la Ley, en la palabra de Nuit, cuando dice: ‘‘Ninguna […] y dos. Pues estoy dividida
por el amor, por la oportunidad de la unión’’; y después, ‘‘Si esto no es correcto; si
confundes las marcas del espacio, diciendo: Ellas son una: o diciendo, Ellas son
muchas; […] entonces aguarda los horribles juicios [… ]’’.

Merced a Thoth termino ahora este libro mío; pertrechaos con las Cuatro Armas: la
Vara para la Libertad, la Copa para el Amor, la Espada para la Vida y el Disco para la
Luz, pues con ellas se producen todos los milagros del Arte de la Magia Suprema bajo
la Ley del Nuevo Eón, cuya Palabra es Θελημα.

2
Liber LXXVII
"La ley del fuerte: ésta es nuestra ley,
y el goce del mundo."
-AL II.21

Hacer tu voluntad será el todo de la ley". AL I. 40

"no tienes más derecho que hacer tu voluntad.


Haz eso y ninguno se opondrá". AL I. 42-3

"Todo hombre y toda mujer es una estrella". AL I. 3

NO HAY MÁS DIOS QUE EL HOMBRE

1. El hombre tiene el derecho de vivir según su propia ley,


de vivir en el modo en que quiera hacerlo,
de trabajar como quiera,
de actuar como quiera,
de descansar como quiera,
de morir como y cuando quiera.

2. El hombre tiene el derecho de alimentarse de lo que quiera,


de beber lo que quiera,
de morar donde quiera,
de trasladarse como quiera sobre la faz de la tierra.

3. El hombre tiene el derecho de pensar lo que quiera,


de hablar de lo que quiera,
de dibujar, pintar, cincelar, moldear y construir lo que quiera,
de vestir lo que quiera.

4. El hombre tiene el derecho de amar como quiera:


"toma tu colmo y voluntad de amor como quieras;
cuando, donde y con quien quieras" AL I. 51

5. El hombre tiene el derecho de matar a aquellos que coartaran estos derechos.

"los esclavos servirán." Al II. 58


"El amor es la ley, el amor bajo la voluntad." Al I.57

2
DEBER
Aleister Crowley

Una observación acerca de las reglas maestras de conducta práctica a ser observadas por
aquellos que aceptan

La Ley de Thelema

"Hacer tu voluntad será el todo de la Ley" "No hay ley más allá de Haz tu voluntad"
"(...) tú no tienes más derecho que hacer tu voluntad. Haz eso, y ninguno dirá que no.
Pues pura voluntad, no atenuada por el propósito, libre de la lujuria del resultado, es
perfecta en todo sentido". "El amor es la ley, el amor bajo la voluntad". "Todo hombre y
toda mujer es una estrella".

A. TU DEBER PARA TI MISMO

1. Ubícate en el centro de tu propio Universo. "Soy la llama que arde en cada corazón
de hombre, y en el núcleo de cada estrella".
2. Explora la Naturaleza y Poderes de tu propio Ser. Esto incluye todo lo que es, o
puede ser, para ti; y debes aceptar todo exactamente como es en sí mismo, como uno de
los factores que contribuyen a formar tu Ser Verdadero. Así, este Ser Verdadero incluye
en última instancia a todas las cosas; su descubrimiento es la Iniciación (la
peregrinación hacia el interior); y como la Naturaleza, que está en continuo movimiento,
este Ser Verdadero no debe ser comprendido como algo estático, sino dinámico, no
como un Sustantivo, sino como un Verbo.
3. Desarrolla cada facultad que poseas, en su debida armonía y proporción. "La
sabiduría dice: ¡sé fuerte! "¡Mas excede! ¡excede! "¡Sé fuerte, oh hombre! goza todos
los objetos de los sentidos y el arrebato: no temas que ningún Dios te negare por esto".
4. Contempla tu propia Naturaleza. Considera cada elemento de tu Naturaleza a la vez
separado y relación con el resto, para así juzgar con precisión el propósito verdadero de
la totalidad de tu Ser.
5. Encuentra la fórmula que exprese a este propósito o "Verdadera Voluntad", expresada
de la forma más simple posible. Aprende a comprender claramente la mejor manera de
manipular las energías bajo tu control, para así obtener los resultados más favorables de
su interacción con la parte del Universo que todavía no controlas.
6. Extiende al máximo los dominios de tu conciencia, así como su control sobre todas
las fuerzas que le son ajenas. Haz esto aplicando tus facultades cada vez más fuerte y
hábilmente, a la percepción más fina, clara, abarcadadora, y precisa; a la mejor
comprensión; y al gobierno más sabiamente organizado, de ese Universo externo.
7. Nunca permitas que los pensamientos o la voluntad de cualquier otro Ser interfieran
con los tuyos. Manténte constantemente vigilante para resentirte de, y en alerta para
resistirte a, cualquier intento de cualquier otro Ser por influenciarte de cualquier otra
manera que no sea aportar nuevos datos a tu experiencia del Universo; o ayudarte,
mediante una apasionada fusión, a alcanzar una síntesis superior de la verdad. Debes
mantener esta vigilia con un ardor inconquistable, con la vehemencia de una pasión que
no puede ser apagada.
8. No reprimas ni limites ningún instinto verdadero de tu Naturaleza; pero dedícalos
todos en su perfección al solo servicio de tu Verdadera Voluntad. "Sé magnánimo por lo
tanto" "La palabra de pecado es Restricción. ¡Oh hombre! ¡No rehuses a tu esposa, si
ella desea! ¡Oh amante, si tu quieres, parte! No hay vínculo que pueda unir lo dividido

2
que no sea el amor: todo lo demás es una maldición. ¡Malditos! ¡Malditos sean por los
eones! Infierno". "Así con todo lo tuyo; no tienes más derecho que hacer tu voluntad.
Haz eso, y nadie dirá nada. Pues pura voluntad, no atenuada por el propósito, liberada
de la lujuria del resultado, es perfecta desde todo punto de vista". "Harán acopio de
bienes y provisión de mujeres y especias; llevarán ricas joyas; excederán a las naciones
de la tierra en esplendor y orgullo ; pero siempre en el amor a mí, y así vendrán a mi
alegría".
9. ¡Regocíjate! "Recuerden todos ustedes que la existencia es pura alegría; que todas las
penas no son más que sombras; pasan y están concluidas; pero hay aquello que resta".
"¡Pero ustedes, oh mi pueblo, sublévense y despierten! ¡Que los rituales se lleven a cabo
correctamente, con alegría y belleza (...) ¡Un fiesta para el fuego y una fiesta para el
agua; una fiesta para la vida y una fiesta mayor para la muerte! ¡Una fiesta cada día en
vuestros corazones, en la alegría de mi arrebato! Una fiesta cada noche a Nu, y el placer
del deleite más entrañable! ¡Sí! ¡Festejad! ¡Regocijáos! No hay miedo de aquí en más.
Hay la disolución, y el éxtasis eterno en los besos de Nu". "¡Ahora regocíjate! ¡ahora
entra en nuestro esplendor y arrebato! ¡Entra en nuestra paz apasionada, y escribe dulces
palabras para los Reyes!"¡Estremécete con el goce de vida y muerte! ¡Ah! tu muerte
será hermosa: quienes la vean se alegrarán. Tu muerte será el sello de la promesa de
nuestro longevo amor. ¡Ven! ¡Eleva el corazón tuyo y regocíjate!". "¿Puede Dios vivir
en un perro? ¡No! mas los encumbrados son de los nuestros. Se regocijarán, nuestros
elegidos: los que se lamentan no son de los nuestros. Belleza y fortaleza, risa cantarina y
delicioso langor, fuerza y fuego, son nuestros".

B. TU DEBER HACIA OTROS INDIVIDUOS, HOMBRES Y MUJERES

1. "El amor es la ley, el amor bajo la voluntad". Únete apasionadamente con toda forma
de conciencia, destruyendo así la sensación de estar separado del Todo; y creando en el
Universo un nuevo patrón con el cual medirlo.
2. "¡Como hermanos, pelead!" "Si él es un Rey, tú no puedes herirlo" Sacar a la luz las
diferencias entre dos, resulta útil a ambos para medir la posición de cada uno con
respecto a la totalidad. El combate estimula la energía viril o creativa; y, como el amor,
del cual es una forma, excita la mente hasta un orgasmo que le permite trascender su
torpeza racional.
3. Abstente de toda interferencia con otras voluntades. "¡Cuidáos de que ninguno fuerce
al otro, Rey contra Rey!" (El amor y la guerra a los que se refieren las sentencias
anteriores son de la misma naturaleza que el deporte, donde uno respeta a su oponente y
aprende de él, pero nunca interfiere con él fuera del juego). Buscar dominar o
influenciar a otro es buscar deformarlo o destruirlo; y él es una parte necesaria de
nuestro propio Universo, es decir, de nuestro ser.
4. Busca, si es esa tu voluntad, iluminar a otros cuando surja la necesidad. Esto puede
ser hecho, y siempre respetando estrictamente la actitud del buen deportista, cuando la
persona esté sufriendo por su incapacidad para comprenderse claramente, y
especialmente cuando pide la ayuda, pues su oscuridad puede impedir la propia
percepción de la percepción. (Incluso su oscuridad puedes servir como advertencia, o
para despertar el propio interés.) También es admisible la ayuda cuando su ignorancia lo
ha llevado a interferir con la propia voluntad. En todos los casos, toda interferencia es
peligrosa, y exige el ejercicio de una extrema habilidad y un buen juicio fortalecido por
la experiencia. Influenciar a otro es dejar sin guardia la propia fortaleza; y el intento
generalmente termina con la pérdida de la soberanía sobre uno mismo.

3
5. ¡Adora todo! "Todo hombre y toda mujer es una estrella". "Sea la piedad dejada de
lado: ¡malditos los que se compadecen!"

"Nada tenemos con el descastado y el incapaz: que mueran en su miseria. Pues no


sienten. La compasión es el vicio de los reyes: aplasta al miserable y al débil: esta es la
ley del fuerte: esta es nuestra ley, y el goce del mundo. No pienses, oh rey, en esa
mentira: Que Tú Debes Morir: verdaderamente no has de morir, sino vivir. Ahora que
sea comprendido: Si el cuerpo del Rey se disuelve, permanecerá por siempre en puro
éxtasis. ¡Nuit! ¡Hadit! ¡Ra-Hoor-Khuit! El Sol, Fuerza y Visión, Luz; son estos para los
siervos de la Estrella y la Serpiente." Cada ser es, exactamente en la misma forma que
tú, el único centro de un Universo que no es en absoluto idéntico, ni siquiera asimilable,
al tuyo. Aquél Universo impersonal de la "Naturaleza" es sólo una abstracción,
aproximadamente cierta, de aquéllos factores que por conveniencia se consideran
comunes a todos. El Universo de otro ser, es por lo tanto necesariamente desconocido e
incognoscible para ti; aunque es capaz de inducir corrientes de energía en tu Universo,
determinando en parte tus reacciones. Por lo tanto sírvete de hombres y mujeres, con
absoluto respeto a los inviolables estándares de medida; verifica tus propias
observaciones cotejándolas con similares juicios emitidos por ellos; y, estudiando los
métodos que determinan su éxito o fracaso, adquiere para ti mismo el ingenio y la
habilidad necesarios para hacer frente a tus propios problemas.

C. TU DEBER PARA CON LA HUMANIDAD


1. Establece la Ley de Thelema como la única base de conducta. Siendo el bienestar de
la raza, en muchos aspectos, necesario para el tuyo propio, y ambos principalmente el
resultado de la sabia e inteligente observancia de la ley de Thelema, es de primerísima
importancia para ti que todo individuo acepte con franqueza esa Ley, y se gobierne a sí
mismo en estricto acuerdo con ella. Puedes considerar el establecimiento de la Ley de
Thelema como una parte esencial de tu propia Verdadera Voluntad, ya que cualquiera
sea la naturaleza última de esa voluntad, es evidente que la condición necesaria para
ejecutarla es la libertad con respecto a toda interferencia externa . Los gobiernos a
menudo exhiben la más deplorable estupidez, sin importar cuán iluminados puedan ser
los hombres que los componen y constituyen, o las gentes cuyos destinos dirigen.
Concierne por lo tanto a todo hombre y mujer, el dar los pasos necesarios para revisar a
la luz de la Ley de Thelema todos los estatutos existentes. Siendo ésta una Ley de
Libertad, la meta de la legislación debe ser asegurar la más amplia libertad para cada
individuo del estado, absteniéndose de la presuntuosa suposición de que cualquier ideal
positivo es digno de ser obtenido. "La palabra de Pecado es Restricción". El crimen es,
esencialmente, la restricción de la libertad del individuo ultrajado. (Por ejemplo, el
asesinato restringe la libertad de vivir; el robo restringe el derecho a gozar los frutos de
la propia labor; la emisión indiscriminada de moneda restringe el derecho del individuo
a la seguridad del cambio; etc.) Es entonces el deber común prevenir el crimen
segregando al criminal, y mediante la amenaza de las represalias; también enseñando al
criminal que sus actos, correctamente analizados, son contrarios a su propia Verdadera
Voluntad.(Esto a menudo puede llevarse a cabo quitándole al criminal el mismo
derecho que él ha negado a los demás; de modo que al dejar fuera de la ley al ladrón,
éste se sienta constantemente ansioso por las seguridad de sus propias posesiones, sin la
protección del Estado.) La regla es bien sencilla. Aquél que viola cualquier derecho está
declarando mágicamente la inexistencia de dicho derecho; por lo tanto así es, para él.

3
Siendo el crimen una directa violación espiritual a la Ley de Thelema, no debe ser
tolerado dentro de la comunidad. Aquéllos que posean este instinto deben ser
segregados en un asentamiento donde puedan construir un estado propio, aprendiendo
así, de ellos mismos, la necesidad de imponer y mantener leyes de justicia. Todos los
crímenes artificiales deben ser abolidos. Cuando desaparezcan las restricciones
exageradas, será la mayor libertad del individuo la que le enseñe a evitar los actos que
realmente restringen a los derechos naturales. De esta forma, el verdadero crimen
disminuirá dramáticamente. La forma de administrar la Ley debe ser simplificada
merced a hombres entrenados, de probadas rectitud y discreción, cuya voluntad sea
cumplir con esta función en la comunidad, resolviendo todos los reclamos por el
principio abstracto de la Ley de Thelema, y dando su fallo en relación a la restricción
real causada por la ofensa. El fin último es por lo tanto la reintegración de la conciencia,
sobre la base de verdaderos principios científicos, como el guardián de la conducta, el
monitor de la gente, y la garantía de los gobernantes.

D. TÚ DEBER PARA CON TODOS LOS DEMÁS SERES Y COSAS

1. Aplica la Ley de Thelema a todos los problemas de capacidad, uso y desarrollo. Es un


abuso de la Ley de Thelema el abusar de las cualidades naturales de cualquier animal u
objeto separándolo de su función apropiada, función que está determinada por las
consideraciones de su historia y estructura. Por lo tanto, entrenar niños para realizar
operaciones mentales , o para cumplir misiones para las que no están cualificados, es un
crimen contra la naturaleza. Similarmente, construir casas con materiales de mala
calidad, adulterar alimentos, destruir selvas, etc., etc., es ofensivo. La Ley de Thelema
debe ser aplicada sin hesitaciones para resolver cualquier interrogante de conducta. La
capacidad inherente de cualquier cosa, para cualquier fin determinado, debe ser el único
criterio a considerar. Los conflictos entre intereses surgirán con frecuencia, a veces sólo
en apariencia, a veces realmente. Estos casos deben decidirse por la valoración general
de las partes contendientes, según la escala de la Naturaleza. Así, por ejemplo, un árbol
tiene derecho a su vida; pero siendo un hombre más que un árbol, si surge la necesidad
puede cortarlo para obtener combustible o cobijo. Incluso en este caso, que se le
recuerde que la Ley nunca deja infracciones sin vengar: como cuando la deforestación
lasciva ha arruinado un clima o un suelo; o cuando la importación de conejos como
sustituto alimenticio barato ha creado una plaga. Observa que la violación de la Ley de
Thelema provoca enfermedades acumulativas. El drenaje de las poblaciones rurales
hacia las grandes ciudades, principalmente porque se las convence de abandonar sus
ideales naturales, no sólo ha vuelto al campo menos tolerable para el campesino, sino
que ha degradado las ciudades. Y el error tiende a incrementarse en progresión
geométrica, hasta que cualquier solución resulte inconcebible y toda la estructura de la
sociedad resulte amenazada por la ruina. La sabia aplicación de la Ley de Thelema,
basada en la observación y la experiencia, debe funcionar en consciente armonía con la
Evolución. Los experimentos relativos a la creación, concernientes a la variación de los
tipos ya existentes, no sólo son lícitos, sino también necesarios. Su valor debe ser
juzgado por su capacidad para permanecer como testigos de su armonía con el curso de
la naturaleza hacia la perfección

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