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Anton Raphael Mengs

(Ustinad, Bohemia, 1728 - Roma, 1779) Pintor y teórico alemán. Su padre, el pintor y
miniaturista Ismael Mengs, se ocupó de que recibiera una esmerada formación artística, que
se cerró con un viaje a Roma en 1741.

Detalle de un Autorretrato de 1773

A partir de 1745 trabajó como pintor de la corte de Sajonia en Dresde, pero su amor a los
clásicos le llevó a efectuar un nuevo viaje a Roma en 1748 y a establecerse definitivamente
en la ciudad en 1752, después de contraer matrimonio con una italiana.

Este hecho resultó decisivo, pues le permitió conocer a un hombre con quien le unió una
estrecha amistad, Winckelmann, por entonces uno de los principales promotores de la
nueva corriente artística del neoclasicismo, a la que Mengs se adhirió con fervor y de la
cual se convirtió, a su vez, en uno de los grandes propagadores, con sus obras teóricas
(Reflexiones sobre la belleza) y sobre todo con su pintura.
Flagelación de Cristo (1769), de Anton Raphael Mengs

En 1761 pintó, en el techo de la Villa Albani, en Roma, el fresco de El Parnaso, que se


convirtió en una especie de manifiesto del neoclasicismo por su evidente empleo de
soluciones tomadas de los maestros del Renacimiento, en particular de Rafael. Ese mismo
año fue llamado por Carlos III a Madrid, donde permaneció de 1761 a 1771 y de 1774 a
1777, trabajando en la decoración de los palacios reales de la capital y de Aranjuez.

Sus frescos fríos, de colores desvaídos y desprovistos de emoción, según el gusto de la


época, triunfaron sobre los de Giovanni Battista Tiepolo, a quien Mengs consiguió
arrinconar. En la actualidad, más que sus obras históricas y alegóricas se valoran los
retratos que realizó para numerosas cortes europeas. Son célebres, en particular, los de
Carlos III y los de su amigo Winckelmann. Fue el pintor más famoso y mejor considerado
de su tiempo y ejerció en sus coetáneos una influencia notable.

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