Está en la página 1de 4

APORIAS DE LA CULTURA CONTEMPORANEA

(Ad usum privatum auditórium tantum)

Usamos el termino aporía no en el sentido usual de "dificultad" o de "camino sin


salida", sino en el sentido etimológico literal (a= alfa privativa por, peir, per =
raíz indo-europea que significa paso, pasaje, transito, penetración), como
"imposibilidad de pasar cuando se quiere pasar por un puente, un desfiladero,
un monte", entonces "desconcierto", "embarazo", el "no saber que hacer". Como
una invitación a ver mas claro, mas hondo, mas fino.

"Crecimiento" es una metáfora, un tipo de analogía que debe respetar -so pena
de pecar contra la honradez intelectual-al primer analogado - Crecen las
plantas, los animales, es decir, los organismos. No los mecanismos, no las
instituciones u organizaciones, si se prescinde de la presencia humana
vivificante que los rescata de la mecanización. Lo que crece es siempre un "algo"
(aliquid) que tiene cierta "naturaleza", "esencia interna", un "proprium", una
analogía con el organismo que se caracteriza por cierta espontaneidad y la
exigencia de la armonía de las partes que lo componen. El organismo se maneja
intrínsicamente, no extrínsecamente. Se plantea aquí el problema si puede
haber crecimiento que sea sólo económico.

APORÍAS
SENSISMO. Rosmini dijo que la ciencia económica inglesa no es tal, sino que es
eudaimonología ciencia de la felicidad del sensismo ingles. Para la filosofía
sensista el hombre es ante todo un ser sensitivo, su felicidad será felicidad
sensitiva, es decir bienestar. Este pecado original de la ciencia económica
inglesa se proyecta en mayor o menor medida sobre toda la economía posterior.
También sobre el marxismo. "El comunismo es el salame en la alacena" dijo
Khrushchev.
El patriarca del sensismo ingles John Locke enseñaba: "El marinero para
navegar no necesita conocer los abismos del océano, basta que conozca la
superficie". El sensismo es inmediatista, practicista, actualista, reacio a los
horizontes amplios, culturales y ontológicos, históricos y cósmicos, reacio al
"Welt" (mundo como cosmos, orden, sentido, armonía). Es, en cambio, afecto al
"Umwelt" (mundillo, mundo recortado en función de nosotros). Ahora bien, los
"Umwelt" en lo humano son siempre artefactos, construcciones, sistemas
protectivos, transatlánticos para cruzar la existencia, no susceptibles de
crecimiento. •

UTILITARISMO. Dice Hegel al respecto: "Como al hombre todo le es útil, lo es


también él, y su destino consiste asimismo en hacerse un miembro de la tropa
de utilidad común y universalmente utilizable.... Donde quiere que se encuentre,
ocupa el lugar que le corresponde, utiliza a los demás y es utilizado"
(Fenomenología del Espíritu, Ed. mexicana, pág. 331). Es decir, en el panorama
utilitario nadie ni nada encuentra su lugar propio. Si algo tiene su ubicación
propia es porque no entra en el panorama utilitario o mejor dicho, lo conserva
en la medida en la que no entra en este panorama. Ahora bien, la vida
económica, como hoy se da, es inseparable de un marcado utilitarismo. Por esta
razón es difícil ver como puede darse el crecimiento donde no tiene cabida lo
propio.

CUANTATIVISMO. Enseña Hegel: "La cantidad es el ser-para-si eliminado".


(La Ciencia de la Lógica, Ed. Mondolfo, p. 165). Lo que crece es "algo" (aliquid)
que es el antiguo nombre para el hegeliano "ser-para-si". La cantidad no crece,
no se desarrolla, aumenta o disminuye. La cantidad pura es negación de toda
forma, estructura, esencia o naturaleza. Como tal es un hecho derivado, un
aspecto parcial y periférico abstraído de lo que realmente existe. El hecho
original es siempre un “ser-para sí”. La mentalidad cuantitativista (todo visto
desde el punto de vista de la cantidad, el use excesivo de las estadísticas, la
necesidad de cuantificación universal a los fines de una manipulación universal,
el predominio del dinero en la consideración de los bienes económicos) puede
exigir el crecimiento, y hasta exigirlo obsesivamente, pero jamás fomentarlo a
causa de su absoluto extrinsecismo.

PAUPERISMO VALORAL. Los bienes económicos son medios, no fines.


Los fines son bonum honestum, valores en griego, es decir lo que
arrastra de por si, lo que nos mueve, lo que rompe nuestra indiferencia afectivo-
volitiva. Los medios, en cambio, son bonum utile, lo que no arrastra de por si,
sino atrae en cuanto ayuda a alcanzar a lo que arrastra de por si.
Muchos medios y pocos fines (valores) vividos, producen bajón de energías
humanas, sin lo cual no es posible ningún crecimiento. De aquí la abulia
política, la abulia económica.

INTOLERANCIA DE LOS LÍMITES. Enseña Rudolf Eucken: "Mientras nuestra


vida y acción no pasan del grado de la naturaleza; encuentran limites fijos, que
cambian o se ensanchan un poco, pero que nunca se alteran esencialmente ni
son suprimidos ... Pero el semblante de la historia muestra que la vida humana
no acepta esta limitación como un destino ineludible, sino que lucha contra ella
con ardor heroico ... El movimiento revélase, ante todo, en el sentido de que el
hombre no tolera nada fuera de su circulo de la vida, no deja que nada se
sustraiga a su acción, la cual le impele a apropiarse de todo lo existente y a
incorporárselo a su actividad ... De este modo queda demostrado que en el reino
humane se desarrolla un movimiento de la vida que trasciende la naturaleza:
una superación de sus ligaduras, una elevación a la libertad y a la originalidad".
(Mensch und Welt, 11, 2, a) gamma).
Contra esta visión idealista ;(en sentido filosófico, no en el moral), fuerte
también en la mentalidad de los técnicos y economistas, se opone al realismo
que el pensamiento romano definía como sentido de límites (términos) . Est
modus in rebus, sunt certi denique fines. "Hay medida en las cosas, hay por fin
ciertos limites, decía el poeta Horacio. Salirse de los términos es ex-terminarse.

CONSUMISMO. El consumismo es un fenómeno filosófico, no económico en su


esencia. Todos los bienes quedan asimilados a los bienes de consumo: se
produce, se lanza al mercado, se compra, se usa, se gasta, se tira, se produce,
etc. También las ideas, los pretendidos valores, que son exigencias sociales
efímeras, las creencias. La norma modística es la única norma. No hay
novedades de fondo, sólo hay impactos cuya función es romper la monotonía de
lo que se llamó la mala infinitud: de lo finito, al otro finito, a un tercero, a un
cuarto, etc., hasta el infinito. Es un correr adelante, una fuga hacia el futuro, tan
rápida como para no permitir un recogimiento sosegado y la toma del tiempo de
la propia vida en sus manos, ni para exigir un balance y examen de conciencia
real. ¡A otra cosa! El relativismo exasperado de la mala infinitud llegó a la
economía, se ha hecho en muchos lugares su estilo íntimo. (Cfr. Roland Barthes,
Systeme de la Mode, Seuil, Paris, 1968).
Ahora bien, la dialéctica de la mala infinitud fomenta un incesante cambio a
otra cosa impide todo cambio perfectivo y orgánico que es la esencia del
crecimiento.

MIRADA PATRONAL. "Como señores de la naturaleza, el dios creador (son dos


ateos que hablan) y el espíritu ordenador se asemejan. La semejanza del hombre
con dios consiste en la soberanía sobre lo existente, en la mirada patronal, en el
mando”.
El mito perece en el iluminismo, la naturaleza en la pura objetividad. Los
hombres pagan el acrecentamiento de su poder con el extrañamiento de aquello
sobre lo cual lo ejercitan... El hombre de ciencia conoce las cosas en la medida
que pueda hacerlas. De tal suerte el en-si de estas se convierte en para él
(Horkheimer y Adorno, Dialektik der Aufklarung, Fischer Verlag, p. 12).
Ahora bien, lo que crece es el en-si de las cosas. El para-él del amo es totalmente
secundario, derivado y extrínseco.
………………………………………………………………………………….

Además se trastorna con: tecnolatría,


psicologismo, cuantofrenia, esteticismo,
estadistofilia, etc.

De aquí surge el Homo Practicus que supera al


Homo Faber…..

También podría gustarte