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UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DEL TACHIRA err VICERRECTORADO ACADEMICO FILOSOFIA DE LA EDUCACION ~ DEL PROFESIONAL INGENIERO a Dr. Alfredo D. Vallota H. e Conferencia dictada por el Dr. Alfredo Vallota H. dao eco 1 oi Regionales sobre la Formacién Humanistico-Social del Profesional Universitario, ‘celebradas en la UNET, San Cristdbal, del 26 al 28 de Noviembre de 1.992. ° FILOSOFIA DE LA EDUCACION DEL PROFESIONAL INGENIERO r. Alfretlo D. Vallota H. et tema de esta chara es una reflexén acerca de la formacin | del ingeniero, con 10 que el problema paresera esr acotado 0 \ circunscripto a un determinado tipo de profesionales. Me pregunto si es ’ realmente ast, Pienso que no y mellevan a ello dos consideraciones: L- Se trata de Ja formaci6n de un cierto tipo de profesional universitario que, como yeremos més adelante, €s Un aspecto diferente a ta dotacion de un conjunto de saberes especificos acerca de una disciplina. En este sentido podemos afirmar due el proceso formativo es algo comin a todo profesional universitario en general. 2. "Ingeniero” es el nombre contempordneo de lo que tscamene halla unécic, el qe csee a hs a6 ass cosas y establece normas para hacerlas. Por siglos esta actividad de toa, que reat. en a transformaci del mundo, fue estinade SO°0 | inferior frente al sabio. EI hacer est propio de esclavos y siervOs- la | pura contemplacion de la naturaleza, pasivamente, era lo pertinente Para Jos que buscaban Ia verdadera sabiduria, Pero con Ja modernidad, @ partir de los siglos XVI y X<¥i se produce una revolucién en la imagen que el hofnbre se hace de si, del mundo y de su relaci6n con ese mundo. sre te agut entrar en los detaes de tal revolucn, peo si es MENEH vr racer qu, a pari de enonces, ano es posible sacar el “isco | “et sabio, el saber de de 1as cosas, con ef hacerlas funciona Yano es posible referirse al saber sin vinevlarlo con el hace Mas aun, saber, en | )- tos dltimos tres siglos, ha pasado a identificarse con saber hacer. La, éenica y la ciencia estan hoy tan imbricadas que es casi imposible stablecer cu4l prevalece sobre cuél o cual precede a cudl, tanto ronolégica conyp epistemologicamente. Esta nueva valorizacién del hacer y su vinculacién con el aber rescata una consideraci6n desatendida por siglos respecto al origen jel hombre. El hombre no devino hombre gracias a alguna religi6n, ni sracias a la ciencia, ni gracias a algéin tipo de saber tebrico, sino cuando, somo resultado de una actividad comunitaria, pudo fabricarse, dentro de sna naturaleza hostil y peligrosa, un mundo artificial en el que habitar. Si stendemos con un minimo de cuidado, caemos en cuenta que el mundo humano no es el mundo natural en el que los animales estin en su casa, sino que es un mundo elaborado ad hoc, Este mundo artificial esté constitufdo por los diferentes tipos de vivienda, por vestidos, por instrumesos de trabajo y de defensa, por utensilios domésticos, por cultivos de ciertas especies vegetales, por la domesticacién de algunas especies animales. Pero también por otro tipo de herramientas, que podemos llamar intelectuales 0 culturales, incomparables con las que pudiera desarrollar cualquier otro ser viviente, tales como el lenguaje y la comunicacién, las normas de con¥ivencia, los acuerdos sociales, las formas politicas 0 las teorias interpretativas. Todos ellos son instrumentos, herramientas que no s6lo ha elaborado para poder sobrevivir sino que puede cambiar, variar, ajustar a diferentes condiciones, asi como transmitir a otras generaciones los resultados, logros y fracasos de su uso. ‘De manera que hablar del ingeniero, del.técnico, del hacedor de herramientas, del que transforma la naturaleza, del que genera el = ‘ somo rt de wna efron sobre so rpit id THER ‘con la de sus semejantes.” Sings detenemos en esta consideraci6n de lo que es formar, aso que mucho se aclararespecto al problema. La formacién se funda, 0 resulta, de una reflexién que snatiza ta vida de cada uno. Pero esta reflexion no debe llevarse a cao - manera solipssta sino teniendo presente tos vinculos que se tienen on los demas. vr nombre es entendigo como un inivio separa, 9° alor propio, pero en medio de Un ineludible plexo de relaciones con ros individuos. Si tomamos conciencia de que ésta es su situacion, ¢$ cil inferir que toda forma de sislamiento egoista y desconsiderado 10 sparta de su condicion de hombre, ‘Bi hombre, en cuanto tal, slo puede dar sentido a su propia vida si logra mantener la consideracion de si mismo egun nivel equivalent ala consideracién que hace de los demas. Si se separa, en afin de aprovechamicnto personal o egocéntrico, cae facilmente en una existencia-alienada, cosificada, persiguiendo metas djusorias, en-pos de objetos, mercancias que el comercio, mediante sutles formas de:penetraci6n psicolOgica, Ie convence de que pueden set ca anparesare ono genes S0 ea RSE considerarlos como objetos y mercancias © COmD medios para aleanzar sus fines personales. La vida, que es generosidad, exhuberancia en él ao celica ela manera ds iin en tao con much o= > 2 Sion Esta formacién, dice Mayz, consiste en dotarlo de principios 6ticos. No creo mal interpretar esta afirmaci6n si pienso que no se refiere a establecer una moral fija y pacata o a imponer un conjgynto de normas de conducta inamovibles y atemporales, ya que los fines y los medios, con Ios que la ética se vincula, son cambiantes con el devenir det hombre. Ftica (n61x0<) viene de 0c que significa manera de ser, de pensar, de sentir, y es también morada (de allf moral), habitacién, convivencia. Es decir, ética es una forma de estar, hac.r y ser en el ‘mundo con los demés, junto gon ellos, en la mist casa. us ee. Este carfcter ético implica que cada uno de nosotros es doblemente responsable de su hacer, por un lado es responsable frente a si mismo y por otro, es responsable frente a los demas. Esta responsabilidad tiene a st vez un doble requerimiento para el agente: su libertad y su autonomia. Por supuesto, si no se es libre, si se esté determinado, no se puede ser responsable. Ahora bien, libertad y autonomfa unidas quieren decir algo més que ésto. Sefialan que no s6lo se debe ser libre de impedimentos para hacer ciertas cosas, entendiendo Ia libertad como una ausencia de cogrcién para actuar, sino también se debe ser libre para establecer los fines que se han de perseguir, para fijar metas, para intentar completarlas, para sentir, para pensar, para decir lo que sentimos y 1o que pensafos. Pero ésto s6lo es posible si ademés hay una libertad con otros, compartida. Son los otros hombres los que permiten, los que constituyen la condicién de posibilidad, para que cada uno pueda realizarse como hombre. Son los otros los que con su libertad, potencian y complementan la propia libertad. Sélo con los otros 5. anaaamastiaisiin para_los otros es que cada uno puede erigirse Y posicionarse- stonomamente ‘Al pmpulso de un modo de vida que ha reemplazado a la -ligi6n, a los principios, a la primigenia conciencia de la dependencia ue tenemos de Tos demas hombres, al goce de participar en lo social, y 1a instalado- un Gnico valor , el dinero, nos hemos visto llevados @ ‘onfundr autonomia con autosuficiencia egoisiay libertad con desprecio por la consideracion de los demas, vistos principalmente como trabas para nuestras metas personales, transforméndonse asf en los enemigos @ vences, como bien ejemplifican los manuales de motivacion para ver adores,e neo al que se aspraesthen el bosllo 10%) de alli hay que poder sacarlo, Hoy somos testigos que este aft de sacarlo de alli no tiene casi Himites, ni morales ni legales ni sociales. La raz6n es que esa misma valoracién de lo econdémico, hace que distrutar de la vida se ident{fique con el puro placer sensorial y material, que se estime al hedonismo inmediatista como Jo Ginico que puede dar sentido a nuestra existencia, habiéndose perdido en mucho casos hasta la consideraci6n que la misma supervivencia merece. No en un afan suicida, sino a sformando el vivre hoy como viven ok amales sin MANS05 ‘al menos, sin la conciencia que el rmaftana se construye desde el hoy, y él hoy se vive para el matiana oe ‘A pani de estas consderacones podemos comenzar a NENA? se signin to que pote sex pra a uivesiad la mision STD hombres. significa responder alas tes preguntas acerca de quien Maes qué hace y c6mo lo hace. El qué y el cémo ‘es lo que encierra el aprendizaje del conjunto de reelas operativas que permiten, al oS — ia profesional, incorporarse al conjunto social, provisto de un determinado saber hacer. Es en este aspecto que se orientan los mejores esfuerzos y la mayorfa de las preocupaciones educativas, haciendo dea excelencia en lainformaci6n técnico-cientffica de algtin tipo particulds, un sinénimo de la excelencia en general. No cabe duda que en esta unilateralidad se sigue la misma valoracién que impone el predominio del valor econémico por sobre todo otro tipo de consideracién 0 como finica consideracién. ero pensamos que se ha puesto en evidencia «jue formar es ) algo més que perfeccionar el cémo hacer en una determinada especialidad. Formar es fundamentalmente desarrollar un quien, a un agente de la accién que, en virtud de su condicién de hombre libre y responsable, esté preparado y dispuesto a contribuir con los demés en determinar especialmente qué hacer y para qué hacerlo. Esta es la manera que interpretamos esta actitud ética que el Dr. Mayz reclamg y valora. Este debe ser el principal objetivo de todo proceso educativo: proporcionar al estudiante los medios para que pueda hacerse responsable de sus acciones, como estudiante y como profesional, frente a si mismo y frente a los demés. Y ésto supone que tenga la libertad necesaria para que cada uno acepte gsponténeamente esos principios, los haga propios. age uCémo concebis la actividad universitaria que permita al joven desarrollar esa autonomia que lo leve a integrarse responsable y plenamente en Ia vida comunitaria, tanto en su condicién de hombre como de profesional bien dotado de saberes idéneos?. {Sobre qué fundamentos es posible desarrollar ese proceso educativo?. er 4 oe © La universidad es basicamente una sociedad desigual. No 6lo en tanto que los individuos son todos diferentes entre si, sino orque en ella hi dos grupos claramente diferenciados que la integran. Jay profesores, poseedores ya de un saber y cuya misién es transmitirlo con lo mejor de su dotacién personal y hay estudiantes que no poseen ales conocimientos y que desean poseerlo. Esta diferencia resulta de la joble y fundamental actividad de la Universidad: ensefiar y aprender. i Como pueden integrase armonicamente estos dos grupos son actividades tan desiguales para alcanzar esa formacién que se persigue?. La respuesta fue dada hace 74 afios por un grupo de jovenes que i ‘ciaron una de las m4s importantes revoluciones de este siglo en America Latina y que no ha sido emulada en ningén otro lugar del mundo. gfe refiero.a la reforma universitaria de 1918, nacida en Cérdoba pero americana en su espiritu. Aunque muchas de sus propuestas puedan ser hoy discutidas, sin duda alumbr6 en numerosos sentidos la tarea de la universidad. En e! manifiesto inaugural dijeron: "Toda la educacién es una larga obra de amor a los que aprenden" © El.amor es la tinica forma en que los desiguales se unen, el amor es lo que une a Dios con sus criatyyas, al adulto con el nifio, al hombre con la mujer, y ¢s el eros lo que debe unir a los que ensefian con Jos que aprenden, Este amor unificador, cuando esté presente, se ‘muestra en la generosidad y solidaridad de la conducta de unos y otros. 5 Asi visto, surge con claridad lo que es ensefiar. Ensefiar no puede ser otra cosa que ayudar a aprender. En efecto, ensefiar es una “8 — LL. forma del educar y educar tiene su rafz en el verbo duco, que traducimos por traer, guiar, llevar. Para formar educar, a la rafz duco se le une el prefijo ex, y ex completa la significacién, porque sefala que es un movimiento hacia afuera. Educar es un traer hacia es un a-traer. | {Qué es lo que debe salir hacia afuera?. Debe emerger toda la potencia. | exponer todas las posibilidades que cada estudiante encierra dentro de si. De ninguna manera educar es un reprimir, ni un frenar. Por el contrario, frente a la tergiversacién que el modelo social prevaleciente impone, \ significa ayudar a que aflore, quitando todas las trabas que iv impiden, la verdadera condicién humana, libre y solidaria. Del mismo verbo de donde se origina educar, también se derivan conducir, inducir, seducir. Todas estas palabras sefialan y complementan lo que hemos dicho del educar. Educar ¢s un gon-ducit, 1 tun guiar pero andando con el que se gufa. Educar es una atracci6n, pero | no forzada sino in-ducida, sugerida, generada en el estudianté’mediante | Ja se-duccidn que el maestro debe promover ejerciendo su actividad de ensefiar sin egoismos, honesia y entusiastamente. El objetivo es que el 1 hombre joven pueda transformarse en un ductor de s{ mismo, en su auto conductor, auténomo, libre y a partir de alli devenga en un agente social responsable, y a la vez con una vida personal plena. oie Estimamos que eg en estas consideraciones en donde radican ‘muchos de.los problemas de la educaci6n de hoy, y que éste es el aspecto por donde podriamos comenzar a resolverlos. Es preciso cambiar la motivacién que mueve a estudiantes y maestros en la vida compartida de aprender y enseftar. Si observamos nuestra experiencia universitaria cotidiana es posible ver que la mayoria de los estudiantes estan 295 © 1otivados s6lo por el logro, gracias a un cultivo que por todos los. 1edios se hace del éxito, entendido como algo que hay que poseer, que : identifica con yn tener. La pretensién est limitada a una sola via que anscurre segtPla secuencia de aprender un examen, pasar de ao, btener un diploma y ganar un sueldo. Se trata de un proceso que cada ez. es més formal, més vacfo de contenido, con fines que se valoran en { mismos, independientes de los medios para lograrlos. El modelo rece ser una vez més el dinero, que vale igual no importa cual sea su rigen. Asi también se considera que un grado universitario vale igual in atender a como fue aleanzado. La conducta de los profesores no es diferente. Por razones or todos conocidas, el esfuerzo se focaliza cada vez més en obtener nejores sueldos con el minimo trabajo, tener éxito en una carrera de soensos age se ha transformado en una verdadera competencia en la que odo vale. En el caso de muchos docentes se da también que la actividad miversitaria se presta para la satisfaccién de motivaciones politicas. Con ‘lo no nos referimos solamente a la natural participacién en la vida de la nistituci6n, sino a la politica entendida como hoy se la entiende, cual es la \dquisici6n y ejercicio del poder, y on el poder Ja posibilidad de mando /, cuyos pacientes son los alumnos y subalternos. Muy pocas veces este voder surge de una verdadera auctoritas, una reconocida autoridad, que slo que distingue al maestro, sino que en If mayorfa de los casos resulta je la arbitrariedad y la-componenda y sus fines son la vanidad y el sprovechamiento personal, en lugar de Ja actualizacién de lo mejor vosible que tal poder otorga. -10- Facil es ver que la motivacién del amor parece ser la gran ausente de la vida universitaria, salvo los honrosos casos que siempre permiten justificar a muchos gracias a unos pocos. No compartimos en Ja universidad una vida en la que predomine la generos¥jad del dar, que eso es ensefiar, ni la respuesta solidaria y agradecida del\que recibe lo dado. Dar y recibir son los extremos complementarios de una relacién, y no puede haber uno sin que esté presente el otro. Este vinculo genera obligaciones, siendo la més importante el compromiso de todos, el que day el que recibe, de concretar esa actividad ductora, que sesulte en un profesional aut6nomo, libre y responsable, Si un0. estin motivados por el logro facil y otros por el valor econémico 0 ejercicio de un poder no avalado, la tarea educativa, la tarea de formacién, es casi imposible. ‘Aunque pareciera que ha legado la hora en que toda la sociedad en general, y la.universidad en particular, comienzan a objetar este modelo, a buscarle alternativas, Estimo que esta reuni6n se orientg en esa direcci6n, aunque es necesario tomar conciencia que el cambio requiere de un gran esfuerzo mancomunado y de una fuerte convicci6n frente a las presiones para que todo quede como esté. El enseflar y el aprender s6lo pueden vincularse en la generosidad, en la solidaridad y en el amor. ‘Aprender esa ineludible solidaridad fBarece ser el primer paso que todos debemos empezar a dar si pretendemos mejorar lo que tenemos y abrir ‘nuevos horizontes para cada uno y para todos. ecw te ~ Aunque no sea estrictamente necesario, pero para que quede més claro a lo que quiero referirme, estimo ‘itil hacer alguna aclaracién acerca del contenido que ese amor encierra. Y también lo que no encierra. De ninguna manera quiero que se interprete esta relacién de amor entre estudiantes y profesores a lo que la palabra amor se refiere iis ssando con ello nombramos al conjunto de sentimientos, deseos y ‘oluntades que dos personas despiertan entre si exclusivamente en virtud Je su condici6n biologica. ‘Tampoco me refiero con la generosidad, que al amor encief, a a ausencia de exigencia o a la simplificacién de los sontenidos, ‘ni al populismo que muchos docentes buscan en la calificacién de las evaluaciones. Con ello no se realiza el eros sino que vs una muestra de poder y discriminacién en su ejercicio. Me refiero més bien ala generosidad con que el padre, el amigo, el consejero, desde un fondo de afecto y simpatta, corrige, orienta y critica a su hijo, a su amigo, a su aconsejado. Me refiero al amor que encierra la muchas veoes dolorosa tarea docente de ser justo, sin reemplazarla con la vanidosa y aplaudida misericordia. Me efiero al afecto comunitario necesario para que cada estudiante pueda superar los muchos dolores propios de as exigencias que la persecuciOn de 1a excelencia en cualquier Ambito reclama Me refiero al reconocimiento colectivo que otorga el mérito adecuado, como sefial palpable de un cumplimiento responsable y que gratifca el esfuerzo mucho més que cualquier otro tipo de recompensa, Me refiero al amor que impide que ejerzamos la docencia con el espfritu purocrético, rehuyendo compromisos, haciendo s6lo el mfnimo imprescindible. Me refiero al respto que significa dar honor s6lo al que honor merece. sgt Esta necesidad de rescatar el eros de Ia ensefianza, sustituido por la represion y el ejercicio fatuo del poder, por el populismo del docente, por Ia misericordia paternalista, o por el facilismo del estudiante, no es nueva, aunque no parece que hayamos avanzado mucho porresolverla. Para refrendar esto que afirmo quiero una vez mas citar & Jos estudiantes cordobeses de hace 3/4 de siglo: 12 “Si no existe una vinculacin espritual entre el que ensefa y el que aprende, toda ensefianza es hostil y de consiguiente infecunda. Toda la educacién es una larga obra de amor a los que aprenden. Fundar la garantia de una paz fecunda en el } articulo conminatorio de un reglamento o ¢> un estatuto es, cen todo caso, amparar un régimen cuartelarid;,pero no una | labor de ciencia. Mantener la actual relacién de gobemnantes y gobernados es agitar el fermento de futuros trastomos. Las almas de los jovenes deben ser movidas por fuerzas espirituales. Los gastados resortes de la autoridad que emana de la fuerza no se avienen con lo que reclaman el sentimiento y el concepto moderno de universidades. El chasquido del latigo s6lo puede rubricar el silencio de los inconcientes 0 de los cobardes. La Gnica actitud silenciosa que cabe en un Instituto de ciencia es la del que escucha una verdad, 0 el que busca para crearla 0 comprobarla”. 2 os Con esta actitud ética como fundamento, puede ser mucho mis fiicil encontrar los contenidos que mejor contribuyan a formar al profesional universitario de hoy y de mafana, Ella nos permitiré superar | la multiplicidad de presiones que en una y otra direccién pretenden 1 orientar la actividad universitariaSy que en muchos casos s6lo reflejan intereses parciales, contingentes, subalternos y mezquinos, tanto de ‘grupos como de individuos dentro y fuera de la universidad. S6lo asi podremos hacer de la universidad una casa de luz que alumbre las | sombras de nuestra propia vida e indirectamente la de todos, pues a ellos | nos debemos. Muchos son los que esperan de ella precisamente, que cumpla la misi6n de ser la ductora del futuro de la sociedad. Ese es ‘nuestro compromiso como universitarios. 2 Cuneo, Dardo (comp.): “La Reforma Universitaria’, Biblioteca Ayacucho, # 39, Carncassy. 4 sig

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