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2019
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Potestad sancionadora de la CGR
Opine con sustento sobre la sentencia del Tribunal Constitucional, que
declara inconstitucional la potestad sancionadora de la CGR
COMENTARIO
El tema es bastante claro. Hay quienes discutían y consideraban incluso inconstitucional el que la
Contraloría pudiera no solamente supervisar el manejo de fondos públicos o la conducta de funcionarios,
sino que además pudiera sancionar. Si se seguía esa línea, la Contraloría quedaba sin la competencia para
sancionar algunos casos de corrupción. Lo que ha hecho este Tribunal es porque no había un
pronunciamiento previo es reconocer constitucionalmente la competencia de la Contraloría para ejercer
potestad sancionadora. Entonces, ya no hay una discusión sobre si el ejercicio de esta competencia es o
no constitucional.

Pero el que se le dé una potestad constitucional no significa que esta se pueda ejercer de cualquier
manera. Tiene que regirse bajo ciertos parámetros respecto a la misma Constitución, los cuales implican
un cabal ejercicio de derechos fundamentales, y un respeto escrupuloso de la competencia propia y de los
demás. Allí es donde surge el problema y la sentencia lo explica bien, y sobre todo en algunos
fundamentos de voto que complementan el tenor de la sentencia: no se puede plantear una sanción
administrativa (y menos una penal) en función a los llamados tipos genéricos.

CONCLUSIÓN
En síntesis, la sentencia demuestra numerosas carencias, pese a que en los mismos votos de los
magistrados se pudo haber encontrado la solución. El caso de la legislación antiterrorista es un ejemplo
del rol garante del TC, en donde muestra una concepción del Derecho que se nutre de las circunstancias.
La Constitución tiene que ponerse a prueba, tomar en cuenta el principio de proscripción de la corrupción
que incide con más fuerza si se le toma en cuenta como un derecho.

Estancarnos en el pensamiento de los constituyentes que pensaron la Constitución desde sus


circunstancias, conlleva a un anacronismo, es decir, a la preservación de un pasado que tarde o temprano
será desfasado. Los nuevos tiempos exigen nuevas respuestas y el Derecho Constitucional debe estar
preparado para que la Constitución siga construyéndose. Los magistrados del Tribunal Constitucional
tienen una gran cuota de este deber que, por momentos, parecen olvidar.

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