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EL ARBUSTO MENOS PRECIADO

En la mañana de aquel Noviembre los vientos eran muy


fuertes, tanto así que podían desprender cualquier fruta o árbol que
no tuviera tanta fuerza. La Sra. Rosa regaba su jardín cuando vio
por primera vez a aquel arbusto pequeño y de pocas hojas. A doña
Rosa, no le llamo la atención aquel pequeño arbusto porque, en
cambio prefería a sus hermosas plantas que estaban llenas de flores.

Al día siguiente el viento volvió a soplar y sopló tan fuerte que


hasta las semillas de los árboles salieron volando a diferentes partes.

Sus plantas hermosas llenas de flores quedaron deshojadas


como aquel pequeño arbusto; sin embargo, Doña Rosa no se
desmotivo y empezó a recuperar a sus plantas, menos a aquel
pequeño arbusto. No sabiendo Doña Rosa las maravillas que le
esperaban con el crecimiento del mismo.

Pasados los días aquel arbolito creció fuerte y frondoso; sus


hojas eran verdes como el verde de las montañas y sus ramas eran
largas, su tallo muy ancho y fuerte.

Doña rosa era una persona muy amargada nada, ni nadie la


sorprendía, ni soportaba por su mal carácter. Sus vecinos al ver tan
maravilloso árbol decidieron aquel diciembre regalarle una sorpresa
y así cambiar el genio de Doña Rosa. Decoraron al árbol con luces,
cascabeles, campanas y debajo del tallo colocaron muchos regalos.

Cuando Doña Rosa salió a realizar sus compras, fue


sorprendida con villancicos y aguinaldos. Al ver a su despreciado
árbol tan hermoso, pero tan hermoso que opacaba la hermosura de
sus otras plantas, sus lagrimas no se pudieron contener y desde
entonces entendió que a veces las cosas no son lo que parecen y que
al juzgar y menospreciar a quien menos se lo merece era un error
que decidió mas nunca cometer.

Sus días desde entonces se convirtieron en felicidad y al


arbusto lleno de alegría y amor.

Fin

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