Llamamos diagnóstico participativo al diagnóstico hecho por un
colectivo. Es un instrumento empleado por las comunidades para la edificación en colectivo del conocimiento de su realidad, el objetivo del diagnóstico participativo es obtener información acerca de los problemas y necesidades comunitarias y su articulación dinámica con recursos locales y externos, así como las oportunidades de desarrollo que tienen los habitantes de las comunidades. Un diagnóstico participativo puede ser muy útil cuando los miembros de la comunidad recurren al personal externo pidiéndole asistencia para sus actividades. Este diagnóstico puede confirmar a los miembros de la comunidad que han identificado el problema pertinente y las soluciones adecuadas. También puede ayudar al personal externo a entender las actividades propuestas y por qué la comunidad las ha elegido. A lo largo de los años las comunidades desarrollan sus formas propias y únicas de tratar los problemas. En la mayor parte de los casos estas funcionan bien. Pero a veces, cuando se presentan problemas nuevos e inesperados, o cuando la estructura social de la comunidad se ha derrumbado, la comunidad no puede hacer frente a los problemas. Es el momento en que puede intervenir el personal externo e introducir una nueva manera de ver la situación. El Diagnóstico Participativo se apoya en las condiciones necesarias, factores que son importantes para la realización con éxito de una actividad. Al utilizar el DSEP, se examinan las condiciones necesarias y se clasifican por orden de importancia para cada actividad concreta. A continuación se reúne información para determinar si existen las condiciones necesarias o si son posibles de crear. Esta información se utiliza para eliminar aquellas actividades que tienen menos probabilidades de éxito. El tiempo necesario para hacer un Diagnóstico Participativo variará, según la comunidad de la cual se trate. Tal vez se necesite una reunión de un grupo grande para hacer el primer análisis, otro equipo más pequeño para reunir información y otra reunión del grupo grande para hacer el análisis definitivo utilizando la nueva información. En comunidades más pequeñas los presentes pueden suministrar suficiente información, y el Diagnóstico Participativo puede hacerse en una reunión. Un Plan de acción
Es una herramienta de planificación empleada para la gestión y control
de tareas o proyectos. Como tal, funciona como una hoja de ruta que establece la manera en que se organizará, orientará e implementará el conjunto de tareas necesarias para la consecución de objetivos y metas. La finalidad del plan de acción, a partir de un marco de correcta planificación, es optimizar la gestión de proyectos, economizando tiempo y esfuerzo, y mejorando el rendimiento, para la consecución de los objetivos planteados. Los planes de acción son muy útiles a la hora de coordinar y comprometer a un conjunto de personas, organizaciones o, incluso, naciones, al involucrarse y trabajar juntas con la finalidad de conseguir determinadas metas. Como tal, el plan de acción es adaptable a las más diversas áreas de gestión de proyectos: educativa, comunitaria, empresarial, organizacional, administrativa, comercial, de mercadeo o marketing, entre otras. Todo plan de acción debe contener descritos y especificados los siguientes aspectos: Un Análisis que incluye la situación y las necesidades sobre las que se va a intervenir. Los Objetivos que definan cuáles son las metas específicas que pretende alcanzar, las Actividades donde se describen las acciones, tareas y estrategias que deben ser ejecutadas. las Responsabilidades que asignan y distribuyen tareas y responsabilidades. Los Recursos necesarios para su implementación, así como su distribución. El Plazo de duración definida, es decir, un comienzo y un término, y los Indicadores de gestión que se usarán para el seguimiento y evaluación del proceso, así como para la toma de decisiones.