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UNIDAD 5

MARÍ, ENRIQUE. PAPELES DE FILOSOFÍA


El dispositivo del poder: discurso del orden e imaginario social
La historia del reparto del poder y su relación en lo social con jerarquías desiguales ha
sido acompañada por un dispositivo de legitimación y sostén no exento de complejidad
y doble vertiente. Convergen en este dispositivo, por un lado, la construcción de un
discurso del orden q asigna al producto social en una dada relación de fuerzas, una
propiedad natural o divina: la de ser un orden necesario para el provecho del mundo
aunq se trate, en verdad, de un orden impuesto para el propio provecho del clan, la
tribu o el pueblo vencedor, determinada comunidad o la clase privilegiada. Integra este
dispositivo, por otro lado, la inserción del discurso del orden en montajes de ficción,
soportes mitológicos y prácticas extra discursivas como ceremonias, banderas, rituales,
himnos, distribución de espacios. Estas prácticas de solicitación y manipuleo del
psiquismo humano pueden identificarse bajo el título de imaginario social, en el q se
hacen posibles las condiciones de reproducción del discurso del orden. El discurso del
orden y el imaginario social convergen en el dispositivo del poder, del q constituyen
instancias distintas pero no independientes.
Poder y Soberanía son el anverso y el reverso de un mismo problema al q se interpela
con el pensamiento jurídico político del siglo XVI y XVII. Hobbes construyó el modelo
más acabado del poder absoluto. Por la vía del pacto legitimante, se reconoce un poder y
una fuerza tal q el terror q inspiran le permiten modelar la voluntad de todos. Por ese
pacto los particulares intentan escapar a la guerra de todos contra todos, y renuncian a
ejercer su derecho natural para obtener a cambio, seguridad. Como esta reciprocidad no
puede esperarse de la buena voluntad del individuo aislado, el exceso de su poder debe
asegurar la suficiente fuerza y coacción q permita instaurar la sociedad civil: el soberano
y su potencia. El soberano representa la voluntad y la unidad del cuerpo político, es el
legislador, q controla las doctrinas y las opiniones, reparte las recompensas y los
castigos. Cada particular somete su voluntad a la voluntad del q posee la potencia
soberana en el Estado, de tal suerte q no puede emplear contra él sus propios fuerzas.
La fuerza es el elemento constitutivo del poder, la q lo produce, pero la fuerza o la
violencia se frustrarían de no articularse en dispositivo con el discurso del orden y el
imaginario social, q constituyen las condiciones de reproducción del poder producido,
los garantes de la continuidad del poder conquistado o instituido con base en la fuerza.
Transformada la fuerza en poder, el discurso del orden y el imaginario social aseguran
la presencia del poder y los efectos de la fuerza aún estando ésta ausente.
Dentro del dispositivo del poder, discurso del orden e imaginario social son
heterogéneos y cumplen distinto papel y función, pertenecen a tópicos diferentes:
El discurso del orden pertenece al ámbito cognoscitivo, al de la teoría y las
representaciones racionales. Pero es tb el espacio de la ley, donde la fuerza encuentra
dentro del dispositivo del poder su modo más racional de comunicación social al
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apropiarse de las técnicas con q las normas jurídicas la transmiten y transportan con el
nombre de coerción, coacción, y sanción, es decir, con los mecanismos de obediencia y
control social del derecho. El espacio de la ley es espacio de razón, razón en cuanto al
tipo formal de las estructuras lógicas q comunican la fuerza, y razón en cuanto a través
de ella se producen las operaciones ideológicas de justificación del poder.
La pérdida de la libertad propia del estado de naturaleza sólo se justifica en el cálculo
racional de las ventajas q proceden del sacrificio del derecho natural de todos a todo: la
paz, la seguridad, la protección y preservación de la vida. Sólo la conservación de la
vida puede ser la respuesta de la razón, la obligación de los súbditos para con el
soberano dura tanto como el poder mediante el cual éste es capaz de protegerlos. El fin
de la obediencia es la protección.
El dispositivo del poder exige como condición de funcionamiento y reproducción q
fuerza y discurso del orden legitimante, estén insertos en una estructura de movilización
de creencias discursivas y extradiscursivas. Es el lugar del imaginario social, la tierra
natural de las ideologías teóricas y prácticas. La función del imaginario social es operar
en el fondo común y universal de los símbolos, seleccionando los más eficaces y
apropiados a las circunstancias de cada sociedad; para hacer marchar el poder, el
imaginario social interpela a las emociones, a la voluntad y los deseos. Son rituales
ligados a estimular y promover comportamientos de agresión y seducción, las dos
formas en q el deseo se anuda en el poder. El imaginario social es una praxis donde
operan los fantasmas y la subjetividad humana, pero en cuanto praxis pertenece a lo
social. La palabra fantasma no alude al producto de una imaginación incontrolable o
irracional, tiene el sentido de fantasma en la experiencia freudiana, actividad creadora q
anima el mundo imaginario y sus contenidos. El fantasma es un escenario imaginario en
el q se halla presente el sujeto y q representa la realización de un deseo, en último
término de un deseo ICC. En el imaginario social se realiza la conexión y el enlace entre
el deseo y el poder.
Para Hobbes la felicidad es un continuo progreso del deseo de un objeto a otro, donde la
obtención del anterior constituye el camino hacia el siguiente. El objeto del deseo
humano es asegurar el camino de su deseo futuro. El objeto del deseo q privilegia
Hobbes es el poder. Entre poder y deseo hay un vínculo fundamental dependiente de
razones psíquicas y de naturaleza social, en 1° lugar coloca el deseo de adquirir poder
tras poder, tendencia insaciable de perpetuarse y trascender sus límites, deseo q no cesa
más q en la muerte. El poder requiere las condiciones sociales de posibilidad q aseguren
su reproducción, condiciones q se enlazan con lo psíquico a través del imaginario.
Esta articulación entre deseo y poder, la conversión del sujeto del poder en Dios, es uno
de los caminos q explican por q el poder posible, el poder político y real CC de sus
limitaciones, recurre histórica y habitualmente a un campo de referentes divinos o sus
sustitutos seculares, en busca de legitimación y última garantía.
Este campo es el del imaginario social. Se trata de un campo gralmente descuidado por
la teoría política y jurídica. Las ideologías teóricas tienden a motivar, movilizar e
impulsar las creencias en favor del poder. En determinadas circunstancias históricas, de
impugnación social y revolución contra el poder, estas ideologías suelen perder su
eficacia material y ser reemplazadas por aparatos represivos del Estado, o sea aquellos
con predominancia en la violencia (policía, cárceles, tribunales, ejército). Pero en épocas
de sociedad normal, estas ideologías actúan en el doble significado de fantasma y
fantasía, con operatividad natural, espontánea y no compulsiva. A través de ellas, el
poder se hace armónico, en el sentido de homogéneo y cohesivo a la sociedad.
Las formas del imaginario social decoran el poder en el sentido q lo embellecen, tb el
imaginario crea un régimen de buenas maneras y educación q permite al poder ocultar
la molestias (violencias) ocasionadas en conseguirlo.
Las razones internas al dispositivo del poder q determinan el régimen de acople de éstas
y otras prácticas con el discurso del orden, se vincula con la circunstancia de q la tópica
del imaginario social, su rol y función difiere respecto del carácter predominantemente
racional de ese discurso. Pero existen también razones de orden endógeno, externas al
dispositivo del poder. Las grandes transformaciones económicas, los cambios en los
sistemas de producción, y en el régimen de propiedad, determinan una reestructura y
reajuste del dispositivo del poder. Estas reestructura y reajuste es exógena al dispositivo.
El endógeno se mueve en el plano de las diferencias de función de los elementos del
dispositivo del poder, de su heterogeneidad, de su distinta tópica. El exógeno es, en
cambio, nivel de análisis de la relación del dispositivo del poder con la estructura
económica. En este nivel, el dispositivo del poder y c/u de sus instancias son
independientes del modo en q una sociedad produce sus formas de vida. Así como el
imaginario social es condición de reproducción del discurso del orden en el dispositivo
del poder, el dispositivo del poder, enfocado en su modelo político-jurídico, es
condición de reproducción de las formas producción.

WAGNER Y ELEJABARRIETA. Representaciones Sociales y Memoria Colectiva.


La teoría de las representaciones sociales se ocupa de un tipo específico de conocimiento
q juega un papel crucial en cómo la gente piensa y organiza su vida cotidiana. Esta
teoría trata del conocimiento (contenidos cognitivos, afectivos y simbólicos), q juegan no
sólo un papel significativo para las personas en su vida privada, sino tb para la vida y la
organización de los grupos en q viven. El conocimiento cotidiano q denominamos
representaciones sociales tiene unas características específicas: a) el carácter social de su
génesis; b) el hecho de q es compartido y distribuido dentro de una colectividad; y c)
estructura interna y los procesos implicados. Por lo tanto, el término significa 2 cosas
diferentes, aunq estrechamente relacionadas: por una parte se usa para referirse a los
procesos, la sociogénesis por la q se crea el conocimiento colectivo a través del discurso
y la comunicación, y, por otra, se refiere al producto final de ese proceso, el
conocimiento colectivamente distribuido e individualmente accesible.
La morfogénesis de las representaciones sociales.
Representación social se define como la elaboración de un objeto social por una
comunidad. Son procesos sociales, solo pueden aparecer en grupos y en las sociedades
en las q el discurso social incluye comunicación, q implique puntos de vista compartidos
y divergentes. Las sociedades industrializadas modernas, como sociedades heterodoxas,

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incluyen y aceptan la posibilidad de experiencias antagónicas como base de la
conversación y de la formación de la opinión pública. Es esta experiencia y conocimiento
contradictorio lo q permite el discurso colectivo q crea, en las sociedades modernas, lo q
llamamos el conocimiento ordinario y sentido común. Este proceso raramente aparece si
no es por necesidades prácticas. Un fenómeno desconocido hasta el momento, y por
tanto no familiar, si es suficientemente relevante inicia un proceso de comunicación
colectiva supuestamente para hacerlo inteligible y manejable. No son los atributos o
fenómenos inherentes a un objeto los q lo convierten en social, sino la relación q la gente
mantiene con el objeto.
El discurso y la comunicación q crean las representaciones sociales tienen lugar en los
grupos reflexivos. Los miembros de un grupo reflexivo elaboran colectivamente, en su
práctica diaria, las reglas, justificaciones y razones de las creencias y conductas q son
pertinentes al grupo. En caso de conflicto reelaboran sus reglas y elaboran nuevos
conocimientos. El resultado de estos procesos son representaciones sociales q
caracterizan el estilo de pensamiento de los miembros del grupo (pensamiento social). El
pensamiento colectivo y la reflexividad de los grupos se complementan mutuamente y
son prerrequisitos fundamentales para lo q llamamos Identidad Social. Ésta implica el
conocimiento de los grupos a los q se pertenece y tb, q es el grupo quien da origen a un
background común de conocimientos, sentido común y modelos de justificación. Este
background es específico al grupo y conduce a los miembros a situarse a ellos mismos
en un espacio discursivo común. La identidad social tb permite a las personas dar
similitud a sus creencias cuando disponen de alguna evidencia. Las representaciones
sociales necesitan corresponderse con alguna realidad externa. Su verdad y racionalidad
resulta de la relación entre el conocimiento representado y la evidencia disponible. La
evidencia es el consenso social, las creencias q son compartidas por los otros en un
grupo. Este consenso no es numérico, sino funcional, y se necesita para mantener al
grupo como una unidad reflexiva y para mantener la vida del mismo en una dirección
organizada, estandarizando la identidad social y las interacciones de una mayoría
cualificada de los miembros del grupo.
El discurso q elabora las representaciones sociales, al igual q el conocimiento de sentido
común, para q sea efectivo debe ser público; debe extenderse potencialmente (y q sea
accesible) a través de todos los miembros del grupo, comprometiéndolos en tanto
productores y receptores del sistema de conocimiento. El carácter del pensamiento
colectivo implica q las representaciones sociales deban relacionarse con el metalenguaje
acerca del grupo de referencia. Esto posibilita q las personas puedan tener una idea más
o menos concreta con quién más pueden esperar compartir partes específicas de su
pensamiento cotidiano y de sus representaciones sociales. Se sabe q piensa mi grupo y
se tiene un idea de lo q piensan los otros. El metaconocimiento no se da en todo
conocimiento social, son más prominentes en las representaciones polémicas, éstas
resultan de las situaciones conflictivas en las q los grupos compiten por recursos
económicos y políticos; es muy importante para los miembros de un grupo tener alguna
idea acerca de quién pertenece al propio grupo y quién no. Se logra calificando sobre la
base de sus ideologías o representaciones relacionadas con la situación específica.
Proceso sociogénético de las representaciones sociales: En un ppio es un fenómeno
desconocido o situación conflictiva q perturba la práctica social y q crea un conflicto
entre grupos. Por lo tanto, se convierte en un objeto relevante para el grupo. Se inicia un
proceso de comunicación pública y colectiva, supuestamente para adaptar simbólica y
prácticamente al grupo a las nuevas condiciones de vida. Así es creada una nueva
representación q da cuenta de un conocimiento representacional específico de la
mayoría de los miembros individuales del grupo. El conocimiento común implica una
identidad social común q es precondición necesaria de los grupos reflexivos.
La identidad social crea un grupo social, el cual experimenta un conflicto o cambio de
las condiciones de vida, esto implica discurso y producción de representaciones, los q se
realizan representaciones de conocimiento en los individuos, y a su vez esto implica una
identidad social.
La topografía de la mentalidad moderna
La investigación en representaciones sociales se focaliza en contenidos específicos de los
sistemas de conocimiento q caracterizan grupos sociales y sociedades, ya q son estos
conocimientos cotidianos los q orientan la conducta y los pensamientos de las personas
en las situaciones de cada día. En cierta forma se puede decir q las condiciones sociales
en q vivimos determinan qué pensamos y también cómo pensamos.
Hay 3 amplios campos de investigación en representaciones sociales:
1) La ciencia popularizada: la ciencia juega un importante papel como fuente de
conocimiento, es una autoridad para legitimizar y justificar decisiones y posiciones
ideológicas. Sin embargo hay ignorancia pública acerca de la racionalidad científica, y es
el resultado de la vulgarización del conocimiento científico, donde conceptos y teorías
aparecen desconectados de sus fuentes originales, ontologizándose y objetivándose para
convertirse en los mitos de la vida cotidiana (ej: prácticas de meditación trascendentales
justificados con descubrimientos psicológicos). En este sentido las representaciones
sociales tienen funciones declarativas, instrumentales y explicativas.
2) La imaginación cultural: proporciona realidad a los objetos q habitan el mundo social.
Tiene q ver con objetos con una larga historia (roles sexuales, la mujer, el cuerpo
humano, etc.). Las representaciones de estos objetos hacen inteligible el mundo a los
miembros de grupos sociales y culturales; permiten unas interacciones sociales q no sólo
recrean los objetos mismos, sino q definen tb a los actores como partes complementarias
de los objetos, y proporcionan a los sujetos la impresión de pertenecer a culturas y
comunidades específicas (da pautas de cómo actuar, q pensar, etc. ante, por ej, un niño
discapacitado). Entonces, representan más q nada, un conocimiento declarativo.
3) Condiciones sociales y acontecimientos: concierne a objetos con menos significación a
largo término de las relaciones sociales. Son representaciones diacrónicamente menos
estables y sincrónicamente menos válidas q las anteriores, es decir, son compartidas por
pequeños grupos. Son representaciones sobre condiciones sociales y acontecimientos q
con frecuencia pueden llamarse polémicos. Temas característicos q giran en torno a
conflictos sociales: desigualdad social, xenofobia, conflictos nacionales, etc, son producto
de la evaluación de personas, grupos y fenómenos sociales. Más q las otras dos, éstas

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son la base de la identidad social. Conforme a todo esto, se guía el pensamiento y la
actuación selectivos de los grupos sociales.
Descubriendo el Funcionamiento de las Representaciones Sociales
En gral, las personas tienen actitudes, o lo q es lo mismo, realizan evaluaciones q
muestran su disposición afectiva. Esas actitudes implican prácticas, orientan el
comportamiento. La actitud se acompañará de creencias y justificaciones q funcionan
como un sistema de explicación.
Las representaciones sociales se caracterizan por ser elaboradas mediante el discurso y
la comunicación q permite una distribución colectiva del conocimiento. Las actitudes y
los esquemas no precisan de esta condición, y pueden elaborarse por la experiencia
personal con conceptos o estímulos. Los procesos de las representaciones sociales son de
carácter socio- cognitivo, en los q las regulaciones son inmanentes al funcionamiento
cognitivo de las personas. En las representaciones sociales los procesos y contenidos de
representación son indesligables; lo q refiere a las regulaciones normativas q controlan,
verifican y dirigen las operaciones cognitivas. El funcionamiento y la generación de las
representaciones sociales se basa en 2 procesos: objetivación y anclaje. Mientras q para la
cognición social se refieren a la forma en q las situaciones sociales condicionan el
tratamiento de la información recibida por los individuos; aquí se utilizan para designar
la actividad social y cognitiva q permite la construcción de conocimiento social
compartido por los grupos sociales.
1) Objetivación:
Es el mecanismo q permite la concretización de lo abstracto, proceso fundamental en el
conocimiento social y su análisis. En la teoría de las representaciones sociales, se refiere
a la transformación de conceptos abstractos, extraños en experiencias. Dos fases:
a)Transformación Icónica: actúa en un 1° momento seleccionando y descontextualizando
ciertas informaciones de la idea o entidad q se objetiva. Debe recurrir a unos pocos
elementos accesibles. No es posible objetivar toda la información q existe sobre un
objeto. La información seleccionada es más tratable y más fácilmente accesible. En un 2°
momento, la transformación icónica materializa la entidad abstracta en una imagen. Es
el materializar la entidad abstracta en una figura concreta. Así, da lugar a la estructura
imaginaria q reproduce una estructura conceptual. Esta imagen estructurada es el
núcleo figurativo: una imagen nuclear concentrada, con forma gráfica y coherente, q
captura la esencia del concepto, teoría o idea q se trate de objetivar. Esta simplificación
nos permite conversar y tb comprender de forma más sencilla las cosas, a los demás y a
nosotros mismos.
b)Naturalización: la transformación de un concepto en una imagen pierde su carácter
simbólico arbitrario, convirtiéndose en una realidad con existencia autónoma. Lo q
percibimos no son ya las informaciones sobre los objetos, sino la imagen q reemplaza,
constituye la realidad cotidiana en la q nos desenvolvemos.
En la medida en q las representaciones sociales son construcciones sociales autónomas
con respecto a los objetos de los q parten, concebirlas como degradaciones cognitivas,
copias inexactas o transformaciones sesgadas de la realidad es un error; y además, no
conduce a ninguna parte. De hecho, la representación de un objeto q proviene de la
imaginación cultural, en ocasiones no disponemos de un referente real (ej: la
representación social del amor). Por tanto, las representaciones sociales de estos
elementos culturales son la realidad misma q observamos.
Hay tres alternativas para el análisis del funcionamiento del proceso de objetivación:
1. Además de analizar la objetivación, el estudio de las representaciones sociales se
dirige hacia el análisis retórico y argumentativo de actitudes socialmente compartidas.
Según Billig, no todas las ideas son objetivadas en las conversaciones diarias sobre
elementos conflictivos. Los temas q aparecen en conflicto y son controvertidos en el
sentido común, generan ideas y argumentaciones, oposiciones discursivas q son posibles
en dimensión retórica. El estudio del proceso de objetivación de imágenes compartidas
debe complementarse con el análisis de las argumentaciones, y los contextos de
argumentación de las oposiciones entre temas y “contra-temas”, q caracterizan la
controversia y la discutibilidad de la vida cotidiana.
2. Propone la metaforización como un dispositivo específico de objetivación de lo
extraño. Los autores muestran el funcionamiento de la objetivación mediante el uso de
metáforas. El uso de ellas en el conocimiento de fenómenos abstractos conllevaría a dos
consecuencias: a) Una ontologización en términos de la experiencia icónica, de modo q
el objeto sobre el q se transporte o proyecte ese contenido sea percibido y experimentado
tan real como real, y b) una atribución de las características del contenido icónico al
objeto hacia el q se proyecte la metáfora.
3. Presenta un efecto específico de la objetivación: la personificación como mecanismo
específico de objetivación. En las conversaciones cotidianas utilizamos la personificación
como sistema de ejemplificación. Damos cuenta a través de personas concretas, de ideas
y fenómenos q no son tangibles a la experiencia. Nos permite proyectar la experiencia y
la significación atribuidas a la persona sobre la idea o el fenómeno q tratamos de
aprehender. De esta forma, la personificación se convierte en un mecanismo de
justificación q convierte las descripciones de conceptos o fenómenos en explicaciones. Es
una vía para darles cuerpo y proveerles de explicaciones sobre su realidad.
2) Anclaje:
Permite transformar lo q es extraño en familiar. Si lo propio de la objetivación es reducir
la incertidumbre ante los objetos esperando una transformación simbólica e imaginaria
sobre ellos, el proceso de anclaje permite incorporar lo extraño en lo q crea problemas,
en una red de categorías y significaciones. Hay 2 modalidades de intervención q
permiten describir su funcionamiento: a) la inserción del objeto de representación en un
marco de referencia conocido y preexistente. Cuando un grupo social se enfrenta a un
fenómeno extraño no se realiza el vacio. Los sistemas de pensamiento del grupo, sus
representaciones sociales, constituyen puntos de referencia con los q se puede
amortiguar el impacto de la extrañeza; b) La instrumentalización social del objeto
representado. Una 2ª forma de anclaje posibilita la inserción de las representaciones en
la dinámica social, haciéndolas instrumentos útiles de comunicación y comprensión. Las
representaciones se convierten en sistemas de lectura de la realidad. Posibilita q las

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personas puedan comunicarse en los grupos a q pertenecen bajo criterios comunes, con
un mismo lenguaje para comprender otros grupos.
El proceso de anclaje guarda una estrecha relación con ordenar el entorno. El anclaje y la
objetivación, mantienen una relación “dialéctica”, se combinan para hacer inteligible la
realidad y para q, de esa inteligibilidad, resulte un conocimiento práctico y funcional; un
conocimiento social q nos permita desenvolvernos. Es una idea equivocada q las
representaciones sociales constituyen un conocimiento social q se impone a la realidad,
frenando su decurso. En cierto modo, las representaciones actúan como amortiguadores
ante los cambios, pero no son construcciones estáticas a las q debemos someternos.
Toda representación está organizada alrededor de un núcleo y de elementos periféricos.
El núcleo central, al q tb se ha denominado ppio venerador, de la representación tiene 2
funciones esenciales: una generadora, mediante la cual los otros elementos de la
representación adquieren o transforman su significado; y una organizadora de las
relaciones q asocia los elementos de la representación.
Si de este núcleo central compuesto de un subconj de elementos, la significación, y por
tanto, la representación, serían totalmente diferentes. Además, este núcleo es la parte
más estable, coherente y rígida de la representación, ya q está fuertemente anclado sobre
la memoria colectiva del grupo q lo elabora. Esto es sobre las condiciones históricas y
sociales del grupo. Asimismo, el núcleo central tiene una función consensual, y define la
homogeneidad compartida por el grupo, estableciendo un carácter normativo de las
significaciones que comporta. El concepto de núcleo central se refiere al aspecto
estructural q adquieren los contenidos de representación, y el concepto de esquema
figurativo hace referencia al aspecto cónico q adquieren los contenidos objetivados. Los
elementos periféricos, además de proteger la estabilidad del núcleo central, tienen
funciones adaptativas; siendo mucho más sensible al contexto q el núcleo central.
Permite integrar las experiencias individuales. De este modo, se comprenden las
variaciones o modulaciones individuales de las representaciones.
Se ha sugerido q los elementos periféricos de una representación pueden considerarse
como esquemas en el sentido de la cognición social, y q siendo organizados por el
núcleo central, aseguran un funcionamiento instantáneo de las representaciones como
sistemas de interpretación de las situaciones. Los esquemas indicarían “lo q es normal”.
Estos esquemas normales permiten a la representación funcionar económicamente, sin q
sea necesario a cada instante, analizar la situación en relación con el ppio organizador.
Puede ocurrir q la vida cotidiana exija o condicione unas determinadas prácticas en un
grupo social. Si esas prácticas son coherentes con la representación no surge ningún
problema, pero si entran en contradicción con ellas, pueden inscribirse como esquemas
periféricos durante un tiempo, intentando siempre proteger el núcleo central.
Abric ha sugeridos 3 formas de posibles transformaciones de una representación social,
en función de la magnitud del impacto q causen las prácticas contradictorias: el 1° tipo
de transformación lenta, corresponde a las situaciones en donde las prácticas
contradictorias generan esquemas extraños de comportamiento. Resistiéndose la
transformación, el núcleo se protege a través de esquemas periféricos, pero éstos se ven
afectados y se convierte en extraños; el 2° tipo se produce de forma progresiva. Las
nuevas prácticas no son totalmente contradictorias con la representación, y por tanto, los
esquemas activados pueden modificar la representación sin escisión o ruptura del
núcleo; un 3° tipo sucede cuando las prácticas contradictorias llegan a afectar
directamente la significación del núcleo central. Son las transformaciones brutales de las
representaciones, q hasta ahora sólo han podido ser hipotetizadas.
RESUMEN
Las representaciones sociales son un tipo particular de conocimiento cotidiano necesario
para desenvolverse en nuestra sociedad. Sus características principales:
1) es elaborada socialmente.
2) su homogeneidad y distribución dentro de los grupos implicados es amplia,
constituyéndose en dominios de conocimiento consensuados funcionalmente, y q sus
ppales dominios se refieren a la divulgación de teorías y conocimientos científicos a la
imaginación cultural y a las condiciones sociales y acontecimientos.
3) que éste establece la indesligabilidad de procesos y contenidos de pensamiento, por
tanto, los procesos q dan cuenta de su elaboración y funcionamiento tienen
características específicas, igual q la estructura y la transformación.

MARGARITA ROBERTAZZI. Representaciones sociales e imaginario social.


La Psicología Social ha ido desplegándose en el tiempo describiendo un movimiento
oscilante entre un polo psicológico y otro sociológico, lo q llevado a calificarla como
Psicología Social Psicológica o Psicología Social Sociológica. Allport, por sus estudios
sobre las actitudes, es un representante de una orientación más psicológica, dado q
tomaba al individuo como unidad de análisis y dejaba de lado la perspectiva
sociológica. Más actual es la teoría de las representaciones sociales, por su interés en
enfocar los orígenes sociales del conocimiento, q ponen de relieve la necesidad de
ocuparse de ambos polos, a los q consideran abordajes complementarios.
Luego de posiciones como las de Tarde y Durkheim, hacia fines del siglo XIX, podría
afirmarse hoy q ambas disciplinas, han tenido q incluir el otro polo. La Sociología debía
incluir la perspectiva de las personas, la particularidad, como un modo de optimizar sus
análisis más totalizadores y la Psicología tuvo q ir incorporando, en sus estudios acerca
del individuo, la influencia de las experiencias sociales y de los factores ambientales. Es
indudable el valor q cada disciplina tiene en sí misma, pero tb lo es el hecho de q cada
perspectiva se beneficia y se potencia con la otra. La perspectiva subjetiva favorece el
entendimiento de los procesos mentales de los seres sociales individuales y la
perspectiva sociológica posibilita analizar a los procesos mentales como productos
culturales e históricos. Distintas expresiones con las q se intentó dar cuenta del modo en
q los aspectos individuales y colectivos se articulan, son las actitudes colectivas, las
representaciones sociales, el imaginario social, la ideología, habitus, mentalidades.
El estudio de las representaciones sociales
La teoría de las representaciones sociales fue formulada por Moscovici, hace 40 años
abordó en su tesis doctoral la elaboración de la representación social del psicoanálisis
basándose en el concepto de representaciones colectivas de Durkheim. Afirmó q la

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evolución de la Psicología Social podía pensarse en 3 grandes etapas, y c/u de ellas se
caracterizaba por poseer un concepto muy bien definido: las actitudes sociales, las
cogniciones sociales y, las representaciones sociales. La psicología social sigue
ocupándose de un solo y único problema: el porq del conflicto entre individuo y
sociedad. Para Moscovici, a diferencia del concepto durkheimniano de representaciones
colectivas, las representaciones sociales serían algo propio de nuestra época,
caracterizadas tanto por su función simbólica como por su papel en la construcción de la
realidad. Las representaciones sociales son sistemas de valores, ideas y prácticas con una
función doble; la de establecer un orden q les permita a los individuos orientarse en su
mundo social material y dominarlo; y la de facilitar la comunicación entre los miembros
de la comunidad, facilitándoles un código para nombrar y clasificar los aspectos de su
mundo e historia individual y grupal. Moscovici las define como constructos cognitivos
compartidos en la interacción social cotidiana q proporcionan a los sujetos un
entendimiento del sentido común de sus experiencias. Este conj de conceptos,
afirmaciones y explicaciones se originan en la vida diaria, en las comunicaciones entre
los individuos, y cumplen una función similar a la q cumplían los mitos y las creencias
en las sociedades tradicionales, serían la versión contemporánea del sentido común. La
representación social incluye tanto al estímulo como a la respuesta q provoca, son
entidades tangibles, circulan, se cruzan y se cristalizan sin cesar en nuestro universo
cotidiano a través de una palabra, un gesto, un encuentro. La mayoría de las relaciones
sociales, de los objetos producidos o consumidos, de las comunicaciones intercambiadas
están impregnadas de ellas. Corresponden a la sustancia simbólica q entra en su
elaboración y, además, a la práctica q produce dicha sustancia. Son conj dinámicos cuya
característica es la producción de comportamientos y de relaciones con el medio, es una
acción q modifica a ambos, y no una mera reproducción de esos comportamientos o
relaciones, ni tampoco una reacción a un estímulo exterior. No se consideran ‘opiniones
sobre’ o ‘imágenes de’, sino teorías de las cs colectivas sui generis, destinadas a
interpretar y construir lo real. Es un conocimiento q la mayoría emplea en su vida diaria.
Características de las representaciones sociales
1. Se refiere siempre a alguna cosa, el objeto de la representación, y es de alguien, es
decir el sujeto de la misma. Involucra a sujeto y objeto, las características de uno y otro
generarán efectos sobre la representación de que se trate.
2. Ocupa el lugar del objeto, tiene con él una relación de simbolización y también de
interpretación, pues le otorga significado. Será resultado de una actividad q la convierte
en una construcción y una expresión del sujeto. De ahí q tal actividad permita estudiar
al sujeto desde un punto de vista psicológico, considerando sus procesos cognitivos u
otros mecanismos intrapsíquicos, como motivación, pulsión. Lo más característico de las
representaciones sociales es q integra a este tipo de estudios la participación social y
cultural de los individuos y el concepto se aplica así a la actividad mental de un grupo.
3. Es una forma de conocimiento, se presenta como una modelización del objeto.
4. Es eficaz socialmente pues se trata de un saber práctico, para actuar sobre el mundo y
los otros. Esta función de adaptación práctica puede ser designada como compromiso
psicosocial.
Determinantes para la producción y el funcionamiento de las representaciones sociales
Los procesos de anclaje y objetivación son los determinantes de la producción y el
funcionamiento de las representaciones sociales.
La objetivación es el proceso por el cual se le otorga realidad material a una entidad
abstracta, implica acentuar el aspecto icónico, equiparando el concepto a la imagen, para
lo cual selecciona algunos aspectos de toda la masa de información circulante respecto
del objeto de la representación. Este modelo figurativo, conocido como vaciado icónico,
reproduce lo abstracto de modo casi visual, y constituye la parte central de la
representación. Este proceso naturaliza el concepto abstracto, reificando el modelo
figurativo y llevando la imagen a una elaboración social de la realidad. El anclaje es el
proceso q permite clasificar al objeto de la representación dentro de las categorías de la
sociedad. Se lo transforma en un objeto útil al insertarlo en una jerarquía ya existente de
normas, valores y producciones sociales. Por lo tanto una representación social es un
modo de conocimiento propio de una sociedad particular y su función es convertir lo
extraño en familiar. Esta modalidad es opuesta al modo de razonamiento del científico.
Sin embargo también se nutren recíprocamente.
Otros aportes a las teorías de las representaciones sociales
Se concibe a la representación social como una estructura socio–cognitiva regulada por
un doble sistema, q consta de 2 entidades distintas pero complementarias: el sistema
central y el sistema periférico. El sistema ctral tiene 2 funciones esenciales, una función
organizadora, porq dicho sistema determina la naturaleza de las relaciones entre los
distintos elementos de la representación, sería el elemento unificador y estabilizador; y
una función generadora, q determina el significado de c/u de los elementos del campo
representacional. El sistema periférico está formado por un conj de elementos q
permiten la fijación de la representación en la realidad del momento. Los elementos
periféricos poseen mayor flexibilidad q los elementos centrales, así intervienen en los
procesos de defensa y transformación de las representaciones. Las representaciones
sociales son vehiculizadas por el lenguaje y así se produce y reproduce lo social. Se
refieren tanto a un proceso como a un contenido, este último puede analizarse en
diferentes dimensiones: la actitud, la información y el campo de la representación
referido a un objeto social determinado.
Las representaciones sociales se analizaron en tres dimensiones:
Información: suma de conocimientos sobre un objeto social.
Núcleo: alrededor del cual se organiza el contenido de las representaciones sociales.
Actitud: dimensión evaluativa (positiva o negativa) hacia un objeto de representación.
Hay psicólogos sociales q hoy plantean la imposibilidad de la comunicación social sin la
existencia de representaciones sociales compartidas, q proporcionen a los grupos
significados comunes, dado q además permiten demarcar la posición del propio grupo,
diferenciándose así de otros grupos.
Si bien Moscovici anticipó la importancia de la conversación para el estudio del
pensamiento social, no especificó q formas de conversación privilegiar, y es ahí donde la
retórica ha realizado su aporte, poniendo el acento en aspectos argumentativos de la

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conversación. El discurso amable no es productivo para conocer el pensamiento público,
porq ahí se ensaya lo q ya es conocido, las frases hechas; en el discurso argumentativo
hay siempre un elemento impredecible, porq buscando persuadir se está argumentando
por un punto de vista y contrarrestando los puntos de vista de los oponentes.
Una recapitulación: La denominación representación más la calificación de social parece
estar uniendo conceptos pertenecientes a 2 perspectivas y tradiciones distintas. Es Doise
quien más acentúa las superposiciones y los entrecruzamientos entre la psicología y la
sociología, puesto q los límites no están muy claros. La teoría de las representaciones
sociales intenta dar cuenta de una realidad cuya complejidad no puede ser explicada si
se opta por posiciones dilemáticas. Parece necesario no caer en reduccionismos, ni de
uno ni de otro polo, pues se estaría eliminando la función articuladora de distintos
sistemas explicativos q poseen las representaciones sociales. La teoría gral de este autor
se trata de un metasistema de regulaciones sociales q interviene en el sistema del
funcionamiento cognitivo. El concepto de transversalidad permitió una innovación en la
Psicología, la Sociología y las Ciencias Humanas en general.
El imaginario social
Imaginario se emplea para designar lo q se relaciona con la imaginación, la facultad de
representarse cosas en el pensamiento, y con independencia de la realidad. Lacan
comenzó a utilizarlo continuamente a la expresión estadio del espejo, designando una
relación dual con el semejante. Asociado a lo simbólico y lo real, en el marco de una
tópica, se define como el lugar del yo por excelencia, con sus fenómenos de ilusión,
captación y señuelo. La imaginación es la facultad mental q se diferencia de la
representación y la memoria, pero está ligada a las dos. Combina elementos q fueron
antes representaciones sensibles. Sin la memoria nada podría ser imaginado. El concepto
de fantasía, realidad psíquica, tiene su equivalente en imaginario o imaginación.
Relaciones entre el concepto de ideología y el de imaginario: Se habla de ideología en
muchos sentidos, inicialmente el término se acuñó para referirse a la ciencia de las ideas.
Según Williams es posible considerar tres versiones habituales del concepto ideología:
1. sistema de creencias propias de un grupo o clase social
2. sistema de creencias ilusorias (falsa conciencia)
3. proceso general y universal de producción de sentidos o ideas
En función de esas diferentes versiones, el concepto de ideología podía convertirse en
un apodo polémico para pensamientos q negaban o ignoraban el proceso social material
q formaba parte la CC, a la vez q podía producir una cuña de tipo idealista entre ideas y
realidad material. Así se sostiene la versión de q ideología y ciencia deben diferenciarse,
existiría una ciencia positiva, por lo tanto verdadera, y la ideología quedaría del lado de
lo considerado ficticio. Para Williams se trataría de poner el acento en la significación
como proceso social esencial, dado q habría vínculos prácticos entre ideas, teorías y la
producción de la vida real, dentro de un proceso de significación social y material.
Los imaginarios sociales
En las últimas décadas, van desplazándose los conceptos de imago, imaginación,
imaginario, desde la periferia al centro del discurso de las cs sociales. Puede definirse el
imaginario social como un descentramiento del pensamiento moderno q elimina la
dicotomía entre imaginario y real. Se conceptualiza como una creación incesante e
indeterminada, social, histórica y psíquica de figuras, formas e imágenes, q producen lo
q se denomina realidad y racionalidad. El imaginario social es una dimensión esencial
de toda sociedad política, q constituye y renueva la identidad, las aspiraciones y las
líneas generales de la organización en una comunidad.
Es una de las fuerzas reguladoras de la vida cotidiana, una pieza efectiva y eficaz del
dispositivo de control de la vida colectiva y en especial del ejercicio del poder. En el
centro del imaginario social se encuentra el problema del poder legítimo y de las
representaciones fundadoras de su legitimidad, dado q todo poder debe enfrentar su
despotismo, y controlarlo reclamando una legitimidad. Las relaciones de sentido se
agregan a las relaciones de fuerza y poderío y regulan el problemático tema de la
legitimidad del poder.
Toda sociedad organizada posee una representación de sí misma y toda acción social, ya
sea cooperativa o conflictiva, se desenvuelve dentro de una estructura de sentido, en un
intercambio de significaciones q hacen posible la acción conjunta o la rivalidad.
Marí conceptualiza el dispositivo del poder en su doble vertiente: el discurso del orden
ligado a la racionalidad q naturaliza las relaciones de fuerza, según el formato q
adquieren en distintas épocas; y el imaginario social compuesto por prácticas extra
discursivas, ceremonias, himnos, mitos y distintos montajes de ficción. Estas instancias
distintas, aunque complementarias, convergen hacia el mismo fin: sostener el
dispositivo del poder, pero es en la dimensión imaginaria del poder donde se hacen
materialmente posibles las condiciones de reproducción del discurso del orden.
Al utilizarse el concepto, se subraya la valoración de la actividad imaginativa en las
representaciones del orden social y de la acción política. Desde esa posición se oponen a
una tradición cientificista y realista q pretende separar lo real de lo ilusorio y cuestionan
el concepto de ideología como sistema de creencias engañoso, o bien entienden la
ideología política como una de las modalidades q adopta el imaginario social.
El concepto de imaginario social en su vertiente productiva e inventiva, coincide con
perspectivas como las de Ibáñez y Gergen, q sostienen q la realidad es siempre sensible
a las producciones simbólicas, especialmente a las representaciones q de ella nos
formamos y, por lo tanto, cualquier diferencia acerca del modo de ver la realidad social
es susceptible a su vez de modificarla. Estas concepciones no-representacionistas acerca
de la realidad social y del conocimiento científico muestran una gran afinidad con los q
entienden el imaginario social como un proceso inacabado, socialmente compartido, q
varía en las distintas sociedades, y también en c/u de ellas.
Girardet considera esta dimensión imaginaria como un agente movilizador de los
miedos y de las esperanzas colectivas, a la vez q da cuenta de ciertas configuraciones
míticas prototípicas q pueden encontrarse en las distintas sociedades: la época de oro, el
salvador, la conspiración, entre otras.
Lineamientos comparativos
Así como el concepto de representaciones sociales se origina en el núcleo mismo de la
Psicología Social, más específicamente en el paradigma de la cognición social, el

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concepto de imaginario social proviene del campo de la historia de las ideas, de las
mentalidades y de los movimientos sociales. Quienes investigan en el campo de las
representaciones sociales abordan los procesos de objetivación y anclaje tendiendo a
analizar más elementalmente representaciones aisladas. En cambio, la perspectiva de
quienes consideran el concepto de imaginario social parece estar más influenciado por la
tradición psicoanalítica, a la vez q parecen estar más referidos a otras cs sociales y no
solamente a la psicología. Cuando se incluye la vertiente imaginaria en el estudio de los
procesos psicosociales, se intenta reconstruir la cadena argumentativa, así como el hilo
argumental en q se sostienen. En cada período histórico se encuentran los productores
de ideología. Hay actos q son característicos de una determinada mentalidad; pues para
q haya representación algo debe estar presentado por el sistema socio cultural e
ideológico. Junto con el discurso razonable o logos, discurso del orden, según Marí,
coexisten aspectos imaginarios o fantasmáticos, gran cantidad de ficciones q transmiten
ideología. A modo de ejemplo puede citarse el estudio q realiza Martín-Baró sobre el
síndrome fatalista latinoamericano. La perspectiva del “latino indolente” puede carecer
de racionalidad para el europeo, pero es indudable q el autor está describiendo un tipo
de subjetividad producido por la dependencia, q proporciona respuestas razonables a
determinadas condiciones de vida como las q existen en Latinoamérica. Si bien pueden
analizarse representaciones sociales aisladas, tb es posible rastrear un relato argumental
de esas representaciones, lo q termina conformando una especie de novela.
Junto con el nivel argumentativo, habrá otro de tipo argumental, especie de fábula o
mito q organiza el conjunto de representaciones. Ocuparse de la génesis y de los efectos
q tienen las determinaciones estructurales-históricas para producir determinada
subjetividad en determinado momento histórico puede considerarse una de las
principales tareas de la psicología social. La vida cotidiana transcurre en un contexto
ideológico q nos impregna y q no se percibe con facilidad. Es fundamental el análisis de
esa dimensión imaginaria en la constitución de las formas históricas de subjetividad,
dado q si bien lo imaginario aparece como lo más vago e indefinido, es lo q más nos
determina, ya sea a actuar como a esperar determinadas conductas de los demás. Es lo q
damos por supuesto en la representación del mundo en cada momento; las maneras de
sentir, actuar y pensar q son características de determinada época histórica.
Las sociedades producen sus propias representaciones o sus ideas-imágenes, a través de
las cuales se dan una identidad, legitiman su poder o elaboran modelos formadores para
sus ciudadanos, como el ‘valiente guerrero’, el ‘buen ciudadano’, Baczko utiliza el
concepto de imaginario social para referirse a ese conj de ideas-imágenes de la sociedad
global q legitiman y protegen todo lo referido al poder. Esas maneras de sentir, pensar,
actuar, subjetividades, características de las distintas épocas históricas permiten abordar
lo q podría denominarse identidades colectivas o socioculturales. Ciertos aspectos de los
dispositivos del imaginario social (mitos, rituales, objetos emblemáticos) tienen vigencia
en espacios institucionales de distinta amplitud y pueden encontrarse en todo tipo de
contextos: educativos, productivos, asistenciales o deportivos.

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