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TRABAJO FOBIAS

Alumno(a): Nicolás Ahumada


Curso: 3ºMedio
Asignatura: Filosofía
Profesor(a): Jaqueline Ramos
Fecha de entrega: 16/10/2019
INTRODUCCIÓN

Una fobia es un miedo habitualmente irracional e intenso acerca de objetos, cosas


o situaciones, que la mayoría de las personas no teme, y que genera conductas
de aseguramiento y evitación. En general la mayoría de las personas que padecen
de una fobia presentan síntomas de ansiedad, que varia de intensidad.

Las causas son múltiples, hay factores genéticos y biológicos que hacen que
algunas personas adquieran con más facilidad un cuadro ansioso o una fobia.
También hay factores ambientales y de personalidad, muchas veces relacionado
con estilos de parentales, con el apego, entre otros. Tambien existe un
aprendizaje por modelos , es decir, si uno de los padres o cuidadores tiene una
fobia , este puede ser transferido al hijo o hija. Ej. Una madre que le teme a las
ratas, transmitirá con mayor facilidad el temor al menor.

En este trabajo vamos a referirnos a las fobias según las clasifica el DSM V , que
es el “Manual de Diagnóstico y Estadística de Trastornos Mentales”. Vamos a
revisar la literatura al respecto y a desarrollar la clasificación que existe , su
sintomatología y el pronostico de los sujetos que la padecen .
FOBIAS

Definición

Fobia : palabra derivada de Fobos, en griego antiguo “pánico”. Es un trastorno de


salud emocional o psíquico que se caracteriza por un miedo intenso y
desproporcionado ante objetos o situaciones concretas.
Una fobia es un tipo de trastorno de ansiedad. Es un temor fuerte e irracional de
algo que representa poco o ningún peligro real.

Las fobias pertenecen a los “transtornos de ansiedad”, según el manual de


diagnóstico DSM-5, este manual clasifica y diagnostica los transtornos mentales.
Un transtorno mental es un síndrome caracterizado por una alteración
clinicamente significativa del estado cognitivo, la regulacion emocional o el
comportamiento de un individuo, que refleja una disfunción de los procesos
psicológicos, biológicos o del desarrollo que subyacen en su función mental.

El diagnóstico de una fobia se basa en una entrevista clínica exhaustiva y en


pautas de diagnóstico. El médico realizará preguntas sobre los síntomas y hará la
historia clínica, social y psiquiatrica del paciente.

Se han descrito tres tipos principales de tratornos fóbicos:

 Las fobias específicas


 La fobia o ansiedad social
 Agarofobia

Las fobias específicas:

Se refieren a temores fóbicos para los que la evolución nos ha preparado, como
por ejemplo temor a los animales, serpientes, arañas, ruidos fuertes, sangre,
suciedad, oscuridad, las alturas, los rayos, entre otros. Es normal experimentar un
cierto temor frente a situaciones nuevas. No obstante, muchas personas
experimentan fobias específicas, miedos intensos e irracionales a ciertas cosas o
situaciones. Algunas de las más comunes son, temor a los perros, a las arañas o
cucarachas, temor a las alturas, a conducir, miedo a volar, entre otras. Existen
muchas más que se encuentran descritas y documentadas. Los adultos con fobias
comprenden que sus miedos son irracionales pero, frecuentemente, enfrentarse
a las situaciones que las ocasionan, o anticiparlas, produce ansiedad elevada
o ataques de pánico.

Las fobias específicas son tan comunes que afectan según las estadisticas a una
de cada diez personas. Generalmente las fobias aparecen en la adolescencia o en
la edad adulta. Comienzan repentinamente y tienden a ser más persistentes que
las que se inician en la niñez. En los adultos, solo el 20%, más o menos, le
desaparecen solas. Cuando los niños tienen fobias específicas, por ejemplo,
miedo a los animales, esos miedos por lo general desaparecen con el tiempo
aunque pueden extenderse a la edad adulta. No se sabe con certeza por qué
persisten en algunas personas y desaparecen en otras.
Las personas con fobias, si les es fácil evitar lo que les causa miedo, no sienten la
necesidad de recibir tratamiento. Sin embargo, en ocasiones, evitar la situación
que produce ansiedad, acarrea importantes renuncias en su carrera profesional o
en su vida personal.

Ejemplo:

“…Tengo miedo de viajar en avión y por lo tanto ya no lo hago. Es una sensación


horrible la que siento cuando se cierra la puerta del avión y me siento metido en
una trampa. Mi corazón late fuertemente y sudo la gota gorda. Si alguien
comienza a hablarme me pongo tenso y me preocupo. Cuando el avión comienza
a ascender no hace otra cosa que reforzar el miedo de que no puedo salir de ahí.
Me imagino que estoy perdiendo el control, mi mente danza como loca…. No me
da miedo que el avión se estrelle o que nos toque clima turbulento, como les pasa
a otras personas. Es únicamente esa sensación de estar atrapado. Siempre que
he querido cambiar de trabajo tengo que pensar “¿va a ser necesario viajar en
avión?”. Por el momento solamente voy a lugares a los que pueda ir conduciendo
o por tren. Mis amigos siempre me dicen que, de todas maneras, no podría
salirme de un tren que va viajando a altas velocidades así que ¿por qué los trenes
no me molestan? Yo les contesto que éste no es un miedo racional…”
(www.clínicadeansiedad.com/fobias)

Muchas personas experimentan fobias específicas, miedos intensos e irracionales


a ciertas cosas o situaciones. Algunas de los más comunes son: perros, arañas o
cucarachas, espacios cerrados, alturas, conducir, agua, volar, agujas y heridas
que produzcan sangre. Los adultos con fobias comprenden que sus miedos son
irracionales pero, frecuentemente, enfrentarse a las situaciones que las
ocasionan, o anticiparlas, produce ansiedad elevada o ataques de pánico.
Las fobias específicas afectan a una de cada diez personas. Generalmente las
fobias aparecen primero en la adolescencia o en la edad adulta. Comienzan
repentinamente y tienden a ser más persistentes que las que se inician en la
niñez.

Criterios de diagnóstico

Para efectuar el diagnóstico de Fobia Simple o Específica, los especialistas se


basan en los criterios diagnósticos del DSM-V o del CIE-10, dos clasificaciones de
las enfermedades consensuadas por especialistas de diferentes nacionalidades y
reconocido prestigio.

 Criterios del DSM-V para el diagnóstico Fobia Específica

(Fuente: American Psychiatric Association)

A. Miedo o ansiedad intensa por un objeto o situación específica (p. ej., volar,
alturas, animales, administración de una inyección, ver sangre).
Nota: En los niños, el miedo o la ansiedad se puede expresar con llanto,
rabietas, quedarse paralizados o aferrarse.
B. El objeto o la situación fóbica se evita o resiste activamente con miedo o
ansiedad inmediata.
C. El objeto o la situación fóbica se evita o resiste activamente con miedo o
ansiedad intensa.
D. El miedo o la ansiedad es desproporcionado al peligro real que plantea el
objeto o situación específica y al contexto sociocultural.
E. El miedo o la ansiedad o la evitación es persistente, y dura típicamente seis o
más meses.
F. El miedo o la ansiedad o la evitación causa malestar clínicamente significativo
o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
G. La alteración no se explica mejor por los síntomas de otro trastorno mental,
como el miedo, la ansiedad y la evitación de situaciones asociadas a síntomas
tipo pánico u otros síntomas incapacitantes (como la agorafobia); objetos o
situaciones relacionados con obsesiones (como en el trastorno obsesivo-
compulsivo); recuerdo de sucesos traumáticos (como en el trastorno de estrés
postraumático); dejar el hogar o separación de las figuras de apego (como en
el trastorno de ansiedad por separación); o situaciones sociales (como en el
trastorno de ansiedad social).

 Criterios CIE-10 para el diagnóstico de Fobia Específica (Aisladas o


simples)
Fuente: Organización Mundial de la Salud

Fobias restringidas a situaciones muy específicas tales como a la proximidad de


animales determinados, las alturas, los truenos, la oscuridad, a viajar en avión, a
los espacios cerrados, a tener que utilizar urinarios públicos, a ingerir ciertos
alimentos, a acudir al dentista, a la visión de sangre o de heridas o al contagio de
enfermedades concretas. Aunque la situación desencadenante sea muy específica
y concreta, su presencia puede producir pánico como en la agorafobia y en las
fobias sociales. Las fobias específicas suelen presentarse por primera vez en la
infancia o al comienzo de la vida adulta y, si no son tratadas, pueden persistir
durante décadas. El grado de incapacidad que producen depende de lo fácil que
sea para el enfermo evitar la situación fóbica. El temor a la situación fóbica tiende
a ser estable, al contrario de lo que sucede en la agorafobia.

Pautas para el diagnóstico

1. Los síntomas, psicológicos o vegetativos, son manifestaciones primarias de la


ansiedad y no secundarias a otros síntomas como, por ejemplo, ideas
delirantes u obsesivas.
2. Esta ansiedad se limita a la presencia de objetos o situaciones fóbicas
específicos.
3. Estas situaciones son evitadas, en la medida de lo posible.
(Incluye: Zoofobias, Claustrofobia, Acrofobia, Fobia a los exámenes, Fobia
simple).

Causas

En general las causas de las fobias se estudian caso a caso, ya que existe una
multiplicidad de causas que gatillan este tipo de trastornos. Generalmente se
asocian a eventos estresantes para el paciente, pero se desconoce porque
algunas personas logran superar sin ayuda los temores irracionales y otros no lo
logran.

Tratamiento

La intervención terapéutica hace us de, tratamientos específicos, en función del


diagnóstico principal, con otros de carácter más general o contextual, en función
de las características personales y circunstancias del paciente.
Las primeras intervenciones van encaminadas a reducir los síntomas de ansiedad
y la incapacitación que producen. Posteriormente se analizan y tratan los factores
que originan y/o mantienen la ansiedad y otras alteraciones que puedan
acompañarla.

Tratamientos específicos de las fobias simples

Los tratamientos que han demostrado una mayor eficacia en el tratamiento


específico de las fobias específicas son los basados en técnicas de modificación
de conducta. He aquí una relación de aquellas técnicas consideradas más
efectivas:
 Información al paciente sobre la naturaleza de la ansiedad en general y de las
fobias en particular: mecanismos básicos, procesos de condicionamiento,
explicación sobre los síntomas y su alcance, relaciones entre pensamiento,
emoción y acción.
 Identificación y neutralización del procedimientos contraproducentes, utilizados
por el paciente para regular su problema, pero que, en realidad, contribuyen,
no a la solución, sino al mantenimiento del problema.
 Respiración diafragmática lenta y relajación muscular progresiva.
 Exposición controlada y progresiva a situaciones temidas.
 Desensibilización sistemática: combinación de técnicas de relajación con el
enfrentamiento gradual a estímulos fóbicos.
 Prevención de respuesta o inundación: consiste básicamente en impedir las
respuestas de evitación
 Modelado operante. Inicialmente el paciente observa a un modelo, otra
persona, que se enfrenta a las situaciones que él teme sin sufrir consecuencias
desagradables. Después el paciente, progresivamente, con ayuda del
terapeuta trata de emitir respuestas adaptativas a la situación, a pesar de que
persista cierto grado de ansiedad.
 Medicación: En el tratamiento de las fobias simples no se aconseja el uso de
psicofármacos, salvo en algunos casos al inicio del tratamiento, o si existen
problemas depresivos.

Estos son algunos de los recursos terapéuticos más conocidos y probados en el


tratamiento de las fobias simples. Los tratamientos suelen desarrollarse
individualmente, aunque en algunos en ocasiones, en función del caso y del
momento, está indicado el tratamiento grupal, o la participación de algún
acompañante. Los tratamientos suelen durar en torno a unos seis meses.
Fobia social:

Es normal sentirse nervioso en algunas situaciones sociales. Por ejemplo, tener


una cita o dar una presentación pueden causar esa sensación de tener mariposas
en el estómago. Pero en el trastorno de ansiedad social, también llamado «fobia
social», las interacciones de todos los días causan muchísima ansiedad, temor,
inseguridad y vergüenza por miedo al escrutinio o la opinión de los demás.

En el trastorno de ansiedad social, el miedo y la ansiedad provocan una evasión


que puede alterar la vida. El estrés intenso puede afectar la rutina diaria, el
trabajo, el estudio u otras actividades.

Síntomas

Muchos de nosotros podemos ser tímidos o nos puede producir cierta


incomodidad las situaciones que nos exponen publicamente, pero estos no son
necesariamente signos de trastorno de ansiedad social, especialmente, en los
niños. El nivel de comodidad en las situaciones sociales varía y depende de los
rasgos de la personalidad y de las experiencias de vida. Algunas personas son
reservadas por naturaleza, y otras son más extrovertidas.

A diferencia de ese nerviosismo diario que podemos sentir , dependiendo de las


situasiones, el trastorno de ansiedad social comprende miedo, ansiedad y
evasión, que interfieren en la rutina diaria, el trabajo, la escuela u otras
actividades. El trastorno de ansiedad social suele comenzar a principios o
mediados de la adolescencia, aunque algunas veces puede comenzar durante la
niñez o en la adultez.

Síntomas emocionales y conductuales

Los signos y síntomas del trastorno de ansiedad social comprenden la persistencia


de los siguientes síntomas y signos:

 Temor a situaciones donde podrías ser juzgado

 Angustia por sentirte avergonzado o humillado

 Temor intenso de interactuar o hablar con extraños


 Temor a que los demás noten que estás ansioso

 Temor a tener síntomas físicos que puedan causarte incomodidad, como


sonrojarte, sudar, temblar o que te tiemble la voz

 Dejar de hacer algunas actividades o dejar de hablar con ciertas personas


por miedo a sentirte avergonzado

 Evitar situaciones donde puedas ser el centro de atención

 Tener ansiedad en los momentos previos a enfrentar una situación o


actividad que te da miedo

 Soportar una situación social con ansiedad o miedo intenso

 Después de una situación social, analizar tu desempeño e identificar fallas en


tus interacciones

 Esperar las peores consecuencias posibles de una experiencia negativa en


una situación social

En el caso de los niños, es posible que exterioricen la ansiedad al interactuar con


adultos o pares a través de llantos, berrinches, aferrarse a los padres o negarse a
hablar en situaciones sociales.

Las personas que padecen el tipo de trastorno de ansiedad social de ejecución


padecen temor intenso y ansiedad solo al hablar o actuar en público, pero no en
otros tipos de situaciones sociales.

Síntomas físicos

A veces, hay signos y síntomas físicos que pueden acompañar el trastorno de


ansiedad social y pueden ser:

 Rubor

 Latidos del corazón rápidos

 Temblores

 Sudoración

 Malestar estomacal o náuseas

 Dificultad para respirar


 Mareos o aturdimiento

 Sentir que la mente se pone en blanco

 Tensión muscular

Suelen evitar situaciones sociales frecuentes

Los situaciones frecuentes y de todos los días que pueden ser difíciles de soportar
cuando padeces un trastorno de ansiedad social son, por ejemplo:

 Interactuar con personas poco conocidas o con extraños

 Asistir a fiestas o reuniones sociales

 Ir al trabajo o a la escuela

 Iniciar conversaciones

 Hacer contacto visual

 Tener citas

 Entrar a una habitación donde los demás ya estén sentados

 Devolver artículos a una tienda

 Comer frente a los demás

 Usar un baño público

Los síntomas del trastorno de ansiedad social pueden cambiar con el tiempo.
Pueden exacerbarse ante exigencias o situaciones de estrés. Aunque evitar
situaciones que producen ansiedad puede hacerlos sentir mejor a corto plazo, es
probable que la ansiedad continúe en el largo plazo si no reciben tratamiento.
Causas

Como sucede con muchas otras enfermedades mentales, el trastorno de ansiedad


social probablemente surge de una interacción compleja entre factores biológicos
y ambientales.

Las posibles causas son las siguientes:

 Rasgos hereditarios.

Los trastornos de ansiedad suelen ser hereditarios. Sin embargo, no está


completamente claro hasta qué punto pueden deberse a la genética o a
conductas adquiridas.

 Estructura del cerebro.

Una estructura del cerebro llamada «núcleo amigdalino» puede influir en el


control de la respuesta ante el miedo. Las personas que tienen un núcleo
amigdalino hiperactivo pueden tener una respuesta ante el miedo exacerbada, la
cual causa un aumento de ansiedad en situaciones sociales.

 El entorno.

El trastorno de ansiedad social puede ser una conducta adquirida; algunas


personas pueden manifestar esta enfermedad después de una situación social
desagradable o incómoda. Además, puede haber una relación entre el trastorno
de ansiedad social y los padres que copian episodios de ansiedad en situaciones
sociales o que son más controladores o sobreprotectores con sus hijos.

Complicaciones

Si no se trata, el trastorno de ansiedad social puede controlar tu vida. La ansiedad


puede interferir en el trabajo, el estudio, las relaciones o la capacidad de disfrutar
la vida. El trastorno de ansiedad social puede producir:

 Baja autoestima

 Problemas para actuar en forma asertiva


 Diálogo interno negativo

 Hipersensibilidad a las críticas

 Habilidades sociales deficientes

 Aislamiento y relaciones sociales difíciles

 Logros académicos y profesionales deficientes

 Abuso de sustancias, por ejemplo, beber demasiado alcohol

 Suicidio o intentos de suicidio

A menudo, con el trastorno de ansiedad social, pueden ocurrir otros trastornos de


ansiedad y determinados trastornos de salud mental, en especial, el trastorno
depresivo mayor y problemas de abuso de sustancias.

Agarofobia

Se estima que un 11% de la población ha tenido o tendrá un episodio de


agorafobia. Este trastorno es más común en mujeres (16%) que en hombres (6%).

La agorafobia es un trastorno de ansiedad que consiste en un temor excesivo e


inapropiado a estar en lugares o situaciones en las que escapar o encontrar ayuda
puede resultar difícil. Por ejemplo, hay personas que dejan de visitar espacios muy
concurridos como recitales, estadios o calles en las que saben que camina mucha
gente. Otros dejan de utilizar el transporte público en horarios peak porque sienten
angustia. En casos más graves, no quieren salir de sus casas o de sus barrios, ya
que fuera de ellos se sienten inseguros. Estos son ejemplos de agorafobia.

En general, se asocia al temor de presentar una crisis de angustia y no disponer


de ayuda. Estos lugares o situaciones pueden incluir el salir sólo de casa, o
manejar sin compañía, o salir de noche, estar en lugares alejados de casa, estar
en lugares con aglomeraciones de gente como recitales, transporte público o un
paseo peatonal muy concurrido (ej. El paseo ahumada), entre otras.

Se estima que en Chile aproximadamente un 11% de personas han tenido o


tendrán síntomas de agorafobia en algún momento de sus vidas (Vicente y Cols,
2002).
La agorafobia, en ocasiones se asocia con a un trastorno de pánico. “En estos
casos, lo habitual es que el paciente debute con las crisis de pánico, que éstas se
hagan recurrentes, y que a partir de esto se desarrolle gradualmente una
agorafobia” (Brücher R. Rev. Psiquiatría CLC).

“Para algunos pacientes sólo es difícil enfrentar cierto tipo de lugares o


situaciones, las que evita; mientras que para otros estos temores son muy
generalizados como también la conducta de evitación fóbica. En estos últimos
casos tienden a recluirse en casa, único lugar en el que se sienten seguros. La
incapacidad o gran dificultad que tienen para lidiar con estas situaciones es causa
de importante frustración” (Brücher R. Rev. Psiquiatría CLC, mayo 2019).

Síntomas agorafobia

Es común que la agorafobia se presente asociada a un trastorno de pánico. De


hecho, lo más habitual es que el paciente debute con una crisis de pánico y que
luego de que estas se hagan más recurrentes, se desarrolle en forma gradual una
agorafobia con síntomas como:
 Presencia de angustia intensa ante lugares o situaciones en las que es
difícil escapar o recibir ayuda, habitualmente cuando el paciente se
encuentra solo, siendo común en lugares muy concurridos.
 Tendencia a evitar estos lugares o situaciones y limitación funcional
asociada.
 En los criterios de diagnósticos también se considera que la angustia y
conducta de evitación no se expliquen mejor por otro trastorno específico
(como por ejemplo un TOC), sin embargo, esto último debe ser evaluado
por un psiquiatra.

Causas

No existe una causa definida, sin embargo, hay una serie de factores que influyen.

 Los factores influyentes y principales se reducen a la biología, como las


enfermedades y la misma genética.
 Si tienes familiares con agorafobia, es posible que también la padezcas.
 El temperamento e incluso el estrés ambiental, son otras causas indirectas.
 Por otra parte, algunas experiencias de aprendizaje también son causas de
la agorafobia.
 Por último, hay condiciones que ponen en mayor riesgo de agorafobia.
 Si ya sufres de algún tipo de trastorno de pánico u otras fobias, estás más
propenso a sufrir agorafobia.
 Respecto a lo anterior, se ha establecido que entre del 30 % de los
pacientes con agorafobia entre un 8 y 10 % sufren trastorno obsesivo el
compulsivo.
 Los eventos estresantes en la vida también nos ponen en riesgo. Como por
ejemplo la muerte de un ser querido o el maltrato.

Tratamiento

El tratamiento consiste, fundamentalmente, en psicoterapia cognitivo conductual.


“Más específicamente se trata con técnicas de exposición progresiva, que tienen
una metodología apropiada y que buscan conseguir una desensibilización
sistemática del paciente. Además, puede apoyarse este tratamiento con algunos
fármacos que reduzcan la ansiedad, pero que tienen un rol secundario a la
psicoterapia” (Brücher R. Rev. Psiquiatría CLC, mayo 2019).

Caso real
(Fuente: www.mundopsicologos.com , junio 2016)

“Me llamo Mila y soy la pequeña de siete hermanos. Recuerdo los primeros años
de mi vida como un ser protegido por mis hermanos y tenía la sensación de que
mis padres ya eran mayores para eso de "ser padres". Dicen que cuando nace un
niño lo hace con un pan bajo el brazo. En mi caso, nací con una preocupación
más para mis padres. Ésta es mi historia y aunque está muy resumida, fueron más
de 15 años de sufrimiento”.

«Empecé mi amistad con el miedo a los 6 años. Vivíamos en un pueblo donde, en


aquellos tiempos, si caía una gota de lluvia la luz se cortaba y estábamos a
oscuras hasta que se solucionaba el problema. Una noche, mientras dormía con
mis padres en su cama, desperté y vi una oscuridad inmensa. Sólo escuchaba el
sonido de la voz de mi madre hablándome y no tenía ganas de llorar,
simplemente, me mantuve callada y me quedé dormida.
Meses después hubo una gran tormenta y esta vez nos pilló a todos en el salón.
De repente la luz se fue y sólo escuché un grito desgarrador y un llanto de
angustia. Sí, era yo. Fue tal el pánico que sentí que sólo recuerdo estar abrazada
a la persona que tenía más cerca, mi madre. Fueron los minutos más largos de mi
vida y posiblemente también el de las personas que allí se encontraban, por mi
llanto y por la angustia que sentían al escucharme.
En ese momento se instaló en mí un miedo a la oscuridad incapacitante y aquí
comienza la historia de "la niña de la linterna", como así me llamaron durante
años. El hecho de que una niña de siete años fuera a todas partes con una
linterna de petaca hizo que más de una vez fuera el objeto de burla de los vecinos,
lo cual hizo que mi autoestima bajara en picado».
Tuve que soportar las risas y los comentarios crueles de la gente que me rodeaba.

«Llegó la adolescencia y con ella la responsabilidad de cuidar un poco más de mis


padres. Mi madre se convirtió en una persona con hipocondría y ansiedad
constante y yo fui adquiriendo algunos de sus miedos, pero mi miedo más
arraigado era que alguien de mi familia muriera. Pese a ello, en esta etapa
empezaron mis inquietudes por el arte de la música que, desde muy pequeña, era
mi pasatiempo preferido. Hacía de cualquier cosa un micrófono y era el remedio
que me hacía olvidar mi miedo a la oscuridad. Con dieciséis empecé a cantar en
escenarios y también a esa edad me llamaba una especial atención cuidar a
personas mayores. Dos o tres calles más abajo de mi calle vivían dos mujeres
mayores que conocía desde pequeña. Ya a su edad les costaba levantarse de la
cama y vestirse y yo me ofrecí para ir a ayudarlas.

Un día, cuando me dirigía a casa de las ancianas, sentí que tenía un poco de
ansiedad en el camino. No le di demasiada importancia, pensé que ese día no me
encontraba bien. Sin embargo, al día siguiente sentí una ansiedad más grande,
hasta me sentía mareada y me tenía que poner al lado de la pared para llegar a
casa de mis vecinas. Así estuve varios días y llegó un punto en el que, lo que eran
50 metros, me parecían kilómetros y dejé de salir a otros lugares por miedo a que
me pasara lo mismo.
Empecé a faltar al instituto y tenía que escuchar comentarios como "eres una floja"
o "no quieres hacer nada en la vida". Yo me defendía diciendo "no puedo salir,
cuando salgo me entra una cosa que no puedo explicar". Y en aquel momento
dejé de ser la niña de la linterna para convertirme en "la niña de la cosa".
Durante esos años, me preguntaba constantemente si algún día sería normal,
como todo el mundo.

Ya cada vez salía menos con mis amigas. Las veces que salía sólo lo hacía
acompañada de mi madre pues ella era la única persona en la que confiaba. Ya
no sólo tenía miedo a estar en la calle, sino que empecé a desarrollar un pánico a
quedarme sola en una habitación y a meterme en la ducha. Fueron al menos
cuatro años en los que llegué a acostumbrarme a la situación, aunque intentaba
que mi vida fuera lo más normal posible. Pero la realidad era muy distinta».

«Mi vida hasta entonces era un vivir por vivir ya que no podía hacer nada de lo
que todas mis amigas hacían. Y lo peor era que no sabía lo que me ocurría, ni
siquiera sabía si sería "normal" algún día. Sólo había una cosa que me hacía
sentir bien y era encerrarme en la habitación y cantar. Llegó el momento en que
alguien me ofreció cantar en público, cosa que para mí era muy difícil, ya que mis
miedos se habían convertido en mi forma de vida, pero acepté. De esa actuación
salieron más y más y yo iba a cantar y regresaba a casa. Eso sí, el coche siempre
debía estar justo en la puerta.
En el año 1998 conocí al que hoy sigue siendo mi pareja, Javier. Él es cinco años
menor que yo y su vida, por aquel entonces, transcurría en Huelva. Mi situación no
nos dejaba hacer grandes cosas y eso me apenaba mucho. Un día le dije a mi
pareja que me buscara algún libro donde se hablara de la ansiedad y de los
ataques de pánico. Javier me trajo un libro titulado Agorafobia y ataques de
pánico. Cuando leí ese título pensé: "sé qué son los ataques de pánico, pero ¿qué
es la agorafobia?
En el libro se explicaban muy bien los síntomas y por fin pude ponerle nombre a
mi problema: agorafobia o miedo a los espacios abiertos.
Desde ese momento empecé a buscar remedios para esa enfermedad, busqué
psicólogos de la Seguridad Social, pero, por mucho que ellos quisieran ayudarme,
sólo me atendían una vez cada mes y medio. Iba también a relajación una vez en
semana y me sentaba muy bien, aunque mis miedos seguían dentro de mí.

Finalmente, comencé una terapia con un psicólogo que vivía en Barcelona. Lo


conocí a través de una página de internet. Él me quiso hacer una terapia para
encontrar el motivo de la agorafobia. Fueron muchas horas de conversación y de
reflexiones hasta que descubrí el motivo de todo».
La muerte de mi madre me provocó mucho dolor, pero a partir de ese momento,
sentí cómo la agorafobia disminuía.

«En marzo del año 2008, mi madre cayó enferma. Un día, en el hospital, tuve que
quedarme con ella hasta que llegara otro de mis hermanos. Aquella tarde vi en la
mirada de mi madre que algo no iba bien. Le pregunté y me dijo que sólo estaba
fatigada. En ese momento, tuvo una hemorragia y yo sentí que tenía que ir a pedir
ayuda. Salí de esa habitación, bajé a la calle y allí me quedé bloqueada. No podía
estar en la calle, pero tampoco podía enfrentarme al miedo de subir a la
habitación. Pedí ayuda y acto seguido tuve el mayor ataque de pánico de mi vida.
Dos días después mi madre falleció.
Sentí como un vínculo muy grande se rompía, sentía soledad absoluta, una pena
que no se puede describir, pero… también una relajación y una paz increíbles.
Desde ese día, la agorafobia me bajó un 80% y me preguntaba: ¿por qué? Si mi
madre era lo más importante para mí, tendría que ser, al contrario. No lo
comprendía, pero empecé a hacer cosas que antes no podía.

Desgraciadamente, tres años después de la muerte de mi madre, murió mi padre y


me fui a vivir con mi pareja. Al principio, me costó muchísimo vivir sola ya que
Javier estaba todo el día trabajando, pero mi agorafobia empezó a disminuir. Yo
seguía con mis terapias y asistiendo a psicólogos para que me hicieran entender
el porqué de mis miedos.

La agorafobia desapareció en el momento en que mis padres murieron. Con mis


terapias me di cuenta de que siempre tuve miedo a que les pasara algo y ese
miedo era tan grande que mi ansiedad subía cada día más.
Actualmente, estoy totalmente recuperada de la agorafobia. Cada momento lo
disfruto al máximo. No sólo soy totalmente independiente, sino que me encanta
estar en casa sola, salir sola, caminar muy lejos de casa sin la necesidad de tener
el coche cerca y todo ello ha sido gracias a los psicólogos que me atendieron, que
me hicieron entender muchas cosas.

La agorafobia tiene cura y está en tus manos. El apoyo psicológico y también el


moral son clave para superarla.

Conclusión

Con este trabajo puedo darme cuenta de lo frágil que es la psiquis de algunas
personas y lo fuerte de otras, que a pesar de enfrentar gran cantidad de
adversidades, no se ven afectados, luchan y enfrentan el mundo con optimismo y
alegría.

Respecto a las fobias específicas, puedo darme cuenta que son muy comunes y a
veces aprendidas, las fobias sociales me cuesta aceptarlas y ponerme en el lugar
de esos sujetos que la experimentan ya que es muy invalidante, como también la
agarofobia.

En general, las personas debemos educarnos en este tipo de trastornos, para que
si identificamos que tenemos algunos rasgos de alguna, consultemos con un
profesional para lograr superarlas.
BIBLIOGRAFÍA

https://kidshealth.org/es/teens/anxiety-esp.html

http://www.eafit.edu.co/ninos/reddelaspreguntas/Documents/dsm-v-guia-consulta-
manual-diagnostico-estadistico-trastornos-mentales.pdf

http://www.bibliopsi.org/docs/guia/DSM%20V.pdf

https://clinicadeansiedad.com/problemas/fobias-especificas/sintomas-de-las-
fobias-especificas-criterios-diagnosticos-segun-las-clasificaciones-internacionales/

https://www.youtube.com/watch?v=vqZKtuW8D9U&feature=youtu.be

https://www.clinicalascondes.cl/BLOG/Listado/Psiquiatria-Adultos/que-es-la-
agorafobia

https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/specific-phobias/diagnosis-
treatment/drc-20355162

https://www.mundopsicologos.com/articulos/la-agorafobia-me-mantuvo-presa-15-
anos

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