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Analgésico

Los analgésicos o antiálgicos son aquellos medicamentos capaces de


suprimir o aliviar la sensación dolorosa. Se trata de un segmento de
mercado muy atomizado y con una importante presencia de genéricos.

El dolor, que puede definirse como una experiencia sensorial o emocional


desagradable, acompaña a innumerables patologías de muy diversa
etiología y gravedad.

Los receptores especiales de las sensaciones dolorosas son las


terminaciones nerviosas libres. Los impulsos dolorosos tanto de las
estructuras somáticas como de las viscerales se transmiten al cerebro por
los nervios correspondientes y las estructuras de la médula espinal.

Existen numerosas clasificaciones del dolor, aunque ninguna de ellas se


haya impuesto por ser

esencialmente complementarias.

La clasificación etiológica se basa en el origen de la enfermedad que causa


el dolor. Hablamos entonces de dolor mecánico, degenerativo, post-
traumático, neoplásico, etc.

Según la duración, hablaremos de dolor agudo (unos días o unas pocas


semanas) y crónico, cuando persiste durante más tiempo, varios meses o
años.

En cuanto al lugar de origen del dolor, podemos diferenciar entre dolor


superficial somático (el que nace en la piel), profundo somático (el que se
origina en los músculos, tendones, articulaciones, etc.) y profundo visceral
(el que se produce en los órganos internos).
Atendiendo a la intensidad del dolor, se habla de dolor de carácter leve,
moderado, intenso o severo y muy intenso.

Los analgésicos o antiálgicos son aquellos medicamentos capaces de


suprimir o aliviar la sensación dolorosa. Sin embargo, conviene recordar
que, ante dolores constantes y persistentes es importante no tomar
analgésicos hasta conocer exactamente el origen de este dolor.

Analgésicos mayores

• Opiáceos y opioides. Son un grupo de fármacos que se utilizan


principalmente en el tratamiento del dolor de gran intensidad y
persistencia, como pueden ser los dolores postoperatorios y oncológicos.

Son un grupo de fármacos, unos naturales (opiáceos) como la morfina y


otros sintéticos (opioides) como el fentanilo, que actúan sobre los
receptores opioides de las neuronas del sistema nervioso, emulando el
poder analgésico de los opiáceos endógenos.

Dentro de este grupo encontramos también a los denominados opiáceos


de baja potencia. Poseen, como su nombre indica, una menor potencia
analgésica pero en cambio no son depresores del sistema nervioso central
(SNC), ni producen prácticamente dependencia. El más utilizado de
todos es la codeína. En general, se emplea asociada al paracetamol (o
menos frecuentemente al ácido acetilsalicílico y/o al ibuprofeno). La
asociación con codeína consigue aumentar la potencia del otro analgésico
y solo está indicada cuando el tratamiento con un monofármaco no es
suficiente. El inconveniente es que con ello también se suman o
potencian algunos de sus respectivos efectos secundarios.
Los opiáceos de baja potencia poseen, como su nombre indica, una
menor potencia analgésica pero en cambio no son depresores del sistema
nervioso central (SNC), ni producen prácticamente dependencia. El más
utilizado es la codeína

Opioides menores

• Tramadol. Es un analgésico que alivia el dolor actuando sobre el SNC.


Ejerce su acción analgésica por un mecanismo dual. Por unión a los
receptores opiáceos específicos y por bloqueo de la recaptación neuronal
de noradrenalina y la liberación de serotonina. Es muy eficaz en dolores
de moderados a intensos, y no se ha demostrado que genere dependencia
ni que presente tolerancia como sucede con los opiáceos puros. El
tramadol solo, por vía oral, se presenta mayoritariamente en dosis de 50
mg y 75 mg retard. A menudo, se asocia con el paracetamol reduciendo
así la dosis de tramadol por comprimido a 37,5 mg para poder ajustar
mejor la dosis por toma y mejorar el control del dolor. Es una asociación
que ha demostrado ser eficaz en el tratamiento del dolor tanto agudo como
crónico.

Analgésicos periféricos

Constituyen una familia heterogénea de fármacos que generalmente


presentan a la vez una actividad analgésica, antipirética y antiinflamatoria,
aunque en mayor o menor grado cada una de ellas. Alivian sobre todo el
dolor de tipo somático de intensidad leve o moderada, y apenas actúan
sobre el dolor visceral. Su lugar de acción es preferentemente periférico
por lo que no afectan a la consciencia y no producen adicción.
Estos fármacos, que en su mayoría podrían ser clasificados también como
AINEs (antiinflamatorios no esteroides) se clasifican atendiendo al grupo
estructural al que pertenecen. Los analgésicos más utilizados en la
actualidad pertenecen a los siguientes grupos:

• Paraaminofenoles. Como el paracetamol. Posee propiedades


analgésicas y antipiréticas, pero no tiene acción anti-inflamatoria.
Tampoco tiene propiedades antiagregantes. Presenta la ventaja de no ser
agresivo para la mucosa gástrica, aunque un tratamiento prolongado a
dosis altas podría afectar al funcionalismo hepático. Se utiliza tanto sólo
como asociado a otros analgésicos.

• Derivados del ácido propiónico. Entre ellos destacan por su amplio uso
en la actualidad el ibuprofeno, el naproxeno y el dexketoprofeno.

buprofeno es un analgésico, antipirético y antiinflamatorio con una buena


relación entre potencia analgésica y tolerancia gástrica. En algunas
especialidades se encuentra en forma de arginato o lisinato para
incrementar su rapidez de absorción, acelerar la aparición de la acción
analgésica y mejorar aún su tolerancia gástrica.

Dexketoprofeno (el enantiómero activo del ketoprofeno) se suele utilizar


en dolores crónicos con marcado componente inflamatorio. Sin sacrificar
la conocida eficacia analgésica del ketoprofeno racémico, su tolerabilidad
gástrica es mucho mayor.

Naproxeno tiene una elevada actividad antiinflamatoria, con una


tolerabilidad gástrica bastante buena. Su sal sódica presenta unas
propiedades analgésicas y antipiréticas notables. Por tanto, es también una
excelente alternativa en el tratamiento del dolor con importante
componente inflamatorio.

• Pirazolonas. Como la propifenazona y, sobre todo el metamizol


magnésico o dipirona. El mecanismo de acción del metamizol es
complejo: Actúa sobre ciertos receptores opioides pero también sobre la
síntesis de las pros-taglandinas aunque no por la vía de la ciclooxigenasa,
por lo que no tiene los efectos secundarios gástricos típicos de los AINEs
y finalmente, posee un cierto efecto espasmolítico. Este perfil complejo
hace que sea especialmente útil en el dolor provocado por espasmos de
vísceras huecas.

• Salicilatos. Entre los que se encuentran el ácido acetilsalicílico y el


acetil salicilato de lisina. El ácido acetilsalicílico se administra sólo o
asociado con diversos principios activos (paracetamol, cafeína,
codeína…), como analgésico en mialgias y neuralgias, como antipirético,
como antiinflamatorio y también a dosis más altas en el tratamiento de la
fiebre reumática. Se utiliza, además, por su acción antitrombótica, ya que
inhibe la agregación plaquetaria al reducir la adhesividad de las plaquetas
sobre las paredes vasculares.

Mercado de los analgésicos

Componen el grupo de los analgésicos periféricos de administración


sistémica más de 230 productos. Durante el período comprendido entre
septiembre de 2014 y agosto de 2015 se vendieron en las farmacias
españolas un total de 172.896.000 unidades, lo que supuso una facturación
para los laboratorios fabricantes de 335,88 millones de euros a PVL. Es,
por ello, uno de los mayores segmentos del mercado farmacéutico.

A estas importantes cifras, habría que añadir el consumo adicional de estos


mismos fármacos que se canaliza a través de las farmacias hospitalarias,
especialmente destinado al tratamiento del dolor postoperatorio y que
supone también un volumen considerable.
https://www.elsevier.es/es-revista-farmacia-profesional-3-articulo-analgesicos-
X0213932415442083

En primer lugar, debemos recordar las definiciones de dolor y de inflamación. El dolor es una
experiencia sensorial desagradable y una respuesta fisiológica ante un daño al cuerpo. Su objetivo inicial
es ser una alarma e indica que hay un problema, habitualmente una lesión en algún tejido. Por su parte,
la inflamación es una respuesta fisiológica ante una agresión que consiste fundamentalmente en una
vasodilatación local y una acumulación de células inmunológicas.

Tipos de medicamentos analgésicos


La clasificación más habitual de los analgésicos suele ser la siguiente:

– AINES (antiinflamatorios no esteroideos). Dentro de este


grupo, podemos encontrar el paracetamol, que es el antipirético de primera elección (aunque al no tener
un efecto antiinflamatorio no siempre aparece en esta clasificación), y el ibuprofeno. El mecanismo de
acción de todos los AINES es la inhibición de la ciclooxigenasa, y se usan para dolores e inflamaciones
leves, además de hacer uso de ellos como como antipiréticos.

Analgésicos opiáceos débiles: Dentro de este grupo nos encontramos con principios activos como la
codeína, hidrocodona (o dihidrocodeinona), dihidrocodeína, oxicodona a dosis
bajas, dextropropoxifeno, propoxifeno la y buprenorfina. Este grupo de antiinflamatorios se utilizan para
dolores moderados.
– Analgésicos opiáceos fuertes: Se usan para el dolor grave y, entre otros, se encuentran dentro de esta
clasificación la morfina, hidromorfona, metadona, fentanilo, diamorfina, oxicodona de liberación
retardada, heroína o el levorfanol. Los analgésicos opiáceos pueden ser de tres tipos: agonistas,
agonistas/antagonistas o agonistas parciales de los receptores opiáceos.

– Fármacos coadyuvantes: Los fármacos coadyuvantes mejoran la respuesta analgésica. Se utilizan


normalmente para el tratamiento de los síntomas que menoscaban la calidad de vida y empeoran el
dolor, siendo especialmente útiles para algunos tipos de dolor como el neuropático y necesarios para
mitigar o eliminar los efectos secundarios de otros medicamentos. A este grupo pertenecen los
antidepresivos, anticonvulsionantes o antiepilépticos, neurolépticos, ansiolíticos, esteroides, corticoides,
relajantes musculares, calcitonina, antieméticos, antiespásticos y anestésicos locales.

https://www.engenerico.com/que-son-los-analgesicos/

ANALGÉSICOS: UNA BREVE HISTORIA


Los opiáceos, originalmente derivados de la semilla de la adormidera, se han utilizado
durante miles de años tanto para propósitos recreativos como medicinales. La sustancia
activa más importante en el opio es la morfina, llamada así en honor a Morfeo, el dios
griego de los sueños. La morfina es un analgésico muy poderoso, pero también es
sumamente adictiva.

En el siglo XVI, el láudano, opio preparado en una solución alcohólica, se utilizó como
calmante.

Créditos fotográficos: AP Wideworld

La morfina se extrajo del opio por primera vez en forma pura a principios del siglo
XIX. Se utilizó ampliamente como calmante durante la guerra civil americana, y
muchos soldados se hicieron adictos a ella.
La codeína es una droga menos poderosa que se encuentra en el opio pero que puede ser
sintetizada (fabricarse). En 1830 en Francia, Jean Pierre Robiquet aisló la codeína por
primera vez, con el fin de reemplazar al opio sin refinar, para propósitos médicos. Es
utilizada mayormente como remedio para la tos.

A principios del siglo XIX, se incrementó el uso del opio con fines recreativos y para
1830, la dependencia de la droga en Inglaterra alcanzó su punto más alto. En 1839, los
británicos enviaron barcos de guerra a la costa de China, en respuesta al intento de esa
nación de prohibir el tráfico de opio. Así se inició la “primera guerra del opio”.

En 1874, varios químicos desarrollaron la heroína, en un intento por encontrar una


forma menos adictiva de la morfina. Pero la heroína era el doble de potente que la
morfina, y la adicción a la heroína se convirtió enseguida en un grave problema.

Un frasco de tabletas de codeína; todos los opiáceos alivian temporalmente el dolor pero son altamente adictivos.

En 1905 el Congreso de Estados Unidos prohibió el opio y al año siguiente se aprobó la


Ley de Drogas y Alimentos que exigía que se incluyera en la etiqueta, el contenido de
todos los medicamentos.

En 1937, los científicos alemanes Max Bockmühl y Gustav Ehrhart, de la compañía IG


Farben, sintetizaron por primera vez la metadona. Estaban buscando un calmante de
fácil utilización durante una cirugía, que tuviera un menor potencial adictivo que el de
la morfina o la heroína.
Sin embargo muchos creen que la metadona es aún más adictiva que la heroína.

Entre tanto, el comercio ilegal de opio estuvo en alza. Para 1995, el sudeste asiático ya
producía 2,500 toneladas anuales.

Con la aprobación de la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos,


aparecieron en el mercado analgésicos nuevos: Vicodin en 1984, OxyContin en 1995 y
Percocet en 1999.

Todos estos son opiáceos sintéticos (fabricados por el hombre) que son imitaciones de
los calmantes naturales del cuerpo.

www.vidasindrogas.org

clasificación y uso

Los analgésicos son uno de los grupos farmacológicos de


mayor consumo en España: en 2007 los analgésicos
publicitarios (EFP) representaron el 14,5% de la cuota
del mercado EFP (se dispensaron un total de 19.528.007
unidades). La autora estudia los distintos tipos de dolor,
los analgésicos más relevantes y los consejos sobre
paliación del dolor que pueden ofrecerse desde la oficina
de farmacia.

La palabra analgésico procede etimológicamente del prefijo griego a-/an-


(carencia, negación) y de algos (dolor). Según la Asociación
Internacional para el Estudio del Dolor (IASP), éste se define como la
experiencia sensorial y emocional desagradable asociada a una lesión
hística real o potencial, o descrita en términos de dicho daño. Por tanto,
el dolor no es solamente una sensación, es una experiencia. Además, no
se trata únicamente de algo sensorial, sino que también es algo
emocional. En ocasiones, el dolor no precisa de una lesión para
manifestarse, puede existir en ausencia de ella.
l dolor es una experiencia subjetiva de gran complejidad. Presenta un
componente nociceptivo, responsable de la transmisión de estímulos al
sistema nervioso central que permiten defenderse ante situaciones nocivas
o peligrosas para el organismo, y un componente emotivo y afectivo, que
se caracteriza por irritabilidad, ansiedad y rabia en el caso de un dolor
agudo y que puede derivar incluso en depresión cuando se transforma en
un dolor crónico.

Los dos componentes del dolor son: sensorial y emocional. El primero,


que equivale a nocicepción (estimulación de las vías nerviosas que
conducen los estímulos dolorosos), se debe al estímulo de las
terminaciones sensoriales. Normalmente hay una relación entre el
estímulo sensorial y la intensidad del dolor (excepto en el dolor por
inflamación o por lesión nerviosa). El componente emocional equivale a
la vivencia individual que hace el paciente del estímulo nociceptivo. A
menudo es el componente más importante, especialmente en casos de
dolor crónico.

Clasificación

En función de su duración, se diferencia entre el dolor agudo y el crónico


(tabla 1):
Tabla 1. Características de los dolores agudos y crónicos

Dolor agudo
 Derivado de una lesión tisular.
 Forma parte de los mecanismos que protegen al organismo de su
destrucción.
 Suele desaparecer con la curación del proceso que lo causó.
 Ejemplos: posoperatorio, dolor traumático, cefaleas tensionales,
odontalgias y lumbalgia aguda.

Dolor crónico
 Persiste más allá de la curación de la lesión.
 A menudo es difícil establecer una alteración hística que lo justifique.
 Se deben considerar dolores crónicos aquellos que cursan con brotes
durante un largo período de tiempo.
 Ejemplos: migrañas, dismenorreas, dolores osteoarticulares (artritis
reumatoide, artrosis, lumbalgia crónica), dolor neuropático (neuralgia del
trigémino, neuropatía diabética, neuralgia postherpética, distrofia
simpática refleja) y fibromialgia.
 Desde el punto de vista fisiopatológico se distinguen varias fases:
 Dolor de fase I o dolor fisiológico o nociceptivo. Se caracteriza por
estímulos nocivos breves y una buena correlación entre el estímulo y la
intensidad. Ejemplos: dolor de pinchadas leves y estímulos térmicos sin
lesión.

 Dolor de fase II o dolor inflamatorio. Se caracteriza por estímulos


nocivos persistentes y poca correlación entre el estímulo y la intensidad.
Ejemplos: dolor posoperatorio, dolor traumático y dolor reumático.
 Dolor de fase III o dolor neuropático. Se caracteriza por una lesión
nerviosa o central y por la ausencia de correlación entre el estímulo y la
intensidad del dolor. Ejemplos: periférico (neuropatía diabética,
síndrome del túnel carpiano) y central (dolor talámico y distrofia
simpática refleja).

Fisiopatología del dolor


 Se genera en las estructuras periféricas denominadas nociceptores.
 Viaja al sistema nervioso central a través de las fibras aferentes primarias
Aδ y C.
 Se procesa en el asta posterior de la médula espinal, donde se encuentra
sometido a influencias excitatorias e inhibidoras.
 Se procesa en el encéfalo por vías específicas, principalmente la
espinotalámica.
 Los estímulos llegan al tálamo y posteriormente hasta la corteza
somatosensitiva.
 Existe una modulación encefálica por diferentes áreas cerebrales.
 A partir del mesencéfalo y de los núcleos del rafe existen vías
inhibitorias que se proyectan hacia la médula.
 El estímulo persistente causa cambios plásticos en las neuronas
nociceptivas que podrían estar implicadas en el mantenimiento del dolor
crónico.

Tratamiento farmacológico
 La vía oral es siempre la de elección.
 Las formas de liberación sostenida son útiles en el dolor crónico.
 Las formas efervescentes y las líquidas suelen dar lugar a
concentraciones plasmáticas adecuadas con más rapidez que las formas
sólidas.
 Se debe recordar que la tolerancia oral de los AINE mejora con la ingesta
de alimentos y reduce los trastornos gastrointestinales.
 La vía parenteral es útil en caso de intolerancia oral o cuando sea preciso
un efecto rápido.
 La vía rectal presenta una absorción más inexacta en comparación con
otras vías.
 La vía tópica basada en el uso de parches es conveniente en el dolor
crónico.
 En el caso de los AINE tópicos, se puede considerar que su eficacia es
limitada y depende de la correcta realización del masaje.

Los analgésicos se clasifican en primarios, secundarios y coadyuvantes.

Analgésicos primarios

Los analgésicos primarios tienen como efecto farmacológico principal


aliviar el dolor. Son de amplio espectro, es decir, útiles en numerosos tipos
de dolor. Se distinguen tres tipos:

 Analgésicos-antitérmicos puros: paracetamol.


 Analgésicos-antiinflamatorios (AINE): ácido acetilsalicílico (AAS),
ibuprofeno, iCOX selectivos (celecoxib y rofecoxib). Los AINE actúan
bloqueando el enzima ciclooxigenasa (COX) e impidiendo la síntesis de
prostanoides (prostaglandinas y tromboxanos). La COX tiene tres
isoenzimas: COX-1, COX-2 y COX-3. LOS AINE bloquean de forma
diferencial los tres isoenzimas lo que condiciona sus propiedades
farmacológicas.
 Opioides: agonistas puros de los receptores opioides (morfina, codeína,
metadona, fentanilo), parciales (buprenorfina), agonistas-antagonistas
(pentazocina) y mixtos (tramadol). Efectos indeseables:

 Frecuentes: náuseas, vómitos, estreñimiento, sedación, miosis y picor.


 Se presenta tolerancia por: analgesia, náuseas, vómitos, sedación y
depresión respiratoria.
 No se presenta tolerancia por: miosis y estreñimiento.

Debido a estos efectos indeseables, se recomienda la administración de


antieméticos al inicio del tratamiento y de laxantes en tratamientos de
media y larga duración.

 Frecuentes: náuseas, vómitos, estreñimiento, sedación, miosis y picor.


 Se presenta tolerancia por: analgesia, náuseas, vómitos, sedación y
depresión respiratoria.
 No se presenta tolerancia por: miosis y estreñimiento.

Debido a estos efectos indeseables, se recomienda la administración de


antieméticos al inicio del tratamiento y de laxantes en tratamientos de
media y larga duración.

Se debe recordar que la tolerancia oral de los AINE


mejora con la ingesta de alimentos y así se consigue
reducir los trastornos gastrointestinale
Analgésicos secundarios

Los analgésicos secundarios tienen otras indicaciones, pero pueden


disminuir algún tipo de dolor específico. Son de espectro reducido y los
hay de varios tipos:

 Antidepresivos: amitriptilina y clorimipramina.


 Antiepilépticos: carbamazepina, lamotrigina,
 Relajantes musculares: diazepam, tetrazepam y gabapentina y
topiramato. Están indicados en el ciclobenzaprina (antidepresivo
tricíclico empleado tratamiento del dolor que tiene un origen como
relajante muscular). neurógeno o neuropático. El mecanismo
 Anestésicos locales: lidocaína y prilocaína. fundamental de acción de los
antiepilépticos, en los síndromes neurógenos, es su acción sobre el
sistema Los coadyuvantes o auxiliares se administran de propagación de
la descarga neuronal, ya que al conjuntamente con los analgésicos
primarios y/o bloquear los canales de Na dependientes del voltaje
secundarios para potenciar sus efectos analgésicos o estabilizan la
membrana neuronal y suprimen la para contrarrestar sus efectos
indeseables. Se emplean: hiperexcitabilidad neuronal anómala.
 Corticoides.

 Psicofármacos: neurolépticos, ansiolíticos y anfetaminas.


 Vasodilatadores: antagonistas del calcio.
 Corticoides.
 Vasoconstrictores: derivados ergóticos.
 Antieméticos y laxantes.

La escalera analgésica de la OMS

Se diseñó inicialmente para combatir el dolor oncológico. Sin embargo, en


la actualidad se utiliza en la mayoría de pacientes que presentan dolor.
Consiste en una graduación progresiva de la terapéutica analgésica de
acuerdo con la respuesta obtenida por el paciente. Implica el empleo inicial
de paracetamol y AINE, para pasar después a las asociaciones con
opioides menores (codeína, etc.) y posteriormente a los opioides mayores
(morfina, etc.).
CONSEJOS DESDE LA FARMACIA

La elección de un analgésico para el tratamiento de la sintomatología


dolorosa debe realizarse siempre de modo individualizado. Es necesario
preguntar al paciente una serie de cuestiones que permitirán seleccionar el
medicamento publicitario más adecuado y proporcionar consejo sanitario.
Por ejemplo: ¿Qué síntomas presenta?

 ¿Cuándo comenzaron?
 ¿Dónde se localizan?
 ¿Cuál es su intensidad?
 ¿Está tomando algún medicamento?
 ¿Tiene alguna enfermedad?

En relación con la posología conviene:

 Establecer con claridad la posología eficaz y la máxima posible.


 Considerar la administración a demanda o pautada.
 Determinar el intervalo de administración.
 Aconsejar cuándo y cómo tomar los analgésicos.
 Supervisar la duración del tratamiento. Respecto a las interacciones
farmacológicas, el consejo farmacéutico debe ir encaminado a:
 Averiguar los fármacos de prescripción y los de autoprescripción
(incluidos los productos fitoterapéuticos) que toma el paciente.
 Desaconsejar la administración de medicamentos sin control médico
previo.
 Desaconsejar totalmente el consumo de alcohol conjuntamente con la
toma de opioides. Sobre las contraindicaciones, desde la oficina de
farmacia habrá que:
 Asegurarse de que las condiciones fisiológicas o patológicas del paciente
no son una limitación al tratamiento.
 Aconsejar sobre las situaciones de precaución (conducción de vehículos
o manipulación de máquinas peligrosas).

 Determinar si existen antecedentes que puedan restringir su uso


(alergias). El farmacéutico también puede orientar sobre las precauciones
de uso:
 Aconsejar cómo, cuándo y durante cuánto tiempo deben tomarse los
medicamentos.
 Supervisar el establecimiento de medidas o medicación coadyuvante
(protectores gástricos, antieméticos, laxantes, etc.)
 Detectar la presencia de reacciones adversas o de falta de respuesta
terapéutica. Finalmente, es conveniente que desde la farmacia se detecten
las situaciones que aconsejan la visita médica, se deriven los pacientes al
médico cuando se sospecha la existencia de enfermedad grave, evitar la
automedicación y que los padres mediquen por su cuenta a los niños
pequeños.

Analgésicos relevantes

Se describen a continuación los detalles sobre dosificación, posología y


precauciones de los analgésicos de uso más habitual.

 Ácido acetilsalicílico (AAS) y derivados (salicilatos). La dosis oral para


adultos es de 500 mg cada 4 h. No se debe administrar en caso de úlcera
duodenal, asma, problemas de coagulación sanguínea, últimas semanas
de embarazo, niños menores de 12 años con infección vírica o lactantes
(se excreta en la leche materna).
 Paracetamol. No es un AINE y es el analgésico más utilizado en el
mundo. En los territorios de influencia anglosajona se conoce como
acetaminofeno. La dosis por vía oral en adultos es de 325-650 mg cada 4
h. La dosis oral infantil es de 20-40 mg/kg/día. Es de elección en
pacientes que siguen un tratamiento anticoagulante, ya que no altera la
síntesis de protrombina ni la agregación plaquetaria, así como en
ulcerosos y en pacientes renales. Es el analgésico y antipirético infantil
ya que no causa síndrome de Reye. No se debe administrar en caso de
insuficiencia hepática y/o renal y no se deben superar los 4 g diarios.

 Ibuprofeno. En adultos, por vía oral, la dosis más frecuente es de 600-


1.200 mg repartidos en varias tomas, y no se recomienda superar los
1.200 mg diarios. La dosis oral infantil es de 10 mg/kg/6 h con las
comidas. No se debe administrar a pacientes que presenten úlcera
duodenal, asma, problemas de coagulación o en el último trimestre de
embarazo.
 Metamizol. Es un derivado pirazolónico que actúa impidiendo la
formación de prostaglandinas, ya que inhibe la enzima ciclooxigenasa.
Es analgésico y antipirético, con un débil efecto antiinflamatorio. Está
indicado en el tratamiento de dolor agudo. La dosis oral en adultos es de
575 mg cada 6-8-12 h. La dosis parenteral suele ser de 2 g cada 8 h. No
se debe administrar en los siguientes casos: porfiria (trastorno del
metabolismo de los pigmentos sanguíneos que forman parte de la
hemoglobina), deficiencia de la enzima glucosa 6-fosfatodeshidrogenasa
y antecedentes de anemia aplástica o agranulocitosis (disminución del
número de glóbulos blancos en sangre).

 Tramadol. Es un fármaco agonista de los receptores opioides que


también actúa sobre las vías serotonínicas. De acción central, actúa sobre
las células nerviosas específicas de la médula espinal y del cerebro. Está
indicado en el tratamiento del dolor de intensidad moderada a severa. La
dosis oral en adultos suele ser de 50 a 100 mg cada 6-8 h. La forma retard
se inicia con tratamientos de 50-100 mg cada 12 h y se puede aumentar
Ácido acetil salicílico.
 fenibultazona.
 indometacina.
 Ketoloraco.
 Ibuprofeno.
 Ácido Mefenamico.
 Isonixina.
 Piroxican.

dosis inyectable en adultos es inicialmente de 100 mg, pudiéndose


administrar durante la hora posterior 50 mg cada 10-20 min, sin sobrepasar
una dosis total de 250 mg. Posteriormente de 50 a 100 mg cada 6-8 h. No
se debe administrar en casos de insuficiencia hepática grave y de epilepsia
no controlada con tratamiento.

características de los analgesicos


CARACTERÍSTICAS:

Se agrupan en dos grandes familias:

 Analgésicos opioides: Ejemplo la morfina.


 Analgésicos no opioides estos se subdividen en de Acción inflamatoria también llamados
antiflamatorios no esteroides ANIE y los Analgésicos antitermico (AA) son de escasa o nula actividad
inflamatoria.
 Los analgésicos no opioides actúan contra el dolor sin alteraciones de la conciencia, no
produce adicción y no necesitan prescripción medica.
 Los opioides actúan a nivel del sistema nervioso central .
 Los no opioides actúan a nivel del sistema nervioso periférico.
ANALGÉSICOS NO OPIOIDES DE ACCIÓN INFLAMATORIA (ANIE)

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