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- Crayones
- Tijera de punta redondeada
- Plastilina
- Goma de borrar
- Sacapuntas
- Goma de pegar
- Papel glacé
- Hilo piolín
- Muñecos
- Familia de animales salvajes y domésticos
- Autitos
- Avioncitos
- Platitos con tacitas
- Cubos
- Retazos de tela
- Pelota chica
- Es importante que el material esté en buen estado y sea de buena calidad, para evitar la
fácil rotura o deterioro del mismo, lo que causa culpa a los niños.
3.3. Consigna
La consigna se da una vez que el niño ha entrado al consultorio, y el psicólogo debe
poner de manifiesto en forma breve y en lenguaje sencillo una serie de informaciones que
configuran la consigna:
- Definición de roles
- Limitación de tiempo y espacio
- Material a utilizar
- Objetivos perseguidos
La consigna es la siguiente: "Los juguetes que están dentro de la caja (o sobre la mesa)
puedes utilizarlos como quieras. Yo mientras observaré para conocerte y así poder ayudarte".
M. Klein recomienda también, al final de la sesión, recordar al niño día y hora del próximo
encuentro.
El rol del psicólogo dentro del contexto del Psicodiagnóstico, es más bien "pasivo", en tanto
funciona como observador, pero es también activo en la medida que formula hipótesis sobre la
problemática del niño.
El psicólogo debe registrar por escrito su observación: Secuencias lúdicas, gestos,
desplazamientos, dibujos, asociaciones verbales, etc.
Hay veces que los niños nos piden una participación activa en sus juegos, con un rol
complementario. En estos casos es necesario que sea el niño el que adjudique y caracterice el rol, para
que no interfiera las fantasías del terapeuta.
En algunas oportunidades también será necesario realizar señalamientos (explicitación de
aspectos manifiestos disociados) cuando se produzcan bloqueos o inhibición en el juego, pero en
ningún caso se deben hacer interpretaciones.
A estos criterios los vamos a ir viendo junto al caso Paula, de 7aaños 4 meses (Nivel sociocultural
medio-alto)
1- Elección de juguetes y de juegos
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- De los 4 a los 7 años: hay una mayor aproximación a lo real, con creciente preocupación
por la veracidad de la imitación. Reconoce al otro como copartícipe del juego, pidiendo al
psicólogo que tome un rol activo en su juego.
- De los 7 a los 11 años: Comienzan los esbozos de reglas. Atribuye y asume roles
cercanos a la realidad (vendedor, maestra, etc.)
En general los juegos de Paula no tienen un comienzo, desarrollo y final, sino que todos son más
bien "flashes", momentos de un juego, pero que no concluye nada. Esto se obseva cuando juega
con la plastilina, quiere hacer un caracol, pero luego puede ser un tronco de árbol o un panqueque.
La única excepción es el dibujo. Si se observa, en cambio, preocupación por imitación de la
realidad.
Asimismo, en cuanto a la pregunta que realiza si Mariana (Secretaria) es de mi misma edad,
teniendo en cuenta el tamaño, se observa que aún la niña está en el período concreto, ya que piensa
la edad en función del tamaño.
A lo largo de la hora de juego, utiliza gran variedad de elementos. Usa aquellos de tipo escolar
(felpas, plasticolas, etc.), que nos muestra su ingreso a la escolarización; también utiliza muñecos
(diferenciando grandes de chicos, varones de mujeres: "el muñeco es varón", "la chancha es mujer
porque tiene tetas") que nos remiten a su necesidad de realizar diferenciación sexual y de edad,
propio de la etapa fálica, por la cual se encuentra atravesando desde la evolución psicosexual.
También es capaz de usar elementos inestructurados, como la plastilina, pudiendo armar con ellos
algo con sentido (pato, pasto, tronco de árbol), como así también elementos estructurados con
manifiesto contenido agresivo (pistola) o vincular (muñecos).
En cuanto al rol que hace jugar a la entrevistadora, Paula más bien atribuye el rol de interlocutora,
pero no solicita que desarrolle un papel más activo en el juego.
El uso que hace del lenguaje es acorde al juego que va desarrollando y a su memento evolutivo. La
niña es capaz de expresar la conflictiva a través de verbalizaciones, a lo largo de toda la hora,
utilizando como soporte los diferentes elementos.
2- Modalidad de Juego. Creatividad:
A través del juego, el niño pone de manifiesto su capacidad simbólica. Cada niño estructura su
juego de acuerdo a una modalidad que le es propia. Entre dichas modalidades , podemos
detectar las siguientes:
a) Plasticidad: es cuando el niño expresa distintas situaciones con un criterio económico.
Esta plasticidad puede expresarse de distintas maneras:
1- Expresa la misma fantasía o defensa a través de distintos mediatizadores.
2- Expresa varias fantasías con varios mediatizadores
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El juego es una forma de expresión de la capacidad simbólica, y una vía de acceso alas
fantasías Icc del niño. El niño logra a través del juego la emergencia de sus fantasías, por medio de
objetos suficientemente alejados de la situación originaria (elaboración secundaria). Estos objetos
cumplen la función de mediatizadores.
En la capacidad simbólica no vamos a evaluar sólo la capacidad del niño para utilizar símbolos,
sino también la significación que se desprende de esta simbolización. Para ello, es importante tener en
cuenta, que si bien existe un significado universal para algunos símbolos, estos siempre deben ser
interpretados dentro de la situación global del proceso y dentro de la historia personal de cada niño.
También sabemos que a medida que el niño crece, la distancia entre símbolo y lo simbolizado
va aumentando. Esto se da por la ganancia del principio de realidad sobre el principio de placer, por lo
cual las fantasías primarias tienden a ser cada vez más postergadas. Así, es muy distinto el juego de un
niño de dos años, que aún sigue las leyes de los procesos primarios, con el de ocho, con predominancia
del proceso secundario.
Este indicador nos permite evaluar:
1- La riqueza expresiva: capacidad del niño de buscar en su entorno elementos que permitan
vehiculizar su problemática.
2- La capacidad intelectual. Evaluar si manifiesta manejo de la realidad acorde a su edad
evolutiva.
3- La calidad del conflicto: Aquí se evalúa el contenido de la simbolización. Los símbolos usados
por el niño nos remiten a la comprensión del estadio psicosexual por el que atraviesa. El niño
puede vehiculizar fantasías de tipo oral, anal, fálica o genital. Asimismo se debe indagar la
intensidad del conflicto, siendo un índice importante la reiteración de una determinada fantasía o
de la forma de expresión.
A lo largo de la sesión se puede inferir que la niña manifiesta capacidad de simbolización, ya que es
capaz de utilizar símbolos y expresar a través de ellos su conflictiva.
La fantasía subyacente en su juego está vinculada principalmente a la rivalidad con su hermana menor,
siendo esta expresada a través de la problemática ser grande - ser pequeño.
Otra característica en su juego es la constante bipolaridad: ser grande- ser pequeño; ser fuerte- ser
débil; ser varón - ser mujer. Otro tema que se expresa en la hora de juego es la relación de pareja,
unido al tema de la diferenciación sexual.
A través del juego, inferimos que la niña intenta elaborar su situación familiar. Manifiesta su
agresividad y rivalidad frente a su hermana, pero aparece también el temor. Siguiendo las
conceptualizaciones de M. Klein, sobre el Super- yo temprano sádico, vemos que en Paula se observan
impulsos agresivos. Una parte de estos se revelan a través de la actitud hostil hacia su hermana,
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evidenciado esto en los disparos del revolver con el propósito de asustar a Laura. La otra parte de los
impulsos agresivos, permanecen en ella, provocando gran ansiedad, ante la cual el yo se ve precisado a
movilizar sus defensas. En este caso, Paula proyecta la agresión hacia los objetos externos, los cuales
devienen, de este modo, peligrosos. Este mecanismo vendría a explicar los terrores nocturnos de Paula,
de los que nos cuenta su madre en la entrevista. Síntoma que no es otra cosa sino el sentimiento de
culpa frente a la propia agresividad del Súper-yo.
Por otra parte, Freud nos dice que en el origen de toda conducta agresiva encontramos una frustración.
Así, en este caso, la agresividad que manifiesta Paula hacia su hermana Laura, podría explicarse
también a partir de la frustración que le generó a Paula el nacimiento de su hermana, y con ello, el
desplazamiento del lugar de la única y de ser el centro de las atenciones. Tensión agresiva del doble,
según Lacán.
También puede observarse el temor a la castración, propio de la fase psicosexual por la que atraviesa la
niña. Esto se manifiesta a través de diferentes indicadores a lo largo de la hora de juego: El dibujo de la
figura del niño, al comienzo es realizado sin manos. Y luego realiza un comentario sobre su hermanita
que no puede hacer manos. Luego, hace las manos y de un tamaño grande. Esto podría significar que la
niña ha interiorizado la castración, pero aún no la aceptado completamente.
Personificación:
Es la capacidad de asumir y adjudicar roles en forma dramática, capacidad que en cada
momento evolutivo adquiere características diferentes.
a) En niños pequeños se expresa de un modo inmediato, la realización de deseos. Asume el rol de
otro haciendo suyo el personaje temido o deseado.
b) En una etapa posterior la personificación se enriquece con figuras imaginarias (hadas,
monstruos, cucos), disociando y proyectando en estas figuras sus diferentes imagos. El niño así, se
somete, domina, ataca, es perseguido, etc. por estas figuras.
c) En la latencia el niño comienza a personificar roles más definidos socialmente, con menor
expresión de la fantasía en función del incremento de la represión. Tiende a jugar, por ejemplo al
ladrón y al policía, a la maestra, al doctor, etc.
d) En la pre.pubertad, se ve una fuerte represión de la capacidad de personificación, por su
posibilidad de concretar sus fantasías.
e) En la adolescencia vuelve a resurgir la capacidad de adjudicar y asumir roles.
En general, la personificación posibilita la elaboración de situaciones traumáticas, el
aprendizaje de roles sociales, la comprensión del rol del otro y el ajuste de su conducta en función a
ello.
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El análisis del contenido de la personificación, nos permitirá evaluar la calidad e intensidad de las
identificaciones, el equilibrio entre el Super-Yo, yo y ello.
Si durante la hora de juego el niño nos pide que asumamos determinado rol, debemos pedirle que
nos explique con claridad las características del rol adjudicado, para que responda a sus propias
fantasías.
En el juego de Paula no son las personificaciones las que lo caracterizan. Si bien aparecen en la
hora, son más bien escasas o están escondidas atrás de los muñecos. La personificación explícita que
encontramos es cuando ella toma el revolver y dispara contra Lauri, "para que se asuste". Situación
que nuevamente nos remite a su especularidad con la hermana.
4. Motricidad:
Este indicador nos permite ver la adecuación del desarrollo motriz del niño con la etapa
evolutiva por la que atraviesa. En cada período hay pautas esperables, que responden al grado de
maduración y desarrollo neurológico como así también a factores psicológicos, sociales y culturales.
Ya que consideramos que un manejo adecuado de las posibilidades motoras permite un mayor dominio
del mundo externo, es importante observar cuando este desarrollo se detiene o presenta dificultades.
Para ello vamos a registrar lo siguiente:
1- Desplazamiento geográfico del niño
2- Posibilidad de encaje
3- Alternancia de los miembros
4- Lateralidad
5- Movimientos voluntarios e involuntarios
6- Ritmo del movimiento
7- Hiperkinesia
8- Hipokinesia
En relación a Paula, y siguiendo la línea de Gesell, se espera que un niño de 5 años manifieste
equilibrio y control de actividad corporal. Pauta que se observa claramente en Paula.
Asimismo, y observando el gráfico de la niña, se infiere que la coordinación visomotora es adecuada a
su edad, y hasta podría decirse que es superior a su edad cronológica.
Con respecto a lo verbal y lo gestual, se observa que hay coherencia entre ambos tipos de lenguaje.
Esta se detecta a través de la aceptación de la consigna, con las limitaciones que esta propone:
la puesta de límites, la finalización de la tarea. Y en el desarrollo del juego, en la manera de enfrentarse
a las dificultades inherentes a la actividad que se propone realizar. Evaluar este indicador, nos
permitirá hacer importantes inferencias diagnósticas, pero sobre todo inferencias pronósticas. Por ello
es fundamental observar dónde pone el niño la fuente de frustración: si deriva de su mundo internos
(dibujar algo que no está a su alcance madurativo) o en el mundo externo (desear algo que no está
presente), así como la reacción frente a ella: encontrar elementos sustitutivos (buena adaptación) o
desorganizarse, ponerse a llorar (actitud negativista).
Esta capacidad de tolerar la frustración está íntimamente ligada a la adecuación a la realidad, es
decir de adaptarse plásticamente a la realidad que le propone. Lo primero que debemos observar aquí
es la capacidad del niño para desprenderse de la madre, para entrar al consultorio, demostrando
comprensión y aceptación de la consigna. Esto también nos permite evaluar posibilidades yoicas.
Con respecto a Paula, observamos que si bien en un primer momento la niña no quiere entrar sola,
luego del aval del padre (quien le da seguridad), logra entrar al consultorio sola. Aquí se observa buena
adecuación a la realidad, y tolerancia a la frustración, ya que acepta los límites que impone la consigna
y supera la primera dificultad.
Esto también se observa cuando no encuentra el cuchillo que necesita, o cuando las plasticolas "están
duras", ante lo cual, no se desorganiza, sino que rápidamente encuentra otros elementos con los cuales
seguir jugando. Sin embargo, observamos aquí, que pone la fuente de frustración en el exterior, y no
resuelve la situación; más bien "se la saca de encima", evitando la frustración. Esto se vincularía con lo
expresado por la madre, cuando señala que es muy exigente consigo misma y no tolera sus propios
errores.
Al finalizar la sesión, se observa al comienzo también dificultad para concluir, aunque luego de
recordarle el próximo encuentro, lo hace sin desorganizarse.
En síntesis, se observa en Paula adecuación a la realidad, y actitud de evitación frente a las
frustraciones, poniendo en el mundo externo la fuente de sus frustraciones, motivo por el cual, no
busca resolverlas. Se defiende así de tolerar la frustración.
BIBLIOGRAFIA: