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Gabriela Becerra

Esteban Sinisterra

Bauman y Buber: hacia una ética de la responsabilidad

El escrito, se centra en dar un breve diagnostico de la crisis de la modernidad, haciendo


alusión al concepto de modernidad liquida propuesto por Bauman, el cual referencia a la
precariedad de los vínculos humanos, marcada por el carácter transitorios y volátil de sus
relaciones. Y también hace alusión a ciertas propuestas que plantea Buber para recuperar
los vínculos, este plantea un giro hacia el otro a traves del dialogo, lo que tiene de común
estos autores es que abordan con una nueva actitud la filosofía desde la recuperación de los
vínculos con el otro y la ética en el siglo XX.
Se comienza analizando los planeamientos del autor Bauman acerca de las relaciones
precarias y desechables, que plantea el concepto de modernidad desde la liquidez, liquidez
que se relaciona con la precariedad de los vínculos humanos en una sociedad individualista
y privatizada, que se marca en principio por el carácter transitorio y volátil de sus
relaciones. El autor plantea que, en un mundo enmarcado por el individualismo, las
relaciones se caracterizan por su carácter ambivalente, es decir, la facilidad con las que las
desechamos.
El autor, también explora los atributos de la modernidad en crisis, en relación con la
fragilidad de los vínculos humanos a traves de tres características, una primera es que nos
encontramos atrapados en la tecnología, donde el autor plantea que hace de las relaciones
humanas algo intenso, breve, habitual y superficial; aquí expone que en la actualidad
prevalecen las relaciones virtuales a diferencia de las verdaderas relaciones, donde las
segundas implican compromisos a largo plazo y las segundas son de fácil acceso y salida.
Como segunda característica, plantea que las relaciones de hoy se tornan desechables,
donde plantea que las relaciones están siguiendo pautas de consumo, es decir, están
inspiradas en las ganas y si no resultan plenamente satisfactorias pueden cambiarse
fácilmente por otras que generan mayor satisfacción. Y como ultima característica, plantea
que vivimos en un exacerbado individualismo, esta marca nuestras relaciones precarias y
transitorias, pues el otro es tipificado como extraño, es decir, un portador innato de
incertidumbre, de potencial peligro y amenaza.
En una segunda parte del escrito, se exponen los planteamientos de Buber de el hombre
como ser relacional, donde el autor plantea que la forma de respuesta a la fragilidad de los
vínculos humanos expuestos por Bauman seria dar un giro hacia el otro a través del
dialogo. El autor plantea que la persona se forja mediante los vínculos que se generan en las
relaciones con los otros y para esto hay que tener en principio una conciencia de un yo y de
otros diferentes de mí, y la única manera de vincularnos con los otros es a través del
dialogo y se pueden establecer dos tipos, un primer tipo de dialogo que sería el “yo-eso”
(relación sujeto-objeto) donde el yo conoce y se vincula con el mundo y las cosas y objetos
están allí para ser observadas, consumidas, analizadas y utilizadas, aquí el otro es visto
como un medio para llegar a un fin, pero la verdadera forma de vinculación está en el
segundo tipo de dialogo que seria el “yo-tu”, donde el yo sale de sí y se encuentra con el
otro y lo reconoce y acepta como diferente y se entrega enteramente a la presencia del otro.
A manera de conclusión, se podría decir que ambos autores plantean que se hace urgente un
nuevo comenzar, un comenzar que recupere los vínculos humanos en esta época de
modernidad liquida. Comenzar a ver la importancia de reunirse con el otro en la esfera
publica, es decir personas con diferentes credos y culturas para vivir en un mundo común,
pues Arendt plantea que solo en esta esfera publica puedo ser quien soy, pues allí es donde
me pongo en juego completamente, pues solo a través del discurso y la acción con
diferentes de mi, puedo saber quien soy.

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