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Este artículo fue revisado por última vez el 14.05.2015. Este artículo fue modificado por última vez el 11.12.2017.
Aspectos Generales
Para determinar las concentraciones de sirolimus en sangre y poder así mantener los niveles
terapéuticos y detectar concentraciones tóxicas.
Tan pronto como se empiece la terapia y siempre que se cambie la dosis. Al principio se suele
determinar con más frecuencia, después a intervalos regulares para monitorizar los niveles de fármaco.
Para detectar concentraciones excesivamente bajas o elevadas (potencialmente tóxicas).
En condiciones normales, el sistema inmunológico del organismo reconoce un órgano trasplantado como
extraño y empieza a atacarlo. Sirolimus limita esta respuesta y ayudar a prevenir el rechazo inhibiendo la
activación y producción de un tipo de glóbulos blancos llamados linfocitos T. También inhibe la producción
de anticuerpos.
Sirolimus suele tomarse por vía oral y después la ingestión se absorbe en el tracto digestivo. La máxima
concentración en sangre se obtiene a las dos horas aproximadamente y después disminuye
progresivamente. Se metaboliza en el hígado y se elimina por las heces en un 90% y la orina en un 2%.
Recientemente, la FDA (Food and Drug administration) de Estado Unidos ha aprobado su uso en personas
mayores de 13 años que han sido sometidas a trasplante renal. Parece ser menos tóxico para los riñones
que otras opciones terapéuticas y se puede administrar conjuntamente con otros inmunosupresores como
ciclosporina y tacrolimus. Actualmente se están realizando estudios clínicos para evaluar su uso en otras
franjas de edades y en otro tipo de trasplantes como el de hígado o pulmón pero no existen suficientes
datos que convenzan a la FDA de su administración en menores de 13 años. Al igual que otros
inmunosupresores, sirolimus pede provocar efectos secundarios y reacciones adversas y se asocia a un
riesgo más elevado de infecciones y de desarrollo de linfoma y de cáncer de piel.
Las concentraciones de sirolimus deben monitorizarse mediante pruebas de laboratorio puesto que este
fármaco tiene un rango terapéutico muy estrecho. Si la concentración se encuentra demasiado baja se
puede producir rechazo del órgano transplantado; si es demasiado elevada se pueden desarrollar síntomas
relacionados con la toxicidad. La medida de la concentración de sirolimus suele realizarse como una
determinación “valle”, es decir, la muestra debe extraerse justo antes de la toma de la dosis, cuando los
niveles en sangre son los más bajos.
esputo.
Para esta prueba no se requiere ninguna preparación especial, aunque normalmente se suele recomendar
la extracción de la muestra 12 horas después de la última dosis o justo antes de tomar la siguiente.
Preguntas Comunes
¿Cómo se utiliza?
De manera periódica, se suelen solicitar otras pruebas para evaluar la función de los órganos y el
recuento de células sanguíneas puesto que sirolimus puede provocar disminución del recuento
de plaquetas, aumento de los lípidos y, cuando se toma durante un tiempo prolongado, puede afectar a
la función hepática.
¿Cuándo se solicita?
Suele solicitarse al inicio del tratamiento. Debido a su largo tiempo de vida media en sangre (tiempo
que tarda en eliminarse del organismo), la concentración de sirolimus puede tardar en alcanzar el
estado estacionario (equilibro) en sangre. Una vez optimizadas las dosis para la persona en cuestión,
la frecuencia en la monitorización de sirolimus puede reducirse.
La determinación puede solicitarse siempre que haya un cambio de dosis, un cambio en otras
medicaciones o siempre que el receptor del trasplante presente síntomas que sugieran efectos
secundarios, toxicidad o rechazo del órgano trasplantado.
Aunque las dosis de sirolimus sean las adecuadas, se pueden producir efectos no deseados como
infecciones o curaciones lentas.
Estreñimiento
Diarrea
Fiebre
Dolor de cabeza
Hipertensión
Aumento de la concentración de lípidos en sangre
Insomnio
Náuseas
Sensibilidad a la luz del sol
Aumento de peso
Si alguno de los síntomas anteriormente expuestos persiste o se vuelve más severo, se debe avisar al
médico.
Algunos de los efectos adversos que deberían ser notificados al médico de manera inmediata son:
Si el individuo está tomando otros inmunosupresores o cualquier otra medicación, hay que asegurar
que no existe una interacción potencial entre dichas medicaciones.
Los fármacos que inhiben el metabolismo del sirolimus pueden afectar a sus niveles en sangre. Todas
las personas deben notificar a su médico cualquier medicación o suplementos que estén tomando.
Algunos ejemplos de fármacos que aumentan los niveles de sirolimus en sangre son: medicaciones
antifúngicas, claritromicina, eritromicina, isoniazida, inhibidores de proteasas y quinidina. Algunos
ejemplos de fármacos que pueden disminuir las concentraciones de sirolimus
son: carbamazepina, fenobarbital, fenitoína, rifampicina y nafcilina. Cuando se está en tratamiento con
sirolimus debe evitarse la ingestión de zumo de uvas y de suplementos como la hierba de San Juan.
Los individuos en tratamiento con sirolimus no deben alterar nunca la dosificación ni cambiar la hora a
la que se toman la medicación sin consultar con su médico. Sirolimus debe administrarse de manera
consistente con las comidas. Las mujeres no deberían quedarse embarazadas si están siguiendo este
tipo de tratamiento; si están considerando un posible embarazodeberían hablar con su médico acerca
de los riesgos asociados.
Sirolimus no debe administrarse con ciertos fármacos que debilitan el sistema inmunológico y
aumentan el riesgo de infecciones. Entre ellos se encuentran: voriconazol, natalizumab y rituximab.
Los individuos en tratamiento con sirolimus también deberían consultar con su médico antes de recibir
cualquier tipo de vacuna.
Las personas que han sido sometidas a un trasplante deben tomar fármacos inmunosupresores-
incluyendo sirolimus u otros fármacos- durante toda su vida. Es importante hablar con el médico para
escoger la mejor opción terapéutica, que puede ir variando a lo largo de la vida.
¿Se puede administrar sirolimus a que han sido sometids a otros tipos de trasplantes
que no sea el renal o en otro tipo de trastornos?
A veces se utiliza sirolimus para el tratamiento de la psoriasis. Esta medicación no debería emplearse
para evitar el rechazo en trasplantes de hígado o pulmón porque puede provocar efectos secundarios
realmente peligrosos.
Si, es una información relevante para ellos, en parte debido a las interacciones entre fármacos y en
parte debido al efecto inmunosupresor de sirolimus. Sirolimus puede afectar a la capacidad para
curarse, para recibir vacunas y puede aumentar el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer como el
cáncer de piel o el linfoma.
Enlaces
Pruebas relacionadas: Ciclosporina, Creatinina, Electrolitos, Monitorización de fármacos e
intoxicaciones, Tacrolimus, Urea
Bibliografía
Este artículo está basado en las fuentes bibliográficas que se citan a continuación, así como en la propia
experiencia del Comité de expertos y revisores de Lab Tests Online. Además, este apartado es revisado
periódicamente por el Consejo Editorial, con el fin de mantenerlo actualizado.
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