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GENESIS Juan Guillén Torralba INTRODUCCION ____ Génesis es el nombre que la traduccion griega, llamada de los Setenta, da a este li- bro y quiere responder a su contenido: el 01 gen de todas las cosas. En hebreo se le Ila- ma Beresit (=En un principio), palabra con la que comienza. 1. Estructura y contenido Génesis es un libro con personalidad pro- pia que, como su nombre indica, revela aque- llos elementos primordiales subyacentes en las ilusiones y temores de tados los hombres y de Israel: la humanidad protagoniza su pri- mera parte (Gn 1-11) ¢ Israel se pregunta so- bre su origen en la segunda (Gn 12-50). Cues- tiones como la condicion humana, la situa- cin de la sociedad, el porqué de la vida y de la muerte, de la atraccién sexual, de la di- versidad de lenguas y naciones, se escalonan en los diversos relatos que constituyen la sec- cion inicial. No es la respuesta que conven- za hoy a todo el mundo, pero intenta encon- trar una explicacion. Su enfoque es religioso; ve a la divinidad en todo y supone que sin ella nada tiene sentido, ni el bien ni el mal, nila vida ni la muerte, ni el matrimonio ni la fraternidad. Dos son las fuerzas que mueven la historia: el amor de un Dios tan cercano como un padre y la libertad del hombre que, pudiendo hacer de la existencia un aconte- cimiento feliz, la convierte en una agonia. Es- te anAlisis, antiguo como lo ¢s el pueblo que lo concibié, no se agota en el pasado, sino que mira al presente y al futuro avisando que, si la humanidad no aprende de la ne- fasta experiencia que origin6 las desgracias, difictimente podré alcanzar esa meta de feli- cidad que afiora. Israel, por su parte, intent6 en esta “his- toria” autocomprenderse como nacién en el conjunto de los pueblos. Sus inicios se mo- vian entre recuerdos ambivalentes y con- trapuestos. Unos situaban a sus antepasa- dos mas alld del rio Eufrates, en Mesopota- mia; otros relacionaban su origen con unos escapados de Egipto, zDonde estaba de ver- dad su origen? Cuando este libro se escribié las tradiciones sobre la salida de Egipto es- taban ya consagradas, pero yqué decir de su otra tierra original? También el pueblo es- cudrifiaba en el pasado para saber quiénes eran y de donde habian venido sus antepa- sados. En la segunda parte (Gn 12-50) Gé- nesis aporta una soluci6n: el padre de la na- cidn vino de Ur de los Caldeos y los hijos de Jacob, progenitores y epénimos de las doce tribus habian nacido en tierras arameas. Un dia alguien arrastré a un joven, hijo de Ja- cob, a Egipto; llegé a ser un personaje y has- ta alli llevé a su padre y hermanos. Final- mente la contradiccién estaba superada: los que salieron huyendo del pais del Nilo eran descendientes de aquellos otras que habian 31 GENESIS venido de mas alla del rio. Una respuesta ve- rosimil que, superando la ambighedad. daba a Israel una identidad entre las naciones del entorno. Por esta razon Génesis alcanza toda su valia en el conjunto que forman los cinco li- bros lamados de Moisés o Pentateuco. En el centro de los mismos campea la salida de Egipto como eje central. El Génesis tiene co- mo funcién enmarcar y preparar este acon- tecimiento fundamental. Su tema sera lo que pasé antes de esa historia, o sea una “prehis- toria”. El genio israelita la dividi6 en dos par- tes: una remota, el ciclo de los origenes, cu- yo protagonista es la humanidad sin fisuras, y otra proxima, el ciclo de los patriarcas, que conserva los recuerdos de aquel 4rbol fami- liar que le otorga una identidad: hijos de Is- rael o israelitas. Estas tradiciones son ori- ginales y originantes para Israel, como las precedentes lo son para toda la humanidad. Al vertebrarlas, Abrahan alcanza el primer rango, debido tal vez a la primacia que go- zaba la tribu de Juda cuando se compuso el primer esbozo de historia (siglo XI a. C.): los recuerdos de Isaac sirven para presentar a quien daria nombre a la nacién, Jacob-Is- rael; y son los relatos que tienen como pro- tagonista a Jacob y a José los que sirven de puente entre los ciclos patriarcales y el de la salida de Egipto. De esta forma cuaja el esquema teolégico de promesa-cumplimiento que da unidad al Pentateuco: en Génesis Dios da su palabra y los libros siguientes narran su realizacion. Genesis, a pesar de estos dos bloques, tan diferentes, posee unidad y coherencia, visi- ble en estos aspectos: 1. La historia que narra Génesis tiene uni- dad temporal: va desde la creacion del mun- do (véase Gn 1) a Abrahan (véase Gn 12}, y de éste, a través de José, a Israel en Egipto {véase Gn 46). Sin duda se trata de una ar- ticulacién artificial, pero hhace logico y acep- table el desarrollo de los hechos. 2. En cuanto a los temas, existe una con- traposicion pretendida y evidente entre los dos ciclos: el de los origenes explica como el pecado frustré los proyectos divinos, perso- nificados en Adan y Noé, y el patriarcal mues- 32 tra la eficacia de la bendicion divina y Ia re- habilitacién de sus designios primero en Abrahan, la contrafigura de Adan, y Iuego en su descendencia. 3. El tratamiento literario por medio de te- yendas hace homogéneos los episodios que en este libro se cuentan. Las “leyendas” se basan en datos reales, muy simples y con- cretos: el nombre de una persona o tribu, de un lugar, de un itinerario; o una tradicion: el encuentro del protagonista con la divini- dad, la salida para los pastos de invierno. La composicién, en principio oral, utiliza t6pi- cos conocidos, como las disensiones fami- liares entre esposos (Adan y Eva, Abrahan y Sara), hermanos (Cain y Abel, Esati y Jacob), padres e hijos (Noé y Cam, Jacob y los su- yos). Son frecuentes las etiologias (del griego aitia=causa), relatos de extraccién popular que pretenden explicar algo interesante 0 que lama la atencion: el nombre de una per- sona (Isaac, Ismael, Jacob), de un lugar 0 santuario (Babel, Betel, Moria); una situa- cin fla mujer-esposa, la diversidad de las lenguas, el origen mortal del hombre}; una costumbre (la serial de Cain), el modo de vi- da de un pueblo (ismaelitas, cainitas), la ca- racteristica de un animal (serpiente sin pa- tas). La mayoria de estas “leyendas” preten- den inculcar una ensefianza religiosa. 4. Alas semejanzas en temas y en el pro- cedimiento literario, propias de los relatos debidos al documento yahvista, hay que su- mar las “genealogias” o listas de personajes. obra de Ia escuela sacerdotal, que forman la columna vertebral de ambos ciclos y estruc- turan la historia de forma sinerénica al con- templaria en su conjunto en la forma que hoy tiene. A partir de estas genealogias se pueden dividir ambos ciclos en las partes siguientes: 1. En el ciclo de los origenes se encuentran Jas “historias” 0 genealogias - del cielo y de la tierra (véase Gn 1-2.4a); ~de Adan y sus hijos (véase Gn 2,4b-5,32;6, - de Noé y los suyos (véase Gn 6.1; 6,5-11.32). 2. En el ciclo patriarcal se narran las “his- torias” de Abrahan y su hijo (véase Gn 12-25,18); ~de Isaac y sus mellizos (vase Gn 25,19-37,1); ~ de Jacob y sus hijos (vase Gn 37.2-50,26). 2. Proceso de redaccién y contexto vital Génesis constituye la primera parte de una gran obra literaria que abarca desde el comienzo de todo hasta el final del segundo libro de los Reyes, obra que cuajé a lo largo de varios siglos y, para su composici6n, los autores han ido echando mane de cuantos materiales tenian a su alcance. E] estrato mas antiguo son recuerdos de lugares, personas y pueblos. Estos recuerdos se trasmitian oralmente y sus temas se refe- rian a los fundadores del clan o a un héroe famoso; a lugares (santuarios, por ejemplo). a parajes adonde trashumaban o de donde partian; se recordaba por qué y cémo llegaron diversos pueblos a sus respectivos asenta- mientos. Surgen asi los “relatos”, unos que podian pasar por historicos y otros que se Sabian in- ventados; unos propios, otros de los pueblos vecinos; algunos pertenecen al mundo de los mitos y otros al folklore universal. Con el tiempo estos recuerdos se agru- paron en toro a protagonistas, como los pa- tiarcas; 0 a hechos importantes tales como. las trashumancias 0 la bajada a Egipto. Asi surgieron los diversos ciclos a base de datos heterogéneos fundidos y adecuados. Los re- latos se pusieron por escrito muy pronto gracias a la influencia de la civilizacién ca- nanea. Asi se explican las semejanzas de es- ta literatura con las de Egipto y Mesopota- mia. La trasmisiOn escrita no desbaneé a la oral, que se siguié utilizando. El proceso de redaccién se desarroll6 condicionado por las circunstancias que atravesaba el pueblo. Por su parte, las crisis, politicas o religiosas, ac tuaron como revulsivos para revisar la his- toria y las ensenanzas, dando origen a nue- vas redacciones. GENESIS Este proceso de simbiosis con otras cul- turas y de una composicion gradual es evi- dente en Génesis donde los saltos, repeti- ciones y contradicciones demuestran que es- te libro no broté de golpe, sino que se fue haciendo a lo largo de siglos y por muchos autores. A modo de ejemplo sefialemos los siguientes hechos: ~ Se sucecen dos relatos de la creacién y dos del diluvio, pero con tratamiento distin- to: las creaciones conservan su autonomia, los diluvios estan fusionados. = Se repite en tres ocasiones un mismo te- ma: peligro que corre la madre del pueblo: Gn 12,10-20; 20,1-18; 26,1-11. ~ Los mismos personajes se encuentran en listas distintas y con caracteristicas di- versas: Lamec en Gn 4,18-24 y 5,25-28; Enoc en Gn 4,17 y 5, 18-24. ~ Coexisten distintos enfoques de un mis- mo hecho: la dispersién de los pueblos en- tra en los planes de Dios (véase Gn 10.1-32) y es un castigo por el pecado de Babel (véa~ ‘se Gn 11, 1-9), Para una descripcién mas pormenorizada del proceso de formacion del Génesis dentro del Pentateuco, véase Introduccion al Pen- lateuco en este mismo Comentario. 3. Teologia Aunque domina el pensamiento de la es- cuela sacerdotal y su objetivo inmediato era responder a la angustia desesperada del des- tierro, sin embargo, el mensaje de este libro supera la contingencia del momento: ense- Ha que Dios tiene un proyecto de mundo y de hombre. Al hilo de los relatos, se desve- la una “historia religiosa”, cuyos protago- nistas son Dios y el hombre; la fuerza del primero es el amor, la del hombre la libertad. Dios. Su poder es enorme: a nivel csmi- co nada se le resiste; en el acontecer diario, frustra los planes de reyes poderosos, de je- ques tribales 0 de hermanos envidiosos. Es un Dios cercano y familiar: lleva el nombre del padre del elan. Hizo al hombre con sus manos y le demuestra su amistad. Trans- migra con las familias y se le encuentra lo 33 GENESIS mismo en una carcel que en un santuario, de dia que de noche. Sin embargo, esta fa- miliaridad no comporta manipulacion: es y permanece siempre libre. Ordena algo ho- rrible y hay que obedecer; elige y se debe aceptar su decision incomprensible. No ad- mite que nadie le marque su camino. Es el Dios fiel que cumple siempre su pa- labra, expresada generalmente en forma de promesas. Todo el entramadbo del Pentateu- co gira sobre la fidelidad: lo que prometio a los patriarcas, tema de Génesis, se hace rea- lidad en los libros siguientes. Pero incluso en el desarrollo de las historias de los propios patriarcas hay cumplimientos. Son fecun- dos: Abrahan tiene un hijo, que acaba sien- do un pueblo en Jacob. Poseen propiedades: Abrahdn en Mambré, Jacob en Siquén y sus hijos en Egipto. Sus nombres son conocidos y respetados por reyes, que ven en ellos al Dios que los asiste. Al final del periplo, el pueblo es numeroso, tienen una tierra en propiedad, son respetados y viven en paz, paradjicamente en la tierra que sera el sim- bolo de la opresién. A veces parece que Dios se ausenta y este libro ensefia que no se de- ben forzar los momentos de Dios, sino res- petarlos y aguantar ese horrible silencio, por- que acaba cumpliendo su palabra. Defensor de los desvalidos, socorre a ni- Nos pequeiios, a los patriarcas y sus amigos alas esposas y a José. Abrahan y Lot, Isaac € Ismael, Jacob y José son testigos de su pro- videncia amorosa. Gracias a Abrahan se sal- va Lot y por José llega la bendicién a su fa- milia y a todo el mundo, incluido Egipto: es un Dios que acepta la colaboracién humana. Al final de Génesis, Jacob, en su lecho de muerte, le agradece ser angel, pastor y re- dentor (Gn 4,15-16). Este Dios, ensefa el texto, tiene un punto débil: se deja vencer por la oracion o por la intercesion de un ami- go. Conoce la debilidad del ser humano, per- dona una y otra vez, su corazén es de padre. Génesis, al revelar la fidelidad divina por un lado y las promesas por otro, proporciona al creyente un arma mas para forzar al Dios li- bre y cumplidor: apelar a su lealtad. Y, cuan- do todo esto falla, ensena a buscar amparo y refugio en su misericordia. 34 La accion salvadora del Seftor se abre a dos planos: creando y bendiciendo, dando el ser y haciendo feliz. Sila primera creacién fracas6 en distintos momentos (Gn 1-11), con Abra- han se abre una nueva era que culminara en €l Mesias. hijo de Dios y del patriarca, etapa en la que la benciicién se impone (Gn 12-50). Bendicién. La bendicion es un acto crea- dor, que tiene fuerza desde el momento en que se pronuncia y da sus frutos porque es- (4 animada por Ia fuerza divina; es irrever- sible, aunque no se trasmite mecanicamen- te ni es propiedad de nadie, ni siquiera del primogénito, sino que precisa de un acto vo- luntario del que la otorga. La bendicion es el origen, la suma y el resultado final de las promesas, elemento integrador de este libro. Las frecuentes expresiones-dichos de pro- mesa aglutinan recuerdos, a veces indepen- dientes, de los protagonistas y les dan valor teolégico. Los. objetas de las promesas son va- riados: un hijo o una gran descendencia, un pais donde asentarse, la proteccién para un Viaje, el bienestar en el lugar del asenta- miento. Hay una preocupacién por mostrar su cumplimiento, de ahi las continuas alu- siones a la prosperidad, riquezas y prestigio de los patriarcas. Bendicion y promesas de- muestran el amor, poder y fidelidad de Dios, por eso se van realizando, a pesar de las in- fidelidades de los padres, hasta culminar asentados en Egipto, respetados y gozando de independencia y bienestar. Al unir bendicion y promesa, la primera se convierte en una actitud permanente de Dios, que mira al futuro pero cuya garantia reside en el pasado. Por eso, las promesas, alirse realizando, pueden enriquecerse con nuevos matices, que superan sus contenidos iniciales: la promesa de la tierra incluiré el reino davidico y mesianico; la universalidad primera abrazara a todos los hombres de to- dos los tiempos, se convertira en salvacion, universal. De ahi que cuanto Dios promete en Génesis alcanza profundidad mesianica y escatol6gica. El hombre. El hombre es creado a imagen y semejanza de Dios, formado de barro y aliento divino, feliz en su trabajo y en armo- nia consigo mismo y con cuanto le roclea. Pe- ro el Dios libre hizo a su criatura dotada de libertad; quiso tener a su lado a un amigo, el hombre, y verlo feliz, pero libre también ca- mo él. Y, como respeta las reglas del juego, acepta que la criatura se le subleve y reac- cione de forma egoista. Cuando esto sucede, las desgracias arrasan a la creacion y pare- ce que todo termina. Si gracias a la palabra, el Sefior vencié al caos y dio origen a la vida, ésta se convirtié en algo maldito cuando el hombre dejé a Dios de lado y se crey6 dueno de su destino. La fe biblica, Aprovechando los relates el texto delinea la figura del creyente: al Dios fiel, cl hombre debe responder con fidelidad; dudar de su lealtad es la tentacién radical. La fe es un encuentro personal en el que el Sefior toma la iniciativa; encuentro decisivo en la vida del creyente en el que se mezcla la confianza, el vacio de si mismo y la obe- diencia: Adan debe confiar y obedecer: Cain aceptar la eleccion de su hermano y los cons- tructores de Babel su dependencia; Abrahan su desarraigo del pasado poniendo en manos divinas su futuro; toda la vida de Jacob es un llegarse y huir de ese Dios que no lo abanciona; para José el encuentro se dara en momentos terribles. La fe exige empobrecimiento y riesgo: acep- tar la dependencia de Dios en los casos de Adan-Eva, de Cain y de las gentes de Babel. En Abrahan se retrata la opeién radical del creyente: una voz sin mas le ordena abando- narlo todo, pasado y presente, y flarse: res- ponder si, dejar de ser lo que es y busear otra identidad, Dios reconocera su fe (vase Gn 15.6) y su obediencia (véase Gn 22.12.16); Abrahan se convierte en su hombre de con- fianza (véase Gn 18,18). Jacob, forajido por su propia culpa, acepta su situacion y, tras en- contrarse con Dios (véase Gn 28, 10-22), mar- cha a la basqueda de una vida nueva. De- volvera Io que robo y. tras largos afos de prueba cuando esta a punto de llegar a su ob- Jetivo, se refugia en Ja oracion, hace frente al mismo Dios; admite su culpa y el Sefior le cambia el nombre, lo convierte en otro (véa- GENESIS se Gn 32,23-33). La fe conduce a la conver- sion y, por ella, al hombre nuevo. En el caso de José, el empobrecimiento ¥ el riesgo le son exigidos por la misma vida y, modelo de cre- yente, acepta en silencio su condicion. Aguan- tay sufre la ausencia de Dios. Su confianza no queda defraudada. La confianza en Dios debe llenar el vacio que conileva la fe. La fortaleza del creyente esta en el Sefior; se fia de él.a pesar de las di- ficultades y absurdos que la vida lleva apa- rejados. El aspecto paradéjico de las prome- sas revela esta confianza ciega: a una pare- jade ancianos, y ella estéril, Dios le asegura que seran padres de una gran nacion; y cuando Abrahan se queja de que su hijo no Mega, el Senor le asegura que su descen- dencia sera mas numerosa que las estrellas del cielo, y sin mas motivos, Abrahan cree en 41. Solo, sin nada encima, abandonado y hu- yendo, Jacob recibe una promesa inmensa: poseerd aquella tierra sobre la que duerme y jun maldito, como es él, sera vehiculo de bendicién! Dios promete a gentes sin titulo alguno que la tierra que pisan sera suya, y la tierra est en manos de pueblos numero- 0s y fuertes. José es un joven que suena ser adorado por el sol, la luna y once estrellas: aprovechando las aventuras y desventuras de este héroe, el texto retrata la figura del hombre que confié en Dios. Esta es la voca- cion del individuo y de la comunidad ere- yente; buscar a Dios en el desasimiento, con riesgo y confianza. 4, Bibliografia J. Errandonea, Edén y Paraiso, Madrid 1966. H. Haag, El pecado original en la Biblia y en la doctrina de la Iglesia, Madrid 1969. H. Renckens, Creacién, Paraiso y Pecado ori- ginal segiin Gén 1-3, Madrid 1969. L. Alonso Schékel, Pentateuco I: Génesis y Exodo, Madrid 1970, P. Grelot, El problema del pecado original, Barcelona 1970. J. Scharbert, ¢Pecado original? Estella 1972. T. Gaster, Mito, leyenda y costumbre en el li- bro del Génesis, Barcelona 1973. 35

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