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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD DEL ZULIA


FACULTAD DE MEDICINA
ESCUELA DE MEDICINA
DEPARTAMENTO DE LAS CIENCIAS INSTRUMENTALES Y DE LA
COMUNICACIÓN
CÁTEDRA DE BIOFÍSICA Y TECNOLOGÍA BIOMÉDICA

UNIDAD IV: FENÓMENOS NUCLEARES


TEMA 2: RADIOBIOLOGÍA

Realizado por:

Alarcon Frontado, Stephany Paola CI: 23.764.900


Bravo Montiel, Dayana Jaqueline CI: 18.875.479
Fuenmayor Asequias, Madelaine Carolina CI: 24.362.025
González González, Mariely CI: 18.821.073
Ríos Melean, Andrea de Jesús CI: 23.893.586
Sánchez Parra, Hilenne Laireth CI: 25.975.333
Sandoval Castellano, Isabelle Virginia CI: 25.962.021
Sandrea Muscelli, Arianna CI: 24.946.705
Sardi Artigas, Aldymar Coromoto CI. 24.251.164
Serpente Urdaneta, Barbara Doreen CI: 26.559.115
Silva Covalky, Aljadis Enrique CI: 26.871.554
Silva López, Ricardo Andrés CI: 23.760.208
Silvestri Ventura, Antonella Karina CI: 23.894.883
Urdaneta Jiménez, Juliet Carolina CI: 26.023.514
Valero Medina, José Luis CI: 26.091.059
Villalobos Piña, Isabella Lucía CI: 25.396.682
Zambrano Pirela, Naydelin Milagros CI: 24.727.740
INTRODUCCIÓN

La radiobiología es la ciencia que estudia los fenómenos que suceden cuando


un tejido vivo ha absorbido la energía cedida por las radiaciones ionizantes. Estos
fenómenos son las lesiones que se producen y los mecanismos que aporta el
organismo en funcionamiento para compensar esas lesiones.

En 1.896 Henri Becquerel descubrió las propiedades perjudiciales de las


radiactividad, tomando en cuenta las quemaduras que le produjo un frasco que
contenía radio.

Ese mismo año Clarence Madison Dally, se sometió a radiaciones que


acabaron con su vida, era ayudante de Thomas Alva Edison, inventor del
fluoroscopio.

Durante la exposición industrial realizada en 1.896 en Nueva York, Dally


expuso, reiteradamente sus manos al experimento presentado por él, consistente
en un equipo de rayos X, cuyo objetivo era observar las sombras en el esqueleto
humano. Poco tiempo después las manos se le ulceraron, siéndole posteriormente
amputadas. El cáncer contraído le fue progresando en su organismo y en 1.904
acabó con su vida. Fue la primera victima descrita por las radiaciones ionizantes.
INDICE DE CONTENIDO

Página

1.1.- Radiobiología. Definición ................................................................................ 4


1.2.- Efectos no estocásticos: Mecanismos celulares básicos. Efectos localizados
(Órganos). Irradiación total del cuerpo............................................................ 4
1.3.- Efectos estocásticos: Inducción de neoplasias. Inducción de leucemia.
Riesgo estocástico total ............................................................................... 13
1.4.- Efectos químicos .......................................................................................... 19
1.5.- Medidas de protección radiológica: Limites anuales de dosis. Técnicas de
protección contra radiación externa: Tiempo, Distancia, Blindaje ................. 19
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DESARROLLO

1.1.- RADIOBIOLOGÍA. DEFINICIÓN: Es el estudio de la serie de sucesos que se


producen después de la absorción de energía procedente de radiaciones ionizantes en
los seres vivos, de los esfuerzos de éstos por compensar sus efectos y, de las
consecuencias o secuelas de todo el proceso.

Estos efectos involucran primariamente a las células diploides. El efecto


somático se manifestará en el individuo que absorbe la dosis de radiación, pudiendo
clasificarse en dos tipos: efectos de relativa certeza o no estocásticos (efectos
determinísticos) y los que ocurren al azar o estocásticos (efectos no determinísticos).

1.2.- EFECTOS NO ESTOCÁSTICOS: Los efectos determinísticos son la


consecuencia de la sobreexposición a la radiación externa o interna, instantánea o
prolongada, sobre todo o parte del cuerpo, provocando la muerte de una cantidad de
células tal, que no pueda ser compensada por la proliferación de células viables. La
pérdida resultante de células puede causar deterioros severos de la función de un
órgano o tejido, clínicamente detectables.

Mecanismos celulares básicos: El núcleo celular es la estructura sensitiva de


la célula. En el núcleo se almacena la información genética dentro de la molécula de
ADN. Esto no significa que fuera del núcleo no haya otras estructuras celulares
sensibles a los efectos radioinducidos. Tal es el caso de organelas vinculadas con el
metabolismo aerobio, así como el sistema de endomembranas y la membrana celular.
El tiempo entre 2 eventos ionizantes es importante porque es el intervalo, en el cual, la
célula puede poner en marcha mecanismos de reparación o de adaptación a la injuria.
Esto es, a mayor tiempo entre dos eventos subletales más probabilidad de
recuperación del daño. Cuando la radiación causa excitación o ionización en un
sistema biológico, en particular en el nivel de moléculas críticas, la modificación de ese
sistema es por acción directa de la energía entregada (efecto directo). Pero hay que
considerar que los sistemas biológicos son sistemas esencialmente acuosos, de modo
que la energía absorbida en ese volumen de agua generará moléculas intermediarias
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con gran reactividad química (radicales libres), dando lugar a los mecanismos
secundarios de daño (efectos indirectos), predominantes en las exposiciones a
radiación de baja transferencia lineal de energía (Bajo LET). En el caso de radiación de
Alto LET, predominan los mecanismos directos.
Una irradiación puede producir distintos tipos de lesiones según el componente
de la molécula de ADN que ha alcanzado:
 Ruptura de cadena: Las rupturas pueden ser simples o dobles. Las simples
pueden sobrevenir a nivel de la unión fosfodiéster entre el fosfato y la
desoxirribosa (azúcar) con más frecuencia; aunque también pueden
producirse sobre la ligadura base-desoxirribosa. Una ruptura doble es la
pérdida de continuidad de dos cadenas de ADN, a niveles distantes a menos
de 3 bases nucleotídicas promedio. Se denominan homólogas si se
producen a nivel del mismo par de bases complementarias. Las rupturas
dobles heterólogas son las más frecuentes.
 Alteración de bases: Las bases pueden ser destruidas o parcialmente
modificadas. Sufren sobre todo hidroxilación (por radical hidroxilo OH) con
formación de hidroperóxidos.
 Alteración de los azúcares: Los azúcares son oxidados y luego
hidrolizados con liberación de la base.
 Otras lesiones: Pueden formarse distintos tipos de puentes entre las
cadenas (cross links) o formación de dímeros.

En la célula, existen mecanismos de reparación del daño radioinducido; estos


mecanismos son:

 Escisión y Resíntesis: Mecanismo principal en moléculas de ADN que no


están en fase de replicación. La lesión es reconocida y escindida. El nuevo
fragmento es resintetizado tomando como modelo la cadena complementaria
con la participación de enzimas reparadoras (endonucleasa, ADN
polimerasa y ligasa).
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 Reparación postreplicativa: Se observa en células en vías de replicación


(fase S). Se ha evidenciado en células procariotas; pero no aún en
eucariotas.
 Transquilación: Se produce la conversión enzimática de los grupos alquilos
en alcoholes.
 Fotorestauración: Demostrada también en eucariotas, se trata de enzimas
fotosensibles que transforman los dímeros de pirimidina en monómeros.
 Mecanismos reparadores de rupturas dobles: la reparación de rupturas
simples es eficaz y rápida en células de mamíferos y se efectúa por escisión
y resíntesis. Las rupturas dobles pueden ser reparadas en bacterias,
levaduras y células eucariotas. Es probable un mecanismo de reparación por
recombinación con la molécula homóloga de ADN; pero no ha sido aún del
todo demostrado.

Efectos localizados: La gravedad del daño que puede ser tolerado en un


tejido u órgano depende de varios factores: nivel de depleción celular que produce
disfunciones en los tejidos, momento de manifestación del daño, capacidad de
reparación y recuperación del tejido, volumen incluido en el campo, dosis total
administrada, tiempo total y número de fracciones en que se subdivide la dosis.

 Piel: Los efectos de las radiaciones sobre la piel son dependientes de la


dosis, la profundidad y el área de la piel irradiada. La escala de
severidad de los síntomas es la misma que para las quemaduras
comunes: eritema, edema, ampollas, úlceras, necrosis y esclerosis. Las
dosis umbral para efectos determinísticos después de una dosis aguda
en un campo de 3 cm de diámetro, se encuentra en los siguientes
rangos:

- Depilación temporaria 3-5 Gy


- Depilación permanente >7 Gy
- Eritema 3-10 Gy
- Radiodermitis seca 10-15 Gy
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- Radiodermitis exudativa 15-25 Gy


- Necrosis > 25 Gy

Estos valores aumentan cuando disminuye el tamaño. Las dosis umbral para
efectos determinísticos por irradiación fraccionada son más altas:

- Depilación permanente 50-60 Gy


- Eritema 30 Gy o más

 Aparato Digestivo: Los daños al tubo digestivo provocan síntomas


agudos y crónicos, que van desde la diarrea y dispepsia hasta úlcera,
estenosis y obstrucciones. Hay una variada radiosensibilidad de las
diferentes partes del tubo digestivo, siendo las más sensibles, el
intestino delgado, recto, colon y estómago, en ese orden. Estos efectos
producen un síndrome gastrointestinal mortal cuando gran parte del
intestino es expuesto en forma aguda a una dosis mayor de 10 Gy. Las
complicaciones tardías debido a lesiones localizadas en el aparato
digestivo se manifiestan en meses o años posteriores a la exposición, y
aparecen en forma de obstrucciones, constricciones y adherencias,
resultantes de la fibrosis, pudiendo aparecer perforaciones y fístulas.
 Aparato Respiratorio: El pulmón es el órgano más sensible del tórax.
La neumonitis por irradiación puede sobrevenir en forma precoz e ir
seguida, semanas o meses después, por radiofibrosis. Cuando la mayor
parte o todo el volumen de ambos pulmones son irradiados se puede
producir neumonitis mortal. Semanas o meses después de la exposición
puede producirse la fibrosis pulmonar. La fibrosis se puede manifestar
después de la irradiación de campos grandes o pequeños. Las dosis
altas administradas en campos reducidos pueden también conducir a la
fibrosis. La DL50 por irradiación aguda es de 8-10 Gy o 20-30 Gy para
exposiciones fraccionadas en 6-8 semanas.
 Sistema Cardiovascular: El corazón no es considerado un órgano
altamente radiosensible. Sin embargo, una dosis de 40 Gy fraccionada
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en forma convencional en radioterapia (10 Gy/semana) puede causar


algún grado de degeneración miocárdica, y una dosis mayor de 60 Gy
para todo el corazón puede llevar a la muerte por derrame pericárdico y
pericarditis constrictiva. Los vasos sanguíneos en todos los órganos
muestran cambios después de dosis de 40-60 Gy. En general, la
permeabilidad vascular y el flujo sanguíneo tienden a incrementarse en
las primeras fases de la respuesta, para ser seguida, después de varios
meses, por degeneración de las células endoteliales, engrosamiento de
la membrana basal, y esclerosis gradual. Cambios tardíos en los vasos
sanguíneos incluyen, típicamente, proliferación endotelial focal,
engrosamiento de la pared, estrechamiento de la luz y reducción del
flujo sanguíneo.
 Sistema Urinario: El riñón es el elemento más sensible, la vejiga tiene
una sensibilidad intermedia y los uréteres son los más resistentes,
aunque pocas veces son irradiados en toda su longitud. Con dosis
fraccionadas de 20 Gy en 3-4 semanas se puede observar una
reducción en la función renal. Con dosis más altas, se produce nefritis
aguda en un plazo de 6-12 meses, que puede ser letal o conducir a
nefritis crónica, caracterizada por esclerosis y fibrosis. Generalmente,
estos cambios van acompañados de hipertensión arterial.
 Sistema Nervioso Central: Tradicionalmente, se consideraba que los
tejidos del sistema nervioso central eran radioresistentes. Sin embargo,
el tejido nervioso posee muy poca capacidad de repoblación, lo que
sumado a datos obtenidos de la experiencia radioterapéutica, es motivo
suficiente para no considerarlo radioresistente. Se considera que la
dosis de tolerancia para todo el cerebro es de alrededor de 55 Gy
fraccionados en 5-6 semanas. Un incremento de la dosis puede llevar a
necrosis cerebral. Para la médula espinal, las dosis de tolerancia son
más bajas que para el cerebro. Las estimaciones de una dosis segura
para la médula cervical, torácica y lumbar varían entre 35 Gy en 4
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semanas y 50 Gy en 5 semanas. La lesión en médula espinal es


inversamente proporcional a la longitud de la médula irradiada.
 Efectos a nivel ocular: De los tejidos de la región del ojo (glándulas
lagrimales, conjuntiva, córnea, retina), el cristalino es el más sensible a
la radiación. La producción de opacidades es la consecuencia del daño
sobre las células del epitelio anterior del cristalino. El cristalino es
particularmente sensible a la irradiación uniforme, responde a dosis de
aproximadamente 1 Gy en tratamiento único ó 4 Gy en forma
fraccionada, con la formación de cataratas. Se han observado
opacidades estacionarias mínimas después de dosis únicas de 1-2 Gy, y
con más de 5 Gy se producen cataratas progresivas graves. Con 7,5 Gy
en forma aguda y 14 Gy fraccionados, la opacidad del cristalino con
dificultad de la visión alcanza al 100% de las personas expuestas.
 Ovario: es un órgano sumamente radiosensible. Dosis únicas de 2-6 Gy
producen esterilidad temporal, siendo necesarias dosis mayores cuando
se administran fraccionadas para igual efecto. Las mujeres mayores son
más susceptibles, probablemente debido a un decreciente número de
folículos con la edad. La dosis umbral para esterilidad permanente
disminuye con la edad.
 Testículo: es también un órgano radiosensible. Dosis de 0,1-0,15 Gy
producen esterilidad temporal. La dosis que induce esterilidad
permanente en el 100% de los hombres expuestos es mayor a los 6 Gy.
 Hueso y Cartílago: El hueso y cartílago en desarrollo son mucho más
sensibles a la radiación, que esos mismos tejidos en el adulto. Puede
ocurrir retardo o incluso la detención del crecimiento. Con dosis
superiores a 20 Gy se incluyen escoliosis, cifosis, deslizamientos de las
epífisis femorales, hipoplasia, retraso del crecimiento, problemas
dentales, etc. El cartílago maduro es mucho más resistente al daño por
radiación y las dosis para producir necrosis son altas. En general, el
hueso adulto es considerado radioresistente a pesar que después de la
irradiación se vuelve susceptible al trauma y a la infección, y posee
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escasa capacidad de regeneración. Una dosis de 65 Gy administrada en


6-8 semanas no ocasiona, comúnmente, osteonecrosis; pero puede
determinar una mayor predisposición a la fractura y demora en el
proceso de cicatrización posterior.
 Sistema Endocrino: La disfunción tiroidea puede ser debida a la
irradiación de la glándula tiroides o del eje hipotálamo-hipofisario. La
glándula tiroides se considera como un órgano radioresistente desde el
punto de vista de la destrucción y de la deficiencia funcional. Se requiere
un mínimo de 300 Gy para producir la ablación total en un corto período,
por ejemplo 2 semanas. El hipotiroidismo es el más frecuente de los
efectos determinísticos tardíos que afectan a la glándula tiroides
después de la irradiación. El daño clínico puede manifestarse varios
meses o años después. El daño directo a la glándula tiroides debido a la
radiación ionizante puede causar hipotiroidismo primario; mientras que la
irradiación del eje hipotálamo-hipofisario produce hipotiroidismo
secundario.

Irradiación de todo el cuerpo (Efectos determinísticos por


sobreexposición de todo el cuerpo):

 Síndrome Agudo de Radiación (SAR): Evoluciona clínicamente en 3 formas


(hemopoyética, gastrointestinal y neurológica), y cada una de ellas, en 4 etapas:

- Prodromal.
- Latencia.
- Crítica o de Estado.
- Recuperación o Muerte.

 Sistema hematopoyético: las células del sistema hematopoyético y el sistema


linfático relacionado son altamente sensibles a la muerte por radiación. Las más
sensibles son las células madre o precursoras (“stem cells”) de la médula ósea,
que, normalmente, dan lugar a todas las células sanguíneas circulantes y
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plaquetas, así como el tejido linfático encontrado en el bazo,


hígado, ganglios linfáticos y timo. Los glóbulos rojos maduros y las plaquetas
circulantes son particularmente resistentes, lo cual es probablemente debido a la
pérdida del núcleo. Los linfocitos circulantes son bastante sensibles y una caída
en el valor normal puede indicar los niveles de radiación. Los efectos por la
muerte de las células precursoras no serán vistos hasta días o semanas
después, cuando las células maduras (resistentes a la radiación) sean
removidas
de la circulación. El efecto es la pancitopenia (depresión de todos los tipos
celulares), resultante en hemorragia (por reducción plaquetaria), infección (por
disminución de los glóbulos blancos) y anemia (por la caída en la producción de
glóbulos rojos).
 Síndrome Gastrointestinal (Forma gastrointestinal del SAR): Corresponde a
la forma del SAR que aparece con dosis de entre 10-50 Gy. Los signos y
síntomas de esta forma siguen a aquellos de la fase prodromal. Anorexia,
letargia, diarrea, disminución de los fluidos y electrolitos corporales, pérdida de
peso, etc. son algunos de los signos y síntomas del síndrome gastrointestinal. El
contaje de leucocitos cae dramáticamente, puede haber hemorragias y
bacteriemia, agravando la injuria y contribuyendo a la muerte. Pueden
observarse úlceras gástricas y colónicas. La enteritis severa ocurre alrededor de
4 días después de dosis de 10 Gy. El Síndrome Neurológico (Forma neurológica
de SAR) se presenta con dosis superiores a los 50 Gy en todo el cuerpo.
 Síndrome del sistema nervioso central: se caracteriza por los signos y
síntomas de la fase prodromal, agravados, seguido de un período de depresión
transitoria o aumento de la actividad motora, hasta una total incapacidad y
muerte. Con estas dosis, se producen en el sistema nervioso central cambios
patológicos, como un aumento de la permeabilidad vascular y la producción de
edema y hemorragia.
 Dosis letal: Para el hombre adulto y sano, se estima que el valor de la
DL50/60 después de una exposición aguda, oscila entre 3 y 5 Gy como dosis
media y la causa de muerte por estas dosis se debe a la pérdida de la función de
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la médula ósea por pérdida de sus células madre. Se pueden mejorar las
posibilidades de supervivencia de individuos expuestos a dosis cercanas o
mayores que la DL50/60, estimulando a las células madre viables de médula
ósea o, utilizando médula o concentrados de células madre de médula ósea
procedentes de un donante compatible, además del cuidado médico apropiado
(sustitución de fluidos, antibióticos, medidas de barrera, fungicidas).

1.3.- Efectos estocásticos: Como consecuencia de la irradiación, la célula no muere,


sino que sufre una modificación en la molécula de ADN, pudiendo producirse los
denominados efectos estocásticos. Estos efectos tienen lugar tras exposiciones a dosis
o tasas de dosis bajas de radiación y la probabilidad de que ocurran; pero no su
gravedad, aumenta al incrementar la dosis de radiación recibida. La gravedad de estos
efectos depende de factores como el tipo de célula afectado y el mecanismo de acción
del agente agresor que interviene. Las organizaciones nacionales e internacionales
responsables de dictar las recomendaciones de protección radiológica aceptan que no
existe una dosis umbral para el caso de efectos estocásticos, ya que opinan que no se
puede descartar, con la información de la que se dispone en la actualidad, que incluso
a dosis muy bajas de radiación exista una probabilidad, aunque sea muy pequeña, que
la célula sea modificada. Los efectos estocásticos pueden ser hereditarios y somáticos.
Si la célula que ha sido modificada tras la irradiación es una célula somática, el efecto
se pondrá de manifiesto en el individuo que ha sido expuesto a la radiación,
hablándose en este caso de efectos estocásticos somáticos. Si por el contrario, la
célula que se ha visto modificada tras la irradiación es una célula germinal, el efecto
biológico no se pondrá de manifiesto en el individuo expuesto sino en su descendencia,
hablándose en este caso de efectos estocásticos hereditarios.

Efectos estocásticos somáticos: Desarrollo de cáncer. El potencial


carcinogénico de la radiación ionizante fue reconocido poco tiempo después de que
Roentgen descubriera los rayos-X en 1895. En 1902, se describió el primer cáncer
inducido por radiación, el cual se caracterizó por un área ulcerada en la piel. En pocos
años, se observaron un elevado número de tumores de piel, y la primera leucemia se
describió en 1911 en cinco trabajadores expuestos a radiación. Se piensa que, Marie
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Curie y su hija, murieron por complicaciones de una leucemia inducida por radiación.
Hoy día se sabe que el efecto estocástico somático de mayor relevancia tras
exposición a dosis bajas de radiación es el desarrollo de cáncer. La transición desde
una célula normal a una célula maligna es un proceso complejo que implica diversos
cambios cuya naturaleza exacta dependerá del tipo de célula, del mecanismo de acción
del carcinógeno implicado y del tipo de cáncer que se origine.

A pesar de la diversidad, se han desarrollado diversos modelos generales para


describir el proceso carcinogénico, siendo el más aceptado actualmente, el modelo
multietapa. Dicho modelo predice que un cáncer aparece como consecuencia de una
serie de sucesos que pueden ser totalmente independientes; pero que, con frecuencia,
están ligados, pudiendo incluso estar mediados por el mismo agente. El modelo
multietapa considera que el desarrollo de cáncer tiene lugar en cuatro etapas:
iniciación, conversión, promoción y progresión.

 Iniciación. Esta etapa implica la inducción de cambios estables o mutaciones,


esencialmente irreversibles, en uno o más genes importantes para el control del
crecimiento y diferenciación celular, de tal modo que dichos genes ven
modificada su función en una dirección que favorece el crecimiento celular
(proliferación) o bien, que dificulta o impide la diferenciación de las células. No
existe umbral para que tenga lugar la etapa de iniciación, la cual puede ocurrir
en respuesta a una exposición única al agente iniciador, volviéndose
permanente tras un único ciclo mitótico, después del cual es irreversible. Una
vez se ha producido el evento iniciador, éste se transmite a las células hijas
durante las siguientes divisiones celulares. En la actualidad se acepta que, el
cáncer tiene un origen clonal, es decir, que se inicia a partir de una única célula
cepa de los tejidos, que sufre un daño en su ADN. La iniciación también puede
ocurrir en ausencia de mutación. Los mecanismos epigenéticos que
intervendrían en este caso aún no han sido caracterizados; pero podrían ser
similares a los responsables de los cambios hereditarios estables que aparecen
durante la diferenciación celular. En general, este proceso no implica daño
genético y, probablemente, está mediado por una combinación de patrones
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alterados de metilación del ADN y cambios en los factores de transcripción, que


darán lugar a patrones alterados de expresión génica.
 Conversión. En esta etapa, las células pre-neoplásicas se comprometen más
en el desarrollo maligno, mediante la acumulación de mutaciones génicas
adicionales. Existen cada vez más evidencias que sugieren que la
heterogeneidad celular, característica del desarrollo maligno, puede en muchos
casos ser consecuencia de la adquisición temprana de mutaciones en genes
específicos que desestabilizan el genoma. Ejemplos de eventos de
desestabilización del genoma son las mutaciones inducidas en el gen TP53. La
inducción de una alta frecuencia de mutaciones en una etapa temprana del
desarrollo tumoral, puede ayudar a que se produzca una gran heterogeneidad
celular dentro de una población de células pre-malignas. Dichas células tendrán
la capacidad de evadir los controles celulares que actúan restringiendo la
proliferación de células aberrantes, las cuales tienden a ser seleccionadas
durante la tumorogénesis. Los mecanismos de conversión todavía no están
claros. Muchos agentes conversores aumentan el estrés oxidativo y parece
haber una correlación entre su eficacia para convertir y la inducción de
aberraciones cromosómicas.
 Promoción. Es un proceso que requiere exposición prolongada o repetida al
agente promotor y, normalmente, es reversible si el daño es eliminado. Existe
una dosis umbral del agente por debajo de la cual no tiene lugar la promoción
tumoral. En esta etapa, en presencia de agentes promotores, se desencadena
una respuesta hiperproliferativa en células iniciadas y convertidas y en su
progenie, formándose una población clonal de células que expresan un fenotipo
alterado. Los agentes promotores van a producir efectos detectables, bien sobre
la proliferación celular en sí misma, o sobre procesos que son necesarios para el
crecimiento y división celular. A pesar que existen muchas vías por las que los
promotores tumorales pueden afectar la proliferación celular, las mejor
caracterizadas son aquéllas en las que el promotor interfiere con los sistemas
fisiológicos de control celular.
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 Progresión. La progresión es una etapa poco conocida del proceso


carcinogénico. Se sabe que es una etapa compleja y multifacética en la que el
clon de células preneoplásicas acumula cambios celulares que afectan la tasa
de crecimiento, la respuesta a factores de proliferación y diferenciación y la
capacidad de invasividad y de metástasis. Se postula que tales cambios
fenotípicos son el resultado de mutaciones genéticas adicionales, si bien la
naturaleza de estas alteraciones no está tan caracterizada como la de aquéllas
que afectan las etapas tempranas de la carcinogénesis. Existen algunos datos
sobre mutaciones en genes que codifican proteínas de la membrana celular,
viéndose alteradas de esta forma, las interacciones de estas células con su
entorno. El desarrollo de cáncer es un proceso complejo en el que pueden
intervenir multitud de factores celulares y ambientales. Aunque en la actualidad
los mecanismos implicados en cada una de las etapas del proceso
carcinogénico no se conocen en su totalidad, se presupone que, si bien la
radiación podría actuar en cualquiera de estas etapas, es en la iniciación donde
su papel carcinogénico es más relevante.

Efectos estotaticos hereditarios: Además de inducir cambios neoplásicos en


tejidos somáticos, la radiación ionizante puede producir efectos transmisibles
(hereditarios) en poblaciones irradiadas, a través de la inducción de mutaciones en el
ADN de las células germinales masculinas o femeninas. Estas mutaciones, aunque no
tienen consecuencias directas en el individuo expuesto, pueden expresarse en
generaciones posteriores como desórdenes genéticos de muy diverso tipo y severidad.
Hasta el momento, no se ha demostrado la inducción por radiación de enfermedades
genéticas (hereditarias) en poblaciones humanas expuestas a radiación ionizante. Sin
embargo, la radiación ionizante es un mutágeno universal y estudios experimentales
realizados en plantas y animales demuestran claramente que la radiación puede inducir
efectos genéticos; por tanto parece poco probable que los humanos sean una
excepción. La estimación del riesgo de efectos hereditarios en humanos como
consecuencia de la exposición a radiación se basa en el marco general de las
enfermedades genéticas que ocurren de forma natural y en su clasificación en:
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Mendelianas. Debidas a la mutación en un único gen. Dependiendo de la


localización del gen mutado (en autosomas o en el cromosoma X) y de sus efectos en
el fenotipo, las enfermedades mendelianas se clasifican en autosómicas dominantes,
autosómicas recesivas, ligadas al cromosoma X (dominantes o recesivas).

Cromosómicas. Debidas a alteraciones en los cromosomas.

Multifactoriales. Debidas a complejas interacciones entre diversos factores


genéticos y ambientales. Incluyen las anomalías congénitas comunes que están
presentes en el momento del nacimiento y enfermedades crónicas en adultos. En la
actualidad, existen evidencias sólidas de que aquellas deleciones grandes del genoma
que afecten a múltiples locus constituyen la clase predominante de mutaciones
inducidas por radiación. Se considera que solamente una parte de estos eventos de
pérdida multigénica será compatible con el desarrollo embrionario/fetal y el nacimiento
de un ser vivo. Por tanto, es de esperar, que el principal efecto genético adverso en
humanos, es probable, que consista en anomalías multisistemas durante el desarrollo,
en lugar de enfermedades de genes únicos. El objetivo de las estimaciones del riesgo
genético, es predecir los efectos de una pequeña dosis de radiación (que causa un
aumento en la frecuencia de mutaciones) sobre la incidencia de enfermedades en la
población.

Inducción de Neoplasias:

Activación de proto-oncogenes: son alteraciones que incrementan la


actividad de genes involucrados directa o indirectamente en el desarrollo de una
neoplasia. El proto-oncogen es la forma inactiva, el oncogen es la forma activa: es una
secuencia muy específica del ADN que codifica para una determinada proteína,
responsable del efecto. Ese efecto puede ser, por ejemplo, una cierta acción a nivel del
control del ciclo celular, la alteración de la diferenciación de la célula, una comunicación
celular aberrante etc. Como consecuencia de esto, la célula adquiere esa “ventaja
proliferativa” característica de las neoplasias.

Un proto-oncogen puede activarse, simplemente, mediante el cambio de un par


de bases (mutación puntual) o a través de una variedad de eventos citogenéticos que
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colocan al gen cerca de otra secuencia de ADN capaz de activarlo (inversiones) o la


remoción de un segmento del cromosoma con posterior re-inserción en otro
cromosoma (translocaciones).

La activación de los oncogenes implica una ganancia de función: la afectación


de estos genes incrementa su función, promoviendo el crecimiento y la proliferación
celular. Los oncogenes actúan de manera dominante, basta con que se afecte uno de
los dos alelos del gen para que se exprese el daño por alteración de la función.

Inactivación de genes supresores de tumores: estos genes (también


llamados antionco-genes) actúan como reguladores negativos de procesos de
transducción de señales y progresión en el ciclo celular. A través de ello, juegan un rol
importante en el control de la proliferación celular. La mutación de estos genes puede
reducir o anular su actividad. Su afectación implica una pérdida de función: dado que
ellos regulan la progresión a través del ciclo celular, su anulación facilita la
carcinogénesis. Son mutaciones recesivas: deben afectarse los dos alelos del gen para
que se afecte el funcionamiento celular.

Un antioncogen puede inactivarse también mediante el simple cambio de una


base, por la ocurrencia de una translocación, una inversión o la pérdida de una porción
del ADN que lo contenga (deleciones).

Las células contienen un conjunto de sistemas capaces de identificar y reparar


el daño inducido en su ADN, reduciendo así el riesgo de que una mutación persista.
Hay momentos del ciclo celular en los que la integridad del genoma es chequeada
antes de permitir que la célula siga avanzando. Si se detectan anomalías, la progresión
a través del ciclo celular se detiene para dar lugar a la reparación. En la célula existen
otros sistemas que brindan protección contra el daño al ADN y que contrabalancean el
efecto de los carcinógenos: son sistemas capaces de detoxificar ciertos carcinógenos
químicos e indirectamente capaces de proteger también contra carcinógenos físicos
como la radiación (ejemplo: sistemas enzimáticos de defensa antioxidante, vitaminas,
etc.).
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Finalmente, si todo lo anterior fallara, aún queda otro frente de batalla: el


sistema inmunológico. Particularmente un subtipo de linfocitos denominados “natural-
killer” (NK) tienen capacidad de destruir células neoplásicas.

Induccion de leucemia:

Las estimaciones acerca de los riesgos de la exposición a bajas dosis de


radiación tienen importancia fundamental en el ámbito de la radioprotección. Estas
estimaciones se basan, fundamentalmente, en la interpretación de datos
epidemiológicos y de estudios experimentales, la que a su vez se sustenta en el
conocimiento creciente del proceso de carcinogénesis así como de los mecanismos
moleculares de la respuesta de la célula a la injuria por radiación. Desde el punto de
vista biológico, el cáncer radioinducido no presenta diferencias respecto del cáncer que
aparece espontáneamente en una población dada; es decir que, hasta el momento no
existe ningún indicador que permita demostrar con certeza que un cáncer determinado
ha sido o no inducido por la radiación en humanos, basándose, fundamentalmente, en
los denominados estudios epidemiológicos que comparan riesgos entre poblaciones
expuestas y no expuestas. Existe siempre un tiempo mínimo entre la irradiación y la
aparición de cáncer radioinducido en una población expuesta. Este período se
denomina período mínimo de latencia y su longitud varía con la edad y con el tipo de
tumor. Suele ser más corto en los niños. Para el caso de las leucemias y ciertos
tumores óseos (osteosarcoma inducido por radio) puede ser de 2 años; mientras que,
para la mayor parte de los tumores sólidos se considera de 10 años. Asimismo existe
un tiempo durante el cual se continúa observando un exceso de casos de cáncer
atribuible a la radiación: es el denominado tiempo de expresión del riesgo que, en el
caso de la leucemia, es de alrededor de 25 años y para los tumores sólidos, puede
alcanzar toda la vida. También en este caso hay variabilidad debida a la edad en el
momento de la exposición. La información existente al respecto permite inferir que la
inducción de cáncer por radiación se ve influenciada por factores de naturaleza física
(ligados a la radiación) y factores de naturaleza biológica (ligados a los individuos
expuestos).
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Factores físicos: dosis, tasa de dosis, fraccionamiento, calidad de la radiación


(alta LET - baja LET).

Factores biológicos: edad en el momento de la exposición, sexo, edad


alcanzada (tiempo transcurrido desde la exposición), predisposición individual (hábitos,
carga genética, factores raciales).

Riesgo estocástico total: Los datos del LSS han sido usados por muchas
organizaciones internacionales (ICRP, BEIR, NIH, UNSCEAR) para realizar
estimaciones sobre los coeficientes de riesgo de cáncer por unidad de dosis. Dado que
no se ha completado el período de seguimiento de la cohorte, se han tenido que hacer
consideraciones para proyectar el riesgo de cáncer radioinducido a toda la vida de las
personas expuestas, partiendo de los datos que se obtuvieron hasta la fecha. Esto se
llevó a cabo mediante el uso de los denominados “modelos de proyección de riesgo”.
Básicamente existen dos tipos de modelos para proyectar el riesgo de cáncer
radioinducido en el tiempo: aditivo y multiplicativo.

El Modelo aditivo postula que, luego de un cierto período de latencia, la


radiación induce un número constante de casos adicionales de cáncer por encima de la
tasa espontánea.

El Modelo multiplicativo plantea que pasado el período de latencia, la


radiación aumenta de manera multiplicativa la tasa espontánea de cáncer, como si se
multiplicara la línea de base por un factor dado.

1.4.- EFECTOS QUÍMICOS:

Cualquier tipo de radiación va a generar partículas cargadas, por lo que el


mecanismo fundamental de interacción con la materia es el de ionización. La materia
viva contiene grandes cantidades de agua y elementos como hidrógeno, carbono,
nitrógeno y oxígeno. Las partículas alfa y beta, los protones y los productos de fisión de
suficiente energía, así como los fotones (rayos gamma y rayos X), pueden eliminar los
electrones de valencia de estos elementos en la materia viva. Este proceso, conocido
como ionización, cambia la reactividad química de los átomos afectados. Las moléculas
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que contienen átomos ionizados pueden reaccionar para formar sustancias que son
perjudiciales para la vida. Las partículas ionizantes y los productos de fisión pueden
sufrir miles de colisiones con los átomos antes de detenerse, por lo que pueden causar
una ionización extensa en el material objetivo.

La radiación producida por las reacciones nucleares interactúa con el tejido vivo
de muchas maneras dependiendo del tipo de radiación. Esta radiación incluye
partículas cargadas de alta energía (alfa y beta), neutrones de diversas energías y
fotones (rayos gamma y rayos X). Además de esta radiación primaria, la fisión de
neutrones también produce isótopos radiactivos de muchos elementos, que a su vez
pueden emitir partículas y fotones, conocidos como radiación secundaria.

Muchos de estos isótopos, como el estroncio y el yodo, pueden ingresar al


cuerpo, donde reemplazan elementos no radiactivos y permanecen allí emitiendo
radiación ionizante. En muchos sentidos, la presencia de estos isótopos radiactivos es
más insidiosa que la radiación directa de fuentes externas que se detecta y reduce más
fácilmente mediante un blindaje adecuado.

Debido a que los fotones gamma y de rayos X, así como los neutrones,
transfieren energía a los átomos vecinos mediante electrones y fotones secundarios, la
radiación que producen se conoce como radiación ionizante indirecta. Por el contrario,
la radiación producida por partículas alfa y protones se conoce como ionización directa
porque su energía se transfiere directamente al material objetivo.

Estos procesos físicos ocurren dentro de aproximadamente 10-16 de segundo de


interacción con el tejido vivo. Después de esto, algunos átomos y moléculas
energizados pueden disipar su energía al convertirse en radicales libres (especialmente
grupos OH formados a partir de agua) y otras moléculas excitadas, que causan
reacciones químicas anormales en sustancias vivas. el primero es un agente reductor
fuerte y el último, que predomina, es un agente oxidante fuerte.

Cuando la radiación golpea moléculas biológicas complejas, como proteínas o


ácidos nucleicos, puede fracturar las moléculas y evitar su correcto funcionamiento.
Esto puede provocar la pérdida de la vitalidad celular, la disminución de la actividad
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enzimática, el inicio del cáncer y las mutaciones genéticas. Los efectos inmediatos de
la exposición aguda a la radiación son causados por los radicales libres que rompen las
membranas celulares. Esta ruptura hace que las células pierdan su contenido y
mueran. Si se eliminan suficientes células, las funciones asociadas con las células
cesan. La muerte ocurre debido a la pérdida directa de órganos vitales o debido a
infecciones secundarias resultantes del colapso del sistema inmune. El efecto depende
de la dosis de radiación recibida.

1.5. - MEDIDAS BASICAS DE PROTECCION RADIOLOGICA:

La Comisión Internacional de Protección Radiológica considera que el objetivo


de la protección radiológica es evitar la aparición de efectos biológicos deterministas y
limitar al máximo la probabilidad de aparición de los efectos estocásticos. Las
recomendaciones actuales son:

 Justificación: no debe adoptarse ninguna practica que signifique exposición a


la radiación ionizante si su introducción no produce un beneficio neto positivo.
Esto significa que, al introducir una nueva fuente de radiación, uno debería
lograr un beneficio individual o social suficiente para compensar el detrimento
que causa.

 Optimización (Principio Alara): ALARA (As Low As Reasonably Achievable)


que por sus siglas en ingles indica “tan bajo como sea razonablemente posible”;
es decir, que todas las exposiciones a la radiación deben ser mantenidas a
niveles tan bajos como sea razonablemente posible, teniendo en cuenta factores
sociales y económicos. La filosofía de seguridad radiológica se basa en la
suposición conservadora de que la dosis de radiación y sus efectos biológicos
en los tejidos vivos están modelados por una relación conocida como hipótesis
lineal. En pocas palabras, cada dosis de radiación de cualquier magnitud puede
producir algún nivel de efectos perjudiciales que pueden incluir un mayor riesgo
de mutaciones genéticas y cáncer. Con eso en mente, ALARA apunta a reducir
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las dosis recibidas por los trabajadores de radiación utilizando medidas prácticas
y rentables.

La aplicación del criterio ALARA tiene especial importancia para reducir las dosis a
valores sensiblemente inferiores a los fijados como límite

 Límite de dosis: Las dosis de radiación no deben superar los límites


establecidos en la normativa nacional, dichos limites garantizan que las
personas no sean expuestas a un nivel de riesgo inaceptable.

La Comisión distingue entre tres categorías de exposiciones: exposiciones


ocupacionales, exposiciones públicas y exposiciones médicas de pacientes.

 Exposición ocupacional: Se define como toda exposición a la radiación de los


trabajadores incurridos como resultado de su trabajo. El empleador tiene la
responsabilidad principal de proteger a los trabajadores.
 Exposición pública: La exposición pública abarca todas las exposiciones del
público que no sean exposiciones ocupacionales y exposiciones médicas de
pacientes. El componente de exposición pública debido a fuentes naturales es,
con mucho, el más grande, pero esto no proporciona justificación para reducir la
atención prestada a exposiciones más pequeñas, pero más fácilmente
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controlables, a fuentes artificiales. Las exposiciones del embrión y el feto de las


trabajadoras embarazadas se consideran y regulan como exposiciones públicas.
 Exposición médica de pacientes: La exposición a la radiación de los pacientes
ocurre en procedimientos diagnósticos, intervencionistas y terapéuticos. La
exposición es intencional y para el beneficio directo del paciente. La aplicación
de recomendaciones a los usos médicos de la radiación, por lo tanto, requiere
orientación por separado.

A partir de estas tres categorías, la Comisión ha fijado límites de dosis de radiación


acorde a cada una de ellas.

La trabajadora embarazada y ALARA

Las trabajadoras embarazadas deben evitar la exposición superior a 0.55 mSv


durante cualquier mes, y grandes dosis entre la 8va y 15va semana de embarazo,
ya que es cuando el feto es más sensible a los efectos inducidos por la radiación.

Técnicas de protección contra radiación externa:

 Distancia: aumentando la distancia entre el operador y la fuente de


radiaciones ionizantes, la exposición disminuye en la misma proporción
en que aumenta el cuadrado de la distancia.

 Tiempo: disminuyendo el tiempo de exposición todo lo posible, se


reducirán las dosis.

 Blindaje: en los casos en que los dos factores anteriores no sean


suficientes, será necesario interponer un espesor de material absorbente,
entre el operador y la fuente de radiación. Se usan materiales
absorbentes como Plexiglas® para partículas beta y plomo para rayos X y
rayos gamma.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Núñez Margarita .2008. Efectos biológicos de las radiaciones- Dosimetría. Escuela


Universitaria de Tecnología Médica UdelaR, Montevideo, Uruguay Comité de
Tecnólogos de ALASBIMN

Gisone P, Rosario M. 2001. Efectos biológicos de la radiación, Sociedad Argentina de


Radioprotección; 43 (33):3-25

Consejo de Seguridad Nuclear. 2008 Aspectos generales de la interacción de la


radiación con el medio biológico. Curso de supervisores de instalaciones
radiactivas.Sevilla, España.

Consejo de Seguridad Nuclear. 2012. Protección radiológica. Consejo de Seguridad


Nuclear. Madrid, España. 22p

Peterson, L. y Settle, F. 2019. Effects of Radiation. [en línea] LibreTexts. Disponible


en:https://chem.libretexts.org/Ancillary_Materials/Exemplars_and_Case_Studies/Case_
Studies/Nuclear_Energy_for_Today's_World/14%3A_Effects_of_Radiation [Acceso: 16
Ago. 2019]

Do, K. 2016. General Principles of Radiation Protection in Fields of Diagnostic Medical


Exposure. Journal of Korean Medical Science, 31(Suppl 1), S6.doi:
10.3346/jkms.2016.31.s1.s6

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