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Pero la triste realidad es esta: entre el 30 y el 50 por ciento de los alimentos se tiran a la
basura, cuando el número de personas hambrientas sigue creciendo y alcanza ya la asustadora
cifra de 1.000 millones de personas. Por otro el número de personas con sobrepeso y
obesidad, la quinta causa de riesgo de defunción según la OMS, afecta a 1.500
millones de personas. ¿Es este el camino que queremos seguir?
Es vital cambiar el modelo de agricultura y alejarse del modelo agrario basado en pesticidas,
fertilizantes, transgénicos y consumo masivo de agua y petróleo.
http://archivo-es.greenpeace.org/espana/es/Trabajamos-en/Transgenicos/Agricultura-industrial/
La Revolución Verde
CARACTERÍSTICAS DE LA REVOLUCIÓN VERDE. CONSECUENCIAS DEL USO DEL
PAQUETE TECNOLÓGICO
Ing. Agr. Raquel Barg Venturini - Ing. Agr. Fernando Queirós Armand Ugón
La primera guerra dio origen a los abonos nitrogenados solubles. Alemania, aislada
por el bloqueo de los aliados, no podía acceder al salitre de Chile, necesario para la
fabricación de explosivos a gran escala. Se vio entonces obligada a fijar el nitrógeno del
aire por el proceso Haber-Bosch para sintetizar amoníaco. Después de la guerra las
grandes instalaciones de síntesis de amoníaco llevaron a la industria química a buscar
nuevos mercados. La agricultura se presentó como el mercado ideal. Actualmente este
producto se conoce como Urea y otras formulaciones nitrogenadas.
Las décadas del 50 y del 60 fueron períodos en los que se produjeron los mayores cambios
recientes en la historia agrícola, conocido como Revolución Verde. La revolución verde
significó internacionalizar el “modelo exitoso” en el Primer Mundo, implantando
“paquetes tecnológicos” (conjunto de prácticas agrícolas) de tipo intensivo. En los
países como el nuestro, estas prácticas fueron impulsadas por los gobiernos, la gran
mayoría de la comunidad agronómica y las empresas productoras de insumos.
En 1963, la FAO, realiza el Congreso Mundial de la Alimentación y a raíz del mismo, decide
impulsar un plan de desarrollo agrario a nivel mundial (el World Plan for Agricultural
Development). La necesidad creciente de alimentos causada por el aumento de la
población mundial, fue la justificación para esta búsqueda de incrementos de
productividad agraria, que recibió el apoyo entre otros, de las fundaciones Ford y
Rockefeller. El programa alentaba a los países a transformar su agricultura y adoptar el
modelo de monocultivos dependientes de fertilizantes químicos y agrotóxicos, con el fin
declarado de incrementar los rendimientos y la rentabilidad agrícola.
La Revolución Verde no solo significó el cambio de una variedad por otra, sino la
supresión de todo un conocimiento acumulado durante milenios.
El padre de la Revolución Verde fue el profesor Norman Borlaug que en 1970 recibió el
premio Nobel de la Paz y en esa ocasión dijo: “el componente esencial de la justicia social
es adecuar el alimento a la humanidad. Si se desea paz hay que cultivar la justicia, pero al
mismo tiempo hay que cultivar los campos para que produzcan más trigo.”
El término “Revolución Verde” fue acuñado en 1968 por el Dr William Gaud, administrador
de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID), para referirse al
incremento sorprendente y repentino de la producción de trigo y arroz que ocurrió en varios
países en vías de desarrollo a mediados de los años 60.
El productor ingresa así a un espiral de consumo cada vez mayor de agrotóxicos, sus
mezclas y a la incorporación de nuevos principios activos. Esto se conoce como el círculo
vicioso de los agrotóxicos.
En el ámbito mundial se ha venido tomando conciencia cada vez mayor con respecto
a la magnitud de los problemas que este tipo de producción agrícola industrial está
causando sobre el ambiente, como producto de la mala utilización de los adelantos
científicos y tecnológicos, sobre todo al condicionar estos a situaciones de carácter
meramente económico, de consumo y a corto plazo.
Quizás uno de los rasgos distintivos de la última mitad del siglo XX haya sido la toma de
conciencia por una buena parte de la humanidad de la “FINITUD” de nuestro planeta y sus
recursos y de la imposibilidad de continuar sosteniendo el "desarrollo" que la sociedad
occidental propuso (¿impuso?) como modelo al mundo. A más de cuarenta años de las
primeras señales de alarma poco ha cambiado y por el lado que lo miremos, todos los
indicadores señalan claramente que la situación empeora día a día.
En este sentido a las empresas les preocupa más tener clientes que compren y no pueblos
que coman. En la búsqueda de la productividad y la eficiencia a corto plazo, por encima de
la sustentabilidad ecológica, en las últimas décadas, estas prácticas han dejado un saldo
a nivel mundial de contaminación y envenenamiento donde el pretendido remedio
universal (Revolución Verde) ha resultado ser peor que la enfermedad.
Hoy la humanidad produce más alimento y paralelamente hay más hambre y estamos más
contaminados a nivel planetario, lo que resulta en una paradoja, además de la pérdida de
soberanía alimentaria de país y la privatización de las semillas. Luego de varias décadas
de rápida extensión de los “milagros” de la Revolución Verde, tenemos hoy más de
850 millones de personas que pasan hambre en forma permanente, tres cuartas
partes de las cuales son campesinos, productores, campesinos sin tierra y
trabajadores agrícolas. Más de 2.000 millones de personas de todo el mundo
obtienen su único sustento de la agricultura familiar y la pesca artesanal.
“Tenemos suficiente riquezas para todos pero la apropiación y acumulación de las mismas
por algunos pocos hace que esas riquezas dejen de estar disponibles para la mayor parte
de los humanos que convivimos en este planeta. De la mano de este proceso de
apropiación y acumulación llega también la destrucción de riquezas que se realiza en
nombre del progreso y el desarrollo. Así, llegamos a un panorama en el que vemos que, en
realidad, nuestra sociedad se está empobreciendo día a día. Esta situación se asemeja a
aquel cuento en el que el hijo de un hombre rico va a visitar a un campesino con el
objetivo de conocer la pobreza y llega a la conclusión de que él y su familia son muy
pobres por disponer de tan poco espacio, naturaleza y tiempo para vivir” (Vicente,
2006).
http://agroecologiautn.blogspot.com/p/la-revolucion-verde.html
PLAGUICIDAS
FERTILIZANTES
DEFORESTACIÓN
Las selvas tropicales están desapareciendo rápidamente y
esto implica un alto costo social, la pérdida de biodiversidad
y emisiones de CO2 a la atmósfera. La tala y quema de
bosques contribuye a elevar los niveles de CO2 en la
atmósfera. El CO2 es uno de los gases con efecto
invernadero y tiene además un impacto potencial en el
ciclaje de nutrimentos por la comunidad del suelo. Un 60%
de esta deforestación es atribuida a la agricultura de
pequeña escala.19 La tasa de deforestación mundial de las
selvas tropicales continúa aún alta, estimada en 11 millones
de hectáreas/año.20 En América Latina las tasas de
deforestación anual son del orden del 0.54 % y en México
fluctúa entre las 500 a 700 mil hectáreas. Como sabemos,
los bosques y las selvas tienen importantes funciones
ecológicas reguladoras, representan el hábitat para millones
de especies, protegen el suelo de la erosión y contribuyen a
moderar el clima e inundaciones; además de proveer de
satisfactores (leña, materiales de construcción, sustancias
medicinales, elementos ceremoniales y otros) a muchas
comunidades indígenas y rurales. En México, las causas
que han contribuido a la deforestación han sido diversas,
como son: la ampliación de la frontera agropecuaria, los
incendios, los proyectos hidroeléctricos y de reacomodo de
población, la explotación irracional, la especulación de la
tierra, el establecimiento de complejos turísticos e
industriales, los asentamientos poblacionales, entre muchos
otros.
Los sistemas de roza-tumba-quema y el alto consumo de
leña como combustible (consumo per capita 350 a 700
kg/año) implican una deforestación significativa en las
regiones tropicales de México. La extensa cobertura
selvática originalmente comprendía 110,000 kilómetros
cuadrados de extensión, equivalente al 6% de la superficie
total del país. Sin embargo, la actividad agropecuaria e
industrial y el crecimiento urbano han convertido cerca del
80% de la extensión original de selvas en sistemas
antropogénicos. En Tabasco, el 60% de la superficie del
estado (24,141 km2) consistía de selvas húmedas, pero
éstas fueron destruidas a un ritmo anual de 600 km2.21, 22
En México y muchos países del mundo, el drenaje de
grandes áreas lagunarias, pantanos y marismas ha
conducido a su reconversión en áreas agrícolas. Estos
ecosistemas de alta productividad primaria,23 después de su
desecación pierden no sólo su biodiversidad, sino también
su productividad.24 Otros cuerpos de agua han sido drenados
debido a que se ha desviado el agua para la agricultura. La
desecación de cuerpos de agua ha resultado en la pérdida
de la flora y la fauna acuática y es nota frecuente en diarios
locales y nacionales.
Los sistemas agroforestales representan una alternativa
sustentable de uso del espacio en la escala temporal,
procurando la producción de alimentos, forraje, fibras y la
conservación del suelo y de la biodiversidad, lo cual debe
implicar un manejo sustentable del paisaje para que se
logren diversos cometidos y servicios ambientales y
beneficios sociales.25
CONTAMINACIÓN ATMOSFÉRICA
PÉRDIDA DE BIODIVERSIDAD
CONCLUSIONES
REFERENCIAS
100-105.
5 Durán-Nah JJ y Collí-Quintal J. Intoxicación aguda por
Washington dc (1992).
20 BID/FCE/PNUD Nuestra propia agenda sobre desarrollo y medio
Chapin SF, Coe TM, Daily CG, Gibbs KH, Helkowski HJ, Holloway T,
Howard AE, Kucharik JCh, Monfreda Ch, Patz AJ, Prentice IC,
Ramankutty N, Snyder KP. Global consequences of land
use. Science 309 (2005) 570-574.
26 Prakash SC. The genetically modified crop debate in the context of
(2001) 160-167.
31 Losey JE, Raynor LS y Carter ME. Transgenic pollen harms monarch
Fowler C and Mooney PR, Shattering: food, politics, and the loss of
genetic diversity, Univ. of Arizona Press, Tuscon, az. (1990) 81-86.
41 National Academy of Sciences. Underexploited tropical plants with
http://www.elementos.buap.mx/num73/htm/19.htm
La agricultura siempre ha supuesto un impacto ambiental fuerte. Hay que talar bosques
para tener suelo apto para el cultivo, hacer embalses de agua para regar, canalizar ríos, etc.
La agricultura moderna ha multiplicado los impactos negativos sobre el ambiente. La
destrucción y salinización del suelo, la contaminación por plaguicidas y fertilizantes, la
deforestación o la pérdida de biodiversidad genética, son problemas muy importantes a los
que hay que hacer frente para poder seguir disfrutando de las ventajas que la revolución
verde nos ha traído.
La destrucción del suelo y su pérdida al ser arrastrado por las aguas o los vientos suponen
la pérdida, en todo el mundo, de entre cinco y siete millones de hectáreas de tierra
cultivable cada año, según datos de la FAO de 1996. El mal uso de la tierra, la tala de
bosques, los cultivos en laderas muy pronunciadas, la escasa utilización de técnicas de
conservación del suelo y de fertilizantes orgánicos, facilitan la erosión. En la península
Ibérica la degradación de los suelos es un problema de primera importancia.
En los lugares con clima seco el viento levanta de los suelos no cubiertos de vegetación o
de los pastizales sobreexplotados, grandes cantidades de polvo que son la principal fuente
de contaminación del aire por partículas en estos lugares.
Cuando los suelos regados no tienen un drenaje suficientemente bueno se encharcan con el
agua y cuando el agua se evapora, las sales que contiene el suelo son arrastradas a la
superficie. Según datos de la FAO casi la mitad de las tierras de regadío del mundo han
bajado su productividad por este motivo y alrededor de 1,5 millones de hectáreas se pierden
cada año.
Los fertilizantes y pesticidas deben ser usados en las cantidades adecuadas para que no
causen problemas. En muchos lugares del mundo su excesivo uso provoca contaminación
de las aguas cuando estos productos son arrastrados por la lluvia. Esta contaminación
provoca eutrofización de las aguas, mortandad en los peces y otros seres vivos y daños en
la salud humana.
d) Agotamiento de acuíferos
En las zonas secas y soleadas se obtienen excelentes rendimientos agrícolas con el riego y
en muchos lugares, pro ejemplo en los conocidos invernaderos de Almería, se acude a las
aguas subterráneas para regar. Pero los acuíferos han tardado en formarse decenas de años
y cuando se les quita agua en mayor cantidad que la que les llega se van vaciando. Por este
motivo las fuentes que surgían se secan, desaparecen humedales tradicionales en esa zona,
y si están cerca del mar el agua salada va penetrando en la bolsa de agua, salinizándola,
hasta hacerla inútil para sus usos agrícolas o para el consumo humano.
Esto supone una gran riqueza genética que aprovechaban los que hacían la selección de
nuevas variedades. Su trabajo consiste, en gran parte en cruzar unas variedades con otras
para obtener combinaciones genéticas que unan ventajas de todas ellas. Si se quiere
conseguir una planta de trigo apta para un clima frío, que tenga el tallo corto y sea
resistente a unas determinadas enfermedades, los genetistas buscaban las variedades que
poseían alguna de esas características y las iban entrecruzando entre sí hasta obtener la que
reunía todas.
En la actualidad cuando una variedad es muy ventajosa, la adoptan los grandes cultivadores
de todo el mundo, porque así pueden competir económicamente en el mercado mundial. El
resultado es que muchas variedades tradicionales dejan de cultivarse y se pierden si no son
recogidas en bancos de semillas o instituciones especiales.
Por otra parte, la destrucción de bosques, pantanos, etc. para dedicar esos terrenos a la
agricultura provoca la desaparición de un gran número de ecosistemas.
f) Deforestación
La agricultura moderna gasta una gran cantidad de energía, como comentamos en las
páginas anteriores, para producir los alimentos. Esto significa un elevado consumo de
petróleo y otros combustibles y la emisión a la atmósfera de gran cantidad de CO2, con el
consiguiente efecto invernadero. A la vez la quema de bosques y de pastizales es
responsable muy principal del aumento de CO2 y de óxidos de nitrógeno en la atmósfera.
http://www4.tecnun.es/asignaturas/Ecologia/Hipertexto/06Recursos/121ImpactAmbAgr.htm