Está en la página 1de 14

El propósito no se busca ni se forza.

Se reconoce y se acepta.

Es nuestra labor eliminar todo lo que hemos construido en su contra.

Lo aceptas cuando eres brutalmente honesto contigo mismo.


Lo aceptas haces cuando te das permiso de aceptar y de decir que si a lo que te
llama por dentro.
Cuando tienes la audacia de decir:
“Aquí esto, úsame, quiero cumplir con mi rol en esta vida”.

Entonces, sólo en ese momento activas el


proceso químico, mental, emocional y energético
que está diseñado para apoyarte.
Creas la intención de vivir una vida con propósito y literalmente redireccionas al
Universo entero para darte lo que necesitas.

Puertas, oportunidades y personas ahora llegan para ayudarte a cumplir con tu


rol.

Esta la diferencia entre vivir una vida vacía, donde buscas desesperadamente una
razón para vivir y trabajar, y donde le entregas constantemente tu poder a
elementos externos que jamás podrán darte la convicción que un gran
propósito puede darte.

Cumplir tu propósito en la tierra es vivir cada día con intención.


Es sentirte poderoso aún en medio de la tormenta.

Es sentir paz aún en medio de los retos.


Es disfrutar cada segundo de tu vida como la gran fiesta que es.
Es reconocer que tocas vidas y corazones solamente por existir.

Vivir tu propósito no tiene nada que ver con escenarios ni con ser experto online.
Es algo mucho más grande y más profundo, que es muy tuyo, para poner al
servicio de la humanidad.

También podría gustarte