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CAPITULO DIECISIETE
El mistetio de Babilonia
LA NARRACION APOCALIPTICA de Juan se aproxima ahora hacia su fin.
Nos ha llevado a través del tiempo de la gran tribulación con su terrible
persecución de los santos por el Anticristo y nos ha mostrado una civiliza.
ción rebelde, anticristiana que no se ha inclinado ni arrepentido bajo el
derramamiento de la ira de Dios en las plagas de las siete trompetas y las
siete copas. La séptima copa no trajo una plaga sobre la humanidad, pero
anunció la venida del fin, particularmente por el derrumbamiento de Babi-
Ionia, un hecho que ya ha sido anunciado (14:8). Todo lo que queda ahora
que decir es la llegada del fin. Juan nos da primero el lado negativo de la
victoria divina, o sea el derrumbamiento de la civilización rebelde anuncia-
do en su séptima copa (caps. 17,18) y entonces cuenta de la venida triun-
fante de Cristo, su reino victorioso y finalmente el establecimiento del
nuevo orden en los nuevos cielos y la nueva tierra (caps. 19-22).
IV. LA TERCERA VISION
Desde un punto de vista literario, como ya hemos visto, el Apocalipsis
está dividido en cuatro visiones. La primera contiene la visión de Cristo y
sus cartas a las siete iglesias; la segunda contiene la apertura de los sellos
del rollo, las siete trompetas y las siete copas. La tercera visión contiene la
revelación de la consumación del propósito redentor de Dios.
motivo para desarrollarlo extensamente como uno de los hechos más im-
Versículo l. Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete
contra la van ramera. No se explica por qué esta misión particular fue
confiada a uno de los ángeles de las siete copas. Otro ángel similar cumplió
nueva Jerusalén (21:9). Fue una voz no identificada la que había ordenado
Juan de su trance (4: 1,2; véase también 21:9,10) señala una nueva revela-
dioses falsos. Las naciones extranjeras nunca fueron acusadas de esa forma
de pecado por los profetas. Algunas veces, el pecado de Israel también fue
oh ciudad fiel?" (Is. 1:21; véase Jer. 2:20; 3:1; Ez. 16:15; os. 2:5; 3:3;
por los profetas para las naciones paganas. Tiro es llamada una ciudad que
"fornicará con todos los reinos del mundo sobre la faz de la tierra" (Is.
en
oposición a Dios, como "ciudad que reina sobre los reyes de la tierra" (v.
18).
La gran ramera está sentada sobre muchas aguas. Esta es una afirmaciÓn
ciudad que "mora entre muchas aguas" (Jer. 51 : 13). Juan mismo interpre-
ción final de la historia total de las naciones impías. La ciudad tuvo una
Versículo 2. Con la cual han fornicado los reyes de la tierra, o sea que
usa como forma de seducción, la atracción por la cual seduce a las naciones
juanina habitual para hablar de los hombres impíos (3: 10; 6: IO; 8:13;
desierto. La mujer celestial huyó del dragón al desierto (12:6,14) para que
pudiera ser protegida de la ira del dragón. Aquí el desierto parece ser
escasa.
Juan vio una mujer sentada sobre una bestia escarlata, obviamente la
misma bestia que en 13:1 con sus siete cabezas y diez cuernos, es decir el
muy similar al del dragón —Satanás— en 12:3. Las palabras griegas son
nota en 13:1.
sentada sobre muchas aguas, mientras que aquí está sentada sobre la bestia
tes hechos con el uso de conceptos que pueden parecer lógicamente con-
relación con las naciones de la tierra; que estaba sentada sobre la bestia
deificación.
sólo podían ser usadas por la gente rica, dado el costo de obtener esta
iglesia, pero esto difícilmente puede haber sido la intención de Juan. Esta-
mamente costosa.
Los santos de Dios fueron sellados en sus frentes con el nombre divino
(7:3; 9:4; 14: l). Los seguidores de la bestia también fueron sellados sobre
escrito en sus frentes (3: 12; 22:4). Esto también puede reflejar la costum-
bre romana de que las prostitutas usaran una banda para el cabello con el
nombre de su dueño.
que la palabra "misterio" sea tanto una parte del título mismo como de las
ella misma para alejar a los hombres de Dios; insistía que sus hijas se
unieran con ella en sus nefastos y blasfemos designios. Junto con su blasfe-
tierra.
bestia que hizo guerra a los santos y los venció (13:7). Como capital de la
Nerón, que es descrita por Tácito, el historiador romano con estas pala-
bras: "Una gran multitud fue acusada tanto de incendio premeditado co-
que lo fueron con infamia, pues fueron envueltos en pieles de bestias para
perecer devorados por los perros o puestos en cruces para ser quemados o,
cuando faltaba la luz, para ser quemados como luces por la noche" (Ana-
les, 15:44). Pero después de este estallido de odio, los cristianos vivieron
parte de Nerón no tenía nada que ver con el culto del emperador. En
34:5, donde se describe una espada ebria de sangre; véase también Is.
49 : 26).
mártires. Son santos porque pertenecen a Dios; son mártires porque han
Cuando la vi, quedé asombrado con gran asombro. Esta es una traduc-
ción literal del griego. La BJ, por ejemplo, dice "me asombré grandemen-
había dicho que vería el juicio de la gran ramera (v. 1), pero en la primera
cual tiene las siete cabezas con los diez cuernos. Esta respuesta causa
ticas totalmente del hecho de que es apoyado por la bestia. No hay dos
bestia.
Versículo 8. La bestia que has visto, era, y no es, y está para subir del
dicho sobre la bestia. "Vi una de sus cabezas como herida de muerte, pero
su herida mortal fue sanada" (13:3). Hemos visto que esto no significa que
una de las cabezas fue herida al extremo de la muerte, sino que fue real-
mente muerta. En este pasaje, Juan deja claro que la bestia misma debe ser
muerte de la bestia./La bestia ha de pasar por tres etapas: era o sea tuvo
una existencia en el pasado; no es, es decir, habrá un tiempo cuando no
existirá; está por subir del abismo, o sea que tendremos una futura mani-
cadas con las siete cabezas. Existió una vez en una o más de sus cabezas;
dejó de existir cuando una de ellas recibió una herida mortal, pero tendrá
la bestia que era y no es, y será. Con una doble designación, Juan identifica
Versículo 9. Esto, para la mente que tenga sabiduría. Juan está a punto
evidente por sí misma; es tal que sólo los que están espiritualmente ilumi-
Las siete cabezas son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer.
inescapable de la gran ramera con la Roma del primer siglo, porque Roma
era ampliamente conocida como la ciudad que está construida sobre siete
montes. Como dice un escritor: "La alusión del lugar es demasiado clara
el versículo siguiente diciendo que "son siete reyes". Es difícil ver una
poder o gobierno. En Daniel 2:35, la piedra cortada sin manos golpea a las
naciones del mundo y a su vez crece hasta ser una gran montaña. Dios dice
de los montes y será exaltado sobre los collados" (Is. 2:2). Del siervo de
Dios dice que "trillarás montes y los molerás, y collados reducirás a tamo"
(Is. 41:15; véase también Sal. 68:15,16; Hab. 3:6). Por lo tanto, es más
fácil entender que los siete montes representan siete imperios y los gober-
Puede objetarse que Juan dice que los montes son también siete reyes y
Daniel 7 se dice que representan a cuatro reyes (Dn. 7: 1 7), cuando precisa-
mente, Daniel quiere decir los reinos sobre los cuales gobiernan/La gran
los tiempos en la Babilonia escatológica. Esto bien puede ser lo que Juan
quería decir al hablar sobre "el misterio de la mujer" (v. 7). No es posible
formado una conexión adúltera en toda época de la historia con los pode-
Versículo 10. Y son siete reyes. Cinco de ellos han caído; uno es, y el
Otro aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure breve tiem-
202 / Un cotnen tario sobre el Apocalipsis de Juan
PO. Este es uno de los versículos más discutidos del libro del Apocalipsis.
del sexto emperador. Juan prevé que este emperador también saldrá de
escena, para ser seguido por el séptimo y último que será el Anticristo en la
tes:
han abandonado todo esfuerzo para relacionar las siete cabezas con reyes
Alford, T. ZahnVLa gran ramera que seduce a las naciones y persigue a los
entre los siete, y va a la perdición. Tres veces en 17:8-11 Juan ha dicho que
la bestia no existe en el presente y dos que la bestia aparecerá en el
futuro.
La bestia ya ha existido una vez (era); ahora no existe (no es), pero se
volverá a levantar del abismo (1 1:7; 17:8,11). Juan también ha dicho que
la bestia tenía siete cabezas, una de las cuales fue herida de muerte y luego
sanada (13:3). También dijo que la bestia misma recibió una herida mortal,
presente, pero aún tiene que surgir en una encarnación del poder satánico.
Esta es la razón por la que Juan puede decir que una de las cabezas fue
herida de muerte, pero que la herida mortal fue curada y también que la
te que con las otras cinco. En una de las cabezas, la bestia ha aparecido
ella
aparición final, que será una manifestación más completa de la bestia que
la primera (o sea que ascenderá del abismo). Aun más, las otras cinco
como con las dos. Las cabezas son manifestaciones sucesivas de los reinos
Augusto
Tiberio
Calígula
Claudio
Nerón
Galba
Otón
Vitelio
Vespaciano
Tito
Domiciano
27 a.c. - 14 d.C.
14-37 d.C.
37-41 d.C.
41-54 d.C.
54-68 d.C.
68 d.C.
69 d.C.
69-79 d.C.
79-81 d.C.
81-96 d.C.
Por lo tanto, los cinco reyes que habían caído tendrían que ser los que
sentido, porque Galba, Otón y Vitelio cumplieron los tres un reino muy
giosa. Por esta razón, muchos eruditos sugieren que deben ser dejados de
lado y que Vespaciano debe ser visto como el sexto rey y Tito como
persecución, como para que dieran lugar a los conceptos escatológicos del
que Juan incorporó a su libro sin modificación; otro, que Juan deliberada-