Está en la página 1de 76

Cdt LICART

EQUITACIÓN
RAZONADA
ÍNDICE

PRIMERA PARTE
CONSTRUCCIÓN DE LA MAQUINA ANIMAL
 La columna vertebral
 Segmento dorso-lumbar
 Segmento cervical
 Segmento sacro
 Unión de los segmentos

 Los músculos
 Músculos de la columna vertebral
 Músculos del cuello
 Músculos extensores de la cabeza
 Conclusión

 Los miembros

SEGUNDA PARTE
MOVIMIENTO-EQUILIBRIO
 El movimiento
 Notas sobre las ondulaciones vertebrales
 Notas sobre el juego de los posteriores

 El equilibrio
 El “recoger”
 Efectos sobre el “recoger”
 Notas sobre el “recoger”

TERCERA PARTE
CONDUCCIÓN DEL CABALLO
 Generalidades
 Leyes que rigen la excitación nerviosa
 Efectos fisiológicos de las ayudas
 Las piernas

2
 Contracción de los abdominales
 Contracción de los pectorales
 Contracción simultanea de los abdominales y los pectorales
 Notas sobre el empleo de las piernas

 Las manos
 Tensión de las riendas
 Cesiones
 Resistencias
 Medias paradas
 El busto
 Notas sobre el empleo de las ayudas

CUARTA PARTE
DE LOS AIRES
 Generalidades
 El trote
 El paso
 El galope
 Cambios de pie
 Defectos de rectitud del caballo
 Notas
QUINTA PARTE
ASIENTO Y SALTO
 Del asiento
 Colocación del jinete en la silla

 El salto
 El caballo
 El jinete
 Generalidades
 Análisis del salto
 Recepción
 Notas

3
4
Prólogo

Ciencia y Arte se oponen a menudo sin razón en equitación. "El arte de saber hacer" ,
dominio del artesano, y "el arte, objeto de la estética", dominio del artista, se encuentran.
Pero solo es en la alta escuela, y a veces también en el salto, donde la equitación puede
evocar el sentimiento de belleza que es propio del arte.
Arte y ciencia se complementan. Si el arte es suficiente para exhibirse, la ciencia es
necesaria para instruirse.
Los artistas, que habitualmente suelen ocuparse poco en instruirse, niegan este valor
indispensable de la ciencia, como si ésta no constituyese la iniciación más simple y eficaz.
La equitación, arte científico en realidad, es la aplicación más o menos hábil de diversas
ciencias. Reducir cada vez más a la teoría la parte de habilidad que lleva consigo es el
único método para hacerla progresar y el que permite dar a los jinetes -haciéndoles
reflexionar- una instrucción que no sea superficial, que permita hacer de cada uno de
ellos unos buenos artesanos en los que la formación de sus reflejos habrá podido guiarse
con seguridad.
La constitución de la “máquina animal", el juego de los grupos musculares más
importantes en su funcionamiento y los efectos fisiológicos de las ayudas, por ejemplo,
son conocimientos indispensables para la doma y para obtener del caballo el mejor
rendimiento, cualquiera que sea su utilización.
Los medios de investigación actuales permiten que no nos contentemos con
empirismos. La cinematografía ralentizada, sobre todo, facilita la posibilidad de precisar
los conocimientos transmitidos por nuestros antecesores y de liberarse de la estática,
que en equitación, donde todo es movimiento, la mayor parte de las veces sólo da ideas
falsas.
Hay que hacer notar, por otra parte, que sólo la realidad puede satisfacer el deseo de
comprender y de aprender de la juventud actual, más realista que la de otros tiempos. Los
"haz lo que yo haga" no les basta.
Las concepciones racionales se imponen cada vez más en la instrucción ecuestre.

5
Prólogo del traductor

En 1975, MICHELINE THESMAR, esposa del Cónsul de Francia en Valencia –excelente


persona y excelente amazona-, sabiendo mi pasión por los caballos y por la lectura, me regaló
este libro. La verdad es que tardé unos pocos años en acabar de leerlo. Las siguientes lecturas
del mismo, ya vinieron de corrido. Si nunca segundas partes fueron buenas, este libro acabó
demostrándome que, siempre, segundas lecturas son maravillosas.
Al final de esta década empezó a aumentar mi biblioteca hípica con libros franceses, una vez
superado mi bautismo de fuego con el libro de LICART. Y siempre me resultaba mucho más
fácil entender a los clásicos franceses releyendo a LICART.
Por aquellos años, se empezaron a traducir al francés –lengua que yo ya dominaba por
entonces- libros importantes alemanes y americanos, con lo que la fuente ya no era sólo de la
equitación francesa. Además de las revistas francesas, era posible suscribirse a revistas
americanas e italianas, con lo cual el campo de información era muchísimo más amplio. Y cada
vez que me surgía una duda, recurría a LICART porque, seguro, me iba a dar la solución. En
1991, gracias a la editorial LAVAUZELLE y a MIRIAM –la alumna que me los proporcionó-,
pude leer “Perfectionnement Equestre” y “Dressage”, ambos también de LICART y
complemento perfecto de “Equitation Raisonnèe”. No tardé ni un mes en leer ambos libros.
En 1991 empecé a dar cursos para monitores a instancias de algunas Federaciones
Territoriales. Como por aquel entonces era poquísima la documentación hípica en castellano, y
teniendo claro que un monitor –como cualquier enseñante - necesita una documentación de la
que servirse, me dediqué a traducir lo más pedagógico –o lo que yo consideré más interesante
para mis alumnos- de 40 libros franceses y americanos. Cuando llegué a “Equitation
Raisonnèe”, tuve claro que había que traducirlo entero. Casi 20 años han pasado de la primera
traducción casera, y sigo pensando que es de las decisiones más sabias que he tomado en mi
vida.
Fue durante el curso de monitores que dí en la Federación Aragonesa, y con la ayuda de
algunos alumnos ( recuerdo que fueron los aprendices de veterinario, PACO y ANTONIO, los
que más lo trabajaron, junto con TOMAS, por entonces con el título de veterinario recién
estrenado). De pasarlo al ordenador e incluir las 81 figuras, se encargó MARY GUERRERO
quien me regaló el primer libro impreso y con los dibujos pegados. Hoy, es una de las joyas de
mi biblioteca.

Es un libro que hay que empezar a leer por la contraportada para situarnos en el contexto en
que se gestó, y para comprender el rigor con que se escribió . Los primeros artículos de
LICART acerca de la mecánica del caballo, datan de 1932. Y la primera edición del libro fue en
1939.
Un libro escrito hace tres cuartos de siglo y que para los amantes del caballo del siglo XXI nos
puede parecer de radical actualidad: literatura, la justa, respetando las máximas del filósofo-
lingüista PAUL GRICE: decir sólo lo necesario, decir la verdad, decir sólo lo pertinente y ser
claro, evitando la ambigüedad.
En el prólogo empieza hablando de lo difícil que era entonces compaginar Ciencia y Arte en la
Equitación. Bastante antes de acabar el libro, estamos convencidos de que fue un científico del
caballo y un artista a caballo.
El proceso de su exposición es totalmente aristotélico: conocer es no contentarse con las cosas
según ellas se nos presentan, sino buscar tras ellas su verdadero ser. Y se puso a investigar
con su amigo y veterinario, el Dr. MARCENAC (coautor con AUBLET de la magnífica
“Encyclopedie du cheval”). Fueron pioneros en pintar caballos, una técnica que está muy de
moda hoy en día por lo que ayuda a visualizar “lo que pasa” en la locomoción del caballo.
Increíble la imaginación que le echaron y las horas que dedicaron a esta tarea.
Desde La GUERINIERE hasta L. de SEVY –pasando por BAUCHER, STEINBRECHT,
L’HOTTE o PLINZNER- muchos clásicos de la Equitación se han preocupado por adecuar la

6
monta y su enseñanza “al natural del caballo”. Pero, para todos ellos, “lo natural” era sólo a
partir de lo que veían. En cambio, LICART no se conformó con eso. Y se metió dentro del
caballo, como si fuera un endoscopio, para tomar buena nota de lo que pasaba por dentro del
mismo. Prueba de ello son, no sólo las figuras, sino también las explicaciones tan detalladas
que nos ofrece de lo que estudiaba y de lo que practicaba. Puede considerarse al Comandante
CHAMORIN – autor que más cita-, como su precursor. Aunque tal vez el primer protocientífico
de la equitación fue DUPATY DE CLAM.
Los grandes maestros de la Equitación nos dicen qué hay que hacer, cómo hacer e, incluso,
cuándo hacer oportunamente. Y, como dice el DR. ANDRE en su magnífica obra “Mecanique
Equestre” –complemento ideal a las obras de LICART-, sus investigaciones científicas, no eran
tanto una ciencia ecuestre, sino más bien una justificación de sus teorías
LICART da un paso más y fundamenta el por qué debemos hacer y cómo influímos en el
caballo con cada uno de nuestros gestos. Cuales son sus límites y sus capacidades, y cómo
debemos actuar sin contrariarle. En definitiva, nos explica cómo siente el caballo al hombre. (Y
no viceversa)
Este libro responde a la pregunta original ¿qué sabemos del caballo? Conocer al caballo
implica la posibilidad de construir una técnica ecuestre sobre una base sólida, y no únicamente
en la experiencia de aquellas personas que consiguieron sentir a caballo más que el resto.
El conocimiento profundo del caballo nos permite, además, responder a otra cuestión
fundamental: por qué el caballo, a lo largo de la Historia, ha sido capaz de colaborar con el
hombre en tantísimas actividades bien distintas. Nos revela una nueva visión del caballo y nos
incita a seguir el camino de la desvelación. En la Grecia clásica, a la verdad le llamaban
“alezeia”, que quiere decir desvelación. Descubrir la verdad del caballo también consiste en ir
quitando velos, a sabiendas de que siempre habrá un velo que quitar. A ello colaboran, en
nuestro siglo XXI, las ya casi infinitas especialidades veterinarias, fisios, herradores,
pedagogos, sicólogos, etólogos, adiestradores, etc.
¿Hay que romper con la tradición? En absoluto. ARISTOTELES (discípulo predilecto de
PLATON durante más de 20 años) nos lo dejó bien claro con una frase muy breve pero que le
debió suponer un grandísimo esfuerzo –incluso dolor- el pronunciarla: <<Amigo de PLATON,
pero más amigo de la verdad>>.
Fruto de la sabiduría popular es otra frase que vengo oyendo desde hace muchos años:
<<cuanto más sé de caballos, más me doy cuenta de que no sé nada>>, la cual , lógicamente,
no es verdad. La frase que se aproximaría a la verdad, sería: <<cuanto más sé de caballos,
más conciencia tengo de lo que me falta por aprender>>, o, <<yo creía que sabía mucho y me
doy cuenta de lo mucho que me falta por saber>>.
A menudo utilizo el ejemplo de las catedrales góticas con mis alumnos: cuanto más arriba
miramos, más nos maravillamos. Pero esto sólo es posible si miramos hacia abajo, a la cripta, a
los fundamentos que hacen posible el deleitarnos mirando hacia arriba.
Muchos libros modernos de Equitación siguen el camino trazado por LICART en cuanto que
nos ayudan a conocer en profundidad al caballo, con la ventaja del paso de la modernidad: las
ilustraciones de ahora –el mundo visual y virtual- nos pone mucho más fácil el aprendizaje.
Posiblemente, el mayor problema de este libro sea la parquedad de su literatura: es imposible
entender un párrafo sin haber releído varias veces el anterior, hasta que nos resulte totalmente
inteligible. Aquí reside la dificultad de su lectura
Un libro parco en palabras y enorme en conocimientos. Un pozo sin fondo, al cual podemos
recurrir en cualquier momento porque, siempre, nos aportará algo. Nos incita, como SENECA,
no sólo a saber más, sino a saber mejor cómo es el caballo. Nos descubre una Equitación tan
hipocéntrica como antropocéntrica, metiéndonos con calzador una frase de LENOBLE DU TEIL
que no tiene desperdicio: <<Por encima de esta modesta e indispensable exigencia, el jinete no
actúa por el bien del caballo, sino únicamente para una mayor facilidad de su manejo y para su
propia comodidad (la del jinete)>>. Inevitable su reflexión.
Las 125 llamadas a pie de página, son como 125 llamaradas que nos ayudan a entender mejor
lo que nos está explicando.

7
JEAN SAINT-FORT PAILLARD, en “Comprendre l’Equitation” (interesantísimo libro) es el que
mejor ha definido lo que este libro supone en la literatura hípica universal: <<El Comandante
LICART en su “Equitación Razonada”, ha llegado más lejos que ningún otro en el esfuerzo de
análisis y reflexión sobre el problema ecuestre>>
Aunque no lo cita, yo creo que LICART compartía –como nos gustaría compartir a muchos- la
filosofía de la Equitación de GUSTAV STEINBRECHT, y que tan claramente expresa en su libro
“El Gimnasio del Caballo” de la siguiente manera:
<<Que el jinete que ama realmente al caballo y la equitación se esfuerce en adquirir por la
teoría y sobre todo por la práctica un seguro conocimiento del caballo, de manera que no
pueda, en su vejez, reprocharse amargamente el haber arruinado caballos buenos y de haber
causado a otros o a sí mismo, una pérdida importante>>
Hoy, metidos de lleno en el siglo XXI, preguntarle a un médico, arquitecto, ingeniero, incluso
entrenador de fútbol, etc, qué es más importante la teoría o la práctica, seguro que todos
responderán lo mismo: la perfección está en saber conjugar ambas. ¿Y por qué no tomarse la
Equitación como una carrera universitaria? La ciencia, reduce al mínimo el margen de error de
cualquier acción
Remata mi faena nuestro gran y querido maestro LUIS RAMOS PAUL:
<<Ser jinete es poner en contacto tu mente con la del caballo y que los dos se pongan de
acuerdo. Me da igual para qué, hagan la doma, salto, acoso u otros aspectos deportivos
ecuestres>>
Hoy en día, poseer –disfrutar- un caballo, es muy factible. Pensar en el caballo, por el caballo,
como el caballo, requiere un esfuerzo grande de aprendizaje. LICART, a quien a menudo le
gustaba repetir la frase: “la verdad, no siempre conviene decirla, pero siempre conviene
entenderla”, es un muy buen guía

José Manuel Sales Pons “el cura”

8
PRIMERA PARTE

CONSTRUCCIÓN DE LA MÁQUINA ANIMAL

1. LA COLUMNA VERTEBRAL.

La columna vertebral (fig.1) comprende una parte central, el segmento dorso-lumbar, a


cuyos extremos se articulan dos partes móviles: el segmento cervical y el segmento
sacro, prolongado por el segmento caudal.
Cuatro articulaciones principales permiten los movimientos de la cabeza y de estos
segmentos, relacionándose unos con otros (1-2-3-4, fig. 1)
Así, la columna vertebral representa una especie de palanca articulada en donde el punto
de apoyo puede ser bien las espaldas, bien la grupa (caso extremo: fig. 2)

Fig.1.- Columna vertebral Fig. 2.- Cocear y encabritarse

Segmento dorso-lumbar
Constituido por vértebras con apófisis espinosas largas y próximas entre sí, íntimamente unidas
por ligamentos de una extensibilidad muy restringida, el segmento dorso-lumbar se
presenta muy sólido y relativamente poco flexible.
Estas particularidades permiten a este segmento asegurar al máximo su papel de soporte
de la masa y de órgano de trasmisión de las fuerzas desarrolladas en un movimiento por los
otros dos segmentos. El segmento dorso-lumbar no es rígido.
Si la presencia de apófisis muy elevadas y de costillas puede hacer considerar a la región
de la cruz como formando un bloque, por el contrario se manifiestan movimientos muy
apreciables en la parte posterior de este segmento, donde las apófisis están menos
desarrolladas y más separadas.
La flexión produce una acentuación del arco dorso-lumbar muy aparente en el paso
atrás, la"reunión", el galope y el salto; dorso y riñones se abomban. (fig. 3)

9
La extensión es muy visible en el galope y cuando el caballo cocea: dorso y riñones se
hunden (fig. 4)

Fig. 3.- Flexión del dorso-riñones Fig. 4 – Extensión del dorso-riñones

Las incurvaciones se producen en sentido lateral (fig. 5)


Estos diversos movimientos pueden hacer considerar el dorso-riñones como una lámina de
resorte que amortigua los choques debidos al apoyo de los miembros y puede también, en
cierta medida, proteger los corvejones de las acciones de manos del jinete 1.

a. Segmento Cervical
Forma dos curvas inversas y solidarias (fig. 6) Cuando una de las dos se acentúa, la
otra disminuye, y a la inversa.
En razón de su flexibilidad, este segmento, que se ha equiparado con una hoja de florete,
constituye el principal resorte amortiguador interpuesto entre la mano del jinete, los
riñones y los corvejones del caballo.

Fig.5 .- Incurvaciones Fig. 6.- Segmento cervical

1
Para desempeñar este papel amortiguador, hace falta, evidentemente, que este resorte esté dispuesto de
manera que pueda actuar.

10
El cuello puede desempeñar este papel de resorte, bien invirtiéndose (por el hundimiento de
la base del cuello, medio natural de protección), bien flexionando (“recoger”) (fig. 7), bien
por "escape" lateral de una o varias regiones del cuello.
En las incurvaciones, cuando la parte anterior del cuello se vuelve hacia la derecha por
ejemplo, su base tiende siempre a desplazarse más o menos hacia la izquierda (fig. 8) 2.
Las incurvaciones del cuello son por lo tanto más fáciles cuando éste está bajo, se hacen
muy difíciles cuando el cuello está alto e incluso imposibles cuando está muy elevado. Los
accidentes óseos de cada vértebra cervical se proyectan sobre la vértebra siguiente
impidiendo la incurvación 3.
La cabeza se haya acoplada al segmento cervical por un sistema de doble "rótula" que le
da una gran libertad de movimientos. Estos son sin embargo bastante reducidos en
sentido lateral, e incluso resultan imposibles, al igual que las incurvaciones del cuello,
cuando se produce la elevación de la nariz a la altura de las orejas del caballo4.

b. Segmento Sacro
Las vértebras del sacro están soldadas y no tienen ningún juego entre ellas.
Durante la locomoción, la pelvis (segmento sacro e íliones), bloque bastante rígido, pivota en el
plano vertical alrededor de la articulación lumbo-sacra (figs. 9 y l0) Estos movimientos
prolongan en cierta manera los movimientos de flexión y de extensión del dorso-riñones 5.

Fig. 7.- Juego del resorte amortiguador del cuello Fig. 8.- Incurvación del cuello

2
Razón por la que al incurvar el cuello a la derecha no carga necesariamente la espalda derecha. Incluso lo
que se produce más a menudo es lo contrario.
3
Esto explica que una rienda tiene tanto más acción sobre la grupa cuando el cuello está más elevado.
4
Esta particularidad se explota en la "pirueta inversa sobre la espuela" (BAUCHER). La punta de la nariz del
caballo se mantiene a la altura de las orejas, efecto máximo sobre las caderas. Este procedimiento, muy
potente para forzar la obediencia a la pierna, puede ser comparado a una verdadera "llave de jiu-jitsu" en la
nuca.
5
El juego de la articulación lumbo-sacra y el de las vértebras del dorso y riñones constituye lo que se llama
impropiamente "el juego de riñones", pues los riñones sólo (seis vértebras lumbares) no son capaces de hacer
más que movimientos insignificantes.

11
La presencia de apófisis transversas interfiere el juego lateral de la articulación lumbo-sacra.
En resumen:
En el plano vertical:
 La cabeza puede extenderse o recogerse.
 El cuello se alarga al extenderse (la curvatura posterior se endereza) o se acorta al
flexionarse (predominio de la curvatura anterior) o se invierte (predominio de la
curvatura posterior)
 El dorso-riñones se abomba o se hunde.
En el plano horizontal: cuello y dorso-riñones se incurvan.
En la locomoción, pelvis y cuello se disponen a manera de contrapeso y constituyen,
por sus movimientos conjugados, "los dos agentes de fuerza principales de la
máquina animal" (Comandante CHAMORIN, H. Val)

2. UNIÓN DE LOS SEGMENTOS:


Los diferentes segmentos de la columna vertebral están unidos por un sistema de
"tensores" compuesto por ligamentos y músculos (fig. 11)
El ligamento superior une la cabeza al sacro. Muy poco elástico desde el sacro a la cruz y
fijo sobre los extremos dorsales de las vértebras del dorso y de los riñones,
refuerza la solidez del segmento dorso-lumbar. A partir de la cruz, se expande en el
cuello, donde se hace elástico 6 . El ligamento inferior, muy poco extensible y fijo también a
cada vértebra, se extiende desde el sacro al tercio caudal de la región dorsal; se prolonga
por un músculo que se inserta en el extremo caudal del segmento cervical (fig. 11).
Estos dos ligamentos se encuentran en un estado de tensión permanente, pero variable.
Esta tensión de los ligamentos opuestos proporciona a la columna vertebral la firmeza
indispensable para la precisión de sus movimientos verticales y la correlación de los
movimientos verticales del cuello y de la pelvis 7 .
El ligamento superior, debido a que la tensión está gobernada principalmente por
movimientos verticales del cuello y de la cabeza, actúa sobre las vértebras del dorso y de
los riñones por intermedio de las apófisis, que constituyen por tanto el brazo de palanca.
Los brazos de palanca principales se encuentran en la cruz. (fig 11 y 12)

Fig. 9.- Pelvis Fig. 10.- Articulación lumbo-sacra

6
Este ligamento constituye un fuerte resorte que sustituye a la contracción muscular que , sin él, sería
necesaria en todo momento para sostener la cabeza y el cuello.
7
El sostén antagonista entre ambos ligamentos debe de servir de modelo al jinete en el empleo de las
piernas y las manos, sujetando éstas cuando las piernas intervienen, y a la inversa (mantenimiento de la
tensión y de la elasticidad del juego de la columna vertebral).

12
El descenso del cuello y la flexión de la nuca aumentan la tensión del ligamento
longitudinal dorsal y provocan una separación de las apófisis que supone el
abombamiento dorso-riñones y acentúa el remetimiento de los posteriores (fig. 12 y 13).
La elevación del cuello y la extensión de la nuca relajan el ligamento longitudinal dorsal y
suponen la extensión del dorso-riñones favoreciendo la distensión de los posteriores (fig. 14).

Fig. 11.- Tensores de la columna vertebral


Fig. 12.- El estiramiento del cuello lleva consigo el abombamiento del dorso-riñones
(remetimiento de los pies)

A una disposición de flexión de la región de la nuca corresponde una disposición de


abombamiento del dorso-riñones (acentuación del remetimiento de los posteriores,
disposición de acortamiento de un aire); a una disposición de extensión de la región
de la nuca, una disposición de extensión del dorso- riñones (acentuando el empuje de los
posteriores, disposición de velocidad)8.

3. LOS MÚSCULOS
La conducción perfecta del caballo consiste en provocar la contracción de los músculos
encargados de los movimientos que el jinete quiere obtener; son indispensables
conocimientos suficientes sobre la anatomía del caballo para todo jinete que se precie.
Conocer los músculos y sus acciones permite también determinar movimientos de doma
para corregir tal o cual defecto de rectitud, por ejemplo, y desarrollar los procedimientos
de doma y de conducción aplicables a todos los caballos.
El músculo posee tres propiedades:
1. La contractilidad
2. La elasticidad
3. La tonicidad
La contractilidad: es la facultad que posee el músculo de contraerse. La contracción,
acción de esta propiedad, produce el acortamiento del músculo 9 .
La elasticidad: permite a los músculos estirarse.
La tonicidad: es una especie de tensión que se produce de manera constante en el tejido
muscular vivo 10.

8
"Toda disposición de flexión de un elemento del motor, cualquiera que sea éste, es una disposición de
frenado: toda disposición de extensión, una disposición de acción" CHAMORIN.
9
El acortamiento de un músculo en contracción puede alcanzar un tercio de su longitud en reposo.

13
Fig. 13.- Efectos del “recoger” de la cabeza sobre la tensión del ligamiento superior
Fig. 14.- La elevación del cuello lleva consigo la extensión del dorso-riñones (empuje de los
posteriores)

La tonicidad excesiva constituye la crispación, el calambre, el espasmo tetánico (flanco en


tabla). Una gran disminución de tonicidad produce atonía.
Contractilidad, elasticidad y tonicidad son susceptibles de desarrollarse por medio de la
gimnasia. Un trabajo "en contracción" acorta un músculo; un trabajo en "estiramiento" lo
alarga, y esto de una manera no sólo momentánea, sino duradera. El cambio de
tonicidad, de longitud "sobrante" de los músculos, que resulta de una gimnasia
apropiada y suficiente permite modificar la actitud de trabajo, y en consecuencia "el
equilibrio" del caballo.
Los músculos, cuya misión es hacer mover las piezas del esqueleto para obtener un
movimiento, están unidos a dos huesos distintos. Un músculo, al contraerse, tiende a
aproximar sus dos puntos de inserción. Según el movimiento considerado, la inserción
fija se encuentra en uno o en otro de sus extremos. (fig. 15)
Todos los segmentos óseos de los que se compone el esqueleto son móviles, unos respecto
de los otros; para que un músculo desplace por uno de sus extremos a un hueso dado,
hace falta que el hueso al que esté unido su otro extremo esté fijado por otros músculos, y
así, progresivamente, hasta la inserción del músculo considerado.
Otro papel muy importante de los músculos es tensar la columna vertebral para que los
músculos que accionan las espaldas y la grupa puedan encontrar una solidez de apoyo
que permita la óptima eficacia del esfuerzo.
Para los movimientos poco enérgicos, esta fijación se opera bien por influencia de la
gravedad, bien por contracciones débiles que pasan desapercibidas; pero aparecen en toda
su intensidad cuando el caballo va a ejecutar movimientos que exijan un gran despliegue de
fuerzas musculares. Esta firmeza, esta tensión de la columna vertebral, que así se tensa, es
indispensable para la producción del esfuerzo11.

10
"Los músculos en reposo se encuentran en general en un estado de tensión permanente que hace que la
distancia que separa sus puntos de unión sea superior a su longitud normal" (LAULANIE). Si esta tensión
previa no existiese, el músculo perdería cierto tiempo al comienzo de su contracción antes de poder actuar
sobre los huesos que une. Si ciertos extensores (ilio-espinales fundamentalmente) no están en un estado de
tensión permanente, es preciso remarcar que estos músculos están precisamente bajo la influencia de los
movimientos de flexión en el momento en que van a actuar.
11
“Sin tensión puede haber fuerza, pero no puede haber potencia propulsora" Comandante CHAMORIN.

14
Cuando un músculo se contrae y produce la incurvación del cuello, por ejemplo, su
antagonista estira hasta el grado deseado y, contrayéndose a su vez, la corrige y la
invierte 12 . (fig. 16)

Fig. 15.- Efectos diferentes producidos por los abdominales.


Fig. 16.- Agonistas (congéneres) y antagonistas

Esta acción de los músculos opuestos, aparentemente nociva para los movimientos, es
útil para su armonía, para su precisión y para el mantenimiento de la tensión vertebral
durante los movimientos laterales del raquis.
Cuando los dos agonistas actúan simultáneamente (movimientos verticales), son sus
antagonistas los que desempeñan ese papel de sostén. (fig. 16)
Un músculo puede contraerse con tanta más eficacia cuanto más desarrollada esté la
elasticidad de su agonista.
"Cuando se hace flexionar una articulación, no son los músculos que determinan la flexión los
que se flexibilizan, sino más bien los que se oponen, pues son los que deben ceder,
estirarse." (General L'HOTTE)
Un músculo tenso tiene que volver a su longitud normal, como un elástico estirado
cuando se destensa; siendo por tanto su contracción más eficaz cuanto más grande haya
sido su estiramiento previo 13.
Cuando se trata de domar o de reeducar a un caballo, hay que empezar siempre por una
gimnasia de estiramiento.
Todas las resistencias se traducen, en efecto, en contracciones inoportunas y persistentes
que dificultan el movimiento. Así, esas resistencias no pueden ser destruidas más que
desarrollando la elasticidad de los músculos que se oponen al movimiento 14 .

12
El jinete debe esforzarse en actuar de una manera análoga con sus ayudas (conservación de la tensión).
13
Si por ejemplo, el jinete quiere aumentar las incurvaciones periódicas del cuello a la derecha, acentuar la
incurvación a la izquierda antes de solicitar la incurvación a la derecha permite obtener más fácilmente el
resultado buscado. Aumentar así el gesto inverso del que se quiere desarrollar, da en alguna medida al gesto
siguiente un impulso que favorece su acentuación. (salidas al galope)
14
Habría que distinguir "resistencias" de "contracciones". Las contracciones son necesarias para el
movimiento, mientras que las resistencias son contradictorias, inoportunas o de insuficiente elasticidad de ciertos
músculos.

15
A. MÚSCULOS DE LA COLUMNA VERTEBRAL:
Estos músculos, que el comandante CHAMORIN llama "músculos de la disposición inicial de la
columna vertebral", envuelven a la columna vertebral de un extremo a otro y constituyen
una "red muy densa de músculos cortos, gruesos, extremadamente robustos, que están
en contacto inmediato y continuado con los huesos, se unen a todos sus accidentes, se
incrustan en todas sus cavidades como hace la hiedra con el árbol".
Estos músculos mueven o fijan las vértebras unas a otras imprimiendo, por transmisión o por
contacto, el movimiento, la elasticidad, la firmeza o la rigidez desde un extremo al otro
de la espina dorsal 15 .

B. MÚSCULOS DEL CUELLO (fig. 17):


Se pueden distinguir en esta región:
 Los inversores del cuello (S)
 Los elevadores de la base del cuello y del tórax (A)
 Los flexores16 (M)

C. MÚSCULOS DEL DORSO-RIÑONES Y LA PELVIS (fig.18):


Los flexores del dorso-riñones (abdominales) tiran de la pelvis hacia delante y hacia abajo
(inserción fija delante)
Los extensores producen el movimiento inverso. Entre ellos se encuentran los ilio-espinales,
que se unen a la base del cuello y a la pelvis 17.

Fig. 17.- Músculos del cuello: S: esplenio A: angulares del omóplato M: braquio-celfálico
Fig. 18.- Músculos del dorso-riñones y de la pelvis.

15
Actuando sobre los extremos de la columna vertebral, el jinete puede así controlar los movimientos o la
disposición de toda la columna vertebral. Es preciso remarcar que la elasticidad o la rigidez del jinete,
permitiendo o impidiendo el juego de sus extremidades, se transmiten igualmente al caballo por contacto. En
consecuencia, un caballo no puede estar flexible bajo un jinete rígido, y cuanto más se siente que el caballo
está tenso, más hay que esforzarse por estar flexible y movilizar los extremos de la columna vertebral del
caballo.
16
La acción aislada de uno de estos músculos pares coopera en las incurvaciones del cuello.
17
Estos músculos largos –los ilio-espinales-, que recorren los tres segmentos de la columna vertebral, juegan
en el plano horizontal un papel comparable al que desempeñan los ligamentos longitudinales en el plano
vertical; coordinan y armonizan los movimientos laterales del raquis y mantienen su tensión.

16
D. MÚSCULOS EXTENSORES DE LA CABEZA. (Fig. 19):
Finalmente, se pueden citar como músculos importantes en este trabajo, a los extensores de la
cabeza
Estos músculos, que ponen la punta de la nariz por delante de la vertical, son a veces los
que, bloqueando la región de la nuca, solidarizan cabeza y cuello, permitiendo así que la
tensión alcance hasta la punta de la nariz del caballo.
Relaciones entre estos "músculos jefes" (fig. 20)
1. Los inversores del cuello son antagonistas de los flexores.
2. Los ilio-espinales son antagonistas de los abdominales.
3. En sus acciones, los inversores del cuello son también antagonistas de los
elevadores de la base del cuello y de los abdominales. Sus acciones, que
producen efectos contrarios, tienden a oponerse.
El acortamiento de los inversores del cuello provoca, con el hundimiento de la base del cuello,
el estiramiento de los elevadores de la base del cuello y de los ilio-espinales (fig.21), lo
que, reduciendo el alcance de la extensibilidad de los ilio-espinales hacia atrás, se oponen a la
acción de los abdominales 18.
La elevación de la base del cuello favorece, por el contrario, la acción de los
abdominales, es decir, el remetimiento de los posteriores, y recíprocamente. (Fig. 21)19.
4. Solo el defecto de elasticidad de los inversores del cuello se opone a la flexión
de la región de la nuca, y, en consecuencia, a la elevación de la base del cuello
de la cual depende el remetimiento de los posteriores; la adaptación del caballo
debe lógicamente comenzar por una gimnasia de estiramiento de los inversores del
cuello.
Esta gimnasia es a base de incurvaciones y extensiones del cuello.

Fig. 19.- Extensores de la cabeza Fig. 20.- Relación entre los “músculos jefes”

Las incurvaciones del cuello, incompatibles con la contracción simultanea de sus


dos inversores, obligan al estiramiento de uno de ellos y de esta manera descomponen,

18
Es una de las razones por las cuales el caballo que invierte su cuello, remete muy poco los posteriores.
19
La elevación de la base del cuello se puede obtener o acentuar, bien directamente con las manos (acción de
las riendas de abajo a arriba), bien indirectamente con las piernas (contracción de los abdominales). Los
elevadores de la base del cuello y los abdominales son solidarios. Todos los movimientos que llevan a cabo el
remetimiento de los posteriores provocan indirectamente la elevación de la base del cuello. Es lógico que la acción
de las piernas preceda a la de las manos, porque así ilio-espinales e inversores del cuello experimentan los efectos
de la contracción de los abdominales. Podrían oponerse en el caso contrario.

17
disocian, su resistencia simultánea. Por constitución, es imposible para el caballo incurvar e
invertir al mismo tiempo el cuello.
Las extensiones de cuello hacen trabajar simultáneamente a los inversores del cuello en
estiramiento; pero es preciso resaltar que las extensiones de cuello no pueden producir este
efecto mas que cuando se hacen con la punta de la nariz del caballo bajando durante el
movimiento, lo que corresponde, como en un movimiento de báscula, a la elevación de la
base del cuello (remetimiento de los posteriores)(fig.22) 20.

CONCLUSIÓN:
La base del cuello es una región de importancia capital. De su disposición depende
en gran parte el funcionamiento de la máquina animal.
La elevación de la base del cuello permite un juego fácil, regular y coordinado de los dos
"agentes de fuerza" de la máquina animal, favorece el remetimiento de los posteriores,
punto capital de la puesta en equilibrio del caballo montado, y asegura la flexibilidad y la
tensión vertebral necesarias para la producción del esfuerzo. Del firme sostén de la base
del cuello (base del “recoger”) resulta "la actitud" sostenida del caballo, que "lleva" a su
jinete, se aguanta a sí mismo y se entrega con su cuello.
El hundimiento de la base del cuello, por el contrario, es el que hace al caballo que, en
lugar de aguantarse con los posteriores, se deja arrastrar por su masa y por el peso del
jinete y busca el sustraerse a las acciones de las ayudas.
Por el estado de contracción de los inversores del cuello, el caballo manifiesta la
mayor parte de sus resistencias21.

Fig. 21.- Antagonismo entre los inversores del cuello y los abdominales.

20
Es evidente que el trabajo de alargamiento de los inversores del cuello es absolutamente ineficaz si el
caballo, para tomar el heno en un pesebre elevado, se dedica durante todo el tiempo que está en la cuadra a una
gimnasia que hace trabajar a estos músculos en contracción.
21
(Es de notar que, entre los músculos citados sólo los elevadores de la base del cuello que están próximos a la
cruz, parte central de la máquina animal, pueden mantenerse en un estado de contracción sin perjudicar los
movimientos de las extremidades).

18
Fig. 22.- Extensiones del cuello.

4. LOS MIEMBROS
Los miembros anteriores están unidos al cuerpo por las escápulas, huesos planos unidos al
tórax por una faja muscular que permite a las espaldas una gran libertad de movimientos
y un cierto juego vertical del tórax entre las escápulas (fig. 23). La suspensión realizada por
esta faja muscular constituye, con la articulación del menudillo, la parte principal del sistema
amortiguador del miembro anterior.
Los posteriores están unidos al cuerpo por los coxales, articulados con el sacro por una
articulación de superficies planas, que, teniendo un ligero movimiento de deslizamiento,
actúan con las articulaciones de los miembros y del dorso-riñones para amortiguar los
choques (fig. 23)
Por la disposición de sus ángulos articulares, el tercio posterior está mejor construido que el
tercio anterior para llevar a cabo este papel de amortiguación22. (fig. 24)
No cabe decir que los anteriores no hacen más que apoyar y los posteriores empujar.

Fig. 23.- Piezas de unión de los miembros


Fig. 24.- El tercio posterior está mejor dispuesto que el anterior para amortiguar los golpes.

Todos los miembros tienen a la vez el papel de propulsores, apoyos y balancines.


Por la acción de sus extensores, los anteriores intervienen en la propulsión mientras dura su
apoyo.
En cada lateral, por ejemplo, el posterior apoya cuando el anterior, cuyo apoyo ha
sobrepasado la vertical, no puede desempeñar este papel.
Por sus movimientos, al igual que pasa con el cuello, los miembros, actuando como
balancines, intervienen en la propulsión, economizan el gasto muscular y pueden ampliar el
esfuerzo.

22
Hace falta todavía, evidentemente, que el caballo pueda remeter sus posteriores para utilizarlos en este sentido.
Esta es la razón por la cual un caballo que remete los posteriores es más confortable que otro que no los remete
suficiente.

19
20
SEGUNDA PARTE

MOVIMIENTO-EQUILIBRIO

1. EL MOVIMIENTO

Teóricamente, la equitación es la ciencia que trata del movimiento y del equilibrio del
caballo.
En sus estudios de cronofotografía, Marey ha descompuesto la locomoción en tres términos:
1. El primero está constituido por el trabajo empleado en las variaciones de la
velocidad de progresión, que pasa periódicamente desde un máximo al final del
empuje a un mínimo al final de la recuperación del equilibrio. (ver movimiento de
la cola, (fig. 25)
2. El segundo representa el trabajo necesario para hacer mover los músculos. Su
valor, siempre pequeño, no depende, como el precedente, más que de la
longitud del paso y de su velocidad, no cambia cuando el terreno está inclinado.
3. El tercero es diferente. Su existencia se debe a movimientos de elevación y
descenso del cuerpo. Esto es lo que agrava la torpeza de algunas operaciones
locomotoras de los cuadrúpedos que BARON comparaba con coches que
rodasen sobre ruedas desllantadas. (fig. 26)23

Fig. 25.- Secuencia del movimiento al paso.


Desplazamientos de la “masa inerte”
1.2.3 - Sobre el lateral derecho. El posterior derecho empuja la masa hacia adelante y hacia la
izquierda
4. - Ralentización y retraso de la masa inerte, momento en que el pie izquierdo se vuelve a
apoyar.
5. – Desplazamiento lateral máximo.

23
De una comunicación hecha por M.H. MAGNE y aparecida en una reseña de medicina veterinaria
publicada por la Escuela de Alfort (30 de Dic. 1919)

21
6. – La masa inerte se ve proyectada por el posterior izquierdo hacia adelante y hacia la
derecha.
8. – Frenada, retraso de la masa inerte. El posterior derecho se apoya de nuevo.
“Los posteriores retienen la masa inerte después de haberla lanzado y se apoyan para
relanzarla de nuevo (Comandante CHAMORIN)
La velocidad de los aires depende del grado de las pérdidas de equilibrio consecutivas a los
empujes periódicos.
Fig. 26.- Movimientos verticales de caderas y espaldas. En razón del juego articular de la
columna vertebral y de “los radios” del caballo, espaldas y caderas se desplazan según una
sinusoide.

Cuanto más se remeten los posteriores, más separados están los radios de la rueda
representada en la figura y más acusados son los movimientos verticales 24 Riñones,
cuello y miembros empujan, tiran de la masa o la retienen durante la progresión. De esta
manera, el centro de gravedad del caballo está sometido a un perpetuo movimiento de
vaivén entre las espaldas y la grupa 25 .
Los gestos verticales del cuello, balancín principal, reducen considerablemente el gasto
muscular necesario para esta progresión ondulante de la masa y favorece el juego
vertical del dorso-riñones (ligamentos-músculos) 26 .
En el plano horizontal se comprueba igualmente que la columna vertebral está animada
durante la locomoción por un movimiento ondulante comparable al de los reptiles. Este
movimiento tiende a formar una sucesión de S y de S invertidas. (Fig. 27) 2 7
El desfase que existe entre la formación de la curva cervical y el de la dorsal caracteriza el
movimiento ondulatorio.
Como en el plano vertical, espaldas y grupa se mueven sucediéndose en movimientos
simétricos sobre una sinusoide.
Las oscilaciones de la punta de la nariz y de la cola prolongan las ondulaciones
vertebrales, haciéndolas más flexibles. (fig. 28) 28.

24
Esto permite al jinete darse cuenta del remetimiento de los posteriores. Al trote, por ejemplo, el jinete
percibe muy bien que la grupa del caballo que "marcha" salte a cada batida, y a la inversa.
25
Esta concepción se encuentra en los trabajos del Comandante CHAMORIN y en la obra del C apitán de
BRIGNAC, que compara el centro de gravedad con una bola de plomo que rodase por un tubo formado por la
columna vertebral y que echase el peso sobre las espaldas o sobre la grupa, según que el tubo se incline
hacia delante o hacia atrás. Sea como sea, querer determinar el centro de gravedad de un caballo en
movimiento es imposible y carece de utilidad. No puede hacerse más que en un caballo en estación; si se
pudiera parar un caballo congelando los movimientos, según el momento considerado, el caballo caería hacia
delante, hacia un lado o incluso hacia atrás.
26
Fuerzas vivas, fuerzas de reacción. Ver trabajos de L. DE SEVY. Los gestos de descenso alivian el tercio
anterior (retracción de la masa), los gestos de elevación prolongan el empuje.
27
Este movimiento de reptación, modo de progresión más elemental, subsiste en los animales más
evolucionados, aunque estén provistos de miembros y marchen sobre cuatro o sobre dos patas. El primer
estudio de estos movimientos ha sido hecho, salvo error, por el comandante CHAMORIN. Los datos que
figuran aquí provienen de filmes cinematográficos tomados verticalmente.
28
La observación de estas oscilaciones puede dar idea de la simetría de las ondulaciones vertebrales.
Estos balancines auxiliares, pasivos en "locomoción de paseo ", pueden actuar, por sus movimientos o por
su disposición, sobre las ondulaciones vertebrales y, en consecuencia, sobre los miembros. Y esto no sólo en lo
que concierne a la punta de la nariz, sino también a la cola. Por los movimientos de la cola y de las crines, el
caballo puede, sin duda, desarrollar fuerzas susceptibles de ayudar a la propulsión. Tiene su razón de ser
mecánica que el caballo fustigue la cola cuando tiene fatigados los riñones o los corvejones.

22
Fig. 27.- Ondulaciones laterales

Las ondulaciones vertebrales alcanzan su máxima amplitud durante las bases laterales
(fig. 29). Se enderezan (disposición favorable para la transmisión del esfuerzo propulsor)
hacia el final de las bases diagonales (empuje propiamente dicho de los posteriores) (fig.
30).

Fig. 28.- Oscilaciones de la cabeza al paso. Movimientos supuestamente observados por el jinete
a caballo.
Fig. 29.- Máximo de amplitud de las ondulaciones vertebrales.
Fig. 30.- Enderezamiento de las ondulaciones (bases diagonales)
Fig. 31.- La incurvación del cuello a la izquierda favorece el movimiento hacia delante de la
diagonal derecha (acciones del braquiocefálico derecho y del ilio-espinal izquierdo).

23
Las ondulaciones vertebrales regulan la acción de los músculos que actúan sobre las espaldas
y la grupa, midiendo el juego de compás de cada bípedo anterior y posterior (fig. 31).
La línea de las espaldas (línea ideal que une las puntas mayores de ambos húmeros) y
la línea de las caderas pasan, al paso y al trote, por posiciones extremas sucesivas que se
representan en la fig. 3229.

El bípedo anterior y el bípedo posterior marchan a contratiempo, cualquiera que sea el


aire, pues el apoyo de un anterior está siempre seguido de la elevación del posterior
del mismo lado. (Fig. 32)30.

Fig. 32.- Movimientos combinados de espaldas y caderas .

Por un mecanismo similar al precedente, los movimientos de la columna vertebral y de los


miembros desplazan el peso del caballo alternativamente a un lado y al otro31.
El cuello, masa que carga sobre las espaldas alternativamente, coopera en la propulsión y la
regulariza como un volante 32 .
En los aires simétricos (paso y trote), estando el esfuerzo propulsor alternativamente
producido por un posterior y por el otro, resulta que el caballo se mueve por así decirlo en
zigzag, como un patinador sobre el hielo 33. Este zigzag se corrige cada vez más a medida
que la velocidad aumenta.

29
Para representar estos movimientos periódicos, unir los talones y desplazarse hacia la derecha, por ejemplo,
pivotando simultáneamente sobre la punta del pie derecho y el talón izquierdo; después continuar el
movimiento pivotando esta vez sobre el talón derecho y la punta del pie izquierdo, y así sucesivamente.
Haciendo concordar las oscilaciones de los pies, el trote tipo queda así representado. Separando un poco los
movimientos del pie izquierdo con respecto a los del pie derecho, se reproducen las bases sucesivas del paso.
30
Observación ya hecha por el capitán DE PERCIN. Esto constituye una guía práctica para las acciones de las
piernas.
31
La incurvación dorsal a la derecha desvía el vientre hacia la izquierda. El posterior izquierdo dispone así
de la masa. La incurvación cervical a la izquierda envía el peso de las espaldas a la derecha sobre el eje del
empuje del posterior izquierdo.
32
Hay que distinguir "impulsión" de "propulsión". La impulsión, "esencia del movimiento" (General
L`HOTTE), "chorro de vapor" (Capitán DE BRIGNAC), es el influjo nervioso, la energía que acciona la
máquina animal. La propulsión es el movimiento de avance producido por esta energía.
33
Esto explica que un caballo que aborda un obstáculo al galope a la derecha (posterior derecho más remetido
que el otro) rehúsa más fácilmente a la izquierda que a la derecha (observación hecha por el General
L’HOTTE).

24
En resumen:
"Las ondulaciones de la columna vertebral conducen la masa inerte desde una mitad
lateral hacia la otra, sobre cada una de ellas de delante a atrás, o de atrás a delante y ,
a fin de cuentas, desde los miembros de una o de la otra”. (Comandante CHAMORIN)
La composición de estos movimientos de la columna vertebral, que acaban de ser
examinados sucesivamente en los dos planos, está indicado por los movimientos de la
cabeza del caballo34.

NOTAS SOBRE LAS ONDULACIONES VERTEBRALES:


La velocidad o la amplitud de los movimientos de la columna vertebral miden la velocidad y
la amplitud de los gestos de los miembros. Estos movimientos son interdependientes.
Las ondulaciones vertebrales son el origen, la fuente del movimiento, y se puede decir
que el caballo "marcha" con su columna vertebral, o que "el caballo marcha con sus riñones".
Hay que resaltar, en efecto, que la cabeza y la parte anterior del cuello pueden no tener
ninguna acción determinante sobre las ondulaciones vertebrales. El caballo puede fácilmente
dejar esta región independiente. Pero, por el contrario, la base del cuello unida a la pelvis
por los ilio-espinales tiene siempre, por su disposición o por sus movimientos, una
acción efectiva sobre el funcionamiento de la máquina animal 35.
La tensión hace a la cabeza y a la parte anterior del cuello solidarios con la base
del cuello, y, en consecuencia, con el mecanismo animal 36.
La columna vertebral puede actuar en la locomoción no solamente por los movimientos,
sino también por la disposición.
Así, en la “reunión", por ejemplo, la columna vertebral funciona en una disposición de
flexión (disposición de frenado, oscilaciones de los miembros limitadas, caso extremo: piaffe).
En la espalda adentro, la columna vertebral se mantiene en una disposición de incurvación.
Pero, por una parte, esta disposición no debe entrañar ausencia de movimiento, de
juego de "charnelas" (economía de fuerzas, soltura y armonía de movimientos) y, por otra
parte, siempre que mantener una “disposición” no sea indispensable, parece preferible
tratar de actuar sobre el funcionamiento de la máquina animal dirigiendo los movimientos
de la columna vertebral. Efectivamente, el mantenimiento de una “disposición” entorpece
necesariamente gestos naturales e impulsión. La calidad de la propulsión depende de la
simetría de las ondulaciones vertebrales, es decir de la rectitud del caballo.
La columna vertebral no puede estar recta más que cuando el caballo está parado y
aplomado. Puede decirse que el caballo recto es aquél cuyas incurvaciones alternas se
producen simétricamente de una parte y otra del eje longitudinal al paso y al trote y que no
se atraviesa en el galope. (fig. 33).
Resulta que las espaldas y la grupa se presentan en condiciones que aseguren la rectitud de su
juego recíproco. (General L’HOTTE).
34
Movimiento comparable al balanceo del esquiador. Otra analogía: los movimientos de la línea de las caderas, por
ejemplo, son semejantes a los descritos por el palista con el remo. Todo esto no es, en suma, más que el mismo
movimiento: movimiento helicoidal combinado con un movimiento de traslación.
35
El comandante CHAMORIN distingue juiciosamente varias clases de locomoción: locomoción de paseo, de
actividad, de trabajo y de trabajo fuerte. La cabeza y la parte anterior del cuello no participan en la
locomoción más que cuando el caballo utiliza todos sus medios, es decir, en general, en todos los casos,
excepto en la locomoción de paseo o de resistencia.
36
"Cooperación integral de los dos agentes de fuerza, cuello y pelvis". "Este bloqueo de la nuca se obtiene
inmediatamente por la firmeza de las riendas y la colocación de las manos en la monta a la americana”
(Comandante CHAMORIN). Acción de los extensores de la cabeza.

25
NOTAS SOBRE EL JUEGO DE LOS POSTERIORES :
El juego de los posteriores comprende el remetimiento y el empuje.
Las flexiones e incurvaciones de la columna vertebral miden el remetimiento y se
compensan. Un caballo, por ejemplo, cuyo grado de flexibilidad no permite más que leves
incurvaciones, se encuentra molesto para remeter los posteriores en flexiones del dorso-
riñones más acentuadas, y a la inversa. Las extensiones e inversiones de las incurvaciones
miden el empuje.
Así, en los aires simétricos (paso y trote), el empuje de un posterior es proporcional al
remetimiento del otro (juego de compás de los miembros) 37 .
Al galope, en que los posteriores se remeten o empujan por así decirlo,
simultáneamente, predomina el juego vertical del dorso-riñones (fig. 34), mientras que al
paso, donde el remetimiento de los dos posteriores es alterno, es el juego lateral el que
importa (fig. 32)38.

.
Fig.33.- Movimientos horizontales del centro de gravedad (es curioso constatar que los brazos de
un patinador se mueven de una forma parecida a este esquema).
Fig. 34.- Caballo recto (galope a la izquierda)

Elasticidad del caballo y confort del jinete dependen en gran parte de ese juego lateral
del dorso-riñones. El trote lento y cadenciado es agradablemente percibido por el jinete a
causa del juego lateral que comporta.
El caballo que "machaca" al trote es un caballo en el que las incurvaciones están limitadas.
Los movimientos laterales son contrarios a la velocidad y la tensión. Acentuándolos, el
jinete puede ralentizar y cadenciar los aires.
Se sobreestima demasiado el remetimiento y a menudo se subestima el empuje..
Los movimientos verticales y horizontales de la columna vertebral deben mantenerse en cada
aire y velocidad en una relación conveniente.

37
El movimiento de incurvación de dorso-riñones a la izquierda, por ejemplo, está en relación con el empuje
del posterior derecho. El trabajo en círculo a mano izquierda, el apoyo a la izquierda, el galope a la derecha,
desarrollan particularmente el empuje del posterior derecho.
38
Las acciones de las dos piernas se coordinan, pues, con el juego de los posteriores al galope y las acciones
alternas de las piernas con el juego de los posteriores al paso y al trote.

26
En alta escuela, los movimientos pecan a menudo de insuficiencia de empuje, por el
mantenimiento de una disposición, de un estado de abombamiento exagerado del
dorso-riñones (defecto del juego de riñones.). El aumento del juego lateral, la gimnasia
que provoca las coces, los alargamientos de los aires, el trabajo en las subidas, los
galopes rápidos, el salto, son los más apropiados para restablecer la regularidad del juego
del tercio posterior (desarrollo de la elasticidad de los abdominales).
Si la flexión del corvejón facilita al principio el remetimiento del posterior, el exceso de
flexión en movimiento o en duración se produce en detrimento del remetimiento del
miembro 39 .
La flexión de un posterior está en función de su carga precedente 40.

2. EL EQUILIBRIO
"Equilibrio" no debe evocar en equitación la idea de inmovilidad bajo la influencia de
fuerzas que se neutralizan. En razón de las nociones más simples que pueden extraerse de
su examen, este equilibrio estático puede considerarse en ciertos casos particulares, pero no
conviene perder de vista que "el equilibrio" inestable del caballo en movimiento es el
único que importa en equitación.
Este "equilibrio", resultante de los movimientos de todas las partes móviles del caballo
(vientre, cuello, miembros, cabeza, cola) es una relación entre las pérdidas y
recuperaciones de equilibrio que se suceden en la locomoción. Cuando las pérdidas de
equilibrio periódicas son demasiadas, se dice que el caballo está "sobre las espaldas" y está
sobre los pies cuando sucede lo contrario.
El caballo que, a voluntad del jinete, pasa de uno a otro de estos extremos, es un caballo
perfectamente dueño de su "equilibrio" y de sus fuerzas y que se entrega sin reticencias
a su jinete; es un caballo domado.
Hacer estática en equitación, donde todo es movimiento, no puede más que engendrar
errores. En efecto, los datos de la cinemática son en general contrarios a los de la
estática 41 .
El peso del jinete sobre el caballo no está repartido equitativamente entre el tercio anterior y
posterior; la presencia del hombre sobre el dorso del caballo trastorna las proporciones
naturales del peso según las cuales el caballo está construido 42.
Resulta que al comienzo de la doma el caballo montado se encuentra en una situación
comparable a la del caballo que, sobre una bajada, se ve arrastrado por el peso de su masa.
En esta situación, el caballo no puede restablecer las proporciones naturales del peso y
recuperar con el dominio de su equilibrio la elasticidad de sus movimientos más que
aguantándose con los posteriores y, por tanto, remetiéndolos más tiempo bajo su masa 43.

39
Este exceso de flexión tiene generalmente por causa un defecto de incurvación del dorso-riñones. "El
arpeo del posterior derecho, por ejemplo, proviene de que los músculos del miembro posterior derecho trabajan
en el remetimiento, sin que los músculos derechos del tronco contribuyan a ese movimiento haciendo incurvarse
hacia la derecha la columna vertebral y el coxal”. (Estudio sobre la locomoción del caballo del Comandante
CHAMORIN). Limitando las incurvaciones del dorso-riñones, se acentúa la flexión de los corvejones.
40
Si se quiere aumentar, por ejemplo, la flexión de un posterior (piafar), no es haciéndolo con la pierna que
provoca su remetimiento como se conseguirá, sino cargando durante más tiempo su apoyo por medio de la
pierna opuesta o del busto. Esta maniobra se aplica también para los miembros anteriores.
41
Así, por ejemplo, estáticamente, la extensión del cuello carga las espaldas. Considerado desde el punto
de vista de la cinemática, el gesto de extensión del cuello produce el efecto contrario. (Ver “Salto de
obstáculos y galope de carreras” de L. DE SEVY)
42
Dos tercios del peso del jinete los soporta el tercio anterior.

27
Esto es lo que explica que cuanto más se remeten los posteriores, más ligero es el
caballo.
El caballo embalado, “nariz al viento”, "baja la pendiente” dejando caer la base del cuello. Al
perder el equilibrio, "no controla su masa con los posteriores" (Comandante
CHAMORIN) 44 .
Así, se puede decir que la doma básica del caballo tiene como principal objeto el
restablecimiento de las proporciones naturales del peso entre el tercio anterior y el
posterior. Este resultado no puede obtenerse más que por el aumento del
remetimiento de los posteriores y la elevación de la base del cuello, no pudiendo
darse el uno sin el otro (fig. 35).
Flexibilizaciones laterales (incurvaciones), acortamientos cada vez más marcados, paso
atrás, apoyos, vueltas cerradas, piruetas, etc., que obligan al caballo a aguantar el peso de su
masa con los posteriores, dirigen sus esfuerzos particularmente en este sentido.
Las resistencias que el caballo opone en esta acción de recuperar "el equilibrio"
provienen de que no está hecho por la naturaleza para llevar a un jinete (o para moverse
siempre sobre pendientes en bajada), por lo que, cuanto más se remeten los posteriores,
más se cargan, y más acusados son los movimientos de elevación de la grupa (tercer
término de MAREY), y que, a fin de cuentas, todo el tercio posterior del caballo montado se
ve obligado a hacer esfuerzos para los que no está construido y a los cuales debe
adaptarse.

Fig. 35.- Movimientos verticales del dorso-riñones y de la pelvis al galope.

3.- “RECOGER”

El “recoger” está "caracterizado por la actitud sostenida y la elasticidad del tercio


anterior" (General L’HOTTE).
43
La observación muestra que el caballo que se quiere parar bruscamente o que resbala con las manos
actúa de manera idéntica. Esta necesidad del caballo de remeter sus posteriores es por tanto más grande
cuanto más acentuada sea la pendiente y el aire que precede a la parada sea más largo. El trabajo máximo de
los músculos que flexionan el dorso-riñones y remeten los posteriores se obtiene haciendo recular al caballo
hacia arriba en una pendiente suave. El enriendamiento Chambón, provocando, acentuando o manteniendo esta
ruptura del equilibrio hacia delante, "pone al caballo sobre la pendiente". Como todos los
procedimientos que ponen "el instinto de conservación al servicio de la doma", (L. DE SEVY) el trabajo en las
bajadas produce excelentes resultados; provoca el remetimiento de los posteriores sin resistencias posibles.
44
Sería un error creer que la extensión del cuello carga siempre necesariamente el tercio anterior. El cuello no
es el único capaz de actuar sobre el reparto del peso entre las espaldas y la grupa . El tercio posterior
juega en el equilibrio un papel, por lo menos, tan importante. Lo mismo que la pelvis y el cuello son "los
dos agentes de fuerza principales", son también los dos agentes principales del reparto de peso. Sus
movimientos y sus disposiciones siempre asociados, se conjugan o se compensan según las necesidades.
Examinar su papel separadamente en la locomoción sin tener en cuenta su cooperación constante no puede
más que engendrar errores.

28
La actitud sostenida constituida por la elevación y el sostén de la base del cuello y del
tórax es el punto más importante del “recoger”.
Es el aumento del remetimiento de los posteriores lo que permite aguantarse al
caballo. (fig. 36)

PRINCIPIO DE LA DOMA: El caballo se deja llevar por el sobrepeso del tercio posterior (disposición de extensión)

FIN DE LA DOMA: Proporciones naturales restablecidas posibilidad del juego regular del dorso-riñón (flexión y extensión).

ALTA ESCUELA: Caballo sobre los pies (disposición de flexión)

Fig. 36.- De cómo el caballo montado restablece las proporciones naturales del peso entre el
tercio anterior y el posterior.

El “recoger” puede ser más o menos acentuado. (fig. 37)


Un ligero redondeo de la región de la nuca, sin elevación aparente del cuello (cabeza
colocada al principio de un cuello largo), constituye el mínimo indispensable para la
puesta en mano del caballo.
“Por encima de esta modesta e indispensable exigencia, el jinete ya no actúa por el bien
del caballo, sino únicamente para una mayor facilidad de manejo y para su confort."
(LENOBLE DU TEIL).
La actitud conveniente del “recoger”, en la que la nuca es el punto más alto y donde
la punta de la nariz queda por delante de la vertical, asegura la armonía de
funcionamiento muscular (justo equilibrio entre remetimiento y empuje), la cooperación de
los dos agentes de fuerza, y, consecuentemente, el máximo de rendimiento, cualquiera que
sea la utilización del caballo.
La dirección del cuello determina el ángulo de ataque de los braquiocefálicos que maniobran las
espaldas. (fig.38)

29
Fig. 37.- Caballo “recogido” en grados diferentes.
Fig. 38.- Modificaciones del ángulo de ataque de los braquiocefálicos .

La vertical de la cara del caballo debe ser considerada como el límite extremo del
“recoger”; en efecto, en cuanto la cara pasa, aunque sea un poco, por detrás de la vertical
el caballo está encapotado.
Esta actitud, lo mismo que la del caballo descarado, revela un defecto de armonía en el
juego de los extensores y los flexores, un defecto de tensión.
Hay que resaltar que en esas dos actitudes en apariencia opuestas (encapotado y descarado)
la base del cuello se hunde. El caballo se sustrae a las acciones del jinete bajando la base del
cuello de entre las riendas. (fig. 39)
Así, sin poder controlar con las riendas la columna vertebral, tampoco pueden alcanzar la
grupa. En estas condiciones, el jinete no puede ni ajustar la impulsión ni conducir al
caballo.
Con el cuello invertido, y el “recoger” correspondiente a un acortamiento del cuello, el
caballo no puede pasar de una a otra de estas actitudes contrarias sin un
alargamiento previo del cuello. La curvatura posterior del cuello debe enderezarse
(alargamiento) antes de poder desinvertirse (Fig. 39)45.
"La elasticidad del tercio anterior está constituida por el juego de los resortes del cuello;
articulaciones de la nuca, de la base del cuello y de la mandíbula 46.
Los extensores de la cabeza y los músculos maxilares no deben estar en un estado de
relajación, de atonía. El equilibrio entre los antagonistas- flexores y extensores de la
nuca- es necesario para la armonía del funcionamiento y para la tensión.
Es importante que, en el “recoger”, la cabeza permanezca asociada a la base del
cuello; que pueda, en cierto modo, formar un bloque con ella.
45
No es pues empujando obstinadamente sobre la resistencia simultánea de ambas manos, sobre las manos
fijas (en el sentido literal del término) o, a fortiori, tirando de un caballo con el cuello invertido, como se
llegará a hacerle bajar la cabeza o a obligarle a aguantarse remetiendo más tiempo los posteriores. El
caballo sometido a tales procedimientos está en situación de imposibilidad mecánica para elevar, para colocar
la base de su cuello entre las riendas, y, en consecuencia, para abombar los riñones y remeter durante más
tiempo los posteriores. Cesiones de manos que permitan el alargamiento previo del cuello o incurvaciones
que descompongan la resistencia de los inversores del cuello, provocarán el descenso de la cabeza, obteniendo
pronta satisfacción de estas actitudes viciosas.
46
“Elasticidad" es la palabra más apropiada: "propiedad que tienen los cuerpos comprimidos de recuperar su
forma después de la compresión".

30
Cabeza o mandíbula no deben irse hacia atrás más que a solicitud del jinete, bajo la
acción de los músculos antagonistas, tendiendo ellas mismas a volver a su posición previa
una vez cesan las demandas.
Una constante movilidad de la nuca y de la mandíbula impide la manifestación de la
impulsión. El caballo cuya nuca y mandíbula se movilizan a la menor tensión de las riendas no
puede ni estirarse, ni desarrollar aires amplios y gestos enérgicos, ni "escuchar" las
indicaciones de manos del jinete, ni ser conducido con precisión.
El caballo domado debe aguantarse sólo (actitud sostenida) y tenso (elasticidad) en el
“recoger” y, en alta escuela, debe continuar por sí mismo en el "descenso de manos" los
movimientos o los "aires" que se le hayan pedido.

EFECTOS RESUMIDOS SOBRE EL “RECOGER”:


 Caballo más seguro, más diestro y más manejable: restablecimiento de las
proporciones naturales del peso, base del cuello entre las riendas.
 Caballo más confortable: choques de la locomoción principalmente
amortiguados por el tercio posterior.

Fig. 39.- Encapotado y despapando, la base del cuello está hundida y no está <entre las riendas>.
Fig. 40.- Intento de representación gráfica de la sensación del “recoger” en el movimiento
adelante. Caballo entre los talones y la mano. La presión de los talones encuentra la mano, el
caballo se crece de delante.

· Máquina animal preparada en las mejores condiciones para su funcionamiento :


cooperación y coordinación de los dos extremos del caballo: tensión, fijación de los puntos
de inserción próximos de los músculos que maniobran las espaldas y la grupa, riñones y
corvejones del caballo a cubierto de las acciones de mano del jinete, lo que permite

31
obtener el aumento de remetimiento de los posteriores, la "concentración de las fuerzas" y
los movimientos elevados de los miembros 47 .

NOTAS SOBRE EL “RECOGER”:


Antes de intentar subir la base del cuello, es preciso comenzar por enderezar su curvatura
natural. Antes del “recoger”, el jinete debe ser dueño de alargar el cuello del caballo a
discreción. Puede entonces acortarlo sin temor a que el caballo pueda quedarse detrás
de la mano, manteniéndole "en las ayudas" (delante de las piernas y en la mano).
Las acciones de las piernas tienen, en la búsqueda de la acentuación del “recoger”,
una importancia muy particular. Hace falta tener en la mente, en este trabajo, que el
caballo se aguante sobre todo con los posteriores.
La actitud debe siempre estar en armonía con la fuerza del empuje. En este momento, las
riendas no actúan más que por la acción producida por los riñones del jinete sobre el
caballo (codo en el cuerpo), y el caballo abocado al “recoger” por una acción de atrás
hacia delante, con lo que las ayudas que empujen actuarán siempre con más fuerza
que las que retengan (fig.40) 48 .
El “recoger” no debe considerarse como una "posición" mantenida por las manos fijas
en el sentido literal del término. El caballo “recogido” no debe quedar privado del juego
de su cuello.
El caballo se encapota e invierte el cuello (necesidad de “descenso de manos”) para
sustraerse a la molestia producida por la compresión persistente de las parótidas por las
quijadas y para remediar una libertad de juego insuficiente.
El “recoger” es contrario a la naturaleza, por lo que requiere un cierto tiempo de adaptación
muscular.
La gimnasia de las extensiones del cuello es la base para llegar al “recoger”.

47
“Cuando la nuca y la mandíbula ceden a la acción de las manos, el remetimiento de los posteriores no
disminuye; sólo afectan al tercio anterior; sus gestos se redondean, su elevación se acentúa en detrimento de
su extensión. Si, por el contrario, mandíbula y nuca no ceden, la impresión de la mano se comunica a los
posteriores por la columna vertebral rígida: la impulsión se ve contrariada”. (LENOBLE DU TEIL).
48
La imagen de un florete que empuje contra un muro da una idea acertada de lo que el jinete debe hacer
en el “recoger”. Lámina o columna vertebral se incurvan cuanto más hacia delante y más fuerte sea el
empuje.

32
TERCERA PARTE

CONDUCCIÓN DEL CABALLO

1. GENERALIDADES
Una vez sometido y adaptado el caballo, las dificultades de su conducción nos surgen, las
más de las veces, como resultado de una obediencia incompleta a las ayudas o del mal
empleo de las mismas. Se tiende demasiado a menudo a achacar las culpas a la mala
voluntad del caballo, a sus defectos de conformación o a sus taras.
La columna vertebral es el origen de todos los movimientos del caballo, por lo que conducir
el caballo significa mandar sobre los movimientos de la columna vertebral y regular y
dirigir la impulsión.
Pero, sin tensión, las ayudas no pueden producir todos los efectos buscados por el jinete y
conservar el control permanente del caballo.
Tensión no es rigidez o ausencia de movimientos.
No hay que confundir tensión con estado de contracción, donde las articulaciones están
privadas de juego y los resortes en alguna medida bloqueados al comienzo de su recorrido.
La tensión es una disposición de elasticidad de la columna vertebral (justa proporción
entre las acciones de los extensores y de los flexores).
La columna vertebral es entonces comparable a una lámina de resorte que, plegada en un
sentido, reacciona y tiende sin cesar a retomar su forma primitiva49.
Se puede decir que la tensión es la manifestación física del caballo expectante, estado de
actividad, de atención despierta y de excitabilidad más grande del caballo que se entrega al
jinete (flexibilidad unida al vigor).
Dicha tensión, no se realiza instantáneamente sobre toda la longitud de la columna
vertebral. Bajo la acción de los músculos de la columna vertebral, que toman en alguna
medida su apoyo en el bloque óseo más importante del esqueleto, sobre la pelvis, se
propaga de vértebra en vértebra, de atrás hacia delante 50.
La tensión que parte de la pelvis debe pedirse ante todo con las piernas. Las manos
favorecen la elevación de la base del cuello, y solidarizan la cara con la base del cuello,
pero son sobre todo los "talones" los que obligan al caballo a tensarse empujándole
sobre un sostén elástico de los codos. El defecto de tensión proviene habitualmente de la
falta de piernas o de obediencia a las piernas, o de un defecto de elasticidad de los codos51.

49
Esta definición se aplica también a las articulaciones del jinete, las cuales cuando están relajadas y privadas de
tensión, de elasticidad, no pueden desempeñar convenientemente su papel de amortiguación de las sacudidas de la
locomoción y de la coordinación con el caballo.
50
La tensión se manifiesta por una extensión muy ligera de la columna vertebral, extensión que se produce
siempre de atrás a delante. (Comandante CHAMORIN).
51
Es necesario un apoyo constante la mayor parte del tiempo para enseñar al caballo a permanecer tenso bajo el
jinete, pero es preciso conseguirlo de manera que el caballo quede tenso aguantándose él sólo.
La conformación juega aquí un papel importante. Si ciertos caballos, largos de dorso, con el cuello fino o blando,
tienen necesidad de apoyarse algo sobre la mano para tensarse, otros, por el contrario, de dorso corto y
resistente, de cuello fuerte, se tensan de manera natural sin importar el peso del jinete.

33
Es evidente que la tensión no puede obtenerse más que después de que el caballo haya
recuperado el control de sus fuerzas y de su "equilibrio" bajo el peso del jinete (“recoger”).
El contacto constante de las ayudas ("talones” y manos), que establece la unión entre
caballo y jinete, no solamente es necesaria para que el caballo perciba con nitidez las
indicaciones del jinete, sino también para que él mismo pueda sentir el movimiento,
identificarse con el caballo y actuar en el momento conveniente.
El jinete no puede, en efecto, actuar con precisión y llegar a "manejar el cuerpo del
caballo como el suyo propio" más que cuando ha hecho pasar a un acto reflejo el
sentimiento de los movimientos del caballo, y el sentimiento del ritmo en todos los aires 52.

Fig. 41.- Referencia para acompañar el movimiento.

Por eso, la coordinación de las ayudas con el funcionamiento de la máquina animal


debe considerarse tanto o más importante que "la coordinación de las ayudas" entre sí.
El contacto constante de las ayudas permite también al jinete darse cuenta de la rectitud, tan
necesaria como la tensión para obtener del caballo, cualquiera que sea su utilización,
el mejor rendimiento 53 .
El trabajo muscular necesario para compensar todo defecto de rectitud se produce
siempre en perjuicio del rendimiento.
Las ayudas, agentes de contracción, deben modelar sus acciones sobre el
funcionamiento de los músculos cuyas contracciones gobiernan, es decir, deben
intervenir en el momento oportuno con acciones coordinadas y discontinuas. Las
ayudas exteriores deben mantener las incurvaciones (agonistas). Las ayudas inferiores
deben apoyar las acciones de las ayudas superiores y a la inversa (equilibrio entre
flexores y extensores de la columna vertebral, tensión)

52
La formación de estos reflejos puede acelerarse fijando unas referencias durante la locomoción. Las
referencias más cómodas al principio son los movimientos de las espaldas. Empezar con la pierna izquierda
contando: 1. En el momento de apoyar el anterior izquierdo, la pierna derecha. Contando: 2. En el
momento de apoyar el anterior derecho, y así sucesivamente, (procedimiento de LA GUERINIERE), realizado
de acuerdo a las ayudas con los movimientos del caballo al paso y al trote. "El jinete se encontrará por así
decirlo marchando al paso con el bípedo anterior". (LENOBLE DU TEIL).
53
Apoyo igual sobre las dos manos; cesiones de mandíbula e incurvaciones del cuello facilitadas tanto de un
lado como de otro, sensación de incurvaciones simétricas del dorso-riñones y de balanceos regulares de la masa
del vientre percibidos por los talones, obediencia a la pierna aislada y sensación de elasticidad de los costados
igual en los dos lados.

34
Leyes generales que rigen las excitaciones nerviosas.
La excitación no ocurre cuando la modificación impuesta a un nervio es continua. Para
que el nervio se excite, es preciso que su cambio de estado se produzca con cierta
rapidez.
La sensación de contacto es única y de grado invariable, mientras que la sensación de
presión que le sucede tiene una escala de intensidad muy extensa. Hay una multitud de
grados hasta que esta sensación se transforma en dolor, límite superior de excitación.
La intensidad de la sensación depende de dos condiciones:
 Intensidad de la excitación.
 Grado de excitación en el momento de la excitación (atención despierta de la
tensión)

2. EFECTOS FISIOLÓGICO DE LAS AYUDAS

I. LAS PIERNAS54
Un músculo que se contrae tiene como inserción fija el extremo más próximo al lugar en
que recibe la excitación55.
La túnica abdominal es cada vez más delgada a medida que se aleja de la cincha y de la
línea media ventral: la sensibilidad a las acciones de las piernas es por tanto más grande
cuanto más arriba y más atrás se producen.
Las piernas producen efectos diferentes según el punto donde actúen.
La espuela, "expresión dolorosa de las piernas", puede provocar:
 La contracción de los abdominales
 La contracción de los pectorales
 La contracción simultánea de ambos músculos

A . Contracción de los abdominales (Fig. 42)


La espuela derecha al actuar perpendicularmente al caballo y en el momento de
apoyar el anterior derecho, acelera la elevación y el remetimiento del posterior derecho.
La acción más tardía de la espuela derecha aumenta, con la incurvación del dorso a la
derecha, el remetimiento del posterior derecho.
Si esta acción de la espuela se prolonga o se produce después de apoyar el posterior derecho
mantiene la incurvación del dorso a la derecha, prolonga el apoyo del posterior derecho
y retiene su empuje56.

54
A partir de los trabajos del Comandante CHAMORIN (H. VAL)
55
Salvo en casos de defensa del caballo, donde son generalmente los músculos del lado opuesto los que se
contraen. En esos casos, las manos deben intervenir para forzar la obediencia a la pierna.
56
Esta acción de pierna que retarda puede emplearse en alta escuela para prolongar el tiempo de apoyo de una
diagonal y aumentar el tiempo de sostén de la diagonal opuesta (ralentización del pasage, por ejemplo. El
momento de intervención de la pierna tiene pues una importancia capital en el juego del posterior
correspondiente. De igual modo, las oscilaciones de un péndulo aumentan si recibe un aporte de energía
en el momento conveniente de su recorrido, y se frenan en el caso contrario.

35
La acción simultánea de las dos espuelas en su sitio determina, con la flexión del dorso,
el remetimiento de los pies.
La persistencia de esta acción provoca un estado de contracción de los abdominales,
una disposición de flexión del dorso que obliga al caballo a aguantarse más tiempo con
los posteriores; le pone "sobre los pies" (“reunión”).
La acción de las dos espuelas muy atrás determina un descenso del tórax que provoca
primero una ruptura del equilibrio delantero y después la tracción del tórax hacia atrás si
esta acción persiste (paso atrás).
La acción de las espuelas muy abajo provoca la contracción de los "grandes rectos
del abdomen"(fig.42). Estos músculos se disponen óptimamente para la flexión de la
columna vertebral, pero no pudiendo estimularse cerca de uno de sus puntos de
inserción, su contracción abomba considerablemente el dorso (remetimiento muy
acusado de los posteriores), determinando al mismo tiempo el descenso y la contracción
del tórax y de la base del cuello, con lo que el caballo se acula.

B. Contracción de los pectorales:


La acción de la espuela derecha por delante de la cincha (fig. 42) atrae y mantiene
atrasada la espalda derecha y después provoca la incurvación del cuello a la derecha.
La acción de las dos espuelas en este punto determina la ralentización y la flexión del
cuello.

C. Contracción simultanea de los abdominales y los pectorales:


Existe un punto medio donde la espuela actúa simultáneamente sobre los dos extremos del
caballo (fig.42). La acción de una sola espuela en este lugar determina la incurvación de toda
la columna vertebral en el lado del toque, al mismo tiempo que una ralentización.
La acción persistente de las dos espuelas provoca la parada brusca por convergencia de las
extremidades, y el caballo se encapota.
Así, las piernas no tienen como única misión producir o aumentar el movimiento hacia
delante. Tienen una acción preponderante en equitación superior en todos los casos donde
haga falta provocar el abombamiento del dorso-riñones, obligar al caballo a aguantarse
más tiempo con los posteriores, ponerlo sobre los pies, gobernar el movimiento de los
miembros, cadenciar los aires, ralentizar, parar o recular manteniendo al caballo
delante, "por delante de las piernas y en la mano".
La acción de la pierna que desplaza la grupa lateralmente no tiene propiamente dicho
una base fisiológica; procede de la educación.
Para diferenciarse de la pierna que lleva el posterior hacia delante o que incurva, la acción
de la pierna que envía el posterior lateralmente bajo la masa o que desvía debe
producirse de delante a atrás, buscando llegar al vientre lo más abajo posible.

36
Fig. 42.- Efectos fisiológicos de la espuela.

Notas sobre la utilización de las piernas:


Para poder dirigir los movimientos del caballo, es importante que el jinete esté en
conjunción con aquél, no solamente con las manos, sino también con las piernas.
Como las riendas, las piernas deben de estar ajustadas.
Están ajustadas cuando "encuentran tantos puntos de contacto como sean posibles
con los flancos del caballo" (BAUCHER) y que este contacto sea constante 57.
El caballo se encuentra así envuelto, abrazado por las piernas. La parte de la pierna
situada entre la pantorrilla y la espuela debe estar y permanecer en contacto con el
vientre del caballo.
El jinete perfectamente adaptado tiene la impresión, con sus "talones", de que puede
sostener o subir el vientre del caballo 58 .
La espuela se encuentra así preparada para reforzar la presión de la pierna.
La ligereza a las piernas, es decir, la obediencia a sus más leves aumentos de presión,
no puede obtenerse sin la ayuda de la espuela , que "es a la pierna lo que la
cadenilla de barbada es a la mano"59.
Es evidente que el jinete que no hace sentir el hierro a su caballo más que delante,
(bocado) no llegará jamás a hacer que su caballo sea lo bastante obediente, lo bastante
ligero tanto a las piernas como a las manos 60 .

57
Si el contacto de los "talones" no es constante, si las piernas bailotean, el caballo no puede volverse
obediente a las piernas por la misma razón que no puede obedecer a las manos si las riendas están
flotando. En estas condiciones, las ayudas no pueden llegar al caballo más que a golpes, tirones e
incomprensiones.
58
Esto es sin duda porque el contacto de la pierna debe realizarse lo más abajo posible y por eso el
General L'HOTTE emplea en sus libros la palabra "talón" en vez de pierna. Contrariamente a lo
que podría creerse, el contacto constante de los 'talones'' calma a los caballos. Es la falta de fijeza de las
piernas, el defecto de constancia de su contacto, lo que los inquieta o los irrita.
59
Manual de Equitación y de Doma.

37
El caballo debe soportar sin defenderse el contacto tanto de las espuelas como de la
cadenilla de barbada. Hay toda una escala de intensidades en el empleo de la espuela, y
“hay que regular su uso sobre los resultados a obtener y el grado de sensibilidad del
caballo". Esta escala va desde el castigo o ataque enérgico que le hace saltar hacia
delante, hasta el ligero toque de la espuela, ayuda sutil en la que apenas se hace sentir al
caballo el frío de la espuela.
En todos los casos, es necesario usar la espuela con mesura y autoridad, y no perder de
vista que el objetivo es la obediencia al menor aumento de presión de la pierna.
Las acciones de las piernas que tienen por único objeto el aumentar la impulsión
pueden hacerse en cualquier momento de la locomoción. Pero las que van a dirigir los
movimientos deben aplicarse en el momento preciso.
Según lo que quiera obtener el jinete, la pierna derecha, por ejemplo, ejecuta su acción bien
en el momento de apoyar el anterior derecho, bien en el momento de apoyar el izquierdo.
Esto será según se sientan los movimientos. Lo que interesa saber es que , para dirigir
los movimientos, no hay que contentarse con seguirlos. La transmisión de las
órdenes no es instantánea y la acción de la pierna derecha debe producirse un poco por
delante del ritmo de la otra, si no llega demasiado tarde 61 .
De alguna manera, "los talones" toman apoyo uno sobre otro para actuar.
Como la rienda que sujeta, la pierna que sujeta refuerza la acción de la otra pierna y mantiene
la tensión. La pierna interior pliega al caballo, la pierna exterior mantiene el caballo
sobre la mano. La pierna interior ejerce su presión enteramente en su sitio, la otra ejerce
la suya más atrás, de forma que no se opone a la incurvación.
Por medio de los ilio-espinales, las piernas actúan indirectamente sobre el tercio anterior del
caballo; contracción de los abdominales y de los elevadores de la base del cuello,
alargamiento de los inversores del cuello o compresión de los resortes del tercio anterior,
según la manera en que actúe la mano (abertura de dedos o sostén elástico de los codos) (figs.
20 y 21). Pero para que las acciones de las piernas puedan afectar a la base del cuello,
hace falta que precedan a las de las manos. En caso contrario, se encontrarían con las
resistencias de los inversores del cuello que podrían provocar las manos.
Se llega rápidamente a provocar incurvaciones de toda la columna vertebral sólo con
las piernas, así como los desplazamientos de peso que resultan de ello. A partir de ese
momento, las piernas deben sustituirse cada vez más por las manos en la conducción del
caballo.

II. LAS MANOS


Las riendas provocan la contracción de los músculos que se encuentran orientados en
la misma dirección o en dirección paralela.
Actuando de abajo a arriba, las manos producen la contracción de los elevadores de
la base del cuello y los flexores de la columna vertebral (remetimiento de los pies) (fig.
43).

60
La mayor parte de las veces, la falta de asiento hace que los jinetes no dispongan de una libertad, de
una independencia suficiente de piernas para atreverse a servirse de la espuela como debieran.
61
Es lo que se produce a menudo en los movimientos que exigen una intervención rápida de las ayudas
(piaffe, cambios de pies, etc.)

38
Actuando en la dirección de las caderas o paralelamente al borde superior del
cuello, provocan la contracción de los extensores de la columna vertebral (empuje) (fig.
43) 62.
Así, toda tensión de las riendas hecha hacia las caderas sobre un cuello cuyos
"resortes" no estén dispuestos para poder actuar, es decir, que por defecto de
colocación de la cabeza no pueda flexionarse, se opone al remetimiento de los
posteriores (fig. 45).
La dirección de acción de las riendas varía con su longitud (fig. 46), así que conviene
darles una longitud tal que puedan producir el efecto deseado.

Fig. 43.- Efecto de las riendas según su dirección .


Fig. 44.- La rienda Colbert.

Existe una longitud de rienda, variable según el grado de “recoger” de cada caballo que ,
sobre el sostén elástico de los codos, asegura la tensión, la armonía del funcionamiento
muscular. Si las riendas están más cortas, el caballo no puede estirarse; si son más largas,
puede salirse de la posición de “recoger” e invertir el cuello.
Para no provocar un estado de contracción de los extensores de la columna vertebral, es
preciso que las manos estén más altas que el bocado, que las riendas sean la
cuerda del arco que representa la curvatura anterior del cuello y de la cabeza. Cortas
al principio de la doma, cuando la flexión no alcance más que a la curvatura anterior,
cuando el arco es pequeño; pueden ir alargándose progresivamente a medida que la base
del cuello, al elevarse el arco, se agranda hacia atrás. (fig. 47)
Tensión de las riendas-- La reacción a toda acción es una ley general, y el caballo tiene la
tendencia natural a responder a una tensión de riendas tensando en sentido contrario.
(Fig. 43)
Si después de haber tensado ambas riendas (compresión de los resortes), los dedos
dejan que las riendas se deslicen, el caballo responde estirando el cuello (extensión de los
resortes).

62
El mayor valor de la rienda Colbert y de los filetes elevadores reside en que transforman en alguna
medida la dirección de la acción de las riendas. (fig. 44)

39
A una ligera tensión de una rienda, la derecha por ejemplo, el caballo responde
naturalmente llevando la punta de la nariz hacia la izquierda 63.
Cesiones- Las tensiones de riendas no deben ser continuas so pena de condenar los
movimientos del cuello y de trabar el juego de todas las partes móviles del caballo.
Después de haber conseguido la compresión de los resortes del tercio anterior del
caballo, el jinete debe dejarles que se liberen más o menos. Los resortes de la máquina
animal son como cualesquiera otros resortes. Cuando se les comprime es para permitir
luego su extensión. Mantener los resortes comprimidos durante mucho tiempo no puede
más que hacerles perder su calidad de resorte, de extensión.
Las tensiones y las cesiones de riendas deben ir ligadas y ser suaves para asegurar
la elasticidad antagonista de los músculos que armonizan los movimientos.
En un caballo domado y “recogido”, el juego de tensiones y cesiones de las riendas se realiza
por un juego de dedos y de muñeca y una elasticidad de los codos tanto más discretos
cuanto más acentuado es el “recoger”.
Las cesiones de manos permiten los gestos de alargamiento del cuello y favorecen los
movimientos de elevación de las espaldas y de aducción de los posteriores. (fig. 48)
En la doma, según la tendencia del caballo a encapotarse o a invertir el cuello, las cesiones
de manos pueden practicarse bien subiendo las manos hacia la nuca, bien
bajándolas, (descenso de la mano). (fig. 49)
En un caballo tenso, la cesión de la mano izquierda, por ejemplo, determina la incurvación
del cuello a la derecha; este procedimiento habitúa al caballo a seguir la cesión de la
mano, a venir sobre la mano que cede 64.
En una cesión brusca, el caballo no se atreve a estirar el cuello por temor a chocar
contra la mano.
Las cesiones bruscas, practicadas cuando el caballo toma un apoyo exagerado sobre la
mano (caballo que tira delante de un obstáculo, por ejemplo) constituyen un excelente
procedimiento de doma que obliga al caballo a aguantarse durante más tiempo. Es preciso,
en ese caso, impedir el apoyo exagerado que el caballo solicita, "dejarlo caer" cuando se
apoya demasiado fuerte; aumentar la tensión de riendas sobre un caballo de esas
características no haría más que incitarle a apoyarse por más tiempo.

Resistencias- Las resistencias se producen durante el breve tiempo de la ejecución de una


orden dada, para determinar o mantener una incurvación, por ejemplo, o para combatir
las "resistencias de fuerzas" (resistencias de la mandíbula en particular).
Estas resistencias deben hacerse fijando la mano en el sentido literal de la palabra, los
codos rigurosamente fijos en su sitio, las uñas hacia arriba (brazo de acero), los dedos
aferrándose consistentemente sobre las riendas si ello fuera necesario. Todo retraso de
los codos debe evitarse con esmero para que el caballo perciba las sensaciones claras,
netas, y no confunda resistencias y tracciones que deben producir efectos
completamente diferente. Es evidente que, en estas oposiciones de resistencias, hace falta
"tener en los dedos una fuerza igual a la del caballo, pero nunca superior", para que el

63
Reacción al apoyo de la anilla o de la rama del bocado sobre el lado izquierdo de la boca. No es pues
tensando la rienda derecha como el jinete conseguirá que el caballo tense la rienda izquierda más tiempo.
Lo que se produciría sería el efecto contrario.
64
Este proceder es particularmente eficaz en las salidas al galope y en los cambios de pie. Por otra parte, hace
perder al jinete la costumbre, a menudo difícil de eliminar, de "venir" sobre el caballo.

40
caballo permanezca por delante de las piernas, y "ceder si el caballo cede", a fin de
cultivar la obediencia a la resistencia de los dedos65.
Las resistencias de las manos pueden ir precedidas, si es necesario, de tensiones de riendas
efectuadas por movimientos de báscula o de rotación de las muñecas.
Las resistencias bien practicadas, manos rigurosamente fijas, ejercen sobre el caballo un
poder infinitamente más convincente que las tracciones 66.

Fig. 45.- Comparación mecánica de las tensiones de rienda según la disposición de los <resortes>
del cuello.
Fig, 46.- La dirección de acción de las riendas varía con su longitud.

Medias-paradas- Las medias-paradas gobiernan particularmente los gestos de elevación del


cuello, siempre más bruscos que los gestos de descenso. Las cesiones más o menos
bruscas que deben seguir a las medias-paradas dificultan los gestos de descenso
(miedo a chocar contra la mano) y mantienen así los músculos elevadores de la base
del cuello en un estado de contracción.
Como provocan un reflujo de peso hacia atrás, las medias-paradas constituyen el
procedimiento más apropiado para combatir las "resistencias de peso" que opone el caballo,
obligándole a que soporte su cuello, a mantenerse adelante y a “aguantarse solo” 67 .

Notas sobre las acciones de las manos:


Las riendas no tienen un efecto determinante en la conducción del caballo más que
cuando sus acciones alcancen la base del cuello donde se insertan los ilio-espinales. Por

65
Como, por naturaleza, sentimos con más facilidad las resistencias que las cesiones, el jinete debe aplicarse
para percibir la menor señal de cesión del caballo; es preciso, en cierto modo, que la mano esté al acecho de la
obediencia.
66
Para estar seguro de tener la mano rigurosamente fija en caso de defensa o de desorden del caballo, el
jinete tiene a veces la ventaja de dar firmeza a la mano apoyándola sobre la base del cuello, sobre la perilla o
incluso a veces sobre el muslo.
67
La eficacia de este procedimiento es particularmente evidente al galope, donde se puede constatar
fácilmente que no es por acciones continuadas de las riendas como se puede ralentizar y cadenciar este
aire, sino por acciones breves y discontinuas.

41
intermedio de estos músculos solidarios con la base del cuello, las riendas pueden actuar
sobre la grupa, la cual "ella sola impone la dirección"68.
Las acciones de las riendas que aumentan la flexión de la curvatura anterior del cuello
favorecen las flexiones del dorso y dificultan el empuje, y a la inversa. Las acciones de la rienda
derecha que incurvan hacia la derecha cargan el lado izquierdo y favorecen el remetimiento del
posterior derecho.
Si el cuello no se incurva a la derecha, la acción de la rienda derecha hacia la cadera
derecha se opone a la aducción del posterior derecho.
En una acción de rienda derecha directa de oposición, por ejemplo, si la rienda izquierda
impide la incurvación del cuello a la derecha , se opone al desplazamiento lateral de la
base del cuello, la pone rígida, y el jinete puede oponer eficazmente la cabeza a la
grupa, que entonces se desvía a la izquierda; como el caballo no puede incurvarse,
se desvía. El movimiento del posterior derecho hacia delante, al verse dificultado, hace
que el miembro se vaya hacia la izquierda, bajo la masa 69.
Para poder oponer eficazmente la cabeza a la grupa, es preciso no solamente que la columna
vertebral se mantenga recta y rígida, sino también que la rienda directa de oposición actúe en
la dirección de la cadera (fig. 50)70.

Fig. 47.- Las riendas deben ser la cuerda del arco correspondiente a la curvatura anterior del
cuello y de la cabeza.
Fig. 48.- La cesión de la mano izquierda favorece el movimiento de elevación de las espaldas y la
aducción del posterior izquierdo.

68
Necesidad del “recoger”, que coloca la base del cuello entre las riendas, y de la tensión que hace solidaria a la
cabeza con la base del cuello.
69
Es lo que se produce en el apoyo a la izquierda, donde el caballo está desviado a la izquierda y no
incurvado a la derecha. Es así como, por medio de las riendas, el jinete puede enseñar al caballo a obedecer a la
acción de la pierna que desvía.
70
En el apoyo a la derecha o en el galope a la derecha, por ejemplo, el hecho de levantar la mano derecha
liberando el posterior derecho, le proporciona una mayor libertad de remetimiento.

42
Cuando actúa la rienda derecha, la rienda izquierda, después de haberse producido el
deslizamiento del bocado en la boca del caballo, debe controlar la incurvación, regularla
hasta el punto deseado y mantener la tensión de la columna vertebral.
El defecto de sostén de la rienda izquierda permitiría que se produjera un escape lateral de
la base del cuello que facilitaría al caballo sustraerse más o menos, por defecto de
tensión, a la acción de las ayudas.
Así, la rienda izquierda da firmeza, refuerza la acción de la rienda derecha y precisa su
dirección.
Si el caballo debe aprender a ceder a la menor resistencia de los dedos, su propensión a
responder a una tensión de rienda por una tensión en sentido contrario, debe mantenerse
rigurosamente. La falta de distinción neta entre tracción de rienda y resistencia retrasa
muy a menudo el progreso de los caballos y de los jinetes.

III. EL BUSTO:
El cuerpo del jinete representa, como el cuello del caballo, un balancín que , según esté
bien o mal manejado, puede aumentar o disminuir el rendimiento de la máquina animal.
La "suspensión flexible" del cuerpo del jinete sobre el caballo (juego elástico de los tobillos y
las rodillas) le permite en cierta manera sostenerse con más ligereza y facilita el juego del
dorso-riñones del caballo (aumento del rendimiento al galope y en el salto).
El busto inclinado hacia delante acentúa las pérdidas de equilibrio que se suceden en
la locomoción, pone al caballo "sobre las espaldas", favorece la "disposición de extensión",
de velocidad, y el empuje de los posteriores.
El busto inclinado hacia atrás produce los efectos contrarios, pone al caballo "sobre los
pies" (disposición de flexión) y favorece el sostén de los anteriores.
En el trabajo de dos pistas, el busto no debe ir a remolque.
Para que las acciones del busto sean eficaces, es importante que el jinete forme un solo
cuerpo con su montura (piernas ajustadas).
Así, en las llegadas de las carreras o en el salto, por ejemplo, el busto, con sus
movimientos propios hechos oportunamente, puede, como los otros balancines, amplificar el
esfuerzo y el rendimiento de la máquina animal.
En ese sentido, el jinete debe tratar de acentuar los efectos del balancín-cuello por los del
balancín-busto asociando los gestos de ambos para que sus efectos se sumen.
En equitación superior, en la “reunión”, donde el equilibrio es muy inestable, el busto es
una preciosa ayuda:
 Pesando sobre la nalga izquierda para salir al galope a la derecha, cambiar del
pie izquierdo al derecho o apoyar a la izquierda 71.
 Enderezamiento del busto, retraso de los hombros y elevación de la cabeza para que
el caballo disponga del peso del jinete con su tercio posterior (cambio de pie), o
para aligerar el tercio anterior (piafe, passage)

71
Parece preferible considerar poner el peso sobre una nalga mejor que sobre un estribo. Pesando sobre el
estribo se corre el riesgo de disminuir la estabilidad. Pesando sobre una nalga se produce el efecto contrario y
da entera libertad a los talones del jinete.

43
3. NOTAS SOBRE EL EMPLEO DE LAS AYUDAS:
La falta de distinción entre principios de conducción de un caballo domado y
procedimientos de doma provoca frecuentes e interminables discusiones entre jinetes.
Al principio de la doma, es sobre todo por medio de las riendas como el jinete consigue
someter al caballo, porque es desde la boca por donde el caballo puede oponer la mínima
resistencia.

Fig. 49.- Diferentes cesiones de manos. (En ambos casos las cesiones de manos deben
conjugarse con las de las piernas. En el caso del caballo encapotado, para echar el “pico” hacia
delante y subir la nuca. En el segundo caso, para levantar la base del cuello.)
Fig. 50.- Oposición de la cabeza a la grupa.

Cuando las piernas no pueden todavía controlar suficientemente la grupa, son las manos las
que, flexionando la nuca, provocan o acentúan indirectamente la flexión del dorso-riñones.
Pero cuando las piernas pueden gobernar directamente las flexiones de la columna
vertebral, la intervención de las manos debe reducirse cada vez más (descenso de mano).
Si al comienzo de la doma las manos fuerzan la obediencia a la pierna, más adelante serán
los talones los que permitirán obtener una obediencia mayor a la mano. El jinete actúa
en un sentido para hacer ceder al otro y así las ayudas se prestan un "mutuo apoyo".
El caballo domado debe de poder controlarse tanto por un extremo como por otro. El caballo
que obedece sólo a las manos y sólo a las piernas está bajo el dominio completo del jinete.
Pero siendo que las espaldas están siempre sometidas a la grupa, cosa que a la recíproca
no es cierto, el objetivo es controlar la grupa con los "talones". “En la grupa residen
principalmente las fuerzas del caballo" 72.
Las riendas deben pues considerarse sobre todo como un medio de adueñarse
progresivamente de la grupa con los "talones".
A medida que el caballo obedece a las piernas, éstas deben sustituir cada vez más a las
manos. Frecuentemente se manda demasiado con las manos (o el bocado) y no se
emplean bastante las piernas (o la espuela).
En alta escuela manos y piernas, que no obran más que por indicaciones, no intervienen
más que para aumentar la tensión, regular la impulsión, modificar la cadencia o

72
“Cuando hay oposición entre la dirección dada por el extremo de delante y la dada por la grupa, es siempre esta
última la que importa” -- "solo la grupa impone la dirección" --. "Del control absoluto de la grupa debe sacar
partido el jinete para ejercer un dominio poderoso sobre el caballo" -- "muchas veces las resistencias a la
mano tienen su origen en la falta de sumisión de la grupa" -- "la grupa no cesará de provocar resistencias a la
mano hasta su completa sumisión". (General L’HOTTE)

44
detener el movimiento. Al caballo se le deja "libre bajo palabra" (piernas siempre ajustadas
y en vigilancia). La detención del movimiento la consigue el jinete inmovilizándose o por un
efecto de conjunto proporcional al grado de obediencia y de sensibilidad del caballo.
Manos y piernas que actúan a la vez tienen un "efecto de conjunto". El caballo,
comprimido entre estas dos presiones que se equilibran, se inmoviliza. "El efecto de conjunto
mata"73.
Imponiendo así la inmovilidad, el efecto de conjunto, sobre todo a la espuela, constituye
un medio de dominio y de castigo que produce sobre el caballo un efecto moral muy
potente. Todos los jinetes utilizan el efecto de conjunto. Cuando un caballo, por ejemplo,
titubea al pasar por delante de un objeto que le atemoriza, el jinete aprieta las piernas y
tensa las riendas (concentración de fuerzas) y, tras ceder las manos, el caballo está más
dispuesto a ir hacia delante.
Hay que notar que si después de esta concentración de fuerzas el jinete cediese de piernas,
el caballo recularía; se desplazaría hacia la izquierda si las ayudas laterales izquierdas
cediesen. La oposición entre equitación lateral y equitación diagonal no tiene sentido. "El
caballo debe mantenerse entre las acciones laterales y las diagonales, y priman unas sobre
otras según las necesidades". (LENOBLE DU TEIL) Lo esencial es que el jinete conozca los
efectos de las ayudas y las emplee para los fines que se proponga.
Las ayudas laterales amplifican las ondulaciones vertebrales naturales, favorecen la
propulsión, la aducción de los miembros, la extensión de los gestos, desarrollan la extensión
de los aires. Gobiernan muy particularmente los movimientos de los bípedos diagonales
(fig. 51).

Fig. 51.- Efectos de las ayudas laterales. Las ayudas laterales de la izquierda desplazan la base
del cuello y el vientre hacia a la izquierda. Se favorece el movimiento adelante de la diagonal
derecha.

73
El efecto de conjunto no debe pedirse por una resistencia de los dedos , lo que en un caballo domado
provocaría, con la cesión de la mandíbula, un aumento de remetimiento de los posteriores y la movilidad en el sitio,
sino por una tensión de riendas.

45
Fig. 52.- Efectos de las ayudas diagonales. Mano derecha y pierna izquierda: La acción de la
pierna izquierda empuja al vientre hacia delante y a la derecha, la mano derecha manteniendo
la base del cuello a la izquierda se opone a este desplazamiento. La incurvación de cuello a la
derecha contraria a la del dorso-riñon a la izquierda (solidaridad base del cuello-pelvis). De
esta oposición resulta la concentración de fuerzas. Si la acción de la pierna predomina sobre la
de la mano y si la flexibilidad del tercio anterior es eficaz, el remetimiento del posterior
izquierdo no disminuye, en cambio la aducción de la mano derecha, al quedar limitada, su
gesto se redondea. Se le facilita el movimiento del lateral izquierdo hacia adelante (galope a la
izquierda)

Las ayudas diagonales, por el contrario, van en contra de las ondulaciones vertebrales
naturales, entorpecen la extensión de los gestos y la propulsión en los aires simétricos (paso
y trote), prolongan el apoyo de las diagonales, acortan los aires, ponen al caballo sobre los
pies, entrenan la "concentración de fuerzas", desvían el impulso hacia lo alto si la
flexibilidad del tercio anterior es suficiente o se oponen a la impulsión en caso contrario74.
Las ayudas diagonales gobiernan fundamentalmente los bípedos laterales (fig. 52) 75.
Puede decirse, considerando el caso de que el jinete quiera desarrollar los movimientos
naturales del caballo, que las ayudas laterales se adecúan muy especialmente al paso y al
trote, y las ayudas diagonales, al galope.

74
Cuando la nuca y la mandíbula ceden a la acción de las manos, no disminuye el remetimiento de los
posteriores; sólo afecta al tercio anterior: sus gestos se redondean, su elevación se acentúa en detrimento de su
extensión. Si por el contrario, no ceden, la impresión de la mano se comunica a los posteriores por la
columna vertebral rígida y la impulsión disminuye. No es preciso, pues, usar las ayudas diagonales
corrientemente más que después de haber obtenido una elasticidad suficiente del extremo de delante (cesiones de
mandíbula).
75
Si se examina el galope, aire asimétrico en el que hay que considerar sobre todo el juego de los
miembros por los laterales, en el galope a la izquierda por ejemplo, la acción de las ayudas diagonales
derechas mantienen la masa sobre la diagonal izquierda que , al galope a la izquierda, está especialmente
encargada de la propulsión.

46
CUARTA PARTE

LOS AIRES

1. GENERALIDADES:

El trote-tipo, constituido por una sucesión de bases diagonales, es el aire más simple, por
lo que será examinado en primer lugar.
Pero si este aire es el más fácil de representar, no constituye sin embargo para el caballo
el procedimiento más económico de la locomoción. Sólo la disociación de los bípedos
diagonales, que hace que los aires sean basculantes (fig. 53), permite que el caballo
utilice con el máximo de eficacia los gestos del cuello para una mejor economía de
fuerzas 76.
A causa de las similitudes que conllevan, sería ventajoso en el examen de la locomoción,
comparar los dos aires basculantes: el paso y el galope. Velocidad aparte, la diferencia de
funcionamiento que los distingue reside en que el paso es un aire simétrico como el trote,
es decir, un aire donde las ondulaciones vertebrales son idénticas en una y otra parte del eje
longitudinal del caballo, mientras que en el galope las ondulaciones vertebrales son
asimétricas y las dos mitades laterales del caballo no funcionan de manera semejante.

2. EL TROTE
El trote es un aire en el que la cruz y la grupa se elevan (o descienden) al mismo tiempo
(fig. 54)

Fig.53.- La disociación de los bípedos diagonales permite al caballo servirse de su balancín-


cuello-cabeza.

76
Por eso el caballo, aplicando el instinto del mínimo esfuerzo tiende, incluso al trote, hacia esta
disociación de bases diagonales. Hay que dejar cierta libertad de juego al cuello, particularmente en los
aires basculantes.

47
Fig. 54.- El trote (movimientos exagerados en el dibujo)

Estos movimientos (tercer término de MAREY) son más penosos para el caballo al trote que en
los aires basculantes, pues el cuello, al no poder actuar normalmente a la vez y en el
mismo sentido sobre las espaldas y sobre la grupa, no puede intervenir para facilitar con
sus gestos estos movimientos de elevación y de descenso 77 .
En el plano horizontal, las ondulaciones vertebrales son simétricas pero, naturalmente,
menos acentuadas que al paso. Están limitadas por el hecho de que las acciones de los
músculos tractores de los bípedos diagonales son muy similares y el cuello debe de
ponerse rígido a intervalos cortos de tiempo para fijar el punto de inserción anterior
de estos músculos en el momento de su esfuerzo (fig. 55)

Es pues, más por su tensión que por sus gestos por lo que en el trote ordinario el cuello
puede favorecer la propulsión 78.
Los desplazamientos laterales de la "masa inerte" quedan también limitados. Las
oscilaciones del vientre se coordinan con las de la punta de la nariz para dirigir el peso del
caballo de una diagonal a la otra (fig. 56)

Fig. 55.- Braquiocefálico derecho e ilio-espinal izquierdo tiran hacia delante la diagonal derecha, e
inversamente.
77
El caballo remete menos los posteriores de forma natural al trote que en los otros aires. El trote rápido lo
único que hace es arruinar rápidamente los caballos no deformados por esta práctica especial.
78
El caso extremo es el "flying trot" (tensión máxima), donde el caballo mantiene la cabeza en extensión
sobre un cuello alto y rígido: "disposición de extensión=disposición de velocidad” (Comandante CHAMORIN)

48
Fig. 56.- Oscilaciones de la cabeza y del vientre al trote. (calco del film)

En el trote es donde los miembros intervienen más como balancines. Se desplazan por parejas
y así acumulan sus efectos, compensando en cierta medida la ausencia de juego del
cuello.
En razón de la estabilidad proporcionada por la sucesión de bases diagonales y que el
caballo puede fácilmente actuar sobre sus miembros que se encuentran por parejas en el
sostén, el trote es el aire en el que caballo y jinete pueden disponer del equilibrio con mayor
facilidad 79 .
El "trote tipo" saltado de una diagonal a la otra con tiempo de suspensión intercalado no es el
trote habitual del caballo montado. El trote habitual es un trote más marchado que
saltado, donde falta el tiempo de suspensión y donde los bípedos diagonales están a
menudo ligeramente disociados (instinto del mínimo esfuerzo).
Aumentar la amplitud de las ondulaciones vertebrales alternas permite ralentizar y cadenciar el
trote, y acentuar el remetimiento alterno de los posteriores.
. En el pasagge y en el piaffe, por ejemplo (caso extremo), la ralentización de los
movimientos hacia delante de los miembros, la prolongación de su apoyo, el tiempo de
suspensión intercalado entre las bases diagonales, las contracciones musculares más
espaciadas, permiten al caballo utilizar su cuello en provecho de la economía de fuerzas.
Estos dos aires se hacen penosos por el hecho de que aumenta el remetimiento y por la
sobrecarga que se produce en el miembro posterior en la “reunión”. En razón de la
concentración que existe en la “reunión”, la palanca articulada que representa la
columna vertebral puede, tomando apoyo en la grupa, facilitar los movimientos
periódicos de elevación del cuerpo del caballo. Estos movimientos son más acentuados
en el tercio anterior que en el posterior, el cual en la “reunión”, está siempre más bajo y más
recogido.
Asimismo los gestos del cuello tienen, en el passage y en el piaffe, una importancia
muy grande (descensos de manos). Hay que remarcar que en el pasage son sobre todo
los gestos laterales del cuello los que facilitan el movimiento, mientras que en el piaffe son los
gestos verticales los que predominan (restricción de las incurvaciones, mantenimiento de un
"estado de abombamiento" del dorso-riñones)

3. EL PASO
El paso es un aire marchado, basculante y simétrico.
En el intervalo que separa los sucesivos apoyos de los dos anteriores, el caballo efectúa un
gesto de descenso lento del cuello seguido de un gesto de elevación más brusco
próximo a cada uno de esos apoyos. (fig. 57)
Los gestos de descenso facilitan la elevación de las espaldas, el remetimiento de
los posteriores (ligamentos), arrastrando a la masa hacia delante y favoreciendo la acción del
braquiocefálico que tira hacia delante del anterior en sostén.
Los gestos bruscos de elevación facilitan el empuje de los posteriores (ligamentos),
prolongan los efectos del impulso (fuerzas de reacción) y favorecen la acción del
braquiocefálico en el momento en que debe elevar la espalda.
La velocidad y la amplitud de esos movimientos del cuello dan mesura a la velocidad y la
amplitud de los gestos de los miembros. Por otra parte, la acción del balancín-cuello es más
79
"Todas las transformaciones de aire, se hacen durante las bases diagonales" (LENOBLE DU TEIL)

49
potente porque el brazo de palanca que constituye es más largo, y el “recoger” es más
pronunciado.
En el plano horizontal, el final del gesto del cuello hacia la derecha coincide prácticamente
con el apoyo del anterior derecho, y a la inversa. (fig. 57 y 58)

Fig. 57.- El paso


Fig. 58.- Movimientos de la cabeza al paso.
Los movimientos del cuello en este plano guían la acción de los músculos que maniobran las
espaldas y la grupa y regulan los períodos de cambio de apoyo de los miembros.
El caballo modifica su paso según la libertad de movimientos que se le permite. El paso
reunido tiende a convertirse en un paso diagonal, se transforma en un paso de escuela y
en un paso español, por aumento del tiempo de sostén de los anteriores.
El retrotarse está provocado por un fallo en el remetimiento de los posteriores , y
ocurre porque una velocidad de paso demasiado alta no permite que las ondulaciones
vertebrales se produzcan con una amplitud suficiente, o también porque el caballo esté
dispuesto de tal forma que no pueda remeter suficientemente sus posteriores (defecto de
libertad de gestos o de elevación de la base del cuello); o bien también por resistencia del
caballo que precipita en ese caso el apoyo de los posteriores para disminuir la amplitud
de juego de estos miembros.

4. EL GALOPE
El galope es un aire basculante y asimétrico.
A causa de la inestabilidad de equilibrio y del gasto muscular que necesita este modo de
locomoción, los gestos del cuello tienen una particular importancia en el galope.
En el plano vertical (galope a la derecha, fig. 59) el caballo hace un gesto de bajada del
cuello que termina en el momento de apoyar el anterior derecho; este gesto va seguido de un
gesto de elevación que se acaba poco después de apoyar el posterior izquierdo. Estos
gestos alternos rigen los movimientos basculantes del galope y facilitan el juego vertical
del dorso-riñones, más acentuado en este aire que en los otros.
En el plano horizontal, las ondulaciones vertebrales son asimétricas.
Inmediatamente después de apoyar el anterior derecho, la cabeza se dirige hacia la
izquierda; este gesto favorece la acción de los músculos que llevan la diagonal derecha hacia
delante. Después la cabeza regresa lentamente hacia la derecha y el cuello se endereza.

50
Así, en el galope a la derecha, se producen normalmente las incurvaciones del cuello a la
izquierda y las incurvaciones dorsales a la derecha. Estos movimientos tienden a formar
S invertidas en el galope a la derecha y S en el galope a la izquierda 80.
Al recomponer los movimientos del cuello que estamos examinando, se constata que la
cabeza del caballo describe al galope, en proyección vertical, una elipse como la que se
representa en la figura 60. Esta elipse es tanto más amplia cuanto el caballo esté menos
“recogido” y la velocidad sea menor.
Los movimientos correspondientes de las manos, pasivas cuando acompañan, aceleran el
galope cuando se adelantan las manos (gestos amplificados), o lo ralentizan cuando se
atrasan (gestos forzados).
El juego de los miembros es irregular como el de las ondulaciones vertebrales. "Cada una de
las mitades laterales conserva constantemente el mismo funcionamiento que difiere por
completo del de la otra". (Comandante CHAMORIN).
Según la velocidad, el caballo no puede usar en el galope el ciclo completo de los apoyos
realizado en el juego simétrico de los miembros al paso (fig. 61). Durante el tiempo de
suspensión, en el momento en que los miembros izquierdos van a sobrepasar a los
miembros derechos, el caballo lleva bruscamente los miembros derechos hacia delante, en
previsión de una nueva fase de apoyos sucesivos semejante a la precedente. Resulta que en
el galope a la derecha el lateral derecho sobrepasa al izquierdo durante los dos
tercios de un tranco de galope.

80
"Plegar" a la derecha al caballo que galopa de ese lado o al caballo que gira a la derecha, está pues en
contradicción con los gestos naturales. Pero esta oposición a los gestos naturales permite conservar el
control permanente del caballo. Así, durante la doma, cuando no se trata más que de forzar o de favorecer las
vueltas o el galope a la derecha, el jinete puede incurvar el caballo hacia la izquierda ventajosamente para amplificar
las incurvaciones periódicas naturales del cuello a la izquierda. Por el contrario, si con un caballo domado,
obediente a la pierna, el jinete quiere conservar el control de los movimientos del caballo, lo tendrá que incurvar
ligeramente a la derecha en las vueltas a la derecha y mantendrá el cuello recto en el galope a la derecha.
"El pliegue que se produce en el cuello cuando el caballo va recto y sobre el cual insistían los jinetes de otros
tiempos debe condenarse. Las leyes naturales lo reprueban. De ello se deriva un completo fracaso para el
caballo recto." (General L’HOTTE)

51
Fig. 59.- Galope a la derecha (ondulaciones vertebrales exageradas en el dibujo). Los
movimientos de las crines (cuello y cola) muestran las variaciones de velocidad que están
muy acentuadas en el galope.
Fig. 60.- Movimientos de la cabeza al galope a la derecha (supuestamente vistos por el jinete
a caballo).

Las gráficas obtenidas por MAREY con la ayuda de su aparato registrador han mostrado
que en el galope a la derecha es el lateral izquierdo el que apoya con más fuerza sobre
el suelo con lo que, consecuentemente, ejecuta el mayor trabajo (aceleración de la
masa por el posterior izquierdo, recepción sobre el anterior izquierdo del empuje del
posterior derecho) 81.
Así, examinando el movimiento o el peso, el juego de los bípedos laterales es sobre todo el que
deberemos considerar en el galope. En consecuencia, el galope es el aire donde
predominan las ayudas diagonales. Galope a la derecha: mano izquierda (aducción del
anterior derecho), pierna derecha (aducción del posterior derecho).
En el galope a la derecha, el posterior izquierdo con el que el caballo aguanta su masa juega
principalmente un papel amortiguador; el posterior derecho, un papel propulsor.
Tanto al galope como a los otros aires, limitar el juego lateral favorece velocidad y tensión;
aumentarlo permite, por el contrario, ralentizar y cadenciar el aire.
Aumentar el remetimiento periódico del posterior izquierdo, acentúa el juego vertical del
dorso-riñones y ralentiza el galope; aumentar el remetimiento del posterior derecho, aumenta
la velocidad.

Fig. 61.- Yuxtaposición de las bases del paso y del galope (trazo continuo: miembros en apoyo;
- puntillado: miembros en suspensión). El caballo solo utiliza en el galope a la derecha las
bases diagonales izquierdas y sus derivados (tripedales anteriores izquierdas y tripedales
posteriores derechas).

SALIDAS AL GALOPE
El caballo no puede salir al galope a la derecha más que desde la base diagonal izquierda.
Dejando libre la diagonal derecha, el caballo puede iniciar el galope:
- O bien por pérdida de equilibrio (sobre las espaldas)

81
Esto explica por qué un caballo que sufre de un miembro derecho galopa más cómodamente a la derecha.

52
- O bien desde el equilibrio.(sobre los pies) (fig. 62)

Fig. 62.- Diferentes salidas al galope.

Por pérdida de equilibrio (equitación elemental, caballo no reunido), el caballo cae al galope
sobre la mano derecha. Reúne sus pies bajo la masa durante la base unipedal anterior con la
que comienza el galope. Predominio de los efectos del peso (cuello).
Desde el equilibrio (equitación superior, caballo reunido), el caballo comienza el galope desde
el posterior izquierdo. Predominio de la acción muscular.
Todas la combinaciones de ayudas que retrasen el juego del lateral izquierdo, aligeran el lateral
derecho y acentúan su movimiento hacia adelante, son propicios para las salidas al galope a la
derecha.
Según el grado de doma del caballo, las salidas al galope a la derecha pueden pedirse por
distintos procedimientos:
1º Un procedimiento elemental consiste en provocar la salida al galope con ayudas laterales
exteriores. Base del cuello y vientre, al ser desplazados hacia adelante y hacia la derecha, el
caballo cae sobre el galope a la derecha (el caballo necesita soportar la masa con la mano
derecha). La incurvación del cuello a la izquierda favorece la aducción de la mano derecha. La
acción de la mano derecha de delante a atrás obliga al pie izquierdo a remeterse bajo la masa
(pie derecho más libre). El lateral derecho queda dispuesto delante del izquierdo al tener que
atravesarse más o menos a la derecha, lo que favorece la salida al galope de este lado.
Inconvenientes: caballo atravesado. El caballo cayendo en el galope, el jinete no conserva el
control permanente de los movimientos del caballo.
2º Cuando el caballo se aguanta sobre todo con los pies, el jinete puede preparar al caballo a
partir al galope a la derecha incurvándolo previamente a la izquierda (pie izquierdo aguantando
la masa) y obtener la salida del galope enderezando la incurvación.
El talón derecho, previamente retrasado hacia atrás, vuelve a su posición pegado a la cincha
incurvando el dorso-riñones a la derecha y llevando de esta manera el pie derecho hacia
delante. (fig.63)
La orden de salida al galope debe hacerse evidentemente en el preciso momento deseado.

53
Este procedimiento, que comprende dos fases: disposición-salida, permite salidas a galope
muy limpias, por equilibrio, sin que el caballo se atraviese.

Fig. 63.- Acción de las piernas para la salida al galope a la derecha (movimientos exagerados
en el dibujo). Peso del jinete sobre la nalga izquierda, que empuja al caballo hacia la espalda
derecha (acción del riñón de jinete sobre el caballo).

3º Con un caballo suficientemente domado y reunido, las salidas al galope pueden


obtenerse sin disposición previa, ordenando directamente por incurvación del dorso-riñones
el movimiento hacia delante del lateral derecho por predominio de las ayudas laterales
interiores.
Después de haber hecho una tensión de rienda derecha (directa o contraria de oposición)
subiendo muy ligeramente la mano, si fuera necesario, la mano derecha cede, mientras que la
pierna derecha ("talón directo"), actuando como antes, incurva el dorso-riñones a la
derecha y lleva el posterior derecho hacia delante.
Por este procedimiento el jinete gobierna el principio de poner al caballo de manos, el
levantarse sobre el posterior izquierdo. La cesión de la mano derecha que debe acompañar la
salida permite al caballo bascular, recibirse en alguna medida sobre el anterior derecho.
Esta manera de actuar asegura las salidas al galope más precisas, mejor reguladas por las
ayudas y en las que el jinete controla constantemente los movimientos del caballo82.
Cualquiera que sea el procedimiento empleado, siempre es una acción de las dos piernas lo
que provoca el aumento necesario de impulsión en la salida.
Como las espaldas están siempre sometidas a la grupa, el jinete debe buscar sobre todo en
las salidas al galope el gobernar la grupa (incurvaciones del dorso-riñones). Si, como ocurre
demasiado a menudo, se empieza por querer controlar las espaldas, en lugar de someterlas
a la dirección imperativa de la grupa, lo que se hace más bien es entorpecer las salidas
a galope.

82
La media vuelta sobre los pies antes de ordenar la salida al galope pone al caballo sobre los pies y facilita la
obediencia a las demandas de las ayudas (mano izquierda, media vuelta sobre los pies, salida a la derecha).

54
Para permanecer unido al caballo en las salidas al galope, el jinete no debe perder el contacto
de la pierna interior; debe resistir por tanto el empuje del vientre del caballo causado por el
remetimiento del pie de fuera que tiende a separar la pierna interior del cuerpo del caballo.
Hacer caer el peso del cuerpo sobre el lateral izquierdo pesando sobre la nalga
izquierda (pierna izquierda doblada, rodilla flexible, talón independiente del muslo )
favorece considerablemente las salidas al galope a la derecha.

CAMBIOS DE PIE83
El cambio de pie se hace en el momento en que se separan las bases diagonales de dos
trancos de galope y no solamente durante el tiempo de suspensión, como podría creerse.
En el cambio de pie de izquierda a derecha (fig 64), el cambio de posterior se produce a
partir del apoyo del anterior izquierdo y continua durante el tiempo de suspensión.

Fig. 64.- Cambio de pie de izquierda a derecha.


El cambio del anterior comienza durante el tiempo de suspensión y continúa durante el
apoyo del posterior izquierdo.
Así, el cambio de pie comienza por los posteriores y termina por los anteriores; estos
dos cambios se superponen.
Posterior y anterior izquierdos repiten su apoyo; cada bípedo, posterior y anterior, se
efectúa sucesivamente como un salto a la pata coja.
El cambio de pie podría considerarse como una nueva salida al galope, yendo ya el caballo
galopando, y las notas comentadas para la salida a galope pueden aplicarse a los cambios
de pie y, muy particularmente, las que se refieren al contacto constante de las piernas y el
pesar sobre la nalga opuesta al pie sobre el cual quiere obtenerse la nueva salida a
galope 84.
Es importante que, en el salto a la pata coja de los posteriores, el caballo disponga
no solamente de su propia masa, sino también de la del jinete 85. La mayor parte del
tiempo ocurre que el jinete se echa sobre las espaldas, se apoya en los estribos en lugar
de permanecer atrás, sobre las nalgas, o también porque se sirve demasiado de las
manos, razón por la que el caballo pierde el equilibrio después e haber cambiado de pie
o cambia el anterior antes que el posterior.

83
A partir del libro “Cambio de pie al galope” de GUERIN-CATELAIN.
84
"Para los cambios de pie los movimientos del caballo tienen que estar muy unidos a las ayudas, pues estos
movimientos sólo funcionan cuando son exigidos" (FRANCONI)
85
Importancia de echar el peso sobre la nalga exterior, del retraso de los hombros, de la elevación de la
cabeza y del remetimiento de las nalgas del jinete en el momento del cambio de pie.

55
Puesto que las espaldas están sometidas a la grupa, el jinete debe preocuparse sobre
todo de invertir la incurvación del dorso-riñones para cambiar de pie 86.
Para obtener cambios de pie fluidos, el jinete debe hacer pasar los cambios de pie "por
delante de él" y no "por debajo de él". El caballo debe enviarse y manejarse por delante
de las piernas y sobre la mano (acción de los dos talones y los riñones del jinete sobre los del
caballo, empujar hacia delante con las nalgas).
Para obtener cambios de pie próximos entre sí y conservar el control permanente del
caballo durante esos movimientos, el cuello debe permanecer derecho (Genaral L’HOTTE) y
el caballo tenso (acción de los dos talones). .
La mayor parte de las dificultades experimentadas en el cambio de pie provienen de una
falta de tensión, de rectitud o de obediencia a las ayudas, en lo que concierne al caballo. Y
en lo que concierne al jinete, por un defecto de constancia en la presión de los talones, de
un retraso, de una falta de claridad, de decisión o de autoridad en la intervención de las
ayudas 87.

5. DEFECTOS DE RECTITUD DEL CABALLO


Como el hombre, el caballo nace con dos mitades desiguales, una fuerte y la otra
débil.
También en el caballo, el lado izquierdo es generalmente más débil que el derecho 88.
Resulta de esta disparidad el que habitualmente el caballo lleve con el lateral derecho la
mayor parte de su peso 89. Evita cargar el lateral izquierdo y, para reducir la duración de su
apoyo, acelera el apoyo de los miembros derechos; el lateral derecho carece de libertad
de juego.
Las ondulaciones vertebrales no son simétricas; ello resulta de los trancos desiguales,
particularmente aparentes en el juego de los posteriores 90 . El cuello se mantiene en una
disposición de incurvación a la derecha.
86
Galope a la izquierda: pierna izquierda en la cincha, talón derecho ligeramente hacia atrás, peso del cuerpo
sobre la nalga derecha, incurvación del dorso-riñones a la izquierda. Para pasar al pie derecho; echar el
peso sobre la nalga izquierda, pierna derecha viniendo a la cincha, talón izquierdo hacia atrás, cesión de la
mano derecha. Esta inversión debe ordenarse con decisión y limpieza, el jinete permaneciendo en
equilibrio.
87
Hay que recordar aquí que, para controlar los movimientos, el jinete no debe contentarse con seguirlos,
mantener la cadencia del galope. La orden de cambio debe hacerse un poco por delante del ritmo del galope, si
no se corre el riesgo de llegar demasiado tarde.
88
Las estadísticas que hemos llevado a cabo sobre cuadernos de enfermería durante 2 años (1931-1933)
han dado los siguientes resultados:
IZQUIERDA DERECHA
Fracturas................................................................................................................14 ..............................6
Sinovia ...................................................................................................................20...............................8
Linfangitis ...............................................................................................................38..............................13
El Genaral L’HOTTE ha hecho notar que el esparaván se produce el doble de veces en el corvejón izquierdo
que en el derecho.
89
Mismas estadísticas que las anteriores.
IZQUIERDA DERECHA
Tendinitis ..............................................................................................................115............................75
Osteítis, artritis, osteo-artritis................................................................................135............................93
El General L’HOTTE ha resaltado que el clacaje de un ligamento se presenta casi el doble de veces en el
corvejón derecho que en el izquierdo. Esto es porque el posterior derecho soporta más peso cuando los
caballos dan media vuelta a la izquierda delante de objetos que les atemorizan o huyen a la izquierda.
90
Esto explica que los caballos galopen más fácilmente a la izquierda que a la derecha. El caballo se
atraviesa normalmente en el galope a la derecha, disponiendo el posterior derecho por delante del izquierdo,
para evitar incurvarse a la derecha.

56
En la mayor parte de los caballos, el jinete experimenta las siguientes sensaciones:
El caballo se resiste a las acciones de la rienda izquierda y se sustrae a las de la rienda
derecha, cediendo con demasiada facilidad, no tensa la rienda derecha.
La pierna derecha sube por la masa del vientre, mientras que la izquierda parece
hundirse en el caballo.
El jinete, considerando sobre todo lo que se ve y se siente más fácilmente, busca
enderezar el caballo desde el cuello, y la causa principal de ello es que se trata de un
defecto de remetimiento del posterior izquierdo consecutivo a una falta de empuje
del posterior derecho.
Los ejercicios de gimnasia adecuados para corregir al mismo tiempo los defectos de
rectitud de los dos extremos del caballo son muy raros, por lo que parece lógico fijar
objetivos sucesivos en la búsqueda de la rectitud
1.Luchar contra las diversas desviaciones de la columna vertebral por la tensión
que tiende a colocar la cara, la base del cuello y el vientre sobre el eje de
propulsión.
Obligar al caballo a mantenerse en las riendas, manos bien separadas, a tensar por igual las
dos riendas (codos elásticos).
2.Desarrollar la fuerza del lateral izquierdo.- Trabajo en círculo y vueltas a
mano derecha. Trote levantado a mano izquierda sobre el anterior derecho
(fig.65)-- espalda izquierda adentro en todos los aires-- obligar al caballo a llevar
su peso hacia la derecha: media vuelta sobre los pies a la derecha, apoyo a la
derecha a todos los aires -- galope a la derecha – galope en trocado sobre el
círculo a mano izquierda etc…

.
Fig. 65.- Trote levantado sobre el pie derecho.
Fig. izquierda, el posterior izquierdo soporta la mayor parte del peso del jinete. El anterior
derecho no soporta más que una pequeña parte del peso del jinete.
Fig. derecha, el anterior izquierdo soporta la mayor parte del peso. “La sobrecarga
impuesta al tercio anterior al elevar el cuerpo el jinete, puede ser el doble del peso
(Gustave LE BON).

3. Desarrollar el empuje del posterior derecho.- Vueltas a la izquierda -- paso de


costado hacia la izquierda (espalda derecha adentro de SALINS) apoyos hacia la
izquierda -- espalda izquierda adentro de LA GUERINIERE --, etc...
El caballo está "recto" cuando el jinete siente un apoyo igual en las dos manos, cuando
la obediencia a las manos es la misma en ambos lados (cesiones de mandíbula e
incurvaciones del cuello igual de fáciles hacia un lado como hacia el otro), cuando la

57
obediencia a la pierna aislada y la sensación de elasticidad de los costados son iguales en
ambos lados.
Sólo la perfecta obediencia, la completa sumisión a las ayudas, puede mantener al caballo
“recto”.

NOTAS
La rectitud es muy difícil de conseguir. "El jinete perfecto pasa toda su vida corrigiendo esta
imperfección”. (D’AUVERGNE)
El caballo debe experimentar las mismas dificultades que el hombre que, en deportes
como la esgrima y el tenis, quisiera hacerse ambidiestro.
Es importante que, durante esta gimnasia, el jinete tenga presente en el espíritu el
objetivo perseguido y la solidaridad de la base del cuello con la grupa a fin de
actuar con las ayudas de manera que no agrave los defectos de una extremidad
buscando corregir los de la otra.
Si ciertas figuras ejecutadas a una mano son adecuadas para remediar los defectos de
rectitud de un caballo, esas mismas figuras hechas a la otra mano, confirman o
acentúan esos defectos. Es importante, pues, que antes de determinar el trabajo a
asignar a tal o cual caballo, se tengan en cuenta sus defectos de simetría y aplicar
seguidamente la gimnasia apropiada para rectificarlos 91.

91
Hay que resaltar que nosotros también tenemos defecto de simetría bastante análogos: nuestro lado
izquierdo es más débil; cruzamos más fácilmente la pierna izquierda que la derecha; nuestro dorso-riñones
se incurva más fácilmente a la izquierda que a la derecha; volvemos más fácilmente la cabeza a la izquierda
que a la derecha. Y, evidentemente, nuestros defectos de simetría se superponen, se añaden a los del caballo.

58
QUINTA PARTE

ASIENTO Y SALTO

1. DEL ASIENTO
Lejos de apartarse de las viejas tradiciones, como algunos pretenden, los conceptos
modernos sobre el asiento constituyen, por el contrario, un retorno hacia las teorías
clásicas de las que nos habíamos alejado. En vano, en efecto, se buscan las razones de esas
actitudes desfasadas, de esos "dorsos gruesos", de esos "riñones aplastados" contra la
silla, de esas "rodillas aferradas", pero rígidas, que proporcionaban una "pinza" ilusoria y
privaban al jinete de toda esencia y de toda majestad al caballo. Los jinetes actuales se
distinguen por su actitud natural a caballo. En todos los aires y en el salto, dan la
impresión de mantenerse a caballo con la mayor facilidad y de aliarse con la mayor
sencillez a los movimientos de su cabalgadura 92. La comparación de las figuras 66, 67 y
68 demuestra que las teorías actuales sólo son "revolucionarias" en cuanto que
constituyen una vuelta a las tradiciones. La prueba son las numerosas referencias que
acompañan a este texto.

FALTAN FIG. 66 67 68

El asiento, "cualidad que permite al jinete permanecer dueño de su equilibrio en todas las
circunstancias” 93, es inseparable de la idea de movimiento. No se puede, en efecto,
mantener el equilibrio sobre algo que se mueve, más que por movimientos acordes y no
buscando fijarse a ello 94.

EL OBJETIVO:
Mantenerse a horcajadas con el máximo de solidez y de confort sobre un cuerpo cilíndrico
animado por sacudidas verticales, horizontales y movimientos basculantes.

LOS MEDIOS:
 Situación inicial más conveniente para el jinete sobre el caballo.
 Combinación de adherencia y de juego de los ángulos articulares (fuerza y
flexibilidad)

92
Extracto de un artículo sobre L’Ecole de Saumur (R. KEB)
93
Manual de Equitación y de Doma.
94
Es lo que en equitación se llama comúnmente la "fijeza" que debe ser la reducción de movimientos al
mínimo necesario.

59
SITUACIÓN INICIAL:
Para poder compensar las sacudidas de la locomoción con la mayor facilidad, por
movimientos reducidos al mínimo y que turban minimamente el equilibrio inestable
del caballo en acción, el jinete debe colocarse a caballo lo más adelante posible
(fig.69.) 95 .
La región de la cruz es la región de menor desplazamiento, el "nudo" de las ondulaciones
vertebrales, el lugar desde el que se producen los movimientos basculantes de la locomoción.

Fig. 69.- Posición del jinete a caballo.

ADHERENCIA Y JUEGO DE LOS ANGULOS ARTICULARES


El cuerpo del jinete a caballo puede descomponerse en dos partes:
 Una parte que se adhiere al caballo.
 Una parte móvil articulada sobre la primera.
Estas dos partes no pueden definirse de una manera absoluta, pues varían según los
procedimientos que el jinete emplee para sustraer su cuerpo a las sacudidas de la
locomoción.
En todos los casos el jinete combina la adherencia y el juego de los ángulos articulares,
pero, según la violencia de las sacudidas a amortiguar y según que:

95
Cualquiera que sea la longitud más cómoda de los estribos en las distintas disciplinas hípicas: alta
escuela, equitación de exterior, monta inglesa, monta americana, liso u obstáculos: "la cintura y las nalgas
adelantadas" (LA GUERINIERE). "El jinete debe sentarse hacia delante lo más que pueda, dejando el
ancho de mano entre su parte posterior y el arzón de la silla” (NEWCASTLE). "Las nalgas lo más adelante
posible” (D’AURE). "Que el asiento esté lo más cerca de la perilla que sea posible" (Ordenanza del 1 de
junio de 1766) (La mayor parte de las referencias proceden de “Asiento-Aires y Reacciones” de L. DE
SEVY).

60
-la solidez del jinete, la conducción del caballo, o
-la economía de las fuerzas, pasen al primer plano, utilizará durante más tiempo:
-la adherencia, o
-el juego de los ángulos articulares.
En equitación corriente, por ejemplo, solidez del jinete y conducción del caballo pasan al
primer plano y por ello se necesita el máximo de adherencia.
En equitación de velocidad, en donde prima la economía de fuerzas del caballo, el jinete
utiliza al máximo el juego de los ángulos articulares (estribos muy cortos)96.

LA ADHERENCIA
Así, según el caso, la parte adherente del cuerpo del jinete está constituida principalmente
por:
- Las pantorrillas (en liso)
- Las pantorrillas y una parte más o menos grande de los muslos (en obstáculos)
- Las pantorrillas, los muslos y las nalgas (equitación corriente)
El jinete no puede adherirse perfectamente al caballo más que agarrándose con sus
pantorrillas por debajo del diámetro del cilindro formado por el cuerpo del animal. (fig. 70)
Apretar las rodillas por encima de ese diámetro tiende a despedir al jinete de su silla,
impide la flexibilidad del pliegue de las rodillas y disminuye la adherencia de las
nalgas. El diámetro del cuerpo del caballo es cada vez mayor y más alto a medida que
nos aproximamos al vientre; es por detrás de la cincha, donde se aploma el busto ,
donde se encuentra el mejor punto para poner las pantorrillas.
El máximo de adherencia no sólo se obtiene por aumento de las superficies de
contacto (muslos en su sitio, rodillas en contacto con la silla, pantorrillas en contacto con
los flancos del caballo), sino también por la presión ejercida sobre esas superficies 97.
El apoyo de las pantorrillas de abajo a arriba bajo el diámetro del caballo y de delante a
atrás aumenta con la presión de las pantorrillas, la de los muslos y la de las nalgas (fig. 70)
El peso del busto puede acentuar la presión de las nalgas a condición de que los hombros
abiertos reposen de alguna manera sobre la pelvis y que el jinete no tome ningún apoyo sobre
las rodillas ni sobre los estribos 98.

96
"La suspensión" flexible así establecida entre el jinete y el caballo alivia considerablemente. El jinete se
encuentra en alguna medida, por ese medio, más ligero a caballo.
97
"Los muslos y las piernas deben encontrar por su fuerza interna tantos puntos de contacto como sean
posibles con la silla y los flancos del caballo" (BAUCHER)
98
"Los hombros un poco echados hacía atrás". (LA GUERINIERE) "Que lo alto del cuerpo esté sobre las
caderas y que soporte el asiento por su propio peso y su equilibrio") "que los hombros estén abiertos por
delante y planos por detrás" (ordenanza del 1 de junio 1766) “lo alto del cuerpo suelto, libre y recto, de
manera que el hombre se mantenga en su asiento por su propio peso y por su equilibrio" (ordenanza del 20
de mayo 1788) "el jinete dará toda la extensión posible al busto, de manera que cada parte repose sobre la
adherente inmediatamente inferior" (BAUCHER) "el peso del busto contribuye a mantenerse sobre el dorso del
caballo, con tal que su dirección se confunda con la vertical" (Capitán DE BRIGNAC).

61
Fig. 70.- Adherencia máxima.
Fig. 71.- Efecto del apoyo de las pantorrillas de delante a atrás.

El apoyo de las pantorrillas de delante a atrás fija y mantiene las rodillas y la pelvis hacia
delante. (fig. 71)
Cuanto más pronunciado es el esfuerzo de bajar el talón con apoyo sobre la parte ancha del
pie, más aferrada se encuentra la base de la pierna entre la suela del estribo y la parte
ancha del vientre (fig. 72)99. Este proceder interviene considerablemente en bien de la
solidez del jinete; realiza "la adherencia" al cuerpo del caballo.
El esfuerzo de bajar el talón conlleva un endurecimiento de los músculos de la
pantorrilla que, no sólo aumenta la adherencia, sino que permite hacer sentir al caballo las
acciones de las piernas limpias, netas y enérgicas.
Calzar el estribo hasta el fondo no da más solidez, como podría creerse, sino que es al
contrario lo que ocurre. Si se apoya más el pie sobre el estribo que sobre el talón, la bajada
de éste último disminuye y el importante juego del tobillo se aminora (e incluso se suprime si
el jinete apoya sobre la punta del pie), por lo que esta manera de actuar no puede más que
disminuir el asiento y aumentar las dificultades de unión y de "adherencia" al caballo
(disminución de las superficies adherentes y de su presión, relajando los músculos de las
pantorrillas). El jinete está entonces "posado" sobre el caballo y no puede hacer cuerpo con él.

LAS ARTICULACIONES
El hombre absorbe las sacudidas de la locomoción del caballo por el juego de sus
articulaciones.
En equitación corriente, el juego de las articulaciones del dorso-riñones, de las rodillas y de
los tobillos es la condición principal para el asiento y la coordinación.
Para poder actuar en las mejores condiciones, para que el jinete pueda conservar el
equilibrio del busto durante sus movimientos y hacerlo mediante movimientos
restringidos a la mínima expresión, el dorso-riñones debe poder actuar alternativamente en
flexión y en extensión; así se trabaja en condiciones naturales. No sólo no es necesario,

99
El apoyo sobre la parte ancha del pie debe hacerse como si el jinete quisiera dejar ver la suela de su bota
hacia un lado. El esfuerzo de bajar el talón no puede hacer perder el estribo más que cuando el jinete pone
la pierna hacia delante en lugar de dejar los talones en el aplomo de los hombros y de la pelvis.

62
sino que además acarrea desventajas, querer hacer trabajar al dorso-riñones en
condiciones diferentes, anormales100.
El jinete no debe, pues, estar sentado en el caballo sobre el coxis, como sobre una silla
(salvo, evidentemente, cuando se deja transportar en reposo sobre su caballo), "debe estar
derecho como si estuviera de pie con las piernas separadas" (JENOFONTE) (fig. 73)101.
Lo mismo que los riñones, las rodillas tienen que quedar en una disposición de flexibilidad que,
manteniendo en cierta medida los talones independientes de los muslos y las nalgas,
permita el ajuste de los "talones", sus acciones de abajo a arriba y dé al jinete libertad
de talones y posibilidad de servirse de las piernas con tacto y precisión. Las sacudidas
verticales resultan de los movimientos de elevación y descenso periódicos del caballo.
Después de elevarse, el cuerpo del caballo desciende más deprisa que el del jinete.
En el trote sentado se flexionan dorso y riñones para amortiguar los movimientos
ascendentes. Para poder seguir al caballo sin retraso en el movimiento descendente que
sigue, el jinete debe, por una parte, agarrarse con las pantorrillas al cuerpo del
caballo y, por otra, efectuar al mismo tiempo una extensión de dorso-riñones; este
movimiento coincide con el apoyo de las pantorrillas de delante a atrás para lanzar la pelvis
y las rodillas hacia delante y hacia abajo (fuerzas de reacción), ajusta las nalgas y los
muslos contra la silla y asegura la conservación de la adherencia. El jinete que no actúe así
vuelve a encontrarse con la silla en el movimiento ascendente siguiente, lo que provoca una
sucesión de "golpes de raqueta" que lo proyectan fuera de la silla a cada batida.
En el trote a la inglesa (fig. 74), para reducir al mínimo los golpes sufridos por el caballo, el
jinete no debe pivotar alrededor de sus rodillas, lo que tiende a desplazar sus nalgas hacia
atrás y le priva del juego de las rodillas y los tobillos, sino que debe dejarse elevar y descender
en la silla resbalando de alguna manera sobre la "línea de equilibrio" y dejando actuar a las
rodillas y los tobillos.

100
Los riñones no tienen que estar, pues, ni hundidos ni aplastados. Para que puedan actuar en los dos
sentidos, es importante que la situación inicial del jinete sea la conveniente, es decir que por una parte, la pelvis
esté los más adelante posible, y por otra, que los hombros estén "sobre el asiento". Así, hombros, pelvis y talones
se encuentran, con el caballo parado, en la misma vertical; en movimiento, los riñones pueden actuar igualmente
en los dos sentidos a una y otra parte de la "línea de equilibrio" del jinete.
101
"guardándose de encontrarse con el arzón por detrás, por miedo a sentarse pues debe estar derecho
como cuando está de pie", "los dos hombros como deben estar, el estómago adelantado y el dorso un poco
hundido cerca de la cintura". (PLUVINEL) "El jinete no debe sentarse sobre sus nalgas, aunque muchos creen
que la naturaleza las ha hecho para sentarse sobre ellas, y no hay que utilizarlas cuando se monta a
caballo". (NEWCASTLE) "Estar derecho como cuando se está sobre los pies'' (LA GUERINIERE) "que los
riñones estén derechos y bien sujetos". (Ordenanza de 1766-1767) "La cintura hacia delante". (Ordenanza de
1788) "Los riñones deben estar todo lo rectos que se pueda". "Es la posición menos afectada, la más
apropiada para sostenerse a caballo y para trabajar" (DUPATY DE CLAM) "los riñones deben conservar la
situación vertical como la más natural y la única por ser adecuada a la intervención de las fuerzas y la
preparación para los diversos movimientos del caballo" (DUCROC DE CHABANNES) "los riñones sujetos sin
estar rígidos a fin de facilitar los desplazamientos hacia delante y hacia atrás del cuerpo". (D’AURE)

63
Fig. 72.- Esfuerzo de bajar el talón y de apoyo sobre la parte ancha del pie.
Fig. 73.- Equilibrio del jinete.

El apoyo de las pantorrillas atrás, contra el abultamiento que forma el vientre del
caballo, le permite al jinete mantener la pelvis cerca de la perilla, de tomar contacto de
nuevo con la silla "lo más delante posible".
Para que las rodillas y los tobillos puedan cumplir óptimamente su papel de amortiguación
de las sacudidas, estas articulaciones deben estar en una disposición de elasticidad, de
tensión que les permita actuar como una lámina de resorte que se dobla. El tobillo no debe,
pues, quedar bloqueado en su trayecto hacia abajo 102 .
Las sacudidas horizontales que resultan de las variaciones de velocidad alternas que se
producen en los aires basculantes están particularmente ralentizadas al galope.
La flexión del dorso-riñones y la báscula de la pelvis hacia atrás que preceden al empuje de
los posteriores, deben ir inmediatamente seguidas de los movimientos inversos durante la
elevación de la grupa (conservación de la adherencia) (fig. 75).
Así, la pelvis bascula alternativamente alrededor del punto de apoyo de los ísquiones. El
coxis sólo toma contacto con la silla periódicamente, durante las flexiones de riñones o cuando
el jinete quiere actuar con sus riñones sobre el caballo para empujarle sobre la mano,
para remeterlo hacia delante.
Este juego alterno de riñones en flexión y en extensión determina un movimiento ondulante
que se propaga de vértebra en vértebra a lo largo de la columna vertebral del jinete.
Cuando el jinete ha adquirido una flexibilidad suficiente, la cabeza y los hombros sólo
experimentan mínimos desplazamientos; en el ámbito de la cintura es donde las
102
Esta observación se aplica a todas las articulaciones del jinete que deben, en todos los casos, actuar
con elasticidad y no estar relajadas.

64
ondulaciones vertebrales del jinete alcanzan su máxima amplitud. Así, los hombros se
quedan en todos los aires sobre el aplomo de la pelvis y el jinete obtiene el máximo de
asiento 103.
Un buen asiento "flexible y firme" se hace, pues, con flexibilidad y adherencia.
Flexibilidad de las articulaciones (dorso, riñones, muslos, pelvis, rodillas y tobillos).

Fig. 74.- Diferentes maneras de trotar


Fig. izquierda; mínimo de culadas y de problemas que afecten al equilibrio.
Fig. derecha; máximo de problemas que afecten el equilibrio. Falta de soltura y confort para
caballo y jinete.
Fig. 75.- Sacudidas horizontales.

103
No se trata de “darle una determinada forma” al riñón a base de flexibilizaciones. Es más importante que aprenda
el jinete a “moverse con su caballo” (Com. De CHAMPSAVIN), y más precisamente a mover riñones, cintura y codos

65
Adherencia por contracción de los músculos de las pantorrillas y presión de las superficies
en contacto 104 .
Tal asiento permite al jinete permanecer dueño de su equilibrio en todas las circunstancias,
de unirse al movimiento y procurarle la solidez y la facilidad necesarias para que
pueda utilizar sus ayudas con el máximo de libertad, de independencia, de precisión, de
tacto y de claridad.

COLOCACIÓN DEL JINETE EN LA SILLA:


La aplicación de estos preceptos necesita una adaptación del jinete, porque su
conformación no le permite abrazar la forma cilíndrica del cuerpo del caballo y porque la
flexibilidad natural de sus articulaciones es insuficiente para absorber las sacudidas que
resultan de la locomoción del caballo.
Hay que notar que la extensión de los riñones debe desarrollarse durante más tiempo
que la flexión, porque ésta se hace con mayor facilidad.
Parece lógico que el jinete se coloque en la silla con los estribos atados a la cincha. Esta
colocación de los talones determina el sitio en que deben situarse la pelvis y los hombros,
así como la "línea de equilibrio" del jinete 105.
Este procedimiento, que obliga a doblar la pierna, reduce por otra parte la tendencia
que tienen la mayor parte de los jinetes, al principio, a tomar apoyo exageradamente
sobre los estribos y sobre las rodillas.
El jinete puede colocarse en la silla, de parado, de la forma siguiente:
1.Ajustar aproximadamente los estribos y calzarlos hasta un tercio del pie.
2.Hacer que el jinete se ponga de pie y en equilibrio sobre los talones, el busto
vertical, agarrándose con la base de las pantorrillas pero sin apretar las rodillas.
3.Indicarle que descienda sobre la silla permaneciendo en equilibrio, dejando el
busto vertical, los estribos en su sitio y deslizando las rodillas hacia
delante106. El jinete debe reposar así sobre la silla contra la perilla, con los riñones
en actitud natural, o sea, sin abombar.
4. Después de haber hecho que abandone los estribos, hacer que apoye los muslos y
que las rodillas permanezcan en contacto con la silla sin apretarlas; Indicarle que
abrigue el cuerpo del caballo efectuando una rotación de la pierna sin separar
las rodillas, remontando las puntas de los pies y apretando al máximo las
pantorrillas, cuya presión debe ejercerse ligeramente por detrás de la cincha y
de abajo a arriba, con las rodillas flexibles 107.
104
"La adherencia de las pantorrillas y la flexibilidad de los riñones constituyen el asiento". (Capitán DE
BRIGNAC).
El esfuerzo de contracción no es permanente, sino que varía según las necesidades; es evidente que el jinete
sentado en reposo sobre su caballo al paso, por ejemplo, puede dejar sus piernas, "caer naturalmente" sin
inconvenientes. Hay que hacer notar que en el "jinete adaptado", cuya gimnasia particular ha modificado la
tonicidad de sus músculos, esta contracción se convierte, en la locomoción normal y por costumbre, en una simple
tensión muscular que no necesita apenas de ningún esfuerzo por su parte.
105
Esto no condena el trabajo sin estribos, muy provechoso cuando se practica por jinetes que han
adquirido una confianza y una flexibilidad suficientes para poder soportar sin demasiada fatiga ni temor
las sacudidas del trote sentado.
106
Para asegurar un descenso vertical, el jinete puede apoyar una mano en el fuste trasero. El instructor puede
sujetar la rienda por detrás para impedir la incurvación, manteniendo siempre el estribo en su lugar, si no está
unido a la cincha.
107
Por constitución, "la rotación de la pierna no puede hacerse más que sí ésta está suficientemente
flexionada y de ninguna manera en extensión" (DUPATY DE CLAM)

66
El lugar donde quedan las suelas en ese momento indica la longitud que deben tener
los estribos 108 .
En cuanto a la adaptación muscular de las piernas del jinete y el juego de riñones y de la
pelvis en los dos sentidos, hay que hacer que el jinete perciba la importancia del equilibrio del
busto; abrir los hombros, separar muy ligeramente los muslos de la silla y, después de
haber encontrado el equilibrio del busto, actuar con los riñones en los dos sentidos a uno
y otro lado de la línea de equilibrio; resituar los muslos en su sitio sin cambiar de
posición los hombros constituye un excelente procedimiento para obtener el aplomo del
busto (control frecuente del aplomo del busto durante el trabajo por medio de este
procedimiennto).
LA SILLA:
La silla debe estar hecha para facilitar el asiento, pero casi nunca es así.
El hueco de la silla es su parte más baja y debe estar lo más cerca posible de la perilla,
de manera que las nalgas se deslicen sobre la silla y vayan automáticamente hacia
delante al máximo.
Para facilitar la adherencia, los faldones deben ser muy flexibles y no duros y deslizantes
como son en la mayoría de los casos. Las rodilleras van colocadas a veces delante de las
rodillas y deben ser suprimidas porque lo único que hacen es impedir el juego de estas
articulaciones.

2. EL SALTO109

I- EL CABALLO
A medida que el caballo se aproxima al obstáculo, se estira alargando la columna vertebral
hacia delante en previsión del esfuerzo que tendrá que hacer.
Durante el salto efectúa cuatro gestos bruscos e inversos de cuello. (fig.76 y77):
1.Elevación: en la batida.
2.Bajada: paso de anteriores.
3.Elevación: paso de posteriores
4.Bajada: tranco de "salida"

108
La longitud de los estribos varía según la corpulencia de cada caballo. La suela del estribo calzado debe
estar perpendicular al eje longitudinal del caballo, lo que proporciona eficacia al apoyo sobre la parte ancha
del pie.
109
El salto que tratamos aquí es el salto de concurso, el salto de grandes obstáculos. Las
consideraciones contenidas en este capítulo no son aplicables ni al salto de pequeños obstáculos ni al
salto de zanjas, donde el jinete conserva el máximo de adherencia (pantorrillas, muslos y nalgas) y absorbe
las sacudidas principalmente por el juego del dorso-riñones; ni al salto de carreras, donde la parábola sobre el
obstáculo es mucho menos acusada que en el salto de concurso.

67
Fig. 76.- El salto (una fotografía sobre 100)

1. ELEVACIÓN (batida): Este gesto permite al caballo reunirse antes de saltar; a


continuación batida de manos, con lo que desvía de alguna forma la propulsión para
favorecer el empuje de sus posteriores (ligamentos).
2. BAJADA (paso de anteriores): El caballo lanza el cuello sobre la trayectoria del
salto. La columna vertebral se pone rígida en la dirección de la proyección, mientras
que los posteriores empujan, proyectando la masa en esta nueva dirección. "La
cabeza tira, arrastra al cuerpo y a los miembros". (Comandante CHAMORIN) El
gesto brusco de bajada del cuello acentúa el movimiento ascendente del
miembro anterior y favorece luego la intervención de los posteriores. (flexión del
dorso-riñones, ligamentos)
3. ELEVACIÓN: Este gesto hace bascular al caballo por encima del obstáculo (paso de
los posteriores) y precipita el descenso del tercio anterior.
4. BAJADA: Este gesto amortigua la aceleración al contacto con el suelo, acelera
el remetimiento de los posteriores, muy acentuado en este momento, y
apresura su apoyo.

Se produce en el tranco de salida (la fase más crítica del salto por la inestabilidad del
equilibrio) como un pequeño rebote. El tercio posterior se recoge y el anterior se eleva
durante más tiempo que en un tranco de galope ordinario. Los posteriores proyectan de nuevo
el peso de la masa hacia delante en un segundo rebote poco acentuado, mientras el caballo
extiende el cuello en la dirección del nuevo esfuerzo propulsor.

68
Fig. 77.- El salto (una foto sobre 50)

NOTAS
Este breve análisis del salto confirma las observaciones antes hechas respecto al estudio
de la locomoción. Considerado bajo este punto de vista, el salto es el caso extremo de los
procedimientos que el caballo utiliza para moverse. Se encuentra, en efecto, una
demostración muy evidente del funcionamiento de la máquina animal como la que está
expuesta en las dos primeras partes de esta obra (juego de los ligamentos, relación entre los
músculos-jefes, ángulo de ataque de los braquiocefálicos, etc.) 110.
Se puede decir entonces que el caballo salta, y marcha, con su cuello y con sus riñones.
Al igual que los del jinete, los riñones del caballo deben intervenir durante el salto
alternativamente en flexión y en extensión 111.
Con un caballo equilibrado bajo su jinete, es decir, con un caballo domado, nuca y
riñones deben poder actuar libremente en los dos sentidos. Esta libertad de acción no es
posible más que si el jinete tiene las manos no hacia la nuca del caballo, sino en su sitio,
más bien bajas, permaneciendo siempre por encima del bocado. Al encuadrar así las riendas
a los riñones del caballo, dejan a la columna vertebral el máximo de libertad de juego en
los dos sentidos.

110
Cabe resaltar que todo gesto de elevación del cuello va seguido de una extensión de riñones; todo gesto de
descenso, de una flexión.
111
El procedimiento que consiste en mantener una disposición de flexión durante el salto por medio de las
riendas, disposición que supone forzosamente una posición análoga de riñones e impide el empuje, no
debe considerarse como un procedimiento de doma o que pueda compensar un defecto de doma.

69
II - EL JINETE (fig. 76 y 77)

1. GENERALIDADES:
Antes, durante y después del salto, en lugar de fijar la mano, el jinete debe acompañar los
movimientos del cuello con el juego elástico de los codos.
Es ilógico acompañar los gestos del cuello al galope lejos del obstáculo y fijar las manos,
es decir, dificultar los gestos en el momento en que precisamente el caballo necesita una
mayor libertad de movimientos.
Este acompañamiento de manos no es posible más que si el jinete disfruta de un completo
dominio de su equilibrio al galope en suspensión. Este asiento de salto solo puede adquirirse
con el anclaje de los "talones" al cuerpo del caballo112.
La forma de coger las riendas en el obstáculo tiene una gran importancia. Debe aproximarse lo
más posible a la tensión de riendas clásica: brazos doblados, codos rozando ligeramente el
cuerpo, pulgares hacia abajo. Así que solamente los resortes de los dedos, las muñecas y los
codos son lo más adecuado para actuar de amortiguadores sin interferir en el equilibrio.
La tensión de las riendas debe limitarse al contacto con la boca. El caballo permanece en
la mano.
Es preciso que los dedos estén preparados para abrirse y dejar que las riendas se deslicen
en caso de necesidad del caballo o de retraso del jinete. No dificultar el salto del caballo
significa favorecer lo que se llama, por cierto impropiamente, `'la posición" para el obstáculo.
Como en equitación ordinaria, es con las piernas con lo que hay que montar hacia el salto, y
no con las manos. El jinete debe procurar pasar desapercibido sobre el dorso del caballo
y no manifestar su presencia, no hacer sentir su energía y su voluntad de saltar más que
bajo el vientre del caballo (talones bajos = pantorrillas duras). También en el obstáculo
son las piernas las que deben comprimir, disciplinar y obligar a tensarse al caballo.
Las acciones de las piernas- siempre necesarias sobre obstáculos grandes- se efectúan por
presiones periódicas, en cadencia con el juego vertical del dorso-riñones del caballo. El
contacto de los "talones" permaneciendo constante 113.
Como no puede pretenderse que el jinete absorba todas las sacudidas del salto de grandes
obstáculos con el juego de riñones, debe hacer uso de todas sus articulaciones: suspensión
suave, longitud de los estribos que permita un juego articular suficiente y proporcionado a
la altura de los obstáculos a franquear, siempre dejando al jinete la posibilidad de servirse de
sus piernas como instrumento para controlar y manejar 114.
Para obtener el mejor rendimiento (economía del esfuerzo, máximo confort, conservación del
equilibrio por medio de gestos reducidos al mínimo y que trastornan al mínimo el
equilibrio del caballo, muy inestable durante el salto), el jinete debe:
- Evitar "hacer peso muerto", es decir, oponer el peso de su masa a los
esfuerzos de proyección y de recepción del caballo, y

112
Como de todas formas es necesario que el jinete esté agarrado al caballo, si no lo hace con los "talones" bajo el
diámetro, está obligado a agarrarse con las riendas.
113
Cuanto más altos son los obstáculos, más tiene que montar el jinete. El jinete que salta el obstáculo
con las piernas no ofrece al espectador poco avezado, la impresión de que está actuando para saltar. El
que no monta con las piernas, lo hace con las manos y es entonces cuando el espectador avezado nota que
no está usando las piernas.
114
En general, tres puntos más cortos que la longitud normal de los estribos para obstáculos medianos, y cuatro o
cinco puntos, para el salto de grandes obstáculos.

70
- Efectuar con el cuerpo los movimientos que absorban las variaciones de
velocidad horizontal y vertical del salto.
Es importante sobre todo procurar unirse al movimiento del caballo.
La dirección hacia la que debe mirar el jinete tiene una gran importancia. Antes, durante
y después del salto, el jinete debe mirar al horizonte, con el mentón separado del cuello
e incluso dirigido hacia delante durante la batida 115.
Cualquiera que sea el apoyo del pie en el estribo, es muy importante que el talón esté
más bajo que la punta del pie para el anclaje del jinete.
Calzar el estribo a un tercio de la longitud del pie permite el máximo juego del tobillo; pero
si este procedimiento presenta grandes ventajas, su exageración acarrea serios
inconvenientes; mantener la punta del pie en el estribo requiere un esfuerzo para
conservarlo calzado que supone la rigidez del tobillo.
La mejor manera de asegurar un juego suficiente del tobillo y que no exige ningún esfuerzo
para conservar los estribos en los pies es calzarlos de forma que la rama externa del estribo
esté un poco más atrás de la parte más ancha de la suela de la bota 116 .

2. ANÁLISIS DEL SALTO:


Al abordar el obstáculo, y durante la batida, hay que ser muy discreto en los gestos, para
no perturbar la atención y el equilibrio del caballo.
A medida que el caballo se aproxima al obstáculo, el jinete toma apoyo con los
"talones" contra el abultamiento del vientre y se coloca en suspensión suave, llevando
progresivamente la pelvis hacia delante a la región de la perilla, evitando aferrarse con las
rodillas, lo que impediría el avance de la pelvis117.
Esta forma de actuar alivia los riñones y corvejones del caballo y ayuda al jinete a no oponer el
peso de su masa al esfuerzo de proyección de la batida.
Por otro lado, para permitir la tensión indispensable para la producción del esfuerzo
que precede al salto, el jinete debe provocar en ese momento el alargamiento de la
columna vertebral hacia delante, empujando talones sobre codos elásticos, sobre brazos que
tienden a alargarse, sobre manos que ceden sujetando y que bajan para dar más libertad de
juego a los riñones del caballo.
Fijar la mirada en el obstáculo que se va a abordar no hace más que impedir que el jinete
esté con su caballo. Si por el contrario, el jinete no mira el obstáculo, cualquiera que sea
la distancia de la batida respecto al obstáculo, saltará con su caballo 118.

115
Bajar la cabeza, abomba los riñones; mirar al horizonte obliga a los riñones a actuar en su actitud natural, en
un sentido o en el otro, según las necesidades.
116
Esto corresponde simplemente a llevar calzado el estribo a fondo poniendo el talón más bajo que la
punta del pie.
117
Esta posición en suspensión suave no significa en modo alguno elevarse por encima de la silla enderezándose
sobre los estribos. El jinete abre sus ángulos articulares estirándose de alguna manera por los dos extremos, al
mismo tiempo que endereza el busto para "alojar" su pelvis y ponerse en equilibrio, bajando lo más posible sobre
los talones como si quisiera apoyar la horquilla contra la perilla.
118
Como los movimientos reflejos son más rápidos y más ajustados que los movimientos voluntarios
desencadenados por la vista, es sobre aquellos sobre los que el jinete avezado debe abordar el obstáculo.
Con los caballos que "atacan" el obstáculo, el jinete siempre tiende a quedarse detrás y así nunca llega "con su
caballo" al obstáculo. Y no es tirando de las riendas como se puede controlar el caballo, sino echando los talones
hacia atrás, las piernas dobladas, las rodillas flexibles (apoyo contra el abultamiento del vientre). Por otro
lado, la mayor parte de los caballos no "atacan" el obstáculo más que porque los jinetes tiran hacia arriba
aflojando los talones. Es exactamente lo contrario que hay que hacer para combatir este defecto.

71
Durante la batida, el jinete no debe oponerse a los efectos de la inercia que, al frenarse
el caballo, tiende a enviar al jinete hacia delante. Rodillas y pelvis deben deslizarse hacia
delante en este momento.
Para poder "permanecer con el caballo" durante el salto, el jinete debe ir "por delante de su
caballo" durante la batida 119 .
El bloqueo de los talones y el punto que encuentra la base de las pantorrillas contra
el abultamiento del vientre del caballo permiten al jinete adoptar con toda seguridad el
avance necesario120.
Durante la batida, el jinete coloca el busto en la trayectoria del salto, de manera que el
caballo pueda proyectar al jinete consigo por encima del obstáculo. Si no, hay tendencia a la
separación de las dos masas durante la proyección (fig. 78) 121 .

Fig. 78.- El jinete debe poner su busto en la trayectoria del salto.


Fig. 79.- Necesidad de avanzar las rodillas para ponerse en equilibrio sobre los pies.

El cuerpo del caballo, al elevarse por debajo del jinete, cierra los ángulos articulares de e ste
y lo pliega en cierto modo.
Previniendo la proyección de la masa y el empuje de los posteriores, el jinete debe
agarrarse al cuerpo del caballo rodeándolo con las piernas (anclaje bajo el diámetro) y tomar
apoyo contra el abultamiento del vientre del caballo para poder resistir los efectos de
la inercia.
Durante el vuelo, en lugar de enderezarse y regresar al fondo de la silla, como se hacía
en otros tiempos, el jinete debe quedar plegado y en equilibrio en la región de la perilla,
evitando dejar el contacto de los talones y de abombar el dorso (dirección de la mirada).
Durante el movimiento de báscula, el caballo desciende más rápido que el jinete.
Este, agarrado al caballo por los talones e impulsado hacia abajo, se deja desplegar. En estas
condiciones, el enderezamiento del cuerpo del jinete se produce siempre de acuerdo con
el movimiento de báscula del caballo.
El movimiento que debe hacer el jinete en este momento es un movimiento de pelvis, y
no de hombros. Debe empujar la pelvis y las rodillas hacia delante y hacia abajo para

119
Este adelantamiento varía según la naturaleza del obstáculo a franquear, la velocidad y el grado de
frenado del caballo.
120
Este punto de apoyo es el que, incluso en caso de parada brusca del caballo, permite al jinete permanecer a
caballo y le procura una mayor solidez a la que podría obtener apretando las rodillas o echando las piernas hacia
delante.
121
Abombar el dorso en este momento tendría por efecto echar la pelvis hacia atrás y las piernas hacia
delante, y provocaría un retraso que impediría recibirse con el caballo al volver al suelo.

72
apresurar su descenso y seguir al caballo para reencontrarse con él en la recepción. Los
hombros no deben ir hacia atrás, mientras que la pelvis tiene que ir a alojarse bajo los
hombros. Este movimiento es el más importante del salto 122.
A su vez, el abultamiento del vientre detrás de la bota, procura el punto de apoyo
necesario al jinete para ejecutar ese movimiento de pelvis. (fig. 80).

Fig. 80.- Efectos del empuje de la parte inferior de la pierna de delante a atrás .

RECEPCIÓN.- El jinete que ha hecho los gestos convenientes durante el salto aterriza "con
su caballo" en suspensión suave y en equilibrio encima de la perilla, como estaba antes del
salto.
El juego de sus ángulos articulares sustrae el peso de su masa a los esfuerzos de recepción
del caballo.
La supresión del golpe que resulta de esta recepción en suspensión suave hace el tranco
de "recepción" suave, fácil y alivia considerablemente al caballo durante esta fase crítica y
penosa del salto.
Para guardar el equilibrio, el jinete debe seguir mirando al horizonte y para seguir
acompañando al caballo después de la recepción, hay que continuar el apoyo de las
pantorrillas de delante a atrás, como si fuera a abordar inmediatamente otro obstáculo.
En suma:
 Conservación del equilibrio encima de la perilla, el jinete permanece en "suspensión
suave", durante el salto.
 Adherencia constante de los "talones" contra el abultamiento del vientre del
caballo.
 Fijación de la parte baja de la pierna, no de las rodillas.
 Utilización del juego de todas las articulaciones.

122
Si el jinete apretara las rodillas, no podría situar la pelvis entre los hombros y los talones, perdería el
equilibrio y no podría recuperar su retraso.
El movimiento que el jinete debe efectuar en esta fase del salto es comparable al que hace una persona
sentada de la manera representada en la figura 79, para levantarse. Si las rodillas le impiden avanzar al cuerpo
le sitúa en la imposibilidad de ponerse en equilibrio sobre los pies.

73
 Movimiento de la pelvis en concordancia con el movimiento de báscula del caballo.
Son los puntos esenciales que caracterizan el "salto racional" y lo diferencian del salto
de otros tiempos123.

NOTAS.
Demasiados jinetes tienen la costumbre de hacer medias-paradas en cada obstáculo que
saltan, lo cual no hace más que entorpecer la acción normal del caballo 124.
Como el caballo percibe mejor que el jinete la oportunidad de tal o cual gesto, éste debe
dejarle saltar al caballo en lugar de intentar "hacerle saltar". Si la regulación de la
impulsión corresponde al jinete, la iniciativa de la batida debe quedar para el caballo. Para
saltar bien, el caballo debe estar en equilibrio y remetido de pies en el momento de la
batida.
Un jinete de obstáculos, debe tener la impresión de que tiene a su caballo
permanentemente delante de él. Solamente entonces dominará el equilibrio de su
caballo y podrá modificarlo a su voluntad según la naturaleza del obstáculo que va a saltar, y
que sólo él conoce y puede apreciar racionalmente.
Muchos jinetes empiezan a darse cuenta de que la falta de doma es un serio handicap en
las competiciones de concurso hípico. Las dificultades y la dureza cada vez mayor de
las pruebas de concurso actuales ponen cada vez más de manifiesto la necesidad de una
buena doma.
Sólo el caballo domado (nuevo equilibrio necesario para el caballo montado, capacidad
de remetimiento acrecentada, tensión bajo el jinete, mínimo “recoger” necesario para la
puesta en mano) y que sea un poco habilidoso, puede utilizar todas sus fuerzas en
provecho del salto en lugar de desperdiciarlas defendiéndose y luchando contra el jinete.
Todo es cuestión de aprendizaje, de instrucción.
Los topes que se colocan detrás de la bota en las monturas de concurso actuales,
procedimiento que se está extendiendo cada vez más, constituyen una cuña de seguridad
muy eficaz en los recorridos, pero durante la instrucción es más dañino que útil; el
jinete se siente suficientemente agarrado por esta cuña y no hace ningún esfuerzo para
agarrarse por debajo del diámetro del cuerpo del caballo. Por el contrario, ejercitarse sin
estas almohadillas fuerza al jinete a buscar el vientre con los talones (máxima adherencia), a
unirse al caballo y a fijar la parte baja de las piernas125.
En razón de las dificultades que experimentan la mayoría de los jinetes que han aprendido
a saltar de forma diferente y que quieren adoptar el salto racional, es importante
descomponer las dificultades e ir esforzándose en actuar de la forma más conveniente, y de
manera sucesiva en cada una de las fases del salto. Con esta intención se presenta un cuadro
de los principales movimientos del jinete al final de este estudio.

123
Ver “El salto racional” de L. DE SEVY. Sport Universel de septiembre de 1929. Este salto racional, que ha
tenido tantos detractores en Francia, lo practican actualmente con éxito los jinetes de todas las naciones.
124
Sólo algunos raros especialistas que han adquirido con gran experiencia el sentido del obstáculo,
pueden permitirse esos procedimientos de empleo delicado. Hay que notar que, contrariamente a los que
quieren imitarlos sin tener su ciencia, actúan con medias-paradas o ceden de manos, según la manera en que el
caballo aborde el obstáculo, en lugar de hacer medias-paradas sistemáticamente en cada obstáculo que saltan.
125
El empleo de superficies de caucho en el emplazamiento de los "talones" parece preferible y no presenta los
mismos inconvenientes.

74
Fig. 81. – Cuadro de los principales movimientos del jinete

1. – Aproximación del obstáculo: suspensión suave – peso sobre los talones – mirada lejos – sin apretar las
rodillas – sin bloquear los codos
2. – Batida (el jinete queda plegado por el caballo al subir) : inclinarse hacia adelante – sujetarse al caballo –
bajar las manos – el mentón hacia adelante – poner el busto en la trayectoria del salto.
3. – Planeo: permanecer en equilibrio sobre la perilla de la montura – rodillas flexibles – “talones” en contacto
– mentón hacia adelante.
4. – Movimiento de báscula (el caballo, al bajar despliega al jinete) : echar los talones hacia atrás – no
apretar las rodillas – volver a la montura con la pelvis (empujar con el vientre hacia adelante) – evitar echar
las espaldas hacia atrás.
5. – Recepción: mirar lejos – talones hacia atrás – rodillas y codos flexibles – dejarse replegar.

75
TEXTOS INTERNOS DE LAS FIGURAS:
15.- Inserción fija Ins. Fija
Paso atrás remetimiento del posterior
18.- Ilio-espinales psoas abdominales
21.- remetimiento de los posteriores contrariado
Remetimiento…..
…..facilitado
22.- natural eficaz
25.- propulsión (o empuje) pérdida de equilibrio recuperación del equilibrio
26.- empuje elevación
28.- 1 apoya ant. I. 2 levanta ant. D. 3 levanta ant. I. 4 Apoya ant. D
33.- Aguanta Empuja
36.- PRINCIPIO DE LA DOMA FIN DE LA DOMA ALTA ESCUELA
38.- gestos amplios y lentos gestes elevados y bruscos
40.- Acción del riñón del jinete sobre el del caballo
42.- Las dos espuelas
Ruptura de equilibrio hacia delante. Persistencia: Tracción del torax hacia atrás
Abombamiento del dorso-riñón el caballo se acula
Flexión del dorso-riñón (remetimiento de los dos post.)
Parada del caballo encapotándose
Flexión del cuello y acortamiento
Espuela derecha
Remetimiento del post. D. e incurvación del dorso-riñón a la derecha
Flexión del dorso-riñón
Incurvación de la C. V. a la derecha y acortamiento
Incurvación del cuello a la D. bajando la cabeza
50.- Oposición al remetimiento del pie D. Sin oposición al remetimiento del pie D.
58.- Apoyo ant.I. Apoyo ant. D.
60.- Diagonal izquierda Apoyo post. I. Apoyo ant. D. Suspensión
62.- por pérdida de equilibrio por equilibrio
69.- Mala Buena
76.- Cabeza del jinete Cabeza del caballo Cuerpo del caballo

76

También podría gustarte