Los dominicanos no sabemos hacer la distinción de palabras con las letras "S" y la "C" todo suena como (S), entre la "Y" y la "LL" todo suena como (Y, eso es yeísmo) y entre la "G" y la "J" todo suena como la (J). Los sureños, en cambio ponen una "R" en palabras que al final llevan una "L". Su "carnaval" vendría a ser un "carnavar". Los cibaeños, en cambio, echan mano de la "I" para sustituir la "R" y la "L" cuando van al final de las palabras. "Tú como que me quieres engañai".