Notas:
[1] J. Huergo y otros, Comunicación/Educación. Ámbitos, prácticas y
perspectivas, La Plata, Ed. de Periodismo y Comunicación, 1997; cap. 1.
[2] La bitácora es una especie de armario, inmediato al timón de una nave y fijo
a la cubierta. En ella se pone la «aguja de marear», es decir: la brújula. El
cuaderno de bitácora es el libro donde se anota la velocidad, rumbo, maniobras
y otros accidentes de la navegación. Este trabajo puede ser considerado una
forma de navegación configurada por múltiples velocidades, rumbos y
contrarrumbos, estratagemas y maniobras más amplias, que muchas veces son
organizados no por el navegante, sino por los horizontes que inscribe la brújula.
[3] Hicimos ya un intento previo por describir los modos de relacionar
comunicación y educación, en el libro Comunicación/Educación. Ámbitos,
prácticas y perspectivas, cap. 2, ya citado.
[4] Distinción resignificada de la descripción de I. de Oliveira Soares en "Debate
sobre proyectos de educación para la comunicación en América Latina",
entrevista de A. Hartmann, en revista Diá·logos de la Comunicación, Nº 37,
Lima, 1993.
[5] Lectura de la situación realizada, en particular, por la UNESCO, Un solo
mundo, voces múltiples, México, FCE, 1980. También R. Roncagliolo y N.
Janus, "Publicidad transnacional y educación en los países en desarrollo", en La
educación en materia de comunicación, París, Unesco, 1984.
[6] M. T. Quiroz, Todas la voces. Comunicación y educación en el Perú, Lima,
Contratexto-Universidad de Lima, 1993.
[7] Cfr. O. Landi, Devórame otra vez, Bs. As., Planeta, 1992.
[8] F. Gutiérrez, El lenguaje total. Pedagogía de los medios de comunicación, Bs.
As., Humanitas, 1973.
[9] Véase Quiroz, M. T., Op. cit.
[10] Este tipo de estudios ha sido relevante en España, en principio. Véanse de
J. L. Rodríguez Diéguez, "Textualidad e intertextualidad en el análisis del cu-
rrículum", en Revista Española de Pedagogía, Madrid, Nº 162, 1983 y
Currículum, acto didáctico y teoría del texto, Madrid, Anaya, 1985. Además, la
compilación de J. Rodríguez Illera, Educación y comunicación, Barcelona,
Paidós, 1988.
[11] La noción de «alfabetizaciones posmodernas» ha sido trabajada por el
pedagogo crítico norteamericano P. McLaren, en "La educación en los bordes
del pensamiento moderno", en Propuesta educativa, Nº 7, Bs. As., Flacso-Miño
y Dávila; entrevista de A. Puiggrós, 1992, y en Pedagogía crítica, resistencia
cultural y la producción del deseo, Bs. As., Cuad. Aique, 1994.
[12] Esta línea ha impregnado propuestas como las de R. Aparici. Ver la
compilación de este autor Educación audiovisual. La enseñanza de los medios
en la escuela, Bs. As., Novedades Educativas, 1995.
[13] Aquí están permeando las concepciones de Paulo Freire y Antonio Pasquali.
Véanse los trabajos de F. Gutiérrez El lenguaje total. Pedagogía de los medios de
comunicación, Bs. As., Humanitas, 1973 y Pedagogía de la comunicación, Bs.
As., Humanitas, 1975.
[14] Como ejemplos: R. Follari, "Recuperar la palabra (Para una crítica de la
comunicación educativa)", en Práctica educativa y rol docente, Bs. As.,
Cuadernos Aique, 1992; M. Kaplún, "Repensar la educación a distancia desde la
comunicación", en Cuadernos de Diá·logos, Lima, Cuad. Nº 23, 1992; D. Prieto
Castillo, Comunicación y educación, Quito, Cuad. Chasqui, Ciespal, 1992.
[15] Sobre el uso educativo de diferentes producciones mediáticas, véase (por
ejemplo): J. Vioque Lozano, La utilización de la prensa en la escuela, Madrid,
Cincel, 1984; M. Kaplún, A la educación por la comunicación, Santiago de Chile,
UNESCO/OREALC, 1992; J. Ferrés, Televisión y educación, Bs. As., Paidós,
1995; P. Valdevellano, El video en la educación popular, Lima, IPAL-CEAAL,
1989, entre otros innumerables materiales.
[16] Véase, por ejemplo, el manual de A. Peña Ramos y F. Viveros Ballesteros,
Educación para los medios. Desarrollo de la visión crítica, 3 vol., México, SEP,
1997.
[17] Cabe mencionar en esta línea el trabajo de P. Ramos Rivero; véase de este
autor "El otro lado de la imagen", en revista Diá·logos de la Comunicación, Nº
37, Lima, 1993.
[18] Por ejemplo: G. Daza Hernández, Imagen y educación. La imagen
electrónica como alternativa de educación popular en Latinoamérica, Madrid,
Ed. Universidad Complutense, 1986; M. Kaplún, A la educación por la
comunicación, citado. En el ámbito de la práctica, muchos educadores han
proporcionado herramientas para poder leer ciertos tipos de mensajes de los
medios. Esto significa un valioso avance, siempre que no se quede atrapado en
un análisis del «código» exclusivamente.
[19] Por ejemplo, la insistencia de los procesos en que los educandos se
transforman en emirec (emisor + receptor), como en M. Kaplún, "Repensar la
educación a distancia desde la comunicación", en Cuadernos de Diá·logos, Lima,
Cuad. Nº 23, 1992.
[20] Como lo hacen D. Prieto Castillo y F. Gutiérrez, en Las mediaciones
pedagógicas. Apuntes para una educación a distancia alternativa, San José de
Costa Rica, RNTC, 1991.
[21] Debemos mencionar en esta línea de trabajo a G. Orozco Gómez; véase
Recepción televisiva, México, Universidad Iberoamericana, 1991; "Televisión,
receptores y negociación de significados", en Televisión y producción de
significados, México, Universidad de Guadalajara, 1994; con M. Charles,
Educación para la recepción. Hacia una lectura crítica de los medios, México,
Trillas, 1990, entre otras obras. También a los chilenos V. Fuenzalida y M. E.
Hermosilla; véase de V. Fuenzalida, Educación para la comunicación televisiva,
Santiago de Chile, Ceneca/Unesco, 1986, y "El programa CENECA en recepción
activa de la TV", en rev. Diá·logos de la Comunicación, Nº 19, Lima, 1988; de M.
E. Hermosilla, Explorando la recepción televisiva, Santiago de Chile,
Ceneca/Cebcisep, 1987.
[22] La propuesta surge de la pedagogía crítica norteamericana: P. McLaren,
Pedagogía crítica, resistencia cultural y la producción del deseo, citado.
[23] Ver P. Casares, "Informática, educación y dependencia", en rev. Diá·logos
de la Comunicación, Lima, 1988.
[24] Problema planteado desde la tradición de la UNESCO hasta la actualidad.
Ver UNESCO, Nuevos métodos y técnicas de educación, Serie "Estudios y
documentos de educación", París, 1963; A. Piscitelli, "Tecnología, antagonismos
sociales y subjetividad. Explorando las fronteras del diálogo hombre/máquina",
en rev. Diálogos de la Comunicación, Nº 32, Lima, FELAFACS, 1992.
[25] Por ejemplo, A. Battro y P. Denham, La educación digital, Bs. As., Emecé,
1997.
[26] Como G. Orozco Gómez, "La computadora en la educación: dos
racionalidades en pugna", en rev. Diá·logos de la Comunicación, Nº 37, Lima,
1993.
[27] Ver R. Castro y Lluria, "Nuevas modalidades de transmisión cultural y
cambios en la educación", en A. Acuña Limón (coord.), Nuevos medios, viejos
aprendizajes. Las nuevas tecnologías en la educación, México, Universidad
Iberoamericana, 1995.
[28] Como E. Litwin y otros, Tecnología educativa. Políticas, historias,
propuestas, Bs. As, Paidós, 1995.
[29] Como lo hace H. Schmucler, "Tecnologías para la educación o educación
para la tecnología", en Novedades educativas, Nº 50, Bs. As, 1995.
[30] Véase B. Fainholc, Nuevas tecnologías de la información y la comunicación
de la enseñanza, Bs. As., Aique, 1997.
[31] Estoy asumiendo los conceptos de teoría cultural de R. Williams, Marxismo
y literatura, 1997.
[32] J. J. Brunner, "América Latina en la encrucijada de la Modernidad", en AA.
VV., En torno a la identidad latinoamericana, México, Opción-FELAFACS, 1992.
[33] En el sentido de A. Giddens, La constitución de la sociedad, Buenos Aires,
Amorrortu, 1995; los principios estructurales son propiedades de profunda raíz
que están envueltas en la reproducción de las totalidades societarias, en
interjuego con las instituciones o prácticas que poseen mayor extensión espacio-
temporal.
[34] P. Freire, Pedagogía del oprimido, Bs. As., Siglo XXI, 1970.
[35] Cfr. R. Kusch, América profunda, Bs. As., Bonum, 1986 y Geocultura del
hombre americano, Buenos Aires, García Cambeiro, 1976.
[36] J. Goody, La lógica de la escritura y la organización de la sociedad, Madrid,
Alianza, 1990; W. Ong, Oralidad y escritura, Buenos Aires, Fondo de Cultura
Económica, 1993.
[37] Véase A. Mattelart, La invención de la comunicación, Barcelona, Bosch,
1995.
[38] En el sentido de C. Castoriadis, La institución imaginaria de la sociedad, 2
Tomos, Buenos Aires, Tusquets, 1993.
[39] Véase H. Arendt, La condición humana, Barcelona, Paidós, 1993; pp. 169-
170.
[40] Véase J. Martín-Barbero, De los medios a las mediaciones, Bogotá,
Convenio Andrés Bello, 1998; Prefacio: p. xix.
[41] Obsesiones presentadas por C. Carrizales Retamoza, "Las obsesiones
pedagógicas de la modernidad", en Modernidad y posmodernidad en educación,
UAS-UAEM, 1993.
[42] B. Skinner, "Máquinas de enseñar", en revista Archivos de Ciencias de la
Educación, Nº 3, La Plata, Departamento de Ciencias de la Educación de la
Facultad de Humanidades de la UNLP, tercera época, 1962; Tecnología de la
enseñanza, Barcelona, Labor, 1979.
[43] UNESCO, Nuevos métodos y técnicas de educación, citado.
[44] Véase, por ejemplo, W. Buckley, La sociología y la teoría moderna de
sistemas, Bs. As., Amorrortu, 1982; A. y M. Mattelart, Historia de las teorías de
la comunicación, Barcelona, Paidós, 1997.
[45] Véase la formulación de J. Habermas, Teoría de la acción comunicativa, 2
vol., Buenos Aires, Taurus, 1992, y K.-O. Apel, La transformación de la filosofía,
2 vol., Madrid, Taurus, 1985; esta posición está emparentada con la tradición
contractualista liberal.
[46] Como por ejemplo, en diferentes vertientes, J. Lull, "Recepción televisiva,
reforma y resistencia en China", en G. Orozco Gómez (comp.), Hablan los
televidentes. Estudios de recepción en varios países, México, Universidad
Iberoamericana, 1992; K. Jensen, "La política del multisignificado. Noticias de
la televisión, conciencia cotidiana y acción política", en la misma compilación de
G. Orozco; J. Fiske, Television Culture, Londres, Methuen, 1987; I. Chambers,
Popular Culture: The Metropolitan Experience, Londres, Mathuen, 1986.
[47] Véase J. Huergo y P. Morabes, El enfoque microeconómico en los estudios
de Comunicación, La Plata, 1998. Sobre el debate y la crítica a las nociones e
investigaciones actuales en esta línea, véase "Intelectuales, comunicación y
cultura: entre la gerencia global y la recuperación de la crítica. Entrevista con
Armand Mattelart", en revista Causas y Azares, Nº 4, Bs. As., 1996; J. Curran,
"El nuevo revisionismo en los estudios de comunicación: una revaluación" y
"Debate mediático: una réplica" (en respuesta a D. Morley), en J. Curran, D.
Morley y V. Walkerdine, Estudios culturales y comunicación, Barcelona, Paidós,
1998; en el mismo libro, véase también de J. Curram: "Repensar la
comunicación de masas", y de D. Morley, "Populismo, revisionismo y los
«nuevos» estudios de audiencia"; D. Morley, Televisión, audiencias y estudios
culturales, Bs. As., Amorrortu, 1996.
[48] P. McLaren, Pedagogía crítica y cultura depredadora, Barcelona, Paidós,
1997.
[49] Hemos presentado la crisis de la escolarización en J. Huergo, "De la
escolarización a la comunicación en la educación", en J. H. y M. B. Fernández,
Territorios de Comunicación/Educación, Santafé de Bogotá, Universidad
Pedagógica Nacional, 1999 (en prensa).
[50] Sobre los acontecimientos que determinan el carácter de la época moderna,
véase H. Arendt, "La vita activa y la época moderna", en La condición humana,
citado, pp. 277-ss.
[51] J. Huergo, "Las alfabetizaciones posmodernas, las pugnas culturales y los
nuevos significados de la ciudadanía", en Rev. Nómadas, Nº 9, Santafé de
Bogotá, Universidad Central, 1998.
[52] A. Huyssen, "Guía del posmodernismo", en Casullo, N. (comp.), El debate
modernidad-posmodernidad, Buenos Aires, Puntosur, 1989; p. 312.
[53] R. Kusch, La negación en el pensamiento popular, Buenos Aires, Cimarrón,
1975.
[54] J. Martín-Barbero, "Heredando el futuro. Pensar la educación desde la
comunicación", en Nómadas, Nº 5, Santafé de Bogotá, Universidad Central,
1996.
[55] Véase M. Barberena y M. B. Fernández, "Infancia: un viejo sujeto, un nuevo
sentido", ponencia en el IX Encuentro de FELAFACS: Los desafíos de la
comunicación globalizada, Universidad de Lima, Perú, 1997.
[56] Ver J. M. Barbero, "Heredando el futuro", citado.
[57] Simmel, Georg, Sociología. Estudio sobre las formas de socialización, 2
Vol., Bs. As., Espasa Calpe, 1939; pp. 1-ss. La sociedad constituye una
representación imaginaria que contiene la totalidad de las variedades y la
cristalización de la mutabilidad de toda/cualquier «sociedad».
[58] Cfr. Simmel, Georg, Sobre la diferenciación social (Leipzig, 1890).
[59] Las principales obras de S. Taborda son Investigaciones pedagógicas, 4
tomos, Córdoba, Ateneo Filosófico de Córdoba, 1951; La crisis espiritual y el
ideario argentino, Santa Fe, Instituto Social de la Universidad Nacional del
Litoral, 1934, y El fenómeno político, Córdoba, Instituto de Filosofía de la
Universidad Nacional de Córdoba, 1936.
[60] El término que utiliza Taborda: «facúndico», hace referencia al caudillo
riojano Facundo Quiroga, quien representaba las fuerzas comunales calificadas
como «bárbaras» por Domingo F. Sarmiento.
[61] P. Freire, Pedagogía del oprimido, Buenos Aires, Siglo XXI, 1970.
[62] La idea la tomo del sugestivo título del libro de M. López de la Roche y M.
Gómez Fries, Los niños cuentan. Libro de prácticas comunicativas, Bogotá,
Ministerio de Comunicaciones-DNP-UNICEF, 1997.
[63] Entendido como «campo de significación» y no sólo reducido al
vocabulario.
[64] M. Bajtin, Estética de la creación verbal, México, Siglo XXI, 1982.
[65] J. M. Barbero, De los medios a las mediaciones, citado.
[66] De este reconocimiento es del que habla la tradición residual representada
por las investigaciones del pedagogo argentino Saúl Alejandro Taborda. Véase J.
Huergo y otros, Comunicación/Educación. Ámbitos, prácticas y perspecticas,
Cap. 1, y J. Huergo y M. Fernández, Territorios de Comunicación/Educación,
Cap. 2.