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TEMA 43

Concepto de: a) Software de libre distribución (las cuatro libertades); b) Software de


código abierto (open source); c) Software gratuito (freesoftware); d) Software de
dominio público.

43.1 Definición

El término software libre (o programas libres), tal como fue concebido por Richard Stallman en su definición
(Free Software Foundation, "Free software definition" –http://www.gnu.org/philosophy/free-sw.html– [120]),
hace referencia a las libertades que puede ejercer quien lo recibe, concretamente cuatro:

1) Libertad para ejecutar el programa en cualquier sitio, con cualquier propósito y para siempre.

2) Libertad para estudiarlo y adaptarlo a nuestras necesidades. Esto exige el acceso al código fuente.

3) Libertad de redistribución, distribución de copias, de modo que se nos permita colaborar con vecinos y
amigos.

4) Libertad para modificar el programa y publicar sus mejoras liberándolo para el público. Esto también
exige el código fuente.

El mecanismo que se utiliza para garantizar estas libertades, de acuerdo con la legalidad vigente, es la
distribución mediante una licencia determinada. En ella el autor plasma su permiso para que el receptor del
programa pueda ejercer esas libertades, y también las restricciones que pueda querer aplicar (como dar crédito
a los autores originales en caso de redistribución). Para que la licencia sea considerada libre, estas
restricciones no pueden ir en contra de las libertades mencionadas.

Así pues, las definiciones de software libre no hacen ninguna referencia a que pueda conseguirse
gratuitamente: el software libre y el software gratuito son cosas bien distintas. Sin embargo, dicho esto, hay que
explicar también que debido a la tercera libertad, cualquiera puede redistribuir un programa sin pedir
contraprestación económica ni permiso, lo que hace prácticamente imposible obtener grandes ganancias
simplemente por la distribución de software libre: cualquiera que lo haya obtenido puede a su vez redistribuirlo
a precio más bajo, o incluso gratis. Otros términos relacionados de algún modo con el software libre son los
siguientes:

Freeware: Son programas gratuitos. Normalmente se distribuyen sólo en binario, y se pueden obtener sin
coste. A veces se consigue también permiso de redistribución, pero otras no, de manera que entonces sólo se
pueden obtener del sitio "oficial" mantenido a ese efecto. Es habitual que se usen para promocionar otros
programas (típicamente con funcionalidad más completa) o servicios. Ejemplos de este tipo de programas son
Skype, Google Earth o Microsoft.
Messenger.

Shareware: No es siquiera software gratis, sino un método de distribución, ya que los programas,
generalmente sin códigos fuente, se pueden copiar libremente, pero no usar continuadamente sin pagarlos. La
exigencia de pago puede estar incentivada por funcionalidad limitada, mensajes molestos o una simple
apelación a la moral del usuario. Además, las estipulaciones legales de la licencia podrían utilizarse en contra
del infractor.

Charityware,careware: Se trata generalmente de shareware cuyo pago se pide para una organización
caritativa patrocinada. En muchos casos, el pago no se exige, pero se solicita una contribución voluntaria.
Algún software libre, como Vim, solicita contribuciones voluntarias de este tipo (Brian Molenaar, "What is the
context of charityware?") [173].

Dominio público: El autor renuncia absolutamente a todos sus derechos en favor del común, lo cual tiene que
quedar explícitamente declarado en el programa, ya que si no se dice nada, el programa es propietario y no se
puede hacer nada con él. En este caso, y si además se proporcionan los códigos fuente, el programa es libre.

Copyleft: Se trata de un caso particular de software libre cuya licencia obliga a que las modificaciones que se
distribuyan sean también libres.
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Propietario, cerrado, no libre: Se trata de términos usados para denominar al software que no es libre ni de
fuente abierta.

43.2 El software libre

Aunque encontramos un antecedente en la Universidad de Berkeley y en la licencia BSD que estudiaremos


más adelante, para muchos los verdaderos iniciadores del movimiento del software libre (free software) son
Richard Stallman y la Free software Foundation (FSF) a principios de 1984. Richard Stallman, en aquella época
empleado en el AI Lab. del MIT, abandonó su trabajo para comenzar el proyecto GNU (acrónimo de GNU No
es Unix) y fundó la Free software Foundation para conseguir fondos para el desarrollo y la protección del
software libre. Richard Stallman sentó los fundamentos éticos del software libre con documentos como The
GNU Manifesto y Why Software Should Not Have Owners.

Desde el principio del proyecto GNU, Richard Stallman estaba preocupado por las libertades que tendrían los
usuarios del software creado. Estaba interesado en que no sólo los que recibieran los programas directamente
del proyecto GNU, sino cualquiera que lo recibiera después de cualquier número de redistribuciones y (quizás)
modificaciones, pudiera seguir disfrutando de los mismos derechos (modificación, redistribución, etc.). En
definitiva, para la FSF no es suficiente con cumplir las libertades básicas, lo que es importante desde la
perspectiva de la FSF es que una aplicación es realmente libre si las distribuciones ulteriores –del mismo
software o de derivados– permanecen libres.

Para conseguir este objetivo, R. Stallman escribió la General Public License (GPL) como base para asegurar la
libertad de los usuarios del software libre. La GPL incluye términos de redistribución que no permiten a los
redistribuidores añadir a su licencia cualquier restricción adicional (a las de la licencia original), ni al software
original, ni a obras derivadas. Esta condición particular, que se conoce como copyleft, establece la
imposibilidad legal de capturar el software libre, modificarlo y privatizarlo. Por lo tanto, el pool, o la cantidad de
software con copyleft disponible, no puede más que aumentar a medida que los desarrolladores crean nuevas
aplicaciones sobre la base del software con copyleft.

La FSF defiende que el único software realmente libre es el que se distribuye mediante una licencia tipo GPL
(con copyleft) que garantiza la libertad de los usuarios futuros, al obligar a los usuarios a continuar con la
cadena de distribución abierta, negando la característica de verdadero software libre al software de código
abierto.

No obstante, no todo el software libre se distribuye con copyleft y, de hecho, el concepto de copyleft es lo que
distingue el software libre de la FSF del resto de software libre distribuido bajo otras licencias conocido como
software abierto.

43.3 El software de código abierto

Para algunos, una modalidad del software libre, para otros, el término general que engloba a todo el software
libre, y para otros, una peligrosa desviación de los conceptos originales del software libre para conseguir su
mayor comercialización, el software de código abierto (open source software) nace como una escisión del
software libre de la FSF en 1998.

El proyecto “open source” surgió de una reunión estratégica mantenida el día 3 de febrero de 1998 en Palo
Alto, California para reaccionar frente al plan de Netscape de liberar el código fuente de su navegador
‘Netscape Navigator’. Entre los presentes estaban: Eric Raymond, Bruce Perens (líder del grupo Debian), John
“Maddog”Hall (de la organización Linux International) y Sam Ockman (grupo de usuarios de Linux de Sillicon
Valley).

Estas personas comprendieron que, con esta iniciativa que promulgaba una empresa comercial, se podía
abandonar la actitud conflictiva que se había asociado con el software libre en el pasado e intentar ofrecer una
perspectiva sobre el software libre más pragmática y orientada al mundo empresarial. Hasta entonces, la GPL
“dominaba” la filosofía del movimiento libre.

Sin embargo, varias licencias libres muy comunes como la BSD o la Apache, que no tienen las obligaciones de
copyleft robusto respaldadas por la FSF, permitían mayores posibilidades de distribución y de adaptación
comercial. Se consideró oportuno, por lo tanto, establecer una iniciativa para amparar estas licencias abiertas
pero sin copyleft.
En realidad, muchas de sus ideas provienen de un escrito publicado por Eric Raymond en el año 1997, titulado
La catedral y el Bazar. Para reforzar esta iniciativa, sus defensores también establecieron el uso de la
expresión open source (‘fuente’ o ‘código abierto’, o su acrónimo OSD) para, por un lado, diferenciarse del
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término free software (generalmente relacionado con el software de copyleft de la FSF) y por otra parte evitar el
uso de la palabra free, para no tener connotaciones de gratuidad.

De esta manera, el software libre mantiene las libertades fundamentales (copia, modificación, distribución,
acceso a código fuente), pero no el concepto de copyleft, pues considera que la distribución posterior de obras
modificadas debe permanecer flexible y no exigirse, como hace la FSF, la garantía de que la distribución
posterior será libre.

Es importante tener en cuenta que la OSD no es una licencia, ni un modelo de licencia, sino diez directrices
para la clasificación de licencias relativas a aplicaciones y productos de software en sus diversas formas
(componentes, programas, distribuciones completas). La OSD surge de las directrices Debian de software libre
(Debian Free Software Guidelines, DFSG), adaptadas en 1998 básicamente por la eliminación de las
referencias a Debian. En efecto, la definición de software abierto en las DFSG era suficientemente amplia como
para incluir las licencias de tipo BSD, la GPL y su hermana LGPL, y otras como la del MIT/X y la Apache.

Por lo tanto, sus requerimientos fueron adoptados por la OSI como las pautas generales que toda licencia
abierta debía cumplir. Además, la OSI ha elaborado una marca de certificación, la OSI Certified, que es una
manera clara de indicar que una licencia cumple con la OSD. La marca sirve también para diferenciar el
término general open source, que no tiene un uso suficientemente definido para garantizar esta conformidad.

Se argumentó que al establecer estándares de esta manera, la definición permitiría a desarrolladores, usuarios,
organizaciones comerciales y la Administración pública entender mejor el movimiento de software libre,
respetar más sus principios, y, por qué no, encontrar nuevos modelos de negocio que aseguraran su futuro.

43.3.1 Objetivos diferentes

Una vez analizado el software libre y el software abierto, consideramos que no se puede argumentar que son
dos movimientos opuestos entre sí. Lo que queda claro es que ambos persiguen objetivos diferentes
(aunque no contrapuestos).

Por un lado está la Free Software Foundation y su defensa de la libertad de uso y distribución a cualquier
precio para el beneficio de la comunidad, aun con el riesgo de perder el apoyo y las contribuciones de
desarrolladores que quieren mantener un control económico sobre sus obras derivadas. Por el otro lado,
tenemos la iniciativa código abierto y su doble intención de que se cree software libre certificado por la OSI y
que además grandes compañías se sumen al proyecto.

De hecho, como veremos al estudiar la GPL, la FSF cumple con la OSD, por lo que la GPL se considera una
licencia abierta también. Sin embargo, contiene otros requerimientos que la hacen muy particular, en concreto
el más importante es la obligación de copyleft, que exige la persistencia de la libertad de uso y explotación
sobre los programas derivados (la herencia de la libertad).

En realidad, salvo la cláusula de copyleft que instrumentaliza las diferencias conceptuales entre software
copyleft y software abierto, las discrepancias no son legales, sino de postura. Según los defensores del
software libre de la FSF, utilizar licencias de código abierto contribuye a que muchas compañías basen su
negocio en software no libre que trabaja con software libre. Realmente, son compañías cuyos productos
añaden lo que ellas denominan “un valor agregado” al software libre y lo convierten en software no-libre al
distribuirlo sin las licencias “adecuadas”.

Los defensores del sistema GNU consideran que el software libre no distribuido con la licencia GPL no es
verdaderamente libre, pues aunque el desarrollador lo distribuye de manera totalmente libre, no garantiza que
los usuarios futuros gocen de esa libertad y permite que en el futuro sea distribuido como software propietario.

Por el contrario, los defensores de las licencias de código abierto argumentan que distribuir el software libre así
garantiza el acceso a un mayor número de usuarios, la mejor comercialización del software y el deseo de no
imponer ninguna restricción a la libertad de los redistribuidores y dejar que sean ellos los que decidan cómo
distribuirán el software resultante. Una simplificación del pensamiento sería la frase: “Yo no pido nada de
aquellos que usan mi código, salvo el reconocimiento”.

La OSI se diferenció del movimiento de software con copyleft porque consideraba que la postura radical de la
FSF asustaba a los empresarios. Bajo la perspectiva de los fundadores de la OSI, la incorporación de
empresas grandes como IBM o Sun favorecerá y aún fortalecerá el movimiento de software libre frente al
software propietario y acelerará su difusión y adopción. Reconociendo este aspecto, la FSF ha ido cambiando
gradualmente su postura tan agresiva contra la OSI.
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43.4 Las licencias de software libre

La legislación sobre derechos de autor concede en exclusiva al titular del software el derecho a realizar o
autorizar a terceros la reproducción (instalar y ejecutar), copia, modificación y distribución del software.

Por tanto, para que un usuario pueda beneficiarse de las libertades del software, necesita el permiso explícito
(la licencia) del titular de estos derechos: de lo contrario, se entendería que utiliza el software de forma
ilegítima.

Una licencia de uso de software es un instrumento legal que autoriza a los usuarios del software a realizar
ciertos actos que la ley normalmente reserva de manera exclusiva al titular de los derechos de autor o de
patente. Asimismo, permite al autor reservarse los derechos que no se ceden e imponer y otorgar al usuario
otras obligaciones y derechos no necesariamente vinculados con el derecho de autor (confidencialidad, etc.).
Establece, por lo tanto, lo que el usuario puede y no puede hacer con el software.

Las licencias de uso constituyen también el instrumento legal habitual para distribuir el software libre. La
diferencia entre las licencias de software libre y las de software propietario reside en los derechos y
obligaciones especificados en la licencia. Aquéllos otorgados por las licencias de software libre (“licencias
libres”) suelen ser directamente opuestos a los otorgados y reservados por una licencia de software propietaria
(“licencia propietaria”), sobre todo en cuanto al uso, la distribución y la modificación del software.

Mediante las licencias de software libre, el titular del software no pretende proteger sus derechos exclusivos de
explotación. Al contrario, mediante la licencia de software libre el titular permite expresamente los usuarios
usar, modificar, así como redistribuir el software, con o sin modificaciones. En este sentido, para que una
licencia de software sea “libre”, debe garantizar, al menos, las cuatro libertades básicas estudiadas al inicio de
esta unidad.

Por otra parte, las condiciones y restricciones que se imponen a los usuarios en las licencias de software libre
son mucho menores que las recogidas en las licencias de software propietario. Además, estas “limitaciones” a
las libertades no pretenden proteger derechos exclusivos del proveedor, sino fundamentalmente pretenden:

• Proteger la reputación del autor del software.

• Asegurar las libertades de uso, modificación y distribución a los usuarios en todo momento; en particular,
evitar e impedir cualquier intento de “apropiación” del software libre. Una vez diferenciadas las licencias de
software propietario de las licencias de software libre, es importante destacar que no todas las licencias de
software libre son iguales.

El abanico de posibilidades va desde unas obligaciones mínimas (en las licencias de tipo BSD) que obligan
únicamente a mantener el aviso de autoría y la negación de garantías y de responsabilidad (disclaimer), hasta
el “máximo” (en cierto sentido) de la cláusula copyleft de la GPL, que obliga al usuario a distribuir cualquier
modificación y obra derivada bajo la misma licencia GPL. Además, la gama va más allá de lo realmente libre
hasta licencias que no son “libres” en el sentido estricto de asegurar las cuatro libertadas, pero que intentan
ajustarse al modelo de desarrollo libre, como la Sun Community License.

A causa de la obligación de distribuir de manera libre cualquier obra modificada o derivada, se ha dicho que “la
GPL es menos libre” que otras licencias abiertas. La FSF rechaza esta calificación, pues argumenta que, por el
contrario, la licencia GPL es más libre porque garantiza más libertad para el usuario final.

Hay que matizar:

• La BSD, por ejemplo, otorga más libertad a los desarrolladores porque éstos pueden incorporar y distribuir
implementaciones de “código BSD” bajo licencias ambas libres y propietarias.

• La GPL transmite más libertad a los usuarios finales, porque éstos siempre recibirán aplicaciones con código
fuente abierto y una licencia libre.
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A continuación vamos a enumerar brevemente los principales tipos de licencias libres, aunque no las vamos a
estudiar con detenimiento.

Hemos clasificado las licencias abiertas y libres en cuatro categorías.

Estas cuatro categorías son las licencias libres con copyleft robusto, las licencias libres sin copyleft robusto, las
licencias libres sin copyleft y las licencias “seudo-libres”.

a) Las licencias libres con copyleft robusto:

La licencia creada por la Free Software Foundation, la General Public License (GPL), es el principal exponente
de este tipo de licencias que con la utilización de la figura del copyleft pretenden asegurar las cuatro libertades
fundamentales del software libre, y también que las modificaciones de éste y el nuevo software derivado sean
distribuidos en las mismas condiciones.

La Licencia Pública General del proyecto GNU (Free Software Foundation, 1991) [118] (más conocida por su
acrónimo en inglés, GPL), que mostramos traducida en el apéndice C, es con diferencia la más popular y
conocida de todas las del mundo del software libre. Su autoría corresponde a la Free Software Foundation
(promotora del proyecto GNU), y en un principio fue creada para ser la licencia de todo el software generado
por la FSF. Sin embargo, su utilización ha ido más allá hasta convertirse en la licencia más utilizada (por
ejemplo, más del 70% de los proyectos anunciados en Freshmeat están licenciados bajo la GPL), incluso por
proyectos bandera del mundo del software libre, como el núcleo Linux.

La licencia GPL es interesante desde el punto de vista legal porque hace un uso muy creativo de la legislación
de copyright, consiguiendo efectos prácticamente contrarios a los que se suponen de la aplicación de esta
legislación: en lugar de limitar los derechos de los usuarios, los garantiza. Por este motivo, en muchos casos se
denomina a esta "maniobra" copyleft (juego de palabras en inglés que se puede traducir como 'izquierdos de
autor'). Alguien con una pizca de humor llegó incluso a lanzar el eslogan "copyleft, all rights reversed".

En líneas básicas, la licencia GPL permite la redistribución binaria y la del código fuente, aunque en el caso de
que redistribuya de manera binaria obliga a que también se pueda acceder a los códigos fuente. Asimismo,
está permitido realizar modificaciones sin restricciones. Sin embargo, sólo se puede redistribuir código
licenciado bajo GPL de forma integrada con otro código (por ejemplo, mediante enlaces o links) si éste tiene
una licencia compatible. Esto se ha llamado efecto viral (aunque muchos consideran despectiva esta
denominación) de la GPL, ya que un código publicado una vez con esas condiciones nunca puede cambiarlas.

b) Las licencias libres sin copyleft robusto, licencias permisivas:

La licencia Berkeley Software Distribution (BSD) es quizás la versión más simple de todas las licencias libres y
es también la primera licencia libre creada. Surge de las distribuciones de versiones de Unix de la Universidad
de California, Berkeley, en los años 1970 y 1980. La filosofía que late tras esta licencia se encuentra en que el
código es fruto de las investigaciones y los trabajos universitarios financiados por el gobierno de los Estados
Unidos (y los impuestos del pueblo americano), por lo tanto, debe ser de acceso libre, protegiendo lo que
llamaríamos aquí los “derechos morales” de los autores por la simple obligación de mantener los avisos de
autoría (copyright notice).

La BSD ha sido modelo de muchas licencias parecidas, entre las cuales citamos la licencia Apache, las
licencias de la familia X (X, XFree86, XOpen, X11, X Window, Tcl/Tk) y las licencias de la familia BSD
(OpenBSD, Free BSD, NetBSD).

Este tipo de licencia es compatible con la GPL, por no tener restricciones mayores que las permitidas por la
FSF, aunque no contiene obligaciones de copyleft y permite la privatización de obras derivadas.

c) Las licencias libres sin copyleft

Estas licencias son incompatibles con la GPL, en el sentido de que no se puede integrar material de estos
programas en un programa o su obra derivada bajo la GPL porque las licencias sobre estos materiales incluyen
obligaciones que son más restrictivas que la GPL.

En muchos casos, derivan de la obligación de publicidad que estaba incorporada en la primera versión de la
BSD, pero también pueden surgir de obligaciones sobre patentes, nombramiento, indemnizaciones u otros
temas.
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Los principales ejemplos son la Netscape Public Licence (NPL) y la Mozilla Public Licence (MPL). La licencia
MPL se usa para varios programas de mozila.org entre las cuales se encuentran el navegador Mozilla
(mozilla.org).

d) Las licencias “seudo-libres”

Aunque en este curso nos centraremos en las licencias de software libre, en la unidad 7 también se hará un
breve análisis de las licencias creadas por empresas que intentan beneficiarse del modelo de desarrollo libre.
Los ejemplos más importantes son la Sun Community Source License (SCSL) y la Microsoft Shared Source
Initiative (MSSI).

43.4.1 Consecuencias legales del modelo de software libre

El movimiento del software libre utiliza varios argumentos para defender su utilización, pero algunas veces
olvida que todos estos argumentos tienen importantes consecuencias legales. Para conocer estas
consecuencias y a la vez entender un poco mejor la iniciativa del software libre, consideramos adecuado
comentar brevemente estos argumentos.

43.4.1.1 La teoría de la génesis social del conocimiento

El primer argumento utilizado por los defensores del software libre es filosófico-ideológico. El principio básico
en la mayoría de las argumentaciones de los defensores del movimiento del software libre es que el
conocimiento como tal no pertenece a nadie, pues cualquier conocimiento proviene de unos conocimientos
anteriores y es una copia en mayor o menor medida de otras ideas.

En otras palabras, nadie tiene ideas que no hayan estado directa o indirectamente influenciadas por las
relaciones sociales que mantiene en las comunidades de las que forma parte, y si la génesis es social, el uso
debe permanecer social a su vez. La función principal de la generación de conocimiento es mejorar la sociedad
y, por tanto, debe llegar al máximo número de personas.

Una vez explicado lo anterior y si consideramos el software como conocimiento, continuar con el hilo de la
argumentación de organizaciones como la FSF parece sencillo. No obstante, al estar dentro de un curso de
aspectos legales debemos plantearnos qué consecuencias tiene esta filosofía para un análisis jurídico del
software libre.

Este argumento lleva a la crisis del sistema tradicional de derechos de autor y modifica las estructuras típicas
de las licencias de uso. Esta filosofía del software libre puede parecer idealista en el contexto actual, dominado
por los sistemas de derechos de autor y patentes.
Sin embargo, para sus defensores, estar o no de acuerdo con ella no supone un impedimento para percibir
claramente sus beneficios prácticos, tanto tecnológicos como comerciales o estratégicos.
A continuación vamos a comentar estos beneficios.

43.4.1.2 El argumento tecnológico

Uno de los argumentos básicos del movimiento del software libre es la defensa de la capacidad que debe tener
cualquier usuario de conocer, modificar y adaptar el programa a sus necesidades en cada momento. Aunque,
como veremos, el software propietario permite a veces su modificación por el usuario legítimo (por el juego de
las excepciones de los derechos de autor y la permisividad de algunas licencias propietarias), lo cierto es que
dicha capacidad de adaptación es muchas veces limitada, la solicitud de autorización al titular es a menudo
obligatoria y el acceso al código fuente es casi siempre imposible.

43.4.1.3 El coste

Hemos visto que software libre no significa ‘software gratuito’, aunque a menudo el argumento de su bajo coste
es utilizado por muchos de sus usuarios como determinante en la elección. Al ser consustancial al software
libre, su distribución con el código fuente y la autorización de copias y distribuciones posteriores ilimitadas, el
concepto de “pago por licencia” del software tradicional pierde su sentido.

La consecuencia jurídica directamente derivada es que las licencias de software libre no establecen
normalmente pago de royalties por los derechos de uso sobre el software, y el modelo de negocio de los
desarrolladores de software libre se basa en la prestación de servicios de mantenimiento, personalización del
software o consultoría.
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43.4.1.4 Una mayor difusión

Existe una cuarta razón, que podríamos considerar la razón “pragmática”. Los defensores del software libre
sostienen que distribuir una obra mediante una licencia libre (en el sentido de asegurar al usuario las cuatro
libertades básicas) es la mejor manera de obtener beneficios de la publicación de contenidos cuando no se es
un autor consagrado que pueda obtener beneficios de un copyright cerrado. El argumento es que los únicos
que realmente ganan con el sistema de derechos de autor o copyright son los autores famosos y los
intermediarios, o sea, las editoriales. El resto de autores viven del prestigio que les dan sus obras, que les
permiten prestar “servicios adicionales”, como proporcionar mantenimiento o consultaría o dar conferencias,
cursos, charlas, escribir en periódicos, etc. Siguiendo este argumento, para la mayoría de autores lo realmente
importante para aumentar su rendimiento económico es que su obra llegue al máximo número de personas.
Así, su conclusión es que, para un autor desconocido, el sistema de derechos de autor supone una barrera
para llegar al público y obtener beneficios de sus creaciones.

43.5 Software gratuito (freesoftware)

Aunque esta denominación también se confunde a veces con "libre" por la ambigüedad del término en
el idioma inglés, define un tipo de software que se distribuye sin costo, disponible para su uso y por tiempo
ilimitado, y se trata de una variante gratuita del shareware, en la que la meta es lograr que un usuario pruebe el
producto durante un tiempo (trial) limitado y, si le satisface, que pague por él, habilitando toda su funcionalidad.
A veces se incluye el código fuente, pero no es lo usual.
El freeware suele incluir una licencia de uso, que permite su redistribución pero con algunas restricciones,
como no modificar la aplicación en sí ni venderla, y dar cuenta de su autor. También puede desautorizar el uso
en una compañía con fines comerciales o en una entidad gubernamental, o bien requerir pagos si se le va a dar
uso comercial. Todo esto depende del tipo de licencia en concreto a la que se acoge el software.

43.6 Software de dominio público


En algunos casos, los autores de un software deciden publicarlo como de dominio público. Esto significa que
cualquiera puede obtener las fuentes, modificarlo e incluso publicar sus modificaciones bajo una licencia
diferente. Tal es el caso del gestor de bases de datos relacional SQLite, ampliamente utilizado sobre todo en
dispositivos móviles.7
No hay que confundir el software libre con software de dominio público, ya que el software libre está sujeto a
una licencia que, aunque pueda ceder al usuario un derecho de uso libre, su uso está limitado a lo establecido
en la licencia que puede restringir su uso o distribución a ciertos requisitos, mientras que en el caso de software
de dominio público, cualquiera tiene la facultad de copiar, distribuir o usar el software como quiera sin estar
sujeto a ninguna licencia.

El software de dominio público es aquel cuyos derechos de autor (o copyright en el ámbito anglosajón) han
expirado o explícitamente se ha anticipado su expiración. Que no tenga derechos de autor significa que no
existen las restricciones que impone la ley al libre uso de los derechos patrimoniales de la obra (copia,
modificación, transformación, redistribución e incluso venta). Solo permanecen inmutables los llamados
derechos morales (básicamente la autoría, es decir, nadie se puede atribuir una obra ajena, aunque haya
expirado su copyright). Estar en el dominio público no es lo mismo que no tener autor. Toda obra tiene un autor
(salvo si es anónima), e incluso si el autor del trabajo o los autores eligen ponerlo en el dominio público, no
cambia el hecho de que ellos lo escribieron.

Cuando un trabajo está en el dominio público, material de éste puede ser incorporado en trabajos con derechos
de autor, y entonces esa copia del material está cubierta bajo los mismos derechos de autor que el trabajo
completo. Pero esto no afecta a la disponibilidad del trabajo original, que permanece en el dominio público. Así,
publicar algo en el dominio público es técnicamente un modo de hacerlo “libre”, pero sin ninguna restricción y
de forma irreversible. Las licencias más parecidas al dominio público son las llamadas permisivas (como la CC-
by o las de tipo BSD, como la licencia MIT que usa el software de Bitcoin).
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En nuestros próximos artículos vamos a explicar en más detalle qué es la licencia de software MIT License que
utiliza también Bitcoin y analizaremos con más detalle en otro artículo los protocolos basados en Bitcoin y los
tipos de licencias por las que han apostado los creadores de esos protocolos.

43.7 Resumen

Diferencias y similitudes entre el Open Source (Código Abierto) y Software Libre (Free Software)

Las licencias libres públicas nacieron para otorgar derechos y para disponer de herramientas legales fiables
que facilitasen la libre cooperación, pudiendo prescindir de abogados, y que los programadores se pudiesen
concentrar en el desarrollo de software, y no en litigios provocados por licencias “ad hoc” o mal redactadas.

Las definiciones de “open source” y de “software libre” son equivalentes a nivel de derechos, pero difieren a
nivel conceptual e ideológico. Ambas consisten en ejercer los derechos de autor (o copyright) para conceder
una serie de libertades a los usuarios de la obra. A diferencia del copyright convencional, que se usa para
limitar derechos, en este caso se usa el copyright para concederlos.

El Software libre o de Código Abierto puede ser comercial o no serlo, y puede encontrarse gratuitamente o no,
pero siempre puede ser copiado, modificado y redistribuido (incluso vendido) libremente (aunque algunas
licencias en concreto pueden imponer determinados requisitos a la redistribución de obras derivadas, como
veremos más adelante con el copyleft).

Por su parte, el Software Privativo puede ser gratuito (Freeware) o de pago (p.ej. Microsoft). Incluso puede
tener el código fuente disponible. Como ya explicábamos un poco más arriba, lo que distingue al software libre
no es la apertura del código, sino que se permite el libre uso, copia, modificación (lo cual requiere el código
fuente) y redistribución, mientras que el software privativo, con o sin código fuente disponible, no se permite
alguna (o ninguna) de las libertades mencionadas.

Origen y características del Software libre (Free software)

El software libre es aquel que se suministra con autorización explícita, mediante una licencia libre, para que
cualquiera pueda usarlo, copiarlo, modificarlo y distribuirlo, ya sea con o sin modificaciones.

Aunque el software libre existía desde antes, el término fue acuñado por Richard Stallman a principios de los
años ochenta. Plasmó su definición en la GNU General Public License (GPL), y fundó la Free Software
Foundation (FSF) para promocionar el concepto que establece las cuatro libertades en las que se basa:

 La libertad de usar el programa con cualquier propósito.


 La libertad de estudiar cómo funciona el programa y modificarlo, adaptándolo a tus necesidades.
 La libertad de distribuir copias del programa, con lo cual puedes ayudar a tu prójimo.
 La libertad de mejorar el programa y hacer públicas esas mejoras a los demás, de modo que toda la
comunidad se beneficie.

Es importante señalar que, para considerarse filosóficamente software libre, deben darse todas estas libertades
a la vez y no solo algunas de ellas. Si se restringe cualquiera de ellas (por ejemplo, no permitiendo el uso
comercial o la modificación del código), no es software libre, ni siquiera aunque tengamos disponible el código
fuente.

El software libre es una cuestión de libertad, no de precio, por lo que aunque establece muchas libertades no
es necesariamente gratuito y también puede ser distribuido comercialmente, pues se ceden al público de forma
no exclusiva los derechos de explotación. El libre comercio (formulado como “libre distribución”) es, por tanto,
una de las libertades del software libre. De hecho, la obligación por licencia de que un software sea gratuito lo
convierte en software privativo. Tampoco se puede obligar por licencia a un pago (vulneraría el “libre uso”),
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aunque nada impide pagar por él o por su desarrollo. La clave es comprender que el software libre, como tal,
no impone nada respecto a precios: ni su pago ni su gratuidad.

Aunque el software libre es casi idéntico, a nivel de derechos, que el de código abierto (Open Source), los
partidarios de la FSF prefieren el término “free software” porque hace hincapié en la idea de libertad, pues
piensan que así el concepto se percibiría principalmente como un movimiento social y no técnico. Esta idea no
es compartida por todo el mundo en la comunidad del software libre: muchos a su vez lo consideran un debate
meramente terminológico y que nada impide concebir el “Open Source” como un movimiento social preocupado
igualmente por las libertades del software.

Funcionalmente, ambas denominaciones son equivalentes. El mayor reproche al uso de “Free Software”, es
que se trata de un término ambiguo en inglés, ya que “free” significa “libre” pero también “gratuito”. Y como
hemos dicho anteriormente, el software libre no tiene por qué ser gratuito. Esa fue la principal motivación para
proponer el uso de “open source”, puramente terminológica. Por contra, la denominación “Open Source” tiene
también sus propios problemas, como inducir a pensar erróneamente que basta con la apertura del código para
que un software sea libre.

Origen y características del software de Código Abierto (Open Source)

Se trata de software libre bajo otro nombre, cuya denominación fue auspiciada por la Open Source Initative
(OSI), formada por algunos destacados miembros de la comunidad de software libre, a fines del siglo pasado.
En lugar de las cuatro libertades antes citadas, la definición de open source (OSD-Open Source Definition)
define el “open source” en diez puntos, que ya explicamos en otro artículo en OroyFinanzas.com, que
son estrictamente equivalentes a la definición de la FSF pues la OSD deriva de las directrices de software
libre (DFSG) de Debian (Bruce Perens, líder de Debian y creador de las DFSG, cofundó la OSI).

A pesar de que son dos términos diferentes, lo más importante es destacar que aunque existen algunas
excepciones (casos muy esquina) del listado de todas licencias que tanto la FSF como la OSIcontemplan
como válidas dentro de sus definiciones, las encontramos en ambos. Es decir, cualquier licencia que sea free
software según la FSF, es también Open Source según la OSI, y viceversa.

¿Por qué existen los términos Software FOSS, F/OSS, FLOSS en el mundo del software libre?

Se trata de otra forma de referirse al software libre. Software que puede ser usado, copiado, modificado y
redistribuido por cualquiera, y algunas veces, aunque no siempre, con el requisito de que los trabajos derivados
puedan ser distribuidos únicamente bajo los mismos términos (copyleft).

Con el fin de evitar las guerras terminológicas entre partidarios de open source y de software libre, y para
subrayar que es una discusión bizantina y que son exactamente lo mismo, se propuso hace algunos años
desde ámbitos académicos una terminología más neutral como FOSS, o a veces F/OSS, significando “Free /
Open Source Software”. Otra variante es FLOSS, que quiere decir “Free / Libre Open Source Software”
(libre es común en varios idiomas y ambos términos unidos eliminan la ambigüedad de free).

¿Qué es el software libre con Copyleft y sin Copyleft?

El copyleft es una cláusula que contienen algunas licencias de software libre, particularmente la que más se
usa, la GPL (Licencia Pública General), la licencia que usa Linux. Dicha cláusula, conocida como “recíproca”,
obliga a que si se realizan cambios en un software bajo dicha licencia y se decide distribuir la obra derivada,
dichos cambios deben mantenerse bajo la misma licencia original. En resumen, el copyleft garantiza el derecho
de cualquier usuario a utilizar, modificar y redistribuir un programa o sus derivados (como cualquier licencia
libre), siempre que se mantengan estas mismas condiciones en caso de distribuir obras derivadas. En los
últimos años se han convertido en artefactos jurídicos extraordinariamente complejos (como las licencias
denominadas GPLv3 o la Affero), difíciles de comprender y de cumplir, que requieren ejercer un uso muy
estricto del copyright para controlar la evolución de la obra, por lo que están perdiendo popularidad.
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Por su parte, las licencias sin cláusula copyleft, conocidas como “permisivas” (o “de tipo BSD”), son más
sencillas y más fáciles de cumplir, son lo más parecido al dominio público que existe y nacen en la cultura de
Berkeley, donde surgieron también los primeros Unix libres (BSD). Las licencias sin copyleft son muy
populares, pues son compatibles, es decir, pueden combinarse con cualquier otra licencia, incluidas las
privativas, lo que significa que permiten incluso hacer obras derivadas privativas. Hay decenas de licencias
libres permisivas y entre ellas encontramos a la MIT License (la usada por el software de Bitcoin), las licencias
de Android o de Apache, o la implementación de referencia de TCP/IP.

Es importante aclarar que tanto las licencias libres con copyleft como sin él son igualmente licencias libres.
Cada una tiene sus partidarios y sus detractores, sus ventajas e inconvenientes: se puede resumir que las
licencias permisivas son de inspiración más libertaria (no intentan obligar a nada, salvo a mantener la autoría),
mientras que el copyleft hace un uso extensivo del copyright (al imponer condiciones a la evolución de las
obras derivadas).

El término copyleft nació como deformación humorística de copyright, jugando con el significado de right
(‘derecho’) en este compuesto y con su acepción política (‘derecha’). El copyleft sería de este modo la
reivindicación de la libertad, frente a los derechos de autor que la coartan. Al mismo tiempo, el componente -left
(‘izquierda’) también se asocia con el significado que posee como participio del verbo inglés “to leave” (que
significa dejar en castellano): toda creación que se difunda con esta filosofía “se deja” a disposición de usuarios
posteriores, para que se pueda utilizar libremente de manera indefinida. Juegos de palabras aparte, el copyleft
no es más que una forma de ejercer los derechos de autor (o de copyright), con el objetivo de mantener las
libertades del software, aunque para lograrlo necesita hacer un uso muy fuerte del copyright.

Cuando nos referimos a Copyleft podemos diferenciar tres conceptos:

 Sin Copyleft (permisiva): Funcionalmente análogo al dominio público, se puede crear una obra
derivada sin que ésta nueva obra tenga obligación de mantenerse con la licencia original. La obra
original, por supuesto, permanece siempre libre.
 Copyleft reducido: La obligación de redistribuir cambios con la misma licencia solo afecta al fichero
modificado, no a la obra en su conjunto. Por tanto se puede combinar y enlazar con ficheros con
diferente licencia en una obra combinada mayor.
 Copyleft fuerte: También conocido como “estricto”. Impone la reciprocidad no solo al fichero
modificado, sino a la obra en su conjunto. Es decir, la licencia se propaga a cualquier código que se
combine o enlace con él (por eso se conocen también como “víricas”). Eso la hace incompatible con
cualquier licencia privativa, e incluso con otras licencias copyleft diferentes, y solo es compatible con
software bajo su misma licencia.

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