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Pensar en las políticas públicas, en que las mismas participen del concepto
de saludables y en que puedan situarse y desarrollarse en el nivel local constitu-
ye hoy, un gran desafío.
En principio, entendemos que es necesario revisar el contexto histórico y
social en el que esperamos llevar a la práctica las políticas públicas, a fin de
estructurar una propuesta para el “aquí y ahora”. En el último cuarto de si-
glo, la sociedad argentina ha sido protagonista, voluntaria o involuntariamen-
te, de formidables cambios que han transformado de modo muy profundo
nuestra manera de vivir. En todos los planos —el familiar, el social y el produc-
tivo— la dinámica de ese cambio ha sido marcada por la creciente inestabili-
dad de situaciones y de condiciones de vida, generando una percepción antes
desconocida como la de vivir en una sociedad del riesgo.1
En relación con el diseño y la ejecución de las políticas públicas cabe ad-
La sociedad local
vertir que uno de los riesgos de las políticas públicas es alejarse demasiado de aparece como el centro
la realidad actual y del día a día de las personas. de todo, integrando
las acciones, los
actores, los grupos
y los intercambios.
Comprender el problema
cio de la gestión pública en las sociedades europeas actuales, en Boletín de Tecnología para
la Organización Pública, n° 6, 2002. En: http://www.top.org.ar
2 Health Canada, Salud de la Población, Ottawa, Health Canada, 2002.
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POLÍTICAS PÚBLICAS SALUDABLES
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munidad y de todos y cada uno de los individuos. Al menos dos requisitos de-
ben ser incorporados para lograrlo: generar y hacer disponible la información
so- bre salud, además de la que históricamente se ha recolectado sobre
enferme- dad, e identificar las condiciones que la ponen en riesgo.
Hablar de información sobre salud es rescatar la necesidad de incorporar
la vigilancia de los procesos salud-enfermedad que afectan a las poblaciones.
Para enfrentar el desafío de desarrollar el concepto de vigilancia de la salud se
torna necesario resolver:
• los sistemas de recolección de información, para concentrar las energías en
recolectar la información que va a ser empleada para tomar decisiones;
• las instancias de análisis de la información, descentralizando la
responsabi- lidad hacia “los que saben”;
• la integración de la información, superando la impronta aislacionista
que imagina las acciones sanitarias como intervenciones aisladas, dejando
de lado el hecho reconocido de que la salud emerge de la interacción de
fac- tores individuales, sociales y del entorno físico.
Por último, cualquier proyecto de política pública saludable debe
reconocer las diferentes culturas sociales que conviven en cualquier
comunidad. No tiene sentido un proyecto de política pública saludable capaz de
expresarse entre los in- dividuos mejor educados de los segmentos medio y alto
de una comunidad, pe- ro incapaz de ser aceptado por los segmentos más
bajos. Eso puede existir y has- ta podrá ser útil para los beneficiados, pero no
es promoción de la salud ni una
política saludable con equidad en los términos en que nos estamos
expresando.
Comprender el problema
en la localidad
Abordar las políticas públicas en el municipio es una ocasión para hablar de
“lo que nos está pasando” en términos de atención a la salud. Habilitar la escu-
cha significa estar dispuesto a respetar aquello que va más allá de lo que se es-
pera oír. Es aceptar lo que es, aunque sea distinto de lo que conocemos o
elegi- mos. En esta actividad proponemos promover la reflexión sobre las
políticas públicas en la propia localidad, valorarlas y proponer alternativas
saludables.
En grupo, describan por lo menos cinco situaciones vinculadas con las polí-
ticas públicas en salud. Expliquen para cada caso:
• ¿Se cumplen los requisitos presentados sobre políticas públicas
saludables? Si-No ¿Por qué?
• ¿Cuáles son los pro y los contra de las políticas públicas en cada caso?
• ¿Qué otras alternativas hay para las políticas públicas en la localidad?
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Intervenir en la localidad
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diferentes actores locales públicos y privados articulan sus intereses sinérgica-
mente alrededor de un objetivo común.
El instrumento, por excelencia, para la ejecución de esta modalidad estraté-
gica es el Plan Integral de Desarrollo Local o Plan Estratégico Local. Se lo puede
definir en términos de proceso o de instrumento. En tanto proceso, se
define como un conjunto de acciones y tareas que involucran a los actores
políticos, sociales y económicos en la definición de objetivos y acciones para el
desarrollo local. Como instrumento, constituye un marco conceptual que facilita
la concer- tación para la toma de decisiones.
La participación de la población en las diferentes etapas de un proceso de
elaboración y gestión de un plan de desarrollo legitima las acciones del munici-
pio y fortalece las capacidades de los actores. Un Plan Integral de Desarrollo
Lo- cal realizado de manera participativa se convierte así en el plan de la
ciudad, y no sólo de la municipalidad. En efecto, constituye el eje articulador
que facilita- rá la construcción de un objetivo común para la comunidad,
garantizando la sos- tenibilidad del proceso y reafirmando las identidades
locales. Por tanto, podrá entenderse el Plan Integral de Desarrollo Local como
un elemento estratégico para la ejecución de políticas públicas saludables.
En este contexto, la participación comunitaria aparecerá como un proceso
social sinérgico por medio del cual un grupo de personas con problemas y nece-
sidades de vida compartidas, en un área geográfica determinada, procura
iden- tificar sus necesidades, tomar decisiones y establecer mecanismos
consensuados de búsqueda de soluciones. Así, se puede afirmar que la
participación no es al- go “dado”, sino “construido” a lo largo de un proceso.
Al promover y fortalecer la participación comunitaria, se crean las condiciones
necesarias para que los in- dividuos puedan tener mayor control sobre sus
decisiones y sobre aquellas accio- nes que afectan la salud individual y
comunitaria o empoderamiento.
La participación permite que todos los que viven en un municipio realicen
ac- ciones para mejorar su salud, actuando en conjunto en procura de un mismo
fin. Por lo tanto, como la define la Organización Panamericana de la Salud,
“una co- munidad comienza a ser saludable cuando sus líderes políticos,
Participación
organizaciones locales y ciudadanos se comprometen y dan inicio a la mejora
continua y progre- siva de las condiciones de salud y bienestar de todos sus
Una comunidad comienza a ser
saludable cuando sus líderes
habitantes”.
polí- ticos, organizaciones
locales y ciudadanos se
comprometen y dan inicio a la Gestión de riesgos para la salud
mejora continua y progresiva de
las condiciones de salud y
En los últimos años se ha profundizado el conocimiento sobre los
bienestar de todos sus ha- factores que inciden en los procesos de salud/enfermedad de una población;
bitantes.
vinculándo- los a aspectos centrales de la estructura y de la organización social,
como son el nivel de riqueza y las características de su distribución, las
condiciones de la vi- vienda y del medio, la alimentación, la educación y el
empleo, las modalidades
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de consumo, los estilos de vida, la producción y utilización de energía, el creci-
miento demográfico, los procesos de urbanización, el transporte y las
comunica- ciones, entre otros aspectos.
El enfoque de riesgos para la salud debe constituirse en un nuevo paradig-
ma de política pública que contribuya a resolver las inequidades y actualice con-
ceptual y estratégicamente las cinco prioridades para el siglo XXI confirmadas
en la Resolución sobre la Promoción de la Salud, adoptada por la Asamblea
Mun- dial de la Salud en mayo de 1998: “promover la responsabilidad social,
ampliar la capacidad de las comunidades y empoderar al individuo, consolidar y
ampliar las alianzas, aumentar las inversiones y asegurar una infraestructura
necesaria”.
Para alcanzar esta situación es necesario:
• Intensificar y expandir la investigación multidisciplinaria. Dicho impulso de-
be pasar por mejorar el conocimiento y desarrollo de metodologías para
la previsión e identificación de amenazas para la salud, la vulnerabilidad de
las poblaciones y análisis de la infraestructura económica y social de los
riesgos. Los indicadores generados deben utilizarse para análisis cuali-
cuantitativos.
• Implementar un sistema de vigilancia epidemiológica de los riesgos que
complemente los sistemas de vigilancia de patologías.
• Elaborar tecnologías adecuadas de lucha contra las amenazas y de
reduc- ción de la vulnerabilidad de las poblaciones.
• Estimular definiciones locales de riesgos y de las estrategias para
enfrentar- los, ya que sólo en ese nivel se dispone de la debida
percepción y sensibi- lidad a las particularidades del espacio y de una
adecuada capacidad de respuesta a sus problemas.
• Incrementar las capacidades para identificar las amenazas para la salud
en las ciudades, las escuelas, los lugares de trabajo y los hogares.
• Determinar el grado aceptable de los riesgos para la salud, considerando
que tal decisión corresponderá a la sociedad en general, a la administra-
ción o al individuo, según sea apropiado.
• Desarrollar estrategias que aseguren la libertad de acceso de la comunidad
a información veraz, transparente, íntegra y oportuna sobre los riesgos para
la salud que se presentan en su vida cotidiana, de modo que permita a las
per- sonas expuestas protegerse a sí mismas y a sus familias de los riesgos.
• Promover la educación y creación de conciencia ciudadana, a fin de
incor- porar a la comunidad a la participación responsable en la toma de
decisio- nes, asegurar la retransmisión de los conceptos en el nivel de
complejidad adecuado al destinatario, por ejemplo, incluyendo la
temática de los ries- gos para la salud en los programas de estudios de las
escuelas.
• Estimular el desarrollo de modelos de comunicación de riesgos en el nivel
local que aseguren la comprensión de la población acerca de la interacción
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entre los diferentes riesgos para la salud, donde quiera que vivan y
cuales- quiera sean sus circunstancias.
• Constituir redes de municipios y escuelas saludables, entornos en los que
las personas puedan elegir estar sanas y poner en práctica sus elecciones
en la vida diaria desarrollando iniciativas orientadas a la reducción de
los
riesgos para la salud.
Salud ambiental • Códigos de edificación que aumentan la accesibilidad para las personas con
Entornos saludables discapacidad —barreras de acceso—.
• Códigos de edificación y planeamiento urbano.
• Disposiciones relativas a terrenos para una vivienda asequible.
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Instrumento Área o Política pública saludable local
de aplicación Tema de abordaje
Actividad física • Programas de recreación y actividad física gratuitos para todas las
y deportes edades en plazas públicas y/o polideportivos.
Intervenir
en la localidad
Para generar proyectos que apunten a fortalecer las políticas públicas salu-
dables se requiere de un mínimo de intercambios y de acuerdos previos
acerca del encuadre que se le dará al tema.
Se podrá organizar una campaña para concientizar sobre las necesidades y
requerimientos de las políticas públicas locales, a través de la elaboración de ma-
teriales de comunicación: un folleto, un video, un programa de radio, mega-afi-
ches con imágenes y consignas, entre otras opciones. Si se ha planteado
confor- mar redes con la comunidad, se pueden elaborar mensajes para
difundir y movilizar recursos para la implementación de las políticas públicas
saludables.
Se podrá organizar un proyecto para indagar qué situaciones son favorables
para la implementación de políticas públicas saludables, por qué y de qué o de
quiénes depende. También se puede solicitar que todos propongan
alternativas para mejorar las políticas públicas saludables de la comunidad.
Luego se orienta- rá la ponderación de estas alternativas, invitando a considerar
su pertinencia, los
pro y los contra y la posibilidad de que las mismas sean sostenidas en el tiempo.
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Implicaciones para políticas públicas*
*
Comentarios de la Dra. Helena Restrepo, experta internacional en Promoción de la Salud.
3
Passet, R. La Ilusión Neoliberal. Editorial Debate. España. 2001, pp. 26.
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4) Los productos de las recomendaciones 1 y 2 deberán devolverse a los
actores gubernamentales y a la comunidad para retro-alimentar los
procesos socio-políticos locales. De este modo se empezará a crear
conciencia sobre la necesidad de monitorear y vigilar el cumplimiento
de las políticas y sobretodo de rendir cuentas sobre los efectos de ellas
en la salud y el bienestar de la población. En nuestros países no hay cul-
tura de solicitar a los que deciden sobre políticas públicas una rendición
de cuentas. La Conferencia de Promoción de la Salud en Adelaida, Aus-
tralia en 1988 llamó la atención sobre este importante aspecto de ren-
dición de cuentas en el tema de políticas públicas saludables.
Bibliografía consultada
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Itinerarios de lectura
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foques respecto a la inequidad en salud, el capital social, la construcción
de ciudadanía, la promoción de la salud y el desarrollo humano.
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Datos útiles
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ANOTACIONES SOBRE POLÍTICAS PÚBLICAS SALUDABLES EN EL MUNICIPIO
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