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CRISTALES DEL MUNDO REAL

L. Fuentes, CIMAV

Hemos venido estudiando un modelo idealizado del sólido cristalino. En este


capítulo y en el siguiente nos acercamos al mundo real. La abrumadora mayoría de los
"sólidos" habituales se diferencia de los tratados hasta ahora en dos sentidos. Primero,
generalmente se tienen policristales, no monocristales macroscópicos. Segundo, las
cristalitas que forman el sólido no cumplen matemáticamente el Postulado de la Red,
no son perfectamente periódicas (independientemente de que se investigue en el
entorno de la frontera de grano o profundamente en el interior de éste). En el presente
capítulo describiremos simplificadamente algunos de los principales aspectos que
caracterizan la estructura real de una cristalita o grano en una muestra tomada de la
naturaleza o la técnica. Comenzaremos por una explicación breve pero importante de
las herramientas teóricas que se emplean para investigar la configuración de equilibrio
de una muestra a temperatura mayor que 0 K. La parte final del Capítulo la
dedicaremos a estudiar brevemente algunas imperfecciones cristalinas y aspectos de la
naturaleza de los policristales .
7.1 Termodinámica y estructura
¿Por qué una muestra es sólida o líquida? ¿Por qué presenta una o más fases?
¿Qué defectos están presentes? Empleando una combinación de razonamientos
termodinámicos y estadísticos podemos encontrar la configuración más probable de
una muestra de composición dada que se encuentra a una temperatura T y bajo una
presión p definidas.
De los principios termodinámicos, la estructura de equilibrio es aquella que haga
mínima la energía libre de Gibbs G = U – T.S + p.V (U = energía interna; S = entropía;
V = volumen). En ingeniería de materiales se desprecia el término pV. La aproximación
es correcta, pues la contribución de variaciones en este producto es generalmente del
orden del 1% o menor. El análisis de tendencia más probable queda entonces como la
búsqueda de la configuración que conduzca al mínimo de la energía libre de Helmholtz
F:
F = U - T.S (1)
La Figura 1 ilustra el modo de pensar asociado a la importante ecuación (1).
Examinemos la competencia entre las fases 1 y 2. Para fijar ideas, tomemos 1 = sólido;
2 = líquido.

Figura 1: Energías interna y libre en función


de la temperatura.

A temperaturas bajas, especialmente para T cerca de 0 K, el producto (entropía


x temperatura) es prácticamente nulo y el valor de F está determinado por U. En este
dominio la fase estable es la de menor energía interna. Dado que estamos a
temperaturas muy bajas, la energía interna apenas contiene contribución cinética y esto
significa que el sistema tiende a adoptar la configuración 1 (sólido), cuya energía
potencial es mínima. Esta estructura de equilibrio está determinada por las leyes de la
Cristaloquímica.
En la situación de temperatura prácticamente nula, las entropías de las fases
consideradas están determinadas por el grado de orden de las estructuras
correspondientes. Se tiene la llamada entropía de configuración, pero no hay apenas
entropía térmica. Naturalmente, "en frío" resulta inmaterial cuánto valgan las entropías.
Si la temperatura aumenta, deben tomarse en consideración dos aspectos.
Primero, las contribuciones cinéticas (térmicas) a la energía interna y a la entropía
dejan de ser despreciables. Segundo, los productos ST crecen de manera importante y
comienzan a jugar un papel decisivo. Entropía y temperatura son siempre positivas, de
manera que los términos -ST son negativos. Nuestra fase 2 (líquido) es más
desordenada que la fase 1, por lo que su entropía es mayor. La curva F(T) de 2 cae
más rápidamente que la de 1. Inevitablemente existe una temperatura de transición Tf
en la cual se cortan las dos curvas. En nuestro caso se trata de la temperatura de
fusión. A partir de esta temperatura la estructura estable es 2, la desordenada.
Próximamente estudiaremos en algún detalle el cálculo estadístico de la energía
y la entropía de configuración en un problema concreto.

7.2 Fases sólidas


Presentamos las principales configuraciones sólidas estables que resultan al
reunir átomos de dos o más elementos.
En un primer análisis cualitativo, la estructura más favorable estará determinada
por la competencia entre la tendencia ordenadora de la cohesión y el efecto
desordenador de la temperatura. A temperaturas bajas, un factor decisivo es la
comparación entre la atracción de los átomos de un mismo tipo, digamos A-A o B-B,
con la correspondiente a parejas A-B. Si las atracciones A-A y B-B predominan sobre la
A-B, se produce un fenómeno de segregación: se forman cristales de A y cristales de
B. Si los átomos A y B se atraen apreciablemente, se producen diversos tipos de
soluciones sólidas.
Con átomos de características electroquímicas parecidas, especialmente si los
radios no se diferencian mucho (empíricamente, hasta aproximadamente 15 % de
diferencia) un átomo B puede sustituir a uno A y formar una solución sólida
sustitucional. La aleación de Au-Cu es un ejemplo clásico. La Figura 2 representa una
solución sustitucional desdordenada, mientras que la Figura 3 muestra el esquema de
una ordenada. La solución sólida ordenada da lugar a una transformación
cristalográfica: se tiene una nueva celda elemental primitiva, de menor simetría que la
original y eventualmente de mayores dimensiones.
Los compuestos estequiométricos AnBm (n, m = enteros pequeños) pueden ser
considerados como un caso límite de solución sólida ordenada, poco flexibles en
cuanto a cambios en la composición.
La disolución de átomos de carbono en la red BCC (cúbica centrada en el
cuerpo) del hierro alfa da lugar a la ferrita, componente principal de muchos aceros. Se
trata de una solución sólida intersticial. Los pequeños átomos de carbono se "cuelan"
en los espacios interatómicos que deja el hierro en su red. La Figura 4 representa una
celda de α-Fe con un C intersticial.

Figura 2: Solución sólida desordenada

z
y x
Figura 3: Solución sólida ordenada
c

b
a

Fe

Figura 4: Solución sólida intersticial


Desde el punto de vista analítico, cuando en una muestra se encuentra un tipo
de átomo distinto a la mayoría, se habla generalmente de impurezas. A veces las
impurezas son convenientes, como es en el caso de los semiconductores dopados
para la electrónica. Por ejemplo un cristal de silicio puro aumenta su conductividad
eléctrica en mil veces si se le adiciona 1 átomo de boro por cada 105 átomos de Si.

7.3 Diagramas de equilibrio


Al combinar sustancias diversas y variar concentraciones y temperaturas, se
producen cambios estructurales que pueden recorrer los casos mencionados y otros
más. La forma habitual de describir las estructuras que aparecen es la de los llamados
Diagramas de equilibrio, que presentamos de manera muy breve a continuación.
Comenzamos por presentar los necesarios conceptos de fase y componentes. Una
fase es una parte homogénea de un sistema, separada del resto por una frontera. Una
fase no es necesariamente continua en un sistema. Dos trozos de hielo en un vaso de
agua dan una sola fase. La cantidad de componentes en un sistema es el número de
sustancias independientes que dan lugar a la composición de todas las fases
presentes. En nuestro vaso de agua con hielo hay una componente. Podemos tomar
como tal el agua o, digamos, el oxígeno. La cantidad de hidrógeno no es
independiente. El número de componentes es igual al de elementos menos las uniones
químicas.
Un diagrama de equilibrio es un gráfico entre variables de estado intensivas de
un sistema (composición, temperatura y presión). Se presentan los campos de
estabilidad de las diferentes fases que tienen lugar al combinar las componentes
consideradas.
La Regla de la Fases (Gibbs, 1874) sistematiza las ligaduras que deben cumplir
las variaciones reversibles en las variables de estado de cualquier sistema. Esta regla
se expresa analíticamente según la ecuación (2).

F + L= C + 2 (2)

F es el número de fases; C el de componentes y L es el número de grados de libertad.


La última magnitud es la cantidad de variables intensivas que pueden ser variadas
independiente y arbitrariamente sin alterar la composición de fases de la muestra.
Investigando medios condensados (sólidos y líquidos), es frecuente el trabajar a
presión atmosférica. Esto se basa en la poca influencia de la presión en estos casos.
Entonces debe razonarse que, de los tres posibles grados de libertad, sólo dos (X, T)
son considerados. En este tratamiento la Regla de las Fases queda:

F + L= C +1 (3)
Como ilustración, la Figura 5 corresponde a un sistema de dos componentes que
presentan solubilidad total en estado líquido y parcial en estado sólido. Analicemos qué
le sucede a un par de muestras con composiciones X3 (I) y X6 (II) cuando se les enfría
desde temperaturas en el dominio líquido hasta temperatura ambiente T < T4.

Figura 5: Diagrama de equilibrio binario.Solubilidad total en estado líquido y parcial en estado sólido.
Tomemos la muestra I, de composición X3, en la zona de fase líquida.
Comprobemos la validez de la Regla de las Fases (ec. 3). C = 2, F = 1. Se obtiene L =
2: Temperatura y concentración pueden ser variados arbitraria e independientemente.
Si enfriamos la muestra hasta la temperatura T1, llegaremos hasta la curva de
equilibrio sólido-líquido. Tocando esta curva, comienzan a formarse cristales cuya
composición y estructura son casi las del componente A puro. En realidad, se trata de
la solución sólida , con muy baja concentración de B. A temperatura T1, naturalmente,
hay muy pocos cristales. Justo en la curva de solidificación, y de esa temperatura para
abajo, hay dos fases.
Enfriamos algo más la muestra, alcanzando la temperatura T2. La composición
del líquido es ahora X5 y los cristales presentes son de composición X2. Obsérvese que
-para que valga la condición de "diagrama de equilibrio"- la composición del líquido y
hasta la de los cristales ya formados tienen que irse ajustando (por difusión) a los
cambios de solubilidad con la temperatura. Las transformaciones descritas por un
diagrama de equilibrio se desarrollan despacio. Nótese como funciona la Regla de las
Fases: C = 2, F = 2, L = 1. Variamos temperatura y se modifican en consecuencia todas
las concentraciones.
¿Cuánto líquido y cuánto sólido hay a T2? La respuesta la da la Regla de la
palanca (ver la Figura 5):

a -
fraccion(l iquido) = = X3 X2
a+b X 5 - X 2
(4)
b -
fraccion(s olido) = = X5 X3
a+b X 5 - X 2

A la temperatura T2 no queda mucho líquido por cristalizar.


A la temperatura T3 termina la cristalización. Las últimos gotas de líquido poseen
composición X7. El sólido  es de composición X3, igual que el líquido inicial.
Entre las temperaturas T3 y T4 la muestra se enfría sin cambios estructurales
cualitativos. Justo en T4 la solución  deviene sobresaturada y comienza a precipitar 
(rica en B). Enfriando hasta temperatura ambiente (T < T4), precipita más  y las
composiciones de las dos fases sólidas van variando según las curvas de solubilidad
sólida. En todo momento las cantidades de  y  se determinan por la Regla de la
Palanca.
Estudiemos ahora el enfriamiento de la muestra II, con composición X3. La
cristalización de  comienza sobre la curva de equilibrio sólido-líquido y al principio el
sistema se comporta de manera análoga a la muestra I . En T3 se tiene (Regla de la
Palanca) un poco de sólido  de composición X3 y abundante líquido de composición
X7.
El enfriamiento de la muestra conduce a la temperatura eutéctica TE. La
solidificación del líquido disponible bajo estas condiciones produce la fina mezcla
eutéctica de cristalitas ("lamelas")  y  con composiciones respectivas X4 y X8. Justo
debajo de TE la microestructura de la muestra consiste de cristales de  sumergidos en
un mar de mezcla eutéctica ( + ). Para temperaturas inferiores las solubilidades
sólidas disminuyen y precipitan  y  secundarias. A la temperatura T4 las
composiciones de  y  son X3 y X9, respectivamente. La concentración total de  a
esta temperatura está dada por la ecuación (4). Parte de esta  son cristales
relativamente grandes, germinados a temperaturas superiores a la eutéctica; otra parte
está en lamelas de la mezcla eutéctica y una pequeña fracción son cristalitas
secundarias precipitadas de  por pérdida de solubilidad.

-
Temperatura = T4: fraccion(  ) = X 9 X 6 (5)
X9- X3

7.4 Energía libre y diagramas de equilibrio


En esta sección nos proponemos discutir en algún detalle un ejemplo de
pronóstico teórico de la estructura más probable en un material sólido. Como objeto de
estudio seleccionamos un sistema binario hipotético, de átomos A y B, que cristalizan
en la misma estructura. Se trata de un caso con solubilidad sólida parcial y líquida
total. Puede ser el ejemplo recién analizado de la Figura 5. Calculamos en un
tratamiento simplificado las energías libres de dos configuraciones posibles, a
temperaturas variables por debajo del dominio líquido. Las estructuras cuya
competencia analizamos son: a) Configuración de referencia: Cristales puros de A y de
B. b) Solución sólida totalmente desordenada AB. La cantidad total de átomos es N =
NA + NB. El número de vecinos más próximos (coordinación) de un átomo es Z. La
concentración relativa de átomos B es 0  X  1 (concentración de A: 1 - X).
Estimamos la energía libre del estado de referencia. La energía interna está
compuesta por las contribuciones potencial y cinética. Despreciamos la energía
cinética. A su vez, la potencial está determinada por la suma de todas las interacciones
átomo-átomo en la muestra. Utilizamos la aproximación de los vecinos más próximos.
Se ve que nuestro tratamiento es muy simplificado; la sorpresa agradable es que
funciona cualitativamente muy bien. La energía interna es la del cristal A más la del
cristal B. La energía de B es igual a (½NXZ)VBB. El primer factor es el número de
parejas B-B y el segundo es la energía de interacción de una pareja. Así, la energía
interna del sistema queda:

NZ (1 - X)V AA  XV BB 
1
U 0 (X) = (6)
2

Calculamos ahora la entropía del (muy ordenado) estado de referencia. Se


tienen las contribuciones térmica y de configuración. Aquí evaluamos la de
configuración, igual a k veces el logaritmo natural del número de microestados
accesibles (k es la constante de Boltzmann). El número de microestados del cristal A
es igual a la cantidad de maneras (combinaciones) por las cuales NA átomos
(indistinguibles) se pueden distribuir por NA nodos (distinguibles) de la red cristalina.
Matemáticamente:

 N A
S A = k ln   = 0 (7)
 
 N A

La entropía configuracional del cristal B también es nula. Finalmente se deduce


que la energía libre total del estado de referencia es igual a su energía interna.
Evaluamos a continuación la energía libre de la solución sólida desordenada AB.
La energía interna (potencial) es:

U = N AA V AA + N BB V BB + N AB V AB (8)
donde las cantidades de parejas valen:

1
N AA = NZ (1  X ) 2
2
1 2
N BB = NZX (9)
2
N AB = NZX(1 - X)

Efectuando y arreglando se llega a:

1
U(X) = NZ [ (1  X )V AA + X V BB + X(1 - X)(2 V AB - V AA - V BB )] (10)
2

= U 0 (X) +U m (X) (11)

1
U m (X) = NZX(1 - X)V (12)
2

V = 2V AB - V AA - V BB (13)

Um se llama energía de mezcla. Significa el trabajo necesario para obtener la


solución sólida desordenada a partir de los cristales puros A y B. Puede ser menor,
igual o mayor que cero, según el signo de V. Si V = 0 se tiene una "solución ideal",
indiferente a cual tipo de átomo ocupa un sitio dado. Si V < 0, significa una preferencia
de los átomos A y B por estar mezclados. V > 0 expresa la necesidad de invertir trabajo
para mezclar A con B. La Figura 6 representa las tres situaciones posibles.
Figura 6: Energía interna de soluciones sólidas binarias desordenadas. Tres
casos posibles según el signo de la energía de mezcla.

La entropía configuracional de mezcla en la solución sólida desordenada se


calcula a través de las posibles maneras de colocar NA átomos A en N nodos
reticulares:
 N A+ NB
S m = k ln   = k ln  ( N A + N B )!  (14)
   
 N A  N A! N B ! 
Esta última ecuación se simplifica empleando las relaciones NA = (1 – X)N; NB =
XN y la fórmula de Stirling ln n! = n ln n - n:

S m = - kN[X ln X  (1 - X) ln(1 - X)]


(15)
(0 < X < 1; S m > 0)

La Figura 7 presenta la entropía de mezcla en función de X. Es una dependencia


funcional que varía fuertemente en las vecindades de 0 y 1.

Figura 7: Entropía configuracional de mezcla


Finalmente podemos obtener la energía libre de la solución sólida F = U - TS.

1
F =U0  NZVX(1 - X) + kNT[XlnX  (1 - X) ln(1 - X)] (16)
2
La Figura 8 describe la energía libre en función de X, para las diversas
posibilidades que se corresponden con los diferentes signos de V.

Figura 8: Energía libre de una solución sólida binaria

Un descriptor alternativo, que se emplea frecuentemente, es la energía libre de


mezcla, Fm = Um - TSm = F – U0. Esta magnitud nos permite inmediatamente identificar
la estructura más favorable entre la solución AB y los cristales puros A y B.
Investiguemos un sistema con V > 0, es decir uno en el cual los átomos en
estado sólido prefieran segregarse. La Figura 9 representa la energía libre (a) para
temperatura muy baja, T  0; (b) para una temperatura media y (c) para alta
temperatura.

Figura 9: Energía libre de un sistema


binario a diferentes temperaturas.

a) Temperatura baja
b) Temperatura media

c) Temperatura alta

A temperatura baja el término entrópico es nulo o despreciable. La energía libre


de la solución sólida desordenada (Figura 6, caso V > 0) es mayor que cero (es decir,
mayor que la del estado de referencia). En los dibujos se señalan la curva de la
solución sólida desordenada y el segmento de segregación de A y B puros.
La Figura 9 (a) incluye un ploteo cualitativo de la energía libre de la fase líquida
"L" para T  0. El alto nivel de esta curva y su curvatura caracterizan respectivamente
la elevada energía interna del líquido y la solubilidad total de las componentes A y B en
este estado (como en la Figura 6, caso V < 0).
Para T  0, la estructura estable es la de cristales puros A y B.
Las temperaturas T3 y T4 se corresponden con las de igual denominación en la
Figura 5.
Para T4 la curva F(X) tiene la forma de una letra W. Para X  0 y X  1
predomina el término -TS (S crece de modo muy acusado, F(X) < 0). Para X ~ 0.5
predomina el término U > 0. La interpretación física de la Figura 9 (b) es como sigue.
Para X < X3 y X > X9 el equilibrio corresponde, respectivamente, a las estructuras
monofásicas dadas por las soluciones desordenadas  y . Para X3 < X < X9 la mínima
energía libre pertenece a la mezcla [ + ], como muestra el segmento " + " del
dibujo. Estas consideraciones explican las fases que aparecen al recorrer el intervalo 0
< X < 1, a la temperatura T4, en la Figura 5. Nótese que la curva L va descendiendo al
ganar importancia su término -TS.
A la temperatura T3 la curva de energía libre de la solución sólida queda por
debajo de la referencia para todo X. Pero la curva del líquido ha descendido tanto que
aparecen configuraciones de energía libre muy baja con esta fase. Así, resultan para
esta temperatura intervalos en que la estructura de equilibrio es  ó , una mezcla de
solución sólida con líquido o líquido puro. Esta es la línea T = T3 en la Figura 5.
7.5 Vacancias
Una vacancia en un cristal es un lugar donde -de acuerdo con la periodicidad-
debía haber un átomo o ión, pero hay un vacío. Las Figuras 11 a 13 representan
esquemáticamente los tipos principales de desórdenes cristalinos asociados a
vacancias. El desorden de Frenkel (Fig. 11) se produce cuando un átomo abandona su
lugar en la red y ocupa un intersticio interatómico. La Figura 12 ilustra la idea general
de desorden de Schottky. El átomo que da lugar a la vacancia no se convierte en
intersticial. Puede, digamos, migrar a la frontera intergranular. El desorden de la Figura
13 también es de Schottky, ahora en un cristal iónico. La presencia simultánea de
vacancias en lugares correspondientes a cationes y aniones preserva la neutralidad
eléctrica.
Figura 11: Desorden de Frenkel Figura 12: Desorden de Schottky

Es interesante el hecho de que un sólido a temperatura T > 0 K, para que se


encuentre en equilibrio termodinámico, necesita poseer cierta concentración de
vacancias. La razón de esto radica en que la aparición de vacancias da origen a dos
incrementos antagónicos en la energía libre. Por una parte, para remover un átomo de
su nodo de equilibrio se requiere entregar cierta energía al cristal. Por otro lado, la
presencia de vacancias significa desorden y esto trae aumento de la entropía. La
cantidad de vacancias que hace estable el cristal es aquella que hace mínima su
energía libre (F = U - TS). Calculando, se encuentra la fórmula (17). Vale para
desórdenes de Schottky (cristales iónicos) y de Frenkel.

Ev
n = N e- 2k (17)

n/N es la concentración relativa de desórdenes, Ev la energía de creación de un defecto


y k la constante de Boltzmann.
Presentamos algunos valores típicos. Las energías de creación de desórdenes
de Schottky y de Frenkel en haluros metálicos (estructuras tipo NaCl) tienen valores
aproximados de 2 y 7 eV, respectivamente. En estos materiales, a temperatura
ambiente, se tiene una densidad de defectos de Scottky del orden de 10 -12 y es
despreciable la cantidad de defectos de Frenkel. En metales cerca de la temperatura
de fusión, los defectos de Schottky tienen una concentración n/N del orden de 10-3.
Los desórdenes de Scottky contribuyen a la conductividad eléctrica en cristales
iónicos. Las vacancias proporcionan lugares hacia los cuales pueden migrar los iones
que conforman la corriente eléctrica.
7.6. Dislocaciones
Las dislocaciones son imperfecciones cristalinas lineales o unidimensionales. La
idea de su existencia surgió en los años 30, cuando se intentó calcular teóricamente el
esfuerzo necesario para deformar plásticamente un metal. El valor del esfuerzo
necesario que se obtenía a partir de un modelo de cristal ideal resultaba sensiblemente
superior al experimental. La idea de que la muestra contenía dislocaciones y que la
deformación plástica transcurría a través del movimiento de éstas por el interior de las
cristalitas condujo a cálculos consistentes con el experimento. Poco después se
establecieron métodos de observación que demostraron objetivamente la existencia de
este tipo de desorden. Hoy día las dislocaciones se observan de rutina por microscopía
electrónica.
Se tienen dos tipos básicos de dislocaciones: las de borde y las de hélice. La
dislocación de borde se puede concebir como la arista de un plano de átomos al cual le
falta una gran porción. La parte de plano que sí está, queda como una cuña. Se
generan esfuerzos de compresión y expansión en la región unidimensional que define
la dislocación. Justo debajo del borde del plano incompleto se forma un tubo donde las
distancias interatómicas son mayores que lo normal. Allí tienden a acumularse átomos
de impurezas e intersticiales producto de la creación de vacancias.
La caracterización cuantitativa de dislocaciones se hace con el vector de
Burgers. La Figura 7.13 incluye un dibujo del lazo (casi cuadrado) empleado para
determinar este vector en la dislocación mostrada. La idea es recorrer el lazo alrededor
de la dislocación, dando la misma cantidad de pasos en cada uno de los cuatro lados.
Cada paso es un período reticular. Si el lazo no se cierra, significa que se tiene una
dislocación con vector de Burgers b igual al pequeño vector que cierra el circuito. En
una dislocación de borde el vector de Burgers es perpendicular a la línea de
dislocación.
b

Figura 7.13: Circuito y vector de Burgers para una dislocación lineal.

Una dislocación de hélice es como si se se cortara con un cuchillo vertical hasta


el medio del cristal y luego se aplicara una cizalladura a ambos lados del corte. Algunos
átomos originalmente en un plano pertenecen ahora al plano vecino. El nombre
"helicoidal" viene de que recorriendo una hélice se va subiendo por todo el cristal, como
en una escalera de caracol. El vector de Burgers en este tipo de dislocación es paralelo
a la línea del defecto.
La cantidad de dislocaciones en un cristal se mide según su densidad
superficial, dada por la cantidad de líneas de dislocación que intersectan un área
unitaria. Valores típicos son del orden de 1010 líneas/m2. En la práctica abundan las
dislocaciones combinadas de borde-helicoidales.
7.7. Defectos de apilamiento y fronteras de granos
Los defectos de apilamiento son algo frecuente en cristales FCC y HCP. Estas
estructuras están formadas por planos atómicos de máxima compacidad, colocados
según las secuencias ...ABCABCAB... y ...ABABABABAB... respectivamente. Si esta
sucesión falla, cada vez que se produzca un plano incorrecto, se tendrá un desorden
bidimensional del tipo mencionado.
En una muestra policristalina, las fronteras entre granos son estructuras con
importantes desviaciones respecto de la periodicidad ideal. Su espesor es de unos
pocos diámetros atómicos y por ello conforman desórdenes superficiales. Las
distancias interatómicas resultan sensiblemente heterogéneas, de modo que atraen
átomos intersticiales e impurezas.
Hay dos tipos de fronteras intercristalinas, con regularidades que les son
características: las fronteras de ángulo pequeño y los bordes de maclas.
En una frontera de ángulo pequeño los planos cristalográficos de los granos
vecinos son casi paralelos. La frontera está formada por una sucesión de dislocaciones
de borde.
Una macla adentro de un grano en un policristal es una franja de material
cristalino cuya orientación está rotada respecto al resto de la cristalita. La orientación
de la macla es tal que la frontera entre ella y el cristal original puede ser considerada
como plano cristalino de los dos cristales involucrados.
Policristales de materiales como el cinc (estructura hexagonal compacta)
generan abundantes maclas cuando se les deforma plásticamente. Se trata de casos
en los cuales una familia de planos (en nuestro ejemplo, la familia basal (001)) es
favorable para el deslizamiento (naturalmente, por un mecanismo de dislocaciones).
Ante un esfuerzo orientado arbitrariamente, algunas cristalitas estarán colocadas
convenientemente para deformarse obedeciendo el esfuerzo mediante deslizamiento
de sus planos (001). Las de orientación desfavorable tenderán a generar maclas que
produzcan regiones favorablemente colocadas.
7.8. Textura
Una característica estructural importante de cualquier policristal es la distribución
de orientaciones en el conjunto de cristalitas que lo forman. Si todas las cristalitas
coinciden en su orientación espacial, entonces la microestructura y las propiedades
físicas prácticamente se corresponden con las de un monocristal. Si la distribución de
orientaciones es totalmente aleatoria el material se presenta isotrópico. Finalmente, si
las orientaciones presentan cierta distribución fuera de los extremos mencionados se
dice que nos encontramos en un caso de orientación preferida o textura.
La Figura 7.14 muestra las micrografías electrónicas de dos cerámicas ferro-
piezoeléctricas, una fuertemente texturada y otra sin textura.
(a) (b)
Figura 7.14: Textura en cerámicas piezoeléctricas Bi4Ti3O12.
2
a) Sinterización tradicional (T = 1050ºC). b) Forja en caliente (p = 500 kg/cm ,
T = 1050ºC). Cortesía: V. Gelfuso, J.A. Eiras, Univ. Fed. de San Carlos, Brasil.

La descripción tradicional de la textura son las Figuras de Polos (FP). Una FP es


la representación en proyección estereográfica de la distribución espacial de las
normales a una familia de planos dada h = (hkl) respecto de un sistema de
coordenadas fijo respecto de la muestra. Las FP se miden generalmente por técnicas
de difracción de neutrones, rayos X o electrones. Descripciones alternativas de la
textura son las llamadas figuras inversas de polos y las funciones de distribución de
orientaciones, introducidas por Roe y Bunge.
Las propiedades de un policristal texturado serán las del monocristal, moduladas
por la textura.
La textura es una consecuencia de la historia termomecánica de la muestra, y es
una variable en poder del técnico de materiales para optimizar las propiedades de su
producto. Una aleación que va a ser deformada por extrusión debe poseer la isotropía
de una textura débil o simétrica; un ferromagnético duro uniaxial debe poseer una
textura intensa en la dirección de trabajo del imán. En geología la textura de rocas
metamórficas es un indicador de los procesos tectónicos ocurridos hace miles de
millones de años.

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